María Teresa González-Quevedo, una joven que reflejaba a María

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    FELIX OCHAYTAPIEIRORector del Seminario de Sigenza

    Una joven

    que reflejaba a Mara

    1990

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    Imprimatur

    Vicara General.Arzobispado de Pamplona.

    Mayo 1990

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    INTRODUCCIN

    1. Sorpresa y atractivo de esta figura

    No sin emocin tomo la pluma para delinear, aunque seaimperfectamente, la figura de una joven que, en pleno siglo XX,

    quiso reflejar en su persona y en su vida la belleza y santidad deMara, la Madre del Seor y Madre de la Iglesia.

    Cuantos se han acercado a Teresitase han sentido atrados,mejor, fascinados, por su candor, por su singular belleza fsica yespiritual, por su sencillez y fortaleza, por su anhelo de parecerse ala Virgen.

    Empec a tener noticias de ella muy poco despus de su

    muerte y escuch diversas charlas y recuerdos sobre ella, a partirespecialmente de 1951. Eran confidencias de su to, el P. JessGonzlez-Quevedo, profesor de Teologa en la UniversidadPontificia de Comillas, quien, aun habindola tratado directamentepocas veces, supo intuir como pocos la grandeza espiritual de susobrina. Estampas con frases de Teresita cayeron muy pronto enmis manos. Invitaciones a encomendamos a ella y a pedir suintercesin privadamente se nos hicieron ms de una vez...

    Pude leer algunas pginas de su biografa, en la primeraedicin, primorosamente escrita por la Hna. Mara Luisa Lpez deUralde, de la Congregacin de las Carmelitas de la Caridad, a laque haba pertenecido Teresita. En febrero o marzo de 1967 visitel sepulcro de nuestra herona, or ante sus restos, y tuve lasuerte, algunos das despus, de conversar con su madre, doaCarmen Cadarso.

    A lo largo de los aos, en el ejercicio del ministerio sacerdotaldesde 1958, en charlas y especialmente en el confesionario,

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    muchas veces he recomendado a las muchachas meditar en el quefue lema de Teresita: Madre ma, que quien me mire, te vea,exhortndolas a hacerlo suyo. Y puedo decir que esta exhortacinencontraba eco y aceptacin sincera.

    2. Inters objetivo de esta figura mariana

    Pero no son estas impresiones o vivencias, por s solas, loque me ha decidido a realizar este estudio sobre la jovenmadrilea. Ha sido, sobre todo, la bien fundada conviccin de queen Teresita Gonzlez-Quevedo posee la Iglesia una herona fuerade serie dentro de una vida sencilla y relativamente corta, una

    herona de la santidad, alcanzada del Seor por mediacin de laVirgen, una herona de la pureza transparente y de la fortalezaespiritual.

    Con toda justicia se ha podido denominar a esta joven comoTeresita de la Virgen Mara1. Porque, si hay algn rasgocaracterstico en esta vida cortada antes de los veinte aos, ste escon toda seguridad el de su devocin, amor, locura, chifladura,

    obsesin..., por la Virgen. Pronto tendr el lector ocasin deconvencerse por s propio de esta contundente aseveracin.

    Se trata, adems, de una muchacha o joven de nuestrotiempo, que ha sabido disfrutar honestamente de la vida, guiadasiempre por su acendrada religiosidad y dispuesta en todomomento a secundar la voluntad de Dios, a ejemplo de la Esclavadel Seor. Esta joven, a los diecisiete aos, siente claramente lallamada y decide ingresar en Religin con el nico objetivo dellegar a ser santa. Quin no percibe la fuerza y el atractivo de estemodelo para la joven de hoy y para la religiosa, que o en el siglo oen el claustro quieren santificarse?

    Presentar esta vida mariana, con el mayor cario y a la vezcon la mayor objetividad, me parece, por otro lado, una tarea muytil y provechosa en este Ao Mariano, convocado por el PapaJuan Pablo II. Y encaja perfectamente en el Programa general del

    1 As la llama el P. Jess Gonzlez-Quevedo en su artculo Virtudes heroicas de Teresita de laVirgen Mara, publicado en la revista Roca Viva(Mayo 1984) pp. 249-253.

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    X Congreso Mariolgico Internacional, que estudia el Culto ypiedad a la Virgen en los siglosXIXyXXhasta el Vaticano II.

    Alguien, sin embargo, podra preguntar: Qu autoridadmariolgica puede tener una joven que muere antes de los veinte

    aos? Dnde estn sus escritos? Cul es su doctrina oenseanzas mariolgicas?

    La respuesta no ofrece dificultad. No es preciso escribirmucho, ni tener muchos aos, para destacar en alguna parcela delsaber o del vivir. Teresita, efectivamente, en sus escasos veinteaos, escribi muy poco. Conservamos slo sus cartas y apuntesespirituales, que abarcan escasas pginas. Su autoridad, pues, no

    es de tipo estrictamente doctrinal, sino vivencial y prctico.Tampoco escribi S. Estanislao de Kostka y otros Santos, sin quepor ello pierda valor su ejemplaridad.

    El libro que Teresita escribi es el libro de su vida. Hubomuchos testigos que supieron leerlo y, tras su muerte, nosofrecieron una interpretacin cuasi exhaustiva. Recogieron,adems, muchas de sus palabras, de sus ideas y sentimientos, deforma que no resulta difcil hablar o escribir acerca de laespiritualidad de esta joven madrilea.

    Su fama de santidad dato muy importante empez adivulgarse el mismo da de su entierro. E inmediatamente seempez a compilar datos, recuerdos, palabras, ancdotas... de ellay sobre ella. Sorprende esta rapidez, pero es indicadora de quealgo singular captaron como presente en aquella muchachita lasSuperioras de la Congregacin de las Carmelitas de la Caridad,

    quienes encargaron la redaccin de una biografa sin dejar pasar eltiempo.

    Llamo la atencin sobre este hecho poco frecuente. Teresitamuere el 8 de abril de 1950, y el 1 de noviembre del mismo aofirma la introduccin la autora, Hna. Mara Luisa Lpez de Uralde yElorza. Esta biografa ha tenido ya siete ediciones en lenguaespaola, la ltima en 1985, y ha sido traducida a muchas otras

    lenguas, entre las que quiero destacar la italiana, con variasediciones, y la alemana en 1986. El conocimiento de la vida y

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    virtudes de Teresita, as como la devocin hacia ellauniversalmente extendida, deben mucho al buen hacer de estareligiosa, sencilla y fiel, Hna. Mara Luisa Lpez de Uralde,incansable en todo lo referente a la causa de beatificacin y

    canonizacin de su biografiada. Ojal tenga la suerte de poderasistir a la glorificacin de su Teresita!

    3. Documentacin manejada

    Figura en primer lugar este documentado estudio biogrfico.Me ha servido no ya de consulta, sino de gozo permanente, lalectura de esta biografa, tan bien escrita, tan fresca en los datos,

    tan segura en las intuiciones, acerca de la biografiada, tan piadosaque ms de una vez provoca, aun en el lector ms indiferente,emocin y hasta lgrimas.

    Pero no poda conformarme con este libro-documento, aunsiendo tan valioso. Gracias a los buenos oficios de la Hna. MaraLuisa he podido disponer, para la redaccin de este trabajo, de ladocumentacin para la Causa de beatificacin y canonizacin, en

    sus dos fases, del Proceso Ordinario y el Proceso Apostlico, juntocon las diversas Relaciones del Patrono de la Causa y delPromotor de la Fe.

    Unos datos al respecto no estorban. El Proceso OrdinarioInformativose celebra en Madrid a lo largo de los aos 1954-1958,es decir, cuatro aos solamente despus del trnsito de la Siervade Dios. Aos ms tarde, 1969-1970, se realiza el ProcesoApostlico Matritense, en el que declaran la mayor parte de lostestigos del Proceso Ordinario y algn otro por primera vez2.

    2 Son 35 los testigos en el Proceso Ordinario y 29 en el Proceso Apostlico. Para nuestro trabajonos hemos servido de la Positio Super Virtutibus (Roma 1977). Abarca dicha Positio los siguientesdocumentos:

    1 Informatio (pp. 1-86).

    2 Tabella Index-testium (I-XIX).

    3 Rescriptum super validnate Procesuum (1).

    4 Summarium;

    a) Depostiones sima testium (1-331), que recoge las declaraciones de los testigos de ambosprocesos.

    b) Documenta (332-377), que recoge otras declaraciones y documentos escritos.

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    He ledo y tomado amplias notas de todas las declaraciones yrelaciones, sobre las cuales se apoya principalmente este estudio.No abarca todos los aspectos de la vida y espiritualidad de laVenerable Mara Teresa Gonzlez-Quevedo. Es el aspecto

    mariano de su existencia lo que nos ocupa y absorbe. Ocurre, sinembargo, que este aspecto o dimensin impregna la enteraexistencia de esta criatura privilegiada. Lo entendi desde el primermomento la Hna. Lpez de Uralde, atendiendo al clamor unnimede todos sus informantes.

    Transcribo este largo testimonio de la mejor bigrafa deTeresita:

    En fin, el medio o, si queris, el acelerador de su marchatriunfal por este camino ascensional hacia Dios, fue la devocin ala Virgen. Mucho hablaremos de ella en estas pginas, porquefue en verdad el comn denominador de todas las acciones y detodos los detalles de la vida de Teresita.

    A la Virgen encomend ella su vida y su muerte, la victoriasobre sus defectos y la adquisicin de la virtud; a Ella, que segn

    sus palabras nunca falla, le pidi con ingenua confianza lasantidad. Dos aos no ms tena cuando senta un verdaderogusto en repetir con su padre aquello de: 'Oh Seora ma, ohMadre ma, yo me ofrezco del todo a Vos!...'. Y la Virgen se latom por suya, y fue poniendo su mano inmaculada y su Coraznde Madre en todos los pormenores de su privilegiada hija.

    Mucho se sacrific Teresita por la Virgen, pero Ella no podaquedar vencida en amor y generosidad, y la colm de suscaricias, y se la llev con su Nombre bendito en los labios3.

    5 Positio super scriptis (1-15), con el juicio de dos telogos y el decreto super revisione scriptorum(1).

    6 Animadversiones Promotoris Generalis Fidei (1-26).

    7 Responsio Patroni ad Animadversiones (1-50).

    Las citas, que se refieren a todos estos documentos, aparecen dentro del mismo texto y no a pie depgina. La mayor parte pertenecen a las declaraciones de los testigos y se hacen de este modo: Summ. y lapgina.

    3 Mara Luisa Lpez de Uralde y Elorza, Teresita(Apuntes biogrficos de la Venerable Mara TeresaGonzlez-Quevedo y Cadarso), 7. ed. (Madrid 1985) 436 pp. La cita est en la p. 35. Siempre que se citeeste libro. se har as: Teresitay la pgina correspondiente.

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    A la Virgen encomend ella su vida y su muerte... Y la Virgenla tom por suya... Va a ser bien fcil mostrarlo. Otras personashabr habido tan marianas como Teresita, pero ms..., difcilmente.En nuestra poca encuentro a otra, el P. Maximiliano Kolbe, el loco

    de la Inmaculada. Es un alma gemela, con las lgicas diferenciasde sexo y tareas, de la de Teresita. Qu conversaciones setraern junto a la Virgen Maximiliano Kolbe, el loco de la Inma-culada, y Teresita Gonzlez-Quevedo, la chiflada por la Virgen?

