Los recursos minerales y los limites - repositorio.esocite.la
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Los recursos minerales
y los limites
del crecimiento econémico
por
Amilcar O. Herrera
Klsigloveintiunoeditores
mexicoespanaargent
Klsiglo veintiunoeditores, sa
GABRIEL MANCERA 65, MEXICO 12, DFNOEsiglo veintiuno de espanaeditores, saEMILIO RUBIN 7, MADRID.33.ESPANA
siglo veintiuno argentina editores, saAV. CORDOBA 2064, BUENOS AIRES, ARGENTINA
Tapa: Isabel Carballo
© Siglo XXI Editores S.A.| Siglo XX! Argentina Editores S.A.
Primera edicién, junio 1974
Derechosreservados conformea la ley N° 11723Impreso en ArgentinaPrinted in Argentina
INDICE
INTRODUCCION
RESERVAS Y RECURSOS MINERALES
Reservas de un yacimiento y reservas regiona-les, 19; clasificacién de las reservas, 21; con-
clusién, 28
LA HIPOTESIS DE ESCASEZ CRECIENTEDE LOS RECURSOS MINERALES
Las hipétesis tedricas de escasez de recursosminerales, 31; evidencias histéricas sobre laship6tesis de escasez creciente, 36
LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS
MINERALESEN EL FUTURO PREVISIBLE
Los recursos minerales de la corteza terrestre,42; recursos paramarginales y submarginales,51; los recursos de los fondos marinos, 55
LAS PERSPECTIVAS A MUY LARGO PLAZO
Los materiales criticos, 64
LOS RECURSOS ENERGETICOSEl concepto de agotamiento de los recursosminerales, 73
EL RECICLAJE DE MATERIAS PRIMASMINERALES Y EL MEDIO AMBIENTE
BIBLIOGRAFIA
31
dl
52.
67
75
81
A Salvador Allende
que dedico su vida y su muerte@ la causa de la liberacién de
América Latina.
Este trabajo fue preparado como parte de laconstruccién del Modelo Mundial Latinoamericano.
INTRODUCCION
La idea de que la escasez de recursos naturales puedaponer eventualmente un limite al crecimiento humanono es nueva, y ha sido repetidamente expuesta en losUltimos dos siglos. Los economistas clésicos —en par-ticular Malthus, Ricardo y Mill— sostuvieron que laescasez de recursos naturales Ilevarfa eventualmente aun rendimiento social decreciente del esfuerzo econd-mico, con el consiguiente retardo y eventual deten-cién del progreso econdmico.A partir de finales del siglo pasado estas ideas
pierden vigencia —salvo como formulaciones teéricasacadémicas— debido a que el r4pido progreso cienti-fico y tecnolégico, registrado sobre todo en Occi-dente, mostr6 una capacidad casi ilimitada de ampliarla base de recursos naturales sobre la cual se asentabael crecimiento econédmico. Se dio por sentado que el“progreso” podfa sostenerse indefinidamente, debidoa la inagotable capacidad humana de plantearse yresolver nuevos problemas.
En los Ultimos afios, sin embargo, las viejas ideasmalthusianas y ricardianas han resucitado con un vi-gor inesperado. Si bien las ideas centrales son lasmismas, aparecen ahora algunos elementos que lesagregan dramatismo. En primer lugar el crecimientoexponencial de la poblacién y del consumo; y ensegundo término la contaminacién ambiental, elemen-to éste que no aparecfa en la preocupacién de losviejos economistas.
Aparece asf una concepcién de los limites del cre-
12 INTRODUCCION
cimiento que se refleja en la idea de la tierra con-
cebida como una nave espacial: se trata de un cuerpo
finito, y por lo tanto son finitos los recursos que
alberga. El crecimiento de la poblacién y del consu-
mo, que alcanza niveles sin precedentes en la historia,
terminaré fatalmente por agotarlos, y posiblemente en
un plazo no lejano.Si bien las soluciones que se postulan para esta
problemitica son muy variadas, en los circulos diri-
gentes de los paises desarrollados aparecen algunas
tendencias muy definidas, y cuyas implicaciones so-
ciopoliticas son también muy claras. Se centran esen-
cialmente en el crecimiento de la poblacién mundial,
sobre todo en los paises subdesarrollados. El control
de ese crecimiento —si es necesario en forma compul-
siva, en las posiciones més extremas— es el prerre-
quisito indispensable para evitar la catastrofe. El con-
trol de la contaminacién, el uso racional de los re-
cursos, etc., son s6lo medidas complementarias.
En esas posiciones no se ponen en duda los valo-
res centrales del “modo de vida occidental”. Su prin-
cipal implicacién —a veces explicitada claramente— es
que las barreras “naturales” que se oponen al creci-
miento econémico dejan muy pocas esperanzas a los
paises atrasados de alcanzar los niveles de bienestar
que tienen hoy los pafses adelantados.
En todo momento histérico, y principalmente en
los Ultimos dos o tres siglos, el destino de la huma-
nidad no estuvo nunca univocamente determinado.
Ante una problemitica global, los grados de libertad
fueron siempre suficientes para admitir varias solu-
ciones alternativas. La solucién por la que se opta,
est4 siempre determinada por la ubicacién del propo-
nente en una situacién social, econémica y politica
concretas.
Cuando Malthus enuncia su teorfa de la escasez
—con una base cientifica ni mejor ni peor que la que
fundamenta las actuales posiciones catastrofistas— la
INTRODUCCION 13
“soluci6n” que postula no era la nica posible, como
lo demuestra la historia posterior, y la refutacién de
Marx, que se produce no mucho tiempo después deMalthus. Resulta ahora claro, sin embargo, que laposicién de Malthus era la que convenfa a los intere-ses de la clase dominante inglesa. La refutacién deMarx surge no tanto de una apreciacién distinta de la“realidad” —que no pasaba de una teorfa con muypoca fundamentacién empirica— como de una con-cepcién diferente de las fuerzas que determinan eldevenir de la humanidad.
La situacién actual es muy similar. Aun supo-niendo que el curso actual de la humanidad presenteel peligro de provocar el colapso, o desequilibrios gra-ves en el ecosistema natural, esto no implica laexistencia de una solucién tnica para evitarlo. Laenorme complejidad de la organizacién social, unidaal progreso de la ciencia y la tecnologia, hacen quelos grados de libertad posibles al “sistema humano”sean ahora mucho mayores que en la época de Mal-
thus.Las soluciones que se proponen ahora en los pai-
ses avanzados, lo mismo que en los tiempos de Mal-thus, estén condicionadas por su insercién en unparticular contexto socioeconédmico y politico. Res-ponden a los intereses de los paises desarrollados, yslo en funcién de ellos pueden aparecer como tnicasy predeterminadas.
La catdstrofe que predicen muchos modelos enboga (matematicos o no) es una realidad cotidianapara gran parte de la humanidad. Hambre, analfabe-tismo, muerte prematura, carencia de viviendas ade-cuadas, etc. —en otras palabras, condiciones misera-bles de vida— es el destino comin compartido por lamayor parte de los habitantes de los paises subdesa-
rrollados, Para percibir esta catatrofe no es necesarioesperar 80 6 100 afios, hasta que un eventual agota-miento de los recursos naturales, o el crecimiento de
14 INTRODUCCION
la contaminacién, hagan sentir sus efectos en losgrandes centros de los paises desarrollados.
Los obstdculos que se oponen a un desarrolloarménico de la humanidad no son _principalmentemateriales —por lo menos en el futuro previsible—sino sociopoliticos, y dependen de la actual distri-buci6n del poder tanto a nivel internacional, comodentro de los paises. Esto se manifiesta en la crecien-te desigualdad internacional y dentro de cada pafs, enparticular de los subdesarrollados.
De continuar estas tendencias se produciré unaverdadera catastrofe para la humanidad, mucho antesde que pueda percibirse alguna limitacién en el eco-sistema. La creciente presién de las masas marginadasprovocaré muy probablemente la ruptura del sistemainternacional, a través de una serie de conflictos aescala continental. La actual situacién del mundo, ylos acontecimientos de los tltimos afios, dejan pocasdudas al respecto.
La teoria de Malthus fue implicita o explicitamen-te instrumentada por las clases dominantes de sutiempo. Respondia a sus intereses y dominé la poli-tica salarial y social durante casi todo el siglo XIX.Mas atin, para usarla mejor como instrumento deexplotacién, se dejaron de lado los aspectos positivosde las posiciones de Malthus, que hubieran podidoaliviar la situacién de las masas oprimidas. En defini-tiva, el objetivo final era el mantenimiento del statuquo.
La formulacién de “soluciones alternativas”, nacede la lucha del proletariado por rechazar un ordensocial que lo mantenia en niveles de vida infrahuma-nos. El reconocimiento de que la miseria era unaconsecuencia de la organizacién social vigente, y noel producto de una “ley natural inmodificable”, for-mulada en su forma més cientifica por Marx, sdlo seconvierte en un elemento dindmico de cambio, por-que surge de la situacién hist6rica de los sectores
INTRODUCCION 1s
sociales oprimidos. Son éstos los que, en una largalucha, consiguen modificar algunos de los caracteresbasicos de la sociedad que nace con la RevoluciénIndustrial.
En la coyuntura actual del mundo, el papel debeneficiarios del sistema mundial que detentan lospaises desarrollados, los impulsa a buscar solucionesque no afecten la organizaci6n social y el sistema devalores en que se basa esa situacién de privilegio. Lospaises subdesarrollados, victimas del sistema, son losUnicos cuya situacién histérica los impulsa a formularsoluciones que tomen realmente en cuenta todos losgrados de libertad posibles. Son aquellos cuyosinte-reses hist6ricos coinciden con la necesidad de cambiaruna organizacién social e internacional que impideobjetivamente el desarrollo cabal de la humanidad.
Lo que sigue es una pequefia contribucién a laformulacién de esas soluciones. Trataremos de demos-trar que el planteo de un eventual agotamiento de losrecursos minerales, una de las restricciones basicasque se postulan al desarrollo humano, carece de sen-tido, por lo menos en un plazo que de alguna ma-nera pueda interesar a la humanidad actual.
RESERVAS Y RECURSOS MINERALES
El reino mineral del cual el hombre extrae los pro-ductos que necesita para su industria, incluye la cor-teza sOlida de la tierra, el mar y la atmésfera. Noobstante, la inmensa mayorfa de los recursos mine-rales que la humanidad necesita han sido extrafdoshasta ahora de la corteza terrestre. Si bien esta capasOlida externa de la tierra tiene un espesor que oscilaaproximadamente entre 32 y 40 km, las operacionesmineras realizadas hasta ahora muy raramentealcanzan los 2.000 6 3.000 m.
Aun considerando s6lo esa delgada pelicula super-ficial, la corteza terrestre contiene, en términos abso-lutos, existencias practicamente inagotables de todoslos metales y minerales que la humanidad necesita.No obstante, la mayor parte de ese contenido sehalla distribuido uniformemente y en concentracionesmuy bajas a través de toda su masa. El costo de suextraccién excede a su valor econdmico o social y,
por lo tanto, no puede considerarse como reservadisponible, en las condiciones tecnolégicas actuales.
Las reservas 0 recursos que consideramos explota-bles en las actuales condiciones, son las que se en-cuentran en los cuerpos geol6gicos denominadosyacimientos © depésitos minerales. Estos cuerpos secaracterizan por tener concentraciones elevadas deciertos elementos o minerales que entran en la cons-titucion de la corteza terrestre, y el material mismoque los constituye se denomina mena o mineral. Sinembargo, para definir un yacimiento no basta
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establecer que debe tener una concentracién “ele-vada” de algin elemento itil; es preciso, ademis,establecer por lo menos aproximadamente, cual ha deser el valor de esa concentracién, ya que existenmuchos cuerpos geolégicos con porcentajes relativa-mente elevados de ciertos metales, en comparaciéncon el contenido medio de la corteza, que no puedenconsiderarse yacimientos. La condicién esencial paraque uno de esos cuerpos sea clasificado como yaci-miento, es que de él puedan extraerse uno o masmetales 0 minerales titiles en forma econémica.
Esta definicién parece dar un método relativamen-te sencillo para determinar cudndo una concentraciénde un metal o mineral constituye realmente unyacimiento, pero esa sencillez es s6lo aparente, por-que los factores que determinan las posibilidades deexplotacién econémica son miiltiples.
Algunos de ellos —como forma y tamafio del de-posito y composicién y ley de la mena— son denaturaleza geolégica y pueden ser determinadas porun estudio adecuado del yacimiento; pero otrascomo condiciones del mercado, procedimientos deexplotacién y beneficio de los minerales, etc.— sonindependientes de las caracterfsticas del yacimiento yvarfan considerablemente con el tiempo. Otros facto-res, como distancia, accesibilidad, clima, disponibi-lidad de agua en la zona, etc., son también indepen-dientes de las condiciones del depdsito, pero suelentener importancia decisiva en la determinacién de susposibilidades de explotacién. En yacimientos de mate-tiales de poco valor y gran volumen —comoel hierroy el carbén, por ejemplo—, las posibilidades econdémi-cas de explotacién dependen, en gran medida, de lascondiciones de su transporte a los centros de con-sumo. Si éstas, a causa de la situacién geografica y latopografia, son muy desfavorables, la explotacién deldepésito puede resultar antieconédmica, aunque tengael mismo volumen y las mismas caracteristicas geolé-
RESERVAS Y RECURSOS MINERALES 19
gicas que otros yacimientos productivos. En las zonasfridas 0 desérticas, donde el agua para las plantas debeneficio debe ser trafda desde largas distancias, laexplotabilidad de un yacimiento depende de que lasreservas sean suficientemente grandes como parajusti-ficar la considerable inversién de capital que esasobras requieren. En una zona sin problema de abaste-
cimiento de agua, las reservas minimas necesarias paraque un yacimiento resulte econémico seran muchomenores.
