Lotfi Bouchnak, el guardián del maalouf
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8/6/2019 Lotfi Bouchnak, el guardián del maalouf
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Perfiles p5
n el origen de la música arábigo-andalu-sí se sitúa una leyenda que reúne todoslos nombres míticos de la época dorada.
Se dice que Abdulhassan Ali ben Nafi, tambiénconocido como Ziriab, vivía en la corte bagdadíde Harun er Rachid, el califa omnipresente en elrelato de las mil y una noches. Ziriab eracompañero de Al Kindi, el más grande teórico dela música árabe, y discípulo de Al Mawsili. Perotan grande era su talento que el ma estro, muertode celos, lo mandó desterrar.
Así que Ziriab se fue a la otra punta del mun-
do, que entonces era Al Andalus. Su llegada a la Pe-nínsula Ibérica supuso toda una revolución: se di-ce que a él le debemos el uso del flequillo y de lapasta de dientes. Pero, sobre todo, el legado de Zi-riab es musical: con él, bajo su influencia, nace lamúsica andalusí, las venticuatro nubas (sinfonías),una para cada hora del día, para cada momentoconcreto de la jornada, para cada estado de ánimo.
Con la caída de Granada en manos de loscristianos bélicos, toscos y analfabetos, y el de-creto de expulsión de los moriscos en 1609, AlAndalus se convierte en el paraíso (pe rdido) y losandalusís inician su éxodo por el norte de Áfricallevando consigo los recuerdos en forma de músi-ca. Cinco siglos más tarde, la tradición sigue pre-sente en la vida cotidiana del Magreb bajo losnombres de música andalusiyya en Marruecos,
garnati (literalmente, granadina) en Argelia o ma- alouf en Túnez y Libia.
Y es aquí, en el maalouf , donde añadimosotro nombre a la lista de mitos: Lotfi Bouchnak,tunecino autodidacta, laudista, actor ocasional,tenor de voz poderosa y extremadamente versá-til, reconocido internacionalmente como el me-jor cantante de maalouf , famoso por sus improvi-saciones y por sus actuaciones en directo que le- vantan pasiones en escenarios tan difíciles comoEl Cairo. Al hablar de maalouf , nos remitimossiempre a los siglos de oro de Al Andalus. ¿Perocuánto sonido de Al Andalus persiste hoy en díaen el maalouf ? «La música no ha cambiado tanto des-
de entonces. Precisamente ése ha sido uno de los trabajosrealizados por músicos del Magreb durante todo este
tiempo: fijar la tradición para conservarla».
Me sorprende siempre que en España ape-nas reivindiquemos la herencia musical andalusí,cuando es una tradición «nuestra». «Yo procuro nousar esos términos: nuestro, vuestro... A mí me entu-
siasma el jazz, que a priori es una música alejada de mi tradición. Pero el secreto de la música es é se: la entien-
das o no, la conozcas o no, tiene algo universal. Es el úni-co gran medio de comunicación».
Lotfi Bouchnak es un músico de tradiciónculta que ha prestado su voz, por ejemplo, al En-semble Al Kindi en un disco de referencia im-prescindible ( classical chants from tuni-
siaand middle east, Al-Sur Média, 1993). Pe-ro ello no lo convierte en un músico para las elites.
Bien al contrario, en el Magreb, Lotfi Bouchnak goza de la popularidad de las grandes estrellas del pop. «A mí lo que me importa es la honestidad y la au-tenticidad en las interpretaciones, en la elección de re-
pertorio... Asumir unos orígenes, que en mi caso es el ma- alouf, pero vivirlos desde el presente. Nada viene de lanada y yo tengo mis maestros árabes, pero también fla-
mencos, clásicos europeos o indo-pakistanís. En el mun- do en que yo vivo existen Nusrat Fateh Ali Khan, Ella Fitgerald y Plácido Domingo, están en mi subconscien-te y deben fluir. El maalouf, como el mundo, no puede es-tancarse. Por ejemplo, soy el primer árabe que ha can-tado en árabe sobre piezas de Tchaikovski, de Strauss, de
Bizet...». Imagino que los ortodoxos musicales noaprecian demasiado estos experimentos. «Estoyen contra de todo fanatismo, incluido el musical. No en-
tiendo de qué sirve coger una obra maestra e introducir nuevos arreglos hasta destrozarla. [risas] Pero inspi-rarse en una obra maestra, introducir elementos en ella
que la transformen en algo nuevo, es parte de la vida, esnecesario para el mundo y para la cultura».
Decía una vez Eduardo Paniagua, entre ri-sas, que el mayor enemigo de la música árabe ac-tual es El Cairo. La invasión de ritmos y formasbasadas en el pop fácil, en los sintetizadores mássimplones, hace que sea difícil imaginar qué jóve-nes pueden estar interesados en el maalouf , quié-nes serán los continuadores: «Si he de ser honesto, el
mundo árabe vive un momento muy difícil de su histo-ria a todos los niveles. Cuando alguien me pregunta so-bre la situación artística, siempre digo que todo va mal:
la política, la economía, la v ida social... Todos los esla-bones de la cadena e stán oxidados, así que hay que cam-biarla al completo. Ahora tenemos canales de televisión
que nacen cada día. Eso está bien. El problema es que hay que llenar todas esas miles de horas de programa-ción y la televisión es un monstruo que lo devora todo.Yo necesito tres meses para preparar una gala y varios
años para preparar un disco, así que no intereso a las te- levisiones. El criterio principal es la rapidez: músicos que compongan rápido aunque no compongan bien,cantantes de usar y tirar... Dices que soy una gran estre-
lla. Es verdad que podría permitirme un repertorio más fácil, hacer muchas más actuaciones y cobrar mi- llones por ellas, incluso cuando actúo en el extranjero, podría tomarme las cosas con más calma... Pero volve- mos al asunto de la honestidad conmigo mismo y con la gente que viene a verme» . B!
Lotfi Bouchnak
El guardián delmaalouf E
texto
brigitte vasallo
foto
archivo batonga!
QUE NOS DEJEN EN PAZC
reo sinceramente que la música hoy en
día es el único lenguaje universal. Y no
dejo de aprovechar cualquier oportuni-
dad para decir a los dirigentes del mundo
que los pueblos no tienen ningún proble-
ma, que nos entendemos perfectamente
utilizando el más maravilloso de los len-
guajes que es el arte. Así que tienen que
dejarnos en paz. Los dirigentes, los gran-
des del mundo, son los culpables de todos
nuestros males y debemos exigirles que
nos dejen en paz. LOTFI BOUCHNAK