María Teresa Ruiz no23

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die ni esforzarte por vender lo que haces". Yo le h ice caso y su consejo fue muy sabio. Creo que la astrono- mía ha sido muy entretenida como profesión, y todavía pinto y hago tapices y otras cosas, pero puedo hacer lo que yo quiera, lo que a mí me gusta y no me importa lo que los demás piensen de eso. E s bastante inusual que un pa- dre se e noj e c uando una hija le entrega una libreta con notas excelentes. E s te fue s u caso· , Usted se define COInO una InU- 21

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María Teresa Ruiz es porfiada. No le hizo

caso a su padre que la

q uería ver convertida en arquitec­ta. Prefirió ser una ingeniera civil de la Universidad de Chile, una

carrera que en un comienzo le dio gran prestigio familiar hasta que se

convirtió en la primera licenciada en Astronomía de C hile. En su casa la noticia se recibió con algo de es­

cepticismo frente a cierta extraña demanda de amigos de la fami lia que querían consultarle por su ho­

róscopo. Dice que se embarcó en el

mundo de la astronomía de puro

inquieta . Pero fue su intuición y tes­ta rudez por desentrañar los secre­tos de la naturaleza, en una suerte de cacería de "enanas degeneradas frí as" por la Vía Láctea, lo que le

valió ser reconocida como la prime­ra mujer en la historia de Chile en ser distinguida con el Premio Na­

cional de Ciencias Exactas el año 1997. Pero María Teresa Ruiz no es una mujer que ande con la ca­beza por las nubes . Para nada. Se decla ra una "fanática de las noti­

cias", y está tan pendiente del foco de la información como de la luz que emite el universo. Es también

madre de un hijo, por el que hace más de 20 años lloró con amargura cuando debió dejarlo a l cuidado de otros para continuar con sus obser­vaciones . Una situación que supo comprender bien el físico Fernando

Lund, su m arido y, paradójicamen­te, también Premio Nacional de Ciencias Exactas 200 l.

E s bastante inusual que un pa­

dre se enoje cuando una hija le

entrega una libreta con notas

excelentes. E s te fue s u caso· ,

sIn eInbargo, esta atípica SI­

tuación fue lo que la iInpulsó a

estudiar Inás y Inás hasta con­

vertirse en una de las científi­

cas Inás destacadas de Chile.

¿CÓInO e x plica usted est a par­

ticularidad de su hist oria?

Mi padre era un artista, y conside­raba que era insano eso de estudiar

tanto. A mí eso me dio pie para re­belarme. Si yo me encerraba a estu­

diar, mi papá se enojaba, entonces, en vez de pintarme el pelo verde

me dediqué a estudiar y porfiarle a mi papá. Por suerte, eso redundó en

algo que fue positivo para mÍ. .. No le resultó con mis otros tres herma­nos, porque ellos sí le hicieron caso.

Pero taInbié n tenía aptitudes

artísticas . .. ¿Dónde se produ­

jo ese punto de inflex ión para

tender definitivaInente hacia

las InateInát icas?

Tuve como profesores a destacados artistas como Tom Daskam, Car­

men Sylva o C laudia Di Girólamo, y cuando les conté que estudiaría

die ni esforzarte por vender lo que

haces". Yo le h ice caso y su consejo fue muy sabio. Creo que la astrono­mía ha sido muy entretenida como profesión, y todavía pinto y hago tapices y otras cosas, pero puedo hacer lo que yo quiera, lo que a mí me gusta y no me importa lo que los demás piensen de eso.

Usted se define COInO una InU­

jer intuitiva, detallista y taIn­

bién con suerte. ¿CÓInO se ha

traducido cada una de estas

características en su quehacer

científico?

