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Medellín 50 Años: Profecía, Comunión y

Participación

Documentos de las Comunidades de Vida y

Aprendizaje

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PRESENTACIÓN

Entre el jueves 23 y el domingo 26 de agosto de 2018 se celebró en

Medellín, Colombia, el quincuagésimo aniversario de la realización de la Segunda

Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, que se llevó a cabo en esa

misma ciudad del 26 de agosto al 7 de septiembre de 1968.

No habían pasado siquiera tres años desde la clausura del Concilio

Vaticano II y ya los Obispos de esta región del mundo se estaban reuniendo para

aplicar sus Conclusiones, tomando como tema central la Iglesia en la actual

transformación de América Latina a la luz del Concilio.

Desde la celebración de la Conferencia de Medellín, la Iglesia

latinoamericana ha entrado en un nuevo diálogo con la sociedad y ha detectado

nuevos signos de los tiempos, como la preocupación por la ecología y el medio

ambiente, la promoción y defensa de los Derechos Humanos, la presencia de la

mujer en la Iglesia y en la sociedad, el fenómeno de la globalización.

Para la Iglesia que peregrina en América Latina y El caribe urge afinar la

capacidad de “entablar un diálogo eficaz con personas e instituciones más

directamente responsables de las decisiones que atañen al bien común, y de

detectar todo lo que puede lesionar la justicia y poner en peligro la paz interna y

externa de las comunidades nacionales e internacionales” (DM 1,21).

Medellín insistió en que “…para nuestra verdadera liberación, todos los

hombres necesitamos una profunda conversión a fin de que llegue a nosotros el

‘Reino de justicia, de amor y de paz’” (DM 1,3).

Por tal motivo, el Consejo Episcopal Latinoamericano-CELAM, la

Arquidiócesis de Medellín, la Confederación Latinoamericana de Religiosos y

Religiosas-CLAR y el Secretariado Latinoamericano de Caritas-SELACC unieron

sus esfuerzos e invitaron a muchas otras instituciones a vincularse para celebrar

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estos 50 años por medio de la organización de un Congreso Latinoamericano que

permitió visualizar un Medellín para el hoy de América Latina y El Caribe.

En este importante acontecimiento eclesial que congregó a más de 600

personas de todos los países de América Latina y El Caribe examinamos la

situación de América Latina hoy, identificamos los desafíos de la transformación

que exige el Continente, y los aportes de Medellín que siguen siendo válidos y

proféticos en el tiempo presente.

También se buscó reconocer con gratitud la aplicación de Medellín en

nuestras Iglesias particulares, profundizar en algunos de los temas fundamentales

que siguen siendo actuales en el presente, examinar nuevos signos de los tiempos

de hoy y proyectar una acción evangelizadora que tuviera en cuenta el espíritu de

esa Segunda Conferencia, enriquecido con el Magisterio de la Iglesia

latinoamericana, así como del Magisterio Pontificio, especialmente con las

enseñanzas del Papa Francisco.

Esta celebración dio prioridad a la opción eclesial por los pobres, ya que “el

Episcopado Latinoamericano no puede quedar indiferente ante las tremendas

injusticias sociales existentes en América Latina, que mantienen a la mayoría de

nuestros pueblos en una dolorosa pobreza cercana en muchísimos casos a la

inhumana miseria” (DM 14,1).

Las Comunidades de Vida y Aprendizaje

Para alcanzar sus objetivos en fidelidad a la espiritualidad de Comunión y

Participación, como elemento vertebrador de todo el Congreso, se organizaron 22

Comunidades de Vida y Aprendizaje, en las cuales participaron Obispos,

sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos de todo el Continente.

Las Comunidades de Vida y Aprendizaje del Congreso Medellín 50 años,

fueron un espacio de construcción conjunta, a partir de los dones y los carismas,

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las experiencias y los saberes, las reflexiones hermenéuticas y las miradas de

futuro, de cada uno de los congresistas.

En la presente publicación del CELAM, compartimos los 22 Documentos

que nacieron del proceso vivido en cada una de las Comunidades de Vida y

Aprendizaje del Congreso Medellin 50 Años. Son el fruto de un largo camino,

donde muchos agentes de pastoral de todos los países de América Latina y El

Caribe, colocaron su grano de arena, con la asesoría de expertos académicos y

de personas con una vasta experiencia, hasta lograr consensuar el aporte que con

alegría compartimos.

Los textos elaborados por las 22 Comunidades de Vida y Aprendizaje son

fruto de la experiencia y el compartir y contienen orientación pastorales concretas,

más que documentos científicos, por esta razón se presentan tal como fueron

entregados a la Secretaría General del CELAM por parte de los coordinadores de

cada una de las Comunidades. Esperamos que sean bien acogidos y utilizados

por todo el Pueblo de Dios que peregrina en el Continente de la Esperanza, bajo el

cayado del Sucesor de Pedro, el Papa Francisco.

El Documento de la Segunda Conferencia General del Episcopado

Latinoamericano sigue siendo voz profética, que hoy más que nunca debe ser

asumida con valentía y fidelidad al Evangelio por la Iglesia latinoamericana y

Caribeña. La sangre de tantos mártires de nuestro Continente debe ser fuente de

esperanza en el triunfo definitivo de la Vida en nuestra Patria Grande.

Tal como afirmaron los Obispos reunidos en Medellín: “Sobre el continente

latinoamericano Dios ha proyectado una gran Luz que resplandece en el rostro

rejuvenecido de su Iglesia. Es la hora de la esperanza. Somos conscientes de las

graves dificultades y de los tremendos problemas que nos afectan. Pero más que

nunca, el Señor está en medio de nosotros construyendo su Reino” (DM,

Presentación).

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Unamos nuestros esfuerzos y dejemos que sea el Espíritu Santo, Quien nos

guíe en nuestro caminar para seguir construyendo una Iglesia Latinoamericana y

Caribeña más misionera, más samaritana, más servidora de todos, con un amor

especial por los más pobres, en diálogo con el mundo y siempre en constante

estado de conversión pastoral.

† Mons Juan Espinoza Jiménez

Obispo Auxiliar de Morelia (México)

Secretario General del CELAM

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CONGRESO MEDELLÍN 50 AÑOS

Medellín-Colombia, 23 a 26 de agosto de 2018

COMUNIDADES DE VIDA Y APRENDIZAJE

1. Una Espiritualidad de Comunión

La vivencia de la comunión a que ha sido llamado, debe encontrarla el cristiano en su "comunidad de base": es decir, una comunidad local o ambiental, que corresponda a la realidad de un grupo homogéneo, y que tenga una dimensión tal que permita el trato personal fraterno entre sus miembros. Por consiguiente, el esfuerzo pastoral de la Iglesia debe estar orientado a la transformación de esas comunidades en "familia de Dios", comenzando por hacerse presente en ellas como fermento mediante un núcleo, aunque sea pequeño, que constituya una comunidad de fe, de esperanza y de caridad. La comunidad cristiana de base es así el primero y fundamental núcleo eclesial, que debe, en su propio nivel, responsabilizarse de la riqueza y expansión de la fe, como también del culto que es su expresión. Ella es, pues, célula inicial de estructuración eclesial, y foco de la evangelización, y actualmente factor primordial de promoción humana y desarrollo (DM 10).

El Congreso para conmemorar los 50 Años de la publicación del Documento de

la Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y Caribeño en

Medellín fue un espacio eclesial de comunión y participación, que permitió

reconocer con gratitud la aplicación de Medellín en nuestras Iglesias particulares,

profundizar en algunos de los temas fundamentales, examinar nuevos signos de

los tiempos y proyectar a futuro nuestra acción evangelizadora.

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La metodología de este Congreso estuvo basada en la organización y vivencia

de Comunidades de Vida y Aprendizaje, las cuales abordaron cada uno de los

temas que desarrolló Medellín, junto con otras temáticas que han emergido a partir

de los desafíos que la realidad actual nos presenta.

En las Comunidades de Vida y aprendizaje participaron aproximadamente 600

agentes de pastoral de todo el Continente. Cardenales, Obispos, sacerdotes,

religiosas, religiosos y laicos vivieron esta experiencia de compartir fraterno,

oración y construcción colectiva de aportes, para dinamizar la misión

evangelizadora de la Iglesia en América Latina y El Caribe.

El llamado del Papa Francisco a ser una Iglesia en salida misionera, pobre para

los pobres, fue eje vertebrador de la reflexión en cada una de las comunidades,

que buscaron antídotos para combatir con la fuerza del Espíritu Santo la

autoreferencialidad, la mundanidad espiritual, la indiferencia, en un mundo signado

por el empobrecimiento la exclusión, la violencia, la cultura del descarte y los

graves atentados contra la casa común.

Los miembros de estas comunidades, viviendo conforme a la vocación a que

han sido llamados, ejercitaron las funciones que Dios les ha confiado, sacerdotal,

profética y real e hicieron así de su comunidad un signo de la presencia de Dios

en el mundo (Cf. DM 11).

Las “Comunidades de Vida y Aprendizaje” del Congreso Medellín 50 años,

fueron un espacio de construcción conjunta, a partir de los dones y los carismas,

las experiencias y los saberes, las reflexiones hermenéuticas y las miradas de

futuro, de cada uno de los congresistas.

Se organizaron en 4 núcleos y 22 temas que permitieron identificar las grandes

intuiciones teológicas y pastorales de Medellín, oportunas para este momento

histórico. Los tres primeros núcleos correspondieron a los temas abordados en

Medellin a saber: Promoción Humana, Evangelización y Crecimiento en la Fe y la

Iglesia visible y sus estructuras. El cuarto bloque abordó temas, que si bien

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Medellín no los mencionó textualmente, representan nuevos desafíos para la

pastoral en la Iglesia latinoamericana y caribeña.

2. El proceso de las comunidades de vida y aprendizaje

a. Interacción virtual previo al Congreso

Cada Comunidad de Vida y Aprendizaje durante los meses de mayo a julio de

2018 vivió un proceso de interacción virtual, a través de una plataforma que el

CELAM dispuso para esta tarea y de otros medios que facilitaron el intercambio

(grupos de WhatsApp, llamadas por Skype, correos electrónicos, etc.).

Este tiempo permitió compartir documentos (textos, videos, audios, etc.), para la

lectura y reflexión que abonó el terreno para que el Congreso pudiera dar

abundantes frutos. Varias comunidades realizaron foros de contenidos

(comunicación asincrónica), en los cuales abordaron temas relacionados con su

área pastoral, generando un debate reflexivo y crítico en torno a los desafíos

actuales, a la luz del Documento de Medellín. Otras organizaron conferencias

virtuales desarrolladas por especialistas que ayudaron a preparar el camino para

el encuentro presencial.

De esta manera la tecnología fue aliada para que, antes de la realización del

Congreso en la ciudad de Medellín, los participantes pudieran comenzar a

construir un espacio de reflexión crítica, participativo, creativo, donde cada uno

pudo aportar sus conocimientos y experiencias pastorales.

b. La fase celebrativa

Durante el Congreso, los días 24 y 25 de agosto de 2018, cada Comunidad

siguió, en fidelidad al espíritu del Documento de Medellín, la metodología Ver,

Juzgar y Actuar. Para ello, contaron con el aporte de especialistas en cada una de

las materias específicas, quienes compartieron sus experiencias y saberes. Estos

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especialistas fueron seleccionados por las organizaciones responsables de cada

una de las Comunidades de Vida y Aprendizaje (CELAM CLAR y SELACC).

Paneles y experiencias de vida

El momento del VER permitió analizar los signos de los tiempos, hacer una

mirada creyente de la realidad. Asimismo, se presentaron los Fundamentos

Doctrinales del tema específico de la Comunidad, haciendo énfasis en el

Magisterio Latinoamericano y en los Documentos del Papa Francisco. Buscaron

identificar por donde van las intuiciones, reflexiones y aportes de cada comunidad.

Los miembros de la comunidad miraron al futuro, consensuaron líneas

fundamentales de acción, los caminos que debería transitar la Iglesia

latinoamericana en el área específica de la Comunidad.

Para no quedarnos sólo en la reflexión teórica, se compartieron experiencias

pastorales significativas, que inspiradas en el espíritu de Medellín y sus aportes

teológicos, son testimonio claro de una Iglesia en salida misionera, pobre para los

pobres.

Fue muy enriquecedor conocer el trabajo pastoral de hombres y mujeres que

están entregando su vida con radicalidad evangélica a la construcción del Reino

de Dios en América Latina y El Caribe, acercarnos en las voces de sus

protagonistas a la creatividad de experiencias pastorales con grandes aportes a la

evangelización y la promoción humana.

Las comunidades compartieron entre una y tres experiencias significativas.

Aprender de la experiencia es un camino propicio para animar a otros a seguir la

senda del servicio pastoral que da abundantes frutos.

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Mesas de trabajo

Primer día: Después de escuchar a los panelista del Ver y el Juzgar, las

comunidades se organizaron en pequeños grupos para hacer resonancia de los

aportes de los panelistas.

La Comisión Metodológica ayudó con preguntas que provocaron la reflexión

colectiva. Para ello, se entregó un formato donde cada grupo estableció: tres

desafíos fundamentales de la realidad, tres premisas doctrinales y teológico

pastorales que orienten de manera particular el trabajo pastoral en el área

específica de cada comunidad.

Posteriormente hubo una plenaria en cada Comunidad para llegar a consensos

de cuáles serían los tres desafíos de la realidad y las premisas doctrinales.

Segundo día: Luego de escuchar las experiencias pastorales y al panelista

sobre las líneas de acción, nuevamente en pequeños grupos se propusieron

líneas de acción, compromisos y recomendaciones para las Iglesias particulares.

Este fue un espacio muy importante. No queremos que el Congreso se quede

solo en el encuentro en sí mismo, o en la conmemoración de los 50 años como un

hecho del pasado, si no que cada Comunidad pueda generar aportes que ayuden

a dinamizar la Misión de la Iglesia en América Latina y El Caribe.

Documento Final

Como fruto concreto del Congreso, cada una de las Comunidades de Vida y

Aprendizaje produjo un Documento que será un valioso aporte para los planes

pastorales de las Iglesias particulares y las organizaciones eclesiales de América

Latina y El Caribe.

Los documentos siguen la metodología del ver, juzgar y actuar.

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Comisión de Metodología responsable de las Comunidades de Vida y

Aprendizaje: Lic. Elvy Monzant Arraga, DEJUSOL CELAM; Hna Mónica

Benavidez, CLAR y Sergio Salvador (SELACC).

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COORDINADORES DE LAS COMUNIDADES DE VIDA

NÚCLEOS

COMUNIDAD DE VIDA

COORDINADOR(A)

1.Promoción Humana

1. Justicia, Paz y

Reconciliación

Laura Vargas

2. Familia Luz Nancy Díaz

Luis Eduardo Barreto

3. Educación P. Eduardo Corral

4.Juventud Ligia Matamoros

2 Evangelización y

crecimiento en la fe

5.Pastoral Popular y

religiosidad popular

Hna. María Inés Castellaro, V.N.

6. Pastoral urbana Consuelo Vélez

7 Catequesis Jorge Barros

8 Liturgia P. Guillermo Barros

3. La Iglesia Visible y

9 Protagonismo de los Laicos

en la Iglesia y en la Sociedad

María José González

10 Sacerdotes P Leonidas Ortiz

11. Vida Consagrada Hna. Gloria Liliana Franco

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sus estructuras

4. Otros desafíos para el

discipulado misionero

12 Formación del Clero P. Juan Manuel Toro

13 La Iglesia y los pobres P. Rafael González Ponce, MCCJ

14 Pastoral de Conjunto P. Leopoldo Sánchez Pérez

15. Comunicación Social Areli Carrera

Ingrid Saavedra

16 La Mujer en la Iglesia Hna. Gloria Liliana Franco, ODN

17 Ecología Integral y

cuidado de la Creación

Jovanny Kranwinkel

18 Formación de discípulos

Misioneros. Vocaciones en la

Iglesia

P. Moisés Pérez

19 Comunidades Eclesiales

de Base y pequeñas

comunidades

Falta mencionar el coordinador

20 Pueblos Indígenas y

afroamericanos

Hna. Ayda Orobio

21 Migración, refugio y

Trata de Personas

Hna Maria Lelis Da Silva

22 Animación Bíblica de la

Pastoral

Mons. Damian Nannini

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NÚCLEO 1

PROMOCIÓN HUMANA

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1. LA PAZ ES FRUTO DE LA JUSTICIA

Comunidad de Vida y Aprendizaje

Justicia, Paz y Reconciliación

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VER

I. A partir de la experiencia

1. Vivimos un momento de gracia con el Papa Francisco, “el Señor ha sido

muy bueno con nosotros y estamos alegres” (Sal 126,3), como dice el salmista.

Tenía que venir un Papa del “fin del mundo”, (13/03/13) para que nos desafiara

como Iglesia a releer los signos de los tiempos en nuestra Patria Grande de

América Latina y El Caribe, y volver a lo fundamental del Evangelio, renovando

nuestro compromiso con la causa de los pobres y de la Madre Tierra, pobre entre

los pobres, como afirma Laudato Si’ en el número 2.

2. Los documentos de Medellín son expresión de la vida de fe de nuestros

pueblos pobres y creyentes y en ellos queremos resaltar tres notas de una

espiritualidad que ha cambiado nuestra vida: Medellín nos comunica una

espiritualidad encarnada, centrada en el pobre, y en movimiento o en salida

misionera, como decimos ahora, iluminados por nuestro querido Papa Francisco.

3. Permítanme una nota personal, cuando hablamos de la Segunda

Conferencia del Episcopado de América Latina, digo que me siento hija de

Medellín. Yo tenía 20 años cuando vivimos el acontecimiento Medellín y viví la

experiencia de una Iglesia que abre sus puertas, y va en busca de los débiles y

frágiles de la sociedad, que se siente desafiada a leer los signos de los tiempos.

4. Era el tiempo que muchos religiosos y religiosas dejan sus casas en las

zonas pudientes de las ciudades y van a vivir en las periferias, en medio de la

fragilidad de los pobres, pero no solo religiosos, muchos laicos y laicas sentimos el

llamado a una vida en sencillez y simplicidad para compartir la vida de quienes

queríamos servir. Se tiene el coraje de cambiar los apostolados en colegios y salir

a parroquias pobres para ayudar en la toma de conciencia y empoderamiento de

nuestra gente.

5. Se siente la urgencia de hacer cambios ya, sin demora, por ser

necesarios para comunicar la buena noticia de una Iglesia para quien “nada

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verdaderamente humano es ajeno a su corazón”, (GS 1). Algunas diócesis, hablo

de la experiencia peruana, entregan sus tierras para beneficio de los campesinos,

y se deshacen de sus joyas de oro y piedras preciosas, comenzaba un tiempo

nuevo. Esta experiencia marca nuestra espiritualidad: “Se debe rechazar la

tentación de una espiritualidad oculta e individualista, que poco tiene que ver con

las exigencias de la caridad, ni con la lógica de la encarnación” (NMI 52).

II. Iglesia en salida

6.- Francisco es un Papa del Concilio y de Medellín, y desde estas

experiencias vitales, en la reciente historia de la Iglesia, nos ha invitado a ser una

Iglesia en salida misericordiosa, sin miedo y con la fuerza de “una opción

misionera capaz de transformarlo todo (Cf EG 27). Esto es lo que encontramos en

Medellín, una Iglesia que lee los signos de los tiempos y se abre a la realidad de

nuestros pueblos pobres y violentados en sus derechos, no está encerrada

esperando que lleguen a ella, sale a las periferias reales y existenciales donde

transcurre la vida de los más pobres, lo que nos dice ahora Francisco, ya lo

reclamaba Medellín, ser Iglesia en el corazón del pueblo, que conoce el

sufrimiento y acompaña los esfuerzos de liberación.

JUZGAR

III. Vivir el Concilio en América Latina

7. Hablamos del Concilio porque no podemos entender Medellín sin el

Concilio. Medellín es fruto maravilloso del Concilio en nuestra América Latina.

Gustavo Gutiérrez, habla del “horizonte conciliar” para entender Medellín. Es en el

Concilio dónde realmente la Iglesia se hace universal, pensemos que por primera

vez en la historia de la Iglesia, los 2500 padres conciliares participantes

representaban los 5 continentes con sus pueblos, razas y culturas donde la Iglesia

estaba presente.

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8. Gustavo Gutiérrez también nos recuerda que para el Papa Juan XXIII

había tres objetivos para el Concilio: Una Iglesia abierta al mundo y sin miedo del

mundo, dónde tenemos que abrir las ventanas para que “salga el polvo imperial”, y

que Pablo VI tuvo el coraje de tomar la posta y llevarla a buen puerto. Al dar inicio

a la segunda sesión del Concilio, septiembre de 1963, Pablo VI dice: “Que lo sepa

el mundo, la Iglesia lo mira con profunda comprensión, con verdadera admiración,

sinceramente dispuesta no a conquistarlo sino a servirlo, no a despreciarlo sino a

valorarlo, no a condenarlo sino a confortarlo y salvarlo”.

9. Nos podemos preguntar ¿a qué mundo se abría la Iglesia?, era el mundo

de los avances de la ciencia y de la técnica; el mundo de la democracia, de los

derechos y las libertades modernas, básicamente el mundo occidental que se

estaba reconstruyendo de la horrenda segunda guerra mundial y que se

encontraba dividido en dos zonas claramente contrapuestas Washington y Moscú

que se enfrentaban por el control de zonas de influencia.

10. Y es en este mundo que la Iglesia es llamada para anunciar el Reinado

del Dios de la Vida. Juan XXIII en su discurso Inaugural Gaudet Mater Ecclesia del

11 de octubre de 1962 denuncia a los “profetas de calamidades” que siempre

están anunciando acontecimientos infaustos como si fuera inminente el fin de los

tiempos, que no son capaces de entender cómo Dios actúa en medio de nosotros,

el Concilio nos abría a la esperanza.

11. La segunda preocupación del Concilio es el diálogo ecuménico y la

unidad de los cristianos, con ello la Iglesia quiere honrar el deseo del Maestro,

“que sean uno, como Tú Padre, en mí y yo en ti, que ellos también lo sean en

nosotros, para que el mundo crea” (Jn 17, 21-23). La apertura a los otros

cristianos con quienes estamos divididos por razones históricas logró avances

significativos, hay dos documentos conciliares Unitatis redintegratio sobre el

diálogo ecuménico y Nostra aetate sobre el diálogo con otras comunidades de fe,

que son prueba de ello, mucho se ha avanzado, pero el camino es largo.

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12. El Papa Juan XXIII llevaba otra preocupación en su corazón, ser Iglesia

de los pobres, ser una Iglesia de todos, pero en especial de los pobres. Esta

tercera vocación del Concilio se hace carne en Medellín.

13. Como bien sabemos, en la primera sesión del Concilio, el Cardenal de

Boloña Giacomo Lercaro, muy amigo de Pablo VI dice: esta es la hora de los

pobres, de los millones de pobres que están sobre toda la tierra, esta es la hora

del misterio de la Iglesia madre de los pobres, es la hora del misterio de Cristo

sobre todo en el pobre, pero el tema no llega a calar en el aula conciliar, queda en

el corazón de Pablo VI y de los Obispos latinoamericanos.

14. Manuel Larraín y Helder Camara, Presidente y Vicepresidente del

CELAM habían impulsado el Pacto de las Catacumbas hacia el final del Concilio

que expresaba su compromiso de ser una Iglesia pobre al servicio de todos, pero

en especial de los pobres y por eso debía despojarse de todos los rasgos de

riqueza y de poder. Como podemos ver, todo esto tiene resonancias en Medellín y

nos siguen desafiando.

IV. Actualidad de Medellín

15. Esta Segunda Conferencia del Episcopado Latinoamericano nos sigue

hablando y desafiando hoy, su mensaje está vigente, pues las situaciones de

injusticias, pobrezas, violencias y la ausencia de paz no se han superado, sino que

han variado y se han complejizado y nos siguen desafiando.

16. Hoy el mundo de los pobres y marginados se ha vuelto el mundo de los

descartables, por ello el Papa Francisco habla de la “cultura del descarte” (LS 43),

del consumismo y de los enormes basurales que se han ido generando, de allí la

necesidad de decir que no queremos una “economía que mata” (EG 53), que

deshumaniza y que sigue concentrando dinero y poder en cada vez menos

manos. Somos el continente más cristiano y al mismo tiempo el más desigual y

violento, esa realidad no nos puede dejar indiferentes.

20

17. Como se comentó en la Comunidad de Vida y Aprendizaje, hemos

pasado de conflictos basados en ideologías a conflictos de nuevo orden basados

en la lucha por el control de los recursos naturales y de rentas ilegales. Se terminó

una época de conflictos centrados en la lucha contra las dictaduras basadas en la

ideología de seguridad nacional y la lucha contra los socialismos y comunismo a

una sociedad conflictuada por el control de los recursos naturales que abundan en

nuestros países y atravesada por los tráficos ilegales de drogas y personas, que

generan conflictos muy serios por el control de recursos que también destruyen la

naturaleza de manera inmisericorde.

18. Medellín habló de violencia estructural, y eso no ha cambiado, sino que

se ha complejizado por los nuevos actores presentes.

V. Tiempo de gracia, tiempo de misericordia

19. Nosotros oímos su sufrimiento, es la frase que Pablo VI, hoy día santo

de la Iglesia universal, les decía a los campesinos colombianos, viendo sus rostros

cuarteados por el sol, el trabajo y mal pago de nuestras sociedades hacia ellos.

Hoy, esta es una característica de la Iglesia latinoamericana, oímos el sufrimiento

y lo queremos hacer nuestro. Francisco para la Jornada de los pobres reflexiona a

partir del salmo 34 Este pobre gritó y Dios lo escuchó y nos pregunta como así

que Dios escucha el grito del pobre, y nosotros no escuchamos este clamor. Nos

preguntamos ¿qué ha hecho la sociedad con nosotros que nos cierra al otro?

Estamos ensimismados en una peligrosa auto-referencialidad, que Francisco no

se cansa de denunciar.

VI. Medellín es para nuestra Iglesia una experiencia espiritual

20. Nos situamos no desde el poder sino desde el no poder de la

insignificancia social. Medellín es una experiencia espiritual, pues es el espíritu

quien guía a la Iglesia, y nos pone en sintonía con el mundo de los insignificantes

que comienza a ser protagónico, y en eso la Iglesia siente que se juega su futuro.

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21. Pensemos que la década de Medellín es la década donde van

surgiendo las dictaduras militares que van tiñendo de sangre a nuestros pueblos, y

allí la Iglesia se hizo presente, compañera de ruta de tanto sufrimiento y pagó con

numerosos mártires este compromiso.

22. Surgen en muchos de nuestros países las vicarías de solidaridad, de

derechos humanos, de justicia y paz para responder a lo que se vive, es una

espiritualidad volcada al mundo, no intimista o cerrada en sí misma.

23. Entra el signo martirial, son muchos los mártires que regaron su sangre

para la vida del pueblo, nuestro querido San Romero de América, es rostro amado

y apropiado por todas nuestras Pastorales Sociales, Justicia y Paz y Caritas del

continente, pero junto a él, hay muchos otros que siempre nos están invitando a

dar la vida para que los pobres e insignificantes la tengan. Hoy en día hay rostros

semejantes a San Romero, rostros de hombres y mujeres comprometidos con la

defensa de la vida, de los derechos humanos y con el cuidado integral de la

creación.

24. Medellín nos desafía a ser una Iglesia que se abre al mundo como el

mundo es, nos invita a una permanente lectura de los signos de los tiempos para

escuchar la voz de Dios en el mundo.

25. Hoy día dos amados países nuestros están siendo violentados y

pauperizados, hablamos de Venezuela y Nicaragua y nuestro Haití sigue

clamando por reconocimiento y solidaridad y así, en cada país de nuestra Patria

Grande nos sentimos desafiados todos y todas a renovar la solidaridad y hacer

procesos de incidencia en búsqueda de cambios que garanticen derechos y

dignidad para sus ciudadanos.

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ACTUAR

VII. Medellín nos invita a la Renovación y al compromiso

26. Los participantes de este evento estamos llamados a poner a la luz del

Evangelio y la DSI los aprendizajes y compartir las experiencias exitosas,

aplicarlas de acuerdo a nuestra realidad, somos un mismo continente y estamos

pasando por situaciones similares, semejantes.

27. Estos procesos nos llenan de alegría y nos contagia a seguir remando y

seguir leyendo los signos de los tiempos.

a. Recuperar el espíritu de Medellín, animar a las comunidades de base a ser

una Iglesia en salida y no quedarnos encerrados.

b. Los pobres son los primeros protagonistas en la vida de nuestras Iglesias y

comunidades, y como Iglesia estamos a su servicio.

c. Hoy día nos abrimos a las nuevas pobrezas que nos desafían, y por ello

creemos que la Madre Tierra nos urge para ser sus custodies y defensores.

d. Seguir promoviendo el enfoque de derechos humanos en nuestro quehacer

diario.

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2. AMORIS LAETITIA: ACOMPAÑAR,

DISCERNIR E INTEGRAR

Comunidad de Vida y Aprendizaje

Familia

24

VER

I. Algunos rasgos de las familias latinoamericanas

1. América Latina presenta una realidad familiar marcada por matices que

reflejan que no ha sido ajena a las transformaciones globales. A pesar de las

diferencias que puede haber entre países, dadas por sus condiciones

socioculturales, existen una serie de rasgos familiares que se presentan de

manera común en todo el territorio latinoamericano.

2. Dentro de estos rasgos se pueden identificar los siguientes: una

disminución en las tasas de mortalidad y fecundidad, lo que lleva, por un lado, al

aumento en la esperanza de vida, y por el otro a la reducción del número de

miembros de los hogares. Además, hay un aumento de los hijos por fuera del

matrimonio, una disminución del número de matrimonios, que se refleja en el

aumento de las uniones libres. También, es clara una tendencia al incremento de

las familias monoparentales, generalmente en cabeza de mujeres y un aumento

de las familias ensambladas.

3. Adicionalmente, en América Latina se evidencia una modificación del

modelo tradicional de distribuir el trabajo remunerado y no remunerado entre los

sexos, que se traduce en una transformación de los roles familiares. Sin embargo,

aún no se logra reducir las desigualdades, en la prestación o el acceso a la

atención a opciones para las familias y sus efectos esperados sobre el empleo

femenino.

4. Otros rasgos significativos de la familia en esta región, son la

diversificación de las formas familiares, la disminución de las familias donde el

hombre es el proveedor, el aumento de los hogares no familiares, el aumento de

las uniones consensuales y una duración menor de las uniones.

5. Como una influencia de la cultura en la conformación familiar destaca el

papel del individualismo, ésta manera de ver el mundo en la cual cada uno asume

su vida desde la libertad como valor absoluto, sin referencia a valores o

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identidades comunitarias. De hecho, se evidencia que cada día aumenta la

intensidad con la que el individuo exige vivir su vida y tener la posibilidad de poder

expresarse por medio de todas sus capacidades (supuestas o reales), lo cual

significa que ya no inviste todas sus capacidades en el grupo sino que las

autoinviste por completo en el mismo.

6. A causa de esta influencia del individualismo aparecen tendencias que

rompen con cierta valoración social y cultural hacia la familia y llevan a una

desvalorización del matrimonio, a una redefinición de los conceptos de familia y

filiación, amparadas en reivindicaciones ideológicas. Además, a una reducción del

sentido de la familia a categorías meramente subjetivas que genera diferentes

confusiones reflejadas en situaciones complejas y un desdibujamiento e

indefinición de aquello que realmente da la identidad a la familia.

7. Lo anterior influye en la manera como se estructura la familia, generando

de forma directa transformaciones profundas de toda índole, tanto en sus modos

de conformación en lo relacionado, a tamaño, duración de las uniones, arreglos de

convivencia, como en su manera de funcionar y responder a las exigencias de la

sociedad. Esto de cierta manera pone en tela de juicio el papel de la familia en la

generación de bienestar, porque lleva a pensar de manera pesimista, que la

familia no tiene como tal, suficientes capacidades para ser agencia de felicidad

para las personas.

8.. De hecho, se asiste con preocupación, a una colonización ideológica

compleja, en la cual el discurso antifamilia es asimilado de manera acrítica por

parte de la sociedad en conjunto, que parlotea un perorata que promueve el

reconocimiento de diversas situaciones afectivas que reclaman el calificativo de

familiar, partiendo de la exclusión del reconocimiento de las mayorías, teniendo en

cuenta que, a pesar de que muchos no lo quisieran, la familia natural sigue siendo

el referente familiar por antonomasia de las personas.

9. A partir de estos rasgos que evidencian una realidad compleja, se deben

plantear diferentes acciones que permitan una transformación en función del

26

fortalecimiento familiar. Esto parte de una reflexión seria y comprometida de la

pastoral familiar, que parte del supuesto de que la familia sigue siendo la principal

relación de las personas y la base fundamental para el entramado social.

10. Se debe buscar que las familias asuman un papel protagónico en la

promoción de su propio bien, no pueden considerarse como una mera destinataria

de acciones aisladas, sino que se deben desarrollar procesos que les den

elementos para que puedan ejercer su soberanía, redescubrir su identidad

comunitaria y asumir con responsabilidad el compromiso que implica ser pilar de lo

humano.

11. La familia, fundada en el matrimonio, constituye un patrimonio de la

humanidad, una institución social fundamental; es la célula vital y el pilar de la

sociedad y esto afecta tanto a creyentes como a no creyentes1.

LUCES

SOMBRAS

La familia patrimonio de nuestros

pueblos Latinoamericanos y El Caribe.

Cambio antropológico – cultural

La realidad del matrimonio va saliendo de la

mentalidad de las personas.

Creciente Individualismo en los miembros

de la familia es como una isla.

Se aprecian nuevas formas familiares que

afectan la dinámica familiar.

La familia esperanza de la Iglesia y la

sociedad.

Incomprensión del ideal de familia

Desconocimiento de la gracia del

sacramento del matrimonio.

Hay familias comprometidas, que siguen Se difunde la cultura de la muerte en

nuestro continente; aborto, eutanasia,

1 BENEDICTO XVI, A los participantes en la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para La Familia, 2016.

27

y viven el Evangelio. guerra, terrorismo, narcotráfico, etc.

Existen espacios de comunión y

fraternidad para la familia.

Ausencia de los padres en el

acompañamiento en la educación de los

hijos.

La familia se siente custodiada por la

Iglesia, según el Magisterio.

Cambio en la concepción y valor del hijo al

interior de los padres.

Medios de comunicación que trabajan

por la familia (emisoras- canales tv-

redes sociales, etc.).

Aumento de niños huérfanos con padres

vivos, delegación de la responsabilidad en

la educación de los hijos por parte de los

padres.

Se conforman redes en la sociedad civil,

para acompañar a la familia.

Pocas políticas públicas que favorecen la

familia.

Apoyo de movimientos laicales y

pequeñas comunidades que trabajan por

la familia.

Incremento de conflictos y violencia al

interior de la familia.

Mayor reconocimiento de los derechos

humanos especialmente en mujeres y

niños.

Crisis en la concepción y desempeño de los

roles dentro de la familia.

Fortalecimiento en los vínculos de

fraternidad.

Poca preparación de los sacerdotes para

atender debidamente las situaciones de la

familia.

Aumento en la capacidad de resiliencia

en la familia para salir adelante en las

adversidades.

Notable ausencia de una adecuada

Pastoral Familiar en su estructura y

programas.

Familia vulnerables, en lugares emergentes

que no se sienten participes de la realidad

de Iglesia.

JUZGAR

II. Cristo Resucitado guía y acompaña a nuestra familia

12. Medellín ha sido un acontecimiento histórico de fe que iluminó a

América Latina y El Caribe hace 50 años. Con una actitud profética y valiente

28

defendió la dignidad de la persona y de la familia y trazó unas líneas pastorales

con gran claridad.

13. La familia formadora de personas, educadora de la fe y promotora del

desarrollo. ¿Hasta qué punto se ha realizado en la vida este cometido en esas

tres dimensiones que nos propuso Medellín? La familia ¿ha mejorado o se ha

agravado hoy? La vivencia de los valores humanos y cristianos ¿se ha fortalecido

o se ha debilitado? Sin duda alguna, la mirada de Dios nunca se alejó de su

familia; Dios nunca abandonará a su familia porque la ama extraordinariamente y

su voluntad es que sea feliz amándole a Él y a los demás. Dios es el Amor (1Jn

4,8) y puso en el corazón del hombre y de la mujer lo que es propio de su corazón

que es el amor.

14. Es así como nace una familia por el encuentro entre un hombre y una

mujer desde el amor y para el amor. Dios ama a la familia, y la ama

definitivamente, absolutamente y nunca la abandonará. Contemplemos a este

Dios que nos ama y dejémonos mirar por él. La familia es lo más maravilloso que

Dios ha creado y está llamada a ser feliz amando a Dios y amando al prójimo.

15. Juzgar significa mirar y reflexionar a la luz de la Palabra de Dios y del

Magisterio de la Iglesia la situación de la familia para iluminar la acción pastoral de

la misma y para comprometernos con ella. Es buscar la voluntad de Dios y

discernir lo que Él nos pide y quiere para la familia. Al ver esta realidad de la

familia ¿qué nos pide el Señor? ¿Cómo quiere sea ella? ¿Cuál es la voluntad de

Dios para la familia en nuestro mundo actual? El Cristo resucitado se pone hoy en

camino al frente de su familia guiándola y acompañándola para que compartiendo

su muerte participe también un día de la alegría de su resurrección.

16. Hoy tenemos un hermoso documento: la Exhortación Apostólica

Postsinodal Amoris Laetitia, sobre el amor en la Familia. Para que toda la Iglesia

se reúna en un Sínodo en torno al tema de la familia quiere decir que la familia es

muy importante.

29

17. Dios porque tanto nos amó creó al hombre y a la mujer para vivir en

familia y en comunión con Él (Cf. Gén 1 y 2); es la llamada que Dios hizo para que

el ser humano, varón y mujer vivan en comunión por el amor. Hoy tenemos que

asumir con libertad las realidades de nuestras familias a fin de que puedan ser

transformadas por el amor. Es la gran fuerza que Dios puso en el corazón del

hombre y de la mujer para formar un hogar y que supone vivir la fidelidad en la

exclusividad dentro del matrimonio que es indisoluble, y también vivir la fidelidad a

los hijos que son los más débiles y necesitados; vivir esta fidelidad en la sociedad

y en la Iglesia para que la gente vea, valore y respete este amor.

18. En primer lugar la vivencia del compromiso del amor que debe ser

vivido con lealtad, reciprocidad y fidelidad. El amor al cónyuge y a los hijos. Y todo

lo que eso supone: el sacrificio, la comprensión, el diálogo, el respeto mutuo, la

armonía, la alegría, el gozo y la paz. Cuando la familia se vacía de estos valores

se destruye y se rompe la unidad y la comunión que siempre debe existir en ella.

19. El Señor nos llama a marchar por un camino de libertad para asumir las

realidades de nuestras familias a fin de que puedan ser transformadas por el

amor; es la gran fuerza que Dios puso en el corazón de un hombre y una mujer

que hace que se comprometan en una misma acción en común viviendo con

coherencia su vocación conyugal. Es un seguir caminando y avanzando en el

amor y el servicio a la familia. No hay otro camino de salvación. Salvar la familia

es salvar el amor. Jesús es el camino, la verdad y la vida (Jn 14,6). Salvando el

amor salvamos la familia.

20. Hace 50 años los Documentos de Medellín trazaron un camino

iluminando a la familia como formadora de personas, educadora de la fe y

promotora del desarrollo; ¿hasta qué punto la familia ha realizado y cumplido esas

líneas de pastoral trazadas con espíritu de profecía por el Documento de

Medellín?

21. “Padres no hagan de sus hijos unos rebeldes, sino más bien

edúquenlos usando las correcciones y advertencias que puede inspirar el Señor”

30

(Ef. 6,4). La familia tiene una misión educadora; una función fundamental de la

familia es educar a los hijos; son los primeros y principales educadores de sus

hijos (cfr. GS 61). Educar es amar. Es una misión insustituible que no se puede

delegar a otras instituciones.

22. La escuela y la parroquia van acompañar pero no puede reemplazar o

sustituir a la familia. Como dice el Concilio Vaticano II: los padres son los primeros

educadores para sus hijos (LG 11); es en el ambiente familiar donde se educan los

hijos en la fe, en el amor y para el amor, en la fortaleza cristiana, en la honestidad

y austeridad de vida. Es la gran escuela donde se aprende las grandes verdades o

las grandes mentiras de la vida.

23. Depende de lo que los padres le muestren a sus hijos, ya que a los

niños no se le oculta nada y ven todo lo que pasa en el hogar. Es en la vida

cotidiana donde los niños ven el actuar y el trato de sus padres. De ahí la gran

responsabilidad de la familia. La urgencia y necesidad de educarlos en la fe con el

ejemplo y el testimonio de vida llevando una vida coherente.

24. Actualmente la crisis cultural deteriora los valores morales de la familia;

se agrava su inestabilidad, el relativismo, la ideología del género atenta

gravemente contra la familia, los atentados contra la vida, el aborto, los

anticonceptivos, el divorcio, la drogadicción, la violencia intrafamiliar que afecta

gravemente a la mujer y a los hijos, los abusos contra menores, las migraciones,

la mujeres engañadas y esclavizadas en la trata de blancas, las mujeres

empleadas más que los hombres, la deforestación y contaminación ambiental y

del agua, el amor libre y las separaciones, la pobreza y el hambre en la pobreza

extrema,… Todo esto destruye a la persona y a la familia, hiere su dignidad y sus

derechos, destruye la verdadera libertad. Dios condena todo lo que con

significación de pecado destruye la vida, la dignidad de las personas y de la

familia.

25. Por eso debemos fortalecer la familia y su noble misión de cuidar la vida

en todas sus etapas y educar en la fe, en el amor y para el amor a los hijos.

31

Educar a los hijos en la conciencia de los límites respetando los valores morales:

hasta aquí sí puedo llegar y hasta allá no, respetando los valores morales, en la

castidad y en los usos de los medios digitales. Todo esto nos orienta al Actuar

asumiendo la actitud de Iglesia en salida al encuentro de otras familias para

ayudarles a vivir en el amor y en la unidad.

26. Supone la conversión personal y pastoral de una Iglesia misericordiosa

que sale al encuentro de otras familias para ayudarlas a vivir su vocación y su

misión según el Proyecto de Dios. Pidámosles a la Sagrada Familia de Nazaret de

Jesús, María y José interceda por todas nuestras familias y les ayude a cumplir

hoy la grande y noble misión que Dios le ha confiado.

ACTUAR

Amoris Laetitia: Acompañar, Discernir e Integrar

27. Para ilustrar los tres verbos de Amoris Laetitia, el Cardenal Gualtiero

Bassetti se ha servido del pasaje evangélico del encuentro del Señor Resucitado

con los discípulos de Emaús. Acompañar, implica estar al lado del otro con

paciencia y delicadeza, al estilo de Emaús, sin la presunción de tener ya la receta

lista para dar. Quien acompaña con sabiduría sabe que tiene que medir

inicialmente las palabras, o incluso fingir no saber, cómo lo hace Jesús, como si

no conociera o no hubiera vivido en su propia carne el tormento de la cruz

28. Discernir significa, como afirma Amoris Laetitia que estamos llamados a

formar conciencias, no a pretender reemplazarlas.

29. Integrar, significa el retorno al centro desde la periferia: a los dos

discípulos nos los podemos imaginar hoy en día como a una pareja que

experimenta dolorosamente el fracaso de su matrimonio.2

2 Informe del Cardenal GUALTIERO BASSETTI, Arzobispo de Perugia y Presidente de los obispos

italianos, “Jornada Mundial de las Familias, Dublín agosto 2018 “Acompañar, discernir e integrar la

fragilidad del amor.

32

ACOMPAÑAR DISCERNIR INTEGRAR

1. Promover actitudes de

acogida, escucha y

cercanía para el

discernimiento personal,

conyugal y familiar.

2. Concientizar a los pastores y agentes de pastoral familiar sobre el valor de la familia, como uno de los tesoros más grandes de la humanidad, para que fortalezca, edifique y enriquezca la sociedad.

3. Apoyar a los padres de familia en su tarea como primeros educadores de la fe.

4. Generar clima de confianza y de sensibilización en los agentes de pastoral familiar para que permitan acompañar a familias heridas, frágiles, migrantes, vulnerables, rotas y de manera especial aquellas que viven los efectos causados por la ideología de género, salud sexual reproductiva, cultura de la muerte, y toda clase de exclusión social.

5. Promover y entrenar a grupos de acompaña-miento pastoral que partiendo de un diagnóstico de la realidad, estimulen una pastoral misionera “en

1. Tomar el modelo de iniciación cristiana del catecumenado bautismal, como el camino de acompañamiento en el sacramento del matrimonio a las parejas.

2. Generar escenarios de formación de la conciencia cristiana para acompañar en el discernimiento a la luz del Evangelio, con el fin prevenir y atender las dificultades en el matrimonio y la familia.

3. Ofrecer una formación integral (pastoral, teológica/bíblica en unión con las ciencias sociales) a los agentes de pastoral para el conocimiento de las diversas situaciones que vive la familia con el fin de formar equipos que acompañen procesos de discernimiento.

4. Ofrecer a la familia herramientas y formación para el discernimiento familiar que les permita tener capacidad para tomar decisiones acertadas.

5. Fortalecer el ser y la misión de la familia para que a través de su testimonio, se destaque la belleza del

1. Articular procesos

innovadores de

evangelización para

integrar a las familias en

especial a las heridas y en

situación de fragilidad.

2. Promover acciones

específicas que integren a

los matrimonios de

divorciados en nueva

unión, personas que

conviven, quienes han

contraído matrimonio solo

civil a la vida de la Iglesia

con una actitud de acogida

y misericordia que permita

la gracia de la conversión y

su acompañamiento al

sacramento del matrimonio

allí donde sea posible.

3. Promocionar actividades

que motiven a las familias

a ser sujetos activos de la

pastoral familiar.

4. Integrar los diversos

carismas, movimientos y

pastorales afines en un

proyecto pastoral de

conjunto en las diócesis.

5. Realizar campañas de

evangelización a través de

los medios de

comunicación para mostrar

la belleza del matrimonio y

la familia e integrar a los

más alejados.

6. Motivar el trabajo en

conjunto de los tribunales

eclesiásticos y los centros

de orientación brindando

33

salida”, para llegar a las periferias de la familia.

6. Consolidar itinerarios de sensibilización, escucha y acompañamiento a las nuevas parejas que se acercan al Sacramento del Matrimonio y aquellos que ya iniciaron su vida conyugal.

7. Formar agentes en la doctrina social de la Iglesia, con énfasis en pastoral familiar y de acompañamiento, con criterios comunes para atender a la familia (cuestiones de bioética, itinerarios de maduración de la masculinidad y la feminidad, etc.).

sacramento del matrimonio cristiano, el amor conyugal y la familia, con el fin de que cada uno de sus miembros descubran y disciernan el verdadero significado del amor como proyecto de vida.

ayuda especializada y

oportuna a las familias que

lo necesiten.

7. Invitar a las comunidades

a promover la Doctrina

Social de la Iglesia y las

relaciones Iglesia-estado y

políticas públicas en favor

de la familia.

8. Promover la integración

de los seminaristas y

sacerdotes a la pastoral

familiar favoreciendo el

trabajo conjunto con la

parroquia.

9. Promover y estimular la

comunión eclesial, para

fortalecer una pastoral de

comunión y participación

que permita afrontar con

valentía los retos y

desafíos de la sociedad

contemporánea.

10. Integrar la oración como

medio fundamental en el

encuentro con cristo vivo

34

Congreso Medellín 50 Años

3. LINEAMIENTOS DE PASTORAL

EDUCATIVA

Comunidad de Vida y Aprendizaje

Educación

35

INTRODUCCIÓN

1. Con gozo, profundidad y prestancia, durante tres días, en la comunión de

la oración y la vida sacramental que abre a la escucha, el diálogo y el encuentro,

más de quinientas personas nos hemos reunido para celebrar los cincuenta años

de la Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y El Caribe,

que se llevó a cabo en esta misma ciudad de Medellín. Dentro de estos trabajos la

Comunidad de Vida y Aprendizaje de Agentes de Pastoral Educativa, conformada

por veinticuatro personas, reflexionó ampliamente los desafíos y algunas posibles

líneas pastorales para el mundo de la educación, a sugerir a las Iglesias de

América Latina y El Caribe.

2. Al hacer un discernimiento sereno, en un campo tan estratégico y amplio

como el servicio educativo de la Iglesia, tuvimos presente que éste abre camino a

la evangelización, y que toda evangelización, al mismo tiempo, educa para una

vida digna3.

3. Siguiendo la metodología del Ver, Juzgar y Actuar, recogimos el esfuerzo

de nuestros trabajos, mismos que ponemos bajo la mirada amorosa de Jesucristo,

Señor y Maestro, para que sirva a las Iglesias del Continente en su discernimiento,

comunión y servicio.

VER

UNA IGLESIA LLAMADA A EDUCAR Y EVANGELIZAR EN UN CONTEXTO DE CAMBIO DE ÉPOCA.

4. La Iglesia es Madre y Maestra. En América Latina y El Caribe, estas

dimensiones se han experimentado en su ser y quehacer. Numerosas

comunidades religiosas, así como misioneros Donum fidei se establecieron con

generosidad en estas tierras, conformando Iglesias locales en toda forma, gracias

al desarrollo de su ministerio y apostolado. Lo anterior se verifica en su presencia

3 Cfr. CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio General para la Catequesis, 25 de agosto de 1997,

No. 147.

36

y servicio desde su llegada a este Continente hasta nuestros días, no sin errores y

equivocaciones, sin faltar en ningún momento la gracia de Dios.

5. Estos innumerables esfuerzos de misión han vencido, ejemplarmente,

distintas fronteras geográficas, de lenguaje, costumbres, entre otros muchos

factores. El resultado es una experiencia inculturada de la fe en cada región del

Continente Americano, misma que debe ser constantemente purificada.

6. Esta evangelización, principalmente, se ha ido ofreciendo por medio de la

celebración de los sacramentos y la transmisión de la fe, con una catequesis

elemental, así como a través de un cúmulo importante de obras educativas y

asistenciales, que han hecho presente el Evangelio y que hoy se manifiestan en

signos sensibles que contemplamos con asombro, gratitud y fuerte sentimiento de

responsabilidad.

7. Sin embargo, en estos tiempos, además de vivir satisfacciones y contar

con una estructura pastoral aún importante en el ámbito de la educación escolar,

universitaria y difusión de iniciativas culturales significativas, asistenciales y de

promoción humana, es evidente que requerimos de un nuevo impulso que nos

permita responder a exigencias mucho más amplias, resultado de un gran “cambio

de época”, que nos reclama claridad, profundidad y mucha mayor generosidad

para evangelizar la cultura de nuestros pueblos. Sólo así, podremos, también,

aportar a la consolidación de nuevas estructuras económicas, políticas, sociales,

más propias de la grandeza de la dignidad humana. Por cierto, uno de ellos, es

generar una relación de colaboración positiva entre las Iglesias y los Estados,

respetando nuestras respectivas tareas y competencias.

8. El Papa Francisco nos ha convocado para llevar a cabo “una

transformación misionera de la Iglesia”, según expresó en el título del primer

capítulo de su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium. De igual forma, los

Obispos de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, hicieron un

llamado muy similar, cuando señalaron, hace más de diez años, que “queremos

seguir impulsando la acción evangelizadora de la Iglesia, llamada a hacer de todos

37

sus miembros discípulos misioneros de Cristo, Camino, Verdad y Vida, para que

nuestros pueblos tengan vida en Él” (DA 1).

9. El Papa Francisco, de manera específica, en el numeral 24 de Evangelii

Gaudium, nos pide ser:

a. Comunidad de discípulos misioneros que se involucran, que

acompañan, que fructifican y festejan; que experimenta que el Señor

tomó la iniciativa, la ha primereado en el amor (cf. 1 Jn 4,10), y, por eso,

sabe adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro,

buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a

los excluidos.

b. Comunidad evangelizadora que se mete con obras y gestos en la vida

cotidiana de los demás, achica distancias, se abaja hasta la humillación

si es necesario, y asume la vida humana, tocando la carne sufriente de

Cristo en el pueblo. Que acompaña a la humanidad en todos sus

procesos, por más duros y prolongados que sean. Sabe de esperas

largas y de aguante apostólico.

c. Comunidad evangelizadora siempre atenta a los frutos, porque el Señor

la quiere fecunda. Cuida el trigo y no pierde la paz por la cizaña. Que

celebra y festeja cada pequeña victoria, cada paso adelante en la evan-

gelización. Se vuelve belleza en la liturgia en medio de la exigencia dia-

ria de extender el bien y fuente de un renovado impulso donativo.

10. Como puede observarse, la comunión nos libra del egoísmo y la cultura

del consumo, (Cf. EG 2) permitiéndonos vivir aprendiendo y aprehendiendo una

realidad histórica concreta, al servir a seres humanos de carne y hueso que

comparten un Proyecto Mayor al propio. Especialmente, en el campo de la

educación queremos salir de nuestros propios ambientes, para ampliar nuestro

servicio a una sociedad necesitada de sentido y acompañamiento, en un Cambio

de Época.

38

11. El Documento de Aparecida, define magistralmente este mismo Cambio

de Época, afirmando:

Vivimos un cambio de época, cuyo nivel más profundo es el cultural. Se desvanece la concepción integral del ser humano, su relación con el mundo y con Dios; aquí está precisamente el gran error de las tendencias dominantes en el último siglo… Surge hoy, con gran fuerza, una sobrevaloración de la subjetividad individual. Independientemente de su forma, la libertad y la dignidad de la persona son reconocidas. El individualismo debilita los vínculos comunitarios y propone una radical transformación del tiempo y del espacio, dando un papel primordial a la imaginación. Los fenómenos sociales, económicos y tecnológicos están en la base de la profunda vivencia del tiempo, al que se le concibe fijado en el propio presente, trayendo concepciones de inconsistencia e inestabilidad. Se deja de lado la preocupación por el bien común para dar paso a la realización inmediata de los deseos de los individuos, a la creación de nuevos y, muchas veces, arbitrarios derechos individuales, a los problemas de la sexualidad, la familia, las enfermedades y la muerte (44)4.

12. Especialmente el campo educativo, que no sólo debe anunciar a

Jesucristo, está llamado a formar las condiciones mínimas en las cuales el ser

humano de hoy acoge el anuncio, lo incorpora, asimila y experimenta. Un

renovado esfuerzo educativo familiar, escolar, eclesial y social, estamos llamados

a emprender, en una dinámica sinérgica, ofreciendo un nuevo diálogo entre fe y

vida, entre fe y razón, así como entre el Evangelio y la cultura de nuestros propios

creyentes, al igual que de las personas y los pueblos que aún no conocen el

Evangelio o se han alejado de él.

4 Evangelii Gaudium, también define este Cambio de Época, al señalar, que: “La humanidad vive

en este momento un giro histórico, que podemos ver en los adelantos que se producen en diversos

campos. Son de alabar los avances que contribuyen al bienestar de la gente, como, por ejemplo,

en el ámbito de la salud, de la educación y de la comunicación. Sin embargo, no podemos olvidar

que la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro tiempo vive precariamente el día a día, con

consecuencias funestas. Algunas patologías van en aumento. El miedo y la desesperación se

apoderan del corazón de numerosas personas, incluso en los llamados países ricos. La alegría de

vivir frecuentemente se apaga, la falta de respeto y la violencia crecen, la inequidad es cada vez

más patente. Hay que luchar para vivir y, a menudo, para vivir con poca dignidad. Este cambio de

época se ha generado por los enormes saltos cualitativos, cuantitativos, acelerados y acumulativos

que se dan en el desarrollo científico, en las innovaciones tecnológicas y en sus veloces

aplicaciones en distintos campos de la naturaleza y de la vida. Estamos en la era del conocimiento

y la información, fuente de nuevas formas de un poder muchas veces anónimo “(EG 52).

39

JUZGAR

LA EMERGENCIA EDUCATIVA, UNA PROPUESTA QUE SURGE DE LA

CONFRONTACIÓN ENTRE LAS EXIGENCIAS EVANGÉLICAS CON LA

REALIDAD HISTÓRICA

13. El Documento de Puebla, señalaba ya, en el numeral 279, que: “Para

que América Latina sea capaz de convertir sus dolores en crecimiento hacia una

sociedad verdaderamente participada y fraternal, necesita educar hombres

capaces de forjar la historia según la praxis de Jesús, entendida como la hemos

precisado a partir de la teología bíblica de la historia. El continente necesita

hombres conscientes de que Dios los llama a actuar en alianza con Él. Hombres

de corazón dócil, capaces de hacer suyos los caminos y el ritmo que la

Providencia indique. Especialmente capaces de asumir su propio dolor y el de

nuestros pueblos y convertirlos, con espíritu pascual, en exigencia de conversión

personal, en fuente de solidaridad con todos los que comparten este sufrimiento y

en desafío para la iniciativa y la imaginación creadora”.

