Los movimientos indígenas, un marco para el análisis de ...
Transcript of Los movimientos indígenas, un marco para el análisis de ...
El Colegio de Michoacán A. C.Centro de Estudios Rurales
Generación 2002-2007
T E S I S
Los movimientos indígenas, un marco para
el análisis de las construcciones identitarias.
La Organización Nación Purhépecha
(Michoacán) y Servicios del Pueblo Mixe
(Oaxaca)
Que para optar al grado de Doctor en Ciencias
Sociales, especialidad en Estudios Rurales presenta
Ivy Jacaranda Jasso Martínez
Director de Tesis: Dr. Willem Assies y
Dr. Hugo José Suárez
Zamora, Mich., febrero de 2008
Agradezco al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología la beca concedida para el estudio del
Doctorado y la realización de la presente tesis.
Esta investigación también ha sido elaborada en el marco del proyecto “Pueblos indígenas y reforma del Estado en América Latina”
(CONACyT, No. 45173)
AGRADECIMIENTOS
En primer lugar quiero agradecer a mi familia; a mi madre, ejemplo de
fortaleza y vida; a mi padre por enseñarme a ser yo misma, a mi hermana
por ser apoyo permanente y cariñoso. A las mujeres de mi familia materna
y paterna por ser inspiración y alegría en mi vida. También a los hombres
de mi familia por creer en mí.
Mi más profundo agradecimiento y respeto a las personas sin las cuales no
hubiera sido posible esta investigación, a los integrantes de la
Organización Nación Purhépecha y a las personas y amigos que conocí en
las comunidades de Tacuro, Ichán y Chilchota. A los compañeros de lucha
de Servicios del Pueblo Mixe y a los siempre amables pobladores de Santa
Cruz Condoy y Quetzaltepec Mixe.
Un respetuoso agradecimiento a mis directores de tesis, Dr. W illem Assies
y Dr. Hugo José Suárez Suárez por confiar en mí, por su orientación, guía y
atinados consejos. A mis lectores por acompañarme en este camino y servir
de ejemplo, Dr. Yanga Villagómez Velázquez, Dr. Jorge Hernández-Díaz y
al entrañable maestro y compañero Dr.' 'Luis Ramírez Sevilla.I f í '" ' ,
Un agradecimiento sincero a la planta de profesores del centro de Estudios'I 'I
Rurales. Y una mención especial para Lupita Guillen quien siempre me
recibió con una sonrisa y fue parte de mi familia en Zamora. Un cariñoso
agradecimiento para mis amigos y compañeros de esta vida
ÍNDICE
Página
Introducción................................................................................ 5
Capítulo I: Los movimientos indígenas y las construcciones identitarias.................................................................................. 13
1.1 Los movimientos sociales e indígenas en los estudiosactuales..................................................................................... 13
1.1.1 Definición y perspectiva teórica de los movimientos sociales.1.1.2 La propuesta de McAdam et al. en el estudio del movimiento indígena en México.1.1.3 Las organizaciones: los intérpretes del movimiento indígena en México.1.1.4 Líderes y liderazgos del movimiento indígena.
1.2 Identidades étnicas: la lucha por elreconocimiento............................................................................. 40
1.2.1 Definición de las identidades.1.2.2 Perspectivas en el análisis de las identidades étnicas.1.2.3 La propuesta de Pierre Bourdieu de campos y capitales en el estudio de las identidades étnicas.1.2.4 La lucha desde las identidades étnicas: ¿La identidad étnica como estrategia y recurso?1.2.5 Más allá de la visión instrumentalista: las identidades cambiantes.
1
Capítulo II: El campo político de los movimientos indígenas en el México actual: las oportunidades políticas de las organizaciones indígenas........................................................ 68
11.1 La formación del Estado-nación y el indigenismo comopolítica integradora............................................................ 6811.2 Las "condiciones de emergencia" de los nuevosmovimientos indígenas a partir de la década de 1970........ 78
11.2.1 La formación de “condiciones de emergencia” en la década de los años setenta del siglo XX.11.2.2 La consolidación de “condiciones de emergencia” en los años ochenta del siglo XX.11.2.3 El clímax de las “condiciones de emergencia” en la última década del siglo XX.11.2.4 La disminución de las “condiciones de emergencia”: primeros años del siglo XXI.
11.3 Los principales enfoques en relación con las demandas deautonomía y territorio en años recientes....................... 95
11.4 Las oportunidades políticas de las organizacionesindígenas en Michoacán y Oaxaca: 1970-2004................. 101
II.4.1. Los componentes de las oportunidades políticas en Michoacán y Oacaxa: Apertura del sistema institucionalizado, Estabilidad en las alineaciones de las elites, Apoyo de estas elites y Capacidad estatal para reprimir a los movimientos sociales.
11.5 La construcción del campo político de OrganizaciónNación Purhépecha (Michoacán) y Servicios del Pueblos Mixe (Oaxaca).......................................................................... 137
11.5.1 Campo político de los movimientos indígenas y el campo de poder.11.5.2 Campos políticos en Michoacán y Oaxaca: capitales y posición de los agentes.
2
Capítulo III: Estrategias y recursos de dos organizaciones del movimiento indígena en Michoacán y Oaxaca..................... 154
111.1 Proyecto, acciones y discursos políticos de laOrganización Nación Purhépecha (Michoacán)........... 154
111.1.1 Estructura de la Organización Nación Purhépecha.111.1.2 Estrategias de confrontación y las bases de apoyo de la organización.
111.2 Proyecto, acciones y discursos políticos de Servicios delPueblo Mixe A. C. (Oaxaca)......................................... 190
111.2.1 Estructura de Servicios del Pueblo Mixe.111.2.2 Estrategias de negociación y las bases de apoyo de la organización.
111.3 El movimiento indígena y la presencia de capitales en lasestructuras de movilización de ONP y SER................... 233
Capítulo IV: Los procesos enmarcadores en Organización Nación Purhépecha y Servicios del Pueblo Mixe................ 248
IV.1 Procesos enmarcadores en Organización NaciónPurépecha (ONP).............................................................. 250
IV.1.1 Marcos de pronóstico.IV.1.2 Marcos de diagnóstico.IV.1.3 Marcos de motivación.
IV.2 Procesos enmarcadores en la organización Servicios delPueblo Mixe (SER)........................................................ 261
IV.2.1 Marcos de pronóstico.IV.2.2 Marcos de diagnóstico.IV.2.3 Marcos de motivación.
3
IV.3 Cuadros de contraste: oportunidades políticas, estructuras de movilización y procesosenmarcadores................................................................... 274
Capítulo V: La lucha desde las identidades étnicas: Organización Nación Purhépecha y Servicios del Pueblo Mixe......................................................................................... 288
V.1 La construcción de significados compartidos en la lucha indígena de Organización NaciónPurhépecha...................................................................... 289
V.1.1. La formación del nosotros desde el otro: oposiciones y similitudes.V.1.2. Espacios de expresión identitaria.V.1.3. Marcadores de identidad étnica.
V.2 La construcción de significados compartidos en la lucha indígena de Servicios del PuebloMixe................................................................................ 322
V.2.1. La formación del nosotros desde el otro: oposiciones y similitudesV.2.2. Espacios de expresión identitaria V. 2.3. Marcadores de identidad étnica
V.3 El habitus en el campo político de los movimientosindígenas...................................................................... 358V.4 La construcción conflictiva de las identidades étnicas en Organización Nación Purhépecha y Servicios del Pueblo Mixe.................................................................. 361
Conclusiones............................................................................. 368
Bibliografía............................................................................... 378
Anexos....................................................................................... 397
4
INTRODUCCION
En México, las poblaciones indígenas han sido ampliamente estudiadas, pero poco se ha
escrito acerca de las vías en que éstas canalizan demandas en forma abierta, y no
precisamente por medio de las instituciones de gobierno, como por ejemplo a través de las
organizaciones indígenas.
El caso que mayor atención ha recibido es el del EZLN desde su aparición en
Chiapas de 1994. En esta línea, el tema de los movimientos indígenas empieza a atraer la
atención de investigadores. Éstos presentan rasgos no registrados en movimientos
anteriores y es en los últimos 30 años que se han explorado diferentes perspectivas de
abordarlos.
La manifestación pública de una identidad étnica es un fenómeno reciente y las
organizaciones indígenas han sido sus principales expositoras. Esto se constata en los
manifiestos y desplegados que los líderes y representantes de diferentes organizaciones
emiten en foros, encuentros y reuniones. Por ejemplo, la ANIPA y el CNI por citar los
mayores expositores nacionales anuncian esta calidad. El contexto en el que ocurre esta
manifestación es el de la emergencia indígena,1 que inicia en los setenta del siglo XX. Este
contexto contribuye a que los movimientos indígenas se conviertan en agentes políticos en
numerosos países de América Latina. Pero, la relación entre movimientos-organizaciones
indígenas e identidades étnicas no es natural ni sencilla. Falta develar los motivos que
propician que las organizaciones, grupos e instituciones que forman el movimiento (re)
presenten su identidad étnica en espacios determinados y frente a otros agentes. Creo
pertinente, entonces, desarrollar un estudio a detalle de las organizaciones que conforman el
movimiento indígena para dar cuenta de la relación e influencia entre estos procesos.
Una forma de incitar a la reflexión crítica y evitar generalizaciones empíricas es la
contrastación. La confrontación de procesos distintos contribuye a detectar aquellos
elementos que para un solo caso pueden pasar desapercibidos (sesgo monográfico), pero
que requieren de un mayor trato, y que incluso puedan sugerir relaciones entre sí. La
investigación se enfocó en un estudio comparativo de dos experiencias organizativas que
conforman al movimiento indígena en dos estados diferentes (Organización Nación
1 Tomó prestado este término de J. Bengoa (2000).
5
Purépecha en Michoacán y Servicios del Pueblo Mixe en Oaxaca). La justificación de un
estudio comparativo va más allá de la escasa existencia de este tipo de estudios. Un
abordaje así permite conocer tanto las formas en cómo se han negociado y disputado
derechos y proyectos similares en diferentes campos políticos -los de ambas regiones-,
como la influencia que tiene un mismo contexto nacional (e internacional) en la
conformación de dos identidades étnicas. El objetivo general de esta investigación es;
Conocer el rol del ser purépecha y mixe en el movimiento indígena de los estados de
Michoacán y Oaxaca a partir del estudio de Organización Nación Purhépecha y
Servicios del Pueblo Mixe.
Los objetivos específicos son:
> Construir el campo político de los movimientos indígenas en Michoacán y Oaxaca,
y registrar los agentes que participan en cada uno.
> Identificar posibles influencias entre un contexto histórico nacional y los procesos
regionales y locales de reivindicación indígena.
> Caracterizar la estructura, desarrollo y labor de la Organización Nación Purhépecha
y Servicios del Pueblo Mixe.
> Analizar la construcción de significados compartidos (que dan sentido a la acción
colectiva) en la Organización Nación Purhépecha (ONP) y Servicios del Pueblo
Mixe (SER).
> Examinar la forma de ser purépecha que presenta Organización Nación Purhépecha
y la forma de ser mixe que manifiesta Servicios del Pueblo Mixe (y sus bases de
apoyo) en los campos políticos.
> Conocer la importancia que tiene la presentación de una identidad étnica para la
consecución de demandas y proyectos de dos organizaciones que pertenecen al
movimiento indígena.
Los límites espacio-temporales a partir de los cuales se realizó esta investigación son: la
organización indígena (y una comunidad base) dentro de una red de relaciones (campo
6
político) a partir de la década de los setenta del siglo XX (años en que inicia la emergencia
indígena) hasta el año 2005.
El tratar de aprehender un objeto de estudio que se encuentra en construcción (como
la identidad étnica) implicó la adopción de una perspectiva que interrelaciona las
dinámicas, procesos y negociaciones entre los agentes que participan en esta construcción.
En este sentido, los criterios que guiaron el estudio comparativo entre dos organizaciones
que forman parte del movimiento indígena en Oaxaca y Michoacán son:
a) La caracterización de los movimientos y sus organizaciones según la propuesta de
McAdam et al. (1999) de oportunidades políticas, estructuras de movilización y procesos
enmarcadores.
b) La caracterización de la identidad étnica como relación y capital simbólico (o étnico) a
partir de la teoría de Pierre Bourdieu sobre campos y capitales.
La propuesta de McAdam et al. fue pensada para aplicarla en estudios
comparativos, de allí en parte su elección. Además trata de conjuntar elementos de otras
teorías con el fin de proporcionar una herramienta que provea un análisis más completo de
los movimientos sociales. El estudio de la construcción de identidades étnicas, que se
desprendió de la caracterización de los procesos enmarcadores, requirió mayor profundidad
debido a su complejidad. Se adoptó la teoría bourdiana como vía para identificar tanto los
agentes (posiciones y capitales) que participan en el movimiento como la transformación
que sufrió la identidad étnica de relación a capital simbólico. Las hipótesis que se
manejaron durante la investigación son:
I. La construcción de identidades étnicas en las organizaciones indígenas es parte de
los procesos enmarcadores que dan sentido, junto con las estructuras de movilización
y las oportunidades políticas, a una acción colectiva.
II. En el campo político de los movimientos indígenas uno de los capitales simbólicos
(o étnicos) que tiene valor positivo y que ha ayudado a lograr una posición menos
desventajosa a las organizaciones indígenas es la identidad étnica.
7
III. La construcción de identidades étnicas de ONP y SER responde a un contexto
nacional similar (emergencia indígena) y a procesos de reivindicación propiciados a
partir del levantamiento zapatista en 1994.
IV. La identidad étnica (purépecha o mixe) es una relación que permite la interacción
entre 'nosotros' y los 'otros' y también es un recurso (capital étnico) que contribuye a
la consecución de otros fines.
V. La construcción de identidades étnicas ayuda a crear cohesión al interior de las
organizaciones indígenas (ONP y SER), lo que a su vez proporciona elementos para la
consecución de una acción colectiva (movimiento indígena) en Oaxaca y Michoacán.
Se eligió una organización mixe en el estado de Oaxaca y otra purépecha en el
estado de Michoacán. A pesar de que el contexto histórico-geográfico es muy diferente, se
puede decir que son sociedades que en la actualidad enfrentan el reto de construir
alternativas de convivencia y respeto a la diferencia cultural. En ambos estados
encontramos procesos de organización y lucha al interior de los cuales se discuten temas
como la autonomía y la autodeterminación de los “pueblos indígena u originarios”, lo que a
su vez implica una conciencia clara, por parte de los propios agentes, de su diferencia con
el resto de la sociedad en la que habitan. Estas dos entidades son hoy un claro ejemplo de
las reformas que en materia indígena se vienen dando en los últimos años. Creo que en
estas circunstancias, los agentes sociales involucrados son más visibles, así como sus
prácticas y discursos. La investigación se realizó, además, en el marco del proyecto
“Pueblos indígenas y reforma del Estado en América Latina” (CONACyT), por lo que se
trató de presentar una problemática en la que se exponen dos casos en que las reformas al
estado muestren contrastes y similitudes.
En Michoacán se optó por Organización Nación Purhépecha debido a su larga
trayectoria y el reconocimiento del que goza en el estado, principalmente el que los
purépechas le otorgan a su lucha política dentro del movimiento indígena. En Oaxaca se
eligió Servicios del Pueblo Mixe por su trayectoria y solidez, así como por el
8
reconocimiento que otros agentes (organizaciones y líderes) le confieren en la
consolidación del movimiento indígena en el estado. Ambas organizaciones poseen un
proyecto para el desarrollo y fortaleza de sus pueblos.
Motivos personales también influyeron en la elección de esta problemática,
especialmente una afinidad y compromiso con luchas que considero justas, aunque no por
eso exentas de críticas. Traté de estar atenta a este hecho y evitar, en lo posible, alusiones
idealistas. El abordaje de procesos subjetivos, como las construcciones identitarias, también
implicó posicionarme en la investigación. Me situó en este proceso como un agente no
indígena, mestiza, y con afinidad con las reivindicaciones étnicas, consciente de la
influencia que mi presencia e interacción ocasiona en los agentes.
En lo referente a la metodología que se siguió, en un primer momento se caracterizó
(como parte de las oportunidades políticas) el contexto nacional y el regional en Michoacán
y Oaxaca. Esto permitió conocer las circunstancias que posibilitaron u obstruyeron el
surgimiento del movimiento y las organizaciones. También proporcionó pistas para
construir el campo político de los movimientos indígenas y los agentes que participan en él.
Lo anterior se realizó con la revisión, análisis y confrontación de material bibliográfico. Se
complementó esta tarea con las opiniones extraídas de las entrevistas hechas a integrantes
de las organizaciones y especialistas en el campo (intelectuales, investigadores). La
relación entre los movimientos y las organizaciones, y el Estado y los gobiernos estatales
constituyó el eje de análisis en dicha caracterización.
En el estudio se manejaron dos tipos de fuentes: de primera mano (entrevistas,
pláticas y la encuesta) y de segunda mano (archivos de las organizaciones, documentos
bibliográficos). Dependiendo de la profundidad del análisis se privilegiaron unas sobre
otras; en ocasiones, se hicieron cruces para complementar la información y llegar a
interpretaciones más cercanas a la realidad. Las entrevistas y pláticas fueron transcritas y
analizadas dependiendo de su contexto (situación, lugar y tiempo) y el interlocutor (en casi
todas solo yo); los documentos y desplegados también se analizaron en acuerdo a la fecha y
la coyuntura en que posiblemente fueron expedidos. Referencias hemerográficas ayudaron
a situar e identificar momentos claves del contexto histórico. Las investigaciones realizadas
en la región ayudaron a reconstruir este contexto y aportaron elementos en la
problematización de aspectos críticos, así como en la visualización de problemáticas no
resueltas.
9
El estudio de las estructuras de movilización se hizo a través del análisis del
proyecto de las organizaciones escogidas. Se revisaron los objetivos, la existencia de
“repertorios de confrontación”, las alianzas, las posibles disidencias, la participación de las
bases de apoyo (comunidades), demandas, los liderazgos, y las estrategias de lucha más
utilizadas por la ONP y SER. Esto permitió conocer los capitales con los que cuenta cada
una y sus relaciones al interior, especialmente con las comunidades base. Para obtener esta
información se revisaron los documentos y desplegados de las organizaciones y las figuras
(u organizaciones) que son sus antecedentes. Esto se completó con los datos obtenidos en
las entrevistas y discursos de los líderes e integrantes de las organizaciones. Se consultaron
investigaciones ya realizadas que comprendieran aspectos relacionados con ONP y SER.
También se realizó etnografía de actos públicos y reuniones en los que éstas participaron y
se mapearon sus áreas de influencia a partir de la información que proporcionaron.
Los procesos enmarcadores se analizaron a partir de los marcos de interpretación
propuestos por Máiz (2004). Las entrevistas a integrantes de ONP y SER aportaron los
elementos para averiguar las causas de su situación de vida, los responsables de ésta, los
agentes y alternativas indicados para cambiarla, las soluciones, las necesidades más
urgentes, los valores que se privilegian, la existencia de sentimientos de motivación y éxito,
los símbolos o prácticas que motivan la acción. Este análisis también se integró con los
datos extraídos tanto de entrevistas a otros agentes involucrados en los procesos de
reivindicación indígena, como de los documentos de las organizaciones.
La centralidad que tiene la identidad étnica (como un sistema de significados que
permite interactuar, interpretar y movilizar a un grupo) en los movimientos indígenas
ameritó que se profundizara en su estudio. Sin embargo, su análisis representó un gran reto,
ya que se trata de un objeto de estudio dinámico y más subjetivo que los otros. Para tal fin
se registraron las imágenes y formas de ser que las organizaciones adoptan en la interacción
con otros agentes; también se exploraron los espacios que las organizaciones privilegian
para exponer su ser indígena. La etnografía de actos y reuniones en que participaron las
organizaciones fue crucial para conocer la forma en que se relacionan con otros agentes y
las imágenes que tratan de proyectar. La revisión de los discursos y desplegados también
aportó elementos importantes. Igualmente, resultó necesario un acercamiento a la
comunidad como área en la que se crean los elementos que conforman a las identidades
étnicas. Se realizó trabajo de campo en las comunidades de Tacuro, Municipio de Chilchota
10
en Michoacán y Santa Cruz Condoy, Municipio de Quetzaltepec en Oaxaca. Estas
comunidades son base de apoyo de las organizaciones. En estas estancias se hizo
observación participante, entrevistas, pláticas con pobladores, etnografía de actos festivos y
registro fotográfico.
El análisis de las identidades también incorporó la enunciación de elementos que los
integrantes de las organizaciones y los pobladores de las comunidades reconocieron como
constitutivos de su ser y que he denominado marcadores de identidad étnica. Con el fin de
registrar estos elementos y conocer la presencia y trabajo de las organizaciones se levantó
una encuesta (piloto) en las comunidades antes mencionadas. Primero se hizo el recuento
de las casas en ambas poblaciones y después se escogieron al azar (tómbola) aquellas que
se visitarían para aplicar el cuestionario.
La encuesta se realizó en compañía de un integrante de la comunidad (mujeres
jóvenes) con el fin de crear confianza entre los encuestados y auxiliar en la traducción. Por
falta de tiempo, la encuesta sólo se aplicó a una muestra de 24 personas en Tacuro y 25 en
Santa Cruz Condoy. A pesar de que es una muestra muy pequeña los datos obtenidos
ilustran, con estas limitaciones, las preferencias en el nombrarse mixe, purépecha, indígena
y los rasgos que los definen como tales. Este material se complementó con las afirmaciones
que hicieron los integrantes de las organizaciones en las entrevistas y actos públicos. El
cuestionario que se utilizó en la encuesta aparece en el anexo y las características generales
de los encuestados son:
Cuadro 1. Sexo de los encuestados (Tacuro y Santa Cruz Condoy)
Comunidad/sexo
Tacuro Santa Cruz Condoy
Hombres 8 10Mujeres 16 15TOTAL 24 25
11
Cuadro 2. Encuestados por rango de edad (Tacuro y Santa Cruz Condoy)
Comunidades/ Rango de edades
Tacuro Santa Cruz Condoy
15-25 13 5
25-40 5 11
41-65 5 6
Más de 65 1 3
TOTAL 24 10
Las fechas en las que se levantaron las encuestas fueron enero y julio de 2006 para Santa
Cruz Condoy y noviembre-diciembre de 2005 para Tacuro. El trabajo de campo abarco los
periodos octubre-noviembre 2004, noviembre-diciembre 2005, marzo y septiembre 2006 en
el caso de Michoacán, y para Oaxaca septiembre 2004; enero-febrero 2006; mayo-junio
2006; agosto 2006. Se hicieron 19 entrevistas estructuradas a integrantes de ONP y SER, y
21 entrevistas abiertas a intelectuales, autoridades locales e integrantes de otras
organizaciones indígenas de Oaxaca y Michoacán.
La estructura de la tesis sigue la propuesta teórica de McAdam et al. (1999). En el
inicio se presenta la revisión de las teorías que analizan a los movimientos sociales e
indígenas, así como aquellas que se refieren al estudio de las identidades étnicas y la teoría
de Fierre Bourdieu. En el capítulo II se hace un breve recuento del contexto nacional en
relación a la emergencia indígena y se presentan las oportunidades políticas para Oaxaca y
Michoacán. También se exponen los campos políticos para cada movimiento y los agentes
que en éstos intervienen. En el capitulo III se analizan las estructuras de movilización de
ONF y SER; y en el capítulo IV se profundiza en los procesos enmarcadores que éstas
utilizan. En éste se incluyen los cuadros comparativos que produce el escrutinio de las dos
organizaciones. En el capítulo V se aborda el análisis de las construcciones identitarias para
ambos casos, y cierra con la exposición de las conclusiones.
12
Capítulo ILos movimientos indígenas y las construcciones identitarias
Este capítulo presenta el marco teórico de la tesis. Se compone de dos ejes, que se
entrecruzan y sobreponen: uno se refiere a las discusiones relativas a los movimientos
sociales e indígenas y el otro comprende la problemática de las identidades étnicas. Estos
ejes presentan nudos problemáticos nuevos que, de acuerdo a situaciones y contextos
histórico-geográficos específicos, contribuyen a explorar el campo político en el que se
expresan y negocian las demandas del movimiento indígena.
1.1 Los movimientos sociales e indígenas en los estudios actuales
1.1.1 Definición y perspectiva teórica de los movimientos sociales
Los movimientos sociales forman parte de la sociedad y participan en la construcción de
una sociedad civil que en años recientes se viene fortaleciendo. Su estudio ha sido abordado
por teóricos de diversas disciplinas (antropólogos y sociólogos principalmente), lo que
propicia una riqueza en las vertientes y propuestas para su análisis. Las principales
corrientes en el estudio de los movimientos sociales son: la teoría de los nuevos
movimientos sociales (escuela europea) y la teoría de movilización de recursos (escuela
norteamericana). Ambas corrientes emergen como reacción a la ola de actividad de
movimientos sociales en la década de los sesenta del siglo XX (Foweraker, 1995).
La teoría de los nuevos movimientos sociales (NMS en adelante) nació del
desencantamiento de una versión académica y estructural del marxismo. La teoría de la
movilización de recursos (MR en lo sucesivo) rechazaba el reduccionismo psicologista de
las principales teorías de acción colectiva en Estados Unidos, y se inclinaba por la elección
racional como la clave para la acción colectiva y la constitución de estrategias en un marco
de interacción y competencia. Estas dos corrientes responden a realidades políticas
diferentes; la escuela europea busca dar respuesta a la pregunta del por qué surgen los
13
movimientos sociales y la escuela norteamericana trata de explicar cómo se movilizan
éstos.
La teoría de los NMS emerge de la tendencia posestructuralista y posmarxista de los
años setenta; se centra en la identidad social y los elementos culturales en la formación de
movimientos sociales. Sus exponentes consideran que la constitución de nuevos valores y
formas de acción se propicia por cambios estructurales en la sociedad moderna (Foweraker,
1995: 15). También arguyen que la posición de los agentes sociales influye en los intereses
de éstos y la identidad, en este sentido, no sería sino la expresión de dicha posición. Dicha
perspectiva ve a la identidad como expresión directa de “posiciones estructuralmente
determinadas que moldean los 'intereses' y las orientaciones normativas de los agentes
sociales” (Assies, 1999: 25). Entre sus más destacados exponentes encontramos a C. Offe,
A. Touraine y A. Melucci. Las principales críticas a esta corriente argumentan que muchas
características de las formas de acción nuevas aparecían en las de periodos históricos
anteriores.
McAdam (2001) afirma que muchos defensores de la perspectiva de los NMS
(Inglehart, Melucci, Offe, Rucht, Touraine) propugnan que lo “nuevo” de éstos es la
importancia central que conceden a la creación de nuevas identidades colectivas como meta
fundamental del movimiento, sin embargo, continúa este autor, los movimientos sociales
siempre han cumplido esa función, ya sea como meta explícita o como una consecuencia no
querida de su lucha (McAdam, 2001: 59). Aunque, el acento en ele análisis de este factor si
es una novedad.
La teoría de MR prioriza los recursos de movilización, la organización, el liderazgo
y la toma estratégica de decisiones que permiten al movimiento erigirse y mantenerse. Esta
corriente nace como una respuesta a los acercamientos funcionalistas de la naturaleza
irracional de la acción colectiva. Enfatiza la manipulación de las características de la
identidad en un proceso de interacción estratégica entre agentes impulsados por el interés
propio (Assies, 1999: 25). Las acciones de los agentes sociales son respuestas racionales 2 3
2 Los agentes sociales son conceptualizados como “el ajuste entre las reglas preexistentes establecidas y la 'actualización' de las mismas por parte de los sujetos” (Pujadas, 1993: 59). Los agentes sociales se mueven en un determinado espacio social o campo; pueden ser un individuo o un conjunto de éstos. A lo largo del texto llamaré agentes sociales a las organizaciones y al movimiento indígena.3 Touraine enfatiza las transformaciones estructurales en razón del arribo de la sociedad postindustrial, donde las acciones están moldeadas por la orientación cultural (Assies, s/f). Para este autor los movimientos sociales son ‘la acción conflictiva de agentes de las clases sociales que luchan por el control del sistema de acción histórica” y poseen tres componentes: identidad, oposición y totalidad (Touraine, 1995: 239).
14
que se adaptan a los costos y beneficios de las acciones. Sus principales exponentes son
Olson, Popkin, J. D. McCarthy, M. N. Zald y Coleman. Las críticas a esta corriente se
basan en la ausencia de un contexto histórico y su adherencia a modelos económicos de la
agencia humana o lo que se ha llamado “individualismo metodológico” e instrumentalismo
(Foweraker, 1995: 17; Assies, 1999: 25).
Los análisis centrados en los recursos y oportunidades para la movilización tienen
gran influencia de teorías de la participación individual y la militancia. Estas últimas dan
por hecho el carácter racional de las decisiones, lo que a su vez se manifiesta en una
evaluación de costes personales (Laraña y Gusfield, 2001: xi). El paradigma de la MR
estima que el éxito de los movimientos se determina, principalmente, por los agentes
estratégicos, las formas de organización y los procesos políticos en los que se insertan
(Gómez, 2003: 73). En América Latina, estudios de este tipo son poco explorados. Los
análisis se han centrado en el papel de “intermediarios” que diferentes agentes sociales
cumplen para la obtención de beneficios personales, y el estudio de la cultura organizativa
de los movimientos sociales es limitado, además las teorías de la participación individual en
procesos sociales han merecido poca importancia.
En el intento de conectar estas dos corrientes están Sidney Tarrow con su propuesta
del “modelo de proceso político” y Doug McAdam, John D. McCarthy y Mayer N. Zald
con una propuesta conjunta. Considero que estos últimos autores son los que proporcionan
una herramienta analítica más completa. Proponen un conjunto de factores que ayuden a
explicar tanto el surgimiento como el mantenimiento de los movimientos sociales: la
estructura de oportunidades políticas y las constricciones que tienen que afrontar los
movimientos sociales (oportunidades políticas); las formas de organización -tanto formales
como informales- a disposición de los contestatarios (estructuras de movilización); y los
procesos colectivos de interpretación, atribución y construcción social que median entre la
oportunidad y la acción (procesos enmarcadores) (McAdam et al., 1999).
La interrelación entre las oportunidades, las estructuras y los procesos confiere
particularidad al movimiento social o como lo definen estos autores: “las diversas variantes
de movimientos sociales no son más que formas distintas de acción colectiva y no
fenómenos cualitativamente diferentes que requieren de teorías explicativas propias”
(McAdam, et al., 1999: 32). El tipo de movimiento corresponderá a una combinación
concreta entre esos tres aspectos, además de los diferentes momentos que la acción
15
colectiva pueda atravesar. Para estos autores, los cambios en la estructura de oportunidades
políticas propician el momento en el que el movimiento emerge y hasta la forma que
adopta, pero la expresión de una acción colectiva necesita una dinámica de organización a
través de la cual se movilicen recursos y se formen redes. Igualmente, la percepción de un
agravio o de una oportunidad para cambiar la situación que se vive es clave en el
aprovechamiento de tal oportunidad y en la utilización estratégica de cierta dinámica.
Considero entonces a los movimientos sociales como un tipo de acción colectiva,
entendiéndose esta última como el “resultado de intenciones, recursos y límites, con una
orientación construida por medio de relaciones sociales dentro de un sistema de
oportunidades y restricciones” (Melucci, 2002: 42-43).
I.1.2 La propuesta de McAdam et al. en el estudio del movimiento indígena en México
A pesar de que la propuesta de McAdam et al. (1999) se concibió en realidades diferentes a
las que se presentan en México considero que es bastante completa (toma en cuenta
diversos aspectos) y se ideó con el fin de abordar estudios comparativos.
Esta perspectiva considera que los movimientos nacen de las oportunidades, pero su
destino se teje a partir de sus propias acciones. Los agentes también producen
oportunidades, ya que la acción colectiva vulnera al sistema y envía el mensaje de que
existe un agravio, una injusticia. La activación de este mensaje requiere de un conjunto de
recursos (estructuras de movilización) a partir de los cuales se forman redes que vinculan
aliados, grupos de opinión, medios de comunicación, grupos de contacto, instituciones y a
las llamadas organizaciones del movimiento social (OMS en adelante). Mientras los
integrantes que forman el movimiento social (como por ejemplo las OMS) no perciban
como oportunidad política cierto contexto no actuarán ni se movilizarán, aunque para otros
existan posibilidades de éxito (McAdam et al., 1999). La construcción del antagonista y la
percepción de la amenaza o peligro -entre otras causas- ante el cual deciden movilizarse
pueden transformarse con el tiempo.4
4 Lo anterior no indica que los movimientos sociales se desarrollen en una línea en ascenso, ni que pasen necesariamente por etapas de maduración con el paso de los años.
16
Las oportunidades políticas muestran la interacción entre movimientos sociales y
política institucionalizada. Se aprecian y evalúan a partir de cuatro aspectos vinculados
entre sí: a) El grado de tendencia a la apertura del sistema político institucionalizado; b) La
estabilidad en las alineaciones de las elites que definen determinadas líneas políticas; c) La
posibilidad de contar o no con el apoyo de estas elites; d) La capacidad estatal para reprimir
los movimientos sociales y su tendencia a hacerlo (McAdam, et al., 1999: 32). El estudio
de estos aspectos aporta más elementos para entender estas configuraciones cuando se
comparan en diferentes momentos o periodos históricos.
La propuesta de McAdam et al. (1999) me permite establecer una correlación entre
lo que éstos llaman oportunidades políticas y el contexto de emergencia indígena en
México: la ratificación del Convenio 169 de la OIT, la reforma al artículo 4° de la
Constitución mexicana, procesos de “transición democrática” a partir de la década de los
setenta, las reformas al Instituto Nacional Indigenista y su consecuente desaparición y
creación de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, la formación
del Congreso Nacional Indígena, la realización de foros y encuentros indígenas auspiciados
por los gobiernos federales y estatales, entre otros cambios.
Las estructuras de movilización se refieren a “los canales colectivos tanto formales
como informales, a través de los cuales la gente puede movilizarse e implicarse en la acción
colectiva” (McAdam, et al., 1999: 24). Éstas pueden analizarse a través de las estrategias,
alianzas, demandas y redes que forman los movimientos. Algunos autores han denominado
como “repertorios de confrontación” a las formas de expresión y actuación ya conocidas
para enfrentarse a adversarios. Tarrow afirma que cada sociedad tiene un conjunto de
formas familiares de acción, conocidas tanto por los activistas como por sus oponentes
(1997: 51). Las estructuras de movilización rescatan tácticas y estrategias de luchas
anteriores, especialmente de aquellas que tuvieron éxito. Para el caso de México, las artes y
tácticas utilizadas en las luchas campesinas,5 obreras y más recientemente magisteriales
(como la toma de tierras y carreteras, ocupación de dependencias, organización de
plantones frente a palacios de gobierno, organización de encuentros, vinculación con
5 El movimiento campesino integra la lucha de productores y de jornaleros por tierra y trabajo. Éstos se congregan en instancias como centrales, frentes y uniones: Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA), Unión General de Obreros y Campesinos de México (UGOCM), Central Campesina Independiente (CCI), Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas (UNORCA), Unión General de Obreros y Campesinos de México (UGOCM).
17
agentes gubernamentales), proveyeron de un cúmulo de experiencias a los movimientos
sociales de las últimas décadas. La confrontación de la naciente izquierda y de la guerrilla
armada contra el gobierno federal también ha nutrido a los movimientos actuales de
herramientas para la lucha.
También ocurren innovaciones en las estrategias y tácticas. La capacidad que las
organizaciones y demás agentes que conforman a los movimientos sociales tengan para
concebir formas nuevas de movilización atraerá la atención del resto de la sociedad y
crearán expectativas. La difusión de sus demandas se da por nuevos canales (por ejemplo
por vía electrónica) y los espacios que éstos han construido para darse a conocer crecen al
amparo de una red de relaciones internacionales (Red por la defensa de los derechos
humanos, Red de defensa de la mujer, etcétera). Los aliados que las organizaciones del
movimiento puedan conseguir serán cruciales para mantener el interés en la lucha, y las
demandas que comparten con otros sectores de la sociedad nacional pueden estimular la
solidaridad y el apoyo entre éstos. Por ejemplo, los movimientos sociales (feminista, de
izquierda, juvenil, barrial, etcétera) en el país han tratado de situar su discriminación e
injusticia en un marco de referencia orientado a la lucha y a la participación conjunta.
El elemento mediador entre las oportunidades y las estructuras de movilización es el
conjunto de significados compartidos y conceptos que ayudan a la gente a definir su
situación. Para dichos autores, y en acuerdo con David Snow, los procesos enmarcadores se
refieren a “los esfuerzos estratégicos conscientes realizados por grupos de personas en
orden a forjar formas compartidas de considerar el mundo y a sí mismas que legitimen y
muevan a la acción colectiva” (McAdam, et al., 1999: 27). Estos significados compartidos
se extraen tanto de estructuras anteriormente aprendidas (como el habitus) como de valores
y discursos producidos en el medio y por los oponentes. Los agravios, las injusticias, las
luchas y las reivindicaciones se enmarcan en un sistema de significados que privilegia la
defensa de las identidades (de género, de clase, generacional, de grupo étnico) en la
confrontación por espacios de decisión en el país. Por tanto, el desarrollo de los
movimientos sociales en el campo político también se explica al considerarlas en sus
diferentes expresiones.
El papel que desempeñan las ideas, los valores y significados de los agentes sociales
para entender su participación en los movimientos no ha sido tratado a profundidad. Una
forma de abordar el estudio de los procesos por medio de los cuales los agentes sociales
18
interpretan y motivan su involucramiento en la acción colectiva es el análisis de tres tipos
de marcos -componentes de los procesos enmarcadores- que se manifiestan en los
discursos identitarios de aquellos:
1. Marco de diagnóstico: interpreta las realidades y acontecimientos negativos para la comunidad (pobreza, aculturación, represión) que requieren solución decisiva para la supervivencia del grupo, y que se presentan como amenaza de una nueva síntesis étnica.2. Marco de pronóstico: proporciona las claves del redescubrimiento y recuperación de la identidad colectiva indígena, además proporciona elementos de la narrativa indianista: las alternativas, las posibles soluciones y los protagonistas del cambio.3. Marco de motivación: provee el contexto discursivo emocional y los recursos morales necesarios para catalizar la acción colectiva (Máiz, 2004:163-168).
Estos marcos se reformulan en el trayecto mismo de la acción colectiva y su uso
contribuye a dotar de sentidos a ésta.
Considero que la importancia que otorgan las teorías de los NMS tanto a las
cuestiones culturales -especialmente a la identidad- como a la posición de los agentes es
relevante para el estudio que aquí presento. Sin embargo, la exigua influencia de aspectos
materiales en las demandas de los agentes y el privilegio de la novedad son algunas de las
deficiencias de este enfoque. A este respecto es necesario reconocer que no ha habido una
verdadera ruptura entre las luchas pasadas (agrarismo, lucha por el reconocimiento y la
repartición de tierras aptas para la agricultura) y las renovadas estrategias de confrontación.
Además las demandas continúan siendo de orden material y económico (dotación de
infraestructura de calidad y servicios básicos, reparto de tierras). Por otra parte, las teorías
de la MR rescatan la agencia de los agentes (al reconocer su capacidad de decisión y
acción), la producción de recursos y el desarrollo de las estrategias que éstos utilizan para
alcanzar determinados fines (incluidos los culturales). No obstante estas ventajas, el
reducido interés por la creación de un contexto más cabal, y la falta de consideración con
respecto a la influencia del medio en que se desarrollan los movimientos permiten apreciar
en su conjunto el fenómeno de estudio.
Es por estas razones que se seguirá la propuesta de McAdam et al. (1999) en el
análisis del movimiento indígena como un tipo de movimiento social. Los tres factores que
esta teoría propone aparecen en la configuración de los movimientos en México. Y el
19
estudio de éstos en su conjunto permite tener una visión más completa de las diferentes
influencias en la consecución de acciones colectivas. Además, dicha propuesta provee de
los criterios que harán posible la contrastación de dos casos: las OMS que pertenecen a los
movimientos indígenas en Oaxaca y en Michoacán.
Desde mi punto de vista, una omisión de esta propuesta que es importante resolver
es el análisis de las posiciones que los agentes sociales adquieren u ocupan al presentar una
identidad en la movilización y la negociación. Esto implica construir una arena o campo de
disputa que permita visualizar a los opositores, aliados y críticos, con el fin de conformar la
red del movimiento. La solución que propongo es complementar esta propuesta con la de
Pierre Bourdieu de campos y capitales. En los siguientes apartados detallaré este anormal
casamiento.
Antes de avanzar, es necesario hacer una precisión entre movimientos sociales
urbanos (movimiento feminista, movimiento ecologista, movimiento altermundista) y los
que aquí trato, que son movimientos cuyas raíces se localizan en el ámbito rural. En
Europa, los sociólogos caracterizan a los actuales movimientos urbanos en países
industrializados y que se conforman, principalmente, por individuos que pertenecen a
clases sociales sin problemas de carestía material o económica, es decir, que sus
necesidades básicas están cubiertas, y que tienen la experiencia de los movimientos
obreros. Para el caso de América Latina, los movimientos urbanos también presentan
diferencias con los analizados por las teorías europeas en aquellos países, Assies (s/f)
afirma que hay que entender los movimientos urbanos latinoamericanos como “productos
específicos de una realidad caracterizada por la situación de dependencia' con diferencias
importantes respecto al modelo clásico del desarrollo capitalista” (s/f: 12).6 Esto indica que
las condiciones en las que se desarrollan los movimientos en los diferentes continentes son
diversas y responden a situaciones distintas que es necesario enfrentar para presentar un
análisis acertado de su eclosión. En cambio, los movimientos rurales están constituidos por
campesinos y agricultores que tienen carencias con respecto a los servicios básicos y
conflictos de posesión/uso de tierras. En este sentido, algunos estudios de los movimientos
en este continente, vinculados con los análisis marxistas, realzan la influencia del
6 Las principales diferencias se refieren a que el capitalismo dependiente llevó a la conformación de una heterogeneidad estructural y no a la formación de una clase obrera homogénea. Esta heterogeneidad estructural desarrolla una identidad de "clases populares” a partir de la cual se crea una solidaridad con base en ciertos derechos conquistados en el marco de las políticas populistas (Assies, s/f: 12-13).
20
movimiento campesino en la formación del movimiento indígena al transmitirle valores de
la lucha revolucionaria proletaria y la conciencia de clase explotada de estas poblaciones
(Valladores, 1998: 57). La lucha del movimiento indígena tiene fuertes vínculos con el
pasado de resistencia de las poblaciones campesinas.
En lo que respecta al movimiento indígena y tratando de aplicar la propuesta de
McAdam et al. (1999) considero al movimiento indígena como un tipo de movimiento
social cuya acción colectiva hace referencia a la red de relaciones y al conjunto de prácticas
y discursos de los agentes sociales del movimiento -las organizaciones, grupos, líderes-
que se identifican a sí mismos como indígenas (o pertenecientes a algún grupo étnico), y
cuyas demandas contienen como principal línea reivindicaciones etnopolíticas, y su
principal interlocutor es el Estado.
El movimiento indígena surge como parte de procesos de resistencia. Bartolomé
(2002) considera que la emergencia actual no es algo completamente nuevo, sino la
expresión reestructurada de la misma lucha centenaria de las etnias indígenas, pero
expresada a través de un nuevo tipo de discurso y acción (Bartolomé, 2002: 10). Esta
observación es acertada, ya que las construcciones de etnicidades e identidades étnicas se
relacionan con el proceso de formación de un estado-nación. La hegemonía de un proyecto
homogeneizador ha producido respuestas inesperadas de grupos minoritarios que se
caracterizan por su diferencia cultural. Las disputas en el campo político cuestionan,
entonces, relaciones históricas asimétricas, de exclusión y de subordinación apelando a
referentes culturales.
El tratar al movimiento como una red implica reconocer la importancia de las
relaciones sociales que vinculan a los diferentes agentes del movimiento. Considero que
esta red de relaciones limita y activa la acción colectiva, da forma y motiva prácticas. Se
articula en los diferentes niveles de intercambios, negociaciones y conflictos; y ayuda a
abrir frentes de actuación con la sociedad civil, con ONG, con organismos de defensa de
derechos humanos, entre otros. Iturralde (1997) afirma que esta perspectiva contribuye a
explicar su naturaleza de rupturas y continuidades.
La formación de redes amplias, que relaciona a los diferentes agentes sociales en
todo el país, ocurre cuando hechos urgentes (como asesinatos, violaciones, el Plan Puebla-
Panamá, etcétera) requieren la presión y apoyo de las organizaciones. Esto marca una
tendencia hacia la convergencia en una acción colectiva: el movimiento indígena nacional.
21
La asistencia a convenciones nacionales o regionales (foros, encuentros del CNI por
ejemplo) refuerza este tipo de redes, sin embargo, sus posiciones políticas no siempre
coinciden y la falta de una postura clara provoca división. Es por tanto difícil mantener
sólida y fuerte una o varias redes, pero sirven como antecedentes para nuevas
convocatorias.
Es necesario reconocer que no todas las manifestaciones en las que participan
indígenas forman parte de este tipo de movimientos. Éstos están conformados por una
fracción de la población indígena y las demandas que enarbolan no siempre sonn
compartidas por el resto de la población a la que pertenecen. También ocurre, como afirma
Sarmiento (2001), que los que se dicen representantes, en ocasiones, hablan sólo a nombre
de un sector del municipio, una comunidad, un grupo o una pareja.
Existen demandas avaladas por indígenas que se pronuncian desde otra posición -
como la de campesinos, pobres, obreros, migrantes- y no necesariamente son
reivindicaciones de tipo étnico. Esto sugiere que lo que une y conjuga la acción colectiva (o
los movimientos indígenas) son las demandas por el reconocimiento de derechos desde una
posición política consciente de su identidad étnica. La novedad para el caso de los
movimientos indígenas se encuentra en la politización que hacen de su etnicidad, ya que
reordenan sus demandas y colocan en primer lugar aquellas que exigen respeto a la
diversidad cultural y que están en contra de la homogeneidad. Por tanto, considero
fundamental poner mayor atención a los procesos enmarcadores. La importancia que estos
movimientos, en América Latina y México, otorgan a los elementos culturales en la
formación de sus demandas es una de sus principales particularidades. A lo que se agrega
que este tipo de acción colectiva también involucra sentimientos de pertenencia, que se
cimientan en las comunidades indígenas, aunque no se limitan sólo a éstas. La comunidad
se vuelve una herramienta organizativa y una referencia simbólica en la lucha por las
reivindicaciones etnopolíticas.
I.1.3 Las organizaciones: los intérpretes del movimiento indígena en México 7
7 Sarmiento señala la precaución en nombrar como movimiento indígena a aquellas acciones colectivas por el simple hecho de que sus agentes centrales son miembros de pueblos indios o se dicen integrantes de un grupo lingüístico particular (Sarmiento, 2001: 69).
22
El movimiento social se conforma por diferentes agentes, uno de ellos, tal vez el más
sobresaliente son las organizaciones del movimiento social (en adelante OMS). Éstas son la
estructura formal del movimiento e influyen poderosamente en el curso, el contenido y los
resultados de la lucha.
En sociología, las organizaciones sociales han sido ampliamente estudiadas, pero
para el aparado que aquí desarrollo basta con mencionar qué entiendo por organización; y
en el siguiente capítulo profundizaré en sus particularidades tomando como referencia las
organizaciones estudiadas. La definición más general la considera “un grupo constituido
deliberadamente en la búsqueda de objetivos específicos” (Méndez, et al., 1997: 101). Por
su parte, Blau afirma que una organización nace en el momento en que “se establecen
procedimientos explícitos para coordinar las actividades de un grupo con miras a la
consecución de objetivos específicos” (1975: 469). Estas definiciones son bastante amplias
y aunque pueden ser útiles para iniciar el análisis, es necesario precisar sus características.
Mayntz (1980) arguye que todas las organizaciones son formaciones sociales (totalidades
articuladas con un círculo precisable de miembros y una diferenciación interna de
funciones), están orientadas de una manera consciente hacia fines y objetivos específicos, y
están configuradas racionalmente (al menos en su intención, con vistas al cumplimiento de
estos fines u objetivos) (Mayntz, 1980: 47). Considero que esta definición señala y se
centra en dos elementos importantes de las organizaciones indígenas: la estructura interna
de éstas y la intencionalidad con la que fueron creadas.
La formación de organizaciones responde a la incapacidad del individuo de
satisfacer todas sus necesidades y deseos por sí mismo, por tanto, ha tenido que reunirse y
formar grupos. Se han establecido tipología de las organizaciones a partir de sus objetivos,
niveles de actuación, grado de coerción, estructura, etcétera. De acuerdo a las líneas de
acción que trabajan las organizaciones sociales del movimiento indígena se catalogan en: a)
promoción y apoyo a la producción campesina; b) defensa de los recursos naturales; c)
defensa de los derechos humanos; d) demanda de servicios básicos; e) revaloración y
respeto de su diferencia cultural; f) fomento de educación bilingüe y bicultural; y g)
demanda de respeto de derechos indígenas y reconocimiento como “pueblos indígenas”.
Estas líneas o temáticas pueden ser tratadas de forma conjunta por una OMS, pero el mayor
acento que ponga en una de ellas influirá en su posicionamiento. De forma similar, una
23
temática puede ser tratada por diferentes OMS, a partir de lo cual se formaran frentes
comunes de lucha. En este punto, es necesario advertir que las organizaciones suministran
incentivos para motivar a los individuos a participar (Blau, 1975: 473), de otra forma las
OMS comúnmente desaparecen.
Con respecto a los niveles en los que tienen mayor actuación, las OMS se clasifican
en: 1) nivel local (organizaciones implicadas en las actividades de las comunidades); 2)
nivel regional (organizaciones que coordinan actividades y encuentros entre OMS de su
mismo ámbito); y 3) nivel nacional (organizaciones que adquieren rol de representantes y
congregan a diferentes OMS). Máiz opina que en el primer nivel el grado de politización de
las OMS es mínimo, en el nivel regional se abordan problemas complejos como el
pluralismo étnico e histórico y la no correspondencia etnia/fronteras regionales, y en el
nivel más extenso se presenta una complejidad máxima, en la que reside su fuerza pero
asimismo su debilidad (Máiz, 2004: 158-159). Como se expondrá con los casos de estudio,
las OMS pueden moverse en diferentes niveles y combinarlos; incluso, pueden catapultarse
al nivel internacional sin descuidar el local. Esto trae a colación la importancia de la
relación que las organizaciones establecen con el medio en el que se desenvuelven.
Otra variante a partir de la cual se puede hacer una distinción de OMS son los
repertorios de acción y protesta que comúnmente utilizan. En el caso analizado, los
repertorios de protesta se relacionan con las luchas campesinas y con la forma en que se
organizan las comunidades (estructura comunitaria) de que son parte los integrantes de las
OMS: “los repertorios de protesta se crean recurriendo a los modelos de acción de un
mismo sector social” (Zald, 1999: 377). Por ejemplo, la toma de tierras y el cierre de
carreteras es una táctica común de la lucha campesina que ahora también aparece en el
movimiento indígena. La vía armada es menos socorrida, pero se registran OMS que la
utilizan para resolver sus demandas. También hay que hacer notar que los repertorios
cambian de acuerdo al contexto y se incrementan con la lucha. El tema de las estrategias y
repertorios de protesta de las OMS lo expondré en el capítulo III.
En lo referente a los recursos económicos de que se proveen las organizaciones para
realizar sus actividades existen cuestionamientos. La obtención de aquéllos propicia
competencia entre las organizaciones, y los criterios utilizados para calificarlas (por
instituciones y organismos nacionales e internacionales, gubernamentales o independientes)
muchas veces las introducen en una lógica mercantil. El tipo de organismo e institución del
24
que provengan los recursos puede limitar el margen de acción de las OMS, ya que exigen
requisitos, imponen líneas de acción y delimitan temas. Esta dinámica también afecta a las
comunidades, que son la base social de las organizaciones, al crear disputas por la
obtención y goce de apoyos y beneficios.
La diversidad de agentes al interior de las organizaciones y del movimiento también
propicia diferencias. La formación de facciones que compiten por hacer prevalecer su
opinión, con respecto al modo más conveniente de “hacer llegar el mensaje del movimiento
a la gente” (McAdam et al. 1999: 40) pone en peligro su mantenimiento. En ocasiones, los
intereses personales se sobreponen a los colectivos (preferencias de los líderes), y se
registran relaciones de subordinación al interior del movimiento (organizaciones con mayor
trayectoria y experiencia tienen “más voz”). La delimitación de agentes, niveles y espacios
sociales para las negociaciones también produce jerarquías entre las OMS. Además, el no
formar parte del la red del movimiento o la organización puede convertirse en un factor de
exclusión.
Para combatir los elementos de dispersión y división las organizaciones recurren a
la construcción de una plataforma común. Iturralde (1997) afirma que la construcción de
una plataforma supone la emergencia de nuevas categorías reivindicativas (como
autonomía, territorio, autorregulación) y de medios de simbolización (como nación,
nacionalidad y pueblo indígena) útiles para recoger las demandas y expresarlas en una
estrategia global; dicha plataforma también implica procesos de agregación de las
demandas particulares de los pueblos y comunidades en los ámbitos locales y regionales
(Iturralde, 1997: 83). La coincidencia en la búsqueda de autodeterminaciones particulares
(como servicios básicos, conflictos de tierras, respeto a la diferencia cultural) fomenta la
interrelación entre las organizaciones, lo que a su vez activa las redes de los movimientos
indígenas en México. La existencia de demandas más complejas y completas (como el
proyecto autonómico) que las que pregonó el movimiento en sus inicios (referentes ao
problemas económicos y materiales) suponen el desarrollo de una conciencia étnica. Esta
conciencia, que se manifiesta en el autorrespeto del “ser indígena” y en el sentido de la
Bengoa denomina conciencia étnica a “la autopercepción de un grupo humano de poseer diferencias culturales profundas con el resto de la población (historia, lengua, religión, tradiciones, e incluso raza) y postular colectivamente su derecho a mantener esas diferencias, esto es, a no asimilarse culturalmente” (Bengoa, 2000: 22).
25
propia dignidad, creció a partir de procesos y hechos favorables llamados emergencia
indígena por Bengoa (2000), que se analizarán más adelante (capítulo II).
La participación de las OMS en diferentes niveles tienen como común denominador
el que sus demandas son creadas desde una perspectiva etnopolítica que presenta un “ser
indígena” como cimiento de su proyecto, a pesar de la coincidencia o no en posiciones
políticas, de la diferente combinación de actividades, del manejo de una amplia gama de
proyectos, y de las diferentes respuestas a los embates sufridos por las bases de apoyo. Esto
puede derivar en un esencialismo estratégico.
Uno de los espacios en los que tienen mayor resonancia las plataformas comunes, y
que sirven para expresar denuncias, son los foros nacionales e internacionales.9 En este
sentido, las redes internacionales también han funcionado como detonador en la
construcción de organizaciones más amplias (regionales, nacionales y continentales).10 La
influencia de experiencias exitosas en el reconocimiento de derechos y demarcaciones
indígenas también ha motivado la acción colectiva, como son los casos de los indios en
Panamá, Ecuador, Nicaragua y Canadá.
Si las plataformas comunes reúnen y amalgaman demandas, intereses, exigencias y
reivindicaciones de forma eficiente crean sentimientos y afinidades que aglutinan un mayor
número de poblaciones. En este sentido, la red del movimiento también se sustenta en
relaciones primarias (parentesco, amistad, vecindad, etcétera). Melucci (2002) considera la
existencia de “redes sumergidas” como una característica de las nuevas formas de
organización en los movimientos actuales. Éstas se integran de pequeños grupos separados
que constituyen un circuito de intercambios que emergen en momentos de crisis o conflicto,
y se construyen en la vida comunitaria.11 Las “redes sumergidas” emergen con relación a
problemas específicos, lo que pone en evidencia los momentos de visibilidad y los
momentos de latencia en que se encuentra el movimiento. Durante la latencia se refuerzan
recursos de solidaridad y se construyen las estructuras para la movilización; en cambio, el
9 Estos foros son espacios que sirven para la expresión de denuncias y han permitido una globalización étnica según Bengoa (2000).10 Según Sarmiento (1996) un cambio cualitativo en el pensamiento político indio se da, entre otros factores, a partir del establecimiento de comunicación entre organizaciones indias del país, del continente y organizaciones gubernamentales multinacionales (Sarmiento, 1996: 376).11 La red sumergida cumple diversas funciones: a) permite la pertenencia a varios grupos; b) sólo ocupa parte del tiempo del agente, tanto respecto del curso de su vida como respecto del tiempo que absorbe; y c) exige el involucramiento personal y la solidaridad afectiva de los que pertenecen a ella (Melucci, 2002: 127).
26
momento de visibilidad refuerza las redes inmersas y contribuye a renovar la solidaridad
(Melucci, 2002).
Para el caso que aquí interesa, la formación de organizaciones indígenas en México
se remonta a la participación de los indígenas en organizaciones campesinas y a la creación
de organizaciones bajo los auspicios del gobierno desde mediados del siglo XX. La
participación de indígenas en el movimiento campesino proveyó de estrategias a las
organizaciones indígenas actuales. A partir de los años setenta, se crearon organizaciones
campesinas independientes de la Confederación Nacional Campesina (CNC), que fue
creada por el gobierno para mantener el control sobre el sector campesino y pertenecía al
partido en el poder (PRI). En 1979 se formó la Unión de Comuneros Emiliano Zapata
(UCEZ) en Michoacán y en 1982 en Chiapas la Organización Campesina Emiliano Zapata
(OCEZ). Éstas buscaban resolver problemas de tierras y los derivados de confrontaciones
con grupos caciquiles: La Coordinadora Nacional Plan de Ayala también se creó en 1979
por diferentes organizaciones campesinas independientes y se caracterizó por la toma de
tierras. La Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC) representó
a los jornaleros excluidos y a las familias campesinas pobres del sur del país. También se
crearon uniones y grupos que respondieron a demandas y necesidades locales muy
concretas, por lo que una vez resueltas desaparecieron.
A partir de los años ochenta, entraron a escena otras organizaciones independientes
con el fin de enfrentar el recorte agrario y la retirada de apoyos al fomento agropecuario,
por ejemplo la Unión Nacional de Unidades Regionales Campesinas (UNORCA), la Unión
de Comunidades Indígenas de la Región Istmo (UCIRI), la Coalición Obrero Campesina
Estudiantil del Istmo (COCEI), la Unión de Comunidades Indígenas 100 Años de Soledad
(UCI-100 Años), la Unión Campesina Independiente de la Zona del Istmo (UCIZONI), la
Unión Zapoteca-Chinanteca de la Sierra de Juárez (UZACHI), la Unión de Uniones Quiptiq
Ta Lecubtsel, la Cooperativa Agropecuaria Regional Tosepa titataniske (CARTT) entre
otras (Pérez-Ruiz, 2000: 378).
Como se observa, algunas de estas organizaciones reconocieron tempranamente su
pertenencia indígena y a la lucha por tierras, por apoyos a la producción y la
comercialización, sumaron la lucha por derechos sobre el territorio y el
respeto/reconocimiento de su diferencia cultural. En una primera etapa del movimiento
campesino, las demandas comunes (por tierras, por servicios y recursos, contra la pobreza y
27
la marginación) facilitaron la cohesión entre las organizaciones. Pero, años después,
organizaciones cuyos integrantes pertenecían a grupos indígenas se inclinaron hacia los
derechos culturales (espacios étnicos, lenguas indígenas y prácticas culturales) sin que
descartaran la lucha por demandas económicas. Con la irrupción del movimiento indígena,
todas estas demandas servirán de base para edificar un proyecto autonómico.
Vázquez afirma que para el caso michoacano, cambios a la legislación agraria
motivaron el honor y el orgullo de ser indio y comunero, específicamente brindaron nueva
personalidad jurídica a la comunidad indígena como comunidad agraria (Vázquez, 1992b:
240). En contraste, Máiz asevera que el potencial de movilización étnica requiere, entre
otros factores, la concurrencia de acontecimientos exógenos que generen inestabilidad en el
equilibrio identitario tradicional -como el “ser campesino”- (Máiz, 2004: 140-142). En el
caso que nos ocupa, es posible que la disminución de recursos para el campo (desde finales
de los setenta del siglo XX) ocasionara un debilitamiento de la identidad de campesino, ya
que este sector se encontraba en crisis y el ascenso de una identidad de indígena empezaba
a tener más posibilidades de beneficios que aquella. No obstante, las organizaciones
indígenas no descartaron las demandas de tierras y territorio en un contexto favorable a la
lucha indígena que motivó el privilegio de la identificación étnica.
La formación de organizaciones también responde a un impulso del Estado por
controlar y encauzar la lucha india por senderos menos beligerantes. Con la caída del
sistema político nacional populista, en la década de los setenta, los indios hablan como un
grupo diferenciado del sector campesino u obrero en los que generalmente se les incluía. El
entonces presidente de México, Luis Echeverría (1970-1976) impulsó la creación del
Consejo Nacional de Pueblos Indígenas (CNPI). Este Consejo marcó diferencias con la
CNC y pretendió erigirse como el cuarto sector del PRI en los años ochenta, sin embargo,
desapareció poco tiempo después. Pérez-Ruiz (2000) afirma que esto se debió al escaso
contacto entre éste y los procesos locales, las contradicciones entre los Consejos Supremos
(creados en 1975) y las autoridades tradicionales, y la negativa de algunos líderes a
suscribir los lineamientos gubernamentales. El punto de mayor escisión ocurrió cuando la
presidencia del CNPI criticó la reorientación de las políticas de fomento agropecuario en el 12 13
12 Este Consejo se instituye bajo la visión de la población indígena como un sector incorporado al partido oficial.13 La creación de los Consejos Supremo de cada “grupo étnico” también fue un intento por mantener el control sobre los pueblos indígenas. El CNPI reunía a todos los Consejos Supremos otorgándoles legitimidad como interlocutores ante el gobierno (Pérez-Ruiz, 2000: 366).
28
sexenio 1976-1982 (Pérez-Ruiz, 2000: 366). Las elites indígenas, que se localizaban en su
interior, empezaron a conformar organizaciones políticas para negociar sus propios
espacios en la estructura corporativa y elevar sus voces sin intermediarios. En ese entonces,
el ingreso de indígenas a la burocracia del INI aumenta así como la negociación de espacios
de decisión a través de los Consejos Supremos.
