MARTI Y SU CONCEPTO DE POESIA

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MARTI Y SU CONCEPTO DE POESIA POR OSCAR RIVERA-RODAS University of California, Davis La imagen de Prometeo ha servido con frecuencia para representar al poeta en la lirica hispanoamericana de la segunda mitad del siglo xIx. Se reconocian y se simbolizaban en ese ic6n cualidades prof6ticas e indole sobrenatural. Y la figura del poeta adquiria fortaleza inusitada. El vigor de aquella imagen prometeica -no siempre venturosa- contrastaba con la figura d6bil del bardo hispanoamericano de los primeros afios del ro- manticismo 1. El linguido cantor elegiaco era sustituido por el ser arro- gante, titan, profeta o sacerdote. Ambas efigies son tipicas de la oscilaci6n -entre extremos- en que se ha mantenido la cosmosivi6n romantica. 1 Dentro del proceso de la lirica romantica hispanoamericana es posible advertir tres periodos (y generaciones), cuya representaci6n del poeta muestra imagenes cam- biantes y sucesivas. Durante la primera fase, el bardo es un cantor elegiaco (lo cual se observa en la obra de Jose Antonio Maitin, Esteban Echevarria, <<PlIcido>, Jose Cortds, Maria Josefa Mujia, Gertrudis G6mez de Avellaneda, entre otros autores). Durante la segunda fase, se manifiesta una visi6n autocritica que busca la supera- ci6n de esa imagen (conforme a la intenci6n de Julio Arboleda, Gregorio Gutierrez Gonzales, Manuel Adolfo Garcia, Guillermo Matta y otros). Durante la tercera fase se produce un cambio en la actitud podtica (Julio Zaldumbide, Rafael Pombo, Cle- mente Althaus), que culmina con la representaci6n sobrenatural del poeta (Cesar Conto, Olegario Andrade). Esta imagen es cultivada todavia por la siguiente gene- raci6n de transici6n romdntico-modernista (uno de cuyos representantes principales es Marti, junto a Diaz Mir6n, Gutierrez Najera, Del Casal, Silva, Gonzalez Prada, Adela Zamudio y algunos mis). La representaci6n c6smica o sobrenatural del poeta no es ajena, por otra parte, a la tradici6n del romanticismo occidental. Prometeo como simbolo del poeta -para citar un solo emblema- ya habia sido enunciado por Novalis, Byron, Shelley y, de interes especial para la lirica rom6ntica hispanoamericana, Victor Hugo. Esa tradi- ci6n se conserva en la poesia de este continente hasta en algunos casos del moder- nismo: por ejemplo, Leopoldo Lugones, para quien el poeta es todavia un ser de naturaleza y dimensiones extraordinarias.

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MARTI Y SU CONCEPTO DE POESIA

POR

OSCAR RIVERA-RODASUniversity of California, Davis

La imagen de Prometeo ha servido con frecuencia para representar alpoeta en la lirica hispanoamericana de la segunda mitad del siglo xIx. Sereconocian y se simbolizaban en ese ic6n cualidades prof6ticas e indolesobrenatural. Y la figura del poeta adquiria fortaleza inusitada. El vigorde aquella imagen prometeica -no siempre venturosa- contrastaba conla figura d6bil del bardo hispanoamericano de los primeros afios del ro-manticismo 1. El linguido cantor elegiaco era sustituido por el ser arro-gante, titan, profeta o sacerdote. Ambas efigies son tipicas de la oscilaci6n-entre extremos- en que se ha mantenido la cosmosivi6n romantica.

1 Dentro del proceso de la lirica romantica hispanoamericana es posible advertirtres periodos (y generaciones), cuya representaci6n del poeta muestra imagenes cam-biantes y sucesivas. Durante la primera fase, el bardo es un cantor elegiaco (lo cualse observa en la obra de Jose Antonio Maitin, Esteban Echevarria, <<PlIcido>, JoseCortds, Maria Josefa Mujia, Gertrudis G6mez de Avellaneda, entre otros autores).Durante la segunda fase, se manifiesta una visi6n autocritica que busca la supera-ci6n de esa imagen (conforme a la intenci6n de Julio Arboleda, Gregorio GutierrezGonzales, Manuel Adolfo Garcia, Guillermo Matta y otros). Durante la tercera fasese produce un cambio en la actitud podtica (Julio Zaldumbide, Rafael Pombo, Cle-mente Althaus), que culmina con la representaci6n sobrenatural del poeta (CesarConto, Olegario Andrade). Esta imagen es cultivada todavia por la siguiente gene-raci6n de transici6n romdntico-modernista (uno de cuyos representantes principaleses Marti, junto a Diaz Mir6n, Gutierrez Najera, Del Casal, Silva, Gonzalez Prada,Adela Zamudio y algunos mis).

La representaci6n c6smica o sobrenatural del poeta no es ajena, por otra parte,a la tradici6n del romanticismo occidental. Prometeo como simbolo del poeta -paracitar un solo emblema- ya habia sido enunciado por Novalis, Byron, Shelley y, deinteres especial para la lirica rom6ntica hispanoamericana, Victor Hugo. Esa tradi-ci6n se conserva en la poesia de este continente hasta en algunos casos del moder-nismo: por ejemplo, Leopoldo Lugones, para quien el poeta es todavia un ser denaturaleza y dimensiones extraordinarias.

