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MARADONA 2ª ÉPOCA • NÚMERO 139 • 20 DE ENERO DE 2015 INCLUYE ÍNTEGRO EL AS COLOR NÚMERO 139 DEL 15 DE ENERO DE 1974 LA VIDA LOCA DE

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MARADONA

2ª ÉPOCA • NÚMERO 139 • 20 DE ENERO DE 2015

INCLUYE ÍNTEGRO EL AS

COLOR NÚMERO 139 DEL 15 DE

ENERO DE 1974

LA VIDA LOCA DE

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LA OTRA CARA DE MARADONAUn ángel para unos; un demonio para otros. La vida de

Diego Armando Maradona no deja indiferente a nadie.

Por Agustín Martín

PETER LIM YA TIENE EQUIPOEl magnate asiático —el hijo del pescadero— se

convirtió en diciembre en el nuevo dueño del Valencia.

Por Conrado Valle

EL ADIÓS DE THIERRY HENRYEl ‘futbolista solitario’ se despidió entre los elogios de

jugadores, entrenadores y prensa de todo el mundo.

Por Javier Sillés

MIL VICTORIAS DE ROGER FEDEREREl tenista suizo, considerado ya por casi todo el planeta

como el mejor de la historia, alcanzó una cifra mágica.

Por Marta Rodríguez Peleteiro

KEY HOLE, LA CATARATA IMPOSIBLEAniol Serrasolses se convirtió en el primer kayakista en

descender con éxito el mítico salto de aguas bravas.

Por Luis Lara

‘EL SENTIMIENTO DE LA MONTAÑA’En la nueva edición de este libro se recogen los cambios

que ha sufrido el alpinismo en los últimos años.

Por Sebastián Álvaro

62-110 SORTEO PARA EL MUNDIAL. Pérez Payá: “Tengo confianza en la Selección, pero será muy difícil el tercer partido con los yugoslavos”.GARRINCHA: “Nunca acepté órdenes de nadie; sólo jugaba cuando tenía ganas de hacerlo”.JOSÉ URTAIN CUENTA SU VIDA: “A nadie le gusta ganarse la vida a bofetadas; yo peleo por dinero”.ARSENIO: “Al jugador, que es listo, hay que trazarle un camino”, “Lo ideal es ser un entrenador amigo”.FERNANDO GARCÍA, ‘EL CATEDRÁTICO DE ASTILLERO’: “Pelé es el mejor futbolista que he conocido”, “No hubo un mediocentro en España como René Petit”.¡SI ÉSTE ES EL CAMPEÓN...! La decepcionante victoria del Gitano. Avenamar y Perico, inadvertidos.

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Han realizado este número:Coordinación y edición:

Miguel Ángel Vasco e Iñaki Gómez AmoresDiseño:

Mariano Tovar y Laura SánchezInfografía:

Fernando Robato, Miguel Ángel Fernández y Sonia Mochón

Fotografía: Archivo AS.

Para cualquier duda, sugerencia o propuesta puedes escribir a

[email protected]

Presidente: José Luis Sainz

Consejero delegado: Julio Alonso Peña

Director: Alfredo Relaño

Director adjunto: Alejandro ElorteguiDirector de AS.com: Luis Nieto

ÍNTEGRO, EL NÚMERO 139 DE

AS COLOR DEL 15 DE ENERO DE

1974

Editado por Diario AS Sociedad Limitada

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MARADONA

Ángel para unos. Demonio para otros.

La vida de Diego Armando Maradona

no deja a nadie indiferente. Futbolista

excepcional, fuera del campo mostró

a veces su lado más oscuro...

LA OTRA CARA DE

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AGUSTÍN MARTÍN /

La pelota, un amasijo ya medio deforme, casi des-

hecha debido a la cantidad de golpes que había recibido, se la había regalado su tío Cirilo. Y con esa bola deshilachada, un niño llamado Diego Maradona, había aprendido a regatear pedruscos y guijarros, a controlar mágicos planetas, a abandonar por unas horas su mísera vida en Villa Fiori-to… para ser el dueño de su mun-do. Un universo redondo, como una pelota, un mundo que él pen-saba dominar. La noche le atrapó una tarde en la que volvía a domi-nar en los potreros bonaerenses. Perdido, fue a caer a un pozo lle-no de excrementos. Aterrorizado, empezó a gritar, hasta que alguien acudió a casa de su tío Cirilo, que vivía cerca del lugar. Cuando éste llegó al lugar, y mientras trazaba un rápido plan para salvar a aquel chaval flacucho, le espetó: “¡Die-guito, la cabeza sobre la mierda. Ahora te sacamos!”. Instantes después, su tío le sacaba de ese agujero negro y se lo entregaba a su madre para que lo lavase y lo cambiase de ropa. Ese día, Diego Maradona conoció el que sería su plan de vida el resto de sus días: supervivencia en la adversidad... pero con una pelota en sus pies todo sería distinto. Tras despuntar en el Cebollitas, pasó al Argenti-nos Juniors y de ahí a... Boca Ju-niors, porque la AFA no le permi-tió salir hasta dos años después, en 1982, obra y gracia de César Luis Menotti, que entregó una lis-ta de jugadores intransferibles al extranjero hasta que no se hubie-

se disputado el Mundial de Espa-ña 1982. Argentina era la vigen-te campeona del torneo y debía acudir con sus mejores hombres al Campeonato español. Cuando llegó el momento, no sabía lo que le esperaba. Lo que él pensaba que iban a ser días de gloria y fe-licidad pronto se tornaron en hos-tilidades. Tras convertirse en una sensación mundial, llegó su pri-mer gran salto: fichar por el Bar-celona. Palabras mayores. Pisó el estadio días antes de comen-zar el Mundial de España, pero lo que debía ser una fiesta, pronto se tornó en conflicto. Un durísimo marcaje a cargo del italiano Gen-tile le iba a enseñar la marrullería en el deporte: Gentile le agarra-ba, le derribaba, le agredía... todo con la permisividad del colegiado rumano Rainea. Hasta 20 faltas le hizo sin que fuese expulsado. Diego empezó a cambiar de men-talidad. De idea. Nadie le doblega-ría... Nunca más...

Su primer gran choque en el Barcelona fue con su entrenador, el alemán Udo Lattek. Se iba a disputar la segunda jornada de la Liga 1982-83, y era el primer par-tido del conjunto azulgrana en su estadio. Tras haber perdido ante el Valencia en la jornada inaugu-ral, se esperaba la visita del Va-lladolid como agua de mayo para ahogar las primeras penas de la campaña. La mañana del encuen-tro, el técnico señaló que toda la plantilla daría un paseo para re-lajar músculos. Diego dijo que él no iba a ninguna parte y se que-do en su habitación. No contento con esa respuesta, Lattek se pre-sentó en la habitación del Diez y le instó a prepararse para la per-tinente vuelta. “Yo no paseo”, es-cuchó antes de que le puerta se cerrase. La brecha entre técnico y estrella comenzó a abrirse de ma-nera irrefrenable.

El segundo aldabonazo fue en París. Hasta la Ciudad de la Luz se trasladó el Barcelona para

disputar un encuentro amisto-so ante el PSG. Había que sacar rendimiento al fichaje de un crack como el argentino. Aquella noche, los aficionados parisinos vieron un triunfo espléndido de los azul-grana. Vencieron (4-1) dando toda una lección de juego. Pero tras el partido... Ardió París. Maradona reunió a un grupo de compañeros y se dedicó a recorrer las mejo-res discotecas y tugurios locales. No faltaron cabarets y locales de strip-tease. Un nutrido grupo de paparazzi hizo su agosto vendien-do días después las fotos de la juerga de los jugadores del Barça. Captaron todos y cada uno de los movimientos de aquella noche. Tras aquello, el Barça se midió al Celta en el Camp Nou. Un triste empate hizo que la afición esta-llase. Diego fue increpado todo el encuentro y su coche, atacado al término del encuentro.

Todo pareció volver a la norma-lidad tras derrotar al Real Madrid de Di Stéfano en el mismísimo Santiago Bernabéu. Pero se ave-cinaba un golpe demoledor: un médico del Barcelona, al que acu-día para ser tratado de un esguin-ce de rodilla, le vio algo raro y le mando hacerse unos análisis mé-dicos. Los resultados fueron crue-les: hepatitis. Diego tendría que parar tres meses, 12 semanas sin jugar, aislado. Fue entonces cuan-do comenzaron los rumores de la vida dispersa que rodeaba a Ma-radona y a su séquito en la Ciudad Condal: fiestas hasta altas horas de la madrugada en su casa de Pedralbes, alcohol, drogas, mala vida para un deportista... La cla-se alta de la ciudad mediterránea

De niño cayó en un pozo de excrementos. Lo rescató su tío,

pero supo cómo sería su vida: supervivencia en la adversidad

El marcaje que sufrió por parte de Gentile en el Mundial de 1982 hizo que cambiase su mentalidad: nadie le doblegaría

FELIZ.

Arriba, un

joven Diego

Armando

Maradona

observa la

trayectoria

del esférico.

Abajo, posa

con sus

compañeros

en el

Cebollitas.

Allí fue feliz.

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no le perdonaba ni una. Es más, se cebaba con la figura del astro argentino. Esa clase alta que se había visto apartada de sus am-bientes de esparcimiento por la llegada de Maradona. Esa burgue-sía que se había sentido ridiculiza-da en los mismos sitios donde an-tes de la llegada del Pelusa eran tratados como personajes de alta alcurnia. Ahí tuvo otro punto de fricción, y esta vez no era con la afición azulgrana,, sino con una parte importante de la sociedad catalana. Ese desprecio que Ma-radona vivió lo llevó dentro de su interior...

Cuando Diego regresó se en-contró con una grata sorpresa. Udo Lattek había sido reemplaza-do por su compatriota César Luis Menotti que, aunque no pudo ga-nar la Liga, sí venció al Real Ma-drid en la final de la Copa del Rey y en la Copa de la Liga. La tem-porada siguiente, Maradona par-tía de cero, pero con la idea de conquistar su primera Liga en Europa. Pero apenas tuvo tiem-po de participar. En septiembre, y ante el Athletic de Bilbao, una escalofriante entrada de Andoni Goikoetxea fracturó su tobillo. Fue una acción dura del zaguero roji-blanco, que fue sancionado con 10 encuentros de castigo. Mara-dona no volvería a los terrenos de juego hasta enero de 1984... Con la idea de ganar la Liga. Sería una derrota ante el Real Madrid don-de se desatarían todas las hosti-lidades con Josep Lluis Núñez, el presidente azulgrana. Éste acusó al argentino de ser una de las ra-zones de que el Barcelona no hu-biese ganado el torneo liguero.

Tan sólo le quedaba un clavo ar-diendo: la final de la Copa de Es-paña.. ante el Athletic de Bilbao. Lo cierto es que no hubo partido y sí una batalla a lo largo de los 90 minutos de encuentro. Un soli-tario tanto de Endika desniveló la final... Hasta que Maradona, fue-ra de sí, arremetió contra Sola al término del encuentro. Le soltó un puñetazo desatándose el infierno: puños por doquier, patadas vola-doras, agresiones entre unos y otros... Y todo bajo la mirada del Rey de España... Y de la directiva del conjunto azulgrana. Maradona sería sancionado con tres meses de suspensión. Ya había tomado su propia decisión: se iba.

