Macri Renacimiento Sumerio

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Renacimiento Sumerio. El príncipe Gudea de Lagash y el arte María del Rosario Macri Historia de las Artes Plásticas I Facultad de Filosofía y Letras Universidad de Buenos Aires

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Arte sumerio, el príncipe de Gudea Lagash

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Renacimiento Sumerio.El príncipe Gudea de Lagash y el arte

María del Rosario MacriHistoria de las Artes Plásticas IFacultad de Filosofía y LetrasUniversidad de Buenos Aires

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A mediados del siglo XXIV (2350 a.C.)1, la Baja Mesopotamia vive un período de auge con la formación del Reino de Akkad (2348-2198 a.C.) en el que se sucedieron durante aproximadamente un siglo y medio cinco reyes de padre a hijo. El rey Sargón fue el fundador de la dinastía e hizo de la ciudad de Akkad la capital del Reino. La dinastía cierra con Naramsin y el último rey de la dinastía acadia Shalkalisharri (2223-2198 a. C.)2. El rey semita Sargón recibió el título de “rey de Akkad”, “rey de Kish” (antigua capital semita) e inició campañas hacia el Norte, persiguió a Lugalzaguesi de Uruk y progresivamente se adueñó del territorio sumerio hasta el mar arábigo (Golfo Pérsico) por lo cual obtuvo el título de “rey del país”. Realizó otra campaña militar hacia el Oeste (Siria y Líbano), con salida hacia el mar Mediterráneo y hacia el Norte la meseta de Anatolia (Turquía), constituyó, así, un verdadero imperio para recibir el título de “rey de las cuatro zonas” (es decir, rey del Universo). Los sucesores de Sargón debieron afrontar sucesivas rebeliones y consecuentes mermas del territorio conquistado. Shalkalisharri ostentó el título de “rey de Akkad”, con lo cual se pone en evidencia que las ciudades circundantes habían iniciado un proceso de emancipación de la tutela acadia.

Uno de los fundamentos del imperio semita era de orden económico y su objetivo consistió en el control del monopolio de los bienes de consumo y aún aquellos bienes que era preciso importar desde fuera como la madera, los metales y las piedras. En lo político, el monarca debía rodearse de una administración fuerte para mantener el orden de los territorios conquistados con pesadas cargas fiscales y controles que garantizaran la libre circulación de las mercancías.

Se atribuye a un pueblo extranjero, conocido con el nombre de Guteos, la ruina del imperio acadio. Se han contabilizado veintiún reyes guteos que reinaron entre el 2210 y el 2116 aproximadamente, lo cual pone en evidencia, por una parte, la

1 Se seguirá la cronología propuesta por los autores Cassin, Bottéro y Vercoutter en Los Imperios del Antiguo Oriente I, Madrid, Siglo XXI, 1980.2 El orden sucesorio de la dinastía es el siguiente: Sargón (2340-2284); Rimush (2284-2275); Manishtushu (2275-22609; Naram Sin (2260-2223) y Shalkalisharri (2223-2198).

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brevedad de tiempo de reinado de cada uno de estos monarcas, y por otra, da cuenta de un poder central bastante débil. Los guteos destruyeron mucho y dejaron poco, pero la consecuencia de esta invasión fue la progresiva liberación de las ciudades súmeras del dominio acadio y, entre ellas, Uruk, que prevaleció sobre las demás en tiempos de Shalkalisharri, el último rey acadio.

La liberación de los guteos partió de la ciudad de Uruk: hacia 2110 a. C., Utukhengal de Uruk emancipó el territorio del pueblo invasor, pero su poder fue exiguo, su general Ur Namu lo eliminó e hizo de la ciudad de Ur la nueva capital de una monarquía centralizada, período histórico conocido con el nombre de la tercera dinastía de Ur.