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La segunda imagen -la del titin o profeta- era cultivada todavia enel periodo de transici6n al modernismo, lo cual no llama la atenci6n,puesto que s6lo entonces el romanticismo hispanoamericano se cristalizay consigue su mejor expresi6n. Marti y sus nociones sobre la poesia per-miten comprender la concepci6n po6tica de su tiempo. Tales nocionespueden ser estudiadas mediante tres enfoques: 1) La representaci6n delpoeta; 2) El significado y la funci6n de la poesia, y 3) La expresi6n po6-tica. La visi6n parcial de estos enfoques permitirin conocer mejor la con-cepci6n total al respecto,

1. La representacidn del poeta. Jos6 Marti (1853-1895) desarrollaya en sus primeros versos una imagen entre c6smica y sacerdotal. En surelaci6n como poeta con su <<Musa traviesa>> (Ismaelillo) afirma:

Me siento, cual si en magnotemplo oficiase;cual si mi alma por mirravertiese al aire;cual si en mi hombro surgieranfuerzas de Atlante

Tal es el estado que experimenta el bardo cuando asume su oficio. Eltemple animico que demuestra carece generalmente de tensiones violentas,porque la poesia es para Marti morigerante de las aflicciones, como lo ve-remos mes adelante. <<Marti tiene un concepto evang6lico del poeta, al queconsidera como un mistico del deber y un martir de su propio destino>> 2,

afirma Roggiano, y aclara esos conceptos de esta manera: <<Marti noolvida que s6lo el espiritu es absolutamente libre, como ensefiaron losgrandes rominticos, sino -y sobre todo- que s6lo los elegidos, los gran-des hombres (un poeta, un verdadero poeta), son capaces de morir por lalibertad. Entonces, ,c6mo no hacer del poeta un martir o un santo, y de lapoesia una religi6n, una mistica o un estado de gracia y de divinidad?>> .

Esta representaci6n del ungido con poderes sobrenaturales es tambi6nseiialada por Florit, que trata de desentrajiar el concepto de poesia en elprologo que Marti escribi6 para sus Versos libres. Cuatro cualidades -diceFlorit- confirman ese concepto: <<su sinceridad con la poesia , <su sin-ceridad consigo mismo>>, <<su conciencia de escritor>> y <<su don de vate,

2 Alfredo A. Roggiano, «Poetica y estilo de Jose Marti >>, en Antologia critica deJos' Marti. Recopilaci6n, introducci6n y notas de Manuel Pedro Gonzlez (Mexico:Editorial Cultura, 1960), p. 41.

Roggiano, en Antologia critica de Josd Marti, p. 62.

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de veedor, de visionario de cosas extra y sobrenaturales 4. Esta iltimanota es particularmente desarrollada por Florit de la siguiente manera:«En estos Versos libres veo yo la altima gran lumbrarada del mejor ro-manticismo de habla castellana. Aquf estin, todavia, la actitud arrogante,el yo que domina, la frase en primera persona, firme y entre dos signosde exclamaci6n . Florit, como se ve, no s61o sefiala la actitud titanicadel poeta -vate, arrogante y dominador-, sino que se ocupa en indicarademis los recursos estilisticos que informa dicha conducta: 6sta emergeal relieve de la expresi6n merced al uso de la <<primera persona, firme yentre dos signos de exclamaci6n>>.

Esta imagen ha demostrado casi siempre estar ligada a un contextomuy propio de la concepci6n romantica: la soledad. En efecto, aunqueposeedor de fuerzas sobrenaturales, el vate es habitante solitario y ator-mentado o, como se ha entendido en lineas anteriores -merced al con-cepto de Marti-, <<un martir de su propio destino>. Ya los poetas de laanterior generaci6n, particularmente Andrade, habian manifestado que elpoeta es un <<profeta, precursor, martir, proscrito>>, un <<gigante en el do-lor>>, <<en la noche 16brega 6. Tambien Marti concibe, concomitante a laimagen del vate -ser sobrenatural- el contexto de la dolorosa soledad,aunque fructifera, conforme lo seiial6 Ghiano: Marti, <<en la certidumbrede la dolorosa y fructifera soledad, del ansia ardiente, incluye sus visionesmas audaces: lo sobrenatural y lo gigantesco... .

4 Eugenio Florit, <Versos , en la citada Antologia critica de Jos" Marti, p. 304.s Florit, en Antologia critica de Jose Marti, p. 305.' Olegario V. Andrade, <A Victor Hugo>. Obras podticas (Buenos Aires: Acade-

mia Argentina de Letras, 1919).Juan Carlos Ghiano, <<Marti poeta>>, en Antologia critica citada, p. 354. Puede

verse ademas en este mismo volumen la pagina 345, en la que Ghiano sefiala la in-fluencia en Marti de los primeros romanticos hispanoamericanos. Al respecto dice:Marti <<... aprendi6 el ejemplo del maestro Mendive, sensibilidad fina que habia tami-zado gran parte de los asuntos romanticos. En los ecos que Marti muestra de lospoetas cubanos, desde el exaltado Heredia hasta Gertrudis G6mez de Avellaneda,Juan Clemente Zenea, Placido, Ram6n de Palma y algtin versificador del momento,impera la moderaci6n del mentor admirado; en las poesias de M6xico se han suma-do otras influencias: entre las espaisolas, Zorrilla y Campoamor, quizss Nifiez deArce; hay tambien alguna vibraci6n de Lamartine mas que de Hugo; Byron en ladifusa influencia que ejerci6 en America; sobre ellas, la impresi6n de los poetasmejicanos, que representan en el primer momento cultural de Marti la nueva mos-traci6n de posibilidades americanas: Juan de Dios Peza, Justo Sierra, Gutierrez Na-jera, Diaz Mir6n, el mismo Manuel Acufia, dejaron en Marti sus huellas, sobre todolos renovadores en el intimismo recatado y la precisi6n del paisaje>. Este estudio deGhiano fue originalmente el pr6logo al volumen Poesia de Jos6 Marti (BuenosAires: Raigal, 1952).