Al implementar la política indigenista, aproximadamente desde los años sesenta, se
requirió de la formación de cuadros que provinieran de las comunidades a aculturar, y que
una vez educados e integrados en la lógica indigenista contribuyeran a esta labor.14 Esta
misma preparación propició el desarrollo de una intelectualidad indígena que cuestionaría
los lineamientos de dicha política. En 1977, se formó la Asociación Nacional de
Profesionistas Indígenas Bilingües A. C. (ANPIBAC) bajo la tutela de la Dirección General
de Educación Indígena. Tenía como misión defender los intereses indígenas en la Secretaría
de Educación Pública (SEP), e influir en los programas curriculares. Algunos de sus
integrantes se comprometieron con sus comunidades de origen e incorporaron a sus
programas educativos y culturales cuestiones políticas y agrarias (Pérez-Ruiz, 2000: 366).
Esta emergente elite contribuirá a la formación de organizaciones de productores, de
defensa de las comunidades, y de rescate de tradiciones y la preservación de sus lenguas.
En 1988, surgió el Frente Independiente de Pueblos Indios (FIPI) que reunía a parte de la
intelectualidad india, la cual buscaba plataformas nacionales e independientes de lucha.15 Y
en 1990 también se creó la Asociación Nacional de Escritores en Lenguas Indígenas con el
fin de utilizar la palabra para destacar la presencia nacional de los pueblos indios (Pérez-
Ruiz, 2000: 377).
El desarrollo de proyectos indigenistas (productivos, de artesanías, huertos,
promoción cultural, etcétera) a través de la participación en comités y cooperativas, que
sirvieron para organizar y agrupar a las poblaciones indígenas, contribuyó a que un
sinnúmero de grupos se allegaran conocimientos y estrategias para acciones futuras, como
la defensa de sus derechos una vez que conocían el funcionamiento del aparato estatal. Uno
de los efectos de la implementación de estos proyectos fue el establecimiento de relaciones
de conocimiento y apoyo entre agentes sociales (cooperativas indígenas, consejos
supremos, maestros bilingües, etcétera). Esto contribuyó a la formación y fortalecimiento
14 En el siguiente capítulo desarrollaré el tema de la política indigenista en México.15 El FIPI fUe miembro fUndador de la Asamblea Nacional Indígena Plural por la Autonomía (ANIPA).
29
de redes sociales en las que se compartían visiones de la problemática vivida, demandas y
posibles soluciones. Se crearon las Uniones Agro Industriales de la Mujer, los Comités de
Salud, el Consejo Nacional de Médicos Tradicionales, los Fondos Regionales, entre otros.
Otro factor que influyó en la creación de organizaciones fue la defensa y
mejoramiento de las comunidades. Estas últimas son el referente inmediato de las
organizaciones indígenas. Las redes de solidaridad16 que las OMS forman con sus bases de
apoyo (comunidades que apoyan a la organización) pueden ser anteriores a la formación de
éstas o propiciarse y fortalecerse con su trabajo. Los sentimientos de pertenencia (a las
comunidades indígenas) crean lazos entre los agentes al enfrentarse a los no indígenas.
Además, la vida en comunidad los provee de las normas y principios para la interacción
social; y el desempeño de cargos comunitarios ayuda a desarrollar capacidades para la
formación de relaciones con agentes externos y no indígenas. La conjugación que líderes
indígenas lograron hacer entre la organización comunal y las herramientas obtenidas a
partir de otras experiencias (magisterio, lucha campesina) se ha vuelto un patrimonio de las
organizaciones indígenas formalmente constituidas que hoy conocemos. En este sentido,
los integrantes de las OMS han desarrollado la habilidad de traducir las necesidades y
carestías de las poblaciones indígenas en demandas de orden económico, político y cultural.
Esto ilustra la habilidad de estos agentes para incorporar estructuras externas para hacerse
escuchar y luchar por sus reivindicaciones.
Cualquier amenaza a la integridad de las comunidades ha propiciado respuestas.
Una de las que aquí interesan es la formación de grupos, asociaciones y organizaciones
cuyo objetivo es defender, por lo menos en un inicio, a la comunidad y luchar por sus
necesidades (lucha por servicios básicos, vías de comunicación, por la defensa de sus
recursos, etcétera). Entre algunas de las organizaciones que se han constituido con este fin
encontramos: el Comité Coordinador para la Defensa de los Recursos Naturales, Humanos
y Culturales de la Región Mixe (CODREMI), el Movimiento de Unificación y Lucha
Trique, la Unión Popular Mixteca (UPM), la Organización Independiente de los Pueblos
Unidos de la Huasteca (OIPUH), la Organización en Defensa de los Recursos Naturales y
Desarrollo Social de la Sierra Juárez (ODRENASIJ), el Consejo de Pueblos Nahuas del
Alto Balsas A. C. y el Consejo Guerrerense 500 Años de Resistencia Indígena.
16 La solidaridad se refiere a la capacidad de los agentes de reconocerse a sí mismos y de ser reconocidos como miembros del mismo sistema de relaciones sociales (Melucci, 2002).
30
Un factor que también incentivó (desde los años sesentas) la formación de grupos en
las comunidades, y que además propició procesos de reflexión, fue la práctica de preceptos
de las corrientes de la teología de la liberación de la iglesia católica en América Latina y
México. Máiz afirma que las iglesias aportaron al movimiento una base organizativa
formada a partir de sus extensas redes locales y marcos étnicos discursivos construidos con
la evangelización en clave indígena (Maíz, 2004: 153). En los estados con mayor población
indígena, la formación de comunidades eclesiales de base (CEB) constituyó un referente de
crecimiento individual y grupal. Los casos de Chiapas, a cargo del obispo Samuel Ruiz, y
de Veracruz, con el apoyo de la orden jesuita, documentan parte de las experiencias en esta
línea. Otro ejemplo se localiza en la región mixe, especialmente en Alotepec uno de los18líderes de SER afirma que fue influido en su formación por estos espacios de reflexión.
Las CEB fomentan el diálogo e intercambio de experiencias en torno de cuestiones
religiosas y propician la reflexión acerca de las causas y condiciones materiales de vida de
las poblaciones indígenas. Máiz concluye que con la creación de éstas se suministró
impulso al “redescubrimiento cultural, a la recuperación de la autoestima en términos de la
propia lengua, a la autoorganización y empoderamiento de las comunidades, formación de
nuevas elites y dirigentes” (Máiz, 2004: 153). Además, las CEB promueven una visión de
unidad al interior de las comunidades, fortalecen los lazos entre sus integrantes, y crean
vínculos intercomunitarios.
La injerencia y participación de organizaciones no gubernamentales (en adelante
ONG) en estas comunidades también impulsó procesos de educación popular a partir de la
década de los ochenta. Rivas afirma que la proliferación de ONG en América Latina se
relaciona con el ajuste estructural neoliberal que auspicia la “privatización del desarrollo”
(Rivas, 2003: 21). En México, la formación de las ONG ocurrió a partir del adelgazamiento
del Estado, la disminución del presupuesto designado al desarrollo, la disminución de los
servicios otorgados a la población, la transformación o desaparición de instituciones, y la
privatización de empresas del sector público.17 18 19 Como respuesta a estos hechos las ONG
atendieron y asesoraron, principalmente, proyectos productivos y ecologistas entre las
17 “La teología de la liberación nace como planteamiento de grupos progresistas y de izquierda de la Iglesia Católica influidos por las resoluciones del Concilio Vaticano II (1959) y de la reunión del Consejo Episcopal latinoamericano (CELAM) de Medellín (1968)” (Rivas, 2003: 31).18 Véase Kraemer (2003) sobre historia de dos líderes de SER.19 Para darnos una idea, en México de la década de los ochenta al año 2000 se registraron 9, 013 ONG (Rivas, 2003: 27).
31
poblaciones indígenas al tiempo que las dotaron de experiencia en la gestión y
administración de recursos. Las ONG internacionales motivaron la creación de redes y la
canalización de recursos. Máiz sugiere que la presión de ONG en el ámbito internacional y
su presencia en tierras indígenas de América Latina aportó a las comunidades recursos
económicos (fondos y programas de ayuda al desarrollo, agrícola y comunitario),
organizativos-políticos (redes de capital social y conexiones en el ámbito americano y
europeo), intelectuales y morales (autorrespeto y dignidad de la propia cultura, lengua y
tradiciones) (Máiz, 2004: 151). Recientemente financian proyectos dirigidos a mujeres,
salud, derechos humanos. La inyección de recursos a través de éstas es un tema muy
debatido debido a las consecuencias, formas de concesión y manejo de éstos. Sin
embargo, es innegable la contribución de éstas en el suministro de recursos para la lucha
indígena.
Organizaciones y movimientos independientes y clandestinos se desarrollaron por la
vía armada. También reivindicaban y reivindican su derecho a la tierra y su lucha contra
injusticias y la represión violenta. En la actualidad (según datos del Centro de
Investigaciones Históricas de los Movimientos Armados) se tiene conocimiento de que
operan trece grupos armados, además del EZLN, desde 1994: Ejército Popular
Revolucionario (Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Estado de México, Tamaulipas, San
Luis Potosí, Michoacán), Ejército Revolucionario Insurgente Popular (Baja California,
Sonora, Coahuila, Chihuahua y Durango) Comando Clandestino Indígena de Liberación
Nacional (Oaxaca), Ejército Clandestino Indígena de Liberación Nacional (Chihuahua),
Fuerzas Armadas Clandestino de Liberación Nacional (Oaxaca, Chiapas, Guerrero),
Comando Armado Revolucionario del Sur (Guerrero), Ejército de Ajusticiamiento Genaro
Vázquez (Guerreo), Ejército Insurgente de Chilpancingo (Guerrero), Ejército de
Liberación de la Sierra Sur (Guerrero), Ejército de Liberación del Sur (Guerrero), Ejército
de Liberación José María Morelos (Guerrero), Fuerzas de Liberación para los Pueblos
Marginados de Guerrero, (Guerrero), Movimiento Popular Revolucionario (Guerrero) (INI,
2000: 393). Como se observa, estos grupos tienen su base en estados con mayor 20 21
20 En la lógica de las ONG los pueblos indígenas pueden llegar a ser tratados como “clientes” y las concesiones de recursos pueden convertirse en formas de dominio y dependencia. Albert (2004) considera que las ONG intervienen como sustitutas del indigenismo oficial para apoyar los proyectos económicos indígenas, lo que obliga a mantener una visión crítica de su actuación.21 Los antecedentes de estos grupos son la insurrección armada de Rubén Jaramillo en los años cincuenta, los movimientos guerrilleros de Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas en los setenta.
32
concentración de población indígenas, lo que sugiere que éstas también se están
movilizando por la vía armada.
Es necesario advertir sobre dos fenómenos que afectan, de forma negativa, la
imagen y acción de las OMS. Uno es la competencia que pueden significar las
organizaciones con respecto a la organización comunitaria (el sistema de autoridades en las
comunidades y las funciones que desempeñan). La fuerza e influencia de las OMS puede
interferir en las decisiones y acciones de las comunidades y sus autoridades, enfrentando a
sus miembros y creando división. En el mejor de los casos las organizaciones intervienen
sólo como asesoras de las autoridades comunitarias, pero en el peor tratan de ser ellas las
que representan a la totalidad de las comunidades centralizando decisiones y recursos.
Existe el peligro de crear estructuras paralelas a las de los pueblos indígenas y actuar en su
nombre como si fueran lo mismo (López B., 2006: 118).
Otro fenómeno que se registra, recientemente, es lo relativo a la adopción del
discurso del movimiento indígena y sus OMS por el Estado y sus instituciones. Esto
responde al interés de legitimarse frente a la sociedad civil y otros agentes, pero es
perjudicial para el movimiento. Como advierte Hernández, las organizaciones indígenas
han sido neutralizadas o inmovilizadas por la acción del Estado, ya que sus principales
demandas forman ahora parte del discurso oficial y se inscriben dentro de un proyecto
nacional (Hernández Hdz., 1988: 176). Aunque esto no implica que en la práctica se lleven
a cabo.
I.1.4 Líderes y liderazgos del movimiento indígena
Uno de los agentes sociales que mayor influencia tiene en el desarrollo del movimiento
indígena son los líderes de las organizaciones. Las lecturas y percepciones de éstos
permean, de diferente manera y grado, las construcciones del grupo del cual forman parte.
Sus relaciones e influencia median en la forma en cómo las organizaciones y las
comunidades se enfrentan a los retos actuales y se posicionan en el campo político desde su
carácter de indígenas.
Gilly (1997) considera que existe la formación de dirigentes de las comunidades
desde al menos el Congreso de 1974 cuando fueron templados en “las diversas artes y
métodos de la organización y habían conquistado una indiscutible autoridad entre su gente”
33
(1997: 70-71). Una parte considerable de éstos se convirtió en fundadores de
organizaciones y asociaciones; algunos otros desempeñaron cargos de autoridad en sus
respectivas comunidades al adquirir mayor experiencia. Algunos más fueron absorbidos por
la burocracia estatal y los partidos políticos, en consecuencia se fueron separando de las
problemáticas al calor de las cuales se formaron.
La participación de los indígenas en movilizaciones campesinas también contribuyó
a la formación de líderes. Los representantes y autoridades comunitarias, que lucharon y
participaron en el movimiento campesino, adquirieron destreza organizativa y establecieron
relaciones de solidaridad para enmarcar sus demandas desde la posición de indígenas. Este
grupo se vinculó a la construcción de poderes locales y regionales, lo que en ocasiones
propició que se aliaran a caciques regionales. Además, la lógica de clientelismo político
prevaleciente en el país, desde los años cuarenta, propició que un número de estos se
convirtieran en intermediarios entre sus comunidades y el Estado (y sus instituciones).
Otras instancias que suministraron agentes al movimiento indígena, sin
proponérselo, fueron los programas y proyectos auspiciados por las políticas indigenistas.
Desde los años cincuentas del siglo XX se reclutó a un gran número de indígenas para
facilitar la labor de integración al proyecto de una nación homogénea. La formación de
promotores culturales y maestros bilingües (provenientes de las poblaciones indígenas) creó
agentes capaces de relacionarse con el exterior a través del aprendizaje del castellano y de
contenidos culturales de una sociedad no indígena. La experiencia de trasladarse fuera de
las comunidades e interactuar en otras sociedades los obligó a desenvolverse y conocer
lógicas de pensamiento ajenas a sus culturas. Se formó entonces un sector intermedio, de
origen indio, con posibilidades de instituir sus propias prácticas y crear espacios
institucionales reservados para ese grupo. Éste se consolidó al obstruirse los canales de
ascenso social en la esfera de la sociedad dominante y facilitar así la integración de una
elite india (o intelligentia indígena) que plantea demandas políticas étnicas (Bonfil, 1981:
33).
La educación fue la forma privilegiada de relación entre el Estado y los pueblos
indígenas, de allí que muchos de los actuales líderes se hayan formado en el magisterio. En
1937 se aprobaron las bases de la educación bilingüe, se corrigió la imposición del
castellano y se formuló la política integrativa: El Instituto Lingüístico de Verano retomó
dicha encomienda y aplicó su método de alfabetización en lengua materna como paso
34
previo a la castellanización. El Proyecto Tarasco, a cargo de Mauricio Swdesh, aplicó este
método (indirecto de castellanización) con apoyo del presidente Cárdenas, pero se
observaron dificultades (Acevedo, 1997: 196).
En 1963 se aprobó la política educativa nacional para regiones indígenas con
métodos bilingües; se creó también el Servicio Nacional de Promotores Culturales y
Maestros Bilingües (SNPCMB) . Los primeros maestros y promotores fueron reclutados
entre jóvenes originarios de comunidades indígenas de la región. En 1976, se realizó el
Encuentro Nacional de Profesionales Indígenas Bilingües. Éste dio origen a la Alianza
Nacional de Profesionales Indígenas Bilingües Asociación Civil (ANPIBAC), que
reclamaba la “educación bilingüe bicultural como medio de desarrollo de los grupos
indígenas y la participación en la implementación de la política educativa nacional dirigida
a los grupos étnicos” (Reyes y Miaja, 1991: 25). Dicha orientación bilingüista (modelo
bilingüe bicultural) cobró fuerza debido a la presión ejercida por estos sectores y se creó el
Subsistema de Educación Indígena al interior de la SEP.
En 1978, la Dirección General de Educación Extraescolar en el Medio Indígena,
dependiente de la Subsecretaría de Cultura Popular, se convirtió en la Dirección General de
Educación Indígena (DGEI) (Mena, Muñoz y Ruiz, 1999: 28). Esta transformación también
respondió a demandas de promotores y maestros. En 1979, ante la necesidad de contar con
cuadros de indígenas profesionalmente capacitados para la correcta implementación de la
educación dirigida a los pueblos indígenas se creó la licenciatura en etnolingüística
(propuesta por la ANPIBAC y el CNPI), pero sólo graduó a dos generaciones de jóvenes
indígenas.
Para 1983 los indígenas adquirieron la posibilidad de dirigir y controlar la
educación que les proporcionaba el Estado, un grupo numeroso de ellos accedieron a la
DGEI. Incentivaron el modelo bilingüe bicultural, pero en las comunidades indígenas
rechazaban este tipo de educación e insistían en aprender el castellano. Ruiz (2001) afirma
que los programas que siguieron tenían como finalidad formar cuadros especializados para
realizar trabajos de tipo técnico-pedagógico, pero en la actualidad éstos ocupan puestos 22 23
22 La escuela “es el vínculo más importante con que cuenta los indígenas para acercarse a la vida nacional y establecer contacto por medio de sus maestros” (Nahmad, 2003: 371).23 La Educación Indígena Bilingüe Bicultural es un modelo que postula “la necesidad de utilizar en la educación de los grupos étnicos sus propias lenguas con el objeto de alcanzar, a través de un sistema bilingüe, el aprendizaje del idioma nacional y de que el contenido de esta educación fuera bicultural” (Acevedo, 1997: 200).
35
administrativos en la dirección de educación indígena (Ruiz, 2001: 344). Nolasco (1997)
también afirma que no era raro encontrar antiguos estudiantes del Instituto de Investigación
e Integración Social del Estado de Oaxaca ocupando puestos oficiales en organismos de la
SEP, de la Secretaría de la Reforma Agraria o puestos políticos de elección popular ligados
al partido en el poder (PRI) que se enfrentaban a sus antiguos compañeros. Por lo que una
parte de éstos se constituyó en intermediarios culturales (cultural brokers) al servicio de los
intereses institucionales. Su rol de brokers se debe a que forman parte del sector más
pudiente de las comunidades y aseguran el monopolio de las relaciones de éstas con el
exterior (Recondo, 2007: 70-71).
En Oaxaca, afirma Recondo, los maestros indígenas se convierten en la elite política
de las regines más indianizadas y pobres; y en la década de los setenta y ochenta están a la
cabeza de los ayuntamientos (2007: 69). Este papel lo desmpeñarán hasta hace
aproximadamente una década, cuando generaciones más joves siguen sus pasos, pero
experimentan un contexto de mayor apertura a la diversidad cultural (multiculturalismo) y
un contexto más propicio para la reivindicación étnica.
Al interior de la DGEI también se formaron facciones radicales y disidentes que
coincidieron con el rescate de sus culturas y la democratización de las decisiones. Una gran
parte de maestros indígenas se orientó hacia la recuperación de sus culturas, esto lo
podemos observar en las organizaciones independientes cuyos integrantes más respetables
son los maestros (que trabajan en las organizaciones y se siguen desempeñando en su labor
educativa). Kraemer (2003) señala que en el caso de los mixes, los maestros pasaron de
enfrentar el rechazo de los padres de los niños, por el temor de que fueran educados en
costumbres contrarias a las mixes, a ser en la actualidad una especie de nobleza,
responsables de algunas de las adecuaciones de la cultura política mixe y mentores de
proyectos alternativos (Kraemer, 2003: 180). Al magisterio se han sumado los
profesionistas indígenas; han creado organizaciones, academias y fraternidades de ayuda
mutua con el propósito de revalorar y resguardar su cultura.
Cabe señalar que los objetivos del proyecto de Educación Indígena Bilingüe
Bicultural (utilizar la lengua indígena como lengua de instrucción y recuperar los
contenidos étnicos en el proceso escolar), que tuvieron vigencia hasta mediados de los años
ochenta fueron poco conocidos por los maestros y no se aplicaron; tampoco se conocieron
sus resultados porque no se les dio seguimiento ni fueron evaluados (Mena, Muñoz y Ruiz,
36
1999: 29). Los métodos pedagógicos que se plantearon no han respondido de forma
satisfactoria a la reproducción cultural de los pueblos indígenas en el país.
Existe una distinción entre intermediarios y líderes. Se puede ser intermediario sin
ser líder. Botero (1999) alega que un intermediario se convierte en tal debido a las redes
formadas por medio de clientelas, alianzas o lealtades, y lo que varía es la forma de reclutar
miembros y cómo logra y mantiene lealtades. Los intermediarios no llegan a legitimar su
papel, ya que su autoridad se basa en las relaciones o lazos creados a través del miedo, la
coerción o el chantaje, y sus representados viven con el temor de perder los recursos
prometidos si no se atienen a sus intereses. En cambio, continúa Botero, un líder étnico
mantiene ascendencia sobre la comunidad gracias a su autoridad y es designado por el
grupo que confía en que represente sus intereses; específicamente, el liderazgo de corte
comunitario basa su legitimidad en el consenso relativo de un grupo que lo ve ocupado en
defender sus intereses comunes y confía en él porque apoya sus objetivos y es capaz de
descubrirle otros nuevos (Botero, 1999: 70, 76). El liderazgo étnico puede ser comunitario
o no al revestir formas comunitarias y mantenerse independiente de partidos políticos o
inclinarse hacia el autoritarismo. También existe diferencia con el dirigente, este último es
reconocido como representante de manera legal o reglamentaria al ser designado para un
cargo o función (Botero, 1999: 76), pero es posible que después de desempeñarlo no vuelva
a asumir un liderazgo.
También hay diferencia entre líderes tradicionales y líderes que empiezan a
foguearse en los niveles nacionales y hasta internacionales. Las nuevas generaciones están
privadas del consuelo y apoyo anterior (producto del derecho de pertenecer a un grupo
adquirido por nacimiento) por vivir en una situación de subordinación cultural, política y
económica (Nahmad, 2003: 369), por tanto, tratan de posicionarse (por medio de la
educación formal, la preparación informal, la capacitación técnica, etcétera) en una
situación menos desventajosa, que modifique dicha subordinación. Los líderes tradicionales
están formados en la práctica comunitaria y su experiencia es directa, pero limitada. Han
salido poco de sus comunidades, hablan mal el castellano y a pesar de gozar de la confianza 24
24 Las identidades y las políticas de identidad también se forman en la tensión entre diferentes generaciones históricas de activistas y líderes y sus críticos, tanto en los espacios comunitarios como en la escena nacional (Warren en Jackson y Warren, 2005: 23).
37
y apoyo de su gente no poseen las herramientas suficientes para interactuar, de forma25eficaz, con el exterior.
Otro factor que ha influido en la formación de estos agentes es la migración. Desde
1970 una parte de los contingentes de migrantes provienen de poblados indígenas de
Oaxaca, Michoacán y Guerrero (Barabas y Bartolomé, 2006). Algunos de estos indígenas,
que no olvidan sus vínculos con sus comunidades, se organizan en defensa de su identidad
y de sus costumbres en un contexto ajeno a la vida comunal. La experiencia de vivir fuera
de éstas, interactuar con un sinnúmero de agentes y desenvolverse en situaciones
desventajosas, los ha obligado a desarrollar capacidades para la interacción y la
negociación con agentes no indígenas. Las demandas por el respeto y el derecho a la
reproducción de sus culturas aparecen en las grandes urbes o en el extranjero. Por ejemplo,
el Frente Indígena Oaxaqueño Binacional (FIOB), constituido principalmente por migrantes
zapotecos y mixtecos, mantiene reivindicaciones étnicas en ambos lados de la frontera.
Estos agentes conocen el mundo no indígena y presentan elementos de sus culturas
para construir proyectos, que conjugan necesidades, símbolos, intereses, cosmovisiones y
visiones de futuro diferentes. Manejan, además de dos lenguas, dos formas de hacer
política: una para uso interno de las comunidades y otra para uso externo (Kraemer, 2003:
191). Este doble desenvolvimiento los coloca en una posición más vulnerable, ya sea que se
distancien de sus bases o se adapten plenamente a la cultura dominante. Muchos líderes
indígenas salen de sus comunidades y se establecen en los centros urbanos más próximos,
lo que puede ocasionar un alejamiento de la vida cotidiana de éstas y el debilitamiento de la
interacción directa. Iturralde (1997) afirma que se enfrentan a una paradoja: “mientras más
se acerquen al sistema establecido para conquistar los espacios de poder y autonomía que
persiguen, más se alejan de la identidad y las dinámicas organizativas particulares
construidas con enorme esfuerzo en los últimos veinticinco años” (Iturralde, 1997: 86). Esta
paradoja tiene algunos matices, ciertamente los líderes llegan a descuidar la atención sobre
los asuntos internos de las comunidades al desempeñarse en otros espacios, pero fomentan
y propician espacios de comunicación con las comunidades para mantener su apoyo. El
desafío consiste en que las organizaciones y los líderes de ellas emanados hagan compatible 25
25 Para autores como Mattiace (2005) y Zald (1999) la diferencia entre los líderes está en la forma en cómo ellos representan su diferencia cultural y qué tanto recurren a la dramaturgia y a la retórica para llamar la atención de la audiencia.
38
“su liderazgo con los sistemas políticos tradicionales” (Bartolomé, 2002: 13-14). En
comunidades mixes, por ejemplo, la pertenencia al grupo responde, entre otros factores, al
cumplimiento de obligaciones y cargos, por lo que es necesario que los líderes los cumplan
para obtener la confianza de sus “paisanos”.
López B. (2006) habla de la creación de “líderes a modo” cuando la sociedad
nacional convierte a indígenas, con estudios superiores o intelectuales orgánicos, en líderes
que tienen presencia nacional, pero que en las comunidades no tienen reconocimiento
porque no cumplen sus obligaciones. En esta línea, Hale (2002) habla del “indio neoliberal”
cuando éste se ajusta y forma parte del juego sin ser crítico y se fortalece con las
concesiones de un neoliberalismo multicultural. Estos fenómenos denotan tanto la
cooptación de líderes por parte del Estado al ofrecerles la ocupación de puestos públicos,
como el control que éste ejerce sobre ellos mediante mecanismos de cabildeo político y el
financiamiento de proyectos. La participación de éstos en órganos gubernamentales o en
partidos políticos circunscribe la participación de sus organizaciones a ciertos temas y
líneas de acción. Sarmiento (2001) advierte que en la década de los ochenta los pueblos
indios en México entraron en una etapa de recomposición al sufrir la cooptación de líderes
y la represión de los años anteriores. En la actualidad, muchos de éstos que no han aceptado
los favores del gobierno y que se mantienen en sus convicciones son perseguidos,
reprimidos y encarcelados. En Oaxaca existe un número considerable de presos políticos y
líderes tras las rejas por delitos que no cometieron.
Otro mecanismo que utiliza el Estado para desmovilizar al movimiento es el
reconocimiento de líderes (aquellos que representan menos peligro para éste o que pueden
ser manipulados) como las voces oficiales de las comunidades y las organizaciones, sin que
necesariamente tengan su respaldo. Esto crea desacuerdos y competencia al legitimar a
unos y desconocer a otros. El caso de los Consejo Supremos es un ejemplo de la falta de
legitimidad, que en muchas ocasiones, tienen sus integrantes debido a que fueron
propuestos por las autoridades de la CDI para aparecer en actos oficiales o pronunciar su
anuencia a programas y proyectos dirigidos hacia estas poblaciones, sin previo
consentimiento de sus representados.
Los líderes indígenas tienen que lidiar entre el esquema clientelar, que manejan las
instituciones gubernamentales, y la presión de parte de sus comunidades en la consecución
de recursos y demandas. Esto desincentiva la acción colectiva y la solidaridad de grupo. El
39
inscribirse en esta lógica puede convertirlos en caciques o grupos que generan y dirigen la
opinión. Este es un riesgo permanente para las organizaciones y sus comunidades, ya que la
centralización de las decisiones en una sola persona o en un grupo reducido genera
relaciones de poder asimétricas. A este respecto, hay que estar alerta, como señala Iturralde,
ante el hecho de que esta misma imagen también puede utilizarse para alegar
cupularización de dirigencias, y negar al movimiento y las organizaciones carácter real
(Iturralde, 1997: 84).
En caso de que el líder se mantenga en un puesto de decisión por tiempo prolongado
y no se cumplan las expectativas de los demás integrantes se crearán conflictos. Rivas
comenta que entre los factores que ayudan a conformar liderazgos se encuentran la
aspiración a fondos y proyectos productivos, la canalización de demandas
locales/municipales y el arreglo de asuntos de tierra (Rivas, 2003: 58). En esta lógica, la
legitimidad concedida por las comunidades a estos agentes desaparece cuando éstos no
logran negociar o pactar recursos, apoyos, capacitación o existen pruebas de que lucran con
los intereses de la comunidad para su beneficio personal. En cambio, se volverán
indispensables si logran victorias en sus demandas y consiguen recursos.
La existencia de grupos o facciones al interior de las organizaciones y el
movimiento también estimula la formación de liderazgos, pero el enfrentamiento entre
éstos puede orillar a una lucha por la representatividad de ambos, que acabe debilitándolos.
En este sentido, la diferenciación de recursos (o como lo expondré más adelante, de
capitales como son la educación o preparación formal, información-conocimientos y
relaciones) entre los integrantes y líderes de las OMS marca el acceso diferencial a cargos,
responsabilidades y posiblemente privilegios.
I.2 Identidades étnicas: la lucha por el reconocimiento
Las identidades llamadas 'étnicas' no son jaulas estáticas e inmutables,
sino fenómenos sociohistóricos complejos, por esencia cambiantes,
relacionales y contingentes (Sonnleitner, 2001: 135)
40
En el apartado anterior mencioné la importancia que tienen los procesos enmarcadores en la
definición de las OMS y el movimiento. Considero que la construcción de una identidad
colectiva -como la étnica- forma parte de los procesos enmarcadores. La construcción de
una identidad representa un esfuerzo de los agentes sociales por formar un conjunto de
significados común que los provea de una definición de su situación y legitime y de
sentidos a su acción colectiva.
I.2.1 Definición de las identidades
La identidad es resultado de un proceso social porque surge y se desarrolla en la interacción
cotidiana; nace de la dialéctica entre el individuo y la sociedad y sólo es inteligible dentro
de un mundo social (Berger y Luckmann, 1991). De esto se infiere que toda identidad es
social. Estos presupuestos corresponden con las corrientes del interaccionismo simbólico y
de la fenomenología social. El interaccionismo simbólico alega que las identidades están
enmarcadas por reglas de interacción convencionales dependientes de las diferentes
situaciones dadas en el proceso de dicha interacción; es así que la identidad tiene un
carácter procesal y está sujeta a una constante negociación.
En esta línea, las identidades no son hechos dados sino que se producen en las
diferentes interacciones: “toda identidad es una contradictoria negociación entre la forma
en que una persona o un grupo se definen a sí mismos y la forma en que los definen los
demás” (Guerrero y Ospina, 2003: 116). Nagel y Snipp (1993) argumentan que la identidad
es resultado de una dialéctica entre identificación (voluntaria) y adscripción (forzada), y
sólo es posible explicarla en referencia al contexto en el cual se conforma. Esto implica una
dinámica interna que poco se ha estudiado.
Giménez (2002) distingue entre identidades internamente definidas (identidades
subjetivas) e identidades externamente imputadas (identidades objetivas). Y para Guy
Bajoit existen tres tipos de identidad: la identidad deseada (aquella idea que el individuo
hace acerca de lo que desea llegar a ser y que asegure su realización personal); la identidad
asignada (aquella idea que se hace el individuo de las expectativas que los otros tienen o
esperan de él); y la identidad asumida (es el conjunto de los compromisos identitarios que
asumió consigo mismo y que está realizando en sus relaciones por los otros) (Bajoit, 2003:
41
160-162). Todas estas aproximaciones indican una tensión existente entre los aspectos
definitorios de la identidad que son escogidos o deseados de forma “voluntaria” y aquellos
que son impuestos o “forzados”. A pesar de que este fenómeno es difícil de observar, las
adecuaciones que los agentes hacen de a sus identidades en momentos de crisis pueden
aportar elementos en este sentido.
Por su parte, la fenomenología social ve en la identidad el resultado de “la
internalización de un llamado mundo de la vida cotidiana ” (Cruz B., 1998: 73). Esta
especie de ‘mapa de significados’ impone al individuo (al ser internalizado) una estructura
psíquica y cognitiva definitoria de una identidad. Las prácticas cotidianas constituyen las
formas propias y específicas de ese “nosotros” en la confrontación (real o imaginaria) con
el “ellos”.26 En esta línea, las identidades tienen la capacidad de reestructurarse en el
interjuego de la subjetividad. Sin embargo, no hay un claro acercamiento a los factores que
propician esa reestructuración, por no decir cambio o transformación. Esta perspectiva
rescata el ámbito social en el que se crean las identidades, pero se centra en el estudio de
identidades individuales.
De modo semejante, pero más cercano a la integración normativa, el funcionalismo
arguye que la identidad es inseparable de la socialización y de su eficacia: “el 'actor'
interioriza los roles y el estatus para crear su 'personalidad social'” (Cruz B., 1998: 72).
Esta corriente resalta la estratificación social y la formación de estructuras que determinan
la interacción, sin embargo, también tiene dificultades para abordar el cambio y el
conflicto.
La transmisión de “mapas de significados” en la vida social es innegable, pero la
identidad también presupone cierta reflexividad: depende de la experiencia subjetiva
inmediata y de la transformación del individuo. La reflexividad y la conciencia de la
diferencia son, entonces, el primer paso para la construcción de identidades. Giménez,
afirma que la distintividad y diferenciación requieren ser percibidas y reconocidas por los
demás agentes para “poder existir socialmente”. Los atributos -incluso los biológicos- son
materia social, ya que derivan de la percepción del otro en la interacción. Por tanto, la
identidad sólo existe en y para agentes sociales, de esto se desprende que su lugar de
estudio son las relaciones sociales (Giménez, 2002: 98).
26 Aquí cabría también el estudio de los procesos de socialización.
42
Giménez afirma que la identidad posee tres dimensiones: locativa, porque se sitúa
en el interior de un lugar o “mundo simbólico” definidos; selectiva, por su ordenamiento de
preferencias, alternativas y acciones; e integradora, porque liga experiencias pasadas,
presentes y futuras unificándolas (Giménez en Cruz B., 1998: 71). La construcción de una
identidad no se realiza de manera arbitraria y no es exclusivamente subjetiva, sino que
ocurre dentro de marcos sociales de constreñimiento. Bourdieu (1980) admite que aquellos
que disponen de autoridad legítima pueden imponer la definición de sí mismos y la de los
demás. En este caso, las instituciones de gobierno son las que se han adjudicado la
autoridad de nombrar e identificar a los grupos sociales. El Estado tiene la capacidad de
crear identidades, sobrevalorarlas o minar su desarrollo. Sin embargo, no se trata de una
imposición sin resistencia. El control centralizado del que dispone para administrar la
identificación está siendo cuestionado actualmente por los indígenas. Éstos declaran (en
desplegados y foros) que su pertenencia étnica se cimienta en su territorio y en sus formas
propias de pensamiento y organización. Esto indica que existe margen de maniobra.
Bajoit (2003), desde una postura que privilegia la conflictividad en este proceso,
llama la atención sobre las tensiones estructurales que actualmente atraviesan los procesos
de construcción identitaria, y que finalmente se convierten en tensiones existenciales. Las
relaciones sociales son afectadas por la incertidumbre, las contradicciones, y las tensiones
del cambio sociocultural en curso. Existe una gran preocupación por el individuo, pero las
sociedades se repolarizan, la desigualdad se generaliza y la exclusión aumenta (Bajoit,
2003). Este autor nos exhorta a reflexionar sobre el futuro de estas construcciones y su
calidad de emergentes.
Los agentes sociales tienen un abanico de posibles identidades (como portador de
un género, de una edad, de una clase, etcétera) y privilegian unas sobre otras con respecto a
las circunstancias. La identificación es, entonces, un proceso relacional, situacional y
flexible. Esto último hace suponer que las identidades tienen un valor.
Los agentes dotan de valor a las identidades, ya que en torno a éstas organizan su
relación con el mundo y buscan valorizaciones positivas de sí mismos con respecto a los
demás. El valor que se otorga a una identidad suele diferir de un agente a otro y cambiar en 27
27 En este punto aparece lo que algunos han llamado dimensión instrumental de las identidades, esto se refiere a la capacidad del actor social para “manipular” su identidad individual cuando está fuera de su grupo de referencia (Cruz B., 1998: 70). Por ejemplo, en el caso de los migrantes en ocasiones son oaxaqueños, mexicanos, latinos, hispanos.
43
el tiempo. Se tiende a valorizar positivamente las identidades propias, aunque también se
puede tener una valorización negativa de éstas. Lo anterior responde a que dichas
identidades han dejado de proporcionar el mínimo de ventajas y gratificaciones o porque el
agente social ha introyectado estereotipos y estigmas atribuidos por otros (Giménez, 2002:
106). Cabe aclarar entonces que las identidades sociales se desarrollan entre el cambio y la
permanencia, tratan de parecer continuas y uniformes a pesar de las discontinuidades.
Responden a transformaciones en los sistemas sociales de los cuales forman parte, lo que
indica que están en continua negociación.
Las identidades pueden ser individuales (personales) o colectivas. Cardoso (1992)
afirma que ambas están interconectadas y son dos dimensiones de un mismo e inclusivo
fenómeno. La teoría crítica alemana considera la identidad del grupo y del individuo como
conceptos complementarios: identidad de rol y del yo. Las representaciones del “yo”, el
“nosotros”, el “tú”, los “otros” responden por igual a intereses subjetivos y a normas
establecidas en la sociedad. Esta perspectiva resalta la importancia de la esfera social (y
su complementariedad) en la conformación de identidades, sin embargo, parece desatender
el proceso histórico de estas construcciones y la cualidad de flexibilidad de la que gozan.
La escuela francesa de sociología otorga mayor peso a la memoria colectiva como
un componente que estructura el “nosotros”. La comunión y fortaleza de una identidad
colectiva depende de si los elementos atribuidos a ella pueden movilizar emociones de las
esferas de la experiencia personal y colocarlas como parte de un mismo proceso de
identificación. La identidad es concebida como “el elemento que permite garantizar a un
grupo su continuidad y permanencia” (Cruz B., 1998: 76). En el momento en que las
representaciones colectivas adquieren mayor importancia que las individuales, las
identidades colectivas se vuelven factibles. Esto no implica negar las identidades
individuales, sino reconocer que la potencialización de elementos comunes puede crear
unidad. 28 29 30
28 Cardoso alega que una identidad negada (que no impüca que no exista), como la llama Erikson, es una “identidad latente a la cual se “renuncia” tan sólo como un método y en atención a una praxis dictada por las circunstancias, pero que en cualquier momento puede ser invocada, o actualizada” (1992: 28).29 En esta corriente, Habermas afirma que la clave de la construcción de la identidad es lingüística, debido a que el proceso comunicativo es esencial para entender la acción social (en Cruz B., 1998: 77-78).30 Entiendo, junto con Bartolomé, por representaciones colectivas “una forma de conocimiento compartido, de saber común derivado de las interacciones sociales y orientado a fomentar la solidaridad grupal al otorgar sentidos específicos para las conductas” (Bartolomé, 1997: 44). Además, contribuyen a la construcción de una realidad común, y sirven de marcos de percepción y de interpretación de ésta (Giménez, 2000: 54-55).
44
Las identidades colectivas e individuales están estrechamente vinculadas, pero me
centraré en el análisis de una identidad colectiva. Esto responde al hecho de que las
organizaciones del movimiento social funcionan como un grupo que expresa y se presenta
públicamente como una unidad, es decir, expresan una identidad común. Específicamente,
las identidades que trataré en lo subsiguiente serán las de los grupos indígenas, ya que a
estas unidades pertenecen las organizaciones del movimiento indígena. Es preciso recordar
que las identidades colectivas no implican la existencia de un grupo organizado ni tampoco
se puede asumir que se comparte unívocamente y en el mismo grado las representaciones
de un mismo núcleo (Giménez, 2000: 62).
Las identidades colectivas se crean a partir de la priorización de semejanzas. Los
agentes experimentan sentimientos de pertenencia, que se refuerzan con la coincidencia de
visiones e interpretaciones de la realidad. Esto influye en la apreciación que las OMS hacen
de oportunidades o momentos propicios para la acción colectiva. Aunque pueda parecer
para otros un momento oportuno para la movilización, si el grupo (o la dirigencia) no lo
considera así, muy probablemente, no tomará la decisión de actuar, y viceversa (McAdam
et al., 1999). Las identidades colectivas también se apoyan en los lazos afectivos que
regulan las relaciones sociales, a partir de las cuales se forman redes. Los agentes sociales
recurren a los vínculos de parentesco, amistad, vecindad para articular una imagen del
“nosotros”. A este respecto, Epstein (1978) sugiere que la identidad es siempre
psicosocial, y es común que se marginen sus raíces afectivas.
Para recapitular, las identidades individuales y colectivas son construcciones
dinámicas hechas por agentes sociales, que responden a un mundo social (marcos de
constreñimiento). Se fundan en las normas sociales (roles, estatus) para lograr la
interacción, pero son flexibles y están en constante negociación. Tienen referentes
históricos, y se privilegian y ocultan en razón del contexto y el “otro” ante el que se
presentan. Se forman por contraste e involucran sentimientos de pertenencia; posicionan al
agente social en su relación con el otro. Existen formas de ser y no un ser uniforme e
inmutable (Bartolomé, 1997: 42). Entonces, retomo el término de identidad como una
categoría analítica, pero su objetivación se hará a partir de las interpretaciones y los
discursos que expresan las formas de ser de agentes específicos en contextos determinados. 31
31 Warman (2003) sugiere que la identidad colectiva puede llegar a representar una red de protección más amplia que el parentesco.
45
Finalizo este apartado precisando que diversas identidades convergen en las
organizaciones de los movimientos sociales e indígenas, pero existe una específica forma
de ser y actuar que se basa en referentes culturales y particulariza a las organizaciones y al
movimiento indígena en la actualidad: la identidad étnica.
I.2.2 Perspectivas en el análisis de las identidades étnicas
Uno de los temas que más ha sido analizado en las ciencias sociales es el de las identidades
étnicas. Numerosos autores han aportado elementos a la discusión, es imposible
considerarlos a todos. Tomando en cuenta lo dicho, y con el afán de presentar una síntesis
de las principales posturas en torno a esta temática, sólo retomaré algunas de ellas,
específicamente aquellas que tratan de rebasar visiones abstractas de este término y que
aportan herramientas para hacer observable y analizable la identidad étnica. A pesar de que
Fierre Bourdieu no abordó el estudio de esta identidad, considero que su propuesta permite
relacionar las teorías de los movimientos sociales e indígenas y la cualidad dinámica de las
construcciones identitarias.
En principio, hay que diferenciar entre etnicidad, grupo étnico e identidad étnica.
Para Cardoso (1992) los grupos étnicos lo son en la medida en que se definen o se
identifican valiéndose de símbolos culturales, “raciales o religiosos”. Barabas (1996)
diferencia entre grupos étnicos y grupos etnolingüísticos. Los primeros constituyen
unidades “con conciencia para sí y de sí en relación”, y tienen poder de convocatoria para
la acción colectiva; los segundos son categorías no conscientes para las personas
clasificadas, sólo son entidades históricas que comparten lengua y cultura hasta el presente
(Barabas, 1996: 46). Se puede pertenecer a un grupo étnico sin hablar una lengua indígena,
y a la inversa (hablar una lengua indígena y por tanto formar parte de un grupo
etnolingüístico, pero negar o reconocerse indígena, mixe o purépecha).
La formación de un grupo étnico es entonces una acción consciente. Glazer y
Moynihan (1975) opinan que los grupos étnicos se han convertido en grupos de interés en
la medida en que la preservación de su diferencia resulta efectiva tanto para defender
46
ciertas ventajas como para superar desventajas con respecto a otros grupos sociales. Las
contiendas se traducen en términos de ventajas/desventajas: los grupos aluden a símbolos
para mantener o adquirir privilegios por parte del Estado o de otros sectores, lo que también
implica la existencia de competidores por recursos. Coincido con Bartolomé al afirmar que
esta perspectiva es reduccionista, pues considera que lo étnico se comporta exclusivamente
como un medio para un fin, y no tomar en cuenta que la filiación étnica se mantiene más
allá de la obtención de los fines propuestos (Bartolomé, 2000: 164).
Abner Cohen retoma a los grupos étnicos como grupos de interés. Para él el grupo
étnico puede ser operacionalmente definido como una colectividad de personas que: a)
comparten algunos patrones de conducta normativa y b) forman parte de una población
mayor, interactuando con la gente de otras colectividades en el marco de un sistema social
(Cohen, 1974: ix). Esta postura reconoce, en tanto grupo de interés, la capacidad de los
agentes sociales para manipular costumbres, valores, mitos, símbolos y ceremonias de su
tradición (Cohen, 1969: 2). Los grupos étnicos también tratan de reforzar sentimientos de
pertenencia (carga afectiva) que les proporcionen apoyo y motivación. Estos grupos, como
unidad, requieren una imagen con la cual presentarse al exterior, pero también una con la
cual se sientan identificados sus integrantes entre sí.
Estas discusiones llevan a explorar el tema de la convivencia e interacción entre
grupos étnicos diferentes. Uno de los autores que más ha aportado al estudio de las
interacciones entre grupos étnicos es Fredrik Barth. Según este autor (1976), la continuidad
o mantenimiento del grupo étnico depende de la conservación de límites o fronteras -los
cuales son permeables y responden a las condiciones sociales- ya que éstas canalizan la
vida social y ocasionan una organización de las relaciones sociales y de la conducta. La
formación de fronteras entre grupos se debe a las distinciones étnicas que aparecen en la
interacción: “la persistencia de la unidad dependerá de la persistencia de estas diferencias
culturales y su continuidad puede ser especificada por los cambios en las diferencias
culturales que definen sus límites” (Barth, 1976: 48). Estos argumentos son circulares, ya
que la definición de fronteras nos lleva a la definición de contenidos y viceversa. Como 32 33
32
32 En grupos grandes como los de trabajadores o campesinos los beneficios eran ambiguos, se disipaban. En cambio, como una estrategia efectiva fue necesario desagregarse para hacer demandas de grupos más pequeños y lograr concesiones significantes así como obtener beneficios de esas concesiones (Glazer y Moynihan, 1975: 9).33 Los patrones de conducta normativa se refieren a las formaciones simbólicas y a las actividades fundadas en contextos como relaciones y matrimonio, amistad, ritual y otros tipos de ceremonias; algunos las llaman costumbres o cultura (Cohen, 1974: x).
47
mencioné, las identidades étnicas se redefinen permanentemente tanto al exterior como al
interior del grupo, y los contenidos que las conforman cambian para los agentes que
conforman al grupo étnico. Tal vez el principal postulado de F. Barth es que los grupos
étnicos son fundamentalmente una forma específica de organización social (1976: 10-11).
Esta definición es bastante amplia, tanto que da cabida a que cualquier grupo de la sociedad
con un sentido distinto de la diferencia sea considerado como étnico.
Las relaciones de los grupos étnicos (para nuestro caso, aquellos conformados por
poblaciones indígenas) se pueden dividir básicamente en dos grupos: relaciones entre
grupos indígenas y relaciones entre grupos indígenas y no indígenas. Las relaciones que
más se han estudiado son aquellas entre los grupos étnicos y las instituciones del Estado,
incluso se les podría tratar como un grupo aparte.34 La relación con poblaciones mestizas se
ha abordado desde la perspectiva del caciquismo y la explotación. En contraste, las
relaciones entre grupos étnicos (indígenas) no han merecido mucha importancia, y
recientemente se ha avanzado en el estudio de las relaciones de éstos con organizaciones
civiles como ONG. En estas relaciones también se reproducen patrones de dominación
económica, política y cultural. Por ejemplo, las relaciones que establecen los zapotecos con
los huaves, mixes y zoques son de subordinación.
Los grupos étnicos no son unidades en armonía o que siempre se mantengan en el
tiempo; poseen una trayectoria histórica y conjugan una variedad de intereses En su interior
existen diferencias y rivalidades, de allí la necesidad de construir una imagen común. Para
el caso de estudio, las OMS provienen de grupos étnicos ya conformados o que tienen
como fin constituirlos y fortalecerlos.
Otros autores que estudian el desarrollo de los grupos étnicos y que otorgan agencia
a éstos son Joane Nagel y Matthew Snipp. Para ellos (1993) los cambios culturales, que
llaman “reorganización étnica”, permiten a los grupos mantenerse y reformular sus
fronteras en los diferentes contextos en los que se desarrollan. La reorganización étnica es
un mecanismo que le facilita al grupo sobrevivir, aunque en una forma modificada: “La
reorganización étnica ocurre cuando una minoría étnica sufre una reorganización de su
estructura social, la redefinición de las fronteras del grupo étnico, o algún otro cambio en
respuesta a las presiones o demandas impuestas por la cultura dominante” (Nagel y Snipp,
34 En el siguiente capítulo profundizo en esta relación.
48
1993: 204). Es posible que la construcción de una identidad étnica sea una respuesta a
presiones externas (neoliberalismo multicultural). Esto implica que este tipo de identidades
son una respuesta a relaciones de poder y dominación.
El grupo étnico tiene relevancia en un contexto determinado y aquellos que lo
constituyen necesitan nutrirse de ideas y concepciones que le den sentido y existencia. La
etnicidad es un término relativamente nuevo y es en las últimas décadas que su utilización
se extendió a los discursos políticos. Glazer y Moynihan (1975) buscan explicar la
“novedad” de la etnicidad y afirman que ésta ha llegado a ser el foco de la movilización
política debido a la ascensión del Estado de bienestar, los conflictos entre igualitarismo y la
ejecución diferencial de normas; el crecimiento de Estados heterogéneos y multiétnicos, y
el desarrollo del sistema internacional de comunicación, además de que no es fácilmente
diferenciada en naciones nuevas o viejas, desarrolladas o en vías de (Glazer y Moynihan,
1975: 25). El ascenso de las etnicidades es entonces un fenómeno reciente que responde a
cambios en la estructura de las sociedades.
Hay dos posturas en referencia a ésta: una como condición de pertenencia y
adscripción a; y otra como construcción y cúmulo de ideas que tiene como columna
vertebral la defensa de la diferencia cultural. Salomón Nahmad (2003) y Daniel Bell (en
Zárate, 2001) la consideran, respectivamente, como una lealtad a formas de pensamiento,
imaginación (conciencia) y comportamiento específicos, y una forma de adscripción que
vincula un interés común a una liga afectiva. Epstein igualmente relaciona la lealtad y
pertenencia como componentes (subjetivo y afectivo) de la etnicidad (en Bartolomé, 1997:
48). Estas definiciones señalan la referencia a un grupo determinado (étnico) y advierten
sobre un componente subjetivo, pero bien podrían confundirse con la definición de
identidad, por tanto resultan poco claras para el análisis que aquí desarrollo.
Por su parte, A. Cohen considera a la etnicidad como un fenómeno político que
implica una confrontación por el poder entre grupos étnicos, en defensa o para la obtención
de sus intereses colectivos (en Pujadas, 1993: 23). También enfatiza las interconexiones de
la etnicidad con las relaciones políticas y económicas. Estudiarla como un fenómeno
permite ubicarla en un tiempo dado, sin embargo, limita su capacidad de renovación, ya
que se asume como algo acabado. En cambio, Peter Wade (2000) afirma que las categorías 35
35
35 Traducción mía.
49
de etnicidad y raza son construcciones cambiantes, descentradas y relacionales que deben
considerarse en el contexto de una historia de ideas, prácticas y conocimientos
institucionalizados de Occidente. La etnicidad se encuentra asociada así a una cultura de
Estado, ya que los presupuestos que le dan forma son una respuesta a la imposición de una
cultura dominante. Esta concepción rescata el aspecto dinámico e histórico de la etnicidad,
aunque no específica su particularidad. Al aplicar esta lógica, se puede argumentar que la
conformación de una etnicidad tuvo lugar a partir de la creación del Estado-nación
mexicano a través de las políticas indigenistas. En el capítulo II retomaré esto a
profundidad.
Faltaría entonces añadir que la etnicidad se refiere a un conjunto de ideas (que se
objetivan en formas de interacción) que privilegia la protección y reproducción de las
diferencias culturales. Considero que la etnicidad es el conjunto de ideas que da cabida a
los grupos étnicos y al desarrollo de una identidad de este tipo. Engloba imágenes y
representaciones colectivas que ostentan el reconocimiento de rasgos culturales como
definitorio de los agentes sociales, e implica el respeto y la retribución del Estado,
principalmente. La etnicidad puede ser interpretada de diversas maneras y por un
sinnúmero de agentes; incluso, sería más apropiado hablar de etnicidades. Un acierto en su
estudio es considerar su componente político, el cual está presente desde su surgimiento. Lo
significativo aquí es ver cómo la adopción de ciertas etnicidades (o interpretaciones de
éstas) permite a los agentes sociales (OMS) negociar demandas en un contexto
determinado.
La etnicidad y el grupo étnico están estrechamente vinculados. El desarrollo de las
etnicidades propició la conformación de grupos étnicos, los cuales necesitaron desarrollar
mecanismos (o más precisamente símbolos) que les permitieran mantenerse como unidad,
uno de ellos es la identidad étnica. Sin la irrupción de las etnicidades los grupos étnicos no
tendrían cabida, para el caso que aquí estudio los grupos étnicos a los que me referiré en
adelante pertenecen a los pueblos indígenas de México. Hago esta precisión porque las
posturas constructivistas obligan a fijar el análisis sobre casos específicos, ya que sólo a
partir de un recorte científico de la realidad se pueden concretar teorías de amplio alcance.
Existen diferentes definiciones de identidad étnica, unas se centran en los “rasgos
característicos” de los grupos étnicos y otras son visiones esencialistas acerca de lo que
“debe ser” una identidad étnica. Bartolomé y Barabas la consideran como “una identidad
50
específica resultante de la trayectoria histórica de un grupo humano, poseedor de un sistema
organizacional, eventualmente lingüístico, y cultural diferenciado de otras unidades
sociales” (1988: 145). Por su parte, Pujadas afirma que constituye una realidad autodefinida
que refleja la posición del grupo étnico en relación al marco sociopolítico global en el que
se inserta (Pujadas, 1993: 44). Cardoso alega que la identidad étnica es una representación
centrada en el núcleo de ideologías étnicas, y es diferente de las relaciones interétnicas
(Cardoso, 1992).
Estas definiciones consideran a la identidad étnica como una identidad social con
una trayectoria histórica diferenciada de otras, lo que posibilita estudiarla como un proceso.
La característica de representación nos lleva a concebirla como una construcción hecha por
agentes sociales en un marco social determinado, lo que implica una toma de posición.
Como anoté en líneas anteriores, la etnicidad, y por tanto la construcción de una identidad
étnica, emerge a partir de demandas de carácter político en las relaciones interétnicas (entre
grupos étnicos y con mestizos).
Dos postulados que aparecen en gran parte de los estudios sobre éstas son las
propiedades estructurales del proceso de identificación étnica que expone Cardoso:
a) El carácter contrastante de la identidad étnica y su fuerte contenido de “oposición” con fines de afirmación individual o grupal.
b) Su manipulación en las situaciones de ambigüedad, cuando se presentan al individuo o al grupo alternativas para la “elección” (de identidades étnicas con base en el criterio de “ganancias y pérdidas” como criterios de valor y no como mecanismos de aculturación) en la situación de contacto (Cardoso, 1992: 38).
Estas dos propiedades pueden igualmente aplicarse a la identidad en general, sin embargo,
la situación peculiar en la que identidad étnica se manifiesta es la situación del contacto
interétnico y es visualizada de manera etnocéntrica (Cardoso, 1992). Los participantes de
un sistema interétnico marcarán y privilegiarán su diferencia al confrontarse con el “otro”.
La conformación de una identidad se nutrirá de la interacción diaria en las
comunidades, ya que es ahí donde los valores, comportamientos sociales, modos de vida
son aprendidos y compartidos. Estos rasgos son la materia prima que alimenta a estas
identidades. No obstante, otras imágenes y rasgos confeccionados en espacios más allá de
los locales llegan a las comunidades e influyen en la interacción cotidiana, lo que da lugar a
la adopción y/o adaptación de identidades o rasgos creados desde fuera. Por ejemplo, la
51
migración genera una dinámica diferente a la residencial, y provoca una mayor proximidad
con las filiaciones etnolingüísticas ampliando las fronteras de sus pertenencias y dando
lugar a nuevas categorías más incluyentes como las identidades multiétnicas (Barabas y
Bartolomé, 2006: 364).
Los agentes sociales que participan de la construcción de una identidad así buscan
crear una unidad en el tiempo que tenga la cualidad de amoldarse y responder a contextos
determinados. Para Máiz (2004) una de las funciones que cumplen estas identidades es que
vinculan el pasado del grupo con su presente, de tal modo que permiten una continuidad de
reconocimiento intersubjetivo en el tiempo. En este sentido, es necesario que los individuos
que la conforman se reconozcan como parte de una colectividad que cambia, pero que se
mantiene.
La construcción de una identidad étnica representa una toma de posición frente a la
diferencia. La presentación pública que un grupo, organización o líder hace de su identidad
étnica implica una conciencia acerca de los posibles alcances que esto ocasiona, es decir,
los agentes son conscientes de que este tipo de identidades llama la atención y que además
existe un campo en el que tiene valor, por tanto se posicionan en él. Esto nos coloca ante el
dilema de averiguar bajo que circunstancias los agentes presentan y definen su identidad en
tanto grupo, comunidad o individuo.
I. 2.3 La propuesta de Pierre Bourdieu de campos y capitales en el estudio de las identidades étnicas
La presentación de una identidad étnica se da, principalmente, en espacios públicos en
donde la etnicidad goza de prestigio y aquella tiene valor positivo. Los agentes sociales la
construyen tomando en cuenta el campo en el que la ostentan. Falta entonces definir la
posición de los agentes y el campo en el que tienen lugar. Bourdieu específica que un
campo es:
Una red o configuración de relaciones objetivas entre posiciones. Estas posiciones se definen objetivamente en su existencia y en las determinaciones que imponen a sus ocupantes, ya sean agentes o instituciones, por su situación (situs) actual y potencial en la estructura de la distribución de las diferentes especies de poder [_] y, de paso, por sus relaciones objetivas con las demás
52
posiciones (dominación, subordinación, homología, etc.) (Bourdieu y Wacquant, 1995: 64).
Al interior del campo se registran luchas y contiendas por apropiarse de los recursos
(capitales) que en él se valoran. Parafraseando a Bourdieu, los participantes del campo
intentan mantener el principio de jerarquización que más les convenga o tratan de
transformar la configuración de las fuerzas que actúan en él; es, por tanto, un espacio de
cambio permanente. En los campos hay productores y consumidores de los bienes o
capitales que allí se producen. Los agentes ocupan determinadas posiciones de acuerdo a la
posesión, reproducción y manejo de los capitales que tienen valor en ese campo.
Los campos se desprenden del “espacio social” como campos funcionalmente
diferenciados (semiautónomos de éste y entre sí) en los que se producen bienes para los
consumidores. El ingresar a un campo presupone la posesión de determinado capital, el
cual es valorado al interior de éste y a la vez se constituye en él; es el factor eficiente en
palabras de Bourdieu. Los agentes reconocen y legitiman capitales a la vez que éstos les
confieren poder, “Un campo [...] se define, entre otras formas, definiendo aquello que está
en juego y los intereses específicos, que son irreductibles a lo que se encuentra en juego en
otros campos o a sus intereses propios” (Bourdieu, 1984: 136).
Considero que en el caso de los movimientos indígenas el campo -que no es algo
dado sino construido- en el que se insertan las organizaciones e integrantes que lo
conforman responde a la red de relaciones entre aquellos agentes que se disputan el derecho
y legitimidad de nombrar, definir y utilizar la diferencia, con sus consecuencias.
Concretamente el cambio en los principios de clasificación (principios de visión y división)
es un acto político, que puede traducirse en el reconocimiento de los “pueblos indígenas”
en el Estado mexicano. En esta medida, la arena en la que los agentes sociales del
movimiento negocian y luchan por el derecho a su diferencia es el campo político de los
movimientos indígenas.
Los que participan de un campo comparten intereses, valores, representaciones,
estrategias, habitus y prácticas.36 Esto contribuye a reproducir el juego: los agentes
producen la creencia en el valor de lo que está en juego (Bourdieu, 1984: 137). Existen
36 “Toda la gente comprometida con un campo tiene una cantidad de intereses fundamentales comunes, es decir, todo aquello que está vinculado con la existencia misma del campo; de allí que surja una complicidad objetiva que subyace en todos los antagonismos” (Bourdieu, 1984: 137).
53
cuatro tipos de capital: el económico, el social, el cultural y el simbólico. El capital
económico es el conjunto de recursos y bienes de que disponen las personas y puede ser
medido a través de los ingresos monetarios percibidos, la estructura de esos ingresos, el
índice de consumo y calidad de éste, el lugar de vivienda, entre otros aspectos (García,
2000: 56). El capital social es “la suma de los recursos, actuales o potenciales,
correspondientes a un individuo o grupo, en virtud de que éstos poseen una red duradera de
relaciones, conocimientos y reconocimientos mutuos más o menos institucionalizados, esto
es, la suma de los capitales y poderes que semejante red permite movilizar” (Bourdieu y
Wacquant, 1995: 82). El capital cultural se refiere al conjunto de factores eficientes de
bienes, propiedades que permiten a sus poseedores ejercer un poder en alguna área
específica de las prácticas culturales (García, 2000: 59). El capital simbólico se asemeja a
una valoración reconocida, como es el honor y el prestigio. Álvaro García (2000) propone
la existencia de un capital étnico (como un tipo de capital simbólico para el estudio de las
poblaciones indígenas) que posee dos dimensiones complementarias: las prácticas
culturales distintivas con rango de universalidad que eufemizan y borran las huellas de las
condiciones objetivas de su producción y control (lengua legítima, gustos y saberes
legítimos, etcétera); y las diferencias sociales objetivas que adquieren el rango de
diferencias somatizadas y que borran el origen de las luchas objetivas de la instauración de
esas diferencias (el color de la piel, el apellido notable, rasgos raciales y de estirpe) (García,
2000: 125). Este capital nos permite reunir en un concepto las especificidades de la
identidad indígena.