Otra de las ciudades que jugó un papel importante en tiempo de los guteos fue Lagash, en el país de Súmer. Lagash había sido vasalla de Akkad y luego parece haber dependido de Uruk. Los gobernantes de Lagash se suceden de padre a hijo o yerno y constituyen la segunda dinastía3 fundada por Ur Baba hacia el 2164-2144 a. C., a este período se lo conoce también con el nombre de Renacimiento sumerio pues se trata de una restauración política y cultural y significó un retorno al régimen de las ciudades estado que había imperado en Súmer antes del imperio acadio. Según la Doctora Perla Fuscaldo: “La ciudad súmera, (…), se caracterizaba como una unidad políticamente independiente, gobernada por un príncipe, el ensi, en la que coexisten la comunidad de ciudadanos y el estado –integrado por dos organizaciones: el palacio y el templo- que habitan en un territorio delimitado por una muralla defensiva”4.

Lagash, actualmente Al Hiba se convirtió en la capital de los príncipes de la segunda dinastía y con ella dos ciudades formaban parte del territorio: Girsu, actualmente Tello que actuaba como centro religioso y tal vez residencia del príncipe y Nina, actualmente Shurgul. Los príncipes detentaban el título de ensi es

3 La segunda dinastía de Lagash estaba conformada por Ur Baba (2164-2144); Gudea (2144-2124); Ur Ningirsu (2124-2119); Pirigme (2119-2117); Ur Gar (2117-2113) ; Nama Khani (2113-2110) 4 Fuscaldo, Perla, “La ciudad en la Antigua Mesopotamia” en La ciudad a través del tiempo, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, 1978, pág. 3.

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decir un vicario de los dioses en la tierra que reunía en sus manos el poder político religioso y militar.

El príncipe debía ser sabio para gobernar a la humanidad y pío para servir a los dioses. La piedad era una cualidad esencial para el funcionamiento de la ciudad: el templo era el centro de la vida religiosa, cultural, económica y social, y perteneciendo el país al dios, la encarnación visible de este orden debía ser la figura del ensi : su primer deber era construir y decorar templos y vigilar que los ritos requeridos se cumplan: libaciones, sacrificios, festivales, rituales. También su función era la construcción y el mantenimiento de canales, la administración de la ciudad, el mantenimiento del orden interno, la administración de la justicia y la seguridad de las fronteras5.

Un himno dedicado a Shulgi (2093-2047), el segundo rey de la dinastía tercera de Ur, recuerda que el rey nació: “…para llenar los graneros de la tierra con granos, para llenar los almacenes del territorio de toda suerte de mercaderías, proveer al cazador y pescador de pájaros y peces, llenar los establos de leche y crema (…), administrar justicia en el territorio, poner fin a la opresión”6.

Modelo de príncipe de la segunda dinastía de Lagash fue Gudea quien gobernara hacia 2144-2124 a. C. y legara un número importante de textos, esculturas, objetos de culto, edificios fabricados con el propósito de honrar a los dioses de su territorio y procurar el bienestar de los ciudadanos. A Gudea “(…) le fue otorgado el cetro por Ningirsu” (Estatua D, IV, 5-6)7 y el Panteón entero de la ciudad de Lagash aceptó entronizarlo: “(…) el día que Ningirsu eligió a Judea para gobernar el territorio como un buen pastor” (Estatua B, III, 6-9)8.

5 Ibidem, pág. 16.6 Tallon, Francoise, “Art and the ruller: Gudea of Lagash” en Asian Art. Mesopotamian Art in the Louvre, Oxford University Press, Volume V, Number I, Winter 1992, pág. 33.“...to fill the granaries of the land with grain, to fill the storehouses of the lands with all kinds of goods, to provide the trapper and the fisherman with birds and fish, to fill the stalls with milk and cream, (...), to put and end to oppression”.7 Ibidem , pág. 34.“(…) given the scepter by Ningirsu”.8 Ibidem , pág. 34.“(…) the day when Ningirsu chose Gudea for the country like a good shepherd”.

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La extensión del territorio bajo Gudea es incierto, probablemente controlaba una parte del sur de la Mesopotamia con acceso al Golfo Pérsico, si bien una inscripción de la estatua B del príncipe reza lo siguiente: “Ningirsu (el dios de Lagash), su dios querido le abrió la ruta del mar de arriba (Mediterráneo) hacia el mar de abajo (Golfo Pérsico) (Estatua B, 49-64)9. Gudea también se refiere a una expedición militar en el país de Elam, en la ciudad de Sanan, al este del sur de la Mesopotamia, actualmente Irán. La expedición contra Sanan y el Elam que nos cuenta Gudea debió oponerse, únicamente a una ofensiva de los turbulentos vecinos, ya que la victoria del soberano de Lagash no parece haber dado lugar a ocupación alguna del país enemigo10.

