Luc de Heusch. Posesión y Chamanismo

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( con _ __ La oración católica exige a la vez humildad y recogimiento, silencio del cuerpo; es, tanto en el plano espiritual como en el plano físico, preparación a la muerte, que es aper- tura sobre la salvación. La actividad del cuerpo que- da suspendida, restringida; esto se halla conforme con una metafísica dualista que no ha cesado de estar en circulación, a pesar de un esfuerzo constante de la teología para disminuir la distancia vertiginosa que separa el alma del cuerpo. En la oración cristiana, el cuerpo está condenado a la desaparición; se encoge, las manos ocultan el rostro: el hombre postrado se prosterna. La risa está proscrita; el silencio reina en el santuario, el fiel habla en voz baja, bisbisea. No participa en el sacrificio, es simple espectador. un solo actor: el sacerdote, apoyado por el ór- gano y el coro. El júbilo que la música sacra difunde er: la no va acompañado de ninguna ma· nIfestaclOn fIsIca: es puramente interno. En hora muy el teatro naciente fue expulsado de la igle- SIa. En esta perspectiva. la alteración de los sentidos en la comunicación con lo sagrado es de esencia diabólica. se aventuran, no sin pro- vocar .la desconÍlanza del clero, a e "P.ublicado en Les religion, atricaines tres mternationales de Bouaké, París, Éd. du Seuil, 1964, pp. 133·146. Este texto ha sido reproducido y desarrollado en el tomo 1.1 de, los Annales du Centre d'études des religions, de la Umve;sldad de Bruselas (Instituto de Sociología), 1962, con el titulo: "Cultes de, possession et religions initiatiques de salut en Afrique". üu.. r .. JMrl, X)tl ,"1boy, ; POSESION y CHAMANISMO 255 1 POSESIóN y CHAMANISMO 1 ¡ mente con Dios por medios anormales presdndieI!ilo , 'Zel_ etran en la zona del chamanismo y cte=:-Ia:-poseslón, en la que se complace también lo diabólico. Intentan. saciarse de Dios, adelantándose a la como el poseso satánico constituyen-- 'éUérpo's---extra- ños en el sistema cristiano. Su comportamiento es el propio de las religiones extáticas, cuya tipología vamos a tratar de esbozar rápidamente. Todas las técnicas del cuerpo cristianas que enumerado se oponen punto por punto a las técnicás africanas y afroamericanas que caracterizan los cul- tos de posesión auténticos. La religión en ellas es un teatro una explosión dramática, una exube- rancia dionisiaca, una alegría física. El cuerpo hu- .. la tierra, ¿e encarnan, "cabalgan" el le lmenmen estremeCImIentos __y su voz. La personalidad propia del fiel se borra; ño re- -srsre a la irrupción de la personalidad divina. El sacerdote no es sino el organizador de un espect..áea-Io-- en el gue los actore! no pueden a su .... .. -, ..,. __ .-, --Pefóla posesión auténtica, aqueI1a:---ae que el culto haitiano del vudú o su equivalente dehomeyano nos ofrece los ejemplos más típicos, pertenece a un junto completo de fenómenos religiosos cuyo estudio sistemático no se ha emprendido todavía. El término religiones extáticas podría servir para agruparlos sin tener cuenta la fisonomía cultural particular de las SOCIedades en que aparecen. Este término englo- baría dos estructuras religiosas antinómicas, que los observadores confunden a veces: el chamanismo de una parte, la posesión de otra. Aquí, nos limitaremos a algunas consideraciones generales. como la son modos de .. __ de té¿nica:s más .... llegan a--veces [254]

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Luc de Heusch. Capítulo: Posesión y Chamanismo del libro "Estructura y praxis: ensayos de antropología teórica"

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~iálogo con lO~_~~R---(;ada-F€l-igió:n

_ tec!!lg~.__(:.9J:.I1.Qr~~~_._~~p.~~ifka,s. La oración católicaexige a la vez humildad y recogimiento, silencio delcuerpo; es, tanto en el plano espiritual como en elplano físico, preparación a la muerte, que es aper­tura sobre la salvación. La actividad del cuerpo que­da suspendida, restringida; esto se halla conforme conuna metafísica dualista que no ha cesado de estar encirculación, a pesar de un esfuerzo constante de lateología para disminuir la distancia vertiginosa quesepara el alma del cuerpo. En la oración cristiana, elcuerpo está condenado a la desaparición; se encoge,las manos ocultan el rostro: el hombre postrado seprosterna. La risa está proscrita; el silencio reinaen el santuario, el fiel habla en voz baja, bisbisea.No participa en el sacrificio, es simple espectador.H~y un solo actor: el sacerdote, apoyado por el ór­gano y el coro. El júbilo que la música sacra difundeer: la a~~ste~c!a no va acompañado de ninguna ma·nIfestaclOn fIsIca: es puramente interno. En hora muyt~mprana, el teatro naciente fue expulsado de la igle­SIa. En esta perspectiva. la alteración de los sentidosen la comunicación con lo sagrado es de esenciadiabólica. ~erº-l?§-Alísti_cos se aventuran, no sin pro­vocar .la desconÍlanza del clero, a comunic~r'''d'irecta-

e"P.ublicado en Les religion, atricaines traditiOnn'Il~.·~~~n.tres mternationales de Bouaké, París, Éd. du Seuil, 1964, pp.133·146. Este texto ha sido reproducido y desarrollado en eltomo 1.1 de, los Annales du Centre d'études des religions, dela Umve;sldad de Bruselas (Instituto de Sociología), 1962,con el titulo: "Cultes de, possession et religions initiatiquesde salut en Afrique".

üu.. ""~dw r ~dü..~ ~ JMrl, S,~ X)tl ,"1boy, ~, ~5.; POSESION y CHAMANISMO 2551

POSESIóN y CHAMANISMO 1 ¡ mente con Dios por medios anormales presdndieI!ilo, 'Zel_ .~a etran en la zona del chamanismo

ycte=:-Ia:-poseslón, en la que se complace también lodiabólico. Intentan. saciarse de Dios, adelantándosea la condidmLEª!~~l.~.~.~.c.~!._Ia~~o··eriñIsfiCO-Cfistianocomo el poseso satánico constituyen-- 'éUérpo's---extra-ños en el sistema cristiano. Su comportamiento esel propio de las religiones extáticas, cuya tipologíavamos a tratar de esbozar rápidamente.

