M A T E R P U R I S S I · 2012-05-09 · leían todas las noches ... nia, atestiguado en los...

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Nº XCII Palma, Enero de 1.930 Año VIII =================================================================================== M A T E R P U R I S S I M A Los Sabios Reyes ofreciendo sus dones al Rey Infante. Cuadro de Alberto Durero. -- Florencia

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Nº XCII Palma, Enero de 1.930 Año VIII ===================================================================================

M A T E R P U R I S S I M A

Los Sabios Reyes ofreciendo sus dones al Rey Infante.

Cuadro de Alberto Durero. -- Florencia

N A T A L I C I A S LA CARAVANA ORIENTAL inscripciones ameiformes y hasta en las tablas astronómicas de Babilonia. Visión brillantísima de la primera Bien pudo, pues, escribir Suetonio:

fe gentil y preludio bellísimo del "Todo el Oriente rebosaba en el eco gra movimiento, que debía condu- de esa antigua y constante opinión,

cir todas las naciones al Evangelio: que estaba decretado que por aquel eso representaba el paso majestuoso tiempo se vería salir de Judea a los de la caravana oriental. que habían de regir el universo." Montados en sus dromedarios, es- Faltaba saber a los Magos en qué

coltados por vistoso sequito, eran de lugar había sido el nacimiento. Re- ver unos extraños personajes de ma- unido en sesión extraordinaria el jestuoso porte, de atezado rostro, de gran Consejo de los judíos, el famo - largos birretes, en sus cabezas, y de so Sanedrín, recibió encargo de He - apretadas .polainas en su s piernas, rodes de presentar adecuado infor- que, provistos de ricos presentes, me. Los sanedritas, empero, se limi - avanzaban presurosos por la vía de taron a alegar la profecía de Jericó, hacia el monte de los Olivos, Miqueas; un deje de temor se dibuja-

camino de la corte judía . ba en todos sus rostros. --¿Dónde está el recién nacido rey Hacía en efecto más de treinta de los judíos?--preguntabasn a los ie- años, que en otra sesión famosa el rosolimitanos los jefes de la expedí- propio Sanedrín había echado en ca- ción--, Nosotros vimos su estrella en ra de Herodes, el intruso idumeo, el Oriente y venimos a postrarnos usurpador de la corona de David, ante él. esta terminante ordenación de la Sa - En sus rápidas cabalgaduras, en grada Biblia: “ No popndrás sobre ti efecto, habían removido aquellos ex un rey extranjero. ” Y el viejo He - pedicionarios ilustres las arenas del rodes, cuya preocupación por el ad - desierto oriental y al cabo de muy venimiento de un nuevo rey le de - largas y penosas jornadas habían lo- voraba desde el primer día que usur- grado bordear las orillas del Jordán, pó la corona, había salvado su ira sin saber a punto fijo a dónde diri- con efusión de sangre: los dos gran- girse. des maestros Hil - lel y Schammai, que Recibidos por Herodes en la Cor- a la sazón estaban a la cabeza del te, aquellos ilustres valientes pere - nuevo Sanedrín, habían sido los úni- grinos explicaron el misterio de su cos sanedritas que salvaon sus vi - llegada. Pertenecían a la elevada cas- da. ¿ Qué haría, pues, ahora el fe - ta de los Mago : sacerdotes, sabios y roz idumeo ¿ astrónomos a la vez, cuya reputación Cumplimentados, empero, por el e influencia eran asas conocidas en viejo monarca, reanudaron en paz el mundo greco - romano. su marcha los ilustres viajeros. era En el fulgor de una prodigiosa es- ya bien entrada la tarde cuando los trella aparecida en el límpido cielo vistosos Magos fejaron a sus espal- oriental -- su libro familiar en que das el real alcázar: los primeros ra - leían todas las noches -- habían re- yos del sol poniente se proyectaban conocido el presagio del gran rey sobre el oro de laa profana águila , de Judá, vaticinado por las profecías que el capricho de Herodes había co- de los antiguos cautivos de babilo - locado sobre la puerta principal del nia, atestiguado en los libros de las suntuoso Templo. Sibilas y anunciado en numerosas Momentos después garantizando - 372

les el éxito de su viaje, ¡ extraño sobre la cual se había posado la pro- prodigio!, brillaba a sus ojos y diri - digiosa estrella y postrados adoraron gía sus pasos la misma estrella, que al Nilio de Belén. se les había aparecido en su país de A altas horas de la noche, avisa - Oriente. Precedidos por ella siguie- dos milagrosamente, encaminábase I