Los príncipes de la segunda dinastía de Lagash habían heredado del Imperio de Sargón de Akkad la necesidad de ejercer el monopolio de los bienes de consumo con vistas a la autonomía económica fundada en relaciones comerciales y diplomáticas más que bélicas, pues no se acentuaba la intención de sojuzgar a los pueblos por medio de violentas campañas militares como las llevadas a cabo por Sargón y sus sucesores, y con esto, los príncipes de Lagash se liberaban de la necesidad del mantenimiento de tropas y del sostenimiento de una fuerte administración en los territorios conquistados, liberando de esta manera los recursos para emprendimientos de otra índole.

Gudea envió caravanas comerciales a los países vecinos para proveerse de cedros traídos de Amanus en el Líbano, para las preciosas construcciones de madera destinadas a los templos; plátanos desde las montañas de Ibla en el Eúfrates superior; mármol y piedra caliza desde los montes del Oeste; oro en polvo desde el país de Khakhu y de Melukha, plata. El cobre de la frontera elamita y el basalto de la región del Eúfrates, situada al oeste de Urfa. Los ríos y canales se encargaban de transportar las valiosas mercaderías hasta Lagash. Por mar los barcos traían maderas de Tilmun, en el archipiélago de Bahrein; diorita del sur

9 Ibidem, pág. 32.“Ningirsu (the God of Lagash), his dear king, oponed him the route from the Upper sea (the Mediterranean) to the Lower sea (the Persian Gulf)”.10 Cassin, Bottéro, Vercoutter, op. cit., pág. 98.

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de Arabia, Megan, hoy Oman y tal vez de la orilla opuesta de estrecho de Ormuz. El lapislázuli y la carnelita también procedían de las rutas del Golfo Pérsico11.

En los textos escritos y en las representaciones plásticas, Gudea enfatizó el papel religioso sobre el político y militar, si bien estos últimos no fueron olvidados, fueron asimilados por el primero12.

El príncipe elegido por los dioses, difrutaba de los favores de las divinidades del país: de Ningirsu, el señor de Lagash, hijo del dios de las tempestades y las montañas Enlil13; de la diosa Nanshe, hija del dios de las aguas profundas Enki; de Gatumdug, hija del dios del cielo An, era la madre de Lagash, fundadora de la ciudad donde ella residía y de la diosa Bau, esposa de Ningirsu.

Gatumdug, diosa de la ciudad de Lagash elige a Gudea (que era de linaje desconocido) como hijo y como príncipe, quien en una plegaria a la diosa proclama: “No tengo madre, tú eres mi madre, no tengo padre tú me pariste en el templo”14 (Cilindro A, III, 7-8). Pero a Gudea le fue entregado el cetro por Ningirsu (Estatua B, III, 6-9). Nanshe diosa de los canales y de las corrientes de agua, lo cuidó con ojo favorable, fue guiado por el discurso de Bau y Nindara, esposo de Nanshe que le dio fuerza. Shulshaga le dio el aliento de vida e Igalim le ofreció el cetro de la soberanía (Estatua B, II, 1-99)15.

Las citas fueron tomadas de las inscripciones con las que fueron dotadas las esculturas del príncipe y dos cilindros de arcilla conocidos como cilindros A y B, ambos de

