Los Universales

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Frederick Copleston

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  • Frederick Copleston

  • 1 - Podra pensarse que el revivir de las letras y de la erudicin bajo Carlomagno hubiesen conducido a un desarrollo gradual y progresivo de la filosofa, y (una vez que se haba cuidado de la conservacin de lo
  • goge de Porfirio, cita un pasaje de este autor en el sentido de que por el momento no entra en la cuestin de si los gneros y las especies son entidades subsistentes o si consisten slo en conceptos; y, en el caso de que subsistan, si son materiales o inmateriales, y finalmente, si estn o no separados de los objetos sensibles, materias todas que, segn Porfirio, no pueden tratarse en una introduccin. Pero Boecio, por su cuenta, procede a tratar la cuestin, observando ante todo la dificultad de sta y la necesidad de considerarla con cuidado, e indicando despus que hay dos modos en los cuales una idea puede formarse de tal manera que su contenido no se encuentre en objetos extra- mentales precisamente tal y como existe en la idea. Por ejemplo, podemos unir arbitrariamente hombre y caballo para formar la idea de centauro, combinando objetos que la naturaleza no permite
  • 3 - El que no reflexione puede suponer que al ocuparse de ese problema los primitivos medievales especulaban sobre un tema intil o se entregaban a juegos de manos dialcticos; pero una corta reflexin ser suficiente para mostrar la importancia le problema, al menos si se consideran sus implicaciones.

    Aunque lo que vemos y tocamos son (rosas particulares, cuando pensamos esas cosas no podemos por menos de utilizar ideas y palabras generales, como cuando decimos, ese objeto particular que veo es un rbol, un olmo, para ser ms preciso . Semejante juicio afirma de un objeto particular que es de una determinada clase, (ue pertenece al gnero rbol y a la especie olmo; pero est claro (pie puede haber otros muchos objetos, aparte del (ue realmete percibimos ahora, a los (ue pueden ser aplicados los mismos trminos, que pueden ser subsumidos bajo las mismas ideas. En otras palabras, los objetos exteriores a la mente son individuales, mientras que los conceptos son generales, de carcter universal, en el sentido de (ue se aplican indistintamente a una multitud de individuos. Pero, si los objetos extramentales son particulares y los conceptos humanos son universales, est clara la importancia que tiene el descubrir la relacin entre a(pillos y stos. Si el hecho de (ue los objetos subsistentes son individuales y los conceptos son generales significa (ue los conceptos universales no tienen fundamento en la realidad extramental, si la universalidad de los conceptos significa (ue stos son meras ideas, entonces se crea una brecha entre el pensamiento y los objetos, y nuestro conocimiento, en la medida en (ue ste se expresa en conceptos y juicios universales, es, cuando

    menos, de'dudosa validez. El cientfico expresa s conocimiento en trminos abstractos y universales (por ejemplo, no hace un enunciado acerca de este electrn en particular, sino acerca de electrones, en general), y si esos trminos no tienen fundamento en la realidad extramental, su ciencia es una construccin arbitraria, (pie no tiene relacin alguna con la realidad. Pero en la medida en (ue los juicios humanos son de carcter universal, o comprenden conceptos universales, como en la afirmacin de (ue esa rosa es roja, el problema ha de extenderse al conocimiento humano en general, y si la cuestin relativa a la existencia de fundamento universal de un concepto universal es contestada negativamente, el resultado debe ser el escepticismo.

    El problema puede plantearse de varias maneras, e, histricamente hablando, ha tomado formas diversas en diversos tiempos. Puede plantearse, por ejemplo, de esta forma: Qu es lo (ue corresponda, si hay algo (ue corresponda, en la realidad extramental, a los conceptos universales (ue fee dan en la mente? Ese modo de abordar el problema puede llamarse el ontolgi- co, y fue en esa forma como los primeros medievales discutieron la cuestin. Puede tambin preguntarse cmo se forman nuestros conceptos universales. Esa es la manera psicolgica de abordar el problema, que pone el acento en distinto sitio que el anterior, aumue ambas lneas de investigacin estn estrechamente relacionadas, y apenas se puede tratar la cuestin ontolgica sin contestar tambin de algn modo la pregunta psicolgica. Por otra parte, si se supone una solucin conceptualista (

  • versales son simplemente construcciones conceptuales), se puetle preguntar cmo es que el conocimiento cientfico, que es un hecho para todos los fines prcticos, es posible. Pero sea cual sea el planteamiento del problema y adopte la forma que adopte, es de una importancia fundamental. Quizs uno de los factores que pueden dar la impresin de que los medievales discutan una cuestin relativamente poco importante consiste en que aquellos pensadores reducan prcticamente su atencin a los gneros y las especies, en la categora de la substancia. No es que el problema, incluso en esa forma restringida, carezca de importancia, pero si se plantea tambin en relacin a otras categoras, sus implicaciones en relacin con la mayor parte del conocimiento humano se hacen ms evidentes. Se pone en claro que el problema de que se trata es ltimamente el problema epistemolgico de la relacin del pensamiento a la realidad.