HUIDA A EGIPTO Pintura de la Catedral de Amberes.--José }anssens. ( Los siete dolores de María.)

ron inundados de gozo la ruta de luego la caravana, por otro camino, Belén. hacia las fronteras del tirano de ]u - Llegados al anochecer y apeados dea, mientras a su vez la Sagrada de sus dromedarios, entraron los he- Familia avanzaba por el camino de roicos peregrinos, representantes de Hebrón hacia el país de los viejos la otra mitad del orbe, en la casa Faraones. ( habían transcurrido por lo menos Esa cabalgata triunfal, esa simpá - los cuarenta días de la Presentación), tica diputación del paganismo, es la

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que abre el libro del primer evan- Jesús y las aves tiernas; gelista, el cual cierra también con y Jesús las acaricia este solemne testamento de Jesucris- y las regala y las besa. to: "Id, enseñad a todas las gentes Les da luego su permiso y bautizadlas." La caravana gentil para que al bosque se vuelvan; en efecto, era un preludio de la ca- y Jesús mira a su Madre tolicidad de la Iglesia. que enagenada le espera, "JUSTINO RIPALDA", Pbro. y la mira y se sonríe, Establiments, enero de 1930. pues va a darle una sorpresa. Los cachos del cantarillo allí están rotos por tierra; EL CANTARITO y al recogerlos el Niño DEL NIÑO JESÚS los junta y pegados quedan, y vuelve a llenarse el cántaro Era Jesús tierno niño de agua pura, limpia y fresca. seis años contaba apenas

rollizo como un capullo * * * de fragante rosaleda, Rosado como un capullo gracioso y con más encantos sigue Jesús por la senda, que una flor galante y bella, al paso como camina más amoroso que un lirio, la graciosa N azarena; porque respira inocencia. y el camino se recubre Con su cantarito lleno de capullos y azucenas. va tras de la Nazarena, P. Manuel Balaguer

la que al pisar los caminos brotan lirios en sus huellas, la que respira, y su aliento llena el campo de azucenas. Florecillas Místicas Las avecillas gozosas al ver a Jesús le cercan, He sido creada para Cristo, soy de Cristo y se posan en sus manos y llamada estoy para adornar su reino. y en su graciosa cabeza. Cristo nació para mí, está en el mundo pa- El buen Jesús siente anhelos ra mí, y en la eternidad vivirá para mí. de besarlas y cogerlas; La Eucaristía da la razón que prueba y y suelta su cantarito explica tan grandes misterios que al dar en tierra se quiebra. --¡ Hijo mío! ¡Vida mía! LA NOCHE BUENA exclama la N azarena, EN LA CHOZA y las avecillas tímidas al oir el grito vuelan. PARA NUESTRAS PEQUEÑAS -- Venid avecillas puras-- les dice Jesús-. Que vuelvan--. El invierno era riguroso, la nieve Y ellas vuelven sin temores, caía en tal abundancia sobre las al- y otra vez allí le cercan. tas mesetas de los Pirineos y en la Absorta la Nazarena aldea de l'Esperón, que las casas es- llena de amores le mira, taban semi-enterradas bajo el blanco le mira con tal terneza manto; sólo se veían algunos picos que dos lágrimas de gozo de tejado. En vano llamaba la cam- derrama como dos perlas. pana de la iglesia, para anunciar a Simpatizan y se gozan sus vecinos y alrededores la Noche 374

Buena la Misa del Gallo. Pocos mujer y a un hijo de doce años. fueron los intrépidos que se atrevie- Cuando ellos vivían, lo pasaba ale - ron a salir, aunque oyeran su voz. gremente, aunque pobres, sobre todo El más apenado, sin duda, fue Fe- en verano, que solían reunirse con

LA PÉRDIDA DEL NIÑO JESÚS EN JERUSALÉN

Pintura del Pintor Hamenco, contemporáneo.-- José Janssens

derico Chalandón, conocido con el nombre de Moisés. Era éste un buen hombre, de barba gris, que tenía al-quilado un pequeño cortijo denomi-nado el Corralón. El pobre hombre vivía solo, pues había perdido a su

ellos algunos criados del cortijo vecino y así ya no vivían tan sólos. En invierno, no era igual, pues entre las faenas del campo y las de la casa, ocupaban el tiempo casi por com -pleto y eran felices. 375