    Por si a alguien cupiera alguna duda sobre la fuerza san-tificadora de la devocin a la Madre de Dios, la Iglesia jerrquica sela despejar al declarar las virtudes heroicas de Teresita y al

    indicar que en el ejercicio de estas virtudes aument sus fuerzasespirituales con firmsima confianza y llena de amor hacia laSantsima Virgen4. Ms adelante tendremos ocasin de transcribirlo ms importante del Decreto de la Sagrada Congregacin paralas Causas de los Santos, en el que se declaran las virtudesheroicas de Mara Teresa Gonzlez-Quevedo y Cadarso.

    4 Cit. en Teresita, p. 3

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    I Etapas de una vida bella y santa bajo el signode la Virgen

    Sin la presencia ejemplar y maternal de la Virgen Mara sera

    un completo enigma la vida de nuestra herona. De la Virgen quisoser como un reflejo y, en efecto, la Virgen le alcanz la gracia dellegar a serlo. Antes del estudio detallado de sus virtudes, teidasde marianismo, es oportuno repasar las diversas etapas de sucorta vida. Para un estudio preciso y completo de su vida me remitoplenamente a la biografa de la ya citada Hna. Lpez de Uralde.

    1. Primera etapa.Infancia, Nacimiento hastaPrimera Comunin (1930-1938)

    Mara Teresa Gonzlez-Quevedo y Cadarso nace en Madridel 14 de abril de 1930, ltima de tres hermanos; la precedenCarmen, slo catorce meses mayor, y Luis, unos tres aos mayorque ella. Su padre, don Calixto Gonzlez-Quevedo Monfort, decristiana familia montaesa, mdico ejerciente en Madrid, imbuye a

    su hija una fe robusta, la misma que l ha recibido y compartido ensu casa familiar, de la cual son un signo sus seis hermanosreligiosos: cuatro hermanas y dos hermanos. La madre, doa Maradel Carmen Cadarso Gonzlez, nieta del almirante Luis CadarsoRey, el hroe de Cavite, inspira a la hija un amor tan ferviente, questa ms tarde sabr aplicarlo y elevarlo al que le tiene la Madredel ciclo.

    Teresita, en la casa de Madrid, pasa una infancia feliz, turbadasolamente por la tormenta de la persecucin religiosa, que siega lavida de cinco miembros de la familia Gonzlez-Quevedo. Aprendemuy pronto a amar a la Virgen y disfruta rezando el Oh Seorama, oh Madre ma..., cuando por las maanas pasa a la cama desu padre (cf. Summ., p. 176). Reza a diario el Rosario y a veces seempieza a dormir sin poder concluirlo, pero se queda tranquilacuando su padre le dice que rece tres Avemaras y duerma.

    No le faltan defectillos de nia: caprichosa, amiga de susgustos... y poco amiga de los libros.

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    Todava en plena guerra, en la Casona de Barriopalacio(Santander), recibe la Primera Comunin el 29 de julio de 1938 demanos de su to Antonio, jesuita, y junto con su primo Oscar. DonCalixto ha sido el catequista principal para la hija y el sobrino. A l,

    caballero cristiano cien por cien, debe mucho su hija en cuanto a laorientacin religiosa de su vida. Lo hemos de comprobar ennumerosas ocasiones. Por eso tambin su testimonio en los dosProcesos ser uno de los ms cualificados y autnticos.

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    2. Segunda etapa.Pubertad: De la PrimeraComunin a la inscripcin en la Congregacin

    Mariana(1938-1944)

    Terminada la guerra, regresa a Madrid la familia Quevedo alcompleto. Teresita comienza su vida de estudiante en el Colegio delas Hnas. Carmelitas de la Caridad, situado en la Plaza de SanFrancisco.

    En noviembre de 1939 recibe el sacramento de la Con-firmacin. No quedar ineficaz en ella. Bien pronto dar seales de

    hasta dnde est decidida a ir. En un cuaderno, escrito al pareceren sus primeros Ejercicios Espirituales, anota con singularortografa: Edecidido ser santa (hacia 1940). Qu entender ellapor ser santa?

    Sigue siendo poco amiga de los estudios, algo perezosa,bastante traviesa, pero, segn atestiguar una de sus compaeras,traviesa pero angelical. Tan poco le gustaba coger los libros, quese atreve a hacer a su hermana Carmen esta curiosa peticin:Anda, chatina, estdiame la leccin5.

    5 Ibd., p. 57.

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    Otra cosa hay que decir de su piedad. Su compaera decolegio, Amelia Len del Pozo, manifiesta su admiracin y la de lasotras colegialas de aquel tiempo, todas pugnbamos por estar asu lado. No oculta que tena algunas pequeas faltas y que

    entonces era poco estudiosa. Pero destaca que eraextraordinariamente fervorosa sin ser oa y que se distingua porsu amor a la Virgen: Singular atencin merece la devocin que yadesde muy pequea tena a la Santsima Virgen, cuyo nombretena frecuentemente en los labios (Summ., p. 320).

    Su maestra de entonces, Hna. Ramona Bronchalo, atestigua asu vez que se distingua en este periodo por su especial devocin a

    la Virgen, su inocencia anglica y su extraordinaria pureza. En elmes de mayo intensificaba su amor a la Virgen, cumpliendo mejortodos sus deberes y haciendo mortificaciones diversas. Y prosigue:Le gustaba hablar de la Santsima Virgen en sus conversacionescon las compaeras y animaba a stas a inscribirse en laCongregacin Mariana, para que as ejercitaran mejor su devociny se santificaran (Summ., pp. 110 s.).

    De qu argumentos se servira para convencer a las

    compaeras?Sin duda que del ms eficaz: el del propio ejemplo. A Teresita

    la atraa con fuerza la Congregacin Mariana. A fines de 1943pedir ser inscrita en ella, y en 1944 ingresar de hecho. Va a serel momento del gran cambio en su vida.

    3. Tercera etapaAdolescencia: De su

    inscripcin en la Congregacin Mariana hastasu ingreso en Religin

    (1944-1948)

    Podramos haber fijado esta etapa un ao antes, cuandosolicita el ingreso en la Congregacin. En todas las fases delproceso como postulante, como aspirante y como congreganteefectiva experimenta un cambio y una transformacin

    impresionante. Lo advirtieron sus padres, hermanos, compaeras,profesoras. Se trat, sencilla y llanamente, de una decisin radical

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    y consciente por la santidad, cuya clave y secreto fue suexcepcional piedad mariana (cf. Informantio, p. 9).

    Su padre habla de un cambiazo: De consiguiente, si he dedecir que desde siempre fue muy piadosa y muy devota, debo

    poner de relieve que el mismo da que la hicieron congregante sepudo apreciar en ella un cambio radical en todos los sentidos,incluido el estudio, al que, como antes he dicho, no era muyaficionada. Hasta entonces podramos decir que era una colegialanormal aunque siempre muy piadosa, pero desde esa fecha dio un'cambiazo' tan grande que no revelaba ni la menor pereza paralevantarse de la cama e ir al colegio, ni regateaba sacrificios para el

    estudio, y en la vida de piedad iba adelantando e incrementndola(Summ., p. 177).

    Su hermana Carmen, la Chatina, poco mayor que ella, se diocuenta mejor que nadie. En el Proceso Apostlico, a preguntas quese le hacen sobre una posible crisis en su hermana, contesta: Yocreo que la Sierva de Dios no tuvo crisis, y si las hubiera tenido lashubiera superado acudiendo a la oracin y a la proteccin de laVirgen (Summ., p. 203). No tuvo crisis, al menos visible, pero s

    experiment un cambio a mejor. La hermana atestigua ese deseode mayor perfeccin y seala sus causas:

    Y me parece que este momento fue cuando la hicieronCongregante mariana, porque en ese momento cambi sutemperamento de nia al de una persona ms reflexiva, masestudiosa...; inici en serio un cambio radical de suscostumbres y de sus hbitos anteriores, y as fue apreciado todo

    por los consanguneos, los conocidos y las compaeras.... Culfue la causa de este cambio? Carmen no duda en sealarla: Enmi opinin, la causa motiva que influy en la Sierva de Dios paraconsolidar la idea, el deseo y el inicio radical del cambio de suvida precedente, fue la profunda devocin y amor que sentahacia la Stma. Virgen, porque a m me parece que el deseo deagradar a Mara Santsima fue la causa radical de este cambio de

    la Sierva de Dios a vida ms perfecta (Summ., pp. 205-206).

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    Este cambio explica el que la declarante, aun siendo algomayor que Teresita, yo la consultaba muchas veces sobre miscosas y de hecho me pareca a m que estaba ms madura que yo,sobre todo desde que la hicieron congregante' (ibd., p. 202).

    Todos notaran este cambio. La antes citada Hna. RamonaBronchalo, maestra de Teresita, corrobora:

    Afirmo categricamente que la Sierva de Dios emprendidecididamente un cambio de mayor perfeccin el da 13 dediciembre de 1944, en que fue consagrada a la Virgen Santsima

    como miembro de la Congregacin Mariana. Este deseo deperfeccin lo demostr clarsimamente en todo y en todas lasfacetas de su vida, de tal manera que lo mismo sus padres yfamiliares que las religiosas del Colegio nos dimos cuenta clara-mente de este propsito decidido de la Sierva de Dios... (Summ.,pgina 265).

    Y menciona los signos de este cambio: dedicacin seria alestudio, mortificacin en la comida, amor y servicio a los pobres,etc. (ibid.).

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    La causa del cambio le parece clara a Sor Ramona:

    Tengo para m que la ocasin prxima y motiva de estamutacin en la vida espiritual de la Sierva de Dios en eliminar los

    defectos juveniles fue su amor a la Santsima Virgen y susdeseos de imitarla (ibd.).

    Los testimonios podran multiplicarse. Con los presentados meparece suficiente. Se comprende que el Patrono de la Causa, trasel estudio y consideracin de stos y otros ms, concluya acercade este cambio:

    La jovencita Mara Teresa, sin perder nada de su habitual

    jovialidad, expansividad y deportividad, se sumergi tanprofundamente en el misterio de la vida de la gracia y en el amora la Virgen Santsima, como para situarse ms all de lasrealidades humanas y terrenas (Inform., p. 10).

    El mismo Promotor de la Fe (el vulgarmente llamado Abogadodel diablo) reconoce abiertamente, antes de hacer lasobservaciones que ex officio hubo de prestar: Praestabat tamen

    pietate erga Beatam Virginem ac vitae etiam innocentia. Quare,aliqua probationis specie feliciter superata, Congregationi

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    Marianae, quae in Collegio seden habebat, die 13 dec. 1944,cooptata fuit. Y saca de ello una importante conclusin: Ab hocevento Maria Teresia firmam ac constantem fovit voluntatem a suismendis sese purgandi et christianae perfectionis iter arripiendi

    (Animadversiones, p. 2)6

    .Es interesante notar volviendo a la Informado del Patrono

    aquella su observacin acerca de este impulso eficaz hacia lasantidad sin perder nada de su habitual jovialidad, expansividad ydeportividad. Estos valores humanos, unidos a su decisin por lasantidad y su amor a la Virgen, son los que hacan y hacen tanatrayente su vida y ejemplo.