14. Antes, incluso el Documento de Medellín, que ahora nos congrega,

decía:

El panorama general de la educación se ofrece a nuestra vista con características

a la vez de drama y reto. Al decir esto, no nos anima un espíritu pesimista, sino un afán de superación. Considerando la urgencia del desarrollo integral del hombre y de todos los hombres en la gran comunidad latinoamericana, los esfuerzos educativos adolecen de serias deficiencias e inadecuaciones. Existe en primer lugar, el vasto sector de los hombres marginados de la cultura, los analfabetos, y especialmente los analfabetos indígenas, privados a veces hasta del beneficio elemental de la comunicación por medio de una lengua común. Su ignorancia es una servidumbre inhumana. Su liberación, una responsabilidad de todos los hombres latinoamericanos (DM 4,2-3).

15. Este mismo Documento, párrafos más adelante, después de señalar la

situación de la educación sistemática y asistemática, afirma que: La educación

latinoamericana, en una palabra, está llamada a dar una respuesta al reto del

presente y del futuro, para nuestro continente. Sólo así será capaz de liberar a

40

nuestros hombres de las servidumbres culturales, sociales, económicas y políticas

que se oponen a nuestro desarrollo.

16. “Cuando hablamos así no perdemos de vista la dimensión sobrenatural

que se inscribe en el mismo desarrollo, el cual condiciona la plenitud de la vida

cristiana” (DM 4,7). A continuación, señala, diferenciando sin separar, que:

La Iglesia, en cuanto a su misión específica, debe promover e impartir la educación cristiana a la que todos los bautizados tienen derecho, para que alcancen la madurez de su fe. En cuanto servidora de todos los hombres, la Iglesia busca colaborar mediante sus miembros, especialmente laicos, en las tareas de promoción cultural humana, en todas las formas que interesan a la sociedad (DM 4,9).

17. Por su parte, el Documento de Aparecida, de una manera sintética y

propositiva, con una gran capacidad de discernimiento y celo pastoral, nos llamó a

todos a responder frente a una Emergencia Educativa, al señalar que:

América Latina y El Caribe viven una particular y delicada emergencia educativa. En efecto, las nuevas reformas educacionales de nuestro Continente, impulsadas para adaptarse a las nuevas exigencias que se van creando con el cambio global, aparecen centradas prevalentemente en la adquisición de conocimientos y habilidades, y denotan un claro reduccionismo antropológico, ya que conciben la educación preponderantemente en función de la producción, la competitividad y el mercado. Por otra parte, con frecuencia propician la inclusión de factores contrarios a la vida, a la familia y a una sana sexualidad. De esta forma, no despliegan los mejores valores de los jóvenes ni su espíritu religioso; tampoco les enseñan los caminos para superar la violencia y acercarse a la felicidad, ni les ayudan a llevar una vida sobria y adquirir aquellas actitudes, virtudes y costumbres que harán estable el hogar que funden, y que los convertirán en constructores solidarios de la paz y del futuro de la sociedad (DA 328).

18. El Papa Emérito Benedicto XVI, después de dos años de Pontificado, se

refirió a esta misma Emergencia Educativa, afirmando que está marcada por la

dificultad de transmitir a las siguientes generaciones los valores fundamentales de

la existencia y el relativismo en que se pierde la validez de las preguntas últimas

del ser humano5.

5 En el Discurso en la inauguración de los trabajos de la Asamblea Diocesana de Roma, 11 de

junio de 2007, dijo: “En realidad, hoy cualquier labor de educación parece cada vez más ardua y precaria. Por eso, se habla de una gran "emergencia educativa", de la creciente dificultad que se

41

19. El desafío de la Pastoral Educativa a nivel Continental, no está sólo en

el ámbito de la escuela católica, sino principalmente, en una dimensión mucho

más amplia, pues todos los seres humanos tienen una fuerte necesidad de educar

su mirada, su comprensión de la realidad, pero sobre todo, de guiar

conscientemente su respuesta frente a las distintas etapas de la vida que nos

interpelan y que al mismo tiempo nos animan a asumir nuestra responsabilidad en

el mundo. Sin este esfuerzo, poco podremos hacer frente: a las “subculturas”, la

cultura de la destrucción y la muerte, los problemas de drogadicción, narcotráfico,

alcoholismo, una vida desordenada en el campo sexual y de los afectos, el

bullying, los problemas de depresión y suicidio, entre otros muchos.

20. Hoy lo que está en juego es el ser humano, su dignidad, la vivencia de

su condición y su capacidad de transformar la realidad, que pasa a través de una

sana conformación de su razón y el correcto ejercicio de su libertad. El peligro más

grave que viven nuestros pueblos, no es sólo la violencia y la inseguridad, la

desigualdad o pobreza material, sino la posibilidad de destruir lo humano. La

esencia de lo humano es la libertad, la capacidad de vivir más allá de sí mismo en

la alegría de amar, instaurando innumerables relaciones con los otros seres

humanos, la creación y el Creador mismo.

encuentra para transmitir a las nuevas generaciones los valores fundamentales de la existencia y de un correcto comportamiento, dificultad que existe tanto en la escuela como en la familia, y se puede decir que en todos los demás organismos que tienen finalidades educativas. Podemos añadir que se trata de una emergencia inevitable: en una sociedad y en una cultura que con demasiada frecuencia tienen el relativismo como su propio credo –el relativismo se ha convertido en una especie de dogma–, falta la luz de la verdad, más aún, se considera peligroso hablar de verdad, se considera autoritario, y se acaba por dudar de la bondad de la vida –¿es un bien ser hombre?, ¿es un bien vivir?– y de la validez de las relaciones y de los compromisos que constituyen la vida”.

42

ACTUAR

ALGUNOS CRITERIOS Y LÍNEAS DE ACCIÓN QUE SE SUGIEREN A LAS

IGLESIAS DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE PARA FORTALECER SUS

ESFUERZOS EN LA PASTORAL EDUCATIVA

21. Para poder responder ante la Emergencia Educativa es indispensable

reconfigurar lo que el Santo Padre Francisco ha llamado el Pacto Educativo. Esto

implica una Iglesia en continuo diálogo y servicio al mundo, con capacidad de

encuentro, de crear alianzas y tejer redes con la sociedad, pues lo importante es

que todo y todos, ayudemos al ser humano concreto, en todas sus áreas, tiempos

y dimensiones a reconocer su alta dignidad, pero sobre todo a darle sentido a su

existencia en una lógica del don y la gratuidad, es decir de Caridad en la Verdad.

Para ello, sugerimos cinco grandes líneas de acción, las mismas que deberán ser

aterrizadas en los cómo y cuándo, de acuerdo a las realidades específicas de

cada Iglesia particular:

I. Educar para un humanismo solidario6

22. La palabra educar, está compuesta por el prefijo “e”, es decir hacia

fuera, y el verbo latino ducere, que significa conducir. Hoy, la emergencia es

ayudarle a todo ser humano a vivir más allá de sí mismo, estableciendo una

constante dinámica de relación con los demás seres humanos, la creación y el

Creador. El Papa Francisco inició su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium,

que señala:

El gran riesgo del mundo actual… es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y permanente. Muchos caen en él y se convierten en seres resentidos, quejosos, sin vida. Ésa no es la opción de una vida digna y plena, ése no es el deseo de Dios

6 En referencia al documento de la CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, de fecha 17 de

abril del 2017.

43

para nosotros, ésa no es la vida en el Espíritu que brota del corazón de Cristo resucitado (EG 2).

23. La Congregación para la Educación Católica, por su parte, en el muy

valioso documento Educar para un Humanismo Solidario, afirma que:

Lo que tal vez falta aún es un desarrollo conjunto de las oportunidades civiles con un plan educativo que pueda transmitir las razones de la cooperación en un mundo solidario. La cuestión social, como dijo Benedicto XVI, es ahora una cuestión antropológica, que implica una función educativa que no puede ser postergada. Por esta razón, es necesario un nuevo impulso del pensamiento para comprender mejor lo que implica ser una familia; la interacción entre los pueblos del planeta nos urge a dar ese impulso, para que la integración se desarrolle bajo el signo de la solidaridad en vez del de la marginación7.

24. En síntesis, el reto hoy no es solo enseñar para que la persona conozca

información, sino sobre todo, para que sea capaz de amar la realidad, acogerla y

transformarla. Está en cuestión su capacidad de relación, de encuentro y de

saberse capaz de ser corresponsable de una realidad histórica que no debe solo

disfrutar o consumir, sino principalmente, entregarse a ella, solidariamente, para

su cuidado y mejora. No olvidemos la gran aportación de la encíclica social,

Laudato Si’, que contiene todo un capítulo específico sobre: Espiritualidad y

Educación para el Cuidado de la Creación.

25. Puede ser muy oportuno que cada Conferencia Episcopal8, cada diócesis,

comunidad religiosa, parroquia, pueda hacer un discernimiento sereno y

evangélico sobre cuatro elementos fundamentales: ¿Cuál es el contexto en el que

se educa, hoy?, ¿históricamente, cómo se ha educado en su región, comunidad?,

¿qué es educar?, y finalmente, ¿a quién, y quién educa hoy día, y con qué fin?

26. El ser humano requiere formación y cuidado en todas las etapas de la

vida. Ninguna persona está acabada, sino que está llamada a desarrollar su ser y

a dejarse definir por él, en un sano diálogo entre la naturaleza y la cultura. La

Constitución Pastoral, Gaudium et Spes, afirma que Jesucristo, Señor y Maestro,

7 CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, Educar al humanismo solidario, no.6. 8 Sugerimos el ejercicio que la Conferencia del Episcopado Mexicano realizó con la elaboración del Documento: “Educar para una Nueva Sociedad”, que lleva por subtítulo: “Reflexiones y orientaciones sobre la educación en México”, el mismo que se presentó en el mes de octubre del año 2012, http://www.vicariadepastoral.org.mx/assets/educarp1nuevasociedad.pdf.

44

nos salva, “al revelar al ser humano lo que éste es y la grandeza de su propia

vocación” (Cfr. GS 22).

27. Esta realidad tan profunda y bella es necesario reflexionarla y acogerla,

pues hoy se confía más en los medios, métodos, planes y/o programas, que en la

acción educativa directa, en donde no sólo se transmite un conocimiento, sino

sobre todo, se comunica la persona misma en un acto de donación, razón, libertad

y gratuidad. Sin duda, San Juan Pablo II ya había vislumbrado la belleza de esta

tarea, al señalar ante la Asamblea de la UNESCO que:

Hay que considerar integralmente, y hasta sus últimas consecuencias, al ser humano como valor particular y autónomo, como sujeto portador de la trascendencia de la persona. Hay que afirmar al hombre por él mismo, y no por ningún otro motivo o razón: ¡únicamente por el mismo! Más aún, hay que amar al hombre porque es hombre, hay que reivindicar el amor por el hombre en razón de la particular dignidad que posee9.

28. Las estructuras pastorales deben ser impulsadas por el Espíritu. En este

momento tan desafiante y complejo el Santo Padre Francisco nos ha señalado

que: “El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del

tercer milenio… Una Iglesia sinodal es una Iglesia de la escucha reciproca en la

cual cada uno tiene algo que aprender. Pueblo fiel, colegio episcopal, Obispo de

Roma: uno en escucha de los otros; y todos en escucha del Espíritu Santo, el

«Espíritu de verdad» (Jn 14,17)” 10.

29. Es preocupante cómo en la cultura predomina, en primer lugar “lo exterior, lo

inmediato, lo visible, lo rápido, lo superficial, lo provisorio” (EG 62), y no es capaz

de escuchar lo humano, lo profundo, lo trascendente. Por otro lado:

El proceso de secularización tiende a reducir la fe y la Iglesia al ámbito de lo privado y de lo íntimo. Además, al negar toda trascendencia, ha producido una creciente deformación ética, un debilitamiento del sentido del pecado personal y social y un progresivo aumento del relativismo, que ocasionan una desorientación generalizada, especialmente en la etapa de la adolescencia y la juventud, tan vulnerable a los cambios (EG 64).

9 JUAN PABLO II, Discurso a la Organización de las Naciones Unidas, no. 10. 10 FRANCISCO, Discurso en la Conmemoración del 50 aniversario de la Institución del Sínodo de los Obispos, 17.

45

30. Es urgente recuperar los distintos niveles de la sinodalidad: Conferencia

Episcopal, diócesis, decanato, parroquia, con el fin de ordenar y articular la

escucha de arriba hacia abajo, y de abajo hacia arriba; para poder colaborar unos

con otros en una acción verdaderamente transversal en donde todo y todos

giremos en relación al servicio de cada persona, que busca el sentido de su

existencia, así como cumplir la grandeza de su propia vocación en una realidad

concreta.

31. La Pastoral Educativa, además de ser vista transversalmente, debe

servir desde su especificidad al servicio del mundo de las familias, la juventud, la

educación en la fe, la escuela, la cultura, el mundo laboral, el arte, el diálogo con

otras religiones, el escultismo, entre otros muchos.

32. Es interesante constatar cómo en algunas diócesis, la Pastoral

Educativa encuentra su espacio de servicio, no desde una comisión o dimensión,

sino desde una vicaría que ilumina, acompaña y anima al todo del entramado

pastoral. Es urgente romper el reduccionismo de una Pastoral Educativa

meramente escolar. La escuela, sin duda alguna, es un ámbito privilegiado, sin

embargo, ésta debe acompañarse de la educación no formal, que tiene, en los

padres de familia, su espacio privilegiado de educación y formación de los hijos.

En la familia, la Iglesia y la sociedad, el ser humano aprende a vivir los trescientos

sesenta y cinco días del año en la experiencia de los valores más profundos:

verdad, amor, perdón, servicio, fraternidad, justicia, etc. Todo centro educativo de

educación formal recibe a los chicos para brindarles una instrucción general, pero

la formación humana más elemental, se adquiere, vive y experimenta en la familia,

las iglesias, el barrio.

33. Por supuesto, estas estructuras sinodales, además de recuperar todas

las vocaciones y ministerios, están llamadas a valorar cada aportación y

oportunidad de servicio a la persona en su misterioso camino de realización. Si la

Iglesia evangeliza educando y educa evangelizando, es urgente asumir su misión

como ese paso previo que prepara a todo ser humano para ser capaz de recibir,

46

acrecentar y reconocer en su vida, la presencia y el proyecto de Dios, así como su

corresponsabilidad frente a los otros seres humanos y el cuidado de la creación.

34. Estamos acostumbrados a pensar en la acción, es decir la formación,

sin detenernos en los sujetos, los protagonistas de la acción educativa. Por ello, es

urgente trabajar en los formadores, únicos que pueden acompañar en el camino, a

través de la experiencia de la escucha, el diálogo y el encuentro, a descubrir la

verdad, la bondad, la belleza y la unidad.

35. Este ejercicio es el primer desafío para educar a todo ser humano. La

educación no es principalmente un asunto de mera transmisión de información, de

razonar ciertas teorías o modelos; es, antes que nada:

Comunicar desde una experiencia previa para construir una realidad humana nueva; recorrer un camino para llegar a la meta de la propia realización; formar e impulsar a una persona para que logre el desarrollo de su conciencia y alcance la madurez de su ser; desarrollar integral y armónicamente las capacidades de cada ser humano; vivir para realizarlos; perfeccionar al ser humano a través del desarrollo de virtudes que enriquecen a la propia persona, al mundo y a los demás; introducirnos a la totalidad de los factores que integran la realidad, sin negar ninguno, descubriendo su significado último y valorando cada uno en su justa dimensión11.

36. Creemos que en la Doctrina Social de la Iglesia hay una gran riqueza

que no hemos sabido transmitir. Ésta, traza los caminos que hay que recorrer para

edificar una sociedad reconciliada y armonizada en la justicia y en el amor, que

anticipa en la historia, de modo incipiente y prefigurado, ‘los nuevos cielos y la

nueva tierra, en los que habita la justicia’ (2 P 3, 13)”12, al develarle al ser humano

una antropología que le es propia, es decir integral, trascendente y solidaria, así

como los fines de las instituciones humanas como la familia, la empresa, el

sindicato, la sociedad civil, los organismos intermedios, la autoridad civil, la

comunidad internacional, que deben coadyuvar conjuntamente en beneficio del

nuevo desarrollo que requiere nuestra humanidad.

11 CONFERENCIA EPISCOPAL MEXICANA, Educar para una Nueva Sociedad, no. 44. 12 PONTIFICIO CONSEJO JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la DSI, no.82, 44.

47

37. Todos los espacios de educación formal y no formal deben ser

promovidos, acompañados y fortalecidos, más que en sus recursos o gestión

administrativa, en sus métodos educativos y por supuesto sus fines.

Especialmente, los espacios católicos, están llamados a ser los primeros en salir a

la misión, a promover el diálogo y el encuentro con aquellos a los que sirven, con

el fin de ensanchar y profundizar su servicio, bajando a las realidades concretas y

más dolientes.

38. Es urgente valorar, promover y apoyar a todos los maestros, formadores

admirables de la vida social, a fin de que tengan los elementos suficientes y

cuenten con la capacitación permanente para cumplir su función. Toda evaluación

es un instrumento que puede dar luces para responder mejor a los desafíos

presentes, sin embargo, es importante reconocer que los elementos más

importantes del proceso educativo, son difícilmente medibles y cuantificables.

39. La escuela debe recuperar su presencia y servicio a una sociedad

concreta. En ella se tejen múltiples relaciones, pero sobre todo, es un laboratorio

para aprender a vivir no solo el liderazgo o la excelencia, sino también para

experimentar la solidaridad y la capacidad de amar, cada vez más amplia y

profundamente.

40. Por supuesto, es prioritario reconocer el llamado que el Santo Padre

Francisco ha hecho con relación al Pacto Educativo: directivos, maestros y padres

de familia, en cada escuela, deben asumir la corresponsabilidad no solo del rumbo

de la propia, sino de su sociedad en la que sirven y se enriquecen.

41. Además, este Pacto Educativo pone a cada escuela en vinculación con

las autoridades civiles, mundo social, cultural, religioso, económico y político,

medios de comunicación, así como organizaciones de la sociedad civil y la

comunidad internacional.

42. Es necesario hacer un discernimiento serio y permanente sobre cómo

educar la espiritualidad de cada ser humano: cómo conformar ordenadamente su

48

razón, integrar su afectividad con un sólido proyecto de vida, cómo educar la

imaginación y la memoria; y finalmente, cómo entrar en relación con el Creador,

los otros hombres y la creación, en una dinámica de cuidado y corresponsabilidad,

de unos con otros.

CONCLUSIONES

43. La Providencia de Dios y la respuesta generosa del hombre han estado

presentes en la historia de este Continente a través de distintos proyectos

educativos. Por tanto, para renovar su servicio, la Pastoral Educativa necesita

recuperar una mirada amplia sobre estos esfuerzos generados en comunión con la

Iglesia.

44. Vivimos un Cambio de Época como signo concreto que nos interpela y

nos llama a volver a la pregunta fundamental sobre el ser humano, que es el punto

de partida para una nueva evangelización. Es decir, en la apertura a un encuentro

permanente con Jesucristo, Señor y Maestro -dentro de una realidad concreta-,

para dejarnos interpelar y responder con generosidad.

45. Conviene prestar especial atención a la unidad que hay actualmente en

el Magisterio Latinoamericano y en el Universal, con relación al Cambio de Época

y a la Emergencia Educativa. El Evangelio es una propuesta que va más allá de

cualquier tiempo histórico y marco cultural, por lo que siempre nos confronta y

renueva en nuestra respuesta pastoral.

49

4. UNA IGLESIA LATINOAMERICANA QUE

HACE OPCIÓN PREFERENCIAL POR LOS

JÓVENES

Comunidad de Vida y Aprendizaje

Juventud

50

VER

I. Una Iglesia Latinoamericana que hace opción preferencial por los Jóvenes

1. DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES

Los jóvenes y adolescentes constituyen la gran mayoría de la población de América Latina y El Caribe. Representan un enorme potencial para el presente y futuro de la Iglesia y de nuestros pueblos, como discípulos y misioneros del Señor Jesús (DA 443). Se presenta como un nuevo cuerpo social con sus propias ideas y valores, deseando crear una sociedad más justa. Esta presencia juvenil es un aporte positivo que deben recoger la sociedad y la Iglesia (DM. Mensaje a los pueblos latinoamericanos). 2. “La juventud no existe. Existen los jóvenes, rostros, historias, ilusiones”13,

por eso es necesario meterse en su contexto, ir hacia ellos, “acercarse, reconocer,

escuchar y asumir la vida de los y las jóvenes en sus lugares vitales”14, saber de

qué jóvenes estamos hablando y cuál es su manera de ver la vida, cuáles son sus

necesidades, intereses, búsquedas, angustias, temores, desafíos, alegrías,

sueños y esperanzas.

3. Estamos llamados a mirar y responder a todos los rostros jóvenes

latinoamericanos, especialmente aquellos rostros sufrientes que: padecen las

secuelas de la pobreza y la violencia, son obligados a emigrar lejos de su tierra,

viven en contextos de familias rotas, bajo situaciones de estrés o soledad, se

encuentran en ámbitos educativos de baja calidad o sin posibilidades de estudiar

ni trabajar, no encuentran sentido a sus vidas y están ausentes de la vida política y

los procesos sociales.

4. Es necesario caminar hacia la inclusión de los jóvenes, ellos realmente

quieren participar, pero para ello se requiere, en todos los ámbitos, “juzgar menos

y acercarnos más”, no hay que tener miedo de darles responsabilidades, “fallamos

cuando se nos olvida cargar la cruz con ellos”, es más que urgente incorporar

13 Discurso del Papa Francisco en la Reunión Pre Sinodal. 14 SEJ-CELAM, Proyecto de Revitalización de la PJ Latinoamericana.

51

estas nuevas voces, darles la oportunidad de que ellos mismos muestren como se

puede trabajar con ellos, espacios donde juntos se puedan encontrar respuestas a

los problemas/situaciones que los afectan. Se requiere también prestar atención al

lenguaje para que se logre entablar el diálogo.

5. Muchos jóvenes no se sienten identificados con la Iglesia o se acercan

por lo sacramental pero no quieren tomar parte activa de la vida parroquial, ven a

la Iglesia como un espacio aburrido, lejano; necesitan una Iglesia que los anime y

acompañe a vencer sus miedos y lanzarse a la misión, esperan que los

acompañe, que sea auténtica, verdadero testimonio para ellos. Requieren una

Iglesia conectada con la vida, que sepa “abajarse” al mundo, a sus necesidades y

realidades, para ponerlos en marcha hacia la tierra prometida. Necesitan una

Iglesia que no tenga miedo a asumir riesgos, en salida, que se anime a

escucharlos, acogerlos e incluirlos, que se muestre alegre, viva y creativa, dónde

el joven pueda encontrar el sentido a su vida.

6. Las jóvenes generaciones piden volver la mirada a la Familia, a las

diversas realidades familiares que afectan su vida, allí es donde ellos descubren

ausencia, donde es necesario favorecer el encuentro entre generaciones,

aprovechando la diversidad y riqueza de cada uno. Los jóvenes están dispuestos

a hacer más lento su paso para escuchar a los viejos, pero necesitan que los

“viejos” vayan un poco más de prisa para que se puedan encontrar15.

7. En el campo de la virtualidad, aunque se reconoce que en cierta medida

la tecnología ha robado la fuerza revolucionaria de los jóvenes y en muchas

ocasiones los aísla y apaga sus ideales, también este espacio puede convertirse

en posibilidad de charlar con otros, de generar encuentro.

8. Otro espacio que se presenta como oportunidad, que requiere de una

mayor incidencia pastoral, es el ambiente educativo, un alto porcentaje del tiempo

15 CABRÉ, M., Dios es joven. Francisco una conversación con Thomas Leoncini, 31-32.

52

de los jóvenes transcurre en estos espacios, en los que podría brindarse

acompañamiento y formación de liderazgo cívico, político y pastoral en red.

9. Es más que urgente superar el siempre se ha hecho así, necesitamos

desestructurarnos, abrir más las puertas y mostrar una Iglesia transparente y

creativa. Se reconoce que se ha hecho un valioso avance en la reflexión de la

pastoral con los jóvenes, pero hace falta llegar más a la base, una pastoral más en

salida, también una mirada y propuesta vocacional incluyente, amplia y

participativa que los acompañe en su discipulado misionero.

10. Es esencial favorecer el acompañamiento de los jóvenes, este “es un

servicio que promueve el protagonismo juvenil… es el lugar de la “gracia”, de

hacer el camino juntos, en la solidaridad y en la verdad que se revela en las

experiencias de vida”16.

11. “Llegar junto al joven es tarea constante, que ha de ser actualizada

permanentemente. Llegar para comprender sus situaciones, no para condenarles,

ni llegar para confirmar en sus actitudes prejuicios personales que los etiquetan.

Llegar, como lo hizo Jesús, es llegar para escucharlos y sentir pasión con, es

comprender desde su mundo su situación para vendar sus heridas, para

encontrarnos y acompañarlos en el camino”17 para que “¡Hagan lío! y lo

organícenlo bien. Un lío que nos dé un corazón libre, un lío que nos dé solidaridad,

un lío que nos dé esperanza, un lío que nazca de haber conocido a Jesús”18.

JUZGAR

II. La opción por los jóvenes en América Latina y El Caribe

12. El Concilio Vaticano II quiso hacer de la Iglesia un lugar de encuentro y

diálogo con el mundo actual y Medellín buscó conocer la realidad para proyectar la

pastoral, los jóvenes necesitan ver hoy una Iglesia encarnada en la realidad, una

16 SEJ – CELAM, Civilización del Amor, Proyecto y Misión. 17 SEJ – CELAM, Proyecto de Revitalización de la Pastoral Juvenil Latinoamericana. 18 FRANCISCO, Encuentro con los jóvenes en la Costanera de Asunción.

53

Iglesia que vive su fe en el mundo con rasgos humanos, donde ellos también

puedan vivir humanamente su experiencia de Dios.

13. La Iglesia debe seguir en actitud de Salida, el Espíritu que debe

movernos para trabajar es el Espíritu de Medellín, para ir al encuentro con los

Jóvenes, conocer, acercarnos, conmovernos, dejarnos interpelar por sus

sufrimientos y dificultades, por sus sueños, alegrías y esperanzas, discernir con

ellos a partir de su propia vida.

14. Reconociendo la riqueza del camino recorrido por la Iglesia en este

continente, retomamos algunas luces que pueden orientar la acción:

14.1 Medellín, 1968:

a. Pedagogía orgánica que estimule formación humana y cristiana.

b. Lenguaje simple y actual, teniendo en cuenta la vida real.

c. Dirigirse a los jóvenes en general y animar la formación de

comunidades juveniles.

d. Ecumenismo.

e. Reconocimiento de la mayoría joven.

14.2 Medellín ve, en efecto, en la juventud el renovado comienzo y la persistencia

de la vida. Se hace necesario desarrollar, en todos los niveles, dentro de la

Pastoral de Conjunto, una auténtica pastoral de juventud. Esta pastoral ha de

tender a la educación de la fe de los jóvenes a partir de su vida, de modo que les

permita su plena participación en la comunidad eclesial, asumiendo consciente y

cristianamente su compromiso temporal; reconoce en la juventud no sólo su fuerza

numérica, sino también su papel cada vez más decisivo en el proceso de

transformación del continente, así como su papel irreemplazable en la misión

profética de la Iglesia, por eso se debe procurar que se capacite a los jóvenes, a

través de una auténtica orientación vocacional (que tenga en cuenta los diferentes

estados de vida) para asumir su responsabilidad social, como cristianos en el

proceso de cambio latinoamericano. (Cf. DM 4,1-20).

54

15. Puebla 1979:

a. La Iglesia confía en los jóvenes y ve en ellos su esperanza.

b. Definir la Pastoral Juvenil como una pastoral de la alegría y de la

esperanza.

c. Fundamento debe ser Cristo.

d. Presentar a Cristo como liberador integral.

15.1 La Iglesia confía en los jóvenes. Son para ella su esperanza. La Iglesia hace una opción preferencial por los jóvenes en vistas a su misión evangelizadora en el Continente… La Pastoral Juvenil debe: ser un verdadero proceso de educación en la fe… cuyo fundamento debe ser Jesucristo; debe formar, con prioridad, animadores juveniles calificados, guías y amigos de la juventud, encarnando la Pastoral Juvenil como una pastoral de la alegría y de la esperanza (DP 1186.1193-1194.1203.1205).

16. Santo Domingo 1992

a. Acompañamiento para descubrir la voluntad de Dios en sus vidas:

vocación-misión.

b. Dinamismo del seguimiento de Jesús: Fe-Vida.

c. Abrir espacios de participación y protagonismo en la Iglesia.

16.1 La acción pastoral debe: responder a las necesidades de maduración

afectiva de acompañamiento; capacitar para que los evangelizados conozcan y

respondan críticamente a los impactos culturales y sociales; dinamizar una

espiritualidad del seguimiento de Jesús, propiciando un encuentro entre fe y vida,

la promoción de la justicia y la generación de una nueva cultura de vida; asumir las

nuevas formas celebrativas de la fe, propias de la cultura de los jóvenes; anunciar

que el Dios de la vida ama a los jóvenes; abrirles espacios de participación en la

Iglesia a los jóvenes y adolescentes a través de una pedagogía experiencial,

promoviendo el protagonismo por medio del método ver-juzgar-actuar-revisar-

celebrar; dar relevancia a la Pastoral Juvenil de medios específicos (Cf. DSD 115 -

120)

55

17. Aparecida 2007:

a. Contempla la vida del Joven en los distintos contextos: Educativo,

Familiar, Socio - económico y Político.

b. Se ve el joven como la esperanza del continente.

c. Pide poner en diálogo la pastoral juvenil con la pastoral familiar: Un

llamado a la pastoral de Conjunto.

d. Potencia a los jóvenes para tomar postura frente a la sociedad.

e. Da lineamientos más específicos sobre la espiritualidad juvenil:

peregrinaciones – jornadas – misiones.

f. Se reconoce la capacidad de los jóvenes y los descubre protagonistas.

17.1 Aparecida renueva en estrecha unión con la familia, de manera eficaz

y realista, la opción preferencial por los jóvenes; propone el encuentro con

Jesucristo vivo y su seguimiento en la Iglesia, a la luz del Plan de Dios, que les

garantiza la realización plena de su dignidad de ser humano, les impulsa a formar

su personalidad y les propone una opción vocacional específica: el sacerdocio, la

vida consagrada o el matrimonio; privilegia procesos de educación y maduración

en la fe, como respuesta de sentido y orientación de la vida, y garantía de

compromiso misionero, una catequesis atractiva para los jóvenes que los

introduzca en el conocimiento del misterio de Cristo; una formación, de manera

gradual, para la acción social y política y el cambio de estructuras, conforme a la

Doctrina Social de la Iglesia, haciendo propia la opción preferencial y evangélica

por los pobres y necesitados; mayor sintonía entre el mundo adulto y el mundo

juvenil (Cf. DA 446).

56

ACTUAR

III. Revitalización: la vida de los jóvenes, un camino de discipulado y misión

18. Frente a las culturas que muestran signos de vejez y caducidad, la

juventud está llamada a aportar una revitalización; a mantener una fe en la vida, a

conservar su facultad de alegrarse con lo que comienza. Ella tiene la tarea de

reintroducir permanentemente el sentido de la vida. Renovar las culturas y el

espíritu, significa aportar y mantener vivos nuevos sentidos de la existencia. La

juventud está, pues, llamada a ser como una perenne "reactualización de la

vida"19.

19. ¿Qué evangelio se puede anunciar a quien no tienen esperanza de

vida?, una gran mayoría de nuestros jóvenes no tiene ni estudio, ni trabajo… por

eso, una buena noticia para ellos es una comunidad que les acoja y les haga

sentir amados e importantes, una comunidad que viva los valores del Evangelio y

les dé la oportunidad de descubrir que pueden ser constructores de un futuro

mejor, de una sociedad más inclusiva, solidaria, igualitaria y preocupada por el

cuidado de la casa común, sustentable.

20. Es necesario:

a. Escuchar a los jóvenes, reconociendo que ellos, “Tierra Sagrada”, son

la voz de Dios, son un lugar teológico. Abrirse a los nuevos lenguajes

de los jóvenes.

b. Una acción diferenciada, que acompañe las necesidades y realidades

específicas. Una Iglesia en salida que valore y acompañe Juventudes,

en diferentes condiciones, realidades, que dialogue, acompañe y ayude

a los jóvenes a comprometerse con la historia.

c. Facilitar los recursos para asegurar la participación de los jóvenes en la

pastoral.

19 Mensaje del Concilio Vaticano II a los Jóvenes.

57

d. Una pastoral juvenil que incluya a todas las expresiones juveniles y que

invierta en la formación de líderes jóvenes.

e. Que la Pastoral Juvenil sea un espacio donde se trabaje para no

fomentar el clericalismo, se promueva la igualdad y dignidad de los hijos

de Dios.

f. Una pastoral de Conjunto, caminar juntos, ya que estamos llamados a

ser una Iglesia al servicio del mundo.

g. Redescubrir, re-evangelizar los procesos de catequesis para desde ahí

lograr fascinar a los jóvenes, un proceso de trabajo conjunto entre

pastoral catequética y pastoral juvenil.

h. Constatar las experiencias y vivencias positivas que ya hay de cambios

(sociales y personales), que nos pueden ayudar a ver, descubrir,

entender, como trabajar con todos los jóvenes.

i. Una Iglesia en salida, que opte por todos los jóvenes, especialmente

por los de la periferia, que sea comunidad que acoja al joven y le haga

sentir amado, acogido, capaz de construir.

j. Luchar contra la violencia, que afecta la vida de los jóvenes y no los

deja crecer.

k. Utilizar las tecnologías como herramientas para evangelizar, como

apoyo en el trabajo pastoral.

l. Un acompañamiento, pastoral y espiritual, que pueda transparentar a

Cristo, realizado por acompañantes que tengan formación y vocación

para el trabajo con jóvenes (laicos y consagrados), un acompañamiento

en libertad, que no supla la conciencia de quienes son acompañados.

Es necesario destinar para esto, los recursos (materiales, económicos y

humanos) y espacios necesarios. Cuidando también de acompañar a

los que acompañan.

58

m. Procesos de acompañamiento para las distintas vocaciones. La

vocación a veces está muy ligada al tema del sacerdocio y la vida

consagrada, pero hoy la sociedad necesita familias y profesionales con

vocación, gente que de verdad sienta lo que hace para que pueda

construir el reino de Dios, se necesitan procesos que ayuden a construir

personas y comunidad, que lancen a un hacer en la Iglesia y la

sociedad.

21. Una Iglesia en salida que dialoga y acompaña juventudes, les ayuda

para salir comprometiéndose con la historia.

22. “Invito a todos a ser audaces y creativos en esta tarea de repensar los

objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las propias

comunidades” (EG 33).

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60

NÚCLEO 2

EVANGELIZACIÓN Y CRECIMIENTO EN LA

FE

61

5. PASTORAL POPULAR Y RELIGIOSIDAD

POPULAR

Comunidad de Vida y Aprendizaje

Pastoral y Religiosidad Popular

62

VER

I. Piedad popular: Precioso tesoro de la Iglesia Católica

1. En nuestra cultura latinoamericana y caribeña conocemos el papel tan

noble y orientador que ha jugado la religiosidad popular, que ha contribuido a

hacernos más conscientes de nuestra común condición de hijos de Dios y de

nuestra común dignidad ante sus ojos, no obstante, las diferencias sociales,

étnicas o de cualquier otro tipo (cf. DA 37). Es en la religiosidad popular donde

aparece el alma de estos pueblos y es el precioso tesoro de la iglesia católica en

América latina, que refleja una sed de Dios que solo los pobres y sencillos pueden

conocer (DA 258).

2. El marco actual de América Latina está caracterizado por: la

posmodernidad, la globalización, la exclusión social y los gérmenes de novedad 20.

3. La posmodernidad implica, entre otras cosas, las pérdidas de sentido, el

pluralismo de ideas –tanto filosóficas, ideológicas o políticas–, la crítica y el

abandono de los meta-relatos y de las grandes instituciones. También es propio

de la posmodernidad el pensamiento débil y transversal y el relativismo.

4. El pluralismo es un descriptor ineludible para caracterizar la sociedad

actual. Se trata de conocer en este pluralismo los múltiples discursos –

situaciones, eventos y acontecimientos para develar y desentrañar los

mecanismos de control, poder e dominación. “El pluralismo moderno conduce a la

relativización de los sistemas de valores y esquemas de interpretación. Dicho de

otro modo: los antiguos sistemas de valores y esquemas de interpretación son

descanonizados”,21 y el individuo se enfrenta a la necesidad de optar entre

diversas ofertas de sentido para el significado de su existencia. El mundo, la

sociedad y la vida personal son cada vez más problematizados. Así, el individuo

20 CONSEJO ARGENTINO PARA LA LIBERTAD RELIGIOSA CALIR, “La religiosidad popular latinoamericana: Congreso Internacional”, 2 (Consultada el 9 de agosto de 2018), http://calir.org.ar/congreso2014/Ponencias/RECANATI.Lareligiosidadpopular.pdf. 21 BERGER, P., - LUCKMANN, TH., Modernidad, pluralismo y crisis de sentido, 75.76.

63

está obligado a vivir en un politeísmo de valores. Comprender y explicar la

realidad, la sociedad, implica reconocer su carácter conflictivo y dinámico.

5. La globalización, producto de las nuevas tecnologías de la información y

comunicación, dio lugar a la difusión de diversas culturas y a la exposición y

proselitismo de innumerables creencias religiosas, a punto tal de convertirse –en

algunos casos– en un verdadero mercado religioso. Como contraposición, han

surgido posturas fundamentalistas tanto culturales como religiosas.

6. También encontramos en nuestra época la llamada exclusión social,

producto del neoliberalismo que provoca el individualismo, el libre mercado

absolutizado, la acumulación de riquezas en pocas manos y, como consecuencia,

la marginalidad dentro de las sociedades.

7. Más allá de las características negativas de nuestro tiempo, hay

gérmenes de novedad o semillas de futuro, que consisten en: el surgimiento de la

sociedad civil como diferente del Estado y del mercado por medio de redes de

solidaridad; la aparición de numerosos organismos no gubernamentales, nuevas

agrupaciones populares; el valor otorgado a nuevas racionalidades, tanto

sapienciales, espirituales, simbólicas, etc. Se está gestando ese nuevo “mestizaje

cultural” que tiene como epicentro, aunque no exclusivo a los suburbios de las

grandes ciudades: allí se observa una verdadera fusión entre culturas tradicionales

y modernas, donde la religiosidad popular ocupa un lugar preponderante.

8. En la religiosidad popular encontramos una unidad entre el sentido de la

trascendencia y la cercanía divina, de la fiesta y los dones gratuitos de Dios, de las

devociones a los santos y la sapiencialidad de nuestras tradiciones junto con

elementos modernos: una mayor responsabilidad y participación de los fieles

laicos, que no sólo se queda en el ámbito de lo religioso, sino también en lo

histórico y social, la búsqueda de mediaciones eficaces, el aprecio por nuevas

organizaciones religiosas del pueblo, la interpretación popular de la Palabra de

Dios escrita, no sólo transmitida oralmente, nuevos estilos más participativos de

ejercicio de la autoridad en las iglesias, etc.

64

9. A ello se añaden componentes posmodernos: un mayor protagonismo de

la mujer, formas flexibles y no piramidales de organización en red, la importancia

otorgada a la experiencia y al testimonio religioso personal, la revalorización de lo

místico, lo mágico y lo milagroso, el nuevo arraigo en las relaciones inmediatas de

grupo, etc.

10. Existen, además, algunas notas características de la religiosidad

popular que son comunes a las diferentes religiones:

a. Su cosmovisión, la cual acentúa la importancia de la tierra. Es

entendida como Pacha Mama en las culturas andinas, como tierra sin

mal en los pueblos guaraníes, como Terreiro sagrado en las

expresiones culturales y religiosas afroamericanas, o como el barrio o la

villa en los sectores suburbanos de las grandes ciudades.

b. La relación que establece entre la vida cotidiana, lo sobrenatural, lo

social, la fiesta y lo familiar, donde se incluyen a los difuntos y los

sacrificios. En dicha religiosidad popular subyace, también, el valor

otorgado a lo nuestro, más que a lo propio, y a la solidaridad, junto con

los instrumentos de manifestación del sentido comunitario: la música, la

danza, el aplauso, el abrazo, etc.

11. La religión es un elemento simbólico indispensable en la vida del ser

humano, sobre todo en momentos de crisis, y que hoy el fenómeno religioso, en

permanente reorganización, puede seguir dando esperanzas al hombre sumido en

la desesperación de las crisis y sin sentido de la vida.

12. La pastoral actual debe tener en cuenta la inculturación que ya se ha

llevado a cabo en la cultura popular latinoamericana y que tiene que ver con su

sabiduría de la vida y su religiosidad. Es por ellas que el pueblo latinoamericano

ha sido capaz de resistir la irreligiosidad y la alienación cultural. Y no sólo eso,

sino que también tiene la virtud de orientar y continuar con su propia

reevangelización adoptando nuevos valores, conductas y símbolos provenientes

65

de diversas culturas. Además, posee la capacidad de inspirar desde su propia

hermenéutica la evangelización y la inculturación de las formas culturales

modernas, estableciendo un replanteo a partir de los valores, las actitudes y la

óptica sapiencial latinoamericanas.

13. En cuanto a la “religiosidad popular católica”, la misma puede llegar a

ser factor de evangelización de la propia cultura, una evangelización liberadora de

la opresión, e incluso evangelizadora de la cultura moderna. Esto es posible por la

sabiduría de la vida que posee y porque es la principal forma de religiosidad en

América Latina.

JUZGAR / ILUMINAR

14. Una de las tentaciones más peligrosas que amenazan a la religiosidad

popular es la reducción de la fe del pueblo a un tema puramente teológico. La

teología debe interpretar las manifestaciones religiosas populares con el propósito

de descubrir los sedimentos y floraciones de las tradiciones del pueblo. ¿Qué hay

detrás de la religiosidad popular? No basta describir la religiosidad popular, es

necesario interpretarla. Diferentes concepciones teóricas nos impulsan para

estudiar la cultura y la religiosidad populares como también las nuevas tendencias

de la sociología, la historia y la antropología, que irrumpen en el escenario

académico y teológico para reemplazar la concepción de inferioridad, por una

interpretación de los fenómenos sociales populares desde el prisma de la cultura,

la historia y la teología, que dejan atrás los conceptos de pensamiento pre-lógico y

primitivo.

15. No es suficiente estudiar la religiosidad popular por oposición a la

teología, a la liturgia o sus dogmas. Antes es necesario analizar las prácticas

religiosas populares a partir de los flujos que integran la red que organiza el social

y que permitan dar cuenta de las relaciones híbridas y sincréticas de religión,

política, etnicidad, fiesta, género etc. Esta opción, a partir de una visión socio-

antropológica de la religiosidad, nos remite a fenómenos mucho más amplios que

el de una religión institucional que pretende evangelizarla.

66

16. Se trata de conocer las múltiples expresiones religiosas del pueblo.

Además, deben ser historizadas – en su producción y circulación – para dar

cuenta de los cambios de sentido y entendidas desde nuevas tramas y urdimbres

sociales, culturales, económicas y simbólicas. El tiempo presente se vive desde

diversas situaciones, y junto a ellas perdura un tiempo presente de esperanzas

utópicas que relaciona un avenir de promesas con un pasado. Memorias e

historias se cruzan, se relacionan y se entrelazan. Memorias de los que no tienen

lugar social reconocible, pero tienen tiempo para vivir y creer en promesas.

17. La religiosidad popular como espacio de encuentro con Jesucristo: el

Papa Francisco ofrece un criterio muy valioso para entender esta realidad: “hace

falta acercarse a ella con la mirada del Buen Pastor, que no busca juzgar sino

amar” (EG 125). La mirada del pastor nos hace comprender la riqueza que tiene

esta religiosidad, que ha dado abundantes frutos de santidad. La religiosidad

popular es un modo legítimo en el que muchos fieles viven su vida teologal.

18. La fuerza evangelizadora de la religiosidad popular: Debemos

reconocer la piedad popular como “expresión de la acción misionera espontánea

del pueblo de Dios” (EG 122). En la piedad popular encontramos las expresiones

del anuncio misionero connatural o espontáneo al pueblo cristiano. Ese anuncio

misionero dimana con naturalidad de las gentes de la piedad popular. En ella, con

la diversidad de formas, se manifiesta la actuación de anuncio del Evangelio, que

brota connaturalmente del pueblo de Dios.

19. Evangelizar la religiosidad popular: “Purificar y catequizar las

expresiones de la piedad popular puede, en algunas regiones, convertirse en un

elemento decisivo para evangelizar en profundidad, mantener y desarrollar una

verdadera conciencia comunitaria en el compartir la misma fe, especialmente a

través de las manifestaciones religiosas del pueblo de Dios, como las grandes

celebraciones festivas (cf. LG 67).

20. En la piedad popular puede percibirse el modo en que la fe recibida se

encarnó en una cultura y se sigue transmitiendo” (EG 123). “¡No coartemos ni

67

pretendamos controlar esa fuerza misionera!” (EG 124). Es necesario apostar por

la fuerza misionera de la religiosidad popular e impulsarla en todas sus formas.

21. La tendencia a separar fe y vida, que se detecta de modo general en

muchos de nuestros cristianos, está presente también en la religiosidad popular.

Lo cristiano no es vivido en la totalidad de la vida, sino que queda concentrado en

ciertos momentos o en algunas facetas de la vida.

22. La piedad popular penetra delicadamente la existencia personal de cada

fiel y, aunque también se vive en una multitud, no es una ‘espiritualidad de masas’

(DA 261). La piedad popular es un ‘imprescindible’ punto de partida para conseguir

que la fe del pueblo madure y se haga más fecunda. Por eso el discípulo

misionero tiene que ser sensible a ella, saber percibir sus dimensiones y sus

valores innegables (DA 262).

23. En la piedad popular se contiene y expresa un intenso sentido de la

trascendencia, una capacidad espontánea de apoyarse en Dios y una verdadera

experiencia de amor teologal. Es una manera legítima de vivir la fe, un modo de

sentirse parte de la Iglesia y una forma de ser misioneros donde se recogen las

más hondas vibraciones de la América profunda. Es parte de una originalidad

histórica cultural de los pobres de este continente y fruto de una síntesis entre las

culturas y la fe cristiana (DA 263-264).

ACTUAR

24. Algunas líneas de acción a partir de la realidad y de la iluminación:

a. Apreciar la vida teologal presente en la piedad de los pueblos cristianos,

especialmente en sus pobres” (EG 125).

b. Educar en la dimensión simbólica del ser humano. La transmisión de

padres a hijos de estas formas de religiosidad conlleva la transmisión

de los principios cristianos.

68

c. Valorar, respetar y promover que sean los laicos quienes intervengan

como actores en la vida de la Iglesia.

d. Suscitar la experiencia de fe: cuidar las actitudes internas, las

motivaciones y convicciones que subyacen a estas manifestaciones

populares de fe para que puedan seguir siendo lugar de encuentro con

Cristo. Insistir en la motivación religiosa en su raíz y origen, que es alma

de toda la piedad popular.

e. Sentir con la Iglesia: No sobrevalorar ni menospreciar los aspectos

subjetivos de la experiencia religiosa (sentimientos, gustos,

emociones,…) en detrimento de los elementos objetivos del encuentro

con Cristo (la Iglesia, los sacramentos, la Palabra, los pobres, el mundo,

los signos de los tiempos).

f. Crecer en la conciencia de participar en la expresión de la fe de la

comunidad eclesial y fomentar todas las acciones que promuevan

la pertenencia eclesial.

g. Integrar la religiosidad popular en la vida de las parroquias. Es

conveniente tener en cuenta en las programaciones pastorales la

realidad de la religiosidad popular, evitando su aislamiento y

favoreciendo su relación con otras realidades pastorales de la Iglesia.

h. Favorecer el compromiso de vida: Frente a la tentación de separar lo

cultural del compromiso de vida, hay que recordar que el culto que

agrada a Dios es el que genera una transformación de toda la persona.

Fomentar una pastoral de los santuarios que se relacione con la

dimensión social (solidaridad).

i. Cultivar el espíritu misionero: realizar el anuncio de

Jesucristo facilitando la síntesis de la fe con las culturas de los pueblos.

69

j. Acompañar pastoralmente la religiosidad popular: desde un profundo

respeto y con una paciencia grande y con prudente tolerancia, con una

actitud de cercanía, de disposición al diálogo, de paciencia y de

humildad. Es también necesario el mejor conocimiento de esta a la luz

de los documentos de la Iglesia.

k. Elaborar planes de formación-catequesis para los actores de la

religiosidad popular. El objetivo es ayudar a personalizar la fe y a vivir

en el seno de la Iglesia.

l. Educar en la centralidad de Cristo. En ocasiones se otorga un culto

desproporcionado a la Madre de Dios y los santos, perdiendo el sentido

de la centralidad de Cristo. Reforzar que quien otorga la Gracia es Dios,

ni los santos ni María, que solo son mediaciones.

m. Facilitar el contacto directo con la Sagrada Escritura. Hay que poner la

Biblia en las manos y el corazón del pueblo, uniendo más Palabra de

Dios y religiosidad popular.

n. Mantener la distinción entre liturgia y piedad popular. No es oportuno

superponer una a otra, ni mezclar las fórmulas propias de ejercicios de

piedad con las acciones litúrgicas. No cambiar los ritos o prácticas sino

darles un sentido.

o. Renovar los ejercicios de piedad acentuando su sentido bíblico, la

inspiración litúrgica y revisar el lenguaje que se usa, respetando la

cultura y el estilo de expresión del pueblo al que se dirigen.

p. La piedad popular requiere una expresión artística. Los responsables de

la pastoral habrán de alentar la creación en todos los campos: ritos,

música, cantos, artes decorativas,… y velarán por su buena calidad

cultural y religiosa.

70

q. El servicio de la caridad: La diaconía con los pobres pertenece de

manera especial a la misión de la Iglesia y se manifiesta en una

solidaridad activa, atenta a las necesidades del ser humano. Para no

quedar en acciones meramente rituales externas, las prácticas de

religiosidad popular deben conducir a incrementar el amor a Dios y al

prójimo. La religiosidad popular debe generar algún tipo de acción

caritativa y de promoción social.

r. Recuperar la formación de Comunidades eclesiales de base, como

espacios que integren la dimensión social y la espiritualidad.

s. Promover la reflexión teológica pastoral sobre la religiosidad popular

desde la Sagrada Escritura y el Magisterio.

t. Favorecer una religiosidad popular como lugar de la inculturación de la

fe y como desafío para inculturar la liturgia.

u. Animar, acompañar y concientizar la fe del pueblo ante una pastoral

popular alienante.

v. Proponer una formación integral que abarque toda la persona, que

forme una conciencia crítica.

25. “Éste es el mensaje que les quiero dejar hoy: ¡No pierdan la esperanza!

El mayor don que nosotros podemos ofrecer es el amor: una mirada

misericordiosa, la solicitud para escucharnos y entendernos, una palabra de

aliento, una oración. Ojalá que puedan intercambiar mutuamente este don. A

nosotros, los cristianos, nos gusta contar el episodio del Buen Samaritano, un

forastero que vio a un hombre necesitado e inmediatamente se detuvo para

ayudarlo.

26. Para nosotros, es una parábola sobre la misericordia de Dios, que se

ofrece a todos, porque Dios es “todo misericordia”. Es también una llamada para

mostrar esa misma misericordia a los más necesitados. Ojalá que todos nuestros

71

hermanos y hermanas en este Continente, como el Buen Samaritano, vengan a

ayudarlos con ese espíritu de fraternidad, solidaridad y respeto por la dignidad

humana, que los ha distinguido a lo largo de la historia.” (Papa Francisco a los

inmigrantes de Lesbos, 16 de abril del 2016).

72

6. PASTORAL DE ÉLITES – PASTORAL

URBANA

Comunidad de Vida y Aprendizaje

Pastoral de Élites – Pastoral Urbana

73

VER

I. De la Pastoral de élites a la Pastoral Urbana

1. El objetivo de este documento es actualizar lo vivido hace 50 años en la

Conferencia de Medellín, concretamente en el ítem de Pastoral de élites – Pastoral

Urbana. Seguimos el método VER-JUZGAR-ACTUAR de ahí que se presentarán

brevemente algunas afirmaciones fundamentales que nos permitan acercarnos al

tema, las iluminaremos desde la fe y señalaremos algunas líneas de acción.

2. Pastoral de Elites en el Documento de Medellín. Antes de profundizar en

el tema que nos ocupa (Pastoral Urbana) queremos hacer un breve comentario al

ítem de Pastoral de Élites del Documento de Medellín. Previamente tenemos que

anotar que el término “Élites” no parece tener ninguna resonancia en este

momento actual. Sin embargo, al profundizar en el mismo documento de Medellín,

encontramos aspectos que no podemos dejar de lado. Cabe anotar que la Iglesia,

en los años posteriores a Medellín, llamó constructores de sociedad a los que el

documento de Medellín llamó Pastoral de Élites.

3. En el Documento de Medellín este ítem se sitúa en la segunda parte,

titulada: La evangelización y el crecimiento de la fe. Allí también se sitúan la

Pastoral popular, la catequesis y la liturgia. Pero ¿a qué se refiere ese título de

‘Pastoral de élites’?

4. En los numerales 1-4 se explica que se quiere decir con élites: los grupos

dirigentes más adelantados, dominantes en el plano de la cultura, de la profesión,

de la economía y del poder; de modo especial, dentro de estos mismos grupos, las

minorías comprometidas que ejercen una influencia actual o potencial en los

distintos niveles de decisión cultural, profesional, económica, social o política. En

la nota que acompaña esta descripción explica que no se refiere a una

connotación clasista sino a la descripción de las personas dirigentes.

5. En el numeral 2, lo especifica más: artistas, hombres de letras y

universitarios (profesores y estudiantes), los profesionales (médicos, abogados,

74

educadores –profesiones liberales- ingenieros, agrónomos, planificadores,

economistas, expertos sociales, técnicos de comunicación social -tecnólogos-, a la

élite económica-social: los industriales, banqueros, líderes sindicales (obreros y

campesinos), empresarios, comerciantes, hacendados; élite de los poderes

políticos y militares: los políticos, los que ejercen el poder judicial, los militares.

6. El documento pretende examinar las actitudes, mentalidades y

nucleaciones en función del cambio social y, posteriormente, las manifestaciones

de su fe, su espíritu eclesial y también social en confrontación con la pastoral de la

iglesia. Señala tres tipos de personas: tradicionalistas o conservadoras,

desarrollistas y revolucionarios. Cada uno de estos tipos vive su experiencia de fe

de una manera particular. Los primeros separan la fe de la responsabilidad social;

los segundos se dan diversas gamas de fe, desde los indiferentes hasta los que

tienen una vivencia fuerte y, los terceros, identifican la fe con la responsabilidad

social.

7. También pretende dar recomendaciones pastorales. En este sentido,

para el trabajo de esta comunidad se le añadió la especificación Pastoral Urbana

porque de alguna manera esas élites viven en la ciudad y la conforman de manera

peculiar.

8. Cabe anotar que un elemento muy importante del documento de Medellín

en este apartado, es su referencia a los signos de los tiempos. Se destaca la

urgencia de interpretarlos porque la revelación no es atemporal ni ahistórica. Estos

signos de los tiempos se refieren sobre todo en América Latina al orden social.

Los signos de los tiempos son un lugar teológico, una interpelación de Dios. La

evangelización debe realizarse con el testimonio personal y comunitario (iglesia-

signo) de un compromiso temporal que explicite los valores de la justicia y la

fraternidad que respondan a las aspiraciones de nuestros pueblos, en una

perspectiva escatológica.