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Con Marti queda ratificada, pues, la tarea que habia empezado la se-gunda generaci6n romintica, a fin de lograr un cambio en la representa-ci6n del bardo. Ahora si se puede decir que aquella tarea no s61o hall6la culminaci6n, sino sustento conceptual. Porque hasta Marti, ningin otropoeta habia demostrado como 61 estudio y reflexi6n respecto a la creaci6npo6tica. La actitud critica que se inicia en la segunda generaci6n romanti-ca alcanza tambi6n de ese modo su plenitud en Marti. De ahi que s6locon su obra se puede entender mejor y explicar el proceso de la liricahispanoamericana del romanticismo. En otras palabras: la lirica roman-tica debe esperar la obra de Marti -especialmente sus ensayos- para serexplicada. Estudioso de la poesia escrita en Hispanoam6rica, ha sabidoaprehender la indole de la lirica de su tiempo y, sobre todo, examinarlaen sus enfoques criticos. De ahi que pudo definirla en terminos funda-mentales tal como la habia recibido en herencia romantica. La poesia essubjetiva, emocional e irracional. He ahi el concepto de la lirica rominti-ca, por fin definida ahora. Esas ideas han sido expuestas por Marti endiversas ocasiones. Las reuniremos ahora en forma sintitica ". Veamoslas:

2. La poesia es emocion. Es decir, no es posible alcanzar o realizarpoesia sin emoci6n. Las frases que encierran ese principio son 6stas: <<Sinemoci6n se puede ser escultor en verso o pintor en verso, pero no poeta.><<La emoci6n en poesia es lo primero> . Esta maxima ha sido expresadacon mucha frecuencia y con algunas variantes que no alteran su significa-ci6n esencial, como: <S610 del sentimiento se hace poesia>> 10 o «poesiaes un pedazo de nuestras entrafias 1. Todas estas expresiones sefialan ala emoci6n como origen de la poesia, idea bsica de Marti. De ahi que enel pr6logo que escribi6 para sus Versos libres dijo de 6stos: <<Ninguno meha salido recalentado, artificioso, recompuesto, de la mente; sino comolas ligrimas salen de los ojos y la sangre sale a borbotones de la herida.>Hay en esta expresi6n una consciente contraposici6n entre pensamiento ysentimiento, entre raz6n y emoci6n. Sus versos no son productos menta-les, sino emocionales. Los ojos con relaci6n a las ligrimas y el coraz6nrespecto a la sangre son simbolos de la emoci6n para Marti. Los utilizaen similar contraposici6n a las facultades psicol6gicas para referir dosclases de versos que 61 clasifica: los versos del cerebro, de la mente, de laraz6n; y los versos del coraz6n, del alma, de la emoci6n. Lo dice asi:

8 Un estudio importante de la poetica de Marti es la ya citada ex6gesis realizadapor Roggiano.

9 Obras completas de Jose Marti (La Habana: Lex, 1946), I, p. 802.10 Marti, Obras completas (1946), II, p. 355.11 Marti, Obras completas (1946), II, p. 396.

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«Hay versos que se hacen en el cerebro; 6stos se quiebran sobre el alma:la hieren pero no la penetran. Hay otros que se hacen en el coraz6n. De61 salen, a 61 van. S61o lo que del alma brota en guerra, en elocuencia, enpoesia, ilega al alma>> 12. Resalta, pues, la emoci6n como fuente de la poe-sia. Parece aludir aqui a las dos actitudes que han informado las dos ex-presiones bsicas conocidas hasta el momento en la poesia hispanoameri-cana: la clasica (los <<versos que se hacen en el cerebro>>) y la romantica(los <<versos que se hacen en el coraz6n>). Y, naturalmente, se inclinapor la segunda.

La oposici6n entre raz6n y emoci6n se concreta en el segundo prin-cipio basico que he sefialado, la irracionalidad, y que no puede ser sinoderivaci6n del primero, el emocionalismo. <<La belleza luce mis -dice-cuando no pretende enfrentarse con la raz6n>> 13. La actitud racional, lejosde lograr la perfecci6n del arte, por tanto, desnaturaliza la indole afectivade su origen. No puede sorprender la atenci6n la apostura irracionalista deMarti en la poesia, desde el momento en que identifica a dsta con laemoci6n 14

En consecuencia, la emoci6n y la irracionalidad conforman la indolede la poesia subjetiva, que es la que Marti ensalza y practica. Afirma queel poeta de su tiempo debe ser subjetivo y escribir la poesia tomandoen si mismo el motivo de su composici6n y no permitiendo que venga delmedio exterior a su yo. Esta definici6n y exaltaci6n esta contenida en eltexto <<La poesia>: <<Se Ilama ahora poeta subjetivo -dice-, y hay so-brada raz6n para liamarle asi al que pinta su propio ser, toma en si mis-mo el motivo -subjeto- de sus inspiraciones y no procura que del ex-terior -objeto- vengan las inspiraciones a su alma>> 15.

El procedimiento que sigue la creaci6n po6tica de la 6poca ha sidodefinido certeramente: es subjetiva, puesto que toma sus motivos de larealidad interior del bardo, lo cual fortalece el emocionalismo y la irra-cionalidad.

Marti realiza plenamente su postulado e identifica al dolor comofuente absoluta de su poesia: <<la poesia es un dolor>> 16, y <lo que escribeel dolor es lo inico que queda grabado en la memoria de los hombres>> 17

12 Marti, Obras completas (1946), I, p. 735.13 Marti, Obras completas (1946), I, p. 998.14 Marti «llega hasta la etapa final de su estetica con un decidido anti-racionalis-

mo , es tambien la conclusi6n de Roggiano. Agrega que «llega a negar hasta todoornato en la expresi6n (Antologia critica, p. 51).