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Pero, aun las más modestas felici-dades no están al abrigo de la desga-cia, porque sucedió que un día de Agosto, habiendo salido Jaimito con sus cabras como de costumbre para que pacieran por el bosque, tuvo la desgracia de morir trágicamente: una cabra se le escapó entre las bre - ñas y el pobre niño, persiguiéndola tuvo la mala suerte de apoyarse en un bloque movedizo por las humeda-des, y fué tras él al abismo. Algunos compañeros pudieron ir a recogerlo, y lo llevaron a su casa completa-mente ensangrentado; su madre, a los pocos meses moría de dolor. Se-pultaron su cuerpo junto al del hijo a la falda de la colina y bajo el espeso musgo. La nieve, no tardó en depositarse con abundancia sobre aquel recinto, ofreciendo el aspecto de una alfombra de flores blancas, que sustituyera a los crisantemos que el pobre Federico no podía ofrendar.

Sólo en el mundo, Federico, y con su trabajo decidió vivir completa-mente dedicado a su labor antes que buscar otra mujer que le ayudara, y no salía más que los domingos para ir a Misa en la iglesia de la aldea Pasaba el tiempo y Federico vió lle- gar la Noche Buena, que tanto re- gocijaba el hogar en años anterio-res.

¡ Pobre Federico ! Su único refu- gio era la capilla, aunque la tenía a distancia, allí se le veía pasar lar-gos ratos en piadoso recogimiento y todo lo demás no le entretenía en lo más mínimo.

Llegó la noche bendita de Navi-dad, impregnada de santa melanco-lía; la nieve seguía cayendo, cayen-do y el temporal no amainaba. ¿Qué hacer? ¿Salir en una noche tan te-nebrosa? ¿Quedarse meditando y llo-rando la muerte de su amada y de su hijo? Por fin, preparó su frugal cena, una sopa de castañas y cebo-llas cruclas. Cenó sin apetito, defen-diéndose con las lágrimas, y decidi-

damente marchó al establo, no sin llevarse consigo un abrigo.

Apenas había entrado y suspendi-da su linterna de un clavo, se pro-dujo un movimiento extraño entre los animales. Los bueyes fijaron so-bre el amo sus grandes ojos; un as-nillo, con aire inteligente, volvió la cabeza y movio las orejas, como si quisiera decirle: " ¿ Qué vienes a ha-cer en semejante hora? Tu sitio no es este. ¿ No oyes la campana que repicotea constantemente? Escucha... escucha... si parece la vocecita del mismo esús que se esfuerza en lla-mar a los perezosos. ¡ Vete, vete a la iglesia, porque es Noche Buena!" En todo tiempo los asnos han habla-do a sus amos y hasta les han da-do sanos y sabios consejos.

Federico no se dio por entendido y respondió a su vez: "No, hazme puesto junto a ti en la paja, para calentar mis miembros, ya que no puedes tú calentar mi corazón. Dios me ha probado muy fuerte, me ha tomado mi mujer y mi hijo, y hoy no me quiere a sus pies, en esta no-che en que todos van a adorarle; sin duda, como soy viejo y estoy tan triste, asustaría a los angelitos y tur-baría la paz de los pastores y de los magos.

Mientras dialogaba consigo mismo, se dejó oír un grito de "¡ socorro “ muy lastimero, venido de afuera. So -bresaltado salió del establo, escuchan-do para ver de dónde venían aque-llos ayes, y temeroso de que fueran gritos de su imaginación. El tempo-ral y la nieve, con su ruido, no le dejaban cerciorarse..., pero un nue. va clamor de " ¡socorro !", más agu- do que el primero, no muy lejano, le puso de un salto en el lugar de! suceso. Un bulto negro se revolvía sobre la nieve y los gemidos de un niño le llenaron de asombro; cogió- le en sus brazos v entró con él en el establo, depositándolo sobre un montón de paja. Las manos del an-ciano temblaban como hojas; quitó

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El aguinaldo lo encontraron, Fede -rico con el regalo de ese niño quc en adelante le sirvió de cariñoso hi-jo, y Jaime con el regalo de un pa-dre que supo prodigarle todas sus ternuras. Ambos, abrazados en tan solemne noche, y después de tan gra-tas impresiones, se durmieron.

