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MANUALES BIBLIOGRAFICOS DE LA UNESCO

Los servicios

ndciona les Creación y funcionamiento

Por Knud LARSEN

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Los servicios

naciond les Creación y funcionamiento

Por Knud LARSEN

Obra preparada de acuerrin con la recomendación del

Comité Consultivo Internacional de Bibliografia

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U N E S C O

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Publicado en 1955 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura

19, avenue Kléber, París 16. Impreso en los talleres de la Organización

@ Unesco, 1955 CUA 54 XI 2s

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P R E F A C I O

Desde hace algunos años, en la mayor parte de los países y también, muy particularmente, dentro de ln Unesco se va advir- tiendo cada vez más la importancia que revisten los servicios bibliográficos considerados no como un fin en sí mismos, sino como un medio de aumentar la eficiencia y la economía de los estudios y de intensificar la actividad en todos los campos de la educación, la ciencia y la cultura. Se ha hecho patente el hecho de que estos servicios, cuando están organizados de un modo sistenático, no resultan teóricos, abstractos o vagos, sino que, por el contrario, guardan estrechas relaciones con la pros- peridad económica y ctentífica de un país, y que, en efecto, los países donde están más desarrollados son precisamente aquéllos donde más preocupan estos aspectos de la vida nacional. Es un hecho significativo que en la Unesco no exista ninguna sección ni ningún servicio que no tenga que preocuparse, de una manera o de otra, del desarrollo de la bibliografía y que sean numerosos los comités creados para resolver los problemas de orden biblio- gráfico que se plantean en determinadas rarnas de la investiga- ción. Precisamente, porque estos estudios y estas actividades

especializadas ofrecen la máxima importancia, importa consi- derar con detenimiento aquellos aspectos del trabajo bibliográ- fico que interesan a la técnica ya la práctica de la bibliografía en general y que, al crear ciertos servicios fundamentales, contribuyen a la coordinación de actividades más especializadas, a favorecer LB economía y a suministrar una ayuda práctica en la intercomunicación bibliográfica tanto nacional como inter- na c i o na 1. E n 1950, la Unesco reunió una conferencia internacional que

tuvo como fin el perfeccionamiento de la bibliografía; en ella se manifestó claramente que no es posible la organización de un sistema eficaz de intercambios bibliográficos internacionales si previamente no existen unos servicios nacionales competentes ; por ello, la conferencia insistió en que la Unesco estimulara la creación de centros bibliográficos nacionales y la confección de bibliografías nacionales. El presente manual que ha sido

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redactado como directa consecuencia de las recomendaciones de la conferencia, ulteriormente precisadas por el Comité Consultivo Internacional de Bibliografía, tiene por objeto sumi- nistrar a todos los Estados -y particularmente a aquéllos que no se han encontrado todavía en condiciones de constituir am- plios servicios bibliográficos nacionales- las directivas gene- rales referentes a los fines, la organización y las técnicas de la bibliografía nacional. Este manual será, así al menos lo espe- ramos, el primero de una colección de manuules bibliográficos de la Unesco, que tratarán de diferentes aspectos de la biblio- grafía nacional e internacional. La Unesco ha tenido la fortuna de obtener para esta obra la

colaboración del Sr. Knud Larsen, quien dirige en Copenhague la Handelshojskolens Bibliotek, y desde hace mucho tiempo se interesa por la bibliografía científica, tanto en el aspec- to nacional como en el internacional, precisamente en un país donde la bibliografía sistemática se ha desarrollado intensa- mente, por estar allí considerada como un servicio de excepcional importancia. La primera edición de una obra de este género tiene por fuerza que presentar, en una cierta medida, el carácter de un ensayo ; sin duda algunos lectores desearían encontrar datos más amplios o diversos y, como los problemas de bibliografía nacional de que el Sr. Larsen se ocupa son válidos para el mundo entero, habrá sin duda otros criticos que deploren que tal o tal cuestión no haya sido tratada de distinto modo. Esperarnos que todos esos lectores no vacilarán en remitir a

la Unesco sus observaciones y sus críticas, con el fin de que, en el caso en que fuera posible imprimir una nueva edición de la presente obra, la segunda edición pueda adaptarse lo más rigwosamente posible a las necesidades de todos aquéllos a quienes va destinado este manul.

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Í N D I C E

INTRODUCCI~N FINALIDAD DE LOS SERVICIOS BIBLIOGRÁFICOS NA- CIONALES . . . . . . . . . . . . . . . .

CAPÍTULO I. EL CENTRO BIBLIOGRÁFICO NACIONAL : ESQUEMA DE SUS FUNCIONES . . . . . . . . . .

1. Necesidad de un centro bibliográfico nacional . . . . 2. Funciones . . . . . . . . . . . . . . .

a)Servicio de información, pág. 6; b) Preparación de una bibliografia nacional, pá 6; c)PreparaciÓn de un catá- logo colectivo, pág. 7; &Preparación de otros instrumen- tos de referencia, pág. 8.

3. Importancia del centro bibliográfico nacional . . . . .

CAPíTULO 11. LA BIBLIOGRAFíA NACIONAL DE OBRAS RECIENTES: CONTENIDO . . . . . . . . . . .

1. Extensión . . . . . . . . . . . . . . . a) Area geográfica, pág. 9; b) Idioma, pág. 10; c)Posible combinación de las bibliografías nacionales, pág. 11.

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2. El repertorio bibliografico . . . . . . . . . . a) Su público, pág. 12; b) Responsabilidad del compilador, pag. 12; c)Las diversas categorías de materiales a incluir, pag. 13.

3. Mapas, muska, materiales audioyisuales . . . . . . a) Mapas, p.ag. 16; b) Música, pag. 17; c) Materiales audio- visuales, pag. 17.

4. Indices de articulos de revistas y de periódicos . . . . 5. Repertorios bibliográficos seleccionados. . . . . .

CAPíTULO 111. LA BIBLIOGRAFíA NACIONAL DE OBRAS RECIENTES: FORMA. . . . . . . . . . . , .

1. Diferenciación entre bibliografías y catálogos . . . . 2. Descripción de la obra . . . . . . . . . . .

a) L a tendencia a la uniformidad, pág. 22 ; b) Procedimiento recomendado, pág. 24; c) Fichas espécimen, pág. 25; a') El catálogo comercial, pag. 29.

3. Ordenación de las entradas . . . . . . . . . . 4. El catalogo diccionario . . . . . . . . . . .

a) El problema de la lista de encabezamientospor materias, pág. 32; b) L a esfructura del repertorio de encabezamientos por materias, pag. 35 ; c) Procedimiento recomendado, pag. 36.

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5 . El repertorio sistemático . . . . . . . . . . . a) LPor qué se debe adoptar una clasificación ya existen- te?. pág . 39; b) L a clasificación decimal. pág . 40; c) La clasificación decimal universal. pag . 40 ; d) Necesidad de los índices alfabéticos. pág . 44 .

6 . Índices de publicaciones periódicas . . . . . . . . CAPÍTULO IV . BJBLIOGRAFÍA NACIONAL DE OBRAS RECIENTES: REUNIONDEMATERIALES . . . . . .

1 . Aportación voluntaria de los editores . . . . . . . 2 . Depósito legal . . . . . . . . . . . . . 3 . Derecho de autor . . . . . . . . . . . . . 4 . Combinación de diversos métodos . . . . . . . .

CAP~TULO v . BIBLIPGRAF~A NACIONAL DE OBRAS RE- CIENTES: CONFECCION . . . . . . . . . . . .

a) Recapitulación. pág . 5 2 ; b) Indices anuales. pág . 53 . 2 . La preparación del manuscrito . . . . . . . . . a) Fichas. pág . 5 3 ; b) Procedimientos. pág . 53 .

3 . El texto impreso . . . . . . . . . . . . . a) Recomendaciones generales. pág . 55 ; b) Recomenda- ciones especiales. pág . 56:.

4 . La técnica de la acumulacion 5 . Métodos simplificados de confección

1 . Periodicidad del repertorio bibliográfico . . . . . .

. . . . . . . . . . . . . . . .

CAP~TULO VI . BIBLIOGRAFíA NACIONAL DE OBRAS RECIENTES : DESARROLLO . . . . . . . . . . .

1 . Financiación . . . . . . . . . . . . . . 2 . Publicación . . . . . . . . . . . . . . 3 . Distribución . . . . . . . . . . . . . . 4 . Financiación de la bibliografía de publicaciones periódicas

PECTIVA . . . . . . . . . . . . . . . . 1 . Contenido . . . . . . . . . . . . . . . 2 . Forma . . . . . . . . . . . . . . . . 3 . Reunión de materiales . . . . . . . . . . . . 4 Confección y desarrollo de la bibliografía

CAP~TULO VII . LA BIBLIOGRAFÍA NACIONAL RETROS-

. . . . . . . CAPíTULO VI11 . EL CATÁLOGO COLECTIVO . . . . .

. . . . . . . . . . . . a) Definición. pág . 67; b) Utilización. pág . 68; c) Diferen- tes tipos del catálogo colectivo. pág . 69; d) Cómo trazar el plan. pág . 70; e) Publicación, pag . 71 .

2 . Planeamiento . . . . . . . . . . . . . . a) Determinación del tipo de bibliotecas incluibles. pág . 72; b) Determinación del area geográfica. pág . 73 ; C) Deter- minación de limites en el tiempo, pa . 76; d) Determinación de los materiales incluibles. p’ag . 76!

3 . Método de compilación . . . . . . . . . . . a) El ejemplo del Canadá, pag . 80; b) Otros métodos,p8g.81.

4 . Costo y posibles economías . . . . . . . . . .

1 . Visión de conjunto

La coordinación en el método de adquisiciones . . . . CAPÍTULO IX . GUÍAS . . . . . . . . . . . .

1 . La guía de bibliotecas . . . . . . . . . . . a)Fines. pá$ . 87; b)Plan general. pág . 88; c) Detalle del contenido. pag . 88; d) Actualidad de las guías. pág . 89 .

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2 . Guía de diarios y revistas de publicación actual . . . . 3 . Guja de editores. libreros e impresores . . . . . . . 4 . Guia de institutos. sociedades cientificas y eruditas y

otras organizaciones afines . . . . . . . . . . CAP~TULO x . SERVICIO DE INFORMACIÓN . . . . . .

1 . Servicio de información bibliopáfica . . . . . . .

2 . Préscamos entre bibliotecas . . . . . . . . . .

3 . Información sobre los proyectos de investigación en curso . 4 . Asesoramiento en la selección de libros . . . . . . 5 . Asesoramiento en la adquisición y catalogación . . . . 6 . Estadísticas sobre la producción de libros . . . . .

Preparación de una bibliografia por materias. pág . 92 . Préstamos internacionales entre bibliotecas. pág . 95 .

CAPÍTULO XI . ADMINISTRACI~N DE UN CENTRO BIBLIO- GRAFICO NACIONAL . . . . . . . . . . . . .

1 . Locales . . . . . . . . . . . . . . . 2 . Equipo técnico . . . . . . . . . . . . .

a) Ficheros. pág . 101; b) Estancerías. pág . 102; c)Mesas de escritorio. pag . 102; d)Máquinas de escribir. pág . 104; e) Métodos de reproducción documental. pág . 104 .

3 . Biblioteca de consulta . . . . . . . . . . . 4 . Localizacion del centro . . . . . . . . . . . 5 . Personal . . . . . . . . . . . . . . . 6 . Gastos . . . . . . . . . . . . . . . .

AP ÉNDICE I . ALGUNOS SERVICIOS BIBLIOGRÁFICOS NACIONALES . . . . . . . . . . . . . . . Estados Unidos de América . . . . . . . . . . . Dinamarca . . . . . . . . . . . . . . . . República Dominicana . . . . . . . . . . . .

APÉNDICE 11 . EJEMPLOS DE LEGISLACIÓN SOBRE EL DEPÓSITO LEGAL . . . . . . . . . . . . . . Gran Bretaña . . . . . . . . . . . . . . . Francia . . . . . . . . . . . . . . . . Dinamarca . . . . . . . . . . . . . . .

BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . ÍNDICE ALFABÉTICO . . . . . . . . . . . . .

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I N T R O D U C C I Ó N

FINALIDAD DE LOS SERVICIOS BIBLIOGRÁFICOS NACIONALES

Nuestra cultura presente es el resultado de un proceso iniciado en los tiempos más remotos. Cada generación construye sobre lo que ya realizaron las precedentes; critica su obra, utiliza parte de ella y le añade su propia aportación. Pero el desarrollo de tal proceso noha sido rápido ni fácil. Los chinos, por ejemplo, habían inventado el papel, pero siglos más tarde fué necesario descubrir de nuevo la técnica de su fabricación; mientras tanto, la civilización occidental esperaba tan importante medio de cultura, y tuvo que volver a concebir una idea que pudo haberse importado de China siglos antes.

Hoy día, los medios modernos de información dan a conocer al mundo entero, al cabo de pocas horas, cualquier descu- brimiento importante. Sin embargo, la prensa de gran circulación no suele difundir sino noticias sensacionales des tinadas a impresionar al público, mientras los inventos más importantes son el resultado de millares de observaciones e investiga- ciones, que no publican, ni pueden publicar, los diaros popu- lares. Esas noticias encuentran un marco más adecuado en revistas y libros técnicos y científicos, demasiado numerosos y dispersos para que el lector, aunque sólo se interese por un campo limitado, pueda tener conocimiento de ellos sin recurrir a las bibliografías. L a bibliografía, es decir, la exposición sistemática de los

escritos que ha ido legando la humanidad, constituye la so- lución de este problema del acceso a las publicaciones. Toda- vía se producen con excesiva frecuencia los casos de dupli- cación en el trabajo de investigación debido a que los servicios bibliográficos no están suficientemente desarrollados; pero el hecho de que no se observen aún más a menudo significa ya que esos servicios han conseguido por lo menos ciertos re su1 tados.

Como medio auxiliar de la ciencia y de la erudición, la bibliografía no constituye un fin en sí misma, y nunca hubiera existido de no haber sido necesaria. Existe desde hace siglos, y sus métodos son el resultado de una lenta evolución, lo cual demuestra que, incluso cuando las publicaciones eran menos

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abundantes que en la actualidad, su necesidad era ya evidente. En nuestros días, la creciente actividad científica del siglo

XX y el consiguiente aumento del número de publicaciones, han dado a los problemas bibliográficos un carácter crítico. No pocos esfuerzos se han realizado en lo que va del siglo para resolver, por lo menos, algunos de ellos, y cada año surgen centenares de proyectos que en su mayoría son luego abandonados. E s indudable que si se coordinaran esos esfuerzos bibliográficos dispersos podría lograrse un servicio mucho más eficiente.

En sus actividades bibliográficas, la Unesco se propone fomentar la coordinación, la cooperación y la normalización en el dominio de la bibliografía. Con este objeto, y después de una cuidadosa preparación se celebró, del 7 al 10 de noviembre de 1950, en la Casa de la Unesco, una conferencia sobre el mejora- miento de los servicios bibliográficos. En un documento am- pliamente difundido se esbozaron los problemas bibliográficos actuales. Los grupos de trabajo nacionales constituidos para discutir los documentos de estudio enviaron sus comentarios a la Unesco e informaron sobre la situación y las deficiencias de los servicios bibliográficos existentes en sus respectivos países. Sobre la base de esos informes se preparó un documento de trabajo para la conferencia, la cual se dividió en dos sec- ciones : una, encargada de estudiar los problemas bibliográficos de carácter nacional; otra, que tuvo a su cargo los de carácter internacional. L a conferencia adoptó una serie de recomenda- ciones; entre las más importantes se cuenta la dirigida al Director General de la Unesco, por la que se proponía la creación de un Comité Consultivo Internacional Permanente de Bibliografía, cuya misión debía consistir esencialmente en examinar y resolver, con la ayuda de las organizaciones com- petentes, los problemas de cooperación internacional en el campo de la bibliografía. A juicio de los delegados reunidos en la conferencia, deben

existir en todos los países como base para cualquier labor de información bibliográfica internacional eficiente, servicios bibliográficos nacionales bien organizados. En su primera reunión, el Comité Consultivo recomendó que se concediera prioridad «a un manual especialmente destinado a los países que no poseen servicios bibliográficos nacionales)). Lo ideal sería que el especialista que emprende un trabajo

de investigación pudiera disponer de todas las publicaciones existentes relacionadas con el tema que va a estudiar. Desde este punto de vista, la bibliografía por materias es la que al parecer tiene mayor importancia ; pero sin un control biblio- gráfico general, el servicio de bibliografías por materias no puede funcionar con suficiente precisión.

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Aprimera vista, la solución parece estar en el establecimiento de un organismo bibliográfico mundial que centralizase todo el trabajo en un solo punto, desde el cual enviaría información a los diversos países. Sin embargo, la experiencia de varios ensayos en este terreno ha demostrado que éste es un sistema muy costoso y totalmente ineficaz. Es indudable, en cambio, que si cada país compila una

bibliografía nacional de obras recientes en su acepción más amplia, tal como se expone en el presente manual, todas esas bibliografías reunidas formarían una bibliografía mundial de obras recientes que permitiría consultar los textos conte- nidos en libros y revistas, ordenados por materias, y los libros, por autores o títulos. Se obtendría así una bibliografía mucho más completa y más útil que la que resultaría de una labor Centralizada, porque al circunscribir el trabajo a un país y a una lengua que se conocen perfectamente se evitan los errores que con tanta frecuencia se producen en las biblio- grafías internacionales que recogen obras en idiomas descono- cidos por el compilador.

Ya nos hemos referido a la importancia de las bibliografías nacionales desde el punto de vista de su utilidad para la cooperación internacional ; sin embargo, cuando hace algunos siglos se inició su compilación su finalidad consistía en el control bibliográfico de la produccidn literaria nacional, más bien que en un aporte a la cooperación internacional; aun hoy en día, el factor decisivo es su importancia nacional. L a ciencia y la cultura de un país constituyen todavía un todo único, antes de convertirse en parte integrante de la civili- zación mundial. Aunque sea más fácil, al menos en un país pequeño, mantenerse al corriente del progreso limitado al plano nacional, el desarrollo armónico de la cultura local es inconcebible sin la observación constante de los resultados conseguidos y de las tendencias predominantes en el campo de la investigación. Sin una labor de comprobación bibliográfica, la El presente manual tiene por finalidad primordial ofrecer a

los países que no disponen aún de servicios bibliográficos indicaciones prácticas para crearlos y organizarlos. Precisa- mente por ello, se ha tomado como punto de partida la biblio- grafía de obras recientes, ya que la bibliografía retrospectiva tiene una importancia secundaria. Hemos prescindido d,e toda clase de consideraciones teóricas sobre la bibliografia; no hemos intentado siquiera dar su definición ni indicar su alcance. El presente manual trata únicamente de los problemas que se plantean cuando en un país se decide la creación de servicios bibliográficos nacionales, aunque no todos esos problemas correspondan propiamente al campo de la bibliografía.

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ciencia corre el riesgo de carecer de control.

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Un manual como el presente, aunque se proponga presentar un estudio general, no puede agotar todas las posibilidades de información en ese dominio. L a bibliografía que figura como anexo servirá de suplemento para ciertos puntos; pero es preciso poseer conocimientos generales de bibliografía para poder evaluarla prácticamente. Confiamos en que el manual no dejará tampoco de ser útil en

los países que ya cuentan con ciertas actividades bibliográ- ficas ; les permitirá comprobar qué necesidades están ya cubiertas, qué queda aún por hacer, y cómo puede asegurarse el mejor funcionamiento de los servicios existentes. En un apéndice se describen los servicios bibliográficos

nacionales de tres países: un gran país con gran número de problemas bibliográficos, y dos paises pequeños, en uno de los cuales existen, desde hace siglos, esos servicios, mientras en el otro son de reciente creación.

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C A P Í T U L O 1

EL CENTRO BIBLIOGRÁFICO NACIONAL : ESQUEMA DE SUS FUNCIONES

Los servicios bibliográficos tienen por objeto facilitar el acceso a las publicaciones nacionales y extranjeras. Es evidente que el público debe conocer en cada país las

publicaciones nacionales. Pero no hay cultura nacional suficien - temente rica para tener vida propia sin ser fertilizada por otras. Más que nunca, el mundo es hoy un todo único en el dominio de las ciencias y de las letras, y, por consiguiente, los investiga- dores deben conocer los resultados alcanzados en otros países. Los gobiernos tienen la obligación de poner los libros y publi- caciones alalcance de todos, en la medida en que se lo permitan sus posibilidades económicas ; pero, en particular, los servicios bibliográficos deben indicar a cada cual dónde puede encontrar los libros que necesita, y orientar el sistema de adquisición de cada biblioteca, a fin de obtener el mayor provecho de sus limi- tados recursos.

1. NECESIDAD DE UTU CENTRO BIBLIOGRÁFICO NACIONAL

Toda biblioteca realiza una labor de orientación bibliográfica, pero incluso las m á s importantes poseen tan sólo una parte de las obras existentes, y, en su inmensa mayoría, no pueden ofrecer a sus lectores sino algunos de los libros que éstos necesitan. Cuando el libro que se busca no figura enla biblio- teca, los bibliotecarios indican al lector dónde puede encontrar otras obras sobre el tema; pero aun el bibliotecario que conoce muy bien los fondos de otras bibliotecas raramente puede hacer m á s que indicar que un libro determinado se encuentra en tal biblioteca, sin tener nunca la certeza de haber agotado todas las posi bilidades. Por otra parte, la orientación bibliográPica no puede basarse Únicamente en la memoria extraordinaria de un bibliotecario, por la sencilla razón de que ése es un elemento excepcional. Es preciso disponer de una organización en la que las cualidades humanas excepcionales queden substituidas por un sistema mecánico. Sin embargo, como la mecánica no puede

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reemplazar por completo el trabajo cerebral, siempre existirán amplias posibilidades para el bibliotecario inteligente.

Son muchos los métodos adoptados en diversos países, y es indudable que hay muchas maneras de llegar a un mismo fin. E n estas páginas estudiamos el problema partiendo del supuesto de que se trata de un centro bibliográfico que crea sus propios instrumentos de trabajo y desarrolla sus actividades sobre esa base. E n los países que cuentan desde hace siglos con biblio- grafías establecidas por particulares consagrados a esas tareas, y que han seguido métodos personales de compilación, la falta de uniformidad y coherencia es uno de los principales obstácu- los con que se tropieza para establecer buenas bibliografías; en cambio, en países libres de tradiciones bibliográficas, el centro bibliográfico nacional parece constituir la mejor solución del problema.

2. FUNCIONES

a) Servicio de información

L a s funciones de información del centro fueron definidas por la conferencia bibliográfica de 1950 en los términos siguientes : <<Se invita a cada nación a designar una institución apropiada como centro nacional de información bibliográfica que sirva : 1. de centro oficialmente reconocido para cursar las solicitudes, que no pueden ser atendidas por otras instituciones, sobre infor mación bibliográfica acerca de libros y otros materiales del propio país o de otros países; 2. para relacionar a los solici- tantes, cuando fuere necesario, con otras fuentes de información bibliográfica (por ejemplo, organismos especializados); 3. como centro de investigación bibliográfica internacional. *

C o m o vemos, su función consiste esencialmente en ofrecer información sobre las obras nacionales y extranjeras disponibles en las bibliotecas del país: por consiguiente, su primera tarea debe ser el establecimiento de una bibliografía nacional y de un catálogo centralizado.

b) Preparación de una bibliografía nacional U n a bibliografía nacional debe recoger todos los libros y folletos publicados en el país. Se incluirán en ella todas las publica- ciones, tanto si se hallan o no en venta. Habrá casos en que, por razones de carácter práctico, será preciso empezar a compi- lar las primeras, pero, tan pronto como sea posible, deberán incluirse las segundas, ya que éstas pueden ser tan importantes como aquéllas.

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Deberán incluirse todas las publicaciones universitarias, tales como memorias y tesis académicas, así como las publicaciones del gobierno y de los servicios oficiales. Estos materiales pueden considerarse como base mínima im-

prescindible para la bibliografía nacional, incluso cuando no sea posible ofrecer nada más ; pero tan pronto como el servicio fun- cione regularmente deberán estudiarse las modalidades que siguen a continuación. Puede prescindirse de los artículos publicados en revistas,

dejándolos para bibliografías por materias, pero una lista de los artículos más importantes que puedan interesar al lector medio constituirá un valioso complemento de la lista de libros. También deberán incluirse los mapas, atlas y obras musicales. Como actualmente el pensamiento humano no se registra tan

sólo en letras de imprenta, sino que se recoge también en graba- ciones gramofónicas y películas fijas, y como la importancia de estos medios crece de año en año, deberán darse también indi- caciones sobre estos materiales. Ciertas publicaciones académicas permanecen inéditas, ,pero

se conservan en las bibliotecas universitarias o en los archivos ; deberá asimismo hacerse una lista de ellas para que los inves- tigadores puedan tener acceso a ese material. El número de listas o grupos en que puede dividirse todo ese

material es una cuestión de carácter práctico que deberá deci- dirse en cada caso particular, ya que las condiciones locales pueden variar considerablemente ; la manera de disponer dicho material para que el lector pueda encontrar lo que busca es tam- bién un problema que más adelante se estudiará en el manual. Lo que importa es poder encontrar un libro, aunque sólo se co- nozca el autor o el título, y que el lector pueda localizar obras sobre un tema determinado. No siempre resulta fácil al lector medio escoger entre los

centenares de obras que figuran en las bibliografías ; debe pres- társele ayuda, estableciendo bibliografías selectivas, que recojan libros que probablemente le interesarán, con la descrip- ción de cada libro en una anotación. El lector podrá así escoger lo que más útil le parezca.

c) Preparación de un catálogo colectivo

Una vez resueltos esos problemas, el centro bibliográfico deberá establecer un catalogo colectivo. Se trata de un catálogo general, único, por autores, de todas las obras que figuran en las bibliotecas de investigación. Este catálogo permitirá loca- lizar todas las obras de investigación o de otra índole de que se disponga en el país.

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d) Preparación de otros instrumentos de referencia

E n una u otra forma, se debe disponer de datos sobre revistas y periódicos de actualidad, en una lista especial del catálogo colectivo principal o en una lista independiente.

Todo centro deberá contar, además, con una guía de bibliote- cas, que indique nombres, direcciones, fondos, condiciones de uso, etc.

E n muchos casos será muy útil disponer de un repertorio de editores, libreros e impresores, así como de sociedades eruditas, institutos e instituciones afines, formando así un registro general de los centros culturales.

3. IMPORTANCIA DEL CENTRO BIBLIOGRÁFICO NACIONAL

Todos esos medios son los instrumentos de que esencialmente debe disponer el centro para el desempeño de su tarea principal, que consiste en suministrar información bibliográfica a cuantos la necesiten. Pero esa institución deberá ser además el organis- m o al que puedan dirigirse los bibliotecarios y otras personas en busca de orientación para la catalogación y selección de libros. El centro no impondrá a nadie su ayuda; pero su i: )ortancia no dejará de ser reconocida si consigue cumplir con su misión de promover la utilización de las publicaciones existentes y apro- vechar sus recursos económicos en beneficio de la cultura nacional.

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C A P Í T U L O 1 1

Con objeto de establecer una bibliografía nacional de obras recientes debe considerarse primeramente qué elementos debe incluir. Una vez determinado su contenido, debe pasarse al examen

de las diversas formas posibles de presentación. Todas las inclusiones deben ser uniformes y ordenadas de modo que faciliten en todo lo posible el acceso a la información requerida. El problema siguiente estriba en determinar el método me-

diante el cual haya de adquirirse el material, ya sea por donativo voluntario o por depósito obligatorio, o, posiblemente, mediante una combinación de ambos sistemas. Una vez resueltas estas cuestiones puede iniciarse la compi-

lación de la bibliografía; los problemas que hayan de plantearse en lo sucesivo se referirán a la preparación del manuscrito y la presentación de la publicación. Para llevar a cabo un proyecto de esta índole es preciso que

alguien se encargue de la redacción y publicación de la biblio- grafía; en aquellos casos en que el producto de su venta no sea suficiente para costear la realización de dicho proyecto, será preciso hallar algún procedimiento para su finanzación. Ésos son los problemas que pasamos a considerar en las

páginas siguiente s.

LA BIBLIOGRAFÍA NACIONAL DE OBRAS RECIENTES :

CONTENIDO

1. E X T E N S I ~ N

a) Area geográfica.

El campo principal de una bibliografía nacional es el territorio del propio país. En ella debe figurar todo lo que en el país se

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publica en cualquier idioma. Tal es la tarea esencial que in- cumbe a una tal bibliografía con referencia a la cultura nacional e internacional, aunque en algunos casos los que hayan de uti- lizarla en el propio país puedan tener interés en que se extienda el alcance de dicha bibliografía. Cuando un país posea territorios dependientes, cualquiera

que sea la forma de esa dependencia, las obras que se publiquen en esos territorios se pueden incluir o no en la bibliografía. Si la lengua en la que tales obras se hallan redactadas es la misma que la de la metrópoli, está emparentada con ella, o es bien conocida allí, es entonces natural que aparezcan en la bibliografía nacional las publicaciones impresas en esos terri- torios; pero si la lengua de estas publicaciones es una lengua extranjera, puede resultar más práctico dejar a los territorios dependientes que establezcan por sí mismos una bibliografía de su propia producción, o bien imprimir aparte esta bibliografía como suplemento a la bibliografía nacional metropolitana.

b) Idioma A veces el criterio del idioma adquiere un carácter relevante y la bibliografía nacional incluye todo lo que se imprime en la lengua del país. El Cumulative Book Index de los Estados Unidos registra los libros impresos en lengua inglesa en el mundo entero y el Deutsches Bücherverzeichnis y el Biblio francés tienen como objeto incluir todos los libros que se pu- blican en alemán el primero, y en francés el segundo. L a adop- ción de tal sistzma depende de la capacidad del servicio bibliográfico y del número de libros en cuestión. Naturalmente, Suiza, cuyas lenguas nacionales son el alemán, el francés y el italiano, no podría reunir en su bibliografía nacional todas las obras que se publican en esas tres lenguas. También podría parecer que si las bibliografías francesa, ale-

mana e italiana incluyen una amplia proporción de las pubiica- ciones suizas resultaría superfluo que Suiza, a su vez, publicase una bibliografía nacional, pero no es así. En efecto, no sólo las bibliografías extranjeras dejarían de incluir las obras escritas en lenguas distintas a las mencionadas -por ejemplo, las redac- tadas en romanche y ladino - sino que esas bibliografías extranjeras nunca podrían ser tan completas como una biblio- grafía nacional, Id cual se nutre de su propia biblioteca nacional. Por último, un país que se encontrase en dicho caso no podría ejercer ninguna influencia sobre la determinación del contenido o sobre la rapidez en la confección de las bibliografías.

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C) Posible combinación de las bibliografías nacionales

M u y distinta sería la situación si un grupo de países llegaran a cooperar para establecer un servicio bibliográfico conjunto. E n lo que se nos alcanza, no parece que se haya ensayado verda- deramente la fusión de dos o más bibliografías nacionales, aunque ciertos bibliotecarios de América Latina han expresado la opinión de que allí ello podría ser practicable. L a s condicio- nes para esta cooperación son que tales paises posean la misma lengua, o lenguas estrechamente emparentadas, y que el nivel de cultura de los mismos sea aproximadamente idéntico. Si se intentara la realización de ese proyecto sería necesario

que las naciones cooperadoras estableciesen un comité perma- nente encargado de editar la bibliografía; dicho comité se hallaría formado por los directores de las diversas bibliotecas nacionales, o por sus representantes, y a éI competiria fijar en detalle la estructura de la bibliografía; en suma, el comité tendría que resolver todos los problemas tratados en este manual. También le correspondería designar como director de la edición a una persona residente en la ciudad donde se imprimie- ra la bibliografía, perteneciente al personal de la biblioteca nacional del país interesado. Tal comité tendría que reunirse periódicamente para resolver las cuestiones que necesaria- mente habrían de surgir.

E n ejecución de las cláusulas de un contrato minuciosanente redactado, las bibliotecas cooperadoras enviarían al director de la edición, a intervalos regulares, las fichas titulares, según las condiciones fijadas por el comité de bibliografía. Esas fichas tendrían que estar redactadas con toda exactitud en la forma convenida y llevar indicaciones relativas a la clasifica- ción o a los encabezamientos por materias, pero quien habríadr tomar las decisiones definitivas sobre todo ello sería el director de la edición responsable ante el comité.

Después de que el director de la edición hubiera tomado una decisión respecto a la clasificación y a los encabezamientos por materias, tendría que establecer una o varias fichas de cada inclusión y enviar copias de cada una de ellas a las demás bibliotecas. E n un principio, acaso pudieran surgir numerosos problemas, pero al poco tiempo -y gracias al espíritu de cooperación- el servicio funcionaría indudablemente sin difi- cultad.

2. EL REPERTORIO BIBLIOGRÁFICO

El repertorio de libros y de folletos constituye la sección prin- cipal de la bibliografía nacional y como, a su vez, esta sección

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es la más ampliamente utilizada, es también la que posee las mayores posibilidades de éxito en el plan comercial.

a) Su público Este repertorio interesa a tres grupos de personas :

Los libreros y los editores. Para el librero, este repertorio no es más que el catálogo de mercancías con las cuales comercia. Sin él se halla reducido a los informes que le suministran los editores o a la colección de catálogos de aactualidadesn que aquéllos le envían. Todo este material termina por formar un montón, de difícil manejo, de folletos y prospectos, siempre incompleto y cuya consulta hace perder mucho tiempo. Para los editores, la bibliografía nacional es la vía más fácil para hacer accesibles a todas las librerías del país las obras que publican. Parece sensato suponer que los libreros y los editores serán los primeros en crear bibliografías de publicaciones recientes, siendo numerosos los paises donde en la actualidad los libreros y los editores tienen una participación considerable en la edi- ción y publicación de estos repertorios. Los bibliotecarios. Los bibliotecarios toman de muchas fuentes los informes que necesitan sobre los libros publicados. Pero la bibliografía de publicaciones recientes es para ellos el medio principal de asegurarse de que ningún libro escapa a su aten- ción. En el curso de su trabajo cotidiano encontrarán repetidas ocasiones de consultar la bibliografía nacional para informarse sobre los libros que no existen en su biblioteca.

Los eruditos y estudiosos. Para el que se dedica a la investi- gación, su tarea inicial, si no quiere perder el tiempo en inves- tigaciones ya realizadas, es la de conocer todo lo ya escrito y publicado. L a bibliografía nacional, si no la Única, es cierta- mente la principal de las fuentes de información a las que el erudito habrá de dirigirse para buscar los datos sobre lo publi- cado en el extranjero.

b) R e spo n s ab i li dad de 1 comp i 1 ador Como el repertorio de obras y de folletos presenta una impor- tancia tan grande, es necesario que sea lo bastante completo para no excluir nada de lo que ofrezca interés para las diversas categorías posibles de lectores. Es fácil afirmar que el reper- torio debe contener todo aquello que se publique en el país, y que no es de la competencia del bibliotecario formular un juicio valorativo sobre dichas publicaciones, pero no se tardará en percibir que buena parte de las mismas tienen un interés puramente efímero. Por razones de orden económico, ordinaria-

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mente hay que dejar sin incluir las publicaciones de ese género, pero la dificultad continúa siendo decidir cuáles hayan de ser las omisiones. L a solución más fácil consiste en descartar sistemáticamente las publicaciones que no alcancen un cierto número de páginas, pero la aplicación ciega de este método en- traña el riesgo de dejar excluídas algunas publicaciones impor- tantes. E s necesario poner cuidado en no excluir de la biblio- grafía una obra original y concisa y en cambio admitir un libro más extenso pero más verboso, que trate del mismo tema. El establecimiento de tales distinciones supone una tarea extrema- damente delicada que requiere gran sentido común.

c) Las diversas categonas de materiales a incluir

E s posible dividir en secciones el conjunto de materiales a incluir y considerar luego separadamente cada una de ellas.

Libros y foLLetos en venta. L a primera cuestión que se plantea es la de definición de folleto. Todo el mundo está de acuerdo en admitir que es una publicación de extensión breve que puede situarse entre la octavilla y el libro, pero la extensión var;a según los países, e incluso a veces en el interior del propio país, entre 16 y 100 páginas. D e todos modos esto es sblo una cuestión secundaria pues desde el momento en que una publica- ción, por breve que sea, se pone a la venta, el editor y el librero pueden lógicamente esperar que sea incluida en la bibliografía.

Libros y folletos no destinados a la venta. Este grupo de publi- caciones no ofrece interés para los libreros ; pero en cambio sí lo tiene para los otros grupos de lectores. Incluso cuando una obra no ha sido impresa para la venta sino que se ha editado únicamente para un restringido grupo de personas, puede sin embargo ofrecer un gran interés para los doctos. Tal es el caso, por ejemplo, de los comunicados sobre investigaciones o expe- riencias preparados por los hospitales, laboratorios, etc., de las notas de tipo histórico que publican ciertas instituciones públicas o algunas empresas privadas y de otras muchas publi- caciones, la mayor parte de las cuales revisten bastante importancia para merecer su inclusión. Pero también hay muchas obras impresas de dudosa valía. Para establecer criterios ade- cuados se puede considerar la cuestión desde dos puntos de vista. En primer lugar, el punto de vista económico: el título de un breve folleto sin importancia requiere del bibliógrafo tanto trabajo como el de un libro, e incluso algunas veces más, pues aquellos títulos son, con frecuencia, largos y complicados. Por idéntica razón, la impresión de estos títulos es por lo menos tan costosa como la impresión de los títulos de los libros. En

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segundo lugar, el punto de vista de la claridad; una lista de títulos puede hallarse tan recargada por los de las publicaciones sin interés, que aquellas otras verdaderamente importantes se encuentran, por decirh as;, anegadas en ellos. Tales razones hacen necesario que, por lo menos, algunos de los documentos impresos no sean incluídos en el repertorio, aunque es cierto que ningún impreso se halla tan desprovisto de valor que no pueda en algún modo. iluminar nuestra cultura. Pero el número de publicaciones contemporáneas es tan considerable que podemos omitir este punto de vista cuando se trata de las publi- caciones actuales. .Vamos a examinar ahora el caso de ciertas categorías de impresos. 1. Canciones de carácter privado. Con motivo de celebraciones privadas, matrimonios, jubilaciones, etc. se imprimen cor. fre- cuencia ciertas cnnciones. Resulta obvio afirmar que tales documentos sólo presentan interés para los familiares y los amigos del interesado, pues aun en el caso de que en un lote de poesías sin interés pudiese haber alguna que ofreciera un interés más general, es posible concebir que habrá de ser re- impresa en alguna otra forma. 2. Catálogos comerciales y material de propaganda, L o valioso en estos impresos es ia información relativa a las mercancías y sus precios, pero también puede encontrarse esta inform ación en revistas y periódicos y, como el número de aquellos impre- sos es muy elevado, conviene excluirlos totalmente de la bibliografía. Hay que dejar a las bibliotecas y a los museos la misión de conservar muestras de esos impresos para finalidades históricas. 3. Balances e informes comerciales. Los impresos de este tipo pueden interesar a la historia económica y deben ser conserva- dos en bibliotecas especiales, pero como fuera de estos fines no ofrecen apenas ningún interés no hay porqué incorporarlos a la bibliografía nacional. 4. Legislación administrativa local e informes de sociedades. También aquí es necesaria la distinción entre lo más y lo menos importante. L a solución más simple y rápida consiste en aplicar un método automático de selección, lo cual no es practicable en todos los casos.

PubLicaciones oficiales. Los documentos procedentes del poder público revisten una importancia cada vez mayor. El Estado registra los fenómenos de la vida social y publica los reculta- des en forma de estadlsticas y comentarios, encarga a los exper- tos nacionales de efectuar investigaciones internacionales, etc. Tales publicaciones pueden resultar de muy difícil manejo bibliográficó. En los países donde la publicación de impresos oficiales se halla centralizada, este centro también general-

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mente edita catálogos de sus publicaciones, pero donde no ocurre así es necesario que un especialista centralice la infor- mación procedente de todas las instituciones y publique, mensual o anualmente, una lista de las mismas. Asi, tales listas pueden ser eliminadas del repertorio bibliográfico o puede incluirse en él tan sólo una selección.

Tesis. El nivel de las tesis doctorales presenta grandes varia- ciones s e g h los diversos países. En algunos se exige que cualquier tesis arroje nueva luz sobre u n sector dado de las ciencias o las 1e:ras: en tales países el número de tesis es pequeño y por revestir tanta importancia como cualquier otra publicacidn nacional deben ser consideradas como libros ordi- n ario s.

E n otros países donde las tesis son m á s bien consideradas como la etapa final de los estudios superiores, son numerosas y de limitado valor. Sin embargo no se hallan desprovistas de todo interés pues sus autores han reunido frecuentemente una documentación útil. Si tales tesis resultan demasiado numerosas para ser incluídas en la bibliografía nacional, pueden ser reco- gidas en una compilación anual distinta. Por regla general se hallan ordenadas por universidades y subdivididas por facul- tades. U n índice de autores y una clasificación por materias resultan indispensables. No hace mucho, casi todas las tesis de esta segunda categoría se imprimían, pero actualmente, por razones económicas, se aatoriza con frecuencia que los estu- diantes impriman únicamente parte de las mismas e incluso se admite que presenten simplemente un pequeño número de ejem- plares mecanografiados, los cuales se conservan después en el archivo o en la biblioteca de la universidad, con lo cual resulta inaccesible tan abundante documentación. A veces resulta extraordinariamente difícil, si no imposible, el acceso del público a todo este material y en tal caso no existe razón nin- guna para incorporar tales tesis a la bibliografía. Pero cuando es posible obtenerlas en préstamo, consultarlas en la biblio- teca o poder sacar de ellas fotocopias o microfilms, existen buenas razones para incorporarlas a la bibliografía. Si se publica separadamente una biblioglafía de las tesis, éstas encuentran allí su sitio natural; pero en caso contrario, se las puede incorporar al repertorio bibliográfico, a condición de contener datos sobre los requisitos necesarios para su utilización.

Textos reproducidos mecánicamente, aunque no impresos. Hoy día la publicación no depende exclusivamente de los procedi- mientos tipográficos sino que también se utilizan métodos fotográficos o de otra clase. Tales publicaciones son, natural- mente, libros, y como tales hay que tratarlos, sea cual fuere el modo de reproducción utilizado.

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Publicaciones en serie. Bajo este título se comprenden los periódicos (que aparezcan más de una vez al año), los anuarios y las memorias o informes (que aparecen a intervalos irregula- res), a los cuales es posible añadir los diarios aunque estos no sean siempre considerados como publicaciones en serie. A veces las G series o, que comprenden monografías agrupadas bajo un título común a toda la colección y que generalmente llevan un número de orden, son consideradas como publicaciones en serie; pero, puesto que habrán de ser tratadas como obras ordinarias no es necesario referirse a ellas en este momento. Generalmente las publicaciones periódicas sólo se catalogan

en el repertorio bibliográfico nacional al aparecer el primer numero; en un repertorio especial que aparece anualmente o a intervalos de pocos años se registran las publicaciones periódi- cas y los diarios corrientes. Este repertorio no sólo suministra una información bibliográfica general sino también informes de orden comercial concernientes a las tarifas de publicidad, cuando ésta existe, a las tarifas de abono y al precio del número suelto. En los paises pequeños donde el número de publicaciones de

estegénero no es muy elevado, se registran a veces en el último repertorio bibliográfico cumulativo. Cuando se siente la necesi- dad de un repertorio especial puede convenir su impresión; en caso contrario estas publicaciones deben ser incluidas entre los libros, o bien puede publicarse, de cuando en cuando, una lista de las mismas en el repertorio bibliográfico. Esta cuestión, como muchas otras, debe ser considerada desde el punto de vista económico, pero sea cual fuere la solución que se adopte, lo único cierto es que las publicaciones en serie deben ser re- señadas en algún sitio. Las publicaciones periódicas y los diarios constituyen un rasgo característico de la vida nacional y son al mismo tiempo una excelente fuente de información sobre ciertas corrientes profundas cuya acción no se manifiesta más que a través de esas vías.