1 Marti, Obras completas (1946), II, p. 627.16 Marti, Obras completas (1946), II, p. 119.17 Marti, Obras completas (1946), II, p. 53.

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Esta idea es expresada repetidamente 18. Mas acn, para Marti, el poeta esuna manifestaci6n plena de dolor, es la presencia del dolor, concebidocomo un sentimiento c6smico que brinda la posibilidad del perfecciona-miento para lograr una identificaci6n total con el universo 19. Asimismo,el dolor debe ser origen de la conducta poetica que de motivos persona-les para poesia. Es decir, fuente de la poesia. Pero dsta no puede ser ori-gen de penas. Aqui se puede sefialar la diferencia entre Marti y el roman-ticismo hispanoamericano mas tradicional. Si bien Marti y los rominticosafirman que la poesia morigera el dolor y es consuelo, Marti afiade queel dolor no debe trascender el consuelo, debe concluir en el acto creativo.,Es este acto purificaci6n, catarsis? Ciertamente. En los rominticos, elresultado morigerante de la poesia no es efectivo, pues aun despu6s dehaber sometido los sentimientos al proceso podtico, el dolor subsiste y lapoesia se convierte en manifestaci6n del dolor: en canto elegiaco. Parala nueva generaci6n -como lo veremos-, el dolor no debe trascenderhacia la expresi6n.

Este periodo, de esa manera, mantiene continuidad respecto a los an-teriores, porque es sostdn y modificaci6n de la herencia hist6rica recibiday, sobre todo, gradual apertura a la objetividad y a la critica de la concep-ci6n poetica. Aunque persiste en la irracionalidad, no se le puede negarsu paulatino alejamiento de ella. Su actitud critica, si bien se expandelentamente, invade zonas irracionales para debilitarlas. Este es el papelfundamental que cumple la lirica de esta generaci6n: incrementar la acti-tud autocritica y alejar a la poesia de la irracionalidad. Vamos a ver lospasos de este nuevo giro en la lirica de Marti.

a) En marzo de 1875 escribe su composici6n «Haschisch>> 2, quedescribe al espiritu del poeta en su grandeza c6smica y universal, pero almismo tiempo como dolor; mas concretamente: como fuente del dolor enla naturaleza:

No es estatua de linguida figurael alma de un poeta:es un sol de dolor: alma sin curade universal enfermedad secreta

18 Roggiano ha ordenado una lista de este motivo expresado por Marti en susversos y prosas. (V6ase Antologia critica de Jose Marti, p. 50.)

19 J. Marti, Obras completas (La Habana: Editorial Nacional, 1965), vol. V,p. 168.

0 Vivia entonces el poeta en M6xico, donde escribi6 esta composici6n y la publi-c6 en la Revista Universal, 1 de junio de 1875.

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Adviertase la diferencia que establece entre la <1lnguida figura>>, quemuy bien puede representar a los bardos de las anteriores generaciones,y el <<sol de dolor>> con que ahora define al vate de su tiempo. De ahi queempiece otra composici6n (<<Por Dios que cansa>), escrita aproximada-mente diez afios despu6s (julio 27/85), con estos versos: <<Por Dios quecansa / tanto poetin que su dolor de hormiga / al Universo incalculablecuenta.>>

La imagen del poeta como victima del dolor inacabable tambien estien otra composici6n -que, como las dos anteriores, no forma parte deninguna de las colecciones conocidas de sus versos-: <La pena como unguardian y otros fragmentos.>> Ahi, el alma del poeta se identifica con elhigado de Prometeo. El Prometeo cuya agonia nunca acaba, cuyo dolores eterno y, por tanto, sin fin: dolor absoluto:

Y como el higado de Prometeo,mi alma no acaba.

Es que de dientes de fiera acasomi alma se nutre:

Y crece el higado con las mordidas,iY crece el buitre!

Los siguientes versos sugieren que este dolor se prolonga hasta lamuerte: <jDadme pronto la cama / donde no se despierta!>> Para Marti,el dolor es permanente y esencial porque es connatural a la existencia: eldolor es existencia y la existencia es dolor. Expone claramente esta ideaen <<Canto de Otofio (Versos libres), uno de los poemas en que mas am-pliamente desarrolla su concepci6n sobre la existencia.

De esta concepci6n no esta alejado el concepto de poesia. La poesiaes parte de la existencia. Por tanto, esti inmersa en el dolor. Existencia-dolor-poesia forman cierta unidad. Veremos estos aspectos en las colec-ciones conocidas de este autor, especialmente en los ya citados Versoslibres.

En Versos sencillos comienza el desarrollo de tales ideas. La compo-sici6n XXXV plantea cierta diferencia entre lo que he llamado dolor esen-cial, connatural a la existencia y al universo, y el dolor circunstancial,procedente de algin acto de las relaciones humanas: desafecto, deslealtad,traici6n. El dolor circunstancial tiene, pues, poca monta respecto al doloresencial, del cual brota la poesia. La breve composici6n dice, en sus dosestrofas:

(Qu6 importa que tu puialse me dlave en el rifi6n?ITengo mis versos, que sonmas fuertes que tu pufial!

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4 Qu6 importa que este dolorseque el mar, y nuble el cielo?El verso, dulce consuelo,nace alado del dolor.