Verano de 1984. “Hágase a la idea. Aquí no vuelvo a jugar. Si me hacen quedarme, un día me lesionaré, y cuando me vaya a recuperar, recaeré”. Más o me-nos es la frase que escuchó Joan Gaspart en su último intento por convencer a Maradona para que continuase enrolado en la discipli-na azulgrana. Eran esfuerzos bal-díos, puesto que la decisión esta-ba tomada ya de antemano. Era el gran golpe de un equipo del sur de Italia, el Nápoles, ante los todopo-derosos equipos del norte: el Mi-lán, el Inter, la Juventus… que se podía traducir perfectamente tam-bién como un acto de rebeldía o de afirmación. Así, el 5 de julio de ese mismo año, un abarrotado es-tadio San Paolo de la ciudad tran-salpina, esperaba la llegada divi-na de Maradona. Y sí, fue divina. Pasado el mediodía, un murmullo empezó a recorrer las gradas del estadio: el túnel de vestuarios se empezó a llenar de gente… has-ta que de repente emergió la fi-gura de Diego ante una tremenda explosión de júbilo de los cerca de 70.000 tifosi que llenaban el coliseo napolitano… previo paso por taquilla. Cada uno había teni-do que pagar unas 10.000 liras (unas 1.000 pesetas al cambio por aquel entonces), algunos in-

cluso triplicaron esa cantidad en una reventa controlada... por la Camorra. ¡¡Maradona era Mara-dona!! Horas antes, en el yate que el presidente napolitano tenía atracado en la isla de Capri, Die-go había recibido la bienvenida a la manera italiana de Corrado Fer-laino: sendos besos, uno por me-jilla. Acto seguido, se fundieron en un sentido abrazo para montarse en un helicóptero y puesto rum-bo al estadio napolitano. Comen-zaba su aventura en el Nápoles… a la par que había dado comienzo su vínculo con la Camorra… aun-que ésta ya se había adelantado y dando rienda suelta a su nego-cio: merchandising con la imagen de Diego.

Todo marchaba según lo previs-to: alegría, felicidad, todo el mun-do estaba contento, pero bastó un simple detalle para que Diego y su entorno se diesen cuenta de dónde habían caído… y todo por una pregunta. La primera pregun-ta que recibió en la rueda de pren-sa. El autor, un periodista francés, Alain Chaillou, que espetó: “¿Us-ted sabe que parte de su fichaje ha sido pagado con dinero proce-dente de la Camorra?”. Ferlaino, enfurecido, le respondió brusca-mente: “¡Su pregunta nos ofende. Nápoles es una ciudad honesta y sus habitantes también. Le exijo una disculpa por ofender así a un pueblo entero. Y le pido que se marche!”. Acto seguido, un sor-prendido Chaillou era sacado de su asiento por dos trabajadores del club e instado a que abando-nase la ciudad ipso facto. Chaillou cogió un taxi, se marchó al aero-puerto y se embarcó en el primer

La final de Copa fue su último partido en el Barça: empezó

una tángana bajo los ojos del Rey y de la directiva blaugrana

“Hágase a la idea. Aquí no vuelvo a jugar”, le espetó a Joan Gaspart. Su futuro le aguardaba en Italia: Nápoles

HUIDA.

Maradona

abandona

el estadio

Santiago

Bernabéu

escoltado por

la Policía, que

evita que sea

lastimado por

los diversos

objetos

que los

aficionados

tiraban al

campo.

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avión que salía rumbo a Francia.Comenzaba así su aventura en

Nápoles… y con el Nápoles. Los primeros días, de adaptación, se convirtieron en días de fiesta: tra-bajo por la mañana y diversión por la tarde… y noche. Cada día había un restaurante nuevo al que acu-dir, un bar o una discoteca por la noche… Claro, era Maradona, el nuevo Santo de Nápoles, así que lo mejor de lo mejor estaba reser-vado para él. Lo mejor de lo mejor incluía cualquier cosa por menor que pareciera. Eso sí, siempre ro-deado de las chicas más bellas de la ciudad. Jorge Cyszterpiler, además, le había sacado otro ex-tra más a Ferlaino: los gastos del mejor hotel, el ‘Royal’, de la ciu-dad para Maradona y todo su en-torno... mientras encontraba una casa de su gusto. Cuando llega-ron las primeras facturas hotele-ras, Ferlaino llamó a Cyszterpiler para que acudiese a las oficinas del club: “Esto es intolerable. Si quieren que esto siga adelante, Diego tiene que estar en condicio-nes de jueves a domingo. Si no, se anula el contrato”, le soltó. Y Diego cumplió su parte.

El primer partido de la tempo-rada 1984-85 emparejó al Vero-na (que ese año acabaría ganan-do el Scudetto) con el Nápoles en su estadio, el Camilo Bentegodi. El encuentro se disputaría el 16 de septiembre en la ciudad ve-ronesa, la tierra de Romeo y Ju-lieta. Pero lo que encontró Mara-dona no fue amor precisamente. Nada más entrar al campo, una gigantesca pancarta recibía tan-to a los jugadores como a los mi-les de seguidores sureños que

se habían desplazado por tierra y aire hasta el Norte: “LAVATEVI” (“Lavaos”). De nuevo, el despre-cio del Norte al Sur, pero para los seguidores napolitanos, su orgu-llo pronto iba a ser restituido por Maradona. Sin embargo, ese día, el Verona ganaría 3-1, y Diego co-nocería de primera mano el odio visceral que recorría las regiones del norte frente a sus homólogas del sur: los defensas veroneses se turnaban para golpearle una y otra vez, sin piedad, sin misericor-dia. Humillado, se adentró en el vestuario y comenzó a pensar si no se había equivocado. Llegado a Nápoles, se duchó y se disponía a irse a dormir, pero una llamada le sacó de su estado: “Diego, hay que bajar al hall. Hay una persona que quiere conocerte”, escuchó a través del auricular. “No, no pue-do. Hoy no. Discúlpame. Dile que otro día quedamos para comer o para cenar. Hoy no puedo bajar”, respondió.

La temporada futbolística del Nápoles no discurría placente-ramente. Por mucho que se es-forzara en derrotar a los rivales, éstos aprovechaban cualquier despiste o fallo para sacar algo de provecho en sus enfrentamien-tos con la ‘squadra’ partenopea, algo que enfadaba enormemente a Maradona. Cuando la cosa es-taba a punto de explotar, por el mes de diciembre, Ferlaino obli-gó a jugadores y cuerpo técnico, comandado por Rino Marchesi, a realizar un ‘ritiro’ (una especie de minipretemporada) en la localidad de Vietro. Ferlaino esperaba que todos analizasen en voz alta los pros y las contras de todo aque-llo que rodeaba al equipo. Pero lo que parecía iba a ser negativo, fue justamente lo contrario. Con el ambiente en el equipo a punto de estallar, Maradona se marchó a Buenos Aires para pasar las va-caciones navideñas en familia, lejos de su entorno. Allí y con la presencia tranquilizadora de su

novia, Claudia Villafañe, apareció otro Diego. Al regreso de las vaca-ciones, Maradona, mejor dicho, el Nápoles de Maradona sólo perde-rá dos partidos de Liga acabando en octava posición. Coincide esa racha con dos detalles particula-res: el primero, el cambio de re-sidencia. Dejaba el hotel ‘Royal’ donde se alojaba desde su llega-da y su traslado a una villa en el barrio de Posillipo… y un romance con Heather Parisi, una bailarina americana que triunfaba en la te-levisión italiana… y a la que le fal-tó tiempo para correr a la revista ‘Oggi’ a contar con pelos y seña-les sus aventuras amorosas con el ‘Pelusa’. La primavera napolita-na le sentaba bien. La llegada del calor, las continuas fiestas noc-turnas, unidos a los buenos re-sultados del equipo le elevaron el espíritu. Los problemas parecían quedarse atrás y todo parecía en-carrilarse de la manera más satis-factoria para Diego. Pero no para su amigo y representante, Jorge Cyszterpiler, que veía cómo el di-nero iba y venía en cantidades in-dustriales… y el gran, perturbador y turbio asunto: el dinero que se movía en torno a su figura… y al que nunca podría tener acceso. Ni siquiera acercarse a escasos cen-tímetros. Era dinero de la Camo-rra, la mafia local. El mismo Cysz-terpiler se dio de bruces con dos ejemplos con apenas días de dife-rencia. El primer caso se produjo antes de que Maradona firmase por el conjunto napolitano. Lle-gado al aeropuerto partenopeo, se fijó que un chico vendía unas cassettes de música cuya por-tada lucía la figura de Maradona

10.000 liras tuvo que pagar cada tifosi que quiso ver a

Maradona en su presentación. La Camorra triplicó la reventa

En su primer partido en Italia, el Nápoles fue recibido con una pancarta: ‘¡Lavatevi!’ (‘Lavaos’). Conoció el odio del Norte al Sur

REDENTOR.

Más de 70.000

personas

acudieron

a San Paolo

el día de la

presentación

de Maradona.

Más que

presentación,

fue un acto de

coronación

de la gente

del Sur al

Redentor que

les devolvería

su honor

perdido.

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embutido ya en la camiseta azul napolitana. Sorprendido, se acer-có al chaval y le preguntó: “¿De dónde has sacado eso? Y si final-mente Diego no viene, ¿qué vas a hacer?”. El chico respondió: “No pasa nada. He vendido 2.000 en apenas tres días”. El segundo caso llegó en los primeros días de Maradona en Nápoles. Cysz-terpiler acudió a cenar cerca del puerto junto con el periodista y di-rigente napolitano, Paolo Paulet-ti. Cuando ambos salieron del res-taurante, un zagal se les acercó vendiendo ‘cigarrillos Maradona’. Cyszterpiler, intrigado, le pregun-tó que qué tipo de cigarrillos eran esos, a lo que el chaval le ense-ñó una cajetilla de una conocidí-sima marca americana. “¿Cómo vendes esa marca como ‘cigarri-llos Maradona’?”. “¡Porque así se venden mejor!”, replicó el joven. Una vez solos, Pauletti le explicó la realidad: eran los negocios de la Camorra. El clan Giuliani.

No sería hasta comienzos de 1986, cuando el clan decidió dar el siguiente paso. Si en septiem-bre de 1984 Diego, tras su primer partido en el Calcio, saldado con derrota ante el Verona, no quiso bajar al hall del hotel para cono-cer a una persona, en enero de ese año mundialista, no tendría escapatoria: dos miembros, emi-sarios, del clan se presentaron en las instalaciones de entrena-miento: llevaban una car ta que debían entregar en mano al as-tro argentino. En la misiva se le invitaba tanto a él como a su en-torno a una fiesta que uno de los jefes del clan, Carmine Giuliani, iba a dar en su mansión. Comen-

zaba su descenso a los infiernos. Aquella noche, la fiesta fue todo un derroche de lujo por parte de los miembros del clan: no faltaba de nada, y si faltaba, bastaba un simple gesto para fuese repues-to de manera inmediata. Y para dar muestra de su potencial, va-rios fotógrafos repartidos por la mansión, con la misión de sacar instantáneas de los miembros del clan con Diego: era la representa-ción más clara del poder. Poco a poco, Diego fue siendo más asi-duo a esas celebraciones. Cual-quier motivo era válido para estar horas y horas de juerga y diver-sión. El río de gasto no frenaba, pero Diego no se tenía que pre-ocupar. Si necesitaba dinero, allí estaban sus nuevos amigos. Con ellos, nada le faltaría.

