Los niños vienen en tamaños, pesos y colores surtidos. Se encuentran dondequiera: encima, debajo, dentro, trepando, corriendo, brincando. Las madres los adoran, las muchachitas los detestan, las hermanas y hermanos mayores los toleran, los adultos los ignoran y el Cielo los protege. Un niño es la verdad con la cara sucia, la Sabiduría con melcocha en el pelo y la Esperanza con un coquí en los bolsillos.

Un niño es una criatura mágica. Puedes mantenerlafuera de tu taller, pero no fuera

detu corazón. Puedes echarlo de

tuoficina, pero nunca de tu mente.¡Date por vencido! El niño es

tucaptor, tu carcelero, tu jefe, tu dueño. Un manejo de greñas

yde risas.

Pero, cuando regresas al hogar en la noche con tusCastillos de sueños hechos

añicos y tus esperanzas frustradas,

ese ángel con cara sucia restaura

toda tu fe con dos palabras mágicas:

¡QUE HUBO, PAPI!