RESERVAS DE UN YACIMIENTO Y RESERVAS
REGIONALES
El estudio de los yacimientos individuales se realiza,en la mayoria de los casos, con miras a su explo-tacién mds o menos inmediata. A ese fin, el margende error y la incertidumbre de los factores geolégicosde la evaluaci6n —es decir, los que inciden en ladeterminacién de las dimensiones, forma y calidad deldepésito— son demasiado grandes. Para eliminarlos oreducirlos a un nivel aceptable, la empresa minerarealiza una serie de trabajos de exploracién que con-sisten en perforaciones, trincheras, galerfas, etc. Comoestos trabajos son caros, la empresa los emprendesolamente si el estudio geolégico previo indica que lascondiciones son favorables. Ademds, ese mismo estu-dio, que incluye predicciones sobre la posible formay estructura del yacimiento, le permite planear laslabores de manera tal que proporcionen un maximode informacién con un mfnimo de inversiones. Encuanto a las incégnitas econémicas, a la empresa leresulta relativamente facil despejarlas, porque hace suestimacién basdndose en las condiciones econémicas ytecnolégicas del momento, aceptando el riesgo normalde toda inversi6n comercial. Las labores de explo-raci6n permiten determinar las dimensiones y la for-
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ma del depdsito, pero la mena es raramente homo-génea, y sus leyes varian dentro de limites a vecesbastante amplios; de manera que, solamente despuésde despejar las incégnitas econédmicas, puede saberserealmente qué parte del tonelaje del depdsito seraaprovechable.
Por otra parte, y éste es un punto muy impor-tante, Ja empresa minera efectiia solamente los tra-bajos de exploracién indispensables para asegurarse deque dispondré de mena para operar durante un pe-riodo razonable, de modo tal que le permite recu-perar las inversiones efectuadas con un margen pre-visto de beneficio. Posteriormente, trataré de llevarsus trabajos de exploracién de manera tal que puedacada afio aseguyarse de la existencia adicional de unacantidad de mena por lo menos igual a la explotadadurante ese afio.
Cuando se trata de estimar los recursos mineros deuna regién, la situacién es muy distinta. En primerlugar, las incégnitas geolégicas no pueden despejarserealizando labores de exploracién, y los calculos de-ben entonces basarse en las estimaciones geoldgicas,admitiendo el grado de incertidumbre que implican.La consideracién de las incégnitas econdmicas agregaun factor de incertidumbre que es, en muchoscasos,mayor atin que el geolégico. La definicién, en térmi-nos econdmicos, de lo que debe considerarse mena,ya no puede basarse en las condiciones técnicas yeconémicas imperantes en el momento, porque laestimaci6n de la riqueza minera de un pais o de unaregién, se hace sobre la base de previsiones a mayorplazo. El criterio que se adopta casi universalmentepara este tipo de evaluacién es el de considerar re-serva todo lo que resultarfa aprovechable en las con-diciones econédmicas y técnicas del futuro previsible.Es obvio que la previsibn de esas condiciones implicaque el evaluador debe tomar decisiones arbitrarias, enel sentido de que se basan, en gran medida, en sus
RESERVAS Y RECURSOS MINERALES 21
opiniones personales. Asi se explica que las estima-ciones de la riqueza minera de una misma regi6n,
realizadas por distintas personas, den muchas veces
resultados considerablemente discrepantes entre sf.Como resumen puede afirmarse que la riqueza de
un yacimiento o de una regién no es expresable poruna cifra de reservas que tenga valor absoluto. Sélo
se pueden dar estimaciones validas dentro de ciertascondiciones econédmicas y de cierto grado de certezaque es necesario especificar en cada caso. Las clasi-ficaciones de reservas —punto que trataremos a con-tinuacién— se han ideado precisamente con el objetode cumplir esta Gltima condicién.
CLASIFICACION DE LAS RESERVAS
Los primeros términos usados en la industria minerapara la evaluacién de yacimientos, y que todavia go-zan de amplia aceptacién, fueron los de reservas posi-tivas, probables y posibles. Las reservas positivas son
las que han sido verificadas por trabajos de exploracién
y de cuya existencia y calidad (composicién y leyes)
existe seguridad suficiente como para justificar las
inversiones necesarias para su explotacién. Las reser-
vas probables también han sido reconocidas por labo-
res mineras o por los afloramientos, pero la incerti-dumbre con respecto a la cantidad y calidad es consi-derablemente mayor que en el caso anterior. Las re-servas posibles son una evaluacién geolégica. En unamina en operacién, como es natural, las reservas vancambiando de categoria a medida que las nuevas
labores de exploracién y desarrollo permiten conocer
mejor las caracteristicas del yacimiento.
Si bien esos términos, como ya se ha sefialado,
tuvieron amplia difusién, su definicién exacta ha sido
desde siempre tema de controversia. Las definicionesque seguramente reflejan mejor el sentido en que esos
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términos han sido siempre usados, son las siguientes,aportados por Leith en 1939:
Positivas (0 comprobadas). Mineral delimitado entres dimensiones por labores mineras 0 por perfo-raciones, pero que incluye ademas, prolongacionessecundarias més allé de las labores y perforaciones,donde los factores geolégicos que limitan el cuerpomineralizado son bien conocidos y donde las posibi-lidades de que la mena no alcance estos limites estan remota que no se tienen en cuenta al proyectar
los trabajos de explotacién.
Probables (0 semicomprobadas). Comprenden exten-siones a corta distancia, donde las condiciones sontales que se encontraré probablemente mineral, pe-ro donde la extensién y las condiciones limitantesno se pueden definir con la misma precisién que enel caso del mineral comprobado. El término tambiénpuede significar que se ha comprobado la presenciade mena por medio de perforaciones dispersas, perodemasiado separadas para garantizar la continuidaddel cuerpo.
Posibles. El mineral se califica como posiblecuando las relaciones del terreno con cuerpos mi-neralizados adyacentes y las estructuras geoldgicaspermiten suponer que se encontrard mineral, pero lafalta de datos provenientes de exploracion y desa-rrollo, impiden tener certeza sobre su ubicacionexacta 0 extensién. Frecuentemente no convieneasignar cifras a los tonelajes “posibles”, pero se lospuede designar con términos tales como “grandes” o“pequefios”.
Como ya lo han sefialado muchos especialistas,esta clasificaci6n se adapta muy bien a las necesi-dades de la empresa minera porque le permite calcu-
RESERVAS Y RECURSOS MINERALES 23
lar, con pequeno margen de error, jas reservas mini-mas necesarias para iniciar la explotacién y le propor-ciona un medio para evaluar la incdgnita geoldgica enforma objetiva. Para la estimacién de la riqueza deuna regién, en cambio, establece limitaciones dema-siado rigidas, conforme a los distintos tipos de reser-vas. El gedlogo o el economista que trabaja sobre unaregion debe basarse en estimaciones geolégicas y eco-némicas que, como ya se ha dicho, se hallan expues-tas a un margen de error mas grande. Como resul-tado, cuando ¢alifican una reserva como “posible”,por ejemplo, usan en general el término en un sen-tido que serfa inaceptable para una empresa mineraporque incluye mineral que no serfa explotable en lascondiciones del momento 0 cuya existencia se presu-me en base a especulaciones puramente geoldgicas.No obstante, y debido a la falta de terminologfa masadecuada, durante mucho tiempo se usaron los mis-mos términos para los dos tipos de evaluacién, con elagravante de que, al publicarse las cifras, en muy
pocos casos se daban los elementos de juicio necesa-rios para estimar, aunque fuera aproximadamente, elmargen de error aceptado.
Para corregir esta situacién, el United States Geo-logical Survey y el United States Bureau of Minesadoptaron en 1944 una clasificacién de reservas mésflexible .para las evaluaciones de recursos minerales enescala nacional o regional. En esta clasificacién setuvo en cuenta que este tipo de evaluacién lo hacen,en general, personas —cominmente economistas 0 téc-nicos oficiales— que no tienen acceso a los calculosdetallados de reservas efectuados por empresas mine-
ras particulares, y que para ello no interesa conoceren detalle, en sus distintos tipos, las reservas de cadamina. En tales estudios, lo que interesa es estimarla
magnitud de los recursos minerales.
Los términos propuestos, y que se han comenzado
a usar en todo el mundo, son los siguientes:
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Medidas (0 cubicadas). “Son aquellas reservas cuyotonelaje se computa por las dimensiones reveladas enafloramientos, trincheras, labores mineras y perfora-ciones, y cuya ley se determina por medio de unmuestreo detallado. Los sitios en los cuales se hanefectuado las observaciones, la toma de muestras ylas mediciones estén tan préximas, y las caracte-risticas geol6gicas aparecen tan bien definidas, quequeda perfectamente establecido el tamafio, forma ycomposicién de la mena. El tonelaje y la ley compu-tadas se consideran exactas dentro de los limites quese establecen, y se supone que esos limites no di-fieren del tonelaje o ley calculados en mas del 20por ciento”’.
Indicadas. “‘Son aquellas cuyo tonelaje y ley se calcu-lan, en parte, mediante mediciones especificas, mues-tras o datos de producciédn, y, en parte, sobre laproyeccién, hasta una distancia razonable, basdndoseen evidencias geolégicas. Los sitios disponibles paralas observaciones, mediciones y muestreos se hallandemasiado separados o espaciados inadecuadamentepara poder delimitar los cuerpos mineralizados o de-terminar en detalle sus leyes”.
Inferidas. “Son aquellas reservas cuya estimacionnumérica se basa en gran parte en un conocimientogeneral del caracter geoldgico del depdsito, y de lasque no existen, o se tienen muy pocas, mediciones omuestras. Las estimaciones se basan en una supuestacontinuidad o repeticién apoyada en evidencias geo-logicas; éstas pueden incluir comparaciones condepésitos de tipo similar. Se pueden agregar cuerposmineralizados ocultos si hay evidencia geologica es-pecifica de su presencia. Las estimaciones de re-servas inferidas deben incluir informacién sobre loslimites especificos dentro de los cuales el materialpuede estar.”
RESERVAS Y RECURSOS MINERALES 25
Esta nomenclatura, si bien es mucho mas apta paraevaluaciones regionales que la mencionada antes, pre-senta todavia dos dificultades. La primera es que elevaluador no tiene, en general, acceso a la informa-cién que poseen las empresas privadas, y, por lo tan-to, no puede establecer la distincién entre reservas“medidas” e ‘“‘indicadas”. Por lo demas, la categoriade reservas “medidas”,que equivale aproximadamentea la de “positivas” de la primera clasificacion, s6lorepresenta, como ya sesefialé, la cantidad de mineralque las empresas consideran indispensable asegurarantes de comenzar la explotacién y, en consecuencia,su diferenciaci6n exacta no es necesaria para evaluarla riqueza de una regién. La segunda dificultad estri-ba en que el término “reserva” se usa practicamentesiempre en el sentido de mineral aprovechable en lascondiciones econémicas del momento. Al economistaen cambio, le interesan igualmente las existencias demineral que podrian aprovecharse en las condicionesprevisibles en el futuro préximo.
Para obviar la primera dificultad, F. Blondel y S.G. Lasky propusieron abandonar los términos“medidas” e “indicadas” y remplazarlos por un tni-co término — “‘demostradas” que los incluiria a los
dos.En lo que respecta al segundo punto, los mismos
autores recomiendan (siguiendo el criterio sefialadopor Lasky en 1949) restringir el término ‘“‘reservas”para el mineral que se considera explotable en lascondiciones existentes, incluyendo costo, precio, tec-nologia y circunstancias locales especiales. Al resto, esdecir al mineral cuya explotacién necesita condicionesmas favorables que las actualmente existentes, asfcomo mayor exploracién para poner en evidenciadepésitos todavia no inclufdos en las categorfas de“posible” © “inferido”, proponen denominarlos mine-ral (0 mena) potencial.
Resumiendo lo que antecede, para la estimacién de
26 RESERVAS Y RECURSOS MINERALES
la riqueza mineral de un pafs o regién, se usaria lasiguiente ecuaci6n:
MineralRecursos nm Reservas Reservas __ potencial
minerales demostradas inferidas (Blondel yLasky 1956)
En nuestra opinién, en las circunstancias actuales,
ésta es la formula que mejor se adapta a la estima-cién de los recursos mineros en escala nacional oregional.
En los ultimos afios se ha desarrollado también elconcepto de “recurso base”. Segin Schurret al. (1960)“El ‘recurso base’ se concibe para incluir la sumatotal de materias primas minerales presente en lacorteza terrestre dentro de un drea geografica dada.Si denominamosA las reservas, el recurso base C esigual a A+B, donde B comprende toav el stock noinclufdo en A, ya sea su existencia conocida o desco-nocida y sin tener en cuenta si es tecnolégica o eco-némicamente explotable. El concepto recurso base esasf absoluto, en el sentido que incluye todas las exis-tencias dentro de un 4rea geografica especificada.”
En las condiciones actuales, resulta dificil evaluarla utilidad de este concepto. Si se aplica literalmente,el recurso base incluye toda la corteza terrestre, cuya
composicién en detalle se desconoce en su mayorparte. Si se introduce cualquier restriccién econdmica© tecnolégica, el recurso base se convierte en unaextensién del concepto de recurso potencial. Sélo conun conocimiento exhaustivo de la composicién de lacorteza terrestre, podria este concepto ser Util paraorientar la investigaci6n tecnolégica.