Uno de sus primeros negocios con la Camorra fue la compra de una flotilla de coches... debido a su carácter caprichoso, Maradona se encaprichó de un ‘Ferrari Testa-rossa’ de color negro, similar al que lucía su actor favorito, Sylves-ter Stallone. Era un modelo único, perteneciente a una serie limita-da. Su carácter caprichoso le llevó a exigir que se lo comprasen. El problema vino cuando supo que tardarían casi cinco meses en con-seguirle uno. Montó en cólera, or-ganizando una bronca descomu-nal. Cyszterpiler tuvo entonces una ocurrencia genial. Habló con el mismísimo Agnelli, proponiéndo-le un trato publicitario: ¡Qué mejor que el mejor jugador del momento con el mejor coche del momento! No había mejor anuncio para todo el mundo. Dicho y hecho. Marado-na tuvo su coche en apenas tres semanas… Pero ahora los enoja-dos eran los miembros del clan Giuliani. ¡Cómo era posible que el símbolo del sur que luchaba con-tra los oligarcas del norte le hubie-ra comprado un vehículo de super-lujo a uno de sus más encarnizados rivales! Así que Die-go se vio abocado a comprarse

una flotilla de coches… e incluso un yate. Si en Barcelona, se consi-deraba un apestado, en Nápoles se sentía como en casa... hasta que conoció a Cristina Sinagra, una joven y guapa napolitana que representaba todo lo contrario a él. Tímida, guapa, humilde... Su personalidad encandiló a Marado-na hasta tal punto que entró como un obús en su vida. Pero los pro-blemas rápidamente aparecieron. Doña Tota, la madre del astro ar-gentino, no quería que su hijo se ‘distrajese’ e hizo todo lo posible por sabotear dicha relación. El pro-blema se radicalizó cuando Cristi-na se quedó embarazada y ante las presiones del entorno, tanto empresarial como familiar, de Die-go, decidió tener a su hijo. El clan maradonil la apartó de su lado y la dejó sola, abandonada, y en una ciudad en donde uno de sus di-chos más populares es ‘I figli so i figli’ (‘Los hijos son los hijos’), esa decisión fue como clavar un cuchi-llo a tus seres queridos. Algo co-menzó a romperse entre los napo-litanos y Diego. Cristina no se arredró e inició una demanda para que Maradona reconociera la pa-ternidad de su hijo, también Die-go. Tras años de lucha, el 6 de mayo de 1992, después de que Maradona se negara en tres opor-tunidades a realizarse la prueba de ADN, la jueza María Lidia de Luca confirmó la paternidad, auto-rizando a Sinagra a utilizar el ape-llido y ordenando al jugador argen-tino a pasarle una mensualidad de unos 3.000 euros de la época. La época de amor y fraternalidad en-tre el argentino y los napolitanos comenzaba a separarse, aunque

Dos enviados le entregaron una carta: la familia Giuliani

le invitaba a una fiesta. La Camorra aparecía en su vida

Conoció a Cristina Sinagra, una joven napolitana que representaba todo lo contrario a él: tímida, guapa, humilde...

ADMIRADO

EN EL MUNDO.

La figura

de Diego

Maradona

es admirada

en todo el

mundo.

Cuenta con

millones y

millones de

seguidores

que siguen

valorando

al crack

argentino.

12 13

aún habría un último intento de re-conciliación. Durante el Mundial de 1990, celebrado en Italia, se las apañaba para salir a escondi-das de la concentración argentina en Trigoria. En esas salidas, a ve-ces con permisividad de Bilardo, Maradona se dedicaba a... cenar por segunda vez y divertirse en ba-res y discotecas. Maradona lleva-ría al Nápoles a ganar dos ‘scudet-ti’ (1986-87 y 1989-90), una Coppa (1986-87), una SuperCo-ppa (1990) y una Copa de la UEFA (1988-89). Todo marchaba bien. Maradona estaba contento. La afi-ción más todavía... Pero Ferlaino no. Ferlaino se veía superado por todo lo que rodeaba a Maradona. Estando ya rota la relación, y can-sado de los continuos gestos del argentino, Ferlaino ansiaba hallar un punto por dónde romper la cuerda. Apretando a Guiilermo Co-ppola, nueva mano derecha del Diego, tras haber roto con Cyszter-piler (éste viendo lo que se aproxi-maba, decidió poner pies en polvo-rosa, dejando a Maradona solo ante el peligro). Y el peligro llegó de manera sucinta. En marzo de 1991, en un encuentro que el Nápoles tenía que jugar ante el Bari, Diego fue seleccionado para pasar un control antidopaje. Todo el mundo sabía que Maradona no hacía ni menos de 48 horas que había estado de fiesta, bebiendo y esnifando cocaína. Para él eso no suponía ningún peligro: desde que había llegado a la ciudad parteno-pea, un nutrido grupo de amigos le ayudaban a superar esos contro-les. ¿Cómo? Cambiando los tubos de la orina por otros que estaban completamente sanos, otros ami-

gos napolitanos que trabajaban en la Federación italiana modificaban los nombres de los jugadores que debían someterse al per tinente análisis para que no apareciera el de Diego... Pero algo había cam-biado. Aquel reconocimiento hizo saltar todo por los aires: su orina mostraba trazas de cocaína. Las autoridades italianas se le lanza-ron a la yugular. Diego se marchó a hurtadillas de una ciudad que se colapsó a su llegada en 1984. De repente, las ventanas se abrieron para escupir todas y cada una de sus fechorías. De pronto, prostitu-tas napolitanas explicaban con pe-los y señales sus fiestas con el ar-gentino. Apenas tres semanas después, un operativo policial alla-nó el departamento que Maradona tenía en el barrio de Caballito, en Buenos Aires. El jugador se encon-traba con dos amigos y fueron ha-lladas drogas en su poder, por lo que fue detenido por la policía. Un día después, tras el pago de una fianza de 20.000 euros al cambio, fue liberado. Si bien no se le inició un proceso penal, le ordenaron so-meterse a un tratamiento de reha-bilitación. La justicia italiana lo condenó, en septiembre de 1991, a 14 meses de prisión en suspen-so por tenencia de estupefacien-tes. Su idilio con Italia estaba roto. Habría que inventarse otro edén. Y ese edén apareció en la figura de un club español, el Sevilla, que de la mano de Luis Cuervas quería ser el centro del mundo. Transcu-rría el año 1992, Barcelona cele-braba los Juegos Olímpicos y la ciudad andaluza ostentaba la Ex-posición Universal. Su entrenador, un viejo conocido, Carlos Salvador Bilardo, le roneó la propuesta al presidente: “¿Y si intentamos fi-char a Maradona? Él me conoce, soy su padre futbolístico. Conmigo ganó el Mundial de México y juga-mos la final del Campeonato de 1990?”. La idea sedujo a Cuer-vas, que se lanzó a por el astro ar-gentino. Cerrado el acuerdo entre

club y jugador, quedaba otra pape-leta: romper su vínculo con el Nápoles, pero Ferlaino no estaba por la labor. Tras idas, venidas, re-uniones y más reuniones, FIFA me-diante, se llegó a un acuerdo. Ma-radona jugaría en el Sevilla. El comienzo fue prometedor... a la par que tranquilo por parte de Ma-radona. Incluso se cortó el pelo para ofrecer una imagen de serie-dad. No sería hasta la segunda par te del campeonato cuando todo se volvió a torcer: rumores de fiestas con compañeros hasta al-tas horas de la madrugada, visitas a un burdel (La Casita) día sí y día también, carreras de un Porsche Jaguar por las avenidas sevillanas: un día fue parado por saltarse va-rios semáforos en color rojo. Cuan-do lograron detenerle, Maradona se explicó: llevaba tan alta la mú-sica que no había oído las sirenas de los coches policiales, peleas con porteros de discoteca a la vez que espetaba una frase demoledo-ra “¡Tú no sabes quién soy yo!”. El asunto acabó con la salida del ju-gador en verano de 1993... tras ser atentamente vigilado por una empresa de detectives privados contratados por el club sevillano para que controlasen sus escapa-das nocturnas. Su último acto aconteció en el estadio Sánchez Pizjuán, ante el Burgos. Tras el descanso, y con un Maradona con la rodilla reventada de dolores, Bi-lardo decidió sustituir al Diez. Ma-radona, encorajinado, se dirigió al banquillo, le espetó un “hijo de p...” ante la mirada de todo el mundo, le tiró el brazalete de capi-tán a la cara y enfiló el pasillo de los vestuarios dando patadas y pu-

En marzo de 1991, y tras un partido ante el Bari, llegó el

escándalo: Diego dio positivo en un control antidopaje

Tres semanas después de su positivo en Italia, fue sorprendido con drogas en un apartamento en Buenos Aires

HUIDA A

SEVILLA.

Fichó por el

Sevilla como

medio de

huida de una

ciudad que

se le volvió

hostil. En

la capital

andaluza,

como en

sus otras

aventuras,

empezó bien

para acabar...

mal.

14 15

ñetazos a todo lo que se le inter-ponía en su camino. Esa noche, Bilardo acudió a la casa del Diego para pedirle explicaciones: Acabó con un puñetazo y la nariz y la amistad rotas para siempre. Tres días después, el club sevillano rompía cualquier tipo de relación con el argentino, que decidió re-gresar a su país. Tras lograr la cla-sificación para acudir al Mundial de Estados Unidos, en 1994, los jaleos volvieron a su vida. El 2 de febrero de 1994, Maradona dispa-ró con un rifle de aire comprimido a un grupo de periodistas y fotó-grafos que hacían guardia en la puerta de su finca en las cerca-nías de Buenos Aires. Por este hecho fue condenado a dos años de prisión en suspenso y a indem-nizar a los periodistas agredidos. Meses después sufriría un durísi-mo varapalo: tras el segundo par-tido del torneo, ante Nigeria, Ma-radona fue requerido para realizar el control antidopaje. Durante los días previos del partido frente a Bulgaria, su representante le co-municó que el control había dado positivo, lo que seguramente lo dejaría fuera del Mundial. En los análisis se le detectaron cinco sustancias prohibidas: efedrina, norefedrina, seudoefedrina, nor-seudoefedrina y metaefedrina. Fue suspendido por quince meses, por lo que tuvo que abandonar la con-centración argentina con una frase cruel: “¡Me cortaron las piernas!”. Pero seguía manteniendo su caris-ma. En 1995, en una conferencia en la Universidad de Oxford, se au-toproclamó “El mejor jugador de fútbol”. Ese viaje a Inglaterra con-cluyó con todo un vagón de Metro

solicitándole autógrafos… El moti-vo fue que Diego tenía que coger un avión en el aeropuerto de Hea-throw, y un estudiante argentino le recomendó que era mejor ir en me-tro que coger un taxi debido al co-lapsante tráfico existente. Diego aceptó, con una salvedad: debería ir disfrazado para que nadie le pu-diese reconocer. El plan marchaba según lo previsto… hasta que a falta de tres paradas para el final, otro viajero le reconoció y empezó a gritar su nombre. Diego, asusta-do, se quedó sin reacción, hasta que la gente le envolvió con abra-zos y gestos de cariño a la vez que le pedían decenas de autógrafos. ¡¡¡Ingleses pidiendo autógrafos a Maradona!!! Una de las innumera-bles pruebas irrefutables de que siempre tuvo, tiene y tendrá eter-namente el fervor de una grandísi-ma parte del público mundial.