Todas las técnicas del cuerpo cristianas que hem~s

enumerado se oponen punto por punto a las técnicásafricanas y afroamericanas que caracterizan los cul­tos de posesión auténticos. La religión en ellas es unteatro danza~.o, una explosión dramática, una exube­rancia dionisiaca, una alegría física. El cuerpo hu­~ano es_~~--Y,~!~i~y.J.Q.~~de...l\Ls..agta,clQ,_.lo.s._~,s..~p.arece~~obre. la tierra, ¿e encarnan, "cabalgan" el ~i, lelmenmen estremeCImIentos__y brin.s.%-.J.LJ?re~tan suvoz. La personalidad propia del fiel se borra; ño re-

-srsre a la irrupción de la personalidad divina. Elsacerdote no es sino el organizador de un espect..áea-Io-­!~al en el gue los actore! no pueden sus.rr~erse asu vocaC:?EL~~~~~!~g~~?~....~, ..~~ogidos. -, ..,. __.-,

--Pefóla posesión auténtica, aqueI1a:---ae que el cultohaitiano del vudú o su equivalente dehomeyano nosofrece los ejemplos más típicos, pertenece a un con~

junto completo de fenómenos religiosos cuyo estudiosistemático no se ha emprendido todavía. El términoreligiones extáticas podría servir para agruparlos sintener ~n cuenta la fisonomía cultural particular delas SOCIedades en que aparecen. Este término englo­baría dos estructuras religiosas antinómicas, que losobservadores confunden a veces: el chamanismo deuna parte, la posesión de otra. Aquí, nos limitaremosa algunas consideraciones generales.~am.anismo, como la J~Q~.sión, son d.9,~_ modos

de aproxima.Q~~.._~_}~_~ªgrMlº~.PQr__:gl_~dio de té¿nica:s~más 2.,~J.?g~ ,"YJQJeJl~~~, ....~uellegana--veces

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al éxtasis. Estas técnicas apelan a una curiosa dispo--siCiÓii'--del cuerpo y del espíritu humano, que nuestrapropia 'cultura considera como errática o neurótica:el cambio de personalidad. Éste se opera en el cursode una crisis nerviosa de intensidad variable que nodeja de recordar los "trastornos" histéricos defini·dos, de manera bastante confusa, por la psiquiatríaoccidentaL El hecho singular que no ha dejado dellamar la atención de los etnógrafos es que esta .crisisnerviosa socializada puede afectar a veces a. gIl .. ,nú­mero considerable. de hombres y de mqj~res, comoocurre en el vudú haitiano. Desde luego, los.. _etnó-

,grafos-(Méiraux, """Brfstide;..-,Hersko.v-it-s;::~Y~gér":_ymu­ches otros) no se hacen solidarios ae las interpreta-

"'-'ciones psiquiátricas que insisten sobre los caracteressociológicos del fenómeno: la crisis extática no esjamás anárquica, está regul~g.ª_~c.om..Q_-m!_pª~l_tea~

tral, se integra -en"-~'rr~"cij':fto qrganizado que....poseesus sacerdotes, su pant~ºn, sus reglas.-estfictas. El re­conocimiento de estos hechos, que contrastan vigoro­samente con la histeria pura y simple, ha sido salu­dable. Pero, reconocidas claramente estas distinciones,no por eso se ha quedado desembarazado del irri­tante problema de las coincidencias extrañas quesubsisten entre el comportamiento del "histérico" oc­cidental y el del poseso africano o del chamán sibe­riano. Ya es tiempo de buscar un terreno común dediscusión entre la etnografía, la historia de las reli­giones y la psiquiatría y proponer una perspectivaen la que todas las manifestaciones "histerifonnes"se insertarían en una estructura psicosociológica co­herente.

Nos limitaremos a desear esta colaboración que darápor resultado sin duda una revisión simultánea de ladefinición psiquiátricad~fL~ la de-

finición etnográfica de 1~~~~~~~~~.._,._~

JI Varios investigadores prosiguen actualmente este diálogo in-

POSESIÓN Y -CHAMANISMO 257Chamanismo y posesión aparecen acoplados, p~' (..

contra cabeza, en posiciones simétricas e inversas.Bajo sus formas más puras, los cultos chamanísticosp~recen pertenecer por naturaleza a las poblaciones 1mongólicas y amerindias; los cultos de posesión au- .¡ténticos caracterizan ampliamente el mundo negro, ~

tanto en África como en América. Estos dos polos iestructuran un vasto conjunto de técnicas corporales ~

semejantes o comparables, a pesar de la variedad evi· idente de los contextos culturales. _~

El chamanismo entero evoluciona en' el dominio'-.ge ~a-:--eI-dra-Ifrán-r-iva·I'¡'l}a----€an-·i*o-s--~'dioses,105

combate a' veces:-'los engaña, asciende hada ellos enun movimiento de orgullo que hace de él como eligual o el rival de los dioses. El chamanismo es unamarcha ascensional, fundada genera.lmente soE~_.l!!!a

~..Qgoniae§gljºiiiÓ=ai~]ª:.::::exmtencia-~je.~elm~o permite e.!....!iaje místico!-_el .desplazamk.~to_ver 19i.nP"§Q,_9:~L.ª.lm.a_ ..g.tl..ffi..amáIL_en_._.eL_~.§p-a~io, la- .'subida al Cielo y la bajada a los Infiernos. El cha.min abandona su cuerpo,- su alma se evade, abandonala yurta* donde se reúnen los tamborileros y la asis­tencia enredada en sus dificultades, prisionera de susmales. El chamán es _~~e~ todo Clli"Jill4~q,.. _D;lagO. Labúsque'CIaderalma robada es una tema chamanístkoconstante ,ent~ las poblaciones siberianas. El 'enfermo 'ha sido udesposeído" de su alma, y el chamán marchaa su reconquista por el espacio mitico. Vuela porlos aires, atraviesa los abismos. baja a los Infiernos:estos poderes mágicos extraordinarios se los debe ala protección de espíritus benévolos que dialogan conél. Así> pues, el chamán conserva la integridad desu personalidad psíquica, cuyos poderes están decu­plicados. Es evidente, héroe. Sin duda, en cierto nú- _

terdisciplinario iniciado en otro tiempo en Francia por elDr. Pidoux.

• Yurta: cabaña de los nómadas del Asia central 'Y de Sibe·ria. [T.]

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el ·c. Lévi~Strauss, Anthropologie structurale} Paris, 1958. p.220.

lIantemente que el adorcismo chamanístico es unpsicoanálisis invertido: 6 HDe hecho, la cultura cha­manística parece ser un ·exacto equivalente de latécnica psicoanálítica, pero con una inversión de to­dos los términos. Ambas tienden a provocar una ex­periencia y ambas 10 ·logran reconstituyendo un mitoque el enfermo debe vivir, o revivir. Pero, en uncaso, es un mito individual que el enfermo cons­truye con ayuda de elementos sacados de su pasado;en el otro, es un mito social que el enfermo recibedel exterior y que no corresponde a un estado per­sonal antiguo. Para preparar la abreacción, que seconvierte entonces en una 'adreacción', el psicoana­lista escucha, en tanto que el chamán habla. Etc."

Esta advertencia pertinente exige una observacióncomplementaria: si ,el ~Q9rt;.~s~&1 regreso del alma)en el chamanismo A es realmente una inversión com­pleta de .la. técnica psicoanaIítica. el ex,Q.tcism~· prac­ticado en el chamanisID:9rB correspontr; más al psico~análisis puroySImple: ~.L",m,.cM-.iQ..."tJ ,_compl~j~~ searranca. El chamán exordsta, dentro defm:arco delcliama~ismo B. registra el interior del cuerpo dolien­te, entorpecido, turbado por una presencia extrañaa sí mismo. Al término de esta exploración interna,simétrica del viaje en el espacio mítico que carac­teriza la búsqueda del alma en el chamanismo A, elchamán-exorcísta extirpa la causa del mal; la chupa,arranca del cuerpo del paciente el elemento patógeno.Pero Lévi-Strauss propone todavía a nuestra atenciónuna observación importante. que tiende un puenteentre los dos procedimientos terapéuticos asociadosel chamanismo. El autor demuestra que entre los in­dios Cuna el mundo mítico al que combate el cha·mán en el curso de un parto difícil se encuentra ala vez en el interior y en el exterior, en el útero y