    4 - La primera solucin del problema ofrecida por la Edad Media fue la que se conoce como realismo exagerado . El que sa fuera cronolgicamente la primera solucin resulta manifiesto por el hecho de que los que se oponan a dicha opinin fueron conocidos durante algn tiempo como los moderni, mientras que Abelardo, por

    ejemplo, se refiere a aqulla como la antiqua doctrina. Segn la opinin antiqua, nuestros conceptos genricos y especficos corresponden a una realidad que existen ex- tramentalmente en objetos propios, una realidad subsistente en que participan los individuos. As, el concepto hombre1 o humani

    dad refleja una realidad, la humanidad o substancia de la naturaleza humana, (pie existe extramentalmente del mismo modo a como es pensada, es decir, como una substancia unitaria en la que participan todos los hombres. Si para Platn el concepto hombre refleja el ideal de naturaleza humana que subsiste aparte y fuera de los hombres individuales, un ideal que los hombres individuales encarnan o imitan en mayor o menor medida, el realista medieval crea (pie el concepto refleja una substancia unitaria (pie existe extramentalmente, en la que participan los hombres, o de la (ue stos son modificaciones accidentales. Semejante opinin es, desde luego, extremadamente ingenua, e indica una muy mala comprensin del modo en (pie Boecio trataba el problema, puesto que supone (pie, a menos que el objeto reflejado por el concepto exista extramentalmente de una manera exacta a como existe en la mente, el concepto es puramente subjetivo. En otras palabras, supone que el nico camino para salvar la objetividad de nuestro conocimiento consiste en mantener una correspondencia exacta e ingenua entre el pensamiento y las cosas.

    El realismo se encuentra ya implcito en las enseanzas de, por ejemplo, Fredegisio, que sucedi a Alcuino como Abad de San Matn de Tours; ste mantena que todo nombre o trmino supone una realidad positiva correspondiente (por ejemplo, la oscuridad* o la nada). Tambin est implcito en la doctrina de Juan Escoto Erigena. Encontramos una formulacin de la doctrina en los escritos de Remigio de Auxerre (841-908, aproximadamente), el cual sostiene (pie la especie es una partitio substan- tialis del gnero, y que la especie hombre,

  • por ejemplo, es la unidad substancial de muchos individuos (Homo est multorum hominum substantialis imitas). Una formulacin as, si se entiende en el sentido de que la pluralidad de hombres individuales tiene una substancia comn que es numricamente una, tiene como consecuencia natural la conclusin de que los hombres individuales slo difieren accidentalmente unos de otros, y Odn de Tournai (muerto en 113). de la escuela catedral de Tournai (a quien tambin se llama Odn de Cambrai, porque lleg a ser obispo de esa ciudad) no dud en extraer esa conclusin, y mantuvo (fue cuando un nio llega a ser, Dios produce una nueva propiedad de una substancia va existente, pero no una nueva substancia. Lgicamente, ese ultrarrealismo deba tener por residtado un completo monismo. Por ejemplo, tenemos los conceptos de substancia y de ser, y, segn los principios le ultrarrealismo, debe seguirse que todos los objetos a los que aplicamos el trmino substancia son modificaciones de una substancia, y que todos los seres son modificaciones de un solo ser. Es probable que esa actitud pesase en Juan Escoto Erigena, en la medida en que puede llamarse a ste, con justicia, monista.

    Como han indicado el profesor Gilson y otros, los que mantuvieron el ultrarrealismo en la ms antigua filosofa medieval filosofaban como lgicos, en el sentido de que suponan (fue los rdenes lgico y real son exactamente paralelos, y que por ser el misino el significado de, por ejemplo, hombre en los enunciados Platn es un hombre y Aristteles es un hombre , hay una identidad substancial en el orden real entre Platn y Aristteles. Pero yo creo que sera un error suponer que los ultrarrealistas

    fueran exclusivamente influidos por consideraciones lgicas; fueron influidos tambin por consideraciones teolgicas. Eso est claro en el caso de Odn de Tournai, el cual utiliz el ultrarrealismo para explicar la transmisin del pecado original. Si se entiende el pecado original como una infeccin positiva del alma humana, se enfrenta lino con un dilema: o hay que decir que Dios crea a partir le la nada una nueva substancia humana cada vez que un nio empieza a ser, con la consecuencia de