Sin embargo, su carrera sin fre-nos continuaba. Al año siguiente, en 1996, protagoniza un escánda-lo mayúsculo en un hotel de Ali-cante. ‘Diegol’ había aterrizado en la capital mediterránea para estar únicamente 48 horas… e intentar pasar desapercibido. El motivo de la visita era médica, pero resalta-ba el motivo. Para gente de su en-torno, había llegado para reunirse con el doctor José Jacobo Zubcoff, especialista en Psiquiatría y Más-ter en Salud Mental, con el que es-tudiar y analizar una posible con-sulta. Para otros, dicha cita era con otro médico, Guillermo Laich, especializado en medicina deporti-va y residente en la ciudad alican-tina. Para terceros, venía a revisar las instalaciones de una clínica de desintoxicación de drogas… Al tér-mino del primer día, y tras ofrecer una entrevista en una emisora lo-cal, Maradona llegó a su hotel, su-bió a su habitación, se duchó, se cambió y salió a disfrutar de la no-che, pese a las negativas de Co-ppola. Pero es Diego. Maradona. Esa noche, el Pelusa comenzará en un burdel (pagará al dueño para

que expulse a unos hombres del local y le dejen campar a sus an-chas) y acabará… bien entrada la mañana accediendo al hall del ho-tel rodeado de dos mujeres. Será el recepcionista el que describa el estado de Maradona: “Muy ex-traño, entre exaltado y eufórico”. Lo peor vino después. Mientras el trío sube por el ascensor hasta la habitación del astro argentino, se produjo un corte de electricidad, quedándose encerrados en el cu-bículo durante un buen rato, hasta que la intervención del Cuerpo de Bomberos acabó con dicho encie-rro. Recuperada la normalidad, el ascensor regresó al hall… donde se desencadenó el infierno: Mara-dona, fuera de sí, arremetió con-tra todo y todos los que se interpo-nían en su camino: sillas y mesas volaban, un cenicero de mármol atravesó la entrada del hotel, un par de puertas, el techo y la puer-ta del ascensor y unas rejillas de madera saltaron por los aires… Todo a base de patadas y puñeta-zos mientras que sus pies y puños sangraban a la vez que chorreaba sudor y lágrimas, producto de su rabia e ira. No era el primer alter-cado que Maradona producía en la ciudad alicantina. En 1982, y con motivo de la celebración del Mun-dial, la selección argentina puso su lugar de concentración en la misma ciudad. Una tarde, a la hora de la siesta, un aburrido Ma-radona, que compartía habitación con Ossie Ardiles, le propuso a éste salir a dar una vuelta por los alrededores. Su fama ya era impa-rable. Dicho y hecho, los dos juga-dores se evadieron. Cuando Me-notti citó a los componentes para

Un viaje en el Metro de Londres acabó con todos los viajeros del vagón pidiéndole

autógrafos. La gente le quería

Disparó a periodistas, arrasó hoteles... su nombre se asociaba más con ‘escándalo’ que como mito del fútbol

CUESTA

ABAJO. En

1991, y tras

un encuentro

entre el

Nápoles y

el Bari, dio

positivo. De

esa manera

comenzaba

su ‘via crucis’

particular en

el Calcio... y

en su propia

vida personal.

16 17

realizar la sesión, se encontraron con que faltaban los dos jugado-res. Algunos pensaban que había sido un secuestro. Otros, una bro-ma. Tras una intensa búsqueda, la pareja apareció: habían estado en una iglesia viendo a unos niños re-cibir su primera Comunión.

En agosto de 1997 volvió a dar positivo en otro control antidopa-je. Fue su adiós al mundo del fút-bol. Su cuesta abajo proseguía: en 2000 tiene que ser sometido a una cura de desintoxicación en Cuba, tras una bacanal en Uru-guay, con prostitutas, coca y al-cohol en abundancia. Allí se so-meterá a una dura recuperación: perderá 25 kilos, olvidará las dro-gas y adoptará hábitos de vida sa-nos, pero un terrible choque entre el coche que conducía y una fur-goneta casi acaba con su vida. En 2002, su hijo Diego le asaltó en un torneo de golf que se celebraba en Roma. Cuando le vio, entró en pánico y salió huyendo. Más tran-quilo, solicitó su presencia: estu-vieron hablando un par de horas.

En 2004, y viendo en estado de trance a Boca Juniors, cayó de rodillas en el palco donde estaba. Rápidamente, fue llevado en am-bulancia hasta la clínica Suizo Ar-gentina, donde estuvo diez días ingresado antes de recibir el alta, pero los problemas continuaban salpicándole. Un diario mexicano, ‘Récord’, aseguraba que había ju-gado un encuentro homenaje a Carlos Hermosillo “bajo el efec-to de las drogas”, un partido que se había celebrado en 2002… y en el que, de un elenco de figuras (Klinsmann, Zamorano, Palencia, ‘Conejo’ Pérez…), sólo él había

cobrado por actuar (25.000 dóla-res, unos 28.250 euros de la épo-ca)… además de pedir en una de las cláusulas del contrato lucir el dorsal número 10, mientras que el resto de jugadores usó el núme-ro 27, el habitual con el que jugó Hermosillo toda su vida futbolísti-ca. Según dicho rotativo, 15 días antes del encuentro, Maradona se había recluido en un balneario tu-rístico en la ciudad de Ixtapan de la Sal, a unos 150 kilómetros del Distrito Federal, para perder peso y jugar dicho encuentro. Se puso manos a la obra, pero la fiesta y su afición por el tequila estuvieron a punto de provocar su expulsión del centro. El día del encuentro, el exfutbolista argentino Daniel Brailowski, nexo de unión entre el ‘Pelusa’ y los organizadores del partido, y otra persona, llama-ron a Maradona para viajar con él hasta la sede del encuentro. Al no recibir respuesta a sus llamadas, irrumpieron en la habitación, don-de el panorama que encontraron fue dantesco: Maradona estaba acostado semidesnudo, en una recámara llena de toallas empa-padas en sangre, producto de hemorragias nasales provocadas por la inhalación de cocaína. Aún así, Maradona jugó dicho partido. Llegó al estadio en un helicóptero privado… 20 minutos después de haber comenzado dicho encuen-tro. Entró al terreno de juego en medio de una sonora pitada, y apenas pudo participar. Jugó 38 minutos antes de ser sustituido. En el vestuario, tuvo un golpe de hambre y se comió una pizza.

Pero su vida llena de escánda-los no paraba. En enero de 2006, mientras estaba de vacaciones en la Polinesia, fue acusado de rom-perle un vaso en la cabeza a una mujer después de que ésta hubie-se tenido un altercado con su hija Gianina. Fue solucionado extraju-dicialmente. Como seleccionador argentino tiempo después el so-noro “Que la chupen. Que la sigan

chupando. Esta clasificación va para todos los argentinos, menos para los periodistas” dedicado a la prensa al lograr clasificar a Argen-tina para el Mundial de Sudáfrica de 2010 fue recibido por vítores de los aficionados albicelestes.

El penúltimo escándalo fue un vídeo emitido en el programa ‘No-sotros al Mediodía’, del canal de televisión argentino ‘El Trece’, en el que se ve a Maradona agredien-do físicamente a su última pareja, Rocío Oliva. En las imágenes se ve a Diego, visiblemente afectado por el alcohol, critica a la chica, de 24 años, por utilizar el móvil: “Se-guí mirando el teléfono vos”, dice el exfutbolista mientras se acerca cada vez más a Oliva hasta que la golpea en varias ocasiones. Mien-tras, Rocío (detenida el pasado mes de julio al ser acusada por el propio Diego de robarle dinero en Dubai), que está grabando la esce-na con su teléfono móvil, le pide que deje de pegarle. Sin embargo, lo que parecería una nueva desfa-chatez del ‘Pelusa’ se convirtió en una sorpresa: su novia anunciaba su boda. Otro capítulo en la vida del Diego, que hace apenas unas semanas era cazado cenando con su novia y... una hija que tuvo hace 18 años, cuando militaba en Boca Juniors a su regreso del fútbol eu-ropeo. La joven, llamada Jana, es la cuarta hija y segunda no reco-nocida (la Justicia argentina deter-minó hace seis años que era hija suya) del ‘Pelusa’, y a la que Diego se está acercando para tener más contacto. Y es que así es Diego. Un carácter que nunca deja a na-die indiferente. Porque Maradona es Maradona. Y punto.

Un periódico mexicano le acusó de jugar un encuentro

homenaje estando bajo los efectos de las drogas

Su último escándalo es un vídeo grabado con un móvil en el que agredía a su novia. Ésta anunció su boda con el astro...

EN CUBA.

Diego

Maradona

se baña

en aguas

cubanas,

adonde llegó

en el año

2000 para

recuperarse de

su exceso de

peso... y de su

relación con

las drogas.

18 19

PETER LIM

El magnate asiático se convirtió en diciembre en el

nuevo dueño del Valencia. AS Color

hace un repaso a su vida y a sus

vinculaciones con el mundo del deporte.

EL HIJO DEL PESCADERO YA

TIENE EQUIPO

20 21

CONRADO VALLE /

Peter Lim (Singapur, 1950) ya tiene lo que quería. Lo

que ansiaba. Lo que buscaba. Un equipo de fútbol. En Europa. En España. Concretamente en Valen-cia. El club fundado en 1919 tie-ne desde diciembre nuevo dueño. De Singapur. El primero extranjero de su historia. Peter Lim, el hijo de un pescador, hace su desem-barco en la Liga española, en un país que, a diferencia por ejemplo de Inglaterra, no ha tenido hasta la fecha suerte con los inversores que han llamado a su puerta.

Posiblemente Peter Lim tenga poco que ver con Roman Abramo-vich o Nasser Al-Khelaifi. Ni tiene la fortuna del dueño del Chelsea o del PSG ni tampoco sus concep-tos de proyectos de club de fútbol son similares, aunque de prime-ras con su llegada el Valencia se ha reforzado por valor de cien mi-llones de euros en cuatro refuer-zos en los que de manera directa o indirecta ha participado, como son los de Negredo, Rodrigo, An-dré Gomes y el último de Enzo Pé-

rez. Por ellos y por otros gestos el nuevo dueño del Valencia nada tiene que ver con Alí Syed o Dimi-try Piterman, ni tan siquiera con la fugaz apuesta de Al-Thani por el Málaga. Como dijo Lay Hoon, mano derecha de Peter Lim en la sociedad Meriton Holdings y nueva y primera presidenta del Valencia CF SAD, “venimos para estar mucho tiempo” y “el Valen-cia es nuestra inversión más im-portante”.

Peter Lim se convierte en el primer dueño extranjero del

Valencia en los casi 96 años de historia de la entidad

El día después de ver en direc-to el Valencia-Elche y darse su pri-mer baño de masas en Mestalla, Peter Lim se marchó en su jet-pri-vado a Manchester. En la ciudad inglesa, además de un hotel te-mático de fútbol en los alrededo-res de Old Trafford, tiene un pal-co privado desde el que presenció el United-Chelsea. Porque ese, el fútbol (y los coches de alta gama), es el hobby de este multimillona-rio que ocupa el puesto 736 en

la lista Forbes (su for tuna está estimada en 2.500 millones de dólares, noveno más rico de Sin-gapur).

En Manchester, tras el partido, compartió mesa y mantel con al-gunos de sus socios en otro club del que también es accionista (50 por cien del capital social), el modesto Salford City. Fueron sus amigos Paul Scholes, Ryan Giggs, los hermanos Neville y Nicky Butt los que le convencieron para que

invir tiera con ellos dos millones de euros en un equipo que mili-ta en la Octava División inglesa, sin otro fin en su proyecto que el

El magnate de Singapur ocupa el puesto 736 en la lista Forbes y se estima que su fortuna asciende a 2500 millones

SU PRIMERA

VISITA. Peter

Lim visitó

por primera

vez Mestalla

en loor de

multitudes el

pasado 25 de

octubre, dos

días después

de que su

sociedad

Meriton

y Bankia

alcanzaran

un acuerdo de

refinanción.