11 Schmökel, Hartmut, El país de los súmeros, Buenos Aires, E.U.D.E.B.A., 1977, pág. 118.12 Si se comparan las obras de arte producidas bajo el reinado de Gudea con la estela victoriosa de Naram Sin (cuarto rey de la dinastía de Akkad, hacia 2250, la estela mide 200 x 105 centímetros y está realizada en arenisca) se verá al rey semita a la cabeza de la tropa escalando las montañas (Montes Zagros), y a su paso aplasta a los enemigos.13 La tríada de dioses sumerios estaba integrada por Enlil, dios de las tempestades y las montañas, An, dios del cielo y Enki, dios de las aguas profundas. El núcleo subyacente de la religión sumeria era el rito de las nupcias sagradas de la diosa de la fertilidad Innana y el pastor Dumuzi, dios de la vegetación. La unión de ambos garantizaba la permanente renovación de la vida.14 Tallon, F., art. cit., pag. 34.“I have no mother; I have no father, you are my father; you gave birth to me in the temple”.15 Ibidem, pág. 34“Nanshe looked upon him with a favorable eye; he was guided by Bau’s speech; Nindara the husband of Nanshe, gave him strength; Shulshaga gave him the breath of live; and Igalim offered him the scepter of sovereignity”.

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aproximadamente sesenta centímetros de altura escritos con caracteres cuneiformes en lengua sumeria y contienen dos himnos en los cuales se narran las diferentes etapas de la construcción del santuario Eninu (Cilindro A) y la ceremonia de dedicación del templo bajo la advocación de Ningirsu (Cilindro B). Santuario y templo parecen haber sido el más ambicioso proyecto durante el gobierno de Gudea.

La colección más significativa y completa del príncipe Gudea, se halla actualmente en el Museo del Louvre y se debe a los hallazgos realizados por los arqueólogos franceses Ernest de Sarzec y Gastón Cros16.

Ernest de Sarzec inició sus excavaciones en la ciudad de Grisu (Tello), la antigua ciudad quedaba a medio camino entre Bagdad y el Golfo Pérsico, entre los ríos Tigris y Eúfrates. Un príncipe arameo Adad-nadin-ahhe, se instaló allí en el siglo II a. C. y sus sucesores vivieron allí hasta el siglo II d. C., el palacio del príncipe arameo se emplazó en el lugar donde se había construido el templo dedicado por Gudea de Lagash y su esposa Ur-Bau al dios Ningirsu. Ernest de Sarzec (1837-1901) llevó a cabo las expediciones organizadas en once campañas que van desde 1877 hasta 1900. Fruto de esta campaña son las esculturas de Gudea, una escultura de Ur-Bau y objetos de culto que fueron transferidos al Museo del Louvre en 1881.

Gastón Cros exploró el territorio entre 1903 y 1909, realizó cuatro campañas, investigó los tells (vocablo de origen árabe que significa colina) ya trabajados por su antecesor y abrió nuevas áreas, Cros halló en las proximidades del templo de Ningirsu fragmentos de estelas17 que representaban episodios de la construcción del templo y la ceremonia de consagración.

De entre los testimonios que dejó Gudea se habla del emplazamiento de las nombradas estelas del templo de Eninu que representan en imágenes lo que los textos de los cilindros describen acerca de la construcción del santuario. El Cilindro A 16 Tallon, F., “The Louvre collections of Early Mesopotamian Art” en Asian Art. Mesopotamian Art in the Louvre, Oxford University Press, Volume V, Number I, Winter 1992, pp. 2-9.17 Estela: vocablo de origen griego usado para denominar a las losas de piedra de forma generalmente rectangular y altura considerable, con frecuencia su extremo superior está rematado en semicírculo. Se utilizaron como soporte de textos e imágenes de muy diversos contenidos.

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(XXIII, 1-3) describe el emplazamiento de siete estelas en siete días. Gastón Cros encontró fragmentos de uno de estos monumentos, se trata de partes de una gran estela, curvada en la parte alta y organizada en registros. Los temas que se representan son: la construcción del templo y las ceremonias que se celebraron después. En la zona alta aparecen las escenas de presentación (como las del sello personal del príncipe Gudea, donde el príncipe es presentado por su dios personal Ningishzida al dios Ningirsu). Uno de los lados de la estela ilustra acerca de diferentes episodios de la construcción del templo, incluye el transporte de materiales a través de las montañas y por los ríos y rutas marítimas, y la construcción en sí: albañiles que traen canastas de ladrillos sobre sus cabezas y suben escaleras. La otra cara muestra las ceremonias que tuvieron lugar cuando el templo se completó, con la instalación de las ofrendas presentadas por Gudea, la lista de las cuales se describe en el cilindro B. En los relieves hay un carro, un asno, espadas, una lira, esculturas de leones que posiblemente fueran los guardianes de las puertas del templo. También hay procesiones de portaestandartes, escenas de libación, músicos y cantantes, tambores y una lira decorada con una cabeza de toro. La estela es de caliza mide 120,5 x 63,5 centímetros, fue hallada en Tello y se la puede datar alrededor del 2120 a. C.