  • una de las cuales es perfectamente Dios, son un solo Dios. Fundndose en esas palabras, algunos han llamado a san Anselmo ultrarrealista, o realista exagerado, y, en verdad, la interpretacin natural de dichas palabras, a la luz del dogma teolgico en referencia de cual se ponen, es la de que, lo mismo que hay solamente una substancia o naturaleza en la Divinidad, as no hay ms (jue una substancia o naturaleza (es decir, numricamente una) en todos los hombres. Sin embargo, podra ser que san Anselmo argumentase ad hominem en esa cuestin, y que su pregunta equivaliese a la de cmo un hombre que no reconoce la unidad especfica de los hombres (en el supuesto, acertado o equivocado, de que Roscelin negase toda realidad al universal) poda captar la unin mucho ms grande de las Personas divinas en su Naturaleza, una Naturaleza que es numricamente una. Puede ser que san Anselmo fuera ultrarrealista, pero la segunda interpretacin de su pregunta puede apoyarse en el hecho de que l evidentemente entendi que Roscelin sostena que los universales no tienen realidad alguna, sino que son meros flatus voris, y en el hecho de que, en el Dialogus de Grammatico, distingue entre substancias primeras y segundas, y menciona nominalmente a Aristteles.

    5- Si el principio implcito del ultrarrealismo era la correspondencia exacta entre el pensamiento y la realidad extramental, el principio de los adversarios del ultrarrealismo era que solamente existen los individuos. As, Heurico de Auxerre (841-76) observaba que si alguien trata de sostener que

    "blanco y "negro existen ansoiuiameme y sin una substancia a la que adhieran, no podr indicar ninguna realidad correspondiente, sino que habr de referirse a un hombre blanco o a un caballo negro. Los nombres generales no tienen objetos generales o universales (jue les correspondan; sus nicos objetos son individuos. Cmo surgen, entonces, los objetos universales, y cul es su funcin y su relacin a la realidad? Ni el entendimiento ni la memoria pueden captar todos los individuos, y de ese modo la mente rene (coarctat) la multitud de los individuos y forma la idea de la especie, por ejemplo, hombre, caballo, len. Pero las especies de animales y plantas son a su vez demasiadas para ser juntamente comprehendidas por la mente, y sta rene entonces las especies para formar el gnero. Hay, sin embargo, muchos gneros, y la mente da un paso ms en el proceso de coarctatio, formando el concepto, an ms amplio y extenso, de usa (cnXTUX). Ahora bien, a primera vista eso parece ser una p(>- sicin nominalista, y recordar la teora de las notas taquigrficas de John Stuart Mili; pero, a falta de pruebas ms completas, sera temerario afirmar que fuese realmente sa la opinin conscientemente mantenida por Heurico. Probablemente ste slo pretendi afirmar, de una manera enftica, que nicamente los individuos existen, es decir, negar el ultrarrealismo, y al mismo tiempo prestar atencin a la explicacin psicolgica de nuestros conceptos universales. No tenemos pruebas suficientes que garanticen la afirmacin de que l negase cualjuier fundamento real para los conceptos universales.

    Una similar dificultad de interpretacin se presenta a propsito de las ensean

  • zas de Roscelin (1050-1120, aproximadamente), el cual, despus de estudiar en Sois- sons y Reiins, ense en Compiegne, lugar de su nacimiento, y en Loches, Besan^on y Tours. Sus escritos se han perdido, a excepcin de una carta a Abelardo, y hemos de confiar en el testimonio de otros escritores, como san Anselmo, Abelardo y Juan de Sa- lisburv. Esos escritores ponen, en verdad, completamente en claro (jue Roscelin se opuso al ultrarrealismo, y (pie mantuvo que solamente los individuos existen, pero su enseanza positiva no est muy clara. Segn san Anselmo, Roscelin mantena (pie el universal es una mera palabra (flatus vo- cis), V, en consecuencia, san Anselmo le cuenta entre los contemporneos herticos en dialctica. Anselmo procede a observar (jue esos hombres piensan (pie el color no es sino cuerpo, y la sabidura de los hombres no es sino el alma de stos, y encuentra el principal fallo de los herejes dialcticos en el hecho de (jue su razn est tan limitada por su imaginacin cjne no pueden librarse de las imgenes y contemplar objetos abstractos y puramente inteligibles. Ahora bien, es incuestionable (jue Roscelin dijo (jue los universales son palabras, palabras generales, j>uesto (jue el testimonio de san Anselmo es en ese punto perfectamente claro; pero es difcil calibrar con precisin lo (jue realmente entenda al decir eso. Si interpretamos a san Anselmo como un, ms o menos, aristotlico, es decir, como no ultra- rreaLista, tendremos (jue decir (jue l entendi (jue la enseanza de Roscelin supona la negacin de toda clase de objetividad del universal; mientras (pie si interpretamos a san Anselmo como un uitrarrealista, podemos suponer (jue Roscelin negaba meramente, en un estilo enftico, el ultrarrealis