3. MAPAS, MÚSICA, MATERIALES AUDIOVISUALES

a) Mapas

Todos los tipos de atlas y de mapas individuales pueden ser incluídos en el repertorio bibliográfico, pero como no es posible catalogarlos de la misma manera que los libros es preferible dedicar para ellos una sección especial de la bibliografía.

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b) Música Lo mismo puede decirse de la música, que debe ser ordenada en una sección especial, o, acaso publicada aparte, pues una bibliografía sobre música interesa principalmente a un público especializado.

c) Materiales audiovisuales No hace mucho, la bibliografía no comprendía sino los impresos y los manuscritos. Pero en la actualidad existen numerosos medios nuevos de transmisión de las ideas que, tan legitima- mente como los medios tradicionales, pueden reivindicar el carácter de documentos humanos ; tras algunas vacilaciones han sido incluídos en el ámbito de la bibliografía. Los dos principales medios nuevos de transmisión del pensa-

miento, son las peliculas cinematográficas y las grabaciones sonoras. Estos medios están adquiriendo en el campo de la educación una importancia sin cesar creciente, y figuran entre los principales medios de información popular.

En la bibliografía nacional se incluye incluso la más me- diocre de las novelas o la más banal de las piezas teatrales, a condición de que hayan sido publicadas. Por qué pues no se habrán de incorporar las películas cinematográficas y los discos con los cuales se expresan los mejores y los peores aspectos de la civilización moderna ? L a única cuestión a decidir es si las peliculas y los discos

deben integrarse en el repertorio bibliográfico o en un repertorio separado. Como por su forma son muy diferentes de los libros, es preferible ordenarlos en dos repertorios distintos, uno que recogerá las peliculas y las vistas fijas y otro las grabaciones sonoras. Estos repertorios pueden ser publicados separadamente o constituir subdivisiones de la bibliografía nacional.

4. fNDICES DE ARTÍCULOS DE REVISTAS Y DE PERIÓDICOS

Un artículo publicado en una revista no es esencialmente dife- rente de un libro o de un folleto; su extensión es a menudo más considerable que la de muchas obras impresas. Hay pues que tratar los artículos del mismo modo que las

publicaciones separadas. Si ello no se hace así es porque el número de artículos es tan considerable que el costo de tal bibliografía sería demasiado elevado. Mas, por otra parte, la importancia de los artículos de revista

ha aumentado tanto que, en muchas materias, los artículos eclipsan a los libros. Consecuencia de ello ha sido el que los índices de revistas se hayan incrementado enormemente durante la última generación.

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E n la introducción del presente manual ha quedado sentado que no es posible establecer una bibliografía mundial de todos los libros publicados recientemente y que esta tarea debe ser repartida entre los diversos paises. Todavía es menos factible, como es natural, establecer un índice completo internacional de los artículos de revistas, pero en este punto, se ha compro- bado que los índices internacionales de artfculos de revistas clasificados por materias -cada índice referido a un tema determinado-, rinden mejores servicios que los amplios índices nacionales de artículos de revistas. Estos índices internacio- nales por materias no pertenecen al tema del presente manual, pero, por lo menos, existe una variedad de indices de articulos de revistas, cuya creación en una escala nacional podría ser provechosa ; el índice destinado al gran público.

índices para el público en general

L a s bibliotecas populares se hallan ordinariamente suscritas a gran número de publicaciones periódicas, algunas de las cuales están consagradas a diversos temas y presentan, generalmente, el carácter de publicaciones que pueden ser comprendidas por un lector no especializado. U n índice de los articulos m á s importantes publicados en las revistas de este tipo resultará de gran utilidad, pues toda esta documentación, accesible gra- cias al índice, suministrará un complemento valioso a los libros.

E n los países pequeños puede ser aconsejable desarrollar los indices de los articulos de revista.. Si el volumen de lo publicado no es considerable puede incluso intentarse la incor- poración al repertorio bibliográfico de los articulos importantes publicados en las revistas. Así se puede obtener una información satisfactoria de lo pcblicado en los diversos campos y es posi- ble presentar un cuadro idóneo de los progresos culturales de la nación. E n un informe dirigido a la Unesco por la república del Ecuador se afirma que: ((La producción literaria actual se presenta principalmente en forma de folletos y articulos de revista. Los diarios y principalmente las revistas, han sido el vehículo normal para expresar el pensamiento de nuestros escritores. Ello no sería un hecho nuevo y llamativo si quisié- ramos hablar solamente del género de literatura que habitual- mente nutre las publicaciones periódicas, pero en muchos casos el material de las revistas ecuatorianas presenta el carácter de un libro o ha consistido en volÚmenes completos publicados fraccionadamente. D e este modo han sido extendidos entre el pbblico los mejores estudios históricos, sociales, económicos y políticos, asi como las novelas, las poesías y los ensayos críticos de nuestros escritores.))

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En estas condiciones es evidentemente necesario formar un repertorio bibliográfico de las revistas importantes. Se puede publicar una lista especial dedicada a los artículos de revista o se pueden ordenar estos artículos en una sección particular del repertorio bibliográfico, o asimismo se les puede incorporar entre los títulos de los libros. Incluso los artículos de diarios pueden presentar un interés

que se extiende más allá de la fecha de su publicación, como lo demuestra el informe concerniente al Ecuador y, en conse- cuencia, puede ser aconsejable incluir una selección de los mismos en la lista de artículos de revista.

5. REPERTORIOS RIBLIOGRÁFICOS SELECCIONADOS

Si se desea que las bibliotecas populares cumplan sus fines es necesario que el nivel cultural de sus fondos sea elevado. Cada biblioteca debe quedar en libertad de procurarse los libros que respondan a las necesidades de la población local, pero no se puede contar con que los bibliotecarios locales posean siempre un conocimiento profundo de todo lo que se publica o puedan hallarse lo suficientemente al día para efectuar en todos los casos una selección idónea. Por ello es necesario que reciban orientaciones del centio bibliográfico nacional. Ccando no exista una institución de este tipo, este papel debe- ría ser representado por la biblioteca nacional, por el inspector de bibliotecas populares, por la asociación de bibliotecas o por alguna organización afín. L a principal publicación debe ser una lista seleccionada

anual, trimestral, semestral, o incluso mensual, de los libros publicados, tanto de los que pertenecen al género novelesco como de las demás obras adecuadas a las necesidades de las bibliotecas populares. Importaría que fuese una lista bibliográ- fica tipo, que registrara las obras adquiribles en todas partes, y seria asimismo necesario que cada biblioteca poseyera tales libros o pudiera tomarlos a préstamo de una biblioteca central El catálogo podría presentarse en forma de un repertorio siste- mático completado por un índice de autores, o bien en forma de un catálogo-diccionario. E s aconsejable indicar, por medio de signos especiales, una selección más restringida para uso de las pequeñas bibliotecas. Ctra lista conveniente seria una lista básica de libros,

aconsejable para las bibliotecas populares. Esta lista conten- dría los títulos de un cierto número de obras cuyo conjunto constituiría el fondo tipo de una biblioteca popular bien dotada. La disposición de tal lista sería idéntica a la de la lista anual y también, en este caso, habría que indicar con ayuda de signos

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especiales una selección más restringida adecuada a las pequeñas bibliotecas. Este catálogo podría al mismo tiempo servir, como una especie de catálogo colectivo para uso de las bibliotecas populares, ya que comprenderia lo esencial de lo que cada biblioteca posee o puede procurarse. D e este modo sería posible ofrecer al lector, incluso en las más pequeñas bibliotecas, un catálogo impreso que le sirviese de guía en sus lecturas. Y de este catálogo deberían hacerse nuevas ediciones con intervalos de pocos años. E n cada reedición habría que suprimir el título de !as obras anticuadas o que hubieran sido remplazadas por otras mejores. Un campo quepresenta una importancia particular es el de los

libros para niños. Se publican tantas obras sin interés, e incluso malas, que sería necesario crear un comité de educa- dores encargado de establecer la lista seleccionada de libros para niños que pueda sin temor recomendarse a las bibliotecas. Esta lista podría ser incluida en la lista publicada ocasional- niente de la que más arriba se ha tratado, pero seria preferible publicar una lista especial. Las reseñas de las nuevas publicaciones se publican en los

periódicos y en sus suplementos, así como en las revistas de todo género, pero, aun en el caso de que toda esta información fuese accesible, continuaría siendo necesario crear para las bibliotecas populares un servicio especial donde los libros pudieran ser apreciados desde el punto de vista particular de aquéllas. Este servicio debe seleccionar los libros a examinar pero, a diferencia de lo dicho para los repertorios arriba mencio- nados, esta selección debe ser muy amplia, con objeto de permitir a los bibliotecarios la posibilidad de elegir por si mismos sus libros. Incluso a veces puede ser necesario reseñar ciertos libros con el fin de hacer patente que aquéllos no son convenientes para las bibliotecas populares. Estas reseñas sería preferible que fueran hechas por los

bibliotecarios qiie posean un conocimiento especial de los tenas tiatados, incluso en lo referente a la literatura novelesca. Generalinente ellos serán los más calificados para apreciar las necesidades de las bibliotecas, sin embargo, existen ciertas materias para las cuales será absolutamente necesario recurrir a especialistas no bibliotecarios. Tales reseñas no deben en general excec'r: de cinco a diez líneas, y deben dar idea del contenido, carácter del libro y conveniencia que pueda ofrecer para el lector de la biblioteca. Si existe un boletín de bibliote- cas es en él donde deberán publicarse las reseñas, y, en el caso contrario, convendría insertarlas en una de las publica- ciones que pasan por las manos de todos los bibliotecarios. Si no pudiera hacerse así, tales reseñas deben ser publicadas separadamente.

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C A P Í T U L O 1 1 1

LA BIBLIOGRAF~A NACIONAL DE OBRAS RECIENTES: FORMA

U n a vez decidida la cuestión de cuáles hayan de ser los reper- torios que deben establecerse, hay que resolver el problema de la forma y de la disposición de los títulos que contengan. E n la medida de lo posible, es necesario aplicar un mismo sistema a todos los repertorios. Ello facilitará considerablemente la compilación y utilización de los mismos.

Existen dos problemas principales: 1. L a descripción de la obra, 2. L a disposición de los títulos.

1. DIFERENCIACI~N ENTRE BIBLIOGRAF~AS Y CATÁLOGOS

Tanto los catálogos de las bibliotecas como las bibliografías nacionales plantean los dos problemas arriba indicados, pero e s necesario tener presente que la finalidad de los unos y de las otras no es idéntica. U n catálogo de bibliotecas sirve principal- mente a los investigadores o a los lectores que deseen bien tomar en préstamo un libro o bien obtener información biblio- gráfica. L a bibliografía nacional de obras recientes aunque sea accesible la público, sirve también adicionalmente como catálogo comercial al servicio del mercado del libro. Por ello, es indis- pensable que la bibliografía nacional suministre datos sobre precios, encuadernaciones y dirección exacta de los editores, las cuales no tienen cabida en un catálogo de biblioteca. El interés que existe en economizar espacio en los catálogos im- presos puede imponer igualmente el empleo de abreviaturas que son innecesarias en un fichero de biblioteca. Sin embargo, a fin de cuentas, tales diferencias son muy ligeras y, si las fichas destinadas al catálogo de la biblioteca nacional son elaboradas con el mismo procedimiento que las fichas manuscritas destina- das a la bibliografía nacional de obras recientes -lo cual es el procedimiento más cómodo-, la diferencia entre ambos catálo- gos se encontrará reducida al mínimo. No es éste el lugar para formular sugestiones sobre la elabo-

ración de un código de reglas referente a la descripción de obras;

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tampoco puede aquí hablarse de un sistema de disposición de titulos capaz de ser utilizado sin más en la catalogación prác- tica, tanto menos cuanto que no existen ni códigos ni sistemas universalmente aceptados. Sin embargo, como punto de partida para la indagación, podemos servirnos de ciertas consideraciones generales referentes a los problemas básicos.

2. DESCRIPCI~N DE LA OBRA

a) La tendenciu Q la uniformidad

En términos generales parece manifestarse una tendencia a la uniformidad en lo referente a la catalogación de los títulos de las obras. Acaso ello se deba a causas relacionadas con la his- toria de la bibliografía.

A comienzos del siglo XX se instituyeron las reglas comunes angloamericanas designadas con el nombre de ((normas de la A.L.A.)) (American Library Association) y aunque tal esfuerzo conjunto no ha conseguido la coordinación permanente de las reglas aplicadas por una parte en Gran Bretaña y por otra en los Estados Unidos de América, de hecho no existe actualmente una diferencia esencial entre ambas. A través de la Gran Rretaña,la influencia de estas reglas se ha extendido a todo el Imperio Británico ; por otra parte en ciertos países donde las bibliotecas populares han sido organizadas a imitación de las de los Esta- dos Unidos de América este código de catalogacidn ha sido algunas veces tomado por modelo.

Una característica de la catalogación moderna que, más que las restantes, ha contribuído a la uniformidad de las inscripciones bibliográficas ha sido la progresiva utilización de fichas impre- sas. L a Biblioteca del Congreso y otros centros bibliográficos de los Estados Unidos de América así como la Biblioteca Vati- cana y otras instituciones de Europa, publican sus fichas de catálogo dispuestas ya para su uso en otras bibliotecas. Como la catalogación es una operación muy costosa, va extendiéndose cada vez más la costumbre de que las bibliotecas adquieran fichas impresas del mayor número posible de sus nuevas adqui- siciones. D e este modo, tales bibliotecas se ven obligadas a adaptar su p-opio sistema de catalogación a aquellos principios que han servido de normas para la preparación de las fichas impresas.

L a cooperación internacional cada vez mayor entre las biblio- tecas, las frecuentes reuniones internacionales en las que los bibliógrafos estudian sus problemas comunes, los trabajos del Comité Técnico n? 46 (bibliografía) de la Organización Inter-

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nacional de Normalitaci6n, todo ello tiende hacia la uniformidad sin que esto quiera decir que se intente imponer a nadie una reglamentación determinada.

Uno de los mayores progresos recientemente realizados en este dominio fué la publicación en 1930 de las /verme per il catalogo degli stampati de la Biblioteca Vaticana (segunda edición en 1339). Estas normas fueron establecidas cuando la Biblioteca Vaticana decidió hacer una nueva catalogación de sus colec- ciones. Esa biblioteca emprendió entonces, en colaboración con expertos extranjeros, una investigación muy a fondo que dió, en definitiva, como resultado la aplicación de las reglas ya en vigor en Italia, si bien modificadas en cierta medida para ajus- tarlas con las normas de la A.L.A. en todo aquello que pudiera resultar oportuno.Después de un período de ensayo se llegó a la conclusión de que las reglas en vigor en Italia no daban entera satisfacción y por ello se redactó el código actual. Resulta sorprendente constatar hasta qué punto el código de

la Biblioteca Vaticana y las normas de la A.L.A. concuerdan no sólo en los principios sino incluso en los detalles, y es alen- tador comprobar que el interés por la cooperación ha llevado a la Biblioteca Vaticana a modificar las normas de la A.L.A. sola- mente cuando existían para ello razones sustanciales. Las principales diferencias entre los dos códigos proceden de

la divergencia existente entre los fondos a catalogar. Las normas de la A.L.A. fueron establecidas en países protestantes y tienen como objeto principal el facilitar la catalogación de publica- ciones recientes, redactadas en su mayor parte en lengua inglesa mientras que, por el contrario, los fondos principales de la giblioteca Vaticana estan constituidos por publicaciones de los siglos pasados y se hallan redactadas en casi todas las lenguas, desde un punto de vista principalmente católico. Las normas de la Biblioteca Vaticana suministran un buen ejemplo de cómo se pueden adaptar los códigos ya existentes a una materia especial. Este es precisamente el problema que se plantea cuando se trata de crear una bibliografía nacional en un país cuya producción literaria difiere de la comprendida en los códigos en vigor. Así, por ejemplo, los dos códigos precitados tratan con una extrema minucia de la catalogación de las ediciones de la Biblia y de otros textos cristianos. Ello no ocurriría en los paises donde predominan otras religiones y donde se carece de reglas de catalogación para sus libros religiosos. En tales casos, puede ser necesario establecer nue- vas reglas, a condición siempre de que sean respetados los principios fundamentales ; tales reglas nuevas pueden ser utili- zadas no sólo en dichos países sino también en aqurllos otros donde se planteen idénticos o similares problemas.

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Finalmente, existen criterios distintos sobre la decisión a tomar cuando una obra publicada por una institución no lleva el nombre del autor. Existen bibliógrafos que estiman ser la institución quien debe figurar como autor, mientras que otros inscriben directamente el libro bajo su título.

Este segundo método es el aplicado en las bibliotecas ale- manas de investigación, donde se hallan en vigor las reglas p m - sianas de catalogación, en las bibliografías nacionales alemanas, y también, en ciertos paises donde la bibliografía alemana ha ejercido su influencia. Sin embargo, incluso en esos paises, gana terreno el primer método, que es el adoptado en la mayor parte de los demás países.

b) Procedimiento recomendado E s preferible tomar como base un sistema ya existente que crear otro totalmente inédito. Tanto si se adoptan las normas de la A.L.A., como las vaticanas, o como cualquier otro código, lo aconsejable es recurrir a un sistema ampliamente difundido, pues así se encontrarán manuales que expongan el conjunto del sistema y suministren la solución de muchas de las dificultades que inevitablemente habrán de surgir. L a utilización de estos manuales permitirá ganar mucho tiempo y ahorrgrse muchas molestias.

Cuando se comienza a compilar una bibiáografía nacional, acaso se encuentren muchas dificultades para aplicar, hasta en el menor detalle, a una producción de obras restringida las reglas que formulan los complicados manuales elementales que ofrecen una exposición abreviada y simplificada de las reglas fundamentales de catalogación y, si únicamente se emplean los manuales más complicados como libros de consulta, se podrá llegar con bastante rapidez a dar al servicio de la bibliografía nacional una forma suficientemente acusada.

Toda catalogación principal contendrá esencialmente, y en el orden que a continuación se expresa, los siguientes puntos: 1. nombre del autor, en el caso en que se halle mencionado; 2. título; 3. información detallada sobre el editor, ;l lugar de impresión y el año de publicación.

Estos datos ordinariamente van completados por: 4. informa- ción sobre el número de páginas, de volúmenes, de ilustraciones, etc. (es decir: lo que se llama la <<colación»).

A u n admitiendo que existen diferentes opiniones sobre el número y el orden de sucesión de los detalles reseñados en los puntos 3 y 4 arriba citados, la información permanece, en la mayor parte de los catálogos idéntica en lo esencial, así c o m o el orden de sucesión de los principales elementos.

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c) Fichas espécimen

E n las páginas siguientes se reproducen fichas espécimen, algunas de las cuales han sido tomadas de la serie de fichas impresas de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América mientras que otras han sido sacadas de la segunda edición de las normas vaticanas. Los breves análisis que les hemos añadido ponen de relieve los caracteres esenciales de una ficha bibliográfica (es importante no perder de vista que si bien estas fichas son, en muchos aspectos, m á s detalladas de lo que sería necesario en una bibliografía nacional de obras recientes, en cambio, no suministran otros datos importantes tales como el precio (véase infra).

Gandia, Enrique de, 1906-

torial vasca Ekin, 1943.

vasca. [lü,)

except the laat.

... Orígenes prearios del pueblo vasco. Buenos Aires, Edi-

153 p.. 2 1. lilua. (Incl. maps) 18". (On cover: Biblloteca de cultura

Blbilopaphlcal references included In "Notas" nt end of en& chnpter

1. Dasques. 2. Rnaque language. 1. Tltle. 44 -8118

672.9488 Library rd Conmesa

FICHA hlo 1 DE LA BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA

L a primera parte de la ficha se halla consticulda por el nombre del autor, en su forma integral o bien en la forma adoptada por la biblio- grafía. Este nombre va seguido del año de nacimiento del autor (y del de su muerte, si ha lugar a ello) cuando es posible dar estas fechas con exactitud.

L a segunda parte contiene el titulo. Los tres puntos suspensivos al principio de la línea significan que algo se ha omitido. E n las líneas que siguen se indican el lugar de la publicación, el nombre del editor y el aEo de la publicación.

La tercera parte es la <colación>. El libro tiene 153 páginas y dos hojas no paginadas. Se halla ilustrado y contiene mapas. La altura del

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(Formato original : 75 X 125 mm.)

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volumen es de 18 centlmetros. El título de la colección figura sobre la cubierta del volumen pero no en la obra propiamente dicha, y el número de orden del volumen dentro de la colección se halla colocado entre corchetes para significar que esta indicación ha sido tomada de una fuente distinta del propio libro.

L a cuarta parte contiene las anotas8 que, en este caso particular, es una nota única dedicada a mencionar las referencias bibliográficas.

E n la parte baja de la ficha se encuentran las sugestiones para la ubicacidn de la ficha en un sistema de ordenación catalográfica indi- cando las posibles aentradas B por materia y por título.

Castelbarco Albani della Somaglia, Maria, 1871-

menico Passionei, Un grande bibliofilo del sec. XVIII: il cardinale Do-

Firenze, L. S. Olschki, 1937. xi, 194 p., 1 f. 7 tav. (a.) 22,5 em.

a Prcfszionc D firmatn: Albano Sorbelli

1. Pusionei, Donienieo, oard., 1682-1761. 1. Sorbelli, Albnno, 1875-

Va 37-llBR BX4704.PZ5C26 O Bibl. Vaticana 1

FICHA NP1 DE LA BIBLIOTECA VATICANA

Esta ficha ha sido redactada según los mismos principios. L a colación permite apreciar que la obra en cuestión comprendre U páginas nume- radas con cifras romanas, 194 con cifras árabesy una hoja nopaginada. Contiene siete láminas con retratos de personajes de que trata el texto. L a nota menciona que el libro lleva un prólogo de Sorbelli, cuyo año de nacimiento se halla indicado a fines de referencia.

(Formato original : 75 X 125 mm.)

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International bureau o€ education, Geneva. ... The Interiiational bureau of education and post-war edu-

catioiid reconstruction. Geneva, Internationd bureau of edu- catioii, 1044.

cover-tltle, 7 p. 24". (Ite Publlciitluns, no. 64)

1. World wiir, l!B9-1D15-E:ducatIuu aiid Llie war. 2. Educatioii.

E 46-60 U. 8. Ofl. of educ. Llbrary 0 t;:".~" no.@

Por Llhrnry o€ Congress

FICHA N?2 DE LA BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA

(Formato original : 75 X 125 mm.) Esta ficha se refiere a una obra de la cual se considera como autor a una institución. Al mismo tiempo, sirve para demostrar que incluso una publicación de siete páginas puede merecer su incorporaci6n a un catálogo. En este caso particular, la razón de esta incorporación reside eh el hecho de que tal olleto forma parte de una serie.

Roma. P. istltuto dl archeologia cdetiana. Suesidi allo studio delle antichita cristiane, pubblicati

per cura del Pontificio istituto di archeologia cristia- na. I- Cita del Vaticano, Roma, 1'. Istituto di archeologia cristiana, 1936-

v. U. 2s om.

1. AntizhitA criatlane. 1. Titolo.

FICHA N?2 DE LA BIBLIOTECA VATICANA (Formato original: 75 X 125 mm.)

Esta ficha, que ilustra una de las diferencias existentes entre la catalogación de bibliotecas y la catalogación para la bibliografla

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nacional, se refiere al primer volumen publicado de una obra. El año de publicación va seguido de un guión y de un espacio en blanco donde se fijará posteriormente la fecha de aparición del último volumen. El mismo procedimiento es aplicado a la indicación del número de volúmenes. E n la bibliografía nacional, por supuesto, cada volumen debe ser incluido separadamente con su título completo cuando los diversos volúmenes de una misma obra no hayan sido publicados al mismo tiempo.

... La vie de Saint Didier éveque de Cahore (630-666), publiée a’apds lea manuscrita de Paris et de Copenhague par Fiené Poupardin ... Paris, Alphonse P h r d et fila. 1900.

XX, ,64 p. 23 cm. (Cbllectioo de texh poor aervir b i’btude e.t B I’ensngnement de I’histoire, 29).

1. Desidorins, a, venc. di Cahors, m. 656. 1. Pniipardp, Ren6.

Vi 96.3430 1874- , od.

Dq.ClS, v. 29 BX4?00.D44P78 O Bibl. Vatieinn

FICHA NP3 DE LA BIBLIOTECA VATICANA Formato original : 75 X 125 mm

Obra anónima. El nombre del autor de esta t Vida de San Desideriob no está indicado y no ha sido posible descubrirlo. E n la parte superior de la ficha se ha dejado un espacio en blanco para completar posterior- mente este dato. Este procedimiento sólo tiene aplicación cuando se trata de un catálogo de biblioteca. Se sugiere que las referencias a este libro sean hechas no bajo la rúbrica de Saint Didier sino bajo la de Desiderius que ha sido el nombre adoptado por el catálogo. Bajo este nombre deben ser buscadas todas las obras de este escritor, si es que tiene alguna, y las referencias a las obras que a él se refieren.

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Social and political ideas of Mahatma Gandhi, by H o r w New Dellii, Indian Council of World Alexsnder ,et al.,

Affairs; Bombay, Oxford University Press ,1949, 84p. 10 CUI. Bihllographlcal Pootnotes. CONTENTS.-POiitlCd Ideas OP Mahatma Gandhl. by H. Alexandec.-

Qandhijl’s Ideas on aoelal integratlon. by N. 9. Bose.-The Gandhlan approach to economlcs. by J. C. Kumarapps.-The Gnndhinn approach to economics, by P. A. \Vadla.-Ethical and rellglous idees oC Mnhatuia Gandhi. hy P. S. Ramanathan.

1. Qandhl. Mohandas Karamchand, 1üüS-1848. 1. Aiexander. Horace Gundry, 1889-

DS48LG3S57 50-9567 Llbrary of Congress

FICHA No3 DE LA BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA

(Formato original: 75 X 125 mm.) En el caso de esta obra hay que tomar el título como encabezamiento, incluso aunque se hallen mencionados los nombres de los autores de las diversas secciones de la misma, pues tales autoresson demasiado numerosos. Este método es el utilizado normalmente cuando hay &s de tres autores. Todos ellos, así como su respectiva colaboración a la obra, se mencionan en una nota. En el caso presente, se sugiere que las referencias a la obra sean hechas solamente en relación con el primero de los autores. Hay que decidir en cada caso cuántas son las referencias que deban hacerse. En el cuerpo de la ficha sólo se halla indicado el nombre del primer autor, seguido de la mención [et al.] (es decir ay otros*). El año de publicación ha sido indicado entre corchetes porque este informe ha sido tomado de una fuente distinta de la propia obra.

d) El catálogo comercial E n los ejemplos precedentes hemos subrayado algunas de las diferencias que existen entre un catálogo de biblioteca y una bibliografía nacional, pero tales diferencias no son las únicas. Es evidente que la bibliografía nacional debe condensar, desde el punto de vista de la tipografía, las noticias bibliográficas, con el fin de economizar espacio; por idéntica razón debe renun- ciar a buen número de notas, Por el contrario, la bibliografía nacional debe suministrar los detalles adicionales para el CO- mercio del libro.

L a s reglas que siguen han sido extractadas de las que aplica la firma H.W. Wilson Company para su Curnulative book index, que reproducimos con permiso de dicha empresa.

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El formato de un libro constituye un dato importante para el librero y sus clientes, por lo cual hay que indicar el número de páginas de cada volúmen, hasta tres volúmenes.

El nombre y la dirección del editor son acaso los elementos que presentan m á s interés para el librero. Estas indicaciones pueden darse en forma abreviada, como en la bibliografia nacional, pero, en este caso, es importante que al final de la bibliografia o en una publicación separada, sea posible hallar la significación exacta de estas abreviaturas. Si hay más de un editor, o si existe un agente en otro país, también hay que incluirlos.

Encuadernación: es necesario que al leer el título sea posible saber como está presentado el libro. Cuando lo normal es, como en los Estados Unidos de América y en Gran Bretaña, publicar las obras encuadernadas en tela o, como ocurre en otros paises, donde generalmente se publican en rústica, se puede dar por supuesto que aquellos libros cuya ficha no lleve ninguna indi- cación particular están presentados en la forma habitual de los países donde ha sido editado. Pero en todos los demás casos, el modo de presentación debe ir indicado por una sigla como por ejemplo p. (piel), mar. (marroquin), pg. (pergamino). Si un libro ha sido editado con diferentes encuadernaciones, todas ellas deben ser mencionadas con sus diferentes precios.

El precio debe estar indicado, en relación con el nombre de cada editor o de la agencia, en la moneda en que el editor venda, como, por ejemplo : Smith, P. $ 2 ; Ryerson press $2,50; Ca p e J 4 s. 6 d. ; Harcourt $1.25 ; Tareporevala Rs 4 ; Cape J. 3 s. 6 d.

3. ORDENACI~N DE LAS ENTRADAS

Cuando se ha decidido la forma en que se haya de presentar una obra, hay que resolver todavía el problema del orden que deba darse a las entradas para facilitar a quien utilice el repertorio la búsqueda de los datos que necesita. El interesado puede: l? buscar un libro cuyo autor conoce;

2? buscar un libro cuyo título conoce pero cuyo autor desconoce, o 3? querer saber lo que haya sido publicado sobre un deter- minado tema. El primer problema puede resolverse con una lista alfabética

de autores o por un índice de autores con referencias al lugar donde se encuentra la información sobre el libro.

U n a lista ordenada por la primer palabra del título, excluyendo los artículos (tanto definidos como indefinidos) prestará servi- cio a aquellas personas que conozcan el título pero no el autor y se aplica generalmente a las obras del género novelesco.

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Puede ocurrir que valga también para las demás obras, pero cuando el tema tratado por el libro esté perfectamente claro, es posible buscarlo bajo el encabezamiento referente al tema : por ejemplo, una obra titulada « L o s grandes pensadores * se encon- tratá en la sección nFilosofíar. Por ello las entradas de títulos de las obras no novelescas se limitan algunas veces a aquellas obras conocidas generalmente por su título o a las que llevan un título llamativo o a aquéllas cuyo título no revela con claridad el tema (como por ejemplo Empty Highways : * L a s carreteras vacías*, obra que trata de Africa Central). El tercer problema es el de solución más díficil. S e puede de-

terminar la materia de cada libro y ordenar las obras bajo la rúbrica de esta materia, por orden alfabético, o bien, las obras pueden insertarse en un sistema más o menos lógico dentro del cual se hallen agrupados todos los temas conexos.

U n sistema de clasificación que sirve para ilustrar la primera solución ha disfrutado de un gran éxito durante los Últimos cincuenta años. E n él, los temas, ordenados alfabéticamente, se hallan mezclados con la lista alfabética de autores y títulos en una sola relación. Por esta razón ha sido denominado sistema del catálogo diccionario.

L a ordenación sistemática o metódica de materias ha sido empleada en muchas bibliografías famosas.

Hace ya muchos años que se discute si, para la utilización bibliográfica, es preferible el catálogo diccionario o el catálogo sistemático. Las dos soluciones tienen partidarios a ambos lados del Atlántico, pero mientras que en Europa se halla más generalizado el catálogo sistemático, en los Estados Unidos de América prevalece el catálogo diccionario, o, por lo menos, el catálogo alfabético de materias. Si bien es cierto que esta regla presenta numerosas excepciones tanto en una como en otra pacte.

4. EL CATÁLOGO DICCIONARIO

U n catálogo diccionario es aquél en el cual las obras se encuen- tran ordenadas en un único sistema alfabético por nombres de autores, títulos, materias e incluso por los títulos de las co- lecciones. E n él se ueden encontrar también referencias a los colaboradores, a los compiladores, a los directores de la edición, a los traductores y a los ilustradores,así como referencias de una materia a otra.

Esta forma de bibliografía posee la gran ventaja de ser de fácil manejo para el público. U n a vez que el lector ha compren- dido el sistema, resulta m u y sencillo para él encontrar lo publi- cado sobre una materia determinada, o descubrir un libro dado si conoce su título o su autor.

P

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U n o de los inconvenientes de este tipo de catálogo es que resulta m u y difícil organizar un sistema de encabezamientos por materias con las referencias cruzadas indispensables y que, si este sistema no ha sido concebido con la suficiente coherencia resulta totalmente inutilizable. Otro inconveniente radica en el hecho de que las obras referentes a materias conexas no se hallan agrupadas sino dispersas según el orden alfabético y no resulta posible obtener una visión de conjunto de todo lo publi- cado sobre un tema cualquiera, como cuando se maneja un catálogo sistemático. Este inconveniente subsiste incluso cuan- do los encabezamientos han sido elegidos con el cuidado de establecer todas las relaciones posibles entre materias conexas y a pesar de toda la utilización que pueda hacerse de las refe- rencias cruzadas destinadas a paliarlo. Por Último, para que la consulta del catálogo diccionario pueda realizarse con fruto, es indispensable que el lector conozca a fondo la lengua en que se hallan redactados los encabezamientos por materias. P o r ello, un extranjero, incluso si posee un buen conocimiento pasivo de la lengua, se expone a encontrar dificultades en la utilización de esta bibliografía.

a) EL problema de la lista de encabezamientos por materias

L a inserción de los libros por autor, títulos, etc., no ofrece dificultades más que de orden puramente técnico. El gran proble- m a es el de poner a punto un sistema de encabezamiento por materias y de referencias recíprocas o cruzadas. En la Biblie teca del Congreso de los Estados Unidos de América se ha tra- bajado durante muchos años sobre ello y se ha llegado a establecer una lista de conjunto que es quizá la mejor lista general de encabezamientos por materias redactada en lengua inglesa. Se trata de la obra titulada Subject headings used in the dictionary catalogs of the Libmry of Congress cuya 5a edición apareció en 1948.

Parece natural la idea de que si esta lista fuera traducida a cualquier lengua se obtendría un instrumento de trabajo tan bueno como el original inglés. Pero aunque es cierto que tal lista traducida puede rendir grandes servicios, y aunque muchos de los encabezamientos por materias puedan ser traducidos a cualquier lengua, siempre será necesario establecer para cada país una lista especial de encabezamientos por materias.

Cuando en 1933 comenzó a publicarse en Francia, Biblio, tuvo como modelo al Cumdative Book Index de los Estados Unidos de América y se consideró que la lista de encabezamientos por materias de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América podía servir de base a la lista francesa del mismo tipo, cuidándose únicamente de volverlos a ordenar después de

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G d o y S.. Endque. Consideraciones sobre 4 dweño de aerapuerm. iB. Fac. Inge-

Cra va5 fi-8. tl. mar-abr'51, Godoi Ulrutia. Cmr. La educach5n y 1-

--POlilica y Gobierno

Gracias AnIol% Cerlon. El formulljmo Ju- rldlco de Hanr KelSen y la teoria ego-

luglea de derecho en Carlos COSSIO. ,Imparcial. Na.9907-08-3.7. may'5Ii

On gran libro p m una gran causa Fortuny,

Grindua y dccadencla de los romanos. Se-

Granm. Vcase Nombres de Cerealer, el.:

Jalr Manuel.

eondat Charles de

Arroz; Maíz, ete.

I A s o H t xxvi4i .~12-378 did51,

Guatemala. veasa bsker-11.

G ~ Z . cari~a E. ~merm VYPUCCI. 14j4-151a.

Grupo de Artstai y Oiitores Jovenes de

Gundalos en tu cruz. Estrada Sandovsl. Enrique.

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Muestra de la página del índice Bibliográfico Guatemalteco. Formato original : 26 x 17,5 cm.

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traducidos. Resulta instructivo considerar en detalle algunas de !as dificultades que surgieron cuando se trató de pasar de la teoría a la práctica. Inmediatamente se tropezó con la dificultad originada por las diferencias sintácticas entre ambas 1enguas.En francés, la expresión (1 electrical lines u se traduce por lignes électriques r y, aunque se considere posible eludir la dificultad colocando una ficha de referencia bajo el encabezamiento ceiectricidad,, el lector no deja de extrañarse al constatar que las materias eelectricidadu y o lineas eléctricas j) se encuentran tan alejadas una de otra. D e idéntico modo el término ((medicina veterinaria)) se encontrarla disociado del término Q veterinaria con el cual debería formar un grupo. Ciertos giros invertidos como a art, french u resultan totalmente naturales en inglés, pero en francés chocaría mucho encontrar un encabezamiento redac- tado de este modo: oLivre industrie et commerce du)). U n a traducción literal de cmedicine, botanic >> por la expresion fran- cesa a médecine botanique u no resultaría un contrasentido, pero el lector francés buscará m á s bien el término ((phytothérapieu. El término B jurisprudence médicale u es una traducción impecable de emedical jurisprudence u, pero como la omédecine Iégaleo es una rama de la medicina enseñada en las facultades y de la cual existen numerosos manuales, es esta última expresión la que se hubiese debido emplear. L a lista de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América contiene los nombres de frutas, pero no los nombres de los árboles frutales, pues el nombre del fruto designa a la vez el árbol. Pero en Francia no sería posible intentar la clasificación de un libro titulado cL'olivier dans la culture et la civilisation méditerranéennes B bajo la rubrica rOlive,); por ello fué necesario incorporar a la lista los nombres de los árboles frutales. Al principio, la gula (1 Church architecture o había sido transformada en o Eglises (architecture)u, pero como había que registrar un gran número de libros con títulos comorLes oratoires du Vara, fué necesario cambiar el encabezamiento y recurrir al término a architecture religieuse >).

Otra dificultad de orden distinto se deriva del hecho de que las instituciones de los dos países son diferentes. Por ejemplo, en Francia ha sido necesario crear entre los encabezamientos por materias el de rdssistance publiqueu pues en este país, igual que en otros varios de Europa existen importantes cervi- cios de carácter estatal o municipal que se hallan consagrados a esta función y sobre los cuales existen publicaciones. Otros ejemplos podrían encontrarse en los encabezamientos referentes a la teología, los cuales manifiestan sobresalientes diferencias entre ambos paises ya* que Francia es predominantemente un país católico mientras que los Estados Unidos de América son esencialmente un país protestante. Del mismo modo se encon-

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trarian diferencias muy acusadas en lo referente al derecho ya que la tradición francesa esta enraizada en el derecho romano mientras que el código de los Estados Unidos de América tiene sus cimientos más importantes en las costumbres y en las leyes anglosaj onas.

Todos estos ejemplos permiten ver que no es posible la tra- ducci6n pura y simple de una lengua a otra de las listas de encabezamientos por materias.

b) La estructum del repertorio de encabezamientos por materias Para darnos una idea de la estructura de una lista de encabeza- mientos por materias (catálogo alfabético de materias) vamos a examinar brevemente el Cumulative Book Index de 1749-1750. C o m o punto de partida tomaremos una materia m u y amplia: Philosophy)). Rajo este encabezamiento encontramos las obras

que tratan de la filosofía en general tales como uIntroduction to Philosophyu etc... C o m o esta lista es quizá demasiado compren- siva, algunos de estos títulos han sido agrupados bajo subcabe- ceras tales como <(Congresses u, ((Dictionaries )), rHistory)), etc . Desde la sección cPhilosophys se nos envía mediante referen- cias a otros cuarenta y tres encabezamientos bajo los cuales se hallan ordenadas las obras que tratan de tal o cual aspecto particular de la filosofía, tales como ((Belief and doubt N, aCon- duct of life I), ((Consciousness o, aCosmologyo, etc.. Si elegimos uno de esos encabezamientos, como por ejemplo eEthicso, encontraremos bajo él obras referentes a la moral en general, tales como ((Mari and moralso,aEthics for unbelievers u, @Funda- mental moral attitudes )), etc.. Luego vienen referencias B véase también I), que nos envían hacia otras cincuenta y cincorúbricas: (,Altruismo », (1 Animals, treatrnent of r,yAscetism o, etc. Si elegi- mos una de ellas, ((Duty)), por ejemplo, encontramos dos títulos ((Moral obligation I) y eMy Christian responsibilityu, y referencias a las cabeceras oConduct of life I), rConscience >>, ((Ethics *. Esto quiere decir que si deseamos encontrar un libro concer- niente a los deberes del cristiano podemos partir de un amplio tema como P Philosophyr y encontrar la obra. Asimismo podría- mos haber partido de las rúbricas achristianityr, o rTheology>>, y también lo hubiéramos encontrado. O bien, hubiéramos podido partir de un tema muy reducido, como (tResponsibilityo y hubié- ramos sido conducidos directamente a la cabecera cDutyu. Si deseamos hallar un libro sobre las obligaciones morales, consta-

ue no existe ningún encabezamiento redactado en esta taremos forma. l3 nicamente encontraremos el encabezamiento &Moral conditions,, que no es lo mismo, pero, gracias a lareferencia a ((Ethicsr, llegaremos a encontrar el camino. Si lo que deseamos es únicamente un libro cualquiera sobre las obligaciones morales

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pronto daremos con él, pero si lo que queremos es una lista completa de obras sobre este tema no solamente tendremos que recorrer todo el encabezamiente rDutyr que es de extensión limitada sino también los encabezamientos colaterales y aquellos otros mas comprensivos.

c) Procedimiento recomendado

Antes de establecer un sistema de encabezamientos por materias es aconsejable realizar un estudio a fondo del Cumulative Book hdex, por ejemplo, y del repertorio de materias de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América, o bien de Biblio y de la lista de encabezamientos por materias utilizada en esta publicación. sólo entonces se podrá tener una idea clara de los elementos esenciales y se podrán resolver los problemas según vayan surgiendo en la práctica.

Las bibliografÍas americanas y francesas se citan dnicamente con el objeto de ilustrar el uso y aplicación de los encabeza- mientos de materias. Una magnifica obra de consulta en caste- llano es la Lista de encabezamientos de materia para bibliotecas menores, de M. P. Sears. (Buenos Aires, A c m e Agency, 1949. 406 págs.) en ella se expone el mismo sistema empleado en el Cumulative book index, en el repertorio de materias de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América y en Biblio.