Existe otro pequeño fragmento de una estela en el Museo de Estambul que representa una fila de prisioneros (alusión a una victoria militar) y podría tratarse de la campaña del príncipe Gudea contra los elamitas también mencionada en la inscripción de la estatua B, donde se deja constancia que el botín conquistado será ofrecido al dios Ningirsu. La representación de estos episodios de carácter militar, adquirirán, pues, carácter religioso.

Las esculturas de Gudea de Lagash, hoy en el Museo del Louvre, se dividen en dos grupos (clasificadas de acuerdo con el tamaño). El primer grupo formado por ocho piezas es el más homogéneo, encontramos las esculturas de tamaño mayor, son de piedra diorita y están todas decapitadas. Se las designa con las

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letras del alfabeto: esculturas A, B, C, D, E, F, G y H18, o bien por alguna particularidad, por ejemplo, Gudea arquitecto, Gudea colosal, Gudea de hombros estrechos, etcétera. Las del segundo grupo formado por seis piezas, tres de ellas representan a Gudea sentado y están dedicadas a su dios personal Ningishzida, las otras tres representan a Gudea de pie y están dedicadas a la diosa Geshtinana, sólo una de las estatuas19 de este grupo procede de una excavación auténtica: se trata de la pequeña escultura de Gudea sentado, cuya cabeza había sido encontrada por Ernest de Sarzec en 1900 y el cuerpo hallado por Gastón Cross en 1903. Las otras tres fueron encontradas por Ernest de Sarzec en el mercado clandestino de obras de arte.

El templo era el centro de la vida religiosa de las ciudades sumerias, en él se encontraba el santuario con la estatua divina. Los fieles se congregaban en los patios suntuosamente adornados de pilares y nichos, columnas y mosaicos, antes de llegar al patio principal, tenían que atravesar varios aposentos y atrios, acercándose cada vez más, ya dentro del recinto sagrado al santuario mismo. Relieves, mosaicos, estelas, ofrendas, objetos litúrgicos adornaban galerías y patios. Monumentos de sacerdotes, princesas y el ensi de pie o sentado, llenaban los atrios y nichos o se alineaban en señal de oración en las paredes del santuario20.

De entre las ofrendas que han llegado hasta nosotros, se conserva un vaso (Figura I) para realizar libaciones21 de esteatita dedicado al culto del dios personal de Gudea, Ningishzida, encontrado en Tello, fechable hacia 2120 a. C. y de 23,5 x 11 centímetros, decorado con las figuras de los acólitos de este dios ctónico: dos serpientes entrelazadas (alusión a la fertilidad)

18 Estatua “A” Gudea de pie, diorita, Tello, hacia 2120, 124 x 52,5 centímetros.Estatua “B” Gudea sentado (arquitecto), diorita, Tello, hacia 2120, 93 x 46 x 62 centímetros.Estatua “C” Gudea de pie, diorita, Tello, hacia 2120, 124 x 143 centímetros.Estatua “D” Gudea sentado” (colosal), diorita, Tello, hacia 2120, 158 centímetros de altura.Estatua “E” Gudea de pie (hombros anchos), diorita, Tello, hacia 2120, 124 x 143 centímetros.Estatua “F” Gudea sentado, diorita, Tello, hacia 2120, 86 centímetros.Estatua “G” Gudea de pie (tiene un hombro roto), diorita, Tello, hacia 2120, 124 x 143 centímetros.Estatua “H” Gudea sentado, diorita, Tello, hacia 2120, 77 centímetros de altura.19 Pequeño Gudea sentado dedicado a su dios personal Ningishzida, diorita, Tello, hacia 2120, 46 x 23 x 22,5 centímetros.20 Schmökel, H., op. cit., pp. 181-182.21 Libación: vocablo de origen latino, alude a la ofrenda consistente en el derramamiento de bebidas.