9. Lo señalado en este ítem nos lleva a quedarnos con afirmaciones

fundamentales que pueden seguir iluminando nuestro presente:

75

a. La evangelización debe poner atención a los signos de los tiempos, no

puede ser atemporal ni ahistórica.

b. En esa década se reconoce como signo de los tiempos, como lugar

teológico el orden social

c. Se tipifican las actitudes frente a esa inquietud por la construcción de

un orden social distinto y la manera cómo la religión se hace presente

en esos tipos o clases de personas.

d. Y se busca evangelizar esos diferentes tipos de personas con unas

actitudes básicas: diálogo, denuncia, acompañamiento, sin juzgar

previamente, sin moralismos, apoyando lo que sea búsqueda de

transformación social.

10. Por eso nos podríamos preguntar hoy:

a. ¿Cuáles son los signos de los tiempos hoy? Respecto de lo social

¿Qué nos dice hoy esa realidad? ¿Qué nos interpela en nuestro

continente, en nuestros países?

b. ¿Siguen existiendo los tipos de personas señalados en el documento?

¿Siguen viviendo la religión de la misma manera? ¿Qué cambios se

perciben?

c. ¿Por qué para este congreso se ha cambiado o complementado la

Pastoral de élites con “Pastoral urbana”? ¿Qué nos sugiere este

añadido? ¿Qué nos dicen las urbes hoy? ¿Son signo de los tiempos,

son lugar teológico? ¿En qué sentido?

II. De la Pastoral Urbana. Algunas afirmaciones y desafíos pendientes

11. Para situarnos en el VER, recogemos algunos de los aportes brindados

por Mons. Francisco Niño en su ponencia titulada: “La pastoral urbana o el desafío

de evangelizar una nueva cultura”. La urbanización presenta oportunidades y

76

desafíos. América Latina es la región más urbanizada. El 80% de la población vive

en centros urbanos. Los campos se están vaciando. Pero hemos de entender que

el fenómeno urbano es más que la ciudad.

12. La pastoral urbana es planear la acción de la Iglesia en la ciudad pero el

fenómeno urbano es más que eso. Lo urbano no es una referencia geográfica sino

un fenómeno distinto, es cultural. Por ejemplo, hoy el campesino no tiene sólo un

machete en su cinturón sino también un celular.

13. Por eso podemos afirmar que el fenómeno urbano es algo cultural que

arranca en las ciudades pero permea todos los lugares. Y la cultura se modifica:

las relaciones se transforman, algunas imágenes tan propias de la iglesia, como

por ejemplo el fuego o el pastor, ya no se conocen. La gente no come junta, no

hay respeto por los mayores, etc.

14. Por lo anterior, entendemos por pastoral urbana es evangelizar la nueva

cultura, una nueva estrategia, una conversión pastoral de la iglesia. La nueva

cultura no es mala, es distinta. Tampoco se debe demonizar la ciudad y romantizar

el campo. Eso es hacer una división maniquea que hoy podemos comprobar que

no es verdad. Tanto en el campo como en la ciudad se da el fenómeno urbano y

en ambos lugares hay muchas luces y sombras. A veces el campo solo ofrece

condiciones precarias mientras que la ciudad puede ofrecer más oportunidades.

15. El elemento dinamizador de la evangelización es el amor de Dios por la

humanidad. Para evangelizar hay que descubrir el amor de Dios en la cultura. Y

en esta cultura actual la experiencia de comunidad es muy necesaria. En realidad,

la Iglesia necesita una conversión pastoral, una verdadera “transformación” (Rm

12, 2) que nos haga capaces de pensar cosas distintas.

16. A partir de estas reflexiones, se priorizaron tres signos de la realidad

que nos interpelan:

a. Atención a las poblaciones más vulnerables: Migrantes forzados

(desplazados por razones políticas, económicas, etc.); Adultos

77

mayores (cada día más abandonados); niños y jóvenes (necesitados

de que se les cultive su fe desde esas etapas de sus vidas);

acompañamiento de realidades familiares, grupos de hombres y

mujeres discriminados y marginados. La comunidad LGBTI es un

desafío no menor que es bueno explicitarlo.

b. Superar el concepto de territorialidad parroquial atendiendo a los

nuevos areópagos y a la realidad de la movilidad humana, tanto

interna como externa. Promover la promoción integral de la persona

en esa proyección parroquial.

c. Pasar de las parroquias como centro de servicios a formar verdaderas

comunidades. En esto pueden jugar un papel las nuevas tecnologías

(mundo digital) porque contribuyen a la creación de redes que pueden

convocar, mantener, fortalecer, reunir las comunidades. Todo esto

supone una transformación mental para pasar de una pastoral

meramente sacramentalizante y clerical (aspirando a la auténtica

vivencia sacramental) a una pastoral que asuma otras dinámicas

pastorales como las pequeñas comunidades, los encuentros masivos,

las comunidades virtuales.

JUZGAR

IV. De la pastoral de unos cuantos a la pastoral de todos

17. En este punto el P. Rubén Pérez, nos presentó la ponencia: “De la

pastoral de unos cuantos a la pastoral de todos” en la que nos presentó el

magisterio universal y latinoamericano sobre Pastoral Urbana. Recogemos aquí

algunas de las ideas expresadas en la ponencia.

a. ¿Qué decir de la Pastoral de élites y Pastoral urbana cincuenta años

después de la Conferencia de Medellín? ¿Cuándo el documento habla

de la Pastoral de élites, es para subrayar la atención pastoral solo de

unos cuantos o qué se intentó expresar con esta categoría teológico-

78

pastoral? Y, sí hoy hablamos de evangelización urbana y no de

pastoral de élites, ¿Estaríamos en discontinuidad con la intuición de

los padres de la Conferencia de Medellín? ¿Es válido hablar hoy de

una evangelización urbana con opción por los pobres?

b. Estas interrogantes, serán una ruta que nos llevarán a clarificar que no

estamos ante una guerra de términos o ante la antítesis de un

planteamiento pastoral. Al contrario, estamos ante la historia de

salvación de nuestro pueblo latinoamericano que se ha venido

hilvanando por acción de Espíritu y con la cooperación humana.

c. En esta presentación nos centraremos en los marcos referentes del

Magisterio de la Iglesia universal sobre la Pastoral Urbana. Es

innegable que se ha vivido una época de cambios profundos entre la

comunidad rural y el crecimiento de las grandes ciudades. De ahí que

el magisterio haya buscado responder a la evangelización en las

urbes.

d. Lumen Gentium no hace referencia directa al fenómeno urbano, solo

manifiesta el deseo de propiciar un encuentro personal y cultural del

Dios misericordioso. Gaudium et Spes tampoco aborda el tema de lo

urbano pero su descripción socio-antropológica plasma una

radiografía de realidades existentes en este ambiente. El documento

conciliar hace una descripción de la situación del hombre

contemporáneo y de su situación social (GS 4-10).

e. Octagesima Adveniens aborda los temas políticos y sociales, así como

los cambios fenomenológicos acelerados del devenir histórico, uno de

ellos fue el fenómeno urbano que para entonces estaba tomando auge

y generando preocupación en lo social y religioso. Este fenómeno, ya

dejaba vislumbrar la fuerza y la intención de establecerse en la

sociedad contemporánea, por esta razón, el documento dedica

79

algunos numerales que dibujan la figura de este incierto devenir (8, 9,

11,12).

f. Evangelii Nuntiandi, carta magna de la Teología pastoral no hace

mención específica sobre el fenómeno urbano, pero sus líneas

fundamentales permiten acompañar evangélicamente el desarrollo de

esta realidad social.

g. Ecclesia in America (21) trata expresamente del fenómeno de la

urbanización. Señala que esta ha ido en incremento continuo en

América Latina lo cual significa más complejidad tanto por el aumento

de la pobreza en las grandes ciudades como en el abandono de las

zonas rurales. Este escenario presenta grandes desafíos para la

acción pastoral por el desarraigo cultural y la pérdida de costumbres

familiares y alejamiento de las tradiciones religiosas que este nuevo

escenario trae, exigiéndole a la iglesia emprender una estrategia de

evangelización metódica y capilar mediante la catequesis, la liturgia y

las propias estructuras pastorales.

h. Evangelii Gaudium trata de la pastoral urbana posiblemente por la

cercanía del Papa Latinoamericano con esta realidad. El documento

parte del fundamento de la revelación de la ciudad santa, la Nueva

Jerusalén que es el destino hacia donde peregrina toda la humanidad.

De ahí la importancia de ver la ciudad con una mirada contemplativa y

de fe que descubra a Dios en los hogares, calles y plazas (71).

Subraya dos rasgos de las ciudades: lo religioso que pervive a pesar

de las dificultades de la gran ciudad (72) y la gestación de nuevas

culturas cuyo referente no es el cristianismo sino otros lenguajes,

símbolos y paradigmas (73). Los numerales (74) y (75) siguen

describiendo la complejidad de las grandes urbes y finaliza en el

numeral (210) elogiando a las ciudades que saben reconocer en las

nuevas formas de pobreza a Cristo sufriente en ellas.

80

i. En el Magisterio Latinoamericano se encuentran más referencias a la

pastoral urbana. En el Documento de Medellín el contexto urbano es

abordado a partir de la transformación y del desarrollo que vive

América Latina, que toca y conmueve todos los niveles antropológicos,

desde el económico hasta el religioso, y que anuncia la llegada de una

nueva época en el Continente, donde el anhelo de emancipación, de

maduración personal y de integración colectiva, anuncia la dolorosa

gestación de una nueva civilización, ante la cual la Iglesia no debe

quedar estática, sino que adquiere el deber de discernir e interpretar el

desarrollo como una acción de Espíritu que impulsa a los pueblos a

vivir su vocación y desde donde es posible el encuentro pleno y total

con la persona de Jesús (Med Introd. 4). Al abordar el tema de la

familia también señala los cambios que se producen al pasar del

mundo rural al urbano (Med 3,2).

j. El documento de Puebla recopila temas neurales e interpela sobre las

categorías: Pueblo de Dios, evangelización, cultura, catolicidad,

ciudad, liberación y religión. Así mismo, para referirse al fenómeno

urbano, lo engloba en el contexto de cultura, y lo enuncia como lo

urbano industrial. Uno de los desafíos que plantea el documento para

la evangelización (DP 408), es el de la influencia de la cultura urbano-

industrial, en la que aparece el sufrimiento de la cultura mestiza por el

advenimiento de la civilización urbano-industrial dominada por lo físico

matemático y por mentalidad de la eficiencia (DP 415.429-433).

k. En síntesis, el Documento advierte cómo la civilización urbano-

industrial inspirada por el secularismo (DP 434), separa y opone al

hombre con respecto a Dios y su influencia en la historia humana,

acarreando con esto: una civilización de consumo, un hedonismo

erigido como valor supremo, una voluntad de poder y de dominio, y

una fuerte cultura de discriminación.

81

l. El Documento de Santo Domingo en una dinámica eclesial y

cristocéntrica, centra su mirada en tres ejes principales: en la Nueva

Evangelización de los pueblos, la Evangelización Inculturada y el

Devenir Urbano. Desde estos tres ejes es abordado el análisis del

fenómeno urbano. De este último aspecto el documento afirma que la

interpelación de la realidad urbana, es punto de convergencia que nos

coloca en el contexto de América Latina y el Caribe que se encuentra

en un proceso acelerado de urbanización, en el que la ciudad post-

industrial constituye el paso de la cultura rural a la cultura urbana,

sede y motor de la nueva civilización universal (DP 429), y que será

elemental para la conformación colectiva y para las relaciones

interpersonales de los hombres.

m. De igual manera, las metrópolis tienen como característica las

periferias de la pobreza y miseria que constituyen la mayoría de la

población, fruto de los modelos económicos explotadores y

excluyentes. E, incluso, el mismo campo se urbaniza por la

multiplicación de las comunicaciones y transportes. A su vez, el

hombre urbano presenta un tipo diverso de hombre rural: confía en la

ciencia, en la tecnología consumista, audiovisual, anónimo en las

masas y desarraigo (DSD 255). Por eso propone un camino de praxis

pastoral con afirmaciones específicas para una pastoral urbana (DSD

256-262).

n. El Documento de Aparecida se puede considerar un documento donde

el tema de la Pastoral urbana es abordado con profundidad y puede

constituirse en la carta magna de esta, así como EN lo fue para la

evangelización. Aparecida presenta la ciudad a nivel socio cultural

(313), eclesial (513) y de la fe (514). A partir de diferentes escenarios

elabora propuestas de evangelización que permitan impulsar una

pastoral urbana a la altura de los tiempos (517). A los agentes de esa

82

pastoral se les pide desarrollar tres momentos pastorales: Planeación,

Distribución y Ejecución (518).

o. En conclusión, la cultura urbana, es abordada magistralmente por el

Documento de Aparecida, y aunque hace un excelente análisis y una

convincente propuesta de acción aún queda insuficiente ante un

mundo urbano, dinámico, progresivo e impredecible, que sigue su

curso sin parar y que siempre va inventado nuevas formas de subsistir

y de imponerse en la humanidad.

p. Además de los documentos del magisterio universal y latinoamericano

se han dado muchos encuentros y seminarios con este tema, lo que

va fortaleciendo la reflexión y abriendo caminos de acción más

significativos para responder a este gran desafío.

18.- Con estas reflexiones, la comunidad de vida priorizó estas tres

premisas del Magisterio que nos iluminan y orientan:

a. La necesidad y urgencia de una evangelización que suponga la

promoción integral de las personas, la construcción de lo humano, con

una opción preferencial por los pobres.

b. Una conversión pastoral que asuma a la Trinidad como fuente y

modelo de comunidad.

c. Vivir la encarnación, anunciando el evangelio desde la propia

identidad y, al mismo tiempo, sumando fuerzas con otros para integrar

todas las acciones que promueven el bien de todos.

83

ACTUAR

V. Algunas líneas de acción

19. Con los insumos anteriores, la comunidad de vida trazó unas líneas de

acción para para proponer en la sesión final del congreso. Previo a delinearlas,

Consuelo Vélez leyó un apartado de un artículo de su autoría titulado: “Pastoral

Urbana en América Latina: Pistas de acción” con el objetivo de iluminar la realidad

de la mujer que no puede dejarse de lado en este momento actual22.

20. Finalmente se trazaron las siguientes líneas de acción, sabiendo que se

podrían señalar muchas más, pero que fueron las que explicitaron los

participantes de esta comunidad de vida:

a. Construcción de pequeñas comunidades volviendo a la inspiración de

las primeras comunidades cristianas.

b. Sin dejar la prioridad de las pequeñas comunidades, ser capaces de

animar otras dimensiones pastorales como la concentración de

grandes masas que también expresan la fe. Llegar a ser comunidades

integradas e integradoras.

22 “La visión de género debe acompañar toda acción pastoral; y por supuesto, la reflexión sobre pastoral urbana. Este aspecto no se señala, y al parecer, no se cae en cuenta de que la mitad de los habitantes en las ciudades son mujeres y de que ellas han estado confinadas, durante siglos, al ámbito de la vida privada. En otras palabras, las ciudades se han construido sin ellas. Y ahora que la situación va cambiando y la mujer comienza a ocupar el espacio público ¿qué puede significar esto para una pastoral urbana? ¿Qué tanta atención le presta la pastoral urbana a esta realidad? ¿De qué manera asume una visión de género que responda a esta nueva configuración de las ciudades desde una participación más plena de las mujeres en ellas? Uno de los aspectos que se están trabajando en otras disciplinas al hablar de “ciudad y mujer” es el reconocimiento de la violencia e inseguridad que ellas sufren en las ciudades. De ahí la necesidad de una mirada de género que explicite esa realidad y favorezca políticas que permitan la equidad de varones y mujeres en las ciudades. Lo anterior no significa que en la acción pastoral de las iglesias no haya presencia de mujeres y su aporte a la reflexión urbana no comience a ser significativa. Sin embargo, lo que estamos enfatizando es en ser capaces de asumir la ciudad con perspectiva de género para deconstruir los imaginarios patriarcales que no visibilizan la participación social y política de las mujeres en las urbes, y construir una nueva manera de leer y promover los espacios urbanos como lugares inclusivos de varones y mujeres, con iguales posibilidades y llamados a la construcción conjunta del fenómeno urbano actual”. Ver: Theologica Xaveriana n°179 (2015), 23-50, 43-44.

84

c. Favorecer el sumar fuerzas con otros, que sin ser católicos, aportan a

una pastoral que promueve el desarrollo integral de las personas.

d. Acoger pastoralmente con alegría, la presencia y gran aporte de la

mujer en la sociedad actual.

e. Trabajar con los más desfavorecidos de cada realidad.

f. Profundizar en la espiritualidad de comunión a imagen de la Trinidad.

85

7. LA CATEQUESIS COMO ITIENERARIO DE

CRECIMIENTO EN LA FE EN AMÉRICA

LATINA

Comunidad de Vida y Aprendizaje

Catequesis

86

VER

I. La Realidad Social Cultural de América Latina

1. El Cambio de Época

1.1 El contexto sociocultural, en la década de los años 60 y principios de los

70 del siglo pasado, en el que se desarrolló la II Conferencia General del

Episcopado Latinoamericano en Medellín, estuvo marcado por la esperanza de

superar las dependencias entre los países y desigualdades en las clases sociales

vislumbrando algunas posibilidades de libración y equidad en los movimientos

revolucionarios o reformistas de la Región que buscaban integrar, de manera

particular, a las clases populares como sujetos de una transformación social,

económica y política.

1.2 Sin embargo, esta esperanza no se cristalizó para todos los habitantes

de América Latina debido a que ni las revoluciones armadas, ni las dictaduras

militares realizaron una distribución equitativa de la riqueza y, al final, generaron

más pobres que tuvieron que desplazarse a las grandes ciudades provocando

alarmantes cinturones de miseria y exclusión.23

1.3 Después de 50 años la realidad sociocultural de Latinoamérica ha

cambiado drásticamente en varios aspectos, creando sensaciones de inseguridad,

inestabilidad, desorientación, cuestionamiento y crisis. Éstas, encuentran su origen

en múltiples factores como son: el secularismo, el relativismo moral, el intimismo

religioso, el individualismo, la migración, la globalización, los avances

tecnológicos, la economía de consumo, la cultura del descarte, el cientificismo, los

proyectos políticos populistas, la corrupción, la violencia, el narcotráfico, los

fundamentalismos religiosos, el ecologismo, la ideología de género, las políticas

en favor del control de la natalidad24.

23 Cfr. BANSART, A. Los cambios sociales y políticos en América Latina. http://www.academia.edu/7574520/Contexto_Social_de_América_Latina_en_los_60_y_70. 24 Cfr. CELAM, La Alegría de Iniciar Discípulos Misioneros en el cambio de época. n° 15-26.

87

1.4 Hoy, en América Latina, miles de hombres, mujeres y niños siguen

reclamando “libertad, participación, justicia y diversas reivindicaciones que, si no

son adecuadamente interpretadas, no podrán acallarse por la fuerza” (EG 74)

como las expresadas por: “comunidades indígenas y afroamericanas, que, en

muchas ocasiones, no son tratadas con dignidad e igualdad de condiciones;

muchas mujeres, que son excluidas en razón de su sexo, raza o situación

socioeconómica; jóvenes, que reciben una educación de baja calidad y no tienen

oportunidades de progresar en sus estudios ni de entrar en el mercado del trabajo

para desarrollarse y constituir una familia; muchos pobres, desempleados,

migrantes, desplazados, campesinos sin tierra, quienes buscan sobrevivir en la

economía informal; niños y niñas sometidos a la prostitución infantil, ligada

muchas veces al turismo sexual; también los niños víctimas del aborto; millones de

personas y familias viven en la miseria e incluso pasan hambre; quienes dependen

de las drogas, las personas con capacidades diferentes, los portadores y víctimas

de enfermedades graves como la malaria, la tuberculosis y VIH - SIDA, que sufren

de soledad y se ven excluidos de la convivencia familiar y social; los secuestrados

y los que son víctimas de la violencia, del terrorismo, de conflictos armados y de la

inseguridad ciudadana; los ancianos, que además de sentirse excluidos del

sistema productivo, se ven muchas veces rechazados por su familia como

personas incómodas e inútiles; los presos que viven situaciones inhumanas y que

también necesitan de nuestra presencia solidaria y de nuestra ayuda fraterna” (DA

65).

2. La opción preferencial por los Pobres

2.1 La convicción del Concilio Vaticano II expresada en la Constitución

Pastoral Gaudium et Spes: “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las

angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de

cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los

discípulos de Cristo” (n. 1), los Obispos Latinoamericanos reunidos en Medellín la

asumieron con radicalidad en su Mensaje a los Pueblos de América Latina en

donde se comprometen a “vivir una verdadera pobreza bíblica que se exprese en

88

manifestaciones auténticas, signos claros para nuestros pueblos. Sólo una

pobreza así transparentará a Cristo, Salvador de los hombres, y descubrirá a

Cristo, Señor de la historia” (2 Cor 8,9).

2.2 Lo anterior, es la consecuencia de constatar “las tremendas injusticias

sociales existentes en América Latina, que mantienen a la mayoría de nuestros

pueblos en una dolorosa pobreza cercana en muchísimos casos a la inhumana

miseria” (DM 14,1). Los Obispos Latinoamericanos no pueden “quedar indiferentes

al sordo clamor que brota de millones de hombres, pidiendo a sus pastores una

liberación que no les llega de ninguna parte” (DM 14,2).

2.3 Por ello, también se comprometen a:

a. “Denunciar la carencia injusta de los bienes de este mundo y el

pecado que la engendra” (DM 14,5).

b. “Predicar y vivir la pobreza espiritual, como actitud de infancia

espiritual y apertura al Señor” (DM 14,5).

c. “Traducir ese espíritu de pobreza en gestos, actitudes y normas que le

hagan un signo más lúcido y auténtico de su Señor. La pobreza de

tantos hermanos clama justicia, solidaridad, testimonio, compromiso,

esfuerzo y superación para el cumplimiento pleno de la misión

salvífica encomendada por Cristo” (DM 14,7).

2.4 De no hacerlo, los pobres seguirán advirtiendo lamentablemente que

sus pastores “no se identifican realmente con ellos, con sus problemas y

angustias, que no siempre apoyan a los que trabajan con ellos o abogan por su

suerte” (DM 14,3).

2.5 “La opción preferencial por los pobres es uno de los rasgos que marca

la fisonomía de la Iglesia latinoamericana y caribeña” (DA 391), así lo expresa la V

Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y de El Caribe. Opción que

brota de nuestra fe en Jesucristo y nos lleva a “contemplar, en los rostros

sufrientes de nuestros hermanos, el rostro de Cristo que nos llama a servirlo en

89

ellos. Ellos interpelan el núcleo del obrar de la Iglesia, de la pastoral y de nuestras

actitudes cristianas. Todo lo que tenga que ver con Cristo, tiene que ver con los

pobres y todo lo relacionado con los pobres reclama a Jesucristo” (DA 393)

2.6 En consecuencia, la Iglesia ha de mostrarse siempre solidaria con los

pobres y excluidos a fin de manifestarles en opciones y gestos visibles, como la

defensa de la vida y de los derechos fundamentales de la persona o en el

permanente acompañamiento de sus esfuerzos por ser sujetos de cambio y

transformación de su situación social (Cfr. DA 394).

2.7 La opción preferencial por los pobres debe “atravesar todas nuestras

estructuras y prioridades pastorales” (DA 396), incluida naturalmente la

Catequesis pues en el Proceso de Iniciación a la vida cristiana, ella es la

encargada de formar en los valores del amor, la justicia, la solidaridad, la amistad,

la escucha, la amabilidad, la generosidad, el compañerismo, el respeto y la

defensa de los derechos del ser humano integral a quienes han decidido

conformar su vida con la Cristo, pobre y excluido (Cf. DA 396 – 398).

II La Realidad Pastoral y Catequética de América Latina

3. Los Avances en la Catequesis

3.1 La realidad pastoral de América Latina está marcada por el esfuerzo de

tantos evangelizadores: varones y mujeres, consagrados y consagradas,

presbíteros y obispos, para que el Evangelio, después de cinco siglos, sea aún el

bálsamo para quienes están heridos por las adversidades y aliente la esperanza

de los que atraviesan por diversas pruebas, llegando incluso hasta el martirio al

ejemplo de Jesucristo, muerto y resucitado (Cfr. DA 29 – 32).

3.2 La Catequesis en América Latina recibió un gran impulso gracias a la

reflexión desarrollada por las Conferencias Generales del Episcopado

Latinoamericano y las Semanas Latinoamericanas de Catequesis25.

25 Cfr. La Alegría de Iniciar Discípulos Misioneros en el cambio de Época. n° 5.

90

3.3 “La Primera Semana Latinoamericana de Catequesis, “La comunidad

catequizadora en el presente y en el futuro de América Latina”, realizada en Quito

(1982), hizo una lectura catequética del Documento de Puebla y enfatizó el valor

de la comunidad como agente primordial de la catequesis”26.

3.4 “Líneas comunes de orientación para la catequesis en América Latina”,

publicado en 1986, retoma los aportes del Directorio Catequístico General y de las

Conferencias de Medellín y Puebla. “Enfatizó la necesidad de una pedagogía

propia en la catequesis basada en la pedagogía de Dios con su pueblo; la

importancia de la comunidad en el proceso evangelizador, la formación del

catequista, la organización de la catequesis dentro de la pastoral de conjunto y la

respuesta a los desafíos dentro del contexto socio-histórico y cultural

latinoamericano”27.

3.5 “La Segunda Semana Latinoamericana de Catequesis, “Hacia una

catequesis inculturada” realizada en Caracas (1994) tuvo como objetivo presentar

a las Conferencias Episcopales criterios de inculturación del mensaje evangélico

en la catequesis como propone el Documento de Santo Domingo”28.

3.6 “La Catequesis en América Latina: Orientaciones comunes a la luz del

Directorio General para la Catequesis”, publicado en 1999, aplicó el Directorio

General de la Catequesis a la realidad de la Iglesia en América Latina y El

Caribe29.

a. “La Tercera Semana Latinoamericana de Catequesis, “Hacia un nuevo

paradigma de la catequesis”, se efectuó en Bogotá (2006), es rico en

reflexiones y propuestas con relación a la iniciación cristiana dentro

del proceso de formación del discípulo, a la formación del catequista

26 Ibíd. n° 6. 27 Ibíd. n° 7. 28 Ibíd. n° 8. 29 Ibíd. n° 10.

91

discípulo misionero, a la relación entre iniciación y comunidad cristiana

y a la necesidad de una catequesis de inspiración catecumenal”30.

b. La V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del

Caribe, celebrada en Aparecida (2007), sintió la urgencia de recuperar

el impulso misionero, que consiste en el anuncio de Jesucristo con la

palabra y el testimonio personal y comunitario; e hizo de la Iniciación a

la vida cristiana el modo ordinario para formar a los Discípulos

Misioneros de Jesucristo en el Continente31.

4. Los Desafíos que enfrenta la Catequesis en la actualidad

4.1 A diferencia de la reflexión, que plantea avances significativos en la

Catequesis, la práctica pastoral muestra un “desgaste con el paso de los años y

requiere un nuevo diseño de evangelización”32 y muestra la urgencia de encontrar

nuevas formas que nos permitan transmitir la fe a las nuevas generaciones sin un

referente propiamente cristiano en la sociedad.

4.2 Lo anterior deja de manifiesto otros desafíos, entre los que sobresalen:

a. La densidad y profundidad de los contenidos de la catequesis.

b. Las prácticas que han hecho de la catequesis un evento social

superficial.

c. La movilidad de los que estando en un Itinerario catequístico migran a

otros lugares imposibilitando su conclusión.

d. La necesidad de una catequesis personalizada que permita

acompañar el crecimiento en la fe y afronte la fragilidad de las

personas.

e. El de ofrecer itinerarios de catequesis a aquellos que están

relativamente lejanos físicamente.

f. El de incorporar en la catequesis los nuevos lenguajes.

30 Ibíd. n° 12. 31 Cfr. n° 13. 32 Ibíd. n° 16.

92

g. El de discernir qué contenidos y qué métodos son los más adecuados

para acompañar los procesos de iniciación a la vida cristiana de

aquellos que se acercan a la fe desde los areópagos virtuales.

h. El de ofrecer subsidios económicamente accesibles junto a

experiencias de solidaridad y concientización acordes a la realidad

económica de cada comunidad.

i. El de cuidar la calidad del proceso de maduración de la fe ante las

exigencias de brevedad de quienes están en ellos.

j. El de incorporar los aportes de la ciencia y entrar en diálogo crítico con

ella para enriquecer la comprensión de los contenidos del mensaje y

del actuar ético del cristiano.

k. El de contar con proyectos unificados de largo alcance, que sean

compartidos por las parroquias, movimientos y escuelas católicas de

una misma diócesis y por las diócesis de una misma provincia

eclesiástica, que no sean interrumpidos por la movilidad y el cambio

de los responsables.

l. El de tener nuevos agentes para la catequesis sólidamente formados

en el campo bíblico, teológico, espiritual, metodológico, y pedagógico.

m. El de ofrecer los fundamentos necesarios para que el interlocutor sepa

dar razones adecuadas de por qué es cristiano católico y de cuáles

son los principios morales que definen su actuar en un mundo

religiosamente secularizado y éticamente relativizado.

n. El de superar la metodología escolar en la catequesis.

o. El de implicar a la familia y a la comunidad en los itinerarios

catequísticos.

p. El de crear un sentido real de pertenencia a la comunidad en los

interlocutores de la catequesis sean adultos, jóvenes, adolescentes o

niños.

q. El de ofrecer una catequesis integral que vea a la persona como un

conjunto armónico.

93

r. El de ofrecer verdaderos itinerarios de iniciación a la vida cristiana

diversificados de acuerdo a las necesidades o características de los

interlocutores.

s. El de vincular la catequesis con la pastoral orgánica y de conjunto; el

de ofrecer una adecuada formación catequética en los seminarios y

casas de formación religiosas a fin de sus integrantes puedan animar,

planificar y organizar la catequesis en sus diversos niveles33.

JUZGAR

III Los aportes de la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano a

la Catequesis a la luz de la “Alegría de Iniciar Discípulos misioneros en el

cambio de Época”

5. A 50 años de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano

podríamos preguntarnos: ¿Siguen vigentes las “Conclusiones” del Documento

sobre Catequesis? ¿Hasta qué punto se han cumplido? Centrémonos en aquellas

que corresponden directamente a la renovación de la Catequesis (DM 8,17):

a. Renovar la catequesis, promoviendo la evolución de las formas

tradicionales de la fe, insistiendo en la catequesis permanente de los

adultos.

b. Evitar toda dicotomía y dualismo entre lo natural y sobrenatural.

c. Guardar fidelidad al Mensaje revelado, encarnado en los hechos

actuales.

d. Orientar y promover a través de la catequesis la evolución integral del

hombre y los cambios sociales.

33 Cfr. n° 17-33.

94

6. El Documento “La alegría de iniciar Discípulos Misioneros en el cambio

de época”, en los numerales 14; 38-40, plantea el nuevo paradigma de la

catequesis. Mirando esos numerales de manera global, constatamos que

realmente se ha ido asimilando la llamada a la renovación de la catequesis, pues

pedía la evolución en la transmisión de las formas tradicionales de la fe y una

catequesis permanente con adultos (Cf. DM 8,17a).

7. Hoy se va asumiendo la catequesis desde la situación histórica y

personal del interlocutor para encontrarse personalmente con Cristo en el contexto

de la comunidad34. Toda catequesis está encaminada a la evolución integral de la

persona y su proyección en el cambio social desde la perspectiva del evangelio y

del Reino (Cf. DM 8,17d).

8. Hace cincuenta años Medellín pide un nuevo catecumenado para los

adultos 35 que se hace realidad en nuestro continente como forma básica de

catequesis, en el Documento de Aparecida (Cf. DA 293).

9. La propuesta de una catequesis al servicio de la iniciación a la vida

cristiana, de inspiración catecumenal36 es la respuesta plena a lo que se vislumbró

y precisó en las Conclusiones de Medellín. El Documento de Aparecida enrique

este concepto al situar la catequesis al inicio del proceso formativo de los

discípulos misioneros como exigencia ineludible por la realidad concreta de

nuestras Iglesias.

10. Ya la III Semana Latinoamericana de Catequesis señala la estrecha

relación que hay entre la catequesis de iniciación y un itinerario más amplio de

formación del discípulo: la necesidad de renovar el primer anuncio a los

bautizados para poner el fundamento de la fe y acompañar a los interlocutores a la

madurez de la experiencia cristiana. Insertados en la comunidad eclesial, con una

34 Cfr. La Alegría de Iniciar Discípulos Misioneros, n° 40. 35 Cfr. n° 9. Téngase en cuenta que el RICA se publica en 1972, formalizando la restauración del catecumenado prebautismal. 36 Cfr. La Alegría de Iniciar Discípulos Misioneros, n° 44.

95

vida de fe confesada, celebrada y testimoniada, ha de continuar formándose para

una misión cada vez más cualificada (Cf. DA 277)

11. Podemos decir que las Conclusiones del Documento sobre Catequesis

de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano encuentran su

cumplimiento en lo dicho por el Documento final de la III Semana Latinoamericana

de Catequesis “Hacia un nuevo paradigma de la Catequesis” (Bogotá, 2006) y que

es plenamente asumido por la V Conferencia General del Episcopado

Latinoamericano y del Caribe en Aparecida:

11.1 Formar discípulos y misioneros en América Latina significa (también)

animar a hombres y mujeres a comprometerse con su realidad social, política, y

cultural; estar abiertos al diálogo con el mundo y a ser defensores de la vida, de

los derechos humanos y de la naturaleza, conforme a la doctrina social de la

Iglesia37.

11.2 Características de la Catequesis Iniciática

a. La catequesis iniciática nace en una comunidad cristiana local atenta a

sus interlocutores. Los sujetos de catequesis iniciática pueden ser

ancianos, adultos, jóvenes, adolescentes, preadolescentes o niños de

vida no cristiana en contacto con algún miembro de la comunidad de

discípulos de Jesucristo, la Iglesia.

b. Genera iniciación a la unión con Dios cualquier comunidad donde

reina Dios, por ejemplo, una familia, una comunidad eclesial de base,

un grupo creyente, una escuela cristiana.

c. ¿Quién comienza el contacto con Dios? “Moisés dijo a Yahvé: ‘Déjame

ver tu gloria’. Él le contestó: ‘Yo haré pasar ante tu vista toda mi

bondad´” (Ex 33, 19-20). Santo Tomás de Aquino deduce: “La gloria

de Dios es la manifestación de su bondad”38. Por tanto, encaminan

37 Cfr. BALBINO, J., “Hacia un nuevo paradigma de la Catequesis”, 577. 38 Cfr. TOMÁS DE AQUINO, “Sobre la creación de la criatura corporal”, 615.

96

hacia Dios quienes manifiestan y transmiten con su vida la bondad de

Dios, aunque no lo nombren. La bondad constante hacia una persona

con entorno indiferente o agresivo la sorprende y atrae.

d. “En el principio existía la Palabra, la Palabra estaba junto a Dios, y la

Palabra era Dios. Todo se hizo por ella, y sin ella nada se hizo. Lo que

se hizo en ella era la vida, y la vida era la luz de los hombres; y la luz

brilla en las tinieblas y las tinieblas no la vencieron…La Palabra era la

luz verdadera que ilumina a todo hombre, cuando viene a este mundo”

(Jn 1, 1-5.9). Antes que los misioneros, catequistas u otros

acompañantes humanos, la Palabra actúa al interior de toda persona.

Todo ser humano, aún el primitivo o el bebé carente de lenguaje

verbal puede percibir la bondad o el amor que le atañe.

e. El primer actor de la salvación, de la vida y de la verdad es Dios: “Dios

quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento

pleno de la verdad” (1 Tm 2, 4). Cualquier ser humano puede

comenzar su unión voluntaria con Dios, aun sin saberlo identificar ni

nombrar, si aprecia y acepta la bondad o el amor recibido de Él. Dice

Jesús: “Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará;

y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no

guarda mis palabras” (Jn 14, 23-24). Quien recibe y acoge bondad

gratis, guarda la palabra de Dios si responde con bondad gratuita a

otros y no se cierra al amor. Según la promesa de Jesús, tal persona

es amada por Dios Padre, que con el Hijo y el Espíritu Santo la

inhabitan santificándola. Mientras siga fiel a ese amor recibido de la

Palabra increada, vive en el amor a Dios, es del Reino de Dios y goza

de salvación. Esta afirmación no implica fe explícita y verbal en Dios

denominado como tal, ni fe en su Palabra, que los cristianos

identificamos con Cristo, Palabra de Dios que “se hizo carne y puso su

morada entre nosotros y hemos contemplado su gloria, gloria que

recibe del Padre como Unigénito, lleno de gracia y de verdad” (Jn 1,

14). Santo Tomás de Aquino entiende por fe la acogida a la Palabra

97

de Dios aun cuando no incluya el conocimiento expreso de Jesucristo

y su Evangelio39.

f. El rechazo al amor o a la bondad manifestada aun secretamente

impide participar en el reino de Dios, aunque se carezca de noción de

Dios. “Sin fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios ha

de creer que existe y que recompensa a los que le buscan” (Heb 11,

6). Tal rechazo al amor, captado siquiera como bondad gratuita

recibida, en la cual consiste la gloria de Dios, es de suyo transitorio y

superable por un libre cambio de actitud hacia dicho amor gratuito

manifestado en una bondad recibida. Si alguien acompaña el proceso

de acercamiento al Dios amor, necesita paciencia frente a los

rechazos y también esperanza en el cambio hacia mejor actitud, que

depende de la gracia libre de Dios y de la libertad del sujeto, siempre

respetable. Santos como Francisco de Sales y Teresa de Jesús de

Los Andes sabían hacer grata la aceptación del bien y del perdón y en

eso conviene que los evangelizadores los sigan creativamente.

g. Estas consideraciones acerca de la posible relación interior con Dios

en personas de cualquier religión o sin ninguna, con tal que sean

capaces de actos libres frente a cuanto les ocurre aun sin saber

identificar tales hechos, clarifican el sentido y el modo apropiado para

iniciar personas en la fe interior en sociedades multireligiosas,

idólatras o irreligiosas.

h. Estas reflexiones son relevantes en la época actual necesitada de

Nueva Evangelización, pues orientan hacia el respeto a toda persona

cualquiera sea su religión o no la tenga, según la declaración conciliar

Dignitatis humanae sobre la libertad religiosa, y hacia al respetuoso

diálogo interreligioso, según la Declaración Nostra aetate sobre las

relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas. Ellas valen

desde la etapa misionera con que empieza la evangelización,

39 Cfr. TOMÁS DE AQUINO, “Sobre la ciencia de Dios”, q.14, art.11.

98

consistente en el testimonio de la vida y el diálogo (Cf. AG 11-12).

Muchos se salvan si mueren habiendo aceptado la muda

comunicación bondadosa de Dios que pasó a morar en ellos y los hizo

miembros del Reino de Dios por gracia misericordiosa.

i. Una vez que un evangelizador, como debe serlo todo discípulo de

Jesucristo, prevé posible la buena acogida a la buena noticia de la

revelación del Dios bueno, liberador y salvador, corresponde proponer

el kerygma cristiano o misionero con su llamado a la conversión, el

cual puede tener innumerables formulaciones: “Dondequiera que Dios

abre la puerta de la palabra para anunciar el misterio de Cristo a todos

los hombres confiada y constantemente, hay que anunciar al Dios vivo

y a Jesucristo, enviado por Él para salvar a todos, a fin de que los no

cristianos, bajo la acción del Espíritu Santo, que abre sus corazones,

creyendo se conviertan libremente al Señor y se unan a Él con

sinceridad, quien, por ser camino, verdad y vida (Jn. 14, 6), colma

todas sus exigencias espirituales, más aún, las colma infinitamente”

(Cf. AG 13).

j. Con la aceptación del kerygma misionero comienza la iniciación

cristiana, aunque la evangelización comenzó mucho antes, con la

misión hecha de sencillo testimonio de vida y de diálogo eventual

sobre el motivo de esa vida de bondad y amor efectivo, personal y

social.

k. En el Nuevo Testamento la Buena Noticia más repetida por Jesús es

la llegada del Reino de Dios (Mt 4, 17.21; Mc 1, 15; Lc 4, 43), su gran

tema y síntesis de todo su mensaje (Cfr. Hch 1, 3). Jesús dio una

formulación más amplia de la Buena Noticia al magistrado Nicodemo

cuando lo fue a consultar de noche: “Tanto amó Dios al mundo que

entregó a su Hijo unigénito para que todo el que crea en él no

perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3, 16). Podemos considerar

esta declaración como el kerygma de Jesús centro de la historia. Al

partir del amor dio una visión global de Dios y mencionó

99

implícitamente al Espíritu Santo, que también es llamado amor en el

Nuevo Testamento, con lo cual este kerygma es trinitario. Contiene los

misterios de la trinidad, la creación, la encarnación, la redención, la

Iglesia de los discípulos y la salvación. Sintetiza el plan de Dios y toda

la Biblia en un versículo. Es el contenido doctrinal de la catequesis

iniciática.

l. Pero la iniciación cristiana no se reduce a saber, sino a cambiar a una

vida nueva. La iniciación cristiana más completa es la de adultos en el

“catecumenado, el cual no es mera exposición de dogmas y

preceptos, sino formación y noviciado convenientemente prolongado

de toda la vida cristiana, con el que los discípulos se unen a Cristo, su

Maestro. Iníciense, pues, los catecúmenos convenientemente en el

misterio de la salvación, en la práctica de las costumbres evangélicas

y en los ritos sagrados que han de celebrarse en tiempos sucesivos, y

sean introducidos en la vida de la fe, de la liturgia y de la caridad del

pueblo de Dios” (AG 14).

m. La catequesis iniciática es toda mistagógica, porque introduce en los

misterios básicos de la fe cristiana ya nombrados en el kerygma de

Jesús centro de la historia (Cfr. Jn 3, 16). Todo presidente de

celebración de un sacramento es mistagogo, pues el ritual procura

conducir a la conciencia de la obra de gracia y santificación allí

realizada por Dios.

n. El primer cristiano en mencionar la mistagogía fue San Cirilo de

Jerusalén (315 - 386), en época de abundantes religiones mistéricas

como los muy difundidos cultos de Eleusis y de Isis. Llamó

"mistagógicas" sus últimas cinco homilías llamadas todas catequesis

por su tono educativo, para la semana siguiente al Domingo de

Pascua, porque sólo entonces explica los “misterios” o tres

sacramentos de iniciación. La XIX y la XX explican los ritos del

bautismo. La XXI describe la Confirmación, que llama crismación. La

XXII se extiende sobre la presencia real de Cristo en la Eucaristía y la

100

XXIII presenta su celebración40. Tal es el origen del marcado carácter

mistagógico en los textos litúrgicos de las eucaristías del tiempo

pascual, para profundizar en los neófitos la catequesis iniciática

culminada en la celebración bautismal de catecúmenos en la vigilia

pascual.

o. Para los no adultos, sean menores o personas muy mayores, la

catequesis iniciática ha de adaptarse a las capacidades propias de las

diferentes edades, pero debe formar discípulos misioneros de

Jesucristo o no es catequesis.

p. “El hecho de ser ‘momento esencial’ del proceso evangelizador, al

servicio de la iniciación cristiana, confiere a la catequesis algunas

características:

q. La catequesis es una formación orgánica y sistemática de la fe…ya

que esa indagación vital y orgánica en el misterio de Cristo es lo que,

principalmente, distingue a la catequesis de todas las demás formas

de presentar la Palabra de Dios.

r. Esta formación orgánica es más que una enseñanza: es un

aprendizaje de toda la vida cristiana…que propicia un auténtico

seguimiento de Jesucristo, centrado en su Persona. Se trata, en

efecto, de educar en el conocimiento y en la vida de fe, de forma que

el hombre entero, en sus experiencias más profundas, se vea

fecundado por la Palabra de Dios”41.

12. “En síntesis, la catequesis de iniciación, por ser orgánica y sistemática,

no se reduce a lo meramente circunstancial u ocasional; por ser formación para la

vida cristiana, desborda – incluyéndola – a la mera enseñanza; por ser esencial,

se centra en ‘lo común’ para el cristiano, sin entrar en cuestiones disputadas ni

convertirse en investigación teológica. En fin, por ser iniciación, incorpora en la

comunidad que vive, celebra y testimonia la fe… Esta riqueza, inherente al

40 CIRILO DE JERUSALÉN. Catequesis, 81-82. 41 CONGREGACIÓN PARA EL CLERO. Directorio General para la catequesis n°67 (1997).

101

catecumenado de adultos no bautizados, ha de inspirar a las demás formas de

catequesis”42.

13. Quienes acompañan el proceso de iniciación a la vida cristiana no han

de aceptar el paso a la celebración de los sacramentos de iniciación (bautismo,

confirmación, eucaristía) sin verificar el compromiso con Jesucristo. Éste se

manifiesta en el amor a Dios sobre todas las cosas alimentado con la oración

personal diaria, en el amor al prójimo como a sí mismo, en regirse por los criterios

de Jesús en el Evangelio para mantenerse en gracia de Dios y comunión con Él, y

en participar en la vida sacramental y servicial de la comunidad cristiana. Quien

todavía no muestra tal compromiso permanente tiene incompleta su iniciación.

14. Propio de la iniciación cristiana es requerir crecimiento, sin quedarse a

medio camino. Jesucristo dijo:

“Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10).

La meta de la vida cristiana no es la mediocridad, sino la santidad. Jesús afirmó:

“En verdad, en verdad os digo que, si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no

bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros… El que come mi carne y bebe mi

sangre permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre que vive, me ha

enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí” (Jn. 6, 53.

56-57). San Pablo tiene exhortaciones prácticas para esa vida nueva:

Que la palabra de Cristo habite en vosotros con toda su riqueza. Instruíos y amonestaos con toda sabiduría, cantando a Dios de corazón y agradecidos, salmos, himnos y cánticos inspirados. Todo cuanto hagáis, de palabra y de obra, hacedlo todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él (Col 3, 16-17).

ACTUAR

IV. Líneas de acción para la Comunidad Eclesial

15. Jesús quiso reunir junto a sí a los Doce, formando una comunidad (Mc

3,13-19). Esta pequeña comunidad recibió de Jesús una nueva comprensión de

42 Óp. cit. n° 68.

102

fe, reconociéndolo como Mesías e Hijo de Dios. Se abrieron a la verdad de Dios,

que se reveló Uno y Trino, ya un nuevo vínculo de comunión con Él:

16. Jesús, acercándose a ellos, habló: "Todo poder me fue dado en el cielo

y sobre la tierra. Id, pues, y haced que todas las naciones se conviertan en

discípulos, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y

enseñándoles a observar todo lo que os he ordenado. ¡Y he aquí, yo estoy con

vosotros todos los días, hasta la consumación de los siglos! "(Mt 28,19-20).

17. Por ser revelada, la fe no es un hecho privado, una concepción

individualista, una opinión subjetiva. Se recibe la fe de la Iglesia y en la Iglesia se

vive la fe. Es imposible creer solo. Debe haber una unidad en medio de la

diversidad de los sentimientos y estilos de cada uno. Tal unidad se encuentra

sobre todo en la liturgia, punto común de llegada y de partida de la fe y de la vida

cristiana43.

18. Ahondaremos en los ambientes comunitarios que tienen una relación

directa con la iniciación a la vida cristiana: la familia, la comunidad parroquial, las

pequeñas comunidades, las pastorales, los movimientos y las nuevas

comunidades.

18.1 La Familia

a. La familia, como primera célula de la sociedad, es también la primera

comunidad, la Iglesia doméstica. La familia se enfrenta a grandes

dificultades en nuestros días. Entre los principales desafíos que la

tocan, se puede mencionar: la fragilidad de los vínculos, el ritmo de

trabajo, las dificultades financieras y la cultura digital en que crecen las

nuevas generaciones. Las amenazas a la familia son numerosas y se

hace difícil incluso el ellas, pero dos se destacan: el individualismo y la

transitoriedad de las relaciones.

43 CNBB. Doc. 107, n° 225.

103

b. La familia es llamada a ser lugar de iniciación, donde se aprende a

rezar y a vivir los valores de la fe44. Los padres cristianos introducen a

sus hijos e hijas en el camino de Jesucristo, por el testimonio de amor y

la formación que les ofrecen. Los padres cuentan con el precioso apoyo

de la pastoral familiar, de la pastoral del bautismo y de la catequesis

parroquial en la formación cristiana inicial de sus hijos. No se puede

olvidar el gran número de familias que pasan por situaciones difíciles y

necesitan ser acogidas y acompañadas de acuerdo con sus

necesidades45.

c. Otra situación ocurre en el caso de jóvenes y adultos que vivencian el

itinerario de la iniciación a la vida cristiana. Sus familias se convierten

en testigos más cercanos a la novedad de Jesucristo en la vida de sus

miembros. Los catecúmenos y catequizados crecen en su experiencia

religiosa y dan testimonio en la propia casa, siendo instrumentos de

evangelización en sus familias. De este modo, viven una fuerte

dimensión misionera en la propia casa, dialogando con sencillez y

proponiendo la belleza del Evangelio a sus parientes.

d. Cuando en la familia se manifiestan la diversidad de pensamientos y

opciones de vida, el miembro cristiano es llamado a testificar a

Jesucristo por la bondad, capacidad de diálogo, acogida, servicio y

alegría en el cotidiano. Muestra dentro de casa que Jesús es alguien

que vale la pena ser seguido, como un amigo muy cercano, Maestro y

Señor de su vida46.

18.2. Las Comunidades Parroquiales

a. Entre los ambientes de la iniciación a la vida cristiana, se destacan las

comunidades locales que componen las parroquias. Son células vivas

de la Iglesia y el lugar privilegiado en el que la mayoría de los fieles

44 Ibíd., n° 199. 45 Ibíd., n° 202. 46 Ibíd., n° 207.

104

tienen una experiencia concreta de Cristo y la comunión eclesial (Cf.

DA 170).

b. La parroquia es presencia eclesial en el territorio, ámbito para la

escucha de la Palabra, el crecimiento de la vida cristiana, el diálogo, el

anuncio, la caridad generosa, la adoración y la celebración. A través

de todas sus actividades, la parroquia alienta y forma a sus miembros

para ser agentes de la evangelización. Es comunidad de

comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir

caminando, y centro de constante envío misionero (Cf. EG 28).

c. La parroquia es la responsable de la realización del proceso de la

iniciación. En ella se promueven las iniciativas que presentan e

introducen en la novedad de la vida cristiana: los encuentros

fraternales, los momentos de oración, las celebraciones litúrgicas con

los ritos específicos, los retiros espirituales, experiencias misioneras y

de acción pastoral, acciones de solidaridad, etc.

d. Toda la comunidad parroquial, bien integrada, debe sentirse

corresponsable en la dinámica misionera y en el proceso catecumenal.

La vida parroquial debe siempre favorecer el movimiento de salida

para el anuncio (misión) y de acogida fraterna para los que llegan.

Cada miembro de la comunidad puede dar su contribución. ¡La misión

es de todos! Juntos, los fieles anuncian con palabras y con la vida el

mensaje de Jesucristo, dan testimonio de su gracia, difunden la fe en

las diversas circunstancias de la vida cotidiana y animan a los que

buscan al Cristo.

e. En las comunidades de la parroquia, se debe predicar por la

edificación espiritual del cuerpo místico de Cristo (Rm 12,4-5). Sin

embargo, estructuras de apoyo, tales como proyectos pedagógicos,

materiales de estudio e instalaciones apropiadas, dentro de las

posibilidades de cada comunidad, ayudan a calificar la iniciación a la

vida cristiana. De este modo, las comunidades testimonian a los

105

nuevos miembros la importancia de la formación, evitando el descuido

y la improvisación.

18.3 Las Pequeñas Comunidades

a. ¿Qué caracteriza a las pequeñas comunidades? Son grupos con

miembros estables, de un máximo de veinte personas. Sus encuentros

son frecuentes, normalmente una vez por semana, y se dedican a la

oración con la Palabra de Dios, promoviendo el compartir la vida y la

fraternidad entre sus miembros, la profundización en la doctrina de la

Iglesia y calificando el servicio prestado al prójimo. La pequeña

comunidad es también un ambiente propicio para la maduración

vocacional.

b. Las pequeñas comunidades son ambientes privilegiados para crecer

en la espiritualidad y en la vida fraterna. Ellas pueden tener diferentes

orígenes y diversos modos de actuar en la Iglesia. De un grupo

pastoral, por ejemplo, puede nacer una Comunidad de Servicio. De los

movimientos de espiritualidad, de jóvenes o de parejas, se puede

llegar a diferentes modelos de Comunidades de Vivencia Cristiana.

También pueden surgir de los grupos que recorren el camino de la

iniciación a la vida cristiana. Comunidades Vocacionales son aquellas

que promueven el discernimiento y la profundización en la vocación

específica. Hay todavía aquellas que poseen un compromiso de

carácter socio-transformador, como es el caso de las Comunidades

Eclesiales de Base (CEB's).

c. Todas las pequeñas comunidades se reúnen formando una gran

asamblea en las misas dominicales, y juntas participan en las

comunidades locales de la parroquia.

18.4. Pastorales, Movimientos y Nuevas Comunidades

a. Las pastorales, los movimientos apostólicos o de espiritualidad, y las

nuevas comunidades poseen gran capacidad de ofrecer el despertar a

106

la vida cristiana, bien por el anuncio de la Palabra de Dios, por la

experiencia de la oración, o por la acogida fraterna y la amistad, bien

por el testimonio de la caridad cristiana. Son puertas abiertas por las

que muchas personas tienen acceso a Cristo en la Iglesia.

b. La diversidad de los dones del Espíritu Santo presentes en las

pastorales, los movimientos y las nuevas comunidades es una gran

riqueza para la Iglesia. Esta diversidad está ordenada al bien común.

Los nuevos miembros de estos diferentes grupos que aún no han

recibido los sacramentos de la iniciación se orientan a recorrer el

camino de la iniciación a la vida cristiana, tal como se propone en las

comunidades parroquiales. Una vez iniciados, estos hermanos y

hermanas contribuirán con los grupos y movimientos que los

recibieron, poniendo sus dones al servicio y enriqueciendo, en fin, a

toda la comunidad.

V. Líneas de acción para los Agentes de Pastoral

19. Obispos, Presbíteros y Diáconos

a. El Obispo, siendo el primer responsable de la Iglesia particular, es el

catequista por excelencia, debiendo aprobar el proyecto diocesano y

promover su aplicación en la iniciación a la vida cristiana en toda la

diócesis. Compete al Obispo, por sí mismo o por un representante,

establecer y dirigir el catecumenado y promover su desarrollo, así como

admitir a los candidatos a la elección ya los sacramentos47. También

debe acompañar las iniciativas de formación permanente en la pastoral

diocesana.

b. Los Presbíteros son responsables del proceso de la iniciación en las

comunidades parroquiales, animando a los que participan en él y

garantizándoles fidelidad y seguridad a las orientaciones de la Iglesia. A

47 CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO, Ritual de Iniciación Cristina de Adultos, n° 44.

107

ellos corresponde, además de presidir las celebraciones, acompañar a

los diversos ministerios involucrados; prestar asistencia pastoral y

personal a los catecúmenos, interesándose por los que se muestran

vacilantes e inquietos;... aprobar la elección de los padrinos y oírlos y

ayudarlos de buena voluntad; velar por una perfecta y adecuada

ejecución de los ritos durante todo el curso de la iniciación48.

c. Los Diáconos pueden ofrecer un precioso apoyo en el proceso de

formación catequética en el catecumenado, además de preparar la

formación de las familias de los catecúmenos y de los catequizandos, y

celebrar o servir en las celebraciones de los ritos específicos.

20. Evangelizador o Misionero

20.1. Los Evangelizadores preparan el terreno para que la semilla de la fe

pueda germinar y dar, a su tiempo, frutos abundantes. Ellos se responsabilizan por

los primeros encuentros con los simpatizantes de la fe cristiana, en el pre-

catecumenado. Anuncian el Kerigma, contenido central de la fe cristiana, de modo

ordenado, gradual y respetuoso, entusiasta y testimonial, ayudando a los

candidatos en el descubrimiento y adhesión personal a la Buena Nueva de

Jesucristo y animándolos en el proceso de conversión.

20.2. Sobre el kerigma, vale recordar las palabras del Papa Francisco:

a. El kerigma es trinitario. Es fuego del Espíritu que se da en forma de

lenguas y nos hace creer en Jesucristo, que con su muerte y

resurrección nos revela y comunica la misericordia infinita del Padre...