    Una prueba evidente de aquel cambiazo se manifiesta en lafidelidad de Teresita a sus compromisos de congregante aun en laslargas vacaciones que pasaba en Fuenterraba. Era fidelsima a sumedia hora de oracin, a la Misa y comunin diarias, al rezo delRosario muchas veces completo (cf. testimonio de su amiga deentonces, Mara ParreIla: Summ., p. 152).

    Durante este periodo de adolescencia, despus del ingresocomo congregante, fue dirigida espiritualmente por el P. JoaqunMzquiz, S.J., quien desde el primer momento se dio cuenta de la

    6 Ofrecemos la traduccin de las palabras del Promotor de la Fe: Sobresala por su piedad hacia la

    B. Virgen y tambin por la inocencia de su vida. Por lo cual, superada felizmente una especie de prueba, fueagregada a la Congregacin Mariana, que tena su sede en el Colegio, el da 13 de diciembre de 1944. Elotro prrafo: Desde este acontecimiento Mara Teresa foment la firme y constante voluntad de corregirsede sus faltas y de abrazar el camino de la perfeccin cristiana.

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    singularidad de aquella alma, objeto de la predileccin de Dios. Fuetestigo de la fidelidad de aquella adolescente a su confesinsemanal durante estos aos. l le impuso el hbito religioso, ldirigi los Ejercicios Espirituales a la Comunidad de Carmelitas en

    1948, participando en ellos Teresita, l le administr el Vitico yrecibi su Profesin religiosa en el lecho de muerte...

    De especialsimo valor es, por todo ello, la declaracin del P.Mzquiz en el Proceso Informativo de Teresita. No pudo hacerlo enel Proceso Apostlico, porque haba muerto poco antes. En aquellasu declaracin destaca dos rasgos de Teresita para este periodode su vida y despus:

    1. Su equilibrio moral, que manifest en todas sus cosasdesde muy joven, junto con un intenso deseo de perfeccin;

    2. Su extraordinaria devocin a la Santsima Virgen, quetraduca en todas sus acciones en el entusiasmo con que hablabade ella, de forma que yo pienso que tena constantemente lapresencia de la Virgen y el deseo de agradarla. Fue siempre fielobservante de sus deberes aun en los ms pequeos detalles(Summ., p. 174).

    Este mismo Padre haba hecho antes una ms ampliadeclaracin escrita, en la que afirma, entre otras cosas: Era unalma buena, pura, deseosa de perfeccin; y se atreve a decir ms,lo que es muy significativo de labios de un confesor: Mara TeresaGonzlez-Quevedo era un ngel; lo fue siempre; era realmente unalma no comn. Dos notas distintivas tuvo en su vida. Una, suequilibrio moral, de donde provena la serenidad y la pureza de su

    alma. La otra, quizs la principal, la ms bella y envidiable y la quela llev a la santidad: su devocin a la Santsima Virgen Mara.

    Mara Teresa amaba locamentea la Virgen, era el ideal de suvida, su obsesin. Y por esto la Virgen la premi concedindole lapureza, la vocacin y la salvacin, las tres cosas que la Virgenconcede a quienes la aman de verdad. Y se la llev al Paraso unsbado, y adems el simblico Sbado Santo (Proc. Inform., pp.

    132 s.; Summ. pp. 336-338).Hemos de observar que este juicio del confesor se refiere,

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    ante todo, al perodo en que l ms la trat: el de su adolescencia,aos 1945-1948. Este perodo, pues, es singularmente decisivo enla vida de Teresita. Su vocacin religiosa brota con la mayorespontaneidad.

    A este periodo pertenece su famoso lema: Madre ma, quequien me mire, te vea... Fue un lema y un programa puesto enprctica sin marcha atrs. Su comienzo oficial suele situarse el 13de diciembre de 1944, fecha en que realiza su consagracin a laVirgen, un juramento de honor jams mancillado, ante el SantsimoSacramento.

    Conviene que nos detengamos algo ms en el anlisis de este

    cambio. Es opinin unnime que con l desaparecieron susdefectillos de nia, mentirillas, caprichitos en la comida, pequeasdesobediencias. La enemistad con los libros pas al bal de losrecuerdos, no sin resistencias. Creci su cario y comprensinhacia todos, especialmente a los nios mal vestidos, que antes lecausaban repugnancia. Inicia entonces su actividad apostlica,visitando el Asilo de las Hermanitas de los Pobres y dandoCatequesis a los nios7.

    Externamente pareca la misma. Le gustaba vestir conelegancia, nunca reida en ella con la modestia. Cultivaba losdeportes, de modo particular el tenis. Participaba en reuniones yencuentros con amigas y amigos. No rehua las danzas o bailesregionales, pero jams acept el baile agarrado. Las cartas queescribe a sus amigas en este perodo la retratan de cuerpo entero8.

    Sorprende y causa admiracin su naturalidad y sencillez en el

    ltimo veraneo, antes de ingresar en Religin. Ya tena plenamentedecidido su propsito desde mayo de 1947. Llegado el verano,marcha a Fuenterraba como en aos anteriores. Permanecefidelsima a todas sus prcticas de piedad... y sabe divertirsehonestamente. En las cartas antes citadas se hermanan suvivacidad y deseo de disfrutar de las vacaciones junto con suprofundidad espiritad y su amor a la Virgen.

    7 Ibd., pp. 92-108.8 Ibd., pp. 98, 116-119; se recogen cartas a su amiga Carmen y a su prima Angelines.

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    A su amiga Carmen escribe:

    ...Yo lo paso de locura, como siempre, en Fuente, yadems comenta de que pueda dar buen ejemplo... T me figuro

    que lo pasars muy bien, divirtete mucho, pero no olvides tucomportamiento, y adems este invierno t tienes que salirCongregante. No te dara pena salir del Colegio sin pertenecera la Virgen?9

    A su prima Angelines comenta:

    ...Me voy a hacer un peinado nuevo para el colegio, porquetengo el pelo bastante largo y no me lo quiero cortar.

    Anlleli linda, divirtete mucho, que ya nos queda poco deverano y luego en el invierno te tienes que portar muy bien paraentrar en la Congregacin10.

    En otra carta a esta misma prima le dice:

    ...Maana empieza le novena de Guadalupe, y como es laPatrona de aqu la vamos a hacer, nos supone un poco de

    9Teresita, 116.10 Ibd., pp. 117s.

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    sacrificio, porque nos tenemos que levantar a las seis y media,porque tenemos que ir a la Ermita que est a 6 kilmetros ycuesta arriba...

    Ya tenemos las fiestas encima, no sabes lo divertidas que

    son, adems nos vestimos todas iguales con trajes blancos yunos pauelos colorados en la cintura y otro en el cuello y unaboina colorada y alpargatas blancas con cintas cruzadascoloradas, no te imaginas lo mono que resulta.

    Juego mucho al tenis, y te advierto que he hecho muchosprogresos, tengo unas ganas de aprender bien del todo...11.

    Ah! La virtud no est reida con la alegra y la sana diversinen una muchacha. Saben perfectamente hermanarse. Teresita locomprueba apodcticamente. Esta chica que se divierte y anima adivertirse a sus amigas es la misma que madruga para ir a laErmita de la Virgen y la que invita a esas amigas a portarse bienpara que puedan ser congregantes. Es la misma que sabemortificar los sentidos.

    Ha declarado la guerra a los sentidos. Escribe a una amiga:11 Ibd., pp. 118s.

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    Estoy muy contenta porque en la guerra santa contra lossentidos cada da aumenta un poquito el nmero de sacrificios''12.

    Se conserva la anotacin en el diario, que enviaba al colegioen verano:

    Julio, 2. semana: Guerra santa a los sentidos, 185 actos;semana de agosto, 188; tercera, 192; cuarta, 194; segunda deseptiembre, 205 (ibd.).

    Est bien claro que su lema Madre ma, que quien me mire,te vea, no se qued en un bello proyecto. Fue su norma de vida.

    Su luz haba de brillar delante de los hombres, aunque ella no

    lo pretendiera. Era alegre, simptica, divertida, fsicamenteagraciada. Trataba con naturalidad con los muchachos, hermanoso amigos de sus amigas. Pero ellos notaban en Teresita algo deindefinible y misterioso. Su delicada femineidad fomentabapensamientos elevados. Ellos la apreciaban y queran, pero sedaban cuenta de que algo en ella la distanciaba, de que no erapara ellos... Qu misterio se encerraba en esta simptica y bellamuchacha?

    Nadie mejor para explicrnoslo que su hermana Carmen, lams cercana confidente y la mejor conocedora del mundo deTeresita en esta poca. Voy a transcribir una larga cita de ladeclaracin de Carmen en el Proceso Apostlico, suficientementeexpresiva por s misma:

    ...A pesar de que convivamos mucho porque ramos deedad muy aproximada (yo le llevaba diecisis meses), noacusaba en su apariencia exterior ninguno de los sntomasnormales que como consecuencia se dan en esta edad.

    12 lbd., p. 119.

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    Interesara hacer notar dos hechos: uno de ellos, quepareca estar al margen, como si no fuera con ella, y otro, que apesar de ser de apariencia exterior ms vistosa que yo, jamstuvo xito con los chicos.

    Ya en nuestra poca de catorce a diecisis aos al-ternbamos con chicos, hermanos de nuestras amigas y denuestro hermano, y nosotras tenamos nuestras predileccionespor unos o por otros, y ellos naturalmente tambin por nosotras;y, sin embargo, la Sierva de Dios no mostr predileccinparticular por ninguno de ellos, y ellos ni se atrevan siquiera ainsinurselo porque la vean totalmente ajena a estas

    inclinaciones. Y cuando entr en el noviciado, a estos chicos ami-gos nuestros no les extra esta determinacin, porque siemprela vieron de una forma muy espiritual, muy singular, distinta delas otras chicas. Y el hecho es que ella les gustaba, pero por suforma de ser ella no les daba pie para que se insinuaran en estesentido, a pesar de que era muy normal y haca la vidaigualmente que nosotras.

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    Yo de estos problemas nunca habl con Teresita, y si mehubiera atrevido alguna vez, sera con la ltima que lo hubierahecho; y esto no quiere decir que no tuviese confianza con ella,al contrario, ella fue quien me ayud mucho en las relaciones conmi novio aconsejndome y dndome nimos para seguiradelante.

    Resumiendo lo anteriormente dicho, quiero hacer constarque, humanamente, fue una persona totalmente normal, y creosinceramente que estuvo muy por encima del aspecto mundanalde que suelen adolecer las relaciones entre chicos y chicas. Meacompa a todos los actos sociales normales de aquella pocanuestra, pero de tal manera que siempre pareca estar al margeny por encima de ellos (Summ., p. 201).

    En forma breve, pero sustancialmente igual, haba declaradoen el Proceso Informativo Ordinario: ...Yo notaba que Teresita, noobstante todas sus excelentes cualidades, aun fsicas, de las queestaba adornada, los chicos no relacionaban con ella ni tenan conella las confidencias que podan tener con algunas de nosotras. Yesto me lo han dicho nuestros amigos, a saber, que Teresita tenaalgo de especial, que no permita tratarla como a una chica comn(Summ., p. 170).