RECIBIMIENTO

CARIÑOSO.

Peter Lim

sintió desde

el primer día

el respaldo

de la afición

blanquinegra

a su proyecto,

una imagen

a la que ha

contribuido

Amadeo Salvo.

22 23

de formar a jóvenes talentos en esta pedanía próxima a la ciudad de Manchester, donde las leyen-das mencionadas del United en-trenaban en sus inicios cuando la Ciudad Deportiva de los ‘Reds’ se ubicaba allí.

A Peter Lim se le asocia en el mundo del fútbol como el amigo de Jorge Mendes. Y lo es. De he-cho son socios en el fondo Qua-lity Sports Investment. De hecho en el último partido que presen-ció Peter Lim en Mestalla, el duelo que ganó su Valencia al Real Ma-drid, el ‘agente de los agentes’ le acompañó durante y después del partido. Pero sus íntimos vincula-dos a este deporte no se limitan a Jorge Mendes. Lo es también Cristiano Ronaldo, al que acom-pañó a la última gala de entrega del Balón de Oro y un futbolista que el pasado verano par ticipó en un campus en Singapur orga-nizado por la Fundación Olímpica de la cual Lim es su principal me-cenas.

Son también íntimos de Lim los ex del United mencionados, en especial Phil Neville y Paul Scho-

les. Peter Lim no quiso perderse la final de la Champions de Lisboa entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid, día en el que almorzó, con entre otros, el dueño del PSG, el del Mónaco, el del Manchester City… y con Nuno Espírito Santo, que ya entonces era su elegido para entrenar a su Valencia.

Al magnate asiático le ha cos-tado un largo año hacerse con la propiedad del 70,06 por cien del Valencia. Doce meses intensos y, por momentos, tensos (prác-

Neville y Scholes son íntimos del nuevo dueño del Valencia, como también Cristiano y en

especial Jorge Mendes

ticamente cada día lo eran). En verdad no era un proceso senci-llo. No era como ir a una tienda y comprarse un futbolín. Más allá de los intereses de cada una de las partes implicadas, el Valencia era una entidad a la que Juan So-ler dejó colgada de un hilo. Turbu-lencias sociales y económicas a los que gestores posteriores no pudieron, supieron o dejaron en-contrarle una solución.

Una deuda de 550 millones, un estadio a medio construir, otro

con una orden judicial de derribo, una PAI para una futura ciudad depor tiva en Porxinos decreta-do por el Tribunal Supremo como nulo, permutas no pagadas… y, principalmente, una Fundación (máxima accionista del club) con un préstamo vencido de 81 millo-nes de euros —y avalado por ins-tituciones públicas— incapaz de devolver. De ahí que la sociedad se viera abocada a la venta. Y así lo entendió y decidió su principal acreedor: Bankia. Por todo ello,

en diciembre de 2013, se col-gó en Mestalla el car tel de ‘Se vende’.

A la tercera llegó la vencida para Peter Lim. Porque antes de convertirse en el propietario del Valencia CF SAD, el magnate asiá-tico lo había intentado, primero (y de manera más insistente), para serlo del Liverpool, por el que pre-sentó oferta en 2010 aunque en aquella ocasión el Royal Bank Of Scotland rechazó su propuesta; después, aunque más tanteando que pujando, Peter Lim sondeó a Miguel Ángel Gil y Enrique Cere-zo por la situación accionarial del Atlético de Madrid. En ambas sin éxito.

En su día, en concreto en fe-brero de 2013, gente de su so-ciedad se reunió en París con Manuel Llorente para preguntar-le precisamente por el Valencia, aunque su verdadera carrera por la entidad valencianista comenzó en octubre de 2013, cuando a tra-vés de Jorge Mendes le llegó la posibilidad de poder invertir en el Valencia, siendo desde el primer día su oferta por la que realmen-

Meriton Holdings había intentado antes sin éxito hacerse con la propiedad del Liverpool y Atlético de Madrid

UN NUEVO

ORDEN EN EL

VALENCIA.

El pasado 1

de diciembre

se celebró

la Junta de

Accionistas

en la que se

aprobó la

composición

de un nuevo

Consejo en el

que solo hay

dos españoles

entre nueve

consejeros,

Amadeo Salvo

y Manuel

Perís.

UN AÑO

NEGOCIANDO.

Lim llega

al Valencia

de la mano

de Amadeo

Salvo, que

desde el

primer

instante

apostó por

la oferta del

magnate

asiático.

KIM LIM, LA

EMBAJADORA

CHÉ. La hija

pequeña de

Peter Lim,

Kim Lim, se

ha convertido

en una de

las mejores

embajadoras

del Valencia

en las redes

sociales.

24 25

te apostó Amadeo Salvo, con el que se reunió por primera vez en octubre en Singapur, en una cita fijada para en teoría hablar solo de financiación para reanudar las obras del nuevo estadio y que, fi-nalmente, ha desembocado en que Peter Lim sea el accionista mayoritario del Valencia.

El Valencia se convierte así en la sociedad número 19 que con-trola en mayor o menor proporción Meriton Holdings, sociedad con sede en Hong Kong y desde la que gestiona todos sus negocios Pe-ter Lim. Sus tentáculos empresa-riales abarcan desde clínicas pri-vadas (Thompson Medical Centre o Healthway Medical Corporation) hasta restaurantes temáticos (Cafe Footbal o Café Iguana). Des-de negocios inmobiliarios (Vanta-ge Bay o Thomson Iskandar) hasta producción de cerveza artesanal (Brewekz). Desde el mundo de la moda (FJ Benjamin) hasta el auto-movilístico (McLaren o Fastrack Autosports). Desde imprentas de seguridad (UPP) hasta fondos de inversión y consultoras (Rowsley o Soverus Security Solutions). En

sus negocios, el mundo del depor-te de élite está siempre presente. Peter Lim tiene presencia desde el 2011 del Consejo de Adminis-tración de McLaren Automotive y es un asiduo a los Padocks de los Grandes Premios del Mundial de Fórmula 1 (principalmente los que se celebran en Asia). Además, tie-ne los derechos de franquicia del Manchester United para explotar su imagen a través de una red de restaurantes temáticos en Asia. Pero, además de su vertiente em-presarial, Peter Lim pasa por ser

Meriton Holdings, sociedad de Lim, controla 19

multinacionales de diferentes ramas empresariales

uno de los principales mecenas de depor tistas de Singapur. De hecho, según también la revista Forbes, ocupa el puesto 48 entre los principales filántropos de Asia. El nuevo dueño del Valencia, en los últimos diez años, ha contri-buido con más de ocho millones de euros para que el Comité Olím-pico de su país conceda becas a sus jóvenes promesas.

A sus 61 años de edad, el hijo del vendedor de pescado del ba-rrio Bukit Ho Sweet; aquel niño que compartía piso con sus dos

hermanos y cuatro hermanas; el joven que trabajó como taxista, como cocinero y como repartidor de comida a domicilio; el estu-diante que se licenció en Contabi-lidad por la Universidad Occiden-tal de Perth de Australia gracias a la beca que le fue otorgada por las autoridades de Singapur por sus excelentes notas en Secun-daria; el intrépido corredor de bolsa que siendo un treintañero se ganó el apodo de ‘Rey de las Comisiones’, el hombre que co-menzó a construir su imperio en

1990 invirtiendo en una empresa de aceite de palma (Wilmar Inter-national)… hoy, Peter Lim, casa-do y con dos hijos, ha cumplido un sueño. Valencia Club de Fútbol SAD se llama.

Peter Lim comenzó a construir su imperio en 1990 cuando invirtió en una empresa de aceite de palma en Singapur

EN EL

PALCO, LA

EXCEPCIÓN.

Lim presidió

junto a José

Sepulcre y

Amadeo Salvo

el duelo entre

el Valencia y el

Elche, si bien,

su intención

es ver los

partidos

desde su palco

privado y sin

corbata.

EN MESTALLA,

EN TRES

PARTIDOS.

Peter Lim

tiene un

palco privado

justo detrás

del palco de

autoridades.

Hasta la fecha

ha asistido a

los partidos

ante el Elche,

Barcelona y

Real Madrid.

26 27

HENRYCuando un jugador decide poner fin a su carrera se conoce el veredicto definitivo sobre el alcance de su figura. Los más grandes son elogiados por toda la platea futbolística. El adiós de Henry amasó el halago de jugadores, entrenadores y prensa.

THIE

RRY

EL ADIÓS DEL FUTBOLISTA SOLITARIO

28 29

JAVIER SILLES /

La envergadura de la trayec-toria de un futbolista se le-

gitima en el momento del anun-cio de su retirada. En un deporte de memoria frágil, de convulsión casi diaria, con juicios poco dura-deros e inclinados por la afiliación a unos colores, cuando un jugador decide poner el broche a su carre-ra se conoce el veredicto definitivo sobre el alcance de su figura. Los más grandes, los únicos, recibirán el elogio unánime y espontáneo de toda la platea futbolística. El adiós de Henry es todo eso. Ama-sa el halago encendido de jugado-res, entrenadores y prensa.

“Se va el Rey”, tituló en su por-tada L’Equipe. “Una leyenda”, di-jeron de él La Gazzetta y The Sun. Hasta el New York Times privile-gió su estampa. “Un icono, más que un futbolista”. El torrente de alabanzas fue aún mayor entre los que fueron sus compañeros, entrenadores y rivales. “Tuve la suerte de jugar con vos”, publi-có Messi en las redes sociales. “Era excepcional”, recordó Blanc. “Está entre Zidane y Platini”, le si-tuó Wiltord cuando le preguntaron por su lugar en el fútbol francés. “Nos hechizó a todos”, resumió Cesc. El mundo a sus pies.

Seguro que Henry no se sintió del todo cómodo con tanta loa ha-cia su persona. Quienes le cono-cen bien, saben que se trata de

una persona reservada y pruden-te. Nunca le gustó la etiqueta que le colocaron de “futbolista glamu-roso y orgulloso”. “Esa visión no se corresponde con la realidad. ‘Titi’ es tímido y sencillo”, reme-moró hace pocos días Raymond Domenech, ex seleccionador galo entre 2004 y 2010, en una entre-vista con Le Monde. Henry siem-pre se quiso despojar de ese tra-je que le habían impuesto y se definía como alguien solitario y retraído.

Su infancia marcó decidida-mente su personalidad. Hijo de Antoine y Maryse, originarios de Guadalupe y Martinica respecti-vamente, nació en el hospital ma-ternal de Les Ulis, población de 26.000 habitantes situada a 20 kilómetros de París. Casi la mitad de sus residentes eran inmigran-tes. No creció en un ambiente pro-picio. Sólo la rectitud de sus pa-dres le evitó problemas. Muchos de los que eran sus amigos están o pasaron por instituciones peni-tenciarias. “Aprendí un montón de cosas en la calle. Si pudiera esco-ger repetiría todo lo vivido allí. Vi cosas duras pero por suerte tuve unos padres atentos. A veces no entendía por qué mis amigos po-dían salir de noche y yo no. Eso me frustraba. Le preguntaba a mi madre si me dejaba salir y la respuesta siempre era ‘no’. Hay montones de jóvenes que no es-cuchan a sus padres y eso es un problema. Los míos fueron duros y así pude salir adelante”, confe-só Titi tiempo después.