En ciencias, es muy importante

ser detallista porque, a veces, a llí está todo. Desde pequeña me gusta bordar y que m is trabajos queda­ran perfectos. Eso me ha servido

mucho. La suerte sirve para todo en la vida, pero en ciencias ha sido importantísima para mÍ. En

astronomía, somos espectadores; en cambio en otras ciencias, como

la química, la física o la biología, uno controla todo. Por ejemplo,

y en una fracción de segundos nle di cuenta que este súper planeta nle había hecho señas.

ingeniería, me dijeron: "¡Por mn­gún motivo! Tú tienes que dedicar­

te a l arte". Se lo comenté a mi papá y él, que se había ganado mala­mente la vida como artista, me dijo:

"Mira, si puedes, dedícate a otra

cosa, algo que te haga feliz tam­bién, y guarda tu arte para ti. Así, no tienes que mirarle la cara a na-

SI se quiere saber cómo influirá la

temperatura en cierto experimen­to, uno la baja y dice: "¡Ah! , ocurre

tal cosa". Nosotros, los astrónomos,

no tenemos ninguna posibilidad de

intervenir en nuestros laboratorios,

porque están por a llá lejos ... en el

cielo. Lo que hacemos es salir a la caza de experimentos : una estrella

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Libro publicado recientemente por Maria Teresa Ruiz.

que está explotando o una estrella

que está naciendo, o una galaxia

que está chocando con otra. Hay

que tener "buen ojo" y mucha suer­

te y yo la he tenido, descubriendo

objetos únicos que no se conocían ...

¿CónlO fue ese encuentro con una "enana café", un día de

:marzo de 1997, un objeto del que se suponía su existencia

pero aún no había sido descu­bierto? Una "enana café" es un objeto que

no tiene luz propia, como sí la tie­

nen las estrellas. El núcleo de una

estrella como el Sol, por ejemplo,

tiene diez millones de grados y a esa

temperatura se producen reacciones

nucleares. Es como una bomba ató­

mica gigante que trata de hacer ex­

plotar a la estrella y, por otro lado,

la estrella, como tiene masa, esa

masa trata de desplomarse sobre sí

misma, simplemente, por gravedad:

el equilibrio entre esas dos fuerzas

hace que la estrella exista y tenga el

tamaño que tiene. Las "enanas ca-

22 GLOBAL

fés" son muy chiquititas; entonces,

la temperatura en su interior nunca

llega al orden de los diez millones

de grados y, por lo tanto, nunca

se producen reacciones nucleares.

Desde que yo era estudiante de as­

tronomía se discutía la existencia

de objetos que fueran más grandes

que Júpiter, por ejemplo, pero más

pequeños que la masa mínima para

ser estrella. No se habían descubier­

to, pero no se encontró ninguna ra­

zón física para negar su existencia.

Así sucedió que astrónomos euro­

peos y norteamericanos se lanzaron

a la búsqueda de alguna "enana

café", como fueron denominadas,

con misiones espaciales y observa­

ciones desde la Tierra ...

¿Có:mo las i:maginaban? Se suponía que debían ser muy ro­

j as porque ya se les había acabado

probablemente toda su luz y, ade­

más, debían contener la línea de li­

tio. Cuando me refiero a " la línea"

es como hacerlo de la huella digital

de una estrella, y en el caso del litio

es un elemento que se quema a tem­

peraturas muy altas. Una estrella

como el Sol, por ej emplo, no tiene

litio, pero en una de estas "enanas

café", como en los planetas, es fácil

encontrarlo porque está allí , proba­

blemente, desde el Big Bang y no se

ha quemado aún. Además, se sabía

que debían ser brillantes en el in­

frarrojo y por eso se hicieron tam­

bién instrumentos especiales para

observarlas. En marzo de 2007, yo

estaba trabajando con mis "enanas

degerieradas frías", que son estre­

llas muertas. Nuestro Sol, cuando

se muera, se va a transformar en

una "enana degenerada fría", es de­

cir, va a ser del tamaño de la Tierra

pero con toda la masa del Sol...

Disculpe, ¿es entonces cuando usted dice que una "cuchara­dita de :masa de Sol" pesará

cinco toneladas? Sí, exactamente, eso es la "materia

degenerada", muy densa: una cu­

charadita de té de masa de estrella

degenerada equivale a unas cmco

toneladas ...