Al designarse como "primero" este anuncio, no significa que el mismo

se sitúa al principio y que, a continuación, se olvida o sustituye por

otros contenidos que lo superan; es el primero en sentido cualitativo,

porque es el anuncio principal, aquel que siempre se tiene que volver

a oír de diferentes maneras y aquel que siempre se tiene que volver a

48 Ibíd. n° 45.

108

anunciar, de una forma u otra, durante la catequesis, en todas las

pasos y momentos (Cf. EG 164).

b. Los Evangelizadores reciben una formación específica y constituyen

un ministerio específico en la comunidad parroquial. Son provenientes

de diferentes grupos y comunidades de la parroquia, no poseyendo

una espiritualidad de un grupo o movimiento específico. Los

Evangelizadores cultivan el amor por la Palabra de Dios y, al igual que

los catequistas, procuran dar testimonio de la fe que anuncian.

c. Concluido el pre-catecumenado, los Evangelizadores confían a los

que optan por la fe cristiana a los Catequistas y a los Introductores.

Fuera del tiempo del pre-catecumenado, los Evangelizadores

promueven iniciativas misioneras en la comunidad parroquial, siempre

buscando integrar el mayor número de parroquianos en las visitas

misioneras y en los encuentros de evangelización.

20.3. Los Catequistas

a. Los catequistas acogen y acompañan a los que ingresan en el tiempo

del catecumenado. Son educadores en la fe. Enseñan, en nombre de

la Iglesia, lo que de ella recibieron. Esta misión es delegada por el

Obispo, por medio del párroco.

b. Se dedican a la formación de los catecúmenos y catequizandos por

varios meses. Les presentan de manera gradual y progresiva la

revelación de Dios y su proyecto salvífico. Transmiten, a partir de la

Palabra de Dios, las bases de la doctrina, espiritualidad y moral

cristiana católica, evitando una postura de profesores. Son hermanos

y hermanas que, como auténticos mistagogos, ayudan a los que

llegan a percibirse interpelados por el misterio divino y los auxilian a

reconocer la presencia y la actuación de Dios en la historia personal y

universal. Los catequistas también estimulan la inserción de los

catecúmenos y de los catequizandos en la comunidad eclesial.

109

c. Para desempeñar bien su misión, los catequistas deben poseer una

adecuada formación bíblica, litúrgica, doctrinal, psicopedagógica y

metodológica. Ser catequista es un ministerio; por lo tanto, presupone

un llamado y un envío. Para ser catequista es necesario participar de

la comunidad, siendo ya crismado y con auténtico testimonio de vida

cristiana. Todo catequista debe ejercer su ministerio en unidad con el

párroco y en comunión con las orientaciones diocesanas.

20.4. Los Equipos de Liturgia

a. La pastoral litúrgica parroquial encuentra en la iniciación a la vida

cristiana un importante y rico lugar de actuación. Hay celebraciones

previstas en el Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos (RICA) que

necesitan una preparación conjunta entre los catequistas y los agentes

de la pastoral litúrgica.

b. Los ritos se realizan en los cuatro tiempos de la iniciación y marcan las

tres etapas que hacen la transición entre los tiempos. Hay todavía

escrutinios, "entregas" y "ritos de preparación inmediata", culminando

con las celebraciones de los sacramentos de la iniciación cristiana.

c. El calendario de la iniciación a la vida cristiana se define a partir del

año litúrgico. Una posible práctica pastoral sugiere que el tiempo de

purificación sea vivido en la cuaresma, y el de la iluminación en el

Tiempo Pascual. En la Vigilia Pascual se confiere el bautismo a los

catecúmenos. Después vienen las misas de los neófitos los domingos

del Tiempo Pascual. La celebración de la primera eucaristía se realiza

en el cuarto domingo de la Pascua y la de la crisma en una fecha

próxima a la solemnidad de Pentecostés.

d. Se puede decir que catequesis y liturgia caminan de la mano en la

iniciación a la vida cristiana.

e. Introductores

110

Los introductores son miembros de las comunidades parroquiales

elegidas para acompañar a los catecúmenos y catequizandos

durante el tiempo del catecumenado. El acompañamiento es

personal y se realiza en encuentros frecuentes de escucha y diálogo.

El introductor se sitúa al lado del iniciando como un amigo y testigo

de la vida cristiana, acompañándolo en el camino de conversión e

incentivando su progreso en la vida espiritual.

Criterios para la elección de introductores de adultos: ser persona ya

iniciada en la fe y en la experiencia de oración, constante en la vida

litúrgica y en la comunión eucarística, que participa de la comunidad,

sencilla en la relación con las personas, acogedora. En el caso de los

introductores de jóvenes, además de los criterios anteriores, se dé

preferencia a las parejas, asemejándose a la realidad de los tíos,

muy presentes en los movimientos juveniles. En todas las pastorales,

asociaciones y movimientos se encuentran personas con ese perfil.

Los introductores desarrollan una misión en nombre de la comunidad

y en función de la comunidad. Deben ser escogidos por el párroco o

por el responsable parroquial por la iniciación a la vida cristiana, y se

prepararán para esa misión asistiendo a la formación específica

ofrecida por la Diócesis.

A los introductores, suceden los padrinos y madrinas, que

acompañan a los futuros ahijados desde el inicio del tiempo de

purificación. Los introductores no están prohibidos de convertirse en

padrinos o madrinas, pero esa decisión es tomada por los

catecúmenos antes de la celebración de la elección, que se realiza

en el primer domingo de la Cuaresma.

20.5. Padrinos y Madrinas: En cuanto al padrino o madrina o ambos, se lee

en el Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos:

111

a. Elegido por el catecúmeno (o por el catequizando) por su ejemplo,

cualidades y amistad, y delegado por la comunidad cristiana local con

la aprobación del sacerdote, acompaña al candidato el día de la

elección, en la celebración de los sacramentos y en el tiempo de la

mistagogía. Es su deber enseñar familiarmente al catecúmeno cómo

practicar el Evangelio en su vida particular y social, ayudarle en las

dudas e inquietudes, darle testimonio cristiano y velar por el progreso

de su vida bautismal49.

b. La misión de los padrinos y madrinas de jóvenes y adultos, iniciada en

el último tiempo de la iniciación a la vida cristiana, se desdobla en el

tiempo de la formación permanente. Todo esto enfatiza el carácter

comunitario y fraterno de la vida cristiana.

21. La Pastoral del Bautismo

21.1. La Pastoral del Bautismo está orientada primero a la preparación para

el bautismo de niños menores de siete años. Los agentes de esa pastoral deben

ser auténticos misioneros, visitando a los padres y padrinos, realizando

encuentros en las casas con la presencia de los padres y padrinos, invitándolos, si

no son miembros activos de la comunidad parroquial, para los encuentros que

serán preparados juntamente con los evangelizadores en vista del primer anuncio

y de la presentación de testimonios de vida cristiana. Si se sensibilizan con la

propuesta, y no han recibido los sacramentos de la iniciación cristiana, sean

encaminados a la instancia pastoral correspondiente.

21.2. Los Intercesores

a. Toda la comunidad debe dedicarse a la oración por los catecúmenos.

Sin embargo, algunos hermanos y hermanas asumirán como misión

específica la intercesión por ellos.

49 CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO, Ritual de Iniciación Cristina de Adultos, n° 43.

112

b. La oración insistente por aquellos que dan los primeros pasos en la

vida de fe es un testimonio comunitario de la confianza en la gracia de

Dios. La conversión no se realiza por mero esfuerzo humano. El

Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia, deposita toda su

esperanza en su Señor y en la fuerza del Espíritu Santo para alcanzar

gracias preciosas para los que se están iniciando en la vida cristiana:

la apertura interior a la verdad de Cristo, la perseverancia en la

búsqueda de las virtudes, la victoria en los momentos de tentación y la

alegría en la perseverancia en el bien y en los ejercicios de caridad.

c. Los intercesores, a veces de modo bastante oculto, poseen una

misión muy importante. La intercesión puede ser realizada por grupos

de una pastoral o movimiento, o por personas que se dedican a la

oración. Se puede, además, crear un programa comunitario de

intercesión, donde los intercesores reciben intenciones específicas de

los catequistas y de los catequizandos y catecúmenos.

d. La oración de intercesión también debe ser habitual en favor de las

vocaciones específicas, acompañando a los cristianos ya iniciados

que recorren el camino del discernimiento de su vocación.

21.3. Líneas de acción para los Interlocutores

a. Teniendo, nuevamente, como telón de fondo los Documentos de la “II

Conferencia General del Episcopado Latinoamericano” y la “Alegría de

iniciar discípulos y misioneros en el cambio de época”50 podemos

apuntar las siguientes líneas de acción:

Optar por una catequesis al servicio de la iniciación a la vida cristiana

prioritariamente de adultos, implica desarrollar procesos que

retomando la inspiración catecumenal pongan a las personas en

contacto con Jesús y activen la experiencia del seguimiento en la

50 Cfr. CELAM, La alegría de iniciar discípulos misioneros en el cambio de época. n° 123-135.

113

comunidad cristiana. Una especial atención a los interlocutores

jóvenes y adultos (Cf. DM 2,21).

Considerar a los participantes de los procesos catequéticos como

verdaderos interlocutores, implica ejercitar una acción catequética

que parte de sus propias situaciones y realidad, que tenga en cuenta

sus vivencias, y que les involucre en un aprendizaje significativo y

transformador (Cf. DM 2,24).

Propiciar una clara dinámica de proceso: partiendo de la propia

realidad el interlocutor experimenta itinerarios catequéticos que le

acompañan en un camino de interiorización personal, provocando

preguntas fundamentales para la propia vida y provocando la

apertura a la escucha de Dios, en su Palabra (Cf. DM 3,19).

Evidenciar la centralidad de la persona: el interlocutor es el primer

sujeto de la iniciación, requiere apertura a la Gracia de Dios animado

una respuesta humana (Cf. DM 4,9).

Experimentar el misterio de Jesucristo en la vida de la Iglesia

mostrando una comunidad creyente acogedora, que se esfuerza por

vivir conforme a su Maestro, y que involucra a cada interlocutor en la

vida cristiana (Cf. DM 5,16).

Aprovechar la mediación sacramental que emplee una metodología

acorde a los rasgos de los interlocutores, y que implique una

experiencia de fe autentica desde la pedagogía de la fe (Cf. DM

6,11).

Ejercitar un acompañamiento transformador ayudando al interlocutor

a encontrar la Palabra de Dios en la Sagrada Escritura, a reconocer

el puesto personal en la historia de la salvación y descubrir allí la

propia vocación, comprometidos con la transformación solidaria, de

nuestros pueblos (Cf. DM 7,15).

Testimoniar comunitariamente el Evangelio recuperando la imagen

de Pueblo de Dios donde todos somos participantes y

114

corresponsables de la Iglesia, favoreciendo un dialogo con la cultura

(Cf. DM 8,17f).

115

8. LA LITURGIA ES PARA QUE EL PUEBLO

VIVA Y HAGA PRESENTE EL MISTERIO

DE CRISTO

Comunidad de Vida y Aprendizaje

Liturgia

116

VER

I. La Liturgia y sus desafíos en tiempos de cambios; ver y escuchar

1. Mucho se ha comentado sobre las nuevas situaciones emergentes de los

últimos años en la cultura como también de los cambios en las instituciones

tradicionales. La secularización es un fenómeno presente en nuestras instituciones

sociales y culturales. En el abanico denominado “postmodernidad” han aparecido

diversas expresiones tales como “modernidad líquida”, “sociedad de la

transparencia”, “sociedad del cansancio”, “sociedad hiper”, “sociedad digital”,

“sociedad del escándalo”, etc.

2. En este tiempo digital las redes de internet han tejido nuevos tipos de

relaciones, así como nuevas aproximaciones al hombre y su entorno. Las ideas y

los micro-relatos o fragmentados se han expandido de una manera nunca antes

vista debilitando los grandes ideales y los grandes discursos en la cuales la

sociedad se ha edificado. Los nuevos lenguajes del hombre han manifestado su

identidad, su manera de relacionarse unos con otros, de aprehender la realidad y

de ubicarse en el cosmos.

3. Nuevos símbolos, nuevos lugares sagrados, nuevas experiencias

espirituales nacen de las corrientes antropológicas novedosas ofrecidas como

garantes de plenitud. Esta realidad que fluye afecta los lenguajes de lo religioso y

de la espiritualidad, tocando lo más profundo del ser humano: el deseo de felicidad

y de sentido.

4. También podemos agregar a esta constatación las crisis éticas de las

instituciones sociales, entre ellas, las eclesiales. Actualmente han aparecido

situaciones que tocan la credibilidad de las mediaciones sacramentales y de la

Iglesia: nos referimos a los últimos sucesos escandalosos de la cultura del

encubrimiento al interior de la Iglesia, abusos de poder, de conciencia y sexuales.

5. Sin embargo, para la teología, para la liturgia y para el quehacer eclesial

son oportunidades de crecimiento y de búsquedas de fidelidad al Evangelio. Por

117

eso deseamos enumerar un conjunto de observaciones del ámbito pastoral

litúrgico que atraen nuestra atención.

6. Es necesario que los obispos, liturgos y garantes de la vida litúrgica en su

Iglesia local, sean vistos como pastores en el arte de celebrar y no como dueños

arbitrarios de las celebraciones litúrgicas en sus diócesis.Se constatan

situaciones en las que con desconocimiento litúrgico se toman decisiones erradas

que dañan las celebraciones.

7. Si bien en lo referente a las traducciones liturgias se han dado grandes

pasos, aún vemos al leer algunos formularios o textos, grandes limitaciones y

errores de traducción. Hay oraciones eucológicas que no responden

correctamente a la gramática castellana.

8. En algunas partes de nuestro continente se aprecia una la liturgia no está

en una relación de mutua integración con la educación cristiana. Se debe prestar

atención ya que la secularización de nuestros pueblos no puede dejar de lado el

sentido de lo sagrado. Constatamos creyentes a-litúrgicos, lo cual es una

contradicción eclesiológica.

9. Hay una necesidad latente de peritos capacitados para ser agentes de

esta renovación litúrgica.

10. La liturgia es para que el pueblo viva y haga presente el misterio de

Cristo. Frente esto, la Iglesia coloca a veces normas y estándares litúrgicos que

son ajenos al pueblo. Por otro lado, no puede olvidarse que la liturgia es signo de

la comunión de toda la Iglesia por lo que las expresiones religiosas del Pueblo de

Dios deben traducirse en experiencias litúrgicas que lo conduzcan hacia Cristo.

11. Ha habido un gran avance en el plano de la inculturación. Ante esto

identificamos en Latinoamérica una etapa de mucha creatividad en los primeros

siglos de evangelización que buscaba inculturar realmente la liturgia romana. En la

primera etapa posconciliar del Vaticano II hubo también un intenso trabajo en este

118

sentido, pero desde los años '90 ese proceso fue bloqueado de forma bastante

abrupta. Hay que retomar el camino, volviendo a considerar los intentos de

aquellos años y desarrollarlos haciendo estudios con libertad y sentido eclesial.

12. Sin embargo puede ser que por un deseo comprensible de evitar los

abusos litúrgicos que se estaban dando dicho proceso de inculturación se vio

frenado. El reto para la sagrada liturgia en la Iglesia es buscar la manera de ser

siempre universal pero sin dejar de ser auténtica en cada región.

13. Los seminarios deben ser escuela de presidencia. Hoy vemos una

divergencia entre lo enseñado en las facultades de teología (lex credendi) y lo que

se ejecuta en la praxis pastoral de los seminaristas y neo-presbíteros (lex orandi).

14.- Hay una clara escasez de vocaciones sacerdotales por lo que ha

habido un aumento en otras formas de celebración en la que diáconos y laicos

presiden. Es una riqueza para nuestra Iglesia (ejemplo: ADAP).

15. Se ha logrado una vinculación de la piedad popular al ambiente

celebrativo produciendo una sana osmosis entre esta y la liturgia.

16. Para una gran porción de fieles dispersos por nuestro continente, la

celebración litúrgica se ha transformado en la ejecución de un rito y no en un

momento salvífico. Se ha perdido la injerencia de la salvación en la vida cotidiana.

Falta una vinculación existencial litúrgica con su necesaria repercusión de la fe en

la vida y el entorno.

17.- Falta una adecuada relación entre la Pastoral Litúrgica y la Pastoral

Juvenil. El rito celebrativo con su lenguaje simbólico no logra comunicar el mundo

juvenil contemporáneo.

18. Si bien los sacramentos de iniciación cristiana tienen una catequesis

definida y establecida, en la mayoría de nuestras Iglesias locales, para los demás

sacramentos se da una catequesis demasiado básica.

119

19. Es importante analizar la forma en que el arte y los espacios litúrgicos

se vinculan a la realidad Latinoamérica.

20. De igual manera, en la implementación de la música sacra es de

mirarse especialmente la utilización de cantos protestantes.

JUZGAR

II. Teniendo como telón de fondo el Pontificado del Papa Francisco y el

Concilio Vaticano II

21. La vida litúrgica de la Iglesia no queda al margen de estos cambios: se

ve afectada y desafiada por estos cambios vertiginosos que viven nuestros

pueblos y nuestras asambleas litúrgicas. Cada vez hay más desafección de

participación en celebraciones litúrgicas eclesiales privilegiando otros ritos y otras

experiencias simbólicas.

22. No obstante, bien podemos reconocer el sentido teológico de la liturgia:

ésta es acción de Cristo y acción del Pueblo de Dios (cfr. IGMR 16), por cuyo

medio “se ejerce la obra de nuestra redención” (SC 2), cuyo corazón es el Misterio

Pascual de Jesucristo (SC 5), que por el misterio de encarnación las realidades

visibles manifiestan el Misterio de Cristo y de la Iglesia. La liturgia es diálogo de

Dios con el hombre que exige su respuesta a Dios a través de la misma liturgia.

23. La liturgia enseña al hombre a orar y a relacionarse con Dios,

uniéndonos en la oración con Cristo. Al mismo tiempo, la liturgia es popular y no

clerical, es decir es obra para el Pueblo de Dios. En razón de estos principios

teológicos y por ser la liturgia divina y humana, es que su lenguaje es afectado por

la crisis de lo religioso.

24. Dicho lo anterior, se requiere una hermenéutica teológica desde la cual

leer e interpretar la tradición litúrgica y sus mediaciones. En este ejercicio

teológico y frente a los nuevos escenarios eclesiales y culturales, se requiere que

el teólogo ejerza su servicio con la Iglesia acogiendo las preguntas, las

120

inquietudes y las dificultades de los hombres y mujeres en contexto, para así no

caer en un administrador de doctrinas abstractas de la liturgia.

25. Tal como lo ha insistido el Papa Francisco, el teólogo ha de crear

puentes y “por tanto, la teología que desarrollan ha de estar basada en la

Revelación, en la Tradición, pero también debe acompañar los procesos culturales

y sociales, especialmente las transiciones difíciles.

26. En este tiempo, la teología también debe hacerse cargo de los

conflictos: no sólo de los que experimentamos dentro de la Iglesia, sino también

de los que afectan a todo el mundo y que se viven por las calles de Latinoamérica.

No se conformen con una teología de despacho. Que el lugar de sus reflexiones

sean las fronteras. Y no caigan en la tentación de pintarlas, perfumarlas,

acomodarlas un poco y domesticarlas.

27. También los buenos teólogos, como los buenos pastores, huelen a

pueblo y a calle y, con su reflexión, derraman ungüento y vino en las heridas de

los hombres” (Papa Francisco, Carta del Santo Padre Francisco al gran canciller

de la Pontificia Universidad Católica Argentina en el centenario de la Facultad de

Teología, 3 marzo 2015).

28. Esto cabe también para quien tenga el ministerio de la teología litúrgica.

Hacer teología de la liturgia, como ejercicio hermenéutico, se hace en continuidad

con la tradición litúrgica desde la apertura al genio de cada pueblo.

29. Especialmente bajo el pontificado del Papa Francisco las nuevas

preguntas y búsquedas del ser humano han sido en gran parte asumidas por él,

por su preocupación pastoral y con astucia ha propuesto la novedad del Evangelio

para el nuevo contexto. Basta leer sus documentos magisteriales, Evangelii

Gaudium, Laudato Sí’, Amoris Laetitia, donde él invita a la Iglesia a proponer

nuevos caminos para las nuevas situaciones del Pueblo de Dios.

30. Además, leyéndolos nos damos cuenta de los temas preocupantes para

Francisco, como son: la nueva evangelización, la cultura, la valoración de la

121

categoría de Pueblo de Dios, el rol de la mujer, los laicos, los niños y los ancianos,

como también la ecología y el cuidado por la casa común. Él invita a la Iglesia a

leer qué dice el Espíritu a la Iglesia presente en los nuevos cambios sociales,

culturales y eclesiales.

31. Esta constatación afecta a la comprensión de la liturgia y de su

lenguaje. La celebración litúrgica, y sobre todo la Eucaristía, tiene que expresar de

forma simbólica el vínculo entre el Evangelio, la fe y la vida, ser de verdad fuente y

culmen de la vida cristiana. Cumbre porque al pie de la mesa pascual se presenta

la vida de las personas, el camino de la comunidad y el contexto sociocultural en

el que opera; fuente, porque del memorial vivo del amor de Cristo, su misterio

pascual, y del encuentro con los hermanos y hermanas vienen el deseo y la

capacidad de un discipulado más coherente y un testimonio más eficaz.

32. El misterio se ve afectado por nuevas preguntas y cuestionamientos de

la persona en su relación con Dios, con los demás, con el cosmos y consigo

mismo.

33. En esta línea, es sugerente algunos de los decretos bajo el pontificado

del Papa Francisco, promulgados por la Congregación para el Culto Divino y la

Disciplina de los Sacramentos en materia litúrgica: decreto con el que se añade el

nombre de San José en las Plegarias Eucarísticas II, III y IV (01 mayo 2013);

decreto In Missa In Cena Domini sobre el gesto del Lavatorio de los pies: de elegir

“varones designados” a elegir representantes de entre el Pueblo de Dios (6 enero

2016); decreto en que se establece la celebración de Santa María Magdalena

como fiesta litúrgica (3 junio 2016); el decreto por la cual se instaura la celebración

de la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia en el Calendario Romano

General (11 febrero 2018) o la Carta Apostólica en forma de Motu Propio Magnum

Principium con la que se modifica el can.838 del Código de Derecho Canónico que

trata la traducción de los libros litúrgicos (3 septiembre 2017).

34. Si vemos el contenido de estas intervenciones, podemos darnos cuenta

de que los temas principales que el Papa ha desarrollado en su magisterio están

122

aquí presentes: el lugar de la mujer dentro de la Iglesia, la representatividad del

Pueblo de Dios en la liturgia, la importancia del rol de las Conferencias

Episcopales en razón de la descentralización y la colegialidad, la importancia de la

familia en la transmisión de la fe, demás.

35. Junto con estos datos también consideremos el proyecto de estudio

sobre las diaconisas permanentes tal como en la iglesia primitiva propuesto por el

mismo Papa Francisco (12 mayo 2016). Ya son algunos pasos en que el papa

Francisco ha ido asumiendo los temas de la cultura y llevados al plano de lo

teológico.

36. Quizás faltan aún algunos pronunciamientos, talvez es por ello, que

como participantes del Congreso Medellín 50 años queremos compartir los

resultados de este discernimiento comunitario.

37. La verdadera inculturación es aquella que combina la simbología

eclesial con lo propio del lugar, conservando lo esencia de una manera particular.

Es una respuesta concreta al deseo del Concilio Vaticano II que “no pretende

imponer una rígida uniformidad en aquello que no afecta a la fe o al bien de toda la

comunidad, ni siquiera en la liturgia” (SC 37).

38. Es necesario promover la participación en diversas expresiones dentro

de la celebración litúrgica, realizando un esfuerzo de reflexión entre lo esencial y lo

accesorio de la celebración en busca de crear un clima de comunidad.

39.- El fortalecimiento de la ministerialidad en la celebración litúrgica debe

redescubrir los diversos ministerios que promuevan la participación de los fieles.

40. Hacer énfasis en la habilidad comunicadora de la liturgia en la

dimensión evangelizadora de la Iglesia comunicando a los fieles el misterio de

Cristo que interpela la vida.

123

41. No se puede olvidar el hecho comunitario en la Iglesia y su incidencia

de la liturgia. Para lo que es necesaria una formación liturgia integral del Pueblo de

Dios.

42. La Liturgia de la Evangelización y la Promoción Humana debe orientar a

los creyentes en su crecimiento personal y renovar en los fieles su compromiso

discipular y misionero.

ACTUAR

III. Algunas propuestas para la vida litúrgica

43. Nos aventuramos a señalar algunos desafíos para pensar la liturgia en

este tiempo de cambios que al mismo tiempo son invitaciones a la conversión

pastoral.

44. Sabiendo que la liturgia es la actualización del misterio pascual de

Cristo en la Iglesia, es necesario insistir en la formación litúrgica del Pueblo de

Dios. Esto específicamente en tres aspectos: una catequesis litúrgica para que el

pueblo aprenda el sentido, el significado y el valor salvífico de lo que celebra; una

formación inicial al sacerdocio en el arte del celebrar y una formación continua y

actualizada para el clero.

45. Se trata de un aprendizaje que combine saberes como los

conceptuales, las procedimentales y las actitudinales. La formación litúrgica debe

apuntar a nuevos métodos de aprendizaje litúrgico: más activos, más

colaborativos, eclesiales y más significativos. Para eso se requiere adentrar en el

diálogo con las ciencias de la educación y de la formación. Esto también permitiría

relatores y enseñantes laicos y mujeres y no reducida a clérigos.

46. Así como el Verbo asumió la carne, la liturgia está llamada a asumir la

cultura en la cual se encuentra inmersa y humanizarse a partir de ella, asumiendo

las raíces de los pueblos locales y adaptándose a los signos de los tiempos. Urge

124

retomar un trabajo serio de inculturación de la liturgia para que esta sea auténtica

expresión de la vida del pueblo.

47. Ante la limitación que tienen muchas Iglesias particulares de tener

ministros ordenados que presidan sus celebraciones, es preciso abrirse a la

novedad del Espíritu que suscita nuevos ministerios.

48. Fomentar la conservación del patrimonio artístico y cultural de la liturgia

de nuestros pueblos, educando en el valor de la riqueza que estas representan.

Hay una urgente necesidad de salvaguardar, recuperar y valorar, incluso a través

de estudios, las experiencias y los intentos realizados en los últimos 50 años en

muchas partes del continente.

49. Producir un arte sagrado y una música religiosa contextualizadas e

inculturadas. Eso en el marco de un relanzado compromiso de renovación litúrgica

capaz de asumir la tradición expresiva autóctona y el anhelo por la liberación

evangélica del pueblo, especialmente de los pobres.

50. Hacer de nuestras celebraciones experiencias de acogida y fraternidad

que generen una comunión capaz de mostrar la riqueza de la diversidad de

nuestros pueblos.

51. El lugar de la mujer en la liturgia: en razón del bautismo, su participación

y presencia en la liturgia son fundamentales. Podrán favorecerse la presencia en

los ministerios de la palabra, en la hospitalidad litúrgica (acogida, animación,

preparación, mistagogía).

52. El ars celebrandi: el arte de celebrar es una tarea para todo el Pueblo

de Dios, y en primer lugar para quien preside la celebración litúrgica. Conocer,

explorar y celebrar interpretando los diferentes tipos de lenguajes de la liturgia,

conocer los libros litúrgicos y sus respecticos ritos, aprender celebrando son

nuevos requerimientos para los tiempos actuales.

125

53. Interdisciplinariedad: en el plano académico, hoy la teología de la liturgia

requiere un trabajo con otras disciplinas. Por un lado favorecería la humildad de la

teología (no es dueña de la verdad) y posibilitaría el diálogo para dar razón de su

fe y esperanza. Es decir una teología fundamental de la liturgia. Este trabajo en

equipo interdisciplinar permitiría a los teólogos de la liturgia enriquecer más la

teología.

54. Con la alegría de haber participado en el Congreso Medellín 50 damos

gracias a Dios y a las diversas instituciones que lo organizaron, CELAM, CLAR,

CARITAS y Arquidiócesis de Medellín. Sin lugar a dudas fue un importante evento

comunitario de nuestra querida Iglesia. Aún están en nuestras retinas las

ponencias y vivencias eclesiales que manifestaron la riqueza que ha suscitado el

Espíritu en nuestras tierras latinoamericanas.

55. Con humildad ponemos estas líneas en sus manos para que nos

puedan ayudar a todos a profundizar aún más en lo que el Concilio Vaticano II

denominó como fuente y cumbre de la vida de la Iglesia a la que ninguna otra

acción pastoral se le puede igualar: La Sagrada Liturgia (SC 10.13).

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127

NÚCLEO 3

LA IGLESIA VISIBLE Y SUS ESTRUCTURAS

128

9. FERMENTO DEL REINO EN LA IGLESIA Y

EN LA SOCIEDAD

Comunidad de Vida y Aprendizaje

Protagonismo de los laicos en la Iglesia y la

sociedad

129

VER

I. Una realidad que nos interpela

1. Notamos un mayor protagonismo de los laicos, se constata una

participación más consciente en la misión de la Iglesia; con todo vemos con

preocupación que han surgido grupos que tienden a desligarse o a vivir en

“guetos” dentro de la Iglesia con poco o ningún sentimiento de eclesialidad.

2. Evidenciamos también, la pérdida de credibilidad de la institución -Iglesia

Católica- por diversas razones en el continente y en buena medida, una mayor

búsqueda de prácticas religiosas o espiritualistas sin conexión ni compromiso con

la institucionalidad. Vemos con preocupación el modelo de iglesia donde el

creyente se hace consumidor en una especie de mercado de lo religioso y la

religión se convierte más bien en objeto de consumo.

3. Existen avances en la formación del laicado, hay, por ejemplo, muchos

más laicos que estudian teología, varones y mujeres, pero aún se percibe en las

comunidades una necesidad de formación intencionada y sistemática, en áreas de

las ciencias bíblicas, teológicas, pastorales, y sobre la doctrina social de la Iglesia.

4. Se requiere una formación amplia humano-cristiano, integradora entre lo

eclesial y social, estructurada, intencionada y procesual con acompañamiento y

dirección. Una formación no exclusivamente preparada y ministrada por laicos,

pero concebida para los laicos, con los laicos y desde los laicos. Una formación

que mire sin temor, y con confianza el futuro. Que contemple problemáticas

sociales y de Iglesia, atreviéndose a dialogar con el mundo, y que, renunciando a

lo clerical, potencie lo eclesial y sinodal.

5. Constatamos como necesaria la participación del laico en distintos

ámbitos eclesiales (liturgia, administración, gobierno), teniendo como referencia

constante de su identidad desde la comunidad de donde proviene, participa y

alimenta su fe. Sin embargo, reafirmamos la misión fundamental del laico en su

campo de acción: “Lo típicamente laical está constituido, en efecto, por el

compromiso en el mundo, entendido éste como marco de solidaridades humanas,

como trama de acontecimientos y hechos significativos, en una palabra, como

historia” (DM 10,9).

6. Identificamos el clericalismo como un gran problema, que anula al laico y

aleja al clérigo de la misión compartida. Existen en la Iglesia laicos clericalizados

que desnaturalizan su propia vocación y misión, propiciando situaciones que

130

generan conflicto, no siempre puesto en evidencia, entre el sacerdote que quiere

anular al laico y un laico clericalizado que quiere anular al sacerdote. En este

sentido verificamos como gran reto el de desarrollar confianza entre laicos y

sacerdotes para un trabajo común y fructífero. Para que sea posible, hay que

comenzar desde la formación de los futuros sacerdotes reforzando la idea de

compartir misión con los laicos.

7. Verificamos que hay un gran número de laicos comprometidos que son

de edades avanzadas y percibimos una Iglesia Latinoamericana que está

envejeciendo. ¿Cómo aprender de ellos sobre la dedicación generosa y

constante? Y a su vez, denotamos el ímpetu de los jóvenes que quieren volver al

centro de la evangelización que es el Dios encarnado, el Jesús de Nazaret. Es

necesario un diálogo fecundo entre generaciones, de los abuelos que tienen la

sabiduría de la vida en Cristo y de los jóvenes que tienen la pasión por Cristo51 .

JUZGAR

II. Un mundo que busca a Dios

8. El primer sacramento, el que sella para siempre nuestra identidad y del

que tendríamos que estar siempre orgullosos es el del bautismo. Por él y con la

unción del Espíritu Santo, (los fieles) quedan consagrados como casa espiritual y

sacerdocio santo (LG 10). Nuestra primera y fundamental consagración hunde sus

raíces en nuestro bautismo. A nadie han bautizado cura, ni obispo. Nos han

bautizados laicos y es el signo indeleble que nunca nadie podrá eliminar. Nos

hace bien recordar que la Iglesia no es una elite de los sacerdotes, de los

consagrados, de los obispos, sino que todos formamos el Santo Pueblo fiel de

Dios52. Todo bautizado tiene un puesto vital en la Iglesia, la iglesia tiene necesidad

51 Es recurrente esta idea en la visión evangelizadora del Papa Francisco, así les habló a los

jóvenes y a los ancianos en el marco del Sínodo de los Obispos dedicado a los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, en el Vaticano. (Presentación del libro: Francisco, la sabiduría del tiempo, 23 de octubre, 2018). 52 FRANCISCO, “Carta al Cardenal Marc Ouellet, Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina”.

131

del testimonio creíble de los laicos. Todos fuimos bautizados laicos e incorporados

a Cristo: sacerdote, profeta y rey (LG 31).

9. El compromiso laical es una tarea crucial en la transformación de la

sociedad en particular en esta coyuntura de cambio de época. Los laicos son

protagonistas de la evangelización cuando asumen un compromiso real y creíble

en la comunidad, y actores eficaces en la proclamación del Reino de Dios en la

radicalidad de la transformación social inspirada en la vida cristiana.

10. En la sociedad actual surgen nuevas formas de religiosidad que van

desde el fundamentalismo a las prácticas eclécticas de la fe (caracterizadas por el

subjetivismo individualista y la desinstitucionalización o la pérdida de referentes

tradicionales comunes). Estas propuestas, explotan la exaltación de las

experiencias subjetivas, emotivas y estéticas que llevan a una vivencia intimista de

la fe, y a la formación de diversos movimientos laicales, que no cuentan con una

fundamentación teológica seria o profunda. Un laicado con formación profunda no

adhiere a ese modelo de Iglesia por lo que urge la formación para el desarrollo

una fe adulta, que permita al laico cuestionar, opinar, decidir, y tomar

responsabilidades.

11. Retomando el Documento de la Conferencia de Medellín, volvemos a

afirmar que el laico relee la historia de la Salvación en su estar, relacionarse y

actuar cotidiano en la historia misma: Por mediación de la conciencia, la fe que

opera por la caridad, está presente en el compromiso temporal del laico como

motivación, iluminación y perspectiva escatológica que da su sentido integral a los

valores de dignidad humana, unión fraterna y libertad, que volveremos a encontrar

limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados en el Día del Señor. "Enseña

también la Iglesia que la esperanza escatológica no merma la importancia de las

tareas temporales, sino que más bien proporciona nuevos motivos de apoyo para

su ejercicio" (DM 10,10).

12. Y también viviendo "en las ocupaciones del mundo y en las condiciones

ordinarias de la vida familiar y social, con las que su existencia está como

132

entretejida" (LG. 31), los laicos están llamados por Dios allí "para que,

desempeñando su propia profesión, guiados por el espíritu evangélico,

contribuyan a la santificación del mundo como desde dentro, a modo de fermento

[...] a ellos corresponde iluminar y ordenar las realidades temporales a las cuales

están estrechamente vinculados" (DM 10,11).

13. Así los laicos no pueden separar la unión con Cristo de las actividades

de la vida. Sólo en esa perspectiva unificada es posible interpretar a Dios desde la

realidad y la realidad desde la Relación con Dios de manera, personal, comunitaria

y eclesial.

14. Los laicos no son, pues, los simples fíeles que no tienen vocación

alguna en la Iglesia, reservándose ésta para las "vocaciones" sacerdotales y

religiosas. Por el contrario, el laico constituye la vocación mayoritaria suscitada por

el Espíritu en la Iglesia, la comunidad de bautizados. La Iglesia del hoy y del

mañana solo podrá ser fiel a su vocación salvífica en el mundo si los laicos

reestrenamos nuestra vocación con vigor y pasión desde la fe en Jesús.

ACTUAR

III. Pueblo de Dios que transforma la realidad

15. La comunidad de vida Protagonismo de los Laicos en la Iglesia y la

sociedad identifica las siguientes líneas de acción:

a. Generar espacios de formación bíblica, teológica y humana de/para los

laicos en sus parroquias u otros centros (Universidades, Centros de

Estudios u otras Organizaciones). Ofrecer herramientas desde lo

teológico para que las personas y las comunidades puedan interpretar su

propia realidad a partir de la fe y relación con Dios, y a su vez, descubrir

a Dios desde la realidad que viven.

b. Promover la participación del laico en la vida de la Parroquia, Diócesis, y

otras instancias de la Iglesia, especialmente en asuntos cruciales para la

vida eclesial, Consejos Parroquiales y Diocesanos, instancias de

planeación, organización y toma de decisión, atención especial en

participación equitativa para mujeres y jóvenes.

133

c. Utilizar los recursos humanos y técnicos actuales para desarrollar la

formación de los laicos.

d. Diseñar y promover programas de formación para que el laico asuma un

protagonismo social en los ámbitos que les compete. Estimular y

acompañar laicos en la participación ciudadana tanto en puestos de

responsabilidad civil como en la política. (incluyendo formación para la

democracia).

e. Concretamente que las diócesis inviertan recursos en la formación de los

laicos proporcional a lo que se invierte en la formación del clero.

f. Generar espacios donde sea posible compartir experiencias en el

apostolado laical en la vida de la Iglesia e invitar a los que tienen la

experiencia de formalizar alianzas para fortalecer dicha participación y

replicarla.

g. Desarrollar estrategias comunicacionales que visibilicen la acción

pastoral de la Iglesia en su conjunto.

h. Difundir a nivel latinoamericano y caribeño las experiencias formativas

para laicos que existen en algunas Universidades y Diócesis del

Continente.

16. Los laicos son sujetos protagónicos desde un carisma único para la

evangelización. Son depositarios de carismas especiales; y así como existe, por

ejemplo, una catequesis específica para la vida sacramental es importante formar

a los fieles laicos para su vocación específica.

134

10. SACERDOTES PARA UN MUNDO DE

HOY

¿CÓMO FORTALECER LA PASTORAL

PRESBITERAL DEL CONTINENTE?

Comunidad de Vida y Aprendizaje

Sacerdotes

135

VER

I. Discernir pastoralmente

1. En la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, celebrada

en Medellín en 1968, los Obispos se propusieron en el Documento 11, “reflexionar

con el propósito de contribuir a orientar la renovación sacerdotal en esta hora

compleja del Continente” (DM 11,1). De manera similar se ha hecho en las

Conferencias de Río, Puebla, Santo Domingo y, especialmente, en Aparecida.

II. Situación de los presbíteros en el continente

2. Consultando sus documentos finales y estudios promovidos por el

CELAM, atendiendo a los aportes de otros expertos y teniendo en cuenta

informaciones compartidas por muchos Animadores del Clero, la situación actual

de los presbíteros en el Continente tiene como principales características las

siguientes:

a. En cuanto a los valores de los presbíteros: Se destaca que muchos de

ellos viven y dan testimonio de santidad (Cf. DA 99). Muchos se

esfuerzan en el cultivo de su vida espiritual y algunos aprovechan la

formación permanente (Cf. DA 191). La Iglesia valora el ministerio de

los presbíteros como imprescindible (Cf. PDV 10). Muchos presbíteros

tienen creatividad pastoral y trabajan por la renovación pastoral (Cf. DA

99).

b. En cuanto a su identidad y vida: un buen número de presbíteros

entiende y vive la identidad presbiteral, a veces, como delegados de la

comunidad (Cf. DA 193). Muchos presbíteros se sienten impulsados a

replantearse el estilo de vida, ante los cambios socio-culturales actuales

(Cf. PDV 3). En un buen número de presbíteros se perciben deficiencias

en su vida espiritual (Cf. DA 195); otros, tienen dificultad para la

vivencia de su celibato. Algunos presbíteros asumen interpretaciones,

criterios y actitudes, contrarias al Concilio Vaticano II (Cf. DA 100b). En

algunos presbíteros falta humildad y obediencia (Cf. DA 100b). En

algunos se percibe dualismo, desubicación y vacío en su vida. Algunos

dejaron el ministerio y otros están en peligro de hacerlo.

c. En cuanto a su formación: en muchos presbíteros se constata una falta

de preparación para afrontar los desafíos de las actuales situaciones

socioculturales, especialmente marcadas por el secularismo. En

136

algunos presbíteros se notan deficiencias en su formación cristiana y

sacerdotal. En un sector de presbíteros se percibe relativismo

ideológico y moral.

d. En cuanto a su comunión fraterna: se percibe que aumenta el

individualismo de los presbíteros. En muchos hay aislamiento, soledad,

desconfianza. Un buen número de presbíteros tiene dificultades de

comunión con el Obispo, o con otros presbíteros, o con fieles laicos de

la comunidad, o dificultades en todos esos campos. Entre muchos

pastores las relaciones son meramente funcionales, o de sola

colaboración pastoral.

e. En cuanto al ministerio pastoral, la realidad muestra que muchos

presbíteros padecen dispersión, activismo, agotamiento físico y

emocional, desánimo y soledad. Muchos tienen a su cargo

comunidades muy grandes, o trabajan en situaciones muy difíciles (Cf.

DA 197). Aunque el número de presbíteros ha seguido aumentando en

el Continente, la escasez de clero y la inequitativa distribución se nota

ante el mayor crecimiento demográfico y el aumento de dificultades en

las situaciones socioculturales actuales.

f. En cuanto a las estructuras eclesiales de bienestar integral para apoyar

la vida y el ministerio de los presbíteros, muchos de ellos no tienen

asegurado su digno sustento, ni su seguridad social de enfermedad,

riesgos laborales y pensión de jubilación, porque en sus Iglesias

particulares todavía no se ha logrado hacer funcionar un adecuado

sistema para ello.

III. Situación de la pastoral presbiteral en el Continente

3. En nuestro Continente, la reflexión sobre la pastoral presbiteral ha

avanzado, sobre todo, asumiendo los elementos propuestos por la Iglesia

universal, aunque no se encuentran todavía, presentaciones completas,

integradoras y unitarias. La reflexión y las recomendaciones pastorales se han

hecho, principalmente, en torno a dos temas: la formación permanente y la

seguridad social del clero. De ellos, se han elaborado criterios generales para la

formación permanente y propuestas útiles para atender aspectos particulares de la

pastoral presbiteral.

137

4. En relación con la pastoral presbiteral se han elaborado criterios y líneas

de acción orientados a la elaboración de planes y programas, sobre todo, de nivel

nacional. Se han dado algunos criterios y recomendaciones para la organización

de la previsión social y la sustentación del clero; para la animación espiritual del

presbítero; para la atención pastoral de quienes han abandonado el ministerio;

para el acompañamiento de los sacerdotes jóvenes; y recomendaciones para

afrontar los retos y dificultades actuales de los sacerdotes. En general, no se

percibe que haya habido suficiente continuidad y profundización, sobre todo, en el

discernimiento de la realidad de los presbíteros, en la reflexión, en el

acompañamiento y en la aplicación de estas recomendaciones de nivel

latinoamericano.

5. Para el Continente, el Departamento de Vocaciones y Ministerios

(DEVYM CELAM), ha sido el organismo destinado a promover y animar esta

pastoral presbiteral a nivel continental, pero se ha ido sobrecargando de

Secciones, lo cual, ha dificultado un servicio más completo a la pastoral

presbiteral. A partir del año 2001, en el CELAM aparece una reducción progresiva

de programas y actividades de pastoral presbiteral, hasta el punto de que en el

Plan global del CELAM 2011 – 2015, solo aparecieron pocas actividades

específicas en este campo.

6. En cuanto a la praxis de la Pastoral Presbiteral en América Latina y El

Caribe, se observa que, aunque en algunas Diócesis hay buenas experiencias, en

la mayor parte de ellas, todavía no se logra una Pastoral Presbiteral Orgánica,

diferenciada, integral, procesual, personalizada, participativa, con estructuras y

servicios adecuados a las necesidades de los presbíteros y de sus presbiterios. En

muchas Diócesis, la pastoral presbiteral, todavía, es débil. Como lo concluyen

algunos estudios, las diócesis saben que deben hacer la pastoral presbiteral, pero

no tienen claro qué deben hacer en ella, cómo la deben hacer y con qué realizarla.

Por otro lado, crecen las necesidades de los presbíteros y el interés de ellos por

tener una pastoral presbiteral eficiente.

JUZGAR

IV. Iluminar la realidad de la pastoral presbiteral para las iglesias particulares

del continente

7. La naturaleza, la finalidad y los servicios de la pastoral presbiteral se

comprenden a la luz de la Palabra de Dios, del Magisterio de la Iglesia, de la

138

realidad de los presbíteros y de la praxis que la Iglesia desarrolla en este campo

del ser, vida y ministerio de los presbíteros.

8. La pastoral presbiteral se fundamenta en Cristo Pastor, quien hizo este

servicio a los Apóstoles, les enseñó a hacerlo, les mandó - a ellos y a todos los de

vocación apostólica - realizarlo con los demás hermanos y les ofreció

acompañarlos para hacerlos dichosos practicándolo (Jn 13, 1-17). Por otra parte,

esta pastoral se fundamenta en la Iglesia, quien asume este servicio como parte

de su misión evangelizadora.

9. Ella, como Iglesia misterio, comunión y misión, reconoce esta pastoral

como acción eclesial suya y defiende su derecho y deber de realizarlo (Cf. CIC

232; PDV 70–81; DMVP 87–115) como pastoral prioritaria para la renovación de la

identidad, vida y misión de los pastores (Cf. PDV 70) y, a través de ella, para la

renovación de la vida y misión de la Iglesia. En tercer lugar, esta pastoral tiene un

fundamento antropológico en cuanto es un servicio que cada presbítero, y cada

comunidad presbiteral, necesita para crecer integralmente y llegar a su plenitud.

10. Con esta pastoral, el presbítero aviva su caridad pastoral, renueva su

ministerio pastoral, corresponde al derecho de la comunidad a tener pastores

santos y corresponde fielmente a Dios, para recibir su ayuda salvadora (Cf. PDV

70; DMVP 87).

11. El servicio que ha de prestar la Pastoral Presbiteral ha de ser, ante todo,

acompañar y ayudar a los presbíteros y al presbiterio a vivir la forma de vida

apostólica, la cual comprende el seguimiento radical de Cristo Pastor, en la

comunión fraterna y en el ejercicio santificante del ministerio pastoral.

12. La comprensión y asimilación de estos fundamentos de la Pastoral

Presbiteral son la base para mejorar la participación responsable de cada uno en

la planeación y realización de sus servicios en la Diócesis y para determinar el

proceso y los medios con los cuales se ha de servir a los presbíteros y se debe

organizar de manera adecuada en cada Diócesis.

139

13. Con base en esos fundamentos y a la luz de las mencionadas fuentes,

podemos definir la Pastoral Presbiteral como un servicio de acompañamiento y

ayuda, que la Iglesia realiza, en comunión con el Espíritu Santo, en favor de los

presbíteros y con la participación de ellos; para avivar el don que han recibido por

el Orden Sagrado, para ayudar a la maduración integral en su ser, vida y

ministerio y para apoyar su fidelidad, su continua conversión y su santificación

personal; mediante la realización de su discipulado misionero y con un proceso de

renovación, personal y comunitario, permanente, orgánico, diferenciado, integral,

sistemático, personalizado, participativo y organizado; con servicios de formación,

comunión fraterna y bienestar integral; a partir de la caridad pastoral y movidos por

ella.

14. A la luz de la realidad y de las orientaciones eclesiales, la Pastoral

Presbiteral ha de ayudar a que los presbíteros sean, vivan y realicen su ministerio,

con Cristo Pastor, como Él y por Él, en la Iglesia y con ella, conforme a sus

posibilidades personales, a las necesidades del mundo actual y a las de la nueva

evangelización. Para lograrlo, la pastoral presbiteral habrá de avivar la caridad

pastoral, como principio interior y dinamismo de la vida espiritual del presbítero,

con lo cual se le ayuda a lograr su fidelidad, conversión, maduración y buenos

frutos.

15. En la actual etapa de reflexión, vivencia y proyección de la pastoral

presbiteral, la Iglesia en sus Documentos Eclesiales reitera la necesidad de este

servicio eclesial y el deber de prestarlo. Ella ofrece importantes principios, criterios

y propone contenidos, actividades y recursos para la pastoral presbiteral, pero

estos elementos, todavía, no aparecen completos, ni suficientemente articulados.

Por otra parte, parece que esas orientaciones eclesiales son poco conocidas y

asumidas por buena parte de los Obispos y de los presbíteros, lo cual está

incidiendo en su débil aplicación. Se requiere completar y articular los elementos

en un modelo operativo, que cada Iglesia particular pueda adecuar para el servicio

a sus presbíteros.

140

16. La Pastoral Presbiteral, entonces, acompaña individual y

comunitariamente, a los presbíteros con un proceso permanente, orgánico,

integral, diferenciado, personalizado, sistemático, participativo y organizado.

Articulando los diversos elementos estructurantes, en la pastoral presbiteral la

Iglesia particular se ha de proponer:

a. Servir de manera permanente a los presbíteros, haciendo un servicio

continuo, progresivo y hasta el final, para que ellos crezcan en su

fidelidad y renovación continuas.

b. Lograr la organicidad en el servicio a los presbíteros, que promueva la

solidaridad y la subsidiaridad, en nivel general de presbiterio diocesano,

en nivel intermedio (de arciprestazgo y de pequeñas comunidades

sacerdotales) y en el nivel individual, para que apoye mejor el

crecimiento armónico de todos.

c. Atender de manera diferenciada a los presbíteros, según las

circunstancias de su edad, situación personal y condición ministerial,

para que cada uno reciba el apoyo adecuado para su vida y ministerio.

d. Acompañar y ayudar a los presbíteros a que logren integralmente su

formación continua, su comunión fraterna y su bienestar integral, en las

dimensiones humana, espiritual, intelectual y pastoral, para que crezcan

en su vida y ministerio.

e. Conseguir que el servicio a los presbíteros se haga de manera

procesual y sistemático, con metas, programas e itinerarios concretos,

para lograr mayores frutos en su vida y ministerio.

f. Acompañar y ayudar de manera personalizada a cada uno de los

presbíteros, para que crezcan conforme a su identidad, valores y

necesidades, en y desde la vida ordinaria.

g. Lograr que la Pastoral Presbiteral sea participativa, para que los

presbíteros aprovechen mejor lo que se les ofrece y aporten en ella lo

que les corresponde.

141

h. Lograr que la pastoral presbiteral sea organizada, integrando y

aprovechando adecuadamente las estructuras, los servicios y los

recursos, para apoyar mejor la vida y el ministerio de los presbíteros.

ACTUAR

V. Líneas de acción para la pastoral presbiteral en las iglesias particulares

del continente

17. Es necesario fortalecer la organización nacional y continental de la

pastoral en favor de los obispos (recomendado DSD 73, 75 e iniciado en 1997 por

el CELAM).

18. Es urgente proponer un modelo operativo de Pastoral Presbiteral

Orgánica, diferenciada, integral, participativa, sistemática, personalizada,

permanente y organizada, que ayude a las Iglesias particulares a comprender el

qué hacer, el cómo y el con qué servir adecuadamente a los presbíteros.

19. Hay necesidad de capacitar suficientes servidores para la Pastoral

Presbiteral Diocesana y Nacional y apoyarlos en su servicio, para que ayuden

adecuada y oportunamente a los presbíteros a superar sus necesidades y a

realizar fielmente su vocación y misión.

20. Es urgente ayudar a fortalecer el discipulado de los presbíteros con una

Pastoral Presbiteral Kerigmática, en proyección a la Nueva Evangelización (DA

199; EG 60-62).

21. Hay que promover a nivel continental, nacional y diocesano, la

profundización y vivencia de la Espiritualidad Presbiteral Diocesana, para ayudar a

los presbíteros a ser pastores santos, asumiendo mejor su identidad, renovando

su vida y mejorando el ejercicio de su ministerio pastoral.

142

22. Es necesario ayudar a la comprensión y vivencia de la vida común entre

los presbíteros, como la de los Apóstoles con Jesús, con afectiva y efectiva

vivencia de la fraternidad sacerdotal, especialmente en el nivel de Presbiterio

Diocesano y con la comunión y ayuda fraterna en el Arciprestazgo y en las

Comunidades Locales. Hay que promover y animar con fuerza las pequeñas

comunidades sacerdotales de vida y ayuda.

23. Es tarea fundamental de la Pastoral Presbiteral ayudar a elaborar y a

desarrollar programas integrales de formación humana, espiritual, intelectual y

pastoral, para que los presbíteros hagan la correspondiente conversión pastoral en

sus conocimientos, criterios, actitudes, vida, relaciones personales, ministerio y

estructuras pastorales.

24. Urge atender, a nivel nacional y diocesano, el necesario bienestar

integral de los presbíteros con adecuados y eficientes sistemas de digna

sustentación y de seguridad social y con los demás servicios de apoyo a su vida y

ministerio.

25. Ante el activismo, cansancio, soledad y desánimo de muchos

sacerdotes, es necesario que, en las estructuras diocesanas, la Pastoral

Presbiteral ayude, con urgencia, integralidad y en forma diferenciada y

personalizada, a mejorar, la distribución de las responsabilidades pastorales de los

presbíteros, según su situación personal, sus carismas y las necesidades de la

evangelización, ofreciéndoles adecuadas condiciones y apoyos para el ejercicio de

su ministerio. Además, ayudar a los Presbíteros a que inculturen su vida y su

ministerio, organicen mejor su trabajo y fortalezcan el ambiente de fraternidad en

el que lo han de ejercer.

26. Es prioritario ayudar a que los presbíteros promuevan y animen la

pastoral vocacional y crezcan en su compromiso misionero universal, con lo cual,

ayudarán a afrontar la escasez de clero y su inequitativa distribución en muchas

regiones del Continente y del mundo.

143

27. Hay que analizar y discernir periódicamente la situación, los valores y

necesidades de los presbíteros y de la pastoral presbiteral, en nivel Continental,

Nacional y Diocesano (recomendado en varias Conferencias episcopales y en los

planes del CELAM).

28. Será muy útil recopilar y sistematizar los aportes de reflexión y

proyección trabajados en las diversas actividades del CELAM, relacionadas con la

pastoral presbiteral. Además, recopilar, valorar y divulgar, en nivel Continental y

Nacional, las experiencias nacionales y diocesanas más significativas de pastoral

presbiteral.

29. Es urgente fortalecer a nivel Continental, Regional, Nacional y

Diocesano, las estructuras, equipos de animación y otros recursos para la

organización y animación de la Pastoral Presbiteral. En especial, es urgente,

trabajar para que cada Iglesia particular elabore y asuma su Plan de Pastoral

Presbiteral y organice su Comisión Diocesana de Clero (DSD 73).

30. Hay que ayudar a que el CELAM asuma de manera más afectiva y

efectiva la prioridad de la pastoral presbiteral, fortalezca adecuadamente el

servicio del DEVYM a ella; ponga en funcionamiento el equipo de reflexión y

animación para la pastoral presbiteral en el Continente; y desarrolle un Plan para

fortalecer la organización y la animación de la Pastoral Presbiteral en las Iglesias

Particulares del Continente.

31. Es necesario elaborar, publicar y difundir subsidios para apoyar la

pastoral presbiteral diocesana.

32. Hay que promover y apoyar los Centros Diocesanos de ayuda integral a

los Presbíteros y otros centros regionales de ayuda especializada para la atención

de situaciones particulares de los presbíteros que pasan por situaciones

particulares más difíciles (Recomendado en el CELAM desde 1996).