Estos capitales son “[^ ] fundamento de poder o de la autoridad específica
característica de un campo” (Bourdieu en Velasco, 2000: 78). Los capitales sólo se valoran
dentro de este: “Hablar de capital específico significa que el capital vale en relación con un
campo determinado, es decir, dentro de los límites de este campo, y que sólo se puede
convertir en otra especie de capital dentro de ciertas condiciones” (Bourdieu, 1984: 136).
La producción de un capital en el campo político refiere la búsqueda de fines específicos y
Bourdieu propone una utilización de éstos en forma individual, lo que sería aplicable al
caso de los líderes y representantes de las organizaciones. Sin embargo, el uso colectivo -
como organización- de los capitales refleja la creación de estrategias que dan vida a la
acción colectiva.
54
En esta perspectiva, la identidad étnica puede concebirse como un capital étnico o un
tipo de capital simbólico (“pueblos explotados”, “ecologistas natos” “conservacionistas”
“minorías étnicas”, etcétera), que permite interactuar a las organizaciones indígenas en el
campo político. Este capital es exclusivo de las poblaciones indígenas y atravesaría la
eficacia de todos los demás capitales, como apunta García (2000). Líderes, representantes,
y facciones luchan entre ellos por hacer prevalecer sus imágenes (o capital étnico) sobre las
de otros integrantes de la organización, y presentarlas así como las legítimas de ésta. A esto
hay que agregar que otros agentes interfieren en la formación y selección de las identidades
que las OSM presentan, por ejemplo, las instituciones de gobierno con sus políticas; las
ONG con la otorgación de recursos; los medios masivos de comunicación. Coronado alega
que algunas representaciones repiten los estereotipos de la indianidad de la visión
dominante (estigmatizada) y otras muestran una forma distinta de ser que cuestiona dichos
estereotipos (Coronado, 2003: 77). Esto se relaciona con el funcionamiento del campo,
apunta Bourdieu (1984), al observar la aparición de un cuerpo de especialista de éste y la
huella de la historia del campo en la obra. En el caso de estudio el grupo de especialistas
serían las instituciones oficiales que dicen quién es indígena: antes INI, ahora CDI y los
antropólogos; y la historia del campo se ve reflejada en la configuración de identidades
étnicas en resistencia a las políticas indigenistas.
Los agentes sociales seleccionan prácticas, discursos y rasgos culturales para
identificarse y diferenciarse. Son los portadores y a la vez transformadores de capitales; y
toman decisiones. Los grupos étnicos y las OMS despliegan diferentes representaciones o
imágenes de su identidad en relación con la posición de su interlocutor, los fines de cada
parte y el campo en el que interaccionan. La elección/imposición de rasgos que definen a la
población y a los grupos étnicos plantea las interrogantes de a quién corresponde definir las
diferencias y en relación con quién. Los indígenas que han desarrollado una conciencia
étnica se definen a sí mismos a partir de elementos y rasgos culturales, sin embargo, el
actual contexto de multiculturalismo neoliberal' no implica necesariamente mejorías para
las poblaciones indígenas. 37
37 Giddens considera que todos los seres humanos somos agentes entendidos, es decir, que sabemos sobre las condiciones y consecuencias de lo que hacemos en la vida cotidiana, pero este entendimiento esta acotado por lo inconsciente y por condiciones inadvertidas/consecuencias no buscadas de la acción (1995: 307).
55
La existencia de elementos que estos grupos consideran representativos y que
posiblemente califican de “tradicionales” u “originarios” para definir su identidad étnica
obliga a considerar aquellos aspectos que reafirman una visión esencialista en los discursos
de estos agentes sociales. Hay elementos que los agentes valoran y presentan como los
que los definen, lo que no quiere decir que siempre sean los mismos o no cambien. Para
fines analíticos nombro como marcadores de identidad étnica a aquellos elementos o rasgos
culturales, que los propios agentes reconocen como significativos de su ser y actuar
colectivo, y que por tanto, privilegiarán sobre otros en contextos determinados.
Las identidades étnicas se componen así de diversos rasgos, sin que ninguno sea de
manera regular el definitorio o principal. El idioma, la vestimenta, la historia, las prácticas
sociales, las relaciones sociales de propiedad y sus representaciones, el vivir cotidiano, el
acceso a la tierra, el color de la piel, el territorio, la comunidad, las fiestas y música, la
visión de tiempo y espacio, el sistema de cargos, el apellido, la adscripción a una localidad,
los sistemas normativos son algunos de los rasgos valorados por diferentes grupos
étnicos. Pero sólo es en función de la significación que los agentes les otorgan en la
construcción de la identidad, que éstos se convierten en marcadores de identidad étnica.
Algunos de estos rasgos pueden ser reinventados o ajustados a las exigencias del
contexto. En muchas ocasiones, se reelaboran y son presentados de forma idealizada. Se
recurre a la “invención” de las tradiciones como Hobsbawm (2002) argumenta, con la
manipulación simbólica de ciertos elementos. También reinventan prácticas que ya
desaparecieron, pero con el discurso las traen al presente: “Si no está visible se debe
reinventar” (Hoffmann, 1999: 239).
Los elementos que los agentes recuperan y resignifican provienen de un
determinado habitus. Pierre Bourdieu lo define como “un sistema socialmente constituido
de disposiciones estructuradas y estructurantes, adquirido mediante la práctica y siempre
orientado hacia funciones prácticas” (Bourdieu y Wacquant, 1995: 83). Este sistema de
disposiciones funciona como un sistema de esquemas generadores, lo que significa que se 38 39
38 Margplis define al esencialismo como una “doctrina que sostiene que las cosas particulares necesariamente poseen esencias o naturalezas fijas en virtud de las cuales son lo que son: cosas particulares de determinado tipo” (2002: 175).39 Existen rasgos que señalan quiénes son parte de la comunidad indígena y aunque puedan parecer que se imponen a sus miembros hay posibilidades de que sean modificados o aparezcan nuevos. En la actualidad, los grupos de jóvenes y migrantes están logrando -a partir de los flujos de información, bienes y gente- adecuar y revitalizar rasgos como la organización de fiestas y el sistema de cargos.
56
generan estrategias nuevas a partir de disposiciones creadas para otros fines, reproduciendo
su lógica pero transformándola.
El habitus proporciona el sistema de valores a partir del cual los integrantes de las
organizaciones implementan prácticas y estrategias para relacionarse e interactuar en el
campo. La relación del habitus y del campo es una relación de condicionamiento: “el
campo estructura el habitus”, pero también es una relación de conocimiento, pues este
último ayuda a constituir el campo como un mundo dotado de sentido (Bourdieu y
Wacquant, 1995: 87-88). El habitus produce prácticas dentro de los límites de éste y sólo se
les puede explicar si “se relacionan las condiciones sociales en las que se ha constituido el
habitus que las ha engendrado, y las condiciones sociales en las cuales se manifiesta”
(Bourdieu, 1991: 97).
El ingreso al campo político supone un inicial entendimiento del habitus dominante,
las organizaciones indígenas desarrollan el conocimiento de éste para crear prácticas en la
disputa y producción de capitales. La práctica, apunta Bourdieu, es producto de un habitus
ajustado a la tendencia del campo, y se mueve entre la experiencia del pasado y la
anticipación del futuro, lo que la coloca en un estado de potencialidad objetiva en el
presente (Bourdieu y Wacquant, 1995: 95). Las organizaciones indígenas producen un
determinado capital (identidad étnica) a través de una serie de prácticas que tienen sus
raíces en el ámbito comunitario, lo que ayuda a legitimar sus demandas.
La imagen de una identidad étnica permite la formación de comunidades,
sentimientos, alianzas, pero también sirve de estrategia en la consecución de fines
determinados; especialmente cuando los agentes sociales politizan su diferencia cultural. Es
así relación y recurso. Si consideramos a la identidad étnica como un tipo de capital
simbólico o étnico, que provee prestigio y legitimidad, se vuelve un recurso al ser “un
crédito” que posibilita la obtención de bienes (económicos o políticos). Otros capitales
también son producidos y disputados por las organizaciones indígenas, pero la identidad
étnica parece ser el de mayor complejidad y relevancia en la actualidad.
La posición que las organizaciones indígenas asumen en el campo político depende
de capitales tales como alianzas, la capacidad negociadora, el prestigio, un proyecto y su
claridad, los logros, entre otros. Elementos de las estructuras de movilización (repertorios
de acción, relaciones de las organizaciones, alianzas, información) y de los procesos
57
enmarcadores (identidad étnica, marcos interpretativos) pueden figurar como capitales en el
campo político de los movimientos.
Cuadro 1. Campo político de los movimientos indígenas
El campo político de los movimientos indígenas se forma en el contexto de la construcción del Estado-mexicano (políticas indigenistas)
y la emergencia indígena
Diferentes agentes socialesSe conforma un habitas en el que la diferencia cultural va a tener preeminencia en un sistema de dominación ya definidoLas prácticas de este habitus se refieren a la multiculturalidad, la representatividad, la retórica, que las OMS y otros agentes manejanLo que está en juego es el reconocimiento de los pueblos indígenas como tales y las consecuencias que esto traiga (autonomía, autodeterminación)OMS construye un capital (identidad étnica) para colocarse en una posición más ventajosa que les permita negociar y obtener recursos para sus comunidades y la población indígena en general.También poseen otros capitales (estructuras de movilización, procesos enmarcadotes)
Para su conformación las OMS extraen elementos de la vida comunitaria y los convierten en Marcadores de identidad étnica
La identidad como recurso también crea exclusión y división. La valoración que
tengan las identidades étnicas en el campo político es diferente. Además, la distribución de
los capitales entre los agentes que conforman al movimiento marca diferencias, ya que su
posesión y reproducción establece una jerarquía en el campo político. La desigual posesión
de capitales ocasiona la formación de facciones y hasta fragmentaciones al interior del
movimiento indígena (y las organizaciones). Quienes posean una mayor cantidad de
capitales, y que además sean capaces de manejarlos y producirlos, tendrán ciertas ventajas
sobre otros.
Las luchas que ocurren en el campo nos alertan ante perspectivas más críticas acerca
de las identidades. Jackson y Warren (2005) afirman que hay múltiples formas de ser
indígena, lo que permite conocer la autodefinición y las líneas de interacción entre las
identidades. Esta perspectiva dirige la atención al quién y en qué contexto. Entonces, más
que preguntarse ¿Qué caracteriza a la identidad mixe o purépecha? La pregunta clave sería
¿Cuáles son las formas de ser mixe o purépecha en este tiempo y lugar? La definición clara
de una problemática específica ante la cual las identidades étnicas se presentan y expresan
es crucial para conocer las formas en que se es. El estudio de las identidades étnicas
58
presupone la consideración de un conjunto de diferentes expectativas, fines, propuestas,
pero también de sentimientos y afectos que se privilegian y recrean de acuerdo a la posición
que se ocupe en el campo.
I.2.4 La lucha desde las identidades étnicas: ¿La identidad étnica como estrategia y recurso?
En el caso que nos ocupa, la presentación y exposición de una identidad étnica contribuyen
a la movilización política. La identidad puede ser, además de una relación, un recurso o un
capital que llegue a traducirse en beneficios.
La relación entre una identificación y la utilización consciente de la comunidad
étnica como estrategia social no es natural ni necesaria (Baud et al., 1996). El ejercicio de
una conciencia étnica se relaciona con procesos históricos y el desarrollo de un discurso
internacional centrado en la democracia y la ciudadanía. Los procesos de etnogénesis
sugieren que la población crea una identidad étnica propia. Aunque, las poblaciones
indígenas también eligen atributos que “otros” les han impuesto (por ejemplo el ser
ecologistas, igualitarios, que ejercen una “democracia directa”, y otros que son producto de
una visión romántica), esto se aproxima a lo que algunos autores denominan apropiación de
elementos culturales.40
La categoría de indio o indígena, impuesta por los españoles, tiene una carga
negativa y peyorativa al minusvalorar la capacidad de las poblaciones mesoamericanas con
el fin de mantener el control y la explotación sobre estos. Desde sus primeros usos, este
término sólo era válido para quienes ejercían el dominio y carecía de contenido para
quienes experimentaban la discriminación (Warman, 2003). Además, obscurecía la
heterogeneidad entre las poblaciones que habitaban el territorio que hoy conocemos como
México. Hasta hoy, hay reticencia a asumirla debido a que reproduce relaciones de poder
asimétricas y provoca discriminación; el sólo hecho de “no querer ser indígena” no nos
exenta de un trato desigual. Sin embargo, asistimos a una reafirmación de la categoría de
indígena, pero con un contenido diferente al utilizado anteriormente. Los contenidos son
ahora creados por los agentes sociales. Esto no indica que todos los indígenas estén
40 Véanse G. Bonfil Batalla, 1995; 1991.
59
participando de esta creación o que todos se asuman como “indígenas”; sino que existen
grupos que han desarrollado una conciencia étnica, y en un contexto propicio algunos de
ellos intentan devolver la dignidad al ser indígena, purépecha o mixe.41 42 Este hecho también
se relaciona con la inyección de recursos a través de programas públicos (focalizados)
dirigidos a los “indígenas” del país. Estos programas dan posibilidades para obtener
beneficios por la pertenencia y la condición cultural, aunque no tienen por objetivo
fomentar un orgullo étnico.
El uso de un esencialismo estratégico -lengua, costumbre, territorio- entre las
organizaciones y sus líderes confiere valor y significado a las imágenes del ser indígena que
presentan. En este caso, la fluidez y multiplicidad de tales identidades no se mencionan
aunque sean percibidas. Esto también implica fomentar u obscurecer ciertas dicotomías:
tradicional versus moderno, local versus global, auténtico versus falso. De forma similar,
los grupos dominantes hacen uso de aquéllas y califican la diferencia:
Cuando la cultura llega a ser una forma de empoderamiento, movilizarse alrededor de este empoderamiento puede parecer fraudulento precisamente porque es politizado. Los cambios causados por el Estado a los individuos y comunidades indígenas pueden asumir la forma de reclamos de que ellos no son más indígenas' a causa de su no tradicional' comportamiento (Jackson y Warren, 2005: 19).43
Esto obliga a adoptar una visión crítica que rebase la visión dicotòmica y a la vez
problematice dichas dicotomías, pero sin caer en la trampa del Estado.
El uso y manejo de marcadores de identidad étnica indican cierto grado de
reflexividad entre los agentes que tratan de activar la acción colectiva. Al interior del
movimiento indígena converge una diversidad de organizaciones (OMS), lo que implica
igualmente una diversidad de intereses y relaciones. Esta pluralidad marca el rumbo y el
ritmo en la construcción que hacen de su propia imagen, destacando el repertorio cultural-
simbólico que seleccionan sobre la marcha y de acuerdo a las circunstancias.
41 También existen grupos étnicos, como los zapotecos del istmo de Oaxaca, que no se consideran indígenas (Conversación con Yanga Villagómez, 2006).42 La fortaleza de este esencialismo reside en la “capacidad de apertura y negociación, de superposición de identidades, de síntesis de elementos de diversa procedencia que posibilitan la ceración y convivencia con mestizos y blancos pobres, así como con otras etnias indígenas” (Máiz, 2004: 167).43 Traducción mía.
60
Las poblaciones indígenas denuncian una historia de colonización y explotación a
través de la expresión consciente (reflexividad) de una identidad que confirma la
permanencia de la diferencia. Esta expresión se convierte en una denuncia política que
comprende la creación de expectativas y la evaluación de posibilidades y límites de la
acción colectiva. Los agentes sociales dotan a las identidades étnicas de un componente
fundamental de estrategia y elección al presentarlas. Los procesos enmarcadores
contribuyen a una definición compartida del campo de oportunidades y constricciones
ofrecidas a la acción colectiva (Melucci, 2002: 38), lo que finalmente ayuda a conformar un
tipo de capital simbólico (identidad étnica). Para su construcción se apoyan en significados
que proveen de un sentido con el cual se sientan identificados los agentes y motiven la
acción en el campo político.
Las luchas que ocurren en el campo tienen como objetivo el “monopolio del
principio legítimo de visión y de división del mundo social” (Bourdieu, 2001: 19). En el
caso de estudio el monopolio del ejercicio legítimo de nombrar y definir quién es indígena
y con base en qué, corresponde casi exclusivamente al Estado y sus instituciones.44 La
definición que las poblaciones indígenas hagan de su diferencia estará mediada por la
posición que ocupan en el campo (subordinados). El aceptar que los indígenas se nominen
ellos mismos obliga al Estado a aceptarlos como sujetos políticos. A lo que se suma que, el
nombrarse así puede crear derechos, por eso es tan importante quién los nomina y bajo qué
criterios.
En ocasiones, los mismos agentes no son capaces de definir el conflicto, ya que esta
definición puede implicar la crítica y negación de valores del campo en el cual se
posicionan. Esto marca diferencias en las disputas, existen agentes que buscan cambiar la
distribución de capitales y quizás la estructura del campo, y otros que sólo quieren cambiar
su posición sin modificarlo. Bourdieu (1984) considera que las disputas que ocurren en éste
ponen en acción el monopolio de la violencia legítima del campo considerado: “Las
estrategias tienen como objeto la acumulación de capital (generalmente simbólico). Las
luchas pretenden el poder y la imposición de un conjunto de normas y símbolos
heterodoxos u ortodoxos” (en Lash, 1997: 305). Con las estrategias se busca acumular
44 “El reconocimiento de la alteridad significa el reconocimiento de otros saberes, de otras prácticas, de otras formas de relacionamiento, pero cuando se establece la existencia de otros saberes en realidad se está significando otras disposiciones conceptuales dentro de un campo epistemológico asimismo distinto, y un conjunto de nuevas prácticas históricas” (Dávalos, 2005: 9).
61
capital simbólico y su objetivo es la movilidad, la riqueza y el estatus en un contexto
sociocultural determinado. La producción de estrategias por parte de las OMS se realiza
para acumular prestigio y legitimidad. En cambio, las luchas se entablan entre
colectividades y buscan la transformación sociocultural (Lash, 1997: 320). Éstas ocurren
entre diferentes organizaciones o agentes -que han acumulado capital simbólico- que
buscan imponer sus símbolos como los representativos del movimiento o para imponer su
visión de la realidad. La lucha por un proyecto de nación, en el que las poblaciones
indígenas sean respetadas y tratadas en igualdad de condiciones, significa un claro ataque al
sistema actual y a sus límites, lo que en muchas ocasiones restringe las negociaciones. En
esta línea, Melucci afirma que la construcción de significados es el núcleo de conflictos
contemporáneos, por tanto, el desafío de estos movimientos es encontrar otro tipo de
definiciones que cuestionen e impugnen la racionalidad instrumental (2002: 112).
Eriksen (2001) denomina “políticas de identidad” a las estrategias y medios
utilizados para enarbolar proyectos y demandas, pero sustentados en la diferencia cultural.
En ciertos casos, bajo ciertas circunstancias, las diferencias -en este caso culturales- se
politizan, se comunican y se exponen como parte de una estrategia. Las diferencias
culturales, continúa esta autora, no conducen ellas mismas al conflicto entre grupos, sino
que son invocadas para la movilización (Eriksen, 2001: 53). Si las diferencias siempre han
existido ¿Bajo que circunstancias se emplean para conseguir recursos y derechos? ¿En qué
momento y por qué se traducen problemas étnicos en ideológicos, económicos y sociales?
¿A qué intereses se responde cuando las penurias materiales y económicas se acompañan
de reivindicaciones culturales?
Las políticas de identidad recurren a la experiencia personal a través del simbolismo
y la retórica política. Los mitos, símbolos culturales y la terminología de parentesco son
usados para crear unidad al interior del grupo y con ellos las OMS tratan de minimizar las
diferencias entre las experiencias personales de sus integrantes. En cambio, las diferencias
con otros grupos son expuestas y posiblemente reconstruidas. Las identificaciones como
“indígena”, “comunero”, “purépecha”, “mixe” son expuestas en diferentes momentos y
bajo ciertas circunstancias. No necesariamente se contradicen entre sí, sino que se incluyen
unas en otras, lo que indica un manejo estratégico de ellas.
Máiz afirma que la naturaleza contingente y construida de las identidades indígenas
apunta a que un cambio desfavorable en el contexto nacional o internacional; un fracaso
62
político en la competición del gobierno que facilite una articulación hegemónica diferente
de sus demandas puede erosionar el nuevo equilibrio identitario y desincentivar su actual
atractivo para los agentes (2004: 169). Es innegable que la actual construcción de
identidades étnicas responde a un contexto favorable y que los marcos de estas
construcciones están rebasando los límites nacionales (relación pueblos indígenas y
Estado), por ejemplo, la migración contribuye a la formación de culturas transnacionales.
Pero, existen componentes subjetivos en las identidades étnicas que suministran a sus
constructores de protección y solidaridad históricas. Si el contexto cambia no significa que
desaparecerán. Los componentes afectivos que se producen y originan en las OMS también
influyen en su desarrollo y dinámica.
Las identidades étnicas también se construyen sobre lazos afectivos -entre
individuos y grupos- que también sirven de base a las organizaciones. Existen vínculos de
parentesco, amistad, afinidad, vecindad que contribuyen a la formación de redes (redes
sumergidas). Pujadas (1993) afirma que la capacidad de movilización y la respuesta a las
llamadas de los líderes étnicos (fundamentadas en sus apelaciones primordialistas) están
relacionadas con sentimientos de pertenencia y la lealtad hacia el grupo étnico. Ocurre,
continúa este autor, una proyección de las experiencias íntimas asociadas con aspectos
como la localidad y la familia a un plano más general, posiblemente nacional. La lucha
indígena se fragua, entonces, desde la cotidianidad. La resistencia se manifiesta también en
la apropiación y redefinición de formas culturales impuestas; así como en la defensa de sus
idiomas como depositario de su conciencia histórica.
La identidad étnica se constituye, no sin disputas, en un tipo de capital simbólico o
étnico que bien puede traducirse en capital económico, “Capital económico y capital
simbólico están tan inextricablemente mezclados que la exhibición de la fuerza material y
simbólica representada por aliados prestigiosos aporta por sí misma beneficios materiales”
(Bourdieu, 1991: 200). La posesión de un capital simbólico, como el prestigio de ser
—guardián de la tierra”, tener una “sabiduría ancestral”, vivir en “armonía con la naturaleza”
y poseer sistemas normativos que “privilegian lo comunal por encima de lo individual”
contribuye a alcanzar recursos de otra índole. Esto supone hablar de intereses y asumir una
posición crítica ante estas agrupaciones. Las poblaciones y grupos indígenas también se
mueven por intereses económicos y materiales, además de culturales y políticos. Esto se
relaciona con el nivel más práctico de la lucha indígena: la desigual distribución de riqueza
63
y poder. Recordemos las deplorables condiciones de vida en las que éstos continúan
viviendo.
Un aspecto más a considerar, y que en mucho cuestiona una visión optimista del
manejo y direccionalidad de las identidades es lo que Hale (2002) afirma acerca de las
concesiones del multiculturalismo neoliberal: la fragmentación de la sociedad en múltiples
grupos de identidad con poca percepción de intereses comunes puede obstaculizar la
formación de alianzas. Además, el deterioro de la solidaridad y lucha de clase pueden tener
efectos adversos en el potencial transformativo de los grupos. Habría que preguntarse si las
construcciones identitarias que aquí tratamos toman como única referencia su condición de
indígenas o también se incluyen en las de explotados, campesinos, etcétera; o en qué
medida las identidades étnicas se construyen en el marco de esta política si aparecen como
una respuesta a ella.
I.2.5 Más allá de la visión instrumentalista: las identidades cambiantes
La construcción de determinada identidad étnica más que ser un medio se convierte en un
fin. Como anteriormente mencioné, el reconocerse y presentarse como “indígena” puede
traer beneficios, pero el proceso de construcción que esto implica rebasa, en mucho, las
expectativas de los integrantes del movimiento indígena. Se trata de un proceso subjetivo
que liga la historia cultural de un grupo a las circunstancias presentes; crea sentimientos de
pertenencia y provee de sentidos comunes. El que sea utilizado por grupos e individuos en
la disputa política es un fenómeno reciente que responde a un contexto determinado. Cruz
B. (1998) afirma que como producto de la interacción social, la identidad étnica implica
procesos endógenos (intergrupales) y exógenos (extragrupales), lo que en última instancia
contradice las posiciones que consideran a los grupos étnicos como grupos de interés.
La construcción de esta identidad se negocia en dos dimensiones: entre los agentes
pertenecientes a la organización, y entre éstos y el resto de los agentes en el campo político.
Además, los elementos sobre los cuales ésta se construye cambian y tienen diferentes
valores en el campo. En esta construcción está presente aquello que los integrantes
consideran como “indígena”, “mixe” y “purépecha”, y que puede ser diferente y
contradictorio entre sí.
64
La percepción de los agentes acerca de ellos mismos y de su lucha no es igual para
todos. La identidad étnica es una identidad colectiva compartida parcialmente y no con la
misma intensidad por todos. Los agentes acotan o expanden su identidad en referencia con
el “otro” y a la posición que ocupen en el campo político. No es una representación
homogénea (Enkerlin, s/f), aunque el propósito de los agentes sea crear una unidad o una
imagen de unidad. Los agentes privilegian unas de sus identidades sobre otras, les otorga un
peso diferente y distinto grado de intensidad. Máiz (2004) opina que existe una articulación
entre éstas y una jerarquía, de forma que se sitúa a una de ellas como determinante y
hegemónica del complejo identitario. Tampoco es sólo una cuestión de selección y
reflexividad, sino también es una cuestión de socialización y del subconsciente.
Las formas en que se reciben e internalizan los significados también son variables,
lo que llega a implicar confusión. A este respecto, las OMS habilitan prácticas para
contrarrestarla: juntas, conversaciones informales, medios de comunicación como la radio,
que ayudan a poner significados en común. Además, existen redes de apoyo a través de las
cuales se incorporan experiencias de otros movimientos sociales e indígenas, lo que
contribuye a crear sentimientos comunes de reivindicación entre los integrantes.
El compartir sentimientos de afectividad, optimismo, amenaza, peligro, ayuda a
crear y mantener la cohesión entre los integrantes de la organización y el movimiento.
Otros sentimientos que también crean unión son aquellos formados con anterioridad a la
constitución de ésta, como son los de amistad y hermandad. En cambio, la ausencia de tales
sentimientos puede ocasionar que al menor conflicto la organización se fracture y no logre
mantenerse. Percepciones de competencia, envidia, desconfianza y pesimismo obstaculizan
que los integrantes de ésta se reconozcan como unidad.45 Incluso, el sobrevalorar
sentimientos individuales entre los integrantes llega a ser un factor de fractura. Resulta así
necesario que los agentes se vean a sí mismos como un equipo para que los conflictos,
siempre presentes, logren superarse. A partir de los sentimientos de afinidad se redibuja una
identidad étnica a pesar de las diferencias y posibles fragmentaciones en su interior.
Baud et al. (1996) afirman que la construcción de una identidad como ésta puede
desempeñar un papel central para dar cohesión, continuidad y legitimidad a la acción
colectiva. De ahí que los esfuerzos por construir sentidos comunes tengan como fin la
45 Hablo de unidad hipotéticamente, no me refiero a algún caso en particular ni pretendo que estos supuestos se apliquen por igual a todos lo movimientos indígenas. Es necesario tener presente su gran heterogeneidad.
65
confluencia en torno a las mismas demandas para que los agentes puedan asumirse, en un
momento posterior, como organización y movimiento.
Existe una distinción entre identidad étnica e identidad residencial. La lealtad
primordial remite a los nexos comunitarios, parentales y organizacionales de la misma
forma que a la membresía con una tradición lingüística y cultural (Bartolomé, 1996a: 40).
Pero, la construcción de una identidad más allá de lo comunitario implica el
establecimiento de redes sociales extralocales que ayudan a conseguir apoyo de otros
grupos.
Los sentimientos de solidaridad y pertenencia que los agentes sociales experimentan
con respecto a una identidad supraétnica, como sería la de “indígena” sugieren también la
defensa común frente a restricciones y agresiones de otros agentes sociales: la elaboración
de un proyecto indígena coloca los intereses y expectativas comunes como principales
objetivos. Los lazos afectivos y la existencia de componentes subjetivos en estas
construcciones revelan que los agentes sociales son personas que sienten, piensan y actúan.
La apelación a identidades colectivas requiere una continuidad con el pasado y una
supuesta autenticidad cultural en la escena política. Esto supone un manejo retórico de la
identidad y altos niveles de desarrollo ideológico que se pueden apreciar en tres aspectos:
“altos niveles de conciencia étnica, un grado importante de reconocimiento social y un
ambiente favorable a sus demandas en la arena internacional” (Iturralde, 1997: 85). La
construcción de una identidad étnica ha de realizarse continuamente por los agentes
sociales para renovar relaciones, visiones del mundo, ajustes al contexto y garantizar así la
permanencia del grupo en medio de disputas.
Estas construcciones sociales llegan a ser contradictorias en sí mismas. Ya que
median intereses, experiencias, proyectos, ideologías, recursos y muchos otros aspectos por
los cuales los agentes disputan su control. Esto sugiere la existencia de relaciones de poder,
así como desigualdades y abusos entre las organizaciones y en los movimientos indígenas.
Lo anterior nos exhorta a verlos con cuidado y posiblemente poner en duda cuestiones
como la unidad y la armonía, y evitar darlas por sentado de antemano. Se trata de
cuestionar su existencia e imaginar, con base en la realidad, los procesos que les dan forma.
Bonfil (1981) expone una cuestión más, el que la diferencia étnica sigue cumpliendo
una función de dominación, en esta concepción la diferencia significa inferioridad y
subdesarrollo. Ante tal argumento se puede agregar que su mantenimiento no sólo advierte
66
la persistencia de un sistema de dominación muy antiguo, sino la conservación de formas
de protección y solidaridad que han funcionado en el contexto actual. El reto consiste en
distinguir las formas cambiantes en que se articulan en la escena nacional, y posiblemente
internacional, las construcciones identitarias. Sus impactos no son desdeñables y las formas
en que las OMS hacen política y participan en la dimensión pública son cada día más
innovadoras. Su papel como interlocutores y representantes de minorías alcanza
dimensiones no previstas y sus relaciones con otros sectores de la sociedad rebasan
fronteras tradicionales. Aunque, hay que tener cuidado de no idealizarlas ni confiar
ciegamente en que siempre encarnan una oposición y resistencia. Las identidades no han
sido siempre claras, aunque se busca que ahora lo sean. De allí que su construcción sea tan
compleja.
67
Capítulo IIEl campo político de los movimientos indígenas en el México
actual: las oportunidades políticas de las organizacionesindígenas
La emergencia de los movimientos indígenas se registra desde los años sesenta del siglo
XX. En este capítulo presento un breve análisis de la construcción del Estado-nación
mexicano y su relación con la política homogeneizante del indigenismo. Enseguida
expongo las condiciones generales para la eclosión de las reivindicaciones indígenas. El
surgimiento de las organizaciones que serán investigadas aparece como parte de la
conjugación entre estas condiciones y procesos regionales y locales. Esta misma
conjugación influirá en la disposición de un campo político, el cual reconstruyo para cada
región de estudio.
II.1 La formación del Estado-nación y el indigenismo como política integradora
La política que más influencia ha tenido en la forma en cómo se concibe al “indígena” o
“indio” es la política indigenista. Actualmente, muchas de sus concepciones continúan
vigentes. Dicha política nació como producto de un proyecto mayor, el de construcción del
Estado-nación mexicano desde el siglo XIX. Tanto la política indigenista como el proyecto
de nación tendrán variaciones y responderán a corrientes de pensamiento y a dinámicas
internacionales.
La formación de lo que se ha llamado “Estado mexicano” se vincula estrechamente
con los procesos de formación del capitalismo mundial. La formación del Estado modifica
formas de entender el mundo y participa en la regulación y constitución de identidades
sociales (Joseph y Nugent, 2002: 42). La principal identidad construida fue la nacional, la
de mexicano en oposición a otras identidades (como las de las culturas mesoamericanas). El
grupo que planteó la formación del Estado-nación mexicano entrelazó dos ideologías para
conformar una unidad homogénea: el indigenismo, utilizado para aculturar a los indígenas
68
y volverlos mexicanos, y el nacionalismo, a través del cual se fomentaron sentimientos de
pertenencia a una entidad que debía ser defendida y honrada por todos los que la habitaban.
Después de la Independencia (principios del siglo XIX), se vivieron disputas en
todo el territorio nacional. Éstas fueron expresión de las preocupaciones y problemas
locales y regionales, y de la definición del tipo de nación que se deseaba construir. Dos
proyectos se enfrentaron en esta definición: el liberal y el conservador. Las ideas liberales
pregonaban la práctica de la democracia y la ciudadanía como alternativas para la
formación de una nueva nación. Según León-Portilla (1978), la visión liberal quería hacer
de México una nación progresista e imitar las instituciones republicanas y laicas de Estados
Unidos. Todos los ciudadanos gozarían de los mismos derechos sin distinción, por lo que
las diferencias culturales no tenían cabida. En cambio, los propugnadores del
conservadurismo deseaban mantener los privilegios de la Corona, y apoyaron la formación
del Imperio de Maximiliano de Habsburgo y la invasión francesa (años sesenta del siglo
XIX). El sistema de dominio debía mantenerse y sólo era necesario que pasara a manos de
los criollos. Liberales y conservadores constituyeron fuerzas armadas para defender sus
proyectos. Lo que provocó que durante todo el siglo XIX hubiera guerras y disputas entre
sus partidarios en el país.
Estos proyectos implicaron la delimitación de las fronteras simbólicas de la nación,
negando la posibilidad a otro tipo de ciudadanía que la concebida por aquéllos. Las ideas
liberales ocuparon un lugar importante en la definición de la nueva nación, pero fue el
proyecto nacional-democrático el que tuvo efectos movilizadores sobre las clase
subalternas rurales, como afirma Mallon (2003). Éstas se intensificaron con la presencia
física de ejércitos extranjeros.
Los indígenas, que habían participado en la guerra por la Independencia, aún
experimentaban la discriminación, problemas por límites de tierras y la invasión de sus
territorios por parte de las haciendas. Continuaron luchando y se identificaron
principalmente con los liberales, ya que éstos adoptaron como causa las demandas de tierra
y la participación política en el intento de ganar legitimidad y control en la definición de la
nación (Mallon, 2003). Una gran porción de indígenas luchó contra el Imperio y contribuyó
al triunfo de los liberales, por ejemplo, los pueblos nahuas y totonacos de Puebla son
recordados en la historia oficial como héroes que defendieron la nación. Sin embargo,
comenta Mallon (2003), la flexibilidad e incertidumbre de las alianzas entre líderes de
69
ambos bandos deterioraron la confianza de las guardias: “Al mismo tiempo que los
liberales hacían promesas populistas incluyentes sobre los derechos del pueblo a la
propiedad, celebraban contratos de arrendamiento y adjudicaciones que, en su mayoría,
violaban el mismo derecho” (Mallon, 2003: 271). Grupos de guardias se aliaron a los
conservadores al no ser respetadas sus demandas, que creían debían cumplirse como pago
de su fidelidad y defensa del territorio nacional.
La ley Lerdo, aplicada a mediados del siglo XIX, fue un golpe duro a la propiedad
comunal. Los liberales concibieron la diferencia económica y jurídica como causas del
atraso del país. Nadie debía aparecer como diferente y con organizaciones sociales
disímiles a las que propugnaba esta corriente. Según ésta, la propiedad privada permitiría el
desarrollo económico y elevaría el nivel de vida de los más pobres.
Mallon (2003) argumenta que se instituyó un discurso racista que excluía a
campesinos e indígenas de la construcción de una comunidad política nacional. El discurso
racista sobre el control social, utilizado tanto por conservadores como por liberales,
justificó la represión de los movimientos sociales agrarios y transformó a la población
indígena rural en aquellos identificados con la ignorancia, la superstición, la falta de juicio
político y las tendencias hacia la violencia y el saqueo (Mallon, 2003: 534). Aunque
algunas de las demandas de estas poblaciones se mantuvieron en el discurso oficial, la
participación de estas últimas fue reducida y se excluyeron de la definición del proyecto
nacional.
Así, los líderes liberales que habían solicitado y obtenido el apoyo de indígenas,
rechazaron una perspectiva popular. Se inclinaron por una relaciona con el momento de
expansión del sistema capitalista. El interés en incorporar a las poblaciones indígenas
también fue una forma de incorporarlas a este sistema económico. Para Díaz-Polanco el
integracionismo fue la ideología adecuada para racionalizar las tendencias estructurales del
capitalismo en México, ya que “las impaciencias integracionistas correspondían más a
imperativos que se relacionaban con las necesidades de expansión capitalista en las
etnorregiones y de llevar a cabo allí nuevos ordenamientos políticos, que con una meta de
homogeneización cultural” (Díaz-Polanco, 1988: 155). Los adelantos tecnológicos y el
crecimiento económico eran las metas y una población dispersa, pobre e ignorante no
ayudaría a lograrlas. Entonces se trató de integrarla a través de proyectos productivos y
educativos.
70
La exclusión de las poblaciones campesinas e indígenas, y el centralismo auspiciado
por Juárez provocaron que Porfirio Díaz ideara el Plan de la Noria, el cual mereció el apoyo
de las mayorías. Éste presentaba una propuesta con la que se identificaban campesinos,
guardias, pensadores liberales, etcétera. La movilización nuevamente llevo al poder a un
general en armas, el cual se consolidó como dictador y duró en la silla presidencial más de
30 años. Durante su mandato las ideas de progreso y modernización fueron las directrices
de su proyecto de nación. Su perpetuación en el poder y la represión y censura durante su
periodo provocaron el levantamiento armado de 1910. Las deplorables condiciones de vida
de los indígenas, que se agravaron a raíz de las leyes de Reforma, contrastaban con la
modernización y el progreso que sólo benefició a los sectores dominantes (León-Portilla,
1978).
Durante la Revolución (1910-1921), los indígenas volvieron a las filas guerrilleras
como campesinos y desposeídos. Su participación no enarboló reivindicaciones étnicas, y
los reclamos específicos de las comunidades tampoco fueron considerados como indígenas
(Warman, 2003: 260). El grupo que resultó triunfador estaba integrado por militantes
ilustrados que, sostiene Villoro (1999), no se identificaban con nacionalidades históricas
anteriores. Se trataba de la clase media desarraigada que no se reconocía en las
comunidades locales o regionales, y que proyectó una nueva patria en la que podría
integrarse y participar del poder y las decisiones del proyecto de nación a construir.
Las promesas revolucionarias de redistribución de la tierra, nuevos ordenamiento en
materia laboral, transformación económica de las clases con reivindicaciones nacionalistas
dieron forma a la Constitución de 1917 (López-Portilla, 1978: 112). Éstas constituirían la
base de legitimidad del régimen al concentrar el proyecto liberal, nacionalista y de bienestar
social (derechos civiles y políticos, tierra, bienestar social y defensa nacional). La nación,
que desde el siglo XIX se ha estado gestando, adquirió forma junto con el Estado.
El nacionalismo proporcionó las bases para conformar la nación en el siglo XX.
Villoro apunta que éste -como ideología- se caracteriza por sostener tres proposiciones:
Nación y Estado deben coincidir; el Estado-nación es soberano; y el Estado-nación es una
unidad colectiva que realiza valores superiores comunes a todos sus miembros (Villoro,
1999: 29). Estos postulados se hicieron realidad al establecer uniformidad con una
legislación, centralizar la administración y concentrar el poder sobre una sociedad que se
figura formada por ciudadanos iguales (Villoro, 1999: 26). El nacionalismo creció al
71
amparo del consenso y legitimidad que lograron los líderes del movimiento revolucionario.
Sin embargo, esta ideología no fue igual en todo el territorio mexicano, los ajustes se
relacionan con las formas de poder particular de cada región y la diversidad en la
concepción de igualdad ciudadana, específicamente entre el sector urbano y rural.
El sistema educativo y las ceremonias cívicas a las que se sometió a la población
contribuyeron a consolidar esta ideología. La interpretación de los hechos pasados y la
construcción de una historia oficial respondieron a los intereses de crear una nación y
unificar a todos sus integrantes. Mallon (2003) apunta que el nacionalismo puede ser
analizado como “un proyecto para la identidad colectiva basado en la premisa de la
ciudadanía, una identidad o membresía individual disponible para todos a través de la
igualdad legal” (2003: 81). A pesar de la pretendida igualdad, sus ideólogos utilizaron
criterios excluyentes basados en eurocentrismos y en jerarquías de clase y género para
negar a algunos grupos el acceso a la ciudadanía y la libertad (Mallon, 2003: 90).
Las poblaciones indígenas, por su diferencia cultural, fueron concebidas como
opuestas al proyecto de nación, y por tanto excluidas de su creación. Las políticas que se
implementaron para integrarlas provenían de la corriente indigenista.46 47 48 Ésta nació en la
segunda mitad del siglo XIX, a partir de la toma de conciencia de la presencia india en la
economía nacional. En América Latina, la preocupación por la “ciudadanización” fue
paralela a la “nacionalización” de la población, y las concepciones de homogeneidad,
desarrollo y modernidad fueron la guía en la constitución de los Estados oscureciendo el
carácter pluriétnico de su interior.
Marzal (1998) estudia a los precursores del indigenismo del siglo XIX. Uno de
ellos, Francisco Pimentel, conceptualiza al indio vivo después de la Independencia y
pregona una tesis asimilacionista con el fin de crear una “nación verdadera”. Andrés
Molina Enríquez, otro precursor, afirmaba que el problema indio es un problema social
debido a la posición que éste ocupaba en la estructura social del país. Ambos pensadores
46 Desde la Colonia existía el interés por integrar al indio a la vida del Viejo continente. En el siglo XVIII, anota Warman, se registró un indigenismo “ilustrado” que centró su atención en el pasado prehispánico y poco atendió al indio vivo. Defendía al mundo indígena frente al europeo. Sus exponentes, entre ellos Francisco Javier Clavijero y Servando Teresa de Mier, aceptaron la conceptualización colonial del indio y “trataron de cambiar la valoración del pasado precolonial sin modificar los prejuicios de su tiempo” (Warman, 1978: 99).47 Barre afirma que la corriente indigenista fue favorecida “por periodos que desempeñaron un papel histórico decisivo: la Guerra del Pacífico entre Perú y Chile (1879), el porfiriato en México” (Barre, 1983: 30).48 Molina Enriquez coincidía con José Vasconcelos acerca de que el mestizo, como la mezcla de lo mejor de los españoles y amerindios, era el indicado para construir la nueva nación y llevarla hacia el progreso.
72
apoyaban una tesis asimilacionista que en última instancia implicaba la desaparición del
indio al convertirse en mestizo.
El indigenismo pretendió mejorar las condiciones de vida de los indígenas,49 sin
embargo, lo hacía dentro del marco de una situación colonial que permanecía
incuestionada. En 1917, se creó la Dirección de Antropología (la primera del continente).
Tenía como objetivo adquirir conocimientos de las características de las poblaciones
indígenas en el país por medio de investigaciones antropológicas. Moisés Saenz se
desempeño en la educación indígena, participó en la Casa del Estudiante Indígena, los
internados indígenas y las misiones culturales para integrarlos. En la década de los treinta
probó su método de la incorporación del indio al medio nacional en el proyecto “Estación
experimental de incorporación del indio en Carapan” (Michoacán). Como se mencionó, la
educación fue la institución ideal para superar las deficiencias del sector rural (incluidos los
indígenas) a través de la escuela rural. Específicamente, la castellanización fue el medio de
transformación cultural que daría cabida a la asimilación en el caso de los indígenas.
Manuel Gamio estaba al frente de la Dirección de Antropología y las tesis
asimilacionistas permearon su visión. Díaz-Polanco afirma que fue él quien sentó las bases
de una perspectiva que observaba la heterogeneidad étnica (particularmente en sus aspectos
socioeconómico, cultural y lingüístico) como obstáculo para la conformación plena de la
nación (Díaz-Polanco, 1988: 149). En sus postulados, de principio de siglo, creía en la idea
de —forjar una nación integrada y sólida” a través del mestizaje o la fusión sociocultural. La
fundación de las disciplinas de arqueología y antropología (bajo su vigilancia) contribuyó a
que los proyectos del Estado se encaminaran a desenterrar y admirar las grandes y antiguas
civilizaciones nativas, y a educar y redimir a los indígenas “degenerados” (Mallon, 2003:
519).
Las décadas de 1920 y 1930 fueron, para Mallon (2003), un periodo de
consolidación política en el que se articularon las luchas populares anteriores al legado de
1910. La creación de una historia oficial para instituir imágenes comunes y dar unidad a la
nación fue clave en esta etapa, sus creadores ajustaron los discursos locales a la narrativa
nacional. Construcciones y objetos creados por los indígenas del pasado fueron retomados
para conformar la identidad nacional, por ejemplo, el pasado glorioso que se expresa en las
49 En esta primera etapa del indigenismo todavía aparecía el concepto de raza en la definición de lo indígena, pero era el concepto de cultura el que cargaba con el mayor peso (Warman, 2003).
73
pirámides y vestigios materiales, fue signo de orgullo para todos los mexicanos; no así los
descendientes de los cradores de tales vestigios.
Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río se estimuló la participación política
de los sectores populares, pero dentro de esquemas corporativos, autoritarios y jerárquicos.
En 1936 se creó el Departamento de Asuntos Indígenas (DAI) con el objetivo de
“mexicanizar a los indios, sacarlos de la pobreza y educarlos” (Nolasco, 2003: 7). Uno de
los principales resultados de la Revolución fue la reforma agraria, y el consecutivo reparto
de la tierra. Ésta contribuyó a la participación indígena en las estructuras políticas
nacionales, pero en calidad de campesinos. Las ligas de comunidades agrarias y las
federaciones de solicitantes de tierras se convirtieron en los interlocutores de las
autoridades agrarias: negociaban la atención a las solicitudes de tierra a cambio de la
creación de las clientelas políticas campesinas. La diferencia de la población indígena se
reconoció sólo al establecerse el régimen de propiedad comunal.50
En 1940, se realizó el Primer Congreso Indigenista Interamericano en Pátzcuaro,
Michoacán, bajo la supervisión del presidente Lázaro Cárdenas. A partir de este encuentro
las autoridades latinoamericanas asumieron la responsabilidad del problema indio y
siguieron una ideología explícitamente integracionista. La aculturación y la asimilación
constituyeron las grandes líneas de esta política en todo el continente (Barre, 1983: 34). En
marzo de 1942, fue constituido oficialmente el Instituto Interamericano Indigenista, que
tenía como meta la fundación de Institutos Nacionales Indigenistas51 52 dedicados a dar
atención a las poblaciones indígenas. Manuel Gamio fue su primer director y se preocupó
por mejorar las condiciones de éstas: “La tendencia básica de este Instituto no es la de
mejorar el tipo racial de los aborígenes, sino satisfacer las necesidades y aspiraciones
biológicas, económicas y culturales de los grupos que vegetan en las más bajas etapas de la
evolución” (Gamio, 1966: 3). Este discurso es diferente al que había seguido en la primera
década del siglo XX (asimilacionista), en cambio, en estos años habla de integrar a los
indígenas. Una de sus inquietudes fue definir quién es indígena y bajo que criterios.
50 Este reconocimiento permitió mantener un régimen de propiedad similar al anterior, pero bajo una política de tutela del Estado hacia los campesinos, en tanto usufructuarios de un bien de la nación, la tierra (Arizpe, 1988: 326). Este sistema de tutelaje se fortaleció con las políticas indigenista.51 Las funciones de éstos eran: “estimul^ar el interés y proporcionar información sobre m ateria indígena a personas e instituciones públicas o privadas y realizar estudios sobre la misma materia, de interés particular para el país” (Gamio, 1966: 66). Cursivas en el original.52 Gamio fue partidario de diferenciarlos por sus rasgos culturales (prehispánicos), y no por la raza o el idioma.
74
Desde entonces, se observa una preocupación por establecer criterios de dasiflcación y
definición. Intentaba conservar y estimular aquellos rasgos (de vida material e intelectual)
que veía como útiles y benéficos de estas poblaciones, y extirpar o corregir los que
consideraba perjudiciales a fin de que se normalizara su situación de vida (Gamio, 1966).
Las concepciones de estos pensadores dan cuenta de las imágenes que se tenían (o tienen)
del indígena y la “necesidad” de ayudarlos y guiarlos hacia el progreso y la civilización.
El —problema indígena” fue reconocido bajo la concepción de diferencia y miseria,
por tanto era necesario solucionarlo en el marco del discurso de democracia y progreso. Los
mexicanos debían ser todos mestizos y la diferenciación sólo podía hacerse en términos de
sectores. El proceso del corporativismo se fortaleció para organizar a la sociedad en
gremios con el objetivo de crear mecanismos tanto de representación política y de ajuste de
intereses entre agentes (para neutralizar conflictos entre clases y grupos, y el gobierno);
como para controlar a los miembros individuales y corporaciones subordinadas al Estado
(Meyer, 1994: 107).53
En 1946, el DAI desapareció y fue sustituido por la Dirección General de Asuntos
Indígenas. El Instituto Nacional Indígena (INI) se creó en 1948 con Alfonso Caso a la
cabeza y Gonzalo Aguirre Beltrán entre sus integrantes. Este instituto tenía como fin, en
palabras de su director, proteger a “las comunidades indígenas para colocarlas en un plano
de igualdad, con relación a las otras comunidades mestizas que forman la masa de la
población de la República” (Caso, 1978: 79). En Los ideales de la acción indigenista Caso
propone “una aculturación planificada por el gobierno mexicano, para llevar a las
comunidades indígenas los elementos culturales, que se consideren con un valor positivo”
(en Báez-Jorge, 1978: 291). Su indigenismo de integración comunitaria no se propone
romper las relaciones de dominación de ladinos sobre indios.
La acción indigenista empezó a realizarse a través de los Centros Coordinadores
Indigenistas (CCI). El primero se inauguró en San Cristóbal de las Casas (Chiapas) en
1950. Éstos tenían su sede administrativa en una ciudad metrópoli y constaban de cuatro
áreas de acción: demostración, difusión, migración y movilización. En ellos se preparó a
promotores, que junto con los maestros bilingües, tenía como función promover el cambio
53 Los orígenes del corporativismo contemporáneo los rastrea Meyer en la experiencia italiana entre las dos guerras mundiales, y se refiere a la teoría y práctica que “propugna la organización de la colectividad sobre la base de asociaciones de intereses y de actividades profesionales” (Meyer, 1994: 107).
75
de su grupo e integrarlo a la sociedad mayor mediante la castellanización (González G.,
2006: 59). Algunos de estos individuos se convirtieron en intermediarios entre el Estado y
los indígenas, y también explotaron a sus iguales una vez que ocurrió en ellos procesos de
ladinización (Marzal, 1998: 431).
Otro de los grandes pensadores indigenistas e influyentes en la aplicación de esta
política fue Gonzalo Aguirre Beltrán. Propuso el integracionismo indigenista como marco
de acción, que si bien se apartaba del nacionalismo revolucionario cardenista, conservó
mucho de lo anterior al seguir un desarrollismo capitalista basado en la inversión para la
sustitución de importaciones hacia la década de los cincuenta (Nolasco, 2003: 89). Sus
propuestas de intervenir en un ámbito mayor al de la comunidad indígena lo llevaron a
desarrollar sus consideraciones acerca del sistema y región intercultural, e integración
regional. El objetivo era crear una “región cultural homogéneamente integrada”,y a través
de los Centros Coordinadores se aplicaron las actividades económicas, sanitarias,
educativas y de promotoría para dicha tarea (aculturación inducida).
A partir de 1955, afirma Arze (1988), predominan las acciones encaminadas a
promover el desarrollo de las comunidades indígenas a través de la introducción de
innovaciones técnicas en la esfera productiva, organizacional y de servicios. Se
incorporaron profesionistas agrónomos, economistas, médicos y veterinarios en el
contingente del indigenismo. La Dirección General de Asuntos Indígenas se convirtió en el
Departamento de Educación Indígena (DEI) (Nolasco, 2003: 7), y los centros
coordinadores trabajaron junto a éste. En esta etapa la educación se consolida como el
principal instrumento de la política indigenista. En 1963, se creó el Sistema Nacional de
Educación Bilingüe para la enseñanza primera en lengua vernácula como parte de la
Secretarías de Educación Pública, y en 1964 se instaura el Servicio Nacional de Promotores
Culturales y Maestros Indígenas Bilingües con el fin de que los miembros de la propia
comunidad sean los que lleven a cabo la integración de éstas. Como afirma Bonfil (1981),
se admite el pluralismo étnico existente, pero no se le ve como condición deseable para el
futuro.
En la década de los cincuenta empieza a delinearse la construcción de un poder
ejecutivo bastante fuerte, que permitió al presidencialismo derrotar al caudillismo
prevaleciente. No se abandonaron formas tradicionales de poder como el caciquismo, por el
contrario, se mantuvieron para dominar las áreas rurales donde habitan mayoritariamente
76
los indígenas. A pesar de la apenas perceptible presencia del INI y sus agentes en este
ámbito, aquellas formas de control se reprodujeron y se mezclaron con otros tipos de
dominación y concesión de recursos, el clientelismo.
La consolidación de dichas formas de control también provocó crítica y denuncia, la
explotación fue expuesta. La inconformidad de los indígenas ante las instancias que se
habían creado para su integración creció a la par del desarrollo de sus capacidades a través
del suministro de instrumentos para formular y expresar demandas. Bonfil afirma que la
legitimación de la diferencia a través de su reconocimiento, y la ceración de un conjunto de
políticas para borrarla abrió la puerta para demandas particulares de la población india y
refuerzó su identidad distintiva (Bonfil, 1981: 33).
En esta etapa, se iniciaron las críticas hacia el indigenismo y los lineamientos del
INI. A mediados de la década de 1960, un grupo de intelectuales progresistas lo criticaron.
Acusaron a su esquema teórico-práctico de etnocida, autoritario y homogeneizador (Díaz-
Polanco, 1988: 153). Una nueva corriente apareció, la autodenominada “antropología
crítica”, posteriormente conocida como etnicista o etnopopulista. Esto contribuye a que los
indígenas aparezcan como actores políticos. En el continente este destello inicial se
relaciona con la capacidad de éstos para presentar la conservación de su medio ambiente en
un momento de de las luchas y movimientos ambientalistas.54
Como se advierte, durante la primera mitad del siglo XX, el Estado mexicano
empezó a consolidarse como “una enorme articulación política altamente jerarquizada y
aún así dúctil y permeable de cohesión social” (Gutiérrez, 2006: 191). La población
organizada por sectores y la formación de un partido oficial se convirtieron en las
principales formas de control. El clientelismo será clave en la gobernabilidad de las elites
en el poder en las décadas siguientes. Los indígenas, que fueron incluidos en el sector
campesino, se separarán de éste para conformar un grupo culturalmente diferenciado. Esto
les permitirá emitir denuncias desde su posición y utilizar las enseñanzas y la preparación
que recibieron con las políticas indigenistas para criticar y denunciar las formas de poder
asimétricas que predominan en sus regiones. Estas críticas se enmarcan en un momento en
que el poder que llega a concentrar la figura del ejecutivo presidencial -bajo el principio de
54 Los indígenas vinculan sus luchas con una visión conservacionista del medio natural y del mundo: “from the late 1960s indigenous peoples began to emerge both in Mexico and internationally as political actors vindicating a specifically indigenous identity based on a common experience of domination and exploitation (internal colonialism)” (Hindley, 1996: 227).
77
no reelección y las prácticas autoritarias de intercambio de concesiones sociales por lealtad
corporativa al régimen (Gutiérrez, 2006: 192)- hacen emerger una reacción en forma de
movimientos sociales con la consigna de independencia del control y tutela del Estado.
II. 2 Las "condiciones de emergencia” de los movimientos indígenas a partir de la década de 1970
Una vez que configuramos el panorama en el que la política indigenista se creó como
instrumento de un proyecto de Estado-nación que buscaba homogeneizar, y por tanto
aculturar a los indígenas, veremos cómo éstos empiezan a luchar por su derecho a existir
políticamente y ser parte de esta nación sin obscurecer o negar su diferencia cultural.
II.2.1 La formación de las “condiciones de emergencia” en la década de los años setenta del siglo XX
Esta década es de fuertes cuestionamientos hacia el sistema de gobierno y sus políticas.
Anaya (2006) comenta que el presidente Luís Echeverría (1970-1976) trató de incluir las
tendencias de izquierda que inspiraban la “efervescencia popular”. También revivió el
programa populista de los treinta al multiplicar la distribución de subsidios, distribuyendo
tierra, atendiendo las demandas del sector obrero y tolerando organizaciones campesinas
independientes, pero esta “apertura democrática” se combinó con dosis de represión
(Anaya, 2006: 24-27).55
Luis Echeverría promovió reuniones para evaluar la política indigenista desde su
formulación y ejecución hasta ese momento (Sarmiento, 1996: 368). Durante su gobierno
intentó controlar la organización de los indios a través de la creación del Consejo Nacional
de Pueblos Indígenas (CNPI)56 y la creación de los 56 Consejos Supremos Indígenas
(CNC) (1975). También amplió la cobertura de los CCI-INI. Como mencioné en el capítulo
I (Las organizaciones: los intérpretes del movimiento indígena en México), el CNPI se
separó de la CNC, pero sus dirigentes intentaron crear espacios autónomos de decisión.
55 Traducción mía56 Hernández H. afirma que las principales demandas del CNPI eran el respeto a la autodeterminación y a lo que configuraba su personalidad como pueblos (1988: 171).
78
En 1974, en Chiapas, se realizó un Congreso Indígena Estatal convocado y
organizado por la diócesis de San Cristóbal de las Casas con el apoyo del gobierno del
estado para recoger y sistematizar demandas. Este encuentro rebasó las expectativas del
gobierno y la concurrencia de diferentes grupos etnolingüísticos fue provechosa para
compartir experiencias y estrategias. Hay que mencionar que cuando las vías que propuso
el gobierno no lograron detener las movilizaciones se ejerció la represión.
El movimiento campesino nacional vivió su mayor ascenso a partir de 1973 y
recobró fuerza con los cuestionamientos a la forma de operar de la CNC. La formación de
organizaciones agrarias independientes se multiplicó. Algunos militantes campesinos y
trabajadores agrícolas fueron reprimidos o cooptados por el partido oficial. Esto provocó
que se formaran movimientos y organizaciones orientadas hacia el marxismo, La teoría de
la dependencia ocupó un lugar prominente al centrarse en la explotación colonial de las
culturas indígenas para explicarlas, lo que colocó sobre la mesa la relación entre luchas de
clase y relaciones étnicas.
Los asistentes a la primera (1971) y segunda reunión en Barbados (1977) (en la que
participaron organizaciones indígenas de América) centraron la discusión en las
posibilidades de alianzas entre grupos étnicos, clases, organizaciones políticas, laborales,
etcétera, pero con una visión crítica hacia el indigenismo. Esto ocasionó la formación de un
grupo de trabajo sobre poblaciones indígenas en la Organización de Naciones Unidas
(ONU).
En esta línea, surgieron críticas de algunos antropólogos acerca de los métodos y
metas del indigenismo oficial. Ángel Palerm bosquejó la propuesta de una pluralidad
cultural que no ponía en peligro la existencia ni estabilidad del Estado nacional (en Marzal,
1998: 531). Y Bonfil Batalla rescató la particularidad de la cultura indígena, más allá de
una mera cultura de clase explotada. También denunció la necesidad de terminar con
aquellas relaciones asimétricas que mantiene la sociedad nacional con las comunidades
indígenas, y proyectó la posibilidad de un Estado pluricultural en razón de la permanencia
de las culturas mesoamericanas hasta el presente (México profundo). El INI también
enfrentó el cuestionamiento de los indios, quienes exigían el reconocimiento de sus
derechos laborales, la defensa de sus derechos agrarios y que se les considerase entre las
autoridades de este instituto (Nolasco, 2003: 9).
79
Para contrarrestar esta crisis y los ataques de los antropólogos críticos, López
Portillo dio un viraje a la política indigenista y adoptó una nueva denominación:
“indigenismo de participación”. Con éste se consideró a los indígenas como marginados,
pobres, expropiados y dependientes (Aguirre, 1988). El INI fue enlistado en el mismo
grupo que la Coordinación General del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos
Marginados (COPLAMAR). Esta Coordinación se encargaba de crear unidades médico
rurales y clínicas hospital de campo. El programa de Albergues Escolares para la atención
de niños provenientes de localidades pequeñas y alejadas se instituyó en estos tiempos bajo
el amparo del INI y la SEP.
La aplicación de proyectos mediante el INI (muchas veces formulados en los
escritorios y por tanto, desvinculados de las realidades de las poblaciones indígenas) fijó en
la memoria de algunos indígenas una forma de vincularse con el exterior sin tantas
desventajas, pero también trajo consigo una serie de conflictos al interior de las
comunidades (por la distribución de recursos). Ocurrió la adaptación y reapropiación de
espacios para delinear reivindicaciones y preparar estrategias de luchas a pesar de haber
sido, en un inicio, creados desde arriba, desde las esferas de decisión gubernamental. Esto
motivó que se realizarán foros y encuentros en los que las demandas, compartidas por los
indígenas, ocuparan el primer lugar por encima de necesidades locales.
El deterioro de la hegemonía del PRI, que inició en esta década, lo enfrentó José
López Portillo (presidente de 1976-1982) con una reforma política al crear una ley al
código electoral. Ésta facilitó la emergencia de un sistema de partidos más plural
(incorporación de más partidos a la política electoral), pero no desarticuló el control priísta
sobre los procesos electorales (Anaya, 2006: 24). Ramírez afirma que para finales de los
setenta, con esta reforma política, inicia la lucha por los municipios, y partidos distintos al
dominante ocupan algunos gobiernos locales (Ramírez, 2007: 122).
El cambio que sufrió el indigenismo fue producto de una apertura política más
amplia. Las organizaciones independientes (campesinas y contra caciques) empezaron a
ganar espacios, y las voces indias son escuchadas. A juicio de Sarmiento (2001) esta década 57 58
57 Ejemplos de estos espacios son las radios indígenas y las cooperativas.58 También es necesario reconocer la lucha de otros sectores de la sociedad mexicana, a partir de la segunda mitad del siglo XX por crear y mantener espacios de expresión y crítica a las estructuras políticas y económicas del Estado: movimientos sociales -feministas, ambientalistas-, sindicatos, partidos políticos, intelectuales, confederaciones, etcétera.