Lo que aparece en las estadisticas como recursosminerales de un pafs est4 constituido entonces porlasreservas declaradas por las empresas (demostradas o
RESERVAS Y RECURSOS MINERALES 27
inferidas) y el mineral cuya presencia se deduce de lainformacién de cardcter més general existente. Estainformacién proviene en su casi totalidad de yaci-mientos 0 distritos mineros en explotacién o explora-cién; por lo tanto asi todos los recursos potencialesresultan de la extrapolacién geolégica de Areas mine-ralizadas ya reconocidas. En otras palabras, estosrecursos son una funcién de las reservas explotablesconocidas, y éstas, a su vez, debido al costo quesupone revelarlas, son una funcién de la demanda delsistema productivo.
Este concepto es el que permite entender clara-mente el significado de las cifras que aparecen enlasestadisticas como los recursos minerales de un pais, odel mundo. No pretenden expresar de ninguna ma-nera la riqueza minera total de la regién considerada,sino los recursos revelados directa o indirectamentepor la exploracién realizada hasta ese momento, yexplotables en las condiciones tecnoldgicas y econé-micas actuales o del futuro préximo. Por esta raz6n,los inventarios mineros estén desactualizados en elmomento mismo en que se publican.
Por otra parte, los criterios que se utilizan en esosinventarios para incluir mineral potencial son muyheterogéneos. En el aluminio por ejemplo, se incluyencomo reservas potenciales las bauxitas de baja ley,pero no los materiales no bauxiticos, como las arci-llas de alto contenido de alimina; en azufre no seincluyen las reservas contenidas en yeso y anhidrita, apesar de que ya son explotables econémica y tecnolé-gicamente; los nédulos de manganeso de los fondosmarinos tampoco se estiman en las cifras de reservas,a pesar de que ya se realizan estudios de factibilidadde explotacién, etc. Las razones de estas omisionesson variadas: en algunos casos —arcillas ricas en ali-mina, yeso, anhidrita— porque las reservas son desco-nocidas pero practicamente inagotables, de maneraque es dificil traducirlas en cifras; en otros —el caso
rite ae
28 RESERVAS Y RECURSOS MINERALES
de los nédulos marinos— porque et recopilador estimaque el volumen total de las reservas se conoce toda-
via de manera bastante imprecisa. Finalmente, debetenerse en cuenta el objetivo con que se realizan
estos inventarios: dar una idea a los interesados —go-
biernos, empresas, etc. del estado actual de lasreservas de interés a corto y mediano plazo. Notienemucho sentido entonces, incluir reservas cuyo apro-
vechamiento se prevé para el futuro lejano.
CONCLUSION
Resulta claro entonces, que la calificacién de reserva© recurso mineral se hace en relacién con las condi-ciones econémicas y tecnolégicas del momento en
que se efecttia la evaluacién. En otras palabras, es el
resultado dé realizar un corte transversal en el devenir
econédmico y tecnoldégico. Distintos cortes transver-
sales en el tiempo dardn cuadros muydiferentes de
reservas, tanto en el tipo como en la cantidad dematerial incluido.
Esto se ve muy claramente examinandola historia
reciente. En lo que va de este siglo la humanidad haconsumido, en la mayorfa de las materias primas mi-
nerales mas importantes, muchas més reservas que las
que eran conocidas en 1900. Sin embargo,esas reser-
vas conocidas no sélo no se han agotado, sino que,
en casi todos los minerales importantes, son mucho
mayores ahora en términos absolutos que a comien-
zos del siglo. Pero no es s6lo la cantidad, sino tam-
bién la calidad de las reservas lo que ha cambiado.
Hace unas pocas décadas, las tinicas reservas de azufre
consideradas eran las de los yacimientos tipo Frash, y
las de dep6sitos volcdnicos de superficie de relativa-
mente poco volumen; ahora ese elemento se extrae
en gran cantidad de petréleos y gases naturales aso-
ciados, y el yeso y la anhidrita se incluyen en las
RESERVAS Y RECURSOS MINERALES 29
reservas potenciales. La incorporacién en las ultimas
décadas de las taconitas como reservas de hierro; de
las bauxitas de bajo contenido de altimina y alto con-
tenido de sflice y de las arcillas como materias pri-
mas para la produccién de aluminio, y la extraccién
de magnesio de las aguas marinas, son s6lo unos
pocos ejemplos mis de cémo evoluciona el caracterde los recursos minerales.
Concebir los recursos minerales como un stock fijo
e inmutable, o que a lo sumo puede variar s6lo encantidad —conceptos éstos que estan en la base detodas las predicciones catastréficas— es absolutamenteerréneo. El concepto de recursos es esencialmentedinémico: los términos que definen los recursos mine-
rales —cantidad, tipo, ley, etc. deben verse como
variables dependientes del tiempo, que cambian amedida que evolucionan las condiciones econdmicas,
tecnoldégicas, etcétera.
==
ee
LA HIPOTESIS DE ESCASEZ CRECIENTE DE LOSRECURSOS MINERALES
En todas las hip6tesis catastrofistas el agotamiento delos recursos naturales no renovables juega un papelcentral. Se sostiene que se trata de recursos finitos, ypor lo tanto susceptibles de agotarse.
Es obvio que los recursos dela tierra son finitos. Elverdadero problema, sin embargo —y dejando de
lado por ahora qué significa realmente “agotarse”— esen qué plazo puede preverse ese agotamiento. Si setrata de algunas decenas de afios, es evidente que esnecesario comenzar a tomar medidas de inmediato,porque dada la enorme inercia de un sistema de lasdimensiones y caracteristicas de la humanidad, cual-quier programa de accién global s6lo comienza a darresultados a largo plazo. Si la crisis se prevé de algunamanera dentro de centenares o miles de afios, encambio, realmente carece de sentido comenzar a preo-cuparse ahora: es imposible predecir ni siquieraaproximadamente la evolucién de la humanidad a tanlargo plazo, ni el tipo de criterios y la capacidadtecnolégica que aplicaré a la solucién de sus proble-mas.
LAS HIPOTESIS TEORICAS DE ESCASEZ DERECURSOS MINERALES
El Gnico trabajo que, usando datos cuantitativos, hatratado de responder a esa pregunta, es el Modelodenominado World III, construfdo en el Instituto
a
32 LA HIPOTESIS DE ESCASEZ CRECIENTE
Tecnolégico de Massachussets por el grupo dirigidopor Meadows, y cuyos resultados se publicaron con eltitulo de The Limits to Growth* (Meadows et al1972). Segtin ese modelo, de continuar las tendenciasactuales de crecimiento, la humanidad enfrentard unacatdstrofe a mediados del préximo siglo. Se ensayanvarias hipétesis alternativas, y en casi todas ellas elelemento que directa o indirectamente desencadenalacatadstrofe es el agotamiento de los recursos minerales.La conclusién de los autores del trabajo es que sdloreduciendo el consumo de recursos naturales no reno-vables en un 75% con respecto al consumo actual, yreduciendo el crecimiento de la poblacién a cero,puede evitarse el colapso que predice el modelo.
Teniendo en cuenta la repercusién mundial de estetrabajo, y el hecho de que sus hipétesis son las queestén siempre subyacentes en la literatura sobre eltema que hemos mencionado, conviene hacer un bre-ve andlisis de la validez de esas hipdtesis con respectoa los recursos minerales.
Los dos supuestos basicos del modelo en este cam-po son:
a) La cantidad total de recursos minerales quequeda todavia enla tierra es suficiente para cubrir lasnecesidades de la humanidad durante 250 afios alnivel de consumo actual. Esta duracién la deducen delas cifras de reservas mundiales publicadas por orga-nismos especializados, en particular el Bureau of Mi-nes de los Estados Unidos. Como la duracién de estasreservas varia con las distintas materias primas mine-rales, los 250 afios representan un promedio conside-rado razonable. Para poder usarlo se supone ademascapacidad completa de sustitucién entre los distintosminerales.
* Este libro ha sido traducido al espaiiol: Los limites delcrecimiento, México, Fondo de Cultura Econémica, 1972.
LA HIPOTESIS DE ESCASEZ CRECIENTE 33
b) A medida que el stock de recursos naturales norenovables disminuye, el costo de obtencién de’cadaunidad adicional crece, debido a que las reservas me-jores y més accesibles han sido ubicadas y explotadasprimero, y se necesita mds esfuerzo (capital) paraexplotar las menos accesibles y de menor “calidad”.El costo se mide en términos de la fraccién del capi-tal total del mundo que debe asignarse a la explota-cién de los recursos minerales. El aumento de costoes una funcién de la fraccién remanente del stockoriginal de recursos minerales disponibles. A medidaque la fraccién remanente de recursos minerales tien-de a cero, la fraccién de capital necesario para laobtencién de recursos naturales tiende a uno, es de-cir, a todo el capital disponible, en detrimento delresto de las actividades de la sociedad. Por este sim-ple mecanismo, el progresivo agotamiento de los re-cursos minerales provoca répidamente el colapso delsistema.
Como puede verse facilmente, toda la estructura, ypor lo tanto la validez de esta parte del modelo,depende de que sea posible determinar la cantidadtotal de recursos minerales a disposicién de la huma-nidad.
Las hip6tesis de escasez del modelo MIT son de’vieja data en la econom{fa, y fueron desarrolladas ensus formas generales mds conocidas por Malthus yRicardo.
Malthus, que se ocupé en especial del problema dealimentacién, parte de la existencia de una cantidadfinita y conocida del recurso, en este caso el suelo.En un comienzo se supone que la produccién aumen-ta a medida que se va expandiendo la ocupaci6n delsuelo. En esta fase, es decir, mientras queda sueloremanente no utilizado, el costo de produccién per-manece constante. Sélo cuando se ha ocupado todoel suelo existente, se llega a un limite a partir del
34 LA HIPOTESIS DE ESCASEZ CRECIENTE
cual la produccién de cada unidad adicional sdlo se
puede obtener a mayor costo. Llega un momento en
que el aumento de los insumos ya no se traduce en
un mayor rendimiento, y se habrifa alcanzado el limi-
te de produccién posible.La hipétesis de Ricardo —aparentemente més apli-
cable a los recursos no renovables— no implica nece-
sariamente una cantidad finita de recursos, pero supo-
ne que primero se utilizan los recursos de mayor
rendimiento econdémico, y se van incorporando otros
menos adecuados a medida que los anteriores se ago-
tan. El resultado es que el costo de produccién co-
mienza a aumentar desde que se inicia la explotaci6n,
hasta llegar a Ifmites que la hacen socialmente inacep-
table.El modelo MIT combina las dos hip6tesis de esca-
sez. Incorpora el supuesto malthusiazno de que el
recurso es limitado, y la hipétesis ricardiana del ren-
dimiento decreciente desde el comienzo de la produc-
cién. No es extrafio que de esta combinacién de los
elementos més negativos de las dos hipétesis resulta
un modelo facilmente explosivo.
yEn qué medida cualquiera de las dos hipétesis de
escasez puede aplicarse a los recursos minerales?
Considerando lo que hemos visto sobre la defini-
cién de recurso, es evidente que no puede aplicarse el
supuesto malthusiano de una cantidad fija conocida.
S6lo tendria sentido tedrico si suponemos tecnologia
y condiciones econdmicas constantes. En este caso,
los recursos totales serfan los explotables en las con-
diciones actuales, y una exploracién suficientemente
detallada de la parte accesible de la tierra, permitiria
conocer su volumen con exactitud. Lo que carece
totalmente de sentido es utilizar las cifras registradas
en los inventarios que se publican periddicamente,
comosi expresaran el total de recursos explotables en
las condiciones actuales existentes en el planeta.
Como veremos més adelante, s6lo representan una
LA HIPOTESIS DE ESCASEZ CRECIENTE 35
fraccién, posiblemente muy pequefia, de los recursostotales de ese tipo.
La dificultad de fondo, sin embargo, para conocer
las reservas totales de la tierra, es que, como ya se
ha visto, el que un material determinado sea o no
considerado recurso depende de condiciones tecnolé-
gicas y econémicas que varfan con el tiempo. Dado
que estas condiciones no pueden preverse, salvo para
el futuro muy préximo, la cantidad total de recursos
eventualmente disponibles para la humanidad es undato intrinsecamente incognoscible.
La hip6tesis ricardiana, aunque a primera vista
parece més adecuada para los recursos minerales, es
también imposible de aplicar. Aun suponiendo tecno-logia y condiciones econémicas constantes, el supues-to de que se comienza por explotar los recursos
econémicamente més convenientes, requiere la exis-
tencia previa de un conocimiento completo de laubicacién y caracterfsticas de todos los recursos
explotables existentes en la parte accesible de la tie-
rra.Esta condicién no se ha cumplido nunca, y las
reservas explotadas primero fueron las mas faciles deubicar, y las que estaban en ese momento més cerca
de los centros de producci6n, sin que esto tenga nada
que ver con la “calidad” econémica de los yacimien-
tos. Los yacimientos de hierro de ley relativamentebaja de Europa por ejemplo, se comenzaron a explo-tar antes que los de alta ley del Lago Superior, sim-
plemente porque la Revolucién Industrial comienza
en Europa y se extiende luego al continente ameri-
cano.Pero es al introducir el cambio tecnolégico cuando
se percibe claramente que el principio ricardiano no
se puede siquiera formular en forma inteligible. En
efecto, cada avance tecnolégico modifica los criterios
a utilizar para saber qué recursos son los mds favora-
bles econémicamente. Hace unas pocas decenas de
36 LA HIPOTESIS DE ESCASEZ CRECIENTE
afios la manera mas conveniente de obtener compues-tos nitrogenados para fertilizantes era sacarlos de losdepésitos de nitratos naturales; ahora se producen apartir del nitrégeno del aire. ;Tiene algtin sentidoafirmar que se ha pasado de un recurso mas conve-niente a otro menos conveniente desde el punto devista econédmico? Lo mismo puede decirse de loscambios en el tipo de recursos utilizado para producirotras materias primas de origen mineral, debido a losavances tecnoldégicos producidos desde el comienzo dela Revolucién Industrial.