Veamos qué es lo que haríamos si tuviéramos que redactar las fichas de materia necesarias para la obra de R. López Ochoa titulada Arte teatral; guía del actor. Es una obra que trata del teatro y de la técnica de la actuación, y para ordenarla en el grupo de otras obras concernientes a las cuestiones teatrales en conjunto, elegiremos el encabezamiento c Teatro,) y entonces redactaremos la ficha de materia de este modo:

Teatro López Ochoa R., Arte teatral; gula del actor. 1949

C o m o vamos a agrupar todas las obras sobre la misma materia bajo el mismo encabezamiento, es necesario emplear un término único, que en este caso es teatro. C o m o inevitablemente, habrá personas que busquen obras sobre teatro bajo un término sinónimo, como, por ejemplo, arte teatral, que en este caso coincide con el título de la obra, es necesario que redactemos una ficha de envío del término no empleado al empleado, en la forma s igui en t e:

(1) Arte teatral véase Teatro

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Existen otros temas más amplios tales como : diversiones, literatura, etc. y los libros que los traten pueden contener referencias al teatro. Por ello, en el caso de estas nibricas más amplias, es necesario intercalar fichas de referencia que envíen al lector hacia el encabezamiento teatro, que han de redactarse como sigue :

(2) Diversiones véase también Teatro

(3) Literatura véase también Teatro

El problema no termina aquí, pues existe un encabezamiento de materia actores y actrices, y en este caso, así como hay posi- bilidades de encontrar materiales sobre teatro en obras que traten de actores y actrices, también bajo esta rúbrica podría encontrarse material sobre teatro. Así que redactaremos las siguientes fichas de referencia : (4) Teatro

véase también Actores y actrices

(5) Actores y actrices véase también Teatro

Todas estas fichas han de formar un fichero especial que con- tendrá los encabezamientos de materia y las fichas de referencia. Es conveniente agrupar los encabezamientos de materia y los envíos refiérase de y refiérase a, del modo siguiente:

(6) Teatro refiérase de : Arte teatral (v.) Escenarios (v.) Histrionismo (v.) 'Actores y actrices (v.t.> Aficionados teatrales (v. t.) Arte escénico (v.t.) Diversiones (v.t.) Literatura (v.t.) Teatro educativo (v. t.)

refiérase a: Actores y actrices (v.t.) Aficionados teatrales (v.t.) Arte escénico (v.t.) Comedia (v. t.) Opera (v.t.) Pantomimas (v.t. ) Tragedia (v. t.)

Así tendremos las fichas (l), (2), (3) y (5) intercaladas alfabéti- camente en su lugar correspondiente, mientras que la ficha (4) no será de heeho incorporada a nuestro fichero, sino únicamente registrada en la forma indicada en laficha (6).

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Este fichero es la espina dorsal de todo el sistema, que ten- drá, gracias al fichero, uniformidad y continuidad. L a próxima vez que se presente el caso de un libro que trate de este tema, es posible que no recordemos el libro anterior y que nos hallemos tentados de ordenarlo bajo el encabezamiento arte teatral, pero entonces, al consultar nuestro fichero, encontraríamos la ficha n? 1. Cuando en otro libro que trate, por ejemplo, de arte moderno en general, se encuentren pasajes relativos al teatro, nos vere- mos en el caso de añadir otra ficha:

(7) Arte moderno véase también Teatro

Entonces añadiremos a nuestra ficha (6) en la columna corres- pondiente al registro refiérase de, el encabezamiento arte moderno (V.C.), de este modo las referencias serán tan amplias como sea necesario.

Entre todas estas fichas, i, cuáles deben ser incorporadas a la bibliografía? Nuestra ficha de materia, desde luego, con el título de la obra, nuestra ficha de referencia n? 1 y la ficha n?4, a condición de que en la bibliografía exista un libro referente a actores y actrices. Es necesario que tengamos cuidado de no remitir el lector al vacío.

Quizá en una entrega posterior de la bibliografía se hallará el título de una obra que trate de literatura. Al consultar nuestro fichero, encontraremos la ficha n?3 y acaso tengamos la tenta- ción de escribir a continuación del titulo de la obra: ((véase también Teatro,). Pero es posible que esta vez ocurra que en esa entrega bibliográfica no exista ningún libro referente al teatro; por lo tanto no podremos insertar esta referencia sino que la dejaremos aparte para cuando ambos temas se hallen representados en la misma entrega.

Al principio, todas las obras deberán ser tratadas de este modo y las vacilaciones sobre la elección del encabezamiento más conveniente retrasará quizá el manejo de la bibliografía, pero, con el tiempo, nuestro fichero se irá enriqueciendo de un número cada vez más elevado de nuevos encabezamientos y cada vez también será más inusitado tener que añadir alguno diferente. Es improbable que puedan quedar fijados de una manera inmu-

table todos los encabezamientos. Sobre todo al principio, cuando sólo se posee una experiencia limitada, pueden ser necesarias muchas alteraciones en los encabezamientos, que deben hacerse sin dudar pero, cuando esta lista de encabezamientos sea lo bastante extensa, habrá que tener mucho cuidado en modificarla a no ser que existan muy buenas razones para ello. L a Srta. Potter, que publica el Industrial arts index respondía en una

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ocasión a quien le preguntaba su opinión sobre los encabeza- mientos caducados : ({no m e decido a cambiarlos más que cuando !legan ya a ponerme la carne de gallina y realmente no puedo ya soportarlos más )).

5. EL REPERTORIO SISTEMÁTICO

U n repertorio sistemático dc obras es aqu6l en el cual !os libros se hallan clasificados según un sistema lógico. Su finalidad es que todos los temas conexos se hallen agrupados de modo que el investigador de una materia determinada más o menos extensa, pueda tener la certeza de que ninguria de las obras que le inte- resen y que se hallen reseñadas en la bibliografía escapará a su atención.

L a ventaja del rcperrcrio sistemático consiste en yue la persona que busque io publicado sobre un tema particular encontrará en los mismos parajes no solamente los libros que especificamente traten de ese tema sino también todos aquéllos que se refieran a temas adyacentes, lo cual puede servirle de ayuda. Es necesario, que de un solo golpe de vista, se forme una idea de conjunto de aquellos libros entre los cuales tendrá que hacer su selección.

U n inconveniente de esta forma de bibliografia consiste en que hasta ahora no ha sido posible establecer un sistema en el cual todos los libros puedan encontrhr su colocacijn natural. Los libros tienen tanta complejidad como los seres humanos que los escriben y no resulta fácil encusdrarlos en un sistema preesta- blecido. Otra dificultad se deriva del hecho de que numerosas asuntos a temas pueden ser considerados desde distintos puntos de vista: por ejemplo, los ((sueldos y salarios)) pueden ser estudiados desde el punto de vista de la economía nacional o desde el punto de vista de una empresa privada. E n esre último caso, todavía pueden consider2rse dos aspectos distintos : el coste, por una parte, y las dircctivas aplicadas al personal, por otra y, todavía por otra parte, esta cuestitn interesa a la vida privada de todo el mundo. Así pues, las obras concernientes 3. los sueldos y salarios, pueden encontrarse en un gran número de grupo s.

a! ¿ Por que se debe adoptar una clasificación ya existente? Al comparar las diversas clasiiicaciones existentes, con el objeto de elegir entro ellas, la primera impresión es que ninguna resulta realmente ajustada a nueqtro objeto e incluso reliemos la impresión de que podríamos establecer una clasificzción inás adecuada, lo cual es m u y posible. L a s clasificaciones existentes

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han perdido actualidad y no seria m u y difícil demostrar que algunas facetas de ciertos asuntos, como las ciencias en general y las ciencias sociales en particular, han experimentado cambios sustanciales durante los últimos años ; también sería fácil poner de relieve que las nuevas nociones han sido algunas veces in- corporadas en forma extraña a las clasificaciones existentes. No obstante, existen diversas razones que desaconsejan este

intento de establecer una nueva estructura. 1. U n a nueva clasificación sólo conservará su novedad durante

un breve perfodo de tiempo y los mismos problemas que se plantean actualmente para las clasificaciones existentes volverán a surgir de nuevo.

2. L a experiencia demuestra que las actuales clasificaciones dan buen resultado.

3. Desde hace varias generaciones, los expertos trabajan en el mejoramiento de las clasificaciones existentes y cualquiera puede beneficiarse del resultado de sus esfuerzos.

4. E n muchos aspectos resulta ventajoso utilizar una clasifica- ción que goza de prestigio internacional.

El problema que a continuación se plantea es el de decidir cuál de las clasificaciones existentes debe ser la preferida. Iríamos demasiado lejos si pretendiéramos exponer aunque no fueran más que las principales clasificaciones actualmente en SO. Sobre el tema de la clasificación existe un buen número de obras, por ejemplo, la de Berwick Sayers: Manual of classification (Z? ed. 1944), en la cual todas estas cuestiones se hallan tratadas de una manera clara e instructiva. También hay que señalar la ((Colon Classification, del Sr. R.S. Ranganathan, la cual ha introducido una concepción totalmente nueva en el problema de la clasificación. Este nuevo concepto está haciendo constantes progresos en ambas orillas del Atlántico así como en la India, país natal del autor.

b) L a clasificación decimal E n la presente obra nos limitaremos a tratar brevemente de la clasificación decimal, que se halla extendida en forma muy amplia por el mundo entero y que en 1950 ha sido aceptada por la bibliografía nacional más reciente, es decir la de Inglaterra.

Esta clasificación fué establecida en el siglo XIX por Melvil D e w e y y a partir de 1876, fecha de su primera edición, se ha ido desarrollando hasta convertirse en una clasificación que con- tiene un número considerable de subdivisiones, como puede verse en la décimoquinta edición publicada en 1951.

Lleva el nombre de clasificación decimal porque todos los conocimientos humanos han sido repartidos en diez grupos :

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- 116 - IMPRENSA. Casa publicadora bplta, Rio de +&o.

Catelago de lpm, liootipaa, fim e rinhstm publicadors batkto, 1052.

52 p. 18 em

Passoq Alexandre. A iapreosa no perlcdo eolonisl [por[ Alexandm Pmssos

neirol M. E. S., Eerv. de doeumcnts@o IDep. imp. nacional, 19521 72 p. YO cm (Os cedernos de cultum.)

CONTABILIDADE. Alvei. Antonio Fderico de Laccrda.

Da oontabilidade pura; eomentóziia a Primeira principios de aonts- bilidede purs do prof&r Frsnciseo d’ Auri~, da Uniremidade de üüo Paulo [por1 Antonio Piderico de Lacerda Alvcs [Islvdorj Imp. REgi-

Rio de Janeiro, h a

lRio de Jn-

“a, 1R5?.

QIJiMICA INDUSTiUAL. Guimaráes. hrchimede, Pereira.

A fwnologia do ailicio, por Anchimedes Pereira QuimsrUas.. . wdarl Inst. da tecnologia da Babia (Fund. Gonplo hloniel 1052.

125 p. ilua. 24 em (Bahia. Instituto de tenologia, 2)

INDUSTRIA D A CANA DE AWCAR. Diéguer JÚnior. MMUC~.

o engenho de piuear no Nordeste l p r Monuel DiPgues Jbnior. Hio de Janeiro, Eem. de inform-o agrioola II. B. O. E.) 1952.

60 p. ilus. 2.5 cm (DocumentBria da vida ninrl, ni 1)

ieme Junior. Jorge. Junior. 2. ed.

Vamos pira o eamp, 38)

Silvcire Amaurv Heariaue da.

01 p. 23 em

[Ha1

Pegusna industria de -o de piúear, pelo enp. agr. Jorge de Lanic

15 p. ilua. 23 cm (Bibliotma agrioola popular bmilám.. üüo Pnulo, ChAcnrss e quiitaia ITip. Roasolillal 1051.

655

657

660

664.1

669

Produtos da &a Ipor(’Ammry H. da Eilieira. 8th Paulo IYelho-

31 p. ilus. 21 cm (ABC do lnrrpdor prútieo, n. 15) ramentrm 1052.

CII 8.00 METALURGIA. Arantes. Alberto de Albuqueque. Alberto A. Aran& 1.1 Vieente Chisierini. BU tecnolbgicsa, 1852.

de pesquiaaa tecnoldgicaa R i b l i a W ni 440)

n. 25 - v. 7 - 1051”.

Eatudo da cwienL%Ko do 40 Eae 3312 m SSM ívndidoa Ipelosl eng. 8üo Paulo, Inst. de peegui.

14411 - 480 p. iloa 93 m (Süo Pdo (eaiado) Inatihito

“Eepamtn do A. E. M. - Boletim da d s s o o ~ ü o bnisileim. de mstais,

Página de muestra extraÍda del Boletín Bibliográfico de la Biblioteca nacional, Rlo de Janeiro, que contiene la bibliografia nacional del Brasil. Formato original : 23 X 16 cm.

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O Generalidades, obras

1 Filosofía 7 Bellas Artes 2 Religión 8 Literatura 3 Ciencias sociales 9 Historia 4 Filología

5 Ciencias puras generales 6 Ciencias aplicadas

Cada uno de estos grupos puede a su vez dividiice en diez gru- pos añadiéndole una cifra decimal, por ejemplo :

50 Ciencias en general 55 Geología 51 Matemáticas 56 Paleontología 52 Astronomía 57 Biología 53 Física 58 Botánica 54 Química 59 Zoología

Cada ano de estos grupos también puede subdividirse en diez: 547 Quimica orgánica.

.1 Cianógeno y SUS

.2 Hidrocarburos, rom-

.21 Parafinas

.22 Oleinas

.23 Serie del acetileno

.24 Val.ileno, Dipropar- gilo

.25 Compuestos aromá- ticos

.26 Bencrnos

.27 Grupo difenil

.28 Naftaleno, antrace-

.29 Compuestos hetero-

compuestos

puestos aiifáticos

no, genantreno

cíclicos

.3

.4

.5

.6

.7

.8

.o

lilcoholes, fenoles Eteres: simples,mix- tos, haloideos Aldehidos Cetonas. Qiiinonas Acidos : acidos ho- logenados, ácidos anhidridos, ácidos sulfónicos Nitroderivados : ami- nas, compuestos de amonio, amidas, ami- no-áridos, compues- tos atoicos, ato-oxi hidraz o- com pues tos, diazo compuestos Compuestos metáli- c os

Se puede continuar así hasta donde se desee. Naturalmente, no siempre es necesario utilizar las diez subdivisiones posibles, pero tempoco es posible exceder de este número. Si consideramos los grupos principales, se nos hará evidente

que la limitación a diez subdivisiones representa una traba. E n el grupo 70 (Bellas artes), encontramos en el 790 B Pasatiempos r) , grupo que comprende los juegos de cartas, los de dados, el football, la caza, etc. , actividades todas ellas que nada tienen que ver evidentemente con las bellas artes. Esto es una obje- ción lógica, pero desde el punto de vista práctico, tal objeción no presenta consecuencias importantes. En cambio buscamos en van9 dentro de 109 grupos importantes temas tan comprensivos como el derecho y la medicina. Teóricamente nada nos impediría

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ordenar el derecho bajo el epígrafe de la sociología y la medici- na bajo el de ciencias aplicadas; pero, en la práctica esta anotación resultaría m u y larga pues ambos son temas que exigen un gran número de subdivisiones. L a situación es peor todavía para los temas que no existían cuando se concibió este sistema; lo cual, por ejemplo, ha hecho necesario ordenar la aviación en el 629 (((Otras ramas de la ingeniería))).

Escos inconvenientes se han discutido mucho, pero realmente son m á s bien teóricos que prácticos. Lo único seguro es que el sistema funciona, lo cual es indiscutible puesto que su uso se generaliza cada vez más, tanto en !as biblictecas como en la bi biiografía.

c) La Clasificación Decimal Ilniversal

Cuando la asociación que precedió a la Federación Internacional de Documentación (FLD) adoptó esta clasificación, Ir dió al mismo tiempo un gran impulso y perfeccionamiento. L a idea de desarrollar m á s ampliamente este sistema se impuso cuando se le quiso aplicar no solamente a las colecciones de las biblio- tecas y a las bibliografías de obras publicadas en volúmenes, sino también, y sobre todo, a los repertorios de artículos de revista, a los archivos (públicos y privados), a las colecciones de objetos y a toda clase de documentos. Para ello fué necesario llevar la subdivisión mucho mls allá de los iímites de !a clasi- ficación de Dewey. Así nació un sistema denominado Clasifica- ción Decimal Universal (CDU) la cual difiere en das puntos de la clasificación decimal propiamente dicha ; la CDU ha llevado hasta muy lejos la subdivisión y ha creado un método que per- mite la combinación de dos o varios grupos. Por ejemplo, 31 designa la estadística y 63 designa la agricultura; las estadls- ticas a.grícolas estarán designadas por la sigla 31: 63 si sobre lo que se quiere insistir es sobre el aspecto estadístico y por la sigla 63: 3 1 si lo que se quiere poner de relieve es la agri- cdtura. La CDU ha creado también un sistema de ((indicativos)) que pueden a.nadirse a cualquier otra notación, como por ejemplo a la de los países: de este modo un tratado concerniente a la frontera francoitaliana sera designada por la sigla 341.63 (44 : 45) en la cual (44) designa a Francia y (45) a Italia. Otros números auxiliares designan a su vez la lengua, el lugar, la raza, la nacionalidad, la época, etc.

Esta clasificación es extremadamente flexible y puede ser utilii-ada con numerosos prop6sitos.

Los dos sistemas - es decir, la clazificación de D e w e y y la CDU - existen .uno al lado del otro y concuerdan en que en ambos sc'n idénticas las tres primeras cifras, pero difieren a partir de la cuarta; los procedimientos especiales empleados por

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la CDU, de los que hemos indicado ejemplos mas arriba, no han sido adoptados por la clasificación de Dewey. La clasificación decimal bajo cualquiera de sus dos formas

ofrece la ventaja de ser aplicable por igual a las grandes y a las pequeñas bibliografias, puesto que es posible recurrir a un grande o a un pequeno número de subdivisiones, según el número de titulos que haya que clasificar. Para comenzar es preferible no llevar demasiado lejos el fraccionamiento en subdivisiones pues sólo la experiencia mostrará cuál es el fraccionamiento adecuado en cada circunstancia.

d) Necesidad de los índices alfabéticos índice alfabético de materias. h e d e ocurrir que quien use la clasificación decimal encuentre difícil abrirse camino a través de este muy complicado sistema hacia el lugar (o los lugares) donde se encuentre tratado el asunto que particularmente le interesa. Por ello es necesario añadir un Índice alfabético de materias, el cual también resulta indispensable al bibliógrafo, pues así podrá ordenar siempre en el mismo grupo las obras que traten de un mismo tema. Es pues aconsejable que cada obra sea considerada desde el punto de vista de su encabezamiento. U n índice de fichas de materia puede presentarse es esta forma:

Salarios Economia política 331.2 Economia doméstica 647.7 Recio de coste 657.471 Personal 658.2

No son necesarias las referencias cruzadas, pero si existen sinónimos hay que hacer una referencia al encabezamiento bajo la cual se suministra la información, que en este caso particular sería :

Salarios; ver Sueldos

El bibliógrafo tendrá naturalmente al día una lista de todos los encabezamientos que haya utilizado pero, en cada entrega de su bibliografía seleccionará únicamente aquéllos bajo los cuales estén ordenadas las obras mencionadas en dicha entrega.

lndice alfabético de autores. El índice de autores puede ser m á s o menos completo. Puede estar formado por una simple lista de nombres, seguidos cada uno de ellos por la referencia al lugar donde pueda ser hallado el libro de cada autor. (Esta refe- rencia puede hacerse bien sea a una página O bien a una sigla de clasificación) :

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Miller, William, 209 Miller, William, 821

Puede también incluir referencias secundarias (colaboradores, traductores, etc.) y títulos en forma abreviada.

Miller, W. T h e Dickens Student, 209 A partir de estas formas abreviadas se dan las referencias al lugar del catálogo sistemático donde sea posible encontrar la información completa. Por último, si, por cualquier razón fuera conveniente es posible combinar en un solo índice los dos anteriores: el de materias y el de autores.

6. íNDICES DE PUBLICACIONES PERIÓDICAS

Y a hemos subrayado el hecho de que las diversas publicaciones bibliográficas de un país deben regirse por las mismas reglas y deben ofrecer la misma apariencia. Por consiguiente, al empren- der la confección de un índice de publicaciones periódicas hay que utilizar para ello las mismas reglas de catalogación que han sido expuestas al tratar de los libros. Si embargo, las revistas plantean también sus propios y especiales problemas. E n la clasificación de artículos de revista lo más frecuente es

su ordenación por materias, en orden alfabético o en orden sistemático, según el método aplicado en el repertorio biblio- gráfico de libros ; pero mientras que los libros han sido fichados por una parte según los autores y por otra según las materias, los artículos de revistas se clasifican raramente según el nom- bre del autor, no porque ello n o presente utilidad sino con el fin de reducir los gastos.

Los artículos de revista son generalmente más breves que los libros y, en consecuencia, los temas tratados por ellos ofrecen, en la mayoría de los casos, un alcance mucho más limitado.

Cuando se utiliza una ordenación alfabética por materias, el número de éstas será mucho más considerable al tratarse de artículos de revista, de modo que la redacción de encabezamien- tos y de fichas de referencia presentará mayor complejidad que cuando se trata de libros. D e igual modo una lista sistemática de materias tendrá que llevar la subdivisión mucho más lejos que si se aplicara únicamente a los libros.

L a s operaciones corrientes de clasificación pueden ser organi- zadas de la siguiente manera: la lista de revistas a analizar se tiene al día en una serie de fichas, los últimos números se con- servan en cajas y en ellas se comprueba la recepción de cada entrega, comprobación que debe verificarse con mucha regularidad. Existen revistas que suspenden bruscamente el servicio de sus

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entregas y, por ello, si no se verifican cuidadosamente las recepciones se corre el peligro de no apercibirse de este hecho sino mucho tiempo después, lo cual da lligar a retrasos e incre- menta la dificultad que siempre existe de procurarse los niimeros atrasados.

T a n pronto como se reciba la revista debe ser registrada. El número se en& entonces al encargado de la bibliografía para que éste lo examine y señale cuáles son los articulns que interesa retener en el índice. Al mismo tiempo debe indicar los numeros clasificadores correspondientes a cada artículo o los encabezamientos por materias que deberán usarse.

Después, el número de la revista pasa a la persona que debe redactar la ficha principal. Si es necesario establecer varias fichas con destino a diversos encabezamientos, las copias pueden reproducirse mecdnicamente y los encabezamientos aña- didos con posterioridad en la parte alta de la ficha, como apro- ximadamente indica el siguiente modelo :

Educación, Ciencia Cohen, 1. Bernhard. ((La Educación cientifica del público)). Impact, vol. 3, 2 : 67-100, estío 1952.

Esta Ficha sigriifica que e! artículo en cuestión se halla en la revista lmpact of Science on Society vol. 3, n?2, pag.67-100, y que la entrega lleva la fecha ((esdo 19520. Lo m á s frecuente es que la fecha vaya señalada por el nombre de un mes, como por ejemplo ((junio 13520. E n una lista especial, que figurará al piincipio o al fin de cada entrega del Indice, deben hallarse explicadas todas las abreviaturas de títulos de revistas, por ejemplo en la siguiente forma: Irnpact-Impact of Science on Sociery. Publicación de ¡a Unecco, París. Revista trimestral. El encabezamiento por materias es cEdxaciÓni, con la

subdivisión (<Ciencia)). Pero es necesario que también un lector que haya pensado primero en el aspecto ciendfico y no en el pedagógico pueda encontrar este articulo. E n consecuencia, es necesario que desde el encabezamiento ((Ciencia, educación n se haga una referencia al encabezamiento (r Educación, Ciencia*

Cuando ya se han redactzdo las fichas, deben ser revisadas por el encargado de la publicación de la bibliografía y después, clasificadas en el fichero, en espera ¿e su publicación en el índice.

L a cuestión de decidir si este índice debe ser pcblica2o en varias entregas, las cuales serían después recapitdadas en otra acumulativa, es un probiema de orden económico. Es raro encontrar nna recapitulación que alcance un período de tieapo superior a un año.

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C A P I T U L O I V

LA BIBLIOGRAFíA NACIONAL DE OBRAS RECIENTES : REUNIÓN DE MATERIALES

Una vez definidos el alcance y la forma de la bib1iograf;a nacional hay que considerar los medios posibles para procu- rarse los niateriales 3 incluir en los diversos repertorios.

1. APORTACI~N VOLUNTARIA DE LOS EDITORES

Evidentemente, los editores, tienen m u h o interés en que los libreros y el público conozcan !os libros que publican; por tal razón es probable que no rehusen enviar, al menos eri préstamo, un ejemplar de cada una de sus nuevas pdblicaciones con fines de catalogación y de incorporación a la bibliografia nacional. Este método se emplea en ciertos países que publican una bibliografía nacional. Una regla general podría ser qiie el primer ejemplar de cada obra impresa debería ser destinado a la bibliografía nacional. D e este modo, el editor de esta biblio- grafía nacional recibiría diariamente cierto número de obras lo cual le permiriría publicar sus títulos en los plazos más breves. Sin embargo, ests entrega voluntaria no deja de pre- sentar algún inconvenience, pues son los propios editores quienes deciden qué obras envian a la bibliografía nacional y quedan siempre en libertad de efectuar o no el envío. Además, también se plantea otro problema que reviste más gravedad : hay numerosos documentos impresos por cuenta de particulares o de instituciones que no se hallan a la venta o que son vendidos privzdamente y que rara vez se remiten a la bibliografía nacional. Cuando la bibliografía nacional se halla reducida a contar

s610 con la cooperación voluntaria de las casas editoriales es necesario que exista una biblioteca nacionai capaz de llevar con bastante exactitud un registro de tildo lo que se publica, para que nada de importancia escape a su atención; pero es necesario que esra biblioteca disponga de ios focdos necesarios para comprar los libros que no haya podido obtener grztuitñmente.

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2. DEP~SITO LEGAL

E s opinión general que la vía m á s eficiente para reunir la totalidad de todo lo impreso en un pais es la institución deno- minada @depósito legal,. U n a disposición legislativa impone a los productores o a los editores la obligación de entregar al Estado uno o varios ejemplares de todo lo que imprimen.

Se puede objetar que esta obligación equivale a un impuesto que no se aplica a los demás productores, pero si es legítimo gravar el papel, el azúcar, etc., con impuestos o tasas, que en Iiltima instancia son pagados por los consumidores, también es posible imponer esta obligación al productor de materia impresa, y además las consecuencias económicas del depósito legal son despreciables. L a s ventajas de una bibliografía nacional -y los editores no son los menos beneficiados- son evidentes y nadie puede razonablemente protestar de los mínimos inconvenientes que aquellas disposiciones puedan causar. El material impreso entregado en virtud de estas disposi-

ciones debe ser reunido en algún sitio y el lugar más indicado para ello es la biblioteca nacional. Cuando no exista, debe organizarse precisamente aprovechando la oportunidad de entrar en vigor la ley del depósito legal, pues una de las grandes ventajas de éste consiste en que permite garantizar que la totalidad de lo publicado en un país podrá ser reunido en u11 solo lugar. Si con este material hay que formar una biblioteca independiente o hay que constituir una sección de una biblio- teca ya existente, como por ejemplo, una biblioteca universi- taria, ello dependerá de las condiciones locales. Si existe una biblioteca que posea ya una gran parte de todas las publica- ciones del país parece natural confiar a esta biblioteca el papel de biblioteca nacional. Si se toman las disposiciones para que un ejemplar único de

cada impreso sea entregado al Estado a través del depósito legal, este ejemplar será suficiente para su utilización por la bibliografía nacional y para su función en la biblio- teca nacional que, en principio, debe conservar al menos un ejemplar de todos los impresos. Pero este ejemplar único no responderá a las necesidades del público m á s que en el caso de publicaciones sin importancia o de libros de un interés limi- tado. Para su utilización en las bibliotecas públicas se nece- sita gran número de ejemplares. Ahora bien, hay que estudiar la cuestión de si, al menos un cierto número de estos ejem- plares suplementarios deben ser obtenidos también por la vía del depósito legal.

Existen países donde se eleva a dos o mes el número de ejemplares enviados obligatoriamente al depósito ; tales ejem-

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plares son remitidos a diversas bibliotecas. Si esta disposición se inspira en un deseo de seguridad tal demanda puede justi- ficarse; pero si el Estado se procura de ese modo ejemplares para utilizarlos con fines de intercambio contra diversos libros extranjeros -por razones económicas - resulta injusto para el comercio del libro. Conviene recordar que, tanto para el Estado como para los particulares, el método ordinario para adquirir mercancías consiste en comprarlas. A continuación hacemos un análisis de lo que debe contener

una ley de este tipo. Esta exposición podrá serv: de guía en aquellos países que no posean todavía una reglamentación concerniente al depósito legal. También puede servir de ayuda el texto de las leyes en vigor en ciertos países recogido en el apéndice 11.

U n a ley concerniente al depósito legal debe responder con toda claridad a las siguientes cuestiones :

¿ Qué objetos deben ser depositados ? Respuestas posibles. L a materia impresa de todo género (libros, folletos, diaros, revistas -cientlficas y recreativas-, música, mapas, cartas geográficas, grabados, estampas, litografías, láminas, reproducciones de cuadros, tarjetas postales ilus- tradas, etc ...), fotografías, películas cinematográficas, fono- gramas (grabaciones fonográficas, etc ...), pero únicamente en el caso de que hayan constituído objeto de una publicación, es decir si han sido fabricadas en varios ejemplares destinados para la venta o la distribucibn general. No importa mucho la técnica de fabricación de estos diversos objetos (imprenta, fotolitografía, multicopia, etc ... ). Únicamente los objetos fabricados o publicados en el territorio nacional deben ser depositados obligatoriamente. L a regla admite las siguientes excepciones: listas de precios, cartas circulares y otros docw mentos comerciales ; tarjetas de visita, invitaciones, calen-

. darios sin texto, etc.

¿Cuántos ejemplares de estos objetos deben ser depositados?

Posibles respuestas. Para la materia impresa, las fotografías y los fonogramas, uno o dos ejemplares; para las películas cinematográficas, de ordinario basta un ejemplar. El ejemplar o los ejemplares deben pertenecer a la mejor edición (por ejemplo, cuando un libro se publica en rústica y encuadernado, los ejemplares depositados deben estar encuadernados). Cuando se trata de ediciones de lujo es posible limitar a uno el número de ejemplares exigidos.

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¿Oiiiéii debe efectuar el depósito? Respuestas ponibl5.s. Para la materia impresa, cl editor. T a m - bl5.n se puede exigir un ejemplar al editor y otre al impresor. Para las fotografías, el editor. Para las películas cinemato- gráficas, el prodactor de :a película. Para los fonogramas, el editor o el fsbricance.

¿En qué plazo debe efectuarse el depósito ? Respuestas posibles. Uno, dos o tres meses despues de la publicación.

¿Ouién debe recibir el depósito?

Respuestas posibles. L a biblioteca nacional, el registro de la prcpiedad intelectual, que transmitirá luego el objeto deposi- tado a la biblioteca nacional, el ministerio de educación o de cultura, ciertas bibliotecas públicas o bibliotecas univer- sitarias.

¿Oué sanciones deben aplicarse en el caso de no observación del depósito legal ? Respuestas posibles. Abono de una suma igual al importe del precio de compra 3 de una suma doble o triple del importe de es:e precio para un numero de ejemplares igual al que el editor hubiera debido depositar; multa; combinación de ambas s a m i m e s .

¿ CuCl debe ser el procedimiento de depósito? Xespuestas posibles. L a persoria que efectúa el depósito debe llenar un íormulario que se adjunta al objeto depositado. L a persona que recibe el depósito debe dar un recibo de éste. El depósito puede ser hecho por correo, franco de porte.

3. DERECHO DE AUTOR

Ei derecho de autor es el derecho que la ley cmcede, durante un cierto número de años, al auto: o a la persona propietaria de los derechos, de producir ejemplares de una obra literaria musical o artística y de disponer o ejercer en cualquier modo los derechos de propiedad sobre esta obra. En ciertos paises, la adquisición del derecho de autor se

halla subordinada al registro y al depósito de las obras lire rarias y artísticas que el autor desee proteger. Es conveniente prescribir que el servicio encargado del registro (por ejemp!o,

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el registro de la proFiedad intelectual), una vez efectuada la operación de registro, envíe a la biblioteca nacional los ejem- plares que para este fin ha recibido. Sin embargo, salta a la vista que este procedimiento no garantiza e! que la biblioteca nacional vaya a recibir la totalidad de documentos que para ella ofrecen interés. Un gran Lúrnero de obras literarias, cien- tíficas o artísticas, o bien no pveden estar protegidas por el derecho de autoi o bien, el no solicitarse tal protección, no serin n m c a presentadas al registro de la propiedad intelectual y, por lo tanto, no serán transmitidas a la biblioteca nacional.

4. C O M B I N A C I ~ N D E DIVERSOS MÉTODOS

Algunos países, como por ejemplo los escandinavos, aplican a la vez el método de la entrega voluntaria y ei del depisito legal. Los editores envían el mismo día de la publicacion un

ejemplar de cada obra al editor de la bibliografía nacional pa- ra que el tltulo de esta obra sea incluído en un repertcrio bibliográfico semanal publicado ea la revista o boletín de los editores. Los ejemplares destinados al depósito legal son enviados un poco más tarde y, a medida que se van haciendo estos depósitos, los repertorios semanales ulteriores se van completando con la inclusión del título de las obras que loa organismos editoriales no habían remitido al principio. Este procedimien:o ofrece la ventaja de que todo documento impreso que se considera de importancia para el comercio del libro, beneficia de la publicidad inmedidtarnente después de su aparición; pcr otra parte también es posible comprobar así recíprocamente de un modo fácil la eficacia de los diversos medios de información.

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C A P Í T U L O V

LA BIBLIOGRAFfA NACIONAL DE OBRAS RECIENTES: CONFECCI~N

Después de haberse decidido qué obras deben incorporarse a la bibliografía nacional y cuál debe ser el procedimiento de reu- nirlas, comenzarán los libros a afluir y se planteará el proble- m a de organizar la confección de la bibliografía.

1. PERIODICIDAD DEL REPERTORIO BIBLIOGRÁFICO

E n los países donde la producción de libros es reducida será posible simplificar los sistemas que a continuación van a ser expuestos, pero en todos los casos habrá que publicar como mínimo un repertorio anual. Por una parte, la información sobre los libros recién publicados debe darse rápidamente; por ello las entregas de la bibliografía nacional deben aparecer a breves intervalos ; pero por otra parte, cuando una bibliografía nacional se publica fraccionadamente en un número demasiado grande de entregas no es fácil obtener una visión de conjunto de lo publicado durante un largo período. Para vencer esta dificultad se puede recurrir a dos métodos :

a) Recapitulación

Recapitular los boletines a intervalos regulares es un procedi- miento que resulta altamente satisfactorio desde del punto de vista del público, pero es también el más costoso. Ordinaria- mente, la bibliografía nacional publica una edición semanal, otra mensual, otra anual y otra, cumulativa, quinquenal.

Los repertorios semanales son recapitulados en los boletines mensuales. Estos últimos no necesitan obligatoriamente dar cuenta de todo lo publicado durante un mes entero. En algunos períodos el número de obras publicadas es escaso, mientras que en otros es considerable. Por ello, lo conveniente es que dichos boletines se publiquen a intervalos más breves durante el período en que la edición de libros adquiere mayor incremen- to. L a recapitulación mensual puede constimir o bien una publicación separada con todas las referencias necesarias y

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especialmente las referencias a materias, ordenadas por orden alfabético, o bien puede ser una recapitulación dispuesta en forma sistemática y completada por un índice de autores.Los bo- letines mensuales se recapitulan en los catálogos anuales y estos a su vez en los catalogos quinquenaies.

b) lndices anuales

L a publicación de los repertorios puede hacerse disponiendo la materia por orden alfabético o sistemático en los boletines mensuales (o semanales). En tal caso se publicará además un indice anual o semestral, bien sistemático, cuando los boletines mensuales sigan el orden alfabético, o bien alfabético, cuando los boletines mensuales sigan el orden sistemático, haciendo referencias a los boletines mensuales.

2. LA PREPARACI6N DEL MANUSCRITO

a) L a s fichas

Todas las inscripciones deben ser mecanografiadas en fichas y estas (fichas de catálogo, fichas manuscritas, fichas de referencia, etc. >, deben tener el mismo formato cualquiera que sea su objeto. C o n excepción de las antiguas bibliotecas donde no resulta posible alterar las dimensiones ya utilizadas, el tamaño internacional (7,5 x 12,5 cm.), es el generalmente adoptado. E n algunos casos estas fichas tienen una perforación de unos 7 mm. de diámetro situado e n el centro de la misma e inmediatamente sobre el borde inferior lo cual permite o bien pasar una varilla a través de todas las fichas cuando estas se hallan ordenadas en el fichero o bien unir dos de estas fichas.

Todas las fichas impresas son de un formato normalizado y es recomendable utilizarlas al mismo tiempo que las fichas mec anogr a fi adas .

b) Procedimiento Cuando el catalogador de la bibliografía nacional recibe un libro, comienza por redactar una ficha principal y después decide cuáles son las demás fichas que conviene establecer para esta obra, anotando tales indicaciones al pie de la ficha,

, (véanse las fichas espécimen); decide también cuáles son los encabezamientos bajo los que hay que entrar esta obra o elige un número clasificador para el libro, que anota igualmente en la ficha. A continuación el libro junto con la ficha principal se remite a la persona que debe mecanografiar las fichas secun-

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darias; esta persoca envia a su vez la obra y la5 fichas al catalogador, al editor literario o a quien tenga la misión de revisar las fichas ances de que sean separadas de la obra.

Luego, el libro se devuelve a la editsrial que lo ha publicado a se envía a la biblioteca. En el segundo caso, el departamento debe ser considerado como encargado no sólo de la catalogación sino también de !a edición de la bibliografía nacional y las fiches destinadas al catálogo de la biblioteca deben permanecer unidas a la obra, mientras que las destinadas a la bibliografía nacional son ordenadas en un fichero. Si suponemos que la bibliografra es del tipo acumulativo,

con un boletín semanal, otro mensuai y otro anual, la edición semanal sera relstivamente poco detallada y en ella no ser2 necesario incluir !as oportunas referencias a los colaboradores, editores, títulos etc. Sin embargo, tales fichas de referencia deben ser redacradas con el mismo método, y ordenadas en un iichero distinto, para que puedan iricluirse en la edición men- sual o en la edición anual. Todas las fichs que deban incluirse en la edícióc szmanal se ordenarán en un ficher<j especial; al final de la semana se las extrae de allí, se las ordena siste- máticamenre o por orden alfabético y se hace con ellas un paquete uniéndolas con un bramante pasado por las perfora- ciones de las fichas, y se envían al impresor. Si el método adoptado consiste en publicar indices semes-

trales o anuales, es necesario qiie cada entrega vaya completa con todas las fichas necesarias pues no se volverá ya a publi- car y ias referencias a las entregas mensuales o semaaales deben tener relación con las inscripciones completas, con todo el detalle necesario.

3. EL TEXTO IMPRESO

Existe un medio cómodo p;ra imprimir iin repertorio semanal y es insertarlo en una revista semanal. Con frecuencia, las asociaciones de libreros o de editores publican una revista corporativa, y romo aquéllos se in teresan por toda información referente a los libros, considerarán útil la publicsción de este repertorio. Si el espacio disponible en el boletín lo permite, el Último repertorio semanal puede ser reemplazado por un rep-r- torio que abarque todo e! mes y er? el cual los libros publicados en la última semana del mismo vayan señalados con un asterisco. Cuarido se publique un repertorio semanal habrá, por supuesto,

que adaptarlo al carácter y al formato de la publicación que le acoja. Pero, por otra parte, como resulta muy ventajoso conservar la composición tipográfica con el objeto de que el

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centro pueda utilizarla de nuevo al publicar sus repertorios acumulativos, hay que tratar de conciliar ambos puntos de vista. De cualquier modo, la consideración más importante es la de la eficacia; el centro, cuya razón de existencia es el servicio bibliográfico, debe preocuparse ante todo de que sus boletines constituyan instrumentos útiles para la bibliografía.

a) Recomendaciones generales

1. Dos puntos hay que tener siempre presentes cuando se trata de planear la disposición del texto impreso de la bibliografía nacional. El primero, y más importante, es que hay que facilitar la búsqueda de la información necesaria; el segundo es la economía. Cuando estos dos factores entran en conflicto hay que dar primacía al primero.

2. El formato de la página no debe ser demasiado reducido, pues resulta ventajoso poder abarcar de una vez muchas entradas. Tampoco este formato debe ser demasiado grande, pues resultaría incornódo el manejo de la bibliografía. Las bibliografias del tipo de los repertorios definitivos pubiica- dos en el Cumulative Book lndex (34,5 x 24) apenas si son manejables, mientras que las recapitulaciones más reducidas de esta misma bibliografía (25,5 x 17) y las de Biblia (26 x 18) son mucho más fáciles de manejar. U n formato ligeramente mayor, como el de la Bri1,ish National Riblio- graphy (28 x 2l,5) es aceptable, pero no ideal. El formato depende muchas veces de razones económicas. D e cualquier modo, antes de tomar -una decisión referente al formato habría que tener en cuenta cuales son las dimensiones normales del papel fabricado en el país en cuestión; si el formato del libro se ajusta a lasdimensiones corrientes del papel, puede obtenerse una notable economía evitando el despilfarro del papel.

3. L a disposición de los títulos en cada página debe estar rea- lizada de modo que en dicha página se puedan insertar el mayor niimero posible de inscripciones sin que por ello padez- can ni la claridad ni la legibilidad. Si se llega a obtener una disposición neta, es posible emplear un tipo más pequeño de letra, a condición de que el texto vaya impreso a dos colum- nas, pues una lhea corta es mucho más legible que una larga.

4. El tipo y las dimensiones de los caracteres de imprenta deben ser seleccionados con objeto de hacer resaltar por contraste los diversos elementos de la inscripción (carac- teres romanos, bastardillas, etc.). Por ejemplo:

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S A N T A Y A N A , George, Dominations and powers : reflections on liberty, society and government. London. Constable, 1951, XV, 481 p. 24 cm., 425

El apellido del autor puede ser indicado en versalitas, el cuerpo del título en caracteres ordinarios y la colación (a partir del número de páginas) en cursiva (British Nacional Biblio- graphy).

También se puede disponer la impresión utilizando para el nombre y apellidos del autor los caracteres en seminegrita y dejando el resto en caracteres ordinarios (Biblio). El título se imprime frecuentemente en cursiva.

Existen todavía otras muchas posibilidades. El método dependerá naturalmente de los recursos técnicos de la imprenta y del costo de la impresión. Conviene no olvidar que cuanto m á s sencilla es la impresión m á s bajo es el costo.

b) Recom,endaciones especiales

L a composición y ajuste del texto impreso dependerá de la ordenación de la bibliografía. Tres posibilidades existen como mínimo: i)repertorio sistemático con indice alfabético ; ii)reper- torio alfabético con indice sistemático; iii) catálogo dic- cionario. 1. Si lo que nos proponemos es establecer un repertorio siste-

rnn'tico y, suponiendo que utilicemos la clasificación deci- mal, es necesario poner de relieve los números decimales y su significación, utilizando por ejemplo tipos en negrita para las grandes secciones y versalita y cursiva para las secciones más pequeñas. E n la parte alta de la página, una cabecera debe señalar cuales son los números decimales que figuran en dicha página y también, por lo menos, el nombre de la principal sección tratada en ella.

L a impresión del índice de autores puede ser relativamente simple si únicamente se hacen resaltar, con versalitas o con bartasdillas, los nombres de los autores. El Indice alfabético de materias puede imprimirse como

una sección especial (lo cual es el método menos costoso, puesto que los encabezamientos son breves y una página puede comprender varias columnas) o bien puede ir incluida en el índice alfabético de autores.