80
es la primera oleada de los movimientos indios, y se caracteriza por la insurgencia de
procesos sociales que permitieron a los indígenas mostrar sus rostros y alzar sus voces sin
intermediarios. Aunque aún no definen con claridad sus reivindicaciones, los indígenas
muestran su capacidad de invasión del espacio público al cuestionar la historia de
dominación y explotación vivida en sus comunidades. Los esfuerzos por fundar
organizaciones políticas independientes se relacionan con las propuestas y acciones de la
elite formada por los profesionistas indios. La era del indigenismo participativo inicia, pero
no asegura ni garantiza una participación efectiva. El INI continuó reproduciendo
relaciones de explotación y racismo, su existencia legitimó “la marginación de los pueblos
indígenas en la sociedad y los aisló de los recursos del Estado” (Hindley, 1996: 227).
n.2 .2 L a c o n s o l i d a c ió n d e l a s “ c o n d i c i o n e s d e e m e r g e n c i a ” e n l o s a ñ o s
o c h e n t a d e l s ig lo X X 59
La relación entre indígenas y medio ambiente empieza a desarrollarse rápidamente para
después, presentarse como una de las principales banderas del movimiento indígena en
varias regiones de América Latina. La aparición de un discurso etnoecológico se suma a las
reivindicaciones. La demanda de las poblaciones indígenas por el control de los recursos en
sus territorios preocupa a los gobiernos que tratan de impulsar reformas neoliberales,
debido a los problemas que pueden ocasionar estas poblaciones a los intereses capitalistas.
En México, el indigenismo continúa en crisis. Con el gobierno de Miguel de la
Madrid (1980-1988) se propuso un indigenismo que recurrió a la idea de etnodesarrollo y
estimuló proyectos económicos; se planteó a las organizaciones el desarrollo autogestivo
(Sarmiento, 1996: 369). El INI se desprendió de la SEP y se dedicó a la defensoría legal,
asuntos agrarios indios y la asistencia social (Nolasco, 2003: 10). Se instrumentó “una
política con los indígenas” para lograr mayor participación de éstos y se trató de combatir
el intermediarismo.
Durante el gobierno de Miguel de la Madrid hubo una inflación incontrolable, un
crecimiento nulo y la caída de los salarios reales, los subsidios a la producción agrícola y el
59 Bengoa (2000) considera que la emergencia indígena inicia en este periodo, sin embargo, yo considero que inicia en los años setenta.
81
co n su m o p o p u la r em p ezaro n a d esap arecer (A naya, 2006: 25). E sto p ro v o có y fue p arte del
in ic ia l d esm an te lam ien to del aparato estata l de b ienestar. G ros (2000b) a firm a que se tra tó
de m an ten e r al co m u n ero y cam pesino en su co m u n id ad sin p re ten d e r y a in teg ra rlo
p len am en te a la u rbe , y a sab iendas de que no se le po d rían o to rg ar los elem en tos
n ecesario s p ara su m o d ern izac ió n rural (tierra, créd ito , educación , o rgan izac ión , e tcétera).
E n esta lóg ica, co n tin ú a el au tor, u n rég im en de op resió n y m ise ria se tran sfo rm aría , po r
m ed io de la n u ev a re tó rica estatal, en los signos p o sitiv o s de u n a a lte rid ad cu ltura l asu m id a
y re sp e tad a (G ros, 2000b: 175)
El contro l del P R I co n tin u ó siendo cuestio n ad o y en su in te rio r h ab ía rup tu ras. Se
fo rm ó u n a la d isiden te, la “ C orrien te D em o crá tica” d irig id a p o r C u au h tém o c C árdenas y
P o rfirio M u ñ o z L edo. É sto s cu estio n aro n la p o lítica eco n ó m ica del g o b iern o y
“ d em an d aro n la d em o cra tizac ió n del p ro ceso de se lección del cand ida to p resid en c ia l”
(A naya, 2006: 28). T iem p o después ab an d o n aro n el partid o y fo rm aro n el F ren te
D em o crá tico N acio n al. C u au h tém o c C árd en as fu e p o stu lad o com o can d id a to p residencia l.
É ste atra jo el apoyo de la izqu ierda, p artidos de oposic ión , y o rg an izac io n es popu lares. L as
e lecc io n es de 1988 fu e ro n las m ás cuestionadas de la h isto ria , el can d id a to del PR I, C arlos
Salinas de G ortari, le g an ó a C u au h tém o c en m ed io de denunc ias de im p lem en tac ió n de un
g ig an tesco frau d e elec to ral (A naya, 2006: 28). E s to in c rem en tó las m o v ilizac io n es de
o rg an izac io n es in d ep en d ien tes po líticas (de izqu ierda), cam pesinas, obreras, sind icales.
E sta décad a es de rea ju ste y de reestru c tu rac ió n p ara el m o v im ien to in d io en
M éx ico . E l C N P I se d esin teg ra en o rg an izac io n es in d íg en as in d ep en d ien tes d eb ido a las
p resio n es que el g o b ie rn o de ese en tonces ejerce. A l m ism o tiem po , la in ic ia tiv a
g u b ern am en ta l fo m en ta la creac ión del C o nse jo In d íg en a P erm an en te (C IP ) en a lian za con
la C N C (S arm ien to , 2001: 79). A p esa r de que p arece u n escen ario adverso , hay u n a
ap e rtu ra de nu ev o s fren tes de lucha. A p arec ie ro n o rg an izac io n es in d íg en as nuevas,
p rin c ip a lm en te ligadas a las O N G y a las ig lesias in flu en c iad as p o r la teo lo g ía de la
liberación . L a ex p resió n de ésta se in c lin a a la arena local y reg ional: su rgen la U n ió n de
C o m u n id ad es Ind ígenas de la R eg ió n del Is tm o (U C IR I), la U n ió n de C om unidades
In d íg en as de la C o sta “ C ien A ños de S o ledad” (U C I 100 años), la U n ió n de C om unidades
Ind íg en as de la Z o n a Is tm o (U C IZ O N I), y se reg is tra el m o v im ien to de la C o alic ió n O brero
C am p esin a E stu d ian til del Is tm o (C O C E I) en Juch itán , O axaca. E l p ro ceso de o rgan izac ió n
82
indígena se liga especialmente a la educación popular y la formación de una conciencia
étnica más allá de los problemas económicos que las aquejaban.60
Las denuncias de los pueblos indígenas se transformaron en demandas por derechos:
“los movimientos indígenas empezaron a hacer demandas positivas por el reconocimiento y
el respeto de sus derechos colectivos en tanto pueblos originarios” (Hindley, 1996: 228).61
Esto también permitió una mayor vinculación a nivel internacional. Bonfil hace una
revisión de los discursos de organizaciones indígenas en América Latina en esta etapa y
presenta los temas que éstas tratan en su discurso político: la negación de Occidente;
panindianismo; la afirmación de una civilización; la recuperación de la historia (de los
pueblos indios); revaloración de las culturas indias; relación hombre-naturaleza-sociedad;
la crítica de la dominación; la dinámica de la civilización india (en contraposición a la
dominación colonial); la recuperación del mestizo; la visión del futuro; los problemas de
clase; las demandas que incluyen defensa y recuperación de la tierra; reconocimiento de la
especificidad étnica y cultural; igualdad de derechos frente al Estado; contra la represión y
la violencia; contra la planificación familiar; turismo; artesanías y respeto a las expresiones
culturales indias (Bonfil, 1981: 36-49).
El gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) marcará cambios sustanciales
a las políticas dirigidas a las poblaciones indígenas. Su indigenismo de concentración y de
traspaso de funciones, afirma Sarmiento (1996), consistió en establecer acuerdos con los
pueblos indios para proporcionales recursos con los que pudieran realizar sus proyectos,
pero las funciones que se transfirieron no fueron las sustanciales.
n.2.3 El climax de las “condiciones de emergencia indígena” en la última década del siglo XX
La emergencia indígena de los años noventa tiene según Bengoa (2000) sus puntos más
álgidos en los levantamientos del Ecuador y Chiapas. Esta década se puede considerar la de
mayor efervescencia y la de la internacionalización de la lucha indígena a través de los
diferentes medios de comunicación y foros internacionales. El desarrollo y generalización
60 Bengoa denomina como conciencia étnica a “la autopercepción de un grupo humano de poseer diferencias culturales profundas con el resto de la población (historia, lengua, religión, tradiciones, e incluso raza) y postular colectivamente su derecho a mantener esas diferencias, esto es, a no asimilarse culturalmente” (Bengoa, 2000: 22).61 Traducción mía
83
de los medios de comunicación permitió que un público más amplio conociera las formas
de vida y demandas indígenas.
Es pertinente enunciar fenómenos internacionales que afectaron la arena nacional
durante esta época. Bengoa (2000) propone algunos elementos que explicarían la
emergencia en América Latina: a) La globalización, que se acompaña de una valorización
de las relaciones sociales y las identidades locales; b) El fin de la Guerra Fría, que
posibilitó la existencia de movimientos sociales que ya no se identifican con el comunismo
ni con el capitalismo; c) Los procesos acelerados de modernización en América Latina, que
se reflejan en una menor presencia del Estado benefactor (Bengoa, 2000: 29).
El proceso de globalización, que se caracteriza por establecer una
intercomunicación como nunca antes había existido, ha provocado que los individuos
tengan que definir y expresar su identidad con respecto a los otros, “En el mundo
comunitario tradicional no era necesario 'explicar' la propia identidad. No se precisaba dar
cuenta de ella ante nadie” (Bengoa, 2000: 38). Las poblaciones indígenas se ven en la
necesidad de poseer un “discurso de identidad”, el cual se desarrolla también con la
expansión de las industrias culturales. A esto se suman serios cuestionamientos de los
proyectos de vida en el sistema capitalista y socialista, con lo que se crean espacios para
discutir otras alternativas.
La demanda por reconocimiento se vuelve un requisito básico para existir
socialmente (Zuñiga, 2000). Las luchas indígenas en América Latina se congregan en torno
a este punto. Países como Argentina, Bolivia, Colombia, Brasil, Costa Rica, Ecuador,
Guatemala, Paraguay, Perú, Nicaragua, Panamá y México hacen modificaciones a sus
constituciones con el propósito de reconocer la diversidad cultural o el carácter multiétnico
de sus sociedades. Las agendas de reforma en estos países fueron moldeadas, a juicio de
Assies (1999), por asuntos como las “transiciones democráticas” y las crisis de la deuda
externa, que socavaron el paradigma nacional desarrollista y orillaron a que se colocara en
la agenda de estos países la reforma del Estado.
Específicamente, tres hechos marcaron la difusión y consolidación de la
problemática indígena en el plano internacional, lo que contribuyó al fortalecimiento de
organizaciones indígenas y su conciencia étnica:
1. La conmemoración de los 500 años de la llegada de españoles a América (1992).
84
2. La reforma en 1989 del Convenio 107 de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT).
3. La manifestación de las repercusiones de las reformas del Estado iniciadas en los
años ochenta.
La “Celebración de los 500 años del descubrimiento de América” comenzó con los
preparativos en los últimos cinco años de la década de los ochenta. En el continente
americano, más que una celebración se volvió un acto de reivindicación de los pueblos
indios que lo habitan. Éstos hicieron una evaluación de las consecuencias que ha producido
la llegada de españoles a estos territorios. El discurso que formularon durante esta época
llegó a ser radical y no reconocer ningún beneficio en este “choque de culturas”. Como
producto de esta reflexión se declara 1993 como el Año Internacional de las Poblaciones
Indígenas del Mundo por las Naciones Unidas y se proclama el Decenio Internacional de
los Pueblos Indígenas del Mundo (1994).
A finales de los años ochenta se convocó a una consulta para hacer el borrador de la
propuesta del convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). México
alegó una supuesta debilidad de organizaciones (indígenas) para discutirlo. Sin embargo, y
a pesar de esta exclusión y del papel del representante nacional en la reunión en Génova
(1989), el gobierno mexicano (con Carlos Salinas de Gortari en la presidencia) ratificó este
convenio en el año de 1990 por considerarlo un adelanto sustancial en las relaciones entre
el Estado y los pueblos indígenas. Con esto, se convirtió en el segundo en hacerlo y el
primero en América Latina. Sobre el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales de
la OIT se pueden mencionar como puntos centrales, afirma Hindley, los siguientes:
a) Es un rechazo a la asimilación y un reconocimiento al pluralismo.b) Marca un cambio en el sujeto de derechos de poblaciones a pueblos, lo cual tiene que ver con las connotaciones de “pueblo” en la ley internacional.c) Reconoce la inequidad sufrida por los pueblos indígenas contemporáneos y la violación de sus derechos humanos.d) Reconoce la íntima relación entre identidades indígenas, recursos naturales y tierra, aunque introduce una débil concepción de territorio y hábitat.
85
e) Asigna un estatus a los pueblos indígenas como actores políticos con derecho a participar en la formulación, aplicación y evaluación de legislación y políticas que los afectan y en su desarrollo social, económico, regional (Hindley, 1996: 231-232).
Llama la atención en este convenio la importancia que se le da a la autoidentificación
indígena o tribal como el principal criterio en la definición de los pueblos a los que se
aplique dicho convenio. Este reconocimiento condece capacidad a los pueblos indígenas y
tribales y los convierte en sujetos políticos. A pesar de que tienen numerosos “candados” se
convirtió en la expresión más avanzada en materia indígena en el ámbito internacional
hasta antes de la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas hecha por
la ONU en septiembre de 2007.
En el marco de estos reconocimientos, el 28 de enero de 1992 en México, el Diario
Oficial de la Federación publicó una reforma a la Constitución, un primer párrafo para ser
sumado al artículo 4° de la Constitución mexicana (la “Nación mexicana tiene una
composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas”). Hindley
(1996) argumenta que existe una contradicción entre el reconocimiento de una composición
pluricultural de la nación y los derechos individuales que se reconocen a lo largo de dicho
artículo: “El artículo 4 está incluido en el Capítulo 1 de la primera sección de la
Constitución. Este capítulo es titulado 'De las garantías individuales' e inmediatamente
diluye el concepto de derechos indígenas en el de derechos colectivos” (Hindley, 1996:
23 5).62 Esta reforma -a diferencia del Convenio 169 de la OIT- no confiere derechos
políticos o socioeconómicos a los pueblos indígenas, sino que refleja la noción minimalista
de las responsabilidades del Estado promovidas por el neoliberalismo (Hindley, 1996: 241).
Además, un obstáculo en la implementación de este artículo es la falta de leyes secundarias
por medio de las cuales se pudiera actuar claramente.
Sólo se puede entender el alcance de esta reforma al situarla en el contexto del
proyecto de reajuste macroestructural que tiene una de sus principales manifestaciones en la
reestructuración rural, y en particular la reforma al artículo 27 constitucional de 1992.
Dicha reforma representa el fin a la posibilidad de redistribución de la tierra y un ataque
ideológico contra la tenencia comunal y el ejido. Igualmente, la política dirigida al campo
busca adecuar el programa agrícola con los lineamientos del Banco Mundial, ya que éste
62 Traducción mía.
86
condicionó el desembolso de nuevos fondos a cuenta de un ajuste estructural radical para
liberalizar el mercado rural y quitar subsidios a productos agrícolas (Paz, 2005: 354).
En esta lógica, se implementó el programa nacional de “Solidaridad” (PRONASOL)
para paliar la pobreza intensificada por los recortes en el gasto público de la nueva
estrategia económica. Sarmiento señala que con este programa se canalizaron recursos a los
pobres a la vez que se ejercía un control sobre ellos. A su vez, Anaya considera la política
de recursos focalizados como una estrategia del PRI para “restaurar las bases de legitimidad
y, por tanto, de su hegemonía político-electoral” (Anaya, 2006: 29-30). Además de ser un
programa de la política social, representó un cambio en la vinculación entre sectores
populares y el Estado: “establece relaciones más flexibles, de tipo más bien clientelar, de
base territorial, dadas las tradicionales debilidades dentro de los grupos de apoyo, como de
las identidades sociales, en medio de los procesos de reestructuración” (Tanaka, 1995: 60
61). También se puso en marcha el programa de Fondos Regionales de Solidaridad, que
apoyaba proyectos productivos y la comercialización en regiones indígenas del país, como
uno de los pilares de los programas de desarrollo regional. Dichas políticas fomentan
nuevamente el clientelismo y la individualización, colocando a sus beneficiarios en una
situación más vulnerable.
Ante las llamativas denuncias de violación de los derechos humanos de indígenas en
esta década, el gobierno creó la Comisión Nacional de Justicia para los Pueblos Indígenas
(CNJPI). El INI fue incorporado a la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) con
funciones de defensoría jurídica y de derechos humanos. La administración de Carlos
Salinas nombró a Arturo Warman como su director y a otros críticos del indigenismo, pero
no a los indígenas. Los discursos de las instituciones creadas para la atención de estas
poblaciones fueron manejados en términos de justicia/injusticia, y omitieron la cuestión de
los derechos. Lo anterior se relaciona con el discurso neoliberal donde se enaltece la
justicia y no tanto los derechos que pueden oponerse a la lógica del libre mercado, “en el
discurso neoliberal, la justicia generalmente ocupa una posición central, mientras que los
derechos colectivos son considerados un obstáculo de la libre operación del mercado”
(Hindley, 1996: 230). 6363
63 Traducción mía.
87
El reconocimiento al Acuerdo 169 de la OIT, la modificación al artículo 2o
Constitucional, y las reestructuraciones en materia indigenista trataron de modificar la
imagen internacional de México para hacerlo ver como uno de los países más avanzados en
el reconocimiento de lo “indígena”. Estos cambios también responden a una agenda
internacional, donde el discurso de la democracia y el fin de intervenciones autoritarias
militares tienen importancia. El Estado mexicano encontró una forma de abordar la
diferencia y expresar un discurso de lo “políticamente correcto” al favorecer derechos
culturales.
La respuesta de las poblaciones indígenas se constató en el cambio de discurso, de
uno orientado a la mera demanda de tierra como parte del sector campesino -en la década
de los setenta-, a otro en que se ponen por delante los aspectos étnicos (respeto a la
diferencia). Zuñiga (2000) analiza algunos de los cambios en las demandas de las luchas
étnicas: hay un paso de la lucha por la tierras a la reivindicación por territorios, de la
participación a la autonomía y la autodeterminación, así como una lucha -de las
comunidades- por su estatus de pueblos.
Dos fenómenos previos permitieron que en este periodo se alcanzara mayor
madurez en el discurso. Uno es el aumento en los niveles de educación formal entre las
poblaciones indígenas. Los profesionistas y el grupo de jóvenes lograron articular las
demandas de sus grupos con las de otros sectores sociales oprimidos, a la vez que buscaron
contactos externos (Stavenhagen, 1988: 156). Empiezan a constituirse como el grupo de
líderes y posiblemente caciques en sus comunidades. Las demandas por educación bilingüe,
bicultural y por universidades indígenas también recobran fuerza. El otro fenómeno es la
consolidación de migraciones de pobladores indígenas hacia espacios no-tradicionales
(grandes urbes). Esto los enfrentó a nuevos contextos y problemas. Los grupos de
migrantes indígenas recrean continuamente sus comunidades de origen y debido a que la
interacción con otras poblaciones es más constante, la definición de identidades se vuelve
crucial para proveerse de recursos que les permitan subsistir en un lugar que no es “su
comunidad”.64 El aumento en la participación en paneles internacionales de denuncia
64 El caso de mixtéeos trabajadores en Tijuana y de zapotecos, mixtéeos, mazatecos en EUA ilustran la movilidad de estos actores y su capacidad de organizarse y crear ligas de ayuda entre parientes, amigos y comunidades en México.
88
también fortaleció su acción y suscitó cambios en las concepciones y luchas que los grupos
indígenas venían construyendo.
A mediados de los noventa, sobrevino una crisis económica que desembocó en la
crisis de la comunidad tradicional y socavó su capacidad cohesiva e integradora y su
función de articulación y mediación con el Estado (Sonnleitner, 2001). Las poblaciones
indígenas se enfrentaron -con mayor ahínco- a la expansión forestal, minera, agrícola,
empresarial de las transnacionales. Empresas internacionales se interesan por hábitats que
poseen gran riqueza en biodiversidad y que están en manos de poblaciones indígenas, como
por ejemplo el corredor mesoamercicano ubicado en el sur del país e incluye parte de
centroamérica. Las modificaciones al artículo 27 y la apertura ocasionada por el
desmantelamiento del Estado benefactor otorgan ventajas a las primeras al hacer factible la
compra de tierras y la explotación individual de los recursos naturales. La defensa del
territorio y la demanda de autonomía aparecen como las directrices del movimiento
indígena.
Un hecho clave para el impulso del movimiento indígena en México es el
levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en el estado
sureño de Chiapas por indígenas tzetzales, tojolabales, tzotziles el primero de enero de
1994. En esta mima fecha daba inicio el Tratado de Libre Comercio con EU y Canadá; la
promesa de entrada al “primer mundo” se resquebrajó ante una amenaza armada. Como se
advierte, las políticas implementadas para contener el descontento social no fueron ni
suficientes ni adecuadas; a lo que se sumó una historia de discriminación directa, justicia
estancada y miseria prolongada. Este hecho trastocó al sistema y volvió los ojos de la
sociedad sobre la problemática indígena en todo el país. A pesar de que, en un inicio los
pronunciamientos de este ejército no se hicieron desde una posición de indígenas, más tarde
las denuncias reconocieron el componente mayoritariamente indígena de éste.65 Las
siguientes declaraciones remarcaron las reivindicaciones y derechos para estas poblaciones.
El gobierno respondió en forma violenta y después de que la sociedad civil se
manifestara e hiciera un llamado al gobierno federal del alto al fuego, siguieron una serie de
diálogos y negociaciones donde éste intentó pactar las mínimas concesiones para los
65 “El EZLN no apareció como una rebelión indígena, aunque lo era la mayoría de sus integrantes, sino como un extemporáneo foco guerrillero de una guerra prolongada para la toma del poder nacional y la instauración de un régimen socialista. La calidad indígena se mencionó, pero no se reclamó como causa de la movilización ni se formularon demandas o promesas específicos para los indios” (Warman, 2003: 270-271).
89
pueblos indígenas. Entre rupturas, encuentros y discusiones, el EZLN recibió el respaldo de
organizaciones indígenas que comulgaban con su causa. Los Acuerdos de San Andrés, en
cuya formulación participaron integrantes de diferentes organizaciones, se colocaron como
el mandato mínimo para que las poblaciones indígenas en el país pudieran aspirar a
mejorías reales en las condiciones de vida. Dicha aceptación contribuiría a saldar la deuda
histórica con estas poblaciones.
La significación del levantamiento y las subsecuentes medidas del EZLN atrajeron
la atención nacional e internacional. Su lucha logró reagrupar a organizaciones y grupos
indígenas y unificó las principales demandas. El contexto creado a partir de su aparición es
de relativa apertura para la discusión de las reivindicaciones étnicas, sin embargo, se limita
a ciertos aspectos. El EZLN impulsó la reunión e intercambio de experiencias entre grupos
y organizaciones (como la formación del Consejo Nacional Indígena), a la vez que ganó
espacios de discusión internacional. Su actuación ha provocado un clima de mayor
tolerancia y de dignificación del ser indígena.
Ante esto, el gobierno federal vio amenazada su capacidad de control y su
monopolio de la fuerza. Temas como la autonomía, que se vienen desarrollando desde antes
de 1994, son presentados como peligros de separatismo. La respuesta del Estado ha sido la
apropiación del discurso indígena y la especialización en la crítica hacia las demandas
indígenas: “El movimiento indígena mexicano necesita coordinarse, porque desde 1998,
cuando el gobierno mexicano lanzó su embestida para achicar' la demanda indígena, se ha
venido dispersando y no ha podido recuperarse del todo” (López B., 2006: 120).
Los pronunciamientos del movimiento indígena también respondieron a esto con la
inclusión de demandas que reivindican beneficios no sólo para los que pertenecen a
poblaciones indígenas, igualmente proponen cambios que afectan al conjunto de la
sociedad nacional y al Estado. El planteamiento de organizaciones (CONAI; EZLN por
ejemplo) y resolutivos de foros nacionales e internacionales exponen la necesidad de un
cambio de la política que rige a los países con poblaciones originarias, ya que las
modificaciones que se han hecho no logran, por sí solas, modificar la situación de
marginación en la que vive la mayoría de la población en estos países.
90
II.2.4 La dismunición de las “condiciones de emergencia” indígena: primeros años del siglo XXI
La presencia de los actores indígenas en estos años se extendió a las arenas internacionales.
El cabildeo y negociación en instancias como la OEA y los grupos de trabajo de las Naciones
Unidas también activaron y renovaron las discusiones de autonomía, autodeterminación y
ciudadanía étnica en el mundo.66 Las organizaciones y líderes indígenas se colaron a los
espacios donde se toman las decisiones, algunas veces como actores independientes, y otras
como parte del sistema. Esto implicó actuar en la misma lógica del Estado y reconocer
instancias externas de autoridad.
No obstante, el espacio de participación para la construcción de un proyecto de
nación sigue circunscrito a determinados grupos como los partidos políticos, las
confederaciones, grupos empresariales, órganos gubernamentales, etcétera. Además, las
reformas hechas por los Estados en relación con la delegación de funciones no trajeron
consigo los recursos y espacios de decisión necesarios para una verdadera
descentralización.
La hegemonía del PRI vivió su mayor deterioro durante el gobierno de Ernesto
Zedillo y alcanzó su punto de quiebre con la victoria del candidato del PAN, Vicente Fox
Quesada. El partido oficial fue finalmente derrocado en las elecciones del 2000. Había
expectativas a los cambios que el nuevo presidente implementaría para solucionar el
problema indígena, ya que durante su campaña anunció que resolvería el problema de
Chiapas en “15 minutos”. Al ocupar la presidencia, Fox nombró a líderes del movimiento
indígena en la dirección del INI para ganar legitimidad (Marcos Matías como su director y
Francisco López Barcenas como director de la Procuraduría de Justicia de este instituto).
Pero sólo duraron algunos meses, y más tarde fueron removidos y sustituidos por personal
que comulgaba con la política pública que dictaba la nueva administración.
El INI desapareció y en su lugar fue creada la Comisión Nacional para el Desarrollo
de los Pueblos Indígenas (CDI) en 2003. Ésta opera con muy bajo perfil y tiene menor
presupuesto. Gutiérrez (2005) afirma que no fue pensada con el objetivo de facilitar que los
pueblos indios decidan cómo plantean desarrollarse, sino que permanece como vocera,
66 Varese (1996) considera que la estrategia de internacionalizar la lucha por los derechos colectivos indígenas tiene más éxito relativo, que las movilizaciones políticas nacionales.
91
ejecutora, gestora y representante. Esto la hace más deficiente que el paternalismo del
indigenismo tradicional. Esta Comisión fue rechazada por la población indígena al no
contemplar los Acuerdos de San Andrés en su labor y considerar a esta población como
meros consultores.
La política indígena de Fox siguió una línea similar a la de las anteriores
administraciones. Nahmad (2005) afirma que se cambiaron de nombre a los anteriores
programas y se mantuvo la política de retirada de financiamiento externo y la misma
dinámica de operación. Esto reforzó la dependencia y relaciones con BM y BID mediante
los prestamos y recursos concedidos para atender a estas poblaciones (Nahmad, 2005). El
discurso de este gobierno exaltó el multiculturalismo con el fin de posicionarse en el campo
político de la lucha indígena. Hernández et al. (2005) habla de un neoindigenismo para
referirse a las pretensiones de renovar el discurso oficial y mostrar la continuidad de las
nuevas instituciones, que ahora combinan el entusiasmo por la diversidad cultural con
programas para formar “capital humano” e impulsar el “desarrollo empresarial” de las
comunidades indígenas.
En un marco de aparente tolerancia, Fox dio facilidades para la marcha del EZLN
en marzo del 2001 y con esto ganó popularidad. Este hecho representa uno de los logros del
movimiento indígena en lo que va del presente siglo. La “Caravana de la Dignidad
Indígena” realizada por la delegación zapatista, tuvo como objetivo dar a conocer y explicar
a la nación el sentido de las demandas indígenas y promover la aprobación de los Acuerdos
de San Andrés en la versión de la Comisión para la Concordia y Pacificación (COCOPA)
(Díaz-Polanco y Sánchez, 2002: 156). Recorrió una docena de estados de la República y
antes de culminar el 12 de marzo en la ciudad de México, realizó el III congreso del CNI en
la comunidad purépecha de Nurío en el estado de Michoacán. Los líderes purépechas se
dieron cita para recibir a la delegación zapatista y demás grupos y dirigentes indígenas. Con
este acto, el movimiento indígena michoacano recobró fuerza. En la ciudad de México, los
zapatistas y demás representantes indígenas expusieron las razones por las cuales el
Congreso de la Unión debía aprobar dicha versión. A pesar de que parecía un nuevo
escenario para el reconocimiento de dichas demandas, ocurrió lo contrario. El Congreso
aprobó en abril de 2001 una ley de Derechos y Cultura Indígena que poco reflejaba los
Acuerdos de San Andrés, y además limitaba y daba por finalizada la discusión de estas
92
67dem andas. E n el S enado de la R ep ú b lica el PR I, P A N , P R D v o ta ro n a fav o r de d ich a ley.
E n re sp u esta a es ta d e term in ac ió n ce rca de 330 au to ridades esta ta les y m u n ic ip a les
an tep u sie ro n co n tro v ersias co n stitu c io n ales an te la S uprem a C o rte de Ju s tic ia con tra el
E stad o m ex ican o p o r v io lac io n es del C o n v en io 169 de la O IT y v io lac io n es al
p ro ced im ien to p ara la re fo rm a co nstituc ional federal (a rtícu lo 135 de la C onstituc ión
m ex ican a y co n stitu c io n es estata les). E n sep tiem bre del 2002 , la S uprem a C orte determ inó
que eran im p ro ced en tes y no an a lizó sus argum entos.
L a reg resió n que sig n ifica d ich a ley en los avances log rad o s a n ivel reg ional o
estata l, m arcó el c ie rre de n eg o c iac io n es en tre el E Z L N y el g o b ie rn o federal. L os
sigu ien tes p ro n u n c iam ien to s de los zap atis ta s llam an a las p o b lac io n es y o rgan izac iones
in d íg en as a seg u ir en la lucha, pero hay d iv isión resp ec to a rech azar -c o m o lo hacen é s to s -
cu a lq u ie r n eg o c iac ió n que n ieg u e u o m ita la in ic ia tiv a de la C O C O P A o p artic ip a r y
n eg o c ia r en las d iscu sio n es de las re fo rm as a las co n stitu c io n es estata les, que de an tem ano
se sabe estarían lim itad as p o r la re fo rm a federa l (R am írez, 2005: 10). E s to sig n ifica u n a
d isy u n tiv a p ara los agen tes sociales que co n fo rm an al m o v im ien to in d íg en a nac ional, lo
que fin a lm en te tam b ién im p lica d iv isiones y co n trad icc io n es en su in terior.
L a ac tuac ión del E stad o in d ica u n a ap ro p iac ió n del d iscu rso ind ígena, pero sin los
con ten id o s y sen tidos que el m o v im ien to in d íg en a le otorga. H e rn án d ez C. (2005)
a rg u m en ta que aquel se h a ap ro p iad o y lim itad o té rm in o s com o cu ltu ra y
m u lticu ltu ra lism o s, y que en a rb o la los d iscu rso s libera les de la ig u a ld ad com o un
a rg u m en to p ara n eg a r lo s derechos p o lítico s y cu ltu ra les de los pu eb lo s ind ígenas. L a
“n u ev a re lac ió n ” en tre ésto s y el E stad o se p reg o n a a trav és de las (in su fic ien te s) re fo rm as
a la C o n stitu c ió n (2001) y el im p u lso de “n u ev o s” p ro g ram as ind igen istas. E l con flic to
ch iap an eco sigue sin so lución , la m ilita rizac ió n y fo rm ació n de p aram ilita re s con tinúa, y la
v io len c ia h ac ia las p o b lac io n es in d íg en as es to le rad a p o r los d istin tos n iveles de gob ierno .
P a ra T o ledo , el e scen ario h a cam biado y nos en fren tam o s a u n c ic lo que no p arece ser tan
fav o rab le p ara la p ro b lem ática in d íg en a com o el an terio r (1990-2003):
a) Los cambios institucionales y legales muestran sus deficiencias e imperfecciones por ser dictados al calor de la retórica latinoamericana. Lo que ocasiona que se anulen o sobrepongan leyes. 67
67 Después de ser aprobada las reformas constitucionales por la Cámara de Diputados y el Senado, las legislaturas de cada estado debe reformar a su vez sus constituciones (locales) (Ramírez, 2007).
93
b) Las elites y Estados más consolidados responden al reclamo indígena de forma especializada y con el discurso políticamente correcto del multiculturalismo neoliberal.c) El vacío de políticas especializadas hacia los indígenas es suplido por el BM y BID que emergen como los hacedores de políticas indigenistas.d) La agenda post 11 de septiembre está sobrecargada, y es poco audible la voz indígena.e) Las trasnacionales ecologistas han retirado su apoyo a los indígenas y han cambiado su atención a la conservación de la naturaleza.f) La crítica hacia sistemas autonómicos, derechos colectivos, soberanía sobre recursos naturales y propiedad intelectual se ha especializado y fortalecido.g) El decenio de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas llegó con muchos pendientes, además la violación a los derechos humanos a indígenas aún es ampliamente tolerada.h) Existe desazón frente a la experiencia del reconocimiento y la multiculturalidad “realmente existentes” ocasionada por la improvisación del actor emergente (Toledo, 2004: 6-8).
E ste con tex to se ex p resa en el a ju ste estruc tu ral que v ien e h ac ien d o el E stad o m ex ican o
com o parte de las p o líticas neo liberales. E l d esa rro llo de d ichas p o líticas co nso lidó la
ap e rtu ra a las g ran d es tra sn ac io n a les , con lo cual su in je ren c ia en los asu n to s del E stad o se
increm en tó . L as co m u n id ad es se en cu en tran m ás in d efen sas que n u n ca , el IN I d esap arec ió
y la in stitu c ió n que se creo en su lu g a r no cu en ta con el m ism o a lcance ni p resupuesto . C on
esto fin a lizó la p o lítica in d ig en is ta que p re ten d ía in teg ra r y m ejo ra r las con d ic io n es de v id a
de los ind ígenas. L a tran s ic ió n dem o crá tica o el reg reso a la d em o crac ia fo rm al no se
aco m p añ aro n de un in c rem en to en seguridad ni de m ejo ras so c io eco n ó m icas p ara el g rueso
de la p o b lac ió n en el p a ís (e sp ec íficam en te la p o b lac ió n in d íg en a y rural). In c lu so , é s ta se
h a cen tra lizad o en la p artic ip ac ió n de los p artid o s p o lítico s sin c rear esp ac io s socia les para
o tras m an ife stac io n es com o serían los m o v im ien to s ind ígenas. L a p e rsp ec tiv a em presaria l y
un d iscu rso p o líticam en te co rrec to acerca de la d iv ers id ad cu ltu ra l n o p arecen ser la
so lución a la situación que v iv en aquellos. L a p ro b lem ática h a sido sim p lificada p o r el
g o b iern o p an is ta y h a p erm itid o que o tros ag en tes , con g ran cap ita l eco n ó m ico , se
in m iscu y an e in flu y an en el desa rro llo de las co m u n id ad es ind ígenas.
F in a lm en te m en c io n a ré dos h ech o s que pu ed en in cen tiv ar la lu ch a de estas
pob laciones. A m b o s re sp o n d en a las p o líticas de rea ju ste estruc tu ral. U n o es la re fo rm a al
artícu lo 115 de la C o n stitu c ió n (1983 y 2 001) en lo re feren te al m un icip io . C on ésta el
m u n ic ip io tien e m ay o r contro l sobre sus recu rso s y m ay o r m arg en de decisión . C om o
afirm a R am írez , las in stan c ias del p o d e r local no siem pre fu e ro n v is tas co m o un ob je tiv o a
94
co n q u is ta r p o r las ex p resio n es del m o v im ien to é tn ico d eb ido al papel m arg ina l que tu v ie ro n
los ay u n tam ien to s en lo que se re fie re a las facu ltad es y a la cap ac id ad eco n ó m ica para
a ten d e r los p ro b lem as p rin c ip a le s de los pu eb lo s y com u n id ad es (R am írez , 2005: 6). P ero
con d ichas re fo rm as, los m u n ic ip io s em p ezaro n a p erc ib irse com o espac ios de re la tiv a
au to n o m ía al co n tar con recu rso s p rop ios, lo que tam b ién suscita el au m en to de d ispu tas
loca les p o r su contro l. E l o tro hech o es la re sp u esta a la p recaried ad que las po líticas
n eo lib era les han acarreado . E n el 2004 , el m o v im ien to cam p esin o reco b ró fuerzas. L a
co a lic ió n de cam pesinos, em p resario s y p ro d u c to res reu n id o s en to rn o a “El cam po no
ag u an ta m ás” ex ig ió la rev is ió n del TL C y u n a reestru c tu rac ió n de éste que los co lo ca rá en
u n a p o sic ió n de m en o s d esv en ta ja y m ay o r co m p etitiv id ad con resp ec to a E stad o s U n id o s
de A m érica y C anadá . E ste m o v im ien to inc luyó po co las d em andas ind ígenas, sin em bargo ,
red in am izó an terio res redes y creó espacios p ara el d iálogo. S in em bargo , este m o v im ien to
se d eb ilitó y la rev is ió n al T L C no se h a rea lizad o h as ta la fecha.
II.3 Las principales posiciones en relación con las demandas de
autonomía y territorio en años recientes
A cla ro que no es m i o b je tiv o h acer u n a ex ten sa d ilu c id ac ió n de estas tem áticas, sino que se
expondrán , de fo rm a sin tética, las p rin c ip a le s p o sic io n es en el debate actual de las
dem andas del m o v im ien to y las o rg an izac io n es in d íg en as.
D esde m ed iad o s del sig lo X X los ind ígenas, com o p arte del sec to r cam p esin o y la
p o b lac ió n rural, re iv in d icab an aspec tos com o acceso , y reg u la rizac ió n de tierra , educación ,
créd itos, salud e in fraestru c tu ra . E n cam bio , en las ú ltim as décadas estas re iv in d icac io n es
se v in cu la ro n con derechos c iudadanos de ca rác te r po lítico , ju ríd ico y social. M áiz (2004)
a rg u m en ta que h ay u n a p rim era e tap a de e tn ificac ió n de las dem andas que v en ían h ac iendo
las p o b lac io n es in d íg en as com o parte de o tros sec to res en la p rim era m itad de la décad a de
los n o v en ta del sig lo X X . L as d em an d as se cen traro n en el reco n o c im ien to constitucional
de los d erech o s cu ltu ra les y ed u cativ o s (M áiz, 2004: 148). E ste cam bio cu a lita tiv o responde
a tran sfo rm ac io n es en el co n tex to in te rn ac io n al y nac iona l com o y a m encioné , pero
tam b ién se re lac io n a con d esa justes ex p e rim en tad o s en los ám bitos local y reg ional. E n
M éx ico g ran p arte de la p o b lac ió n in d íg en a v iv e en co nd ic iones de m arg in ac ió n y pobreza;
95
y los p ro g ram as p ara com batirlas no han ten id o b u en o s re su ltad o s .68 E s ta situación
in cen tiv a las re iv in d icac io n es de d esarro llo p rop io , lib re d e term in ac ió n y au togestión .
E n los d iscu rso s ac tua les las d em andas com unes a la m ay o ría de las o rg an izac io n es
in d íg en as se re fie ren a la au to n o m ía y el territo rio . É stas tien en com o cen tro de la d iscusión
la v id a co m u n ita ria y su rep roducc ión . A lo largo de casi c inco sig los la co m u n id ad h a ido
ad ap tán d o se a d ife ren tes p o líticas y co y u n tu ras .69 70 Su p resen c ia in d ica p rocesos de
ren o v ac ió n y re fu n c io n a lizac ió n q u e re sp o n d en a las n ecesid ad es con tem poráneas. L a
co m u n id ad re fie re n ecesariam en te u n espacio fís ico donde ex iste y se recrea. E ste espacio
se h a co nceb ido com o la tie rra y en años rec ien tes com o territo rio . A m b o s se han
co n v ertid o en el ob je to de n u m ero sas d isputas.
L a h is to ria de reb e lio n es y con v u lsio n es ag rarias en M éx ico rev e la u n fo n d o com ún:
“ la re s is ten c ia a acep tar que la tie rra se co n v ie rta en m ercancía ; la n eg a tiv a a en v iar al
m u n d o de los in te rcam b io s m ercan tiles en tre cosas aque llo q u e d en tro de la co m u n id ad es
sustra to cu ltura l e h is tó rico de los in te rcam b io s d irec tos en tre p erso n as” (G illy , 1997:19).
P a ra las p o b lac io n es in d íg en as, la tie rra es m ed io y fin de su rep ro d u cc ió n económ ica,
social y cu ltural. L a p o sic ió n con resp e to a su uso, m an ejo y cu idado tien e im p licac io n es
cu ltu ra les para la ex is ten c ia de éstas. A dem ás, la fo rm a de p osesión , p ro p ied ad co lec tiv a de
la tierra , co n stitu y e su b a se un ificadora .
E n el m arco de la em erg en c ia ind ígena, la d em an d a p o r la tie rra d io p aso a la
re iv in d icac ió n p o r te rrito rio s. E l té rm in o “te rr ito r io ” pu ed e ten e r d ife ren tes acepciones:
com o ju risd icc ió n , com o háb itat, com o b io d iv ers id ad y co n o c im ien to s in d íg en as sobre la
natu ra leza , y com o te rrito rio sim b ó lico e h is tó rico (T o ledo , 2004). N o o b stan te esta
h e terogeneidad , el te rrito rio se con stru y e h is tó ricam en te a p a rtir del con tro l de u n p u eb lo o
g rupo cu ltu ra l sobre u n espacio . É ste fu n c io n a com o el p u n to de anc la je de id en tid ad es
68 Para el año 2000, de los 871 municipios indígenas o con presencia de población indígena (35.7 % del total) en México 295 (33.9 %) registran niveles de marginación “muy altos”, 363 (46.5 %) “alto”, 87 (10.0 %) “medio”, 45 (5.2 %) “bajo” y 81 (9.3 %) “muy bajo” (Serrano, et al ., 2002: 48-49). Para una contrastación entre los niveles de pobreza y desarrollo humano en las poblaciones indígenas de América Latina. Véase Hall Gillete y Harry Anthony Patrinos (2004), Pueblos indígenas, pobrera y desarrollo humano en A m érica L atina: 1994-2004, 18 pp.69 El régimen colonial ocasionó que las organizaciones de pueblos (con sus ayuntamientos, tierra de comunidad, fiestas, y demás prácticas) se desarrollaran en formas comunales de vida e hiciera surgir nuevos elementos socioculturales, los cuales se convirtieron en materia de una identidad renovada (Cruz, 1998: 84).70 Bonnemaison (1981) afirma que es a la vez “espacio social” (cuando se concibe en términos de organización y de producción), y “espacio simbólico” (cuando se concibe en términos de significación y de relación simbólica).
96
co lec tivas, de fo rm a específica , los g rupos étn icos estab lecen u n a re lac ió n d irec ta en tre el
te rr ito rio y su id en tid ad é tn ica . E s su p ro se ió n m ás p rec iad a .
E n la ac tua lidad , las lu ch as in d íg en as sug ieren la ex is ten c ia de p ro ceso s de
ap ro p iac ió n y reap ro p iac ió n te rrito ria l, q u e re fie ren en tidades te rrito ria l, social y
cu ltu ra lm en te m ás am plias e in c lu y en tes q u e las p ro p ias com u n id ad es lo ca le s . E n m uchos
casos se resp a ld an en la d efin ic ió n que da el C o n v en io 169 de la O IT acerca de
te rrito ria lid ad :
Espacio para el ejercicio del derecho a la autonomía a fin de garantizar el fortalecimiento y desarrollo de los pueblos indígenas en los ámbitos políticos, económicos, sociales y culturales. La territorialidad se ejerce en el marco del Estado Nacional; es decir, en apego a aquellas normas que acotan este derecho por estar reservadas a la Nación de manera exclusiva, como es el caso del subsuelo.
A p esa r de que esta d efin ic ió n se c ircu n scrib e al E stad o nac ional, las o rg an izac io n es no
desestim an los b en e fic io s que p u ed a tra e r su ap licac ió n . L a id ea y el p ro y ec to de
te rrito ria lid ad é tn ica (co m o susten to m ateria l y sim bó lico de cada g ru p o ) se lig an a u n a
p rác tica au tó n o m a que a tañ e la v id a de las co m u n id ad es. L a re lac ió n en tre te rrito rio y
au to n o m ía se v u e lv e ind iso lub le . G u tié rrez a rg u m en ta que la ex ig en c ia de au to n o m ía tien e
dos sen tidos en tre lazad o s: u n o es la id ea que delim ita u n te rrito rio g eo g ráficam en te
d istingu ib le y estab lece en él u n a d ispu ta p o r las dec isiones p o líticas y p o r la m an era en que
h a de reg u la rse la co n v iv en c ia ; y segundo, que a p a rtir de la ex ig en c ia y co n stru cc ió n de
au to n o m ía lo que se hace es im p u g n ar la actual re lac ión estata l m ex ican a (G u tiérrez A .,
2006: 193).
L a p rim era m en ció n de au to n o m ía o au to d e te rm in ac ió n in d íg en a ocu rrió en el
P rim er C o ngreso N ac io n a l de P u eb lo s Ind íg en as en P á tzcu a ro en 1975 (M attiace, 2002:
245). P ero fu e a p a rtir de d iscu sio n es in te rn ac io n a les y el lev an tam ien to del E Z L N , que la
au to n o m ía se reg is tra con frecu en cia en el d iscu rso de los líd eres ind ígenas en el país. M áiz
en u n c ia u n a seg u n d a e tap a en la e tn ificac ió n (1 9 9 6 -1 9 9 8 ) en donde la au to n o m ía y la
au to d e te rm in ac ió n se co n v ierten en las dem andas cen tra les del m o v im ien to ind ígena.
E l derecho a la lib re de term inac ión (a d ec id ir su fo rm a de g o b ie rn o p ro p io y
o rg an izac ió n ) es u n a de las m áx im as de la lu ch a in d íg en a en el país. D íaz -P o lan co (1991)
a firm a que los p u eb lo s in d íg en as p u ed en dec id irse p o r la in d ep en d en c ia y fo rm ació n de un
97
estado nacional propio o por formas de autonomía en el marco de un estado nacional
preexistente. Éstos han optado por lo segundo. La autonomía, continúa este autor, no busca
crear privilegios sino reconocer legítimos derechos históricos a los pueblos indios (en
Sánchez, 1999: 116). La ANIPA también aclara que el derecho a la autonomía no
menoscaba ni reduce ninguno de los derechos y obligaciones que, como mexicanos,
corresponden a sus integrantes (ANIPA, 2000: 07).
Existen posiciones ortodoxas que interpretan a la autonomía como un peligro al
sistema igualitario. En esta lógica, la concesión de “privilegios” a una parte de la población
debido a una referencia cultural supone ciertos peligros para las garantías individuales, y
posibles riesgos de separación y balcanización con respecto a los Estados nación. Este
debate coloca a los derechos individuales versus derechos colectivos. Algunos defensores
de los derechos individuales alegan un regreso a etapas premodernas en que las libertades
individuales eran limitadas en nombre de la comunidad. La manifestación de estos
argumentos, alentados por corrientes del liberalismo, trata de ocultar su preocupación por
las facultades políticas que pueden derivarse de la calidad de comunidades culturales: “el
derecho de éstas a convertirse en comunidades políticas en tanto constituyen pueblos”
(Díaz-Polanco y Sánchez, 2002: 32). Stavenhagen (2002) argumenta que en México, el
gobierno federal muestra una clara aversión a reconocer territorios étnicos distintos de las
unidades territoriales administrativas actuales (municipios, estados, distritos) porque desde
su visión esto significa un debilitamiento de la soberanía del Estado nación.
Se puede argumentar que el reconocimiento de los derechos de grupo puede ser
visto como una condición para el disfrute de los derechos individuales, aunque es una
contradicción no resuelta aún. Existen posiciones más plurales como las de Charles
Taylor, Will Kymlicka y Michael Walter, que ven como complementarios los derechos
colectivos e individuales en regímenes democráticos, aunque en el caso de México esto
parece lejano. Desde otra óptica, Stavenhagen (2002) afirma que si los pobladores
indígenas no disfrutan por entero los derechos humanos a los que tienen derecho no es
culpa de éstos, sino de fallas en la judicatura, de inadecuados mecanismos de protección y
de la injusta y desigual distribución de la riqueza y poder. Para el casod e México, este
régimen no ha logrado consolidarse independientemente del gobierno en curso. 71
71 Esto también coloca en el debate el reconocimiento de la ley consuetudinaria en el marco del sistema legal nacional.
98
En relación con las escalas de la autonomía, para el caso de América Latina, se han
definido diferentes vertientes al interior de los movimientos indígenas. Éstas van desde las
de tipo “comunalistas” hasta las “regionalistas”, entre las cuales se encuentran matices
intermedios. Los comunalistas expresan que la comunidad local constituye el “espacio
vital” y el sitio de la autonomía. En el caso de México, uno de los defensores de este tipo de
autonomía es Servicios del Pueblo Mixe, que no niega otros niveles, pero se inclina por el
comunal. Los regionalistas afirman que un nivel supracomunitario de autonomía regional es
un requerimiento de la existencia continua de las comunidades locales (Assies, 1999: 38).
La ANIPA ha apoyado esta postura y se inclina por la creación de regiones autónomas, para
su creación propone la reforma a artículos de la Constitución mexicana. La visión de estas
dos posturas no lleva necesariamente a la confrontación, más bien habría que pensar en
formas en las que ambas se complementen, ya que las comunidades indígenas viven
procesos históricos y políticos particulares. Kraemer (2003) argumenta que ambos
proyectos de autonomía indígena insisten en la posibilidad de representación política sin la
participación de partidos políticos y que para sus partidarios la autonomía no significa
quedar excluidos de la representación política nacional.
La autonomía no puede fincarse sólo en la comunidad, pero tampoco se debe excluir
este nivel, además del municipal y regional. Considero que la autonomía de los pueblos
indígenas necesita ser concebida en acuerdo a expresiones concretas que se adapten a los
distintos contextos. La construcción de una única forma, arguye Esteva (1995), con un sólo
régimen político provocaría que las autonomías sean sólo administrativas, unas formas de
organización basadas en la delegación del poder fincando en el centro. Las luchas por ésta
podrían retroceder si se provoca la sujeci^^ del grupo autodeterminado en el diseño
jurídico-político dominante de reconocimiento. Es por tanto que las autonomías han de
forjarse a partir de:
La capacidad de autodeterminación existente en la base social, que en vez de transferir o delegar facultades y atribuciones a los gobiernos estatales y al federal retendría en su seño -en el plano de las comunidades y los municipios- las capacidades de gobierno de que ha sido despojada y los aplicaría o delegaría, 72
72 La ANIPA propone la adición al artículo 115 constitucional: “Las regiones autónomas tendrán personalidad jurídica como ente territorial y forma de organización política administrativa, así como patrimonio propio”. (ANIPA, 2000: 407), y otras iniciativas de decreto que reforma y adiciona los artículos 3, 4, 14, 18, 41, 53, 73, 115 y 116 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
99
según su decisión y conveniencia, en cuerpos políticos mayores que libremente constituyeran las comunidades y los municipios (Esteva, 1995: 27).
O tro e lem en to que ap o rta in te rés a este deba te es la escasa d iscu sió n acerca de la
au to n o m ía en tre las b ases sociales. A p esa r de que L ó p ez B. (2006) a firm a que ésta no es
u n a p ro p u esta n o v ed o sa (y a que v aria s o rg an izac io n es se en co n trab an desde años a trás en
esos p ro ceso s y la reb e lió n zap a tis ta la co locó com o eje de las m o v ilizac io n es ), el
d iscu rso au to n ó m ico aún no h a sido co m p le tam en te trad u c id o en las com un idades
in d íg en as p ara que éstas ten g an e lem en tos en la d iscu sió n y ap o rten , desde su ex p erien c ia ,
p ro p u estas m ás cercanas a sus realidades. T al v ez h ab ría que b u sca r, m ás que este d iscu rso ,
las exp resio n es y m an ife stac io n es p o líticas au to n ó m icas p ro d u c to de las dem andas de las
com un idades. P o r e jem plo , L as Ju n tas del B u en G o b iern o y los C araco les zap atis ta s (2003)
com o g o b ie rn o s reg io n a les en C h iapas apenas in ic ian , pero su ex is ten c ia a lien ta la
d iscu sió n de los p ro ceso s au to n ó m ico s en el país.
F ina lm en te , h ay que m en c io n a r que si no se p ro p o n e u n v erd ad ero cam b io de
sistem a, las estru c tu ras que “ o to rg an ” im p o rtan c ia a las dem andas de esto s p u eb lo s siguen
ap arec ien d o com o las ú n icas que leg itim an . E l reco n o c im ien to de los E s tad o s n ac io n a les de
las au to n o m ías h a co n stitu id o u n a fó rm u la p ara en fren tar los m o v im ien to s é tn ico -
nac iona les, y a que a p a rtir de éste se tra ta de m an ten e r con tro l sobre “u n a n u ev a id en tid ad
social que escapa de las defin ic iones den tro de las que el estado la co n ten ía an tes”
(K earney , 1996: 160). E n esta línea, O tero (2004) op ina que el co n ced er esferas de
au to n o m ía a los pu eb lo s in d ios co nstituye u n a es tra teg ia p ara fo rta lece r al E stad o m ed ian te
el in c rem en to de su capac idad p ara d is trib u ir ju s tic ia y p ro teg e r los derechos. P ero las
au to n o m ías aún no h an sido reconocidas, ni los espacios p o lítico s p ara su neg o c iac ió n
p arecen ser los m ás p ro p ic io s para hacerlo , p o r el m om ento . A dem ás, la im p lem en tac ió n de
p o líticas de reco n o c im ien to (po r e jem plo de la d iv ers id ad cu ltu ra l) no resuelven , p o r sí
solas, las co nd ic iones de m arg in ac ió n y p o b reza en que v iv en m u ch o s in d íg en as en el país.
L o que es in n eg ab le es que la d im en sió n po lítica de la au to n o m ía im p lica u n cam bio en las
re lac io n es en tre in d íg en as y el E stado , así com o m o d ificac io n es al p ro y ecto del país y al
s is tem a p o lítico actual. L o s m o v im ien to s ind ígenas se en fren tan a u n d o b le reto: con ceb ir 73
73 Organizaciones como el Consejo Estatal de Organizaciones Indígenas de Chiapas (CEOIC), Asamblea Estatal del Pueblos Chiapaneco (AEPCH), Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), Coalición de Organizaciones Autónomas de Ocosingo (COAO), Organización Indígena de Cancuc (OIC) llamaron a formar regiones autónomas o ya las estaban constituyendo (López B., 2006: 105).
100
sus sis tem as n o rm ativ o s en u n sistem a p o lítico que p riv ileg ia u n a v is ió n e tn o cén trica
o cc id en ta l, y h acerlo sin v is io n es id ea lizan tes d e lo in d íg en a .
II.4 Las oportunidades políticas de las organizaciones indígenas en
Michoacán y Oaxaca: 1970-2004
T razar el desa rro llo de las oportu n id ad es p o líticas en am bos estados o b lig a a h ace r un
e je rc ic io h is tó rico de los agen tes socia les en la d isp u ta p o r recu rso s y p o sic io n es en el
cam po p o lítico . P a ra este aná lis is se recu rrió p rin c ip a lm en te a dos tip o s de fu en te s :
in v estig ac io n es socia les y a rea lizad as y en trev istas a líderes e in teg ran tes de las
o rg an izac io n es. T am bién se ob tu v iero n datos de fu en tes h em ero g ráficas y p lá ticas
in fo rm ales.
D esd e el g o b iern o del p resid en te L ázaro C árdenas del R ío (1934-1 9 4 0 ) la po b lac ió n
in d íg en a p u rép ech a de M ich o acán h a go zad o de a tenc ión y la fo ca lizac ió n de recu rsos en
co m p arac ió n con el resto de las p o b lac io n es in d íg en as de la en tidad (nahuas, m azah u as y
o tom íes). E n 1939, se im p lem en tó en el área p u rép ech a el P ro y ec to T arasco .74 T am b ién se
crearon los in te rn ad o s in d íg en as de C herán y P á tzcu a ro (ba jo la tu te la del IN I) y se
p ro m o v ie ro n in v estig ac io n es an tro p o ló g icas de las p o b lac io n es ind ígenas.
P ara V ázq u ez (1992a), el reco n o c im ien to de la p ro p ied ad in d íg en a y la ca lidad de
cam pesino co m u n ero du ran te el go b iern o federa l de L ázaro C árd en as p ro p ic ió u n cam bio
cu a lita tiv o de g ran en v erg ad u ra : el p aso de u n estig m a p ey o ra tiv o de in d íg en a a un
sen tim ien to de o rgu llo de ser co m u n ero e ind ígena. C árd en as co n tin u ó p ro m o v ien d o la
p rác tica in d ig en is ta en M ich o acán después de d e jar la p residencia , y la en tidad fue
se lecc io n ad a p ara la ap licac ió n del p lan de desarro llo reg ional in teg ra l: la C o m isió n del
T ep a lca tep ec (1947) (Y asum ura, 2003: 652). E sto s h echos re fle jan u n tra to p riv ileg iad o p o r
p arte de las ad m in is trac io n es esta ta les y fed era les h ac ia la p o b lac ió n m ichoacana, inc lu ida
la ind ígena. S in em bargo , com o en to d o el país, el g o b ie rn o no p restó a ten c ió n a las voces
de los in d íg en as en la im p lem en tac ió n de d ichos p ro y ecto s y po líticas.
74 Este proyecto fue producto de un convenio entre el Instituto de Antropología Social de la Smithsonian Institution, el Instituto Politécnico Nacional y el Departamento de Asuntos Indígenas de México (Lameiras, 1987: 26).
101
E n cam bio , en O ax aca el paso de la R ev o lu c ió n , a rg u m en ta B ailón , lleg ó con atraso
d eb ido a la fo rta leza de los soberan istas o ax aq u eñ o s (1999: 174). L os g ru p o s y e lites que
p artic ip a ro n en la d isp u ta p o r el con tro l p o lítico defen d iero n la so b eran ía de la en tid ad ante
el m o v im ien to rev o lu c io n ario en m o m en to s en que la crisis re in ab a en el n ac ien te E stad o
m ex icano . S e tra tó de u n m o v im ien to co n se rv ad o r y p o sib lem en te co n tra rrevo luc ionario .
L a reg ió n serrana p a rtic ip ó ac tiv am en te en la p ro tecc ió n de la cap ita l, p e ro con el ocaso de
sus h u estes las opo sic io n es al p o d er cen tral se d eb ilita ro n y se frag u aro n alianzas con los
po d eres de la c iudad de M éx ico (B ailón , 1999: 176). L a re fo rm a agraria, a p a rtir de 1940,75se re lac io n a en O ax aca con la d em an d a de co n firm ació n y titu lac ió n de b ien es com unales.
L as com un idades h ic ie ro n so lic itudes p o r el reco n o c im ien to de lo que y a po se ían y
u tiliza ro n la ley p ara d efen d er sus reclam os. É stas lo g raro n ad ap ta rse a las fo rm as de
d o m in ació n esta ta les, pero m an tu v ie ro n sus espacios lo ca le s de decisión . Inco rp o raro n
den tro de su estru c tu ra trad ic ional de au to rid ad los cargos de p resid en te de com ité
m un ic ipa l del partid o y de co m isariad o de B ien es C o m u n ales y E jidal.
I I .4 .1 . L o s c o m p o n e n t e s d e l a s o p o r t u n i d a d e s p o l í t i c a s e n M i c h o a c á n y
O a x a c a a a n á l i s i s : a p e r t u r a d e l s i s t e m a in s t i t u c i o n a l i z a d o , e s t a b i l i d a d e n l a s
a l i n e a c i o n e s d e l a s e l i t e s , a p o y o d e e s t a s e l i t e s , y c a p a c i d a d e s t a t a l p a r a
r e p r i m i r a l o s m o v i m i e n t o s s o c ia le s .
E l aná lis is de estas varian tes, que se en lazan en tre sí, se rea liza en tres perio d o s h istó ricos
en am bos estados. U n o que v a de la décad a de los se ten ta (en que se in ic ian los p rocesos
que dan v id a a las o rg an izac io n es de estud io ) h asta an tes de la irru p c ió n zap a tis ta en 1994;
o tro que co m p ren d e los años de m ay o r eb u llic ió n del m o v im ien to in d íg en a (de 1994 a
2001); y el ú ltim o p e rio d o ab arca desde finales del 2001 a 2004.
a) Primer periodo: inicio del movimiento indígena (1970-1993) 75
75 Oaxaca poseía para 1960 casi un 31% del total de los predios comunales y casi 37 % de la superficie comunal total registrada en el país (Bailón, 1999: 187). La posesión comunal es la forma de posesión de tierra más frecuente en la entidad.
102
E n 1971, en M ich o acán se ap robó la ley federa l de la R efo rm a A graria . A p a rtir de
en tonces las d em andas agrarias de las co m u n id ad es p u rép ech as co b raro n ím p e tu y el
g o b iern o federa l ten d ió a dar el fa llo ju d ic ia l a su fav o r (Y asum ura, 2003: 656). L as
p o líticas de ex p lo tac ió n de los b o sq u es o rig inaron fren tes de lu ch a y se fo rm aro n
coa lic iones in te rco m u n ita ria s p a ra la d e fen sa de és to s .76 77 A p arec ie ro n o rg an izac io n es cuya
d em an d a com ún era la defen sa de las tie rras fren te a ganaderos, ta lab o sq u es em presarios,
e tcétera. S e em p ezó a co n stitu ir u n m o v im ien to cam p esin o en el que co incid ieron
lu ch ad o res sociales, líd eres p ro fesio n is tas de la un iv ersid ad , o rgan izac iones in d ep en d ien tes
y au to ridades com unitarias.