    mo. Desde luego, es innegable (jue, tomado literalmente, el enunciado de (jue el universal es un mero flatus vocis es una negacin no slo del ultrarrealismo y del realismo moderado, sino incluso del conceptualismo y de la presencia de conceptos universales en la mente; pero no tenemos suficientes f>ruehas para decir lo (jue Roscelin defenda a proposito del concepto como tal, si es (jue se ocup de algn modo de esa cuestin. Podra ser (jue, en su decisin de negar el ultrarrealismo, la subsistencia formal de los universales, ojmsiese simplemente el universale in voce al universal subsistente, significando (pie solamente los individuos existen, y ero sin significar nada acerca del universale in mente, (jue poda haber dado j>or supuesto, o en el (jue, sencillamente, pudo no haber pensado. As, est claro j)or algunas observaciones de Abelardo en su carta sobre Roscelin al obispo de Pars, y en su De divisione et defini- tione, (jue, segn Roscelin, una parte es una mera palabra, en el sentido de que cuando decimos que una substancia completa consta de partes, la idea de un todo que consta de {>artes es una mera palabra , puesto (jue la realidad objetiva es una pluralidad de cosas individuales o substancias; pero sera temerario concluir de ah (jue Roscelin, si fuese convocado para definir su posicin, estuviese dispuesto a mantener (pie no tenemos idea alguna de un todo (jue consta de fiarles.No puede haber querido decir simjdemente (jue nuestra idea de un todo (pie consta de jiartes es meramente subjetiva, y (jue la nica realidad objetiva es una multijdicidad de substancias individuales? (De un

    JAVITOResaltado

  • modo semejante, parece haber negado la unidad lgica del silogismo, y haberlo disuelto en proposiciones separadas.) Segn Abelardo, la asercin de Roscelin de que las ideas de todo y parte son meras palabras, corre parejas con su asercin de que las especies son meras palabras; y si puede sostenerse la interpretacin anterior a propsito de la relacin todo-parte, podemos aplicarla tambin a su doctrina de los gneros y las especies, y decir que su identificacin de stos con palabras es una afirmacin de su subjetividad ms bien que una negacin de que haya ideas generales.

    No tenemos, desde luego, ninguna razn especial importante para interpretar a Roscelin. Es, sin luda, posible, que fuese un nominalista en un sentido completo e ingenuo le trmino, y, ciertamente, no estoy dispuesto a decir cjue no fuese un nominalista puro y simple. Juan de Salisbury parece haberle entendido en ese sentido, porque dice (pie algunos tienen la idea de (pie las palabras mismas son los gneros y las especies, aun

  • madamente) a decir (pie ciertos dialcticos ponen ms fe en Boecio que en las Escrituras.

    San Pedro Damin (1007-72) senta pocas simpatas por las artes liberales (son intiles, deca) o por la dialctica, puesto (jue tales artes no se interesan por Dios o por la salvacin del alma, aunque, como telogo y escritor, el santo tuvo a su vez que hacer uso de la dialctica. Estaba, sin embargo. convencido de (pie la dialctica es una ocupacin muy inferior, y que su utilizacin en teologa es puramente subsidiaria y subordinada, no meramente porque los dogmas son verdades reveladas, sino tambin en el sentido de (jue, incluso los principios ltimos de la razn, pueden no tener aplicacin en teologa. Por ejemjdo, Dios, segn san Pedro Damin, no es solamente rbitro de los valores morales y de la ley moral (san Pedro Damin habra visto con simpata las reflexiones de Kierkegard so-, bre el sacrificio de Abraham), sino (jue tambin podra lograr (jue un acontecimiento histrico se convirtiese en no-hecho, (jue dejase de haber ocurrido, y si eso parace ir en contra del principio de no contradiccin, entonces tanto jjeor j>ara el principio de no- contradiccin: lo nico que eso prueba es la inferioridad de la lgica en comparacin con la teologa. En pocas palabras, el puesto (jue corresponde a la dialctica es el de una criada, velut ancilla dominae.