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alrededor de un báculo cuyo extremo llega a la boca del vaso, está representado un dragón con cuernos, cuerpo recubierto de escamas y cola de escorpión apoyado en una espada que sirve de jamba a la puerta (tal vez la puerta del santuario). El agua para las libaciones se vertía por la boca del vaso y luego se derramaba para las ofrendas por medio de los dos orificios que estaban en las bocas de las serpientes entrelazadas.

El vaso llevaba una inscripción: “A Ningishzida, su dios, Gudea, príncipe de Lagash, dedica (esto)”22. El vaso es de forma atectónica, su diámetro es menor en la base que en la abertura similar a otro vaso de libaciones representado en el sello real de Shulgi (segundo rey de la tercera dinastía de Ur, hacia 2094-2047 a. C.). El rey de Ur hace su libación frente a la deidad sobre una

22 Tallon, F., “Art and the Ruler…” en Asian Art..., pág. 37.“To Ningishzida, his God, prince of Lagash, dedicated (this)”.

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pila de la cual brotan flores a ambos lados, referencia al poder fertilizador del agua23.

Otras de las pequeñas ofrendas halladas son unas esfinges (de 12 x 14 centímetros aproximadamente): toros echados con cabeza humana de esteatita negra, en el lomo del animal existía una cavidad para guardar perfumes, o bien una pequeña imagen de la divinidad. La esfinge es una potencia benéfica. Más tarde, los toros androcéfalos, de pie, en marcha y dotados de alas se convertirán en los guardianes de los palacios asirios.

La mayoría de las estatuas sumerias fueron encontradas en Girsu (Tello) el príncipe puede estar de pie o sentado, con las manos juntas vestido con una túnica drapeada con el hombro y el brazo derecho descubiertos, los pies desnudos encerrados en un nicho que garantiza la solidez del monumento, muchas de ellas llevan el nombre de la divinidad a la que se dedicó la estatua e inscripciones referidas al templo de Ningirsu, su locación, medidas, referencias al mobiliario con el que fue dotado el templo. Había también una alusión a un favor concedido por la divinidad o a un deseo que se le formulaba. Fuera de la inscripción, en un cartucho, aparecía el nombre de Gudea acompañado de sus títulos.

La mayor parte de las esculturas son de diorita o dolerita: roca muy dura de color azul verdoso y de origen eruptivo (la piedra se importaba de allende los mares, con lo cual se expresa la importancia del monumento y el poderío económico de los príncipes capaces de garantizar la circulación de mercancías de extrema calidad). De acuerdo con las figuraciones escultóricas, Gudea debió de ser un hombre entre unos 25 o tal vez 40 años y encarna el tipo humano sumerio: cráneo corto, nariz prominente, boca pequeña, labios finos, mandíbula inferior corta, frente ancha, figura baja y corpulenta.

El vestido es una simple túnica que cae recta y deja descubierto el hombro y el brazo derechos, tiene pliegues a la altura de la axila derecha y el antebrazo izquierdo y una estrecha estola con franjas, el tejido no tiene ornamentos.

23 Ibidem, pág. 39. La impresión del sello mide 3,4 x 1,2 centímetros.

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La cabeza aparece hundida entre los hombros, su rostro tiene maxilares anchos por el deseo de enfatizar el poder y la majestad de la figura, los ojos son prominentes las cejas simétricas que recuerdan las hojas de palmera, es una figura de musculatura vigorosa, la expresión seria rescata el sentido de sabiduría y de piedad, no busca expresar las características reales de Gudea sino las morales.

Según la opinión general, la proporción de la estatua está condicionada por el tamaño de la piedra y la estatura de la figura puede dividirse en seis, proyectando la longitud del antebrazo (hueso cúbito) desde la cabeza hasta los pies, el antebrazo funciona como módulo para la altura de la figura.