A la mañana siguiente fueron a la iglesia para dar gracias a Jesús por el favor que uno y otro recibie-ron y durante su vida no dejaron de asistir a la Misa del Gallo en com-pañía de Angeles y Pastores.

pan y un plato de sopa de tocino, pero no tenía parte en caricias ni en otra cosa por lo que él no encon-traba más consuelo que en la igle-sia, cerca de Jesús, que tiene tanto atractivo para los huerfanitos. Sus amos le conducían a Misa los domin-gos, y el año anterior lo habían lle-vado también a la Misa del Gallo, era la primera vez que Jaime asis- tió. Todo aquello le pareció sublime.

¡Pobre Jaime! Preciso fuera que Jaime hubiera recorrido todo el mun-do para admirar la humilde capilla del Esperón, tan miserable que al entrar el viajero se entristece y cree entrar en el establo de Bethlem.

Desde esa primera noche de Na-vidad, el santo recuerdo no le aban-donaba y su alma se inundaba de gozo al recordar aquellas delicias y ya en sus pastoreos, ya entre los ga-ñanes, Jaime no soñaba en otra cosa.

¡Ay! La víspera del gran día llegó felizmente, pero el tiempo tan malo, obligó a renunciar de ir a la iglesia. Cuando se hubieron retirado pastores y gañanes, Jaime se retiró también, pero como no podía pasarlo sin el Jesusito de la cuna, impulsado por el santo deseo, lanzóse afuera y a pesar de la nieve y de las tinieblas. se apresuró en ir a la aldea en bus-ca de su iglesia, como en otro tiempo los pastores buscaron el establo; pe-ro la estrella de Navidad no lucía en su camino y Jaime se perdió..

a toda prisa los húmedos harapos que vestía el niño, y le abrigó con su manta. Introdujo en sus labios amoratados algunas gotas de aguar-diente, friccionó el cuerpo rígido y poquito a poco logró diera señales de vida. Una idea loca, una esperanza insensata le sacudían el corazón. ¡Ese niño desconocido le parecía su propio hijo !

--¿ De dónde vienes ?... ¿ Qué edad tienes? --preguntó Federico al niño, cuando éste dio señales de vida. -- Vengo de Rosals -- dijo tímida - mente--. Tengo doce años. -- ¿ Cómo te llamas ? -- Jaime. -- ¡ Jaime! ¡ Doce años ! El corazón de Federico le salta - ha con violencia. Instintivamente apretaba a su pecho al muchachito y seguía preguntando, siguiendo sus cavilaciones. -- ¿ De quién eres ? -- De nadie. Soy huérfano. Mi ma- dre murió hace un año, al principiar las heladas, y como era un poco pa -riente de los de Rosals, me tomaron como pastor.

--¿ Y esas gentes de Rosals te han enviado hasta aquí, solo, en esta no-che tan fría? -- No, para ir a.. -- Entonces, ¿ cómo has llegado hasta mi casa ? -- ¡ Ay ! Perdido, aquí me he sal - vado. -- ¿ Salvado ? ¡ Dios mío ! ; Y qué ibas a buscar ?

Jaimito abrió sus grandes ojos ne-gros que brillaron en las sombras de la noche como estrellas. Una son-risa asomó a sus lahios, y dijo go.. zosamente:

-- Ellos no querían lIevarme a la Misa del Gallo, entonces me escapé solo. Federico no cesaba en preguntar al pobre niño.

Solo en el mundo, desolado en esa grande finca, en donde no le mal- ltrataban, es verdad, ni le faltaba el

De nuestro Colegio de Santa Cruz Somos las de ayer y regresamos encima está el de nuestro Pensiona- hoy a nucstro amado Colegio. do: Dispone dc patios, corredores y Pero, ¡ qué desconocido está! Esta jardincs, que nada nos hacc envidiar es la voz quc suena constantemente a ningún otro de la Penínsnla; y si en nuestros oídos, salida de cuantas de esto disponemos para los recreos, personas vienen a visitar nuestro so- en la misma razón están los otros berbio edificio. departamentos a él anejos: Salas de