258 RELIGIONES

\ mero de casos, el espíritu protector que elige el fu­I turo chamán se le revela en el curso de una crisisIde .furor, que podría confundirse con una crisis de¡posesión. De hecho, parece que el espírit~ se re~ela¡ mostrándose; no se apodera del cuerpo del elegtdo.\ Esta revelación es un encuentro violento, no la sus­J titución de un alma por otra. Por lo demás en elI curso de la cura chamanística, el chamán invoca los

1/ espíritus protectores. ~o~ interpela .a veces de manera

imperativa. Parece eXIstIr en ocaSIOnes todo lo más¡ una utilización parcial del cuerpo del chamán por el¡ espíritu: ocurre que el espíritu protector habla por! la boca del chamán~médium que lo interroga. MirceaI Eliades y Marce1le Bouteiller4 han sintetizado muyj bien todos estos rasgos.~La técnica extática del chamán es necesaria como

re-&p'úésfa:- a un "desposehníento"_'.d~~.'~riteIjii~'~}:lj)a­

~tª-.Ai~!~!?uido,.~SJ;<?~~ído "~ SU-.i!~;l":,,.: Elchamán parte. en su. reconquIsta: la .~~_~,nt~graclón del

-alma 'se simboliza con frecuencia, '" por la ingestióndé un cuerpo: el curandero" pueblo. introduc~ u~grano de maíz, símb'olo del alma recobrada, en unabebida que el paciente debe absorber.5 . Pe!..o...J.~ ...so­ciedades con chamán de Asia y América profesan una.segunda teoría de la enfermedad, simétrica e inversa:----­:la"-enfermedad .está pr.ovocada. por. .. la, ..mgerenGía ~:tn;.~

tempestiva en el cuerpo del enfermo de 1m cuerpo , ;extraño. Esta vez, en este chamanismQ..])~~_el ..mal es .una añadici~~;a~"'ür;a"~dj~'~éiÓn,'no··~-p_~rdida.~ ..._­eICa:so-precedente-[chamanismo A), la curación con~

'("sfstía en un adorcismo) en 'el chamanismo B,' es un'exorcismo. Esta segunda teoría parece más frecuente­entre los amerindios. Lévi-Strauss ha demostrado bri-

3 Mircea Eliade, Le Chamanisme el les techniques archaiquesde l'extase, París, 1951.

, Marcelle Bonteiller, Chamanisme et guérison magique~ Pa-rís, 1950.

5 Id., p. 130.

POSESIÓN Y CHAMANISMO 259

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en el espacio propiamente mítico.7 La curación apa­rece, pues, como una síntesis dialéctica del adorcismoy del exorcismo. Podría añadirse a esta interesantesugestión que, inversamente, en el chamanismo as·censional puro y simple (tipo A), es el cuerpo mismodel chamán, y no el del enfermo, el que se confundecon el espacio mítico. En efecto, entre los Yakutes,la lucha contra los espíritus maléficos es un largosufrimiento para el chamán, obligado a incorporarselos espíritus. Sufre más que el propio paciente, esimagen de la enfermedad, la toma sobre SÍ.8 Es, pues,tan pronto el cuerpo del enfermo, tan pronto el delmédico el que sirve de plano de proyección.

Tanto el exorcismo como el adorcismo chamanís­dco tienen su equivalente en las estructuras míticaspropias de los cultos de posesión africanos. Sin ero-

1)bargo, se inscriben en otra perspectiva. La posesión

se opone en bloque al chamanismo en esto: el cha­l manismo se nos aparece como un ascenso del hombre\\ hacia lo~ dioses, una técnica y una metaf.ís.ica ascen-

sionales;lla posesión es un descenso de los ,.ii_<?~~~ ..yLJ!!!a eu.c~mación.- -.- -- .....-.----....---..- -.".--~~..-<-.-.-~ ~ .

Un primer caso de posesión debe ser emparejadoestructuralmente con la concepción chamanística re­lativa a la enfermedad como adjunción de un elementopatógeno, el chamanisnio B.· 'Eñ'~erectO:e-ñ"'íos~ doscasos una presencia extraña a sí mismo debe serextirpada por exorcismo. Únicamente en el caso dela posesión, el enfermo no es un enfermo cualquiera,está percibido claramente como enfermo mental. El"posesQ" .J~$t:LtQtalmente.-.inv_adido (y no parcialmen.te como en el chamanismo Bt'p--Qr...!!!!..~_.presenc;i.ª~ in~

sólita, nociva, anormal. Lo que era nosológia general-'--en- -er'pensa:m:i~e-nto-"'diamanístico deviene aquí, en( ciertas regiones del África bantú especialmente, una~eoría psiquiátrica limitada, aplicable a un número

7 Id., pp. 205 ss.8 Mircea Eliade, op. cit., pp. 208·209.

POSESIÓN Y CHAMANISMO

restringido dé casos. asamos visiblemente del -do':p-inio ,de lª-ffi~eq~~~J?~_~som lea p ~Cftt·tr~Eor.el mldféo-::Zoco ( chamanIsmo )lfUfi~edtcmamentar~~~~~~~~~'!oe~~61í).Jrñetecto;-1a'oagItaaon nerVIOsa esta vez es del pacre-me;-rro-det.'medICO; es eL eñrermo" erque-ca-e-en-rr~.rrOl"t¡u-e-stá--e'ífte-tmo:----..--·---~·~-'---------~· ..

... ·-lunod ha oescrito muy bien y con mucho detalle \"este pr~er tipo de 'posesión entre los Thonga deMozamblque.9 Los Thonga viven en el terror de ver 1

su cuerpo invadido por los espíritus ancestrales de las \pc;>blaciones vecinas, los Vandau o los Zulúes. ·Esta \'enfermedad especifica se llama "la locura de los dio·ses". El enfermo se encuentra bruscamente en unestado de inconsciencia, y se comporta de manera \excéntrica; estos primeros síntomas son preludio de "una crisis de agresividad acompañada de temblores.~l .adivino consultado designa un curandero espe­crahzado en este género de afecciones, un exorcistaque tiene más del psiquiatra puro y simple que delchamán. Este médico, en efecto, actúa en frío, bienasentados los pies sobre la tierra, y trata de provocaren s~ paci~~te una crisis decisiva, según un ritualpreCISO. UtIhza el ataque nervioso. que dir' ,comun electrochoque. Un sacrificio violento, dionisiaco,es el vehículo del exorcismo: en el curso de ia ­si6n, provocada por los cambios que ordena el curan­dero, el enfermo se arroja sobre la herida del animalsacrificado. y chupa .su san.gre con avidez. Esta sangreno se.destlna a ser IngurgItada, transporta -el espíritumaléflco, y será escupida con el fin de expulsar elespíritu. El curandero especializado es un chamánde poca monta. Tiene del chamán una característicafundamental: domina los espíritus maléficos, perolo~ controla sosegadamente; este psiquiatra es tambiénpSIcoanalista auténtico: interroga al enfermo poseso,

1} H.A. Junod, Moeurs et coutumes des Bantous. La vie d'un~tribu sudafrlcaine, Paris, 1936, t. 11, pp. 432-460. J

RELIGIONES260

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llega a arrancarle el nombre del espíritu maléfico,origen de 'su mal psíquico. Este chamanismo insulsose ha vaciado de su sustancia extática.....-qJJeJ--e._tefugiapor entero en la .enfermedad-·..del ....diente;...p.erci13imoscon claridad, en este punto crítico de estructuración,el vínculo de "pies contra cabeza" que suelda' 'día­manismo y posesión. Este paso se efectúa por un cam­bio semántico radical del propio trance. El trancethonga es a la vez epifanía y enfermedad, enferme­dad y medio terapéutico. El médico da una form,!euItural a ..la crisis nervios~ntegraa'un sácríflClorel(gloso y p~ovoca una descarga dedslyá~-··cufatiVá,-··­íiher'ando al paciente: exorcizándolo. Al término dela curación, el paciente pasa por una iniciación re­ligiosa; definitivamente apaciguado, deviene vidente,mago. Ya no volverá a ser poseído, atormentado.