El balón fue su refugio particu-lar. Su padre le inculcó su pasión desmedida por el fútbol. “Veía que cuando jugaba él era más feliz que yo”, aseveró el propio Henry en una entrevista con Sport. Era,

MAGIA. Los periódicos más importantes del mundo

destacaron en sus páginas deportivas la retirada de

Henry y todos coincidieron en describirle como un

auténtico mago con el balón.

Su padre le inculcó su pasión desmedida por el fútbol. “Veía

que cuando jugaba, él era todavía más feliz que yo”

a la vez, su mayor admirador y su mayor crítico. “Un día marqué seis goles. Entré en el coche y vi a mi padre muy serio. Le pregunté qué pasaba y me recriminó que había fallado un centro en el minuto 10, un gol en el 14’… Nunca me ha-blaba de las cosas buenas y cre-cí pensando en cómo mejorar mis fallos”, evoca.

Antoine quería que su hijo lle-gase a ser profesional y estaba convencido de ello. Tanto empeño puso que fue despedido en su tra-bajo de guardia de seguridad por llegar dos horas tarde como con-

secuencia de llevar a Titi a jugar un partido.

Ni la separación de sus padres cuando él tenía ocho años cambió de modo alguno el guión. Henry quedó bajo la custodia de su ma-dre y se trasladaron a vivir a Or-say. También su hermano mayor Willy se fue con ellos. Antoine acu-día cada fin de semana a presen-ciar en directo los encuentros de su hijo por todos los equipos que pasó: Les Ulis, Palaiseau y Viry-Châtillon. En este último club, con 13 años, su nombre emergió con fuerza en los radares de los con-

DESPEGUE.

Arnold

Caldeno,

ojeador del

Mónaco,

quedó

prendado

de las

condiciones

de Henry. El

club acometió

su fichaje con

16 años.

30 31

juntos más importantes de Fran-cia. Arnold Caldeno, ojeador del Mónaco, quedó prendado de sus condiciones físicas y técnicas: “Yo le conocí cuando era benjamín en el Palaiseau. Era muy rápido y con grandes cualidades de velocidad innata y sobre todo una gran faci-lidad en el juego. Sus seis goles con el Viry-Châtillon sin apenas despeinarse en un partido ante el Sucy fueron determinantes para nosotros”.

Caldeno le recomendó seguir con su formación en la Acade-mia de Clairefontaine. Ingresó en marzo de 1990 a pesar de que el director del centro era reacio a aprobar la admisión por sus po-bres notas. Por aquella residen-cia han pasado jugadores de la talla de Trezeguet, Anelka o Ga-llas y otros más recientes como Ben Arfa y Matuidi. Henry desta-có desde un primer momento. Con su padre con la mirada fija sobre él. “¿Ven a ese chico? Recuerden su nombre. Será profesional y ju-gará en la Selección de Francia”, gritó un día Antoine desde la gra-da. Pasó al Versalles y el Móna-co, con la bendición de Arsène Wenger, acometió finalmente su fichaje a la edad de 16 años. “Si tú no vienes a Mónaco, no sabrás nunca lo que podrías haber llega-do a ser. La materia prima tú la tienes”, le espetó Caldeno. Con esa frase Titi y su familia queda-ron convencidos. Comenzaba así su fulgurante carrera en el fútbol profesional.

Es imposible disociar el éxito de Henry de la confianza y aliento que siempre le brindó Wenger. Su relación iba más allá de la de fut-bolista-entrenador. Wenger le alec-cionó humanamente, le mostró conceptos tácticos y le hizo pen-sar en el colectivo. “Es mi padre espiritual”, reconoce Titi. Con 17 años le hizo debutar en la Ligue 1 ante el Niza. Ocho meses más

tarde marcaba sus primeros goles en un partido frente al Lens.

Henry siempre se había des-envuelto como nueve en las ca-tegorías inferiores. Sin embargo, Wenger le reubicó en el extremo izquierdo, una posición determi-nante en su trayectoria aunque él siempre prefirió ser la referencia ofensiva central. Sonny Anderson le cerraba el paso. El que luego sería jugador del Barcelona entre 1997 y 1999 fue uno de los prin-cipales apoyos de Titi en el ves-tuario del Mónaco. Le llevaba en coche a los entrenamientos y con-centraciones y le transmitía todas sus experiencias y su respaldo. Henry le respetaba. Como home-naje a él, empezó a ponerse las medias más altas de lo normal, lo mismo que hacía Sonny.

Se ganó sobre el terreno de juego y fuera de él la considera-ción de compañeros y rivales. Fue nombrado mejor Futbolista Joven de Francia en 1996 y conquistó la Ligue 1 y la Supercopa en 1997. La llamada de la selección gala no se hizo esperar. El seleccionador Aimé Jacquet anunció su convoca-toria para un amistoso ante Sudá-frica ese mismo año. Henry entra-ba en sus planes para el Mundial de Francia de 1998. Eligió el dor-sal 12 por Van Basten, su ídolo de pequeño, que lució también este mismo número con Holanda. La cita más importante de la histo-ria de los bleus tuvo en Titi a uno de los grandes tutores de la glo-ria gala.

Henry comenzó como un tiro el Mundial. Titular para sorpresa de muchos al tratarse de un ju-gador todavía poco conocido en el panorama internacional y de cor ta edad (21 años), hizo tres goles en los dos primeros parti-dos: uno a Sudáfrica y otros dos a Arabia Saudí. Su gesto retrata-ba la ilusión reinante en Francia por ser campeón del mundo. Con

‘PADRE ESPIRITUAL’. Es imposible disociar el éxito de Henry

de la confianza y aliento que siempre le brindó Wenger. Su

relación siempre fue más allá de la de futbolista-entrenador.

DOBLETE. Thierry Henry se marchó de Inglaterra con la

satisfacción de haberse fotografiado en dos ocasiones con el

trofeo de campeón de la Premier, en 2002 y en 2004.

CATAPULTA. Francia ganó su Mundial en 1998 y Henry,

máximo goleador bleu, dio el salto definitivo al estrellato.

TENSA RELACIÓN. La etapa de Rymond Domenech al

frente de la selección francesa supuso un constante

tira y afloja entre el técnico y Thierry Henry.

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todo, poco a poco perdió fuelle en aquel equipo en detrimento de Guivarch. Salió del once en los cuartos de final ante Italia, aun-que luego sustituyó a Karembeu y transformó su penalti en una tanda agónica con final feliz para el combinado galo. En la goleada en la final a Brasil, no jugó ni un minuto. Aun así, acabó el torneo como máximo realizador bleu tras los tres tantos que anotó en la fase de grupos. El Mundial era la confirmación absoluta del futbolis-ta que prometía ser. La Juventus se lanzó a por su fichaje y desem-bolsó 17 millones de euros para hacerse con sus servicios.

Siempre dijo haber meditado mucho aquella decisión, todos los pormenores y consecuencias que entrañaban su fichaje por un equipo italiano. El Calcio no pa-recía el tapete idóneo para con-tinuar con su imparable progre-sión. Llegó a una Juve campeona, con Zidane como máxima estre-lla y con Del Piero e Inzaghi como acreditados delanteros de primer nivel. Nunca se encontró en el vie-jo Delle Alpi. Ancelotti, por enton-ces entrenador bianconeri, le situaba casi de interior zurdo. Llegó a jugar hasta de lateral algún partido. “Nunca supe que podía usarlo de delan-tero, después de verlo en Arsenal supe que había co-metido un gran error”, se lamentó con el paso del tiempo el hoy entrenador del Real Madrid. La aven-tura de Henry en Italia sólo duró seis meses, los peo-res de su carrera. Marcó tres goles en 16 partidos. Estaba como loco por salir

A LA JUVE... Tras el Mundial de Francia, casi todos

los equipos grandes de Europa se fijaron en Henry.

La Juventus cerró su fichaje por 17 millones de

euros, aunque su ciclo en Italia sólo duró seis meses.

de allí y Wenger golpeó otra vez a su puerta.

El Arsenal pagó 13 millones de euros por él. Wenger le dio la al-ternativa en la delantera, abando-nando su idea inicial de acostar-le a la banda izquierda. A su lado jugaba Dennis Bergkamp. “Apren-dí mucho de él. Era un tipo increí-ble. Le llamaban Ice Man porque no sonreía nunca pero en el ves-tuario era la bomba. Tenía una ac-titud intachable”, recapitula Titi. Pronto surgieron las dudas. Hen-ry estuvo los dos primeros meses sin marcar. La crítica se cebaba con él y con su valedor. Los goles

terminarían llegando. La fe que le profesaba Wenger fue su principal alimento. El técnico alsaciano sa-bía el talento que tenía entre ma-nos y lo explotó al máximo.

Henry se erigió en el jugador más importante de la historia del Arsenal, reconocido como tal por los propios seguidores del con-junto londinense. En su primera temporada como futbolista gunner acabó marcando 26 goles. A par-tir de ahí sus cifras se dispararon. En ocho campañas, hizo 228 tan-tos, siendo cinco veces máximo goleador de la Premier League y dos Bota de Oro. El hechicero de

Highbury levantó un mito alrede-dor de su figura. Echando la mira-da atrás, resulta inconcebible que no ganase el Balón de Oro. Su nombre aparece en todas las nó-minas de grandes jugadores que no se hicieron injustamente con el mayor premio individual a un fut-bolista. Él se lo tomaba con cierto humor. Cuando estaba en la cús-pide y se le relacionó con el Real Madrid, utilizó la ironía a modo de descarga: “Aún no puedo jugar allí porque no tengo el Balón de Oro”, aludiendo a la política de fichajes galácticos de Florentino Pérez.

“Es esa clase de jugador que puede arrancar con el balón en el centro del campo y anotar el gol que nadie en el mundo puede marcar”, decía de él Wenger. Era la elegancia en un campo de fút-bol. Era diferente. Levitaba sobre el césped. “No se puede regatear sin saber bailar”, repetía incesan-temente. Todavía se recuerda su

‘hat-trick’ ante el Wigan en el úl-timo partido del extinto Hig-hbury.

Los éxitos colectivos, la esencia del fútbol, también llegaron. El Ar-senal de Wenger se dis-tinguió en todo el mun-do por ser un equipo de propuesta alegre y talante ofensivo. Le sir vió para ganar dos Premier (2002 y 2003) y tres FA Cup (2002, 2003 y 2005). En Eu-ropa la historia fue dife-rente. Sólo en la tempo-rada 2005-06 estuvo a

un paso de conquistar la Champions League. Su ex-hibición en el Bernabéu en

¡MENUDA PAREJA! Wenger aprovechó la mala

adaptación de Henry al fútbol italiano para

llevárselo al Arsenal por 13 millones (una ganga).

Compartió delantera con Dennis Bergkamp.

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octavos de final, con gol incluido, introdujo al Arsenal en el grupo de favoritos. Luego eliminó a Juven-tus y Villarreal. El Barcelona espe-raba en la final. Henry sigue mal-diciendo todavía aquel par tido. Valdés le desesperó. Le hizo tres paradas que hubiesen cambiado el devenir del encuentro. El con-junto gunner se adelantó con un gol de Campbell, pero Eto’o y Be-lletti dieron la vuelta al marcador. Titi acabó desolado. Nunca antes lo había tenido tan cerca.