    Todo estaba preparado, en el designio de Dios y en la

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    proteccin maternal de la Virgen, para que Teresita diera el pasodefinitivo a la santidad.

    4. Cuarta etapa.Juventud: Ingreso en religin

    hasta su muerte (1948-1950)

    a) Primera fase: Ingreso y perodo de Noviciado

    1. La firme resolucin de ser Religiosa

    La cuarta etapa de la vida de Teresita, como Novicia y

    Religiosa en la Congregacin de las Carmelitas de la Caridad, durapoco ms de dos aos. La decisin, sin embargo, estaba tomadavarios meses antes.

    Estamos en 1947. Poseemos varios relatos sobre el cmo y elcundo de esta decisin. Muchos de los testigos hablan de ella; yla misma interesada lo narra en alguna de sus cartas. Teniendo encuenta estos relatos, prefiero transcribir el que hace el P. Mzquiz.

    Este, confesor y director espiritual de Teresita en este perodo,conoci mejor que nadie el proceso vocacional de su dirigida. Heaqu su declaracin:

    Vena a confesarse, con total fidelidad, todos los mircoles.He contestado que tena la vocacin religiosa ya desde elprincipio, y esto por la simple razn de que era un alma buena,pura, deseosa de perfeccin, y porque tena una extraordinariadevocin a la Virgen. Sin embargo, confieso que me cost unpoco de trabajo el que ella se convenciese. Aunque yo se lodeca, ella no vea nada; le agradaba el mundo, pero el mundobueno; amaba a sus padres, la vida de familia, las amigas, lasvacaciones veraniegas... Y entonces no pensaba en otra cosaque en ser buena, evitar las ofensas a Dios..., pero tambin endivertirse. Yo no perda la esperanza. Era muy obediente, tenaun gran deseo de ser buena..., y Jesucristo, por medio de su

    Madre, completara la obra.

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    Era el mircoles 14 de mayo, vigilia de la Ascensin. Hacaya mucho tiempo que no le haba hablado de vocacin. Aquel dame vino a la cabeza preguntarle una vez ms si no la tena. Ycon gran maravilla ma, maravilla no tanto por la decisin que yo

    esperaba, sino por la resolucin que tuvo al comunicarme lanoticia, me dijo que haba visto clara la voluntad de Dios y que lavoluntad de Dios era que se hiciese religiosa. En qu instituto?No tuvo duda alguna ni vacilaciones: 'En las Carmelitas de laCaridad, porque haban sido sus educadoras, porque tena allvarias tas, hermanas de su padre y porque era unaCongregacin que tena como objetivo la glorificacin de laVirgen del Carmen (Summ. Documenta, p. 336).

    No nos sorprende el temple de esta muchacha, nada amigade medianas. El mismo confesor admira la firme resolucinde sudirigida, que ella justifica en que ha visto clara la voluntad de Dios.

    Nada la har volver atrs de la resolucin tomada. El confesor

    le dice que ha de probar la solidez de esta decisin, sobre todo enlas prximas vacaciones veraniegas. Ella acepta sin temor. De

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    hecho super magnficamente la prueba: Tom inclume y conmayor deseo que nunca de dedicarse a Dios, atestigua el P.Mzquiz (ibd.).

    Los dems pasos, que haba que tomar, se fueron dando poco

    a poco. En octubre regresa al colegio, pero ya con la vista en elNoviciado, guardando su secreto para s misma. El da 21 denoviembre, fiesta de la Presentacin de la Virgen o de la VirgenNia, se celebra con especial relieve en el colegio. Para Teresita vaa ser un da tambin especial. Una serie de pequeascircunstancias la llevan a confidenciarse con la Hna. Prefecta, suta Teresa..., y a revelarle su secreto. Los detalles de este

    encuentro estn plsticamente narrados en la biografa de la Hna.Lpez de Uralde, a la que me remito13. Le pide que guarde reserva,aun ante sus padres. A ellos comunicar su decisin el 7 de enerode 1948 para no aguarles las fiestas de Navidad. Y en febreroingresar.

    La propia confidente, Hna. Teresa, narra con amplitud cmose desarroll la conversacin con su sobrina en la declaracinhecha en el Proceso Ordinario (Summ., pp. 139140). En razn de

    la brevedad, la omitimos.Pasan los das..., y ahora es su amiga Carmen quien se

    entera de su secreto. Ha de ir preparando las cosas. El da 9 dediciembre habla ya con la Madre General, Ramona Castany,pidindole la entrada en el Noviciado... para ser Hermana y paramarchar como misionera a Anking. Si nos atenemos a ladeclaracin que esta Madre General hace en el Proceso, habra

    existido un encuentro entre ella y Teresita mucho antes: Yo fui laprimera que o de labios de Teresita su deseo de hacerseReligiosa, varios meses antes de su entrada, porque esto ocurriantes que ella se fue a pasar el verano en Fuenterraba (Summ.,p. 71).

    Sea lo que sea, cuando llega la Navidad, todo o casi todo estdispuesto, aunque los padres y hermanos de la protagonista nada

    saben del caso. Acaban las fiestas, y el mismo 7 de enero cumple13 Ibd., pp. 133-135.

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    Teresita el plan previamente trazado. Su padre, don Calixto, esquien escucha la primera noticia. Poseemos varios relatos de esteepisodio, el ms interesante y fresco de los cuales es, obviamente,el del propio padre (vase Summ., pp. 42-44, Proc. Ordin.; pp. 178-

    179, 182, Proc. Apost.). Este lo comunica en seguida a la madre ya sus hijos. Aunque la carne y la sangre ofrecen sus resistencias,la razn y la profunda fe cristiana llevan a todos a aceptargozosamente la voluntad de Dios. De tal aceptacin tenemosabundante documentacin. Valgan como ejemplo algunos prrafosde la carta del padre a su hermana religiosa Irene Gonzlez-Quevedo, escrita el 9 de enero, dos das solamente despus de lagran revelacin de Teresita:

    Mi querida Irenuca: ...El da 7 del actual, terminadas portanto estas fiestas, mi hija Teresuca, tan mona por dentro comopor fuera, nos ha comunicado su deseo de entrar en el Noviciadode Carabanchel para el prximo mes de febrero; dice lo tenadecidido desde el mes de mayo, pero que siguiendo los consejosde su confesor hasta este momento no quiso decirlo; lo hallevado con tal discrecin y tacto que hasta el da de la NiaMara, que se lo dijo a la Ta Teresa, exigindole secreto, y a laReverendsima Madre a quien pidi la admitiese hace unosveinte das, solamente lo saba su confesor. Soy su padre y noquiero pueda nadie creer soy apasionado en el juicio sobre ella,pero espero que las que han sido sus profesoras hasta ahora ylas que hayan de regirla en el futuro se vern obligadas a re-conocer que es un verdadero angelito14.

    En otra carta a su hermano Antonio, jesuita, se manifiesta entrminos similares, hablando de su hija, y aadiendo:

    No tengo que decirte que todos reconocemos el beneficiodel Cielo, pero que desprenderse de una nia tan angelical, tandulce, de un equilibrio moral perfecto, a este msero cuerpo lehace sensacin y de manera especial a su madre, tan sensiblecomo buena. Tiene nuestro consentimiento y bendicin y el da

    14 lbd., pp. 143s.

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    23 de febrero quedar en Carabanchel en manos de su taCarmen. Dios la bendiga!15

    Y a Carabanchel va el 23 de febrero, porque 2+3=5, cualesson las letras del nombre de Mara.

    En este mes y medio de espera escribe algunas cartas, una ala Hna. Antonia Orozco y otra a su amiga Carmen Domnguez.Ambas rebosan sensatez, equilibrio y decisin. En la segunda deellas termina pidiendo oraciones, y expresa su confianza en laVirgen: ms que nunca estoy pidiendo a la Santsima Virgen, ycmo me va a abandonar siendo mi Madre?16

    2. Con la ayuda de la Virgen llegar a ser santa

    El 23 de febrero, da de su ingreso, ve cumplido su deseo decontemplar la nieve cubriendo la tierra. La acompaan su padre,don Calixto, y su hermano Luis. Al despedirla con un abrazoprolongado, el padre, modelo del caballero cristiano, le dice estasprofticas palabras: Adis, hija, a ser santa!. Y ella, que no ha

    venido al Noviciado ms que a eso, responde con fuerza: S!,pap, me hago religiosa no para ser una mediocre, sino parahacerme santa. No valgo nada para las cosas grandes, pero en lopequeo, con la ayuda de la Virgen, llegar a ser santa (Summ.Proc. Ordin., p. 47; Proc. Apost., p. 193).

    Y a ser santa dedica todo su entusiasmo y toda la energa desu voluntad, tanto en el perodo de postulante como en el de

    novicia. Los votos religiosos, que empieza a vivir desde el primermomento, constituyen para ella una autntica liberacin. Se sientefeliz, inmensamente feliz con la pobreza religiosa, con lamortificacin de sus gustos en las comidas y en otros aspectos. Supureza es transparente, como siempre lo haba sido en su vidasecular. A la obediencia de las Reglas somete cualquier gusto oproyecto propio. Contagia su felicidad a las amigas del colegio, queacuden a visitarla una vez al mes.

    15 Ibd., pp. 144.16 Ibd., pp. 148.

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    Pronto se dan cuenta todas las compaeras del singular amorde Teresita hacia la Santsima Virgen. No hay recreacin en la queno hable de Ella. El Madre ma, que quien me mire, te vea, siguesiendo tambin aqu su lema, su norte, su ruta personal para la

    entrega total a Jess, Esposo de su alma.Entre tantsimos testimonios al respecto, recojo ste,

    perteneciente a la Hna. Jacinta Jariz, connovicia,

    Yo notaba en ella un recogimiento extraordinario y unespecial fervor que la distingua de las dems. Cuando pas alNoviciado... nuestras relaciones fueron muy frecuentes y por ellotuve algunas impresiones muy directas y concretas respecto a

    ella. Puedo resumirlas en un amor extraordinario que ella sentahacia la Santsima Virgen, de forma tal que puedo afirmar que nohe visto una cosa semejante; en un deseo singular de perfecciny de santificacin, que transparentaba al exterior y todas nosdbamos cuenta de ello Para m su conducta era tan ejemplarque no dudo en proponerla como modelo a todas lasconnovicias (Summ., pp. 156, 158 s. Otros testimonios similares,

    cf. pp. 91, 122-125, 126-129, 239-240).Este amor singular a Mana, basado en la perfecta consa-gracin a Ella, va logrando el parecido de Teresita con su maternalmodelo. No es la suya una devocin sentimental, sino la de quienha entregado su voluntad a la de Dios, a ejemplo de la Esclava delSeor.

    Puede comprobarse esta entrega examinando los Apuntesespirituales de este tiempo, en los que refleja sus pensamientos ysentimientos, tras su ingreso en el Noviciado:

    Da 25 (febr.): Qu gusto, Jess mo, sacrificarme por Ti!Virgen Santsima, aydame a ser muy buena.

    Da 26:... Quiero quitarme todo lo que no le guste a Jess.Verdad Madre ma, que T me ayudars?