:t:~~~ prim~!_tip-º....g,~.-'.posesiÓJl'd~(B~)_.mer~c~ .~~I caH..#cado de posesión maléfi.-'¡~L.O.·desclidíáaa, inautén­tÍdi': . 'Recuerda, por muchos aspectos invertidos, elchamanismo B, que apela igualmente al exorcismo.La enfermedad y el trance, cuidadosamente disocia­dos en el chamanismo, se hallan estrechamente sol­dados en esta posesión desdichada, siendo el trancea la vez el signo de la enfermedad y el medio decurarla. Este chamanismo y esta posesión conducenal mismo"deserírace~er-exorcismO:----- .'" Eu·óiñibio. la'-p~imera 'versioli" d~I char,nanismo, laque .utiliza 'el adorcismo (chamanismo A) encuentra~u equivalente estructural invertido"~enbn s~gundo

tipo de posesión, que llamaremb'g la:-posesióIÍ~~autén-

. ~6ca '-{A). Aquí, la :e.resencia extraña a sí mismo cesa( ~~,_:_~.~~!~~.:~tarse com?"'es~ado' patólógicb, 'para no1 s~._Y~__Il1~s que pura eE.lf.anla. LeJOS de ser rechazado1 como un mal (posesión B), el espíritu se acepta como1 un ..-hi@-n-:--.es--la.._.p-º~ióÍl dichQ.sa~_auténticame!1te re·1\ '. Ug.io~.a,.. plename~~~ ~~~u~~~ P'Q:r__l,lU~ iniciaci~~ _.9~e

~.~ ..fl.~~rClsmo: el hel elegIdo por el dIOS aprende baJO\ --la direccióri de un sacerdote a ser habitado periódica-\ .....-

POSESIÓN Y CHAMANISMO 263')

mente por él; incluso a veces el dios llega a ser fija-do en él por medio de los ritos apropiados una vezque su propia alma le ha sido retirada y puesta alabrigo sobre el altar (vudú haitiano). Espero no trai­cionar aquÍ el pensamiento de los numerosos etnó­logos que han consagrado a estos fenómenos estudiospenetrantes, especialmente Michel Leiris, Pierre Ver­ger, William Bascom. Esta posesión auténtica vue1a encontrarse entre los Songhay del Níger, entre losEtíopes de la región de Gondar, en el Dahomey, en­tre los Yoruba de N igeria, en el vudú haitiano y entrelos negros brasileños; invierte todos los valores y lossímbolos del chamanismo A, el que se funda· resuelta­mente sobre la ascensión de~ chamán. la conquista dalma sustraída y el carácter mágico y heroico de laintervención humana. "",tp. Jª,,,..R2~S.~~j.QJ:l-. ~lJ.léD,."tka, ..(A),el fiel africano no sub~.~c:.c2':1: los ~"?~~~-eI..cha­~i'an~'"'S6n-!~~ diosesl0.s~"9!l.e_.desfienden ha­~~ er,- y toman .'~.pQ~~iloñ)J;:'::~n' el sentid<?" nias.~fuerte;der'tetD1iñ(),~'ae-su cuerpo, sustit"Uyendo plenamentela personalidad normal. .lEste.. ado:tcismo,..lejos de res­tituir el equilibrio de la.-,personalidad antigua, comoen el caso de la terapéutica chamanística, i~C!1,lce

una nueva personaHd~4L.f!:.~?p:qt? así una situa.cion'sod¡r_bcii(HKa,.~lIria 'comunicacióñ--cfirecfaeiitre' los~~es y los d~'Aaemás;-"éi'--fiei sufre 'pasIva­mente, religiosamente' el trance: inicia a los elegidos,les enseña a representar correctamente un papel tea­tral. Michel Leires ha desarrollado muy .pien esteúl!i:m!EaS~lXO:1.'t)-Enlantoqúe'~elcliái:iiári --es un actor

....~~litario, los fíéIes 'posesos se'agrupan en asociaciones.' <ie--ditfo que 'preséntan.a los dioses como.·espectáculo;­..--les' ofrecen .péiiódicamente el soporte de su propio

cuerpcr,'""cfue se ttasmüüi"en "montura". Se ve 10 queliga en pareja, con inversión de los elementos, estas

10 Michel Leiris, "La Possession et ses aspects théatraux ch~Zles ~thiopie?s de G~nda:"J. L'Hom-me, . Cahiers d'ethnologieJ

de geographte et de lmguzstzque, París, 1958.

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se transforman en sollozos aullados en un tono muybajo y característico (una especie de guaguagua­gua...). Y, de pronto" el danzante cae al suelo, seyergue titubeando, abre los ojos llenos de lágrimas,respira con trabajo, gime continuamente: ya no esel danzante el dueño de aquel cuerpo jadeante, es elgenio que lo habita y lo hace mover,' el que gimeasí, y el que, dentro de un ~ornento, hablará:"uEl dios dirige saludos a los sacerdotes y a la asisten­cia. Las mujeres tranquilas" que tratan de calmarlocon palabras dulces, revisten al genio con su indu­mentaria ritual, y le preparan un asiento. El genioconversa con el sacerdote, con una voz "velada y tem­blorosa". Suministra los informes que le piden, ensuma, los fieles posesos desempeñan el papel de mé­dium. Sus frases son interrumpidas de cuando encuando por una crisis violenta. Después de los sa- .cerdotes, los espectadores interrogan al dios o le ofre­cen regalos. La atmósfera no se parece en nada ala de un rito cristiano; en lugar de desarrollarse en elrecogimiento y la gravedad taciturna que los espíritusoccidentales asocian a la idea de la práctica religiosa,"las ceremonias, que tenían ya un aspecto de bullicio,se convierten en un verdadero 'jolgorio' ruidoso, pol­voriento y brutal, donde las confidencias más ínti­mas son repetidas con fuerte voz por los genios... "12

La posesión apenas si dura más de un cuarto dehora. La desencamación del genio se efectúa en. elcurso de una nueva crisis, menos fuerte que la an­terior, al término de la cual el "caballo" se quedainmóvil, jadeante, como un cadáver. Pronto se re­anima, se despoja de sus ornamentos divinos, ayudadopor las mujeres tranquilas, y luego, "titubeante, sealeja de la danza y, sin tener el menor recuerdo de 10ocurrido, regresa simplemente a su casa. Asi haya~ "'-

'1:',./ - 11 Jean Rouch, La religion et la magie songhay, Paris, 3960'\ p. 217.

...........~·-Id., p. 219.