L a o rgan izac ió n que ag lu tinó las p rin c ip a le s d em andas fu e la U n ió n de C o m u n ero s
E m ilian o Z ap a ta (U C E Z ). É s ta surgió , en n o v iem b re de 1979, en la co m u n id ad de
T ing am b ato , y su o b je tivo general fu e co n stitu ir u n a o rg an izac ió n que d efen d ie ra los
in te reses de los que la fo rm asen y de los dem ás cam pesinos (M áx im o , 2003: 581). E sta
o rgan izac ió n se fo rta lec ió a p a rtir de la lucha, en el m ism o año, de los com uneros ind ígenas
de S an ta F e de la L ag u n a co n tra los g anaderos m estizo s de Q uiroga . L a lu ch a de esta
co m u n id ad in ic ió con dem andas ag rarias y conc luyó con re iv in d icac io n es é tn icas
aco m p añ ad as de la co n stru cc ió n de s ím bo los (b an d era pu répecha , lem a) que leg itim aro n la
lucha, y que m ás ta rd e se co n v irtie ro n en re fe ren tes p ara to d o el g ru p o pu répecha . L a
co m u n id ad em erg ió v ic to rio sa de esta d ispu ta, aunque n o in m u n e de d iv is io n es en su
in terior. A c tu a lm en te es u n a re fe ren c ia o b lig ad a en las con tiendas en tre in d íg en as y
m estizos. O tra s ex p erien c ias o rgan iza tivas se fo rm aro n en esa época, R am írez (2007)
a firm a que los co m ités de co m u n id ad es em p ezaro n co n c ib ien d o se con u n a o rien tación
cu ltura l, p e ro con el tiem p o se v o lv ie ro n de co rte po lítico : com ité de co m u n id ad es de la
m ese ta (ocho com unidades), el C om ité de P ro d u c to res P u rép ech as y la C o o p era tiv a M ark a
A n ch ek o ren (R am írez, 2007: 124).
E n O axaca, las co m u n id ad es se articu la ro n a la ju s tic ia ag raria p a ra m an ten e r sus
p o sesio n es com unales, y litig a r sus tie rras y la rep resen ta tiv id ad p o lítica p o r m ed io de u n a
lea ltad h ac ia el p artid o oficia l (P R I) desde su creac ión . A cam bio rec ib ie ro n el resp e to de
76 Vázquez habla de un corporativismo étnico que se acompaña de una recorporativización de las comunidades agrarias a partir de las disputas por territorios forestales. Esto fuerza a los comuneros a “actuar colectivamente por encima de otras lealtades, afiliaciones y agrupamientos” (Vázquez, 1992a: 92-93).77 En esta organización confluyeron indígenas y mestizos, y no es exclusivamente de carácter étnico. En la década de los ochenta llegó a agrupar a más de ochenta comunidades y ejidos (Zárate, 1999: 250-251).
103
sus p ro ced im ien to s de au to ridad in tern o s (s is tem a de e lecc ió n de au to rid ad es com unales,
con lo cual lo g ra ro n co n se rv ar la co lu m n a v erteb ra l de su rep ro d u cc ió n socia l. L o an terio r
con trib u y ó a m an ten e r c ierto orden y ev itó u n nú m ero m ay o r de p o sib les m o v ilizac io n es.
N o obstan te , los p ro b lem as p o r tie rras son u n a constan te en la en tid ad . L a lu ch a p o r su
so lución co n stitu y ó u n paso im p o rtan te h ac ia la d efin ic ió n de los agrav ios p o lítico s y
tam b ién p ro p ic ió la fo rm ac ió n de o rg an izac io n es in d ep en d ien tes . U n h ech o c lav e p ara la
c reac ión de o rg an izac io n es cam p esin as fu e ro n los p ro b lem as de co m erc ia lizac ió n del ca fé y
la ex p lo tac ió n in d isc rim in ad a de los recu rsos fo resta les p o r com pañ ías p riv ad as m ed ian te
co n cesio n es (V elásquez , 2000: 56) hasta 1983.78 79
O tro fac to r que p ro v o có la fo rm ac ió n de o rg an izac io n es reg io n a les son las
con d ic io n es socia les de m arg in ac ió n y p o b reza en que v iv e la m ay o ría de la p o b lac ió n
oaxaqueña, y que no es tan m arcad o p ara el caso m ichoacano . P o r ejem plo , en O ax aca 144
de los 182 m u n ic ip io s ca ta logados con m u y alta m arg in ac ió n tien en m ás de 20 % de
p o b lac ió n in d íg en a y 132 de e llos in c lu y en cifras superio res al 40% de ésta; de los 164
m u n ic ip io s que cu en tan con 80% o m ás de h ab lan tes de a lg u n a len g u a in d íg en a 98.1 %
están c lasificad o s de a lta y m u y alta m arg in ac ió n (H ern án d ez D ., 2005: 103 y 105).
D u ran te la décad a de los seten ta en O ax aca se p resen c ia ro n o las de o rgan izac ió n
social, con testac ió n p o p u la r y a lianzas en tre estud ian tes, m aestros, cam pesinos y obreros.
U n a de las ca rac te rís ticas im p o rtan tes del m o v im ien to p o p u la r en esta en tidad , a firm a
A n ay a (2006), fu e la de fo rm ar alianzas in te rsec to ria les , com o la C o a lic ió n O brero
C am p esin o E stu d ian til de O ax aca (C O C E O ) (fo rm ad a desde 1972), y la C o alic ió n O brero-79C am p esin a-E stu d ian til del Is tm o (C O C E I).
A m ed iad o s de esta década, con Z ára te A q u in o en la g u b ern a tu ra de O axaca, la
re la tiv a ap ertu ra p ro p ic iad a p o r E ch ev erría f in a lizó con la re sp u esta ag resiv a a la
m o v ilizac ió n p o p u la r en el estado. S e in ten sifica ro n los in ten to s de co o p tac ió n en
sind icatos y cen tra les cam p esin as y se in c rem en tó la represión directa co n tra las
o rg an izac io n es in d ep en d ien tes (A naya, 2006: 51). E n 1977, O ax aca en fren tó el caos
p ro v o cad o por: los co n flic to s en to rn o al contro l de la U n iv ers id ad A u tó n o m a B en ito Ju árez
78 El café se ha convertido en el cultivo comercial más importante en las últimas décadas.79 Véase Rubin, Jeffrey W. (1997). Decentering the regime: ethnicity, r^adicaiism and democracy in Juchitán, M éxico, Londres, Duke University Press.
104
de O ax aca (U A B JO ), las s ituac iones en zonas ru ra les (in v asió n de tie rras) que
am en azab an con salirse de con tro l, y la p resió n de la C O C E O y la C O C E I p o r d ife ren tes
dem andas. E s ta s ituac ión se re so lv ió con la so lic itu d de licen c ia del g o b ern ad o r y el
n o m b ram ien to de u n o in terino , así com o de u n n u ev o rec to r para la U A B JO (A naya, 2006:
52-53). L a co n fro n tac ió n en tre la e lite p o lítica y eco n ó m ica p ro d u jo u n a sev era crisis de
gobernab ilidad . L o que in d ica u n a desestabilidad en las elites en el p o d er y la
co n v erg en c ia de d em an d as de sec to res ru ra les y u rbanos.
E n el m arco de las p o líticas in d ig en is ta s y com o es tra teg ia u tiliza d a p ara fren a r el
av an ce del m o v im ien to cam p esin o (que em p ezab a a te n e r tin te in d íg en a) se crearon los
C o nse jos S uprem os p ara cada g rupo e tn o lin g ü ís tico del país b a jo el ausp ic io del INI. E n
M ich o acán se creó el C o nse jo S uprem o P u rép ech a y el F ren te Juven il P u rép ech a para
n eu tra liz a r la p artic ip ac ió n y fo rta lece r al partid o oficia l (P R I) (M áxim o, 2003: 582). E n
O axaca, se p ro p u sie ro n 16 C o nse jos S uprem os para cad a g ru p o étn ico . T am b ién se crearon
los C en tros C oord in ad o res In d ig en istas (C C I) y los a lbergues p ara n iños y jó v en es
estud ian tes. E stas in stan c ias fu e ro n in stru m en to s p ara la m an ip u lac ió n y con tro l del
n ac ien te m o v im ien to ind ígena. A p esa r de que los C o nse jos S uprem os fuero n creados
desde las in stan c ias o fic ia les s irv ieron com o re fe ren c ia p ara la fo rm ac ió n de un id ad es
supralocales.
E l cam bio en la p o lítica in d ig en is ta co n trib u y ó a u n a red efin ic ió n de la re lac ió n con
el E stado , se p asó del en fren tam ien to a la p o sib le ob tenc ión de c ierto s b en e fic io s sin
necesid ad de co m p o rta rse com o u n a o rg an izac ió n oficial (Z árate , 1999: 254). A esto se
sum a la cris is que v iv ie ro n estas o rg an izac io n es cuando la austeridad g u b ern am en ta l lim itó
los recu rso s de sus ag en cias de b ien es ta r social (V ázquez , 1992a: 222). L a fo rm ació n de
o rgan izac iones, que m an ifies tan u n a p erten en c ia a g rupos étn icos, co in c id e o es p ro d u c to
del perio d o en que las críticas al in d ig en ism o in teg rac io n is ta adq u irie ro n im portancia . El
acen to que las n uevas p o líticas p u siero n en la p artic ip ac ió n de los in d íg en as ayudó a que
éstos crearan d iscu rso s desde sus p articu la rid ad es cu ltu ra les y se in ic io la fo rm ació n de u n a
co n c ien c ia é tn ica que m arcab a d ife ren c ias con los cam pesinos m estizos.
E n 1981, en C heranástico , M ich o acán , se rea lizó el 2° E n cu en tro de O rg an izac io n es
Ind íg en as In d ep en d ien tes de M éx ico , C en tro am érica y el C aribe. C on éste se b uscó 80
80
80 Para Zárate Aquino la Universidad era un “nido de agentes subversivos”. Para Recondo (2007) la crisis universitaria fue una de las crisis políticas más graves de la historia contemporánea de Oaxaca.
105
fortalecer el movimiento campesino independiente en Michoacán. A pesar de que el
discurso clasista y marxista tenía gran peso, la diferencia cultural se asumió de manera
clara. Surgieron agrupaciones purépechas como la Asociación de Profesionistas de Zacán,
la Federación de Profesionistas Purhépechas, el Comité de Pueblos Purhépechas por los
Cinco Puntos, la organización Camino del Pueblo (Xanaru Ireteri); y se fortalecieron
organizaciones como la UCEZ, un sector de la Alianza Nacional de Profesionales Indígenas
Bilingües (ANPIBAC) y el Movimiento Indígena Revolucionario (MIR) (Máximo, 2003:
582). También se instaló la radiodifusora XEPUR “La voz de los Purhépechas” en Cherán
(como parte del INI) en 1982.
El interés por el conocimiento de la cultura purépecha se tradujo en la creación del
Centro de Investigación de la Cultura P'urhépecha de la Universidad Michoacana de San
Nicolás de Hidalgo. Este espacio institucional intenta, desde su creación en 1983, legitimar
y sistematizar el conocimiento purépecha en la lengua, la música, la medicina tradicional,
las artesanías y la microhistoria. Otros dos eventos, que trataron de realzar y devolver el
valor y la dignidad del ser purépecha, fueron la celebración del Año Nuevo Purépecha
(ideado por el padre Agustín García Alcaraz originario de Zacapu y celebrado por primera
vez en 1983); y el Concurso Artístico de la Raza Purhépecha (promovido por
profesionistas de la comunidad de Zacán). Ambas celebraciones continúan realizándose.
La conformación y desarrollo de sindicatos y corrientes al interior de la Dirección
General de Educación Indígena (DGEI) en Michoacán también contribuyeron al
crecimiento de redes y alianzas entre diferentes grupos y regiones. La sección XVIII del
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) representa el ala crítica a la
herencia del charrismo en la que combaten maestros indígenas de la entidad. Esta
agrupación se convirtió en semillero de líderes indígenas, ya que algunos de sus agremiados
participaron en la conformación y son fundadores de organizaciones indígenas en la
entidad.
En Oaxaca, la movilización popular (que se inició en los setenta) se extendió al
Istmo, Tuxtepec y la Costa. Nacieron organizaciones agrarias, laborales y de colonos 81 82
81 Un líder de la ONP recuerda que algunos grupos que luchaban les decían que si no eran campesinos no eran nada (Entrevista N. C., 2005).82 “El objetivo de esta celebración [Año nuevo purépecha] es trascender la fragmentación de regiones y comunidades en que han vivido los purhépechas desde hace 500 años, constituir referentes para todo el grupo y sentar las bases para la reconstrucción de la nación purhépecha” (Zárate, 1999: 253).
106
ind ep en d ien tes, que se en fren taro n al g o b iern o estata l y se ag lu tinaron , adem ás de la
C O C E I, en el F ren te C am p esin o In depend ien te , L a U n ió n G enera l de O b re ro s y
C am p esin o s de M éx ico (U G O C M ), el M o v im ien to D em o crá tico U n iv ersita rio , el
M o v im ien to de E stu d ian tes R ev o lu c io n ario s , y o tros (B ailón , 1999: 214-215). C on la
ap aric ió n de la C O C E I, a liad a al P artid o C o m u n ista M ex ican o , se in ic ió u n a lu ch a e lectoral
m ás p lural. B ailó n (1999) a firm a que con los sucesos o cu rridos a p rin c ip io s de los o ch en ta
en Ju ch itán de Z a rag o za se in ic io “ la construcc ión de u n sistem a de p artid o s m ás
equ ilib rado . H ay que to m ar con cu idado esta apreciac ión , y a que a p esa r de las re fo rm as
que co n ced iero n m ay o r ap ertu ra e lec to ral, en O ax aca el P R I se h a m an ted in o m ed ian te
fraudes y n eg o c iac io n es en el gobierno .
L as o rg an izac io n es cam p esin as co n tin u aro n m o v ilizán d o se y d em an d an d o la
re s titu c ió n de tie rras y el contro l sobre los recu rso s natu rales. O cu rrió la m u ltip licac ió n de
o rg an izac io n es in d ep en d ien tes que em p ezaro n a ex p resar su d ife ren c ia cu ltural. A
p rin c ip io s de 1980, se fo rm ó la U n ió n de P u eb lo s del R incón ; la O rg an izac ió n en D efen sa
de los R ecu rso s N atu ra les y D esa rro llo S ocia l de la S ie rra Ju árez (O D R E N A S IJ); el C om ité
C o o rd in ad o r p ara la D e fen sa de los R ecu rso s N atu ra les , H u m an o s y C u ltu ra les de la
R eg ió n M ix e (C O D R E M I); la A sam b lea de A u to rid ad es Z ap o tecas y M ix es (A S A M ), la
U n ió n de C om u n id ad es In d íg en as de la R eg ió n del Is tm o (U C IR I), y U n ió n de
C o m u n id ad es Ind ígenas de la Z o n a N o rte del Is tm o (U C IZ O N I).
A lgunas de estas o rg an izac io n es su rg ieron com o resp u esta de los p ro d u c to res p o r
ap ro p ia rse del p ro ceso p ro d u c tiv o y de com erc ia lizac ió n del café con la aseso ría ac tiv a de
sacerdo tes ca tó licos, co m o es la U C IR I (A naya, 2006: 66). A este respecto , el su rg im ien to
de u n a co rrien te id en tificad a con la lu ch a de los po b res e in d íg en as en O ax aca (al igual que
en C hiapas), así com o la lleg ad a de ob isp o s p ro g resis ta s in cen tiv aro n la fo rm ación de
g rupos de re flex ió n y p ro m o v ie ro n esfuerzos p o r m ejo ra r las con d ic io n es de v id a de las
p o b lac io n es ind ígenas. O tras o rg an izac io n es im p u g n ab an las fuerzas cac iqu iles en sus
reg iones. E l cac icazg o com o u n a fo rm a de rep resió n local es ex p e rim en tad o en las
co m u n id ad es ind ígenas o axaqueñas d esde in ic io s del s ig lo X X . E n n u m ero so s casos, los
caciques están co lud idos con el g o b iern o estata l a trav és de sobornos, favo res o com o parte
de redes de re lac io n es de co m p ad razg o que im p o sib ilitan la e jecución de la ju stic ia . L a 83
83 La COCEI obtiene una representación, aliada al PSUM, en la Cámara de Diputados de la nación y alcanza la presidencia municipal en tal municipio en 1989.
107
violencia armada ha sido la forma predilecta de imponer su autoridad. Los caciques son
utilizados por el gobierno para proporcionar información y mantener bajo control posibles
rebeliones: “Exigen e imponen su exclusividad en la intermediación entre los gobernantes
lejanos y los campesinos de la región” (Laviada, 1978: 151). En el caso de los mixes,
CODREMI y ASAM se crearon a partir del rechazo general a estas formas de dominio, y
en 1988 se creó Servicios del Pueblo Mixe A. C. (ayuuk kajpn meetu'unen) (SER) como un
instrumento de apoyo y servicio a estas organizaciones. Maldonado (2005) afirma que una
característica que ha acompañado al movimiento indígena en esta entidad es la
participación de las autoridades municipales; esto se relaciona con el objetivo de las
organizaciones por fortalecer la capacidad municipal de gestión y el poder de las asambleas
comunitarias.
Un hecho que contribuyó a la recuperación de lo “indio” en Oaxaca fue la
realización del Primer Foro Internacional sobre los Derechos Humanos de los Pueblos
Indígenas celebrado en Matías Romero en 1989. A partir de este acto las organizaciones
indígenas colocaron en su agenda como principal demanda el reconocimiento de los
derechos de los pueblos indígenas, y desde entonces es una constante en el movimiento
indígena oaxaqueño.
El movimiento del “magisterio democrático” también emergió en la década de los
ochenta. La sección XXII confrontó a la Secretaría de Educación Pública (SEP) y al
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE); se involucró con otras luchas
populares oaxaqueñas y apoyó al movimiento indígena desde finales de los ochenta
demandando derechos y reconocimiento (Anaya, 2006: 57). La respuesta más frecuente del
gobierno estatal ante la lucha por espacios de participación y representación fue la
represión y la confrontación armada.
Anaya (2004) considera que esto condujo a una declinación en la legitimidad del
partido gobernante, el PRI. Las relaciones que este partido había venido estableciendo con
los diferentes sectores eran, y posiblemente continuan siendo, clientelistas. A lo que se
sumó el malestar social que causaron las elecciones de 1988 en todo el territorio mexicano
y que fueron calificadas de fraudulentas. Recondo afirma que para 1989 la oposición ganó
en 34 municipios y desplazo al PAN como segunda fuerza. El efecto del “neocardenismo” 84
84 En los setenta y ochenta el PRI empezó a perder municipios en las contiendas electorales y la oposición ganó municipios formando alianzas (Anaya, 2004).
108
irrumpió con gran fuerza en el estado (Recondo, 2007: 151). Esto preocupa a las elites
políticas ya que el ocaso de la hegemonía pirísta estaba comenzando.
Con la gobernatura de Heladio Ramírez López (1986-1992) la relación entre
gobierno y pueblos indígenas en la entidad se modificó, ya que la crisis de legitimidad del
PRI obligó a tomar medidas urgentes. Anaya (2006) afirma que Heladio Ramírez
comprendió que era preciso “gobernar con los indígenas”. Los intelectuales Salomón
Nahmad y Gustavo Esteva fueron sus asesores en la búsqueda de legitimidad entre esta
población (Leer, 2006: 222). Se registró entonces una inicial apertura del sistema político
a la problemática indígena. Como una incipiente respuesta se creó la Procuraduría de la
Defensa del Indígena (PRODI) en 1986, y en 1990 Heladio Ramírez lanzó una política de
reconocimiento a los derechos indígenas y se modificaron los artículos 12, 15, 16, 25, 94 y
151 de la Constitución estatal. Éstos se relacionan con la composición étnica plural, la
protección del tequio, el respeto por las tradiciones, la educación bilingüe, el patrimonio
cultural y ambiental de los pueblos indígenas. Estas modificaciones fueron poco precisas y
no implicaron cambios verdaderos. Los fondos del programa Solidaridad también se
multiplicaron exponencialmente para Oaxaca entre 1988 y 1990, pero no lograron resolver
las condiciones de precaridad en que vivía (y vive) la población indígena en la entidad.
Estos recursos federales tenían la intención de “promover la restauración de la legitimidad
global del régimen” (Anaya, 2006: 116). La crisis experimentada en este periodo se reflejó
en las elecciones municipales de 1986 a 1992. En este periodo aumentaron los conflictos
electorales y se registra una mayor dificultad del gobierno para resolverlos (Recondo, 2007:
147).
En Michoacán, la política electoral, a partir de 1988, desbordó la arena regional.
Hasta entonces, los gobernadores (pertenecientes al PRI) lograron negociar y mostrar un
clima de relativa calma, ya fuera mediante la concesión de recursos o cooptando líderes a
través de su incorporación en instituciones oficiales. En ese año, algunos miembros de
organizaciones independientes indígenas se integraron al Frente Democrático Nacional
(FDN) y posteriormente al Partido de la Revolución Democrática (PRD). Esto fue resultado
de la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, hijo del general Lázaro Cárdenas y
de su proyecto político. Después de la cuestionada contienda electoral simpatizantes que
apoyaron su candidatura se manifestaron: “más de 60 ayuntamientos miembros del Frente
Democrático Nacional (FDN) realizaron plantones como estrategia para rechazar lo que se
109
co n sid erab an u n frau d e electoral m ay ú scu lo ” (C alderón , 1993: 213). L as m an ife stac io n es
en con tra de d ich a co n tien d a e lec to ral, com o la to m a de los ed ific io s del ayun tam ien to ,
p lan to n es, la to m a de carre teras, se v o lv ie ro n u n a p rác tica com ún en el s is tem a p o lítico en
la entidad. R am írez (2007) a firm a que desde fin a les de 1988 u n as cuan tas p resid en cias
qued aro n en m an o s de sim p atizan tes ca rd en is tas qu ienes las co n v irtie ro n en
“ ay u n tam ien to s p a ra le lo s” . S in em bargo , m u ch o s de éstos fu ero n desa lo jad o s p o r las
fu erzas arm adas y só lo en la s ierra p u rép ech a ay u n tam ien to s com o N ah u atzen , C h erán y
P arach o qued aro n en m an o s de lo s in co n fo rm es hasta la s igu ien te e lecc ió n (R am írez , 2007 :
129).
D esd e en tonces el P R D h a sido u n a fu e rza p o lítica con g ran p resen c ia en
M ichoacán . C om o co m en ta R am írez (2005), en el perio d o in ic ia l del n u ev o ca rden ism o
(1989 -1 9 9 2 ) m u ch as de las co m u n id ad es in d íg en as fuero n fu n d am en ta les para hacer
p o sib les los triu n fo s e lec to ra les del P R D en m u n ic ip io s con a lta p o b lac ió n p u rép ech a
(P aracho , N ah u atzen , C herán , C h ilcho ta , C harapan). E l P R I h ab ía sido el partido
g o b ern an te en casi to d o s los m u n ic ip io s m ichoacanos, pero en el ú ltim o año de la décad a de
los ochenta , p o r p rim era v ez en la to ta lid ad de lo s m u n ic ip io s p o r lo m en o s dos partidos
reg is tra ro n cand ida tos (C alderón , 1993: 201).
L a afiliac ión y sim patía h ac ia o tro partid o que no era el o ficia l (P R I) p ro v o có el
aum en to de con flic to s in te rnos y facc ionales, que y a v en ía o cu rrien d o en tre las
co m u n id ad es y en su in terio r. T odo esto in d ica un reacomodo en las elites políticas y la
p e rcep c ió n de los agen tes in d íg en as de la v ía elec to ral com o m ed io de lo g ra r cam bios. P ara
R am írez , a p a rtir de 1988, la lu ch a p o lítica en los m u n ic ip io s im p licó u n in crem en tó en la
p artic ip ac ió n e lec to ral en los m u n ic ip io s de la reg ió n p u rép ech a (R am írez , 2007: 131).
E n O axaca , la p o lítica elec to ral en casi to d a la en tidad se b asab a en u n acu erd o en tre
el m u n ic ip io y el g o b ie rn o del estado , p o r in te rm ed iac ió n del p artid o oficia l (PR I). L a
se lección de los in d iv id u o s que o cupaban ca rg o s de au to ridad se h ac ía p o r m ed io de los
llam ad o s p leb isc ito s com un ita rio s, sin la in te rfe ren c ia de p artid o s po líticos. S e to m ab a en
cu en ta la edad y los cargos desem p eñ ad o s an terio rm en te p o r los p robab les con tend ien tes, y
u n a v ez e leg idos se in sc rib ían com o cand ida tos del p a rtid o o fic ia l; este s is tem a es llam ad o
co m ú n m en te “ de uso s y co stu m b res” . E n 1980, 468 m u n ic ip io s de los 570 e lig ie ron a sus 85
85 El municipio, como entidad de organización político-económica, es para el caso de Oaxaca, el principal aparato de poder regional en el sistema político (Bailón, 1999).
110
autoridades por este sistema y el acuerdo entre autoridades y PRI (respaldo a cambio de
poyos a la gestión de obras en las comunidades) llevó a que los otros partidos no tuvieran
mucha incidencia local (Bailón, 1999: 219). No obstante, en algunos municipios indígenas
la oposición empezaba a tener presencia. En 1985, ésta (PAN, PPS, PST, Coalición
Democrática) ganó 15 ayuntamientos. En las elecciones de 1988, para presidente de la
República, Cuauhtémoc Cárdenas ganó uno de los once distritos electorales (Leer, 2006:
223), y al año siguiente (1989) la oposición resultó victoriosa en 33 municipios, de los
cuales el PRD ganó unos cuantos (Anaya, 2006: 82-83).86 Esto indica que la supremacía del
PRI estaba en crisis. Las elites políticas empezaron a buscar estrategias para detener la
avanzada de la oposición, ya que Oaxaca había sido hasta entonces un bastión priísta.
Volviendo al caso de Michoacán, en febrero de 1991, se convocó a un primer
Encuentro de Comunidades Indígenas de Michoacán en la localidad de Cherán. En este acto
se marcaron los principios de una nueva organización india que luchara por los intereses de
las comunidades. Se constituyó el Frente Independiente de Comunidades Indígenas de
Michoacán (FICIM) (Máximo, 2003: 584) y el Frente Independiente de Pueblos Indios
(FIPI- Michoacán). Estas dos organizaciones son el punto de despegue del movimiento
indígena en la entidad por los purépechas.
Los efectos de la reforma al artículo 27 de la Constitución causaron alarma entre la
población indígena michoacana. Las comunidades y sus autoridades se pronunciaron en
contra. El Decreto de la Nación Purhépecha (5 de diciembre de 1991), promovido por el
FICIM y firmado por un gran número de comunidades indígenas, fijó la postura de estas
poblaciones ante tal reforma:
Nosotros, como nación Purhépecha, RECHAZAMOS ENÉRGICAMENTE LA REFORMA AL ARTÍCULO 27 CONSTITUCIONAL Y DENUNCIAMOS: La política privatizadora del actual gobierno que ha marginado la atención al campo en los últimos 15 años y ha orillado al trabajador del campo, ejidatario o comunero, a emigrar a las grandes ciudades y a los Estados Unidos dejando abandonadas cientos de hectáreas por no contar con los recursos necesarios para elevar la productividad del campo (Com. Indígenas de Michoacán, 1995: 166)
86 No hay que perder de vista que los municipios que realizan la elección de sus autoridades por el sistema de partidos políticos son minoría en Oaxaca.
111
E ste p ro n u n c iam ien to rea firm a el ca rác te r ag raris ta de las luchas socia les en la en tidad . L a
im p o rtan c ia q u e o to rg an a la tie rra y la p resen tac ió n de las au to rid ad es ag rarias com o los
p rin c ip a le s rep resen tan tes de las co m u n id ad es co n trib u y ero n a rep ro d u c ir la im agen
co rp o ra tiv a de éstas. L a p resió n p ro v o cad a con el p ro n u n c iam ien to de tal o p o sic ió n in fluyó
en la co n fo rm ació n de u n con tex to de negociación . A lo q u e se sum an los even tos a lusivos
a la co n m em o rac ió n del 12 de oc tu b re en 1992. E n la cap ita l del estado, M ore lia ,
o rg an izac io n es y co m u n id ad es in d íg en as m arch aro n p o r el cen tro de la c iudad y cu lm in aro n
con el d e rrib am ien to de la esta tu a del v irrey A n to n io de M endoza , e rig ida m eses an tes p o r
el ay u n tam ien to m o re lian o (R am írez , 2005: 5). E ste hech o m o stró el desco n ten to y la fa lta
de u n a p o lítica ad ecu ad a p ara las p o b lac io n es in d íg en as de M ich o acán y la nación.
E l g o b iern o estatal se v io p resio n ad o an te la fo rm ac ió n de o rg an izac io n es
in d ep en d ien tes; el ap rem io de sus d em an d as; el d isg u sto causado p o r la co n tien d a e lectoral
de 1988 y el avance de la oposición ; el rech azo a la re fo rm a al 27 constitucional; la
co n stru cc ió n de espacios de d iscu sió n y las m an ife stac io n es del 12 de octubre . E sto
p ro v o có que se m o stra ra m ás co n c iliad o r y conced ió espacios p ara el d iálogo . S in em bargo ,
esto no sign ificó cam b io s cu a lita tiv o s en las co m u n id ad es ni tam p o co frenó po líticas
p ro p ic ia to ria s de d iv is io n ism o en y en tre las com un idades. L a ap e rtu ra del s is tem a po lítico
en M ich o acán h ab ría de e sp e ra r a lgunos años m ás.
L a e lite co n fo rm ad a p o r lu ch ad o res socia les y los líderes de las o rgan izac iones
em p ezó a p erfila r en to n ces u n p ro y ecto en el que se trazaro n las líneas p o líticas en la lu ch a
ind ígena. E l apoyo de las elites h ac ia las o rg an izac io n es in d íg en as en M ich o acán se dio
m ed ian te las n eg o c iac io n es que éstas h ic ie ro n al in te rio r del P R D , y con el resp a ld o de
p arte del m ag is te rio in d íg en a (a lg u n o s d irig en tes de la sección X V III). C o n éste no hu b o un
apoyo v is ib le sino ind irec to , com o en la co n cesió n de perm isos, la u tilizac ió n de re lac iones
e in fluencias, la fac ilitac ió n de espacios, en tre otros. L os p ro fesio n is tas p u rép ech as tam b ién
d esem p eñ aro n u n papel im p o rtan te al a len ta r el o rgu llo p u rép ech a y p ro v o car coyun tu ras
que fav o rec ie ro n tan to la au to rizac ió n de recu rso s p ara fies tas y even tos a lu sivos a la
re iv in d icac ió n in d íg en a com o la d ig n ificac ió n de su ser. 87
87
87 “Para el indio, como para el purhépecha, la tierra es la madre de la cual brota todo lo que existe, incluyendo al hombre mismo, por lo tanto el purhépecha se concibe como producto de la Madre-Tierra y al servicio de ella” (Com. Indígenas de Michoacán, 1995: 166).
112
E n O axaca, las p rin c ip a le s p ro testas co n tra la ce leb rac ió n del 12 de oc tu b re fueron
p ro tag o n izad as p o r los m aestro s d isiden tes de la sección X X II. C erca de 25 m il m aestros
to m aro n las ca lles p a ra co n m em o rar 500 años de re sis ten c ia in d íg en a (A naya, 2006: 73).
E n esta co y u n tu ra n ac ió el C o n se jo M ex ican o 500 A ños de R esis ten c ia Ind ígena , N e g ra y
P opu la r, al cual se adh irie ron o rg an izac io n es y co m u n id ad es del estad o y el país. L as
m archas, o cupación de los ed ific io s p ú b lico s y las hu elg as de h am b re se v o lv ie ro n los
m éto d o s de lu ch a m ás com unes, ap u n ta H ern án d ez D . (1992). A n te ta les m an ifestac io n es,
las au to ridades no p ro y ec ta ro n u n a im ag en de to le ran c ia y d isp o sic ió n al d iálogo , p o r el
con trario , se m o stra ro n agresivas.
E n esta línea, la capacidad del estado para reprimir fu e constan te y en ocasiones
ind iscrim inada. D e fo rm a d irec ta y con el fin de p rese rv ar u n “ o rd en ” el g ob ierno
o ax aq u eñ o co m b atió las m an ife stac io n es de las o rg an izac io n es con el u so de la v io lencia:
“ cuando nos desa lo jaron , se llev aro n todo , m antas, cobijas, b oc inas, sonido, todo . H u b o
h erid o s y p resos, p e ro los que sa lie ron lib res, a p esa r de que tien en m ied o siguen firm es en
la lu ch a” (E n trev ista W . M ., 2004). L as o rg an izac io n es que se m o stra ro n reac ias a acep tar
las con d ic io n es de in ju stic ia y a tro p e llo s de los g rupos p ro teg id o s p o r el g o b iern o estatal
fue ro n hostigadas. L a A sam b lea de A u to rid ad es M ixe, p o r ejem plo , fu e rec rim in ad a y
am en azad a al su scrib ir d esp leg ad o s en co n tra de ac titu d es d esp ó ticas y an tid em o crá ticas de
los go b iern o s (D íaz G ., 1994: 565). H ay que m en c io n a r que en esta en tidad ex iste gran
can tidad de p reso s po líticos. M áiz a firm a que los altos n iv e les de rep resió n ju e g a n un
papel dec isivo en la e tn ificac ió n de las d em andas p o rq u e la ap e rtu ra d isp ar de
o p o rtu n id ad es de ex p resió n de éstas y la rep resió n se lec tiv a de los in d íg en as (p o r ser
in d íg en as) ex acerb a la fru strac ió n de ex p ecta tiv as y re fu erza la e tn o g én esis de los agen tes
ob je to de la m ism a (M áiz , 2004: 144). E sto sugiere que la v io len c ia v iv id a co n tra las luchas
socia les en esta en tidad ayudó a re fo rzarlas.
U n a fo rm a de con tro l y d o m in ació n ind irec ta , que h a im p lan tad o el g o b ern ad o r del
E stado , es la c reac ión de d elegados de g o b iern o en las d ife ren tes reg io n es de O axaca. E l
de legado de g o b ie rn o es u n rep resen tan te y fu n c io n a com o au to rid ad in te rm ed ia en tre
m u n ic ip io y g o b iern o estatal. E s n o m b rad o p o r el g o b ern ad o r y tien en a tribuc iones 88
88 Una de las poblaciones que más ha sufrido vejaciones es el pueblo trique. Esto provocó la conformación de organizaciones que demandan el cese a la represión y la libertad a sus presos políticos como el Movimiento de Unificación de Lucha Trique (MULT). Otras organizaciones como OIDHO y el CIPO tienen militantes encarcelados o en el exilio.
113
ju d ic ia le s p a ra trám ites y con flic to s leg a le s du ran te los tres años que du ra su gestión
(K raem er, 2003: 59). E s ta fig u ra no está co n tem p lad a en la constitución , p o r tan to , es u n a
v io lac ió n al artícu lo 115 C onstitucional.
E n el caso de M ich o acán , la represión se d io de fo rm a m ás d iscre ta y sólo en
m o m en to s de m ay o r con flic tiv idad . D u ran te el g o b iern o de V illic añ a el líd e r de la U C E Z ,
E frén C apiz, ten ía doce ó rdenes de ap reh en sió n en su contra , p ero litigo y n eg o c ió a su
favor. C on el sigu ien te g o b ern ad o r (M anuel T in o co R u b í) la lu ch a fue fron ta l, y ex istieron
casos de rep resió n y en carce lam ien to de a lgunos líderes (1 9 92-1993), lo que ocasionó que
la lu ch a se rad icalizara . L os sim p atizan tes ca rden istas, m u ch o s de e llos p erten ec ien tes a
o rg an izac io n es p u répechas, eran co n stan tem en te h o stig ad o s p o r el g o b ie rn o estatal y
federa l (R am írez , 2007: 130).
E n am bas en tidades, la v io len c ia tam b ién se re lac io n a con d isp u tas p o r lím ites
territo ria les. L os en fren tam ien to s en tre in d íg en as del m ism o g ru p o e tn o lin g ü ís tico y con
v ec in o s de o tros g rupos son frecuen tes. P ero en coyun tu ras de d efen sa co n tra el in v aso r
m estizo u n en sus fuerzas. P a ra A naya, en el caso oaxaqueño , estos co n flic to s lo ca le s no
co n stitu y en u n a a lte rac ió n a la es tab ilid ad social y p o lítica que p u d ie ra llev a r a u n a reb e lió n
in d íg en a g en e ra lizad a (A naya, 2006: 134). E n el caso de M ich o acán , los esta llidos de
v io len c ia se re lac io n an tam b ién con la d isp u ta p o r tie rra s y co m p eten cia electoral. E n esta
en tidad ex isten conflic tos, llam ad o s focos ro jos, que han d esem b o cad o en en fren tam ien to s
v io len to s donde se reg istran m uertes. G ern era lm en te han sido atend idos, pero no
so lucionados. E s ta p ro b lem ática es p e rc ib id a p o r in teg ran tes de las o rg an izac io n es com o
u n a fo rm a de d iv isión y con tro l estatal: “ el p ro p io g o b iern o lo h a c read o para,
p rec isam en te , co n fro n tarn o s en ese sentido, no so tro s en tendem os que la p o lítica del E stad o
h a sido esa” (E n trev ista A. M ., 2005). L as m archas, m ítines, to m as de ca rre te ras rea lizadas
p ara ex ig ir la re so lu c ió n de d ichos con flic to s fueron , y siguen siendo, co n tra rrestad as con el
env ío de u n d e leg ad o que escu ch a las dem an d as e in ten ta b u sca r u n a conc iliac ión que
garan tice a las partes el d iálogo . D ich a re sp u esta h a sido sólo u n paliativo .
C on las re fo rm as, in ic iad as en los ochenta , al a rtícu lo 115 de la constituc ión
nac ional que se re fie ren al m u n ic ip io y con la p o lítica de p ro g ram as socia les de Salinas de
G ortari se in ic ió la d istrib u c ió n de recu rsos de la fed erac ió n al m un icip io . E n to d o el país se
in c rem en tó la in y ecc ió n de apoyos. E sto h izo n ecesaria la lleg ad a de agen tes ex ternos a las
co m u n id ad es p ara facilitar, su p erv isa r y co n tro la r su d istribución . L os p ro g ram as de
114
S olidaridad y P R O C A M P O fuero n el p arteag u as en la do tac ió n de recu rso s en efectivo.
É sto s aum en ta ron co n flic to s in te rn o s (d eb id o al acceso a recu rso s) y han m o d ificad o
ló g icas com u n ita rias de co n v iv en c ia y rec ip roc idad , y a que a p esa r de que la fo rm ació n de
g rupos es u n o de los p rin c ip a le s req u is ito s p ara acced er a éstos, no se p ro p ic ia el trab a jo y
ben e fic io co lectivo . A dem ás, los agen tes del g o b iern o (que hacen efectivos d ichos
p ro g ram as) adq u irie ro n m ay o r in flu en c ia y con tro l en las com unidades.
b) Segundo periodo: irrupción del EZLN y años de ebullición del movimiento
indígena (1994-2001)
C on el lev an tam ien to del E Z L N , en 1994, el p an o ram a p arece h ab e r cam biado . L a o la de
s im p atía h ac ia éste p ro v o có m o v ilizac io n es m asiv as en casi to d o el país. E l e jecu tiv o
convocó a p ro ceso s de co n su lta sobre derechos de los pu eb lo s ind ígenas en to d o el país.
E sto s h echos m o d ificaro n las alineaciones de las elites que definen las líneas políticas, ya
que las au to ridades esta ta les se m ostraron m ás in te resad as en la p ro b lem ática in d íg en a y
recu rrie ro n a la op in ió n de o tros agen tes (acad ém ico s y e lites p a rtid is tas) con el fin de
d e ten e r p o sib les con tag ios en sus en tidades.
E n O axaca, la s im p atía p o r el E Z L N pro v o có el in terés de o tros sec to res p o r la
p ro b lem ática in d íg en a en la entidad:
Después del 94 hay una mayor visibilidad y consecuentemente hay una mayor sensibilidad sobre el tema indígena; no tanto del gobierno, aunque sí de algunos sectores específicos, de parte de la sociedad, de las organizaciones de la sociedad civil, las universidades, los sindicatos. Estos organismos, que de algún modo podríamos agrupar con el nombre de sociedad civil tienen una mayor comprensión, y tienen una mayor sensibilidad hacia el tema indígena (Entrevista A. R., 2006).
Se reac tiv a ro n las m o v ilizac io n es y aum en tó la rea lizac ió n de fo ros de re flex ió n y deba te ;
se fo rta lec ió el d iá lo g o y las o rg an izac io n es in d íg en as a n ivel nac ional (E n trev ista S. R .,
2006). E n los p ro ceso s de co n su lta co nvocados p o r el e jecu tivo , líd eres y rep resen tan tes
in d íg en as de la S ierra N o rte (que se ap ro p ia ro n de éstos) d e lin earo n u n a p ro p u esta de ley
p ara in co rp o ra r los u so s y co stu m b res a la leg is lac ió n e lectoral del estad o (V elásquez,
2000: 135-136). T am bién se crearon redes de apoyo en tre o rgan izac iones. E l C o nse jo de
O rg an izac io n es Ind íg en as y C am p esin as de O ax aca (C O IC O ) y la A sam b lea E sta ta l
115
D em o crá tica del P u eb lo O ax aq u eñ o coo rd in aro n la p artic ip ac ió n en la C on v en ció n
N acio n al D em o crá tica co n v o cad a p o r el E Z L N . E l m an d ato de la A sam b lea estata l fue:
co m u n ica r su d em an d a de resp e to a los derechos h u m an o s y dem ocra tizac ión , la
e lab o rac ió n de u n a n u ev a C o n stitu c ió n nac ional que reco n o c ie ra el derecho a la au to n o m ía
de los p ueb los ind ígenas y p ro p o n e r la ce leb rac ió n de u n a A sam b lea N acio n al de P u eb lo s
Ind íg en as (A naya, 2006: 75). A p artir de en tonces, el m o v im ien to in d íg en a en la en tidad
ad h irió a su d iscu rso la d iv ersid ad cu ltura l y reafirm ó la ex ig en c ia del re co n o cim ien to de
los derechos ind ígenas.
E l g o b ern ad o r D ió d o ro C arrasco (1 9 9 2 -1 9 9 8 ) sigu ió la m ism a tác tica que su
p red eceso r (H elad io ), y en 1994 convocó a u n g ru p o de in te lec tu a le s (S a lo m ó n N ah m ad y
G u stav o E stev a) y d irig en tes in d íg en as (el m ix e A d e lfo R eg in o ) p ara aseso rarle en la
p rev en ció n de u n lev an tam ien to sim ilar al ch iap an eco (A naya, 2006: 95), y a que aunque las
o rg an izac io n es no h ab ían o p tado p o r la v ía arm ada, és ta e ra u n a posib ilidad . E l 21 de
m arzo de ese año el g o b ern ad o r anunc ió u n n u ev o acuerdo con los pu eb lo s in d ígenas
b asad o en los sigu ien tes puntos: 1) d escen tra lizac ió n de la to m a de dec isio n es po líticas; 2)
so lución a con flic to s ag rario s y el fo rta lec im ien to de las p rác ticas y trad ic io n es ind ígenas;
3) d escen tra lizac ió n de la to m a de d ec isio n es sobre la d efin ic ión de los p ro g ram as de
in v ersió n pública; 4) tran sfo rm ac ió n de los ó rganos del E stad o en carg ad o s de a ten d e r los
asun tos ind ígenas; y 5) a tenc ión in m ed ia ta a dem andas y n ecesid ad es u rg en tes de esta
p o b lac ió n (A naya, 2006: 96).
A p artir de en tonces se rea liza ro n c inco F o ro s In d ep en d ien tes de A ná lisis y
C o n su lta sob re el a rtícu lo 4° constitucional, y se d iscu tie ro n asu n to s re lac io n ad o s con los
derechos ind ígenas. E n estos fo ros la p artic ip ac ió n de U N O S JO y S E R fue m u y ac tiv a y
rep resen tan tes m ixes, zap o teco s y ch inan tecos aco rd aro n d efen d er y lu ch a r p o r el respeto
de sus u so s y co stu m b res en la e lección de sus au to ridades locales, y d em an d ar el
estab lec im ien to de u n sistem a de rep resen tac ió n leg is la tiv a p ara los p u eb lo s in d ígenas
in d ep en d ien te de los p artid o s p o lítico s (A naya, 2006: 97).
L a p resió n e je rc id a a trav és de estos fo ros llev ó a que en 1995 se reco n o c ie ra al
p ro ced im ien to de e lección p o r u so s y co stu m b res com o legal. L as re fo rm as co n stitu c io n ales
y el C ód igo de In stitu c io n es P o líticas y P ro ced im ien to s E lec to ra les del E stad o de O ax aca 89
89 Estos personajes también fueron asesores del EZLN en sus negociaciones con el gobierno federal en San Andrés (Anaya, 2006: 95).
116
90(C IP P E O ) ava la ro n la v ig en c ia de esta p rác tica en 412 m u n ic ip io s (B ailón , 1999: 220).
E n 1997 y 1998 se v o lv ió a re fo rm ar el C IP PE O , con lo cual se p ro h íb e que u n m un ic ip io
reg id o p o r el s is tem a de u so s y co stu m b res ten g a filiac ió n partidaria . S in em bargo , es
com ún que estas in stan c ias estén co n tro lad as p o r el PR I. A n ay a (2006) a firm a que si b ien la
d ec is ió n del reco n o c im ien to de los u so s y co stu m b res se to m ó e im p lem en tó desde arriba,
se o rig inó y defin ió d esde abajo.
L a erosión de leg itim id ad en O axaca , aunado a lo s pe lig ro s que p u d ie ra acarrear un
con tag io de los co n flic to s en C hiapas, p ro v o caro n que el P R I reacc io n a ra con u n a g ran
p o lítica con tra la p o b reza y la concesión de recu rso s para el d esa rro llo social, adem ás de
u n a re la tiv am en te seria y leg ítim a po lítica de reco n o c im ien to (A naya, 2004). E n ju n io de
1998, el C o ngreso local ap robó la L ey de D erech o s de los P u eb lo s y C om unidades
Ind íg en as del E stad o de O axaca. É s ta no fu e só lo u n a re sp u esta del go b iern o p ara d e ten e r
u n a p o sib le d esestab ilidad , sino que tam b ién re fle jó la fo rta leza y d estreza del m o v im ien to
in d íg en a al co n v ertirse en u n a de las m ás avanzadas en el país en esta m ateria . E s ta ley
d ec la ra la co m p o sic ió n p lu rié tn ica de O axaca, el ca rác te r fun d am en ta l de los p ueb los
ind ígenas, la p ro tecc ió n y p ro m o ció n de las cu ltu ras in d íg en as y sus fo rm as de
o rgan ización , el reco n o c im ien to de los sis tem as en la ad m in is trac ió n de ju s tic ia , y la
ob ligac ión del E stad o de p ro v eer u n a ed u cac ió n b ilin g ü e y b icu ltu ra l. A dem ás, define a los
pu eb lo s y co m u n id ad es ind ígenas, la au tonom ía, el te rr ito rio ind ígena, los derechos
sociales, los sis tem as n o rm ativ o s in te rn o s y las au to rid ad es com unitarias.
E stos h echos m arcaro n la m ay o r apertura del sistema político a la p ro b lem ática
in d íg en a en la en tidad . A p esa r de que la ley in d íg en a y dem ás m o d ificac io n es no han
s ign ificado cam bios s ig n ifica tiv o s p ara las p o b lac io n es in d íg en as en el estado , p o r p rim era
v ez fuero n escuchas en fo ros y la e lite p o lítica tra to de zan ja r u n a h is to ria de d iscrim in ac ió n
p o r lo m en o s en te rm in o s d iscursivos. E l aum en to de la in te racc ió n en tre las o rgan izac iones
y líderes in d íg en as y agen tes com o los co m ercian tes, los p ro fesion istas, los s ind icatos, y los
cam p esin o s co n trib u y ó a que las n eg o c iac io n es p o r el con tro l y d efin ic ió n del p ro y ecto
p o lítico -eco n ó m ico de la en tidad o ax aq u eñ a fu e ran m ás ab iertas
L a estabilidad de las elites políticas se v io am en azad a p o r u n a p ro b ab le crisis.
É stas reco n o c ie ro n a lo s pu eb lo s in d íg en as com o agen tes de co n trap eso reg ional a las 90
90 Maldonado considera que esta reforma permitió las elecciones de acuerdo a sus sistemas propios, pero obligó a respetar reglas contrarias a la lógica flexible del sistema comunal (Maldonado, 2005: 135).
117
pu g n as cen tro -reg ió n (B ailón , 1999). E n este sen tido , acced iero n a la ap ro b ació n de la L ey
In d íg en a y m o stra ro n u n aparente apoyo para reco n o ce r u n a rea lidad h is tó rica
p lu ricu ltu ra l. A p esa r de q u e los in d íg en as fu e ro n exc lu idos de la C ám ara de D ipu tados,
p ro m in en tes líd eres in d íg en as e in te lec tu a le s no in d íg en as (que s im p atizab an con la agenda
m u lticu ltu ra l) p en e traro n en el c írcu lo de aseso res del gobernador. E sp ec íficam en te S E R ,
ju n to con o tras o rgan izac iones, p artic ip ó en la fo rm u lac ió n de las p ro p u esta s de re fo rm a
con stitu c io n al y las leyes secundarias.
D ich a ley se aco m p añ ó de o tras re fo rm as q u e h ic ie ro n p o sib le ap lica r y llev ar a la
p rác tica a lgunos de sus lineam ien tos. L as leyes m o d ificad as en el m arco de la p o lítica de
reco n o cim ien to , desde 1995, fuero n la ley de educac ión (1995), el có d ig o penal (1995), el
cód igo de in stitu c io n es p o líticas y p ro ced im ien to s e lec to ra les (1997), la ley de salud (2001)
y la creac ión de la sec re taría de asun tos in d íg en as (2 0 0 1 ) y la ley p ara la defen sa de los
derechos de los pu eb lo s y co m u n id ad es in d íg en as (1998 y 2001).
L a p o lítica de reco n o c im ien to im p lem en tad a p o r el E stad o fu e e fec tiv a p a ra q u e el
P R I se co n sid erase u n g o b iern o leg ítim o , aunque “no n ecesariam en te a m ad o ' o adm irado
en O ax aca” (A naya, 2006: 149). P e ro esta im p lem en tac ió n tam b ién tu v o o tras razones.
A n ay a (2006) en cu en tra que d icho reco n o c im ien to log ró b lo q u ea r el av an ce de la oposic ión
elec to ral y p re se rv a r el p riísm o trad ic io n a l en u n nú m ero co n sid erab le de m un icip ios. E ste
p ro ced im ien to fu e u n a espec ie de “v acu n ac ió n ” a los ce rca de 400 m u n ic ip io s que no
h ab ían sido “ co n tam in ad o s” p o r la co m p eten c ia partid ista , de esta fo rm a se in ten tab a
in s titu c io n a liza r los v ín cu lo s trad ic io n a les con el P R I (A naya, 2006: 100-101).91 V elásquez
(2000) rea lizó el ca tá lo g o de m u n ic ip io s que escogen a sus au to rid ad es p o r el s is tem a de
u so s y costum bres, y en 1995 (las p rim eras e lecc io n es después del reco n o c im ien to de este
s istem a) estos m u n ic ip io s ten ían la lib e rtad de re g is tra r a sus can d id a to s a trav és de un
p artid o p o lítico o sin la in te rv en ció n de éstos (p lan tilla com unitaria). L os re su ltad o s fueron:
320 de los 412 reg is tra ro n p lan illa p o r el PR I, u n o p o r el P A N , dos p o r el P F C R N y 89
com o p lan illa com un itaria , pero de los 320 m u n ic ip io s que reg is tra ro n p o r el PR I, 145 de
e llos neg aro n la filiac ió n p o lítica en el ca tá logo m u n ic ip a l - q u e se lev an tó en tre 1996 y
1 9 9 7 -, lo m ism o ocu rrió con el m u n ic ip io que reg is tró p o r el P A N y con u n o de los dos que
91 Paz coincide con Anaya al afirmar que se reconocieron los usos y costumbres porque no atentaban la seguridad política del PRI, mientras que servía de garantía de filiación partidaria en la mayoría de los municipios indígenas (Paz, 2005: 375).
118
reg is tra ro n p o r el P F C R N ; 18 de los 89 que no se reg is tra ro n p o r p artid o m an ife sta ro n sí
h ab e rlo hecho , p ro b ab lem en te con filiac ió n p artid a ria del P R D (V elásquez , 2000: 139).
E s to in d ica dos cosas, que la su p rem acía del P R I log ró m an ten erse , a p esa r del
re co n o cim ien to de los u so s y costum bres; y que las m an io b ras y p rác ticas frau d u len tas para
a llegarse v o to s se m an tuv ieron . A p esa r de estas a rb itra riedades, las e lites p o líticas nu n ca
an tes m o straro n tan to in te res p o r la p ro b lem ática in d íg en a y el s is tem a p o lítico p erm itió la
d iscu sió n de ésta y se lo g raro n reco n o cim ien to s , que aunque con sus lim itac iones, tu v ie ro n
algún im p acto en la d ig n ificac ió n del ser in d íg en a en O axaca.
N o o bstan te los esfuerzos p o r la creac ión de u n a L ey In d íg en a ad ecu ad a a la
rea lid ad oaxaqueña, en la p rác tica ésta no rep resen tó cam bios cu a lita tiv o s en las reg iones
ind ígenas. U n líd e r que p artic ip ó en la fo rm u lac ió n de d ich a ley com enta:
En Oaxaca tenemos leyes, normas, relacionados con los derechos de los pueblos indígenas como un concepto teórico y normativo bastante importante, que representan un avance muy fuerte en términos de la protección de los derechos indígenas tanto en el ámbito estatal como en el ámbito nacional. Sin embargo, pasa lo que ha pasado con muchas leyes en este país, que en muchos casos se quedan en letra muerta. En muchos casos no llegan a aplicarse en la vida cotidiana de nuestras comunidades, y es el caso de esta normatividad indígena; quizá la norma más vigente, la más eficaz, es la Ley electoral de Oaxaca (Entrevista A. R., 2006).
D ad o que las co m u n id ad es aún son la b ase de la o rg an izac ió n eco n ó m ica local y de las
fo rm as de ex tracc ió n de exceden tes, rep resen tan u n e lem en to d e term in an te en la
co n stitu c ió n y rep ro d u cc ió n del p o d er p o lítico (B ailón , 1999: 242). P o r lo tan to , los líderes
loca les y las e lites reg io n a les no d ism in u y ero n su fu e rza e in fluencia . L os líd eres loca les
ce rcanos al P R I crearo n o rg an izac io n es e fím eras y re fo rza ro n las re lac io n es con aquello s
que se encargan de o to rg ar los recu rsos, e sp ec ia lm en te en ép o ca de e lecc io n es (K raem er,
2003). L ó p ez B. tam b ién co n sid era que a p esa r de los avances log rados, el g o b ie rn o ha
en co n trad o n uevas fo rm as de control: creo o rg an izac io n es en m u n ic ip io s p o r u so s y
costum bres, y re tien e las p artid as p resu p u esta les que p o r ley les co rresp o n d en a m u n ic ip io s
y com u n id ad es (L ópez B ., 2006: 111). 92
92 Kramer afirma que el control que este tipo de organizaciones llega a tener sobre las comunidades no sería posible sin las aspiraciones personales de líderes locales que buscan acceder a “un poder económico y político diferente al que puede lograrse siendo un miembro respetable y prestigioso de una pequeña comunidad” (Kraemer, 2003: 137).
119
L a represión aparentemente aminoró d u ran te los años que sigu ieron al
lev an tam ien to zapatis ta , pero ni los op era tiv o s m ilita res ni los p resos po lítico s
d ism inuyeron . E n 1996, aparec ió a la luz p ú b lica el E je rc ito P o p u la r R ev o lu c io n ario
(E P R ) en la en tidad . E n 1998 irru m p ió en San A g u stín L o x ich a y H uatu lco . A p esa r de que
su p resen cia fu e m arg ina l y no log ró te n e r u n a in flu en c ia s ig n ifica tiv a en tre la po b lac ió n
rural o la s im patía de o rg an izac io n es ind ígenas, el g o b iern o reacc io n ó con la represión . L as
u n id ad es gu errille ras fu e ro n p erseg u id as y las co m u n id ad es in d ígenas sospechosas de
h ab erlas apoyado fu e ro n v io len tadas. E l go b iern o h o stig o a las o rg an izac io n es sociales con
m ay o r p re sen c ia en el estad o ap lican d o u n a p o lítica de co n ten c ió n social (S orroza, 2007:
3).
B arto lo m é (2005) a firm a que en el m ism o año ex istió u n n ivel de rep resió n y de
v io len c ia d esp ro p o rc io n ad a sobre las co m u n id ad es lo x ich as (un sec to r m uy v u ln erab le y
a islado ) an te la in su rrecc ió n a rm ad a de los zap o teco s del sur un id o s al E R P (E jercito
R ev o lu c io n ario del P u eb lo ) (B arto lom é, 2005: 119). E sto ju s tif ic ó la en trad a del e jérc ito
m ilitar, y se en v iaro n d estacam en to s a zo n as de p o tenc ia l d isconfo rm idad .
C on resp ec to al p an o ram a m ich o acan o hay d iferencias. E l cu estio n am ien to del
p o d er estata l se ag u d izó an te las alianzas que las o rg an izac io n es em p ezaro n a c rear y
fo rta lecer. E l lev an tam ien to del E Z L N p ro v o có que las o rg an izac io n es in d íg en as tu v ie ran
p re sen c ia en m ás co m u n id ad es y que sus d em andas se d iv ers ificaran a los aspectos
p o lítico s y cu ltu ra les, ad em ás de los ag rario s y económ icos. E l in teg ran te de una
o rg an izac ió n co m en ta que el E Z L N fu e el deto n an te p ara que se rev a lo riza ra la iden tidad ,
aunque esto y a lo v en ían trab a jan d o las o rg an izac io n es (E n trev ista H . A ., 2005). L a
rea lizac ió n de fo ros n ac io n a les en la en tidad (co m o parte de las d iscu sio n es de dem andas
zap atis tas) con trib u y ó a la d ifu sió n de las dem an d as del m o v im ien to in d íg en a y fac ilitó la
fo rm ació n de alianzas en tre los pu rép ech as, nahuas, m azah u as y o tom íes, y con g rupos
in d íg en as de o tros estados. A cad ém ico s y estu d ian tes tam b ién se m o straro n recep tiv o s a las
re iv in d icac io n es de estas pob laciones.
C om o p arte de las d iscusiones h echas en el F IC IM , en 1994, su rg ió o tra
o rgan ización , cuyos creadores son ce rcanos al m ag is te rio in d íg en a y a u n a de las co rrien tes
in te rn as del P R D , la O rg an izac ió n N ac ió n P u rh ép ech a (O N P en ade lan te) (R am írez , 2005: 93
93 En 1997 Oaxaca registró 1272 presos indígenas, con lo cual se colocó en la primera posición con porcentaje de 23.81% (INI, 2000: 434).
120
5-6). En el documento titulado “Carta de principios de la nacionalidad purhépecha de
Michoacán, México: Ireta P'orhécheri-juchari Uinapekud" los integrantes de la ONP se
asumen como indígenas explotados y clase social, y se hermanan con otras luchas
(Máximo, 2003: 585). Con la circulación de este último inicia una nueva etapa de
organización de los purépecha y su denominación como nación se fortalece.
Como mencioné, durante el gobierno de Manuel Tinoco Rubí (1994-2000)
existieron casos de represión dado que el encarcelamiento de líderes fue una “forma de
detener la lucha de los indígenas” (Entrevista H. A., 2005). La elite de los partidos políticos
mostró poco interés por conocer y contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida de
estas poblaciones. La variante étnica en los proyectos de los partidos políticos no estaba
presente. La ocupación de cargos públicos en la legislatura de Michoacán por purépechas
tampoco implicó una lucha frontal por el reconocimiento de los derechos indígenas. Por
ejemplo, la encargada de Asuntos Indígenas durante el gobierno de Tinoco Rubí, una
purépecha de la Cañada de los Once Pueblos, promovió la organización indígena formando
grupos de artesanos y de productores. Dos líderes indígenas de la ONP perciben el contexto
de forma similar:
A partir del 94 para acá se dieron, gracias a las movilizaciones también, apertura en las posiciones, en los espacios políticos, en las estructuras del Estado, en las oficinas, en las instancias del gobierno. Han estado tomando esos espacios los propios indígenas, pero no resuelven nada porque ninguno de ellos está en los espacios en los que se puedan decidir y resolver los problemas; son utilizados nuevamente, pero al menos están ahí, y el estado con eso se justifica (Entrevista A. M., 2005).
Después del 94 y el EZLN la apertura se dio en forma de proyectos productivos, de dinero; no se vio otro tipo de apertura como más político u otro interés más real (Entrevista N. C., 2005).
Las organizaciones indígenas y las comunidades empezaron a exigir su
participación en espacios de decisión. Ramírez y Ventura (2003) citan como causa de
numerosos conflictos entre cabeceras mestizas y comunidades indígenas la exclusión
política de la que ha sido objeto la población indígena en Michoacán. Los cargos de mayor
autoridad, como el de presidente municipal, eran casi exclusivos para los mestizos. Esto
propició la generación de demandas de remunicipalización y la exigencia en la creación de
“municipios indígenas”. Éstas continúan hasta la actualidad sin respuesta favorable.
121
C om o se aprecia , la alineación de las elites que definen las políticas en este
p erio d o no co n tem p ló la p ro b lem ática in d íg en a . L a re sp u esta del g o b ie rn o para co n ten e r
p o sib les esta llidos socia les se d io m ed ian te la co n cesió n d e recu rso s o cargos p ú b lico s . S e
fo rm aro n o rg an izac io n es al in te rio r del P R I p ara m o stra r que “ los in d íg en as” eran
reco n o cid o s y rep resen tad o s en estas in stan c ias . P o r ejem plo , la c reac ión del F ren te E sta ta l
In d íg en a (F E I) se h izo con el fin de co n tra rre sta r la in flu en c ia de la O N P y m o stra r el lado
p ro d u c tiv o de u n a o rg an izac ió n que “ si lu ch ab a” p o r m ejo rías eco n ó m icas y no se d ed icab a
a la p o lítica con tin tes personales: “ se tra tab a de d esv irtu a r la lu ch a de la O rgan izac ión
N ac ió n P urépecha , y p o n erla en el ám b ito p ú b lico com o u n a o rg an izac ió n q u e so lam en te
h ac ía p o lítica o que an d ab an g en te que no salía a trab a ja r y que sólo querían los b en e fic io s”
(E n trev ista C. F ., 2005).