    La idea de la esclava fue empleada tambin por Gerardo de Czanad (muerto en 1046), un veneciano (jue lleg a ser obispo de Czanad, en Hungra. Gerardo subray la superioridad de la sabidura de los aj)stoles sobre la de Aristteles y Platn, y devlar (jue la dialctica debe ser ancilla theologiae. Se supone muchas veces (jue se

    es el punto de vista tomista sobre el dominio de la filosofa, pero, dada la delimitacin tomista de los distintos dominios de teologa y filosofa, la idea de la esclava no ajusta en la doctrina sobre la naturaleza de la filosofa profesada jx>r Santo Toms. Tal idea fue ms bien, como observa M. de Wulf, la propia de un limitado grupo de telogos , hombres (jue hacan poco aprecio de la ciencia de moda. Sin embargo, tampoco ellos pudieron por menos de valerse de la dialctica, y el arzobispo Lanfranc (

  • enteramente presente al mismo tiempo en rada uno de los miembros individuales de la especie en cuestin, con la inevitable consecuencia lgica de que los miembros de una especie difieren los unos de los otros no substancialmente, sino slo accidentalmente. Si eso es as, dice Abelardo, hay una misma substancia en Platn en un lugar y en Scrates en otro lugar, y Platn est constituido por un equipo de accidentes y Scrates por otro. Tal doctrina es, desde luego, la forma de ultrarrealismo corriente en la primera parte de la Edad Media, y Abelardo no tuvo dificultad alguna en mostrar las consecuencias absurdas que implicaba. Por ejemplo, si la especie humana est substancialmente, y, por lo tanto, totalmente, presente al mismo tiempo tanto en Scrates como en Platn, entonces Scrates debe ser Platn, y debe estar presente en dos lugares al mismo tiempo. Adems, semejante doctrina conduce en ltimo trmino al pantesmo, puesto que Dios es substancia, y todas las substancias sern idnticas a la substancia divina.

    Presionado por ese tipo de crtica, Guillermo de Champeaux transform su teora, abandon la teora de la identidad en favor de la teora de la indiferencia, y dijo que dos miembros de la misma especie son la misma cosa, no esencialmente (essentiali-

    ter), sino indiferentemente (iruJif- ferenter). Disponemos de esa informacin por Abelardo, que evidentemente consider que la nueva teora era un subterfugio, como si Guillermo se limitase ahora a decir (ue Scrates y Platn no eran la misma cosa, pero (pie, sin embargo, no eran cosas diferentes. No obstante, algunos fragmentos de

    las Sententiae de Guillermo de Champeaux ponen en claro la posicin de ste. Dice el autor que las dos palabras uno y mismo pueden ser entendidas de dos maneras, secundum indijferentiam et secundum identitatem eiusdem prorsus essentiae, y procede a explicar que Pedro y Pablo son indiferentemente hombres, o poseen la humanidad secundum indijferentiam, en cuanto que si Pedro es racional, tambin lo es Pablo, y si Pedro es mortal, tambin lo es Pablo, y as sucesivamente, mientras (pie su humanidad no es la misma (quiere decir (ue su esencia o naturaleza no es numricamente la misma), sino semejante (similis), puesto (ue son dos hombres. Aade Guillermo que ese modo de unidad no puede aplicarse a la Naturaleza divina, refirindose, sin duda, al hecho de (pie la Naturaleza divina es idntica en cada una de las tres Personas divinas. Ese fragmento, pues, pese a su lenguaje algo oscuro, se opone claramente al ultrarrealismo. Cuando Guillermo de Chanpeaux dice que Pedro y Pablo son uno y lo mismo en humanidad secundum indijferentiam, quiere decir (pie sus esencias son iguales, y que esa igualdad es el fundamento del concepto universal de hombre, que se aplica indiferentemente a Pedro y a Pablo o a otro hombre cuahpiiera. Sea lo que sea lo que Abelardo pensase de esa teora modificada, o la interpretacin segn la cual la atacara, la teora parece ser en realidad una negacin del ultrarrealismo, y no muy diferente del modo de ver del propio Abelardo.

    Debemos indicar que la referencia (pie antes hemos hecho a la disputa entre Abelardo y Guillermo de Campeaux ha sido una simplificacin, ya (pie el curso preciso de los acontecimientos en dicha disputa no

  • r s t a r i u o . r i o w m i m , ..v.

    que Guillermo, despus de ser derrotado por Abelardo, se retir a la abada de San Vctor y ense all, para ser luego nombrado obispo de Chalons-sur-Marne, no es seguro en (pi punto de la controversia se retir. Parece probable (pie cambiase su teora mientras enseaba en Pars, y luego, sometido a nuevas crticas de Abelardo, estuviesen stas justificadas o no, se retirase de la batalla para recluirse en San Vctor, donde continuara enseando y podra haber puesto los fundamentos de la tradicin mstica de la abada; pero, segn M. de Wulf, Guillermo de Champeaux se retir a San Vctor y all ense la nueva forma de su teora, la teora de la indiferencia. Se ha afirmado tambin (pie Guillermo sostuvo tres teoras: 1) la teora de la identidad del ultrarrealismo; 2) la teora de la indiferencia, que fue atacada por Abelardo como indistinguible de la anterior, y 3) una teora anti-realista, en cuyo caso puede resumirse que se retir a San Vctor despus de ensear las teoras 1 y 2. Eso podra ser correcto, y puede apoyarse en la interpretacin de Abelardo y la crtica de ste a la teora de la indiferencia; pero es cuestionable (pie la interpretacin de Abelardo pasase de ser meramente polmica, y yo me inclino a coincidir con De Wulf en pie la teora de la indiferencia supona una negacin de la teora de la identidad, es decir, (pie no era un mero subterfugio verbal. En cualquier caso, la cuestin no es de murha importancia, puesto (ue todos estn de acuerdo en que Guillermo de Champeaux abandon eventualmente el ultrarrealismo con el (ue haba comenzado.