264 RELIGIONES

dos ideologías del adorcismo: el chamanismo A y laposesión auténtica. El chamán, en el curso de la bús­queda del alma sustraída, trata voluntariamente dereconstruir la personalidad antigua, alterada, del en­fermo que implora su ayuda; el poseso auténtico sufrepasivamente, por los demás, en beneficio de la co­munidád entera (para que los dioses puedan comu­nicarse con los hombres), la presencia ,en .sÍ-·-mismo..de una personalidad divina n-ueva. J e~ñ\_.Rouch ha'descrito por su parte esta posesión dichosa que esteatro 'sagrado, danzado, epifanía dionisiaca, entre los

\. Songhay del Níge~.>Las crisis de posesión se desarra-'--"'_".:.. _ Han en público~ante la casa del sacerdote del culto,

el zima. Los danzantes están sentados frente a losmúsicos, y rodeados todos por los espectadores. Lospreparativos se desarrotla:q. en medio del buen hu­mor general. La orq~~..ta.~mienza a tocar; toca in­cansablemente dur5l'íÍte un ~..ato 1arguísimo, los airesde todos los geni~s (holey )~i sin que los que bailansean poseídos. El 'x.i'!!!-a e~~'Ínula la orquesta, sacudela apatía de los danzantes fatigados. "Pero, en gene­ral, al cabo de una hora o dos (a veces menos cuandoel zima es particularmente hábil), un danzante mani­fiesta los primeros signos de la posesión: para debailar, y tiembla de manera imperceptible. Las mu­jeres tranquilas lo rodean, dispuestas a ayudarlo. Lossacerdotes zima [... ] intervienen de una manera másactiva que antes: se acercan al danzante y recitan loslemas del genio que se manifiesta y al cual han re­conocido por ciertos detalles del comportamiento desu 'caballo'. La orquesta ya no toca más que los airesde ese genio, en tanto que los demás danzantes si­guen bailando. Pronto el danzante privilegiado se'estremece con violencia, gime blandamente y llora.Los sacerdotes 10 rodean con toda su solicitud; es eltunandi, el 'hacer-levantarse', que debe hacer levan­tarse efectivamente el genio sobre su 'caballo'. Lacrisis es cada vez más aguda, el llanto y los gemidos

POSESIÓN Y CHAMANISMO 265

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266 RELIGIONES POSESIÓN Y CHAMANISMO 267comido brasas, se haya quemado con una antorcha,o haya hecho una serie de cabriolas cabeza abajo,no quedará el nlenor rastro ni en su cuerpo ni en suespíritu".

Vemos, pues, que ~~ dos polos..-4e-est--Hl&ffi:ruación.~.e .l~~,J~-9!!f,ªL~~~~Ei:~~'.~.,~!,.E!!,~~~~~~~~~y'~_~esión,op'~!:-an en el seno de .un sistema global de represen-tación que comprende cuatro tipos,. los' ~uales- se co­rresponden dos a dos y se reducen a__q..Q~."w:o.c_esosfuriélamentales. Esta "g~_~J:!l_~!rj"ª_~_~~J---ª~~a" podría~intetizarse por el ~aíagrama siguiente, ques~~~~~!ac­teriza por una doble' sinl'etrÍa''"inVérsa~'-1iorizontalyvertical a la vez. .

La relación dios-hombre se halla invertida cuandose pasa del chamanismo a la posesión. Por otra parte,las estructuras particulares del uno y del otro (A yB) se corresponden en "pies contra cabeza". El cha­manismo A, como la posesión A (Songhay), son mo­dalidades del adordsmo, en tanto que el chamanismoB, como la posesión B (Thonga), son modalidadesdel exorcismo. El chamanismo evoluciona esencial­mente sobre el plano de la magia; la posesión es unsistema religioso' o mágico-religioso, que postula unritual colectivo y una actitud más respetuosa ante losagrado que el chamanismo. Por sus aspectos terapéu­ticos primarios o secundarios, las técnicas chamanís-

ADORCIS:vrO

Chamanismo A

(?'etorno del alma)

Posesión A

(inyección de unalma nueva)

EXORCISMO

Chamanismo B

(extracción de una presenciaextraña a si mismo)

Posesión B

(extracción de un alma ex·traña a sí mismo)

ticas pertenecen al psicoanálisis; la posesión auténticamerece ser comparada con el electrochoque. Esta se­gunda sugestión ha sido formulada por Pierre Mabilleen un importante estudio póstumo (que permaneceinédito) sobre el vudú.la Igualmente estas técnicascorporales merecen ser consideradas como la contri­bución más hnportante del mundo arcaico a la psi­quiatría. No deja de tener interés recordar a esterespecto que, entre los Songhay (según Jean Rouch),las personas propensas a crisis de posesión apenasconstituyen el 6% de la población, en tanto que elconjunto de ésta participa en el culto a título deespectadores. Pero los cultos de posesión auténticostrascienden toda terapéutica psicosomática. Los tran­ces se desarrollan por lo general en serie, forman unespectáculo, parecido a la commedia dell'arte. Enefecto, cada poseso conoce la trama general de supapel divino. que le ha sido enseñada en el cursode una iniciación. Los cultos de posesión auténticosson religiones iniciáticas.

Tanto entre los Songhay del Níger como en Haití, ,la primera crisis de posesión, brutal, anárquica, noes una enfermedad sino el signo de una elección.El dios no quiere atormentar, trata de comunicarsepor intermedio de un cuerpo humano. La iniciación,desde"luego, no consiste en expulsar al dios, en exor­dzarlo como ocurre en la posesión inauténtica, des­dichada (Thonga), sino en asumirlo, en acomodarsecon él, en entregarse a él en cuerpo y alma al tér­mino de un aprendizaje.

El punto de partida es el mismo, sin embargo, yase trate de la posesión auténtica' o de la posesióninauténtíca. Sólo varían el desenlace y el sentido quela sociedad concede a estas manifestaciones. Entre

1lI Véase Luc de Heusch, "Cultes de possession et relig'i0t!sinitiatiques de salut", Annales df,¿ Centre d'Étude des Religions,t. n, Instituto de Sociología de la Universidad Libre de Bru­selas, 1962 (homenaje a Pierre Mabille).

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los Songhay, por ejemplo, el poseso no iniciado apa­rece, en el curso de su primera crisis, como un en­fermo mental: se halla postrado, no habla ya, estáagitado de cuando en cuando por ataques terribles.Pero al contrarío de los Thonga, que se esfuerzan, ental caso, en devolver al enfermo a la vida normal,adoptando en esto la actitud más típicamente occiden~

tal, los Songhay se esfuerzan por imprimir a estaalteración inicial un estilo religioso. A partir delcaos psíquico, Van a crear un orden, van a trans­formar la enfermedad mental, que es desorden, con­fusión y silencio (el enfermo ya no habla), en len­guaje. Este maestro de hablar, este director de escenade los dioses, es un sacerdote, el zima. El lenguajenuevo y el papel que enseña al enfermo son benefi­ciosos a la vez para el grupo entero (que comunicaasi con los dioses) y para el propio enfermo; la efi­cacia psiquiátrica de esta técnica (que invierte ra­dicalmente las concepciones fundamentales del psico­análisis, ya que acepta .el mal, y lo canaliza hacia

. fines nuevos) no puede ponerse en duda: la erisis,que era permanente en los comienzos, se espacia. Elgenio no poseerá ya su "cabalIo"'más que en el cursode las ceremonias, en el momento en que el ritmo detambor específico, que es propio del genio, resuene.El zima sigue imponiendo, pues, en este sistema reli­gioso, su voluntad mágica a los dioses. Al menos,maneja a los dioses, no trata de anular su acción, losfuerza tan sólo a someterse al orden humano. Lejosde ser un exorcismo, como el psicoanálisis, o la téc­nica empleada frente a la posesión inauténtica, la cu-'ración es una adaptación al desorden mismo, latransformación de la enfermedad (que es por defini­ción ausencia de comunicación) en estructura de co~

municación. La posesión auténtica es el lenguaje delos dioses. Los Thonga, que han optado, como lapsiquiatría occidental, por el exorcismo, dken porel contrario: la posesión es la locura de los dioses.