    Da 28: ...He firmado un papel que me figuro que ser algo

    del Bachiller. No me gusta nada estudiar, pero lo quiere le Virgen.Da 4 (marzo): Jess, quieres que sea misionera? Me

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    gustara mucho ir a Anking, pero que se haga tu voluntad.

    Da 6: No quiero pasar ningn recreo sin hablar algo de Ella,como una buena hija, he de estar enamorada de mi Madre.

    Resumen de la semana: ...Dame, Jess mo, muchas

    ocasiones para ofrecer a tu Santsima Madre muchas o cosas...Ayer sbado lemos en el refectorio una cosa ideal de Mara. Tsabes lo que yo sent, aydame a cumplirlo. Madre ma, me dejoen tus brazos, haz de m lo que quieras... Virgen Santsima,ensame a sufrir y a amar el sacrificio como T17.

    Una sola observacin se me ocurre. Teresita, cuando escribeesto, es todava postulante. Ntese con qu sencillez se dirige aJess y a su Madre. En ella se mantendr en el futuro.

    El da 26 de marzo, Viernes Santo, escribe:

    ....A las dos tuvimos las Siete Palabras, estuve con muchorecogimiento, y al volver de adorar la Santa Cruz no s qu es loque sent que se me cayeron las lgrimas...

    Ahora, Virgen Santsima, que estoy a tiempo, haz que me

    entregue del todo a Jess, a ese Jess que por mi amor hamuerto en la Cruz... Le he pedido a mi Madre, que Ella queconoce tan bien los gustos de su Hijo, que me haga como l mequiere y que llene muy bien en la vida todo lo que espera dem18.

    El 27, Sbado Santo, en que puede comulgar, anota:

    ...A la Virgen Santsima he encargado que como yo nopuedo llegar a darme cuenta perfecta de lo que es la Comunin,que Ella se encargue de dar gracias y pedir todo lo que yonecesite, y por todo el mundo, mientras que yo har actos deamor con la mayor devocin que pueda y dir con mucho fervorlas oraciones de despus. Poniendo todo lo que est de mi parte,Jess est contento y l pone todo lo que me falta. Madre,ensame a conocer el valor de una Comunin bien hecha19.

    17 Ibd., pp. 171-174.18 Ibd., p. 193.19 Ibd. p. 194.

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    Dentro de esta espiritualidad sencilla, por la que la conduce suMadre, se atreve a escribir una carta al Padre celestial, el da 2 demayo de 1948. Es una pieza maestra en cuanto a la vivencia de lafiliacin divina. Splicas, ofrecimientos, actos de amor. Es una

    pena no poder transcribirla en su integridad. He aqu unos prrafossolamente:

    Como ya sabes que soy esclavita de la Santsima Virgen,Ella es siempre la que se encarga de pedir por m y por todo elmundo, pero hoy tengo su permiso para hacerlo yo misma,aunque, como es natural, le he pedido que me lleve de la mano.Mrame con compasin, aydame, Madre ma!20

    Poco despus siente el deseo de pedir mucho por las almasdel Purgatorio, y se dirige as a la Virgen:

    Madre ma, aqu tienes a tu esclavita que te pide, si Tquieres, que todo lo que haga se aplique a la salvacin de lasalmas, ste es el negocio de Jess; con tu ayuda, Madre,cuntas le puedo salvar! Jess mo, dame la gracia de salvarmuchas almas, sobre todo que no se pierda ninguno de mi

    familia21

    En esta etapa del Postulantado hay un momento cumbre: losEjercicios Espirituales, que practica del 20 al 29 de julio. Tiene lasuerte de que los dirija el P. Mzquiz. Al final de ellos slo hacetres propsitos:

    1. Hacer los ejercicios espirituales muy bien, en unin conla Santsima Virgen, especialmente los exmenes de conciencia.

    2. No faltar al silencio.

    3. Hacer voto de no cometer ningn pecado venial.22

    El tercer propsito, sobre todo, manifiesta el talante de estaalma, verdaderamente privilegiada. Causa admiracin su grandezade nimo y generosidad, as como tambin la sabidura del P.

    20 Ibd. p. 196.21 Ibd. p. 207.22 Ibd., p. 212.

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    Mzquiz, quien, conocindola bien, le permiti hacer aquel voto.

    A los pocos das escribe a su hermana Carmen y se explayaas con ella:

    ...Los ejercicios no te puedes figurar lo estupendamenteque han estado; de lo que me preguntas de si saqu muchoprovecho, pues la verdad, guapina, que hice lo que pude, aunqueno s si he correspondido bien, porque son muchos los mimoscon que Jess y la Santsima Virgen me tratan: ya ves, hastahacer que el P. Mzquiz nos los diera'''.

    Bien pertrechada espiritualmente, se dispone Teresita a laimposicin del Hbito, la vestida, que dice ella ms de una vez.Acontece tambin en una gran fiesta mariana, el 8 de septiembre,la Natividad de Nuestra Seora. A partir de esta fecha se convierteya oficialmente en Novicia y adopta el nombre de Hna. MaraTeresa de Jess. Ella hubiera preferido el de Mara Teresa deSanta Ins, pero luego acept el cambio que le propusieron.

    El 15 de septiembre, la fiesta de los Dolores de la Virgen,recibe de manos de la Superiora Provincial, M. Mara Ruiz de

    Gauna, el libro de las Reglas. Lo recibe para estudiarlo y, sobretodo, para cumplirlo. Sus connovicias lo atestiguan:

    Todo el tiempo que estuve con ella en el Noviciado, jamsla vi faltar a la ms mnima Regla, y no solamente a ellas, sinotampoco a ningn aviso. Con qu exactitud los observaba y enqu gran veneracin las tena! Siempre que poda las llevaba enla mano: 'otra Juana Berchmans23

    Entre todas las Reglas haba una que estimaba es-pecialmente y que consideraba la suya, la 76: Regla 76: LasHermanas de este Instituto sern especialmente devotas de laSantsima Virgen. Tanto veneraba esta Regla que, estandoenferma, solicitaba muchas veces que se la recordasen.

    3. Madre ma... No me dejes, quiero ser tuya

    23 Ibd., p. 226.

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    No acabaramos, si quisiramos ofrecer el cuadro completo,aun resumido, de esta etapa del Noviciado, en que su aspiracin ala santidad se intensifica y llega a grados de verdadera heroicidad.Son stos los aos en los que, al crecer su amor a la Virgen, va

    manifestando en frases espontneas, en frmulas originales, susingular espiritualidad mariana. Ms adelante habremos dereferirnos a sus virtudes, todas ellas coloreadas de marianismo.

    De manera permanente y hasta obsesiva le persigue el deseoy la confianza en llegar a ser santa. A fines de octubre de 1948escribe:

    He visto muy claro lo fcil que es ser santa... Consiste en

    hacer todo bien y evitar cualquier imperfeccin voluntaria porpequea que parezca; no desanimarse por verme llena dedefectos y por faltar tan a menudo al propsito de ser santa (si lomiro con humildad, todo me sirve para este fin); ponerme bajo elmandato de mi Madre del cielo y acudir a Ella cuando caiga.

    Para esto viene muy bien ver todo lo que pase como venidode la mano de Dios24.

    Slo se me ocurre esta reflexin: Si alguien tiene una frmulamejor, que la proponga. Es la nica frmula cristiana, coloreada porel tinte mariano ms intenso.

    Esta frmula le va permitiendo crecer y crecer. As, el 20 defebrero de 1949, anota:

    Madre, si Tu conmigo, quin contra m?

    Quiero ser santa, Madrecita; s que T me ayudars, loests deseando..., y para demostrarte lo muchsimo que te amo,te prometo esforzarme en toda la semana en estar bien en laCapilla, dndome cuenta delante de quin estoy y contigosiempre a mi lado.

    La voluntad lo hace todo, y desde hoy te prometo no volvera perder ms tiempo, trabajando poco a poco, pero sin descanso

    24 Ibd., p. 249.

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    en mi santificacin. Cada semana, Madre ma, desterrar undefecto, hasta ser una novicia muy fervorosa25.

    Poco despus de esta anotacin escribe una preciosa carta asu to Jess, jesuita, quien tan hondamente cal en el alma deTeresita. Tras saludarle y agradecerle la carta que le escribi a ellapara la Vesticin, sobre todo una frase, lo poquito costoso queencuentres en el Noviciado, a por ello, hace ella este comentario:es verdad, es tan poqusimo que hay que andar con cien ojos parano desperdiciarlo. Ya se me han pasado casi seis meses y pocoaprovechados, pero si vieras que en lo que me queda me piensohacer santa; dicen que la santidad es cuestin de voluntad y te

    aseguro que me he empeado.Est claro que no hay nada de sentimentalismo en la es-

    piritualidad de esta tierna joven de casi diecinueve aos. Supuestala gracia de Dios, la santidad es cuestin de voluntad. Todos losSantos estn de acuerdo en ello. Teresita tena las ideas claras. Seempe por ser santa, pero sabiendo en quin confiar. As loexpresa en la carta antes citada:

    Tengo mucha confianza en que llegar a la meta por lo queamo a mi Madrecita del Cielo; es tan consolador ver que tengouna Madre que todo lo puede y que me quiere ayudar a sersanta; estoy loca por Ella, to, y adems la siento tan cerca; yo teadvierto que soy un palo, pero es que la Virgen se deja sentirbueno, hablando de esto nunca acabara y tengo que dejar sitio ata Carmen26.

    Valiente y generosa muchacha! Se empe en ser santa ycumpli sus compromisos poco a poco. En estas fechas de marzode 1949 escribe un da: El propsito de la semana pasada, bien.Tengo que ser santa. Era bien realista, por otro lado. Por eso el 20anota:

    Qu floja soy, Madre ma! Al principio me pareca muy fcilquitar cada semana un defecto y ahora veo lo que cuesta.

    25 Ibd. p. 252.26 Ibd. p. 280.

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    He tenido poco cuidado en el recogimiento, y eso que se loofrec a la Virgen en su novena, pero como me quedan cinco dasen honor a cada letra de su nombre reparar. Voy a tener muchocuidado en cumplir la Regla 47 de la Pobreza: no prestar ni pedir

    sin permiso, y sigo con lo del latn, aunque lo he cumplido muybien, pero es para irme acostumbrando para cuando pase asegundo. Madre, cada da te amo ms, encrgate de hacermesanta27.

    Y bien que se encarg y cumpli el encargo la Virgen con sufidelsima hija. No todo fueron para ella deseos santos y consuelos.Le llegaron tambin momentos, no de crisis, pero s de arideces

    espirituales y penas del espritu. Tampoco puede olvidarse lo duraque haba de resultar aquella vida a un cuerpo tan delicado como elsuyo.

    Baste un botn de muestra para probarlo. Tras el retiroespiritual, anota el 6 de noviembre de 1949: No s qu me pasaesta temporada que estoy tan mal, llevo as mucho tiempo sinsaber por qu, a ver si desde este retiro soy mejor, Madre ma.

    Dame luces para ver claro y tu gracia para corregirme de todo loque te disguste28.