144

33. Hay que hacer, en nivel Continental, Nacional y Diocesano, seguimiento

adecuado al desarrollo de la Pastoral Presbiteral.

a. En nivel individual, Diocesano, Nacional y Continental, hemos de dar

prioridad efectiva y afectiva a la Pastoral Presbiteral (DA 200).

b. Urge que unifiquemos criterios y líneas de acción para asumir un modelo

operativo de Pastoral Presbiteral Diocesana Orgánica, diferenciada,

personalizada, integral, participativa, sistemática, permanente y

organizada.

c. Todos somos responsables de unirnos para dar el paso decisivo de

elaborar y desarrollar un Plan Continental para el fortalecimiento de la

Pastoral Presbiteral en las Conferencias Episcopales y en las Iglesias

Particulares del Continente.

d. Es necesario fortalecer la organización Continental, Nacional y

Diocesana de la pastoral presbiteral y mejorar su integración en la

pastoral de conjunto.

e. Se necesita que el Obispo dé prioridad efectiva a su servicio de

acompañar y ayudar personalmente a todos sus presbíteros y,

especialmente, a los neo–presbíteros y a los más necesitados.

f. Es prioritario acompañar y ayudar con servicios adecuados a cada

Iglesia particular para el fortalecimiento de su pastoral presbiteral y para

que todos los fieles cumplan su misión en esta pastoral presbiteral.

g. Hay que ayudar a cada presbítero para que asuma su responsabilidad

en ayudar a los hermanos sacerdotes en sus necesidades.

h. Sigue siendo urgente y necesaria la formación específica de suficientes

servidores para la Pastoral Presbiteral.

34. María, Madre de Dios y Estrella de la nueva evangelización, nos

acompañe, como a Jesús, en estos pasos que nos comprometemos a dar para

fortalecer la Pastoral Presbiteral en todos los niveles, con la cual logremos que

todos los Presbíteros sean Pastores Santos.

145

146

11. UNA VIDA CONSAGRADA NUEVA ES

URGENTE Y POSIBLE

Comunidad de Vida y Aprendizaje

VIDA CONSAGRADA

147

VER

I. Escucha de los clamores contemporáneos

1. Los 40 participantes en la Comunidad de Vida Consagrada hemos vivido

una intensa experiencia de comunión, reflexión y oración durante estos días; junto

con las otras 22 Comunidades del Congreso, hemos mirado con gratitud el pasado

en el Acontecimiento Eclesial de Medellín, hemos vivido con intensidad su

presente en los frutos post-conciliares que ha producido durante estos 50 años, y

hemos abrazado con esperanza su futuro, y el nuestro, en el nuevo pentecostés

que queremos vivir en los horizontes que hemos vislumbrado. Nos afanamos a

compartir con nuestras hermanas y hermanos “esto que hemos oído, que hemos

visto con nuestros ojos, que contemplamos y tocaron nuestras manos, acerca de

la Palabra de Dios […] para que todos ustedes entren en comunión y para que

nuestro gozo sea completo” (1Jn 1, 1-4). Lo hacemos según el método indicado

por los organizadores para el Documento Final de la cada comunidad, Ver-Juzgar-

Actuar, pero dinamizando cada una de estas tres partes con la visión bíblica de

Aparecida.

2. Tal como se explicó durante el mismo Congreso, este primer momento,

del Ver, no excluye a los dos siguientes, del Juzgar y del Actuar; por el contrario,

cada uno de ellos se reclama, sobre todo a la luz del momento fundante de la

liberación del Pueblo de Dios, cuando el mismo Yahveh ve, escucha y baja (Ex 3,

7-8): Dios ve la aflicción, escucha los clamores y baja a liberar. La realidad de los

tiempos apasionantes y difíciles de hoy, la hemos visto y escuchado en estos

clamores:

a. La inequidad, la idolatría del dinero, la divinización del mercado, que

están haciendo que los pobres ya no estén abajo ni en la periferia, sino

fuera.

b. Los cambios rápidos, profundos, culturales y religiosos del actual giro

histórico, que han llevado a que la Iglesia no sea la única propuesta de

sentido.

148

c. El individualismo, el relativismo, el autonomismo de la sociedad actual

que hacen casi imposible un proyecto de vida en común y frenan el

aprendizaje discipular de nuestros intentos formativos.

d. El secularismo, la mundanidad espiritual y una espiritualidad sin Dios,

que se han anidado en el interior de la Iglesia y las Comunidades, y han

ido produciendo un desencanto de la fe y de la vocación.

e. La autorreferencialidad de muchas de nuestras comunidades, que

camufla fenómenos de conformismo, acomodamiento, aburguesamiento,

auto-suficiencia, activismo que debilitan nuestra experiencia de Dios,

deshumanizan nuestras relaciones, opacan nuestra propuesta

alternativa de sentido y frenan nuestra proyección misionera.

f. Los escándalos de abusos de todo tipo de poder, de algunos sacerdotes

y personas consagradas, inclusive fundadores de comunidades, que han

puesto en juego la credibilidad de la Iglesia y de nuestra opción de vida.

g. El modelo de Iglesia de cristiandad, piramidal, que no se ha dejado

permear por el Concilio y por Medellín y que produce deshumanización

en sus correspondientes sistemas de animación y de formación.

h. La toma de conciencia de la dignidad de la mujer, la progresiva reflexión

sobre la antropología del pobre, la organización de los pobres, la

sensibilidad por el cuidado de la casa común, en la sociedad y en la

Iglesia.

i. La presencia de nuestros carismas congregacionales en los laicos, su

testimonio y su compromiso carismáticos.

j. La reflexión de la CLAR en torno a: la centralidad de la Palabra de Dios,

en la vida y misión de la Iglesia y de la Vida Consagrada; Carisma y

Laicado; el Cambio Sistémico en el compromiso con los pobres; la

Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación; la Trata de Personas; el

carácter narrativo de la teología.

k. El Pontificado del papa Francisco: religioso y latinoamericano, su

magisterio sobre la Vida Consagrada, su llamado a una Iglesia en salida,

su sueño de una Iglesia pobre y para los pobres.

149

l. El hambre y la sed de escuchar la Palabra de Dios (Am 8, 11) en la

niñez y la juventud, en la Vida Consagrada, en el ambiente cultural y

artístico de la sociedad.

m. La dinámica relacional de la civilización de hoy, la cultura virtual, la

conciencia de la inter-relacionalidad en la Vida Consagrada de América

Latina y El Caribe: inter-generacionalidad, inter-culturalidad, inter-

congregacionalidad.

n. Las apuestas de las Nuevas Generaciones de la Vida Consagrada

ancladas a las fronteras geográficas y existenciales, así como a los

nuevos areópagos, que desafían el profetismo de la vocación, la misión

y los propios carismas.

JUZGAR

II Mirada renovadora, evangelizadora y misionera

3. La presencia renovadora del Espíritu: “He venido a hacer nuevas todas

las cosas” (Ap 21, 5), que atraviesa la Sagrada Escritura desde los Profetas hasta

la última página del Apocalipsis, elevó nuestra escucha de la realidad hacia la

mirada de los amplios horizontes de la obra evangelizadora y misionera de la

Iglesia y, en ella, de la Vida Consagrada. De esta manera, vislumbramos y

reafirmamos las siguientes certezas:

a. Los carismas provienen del Espíritu Santo y todos brotan del don

fundamental que recibimos de Él en el bautismo. Tienen no sólo ese

mismo y único punto de partida sino también una misma y triple

finalidad: el bien común de la sociedad, la construcción de la unidad

eclesial, la llegada del Reino. Esta unidad, se abraza con la diversidad

que también produce el mismo Espíritu con sus abundantes y

policromáticos dones.

b. Los carismas fundacionales se caracterizan por la gracia de la

transmisión de los primeros depositarios del don específico del Espíritu,

a sus inmediatos y futuros seguidores, con lo que generan una vida

150

fraterna en comunidad. Siempre están relacionados con la interpretación

de los signos de los tiempos que les corresponden, de ahí que, sean

ante todo respuesta a las necesidades de los pueblos y a las llamadas

de la Iglesia y, por lo mismo, misioneros y portadores de la buena nueva

del Reino.

c. En todos los casos, van acompañados de una lectura propia de la

Palabra de Dios que se convierte, al expresarse en las Constituciones,

en norma de vida y de acción (Cf. VD 83), para dinamizar su identidad,

su espiritualidad, su animación, su formación y su dinamismo apostólico.

Esta inspiración bíblica da a los carismas una particular docilidad a la

Ruah divina que dinamiza su comprensión del exilio como llamado al

éxodo de una conversión fundamentada en los pensamientos de Dios

para que sus caminos sean los nuestros (Is 55, 6-11), a través de

principios, convicciones, opciones y compromisos que pasen por el

corazón.

d. En los últimos tiempos, se está constatando la presencia de los

carismas congregacionales en los laicos que comparten con las

comunidades de Vida Consagrada sus ideales, su espíritu y su misión.

Aún más, en muchos casos han llegado a ser cuantitativa y

cualitativamente testimonios expansivos y atractivos de la familia

carismática, en su condición laical. Desde su vocacionalidad bautismal,

se constituyen progresivamente en un anticipo del futuro de la Vocación

Consagrada y de la Vida Consagrada del futuro.

e. La Vida Consagrada es un don para la Iglesia, nace en la Iglesia, crece

en la Iglesia, está totalmente orientada a la Iglesia pertenece sin

discusión a su vida y a su santidad. En el contexto eclesial la

caracterizan la mística y la profecía de: la radicalidad en el seguimiento

de Jesús de Nazaret por medio de los consejos evangélicos, de la

pasión por Cristo y por la humanidad, de la opción preferencial por los

pobres, de la comunión propia de la primitiva comunidad cristiana, de la

151

cultura del encuentro, de la alegría y de la esperanza cristianas, del

valor evangélico de la minoridad y lo cotidiano.

f. Este sentido eclesial reclama de la Vida Consagrada estar a la

vanguardia de la respuesta a los llamados del Papa Francisco a una

Iglesia en salida y pobre. Consciente de que el bien, que lleva dentro,

tiende a expandirse y crece en la medida en que se comparte, desea

contribuir a la atracción misionera de la Iglesia, superando la

autorreferencialidad, y saliendo, desde su intimidad itinerante y su

comunión misionera, hacia las periferias geográficas y existenciales sin

demoras, sin asco y sin miedo.

g. De esta manera, la Vida Consagrada despierta al mundo, abriéndolo al

horizonte de la trascendencia, y se constituye en una propuesta

alternativa de sentido que anuncia el valor sublime de la persona

humana, la perennidad de los valores evangélicos, la ciudadanía

teológica de los pobres, la real posibilidad de un mundo más justo, más

ecuánime, más liberador.

h. En función de la Iglesia y del mundo, la Vida Consagrada se ha de

convertir en experta de la antropología del pobre que progresivamente

han desarrollado el Documento Conclusivo de Aparecida (DA 391-398),

la Verbum Domini de Benedicto XVI (VD 107) y la Evangelii Gaudium del

Papa Francisco (EG 198), por lo que se ha reconocer el rostro de Cristo

en los rostros sufrientes de los pobres, hará que sus planes y sus

estructuras estén atravesadas por la opción por lo pobres, se

preocupará por alimentarlos con el pan material y con palabras de vida,

luchará por que se constituyan en sujetos del anuncio del Reino,

aprenderá de ellos a ser solidaria, desprendida, creativa, abierta al

misterio de Dios y de la persona humana, y se ubicará en la vanguardia

de la realización del sueño de una Iglesia pobre: para los pobres, desde

los pobres, con los pobres, de los pobres.

152

ACTUAR

III. Caminos de vida, verdad y libertad

4. El acontecimiento eclesial de Medellín que canalizó para América Latina

y El Caribe el kairos del Concilio Vaticano II, sigue siendo actual y apremiante; su

50 aniversario puede volver a ser un nuevo Pentecostés para la Iglesia y la Vida

Consagrada del Continente, en la medida en que se constituya en un punto de

partida para la realización de los dinamismos que él desató: el sentido del pobre,

las pequeñas comunidades eclesiales, la centralidad de la Palabra de Dios. Nos

hemos inspirado en la consigna de Pablo, “desde el punto donde hemos llegado,

sigamos adelante” (Flp 3, 16), para continuar su camino por estos compromisos:

4.1 Despertar al mundo, a la Iglesia y a la Vida Consagrada, con la cultura

del encuentro, la profecía de la comunión, la pericia de la fraternidad, por medio

de:

a. La espiritualidad de la comunión.

b. La priorización de la persona humana en nuestros proyectos

comunitarios y misioneros.

c. La preparación para el uso de las TICs como instrumentos de relación

intra y extracomunitaria, de comunicación y de solidaridad con los

pobres.

d. La humanización de los procesos de formación y de animación.

e. La fraternidad carismática que integra obispos, sacerdotes, religiosas,

religiosos, laicos y congregaciones.

f. Un panamericanismo evangelizador, en total integración con las

Conferencias del Norte y la presencia allí de la Vida Consagrada del

Sur.

g. La construcción intercontinental de puentes con las Conferencias

nacionales de todo el mundo.

153

4.2 Enraizar la profecía en la mística de la experiencia de Dios como punto

de partida y de llegada de la vocación consagrada, por medio de:

a. La vivencia gozosa del llamado bautismal a la santidad en los tiempos

actuales, con aguante, humildad, alegría, audacia y fervor, en

comunidad y en función de la ciudadanía teológica de los pobres.

b. La centralidad de la Palabra de Dios en nuestra oración, nuestra

comunión y nuestra misión.

c. La pasión por Cristo y por la humanidad.

d. La esperanza en Aquel en quien hemos puesto nuestra confianza (2Tm

1, 12).

e. La vivencia de los consejos evangélicos como expresión del seguimiento

del Maestro, propuesta alternativa y positiva de sentido, y potencial

misionero.

f. La vuelta al dinamismo espiritual y apostólico de las fundadoras y los

fundadores, que se basa en una lectura especifica de la Palabra y en

una respuesta a los signos de los tiempos.

g. La práctica frecuente de la Lectio Divina como oración de escucha.

h. La recuperación del encanto de la fe y de la vocación, a través del

asombro y la contemplación.

i. El sentido de la minoridad (los muchos pequeños detalles cotidianos) y

lo local, en la vivencia diaria de la vocación y en la planeación del futuro

de nuestras comunidades.

j. El cultivo del ser interior y del sentido del hacer de cada día, con la

oración diaria y los espacios periódicos de silencio y de desierto.

k. La dinámica de la conversión personal, comunitaria, pastoral y

estructural con la renovación de nuestros pensamientos y de nuestros

caminos.

4.3 Ser pioneros en la realización del sueño del Papa Francisco de una

Iglesia pobre, a partir de una Vida Consagrada pobre, como los pobres, con los

pobres, para los pobres, de los pobres, por medio de:

154

a. Un estilo de vida sobrio y cercano a los pobres.

b. La vivencia de la pobreza evangélica como solidaridad con los pobres.

c. La metodología del cambio sistémico en el trabajo con los pobres.

d. El apoyo institucionalidad y económico a proyectos de economía

solidaria.

e. La reflexión sobre la antropología del pobre y su asimilación personal y

comunitaria, como: expresión de la fe cristológica, de la opción

preferencial por los pobres, de una propuesta alternativa de realización

de la persona humana y de la organización de la sociedad.

f. La dimensión y la inserción de nuestras casas y de nuestras obras en

medios populares y rurales.

g. La rectitud, la sobriedad la solidaridad y la equidad en el manejo y el uso

de los bienes materiales.

h. El compromiso con las organizaciones civiles a favor de la JPI, en la

acogida a los migrantes y contra la Trata de personas.

4.4 Fomentar el cuidado de la Casa Común, por medio de:

a. La vinculación con los objetivos, lo criterios y las acciones de la REPAM.

La denuncia profética de la actividad extractivista de la naturaleza.

b. La participación en las campañas, las políticas estatales, los organismos

de la Organización de las Naciones Unidas que luchan por la ecología.

c. El consumo de productos naturales.

d. La sustitución de bolsas, platos, vasos y cubiertos de plástico por

material biodegradable, la supresión del uso del agua embotellada y la

reducción del papel en nuestros encuentros, la clasificación de los

residuos, la reducción del aire acondicionado, la tirada en lugar

adecuado de la basura electrónica, el uso del transporte público etc.

4.5 Reconocer y fomentar la presencia de los carismas congregacionales

en los laicos, por medio de:

155

a. La integración de los laicos en la gestión, la comunión, la formación y la

misión de nuestras congregaciones.

b. La inclusión de los laicos en nuestras instancias de animación, como los

capítulos y las asambleas.

c. La participación de los laicos en las Conferencias Nacionales de Vida

Consagrada.

d. El fomento de la cultura vocacional a través de la vocacionalidad

bautismal de los laicos y la raíz discipular de la Vida Consagrada.

e. Los encuentros de la familia carismática y su apertura a la

intercongregacionalidad.

f. La cero tolerancia con los abusos.

g. La valoración de la mujer en la sociedad, la Iglesia y la Vida

Consagrada.

h. La superación del clericalismo en nuestra mentalidad y en nuestra

acción.

4.6 Superar la autorreferencialidad con una vida consagrada en salida

misionera, por medio de:

a. La ida a los más lejanos y el acercamiento a los más alejados.

b. La salida a las periferias geográficas y existenciales.

c. La dinamización de las obras con presencias misioneras.

d. La reestructuración con miras a la reconfiguración y la resignificación.

e. Una formación claramente discipular y misionera.

f. La sustitución de los paradigmas provinciales por los de redes.

156

12. FORMACIÓN DEL CLERO

Comunidad de Vida y Aprendizaje

Formación del Clero

157

VER

I. Al mirar lo recorrido desde Medellín

1. Medellín se propuso recibir y aplicar el Concilio Vaticano II en el contexto

latinoamericano, y en él, también, lo que se refería a la formación y preparación

del clero.

2. Frutos importantes y directos de este trabajo fueron, por un lado, los

cursos de formadores que se pusieron entonces en marcha en el CELAM, con

tanto acierto; y, por otro lado, se tomó conciencia del significado de la pobreza

evangélica que lleva a vivir la vida cristiana y sacerdotal con mayor

desprendimiento y austeridad. Es una luz permanente para la vida y formación del

clero.

II. Al mirar a los jóvenes

3. Los jóvenes de hoy, como los de otras épocas, son capaces de moverse

por el entusiasmo de la fe cristiana. Hoy como ayer, el Evangelio es una Buena

Nueva para ellos, y muchos se sienten impactados con el anuncio del Kerigma y

con el ejemplo de muchos y buenos sacerdotes.

4. Cambian los contextos en los que viven, las costumbres sociales y

también las formas en que la Buena Nueva les puede llegar, al disminuir la

presencia cristiana en el espacio cultural, la capacidad formativa de las familias y

colegios, y la competencia de otros canales que orientan su visión de la vida y sus

aspiraciones fundamentales.

5. Los jóvenes que llegan al seminario, son hijos de la Post modernidad con

sus debilidades y fortalezas.

5.1 Entre las fortalezas:

a. Son muy sensibles, valoran el trato personal, recobrando con ello, la

vitalidad que a veces puede robarnos la frialdad de las estructuras.

b. De media, tienen más estudios y cultura, son más mayores, y tienen

un acceso mucho mayor a la información y conocimiento de

158

personas e instituciones, por medio de las nuevas redes sociales. En

ese sentido, son más creativos.

c. Manifiestan interés por movimientos humanitarios y ambientales y

tienen deseos de superación y nobles ideales.

d. Se muestran solidarios con las personas y minorías en situaciones

de injusticia. Expresan deseos de superación, son recursivos y de

nobles ideales.

e. También muchos de los que llegan a los seminarios, lo hacen con

toda la ilusión de una entrega al Señor y la fuerza de la juventud.

5.2 Entre las debilidades,

a. Son mucho más subjetivos: Les atraen más los intereses particulares y

los grupos pequeños, restándole importancia a las grandes

colectividades y a los grandes ideales sociales.

b. Se les hace más difícil aceptar la autoridad porque están poco

acostumbrados en sus entornos familiar y educativo. Tienen dificultades

para encontrar una correcta relación de confianza y al mismo tiempo

respeto. A menudo, les desconcierta o aleja, pequeñas

incomprensiones.

c. Falta de formación moral, que se debe, en gran parte, a la mentalidad

relativista, la crisis de valores, la abundancia de modelos en circulación,

a los debates sociales sobre las cuestiones morales, a la experiencia de

vidas rotas y anti-testimonios en los medios de comunicación, cosa que

a veces lo vive en el propio ambiente familiar.

d. Incapacidad de compromisos permanentes. Dada su personalidad, a

menudo sin convicciones sólidas, no se sienten capaces de opciones

definitivas que comprometan la vida para siempre. La juventud carga un

fuerte sentimiento de solidaridad, pero los compromisos que contraen

son frágiles.

159

e. Posee un sentido vago de la trascendencia: Es una persona que vive su

vida de forma fragmentaria, donde el pasado y el futuro no cuentan,

siendo lo importante solo el presente. Esto provoca en él una debilidad

en la búsqueda del sentido de trascendencia. A veces, la religión es más

una afirmación de pertenencia que de creencia.

f. Muy poca capacidad de afrontamiento: para el joven de hoy es muy

difícil asumir el dolor, la renuncia y los problemas. Su vulnerabilidad lo

lleva a menudo a desertar de sus proyectos cuando debe sortear

complicaciones y momentos de crisis. Los esfuerzos ascéticos se le

dificultan sobremanera.

g. Vive más del mundo virtual que del real. Lo que ha disparado en él las

adicciones: al internet, la pornografía, los juegos; aparte de las

dependencias psicoactivas, los tatuajes, las cirugías plásticas y el

cuidado físico excesivo.

h. Disfuncionalidad familiar. Las dificultades que vive la institución familiar

han suscitado en el joven de hoy falencias en su personalidad,

proporcionándoles fragilidades, dependencias emocionales y dificultades

en su relación social. Por eso, también, ellos agradecen más la atención

personal que se les presta.

i. Motivaciones vocacionales oscuras. Las situaciones sociales difíciles, la

falta de oportunidades y la falta de ambientes que faciliten el

discernimiento, ha llevado a que un ministerio ordenado, a veces, sea

buscado más por oportunidad que por vocación, buscando a menudo la

promoción social y horizonte profesional. Esto puede señalar también

una deficiencia en la pastoral vocacional. A esto, se le suma que ahora

también, ingresan al seminario muchachos mayores, con estudios

universitarios, con experiencias de vida y de fe que hacen más complejo

el proceso de formación, siendo un desafío para ayudarles a discernir

las motivaciones del llamado y la respuesta vocacional.

160

III. Al mirar a los seminarios

6. Aunque se reconoce el mucho empeño que se ha puesto en estos

decenios, y hoy de manera especial con la nueva Ratio Fundamentalis Institutionis

Sacerdotalis, para construir nuevos seminarios y preparar a las personas que

deben atenderlos (rectores, acompañantes espirituales, formadores,

profesionales), se advierten carencias importantes:

a. Se observa una falta de formación en los formadores, como también

antaño lo anotó Medellín, o que no están a la altura de los importantes

retos y exigencias que hoy supone la formación.

b. A veces, falta la conveniente estabilidad y experiencia en el equipo

formador, o se necesita una formación más especializada.

c. En varios seminarios, es posible encontrar formadores que no están de

tiempo completo, lo que dificulta un adecuado acompañamiento.

JUZGAR

IV. Un gran legado

7. El marco conceptual y doctrinal, en el que debe girar nuestra reflexión

sobre la manera como debemos asumir los desafíos en la formación del clero en

América Latina en los tiempos venideros, deben partir, lógicamente de la riqueza

que nos ha legado el Documento de Medellín en el capítulo trece del texto en

referencia, titulado “Formación del Clero”.

8. Dentro de los deseos que inspiraron la Segunda Conferencia General del

Episcopado Latinoamericano para buscar “inspirar, alentar y urgir un orden nuevo

de justicia que incorpore a todos los hombres en la gestión de sus propias

comunidades” (DM Mensaje a los Pueblos de América Latina), lógicamente se

requirió pensar en el tema de la formación del clero que de alguna manera

ayudara en la encarnación de la doctrina propuesta por el Documento.

9. Es así como, el Documento presenta la realidad, el presupuesto teológico

y las orientaciones pastorales que se constituirán en el punto de partida de nuestra

reflexión.

161

a. Necesidad de vocaciones, ante el número cada vez más escaso de

clero.

b. Seminaristas con muchos valores y talentos: Deseo de autenticidad;

sensibilidad a los problemas sociales; deseo de justicia y de

participación; mayor deseo de vida auténticamente comunitaria y

también con dificultades: “tensiones entre autoridad y obediencia; ansias

de total independencia; falta de equilibrio para discernir; rechazo de

ciertos valores religiosos tradicionales; desconfianza de los adultos” (DM

13, 4).

c. “Se comprueba una baja notable en la perseverancia y un ingreso cada

vez menor de seminaristas [...] formadores insuficientemente

preparados; falta de unidad de criterios […] fallas de formación hacia

una madurez humana plena; carencia en algunos seminarios de un

auténtico espíritu de familia; descenso en la conducción espiritual del

seminario”. (DM 13,5).

d. “Hay búsqueda de soluciones […] Por lo que mira al seminario mayor,

una formación más personalizante a base de equipos y pequeñas

comunidades”. (DM 13,6).

e. Expresa el presupuesto, o la manera como se concibe el seminario en la

perspectiva bíblica del “llamado - respuesta”, donde se sienta un elegido

entre los hombres y para los hombres, “a fin de lograr en los candidatos

aquella madurez humana que los capacite para ser conductores de

hombres”. (DM 13,7).

10. Entre las expectativas, como recomendaciones, el Documento de

Medellín propone:

a. Capacidad para escuchar fielmente la Palabra de Dios […] saber

interpretar habitualmente a la luz de la fe, las situaciones y exigencias

de la comunidad. (DM 13,10).

162

b. Se requiere además, una buena capacidad de comprensión de la

realidad y de juicio, para lo cual se debe tener: Una profunda y

continuada purificación interior y el Sensus fidei.

11. También destaca el documento de Medellín la “necesidad de una

experiencia personal y amor de Cristo” (DM 13,14)

12. Pide Medellín, la formación en una buena disciplina, “sobre todo para la

formación de la personalidad. Para ello es necesario que la disciplina sea objeto

de una adhesión interior” lo que equivale a lo que actualmente llamamos

Autoformación. (DM 13,15).

13. También resulta interesante la preocupación por la preparación del

seminarista en el ámbito de las pequeñas comunidades:

a. “[…] preparación para la iniciación y asistencia de las comunidades de

base, conveniente información y entrenamiento en dinámica de grupos y

relaciones humanas” (DM 13,21).

b. “Todos los que participan en la vida del seminario, aunque en diverso

grado, deben considerarse como formadores” (DM 13,27).

14. Como se puede observar, el Documento de Medellín, apunta ya una

disminución de vocaciones sacerdotales, la Iglesia latinoamericana descubre la

necesidad de tener equipos de formación mejor preparados para afrontar las

deficiencias estructurales de los jóvenes y la necesidad de formarlos en las

necesidades del momento:

14.1 Dificultades:

a. Tensiones entre autoridad y obediencia.

b. Ansias de total independencia.

c. Falta de equilibrio para discernir.

d. Rechazo de ciertos valores religiosos tradicionales.

e. Carencia en algunos seminarios de un auténtico espíritu de familia.

f. Descenso en una conducción espiritual del seminario.

163

14.2 Necesidades:

a. Una formación más personalizante a base de equipos y pequeñas

comunidades.

b. Capacidad para escuchar fielmente la Palabra de Dios, para saber

interpretar habitualmente a la luz de la fe, las situaciones y exigencias

de la comunidad.

c. Seminaristas con capacidad de comprensión la realidad y juicio, por

medio de una purificación interior, producto de una experiencia personal

y amor a Cristo y la adquisición de sensus fidei.

d. Seminaristas con capacidad de auto formación, entendida como una

disciplina resultante de una adhesión interior.

e. Preparación del seminarista en el ámbito de las pequeñas comunidades.

f. Una nota importante: todos los que conforman el seminario deben

considerarse como formadores (Comunidad Formativa).

15 Ahora bien, con el derrotero planteado por el Documento de Medellín,

resulta conveniente mirar de qué manera es enriquecido por el Magisterio de la

Iglesia, respondiendo a las circunstancias de nuestra época, y que de alguna

manera hacen eco y énfasis a los planteado en dicho Documento.

16 En primer lugar, tenemos la Exhortación apostólica Pastores Dabo Vobis

de San Juan Pablo II, en donde se contempló con claridad la integralidad de la

formación abarcando las cuatro dimensiones de esta: humana–comunitaria;

espiritual; intelectual y la pastoral; e introduciendo el mayor énfasis la formación

permanente.

17 Tenemos también en el documento de Aparecida, cómo se resaltó uno

de los aspectos que el documento de Medellín ya había planteado: las pequeñas

comunidades.

En la experiencia eclesial de algunas iglesias de América Latina y de El

Caribe, las Comunidades Eclesiales de Base han sido escuelas que han ayudado

a formar cristianos comprometidos con su fe, discípulos y misioneros del Señor,

164

como testimonia la entrega generosa, hasta derramar su sangre, de tantos

miembros suyos […] Medellín reconoció en ellas una célula inicial de

estructuración eclesial y foco de fe y evangelización. Puebla constató que las

pequeñas comunidades, sobre todo las comunidades eclesiales de base,

permitieron al pueblo acceder a un conocimiento mayor de la Palabra de Dios, al

compromiso social en nombre del Evangelio, al surgimiento de nuevos servicios

laicales y a la educación de la fe de los adultos. (DA 179).

Todo esto ya nos habla de la necesidad de fortalecer, con renovado

compromiso, la dimensión comunitaria en la formación.

18 “Señalamos que es preciso reanimar los procesos de formación de

pequeñas comunidades en el Continente, pues en ellas tenemos una fuente

segura de vocaciones al sacerdocio, a la vida religiosa, y a la vida laical con

especial dedicación al apostolado” (DA 311).

19 Como Documento de vital importancia para tener en cuenta está la

Nueva Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis del 8 de diciembre de 2016,

que resalta aspectos ya esbozados en el Documento de Medellín, para trabajarse

la formación en la actualidad.

19.1 Numeral 3. Notas características y contenidos fundamentales:

a. Las notas características de la formación son: única, integral,

comunitaria y misionera.

b. Se resalta de manera especial el ámbito comunitario de la formación, en

donde se reconoce el papel formativo que la comunidad del seminario

representa para el seminarista.

c. Se propone redimensionar lo académico como referente del proceso de

la formación, en el sentido de no reducir la evaluación de los procesos

de los seminaristas al ámbito académico y hacerlo más integral (4

dimensiones).

165

d. Se introduce una nueva etapa en la formación, síntesis vocacional, con

el objetivo la inserción gradual de los seminaristas que terminan su

proceso en la institución y una preparación más libre, consciente y

definitiva para recibir el Orden del Presbiterado.

20. El documento de la Nueva Ratio Fundamentalis Institutionis

Sacerdotalis insiste nuevamente en la necesidad de una formación que apunte al

crecimiento de la comunión y de una vida interior (RFIS 41-42):

Creciendo en la caridad, el futuro presbítero tratará de desarrollar una

equilibrada y madura capacidad para relacionarse con el prójimo. Ante todo, está

llamado a vivir la serenidad de fondo, humana y espiritual, que le permita,

superada toda forma de protagonismo o dependencia afectiva, ser hombre de

comunión, de misión y de diálogo […] Para formarse en el espíritu del Evangelio,

el hombre interior necesita un atento y fiel cultivo de la vida espiritual, centrado

prioritariamente en la comunión con Cristo.

21. En sintonía con el Documento de Medellín, la Ratio también invita a una

formación sin doblez y con convicciones profundas “El seminarista llega a ser

capaz de auto determinarse y de vivir con responsabilidad incluso a través de la

toma de conciencia de la propia debilidad, siempre presente en su personalidad”

(RFIS 96).

22. La Ratio, al igual que el Documento de Medellín, invita para asumir el

seminario como un reto de formación del que es responsable todos los que lo

conforman: “El Seminario, antes que un edificio, es una comunidad formativa, en

cualquier lugar en que se encuentre” (RFIS 188).

23. Por último, es bueno destacar el aporte que se expresa en el Magisterio

del Papa Francisco sobre la Formación Sacerdotal. En el encuentro del 9 de

septiembre en su viaje a Colombia, en Medellín, el Papa se preocupaba por las

motivaciones vocacionales, y la falta de una rectitud en ellas:

166

“Desde los comienzos, a quienes les toca acompañar los procesos

vocacionales, tendrán que motivar la recta intención, es decir, el deseo auténtico

de configurarse con Jesús, el Pastor, el amigo, el esposo […] Las vocaciones de

especial consagración mueren cuando se quieren nutrir de honores, cuando están

impulsadas por la búsqueda de una tranquilidad personal y de promoción social,

cuando la motivación es «subir de categoría», apegarse a intereses materiales,

que llega incluso a la torpeza del afán de lucro. Lo dije ya en otras ocasiones y lo

quiero repetir como algo que es verdad y es cierto: no se olviden, el diablo entra

por el bolsillo, siempre”53 .

24. Para solucionar esto, incitó a los seminaristas al cultivo de una vida

interior:

¿Cómo va cortando Jesús los factores de muerte que anidan en nuestra

vida y distorsionan el llamado? Invitándonos a permanecer en Él; permanecer no

significa solamente estar, sino que indica mantener una relación vital, existencial,

de absoluta necesidad; es vivir y crecer en unión fecunda con Jesús, fuente de

vida eterna […] tres modos de hacer efectivo este permanecer, que los puede

ayudar a permanecer en Jesús: Permanecemos en Jesús tocando la humanidad

de Jesús: Permanecemos contemplando su divinidad: ¿Cuántos minutos o

cuantas horas leo el Evangelio, la Escritura por día? Permanecer y contemplar su

divinidad haciendo de la oración parte fundamental de nuestra vida y de nuestro

servicio apostólico. Finalmente, hay que permanecer en Cristo para vivir en la

alegría54 .

25. El Papa Francisco en su diálogo con la Unión de Superiores Generales

de los institutos de vida consagrada, sostenida el 29 de noviembre de 2013 y

publicada por La Civiltà Cattolica, advertía sobre el peligro del Clericalismo y

también retoma el tema de las pequeñas comunidades en la formación:

53 FRANCISCO, “Encuentro con los Sacerdotes, religiosos, Consagrados”. 54 Ibíd.

167

a. “Para evitar los problemas, en algunas casas de formación, los jóvenes

aprietan los dientes, tratando de no cometer errores evidentes, de estar

sujetos a las reglas muy sonrientes, en espera de que un día se les diga:

Bien, terminaste la formación”55 . Esto es hipocresía, fruto del

clericalismo, que es uno de los males más terribles. Ya lo he dicho a los

obispos del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) este verano

en Río de Janeiro: Es necesario vencer esta tendencia al clericalismo,

también en las casas de formación y en los seminarios.

b. “Si el seminario es demasiado grande, es necesario separarlo en

comunidades con formadores capaces de seguir realmente a las

personas. El diálogo debe ser serio, sin miedo, sincero [...] La formación

es una obra artesanal, no policíaca. Tenemos que formar el corazón. De

otro modo formamos pequeños monstruos”56.

26. También evidenció el problema de los jóvenes que, siendo expulsados

de un seminario, buscan ubicarse en otro:

Si un joven que fue invitado a salir de un instituto religioso a causa de problemas de formación y por motivos serios, después es aceptado en un seminario, esto es otro gran problema. No estoy hablando de personas que se reconocen pecadores: todos somos pecadores, pero no todos somos corruptos57.

27. Ahora bien, el Papa Francisco usando la figura del Alfarero, en

Jeremías, acentuó la importancia de la formación permanente:

Tenemos que decir con firmeza: si uno no se deja formar día tras día por el

Señor, se vuelve un sacerdote apagado, que arrastra el ministerio por inercia, sin

entusiasmo por el Evangelio ni pasión por el pueblo de Dios. En cambio, el

sacerdote que día tras día se confía en las manos expertas del Alfarero […] Para

ser protagonista de su formación, el seminarista o sacerdote tendrá que decir

"síes" y "noes": al sonido de las ambiciones humanas, preferirá el silencio y la

55 FRANCISCO, “Diálogo con la Unión de Superiores Generales de los Institutos de Vida

Consagrada”, 29 de noviembre de 2013. 56 Ibíd. 57 Ibíd.

168

oración; en vez de confiar en sus obras, se abandonará en manos del alfarero y en

su creatividad providencial58.

ACTUAR

V. De la Ratio Fundamentalis a las Ratio nacionales.

28. La propia Ratio Fundamentalis señala que deben confeccionarse las

distintas Ratio nacionales. Es una tarea urgente y que exigirá un notable trabajo,

pero al mismo tiempo, es una gran oportunidad de renovación y de aplicación en

Latinoamérica de las directrices señaladas en Aparecida y en gran parte recogidas

por la propia Ratio.

29. También señala que cada seminario debe confeccionar un proyecto

propio de formación con itinerarios formativos y objetivos claros, consistentes y

experimentados. Cuidando además que se presten para que lo social tenga mayor

incidencia en la vida formativa.

30. Los procesos de formación en el seminario y en la formación sacerdotal

en general, deben estar inspirados por una espiritualidad de comunión

(espiritualidad trinitaria), de manera particular, se ha de vivir ya esa espiritualidad

de comunión en el propio seminario, favoreciendo también la vida en pequeñas

comunidades. A cada uno se le debe ayudar a aprender a querer a todos, sin

exclusiones. Cualquier comunidad cristiana da ocasión para vivir la opción

preferencial por los pobres atendiendo a los compañeros que están más solos, a

los que son menos exitosos socialmente o a los que tienen más problemas.

31. Hay que cuidar para que, en los procesos de formación, el seminarista

se sienta primer responsable de su formación, con una adhesión profunda y

auténtica a los ideales de entrega y comunión de la vida sacerdotal, y a los más

concretos que se le proponen en el itinerario de formación. No serviría una

adhesión puramente externa y como obligatoria.

58 Francisco, Audiencia a los participantes en el Congreso organizado por la Congregación para el

Clero, 7 de octubre de 2017.

169

32. Se debe procurar una auténtica vida espiritual, con un discernimiento

que lleva a seguir las inspiraciones del Espíritu Santo. Recordando que el Espíritu

habla tanto en la intimidad de la oración, como a través de la voz de la Iglesia y de

quienes tienen la misión de formarle. Si no, podría producirse una adhesión

puramente externa y generarse una doble vida.

33. El desarrollo y aplicación de la Ratio dará una ocasión muy

aprovechable para ofrecer unos cursos adecuados que renueven la formación de

los formadores. Y así atender las carencias que se han observado. Hay que

agradecer el empeño tan sacrificado que suponen generalmente estos trabajos y

comprender la dificultad de encontrar personas idóneas y que puedan dedicar el

tiempo debido a estas tareas.

34. También es un momento adecuado para replantear y desarrollar la

formación permanente del clero tal como señala la propia Ratio Fundamentalis

Institutionis Sacerdotalis: Obispos, Sacerdotes y Diáconos permanentes. Los

objetivos de Espiritualidad, Comunión y Evangelización son semejantes a los que

se proponen a los seminaristas porque son los propios de la condición sacerdotal,

pero se necesita una formación permanente que los mantenga vivos, más a nivel

pastoral y práctico, que a nivel teórico.

35. En la Promoción Vocacional y en el acompañamiento en el seminario,

se ha de probar la rectitud de intención. La vocación sacerdotal es una vocación a

la entrega y al don de sí mismo. No se viene a adquirir un estatus, sino a dar la

propia vida por el Señor a los demás.

170

13. LA IGLESIA Y LOS EMPOBRECIDOS

Comunidad de Vida y Aprendizaje

171

VER

I. La iglesia y los empobrecidos

1.- El sordo clamor, que se escuchó hace 50 años en Medellín, proveniente

de millones de hombres y mujeres “pidiendo a sus pastores una liberación que no

les llega de ninguna parte” (DM 14,2), resuena con mayor urgencia y dramatismo

aún hoy día. Nosotros no podemos quedarnos indiferentes “ante las tremendas

injusticias sociales existentes en América Latina, que mantienen a la mayoría de

nuestros pueblos en una dolorosa pobreza, cercana en muchísimos casos a la

inhumana miseria” (DM 14,1).

2. Apropiándonos del espíritu genuino de la II Conferencia del Episcopado

Latinoamericano, queremos ser una “Iglesia pobre y para los pobres”59 asumiendo

la radicalidad del Evangelio con su doble vertiente de conversión y profetismo, al

estilo de Jesucristo Nuestro Salvador que “no solo amó a los pobres, sino que

‘siendo rico se hizo pobre’ (2Co 8,9), vivió en la pobreza, centró su misión en el

anuncio a los pobres de su liberación y fundó su Iglesia como signo de esa

pobreza entre los hombres” (DM 14,7). El mismo nunca buscó para sí salir de la

pobreza, propuso en cambio el ideal de la solidaridad que enriquece.

3. Nos sentimos llamados/as a continuar con determinación, no obstante

“tantas debilidades y ruinas nuestras” (DM 14,7), la praxis contextualizada del

Concilio Vaticano II - fuente para un nuevo Pentecostés - discerniendo los “signos

de los tiempos” (Ver), escuchando-encarnando-celebrando la “Palabra Viva de

Jesucristo” (Juzgar), y caminando con nuestros pueblos en sus luchas cotidianas y

compromiso por una sociedad justa y fraterna (Actuar). “La Iglesia de América

Latina, dadas las condiciones de pobreza y de subdesarrollo del continente,

experimenta la urgencia de traducir ese espíritu de pobreza en gestos, actitudes y

normas que la hagan un signo más lúcido y auténtico de su Señor” (DM 14,7).

59 Cfr. Discurso del PAPA FRANCISCO, “Encuentro con los representantes de los medios de comunicación”, http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/march/documents/papa-francesco_20130316_rappresentanti-media.html.

172

II. Signos de la realidad que nos interpelan

4. Nos fortalece el testimonio de tantos - mujeres y hombres - mártires de

nuestras comunidades cristianas. La canonización de Mons. Oscar Romero,

precisamente durante este período de relectura de Medellín, la asumimos como un

Kairós que nos convoca a la esperanza.

5. Reconocemos la obra apostólica realizada por tantos -hombres, mujeres,

comunidades, laicos, religiosos/as, sacerdotes, obispos,- discípulos misioneros en

medio de nuestros pueblos. Nos ilumina su entrega por trasmitir la fe, haciéndose

cercanos a los más pobres y abriendo el horizonte de una liberación integral,

desde el Dios-con-nosotros.

6. En la misión de la Iglesia en favor de los pobres constatamos que, por

ejemplo: se avanza en el descubrimiento de la dignidad y los derechos de todo ser

humano, en el compromiso por la justicia y contra cualquier discriminación, en la

denuncia de la corrupción y la impunidad social. Se percibe un mayor compromiso

ecológico, el cuidado armónico de la creación. Se da mayor importancia a las

propias raíces históricas, e identidades culturales, al igual que a las garantías

prioritarias para las minorías étnicas. Se percibe un crecimiento en la libre

expresión, en procesos de democratización y en un modelo plural y multi-

expresivo a todos los niveles. Se reconoce los avances a nivel científico y

tecnológico, valorando la interdisciplinariedad… Todo ello bajo el impulso del

Reino de vida plena instaurado para nosotros en Cristo Jesús.

7. Por otro lado, somos conscientes que enfrentamos una época de

grandes problemas estructurales: nuevos rostros de pobrezas que evidencian el

grado de decadencia social, cultural y moral. Aumenta escandalosamente el

número de marginados-empobrecidos como “desecho” de un sistema neoliberal-

colonial-narcisista que asfixia los pueblos por el afán aplastante de una ambición

inhumana promovida para el consumo y provecho sin ética, la “economía que

mata” (cfr. EG 53). Las formas de violencia se hacen cada vez más sofisticadas y

se alargan como mancha de aceite dentro y fuera del ser humano; algunos

ejemplos más alarmantes son: la violencia intrafamiliar, la guerra ocasionada por

173

el narcotráfico, la descomposición del tejido social debido también a la erosión de

valores humanos fundamentales, la agresiva manipulación de muchos medios de

comunicación.

8. Evidenciamos la agudización de una serie de problemáticas bien

conocidas en la realidad de nuestra América Latina y El Caribe: los grandes

contrastes provocados por la injusticia institucionalizada, la persistente pobreza, la

corrupción generalizada, el imperio destructivo de las transnacionales (incluyendo

las de drogas y del armamento), la destrucción voraz de la madre tierra (debido

también al modelo de explotación basado sobre el extractivismo), la falta de

oportunidades para los jóvenes, la pérdida de confianza en las instituciones, las

migraciones que acarrean refugiados y desplazados, la cruel trata de personas, el

aumento geométrico de los feminicidios, la niñez maltratada y abusada… Todas

estas realidades de pecado contradicen el proyecto salvífico de Dios.

9. La desigualdad social sigue siendo el sustrato que favorece sistemas

políticos corruptos y opresores, anclados en ideologías deshumanizadoras. Las

carencias sociales se evidencian aún más en la falta de posibilidades que

permitan el desarrollo integral del pueblo latinoamericano. Algunas áreas en

particular resultan esenciales como el trabajo, la educación, la salud, la cultura,

para que las personas garanticen su dignidad como hijos verdaderos de Dios. La

falta de compromiso por parte de muchos gobernantes para defender el “bienestar

común” de las sociedades, sobre todo las necesidades de los más frágiles, para

generar una mejor vida para todos. Entre estos más pobres está nuestra hermana

y madre tierra inmersa en una compleja crisis socio ambiental (cfr. LS 1-2).

10. En cuanto a lo moral, una tendencia a una sociedad secularizada y a la

relativización del sentido de la vida. El desmoronamiento de la persona misma

ante los ataques interesados por esclavizarla a su antojo y crear el vacío

existencial que nos golpea. Como único criterio de conducta se yerguen el poder

del dinero, el pensamiento excluyente, tantas fuerzas que arrastran al mundo por

caminos enfrentados de destrucción.

174

JUZGAR

III. Premisas del magisterio que nos iluminan y orientan.

11. Hay un texto central que condensa la misión del Señor Jesús: “…He

venido a traer la buena nueva a los pobres… A sanar los corazones

destrozados” (cfr. Lc 4,18-19). Se trata de un proyecto de Kénosis, el cual tiene

su culmen en la misericordia incondicional del Señor. Seguir a Jesús no

consiste, por tanto, solamente en una pura intimidad con Dios, sino en

reconstruir la historia a favor de los pequeños, los descartados, los que no

cuentan. La opción pastoral de Dios por los pobres es la única opción que Jesús

deja a sus discípulos. La Iglesia es fiel a Dios en la medida en que radicaliza la

opción por los pobres. Las palabras de Pablo a los cristianos de Galacia, tienen

que ir resonando en cada cristiano: “Tan sólo nos pidieron que no nos olvidemos

de los pobres” (Ga 2,10).

12. El Papa Juan XXIII, el 11 de septiembre de 1962, manifestó su

profundo deseo que el rostro de la Iglesia fuese el de” la iglesia de los pobres”.

El Concilio Vaticano II nos regala unos pocos números, pero fundamentales, en

esta perspectiva: “Los gozos y esperanzas, las tristezas y las angustias de los

hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres, y de cuantos sufren, son

a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo.

Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (GS

1). Y todavía con mayor contundencia afirma: “La Iglesia, igualmente, envuelve

con afecto a todos los afligidos por la debilidad humana, más aún, sabe

reconocer en los pobres y en los que sufren la imagen de su fundador pobre y

sufriente, se esfuerza por aligerar la indigencia y quiere servir en ellos a Cristo”

(LG 8).

13. Para Medellín la opción por los pobres (cfr. DP 1134) es un criterio de

autenticidad evangélica. Descubriendo al Dios encarnado en los pliegues de la

historia humana y reconociéndolos como sujetos responsables de su propio

175

destino. El año anterior, 9 de septiembre del 2017, el Papa Francisco durante su

visita a Medellín, recordó la metodología asumida por la II Conferencia del

Episcopado Latinoamericano para el discernimiento en nuestra Iglesia local:

“Discípulos misioneros que saben ver, sin miopías heredadas; que examinan la

realidad desde los ojos y el corazón de Jesús, y desde ahí, juzgan. Y que

arriesgan, que actúan, que se comprometen”60 .

14. La respuesta que nos inspira Medellín es de carácter integral y de

particular hondura espiritual, de acuerdo al proyecto vivificante de Dios: “La

pobreza de tantos hermanos clama justicia, solidaridad, testimonio, compromiso,

esfuerzo y superación para el cumplimiento pleno de la misión salvífica

encomendada por Cristo… La pobreza de la Iglesia y de sus miembros en

América Latina debe ser signo y compromiso. Signo del valor inestimable del

pobre a los ojos de Dios; compromiso de solidaridad con los que sufren” (DM

14,7).

15. En el discurso de inauguración de la Asamblea de Aparecida el Papa

Benedicto XVI afirmó categóricamente: “La opción preferencial por los pobres

está implícita en la fe cristológica”.

16. Esta verdad queda confirmada sin ambigüedades para nuestra Iglesia

del continente cuando se afirma: “El encuentro con Jesucristo en los pobres es

una dimensión constitutiva de nuestra fe en Jesucristo. De la contemplación de

su rostro sufriente en ellos y del encuentro con El en los afligidos y marginados,

cuya inmensa dignidad Él mismo nos revela, surge nuestra opción por ellos. La

misma adhesión a Jesucristo es la que nos hace amigos de los pobres y

solidarios con su destino” (DA 257). Y el mismo documento insiste más

adelante: “Todo lo que tenga que ver con Cristo, tiene que ver con los pobres, y

todo lo relacionado con los pobres reclama a Jesucristo” (DA 393).

60 FRANCISCO, “Homilía del Santo Padre. Aeropuerto Enrique Olaya Herrera de Medellín”, https://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2017/documents/papa-francesco_20170909_omelia-viaggioapostolico-colombiamedellin.html.

176

17. El magisterio de Papa Francisco sobre este tema es riquísimo, baste

precisar algunos párrafos significativos: “En toda época y en todo lugar, Dios

sigue salvando a los hombres y salvando el mundo mediante la pobreza de

Cristo, el cual se hace pobre en los Sacramentos, en la Palabra y en su Iglesia,

que es un pueblo de pobres. La riqueza de Dios no puede pasar a través de

nuestra riqueza, sino siempre y solamente a través de nuestra pobreza,

personal y comunitaria, animada por el Espíritu de Cristo”61.

18. Reconociendo los nuevos rostros de la pobreza: “Ya no se trata

simplemente del fenómeno de la explotación y de la opresión, sino de algo

nuevo: con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la

sociedad en la que se vive, pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o

sin poder, sino que se está fuera. Los excluidos no son ‘explotados’ sino

desechos, ‘sobrantes’” (EG 53).

19. “Para la Iglesia, la opción por los pobres es una categoría teológica

antes que cultural, sociológica, política o filosófica… Por eso, quiero una Iglesia

pobre para los pobres. Esto es reconocer la fuerza salvífica de su vida y

ponerlos en el centro del camino de la Iglesia”. (EG 198). Y luego cuando nos

propone, como núcleo del anuncio, la alegría del Evangelio: “La belleza misma

del Evangelio no siempre puede ser adecuadamente manifestada por

nosotros/as, pero hay un signo que no debe faltar jamás: la opción por los

últimos, por aquellos que la sociedad descarta y desecha” (EG 195).

20. Desde Medellín hasta Evangelii Gaudium hay un proceso continuo, no

sin involuciones y dificultades, que sigue adelante en la praxis de las opciones

de la Iglesia Latinoamericana:

61 FRANCISCO, “Mensaje del santo padre Francisco para la cuaresma 2014”,

http://w2.vatican.va/content/francesco/es/messages/lent/documents/papa-francesco_20131226_messaggio-quaresima2014.html.

177

a. Los pobres han sido objeto de la acción de la Iglesia, objeto de

compasión y solidaridad. Ahora están llamados a ser sujetos de

evangelización, fuente de nuestro servicio evangelizador.

b. De una Iglesia cercana y comprometida con los pobres a una Iglesia

pobre. Una cosa es trabajar por los pobres, otra cosa muy distinta es

ser pobre.

c. Apostar a una fe de la Iglesia desde los pobres. Pobre es quien no

sabe compartir.

d. Dios se ha revelado de manera especial a los insignificantes, pobres,

marginados, excluidos, para mostrarnos su sabiduría. Para reordenar

nuestras categorías meramente humanas.

e. Creer que realmente los pobres tienen una especial connaturalidad

con el Reino de Dios.

f. Los pobres que colocan su confianza en Dios no son fatalistas, no se

suicidan por lo difícil de la vida. Al contrario, tienen hijos, hacen fiesta,

porque tiene esperanza, están seguros que Dios los acompaña.

g. Creer que desde las culturas pobres (pueblos originarios, marginados

urbanos, afro descendientes, hombres y mujeres descartados,

jóvenes…) es posible pensar en una alternativa política y económica

que suscite la utopía del Reino.

ACTUAR

IV. Líneas de acción pastoral

21. Hoy, en un contexto tan diferente al de hace 50 años, nos ponemos a

“ver-misericordiando”, a “iluminar-discerniendo” y a “actuar-acompañando” para

poder recorrer el camino en solidaridad con nuestro pueblo.

22. Lo que se nos pide hoy con creatividad es una cultura del encuentro,

un modo cercano con ‘olor a oveja’, no para ser una aduana sino un hospital de

campaña, con nuevos carismas laicales, a partir no de una teoría o una norma

sino desde las personas y desde el Evangelio, siempre en salida, en éxodo

178

misionero hacia las periferias. “Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál

es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este

llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llega a todas las periferias

que necesitan la luz del Evangelio” (EG 20).

23. No tenemos miedo ni a la misericordia ni a la ternura, sino que

buscamos abrir nuevos horizontes a una Iglesia “en salida misionera” hacia las

periferias existenciales, carentes del anuncio transformador del Reino de Dios y

mayormente sufrientes. Compartimos el anhelo programático de Papa

Francisco cuando nos dice que la misión más importante de la Iglesia hoy es:

“sanar heridas y calentar corazones” porque “prefiero una Iglesia accidentada,

herida y manchada por salir a las calles, antes que una Iglesia enferma por el

encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades” (EG 49).

24. Volver a Jesús y volver a los pobres. Frente a los nuevos escenarios,

se debe articular un discurso común, un cambio sistémico ante los nuevos

nudos problemáticos en la sociedad y en la Iglesia. Preguntarnos cuáles son

las grandes utopías para el continente, hacer sinergia, luchando más allá de

nuestros intereses sectoriales, crear las bases para tiempos de inclusión, hacer

un tejido de comunión con la diversidad. Si lo que ha ocurrido han sido grandes

transformaciones, cambios acelerados que dejan un panorama mundial

convulsionado, Medellín nos reconduce a la centralidad de Jesús y de los

pobres como esencia de nuestra identidad cristiana para ser fermento de vida

nueva y de utopías esperanzadoras.

25. Como nos aconsejaba Mons. Oscar Romero: “Tenemos que ver con

los ojos bien abiertos y los pies bien puestos en la tierra, pero el corazón bien

lleno de Evangelio y de Dios, convencidos como él, que la mayor gloria de Dios

es que los pobres vivan”. “Por todo eso queremos que la Iglesia de América

Latina sea evangelizadora de los pobres y solidaria con ellos, testigo del valor

de los bienes del Reino y humilde servidora de todos los hombres de nuestros

pueblos” (DM 14,8).

179

26. “Tenemos fe en Dios, en los hombres [y en las mujeres], en los

valores y en el futuro de América Latina” (DM Mensaje a los pueblos de

América Latina). Esto es lo más difícil, se ha escrito tanto, reflexionado de

forma continua, pero los cambios propuestos han calado poco. Creemos que ha

llegado la hora de dar pasos concretos, realizables y entendibles para todos.

a. Ser discípulos misioneros que recuperan la centralidad de la persona

de Jesús y en su Espíritu orientan y determinan su manera de vivir:

profunda espiritualidad y vida de oración.

b. Constituir una Iglesia pobre capaz de experimentar una salida

misionera hacia todas las personas, especialmente las que están en

periferias existenciales, situacionales y geográficas. Una comunidad

sencilla, humilde, cercana a los hombres y mujeres de hoy, llena de

una profunda humanidad.

c. Asumir la experiencia de ser pobre como lugar teológico. En particular

los clérigos y religiosos/as, mostrar con el testimonio sereno y alegre

de su vida que la pobreza es liberadora. Ser capaces de vivir con lo

necesario para dar testimonio de una vida evangélica, como remarcó

el documento de Medellín y ratificado por la Evangelii Gaudium.

d. Vivir una pobreza encarnada al estilo de Jesús, para luchar con los

pobres por una vida digna y tener la oportunidad de ser sujetos de su

historia. Sólo si son sujetos de su liberación integral, los pobres

dejarán la pobreza para ser más solidarios.

e. Una Iglesia que participa en la reconstrucción de una sociedad más

humana y fraterna, con justicia social. Si no participamos de las

organizaciones civiles y políticas, poco podremos hacer, para incidir

en las decisiones fundamentales para cambiar las estructuras de

nuestra sociedad.

f. Una Iglesia con fuerte conciencia ecológica y que emprende una seria

conversión integral por el cuidado de la “casa común” (cfr. LS 216-

180

221). Este es un desafío mundial. Es un grito de toda la humanidad,

por supuesto, de manera especial de los pobres.

g. Una Iglesia comunidad de comunidades (que experimentan la

descentralización eclesial) para descubrir la belleza que Dios está en

cada comunidad y en todas partes. La opción pastoral por las CEBs

sigue siendo para la Iglesia latinoamericana un modelo hoy para vivir

la fe cristiana en reciprocidad.

h. Comunidades que se alimentan de la Palabra de Dios, capaces de

leer, interpretar, actualizar la voz de Dios para sus vidas.

i. La acción local de la Iglesia debe mantener la clave de la opción por

los pobres, y su Plan Pastoral debe contemplarla fielmente. Las

acciones pastorales deben tener como norte la implicación de los

pobres en la vida de la Iglesia. La caridad de las Iglesias locales hacia

los pobres.

j. Una Iglesia comunión y sinodal que valore la ministerialidad de los

laicos/as y el papel de la mujer en una comunidad bautismal circular

responsable.

