Lukacs Sobre Balzac

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ENSAYOS SOBRE EL REALISM0 [ 93 tr BALZAC: ILUSIONES PERD1DAS Balzac eseril:ió esta ,ovela cuando estaha en ra cumhre de s, ¡,adurez de escritor- .creó así un nuelro tipo de novera que ejer- ció una i.nfluencia decisiva sobre la evorución literaria -de tádo el siglo xrx: la novela de la tlesilusién; esto es, Ia novela que muestra eómo el falso concepto que er hombre de Ia societiad hurguesa se ha forjado necesariaiuente de su vida se quiebra rniserablemente, al chocar con Ia b*rtal prepotencia de Ia 'ida eapitalista. Naturalmente, la primeru upo.i"i8., en eI terreno tlc la novela moderna del naufragio de rás ilusiones no vino con Balzac. _La primera gran novelu-, dl Don euijote, es también una novela de ias «ilusiones perdidas>>. pero u, clro"rt.s, la societlad burguesa, en vías de formación, destruye las últimas ilusiones f¡t1fles,. en [anto q"e :l Balzac "u p"utiru-enre la concepci.ón del hombre, la concepción de la sociedad y del arte, etcÉtera, salidos de la evolución burguesa -el más alto prodrct, ffi;- gieo de la evolución revolucionaria Ilurguesa-, l-os que se red,- cen a meras ilusiones ar confrontafse con ra rearidaá de Ia eoo- nomía capitalista. También la novela del siglo xvrrr ha destruido algunas ilu- siones. Pero éstas no eran sino ra sobrevivencia der f"eudarismo en los sentimientos y en el pensamiento; o sea, eran ideas infun_ dadas de l¡aio niv-el y mal ancladas en el fondo d" lu "*utid"J, que fueron vencidas por. una conce¡lción Ífre, aun partiendo de s11 r1i¡mos-princ,ipios, se revelaba "o*o áá" ""-pi*rr.io*, *áu adherida a la realidad. En esta novela de Balzac resuena, por primera vez, la trágica carcajada de burla ar principar produito ideorógico ¿á l, ""1i"- ¡{rirr burguesa misma; en ella vemos por primera vez dr,' maner& toial cómo la economía capitalista lleva los ideales hurgueses a ttrr*r trágica situación. No obstante, la insuperable obra maeslra rlrr Diderot, El sobrino d.e Rameau, puede ser considerada como irr.!(:ursora ideológica de esta novela. li¡rlzac no es el único que, en esta época, encaró u¡l tern¿ de lrrl gónero. Había estado precedido por .Rojo y negro, dc Stendhal ¡ (im.fesiones d,e un lújo del siglo, de Musset. El argumeritr, estaba orr r:l aire, y no por e{ecto de una moda literaria^ sin,r nmrr¡ue crn ¡rroducto de la evolución social de Francia, el país tí¡rico de lr r:volución política de la burguesía. La Revol.ucién li'i'ari*e¡tr y Itt cra heroica de Napoleón habian desatado, acrecenfa¿l'l¡ y rrtovi- llsnrlo toda la soñolienta euergía de la clase burguesa' hlste pe' r{trlo épico había permitido a lo más exquisito de le cl¿se L¡ur'- grrr:sa realizar directamente su ideal heroico y organizar stl tida y srr muerte de acuerdo can este ideal. La caída de i§apoleón, ll¡ tteslauración y tamhién Ia revolución de julio seíralan el fin ilr, csa etapa exaltada; los ideales se volvían baratijas inútiles .v glnrnentos deeorativos de }a vida real; el sendero detr capitalismo, qlliurto por la revolución y por Napoleón, se había ensanc'liado al ¡runto de transformarse en una cómoda carretera accesiblc a l¡rrlos. fos heroicos pioneros debían retirarse, ceder el püesto a ftrrr oxplotadores, hurnanamente de menor valor, de ]a evc]ució¡: n los especuladores, La sociedad burguesa, en su chata realidad, hafría crea,{<¡ sus intérpretes genuinos y sus portavoces en las pevsonas de Say, de Cousin, de Roger'Collard, de Benjarnin Constant y de Guizot; sus verdaderos generalísimos residían en i.as escrilanías y la cabeza obesa de Luis XVII era su jefe político. (Marx.) Ill énfasis dc los ideales, producto necesario del peliodo pre" r,orlonte (necesariamente heroico), se volvía socialmerrte fllper- flur»; sus sostenedoreso la joven generación, crecida en la tradi' ririrr del período heroico, debía descXasarse. i l

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  • ENSAYOS SOBRE EL REALISM0 [ 93

    tr BALZAC: ILUSIONES PERD1DAS

    Balzac eseril:i esta ,ovela cuando estaha en ra cumhre de s,,adurez de escritor- .cre as un nuelro tipo de novera que ejer-ci una i.nfluencia decisiva sobre la evorucin literaria -de tdo

    el siglo xrx: la novela de la tlesilusin; esto es, Ia novela quemuestra emo el falso concepto que er hombre de Ia societiadhurguesa se ha forjado necesariaiuente de su vida se quiebrarniserablemente, al chocar con Ia b*rtal prepotencia de Ia

    'idaeapitalista. Naturalmente, la primeru upo.i"i8., en eI terreno tlcla novela moderna del naufragio de rs ilusiones no vino conBalzac.