    8 - El hombre (ue derrot en debate a Guillermo de Champeaux, Abelardo (1979-

    lais, Cerca de Nantes, de donde su nombre de Peripateticus Palatinus, y estudi dialctica como discpulo de Roscelin y de Guillermo, despus de lo cual abri una escuela propia, primeramente en Melun, despus en Corbeil, y ms tarde en Pars, donde tuvo lugar su disputa con el (pie haba sido su maestro. Posteriormente dirigi su atencin a la teologa, estudi bajo la direccin de Anselmo de Laon, y comenz a ensear l mismo teologa en Pars en 1113. A consecuencia ile su episodio con Heloisa. Abelardo tuvo (pie retirarse a la abada de St.-De- nis. En 1121, su libro De Unitate et Trinita- te divina fue condenado en Soissons, y Alie- lardo fund entonces la escuela del Parclito, cerca de Nogent-sur-Seine, (ue abandon en 1125, para convertirse en abad de St.-Gildas, en la Bretaa, aunque dej el monasterio en 1129. Desde 1136 a 1149 estuvo enseando en Santa Genoveva, en Pars, donde Juan de Salisbury fue uno de sus discpulos. Pero san Bernardo le acus de hereja, y en 1141 fue condenado en el concilio de Sens. Su apelacin al papa Inocencio II condujo a una nueva condenacin y a una prohibicin de la enseanza, despus de lo cual se retir a Cluny, donde permaneci hasta su muerte.

    Est claro que Abelardo fue un hombre de disposicin combativa y despiadado con sus adversarios: ridiculiz a sus maestros en filosofa y en teologa, Guillermo de Champeaux y Anselmo de Laon. Fue tambin, aumpie algo sentimental, egosta y difcil de tratar: es significativo el (ue abandonase tanto la abada de St.-Denis como la de St.-Gildas por

  • ms monjes. Fue, sin embargo, un hombre de gran rapacidad, un dialctico sobresaliente, muy superior en ese aspecto a Guillermo de Champeaux; no era una mediocridad que pudiera ser ignorada, y sabemos que su brillantez y destreza dialctica (y tambin, sin duda, sus ataques a otros maestros) le atrajeron una gran audiencia. Pero sus incursiones en el terreno de la teologa, especialmente viniendo de parte de un hombre brillante y de gran reputacin, le hicieron parecer un pensador peligroso a ojos de aquellos que tenan escasa simpata natural por la dialctica y la habilidad intelectual, y Abelardo se vio perseguido por la incansable hostilidad de San Bernardo, (jue [)arece haber visto al filsofo como un agente de Satans; indudablemente, hizo cuanto pudo por asegurarse de la condena de Abelardo. Entre otros cargos, acus a ste de sostener una doctrina hertica sobre la Santsima Trinidad, cargo cuya verdad Abelardo neg firmemente. Es probable que el filsofo o fuese racionalista en el sentido corriente de la palabra, en lo (jue se refiere a sus intenciones (no pretendi negar la Revelacin ni disolver el misterio con explicaciones); pero al mismo tiempo, en su aplicacin de la dialctica a la teologa, parece haber atacado la ortodoxia teolgica, de hecho, ya que no en intencin. Por otra

    parte, fue la aplicacin de la dialctica a la teologa lo (jue hizo posible el progreso teolgico y facilit la sistematizacin escolstica de la teologa en el siglo XIII.

    Abelardo no tuvo dificultad, como ya hemos visto, en poner de manifiesto los absurdos lgicos a que conduca el ultrarrealismo de Guillermo de Chanpeaux; pero le

    incumba jiroducir por s mismo otra teora ms satisfactoria. Ace>tando la definicin aristotlica del universal, tal como la transmitiera Boecio (quod in pluribus natum est praedicari, singidare vero quod non), procedi a afirmar que lo (jue se predica np es una cosa, sino un nombre, y concluy que hay (pie adscribir ese tipo de universalidad solamente a las palabras' . La frase suena muy parecida a la opinin puramente nominalista adscrita tradicionalmente a Roscelin (que tambin haba sido maestro de Abelardo), pero el hecho de (jue ste tuviese inters en hablar de palabras universales y par ti cid ares pone de manifiesto (jue no podemos concluir inmediatamente (jue negase toda realidad corresjxmdiente a las palabras universales, puesto (jue ciertamente no negaba (jue hubiese una realidad correspondiente a las jjalabras particulares, a saber, el individuo. Adems, Abelardo (en la Lgica nostrorum petitioni socio- rum) procedi a distinguir vox y sermo, y a decir, no (jue Universale est vox, sino que Universale est sermo. Por qu hizo Abelardo esa distincin? Ponjue vox significa la palabra como entidad fsica (flatus voris), una cosa, y ninguna cosa puede ser predicada de otra cosa, mientras (jue sermo significa la palabra segn la relacin de sta al contenido lgico, y es ste lo que es predicado.