Somos las de ayer, repito; vimos estudio, separadas unas de otras se- colocar los cimientos para levantar gún sea la enseñanza, o sea, si se nuestro Colegio; vimos levantar las dedican a estudios superiores, otras paredes; lo vimos en construcción, provistas de afinados pianos obteui. - experimentamos cuanto sentían las dos recientemente, espaciosa sala de Madres, por más que trataran de di- labor orientada convenientemente, sa - simularlo, cuanto sufrían por no te- la de pintura, donde se forman pe - ner los departamentos conforme re- queñas artistas, amplio dormitorio quería la enseñanza que ellas iban con su correspondiente lavatorio y desarrrollando; sufrimos con ellas y ropería, y por fin , separados de di- ahora gozamos con ellas y desbordan chas habitaciones, según lo requiere de gozo nuestros corazones al con- la modestia y el decoro, sus corres- templar nuestro magno, esplénrlido y pondientes cuartos de baño para aten- majestuoso Colegio der diariamente al aseo que tanto Consta éste de tres pisos, en cada se nos inculca. uno de los cuales reina la alegría y Y para que nada absolutamente el humor Ellos albergan seres de falte a la higiene, tan necesaria en todas condiciones, aunque en distin- un establecimiento como el que es- tos departamentos, cabe la enseñanza tamos tratando, se nos ha destinado en su mayor extensión y para todas tamhién dos habitaciones para enfer- las exigencias de la sociedad moder- mería, las que reunen inmejorables na. condiciones, bañadas por el sol como La obrera que merece una ense- las anteriores. ñanza especial halla en este edificio Todo ello presidido conveniente- material acogida, se la enseña, se la mente por el aseo y pulcritud más forma con la vista puesta sólo en completas, por el admirable orden, Dios. base de toda discipli'na escolar, por La niñez, porción escogida en el el cariño más desinteresado de que reino de los ciclos, se la educa con somos obieto y por la sólida educa- predilección, se atiende a su desa- ción que recibimos, hace que sea rrollo, y en los espaciosos jardines de nuestro Colegio albergue delicioso, que disponemos se ven a diferentes jardín ameno, donde florecerán con horas del dia bandadas de parvuli- el tiempo flores lozanas y hermosas tos de ambos sexos alegres y entre- en cuyos cálices guardarán siempre tenidos, ora juguetones y alegres, ora los consejos recibidos en los tan her- aguzando su ingenio y haciendo sus mosos años de nuestra educación. ejercicios escolares al aire libre, Invitamos a la Federación de ex - mientras el tiempo lo permite. alumnas, lo mismo que a cuantas Párrafo aparte merece el local para compañeritas de los distintos Cole- la educación de señoritas gios, para la próxima fiesta que va - Si el destinado a las externas ( en - mos a celebrar con motivo de la inau- comendadas) es excelente, muy por guración de nuestro Colegio, prome - 379

SECCIÓN AMENA Y FROVECHOSA

Es extraordinario el marco que presta a la belleza y al encanto de una mujer unas gotas de perfume; pero es también extraordinario el perjuicio que causa el abuso indis - creto. Ya que el perfume es una cosa que hay que saber ajustar a la per- sonalidad (como el marco al cuadro). Dejad la imaginación tranquila cuan- do os encontréis delante de la mesa de la perfumería y elegid puramen- te aquello que os vaya bien. ¿ Te - néis un tipo grágil y sois rubias ? Pues entonces vuestra atención po - nedla en los perfumes de las delica - das flores de verano, la fragancia de las cnales se percibe distintamen- te. ¿ Sois un tipo lánguido y moreno? Entonces tenéis las flores y especies orientales. Y para las de cabellos rojos o color caoba hay los perfu - mes del ámbar a la capuchina.

Pero ante todo eso puede haber aún más complicaciones para aque- llas que hacen una vida activa de sociedad. De la misma manera que el sol recorre su camino, disponed en el vuestro ( frasco ) perfumes de violeta, lila y otras flores de jar- dín; y para la noche hay las com - binaciones más exóticas e intensas de flores y otras substancias, cuya fragancia se conserva después en la memoria.

Tened en cuenta que vuestro per - fume siga el espíritu de vuestra toi- lette, ya que un vestido vaporaso de tul color rosa pide un perfume di-

Las vi en el jardín jugando confundidas con las flores. El oro de sus cabellos sueltos al viento, en desorden, las turquesas de sus ojos claros coma los soles, las carmines de sus rostros, lo virginal de sus voces, su grácil revoloteo, de sus risas los candores, la diáfana viveza de sus tiernos corazones, todo a pensar me invitaba que cual celestes cantores, dulcemente me dirían, con los ángeles acordes, lo que no dicen las aves, lo que no dicen las flores; que de las mudas criaturas el discreto y firme orden narrarían elocuentes, que sus bellas almas nobles exhalarían miríficas arcanas revelacianes.

te ser muy lucida y para ello espe - al trono del rey del orbe; ramos la visita de la Superiora Ge- y los que tantas maravillas nera !. Ella comunicará después las mostramos e ilustres dones, impresiones recibidas a cuantos no en un cuerpo rico y bello hayan podido aceptar nuestm invi- llevamos alma disforme. tación y se interesen por el mismo. X.