    _La primera gran novelu-, dl Don euijote, es tambin unanovela de ias ilusiones perdidas>>. pero u, clro"rt.s, la societladburguesa, en vas de formacin, destruye las ltimas ilusionesft1fles,. en [anto q"e :l Balzac "u p"utiru-enre la concepci.ndel hombre, la concepcin de la sociedad y del arte, etctera,salidos de la evolucin burguesa

    -el ms alto prodrct, ffi;-gieo de la evolucin revolucionaria Ilurguesa-, l-os que se red,-cen a meras ilusiones ar confrontafse con ra rearida de Ia eoo-noma capitalista.

    Tambin la novela del siglo xvrrr ha destruido algunas ilu-siones. Pero stas no eran sino ra sobrevivencia der f"eudarismoen los sentimientos y en el pensamiento; o sea, eran ideas infun_dadas de laio niv-el y mal ancladas en el fondo d" lu

    "*utid"J,que fueron vencidas por. una concelcin fre, aun partiendo des11 r1imos-princ,ipios, se revelaba

    "o*o " ""-pi*rr.io*, *uadherida a la realidad.En esta novela de Balzac resuena, por primera vez, la trgica

    carcajada de burla ar principar produito ideorgico l, ""1i"-

    {rirr burguesa misma; en ella vemos por primera vez dr,' maner&toial cmo la economa capitalista lleva los ideales hurgueses attrr*r trgica situacin. No obstante, la insuperable obra maeslrarlrr Diderot, El sobrino d.e Rameau, puede ser considerada comoirr.!(:ursora ideolgica de esta novela.

    lirlzac no es el nico que, en esta poca, encar ul tern delrrl gnero. Haba estado precedido por .Rojo y negro, dc Stendhal (im.fesiones d,e un ljo del siglo, de Musset. El argumeritr, estabaorr r:l aire, y no por e{ecto de una moda literaria^ sin,r nmrruecrn rroducto de la evolucin social de Francia, el pas trico delr r:volucin poltica de la burguesa. La Revol.ucin li'i'ari*etr yItt cra heroica de Napolen habian desatado, acrecenfal'l y rrtovi-llsnrlo toda la soolienta euerga de la clase burguesa' hlste pe'r{trlo pico haba permitido a lo ms exquisito de le clse Lur'-grrr:sa realizar directamente su ideal heroico y organizar stl tiday srr muerte de acuerdo can este ideal. La cada de iapolen,ll tteslauracin y tamhin Ia revolucin de julio seralan el finilr, csa etapa exaltada; los ideales se volvan baratijas intiles .vglnrnentos deeorativos de }a vida real; el sendero detr capitalismo,qlliurto por la revolucin y por Napolen, se haba ensanc'liadoal runto de transformarse en una cmoda carretera accesiblc alrrlos. fos heroicos pioneros deban retirarse, ceder el pesto aftrrr oxplotadores, hurnanamente de menor valor, de ]a evc]uci:n los especuladores,

    La sociedad burguesa, en su chata realidad, hafra crea,{

  • 94 I cEoRG Lur.csEl inevitable crujido, el completo agotamiento de las energia.

    creadas por la revolucin y la poca de Napolen, es el tema co-rnn de las novelas del desengao de ese perodo y la comriracusacin contra Ia prosaica podredumbre de la Restauracin r,de la monarqua de Julio. Balzac, no obstante ser monrquic,,y legitimista, ve y anota con despiadada perspicacia este carcteide l'a poea de la Restauraoin. En esta novela dice:

    Nada condena tanto la esclavitud en gue la restauracirarroja a la joven generaein. Los jvenes, no sabienrl,,cmo emplear su energa, la han encauzado no slo en o.lperiodismo, en la conjuracin politica y en el arte, 6in,,tambin en las extravagancias disolutas... Si trabajaba,;,pretendan en cambio poder y placer: los arfistas deseabairriquezas, los ociosos gandules buscaban emociones cambia.tes: de un modo u otro exigan un puesto y la poltica r:,rquera concedrselo.