2. Si lo que deseamos es que la bibliografía resulte un reper- torio alfabético de autores completado por un índice siste- mático de materias, la única diferencia consistirá en que será la lista alfabética la que contenga las noticias com- pletas y el índice el que lleve las noticias abreviadas. Por ejemplo :

S A N T A Y A N A , G. Dominations and powers, Conscable, 425. 56

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3. L a disposición tipográfica de las páginas del catálogo dic- cionario puede ser todavía más sencilla, puesto que es posi- ble utilizar un mismo tipo para todos los encabezamientos y tipos ordinarios para el resto. En lo alto de la página, debe figurar una cabecera que reproduzca el primero y el último encabezamientos de la página. Por ejemplo :

LUCAS, F.L. McDowall, R. J .S.

4. LA TÉCNICA DE LA ACUMULACIÓN

Como ya hemos dicho anteriormente, resulta a la vez cómodo y económico poder utilizar la misma composición para todas las ediciones de la bibliografía. Si tal es el caso, las ediciones semanales deben ser recapituladas en las ediciones mensuales, éstas en la edición anual y, si fuera necesario las ediciones anuales, en una edición quinquenal. El método ordinariamente empleado es el de conservar las fichas manuscritas de las ediciones semanales, volverlas a ordenar para la edición mensual dejando al impresor combinar las inscripciones de acuerdo con esta lista y continuar así para las siguientes ediciones. Si en la impresión se utiliza la linotipia, será Úni- camente necesario preocuparse de que las líneas se hallen colocadas en un orden correcto de sucesión, pero si se utiliza la composición a mano o la monotipia, habrá que corregir cuidadosamente las pruebas en cada nueva edición por si se hubieran producido confusiones en algunos títulos.

5. MÉTODOS SIMPLIFICADOS DE CONFECCIÓN

E n aquellos países donde la producción de libros es pequeña, el método expuesto más arriba puede parecer demasiado com- plicado. Cuando no sea posible o resulte innecesaria la publi- cación de un repertorio semanal, o incluso mensual, por lo menos lo que importa es publicar uno anualmente. Si la impre- sión resulta demasiado costosa, o si tan s610 se necesita un escaso número de ejemplares, el repertorio puede publlcarse en multicopista o bien se puede incluir en alguna revista y hacer imprimir luego tiradas aparte para satisfacer necesidades especiales. También existen otrus modos posibles de reproducción, in-

cluso cuando se trata de un gran nhmero de ejemplares. Por ejemplo, la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América ha reproducido su catálogo directamente en volú- menes a partir de las fichas impresas (que también pueden ser

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fichas mecanografiadas). Diez y ocho fichas se disponen de modo que formen una página de tres columnas, cada una de las cuales contiene seis fichas. Con la ayuda de un procedimiento fotográfico, esta página se reduce al formato de 28 x 22 cm. y se transporta sobre una placa que puede ser utilizada para la impresión. Este método resulta de extremada sencillez desde el punto de vista del editor. En el capítulo XI se encontrarán indicaciones concernientes a los diversos medios de repro- ducción.

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C A P Í T U L O V I

LA BIBLIOGRAFÍA NACIONAL DE OBRAS RECIENTES : DESARROLLO

1. F I N A N C I A C I ~ N

El problema del costo es siempre el de m á s difícil solución pues la confección de un texto bibliográfico es costosa. U n a bibliografía es una obra de minucia y de precisión; las opera- ciones de verificación y revisión son fastidiosas e ingratas pues los resultados no son espectaculares ; pero una bibliografía que no sea digna de confianza no sirve para nada.

L a impresión de una bibliografia, por sencilla que sea, resul- tará forzosamente más costosa que la de un libro ordinario., El primer problema que se plantea consiste en evaluar el

número de ejemplares vendibles. Se puede hacer caso omiso de los particulares pues entre ellos, el número de compradores será ínfimo. Los dos principales grupos de adquirentes serán las bibliotecas y los libreros. Ninguna de las bibliotecas que verdaderamente realicen un trabajo bibliográfico, podrá dispen- sarse de su adquisición y siempre es posible hacer un cálculo del número de esas bibliotecas. Todos los libreros cuyo co- mercio no se limite a la venta de papelería, revistas populares y novelas deben poseerla y su número puede también ser ca Ic ulado. A continuación se plantea la cuestión de saber si el número

de los ejemplares que se consideren necesarios puede impri- mirse a un precio aceptable para las bibliotecas y los libreros. Si este precio es demasiado alto, los clientes más débiles económicamente de ambas categorías, aunque necesiten la bibliografía, vacilarán en comprarla, pensando que hasta entonces han podido sin ella realizar su trabajo. En los grandes países son necesarios, desde luego, muchos

ejemplares de la bibliografía nacional y además, cuando las obras publicadas en tales países sean utilizadas en su lengua original en otras muchas regiones del mundo, la bibliografía nacional de aquellos países encontrará mercado en el extran- jero. En tales casos es posible organizar la bibliografía nacio- nal sobre una base comercial.

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Incluso en 10s países pequeños, a condición de que existan bibliotecas muy perfeccionadas y numerosas librerías, puede ocurrir que el editor de la bibliografía nacional logre cubrir gastos cuando la utilidad de la misma se haya impuesto a todos. E n sus comienzos, y durante los primeros años, apenas

será posible hacer de la bibliografía nacional una empresa verdaderamente comercial, aunque las casas editoriales parti- cipen en los gastos de una o de otra forma. Importa sin embargo subrayar que en cualquier país el deber del Estado es procurar que esta manifestación de los progresos de la vida cultural no perezcan por falta de fondos.

2. P U B L I C A C I ~ N

L a publicación de la bibliografía nacional incumbe natural- mente al centro bibliográfico, pero si tal institución no ha sido todavía creada, la tarea puede confiarse a la biblioteca nacio- nal, una biblioteca universitaria o a cualquier institución que disponga del personal y de las instalaciones indispensables. Como el centro bibliográfico y la biblioteca nacional son generalmente instituciones estatales -el primero frecuente- mente forma parte de la segunda- resulta completamente natural que la edición de la bibliografía nacional constituya una parte integrante de la actividad propia de esta última institución, a la cual eventualmente se le puede conceder para ello un suple- mento de recursos financieros. Para la publicación de la bibliografía, es generalmente posi-

ble obtener la cooperación de las casas editoriales. E n varios países, como por ejemplo en Austria y Francia, donde la biblio- teca nacional tiene a su cargo la confección de la bibliografía nacional, esta cooperación existe de hecho. Las casas edito- riales se hallan en condiciones favorables para encontrar el sistema más barato de producir la bibliografía pero no consideran esta empresa como una actividad de la que se haya de derivar un beneficio financiero.

3. DISTRIBUCI~N

Una vez creada la bibliografía nacional es necesario darle publicidad para persuadir a las gentes de la utilidad que puede reportar. Hay que escribir artículos en las publicaciones apro- piadas y suministrar a los libreros y a los posibles compradores instrucciones convenientes para la utilización de la bibliografía.

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L o que más importa es arreglárselas de modo que la biblio- grafía puede ser consultada en todos los lugares donde pueda ser útil, es decir principalmente en todas las bibliotecas públi- cas de alguna importancia. Cuando su precio sea muy elevado quizás convenga alterarlo según los recursos de las bibliotecas y del volumen de negocio de los libreros. E n el apéndice no 1 se encontrará la exposición de un sistema de este tipo relativo a la venta del Curnulatiue book index. L a obra de Lawler, a la cual hace referencia este apéndice, describe detalladamente el sistema. Al comienzo puede ser necesario enviar gratuitamente ejem-

plares de la bibliografía nacional a diversos clientes posibles con el fin de dar a conocer la publicación y acostumbrar al público a su uso.

4. FINANCIACIÓN DE LA BIBLIOGRAFÍA DE P UBL ICA CION ES P E RIÓ DIC AS

Si el índice de revistas no comprende más que unos trescientos títulos, la operación material de confección de la bibliografía puede ser realizada por una sola persona. L a clasificación de los artículos ocupará de una a dos horas diarias a una persona bien entrenada, pero es necesario que quien se encargue de este trabajo tenga la posibilidad de consultar a especialistas cuando las operaciones de clasificación o de determinación de encabezamientos por materias planteen dificultades. Al decidir el número de ejemplares que se deban imprimir

se debe calcular que la mayor parte de los suscriptores estará constituida por las bibliotecas. Pocos particulares y escaso número de instituciones sin bibliotecas adquirirán esta biblio- grafía. C o m o los libreros no están interesados en este repertorio especial, el número de ejemplares por imprimir será escaso. E n tales condiciones, los trabajos de preparación y la mayor parte de los concernientes a la impresión tendrán que ser fi- nanc iado s por subvencione s. Si el número de ejemplares necesario es inferior a quinientos

resulta menos costosa la utilización de una multicopista o la distribución de fichas a los suscriptores. Este procedimiento tiene la ventaja de que las fichas pueden ser enviadas a breves intervalos y conservadas en un fichero único, de modo que el suscriptor no tenga que realizar más que una sola búsqueda. El inconveniente de este modo de proceder consiste en que todo él depende del cuidado con el que la persona que recibe las fichas mantenga al día y en buen orden su fichero.

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C A P Í T U L O V I 1

LA BIB L 1 OGRA F Í A NACIONAL RE TR OS P E C TI V A

L a bibliografía nacional de obras recientes constituye, con mucho, la parte más importante de la bibliografía nacional y no debe iniciarse Ia publicación de una bibliografia nacional retrospectiva mientras que la primera no funcione de una manera absolutamente normal. L a bibliografía nacional retrospectiva es importante desde

diversos puntos de vista. Suministra una visión histórica de las realizaciones culturales y científicas de la nación y ofrece la posibilidad de comparar la civilización de un país con la de otro. Sin embargo, su principal función es la de suministrar materiales a los historiadores, los eruditos y los hombres de ciencia. No existe ningún país que posea una bibliografía retrospectiva

única, abarcando todo lo publicado antes de que existiera la bibliografía de obras recientes. E n algunos de los países mejor dotados en este aspecto es posible, sin embar.go, obtener una visión completa de todas las publicaciones preexistentes consultando varios repertorios. L a forma que más frecuentemente toman éstos es la de catálogo de los fondos y colecciones de la o las bibliotecas donde se conservan la mayor parte de los libros y folletos publicados en el paÍs. Esta circunstancia no debe disuadir a las autoridades que deseen crear un servicio bibliográfico, de hacer lo que hubiera debido estar hecho en todos los países desde hace ya mucho tiempo. Y si ello no ha llegado a realizarse ha sido Gnicamente porque en los países donde la producción de libros es abundante su coste sería muy elevado, ya que los servicios de bibliografía han sufrido siempre de falta de fondos.

1. CONTENIDO

D e un modo muy general, puede decirse que la bibliografía retrospectiva debe obedecer a los mismos principios que la bibliografía de obras recientes en lo que se refiere a las obras

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a incluir. Sin embargo, debemos añadir ahora un nuevo principio, a saber: que cuanto más antigua sea una obra más interés existe en incluirla. Los libros y los folletos impresos con anterioridad al año

1500 (incunables) tienen todos una extremada importancia y deben ser tratados con el mayor cuidado, aunque se trate de simples folios de reimpresiones o de volúmenes incompletos. Los libros impresos en el siglo XVI son también poco numero- sos y por ello presentan un gran interés. En cierto modo también puede decirse lo mismo de las obras de los siglos siguientes a las cuales hay que tratar de un modo más acabado que a las de la bibliografla contemporánea.

2. FORMA

L a descripción de los libros debe seguir las reglas adoptadas para la bibliografía nacional de obras recientes, pero no hay que olvidar que este catálogo no tiene un carácter comercial y por tal razón las informaciones relativas al precio del libro y a su encuadernación original ofrecen menor interés, aun tenien- do en cuenta que serán muy raros los casos en que resulte posible sumi ni s trar estos detall es. En lo referente a la disposicion de la bibliografía resulta

aconsejable utilizar el mismo sistema empleado en la biblio- grafía de obras recientes. Sin embargo, si se establece un catálogo por materias, hay que advertir que los encabezamien- tos de los impresos antiguos diferirán considerablemente de los utilizados en la bibliografía contemporánea y será necesario consultar en forma exhaustiva los índices y catálogos de edi- ciones antiguas para llegar a decidir cuáles hayan de ser los enc abez amiento s más apropiados. Análogos problemas surgirán en el caso de un catálogo sistemático pero entonces será mejor conservar las categorías existentes y esforzarse por adaptar a ellas las obras por clasificar. En el Índice alfabéuco de materias que se añadirá al catálogo sistemático se podrá pre- cisar el lugar donde han sido situadas las diversas materias.

3. REUNIÓN DE MATERIALES

El problema de la reunión de materiales para la bibliografía retrospectiva difiere completamente del de la bibliografía de obras recientes. Una bibliografia de este tipo completa plantea un problema

de orden técnico y es una cuestión de organización. Pero la

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compilación de una bibliografía retrospectiva completa exige mucha ingeniosidad y paciencia.

U n a obra publicada antaño puede haber desaparecido com- pletamente, Sabemos que una proporción considerable de los impresos aparecidos durante el curso de los primeros siglos que siguieron a la invención de la imprenta se han perdido definitivamente y que, aun en los siglos m á s cercanos a nosotros, es con frecuencia imposible encontrar los libros y especialmente los folletos a los que se hace referencia en otras obras.

Por esto, aunque llegue a ser imposible establecer una lista absolutamente completa de la producción literaria de un país se debe intentar acercarse lo más posible a ese ideal y no vacilar en el empleo de cualquiera de los medios que para ello se puedan concebir.

Cuando existe una biblioteca nacional, el principal deber de la misma es llegar a reunir una colección lo m á s completa posible de toda la producción literaria del país. Esta colección puede ser la base de una bibliografía retrospectiva. Pero si no existe tal biblioteca nacional, o si ha sido fundada en una fecha demasiado reciente para que pueda poseer una colección de libros comprensiva habrá que recurrir a otros métodos, aun- que, sea como quiera, las bibliotecas tengan que ser las princi- pales fuentes de información. El punto de partida más indicado es la biblioteca que posea

el fondo más importante de obras antiguas, bien sea la biblio- teca nacional, una biblioteca universitaria o cualquier otra biblioteca púbhca. Los fondos de esta biblioteca deben ser examinados volumen por volumen y cada uno de ellos -que deberá mencionarse en la bibliografía- tendrá que ser catalo- gado cuidadosamente en una ficha redactada de acuerdo con las reglas adoptadas. Al mismo tiempo, se debe atribuir a la obra e inscribir sobre la ficha, un encabezamiento por materias y un número clasificador.

Cuando se hayahecho el escrutinio completo de estos fondos, hay que colocar las fichas en orden alfabético y transportar el fichero a otra biblioteca, cuyos fondos se catalogan a su vez. U n a vez inventariadas de este modo todas las bibliotecas pú-

blicas se pasa a las privadas. E n todos los países existen colec- cionistas de libros que han tenido la habilidad y la paciencia de desenterrar libros antiguos provenientes de fuentes muy remotas. Estas bibIiotecas privadas pueden poseer un gran númeFo de ejemplares no existentes en las bibliotecas públicas.

Después de haber agotado todas las posibilidades existentes en el pats hay que dirigirse a los demás Estados con los que se mantienen relaciones intelectuales y comerciales. E s evi- dente que a veces pueden encontrarse obras de los escritores de

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un país determinado en las bibliotecas de otros países, inexis- tentes en la patria del autor. Los catálogos impresos de tales bibliotecas constituyen la

primera fuente de información. Se debe conceder atención especial a los catálogos impresos de las bibliotecas nacionales de todos los pa:ses del mundo pues han recogido obras pro- cedentes de todo el mundo. E n muchos casos no existen catálo- gos al día, por lo cual el compilador de la bibliografía nacional retrospectiva tendrá que visitar sucesivamente todas aquellas bibliotecas donde crea existe una oportunidad de enriquecer su repertorio. Para ello tendra que llevar consigo todas las cédu- las de autor y compararlas con el catálogo de cada biblioteca. Antes de comenzar su trabajo tendrá que hacer la lista nomina- tiva de las personalidades de su propio país cuyo nombre no figure en su fichero, pero que acaso hayan publicado obras des- conocidas en su propio país. Esta lista debe ser también com- parada con los catálogos de las bibliotecas.

Tales son los principales medios para formar una bibliografía retrospectiva, pero todavía hay que considerar el caso de aquellas obras de las que no se conoce ni un solo ejemplar pero a las cuales se hace alusión en otros libros o manuscritos. A ello se podría objetar que si un libro o un folleto ha desapa- recido completamente no parece de gran utilidad el mencionar su autor y su título, pero tal objeción no es válida. Si se sabe que tal obra o folleto ha existido se puede estar al acecho de la misma y quizá se pueda encontrar un día. El solo hecho de conocer el autor y el titulo puede ser interesante para el erudito, suministrarle alguna información sobre el autor o explicar ciertas alusiones que figuren en otras obras.

Apenas si es posible intentar la búsqueda sistemática de esta clase de obras, pero si existen antiguos catálogos manus- critos o impresos de bibliotecas privadas actualmente disper- sas, viejos catálogos de, ventas o subastas u otra cualquiera documentación similar es posible que el examen de tales papeles pueda producir algún resultado. E n ocasiones, las cuestiones planteadas por los eruditos pueden igualmente poner sobre la pista de las obras perdidas. Aunque esta práctica no sea co- rriente en las bibliografías existentes, es indudable que el investigador agradece encontrar en una bibliografia retrospec- tiva información sobre determinadas obras de las que ya no existe ni un solo ejemplar, si bien debe especificarse que tal obra se halla perdida y hacerse una referencia al pasaje O a los pasajes de la obra que la menciona, sin lo cual la noticia no servirá para nada.

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4. CONFECCI~N Y DESARROLLO DE LA BIBLIOGRAFÍA

El lugar idóneo para la producción de la bibliografía retrospec- tiva es el propio centro bibliográfico. Esta institución debe establecer y tener al día el catálogo colectivo (véase capítulo VIII), el cual, particularmente si registra por separado las obras del país y las extranjeras, suministrará una base exce- lente para la compilación de la bibliografía retrospectiva. Todas las obras publicadas en el país y conservadas en las principales bibliotecas se encontrarán en este fichero y as; la parte fundamental de la investigación mencionada más arriba se hallará considerablemente facilitada. Sin embargo importa no olvidar que en las bibliotecas pueden existir documentos, que no hayan sido incorporados al catálogo colectivo pero que deban ser incluídos en la bibliografía retrospectiva y que puede haber bibliotecas no incluídas en el catálogo colectivo que contengan obras no existentes en las grandes bibliotecas. L a agregación de la bibliografía retrospectiva al centro biblio-

gráfico ofrece también la ventaja de que el financiamiento de la confección de esta bibliografía podría recibir gran ayuda gracias a la existencia de un personal entrenado, bien familiarizado con las obras de este género debido a su labor cotidiana y dotado de las instalaciones necesarias. Puede ocurrir que, sin una subvención especial del Estado,

la publicación resulte prohibitiva, pero siempre se podrá ir editándola por fragmentos, de modo que su costo quede repar- tido entre varios ejercicios financieros. Aun si es necesario demorar esta publicación, el fichero conservado en el centro bibliográfico sera de gran utilidad para el servicio de informa- cion de tal institución.

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C A P Í T U L O VI11

EL CATÁLOGO COLECTIVO

E n los capítulos precedentes se ha expuesto que la labor principal del centro bibliográfico debe ser la compilación de una bibliografía nacional. Una vez realizada esta tarea, el centro deberá emprender la formación de un catálogo colectivo, aunque no se puede asegurar con certeza que esta nueva labor deba siempre ocupar el segundo lugar en el orden de importancia. Ambos instrumentos presentan un número tan grande de rasgos comunes que es posible que existan casos en los que convenga acometer al mismo tiempo su realización, al menos en lo refe- rente a la literatura nacional. En todo caso, la bibliografía nacional retrospectiva vendrá siempre detrás del catálogo colectivo, de acuerdo con las razones expuestas en el capítulo VII.

1. VISIÓN DE CONJUNTP

a) Definición

lln catálogo colectivo es un catálogo que registra en un único orden de sucesión y en su totalidad, o parcialmente, los fondos de dos o más bibliotecas. Generalmente, el catálogo colectivo está confeccionado

en fichas, y el fichero que las conserva se halla situado en un lugar que ocupa una posición central. Este catálogo no posee ordinariamente para cada obra más que una ficha, es decir, una ficha principal, a la cual se añaden ÚnicameFce fichas de colecciones, fichas de referencia a los colaboradores y, a veces, a otros nombres. Es extremadamente raro encontrar catálogos colectivos que comprendan también un catálogo de materias o un catálogo sistemático. Por supuesto nada se opone en teoría a que también se pueda hacer un catálogo de materias o un catálogo sistemático, pues el problema es esen- cialmente de orden financiero y ya resulta bastante trabajoso mantener al día un simple catálogo de autores. L a adición de un catálogo de materias significaría no solamente duplicar,

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sino acaso triplicar, el volumen de trabajo y el gasto. C o m o el director del catálogo colectivo no ve las obras sino solamente las fichas, tiene que aceptar, sin poder verificarlos, los enca- bezamientos por materias o las siglas de clasificación emplea- das por las bibliotecas asociadas, pudiendo ocurrir que las diferencias de orden individual lleguen a ser tan numerosas que resulte muy difícil la unificación de todas las fichas en un conjunto coherente. Hay que advertir que esta observación se aplica a un catálogo colectivo en el momento de su iniciación, cuando se puede imponer reglas comunes de catalogación y clasificación a las bibliotecas cooperadoras, pero si el problema consiste en integrar catálogos ya existentes con distintas clasificaciones, las dificultades pueden llegar a ser insuperables.

E n las páginas que siguen partiremos del supuesto de que al tratar d e catálogos colectivos nos referimos dnicamente a catálogos de autores.

b) Utilizacio'n L a misión principal del centro bibliográfico es la de sumi- nistrar información a los investigadores y el catálogo colectivo es el instrumento principal que permitirá al centro bibliográfico llevar a cabo esta función. El papel esencial del catálogo colectivo es el de situar una obra particular cualquiera. U n a biblioteca dirige una demanda de informes al catálogo colectivo, a lo cual ésta responde, acaso, que dicha obra se encuentra disponible en dos bibliotecas situadas en dos ciudades dife- rentes. Aquélla escribirá entonces a una de estas bibliotecas solicitando en préstamo la obra, y si ésta hubiera sido ya prestada a un lector, la biblioteca demandante la pedirá a la otra dirección. Si el solicitanee es un particular, recibirá idénticos informes del catálogo colectivo, pero este solicitante particular que desee leer la obra no puede, en tanto que simple particular, obtener libros en préstamo de bibliotecas que perte- nezcan a otra ciudad, por lo cual será necesario que transmita s u solicitud a través de una biblioteca dispuesta a obtener en su beneficio el prestarno del libro.

Este procedimiento resulta bas cante complicado y puede simplificaye. U n particular solicita de una bibiioteca el prés- tamo de un libro, el cual no figura entre los fondos de aquélla. Se transmite la demanda al catálogo colectivo y la persona que

, lo dirige constata que dicha obra se halla en otra biblioteca situada en otra ciudad. Entonces, dirige la solicitud a esta biblioteca, en la cual el libro se halla (o no) disponible para el préstamo. L a biblioteca donde se encuentre el libro responde directamente a la biblioteca de donde partió la demanda, bien enviando el libro o bien exponiendo las razones por las que no le es posible hacerlo asl.

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Sea cual fuere el organismo donde se halle el catálogo colectivo, si este organismo efectúa las operaciones descri- tas en el párrafo precedente realiza una función que realmente incumbe al centro bibliográfico.

c) Diferentes tipos de catálogos colectivos

El catálogo colectivo puede ser: l? un catálogo nacional (que incluya, hasta donde sea preciso, los libros de todas las bibliotecas del paÍs); 2P un catálogo regional(que incluya todas las bibliotecas situadas en una determinada región del país) ; 3? un catálogo especial (que incluya Únicamente las biblio- tecas especializadas en un tema determinado, bien sea dentro de unos limites regionales o dentro del ámbito nacional).

Estas categorías diferentes pueden a su vez estar limitadas : 1 P en cuanto a la naturaleza de las publicaciones (libros extranjeros, publicaciones periódicas, etc. Únicamente) ; 20 en cuanto a la fecha (es decir, que un catálogo puede recoger obras publicadas a partir del momento en que se ha comenzado a formarle o bien obras que se remonten por ejemplo a 25 años atrás ; o bien, sin límite alguno de tiempo, etc.). Por último, existen catálogos colectivos que registran lo

publicado en un ámbito territorial mayor que el de un solo país. E n el presente manual nos limitaremos a tratar exclusiva-

mente de los catálogos regionales y nacionales. Los catálogos colectivos regionales han surgido para atender

una necesidad urgente. Los investigadores necesitaban una ayuda bibliográfica cada vez mayor y las bibliotecas se consi- deraban a sí mismas como los centros naturales de tal infor- mación. Sin embargo, como ellas no solamente tenían que investigar la bibliografla existente sobre un determinado tema sino que también debían procurar los libros, se llegó a esta- blecer entre ellas una estrecha cooperación y se produjo también un incremento en el número de préstamos que entre sí se hacían, comenzando por las bibliotecas de una misma región. Este estado de cosas creó la necesidad de una oficina central donde se pudiera obtener los datos oportunos sobre el lugar donde se hallaban diversas obras disponibles.

C o m o las posibilidades bibliográficas de una determinada región no siempre eran suficientes, vino a superponerse a los catálogos regionales un catálogo colectivo nacional, aumen- tando así hasta el limite las posibilidades de utilización de los recursos bibliográficos existentes. El sistema consistente en ir desarrollando el catálogo

colectivo a medida que las necesidades lo requieren puede parecer una solución no ideal y carente de previsión, pero hay que convenir en que el catálogo colectivo regional con la

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superestructura de un catálogo colectivo nacional, representa una solución razonable de un problema arduo. En un país, donde sea posible partir de la nada y aprove-

char la experiencia ajena, el centro bibliográfico debe esfor- zarse por desarrollar su catálogo colectivo de una manera razonable. Para ello podra elegir entre : l? promover la creación de catálogos colectivos regionales y acaso catálogos colectivos por materias; 20 comenzar sin dilación un catálogo colectivo nacional; 3? aplicar simultáneamente ambos sistemas. Si se elige el primer método, el centro debe exigir que los

catálogos regionales le remitan un ejemplar de todas las fichas que ellos redacten para sus propios ficheros pues, para obtener buenos resultados es necesario que el centro organice y coordine todas las operaciones en un sistema coherente. D e esta suerte, el centro se hallará en condiciones de preparar sin dilación, y simultáneamente, el catálogo colectivo nacional. Si se comienza por la creación de un catálogo colectivo

nacional, es posible que más tarde resulte patente la necesidad de establecer catálogos colectivos regionales. También es posible, por supuesto, adoptar la otra solución y copiar aquellas fichas del catálogo nacional que pertenezcan a ciertas cate- gorías de bibliotecas. Es te procedimiento resultará bastante costoso, pero si la calidad bibliográfica del catálogo nacional alcanza un alto nivel, el catálogo colectivo regional así resul- tante sera probablemente mejor que el catálogo colectivo r egion al ordinario .

d) Cómo trazar el plan Ante todo es necesario que el centro establezca un plan de conjunto fundado sobre una encuesta donde se determinan las necesidades, los fondos de las bibliotecas, el personal dis- ponible y las posibilidades financieras. A continuación hay que tomar contacto con las autoridades y con las bibliotecas locales, y cuando se haya llegado .i un acuerdo sobre el plan definitivo hay que establecer una reglamentnción muy detallada referente al contenido de las fichas. Una vez comenzado el trabajo, los organizadores deben verificar cada ficha e instruir a las biblio- tecas dándoles las indicaciones necesarias hasta conseguir la suficiente uniformidad. Es posible que con este método el centro experimente dificultades para alcanzar sus fines e incluso que se pierda así más tiempo que si aquél confeccionara por su cuenta integralmente el catálogo colectivo, pero, como los problemas se plantearían de todos modos cuando llegase el momento de confeccionar los suplementos normales del catálogo, quizá fuera mejor abordar desde el principio todas las dificul- tades. Conviene también recordar que este método tendrá por

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efecto el mejoramiento de la calidad de catalogación en todas las bibliotecas asociadas y por ello ofrecerá un gran interés desde el punto de vista del servicio de las mismas.

L a s observaciones precedentes son válidas sea cual fuete el tipo de catálogo colectivo (nacional o regional) por el cual se comience.

Tampoco el centro debe perder de vista que, sea cual fuere el método escogido, no resulta recomendable comenzar por el espigue0 simultaneo del catálogo de todas las bibliotecas cuyos fondos deben ser incluidos en el catálogo colectivo. El catálogo colectivo debe comenzar modestamente y debe ir desarrollándose progresivamente, a medida que aumenten las necesidades y en función de la experiencia adquirida del personal disponible y de los fondos utilizables. Si éstos son escasos, lo más positivo es comenzar por las obras recientes consideradas dignas de inclusión existentes en todas las bibliotecas, es decir Únicamente por las obras publicadas a partir de una fecha dada. Cuando este catálogo se halle en funcionamiento se podrá considerar la oportunidad de incor- porar a él obras más antiguas según las necesidades y las posibilidades.

e) Publicación

Los catálogos colectivos generales rara vez están impresos, aunque existan excepciones tales como la del catálogo colectivo alemán iniciado antes de la segunda guerra mundial. L a razón por la que raramente se imprimen es que, si se desea que sirvan verdaderamente a sus propios fines, es necesario que se hallen en constante progreso y que puedan ser suplementados de una manera continua con la corriente de producción literaria que cotidianamente entra en las bibliotecas ; importa asimismo no solo que se puedan eliminar todas aquellas obras retiradas de las bibliotecas sino también cambiar la signatura cuando una obra es transferida de una biblioteca a otra. Incluso pueden existir buenas razones para incluir de cuando en cuando en el catálogo colectivo los fondos de una biblioteca que no figurase en él hasta entonces.

E n cambio ocurre a veces que los catálogos parciales, como por ejemplo los referentes a adquisiciones de obras extranjeras, se publican a intervalos regulares (en Dinamarca y en Suecia se publican anualmente).

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2. PLANEAMIENTO

a) Determinación del tipo de bibliotecas incluibles

Si se desea que un catálogo colectivo responda a la finalidad para la que fué creado, hay que comenzar por resolver varios problemas importantec. Quizá el primero en importancia sea el de decidir qué número de bibliotecas debe estar incluido en él. Este problema puede ser considerado desde dos puntos de vista: ¿cuál es el tipo de biblioteca a incluir y cuál el área geográfica que el catálogo colectivo debe abarcar? Cuando se ha tomado una decisión sobre estos puntos hay que determinar la cuestión de los límites en el tiempo y de las materias que deba comprender el catálogo.

Accesibilidad de lm colecciones. El primer punto a considerar cuando se trata de la inclusión de una biblioteca en un catálogo colectivo general es el de saber si tal biblioteca está obligada, o por lo menos dispuesta, a poner sus fondos a la disposición del público en general. La mayor parte de las bibliotecas sostenidas por los poderes públicos se hallan sometidas a esta obLgación ; las bibliotecas agregadas a ciertas inscituciones dedicadas a fines no lucrativos y cuyos propósitos son los de servir al público acogerán, sin duda voluntaria ente, a los lectores. En otros casos es posible que las bibliotecas muni- cipales reserven el uso de sus colecciones a las personas residentes en su término municipal pero, en algunos casos, las bibliotecas municipales de investigación o las colecciones municipales especiales consentirán en prestar sus obras a cualquier lector. Poner los libros a disposición del público puede significar

que la biblioteca presta sus libros o bien que estos libros pueden ser consultados en el local de la biblioteca. Para el catálogo colectivo ello constituye un punto de vista importante. No es éste el lugar para discutir ampliamente estos pro-

blemas, pero su consideración es de importancia cuando se trata de planear un catálogo colectivo. Si las colecciones de una biblioteca dada resultan de acceso difÍcil, ello no signi- fica que no haya que incorporarlas al catálogo colectivo sino que la inclusión o no inclusión de esta biblioteca en el catálogo debe ser considerada desde el punto de vista del costo del mismo.

Valor de las colecciones. Después de establecida la posible lista de bibliotecas a incluir hay que decidir si los repertorios bibliográficos de cales bibliotecas ofrecen bastante importancia para ser incorporados al catálogo colectivo. Las bibliotecas (<populares» deben ser excluidas, ya que no sólo se halla

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limitada su utilización a un área poco extensa sino que, por lo común, no contienen más que obras de vulgarización o de literatura novelesca, muchas de las cuales pueden encontrarse en todas partes. Puede ocurrir, que alguna biblioteca posea colecciones especiales que deban incluirse en el catálogo colectivo por poseer tanto interés como cualquier otra colección de obras de investigación; también puede ocurrir que una biblioteca central tenga la obligación de suministrar a las bibliotecas populares ciertos libros demasiado especializados para las mismas, en cuyo caso tales bibliotecas deben consi- derarse como incluíbles en el catálogo colectivo.

Pero los elementos constitutivos por excelencia del catálogo colectivo, son las bibliotecas de investigación. Cuando ,se plantea la cuestión de si tal o cual biblioteca debe ser incluida en el catálogo colectivo es preciso tener en cuenta que una vez incorporada al catálogo ya no se podrá eliminar de él y que, en los comienzos, lo importante es obtener la máxima eficacia con el mínimo esfuerzo. Es evidente que las grandes biblio- tecas de investigación deben ser incorporadas al catálogo, pero también resulta claro que el criterio de selección no debe ajustarse al volumen de las colecciones. Las grandes biblio- tecas por su misma importancia, serán siempre consultadas mientras que, como ya hemos señalado, las bibliotecas peque- ñas pueden en algunos casos contener libros extraordinariamente Útiles referentes a materias limitadas.

L o que al principio puede omitirse son las bibliotecas de consulta destinadas esencialmente para el uso de instituciones tales como hospitales, laboratorios, etc., cuyas colecciones no son normalmente accesibles al público. Pero cuando el catálogo esté funcionando ya normalmente convendrá incorporar- las, pues puede ocurrir que cales bibliotecas posean ejemplares Únicos o números también Únicos de alguna publicación periódica y aunque normalmente tales bibliotecas no practiquen el ser- vicio de préstamo quizá puedan concederlo en casos excep- cionales.

b) Determinación del área geográfica El problema que a continuación hay que resolver es el de fijar la extensión geográfica de un catálogo colectivo. Podría parecer que la solución 'ideal seiía que no comprendiese más que el territorio del pa:s. Tal catálogo incluiría entonces todos los recursos bibliográficos esenciales del país y constituiría la suma de todas las obras que los habitantes de dicho país podrian legítimamente utilizar. Su sostenimiento financiero correrÍa a cargo del Estado, y el catálogo reposaría sobre una

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sana base económica. Si el país es pequeño o si los fondos de sus bibliotecas son limitados, nada se opone a emprender de una vez la formación de un amplio catálogo colectivo na- cional, dado que ello sea económicamente posible. Pero en un gran país con un gran número de bibliotecas importantes, es mejor comenzar por formar catálogos regionales, que son los que ofrecen más posibilidades de quedar completados. C o n demasiada frecuencia ocurre en materia bibliográfica que una empresa fracase lamentablemente a mitad de camino por falta de dinero o por falta de experiencia en sus realizadores. U n catálogo colectivo abandonado en estas condiciones no sólo resulta inútil en sí mismo sino que puede paralizar durante mucho tiempo cualquier otra iniciativa.

Hay un punto que reviste la mayor importancia: cuando los catálogos colectivos regionales han de integrarse posterior- mente en un catálogo colectivo nacional es absolutamente necesaria la uniformidad total en las reglas de catalogación, formato de las fichas, etc... pues de otro modo la fusi6n resul- taría extremadamente complicada.

L a ciudad. L a unidad geográfica mas pequeña que se puede tomar en consideración para la formación de un catálogo co- lectivo esta constituida por la ciudad. Cuando la capital del país u otra ciudad son las que encierran la mayor parte de las bibliotecas de investigación, dicha capital o dicha ciudad será un excelente punto de partida para el catálogo colectivo. L a ventaja principal de esta elección, desde el punto de vista de las técnicas bibliográficas, consistirá en la posibilidad ofrecida a los directores de tales bibliotecas para reunirse con fre- cuencia y discutir los problemas que inevitablemente habrán de surgir. L a edición del catálogo debe encomendarse a una sola persona cuyas decisiones deben aceptarse sin apelación, lo cual no es óbice para que el encargado de esa función solicite a menudo la opinión de sus colegas y -si es necesario- les haga ver lo que pueda existir de contradictorio en sus su- gestiones.

Desde el punto de vista del público es altamente ventajoso el que exista un lugar donde se pueda tener una visión de conjunto de todos los recursos bibliográficos disponibles en la ciudad. Cuando existe una estrecha cooperación y un servicio efectivo de préstamo entre bibliotecas, todas las obras que pueda necesitar un lector cualquiera pueden ser consultadas en una sola biblioteca, lo que supone un gran ahorro de tiempo,

L a región. A continuación habrá que incorporar al catálogo colectivo las bibliotecas de una región geográfica más amplia. L a determinación de estos nuevos límites dependerá de las condiciones locales y muy especialmente de los medios de

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transporte. L a s ciudades situadas junto a una línea ferroviaria presentan condiciones favorables a la colaboración, mientras que separadas entre sí por obstáculos montaiíosos podrán ser acaso mejor servidas incluyéndolas en regiones distintas. Cuando ciertos estudios especiales se hallen concentrados en determinadas ciudades (por ejemplo: una escuela técnica en una ciudad y una facultad de ciencias económicas, en otra) se deben considerar como bibliotecas centrales para esos estudios respectivos las bibliotecas propias de cada una, siendo tales bibliotecas las que deban poseer el catálogo colectivo de toda la bibliografía de la región en lo concer- niente al dominio propio de cada una de ellas, sin tener en cuenta ni la distancia ni los medios de transporte.

EL pis. El último paso es la constitución del catálogo colec- tivo nacional. C o m o los catálogos colectivos regionales y los catálogos colectivos especiales cumplen adecuadamente su función, el lector podrá quizá suponer superfluo un catálogo nacional. Pero ningún catálogo regional contendrá los mismos libros que otro catálogo regional y no existe ningún tema particular con limites tan bien definidos que justifique que el lector desatienda la consulta de otros catálogos. Si se quiere obtener la mayor utilidad posible de los recursos bibliográficos de un país, resulta indispensable el establecimiento de un catálogo colectivo nacional. E n realidad, las bibliotecas son muy diferentes entre sí, incluso cuando se hallan especiali- zadas en la misma materia, por lo cual un catálogo colectivo nacional incrementará notablemente las posibilidades de ser- vicio al público. Si se proyecta el catálogo nacional al mismo tiempo que los catálogos regionales, resulta bastante fácil la compilación económica del primero. Para ello se solicitará que las bibliotecas suministren dos duplicados de sus fichas principales (una para el catálogo regional y otra para el na- cional), y si estas fichas se hallan redactadas conforme a las mismas reglas la única operación necesaria será verificarlas y clasificarlas. Pero si los distintos catálogos regionales se han desarrollado independientemente, las dificultades serán quizás mayores, siendo preciso entonces recurrir a alguno de los métodos descritos más adelante.

Los paises vecinos. Una vez tomadas todas las medidas ante- riormente citadas, el país en cuestión, contará con todos los medios que le permitan la óptima utilización de sus propios recursos. Pero aun entonces no será posible atender a todas las demandas. Así, se plantea la cuestión de saber si este país no podría colaborar con uno o dos países vecinos para poder de ese modo disponer conjuntamente de recursos mucho más amplios. Por lo común no resulta posible por razones de

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orden económico incorporar al catálogo colectivo nacional de un país las fichas referentes a obras de que no se dispone en el país mismo pero que pueden consultarse en una biblioteca de un país vecino. Sin embargo, es una posibilidad que merece la pena de ser considerada cuando se trata de paises de escasos recursos.

c) Determinación de límites en el tiempo

Para numerosos fines, en numerosos campos y principalmen- te en el de la ciencia, la tecnologia y la economla, las obras que presentan más importancia son -con mucho- las de actua- lidad, pues son las que consignan los resultados de las inves- tigaciones más recientes. L a bibliografia antigua de tales temas interesa a los historiadores, pero esto representa un punto de vista secundario, que no debe ser tenido en cuenta hasta que hayan quedado satisfechas las necesidades esen- ciales. Existen otros campos en los que las consideraciones de orden histórico son intrlnsecas a la naturaleza misma del tema. L a historia, ante todo; pero también la filosofía, la religión, el arte, etc. E n este caso es posible preguntarse si vale la pena establecer una distinción entre las obras re- cientes y las antiguas. Una encuesta profunditada sobre todos estos problemas permitirá trazar un plan de desarrollo de un catálogo colectivo que responda ante todo a las necesidades más urgentes.

d) Determinación de los materiales incluíbles El ideal seria que el catálogo colectivo nacional incluyera todos los libros existentes en las bibliotecas del país, espe- cificando el número de ejemplares que se posean y el empla- zamiento de cada uno de ellos. Pero esto no es sino una utopÍa; el costo sería prohibitivo y una gran parte de estas informa- ciones no ofrecerían ningún interés. El fracaso de numerosas tentativas para la constitución de un catálogo colectivo se debe a que nadie se había dado cuenta del considerable trabajo que exige la creación y conservación al día de tal catálogo. No es posible indicar de una manera general las limitaciones

posibles que pueden tener validez universal, pues las condi- ciones varian de país a país; lo que se puede hacer es indicar las razones existentes para intentar alcanzar la totalidad en ciertos campos y señalar las posibilidades de limitación que otros campos ofrecen.

Los libros. Ante todo, el catálogo colectivo debe contener los libros, pero es cuestionable que deban incluirse todos. Si el propósito del catálogo es el de servir a los investigadores,

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y subsidiariamente al gran público, parece obvia la eliminación de la literatura novelesca. Pero también estas obras de pura imaginación pueden constituir un objeto de investigación, lo cual justificarla su incorporación al catálogo. L a s obras de vulgarización que no pretenden aportar nada nuevo a las cien- cias y a las letras raramente serán solicitadas, pero a veces resulta diffcil decidir, sin previa lectura, si una obra debe o no incluirse, y ello toma tiempo. Los libros escolares y los libros para niños pueden con mayor certidumbre ser descartados, pero quizá no sea esta la opinión de los educadores, quienes esti- marán que esta categoría de obras es importante para su acti- vidad profesional. Puede pues ponerse en cuestión la conveniencia de limitar de este modo la amplitud del catálogo.

Los folletos. L a cuestión de las diferencias entre libros y folletos ha sido abordada ya en el capÍtulo 11. Incluso cuando las bibliotecas que colaboran en la confección del catálogo tratan, los folletos de un modo no uniforme, resulta posible, para las necesidades del catálogo colectivo, normalizar tales reglas y aun decidir que el número de folletos a incorporar sea menor que el que incluye cualquiera de las bibliotecas separa- damente. Pero hay que tener en cuenta que las dimensiones de una publicación no sirven siempre de medida de su importancia ; si, por ejemplo, se decide eliminar todos los volúmenes de menos de cien páginas se corre el riesgo de dejar fuera alguna obra importante.