La poesia como creaci6n es consuelo para el bardo -aunque refieracualquier dolor circunstancial- porque la poesia nace de la certidumbrede que la existencia implica al dolor esencial. Esta convicci6n se hacepatente en el momento creativo y atenia cualquier dolor circunstancial:mns ain, limpia de toda pena y serena. La tltima composici6n (XLVI) deVersos sencillos puede ser considerada el primer arte po6tica de Marti.Las ideas que destacan alli son las siguientes: la poesia es consuelo, por-que cuando mas cargada de penas esta el alma del poeta, 6ste acude a lacreaci6n po6tica. Sin embargo, esto no implica que a trav6s de la poesiadeba mostrar abierta y claramente su dolor. Por el contrario, no debe seradvertido por dos razones: por soberbia y para que no se convierta enmotivo de pena ajena.

Estas .iltimas ideas constituyen la preocupaci6n creciente ya iniciadaen la segunda generaci6n romintica: sustituir la figura languida del poetaelegiaco por la imagen del titan soberbio y orgulloso, aunque deba des-arrollar el papel de Prometeo. Son, pues, ratificaci6n del giro que empez6a dar la representaci6n del poeta en el romanticismo. Sefialan a la poesiacomo consuelo y morigerante del dolor. Lo que importa para este tiempoes la ratificaci6n de la actitud critica que habia sido iniciada y que 1legarda su culminaci6n, sin duda, en el periodo presente. A partir de estasideas planteadas por la autocritica romantica, la nueva generaci6n darinuevos pasos. For ahora quedan subrayadas aquellas ideas, que en la refe-rida composici6n XLVI estan de la siguiente manera:

Vierte, coraz6n, tu penadonde no se llegue a ver,por soberbia, y por no sermotivo de pena ajena.

Yo te quiero, verso amigo,porque cuando siento el pechoya muy cargado y deshecho,parto la carga contigo.

(...)

Mi vida asi se encaminaal cielo limpia y serena

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La poesia es consuelo, solidaridad y purificaci6n para el dolor delpoeta.

b) En Versos libres 21 adquiere nuevo sentido el concepto del artepodtico. La actitud critica se enriquece y entrega nuevos aportes cuyaintenci6n es apartar la poesia del individualismo y de la absoluta irracio-nalidad. Claro est8 que sobre todo es s6lo intenci6n, porque el alejamien-to practico y efectivo todavia no se registra. Sin embargo, permite vis-lumbrar los nuevos cauces para el g6nero. Marti, que identifica el dolorcon la existencia, afirma de pronto -en <<Estrofa nueva>>-: <<Ancha esy hermosa y flilgida la vida>>. Asi establece una separaci6n entre la expe-riencia dolorosa que puede vivir el poeta y la indole de su poesia que nodebe referir esa experiencia dolorosa. Una realidad es la vida ancha,hermosa y flilgida- y otra es que el ser humano viva triste. Al versocitado siguen estos dos: <<iQue 6ste o aqudl y yo vivamos tristes, / culpade dste o aqu6l seri, o mi culpa!> Seiiala indirectamente una de las carac-teristicas del primer romanticismo hispanoamericano, que convirti6 la liri-ca en recurso propicio para la apertura de la intimidad y la confidencia,que originaron a su vez el confesionalismo. Confesionalismo quejumbro-so, constante y mon6tono. La <<Estrofa nueva>> que ahora propone Marties ciertamente un nuevo tono acorde con la actitud critica que se des-arrolla:

De nuestro bien o mal autores somos,y cada cual autor de si; la quejaa la torpeza y la deshonra afiadede nuestro error. iCantemos, si, cantemos,aunque las hidras nuestro pecho roan,la hermosura y grandeza de la vida,el Universo colosal y hermoso!

Esta actitud, presentada como un principio te6rico todavia, tiene unaejemplificaci6n con el caso personal del vate en <<Yo sacar6 lo que en elpecho tengo , que expone, con fuerza patetica, la sensibilidad de Marti.Este afirma que encierra en el pecho c6lera y horror por la vida y por elser humano. El origen de semejante sentimiento no estd en causa circuns-tancial: <no es que mujer me engafie o la <<fortuna me esquive su favor>>

21 Vdase en <<Sed de belleza la idea de solidaridad: <<Solo, estoy solo: viene elverso amigo, / como el esposo diligente acude / de la erizada t6rtola al reclamo.>En <Poeta , el dolor como origen de la poesia: <<Como nacen las palmas en la are-na / y la rosa en la orilla al mar salobre, / asi de mi dolor mis versos surgen / con-vulsos, encendidos, perfumados.> Asimismo, la identificaci6n de la poesia con laexistencia (6sta entendida como dolor) estt en la composici6n que empieza asi: <<Misversos van revueltos y encendidos / como mi coraz6n...>

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o <<el magnate... me querelle>, dice. Luego indica el origen de su conflic-to: <<es que a los hombres / palpo, y conozco, y los encuentro malos>>.Por esa raz6n, asi como «padece mucho un cirio que ilumina>>, los hom-bres buenos se consumen en el fuego del dolor por los malos: <<Conozcoal hombre, y lo he encontrado malo. / iAsi, para nutrir el fuego eterno /perecen en la hoguera los mejores! / iLos menos por los mas!>

La imagen del Prometeo (titan en desventura) evoluciona en un grado:es ahora el titin-martir que renuncia a su dolor para sufrir por los demas.La idea del martirio se repite a trav6s de diversas imagenes y alegorias.La iitima estrofa relata c6mo el alma buena y sufriente oculta su doloren el dia y <luce brava>>, c6mo en la noche «se echa a llorar en sus pro-pios brazos>> y c6mo en la aurora observa <<su horrenda lividez>>, y porno dar miedo a la gente, tiiie su <<miserable rostro> con la «sangre de susmismas heridas>>. La composici6n concluye con estos dos versos: <iY em-prende a andar, como una calavera / cubierta, por piedad, de hojas derosa!>

No se puede soslayar aquf la indole de <<romanticismo t6trico>> contrael cual reaccionaron los propios romanticos de la segunda generaci6n. Y noson excepcionales estos versos en Marti. Este es un caricter propio de susmejores poemas: <<Canto de otofio>>, <<Homagno>>, <He vivido: me hemuerto>>, <<Arbol de mi alma , <<Flor de hielo , entre otros.