    Cul es, pues, el contenido lgico, cul es el intellectus universalis o idea universal, que es expresado por el nomen universale? Por las ideas universales la mente concibe una imagen comn y confusa de muchas cosast (...) Cuando digo hombre, una cierta firgura aj>arece en mi mente, (jue se relaciona a hombres individuales, (jue es comn a todos y no propia de ningu

  • no . Semejante lenguaje sugiere, en verdad, (pie, segn Abelardo, no hay realmente conceptos universales, sino slo imgenes confusas, genricas o especficas segn el grado, de su confusin e indistincin; pero el autor sigue diciendo que los conceptos universales se forman por abstraccin, y que mediante esos conceptos concebimos lo (pie hay en el objeto, aunque no lo concebimos como est en el objeto. Porque cuando yo considero ese hombre solamente en la naturaleza de substancia o de cuerpo, y no tambin de animal, o de hombre, o de.gramtico, evidentemente no entiendo otra cosa
  • Gilbert de la Porree se mantuvo firme en el tema de que cada hombre tiene su propia humanidad o naturaleza humana; pero tuvo una opinin peculiar en cuanto a la constitucin interna del individuo. En el individuo debemos distinguir la substancia o esencia individualizada, en la que inhie- ren los accidentes de la cosa, y las formae substantiales, o formae nativae. Esas formas nativas son comunes en el sentido de (pie son iguales en objetos de la misma especie o gnero, segn sea el caso, y tienen sus ejemplares en Dios. Cuando la mente contempla las formas nativas en las cosas, puede abstraeras de la materia en la (pie estn encarnadas o vueltas concretas, y considerarlas por separado, en abstraccin: est

    - entonces, en relacin con los gneros y las especies, (jue son subsistentiae, pero no objetos substancialmente existentes. Por ejemplo, el gnero es simplemente la colec

    c i n (collectio) de subsistentiae obtenida mediante la comparacin de cosas que, aunque diferentes en especie, son semejantes. Gilberto quiere decir que la idea de especie se obtiene por comparacin de las similares determinaciones esenciales o formas de similares objetos individuales, y reunindolas en una sola idea, mientras que la idea de gnero se obtiene comparando objetos que difieren especficamente pero (pie an as tienen en comn algunas for

    mas o determinaciones esenciales, como el caballo y el perro tienen en comn la animalidad. La forma, como observa Juan de Salishury a propsito de la doctrina del Porre- tano, es sensible en los objetos sensibles, pero es concebida por la mente aparte de los sentidos, es decir, inmaterialmente, y aunque in

    dividual en cada individuo, es, sin embargo, comn, o semejante, en todos los miembros de una especie o de un gnero.

    Sus doctrinas de la abstraccin y de la comparacin ponen en claro (jue Gilberto fue un realista moderado, y no un ultra- rrealista, pero su curiosa idea de la distincin entre la substancia o esencia individual y la esencia comn (donde comn significa semejante en una pluralidad de individuos), le hizo entrar en dificultades cuando procedi a aplicarla a la doctrina de la Santsima Trinidad, y distingui como cosas diferentes Deus y Divinitas, Pater y Paternitas, del mismo modo a como haba distinguido Scrates de humanidad , es decir, de la humanidad de Scrates. Gilberto fue acusado de menoscabar la unidad de Dios y de ensear herejas (san Bernardo fue uno de sus acusadores). Condenado en el Concilio de Reims, el ao 1148, se retract de sus proposiciones heterodoxas.

    ( i i ) Juan de Salisbury (1115-80, aproximadamente) lleg a Pars en el ao 1136, y all asisti a las lecciones de, entre otros, Abelardo, Gill>erto Porretano, Adam Par- vipontanus y Robert Pulleyn. Lleg a ser secretario del arzobispo de Canterbury, primeramente del arzobispo Teobaldo y ms tarde de santo Toms Becket, y fue ms tarde nombrado obispo de Chartres, en 1176.