De las esculturas del primer grupo se observará la reproducción de la estatua “B”, (Figura II), se trata del príncipe Gudea sentado, también conocida con el nombre de Gudea arquitecto, dedicada a la divinidad guardiana de Lagash, Ningirsu. El príncipe sostiene en su regazo un plano del templo de Ningirsu en Girsu (Tello). Este edificio fue construido de acuerdo con las órdenes que Ningirsu comunicó a Gudea por medio de un sueño que la diosa Nanshe interpretó. Se sabe por las inscripciones de las esculturas que el santuario no sólo fue edificado con las instrucciones que el requerimiento de la divinidad, sino que también el príncipe se ocupó de proveerlo de mobiliario, decorarlo, adornarlo con presentes y personas afectadas al servicio divino.

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Gudea está sentado en un trono. En el contorno del asiento y la falda de la vestimenta, se han hallado las inscripciones en escritura cuneiforme. Los pies están sobre el trono y están envueltos por la campana que forma la falda. Los hombros del príncipe son apenas más angostos que la cadera, los hombros están adheridos al tronco, como las manos entrelazadas se adhieren al pecho de la figura. La musculatura de los brazos y pectorales está esbozada, lo que permite a la luz destacar los volúmenes, de igual modo en los pliegues de la túnica, tallados con formas cóncavas y convexas que crean contrastes de luces y sombras sobre las superficies. Los dedos y uñas de las manos y de los pies están tallados con una minuciosidad admirable. La planta que el príncipe sostiene sobre su regazo, es de una superficie de 29 centímetros, el plano muestra un recinto amurallado con entradas por los cuatro puntos cardinales, la pared externa del muro está articulada con nichos y contrafuertes. El príncipe tiene las manos entrelazadas: la mano derecha sobre la mano izquierda, ambas delicadamente descriptas. La superficie de la piedra presenta un aspecto pulido y brillante. Esta estatua como el resto

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de las del primer grupo está lamentablemente decapitada. La escultura mantiene la fidelidad al bloque de piedra, es un volumen compacto que evita la proyección de las formas en el espacio circundante, efecto que acentúa la campana que la falda forma alrededor de los pies de la figura, un nicho: superficie envolvente que protege y exhibe a la vez, los pies desnudos del príncipe en un terreno sagrado, elemento que el escultor se ha ocupado en destacar. Se cree que la escultura había sido colocada en el ki-a-nag o sitio de las libaciones, y también es posible suponer que la mirada del príncipe estuviera dirigida hacia la imagen escultórica de Ningirsu. La cuestión de las estatuas de gran tamaño que representaban a los dioses constituyen un problema: no hay esculturas exentas de tamaño monumental, aunque queda testimonio de su existencia en los relieves donde aparecen escenas procesionales en las que se transportaba las grandes estatuas sobre los hombros de los fieles o sobre los carros. Del mismo modo existen relatos acerca de su realización y también aparecen en los sellos cilíndricos de arcilla. Sí, se han conservado pequeñas estatuillas de divinidades. Se puede proponer la hipótesis acerca de la desaparición de las grandes esculturas que induce a encontrar las causas en el saqueo de las mismas pues estaban ornamentadas con adornos de oro, plata y piedras preciosas24.

En la escultura de Gudea del vaso manante (Figura III), el príncipe está de pie. Pertenece al segundo grupo de la colección de arte mesopotámico del Museo del Louvre y está dedicado a la diosa Geshtinana (diosa de la fertilidad). Es uno de los pocos casos en que el príncipe Gudea no tiene la mano derecha sobre la izquierda25 sino que con ambas sostiene un vaso manante: con la mano izquierda sostiene el glóbulo de la base y con la derecha, el cuello del vaso. Dos arroyos de cuatro corrientes de agua salen de la boca del recipiente y descienden simétricamente a cada lado de la inscripción que decora el frente del vestido y caen sobre cuatro vasos esculpidos en la base de la estatua. En las corrientes de agua los peces nadan con sentido inverso a la caída del agua (que actúa 24 Schmökel, H., op. cit., pp. 183-184.25 Se puede citar otro ejemplo del príncipe Gudea de la colección A. Stoclet (actualmente en el Museo de Detroit) que posa la mano derecha sobre la muñeca de la mano izquierda cerrada.