    Era la tragedia de una generacin ntegra. Su reconocimieniy su ilustracin no se encuentra slo en la obra de Ba1zae, sirrotauntin en la de sus mayores y menores contemporneos.

    No ohstante, en la produccin francesa de entonces, las Jl,r-sianes perd,idds ocupan un puesto insuperado, nieo. En realid;rrlBalzac no se detiene aqu, no se contenta con reconocer e ilustr:,resta trgica o tragicdmica situacin social. Su mirada peneil.;ren esttatos ms profundos, afronta problemas ms serios. Advieri,'que el fin del peroclo heroico de la evolucin burguesa de Frant i,res a1 mismo tiempo tambin la iniciacin del ascenso del capii r-lismo francs. En casl todas sus novelas, Balzac ilustra esta ir.censin del capitalismo moderno? muestra cmo el vertiginr-,raumento del capital monetario desangra la ciudad y eI cam,,,cmo las tradicionales formas e ideales sociales se baten en reirada ante la marcha triunfal del eapitalismo. En el cuadro tl,,este proceso, Ilusiones perdiilas es un poema tragicmico que tr;r-ta de Ia capitalizacin del espritu. La novela muestra cri,la literatura (y con ella toda ideologa) se reduce poco a pocrl ir

    f-'

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    ltlnlurrrca, a obieto de cambio, e ilustrando la acaecida capitali-larrhirr del espritu en todos los campos, eotroca la tragedia gene"lrl rk: Ia generacin posnapolenica en un cuadro ocial, diseadolrr rnflyor profundidad de todo lo que ha heeho el ms granderruulcrnporneo de Balzac: Stendhal.

    I,lsle proceso de transformacin de la literatura en objeto defrulhi(,, 1o ilustra Balzac en toda su complejidad: de los valores lnx r:onvicciones, a las ideas, a los sentimientos de los escritores,lorhr sr: vuelve mercanca. Y no se satisface eon definir genri'Irslu(\nte la eonsecuencia del predominio del capitalismo, sino queFl l(xlos los campos singulares (periodismo, teatro, editoriales)irnr.in luces sobre el proceso conereto y sus factores determinan-lc rlo la capitalizacin. Qu cosa es la gloria?, pregunta elatlllor Dauriat. Artculos periodsticos de doce mil francos yi,orrrirlu de tres mil francos...> Y comenta sus principios as:

    -No me pasa por la mente arriesgar por un libro dos mil

    francos, para guardatme tan slo otro tanto. Yo especulocon la literatura pu,blicando cuarenta volrmenes a Ia vez,t diez mil copias el volumen... Mi autoridad y los artculosIrcriodsticos que hago publicar me procuran un negoeio delrcscientos mil francos et7. vez de los miserables dos mil. EIrnanuscrito que eompro por cien mil francos, cuesta menosrue el manuscrito de un autor desconocido, por eI cualrkrsembolso, no obstante, seiscientos francos.

    Y r:omo los editores, del nnismo modo piensan los escritores:

    Usted cree de veras en lo que escribe? -preguntrrcsticamenls Vs16-. Pero nosotros no somos ms que

    lorncrciantes de las palabras y hablamos de nuestro negocio,,,I,os artculos que el pblico lee hoy y olvida maana noliorrcn para m ms que un solo sentido: que me seanrnados.

    Arlr.rriis los periodistas y los escritores son explotados, .cu ta-lelrl,, x,.' ha vuelto una mercanca, materia de especulacin del

  • 96 tl croRc Lur(cs'capitalismo literario. Son explotados, pero explotados prostituidos;tambin ellos quieren ser a su vez explotad.ores, o al meuos coll-trolar la explotacin. Antes que Lucien de Rubempr se hagaperiodista, su colega y m.entor Lousteau le da las siguientes ins-trueciones:

    -Vale decir, mi muchacho: el secreto del xito no est'ren e} trabajo, sino en Ia explotacin del trabajo ajeno. Lolpropietarios de los peridicos son los empresarios del ecli-ficio, nosotros somos los que llevamos los ladrillos.I\'f;s mediocre se es, y ms fcilmente se llega a la meta,porrTue en caso de necesidad se est dispuesto a caer en lirampa, y a eonsentir a todo, a lisonjear las pasiones de iosper;ueos sultanes literarios. Hoy tenis todavia escrliputrclp{}rqlle tenis conciencia, pero maana vuestra eoncier.ci,

    .

    se postrar ante aquellos que os sacan de las rmanos eltriunfr-r, que con una sola palabra pueden daros la vidr^irero que? esa sola palabra, , lu p*or,rncian. porque, crer.-rnei.o, el escritor en boga es rns altivo y duro frente a i:Lr1ue,1{} gcneracin que el ms desangrador de los editote:,,Bnde el editor no ve rns que la prdicla, el autor en bo:lrte:re al rival; el editor reehaza al"trlrincipiante, el autor r,,I:rgr lc humilla.