Publicaciones en serie. Existe una categoría de publicaciones a la que conviene conceder una atención particular: es la de las publicaciones en serie, que comprende las publicaciones periódicas (que aparecen más de una vez al año), los anuarios y las memorias o informes de sociedades eruditas publicadas a intervalos irregulares). Estas publicaciones son a veces más importantes todavía que los libros, pues los resultados de las investigaciones comienzan casi siempre por ser publicados en ellas, y con frecuencia ocurre que sólo en ellas puede en- contrarse un cierto tipo de información. U n autor puede haber publicado en revistas varios estudios'sobre el tema de su investigación antes de fundirlos, completarlos y ajustarlos en un volumen. Los debates y las controversias se publican principalmente en las revistas y en los informes y memorias. U n a de las cuestiones planteadas con más frecuencia a las oficinas encargadas de los catálogos colectivos de artículos de publicaciones periódicas es si se dispone de un determinado año de una revista determinada. Es, pues, evidente que la lista completa de las publicaciones en serie disponibles constituye una sección importante del catálogo colectivo. Este catálogo no sólo debe comprender las publicaciones en serie que real-

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mente se hallan en curso de aparición sino también aquellas otras cuya publicación haya cesado. Cuando una publicación periódica cambia de nombre o es absorbida o fundida con otra es preciso que las referencias cruzadas den cuenta de las relaciones que estos diversos títulos guardan entre sí. Hay que indicar el nombre de las bibliotecas que posean obras de este género y mencionar cuáles son los años que cada una conserva, precisando, si es necesario, que la colección de tal o tal año se halla incompleta.

Estas fichas, ‘deben ser incorporadas al fichero general del catálogo colectivo o deben ser ordenadas separadamente? Existen casos-como por ejemplo en Holanda-donde hay dos catálogos colectivos nacionales, uno para las obras y otro para las publicaciones periódicas. C o m o es te Último representa quizá la parte del catálogo más frecuentemente utilizada puede resultar conveniente el situar en otros lugares ejemplares duplicados del mismo, dispuestos para su consulta. Ello ofre- cería la ventaja de reducir el número de solicitudes al catalogo colectivo central y de prestar a los investigadores un servicio m á s rápido. L a lista de publicaciones en serie puede sin incon- veniente ser más restringida que el catálogo de las obras. Una vez constituida, su desarrollo no será excesivo. Acaso sería aconsejable reproducir las fichas mecánicamente y situar un juego de ellas en cierto número de bibliotecas. También es factible imprimir una lista de las existentes y tener al día esta publicación con ayuda de suplementos anuales que serla conveniente recapitular a ciertos intervalos.

Publicaciones extranjeras. E n ciertos casos la distinción entre las publicaciones nacionales y las extranjeras ofrecerá ven- tajas y permitirá simplificar otros problemas bibliográficos. Es fácil orientarse en el conjunto de publicaciones nacionales cuando existen una bibliografía retrospectiva y una bibliografía reciente completas y cuando el país en cuestión posee un sistema bien organizado de bibliotecas populares, bibliotecas especiales de investigación y una biblioteca nacional en la cual se encuentre aquella parte de la producción nacional no disponible en otras bibliotecas. E n este caso, el catálogo colectivo puede limitarse a reseñar las obras extranjeras que sea posible consultar en el país. E n ciertos países, como Dinamarca y Suecia, donde se cumplen las anteriores condi- ciones, se publica anualmente un catálogo impreso en el cual se mencionan las obras extranjeras ingresadas en las biblio- tecas de investigación durante el curso del año anterior y también la lista de las publicaciones en serie recibidas con regularidad por dichas bibliotecas. Se trata de un catálogo sistemático, con una clasificación somera, suplementada con

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un índice de autores. En estos países no existe un catálogo colectivo propiamente dicho pero su ausencia no se hace sentir. Si el repertorio danés, redactado conforme a las reco- mendaciones del comité que se ocupa de este problema, pudiera ser publicado trimestralmente y recapitulado eci entregas anuales, la solución sería satisfactoria, este repertorio podría ser consultado en muchas bibliotecas e ins tituciones del país.

Materias especiales. Puede ocurrir qUe la necesidad de un catálogo colectivo se haga sentir más vivamente en una rama del conocimiento que en otra. L a razón principal es que las obras referentes a ciertas materias se encuentran algunas veces concentradas en una o dos bibliotecas, mientras que las concernientes a OUdS se, hallan esparcidas en numerosas bibliotecas. E n este Último caso, un catálogo colectivo es, por supuesto, indispensable. Puede ocurrir, por ejemplo, que un país posea no solamente varias bibliotecas técnicas orientadas hacia fines diferentes, una dedicada especialmente a estudios teóricos, otra a los problemas generales planteados por las aplicaciones industriales de la ciencia, sino también una serie de bibliotecas especializadas en ciertos grupos de productos, tales como el papel, los productos farmacéuticos, la cons- trucción, etc. E s evidente que un catálogo colectivo técnico que recogiese las existencias de estas bibliotecas prestaría grandes servicios puesto que abarcaría un extenso campo de literatura técnica y, gracias a la cooperación entre las biblio- tecas, permitiría atender las demandas de una proporción de lectores mucho más elevada que la que una biblioteca indi- vidual se halla capacitada para servir. Cuando de este hecho se hayan dado plenamente cuenta las instituciones especial- mente interesadas en la literatura técnica, resultará más fácil la obtención de subvenciones destinadas a la confección de un catálogo colectivo de este tipo.

E n tales condiciones serla natural comenzar partiendo desde un campo limitado, aunque no debe perderse de vista el objetivo final, es decir el catálogo colectivo nacional completo, por lo cual hay que concebir la forma de éste de tal modo que después sea posible fundirlo con otros catálogos referentes a otras materias.

3. MÉTODO DE COMPILACI~N

E n general, el catllogo colectivo estará constituído por fichas ordenadas en un fichero situado en un punto central, como por ejemplo, el centro bibliográfico. Allí será accesible a todo el mundo.

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Suponiendo que los catálogos existentes no sean utilizables, el medio más fácil de organizar un catálogo colectivo consiste en solicitar que las bibliotecas, al catalogar sus libros, re- dacten una ficha más de autor. Esta ficha puede ser una copia fiel de la ficha original o una ficha ligeramente simplificada en la cual no figuren más que aquellos elementos necesarios para la identificación de la obra, es decir, el nombre del autor, el título, el editor, lugar y año de publicación. Mejor seria, sin embargo, que la ficha de autor fuera reproducida íntegramente, lo que aumentará el valor bibliográfico del catálogo colectivo y facilitará al mismo tiempo su utilización. C o m o la sección del catálogo que reúne la producción nacional puede convertirse un día en el núcleo de una bibliografía nacional retrospectiva es absolutamente indispensable que la descripción de los libros esté hecha de manera uniforme.

Cuando ya existen catálogos importantes, las fichas de éstos contendrán siempre, al menos, los elementos de un título simplificado del tipo indicado más arriba, e incluso, general- mente, con más información; pero puede ocurrir que existan diferencias en los principios utilizados para la catalogación. Por ejemplo, puede ser diferente el orden de sucesión de los elementos del título, lo cual no reviste gran importancia, a condición de que el nombre del autor figure en primer lugar. Mucho peor es cuando, por ejemplo, una biblioteca considerá como eanónimasr, las obras que no llevan nombre de autor, mientras que otras bibliotecas admiten como autor de una obra a la persona a cuyo cargo ha corrido la edición. Cuando se encuentran diferencias de este género hay que mecanografiar una ficha nueva redactada con arreglo a las normas estableci- das. Si las reglas de catalogación no son demasiado divergen- tes, lo más rápido y acaso lo menos costoso sea la reproduc- ción fotográfica de las fichas.

a) El ejemplo del Canadá El Canadá se halla actualmente ocupado en la creación de un catálogo colectivo según este procedimiento. Martha Shepard lo describe en el Bulletin of the Canadian Library Association (vol. 8 ; n? 3, noviembre 1751, págs. 87-70). Para ello se utiliza un simple aparato fotográfico portátil con mando eléc- trico, el cual sólo ocupa el espacio de un pequeño pupitre. Se van sacando uno a uno los cajones del fichero que contiene el catálogo y todas las fichas principales así como sus conti- nuaciones se extraen de los cajones. Cuando se ha sacado una ficha de su cajón, la ficha inmediatamente contigua se coloca de pie a fin de señalar el sitio. L a pila de fichas principales y de sus continuaciones se fotografía sobre microfilms. El

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procedimiento empleado consiste simplemente en dejarlas caer una a una a través de una ranura que posee la cámara foto- gráfica y las fotografías se van tomando al pasar aquellas sobre un rodillo de madera y bajo una placa de vidrio. Una vez fotografiadas, caen en un cesto conservando el orden en que fueron colocadas en la ranura del aparato. Una vez termi- nadas las operaciones de fotografía se devuelven las fichas a sus ficheros. L a fotografía se hace sobre película de 16 mm. con lo cual un rollo de 33 m, permite fotografiar 5.000 fichas. Las películas expuestas se envían a Toronto para ser reveladas y se remiten a la Biblioteca del Congreso donde se hacen las ampliaciones utilizando rollos de papel fotográfico de 12,5 cm. de anchura. Al recibir estas bobinas, cada una de las amplia- ciones es estampillada con una marca que permite identificar la biblioteca de donde proviene la ficha. Finalmente, estas ampliaciones se recortan y clasifican en un catálogo colectivo provisional. Una persona que clasifique un catálogo diccionario del cual

haya que retirar y clasificar nuevamente todas las fichas principales y todas las accesorias no puede manejar diariamente más que 1.800 fichas si tales fichas van unidas. Ello se debe a que primeramente hay que disociar las fichas y luego volver a reunirlas. Cuando las fichas no están unidas, la misma persona puede manejar hasta 2.800 fichas diarias. Mientras tanto, una persona que reproduce en microfilm un catálogo topográfico o un catálogo de autores y que fotografía todas las fichas sin necesidad de elegirlas ni de reclasificarlas puede manejar 10.000 fichas diarias. El método fotográfico ofrece la ventaja de eliminar cualquier causa de error en el transcurso de la reproducción pero lleva consigo el inconveniente de que la superficie de las reproducciones apenas permite las correc- ciones o las adiciones hechas a máquina o a pluma, ni tampoco las hechas a lápiz o con sello. Además, las fichas tienden a curvarse y dificultar así su ordenación en un fichero.

b) Otros métodos

Existe otro uso del microfilm aún más frecuente. Es muy ventajoso que el catálogo colectivo se prepare en un lugar central por personas especialmente preparadas para este trabajo. Así gana en uniformidad, no solamente en su aspecto exterior sino también desde el punto de vista del contenido y de la disposición de los tÍtulos, lo cual es de importancia para la eficacia de su utilización. Además, es conveniente escoger el lugar donde se pueda disponer de la serie más completa de instrumentos bibliográficos. En este caso se pueden fotografiar en microfilm los catálogos de las diversas

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bibliotecas que se haya decidido incluir. en el catálogo colec- tivo. Las películas zsí impresionadas no tienen más finalidad que la de formar, por decirlo así, el manuscrito que luego será mecanografiado en fichas. Para emplear este método es nece- sario, por supuesto, un aparato de lectura de microfilm. Des- pués, los microfilms pueden ser conservados en lugar seguro, lejos del original y se podrá recurrir a ellos si el catálogo original quedase accidentalmente destruído. E n caso de utilizar el método empleado en el Canadá, no existirá la posibilidad de corregir los títulos, y el personal no tendrá que hacer más que estampillarios poniendo el nombre o Ia sigla de la biblio- teca donde se encuentren las obras, y ordenarlos en un fichero por orden alfabético. Durante las operaciones de clasificación, cuando se compruebe que el título de una obra figwa ya en el catálogo, habrá que ((combinar)) las dos fichas en una para economizar espacio; la ficha más completa es la que se conserva y la que se estampilla con la sigla de las dos bibliotecas que poseen la obra; la otra se desecha. Si la ficha que figuraba primeramente en el catálogo era ya una ficha combinada y la ficha nueva no ofrece ninguna ventaja, es esta última la que debe desecharse, añadiendo la sigla que llevaba a las de la ficha que previamente existía. Si se aplica otro método, más frecuentemente empleado, que

consiste en mecanografiar las fichas tomadas con el microfilm, se puede, antes de pasar a la mecanografía, colacionar el microfilm con el catálogo colectivo, marcando las fichas que no deban ser mecanografiadas; entonces se añade una nueva sigla a la ficha ya existente.

E n el curso de las operaciones de transferencia de títulos del microfilm a las fichas mecanografiadas se ha intentado a veces remediar los defectos de catalogación comparando los títulos del microfilm antes de mecanografiarlos con las biblio- grafías ya existentes. Ello mejora la calidad del catálogo colectivo, pero hace muy lentas las operaciones de mecano- grafía. A pesar de lo cual, cuando la catalogación ha sido defectuosa, vale la pena considerar el empleo de este método, pues así el catálogo colectivo podrá más tarde servir para la recatalogación de las obras existentes en las bibliotecas asociadas.

Después de que haya sido mecanografiada cada ficha, debe ser revisada por un corrector y estampillada con el nombre de la biblioteca en la que se encuentra el libro. El nombre de esta biblioteca puede mencionarse íntegramente, en una abre- viatura inteligible, o reemplazado por una letra o un número. L a elección entre estos diversos métodos dependerá del número de bibliotecas a que haya que hacer referencia. Si éste es reducido y no ofrece posibilidades de gran aumento posterior,

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habrá sitio suficiente para que el nombre de cada una de ellas pueda representarse por una abreviatura inteligible a todo el mundo; pero cuando sea necesario estampar varios nombres en la misma ficha es posible que haya que abreviar el nombre hasta tal punto que Únicamente el personal encargado del catálogo pueda interpretarlo sin esfuerzo. Siempre es prefe- rible utilizar el verso de la ficha más- bien que tener que recurrir a un sistema cuya utilización requiera el empleo de una clave.

U n a vez estampilladas las fichas hay que clasificarlas y agruparlas ; pero, antes de dejarlas definitivamente colocadas, es necesario revisar la clasificación.

Algunas de estas operaciones (mecanografía, estampillado y ordenación) pueden confiarse a empleados, pero la revisión de las fichas así como la dirección y la inspección general exigen un personal especialmente capacitado para ello.

4. COSTO Y POSIBLES ECONOMÍAS

No es posible determinar de una manera general el costo de la creación y sostenimiento de un catálogo colectivo. A ú n en el caso de un solo país sería extremadamente difícil hacer tal evaluación. El costo no solamente depende del nivel de los salarios pagados normalmente en el país, sino también, y sobre todo, de los hábitos de trabajo y de la suficiencia del personal. L o s Estados Unidos de América son el país donde los catá- logos colectivos han alcanzado su mayor desarrollo y en el libro Union Catalogs in the United States (edición preparada por Robert B. Downs, Chicago 1942), L e Roy C. Merrith ha reunido datos muy interesantes concernientes al costo de varios catálogos colectivos, calculando los gastos en cada caso concreto, los cuales reflejan una variación considerable. Al fin del capitulo expone resumidamente los datos reunidos, estableciendo el presupuesto de un hipotético catálogo colec- tivo m u y amplio, de acuerdo al cuadro que figura en la página siguiente. -

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COSTO COMPARATIVO DE LA COMPILACI~N DE UN CATÁLOGO

ZACIONES Y 4.640.000 VOL~MENES, POR EL MÉTODO~DEXIGRAPH~ COLECTIVO REGIONAL QUE COMPRENDA 2.000.000 DE LOCALI-

Y EL MkTODO MICROFOTOGRÁFICO

Método Método a dexigraph ,> M icrofotográfico N Úme ro

Partida de fichas costo costo costo costo

por ficha total por ficha total

Fotografía Mecanografía Corrección de

Estampillado Clasificación Combinación de fichas

Cajas de fichas Superficie utilizada

Fornituras Edición

pruebas

2.000.000 2.000.000

2.000.000 2.000.000 2.000 .o00

2.000.000 2.000.000

2.000.000 2.000 .o00 2.000.000

dólares 0,0316

0. 0070

0,0028 0 ,O0 27

0,00125 0,00125 0,0063

dólares 63.200,00

14.000.00

5.600,00 5.400,no

2.500,OO 2.500,00 12.600,00

dólares 0,0037 0.0206

0,0103 0,0013 0.0070

0,0028 0,0027 *

0,0025 0,0025 0,0050

dólares 7.400,OO 41.200,OO

20.600,OO 2.600,00 14.000,OO

5.600,OO 5.400.00

5.000,OO 5 .O00 ,O0 10.000,oo

TOTAL 2.000.000 0,0529 105.800,OO 0,0584 116.800,OO

* 666.000 fichas (es decir un 33.33%) tendrían que ser descartadas por duplicadas, durante las operaciones de a combinación,) de las fichas, lo cual reduciría en un 33,3% el coste unitario por ficha.

Por el método gdexigraphr dicho. autor designa un procedi- miento fotográfico que consiste en obtener en negativo una ficha en papel fotográfico; por método microfotogrifico designa el procedimiento que consiste en fotografiar las fichas en microfilm y después, a partir de este microfilm, copiarlas a máquina. Por B localización o entiende la localización de un título en determinada biblioteca, pero como sobre una misma ficha se pueden inscribir numerosas localizaciones, esto no significa que el catálogo colectivo deba comprender dos mi- llones de fichas. Cuando dice que dos millones de localiza- ciones corresponde a 4.640.000 volúmenes, es porque estima que en una biblioteca de los Estados Unidos de América existe una ficha principal por cada 2,32 volúmenes. Los precios que indica están calculados sobre el tipo de sueldos pagados normalmente en los Estados Unidos de América en la época de publicación de su libro, es decir, 0,50 dólares por hora para el

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trabajo de oficina y 0,75 dólares por hora para el personal espec ialitado. El costo de sostenimiento anual de su catálogo hipotético

se halla indicado en el cuadro siguiente :

COSTO DE SOSTENIMIENTO ANUAL DE UN CATÁLOGO COLECTIVO REGIONAL QUE COMPRENDE 2.000.000 DE LOCALIZACIONES Y 4.640.000 VOLÚMENES

Partida Cantidad Costo de f ichas por ficha total

dólares dólares Fichas 50.000 0,0216 1 .O80 ,O0 Cajas de fichas 50.000 0,0027 135,OO Clasificación 50.000 0,0115 575,OO Edición 50.000 0,0050 250,oo

TOTAL 50.000 0,0408 2,040,OO

Cuando se considera el primer cuadro sorprende advertir que la diferencia de costo entre un catálogo de fichas fotográficas y un catálogo de fichas mecanografiadas es m u y escasa. C o m o las fichas fotográficas son muy incómodas convendrá tenerlo en cuenta cuando haya que decidir el método a emplear. El catálogo hipotético en cuestión es evidentemente un

catálogo muy amplio y su costo puede parecer prohibitivo, pero si se considera este importe en función del número real de las obras a incorporar en un determinado catálogo colectivo, se obtienen cifras más conformes a la realidad y menos elevadas. H a y que tener también en cuenta que estos gastos irán repar- tidos entre un cierto número de años.

L a coordinación en el método de adquisiciones Cuando se considera el problema financiero no hay que perder de vista que la existencia de un catálogo colectivo tiene por efecto una gran reducción del costo del servicio de la biblio- teca, es decir que, si consideramos constantes las sumas concedidas a las bibliotecas, estas permitirán satisfacer mejor las necesidades del público.

Mientras cada biblioteca funcione independientemente, es probable que los principios por ella seguidos en materia de adquisiciones no sean, en general, satisfactorios. Tres biblio- tecas diferentes pueden tener buenas razones para adquirir la misma obra, pues existen libros tan solicitados que los tres ejemplares son necesarios para satisfacer las demandas de

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los lectores. También es posible que existan razones justi- ficadas para que una biblioteca adquiera dos ejemplares de la misma obra. Pero puede ocurrir que cada una de estas tres bibliotecas compre un libro, únicamente para uso de tres per- sonas, cuando con un solo ejemplar se hubiera podido satis- facer a esos lectores. C o m o las sumas de que disponen las bibliotecas no son m u y elevadas, el resultado es que esta compra les impide adquirir otra obra distinta. Si tales biblio- tecas se hubieran puesto de acuerdo, una de ellas hubiera comprado el libro en cuestión y las otras dos hubieran comprado otros dos libros, de suerte que el país se habría enriquecido con tres obras diferentes, lo cual es preferible a tres ejemplares de una misma obra. Aquí es donde el catálogo colectivo puede prestar grandes servicios. Si la obra en cuestión hubiera sido comprada por una sola biblioteca, las otras dos bibliotecas no hubieran tenido necesidad de hacerlo sino que por medio del catálogo colectivo habrían suministrado al solicitante la refe- rencia del ejemplar de que ya se dispone.

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C A P i T U L O I X

G U ~ A S

Además de la tarea de establecer y mantener sus instrumentos principales, la bibliografía nacional y el catálogo colectivo, el centro bibliográfico debe hacerse cargo de la serie de guías que sun necesarias para un buen servicio de información.

1. L A GUÍA DE BIBLIOTECAS

L a guía más importante desde el punto de vista bibliográfico es la guía de bibliotecas, compendio en el que se describen todas las bibliotecas del país.

a) Fines

Una guía de bibliotecas se propone dos finalidades :la primera, orientar a las personas que desean conocer las publicaciones existentes sobre un determinado tema y exponer las condiciones para la utilización de las bibliotecas.

L a segunda es suministrar al gobierno y a las demás auto- ridades responsables una visión de conjunto de las bibliotecas de investigación y de las populares, de manera que aquellas entidades puedan apreciar si su distribución es adecuada y suficientes sus fondos bibliográficos. Es evidente que los datos relativos a las bibliotecas popula-

res presentan un interés más limitado que los de las bibliotecas de investigación. Las gentes que deseen utilizar una biblioteca popular tienen que dirigirse a la más próxima en su municipio y no hallarán posibilidad de utilizar otras bibliotecas populares sino a través de su biblioteca local. Esta biblioteca será pro- bablemente bien conocida, pues de otro modo no conocerá el público la guía de bibliotecas. Un estudio de conjunto de estas biblio tecas ofrecerá interés, sobre todo para las autoridades, en cuanto les podrá servir de guía en sus decisiones sobre el ulterior desarrollo de esta forma de educación general. También puede interesar al personal técnico bibliotecario a fines de comparar fondos y actividades en todo el país.

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Un estudio sobre las bibliotecas de investigación, a la vez que ofrece igual interés que el anterior para las autoridades, será de gran valía para más amplios círculos: investigadores, bibliotecas de investigación e incluso bibliotecas populares que busquen publicaciones suplementarias para sus lectores más avanzados.

b) Plan general Esta diferencia puede hacer conveniente en algún momento dividir la guía en dos partes, o incluso hacer dos publicaciones, una dedicada a las bibliotecas populares y la otra a las de inve scig ación.

L a guía de bibliotecas de investigación puede disponerse de varias maneras. Pueden ordenarse las bibliotecas en meras series alfabéticas, repartirlas geográficamente o separarlas según las materias. Esta Última clasificación, que ha sido empleada a veces, quizá sea la menos satisfactoria porque la mayor parte de las bibliotecas contienen más de una materia, lo cual hace indispensable un fndice alfabético de materias. Pero en cualquier ordenación que se utilice hay que prestar atención a los restantes puntos de vista, incluyendo indices bien de los nombres de las bibliotecas, bien de los nombres geográficos, bien de las materias respectivas.

L a guia de bibliotecas populares se halla generalmente ordenada desde el punto de vista geográfico, sirve mejor a sus propósitos, y es posible formar una idea de si su distribución es adecuada, marcando en un mapa la localización de las mismas.

c) Detalle del contenido

E n una guía de bibliotecas, se encuentran generalmente los siguientes datos :

1. L a denominación oficial exacta de la biblioteca. 2. Dirección. 3. Número del telefono. 4. i Tiene establecido el préstamo de libros ? E n caso afirma-

5. Propietario de la biblioteca o institución a la que ésta

6. Bibliotecario y bibliotecario as. is ten te. 7. Personal auxiliar. 8. Resto del personal. 9. Año de fundación.

tivo, ¿ acepta consultas y reserva libros por teléfono?

pertenece.

10. Número de volúmenes o metros de estanterías. 11. Número de publicaciones en serie que posee la biblioteca.

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12. Descripción detallada de las materias en las que se halla

13. Colecciones especiales (libros, manuscritos, obras musi-

14. ,j Existe una sala de consultas de libros? ¿Número de

15. Número de volúmenes en dicha sala. 16. Presupuesto disponible para adquisiciones y encuaderna-

ciones durante el último ejercicio económico. 17. Ultima cifra anual de libros servidos, tanto los puestos en

circulación como los utilizados en la sala de consultas. 18. Condiciones de admisión. 19. Horas de funcionamiento. 20. Catálogos impresos. 21. Catálogos de fichas. 22. Listas publicadas de nuevas adquisiciones. 23. Informes impresos anuales. 24. Otras publicaciones. 25. Publicaciones sobre la biblioteca. Las bibliotecas de investigación deben poner especial cuidado en suministrar información precisa sobre las materias en que cada una de ellas se halle particularmente especializada, y deben poseer un índice alfabético suplementario con objeto de facilitar la localización de las bibliotecas a consultar. Nunca se pasarán por alto las grandes bibliotecas, pero pueden existir pequeñas bibliotecas que posean excelentes colecciones sobre materias muy limitadas que no se encuentren represen- tadas necesariamente en las grandes bibliotecas. Allí donde las bibliotecas populares posean colecciones especiales (por ejemplo, sobre la ciudad en que se hallen situadas, o sobre autores relacionados con dicha ciudad, o colecciones completas de obras de dichos autores) tales colecciones deberán in- cluirse en la guía de bibliotecas de investigación, pues son de utilidad para la investigación de temas especiales. Y si este caso se produce a menudo, como acontece en las más importantes bibliotecas municipales de Francia, es preferible no dividir la guía.

d) Actualidad de las guías Los datos contenidos en la guía o guías deberían conservarse permanentemente en los ficheros del centro bibliográfico y su- plementarse con toda la información sobre modificaciones que pueda llegar al centro en el curso de su correspondencia con las bibliotecas. A intervalos determinados habrá que enviar cuestionarios para asegurarse de que dichos datos no han perdido actualidad.

especializada.

cales, fotografías etc.).

asientos ?

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Naturalmente, esta observación debe aplicarse a todas as guías descritas en este capítulo.

2. GUÍA DE DIARIOS Y REVISTAS DE PUBLICACI~N ACTUAL

E n el capítulo 11, sección 4, se había establecido que los diarios y las pubXcaciones periódicas podían o no incluirse en la lista de libros. Si no se incluyen, o si únicamente se hace referencia al primer número existente, es entonces necesario establecer una lista especial que sirva a la vez para los libre- ros y para la informaciOn bibliográfica general. Esta listas especiales, de publicación anual, o con intervalos

cie algunos años, ofrecen la ventaja de que en ellas se en- cuentra habitualmente sobre cada publicación periódica rnás información de la que es corriente enconaar en las biblio- grafías y esta información resulta de gran conveniencia desde el punto de vista comercial.

Para los diarios, la lista debería indicar el titulo, la di- rección, el color político, cuerpo de redacción, director, carac- terísticas especiales, indicación de las diversas ediciones si ha lugar a ello, aíio de fundación, tirada, suscriwión, precio del número suelto y tarifa de publicidad.

Para las publicaciones periódicas, título, dirección, finalidad o especialización, editorial, director, año de aparición, año y nu- meración de la última entrega, número anual de entregas, tirada, precio de suscripción, precio del ejemplar suelto si se vende en esta forma, y tarifa de los anuncios si los admite (si no, debe también señalarse).

Esta lista puede considerarse como un buen medio de publi- cidad y como los anuncios pueden aportar una ayuda finan- ciera para la publicación de la guía habría que tener presente tal posibilidad, tanto más cuanto que los buenos anuncios suministran un valioso complemento a la información editorial.

3. GUÍA DE EDITORES, LIBREROS E IMPRESORES

Uria guía de editores es indispensable para incrementar la utilización eficiente del catálogo de libros. En la bibliografía nacional corriente los editores se hallan generalmente men- cionados en forma abreviada y por ello es necesario que exista un lugar donde sea posible encontrar su nombre com- pleto y su dirección exacta. El método generalmente empleado consiste en imprimir al final del catálogo de libros una lista de editores.

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También debería existir una lista de libreros, con el fin de fomentar la distribución de los libros. Si ya existe una guía comercial general, los libreros se hallarán incluídos en ella y esto puede ser suficiente. Si no existe ninguna de las listas anteriormente mencionadas,

pueden entonces reunirse en una publicación que incluya también a los impresores y que se halle ordenada por ciudades y contenga el nombre, dirección, propietario, importancia y especialidades de cada firma. Si se aceptan anuncios de pago ello aumentará su valor y facilitará su publicación. Esta guía no solamente será útil dentro del país sino quizá

más aún fuera de él para las firmas e instituciones extranjeras que deseen establecer relaciones comerciales en el mercado del litro.

4. G U Í A DE INSTITIJTOS, SOCIEDADES CIENTÍFICAS Y ERU- DI'IAS Y OTRAS ORGANIZ,ACIONES AFINES

L a visión de conjunto de los cenmos culturales de un país es muy conveniente no solo desde un punto de vista general sino también para las tareas del centro bibliográfico. Si la guía de bibliotecas más arriba mencionada no se publica en forma inde- pendiente, la guía general de instituciones científicas y cultu- rales debería incluir un apartado sobre bibliotecas. Muchas instituciones culturales poseerán bibliotecas que se hallarán mencionadas bajo el título de tales instituciones, en cuyo caso la sección de bibliocecas debería incluir referencias a las mismas.

Existen algunos manuales internacionales que sufren revi- siones periódicas, tales como el World of Learning inglés, el francés lndex Generalis, y el Minerva, alemán.

IJna guía de este género puede estar ordenada bien por ciudades, bien por el tipo de institución (por ejemplo: univer- sidades, bibliotecas, observatorios, etc.) o bien por amplios grupos de materias. Pero en cualquier caso es necesario un indice muy detallado de materias, personas, denominación de las instituciones y lugares.

Cada una de estas anotaciones debería contener como mínimo las indicaciones siguientes : nombre, autoridad que ejerce el control, estatuto financiero, nombres de los funcionarios, número y naturaleza del personal, condiciones de afiliación, publicaciones y servicio de biblioteca.

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C A P Í T U L O X

SERVICIO DE I N F O R M A C I ~ N

En los capítulos anteriores se ha estudiado, como labor impres- cindible del centro bibliogrlfico, la compilacibn de los reper- torios sobre los que deberán basarse todas sus funciones. Esos instrumentos deben completarse con el mayor número posible de fuentes bibliográficas impresas (véase capítulo XI), y una vez establecido ese fondo bibliográfico, el centro estará en condiciones de desempeñar su función esencial : ofrecer información bibliográfica al público. Esto no significa, sin embargo, 'que el centro no pueda

iniciar su servicio de información hasta estar conveniente- mente equipado. Tan pronto como se hayan recogido algunos materiales, el servicio de información podra funcionar en pequeña escala, pero no puede ofrecerse un servicio completo mientras no se cuente con los elementos necesarios.

1. SERVICIO DE INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA

Si se dispone de un catálogo colectivo será muy fácil atender a una persona que pregunte si un libro del que conozca el autor y el título puede encontrarse en el país. Pero si se desea saber de qué obras se dispone sobre una materia determinada, no resultará tan fácil dar una respuesta satisfactoria.

a) Preparación de una bibliografía por materias Raramente existe en un catalogo colectivo un índice por materias o índice clasificado, y no porque se consideren in- necesarios -por el contrario, serían tan útiles como pueda ser el catálogo por materias para las bibliotecas privadas- sino, sencillamente, porque su preparación es demasiado costosa. En un país donde todas las bibliotecas utilizan el mismo

sistema de clasificación y lo aplican de idéntica manera, sería en teoría posible hacer dos fichas de cada libro en vez de una para el catálogo centralizado, y disponer la primera por orden alfabético y la segunda por orden sistemático, pero esto repre- sentaría un trabajo doble y podría hacer fracasar la empresa.

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Por consiguiente, el centro debe tratar de resolver el proble- ma por otros medios. Una bibliografía debe ser de fácil preparación. Antes de

comenzar. una investigación para establecer una lista de libros sobre una materia a petición de un solicitante, el centro debe saber exactamente lo que éste desea. Si se trata de una persona que sólo conoce su propio idioma y desea hacer un estudio general, es inútil estable-cer una larga lista de libros especializados. Por lo tanto, si el solicitante no da estas indi- caciones por sí mismo, deberá remitírsele un impreso en el que figuren preguntas como las siguientes: 1. Tema (con la mayor precisión posible). 2. iSe trata de un especialista en este campo de investigaciones ? 3. i, Desea información sobre algu- nas obras principales o una lista detallada que incluya artículos publicados en revistas? 4. ¿Desea sólo obras de carácter popular? 5. 2 Qué idiomas puede leer? 6. i, Qué libros ha leído ya sobre la materia? El impreso deberá llenarse antes de que el bibliotecario empiece a ocuparse de la petición del lector. Una vez determinada la materia y el alcance de la investiga-

ción bibliográfica, el centro deberá: l? consultar la bibliografía nacional en el sentido más amplio de la palabra, tal como se utiliza en este manual ; 2P examinar los repertorios clasificados o por materias, como por ejemplo los catálogos de bibliotecas, impresos o no, y las listas de adquisiciones de libros; también son muy útiles las bibliografías nacionales por materias, por- que se puede disponer de más publicaciones que si la biblio- grafía hubiera sido compilada en el extranjero; 3p examinar las bibliografías nacionales y bibliografías por materias de países vecinos y de los países cuyas publicaciones se utilicen con mayor frecuencia. Con los datos obtenidos de esas fuentes se puede preparar

una lista preliminar de libros, que luego se cotejará con el catálogo colectivo. Con este sistema no es posible preparar una lista completa que comprenda todas las publicaciones, antiguas y recientes, de todos los países; sería un trabajo de investigación que rebasaría las funciones del centro. Este debe indicar las publicaciones que puedan encontrarse en el país y señalar las principales obras existentes, incluso cuando sean inaccesibles. Después de recibida esta primera orientación, el lector debe hacer uso por sí solo de los datos bibliográficos que figuran en los libros que consulta. Copiar la lista completa de obras sobre una materia deter

minada es indudablemente mucho más fácil que preparar una lista seleccionada que indique las obras principales, y no siempre el centro contará con personal calificado para esa tarea. Si la lista se destina a un investigador, éste podrá

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colaborar en la selección, pero en muchos casos será necesario consultar con especialistas, que en general prestan gustosa- mente su ayuda, que pueden encontrarse en bibliotecas de investigacihn, en departamentos especiales de bibliotecas generales, o en instituciones eruditas y en otros lugares. En ciertos casos la solicitud puede transmitirse sencillamente a una biblioteca de investigación, que se encargará de hacer la selección y mandar los libros. Cada vez que se efectúe una investigxion bibliográfica,

deberá conservarse una copia de la respuesta en un fichero por materias o sistemático. Como es posible que vuelva a recibirse la misma petición, las fichas con la indicación de lo que se hizo en casos anteriores podrán constituir una preciosa ayuda. Como es natural, la bibliografía deberá completarse a cada nueva consulta, a fin de tener Ia certeza de que no falta ninguna publicación reciente, por lo que conviene marcar la fecha en las primeras notas y en las siguientes.

2. PRÉSTAMOS ENTRE BIBLIOTECAS

El centro bibliográfico no deberá limitar sus funciones a la preparación de listas de publicaciones, sino que deberá colabo- rar activamente en la tarea de procurar las obras que el público necesita, pero sólo por mediación de las bibliotecas. L a persona que se dirija al centro debe recibir las informaciones necesarias sobre las publicaciones existentes, pero si desea que se le presten libros, deberá indicársele que acuda a una biblioteca. Si esa biblioteca no posee el libro o libros solicitados, el centro prestará su ayuda de la manera siguiente : Si desea un libro del que se conoce el autor, título y año de

publicación, el centro lo buscará en el catálogo colectivo y si se halla disponible en dos bibliotecas, el procedimiento es sencillo: se enviará la petición a la primera, con una ficha donde figurará el nombre de la biblioteca que hace la petición y los nombres de las dos bibliotecas que tienen el libro. Si el libro está disponible, se envía directamente a la biblioteca que lo necesita; si no, la primera biblioteca transmite la petición a la segunda, con la indicación de la fecha en que dispondrá de nuevo del libro. D e no encontrarse en ninguna de las dos biblio- tecas, la petición se devuelve a la biblioteca solicitante, que puede ver en la ficha las posibilidades de conseguirlo más adelante. Cuando el lector pide publicaciones sobre una materia deter-

minada, el centro examinará cuidadosamente la ficha donde figuran las indicaciones del lector. Si estima que puede procu-

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rarle uno o dos libros, procederá como en el caso anterior; si necesita una larga lista de obras, a veces será preciso consul- tar con la biblioteca para saber cuáles son las verdaderamente impre s cin di b 1 e s.

Préstamos internacionales entre bibliotecas

Si se requiere un libro que no se encuentra en el catálogo colectivo, ni puede hallarse en las bibliotecas que no figuren en el mismo, queda la posibilidad de pedirlo prestado a otro país. C o m o un libro que quizá esté agotado puede ser m u y importante e incluso indispensable para una investigación especial, este método debe utilizarse raramente. E n ciertos ca- sos, el lector, enterado de la existencia de otro libro sobre la misma materia, renuncia al que solicitó primeramente.

Cuando el centro solicite un libra del extranjero, deberá indicarse por cortesía, y algunas veces por conveniencia, el motivo de la petición así como el nombre del solicitante. El préstamo deberá hacerse por mediación del centro o de un

organismo nacional encargado de los préstamos internacionales, que ya existe en muchos países. Esta centralización es necesa- ria para conseguir que las bibliotecas que envían al extranjero obras raras y valiosas tengan siempre la seguridad de que el préstamo está justificado, y que mientras el libro no esté en su poder, estará bajo la responsabilidad de una institución bien calificada, con la que pueda mantener fácil contacto. El libro deberá pasar obligatoriamente por manos del centro, que está capacitado para comprobar su estado tanto en la recepción como en la devolución.

3. I N F O R M A C I ~ N SOBRE LOS PROYECTOS DE INVESTIGACI~N EN CURSO

Y a hemos dicho que un servicio bibliográfico adecuado puede evitar que una investigación ya realizada en un país se lleve a cabo en otro. Lo que no puede evitar es que la misma investi- gación la lleven a cabo dos instituciones a la vez, o dos personas, cada una por su parte.

Actualmente sólo puede superarse esta dificultad en el plano internacional, cuando se trata de temas y de regiones geográ- ficas m u y limitadas; si se logra superar en el plano nacional, se alentará la cooperación entre los investigadores de un mismo país y se evitarán esfuerzos inútiles. L a publicación de informaciones sobre proyectos en vías de realización promoverá asimismo la cooperación internacional.

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El centro bibliográfico nacional puede encargarse de esta tarea. Se invitará a todas las instituciones de investigación en el campo de la ciencia y de la cultura, y a todas las personas dedicadas a investigaciones de toda índole, aunque sin obli- garlas, a que informen al centro tan pronto hayan decidido realizar una investigación sobre una materia determinada. Esta información deberá inscribirse en fichas dispuestas por materias y nombres de personas e instituciones, indicando la fecha en que se estima ha de iniciarse la investigación y, si es posible, su duración prevista. Este fichero deberá ponerse a la disposi- ción de todo investigador para que pueda tener la seguridad, antes de iniciar una nueva investigación, de que nadie trabaja sobre la misma materia o materias afines. El centro deberá mantener su fichero al día por medio de

comprobaciones o de informaciones que reciba oportunamente, sobre si prosigue la investigación, si ha sido abandonada, mo- dificada o terminada, y si ha dado origen a alguna publicación.

4. ASESORAMIENTO EN LA SELECCI~N DE LIBROS

Como punto de partida e impulso de las actividades bibliográfi- cas del país, el centro bibliográfico poda ejercer una influencia beneficiosa sobre el funcionamiento de las biblioteras. Por medio del catálogo colectivo, el centro tiene conocimien-

to de las adquisiciones de las bibliotecas; si observa dema- siados casos de duplicación, el jefe del centro puede tratar con las bibliotecas a fin de delimitar sus campos respectivos, y, de este modo, aprovechar mejor los fondos de que se dispone y ofrecer un servicio más eficaz en un dominio más restringido. Al preparar una lista de libros sobre una materia determinada,

el centro puede comprobar que no se cuenta con suficiente número de obras en ese dominio y sugerir a alguna biblioteca la adquisición de determinados títulos sobre la materia. Cuando se pide una obra en particular, es evidente que debe localizarse en el país. Si el centro tiene noticia de la publicación de una obra útil

pero costosa, podrá ponerse de acuerdo con una biblioteca para adquirirla, informando de su adquisición a las demás bibliotecas interes adas.

5. ASESORAMIENTO EN LA ADQUISICI~N Y CATALOGACI~N

Y a hemos dicho que un catálogo colectivo puede ejercer una influencia favorable sobre las bibliotecas del pais, y así ha sucedido ya en la práctica; pero el centro bibliográfico puede

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ejercer una acción mucho más importante. Sin prejuzgar hasta qué punto debe llevarse a cabo la centralización, el plan que expo- nemos a continuación podrá ser útil en un país pequeño o en un país donde las bibliotecas estén todavía en una etapa inicial. Supongamos que un país desea establecer un sistema de

bibliotecas de investigación con la máxima eficacia y el mínimo de gastos. Quizá sea conveniente instalar las biblio- tecas en diversos puntos del país, pero la responsabilidad de todo el trabajo técnico deberá confiarse al centro bibliográfico. En las bibliotecas sólo se dispondrá de algunos bibliotecarios especializados que dirigirán la biblioteca y orientarán al público, y de los empleados que servirán los libros a los lectores. Los especialistas estudiarán las revistas y las bibliografías,

decidirán qué libros deben adquirirse, y enviarán sus pedidos al centro bibliográfico, donde serán objeto de una comproba- ción con el catálogo colectivo y con los demás pedidos, para asegurarse de que no se dispone ya de suficiente número de ejemplares o de que el libro no ha sido pedido. Si es preciso, se completará el título y se pedirá el libro. Cuando se reciba la obra se la catalogará y encuadernará, si fuere necesario, y se la enviará a la biblioteca con su ficha, de la que se habrán hecho copias para el catálogo colectivo. Este sistema ofrece muchas ventajas, pues permite controlar

y organizar las adquisiciones. Como el centro será un cliente importante, podrá hacer sus pedidos donde mejor le convenga o sea mejor servido. Podrá disponer de un taller de encuaderna- ción propio donde efectuar las reparaciones, cortar las fichas y demás trabajos que se presenten. L a ventaja principal la consti- tuirá el departamento de catalogación, el cual dispondrá de personal idóneo para ese trabajo, y por consiguiente, podrá hacerlo mucho más rápidamente, lo que permitirá una uniformi- dad en la catalogación y clasificación por materias. L o más probable es que el fondo de las bibliotecas de

investigación comprenda principalmente obras extranjeras, pero si el servicio ha de abarcar las bibliotecas populares, como debería suceder, habrá que establecer ciertas diferencias. Los libros de las bibliotecas populares son en su mayor parte

obras publicadas en el país, y su catalogación podrá por lo tanto combinarse con la compilación de la bibliografía nacional. Ciertas obras deberán figurar en más de una biblioteca. El centro deberá esforzarse en hacer un cálculo de la demanda eventual, y numerar cada ficha al catalogar la obra. Este número se reproducirá en la bibliografía nacional y el centro suminis- trará, a cualquier biblioteca que lo solicite, un juego de fichas para el libro. Para pedirlas, bastará con citar el número.