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en la representación como dadora de vida, en este caso del reino animal).

El vaso es un símbolo de la fertilidad y es también asociado a Ningirsu, como dios de las tormentas y dispensador de las aguas fertilizantes, y en el presente caso a Geshtinana: “…la reina que permite al agua y al fuego crecer”26, según reza la inscripción de

26 Tallon, F., “Art and the Ruler…” en Asian Art, pág. 44.“...the queen who lets water and fire grow”.

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la escultura. El motivo del vaso manante está presente en el sello personal de Gudea27, en el mismo, el príncipe de Lagash aparece representado con la cabeza descubierta, la mano derecha hacia arriba, acompañado por una diosa suplicante y llevado de la otra mano por su dios personal Ningishzida, a quien se lo puede identificar por las serpientes cornudas sobre sus hombros, el dios personal de Gudea lo presenta ante Ningirsu, entronizado y rodeado de vasos que reciben el agua vertida por el recipiente que sostienen con sus manos ambos dioses ante la figura de Gudea que contempla la escena escoltado por la mencionada diosa suplicante. Las estatuas del príncipe siguen la ley de frontalidad, Gudea de pie lleva birrete real decorado con pequeños espirales alineados paralelamente en sentido horizontal y vertical tanto en el ala del birrete que le cubre la frente como en el casco que le cubre la cabeza. El cuerpo presenta hombros anchos, fuerte musculatura resaltada por la luz. La túnica es la tradicional con el hombro y el brazo descubiertos, lleva inscripciones en la parte frontal de la vestimenta incluida la parte superior de la estola28 aunque en este caso los pliegues de la túnica apenas sobresalen de la superficie, están tallados con líneas paralelas como las que definen el agua manante del vaso. Los arroyos caen sobre cuatro vasos ubicados en la base de la escultura, los pies están encerrados en un nicho. Si se comparan el ejemplo anterior (Gudea arquitecto), en el presente caso los pies del príncipe están tallados sin cuidado, se podría calificar con la técnica del “no acabado”. Del rostro sobresalen los maxilares, los ojos y el mentón, la boca es pequeña y las orejas se presentan ligeramente giradas hacia el frente, los brazos están adheridos al tronco (fidelidad al bloque de piedra). La cabeza está apenas inclinada hacia atrás con la mirada fija en la divinidad, el ala inferior del birrete permanece en la sombra para destacar la luminosidad del rostro. Contrariamente al tratamiento de la piedra

27 Ibidem, pág. 36. dibujo tomado de la impresión del sello cilíndrico del príncipe Gudea, Tello, hacia 2120, 2,7 centímetros.

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en los pies de la escultura, el resto de la superficie, se muestra pulido y acabado en este bloque de calcita de tono gris oscuro.

Sin duda el príncipe Gudea de Lagash no desempeñó el poder que Sargón de Akkad y sus sucesores habían ostentado, pero era el ensi de un territorio próspero y menos amenazado. El bienestar se expresó en obras de utilidad pública: diques, canales, trabajos de urbanismo, construcción de santuarios, funcionarios al servicio del culto, estelas, relieves y esculturas. Las imágenes del príncipe lo representan ante la deidad con las manos juntas, en oración, o sosteniendo el vaso de donde surgen las aguas fecundantes, atributo de algunos dioses del Panteón sumerio o presentándose de la mano de su dios tutelar ante la deidad protectora de la ciudad. Gudea ha convertido, pues, cada acto de su gobierno en un gesto piadoso para honrar a los dioses del país, aún aquellos hechos que parecen alejarse de lo estrictamente religioso.

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Lista de imágenes

Figura I: Vaso de libaciones de Gudea, Tello, hacia 2120 a. C., esteatita, 23,6 x 11 centímetros.

Figura II: Estatua “B” o Gudea arquitecto, Tello, hacia 2120 a.C., dolerita, 93 x 46 x 62 centímetros.

Figura III: Gudea del vaso manante, Tello, hacia 2120 a. C., calcita, 62 x 25,6 centímetros.

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Bibliografía

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