    Ilsie a:::plitutl del argurrento (la eapitalizacin de todos tr,,el-err:enios de la literatura, desde la fabricacin de los valor:,,,,hreta etr sentirniento lrico) determina tambin, coino siemrpi,.en Balzae, Xa forma de Ia construccin artstica. La amistad rL.David Seirard y I-ucien de Rubempr, las ilusiones desvanecid;rsde slr coimln entusiasmo juvenitr, eI contraste de sus caracteLt'r:.son stcs los elementos que constituyen, a grandes rasgos, r{cuadro de la accin. La genialidad de Balzac se manifiesta .,,,rren este primer esquema fundamental de la composicin. Crr,,,figuras en las cuales, por una parte, la tensin implcita en r,largumento se expresa bajo la forma de pasiones humanas, ,i,.aspiraciones individuales: David Schard es uu inventor que dcs-cubre el modo de producir papel a ms bajo costo, pero ei exp1,,"

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    trrdo por los capitalistas; Lucien lleva al mercado del capitalismoporisiense el lirismo ms puro y decado. Por otra parte, en las{uttesis de los dos caracteres se manifiesta con humana plasti.citlad el ms extremo contraste entre las diversas maneras eonrue el individuo singular puede reaccionar ante la monstruosidaddol capitalismo" David Schard es un estoico puritano, mientrasIucien personifica la hipersensible avidez de placer, el refinadoolicuresmo de la generacin posrevolucionaria.

    La construccin en Balzac no es uunea pedante, nunca sel,rcsenta con eI rido cientificismo de sus sucesores. Los pro-hlemas materiales son elucidados siempre en indestructible fu-in con Ia consecuencia de las pasiones individuales de sushroes. Y detrs de esta construeein, Iue aparentemente sefrtndamenta slo sobre hechos individuales, se oculta no obstantetn conocimiento ms profundizado de las conexiones sociales,ttlrs valoracin ms exacta de las tendencias de la evolucinrocial, que en el pedantesco cientificismo de los realistas pos-toriores. Balzac compone su novela de modo de coloear en eloontro de la accin la suerte de Lucien, y junto con sta la trans-forrnacin de Ia literatura en mercanca, en tanto gue la capita-lkacin de la construccin material de la literatura, la explota-rrin capitalista del progreso tcnico, constituye un episodio quesirve de acorde final. Este modo de componer, que aparentementevuolve del revs el nexo lgico y objetivo entre la base materialy la superestructura, es inteligente en mximo grado, no sloltvqde el punto de vista artstico, sino tambin desde eI de la cr-lkru social. Desde el punto de vista artstico, porque la rica va-rlnrlad que caraeteriza la vida de Lrcien en el curso de su lucharor la gloria ofreee un conjunto mucho ms colorido y dinmicortto I,a mezquina, despreciable lucha de los capitalistas de provin-ltt por realizar el engao en perjuicio de David Sehard. Desdeal runto de vista de la crtica social? en tanto, porque el destinorle [rcien ptentiza en toda su complejidad el problenra de lalail,ruccin de la cultura realizada por eI capitalismo. El resig-ttarlo Schard advierte muy justamente que, en el fondo, lo quetnlorta es Ia explotacin material del invento, mientras gue el

  • r98 [ cEoRG LUKcshecho de haber sido engaado no es ms que su desdicha ,,,, ,sonal. Por el contrario, el colapso de Lucien pone en evidcirla oprobiosa prostitucin de la literatura.

    EI contraste entre los dos protagonistas expresa ptimamerrlas dos tendencias principales de la reaccin frente u lu t*u,,formacin de la ideologa en mercanca. La lnea de Schr,,., les la de Ia resignacin. En la literatura burguesa del siglo rr .la resignacin tiene una parte notable. El viejo Goethe es el 1,,,mero sn tocar la cuerda de la resignacin, como tono del nur:ri ,perodo de la evolucin burguesa. En sus utpicas novelas diditicas, Balzac sigue, la mayora de las veces, las huellas de Goeth,solamente quienes han renunciado o han debido renunciar a .: r,felicidad personal persiguen en Ia sociedad burguesa fines soci,rles no egostas. La resignacin de Schard tine naturalmenr,.otro carcter. l desiste de la lucha, renuncia a la realizaeirlrrde sus fines y quiere vivir tranquilo y retirado en su felicidrr,lpersonal. Quien quiere permanecer puro debe retirarse de li,"intrigas del capitalismo: en este sentido