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E n varios países se ha establecido para las bibliotecas popu- lares un sistema de catalogación similar al mencionado; no se las obliga a una catalogación cooperativa, sino que se les ofrece un servicio de fichas impresas, que en general ha sido bien aceptado, pues evita una gran cantidad de trabajo. E n las bib!iotecas de investigación no se ha aplicado el sistema en un plano general, sino sólo a grupos de bibliotecas que perte- necen a la misma universidad o institución. E n países m u y extensos, como los Estados Unidos de América, las bibliotecas pueden solicitar las fichas impresas de la Biblioteca del Con- greso y de otros servicios, dando los números indicados en el Cumulative Rook Index, o especificando títulos abreviados. L a s bibliotecas de otros pa5ses también pueden pedir esas fichas, pero es obvio que corresponderán a una parte menos extensa de los libros que las bibliotecas nortamericanas.

6. ESTAD~STICAS SOBRE L A PRODUCCIÓN DE LIBROS

Entre las tareas del centro bibliográfico nacional figurará también la preparación de estadísticas de producción de libros.

Esas estadísticas tienen dos fines : estudiar las tendencias de la producción de libros de un año a otro en cada 2aís yper- mitir una comparación con otros paises.

Para este último fin, tiene gran importancia la utilización del mismo sistema en todos los países. Durante largos afios, diversas instituciones internacionales han procurado establecer normas uniformes. L a Unesco ha proseguido este esfuerzo y se ha esforzado, por primera vez, por reunir estadísticas sobre la producción internacional de libros. U n a obra recientemente publicada, Statistical report on book produ.ction 1937-1950 (Unesco/ST/R/9) demuestra que aún no existe una uniformidad internacional ; pero la Unesco, en cooperación con las institu- ciones nacionales, trata de establecer normas aceptables para todos que permitan una unificación de las estadísticas nacio- nales. E n la publicación citada figura un proyecto de normas, que fué enviado a los Estados miembros de la Unesco para su estudio. Posiblemente las normas que hayan de adoptarse defi- nitivamente no diferirán mucho de las sugeridas.

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C A P Í T U L O X I

ADMINISTRACI~N DE UN CENTRO BIBLIOGRÁFICO NACIONAL

Todas las funciones descritas en los capítulos precedentes se hallan estrechamente relacionadas entre sí y Lonstituyen un sistema de actividades bien equilibrado. Los resultados dependerán ciertamente en primer lugar de la competencia del personal, perc aun el mejor equipo de especialistas no podría dar el máximo rendimiento si no dispone de un material apro- piado y de un arn biente idóneo.

Raramente ocirrrirá que un centro bibliográfico comience a funcionar en un edificio construído especialmente para ese fin y equipado con todas las instalaciones deseables. E n fin de cuentas es preferible que tal centro comience su desarrollo y lo prosiga durante algún tiempo en condiciones modestas, hasta que la experiencia haya mostrado cuál sea el mejor método de adaptar la noción de un centro bibliográfico a las condiciones locales. Sin embargo, como ya hemos subrayado a propósito de la bibliografia nacional, es importante, con el fin de asegurar al centro un desarrollo racional, tener desde el principie una idea de conjunto de las principales caracterís- ticas de la institución, para conseguir el objetivo final.

1. LOCALES

El centro tendrá que disponer como mínimo de dos grandes sa- las; una de ellas, no accesible al público, donde se efectuarán las operaciones de catalogación (y evectualmente, los pedidos de libros) para la bibliografía nacional y donde se hallará situado el catálogo colectivo. L a otra sala estará abierta al público.

En la primera, los ficheros, que son el elemento esencial del mobiliario, podrán estar colocados en el cenEo de la sala, mientras que las estanterías destinadas 2 recibir temporalmente las obras a catalogar se hallarán contra las paredes. Las me- sas deben estar colocadas cerca de las ventanas. L a segunda sala contendrá mesas y sillas, y a lo largo de

los muros habrá estanterÍas para las obras de consulta. D e

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Ejemplo de fichero clasificador y detalle de un cajón. L a varilla metálica mantiene en su lugar las fichas y puede sacarse desde el frente del cajón.

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algunos de estos libros de consulta habrá que adquirir dos ejemplares pues las personas encargadas de la catalogación, que constantemente los utilizan, tendrán que tener permanen- temente un ejemplar en su mesa o en la sala de catalogación. Contigua a esta segunda sala debe haber unos cuartos espe-

ciales para las multicopistas y los trabajos fotográficos. También habrá un despacho donde el director del centro pueda recibir visitas. Estas indicaciones no dan sino una idea muy vaga de la dis-

tribución, pues la mejor manera de organizar los diversos elementos del material vendrá indicada por las dimensiones y forma de las salas y la distribución de puertas y ventanas.

2. EQUIPO TÉCNICO

Como el experimentar cuesta caro, resulta más económico aprovechar la experiencia ajena. En los Últimos años, el equipo técnico utilizado en el trabajo bibliográfico ha hecho rápidos progresos y por ello habrá siempre que informarse de las últimas publicaciones sobre esta cuestión antes de tomar decisiones definitivas sobre el tipo de material que se va a utilizar.

a) Los ficheros

Las fichas del catálogo colectivo, de la bibliografía nacional, de los índices de publicaciones periódicas, etc. deben ser conservadas en ficheros. Estos ficheros pueden ser de acero o de madera. El acero

presenta la ventaja de ser incombustible y de no sufrir los efectos de la humedad. Esta Última circunstancia es importante en los países donde la humedad, al hinchar la madera, impi- de correr a los cajones. Elplan más práctico es que el fichero se componga de varías

unidades, cada una de las cuales contenga por ejemplo vein- ticinco cajones, en cinco filas de cinco cajones cada una. Estas unidades pueden adquirirse a medida que vayan hacién- dose necesarias; son de manejo fácil y pueden colocarse bien contra un muro o bien en el centro de la sala dorso contra dorso. Los cajones deben corresponder al formato internacional

de las fichas del catálogo (12,5 x 7,5 cm.) y su profundidad debe ser de unos 40 cm. Como los cajones, ordinariamente, no tienen por qué ser sacados del fichero, deben llevar un dispo- sitivo que les impida salir completamente aunque, sin embargo, para el caso en que los empleados necesitaran sacarlos, los cajones deben ir provistos de un resorte de seguridad. L a

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altura del fichero debe ser tal que permita a cualquier persona de talla normal consultar las fichas de los cajones de la fila superior sin necesidad de extraerlas; la fila inferior de cajones debe encontrarse a unos 50 cm. del suelo.

Resulta práctico que entre las filas de cajones haya una tablilla que pueda sacarse del cuerpo del fichero y utilizarse como soporte para hacer anotaciones. L a varilla que atraviesa el cajón de parte aparte a través de la perforación existente en las fichas (véase capítulo V) impide a éstas desordenarse si se cae el cajón. Además de estos ficheros dedicados al uso general, cada

uno de los miembros del personal necesitará cajones para cla- sificaciones especiales y para las fichas en preparación. Para estos fines resulta cómodo el empleo de ficheros con uno, dos, cuatro o seis cajones que puedan colocarse sobre las mesas.

b) Estanterías Actualmente las estanterías más comúnmente empleadas son las de acero, y si es necesario encargarlas deben serlo en este material. Sin embargo, se podrán utilizar estanterías en madera si ello representa una economía interesante. Todos los anaqueles deben ser movibles, lo cual tiene gran importancia desde el punto de vista de la economía del espacio en un centro bibliográfico, donde hay necesidad de colocar en orden series de libros de formatos muy diferentes. Los anaqueles de acero llevan ganchos que se insertan en

los agujeros situados en el interior de finos montantes fijados en los extremos ; así los anaqueles pueden ser desplazados cambiando los ganchos de agujero. Las estanterías en madera llevan en los montantes laterales perforaciones situadas a intervalos mily pequeños y los anaqueles reposan sobre tacos encajados en las perforaciones. Para ello existe toda una serie de dispositivos. L a longitud de cada anaquel no debe exceder de un metro y

la profundidad, debe ser de unos 24 cm. L a altura total de la estantería debe permitir a una persona de talla normal el alcanzar sin esfuerzo las obras situadas en el anaquel más e levado.

c) L a s mesas de escritorio

Cada uno de los miembros del personal debe poseer una mesa de escritorio individual, situada de manera que ni moleste ni sea molestado por sus colegas. No es necesario que tales mesas de escritorio sean muy

grandes, a condición de que estén provistas de cajones, de

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Modelo de estantería de acero. Arriba: extremidad de un anaquel movible enganchado a los soportes verticales fijos. Abajo : una estantería doble.

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un fichero clasificador con varios cajones y, en todo caso, de un estante para libros. Tales accesorios permitirán a cualquier empleado tener en orden su escritorio.

d) Las máquinas de escribir Si se desea conseguir un ritmo de trabajo continuado será preciso que el servicio cuente con un número suficiente de máquinas de escribir. L a s máquinas corrientes raramente poseen todos los caracteres exigidos por los trabajos bibliográficos, como por ejemplo, los corchetes, 1 , y toda clase de acen- tos, pero no es difícil añadirlos sacrificando algunas teclas raramente utilizadas. Todas estas cuestiones deben ser resuel- tas en función de las lenguas que sea necesario emplear. El problema puede hacerse más complejo cuando las obras publi- cadas en el país se impriman en alfabetos diferentes, en cuyo caso será indispensable poseer máquinas con distintos te- clados.

e) Métodos de .reproducción documental

El trabajo bibliográfico se ve facilitado grandemente por las máquinas para reproducir fichas u otros documentos. El trabajo humano resulta a la larga más costoso que el trabajo meci- nico y es también mucho menos preciso. Por ello hay que convenir en que las máquinas para reproducir documentos resultan indispensables en todo cene0 bibliográfico. E n las páginas siguientes se encontrarán breves indicaciones concer- nientes a los tipos m á s corrientes de estas máquinas.

El sistema de entintado a mano. El (~Timbre-Duplicator)) es una máquina fabricada únicamente por la casa L. Bernard, Prin y Cía., calle de la Vanne 20-24, Montrouge (Seine), Francia. El procedimiento, que es m u y barato, permite la reproducción de hasta cincuenta fichas. El clisé, preparado en una máquina de escribir ordinaria, al cual se aplica luego un tampón de cinta, permite obtener después a mano, por un precio m u y módico, el número necesario de fichas.

Procedimiento de multiplicacitn al alcohol. E n el mercado internacional existen numerosos modelos de multiplicación al alcohol. El elemento esencial de estos multicopistas es el alcohol metílico, de fácil obtención. H a y que utilizar también un papel carbón especial revestido de anilina. U n multicopista ordinario de alcohol funciona del mismo modo que una máquina rotativa de clisé pero sin necesidad de emplear tinta; y permite tirar con un solo clisé hasta 150 fichas. Esta máquina que es de un funcionamiento extremadamente fácil y poco costoso no necesita ser manejada por un especialista. Si en cualquier

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momento fueran necesarias fichas suplementarias es posible hacer una nueva tirada. El inconveniente de este procedimiento consiste en que el

texto se borra si se expone a la luz. En un fichero, el texto permanecerá legible durante algunos años por lo menos, pero no indefinidamente. Lo mismo ocurre con el procedimiento ((Oralido, del cual trataremos inmediatamente, mientras que las fichas obtenidas con procedimientos que llevan consigo el empleo de tinta de imprenta se conservan tan bien como si fueran fichas impresas.

Sistema de entintado rotativo con clisé. E s el conocido proce- dimiento empleado por las patentes ((Roneo ’), ((Gestetner, o ((Mimeograph)), utilizado ordinariamente para imprimir circu- lares u otros documentos de este tipo. Tal máquina resulta más complicada que las mencionadas antes ; no está especialmente concebida para la impresión de fichas y exige el empleode clisés especiales y tinta especial. Estos clisés después de utilizados, no se conservan fácilmente par a su utilización posterior.

Sistema tczalidn. U n multicopista ((Ozalid,) de tipo corriente permite preparar con rapidez y facilidad las fichas sobre papel ((Ozalido. El clisé se mecanografía sobre papel transparente y la copia se verifica en el momento en que el clisé pasa a través de la máquina ((Ozalida. L a ventaja de esta máquina consiste en que permite obtener las copias sin recurrir al procedimiento fotográfico o a la imprenta. El clisé utilizado puede ser conservado y volver a emplearse después en cual- quier momento. En lo referente al tiempo de conservación de los textos producidos por este sistema, véase más arriba.

Sistema u hldtilithR. Este sistema permite obtener resultados casi semejantes a los obtenidos con las fichas impresas por el procedimiento tipográfico. Para ello es necesario poseer placas especiales ((Multilitha de papel o de aluminio, las cuales se colocan en una máquina rotativa que permite repro- ducir hasta 5.000 ejemplares de la misma ficha. Las placas pueden ser preparadas directamente con una máquina de escribir, con una cvaritypea o por el procedimiento fotográfico, lo cual permite luego reducir las dimensiones de los caracteres. Las máquinas son muy costosas, deben ser manejadas por espe- cialistas y permiten multicopiar 20.000 o más fichas diaria- mente. Habitualmente no se utilizan estas máquinas más que cuando se tiene necesidad de una gran cantidad de fichas o de otros documentos impresos. Las placas pueden servir varias veces.

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Adresógrafos con placas metálicas. D e este procedimiento se han hecho numerosos ensayos, pero la popularidad del mismo ha disminuido a causa de que las placas metálicas tienen que ser preparadas con un material especial. Desde que ha sido posible utilizar los procedimientos más flexibles y menos costosos mencionados más arriba, esta maquina apenas si se emplea.

Reproducción por impresión tipográfica. Este es el método que normalmente utilizan para la producción de sus fichas los grandes servicios bibliográficos nacionales, como por ejenplo la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América, y la casa €1. W. Wilson, !a Biblioteca Nacional de Austria y la Biblioteca Vaticana. Es el procedimienLo más flexible de todos los sistemas de multiplicación, puesto que permite variar en formas muy diversas las dimensiones de los caracteres y la disposición del texto en la ficha. Sin embargo, resulta caro cuando no se necesita un gran número de reproducciones.

Fotocopias. Las fotocopias requieren una cámara especial para obtener copias fpcsímiles bien en negativo, bien en positivo sobre papel sensibilizado. Este modo de multiplicación, aue conviene particularmente cuando se quiere obtener tan sólo una copia o unreducido número de ellas, se halla muy generalizado y rinde grandes servicios a la investigación, pues permite la reproducción de páginas aisladas de una obra, de artículos de revistas, mapas, grabados, documentos etc. A menudo sucede que la reproducción en fotocopia sustituye al préstamo entre bibliotecas, cuando aquél pudiera resultar muy costoso, cuando existieran muchos riesgos si se enviase el original, cuando tal original no puede ser prestado o cuando el préstamo tuviera que ser de gran duración o definitivo. Existen numerosos tipos de aparatos para fotocopia. desde el más simple hasta el más complicado, que es también el más eficaz. Para obtener buenos resultados hay que poseer cierta experiencia.

ilBicrofiZrn y microficha. Actualmente se utiliza la microcopia para la publicación de documentos, para la reproducción de algunos extremadameate preciosos y también para conservar una copia enlugar seguro o con ei fin de evitar la deterioración del original; asimismo se recurre a la microcopia para ahorrar espacio cuando se trata de una documentación muy voluminosa como por ejemplo los diarios. La microcopia se utiliza igual- mente para idénticos fines que las fotocopias. Si el centro bibliográfico establece un servicio de microfilm, este servicio puede completar el servicio de fotocopia, pues las microcopias pueden ampliarse y eneregarse a los interesados en la misma forma que una fotocopia.

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L a s técnicas y los formatos para la reproducción de micro- copias no obedecen todavía a una norma general. Cada país ha adoptado para resolver este problema un método diferente, de acuerdo con sus necesidades particulares. Así por ejemplo, el rnicrofilm en bandas cortas es más popular en Francia que en Inglaterra, donde al parecer se prefiere la fotocopia. También parece que los Estados Unidos de América sean el país de la microtarjeta opaca y del cmicroprintn, mientras que los Países Bajos y Alemania pertenecen al dominio de la microficha transparente.

L o s microfilms se fabrican sobre rallos de pelícda transpa- rente de 8.16, 35 o 70 mm. de ancho. E n los Estados Unidos de América se utiliza habitualmente el rollo de 35 mm. de ancho y de 30 metros de largo, mientras que en Francia, gene- ralmente, se estima que resulta más practicable cortar el rollo en bandas de 21 cm., que ocupar1 menos espacio.

L a s microfichas se conservan principalmente en forma de láminas y se clasifican del mismo modo que las fichas de un índice ordinario. Son de materia transparente, a diferencia de las microtarjetas y de los amicroprints o, que habitualmente están formados por finas fichas opacas. L a s dimenciones más corrientes son de 75 x 125 mm., 90 x 120 mm., 105 x 148 mm., lo5 x 150 mm., y 223 x 152 mm. Cada microficha, microtarjeta o ficha ((microprintr comprende un número variable de micro- copias en funci6n del coeficiente de reducción aplicado.

L a s cámaras para la obtención de microfilms y de micro- fichas son también de dimensiones variables ; pueden ser portátiles o fijas y de disparador eléctrico o mecánico. C o m o las microcopias son m u y pequeñas 7 el precio de las amplia- ciones fotográficas resulta con frecuencia demasiado elevado para ciertos usos, es necesario poder leer las microcopias con la ayuda de aparatos ópticos que las amplían aproximadamente a las dimensiones del original. En algunos casos resulta con- veniente ampliarlas todavía más, como por ejemplo cuando es difícil distinguir netamente algún pasajc de un documento. El medio más económico de ampliación es la lupa, pero es un procedimiento muy fatigoso cuando hay que utilizarlo durante un tiempo bastante largo; así las personas que emplean las microcopias no son m u y propensas a servirse de ella. También se obtienen proyecciones ampliadas sobre una pantalla opaca o transpa:ente proyectando un haz de viva luz sobre las micro- copias situsdas frente a un sistema óptico compuesto de lentes y espejos planos. Hay numerosos aparatos de este tipo que permiten proyectar las microcopias contra una pared, de sgerte que la imagen pueda ser contemplada simultáneamente por varias personas. Existen modelos portátiles y hay otros más voluminosos; también hay aigunos que pueden ser utilizados

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además para la obtención de ampliaciones en papel fotográfico. C o m o mínimo existe un modelo para cada técnica y para cada dimensión de cámara. Al elegir el modelo hay que hacerlo de modo que, por lo menos, permita restituir a la microcopia las mismas dimensiones que poseen los documentos originales.

Para la película en rollos, los Estados Unidos de América poseen numerosos modelos de aparatos en los cuales el meca- nismo de desarrollo de la película es totalmente automático y controlable. L a mayor parte de los modelos llevan también un dispositivo que permite regular la iluminación según la densi- dad del film de la película y los deseos del lector.

C o m o puede apreciarse, no resulta fácil la elección del material de microcopia, por lo cual se recomienda con mucho interés a las personas que en ello se interesen que antes de tomar una decisión consulten el documento titulado ((Unesco Survey of Microfilm 1951 o de donde se ha tomado la información precedente. U n resumen de este trabajo ha sido publicado como tirada aparte del Boletín de la Unesco paralas bibliotecas volumen VI, no 2/ 2 febrero-marzo 1952.

3. BIBLIOTECA DE CONSULTA

Además de la posesión de material técnico es también de una extremada importancia la existencia de una biblioteca de consulta. L o s dos principales instrumentos de trabajo, es decir, la bibliografía nacional y el catálogo colectivo son creaciones del propio centro, pero, para poder crear estos instrumentos y para informar a los investigadores es necesario que el centro posea todas las obras de consulta propias a faci- litar su misión.

Esta biblioteca de consulta debe, desde hego, poseer todas las ediciones de la bibliografía nacional y de las demás publi- caciones del centro, una colección completa de todas las publicaciones bibliográficas del país, tales como las biblio- grafías especiales, bibliografías seleccionadas, catálogos de editores y de libreros, boletín de nuevas adquisiciones, etc. También deben encontrarse allí los diccionarios biográficos del país, todas las ediciones del Who's Who o de la publicación equivalente en el país interesado, las enciclopedias y otros manuales.

Entre las publicaciones extranjeras, el centro debe poseer una buena colección de obras bibliográficas, manuales de cata- logación, códigos de clasificación, índices de materias, etc. Podemos sugerir para estos fines las obras siguientes:

a) Bibliografía de bibliografías : Th. Besterman, World biblio- graphy of bibliographies. 2. ed. London 1949. 3. vols. Biblio-

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graphic index, publicación periódica editada por H. W. Wilson Company, Nueva York, que no sólo contiene las bibliografías publicadas separadamente sino también las que figuran en el texto de ciertas obras -1ndex bibliographi- cns, comp. por Th. Besterman, Paris 1952, 2 vols., Malcks, L.N., Les sources dn travail bibliographiqne. v. 1 y 11, Droz.

b) L a s principales bibliografías nacionales de otros países, especialmente las de los países vecinos y las de aquéllos cuyas publicaciones se utilizan con más frecuencia (tratando de procurarse en primer lugar las bibliografías más recientes, aunque también las más antiguas tengan importancia).

c) L a s bibliografías especiales, en la medida de lo posible. d) L o s catálogos impresos de bibliotecas, tales como el de la

Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América, el de la Biblioteca del British Museum, el de la Bibliotheque Nationale de Paris, con sus suplementos, sus catálogos de materias, etc.

e) L a s biografías retrospectivas y actuales de los países extranjeros.

L a colección que acabamos de reseñar ni debe ni puede ser constituida de unavez pues un buen número de tales obras se halla agotado y es raro que aparezcan en el mercado de libros de ocasión.

4. LOCALIZACI~N DEL CENTRO

Antes de tomar una decisión concerniente a la ubicación del centro debe examinarse cuidadosamente la documentación bibliográfica utilizable en las bibliotecas ya existentes. Si ocurriese que una gran parte de esta documentación estuviese ya reunida o pudiera serlo en una biblioteca, quizá fuera una buena solución agregar el centro a dicha biblioteca; el ideal sería entonces que esta biblioteca fuese la biblioteca nacional. E n ella debe conservarse el total de las publicaciones del país, y las diversas obras podrían pasar sin dificultad por el centro bibliográfico con el objeto de ser incorporadas a la bibliografía nacional. Para la labor diaria del centro resulta extremadamente útil que éste posea una buena colección de las publicaciones del país así como de los diversos manuales, etc.

Ello no significa que el centro bibliográfico nacional debe forzosamente formar parte integrante de la biblioteca. El trabajo asignado al centro bibliográfico posee la suficiente importancia y tiene la suficiente individualidad para permitir la creación de una institución distinta, con su propia oficina independiente de la biblioteca. Unicamente debe ser común a ambas instituciones

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la sala de referencias bibliográficas que por eso debe estar situada de tal modo que sea facilmente accesible para el personal de ambas instituciones. Desde el punto de vista de la biblioteca, hay que considerar como un factor positivo el que el centro se halle agregado a ella, pues la colección bibliográ- fica y los ficheros del mismo le prestarán una ayuda m u y val io s a.

5. PERSONAL

L a bibliografía es una labor de especialistas. Requiere aptitu- des naturales tales como precisión, claro juicio y facultad de discernir entre lo esencial y lo accesorio. El bibliógrafo debe poseer una excelente cultura general y hallarse adiestrado en las técnicas de la bibliografía. También debe poseer como mínimo una formación de bibliotecario o unos conocimientos equivalentes. Si en la oficina es necesaria la ayuda de empleados, éstos

deberán realizar con una extremada exactitud los trabajos de copia y ejecutar fielmente las instrucciones del bibliógrafo; la rapidez sÓ!o debe ser un factor secundario. El director debe poseer extensos conocimientos generales de

todos los sectores de las ciencias y de las letras y debe tener, por experiencia personal, la suficiente práctica en los trabajos de investigación para estar en condiciones de apreciar los problemas desde el punto de vista de los investigadores. Debe tener un conocimiento profundo de la bibliografía del país y de la de los paises extranjeros, así como de las técnicas aplicadas en la compilación bibliográfica; debe estar bien informado de los fondos documentales y de los materiales existentes en el pais, utilizables para la investigación, así como de lasposi- bilidades de aportar del extranjero los complementos necesa- rios. Además, es necesario que se halle bien informado sobre las personas que puedan ayudarle en su labor y que posea la suficiente curiosidad para hallarse al corriente de las investi- gaciones en curso. El éxito o el fracaso de un centro bibliográfico depende de

la elección de un director competente, capaz de seleccionar y formar un personal idóneo. Si en el país no existe una persona calificada habrá que traer de fuera a quien pueda llenar tales funciones, o bien enviar a la persona que m á s tarde haya de ponerse a la cabeza del centro nacional a un buen centro bibliográfico del extranjero de manera que permanezca allí el tiempo suficiente p u a adquirir la competencia que más tarde le permita tomar a su cargo el centro nacional.

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6. GASTOS

No es posible decir a cuanto ascenderían los gastos de la creación y funcionamiento de un centro bibliográfico nacional. Ello dependerá de las instalaciones que ya existan, de la producción editorial del país, del nivel de la investigación, tanto en las ciencias como en las letras y del servicio que requiera el público.

E n el capítulo VIII, sección 4, hemos dado una idea del costo de un catálogo colectivo. Los datos siguientes pueden indicar el personal necesario para, el funcionamiento de un servicio de bibliografía nacional : las operaciones técnicas y auxiliares para confeccionar el Cumulative Book Index ocupan a m á s de cuarenta personas : la Biblio francesa necesita ochenta personas; la bibliografía nacional de Dinamarca ocupa a una persona (que efectúa además las operaciones de catalogación para el servicio de fichas impresas) y ocasionalmente algunos empleados temporeros. La bibliografía nacional de la República Dominicana está publicada por una persona cuya función prin- cipal es la de dirigir la biblioteca universitaria. (Véase el apéndice 1, para una más amplia información sobre algunos de estos servicios bibliográficos.)

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A P É N D I C E 1

ALGUNOS SERVICIOS BIBLIOGRAFICOS NACIONALES

Los servicios bibliográficos nacionales que se citan a conti- nuación no se presentan como modelos o prototipos; su elec- ción ha tenido como única finalidad mostrar cómo Estados de m u y distinta extensión han resuelto los problemas tratados en este manual. Algunos de estos servicios (mejor dicho partes de estos servicios) tienen mayor antigüedad que ouos. Es evi- dente que todos ellos tienden a resolver los mismos problemas, pero los acontecimientos históricos, las tradiciones biblio- gráficas y las diferencias de iniciativa han provocado una dispersión de los servicios bibliográficos que quizá en ciertos casos particulares era inevitable; pues lo cierto es que si fuera posible comenzar de nuevo, la realidad sería m u y diferente. Lo fundamental es que todos los servicios funcionen con un espí- ritu de cooperación, pues no hay que olvidar nunca que no constituyen un fin en sí mismos sino que son simplemente un instrumento al servicio del público.

Aquí consideraremos, desde el punto de vista de las fun- ciones del centro bibliográfico nacional, tres paises diferentes, con la intención de apreciar hasta qué punto se han cumplido dichas funciones. Se comprobará que en ninguno de estos países el centro bibliográfico llena todas estas funciones, sino que la mayor parte de ellas se hallan ejercidas por diversas insti- tuciones.

0 ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

La bibliografía nacional

Es probable que la bibliografía nacional más comprensiva de los Estados Unidos de América, al mismo tiempo que una de las más valiosas bibliografías universales existentes, sea la publicación titulada A catalog of books represented by Library of Congress printed cards issmd to J d y , 31, 1942 (167 v.) y por su Supplement, 1942-1947 (42 v.) publicado en Ann Arbor, Mich., por Edwards Bros. Esta publicación se mantiene siempre

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al día, gracias a The Library of Congress author catalog, índice cumulativo de las obras representadas por las fichas impresas en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de Amé- rica a partir de 1948. Aparece en nueve entregas mensuales, tres recapitulaciones trimes trales y una recapitulación anual. Se proyecta publicar una recapitulación quinquenal y, acaso también, a intervalos mayores.

L a obra titulada The Library of Congress subject catalog, 1950 publicada para servir de complemento al Author catalog tiene como fin suministrar de un modo continuado y acumulativo la bibliografía por materias de las obras corrientemente reci- bidas y catalogadas por la Biblioteca del Congreso y otras bibliotecas americanas que participan en la ejecución del programa cooperativo de catalogación ; será publicada trimes- tralmente y recapitulada anualmente y, acaso, a intervalos m á s largos. El Catalog of copyright entries publicado por el Copyright Office comprende más de 200.000 libros, folletos, publicaciones periódicas, piezas de teatro, partituras musicales, mapas, obras de arte, grabados y etiquetas, películas y vistas fijas registrados para la obtención de derechos de autor en los Estados Unidos de América. Se publica cada dos años y se halla dividido en once secciones, alguna de las cuales consti- tuye la bibliografía básica de su propio campo y es la Única enumeración comprensiva de los documentos o materiales a que se refiere.

U n a lista de obras recién publicadas, que se basa en los datos facilitados por los editores, aparece semanalmente en el Pu- blishers’ weekly ( N e w York). L a misma revista publica tres veces al año una lista de obras en prensa.

L a publicación que representa el papel de bibliografía na- cional de publicaciones recientes es el Cumzdative book index. A world list of books in the English language. Esta publicación está compilada, editada y publicada por la Casa H.W. Wilson Co. de Nueva York, y es una empresa puramente comercial. sin em- bargo, la casa editora ha puesto a punto un sistema especial de fijación del precio de sus servicios denominado uthe service basisn. Si el suscritor consiente en no vender el catálogo sin autorización de la casa editora, y declara a ésta el importe de sus gastos anuales en libros y revistas (no comprendida la encuadernación) se fija el precio de su subscripción al catálogo en función de ese total; el precio puede variar entre 10 dólares y 90 dólares al año. L o s libreros pagan de acuerdo a la cifra anual del negocio. L a idea que sirve de base a este sistema es la siguiente: «una vez que los trabajos de edición del catálogo han sido efectuados para una gran biblioteca, no es necesario repetirlos de nuevo para un cliente modesto; cuando ha sido ya hecha la composición de todas las inscripciones

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necesarias, esta composición tipográfica puede utilizarse sin variación repetidas veces. Dicho de otro modo: el suscritor de necesidades más restringidas no aumenta el precio de coste más que en la medida en que aumentan realmente los trabajos de impresión, encuadernación y envío del índice bibliográfico que va a constituir su propio ejemplar. E n consecuencia, si reembolsa el total de estos últimos gastos no puode ser consi- derado como perjudicial a los abonados al servicio completo. Si entrega una suma superior al importe de estos gastos, realiza una contribución positiva al coste de los trabajos de ediciln y composición y así hace posible la reducciln del precio exigido al cliente que contrata la totalidad del servicio. Evidentemente, el pequeño cliente debe conrribuir en cierta medida a estos gastos, pero, según Wilson, SJ contribución debe estar propor- cionada a la fracción de servicio que utilice (John Lawier, The H. W. Wilson Company, Minneapolis, Univ. of Minnesota Press, 1950, p. 117). Este sistema, que se aplica también a la venta de las otras bibliografías publicadas por esta editorial ha tenido como consecuencia la expansión muy amplia de esras publicaciones y ha facilitado grandemente el empleo de las mismas. El C.B.1. (Cumulative Book Index) incluye las obras publi-

cadas en inglés en el mundo entero y por ello desborda con mucho los índices de una bibliografía nacional. Se propone ser exhaustivo, con la excepción de las publicaciones oficiales, las ediciones baratas o en rústica de literatura novelesca, los folletos, las publicaciones de propaganda y otras publicaciones de carácter local o de interés efímero, tales como los catálogos comerciales, los impresos sin indicación de precio, los informes comerciales, los comunicados legales, y !os textos jurídicos de interés local. Por razones de economía general y de economía de espacio, las publicaciones que no llegan a las75 páginas o cuyo precio es inferior a 0,75 dólares son actualmente eliminadas (aunque se hace una excepción con las publicaciones eruditas o científicas de los colegios universitarios, las universidades, y las sociedades científicas reconocidas, las cuales son incor- poradas siempre al catálogo sean cuales fueren su precio y sus dimensiones). L a s publicaciones periódicas, !os diarios, los mapas aislados o las partituras musicales publicadas aparte también son eliminadas (pero los atlas y las colecciones de canciones, la música instrumental, etc. publicada en volúmenes se hallan incluídos). Sin embargo la aplicación de estas reglas exige en algunos casos particulares mucho sentido común. El C.B.1. es un catálogo diccionario donde están ordenados

alfabéticamente los nombres de autor, títulos, materias y refe- rencias. Al final de cada volumen se publica un repertorio de editores.

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Las fuentes de información utilizadas por el C.B.1. son nume- rosas y compren9 en principalmente los ejemplares de propa- ganda, los catálogos de editores, las bandas editoriales publi- citarias y los anuncios especiales publicados por los editores, las bibliografías nacionales y las bibliografías comerciales así como las listas del registro de la propiedad intelectual de todos los países doncie se publican obras en lengua inglesa; etc. Cuando la información así obtenida es incompleta o cuando hay que realizar una verificacih se envia al autor una ficha en la que se le piden datos completos. Igualmente, se envían a los editores bloques de estas mismas fichas cuando aquéllos no practican la costumbre de enviar un ejemplar de la obra (es decir, principalmente a los editores del extranjero); estas fichas sirven así a estos editores para tener casi de un modo automático al corriente de sus publicaciones a los editores del C.B.I. Las recapitulaciones del C.B.Z. no se ajustan siempre a una

periodicidad determinada. Durante el aíío 1952 las diversas entregas correspondieron a enero, enero/ febrero ; marzo, marzo/ abril, mayo, mayo/ junio, junio/ julio, agosto/ septiem- h e , octubre, octu!xe/noviembre, agosto/ diciembre. Además, la recapirulación bienal 1949/ 50 y las cuztro recapitulaciones semestrales serár. reemplazadas por una recapitulación defi- nitiva cuadrienal 1949/ 52. L a precedente recapitulación defini- tiva fué la entrega sexenial 1943/48. Con anterioridad a esta fecha, la recapitulación definitiva era siempre una publicación quinquenal. Es imposible indicar el número de títulos incluídos en el

C.B.1. El número de obras publicadas durante el año 1949 en los Estados Unidos de América ascendió a 10.892 y en Ingla- terra a 17.034, pero hay que tener en cuenta que en estas cifras habrá muchas repeticiones, pues un buen número de editores tienen sucursales en ambos países. A estos totales hay que añadir las obras publicadas en inglés en otros países. L a importaiicia de la publicaciún se hace patente al considerar que la entrega 1949/50 comprende 2.448 páginas (de 25 x 17 cm.), y que las dos entregas semestrales de 1951 tienen en conjunto 1.474 páginas (hay que recordar que los encabezamientos y las referencias figuran dos veces en estas dcs entregas). Cada página contiene por término medio más de 50 entradas. Si se admite un total de 75.000 para 1951 y se estima que cada título figura tres veces, se obtienen 25.000 títulos, pero esta evaluación es muy aproximativa y probablemente demasiado baja. L a preparación técnica y auxiliar de la edicion de este

catálogo suministra trabajo ininterrumpido a mis de cuarenta personas.

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Fol1 e tos

El Vertical file service catalog es un catálogo razonado de materias publicado por la casa H.W. Wilson Company que en él reúne los folletos corrientes y disponibles, dando una breve noticia descriptiva e indicando su precio y las condiciones de su adquisición. Este catálogo ha comenzado a publicarse en 1932 y aparece once veces al año con una recapitulación anual en diciembre.

Materia musical

El Catalog of copyright entries for published music (pt. 5 A) que publica dos veces al año el Copyright Office, registra toda la materia musical publicada en los Estados Unidos de América y en el extranjero que haya sido depositada para el registro de la propiedad intelectual durante el período corres- pondiente a la entrega.

Publicaciones oficiales

L a s publicaciones oficiales de los Estados Unidos de América son impresas por el Government Printing Office (imprenta del Estado) y vendidas por el Superintendent of Documents (director del servicio de publicaciones) en Wáshington, D.C. Esta insti- tución publica con el nombre de ?‘rice lists (tarifas) varios repertorios y catálogos, como por ejemplo las bibliografías seleccionadas y semanales y las bibliografías metódicas sobre temas muy amplios. El más importante de estos repertorios es el United States government publications : monthly catalogue (U.S. Superintendent of Documents), que data de 1895. E s un repertorio completo de todas las publicaciones impresas re- cientes, publicadas por todos los servicios del gobierno, incluyendo los servicios parlamentarios y los de los ministerios y negociados. Está ordenado alfabéticamente por ministerios y negociados. Cada volumen lleva un índice anual y además, a partir de julio de 1945, cada entrega mensual lleva también un índice de autores y otro de materias.

Existen catálogos retrospectivos publicados por el U.S. Superintendent of documents, tales como Checklist of United States public documents 1789-1909, 3 rev. ed. (Washington 1911); Catalog of public documents of Congress and of al1 departments of the Government of the United States, 1893-1945, (25 v.) y también el libro de Poore, Benjamín P.: A nescriptive catalog of the government publications of the IJnited States, September 5, 1774March 4, 1881, (Washington, U.S. Govt. Print. Off., 1885).

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L a Monthly checklist of State publications, 1910 (Washington, U.S. Govt. Print. Off.) publicada por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América, es una bibliografía corriente en la que las obras se hallan ordenadas por el orden alfabético de los Estados de la Unión, y reúne las publicaciones de estos Estados y de los territorios y posesiones insulares de los Estados Unidos de América que se reciben en la Biblioteca del Congreso.

Tesis doctorales

La5 tesis doctorales y las disertaciones académicas son recogidas por tres publicaciones : rU.S. Library of Congress »: List of American doctoral dissertations printed in 1912-38 (Washington 1913-40) ; Doctoral dissertations accepted by American universities, 1933-34 (New York, H.W. Wilson Co.) 1934; y Microfilms abstracts, que son una colección de reseñas de la tesis doctorales que es posible obtener en forma integral por intermedio de la University Microfilms Ann. Arbor, Michigan, 1938.

índices de publicaciones periódicas

E n los Estados Unidos de América aparecen con regularidad un gran número de índices de materias de todo lo contenido en las publicaciones periódicas, incluso en campos muy extensos, pero aquí tenemos que limitarnos a citar únicamente los índices generales. El Readers 'guide to periodical literature es un índice acumu-

lativo que recoge actualmente hasta unas 130 publicaciones periódicas; está editado en Nueva York por la H.W. Wilson Company. Para cada artículo, se suministra una noticia del autor y del tema y, cuando se trata de novelas y cuentos, se entra también el título. L o s poemas, las películas cinematográ- ficas y las piezas teatrales van enumeradas por títulos bajo estos tres encabezamientos. Todas las entradas se hallan orde- nadas en un único orden alfabético. Esta publicación comenzó en el año 1900 y a partir de 1935 la recapitulación definitiva se hace cada dos años. El Abridged readers 'guide to periodical literature ( N e w York,

H.W. Wilson Co.) no abarca más que 35 publicaciones perió- dicas. Se comenzó a editar en 1935 y sirve sobre todo a las escuelas y las pequeñas bibliotecas populares. Las recapitu- laciones befinitivas se hacen cada dos años. El Interpational index to periodicals, 1907 (New York, H.W.

Wilson Company, 1915) es un índice de autores y de materias ajustado al mismo plan que el Readers'guide, pero recoge

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revistas más especializadas y admite títulcs de ciertos ar- tículos publicados en el extranje-o, especialmente en el campo de las humanidades y de las ciencias.

L a publicación que inició estas actividades bibliográficas publicando por primera vcz índices de las revistas americanas e inglesas es el Pool's index to periodical literature, 1802-81, con sus Supplements, Jan. 1882-Jan. 1, 1907 Boston, Houghton

El Nineteenth century readers guide to periodical literature (Nueva York, H.W. Wilson Co., 1744) es también un suplemento retrospectivo del Keaders' guide. Los dos volúmenes publi- cados se refieren a los años 1870-1897.

índice de diarios

El New York Times Zndex, que se publica a partir del año 1913 aparece actualmente dos veces al mes y es recapitulado todos los arios. Contiene los índices de la última edición del Times y hace el servicio de un índice independiente de fechas e incluso de una guía para orientarse en los que otros periódicos

1891-1908, 7 V.).

han publicado. El N e w York Daily Tribu,ie lndex, 1875-1906 es un índice

mucho más breve, pero de gran utilidad para el períodr, que abarca.

Bibliografias selzccioqadas

L a American Lihrary Association ha publicado en 1726 el A.L.A. Catalog, 1926 que es un catálogo razonado con listas de libros básicos apropiados para las bibliotecas populares. Es un catálogo sistemático que indica los autores y los títulos y lleva también un índice de- materias y una lista de editores. Se mantiene al día por medio de suplementos quinquenales.

L a A.L.A. publica también una bibliografía selecta destinada especialmente a las pequeñas bibliotecas (Buying list of books for small libraries), sometida a frecuentes revisiones y que es una lista básica de 1.800 títulos.

L a s obras recientes son analizadas y evaluadas en el Book- list, publicación bimensual (salvo en agosto que es mensual), publicada también por la A.L.A. Cada entrega lleva una se- lección especial destinada a las pequeñas bibliotecas. U n índice anual (que es al mismo tiempo la única entrega del mes de agosto) permite su utilización como complemento provisional del A.L.A. Catalog y de sus suplementos.

L a A.L.A. publica también listas básicas de obras apropiadas a las bibliotecas de las escuelas primarias, de los estable- cimientos sccundarios (primero y segundo ciclo) y de los cole- gios universitarios.

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L a publicación titulada Periodicals for small and medium- sized libraries, 8. ed., 1948, editada por la A.L.A. suministra por orden alfabético y con un índice metódico el análisis crítico de los artículos que aparecen en cerca de 400 revistas populares.

L a H.W. Wilson Company posee también un servicio de orien- tación el cual entre otras cosas contiene:

The Standard catalog for public libraries, 1949 ed., que incluye 12.300 títulos seleccionados para las bibliotecas pequeñas y para las medianas. Los libros particularmente im- portantes van señalados por uno o dos asteriscos. Unos suple- mentos acumulativos abarcan los años anteriores. El Fiction catalog, 1950 ed., es un índice de materias rela-

tivo a la literatura novelesca. Por medio de uno o dos aste- riscos se indica la selección destinada a las bibliotecas populares según su importancia. Se publicarán suplementos.

U n especialstandard catalog for high school libraries, 5th ed., 1941, con suplementos, y un Children’s catalog, 8th ed. 1951, también con suplementos ; ambos indican aproximadamente el nivel de la clase a la que conviene cada obra. El United States guwterly book review preparado por la

Biblioteca del Congreso y publicado por la Rurgers University Press constituye a la vez una bibliografía seleccionada y un conjunto de reseñas criticas, dispuestas por materias y corres- pondientes a las más importantes obras recientes. H a comenzado a publicarse en 1945.