268 RELIGIONES POSESIÓN Y CHAMANISMO 269Los posesos songhay, tomados a s~ cargo por el

zima., que los inicia en este lenguaje, aprenden arepresentar -a danzar mejor dicho- .el pafel. de losdioses. En el curso de las ceremonIas publlcas, sedesencadenan según ciertas reglas y bajo la vigilan­cia de "mujeres tranquilas", que son, en ~a perspec~

tiva psiquiátrica, enfermeras, en la pe.rspectI:,a teatral,tramoyistas y encargadas del vestuarIO, y flnalmen~e,

en la perspectiva religiosa, las sirvientas de los dIO­ses, a los que limpian la nariz, y cuya baba o sudorenjugan, velando así por el respeto al pudor.

Observaremos que la crisis nerviosa insólita no essiempre el motivo inicial que imp~ls~,a: un. hom?reo a una mujer a entrar en una asOClaClOn conbántlca.La danza de posesión ritualizada aparece en no pocoscasos como un derivativo a unos males que no t!enenrelación con los trastornos mentales. Es como si elcampo de aplicación de una medicina ~ental.extr~­ordinariamente eficaz se hubiera extendIdo a domI­nios vecinos todos los cuales ofrecen una caracterís­tica común: el mal, del cual importa desembarazarse,o más bien que es preciso acond.ici0r:ar, está conc~­bido como una forma de hechlzamlento, es deCIrcomo una agresión del mundo exterior que alterala personalidad psíquica. .

Entre los .Etiopes de la región de Gondar, descn­tos por Michel Leiris, encontramos como punto departida un hombre o una mujer alterados por un malo abrumados por una desgracia que creen poderimputar a la acción de un genio. un zar. La presen­cia ajena a sí mismo, que es el mot~r del p::oceso,puede pues ser también una presencIa maléflca entorno de si mismo: 'En la mayoría de los casos -es~

cribe Leiris-, lejos de representar la alteración origi­nal que conviene curar, las crisis de posesión no apare­cerán hasta después de la intervención del curan­dero, cuando este último, con el objeto.de comunicarsecon el perseguidor supuesto para llegar a un acuer-

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do, lo haya conducido a apoderarse del paciente deuna manera manifiesta o, más exactanlente, haya ha­bituado a éste a manifestar en su comportamiento(principalmente en el curso de las asambleas deadeptos) los signos reconocidos como los propios dela posesión".14 El sacerdote curandero, que intervieneinterviuvando al espíritu, actúa ciertamente a la ma­nera de un psicoanalista, en el primer estadio de lainv.estigaci?n; pero, repitámoslo, su terapéutica sealeja consIderablemente de la técnica freudiana. Setrata aquí de incorporar, en el sentido literal de lapalabra, "el mal" a la personalidad psíquica del clien­te. Sobre este terreno, Leiris nota además que elposeso será "cabalgado" en el curso de las ceremoniasulteriores por un espíritu o varíos espíri tus titula­dos, los mismos que se declararon en el momento dela terapéutica iniciática. Estos genios han sido ads­critos al poseso por un sacrificio.

Es también un vínculo personal entre el dios ysu "montura" el que establece el ritual iniciático delvudú haitiano, si bien ulteriormente podrá el fielser poseído de manera ocasional por otros dioses.JI)No sólo la iniciación asegura la prot~cción particularde un espíritu (loa)~ sino que además aporta la fuer­z~ suplementaria que permite afrontar la penetraciónvIOlenta de éste en el curso del trance. Los motivosque impulsan al Íiel a ofrecer su cuerpo como "mon­tura" a un dios Son diversos: la iniciación aparececon frecuencia como el remedio decisivo contra unaenfermedad, o el complemento de un tratamientomédico. El loa manifiesta por sí mismo su voluntadde encarnarse en un fiel; puede expresarlo por laboca de un poseso en estado de crisis, puede también

B Michel Leiris,- "La Possession et ses aspects théá.traux chezles Éthiopiens de Gondar", L'Homme~ Cahiers d'ethnologie, degéographie et de linguistique~ nueva serie, núm. 1, ParIs, 1958,p. 17.

15 Alfred Métraux, Le Vaudou hattien, París. 1958, pp. 172ss.

270 RELIGIONES POSESIÓN Y CHAMANISMO 271aparecerse en sueños al propio interesado. Pero lamayoría de los neófitos han sido ya poseídos espon­táneamente antes de su iniciación; se consagTarán alprimer loa que descendió sobre ellos o al que seha manifestado con más frecuencia.

El alcance de la iniciación vuduesca no puedeser reducido a una acción terapéutica. Una sacerdo­tisa del culto afirma que la ceremonia "da suerte".16Confiere al cuerpo y al espíritu un vigor nuevo. Esterapéutica de choque y/o transformación de la per­sonalidad. Estamos aquí en presencia de- un escena­rio inidático auténtico: retiro, purificaciones, muertesimbólica. resurrección.

La in.iciación dahomeyana al culto ~~n,

~t~~;~l~j~~:~'~~~~~~~~~=~:-._...terapéuticas:-·!\fe-·apoyaré. esta vez__en.los--- t-rahajos de'P~~r. Geoffre~:e..a.rx~r.__Y_.._lY!~~~~~~ __~ers­kovits.17 Lo que llama la atenCIón InmedIatamentees'--'la:- muy larga duración del retiro iniciático en elDahomey; se lleva a cabo en instituciones religiosasa las que se ha llamado "conventos", y su duraciónvariaba antes entre unos meses y tres u ocho años.En nuestros días, este retiro ha sido por lo generalabreviado. Se señala por una primera fase corta, quev~ría de siete a diez y seis días, y a la que sigueU-TIa "resurrección" publica del neófito. Esta fasepreliminar es la única, al parecer, que ha sido to­mada por el vudú haitiano. E~ evidente que una sode­dad condenada a la esclavitud no podía darse el lujo

16 ld.~ p. 179.11 ,Pierre Vergel" "Notes sur le culte des Orisa et Vodun a

Bahia, la baie de Tous les Saints, au Brésil, et a I'anciennecote des Esclaves en Afrique". Mémoires de l'Ifan, Dakar,1957. M. J. Herskovits, Dahomey, all Ancient West AfricanKingdom, -2 vol., Nueva York, 1938. Geoffrey Parrinder, LaReligion en Afrique occidentale (ilustrada con las creencias­y prácticas de los Yoruba, de los Akán y pueblos afines),París, 1950.

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272 RELIGIONES POSESIÓN Y CHAMANISMO 273de restaurar pura y simplemente la institución delos conventos.