E l in c rem en to de recu rso s fed era les (1 9 9 9 -2 0 0 0 ) y de aque llo s p ro v en ien tes de
alianzas con o rg an ism o s y fu n d acio n es n ac io n a les e in te rn ac io n a les (p roducto del
lev an tam ien to zap atis ta ) con trib u y ó a que las o rg an izac io n es se co lo caran com o aseso ras o
e jecu to ras de p ro y ecto s y p rogram as. E n el caso m ich o acan o la fa lta de cap ac itac ió n para
fo rm u la r y e jecu ta r p ro y ecto s v u ln eró su estructura. L as o rg an izac io n es in d íg en as no
estaban su fic ien tem en te p rep arad as p ara aco m p añ ar y lo g ra r éx ito s con ta les p royectos, lo
que ocasionó que fu e ran cu estio n ad as p o r su fa lta de capac idad y p o r p o sib les b en e fic io s en
fav o r de los líderes. E n cam bio , en O axaca , las o rg an izac io n es in d ígenas y a h ab ían
acu m u lad o ex p e rien c ia en la fo rm u lac ió n de p ro p u esta s de d esa rro llo y fin an c iam ien to y
con taban con la a seso ría de O N G nac iona les. A dem ás, lo g raro n el apoyo de g rupos de
estud ian tes, in te lectuales, y de sec to res p reo cu p ad o s p o r el m ed io am biente. E sto p o sib ilitó
la inyecc ión de u n e levado p o rcen ta je de recu rso s p ro v en ien tes del ex terio r, espec ia lm en te
de fu n d acio n es y O N G eu ro p eas.94 E sto tam b ién im p licó la co m p eten cia p o r recu rso s entre
las o rg an izac io n es y la esp ec ia lizac ió n en líneas de traba jo , aunque g en e ra lm en te la
co n trao fen siv a de las au to ridades esta ta les ob ligó a que se ag lu tin aran p ara enfren tarla .
D e v u e lta a M ich o acán , en 1998, la O N P sufrió u n a esc isión en su in te rio r y n ac ió la
o rg an izac ió n N ac ió n P u rh ép ech a Z ap a tis ta (N P Z ).95 E l no m b re de zap a tis ta re fie re u n a
afin id ad con la lín ea del E Z L N , aunque la O N P tam b ién se reco n o ce p ró x im a a los
94 Por ejemplo, SER recibe recursos económicos de una fundación europea que utiliza como salarios para el personal que labora en la organización.95 Profundizaré en las causas de su separación en el capítulo III.
122
lin eam ien to s de los ch iapanecos. A este respecto , la d iv is ió n y co n flic tiv id ad al in te rio r y
en tre o rg an izac io n es es u n o b stácu lo a superar en esta en tidad: “ el m o v im ien to in d íg en a en
M ich o acán se conduce p o r dos v ertien te s fu n d am en ta les q u e no lo g ran u n irse (las dos
o rgan izaciones), p e ro el g o b iern o no q u ie re o no tien e p o r q u é u n ifica r este p ro ceso ; tien en
que ser los p ro p io s líderes, las p ro p ias o rg an izac io n es las que rec tifiq u en y lo superen”
(E n trev ista J. M ., 2004). D ich a ru p tu ra d eb ilitó la fu e rza del m o v im ien to y lo h izo
v u ln erab le ante agen tes con m ay o r p o d er (o cap ita les). L as d ispu tas al in te rio r de
o rg an izac io n es o fic ia les, in d ep en d ien tes y au tó n o m as p arecen re sp o n d er a las
c ircu n stan c ias y los in te re ses de los in teg ran tes de éstas.
E n este período , u n g rupo que se fo rta lec ió y tu v o m ay o r in flu en c ia en la to m a de
d ec isio n es en M ich o acán fu e la e lite de em p resario s y co m erc ian tes agríco las. Su p o d er
eco n ó m ico den tro y fu e ra de las co m u n id ad es y m u n ic ip io s fac ilitó la fo rm ació n de redes e
in flu en c ias que se v in cu lan con cargos p ú b lico s y el e je rc ic io de poder. E l d ifícil com bate
co n tra la ta la c lan d estin a en las zonas b o sco sas de la M ese ta y la C añ ad a de los O n ce
P u eb lo s hace suponer que detrás de los ta lam o n tes (que se desp lazan en g randes v eh ícu lo s
eq u ipados con arm as de alto ca lib re) ex isten in tereses eco n ó m ico s m uy in fluyen tes. D e
igual form a, el in te rés p o r o cu p ar las m ejo res tie rra s p ara el cu ltivo de p ro d u c to s ag ríco las
p ara ex p o rtac ió n a lcan zó las fro n te ras ind ígenas. E l g ru p o de em p resario s del tu rism o
em p ezó a m an e ja r u n d iscu rso po líticam en te co rrec to en lo que re sp ec ta a la p ro tecc ió n y
desarro llo de las cu ltu ras ind ígenas, y a que el m ercad o que p riv ileg ia esta cua lidad se
in c rem en tó an te la s im p atía p o r estas cu ltu ras, p o r ejem plo , la ce leb rac ió n de D ía de
M u erto s en P á tzcu a ro se conv irtió en u n tian g u is cultural.
E l g o b ie rn o estata l m ich o acan o conced ió a lgunos espacios p ara la exp resión de las
dem andas in d íg en as ; p o r ejem plo , p artic ip ó con el IN I en la p ro m o ció n de encu en tro s de
las au to ridades en 1998 y 1999 (P rim er y S egundo E n cu en tro E sta ta l de A u to rid ad es
Ind íg en as de M ich o acán ) (G o n zález C., 2000: 171-172). P ero no se registró una apertura
del sistema político p ara n eg o c ia r v erd ad ero s cam bios.
L a ce leb rac ión del III C o n g reso del C N I en la co m u n id ad p u rép ech a de N u río en
2001, com o p arte de la “ C arav an a de la D ig n id ad In d íg en a” , creó ex p ecta tiv as en tre la
pob lación . E n este lu g ar se d ieron c ita o rg an izac io n es y rep resen tan tes de d iferen tes g rupos
étn icos del país, así com o la co m an d an cia general del E Z L N . L as d ife ren c ias en tre las
o rg an izac io n es d esap arec iero n an te la lleg ad a del m áx im o rep resen tan te del m o v im ien to
123
in d íg en a nac iona l y los líd eres de éstas fig u ra ro n com o rep resen tan tes de los purépechas.
L a co in c id en c ia en las dem andas de la lu ch a reg ional y nac ional es tim u ló la s im patía y
apoyo de u n a clase m ed ia p ro fesio n is ta m ich o acan a , la cual (s in ser in d íg en a) apoyó sus
causas. E l g o b iern o del estad o se m o stró rece lo so y sólo acep tó co n trib u ir con la v ig ilan c ia
del o rden en fo rm a pacífica. A u n q u e a lgunos de los d ip u tad o s p riís tas de ese en tonces
rep ro b aro n u n aco n tec im ien to de ese tip o (E n trev ista C. F ., 2005).
A n tes de la v is ita del E Z L N y la ce leb rac ió n del C N I en N urío , el d ip u tad o p riís ta
A le jan d ro A v ilés, com o m iem b ro de la co m isió n de A su n to s In d íg en as en el C o ngreso
local, fo rm u ló u n a p ro p u esta de L ey in d íg en a p ara el estado de M ich o acán , pero su p roceso
se im p id ió con el anunc io de la lleg ad a de la ca rav an a zapatis ta . L a p ro p u esta no fue
p re sen tad a y p ro n to cu lm in ó la g estió n de d ich a leg isla tu ra , p o r lo q u e aq u e lla no fue
conocida. D esp u és de la C arav an a zapatis ta , y con la ap robación de u n a L ey In d íg en a
federa l q u e no co n tab a con el apoyo de las o rg an izac io n es y com un idades, el m o v im ien to
in d íg en a v iv ió m o m en to s de incertidum bre . A p a rtir de en tonces b u scó o tras v ías o m ed ios
p ara lo g ra r el cam bio .
A fin a les de ese año, el h ijo de C u au h tém o c C árdenas y n ie to del genera l L ázaro
C árdenas, el an tro p ó lo g o L ázaro C árdenas B atel, fu e can d id a to a g o b ern ad o r de M ich o acán
p o r el P R D . In teg ran tes de las o rg an izac io n es in d íg en as (O N P y N P Z ), que desde 1988 se
h a llab an cercanas a este partido , apo y aro n su cand ida tu ra . A ños an tes L ázaro C árdenas B.
fun g ió com o sen ad o r de la R ep ú b lica y a p rin c ip io s de 2001 v o tó a fav o r de la L ey
In d íg en a federal. D u ran te su cam p añ a h izo u n a au d ien c ia con las o rg an izac io n es ind ígenas
y se co m p ro m etió a ap o y ar su cau sa com o u n a fo rm a de re sa rc ir el erro r co m etid o al v o ta r a
fav o r de d ich a ley. E n la reu n ió n que las o rg an izac io n es m an tu v ie ro n con el can d id a to del
P R D se p lan tea ro n las p rin c ip a le s dem andas del m o v im ien to in d íg en a en la en tid ad : la
c reac ión de u n a ley in d íg en a ap eg ad a a los A cu erd o s de S an A n d rés; la c reac ión de u n a
S ec re ta ría de A sun tos In d íg en as; u n a ed u cac ió n que re sp e ta ra las cu ltu ras ind ígenas,
e sp ec ia lm en te la c reac ió n de u n a U n iv ersid ad In d íg en a ; la re so lu c ió n de co n flic to s ag rario s
con apego a derecho y con g aran tías de im p arc ia lid ad du ran te los p ro ceso s, en tre otras. L as
o rg an izac io n es y ag ru p acio n es in d íg en as p erc ib ie ro n u n a apertura del sistema político
p ara d iscu tir la p ro b lem ática en el cen tro m ism o del p o d er estatal.
L a v ía e lec to ral se co n so lid ó en tonces com o u n a p o sib ilid ad de cam bio p ara las
o rg an izac io n es ind ígenas. E n los ú ltim o s años de este periodo , a lg u n o s m u n ic ip ios
124
reg is tra ro n la can d id a tu ra de p u rép ech as a la p resid en c ia m un icipal, p o r e jem plo , el
m u n ic ip io de San tiago T an g am an d ap io fu e g o b ern ad o (2001 -2 0 0 4 ) p o r u n purépecha ,
in teg ran te de la O N P, qu ien co m p itió p o r el P R D ; y en el m u n ic ip io de C h ilch o ta o tro un
p u rép ech a de la co m u n id ad in d íg en a de Ichán fu n g ió com o p resid en te m un icipal (tam bién
co n ten d ien te p erred is ta ).96 H ay que m en c io n a r que la co m p eten c ia en tre p artidos po líticos
no sólo responde a d ife ren c ias en los p ro y ecto s sino que se h a p lagado , en repe tidas
ocasiones, de los in te re ses de las d irig en c ias p artid is tas que po co se han in v o lu crad o con las
p ro b lem áticas de las com un idades. E s decir, las n eg o c iac io n es y co n cesio n es se h an hecho
a o tros n iveles.
A p artir del lev an tam ien to zap a tis ta no se reg is tró p ara M ich o acán u n a apertu ra
po lítica . L as e lites en el p o d er tam p o co m o stra ro n in terés en sus dem andas. Sin em bargo , el
m o v im ien to se fo rta lec ió y, a p esa r de las afren tas del g o b ie rn o y las d iv isiones en su
in terio r, log ró m an ten e r sus líneas de acción y el in terés de la p o b lac ió n no in d íg en a que
s im p atizab a con los p o stu lad o s zapatistas. L os p ro ceso s an terio res de o rgan izac ión , que
p rin c ip a lm en te p ro v en ían del m o v im ien to cam p esin o se co n so lid aro n y las o rg an izac io n es
in d íg en as fig u ran y a com o agen tes capaces de n eg o c ia r y p o sic io n arse en el cam po p o lítico
de los m o v im ien to s ind ígenas. E n el caso de O axaca, los p ro ceso s que d iero n v id a a la red
de o rg an izac io n es in d íg en as se h ab ía d esa rro llad o a p a rtir de la d efen sa de los recu rsos
na tu ra les, la crisis de los p ro d u c to s ag ríco las y la lu ch a co n tra caciques. L a crisis de
g o b ern ab ilid ad del P R I y la p resió n de los m o v im ien to s sociales an terio res am en azaro n la
es tab ilid ad de las e lites po líticas, esto ayudó a co n fo rm ar u n cam po p o lítico fav o rab le para
la neg o c iac ió n en tre g rupos y líd eres étn icos y el g o b iern o estata l. L a irru p c ió n zap atis ta
re fo rzó los p ro ceso s loca les y reg ionales, y o cu rrió en tonces u n a ap e rtu ra del sis tem a
p o lítico en la cual el g o b ern ad o r del estad o se conv irtió en u n agen te social to le ran te y
recep to r de las dem an d as popu lares. C o m o ap u n ta A n ay a (2006), el m o v im ien to ind íg en a
o b tuvo u n m arco con stitu c io n al m ás fav o rab le (con el reco n o c im ien to de los “u so s y
co stu m b res”) p a ra el d esa rro llo de su p ro y ecto au tonóm ico . N o obstan te , la constan te en
este perio d o fue el u so de la v io len c ia y la rep resió n cu an d o el g o b iern o n o lo g ró co n ten e r
las m o v ilizac io n es p o r o tras vías.
96 Este municipio es el segundo en número de población de 5 años y más que habla purépecha en la entidad michoacana: 13.8 % del total de purépecha-hablantes (15 100 individuos) (INe G i , 2005).
125
c) Años recientes (2001-2004)
U n a v ez que L ázaro C árdenas B. (2 0 0 1 -2 0 0 7 ) ocupó la g o b ern a tu ra de M ich o acán
p ro m o v ió las d iscu sio n es p ara co n fo rm ar u n a P ro p u es ta de L ey sob re D erech o s de los
P u eb lo s O rig inario s del E stad o de M ich o acán de O cam po. Se rea liza ro n d iferen tes
jo rn ad a s y fo ros en la cap ita l del estad o y en m u n ic ip io s in d íg en as con po b lac ió n
pu répecha , nahua , o tom í y m azahua. D em an d as com o la o cupación de d ip u tac io n es locales,
el reco n o c im ien to de los A cu erd o s de San A ndrés, la fo rm ació n de d is trito s y m un ic ip ios
ind ígenas, en tre o tras fuero n ex p resad as en d ichas jo rn ad a s (2003-2004). E n 2002, la
O N P p resen tó la “P ro p u es ta de ley sobre derechos de los pu eb lo s o rig in ario s del E stad o de
M ich o acán de O cam p o ” a L ázaro C árdenas en la co m u n id ad in d íg en a de T acuro. É s ta fue
p ro d u c to de d iscu sio n es en asam b leas co m u n ita rias y en su e tap a final, rec ib ió com en ta rio s
y sugerencias de acad ém ico s com o H éc to r D íaz P o lanco , L u is V illo ro , P ab lo G onzález
C asan o v a y Ju an G u erra .97 98 99
L os in teg ran tes de las o rg an izac io n es in d íg en as p artic ip a ro n en estas jo rn ad a s y
fo ros, esp ec ia lm en te la O N P. L a N P Z m o stró c ie rta re ticen c ia a p a rtic ip a r en el p ro ceso ya
que la p o s tu ra del E Z L N es p rim ero re fo rm ar la ley nac ional y reco n o ce r la p ro p u esta de la
C O C O P A , para después h acer las leyes estata les. A m b as o rg an izac io n es re sp a ld an los
A cu erd o s de San A n d rés y lu ch an p o r la au to n o m ía del p u eb lo pu répecha , sin em bargo , la
O N P m an tu v o u n c laro in terés p o r la creac ión de u n a ley in d íg en a estata l, m ien tras que
N P Z fu e m ás p rudente .
E l sistema político en Michoacán parecía abrirse, y a que la p o rp u es ta sería
p re sen tad a en el C o n g reso local p o r d ip u tad o s p erred is tas que estab an a fav o r de u n a ley
av an zad a en m ate ria ind ígena. E l d ip u tad o E lesb an A p aric io C u iriz (p o r el d istrito de
P á tzcu aro ), encarg ad o de la co m isió n de A su n to s Ind ígenas, p a rec ía o p tim ista ante el apoyo
de su partido . E sto in d ica el apoyo de las elites políticas, e sp ec íficam en te del g o b ern ad o r y
su partido , p a ra so lu c io n ar la s ituac ión de ca restía de las p o b lac io n es in d íg en as en la
entidad.
97 Existen cuatro propuestas de ley indígena anteriores presentadas en el congreso estatal por: exdiputado Dr. Víctor Corona Alva del PRD (1997-1999); Prof. Alejandro Avilés Reyes del PRI (2000-2002); Patiño del PT (2002-2004) y la de la ONP (2002) (Ramírez, 2005).98 Las temáticas de las Jornadas fueron: “Marco constitucional y reforma jurídica”, “Educación y cultura”, “Administración de justicia”, “Salud”, “Tierra, territorio y recursos naturales”, “Desarrollo regional” y “Política y derechos comunitarios”; además se incluyó posteriormente el de “Mujeres” (Ramírez, 2005: 18).99 Véase Ramírez (2002).
126
U n a v ez que co n c lu y ero n las Jo rn ad as y los F o ro s reg ionales, u n a co m isió n del
g o b iern o y el d ip u tad o E lesb an gen eraro n u n a p ro p u es ta que sería p re sen tad a p o r el g rupo
p arlam en ta rio del P R D p ara ser d iscu tid a y re su e lta p o r el C o ngreso a finales del 2004.
D ich a p ro p u esta co n stab a de m o d ificac io n es a doce artícu lo s de la co n stitu c ió n m ich o acan a
(2, 3, 20, 21 ,44 , 67,69, 89 b is, 93, 102, 114 y 139), re lac io n ad o s a la co n d ic ió n p lu rié tn ica y
p lu ricu ltu ra l del estado , y a las b ases del reco n o c im ien to de la au to n o m ía ind íg en a
p rin c ip a lm en te (R am írez , 2005: 18).100 S in em bargo , en su c reac ió n sólo p artic ip ó u n g rupo
red u cid o del g o b ie rn o perred ista . L a N P Z y la O N P se p ro n u n c ia ro n en con tra de d icha
in ic ia tiv a p o r co n sid era rla u n a tra ic ió n a los A cu erd o s de San A n d rés (N P Z ), o p o r ser
in su fic ien te y a le jad a de la p ro p u esta p ro p ia (O N P ) (R am írez , 2005: 11). R ep resen tan tes de
la O N P lleg aro n a los fo ros con su p ro p u esta fo rm u lad a y p re sen tad a al can d id a to a
g o b ern ad o r (L ázaro C ard en as B .) en 2002, y no la dejaro n de lado , lo que se conv irtió en
u n a cam isa de fu e rza que les im p id ió in flu ir en el p ro ceso (R am írez , 2007: 143). L a
p ro p u esta gu b ern am en ta l no fue p resen tad a y se quedó en esp e ra de ser rev isada. L as
o rg an izac io n es dud aro n de la e ficac ia del p ro ceso de su creación , y an te la fa lta de consu lta
del b o rrad o r a las o rg an izac io n es, éstas d esco n o cieran lo allí vertido : “L e hab lé al d ipu tado
y le digo: dénos u n a co p ia p ara lee r y v e r que falta , qué ag reg a r o cóm o esta, cóm o quedo,
p o r qué lo esconden tan to , le d igo p ara que te apoyem os. E l 12 le lleg aro n y le d ijeron , y
p o r eso el 14 luego , lu eg o lo ley ó ” (E n trev ista E . C ., 2004). E s así com o u n p ac to aco rdado
no se cum plió a cabalidad .
A esto se sum ó la re ticen cia de los p riís tas a d iscu tirla . L as de p o r si com plejas
n eg o c iac io n es en tre p artid o s y la no m ay o ría del P R D en el C o n g reso local ocasio n aro n que
el d ip u tad o E lesb an A. fu e ra im p o sib ilitad o de p re sen ta r d ich a p ropuesta . E ste hech o ind icó
que las elites de los partidos políticos estab a le jo s de ap o y ar u n a re fo rm a in d íg en a com o
se h ab ía c re ído ; o lo harían só lo cuando no rep resen ta ra pe lig ro p ara in te reses p o lítico s y
económ icos. E l g o b iern o tam p o co acep tó el d iá logo con las o rg an izac io n es y los g rupos
p ro testan tes. L a a lineac ión de e lites a fav o r de la causa in d íg en a d eb e rá en tonces reb asa r la
concesión de aud ienc ias con el g o b ern ad o r del estado y p resio n a r desde o tros p artidos y
espac ios p o lítico s a lte rnos si se q u ieren im p lem en ta r v e rd ad ero s cam bios.
100 También se refieren a la “representación indígena en el congreso, facultades del congreso y términos para la creación de nuevos municipios en los territorios habitados por comunidades indígenas, estructura y funciones del poder judicial, jurisdicción indígena, asistencia legal en lengua nativa, reconocimiento a sistemas normativos indígenas y educación intercultural y bilingüe” (Ramírez, 2005: 18).
127
Este hecho mostró a las organizaciones la falta de compromiso del gobernador, ya
que otras estrategias habían sido implementadas para contener la movilización. Las
organizaciones (entre ellas la ONP y NPZ) que apoyaron la campaña del perredista Lázaro
Cárdenas fueron desplazadas de las negociaciones por organizaciones y grupos creados ex
profeso (por el gobierno) como legítimos representantes de las poblaciones indígenas. Un
integrante de una de estas organizaciones comenta: “las organizaciones entraron para
conquistar los verdaderos derechos, pero después cuando estuvo en la gobernatura ya no
quiso nada con las organizaciones, hubo una ruptura con ellas porque dijeron que hay
cacicazgo y por eso, según el gobierno canaliza mejor los apoyos a las comunidades”
(Entrevista C. M., 2005). Ciertamente, las autoridades son las más indicadas para
pronunciar y luchar por las demandas de sus comunidades, sin embargo, la preparación y
capacitación de los dirigentes de las organizaciones suele ser mejor que el de las
autoridades comunitarias, lo que les permite mayor margen de negociación. En este sentido,
la actuación de las organizaciones indígenas ha incentivado la reflexión y el crecimiento de
una conciencia étnica entre la población indígena. Esto no indica que sean los únicos
agentes que han luchado por estos propósitos, pero las demandas y el proyecto que han
formulando (con el paso de los años) las han colocado como agentes válidos y reconocidos
por las comunidades en la defensa de los pueblos indígenas en la entidad.
La creación de una Coordinación y no de una Secretaría de Asuntos Indígenas del
Estado de Michoacán también causó descontento entre las organizaciones que pactaron con
el candidato perredista. A pesar de que estas organizaciones se mostraron renuentes a
aceptar el tipo de institución creada (por carecer de recursos propios) algunos de los
integrantes de las organizaciones actualmente trabajan allí. En el 2002, por decreto se creó
el Consejo Consultivo de Autoridades Indígenas de Michoacán. Éste tiene la función de:
“ser interlocutores entre las comunidades y el gobierno”. Sin embargo, su participación en
actos de la Coordinación y las sesiones que realiza sugieren más una figura que avala los
discursos y acciones de la Coordinación y el gobierno estatal. El cuestionamiento hacia esta
institución se hizo patente con las críticas hechas a la labor de Néstor Dímas, director de la
Coordinación Interinstitucional en el 2005.
De forma similar, la creación de una Universidad Intercultural Indígena ha
atravesado múltiples dificultades. El cuestionamiento acerca de quiénes eran los más aptos
para crear y definir este proyecto produjo nuevas contiendas, las cuales revivieron la
128
d isp u ta en tre la e lite ed u cad a y p ro fesio n is ta de los pu répechas. F in a lm en te , u n g rupo
in terin stitu c io n a l e in te rd isc ip lin a rio p artic ip ó en la fo rm ació n de u n p ro y ecto esco la r que
in ic ió con la rea lizac ió n de d ip lo m ad o s en d ife ren tes sedes p ara co n o cer la dem anda. L as
o rg an izac io n es q u e ex ig iero n la c reac ión de este tip o de educac ión ad v ierten su desco n ten to
p o r ser ex c lu id as en su c reac ión y se n ieg an a p a rtic ip a r en d icho p ro y e c to .101 S in em bargo,
con sid ero q u e la creac ión de u n a in stitu c ió n ed u cativ a espec ia lizad a en el resca te de laa
cu ltu ras in d ig en as q u e tra ta de estab lecer v ín cu lo s y co m p ro m iso s con las com uidades
in d íg en as de la en tidad es un log ro im portan te . E n la ac tua lidad o frece las licen c ia tu ras en
D esa rro llo S usten tab le y G estión M unicipal.
E n el 2004 , el g o b ie rn o estatal y federa l firm aro n u n acuerdo p ara a ten d e r los siete
fo co s ro jo s en tre la p o b lac ió n p u rép ech a de M ich o acán y se creó el G rupo de A ten c ió n
E spec ia l para los A su n to s de T rascen d en c ia en la R eg ió n P urépecha. E l g o b iern o estatal se
h a m o strad o d isp u esto a n eg o c ia r y a ten d er las dem andas de fo rm a concilia to ria . Sin
em bargo , los fo co s ro jos no han desaparec ido , y la ta la c lan d estin a en las zo n as bosco sas
aum entó . E x is ten ta lam o n tes ilegales y em p resario s que p artic ip an en el co m erc io ilíc ito :
Nosotros lo vemos claramente ¿cuándo vamos a poder contrarrestar la tala de montes en la Meseta o la invasión de tierras contra los intereses de Enrique Bautista Villegas, secretario de gobierno? Él es socio mayoritario de las empresas exportadoras de aguacate a nivel mundial [^] Cuándo nos van a escuchar, si a ellos lo que les interesa son nuestras tierras, cuándo vamos a decir algo contra los empresarios de Zamora” (Entrevista A. M., 2005).
E sto hace su p o n er que detrás de estas irreg u la rid ad es ex isten in te reses eco n ó m ico s m uy
in fluyen tes.
E n ese m ism o año, se rea lizó en la co m u n id ad in d íg en a de O cu m ich o u n a reu n ió n
de la R eg ió n C en tro -P ac ífico del C o n g reso N acio n al Ind ígena . A cu d ie ro n ind ígenas
nahuas, hu icho les, m ix tecos, to tonacos, am u zg o s y pu répechas. L as o rgan izac iones
in d íg en as m ich o acan as p artic ip a ro n en los fo ro s tem ático s y firm aro n los acuerdos allí
tom ados. E sto co n tra sta con su p artic ip ac ió n en la fo rm u lac ió n de la ley in d íg en a de
M ich o acán , an te lo cual el E Z L N y el C N I m u estran su oposición . L o an te rio r sug iere el
p o sic io n am ien to de las o rg an izac io n es en la a ren a nac iona l, com o zap atis tas , m ien tras que
101 En el 2006 se emitió la convocatoria para ingresar a la Universidad Intercultural Indígena con dos carreras.
129
en su cam po p o lítico in m ed ia to n eg o c ian con el g o b iern o (y el P R D ) y acep tan la creac ión
de u n a ley esta ta l.
L a capacidad de represión del Estado h ac ia las o rg an izac io n es y los agen tes
in d íg en as en este p erio d o d ism in u y ó , au n q u e m ás q u e n u n ca se reg is tra u n a o la de v io len c ia
p ro d u c to del n a rco trá fico . E sto ocasionó q u e au m en ta ran co n sid erab lem en te los operativos
y el p a tru lla je del e jé rc ito en to d a la en tidad . L a o sten tac ió n de la fu e rza a rm ad a fu n c io n a
com o un m ecan ism o de con tro l y p ertu rb ac ió n en las co m u n id ad es ind ígenas.
L a o cu p ació n de la “ izq u ie rd a” en el g o b iern o estata l su p o n d ría u n a apertura del
sistema. L ázaro C árd en as B atel recib ió , y p o sib lem en te pactó , el apoyo de o rgan izac iones
ind ígenas. E l an á lis is m u estra un d esco n o c im ien to de éstas en las n egoc iac iones, lo que
re su ltó en u n a aparen te ru p tu ra en tre el go b iern o estata l y estos ag en tes:
No hemos tenido ninguna represión y tampoco nosotros hemos querido hacer gran cosa, la gente no ha querido hacer gran cosa por lo mismo, porque ahí anduvimos también, fuimos parte del apoyo de este gobierno y entonces ahorita meteríamos las cuatro no? Entonces no han querido levantarse (Entrevista E. C., 2004).
El g o b iern o tam b ién im p lem en tó o tras estra teg ias p ara p ara liza r el m o v im ien to en la
en tidad . Sus dem andas y p ro p u estas fuero n read ap tad as a co ncesiones que no sign ificaban
pe lig ro p a ra in te re ses p artid is tas y em presaria les. A p esa r de que el p ro ceso p ara c rea r la
p ro p u esta de ley in d íg en a p arec ía ser u n a o p o rtu n id ad p ara p la sm ar y leg is la r las dem andas
m ás u rg en tes de las p o b lac io n es ind ígenas, el re su ltad o fu e desa len tador. S in em bargo , esto
p ro p ic ió la co n v erg en c ia de d iferen tes agen tes y la p o sib ilid ad de fu tu ro s acercam ien tos
en tre o rgan izac iones, líderes co m u n ita rio s e in te lec tu a les ind ígenas.
L a coop tac ión de líd eres y la o cupación de cargos p ú b lico s p o r in teg ran tes de las
o rg an izac io n es in d ep en d ien tes tam b ién fu e y es u n a lim itan te p ara el d esem p eñ o de éstas,
y a que p arte de su cap ita l h u m an o tien e que re sp o n d er a las líneas de acción de las
d ep en d en cias en las que laboran : “ a lg u n a g en te se h a in teg rad o al gab inete , pero eso
tam b ién es un pelig ro , p o rq u e p asa un o a ser del g o b ie rn o y no es fácil ser del gob ierno , hay
lim itac io n es” (E n trev ista H . A ., 2005). R am írez a firm a que a lgunos g ru p o s en com un idades
p u rép ech as (com o Q u iro g a o C h ilch o ta ) han h ech o suyos p ro ced im ien to s in te rn o s del P R D
y el P R I y a trav és de las e lecc io n es co n stitu c io n ales acceden a espac ios an terio rm en te
130
v elad o s (R aírez, 2007: 152). L as p ró x im as e lecc io n es (n o v iem b re 2 006) y el cam bio de
g o b iern o pu ed en sig n ifica r u n a n u ev a o p o rtu n id ad p ara n eg o c ia r y o b lig ar a los cand ida tos
a ten e r u n a p ro p u es ta y u n a ag en d a de la p ro b lem ática in d íg en a en M ichoacán . L a
cap ac id ad de los agen tes in te resad o s en lo g ra r esto debe superar las d iv isiones in te rn as y
co n c ilia r las re sp u estas m ás adecuadas a las rea lid ad es com unitarias.
E n O ax aca no hubo apertura del sistema, ni s iqu iera en ap a rien c ia o in ten to s de.
E n los p rim ero s dos años de su adm in istración , el p riís ta Jo sé M u ra t C asab (1998 -2 0 0 4 ) no
h izo n ad a p o r co n tin u ar con la po lítica de reco n o c im ien to de los dos go b ern ad o res
an terio res (A naya, 2006: 126). D eb id o a sus d iferencias con el g o b ern ad o r saliente,
D ió d o ro C arrasco , no se in te resó en arm o n izar la ley in d íg en a con o tras leyes del estado,
p o r lo que el p ro ceso de reco n o c im ien to y re fo rm as se detuvo . L ee r (2006) a firm a que to m ó
el contro l de los sind icatos, los fondos e lec to ra les y la leg is la tu ra estata l p a ra in c id ir en las
e lecc io n es m un icipales, p o r e jem plo , du ran te su g estió n se cam b iaro n o se suspend ieron
au to rid ad es en 2 5 % de lo s 570 m un icip ios.
E l andam ia je p o lítico en tre gob ierno , p artid o y ag ru p acio n es socia les parec ió
deb ilita rse ; S orroza afirm a que M u ra t co rro m p ió a go b ern an tes y g o bernados, m anejo
d iscrec io n alm en te el p resu p u esto p ú b lico y c rim in alizó a los que no se dob legaban a sus
d ec isio n es (2007: 4). E stas p rác ticas o casio n a ro n el d erru m b e de la im ag en del g o b ern an te
al g rad o que en las sigu ien tes e lecciones el In stitu to E lec to ra de O ax aca “ tu v o que in v en ta r
u n a 'c a íd a del s is tem a ' a fin de reco n o ce r a U lises R u iz com o triu n fad o r de las e lecc io n es”
(S orroza, 2007: 4).
E n las e lecc io n es de 2001 , el P R I sigu ió m an ten ien d o su hegem onía , lo g ró 49.5 %
de la v o tac ió n to ta l y 60% de las d ipu taciones, p ero se reg is tra ro n altas ta sas de
ab sten c io n ism o (L eer, 2006: 260). E ste partid o co n tin u ó d o m in an d o en la m ay o ría de los
m u n ic ip io s que e ligen sus au to ridades p o r el s is tem a de u so s y costum bres, lo que tam b ién
se re lac io n a con la d ism in u c ió n de in flu en c ia del P R D p o r pugnas en su in te rio r (A naya,
2006: 138, 141). E sto , sin cu estio n a r la leg itim id ad de las e lecciones y a que en O axaca
los fraudes e lec to ra les son m uy conocidos. A este respecto , A n ay a a firm a que el p lu ra lism o 102
102 Por ejemplo, municipios zapotecos de la Sierra de Juárez decidieron no apoyar a los candidatos del PRD en 2001, siendo que lo habían hecho en 1998, porque el partido no los tomó en cuenta al definir el candidato a la diputación de su distrito (Anaya, 2006: 146).
131
no h a g aran tizad o e lecc io n es lim p ias sino re su ltad o s aco rdados o co n sen su ad o s en tre las
e lites p o líticas del estad o (A naya, 2006: 139).
A n te la ap ro b ació n de la L ey In d íg en a en 2001 las o rg an izac io n es y g rupos
in d íg en as en O axaca, que h ab ían segu ido de ce rca el p roceso , se m o stra ro n in sa tisfech o s ya
que ten ían b astan te s ex p ecta tiv as al respecto . U n líd e r in d íg en a m ix e expresa:
Lo que hay es un sentimiento de insatisfacción, en algunos casos de frustración, pero son sentimientos que tampoco son nuevos, o sea, hay que entender que nuestros pueblos viven, han vivido en un contexto de mucha marginación, de mucha agresión. Estamos acostumbrados a perder. Tampoco es el fin del mundo para nosotros, pero evidentemente nos puso en una situación de bastante frustración, y por el otro lado pues también se constató algo que hemos vivido y es que finalmente la temática indígena no está precisamente en las prioridades de los grandes grupos de interés en este país.Los políticos y económicos tienen sus propias prioridades, y la demanda y la temática de los pueblos indígenas, si no existiera pues mucho mejor. Entonces, la reforma del 2001 nos dejó insatisfechos, no atendió la demanda que nosotros estábamos planteando (Entrevista A. R., 2006).
C om o resp u esta a la ap ro b ació n de d ich a ley, en O ax aca se in ic ia ro n p ro ceso s de
im p u g n ació n p o r p arte de au to rid ad es y m u n ic ip io s ind ígenas. U n a de las o rg an izac io n es
que ayudó a aseso ra r las co n tro v ersias co n stitu c io n ales fu e S erv ic ios del P u eb lo M ix e
(A naya, 2006: 128). L a S uprem a C orte de Ju stic ia de la N ac ió n dec la ró in fu n d ad as d ichas
pe tic iones, p o r lo cual a lgunas o rg an izac io n es (en tre ellas SE R ) acu d ie ro n an te la C o m isión
In te ram erican a de D e rech o s H u m an o s y la O rg an izac ió n In ternac ional del T rabajo para
rec lam ar po r la v io lac ió n de u n a serie de d isp o sic io n es lega les tan to del s is tem a ju ríd ico
in te ram erican o com o del C o n v en io 169 sobre P u eb lo s Ind íg en as (E n trev ista A. R ., 2006).
A p ro v ech an d o esta situación p ara a llegarse p restig io , el g o b ern ad o r Jo sé M u ra t se
co n v irtió en el “ d efen so r de los derechos de los p ueb los in d íg en as” y d e trac to r de la L ey
in d íg en a del 2001. P resen tó u n a co n tro v ersia con stitu c io n al co n tra d ich a ley, pero sin
cu m p lir los req u is ito s de tiem p o y form a, p o r lo cual se seña ló su im p ro ced en c ia (F uentes,
2006: 445). L a leg is la tu ra estatal tam b ién aseso ró las co n tro v ersias de lo s m u n ic ip io s y
apoyó al g o b ern ad o r (Juan , 2005: 152). E sto in d ica u n a aparen te alineación de las elites a
fav o r de la cau sa del m o v im ien to ind ígena, p ero d ichos p ro ceso s sólo fu e ro n u n a estra teg ia
p o lítica para g an ar leg itim idad .
D eb id o a que la ley in d íg en a estata l de 1998 y las m o d ificac io n es al C IP E E O eran
m ás avanzadas que la ley in d íg en a nac ional del 2001 , ésta p o d ría en cas illa r a la p rim era y
132
p ro v o car u n a reg resió n en el caso oaxaqueño . C om o se com entó , la leg a lizac ió n del sis tem a
n o rm ativ o in d íg en a reco n o ció u n a p rác tica v ig en te en las co m u n id ad es ( la au to n o m ía que
y a se v ive). E sto p ro v o có u n a m ay o r in g eren c ia de o tros p artidos p o lítico s en las
com un idades. V e lásq u ez (2000) concluye, en su aná lis is de las e lecciones p o r u so s y
costum bres, que el paso de la “ ileg a lid ad ” a la leg a lid ad del s is tem a ab rió p o sib ilid ad es de
m ay o r p lu ra lid ad in te rn a local, y a que u n a v ez re tirad o s los p artid o s del contro l o de la
in te rv en ció n en el p ro ceso e lec to ral p erm itió que aflo raran lid erazg o s in ternos. A dem ás, la
lib e rtad tam b ién p erm itió u n ran g o de p lu ra lid ad que ex p lica el aum en to de los desacuerdos
en 1998 y la re iv in d icac ió n de derechos g rupa les o in c lu so in d iv id u a les en el m arco de este
n u ev o perfil (V elásquez , 2000: 251). P o r ejem plo , L ee r (2006) an a liza los con flic to s
e lec to ra les en m u n ic ip io s que se rigen p o r este s is tem a y a firm a que en 1998 y 2001 ex istió
u n in c rem en to en el n ú m ero de co n flic to s e lec to ra les (80 y 107 conflic to s re sp ec tiv am en te)
a través de in te rv en c io n es ex tra locales, del u so del recu rso de ape lac ión a in stan c ias
e lec to rales, la rev is ió n de p ro ced im ien to s e lec to ra les y acc io n es m ás d irec tas p o r p arte de
c iudadanos exc lu idos o m in o rías a fectadas p o r las e lecc io n es de au to rid ad es de u so s y
co stu m b res (L eer, 2006: 280).
O tro fac to r que h a p ro v o cad o co n flic to s al in te rio r de esto s m u n ic ip io s se re lac iona
con la d isp o n ib ilid ad de recursos. L as agencias m u n ic ip a les ex ig ieron p artid as acordes con
su p o b lac ió n (ram o 033) y en a lgunos casos tam b ién rec lam an p artic ip a r en la e lección de
las au to rid ad es m unicipales. E n este sen tido , las adecuac iones y a ju stes que se v en ían
h ac ien d o p ara d efin ir y reg lam en ta r este rég im en , de la fo rm a m ás ap eg ad a a la realidad , se
detuv ieron . L a fa lta de in te rés de M u ra t en el derecho co n su e tu d in a rio e in su fic ien c ia s en la
leg is lac ió n e lectoral g en e ra ro n espac ios de en fren tam ien to . E n lu g a r de tra ta r las cuestiones
re la tiv as a estos con flic to s, el g o b iern o im p lem en tó p lanes in teg ra le s de desarro llo en los
m u n ic ip io s y p ro y ecto s p ro d u c tiv o s (L eer, 2006: 258). E s decir, los in d íg en as rec ib iero n
apoyo com o p arte de la p o b lac ió n cam p esin a y m arg inada.
L as d ife ren c ias en tre los dos g rupos de p o d er den tro del P R I (los que apoyaban a
D ió d o ro y los que ap o y ab an a M u ra t) y u n a o p o sic ió n p artid is ta m ás u n ifica d a con tra el
g o b ern ad o r (P A N ), o b lig aro n al reg reso de v ie jas p rác ticas po líticas de co rru p ció n (com pra 103
103 Véanse Benjamín Maldonado A. (2002). A utonom ía y comunalidad india. Enfoques y propuestas desde Oaxaca, Oaxaca, CONACULTA-INAH/Sría de Asuntos Indigpnas/CEDI/CMPI y Salomón Nahmad S. (1999). “Autonomía indígena y soberanía nacional: el caso de la Ley Indígena en Oaxaca”, A lteridades, México, UAM, pp. 113-124.
133
de v o to s y fav o res) y u n a ad m in istrac ió n de ju s tic ia d iscrecional p o r p arte de las
in stitu c io n es del g o b iern o (M artín ez en L eer, 2006: 246). E l cac iq u ism o y la represión por
parte del Estado tam b ién se m an tu v ie ro n p resen tes en las reg iones ind ígenas. U n líd e r de
la sierra norte , Joel A quino , seña la en u n ta lle r sobre m u n ic ip io s con p o b lac ió n ind ígena:
Desde mi punto de vista, a pesar de los avances jurídicos en Oaxaca sigue imperando un cacicazgo muy feroz, que es precisamente el Partido Revolucionario Institucional. Yo oigo que ustedes dicen: “los conflictos se agraven por la intervención de los partidos políticos”. Pero a lo largo de ese tiempo vimos que el gran obstáculo para poder ejercitar los derechos elementales reconocidos en la Constitución, es el Partido Revolucionario Institucional, que es el partido que encubre los sistemas de caciques que existen en Oaxaca (Joel Aquino en Satín et al., 2004: 43).
E ste tes tim o n io se co n firm a con el aná lis is que hace K raem er p ara la reg ió n m ixe. P ara es ta
au to ra la es tru c tu ra po lítica reg ional se h a co m p licad o y los nu ev o s cac iq u es se sitúan en
e lla en u n n ivel d is tin to (K raem er, 2003: 69). É s to s asum en cargos en sus co m u n id ad es o
son líderes de o rg an izac io n es de p ro d u c to res de ca fé o de o tros cu ltivos, m an tien en
v ín cu lo s con las in stan c ias del g o b iern o que o to rgan recu rso s y su p o d er rad ica en el
con tro l de los p ro g ram as de g o b iern o del estado. A lgunos lleg an a ser d ip u tad o s o
de legados y e jercen su p o d er desde fuera. E sto ha p ro v o cad o que en a lg u n o s m u n ic ip io s ya
no se resp e te la secu en cia de cargos y no ex is ta co n se jo de anc ianos, p o r e jem p lo en A y u tla
(K raem er, 2003: 80). D íaz M . (2004) tam b ién afirm a que en m u ch o s m u n ic ip io s in d ígenas
el o rden en los cargos y a no se re sp e ta p o r razo n es de fo rm ació n esco la r, p rep arac ió n o
experiencia .
C o in c id o con L eer (2006) cuando afirm a que los u so s y co stu m b res pu ed en serv ir
de b an d era p o lítica en d isp u tas in te rnas y de in stru m en to p ara leg itim a r los in tereses
p artid is tas y caciqu iles. P o r tan to , se hace n ecesaria u n a re fo rm a a la leg is lac ió n de u so s y
co stu m b res (con el co n sen tim ien to de las com u n id ad es) que de cab id a al reco n o c im ien to de
los g rupos m in o rita rio s al in te rio r de éstas. L os p ro b lem as re lac io n ad o s con la p artic ip ac ió n
de los avecindados, las m u jeres y los p rac tican tes de re lig io n es p ro testan te s hacen n ecesario
reg lam en ta r al in te rio r de las co m u n id ad es p rác ticas éticas. L a in ex is ten c ia de in stitu c io n es
só lidas y con fiab les que rea licen la lab o r de m ed iac ió n en conflic to s e lec to rales, así com o
de m ecan ism o s de im p u g n ac ió n p ara re so lv e r las d iferencias, o casio n a que estos p ro b lem as
se ag raven y las p artes in v o lu crad as no en cu en tren so lución sa tisfac to ria (Juan , 2005: 149).
134
A esto se sum a el d esco n o c im ien to de la L ey In d íg en a estata l en tre la c iu d ad an ía y los
p ro cu rad o res e im p artid o res de ju s t ic ia .104
E n este periodo , la cu estió n de la represión es tra tad a p o r las o rg an izac io n es com o
v io lac ió n de los derechos hum anos. E sto suscitó la fo rm ac ió n de o rgan izac iones
esp ec ia lizad as en su d efen sa y u n in te rés c rec ien te de o rg an ism o s in tern ac io n ales ante
d ichas v io lac iones. E l apoyo de e lites y ag ru p acio n es in d ep en d ien tes es m ás claro , y a que la
defen sa de los derechos h u m an o s se v in cu la con las dem an d as in d íg en as y la p resió n
ex tern a se trad u ce en reco m en d ac io n es in te rn ac io n a les o el conoc im ien to , p o r lo m en o s en
el país, de las s ituac iones de in ju stic ia v iv id as en esta en tidad . E l a lto co m isio n ad o sobre
derechos h u m an o s de la O N U h a h echo v is ita s a O axaca . L as o rg an izac io n es in d ígenas
ex igen en to n ces el re sp e to de esto s derechos sin d e jar de lad o los derechos in d ígenas
(co lectivos), au n q u e esto supone cierto s arreg los. C om o se m en c io n ó en el apartad o II.3
(“L as p rin c ip a les p o sic io n es en re lac ió n con las d em an d as de au to n o m ía y te rrito rio ”), los
derechos h u m an o s (que son in d iv id u a les) son co n trap u esto s a los derechos ind ígenas (que
son co lectivos).
U n h echo que causó in te rés y que p ro p o rc io n a p istas de h ac ia dónde v a el
m o v im ien to en la en tidad es el su rg im ien to del p rim er partid o in d íg en a en el país. E n 2003,
m illa res de in teg ran tes del M U L T p ro tag o n izaro n p ro testas m asiv as en la c iudad de O ax aca
d eb ido a que el 13 de ju n io el In stitu to E sta ta l E lec to ra l les neg ó su in sc rip c ió n com o
p artid o p o lítico p o r co n sid era r que no cu m p lían con los req u is ito s que m arcab a la ley al
resp ec to (B arto lom é, 2005: 125). A cu d ie ro n en to n ces al T ribunal E sta ta l E lec to ral, qu ien
después de p ro ced im ien to s y trám ites o to rgó el reg is tro al p rim er p artid o in d íg en a de
M éx ico , U n id ad P opu lar. E l paso de u n a o rg an izac ió n reg ional, que ag ru p a y co n stitu y e un
g rupo étn ico , a u n a fu e rza y partid o p o lítico sug iere m o d ificac io n es en la p e rcep c ió n de las
v ías p ara lo g ra r el cam bio . E sto tam b ién pu ed e ex p lica rse com o o p o rtu n ism o político .
C u an d o a H éc to r S an ch ez del P R D se le neg ó la can d id a tu ra p o r ese p artid o lo g ró el apoyo
del M U L T p a ra c rear o tro con tin tes ind ígenas. A p esa r de este ju e g o de in tereses, los
triq u is co n c ib ie ro n en esta v ía u n a p o sib ilid ad de cam bio. E sto tam b ién se re lac io n a con el
ru m o r de que u n con o c id o líd e r in d íg en a o ax aq u eñ o h ab ía aseso rad o a u n can d id a to a la
104 Juan M. recoge las conclusiones del seminario de análisis de la Ley Indígena en 2004, organizado por la Secretaría de Asuntos Indígenas, el Tribunal Superior de Justicia y la Procuraduría de Justicia. En éstas se reconoce el desconocimiento de los contenidos y alcances de esta ley tanto para la ciudadanía como para los propios procuradores e impartidores de justicia (Juan, 2005: 151).
135
d ip u tac ió n p o r el P R D en las e lecciones del 2006. D e ser c ierto esto re fo rza ría la
p ersp ec tiv a de que las o rg an izac io n es in d íg en as están ensayando o tras fo rm as de co n q u is ta r
espac ios de decisión . E s to se re lac io n a con la ex p e rien c ia m ichoacana. A u n q u e las
o rg an izac io n es ind ígenas m arcaro n d is tan c ia con el g o b iern o perred ista , p arecen no d efin ir
to d av ía su re lac ió n con los p artid o s po líticos. A dem ás, la in flu en c ia del P a rtid o A cción
N acio n al (P A N ) em p ezó a crecer. E n m arzo de 2006 , el aho ra p resid en te de la R ep ú b lica
(en ese en tonces can d id a to p o r el P A N ), F e lip e C alderón , rea lizó u n m itin en la co m un idad
in d íg en a de H urén , en la C añ ad a de los O nce P ueb los. A u n q u e el acto ten ía tin te s
ind igen istas, el d iscu rso del cand ida to no co n tem p ló u n a po lítica especial para los pu eb lo s
in d íg en as ni m en cio n ó la L ey In d íg en a del 2001 ni los A cu erd o s de San A ndrés. E sto fue
u n a p is ta de la au sen cia de u n a p o lítica aco rde con la rea lid ad de estas pob laciones.
L a p e rsp ec tiv a de las o rg an izac io n es in d íg en as que confían en la v ía electoral
co n tra sta con las e lecc io n es p ara g o b ern ad o r de O ax aca en 2004. E ste p ro ceso e lectoral
reg is tró m u ch as an o m alías y la com p ra de v o to s a fav o r del cand ida to p riís ta , U lises R u iz
O rtiz, qu ien resu ltó ganador. A u n q u e la coa lic ión “ T odos som os O ax aca” p id ió la
anu lac ió n del p ro ceso electoral, fu e rech azad a (L eer, 2006: 267). U lises R u iz con tin u ó con
u n a p o lítica caren te de leg a lid ad y en 20 0 6 el desco n ten to social exp lo tó y se creo la
A sam b lea P o p u la r de lo s P u eb lo s de O ax aca (A PPO ). S o rroza afirm a que este esta llido
social se re lac io n a con el de terio ro de la cap ac id ad de com p ra de los asa lariados, la crisis
del m u n d o rural y la in sa tisfacc ió n de las com u n id ad es in d íg en as p o r el con tro l po lítico que
tra tab a de im p o n er la b u ro c rac ia estatal (2007: 5). L a sum a de esto s fac to res y la
in sen sib ilid ad de U lises R u iz p ro p o rc io n aro n las con d ic io n es para la crisis de
gobernab ilidad .
L os sistem as p o lítico s o ax aq u eñ o y m ich o acan o se en fren tan a la re so lu c ió n de las
dem andas del m o v im ien to ind ígena. A m b o s h an ap licad o d iferen tes estra teg ias p a ra de tener
o fren ar la av an zad a de las o rg an izac io n es y líd eres que ex igen p artic ip ac ió n y d esic ió n
sobre los asun tos que le in cu m b en a las p o b lac io n es ind ígenas. E l g o b ie rn o oaxaqueño , con
to d o s los v ic io s del an tig u o PR I, reacc io n ó con u n a es tra teg ia de re co n o c im ien to en
m o m en to s de crisis; pero só lo fue al ca lo r de la co y u n tu ra que estu v o d isp u esto a conceder
derechos a los ind ígenas. E n adelan te, se h a m o strad o in tran sig en te y represor. P o co
in tere sad o en el d iá logo y ap lican d o estra teg ias leg a le s e ileg a les p ara m an ten e r el dom in io
p riísta , el s is tem a p o lítico o ax aq u eñ o sigue d e fen d ien d o in tereses eco n ó m ico s y po líticos.
136
La ley indígena de Oaxaca, una de las más avanzadas, no ha llenado las expectativas de los
indígenas y su práctica es casi nula. La izquierda en el poder trató de mostrarse receptiva y
dispuesta a cambiar la situación de los pueblos indígenas en Michoacán; las organizaciones
tenían grandes expectativas, sin embargo, el gobierno y la elite política no estuvieron
dispuestos a conceder derechos que dañaran sus intereses. Las gestiones que realizó el
gobernador fueron meros paliativos para mantener a raya a líderes y organizaciones
indígenas. Ambos gobiernos, tratese de la izquiera o el centro, se asemejan en la falta de
disposición y voluntad para resolver los problemas históricos que viven los indígenas.
Finalmente, considero que las organizaciones están girando la mirada hacia la vía
electoral, como una posibilidad de acceder a espacios de decisión (con todo y las
desventajas y limitantes que tenga), debido a que en el momento presente otras vías están
cerradas (política indígena, política agraria, política educativa) y la vía armada (con el
EZLN a la cabeza) no tuvo el resultado esperado por sus ejecutores.
II.5 La construcción del campo político de Organización Nación
Purhépecha (Michoacán) y Servicios del Pueblos Mixe (Oaxaca)
Bourdieu sugiere que para analizar un campo es necesario estudiar la posición del campo en
relación con el campo de poder, establecer la estructura de relaciones entre las posiciones
ocupadas por los agentes, y atender los habitus de éstos (Bourdieu y Wacquant, 1995: 69
70). Siguiendo esta propuesta, en un primer momento presento la relación del campo
político de los movimientos indígenas con el campo del poder. Enseguida analizo las
relaciones entre los agentes en el campo político con respecto a la disposición de capitales y
la posición que ocupan en cada entidad. En este capitulo no hablaré de los habitus de los
agentes, si no que será en el capítulo V donde proporcionaré pistas en su análisis, con el fin
de enlazarlo a la construcción de una identidad étnica.
I I . 5 . 1 C a m p o p o l í t i c o d e lo s m o v i m i e n t o s i n d í g e n a s y e l c a m p o d e p o d e r
137
P ara esb o zar el cam po p o lítico de los m o v im ien to s in d íg en as es n ecesario d efin ir qué es lo
que está en ju eg o , qué es aque llo en to rn o a lo cual los ac to res se p o sic io n an y d ispu tan :
“U n cam po [...] se define , en tre o tras fo rm as, d efin ien d o aque llo que está en ju e g o y los
in te reses esp ec ífico s , que son irred u ctib les a lo que se en cu en tra en ju eg o en o tros cam pos o
a sus in te reses p ro p io s” (B ourd ieu , 1984: 136).
E n los apartados an terio res ex p u sé la re lac ión en tre p o líticas p ú b licas , o rig inadas
p o r E stad o m ex ican o , y el p ro ceso de fo rm ac ió n del m o v im ien to in d íg en a . C o n la po lítica
p o p u lis ta , el E stad o se v io ob lig ad o a co m p artir el cam p o de p o d er con agen tes
an terio rm en te exc lu idos y con sec to res m ay o rita rio s (o b re ro s , m aestro s , cam p esin o s). E sta
p o lítica creó ag ru p acio n es h o m o g én eas que se in serta ro n en u n s is tem a de contro l
esp ec ífico : el c lien te lism o . S in em b arg o , las d ife ren c ias en su in te rio r p ro n to aparec ie ro n ,
p o r e jem plo en el sec to r cam pesino las dem an d as no lo g ra ro n dar u n a re sp u esta ad ecu ad a a
las rea lidades v iv id as en p o b lac io n es in d íg en as (co n u n tip o de p o sesió n de tie rra com unal
y con d ic io n es socia les de m arg in ac ió n y pobreza). L a crisis que años m ás ta rd e v iv ió esta
p o lítica h izo v is ib le s ta les d ife ren c ias; y el cu estio n am ien to a las po líticas in d ig en istas
p erm itió que las p articu la rid ad es cu ltu ra les fu e ran v a lo rad as en té rm in o s positivos. L os
m ecan ism o s y aparatos de rep resen tac ió n p o lítica tam b ién fu e ro n cu estio n ad o s: el E stad o ,
el partid o o fic ia l, la cu ltu ra d o m in an te , las p o líticas p ú b licas , las co n fed erac io n es afiliadas
al E s tad o , etcétera.
E n este p an o ram a aflo ró el m o v im ien to ind ígena. S u s d em andas in ic ia les
co m b in aro n la crítica a las p o líticas as im ilac io n is ta s y h o m o g en e izan tes con ex ig en c ias de
d is trib u c ió n (y reco n o c im ien to ) de tie rra s , el con tro l de recu rso s n a tu ra les y de los p ro ceso s
p roductivos. E m p iezan en tonces a co n stitu irse en agen tes capaces de e je rcer p resión .
D esa rro lla ro n u n d iscu rso é tn ico en el m arco de las p o líticas de reco n o cim ien to
in te rn ac io n al y en lazaro n su d ife ren c ia cu ltu ra l con la d im en sió n po lítica . M ás
rec ien tem en te co n v irtie ro n sus d em andas en derechos.
E l cam po de p o d er, que h as ta h ace u n as décadas estab a c ircu n scrito a p ocos agen tes,
em p ezó a ser in v ad id o p o r los m o v im ien to s sociales (m o v im ien to m ag iste ria l, ob re ro ,
u rb an o , fem in is ta , cam p esin o , eco lo g is ta e ind ígena). E sto ob lig ó , en p arte , a c rea r o tros
cam pos esp ec ia lizad o s, desp ren d id o s del espac io socia l, donde se n eg o c ian dem andas
esp ec íficas y se p rac tican estra teg ias y m ecan ism o s de control. L a fo rm ac ió n de éstos
138
tam b ién resp o n d e a la p resió n que cada m o v im ien to hace o h izo , y a su h ab ilid ad para
a llegarse cap ita les que pu ed an ser v a lo rad o s p o sitiv am en te p o r o tros ag en tes .
E l cam po de los m o v im ien to s in d íg en as en M éx ico em pezó a co n fo rm arse en la
décad a de los o ch en ta y su re lac ió n con el cam po de p o d er se h a m o d ificad o con las
co y u n tu ras . E n u n in ic io se en co n trab a su b o rd in ad o al cam po de poder, pero con la
m ad u rac ió n de dem andas, d iscursos, y p rác ticas de las O M S y o tros agen tes, así com o el
apoyo de o tros sectores, se ex p an d ió y se conv irtió en u n cam po sem iau tó n o m o . É ste se
co nstituye en u n espacio de co m p eten cias y luchas sim bólicas, pero v in cu lad o al cam po de
p o d er a trav és del agen te que d e ten ta el m o n o p o lio del e je rc ic io del poder, el E stad o y sus
in s titu c io n es. L as o rg an izac io n es y agen tes con m en o s cap ita les han tra tad o de ev id en c ia r y
m in a r este m o n o p o lio .
E l reco n o cim ien to del con tro l de las p o b lac io n es in d ígenas sobre su te rrito rio es lo
que m an tien e y p ro v o ca la d isp u ta en este cam po . L as im p licac io n es de este reco n o cim ien to
(en fo rm a de au tonom ía, lib re determ inación , y el re co n o cim ien to de “p u eb lo s”) hacen que
agen tes com o los p artid o s po líticos, los em p resario s y o rg an ism o s in tern ac io n ales se
in te resen y tra ten de p o sic io n arse y g an a r cap ita les que les p e rm itan p a rtic ip a r e in flu ir en
la d isputa. E n el m o m en to actual, el e jerc ic io del p o d er es tá ligado al territo rio , y a que el
in te rés p o r la ex p lo tac ió n de recu rso s n a tu ra les y m in era le s aum en tó en las ú ltim as décadas.
E ste reco n o c im ien to im p lica ría la p é rd id a de con tro l p o r p arte del E s tad o ; a lo que se sum a
que o tros agen tes (co m o las tran sn ac io n a les) h ay an pu esto sus o jos en reserv as n a tu ra les y
te rrito rio s h ab itad o s p o r p o b lac io n es ind ígenas.
E l reco n o c im ien to de te rrito rio s d ife ren c iad o s p o r lóg icas cu ltu ra les im p lica la
acep tac ió n y re sp e to de las cu ltu ras que los hab itan . E n la lu ch a p o r este reco n o c im ien to las
o rg an izac io n es del m o v im ien to se con stru y en a sí m ism as com o agen tes p o lítico s a partir
de la p ro d u cció n de cap ita les, e sp ec ia lm en te del cap ita l é tn ico .105 D ich o reco n o cim ien to
co n llev a el pag o de u n a deu d a h is tó rica p ara con estas pob laciones, as í com o la so lución a
sus dem andas p o r serv ic ios básicos, es decir, tam b ién están en ju e g o las co n secu en c ias de
este reconocim ien to .
L a co n stru cc ió n de la d ife ren c ia h ech a p o r lo s in d íg en as es u n a am en aza al
m o n o p o lio que h asta ah o ra tien e el E stad o de n o m b rarla y defin irla , lo que tam b ién d esafía
105 También ocurre el monopolio de la tradición y el uso de un discurso de la diferencia políticamente correcto para legitimar prácticas de dominación (con los caciques e instituciones del Estado).
139
otro tipo de co nstrucciones, com o la h is to ria oficial. C o nsidero que tam b ién ex isten riesgos,
el reg lam en ta r la d ife ren c ia o c ircu n scrib irla a espac ios d e term inados p u ed e c rear el efecto
con tra rio y p ro d u c ir ex c lu sió n y a islam ien to .
E l m o m en to actual se ca rac te riza p o r el cu estio n am ien to que los agen tes d om inados
están h ac ien d o del m o n o p o lio o sten tad o p o r el E stad o y sus in stitu c io n es en la d istribución
de cap ita les y el m o n o p o lio p ara n o m b rar y c las ifica r la d iferencia. L as oportu n id ad es
po líticas, las estru c tu ras p ara la m o v ilizac ió n y lo s p ro ceso s en m arcad o res con trib u y en no
sólo al su rg im ien to de u n a acción co lec tiva , sino que tam b ién ayudan a p o sic io n ar a los
agen tes que la h acen efectiva.