Materiales audiovisuales

Motion pictures, 1912-1939, publicado por el Copyright Office en su aCatalog of Copyright Entries, Cumulative Series>>, es una lista descriptiva de más de 50.000 películas cinemato- gráficas registradas en el Copyright Office desde 1912 hasta fines de 1939. El Catalog of copyright for motion picture and filmstrips

que aparece dos veces al año, suministra anualmente una lista de unas 2.500 películas fijas y cinematográficas de entrete- nimiento y educativas. L a Biblioteca del Congreso acaba de inaugurar un nuevo servicio que tiene como misión imprimir y distribuir fichas catalográficas de películas cinematográficas y de películas fijas.

L a H.W. Wilson Co. publica con regularidad a partir de 1936 un Educational film guide que contiene un catálogo por títulos y asuntos de los films recientes de 16 mm. Desde 1948 publica también un Filmstrip guide, que está ordenado de modo idéntico.

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Bibliografía nacional retrospectiva

L a American Imprints lnventory que está confiada a la custodia de la División del Catálogo Colectivo de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América, es un registro de pies de imprenta americanos existentes en las bibliotecas del país desde el establecimiento de la primera imprenta hasta 1876. Este fichero está ordenado por lugares de publicación y por fechas de impresión. La documentación se va publicando a medida que se van preparando las secciones relativas a las diversas ciudades y Estados. Cuando este catálogo se halle terminado reemplazará a otras bibliografías más antiguas e in com pl e tas . El más importante de todos los repertorios generales referen-

tes a las publicaciones más antiguas de los Estados Unidos de América es la obra de Charles Evans' s titulada American bibliography; a chronological dictionary of al1 books, pamphlets and periodical publications printed in the United States of America from the genesis of printing in 1639 down to and including the year 1820 (Chicago, 1903-1934. 12 v.). Desgra- ciadamente no se ,ha publicado ningún volumen posterior al volumen 12, que hace referencia a los años 1798 y 1799. Existe una importante bibliografía referente a los libros,

folletos y periódicos impresos en América así como a las obras sobre América publicadas fuera del país: es el libro de Joseph Sabin' s Dictionary of books relating to America, from its discovery to the present time (New York, Sabin,

Para el siglo XIX se pueden utilizar el libro de Orville A. Roorbach Biblioteca Americana 1820-61 (New York, 1852-61. 4 v.) y el de James Kelly American catalogue of books published in the United States from Jan. 1861 to Jan. 1871 (New York, Wiley, 1866-71, 2 v.). Para el período comprendido entre los años 1876-1910, el repertorio clásico es el The American catalogue of books, 1876-1910 (New York). Las cuatro ediciones del United States catalog: books in

print y sus suplementos respectivos, publicados aquél y éstos por la H.W. Wilson Company, constituyen una rica bibliografía de lo publicado en América a partir de 1898. El Cumulative Oook indez continúa actualmente realizando esta labor.

1868-92, 29 V.).

Catálogos colectivos

Los Estados Unidos de América poseen un gran número de catálogos colectivos regionales, unos generales y otros espe- cializados, que se refieren a todos los territorios del país. E n la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de

América existe un National union catalog. Esta biblioteca

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imprime fichas de las obras y demás documentos que posee, así como también de los títulos catalogados por un centenar aproximado de bibliotecas afiliadas y referentes a materiales que pueden hallarse o no en la Biblioteca del Congreso. Un juego de todas estas fichas ordenadas alfabéticamente ha formado el núcleo del catálogo colectivo nacional. Posterior- mente, otras bibliotecas comenzaron a hacer copias de sus fichas, que fueron a su vez incorporadas al catálogo. En el período comprendido entre 1927 y 1932, una subvención de 250.000 dólares permitió a la Biblioteca del Congreso enri- quecer considerablemente este catálogo. Las fuentes princi- pales de esta ampliación fueron las siguientes : 1. Aportación regular de una copia de todas sus fichas, realizada

por todas aquellas bibliotecas que poseían medios mecánicos para reproducir regularmente copias a la Biblioteca del Congreso.

2. Aportación especial de algunas bibliotecas, que consistía en remitir una copia de las fichas de su catálogo topográfico correspondientes a los ejemplares más preciosos conservados en aquéllas.

3. Préstamo, consentido por las bibliotecas afiliadas de los catálogos de sus respectivas colecciones durante un lapso de tiempo suficiente para poder copiarlos.

4. Donativo de abundantes series de fichas que ya habían sido descartadas con motivo de la recatalogación, o por otras razone s.

5. Recorte y montaje en fichas d: la información procedente de catálogos impresos en forma de volumen.

En ciertos casos, cuando resultaba cómodo, los catálogos fueron copiados en su lugar de origen. Se estableció un catálogo distinto que encierra las referencias a las colecciones espe ciales, ordenadas por materias, repartidas por todo el país. Después de este período de crecimiento excepcional, el

catálogo se ha desarrollado de un modo más sistemático gracias a que recibe con regularidad las fichas redactadas por más de cien bibliotecas americanas así como por la Biblioteca del Congreso. El número cota1 de inscripciones es actualmente de unos doce millones, pero a pesar de este número relativamente considerable de fichas, el catálogo colectivo nacional se halla todavía muy lejos de haber alcanzado su finalidad esencial: permitir la localización de un ejemplar al menos de todas las obras disponibles en las bibliotecas de los Estados Unidos de América. El catálogo colectivo nacional se halla complementado a su

vez por catálogos colectivos de obras publicadas en hebreo, en chino, en japonés o impresas en caracteres cirílicos (para este Último catálogo se está actualmente tratando de establecer una

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clasificación por materias) ; el catálogo colectivo nacional va siendo igualmente completado por el Centro de Documenta- ción Microfílmica (Microfilm Clearing House) cuyos fines son suministrar informes sobre las actividades recientes de repro- ducción en microfilm de las extensas series cronológicas de diarios.

L a Union list of serials, 2 ed. 1943 (New York, H.W. Wilson Company) es un volumen impreso que reúne las colecciones de más de 120.000 publicaciones en serie clasificadas por títulos y existentes en unas 650 bibliotecas. Se ha publicado un suplemento correspondiente a los años 1941-1943 y se halla en preparación un segundo suplemento que comprenderá los años 1944-1949.

es una publicación paralela a la precedente, también de la misma casa editorial, clasificada geográficamente.

Guías

The American library directory es una guía sistemática de unas 12.000 bibliotecas. Se publica trienalmente por la casa R.R. Bowker Company de N e w York.

L a American booktrade directory, cuya última edición ha sido publicada en 1949 por Bowker, contiene guías de editores, libreros, organizaciones comerciales, clubs del libro, sociedades de lectura, etc. El mismo editor publica anualmente The Literary market

place, que contiene listas metódicas de casas editoriales con indicación del personal de la dirección y otros muchos informes que tienen interés para el comercio del libro.

N o existe un repertorio único que enumere todas las socie- dades culturales y las instituciones científicas del país, pero sí existe gran número de repertorios, cada uno de los cuales se refiere a uno o varios campos de actividad, por ejemplo el Handbook of scientific and technical societies and institutions of the United States and Canada. 5 ed. Washington, National Academy of Sciences, 1948 (Bulletin of the National Research Council 115).

También existe un anuario titulado N.W. Ayer & Son’s direc- tory, Newspapers and periodicals, que suministra informes de orden comercial sobre todas las revistas y periódi-tos que se publican en los Estados Unidos de América, Canadá y otros países.

Información bibliográfica y préstamo entre bibliotecas El término ((centro bibliográficoa fué empleado por primera vez en los Estados Unidos de América. Tales centros se han

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L a Union List of Newspapers 1821-1936

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constituído en torno a los catálogos colectivos regionales y se hallan todavía en pleno crecimiento. Algunos de ellos se limitan a responder a las consultas bibliográficas y a localizar las obras, mientras que otros actúan como intermediarios para los préstamos entre bibliotecas. L a División del Catálogo Colectivo de la Biblioteca del Congreso representa el papel de un centro de información bibliográfica para el conjunto del país, pero no toma a su cargo el servicio de préstamo entre bibliotecas.

L a práctica del préstamo entre bibliotecas se halla muy extendida en los Estados Unidos de América y se realiza con arreglo a unas normas cada vez más generalizadas. Esta práctica, basada sobre un código nacional, permite el que no exista en ninguna biblioteca nada que no pueda ser prestado a otra biblioteca del país o incluso del extranjero. (Salvo cuando la biblioteca haya adquirido la propiedad en condiciones tales que prohiban el préstamo.)

Servicio de fichas impresas L a Biblioteca del Congreso imprime fichas de todas las obras incorporadas a su catálogo. Todas las bibliotecas pueden procurarse ejemplares de estas fichas, y para hacer el pedido les basta con indicar el número con que la ficha figura en los catálogos de la Biblioteca del Congreso y en el C.B.1.

L a casa H.W. Wilson Co. posee un servicio especial de fichas impresas para las bibliotecas populares. L o s números de orden de estas fichas están publicados en los catálogos ((standard)) publicados por esta casa, así como en el C.B.1.

DINAMARCA

La bibliografía nacional

L a Dansk Bogfortegnelse (Bibliografía Nacional Danesa) fué fundada en 1851 y consiste en: un repertorio semanal publicado en Det Danske bogmarked (revista de los editores daneses); un repertorio mensual (acumuiativo) ; un repertorio anual ; un repertorio quinquenal.

Esta bibliografía nacional está preparada y editada por el Centro Bibliográfico de las Bibliotecas Populares (Folke- bibliotekernes Bibliografiske Kontor). Se trata de una institución independiente que sostiene estrechas relaciones con el Servicio de Inspección Estatal de las Bibliotecas Populares deDinamarca. Este servicio de inspección dispone cada ~fio, para fines bibliográficos, de un fondo recaudado por la deducción de un

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2,5% de las subvenciones concedidas por el Estado a las bibliotecas populares. U n a parte de esta cantidad se destina al funcionamiento del centro bibliográfico. L a bibliografía nacional se publica, sobre una base comercial, por una casa editorial (G.E.C. Gads Forlag). Esta publicación se efectúa en las condiciones comerciales ordinarias y la casa editorial contribuye a los gastos de publicación.

L a bibliografía nacional danesa registra no sólo las obras en venta al público sino también las que no se hallan a la venta y los folletos, publicaciones en serie, periódicos, mapas, publicaciones oficiales y las tesis doctorales y disertaciones académicas. L o s diarios y gran parte de las publicaciones en serie se incluyen únicamente en los repertorios quinquenales. Kan sido eliminados un cierto número de folletos, muchas publicaciones oficiales y los periódicos de inferior calidad. Tanto el repertorio semanal como el mensual están ordenados alfabéticamente por autores o títulos anónimos, con referencias de todas clases. L a edición anual y la quinquenal llevan además índices sistemáticos ordenados según una clasificación decimal modificada. U n índice de materias establece las refe- rencias a los grupos de clasificación. El repertorio semanal lleva asimismo un índice sistemático de las obras no pertene- cientes al género puramente novelesco y además se publica mensualmen te un repertorio separado.

L a compilación de esta bibliografía se hace sobre la infor- mación documental facilitada gratuitamente por las casas editoriales. Estas fichas son colacionadas con el boletín de nuevas adquisiciones de la Biblioteca Nacional, la cual está alimentada mediante el sistema de depósito legal; los suple- mentos se insertan en las entregas posteriores de la bibliografía.

E n 1949 se publicaron 3.710 libros y el repertorio anual de la bibliografía comprendió 399 páginas de 20 x 12,5 cm. L a s operaciones de compilación de las cuatro ediciones de la bibliografía fueron efectuadas por una sola persona. Los suplementos fueron preparados por la Biblioteca Nacional según las listas del depósito legal y los trabajos de compro- bación y de edición definitiva fueron efectuados por diversas personas contratadas temporariamente para ello.

Publicaciones musicales L a revista Music og handel (Música y comercio) publica men- sualmente repertorios alfabeticos ordenados por los nombres de los compositores con referencia del título de las compo- siciones, de las canciones y de las colecciones. Estos reper- torios mensuales van recapitulados en otros repertorios trienales (Dansk musikfortegnelse). Todos ellos son publicados por el

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editor musical Wilhelm Hansen y comenzaron a aparecer en 1931. Entre los años 1854 y 1930, la bibliografía musical se publicó incluída en la bibliografía nacional semanal, y a partir de 1899 hasta 1930 también se incluía en las entregas anuales.

Publicaciones oficiales

lmpressa publica Regni Danici (fundada en 1948) es un reper- torio anual de las publicaciones oficiales. Está editada por el I.D.E. (Institut Danois des échanges internationaux) y los títulos van ordenados por el nombre de las instituciones edi- toras. Cada entrega lleva un índice de materias.

Publicaciones extranjeras

L a publicación titulada Dania Polyglotta (fundada en 1945 y con un repertorio retrospectivo para el período 1901-1944) es un repertorio anual de libros, artículos de revistas, resúmenes, etc., publicados en Dinamarca en lenguas extranjeras. Esta publi- cación se edita en francés por el I.D.E., y comprende las si- guientes secciones : Obras, anuarios y revistas, Artículos y estudios, Resúmenes ; las diferentes noticias están clasificadas según el idioma y la publicación comprende además un índice de autores. Su finalidad consiste en suministrar a las personas que no leen el danés una idea del estado de los trabajos de investigación en Dinamarca.

lndices de artículos de revistas

El servicio oficial de la Inspección Estatal de las Bibliotecas Populares de Dinamarca publica anualmente el Dansk Ticlss- krift-Zndex (Indice de los artículos de las publicaciones perió- dicas danesas, fundado en 1915). E n él se incluyen unas 300 publicaciones periódicas danesas y otras noruegas y suecas. L o s títulos se hallan ordenados según una clasificación decimal modificada y cada volumen lleva también un índice de autores y otro de materias. El anuario correspondiente a 1949 com- prendía 537 páginas (21,5 x 15 cm.). El trabajo de compilación de esta obra es realizado por una sola persona y la revisión y la edición definitiva son efectuadas por personas contratadas temporariamente para ello.

índices de artículos de diarios

E1 Centro Bibliográfico de las BiblioSecas Populares publica mensualmente el Avis-kronik-index (Indice de artículos de diarios, fundado en 1940), que recoge los artículos más impor- tantes y que ofrecen un interés más permanente publicados en unos 50 diarios daneses. Los títulos van ordenados según una

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clasificación decimal modificada. Cada entrega lleva un índice de autores y en la Última de cada año se incluye un índice acumulativo de autores. Todos los artículos que allí van regis- trados se recortan y se conservan en una biblioteca a la cual pueden dirigirse otras bibliotecas en solicitud de préstamo.

Bibliografías s e 1 e ccionadas El Centro Bibliográfico de las Bibliotecas Populares publica los siguientes repertorios, que en su mayor parte aparecen trienalmente (los títulos son los siguientes en traducción española) : Catálogo Standard> para las grandes bibliotecas urbanas (4.000 títulos aproximadamen te) ;

Catálogo u Standard, para las pequeñas bibliotecas (800 títulos aproximadamente) ;

Catálogo de libros de consulta o referencia (500 títulos apro- ximadamente) ;

Catálogo de libros para niños y para jovenes (1.000 títulos aproximadamen te) ;

Catálogo de publicaciones periódicas (170 títulos aproximada- mente). Este catálogo se publica sin periodicidad fija.

Todos los años, en el mes de febrero, se publican las tres bibliografías seleccionadas enumeradas a continuación, que contienen las obras aparecidas durante el transcurso del año preceden te. Seleccidn de libros aparecidos a partir de 19 , para las gran-

des bibliotecas mbanas (400 títulos aproximadamente) ; Selección de libros aparecidos a partir de 19 , para las pe-

queñas bibliotecas (175 libros aproximadamente) ; Libros para niiios y para jóvenes (aproximadamente 100 títulos). L a misma institución publica también pequeños folletos titu- lados Oriente sus lecturas donde, en forma racional, se ofrecen agrupados los libros y artículos publicados sobre temas diversos como, por ejemplo rLa Herencia >>, cSoren Kierkegaard)), ((La Cruz Rojar, etc., y también listas de títulos de novelas sobre el mar o sobre la colonización, o sobre obras teatrales mo- dernas, etc.

L a revista mensual de los bibliotecarios titulada Bogens verden (El mundo de los libros) publica reseñas críticas sobre las novedades de librería.

Materiales audiovisuales

Existe un pequeño número de catálogos de películas educativas y hallándose otros en preparación, pero hasta la fecha Dina- marca no posee ningún repertorio corriente comple to.

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L a Bibliografía nacional retrospectiva

L a Bibliotheca Danica recoge todo lo que ha aparecido desde la implantación de la imprenta en Dinamarca, es decir desde 1482, hasta 1830. Esta publicación ha sido completada hasta la fecha por medio de suplementos correspondientes a varios años (por regla general actualmente cinco aiios). D o s biblio- grafías debidas a Lauritz Nielsen abarcan el período 1482-1600, que son más comprensivas y los títulos están dados con más detalle que en la Bibliotheca Danica.

Catálogos colectivos

Por las razones mencionadas en el capítuloVII1 (2, d), no existe un catálogo colectivo general y este vacío es llenado por la publicación anual titulada [(atalog over erhvervelser of nyere udenlandsk litteratur ved Statens offentlige biblioteker(Catáiogo de las obras extranjeras modernas ingresadas recientemente en las bibliotecas danesas de investigación) fundada en 1901 y publicado por el Negociado Oficial de Bibliotecas. Esta publicación contiene también un repertorio de las obras extran- jeras en curso de publicación existentes en las bibliotecas de investigación danesas y un índice de autores añadido al repertorio de libros, cuya ordenación sistemática no es m u y detallada. N o existe ningún catálogo colectivo de las obras extranjeras que hayan ingresado en las bibliotecas danesas con anterioridad a 1901.

S e halla en preparación un catálogo retrospectivo de las publicaciones en .serie extranjeras existentes en las biblio- tecas danesas de investigación.

Guías

L a guía de bibliotecas más reciente, que comprende tanto las colecciones de las bibliotecas de investigación como las de las bibliotecas populares, ha sido publicada por un comité mixto de bibliotecarios de unas y otras: Larsen, Knud, Dansk biblio- teksforer, Copenhague, Nyt Nordisk Forlag, 1936. xix, 158 p. U n a guía abreviada concerniente a las bibliotecas de inves- tigación de Copenhague, publicada por el Negociado Oficial de Bibliotecas es : Einersen, Henning, Videnskabelige og faglige biblioteker i Kobenhavn. 2. rev. ed. Copenhague Det. Kgl. Bibliotek, 1950, 48 p.

Danmarks bladog bogverden 2 ed. Copenhague, Politikens Forlag, 1949, 176 p., contiene un repertorio de editores y libreros, el cual también incluye listas de revistas y diarios con información comercial sobre cada uno de ellos. También existe otro repertorio, el de Bredsdorff, Viggo Dansk tidss-

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kriftfortegneke (Los periódicos daneses). L a publicación titulada Danske tidsskrifter, aarboger, ugeblade, fagblade m. m. Copenhagen, Den Danske Boghandlermedhjaelper-Forening, 1747, 123 p., suministra información bibliográfica sobre las 1.200 publicaciones periódicas danesas actualmente editadas. N o existe una guía especial de sociedades e instituciones

eruditas pero es posible obtener información sobre ellas en otras guías más generales.

L a información bibliográfica y el préstamo entre bibliotecas

L a s bibliotecas de investigación no disponen de un centro que las reúna, pero se encuentran unidas entre si por una estrecha colaboración. L a investigación en su conjunto se halla sub- dividida de tal manera que cada biblioteca está especializada en una materia o en un grdpo de ellas. Cada una proporciona una información bibliográfica sobre su propia especialidad y se encarga de obtener de las otras bibliotecas el préstamo de libros requerido por sus propios lectores. E n Copenhague, donde se hallan situadas la mayor parte de estas bibliotecas, éstas disponen de un automóvil para el servicio de préstamo mutuo. Estas bibliotecas también solicitan directamente de otras extranjeras el préstamo de libros.

L a s bibliotecas populares poseen un negociado especial de información bibliográfica y de préstamo de biblioteca a biblio- teca (Oplysningskontoret). Este negociado depende de la inspección oficial de las bibliotecas populares danesas (Statens Bibliotekstilsyn). L a s bibliotecas populares dirigen a este negociado las demandas referentes a las sbras que ellas no poseen. El negociado posee una buena colección de biblio- grafías y además ha recortado y montado sobre fichas todos los volúmenes de la obra titulada l<atai!og over erhvervelser of nyere udenlandsk Litteratw ved Statens offentlige biblioteker mencionada más arriba. Todas estas fichas se hallan ordenadas alfabéticamente y con ello se sustituye hasta cierto punto la cacencia del catálogo colectivo. El negociado posee también un catálogo de temas y títulos ya estudiados, con las anota- ciones pertinentes para cada caso particular. Cuando el nego- ciado ha encontrado la dirección a la que se deben solicitar los pedidos de obras, estas demandas se envían a las biblio- tecas de investigación, las cuales responden directamente a las bibliotecas solicitantes. El negociado se encarga asimismo de solicitar obras en préstamo al extranjero. No es forzoso que las bibliotecas populares tengan que seguir este procedi- miento y en muchos casos ellas mismas se dirigen directamente a las bibliotecas de investigación.

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Servicio de fichas impresas

El centro bibliográfico de las bibliotecas populares selecciona en el boletín semanal de la bibliografía nacional aquellos títulos de los cuales se puede presumir que las bibliotecas populares demanden fichas impresas. El centro las cataloga e imprime fichas en número variable, aunque nunca inferior a cincuenta. El boletín semanal de la bibliografía nacional lleva números de orden. El centro conserva acopiadas las fichas impresas referentes a todos los títulos que figuran en sus bibliografías seleccionadas y después publica ediciones espe- ciales de estos repertorios con sus números de orden.

L A R E P ~ B L I C A DOMINICANA

L a República Dominicana ofrece un relevante ejemplo de un país con reducida producción de libros pero en posesión de los principales elementos constitutivos de un servicio bibliográfico nacional. Este servicio tiene su sede en la Biblioteca Univer- sitaria de Santo Domingo, en Ciudad Trujillo, y su creación es debida principalmente a la iniciativa de una sola persona, el Lic. Luis Florén, director de la biblioteca y autor de la Biblio- grafía de la bibliografia dominicana (Ciudad Trujillo, 1948).

L a bibliografia nacional

S e han publicado ya dos volúmenes del Anuario bibliogzáfico dominicano, correspondientes a 1946 y 1947; los relativos a 1948 y 1949 están ya preparados para la imprenta. Su contenido será el siguiente; 1. Libros y folletos, 2. Tesis doctorales y disertaciones, 3. Indice de artículos de publicaciones periódi- cas, 4. Publicaciones oficiales, 5. Repertorio de primeros números de publicaciones periódicas. L a entrega correspon- diente a 1950 será reemplazada por una recapitulación de los años 1946-1950.

L a primera sección no sólo contiene los libros y folletos publicados en el país sino también las publicaciones extran- j eras referentes a 1aRepública Dominicana y asimismo capítulos sobre la misma cuestión pertenecientes a obras de más amplio contenido. Además se dan noticias de los libros publicados en el extranjero por autores dominicanos. En la actualidad se hace uso de la clasificación decimal para

la bibliografía nacional. L a bibliografía está preparada, y en gran parte financiada,

por el Lic. Luis Florén. Los gastos de imprenta y de publi- cación corren a cargo de la <<Sección de canje, difusión cultural

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y publicaciones de la Secretaría de Estado de Educación y Bellas Artes )). El mismo autor está preparando actualmente una Bibliografía

retrospectiva.

Catálogos colectivos

E n la Biblioteca Universitaria existe un catálogo colectivo de los fondos de las principales bibliotecas de investigación, pues, desde hace algunos años, los funcionarios de la biblio- teca universitaria que han catalogado estas bibliotecas han hecho, al mismo tiempo, una ficha más, destinada al catálogo colectivo. Posteriormente, las bibliotecas de investigación remiten al catálogo colectivo las fichas de todas las nuevas adquisiciones.

E n la actualidad se halla en preparación un repertorio de las publicaciones periódicas corrientes que se pueden encontrar en las bibliotecas dominicanas. Aparecerá con el siguiente título : Publicaciones periódicas recibidas en las bibliotecas oficiales dominicanas.

C o n el fin de facilitar la utilización de las bibliotecas ha comenzado a publicarse una colección titulada sMonografías bibliográficas)), en la cual los tres primeros números son catálogos hechos en multicopista, referentes a derecho, odon- tología, y bibliografía. El Lic. Florén publica su Bibliografia histórica dominicana en la revista Clío.

Guias

Con el título de Guía de las bibliotecas públicas y privadas de la República Dominicana, se halla en preparación una guia de bibliotecas que aparecerá dentro de pocos meses. Esta guía suministrará informes completos sobre cada biblioteca, de acuerdo con las respuestas dadas a un cuestionario de treinta preguntas referentes a estatuto, finanzación, colecciones de obras y de publicaciones periódicas, colecciones especiales y libros raros, catálogos, personal, funcionamiento, etc. El Lic. Florén ha publicado ya otras dos obras dignas de

interés. L a primera es la Guía de las librerías, editores, impre- sores y vendedores de libros de la República Dominicana, Ciudad Trujillo, editora Montalvo 1751 (materiales para el estudio de la cultura dominicana 1).

S e trata de una guia de bibliotecas, editores y libreros de la República Dominicana. Se halla ordenada por ciudades y dentro de cada ciudad se halla dividida en las tres categorías men- cionadas más arriba, dando nombres, dirección y, cuando es posible, noticias sobre los fondos propios de cada biblioteca y sobre las especialidades de las entidades comerciales.

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L a segunda se titula Guía de instituciones, sociedades cientificas, artísticas y culturales de la República Dominicana. Ciudad Trujillo, editora Montalvo, 1951 (materiales para el estudio de la cultura dominicana, 11). Esta obra es un repertorio de las instituciones y de las sociedades cuyas actividades se orientan hacia el arte, las ciencias y las humanidades. Se halla dividida en dos secciones, la primera ordenada alfabéticamente y la segunda por ciudades. E n ambas secciones se suministra información sobre el nombre y dirección de la asociación, el nombre de su presidente o director, la indicación de las insta- laciones de su biblioteca y los fines de la asociación. Se espera poder reeditarla anualmente.

Información bibliográfica y préstamo entre bibliotecas. L a Biblioteca Universitaria de Santo Domingo funciona como centro bibliográfico nacional y se halla a disposición de todo aquél que desee obtener información bibliográfica. El préstamo entre bibliotecas se efectúa sin restricciones,

salvo en el caso de libros muy raros y de publicaciones perió- dicas, de las cuales se pueden obtener fotocopias al precio de coste del material fotográfico utilizado.

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A P É N D I C E 1 1

EJEMPLOS DE L EGISLACI~N SOBRE EL DEP~SITO LEGAL^

GRAN BRETAÑA

LEY SOBRE EL DERECHO DE AUTOR 1911 1 y 2 GEO. 5, C. 46 (ley modificando y consolidando la ley relativa al derecho de autor (copyright) de 16 de diciembre de 1911).

Entrega de obras a las bibliotecas

Art. 15. 1. El editor de cualquier obra publicada en el Reino Unido enviará, a sus expensas, en el plazo de un m e s después de la publicación de la obra, un ejemplar de la misma a los administradores del British Museum, los cuales darán un recibo por escrito. 2. También deberá, si se le ha presentado una petición escri-

ta antes de la expiración de doce meses después de la publi- cación, entregar en el plazo de un m e s después de la recepción de esta demanda escrita o, si la demanda ha sido hecha antes de la publicación, en el plazo de un m e s después de la publi- cación, depositar en el lugar de Londres citado en la demanda un ejemplar de la obra, que será entregado a las autoridades encargadas de la dirección de cada una de las bibliotecas enumeradas a continuación, o tratado conforme a sus indica ciones : Biblioteca Bodleiana en Oxford, Biblioteca Universi- taria de Cambridge, Biblioteca de la Facultad de Derecho de Edimburgo, Biblioteca del Trinity College de Dublin y, bajo reserva de las disposiciones de la presente sección, a la Biblioteca Nacional del País de Gales. Si la obra publicada es una enciclopedia, un diario, una revista científica o popular, o una obra publicada en una serie de números o de partes, la demanda escrita podrá incluir todos los números o partes de la obra que posteriormente puedan ser publicados.

1. El texto español de las leyes inglesas, danesas y francesas que va a continuación es una traducción no oficial desprovista de valor legal.

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3. El ejemplar enviado a los administradores del British Museum será un ejemplar completo de la obra con todos los mapas e ilustraciones que le pertenezcan, presentado e ilustra- do de la misma manera que lo estén los mejores ejemplares publicados de la obra y estará encuadernado, cosido o pes- punteado y se hallará impreso en el mejor de los papeles empleado para la edición de esta obra. 4. El ejemplar remitido a las demás entidades enumeradas en

la presente sección estará impreso en el papel sobre el cual se hallen impresos la mayor parte de los ejemplares dedicados a la venta y presentará idéndicas características que las de los ej empl are s di spu es to s para’ 1 a venta. 5. L a s obras de las cuales haya que remitir ejemplares a la

Biblioteca Nacional del País de Cales no comprenderán aque- llos libros pertenecientes a las categorías que puedan estipular los reglamentos que confeccionará el Ministerio de Comercio (Board of Trade). 6. Si un editor dejase de cumplir las obligaciones impuestas

en la presente sección incurrirá, por vía sumaria, en una multa de hasta cinco libras, m á s el precio de la obra y el importe de esta multa pasará a los administradores o a la entidad a quien la obra hubiera debido ser entregada. 7. Paca los fines de la presente sección por robra, se entien-

de cualquier parte o sección de un libro, folleto, hoja impresa, partitura musical, mapa, plano o de un cuadro sinóptico o estado publicado separadamente, pero no si se trata de una segunda o posterior edición de una obra dada, a menos que esta segunda o posterior edición contenga adiciones o modifica- ciones, bien en el texto bien en los mapas, estampas u otros grabados pertenecientes a la misma.

LEY SOBRE EL BRITISH M U S E U M , 1932 22 y 23 GEO. 5, C.34 (ley capacitando a los administradores del British M u s e u m , para exceptuar a ciertas publicaciones de la aplicación de las disposiciones del apartado (1) del articulo 15 de la L e y sobre el derecho de autor de 1911 12 de Julio de 1932 ).

Artículo primero. 1. N o obstante todo lo dispuesto en el apar- tado (1) de la sección 15 de la L e y sobre el derecho de autor (Copyright Act) de 1911, el editor de una publicación cualquiera perteneciente a una categoría a la cual es aplicable actualmente la presente L e y no estará obligado a remitir un ejemplar de esta publicación a los administradores del British Museum (designados m á s adelante en la presente L e y por las palabras elos administradoreso) m á s que en el caso de que le sea

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remitida por los administradores una petición escrita de envío de dicha publicación ; a su vez, los administradores no estarán obligados a hacerse cargo ni a dar recibo de un ejemplar de una publicación cualquiera cuyo envío no hubieran solicitado. 2. L o s administradores pueden reglamentariamente : a) aplicar

la presente L e y a las publicaciones de todas las categorías especificadas en los reglamentos, siempre que sean publica- ciones que en todo o en parte respondan a las características expuestas en el anejo a .la presente Ley. b) Exceptuar una publicación particular cual quiera perteneciente a cualquiera de las categorías de publicaciones a las cuales es aplicable la presente L e y según el reglamento o a las cuales ha sido apli- cada la presente L e y en virtud de reglamentos anteriores. 3. Todos los reglamentos dictados en aplicación de la

presente L e y serán sometidbs a la aprobación de ambas cá- maras del Parlamento tan pronto como hayan sido redactados, y si una u otra de ambas cámaras, dentro de los ventiocho días siguientes a la fecha en que dicha cámara se hubiera reunido por vez primera después de que le hubieran sido sometidos dichos reglamentos, decide que estos reglamentos deben ser anulados, dichos reglamentos se considerarán como nulos a partir de entonces, sin que esta decisión pueda perjudicar a cualquier medida que hubiera sido tomada anteriormente en virtud de dichos reglamentos ni a la promulgaciónode cuales- quiera nuevos reglamentos. Art. 2. 1. L a presente L e y será designada con el nombre de L e y sobre el British Museum (British Museum Act 1732).

2. L a L e y sobre el derecho de autor, (British Museum) de 1915 que habilita al Ministerio de Comercio (Board of Trade), a petición de los administradores, para exceptuar de las dis- posiciones del apartado (1) de la sección 15 de la L e y sobre el derecho de autor de 1911, a las publicaciones que presenten, en su totalidad o en su mayor parte, el carácter de publicidad comercial queda derogada por la presente L e y :

Siempre que, no obstante la derogación de dicha Ley, todos los reglamentos formulados en virtud de dicha L e y continuen en vigor y sean aplicables como si hubiesen sido formulados por los administradores en virtud de la presente L e y y como si la presente L e y fuese con ello aplicada a las publicaciones cuyas características se hallan estipuladas en aquélla.

REGLAMENTO DEL 9 DE AGOSTO DE 1915 RELATIVO A LA ENTREGA DE LIBROS AL BRITISH MUSEUM

El Ministerio de Comercio (Board of Trade), a petición de los administradores del British Museum y en virtud de los poderes

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que le son conferidos por la sección 1 de la L e y sobre el derecho de autor (British Museum) de 1915, redactó por la presente el siguiente reglamento que entrará en vigor a contar de esta fecha.

L a s siguientes publicaciones estarán exceptuadas de las disposiciones de la sección 15 (1) de la L e y sobre el derecho de autor de 1911, en virtud de la cual el editor de cualquier obra publicada en el Reino Unido queda obligado a que, en el plazo de un m e s a partir de la publicación de dicha obra, remita por su cuenta un ejemplar de la misma a los administra- dores del British Museum; anuncios comerciales; tarjetas comerciales ; catálogos comerciales ; circulares comerciales ; cupones comerciales ; dibujos comerciales ; formularios comer- ciales ; etiquetas comerciales ; octavillas comerciales; diseños comerciales ; carteles comerciales ; tarifas comerciales; prospectos comerciales ; tarjetas comerciales de muestras ; papeles de envolver comerciales.

FRANCIA

LEY MODIFICATIVA DEL RÉGIMEN DE DEP~SITO LEGAL (NP 341, DE 21 DE JUNIO DE 1943) Vistas las disposiciones constitucionales n? 12 y 12 bis y oído el parecer del Consejo de Gabinete, el jefe del gobierno decreta :

Título 1. Régimen del depósito legal

Sección 1. Disposiciones generales. Artículo primero. Quedan sometidos a la formalidad del depósito legal los impresos de toda clase (libros, periódicos, folletos, estampas, grabados, tarjetas postales ilustradas, carteles y mapas de todas clases), las obras musicales, fotográficas, ci- nematográficas y fonográficas, destinadas a la venta, a la dis- tribución o bien a su alquiler o cesión para la reproducción.

h t . 2. Quedan excluídos del depósito : L o s trabajos de imprenta referentes a atenciones sociales, tales como las cartas y tar- jetas de invitación, de cambio de dirección, de visita, de par ticipación, etc., las cartas y sobres con membrete; los impresos llamados administrativos, tales como los kodelos, formularios para facturas, actas, estados de cuenta, registros, etc.; los trabajos de imprenta llamados comerciales, tales como las

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tarifas, instrucciones, etiquetas, muestrarios, etc. ; las pape- letas electorales, así como las portadas de publicaciones aún no impresas y los valores financieros.

Art. 3. D e todas las obras de artes gráficas comprendidas en la enumeración prevista-en el artículo 1 de la presente ley, y a reserva de las disposiciones de los artículos 6 y 8, se efectua- rán dos depósitos, uno de dos ejemplares, que realizará el impresor o el productor, y otro de cinco ejemplares que será constituido por el editor.

Art. 4. Se fijarán mediante decreto las indicaciones que deban figurar en todos los ejemplares de una misma obra sometida al régimen del depósito legal. Todos los trabajos de impresión o de edición sometidos a los requisitos de la presente ley deberán inscribirse en registros especiales. L a s inscripciones tendrán una numeración correlativa, y cada una de ellas llevará el número de orden que le corresponda.

L o s ejemplares depositados deberán ser iguales a los ejem- plares recientes impresos, fabricados, en venta, en alquiler o en distribución, y su naturaleza habrá de permitir la conserva- ción de los mismos.

L a s películas cinematográficas deberán ser iguales a las destinadas a la proyección.

Sección 11. Depósito del impresor o del productor. Art. 5. El depósito relativo al impresor o al productor se reali- zará, en cuanto a los impresos se refiere, a partir de la termi- nación de la tirada. Dicho depósito se efectuará directamente, o por correo exento de franqueo, a la Biblioteca Nacional por lo que a la región de París se refiere. En las demás regiones sometidas a la autoridad de los prefectos regionales el depósito se realizará en una biblioteca habilitada por disposición del secretario de Estado de Educación Nacional para recibirlo en representación de la Biblioteca Nacional. Cuando se trate de obras en cuya confección sea necesaria la colaboración de varios especialistas, el depósito lo efectuará el Último de entre ellos en cuya posesión se hubiera hallado antes de la entrega al editor. Art. 6. Los impresores y productores podrán depositar un solo ejemplar de las nuevas ediciones y de las obras cuya tirada no sea superior a 300 ejemplares numerados, y que, por su presen- tación, puedan ser considerados, a los efectos de la presente ley, como obras de lujo.

L a s disposiciones del párrafo precedente son aplicables al depósito de estampas artísticas de tirada inferior a 200 ejem- plares.

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Los productores de discos fonográficos y de películas cine- matográficas deberán depositar un ejemplar en el servicio de depósito legal de la Biblioteca Nacional.

Quedan excluidas del depósito legal por el impresor las ediciones musical es.

Art. 7. Con el depósito debe acompañarse una declaración fechada y firmada por triplicado que estará exenta de franqueo postal. D e ella se acusará recibo exento de franqueo postal.

U n decreto determinará las condiciones en que deberá apli- carse el presente artículo. L a s nuevas tiradas de las obras musicales no están sujetas

a declaración. L o s grabadores o fotógrafos que vayan tirando pruebas, una

por una, según reciban los pedidos, de planchas o clichés conservados por ellos, estarán exentos de toda nueva declara- ción y de depósito en lo que se refiere a las tiradas posteriores a la primera.

Sección 111. Depósito del editor. Art. 8. Todo editor o persona fisica o moral que haga sus veces (impresor, editor, asociación, sindicato, sociedad civil o comer- cial, autor que se edite sus obras, depositario principal de obras importadas, administración pública), que ponga en venta, en distribución, en alquiler, o que ceda para la reproducción una obra de artes gráficas lleve o no la indicación de su firma, debe depositar un ejemplar completo en el registro del depósito legal de la Secretaría de Estado del Interior, a que se refiere el artículo 11 siguiente.

Además, el editor o persona que haga sus veces deberá depositar cuatro ejemplares en la Biblioteca Nacional por lo que a la región de París se refiere. E n las demás regipnes sometidas a la autoridad de los prefectos regionales, este depósito se realizará en una biblioteca habilitada por disposi- ción del Secretario de Estado de Educación Nacional para recibirlo en representación de la Biblioteca Nacional.

L o s depósitos previstos por el presente artículo se harán directamente o por correo exento de franqueo postal. El depósito deberá realizarse antes de poner la obra en venta,

en distribución, en alquiler o de cederla para la reproducción, salvo en lo que se refiere a las ediciones musicales, para las cuales debe constituirse el depósito dentro del plazo de tres meses.

L a s nuevas ediciones y las obras de lujo definidas en el art. 6 de la presente ley, así como las estampas artísticas de tirada inferior a doscientos ejemplares pueden depositarse

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mediante dos de éstos solamente, uno destinado al registro del depósito legal de la Secretaría de Estado en el Interior, y el otro a la Biblioteca Nacional. Los discos fonográficos y las películas cinematográficas

deberán depositarse a nombre del editor o del distribuidor mediante un sólo ejemplar en el registro del depósito legal de la Biblioteca Nacional. Las partituras musicales manuscritas o reproducidas mecáni-

camente en número inferior a diez ejemplares deben depositarse mediante un solo ejemplar en el registro del depósito legal de la Biblioteca Nacional que hará una reproducción fotográfica del mismo y lo restituirá a los depositantes al finalizar el plazo de un mes.

Art. 9: El depósito destinado al registro del depósito legal en la Secretaría de Estado del Interior y el que se dirige a la Biblioteca Nacional o a las bibliotecas indicadas en el artículo precedente deberán ir acompañados de una declaración tripli- cada, fechada y firmada, exenta de franqueo postal. Un decreto fijará los requisitos que deben figurar sobre esta declaración. En todos los casos se acusará recibo de la declaración, reci-

bo que estará exento de franqueo postal. Las nuevas tiradas de obras musicales no están sujetas a

esta declaración.

Art. 10. Los editores o la persona que haga sus veces enviarán a la Biblioteca Nacional fichas bibliográficas, exentas de franqueo postal, extendidas en las condiciones que se fijarán por disposición del Secretario de Estado de la Educación Nacional.

Sección IV. Organizacien del servicio. Art. 11. El servicio del depósito legal dependiente de la Secre- taría de Estado del Interior, y el servicio del depósito legal dependiente de la Secretaría de Estado de Educación Nacional, constituyen un servicio común denominado Registro del Depósito Legal. (cRégie du dép8t Iégalo). Dirigirá este registro un funcionario de la administración

central perteneciente a la Secretaría de- Estado del Interior. El registro contará con el asesoramiento de un comité consul-

tivo cuya organización y funcionamiento se determinarán en un decreto redactado a base de un informe del secretario de Estado del Interior y del secretario de Estado de Educación Nacional.

Título 11. Sanciones Art. 12. (En caso de incumplimiento total o parcial de los depósitos prescriptos por la presente ley, y un mes después de

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haberse enviado por correo certificado un requerimiento que no haya surtido efecto, el registro podrá proceder a la compra en un establecimiento comercial de la obra que no haya sido depositada, o de los ejemplares faltantes, y ello, a costa de la persona física o moral obligada a constituir el depósito legal. El reembolsodelos gastos de compra podrá intentarse sea por

vía civil, o en el caso pertinente, constituyéndose en parte civil en el momento de ejercerse las acciones previstas por el artículo 13 y a salvo del recurso que eventualmente pueda tener el condenado contra la persona civilmente responsable. L a acción del registro prescribe a los diez años contados a

partir de la publicación de la obra sometida al requisito de depósito. Esta prescripción puede interrumpirse mediante el envío de una carta certificada con acuse de recibo suscrita por el agente general del registro del depósito legal.

Art. 13. Incurrirá en una multa de 200 a 3.000 francos y, caso de reincidencia en una multa de 3.000 a 10.000 francos, toda persona que se sustraiga voluntariamente al cumplimiento de las obligaciones impuestas por la presente ley. Llegado el caso, el tribunal se pronunciará contra la persona

a quien se impute la omisión, y si así procediera, solidaria- mente con él, contra el responsable civilmente, condenándolos al pago de los ejemplares comprados de oficio conforme a las disposiciones del artículo precedente. Además, puede ordenarse el embargo y la confiscación de

los ejemplares puestos en venta ilícitamente. L a acción penal prescribe a los tres años contados a partir

de la publicación.