Entre los Fon del _Dahomey. más todavía que enHaití, el aspecto terapéutico de la crisis de posesiónpasa a segundo plano; cesa incluso a menudo de apa~

recer como un derivativo saludable a los modos deexpresión histeriformes. Herskovits describe especial­mente la iniciación de un niño que había sido con­sagrado a los dioses por su madre aún antes de sunacimiento. Según este autor, existen tres modos prin­cipales de elección divina. Un niño puede ser pro­metido a un dios antes de su nacimiento, a conse­cuencia de un voto, cuando su madre ha sido durantelargo tiempo estéril. La consagración a una divinidadparticular: se trasmite también por herencia: el here­dero del iniciado difunto lo elige la familia. La

-tradición afirma por lo demás que cada dios (vodún)era en otro tielnpo por excelencia propiedad de ungrupo familiar. Si estos dos modos son puramentereligiosos, el tercero en fin se funda indirectamentesobre motivaciones terapéuticas: en presencia de unmal misterioso, el adivino consultado diagnostica unaepifanía: el dios desea que un miembro de la fami­lia se haga iniciar.18 Es curioso que en este últimocaso la relación terapéutica entre la enfermedad yla posesión es mediata; no es el enfermo mismo quienha de sufrir necesariamente el "tratamiento" reli­gioso. Esta vez también corresponde a la familia ele­gir el futuro iniciado. Se observa que las mujeresson más numerosas que los hombres en los conventosiniciáticos. Herskovits no nos informa desgraciada­mente en cuanto a los factores que determinan estaelección. Es sorprendente comprobar. a tal respectoque un niño de cinco o seis año.s, conducido por sumadre ante el altar de los dioses para cumplir el votoformulado por ella en la época de su esterilidad,

18 Herskovits, op. cit., vol. u. pp. 178-179.

entre en trance al son del tambor.19 Sin precisarlos motivos personales 'de reclutamiento, P~inder

indica que la reunión de los candidatos se realizaal principio de la estación de lluvias con motivo. de laprocesión en que se exhibe a los dioses.2o El postu­lante es poseído en ~l curso de una danza hasta quecae bruscamente al suelo "como presa de una crisisde epilepsia". Es la primera fase de la iniciación, lamuerte simbólica; el "cadáver", envuelto en un suda­rio, se transporta al convento. Sólo la presión delgrupo explica que unos candidatos elegidos por ra­zones tan diversas y arbitrarias adquieran de manerarepentina la facultad de despersonalización que re­quiere la posesión auténtica. Hay que considerar tam.bién una observación de Herskovits: esta "muerte"por fulminación está provocada por el dios que urna·ta a la mujer" (el candidato está asimilado a unaesposa divina, cualquiera que sea su sexo) al finalde un período de instru.cción secreta que dura cuaNrenta y un días.21 En Haití como en el Dahomey.un gran número de iniciados reciben una herenciareligiosa familiar, aunque la iniciación se halle abiertaa todos cuantos la buscan a titulo personal, comoterapéutica, protección o medio de mejorar su con­dición social. En esta segunda perspectiva, el candi­dato ha experimentado con .frecuencia directamentela elección divina en el curso de posesiones "salvaNjes", aun antes de haberse sometido a la disciplinainiciática. La posesión vuduesca aparece al menosparcialmente como una respuesta a una necesidad oa un deseo personal, como entre los Songhay delNíger o los etiopes de Gondar. No ocurre lo mismoen el Dahomey, donde la presióD¡ social se ejerce nosólo sobre la disciplina teatral, la fonnulación de lacrisis, sino además sobre la elección misma de los iniN

u Herskovits. op. cit., p. 170.!U) Parrinder, op. cit., p. 107;:l:l. Herskovits. op. cit.} vol. n, p. 180.

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2S Parrinder, op. cit., p. 107.u Herskovits, op. cit., vol. 11, p. 180.z¡ Id.) pp. 179 ss.2! Parrinder, pp. 107 ss,

POSESIÓN Y CHAMANISMO 275epileptoide. El Hcadáver" permanece siete días en elconvento antes de su "resurrección", según Parrin­der;:3 siete, nueve, trece o dieciséis días según Hers.;kovIts:24: Al final de este primer retiro, con el quese satlsface el vudú haitiano, el candidato reap-arece,resucita públicamente, ante el templo, al llamamien­to repetido por su nombre nuevo, el nombre del diosque lo habita, pronunciado por un sacerdote, elvoduno.25 Al séptimo llamamiento, el "cadáver" emi.te un gruñido, y vuelve a la vida. Titubeante aún,da siete veces la vuelta a los tambores. Pero se hallalejos de ser un iniciado, un vodunsi

Jy se le lleva

de, nuevo al convento para que siga allí un aprendi­z~Je. secreto muy largo.26 Parrinder cree poder recons­tItUIr SUS etapas más importantes. Durante la primerafase de la iniciación, se ha afei tado la cabeza delcandidato. El sacerdote-iniciador conserva la cabelle­ra en un lugar secreto. Sométese regularmente elc~erpo. del neófito a unciones de aceite de palma, afm, dIcen, de que el dios experimente placer enmirar a "su mujer". La acción del clero tendiente aremodelar la personalidad es profunda; trabajo -delarga duración, el iniciado aprende a hablar una len­gua nueva, a entonar los cánticos del dios, a marcarsus pasos de danza. Hay que subrayar que cada tem~

plo se consagra exclusivamente al culto de un solotipo de divinidades agrupadas en un panteón ho­mogéneo! servido por un clero especializado. En estotambién, la configuración religiosa de los Fon delDahomey difiere sensiblemente de la del vudú hai­tiano, en el que todos los dioses son honrados en elhoumfo. El neófito aparece como un objeto pasivo,femenino, en manos de técnicos hábiles del condicio­namiento psicológico. Es notable que las mujeres sean

RELIGIONES

~ Herskovits. op. cit., p. 199.

ciados. Ocurre incluso que un hombre decide consa­grar a uno de sus hijos a un vodú'li para protegersede los riesgos de la guerra o de una aventura peli­grosa. Pero el propio Herskovits nota que este t<aIista~

miento" de la vida cultual debilita la intensidaddel trance en relación con las posesiones más espon­táneas que se observan en África. En el Dahomey,"incluso cuando se desencadena el frenesí, resulta queel danzante rara vez se halla, si es que se halla algunavez, completamente en estado de trance".22 Los he­chos dahomeyanos hacen retroceder considerablementela frontera más frecuentemente trazada por los pro­pios africanos entre lo psíquico y lo sociológico. Alcomienzo de esta exploraCión rápida, hemos encon­trado la teoría de la posesión como enfermedad, he­chizamiento, irrupción en sí mismo de una persona­lidad maléfica, extraña a si mismo (Thonga). Hemosprogresado hacia una concepción mixta en la cualla posesión se presentaba a los propios interesadoscomo un malestar curado por su transformación enteatro sagrado (Songhay, Etiopes de Gondar). El vudú len fin se nos ha presentado como una extensión de !.:

la teatralidad más allá del tratamiento médico, quesuele completar: la posesión vuduesca está delibera- f

damente buscada a causa de sus efectos benéficos, Ireconfortantes; la iniciación se convierte en un me- Idio global de salvación médica, psíquica, y hasta ¡metafísica. Ahora, en las propias fuentes históricas \del vudú, nos encontramos frente a una pura teatra- 1lidad, sin que se pueda hacer a los dahomeyanos jsospechosos de superchería. Todo teatro se sitúa a jmitad de camino entre la posesión y la simulación, ',":.y cae dentro del campo de la fenomenología gene-ral de la posesión. - ¡'

No hay que perder de vista que la crisis iniciática ­que pone en funcionamie~to la iniciación está des- ¡crita en el Dahomey como particularmente brutal, \