L as luchas p o r cap ita les y el p o s ic io n am ien to de lo s agen tes en el cam po p o lítico de
los m o v im ien to s ind ígenas se pu ed en an a liza r en dos n iv e les: el m ateria l y el sim bólico .
Cuadro 1. Luchas en el campo político de los movimientos socialesNivel material Nivel simbólico
Espacio de las posiciones objetivas dadas por la distribución de los capitales eficientes
Espacio de las disposiciones y las tomas de posición simbólicas prerreflexivas (hab itas)
y de los esquemas simbólicos, representaciones y prácticas reflexivas
(poder simbólico)i i
Lugar de las luchas por las posiciones objetivas en torno a las propiedades
legítimas
Lugar de las luchas por la enunciación y construcción simbólica legítima de la
realidad socialA) Reproducción del sistema de posiciones
objetivasA) Dominación simbólica
B) Develamiento crítico de la violencia fundadora del sistema de posiciones
objetivas que orienta la transformación práctica de las posiciones y los propios
campos
B) Acción política de movilización subversiva
iOportunidades
políticas (Apertura o no del sistema
político; Estabilidad de alineaciones de las elites; Alianzas;
Capacidad del Estado para
reprimir)
Estructuras para la movilización
(Estrategias y luchas; Alianzas; Estructura de la organización; Objetivos y demandas;
Recursos; Formas de participación)
Procesos enmarcadores (Significados compartidos y Definición de la
situación)i
Construcción de una identidad étnica
(Adecuación del cuadro “Momentos interconectados de la resistencia y la sumisión” García, 2000: 100).
140
Esta distinción es con fines analíticos, ya que en la práctica estos niveles están
relacionados y el cambio o modificación en uno afecta el otro. En el nivel material, la lucha
de las OMS está atravesada por las oportunidades políticas percibidas y las estructuras para
la movilización que tienen a su alcance. En el nivel simbólico, los procesos enmarcadores
en los que éstas están inmersas (que responden a determinado habitus) les ayudan a obtener
y potencializar su poder simbólico y su capital étnico (que puede expresarse en la
construcción de una identidad étnica). La lucha es más visible en el nivel material que en el
simbólico, pero en este último los agentes recurren a estructuras interiorizadas
(prerreflexivas y reflexivas) que pueden neutralizar o definir la lucha en ambos niveles.
En el cuadro 2 presento una aproximación general del campo político de los
movimientos indígenas y los agentes que participan, lucha y se posicionan en él:
Cuadro 2. El campo político de los movimientos indígenas
Campo político de los movimientos sociales
;Agentes (al poseer ciertos) ► Capitales (adquieren) ► Posiciones
OMSInstituciones del Estado Partidos políticos
Grupo de simpatizantes Especialistas
Corrientes de la Iglesia Comunidades indígenas
EmpresariosOrganismos internacionales
Caciques Líderes locales
SocialCultural
EconómicoSimbólico
Étnico
Dominados Dominantes
Grupos de presión
Existen dos posiciones opuestas y relacionadas entre sí: la posición de dominantes y
la de dominados. También hay puntos intermedios que transitan entre éstas. En esta
posición los agentes cuestionan la disposición de los capitales y las posiciones, pueden
funcionar como intermediarios, no son dominados ni dominantes aunque están más
próximos a los dominados, les he llamado grupos de presión.
141
La distancia social entre las posiciones tiene que ser frecuentemente renovada,
especialmente por aquellos agentes que se encuentran en posiciones de dominación. Los
dominantes tratan de mantener cierta disposición de los capitales, ya que monopolizan la
distribución de aquellos que son los más valorados. Estos agentes detonan el habitus que
mantiene incuestionada una disposición de los capitales y las posiciones. Recurren a formas
de percibir y estructurar la realidad, que reproduzcan y reafirmen la posición de dominados
interiorizándola y somatizándola sin ejercer coerción física.
Aunque parezcan nítidos los agentes que participan de un campo, muchas veces lo
hacen de forma disimulada o utilizan otra apariencia, ya que la consecución de sus intereses
puede verse afectada si sus posiciones y prácticas se hacen visibles. Si colocamos en el
centro del análisis a las OMS se pueden bosquejar las relaciones, que comúnmente, existen
con los otros agentes.
Cuadro 3. Relaciones de las OMS con otros agentes en el campo político de losmovimientos indígenas
Relación: De apoyo De reciprocidad
De dominación De explotación
142
L as re lac io n es en tre ésto s p u ed en cam b ia r y g en e ra lm en te son m ás com plejas.
T am b ién ex isten re lac io n es de am istad , de en fren tam ien to , de co m p eten c ia , de
subord inac ión . L os ag en tes p u ed en u tiliza rlas en d e term inados m o m en to s o p rio riza r unas
sobre o tras, y c rear a lianzas fren te a agen tes q u e p o seen m ás cap ita les o m e jo r valo rados.
A dem ás, la p roducción , consum o, p o sesió n y m an ejo de cap ita les es variab le . L o s agen tes
p u ed en p o see r o p artic ip a r de la p ro d u cc ió n de c ierto cap ita l en u n m o m en to dado y
después p e rd e r o g an a r otros. E l m an ten im ien to de cap ita les com o el p restig io , la
leg itim idad , in fo rm ac ió n y co n o c im ien to s esp ec ia lizad o s con tribuye a u n a p o sic ió n de
m ay o r in flu en c ia p ara la d isp o sic ió n de o tros cap ita les (eco n ó m ico s o sociales). L as
p o sic io n es tam b ién pu ed en cam b ia r a trav és de la o b ten c ió n de cap ita les m ás valo rados. N o
re su lta fácil d is tin g u ir o d efin ir c la ram en te las po sic io n es de agen tes q u e fu n c io n an com o
g rupo de p resió n y cuya in te rv en ció n resp o n d e a u n a crítica de la d isposic ión de fuerzas.
C o m ú n m en te no su fren la situación de dom inados, pero tam p o co son do m in an tes; se
in c lin an p o r las dem andas de los dom inados y la m ay o ría de las v eces son críticos. A u n q u e
en a lgunas o casiones h an apoyado y aseso rad o a los do m in an tes m ed ian te los
co n o c im ien to s q u e poseen .
I I . 5 . 2 C a m p o s p o l í t i c o s e n M i c h o a c á n y O a x a c a : c a p i t a l e s y p o s i c i ó n d e lo s
a g e n te s
L a posesión , p ro d u cc ió n y m an ejo de los cap ita les q u e id en tifico en este cam po determ inan
la p o sic ió n de los agen tes invo lucrados. C om o B o u rd ieu enunc ió h ay cua tro tip o s de
cap ita les, y ag rego el cap ita l é tn ico de la p ro p u esta de G arc ía (2000):
Capital económico co m o los recu rso s m ateria les, m o n etario s y aq u e llo s que se pueden
ex p resa r con un v a lo r en té rm in o s m o n etario s (carre teras, casas, p lan tac iones, cosechas,
fo rm as de consum o, etcétera).
Capital social com o las redes de re lac io n es (com padrazgo , a lianzas, sim patías, redes de
in fluenc ia , de so lidaridad y rec ip roc idad ), la in fo rm ac ió n y co n o c im ien to s ap ren d id o s o
tran sm itid o s (co n o cim ien to s académ icos y ancestra les, acceso a lib ros, censos y m apas,
143
diagnósticos), y reco n o c im ien to social (cap ac id ad de in fluenc ia , am istades, m o v ilizac ió n de
apo y o s).
Capital cultural com o la ed u cac ió n fo rm al e in fo rm al, la fo rm ació n p ro fesional, los títu lo s
académ icos, lib ros, exped ien tes, in d u stria cu ltura l, e tcé tera .
Capital simbólico com o el p restig io , la leg itim id ad , el honor.
Capital étnico com o la id en tid ad é tn ica (que in c lu y e sus d ife ren tes co m p o n en tes o
m arcad o res de iden tidad).
L a d efin ic ión y o cu p ació n de u n a p o sic ió n se d e term in a tan to p o r el n ú m ero y
acu m u lac ió n de cap ita les, com o p o r el tip o de éstos. P a ra el caso de M ich o acán u n h echo
que fac ilita la id en tificac ió n de los agen tes que p artic ip an en el cam po fue el rec ien te
p ro ceso p ara la fo rm u lac ió n de u n a p ro p u esta de ley in d íg en a en la en tidad . E ste hecho
im p licó u n reaco m o d o de las fu erzas y p o sic io n es del cam po, así com o la ren o v ació n de un
d iscu rso é tn ico en tre los agentes. L a d efin ic ió n del cam po que p resen to re sp o n d e al perio d o
du ran te y p o s te rio r a la fo rm u lac ió n de u n a p ro p u es ta de ley ind ígena.
Cuadro 4. El campo político de los movimientos indígenas en Michoacán
Campo político de los movimientos socialesAgentes Capítales* Posiciones**
E S C B T D P MONP (y sus bases) • • • • ♦Otras OMS (NPZ/UCEZ/) • • • • ♦PRD/PRI /PAN • • ♦Gobernador del estado • • • ♦Comunidades indígenas • • • ♦SEMARNAP/ SEDESOL/Coordinación Interinstitucional para la atención de los pueblos indígenas de Michoacán de Ocampo
• • • ♦
Líderes e intelectuales indígenas • • • • ♦Antropólogos, académicos y estudiantes interesados en la cultura purépecha (COLMICH/INAH/CDI)
• • • ♦
Diócesis de Nahuatzen y CEB • • • ♦Empresarios agrícolas y madereros • • ♦
*Capitales: E= económico, S= social, C= cultural, B= simbólico, T= étnico ** Posiciones: D= Dominador, M= Dominados, P= Grupos de presión
L as com u n id ad es in d íg en as se en fren tan a estru c tu ras de p o d er p ara le las (educac ión ,
p artid o s po líticos, re lig iones, p roducción ), pero la p ro d u cc ió n que h acen de cap ita l é tn ico
144
(valorado positivamente) en los años recientes aumenta sus posibilidades de negociación.
La complejización de la estructura política regional abre la posibilidad de alianzas múltiples
con nuevos agentes, aunque los conflictos entre éstas pueden debilitar su acción y disminuir
sus capitales (sociales). La falta de información, conocimientos y capacitación para tratar
conflictos y exigir demandas han ocasionado que se acerquen a las organizaciones
indígenas, y a través de éstas accedan a capitales que las posicionen con menos desventajas
en el campo. El reconocimiento que las comunidades hacen de la labor de las
organizaciones les aporta a éstas capital simbólico y respaldo en la lucha. Las comunidades
y las OMS establecen relaciones de mutua dependencia, aunque cuando las comunidades y
sus autoridades acumulan suficientes capitales ya no recurren a las organizaciones, y se
mueven independientemente de éstas.
También ocurre el incremento de capitales de forma individual, es decir, que las
autoridades comunales sean las únicas beneficiadas. A pesar de que agentes como los
empresarios agrícolas no aparecen de forma clara en la disputa, ejercen presión sobre
aquellos agentes cuya posición es de dominadores para evitar que las comunidades
indígenas ganen capitales que les impidan manejarlas y explotarlas. En las disputas por las
tierras y por el manejo de recursos (bosques) estos agentes se hacen presentes, y aunque no
tengan capitales simbólicos ejercen relaciones de poder a través de la posesión de capitales
económicos y sociales.
Agentes como antropólogos, historiadores, sociólogos no indígenas participan del
campo proveyendo información y conocimientos sobre la organización y la cultura
purépecha (investigadores del INAH, El Colegio de Michoacán, la Universidad
Michoacana de San Nicolás de Hidalgo). Poseen capitales culturales, sociales y simbólicos
que pueden ayudar a incrementar los capitales de otros agentes. Existe una producción de
conocimiento “legítimo” sobre lo purépecha, específicamente a través de prácticas
científicas y la especialización. Por ejemplo, el grupo de los Kuanis (conformado tanto por
purépechas como por mestizos y extranjeros) ha mantenido un espacio dedicado a la
producción y difusión del conocimiento purépecha. A pesar de que las instituciones del
Estado pretenden monopolizar este conocimiento, los especialistas han mostrado simpatía y
apoyo con la lucha indígena, lo que ha contribuido a que OMS y líderes indígenas
adquieran capitales a través de éstos.
145
L a fo rm ac ió n de com u n id ad es ec lesia les de b ase en co m u n id ad es in d íg en as ha
im p u lsad o la fo rm ació n de g rupos de re flex ión . Sus cap ita les cu ltu ra les y é tn icos han
crec ido con la ac tiv id ad de los sacerdo tes Jav ie r C o n stan c io y F ran c isco M artín ez
(v in cu lad o s a la T eo lo g ía de la lib e rac ió n ), a trav és del re fo rzam ien to de trad ic io n es
purépechas. E n 2003 se rea lizó en la co m u n id ad de C om achuen el III E n cu en tro N acional
de L aico s In d íg en as, o rg an izad o con el apoyo de la d iócesis de Z am ora . A sis tie ro n
in d íg en as de G u e rre ro , P u eb la , y O ax aca p rin c ip a lm en te ; se d iscu tie ro n tem as re lac io n ad o s
con la s dem an d as y derechos ind ígenas. E ste espacio sirv ió p ara d iscu tir y p ro p o n er
a lte rna tivas que m o d ifiq u en la situación de v id a de estas pob laciones. E n octu b re del
m ism o año, el ob ispo Sam uel R u iz v is itó la com un idad de C ap acu aro para in te rcam b ia r
ex p erien c ias y escu ch ar la p ro b lem ática de la en tidad al lad o de lo s dos párro co s an tes
m encionados.
L os líd e re s in d íg en as p u rép ech as p rov ienen , p rin c ip a lm en te , del m ag is te rio
ind ígena. U tilizan su cap ita l étn ico , cu ltura l y social p a ra p o sic io n arse en el cam po. E sto s
agen tes, a firm a D ie tz (1999), a finales de los años ochen ta , co m p itie ro n con los m aestros
m estizo s p o r el contro l de la in te rm ed iac ió n cu ltu ra l en tre la s co m u n id ad es y el E s tad o -
nación. Su in flu en c ia es im p o rtan te y la s re lac io n es que m an tien en con la sección X V III les
p ro p o rc io n an cap ita les socia les den tro y fu e ra de la s com unidades. L os p ro fesio n is tas
in d íg en as tam b ién p artic ip an en la co n stru cc ió n de un p ro y ecto p ara el p u eb lo purépecha.
L a ob ten ció n de cap ita les cu ltu ra les le s p erm ite in te rac tu ar tan to en sus com u n id ad es com o
fu e ra de éstas, y tam b ién g estio n an recu rso s y apoyos p ara la s com unidades.
E n el cam po p o lítico en M ich o acán , el tip o de re lac io n es en tre d ife ren tes O M S de la
reg ió n es de co m p eten c ia (p o r recu rso s y cap ita les), de alianza, y en ocasiones, de
subord inac ión . E s to ú ltim o sucede cuando unas se in c lu y en en o tras o rg an izac io n es m ás
ex tensas y se c ircu n scrib en a lo s lin eam en to s de éstas (cuando se u n ie ro n a la U C E Z , la
A N IPA ). A lian zas con O M S de o tras reg io n es tam b ién han fac ilitad o la ob ten c ió n de
cap ita les cu ltu ra les (in fo rm ación , críticas, re flex iones), que p erm iten cu estio n a r su p osic ión
de dom inados. P o r e jem plo , la a lian za que tien e la O N P con C N I (o rg an izac ió n nac iona l)
sug iere c iertos lin eam ien to s , p rác ticas y co n o c im ien to s que le p e rm iten in c rem en ta r
cap ita les com o el cu ltu ra l y el social. L a afin id ad que la s o rg an izac io n es m u estran con el
E Z L N h a sido u tiliza d a p ara a lleg arse cap ita l sim bólico .
146
L os p artidos p o lítico s tien en in flu en c ia en la creac ión de g rupos al in te rio r de las
co m u n id ad es. L a aparen te p o sesió n de cap ita les com o la rep resen ta tiv id ad y leg itim id ad
p ro p ic ian el con flic to p o r el acceso a p o sic io n es de m ay o r p o d er e in flu en c ia . L o s partid o s
fu n c io n an , co m ú n m en te , com o m ed io de acced e r a cap ita les eco n ó m ico s y s im b ó lico s. A
p esa r de q u e las o rg an izac io n es ind ígenas tien en re lac io n es de a fin idad con el P R D , esto n o
h a s ign ificado m ejo res p o sic io n es en el cam p o , los m ilitan tes de éste co n tin ú an con
dem andas sin reso lv er. C o m o se ex p u so , los p artid o s ra ra v ez se m u estran in te resad o s en la
p ro b lem ática in d íg en a , p o r tan to su ac tuac ión se v isu a liza cuando sien ten a tacad o s sus
in te reses o q u ie ren in c rem en ta r su leg itim id ad en el cam po .
L as in stitu c io n es del E stad o tra tan de m an ten e r “ el p rin c ip io leg ítim o de
d o m in ac ió n ” en los cam pos de am b as en tidades. E sto s agen tes rep ro d u cen el m o n o p o lio del
reco n o c im ien to y contro l sobre la d ife ren c ia . E sto se h a trad u c id o en el m an ten im ien to de
re lac io n es de su b o rd in ac ió n con las p o b lac io n es in d íg en as. L a d o m in ació n aparece com o
un efecto in d irec to del m o n o p o lio en el cam p o . L os p ro g ram as socia les q u e p rom ueven
estas in stitu c io n es, a trav és de la d istrib u c ió n de recu rso s eco n ó m ico s, h an sido una
es tra teg ia de co n tro l. P o r e jem p lo , la C D I M ich o acán aseso ra los F o n d o s reg iona les de
C h erán y P á tzcu a ro . L a d is trib u c ió n de cap ita l eco n ó m ico a trav és de esta fig u ra lo
co n v ierte en un agen te con b as tan te in flu en c ia . E n cam b io , p artic ip ó de fo rm a m arg ina l en
los fo ros p ara la re fo rm a co n stitu c io n a l, y a q u e su d irec to r a firm a q u e no fu ero n in v itad o s.
E l agen te g o b ern ad o r del es tad o , L ázaro C árd en as B a te l, en los ú ltim o s años h a
p erd id o cap ita l s im b ó lico , y a q u e optó p o r p ro teg e r los cap ita les de o tros agen tes
(em p resa rio s , p o r e jem p lo ). E l reco n o c im ien to y p restig io g an ad o du ran te su cam p añ a se
d eb ilitó d eb ido al in cu m p lim ien to de sus p ro m esas p a ra con las O M S . A p esa r de que
o sten ta o tros cap ita les , su p o sic ió n es seriam en te cu estio n ad a p o r las o rg an izac io n es, los
líd eres in d íg en as, y los p artid o s p o lítico s . E n lo q u e v a de su p erio d o com o g o b ern ad o r se
p o d ría a leg a r u n a re la tiv a ap e rtu ra del s is tem a p o lítico , pero lo q u e in d ica el aná lis is es la
ex is ten c ia de u n a ló g ica de co m p lacen cias p ara con los g rupos q u e p o seen la m ay o ría de
cap ita les eco n ó m ico s, y un seu d o rreco n o c im ien to de las re iv in d icac io n es de las
p o b lac io n es in d íg en as.
E n el caso de los m o v im ien to s in d íg en as en O ax aca , después de la ap ro b ació n de la
L ey de D e rech o s y C u ltu ra In d íg en a en 1998, las d isp u tas en el cam po po lítico
147
d ism in u y ero n y las O M S en tra ron en u n a e tap a de re flex ió n acerca de los b en e fic io s de la
im p lem en tac ió n de esta ley y las su b sigu ien tes m o d ificac io n es a o tras re lac io n ad as.
Cuadro 5. El campo político de los movimientos indígenas en OaxacaCampo político de los movimientos sociales
Agentes Capitales* Posiciones**E S C B T D C M
S E R (y sus bases) • • • • ♦Otras OMS (UNOSJO/CODREMI/OIDHO) • • • • ♦PRD/PRI /PAN • • ♦Gobernador del estado • • • ♦Delegado de gobierno • • • ♦Comunidades indígenas • • • ♦SEMARNAP/ SEDESOL/CDI-Fondos regionales
• • • ♦
Líderes indígenas y especialistas en la cultura mixe
• • • • ♦
Sección XXII del SNTE (magisterio) • • • • ♦Antropólogos, académicos y estudiantes interesados en la cultura purépecha (Centro de estudios Ayuuk/INAH/CDI)
• • • ♦
Párrocos progresistas y CEB • • • • ♦Compradores y acaparadores de café • • ♦Fundaciones internacionales • • • ♦Caciques regionales • • • ♦
*Capitales: E= económico, S= social, C= cultural, B= simbólico, T= étnico ** Posiciones: D= Dominador, M= Dominados, C= Críticos
L as O M S se rep leg aro n sobre sus com un idades, p ero al m ism o tiem p o con tinuaron
p artic ip an d o de p ro ceso s y d iscu sio n es en el ám b ito n ac io n a l. E l p ro ceso p ara la
fo rm u lac ió n y ad ecu ac ió n de d ich a ley p o sib lem en te cam bió la d isp o sic ió n de po sic io n es y
fu e rza s. L a lec tu ra y co n stru cc ió n del cam po p o lítico q u e aq u í p resen to resp o n d e al
m o m en to p o s te rio r a la ap ro b ació n de esta ley. E s te cam po se ca rac te riza p o r u n a am plia e
h is tó rica p artic ip ac ió n de las O M S y u n a g ran cen tra lizac ió n del p o d e r en tre u n a red u cid a
e lite en la cap ita l del estado. L as re lac io n es de a lian za en tre O M S son frecuen tes, y a q u e el
en fren tam ien to con agen tes en po sic io n es de dom inación , q u e co m ú n m en te h acen u so de la
v io lenc ia , p ro v o ca q u e se fo rm en redes de so lid arid ad y apoyo.
E l p o sic io n am ien to de m u ch as com u n id ad es h a estado re sp a ld ad o p o r las O M S que
tien en p artic ip ac ió n en las d ife ren tes reg iones de la en tidad . E l a is lam ien to y la s ituac ión de
las v ías de co m u n icac ió n han m o tiv ad o que las o rg an izac io n es g estio n en a su favor.
Inc luso , la fo rm ac ió n de o rg an izac io n es reg ionales, que ag lu tin an a d ife ren tes g rupos
e tn o lingü ísticos, es com ún. E sto p ro v o ca que las O M S ten g an y m u ev an u n m ay o r núm ero
148
de cap ita les, lo que tam b ién hace que fu n d acio n es y o rg an ism o s in te rn ac io n a les apoyen sus
p ro y ecto s y les p ro p o rc io n en cap ita les eco n ó m ico s y o b ten g an así p restig io . L as
co m u n id ad es ind ígenas de O axaca , a trav és de sus au to ridades, han lo g rad o in crem en ta r sus
cap ita les sociales y son las p rin c ip a les d eposita rias de cap ita l é tn ico . L a fo rm ació n de
alianzas y la in v ersió n en cap ita les cu ltu ra les es tá ayud an d o a que se cu estio n en las
p o sic io n es de su b o rd in ac ió n y d o m in ació n ex p e rim en tad as. E n el cam po p o lítico log ran la
concesión de cap ita les económ icos, pero tam b ién v iv en re lac io n es de ex p lo tac ió n con
resp ec to a los acap arad o res y cac iq u es reg ionales. E sto s ú ltim o s hacen u so de cap ita les
com o sus re lac io n es de in flu en c ia y co m p ad razg o (co n los d o m in an tes) p a ra a llegarse o tros
cap ita les. E l reco n o c im ien to del con tro l de los te rrito rio s en m an o s de las pob lac io n es
in d íg en as a fec taría sus in te reses y co lo ca ría a estos agen tes en p o sic io n es v u ln erab les ante
las cua les los cap ita les que p o seen p erd erían v a lo r (cap ita les eco n ó m ico s p rincipa lm en te ).
L os cac iq u es están p resen tes en to d a la en tidad y han u tilizad o su cap ita l é tn ico para
d esem p eñ ar su in te rm ed iac ió n .106 Su ac tiv id ad es n ecesaria p a ra el g o b iern o y las
co m u n id ad es se suped itaban al e fecto que tien en sus cap ita les. E n la ac tua lidad , las
co m u n id ad es han en co n trad o o tras v ías de o b ten er recu rso s y cap ita les (p o r m ed io de la
capacitac ión , m ás n ivel educativo , m ás v ías de com un ición ), p o r tan to , su re lac ión de
ex p lo tac ió n es ev id en c iad a y cu estio n ad a p o r los pob ladores. S in em bargo , esto s agen tes no
han desaparecido , y m o d ifica ro n sus fo rm as de control.
E n la en tidad ex isten n um eras o rgan izaciones, los tem as y líneas que siguen son tan
v ariad o s com o su lo ca lizac ió n y sus n iv e les de in je ren c ia en las dec isiones. L a ap robación
de u n a de las leyes m ás avanzadas en m ate ria in d íg en a en el p a ís p ro v o có que se a lia ran y
co n ju n taran fuerzas, cap ita les y p o sic io n es en su lucha. L as re lac io n es de aso c iac ió n que
lo g raro n les p e rm itie ro n g an a r cap ita les com o p restig io y rep resen ta tiv id ad , lo que en
ú ltim a in stan c ia las co locó en po sic io n es m en o s d esv en ta jo sas con cap ac id ad de in flu ir, de
fo rm a ind irec ta , en las dec isio n es de los agen tes que de ten tan el m o n o p o lio del
106 El problema del caciquismo está ligado al sistema de cargos y al modo en que se articula con el sistema político estatal y nacional: “El caciquismo está vinculado a este sistema porque ofrece mayores posibilidades de ser nombrados y asumir los cargos más altos a aquellos que ya tienen un lugar privilegiado en la estructura social, sean estos nobles, ricos o profesionistas” (Kraemer, 2003: 230).
149
reconocim ien to . C abe añ ad ir que hay u n a d istin c ió n en tre las o rg an izac io n es in d íg en as y107las ag ru p acio n es de au to rid ad es m unicipales.
A g en tes com o m aestro s , líderes y p ro fesio n is tas in d íg en as han acu m u lad o u n a gran
can tidad de cap ita l social y cu ltu ra l, lo que les p erm ite o cu p ar u n a p o sic ió n en la que se
p u ed e cu estio n a r la d isp o sic ió n actual de cap ita les. S e han esp ec ia lizad o en la p roducción
de capital é tn ico e in te rv ien en en la creac ión de ag ru p acio n es y o rg an izac io n es para
in c rem en ta r y p re se rv ar el co n o c im ien to de las cu ltu ras ind ígenas. L as a lianzas que
estab lec iero n con e lites de los p artidos p o lítico s ayu d aro n en la ap ro b ació n de la L ey
in d íg en a en 1998. H an g estio n ad o la o b ten c ió n de recu rso s eco n ó m ico s p ara las
co m u n id ad es in d íg en as, lo que con tribuye al aum en to de su cap ita l sim bólico . É ste tam b ién
es ah o ra v a lo rad o p o r las in stitu c io n es del E stado .
L a in flu en c ia e in te rv en c ió n de o rg an ism o s y fu n d ac io n es in te rn ac io n a les no sólo
ocu rre a través de la co n cesió n de cap ita les eco n ó m ico s, sino que adem ás p resio n an en lo
re feren te al u so de la v io len c ia en este cam po. O rg an ism o s en d efen sa de los derechos
h u m an o s y del m ed io am bien te in crem en tan los cap ita les socia les de las O M S al apoyar
a lgunas de sus dem andas (no v io lac ió n a los derechos hum anos, no a la rep resió n v io len ts,
no a la ex p lo tac ió n del m ed io am bien te , e tcé tera ) . E sto les ay u d a a ten e r co n c ien c ia de su
p o sic ió n de subord inac ión . E ste agen te d ia lo g a con las in stitu c io n es del E stad o y tam b ién
con el g o b ern ad o r de la en tidad , sin em bargo , su in te rv en ció n es m ás frecu en te cuando las
O M S lo buscan . L a o b ten c ió n de apoyos p ro v en ien tes de d ichos o rg an ism o s in c rem en ta el
cap ita l s im b ó lico de las o rg an izac io n es ind ígenas, y a que esto im p lica su reco n o cim ien to y
confianza. E s ta d in ám ica tam b ién p ro p ic ia env id ias y co n flic to s p o r cap ita les.
E n u n a p o sic ió n s im ila r se en cu en tran los an tro p ó lo g o s y esp ec ia lis tas de las cu ltu ras
in d íg en as de O axaca. L a p o sesió n de cap ita les cu ltu ra les y socia les h a m o tiv ad o que su
p o sic ió n se a leje de la de los dom inados, aunque su capital social (conocim ien to
esp ec ia lizad o ) h a p ro v o cad o que agen tes com o el g o b ern ad o r y las in stitu c io n es del E stad o
acudan a ellos p ara que les ayuden a leg itim a r su contro l y m onopo lio . N o obstan te , u n a
p arte co n sid erab le de este g rupo h a dado m u estra de sim patía y h a co n stru id o re lac iones de
apoyo con las lu ch as ind ígenas. S e sum aro n a la d em an d a de u n a ley in d íg en a av an zad a y
p re sio n a ro n desde su posic ión . 107
107 Para Vargas, las agrupaciones de autoridades son las más adecuadas y tienen la capacidad de impulsar las demandas autonómicas (Vargas, 2001: 76).
150
L a p resen c ia de ob ispos p rog resistas, la fo rm ac ió n de co m u n id ad es ec lesia les de base,
y el su rg im ien to de u n a co rrien te id en tificad a con la lu ch a de los po b res y de los ind ígenas
con trib u y ó a la p ro d u cc ió n de cap ita les socia les y cu ltu ra les en las com un idades
ind ígenas. E sto s ag en tes p ro m u ev en la fo rm ació n de redes de re lac io n es m ás ex tensas, lo
que p ro v o ca el aum en to de cap ita les cu ltura les. H an p a rtic ip ad o en la fo rm ac ió n de O M S,
com o p o r e jem plo la U C IR I. T am b ién h an fac ilitad o p ro ceso s p ara la recu p erac ió n de la
trad ic ió n com o las m ay o rd o m ías en G u ich icov i, in flu en c iad a p o r la d iócesis de
T eh u an tep ec (K raem er, 2003: 101). L a ac tu ac ió n de sectas re lig io sas (d eslig ad as de la
Ig le s ia ca tó lica) en las co m u n id ad es tam b ién h a co n trib u id o al aum en to del capital social de
de g rupos asoc iados a éstas, aunque ig u a lm en te su in te rv en c ió n p ro v o ca d iv isión y
co n flic to s al in te rio r de las co m u n id ad es ind ígenas.
L os p artid o s po líticos, después de su p o sib le ex c lu sió n en la e lección de las
au to rid ad es m un ic ipa les, han tra tad o de g an ar cap ita les que les p e rm itan trad u c ir su
in flu en c ia en o tros n iv e les (po r e jem plo rep resen ta tiv idad ). Su in te rv en c ió n en el cam po de
los m o v im ien to s in d íg en as tra ta de in c rem en ta r sus re lac io n es de a lian za con el fin de g an ar
cap ita les de tip o social y sim bó lico que les ayuden a p o sic io n arse en o tros cam pos y
o b ten er benefic io s. E l reco n o c im ien to de los sis tem as n o rm ativ o s de las pob lac io n es
in d íg en as p ro v o có u n a m ay o r in je ren c ia p o r p arte de éstos, y a que el m o n o p o lio p riís ta
d ism in u y ó y aflo raro n g ru p o s p artid is tas en las com unidades. L a p lu ra lid ad e lectoral (P A N
y P R D ) tam b ién ob ligó a que el P R I in c rem en ta ra sus ac tiv idades, y que sus m ilitan tes
u tiliza ran v ie jas rencillas en tre co m u n id ad es p ara a llegarse vo tos. P o r e jem plo , en la m ixe
b a ja (m ás re lac io n ad a con el Is tm o ) la in flu en c ia de la o p o sic ió n es m ayor, y el trab a jo del
P R D se reg is tra d esde el perio d o e lec to ral de las e lecciones de 1988. E n cam bio , en la m ixe
a lta y m ed ia la ac tiv id ad partid is ta in ic ia h as ta las e lecciones p ara g o b ern ad o r en 1992
(K raem er, 2003: 115).
E l de legado de gob ierno , a p esa r de su fa lta de legalidad , fu n c io n a (d esd e 1995)
com o rep resen tan te del gobernador, p o r tan to , su cap ita l social lo respalda. L a g esto ría y
aseso ría que hace cuando, según sus lineam ien tos, u n a co m u n id ad o au to rid ad lo so lic ita le
han rep ercu tid o en cap ita les sim bólicos. A l im p o n er y so sten er en las com un idades
in d íg en as u n a fo rm a de g o b iern o que no es del to d o acep tad a y respetada, a rg u m en ta 108
108 Por ejemplo, los obispos de la región Pacífico Sur (obispos de Oaxaca, San Cristóbal de las Casas, Tehuantepec, Tapachula, de la región mixe, Huautla y Tuxtepec) (Cruz V., 1990).
151
N ah m ad (2003), el g o b ie rn o p re ten d e que éstas re in te rp re ten sus v ie jas fo rm as trad ic io n a les
den tro del n u ev o m olde. A p esa r de que los d e leg ad o s no go zan de p restig io , los cap ita les
socia les (re lac io n es y co n o c im ien to s) que p o seen los hacen agen tes con in flu en c ia en el109cam po.
L as in stitu c io n es de gob ierno , con la p o sesió n de cap ita les económ icos, han
au m en tad o su p resen c ia e in flu en c ia en el ám b ito com unitario . Sus líneas de trab a jo no
están en focadas a lo g ra r la su sten tab ilid ad ni la p a rtic ip ac ió n p len a de la po b lac ió n
ind ígena; sus p ro g ram as fu n c io n an com o m ecan ism o s de contro l a la v ez que v u ln eran los
sis tem as y ló g icas com unitarias. E n a lgunas ocasiones, es tab lecen re lac io n es con los
caciques. C om o afirm a N ah m ad (2003), la sociedad nac ional co n striñ e a las com un idades
p ara que se m o d ifiq u e su sistem a de o rg an izac ió n social, ag ra ria y p o lítica y re lig iosa , con
el fin de c rear po d eres separados y donde cada g ru p o ten g a u n a fo rm a de con tro l sobre la
com unidad .
L a fig u ra del g o b ern ad o r g o za de capital social y sim b ó lico en la re so lu c ió n de
co n flic to s lo ca le s y reg ionales, de allí que agen tes com o las co m u n id ad es in d íg en as acudan
a él p a ra que in te rv en g a en co n flic to s agrarios, que sin em b arg o no resu leve. E l an terio r
g o b ern ad o r de O axaca, Jo sé M u ra t m an tu v o u n a p o lítica de aparen te apoyo a la lu ch a
ind ígena. S in em bargo , la u tilizac ió n de la v io len c ia (para aca lla r y ex tin g u ir
m an ife stac io n es que ex ig ían el castig o cac iq u es reg ionales, y la lib e rac ió n de p resos
p o lítico s) tam b ién lo carac terizó . E n años recien tes, el actual g o b ern ad o r U lises R u iz O rtiz
h a m o strad o p o ca d isp o sic ió n para la n eg o c iac ió n con o rg an izac io n es y sind icatos. E sto ha
d ism in u id o su cap ita l sim bólico . Su in terv en ció n en el cam po p o lítico de los m o v im ien to s
h a serv ido p ara ren o v ar el m o n o p o lio del u so de la v io len c ia e in flu ir así en la d isposic ión
de posiciones.
S E R h a au m en tad o su cap ita l s im bó lico (p restig io ) y social con el e s tab lec im ien to
de re lac io n es de a lian za y so lidaridad con agen tes que p o seen cap ita les cu ltu ra les y
económ icos: esp ec ia lis tas del cam po, o rg an ism o s in tern ac io n ales , o tras O M S. Su re lación
con las in stitu c io n es del E stad o y el g o b ern ad o r es de re sp e to y reco n o c im ien to g rac ias a la
lab o r de ay u d a a sus com un idades. E n este sentido, go zan de u n a p o sic ió n de subord inados 109
109 Región mixe pertenece a una delegación dividida en tres zonas: la primera abarca 15 municipios de la mixe alta y media y su sede está en Ayutla; la zona dos abarca los municipios de la mixe baja (Cotzocón y Mazatlán) y Santiago Yaveo y el delegado se localiza en María Lombardo; la zona tres abarca el resto de la zona chinanteca.
152
con c iertos p riv ileg ios, y han lo g rad o exp lo tar, p o r e jem plo con el p ro ceso de ap ro b ació n de
la L ey de 1998. Su a lian za con el C N I y su constan te in te racc ió n con in teg ran tes del E Z L N
h a p ro p ic iad o q u e o tros agen tes (acad ém ico s y estud ian tes sim p atizan tes) reco n o zcan sus
cap ita les y co n trib u y an a in crem en tarlo s (cap ita les sociales). H ay q u e m en c io n a r q u e SE R
p artic ip ó com o aseso r en las m esas de d iá lo g o y u n o de los co o rd in ad o res generales, A de lfo
R eg ino , fo rm ó p arte de la ca rav an a oficia l com o rep resen tan te del C N I en la m arch a del
E Z L N al D F en el 2001.
153
Capítulo III
Estrategias y recursos de dos organizaciones del movimiento indígena en Michoacán y Oaxaca
U n a v ez que esb o zam o s la es tru c tu ra de o p o rtu n id ad es p o líticas p ro p ic ia s p ara la
em erg en c ia de esto s nu ev o s agen tes (las o rg an izac io n es de los m o v im ien to s in d íg en as), es
m o m en to de ap ro x im arn o s a los recu rsos con los que cu en tan p ara en fren tarse a sus
ad v ersario s .
E n este cap ítu lo se rev isan las dec la rac io n es y d iscu rso s de cada o rg an izac ió n y se
an a liza la re lac ió n en tre los recu rso s que tien en y su u tilid ad para p o sic io n arse en el cam po
p o lítico . S e p ro fu n d iza en las es tra teg ias y fo rm as de acción que las o rg an izac io n es
im p lem en tan para a lcan zar sus o b je tivos y p erfila r un p ro y ecto de v id a e in se rc ió n en el
E stad o n ac ió n . N o fu e p o sib le rea liza r un an á lis is p o r p e rio d o s, com o en el cap ítu lo II,
d eb ido a que la in fo rm ac ió n que se reco p iló es variab le . P a ra a lgunos años no hu b o
in fo rm ac ió n su fic ien te , pero señaló cuando fu e p o sib le se es tab lec iero n cam bios y
trasfo rm ac io n es en el d iscurso , p rác ticas y alianzas. F u e m ás fácil d e tec tar cam bios en tre
los años que sigu ieron a la fu n d ació n de las o rg an izac io n es y la época actual. E l in crem en to
de cap ita les tam b ién ocu rrió y se p u n tu a liza el tip o y agen tes que lo lograron . L as fuen tes
u tilizad as son desp legados, dec la rac io n es p ú b licas y la p ág in a de in te rn e t de cada
o rgan ización . T am b ién se rea lizó u n a en cu esta p ilo to en u n a co m u n id ad que es b ase de
cada o rg an izac ió n (T acu ro , M pio . de C h ilch o ta p ara M ich o acán y S an ta C ru z C ondoy ,
M pio . de Q u e tza ltep ec p ara O a x aca ).110 L as en trev istas a líd eres de la O N P y S E R (tres en
cada caso), así com o las p lá ticas y en trev istas a o tros in teg ran tes de las o rgan izac iones
(nueve en cada caso) du ran te el 2005 y 2006 son fu en tes de p rim era m ano.
III.1 Proyecto, acciones y discursos políticos de la Organización Nación
Purhépecha (Michoacán)
110 La encuesta fue hecha a 25 personas escogidas al azar en cada comunidad.
154
E ste apartado está d iv id id o en dos partes, en la p rim era se p resen ta el esque le to de la
o rg an izac ió n de estud io , sus líneas de acción , fo rm as de partic ipac ión , dem andas y áreas de
in fluencia . E n la seg u n d a p arte an a lizo las es tra teg ias de lu ch a y las re lac io n es de la
o rg an izac ió n con las com u n id ad es que la apoyan (bases) y con o tros agen tes. Se rea lizaro n
en trev istas a dos de los coo rd in ad o res de la O rg an izac ió n N ac ió n P u rh ép ech a (en ade lan te
O N P ), y a dos subcoord inadores. T am bién se in c lu y en en trev istas y p lá ticas in fo rm ales a
o tro s in teg ran tes de la o rgan ización .
E s t r u c t u r a d e l a O r g a n i z a c i ó n N a c i ó n P u r h é p e c h a ( O N P )
El movimiento no solamente es movimiento cuando hay manifestación,
es un movimiento dijéramos que está sustentando en las comunidades, no
necesariamente tenemos que hacerlo con una marcha o con
un plantón o con una declaración, o sea las cosas se trabajan día a día.
(Integrante de ONP, H. A., 2005)
a) Organigrama y área de influencia
L a O rg an izac ió n N ac ió n P u rh ép ech a se fo rm ó en 1994 en el encuen tro de co m u n id ad es de
P ichátaro . E l an teced en te de esta o rgan izac ió n es el G rupo de las C in co dem an d as (pueblo ,
tie rra -te rrito rio , agua, educación , b o sq u e) y el F ren te In d ep en d ien te de C om unidades
Ind íg en as de M ich o acán (F IC IM ). A fin a les de 1991 se v iv ió u n p ro ceso de co n v erg en c ia
en el que au to ridades com u n ita rias p u rép ech as ex p id iero n el “D e cre to de la N ac ió n
P u rh ép ech a” en co n tra de las re fo rm as al artícu lo 27 constitucional. U n o de sus fu n d ad o res
co m en ta que la p e rsp ec tiv a c lasis ta o b scu rec ía su p articu la rid ad cu ltura l, pero se d ieron
cu en ta que eran d ife ren tes y que d eb ían “v o lv e r a lo s v a lo res cu ltu ra les y em p ezar a lu ch ar
co n tra la d isc rim in ac ió n que v iv im o s” (E n trev ista N . C ., 2005). O tro de los fu n d ad o res
a firm a que el n o m b re de N ac ió n lo re to m aro n de las d iscu sio n es en E cu ad o r (con la
C O N A I) donde h ab lab an de n ac io n a lid ad es (E n trev ista A. T. 2006).
E n 1998, la O N P sufrió u n a esc isión en su in terio r. U n o de los d irig en tes a firm a que
esto se deb ió a que u n p eq u eñ o g rupo cen tra lizab a la in fo rm ac ió n y la to m a de dec isiones
sin co n su lta r con las b ases (cu an d o ib an a co n v en cio n es o ju n ta s fo rm ab an a lianzas o
155
ro m p ían con g rupos); adem ás, ex is tían desacu erd o s y d ife ren c ias gen erac io n a les, y a que no
acep tab a críticas de los jó v e n e s (E n trev ista N . C ., 2006). U no de los in teg ran tes (y
fu n d ad o res) de la O N P que se separó y ah o ra es d irig en te de N P Z afirm a que las d ife renc ias
que llev aro n a separarlo s se re lac io n an con la p e rsp ec tiv a de cad a grupo ; los que ah o ra
fo rm an N P Z no d eseab an ro m p er con el P R D n i con la co rrien te de la Ig les ia ca tó lica de la
teo lo g ía de la liberac ión ; tam b ién a leg a cen tra lizac ió n de d ec isiones en p o cas p erso n as y la
fa lta de a tenc ión a las m u je res (E n trev ista A . T ., 2 006) E n el m o m en to en que ocurrió la
d iv isión , la o rg an izac ió n rec ib ió u n fin an c iam ien to cuan tioso . E l m an e jo y d is trib u c ió n de
estos recu rso s tam b ién causó d ife ren c ias y es co m ú n que p u rép ech as que no p erten ecen a
estas o rg an izac io n es re lac io n en este hecho con la frac tu ra de la O N P . L os dos d irigen tes
an terio res lo c ita ro n com o causa, p ero no la co n sid eraro n la m ás im portan te . A u n q u e la
esc is ió n fue tem p ran a , am bas o rg an izac io n es lo g raro n co n fo rm ar g rupos y bases de apoyo.
L a O N P m an tu v o al g rueso de los in teg ran tes y sim patizan tes. E sto se re lac io n a con el
h ech o de que é s ta rec ib ió lo s recu rso s y los d istribuyó ; adem ás, la f id e lid ad se p ro d u jo a
p a rtir de lazo s fam ilia re s en tre d irigen tes e in teg ran tes. E n la ac tua lidad , estas
o rg an izac io n es no tien en ac tiv idades en com ún.
L as áreas de in flu en c ia que m en c io n an los d irig en tes de la O N P in c lu y en a to d a la
reg ió n pu répecha .
Mapa 1. Área de influencia de la ONP
156
E n las co m u n id ad es cercanas a aquellas de donde son o rig in ario s los d irigen tes
ex iste m ay o r co n o c im ien to y sim patía h ac ia é s ta ; aunque tam b ién es donde rec iben m ay o r
n ú m ero de c ríticas . L as com u n id ad es m iem b ro s, a d ec ir de u n o de los co o rd in ad o res , son:
S an tiago A zago, T iríndaro , San Je ró n im o P ., San F ran c isco Ú rico , A ran tepacua, T arecuato ,
P a tam ban , T acuro . E n éstas, co n tin ú a el d irigen te , tien en m ay o r p resen c ia y son
reco n o cid o s p o r la m ay o ría de los p o b lad o res; m ien tras que en o tras co m u n id ad es sólo
ex isten g rupos o in teg ran tes de la O N P a títu lo personal.
C ab ría h ac e r la m en ció n de que no to d a la co m u n id ad p erten ece a la o rgan ización ,
aunque cuado la O N P se creó a lgunas au to rid ad es in scrib iero n a su co m u n id ad com o
in teg ran te de ésta. E n lo s reco rrid o s que h ice p o r a lgunas co m u n id ad es p u rép ech as de la
C añ ad a p la tiq u é con p o b lad o res que m o stra ro n d esco n o c im ien to al p reg u n ta rles p o r ésta.
L a O N P está fo rm ad a p o r cua tro coo rd in ad o res reg ionales, seis su b coord inadores
reg ionales, resp o n sab les de com isiones, com ités de b ase y las b ases de la o rgan izac ió n
(p o b lad o res de las co m u n id ad es en las que la O N P tien e presencia). A dem ás, ex isten
re sp o n sab les de los p ro y ecto s p ro d u c tiv o s g estio n ad o s p o r ésta.
Organigrama ONP
157
L o s cua tro co o rd in ad o res reg io n a les son el p ro feso r A b u n d io M arcos, N o rb e rto
C alderón , H u m b erto A lo n so y el p ro feso r A lfred o V icto riano . L os co o rd in ad o res se
encargan de co n v o car a reun iones, n eg o c ia r con los agen tes del g o b ie rn o ,111 co n tac ta r con
las o fic inas q u e co n fie ren apoyo a las co m u n id ad es y g rupos p roduc tivos, co n v o car a actos
de p ro testa y d ar a co n o cer las ac tiv idades de la O N P . É s ta no cu en ta con tesorero ,
p resid en te o secretarios. P ero , tien e u n v o ce ro o ficial cuya fu n c ió n es anu n c ia r
m o v ilizac io n es, h ace r d ec la rac io n es y co m u n ica r las po stu ras de la O N P ante los
p ro b lem as y aco n tec im ien to s q u e v an suced iendo . E l p ro feso r A b u n d io M arco s es q u ien
ac tu a lm en te d esem p eñ a este cargo, y a firm a q u e la o rgan ización , llam a a u n a ju n ta de
p ren sa y da a co n o cer su p o sic ió n an tes de cu a lq u ie r m o v ilizac ió n o ac to de p ro testa .
L as seis su b co o rd in ac io n es reg iona les co rresp o n d en a la C iénega, el L ago , la
C añada, A ran tepacua, P am atácu aro y T arecuato . A lgunos de los su b coord inadores
d esem p eñ an cargos de au to rid ad en sus com un idades, p o r ejem plo , la su b co o rd in ad o ra del
L ago , F ran c isca V argas, es la actual reg id o ra de E ro n g arícu aro ; y el su b co o rd in ad o r de
T arecu a to fu e Je fe de ten en c ia en su localidad . E s to in d ica que los in teg ran tes que ocupan
cargos de m ay o r re sp o n sab ilid ad en la o rg an izac ió n conocen la es tru c tu ra co m u n ita ria y
h an p artic ip ad o en e lla ; a esto se sum a que h an salido fu e ra de sus co m u n id ad es y tienen
p rep arac ió n y v ín cu lo s con el exterior.
L os responsab les de las co m isio n es de educación , de po lítica , de la m u je r y fam ilia ,
y del tran sp o rte se encargan de o rien ta r y aco m p añ ar a los g rupos en las com un idades. E sta
ac tiv id ad se re lac io n a con la o rien tac ió n de p royectos, y la co o rd in ac ió n de ac tiv id ad es para
p ro p o rc io n ar cursos y ta lleres. L os resp o n sab les de los g rupos p ro d u c tiv o s son los que
co m u n ican y so lic itan a la O N P aseso ría o g estió n de p ro y ecto s p roductivos. E n este pun to
hay que ad v e rtir que en el p e rio d o de 20 0 1 -2 0 0 3 , la O N P se dedico , p rin c ip a lm en te , a las
cu estio n es p o líticas re lac io n ad as con la in ten c ió n del g o b ern ad o r L ázaro C árdenas B atel de
re fo rm ar la co n stitu c ió n estatal y c rear u n a ley in d íg en a en M ichoacán .
C om o se observa, la o rg an izac ió n tien e u n a estru c tu ra jerá rqu ica . L os coo rd inadores
han d esem p eñ ad o está fu n c ió n d esde hace p o r lo m en o s seis años y tien en u n a p ro fesión
que los avala. L o s dem ás pu esto s p arecen ser m ás flex ib les y d inám icos, pero los cam bios
en ésto s re sponden a los p ro y ecto s en curso.
111 Aunque ésta no es una actividad exclusiva de los coordinadores de la ONP.
158
L os in teg ran tes de la O N P no tien en com o p rincipa l ac tiv id ad su d esem p eñ o en ésta.
L ab o ran en d iferen tes in stitu c io n es o se ded ican al cam po (m aestro s , cam p esin o s, artesanas,
em p lead o s, e tcé te ra ), y p a rtic ip an en la o rg an izac ió n en su tiem p o lib re o cuando convocan
a u n a acción u rgen te . L a O N P no tien e o fic inas o u n lu g ar o fic ia l, la d irecc ió n p ara su
co rresp o n d en c ia es el d o m ic ilio de u n o de los coord inadores.
L a fo rm a de o b ten er recu rso s es variab le . G en era lm en te recu rre a las in stitu c io n es
g u b ern am en ta les p ara q u e fin an c ien p ro y ec to s , cap ac itac io n es y ta lle re s en las
com un idades. T am b ién h a so lic itado ap o y o de o rg an izac io n es in te rnac ionales. E n la década
de los n o v en ta , p ocos años después de h ab e rse fo rm ad o , o b tu v iero n u n fin an c iam ien to p o r
p arte de u n a o rg an izac ió n esp añ o la p ara ap o y ar d iferen tes p ro y ec to s , en tre e llos el de
p ro d u cc ió n de m aíz. L a u tilizac ió n y d is trib u c ió n de este recu rso cau só d ife ren c ias y se
conoce com o u n a de las razo n es de la frac tu ra que su frió la O N P. L a o rgan izac ió n no
m an e ja recu rso s p ro p io s ni p ag a sa larios a sus in tegran tes. C u an d o los g asto s en tran sp o rte
y trám ites lega les son co n sid erab les los coo rd inadores, p id en co o p erac ió n al g ru p o o
co m u n id ad que apoya.
b) Objetivos
L a O N P, según sus com un icados, es u n a o rg an izac ió n “ in d ep en d ien tem en te p o lítica” que
no perten ece a n ingún p artid o po lítico , ni depende del g o b iern o ni de n in g u n a de sus
in stitu c io n es (O N P, 2004). S in em bargo , m u ch o s de sus in teg ran tes, in c lu id o s los
co o rd in ad o res han con cu rsad o para p uestos p o lítico s con el P R D , y g ran p arte de las
co m u n id ad es b ases son perred istas. L a o rg an izac ió n com o tal es in d ep en d ien te , p e ro la
m ay o ría de sus in teg ran tes sim p atizan y son m iem b ro s ac tivos del P R D .
E sta o rg an izac ió n reco n o ce tan to su sen tim ien to de id en tid ad com o p u eb lo ind íg en a
con esp ec ific id ad p rop ia , com o su co n c ien c ia de exp lo tad o s (O N P, 2004). E sto aparece
desde los in ic io s de la O N P, en ese en tonces estab a m ás lig ad a a co rrien tes socia lis tas y a
u n a izq u ie rd a que v e ía en la lu ch a de clases la revo luc ión . E n los p ro n u n c iam ien to s m ás
rec ien tes (p rin c ip io s del dos m il) su d istin c ió n com o p ueb los in d íg en as p rev a lece en to d o s
los desp legados: “ S om os p ro d u c to de u n a trad ic ió n de lu ch a y re s is ten c ia in d íg en as” ,
“N u estra lu ch a com o p u eb lo in d íg en a” . E l cam bio en el d iscu rso y su reafirm ac ió n com o
“ in d íg en as” in d ican u n a resig n ificac ió n y v a lo rac ió n de su d ife ren c ia cu ltural. E s tas
159
m o d ificac io n es im p lican u n a co n c ien c ia é tn ica en desarro llo y u n a ap rec iac ió n p o sitiv a del
co n tex to .
L os ob je tivos q u e p lan tea la O N P en su p ág in a de in te rn e t son :
a) Luchar por el derecho a la autonomía de ejercer nuestra libre determinación, para decidir nuestro presente y nuestro futuro, a organizamos y gobernarnos con nuestras leyes y el ejercicio del autogobierno, a recuperar y conservar nuestros territorios que nos heredaron nuestros antepasados.
b) Reivindicar nuestro pasado histórico orgulloso de nuestro valores colectivos, comunitarios, solidarios, humanos conocedores y preservadores de la madre tierra y de la naturaleza.
c) Luchar no solamente por la supervivencia cultural de la Nación Purhépecha, sino también contra la explotación económica, la opresión social, la discriminación racial, enajenación cultural y la manipulación política.
d) Luchar por la construcción de una nueva sociedad más justa, humana y fraterna en donde los pueblos indígenas puedan existir y desarrollarse en un marco de igualdad y respeto con otros pueblos y sectores con su propia idiosincrasia y el respeto cabal de sus derechos.
e) Luchar por mantener como principio la propiedad social de la tierra, el trabajo colectivo y la organización colectiva, así como buscar la autosuficiencia alimentaría de nuestras comunidades y del pueblo explotado.
f) Luchar por la igualdad más completa entre el hombre y la mujer y, la más amplia relación de compañerismo y solidaridad entre otras organizaciones sociales y políticas de nuestra misma clase (ONP, 2004).
E sto s o b je tivos dan cu en ta de las co n cep cio n es q u e tien e la o rg an izac ió n acerca de las
so luc iones que p ro p o n e (m arco de p ro n ó stico ). L a lib re determ inación , la ig u a ld ad y la
p ro p ied ad social de la tie rra son aspec tos c laves p a ra rev e rtir su actual s itu ac ió n . L os pasos
o v ías para a lcan zar estos o b je tivos no son m uy claros. L o que p o d ría su g erir im p ro v isac ió n
en d e term in ad o s m o m en to s . S a lta a la v is ta que no se p lan tea com o o b je tivo la u n id ad del
p u eb lo pu répecha , siendo que es p ieza c lave p ara el d esa rro llo de u n p ro y ecto com o éste.
E s p ro b ab le que lo con sid eren com o algo dado.
c) Demandas 112
112 El marco de pronóstico “proporciona las claves del redescubrimiento y recuperación de la identidad colectiva indígena y con ello dos elementos clave de la narrativa indianista: las alternativas y remedios del problema, así como los protagonistas del cambio” (Máiz, 2004: 165)
160
L as dos p rin c ip a le s dem andas se re fie ren a la tie rra (te rrito rio ) y a la au tonom ía. L a d efensa
del te rr ito rio se ex p resa desde su v arian te sim bólica : “L a lu ch a p o r n u estro te rrito rio m arca
y sim b o liza n u estra id en tid ad com o pueb los; p o r eso lucham os y nos re sis tim o s a p e rd e r lo
que h istó ricam en te nos co rresp o n d e” (O N P, 2001a: 7). E s to se re lac io n a con el p rim er
p ro n u n c iam ien to púb lico . E n el D ecre to de la N ac ió n P urépecha , fech ad o el 5 de d ic iem bre
de 1991, las co m u n id ad es in d íg en as de M ich o acán rech azaro n las re fo rm as re feren tes al
artícu lo 27, y a firm aro n que el fondo de la lu ch a siem pre h a sido “ el p ro b lem a de la tie rra y
la in teg ridad de las co m u n id ad es y las n ac io n es” (C o m u n id ad es Ind íg en as de M ichoacán ,
1995: 165). E n éste no se hace re fe ren c ia a la au to n o m ía o la lib re determ inación , el
au to n o m b ra rse com o p u eb lo tam p o co aparece; en cam bio , u tilizan el ap e la tiv o de N ación .
C om o “ leg ítim o s dueños de los te rrito rio s eq u iv o cad am en te p reco lo m b in o s” p revén
que las co n secu en c ias de la re fo rm a al artícu lo 27 constitucional son nega tivas p ara los
ejidos y las com un idades. E n este d o cu m en to con sid eran fa lsa la a firm ació n de que y a no
hay tie rra que rep a rtir y a lertan sob re la p e lig ro sid ad en la co n v ersió n de e jidatario s y
co m u n ero s en p eq u eñ o s p ro p ie ta rio s al cam b ia r la p ro p ied ad com unal en p ro p ied ad p riv ad a
(C o m u n id ad es Ind íg en as de M ichoacán , 1995: 165). S ubrayan com o u n a ca rac te rística
de los p u eb lo s in d ígenas la esp ec ific id ad de la p ro p ied ad de la tierra:
Mantienen como principio la propiedad social de la tierra, es decir, la propiedad comunal, la tierra para el pueblo y no para una u otra persona, en lo particular, lo mismo que el principio del trabajo colectivo y la organización colectiva [^] la tenencia comunal de la tierra no sólo representan un sistema de producción, sino todo un sistema de vida (Comunidades Indígenas de Michoacán, 1995: 164).
L a m ay o ría de las com u n id ad es p u rép ech as m an tien en u n a fo rm a de p ro p ied ad com unal,
aunque no así su uso.
E n este p rim er d ocum en to , a d ife ren c ia de los subsigu ien tes, no se tien e u n a v isión
am p lia del te rrito rio . E n cam bio , en los do cu m en to s y p ro n u n c iam ien to s em itid o s p o r la
O N P, el te rr ito rio y n o c io n es am b ien ta lis tas acerca de la co n se rv ac ió n y p ro tecc ió n de los
recu rso s n a tu ra les o cu p an u n lu g ar p rincipa l en sus dem andas. T am b ién p resen tan u n a 113
113 Ante la falta de recursos económicos y tecnológicos, el campesino se verá obligado a rentar, asociarse o vender su tierra vía la expedición de un certificado o título de propiedad personal de sus parcelas.
161
relación armónica entre indígena y naturaleza,114 apreciación que es necesario tomar con
cuidado, ya que no existe un manejo adecuado en la explotación de los bosques (por lo
menos en la Cañada y la Meseta), y la contaminación de ríos y arroyos es un serio
problema. La presentación de una relación armónica con la naturaleza se inscribe en un
contexto internacional en el que esta misma relación (conjunto integral) se ha convertido en
un recurso a través del cual se puede acceder a otros recursos. Se trata de un capital
cultural, proveniente de la enseñanza y aprendizaje ancestral, con el cual se busca mantener
una posición de pueblos indígenas en convivencia integral con su entorno.
Máiz afirma que el territorio es un elementos discursivo que procede de la
reformulación de su previa definición campesinista (tierra y libertad), y como parte del
marco de pronóstico (que proporciona las alternativas para el cambio) constituye el
contexto natural de la vida indígena en la que ésta puede desarrollarse libremente (Máiz,
2004: 166). Esta visión armónica trata de reafirmar una valoración positiva del ser indígena
y refuerza la “convivencia respetuosa” como una vía de coexistencia e interacción con el
Estado nacional, pero respetando su forma de propiedad de la tierra (comunal).
En el cuadernillo —Juchari Juramukua (Nuestra Autonomía)”, publicado por la ONP
en 1997, se resalta que son dueños de sus territorios (incluyendo bosques, aguas y demás
recursos naturales) desde antes de la llegada de los españoles y apelan a su derecho al
territorio amparados en el Convenio 169 de la OIT. Esta demanda también incluye la
disposición y aprovechamiento de los recursos existentes en lo que denominan su territorio
sin la intervención de las fuerzas estatales:
El derecho al territorio implica poder disponer del libre uso y disfrute de los recursos naturales, renovables y no renovables, del espacio aéreo y ser beneficiarios directos de ellos [^] La lucha por nuestro territorio marca y simboliza nuestra identidad como pueblos; por eso luchamos y nos resistimos a perder lo que históricamente nos corresponde (ONP, 2001a: 7).
La relación que exponen entre territorio e identidad es característica de las luchas indígenas
en todo el continente. En este documento el territorio funciona como un marcador
identitario, y su defensa confiere legitimidad a sus demandas. En este orden de ideas, la
114 “Nosotros, como Pueblo Purépecha, construimos durante siglos una rica cultura en la que hemos aprendido y entendido que, junto con la naturaleza, formamos un conjunto integral y armonioso, por lo que en nuestro paso y caminar no hemos alterado el medio ambiente, no dañamos a nuestra madre tierra y que por el contrario, seguimos cuidando todas nuestras riquezas” (Representantes y autoridades tradicionales, 2001: 152).
162
identidad podría circunscribirse a un lugar geográfico, pero va más allá. Existe un referente
material, pero se sigue siendo purépecha fuera del territorio, esto se demuestra con los
migrantes purépechas que viven en centros urbanos o en el extranjero.
Una preocupación que aparece en algunos documentos expedidos por la ONP se
refiere a la resolución de conflictos agrarios entre comunidades purépechas, además de las
disputas con poblaciones mestizas o de mayoría mestiza.115 Estos conflictos provocan
división entre purépechas:
Impotentes ante la falta de justicia agraria, ante la falta de respuesta de los tribunales para reconocer y titular nuestras propiedades comunales, ante la falta de soluciones a los antiquísimos conflictos de límites que dividen a nuestros pueblos, y que, casi siempre, han sido provocados y fomentados por los poderosos y por los dueños del dinero (Representantes y autoridades tradicionales, 2001: 47).