Henry era un estandarte en In-glaterra y había ganado todo con Francia. Tras el Mundial del 98, fue también la seña de identidad de la selección gala campeona de la Eurocopa 2000 y de la Copa Confederaciones 2003. Sin em-bargo, el sueño de la Champions le acosaba. El mismo Barça qui-so ficharle aquel verano de 2006, pero la operación no fructificó. In-tuía que en el conjunto del norte de Londres sería has-ta difícil repetir la condición de finalista. Un año más tarde, tras un curso compli-cado marcado por molestias físicas, recaló por fin en el Camp Nou. No fue una contrata-ción sencilla. “Las negociaciones con el Arsenal se rom-pieron al menos 15 veces”, desveló Fe-rrán Soriano, vicepre-sidente del club azul-grana. El acuerdo se cerró en 24 millones. Con Titi fue más sim-ple. Txiki Begiristain, entonces secretario técnico culé, no paró hasta persuadirle. Henry firmó cuatro temporadas por el Barcelona. “Cuando salí del Arse-nal, parte de mí murió. Lloré, y yo no suelo llorar, ni siquiera cuando era un niño”, reveló tiempo des-pués en L’Equipe. Su silueta que-dó inmortalizada en una estatua

GOLES Y MÁS GOLES. En su primera etapa en el Arsenal (ocho

temporadas), Thierry Henry fue el máximo goleador de la Premier en

cinco ocasiones y ganó dos veces la bota de oro.

RECUERDO IMBORRABLE. La silueta de Henry permanece inmortalizada en una estatua de bronce a las puertas del flamante Emirates

Stadium, el nuevo hogar del Arsenal.

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de bronce a las puertas del fla-mante Emirates Stadium, nuevo hogar gunner.

En el Barça nunca adquirió la preeminencia que tuvo en el Arse-nal. Aquello parecía inalcanzable desde el principio. Su primer año, con Rijkaard en el banquillo y un equipo cuesta abajo, no fue el de-seado a pesar de marcar 19 go-les. Guardiola cambió, al curso si-guiente, el rumbo de una plantilla bajo una dinámica perdedora y en-sambló un conjunto sobresaliente y que rompió todos los moldes. Henry fue uno de los principales culpable de la fama de aquel gru-po victorioso. Formó una tripleta atacante de lujo con Eto’o y Mes-si. No le gustaba en demasía, pero volvió al extremo izquierdo.

Todo por aquella Champions so-ñada. Le faltaba ese título en su vitrina y lo logró.

La temporada fue inmejorable. El Barça ganó Liga, Copa y Cham-pions (luego completó aquel sex-tete histórico tras vencer en la Su-percopa de España, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clu-bes). Y una victoria por encima de todas: el 2-6 del Bernabéu. Henry, con su doblete, se bautizó desde ese día como leyenda culé. Aguan-tó una campaña más en Can Ba-rça, logrando otra Liga. Acuciado por las lesiones, dispuso marchar-se a una liga menor y a un país que le enamoraba desde niño. El New York Red Bulls de la MLS se-ría su próximo destino. Quizá una polémica de dimensión mundial

también pudo tener que ver con aquella temprana decisión…

La ‘Main de Dieu’. Seguro que recuerdan aquel gol con la mano de Henry vistiendo la camiseta de Francia en una repesca mundialis-ta ante Irlanda que significó la cla-sificación bleu. La acción, volun-taria a todas luces, traspasó las fronteras del deporte. ¿Héroe o villano? Irlanda demandó a la FIFA la repetición del partido, algo que el máximo organismo del fútbol mundial desestimó. En la propia Francia discutían sobre la idonei-dad de la jugada. El presidente galo, Nicolas Sarkozy, se discul-pó con el primer ministro irlandés, Brian Cowen, durante una cumbre de la Unión Europea en Bruselas. Henry estaba en el ojo del hura-

ESCORADO. Henry formó una tripleta atacante de lujo en

el Barcelona con Messi y Eto’o, aunque tuvo que ocupar el

extremo izquierdo, un puesto que no le atraía demasiado.

SUEÑO HECHO REALIDAD. Con la camiseta del Barcelona,

Henry por fin pudo conquistar la Champions con la que

tanto soñaba, el título que le faltaba.

AÑO PERFECTO. El Barça ganó la Liga, la Copa, la

Champions... y logró una victoria histórica por 2-6 en el

Santiago Bernabéu, con doblete de Henry.

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cán. Él siempre defendió que fue una reacción instintiva e, incluso, abogó por la repetición del parti-do. Le tildaron de “tramposo” y le dedicaron calificativos como “enemigo del fútbol”. Los que le conocían salieron a su amparo. “No fue algo premeditado”, ates-tiguó Guardiola. “El fútbol y el de-porte están llenos de héroes que han hecho diez veces más tram-pas que Thierr y. Los que com-pran a los árbitros, los que se dopan, esos son los verdaderos tramposos. Henry tiene muchos años de comportamiento hones-to a sus espaldas. La forma en que está siendo ataca-do no es correcta. Es el gran perdedor de esta historia”, incidió Wenger. Francia y Henry jugaron el Mundial de Sudáfrica. Al término del mismo, co-municó su adiós de la se-lección gala. Se iba como el máximo goleador de la historia bleu (51 tantos), segundo jugador con más partidos disputados (123) y el único que había participado en cuatro Mundiales (1998, 2002, 2006 y 2010).

“Yo como fútbol, sueño fútbol, respiro fútbol. No estoy loco, sólo soy un apasionado”. Una de sus frases más rese-ñables sirve para definir su última etapa como profesional. El retiro do-rado en el New York Red Bulls duró cuatro años, sin contar el regreso de cuento de hadas al Arse-nal en enero y febrero de 2012. Henry supuso un influjo de aire fresco que realzó social y futbolísti-camente la MLS.

Disfrutó del anonimato fingido con el que se movía en la gran manzana, de la tranquilidad rela-tiva que percibía alejado de los ca-laderos de popularidad y fascina-ción continua. Un espacio que le retrotraía a su infancia. “Cuando mis padres se separaron, mi her-mano y yo nos fuimos con mi ma-

dre. Willy, mayor que yo, hizo el servicio militar y me quedé solo en casa con ella. Tenía 11 años. Me sentía como si fuera hijo úni-co. No me dejaba salir y pasaba muchas horas solo. La gente no lo entiende, pero me gusta estar solo. Me recuerda a mis años de juventud”.

DULCE RETIRO. Su retiro en el New York Red Bulls, sin contar el regreso al

Arsenal en enero y febrero de 2012, duró cuatro años. En Estados Unidos

pudo disfrutar del anonimato y de la tranquilidad que buscaba.

‘MAIN DE DIEU’. El gol con la mano que

marcó Henry ante Irlanda en la repesca

mundialista y que supuso la clasificación

de Francia le situó en el punto de mira de

todas las críticas del planeta.

FEDERER(Los datos hasta

las 1000 victorias)MARTA RODRÍGUEZ PELETEIRO /

CON NÚMEROS, SOBRAN LAS PALABRAS

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1Copa Davis ganada este pasado noviembre a Francia, la primera en las vitrinas de Suiza, tras un espectacular partido de dobles con Stan Wawrinka ante Richard Gasquet y Julien Benneteau, que puso 2-1 la eliminatoria para los helvéticos después de su tropiezo frente a Gael Monfils. También fue el encargado de sellarla apuntándose el 3-1 en el definitivo partido ante Gasquet. Y es además la cifra que tiene de trofeos de Roland Garros (2009). En 2003 se llevó el premio de Suizo del Año.

2medallas olímpicas ha conquistado a lo largo de su carrera: el oro de Pekín en dobles con Wawrinka y la plata en Londres. Asimismo, durante dos años consecutivos (2006 y 2007) llegó a las finales de todos los Grand Slams. Y en dos ocasiones se ha llevado el Arthur Ashe Humanitarian of the Year (2006 y 2006), así como el premio al Equipo Suizo del año (en 2008 con Wawrinka y el 2014 junto con sus compañeros en la Davis).

3veces ha sido escogido como Campeón de Campeones para L’Équipe (2005-2007). Y tres años llegó a todas las finales de los majors (2006, 2007 y 2009).

4 5 6veces se ha coronado como maestro en las finales ATP (2003, 2004, 2006, 2007, 2010 y 2011). En 2014 llegó también a la final, pero no pudo disputarla por problemas físicos. Además, ha sido coronado como Atleta Suizo del Año en seis ocasiones (2003, 2004, 2006, 2007, 2012 y 2014).

son sus títulos del Open de Estados Unidos (2004, 2005, 2006, 2007 y 2008). Y cinco son también los torneos que ha ganado este pasado 2014 (Shanghai, Dubai, Cinncinati, Halle y Basilea). Cinco veces ha sido elegido el Jugador del Año para la ITF (2004-2007 y 2009). Es, asimismo, junto con Emerson, el tenista que más años ha ganado al menos dos títulos de Grand Slam (2004-2007 y 2009).

hijos tiene junto con Mirka Vavrinec (las mellizas Charlene Riva y Myla Rose y los mellizos Leo y Lenny). También son cuatro los Abiertos de Australia con los que cuenta en su haber (2004, 2006, 2007 y 2010). Y en 2004, cuatro fueron los únicos partidos que perdió en toda la temporada. También son cuatros los premios Laureus como deportista mundial del año (desde 2005 hasta 2008).

7 8 9son los Masters Series, donde ha conseguido alcanzar las finales. Sólo le quedan por ganar Montecarlo y Roma.

títulos tiene como jugador de dobles, donde su mejor resultado en un Grand Slam fue llegar a cuartos de Wimbledon 2000. Además, junto con Björn Borg, Pete Sampras y Rafael Nadal es uno de los cuatro únicos jugadores en la historia en ganar al menos un torneo de Grand Slam durante ocho años consecutivos (en el periodo de 2003 a 2010). Y con ocho años cogió su primera raqueta.

trofeos de Wimbledon están en sus vitrinas (2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2009 y 2012). Empata con Pete Sampras en la Era Open.

10 12 13victorias acumula en los Juegos Olímpicos, el récord entre los tenistas.

años seguidos lleva siendo el favorito de los fans ATPWorldTour.com, presentado por Moët & Chandon (2003-2013). Doce títulos en una temporada (2006) es un récord que comparte con Thomas Muster.

veces se ha hecho con el Stefan Edberg Sportsmanship Award (2004-2009, 2011-2014).

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14 15 16años como profesional, desde 1998. Y 16 fueron las finales a las que llegó en los 17 torneos que disputó en la temporada 2006. Con esta edad dejó los estudios para centrarse en su carrera deportiva.

tenistas solamente le superan en edad en el actual Emirates ATP Ranking de individuales.

A esta edad se decantó finalmente por el tenis e ingresó en la Federación Suiza tras coquetear con el fútbol y el hockey sobre hielo.

17 18 23títulos de Masters 1.000. En 23 ocasiones consecutivas ha llegado también a semifinales de Grand Slam.

veces consecutivas ha sido cabeza de serie en un Grand Slam (Roland Garros 2004-Wimbledon 2008). Con 17 años debutó también como profesional absoluto.

triunfos en Grand Slam. En segundo y tercer lugar empatan Pete Sampras y Rafael Nadal con 14.

25 27 30Grand Slams consecutivos fue primer o segundo cabeza de serie (entre el US Open de 2003 y el Abierto de Australia de 2011).

son los partidos de Grand Slam que ganó de manera consecutiva. Lo hizo en dos ocasiones, desde Wimbledon 2005 hasta la final de Roland Garros de 2006, y desde Wimbledon 2006 hasta la final de Roland Garros de 2007.

finales de Grand Slam ha jugado durante su carrera, de las que diez fueron de manera consecutiva (desde el Wimbledon de 2005 hasta el Abierto de Estados Unidos de 2007, ganando ocho de ellas).