EVIDENCIAS HISTORICAS SOBRE LAS HIPOTESISDE ESCASEZ CRECIENTE
Lo anterior muestra que las hipétesis redricas de esca-sez usadas tradicionalmente por la economia no pue-den aplicarse a los recursos minerales. En otras pala-bras, que no puede suponerse a priori que esa cre-ciente escasez se haya manifestado en el pasado, ovaya a producirse en el futuro previsible. El problemade si existen signos de escasez en la obtencién derecursos minerales, es decir, de si su costo social deobtencién ha aumentado con el tiempo, sdlo puederesolverse a través del examen de la evidencia hist6-rica disponible.
Un primer indicio hist6rico lo dan los precios delos productos minerales. En la Figura 1 puede verseque los precios de las materias primas de origen mi-neral, han permanecido esencialmente constantes du-rante los tltimos casi cien afios, entre 1870 y 1960.
Un dato mis significativo que los precios, sin em-bargo, es el de los costos de produccién. Estos hansido investigados por Barnett y Morse (1963), en untrabajo dedicado precisamente a analizar la validez delas hipétesis referidas a la supuesta creciente escasez
de los recursos naturales. Sus datos se refieren a los
——
LA
HIPOTESIS DE ESCASEZ CRECIENTE
1920
1930
1940
1950
1860
1910
1880
1890
1900
1870
w 2
Figura
1:Evolucion
de
los
precios
deflacionados
de
las
materias
primas
minerales,
en
Estados
Unidos,
en
elperiodo
1870-1960.
(Pottery
Christy,
1968)
38 LA HIPOTESIS DE ESCASEZ CRECIENTE
Figura 2 (a): Evolucion de la Figura 2 (b): Evolucién,
produccién minera de los Esta- en el mismo periodo, del
dos Unidos en el perfodo costo de produccién en
1870-1960. y la evolucién de los términos de insumo de ca-
insumos de capital y trabajo pital y trabajo
(Barnett y Morses, 1963)!
a
Escala delcociente
109
43 Produccién Brute
54 Produccidn Neto
SSsk
1870 1900 1930 1960 1870 1900 1930 1960
LA HIPOTESIS DE ESCASEZ CRECIENTE 39
Estados Unidos, pero sus conclusiones son de validez
general, porque la industria minera utiliza practica-
mente la misma tecnologia en todo el mundo.
La Figura 2 (a) tomada de los autores citados (p.
169), muestra la evolucién de la produccién minera
de los Estados Unidos en el perfodo 1870 - 1960, y
la evolucién de los insumos de capital y trabajo. La
Figura 2 (b) muestra la evolucién, en el mismo perio-
do, del costo de produccién en términos de insumos
de capital y trabajo.Sobre el significado de estos datos dicen Barnett y
Morse: “El resultado factual es ...exactamente el
opuesto a las predicciones tedricas, excepto en el
periodo 1870-1889 (donde, coincidentemente, la
informacion es mas débil). Desde 1890 los costos por
unidad de produccién neta, medidos ya sea en tra-
bajo o trabajo y capital, han declinado rdpida y per-
sistentemente. Hacia el final del perfodo el costo de
trabajo y capital por unidad de produccién, era sola-
mente de un quinto del registrado en 1889. La decli-
nacién es atin mayor para el costo de trabajo tomado
aisladamente. Nuevamente, el incremento en produc-
tividad fue mds rapido en la segunda parte del pe-
riodo que en la primera. De 1889 a 1919, se estima
que el costo unitario en capital y trabajo de los mi-
nerales declind a una tasa de 1,2% por aio; de 1919
a 1957 la tasa de declinacién fue de 3,2% por afio”.
Cabe agregar que la mayor tasa de declinacién de
costos se produce precisamente en el periodo en que
se alcanza el mayor crecimiento en la demanda de
minerales que registra la historia.
En conclusi6n, el andlisis de la informaci6n hist6-
rica disponible indica que no solamente no se han
registrado sefiales de creciente escasez en la disponibi-
lidad de materias primas minerales, sino que éstas se
han obtenido hasta ahora a un costo social continua-
mente decreciente.
@$_$[a_[_[$?__?
LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS MINERALESEN EL FUTURO PREVISIBLE
4Cual es la probabilidad de que esos indicios de esca-sez que no aparecen en el pasado se manifiesten enel futuro? Para responder a esta pregunta, seria nece-sario determinar, aunque sea muy aproximadamente,la cantidad total de recursos minerales accesibles exis-tentes en el planeta.
Teniendo en cuenta que la definicién de recursos6lo tiene sentido en funcién de una economfa y unatecnologia dadas, es evidente que es imposible deter-minar la cantidad total de recursos no renovablesexistentes en el planeta, porque para ello serian nece-Sarias, como minimo, dos condiciones, ambas imposi-bles de satisfacer con nuestros conocimientos actua-les: a) conocer en detalle las caracterfsticas fisicas yquimicas de toda la corteza terrestre eventualmenteaccesible al hombre, y b) conocer qué progresos cien-tificos y tecnolégicos va a experimentar la humanidaden el horizonte de tiempo investigado.
El verdadero problema, sin embargo, no es conocerlos recursos totales eventualmente disponibles para lahumanidad en un horizonte de tiempo ilimitado, sinotener una idea de cuales son las reservas potencialesde recursos explotables en las condiciones tecnol6-gicas y econémicas actuales, o del futuro préximo.Esto permitird estimar si el tiempo disponible paradesarrollar tecnologias que permitan aprovechar even-tualmente materiales geolégicos hasta ahora no consi-derados utilizables, es suficiente para evitar posiblescuellos de botella o estrangulamientos en la produc-
42 LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS MINERALES
cién. Permitirfa también determinar si pueden razo-
nablemente esperarse cambios importantes en los cos-
tos de las materias primas provenientes de los recursos
naturales no renovables, en el horizonte temporal que
nosinteresa.
LOS RECURSOS MINERALES DE
LA CORTEZA TERRESTRE
CAlculos de esta clase han sido realizados para las
reservas de petréleo, Entre las primeras efectuadas
para el mundo se pueden citar Weeks (1958), Porque
(1946), y Levorsen (1950). Mas recientemente, algu-
nos autores han calculado las reservas totales para
USA, Hubert (1962), Zapp (1962).
Calcular las reservas de otros productos minerales
presenta problemas muy diferentes que el caso del
petrdleo. Este es un producto Gnico, cuya definicién
no varia con el tiempo, y cuya forma de presenta-
cién es bastante bien conocida. En los productos
minerales restantes —en particular los metales— como
hemos visto, la definicién de recurso varia con el
tiempo; adem4s, y aun en un tipo de recurso deter-
minado, existe en general un conocimiento mucho
menor que en el petréleo en cuanto a localizacién
geolégica, formas de presentacién, etc.
Un cilculo de este tipo, por lo tanto, sdlo puede
dar una idea del orden de magnitud probable de los
recursos contenidos en la porcién de la corteza consi-
derada. Para los fines de este trabajo, esto es suficien-
te.
Consideramos para el cAlculo sélo el caso de algu-
nos de los metales mas importantes, porque son, junto
con los combustibles, los que mas frecuentemente se
mencionan como criticos en cuanto a sus posibili-
dades de agotamiento. Para una primera estimaci6n
de las reservas probables en materiales explotables en
a
LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS MINERALES 43
las condiciones actuales partiremos de las premisas
siguientes:
a) Los metales se extraen de yacimientos cuya
profundidad media de explotacién, considerado todo
el mundo, es de unos 300 m*. En algunos casos las
profundidades maximas alcanzadas exceden los 3.000
metros.
b) Se supone que el totai de reservas reveladas
hasta ahora (las explotadas més las existentes) consti-
tuyen la mitad de las reservas contenidas en la cor-
teza emergente (la de los continentes) hasta una pro-
fundidad media de 300 m.
Esta hipétesis es muy conservadoraporlas siguien-
tes razones:
1) La inmensa mayorfa de los yacimientos cono-
cidos ha sido descubierta debido a sus afloramientos;
existen muy pocos ejemplos de descubrimientos de
depésitos cubiertos por unas pocas decenas de metros
de rocas. Como no existe ninguna razén para suponer
que todos, o la mayoria, de los yacimientos conteni-
dos en los primeros 300 metros de la corteza Ileguen
a la superficie, es muy probable que el numero de
yacimientos todavia no descubiertos exceda grande-
mente el de los conocidos.
Por otra parte, sdlo dreas relativamente reducidas
de los paises desarrollados no han sido suficientemen-
te exploradas como para asegurar que han sido en-
contrados todos los yacimientos de cuya presencia
existen indicios en la superficie. En Estados Unidos
se siguen descubriendo nuevos yacimientos, y existen
* Esta cifra se calcula sobre la base de una muestra tomada
al azar de unos 40 yacimientos metaliferos de diversos tipos de
todo el mundo.
44 LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS MINERALES
vastas areas en la Unién Soviética, Australia y Canadaque apenas han sido reconocidas superficialmente. Enlos paises subdesarrollados (alrededor del 60% de lasuperficie terrestre) la exploracién detallada de la su-perficie recién esté comenzando.Basta sefialar que enAmérica Latina, por ejemplo, el mapeo geoldégico enescala 1-250.000 0 menor, el instrumento basico paraguiar la biisqueda sistematica de recursos minerales,apenas cubria en 1964 alrededor del 5% de la super-ficie. Ademés, sobre més del 70% de los productosminerales que el Mineral Facts and Problems (1960)del U.S. Bureau of Mines registra como importantespara la industria moderna, la informaci6n existentepara la regidn es nula o demasiado general para serde alguna utilidad practica (Herrera, 1965).
Refiriéndose a los recursos de hierro, y después decalcular que la demanda méxima total de ese metalen el mundo en el perfodo 1962-2000 podrfa serde 25.000 millones de toneladas, dice Landsberg et al(1963): “En vista de que el hierro contenido en losminerales de fundicién directa (direct shipping ore)més que duplica ese nivel de demanda, y consideran-do la tasa a la que se han ido abriendo nuevos dep6-sitos en la iltima década, lejos de puertos marftimosy en areas consideradas previamente inaccesibles, seriaposible extraer recursos de esa magnitud sin siquieraespecular en las reservas que requieren tratamientoprevio, y cuyo monto identificado asciende a una vez ymedia las de fundici6n directa. . . Para el largo plazo sedebe sefialar que el mapeo aéreo y el reconocimientoterrestre sistematico apenas han comenzado aplicarseen Asia, Africa y América Latina; y atin en Canada...produciré sin duda sorpresas del orden de los miles demillones de toneladas”.
Conviene destacar también, que los yacimientos dehierro figuran entre los mas faciles de detectar debidoa su gran tamafio y a sus cualidades magnéticas, quepermite descubrirlos con relativa facilidad. Aunasi, en
~é
LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS MINERALES 45
los afios SO se descubrieron en Estados Unidos masyacimientos de hierro que en los 25 afios anteriores.En la mayoria de los otros metales —que se presen-tan en yacimientos de dimensiones muchos menores—el grado de conocimientos que se posee sobre susreservas totales en los primeros 300 metros de la cor-teza es seguramente mucho menor. Sobre el mismotema dice un reciente estudio de Fischman y Lands-berg (1972): “... existe una cierta cantidad de ‘reser-vas’ no descubiertas —minerales que podrian satisfacerlas demandas del futuro a los precios y tecnologiaactuales— que no estan incluidas en las reservas esti-madas. Su cantidad no es determinable, pero en vistaa la pobreza de la exploraci6n en muchas partes delmundo, debe presumirse que son grandes. Esta pre-suncién se ve reforzada por el conocimiento —deno-minado a veces erréneamente ‘paradoja’— que a pesarde la creciente produccién, la reserva total estimadapara minerales particulares tienden, década tras dé-cada, a mantenerse o aun a expandirse. . .”.
2) La hipétesis que estamos usando supone quelas reservas conocidas de los yacimientos en explo-taci6n o descubiertas, son sus reservas totales. Si setoma la evolucién de las reservas conocidas en laslltimas décadas, sin embargo, se comprueba que elincremento constante de las mismas proviene en granparte del aumento de las reservas de yacimientos yaconocidos, y no de nuevos descubrimientos (Guille-min, 1972, p. 21). La explicacién de este hecho seha dado al referirnos al concepto de reserva.
b) Suponemos que la densidad de yacimientos queencontramos en la superficie 0 muy cerca de ella, semantiene mds 0 menos constante hasta una profun-
didad de unos 3.000 metros. No existe ninguna raz6ngeoldgica especial para establecer este limite, ya que,ademas de conocerse yacimientos que se extienden
46 LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS MINERALES
por debajo de esa profundidad, todo hace suponerque es posible la presencia de depdsitos minerales aprofundidades mucho mayores. Utilizamos esa cotamaxima, en primer lugar, porque es perfectamenteaccesible con las actuales técnicas de explotacién.Ademis, porque teniendo en cuenta que la profun-didad media de la capa sedimentaria que cubre el75% de la corteza emergente es de ese orden (unos2.800 metros), es razonable suponer que las carac-teristicas geolégicas generales de esa porcién de lacorteza es muy semejante a la que presenta en losprimeros 300°m que tomamos como referencia.