Estaba buscando, entonces,

enanas degeneradas frías ... Yo estaba feliz trabajando con mis

"enanas degeneradas frías", porque

me interesaba saber cuánta materia

de estos objetos podría haber en el

umverso, y, como son muy peque­

ñitos, podría haber muchos. Como

son tan débiles y tienen muy poquita

luz, es probable que estén muy cerca

de nosotros, pero, ¿cómo identificar

un objeto casi sin luz si está cerca

del Sol? Todas las estrellas se mue­

ven y las más cercanas las vemos

moverse más rápido que las que es­

tán más lejos .. . es como cuando uno

va en el auto y ve que los árboles de

la orilla del camino pasan rápido y

las montañas del fondo apenas se

mueven. Eso se debe a que el mo­

vimiento es relativo a nosotros con

respecto de esos objetos. De esta

forma, yo buscaba "estrellas dege­

neradas frías", comparando una

foto del cielo de hace diez años atrás

o más y tomando en el momento

una nueva foto de esa misma área.

La mayor parte de las estrellas no se

mueven; entonces no se ve ninguna

diferencia, pero las que están más

cerca cambian de posición. Yo las

marcaba y después iba al telescopio

y las observaba. Este trabajo lo ha­

cía con una ayudante de investiga­

ción, Marina Vishnevsky, que era

fantástica, tenía muy buen ojo para

encQntrarlas.

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M82 en plena explosión.

Pero ella no estaba esa noche

de Inarzo ...

Yo tenía ya asignado mi tiempo en

el Observatorio de La Silla, ubica­do en el norte de Chile, para mar­zo de 1997, y resulta que en febrero

me di cuenta que no tenía suficien­tes "candidatos" para ir a observar.

Entonces, interrumpí mis vacacio­nes con mucho dolor y me fui yo misma a hacer lo que hacía M ari­

na, ya que había fallecido ... ahí me di cuenta que le habíamos pagado muy poco porque el trabajo era te­rrible .. . Estaba sola con el operador

del telescopio cuando, de repente, vi una especie de fantasmita, por­que era una imagen que apenas se veía, que cambiaba mucho de po­sición entre una foto tomada hace diez años y una de ese momento. La marqué y dije: "¡Uy! Esta es mi estrella degenerada fr ía" ... muy cer­

cana y muy fría, probablemente. Y es que mientras más frí a, más anti­gua ... que era lo que me interesaba. El primer objeto que m iré fue éste y cuando obtuve la distribución de energía dije: "¿Qué sucede? Esto no

encaja". Pensé que algo había sali­do mal, que había centrado mal el

objeto ... qué sé yo. Y todo de nue­vo. Le pedí al operador hacer el procedimiento una vez más, lo que significaba demorarse media hora

en tomar otra foto y, con la distri­bución de energía en mano, salió

otra vez esta cosa rarísima: estaba m alo todo o había algo raro. En­

tonces, me di cuenta de que era un objeto muy rojo, que casi no tenía

flujo en el azul y, por curiosidad, me pregunté: "¿Y cómo andará la línea del litio?". Y en una fracción

de segundos me di cuenta que este

súper planeta, porque no es una es­trella, me había hecho señas. Yo no la estaba buscando, yo andaba bus­cando otra cosa .. .

Un objeto que sí estaban bus­

cando equipos cOInpletos de

científicos del Inundo desarro­

llado.

Por supuesto que el hallazgo pro­

dujo una rabia muy grande a todos estos equipos de investigadores eu­

ropeos y gringos que habían gasta-

do muchos millones de dólares en su búsqueda y yo, con tecnología del siglo pasado y una foto, la en­contré. Fue absolutamente cosa de suerte, porque lo único que puedo decir en mi defensa es que tuve el suficiente conocimiento para poder reconocer a esa "chiquilla" cuando me hizo señas, porque si yo no hu­

biese sabido del tema no me habría detenido en ella ...

¿Qué hizo en ese InoInento?

Le decía al operador del telescopio

que mirara conmigo, pero él ya es­taba empezando a aburrirse porque

quería que pasáramos a otro objeto. Entonces, le envié un correo elec­trónico a un colega con la informa­ción y él lo confirmó: "Sí, parece

que encontraste la primera enana café que se conoce".

Un descubriIniento Inundial...

¡Claro! Hoy se conocen trescientas

o más enanas café, pero esa fue la pnmera, porque una vez que ya sa­

bes cuál es el modelo, es mucho más fácil encontrarlas. Fue emocionante.