    -no irnico y mer,.

    an yolteriano* Schard se dedica a cultivar el propio jardinr,.Lueien, por el contrario, se entrega a la vida parisiense i

    quiere conquistar a todo costo et derecho y eI poder de la r

  • 100 n GEoRG LUKcs WWT'talento. Pero ni aun en este aspecto la composicin de Balzactiene un carcter abstractamente objetivo. Esta novela no es lanovela en torno a un argumento)), no es la novela de un
  • 102 cEoRG LUKricscontrario, se acenta y se hace ms concreto), por otra parte larelacin de la figura singular con el ambiente social que Ia cir-cunda, del cual es un produeto, en el cual y contra el cual obra,es mucho ms complicada, pero todava clara y perspicua"

    Es siempre un carcter ntegro, plsticamente cerrado, qutobra en una concreta y compleja realidad social, y es siempre eIconjunto de la evolucin social que est en relacin con e]'conjunto del carcter. La genial fantasa de Balzac se revelrprecisamente en el hecho de que escoge y rrrueve a sus figura"-e modo que el centro de la accin se encuentra siempre enaquellas

    "rrulidud"t indivirluales que son las ms aptas para il*

    minar el aspecto ms esencial del proceso social, del modo mrcourpleto y con una transparente couexin con el conjunto delproceto mismo. Las partes singulares del ciclo adquieren, pues',ridu

    " independencia propias, eomo acontecimientos particulares

    de los destinos ms individuales. Pero esta individualidad resull'isiempre 1o socialmente tpico, el momento socialmente universal> que slo eI anlisis posterior puede distinguir de Ios 1r'chos individuales. En la obra misma estn indisolublemente fu-sionados como el fuego con el calor que irradia. Tal es, en eslirnovela, la fusin entre el carcter de Lueien y la capitalizacir'de la literatura.

    Este mtodo de construccin presupone una fundamentacirrrextraordinariaurente amplia de Ia caracterizacin y del desamoli"de la accin. La amplitud es necesaria tambin para quitar a lircasualidad, en eI enlace de personas y acontecimientos (casualidarl de la que Balzac, como todo pico verdaderamente grantl' .hace uso con ilimitada li-bertad), el carcter casual; esto es, piir';rhacer a la casualidad, de algn rnodo, necesaria. Slo la vigorc'.',,riqueza de las conexiones crea eI espacio suficiente, a fin de q,r,'el acaso pueda obrar felizmente sobre la poesa y deje de

    ',,',

    un puro acaso.

  • 104 tl cEoRG LUKcsde una ntegra
  • l0 Ll cEoRc LUKricssrrr.ia con importancia decisiva. Precisameute por eso las descrip-ciones de Balzae no producen jams un ambiente en el sentidode la posterior sociologa positivista, y sus diminutas descripcionesde ha-bitaeiones no dan jams la impresin de elementos puramenteaccidentales.

    Fensemos solamente en la importancia que asumn, en la pri-mera catstrofe parisiense, los cuatro trajes de Lucien. Dos los hatrado consigo de Angulema, y aun eI mejor ha resultado, des-pus del primcr paseo parisiense? un traje imposible. Su primertraje hecho en Pars es una coraza defectuosa y agujereada en laprimera batalla que debe sosteuer con la sociedad parisiense, enel palco de la marquesa de Espard. En cuanto al segundo trajeparisiense, cuando est prcparado ya es demasiado tarde parael momento de la accin, en tanto que en eI perodo asctico delpoeta, va a terminar en el armario, de donde despus, en oca-siones de tros acontecimie,ntos periodisticos, es sacado afuerapor poco tiempo. Y una parte similar activamente drarntica, car-gada de conexiones ntimas y eseneiales, es reservada a todos losotros objetos que Balzac r

  • L08 n cEoRG Lurrlicscin; porgue muestra artsticamente las esplndas dotes de losescritores corrompidos por el capitalismo, y hace ver al mismotiernpo cmo consiguen transformar en una iudustria rentabley en un mero virtuosismo su propios solismas; esto es, su capa.cidad de deci en todo problema el pro y eI contra, de modoatrayente y persuasivo, segrin las versas exigencias del momento.