El suponer que por lo menos en los primeros treso cuatro mil metros de la corteza de la tierra, lafrecuencia y distribucién de yacimientos no puede sermuy diferente de la que se observa en los primeroscentenares de metros, tiene muy s6lida fundamenta-cién geolégica. En la actual superficie de los conti-nentes afloran rocas de todos los perfodos geoldgicos;en este sentido esa superficie representa un buencorte transversal de todas las rocas formadas en el
pasado dela tierra.Los yacimientos minerales se forman en su inmen-
sa mayoria asociados con dos tipos de procesos: sedi-mentarios y magméticos. (Los dos procesos de meta-morfismo regional, salvo pocas excepciones, transfor-
man pero no generan yacimientos)*.Los yacimientos de origen sedimentario se han
formado en todos los perfodos geolégicos, aunqueciertos tipos parecen haber sido més frecuentes en
* Los estudios de las tiltimas décadas parecen indicar que
muchos yacimientos tradicionalmente incluidos dentro de los
generados por procesos magmaticos —en particular los genéri-camente denominados hidrotermales— se formaron realmentepor procesos muy complejos, de los cuales los clementos mag-
miticos son sélo una parte. Esta distincién, sin embargo, noafecta los supuestos en que se basan nuestros célculos.
LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS MINERALES 47
algunos de ellos. Los que se explotan ahora se forma-
ron en periodos que van desde el Precdmbrico hasta
la actualidad. El hecho de que depésitos sedimenta-
rios muy antiguos hayan alcanzado la superficie ac-
tual de la tierra, se debe a los complejos procesostecténicos posteriores a su formaci6n, que afectaron alos estratos sedimentarios a través de la historia de la
tierra, y no tiene ninguna relacién con la existencia
misma de los yacimientos. En consecuencia, es muy
légico suponer que los sedimentos yacentes ahora a
grandes profundidades contienen los mismos tipos de
yacimientos, y con la misma frecuencia, que sus por-
ciones aflorantes. La Gnica excepcién son posiblemen-te los yacimientos residuales, que debido a su ubica-
cién y caracteristicas ffsicas, son facilmente destrui-
bles por la erosién.Es cierto que las rocas de los distintos perfodos
geolégicos no afloran en forma proporcional a su
yolumen total, y esto seguramente afecta a la estima-
cién. Como este error en algunos casos ser4 negativo
y en otros positivo, en esta primera aproximacién
suponemos que no afecta el orden de magnitud de
los resultados.
Para los yacimientos cuyo origen esti asociado a
procesos magmiticos, es posible que la hipdtesis de
una distribuci6n uniforme en profundidad no se
aplique totalmente. En efecto, muchos especialistas
suponen que ciertos tipos de depésitos cominmente
incluidos en esta clase estén asociados con fenémenos
que ocurren relativamente cercanos a la superficie, en
especial la zona de circulacién de aguas de origen
meteérico, y que por lo tanto estos depésitos debenser mas frecuentes a relativamente poca profundidad.
Existen en cambio otros tipos de yacimientos —los de
segregacién magmitica, los hidrotermales de alta pre-
sion y temperatura— cuya frecuencia muy probable-
mente aumenta con la profundidad. En suma, yteniendo en cuenta que la profundidad considerada
48 LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS MINERALES
esté completamente dentro del rango de los yacimien-tos hidrotermales (los cuales, debido a su zonaci6nvertical, son los que pueden variar més en relaciéncon la profundidad) existen todas las razones parasuponer que, salvo algunas posibles excepciones, ladistribucién y frecuencia de estos depdsitos no variasensiblemente dentro de los primeros 3.000 metros dela corteza.
Lo anterior se refiere a los yacimientos de afilia-cién magmatica formados en tiempos geolégicostelativamente recientes, cuando la superficie topogré-fica a la cual estaban asociados coincidia aproximada-mente con la actual. A esta clase pertenece gran par-te de los yacimientos vetiformes de metales no ferro-sos explotados en la actualidad, y que se formaron apartir de fines del Mesozoico.
Es muy posible que una parte considerable de losyacimientos de origen magmatico de poca profundi-dad originados en perfodos geol6gicos més antiguoshaya sido destruida por la erosién. Este hecho noafecta para nada nuestro célculo, ya que éste se basaen la frecuencia observada de yacimientos en la partesuperficial de la corteza, y que se supone represen-tativa de sus primeros 3.000 metros. Es posible sinembargo, que parte de esos yacimientos de poca pro-fundidad, asociados con antiguos relieves cubiertosluego rapidamente por sedimentos o por efusionesvolcdnicas, y que nunca fueron expuestos a la ero-sin, se hayan preservado. Esto podria hacer aumen-tar la frecuencia de estos yacimientos en profundidad,aunque no es presumible tampoco que este posibleincremento afecte sensiblemente nuestra estimaci6n.
Para el calculo usaremoslos siguientes elementos*:
Recursos Actuales (RA): Son los recursos conoci-
* Este cdlculo fue hecho con la colaboracién del Dr. Al-berto Lapidus.
——
LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS MINERALES 49
dos que pueden ser explotados en las condicionestecnolégicas y econémicas actuales. ,
Recursos Explotados (RE): Es la cantidad de cadamineral extraida desde que se inicié su explotaciénhasta 1968 inclusive. Las cifras que se dan son indu-dablemente menores que las reales, debido a la faltade informacién estadistica sobre el pasado.
Recursos Totales Actuales (RTA): Es el resultadode la suma de los Recursos Actuales y los RecursosExplotados (RA +RE).
Recursos Totales Estimados (RTE): Son los recur-sos minerales totales explotables en las condicioneseconémicas y tecnoldgicas actuales existentes en lacorteza emergente hasta una profundidad de 3.000metros.
La férmula para calcular los recursos totales esti-mados seran entonces:
RTE = RTA x 2 x 10
Donde:
2 =Raz6n entre los recursos totales conocidosy los recursos totales estimados hasta 300m de profundidad.
10 = Raz6n entre la profundidad maxima consi-derada (3.000 m) y la profundidad mediade las explotaciones actuales.
Las cantidades estimadas de recursos explotadospara alguno de los metales mas importantes, en losprimeros 3.000 metros de la corteza terrestre, y suduraci6n al ritmo de consumo actual (1968), serfa:
50 LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS MINERALES
HIERRO*
RA = 79.000 millones de toneladasRE = 11.000 millones de toneladas (800 - 1968)RTA = 90.000 millones de toneladasRTE = 90.000 MM x 2 x 10 = 1.800.000.000.000Consumo (1968): 573.000.000 tDuraci6nde las reservas al consumoactual: 3.140 afios.
COBRERA = 298.000.000 tRE = 154.000.000 t (1801 - 1968)RTA = 452.000.000 tRTE = 9.040.000.000 tConsumo 1968: 5.700.000 tDuracién al consumo actual: 1.580 aflos
PLOMORA = 108.000.000 tRE = 110.000.000 tRTA = 218.000.000 tRTE = 4.360.000.000 tConsumo (1968) 3.600.000 tDuraci6n al consumo actual: 1.210 afios.
CINC
RA = _152.500.000 tRE = 127.500.000 tRTA = _—.280.000.000 tRTE = 5.600.000.000 tConsumo (1968): 4.800.000 tDuracién al consumo actual: 1.166 afios
*Los datos de reservas para los metales han sido compi-lados de diversas fuentes, especialmente Mineral Yearbook, Metal Statistics y Engineering and Mining Journal.
ep
LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS MINERALES 51
Esta estimacién puede hacerse también para otrosrecursos minerales, pero los que anteceden son \sufi-cientes para dar una idea del orden de magnitud delas reservas probablemente contenidas en la: parte su-perior de la corteza. Si se tomara una profundidadmayor, las reservas calculadas serfan obviamente mu-cho mas grandes.
RECURSOS PARAMARGINALES Y
SUBMARGINALES
Las reservas minerales pueden, ademas, aumentar ehistéricamente es la regla y no la excepcién, aun sinel descubrimiento de nuevos depésitos. En el caso delos “recursos paramarginales”: Segin la definicién deMcKelvey son las reservas que podrian ser explotadasa un costo 1,5 veces mas alto que el prevaleciente enlas condiciones tecnolégicas actuales. Esta brecha decosto puede ser salvada facilmente por la tecnologia—como se ha demostrado una y otra vez enlos Ulti-mos decenios— y permitirfa un gran aumento de lasreservas al incorporar minerales de baja ley, que nose incluyen todavia como reservas.
McKelvey considera también los recursos que deno-mina submarginales, y que son los que se podrfanexplotar en las condiciones tecnolégicas vigentes acostos dos o tres veces superiores a los actuales, yque el avance de la tecnologia permite prever queserén aprovechables en los préximos 30 6 SO afios.
Para la mayorfa de los minerales, la incorporaci6nde los actuales recursos paramarginales y submargi-nales permitirfa incrementar varias veces las reservasconocidas.
El caso del cobre puede ser un buen ejemplo delo anterior. Baséndose en la historia conocida de losyacimientos, S.G. Lasky (1950) establecié una rela-cién general entre la cantidad de reservas y el conte-
52 LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS MINERALES
nido medio de cobre de las mismas. Esta relaci6n(usada frecuentemente en el conocido informe de laPresident’s Material Policy Commision (1952)) postulaun rapido aumento de las reservas a medida que des-ciende el contenido medio del cobre. Teniendo encuenta esta relacién, Landsberg y al. (1963) suponenque las reservas totales de cobre fuera de EstadosUnidos y excluidos los paises del drea socialista (unos200.000.000 de toneladas segin esa estimacion,contenidos en minerales con leyes de cobre que varianentre 6% en el Congo, y 1 - 2% en Chile) podrian llegara 400 6 500 millones de toneladas si se llega ya aexplotar el mineral de hasta 1% de cobre, y hasta 8006 1.000 millones si la ley de explotacién bajara hasta0,5%. Como es bien sabido, es posible ahora explotardepdsitos con 0,4% de cobre, esencialmente a los mis-mos costos que los de 1 6 2%.
El mismo aumento exponencial de las reservas conla disminucién de la ley que se encuentra en el co-bre, ha sido determinado para el manganeso, alumi-nio, titanio, niquel, plomo, cinc y columbio; lo quemuestra que esta relacién no es excepcional, sino pro-bablemente una ley general de distribucién delosele-mentos en la naturaleza. (Brooks, 1973).
Las reservas de bauxita apta para la produccién dealuminio, aumentaron también enormemente enlos tl-timos treinta afios, debido a que el adelanto tecnold-gico permitid aprovechar materiales de “menor” cali-dad. En 1930 la bauxita para ser econémicamenteexplotable, debia tener un contenido medio de 60%de alimina (Al203) y un m&ximo de 8% desilice.Veinte afios después el contenido medio de alaminaaceptado habia bajado a 50% y el maximo desilicesubido a 15% (en la Unién Soviética se explotan bau-xitas con contenidos de silice considerablemente ma-yores).
Hasta la década del 50 la fuente principal de azu-fre la constitufan los depésitos de tipo Frash de
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COBRE
BAUXITA
AZUFRE 1870 1880-1890 19001910 1920S 1930 184019801980
Figura 3: Evolucion de los precios deflacionados del cobre,plomo, bauxita, cinc y azufre, en Estados Unidos en el periodo1870-1960. (Potter y Christy, 1968)
34 LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS MINERALES
azufre nativo subterriéneo. Debido al alza de precioregistrada a principios de esa década se comienzan abuscar fuentes alternativas de azufre. Los principalesrecursos ‘“‘no convencionales” fueron los petréleos ygases naturales con alto contenido de azufre, queactualmente proveen una parte considerable de la de-manda de ese elemento, a pesar quelas reservas tipoFrash aumentaron también considerablemente en lasltimas dos décadas. Otras fuentes alternativas, y enuso en algunas partes del mundo son pirita, yeso yanhidrita, cuyas reservas son practicamente inago-tables. Finalmente, si las medidas de control de lacontaminaci6n obligaran a recuperar el azufre que seemite a la atmésfera en humos de origen industrial,el mercado podria verse tan inundado de ese ele-mento, que la produccién primaria tendrfa practica-mente que paralizarse (Fischman y Landsberg, 1972).
Los siguientes son otros ejemplos de disminuci6nde leyes explotables (Guillemin, 1972):
Plomo de 2,1% en 1925 a 0,6% en 1971Cinc de 2,75% en 1925 a 0,6% en 1971Estafio de 1,2% en 1905 a 0,015% en 1971
Como puede verse en la Figura 3, pese a estoscambios en el tipo y leyes del material explotado, losprecios de los elementos que hemos mencionado sehan mantenido esencialmente constantes en los ilti-mos casi cien afios.
Se podrfan dar otros ejemplos, pero los exami-nados son suficientes para mostrar que los recursosminerales disponibles aumentan continuamente, sinnecesidad de nuevos descubrimientos, a medida queavanza la tecnologia, aun sin producirse cambios revo-lucionarios en ésta.
LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS MINERALES $s
LOS RECURSOS DE LOS FONDOS MARINOS
En los tltimos afios se ha revelado la existencia de
vastos depdsitos de nédulos y costras de manganeso
en el fondo de los océanos, con contenidos elevados
de algunos de los metales industriales més impor-
tantes.
Los muestreos realizados hasta ahora cubren s6lo
una pequefia parte de la superficie total de los océa-
nos, pero la frecuencia con que esos muestreos en-
cuentran el material manganesifero, muestra que esos
depésitos cubren sin duda la mayorparte de los fon-
dos ocednicos.
La densidad de los depésitos varia considerable-
mente en distintas regiones. La concentracién prome-
dio en el Pacifico oriental, de acuerdo con la infor-
macién disponible, es de 0,78 gr/cm?, mientras que
en la parte central es de 1,45 gr/cm? (Mero, 1960).