27. Haciendo estas recomendaciones no queremos perder de ninguna

manera las líneas de acción concretas que propuso el mismo documento de

Medellín, sobre todo aquellas que llaman a los pastores, a los ministros y a la

Vida Consagrada a asumir un estilo de vida pobre y fraterno (austeridad,

rechazo del consumismo, del tener siempre más), evitando el distanciamiento

con la gente y asumiendo estilos estructuras y estilos de vida sencillos y

cercanos al pueblo62, para hacer del ministerio en la Iglesia algo creíble,

verdaderamente profético y gozoso.

28. “Queremos que nuestra Iglesia latinoamericana esté libre de ataduras

temporales, de connivencias y de prestigio ambiguo; que ‘libre de espíritu

respecto a los vínculos de la riqueza’, sea más transparente y fuerte su misión

62 Cf. Pikaza, X – Antunes, J., Pacto de las Catacumbas.

181

de servicio, que esté presente en la vida y las tareas temporales, reflejando la

luz de Cristo, presente en la construcción del mundo” (DM 14,18).

182

14. PASTORAL DE CONJUNTO

183

VER

I. Pastoral d Conjunto un sueño de Medellín

1. Uno de los grandes temas tratados en la Conferencia Episcopal de

Medellín fue la Pastoral de Conjunto. Después de ahí en ningún documento del

Magisterio latinoamericano lo ha abordado tan ampliamente como lo hicieron allí.

Sin embargo, gracias a Medellín la Pastoral de Conjunto tomó carta de ciudadanía

en la pastoral latinoamericana.

2. En el caminar de la Pastoral de Conjunto hemos podido constatar los

siguientes hechos:

a. La pastoral de conjunto se ha posesionado en la práctica pastoral de

muchas diócesis.

b. Se ha dado cada vez más una vinculación de los laicos en la pastoral. Ha

sido un camino arduo, no exento de dificultades, pero en el que

descubrimos un gran avance.

c. Se sigue viviendo una tensión entre lo general y lo particular; entre lo

estructural y lo carismático; entre lo histórico (tradiciones) y lo futuro.

d. En muchas partes continúa la tensión entre la base (nivel parroquial) y

los ámbitos diocesanos. No se ha logrado una conexión y comunicación

fluidas.

e. Medellín puso en la mesa la Pastoral de conjunto, sin embargo, ya desde

Puebla sólo se habló de planificación pastoral dejando de lado todos los

otros elementos que son fundamentales en una pastoral de conjunto.

f. Se han constituido y fortalecido cada vez más los Consejos de pastoral,

tanto los diocesanos como los parroquiales.

g. Se ha puesto un énfasis muy grande en lo que respecta al proceso de

evangelización pero se ha perdido interés en el contexto socio eclesial en

el que se desarrolla.

3. Entre los factores que han favorecido la Pastoral de Conjunto

encontramos los siguientes:

a. Los medios de comunicación actuales (nuevas tecnologías).

b. Una cada vez mayor cultura de diálogo.

184

c. La creciente accesibilidad de muchos obispos para trabajar

conjuntamente, en un espíritu de comunión y participación cada vez

más eclesial.

4.- Reconocemos que han impedido un mayor desarrollo de la Pastoral de

Conjunto los siguientes factores:

a. La mentalidad individualista que cada vez se ha arraigado más.

b. La visión reduccionista de la Pastoral de Conjunto a la sola planificación

pastoral.

c. El haber caído en algunos casos en un tecnicismo, que provoca apatía a

priori ante toda propuesta pastoral que tenga de trasfondo la

planificación como herramienta de la Pastoral de Conjunto.

JUZGAR

II. Conversión Pastoral, Espiritualidad de Comunión y Sinodalidad

5. El planteamiento de la Pastoral de Conjunto se mantiene en lo esencial.

Sin embargo, a partir del camino recorrido vemos conveniente que el mismo

dinamismo lo expresemos de manera diferente. Hablar de Pastoral de Conjunto

nos da más la idea de algo metodológico, sin negar este elemento, nos parece

más oportuno decir ahora Pastoral de Comunión, pues denota más su aspecto

teológico.

4. A partir de la experiencia vivida hasta ahora y desde los aportes de la

reflexión elaborada en estos tiempos creemos que la Pastoral de Comunión

(conjunto) hoy puede considerarse a partir de tres conceptos claves.

4.1 CONVERSIÓN PASTORAL

La pastoral de Comunión sólo será posible si nos comprometemos

seriamente en la vivencia de nuestra conversión pastoral. Este llamado que

escuchamos fuertemente en Aparecida (n. 366), sigue siendo hoy más urgente

que nunca. Esta conversión implica para la pastoral de Comunión:

185

a. Salir de la autoreferencia para ir a la periferia, dejar de lado nuestras

posturas cómodas para arriesgarnos a entrar en las situaciones humanas

actuales que son muchas veces campo desconocido para nosotros.

b. Erradicar de nuestra práctica pastoral el “capillismo” y las actitudes

autoritarias que son tan propias de un acendrado clericalismo extendido

en nuestras diócesis.

c. Pasar de seguir promoviendo sólo actividades inconexas, algunas

masivas y redituables económicamente, a la creación y desarrollo de

verdaderos procesos que yendo a la raíz logren una verdadera

transformación.

d. Superar una pastoral de reacción con fuerte tendencia a una

conservación y actitud defensiva, a una pastoral propositiva en un

espíritu decididamente misionero (DA 370).

e. Mejorar o cambiar las estructuras pastorales que ya no responden a los

desafíos actuales, sin temor al conflicto, buscando siempre una

mayor fidelidad al Evangelio y a la praxis de Jesús.

4.2. ESPIRITUALIDAD DE COMUNIÓN

La pastoral de Comunión de hoy implica un nuevo estilo de servir al Reino,

un conjunto de nuevas actitudes más que de herramientas o metodologías

novedosas que sin una docilidad al Espíritu Santo, verdadero protagonista de la

Evangelización, quedarían sólo en una fría ingeniería pastoral. Para ello hace falta

que:

a. Vivir la dinámica Trinitaria de Dios: La evangelización será eficaz en la

medida en que parta o tenga su origen en una intensa vivencia de la

comunión trinitaria. En la medida en que el dinamismo trinitario inspire y

sostenga toda la red de relaciones interpersonales e institucionales. Y

finalmente en la media en que tenga como meta la comunión en el amor

y en el respeto a las diferencias, expresión de Dios la mejor comunidad.

186

b. Impacte las estructuras: Medellín al hablar de la renovación de las

estructuras pone como ideas directrices la catolicidad y la comunión

(15,5). Propone a la raíz de los cambios estructurales la comunión como

principio orientador e inspirador.

c. La Comunión como principio: Al hacer de la comunión un principio se

pone el énfasis más en el ser y el modo de ser que se va a reforzar con

un quehacer que esté en sintonía y coherencia. De esta manera se podrá

hacer confluir los ministerios, los carismas y se logrará un intercambio de

dones que logre desterrar el atomismo pastoral. Así podremos pasar de

un conjunto de pastorales inconexas a una verdadera pastoral de

conjunto o de comunión.

d. Espiritualidad que permee las estrategias y planificación: La comunión

entonces más que sólo una estrategia entre otras en el entramado de la

planificación, se convierte en una verdadera espiritualidad que inspira los

criterios, articula los diversos elementos y procesos y sostiene una

acción orgánica y transformadora.

e. La diversidad: La espiritualidad de comunión hoy nos exige una sincera

aceptación de la diversidad, su concepción como oportunidad más que

como amenaza. Un respeto y capacidad de escucha y diálogo con los

demás en la búsqueda compartida del bien común. Redescubrirnos como

una sola Iglesia pero con rostros tan diversos con los que uno se

identifica o se pasma ante la sorpresa de descubrirse tan diferentes y

estar sin embargo, tan íntimamente unidos y referidos unos a otros.

f. Laicos protagonistas: En esta comunión tenemos una tarea pendiente

todavía con los laicos. La gran parte que conforma la Iglesia y el mayor

número de agentes que colaboran en los proyectos pastorales son laicos.

La comunión tiene que pensarse entonces más que nunca desde una

teología y una praxis pastoral del laicado.

187

4.3.- SINODALIDAD

El Papa Francisco nos ha dejado en claro que el estilo propio de ser Iglesia

y de construir el Reino es la sinodalidad teniendo a Cristo Resucitado en medio.

Solo podremos lograrlo si somos capaces de:

a. Caminar juntos, como Pueblo de Dios, Obispos, sacerdotes, religiosos,

religiosas, laicos y laicas, escuchándonos y recociéndonos como iguales

en dignidad y misión, con diversos énfasis vocacionales pero portadores

del único soplo del Espíritu que habla permanente a toda su Iglesia, es

un gran desafío que no podemos dejar de lado.

b. Para caminar juntos, en comunión, hay que tener claridad en el fin que

deseamos alcanzar, conocimiento real de nuestras fortalezas y una

humilde aceptación de nuestras limitaciones para ponerlo todo al servicio

del proyecto común evangelizador. Escuchar con empatía, ver con

detalle y tocar con respeto la realidad de los otros, son presupuestos

para hacer este camino junto.

c. Esta experiencia de sinodalidad será posible si logramos mejorar e

intensificar la comunicación ad intra y ad extra. Su deficiencia es una

fuente constante de conflictos interpersonales e institucionales que

terminan lastimando a las personas y debilitando las estructuras.

Medellín hablaba de tener una comunicación real, ascendente y

descendiente, entre la base y la cumbre (Cf. DM 15,8).

ACTUAR

III. Líneas de acción

5. Para poder construir una pastoral de Comunión acorde a nuestros

tiempos proponemos las siguientes líneas de acción:

5.1 Formar en el discernimiento personal y comunitario para una lectura

creyente de la realidad, -y desde ella- escrutando los signos de los tiempos que

nos interpelan, se conviertan en una provocación para nuestro actuar. Por eso el

188

Discernimiento Pastoral Comunitario es fundamental para responder a la Palabra

del Señor. Esto nos pide una formación seria y comunitaria en el discernimiento

para poder escuchar la voz del Espíritu que habla a nuestras Iglesias.

5.2 Promover la sinodalidad como metodología de participación de todos los

sujetos evangelizadores en los distintos niveles eclesiales. Un medio para vivirla

son las asambleas eclesiales. En ellas debe primar un ambiente de acogida de la

voluntad de Dios, una permanente atención a las señales que el Señor ofrece. En

las asambleas se tiene que escuchar con mucha atención, fomentando un diálogo

armónico entre la jerarquía y lo carismático. En esto tenemos mucho que

aprender.

5.3 Impulsar una espiritualidad de comunión

a. Esta espiritualidad debe estar caracterizada por la sencillez y la apertura

a los otros. La fuente donde se alimenta es Dios Trinidad mediante una

auténtica oración que hace dócil a la acción del Espíritu introduciendo así

en esa dinámica de comunión divina.

b. Esta comunión hoy tiene que manifestarse en una apertura a la riqueza

de toda la Iglesia sobrepasando regionalismos. En la integración de los

movimientos a los procesos pastorales parroquiales y diocesanos y en la

integralidad de la acción pastoral que abarque las cuatro dimensiones:

comunión, anuncio, misión y celebración.

5.4 Potenciar las estructuras intermedias aplicando el principio de

subsidiariedad.

a. Siempre en un espíritu de comunión y corresponsabilidad hay que

impulsar aún más las estructuras intermedias como son los decanatos o

arciprestazgos, las zonas pastorales, estructuras interparroquiales, etc.

con la finalidad de facilitar el trabajo parroquial al que también conviene

revisar y renovar su estructura tradicional.

189

b. Las parroquias están llamadas a ser verdaderas experiencias de vida

comunitaria a través de pequeñas comunidades, espacios con calor

humano, donde se vive intensamente la fraternidad. Los Consejos de

pastoral parroquial pueden ir diseñando y edificando este tipo de

comunidades, su reflexión y el discernimiento pastoral irán marcando la

ruta a seguir. De manera particular hay que seguir trabajando y

avanzando en el rubro de la pastoral urbana.

5.5 Promover la incidencia de los laicos en la vida eclesial

a. Los laicos tienen que ocupar su lugar, deben de pasar de ser miembros

marginales o de segunda a protagonistas de la evangelización, en

comunión y participación con la jerarquía. Su presencia ha de ser

efectiva en todas las instancias eclesiales, no sólo en las de

discernimiento sino también en las de toma de decisiones.

b. Tenemos el pendiente de la real superación del clericalismo, para eso

hay que trabajar arduamente en todos los niveles eclesiales ofreciendo

una formación integral para poder tener una cualificada participación.

Tenemos también como pendiente la promoción de los ministerios

laicales, pensados desde las nuevas necesidades a las que hay que

afrontar actualmente.

6. La Pastoral de conjunto o de comunión se ha convertido ya en un

referente generalizado para los proyectos evangelizadores de las distintas

Iglesias. No podría ser de otra manera, pues no se trata de una opción

metodológica coyuntural sino que es expresión de la naturaleza de la Iglesia y del

proyecto de Jesucristo que pidió para su Iglesia la comunión y la unidad.

190

15. LA COMUNICACIÓN EN LA MISIÓN

EVANGELIZADORA

DE UNA IGLESIA EN TIEMPOS DE SALIDA

Comunidad de Vida y Aprendizaje

Medios de Comunicación Social

191

VER

I. Los Medios de Comunicación Social a 50 años de Medellín

1. En la Iglesia Latinoamericana y Caribeña existe una impostergable

necesidad de informar las grandes y buenas noticias que a diario se viven en

nuestra iglesia con un lenguaje claro, universal, sencillo, cercano, al estilo de

Jesús que tenga al centro las historias de vida de las personas que construyen

nuestra comunidad.

2. Medellín de 1968, se refería a los medios de comunicación social

señalando que: “La Iglesia universal acoge y fomenta los maravillosos inventos de

la técnica que miran principalmente al espíritu humano y han abierto nuevos

caminos a la comunicación entre los hombres, como son la prensa, el cine, la

radio, la televisión, el teatro, los discos” (DM 16,4); al tiempo que planteaba la

visión de futuro de los medios sobre una nueva época que “produce un impacto

que aumenta en la medida en que avanzan los satélites, la electrónica y la ciencia

en general”. (DM 16,1).

3. Pues bien, a 50 años de esas afirmaciones, está claro que el universo

comunicacional ha dado un salto sustancial (cuantitativo-cualitativo) tanto en

materia de innovaciones como en su alcance individual, local, regional y global.

4. Actualmente nuestra iglesia dice que acoge y fomenta los mismos

maravillosos inventos de las tecnologías de información y comunicación, que sin

duda han representado un cambio paradigmático en lo que denominamos la

revolución de la tecnología, a lo cual sumamos redes sociales, portales web,

grupos de chat, mensajería instantánea e, incluso, los ideogramas tecnológicos

(emoticones) y las diversas formas habidas y por haber del lenguaje producto de

la apropiación social de las tecnologías.

192

JUZGAR

II. Poder evangelizador de la palabra

5.- Más allá de los cambios paradigmáticos y epistemológicos de las

comunicaciones, lo cual implica nuevas reflexiones en torno al concepto de

desarrollo, contextos políticos, ciencias, culturas, vertientes y doctrinas de la fe,

incididos por temas emergentes como la ecología, movilidad humana, infancias

vulneradas y defensa de la vida, lo que sí permanece inalterable es el concepto

del poder de la palabra.

6. La palabra, en la misión evangelizadora de una iglesia en tiempos de

salida, es el don del kerigma (Llevar la buena nueva) que trasciende el

instrumentalismo con que años atrás se miraba tan solo los medios de

comunicación social como un fin, en cuanto que ahora el gesto de entrar en

comunión con los demás, en un contexto inculturado y propiciador de la cultura del

encuentro, representa el mayor desafío de quienes integramos el cuerpo de la

iglesia de Cristo.

7. Asimismo en los gestos de silencio y perdón, la comunicación de nuestra

iglesia tiene su razón de ser ante la calumnia, el discurso de la antiética y la

difamación, pues no sólo en contextos públicos, sino en el seno del diario convivir

en comunidades de vida consagrada y laicales, como en las comunicaciones

institucionales y en todos los espacios, debe prevalecer la capacidad de la

escucha como mecanismo de comunicación efectiva.

8. En el documento final de Medellín (16, 7), se encuentra que “La palabra

es el vehículo normal de la fe: fides ex auditu" (Rom 10, 17). En nuestros tiempos

la palabra también se hace imagen, color y sonido, adquiriendo formas variadas a

través de los diversos medios de comunicación social. Tales medios, así

comprendidos, son un imperativo de los tiempos presentes para que la Iglesia

realice su misión evangelizadora”.

193

9. Evangelizar en los actuales tiempos es inevitable, tenemos al Papa

Francisco como el máximo promotor y referente, quien en un lenguaje llano, claro,

preciso y conciso ha salido al encuentro del otro, en salida misionera, inserto en

las periferias existenciales, construyendo puentes , en diálogo permanente, en lo

que podemos llamar la cultura del encuentro.

10. “La Iglesia no puede cumplir con la misión que Cristo le confiara de

llevar la Buena Nueva hasta los confines de la tierra si no emplea los medios de

comunicación social, únicos capaces para llegar efectivamente a todos los

hombres”. (DM 16,7). En este punto, los integrantes de la Comunidad de Vida

concluimos como esencial para lograr una comunicación efectiva y afectiva.

11. Consideramos que hay tres aspectos fundamentales en materia de

MCS de Medellín que cobran vigencia absoluta y forman parte del kerigma propio

de una iglesia que se define en salida, misionera, pobre para los pobres, por ello,

tras 50 años, se reafirma:

11.1 Primera consideración: Jesús como modelo del comunicador:

a. Adapta el lenguaje según su interlocutor

b. Medita la Palabra

c. Piensa a quién se la va a contar, a quién va dirigida (Interlocutores,

situaciones)

d. Plantea la historia con la que la puede ilustrar

e. Da valor a la Palabra a partir de otras formas de lenguaje (parábolas,

historias, signos, gestos, silencio).

f. Explica de forma diferente para públicos diferentes (intraeclesial /

extraeclesial).

g. Se entrega a sí mismo.

h. Habla con autoridad.

11.2 Segunda consideración: “La Comunicación Social y el empleo de sus

instrumentos son para la Iglesia, el medio de presentar a este continente una

imagen más exacta y fiel de sí misma, transmitiendo a gran público no sólo las

194

noticias relativas a los acontecimientos de la vida eclesial y sus actividades, sino

sobre todo, interpretando los hechos a la luz del pensamiento cristiano”. (DM 16,8)

a. Una comunicación a la medida de lo humano. La persona humana como

eje central de la comunicación.

b. Humanización de la información y de los medios.

c. Humanización de los espacios y de las interrelaciones.

d. Recuperar el servicio social de la comunicación.

e. Insertarse en las periferias existenciales.

f. Fomentar la comunicación desde lo comunitario, desde el compartir,

desde la convivialidad (“rescatar la convivialidad”, Papa Francisco).

g. Dar visibilidad a los pequeños signos del Reino (lo cotidiano, lo sencillo,

las prácticas diarias).

h. No tener miedo a ser explícitos en el anuncio de Jesucristo.

i. La persona humana es un ser para la comunicación, es comunicación

j. La comunicación como elemento clave de la Cultura del Encuentro.

k. Es importante recordar el Decreto "Inter mirifica": “urge a todos los hijos

de la Iglesia para que utilicen los medios de comunicación social

eficazmente, sin la menor dilación y con el máximo empeño, y a los

sagrados Pastores para que cumplan en este campo su misión,

íntimamente ligada a su deber ordinario de predicar” (IM 3,9).

11.3 Y tercera y última consideración: Iglesia en su misión de comunicar el

evangelio del Reino. Pero; ¿Qué aspecto deberá considerar? Sugerimos que:

a. La iglesia que debe entender la comunicación desde la comunión.

b. La iglesia que debe ir más allá de las dicotomías: medios eclesiales

“oficiales”/ medios “seculares”; iglesia desde lo local / global, pensar

en lo local; no sólo informar sino comunicar el diario vivir y rescatar lo

sencillo.

c. La Iglesia que construya la cultura del encuentro y protección.

d. Vencer el economicismo de la comunicación. La comunicación es del

público, es un derecho humano que estamos dejando de lado. Y si

195

no contribuimos a ese libre acceso a la comunicación y a la

comunicación libre, estamos siendo injustos.

e. La Iglesia en su rol de incidir en la cultura. “El evangelio que no se hace

cultura, no es plenamente evangelio” (Pablo VI retomado por Juan

Pablo II en lo referido a la comunicación).

f. “Evangelizar es comunicar para que todos vivamos en comunión” (DP

279).

ACTUAR

III. Comunicar para que todos vivamos en comunión

12. A 50 años de la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano

en Medellín, como Comunidad de Vida de Medios de Comunicación Social,

concluimos que:

La Iglesia tiene el rol de:

a. Informar de manera clara y sencilla, llegando a todo tipo de audiencias.

Cautivar, incentivar, atraer a las personas, simplificando su lenguaje,

haciéndolo más cercano y comprensible por todos.

b. Informar sobre todos los temas: tanto lo intraeclesial, como lo

extraeclesial. Ejercer su opinión en todas las materias: deportes,

música, cultura, etc., todo aquello que es cotidiano y de importancia para

la gente.

c. Ser la voz, dar voz, denunciar, aprovechar los medios de comunicación

que tenemos y también los medios de comunicación abierta, sin miedo,

informando y expresando opinión cuando sea necesario.

d. Humanizar la comunicación, es el deber de nuestra Iglesia. “Humanizar

con equidad”, recuperar esa labor esencial en estos tiempos de tanta

deshumanización, individualismo.

e. Informar más allá de los medios seculares, locales, propios.

Fomentando el sentido ético.

196

f. Aprovechar la tecnología y las redes sociales para informar, atraer

nuevos públicos (jóvenes). Dar un buen uso y captar nuevos públicos.

g. Dar visibilidad a los pequeños signos del Reino, a lo cotidiano, a los

sencillos, procurando fomentar una real “Cultura del Encuentro”.

h. Recuperar el servicio social de la comunicación, que nos ayude a

generar una cultura de comunidad, solidaridad, compartir,

reencontrarnos.

i. Fomentar la convivialidad (Papa Francisco)

13. En suma, quienes estamos al frente de los MCS, en todas sus variantes

de contexto y formas, debemos “ampliar el horizonte” hacia todos los sectores de

la sociedad, generando espacios de vinculación comunicacional y articulación de

esfuerzos para estar al servicio de los pobres y marginados como compromiso

inquebrantable.

14. En este sentido, en la agenda de la iglesia deben ser prioritarios los

temas emergentes para responder con audacia a las grandes interpelaciones de

estos tiempos y entrar en diálogo permanente con el mundo a fin de enviar un

mensaje positivo que promueva la reconstrucción de una iglesia que cura heridas

y pide perdón, pero que también es constructora de esperanzas.

Referencias bibliográficas

BENEDICTO XVI, Exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini, Editrice

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199

NÚCLEO 4

OTROS DESAFÍOS PARA EL DISCIPULADO

MISIONERO

200

16. LA MUJER EN LA IGLESIA

Comunidad de Vida y Aprendizaje

201

VER

I. Las mujeres en América Latina y el Caribe, la región del mundo con el más

alto porcentaje de católicos y con la mayor inequidad y violencia

1. Al despuntar el siglo XXI encontramos que nuestra región es la que tiene

el mayor porcentaje de población católica y sin embargo es la más desigual

económicamente y la más violenta del planeta, siendo las mujeres las que

mayormente sufren por la inequidad socioeconómica y la violencia.

2. En el siglo XX las mujeres latinoamericanas realizamos una revolución

pacífica y obtuvimos derechos civiles y políticos que nos han permitido acceder a

recursos, posiciones, y beneficios que sólo eran privilegios masculinos. Sin

embargo, todavía no existe en la realidad social, económica, política y cultural

equidad entre hombres y mujeres. Las diferencias sociales y raciales persisten y

se entrelazan con las de género y así alimentan la cultura patriarcal que domina el

conjunto social y la clerical que ahoga la eclesial.

3. Ambas hacen parte de lo que se ha llamado cultura del privilegio. En

América Latina y El Caribe la tenemos profundamente arraigada. Con ella se

naturalizan todas las desigualdades, discriminaciones, jerarquías y posiciones de

poder. Se ha hecho natural que un grupo, o los hombres tengan más derechos y

beneficios que las mujeres. Los patrones culturales se reproducen en la iglesia así

sean totalmente incongruentes con el mensaje evangélico.

II. La inequidad socioeconómica tiene rostro femenino

4. Los análisis socioeconómicos de la CEPAL nos dicen que un factor

determinante en la desigualdad social es la diferencia de ingresos entre hombres y

mujeres y la falta de autonomía económica de las mujeres. Datos recientes

revelan que una de cada tres mujeres no tiene ingresos propios, que 26% de las

que trabajan ganan menos del salario mínimo, que 78% tiene empleos en sectores

202

de baja productividad, que 60% de las mujeres trabaja en la economía informal y

por tanto carecen de seguridad social63.

5. En la región los hombres ganan más que las mujeres en cualquier grupo

etario, cualquiera sea su nivel de educación, en todo tipo de empleo y de

empresas. Por ejemplo, El Instituto Nacional de Estadísticas de Chile (INE) reveló

que la diferencia de salarios entre hombres y mujeres alcanzó una brecha de

31,7% en 2016. Además, los ingresos de las mujeres suelen declinar cuando

tienen hijos, una situación que se vive en un 71 % de las mujeres menores de 30

años y 88% en el caso de las mujeres entre 30 y 39 años, en cambio los hombres,

de todas las edades, con niños son propensos a tener ingresos más altos que los

hombres sin hijos, lo cual no es el caso de las mujeres en cualquier grupo de

edad. Aunque la diferencia salarial es parcialmente mitigada en zonas rurales,

donde las mujeres ganan en promedio lo mismo que los hombres, la propiedad de

la tierra se encuentra en manos masculinas en un 75%.

6. Hoy las mujeres tenemos, teóricamente, acceso a todo tipo de

educación, sin embargo, todavía se evidencia una segregación de carreras entre

hombres y mujeres y una segregación al momento del reconocimiento de la

formación, lo que actúa como reproductor de las desigualdades de género

existentes en el mercado laboral. En América Latina las mujeres ganan en

promedio el 84% de lo que ganan los hombres. Pero cuantos más años de

instrucción tienen las mujeres, es mayor la brecha. Un hombre con un posgrado

gana un 42,4% más que una mujer con su mismo nivel de estudios.

7. La edad también influye a la hora de pagarles a los empleados, puesto

que los hombres entre 45 y 54 años ganan un 40,8% más que una mujer de la

misma edad.

8. La condición étnico-racial es otro factor de desigualdad estructural en

América Latina como lo explicaremos, tiene sus raíces en el orden colonial que

63 CONVERTI , L., “La desigualdad económica de género en América Latina”,

https://www.celag.org/la-desigualdad-economica-de-genero-en-america-latina/.

203

estableció un orden social radicalizado y jerárquico, generando una cultura del

privilegio masculino, rico y blanco.

9. El trabajo no remunerado dedicado al cuidado de los hijos y de los

ancianos representa el 20 % del PBI y este ocupa 2/3 del tiempo de la mujer

mientras que los hombres le dedican menos del 1/3 de su tiempo.

10. Al examinar en qué sectores están los más ricos, se ve que un tercio de

la riqueza global de los multimillonarios es “heredada” y otro tercio se produce en

sectores o monopolios como las telecomunicaciones y la minería que

proporcionan pocos empleos o en sectores que dependen fuertemente de

contratos públicos, como las farmacéuticas y la construcción de infraestructura,

que como ha sido denunciado hasta la saciedad ha favorecido prácticas

clientelistas y corruptas. Además, la cultura del privilegio sigue fortaleciendo la

brecha entre ricos y pobres. Es evidente que en América Latina y el Caribe, la

familia donde se nazca y las relaciones primarias y clientelares entre élites

políticas y empresariales son determinantes en la acumulación de riqueza.

III. Violencia contra las mujeres y feminicidio

11. En noviembre de 2017, un informe del PNUD y ONU Mujeres señaló

que la violencia contra las mujeres en América Latina y El Caribe, es la más alta

del mundo, fuera de un contexto de guerra”64.

12. Recién en el siglo XXI las mujeres han logrado que se legisle en

algunos países contra la violencia de género y el feminicidio, allí donde se ha

tomado consciencia de la gravedad de la situación a la que han estado expuestas

las mujeres, por el simple hecho de serlo y estar en posición de vulnerabilidad en

la familia y sociedad.

64 Ver también http://reports.weforum.org/global-gender-gap-report 2017/dataexplorer/?doing_wp_cron=1538094563.4557681083679199218750. GHERARDI, N., “La violencia contra las mujeres en la región”, https://repositorio.cepal.org/handle/11362/27860.

204

13. Durante siglos las mujeres no han tenido a quien acudir para reclamar

por la eventual violencia que sus propias parejas podrían ejercer sobre ellas. Se

consideraba que la violencia contra las mujeres solo estaba constituida por leves

maltratos físicos o verbales que tenían lugar al interior de la familia o la pareja y

que no competía a nadie intervenir. En parte porque la cultura patriarcal

subrepticiamente daba por hecho que la mujer era una pertenencia del varón. A

partir de los años 90 del siglo veinte se evidencia las consecuencias de las

violencias contra las mujeres. En diversos países las encuestas empiezan a

mostrar la masividad de ataques de todo orden que sufren las mujeres y la

gravedad de la situación por la falta de recursos a donde presentar denuncias.

14. Paulatinamente se produce una progresiva penalización de figuras que

al principio eran consideradas faltas o infracciones que no tenían carácter penal

como malos tratos, maltrato habitual, tipificadas como violencia doméstica en

diversas legislaciones penales.

15. Pero la violencia contra las mujeres se expresa de muchas formas y en

todos los espacios. No se trata solo del maltrato físico o verbal al que es sometida

la mujer por el hecho de serlo. Implica muchas formas a veces disimuladas y que

se perpetúan y de las cuales poco se habla y las mujeres no tienen tampoco a

donde recurrir para pedir ayuda. Muchas veces hacen parte de comportamientos

socialmente aceptados y que se consideran naturales por eso es tan importante

visibilizarlos y hacerlos públicos y crear espacios de apoyo.

16. Esa diversidad de violencias incluye: La violencia psicológica, más difícil

de visualizar, pero no por eso menos traumática y se vive no sólo en los espacios

domésticos sino también en los laborales, en las escuelas, en los propios espacios

religiosos. Es toda conducta activa u omisiva ejercida en descrédito, menosprecio,

deshonra al valor de la persona y a su trabajo. Tratos vejatorios, asilamiento,

vigilancia constante, marginalización, negligencia, abandono, celopatía o envidia,

comparaciones destructivas, amenazas. Una infinidad de actitudes y actos que

205

conllevan a las mujeres víctimas a disminuir su autoestima, a perjudicar o

perturbar su sano desarrollo e incluso hasta el suicidio.

17. La violencia sexual, que va desde el piropo desagradable o comentario

con connotación sexual dirigido a una mujer, de lo cual son víctimas desde niñas

hasta ancianas; en el espacio público como puede ser una calle, un comercio, la

escuela o el propio trabajo o en el familiar, hasta la prostitución forzada, la

esclavitud y trata de personas. Pasa también por la violación y el uso de la fuerza

o intimidación incluso dentro del mismo matrimonio, de relaciones sexuales no

consensuadas.

18. El acoso y el hostigamiento por medio de todo tipo de mensajes

encaminados a perseguir, intimidar, chantajear, apremiar, vigilar a las mujeres,

atentando contra su estabilidad emocional, dignidad, prestigio, integridad física, o

psicológica etc. que pueden poner en riesgo su trabajo, promoción, o

reconocimiento de su trabajo y labor.

19. La violencia económica que lleva a producir un menoscabo de los

bienes de las mujeres incluidos los bienes comunes, la perturbación de la

posesión de bienes, tenencia o propiedades comunes, el control es decir todo lo

que limita la autonomía de las mujeres y los medios indispensables para vivir.

20. Todas estas formas de violencia contra la mujer son posibles por la

existencia de la inequidad y abuso de poder sustentado en la cultura patriarcal con

profundas raíces en la historia latinoamericana, que es necesario conocer y

visualizar para poder empezar a buscar estrategias que posibiliten el cambio para

que haya una verdadera equidad de género que pasa por el empoderamiento de

las mujeres. En estos procesos de transformación cultural es mucho lo que las

diversas comunidades eclesiales, desde el laicado hasta las autoridades de la

iglesia pueden hacer.

206

IV. La mujer como sujeto eclesial portadora de vida

21. Las mujeres constituyen el grupo mayoritario de los creyentes de

América Latina y El Caribe y su papel es fundamental en la construcción de la

comunidad eclesial, del anuncio de la Palabra, de la formación de catequistas y

líderes de comunidades, de la trama de relaciones solidarias que se expresan en

gestos concretos de compromiso y misericordia. Por eso, la reflexión que

hacemos, posa la mirada, también sobre tantas mujeres que con la radicalidad de

su entrega se constituyen en sujetos eclesiales muy significativos en esta

coyuntura de transformación a la que asistimos.

22. En el ejercicio de ver y vernos, hace bien hacer memoria de todas las

mujeres que en la ciudad y en el campo, en los márgenes de la historia, y mientras

escalan tras derechos, dignidad y posibilidades, van dándole plenitud a su

identidad y sentido a esa entrega cotidiana, sencilla y siempre trascendental de su

existencia.

23. Tantas consagradas, que recorren de norte a sur la geografía de

nuestra América, que arriesgan su vida, entre grupos armados, zonas de malaria,

enfermedades tropicales y travesías complejas por sierra y selva… Ellas,

discípulas de todas las edades, parecen no tener miedo, se les ve serenas y

bondadosas, llevan en su mochila el Evangelio y algún dulce que reparten entre

sonrisas, mientras organizan una jornada solidaria para intentar que haya luz

eléctrica; con sus manos reconstruyen en templo deteriorado por los años y el

abandono; hacen la paraliturgia y preparan a los niños para los sacramentos.

24. Laicas comprometidas, que comparten con sus compañeros de

andadura, la pasión por Jesús, coordinan movimientos internacionales de

Profesionales Católicos, Comunidades de Vida Cristiana y no paran de anunciar y

denunciar. O aquellas otras que lideran con sencillez los grupos parroquiales,

visitan a los enfermos en condición de Ministras de la Comunión y en su oración,

se expresa toda la sabiduría de esos que Jesús llama, los pequeños, a los que

Dios les revela lo fundamental.

207

25. Hacemos eco de tantas mujeres que producen conocimiento

anunciando a Jesús desde sus propias experiencias de vida, iluminadas por la

Palabra. Las que se entregan sin condición, ni horario en calidad de misioneras y

voluntarias.

26. El ejercicio de VER, nos pone de cara a la realidad de la mujer de

nuestro tiempo y contexto, nos urge a la luz que surge del JUZGAR la realidad

desde criterios evangélicos y en fidelidad a un momento histórico con desafíos y

urgencias concretas que nos urgen a un nuevo tejido de relaciones.

JUZGAR

V. El papel de la mujer en la Iglesia y en el mundo

27. En la comprensión de las nuevas maneras de relaciones a las cuales el

Señor Jesús invita, se enmarca el replanteamiento y la consideración del papel de

la mujer en la Iglesia y en el Mundo. Y en ese marco la violencia y la inequidad

son inaceptables para los cristianos como nos lo recuerda Francisco:

28. La semilla cristiana de la igualdad radical entre cónyuges hoy debe dar

nuevos frutos. El testimonio de la dignidad social del matrimonio llegará a ser

persuasivo precisamente por este camino, el camino del testimonio que atrae, el

camino de la reciprocidad entre ellos, de la complementariedad entre ellos.

29. Por eso, como cristianos, tenemos que ser más exigentes al respecto.

Por ejemplo: sostener con decisión el derecho a la misma retribución por el mismo

trabajo; ¿por qué se da por descontado que las mujeres tienen que ganar menos

que los hombres? ¡No! Tienen los mismos derechos. ¡La desigualdad es un

auténtico escándalo! Al mismo tiempo, reconocer como riqueza siempre válida la

maternidad de las mujeres y la paternidad de los hombres, en beneficio, sobre

todo de los niños. Igualmente, la virtud de la hospitalidad de las familias cristianas

208

tiene hoy una importancia crucial, especialmente en las situaciones de pobreza,

degradación y violencia familiar.65

30. La ruptura del dialogo entre hombres y mujeres ha provocado el

fortalecimiento de la cultura patriarcal con la consecuente inequidad y violencia.

Como dijo Francisco: El pecado genera desconfianza y división entre el hombre y

la mujer. Su relación se verá asechada por mil formas de abuso y sometimiento,

seducción engañosa y prepotencia humillante, hasta las más dramáticas y

violentas. La historia carga las huellas de todo eso. Pensemos, por ejemplo, en los

excesos negativos de las culturas patriarcales. Pensemos en las múltiples formas

de machismo donde la mujer era considerada de segunda clase. Pensemos en la

instrumentalización y mercantilización del cuerpo femenino en la actual cultura

mediática.

31. Pero pensemos también en la reciente epidemia de desconfianza, de

escepticismo, e incluso de hostilidad que se difunde en nuestra cultura —en

especial a partir de una comprensible desconfianza de las mujeres— respecto a

una alianza entre hombre y mujer que sea capaz, al mismo tiempo, de afinar la

intimidad de la comunión y custodiar la dignidad de la diferencia”66.

32. El Magisterio de Francisco nos permite asistir a nuevos planteamientos

y afirmaciones en el horizonte del lugar de la mujer en la Iglesia; afirma que ésta

necesita retomar la reflexión sobre la presencia y el lugar de la mujer. Motiva a

pensar la participación de la mujer en la Iglesia.

33. Es preciso considerar, como bien lo expone Francisco que se trata del

sentido del servicio en todos aquellos que se consideran seguidores del Señor

Jesús. Así lo expresa en el 2013 durante el discurso a los participantes en el

65 FRANCISCO, “Audiencia General del miércoles 29 de abril de 2015”,

http://w2.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2015/documents/papa-francesco_20150429_udienza-generale.html. 66 FRANCISCO, “Audiencia general del miércoles 22 de abril de 2015”,

http://w2.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2015/documents/papa-francesco_20150422_udienza-generale.html.

209

seminario organizado por el Consejo Pontificio para los Laicos con ocasión del

XXV aniversario de la "Mulieris Dignitatem”:

34. Sufro cuando veo en la Iglesia o en algunas organizaciones eclesiales

que el papel de servicio de la mujer se desliza hacia un papel de servidumbre.

Cuando veo mujeres que hacen cosas de servidumbre, es que no se entiende bien

lo que debe hacer una mujer67.

35. Francisco tiene en cuenta que la mujer posee unas características

peculiares, las cuales se hacen parte de la contribución que ésta viene a hacer no

sólo en la sociedad, sino también a la misma Iglesia68. El Papa lo expresa en la

Evangelii Gaudium insistiendo en que “la Iglesia reconoce el indispensable aporte

de la mujer en la sociedad, con una sensibilidad, una intuición y unas capacidades

peculiares que suelen ser más propias de las mujeres que de los varones” (EG

103).

36. Al pensar en el papel, lugar de la mujer en la Iglesia no podemos dejar

de considerar estas peculiaridades a las cuales Francisco hace alusión. Acogiendo

estas invitaciones, estamos llamados a avanzar hacia la posibilidad de conectar e

integrar con las transformaciones que a nivel de sociedad se vienen generando los

últimos años. Éstas nos exigen cambios en nuestra mentalidad y en la propia

comprensión que mujeres y varones, hacemos del mundo, de las relaciones, de

categorías como: participación, inclusión, sinodalidad.

37. Es urgente integrar, como bien lo señala el Papa Francisco: El genio

femenino es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello, se ha

67 Cf. FRANCISCO, Discurso del santo Papa Francisco al seminario promocionado,

http://w2.vatican.va/content/francesco/it/speeches/2013/october/documents/papa-francesco_20131012_seminario-xxv-mulieris-dignitatem.html. 68 Años atrás este reconocimiento de lo específico de la mujer lo expresó Juan Pablo II en la Mulieris Dignitatem n°16 cuando afirmaba “desde el principio de la misión de Cristo, la mujer demuestra hacia él y hacia su misterio una sensibilidad especial, que corresponde a una característica de su femineidad. Hay que decir también que esto encuentra una confirmación particular en relación con el misterio pascual; no sólo en el momento de la crucifixión sino también el día de la resurrección. Las mujeres son las primeras en llegar al sepulcro. Son las primeras que lo encuentran vacío. Son las primeras que oyen: «No está aquí, ha resucitado como lo había anunciado» (Mt 28, 6).

210

de garantizar la presencia de las mujeres también en el ámbito laboral y en los

diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia

como en las estructuras sociales69.

38. Somos conscientes que muchas veces la formación que en el seno de

la Iglesia hemos promovido no nos ha ayudado a despertar la conciencia, a

ensayar y a hacernos promotores de lo nuevo que todo seguidor abraza en la

persona del Maestro de Nazaret. Desde Él y su anuncio del Reino entrevemos un

camino posible a partir del cual la mujer, el varón pueden encontrarse y

reconocerse como iguales en dignidad y posibilidades y con acentos particulares,

en el encuentro de la diversidad que constituye la riqueza de la misma Iglesia.

39. En este mismo camino reflexivo se inscribe Ana María Bidegain, quien

en la Asamblea de la CAL, en marzo de 2018, insistió en que hemos de “...retomar

la propuesta de Jesús, que rompiendo con las costumbres culturales de su época

trata a las mujeres de manera igualitaria, amistosa, respetuosa nunca denigrante y

mucho menos minusvalorándolas.” Ella también afirma que se hace indispensable

abordar el papel de la mujer en la Iglesia desde las categorías de género, clase y

etnia, aún más plantea el hecho de considerar dichas categorías desde la

perspectiva de los pobres, a quienes hay que anunciar la Buena Nueva. Eso nos

permitirá comprender el origen y las características de la exclusión y de la

invisibilidad para poder superarlas; para proclamar la liberación de los cautivos y la

vista de los ciegos, para dar libertad a los oprimidos.

40. En la actualidad, el Papa Francisco se ha dirigido a las mujeres,

recalcando el papel que ocupan en la vida civil y eclesial y abogando por el

reconocimiento pleno de sus derechos, resaltando su dignidad y animando a que

al interior de la Iglesia puedan desarrollar sus dones. “Las reivindicaciones de los

legítimos derechos de las mujeres, a partir de la firme convicción de que varón y

mujer tienen la misma dignidad, plantean a la Iglesia profundas preguntas que la

desafían y que no se pueden eludir superficialmente” (EG 104).

69 JUAN PABLO II, Carta Apostólica Mulieris Dignitatem n°16.

211

41. Y en su discurso frente a las participantes en el Congreso Nacional del

Centro Italiano femenino, 25 de enero de 2014, expresó: "En el curso de estos

últimos decenios, junto a otras transformaciones culturales y sociales, también la

identidad y el papel de la mujer, en la familia, en la sociedad y en la Iglesia, ha

conocido notables cambios y, en general, la participación y la responsabilidad de

las mujeres ha ido creciendo.”

42. La Iglesia tiene rostro de Mujer: nuestras asambleas, los grupos

parroquiales, las celebraciones litúrgicas, los ministerios apostólicos de nuestras

comunidades, la calidad de la reflexión y la calidez de la entrega de nuestra

Iglesia, se teje tantas y tan mayoritarias veces, en el vientre de las mujeres.

43. La realidad con la que nos topamos en lo cotidiano nos habla de la

urgencia de asumir desde la identidad de mujeres, al interior de la Iglesia una

misión ineludible. Nos corresponde evangelizar, humanizar y hacerlo de manera

significativa, creíble, auténtica, contextualizada, partiendo de la vida, sin negar al

interlocutor y haciéndonos cada vez más aptas para el encuentro con el diferente,

con el que no cree, con aquel que no comulga y sintoniza con nuestras opciones.

44. La plenitud eclesial la alcanzaremos cuando en torno a la mesa,

reconozcamos que todos tenemos un lugar, que Jesús nos convoca, que Él es el

centro y el sentido de todo lo que vivimos. Cuando nuestros desvelos sean

trabajar por un mundo en el que nos consideremos radicalmente hermanos.

45. En la narración que hacemos de nuestra identidad en la Iglesia, existe

un fonema en el que todos confluimos: María. Lumen Gentium, en el numeral 68,

la reconoce como signo de esperanza cierta y consuelo para el pueblo de Dios

peregrinante. Ella encarna a la mujer y a la discípula de todos los tiempos, Ella, es

la expresión de nuestra identidad. Ella, supo mantener congregados a los

discípulos cuando estaban aturdidos por el miedo y la proximidad de la muerte,

Ella, estuvo siempre en torno a la mesa.

212

46. El Papa Francisco en la celebración de María Madre de la Iglesia dijo

que: la Iglesia es mujer y madre como María. La Iglesia es femenina, y eso no

excluye a los varones, porque en todos nosotros habita la fuerza de lo femenino,

de la sabiduría, de la bondad, de la ternura, del silencio y la capacidad de dar la

vida y enfrentar las situaciones con osadía. Todos podemos ser vientre, casa,

caricia, abrazo, palabra. La constatación a la luz de la Palabra y del Magisterio, del

papel inaplazable de la mujer en la Iglesia, nos lanza a actuar.

ACTUAR

VI. María; Síntesis de la fe de un continente

47. Como lo señalábamos en el juzgar, en la teología del Papa Francisco, la

fe del Continente, posee una dimensión femenina que pasa por María, por la

Iglesia, por las madres y las abuelas. En este sentido, realza la presencia de la

Virgen y el papel de la mujer en la Evangelización de los pueblos

latinoamericanos.

48. Una Iglesia femenina tiene la fuerza de la fecundidad. Esa que le viene

dada por la RUAH, y en ella:

a. Hay lugar para todos.

b. Se privilegia el CUIDADO de toda forma de vida.

c. Se tiende naturalmente a levantar al caído, a curar las heridas.

d. Se reparte el Pan y la Palabra, se tejen relaciones de participación,

reciprocidad, solidaridad y cercanía.

e. El vínculo se establece más allá de lo Jerárquico y lo funcional, en ese

espacio existencial llamado comunidad y en el que todos nos

reconocemos humanos-hermanos.

f. Se reconoce que la fecundidad es fruto de la “gracia”, de la acción del

Espíritu, único capaz de hacer nuevas todas las cosas.

g. Nos reunimos para hacer memoria y actualizar en compromiso, nos

sabemos enviados.

213

49. El Papa Francisco quiere favorecer el crecimiento del sentido maternal

de la Iglesia y dice: “Darle prioridad al tiempo es ocuparse de iniciar procesos, más

que de poseer espacios. El tiempo rige los espacios, los ilumina y los transforma

en eslabones de una cadena en constante crecimiento, sin caminos de retorno.

Se trata de privilegiar las acciones que generan dinamismos nuevos en la

sociedad e involucran a otras personas y grupos que las desarrollarán, hasta que

fructifiquen en importantes acontecimientos históricos. Nada de ansiedad, pero sí

convicciones claras y tenacidad”. (EG 223)

50. A todos nos corresponde, seguir trabajando por una mesa grande y

redonda, en la que nos sintamos hermanos y ninguna burocracia, ni clericalismo le

haga sombra a la presencia y a la acción de un Dios que nos llama a lo

insospechado de su Reino. Al amor hasta el extremo, a la entrega incondicional de

la vida, para que en la mesa de todos, haya pan y nadie caiga en la tentación de

sentirse superior a los demás.

51. La plenitud eclesial es posible, en clave femenina y masculina, allí

donde hay hermanos que mutuamente se complementan, se sienten

corresponsables y urgidos por el Reino. Fruto de la reflexión, en nuestra

Comunidad de Vida, proponemos como pistas para la acción:

51.1 Formación: Ante la realidad de las mujeres que no tienen posibilidades

de acceder a una formación cualificada, y la constatación de que los sistemas

académicos son en muchos casos excluyentes:

a. Reconocemos el desafío de favorecer la formación para las mujeres de

manera cualificada, asegurar que tengan acceso a formación bíblica y

teológica, tanto laicas como consagradas.

b. Las sensibilidades y ópticas femeninas aportan matices distintos a la

interpretación de la realidad, pensar la presencia de la mujer en la

Iglesia a partir de la experiencia de la formación crítica, ayuda a no dar

todo por sentado, a no repetir los esquemas, sino poder hacer preguntas

que posibiliten la desconstrucción, de las imágenes que tenemos de

214

Dios, las cuales no se corresponden con el Dios del Reino anunciado

por Jesús.

c. Precisamos la práctica y el ejercicio de una formación que permita

avanzar hacia una libertad y un liderazgo responsable, hacia una Iglesia

de comunión, de participación y servidora a partir de la cual la mujer y el

varón se encuentran en igualdad y en responsabilidad.

d. Necesitamos incluir la presencia y el aporte de las mujeres en la

formación de los seminaristas y religiosos. Su presencia eficaz en los

equipos de formadores es exhortada en la nueva Ratio Fundamentalis

Institutionis Sacerdotalis, sobre el don de la vocación presbiteral.

51.2 Inclusión y participación: Se constatan dinámicas clericales en la

Iglesia, que imposibilitan la voz del genio femenino allí donde se toman las

decisiones. Se evidencia el desafío de flexibilizar las estructuras eclesiales, de

abrirlas a la participación de la mujer en la toma de decisiones, pues con esta

apertura estaría ganando la causa del Evangelio. Es por ello que:

a. Ha de favorecerse la interdisciplinariedad en los procesos reflexivos y la

participación en todo proceso que conduzca a toma de decisiones.

b. Dejarse iluminar por ciencias sociales y otras disciplinas en la reflexión

sobre la realidad de la mujer, hacer el camino de la interdisciplinariedad.

c. Urge generar relaciones de reciprocidad. Propiciar la equidad y la justicia

en los procesos de participación.

d. Hacer posible nuevas hermenéuticas, para hacer lectura bíblica,

teológica en clave femenina.

e. Incorporar a las reflexiones, la dimensión de la corporeidad, el desarrollo

biopsicosocial… el reconocimiento del cuerpo de la mujer, para

favorecer la interrelación, la discusión bioética.

f. Discernir y tomar posición crítica ante todo lo que pueda suponer

comercialización de la mujer…

g. Revisar la liturgia en función del ejercicio de inclusión, (padre-madre,

sensibilidades y categorías femeninas).

215

51.3 Dignidad y derechos de las mujeres: Ante la certeza de que la mujer

sigue siendo vulnerada en sus derechos y posibilidades, y la constatación de que

fenómenos como la migración, la trata de personas, la violencia contra la mujer,

golpean con fuerza especialmente a las mujeres, sentimos el desafío de diseñar

proyectos de prevención de estos flagelos, de acompañar a las víctimas, de hacer

presencia en instancias públicas desde las que se pueda denunciar y con las que

se logre desarrollar proyectos que contribuyan a la vida y la dignidad de las

mujeres.

a. Constatamos la necesidad de generar dinámicas de prevención y

acompañamiento a las víctimas de abusos sexuales, de poder y de

manipulación de consciencia en el mundo laboral.

b. Hacer presencia en redes, generar sinergia para el logro de objetivos

comunes.

52. Nuevo modo de ser Iglesia: Caminar hacia un nuevo modo de ser

Iglesia, nos exige:

a. Recuperar la memoria histórica, con nuevas categorías analíticas.

b. Hacer análisis profundo de la realidad de las mujeres en

Latinoamérica. (Incluyendo distintas visiones). Hacer lectura

teológica y de signos de los tiempos, todo al ritmo del Espíritu.

c. Abrir espacios de reflexión teológica en la Iglesia, desde la

experiencia de la comunión.

d. Seguir incorporando la mirada reconciliadora y el diálogo en

reciprocidad, en los discursos, diálogos y espacios pastorales y de

evangelización desde la base de la inclusión y la justicia.

e. Fruto de la reflexión, experimentamos la importancia de que desde el

Pontificado del papa Francisco, se convoque al Sínodo de las

mujeres.

53. Que en torno a María, la Madre de Dios y Madre de la Iglesia, optemos

siempre por la Comunión.

216

17. DE MEDELLÍN A LAUDATO SI’

UN LLAMADO DE DIOS DESDE LA CREACIÓN

Comunidad de Vida y Aprendizaje:

DESARROLLO INTEGRAL Y CUIDADO DE LA

CREACIÓN

217

VER

1. Reunidos en la ciudad de Medellín, a 50 años de la Segunda Conferencia

General del Episcopado Latinoamericano, en el mismo Seminario Conciliar y en

una época de grandes cambios, seguimos motivados e inspirados por el Dios de la

vida y de la historia que nos hace: “Conscientes de las graves dificultades y de los

tremendos problemas que nos afectan… pero sabemos que más que nunca, el

Señor está en medio de nosotros construyendo su Reino”. (DM Presentación).

2. La reflexión de la Segunda Conferencia General del Episcopado

Latinoamericano “se encaminó hacia la búsqueda de una nueva y más intensa

presencia de la Iglesia en la actual transformación de América Latina” (DM

Introducción 8).

3. Con la metodología de ver, juzgar y actuar, asumida por Medellín, vemos

las nuevas realidades que irrumpen en la historia de nuestro continente y nuestro

mundo (signos de los tiempos), que nos urgen a analizarlas y juzgarlas a la luz de

las ciencias y de la fe, porque desde ellas, Dios nos llama, de manera apremiante,

a la acción transformadora.

4. Una de esas realidades, es la lógica humana que impulsa al “consumo

exacerbado” (LS 230), a la ganancia como bien supremo a costa de la vida

humana y del planeta, a la degradación y destrucción del ser humano y la

creación.

5. Hacer la hermenéutica de un tema que no estaba incluido en Medellín es

un reto epistemológico y metodológico. Sin embargo, podemos leer que la

búsqueda de la Iglesia: “De condiciones menos humanas a más humanas” (DM

Introducción 6; 4,8) han derivado en el planteamiento de la Ecología Integral en

Laudato Si’.

6. La Ecología integral que incorpora “claramente las dimensiones humanas

y sociales” (LS 137), a la cultura de la vida y la cultura del cuidado de la creación;

ha de ser un eje transversal de toda nuestra acción pastoral, incluyendo, orgánica

218

y organizadamente, a todos los miembros de la iglesia y a toda la sociedad en la

defensa de toda la creación.

7. Urge al ser humano tomar conciencia que “todo está conectado” (LS

240), si no está reconciliado con Dios, consigo mismo, con el prójimo y la

naturaleza, no está asumiendo “su papel de colaborador de Dios en la obra de la

creación” (LS 117). Ese papel lo orienta y anima a una nueva actitud, a la acción

responsable con el planeta, para responder a la llamada del Papa Francisco en la

encíclica Laudato Si’ y de los obispos del CELAM en su carta pastoral “Discípulos

Misioneros Custodios de la Casa Común”. El riesgo que corremos todas las

creaturas que la habitamos nos debe “Inspirar, alentar y urgir un orden nuevo de

justicia, que incorpore a todos los hombres en la gestión de las propias

comunidades” (DM Mensaje a los pueblos de América Latina)

8. Es claro que la crisis ecológica como la percibimos hoy en día, no estaba

en la agenda de los Obispos Latinoamericanos en aquel entonces. Sin embargo la

preocupación por el “desarrollo” presente en el documento de Medellín, se

mantiene vigente con el paso de estos 50 años. Grande es la discusión sobre el

sentido de este término70. En la encíclica Laudato Si´, el Papa Francisco llama a

toda la familia humana a tener un diálogo serio y profundo para redefinir la idea de

desarrollo (Cf. LS 5; 194)

JUZGAR

9. Siguiendo los pasos de Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI,

Francisco aborda la problemática del desarrollo desde el marco de “Desarrollo

Integral” (Cf. LS 50, 157 y 185). Este marco amplía la noción de desarrollo limitada

al progreso económico y material. El desarrollo para que sea auténticamente

humano, debe serlo para cada persona y para todas las personas. (PP 14 y LS 5,

19, 109).