Marti <<ha encontrado malo al hombre>, y 6se es el origen de su dolory desavenencia con el mundo. Esta dispuesto a perecer en la hoguera conlos mejores para redimir al hombre. Ejecutar un voluntario martirio.

Este ideal sin duda deriva de una concepci6n ut6pica de que la poesiatiene un poder sobrenatural para controlar al mundo y la existencia. Martiesta convencido de que la poesia puede reunir o dispersar a los hombres,puede darles aliento, fe o angustia. <<La poesia -afirma-, que congregay disgrega, que fortifica o angustia, que apuntala o derriba las almas, queda o quita a los hombres la fe y el aliento, es mas necesaria a los pueblosque la industria misma, pues 6sta les proporciona el modo de subsistir,mientras que aquella les da el deseo y la fuerza de la vida>> . El idealismoromintico que encarna esta aseveraci6n ha causado sin duda la incompa-tibilidad entre la postura subjetiva del bardo y la realidad objetiva. No esdificil prever que esa cosmovisi6n deriva ficilmente en un desajuste conel mundo. Se comprende que con semejantes ideas no se pueda sentir sinohostilidad del medio. La poesia, como sistema que rige al mundo, s61opodia convencer a los poetas de esta 6poca romdntica. Al fin y al caboesa funci6n sobrenatural estaba de acuerdo con la imagen del poeta: ser

' J. Marti, Obras completas (1946), vol. I, p. 1138.

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extraordinario, titan o profeta. Pero los poetas son muy pocos, ciertamente-en cualquier tiempo-, con relaci6n al resto de los seres humanos. Estainmensa mayoria no participa de las concepciones ideales de aqudllos.Y nace el desajuste entre los vates y el mundo: la incompatibilidad tantasveces referida en esta epoca. Se aisla al bardo porque siente adverso alresto de los hombres. Su visi6n divide asi al gdnero humano: entre los«<mejoress, que son los menos, y los <<malos>>, que son los mis. Los pri-meros acuden a la hoguera para redimir a los segundos. Los primeros sonlos ungidos por la naturaleza: veedores del futuro, vaticinadores, vates:poetas, en fin. Estas ideas no son expuestas s6lo a trav6s de la cosmo-visi6n podtica, que es fundamentalmente irracional, sino en un ensayoconsciente de licida convicci6n. Marti ratifica sus ideas podticas asi:

Los mejores, los que unge la Naturaleza con el sacro deseo de o10futuro, perderin, en un aniquilamiento doloroso y sordo, todo el esti-mulo para sobrellevar las fealdades humanas; y la masa, lo vulgar, lagente de apetitos, los comunes, procrearan, sin santidad, hijos vacios,elevartn a facultades esenciales las que deben servirles de meros instru-mentos, y aturdiran con el bullicio de una prosperidad siempre incom-pleta la aflicci6n irremediable del alma, que s610o se complace en lobello y grandioso>> .

Este pirrafo es parte de una respuesta a una pregunta que se habiahecho el propio Marti: <,Quidn es el ignorante que mantiene que la poe-sia no es indispensable a los pueblos?>> En este texto, asi como en los ver-sos citados, no se puede dejar de ver concepciones ut6picas sobre el poetay la poesia en general.

En la actitud de Marti, asi como en la de los anteriores rominticos,hay empefio por combatir el mal que sufria la lirica de la 6poca. Empero,aunque consciente -sobre todo acusador- de ese mal, Marti tampocopudo librarse del mismo: oscil6 entre la conciencia critica y la emoci6nirracionalista. Tal es el temple que sella su poesia, de manera especial elvolumen denominado Flores del destierro. Alli ingresa tanto a momentosde reflexi6n serena como a momentos de desesperaci6n inconsciente. Poruna parte estan los versos de <<Cual de incensario roto...>>, por ejemplo,con los que ejemplifica la actitud que postula; por otro lado, tampoco dejade referir su dolor personal, tema principal de su poesia en general. Laprimera estrofa dice: <Cual de incensario roto huye el perfume / asi demi dolor se escapa el verso: / me nutro del dolor que me consume, / dedonde vine, ahi voy: al Universo.>> Aparece con claridad el circuito cerra-