Esperanza de los Angeles. Palma, noviembre de 1929. Alumnn interna.

Santa Cruz, noviembre de 192ft.

CONTRASTE LOS PERFUMES

Pero, ¡ Oh triste misterio ! Lenguaje vulgar y pobre desdoraba sus beldades, reflejo de un mundo torpe. No hablaban como los ángeles las que de la empírea Corte parecían descendidas... ¡ Oh catástrofe en el hombre ! Su mentalidad rastrera, sus terrenas afecciones, su grosero y ruin lenguaje, al gran ideal no respanden que el Creador concibiera, 380

BEATRIZ

ferente que uno ajustado de satén negro. Pero si vestis según vuestra personalidad, ya escogeréis instinti-vamente los perfumes que armonicen mayor con vosotras y con vuestro traje.

Una gota en el lóbulo de las ore- jas, al pañuelo, sólo una sugestión de fragancia escondida... será, yo os lo aseguro, un nuevo hechizo aña - diclo a vuestra persona.

Pero , repito, una gota no más.

Mimí.-- Ahí va otro consejo culi - nario, sobre el modo de preparar las sardinas, según me consultabas. Las sardinas pequeñas son mejores que las grandes, es un error, preferir esas úl -timas. Es preciso vaciar, lavar y se-

car las sardinas, exprimiéndolas lo posible. Luego debes rebozarlas en harina, hazlas saltar para que escu-

pan la harina no necesaria y colóca- las en círculo alrededor de pata-

tas hervidas al vapor y bien monda- das; luego esparrama sobre el todo peregil y un diente de ajo o medio diente cortado sumamente fino. Sobre

el todo, derrama un poco de manteca derretida, caliente, pero que no haya frito; mejor aún si la manteca es

de vaca. Sírvelas frías. Consejera.

NUESTRO BUZÓN

Cierta mañana el papa Sixto V pa-seaba por una de las calles inmedia- tas a la plaza Navona. Paróse dete- nidamente delante de una relojería de pobre aspecto en cuyo escapara- te se veían algunas piezas útiles sin uso, pruebas de talento de un artista a quien faltaba trabajo.

Junto a la puerta estaba una mu-jer y a sus pies jugahan seis niños cubiertos de harapos, sus rostros pá -lidos y flacos, demostraban un sin fin dc privaciones:

Sixto V dirigió una mirada hacia el pavimento como si deseara comprar algo y dijo a la mujer:

-- Por lo que veo Faura vuestro es-poso está ausente y vos no sabréis el precio de estos relojes.

-- Ah! no, reverendo Padre, ha ido a un negocio urgente pero vendrá en-seguida, si Vd. quiere tomarse la mo-lestia de pasar y sentarse creo no tardará en llegar.

Justamente esto era lo que dese-a Sixto V. Entró, sentóse en un taburete examinó cuidadosamente las piezas relojería. Sixto V miraba detenidamen una pieza importante

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Josefina.- EI té no debe servirse si- no después de sentadas a la mesa o en el momento qne se haya de to-mar, nunca hacerlo servir por ade-lantado en todas las tazas. El té pide un rito especial que debe observarse y siendo una de sus principales cua-lidades el calor, debe servirse a ca-da invitarlo uno a uno, añadiendo según su gusto: azúcar, leche, limón o agua herviida, para atenuar la fuerza.

Rosita.-Sí, te lo aconsejo, es preci-. so ser económicas, aun cuando te so-bre, pues en cualquiera situación la economía es un medio de ir adelan-te, o al menos de no retroceder si tu situación fuese un poco crítica. Estudia el modo más fácil para ha-cer frente a todas las necesidades de la vida, que son muchas. Sé econó-miea, al menos relativamente, si te es permitido gastar dinero, porque éste debe emplearse con discernimiento en bien de los otros y de sí mismo.

Conehita.-Apruebo tu proceder y ten por cierto que sólo obrando como me dices lograrás evitar contiendas y quizás algún serio disgusto. Evita las discusiones, sobre todo tratándose de política, religión y demás asuntos que la pasión puede hacer degenerar en disputas; desde el momento que veas un peligro en lo que hayas de contestar, busca con ingenio cambiar la conversación.