    Al exterior, por lo dems, nada se notaba. Su jovialidad semantena como siempre. Pero su salud flaqueaba desde mayo y seresenta de ello aun en su vida espiritual. Algo de lo que le pasabahaba contado a la Hna. Antonia Orozco en carta fechada a 16 deseptiembre de 1949. Le cuenta en ella cosas de su vida; le hablade su esperanza de hacerse santa y alude a la enfermedad demayo, en que me prob un poquito la Virgen, concluyendo conestas palabras: Tengo unas ganas enormes de darme a Dios deltodo; Hermana, aydeme con sus oraciones29.

    Quin puede dudar que tras esos deseos tan intensosestaba la gracia de Dios, que da el querer y el obrar (cf. Fil. 2, 13)?

    Dios la estaba preparando para la oblacin y la inmolacin

    27 Ibd. p. 256.28 Ibd. p. 262.29 Ibd. p. 266.

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    total de su vida. Y ella, sin saberlo todava, responda as al amorde Dios y de su Madre, en anotacin del 4 de diciembre de 1949,da de retiro espiritual:

    Madre ma, qu deseos tengo tan enormes de ser santa...Madre, estos deseos de amarte cada vez ms y hacerme muysanta, verdad que lo conseguir? No me dejes, quiero ser tuya.Esta semana me esforzar en el recogimiento, y en terminar muybien la novena en preparacin para la fiesta de la Inmaculada,que espero me conceder una gracia muy grande30.

    Tan intensos eran estos deseos, que no se conformaba conexpresarlos para s misma en la intimidad de sus apuntes

    espirituales. Con la mayor naturalidad los manifiesta igualmente ensus cartas a su hermana Carmen. Ya en el verano de dicho ao lehaba escrito, entre otras cosas: Chalina, tengo tantas ganas deser santa, que estoy segura de que lo conseguir, aydamepidiendo por m31.

    Ahora, el 10 de diciembre de 1949, cuando est prxima lallamada del Seor, escribe en la que ser ltima carta a su

    queridsima hermana:Tu carta me gust mucho y desde luego que me hizo rer;

    mira que echarme de menos; ya es hora, guapina, que te vayashaciendo a la idea de que hasta el cielo no volveremos a vivir

    juntas, y procura hacer muchos mritos para que estemos cerca,porque yo pienso ser santa....

    Podemos imaginar los sentimientos de la buena hermana

    Carmencita. Frases como sta slo puede escribirlas o unaingenua, o una presuntuosa, o una santa. Teresita jams fue unaingenua; su equilibrio moral era manifiesto y todos lo advirtieron.Nada tuvo de presuntuosa, porque todo lo basaba en la gracia deDios y en la accin maternal de la Virgen; tan humilde era que nisaba cmo definir la humildad. No queda otra conclusin que,quien las escribi, lo hizo movida por el Espritu de Dios, como

    verdadera santa que era. Pero todava faltaban las ltimas30 Ibd. p. 299.31 Ibd. p. 329.

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    purificaciones.

    b) Segunda fases Religiosa profesa, a quien laVirgen lleva al ciclo

    Hasta ahora el estilo de santidad de Teresita, aun en medio dela heroicidad de tantos actos pequeos, no llama demasiado laatencin. Pudo por ello su to Jess, varias veces citado, titular unfolleto sobre su sobrina de este modo: Teresita de la Virgen Marao la santidad al alcance de la mano. Tom l mismo esta frase deuna carta que le escribi un cartujo: Esto es Teresita. La santidadal alcance de la mano32.

    Habra reconocido la Iglesia esta santidad de Teresita, si suvida hubiera acabado en este momento de forma repentina? Esmuy probable que s, pero tal vez hubieran surgido ms dificultadespara probar su heroicidad. La Virgen quiso allanar cualquierdificultad futura, alcanzndole la gracia de una enfermedadmartirial, que dur cerca de tres meses en su fase aguda.

    Todas las virtudes se pusieron de manifiesto a plena luz.

    El amor extraordinario a la Virgen brill con destellos tansingulares, que sobrecogi ms de una vez a quienes fuerontestigos de su inmolacin.

    Hoy ya nadie puede dudar de ello, una vez que el RomanoPontfice ha declarado que la Hna. Mara Teresa Gonzlez-Quevedo practic las virtudes teologales y cardinales en gradoheroico (cf. Decreto, loc. cit., p 5).

    Todas las practic, especialmente desde su inscripcin en laCongregacin Mariana, con ms intensidad desde su ingreso enReligin y en el grado supremo durante su larga y penossimaenfermedad.

    Todas las practic en su enfermedad, y con particular relievela virtud de la fortaleza, que es la virtud de los mrtires y de las

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    Jess Gonzlez-Quevedo Montfort, S. J., Teresita de la Virgen Mara o la santidad al alcance dela mano(Salamanca 1973) 22 pp. Dentro de su brevedad, es un folleto valiossimo por la riqueza de datos yde testimonios y especialmente por el anlisis teolgico que hace de la accin de dios en el alma deTeresita.

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    vrgenes. En seguida lo vamos a comprobar. Pero antes esnecesario aportar, en apretado resumen, los datos ms notables desu enfermedad y de su muerte. Teresita se siente muy mal enenero de 1950. Pero este mal vena de muy atrs. Haba sufrido

    una fuerte bronquitis en mayo de 1949. Desde entonces seencontraba algo dbil, pero sin causar preocupacin especial. Detodos modos, aquel ao no pudo realizar los Ejercicios Espiritualescon las dems Hermanas, sino en fecha distinta. Se repuso ycontinu su vida fervorosa. Hemos aportado en su momentoabundantes testimonios al respecto. Son los meses en los quemanifiesta con ms vehemencia sus anhelos y conviccin de llegara ser santa.

    Su organismo se iba minando. Tal vez haba aguantado ensilencio algunos das un cierto dolor de cabeza. En la tarde del 18de enero de 1950 se agudiza este dolor hasta el punto de que lasufrida novicia se siente en el deber de comunicarlo a la MadreMaestra. Esta le manda que tome una aspirina, sin dar mayorimportancia al asunto. Al da siguiente el dolor es todava msintenso, se extiende a la espalda y aumenta al andar.

    A pesar de todo, Teresita se levanta y lleva el ritmo de lasdems connovicias. Pero al atardecer una compaera le oye decir:No puedo ms. Se acuesta entonces... para no levantarse ya dela gravsima enfermedad que la atenaza, todava sin saberlo.

    El da 21, fiesta de Santa Ins, es llamado por telfono donCalixto, quien inmediatamente se encuentra junto al lecho de suquerida hija. La ausculta detenidamente, observa todos los

    sntomas...y, aunque le duele, no quiere engaarse; diagnosticauna meningitis tuberculosa. Al da siguiente, 22, acude el Dr.Lozano, mdico de la casa, quien, tras sus observaciones, confirmael mismo diagnstico, aunque no quiere que el padre pierda todaslas esperanzas.

    Qu se puede hacer en esta situacin?

    Durante ms de dos meses y medio se va a establecer un

    combate implacable de la medicina contra la terrible enfermedad.El padre, desde su condicin de mdico, sabe desde el primer

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    momento que va a ser intil, pero lo realiza por exigencias de sudeber profesional.

    Dejmosle contar sus impresiones y vivencias como padre ycomo mdico. Su testimonio sobrecoge y emociona. Lo hizo en dos

    ocasiones. La primera, en el Proceso Ordinario, declara:Los intensos dolores que debi sufrir durante la

    enfermedad, y la resignacin con la que pudo soportarlos, indicanun espritu de sacrificio no comn, cosa que puedo valorar en micondicin de mdico, tanto ms cuanto que ella no permita quealguno pidiera la cesacin de dolores tan intensos, como son losproducidos por una meningitis tuberculosa, sino slo que pudiese

    soportarlos pacientemente ofrecindolos a Jesucristo con estasjaculatorias, que con mucha frecuencia salan de sus labios:'Jess mo, por Ti', 'Aydame, Madrecita', 'Por los que no teaman, Jess mo', y otras de este estilo.

    Yo mismo le aconsej la conveniencia de que recibiese elSanto Vitico. Noticia que Teresita recibi con gran alegra...Cuando le fue administrado yo actu de monaguillo, y no puedo

    olvidar la expresivo de su rostro, del que se desprenda tantogozo que me sirvi como alivio, dado el dolor sufrido en suenfermedad.

    Su director espiritual (P. Mzquiz, que le administr lossacramentos) qued de tal forma impresionado, que al trminode la ceremonia no pudo menos de declarar: 'Esto ms que unVitico parece una peregrinacin celestial

    Narra a continuacin diversos detalles sobre la alegra de lahija y prosigue:

    Cuando me retir y le dije que estuviera tranquila, ella merespondi: 'Estara feliz si tuvieseis vosotros la mitad de mitranquilidad'. No disimulaba el deseo de morir; por ello, cuando laenfermedad se agravaba, ella se volva ms contenta, y deca alas Hermanas: 'Esto va bien, pues estoy algo peor'. Sealaba

    como da de su muerte una fecha correspondiente a una fiesta dela Virgen, y cuando pasaba sta indicaba la inmediata. Deca que

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    no quera morir un da cualquiera, sino en una gran fiesta; y dehecho muri un Sbado Santo (Summ., pp. 45-46).

    En la segunda declaracin, para el Proceso Apostlico, aadenuevos detalles, que reflejan la categora espiritual y humana, no

    slo de la hija, sino tambin del padre:

    La enfermedad de la Sierva de Dios fue una meningitistuberculosa, a la que desde el primer momento juzgu fatal, porlo que ped consulta con un compaero, quien estuvo de acuerdoen el diagnstico. La enfermedad la soport la Sierva de Dios conuna entereza increble y difcilmente igualable.

    Yo consulte al P. Valentn Snchez, S.J., que me merecauna gran garanta, si estaba obligado a tratar a mi hija, dada laseguridad moral de que el tratamiento sera ineficaz. El P.Snchez me contesto que s, que yo deba tratarla poniendotodos los remedios cientficos... Al da siguiente comuniqu a laSierva de Dios que iba a tratarla, porque me haban dicho queera mi deber como mdico que yo era de la Congregacin deCarmelitas de Madrid. Cuando yo le dije esto, ella contest sin

    poner el menor reparo: La que sea necesario para cumplir con tudeber, porque si me curas me haces una mala partida.

    Se le hizo el tratamiento que entonces se empleaba, conuna inyeccin por lo menos diaria de estreptomicinaintrarraqudea, que se la pona el Dr. Lozano. Jams en ningunade las inyecciones protest ni se quej lo ms mnimo, estandoexclusivamente atenta a que al sentarse en la cama quedase

    bien arropada por modestia, dicindole invariablemente al Dr.Lozano al terminar la inyeccin: Doctor, que Dios se lo pague...(Summ., pp. 187 s.).

    Y an aade otros detalles de gran valor en el aspectoreligioso:

    Quiero dejar consignado que lo que s me extraextraordinariamente como profesional fueron las dos ltimas

    frases de su vida, una de ellas saliendo de un letargo: Madrema, ven a recibirme y llvame contigo al cielo. Y la otra

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    momentos antes de morir, con ocasin de besar una reliquia desu Madre Fundadora, dijo: Qu hermoso es todo esto. Para m esinconcebible humanamente hablando que momentos antes de sumuerte, un meningtico pueda conservar estas ideas (ibd., p.