El contenido metalifero también es variable. Seguin
Mero, esos contenidos serfan aproximadamente los
siguientes:
Pacifico Atlantico
Promedio % Promedio %
Manganeso 24,2 16,3Cobalto 0,35 0,31
Niquel 0,99 0,42
Cobre 0,53 0,20
Suponiendo una densidad media de 1 gr/cm?, las re-
servas totales del Océano Pacifico solamente podrian
ser del orden de 1,8 x 10!2 toneladas de material
nodular, con alrededor de 4 x 10!! toneladas de
manganeso, 1010 toneladas de cobre, 2 x 1019 tone-
ladas de niquel y 1,3 x 1010 toneladas de cobalto.
Estas reservas sérfan suficientes para satisfacer la de-
manda mundial, al consumo actual, por varios miles
56 LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS MINERALES
de afios. Aunque las cifras no pretenden ser exactas,son suficientes para dar una clara idea de la magnitudde estos recursos.
Es interesante ver también cudles son las posibi-lidades de explotacién con los conocimientos tecno-légicos actuales. Existen ya varias empresas intere-sadas en la explotacién de esos recursos, que han so-licitado concesiones de exploracién y han realizadocalculos de costo de produccién.
Las posibilidades de explotacién econémica de losnédulos marinos son diffciles de estimar con exac-titud en base a los cdlculos efectuados hasta ahora.Sorensen y Mead (1968) basdndose en los contenidosmedios de los nédulos dados por Mero, y suponiendoque la explotacién se realiza en el Pacifico a unos6.500 km de la planta de procesamiento (cerca deLos Angeles) llegan a la conclusién de que, en lascondiciones actuales, la explotacién daria una pérdidaeconémica considerable. Otro calculo realizado por elBureau of Mines Marine Mineral Technology Centre(Christy, 1970), usando algunos datos técnicos distin-tos de los usados por Sorensen y Mead llega a laconclusién de que es posible la explotacién econé-mica de esos recursos, siempre que el costo de des-arrollo no sea afrontado por la empresa explotadora.
Los calculos mencionados se efectuaron teniendoen cuenta los precios corrientes de los metales bene-ficiados. Una dificultad adicional, sin embargo, es elhecho de que por razones de economfa de escala losvolimenes iniciales de extraccién deben ser muy gran-des, por lo que es de esperar que afecte negati-vamente los precios de los metales extrafdos. Estavariacién en los precios ha sido estimada también envalores distintos por diferentes autores. Segin Brooks(Christy, 1970) los precios bajarian en las siguientesproporciones: manganeso 45%; niquel 7%; cobalto
33%. Para Sorensen y Mead, en cambio, estas bajasserfan de 3,13%, 3,67% y 27,43%, respectivamente.
LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS MINERALES 57
En definitiva, el momento y la forma en que losrecursos metaliferos de los fondos marinos puedan serexplotados dependerd del abaratamiento de costosproducidos en los métodos de extraccién y tratamien-to, usando procedimientos que ya estan al alcance dela tecnologfa actual. Refiriéndose a las perspectivas deeste proceso dice Christy (1970): “La mayoria de loscomentarios hechos més arriba (se refiere a los cAlcu-los de costos que hemos mencionado)se refieren alempresario pionero —la primera explotacién minera—.Pero como dicen Sorensen y Mead “las dragas desegunda generacién, disefiadas a la luz de la experien-cia ganada por la firma pionera, podrfa producir por-centajes de recuperacién mucho misaltos... Por lotanto, va a ser conveniente esperar para ser la segun-da o tercera firma en la industria. No obstante, debesefialarse que las ganancias procedentes de reduccionesen costo en el segundo y tercer esfuerzo pueden seranulados por pérdidas originadas por una baja en losprecios, debido a un exceso de produccién lanzada almercado. ..”.
“Otros factores pueden tender a agravar el efecto.Con alto capital y bajo costo de operacién, los pro-ductores son tentados a producir todo lo que puedenlo mas rdpido posible, de manera de recuperar lasinversiones. Exigencias de rendimiento que podrfanser impuestas por un régimen internacional para impe-dir la especulacién en la tenencia de los derechos deexplotacién, podrian también estimularartificialmentela produccién. Otros factores conducentes al mismoresultado podrian incluir competencia por prestigioentre naciones, y el deseo de las compafifas de ganarexperiencia y ventajas competitivas sobre otras com-pafifas. Como dice Brooks: “mientras no es dificilcrear instituciones para impedir una carrera para obte-ner concesiones en los fondos ocednicos, esto ayudapoco a controlar la sobrecapitalizacién y sobreproduc-cién debido a la naturaleza misma del recurso.”
bam
58 LA DISPONIBILIDAD DE RECURSOS MINERALES
“‘Eventualmente el mercado alcanzaré un equilibrio.Se encontrar4n nuevos usos para los metales explo-tados, y nuevos productores podran incorporarse sinafectar significativamente las ganancias. Pero el ajustese produciré lentamente. El periodo de ajuste seradiffcil para los productores, que podrfan experimentarpérdidas o aun bancarrotas. Pero con una clase deexcepcién, eso no sera particularmente perjudicialpara la sociedad. Los ingresos provenientes de regalfasy rentas (suponiendo que se obtengan) podrfan serbajos, pero la sociedad se beneficiaré recibiendo ma-yores cantidades de materias primas a més bajo pre-cio. El periodo de ajuste, sin embargo, sera dificilpara aquellos estados que reciben una porci6n relati-vamente alta de sus ingresos de exportaciones de losmetales explotados.”
En suma, si bien es posible que transcurra todaviaun largo tiempo antes de que los recursos minerales
de los fondos marinos sean explotados, es evidente
que esto depende de problemas técniios y de mer-cado cuya solucién no depende de cambios revolucio-narios en el futuro. En consecuencia, son recursosque aumentan las reservas disponibles para la humani-dad en algunos de los minerales més importantes, en
cifras del orden de miles de afios a los actuales nive-les de consumo.
———
LAS PERSPECTIVAS A MUY LARGO PLAZO
El breve andlisis anterior indica que las reservas mine-rales disponibles explotables en las condiciones tecno-légicas actuales o del futuro préximo, son muy pro-bablemente suficientes para varios miles de afios a losactuales niveles de consumo. En vista de esta con-clusi6n, no parece necesario tratar de determinar quérecursos adicionales podria contener el planeta. Dadala confusién que existe con respecto al problema delas reservas iltimas de recursos no renovables de latierra, sin embargo, agregaremos algunas reflexiones.
En primer lugar, para estimar las reservas probablesde recursos convencionales que atin contiene el pla-neta, hemos tomado en cuenta sdlo los primeros3.000 metros de la corteza, y la superficie de losfondos ocednicos. Como ya se ha visto, no existe nin-guna raz6n para suponer que los yacimientos minera-les no se extienden a profundidades mucho mayores,aunque con variaciones en la composicién del conjun-to de recursos. Algunos tipos de yacimientos seranseguramente menos frecuentes a mayor profundidad,mientras que otros seran més abundantes, pero esindudable que se podrian aumentar posiblemente envarias veces las reservas conocidas de la mayoria delos minerales de interés industrial. A ellos podrianagregarse yacimientos eventualmente explotables enlas plataformas continentales, y aun debajo de la capade sedimentos de los fondos marinos. Pero los recur-sos que hemos denominado convencionales —es decir,los explotables en las condiciones econdémicas actuales
60 LAS PERSPECTIVAS A MUY LARGO PLAZO
y del futuro préximo— son s6lo una fraccién desco-nocida —pero sin duda pequefia en términos absolu-tos— de los recursos totales eventivalmente disponiblespara la humanidad.
El desarrollo histérico del aprovechamiento demateriales geolégicos, prueba que es muy dificil pre-decir qué fuentes se utilizarén en el futuro lejanocomo proveedoras de materias primas de origen mine-ral; por lo tanto sélo daremos algunos ejemplos atitulo ilustrativo.
El hierro es uno de los elementos mds abundantesde la corteza terrestre, y todo indica que los yaci-mientos convencionales continuarén siendo la fuenteprincipal. de abastecimiento por mucho tiempo. Exis-ten otras fuentes de hierro, sin embargo, con enormesreservas potenciales: las rocas basicas y ultrabasicas dela corteza tienen contenidos de hierro aproximadosde 8,5% y 9,8% respectivamente. Esto significa queun kilémetro cibico de rocas basicas contiene aproxi-madamente 2.6 x 108 toneladas de hierro y uno derocas ultrabésicas mas 2,2 x 108 toneladas. Para daruna idea de lo que esto significa, basta sefialar queeste tipo de rocas cubre aproximadamente el 5% dela corteza terrestre. Sobre la posibilidad de utilizaciénde este tipo de recursos dice Flawn (1966): “El granconjunto de rocas {fgneas silicdticas contiene vastascantidades de minerales, algunos en concentracionesbastantes altas. La utilizacién de estas tocas no estodavia practica, tecnolégica y econémicamente. Noobstante, en el futuro estas reservas serén utilizadasselectivamente. La seleccién se basaré en exploraciény analisis intensivos, para determinar la maxima con-centracién de este o aquel grupo de elementos. LaIlave del éxito consiste en avances en las técnicas demolienda de rocas, separacién de minerales, y recupe-racién econémica de varios elementos mas bien quede uno”.
Sobre este tema dice también Brooks: “Por lo tan-
-
LAS PERSPECTIVAS A MUY LARGO PLAZO 61
to, es simplemente falso... que las rocas comunes noseran nunca explotadas. En realidad, ya estamos ex-plotando como subproductos, minerales cuya ley pro-medio en los yacimientos es menor que en la cortezaterrestre (el titanio explotado en las arenas de playases un ejemplo). Explotando la tecnologia como capi-tal mas bien que los yacimientos, el hecho mismo deque sean rocas comunes puede hacerlas muy atracti-vas. Cuanto mas comin es la roca, mis facil es ajus-tar el yacimiento a la tecnologia, mas bien que a lainversa. En resumen, a través de modestos avances enla tecnologia, los depésitos minerales se hacen masabundantes y distribuidos en mas regiones”.
Refiriéndose al descenso continuo de las leyes deexplotaci6n, dice Guillemin (1972): “En el limite, ypara los pesimistas, se debe recordar que una fuerteproporcién de las rocas de la tierra contienen metalesen trazas (Pb, Zn, Cu, etc.) con tenores del orden de100 a 300 gramos por tonelada para cada metal, por-que 100 gr/ton de un metal en un km? de granitorepresenta 270.000 toneladas de ese elemento’. Agre-ga después: “Existen numerosas menas_ potenciales,como los esquistos carbonosos que tienen importantesreservas para numerosos elementos; los macizos granf-ticos ricos en elementos de trazas; las rocas bdsicascon alto tenor en niquel, cromo, cobalto y platino;las rocas carbondticas ricas en plomo y cinc; ciertos
sedimentos submarinos y, en fin, las salmueras ricasen metales del tipo descubierto en el Mar Rojo, sal-mueras que se pueden considerar menas Ifquidas’’.
El caso del aluminio es particularmente interesante.Como ya hemosvisto, las reservas utilizables de bau-xita se han multiplicado en los tltimos decenios, amedida que se podrian explotar materiales de menor“calidad”. El punto mds importante, sin embargo, esque en la actualidad son reservas potenciales de alu-minio materiales no bauxfticos que han sido ya tra-tados en plantas con éxito (Brubarier, 1966). Entre
62 LAS PERSPECTIVAS A MUY LARGO PLAZO
ellas figuran anortosita, nefelina, y arcillas de altocontenido de alimina. Teniendo en cuenta que lasarcillas figuran entre los materiales més abundantes enla corteza terrestre, esto eleva las reservas de aluminioexplotables en las condiciones tecnoldgicas actuales, alimites practicamente indefinidos.
Se podrfa indicar muchos otros casos de nuevosrecursos potenciales que en algunos casos ya se hancomenzado a utilizar, —la recuperacién del azufre depetréleo, anhfdrita y yeso; el descubrimiento de con-centraciones comerciales de berilo, extrafdo hastaahora s6lo del berilo de las pegmatitas, en bertran-dita, bargilita y phenacita, etc. pero lo que importadestacar esencialmente es que la distribucién de loselementos en la corteza terrestre recién comienza aser investigada en detalle, por lo que es previsible eldescubrimiento continuo de nuevas concentracionesminerales. Esto, combinado con el incesante progresode la tecnologfa, continuaraé seguramente desarro-llando mAs fuentes de recursos minerales en formamucho més acelerada que en el pasado.
jEn qué secuencia se iran incorporando los nuevosrecursos a la economfa? Algunas hipétesis en bogaparecen suponer que un nuevo recurso se incorpora alsistema productivo cuando se ha agotado o esté apunto de agotarse la fuente “originaria” de esa mate-
tia prima. Sobre este supuesto tacito se basa el temor
muchas veces expresado en la literatura reciente que,
aunque la cantidad tltima de recursos posibles sea
précticamente ilimitada, una eventual “brecha” tem-
poral entre el agotamiento de un tipo de reserva y el
desarrollo de la capacidad de utilizar otra nueva, pue-
da crear “cuellos de botella” en el abastecimiento de
materias primas, de cardcter transitorio pero catastr6-
fico para la economia.La historia muestra que esa situacién es extrema-
damente improbable. En realidad serfa muy dificil
encontrar el caso de un recurso que se haya puesto
a:
LAS PERSPECTIVAS A MUY LARGO PLAZO 63
en explotacién, debido al agotamiento de otro usadoanteriormente. Lo que ha sucedido siempre es quecomienzan a utilizarse nuevos tipos de recursos, sinque los aprovechados hasta ese momento presentenningin peligro de agotamiento. Los compuestos nitro-genados para la fabricaci6én de fertilizantes comenza-ron a producirse mediante la fijacién del nitrégenodel aire cuando todavia quedaban enormesreservas denitratos naturales; la taconita de los Estados Unidos,que exige un tratamiento previo para ser utilizadacomo mineral de hierro, se esté aprovechando desdehace varios afios, pese a la existencia en el mundo dereservas de minerales de alta ley suficientes para mu-chas décadas; se esté ya produciendo aluminio a par-tir de materiales no bauxiticos mientras se descubrencontinuamente nuevos yacimientos de bauxita de altaley que pasan a engrosar las ya grandes reservas deeste material; se ha desarrollado ya la tecnologia paraexplotar yacimientos de cobre con contenidos de0,4%, mientras existen todavfa grandes reservas cono-cidas de minerales de mayor ley; se estudian ya losmétodos de explotacién de los nédulos de manganesode los fondos ocednicos, cuando no existe todaviapeligro de escasez de los metales a beneficiarse, etc.