    Con una representacin tan significativa, eI mercado intelec.tual ilustrado por Balzac se presenta como una profunda tragi-comedia del espritu de la clase burguesa. Mientras los escritoresroalistas posteriores descri.ben Ia ya .realizada capitalizacin delespritu burgus, Balaac ilustra la acumulacin primitiva contoda la lgubre pompa de su sordidez. En la novela de Balzacno es todava obvio y comnmente notado que el espritu se haeonvertido en mercancia y no se ha hecho todava sentir el fas-tidio de la mercanca mecnicamente producida. La tansforma-cin del espritu en mercanca surge ante nuestros ojos eomoun hecho nuevo pleno de tensiones dramticas. Lousteau y Blon-det eran ayer eso en que Lucien se transformara en el cursode Ia novela: escri'tores forzados y resignados al hecho de que suarte y sus convicciones se reduzcan a mercanea. Y son la florde la clase intelectual posrevolucionaria estos hombres que hacenobjeto de trfico la parte mejor de sus sentimientos y de suspensamientos, la bellsima segunda florescencia de aquellos pen-samientos y sentimientos que la espiritualidad burguesa habaproducido desde el Renacimiento en adelante. Y esta seguuda flo-rescencia es aut6ntica, no epignica. EI espritu de las figurasbalzacianas es gil, pero slidamente fundado: est lejos de todaslas angustias provincianas. Y precisamente porf[ue en esta no-vela la flor esplndida del espritu es, al mismo tiempo, tamhinla flor cenagosa de la corrupcino de la autoprostitucin, Ia tra-gicomedia quo se dosarrolla delante nuestro es de una profun-didad taI, como no encontramos otrri en Ia historia de la li-teratura burgueea.

    Es pues por la profundidad de su realismo que Balzac esfiitan lejos de una reproduccin fotogrfica de la realidad med.ia.En efecto, auu sin ningrin accesorio romutico, la concentracirr

    ENSAYOS SOBRE EL REALTSMo tr 109

    dol contenido confiere a todo eL euadro un carcter lgubre yhorrendamente fautstico. En sus obras ms i-fortantes- y *slogradas slo en este sentido sufre Balzac la influencia del ro.&unticismo, sin volverse, no obstante, un omntico. El elementolrntstico de Balaac deriva solamente del hecho de que penetraIdicalmente hasta el fondo las leyes de Ia realidad social, ele-vdndose sobre los lmites de la vida de todos los das, y as sobret efectividad misma. Puede servir de ejemplo eI relato Melmoth,0n eI cual Balzac hace de la salvacin del alma un ttulo de bolsa,lil cuyo curso, sigui,endo a la excesiva oferta, comienza a pre.0lpitarse vertiginosarneute.

    Ls figura de Vautrin s una concentracin del elemento fan.

    lltico balzaciano. Evidentemente no es pura casualidad qde esteiCromwell de las prisiones figure precisamente en aquellas no-Sclse donde vemos cmo Ia joven generacin posrevolucionaria,$ aleja de los ideales para pactar con la realidad. Vautrin est

    en la pequea pensin donde Rastignac pasa el perodd6u arisis ideolgica y aparece tambin al final de llusinnes

    cuando Lucien, desesperado, al borde de la ruina ma-y espiritualr {uiere quitarse la vida. Vautrin aparece delmodo imprevisto y misterioso en que apareoe Mefistfeles

    Fousto de Goethe o Lucifer en Can de Byron. Y la funcinVautrin en la Conedia humana de Balzac es idntica a laIVlefistfeles o Lueifer en los misterios de Goethe y Byron.

    los tiempos distintos no slo han privado al diablo, espde la negacin, de su grandeza superhumana, reducindotro

    u ser de esta tierra, sino que tamhin han modificado lain y el mtodo de la tencin. A los ojos de Goethe

    bien su vejez se prolongaba hasta la poca posrevoluciona-y haba tratado del modo ms profundo los ms grandes pro-

    de aquella poca- la gran transfo macin del mundo deldel Renacimiento en adelante tena un valor positivo

    ilIofistfeles'no era mrs gue ((una parte de esa fuerza quesiempre eI Mal, pero haee siempre el Bien. Para Balzac

    Bien no vive ahora ms gue eu los sueos de Ia fantasa,

  • 110 tr cEoRG LUKr(csEl razonamiento mefistoflico de Vautrin no es ms que la for-urulacin bnrtal y cnica de eso f[ue en este mundo todos hacen,todos deben hacer si no quieren perec,er.

    -T no tienes nada [dice Vautrin a Lucien]. T estsen las cpnciones de los Mdici, de los Richelieu, de losNapolen al principio de sus cartreras, todos los cuales hanpagado su porvenir cou la ingratitud, con la traicin y conla ms evidente de las autocontradicciones. Quien todo quie-re, a todo dg'!e atreverse. Reflexionemos un poco: cuandouno est en la rnesa de juego, le viene a la cabeza discutir"las reglas del juego? Las reglas del juego son lo que son y'se Ias acepta.