Cuando llegué de regreso a Santia­go, me comuniqué con una colega en Canadá y ella dijo: "Mira, este

es un objeto demasiado espectacu­lar como para que tenga el nombre de ES0508-128". Y entonces, pen­sé: "Si en mi país tenemos nombres

m apuches tan lindos en su geogra­fía, también lo debería haber en su

cielo". Busqué la palabra rojo en un diccionario de mapudungún y la

bauticé como kelü. Además, era un

nombre que los gringos podían pro­nunciar sin riesgo a que lo cambia­

ran... como corolario, hace como

un año atrás, otra colega inglesa

que trabaj a en H awai, me mandó un correo diciéndome: "Adivina.

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Page 5: María Teresa Ruiz no23

Anoche observamos a tu Kelü con un sistema con láser y fij ate que son dos. No es una sola estrella, son dos estrellas mellizas prácticamen­

te iguales girando una en torno a la otra". Obviamente, eso yo no lo podía ver entonces. Ahora, con el

telescopio espacial pudieron medir la órbita y saber muy bien la masa de ambas, así es que todavía Kelü

nos da sorpresas, que está cerquita de nosotros ...

¿Cuánto es "cerquita", María

Teresa?

En escala galáctica son como 15

pársec.

Yeso, ¿cuántas vidas humanas

significa eso, por ejemplo?

Bueno, es lejos. Es que no podemos medir las cosas en escala nuestra.

Usted acaba de publicar un li­

bro que tiene por título Hijos de las estrellas: La astronomía

y nuestro lugar en el universo. ¿Por qué dice que somos hi­

jos de las estrellas cuando, en

verdad, los seres humanos nos

sentimos hijos de esta tierra

y vemos al universo tan lejos,

tan extraño?

Cuando la gente piensa en el uni­verso, siempre lo ve allá y a noso­

tros, acá. Pero resulta que somos parte del universo, somos proba­blemente lo más avanzado de él,

vamos a la vanguardia porque aquí

estamos en el presente y todo lo que podemos mirar en el universo está en el pasado porque la luz tarda en llegar. .. la maldita velocidad de la luz. Yo tengo varios enemigos en mi vida, uno es la ortografía, que la encuentro arbitraria, y otro es la velocidad de la luz. Si no tuviera

24 GLOBA.L

ese límite de la velocidad de la luz

podríamos estar en otras condicio­nes, pero la luz siempre nos llega

vieja. Cuando el Sol se esconde en el mar significa que ya hace ocho

minutos que está bajo el horizonte, porque se demora ocho minutos en

recorrer 150 millones de kilómetros que es la distancia de la Tierra al

Sol. Todo lo que vemos, entonces, es siempre pasado. y bueno, noso­tros tenemos esa situación rara de

pensar que no somos parte del uni­verso, que el universo es una cosa

extraña que está por allá. La ver­dad es que el universo es muy raro, eso sí, es muy raro. Pero una de las

cosas maravillosas que yo he trata­do de transmitir es que nosotros so­

mos "hijos de las estrellas" y no es un título fantasioso, es verdad. Es decir, hubo una estrella y de hecho

una supernova, una estrella que

la vida. Esta historia, la nuestra, partió hace catorce mil millones de

años, que es cuando se creó el uni­verso y entonces, ya estaban todos los elementos para fabricar la vida.

¿Cuál es su aproximación o

idea de Dios?

La búsqueda de Dios está en lo más

íntimo de mi persona y no lo dis­cuto ni lo converso con nadie, sólo

conmigo misma. Es una búsqueda que no sé si algún día va a tener fi­

nal, pero pienso que ya la búsqueda es enriquecedora.

María Teresa, ¿para qué sirve

la ciencia?

¿La ciencia? ¡Uy! Sin la ciencia es­taríamos aún en la Edad Media. La ciencia, primero, ayuda a entender

el mundo, a saber que no tienes

que hacerle caso a un brujo que te

Cuando la gente piensa en el universo, sielllpre lo ve allá y a nosotros, acá. Pero resulta que SOIllOS parte de él, probablelllente lo lIlás avanzado.

murió en una explosión y que fabri­có muchos de los elementos que hoy existen en nuestra Tierra, como el

cobre, por ejemplo, el hierro que te­nemos en nuestra sangre, el calcio

de nuestros huesos. Ahora, es pro­bable que esa estrella haya tenido,

a su vez, una madre o una abuela en cuyos corazones se fueron fabri­

cando por las reacciones nucleares todos los elementos necesarios para

extorsiona y te pide tu dinero. La

ciencia también tiene aplicaciones. Yo no podría estar hablando en este micrófono si alguien no hubie­

ra inventado todo lo que se necesita para hacerlo.