Todo indica que lo mismo sucederé en el futuro.No existe ninguna raz6n para suponer que los yaci-mientos ubicados a mas profundidad en la cortezacomenzarén a explotarse cuando se hayan agotado losrecursos superficiales (en realidad ya se explotan yaci-mientos minerales a gran profundidad). Lo més pro-bable es que se sigan incorporando materiales de bajaley, al mismo tiempo que se exploran las partes noconocidas de la corteza, comenzando por aquellas queofrecen posibilidades inmediatas mas favorables. Losdepésitos de los fondos marinos se empezaran a ex-plotar cuando las condiciones de la demanda lo per-mitan, simultaneamente con los depésitos continen-tales. La secuencia exacta de estos desarrollos depen-
64 LAS PERSPECTIVAS A MUY LARGO PLAZO
derin de condiciones tecnolégicas, econédmicas y deorganizacién social, que no es posible ni tiene sentidotratar de prever en detalle.
LOS MATERIALES CRITICOS
Se puede argumentar, y se ha hecho con frecuencia,que si bien parece dificil que se presenten situacionescriticas con los recursos minerales mds importantes, esposible que Ileguen a ser escasos, 0 agotarse total-mente, algunos elementos menores cuantitativamentepero que son muy importantes para la industria moder-na. Como se trata de una hipdtesis que no puede des-cartarse por completo, conviene considerarla breve-mente.
Sin tratar de hacer una enumeracién exhaustiva, queno viene al caso, los usos mas importantes de las mate-rias primas minerales, excluidos combustibles, son: es-tructurales, eléctricos, en ferroaleaciones y quimicos.
Los materiales estructurales no metaliferos son prac-ticamente inagotables. Los principales metales estruc-turales son hierro y aluminio, que figuran entre loselementos mds abundantes de la corteza terrestre (Al:8,13%; Fe: 5%). Las reservas de recursos de aluminioexplotables con los conocimientos tecnol6gicos actualesson, como ya hemosvisto, virtualmenteilimitadas. Lasreservas actuales de mineral de hierro alcanzan para elfuturo previsible; si consideramoslas reservas en rocasricas en hierro, la situacién es similar a la del aluminio.
En lo que se refiere a los usos eléctricos, esencial-mente como conductores, los principales elementos son
cobre y aluminio. Aun suponiendo quellegara a esca-
sear el cobre, en un futuro muylejano, el aluminio,
virtualmente inagotable, puede remplazarlo en casi
todos los usos, especialmente en aquellos que requieren
un mayor volumen de metal, como los conductores de
alta tensién.
re
LAS PERSPECTIVAS A MUY LARGO PLAZO 65
Algunos de los elementos que se usan en ferroalea-ciones —en particular tungsteno y molibdeno— tienenreservas conocidas relativamente escasas. Aun suponien-do que las reservas que se vayan descubriendo en elfuturo no sean suficientes para cubrir la creciente de-manda mundial —lo cual es una hipétesis extrema— nodebe olvidarse que esos elementos son sustituibles conmuy pocos inconvenientes tecnolégicos por otros meta-les, tales como cromo, niquel y cobalto. Las reservasde cromo conocidas en el mundo son muy grandes; encuanto al niquel y al cobalto, aun sin considerar losrecursos en explotacién, las reservas contenidas en losnédulos marinos alcanzan, al nivel actual de uso, paramuchas decenas de miles de afios.
Los dos productos de uso quimico quiz mas impor-tantes en el mundo moderno sonel azufre y el fosforo,el primero por su importancia en la industria y elsegundo por su uso comofertilizante.
Al azufre ya nos hemosreferido antes. La preocu-pacién por una posible escasez de fésforo se ha expre-sado en estos Ultimos afios, en especial en relacién conla literatura catastrofista. La situaci6n real, sin embar-go, no parece justificar esa alarma. Las reservas actualesde fosforitas en explotacién parecen adecuadas paraelfuturo previsible (Landsberg y al., 1963). Por otra par-te, y debido a que los yacimientos sedimentarios defésforo son diffciles de identificar sin un estudio deta-llado, es muy probable que un esfuerzo metédico deexploracién multiplique las reservas conocidas. Es unasituacién parecida a la de la bauxita, que por las mis-mas razones, es un material que pasa desapercibido,salvo cuando se realizan investigaciones detalladas conel objeto especifico de identificarla.
Existen también enormes depésitos de fosforitas enlos fondos marinos cercanos a los continentes, quepodrian ser explotados econémicamente en las con-diciones actuales, y que extenderian posiblemente lasreservas disponibles al futuro lejano. Ademis, el fés-
66 LAS PERSPECTIVAS A MUY LARGO PLAZO
foro es uno de los componentes menores de muchasrocas y menas y eventualmente podria recuperarse
como un subproducto del tratamiento de las mismas.Existen muchos otros elementos de uso quimico,
pero estos son tan variados, y el progreso de la indus-tria quimica tan acelerado, que las posibilidades de sus-tituci6n son prdcticamenteilimitadas.
En resumen, nada indica que aun en un horizontetemporario a muylargo plazo, existe peligro de escasezen recursos minerales vitales para el sistema productivoactual. La escasez eventual de algtin elemento menors6lo podria originar cambios tecnolégicos poco signifi-cativos para el sistema productivo global.
LOS RECURSOS ENERGETICOS
Los principales combustibles minerales fésiles son: pe-tréleo, gas y carb6n.
Las reservas conocidas de petrdleo eran de unos120.000 millones de toneladas en 1970, y las estimadasoscilaban entre 200 y 300.000 millones de toneladas.En el perfodo 1960 - 1970 las reservas localizadas en elmundo aumentaron en unos 60.000 millones de tonela-das, mientras que el consumo, en el mismo perfodo,fue de alrededor de 16.000 millones de toneladas, esdecir, el 27% de las nuevas reservas (Angelini 1973).Ademas, durante los tltimos afios se han descubiertodepésitos petroliferos en zonas hasta ahora virgenestales como Argelia, Libia, Alaska, Mar del Norte y Aus-tralia.
Las reservas de gas natural estimadas también en losUltimosafios oscilan entre 1,5 x 10!4 y 5,82 x 1014metros ctibicos.
Para dar una idea del incremento de reservas que seobtiene cuando se consideran los recursos potenciales ylos adelantos tecnolégicos, se puede tomar el caso delos Estados Unidos. Es un ejemplo muyilustrativo, portratarse de unas de las regiones mas exploradas y ex-plotadas dela tierra.
El total de petréleo producido en ese pais hasta1972, es de unas 12.180.000.000 toneladas. Segin unreciente c4lculo del National Petroleum Council, lasreservas probadas y potenciales recuperables en las con-diciones tecnolégicas actuales —sin considerar todas lasareas favorables del pais, tanto en la superficie emer-
68 LOS RECURSOS ENERGETICOS
gente como en la plataforma submarina— son de unas24.300.000.000 toneladas, es decir, de alrededor deldoble del total de reservas explotadas hasta ahora, yunas cinco veces mayor que las reservas recuperablesconocidas (4.380.000.000 de toneladas) (Brobst yPratt, 1973).
Es necesario tener en cuenta, sin embargo, que elpromedio histérico de recuperacién de las reservas to-tales de petrdleo en Estados Unidos ha sido de 22%, yse estima actualmente en alrededor del 30% Esto sig-nifica que en el pasado el 78% de las reservas quedabanen el yacimiento, y que ahora se deja més o menosel70% El NPC estima que esta recuperacién aumentardgradualmente hasta alcanzar el 42% en el afio 2000, yeventualmente el 60% Esto incrementard el total dereservas potenciales recuperables a 58.000.000.000 detoneladas, o sea a cerca de cinco veces el total depetréleo explotado hasta ahora, y a trece veces las re-servas conocidas recuperables en las condiciones tecno-légicas actuales. Es una cantidad suficiente para abaste-cer las necesidades mundiales por casi 30 afios al nivelde consumoactual.
En el gas la recuperacién es del orden del 80%, ypor lo tanto las reservas dejadas en los yacimientoscomunes son mucho menos importantes que en el pe-tréleo. Los recursos paramarginales y submarginales degas pueden ser importantes, sin embargo, en rocas noexplotadas hasta ahora, como los estratos impermeablesy el carb6n. El gas ocluido en carbén est4 ya siendoexplotado en algunas minas europeas.
El consumo de petrdleo en 1970 fue de unos 2.000millones de toneladas. La tasa de crecimiento del con:sumo en los tltimos 20 afios super6, en ambos com-bustibles, el 8% anual acumulativo. A este ritmo seestima que las reservas totales de hidrocarburos liqui-dos y gaseosos durard alrededor de 100 afios.
Este combustible puede también extraerse de fuen-tes “no convencionales’’. La principal de éstas las cons-
LOS RECURSOS ENERGETICOS 69
tituyen los esquistos petroliferos o bituminosos, queson rocas sedimentarias impregnadas de hidrocarburos.Los recursos més grandes conocidos en el mundo deestos materiales estén en Estados Unidos. Se trata desedimentos depositados en antiguos lechos de lagos, yque cubren unasuperficie de unos 40.000 km? en losestados de Utah, Colorado y Wyoming. Las reservaspotenciales de petréleo de estos depdsitos se estimanen 300.000 millones de toneladas, es decir, una canti-dad del orden de magnitud del total de reservas con-vencionales de petréleo conocidas en el mundo (Guille-min, 1973). Ademds de las citadas se conocen otrasreservas de esquistos petroliferos en el mundo, muchosde ellos de magnitud desconocida debido a la falta deestudios detallados.
Las reservas conocidas de combustibles sélidos f6-siles (carb6n y lignito) son mucho mayores que las depetréleo y gas. A la tasa actual de aumento del con-sumo (2% para el carb6n y menos del 4% parael lig-nito) se estima que esas reservas alcanzarian por lomenos para unoscuatrocientosafios.
Los combustibles energéticos mds importantes parael futuro sin embargo,son los nucleares.
Las reservas conocidas de uranio en 1970 eran deunas 760.000 toneladas de 6xido (U30g) disponible aun precio inferior a los 10 ddélares la libra (OCDE,1970), mientras que la produccién en el mismo afiofue de unas 23.000 toneladas.
En este caso, como en los que se han visto antes, lasreservas conocidas tienen poco quever con las reservaspotenciales totales. Las razones principales son: a) eluranio recién se comenz6 a buscar intensivamente des-pués de la segunda Guerra Mundial. Quedan todaviaenormes dreas por explorar en detalle, y los recursoscubiertos por rocas apenas han sido tocados; b) en laactualidad s6lo se explotan reservas cuyo valor por li-bra es mayor de 10 délares. En el uranio se cumpleelprincipio del aumento exponencial de las reservas en
70 LOS RECURSOS ENERGETICOS
funcién de la disminucién de la ley (en este caso ex-
presada en valor por libra); en consecuencia, un pe-
quefio aumento del precio, 0 un progreso en la tecno-
logfa extractiva, multiplicarfa grandemente las reservas
conocidas.Ademifs, el uranio es uno de los elementosrelati-
vamente abundantes en la corteza (es mds abundante
que el plomo, por ejemplo) pero muy disperso. En las
rocas 4cidas (granitos y sus derivados) se lo encuentra
diseminado (0,03%) pero en abundancia suficiente para
constituir una reserva potencial de duracién practi-
camente indefinida. En el mar aparece con una concen-
tracién de 0,3 mg por metro cibico.
En estudios recientes efectuados en Suecia se ha de-
mostrado que se puede extraer uranio de los granitos a
un costo algo inferior al doble del actual precio mun-
dial. En la Comisién de Energia Atémica del Reino
Unido se han realizado evaluaciones que indican que el
uranio puede ser extraido del mar a un costo similar al
proveniente de los granitos (Gabor, 1973).
jCudl es la incidencia de este aumento del costo en
la generacién de energia nuclear? En los reactores
actuales —que solo aprovechan aproximadamente el
0,7% del uranio natural utilizado— la incidencia del
costo del uranio sobre el costo de produccién de la
energfa, es aproximadamente de un 5%. En los reacto-
res regeneradores —de los cuales existen ya varios pro-
totipos operando, y se espera que entren en produc-
cién comercial alrededor de 1980- la eficiencia en el
uso del uranio es aproximadamente 100 veces superior;
ademés, podr4n utilizar torio, que es un elemento mas
abundante que el uranio. Como puede apreciarse, en
los reactores convencionales el aumento del costo de la
energia producido por la duplicacién del costo del
combustible no serfa significativo; en los regeneradores,
serfa completamente despreciable.
En resumen, las reservas potenciales de uranio y
torio son suficientes para asegurar las necesidades de
LOS RECURSOS ENERGETICOS 7
energia por un plazo prdcticamente indefinido. Si se
resuelve el problema de la produccién de energia por
medio de la fusién nuclear —fusién del deuterio o
transformacién del helio en litio—, lo que segin los
distintos especialistas puede hacerse en los proximos 20
a 50 afios, las reservas energéticas sobrepasarin posible-
mente el periodo de estabilidad bioldgica de la especie
humana, porque puede computarse en centenares de
millones de afios (Guillemin, 1972).