El relojero del Papa

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de un reloj náutico cuando entr6 un hombre, de aspecto inteligente y dul-ce. Era el rejolejo Pamfilio Bonclli. -- ¿Qué hay ? --le preguntó con an- siedad su esposa. -- ¡ Nada! ni un céntimo. -- ¿ Con qué daremos de comer a nuestros hijos ? -- Dios no nos desamparará-- ten - gamos paciencia.

Este triste diálogo no se le escapó al Pontífice, volvióse a la señora, y ésta presentó a su marido. El Papa estaba tan familiriazado en las ciencias como en la mecánica v enseguida reconoció en Pamfilio un hombre de gran saber. Bonelli supo razonar las explica-ciones que dió al Papa con sentencias espirituales y mezclar en la exposición de su arte recuerdos históricos. Sixto V no pudo menos de decirIe:

--Veo que no sólo sois hábil reloje - ro sino un gran orador lleno de decadeza y buen gusto.

-- Estoy muy lejos de merecer vues -tros elogios mi Rdo. Padre--dijo Pam -filio. Debéis saber que he aprendido mi arte bajo la dirección del famoso Claudio Verperelli, en Miilán y me he educado en las Universidades de Bo-lonia y Florencia, con los sabios doc- tores Miguel Octarini y Bruna Labin-ni. No os extrañéis pues de la habili-dad que tengo en mi arte que he

elegido más por mi gusto que por costumbre. -- El arte a que os dedicáis-- dijo Sixto V-- es muy ingrato para vos según parece, no corresponde a vues-tros esfuerzos.

-- Mi único consuelo es tener con qué alimentar a e.stos seis angelitos que todas las mañanas me piden qué comer llorando y no puedo darIes nada. La ciencia que practico necesita un gran pedestal para hacerla brillar... Los cardenales, los nobles, los ricos, no irán a comprar un reloj en una ca -llejuela de Navona.

Esta mañana he ido al convento de la Anunciación que tenía necesidad de un relojero para reparar los desgastes ocasionados por un rayo en su reloj y me han rechazado. Han juzgado por la sencillez de mi porte y donde vivo. --En esto puede haber remedio di- jo el Papa. -- No veo ninguno; he ido al Va-ticano a pedir una solicitud al Padre Santo y no me han escuchado. --_¿ Y qué pedíais ? -- Suplicaba al Papa hiciese una vi- sita con toda pompa a mi relojería. Era mi súplica algo extraordinaria al respeto que debo al Padre de los fie-les. --Y si el Papa conociera vuestra sú-plica tendría gran placer en acceder a vuestros deseos. -- Yo así lo creo, pero como está rodeado de gentes que le ocultan la verdad que... -- No se la ocultan por mucho tiem-po-- interrumpió Sixto levantándose-. Yo os aseguro que el Papa sabrá muy pronto cómo han acogido sus secre-tarios vuestra solicitud. Después de algunas frases de elogio y ánimo se despidió prometiéndole otra visita. Al día siguiente, en la hora en que las campanas de Roma tocaban al Angelus, los habitantes de la playa Navona se dirigían a la cal1e de In-gelmi: las carrozas de gala del Papa, con toda la pompa que empleaba para trasladarse al Quirinal o a la Miner-va estaban paradas delante del portal del pobre relojero Panfilio Bonelli. --Panfilio -- dijo el Papa--, vengo a levantar el pedestal de vuestra fama. ¿ Estáis contento con esto? -- Panfilio reconoció al franciscano del día anterior y exclamó emociona-do: --¡ Oh, Santo Padre ! Estoy colmado de agradecimiento, honor y alegría. Ahora no temo ni la pobreza ni la mayor miseria.

P r e m i o s y d i s t i n c i o n e s

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-- He aquí el rector del convento de la Anunciación. Viene a encargaros la reparación del reloj y en cuanto a mí, deseo un reloj para la plaza de Navona y os nombro mi relojero. -- Relojero de Su Santidad el Papa Sixto V ! --exclamó Panfilio arro-jándose a sus pies--, ¿ De dónde, Dios mío, tanta gloria a nosotros ?

-- Haceos digno de este favor,

filio -- dijo el rector--. Trabajad con todas vuestras fuerzas para honrar a vucstro bienhechor.