Chile es un país que tiene im­

portantes observatorios as­

tronómicos. ¿Qué lo hace tan

especial?

Page 6: María Teresa Ruiz no23

Lectura fotografia telescopio gemini .

Los observatorios fueron una de las razones por las cuales me dediqué a la astronomía. Yo iba a ser inge­niero químico, pero en la época en

que estaba en la Universidad, el año 1968, en una clase de astronomía, el profesor nos contó que se iban a instalar observatorios en Chile ...

unos telescopios que iban a ser "lo máximo" ... ahí me enganché y no me arrepiento. Chile es el lugar que tiene los mejores telescopios y los

mejores observatorios astronómicos del mundo, y las razones de esto son varias. Una de ellas es que la mayor parte de las observaciones que se habían realizado en la historia se habían hecho desde el hemisferio

norte. Faltaba, entonces, observar el universo desde el otro lado. Otra razón es que en el sur observamos hacia el centro de la galaxia, que es la ciudad cósmica donde vivimos.

Esto, la gente del hemisferio norte no lo ve, o lo que ve es el centro de la galaxia casi pegado del horizon­te, por lo que no tienen una buena visión para estudiarlo. Allí, la Vía

Láctea tiene dos galaxias chiquiti­tas, que están más o menos cerca de nosotros y que están girando en tor­

no a la nuestra ... esas dos galaxias se llaman Nubes de Magallanes, la

Nube Pequeña y la Nube Grande. Cada una de ellas es una galaxia en sí y permite estudiar lo que somos.

Pero, adelllás, en Chile hay

condiciones alllbientales lllUy

particulares ...

Claro, una gran cantidad de no­ches con cielos despejados y es­tabilidad de la atmósfera, lo que

permite obtener imágenes muy ní­tidas. Esta condición se da debido a la combinación de la cordillera de

los Andes, que actúa como barrera para detener el aire húmedo y las nubes que vienen del Atlántico, y la corriente fría de Humboldt, que

tiene su origen en la Antártica y que corre a lo largo de la costa chi­

lena, manteniendo el océano frío y las nubes sobre el mar, y no en el

continente. La zona del Altiplano chileno, en el norte, alberga los más

poderosos observatorios que existen

en el mundo, con telescopios opti­mizados para detectar luz en infra­

rrojo; y de antenas para detectarla en ondas milimétricas.

El proyecto ALMA (Atacallla

Large Millillleter Array), que

tiene COlllO socios a Estados

Unidos, Canadá, Europa y Ja­

pón, es uno de los lllás illlpor­

tantes, ¿no? ¿Qué sucederá a

partir de 2012 en esta zona que

el Estado chileno ha declarado

"zona de reserva científica"?

El proyecto ALMA consiste en la instalación en Chajnantor, a más de cinco mil metros de altura en el

desierto de Atacama, de 50 antenas de doce metros de diámetro cada una y más de una docena de ante­

nas de aproximadamente diez me­tros de diámetro. La instalación de estas 62 antenas permitirá observar

en detalle la formación de nuevas estrellas, estudiar planetas extraso­

lares y el universo joven, entre otras cosas. Como suele ocurrir cada vez

que se construye un instrumen­to más poderoso para observar el universo, es muy posible que el ha­

llazgo más importante que realice ALMA sea algo inesperado, que nos sorprenderá a todos.

Vivian Lavín lUmazán es periodista

y diplomada en Gestión Cultural. Di­

rige y conduce el programa literario

Vuelan las plumas en Radio Univer­

sidad de Chile, por el que fue reco­

nocida por la Sociedad de Escritores

de Chile. Es editora cultural de Radio

Universidad de Chile. Conduce el pro­

grama matinal Semáforo. Es también

autora del libro Vuelan las plumas. En­

trevistas con escritores y artistas en el

Metro de Santiago.

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