    De estas coneesiones sociales no slo el contenido es profun-damente cnico. Contenidos de tal gnero han sido expresadosaLrn antes de Balzac. Lo que es esencial en la tentacin de Vau.trin es que esta sabidura, comn a toda persona sensata? c:renunciada desnuda y cruda, sin revestirla de ilusiones y sin or',namentos ideolgicos. La tentacin se oculta en la cirour:stancia de que la sabiduria de Vautrin es idntica a la sabidur''de las figuras ms puras y santas del mundo balzaciano.

    He aqu un ejemplo: en aquella famosa carta que la * Hegel ve clara.alronte, ya en el caso de Diderof, que la verdadera voz de la evo-lrrrririn histrica universal se reveia en Io que es negativo, mar-tarlr, arrevesado, y no en una aislada representacin del bien.t{ngrin Hegel, la conciencia arrevesada se da cuenta de las co-I*xi,nes, o al menos del carcter contradictorio de las couexio-tla*. rnientras el ilusorio bien se limita a una particularidad se-perrrla y aislada del conjunto. El contenido, por lo tanto deltllrt'urso que eI espritu tiene de s mismo y sobre s mismo es

    La Phnonrenologie de l'esprit. Traduccin de Jean Hippolite, Tomoll, r. 82. Aubicr, Paris. (fl. det T.)

  • 112 n cEoRc LUKics

    el arrevesamiento de todos Ios conceptos y de todas las realida'des, un engao general de s mismo y de los otros; y Por esoel descaro gue denuncia este engao es la ms grande verdad.

    Pero naturalmente, no obstante sus ilusiones, sera injustoconsiderar al Diderot de El sobrino de Ramea o aI D'Arthz-Balzae de esta novela como eI polo opuesto al mundo negativopoticamente expresado. La contradiccin fundamental es lfreBalzac, con todas sus ilusiones, ha escrito, sin embargo, Il,usia-nes perdiilas. La conciencia de Diderot y de Balzac comprende,pus, tanto el momento positivo como el negativo del mund.o porellos presentado, tanto Ias ilusiones como el naufragio de lasilusiones er eI mundo capitalista. Porgue la creacin potica re-presnta Io que es eI mundo capitalista, algunos potas se elevanno srlo por sobre las ilusiones que algunos de sus personajes pro-claman en su nombre, sino 1mhin sobre el sofstico cinismo delos verdaderos representantes del capitalisrmo por ellos descritos"La afirmacin de 1o que existe significa eI supremo gtado deconocimiento alcanzable por un pensador o un poeta burgus,hasta tanto la evolucin social no le permita abandonar el camptrde la clase burguesa. Naturalmente tambin en esas afirmacio-nes queda siempre inextirpable eI germen de las ilusiones idea-listas. Hegel, al final de su anlisis de Diderot, resume la si-tuacin afirmando que el claro reconocimiento de las contradic-ciones significa que el espritu ya las ha superado: La crisis drla conciencia que se conoce y se expresa es el signo del despreci,rde la conciencia tanto sobre la existencia como sobr.e Ia eaticrconfusin del Todo y de s misma, y aI propio tiempo la resonan-cia;de esa confusin que se siente todava a s misma. Es una t-pica y notable ilusin idealista la de ereer que Ia perfecta compren-sin de algo equivale a su real superaein. Y, por lo tanto, fa su-peracin puramente ideal de las contradicciones que no son to-dava superables en la realidad se presentar siempre eomo unnilusin. Pero esas ilusiones que acogen contenidos vueltos bann-les en 'sus e*presiones y sistiematizaciones concretas, contenidrpms o menos reaccionarios, son socialmente necesarias en cuantodan un fundamento a la afirmacin, socialmente necesaria y pro.

    pue{e estar absolutamente privad.o de oentido, y que los esfuer-los heroicos del progreso humano del Renacimintol hasta eI IIu-Pinismo y la Revolucin Francesa no pueden desembocar enh victoria definitiva dc Nucingen y compaa. EI hecho de queBalzac, como Engels justamenL p*o d.' relieve, haba descrito.foon pasin y sin velos>> a los enemigos de esa sociedad, losbdroes

    _republicanos del convento de Sa-int-Merry, es la pruehaayllslan_te del-germen fecuudo oculto en esa fe en Ii posi.rd del desarrollo de la humanidad, a pesar del pesimismo

    gu. muldo artstico y do tod.as las inevitables ilusion-es propiasla condicin histrica en la gue se encontraba.Pero tales ilusiones, aunque por motivos errneos, exigen

    oontinuacin de-la gran lucha por Ia libertad del gnero f,u.En Balzac la bsqrreda de la verdad, bsquedla desespe.

    ansiosa de penetrar hasta las races, es un trgico puro rig-cativo grado de humanismo. En las luces

    "."pur"1u.u, j,"

    poca de transicin, en la cual el sol del hu*ulir-o revolu-rio de Ia burguesa estaba ya en eI ocaso y el calor del na-) nuevo humanismo democrtico y proletario no eta arin vi-esa forma de la crtica del capitalismo era la va ms so_

    para conservar la gran hereneia burguesa-humanista y sal-en su mejor parte para el polvenir de la humanidad.