31 33 34torneos fue capaz de ganar en solamente tres temporadas (2004-2006).

años, que parece que no pesan sobre sus piernas. Nació el 8 de agosto de 1981.

partidos llevaba ganados consecutivamente Pete Sampras cuando Federer rompió la racha de su ídolo en la cuarta ronda del Wimbledon de 2001.

46 47

36 40 83títulos en sus vitrinas. Solamente le superan Jimmy Connors, con 109, e Ivan Lendl, con 94.

partidos ganó consecutivamente Federer en el US Open (2004-2009), el récord masculino en la Era Open. En 2004 estuvo presente en sólo seis partidos, pese a ganar el torneo, por la lesión de Andrei Pavel en cuarta ronda.

torneos de Grand Slam ha disputado a lo largo de su carrera.

41 43 88Ha superado ya está cantidad de millones de dólares ganados, convirtiéndose en el tenista más rico de la historia.

millares de niños se benefician aproximadamente de los esfuerzos de su fundación por mejorar la calidad de la educación básica y el aprendiza temprano.

finales perdidas a lo largo de su carrera profesional.

45 48 90partidos ha perdido en Masters 1.000 a lo largo de su carrera.

partidos ha ganado en la Copa de Maestros.

encuentros ha perdido en torneos de Grand Slam.

50 69,4 92victorias en su récord de triunfos en una temporada (2006).

es el mayor ratio de triunfos en torneos en tres años (2004-2006).

aces se apuntó en una final de Grand Slam (Wimbledon, 2009, frente a Andy Roddick).

77juegos tuvo su final de Wimbledon 2009 ante Andy Roddick, el mayor número en una final de un major.

85kilos pesa el maestro del revés a una mano.

73partidos ganó en la temporada que acabamos de cerrar, con 33 años. El número uno, Novak Djokovic, ganó 61.

48 49

94,3 125 311son los partidos que ha ganado en Masters 1.000 durante su carrera.

finales ha jugado a lo largo de su carrera. Es también su ranking actual como jugador de dobles.

es el mayor porcentaje de victorias en tres años (2004-2006).

185 198 325torneos ha jugado como profesional.

tiebreaks perdidos hasta la fecha.

centímetros mide el genio de Basilea.

227 237 695es su récord de saques directos en una temporada. Esta cifra la consiguió en la campaña 2008.

semanas consecutivas como número uno de la clasificación de la ATP. Jimmy Connors es el segundo con 160.

son los partidos que ha perdido durante su etapa como profesional.

279 302 semanas como número 1. Nadie le supera.

partidos ha ganado en torneos de Grand Slam. Con esta cifra supera el récord de 233 de Jimmy Connors.

369tiebreaks ganados hasta la fecha.

1000victorias. Es el tercer tenista en la clasificación de triunfos durante su carrera. Por encima sólo se encuentran Ivan Lendl, con 1.071, y Jimmy Connors, con 1.253.

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KEY HOLE

El gerundense Aniol Serrasolses, con sólo 23

años, se ha convertido en el primer kayakista en descender a bordo de su embarcación la Key Hole, la catarata imposible, un salto de aguas bravas de

35 metros de altura en el curso del río Lillooet,

en la Columbia Británica (Canadá). Una hazaña que hasta el momento

nadie había logrado.

ANIOL SERRASOLSES: EL PALISTA QUE

VENCIÓ A LA

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LUIS LARA /

En su constante afán por superar los propios lími-

tes, el ser humano es capaz de afrontar los retos más difíciles y alcanzar las metas más inimagi-nables. Escalar la montaña más alta, explorar la cueva más pro-funda, navegar por el mar más angosto o descender una de las cataratas más impresionantes e inaccesibles de la Tierra a bordo de un kayak. Esa es la hazaña lo-grada por Aniol Serrasolses duran-te su última gran aventura: el des-censo de la cascada Key Hole, en Canadá. Un reto que nadie hasta el momento se había atrevido a afrontar.

A pesar de su corta edad (23 años), Aniol Serrasolses es un ex-perto kayakista de aguas bravas y está considerado uno de los me-jores a nivel mundial en las mo-dalidades de creek, freestyle y slalom. Tiene una dilatada expe-riencia y ha descendido los ríos más peligrosos del mundo. Prin-cipalmente, en Argentina, Chile, México, Noruega o Estados Uni-dos.

El palista catalán comenzó en el mundo del kayak gracias a su hermano Gerd, un jugador de waterpolo que cambió el balón por el remo para proclamarse cam-peón de la Copa del Mundo de ka-yak extremo en 2013. Ambos co-menzaron a remar en el club de su pueblo, el Salt-Ter. Aniol se com-pró su primer kayak cuando tenía 15 años y con 16 dejó su pueblo para ir a Sort (Lleida), donde ha trabajado como guía de río los úl-timos cuatro años. Estuvo en la selección española y tomo parte en Campeonatos de Europa y en diversas pruebas de la Copa del Mundo, pero la competición no

Serrasolses es un experto kayakista de aguas bravas y está considerado uno de los mejores a nivel mundial

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terminaba de llenarle y se aca-bó decantando por las grandes aventuras.

Canadá.En la Columbia Británica se en-cuentra el río Lillooet, que duran-te buena par te de su recorrido transcurre por un profundo e in-hóspito cañón en el que se halla la catarata Key Hole, un salto de agua torrencial de 35 metros de altura. Se trata de uno de los pa-rajes más inaccesibles de la Tie-rra. Este salto de agua recibe ese nombre por su forma de cerradura o embudo.

Hasta el pasado mes de oc-tubre, momento en el que Aniol Serrasolses concluyó con éxito su aventura, nadie había conse-guido descender la Key Hole con una embarcación. Tal vez por eso era conocida entre los kayakistas como la catarata imposible. Aun-que a partir de ahora habrá que buscarle otro calificativo, ya que un joven gerundense ha sido ca-paz de doblegar a la cascada in-domable: “Esa es mi motivación, meterme en sitios donde nadie ha estado. Creo que nunca he sido tan feliz debajo de una cascada”, señaló Aniol Serrasolses nada más concluir su reto.

La magnitud del proyecto Red Bull Key Hole, nombre con el que se conoce a la última aventura de Serrasolses, a nadie se le esca-pa. El río Lillooet mueve un caudal de 50 metros cúbicos por segun-do de enfurecidas aguas, una can-tidad cuyos efectos se multiplican por la estrechez de su cauce. Ade-más, el río va tan encajonado por esa zona que para llegar hasta el agua Aniol tuvo que descender en rappel con todo su equipo, inclui-do el kayak. Otro de los peligros a los que tuvo que enfrentarse

La Key Hole recibe su nombre por su forma de cerradura. Es un salto de aguas torrenciales de 35 metros de altura

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el kayakista catalán durante su aventura fue el constante des-prendimiento de rocas volcánicas en la mayor parte del descenso. Aparte de no saber la profundidad de la poza en la que descarga la cascada. Y al final: tres intermina-bles segundos en caída libre. Es el tiempo que se tarda en recorrer los 35 metros de desnivel tras el salto al abismo.

Larga preparación.Para que su aventura llegara a buen puerto, Serrasolses ha em-pleado dos largos años de dura preparación y muchos entrena-mientos. En la primera fase el ka-yakista estuvo remando por los ríos de la British Columbia, saltan-do cascadas de menor altura. Uno de esos ríos es el Stikine, consi-derado el Everest del Kayak, don-de se encuentran cascadas como Sutherland o Cheakmus.

La dificultad de esta aventura ha sido tal que a punto estuvo de fracasar, según cuenta el propio Aniol: “Tuvimos que abor tar el primer intento porque el nivel del agua era demasiado alto. Regre-samos a España y esperamos a que la siguiente previsión fuera mejor. Cuando semanas después volvimos a Key Hole, las condicio-nes eran mejores y decidimos ir a por todas a pesar de que tuvi-mos algunos problemas de últi-ma hora, pero habíamos llegado muy lejos y no podíamos echar-nos atrás”.

Casi sin tiempo para asimilar la magnitud y repercusión de su hazaña, el gerundense ya pien-sa en nuevos retos para 2015: “Aunque aún es sólo un proyec-to, tenemos prevista una expedi-ción por Rusia y otra por Pakistán. Me gusta sentir que vivo al límite, aunque ahora mismo no sé dónde está ese límite”.

El palista catalán ya piensa en nuevos retos para este 2015: una expedición por tierras rusas y otra por Pakistán

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Hace unos minutos que acabamos de hacer, con

mi buen amigo y maestro Eduar-do Martínez de Pisón, la presenta-ción de la nueva edición del libro ‘El sentimiento de la montaña’, editado por Desnivel y que en su corta vida ya se ha convertido en un clásico sobre las montañas, la actividad realizada por los alpinis-tas desde hace poco más de 200 años y el poso cultural que ha provocado en forma de literatura, música, pintura, fotografía, cine, poesía y otras manifestaciones artísticas.

Hemos querido recoger y re-flexionar sobre las principales no-vedades aparecidas desde su pri-mera edición ya hace doce años, así como los cambios que han traído a nuestro depor te activi-dades como el atletismo, con su irrupción en las carreras de mon-taña y también determinados as-pectos negativos, como los enga-ños y falsificaciones producidos en ámbitos como las ascensiones a montañas de ocho mil metros, por personas más preocupadas

en el marketing y la carrera de los catorce ochomiles, que

en el verdadero al-pinismo.

En la nueva edición de ‘El sentimiento de la montaña’ recogemos las

novedades desde su nacimiento, hace ya doce años, y los cambios producidos en nuestro deporte.

SEBASTIÁN ÁLVAROMONTAÑAEL SENTIMIENTO DE LA

Hay cier ta preocupación por la masificación en determinadas montañas, desde el Aconcagua al Everest, que se han convertido en algo más cercano a un parque temático que a lo que fueron has-ta no hace mucho: las montañas más altas de América y Asia. Y también porque, con la ambición desmedida que siempre se gene-ra en estos eventos, el dinero ha llegado para cambiar la esencia de las actividades montañeras, también con sus prohibiciones y controles, con sus normativas exageradas, sus policías y sus mafias que se mueven no en el

entorno ético montañero tra-dicional sino en el de la

codicia.

Quizás mis buenos amigos Maurice Herzog, el primer vence-dor del Annapurna, y Walter Bonat-ti, una de las referencias éticas del alpinismo clásico, no hubieran seguido los pasos de la montaña de haber vivido en estos tiempos convulsos donde ni siquiera las montañas son aquel territorio de libertad donde fueron a huir tras la desgarradora Segunda Guerra Mundial.

Hoy estamos convencidos de que necesitamos más que nun-ca las montañas, esos espacios donde aún resiste la grandeza de nuestro planeta. Lejos de la ambi-ción, la codicia, la contaminación, el ruido y las prisas que nos domi-nan. Ellas son nuestro último refu-gio y no necesitamos cambiarlas para nada; lo que tenemos es de-masiado hermoso y grande para que nos sigan aguardando como reinos de silencio y de belleza. Y las necesitamos como fuente de conocimiento y de emoción, esas mismas montañas que inspiraron a escritores, músicos, pintores, documentalistas y poetas.

No son ellas las que se en-cuentran en peligro, sino nosotros mismos, porque más allá de to-das estas agresiones y modas pa-sajeras ellas seguirán ahí. Nues-tra planeta seguirá girando sobre su eje cuando nuestra especie ya se haya extinguido y las montañas seguirán erosionándose y, al mis-mo tiempo, levantándose hasta el cielo. Necesitamos conservarlas. Para ir a buscarnos en ellas, como dijo Senancour, “en su alma, en

el alma vasta y eterna de la montaña”.

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