70 Para ampliar este punto, se puede leer por ejemplo: CÁCERES, A., “Entre Medellín y Aparecida”,

http://www.missiologia.org.br/wp-content/uploads/2017/11/AlirioCaceres.pdf.

219

10. Es precisamente este marco, el que permite ampliar el horizonte del

progreso. En este sentido nos parece interesante destacar la expresión “plenitud

humana” que aparece en el título IV del capítulo 5 de Laudato Si’. Dicha expresión

recoge un sentido más evangélico, que combina la noción política y económica del

desarrollo, con idea más filosófica y teológica, más cercano con posturas tanto

seculares (por ej. florecimiento humano, bienestar humano) como de los pueblos

originales (por ej. “Sumak Kawsay”, “Suma Qamaña” -Buen Vivir).

11. Asumimos que un desarrollo humano, integral y sostenible, no se

desliga del cuidado de la casa común y debe estar articulado a los procesos de

construcción de paz basados en la justicia, que responden a una “sola y compleja

crisis socio-ambiental”, pues “no podemos dejar de reconocer que un verdadero

planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la

justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la

tierra como el clamor de los pobres” (LS 49) .

Análisis.

12. “Creemos que estamos en una nueva era histórica, que exige claridad

para ver, lucidez para diagnosticar y solidaridad para actuar” (DM Mensaje a los

pueblos de América Latina).

13. En los últimos tiempos, vemos una mayor conciencia de la realidad

ambiental, de lo que está pasando con la casa común, la afectación a cualquier

forma de vida por el cambio climático, el extractivismo u otras formas de

sobreexplotación. La crisis ecológica comienza a ser comprendida como efecto de

un modelo económico.

14. Son cada vez más las comunidades que están asumiendo formas

alternativas de vida respetuosas de su entorno vital, generando economías

solidarias, sustentables, sostenibles e integrales, en armonía con la vida en su

totalidad y como resistencia a la prepotencia de un modelo consumista, neoliberal

y pragmático que deshumaniza a los pueblos latinoamericanos, y a las decisiones

220

gubernamentales que han concesionado territorios para la extracción desmedida

de bienes naturales, que convierten en dinero, en ganancia también a las

personas, a gran velocidad y a gran escala.

15. La oposición a este modelo, que es mayoritaria en las comunidades, ha

provocado la persecución, incluso la muerte, de quienes alzan su voz frente a

intereses económicos nacionales y multinacionales, a la dictadura del mercado

que logra sin embargo algunos aliados dentro de ellas.

16. Se ha generado un paradigma, un sistema, que ha configurado nuestra

manera de pensar, sentir y actuar, que ha producido un modelo socio-económico,

cultural, político y religioso que se expresa en la inequidad, el individualismo, la

cultura de muerte, tanto de los pobres como de la “madre tierra”, en la corrupción

institucionalizada, en el relativismo ético y en el sometimiento al mercado. “Los

poderes económicos continúan justificando el actual sistema mundial, donde

priman una especulación y una búsqueda de la renta financiera que tienden a

ignorar todo contexto y los efectos sobre la dignidad humana y el medio ambiente.

Así se manifiesta que la degradación ambiental y la degradación humana y ética

están íntimamente unidas” (LS 56).

17. Con el Papa Francisco decimos que es necesario cambiar este sistema

de muerte, nos urge transformarlo por razones éticas y humanas. Revertir el

sistema de conocimiento con el que hemos construido esta sociedad, las

relaciones, la comunicación, la filosofía, la teología y la religión que muchas veces

oculta el fondo de los problemas y normaliza o naturaliza el daño ambiental y

humano, generando una crisis sistémica: cultura del descarte, violencia,

sobreexplotación, “economías que matan”71, corrupción, impunidad, relativismo

ético, fragmentación social.

71 Cf. Discurso a los Movimientos sociales en Bolivia. “Esa economía mata. Esa economía excluye.

Esa economía destruye la Madre Tierra”, https://www.aciprensa.com/noticias/texto-discurso-del-papa-el-encuentro-con-los-movimientos-populares-en-bolivia-80606.

221

18. Como ciudadanos y como creyentes “No tenemos soluciones técnicas ni

remedios infalibles. Queremos sentir los problemas, percibir sus exigencias,

compartir las angustias, descubrir los caminos y colaborar en las soluciones” (DM

Mensaje a los pueblos de América Latina) pero “la respuesta exige profundidad en

la oración, madurez en las decisiones, generosidad en las tareas” (DM

Presentación).

ACTUAR

19. Hace 50 años, la asamblea de Medellín “fue invitada a tomar decisiones

y establecer proyectos, solamente si estábamos depuestos a ejecutarlos como

compromiso personal nuestro, aún a costa de sacrificios” (DM Introducción 3).

20. En América Latina y en el mundo, están brotando luces que generan

esperanza y signos de nuevos paradigmas epistemológicos, teológicos, filosóficos,

para fortalecerlos e impulsarlos es necesario:

21. Generar sinergias, coaliciones, alianzas, para reflexionar y actuar con

responsabilidad humana y cristiana, para incidir dentro de la iglesia, en las

políticas públicas, en la sociedad en general, en nuestros países y en el mundo.

22. Entretejer redes para abordar la Ecología integral, priorizando la

territorialidad, pero sabiendo que “todo está conectado, y eso nos invita a madurar

una espiritualidad de la solidaridad global que brota del misterio de la trinidad” (LS

240)

23. Ser Iglesia en salida, en dialogo con movimientos sociales (campesinos,

indigenistas, etc.), grupos ambientalistas, con la sociedad en general y el Estado;

reconociendo las diferentes perspectivas, pero unificados en torno a las

problemáticas comunes de nuestra casa común, sin divisiones geográficas,

políticas, administrativas, culturales y religiosas.

222

24. Conocer y comunicar más las acciones, reflexiones, investigaciones,

superando la visión de isla porque el mundo reclama una visión de trabajo

conjunto, no fragmentada.

25. Animar la pastoral ecológica integral en parroquias, diócesis,

comunidades religiosas, movimientos laicales, universidades, escuelas, colegios…

generando grupos o espacios donde se promueva la información, la reflexión y la

acción ecológica integral.

26. Promover desde la pastoral ecológica integral alianzas de instituciones

católicas, organizaciones religiosas o entidades amigas que motiven desde la

responsabilidad social a organismos que apoyen el cuidado de la creación

siguiendo las claves de discernimiento que plantea la carta pastoral “Discípulos

Misioneros Custodios de la Casa Común” del CELAM, la Laudato Si' y el

Magisterio Social de nuestra Iglesia.

27. Propiciar espacios de diálogo interdisciplinario, interinstitucional,

interreligioso, intercultural para discernir problemas comunes en el territorio con

criterios de la Doctrina Social de la Iglesia en busca del bien común. Por ejemplo,

acciones locales para enfrentar el cambio climático, planes de ordenamiento

territorial, legislación sobre agua y minería, transgénicos y soberanía alimentaria,

fracking, protección de los defensores de los Derechos Humanos.

28. Promover proyectos de transformación socio ambiental desde los

territorios con un enfoque desde la ecología integral, y que se manifiesten en

estilos de vida que incluyan agro-ecología, medicina alternativa, comercio justo,

arquitectura sostenible, tecnologías apropiadas, energías limpias, banca ética,

organizaciones solidarias, etc., restaurando ecosistemas, valorando las culturas

ancestrales y generando signos evidentes de conversión ecológica a escala

global, colectiva, comunitaria cotidiana y de conciencia personal.

223

29. Proponer acciones concretas desde lo micro a lo macro, donde la

Iglesia dé ejemplo, dé testimonio de coherencia con sus opciones, mueva las

conciencias y genere conversión.

30. Por ejemplo, sugerimos impulsar la reducción drástica en nuestras

comunidades de materiales como las bolsas plásticas, vasos descartables,

botellas plásticas, papel no reciclable, etc., y promover un uso responsable de la

luz, el agua, etc. También sugerimos impulsar la desinversión en todo lo

relacionado con combustibles fósiles e impulsar la inversión en energías

renovables.

31. Sugerimos además a las instituciones católicas en general a retirar sus

inversiones de combustibles fósiles, sean estas directas (en empresas petroleras)

o indirectas (en bancos con inversiones en empresas petroleras), y direccionarlas

hacia instituciones con un compromiso ético hacia la transición de energía limpias

como lo han hecho ya las conferencias episcopales de Irlanda y Bélgica y Caritas

International. Pues "Toda la economía y todas las finanzas, y no sólo algunos de

sus sectores, en cuanto instrumentos, deben ser utilizados de manera ética para

crear las condiciones adecuadas para el desarrollo del hombre y de los pueblos."

(CV 45)

32. También queremos apoyar campañas como la firma del compromiso

Laudato Si´ (www.vivelaudatosi.org) o la celebración del Tiempo de la Creación72 del

1 de septiembre al 4 de octubre. Queremos apoyar y promover propuestas

relacionadas con encuentros, seminarios, conferencias de nuestras comunidades,

como puede ser que se entregue un vaso no desechable a cada participante,

quien deberá utilizarlo durante todo el encuentro, no se utilice (o se reduzca al

mínimo) material no reciclable, refrescos artificiales, comida producida, elaborada

y/o comercializada de manera no sustentable.

72 Para consultar los eventos del Tiempo de la Creación www.seasonofcreation.org.

224

33. Identificar, animar y difundir acciones que ya se vienen realizado a nivel

local, nacional e internacional para llegar a un nuevo modelo de desarrollo

sustentable e integral.

34. Las experiencias de articulación interinstitucional ameritan ser

replicadas: el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM)73, CARITAS-Pastoral

Social (Gestión de Riesgos y Emergencias MAGRE), Medio Ambiente,

Conferencias de Religiosos (CLAR)74, Movimiento Católico Mundial por el Clima

(MCMC)75, Red Iglesias y Minería76, Red Teológica Amerindia, Red Eclesial Pan

Amazónica (REPAM)77, Red Eclesial Mesoamericana (REMAM), Red de Ecología

Integral del Cono Sur (REICOSUR), Red Latinoamericana y Caribeña de

Pensamiento Social de la Iglesia (REDLAPSI), que en coordinación con el

Dicasterio al Servicio del Desarrollo Humano Integral en el Vaticano, son algunas

de las fuerzas eclesiales que estamos llamadas a trabajar una pastoral de

conjunto en los territorios para cuidar nuestra casa común.

35. En los últimos tiempos han surgido algunas iniciativas que tienen como

prioridad en su accionar la ecología integral y muestran un modelo concreto a

seguir:

36. La REPAM en el bioma amazónico, se ha convertido en modelo y matriz

de nuevos procesos evangelizadores que nos ayuda a tomar conciencia que

donde hay una cuenca hidrográfica, un acuífero, un bosque, un ecosistema de

importancia estratégica para la vida, allí hay un escenario de interacción eclesial e

incidencia territorial (REICOSUR, REMAM, REBAC (África)). El Papa Francisco

convocó en el año 2019 un Sínodo de los Obispos: “La Amazonía: Nuevos

caminos para la Iglesia para una Ecología Integral”, reconociendo lo importante

que es esta zona para la vida en el planeta, donde la REPAM jugará un rol

fundamental. 73 www.celam.org. 74 www.clar.org. 75 https://catholicclimatemovement.global/es/. 76 https://iglesiasymineria.org/. 77 http://redamazonica.org/.

225

37. El Movimiento Católico Mundial por el Clima (MCMC), al que se han

integrado muchos jóvenes, sirve a la Iglesia Católica en todo el mundo para poner

la encíclica Laudato Si' en acción, en favor de la justicia climática, a través de la

conversión ecológica, transformando estilos de vida e incidiendo en las políticas

públicas para que asuman compromisos audaces junto con el movimiento

climático en general.

38. La Red Iglesias y Minería (IyM) es una coalición ecuménica de cerca de

70 entidades de 14 países latinoamericanos. Son comunidades cristianas, redes y

organizaciones de la sociedad civil, que buscan responder a los desafíos de los

impactos y violaciones de los derechos socio-ambientales provocados por las

actividades mineras en los territorios donde tienen presencia. IyM trabaja con las

bases, a través del intercambio de saberes y conocimientos, de estrategias de

protección, defensa y solidaridad, seguimiento en la preparación y presentación de

acciones de denuncia local, nacional e internacional, profundizando una mística

que anime las prácticas, y permita construir propuestas de acción que ayuden a

avanzar a una eco-teología.

39. En los últimos años algunas parroquias han incorporado en todo su

accionar pastoral, elementos propuestos por la Doctrina Social de la Iglesia, que le

ayudan a vivir la ecología integral en el primer anuncio, catequesis, liturgia desde

la espiritualidad y teología de Laudato Si´ en una pastoral de conjunto,

Laudatosificando su entorno. Lo cual ha motivado la elaboración de una guía de

Eco-parroquias78; así como el galardón de la bandera azul eclesial ecológica en

Costa Rica79, para motivar este tipo de prácticas en los diferentes espacios

eclesiales.

40. Comunidades que inspiradas en el Evangelio de la Creación se

organizan y realizan algunas de las siguientes acciones: reconocen su territorio

como casa común, realizan un diagnóstico ambiental, hacen un mapeo de actores,

78 https://catholicclimatemovement.global/es/eco-parish-es/. 79 https://banderaazulecologica.org/landing-de-categorias/eclesial-ecologica.

226

implementan adecuaciones para optimizar la gestión de agua, energía, residuos

sólidos, producir alimentos orgánicos, asumen una economía circular que incluya

criterios de desinversión en bancos que apoyen proyectos extractivistas y de

afectación climática80.

41. Nos alegra el accionar de algunas Conferencias Episcopales que a

través de las Pastorales Sociales CARITAS, e incluso creando una pastoral

específicamente de ecología integral, ya están contribuyendo con textos,

mensajes y cartas pastorales, algunas de las cuales incluso fueron tomadas en

cuenta como una novedad doctrinal en Laudato Si´. Esperamos a su vez que

sirvan de estímulo a las que están en proceso.

42. No partimos de cero. Ya hay muchas iniciativas y experiencias para

valorar, divulgar y replicar. Hacemos nuestras las palabras expresadas en

Medellín hace 50 años: “También nos corresponde reconocer y estimular todo

intento positivo profundo de vencer las grandes dificultades existentes” (DM

Mensaje a los pueblos de América Latina). “Renovar y crear nuevas estructuras

en la Iglesia que institucionalicen el diálogo y canalicen la colaboración entre los

obispos, sacerdotes, religiosos y laicos; colaborar con otras confesiones cristianas,

y con todos los hombres de buena voluntad que estén empeñados en una paz

auténtica, enraizada en la justicia y el amor” (DM Mensaje a los pueblos de

América Latina).

43. Sembremos, sin desánimo, motivando a los desmotivados, porque sin

casa común no hay vida ni iglesia. “Caminemos cantando. Que nuestras luchas y

nuestra preocupación por este planeta no nos quiten el gozo de la esperanza” (LS

244).

44.- “Hoy más que nunca, la Iglesia es consciente de que su mensaje social

se hará creíble por el testimonio de las obras, antes que por su coherencia y lógica

interna” (CA 57).

80 https://catholicclimatemovement.global/es/desinversion-e-inversion/.

227

228

18. EL PROCESO DE FORMACIÓN DE

LOS DISCÍPULOS MISIONEROS Y EL

DISCERNIMIENTO VOCACIONAL PARA

UNA IGLESIA EN SALIDA

Comunidad de Vida y Aprendizaje

Formación de Discípulos Misioneros y

Vocaciones en la Iglesia

229

VER

I. Con ojos de discípulo para proyectar una “mirada creyente” sobre la

realidad de nuestras comunidades eclesiales

1. Desde nuestra condición de discípulas y discípulos misioneros de

Jesucristo queremos mirar a los signos de vida y muerte en el área de la

formación de los discípulos misioneros y las vocaciones en la Iglesia. Queremos

escudriñar los signos de los tiempos para hacer una mirada creyente de la

realidad.

1.1 Signos de vida y muerte

a. Se experimenta una gran diversidad eclesial en cuanto a nuevas formas

de organización laical y expresiones nuevas de vida consagrada.

b. Muchas iglesias locales experimentan un florecimiento de las

vocaciones al ministerio presbiteral. Pero, a la vez, otras resienten la

falta vocaciones al presbiterado.

c. En el campo de la vida consagrada, sobre todo femenina, se ha visto

una notable disminución de vocaciones.

d. Muchas parejas no celebran el sacramento del matrimonio y muchos

matrimonios no son conscientes de su vocación y misión en la Iglesia y

el mundo.

e. Aunque los laicos van descubriendo poco a poco su conciencia e

identidad, todavía esto es insuficiente. Faltan laicos formados para

asumir su misión en el campo de la vida social y política.

f. En las jóvenes generaciones de presbíteros y consagrados se percibe

resistencia a la ampliación de estudios teológicos.

g. El clericalismo sigue siendo un desafío a vencer en nuestras

comunidades eclesiales.

h. Los abusos sexuales a menores por parte de miembros del clero son un

duro impacto de cara a la promoción de las vocaciones al presbiterado.

230

i. En la formación de los discípulos misioneros hace falta trabajar más

temas como la construcción de democracia y ciudadanía, la formación

para el cuido de la casa común y la dimensión social de la

evangelización.

j. Hay un creciente aprecio por la formación bíblica.

1.2 Signos del tiempo presente.

a. A nivel eclesial el “kairós” del ministerio Petrino del Papa Francisco.

b. La creciente conciencia ecológica de nuestros pueblos.

c. La sensibilidad en nuestras sociedades por el tema de los derechos

humanos.

d. Muchas de nuestras sociedades no logran romper el ciclo de la

violencia producto del crimen organizado.

e. Algunas de nuestras democracias siguen siendo muy frágiles.

f. El flagelo de la migración, la trata de personas y el abuso de menores.

g. El surgimiento de nuevos modelos de familia y el replanteamiento de la

identidad y orientación de la sexualidad.

h. La influencia de las redes sociales y las nuevas tecnologías de la

información en la formación de nuestros jóvenes.

i. La enorme vitalidad de muchos grupos laicales, nuevas espiritualidades

y formas de organización laical y de vida consagrada.

JUZGAR

II. La realidad que nos interpela desde la reflexión eclesial

2. Para el desarrollo de este tema se retomará el esquema del documento

de Aparecida y las intuiciones del documento de Medellín.

3. Aspectos del proceso de formación de los discípulos misioneros

3.1 El documento de Aparecida señala cinco aspectos en el proceso de

formación de los discípulos misioneros. Estos son:

231

a. El Encuentro con Jesucristo.

b. La Conversión.

c. El Discipulado.

d. La Comunión.

e. La Misión.

3.2 De esta forma todo proceso formativo ha de llevar al discípulo misionero

a desarrollar un proceso de maduración en su fe que brota del encuentro con

Jesucristo, mediante el anuncio y el testimonio; la conversión como la respuesta

de adhesión a la persona de Jesucristo; el discipulado y la comunión como una

profunda experiencia de vivencia comunitaria de la fe que se expresa en la misión,

entendida como el anuncio gozoso del evangelio de Jesucristo desde la propia

vocación y el propio ambiente.

4. Criterios generales de la formación

4.1 El proceso formativo de los discípulos misioneros en todos los ámbitos

de formación ha de tener en cuenta estos criterios.

a. Una formación integral, kerygmática y permanente.

b. Una formación atenta a dimensiones diversas.

La Dimensión Humana y Comunitaria.

La Dimensión Espiritual.

La Dimensión Intelectual.

La Dimensión Pastoral y Misionera.

c. Una formación respetuosa de los procesos.

d. Una formación que contempla el acompañamiento de los discípulos.

e. Una formación en la espiritualidad de la acción misionera.

5. Lugares de formación para los discípulos misioneros.

5.1 La Familia, primera escuela de la fe: Para Medellín la familia tiene tres

roles fundamentales en la formación (DM 3,5-7):

a. Formadora de personas integrales

232

b. Educadora en la fe. A esto hay que agregar que junto con la Parroquia,

es el primer lugar para la iniciación cristiana de los niños (DA 302).

c. Promotora del desarrollo.

5.2 Las Parroquias: Las Parroquias son células vivas de la Iglesia y lugares

privilegiados en los que la mayoría de los fieles tienen una experiencia concreta de

Cristo y de su Iglesia. Si queremos que las Parroquias sean centros de irradiación

misionera en sus propios territorios, deben ser también lugares de formación

permanente (DA 304, 306).

5.3 Pequeñas comunidades eclesiales: Es preciso reanimar los procesos de

formación de pequeñas comunidades en el Continente, pues en ellas tenemos una

fuente segura de vocaciones al sacerdocio, a la vida religiosa, y a la vida laical con

especial dedicación al apostolado. A través de las pequeñas comunidades,

también se podría llegar a los alejados, a los indiferentes y a los que alimentan

descontento o resentimientos frente a la Iglesia (DA 310).

5.4 Los movimientos eclesiales y nuevas comunidades: Los movimientos y

comunidades son un don del Espíritu Santo para la Iglesia. En ellos, los fieles

encuentran la posibilidad de formarse cristianamente, crecer y comprometerse

apostólicamente hasta ser verdaderos discípulos misioneros. Así ejercitan el

derecho natural y bautismal de libre asociación, como lo señaló el Concilio

Vaticano II y lo confirma el Código de Derecho Canónico (DA 311).

5.5 Los Seminarios y Casas de formación religiosa: Es necesario que el

proyecto formativo del Seminario ofrezca a los seminaristas un verdadero proceso

integral: humano, espiritual, intelectual y pastoral, centrado en Jesucristo Buen

Pastor. Es fundamental que, durante los años de formación, los seminaristas sean

auténticos discípulos, llegando a realizar un verdadero encuentro personal con

Jesucristo en la oración con la Palabra, para que establezcan con Él relaciones de

amistad y amor, asegurando un auténtico proceso de iniciación espiritual,

especialmente, en el Período Propedéutico. La espiritualidad que se promueva

233

deberá responder a la identidad de la propia vocación, sea diocesana o religiosa

(DA 319).

5.6 La Educación Católica: Con relación a este aspecto de la formación de

los discípulos misioneros Medellín aboga por una educación liberadora. Es decir,

una educación que convierte al educando en sujeto de su propio desarrollo.

a. La educación es efectivamente el medio clave para liberar a los pueblos

de toda servidumbre y para hacerlos ascender "de condiciones de vida

menos humanas a condiciones más humanas" (PP 20)… Para ello, la

educación en todos sus niveles debe llegar a ser creadora, pues ha de

anticipar el nuevo tipo de sociedad que buscamos en América Latina;

debe basar sus esfuerzos en la personalización de las nuevas

generaciones, profundizando la conciencia de su dignidad humana,

favoreciendo su libre autodeterminación y promoviendo su sentido

comunitario. (DM 4,8). Y a esto habría que agregar: en armonía con la

obra de la creación.

b. Añade también que la actitud de la Iglesia en el campo de la educación,

no puede ser la de contraponer la escuela confesional a la no

confesional, la escuela privada a la oficial, sino la de colaboración

abierta y franca entre escuela y escuela, universidad y universidad, entre

las escuelas y las iniciativas extraescolares de formación de educación,

entre los planes de educación de la Iglesia y los del Estado;

"colaboración que exige el bien de la comunidad universal de los

hombres". Esta coordinación no constituye peligro para el carácter

confesional de las escuelas católicas; antes bien, es un deber

postconciliar de las mismas, según el nuevo concepto de presencia de la

Iglesia en el mundo de hoy (DM 4,29).

5.7 Los centros educativos católicos: Este aspecto es desarrollado en

Medellín bajo el tema de la escuela católica. Allí señala lo que ha de ser la escuela

católica (DM 4,19):

234

a. La escuela católica debe ser una verdadera comunidad formada por

todos los elementos que la integran,

b. Ha de integrarse en la comunidad local y estar abierta a la comunidad

nacional y latinoamericana.

c. Debe ser dinámica y viviente dentro de una oportuna y sincera

experimentación renovadora.

d. Ha de estar abierta al diálogo ecuménico.

e. Se debe partir de la escuela para llegar a la comunidad, transformando

la misma escuela en centro cultural, social y espiritual de la comunidad;

partir de los hijos para llegar a los padres y a las familias; partir de la

educación escolar, para llegar a los demás medios de educación.

5.8 Las universidades y centros superiores de educación católica: Para el

documento de Medellín las universidades católicas: que deben ser ante todo

Universidades, es decir, órganos superiores, consagrados a la investigación y a la

enseñanza, donde la búsqueda de la verdad sea un trabajo común entre

profesores y alumnos y así se cree la cultura en sus diversas manifestaciones.

5.8.1 Para lograr el fin anteriormente enunciado, las universidades católicas

deben instituir el diálogo de las disciplinas humanas entre sí, por una parte, y con

el saber teológico por otra, en íntima comunión con las exigencias más profundas

del hombre y de la sociedad, respetando el método propio de cada disciplina. Para

ello, la enseñanza teológica debe estar en todos los sectores de la universidad, en

armónica integración. Procurarán tener a este efecto su propia Facultad de

Teología, o por lo menos, un Instituto superior de formación teológica (GE 10, 11;

GS 62) (DM 4,21).

6. El discernimiento vocacional en la iglesia.

6.1 Para tratar el tema de las vocaciones vale la pena destacar la relación

que existe entre la formación de los discípulos misioneros y la pastoral de las

vocaciones. Esto lo expone muy bien el documento de Aparecida.

235

6.2 En lo que se refiere a la formación de los discípulos y misioneros de

Cristo, ocupa un puesto particular la pastoral vocacional, que acompaña

cuidadosamente a todos los que el Señor llama a servirle a la Iglesia en el

sacerdocio, en la vida consagrada o en el estado laical.

6.3 La pastoral vocacional, que es responsabilidad de todo el pueblo de

Dios, comienza en la familia y continúa en la comunidad cristiana, debe dirigirse a

los niños y especialmente a los jóvenes para ayudarlos a descubrir el sentido de la

vida y el proyecto que Dios tenga para cada uno, acompañándolos en su proceso

de discernimiento. Plenamente integrada en el ámbito de la pastoral ordinaria, la

pastoral vocacional es fruto de una sólida pastoral de conjunto, en las familias, en

la parroquia, en las escuelas católicas y en las demás instituciones eclesiales.

6.4 Es necesario intensificar de diversas maneras la oración por las

vocaciones, con la cual también se contribuye a crear una mayor sensibilidad y

receptividad ante el llamado del Señor; así como promover y coordinar diversas

iniciativas vocacionales. Las vocaciones son don de Dios, por lo tanto, en cada

diócesis, no deben faltar especiales oraciones al “Dueño de la mies” (DA 314).

6.5.- De esta forma, retomando Aparecida, la pastoral de las vocaciones

debe ayudar a los niños y jóvenes a descubrir el sentido de la vida y el proyecto

que Dios tenga para cada uno, acompañándolos en su proceso de discernimiento.

ACTUAR

III. Le fe que se hace operativa. Líneas de acción pastoral

7. De la reflexión queremos ofrecer algunas líneas de acción pastoral en el

campo del proceso de la formación de los discípulos misioneros y el

discernimiento vocacional.

7.1 Con relación al proceso de la formación de los discípulos misioneros:

a. No debemos escatimar esfuerzos para formar debidamente a los

discípulos misioneros de manera integral para que vivan su vocación y

236

su misión al servicio del evangelio de la vida en la realidad de nuestros

pueblos.

b. Debemos fomentar para ello el uso de las nuevas tecnologías de

comunicación.

7.2 Con relación a la iniciación a la vida cristiana y la catequesis

permanente:

a. Hay que seguir animando el cambio de mentalidad respecto a la

iniciación cristiana y recuperar el itinerario catecumenal de modo que

este proceso desemboque en procesos serios de madurez de la fe.

b. Los procesos catequéticos han de estar presentes en todos los espacios

de vida cristiana. En este sentido se ha de incentivar la creatividad y el

dinamismo del Espíritu.

7.3 Con relación a los lugares de formación para los discípulos misioneros:

a. La familia debe ser acompañada. La pastoral con las familias debe

asumir la enseñanza de la Iglesia, de una manera especial lo contenido

en la exhortación Amoris laetitia del Papa Francisco.

b. El cuido de la casa común siguiendo la perspectiva de la encíclica

Laudato Si’ debe ser un eje transversal en todos los lugares de

formación de los discípulos misioneros.

c. La educación católica en todos sus ámbitos (escuela, universidad,

centros de formación), debe formar la fe cristiana de los discípulos

misioneros de modo que sean constructores de ciudadanía y

democracia. Se promueva la cultura de la no violencia, del diálogo y el

respeto a las diferencias. La construcción de una cultura de la paz en

medio de una sociedad plural y global.

d. Los seminarios y casas de formación para la vida consagrada han de

ser espacios para el crecimiento discipular. Se ha de procurar que la

formación de los futuros presbíteros y aquellos que se preparan para la

vida consagrada se enmarque en la eclesiología de comunión evitando

237

los clericalismos que empobrecen y haciendo de la vida consagrada un

cauce para la alternatividad evangélica y la profecía.

e. Se deben potenciar espacios en todos los ámbitos formativos para la

mujer, la necesidad de cuido de la casa común y el desafío de la

interculturalidad.

7.4 Con relación al discernimiento vocacional.

a. La pastoral de las vocaciones debe ser una responsabilidad de todo el

pueblo de Dios.

b. Se han de garantizar un sano acompañamiento en los procesos de

discernimiento de los niños y los jóvenes.

c. La pastoral de las vocaciones ha de estar integrada en el ámbito de la

pastoral ordinaria. Y en armonía con la pastoral con las familias, en la

parroquia, en las escuelas católicas y en las demás instituciones

eclesiales.

238

19. LAS COMUNIDADES ECLESIALES DE

BASE Y PEQUEÑAS COMUNIDADES

PRIMER NIVEL DE IGLESIA

Comunidad de Vida y Aprendizaje

Comunidades Eclesiales de Base y Pequeñas

Comunidades

239

VER

I. Las Comunidades Eclesiales de Base, primer nivel de Iglesia

1. Las CEBs entendidas desde su inspiración original (Act 2,42-44; Mt 23,8)

son un modo concreto de ser Iglesia y en América Latina son la expresión, tal vez,

más significativa de la recepción eclesiológica del Concilio Vaticano II que destaca

por su carácter eminentemente comunitario, colaborativo, comprometido y diverso.

Son la concreción eclesiológica en que la Iglesia institución cede lugar a una

comprensión y praxis de la Iglesia pueblo de Dios, donde lo propio de las gentes

toma cuerpo en la estructura eclesial que se afirma en lo popular no solo de su

condición, sino de su misión.

2. Esta categorización eclesial de las CEBs pone en evidencia uno de los

aportes más importantes de nuestra recepción creativa del Concilio Vaticano II, la

circularidad, entendida eclesiológicamente como sinodalidad. Una mirada a la

Iglesia de hoy y su magisterio pastoral nos remite a vernos reflejados como Iglesia

Latinoamericana que es fuente e inspiración para toda la Iglesia universal.

3. Lo que pareció para muchos un modo pastoral de vivir y proponer el

evangelio, para y desde las gentes, poco relevante de alguna manera se ha vuelto

carta de ruta, norma de la Iglesia. Nuestros hermanos de las CEBs han vivido y

ejercido el gran magisterio que el Concilio les insinuó como sensus fidelium. La

vida de nuestras CEBs, como germen de Iglesia y sociedad nueva, y de toda la

Iglesia de América Latina, ya no es solo el lugar teológico desde el cual nuestros

teólogos reflexiona sobre el querer y actuar de Dios, sino que son para la Iglesia

institucional y universal un referente de ser Iglesia y por tanto fuente de magisterio.

4. Esta mirada positiva de las CEBs y de la Iglesia en América Latina se

ampara en toda la vida que generan las comunidades que se destaca por la

diversidad, presencia activa de los pobres y las mujeres, lectura popular de la

Biblia, opción por el pueblo sencillo, la interacción con grupos populares, etc., y

que dejándose interpelar por la realidad ha sido una Iglesia del servicio desde los

240

pobres y para los pobres, generando incluso soluciones populares de

transformación social allí donde la sociedad y sus instituciones políticas han

fallado.

5. A pesar de todo este panorama positivo actualmente las CEBs siguen

tropezando con una lucha histórica en que los nuevos pastores, posteriores a los

designados por san Pablo VI, y sus presbiterios, se les hace difícil asimilar este

modo de ser Iglesia desde las gentes, ideologizando un modo pastoral de

comprender la evangelización desde la colonización institucional donde el fuerte

son los agentes que hablan, dirigen, determinan, desde lo corporativo y no desde

la gente, desde lo popular.

6. Esa legitimación eclesia-institucional pendiente en muchas partes ha

impedido un desarrollo de las CEBs tanto en su expresión y evolución de cara a la

nueva cultura, así como la integración de las nuevas generaciones, así como de

los hombres, dificulta la integración y comunión con otros actores eclesiales.

7. La praxis pastoral centrada en los nuevos movimientos eclesiales se ha

vuelto un duro obstáculo para forjar un pueblo creyente que viva el evangelio

como Palabra de Dios encarnada en la historia, pues se pone el énfasis en

estructuras caducas que impiden testimoniar la fe como acontecimiento de

salvación, porque se centran en el proceder de sus “agentes”, porque su praxis es

como la de pescar en el acuario, pasándose por alto el mandato del Señor de ir al

mar del mundo entero.

8. Al tiempo que las CEBs chocan con la dificultad de su comprensión como

tal por parte del clero, los religiosos, y hasta de los mismos laicos y los

movimientos. A ello se suma una especie de indefinición práctica de cara a la

nueva cultura, que algunos la definen como virtual y líquida.

241

JUZGAR

II. Interpelaciones evangélicas

9. Si bien el magisterio del Papa Francisco lo podemos entender en sintonía

con el legado creativo de nuestra recepción pastoral y eclesiológica del Concilio

Vaticano II en América Latina, también se vuelve un referente que interpela a las

CEBs y las desafía a ensanchar su propio horizonte de praxis evangélica y vida

eclesial.

10. La autoconciencia de Iglesia en la base, desde lo popular, si bien

pudiera entenderse como una opción por los pobres y un compromiso con la

transformación de América Latina haciéndolo desde el corazón mismo de la

Iglesia, entendiendo el mundo y sus dificultades como una llamada a descubrir en

la esfera temporal los signos de los tiempos que invitaban a una praxis liberadora.

11. Para las CEBs que la oficialidad pontificia de la Iglesia invite a una

renovación e innovación pastoral que ponga el interés en las fronteras

existenciales y los nuevos desafíos humanos y culturales del mundo actual, no

solo es un aval de un modo de proceder histórico que le es propio, sino que es un

desafío que invita a reconsiderar algunas cosas de su accionar.

12. Las preocupaciones sociales, aunque hacen parte de la praxis de las

CEBS, en algunos lugares se volvió un punto de quiebre o ruptura que las volvió

presa de organizaciones sociales y populares que terminaron en algunos casos

ideologizándolas en torno a facciones políticas. Sin embargo, correr ese riesgo

fue una apuesta a su visión de transformación, misma que sigue pendiente aún

hoy con mayores riesgos en torno a nuevos rostros de la pobreza: migración,

violencia, narcotráfico, trata de personas, las nuevas identidades o gender, las

nuevas configuraciones familiares, la cultura urbana, la sociedad líquida, secular y

virtual.

13. Estas interpelaciones a las CEBs lejos nublar su juicio o perspectiva

eclesial las reafirma en su identidad cristiana y eclesial:

242

a. El Concilio Vaticano II definió dogmáticamente la Iglesia como pueblo de

Dios (LG) y que el que se hace cristiano aquella persona que tiene un

encuentro personal con Jesús de Nazaret, encuentro que lo conmueve y

lo mueve a la acción en la vida en comunidad, al modo de Él que pasó

haciendo el bien.

b. El documento de Medellín reconoció en forma potente la importancia de

las comunidades eclesiales de base, al afirmar lo siguiente:

“La comunidad eclesial de base es el primer y fundamental núcleo

eclesial que debe en su propio nivel responsabilizarse de la riqueza y

expansión de la Fe, como también del culto que es su expresión. La

comunidad eclesial de base es la célula inicial de estructuración eclesial”

(DM 15,10).

14. Los Hechos de los Apóstoles, se describe cómo nacieron las primeras

comunidades cristianas, que sirven de modelo e inspiración para las comunidades

eclesiales de base. Aquí el texto: “Asistían frecuentemente a la enseñanza, a la

fracción del pan y a la oración...” (Act 2,42-45). Las necesidades siempre están y

desde este modo de ser Iglesia se gestan modos y caminos de solución basados

en la transformación, más que en la asistencia.

15. La importancia de las CEBs reconoció igualmente en el documento de

Aparecida del que se destaca, en primer lugar, la posición destacada que de este

tema se dio en la estructura del documento, así como la mención que se hace a

las mismas en diferentes partes (Cf. DA 178, 240, 306-310).

ACTUAR

III. Iglesia en salida

16. Habiendo dado una mirada crítica a la realidad de la sociedad y de la

Iglesia en el continente las CEBs descubren una llamada particular de Dios que

invita a salir de las propias comodidades tanto de estructuras eclesiales como de

comprensiones eclesiológicas y pastorales cerradas que tienen la tentación de

volverlas un ghetto socio-religioso o una minoría desprovista de su sabor y

243

condición que da fermento a la masa. Es lo que el Papa Francisco ha atinado en

llamar Iglesia en salida, con el eco de San Juan XXIII y el Concilio, Iglesia pobre y

para los pobres, en última instancia volver a las fuentes, a los orígenes. Con esto

de fondo nos proponemos:

a. Ver los procesos desde Medellín a hoy con el fin de entender qué ha

pasado en concreto en las comunidades eclesiales de base, dónde

estamos, hacia dónde vamos, cuáles son nuestras riquezas y qué

dificultades tenemos, con el fin de hacer un relanzamiento de éstas para

que exista total claridad sobre su ser, misión y visión.

b. Fortalecimiento de las personas a través de su relación con el Jesús de

los Evangelios y a través de Él, el fortalecimiento con Dios y los demás:

la familia, la comunidad, los vecinos, los otros, los opresores y la Casa

Común.

c. Resignificar la noción de las comunidades eclesiales de base como

primer y fundamental núcleo eclesial, pues no existe en la cultura

dominante, líquida, individualista y virtual, y es preciso recrearla desde

una mayor libertad personal y desde una solidaridad abierta.

d. Formación permanente de todos los miembros de las comunidades

eclesiales de base a partir de la lectura del Evangelio y de recursos

innovadores que permitan el análisis permanente del entorno y de la

realidad.

e. Un signo de autenticidad de las comunidades es su capacidad de

irradiación en el vecindario tanto como vecinos y vecinas solidarios

como en tanto que el dar razón de su modo de vida dan testimonio de

Jesús de Nazaret quien es el foco emisor de esa irradiación y enriqueció

a los miembros de las comunidades eclesiales de base con su pobreza.

f. Re-comprendernos en nuestra praxis desde las nuevas interpelaciones

que emanan de: interculturalidad, las nuevas identidades o genders,

recuperación de lo simbólico, una resignificación de la participación

ciudadana y política, la diversidad como valor, insistir en el bien común

244

antes que en el bienestar, el compromiso ecológico, los pueblos

originarios indígenas y la cultura y vida de los afro descendientes, el

diálogo interreligioso, pujar una economía social y solidaria y la defensa

holística o integral de la VIDA.

g. Reconocimiento en la institucionalidad de la Iglesia de las comunidades

eclesiales de base, tal y como lo pidió Medellín hace 50 años: “La

comunidad cristiana de base es así el primero y fundamental núcleo

eclesial, que debe, en su propio nivel, responsabilizarse de la riqueza y

expansión de la fe, como también del culto que es su expresión. Ella es,

pues, célula inicial de estructuración eclesial y foco de la evangelización,

y actualmente factor primordial de promoción humana y desarrollo.” (DM

15,10).

245

20. RECONOCIMIENTO Y VALORACIÓN

DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS,

AFROAMERICANOS Y CARIBEÑOS EN UN

CONTINENTE MULTIÉTNICO

Comunidad de Vida y Aprendizaje

Pueblos Indígenas, afroamericanos y caribeños

246

VER

I. Realidad de los pueblos indígenas y afroamericanos

1. La población indígena del continente cuenta con 780 etnias reconocidas

por los estados, que las aceptan en sus leyes y algunas las vinculan como

pueblos. La población afroamericana o afrodescendiente pasa por el dilema del

reconocimiento, en especial su inclusión en los censos. La ONU calcula la

población afro en 200 millones, un 36% en todo el continente. La mayor presencia

está en Brasil, con un 51% de sus habitantes, le siguen Estados Unidos y

Colombia. Indígenas y afroamericanos, junto a varios expertos, debaten estas

cifras; se espera que nuevos censos permitan obtener unas más acordes a la

realidad. Haití es el país con mayor porcentaje de afroamericanos en su población.

2. Estos pueblos han logrado poco a poco su derecho a la

autodeterminación, aunque el colonialismo sigue dominando como una herencia

que continúa el integracionismo y la etnofagia81. El modelo capitalista actual los

practica al penetrar sus territorios. Sus tierras se consideraban de poca o ninguna

valía; los últimos 20 años muestran una trascendencia creciente, el modelo ve sus

territorios como una posibilidad extractivista en minas, bosques, agua, etc.

3. Los años 60 les permitieron a estos pueblos tomar fuerza en el mundo y

en el continente. Se avanzó en los derechos territoriales y la propiedad colectiva

con distintos nombres, pero en busca de la propiedad territorial. Se pasó a buscar

competencias políticas en diferentes países, algunos más en comarcas. La ONU

reconoce estas reivindicaciones como parte de los Derechos Económicos,

Sociales y Culturales, DESC. Los últimos tiempos hablan de proyectos de vida; en

la zona andina se habla del "buen vivir". No se quiere desarrollo alternativo sino

alternativas al desarrollo. Los años 70, en México, con Bonfill Batalla, ven nacer el

81 La etnofagia se refiere a un método más simulado que el integracionismo y la asimilación. Atrae a los grupos étnicos para que ellos mismos sean partícipes de la destrucción de su cultura. Cf. PATZI, F. Etnofagia estatal.

247

concepto del etnodesarrollo o desarrollo propio. 1992 fue un año clave, se discutía

si se celebraba el descubrimiento de América o si se seguía un proceso de

resistencia. Antes también se luchaba por la descolonización espiritual, junto con

el proceso social.

4. Estos debates apuntalaron a los indígenas y a los afrodescendientes

como sujeto colectivo. Hacia 1988, empezaron las reformas constitucionales

inducidas por organismos internacionales o por la sociedad civil local y se logró

que se reconociera a estos pueblos.

5. Reconocer que estos pueblos son sujetos autónomos con religiones

propias ha sido difícil en la Iglesia; la mentalidad colonial pervive en la mayoría de

sus miembros. El documento de Santo Domingo fue el primero en reconocer la

existencia de religiones indígenas y afroamericanas; permitió pensar la

inculturación de la religión católica, reconocer y apoyar las expresiones propias

que se han conservado o redefinido (SD 248-250). .

6. Un tercer punto es una tensión entre el colonialismo prolongado y las

luchas de afirmación afro e indígena. Varios hitos nos enmarcan esa tensión:

a. Conflictos armados en Centroamérica y Suramérica, en especial en

Colombia, con una afectación significativa.

b. Procesos y acuerdos de paz, como el de Guatemala, que incluye el

reconocimiento de la espiritualidad maya. El de Colombia también

incluye un capítulo étnico. Los zapatistas catalizaron la acción política en

México.

c. En lo internacional están los convenios 107 (de 1959) y 169 (1989) de la

Organización Internacional del Trabajo. Todos los países de América

Latina, en la práctica, los han suscrito, pero no se traducen fácilmente

en leyes. La lucha de los derechos civiles en Estados Unidos marcó a

toda la región, con el martirio de Malcolm X y Martin Luther King. Se

avanzó en especial en el reconocimiento con la Declaración de los

Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU en 2007, aunque algunos

248

estados no la han reconocido. La OEA, 17 años más tarde, aprobó la

declaración americana al respecto.

7. La ONU declaró un Decenio Internacional Indígena (1994 - 2004) y

estamos en el afrodescendiente (2014 - 2024). Unidos a la conferencia de Durban

de 2001, que reunió varios estados en la lucha contra el racismo, representan

espacios propicios para aunar iniciativas y esfuerzos con metas concretas a favor

de estos pueblos. El movimiento favorable es más fuerte en los últimos 50 años.

8. Estas búsquedas positivas chocan con un modelo económico cada vez

más avasallante. Los que tienen megadiversidad, como el Pacífico, la amazonia82,

el bosque húmedo tropical, están amenazados por la extracción desenfrenada.

Igual sucede con los que escoja el modelo minero-energético, que necesita

nuevas y muchas fuentes de energía. Su incidencia en la territorialidad de estos

pueblos es un gran desafío83. El debate cultural, por su parte, también ha

rebasado la dimensión rural de estos pueblos. Las resistencias generaron

oposiciones y desplazamientos a las ciudades, donde se hicieron más visibles las

etnicidades urbanas. Chile, Colombia, México y otros muestran ese fenómeno. La

marginación y el empobrecimiento les hacen más frágiles ante una

neocolonización espiritual desde diferentes expresiones religiosas.

JUZGAR

II. Mirada de la Iglesia a los Pueblos Originarios

9. Desde la oficialidad de la Iglesia católica se ha dado una gran diferencia

en el acercamiento a los pueblos indígenas y a los afroamericanos. No se logró

superar la esclavización y el modelo colonial para dominar a los pueblos

indígenas, sí hubo una actitud profética de defensa y protección, representada por

religiosos misioneros y obispos, como Bartolomé de las Casas, Antonio

Montesinos, Antonio Valdivieso o Vasco de Quiroga, entre otros. Ellos lograron

82 Cf. CNBB - Comissão Episcopal para a Amazônia y Rede Eclesial Pan-Amazônica. Amazônia: Novos Caminhos para a Igreja e para uma ecologia integral, n°1-6, http://repam.org.br/wp-content/uploads/2018/07/Documento-Preparat%C3%B3rio-2ed.pdf. 83 Cf. FLÓREZ, J., Situación de la población indígena y afroamericana de Medellín al presente.

249

cuestionar el abuso y denunciar la destrucción que realizaban las metrópolis

europeas contra los pueblos indígenas de las tierras recién contactadas.

10. El caso de los esclavizados de origen africano fue diferente. Muestra

voces proféticas de defensa, pocas y aisladas, pero no logran un cambio

institucional ante una práctica tan aberrante. Los profetas conocidos son pocos, es

importante rescatar sus nombres y dar a conocer sus mensajes y considerar el

contexto histórico que les tocó enfrentar. Se destacan, entre otros:

a. Fray Bartolomé de Las Casas (dominico, 1474 – 1566), en especial con

su obra Brevísima relación de la destrucción de África84.

b. San Pedro Claver (jesuita, 1580–1654), Reconocido por su entrega y

protección a los esclavizados, especialmente a los que llegaban

enfermos y eran abandonados en las playas de Cartagena.

c. Fray Epifanio Moirans y fray Francisco José de Jaca (capuchinos, 1679-

1681) misioneros en las Antillas Menores y Venezuela; fueron

apresados, con grillos, por haber protestado contra la esclavitud y

deportados a España por exigir la liberación integral de los esclavos.

d. Miguel del Toro (1680-1688), a su jurisdicción eclesiástica pertenecían

algunos palenques de cimarrones, a quienes brindó asistencia espiritual

y apoyó en sus justas aspiraciones de propiedad de tierras, autonomía y

paz.

e. Baltasar de la Fuente fue cura doctrinero de Turbaco y tesorero de la

Catedral de Cartagena. Viajó a España para conseguir una Real Cédula

en 1692, con disposiciones bien concretas en favor de la lucha de los

palenqueros.

f. Mons. Antonio María Cassiani apoyó los reclamos de los cimarrones

hasta conseguir un arreglo con ellos. Así, el Palenque de San Basilio, en

84 DE LAS CASAS, Bartolomé, Brevísima relación de la destrucción de África. Preludio de la

destrucción de África. Primera defensa de los guanches y negros contra su esclavización, 219-220.

250

las estribaciones de la Sierra de María, dio origen al que sería, alrededor

de 1713, el primer pueblo libre de América85.

11. La Iglesia tuvo que esperar hasta el Vaticano II (1963-1965) para que su

pensamiento y lenguaje oficiales empezaran a cambiar, revisar las causas y

generar un pensamiento crítico. Enrique Dussel86 habla de un cristianismo liberal,

una cristiandad que se está superando. Este cambio eclesial se ubica en el

contexto del cambio global que significó la década de los 60:

Los años 60’ serán recordados por los cambios que hicieron del mundo, un

nuevo mundo. Por las ventanas de esta década entraron vientos de

rebeldía, revolución y esperanza, que le dieron a la casa del mundo un

nuevo rostro. Frases como “Prohibido prohibir”, “La imaginación al poder” y

“Seamos realistas, pidamos lo imposible”, resumen el sentimiento de las

Protestas estudiantiles en París, Berkeley, ciudad de México, Londres,

Madrid o Roma, de la revolución cultural de los Beatles o del boom de la

literatura latinoamericana, del histórico mayo francés y de la primavera de

Praga, del movimiento hippie, de la revolución sexual, la liberación

femenina y las nuevas concepciones sobre la familia, del Concilio Vaticano

II y la Conferencia de obispos en Medellín, etc. No fue solo una época de

cambio, sino un verdadero “cambio de época”, un nuevo eón político,

económico y eclesial, que marcará la historia, hasta hoy87.

12. América Latina recibió un Kairós, un verdadero cambio para la Palabra,

que volvía al pueblo, y una Iglesia que rompía alianzas para retornar a los pobres.

La II Conferencia General de Medellín (1968) va a plantear no sólo una relectura

sino una nueva forma de ser Iglesia: pasar de una que hablaba de los pobres, a

una comprometida con ellos, optando y actuando por su liberación integral.

85 Cf. SAVOIA, Rafael. Historia de la Pastoral Afroamericana en la Iglesia, 89-114. 86 DUSSEL, E., Historia de la Iglesia en América Latina: Medio milenio de coloniaje y liberación (1492-1992). 87 MONROY, A., “Medellín, 50 años de camino: Adaptación cultural, inculturación e interculturalidad”.

251

13. El documento de Medellín no habló directamente de los pueblos

afroamericanos, a los indígenas los menciona 4 veces, pero hace referencias a los

pobres, a los “grupos étnicos” (DM 6,1; 15,26) y a las culturas. Es importante

reconocer que, cuatro meses antes de Medellín, el encuentro de Melgar (1968) sí

hizo referencia a los afro como cultura claramente diferenciada de la cultura

dominante88.

14. Otros conceptos no fueron fuertes ni claros en Medellín, pero tomaron

forma y maduraron en otras conferencias. Habla, por ejemplo, de cultura con un

sentido de “adaptación”, Puebla menciona la “evangelización de la cultura” (395),

Santo Domingo trata el tema clave de la identidad cultural, bajo el nuevo nombre

de “inculturación” (SD 13, 33, 36, 43, 53, 58, 84, 87, 128, 177, 228, 229b, 230,

243, 248, 250, 254, 256, 263, 271).

15. Santo Domingo es el primer documento oficial que se refiere a los

afroamericanos y caribeños, términos acuñados por el papa san Juan Pablo II, en

su Mensaje dirigido a estos pueblos (13 de octubre de 1992). Los obispos lo

retomaron 19 veces: reconocieron “la esclavitud de los negros” como “el mayor

pecado de la expansión colonial de occidente” (246); denunciaron la violencia

contra la población, la importancia del diálogo interreligioso y detallaron

compromisos pastorales (19, 20, 30, 32, 80, 84, 107, 110, 119, 137, 138, 167, 174,

244, 246, 248, 249, 251, 270).

16. Se revisó la visión eurocéntrica de la cultura, que dominó a los pueblos

desde una espiritualidad occidental. La Iglesia de los 60, con el Vaticano II, le da

un sentido distinto. La Gaudium et Spes la ve desde la dignidad y lo humano,

reconoce la diversidad y la pluralidad: la clave de la cultura es muy importante

para la dignidad, debe llevar a un verdadero y fructuoso diálogo.

88 El Departamento de Misiones del CELAM organizó el I Encuentro Continental sobre Pastoral de Misiones en América Latina, celebrado en Melgar, Colombia, del 20 al 27 de abril de 1968. En él se propone por primera vez la creación, dentro de este Departamento, de un espacio para la Pastoral Negra Cf. GUTIÉRREZ, A., “Los Afrodescendientes en los documentos de las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano y del Caribe”, http://www.africafundacion.org/spip.php?article3559.

252

17. Puebla habla de la evangelización de la cultura y se empieza a

formalizar las pastorales afro e indígena. Santo Domingo pasa a la inculturación

del Evangelio y también las menciona, les da más importancia. Aparecida habla

poco de la inculturación, pero no la minimiza, habla de cultura 122 veces89.

18. Aparecida reconoce a los indígenas como los pobladores más antiguos

del continente, pero también destaca que son otros diferentes que merecen

respeto. Deja abierta las puertas para pasar de la inculturación a la

interculturalidad. El hoy Papa emérito Benedicto XVI habla de interculturalidad, la

prefiere para construir la catolicidad universal, como familia que se conoce y

colabora. La multiculturalidad habla del reconocimiento de la diversidad; el

colonizador de ayer la eliminaba. Ahora se cuestiona cómo se limita bajo las leyes

del mercado: libertad para consumir pero no para vivir bien.

19. El cambio de inculturación a interculturalidad no es un capricho ni una

moda, se trata de superar el riesgo que conlleva el concepto de inculturación si

sigue una posición agresiva con los otros pueblos. Hoy se trata de buscar la

Interculturalidad, vista desde la perspectiva de la decolonialidad y el intercambio.

20. El P. Agustín Monroy, en su ponencia90, resaltó que la Interculturalidad

crítica es una apuesta importante y pertinente en la construcción de un continente

intercultural, con justicia social y paz.

21. El Papa Francisco, en el breve discurso a los pueblos indígenas de la

amazonia peruana de enero de 2018, plantea la luz de la interculturalidad como

clave de lucha por la vida, después de ver o describir la realidad de muerte que se

cierne sobre el territorio y sobre sus pueblos. Una interculturalidad crítica es el

mejor camino para transformar las históricas relaciones marcadas por la exclusión

y la discriminación, para alcanzar el buen hacer y el buen vivir. Se parte del

territorio como fuente inagotable de vida, con múltiples apellidos, para destacar el

diálogo y el reconocimiento, con diversas aplicaciones, en la educación, la salud…

89 Cf. MONROY, A. Óp. Cit. 90 Cf. MONROY, A. Óp. Cit.

253

22. Francisco nos da claves para construir las bases de una teología y una

pastoral intercultural para la Iglesia latinoamericana: 1. Interculturalidad, Biblia,

Teología y Eclesiología latinoamericana. 2. Interculturalidad y territorio. 3.

Interculturalidad, “buen vivir” en la línea del “bien estar” o el Shalom hebreo…91

ACTUAR

III. Proyección de Futuro de los Pueblos Originarios

23. Las transformaciones del Concilio Vaticano II para la iglesia universal se

hicieron vida en América Latina con Medellín. Se inició el proceso de reflexión y

establecimiento de líneas de acción basadas en el Concilio de las conferencias

generales. Puebla, Santo Domingo y Aparecida destacaron la opción por los

pobres, precisaron sus rostros e introdujeron la inculturación del Evangelio, el

valor de las expresiones de fe y la religiosidad de los pueblos; la urgencia de

levantar la voz profética de la Iglesia ante los atropellos de un sistema capitalista

que empobrece y excluye a grandes sectores del continente, entre otros92.