    Con llusianes peidas Balzac ha creado un nuevo tipo de no-, de. las desilusiones, pero su obra supera de lejos 'la formaost tipo de novela ha creado en el siglo ,rx. i" d.ifereneiatiene toda la obra de Balzao y flue ,r"gr"u a esta novelapuesto nico en la literatura mundial,

    "u .rru difere,cia do

    traleza histrica. Balz.ae muestra all er proceso de formacinoapitalismo en el campo del espritu, mientras sus sucesores?ol ms grande, Flaubert, se encuentran frente a un hecho

    ENsayos soBRE EL nEALrsMo n IIB

    todos los valores humanos estn ahora incluidos en Iacapitalista entre mercanca y mercanca. En Balzac ve-

  • 114 n GEoRc LUK(csrnos la tragedia carnbiante de los orgenes; en sus epgonos, eltrrecho muerto de la realizacin, un dueJo lrico e ir"i por eltrrecho acabado. Ba1zac describe la ltima baralla en gran estilocontra la degradacin capitalista del hombre; sus sucesores des-gi,ben el mundo

    _capitalista ya degradado. El romanticismo queBalzac ha superado y que es en i solamente un mqmento _li-minado y superado- de su visin general del mundo, en los su,ce_sor-es de Balzac no est del todo suprimido, sin emhg6; a tra_vs del lirismo y de la irona se infiltra en el realism y .rp"-rndolo cubre las grandes fuerzas motrices de la evoruciri: ofre"cen solamente emociones o impresiones elegacas o irnicas y noel objetivo dinrnico de los hechos. La combativa participaci,en la gra, lucha po' la }i-bertad humana se degrada hasta trans-formarse en un canto fnelrre sobre la esclavitud capitalista: elfuror de la lucha contra la depravaein da lugar a una ironnirnpotente y altiva que se inclina al aislamiento. As Balzac nc,slo ha creado_el tipo de novela del desengao, sino que ha ago-tado tambin la ms alta posibilidad. Sus sucesores, -qu" odeir-rrollaron este gnero literario, aunque eran efectivarente gran-des poetas, representaron un descenso del nivel artstico alcanzadcpor Balzac; pero, desde el punto de vista social e histrico, estcdescenso era inevitable.

    I ] LA POLMTCA ENTRE BALZAC Y STENDHALlrll 25 de setiembre de 1840, Balzac, en el apogeo de su fama,rrrlllica una crtica entusiasta y extraordinariamente profunda deln cartuja de Parru.a de Stendhal, autor an desconocido en aque-lll rlpoca. A fines de octubre, Stendhal responde a la crtica conrurrr Iarga carta. Define los puntos sobre los que acepta la criticarlr Bal2ac y aquellos puntos frente a los cuales clefiende contraIlnlzac el propio mtodo creativo. El encuentro entre los dos msgrnndes escritores de la prirnera mitad del siglo xrx n el campotl Ia historia literaria es extremadamente signi.fiqativo, si bien

    - como veremos en seguida- la carta de Stendhal es algo re.r'rvada: no manifiesta abiertamente sus objeciones como lo hacellllzac en sus confrontaciones. No obstante esto vemos claramen-l (lue los.dos grandes escritores estn sustancialmente de acuel-rlo cn eI juicio de los problemas centrales del gran realismo y,l rnismo tiempo, aun en la consideracin de los caminos diver-gorrles, en los cuales uno y otro han buscado el gran realismo.

    l,a crtica de Balzac es un modelo de anlisis concreto de lasglnndes obras maestras. En toda la literatura ctiea son pocosIn casos en los que la ms esencial belleza de una obra de artepr rcvelada y tratada con clida profundidad, con tanta sensi-hilirlad afectuosa y congenial. Es un rnodelo de crtica hechatt(,r un gran artista y pensador que conoee su oficio. Y en nadatllarlrinuiremos la importancia de esta crtica si en el curso deililfistras consideraciones sealamos que, no obstante Ia maravi-llrsu agudeza con que Balzae busca eomprender las intencionesrlc Stendhal y de explicrselas aI lector, permanecer ciego ante