-- ¡Oh! Sí lo haré; toda mi cien - cia la emplearé en ello -- contestó emocionado Bonelli. MARÍA SUÁREZ Alumna 6.º curso Puerto Crus, 7 noviembre 1929.

Colegio de Palma.-- Patio de entrada.

P A L M A Pensinlado. - Se han adjudicado los

primeros premios del mes a las señoritas Juana Bibiloni, Catalina ColI, Antonia Terrasa y Juana Rossel1ó.

Han sido igualmentc distinguidas las señoritas Francisca Barrera, Bárbara Muntaner, Maciana Balle, Jua.na Ra-mis, Angclita Bibiloni, Antoñíta Palau, Magdalena Sastre, María Col1 y Antonia Riutort.

Extcrnado.-- Se han concedido los primeros premios a las señoritas Ma -ría Aguiló, Rosalía Noguera, SoIedad Bauzá, Francisca Rotger, Catalina Gibert, María Antonia Fiol, Blanca de Oleza y Jerónima Ripoll.

Han sido distinguidas las señori-tas., Isabel Noguera, Rosalía Nogue-ra, Antonia Balaguer, Catalina Mir, Esperanza Ramonell, Antonia Serve-ra y Antonia Castañero

Mallorca. Casa de payés. Fachada.

bución de premios a las alumnas que rró el acto con un elocuente y sen - los merecieron durante el curso de tido discurso. 1928 - 1929. COLEGIO DE ALCÄCER Los actos de entretemmlento que precedieron a la distribución fueron El 28 de noviembre último, con-calurosamente aplaudIdos. trajo matrimonio la federada seño- Obtuvieron premio extraordinario rita Vicenta Mari Llácer, con el dis- las señoritas Ana Martínez de Me - tinguido joven don Manuel Gil Ibo- dinilla, Ana Martínez Donad, Sofía rra. Reig González, Antonia Fité Pastor A los noveles esposos deseamos y Concepción Vidal Albalad. mucha felicidad y que la Virgen Bandas de segunda clase las se- colme de bendiciones, puesto que die- ñoritas Carmen Pérez Reig y Jose- ron pruebas de mucha piedad vinien- fa Palao Menor. do los nuevos esposos a los pies de:

Primeros premios las señoritas Jo- la Inmaculada del Colegio, a ofre - sefa Vañó Castelló y Milagros Pé - cerle el hermoso ramo de nardos y rés Roig. rosas blancas que la desposada os El Rdo., señor cura arcipreste ce- tentó en sus manos.

D I A D E R E T I R O

Tendrá lugar el día 10 de enero, en la forma acostumbra- da. La plática y reserva será a las seis, por el Rdo, señor D. Andrés Caimari, Pbro. 385

El parvulito de los Jardines del Puerto de la Cruz ( Canarias ) N. González de Chávez de Rojas. ==============================================================================================

PUERTO DE LA CRUZ

Flor en capullo. cuyo aroma no podía aspirarse en la tierra, fué trasplantada para embalsamar el trono del Altísitno. Antes que la malicia emponzoñase su corola, fijó sobre él su mirada el Señor, tronchó su tallo y eIevóle a la mansión celeste.

Gratos son los recuerdos que en su corta estancia nos lega. Su carácter vivo e ingenuo, su aplicación al estudio, su afabilidad y gracejo en las palabras, hacíanle amar de cuantos era conocido.

Acompañamos en el dolor que tal separación ha ocasionado a sus buenos padres, los distinguidos señofes don Pedro González de Chaves y doña María Lola de Rojas, y dirigimos al cielo una mirada para que el angelito les alcance del Señor grandes bendiciones.

N E C R O L Ó G I G AS das todas encargamos pidan al Se- ñor acoja su alma en la gloria.

* * * En Lloseta (Mal1orca ) falleció el

día 3 de diciembre doña Margarita Jaumc, Vda. de Capó, abuelita de las federadas señoritas Margarita y M a-ría Capó. Nuestro más sentido pésame a la familia, y un ruego a los lectores de MATER PURÍSSIMA para que no olviden de rogar por nuestros difuntos.

El día 3 de noviembre, y después de recibir los auxilios espirituales, pasó a mejor vida la distinguida señorita Georgina Martel. Sufrió con cristiana resignación una dolorosa enfermedad. edificando a cuantos la visitaban.

Desde las columnas de MATER PU-RISIMA enviamos a sus hermanas doña María y doña Francisca nuestro más sentido pésame y a las federa -

================================================================ S U M A R I O

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