2 Marti, Obras completas (1946), vol. I, p. 1138.

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do al que integra con su existencia y el dolor, concepto esencial en sucosmovisi6n: su existencia se nutre del dolor que al mismo tiempo lo con-sume. (De ahi que en una composici6n ya citada diga: <<He vivido: me hemuerto: y en mi andante fosa sigo viviendo>>.) Acaso debido a ese con-vencimiento, su expresi6n es esc6ptica: concluye con un <<ya no me impor-ta...>. En la sexta estrofa explica su estado de animo: <Ya no me quejo,no como solia, / de mi dolor callado e infecundo: / cumplo con el deberde cada dia / y miro herir y mejorarse el mundo.>> Vislumbra cierta re-conciliaci6n con el mundo, s61o porque 6ste empieza a <<herirse>>, a su-frir, a dolerse: a mejorar. De acuerdo a su cosmovisi6n, la incompatibili-dad de su espiritu con respecto al mundo nace porque este mundo nosufre. Es decir, no puede haber reconciliaci6n entre el mundo, que nopadece el dolor, con su espiritu personal, cuya existencia se origina y seconsume en el dolor. Pues bien: a estos momentos pueden seguir otrosde angustia y desesperaci6n, como los de <<Marzo>>, cuyos primeros versosson una variante de los primeros versos de la composici6n anteriormentecitada. Dicen: <Vuelvo a ti, pluma fiel. De la desdicha / mas que de laventura nace el verso. / Marzo fatal sobre la tierra cruza, / marzo envi-dioso...>> Y en versos siguientes repite esta idea: <<De la fealdad del hom-bre a la belleza / del Universo asciendo: bien castiga / el hombre a quienlo busca; bien consuela / del hombre ingrato y de su influjo pasajero / latristeza sublime.>> He ahi una muestra de la oscilaci6n entre la permanen-cia en un mundo que mejora porque empieza a sufrir y el escape delmundo donde s610o se halla la fealdad y la ingratitud del hombre. El ro-manticismo se ha originado de una franca incompatibilidad con el mundo.El tono elegiaco de los primeros rominticos hispanoamericanos ha sidoconsecuencia de una falta de conciliaci6n con el mundo. Asi tambi6n, laactitud critica -que ha conllevado autocritica y revisi6n de los sistemaspo6ticos personales- ha surgido del reconocimiento de esa deficienterelaci6n, y especialmente el deseo de superarla ha provocado otro con-flicto: la bisqueda de la soluci6n. Parad6jicamente, la btisqueda de la so-luci6n se ha convertido en una crisis. Lo cual tampoco debe llamar laatenci6n, puesto que es la crisis de una etapa que adquiere cada vez masconciencia de su realidad. La critica ha devenido en crisis. Esta genera-ci6n representa una etapa critica de la lirica hispanoamericana. Pero noes la crisis la causa de la introspecci6n romantica, es decir, del encierroen el individualismo y cultivo de la intimidad; es, por el contrario, lacrisis de la extraversion, de la apertura de la conciencia hacia la realidadobjetiva: la superaci6n del individualismo y del intimismo emocional. Esteconflicto es el esfuerzo de conciliar la introversi6n y la extraversi6n. Enel mundo objetivo exige su requisito: la convicci6n de la compatibilidad

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individuo vs. mundo. Superaci6n del antagonismo instituido por el ro-manticismo. Adviertase que la falta de la relaci6n externa con el yo escaracteristica de toda esta 6poca occidental. El Romanticismo <<no reco-nocia ningin vehiculo externo, era incapaz de obligarse a si mismo, y sesentia expuesto indefenso a la prepotente realidad; de aquf su desprecioy su deificaci6n simultinea de la realidad. La violaba o se entregaba a ellaciegamente y sin resistencia, pero nunca se sentia igual a ella>> . La pre-sente generaci6n de la lirica hispanoamericana no logra equilibrar su po-sici6n respecto a la realidad natural. Esto se ve en cada caso. En Martiya se ha visto su bisqueda personal de perfeccionamiento para alcanzarla armonia con el universo. Reconoce la inferioridad del ser humano res-pecto a 6ste: el perfeccionamiento del hombre depende de su comuni6ncon el universo . En el mejor de los casos, en su armonia con el universo,el ser carece de autonomia. Prevalece el reconocimiento a fuerzas sobre-humanas: ya naturales, ya religiosas. De todas maneras, reconoce una ne-cesidad de elevaci6n: de la fealdad del hombre asciende a la belleza delUniverso.

La incompatibilidad que surge entre el yo y el mundo se destaca en<<Mi poesia (de Versos libres), entre otras composiciones. Transcribo unfragmento en el que Marti describe c6mo vuelve su poesia de la ciudad,despu6s de enfrentarse con la sociedad. Dice que mientras 61 cuida ellecho puro y limpio de su poesia:

Y limpios y aromados sus vestidos.Cuando va a la ciudad, mi Poesiame vuelve herida toda, el ojo secoy como de enajenado, las mejillascomo hundidas, de asombro: los dos labiosgruesos, blandos, manchados; una que otraluta de cieno -en ambas manos purasy el coraz6n, por bajo el pecho rotocomo un cesto de ortigas encendido:asi de la ciudad me vuelve siempre

Ademis de lo dicho, no puede dejarse de ver la personificaci6n mito-16gica de la poesia en estos versos. Esta cuesti6n la sefialard mis adelante.

Bajo la luz de esta crisis debe verse su concepto de poesia. Ya hemos

24 Arnold Hauser, Historia social, II, p. 360.' Este aspecto en Marti lo estudia con lucidez Allen W. Phillips, Temas del mo-dernismo hispdnico y otros estudios (Madrid: Gredos, 1974). V6ase especialmentep. 274.

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visto dos aspectos: la representaci6n del poeta y el significado de la poe-sia. Este segundo punto se puede completar ain con el estudio del con-cepto que cultiva Marti respecto a la expresi6n. De esa manera abarcare-mos la concepci6n del poeta y de la poesia (y dentro de 6sta: del significa-do y de la expresi6n).