Título 111. Disposiciones diversas

Art. 14. El depósito regulado por la presente ley no debe confundirse con los depósitos especiales administrativos o judiciales previstos por el artículo 10 de la Ley de 27 de julio de 1881.

Art. 15. Las declaraciones previstas en los artículos 7 y 7 podrán ser consultadas libremente por los propios depositantes, los autores o sus causahabientes respectivos. Todos ellos ten- drán derecho a que se les faciliten copias de esas declaraciones.

Art. 16. El secretario deEstado del Interior y el secretario de Estado de Educación Nacional fijarán por disposición ministe- rial, y cada uno en lo que a su competencia corresponda, el destino que deba darse a los ejemplares procedentes del depósito legal.

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Art. 17. Quedan derogadas las leyes de 19 de mayo de 1925 y de 17 de septiembre de 1941, los decretos de 20 de febrero de 1924, de 21 de noviembre de 1925, de 9 de febrero de 1926, y de 29 de diciembre de 1933. Siguen derogados los artículos 3 y 4 de la L e y de 29 de julio de 1881. Art. 18. L a s disposiciones de la presente ley entrarán en vigor en el plazo de un mes, contado a partir de su publicación, salvo en lo que se refiere al depósito de películas cinematográficas y discos fonográficos cuyos productores y distribuidores se encuentran dispensados provisionalmente de las obligaciones que les corresponden mientras no se publique un decreto que fije, respecto a ellos la fecha a partir de la cual les será aplicable la presente ley.

Art. 19. El presente decreto se publicará en el Diario Oficial y se ejecutará como ley del Estado.

DINAMARCA

LEY DE 1? DE JUNIO DE 1927 REGLAMENTANDO EL DEPÓ- SITO LEGAL DE TODA CLASE DE MATERIA IMPRESA EN LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS

Artículo primero. Todos los impresores de libros y los impre- sos artísticos, incluyendo a los litógrafos, los impresores de partituras musicales, los que imprimen grabados en cobre, etc., deberán, a reserva de las excepciones mencionadas más abajo, remitir gratuitamente un ejemplar del material por ellos impreso a la Biblioteca Real, otro a la Biblioteca Nacional de Aarhus y otro a la Biblioteca de la Universidad. Sin embargo, la entre- ga a la Biblioteca de la Universidad sólo será obligatoria previa petición por dicha biblioteca.

Esta entrega obligatoria se aplica también a los mapas, retratos, grabados artísticos y obras semejantes producidas en el país por medios distintos de la imprenta (por ejemplo la fotografía), cuando estos mapas, retratos o grabados pertenezcan o formen parte de algún modo de una obra de la cual haya que entregar tres copias.

Además existirá la obligación de entregar a dichas bibliote- cas ejemplares gratuitos de cualquier obra, etc. impresa o producida por cualquier otro medio en el extranjero por un editor danés, cuando, si esta obra hubiera sido impresa o produ- cida en este país, hubiera estado sujeta a las obligaciones de depósito establecidas por las reglas anteriores.

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Para los fines de la presente ley, debe entenderse por editor a cualquier persona por cuenta de la cual se efectúa la impre- sión o la producción.

Art. 2. L a obligación de entrega de la que se hace mención en la sección 1 se aplica Únicamente a las obras completas. E n consecuencia, los proyectos preliminares, las pruebas de im- prenta, las galeradas, los ejemplares preliminares, de los deba- tes parlamentarios, etc., no deben ser entregados. Si algunos ejemplares de una edición fueran diferentes de los restantes en lo referente a su contenido, los ejemplares diferentes serán considerados como ediciones diferentes desde el punto de vista del depósito legal. Si una edición comprende ejemplares terminados que difieran entre sí, el ejemplar gratuito destinado a la Biblioteca Real deberá ser uno de la mejor edición, a condición de que el número de ejemplares de ésta sea superior a 50.

S e puede pedir a las bibliotecas -a instancias del deposi- tante- que conserven inaccesibles aquellos libros que son de un carácter netamente privado y confidencial destinados sola- mente para un pequeño grupo de personas. Asimismo ocurrirá con publicaciones de carácter comercial impresas para su distribución entre ciertos medios comerciales ; esta limitación de uso, se extenderá a un período de tiempo determinado que no podrá exceder de 100 años. Al entregarse tales publicaciones, las bibliotecas expedirán un recibo escrito atestiguando que se ha presentado dicha solicitud. El Ministerio de Educación. puede, a petición de las personas habilitadas para hacerlo, exceptuar tales publicaciones de la obligación del depósito. El depósito legal no se aplicará a los billetes de banco,

obligaciones, títulos y acciones ni a las publicaciones oficia- les de carácter confidencial, cuando las autoridades competen- tes juzguen inadecuado efectuar la entrega.

Art. 3. E n el caso de los diarios, se aplicarán las siguientes reglas: U n ejemplar de todos los diarios será entregado en la Biblioteca Real y otro a la Hemeroteca Nacional de Aarhus. Independientemente de todo lo estipulado en la sección 1, un ejemplar de todos los diarios de Copenhague será entregado a la Biblioteca de la Universidad.

Art. 6. Laobligación de entrega incumbe al impresor interesado, cuyo nombre (previa petición de las autoridades) debe suminis- trar el editor a las bibliotecas (y a la Hemeroteca Nacional), a menos que la entrega no sea efectuada conforme al segundo apartado del primer párrafo de la sección primera, en cuyo caso la obligación de entrega incumbe al editor.

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Si la impresión o la producción ha sido efectuada en el extranjero, la entrega incumbe, en cualquier caso, al editor. L a entrega debe ser efectuada, sin excepción, en nombre del

editor y, cuando la obligación de entrega incumbe al impresor, éste tendrá derecho a retener de la edición encargada y pagada por el editor los ejemplares requeridos.

Art. 5. En caso de quiebra o de fallecimiento del depositante, las bibliotecas (y la Hemeroteca Nacional) tendrán derecho a exigir de los liquidadores de la quiebra o de los albaceas la entrega de los ejemplares gratuitos. En el caso en que un impresor, canto de libros como de obras de arte, hubiera entre- gado la edición al editor sin cumplir con su obligación de entrega de los ejemplares y sin retener el número requerido de ellos, la obligación de entrega recae sobre el editor o los liquidadores de la quiebra o los albaceas.

Art. 6. El Ministerio de Educación está autorizado a dictar la reglementación necesaria para la entrada en vigor de la presente ley y más particularmen te : a) En lo relativo al deber de las autoridades de informar sobre

las imprentas recién establecidas y de prestar asistencia a la observancia general de esta Ley;

b) E n lo que concierne al plazo y a las condiciones de la entrega ;

c) E n lo que concierne a los casos en que no ha de ser aplicada la obligación del depósito legal;

d) En lo referente a qué material impreso será considerado como o diarios o ;

e) E n lo referente a las decisiones a tomar con relación a las colecciones de diarios depositadas actualmente en la Heme- roteca Nacional de Aarhus y que en virtud de la Ley núm. 142 del 18 de abril de 1925 han dejado de depositarse allí desde E de enero de 1925.

Art. 7. C. . . . 7 Art. 8. Los infractores de la presente ley o de la orden minis- terial correspondiente incurrirán en una multa de 10 a 1.000 coronas. El importe de estas multas será entregado a la muni- cipalidad en cuyo territmio resida el infractor.

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ORDEN MINISTERIAL REGLAMENTANDO LA A P L I C A C I ~ N

TECAS P ~ B L I C A S

DE LA LEY DE 1P DE JULIO DE 1927 RELATIVA AL DEPÓ- SITO LEGAL D E LA MATERIA IMPRESA EN LAS BIBLIO-

Formalidades relativas al depósito legal.

Artículo primero. Todas las casas comerciales que impriman libros, obras de arte, diarios, o -cuando se trate de materia impresa producida en el extranjero- los editores interesados, depositarán en la Biblioteca Real y en la Biblioteca Nacional de Aarhus un ejemplar de todos los impresos (con excepción de los diarios) que no se hallen, en Jrirtud de las disposiciones citadas más abajo, exceptuados de la obligación del depósito legal.

Todos los editores deberán depositar (a reserva de las limi- taciones expuestas en las disposiciones citadas más abajo), a petición de la Biblioteca de la Universidad, un ejemplar de cualquier materia impresa. D e todos los diarios que aparecen en el país, los impresores

interesados o, en el caso en que el diario sea impreso en el extranjero, los editores interesados, deberán depositar un ejem- plar en la Biblioteca Real, un ejemplar en la Hemeroteca Nacional de Aarhus, y, además, en el caso en que los diarios aparecieran en Copenhague, un ejemplar en la Biblioteca de la Universidad.

Extensión del depósito legal.

Art.2. Las disposiciones de las secciones 1-3 de la ley rela- tiva a la entrega de materias impresas a las bibliotecas y a la Hemeroteca Nacional de Aarhus deben ser observadas íntegra- mente con reserva de las limitaciones y de las excepciones siguientes : El el caso de imprentas dedicadas a laconfecciónde libros,

la entrega no será forzosa si se trata de: l? reimpresiones no modificadas de obras cuya composición ha sido conservada ; 20 ediciones locales o ediciones especiales de publicaciones periódicas sin alteración del texto original; 3? tiradas aparte (las tiradas aparte de ensayos, etc. publicadas en la prensa cotidiana deben ser entregadas) ; 40 formularios, etc. que hayan de ser rellenados; 50 guías y horarios de ferrocarriles y de 1í- neas de navegación; 60 canciones para las fiestas y aconteci- mientos familiares (primeras comuniones, matrimonios, etc.) ; 70 himnos funebres reproducidos literalmente del himnario ofi- cial; 80 calendarios de cualquier tipo, pero sin texto.

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Cuando se trate de litógrafos y de impresores de arte, las ilustraciones aisladas no estarán sujetas a la obligación del depósito legal, a menos que constituyan materia impresa sujeta al depósito legal o sean retratos o pinturas de interéshistórico o topográfico. Además, todos los documentos publicitarios y todos los embalajes estarán exceptuados de la entrega. E n el caso de impresos musicales, el depósito legal no se aplicará si se trata de reimpresiones no modificadas.

Diarios.

Art. 3. Son clasificados como a diarios u todas las publicaciones que aparecen todos los días o al menos seis veces por semana. H a y obligación de entregar un ejemplar de cada edición in- cluyendo la dominical y los diversos suplementos.

Reglamentación relativa a la entrega a la Biblioteca Real, a la Biblioteca Nacional de Aarhus y a la Hemeroteca de Aarhus de las obras sujetas al depósito legal y a la entrega de diarios a la Biblioteca de la Universidad.

Art. 4. A comienzos de los meses de enero y julio de cada año, se efectuará la entrega de toda materia impresa durante el curso del semestre precedente. Se autorizarán derogaciones a esta regla general cuando se haya llegado a un acuerdo espe- cial entre la biblioteca (la hemeroteca), interesada y la persona sujeta a la obligación del depósito legal en lo relativo a la fijación de otra fecha de depósito. E n el caso en que la persona sujeta al depósito cesase en cualquier actividad profesional de las que lleva anexa la obligación del depósito de materia impresa, o en el caso en que un diario dejará de publicarse, los ejemplares gratuitos requeridos deben ser entregados in- mediatamente. Art. 5. Cada entrega debe ir acompañada de dos listas idénticas impresas o manuscritas que suministren los necesarios informes detallados referentes a las materias depositadas. Para lo concerniente a folletos etc. bastará con indicar el número de impresos pertenecientes a cada categoría. Estas deben llevar asimismo una declaración expresa atestiguando que el depósito efectuado comprende la totalidad de lo que en virtud de las disposiciones de la ley y de este decreto, debe ser depositado. Tal declaración deberá ir firmada por el librador o por su agente responsable.

E n la medida en que las estampas, planos o cuadros perte- nezcan o estén, en alguna forma, agregados a una obra, esta obra deberá mencionarse específicamente en las listas, o -si así no pudiera efectuarse- debe incluirse toda la información

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posible sobre la firma comercial por cuya cuenta aquellas ilustraciones fueron impresas.

Art. 6. El depósito debe ser hecho directamente en la biblioteca (o en la Hemeroteca Nacional) interesada, excepto en el caso de material impreso en las Islas Faroe.

L a entrega del material impreso en las Islas Faroe se verifi- cará por intermedio del prefecto del distrito.

Art. 7. Todo impresor de arte o de libros que durante el período estatucario de seis meses o durante un período cuya duración hubiera sido convenida previamente, no hubiera impreso ni un solo documento a los que se aplicai el depósito obligatorio, debe, al término del período, dar a conocer este hecho a las bibliotecas -bien directamente, o bien, en el caso de las Islas Faroe, por intermedio del prefecto del distrito- en forma de una declaración firmada por él o por un agente suyo.

Art. 8. Una de las dos listas que acompañan a los documentos impresos depositados será devuelta al expedidor por la biblio- teca (o por la hemeroteca) y servirá de recibo.

Demandas de la Biblioteca de la Universidad.

Art. 9. L a Biblioteca de la Universidad debe dirigir sus deman- das al editor correspondiente, indicando expresamen re cuáles son las publicaciones cuya entrega requiere; en el casode obras publicadas por entregas o de obras en publicación, es suficiente que la biblioteca haga saber a los editores de que obras será necesario el depósito. En lo concerniente a las obras mencionadas en la lista semanal de la Dansk Boghand- letidende (Revista de los editores), al editor se le pide Única- mente que dé cumplimiento a las demandas hechas en el plazo de un m e s a partir de la fecha de aparición en la lista de obras precitadas del anuncio de la publicación de la obra. Cuando se trata de otro tipo de impresos, la demanda de la biblioteca deberá ser efectuada en el plazo de un año después de la publicación.

Art. 10. En el transcurso de un mes a partir de la recepción de la demanda de la Biblioteca de la Universidad o -en el caso de todas las publicaciones cuya demanda legal ya hubiera sido presentada anteriormente- después de la aparición de la publi- cación, el editor remitirá directamente las obras solicitadas. E n las Islas Faroe, la entrega se efectuará por intermedio del pre- fecto del distrito. L a Biblioteca de la Universidad expedirá oportunamente recibo de las obras depositadas.

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Reglas generales referentes al depósito

Art. 11. Todas las publicaciones que, de acuerdo con lo esta- tuido en la sección 2 de la Ley de l? de Julio de 1927, se deseen conservar en depósito reservado durante un determinado número de años, deben ser depositadas - cada publicación en forma independiente- bajo sobre sellado cuyo exterior debe llevar la indicación detallada de-su contenido así como una declaración firmada por el depositante o quien le represente, atestiguando que tal obra se halla completa e indicando el número de años durante el cual la obra debe ser mantenida en tal situación contándose dicho período a partir de comienzos del año que siga inmediatamente al año de edición o de impresión de la obra. Los depósitos de este tipo deben hacerse al director de la

biblioteca interesada, librándose un recibo especial en confor- midad con la declaración firmada más arriba mencionada.

Art. 12. Todos los impresos sujetos a la obligación del depó- sito deben estar cuidadosamente empaquetados.

Art. 13. Los gastos de franqueo y de porte de todos los depósi- tos que a consecuencia de la obligación del depósito legal se efectúen por el servicio de correos o por el ferroviario, serán reembolsados por la biblioteca (la hemeroteca) si así se soli- cita. Sin embargo, en el caso de envíos voluminosos, cuyo despacho pueda realizarse sin dificultad por vía férrea, sólo será reembolsado el coste de transporte por ferrocarril y no cualquier otro gasto suplementario ocasionado por el envío a través del servicio postal.

Verificación de la ejecución de la ley concerniente al depósito legal.

Art. 14. Las bibliotecas y la Hemeroteca Nacional deben ase- gurarse puntualmente del cumplimiento de las disposiciones de la ley y, SI tuvieran conocimiento de cualquier infracción de la misma, deben iniciar el procedimiento legal oportuno contra el infractor. Si las infracciones a la ley redundan en perjuicio de las bibliotecas (de la Hemeroteca Nacional! estas deben incoar una acción de daños y perjuicios contra el infractor.

Incluso en el caso en que las bibliotecas (la Hemeroteca Nacional) -en cumplimiento de las disposiciones de la sección 5 de la ley- recibieran del editor o de los liquidadores de la quiebra o de los ejecutores testamentarios de aquél los ejem- plares gratuítos que el impresor hubiera debido depositar, se puede incoar una acción judicial contra el impresor de libros o el impresor de arte interesados.

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Art. 15. Las autoridades locales colaborarán con las bibliotecas (la Hemeroteca Nacional) para sostener el derecho que estas últimas tienen de recibir gratuitamente los ejemplares de las obras sujetas al depósito legal en las mismas condiciones y en la misma medida que hasta ahora hubiera tenido lugar. D e este modo, cada vez que sea concedida licencia a una persona para comenzar una actividad comercial como impresor de libros, litógrafo, impresor de música, impresor de grabados en cobre, o impresor de arte, las autoridades locales deberán comunicarlo al Ministerio de Educación, en aplicación de la circular del Ministerio del Interior de fecha de 12 de Mayo de 1863. Además, las autoridades locales de policía deberán poner en conoci- miento del Ministerio de Educación aquellos casos en que se hubieran abierto sin licencia entitades comerciales dedicadas a la impresión de libros, litografía, impresión de música, im- presor de grabados en cobre, o impresor de arte. Las autoridades locales de policía colaborarán con las

bibliotecas (y la Hemeroteca Nacional) -si la persona sujeta al depósito legal no cumpliere su obligación de entregar los ejemplares gratuitos- para conseguir el depósito de estos ejemplares, así como la entrega de las declaraciones y de otros informes pertinentes exigidos al impresor, al editor o a los liquidadores de quiebra o ejecutores testamentarios intere- sados.

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CLASIFICACI~N DECIMAL DE DEWEY

CAETANO DIAS, Antonio e Luis COSME. Compendio de Clas- sificaqao decimal e indice alfabético. 2. ed., revista, aumen- tada e melhorada. Rio de Janeiro, Instituto nacional do livro, 1950. 322 p.

DELC’EY, Melvil, Decimal classi fication. Standard,( 15th edition) Lake Placid Club, N.Y., Forest Press, inc., 1951, IV, 661 p. Una versión revisada de la 15a ed. de la clasificación decimal de Dewey ha aparecido en diciembre de 1952.

La Unión Panamericana está preparando una edición especial de la Clasificación Decimal de Dewey basada en la 15a. edicidn inglesa que apareci6 en 1951 y 1952. La edición española dará especial importancia a la clasificación de obras de dere- cho, geografía, historia y literatura de España y de los países latino americanos.

CLASIFICACI~N DECIMAL UNIVERSAL

Ediciones completas

INSTITUT INTERNATIONAL DE BIBLIOGRAPIIIE. Clasi- fication decimale universelle, 2e ed., Sruxelles, Institut internacional de bibliographie, 1927-1933, 4 vol., (agotado). Esta edición es la que ha servido de base para los poste- riores desarrollos de la clasificación.

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FEDERATION INTERNATIONALE DE DOCUMENTATION. Classification décimale unioerselle, 5e ed., Bruxelles, Edi- ciones Mundaneum, 1940. L a clase O (public. 249de la F.I.D.) y la clase 2 (public. 251 de la F.I.D.) han sido publicadas en 1751. Se halla en preparación una edición revisada de las clases 3, 61, 62 y 63. E n 1940 se ha hecho de la clase 3 una edición en fotocopia que no se halla agotada y en ella se halla contenida - e n forma abreviada- la clase 37, la cual no se ha publicado separadamente en edición completa.

DEUTSCHER NORMENAUSSCHUSS. Dezirnal-IClassifikation, Deutsche Gesamtausgabe. 3. internationale Ausgabe der Dezimal-Klascifikation. Berlin, Beuth-Vertrieb, 1934-1951. 7 vols. (Publicacion no 196 de la F.I.D.). L a sección A-G del índice alemán de materias de la edición completa ha sido ya publicada.

BRITISH STANDARD INSTITUTION. Universal decimal clas- sification. 4th ed., English edition of the Classification décimale universelle of the Fédération internationale de documentation. London, British standard institution, 1943 ff. (British standard 1000.) (Publicación n? 177 de la F.I.D.) L o s grupos O, 50-57, 621. 3, 669 han sido ya publicados. Otras entregas se hallan en preparación.

Ediciones abreviadas

CE SKO SLO VEN SK A DO CUME N T AeN í SP OL E CNO ST . Mezi- národni desetinné tfídkní zkrácené vydání. Praha, ceskos- lovenska docurnentafní cpoleCnost, 1748. (Public. n? 21 1 de la F.I.D.)

NEDERLANDS INSTITUUT VOOR DOCUMENTATIE EN RE- GISTRATUUR. Verkorte Nederlandste uitgave der UDC. D e n Haag, Nederlandc Inctituut voor documentatie en registratuur, 1950. (Publicación n? 237 de la F,I,D,)

BRITISH STANDARD INSTITUTION. Universal decimal clas- sifzcation. Abridged English edition. London, British standard institution, 1948. (British standard 1000 A.) (Publicación n? 221 de la F.I.D.)

INTERNATIONAL FEDERATION FOR DOCUMENTATION. Classification décimale universelle, tables abrégées. Bru- xelles, Ediciones Mundaneum, 1947. (Publicación n? 200 de la F.I.D.) (agotada).

DEUTSCHER NORMENAUSSCHUSS. Dezimal-TClassifikation. D euts che Kurzausgabe. Berlin, D e uts cher Normenauc schu ss, 1741. (Publicación n? 182 de la F.I.D.)

UNIVERSITA DI PADOVA. Centro di documentazione elettro- tecnica. Classificazione de cimale uniuersale. Edizione: abbreviata. Padova, Centro di documentazione elettrotecnica, Universiti di Padova, 1742. (Publicación n? 171 de la F.I.D.)

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I N T E R N A T I O N A L F E D E R A T I O N FOR D O C U M E N T A T I O N . Skrot kdasyfikacji dziesietnej. Warsaw, 1938. (Publicación no 181 de la F.I.D.).

--, Clasificatia zecimala universala. Editia abreviata romana. 1938. (Publicación n? 176 de la F.I.D.)

--, L a clasificación bibliográfica decimal. Exposición del sistema y de sus tablas compendias. 1932. (Publicación n? 167 de la F.I.D.)

LASSO DE L A V E G A , J., L a clasificación decimal, Estudio y traducción. .. 2? ed. seguida de las marcas para alfabetizar los nombres de autor, de las instrucciones para la catalo- gación de impresos y de las reglas para la colocación de los libros en los estantes por materias. Madrid, Ma,yfé. 1950, X V , 390 p.

TEKNISKA LITTERATURS~LLSKAPET. Universella decimd- klassifikationen (UDK). Svensk forkortad upplaga. Stockholm, Teknisk tidskrifts forlag, 1946. XIX, 190 p. (F.I.D. Publi- cation n? 185). Se hallan en preparación ediciones abreviadas en finés, árabe y japonés.

Ediciones parciales

QUEIREZ-CARVAL HO, Dóris de, Classificacb decimal de de- reito. Adaptaqao de Classificaqao decimal universal de Bruxelas (Rio de J aneiro) Ministerio de Fazenda, Biblioteca, 1948. Sin paginación.

UNIVERSITA DI P A D O V A . Centro di documentazione elettro- tecnica. UDC 53 : Classi$icazione decimale universale, 53 física. Padova, Centro di docurnentazione eletuotecnica, Universiti di Padova, 1941. (Publicación n? 189 de la F.I.D.)

--, UDC 621.3 ; Classificazione decimale universale, 621.3. elettrotecnica. Padova, Centro di documentazione elettro- tecnica, 1940. (Publicación n? 188 de la F.I.D.)

INSTITUTUL R O M A N DE ENERGIE. UDC 621.3 : Clasificaze zecimala universala pentru electrotechnica si domeniile inrudité. Bucuresti, Institutul roman de energie, 1945. (Publi- cación n? 213 de la F.I.D.)

IN S T I T U T O DE S A N I D A D V E G E T A L , División de fitopatología. UDC 632 : Fitopatología, 632. Buenos Aires, Instituto de sanidad vegetal, División de fitopatología, 1950. (Publicación n? 219 de la F.I.D.)

Se hallan en preparación la edición española C.D.U. 6 y la edición checa de CDU 621.3. Algunas otras ediciones par- ciales publicadas con anterioridad a 1940 están ahora anticuadas,

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Obras relativas a la C.D.U. .u. BRUGGHEN, W. van der, A universul index to knowledgr,,

the universal decimal classification. The Hague, Interna- tional federation for documentation, 1950, 16 p. Se trata de un folleto de vulgarización concebido especial- mente para los no familiarizados con la CI)u.

CL AVIER. H., Considérations générales sur Le mécar(li.srne rie la pensée. L a Haye, Fédération internationale de docunieii- tation, 1948, 4 p.

LORPHEVRE, G., Concordante entre classifications. L a IIaye, Fédération internationale de documentation, 1948. 10 p.

RANGANATHAN, Shiyali Rarnamrita. Clussification and iriter- national documentation. L a Haye, Fédération internationale de documentation, 1948. 24 p.

PKOCELXMIENTOS DE REP RODUCCI~N

BINKL EY, Robert C., Manud on methods of reproducing research materials. A survey made for the joint committee on materials for research of the Social Science Recearch Council and the American Council of Learned Societies. Ann Arbor, Edwards Bros., 1936. XiV, 207 p.

COLBURN, Edwin B. and DEWEY, Ilarry. ~k'elhods of catalogue eard reproduction in Arnericun libraries. Chicago, A.L. A., 1949. Se pidieron informes sobre procedimientos de reproducción de sus fichas de catálogo a 400 bibliotecas. Se recibieron 79 respuestas, dando cuenta de 13 procedimientos diferentes. (Mimeograph, Mul t igraph, Card- mas ter, Mul ti li th, Addr e s- sograph, Photography, Graphotype, Ditto, Ellioth Stencil, F luid Duplicator, Offset printing, Set-o- type, Stencilling). El texto de estas respuestas ha sido filmado directamente y es posible procurarse esta película fija de 35 rnm. -única edición existente de estos textos - dirigiéndose a los Micro- photographic Laboratories of the University of Chicago Libraries.

Dncuments Reproductie, vol. 1 n? 1. 1947, Nederlands Ge- nootschap voor Document-reproduccie, Oegstgeest, Nether- lands. Contiene ciertos arcículos sobre reproducción de documentos.

Enquete de L'Unesco sur l'emploi du microfilm 1951/Unesco survey of microfilm use 1951. Paris, Unesco, 1952.' 43 p. (Reprint from Unesco bulletin for libraries, vol. Vi, no 2/3 February/March 1952 and n? 5/6 May/J, une 1952) $ .40, 2/, 100 frs. Se puede obtener de los distribuidores o agencias

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de venta de las publicaciones de la Unesco en los distintos países.

GP EAT BRITAIN, H.M. TREASURY. hfachines and Appliances in Government offices, published for H.M. Treasury Organi- zation and Methods Division, by H.M. Stationery Office, 1947, precio 5/-.

A'achrichten fui Dokumentation. vol. 1 no 1,1950. Frankfurt/ Main, Alemania. Contiene artículos sobre reproducción de documentos.

CHEPARD, Marcha. The problems of microfilming catalogue cards (The Canadian Library Association Bulletin, vol. 8, no. 3, November 1951, p. 89-90).

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i N D I C E A L F A B E T I C 0

Los números romanos se refieren a los capítulos, los árabes a las secciones, las letras minúsculas a las subsecciones. A1 y A11 a los dos apéndices.

A

Acero, equipo de, XI 2. Acumulación, técnica de la, V 4 Administración del Centro Bibliográfico Nacional, XI.

Adresógrafos, XI 2 e. A.L.A. Reglas, 111 2 a. Repertorios seleccionados A1

Alfabética, (Bibliografía -1 V 3 b.

Anónimos, 111 2 a. Anuarios. Bibliografía nacional, 11 2 c. Catálogo colectivo, VIII 2 d.

Año de publicación, 111 2 b. Asociaciones.

Informes de, 11 2 c. Guías de, IX 4.

11 3 c. Dinamarca AI. Estados Unidos AI.

Bibliografía nacional, VI 2. Métodos de reprodución do-

Audiovi suale s (Materiales --)

Austria.

cumental, XI 2 e. Autores (Indice de -), 111 5 d.

160

Ealances comerciales, 11 2 c. Biblio, 111 4 a.

Formato, V 3 a. Personal, XI 6.

Alfabética, V 3 b. Por materias, X 1 a.

recientes, 11. Area geográfica, 11 1 a. Canciones, 11 3 e. Confección, V. Métodos simplificados de,VS. Contenido, 11. Desarrollo, VI. Diarios, índice de, 11 4. Distribución, VI 3. Financiación, VI 1. Folletos, 11 2 c. Forma, 111. Idioma, 11 1 b. Mapas, 11 3 a. Materiales audiovi cuales,

Materiales, categorías -de,

Materiales, reunión de, IV.

Bibliografía.

Bibliografía nacional de obras

113 c.

11 2 c.

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Música, 11 3 b. Precio, VI 3. Publicación, VI 2. Publicaciones en serie,II2 c. Publicaciones oficiales, 11 2c. Publicaciones periódicas,

Público, 11 2 a. Repertorio bibliográfico, 11 2,

Repertorio bibliográfico se - Revistas, índice de, 11 4. Tésis, 11 2 c. Textos no-impresos, 11 2 c. Dinamarca, AI. Estados Unidos, AI. República Dominicana, AI.

Bibliografía Nacional retros- pectiva, VII. Contenido, VI1 1. Desarrollo, VI1 4. Forma, VI1 2. Materiales, VI1 3. Producción, VI1 4. Dinamarca, AL Estados Unidos, AL República Dominicana, AL

Bibliografía Nacional y Catá- logo (Diferencia entre -1, 111 1. 111 2 c-d.

Bibliografía de tradu cci one s. Dinamarca, AL

Bibliografías nacionales, (Po- sible combinación de las -> 11 1 c.

Bibliográficas inf ormacione s, 1. XI. Dinamarca AI. Estados Unidos AI. República Dominicana AI.

Biblioteca del Congreso. Encabezamientos 111 4. Fichas impresas AL. Métodos de reproducción

Micro-film de fichas VIII 3 a-b.

índice de, 114.

v 1. leccionado, 11 5.

documental XI 2 e.

Reglas de catalogación III2a. Biblioteca nacional, y copy-

right, IV 3. Biblioteca nacional y depósito

legal IV 2. Biblioteca nacional y Centro

bibliográfico nacional XI 4. Bibliotecas.

Catálogos y bibliografía na-

Guía de bibliotecas, IX 1. Préstamo entre bibliotecas,

Dinamarca AI. Estados Unidos, AI. República Dominicana, AI.

Bibliotecas de consulta, XI 3. Brasil.

cional, 111 1. 111 2 c-d.

x 2.

Boletín bibliográfico de la Biblioteca Nacional. Río de Janeiro, pág. espécimen. III 5

British National B ib liography, Formato, V 3 a.

C Canadá.

Catalogación. catálogo colectivo,VIII3 a.

A L A . 111 2 a. Asesoramiento, X 5. Biblioteca del Congreso,III 2a. Biblioteca Vaticana,III 2 a. Curnulative Book Index, 111 2 d. Normas, 111 2.

Colectivo, 1 2 a, VIII. Comercial, 11 2 c. 111 2 d. Diccionario, 111 4. (Diferencias entre biblio-

CaJálogo colectivo, 1 2 c. VIII. Area geográfica, VI11 2 b. Compilación, VI11 3.

Catálogo.

grafía y-) III 1.

costo, VI11 4. 161

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Determinación del tipo de las bibliotecas incluíbles VI11 2 a:

Materias incluibles, VI112 d. Número de bibliotecas, VI11 2. Publicación, VI11 1 e. Tiempo, VI11 2 c. Tipos, VI11 1 c. Utilización, VI11 1 b. Canadá, VI11 3 a. Dinamarca, AI. Estados Unidos, AI. República Dominicana, AI.

Centro bibliográfico nacional. . Catálogo diccionario, 111 4.

Adm i n i s tr ac ión , XI. Costo, XI 6. Consulta, biblioteca de,XI 3. Equipo, XI 2. Funciones, 12. Importancia, 13. Locales, XI 1. Localización del centro,XI 4. Personal, XI 5. Necesidad del, 1 1.

Cinematografía,(películas) 11 3 c. Científicos (Informes -), 11 2 c. Clasificación decimal, 111 5 c. Clasificación decimal univer-

sal, 111 5 c. Colación, 111 2 c. Colección, 11 2 c.

(c Colon Classification >), 111 5 c. Comercial.

Título de, 111 2 c.

Catálogo III2d. 11 2 c. Informe, 11 2 c.

Consulta, biblioteca de, XI 3. Copyright, IV 3. Costo del centro bibliográfico.

Costo del catálogo colectivo,

Cumulative Book Index, AI.

nacional, XI 6.

VI11 4.

Formato, V 3 a. Personal, XI 6. Precio, VI 3.

162

Reglas de catalogación, TI1 2 d.

D Depósito legal, IV 2. Ley, IV 2. Dinamarca, AII. Francia, A 11. Gran Bretaña, A 11.

Desarrollo de la bibliografía nacional de obras recientes, VI

Desarrollo de la bibliografía nacional de obras retrospec- tivas, VI1 4.

Descripción de los, libros, 1112 Dewey (Clasificacion Decimal-)

Dewey (Melvil --) 111 5 b. Diarios

III 5 b.

Bibliografía nacional, 11 2 C. Guía, 1x2. tndice, 11 4. Indice Dinamarca, AI. Índice Estados Unidos, AI.

Depósito legal, AII. Repertorio de obras extcanje-

ras, ingresadas en las bi- bliotecas, A 11.

bibliográficos na- cionales, A 1.

Di na m arc a.

Ser vi cio s

Discos, 11 3 c. Distribución de la bibliografía

Duplicador al alcool, XI 2e. nacional, VI 3.

E Editores.

Aportación de material para la biblioteca nacional, IV 1.

Catálogo comercial, 111 2 d.

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Financiación de la biblio- grafía, VI 1.

Guía de, IX 3. Publicación de la bibliografía nacional, VI 2.

Encabezamientos, 1112 c. 1114. Encuadernación, 111 2 d. Entintado a mano, XI 2 e. Entincado rotativo con clisé,

Entradas, ordenación de, 111 3. Equipos, XI 2. Ectadisticas de producción de

libros, X 6. Estados Unidos. Servicios bibliográficos na-

XI 2 e.

cionales AI. Estanterías, XI 2 b.

F Fichas.

ficha principal, 111 2 b. fichas impresas, 1112. Estados Unidos, AI. Ficheros, XI 2 a. Formato, V 2 a. R e pro du c c i o n e s fo to gr a f i c as , VI11 3 a, b.

Fichas impresas, 111 2 a. Dinamarca, A 1. Estados Unidos, AI.

F.I.D. (Federación International de Documentaciód, 111 5 c.

Financiación, de la bibliografla naciona1,VI 1. del índice de publicaciones periódicas, VI 4.

Folletos, 11 2 c. Dinamarca, AI. Estados Unidos, A 1. República Dominicana, A 1.

Formato de los libros, 1112 c-d. de las fichas,V 2 a. de la bibliografía nacional, V 3 a.

Fotocopias, XI 2 e.

Fotografías de fichas,VIII 3 a-b. Francia.

Biblio, 111 4. V 3 a. Biliografía nacional, VI 2. Ley sobre el depósito legal, A 11.

c, Gestetner, XI 2 e Grabaciones musicales, 11 3 c. Gran Bretaña.

ley sobre el depósito legal, A 11.

bibliografía nacional, 111 5, V 3 a.

Gu,a t ern al a. Indice bibliográfico guate-

malteco, 111 4 (pág. espe- cimen).

Guías, 12. IX. Dinamarca, A 1. Estados Unidos, A 1. República Dominica, A 1.

1 Ilustraciones, 111 2 b. Imprenta, lugar de, 111 2 b. Impresión tipográfica, repro- ducción de documentos por, XI 2 e.

Impresores (Guía de -), IX 3. Índices por autores, 111 5 d. Índices por materias, 111 5 d. Información Bibliografíca (Ser-

Informaciones bibliográficas, I.X. vicio de -), 1. XI.

Dinamarca, AI. Estados Unidos, AI. República Dominicana, AI.

Informes científicos, 11 2 c. Instituciones (como autor),III2. Instituciones (Guías de - ),IX4. International Federation for Documentation, (F.I.D.)III5 c

Investigaciones (Proyectos de -), X 3.

163

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L Lawler (John -), AI. Legislación administrativa

Libreros. local, 11 2c.

Guía, IX 3. Revista corporativa, V 3.

Comercio, 111 2 d. IV 4. Descripción, 111 2. Estadística de producción de

Formato, 111 2 c-d. Selección de textos, VI112 d.

Bibliotecas populares, 11 5. Dinamarca, AL Estados Unidos, AI.

Libro.

libros, X 6.

Listas seleccionadas, 11 5.

Locales, XI 1. Localización del centro biblie

gráfico nacional, XI 4.

M Madera (Equipo de -), XI 2. Manuscrito de la bibliografía

Mapas, 11 3 a. 111 2 c. Máquinas de escribir, XI 2 d. Máquinas para la reproducción

Materiales.

nacional, V 2.

documental, XI 2 e.

Audio visuales, 11 3 c. D e propaganda, 11 2 c. Selección de, 11 2 c. VI11 2 d.

Mesas de escritorio, XI 2 c. Microcopias, XI 2 e. Microfichas, XI 2 e. Microfilms, XI 2 e.

Aparatos para leerlos, XI 2 e. Microfotografías, VI11 3 a-b. Microprints, XI 2 e. Microtarjetas, XI 2 e. Mimeógrafo, XI 2 e. Multilith, XI 2 e.

164

Multiplicación al alcohol (Pro-

Música, 11 3 b. cedimiento de -), XI 2 e.

Dinamarca, A 1. Estados Unidos, A 1.

N Niños (Libros de -), 11 5. VI11

Notas (sobre las fichas), 111

Novelas, VIII 2 d.

2 d.

2 c.

O Obras extran j eras ingresadas

en las bibliotecas. Dinamarca, A 1. VI11 2 d. Suecia, VI11 2 d.

Offset, XI 2 e. Oficiales, publicaciones,II 2 c. Dinamarca, A 1. Estados Unidos, A 1. República Dominicana, A 1.

Organización Internacional de Normalización, 111 2 a.

Ozalid, XI 2 e.

P Películas, XI 2 e. 11 3 c. Periódicas (Publicaciones).

Bibliografía nacional, 11 2 c. Catálogo colectivo, VIII 2 d. Guía, 1x2. Indice, 11 4. 111 6.

Dinamarca, A 1. Estados Unidos, A. 1. RepúblicaDominicana, A 1.

Personal, XI 5. Pie de imprenta, 111 2 c. Potter, Marion E. 111 4 c. Precio de los libros, 111 2 d. Presentación del repertorio bi-

Préstamos entre bibliotecas, bliográfico, V 3.

x 2.

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Dinamarca, A 1. Estados Unidos, A 1. República Dominicana, A 1.

Préstamo internacional, XI 2 a. Producción de libros, estadís-

Propaganda, materiales de,

Prusiano, normas de catalo-

Publicación de la bibliografía

Publicaciones en serie.

tica, X 6.

112 c.

gación, 111 2 a.

nacional, VI 2.

Bibliografía nacional, 11 2 c. Catálogo colectivo, VI11 2 d.

R Referencias cruzadas, 111 4. Repertorio bibliográfico, 11 2.

Repertorio sistemático, 111 5. Reproducción documental, sis-

temas de, X 2 e. República Dominicana.

Servicios bibliográficos, na- cionales A 1.

Revistas de literatura reciente, 11 5. Dinamarca, A 1 . Estados Unidos, A 1.

v 1.

Roneo, XI 2 e.

S Selección de libros, asesora-

miento de, X 4. Selección del material biblio-

gráfico. Bibliografía nacional, 11 2 c. Catálogo colectivo, VI11 2 d.

Título, 111 2 c.

nales, A 1. VI 3. Dinamarca, A 1. Estados Unidos, A 1. República Dominicana, A 1.

Serie, 11 2 c.

Servicios bibliográficos nacio-

Shepard, Martha, VI11 3 a. Sistemas de reproducción docu-

Sociedades (Gufas de -), IX 4. Sociedades científicas, IX 4. Suecia.

mental, XI 2 e.

Repertorio de obras extran- jeras ingresadas en el país, VI11 2 d.

T Tarjetas impresas. 111 2 a.

Dinamarca, A 1. Estados Unidos, A 1.

Técnico (Equipo -), XI 2. Tésis, 11 2 C.

Estados Unidos, A 1. Texto impreso, V 3. Texto no impreso, 11 2 c. Timbre ((Duplicatorn, XI 2 e. Tipografía, V 3 a. Tipográfica, impresión, XI 2 e. Típlo (Entradas de -) 111 2 c.

Traducciones ( Bibliografías Indice, 111 3.

de --). Dinamarca, A 1.

IJ Unesco.

Actividades bibliográficas,

Estadística de la producción

Uniformización de la catalo-

Introducción.

de libros, X 6.

gación, 111 2.

V Vaticano (Biblioteca del -),

Normas de catalogación, 111 2 a.

Vistas fijas, 11 3 C. Volumen precio, VI 3 A 1.

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Métodos de reproducción do-

Listas seleccionadas, A 1. W cumental, XI 2 e.

WiIson, 11.~1. (Compañía -) III. ~ é a s e rambie'n [,ürriül~t~i'c' Fichas impresas, A 1. Book Index.

166

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BIBLIOGRAF~A DE DICCIONARIOS CIENTÍFICOS Y TÉCNICOS PLURILING~ES

B N ESPAÑOL, F R A N C É S E INGLÉS

Acaba de aparecer la tercera edición revisada y aumentada de esta bibliografía trilingüe de diccionarios científicos y técnicos plurilingües. L a obra comprende en conjunto 1,629 diccionarios concernientes a 75 len- guas y clasificados en 237 materias.

Esta obra puede obtenerse en las agencias de venta de las publicaciones de la Unesco (véase la lista).

I’rccici: 1,75 dblares; 10 chcl.6 pcri.; 500 francos franceses o el equivalente en moneda nacional.

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PUBLICACIONES DE L

ALEMANIA Unesco Verrrieb fÜc Deutschland, R. Oldenbourg, M U N I C H .

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..¡""al e" ---~- ~ el Hemisferio Occidental, Calle 5, n' 306, Vedado, apurado 1358, L A H A B A N A .

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Jugoslovenska Knjiga, Terazijc 27/11, B E L G R A D O.

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PUBLICACIONES DE LA UNESCO

VOCABULARIUM B IBLIOTHECARI 1

lngl és Francés Alemán

Comenzado por HENRI LEMAITRE Revisado y aumentado por ANTONY THOMPSON

Manuales Bibliograficos de la Unesco

Acaba de aparecer este volumen 2 de la serie ((Manuales Bibliográficos de la Unescor que cons- tituye un vocabulario bibliotecológico en inglés, francés y alemán. Obra indispensable para el estu- dio de la bibliotecología. Adquiéralo en las agencias de venta de las publicaciones de la Unesco (véase la lista) y pague en moneda local.

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[A] Precio : $1. jo ; 8 /6 ; 400 fr.