    188).Si alguien pudiera pensar que se trata de exageraciones,

    explicables por el amor del padre, aunque mdico, escuche eltestimonio del varias veces citado Dr. Lozano, todava mssignificativo.

    Habla, en primer lugar, de la meningitis tuberculosa, en-fermedad gravsima, entonces incurable:

    Es una enfermedad extraordinariamente dolorosa, sobretodo por los agudos dolores que se acusan en la cabeza y entodo el cuerpo a cualquier contacto, porque lleva consigo unahipersensibilidad de la piel.

    Desde el primer momento me caus una extraordinariamaravilla la tranquilidad, y aun la alegra, con que la Sierva deDios soportaba esta enfermedad, conociendo, como conoca, la

    gravedad de la misma, que su mismo padre se lo dijo (Summ., p.35).

    Narra, luego, los cuidados y tratamientos empleados:

    Al principio convinimos en no hacer nada, sino confiarlotodo en las manos de Dios, porque veamos que nuestrosesfuerzos habran sido ineficaces; pero en seguida el padre, que

    tena mucha relacin con los mdicos de Madrid, por consejo destos, se decidi a hacer el tratamiento, y yo me ofrec comomdico a cooperar incondicionalmente.

    Este tratamiento consista en el hecho de que cada dadeba hacrsele una puncin lumbar, que realizaba yo mismo,para extraerle el lquido encfalo-raqudeo, y al mismo tiempoinyectarle estreptomicina. El tratamiento era dolorossimo, seapor la puncin en s misma, sea por los movimientos que debehacer el enfermo para adaptar su cuerpo de modo conveniente,lo que es ms doloroso que la puncin misma (p. 35).

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    Cuenta, a continuacin, su plan de evitarle un poco tandolorosas molestias y la postura de Teresita de sufrir los doloresms fuertes y ofrecerlos as a la Santsima Virgen.

    Igualmente destaca su sentido del pudor y su alegra per-manente. Y prosigue:

    Juntamente con esta alegra, impropia en un enfermo deeste gnero, se revelaba una fortaleza extraordinaria para podersoportar con tanta tranquilidad sus sufrimientos, en tal grado queyo no la he escuchado jams lamentarse, ni aun cuando le hacapunciones, las cuales, como he dicho, eran muy dolorosas (p.36).

    Termina el Dr. Lozano recordando los deseos de ir al cielo, deforma que le dijo Teresita en ms de una ocasin: Por caridad,don Agustn, no me retrase el viaje (ibd.). No duda, por todo ello,

    en declarar que:

    Su comportamiento durante la enfermedad, con aquellaresignacin y alegra, de las que repetidamente he hablado, nopodan atribuirse ni a su condicin natural, ni a su educacin,sino a un elevado espritu sobrenatural, que revelaba que ella erauna Santa (ibd.).

    En el Proceso Apostlico de nuevo declara el Dr. AgustnLozano, ratificndose y ampliando algunos detalles. Relata ahora elorigen de la enfermedad, una afeccin bronquial mal curada; el

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    tratamiento que se le aplic, que era muy doloroso para elenfermo; la aceptacin de Teresita, sin quejarse lo ms mnimo;una alegra no motivada por la esperanza de curarse, sino msbien por complacer a su padre y a su familia y a las religiosas; su

    sentido del pudor, su aguante sin sedantes, su serenidad y alegra,de forma que cuando surgan algunas fases de mejora ella nosdeca: No me retrasis el viaje (Summ., pp. 283-284).

    Resume su juicio el Dr. Lozano con estas palabras signi-ficativas:

    En mi ya no corta vida profesional yo he visto y tratadomultitud de enfermos de las ms variadas dolencias y clases

    sociales; y puedo asegurar que yo no he tratado a ningnenfermo que llevase la enfermedad y el tratamiento con laserenidad y alegra con que lo llevaba Teresita, cosa que a mme ha impresionado favorablemente y por eso no se va de mimemoria... (ibd., p. 285).

    Al recordar esta existencia todo le hace pensar que Teresitaest en el cielo porque vi en ella algo extraordinario, que no es

    corriente ver en los enfermos que tratamos. Por eso en miprofesin, cuando se me presentan casos difciles y que dudocmo resolver, a veces me acuerdo de Teresita y la invoco paraque me ilumine y me ayude... (ibd.). Experimenta, de hecho, suayuda y por ello cree que es una verdadera Santa (p. 286).

    * * *

    A la vista de estos dos tan elocuentes testimonios, todocomentario huelga. No obstante, alguien podra disminuir su fuerzaalegando que ellos slo vean a Teresita unos momentos cadada... Por ello es preciso completar sus declaraciones con las de lasHermanas.

    Qu atestiguan las Hermanas Religiosas?

    Todas ellas, connovicias, religiosas que la atendieron,superioras, cuentan y no acaban acerca de la actitud de Teresita

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    en aquellos casi tres meses como la de una Santa.

    Vistas las circunstancias, le conceden la Profesin religiosa,aun antes de cumplirse los dos aos de Noviciado. Ya hicimosalusin al hecho, as como al Ministro de dicha ceremonia, el P.

    Mzquiz, el 24 de enero de 1950.A su lecho de enferma llegan cartas de amigas, que le

    expresan sus deseos de ingresar como Religiosas, conmovidas porsu ejemplo. Cuando la visitan las connovicias o Hermanas les diceque no lloren, y las consuela: Hermanas!, no saben que me voyal cielo?33. A su padre, que le dice que debe desear vivir, aunqueslo fuera por amor a su madre, responde: Ah! Por mam no te

    preocupes, porque en cuanto llegue al cielo, le digo a la Virgen quela consuele, y t vers..., mam una santaza34. Y lo cumpli a laperfeccin.

    A otra Religiosa, la Hna. Jacinta, que le pregunta por qu noquiere quedarse para que muchas almas amen a la Virgen,contesta:

    Pero cree que si voy al cielo no he de hacer mucho bien en

    la tierra?... Como que cuando vaya estar al ladito de la Virgen yno habr quien me quite; todo lo que le pida a Ella me loconceder35.

    Esta Hna. Jacinta Jariz, connovicia, fue su enfermera y tuvola oportunidad de conocer mejor que ninguna otra la actitud yreacciones de Teresita en este penoso y glorioso perodo.Prescindiendo de otros testimonios, interesantes por dems, recojoel suyo sobre las ltimas semanas y la santa muerte de sucompaera:

    Puedo asegurar que su fortaleza de espritu frente a tantossufrimientos era verdaderamente extraordinaria y me daba unaimpresin que difcilmente podr olvidar. Recuerda sus palabras:Madre ma, aydame a sufrir; Madre ma, hgase lo que Tquieras (Summ., p. 160).

    33Teresita, p. 354.34 Ibd., p. 359.35 Ibd. p. 360.

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    En los ltimos das, segn la Hna. Jacinta, repeta cons-tantemente estas jaculatorias: Seor, soy enteramente tuya,Seor, te amo, Seor, por los que no te aman (p. 162). Cuentacmo al principio de la enfermedad le pregunt si no tena miedo a

    morir, y su respuesta: De ningn modo, y me infunde muchaalegra el solo pensamiento de que en el cielo se encuentra unaMadre que me espera para hacerme feliz a su lado, aadiendo:Ame mucho a la Virgen, porque para m es el nico consuelo quetengo en esta hora (p. 163).

    Termina su conmovedor testimonio narrando la respuesta deTeresita a su pregunta sobre cmo haba adquirido este amor a la

    Virgen tan singular:Mediante las cosas ms pequeas, ofrecidas en su honor,

    como un mayor recogimiento, una mayor perfeccin y un mayordeseo de perfeccin en todo. Me pregunt qu quera que medejase cuando se fuese al Cielo y yo le dije: el amor a la Virgencomo ella lo haba tenido. Ella me respondi que aquello erapoco, que deba amarla todava mucho ms. Desde aquel da no

    dej de hablar de la muerte en su celda, ni del deseo de ir al cielopara pedir por todos a la Virgen y de modo especial por elInstituto (p. 164).

    * * *

    La muerte se acercaba para tomar su presa. Pero Teresita notena miedo. Esperaba abrazarse a la Madre del cielo. Parece, sin

    embargo, que hubo de sufrir algunos embates del demonio, pues elViernes Santo, vspera de su muerte, le oyeron decir varias veces:Vete, vete, mezclado con jaculatorias36. La noche anterior, la delJueves Santo, haba sufrido ms que nunca. En medio de susdolores, en momentos de lucidez, se diriga a la Virgen: Madrecita,quiero ser muy buena, quiero ir al cielo, o a Jess: Jess, te amopor los que no te aman.

    Lleg todava con vida al Sbado Santo. En las primeras

    horas de aquel da recibi la visita de su padre, quien dijo a las36 Ibd. p. 391.

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    Religiosas que no duraba cuarenta y ocho horas. Y as fue enefecto. Al atardecer empeoro. Todava se le oan actos de entrega:Madre ma, soy tuya..., haz de m lo que quieras, quiero amartemucho..., quiero ser muy buena.

    Le hacen la recomendacin del alma..., y en muchosmomentos, al or las Letanas, se la oa decir: Rogad por m. Seiba apagando lentamente y dulcemente... Y cuando pareca estarya sin fuerzas, ante la extraeza de varias Religiosas presentes enla celda, levant sus brazos y alzando la voz dijo:

    Madre ma, ven a recibirme... y llvame contigo al cielo.

    Fueron stas sus ltimas palabras?

    Tal es la opinin de muchos testigos. En los Procesos, variasReligiosas atestiguan haberlas odo directamente por encontrarseen aquella celda. Y algunas otras aseguraron que las oyeron desdela celda contigua.

    Otros afirman que an se la oy decir: Qu hermoso!Era el 8de abril del ao 1950, entonces llamado Sbado de Gloria, cuandola Iglesia se preparaba para celebrar la Pascua de la Resurreccindel Seor.

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    5. Quinta etapa. La iglesia declara las virtudesheroicas de Teresita

    Teresita, desde nia, haba decidido ser santa. Jams sevolvi atrs de aquella decisin. Su amor excepcional a la Virgenfue el ascensor que la condujo por la va rpida del sufrimiento einmolacin a la Casa del Padre.

    Santa quiso ser, como santa fue bien pronto reconocida. Sufama de santidad empez a divulgarse el mismo da de su entierro,10 de abril. Y fue creciendo y difundindose de un modo llamativoen Espaa y fuera de ella. Muchas personas se encomendaban ala joven madrilea y le atribuan favores concedidos por su

    intercesin ante Dios. Es unnime, a este respecto, la declaracinde los testigos.

    No puede extraar, por lo mismo, que surgiera el deseo deintroducir la causa de su beatificacin y canonizacin. Sorprende lapresteza en iniciarla y en realizar todos los pasos cannicamenterequeridos. Entre los aos 1954-1958 se celebran los ProcesosOrdinarios, instituidos por la Curia Arzobispal de Madrid, y se

    envan a Roma. Solamente nueve aos despus, el da 14 de juliode 1967, el Papa Pablo VI, con su propia mano, firma la Comisinde la Introduccin de la Causa37.