3. Las referencias a la simplicidad de la expresi6n tienen desarrolloen <Po6tica> (de Versos libres), en la que afirma que su verso bien puedeir, cual paje amable, por <lujosas salas, de aroma vario y luces ricas> ,pero, como es montaraz, prefiere el silencio y la espesura de la selva. Hayen esta composici6n una alusi6n al lenguaje simple. Rechaza al paje ama-ble, lujoso, cortesano, por el sencillo montaraz. Esta idea estd tambien en<Mi poesia . Aquf su actitud se concreta y su referencia se define. Recha-za tanto el tono fuinebre de los romdnticos como las frias y hermosasvasijas del parnasianismo: <no la pinto de gualda y amaranto / comoaquesos poetas , dice por una parte, y <<no la pongo en lindas vasijas /que moririan , afirma por otra. Y toma su propio camino: «la vierte almundo / a que cree y fecunde, y ruede y crezca / libre cual las semillaspor el viento>>. Con esta definici6n ratifica la simplicidad de sus versos.Sin embargo, no deja de cultivar la tradicional personificaci6n mitol6gicade la poesia y de sus versos. Ambos tienen constante animaci6n a travisde variadas representaciones. Por eso prefiere la luz y el brillo natural-dice mis adelante- al brillo y luz artificiales con que pueden ornar «latiinica de su poesia las piedras preciosas, las guirnaldas, los flecos sono-ros, los broches lujosos, la suprema joyeria en fin.

La colecci6n reunida en Flores del destierro tiene como primera ideaprecisamente la expuesta hasta aqui. Los dos primeros versos de la pri-mera composici6n dicen: <<Contra el verso ret6rico y ornado / el versonatural.> Marti sostiene resistencia a la expresi6n parnasiana, lo cual escoherente con su modo de pensar. Ha sido sefialada la caracteristica esen-cial: la poesia es emoci6n. Ya lo habia dicho: <<La emoci6n en poesia eslo primero.> De ahi que ahora se resista al estilo ornado. La expresi6nparnasiana no podria contener la emoci6n po6tica, mis ain: el dolorpo6tico y la poesia -ya se ha visto- se origina en el dolor. De ahi que<<Tienes el don...> reconoce los dones extraordinarios del poeta. Tienes-dice- <<todo el valor de ti>>, <<el habla viva / de quien cruza la tierracielo arriba...>. Y responde el poeta:

-iPero no tengo el impudor odiosode ensefiar mis entrafias derretidasen estuche de verso recamado!

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Llegamos, pues, a otra fase de este estudio: seiialar la crisis de la ex-presi6n en Marti. LC6mo decir la emoci6n po6tica sin caer ni en la inti-midad, ni en el confesionalismo, ni en la melancolia en que degener6 lalirica romintica? 0, de otro modo y para plantear la crisis del lenguajecon mas rigor: ,C6mo renovar la expresi6n romantica cuando no se pue-de modificar el contenido romaintico? El contenido emocional tendra toda-via en esta generaci6n su apoyo en la expresi6n de los sentimientos a losque esti ligada la emoci6n. Y, en efecto, eso es lo que sucede con Marti,aunque a veces se rebela en contra de esa expresi6n acufiada por el ro-manticismo. Claro esta que lo que diferencia a Marti de las generacionesanteriores -ya he dicho- es su conciencia critica mas desarrollada. Lapoesia de Marti, como producto del dolor, halla naturalmente una expre-si6n dolorosa, aunque a veces 61 no lo quiera. Es menos quejumbrosa yf inebre que la de los romanticos elegiacos, aunque cultiva cosmovisi6n ytemple animico similares a los de 6stos. Ha definido siempre su conceptode que el dolor es esencia de la existencia y de la poesia. En <<Quieren,joh mi dolor!...> (de Flores del destierro) exclama: <<Quieren que el versoarrebatado en dura / circel sonante y apretada aherroje.>> Y aiiade sunegativa a tal deseo: <<El gran dolor, el alma desolada, / ni con carminsu lividez esconde, / ni se trenza el cabello cuando llora.>> Marti no hallala expresi6n para la emoci6n de su dolor. O mejor dicho, la halla: son los<versos sencillos>, «flores libres>>, <<flores del destierro>>. Es decir, formasde un romanticismo depurado, consciente de que debe superar el indivi-dualismo y el irracionalismo, aunque al cabo no lo supere plenamente.Y acaso estas formas no le satisfacen. Es cierto que Marti no es el bardolinguido que confiesa sus penas, pero llama la atenci6n constantementesobre ellas. En el mismo volumen que comentamos est6 la composici6n<<Yo puedo hacer>>:

Yo puedo hacer, puedo hacerde esta desdicha una joya;iPero me la habrin de ver!No, vive Dios: ipaso atras!Mi pena es mi hija: jmi hijano me la han de ver jamas!Son c6micos del dolor,son llorones de su entierro,son mercaderes de amor,son indignos del placerde sufrir y de quererlos que ensefian y vendenen libros y salassu goce o dolor.

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Estos versos representan claramente la actitud general que conservaMarti respecto al tema principal de su poesia: el dolor. Ni <c6mico deldolor>> ni <llor6n de su entierro>> refiere -cuando no insintia mon6tona-mente- sus desventuras y dolencias afectivas; no declara la intimidad desus penas, pero la menciona constantemente. No en vano ha definido aldolor como origen de su existencia. No puede dejar de nombrarlo. Nopuede impedir que en su poesia permanezca el lamento. No puede des-pojar su expresi6n de la queja.

Marti al cabo no logra resolver el conflicto que implica la busca dellenguaje poetico capaz de expresar sus postulados. Su cosmovisi6n esbasicamente romintica y el estilo de sus versos consecuente de esa actitud.En todo caso consigue el retorno a la sencillez. <<En el verso, Marti, misque un revolucionario de la forma, fue un reivindicador de la senci-llez>> . Pero representa, con los bardos de su generaci6n, el esfuerzo porhallar nuevas formas de expresi6n para la lirica, hallazgo que s61ol seefectuari en el siguiente periodo.

26 Max Henriquez Urefia, Breve historia del modernismo (M6xico: Fondo de Cul-tura Econ6mica, 1954), p. 56.

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