¡J

j

274

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276 RELIGiONES POSESIÓN Y CHAMANISMO 277más numerosas que los hombres en los conventosiniciáticos. Los hombres y las mujeres están separa·dos y, en el curso de esta reclusión- casi monástica,están rigurosamente prohibidas las relaciones sexua­les. Los neófitos se hallan obligados a ejercicios es­peciales, que ignoramos en absoluto, y cuyo objetoes provocar la posesión bajo el control de~ sacerdote.Sin embargo, volvemos a encontrar en el TItuaI daho­meyano el rito central de adorcismo practicado en lainiciación en el vudú: tras una primera enseñanza,los candidatos llevan sobre la cabeza o sobre la nu­ca los "paquetes" sagrados de los dioses; estos sacra­menta son verdaderamente, como en Haití, el soportedel dios. Pierre Verger insiste muy particularmentesobre la importancia de las hierbas en el estableci­miento del vínculo místico estrecho entre el iniciadoy la divinidad a la cual se consagra. En el períodoque separa la resurrección de la imposición del _nuevonombre, "se halla sumido en un estado de embota­mie~to y de atonía mental; lo ha olvidado todo, yano sabe hablar y sólo se expresa por sonidos inarti­culados".27 La constitución de la personalidad nuevaes muy "precipitada" en el vudú, si se compara lainiciación haitiana al paciente trabajo, a la inflexibledisciplina de los sacerdotes dahomeyanos. Este traba­jo insensato, extraordinariamente eficaz, se extendíaen otro tiempo a lo largo de años; ocho duraba aveces. Estos plazos han sido abreviados en uues.trosdías, pero /n6--pqt;~~dejan de ser incomparable­mente pía; larg~ que la~mana de retiro impuesta_ alos fut~s hóunsi en HaiPí. Esta reclusión, en el cur­'so de la ~al se obIiB-~guard~ la. ca~tida~. a unosjóvenes vigo:ros..oSr--€fue aceptan femlnelZarse moral­mente, cualquiera que sea su sexo, al contacto cadavez más estrecho' de un dios cuya sustancia los em­bebe lentamente, no está interrumpida sino por al­gunas breves salidas ceremoniales. Cuando al fin

,~ Yerger, op. cit., p. 72.

abandonan el convento, han perdido por completosu personalidad antigua, son Uotros", no comprendenya la lengua del país, son simbólicamente ofrecidosen venta como esclavos, y' su familia los "rescata"de los sacerdotes. Permanecen bajo la dependenciaestrecha de los sacerdotes que los han transformado,y trabajan de cuando en cuando para ellos. No dan­zan ni entran en trance más' que por orden del sa­cerdote, con .motivo de las fiestas en honor del ~diosal que se han consagrado y sometido como una es­posa a su marido.28

Convenru:ía volver a nuestro punto de partida ysituar en esta perspectiva estructuralista, algunas ten­tativas cristianas marginales. En ambos extremos delsistema ortodoxó, ab~l~_Y--~~·~t:E~~~S~_!!iíiCóEí1g-W,~9 Sé--acercan a lo/sagrado ~~~~~~~_o..._ªJ:,vino) por caminos 'análogos"--a '16s--que acanamos deesbozar. Sugiero comparar la posesión satánica, cuyarealidad no ha cesado jamás de afirmar la Iglesia,con las formas de posesión desgraciada que exigenla intervención de un exorcista especializado. Tantoen el pensamiento thong~ como en el sistema cató­lico, el poseso se encuentra bajo el dominio de unespíritu maléfico que el sacerdote se esfuerza en ex­pulsar. La mística cristiana, en el otro extremo dela cadena, realiza una curiosa síntesis entre el cha­manísmo y la posesión. Si se me permite pasar poralto en esta sugestión preliminar los matices, pareceque la marcha inicial del místico, en el umbral deléxtasis, es ascensional, chamanfstica. La Iglesia des­confía, por lo demás, de este primer impulso y de­nuncia el orgullo que amenaza a aquel que se aven­tura por esta vía. Pero al final de esta ascensión, elmístico se siente invadido" poseído por la presenciadivina. El vocabulario que utilizan los místicos paradescribir este estado de beatitud después de las prue­bas de -tipo chamanístico está lleno de celadas. De

28 Herskovits, op. cit., p. 187.

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278 RELIGIONES

hecho, se trata de un estado de posesión ambiguo;la intrusión de Dios en la personalid?-d humana norealiza exactamente una encarnación: esta comproba~

ción parecería sacrílega en el sistema cristiano. Losmísticos afirman más fácilmente que en la esferaintermedia que imaginan haber alcanzado se absor­ben en Dios. Realizan así, a mitad de camino entreciJ:10 y tierra~el estado -ae-cte-spet"sonaliZaooI( _cara-Óoi:erís~~-C¡;-dela posesión- auténtica, -que difiere de ellaWfamel1te -por- su ·-t"atacter terreno, inmediato, fami­liar, alegre, colectivo. Apenas hay esperanzas de queel cristianismo africano pueda absorber pura y sim­plemente las técnicas dionisiacas, teatrales de los cul­tos de posesión tradicionales. El gozo del místicocristiano es puramente interno, yerto, cadavérico. Seha producido en el vudú haitiano un sincretismo en­tre los dioses africanos y los santos católicos. Peroesta asimilación es completamente superficial; no hacemella en la fuerte personalidad de los primeros.' nialtera en modo alguno la significación o el vigor delas crisis rituales de posesión. Aunque se sitúen el unoy el otro sobre el mismo plano estructural, existeuna antinomia entre la marcha solitaria y dolorosadel místico cristiano y. el teatro sagrado de los posesosafricanos, que los misioneros no han cesado de atri­buir a Satán.

LA LOCURA DE LOS DIOSES Y LA RAZóN DELOS H011BRES

1. ENFER..:.\lIEDADj DESGRACIA Y RELIGIÓN

El debate sobre la naturaleza psicológica o socioló­gica de la religión, al que se refería recientementeEvans-Pritchard 1 con cierto escepticismo ecléctico' ydesengañado, es estéril en la medida en que estaaparente contradicción disfraza una experiencia fun­damental, que es la de la desgracia y la finitud. Losfuncionalistas no recuperan más que una parte dela realidad, cuando, olvidando tratar la utopía re­ligiosa· como tal, se limitan a describirla como instru­mento de control social, no sin apremiar -a veces alos hechos. Ahora bien, la religión -concierne ora alindividuo ora a la sociedad. Individuales o colecti­vos, ~q,~, ritos se definen cor:ñ6--arregort~~.ª-utónoma

'cléT1engu-a"]énablado"y"gesiuaf --l!l.!!ººU_ken-~Jul_prQ:~ - n ._ •••• __

yecto de orden para"-défender o restaurar al ser de-~adadº,_.~crecentar 'su poteñdal vital' 0, inV'ersaniente~--~truir eLser deI" otro. Estas --diversas mcxfálidaaes,­~~_. ~pn~~;:¡-" -t~~t~--' a ia acción ritual individualcomo colectiva, se inscriben en el tiempo. Parece quesólo ,tres posibilidades se abren al despliegue de losritos.

nCíclicos> son PO~~_!~~~~~a del orden del~Lesttuc.tura. El proyecto de orden se vuelveentonc~~. __pro.­yedoaé~eteriiiaaa:'los-rrtoscrean 'laestructura mismll

del~~~I!!P9JiCOsta de unanegaCión .dD~_ J:jJ~fºrlí!.2Opone~ al fiu]o·~aela·llis-iOriá·-ef-CüTdá~~._~~.!p-~l!.~.e:..-;

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1 Evans~Pritchard, 1965.'Véase Leach. 1961.

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