    Siguiendo las normas entonces vigentes, ha de celebrarse unnuevo Proceso, llamado Apostlico, tambin en Madrid (1969-1970). Poco despus, el 13 de marzo de 1971, la SagradaCongregacin para las Causas de los Santos publica el Decretosobre la validez jurdica de todos los procesos de esta Causa.

    En frase vulgar podramos decir que todo marchaba sobreruedas. Habra que esperar a que pasaran cincuenta aos, desdela muerte de la Sierva de Dios, para comenzar la discusin de susvirtudes, como prescriba el canon 2101? Venturosamente, el plazose acort en muchos aos. A instancias de la ConferenciaEpiscopal Espaola, el Papa Juan Pablo II, por decisin tomada el

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    As aparece en el Decreto de la Sagrada Congregacin para las Causas de los Santos. Sereproduce este Decreto en la biografa de la Hermana Mara Luisa Lpez de Uralde, 7. ed. (cf. nota 4). ElDecreto est publicado oficialmente en el Acta Apostolicae Sedis (1983) pp. 856-859, que hemosconsultado directamente. El pasaje referente a Pablo VI est en la p. 858.

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    31 de julio de 1981, dispens de lo prescrito en el canon 2101, ypudo incoarse, en consecuencia, de modo inmediato la discusinde las virtudes de Teresita.

    Toda la documentacin de la Causa estaba dispuesta para el

    estudio y juicio de los Oficiales Prelados y de los PadresConsultores en la Positio Super Virtutibus (Roma 1977), a la quehemos aludido en la Introduccin y nota tercera de este trabajo.

    A la vista de esta documentacin, el 21 de diciembre de 1982se celebra el Congreso Peculiar de los Oficiales y Consultores de laSagrada Congregacin para las Causas de los Santos, y pocosmeses despus, el 26 de abril de 1983, la Congregacin Ordinaria

    de los Padres Cardenales, siendo ponente el Cardenal Mario LuisCiappi. Y en las dos sesiones se escribe en el Decretocorrespondiente acerca de la duda de si la Sierva de Dioshubiese practicado las virtudes heroicas, se dio una respuestaafirmativa38.

    Slo faltaba la ratificacin del Romano Pontfice Juan Pablo II.Esta lleg semanas ms tarde, con el mandato de que fuerapreparado el Decreto sobre las virtudes de la Sierva de Dios. El 9de junio del mismo ao 1983 fue la fecha elegida para la sancindel Decreto, que firman el Cardenal Palarzini, Prefecto de laSagrada Congregacin, y el Arzobispo Trajanus Crisan, Secretariode la misma. He aqu la parte central:

    En este da, Nuestro Santsimo Padre el Papa, convocadoslos Cardenales, el Prefecto de esta Sagrada Congregacin y elCardenal Mario Luis Ciappi, relator de la Causa, y yo, elSecretario, y otros que suelen ser llamados, declar que constaque la Sierva de Dios Mara Teresa Gonzlez-Quevedo y

    Cadarso, Hermana de la Congregacin de Carmelitas de la Cari-

    dad, practic las virtudes teologales fe, esperanza y caridad para

    con Dios y para con el prjimo, y las cardinales prudencia,

    justicia, templanza y fortaleza y las a ellas unidas, en grado

    heroico, en el casa y para el efecto del cual se trata.

    38 Loc. cit., p. 858.

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    Mand que este Decreto se publicara conforme al derecho yque se registrase en las actas de la Sagrada Congregacin paralas Causas de los Santos.

    Dado en Roma, el da 9 del mes de junio, ao del Seor

    198339.

    Esta Declaracin, hecha en la forma habitual, apareceampliamente fundada en la exposicin previa. Se hace en ella unrecorrido sobrio, pero completo, de la vida de la Sierva de Dios,destacndose aquellos rasgos ms significativos de su progresohacia la santidad.

    Para ilustracin del lector, transcribimos los pasajes msimportantes, siguiendo las etapas de su vida:

    Niez

    Afirma el Decreto: Inclinada a la piedad, desde la infanciatena sus delicias en frecuentar las iglesias y en las cosassagradas, con la complacencia de su piadosa madre, y se veainclinada por una peculiar devocin hacia la Virgen Madre de Dios.

    No calla el Decreto los defectillos de Teresita vgr., su ndolevivaracha, ansiosa de libertad, indcil al yugo de la disciplina, algoenemiga del estudio. Mayor fue su mrito, pues supo frenar lasinclinaciones de la naturaleza y con la fuerza de la gracia y laayuda de la Madre de Dios alcanz finalmente el triunfo de losdefectos de la naturaleza40.

    Adolescencia

    Indica seguidamente el documento de la Congregacin queTeresita se distingua en estos aos de la adolescencia por su tratoamable y su caridad hacia sus compaeras, as como por la accinapostlica con ellas, consiguiendo que el amor y devocin hacia laSantsima Virgen, cuyo culto le encantaba propagar, alcanzaracada da mayor auge.

    39 Loc. cit., p. 859.40 Loc. cit., p. 856s.

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    Este amor singular a Mara la impuls a consagrarse a Ellaplenamente, ingresando en la Congregacin Mariana y grabandoen su medalla de congregante su famoso lema, verdadero carnetde identidad de Teresita en el futuro: Madre ma, que quien me

    mire, te vea. Este hecho impuls el gran cambio en suscostumbres, alej para siempre los defectos de la infancia y lallev a emprender una vida nueva, insigne en obras de perfeccincristiana41.

    Juventud y vida religiosa

    De este periodo destaca el Decreto su voto de evitar para

    siempre todo pecado venial voluntariamente admitido, efectuadoya antes de vestir el hbito religioso; su disposicin de servir aDios con fervor en las cosas ms pequeas y apartar de s mismacontinuamente todo lo que a l desagradase; su esfuerzo en laabnegacin de la propia voluntad, en su vida personal ycomunitaria.

    Todo este programa no qued en bello proyecto. Consigui

    cumplirlo, con la gracia de Dios, y no en ltimo lugar por su amor ala Virgen, su especialidad: En el ejercicio de estas virtudesaument sus fuerzas espirituales con firmsima confianza y llena deamor hacia la Santsima Virgen Mara42.

    Enfermedad y muerte

    Es la etapa que corona una vida abnegada y generosa,

    cuando sobreviene la terrible meningitis tuberculosa. En formalapidaria reconoce el Decreto: Sometindose humilde yprontamente a este plan de Dios providente soport las molestiasde la enfermedad y los tremendos dolores con nimo invicto,esforzndose en disimularlos, y practicando fervientes actos decaridad y religin. Y no puede dejar de mencionar las ltimaspalabras de esta joven, chiflada por la Virgen, dichas con fuertevoz y como en un grito de amor: Madre ma, ven a recibirme y

    41 Ibd., p. 857.42 Ibd., p. 857.

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    llvame contigo al cielo43.

    * * *

    Podramos acabar aqu. Pero permita el lector un breve

    comentario, admirativo y reflexivo. Nos sentimos fascinados poresta joven madrilea que, muriendo antes de cumplir los veinteaos, ha practicado todas las virtudes en grado heroico,especialmente a partir de los catorce. Quiso reflejar a Mara y loconsigui con su ayuda maternal. Vivi toda su vida en unaverdadera atmsfera mariana. Fue, en cierto modo, unamanifestacin o revelacin de Mara, en especial para la juventud

    de nuestros das.

    43 Ibd., p. 858.

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    Teresita de la Virgen Mara tiene un mensaje que transmitir. Al nos referimos en la conclusin de este sencillo estudio.

    CONCLUSIN

    El mensajede Teresita a la juventudde hoy

    Que Teresita tiene mucho que decir a la juventud de hoy,nadie podr ponerlo en duda, si repasa su vida y su muerte. Slopodran hacerlo los idlatras de nuestra poca, los que piensan quelos cambios de las ltimas dcadas en el mundo y en la Iglesiason tan amplios y profundos, que desvalorizaran los modelos de

    dcadas pasadas.Se habla con frecuencia del hombre de hoy, del joven

    moderno... Se dice que el joven o la joven de nuestros dasmarcha por derroteros distintos a los del pasado, tambin en elplano religioso... Se menciona la situacin de indiferencia religiosade tantos y tantas, la huida de s mismos y el escapismo hacia ladroga, el sexo, las sectas... Dnde estn los modelos sanos para

    esta juventud?Empecemos respondiendo que no todos los jvenes de hoy

    son as. Como tampoco se parecan a Teresita todas las chicas desu tiempo. Sin embargo, entonces y ahora las tendencias, lasaspiraciones, las dificultades, los ideales... de la juventud, sonidnticos. Los jvenes esperan y, en todo caso, necesitan modelosde vidacon valor permanente. Teresita de Madrid forma parte del

    grupo de cabeza de estos modelos para la juventud, que quierevivir en esperanza y construir la civilizacin del amor, a la que

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    tantas veces se han referido Pablo VI y, sobre todo, Juan Pablo II.

    Por qu esta ejemplaridad de la joven madrilea, hoy ya laVenerable Mara Teresa Gonzlez-Quevedo? Resulta aleccionadorexaminar las observaciones presentadas por el Promotor de la Fe

    en la Causa de Teresita. Al Promotor de la Fe vulgarmentellamado el Abogado del diablo corresponde sealar los posiblesdefectos y las objeciones que puedan ponerse contra las virtudesdel presunto Siervo de Dios. Poco trabajo tuvo el Promotor de la Feen la Causa de Teresita. Cumpli su tarea a la perfeccin, peropidiendo al Patrono de la Causa que destacara con argumentosms fuertes la relevancia positiva de las virtudes heroicas de

    Teresita no slo en los dos ltimos aos de su vida, sino tambinen el perodo anterior, especialmente desde el inicio de la pubertad.

    La razn de esta recomendacin la da l mismo, porque estplenamente convencido de que se trata de una Causa nobilsima,de la que es lcito esperar frutos abundantes de salvacin en favorde la juventud de hoy, tanto la que sirve a Cristo Rey en el mundocomo la que sirve en la vida religiosa44.

    Tom buena nota del consejo el Promotor de la Causa elAbogado defensor, y en su respuesta dio cumplida satisfaccin aaquellas exigencias. Recogemos lo sustancial de la respuesta.

    Seala, en primer lugar, el Patrono le relevancia singularde lapresente Causa, la riqueza y actualidad de su mensaje para laComunidad eclesial, para el mundo y, en especial, para la juventud.Funda esta relevancia apoyndose en el Mensaje de los PadresConciliares, dirigido a los jvenes al trmino del Vaticano II 45. La

    juventud, recuerdan los Obispos, est llamada a luchar contra todoegosmo, a negarse a dar libre curso a los instintos de violencia yodio, a ser generosos, puros, respetuosos, sinceros, a construircon entusiasmo un mundo mejor que el actual.

    Piensa el Patrono que el reconocimiento de la heroicidad delas virtudes de Teresita y su consiguiente glorificacin inspirar enla Iglesia y en la sociedad aun no cristiana un soplo de novedad

    44 Animadversiones Promotoris Fidei p. 26, n. 42.45 Mensaje del Concilio a la Humanidad: A los jvenes, en Concilio Vaticano II8. ed. (BAC, Madrid

    1975) p. 845.

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