La duracién de los distintos tipos de combustibles
fésiles dependera en gran medida de las modalidades de
uso en la produccién de energia. Se estima que para el
afio 2000 més de la mitad de la generacién de energia
eléctrica provendré de generadores nucleares. El uso de
petréleo y carb6n conese fin disminuird en consecuen-
cia; por otra parte, es mucho mis racional econdmica-
mente destinar los combustibles fésiles a usos petro-
quimicos que a quemarlos como combustibles, y esa es
la tendencia que muy probablemente predominar4 en
el futuro.
La duracién real de las reservas de petrdleo y gas,
en particular, dependeré también de las politicas de
sustituci6n que se sigan en el futuro. Si se explotan los
esquistos bituminosos (Estados Unidos comenzara a
hacerlo posiblemente en 1985) la duracién de esas re-
servas aumentard considerablemente (se estima que en
unos 150 afios), lo mismo que si se comienza a pro-
ducir combustibles Ifquidos a partir del carbén. De
cualquier manera, es previsible que esas reservas se
agoten en un plazo del orden de los 200 afios.
A medida que vaya predominando el uso de com-
bustibles nucleares, la energia tenderé cada vez mas a
ser usada bajo la forma de electricidad. Esto traerd sin
duda cambios tecnolégicos apreciables en la vida huma-
na —el motor a explosién, por ejemplo, se convertira
seguramente en una pieza de museo en unas pocas
décadas mds— pero esos cambios serén en general favo-
rables, ya que disminuiran la contaminaci6n, ruido,
72 LOS RECURSOS ENERGETICOS
gases tdxicos incorporados a la atmésfera, etc. Encuanto ala contaminaci6nradioactiva, también tenderaa disminuir, ya que los nuevos reactores son mas “‘lim-pios” que los convencionales, y la fusion, finalmente,no produce residuosradioactivos.
En algunos usos, es probable que los combustiblesliquidos sean necesarios todavia por un periodo maslargo, como puede ser el caso de los aviones. Este esun uso relativamente menor cuantitativamente, y aunsuponiendo que dentro de dos o tres siglos se siganusando motores de combustibles liquidos (lo cual esbastante improbable) éste podria ser obtenido porsintesis a partir del hidrégeno del agua y del carbondel COdel aire, o a partir de productos vegetales.
Aunque se -trata de un problemalejano, se habla aveces, en el contexto del posible agotamiento de loscombustibles f6siles liquidos y gaseosos, del porvenirde la industria petroquimica, y en especial de la de losplasticos, tan importantes en la vida moderna. En estesentido basta recordar que los polimeros utilizados poresta industria pueden también obtenerse a partir delcarb6n, o de residuos vegetales. Ademiés, existe toda laquimica de los polimeros delsilicio, que recién co-mienza a ser realmente explorada.
Por ser todavia de poca importancia cuantitativa, nohemos tomado en cuenta otras formas de producciénde energia a partir de procesos naturales —mareas,solar, geotérmica, edlica, etc.— pero que pueden llegara ser importantes, aunque posiblemente siempre com-plementarias, en el futuro.
Debe recordarse finalmente que la importancia de ladisponibilidad indefinida de energfa no radica sola-mente en su utilizacién estrictamente comotal; casicualquier material natural que llegara a resultar es-caso, puede producirse sintéticamente siempre que sedisponga de energia suficiente.
LOS RECURSOS ENERGETICOS 73
EL CONCEPTO DE AGOTAMIENTO DE
LOS RECURSOS MINERALES
Conviene finalmente hacer una reflexién sobre elconocido concepto de que siendo la tierra finita, losrecursos que contiene también lo son. Esto esobviamente cierto, pero la falacia que se introduceen este razonamiento, que es esgrimido como unaprueba irrefutable de la catastrofe final, es equipararfinito con agotable, a pesar de que se trata de dosconceptos totalmente distintos. El vasto volumen derecursos minerales de la tierra, con muy pocas excep-ciones, una vez usado, sigue siendo tan parte de losrecursos del planeta como si no hubieran sido nuncaextrafdos del suelo. Pueden ser distribuidos en la su-perficie de la tierra o en los mares, pueden ser incor-porados temporariamente a bienes de capital o de con-sumo, pueden ser combinados quimicamente, pero sonindestructibles. La tecnologia que ha mostrado su ca-pacidad de extraer recursos de los cuerpos geolégicosmés variados, puede también recuperar materiales quehayan sido ya usados una a cien veces por el hombre.
EL RECICLAJE DE MATERIAS PRIMASMINERALES Y EL MEDIO AMBIENTE:
El reciclaje o reutilizacién de materias primas de origenmineral es también un tema de frecuente tratamientoen los Ultimos tiempos, no solamente en relacién conla posible escasez de ciertos materiales, sino también enfuncién de disminuir las actividades que contribuyen adeteriorar el medio ambiente, y de un uso masracionalde los recursos.
Bajo el término general de reciclaje se incluyen unaserie de actividades que van desde un mejor aprovecha-miento de las materias primas durante el proceso deproduccién —retratamiento de “colas” de plantas deconcentracién de minerales, aprovechamiento de mate-riales que éscapan en polvos, humos y en residuos sé-lidos, etc.— hasta la recuperaci6n de materias primasincluidas en bienes finales de consumo.
En lo que sigue nos ocuparemos solamente de lasmaterias primas (principalmente metales) incorporadosen bienes de consumo o de capital. En las etapas ante-riores el reciclaje representa sdlo un mejoramiento enlas técnicas de produccién.
Existen pocos datos cuantitativos sobre el volumende reciclaje en el mundo. A titulo ilustrativo, sin em-bargo, se pueden ver las cifras correspondientes a losEstados Unidos. Para los principales metales de usoindustral son (en millones de toneladas):
16 RECICLAJE Y MEDIO AMBIENTE
Disp. 40 40Metal Producc. para Reciclado_ reciclado
reciclar
Productosferrosos 185 150 104 70Aluminio 5 2,2 1 48Cobre 32 2,4 LS 60Plomo 1,5 1,4 0,6 40Cine 1,4 1,2 0,2 12
La cantidad relativa de material que se recicla depen-de de muchos factores, tales como: tiempo de obso-lecencia de los bienes a los cuales estén incorporados,facilidad de separarlos de los mismos, dispersi6n debi-do a diversas formas de desgaste y, sobre todo, con-veniencia econdmica de la operacién. En todo caso, silas circunstancias lo hicieran necesario 0 conveniente,los porcentajes consignados podrfan elevarse conside-
rablemente.
Teniendo en cuenta lo que hemos visto sobre re-
servas, es evidente que el reciclaje de materias primas
de origen mineral no est4 relacionado con ningin pe-
ligro de agotamiento a escala mundial. Las Gnicas ma-
terias primas minerales que por su naturaleza consti-
tuyen un stock fijo y eventualmente agotable —los
combustibles fésiles— no pueden ser reciclados. Las
principales razones que pueden inducir a reciclar ma-
terias primas minerales, entonces, son las siguientes:
—Comerciales: las materias primas incorporadas a
bienes de consumo o de produccién fuera de uso,
constituyen yacimientos que pueden ser explotados.
Cuando esto puede hacerse en condiciones econd-
micas competitivas con las fuentes primarias de pro-
duccién, se origina una industria extractiva paralela a
la industria minera. En este sentido el reciclaje de
materias primas es simplemente una respuesta a la de-
manda del mercado.
RECICLAJE Y MEDIO AMBIENTE q7
— Estratégicas: algunas grandes potencias —en par-ticular los Estados Unidos— desean contar en. supropio territorio con materias primas minerales impor-tantes desde el punto de vista estratégico militar. Elreciclaje permite incrementar la vida de materiasprimas cuyas reservas conocidas en el propio terri-torio son relativamente escasas.
— Cuidado del medio ambiente: en algunas regio-nes del mundo, especialmente en las 4reas pobladasen los paises desarrollados, la actividad minera originaun volumen grande de materia estéril que puede pro-vocar problemas al introducir modificaciones en elmedio ambiente fisico.
—Contaminaci6n: se sostiene que una de las razo-nes para reciclar materias primas de origen mineral esdisminuir la contaminacién ambiental, al reducir lasactividades extractivas primarias.
Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que el reciclajede esas materias primas también implica contami-nacién: contaminacién térmica, atmosférica, etc. Sdloun estudio detallado de cada caso —incluyendo ubica-cién de las actividades de extraccién primaria y reci-claje— puede establecer claramente el valor del “ba-lance” de contaminacién.
Las razones para reciclar materias primas de origenmineral, varian por lo tanto, segiin consideraciones deorden local o regional.
Desde el punto de vista de las motivaciones econ6é-micas, el reciclaje constituye simplemente la explo-tacién de una fuente alternativa de materias primas.Su utilizaci6n o no depende de factores econémicosy tecnolégicos que se aplican por igual a los pafsesdesarrollados o del Tercer Mundo.
En cuanto al problema de la contaminacién, o dela preservacién del medio ambiente ffsico, sus carac-
78 RECICLAJE Y MEDIO AMBIENTE
teristicas varian mucho de acuerdo con las condi-
ciones locales.Las actividades mineras constituyen entre el 2 y
3% del producto bruto nacional de los paises adelan-
tados, que son los que consumen mas materias primas,tanto en términos absolutos como por habitante. Sucontribucién a la contaminacién global —del aire, tér-mica, de los mares— es por lo tanto relativamente mo-desta (con excepcién del petréleo en los mares).
En lo que se refiere a las modificaciones que laactividad minera provoca en el medio ambiente ffsico—especialmente alteraciones topograficas— se trata deun problema, que sin restarle la importancia que real-mente tiene, ha sido grandemente exagerado desde la
Optica de algunos paises desarrollados.
El total de material removido en la actualidad porla actividad minera mundial (incluidos combustiblesfosiles) es de unos 6.000.000.000 de toneladas anua-les, es decir, unos 2,3 km3 de material, lo que equi-vale a una colina de modestas dimensiones. Granparte de la actividad minera, sobre todo en los paisessubdesarrollados, se realiza en regiones dridas 0 desér-
ticas casi sin poblacion. En estas areas, las modifica-
ciones topograficas introducidas por la minerfa son
insignificantes en comparacién con las producidas por
agentes naturales, tales como torrentes, erosién de los
rios, etc.
En regiones densamente pobladas las modificaciones
menores del medio fisico atribuibles a la industria mi-
nera pueden ocasionar perturbaciones a la poblaci6n.
Estas perturbaciones, sin embargo, pueden eliminarse, 0
reducirse a un minimo, tomando algunas precauciones
o medidas correctivas que son bien conocidas por los
técnicos. El hecho de que generalmente no se tomen,
se debe al criterio imperante de propiedad privada, que
se despreocupa de las consecuencias sociales de su
accién. Se consideran s6lo las deseconomfas que esas
inversiones representan para la empresa, sin tomar en
RECICLAJE Y MEDIO AMBIENTE 719
cuenta los beneficios que implican para el conjunto dela sociedad.
Desde el punto de vista puramente técnico, los per-juicios ocasionados por la creacién de cantidades gran-des de residuos s6lidos (principalmente roca estéril)también han sido grandemente exagerados. En primerlugar, sus efectos se consideran acumulativos: estoquiere decir que se supone que las perturbaciones cau-sadas por la acumulacién de material estéril son perma-nentes. La verdad es muy diferente: el material acumu-lado como consecuencia de la explotacién de grandesyacimientos, si se lo distribuye de manera mas 0 menosuniforme, formando superficies planas, se consolidacon el tiempo, es invadido por la vegetaci6n y se con-vierte simplemente en una pequefia irregularidad mésdel paisaje.En segundo término se argumenta que aunque
ahora, debido a que se explotan yacimientos de leyesrelativamente altas, el movimiento de material no al-canza todavia volimenes demasiado grandes, cuando seexplotan rocas comunes, por ejemplo, con contenidometalifero muy bajo, las cantidades de material movi-lizado seran mucho mayores. Esto, unido al aumentode la demanda, obligaré a mover cantidades colosalesde roca estéril con consecuencias muy graves para elmedio ambiente fisico de la humanidad.
En realidad, este tipo de argumento tiene pocajusti-ficacién. Los materiales de muy baja ley, en especiallas rocas comunes, se encuentran dispersas sobre Areasmuy grandes del planeta, lo que permite una ampliagama de posibilidades para ubicar las explotaciones.Existen millones de kilémetros cuadrados de tierra,desérticos 0 semidesérticos, con muy poca poblacién,donde se pueden mover voliimenes enormes de roca sinningin efecto sobre el habitat humano. El problemaprincipal es una planificacién de la explotacién de re-cursos minerales que tenga en cuentalosintereses de lahumanidad, y no los puramente nacionales.
RECICLAJE Y MEDIO AMBIENTE
Otro elemento a tener en cuenta, es que es muyprobable que por lo menos parte de esas explotacionesse realizan rompiendo la roca “‘iv situ’ —por lo tantono trasladando material y no alterando practicamentela topograffa— y la extraccién de elementos itiles serealiza por medios quimicos 0 biolégicos —lixiviaci6n,y disolucién por bacterias—. Estas técnicas, que ya seencuentran en estudio para algunos tipos de yacimien-tos, disminuirfan también la contaminacién, debido asu bajo uso de energia y al hecho de quereducirfan alminimo los procesos pirometalirgicos.
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Vol. 32, N° 6. Composicién tipografica en frio
y peliculas - CENTROGRAF
Riobamba 436 - Piso 8 - Of. 16
Tirada: 4.000 ejemplares
Impreso en Edigraf, Delgado 834, BuenosAires, en mayo de 1974
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