    En la discusin del problema de los universales, dice Juan de Salisbury, el mundo se ha hecho viejo; se ha dedicado a esa empresa ms tiempo del re

  • /unsioitues, por quien Juan de Salisbury tiene predileccin en materia de dialctica; a propsito de los Tpicos, observa que es de ms utilidad que casi todos los libros de dialctica que los modernos acostumbran exponer en las escuelas. Los gneros y las especies no son cosas, sino ms bien las formas de cosas que la mente, comparando las semejanzas entre stas, abstrae y unifica en los conceptos universales. Los conceptos universales, o gneros y especies, abstractamente considerados, son construcciones mentales (figrala rationis), puesto que no existen como universales en la realidad >ex- tramental; pero se trata de una construccin que consiste en la comparacin de cosas y la abstraccin a partir de las cosas, de modo que los conceptos universales no estn vacos de fundamentacin y referencia objetivas.

    10- Ya hemos dicho que la escuela de San Vctor se inclin hacia un realismo moderado. As, Hugo de San Vctor (1096- 1141) adopt ms o menos la posicin de Abelardo, y mantuvo una clara doctrina de la abstraccin, que aplic a las matemticas y a la fsica. El dominio de las matemticas se caracteriza por la atencin a actus confusos inconfuse, la abstraccin, en el sentido de atencin por separado, a la lnea o la superficie plana, por ejemplo, aunque ni lneas ni superficies existen por separadas de los cuerpos. Tambin en fsica se consideran en abstraccin las propiedades de los cuatro elementos, aunque en la realidad concreta stas no se encuentran sino en diversas conbinaciones. Semejantemente, el dialctico considera las formas de las cosas en aislamiento o abstraccin, en un concepto unificado, aunque en la realidad actual

    las formas de ias cosas sensibles no existen ni aisladas de. la materia ni como universales.

    l l - Los fundamentos de la doctrina tomista del realismo moderado haban sido puestos, pues, antes del siglo XIII, y en realidad podemos decir que fue Abelardo ({uien acab prcticamente con el ultrarrealismo. Cuando santo Toms declara ([ue los universales no son cosas subsistentes y que no existen sino en las cosas singulares, se est haciendo eco de lo que Abelardo y Juan de Salisbury haban dicho antes f[ue l. Por ejemplo, la humanidad , la naturaleza humana, solamente tiene existencia en este o atjuel hombre, y la universalidad (jue se asigna a la humanidad en el conce>to es un resultado de la abstraccin, y, por lo tanto, en cierto sentido, una contribucin subjetiva. Pero eso no supone la falsedad del concepto universal. Si abstrajsemos la forma especfica de una cosa y al mismo tiempo penssemos que esa forma existe realmente en estado de abstraccin, nuestra idea sera ciertamente falsa, por-

  • cual esencia es, por la actividad de la mente, liberada de factores individualizantes (es decir, segn santo Toms, de la materia) y considerada en abstraccin. Por ejemplo, la mente abstrae del hombre individual la esencia de humanidad, que es igual, pero no numricamente la misma, en los miembros de la especie humana. Y el fundamento del concepto genrico universal es una determinacin esencial que varias especies tienen en comn, como las especies de hombre, caballo, perro, etc., tienen en comn la animalidad .

    Santo Toms negaba as ambas formas de ultrarrealismo, la de Platn y la de los primeros medievales; pero, lo mismo que Abelardo, no deseaba rechazar el platonismo totalmente y sin apelacin, es decir, no renunciaba a conservar de algn modo el platonismo tal como ste haba sido desa- rrolado por san Agustn. Las ideas, las ideas ejemplares, existen en la mente divi-

    * na, aunque no son ontolgicamente distintas de Dios ni constituyen realmente una pluralidad. En lo que se refiere a esa verdad, la teora platnica est justificada. Santo Toms admite, pues, (i) el universale ante rem, aunque insistiendo en que no es

    una cosa subsistente, ni separada de las cosas (Platn) ni en las cosas (primeros medievales ultrarrealistas), porque es Dios mismo, considerado en tanto que percibe su esencia como imitable ad extra en un cierto tipo de criatura; (ii) el universale in re, que es la esencia individual concfeta, igual en los distintos miembros de la especie; y (iii) el universale post rem, que es el concepto universal abstracto. Huelga decir (pie el trmino universale in re, utilizado en el Comentario a las Sentencias, ha de ser interpretado a la luz de la doctrina general de santo Toms, es decir, como el fundamento del concepto universal, fundamento (pie no es otra cosa (jue la esencia concreta o quidditas rei.

    A finales de la Edad Media el problema de los universales sera replanteado, y una nueva solucin iba a ser ofrecida por Guillermo de Ockham y sus seguidores; pero el principio de (pie solamente los individuos existen como cosas subsistentes, permanecera; la nueva corriente del siglo XIV no se inclinara hacia el realismo, sino que se alejara de ste. Considerar la historia de ese movimiento en el siguiente volumen de esta Historia.