24. No es fácil superar la mentalidad colonial, en la sociedad y en ciertos

sectores de la iglesia. El proceso de redacción de Aparecida tuvo clara esta gran

urgencia: “Permanece aún en los imaginarios colectivos una mentalidad colonial

con respecto a los pueblos originarios y afroamericanos. De modo que,

descolonizar las mentes, el conocimiento, recuperar la memoria histórica,

fortalecer espacios y relaciones interculturales, son condiciones para la afirmación

de la plena ciudadanía de estos pueblos” (DA 96).

25. El trabajo por una Iglesia con rostro propio ha sido constante en

nuestros agentes de pastoral afroamericanos e indígenas. Recibieron algunas

veces el apoyo decidido de obispos e instituciones oficiales, otras trabajaron

desde periferias geográficas y existenciales. Se valora y aprecia cuando coinciden

91 Cf. MONROY, A. Óp. Cit. 92 Cf. MENESES A., - BRISEIDA. E., “Urgencia del profetismo de la Iglesia católica ante la realidad de los afrodescendientes”.

254

las iniciativas del pueblo con las de los pastores, en especial con el

acompañamiento y por medio de documentos.

26. Compartir prácticas pastorales significativas permite conocer y valorar

los caminos recorridos. La Comunidad de Vida Pueblos indígenas y

afroamericanos dio a conocer el proceso de inculturación de la Diócesis de San

Cristóbal de las Casas (México), presentado por Mons. Felipe Arizmendi Esquivel,

su obispo93. Sus sínodos diocesanos son espacios de reflexión y celebración en

comunidad, que gestan la iglesia autóctona: “una Iglesia enraizada en el mismo

lugar donde está, que se realiza o se desarrolla asumiendo la cultura local…”,

como dijo en su ponencia.

27. La experiencia afroamericana muestra que, desde la base y con el

apoyo decidido del CELAM, se ha dado continuidad a los Encuentros de Pastoral

Afroamericana (EPAs) desde 1980. Se convoca cada tres años a los integrantes

de esta pastoral continental para evaluar, reflexionar, celebrar y proyectar el

caminar y los compromisos adquiridos. La alegría, el colorido, la acogida, la

solidaridad, la música y la danza hacen de cada EPA un evento de fe, de vida y de

fortaleza94.

28. El Primer Encuentro Continental de Obispos Comprometidos con la

Pastoral Afroamericana y Caribeña, en Quito, Ecuador, del 9 al 13 de septiembre

del 2002, lo convocaron el Departamento de Misiones (DEMIS) y el Secretariado

de Pastoral Afroamericana (SEPAFRO) del CELAM. Participaron 24 obispos con

población afroamericana en sus diócesis. Obispos y delegados presentes hicieron

dos peticiones importantes:

a. A las Conferencias Episcopales en América Latina: tomar en cuenta

explícitamente la Pastoral Afro en su organización y planes pastorales.

Al CELAM: continuar el apoyo decidido a iniciativas de respaldo a la

93 ARISMENDI, F., “Experiencias de inculturación en pueblos originarios de la Diócesis de San

Cristóbal de Las Casas”. Ponencia en la Comunidad de Vida “Pueblos indígenas y afroamericanos”. 94 Cf. SAVOIA, R. Óp. Cit.

255

Pastoral Afro en el continente. Los obispos participantes asumieron el

compromiso que les corresponde95.

b. Elaborar las Líneas Pastorales Afro-Continentales, como “un

instrumento que unifique y codifique el camino recorrido con las

comunidades negras y las experiencias vividas en este Encuentro”. Le

encomendaron al SEPAFRO que, para hacerlo, se sirva de los

documentos de Pastoral Afro de las Conferencias Episcopales96. Estas

líneas de acción97 se elaboraron con el aporte del SEPAFRO-CELAM y

el Secretariado de Pastoral Afroamericana y Caribeña (SEPAC) en

Quito, en enero 25 de 2003. Subrayan, en su parte introductoria, su

visión eclesiológica:

c. Somos una Iglesia servidora del Reino, que busca seguir las líneas de

la fraternidad evangélica y de la opción por los pobres que asume la

evangelización inculturada, orante y mística, marcada por el misterio de

la pascua, Cruz y Resurrección, que favorece el protagonismo laical,

una Iglesia que con profetismo defiende los derechos humanos y la

lucha por los más altos niveles éticos en la sociedad civil, alegre y

festiva, acogedora y amiga, celebrativa, misionera98.

d. Roberto Tomichá99 resaltó la urgencia de reflexionar, desde escenarios

emergentes afro e indígenas, las teologías amerindias inter y

transculturales. El proceso de la teología india ha marcado la búsqueda

de obispos, sacerdotes, religiosas y laicos de la Pastoral Indígena.

Santo Domingo (1992) habló de ella indirectamente; la Iglesia se

comprometió con los pueblos indígenas a "acompañar su reflexión

teológica, respetando sus formas culturales que les ayudan a dar razón

de su fe y esperanza“ (SD 248). En Aparecida (2007), no se logró poner

95 I Encuentro Continental de Obispos Comprometidos con la Pastoral Afro, Mensaje final. 96 Ibíd. Conclusiones. 97 Ver anexo. 98 Cf. MENESES. Óp. Cit. 99 TOMICHÁ, R. “Actuar”.

256

el término “teología india” en el documento oficial, pero fue materia

explícita de muchos debates. Estamos en un nuevo momento para esta

teología; lleno de promesas y esperanzas, pero marcado todavía por

temores e incertidumbres que vale la pena analizar.

29. Líneas de acción

a. Acompañar los pueblos indígenas y afrodescendientes; en especial si se

desarraiga, afecta o debilita la identidad en sus territorios, sus derechos

fundamentales o el cuidado de la Casa Común, por parte de grandes

empresas y actores ilegales.

b. Apremiar la construcción de iglesias autóctonas, con rostro,

pensamiento, memoria y corazón indígena y afrodescendiente, que

evangelice en diálogo con el mundo contemporáneo, asuma sus

tensiones y luchas, aborde las sombras estructurales para trabajar en

conjunto la interculturalidad.

c. Acompañar los procesos organizativos incluyentes de los pueblos afro e

indígenas, a favor, del buen vivir, de la vida justa y digna, de su

desarrollo y derechos propios. Hacerlo de forma integral para garantizar

la defensa del territorio.

d. Construir espacios de encuentro, reflexión y celebración, de

reconocimiento, acercamiento y diálogo. Que las celebraciones

religiosas sirvan para la confluencia real de todos.

e. Revisar la liturgia y enriquecerla a fin que responda a la identidad y a las

nuevas realidades de inclusión, conciencia ecológica, interculturalidad y

superación de colonialismos.

f. Acompañar la situación de marginación y exclusión que viven las

poblaciones indígenas y afro en territorios urbanos en el proceso de

migración, continuando con el reconocimiento específico, la lucha contra

la discriminación y la construcción de una pastoral urbana afro e

indígena.

257

g. Promover y fortalecer los procesos de formación inculturada, autóctona

e intercultural de agentes indígenas y afro en la vida consagrada,

sacerdotal y en los laicos comprometidos.

h. Valorar, formar y acompañar la misión evangelizadora de la mujer negra

e indígena para su empoderamiento como sujeto clave de resistencia en

los Proyectos de Vida y de Etnodesarrollo.

i. Trabajar en conjunto, en red y desde los territorios. Reforzar las redes

creadas por la Iglesia entre estos pueblos y su interacción con las redes

seculares.

j. Potenciar una catequesis intercultural que conecte el sentimiento de

identidad de América Latina y el Caribe con la memoria, que explique a

niñas y niños la historia vivida, valore el trabajo de la mujer y la relación

campo-ciudad. A nuevas culturas, nuevos jóvenes: promover vocaciones

nativas afro y de los pueblos originarios, en especial las laicales.

30. Líneas de Acción para el CELAM y las Conferencias Episcopales.

a. Continuar apoyando el camino de los Encuentros de Pastoral

Afroamericana, EPAs, como espacios propios de reflexión y

actualización de la espiritualidad, la teología y la liturgia propia.

b. Valorar y apoyar experiencias como la de la Diócesis de San

Cristóbal de las Casas en México con el pueblo maya, que rescatan

el significado de la evangelización en los procesos culturales, la

antropología con la que el Evangelio se hace vida.

258

21. Acoger, Proteger, Promover e Integrar

al forastero

Comunidad de Vida y Aprendizaje

Migración, Refugio y Trata de personas

259

VER

I. La Movilidad Humana, Migración y Refugio en América Latina y el Caribe

1. Antes de iniciar una reflexión sobre la realidad de movilidad humana,

migración y refugio, es importante dejar claro que entendemos por cada uno de los

términos.

2. Cuando hablamos de movilidad humana, estamos refiriéndonos a todo

dislocamiento humano sea por causas naturales, políticas, sociales, conflictos

bélicos o cualquier otro. En cuanto el termino refugio hace referencia a la

población que sale de su patria porque su vida o de su familia está en peligro y

este hecho les obliga a salir de su país y buscar protección en otro. El termino

migración integra todo tipo de dislocamiento sea de salida (emigración), de ingreso

a otro país (inmigración), desplazamiento o movilidad interna en su misma patria.

3. La movilidad humana ha sido una realidad permanente en la región,

marcada por momentos históricos. La década de los 70 y 80 está marcada por el

desplazamiento forzado por las guerras internas, como es el caso Centroamérica,

el fortalecimiento de guerrillas en caso de Colombia y Perú100, las dictaduras en

países del cono sur e incluso los conflictos territoriales como el que se vivió entre

Perú y Ecuador101.

4. Los años 90 están marcados por las emigraciones forzadas

principalmente al norte por causas económicas o procesos de post guerra.

También en estos años, en Colombia el conflicto llega a su punto más álgido, lo

cual dispara a que este país llegue a encabezar la lista de países que más

generan desplazamiento en el mundo102. Los finales de las dictaduras y el cierre

100 PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ, “Historia para maestros”, http://blog.pucp.edu.pe/blog/historiamaestros/2013/08/08/violencia-pol-tica-en-el-per-1980-1990/. 101 “Guerra Perú – Ecuador”, adonde.com, http://adonde.com/historia/1999_peru_ecuador.htm. 102https://www.google.com.ec/search?ei=WajMW4mkO6v45gKc25DoCw&q=conflicto+amando+en+Colombia+a%C3%B1os+90%2F+historia&oq=conflicto+amando+en+Colombia+a%C3%B1os+90%2F+historia&gs_l=psy-ab.3...2768.23152.0.23515.0.0.0.0.0.0.0.0..0.0....0...1c.1.64.psy-ab..0.0.0....0.5BRFRNa1eVQ.

260

de otros conflictos internos, como el caso de Perú, generan procesos de retorno a

dichos países.

5. Hacia el inicio del milenio, se mantiene la tendencia con el

recrudecimiento de la migración extracontinental y el aparecimiento más marcado

de migraciones sur – sur103. Este es el periodo donde los países de la región

entran en una paradoja: se abren espacios para el debate migratorio como fue la

Conferencia Sudamericana de Migraciones y el Diálogo del Triángulo del Norte,

entre otros. Pero a la vez los países de la región comienzan a manejar una política

migratoria más dura.

6. La última década está marcada por el fortalecimiento de las redes de

tráfico de migrantes, por la trata de personas104 y el constante aparecimiento de

coyunturas largas que generan desplazamientos unas veces masivos otras más

discretas tales como la crisis de Venezuela, el conflicto de la post firma del

acuerdo de paz colombiano, la violencia política en Nicaragua y la salida en masa

de la población hondureña y guatemalteca en dirección a Estados Unidos, que se

suman a los factores de crisis económicas, política y sociales en la región.

7. En el marco normativo también han existido avances, pero el problema

es que se quedó más en letra muerta que en realidades. Así es que previo a

Medellín existían dos marcos normativos internacionales en materia de refugio, la

Declaración del 51 y el Protocolo del 64. Posteriormente se suma la Declaración

de Cartagena de 1984 que pese a no ser vinculante es adoptada por algunos

estados. Esta última Declaración amplia la concepción del refugio a temas más

cercanos para América Latina pasando de la noción del conflicto como guerra, a la

noción del conflicto como violación de derechos.

103 NACIONES UNIDAS, “La migración mundial en cifras”, https://www.oecd.org/els/mig/SPANISH.pdf. 104 PALLER, E., Et Al, “Trata y tráfico de personas en América Latina”, https://www.latice.org/publ/es/trataTraficoPersonasAmericaLatina.pdf.

261

8. En materia de migraciones en el año 1990 se firmó la Convención de

Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y Sus Familias, que establece un

marco referencial para la aplicación de los derechos de migrantes.

9. En cuanto al abordaje relacionado a la trata y tráfico de personas, se ha

creado la Declaración de Roma en el año 2000, por medio de la cual se intenta

atender las necesidades de las víctimas de estas redes. A partir de este momento

las congregaciones inician un fuerte trabajo en redes de prevención y protección

de sobrevivientes de trata y tráfico.

10. Pero pese a tener estos marcos normativos internacionales, a nivel de

los países, existe un bajo nivel de cumplimiento de los estándares internacionales.

Esta realidad se queda evidente ante las observaciones del Comité de

Trabajadores Migratorios y la cantidad de opiniones consultivas y sentencias de

parte del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, en cada uno de los

países dan cuenta de esta condición.

11. Los elementos más actuales de la movilidad humana en la región son:

Los focos de graves conflictos que están provocando desplazamientos en la

actualidad, como es el caso de Venezuela, Nicaragua, Guatemala y Honduras. En

el caso de Venezuela se estima que la diáspora haya sobrepasado los 4 millones

de personas, aunque las cifras oficiales de algunos países suman poco más de un

millón105. En el caso de Nicaragua se estima que ya han salido 200 mil personas y

en este momento, más de 10 mil personas hondureñas están en camino hacia

Estados Unidos.

12. Se mantiene la preocupación en torno a las repercusiones del conflicto

colombiano, que pese a los acuerdos de paz y los esfuerzos de diálogo, el mismo

se está reconfigurando de manera permanente. Solamente este año fueron

muertos más de 200 líderes y lideresas sociales.

105 EL NACIONAL, “Voces y cifras del éxodo venezolano en América Latina”, http://www.el-nacional.com/noticias/gda/voces-cifras-del-exodo-venezolano-america-latina_250220.

262

13. La violación de derechos en la región se expresa en las acciones de

violencia en territorio venezolano, la expulsión de población en niveles altos y

regulares, el ataque a la persona venezolanas en Ecuador y Brasil, la xenofobia

creciente en toda la región. Maras que desplazan en las ciudades y el narcotráfico

que expulsa y mata en los campos de Honduras.

14. Las rutas del tráfico de personas se van ampliando e involucrando a los

migrantes. Los corredores de Centroamérica, especialmente México hacia

Estados Unidos, mantienen los niveles alarmantes de violencia contra las

personas migrantes y defensores de derechos humanos. Pero adicionalmente se

pueden constatar otras rutas que no eran tan habituales como las presentes en el

pacífico de Suramérica e incluso las transcontinentales, desde África a la región y

de la región hacia Europa. También se ve con preocupación las redes de tráfico

que funcionan al interior de varios países y que en algunos casos están ligados a

dinámicas de conflicto, como en Colombia y Venezuela, o de otras formas de

explotación.

15. En cuanto a trata de personas, esto es un negocio ilícito que está

creciendo, en referencia a la trata con fines sexuales según la UNDOC (2016) un

tercio del total de las víctimas de la trata de personas a nivel mundial son niños y

niñas; y el 71% son mujeres y niñas. Esto da cuenta de la crueldad dirigida a

mujeres y a la infancia con respecto a la vigencia de este delito. Pero a las formas

habituales de trata se ha visualizado la existencia de trata con fines de

mendicidad, matrimonios forzados, entre otros.

16. Las redes delictivas se han visto fortalecidas y han aumentado el nivel

de las ganancias en los últimos años. Según Naciones Unidas, el tráfico de

personas supera en ganancias al propio tráfico de armas106.

106 UNODC, “Informe mundial sobre la trata de personas”, https://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/glotip/GLOTIP14_ExSum_spanish.pdf.

263

17. Las políticas nacionales de movilidad humana se han ido endureciendo

afectando a las personas, particularmente en el momento de adquirir

documentación, pero también de acceder a determinados derechos básicos.

18. En varios países las presiones por el control de recursos estratégicos

han generado conflictos que provocan desplazamiento de pueblos nativos, como

el caso de los Mapuches en Chile, las zonas mineras en Bolivia y Ecuador, los

megaproyectos en Brasil, entre otros.

JUZGAR

II. La Movilidad Humana, Migración y Refugio a la luz de la Palabra de Dios

19. En el año de 2006, CELAM publicó el documento número 169, una guía

pastoral “La Movilidad Humana en América Latina y el Caribe” en la que retrata la

realidad de movilidad humana, reflexiona sobre propuestas de acción ante esta

realidad y hace una larga reflexión sobre los textos bíblicos que iluminan la

realidad de migración y refugio de donde recopilamos todo el marco del juzgar que

a continuación exponemos.

20. Los primeros capítulos del Génesis (Gn 1,11) han sido escritos desde

la gozosa experiencia del don y de la posesión de la tierra, experimentada como

bendición y armonía paradisiaca, para sí y para los demás (Gn 1,26 -31 Dios se da

al ser humano, crea el hombre a la mujer a su imagen y semejanza y entrega todo

lo creado en sus manos).

21. Pero también desde la experiencia de la perdida de la tierra por la

trasgresión e infidelidad a la Alianza (Gn 3,6-23: desobediencia y salida del

paraíso) y de la esperanza de los desterrados por volver a la posesión de la tierra

que mana leche y miel. Así, las experiencias de arraigo y desarraigo, vividas por el

pueblo quedan integradas en los paradigmas del paraíso y del pecado original. La

vida, la posesión de la tierra y la armonía, son frutos de la fidelidad al don de la

gracia recibido, mientras que la pérdida, la expulsión, la insolidaridad son la

consecuencia del pecado, de la infidelidad y la desobediencia al mandato divino.

264

22. La época patriarcal recoge la memoria de los orígenes nómadas de

Israel como parte de la gran migración de los pueblos semitas que estuvieron

invadiendo los territorios del creciente fértil durante un periodo de mil años. En el

plan de los autores sagrados, con las narraciones patriarcales, se inicia la historia

del Pueblo de Dios (Gn 12,50: llamada, envío de Abrahán e ingreso a Egipto por

hambruna). Mi padre era una arameo errante” (Dt 26,5) reza el comienzo del credo

israelita y nos remite al caminar trashumante de Abrahán y sus descendientes.

23. La migración de Abrahán es vista como una migración de fe en

respuesta a la llamada y a la promesa de Dios: “Sal de tu patria, de tus parientes y

anda a la tierra que yo te mostraré” (Gn 12,1ss). Abrahán es el paradigma de todo

el pueblo de nómadas, sin casa, viviendo en tiendas, una vida errante, sin patria,

sin seguridades. En muchos lugares estas tribus eran vistas como peligrosas y

hostiles; el mismo nombre hebreos (hapirus) con que se les denomina en los

escritos de la época, denotan recelo y sospecha.

24. Dos elementos importantes hay que subrayar, en la perspectiva de la

movilidad humana de la época patriarcal: una es la naturaleza del Dios de los

Padres que, al contrario de los dioses sedentarios de Mesopotamia, Egipto y

Canana, es un dios itinerante que camina con las tribus, un dios que no está

ligado a santuarios ni conoce fronteras. Otro elemento, es la práctica de la

hospitalidad tan característica de los pueblos nómadas, donde una tienda de

campaña, agua fresca y pan marcan la diferencia entre la vida y la muerte. La

acogida de Abraham a los tres visitantes (Gn 18,1ss) se convirtió en paradigma de

la hospitalidad para judíos y cristianos (Hb 13,12).

25. La tienda del nómada es también lugar de refugio para el fugitivo que

huye dela venganza a causa de un homicidio involuntario; en este caso, el dueño

de la tienda está obligado a defender con su propia vida la seguridad de su

huésped, como se puede leer en el episodio de Gn 19,1-16 en el que Lot

salvaguarda la vida de sus huéspedes ante las pretensiones de abuso de los

habitantes de Sodoma.

265

26. La gesta de Jacob huyendo de su hermano Esaú, su sueño de la

escalera que une el cielo con la tierra en Betel, la búsqueda de la esposa amada

en Arán, su retorno, colmado de bendiciones a Canaán para reconciliarse con su

hermano, constituye un paradigma interesante del ciclo de sueños, aventuras,

penalidades y éxitos de los migrantes (Gn 28-32).

27. La época patriarcal concluye con el relato de la venta de José por sus

hermanos y de la migración forzada por el hambre de los hijos de Jacob a Egipto.

Historia que permite ver como Dios, de la traición y venta (trata de persona) del

hermano, saca salvación para el pueblo (Gn 37-50).

28. La experiencia de la esclavitud en Egipto donde el pueblo se multiplicó

en cumplimiento de las promesas al tiempo que sufrieron la opresión, la

esclavitud, el trabajo forzado, el caminar por el desierto cuarenta años, dejaron en

la carne del pueblo la marca que pesa sobre el extranjero (en hebreo ger =

extraño, enemigo). Todos los escritos posteriores harán permanente referencia a

esta situación vivida: “fuiste esclavo, extranjero, forastero en Egipto” (Ex 1,8-22).

29. En medio de su esclavitud, el pueblo gritó de dolor y sus gritos llegaron

a los oídos de Dios que se dispuso a atenderlos y liberarlos (Ex 2,23-25; Dios

cercano que escucha el clamor y el dolor de su pueblo). La liberación operada por

Dios por manos de Moisés dejó huella indeleble del amor y predilección de Dios

por los excluidos y marginados, ese Dios que se autorrevela como el Dios

compasivo y misericordioso, defensor de los pobres y desvalidos.

30. Si en sus orígenes Israel experimentó lo que significa no tener una tierra

en medio de otros pueblos, más tarde, ya establecido en su tierra haría la

experiencia inversa. En efecto, cuando en el 722 ac el Reino del Norte fue

conquistado por los asirios (2Re 17), el remanente del sur, el Reino de Judá debió

acoger a un gran número de refugiados del norte que como forasteros e

inmigrantes vinieron en busca de asilo. A estos forasteros se aplicaba las antiguas

leyes del Código de la Alianza: “no abuses del forastero ni lo explotes” (Ex 20,10;

266

23,9) donde Dios equipara a los forasteros con los pobres, viudas y huérfanos del

propio pueblo, que deben ser protegidos y cuidados.

31. La llegada de los refugiados del Norte llevó a los profetas a profundizar

en la necesidad de acogerlos y protegerlos. Hay que respetar el derecho del

forastero y pagarle lo debido (Dt 24,14-17); Los forasteros tienen el derecho a

recoger los remanentes de la cosecha en los campos, junto a las viudas y

huérfanos (Dt 24,19-22); El extranjero ha de tener parte en los diezmos destinados

a los pobres (Dt 26,12-123); el forastero deberá ser acogido en la fiesta como un

familiar (Dt 16,11-14; 26,11). La motivación es siempre la misma: “No olvides que

fuiste esclavo en Egipto”.

32. Para el pueblo de Israel, ninguno es extraño, el ama a todos por igual;

junto a él todos los extranjeros encuentran una patria. Los recién llegados del

norte deben ser integrados a la sociedad y participar del don de la tierra. Solo

entre los impíos, los forasteros están entregados a toda suerte de arbitrariedades

(Gn 19,41; Ex 1; Jc 19). Incluso el templo salomónico se convertirá para el

extranjero en lugar de oración y lugar de reconocimiento del nombre divino (1R

8,41-43).

33. El tema de refugio, como tal esta también ampliamente atestiguado en

la práctica del pueblo de Israel. Consta que el asilo se practicó durante la época

de los jueces y que se continuó durante la monarquía. Antes de la edificación del

templo el refugio se podría realizar en la tienda de Yahvé y luego de su

edificación, el mismo templo salomónico era considerado un lugar de refugio,

como consta en (1Rey 2,29-40).

34. Las leyes israelitas proveen ciudades de asilo para proteger a los

homicidas involuntarios que huyen del vengador de sangre: Si alguien causó a

otro la muerte, sin intención, solamente porque Yahvé dispuso así el accidente,

tendrá que refugiarse en el lugar que yo te señalaré (Ex 21,12-13). Estas ciudades

son un don de la misericordia de Dios para proteger la vida de los inocentes y está

267

condicionado a la fidelidad del pueblo a los mandamientos y a la Alianza (Dt 19,7-

10; Jos 20,1-3).

35. El asilo o refugio funciona como una verdadera institución con un

estatuto perfectamente determinado por la ley mosaica y actúa a favor del

homicida involuntario que huye del vengador de sangre. Es obvio que el vengador

tenderá a actuar inmediatamente y aplicar el Talión y matar al homicida; muerto el

agresor involuntario ya no había posibilidad de reclamo. Se habría derramado

sangre inocente y la tierra quedaría impura (Dt 19,10) Para evitarlo interviene la

institución del asilo: el homicida debe huir y refugiarse en un lugar de asilo y así

darse tiempo y exponer su causa a la comunidad (Dt 19,6). Una vez realizado el

juicio con la comparecencia de las partes, si se confirma la versión del fugitivo, se

le declara inocente y se le concede el estatuto de refugio.

36. Los textos bíblicos reconocen también el refugio ante la persecución del

enemigo político y el refugio fuera de su alcance con la huida a un escondite y otro

país. Sin duda el más célebre de los fugitivos es David, lo vemos fugitivo y

escondido en todas partes (1Sam 19,18ss; 21,11; 22,3; 24,1); finalmente David

decide exiliarse con su gente fuera de los dominios de Saúl, entre los filisteos

(1Sam 27,6-12).

37. El fenómeno del refugio ha estado siempre ligado a los periodos de

guerra y violencia. Egipto fue varias veces lugar de exilio y refugio, tanto para

individuos como para grupos enteros (1Re 11,40-43; 1Re 12,1-26; Jdt 5-8; 15,5).

En medio de la gran confrontación entre Egipto y Babilonia en el siglo 6 a.c, la

tribu de Judá, se vio obligada a refugiarse en Egipto (Jr 42,1-4; 7-12; 43,7), pero la

mano de Babilonia alcanzó a los exiliados en Egipto, que perecieron y solo unos

pocos pudieron regresar (Jr 42,13-17, 44,11-14). Estas amargas experiencias se

expresan en los salmos que denuncian la inutilidad de poner la confianza en los

hombros e invitan a los creyentes a refugiarse en Dios.

38. La invasión y conquista de Judá, la destrucción de Jerusalén y el templo

por parte de los babilonios al mando de Nabucodonosor en 587 a.c (2Re 24,25)

268

marcó el comienzo del cautiverio para muchos habitantes de Jerusalén que fueron

deportados a Babilonia. Una nueva experiencia de desarraigo y enajenación en un

país extraño y opresor, de añoranza por lo perdido: “¡Cómo cantar un cantico de

Sion en tierra extraña!” (Sal 137,4). Una vez más solo la fe de los profetas logró

reanimar la fe de muchos que se creían abandonados de Dios. El pueblo salió

purificado de esta prueba-represión y comenzó a soñar con el retorno, el Mesías y

la restauración de Israel.

39. De esta experiencia de forastero (Dt 10,18-19) se concluye una gran

verdad: “Dios ama a los forasteros y les da alimento y vestido”; también vosotros

debéis amar a los forasteros, pues fuisteis extranjeros en Egipto; y en la ley de

santidad del Levítico se añade: “Cuando un inmigrante viene a morar junto a ti no

lo explotarás, lo tratarás como a uno de tu propia tierra, como uno de vosotros, lo

amarás como a ti mismo, pues vosotros fuiste emigrantes en tierra de Egipto” (Lv

19,33-34).

40. De esta manera la ley de Moisés ofrece plena protección al extranjero

sin apenas distinguirlo de los nativos: tiene derecho al mismo ritual (Nm 35,15),

valen para ellos las ciudades de refugio y asilo (Dt 27,17). Hay que evitar en ellos

la amarga experiencia de la soledad y el abandono (Eco 29,20-28).

41. En el Antiguo Testamento, los textos abundan en el tema del refugio en

Dios, casi no hay salmo que no lo mencione. Yahvé es el refugio del justo y del

pobre: Tu eres mi refugio (Sal 14,16; 16,1; 27,1; 43,2; 62,8; Jr 16,19; Est 14,1); En

la línea del Dios defensor de los pobres: Dios refugio de los pobres, ciudadela del

oprimido (Jdt 9,10-11). Tu ha sido nuestro refugio de generación en generación

(Sal 90,1; Dt 33,27). Lo mismo, utilizando otras palabras, tales como: amparo,

cobijo, sombra, roca (Sal 11,1; 18,3; 25,20; 27,5; 31,2; 32,7).

42. En algunos salmos se apiña toda la terminología del refugio como en el

Sal 18,2-3: Yo te amo Señor, tu eres mi fuerza, El Señor es mi roca y me alcázar,

mi libertador, es la roca que me da seguridad; mi ciudadela y me refugio; es mi

escudo y me da la victoria.

269

43. El Señor es el refugio del justo frente a sus enemigos, pero también lo

es en los días aciagos de la desgracia, de la guerra y de juicio: Él es el refugio de

los justos en el día de la angustia (Sal 37,39; Jr 17,17). Buscad a Dios los

humildes de la tierra… quizá encontrareis cobijo el día de la cólera (juicio) (So

2,3). Una vez purificado, el resto del pueblo que habite Jerusalén se refugiará en

Dios: Dejaré dentro de ti un pueblo pobre y humilde que buscará refugio en el

nombre del Señor (So 3,12). El propio Mesías se esconderá a la sombra del

amparo de Yahvé.

44. Este tema demanda a la iglesia convertirse en un lugar de refugio y

acogida, siendo así, sacramento del propio Dios y de Jesús y acogiendo a Jesús,

en las personas migrantes y refugiadas (Mt 25,25). Se entiende, entonces, porque

cuidar de los extraños, de los expatriados, de los fugitivo y viandantes, figura en la

lista de las exigencias de la ética cristiana que han de aparecer como criterio de

juicio: “Yo fue extranjero y me recibiste en tu casa” (Mt 25,35-36).

45. El mismo Jesús, estando en Judea y Galilea, vive de la hospitalidad de

otros y confiesa que el “Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza” (Mt

8,20; Lc 9,58). Es así que lo vemos hospedado en casa de Pedro (Mc 1,29), en

casa del publicano Levi (Mc 2,15), en casa del Fariseo Simón (Lc 7,36), en casa

de Marta y María (Lc 10,38).

46. A pesar de que los discípulos puedan ser unos desconocidos en las

ciudades y aldeas donde son enviados, Jesús supone que serán recibidos (Mc

10,11-13; Lc 10,5-9). La participación de los extranjeros es esencial para que el

Reino de Dios sea completo y sus bienes se extiendan a ellos. Jesús muestra su

predilección y simpatía por la mujer sirio fenicia (Mt 15,22-27), por la samaritana,

por los funcionarios y soldados romanos con quienes entran en relación sin tomar

en cuenta las leyes de pureza que se lo prohíben.

47. Esta actitud con lo hospedes recibe una profunda motivación teológica

cuando se recuerda que el propio Dios es un extraño en medio de su pueblo (Jn

8,19) y que también Jesús es un extraño entre los suyo (Jn 1,11; 8,14.25; 9,29).

270

Los evangelios de la infancia anticipan ya este extrañamiento cuando Lucas

presenta la familia de Jesús como forasteros que no encuentran lugar para

hospedarse (Lc 2,6), o Mateo que no duda en caracterizar la familia de Nazareth,

como refugiados y fugitivos y los describe rehaciendo el camino del éxodo (Mt

2,15), llevando una vida a escondidas para salvar la vida del pequeño Jesús.

48. Los escritos de NT son unánimes en dar testimonios de que: Jesús de

Nazareth y las comunidades cristianas primitivas se dedicaron decididamente a los

marginados y excluidos de la sociedad, a los extranjeros, refugiados y

perseguidos. Y tanto la comunidad de Jesús, como la de sus discípulos fueron una

alternativa de acogida, dignificación y promoción para todos ellos.

ACTUAR

III. En la región

49. Es necesario que las actuaciones de la iglesia (y de sus organizaciones)

se den en el marco de una gran alianza con otros espacios de la sociedad civil en

cada país y en los ámbitos regionales.

49.1 Desde esta concepción se debe:

a. Trabajar en función de algunas acciones como establecer rutas y

procesos de incidencia para que las políticas de migración y refugio se

incorporen de manera adecuada en cada uno de los estados y en los

niveles regionales.

b. Trabajar de forma articulada en lo local y regional para dar respuestas

rápidas; prever fondos y personal habilitado y capacitado que se pueda

dislocar rápidamente para atender emergencias.

c. Promover acciones para hacer frente a cualquier brote de xenofobia,

discriminación y violencia por parte de las sociedades receptoras.

d. Involucrar más a las entidades de iglesia en el fortalecimiento de rutas

humanitarias para la atención a flujos de desplazamiento masivo.

271

e. Promover un amplio diálogo regional sobre las condiciones migratorias

en los diferentes países y en la región.

f. Incidencia social, política y jurídica en todos los países de la región para

fortalecer un marco jurídico que proteja y defienda los derechos de las

personas migrantes y refugiadas.

g. Apoyo espiritual y humanitario a las personas con experiencias

migratorias y de refugio y finalmente brindar apoyo y acompañamiento a

las familias de los desaparecidos.

TRATA DE PERSONAS

VER

IV. La realidad

50. Los términos, tráfico humano, tráfico de seres humanos o tráfico de

personas, todos hacen referencia a la explotación que deriva en violaciones de los

derechos de las personas, oprimiendo y esclavizándolas, hiriendo su dignidad y

evidenciando diversas violaciones.

51. Este crimen atenta en contra de la dignidad de la persona, una vez que

tiene por objetivo enriquecerse con la exploración del hijo y de la hija de Dios,

limitando su libertad, despreciando su honradez, agrediendo su amor propio,

amenazando y muchas veces, provocando su muerte. Involucra a niñas, niños,

mujeres adultas, trabajadores y trabajadoras vulnerables, que por su condición

socioeconómica, sus problemas familiares, fragilidad afectiva y emocional se dejan

engañar y toman decisiones que las torna vulnerables ante las acciones de los

grupos organizados de trata y tráfico.

52. Papa Francisco afirma que este es uno de los problemas más graves de

la humanidad actual, “¡La trata de personas es una actividad innoble,

una vergüenza para nuestras sociedades que se llaman civilizadas!”107

107 FRANCISCO, A los participantes en la plenaria del Consejo Pontificio de los Emigrantes e Itinerantes, 2013, http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2013/may/documents/papa-francesco_20130524_migranti-itineranti.html.

272

53. La trata de personas está inmersa en otras actividades igualmente

violatorias de la dignidad del ser humano como el crimen organizado, el tráfico de

armas y de drogas, la sumisión, el engaño, la retención de documentos, el mal

trato físico, psicológico, financiero y la esclavitud.

54. Algunas de las características de la trata de personas es el crimen

organizado donde hay estructuras sofisticadas y capitalizadas que cubren la

corrupción en todos sus ámbitos para facilitar su “servicio”. Los grupos delictivos

tienen sus rutas nacionales e internacionales que, por el general, salen de

pequeñas ciudades en dirección a los grandes centros urbanos o regiones de

frontera internacional.

55. La trata de personas es un crimen que no se visibiliza fácilmente. Las

víctimas tienen miedo de denunciar porque hay autoridades importantes

involucradas o porque cuando lo hacen, en general, son amenazadas por sus

victimarios. Debido a estos y a otros factores, no es fácil tener cifras exacta por

falta de denuncias y porque los casos denunciados difícilmente llegan a

judicialización.

56. El reclutamiento y coacción es una práctica común de abordaje que

actúa teniendo por base el deseo de la persona de alcanzar mejores condiciones

de vida. Para lograr sus objetivos los criminosos camuflan el delito y las

actividades ilegales para convencer a la víctima. El perfil de los reclutadores

consiste en que case siempre es una persona conocida, tiene poder de

convencimiento, atrae con propuesta de empleo bueno y bien remunerado y

muchas veces, también es víctima.

57. Las victimas normalmente están en situación de vulnerabilidad por

cuestiones migratorias, económicas y afectivas. Muchas veces son personas

dependientes afectivamente, que se sienten abandonadas o tienen vínculos

familiares frágiles.

273

58. A pesar de tener formas de captación muy parecidas, la trata de

personas acontece para varios fines que se ejecuta al mismo tiempo o fines

diferentes, tales como: tráfico para explotación en trabajo, sexual, extracción de

órganos, adopción ilegal y venta de niños, niñas y adolescentes.

59. Según OIT en 2016, había 40 millones de personas víctimas de trata en

el mundo, siendo 1,8 millones en América Latina. De esta población 74% eran

adultos y 26% menores de 18 años, siendo 55% mujeres y 45% hombres y que de

las 23.117 víctimas rescatadas, 60% eran niñas108. También la OIT y la Fundación

Camina Libre expresan que, las niñas y mujeres representan 71% de las víctimas

de esclavitud, incluyendo el 99% de aquellas que están en la industria del

comercio sexual y el 84% de las que son obligadas a casarse109.

60. Los cinco países donde más acontece la trata de personas son: India

con 14 millones, China con 3 millones, Paquistán con 2,1 millones, Nigeria con

705 mil y Etiopia con 650 mil personas víctimas que son utilizadas para el trabajo

esclavo, explotación sexual, matrimonios forzados, tráfico de órganos y adopción

ilegal.

61. Las presiones de las organizaciones sociales obligaron a los Estados a

firmar convenciones para la prevención, erradicación, judicialización y superación

del delito de trata de personas. Uno de estos tratados es el Protocolo de Palermo

que plantea temas como el reclutamiento, el transporte, la transferencia, el

alojamiento, acogimiento de victimas recogiendo a amenaza o fuerza u otras

formas de coacción como rapto, fraude, engaño, abuso de autoridad u otras

situaciones de vulneración para entrega o aceptación de pagamiento o beneficios

para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra con

fines de explotación.

108 THOMSON REUTERS FOUNDATION, “La trata de personas crece un 20 por ciento en India”, https://www.europapress.es/internacional/noticia-trata-personas-crece-20-ciento-india-20171204195405.html. 109 TUTTON, M., “En el mundo hay 40 millones de esclavos, según nuevo informe, https://cnnespanol.cnn.com/2017/09/19/en-el-mundo-hay-40-millones-de-esclavos-segun-nuevo-informe/.

274

62. En este tipo de delito, es importante recalcar que, mismo que haya

consentimiento de la víctima el acto no deja de configurarse como crimen, caso se

constaten los medios que lo caracterizan como tal: amenaza, uso de fuerza, rapto,

engaño, abuso de autoridad, aceptación de pagamiento o beneficios para obtener

el consentimiento de una persona que con autoridad sobre otra y situación de

explotación. Aquí se podrán encontrar videos sobre trata y tráfico para

profundización110.

JUZGAR

V. Ante La Palabra de Dios

63. La trata de personas puede ser comparada al sufrimiento del pueblo de

Israel en Egipto, por su similitud: trabajo forzado, esclavitud, vulnerabilidad a que

son expuestas las personas, vulneración de derechos, abuso de autoridad del

Faraón que se creía dueño de la vida del pueblo. El mismo pueblo de Israel pasó

por exilios, entre los más conocidos tenemos el Exilio en Babilonia, como se

puede ver en 2Re 25,11-21 y Sal 137. En las dos realidades (Exilio y Esclavitud en

Egipto) donde está involucrado el pueblo en la calidad de esclavos, sufren

violación de sus derechos, abuso de autoridad, opresión por parte de sus

superiores, engaños, violencias sicológicas, físicas y todo tipo de opresión, tal

como actualmente acontece con las víctimas de trata, tráfico y trabajo esclavo.

64. Todo trabajo forzado como nos relata el libro del Éxodo 5,6ss., tiene por

origen el abuso de autoridad y como consecuencia la violación de los derechos de

la gente y hasta su completo aniquilamiento como ser humano. Gn 37,14-36 y Gn

39,1-23, por otra parte, nos relata la historia de José al ser vendido por sus

hermanos por celos y conflictos familiares. Ya en Egipto, la esposa de Putifar, el

funcionario de Faraón a quien José servía, intenta seducirle. José huye de la

trampa para ser fiel a su amo, pero ella le levanta falso testimonio, haciéndole

110 DARLINGTON, S., “Fui obligada a tener sexo con 5 hombres al mismo tiempo”, https://cnnespanol.cnn.com/video/congo-explotacion-infantil-minas-de-cobalto-pkg-nima-elbagir/.

275

encarcelar por largos. Paga por un crimen que no cometió, siendo doblemente

victimizado y vulnerado en su calidad de ser humano y de hijo de Dios.

65. Pero Dios no abandona a sus hijos y viene en auxilio de los que sufren,

por eso, a través de Moisés, liberta al pueblo de la esclavitud de Egipto e por el

feje de los que preparan las bebidas y del Faraón, libera a José y lo pone en un

puesto de destaque, probando que Él es el Dios de la vida y de la libertad plena.

El Dios que rescata a sus hijos de las cenizas y los pone en alto.

ACTUAR

VI. Ante la realidad de trata de personas

66. Ante la realidad de trata y tráfico de personas para los varios fines a los

que nos estuvimos refiriendo en este documento, se hace necesario como Iglesia

católica, congregaciones y sociedad civil, en articulación con los Estados, evitar la

simplificación del tema y la confusión en el trato con víctimas de trata personas y

migración económica.

66.1 Es por ello que se hace necesario:

a. Mantener la atención en la cuestión de explotación, luchar para

desarticular las redes de tráfico humano y cobrar de los Estados que

ofrezcan datos oficiales sobre la realidad de trata y tráfico.

b. Es importante hacer hincapié en la formación para la prevención, sin

olvidar las propuestas de políticas públicas de reinserción de personas

sobrevivientes, tal como en políticas de superación de la miseria,

impunidad y explotación ambiciosa en detrimento de los demás.

c. Es imprescindible que en cada país se luche y se haga incidencia para

fortalecer el marco legal para prevenir el delito, punir los responsables,

restituir los derechos de las personas sobrevivientes y reinsertarles en la

sociedad y mercado laboral. Todo eso, es necesario que se lo haga en

redes interinstitucionales fuertes y organizadas de apoyo y protección

276

tanto a las instituciones defensoras de las víctimas como de las

personas sobrevivientes.

67. Es sumamente importante apoyar espiritual, sicológica y socialmente a

las víctimas de trata para que puedan reconstruir su plan de vida y sus vínculos de

confianza en la sociedad y con su familia.

277

22. PALABRA DE DIOS Y PASTORAL

Comunidad de Vida y Aprendizaje

Animación Bíblica de la Pastoral

278

VER

I. El desconocimiento de la Palabra de Dios, en particular en las nuevas

generaciones

1. A pesar de la maravillosa difusión de la Biblia que ha tenido lugar a partir

del Concilio Vaticano II, donde se plasmó y potenció el movimiento bíblico que lo

precedió, vemos que sigue siendo muy grande el desconocimiento de la Palabra

de Dios entre los cristianos, en particular entre las nuevas generaciones.

2. Se constata que las generaciones anteriores no tenían mucho acceso a

la Biblia, pero poseían conocimiento de los relatos bíblicos recibidos por

transmisión oral en el contexto de una cultura cristiana. En contraste, las nuevas

generaciones tienen un mayor acceso a la Biblia, pero no la leen y no han recibido

por tradición cultural los relatos bíblicos que les resultan desconocidos.

3. Y esta falta de conocimiento no es exclusiva de los fieles laicos, también

se descubre esta carencia en los mismos ministros de la Palabra dado que las

homilías son muy pobres develando falta de estudio y asimilación de los estudios

bíblicos por parte de los mismos.

4. Si bien se han multiplicado los Congresos, Seminarios y Cursos sobre la

Biblia, los mismos se quedan en un conocimiento principalmente académico de la

Sagrada Escritura y no logran vincularlo con la vida (existencial).

II. Un gran interés por los temas bíblicos, en especial cuando son

presentados en su dimensión existencial

5. También hemos acordado en reconocer que existe un gran interés por

los temas bíblicos que siguen siendo muy convocantes. En este sentido son muy

valoradas las propuestas que presentan a la Biblia de modo accesible y

existencial. Es decir, cuando se experimenta la potencia iluminadora de la Palabra

279

de Dios en todos los ámbitos de la vida de las personas y comunidades creyentes;

la Biblia esta pasa a ocupar un lugar central en las mismas.

6. Esto mismo sucede también en los ámbitos universitarios cuando se

presenta a la Biblia como historia de salvación que da sentido a la vida de los

estudiantes, igualmente cuando el acceso a la Palabra de Dios no queda reducida

a un evento aislado sino que, por el contrario, es la que vertebra los procesos o

caminos de vida, se forman escuelas discipulares animadas de modo permanente

y perseverante por la Biblia.

III. Hay brotes de iniciativas de lectura popular de la Biblia y propuestas

creativas a través de las nuevas tecnológicas

7. En muchos de nuestros países de América Latina y el Caribe la lectura

popular de la Biblia hadado frutos en las comunidades eclesiales de base, círculos

bíblicos, grupos de reflexión y de Lectio Divina. Es decir, estas comunidades se

forman en torno a la lectura orante de la Palabra de Dios y la misma ha pasado a

ser uno de sus pilares fundamentales. Y es en estos grupos donde se da esa

lectura existencial de la Palabra que ilumina la vida concreta de las personas y las

comunidades.

8. También en el ámbito de la catequesis la Biblia ha ido adquiriendo mayor

relevancia y es un lugar privilegiado para iniciar en el contacto vivo y permanente

con la Palabra de Dios.

9. Si bien en muchas pastorales sectoriales se utiliza en función de su

propia visión o perspectivas, se han dado pasos en la implementación de una

auténtica animación bíblica de la pastoral carcelaria, pastoral de la salud y pastoral

indígena, entre otras. Y es de resaltar que en algunas de estas pastorales la

animación bíblica se hace en conjunto con las Sociedades Bíblicas.

10. Las nuevas tecnológicas están brindando un amplio campo para la

difusión de la Biblia y la transmisión de los relatos bíblicos. En la catequesis se

280

utilizan como recursos pedagógicos videos, films o diseños gráficos sobre temas

bíblicos; y en algunos países hay películas basadas en los relatos bíblicos que se

difunden de modo masivo a través de la televisión. Y en algún país hasta existe un

canal bíblico católico que permite llegar a muchas personas. De modo especial las

nuevas tecnologías están poniendo al alcance de las nuevas generaciones la

Palabra de Dios, lo cual permite llegar a ellos en el mundo digital o virtual que es

el que habitan.

JUZGAR

IV. Premisas del Magisterio que nos iluminan y orientan

11. La importancia y la centralidad de la Palabra de Dios en la vida de la

Iglesia y de los cristianos ha sido repetida y progresivamente afirmada por el

Magisterio de la Iglesia desde el Concilio Vaticano II a nuestros días. En efecto,

desde la Dei Verbum hasta Verbum Domini, pasando por el documento conclusivo

de Aparecida, la enseñanza del Magisterio sobre este tema ha sido cada vez más

clara e insistente, incluso hasta adoptar y promover el nuevo paradigma de la

Animación Bíblica de la Pastoral.

12. Y en nuestro continente este camino se ha plasmado también en unas

“Orientaciones de la Animación Bíblica de la Pastoral para América Latina y el

Caribe”, fruto de un trabajo en conjunto entre la Escuela Bíblica del CEBITEPAL

(CEMAM) y la Federación Bíblica Católica (FEBIC) y que fueron publicadas en el

año 2016. En este documento se encuentran desarrollados tanto la

fundamentación bíblica y teológica de la Animación Bíblica de la Pastoral como su

aplicación pastoral a nivel diocesano y de comunidades particulares menores. Y a

este documento remitimos para una presentación amplia y detallada de las

premisas del Magisterio que nos iluminan y orientan.

13. No obstante, vamos a presentar las tres premisas que, a juicio de los

participantes en la comunidad de vida, deben tenerse necesariamente en cuenta.

Estas son:

281

13.1 Sólo podemos conocer a Dios a través de Jesús. Y sólo podemos

conocer a Jesús a través de los evangelios.

a. La primera afirmación está tomada del prólogo del Evangelio de San

Juan que dice: “Nadie ha visto jamás a Dios. El Hijo único, que está en

el seno del Padre, él lo ha manifestado” (Jn 1,18).

b. Es decir, Jesús es la Palabra hecha carne que nos ha revelado a Dios

de modo pleno; Jesús es el revelador del Padre y de su amor. Y

llegamos al conocimiento verdadero de Jesús principalmente a través de

Su Palabra contenida en los evangelios. Cómo no recordar aquí la

conocida frase de san Jerónimo: “«quien no conoce las Escrituras no

conoce a Cristo»111.

c. Al respecto dice (VD 14): “la «especificidad del cristianismo se

manifiesta en el acontecimiento Jesucristo, culmen de la Revelación,

cumplimiento de las promesas de Dios y mediador del encuentro entre el

hombre y Dios. Él, que nos ha revelado a Dios (cf. Jn 1,18), es la

Palabra única y definitiva entregada a la humanidad». San Juan de la

Cruz ha expresado admirablemente esta verdad: «Porque en darnos,

como nos dio a su Hijo, que es una Palabra suya, que no tiene otra, todo

nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra... Porque lo que

hablaba antes en partes a los profetas ya lo ha hablado a Él todo,

dándonos el todo, que es su Hijo.

d. Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna

visión o revelación, no sólo haría una necedad, sino haría agravio a

Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, sin querer otra cosa o

novedad».

13.2 Nuestro caminar a la luz de la Palabra se vuelve Historia de la

Salvación. Todas las realidades de nuestra vida son iluminadas por la Palabra de

Dios.

111 COMMENTARIORUM IN ISAIAM LIBRI, Prol. PL 24, 17.

282

a. Al compartir Jesús, Verbo hecho carne y Palabra de Dios con rostro

humano, nuestra vida y nuestra historia personal y comunitaria, la

misma se vuelve historia de la salvación por la fuerza de la Palabra que

ilumina nuestro ser y hacer humano.

b. La Palabra es Vida y el Luz: “En ella estaba la vida, y la vida era la luz

de los hombres…La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este

mundo, ilumina a todo hombre. (Jn 1,4.9).

c. Sobre este aspecto dice VD n° 7 que: “creados a imagen y semejanza

de Dios amor, sólo podemos comprendernos a nosotros mismos en la

acogida del Verbo y en la docilidad a la obra del Espíritu Santo. El

enigma de la condición humana se esclarece definitivamente a la luz de

la revelación realizada por el Verbo divino”.

d. Y también importa lo que dice (VD 99): “La Palabra divina ilumina la

existencia humana y mueve a la conciencia a revisar en profundidad la

propia vida, pues toda la historia de la humanidad está bajo el juicio de

Dios: «Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los

ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante

él todas las naciones» (Mt 25,31-32). En nuestro tiempo, con frecuencia

nos detenemos superficialmente ante el valor del instante que pasa,

como si fuera irrelevante para el futuro.

e. Por el contrario, el Evangelio nos recuerda que cada momento de

nuestra existencia es importante y debe ser vivido intensamente,

sabiendo que todos han de rendir cuentas de su propia vida. En el

capítulo veinticinco del Evangelio de Mateo, el Hijo del hombre

considera que todo lo que hacemos o dejamos de hacer a uno sólo de

sus «humildes hermanos» (Mt 25,41.45), se lo hacemos o dejamos de

hacérselo a Él: «Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me

disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me

vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme» (Mt

25,35-36).

283

f. Así pues, la misma Palabra de Dios reclama la necesidad de nuestro

compromiso en el mundo y de nuestra responsabilidad ante Cristo,

Señor de la Historia. Al anunciar el Evangelio, démonos ánimo

mutuamente para hacer el bien y comprometernos por la justicia, la

reconciliación y la paz.

13.3 La Palabra nos invita al seguimiento de Jesús en un camino

comunitario y discipular misionero.

a. Así como Dios convocó a su pueblo Israel y condujo por medio de Su

Palabra; así también por la Palabra de Jesús se convoca a la Iglesia,

que es la comunidad de los llamados o convocados por su Palabra

para seguirlo “a donde quiera que vaya” (Lc 9,57) como discípulos

suyos.

b. Pero como bien nota (VD 51): “la relación entre Cristo, Palabra del

Padre, y la Iglesia no puede ser comprendida como si fuera solamente

un acontecimiento pasado, sino que es una relación vital, en la cual

cada fiel está llamado a entrar personalmente. En efecto, hablamos de

la presencia de la Palabra de Dios entre nosotros hoy: «Y sabed que

yo estoy con vosotros todos los días, hasta al fin del mundo» (Mt

28,20)”.

c. Y desde Aparecida nos ha quedado bien en claro que es discipulado

es esencialmente misionero, que recibimos la Palabra para vivirla y

transmitirla. Esto lo asume (VD 91) al decir: “El Verbo de Dios nos ha

comunicado la vida divina que transfigura la faz de la tierra, haciendo

nuevas todas las cosas (cf. Ap 21,5). Su Palabra no sólo nos

concierne como destinatarios de la revelación divina, sino también

como sus anunciadores.

d. Él, el enviado del Padre para cumplir su voluntad (cf. Jn 5,36-38; 6,38-

40; 7,16-18), nos atrae hacia sí y nos hace partícipes de su vida y

misión. El Espíritu del Resucitado capacita así nuestra vida para el

anuncio eficaz de la Palabra en todo el mundo. Ésta es la experiencia

284

de la primera comunidad cristiana, que vio cómo iba creciendo la

Palabra mediante la predicación y el testimonio (cf. Hch 6,7)”.

e. Podemos concluir esta instancia de juzgar-iluminar con la diáfana

claridad y férrea lógica con que expresaba este argumento el papa

Benedicto XVI en su discurso inaugural en la Conferencia de

Aparecida el 13 de mayo de 2007: “¿Quién conoce a Dios? ¿Cómo

podemos conocerlo? No podemos entrar aquí en un complejo debate

sobre esta cuestión fundamental. Para el cristiano el núcleo de la

respuesta es simple: Sólo Dios conoce a Dios, sólo su Hijo que es

Dios de Dios, Dios verdadero, lo conoce. Y él, "que está en el seno del

Padre, lo ha contado" (Jn 1,18).

f. De aquí la importancia única e insustituible de Cristo para nosotros,

para la humanidad. Si no conocemos a Dios en Cristo y con Cristo,

toda la realidad se convierte en un enigma indescifrable; no hay

camino y, al no haber camino, no hay vida ni verdad […] ¿Cómo

conocer realmente a Cristo para poder seguirlo y vivir con él, para

encontrar la vida en él y para comunicar esta vida a los demás, a la

sociedad y al mundo? Ante todo, Cristo se nos da a conocer en su

persona, en su vida y en su doctrina por medio de la palabra de Dios.

Al iniciar la nueva etapa que la Iglesia misionera de América Latina y

del Caribe se dispone a emprender, a partir de esta V Conferencia

general en Aparecida, es condición indispensable el conocimiento

profundo de la palabra de Dios.

g. Por esto, hay que educar al pueblo en la lectura y meditación de la

palabra de Dios: que ella se convierta en su alimento para que, por

propia experiencia, vean que las palabras de Jesús son espíritu y vida

(cf. Jn 6,63). De lo contrario, ¿cómo van a anunciar un mensaje cuyo

contenido y espíritu no conocen a fondo? Hemos de fundamentar

nuestro compromiso misionero y toda nuestra vida en la roca de la

palabra de Dios. Para ello, animo a los pastores a esforzarse en darla

a conocer”.

285

ACTUAR

V. Líneas de acción

14. Luego de nuestra mirada sobre la realidad, más la iluminación que la

misma Palabra de Dios y el Magisterio de la Iglesia nos han dado, hemos elegido

tres propuestas concretas que se han visto como muy importantes para continuar

el camino de la Animación Bíblica de la Pastoral. A saber:

a. Promover el encuentro personal con Jesús a través del conocimiento de

los Evangelios, pues “quienes se dejan salvar por Él son liberados del

pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo

siempre nace y renace la alegría” (EG 1).

b. Elaborar subsidios tomando como base el ciclo litúrgico para asegurar

un proceso discipular y que se comparta en las comunidades de base.

c. Aprovechar las nuevas tecnologías para la transmisión de la Palabra de

Dios.

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SIGLAS Y ABREVIATURAS

AG Ad Gentes

DA Documento de Aparecida

DM Documento de Medellín

DP Documento de Puebla

DSI Doctrina Social de la Iglesia

EG Evangelii Gaudium

EN Evangelii Nuntiandi.

GS Gaudium et Spes.

LG Lumen Gentium

LS Laudato Si’

SD Santo Domingo