En esta cita se aprecian elementos que componen el marco de diagnóstico, es decir, que
interpretan los acontecimientos negativos para las comunidades. Los conflictos entre
comunidades purépechas no dependen únicamente de instancias externas, sino también de
los individuos que los viven. Cabrían entonces algunas preguntas: ¿Existe una unidad en el
pueblo purépecha que les permita superar conflictos agrarios entre ellos? ¿Han solucionado
sus conflictos sin la intervención de instituciones de gobierno? ¿Sus autoridades tienen la
suficiente legitimidad para llegar a acuerdos y que sean respetados por las comunidades en
conflicto? ¿Cuáles son las instituciones que intervienen en la resolución de conflictos entre
purépechas? Estas preguntas están pendientes, quizá más adelante encuentre elementos para
responder a algunas de ellas.
Vinculada a la demanda de tierra y territorio se encuentra la de libre determinación
y autonomía. El cuadernillo —Juchari Juramukua (Nuestra Autonomía)” tuvo como
principal objetivo explicar lo que se entiende por autonomía (regional), sus implicaciones y
retos para lograrla. En éste aparece también la noción de pueblo y libre determinación. En
él se define a la autonomía como: a) una de las formas de ejercer la libre determinación; b)
una delegación de atribuciones y competencias mutuamente acordadas entre sujetos
115 En los pronunciamientos del 2° Encuentro Indígena, Campesino, Obrero, Magisterial, Estudiantil, Organizaciones sociales y privadas, en que participó la ONP los asistentes se manifiestan por la resolución de los problemas de la tenencia y regularización de la tenencia y regularización de la tierra y contra el monopolio y privatización del ejido (Comunidades indígenas y organizaciones participantes, 2000: 11).
163
p o lítico s (g o b iern o y p u eb lo s ind ios); c) la cap ac id ad de d ec id ir sobre el d estin o propio ,
in c lu id as cu estio n es y acc io n es in m ed ia tas y d iarias; d) p o d er d ec id ir sus p ro p io s p royectos
de desarro llo , tip o de gob ierno , fo rm as de p artic ip ac ió n en los ó rg an o s de ju risd icc ió n del
E stado , el d estin o y con d ic io n es de exp lo tac ión ; e) la facu ltad p ara g o b ern arse con sus
p ro p ias leyes (V ic to riano , 1997; O N P, 2001a).
C om o se adv ierte , la so lución que g o za de m ay o r ap ro b ació n es la au tonom ía. E n
do cu m en to s m ás rec ien tes (con m ad u rez en la d iscu sió n de las d em andas é tn icas) la
au to n o m ía se co n v ierte en “u n p ro y ecto de p erv iv en c ia p ara el P u eb lo P u rh ép ech a y p ara
los pu eb lo s ind ígenas de M éx ico ” (O N P, 2001a). L a d em an d a se g en e ra liza y se v u elv e
n ecesaria la p a rtic ip ac ió n de todos. L os agen tes del cam bio son todos los p u rép ech as e
ind ígenas. A unque , en la p ráctica , la d iscu sió n en to rn o a este tem a se cen tra en unos
cuan tos ind iv iduos.
L a O N P reco n o ce la ex is ten c ia de tres fo rm as de au to n o m ía : com unal, m un ic ipa l y
reg ional; pero , en específico , se in c lin a p o r la au to n o m ía reg ional. U n o de sus
co o rd in ad o res a firm a que, la au to n o m ía com unal es n ecesaria p a ra la reg ional y que esta
ú ltim a inc luye a la com unal; que am bos p lan team ien to s están conectados y se in teg ran
(E n trev ista , N . C ., 2005). L a p re fe ren c ia p o r la au to n o m ía reg ional se debe a “ las
ca rac te rísticas g eo g ráficas en que v iv im o s e im p lica el e je rc ic io de u n e lem en ta l derecho de
cu a lq u ie r tip o de co lec tiv idad , la au to ad m in is trac ió n po lítica , te rrito ria l, cu ltura l y
eco n ó m ica” (O N P, 2001a: 10). L a au to n o m ía reg ional de la O N P se acerca a la p o stu ra de
la A N IP A de la cual fo rm an parte , p ero que en años rec ien tes se h a d istanciado .
L a p ro p u esta cen tral de la A N IP A consiste en “ c rear o tro n ivel de g o b ie rn o en tre el
estata l y el m u n ic ip a l: el g o b ie rn o reg ional. É ste ten d ría ju risd icc ió n parcia l en las esferas
po lítica , adm in istra tiva , económ ica, social, cu ltura l, educativa , jud ic ia l, de m anejo de
recu rso s y am b ien ta l” (M attiace , 2002: 251-252). N o d escarta la au to n o m ía com unal, ya
que h a acep tad o la co ex is ten c ia de la au to n o m ía co m u n ita ria y m un icipal en lu g ares donde
no ex isten con d ic io n es p ara la fo rm ació n de reg io n es au tó n o m as .116 E sta p o sic ió n es
d ife ren te a la ad o p tad a p o r el C N I y los d efen so res de la au to n o m ía com unal. L a A N IP A ha
o p tado p o r p ro p ic ia r cam b io s d esde la es tru c tu ra del E stado , es decir, a lgunos de sus
116 En la conducción de la ANIPA han tenido un papel fundamental líderes indígenas de Chiapas (Margarito Ruiz y Antonio Hernández), quienes impulsan el proyecto de regiones autónomas pluriétnicas, ya que en sus comunidades conviven diferentes pueblos indígenas.
164
dirigentes han aceptado cargos en la administración gubernamental para propiciar cambios117favorables a los pueblos indígenas desde allí.
La organización se inclina por este tipo de autonomía, pero hay serias críticas a esta
modalidad. Nahmad considera que instaurar una autonomía regional, como algo ajeno a la
vida comunitaria, supone dificultades tales como la demarcación de la participación política
de los pueblos indígenas y los mestizos, y la posibilidad de caciquismos regionales cuando
uno o unos pocos individuos lleguen a detentar el poder en representación de toda la región
(Nahmad, 2003: 356-357). Hay que precisar que aunque hay una evolución en las
demandas, las formas que se proponen como alternativas pueden ser extrañas a las
dinámicas comunitarias, y por tanto, propiciar más desigualdades y conflictos.
La demanda de autonomía regional de la ONP se relaciona con el hecho de que
considera que ya viven la autonomía comunal “La autonomía ya se vive, sólo se exige
respeto a lo que ya existe” (Victoriano, 1997: 6). En el cuadernillo Juchari Juramukua se
expresa que la autonomía se vive en su cultura e historia, mediante la siembra de maíz, el
tequio faena, la lengua, el vestido, los cuentos, el respeto a los ancianos y a la naturaleza,
manteniendo su organización económica de aprovechamiento forestal, entre otros aspectos
(Victoriano, 1997: 12). Esta visión puede ser cuestionada, ya que la intervención del
ayuntamiento y los partidos políticos (y sus programas asistencialistas) en las comunidades
no está bajo el control de las autoridades tradicionales. La conservación de rasgos culturales
y organizativos anteriores no implica necesariamente una autonomía comunal, sino arreglos
y negociaciones entre sistemas tradicionales y formas de intervención estatal. Lo que si
ilustra este fragmento son las claves de la narrativa indianista que sustentan su proyecto y
de las cuales se sirve la ONP para construir su capital étnico.
Al preguntar por el rubro de autonomía y las implicaciones que ésta tendría en la
comunidad de estancia algunos integrantes afirmaron desconocer ese punto o sólo haber
escuchado la palabra, pero no sabían su contenido. El desconocimiento que algunos
purépechas tienen con respecto a estas discusiones es manejado por el gobierno y críticos a
esta alternativa como la imposición, por un grupo reducido, de un proyecto ajeno. Lo que se
requiere para que los sujetos autonómicos queden complacidos y el arreglo sea el
fundamento de una solución firme y duradera, afirma Díaz-Polanco, es que la autonomía 117
117 Uno de sus coordinadores, Marcos Matías, fue director nacional del INI en el 2000.
165
im p liq u e u n em p o d eram ien to de los su jetos, que las co lec tiv id ad es b en e fic iad as con este
rég im en asu m an p len am en te los derechos m ín im o s que supongan y ad q u ieran el p o d er
im p resc in d ib le p ara que sus m iem b ro s se co n v iertan en v erd ad ero s c iudadanos (D íaz-
P o lanco , 2001: 16).
C o m o p arte del m arco de p ronóstico , la O N P en u n c ia q u é deben h ace r los
p u rép ech as p ara lo g ra r su au tonom ía: ev ita r que se p ierd a su sistem a n o rm ativ o ; co n su lta r a
anc ianos y co n o cer su h is to ria ; re fo rza r su id en tid ad de p u eb lo s; fo rta lecer asam bleas;
g an a r espacios de re flex ión , aná lis is y es tu d io ; b u sca r aseso ram ien to p ara cap ac ita rse y
ten e r co n c ien c ia ; co n o cer y es tu d ia r los derechos in d íg en as; leg a liza r sus tie rra s ; darse
apoyo en tre co m u n id ad es y sec to res ex p lo tad o s; fo rta lecer la O N P en tre o tros (V ic to riano ,
1997: 16-17). E stas p rác ticas son b as tan te am plias, pero la in teg rac ió n m ás com ple ta de
éstas es la Propuesta de ley sobre derechos de los pueblos originarios del estado de
Michoacán de Ocampo en treg ad a a L ázaro C árd en as B atel en abril del 2002. É s ta fue
p ro d u c to de d iscu sio n es en asam bleas co m u n ita rias y en e lla se co n tem p la la fo rm ació n de
u n C o n se jo de P u eb lo s O rig in ario s de M ich o acán com o m áx im a in s tan c ia de
rep resen tac ió n de los cua tro g rupos e tn o lin g ü ís tico s o rig in ario s de la en tidad (m azahuas,
o tom íes, n ahuas y pu répechas). E n este sen tido , la O N P ex ige el reco n o cim ien to
con stitu c io n al de u n cuarto p iso de gob ierno : u n g o b iern o reg ional au tó n o m o p lu rié tn ico
(O N P, 2001a: 10). E sto tam b ién p u ed e im p lica r o tro tip o de riesgos, y a que de in ic io en
este C o n se jo se exc luye a in d íg en as m ig ran tes de o tos estados.
E n la m ay o ría de sus docum en tos, la O N P ac la ra que su co n cep ció n de au to n o m ía
no sign ifica separac ión del E stad o m exicano:
No consiste en una independencia total ni una autonomía externa (Victoriano, 1997: 8)
Los pueblos indígenas no quieren constituirse en nuevos estados (Victoriano, 1997: 8)
No implica separatismo de nuestro México, implica la convivencia social de la diversidad, pero en igualdad de condiciones (ONP, 2000: 1)
No es ir en contra de la unidad nacional, ni pretender la independencia o separación (ONP, 2001a: 8)
166
No significa separación o fragmentación de la nación, tampoco significa la creación de reservaciones, implica la recuperación del derecho a tener nuestros propios espacios para el desarrollo (ONP, 2001b: 4).
E sto m u estra su in terés en fo rm ar p arte del país y de que m an tien en la p e rten en c ia a u n a
co m u n id ad m ás am plia , M éx ico . E sto aca lla ría las p reo cu p ac io n es acerca de separa tism os y
p e lig ros p ara la u n id ad n ac io n a l.
U n a v ía p a ra lo g ra r la au to n o m ía es el reco n o c im ien to del G o b iern o F ed era l y del
G o b iern o E sta ta l de las co m u n id ad es com o “ en tidades p ú b licas que fo rm an p arte de la
es tru c tu ra del E stad o M ex ican o y al P u eb lo P u rh ép ech a com o su je to de D erech o P ú b lico ”
(R ep resen tan tes y au to rid ad es trad ic io n a les del p u eb lo pu rhépecha , 2001: 48). E sta
d em an d a tam b ién es tra ta d a p o r la v ía de la rem u n ic ip a lizac ió n y la c reac ión de
“m u n ic ip io s in d íg en as” , así com o la red is tritac ió n electoral. E stas a lte rn a tiv as son v istas
com o fo rm as de acced er a los ó rganos de rep resen tac ió n p o p u la r y lo g ra r la au to g estió n y el
acceso a recursos. E n el cuad ro 1 se de ta llan lo s agen tes que han h ech o este tip o de
p ro p u estas y el n ú m ero de com u n id ad es sugeridas p ara este proceso .
Cuadro 1. Propuestas de remunicipalización en Michoacán
FUENTE Y NÚMERO DE COMUNIDADES MENCIONADAS
OrganizaciónNación
Purépecha
OrganizaciónNación
PurépechaZapatista
Unión de Comunidades
Emiliano Zapata
Congreso del Estado de Michoacán
Investigaciónacadémica
20 14 1 3 7(Ramírez, 2005: 14)
N in g u n a de las tres o rg an izac io n es in d íg en as (O N P, N P Z , U C E Z ) h a p resen tad o d ichas
p ro p u estas ante el C o ngreso local. R am írez (2005) id en tifica u n a tip o lo g ía en las
p ro p u estas de rem u n ic ip a lizac ió n en M ich o acán 118 y ap u n ta que los m un icip ios
m en cio n ad o s p o r la O N P para este p ro ceso son: C h ilch o ta (C arapan , Ichán), C harapan
(O cum icho), N ah u á tzen (A ran tepacua), S an tiago T an g am an d ap io (T arecuato ), P arach o
(N urío ), C herán (T anaco), Q u iro g a (S an ta F e de la L aguna , San Je ró n im o P urhéchecuaro ),
118 Esta tipología comprende: a) Municipios monolocales; b) Municipios con base en una comunidad agraria- indígena o tenencia, y sus respectivos anexos o encargaturas; c) Municipios por la agrupación de distintas comunidades indígenas; d) Municipios por reorganización de comunidades indígenas dispersas y marginales (Ramírez, 2005).
167
C o en eo (Z ip iajo , San tiago A zajo ), L os R ey es (P am atácuaro , Z icu icho), P á tzcu a ro
(G uanajo), T in g am b ato (S an F ran c isco P ich á taro ), U ru ap an (C apácuaro , San L orenzo ,
C altzon tz in ), T an g an cícu aro (P atam ban), Z acap ú (T iríndaro ) (R am írez , 2005: 14-15).
L a d em an d a de rem u n ic ip a lizac ió n h a creado d ispu tas al in te rio r de los m u n ic ip ios
y en tre com un idades, el p ro b lem a rad ica en qu ién fu n g iría com o la cab ece ra m un icipal y
cóm o se hará el reo rd en am ien to al in te rio r de esto s nu ev o s m un icip ios. A p esa r de que en
los casos de T arecua to y T irín d aro se ten ían m ayores p o sib ilid ad es de lo g ra r su ap robación
p o r la leg is la tu ra del E stado , no se log ró p o r fa lta de co n sen so en tre las fracc iones
p a rtid is ta s .119 A m b as v ías im p lican el reco n o c im ien to del E stado , esto in d ica que la
o rg an izac ió n lo perc ibe com o el agen te que co n cen tra m ás cap ita les y el cual estab lece
re lac io n es de d o m inación con o tros agen tes (m arco de d iagnóstico).
L a O N P afirm a que la v e rd ad era so lución a la desig u ald ad que p ad ecen sólo se
p u ed e re so lv e r m ed ian te u n a tran sfo rm ac ió n co n ju n ta de la sociedad (O N P, 2001b: 4). L a
desap aric ió n del rac ism o y la d iscrim in ac ió n son dos con d ic io n es p ara co n fo rm ar u n a
sociedad en la que los p u eb lo s in d íg en as ten g an ig u ald ad de oportun idades. E n su p ág in a de
in te rn e t en u n c ia que sus dem andas son re iv in d icac io n es dem ocrá ticas y p o p u lares p o r ser
re su ltad o de inv estig ac io n es, p lá ticas y d ec isio n es en tre e llos m ism o s y sus com u n id ad es
(O N P, 2004: 3). A p esa r de que en el d iscu rso se tien e la id ea de igualdad , en la p rác tica se
perc ibe m ás b ien la ex is ten c ia de rangos, no p o r la p o sesió n de recu rso s económ icos sino de
cap ita les cu ltu ra les y sociales. L os co o rd in ad o res y sub co o rd in ad o res cuen tan con m ay o r
p reparación , ed u cac ió n fo rm al, h ab lan caste llano , tien en re lac io n es con d ep en d en cias del
g o b iern o y son ellos los encargados de m an ten e r los v ín cu lo s con o tras o rgan izaciones. L o
an te rio r in d ica que estos agen tes han aum en tad o sus cap ita les y que el u so ind iv idua l de
éstos no siem pre h a tra id o b en e fico s p ara la o rgan ización .
L a O N P h a p ro p u g n ad o la no in te rv en c ió n de los p artid o s p o lítico s en la so lución de
sus p ro b lem as co lec tivos, lo cual se apoya en su derecho a d ec id ir su fo rm a de g o b ie rn o y
sus m an eras de o rgan izac ión , así com o sus sistem as n o rm ativ o s in ternos. S in em bargo , en
los do cu m en to s con su ltad o s no hay a lg u n a o p osic ión ex p líc ita a las e lecciones de
au to rid ad es p o r el s is tem a de p artidos po líticos. H ay que reco rd a r que las bases son
119 Véase Carmen Ventura, (2005). “Reforma indígena y remunicipalización en Michoacán. El caso de la comunidad purhépecha de Tarecuato”, Ponencia presentada en el XXVII Coloquio de Antropología e Historia, COLMICH, Zamora, Mich., Octubre, 34 pp.
168
p erred is tas y a lgunos de los coo rd in ad o res han p o stu lad o p ara cargos p ú b lico s desde el
P R D (partido a trav és del cual han ob ten id o cargos de au to ridad m unicipal). Q u edarían
p en d ien tes las n eg o c iac io n es que éstos hacen con las cúpu las d irig en tes de los partidos, p o r
lo m en o s en el ám bito reg ional. E n esta línea, u n a asp irac ión de la O N P es lleg ar a ser u n a
fu e rza p o lítica que p u ed a o rg an iza r la so lución de los p ro b lem as co lec tivos (O N P, 2004).
C ab ría en tonces p reg u n ta rse qué tip o de fu e rza po lítica , tal v ez u n partid o po lítico , u n a
aso c iac ió n p o lítica o u n a co rrien te den tro de a lg ú n partido . E s ta asp irac ió n no h a sido lo
su fic ien tem en te co n sen su ad a en tre las b ases y a que la m ay o ría sim patiza con el PRD .
U n o de los tem as que fa lta p o r d iscu tir al in te rio r de la O N P es lo re la tiv o a la
co n v iv en c ia con o tros g rupos y pu eb lo s no purépechas. L os coo rd in ad o res están
co n sc ien tes de que en las reg io n es in d íg en as tam b ién hay m estizos, p ero no tien en una
p ro p u esta c la ram en te fo rm ulada:
Hemos dicho que los que quieran estar con nosotros van a estar y los que no, no. Nos respetaremos, no le hace que el territorio quede como el cuero de un tigre pinto y queden mestizos e indígenas, pero que reconozcan ellos también que somos los número uno nosotros, que la población original somos nosotros. A nosotros nadie nos puede decir 'Es que ustedes son los que llegaron, nos están invadiendo' (Entrevista A. M., 2005).
L a d em an d a de au to n o m ía reg ional in d ica tran sfo rm ac io n es en la em erg en c ia in d íg en a en
M éx ico y los té rm in o s en que se exp resan las o rg an izac io n es p ara leg itim a r su lucha.
N u ev o s co n ten id o son in co rp o rad o s a la lu ch a in d íg en a y en la ev o lu c ió n de las dem andas
se adv ierte el paso de u n d iscu rso co m u n alis ta a u n o e tn ic is ta y fin a lm en te reg ionalista . E l
d iscu rso de la O N P in ic ió con la defen sa de la tie rra y la p ro p ied ad com unal, para después
acen tu ar su ca rác te r étn ico , y en los do cu m en to s rec ien tes la d em an d a de au to n o m ía
reg ional se co m p lem en ta con las an terio res ex igencias. A dem ás, en los ú ltim o s años la
O N P p lan tea el estab lec im ien to de u n rég im en d em o crá tico nac iona l (O N P, 2001b), lo que
le h a serv ido p ara su m ar su lu ch a a la de o tros sec to res in d ep en d ien tes y e lecto rales.
d) Líneas de acción y actividades
L as líneas de acción de la O N P son: la p o lítica y el desarro llo . U n o de los coo rd inadores
a firm a que, en la ac tua lidad , necesitan gen te esp ec ia lis ta en cad a u n a de éstas. L a lín ea
p o lítica se re fiere a la lu ch a p o r el reco n o c im ien to com o pu eb lo s ind ígenas (y su cu ltu ra), y
169
la e labo rac ión de u n a ley in d íg en a en M ich o acán de acuerdo a sus necesidades. L as
ac tiv idades y acc io n es en las q u e h a p a rtic ip ad o la O N P (p rin c ip a lm en te lo s co o rd in ad o res)
p a ra la p ro p u es ta de ley in d íg en a en M ich o acán del 2001 al 2003 son las ac tiv idades m ás
s ign ifica tivas de la o rgan ización . P ro m o v ie ro n la asis ten c ia a los fo ro s reg io n a les p ara que
sus op in io n es fu e ran to m ad as en cu en ta ; d iscu tie ro n y re flex io n aro n en d ichos espacios. L a
ú ltim a ac tiv id ad con resp ec to a la p ro p u esta fu e la irru p c ió n q u e h ic ie ro n a lgunos de sus
in teg ran tes para d e ten e r su p resen tac ió n an te el C o ngreso local en M ore lia , a leg aro n no
co n o cerla ni h ab e r p artic ip ad o en su creación . O tra ac tiv id ad que in c lu y en en esta línea, y
que está pend ien te , es la aseso ría ju ríd ica ind ígena. S u s coo rd in ad o res a firm an que d eb ido a
la fa lta de f in an c iam ien to y la au sen cia en tre sus in teg ran tes de ab o g ad o s o expertos en el
tem a no la han ap licad o a cabalidad .
L a lín ea de d esarro llo se re fie re a la e jecu ció n de p ro y ecto s p roductivos. E n tre los
p ro y ecto s m ás rec ien tem en te g estio n ad o s p o r la O N P están :
a) alfarería sin plomo (en las comunidades de Tacuro, Ichán, Huancito, SantoTomás, Zopoco, Úren)b) cooperativa de transporte indígena (Ocumicho)c) producción y comercialización de tortillas de maíz (Tacuro)d) producción y comercialización de codornices (Tacuro)e) costura y confección de prendas de vestir (Tacuro)f) invernadero y producción de plantas de ornamento (Tacuro) (ONP, 2004).
P ara la e jecución de é sto s han so lic itado el apoyo de in stitu c io n es de los g o b ie rn o s estata l y
federal. E n esta lis ta se ap rec ia que la co m u n id ad de T acu ro h a rec ib id o m ay o r apoyo, tal
v ez se re lac io n a con el h echo de que u n o de los coo rd inadores es o rig in ario de allí. E sto
p u ed e su g erir p re fe ren c ias al in te rio r de la o rg an izac ió n o fo rm as de e jecu c ió n basad as en
la ce rcan ía p ara m an ten e r u n a superv isión eficaz y g aran tiza r el éx ito de los p royectos.
U n o de los co o rd in ad o res reco n o ce que en o casiones no tien en la cap ac id ad para
llev ar a cabo los p ro y ec to s (E n trev ista N . C ., 2005), lo que d e te rm in a el éx ito o no de éstos.
E n tre las com un idades de la C añada, que se d ed ican a la a lfarería , la O N P p ro m o cio n ó el
cam bio en el esm alte o laq u ead o sin p lom o. L as m u jeres que se d ed ican a esta ac tiv idad
rec ib iero n apoyo p ara ev ita r que sigu ieran trab a jan d o con p ro d u c to s tóx icos. T am bién se
170
co n stru y e ro n tres h o rnos aho rradores de leña, que no han sido ap ro v ech ad o s d eb ido a que
su co n stru cc ió n rep resen ta u n gasto eco n ó m ico elevado: “ la d ificu ltad con la que nos
en fren tam os es en cu estió n de recu rsos, y a tien es la capacitac ión , y a sabes cóm o h acerlo
p ero ¿y el recu rso p ara hacerlo? U n h o rn o m ás acabado tien e u n costo de u n o s 12 m il
pesos, en tonces p ara qu ien v iv e al d ía es m uy d ifícil ten e r esa can tid ad ” (E n trev ista
in teg ran te de la O N P, Y. M ., 2005). E n los ú ltim o s años el m ercad o para esto s p ro d u c to s ha
decaído y ah o ra m u ch as m u jeres de esta reg ió n hacen a lcancías de yeso.
E n el p ro y ecto de co stu ra y con fecc ión de p rendas, u n g rupo de m ujeres rec ib iero n
50% p ara la co m p ra de m áq u in as de coser, y p o ste rio rm en te rec ib ie ro n cap ac itac ió n para
u tiliza rlas y d iseñ ar ropa. A cuatro años de este p ro y ecto las m áq u in as están al cu idado de
u n as cuan tas perso n as (d e fo rm a p articu la r) y no son u tilizad as p o r to d o el g ru p o que las
so licitó . E sto h a red itu ad o en u n ben e fic io personal para qu ienes las conservan . E n la
m ism a com unidad , u n g rupo de m u jeres rec ib ie ro n cap ac itac ió n p ara la re a lizac ió n de
m ed ic in as trad ic io n a le s ; sin em bargo , no rec ib ie ro n m ás fo rm ació n y só lo en u n a ocasión
p rep ara ro n las m ed icinas. F ina lm en te , el p ro y ec to de in v ern ad ero e s tab a en m arch a duran te
u n a e tap a de m i estan c ia (2005), las p lan tas de o rna to y flo res y a estaban g randes y lis tas
p a ra com ercia lizarse . A d ec ir de u n a de las in teg ran tes la fa lta de m ercad o e ra un
im p ed im en to p ara o b ten er benefic io s. L os costos en tran sp o rte im p licab an u n a in v ersió n
que p o sib lem en te no se recuperaría . E sto h ace p reg u n ta rn o s p o r la p e rtin en c ia y
p o ten c ia lid ad de los p ro y ecto s p ropuestos, así com o la fa lta de d iag n ó stico s que hagan
red itu ab les estas in ic ia tivas.
D uran te la in d ag ac ió n de esto s p ro y ecto s m e p e rca té de que en e llo s partic ipan
p rin c ip a lm en te fam ilia res y p erso n as a lleg ad as a los in teg ran tes de la O N P, es decir, se
p riv ileg ia la p artic ip ac ió n de aque llo s que m an tien en lazos fuertes con los in teg ran tes m ás
v is ib le s de la o rgan ización . E sto h a o casio n ad o que críticas ante el b en e fic io de la fam ilia
de los líderes: “ Se co n stru y e ro n com o tres h o rnos p ara ah o rra r leñ a y el m ás b o n ito se h izo
a llá con [líder de O N P] y no lo u tilizan , se les q u ed a a e llos esos b en e fic io s” (E n trev ista
in teg ran te de la O N P, J. P ., 2005).
E l tem a del m an ejo de recu rsos (eco n ó m ico s y m ateria les) es delicado , ya que en
1996 la O N P con sig u ió u n fin an c iam ien to p o r p arte de F IR A y v aria s in stitu c io n es
c red itic ias p a ra s iem b ra de m aíz en 40 com un idades. H u b o p ro b lem as en su m anejo ,
d is trib u c ió n y gasto ; lo que causó, en tre o tras razones, la esc isió n de la O N P. U n
171
co o rd in ad o r y u n su b co o rd in ad o r com entan : “ los co n flic to s m ás b ien han sido en el m anejo
de a lgunos recu rsos, p o r eso no so tro s d ec im o s que el d in ero co rro m p e fác ilm en te y que
en tre m en o s d in ero m an ejem o s es m u ch o m e jo r” (E n trev ista H . A ., 2005); “ los p royectos
p ro d u c tiv o s han co n trib u id o a que los co m p añ ero s luego se p ierdan , se p ie rd a p arte de la
ideo log ía , se v an p o r los recu rso s” (E n trev ista N . C., 2005). E n los ú ltim o s años la
o rg an izac ió n sólo g es tio n a apoyos p ara g rupos p roduc tivos, pero esto tam b ién im p lica
fav o recer a u n o s y ex c lu ir a otros.
O tra línea que la O N P h a im p u lsad o desde su c reac ión es la de educación . L os
co o rd in ad o res y subco o rd in ad o res m en c io n a ro n que es m u y im portan te , y a que allí se in ic ia
el cam bio . E s ta lín ea de acción les h a ab ierto espac io en las com un idades, pues es u n a
d em an d a cen tral en to d a la región. P ro p u g n an la o b lig a to ried ad de u n a educac ión b ilin g ü e e
in te rcu ltu ra l y ex igen la de term in ac ió n de p lan es y p ro g ram as (O N P, 2001a: 10-11). E n tre
sus p ro y ecto s ed u cativ o s estu v iero n la c reac ión de u n a secu n d aria en L a C an te ra y u n a
escu ela de b ach ille res en T arecu a to (m u n ic ip io de S an tiag o T an g am an d ap io ); u n a N o rm al
In d íg en a en C h erán (la cual fue re co n o c id a p o r la SEC en 2005); el T ecn o ló g ico P u rép ech a
de C herán ; y m ás rec ien te u n a U n iv ersid ad In d íg en a In tercu ltu ra l. L o s p rim ero s dos
p ro y ecto s no fu e ro n ap robados, los dos sigu ien tes se en cu en tran fu nc ionando , au n q u e la
O N P p artic ip ó só lo en la p ro p u esta y en sus in icios, y en la ac tua lidad no tien e v ín cu lo s con
estas dos instituciones. L a ú ltim a p ro p u esta fu e re to m ad a p o r el g o b ern ad o r L ázaro
C árdenas B atel y la O N P fue ex c lu id a de la fo rm u lac ió n de la cu rrícu la . L a im p lem en tac ió n
de este p ro y ecto estu v o en u n in ic io a cargo de la C o o rd in ac ió n In te rin stitu c io n al p a ra la
a tenc ión de los Ind íg en as de M ich o acán de O cam p o y en la ac tua lidad y a está en func iones
p ero es u n a in stitu c ió n d ep en d ien te del g o b iern o estatal.
e) Formas de participación
L a o rg an izac ió n rea liza reun iones, ap ro x im ad am en te , cada dos m eses o cuando surge un
p ro b lem a que n ecesite ser d iscu tid o p ara su p o s te rio r ac tuación , a firm ó u n o de los
coo rd inadores. T am bién se reúne cuando las co m u n id ad es llam an a la O N P p o rq u e tien en
p rob lem as. A d ec ir de lo s coo rd inadores, es u n a g ran resp o n sab ilid ad o rg an iza r u n a reun ión
e in v ita r a partic ipar; p o r u n lado , la co m u n id ad se hace re sp o n sab le de la a lim en tac ió n de
los asisten tes y de que to d o este d ispuesto , y p o r o tro la o rgan izac ió n adq u iere un
co m p ro m iso con esa com unidad .
172
A dem ás de la ex is ten c ia de p rob lem as, o tros fac to res que fav o recen la p a rtic ip ac ió n
de las com un idades son : re lac iones de am istad con los coo rd inadores, la ex is ten c ia de
g ru p o s ac tivos (co n p ro y ec to s) en éstas, in te ré s p o r co n seg u ir aseso ría y recu rsos, la
rea lizac ió n de ta lle re s y cap ac itac ió n (d e rech o s hu m an o s, derechos de la m ujer, dem andas
po líticas), en tre o tros. U n co o rd in ad o r a firm a que a las co m u n id ad es in teg ran tes de O N P se
les p id e co o p erac ió n cuando se n ecesita im p rim ir fo lle to s o desp leg ad o s, o cuando entre
to d o s lo creen n ecesario (E n trev ista A. M ., 2005). C uando tien en que v ia ja r es com ún que
la o rgan izac ió n co n sig a tran sp o rte p ara que los in teg ran tes no paguen , pero cuando no es
p o sib le se p id e que cubran u n a p arte del gasto .
T am b ién h a y fac to res que h an o casio n ad o que las com u n id ad es b ases dejen de
acu d ir a las ju n ta s o ta lle res, u n o de ellos es la fa lta de im p arc ia lid ad de lo s coo rd in ad o res
p ara tra ta r p rob lem as. L a re lac ió n de co m p añ erism o en tre u n o de los coo rd in ad o res e
in teg ran tes de la O N P fue a fec tad a p o r con flic to s de lím ites te rrito ria le s en tre la com un idad
de o rig en de é s te y la co m u n id ad v ec in a a la que p erten ecen o tros in teg ran tes (com un idades
de la C añ ad a de los O n ce P ueb los). É sto s d ec id ie ron no p artic ip a r en las ac tiv idades de la
o rg an izac ió n deb ido a que el co o rd in ad o r de la O N P to m ó p artid o en el con flic to p o r su
com unidad : “nos a le jam o s de la O N P p o r el p ro b lem as p o r tie rra s en tre T acuro e Ichán. L a
g en te se p e leó y las au to rid ad es tam bién , y a no v am o s a T acuro y tam p o co v ien en ”
(E n trev ista in teg ran te O N P, O. L., 2005).
L a co m u n icac ió n en tre los coo rd in ad o res y las co m u n id ad es es a trav és de los
subcoord inadores. É sto s deben co n su lta r y av isa r a las au to rid ad es de la co m u n id ad acerca
de ac tos o reu n io n es que se h arán en su pob lado . L o s coo rd in ad o res acuden con los
subco o rd in ad o res cuando se tra ta de ac tos m asiv o s p ara so lic ita r el apoyo de las bases, p o r
ejem plo , cuando p ro testan en la cap ita l del estado. E n abril del 2006 , el subcom andan te
M arco s del E Z L N estu v o en el estad o de M ich o acán com o p arte de u n reco rrid o p o r to d o el
país titu lad o “L a o tra cam p añ a” . In teg ran tes de la O N P p artic ip a ro n o rgan izando , ju n to con
o tras o rg an izac io n es y g rupos m ichoacanos, su p aso p o r estas tierras. A p esa r de que,
p ro p u sie ro n que el en cu en tro con los ind ígenas p u répechas se h ic ie ra en com un idades
donde la O N P tien e m ay o r in flu en c ia no fu e así. E l ac to se rea lizó en la com un idad
p u rép ech a de P am atácu aro . A cu d ie ro n in teg ran tes de la O N P y su v o ce ro p ro n u n c ió el
m en sa je en el que la o rg an izac ió n ren o v ó su apoyo al E Z L N y a su lu ch a (S ex ta
173
D eclarac ió n ), tam b ién h izo u n llam ad o a que las o rg an izac io n es y co m u n id ad es in d ígenas
se u n ie ran en u n a m ism a lu c h a .120
E n ocasiones, los p o b lad o res de las co m u n id ad es con sid eran a las reu n io n es com o
p aso s m uy p ró x im o s a la re so lu c ió n de sus p ro b lem as, y cuando ad v ierten que es só lo el
in ic io se decepcionan . L o an te rio r se re lac io n a con la fa lta de in fo rm ac ió n y el
d esco n o c im ien to de los p lan team ien to s de la o rgan ización . A lg u n o s in teg ran tes com en ta ron
que hay p erso n as que acuden a ésta b u scan d o recu rso s m ateria le s y cuando se p erca tan de
que no es seguro rec ib irlo s desisten .
E x is ten in teg ran tes que se han m an ten id o en la o rg an izac ió n p o r años. É sto s son de
dos tip o s : los que m an tien en re lac io n es cercanas con los co o rd in ad o res (fam ilia res o
am igos), y los que tien en u n a fo rm ac ió n p o lítica y han d esarro llad o u n a co n c ien c ia
ind ígena. A m b o s han rec ib id o algún tip o de apoyo de la O N P . E ste h echo nos h ab la de la
ex is ten c ia de redes su m erg idas in teg rad as p o r g ru p o s p eq u eñ o s que em erg en en m om en tos
de crisis o conflicto .
M elucc i (2 0 0 2 ) a firm a que estas redes p erm iten la p e r ten en c ia a v a rio s g rupos pues
sólo ocupan p arte del tiem p o de los agen tes (tan to resp ec to del cu rso de su v id a com o
resp ec to del tiem p o que absorbe). L a fo rm ac ió n de estas redes responde, en este caso, a
re lac io n es de p aren tesco y afin idad an terio res a la c reac ió n de la o rg an izac ió n y tien en
com o re feren te v a lo res com unitarios. C ie rtam en te , las ac tiv idades que la o rgan izac ió n
rea liza no ex igen tiem p o co m p le to a sus in teg ran tes, p e ro ésto s m an tien en re lac io n es de
acuerdo a la ce rcan ía f ís ica y em ocional que tienen . P o r ejem plo , a lgunos de los in teg ran tes
m ás firm es y que co n tin ú an en la O N P son p arien tes (tíos, p rim os, h e rm an o s) de los
coo rd inadores. E sto ú ltim o resp o n d e a la im p licac ió n de los in teg ran tes de la que hab la
M elu cc i en estas red es: in v o lu cram ien to personal y so lid arid ad a fec tiv a de los que
p erten ecen a la red (2002: 127).
L as redes que se ex tien d en m ás a llá de la las re lac io n es de p aren tesco y afin idad ,
com o serían las fo rm ad as a p artir de causas com unes o v in cu lad as a u n a p ro fesió n sim ilar,
tien en m en o r in te racc ió n p ero se m an tien en (cap ital social). E sto se debe a que la O N P se
creó en m o m en to s de co n flic to s y en fren tam ien to . E n los ú ltim o s años, la p ro d u cc ió n de
120 También estuvieron integrantes de la NPZ, autoridades comunitarias y agrarias. Además de pobladores de la comunidad y purépechas de diferentes regiones.
174
u n a p ro p u esta p ara la re fo rm a y la creac ión de u n a ley in d íg en a en M ich o acán p ro p ic ió que
la O N P re fo rm u la ra su p ro p u esta y se in v o lu cra ran o tros agen tes.
E n lo que se re fie re a la to m a de d ec is io n es, a d ec ir de los co o rd in ad o res , son
to m ad as en tre to d o s , y el p rincipa l ob je tiv o es escu ch ar a las co m u n id ad es. L o que tam b ién
aparece en los desp leg ad o s de la O N P . E n las en trev istas y p lá ticas rea lizad as con
in teg ran tes , e sp ec íficam en te con las b ases y los rep resen tan tes lo ca le s , percib í que en la
to m a de dec isiones qu ienes tien en m ay o r in je ren c ia son los co o rd in ad o res . U n in teg ran te
afirm ó que lo escu ch an , p ero no to m an en cu en ta su op in ió n y los que d ec id en casi s iem pre
son los líd e res; cree que se debe ab rir m ás la d iscu sió n p ara que la gen te p artic ip e y que los
líd eres se ju n te n y se p ongan de acuerdo (E n trev ista A. N ., 2005).
E l que los in teg ran tes de la O N P h ab len y expo n g an sus p ro b lem as en las reu n io n es
no im p id e que ex is ta la in flu en c ia de los coo rd inadores. É sto s tien en m ay o r experiencia , y
la m ay o ría de las v eces m arcan cuá les son las ac tiv idades a seguir. T am b ién h a suced ido
que sin co n su lta r con las b ases los coo rd in ad o res llam an a u n a m o v ilizac ió n o el c ierre de
ca rre te ras d eb ido a u n conflic to que m erece ser so lu c io n ad o u rgen tem en te . E n este caso
sólo p artic ip an los g ru p o s que sufren el con flic to y los que se en cu en tran m ás p ró x im o s a la
co m u n id ad que ex p e rim en ta el p rob lem a.
L a fa lta de p rep arac ió n de p arte im p o rtan te de los in teg ran tes de la O N P ocasiona
que apoyen las op in io n es de los co o rd in ad o res p o r co n sid erarlo s m ás capacitados. A unque,
tam b ién ex isten in teg ran tes con exp e rien c ia en sus com un idades, que han desem peñado
cargos de au to ridad , pero que al no te n e r ed u cac ió n fo rm al se sien ten reb asad o s p o r las
fo rm as de con d u cció n en u n a sociedad no ind ígena. A esto se sum a que ex iste un
po rcen ta je co n sid erad o de m o n o lin g ü ism o (p rin c ip a lm en te en tre las m u jeres) que im p ide
u n a co m u n icac ió n eficaz y u n en ten d im ien to ráp id o con la sociedad no purépecha .
L o an terio r sug iere u n a cen tra lizac ió n de las d ec isio n es en los coo rd inadores, o u n a
co m u n icac ió n m ás flu id a en tre co o rd in ad o res y subcoord inadores. E x is te u n a com u n icac ió n
d irec ta en tre co o rd in ad o res y las b ases cuando ésto s acuden a las com un idades, p ero no es
la regla . Salvo u n coord inador, los dem ás v iv en en M o re lia o fu e ra de sus co m u n id ad es de
origen, lo que crea d is tan c ia de los p ro b lem as co tid ianos y las n ecesid ad es inm ediatas.
A l in te rio r de la O N P ex isten g rupos, en tre los m ás v is ib le s se en cu en tran aquello s
que se in c lin an p o r la cu estió n elec to ral o que v en p o sib ilid ad es en esa v ía y los que no, los
que se o ponen a es ta ru ta d eb ido a las ex p erien c ias v iv idas. U n o de los coo rd inadores
175
reconoce que no se puede “estar caminando dos coyunturas” (Entrevista, N. C., 2005). Pero
existe tolerancia en la pertenencia al partido del PRD, aunque no así con otros partidos (PRI
o PAN). Máximo (2003) identificó dos corrientes políticas al interior de la organización:
los que impulsan los acuerdos de San Andrés y mantienen una simpatía con la lucha
zapatista desde lo regional a lo nacional; y los que apoyan los mismos acuerdos pero
plantean la “deschiapanización” del movimiento indígena e impulsan el asistencialismo y el
clientelismo político-electoral, así como la creación de una asociación política nacional con
los demás sectores del pueblo explotado (Máximo, 2003: 589). Esto fue más evidente con
el apoyo o no a una ley estatal indígena.
I I I .1 .2 E s t r a t e g i a s d e c o n f r o n t a c i ó n y l a s b a s e s d e a p o y o d e l a o r g a n iz a c i ó n
a) Estrategias de lucha
Las tácticas de lucha de la ONP vienen del FICIM y las luchas agrarias; de la lucha
magisterial poco han retomado, a decir de sus coordinadores. También aprendieron
experimentando, cuando veían que sus actos no causaban impacto o que no les hacían caso
cambiaban la táctica, y cuando observaban que otras tenían resultado las copiaban.
La organización utiliza los medios de comunicación (página de internet, radio y
prensa) para dar a conocer su posición ante hechos que les incumben y afectan. También ha
recurrido a la publicación de folletos y cuadernillos sobre temas de interés para la lucha
indígena. Uno de sus dirigentes trabaja en la radio indígena de Cherán y aporta elementos
para la discusión. La organización también tiene una página oficial en internet.
La ONP realiza marchas y mítines, principalmente, en la capital del estado
(Morelia). Ante la exigencia de solución a problemas urgentes las comunidades se
movilizan y cierran carreteras importantes para obligar a las autoridades a negociar y
recibir propuestas inmediatas a sus problemas, uno de los integrantes de la ONP afirma: “a
nosotros nos ha dado resultado marcha, plantón y negociación” (Entrevista H. A., 2005).
Esta táctica no es exclusiva de los indígenas, pero ha servido para que las autoridades
pongan atención a sus necesidades. Es común que las soluciones que las autoridades
proponen sean meros paliativos y al poco tiempo resurge el problema. García et al. (2004)
afirman que las marchas, para el caso boliviano, han permitido cohesionar fuerzas dispersas
176
g eo g ráficam en te y lo g ra r u n am plio im p acto en la op in ió n p ú b lica u rbana. E n el caso
p u rép ech a considero q u e h an se rv id o para cap ta r la a ten c ió n d e la op in ió n p ú b lica y
reo rg an iza r a las bases.
E n la lu ch a p o r lím ites e in v asio n es d e tie rra s , la o rg an izac ió n h a m an e jad o una
dob le estra teg ia: to m a de tie rras aco m p añ ad as con las fo rm as legales. U n o de los
co o rd in ad o res a firm a q u e h an ap ren d id o de las leyes y cóm o cab ild ear (E n trev ista A . M .,
2005). L os “ rep erto rio s de co n fro n tac ió n ” -c o m o las fo rm as de ac tu ac ió n y a conoc idas
p ara en fren tarse a ad v ersario s (T arrow , 1997) - que u tiliza la o rgan izac ió n para la lu ch a de
tie rra s p ro v ien en del m o v im ien to cam pesino en la en tidad . L os agen tes han sum ado otras
tác ticas a este reperto rio .
U n a p rác tica para o b lig ar a las au to rid ad es g u b ern am en ta les a re so lv e r y a ten d e r las
p e tic io n es de las p o b lac io n es in d íg en as h an sido los “ en cerro n es” con rep resen tan tes del
g o b iern o o p erso n as con cap ac id ad de in flu en c ia y dec isión , y que acu d en a las
co m u n id ad es para jun tas, reu n io n es o actos. P o r ejem plo , en la co m u n id ad de T acu ro los
as is ten tes a la reu n ió n con el p resid en te m u n ic ip a l ce rra ro n la m alla que rodea la o fic in a de
ten en c ia com unal donde ésta se rea lizab a y le ex p lica ro n la p ro b lem ática ; no dejaro n salir al
p re sid en te ni al personal que lo aco m p añ ab a hasta que éste se co m p ro m etió a re so lv e r el
p ro b lem a de p av im en tac ió n y ren o v ac ió n de las tu b erías del agua potab le. S egún los
in teg ran tes de la O N P han ten id o que recu rrir a estas p rác ticas p o rq u e las au to rid ad es no les
hacen caso y tien en que llam ar la a tenc ión de a lg u n a form a: “ T iene que h ab e r un
m o v im ien to para o b ten er esas cosas y a v eces ni se ob tiene eso. N o es p o rq u e a un o le guste
an d ar en esas cosas, sino p o r necesidad , a u n o le d u ele” (E n trev ista E. C ., 2004). E sta
tác tica , que p o sib lem en te p ro v ien e de las lu ch as del partid o de izqu ierda, se in c lu y e en el
rep erto rio de co n fro n tac ió n de la O N P d eb ido al éx ito que h a reg istrado .
U n o de los co o rd in ad o res com en tó que la o rg an izac ió n tien e un p ro y ecto fijo y un
p ro g ram a de lucha, y cada d e term in ad o tiem p o se h ace una rev is ió n p o r si se req u ie re
reen cau zar el cam ino y saber p o r dónde tien en que segu ir (E n trev ista N . C ., 2005). E sto ,
con tin ú a el coo rd inador, ha p erm itid o que la O N P se m an ten g a y que las com un idades
resp a ld en y fo rta lezcan a la o rgan ización . A dem ás, ex isten estra teg ias m en o s v is ib le s com o
la negociación .
L a n eg o c iac ió n con d iferen tes in stan c ias - in c lu id o el g o b iern o e s ta ta l- tam b ién ha
sido p rác tica frecu en te de la O N P y ha re su ltad o ser una estra teg ia e ficaz para co n seg u ir
177
espacios y algunos recursos. Ha mantenido una relación de respeto con la figura del
gobernador Lázaro Cárdenas Batel, a pesar de que las negociaciones con él no fueron
fructíferas. Con la creación de la Coordinación Interinstitucional (en esta administración)
algunos integrantes de la organización aceptaron formar parte de ésta, pero comentan que
después se dieron cuenta que era una limitante, ya que tenían que apegarse a la línea de la
Coordinación: “se aceptaron puestos en el gobierno, pero vimos que se estaban perdiendo
elementos porque no podían servir a los dos al mismo tiempo, pero ya estamos agarrando
experiencia” (Entrevista N. C., 2005). La relación que el gobierno ha propiciado con las
organizaciones es de subordinación. Las estrategias que éstas han desarrollado responden
tanto a los repertorios que están a su disposición, como a las capacidades, orientaciones y
estilos de los grupos de los que se componen.
Han mantenido una relación de respeto con los partidos políticos, aunque los
coordinadores y las bases tienen presente que éstos en poco les han ayudado: “estamos
pensando ya no pertenecer ni votar por ningún partido político, sólo nos utilizan como
títeres” (Entrevista A. N., 2005). Su influencia ha sido dañina para la organización; la
preferencia por uno u otro ha provocado fisuras en la formación de una unidad purépecha y
la forma de ganar militantes propicia competencia por recursos: “la gente dice que la
organización no es nada, no vale nada porque no dan dinero ni pagan como en los partidos
políticos que dan cincuenta pesos o despensas” (Entrevista G. C., 2005). No obstante, los
partidos políticos también han sido usados por los coordinadores e integrantes de la ONP
para entrar a las comunidades. Uno de los coordinadores firma: “Yo me metí, nos metimos
en el PRD porque así creímos conveniente para poder entrarle a unas comunidades, no
podíamos entrar, entonces a través del PRD yo iba con cara de perredista en algunas partes,
y una vez adentro ya nos presentábamos de otra forma” (Entrevista A. M., 2006).
En el intento de lograr mayor apoyo y transmitir una imagen de unidad del pueblo
purépecha, en los actos públicos la ONP utiliza símbolos y figuras emblemáticas. Estos
símbolos (que se crearon en la lucha de Santa Fe contra los ganaderos mestizos) son una
bandera con los colores de las cuatro regiones (verde, azul, morado y amarillo) en que se
divide el territorio purépecha, y en cuyo centro se encuentra un puño izquierdo cerrado
sobre una punta de obsidiana negra (que representa al dios Curicaveri) (Zárate, 1999: 251
252). También hacen referencia a las anteriores rebeliones purépechas (de los años 1530,
1540, 1766, 1810, 1910, 1934, 1988, 1999) y a la exaltación de valores como el
178
“Compromiso, conciencia, voluntad de servicio, unidad, organización, movilización,
capacitación” (ONP; 2001b: 4). El lema Juchari Uiniapikua (nuestra fuerza) que se utiliza
en la bandera, desplegados, decretos y marchas, es también una de las creaciones que dan
sentido y legitimidad a las reivindicaciones purépechas. El rescate de su memoria
histórica como pueblo y la construcción de un proyecto de Nación han funcionado como
una estrategia para ganar legitimidad.
La movilización política entre los purépechas se ha hecho posible gracias a la
producción y reproducción de elementos comunes, como un capital étnico y un proyecto,
que dan sentido y proporcionan a los agentes involucrados percepciones positivas del
cambio y el éxito. Es frecuente que los símbolos de la Nación purépecha aparezcan en todo
acto político y con ello se crean sentimientos de pertenencia que permiten identificarse
como una unidad. Esta politización del capital étnico lo coloca en el centro de la disputa, al
grado que el Estado y sus instituciones intenten apropiarse de él y lo neutralicen.
No se registró la formación de nuevos cuadros, tarea necesaria para continuar con la
confrontación. Existe interés en brindar capacitación, y la impartición de talleres ha sido
una estrategia para lograr que más purépechas se involucren en las demandas políticas de
autonomía y libre determinación. También se han difundido los Acuerdos de San Andrés y
algunos otros desplegados (como la Sexta Declaración del EZLN) para el conocimiento de
las comunidades. Estas actividades se incrementaron con el proyecto fallido de la reforma y
la ley indígena para el estado. Esto motivó la difusión de información y la discusión de un
proyecto de desarrollo y vida indígena.
Este aparato muestra el carácter racional de las decisiones y la evaluación de
ventajas y consecuencias de la acción por parte de integrantes de la ONP, como sugieren
Laraña y Gusfield (2001). Sin embargo, también han salido a relucir relaciones personales
de parentesco y afinidad que rebasan esta racionalidad. En el proyecto autonómico se
incluyen variantes que responden a una involucramiento emocional que trata de reavivar la
lealtad hacia el grupo étnico.
b) Alianzas 121
121 Estos símbolos se difunden también en dos eventos realizados año con año entre la población purépecha, y que cada vez adquieren mayor legitimidad entre ellos: el Año Nuevo Purépecha (1 y 2 de febrero) y el Concurso Artístico de la Raza Purépecha (17 y 18 de octubre).
179
Otra estrategia de confrontación ha sido la formación de alianzas y frentes de lucha con
otras fuerzas políticas: “Creemos que es fundamental la alianza, y de ser posible, la unidad
entre las organizaciones populares, indias y clasistas que comparten los mismos objetivos
de liberación” (ONP, s/f c: 2). En sus desplegados, la ONP afirma que lucha por la
liberación como pueblos oprimidos y clase explotada:
Luchamos en contra de un sistema que nos explota como campesinos pero que también nos explota por nuestra condición de indígenas (ONP, s/f a).
Nuestro proyecto AUTÓNOMICO va de acuerdo y junto con las luchas de otros sectores explotados [^] nosotros como sector de la clase explotada habremos de contribuir porque no queremos seguir aislados (ONP, 2001a: 18).
Nuestra demanda coincide con las del pueblo trabajador y tiene un fondo de clase [^] un solo sector difícilmente podrá enfrentar el neoliberalismo por lo cual planteamos ir condensando un verdadero programa de la clase trabajadora (ONP, 2001b: 4).
La solidaridad con otros sectores es considerada vital para que la lucha tenga éxito. Sus
principales líderes se formaron como maestros de educación indígena y como promotores
culturales. Se han aliado con la sección XVIII del magisterio; aunque, reconocen que ésta
se despega de las comunidades y sólo persigue puestos en la dirección y en el sindicato.
También han acompañado a los sindicatos de electricistas y del IMSS, lo que no evita que
su diferencia étnica se afirme constantemente. Han coincidido con otras organizaciones
como la CODEPO (Oaxaca) y OCES (Chiapas). Con organizaciones internacionales como
los Sin terra de Brasil también mantienen comunicación.
En 1995, uno de sus integrantes fue llamado por el EZLN como asesor en las
discusiones que resultaron en los Acuerdos de San Andrés. Desde entonces, la ONP
respalda y comulga con dichos acuerdos. En 1996, se integró al Consejo Nacional Indígena
(CNI) y firmó la declaración “Nunca más un México sin nosotros” (Máximo, 2003: 589).
Ha estado al tanto de la actuación del EZLN y sus comunicados, y participa en las
actividades propuestas por éste. La Sexta Declaración de la Selva Lacandona (2005) fue
difícil de asimilar entre los integrantes de la organización, ya que simpatizan con el partido
de izquierda (PRD). Uno de los coordinadores afirma que ven a la Sexta Declaración a 122
122 En la reunión de la CNI región centro-oriente, que tuvo lugar en la comunidad indígena de Ocumicho, Mich. en el 2004, asistieron integrantes de la ONP y apoyaron las demandas que allí se pronunciaron.
180
largo p lazo y lo elec to ral com o coyun tura l (E n trev ista N . C ., 2005). E sto se re lac io n a con
su p artic ip ac ió n en el p ro ceso de la re fo rm a in d íg en a en el estado, y co n tra sta con la
p o stu ra de los zap a tis ta s de ev ita r cu a lq u ie r n eg o c iac ió n o c reac ión de leyes sin an tes
re fo rm ar la c read a en el 2001. E x is te co in c id en cia con las dem an d as del E Z L N , pero no en
las estra teg ias y fo rm as de lucha; lo que tam b ién a lerta sobre la co n v en ien cia de ser
zap a tis ta en d e term in ad o s m o m en to s y situaciones. E s ta p o stu ra sug iere la ex is ten c ia de
d ec isio n es estra tég icas que re sp o n d en a los costos y b en e fic io s de las acc io n es (a lianzas y
sim patías), lo que se acerca a la teo ría de la m o v ilizac ió n de recursos.
L a O N P tam b ién fo rm a p arte de la A sam b lea In d íg en a P lu ra l p o r las A u to n o m ías
(A N IP A ). E n años rec ien tes se h a d is tan c iad o de esta o rg an izac ió n d eb ido a que las
p erso n as que q u ed aro n en la d irigencia , a d ec ir de u n a de las in teg ran tes, acapararon
recursos, b ecas y puestos:
Hubo una ruptura porque no nos gustó la postura de cómo organizamos, porque el único pueblo, el único estado que estaba mangoneando esto era Guerrero. Vuelve a suceder lo mismo que aquí internamente con nosotros. El dirigente era de Guerrero, entonces ellos podían salir al extranjero a la hora que querían, había hasta becados y los recursos iban para ellos (Entrevista E. C., 2004).
E ste tes tim o n io ilu s tra la frag ilid ad de las re lac io n es y las d ife ren c ias al in te rio r de la red
del m o v im ien to ind ígena. Ig ualm en te , m u estra la p u g n a p o r recu rso s y cap ita les en tre las
o rg an izac io n es del m o v im ien to , así com o la ex is ten c ia de re lac io n es de poder. E sta
p ro b lem ática fu e po co ab o rd ad a p o r los co o rd in ad o res de la O N P, pero reco n o c ie ro n la
d ificu ltad de c rear fren tes de lu ch a que sólo tu v ie ran com o ob je tiv o el b ien es ta r co m ú n de
los pu eb lo s ind ígenas.
C on o rg an izac io n es del m ism o estado h a sido d ifícil m an ten e r alianzas. E s p robab le
que la cercanía , el co n o c im ien to p ro fu n d o y el d esen v o lv im ien to de éstas en el m ism o
cam po p ro v o q u en roces y d ife renc ias d ifíc iles de congeniar. A d ec ir de u n o de los
coo rd inadores, fo rm ab an coa lic iones con la U C E Z y la C N PA , pero se re tira ro n p o r
co n sid era r que h ab ía cau d illism o (E n trev ista N . C ., 2005). C on la U n ió n de C om u n id ad es
N ah u as de la C o sta (M ich o acán ) m an tien en re lac io n es cercanas, y en pocas o casiones se
181
han a liado con N P Z (E n trev ista A. M ., 2005). Sus coo rd in ad o res reco n o cen que las
a lianzas son co y u n tu ra les y d ep en d e de la situación ; tien en la fin a lid ad de ap o y ar y que los
apoyen (E n trev ista A. M ., 2005). A d ec ir de u n o de ellos, hay a lianzas que han sido
dañ inas, p o r ejem plo con el P R O C U P , p o r ser len in is ta s-m arx is tas puros. T am bién
rec ib iero n apoyo de acad ém ico s de E l C o leg io de M ich o acán du ran te la fo rm u lac ió n de la
p ro p u esta de ley ind ígena. E n la ac tua lidad , la re lac ión con éstos es escasa, pero la O N P
conc ibe ese esp ac io co m o p ro d u c to r de co n o c im ien to s que pu ed e ay u d ar a su causa.
E stas a lianzas, com o u n cap ita l social, ayudan a c rear canales p ara m o v iliza r e
in te rcam b ia r recursos. E sto es u n a fo rm a de au m en ta r la p o sesió n de cap ita les. Sin
em bargo , las re lac io n es que se es tab lecen en tre estas o rg an izac io n es y g ru p o s son d iversas.
C u an d o éstas tien en cap ita les sim ilares las re lac io n es tien d en a ser ho rizo n ta les, pero
cuando u n a o rg an izac ió n g o za de m ay o r p restig io y re lac io n es (cap ita les s im bó licos y
socia les) d esa rro llan re lac io n es de sub o rd in ac ió n con otras. E s p o r esto que las alianzas no
son fác iles y que en ocasiones, re su ltan p erju d ic ia le s p a ra las o rgan izaciones.
L a a lian za de la O N P con el P R D es u n p u n to de cu idado p ara lo s coord inadores.
H an p a rtic ip ad o com o “ sim p atizan tes” de este partido , pero se pu ed e a firm ar que la
m ay o ría de los in teg ran tes son perred istas. Sus v ín cu lo s con el partid o han sido ob je to de
críticas y aunque la o rg an izac ió n com o tal no h a ten id o apoyo de éste, tres de sus
co o rd in ad o res y p arte co n sid erab le de las b ases son m ilitan tes.
E n el ám bito co m u n ita rio tam b ién han ten id o que to m ar en cu en ta los d iferen tes
g rupos y re lig iones. U n o de los co o rd in ad o res a firm a que es n ecesario v e r qué p ro p o n en y
si co inciden , cam in a r ju n to s (E n trev ista N . C ., 2005). E sto tam b ién inc luye a g rupos no
in d íg en as y sim p atizan tes de sus causas: “tam p o co p o d em o s ser exc lu y en tes de d ec ir que
n ad a m ás los ind ígenas, eso sería erró n eo p o rq u e hay in d íg en as que no se con sid eran com o
tal y hay p erso n as que no son in d íg en as y se co n sid eran y a v eces son las que h acen m ás
trab a jo ” (E n trev ista Y. M ., 2005).
123
c) Relación de la ONP y las bases de la organización 123
123 “Podemos caminar juntos con los de la zapatista, escucharlos, caminar con ellos hasta donde ellos quieran, no los desechamos, más bien si quieren continuar la lucha adelante. Sabemos que no lo vamos a lograr solos, que hay que unirse” (Entrevista N. C., 2005).
182
L a re lac ió n que la O N P estab lece con las co m u n id ad es b ases es de co m prom iso , así lo
co m u n ican u n su b co o rd in ad o r y u n re sp o n sab le de co m isió n :
Nosotros traemos bases y qué vamos a decirles, si vamos a llegar sin nada, sin respuesta, no, yo al menos no voy a engañar a mi gente, yo vengo para que las cosas que lleguen aquí aterricen en las comunidades, porque allá está la base sufriendo sin agua, comida, vivienda, entonces regresamos allá [^] No es porque a uno le guste andar en esas cosas, sino por necesidad, a uno le duele (Entrevista, E. C., 2005).
Nosotros vamos a regresar a las comunidades, entonces vamos a ser rechazados, vamos a ser objeto de burla porque nos van a ver como gente que se vendió, gente que por dinero vendió toda una cultura, una historia (Entrevista H. A., 2005).
U n o de los fu n d ad o res de la O N P co m en ta que cuando llev aro n su p ro p u esta a las
com un idades, co n su ltab an con la au to rid ad p ara p artic ip a r y ex p resar sus p ro p u estas y
saber si h ab ía p o sib ilid ad es de trab a ja r de m an era co n ju n ta ; b u sca ro n que las re lac io n es de
resp e to fueran la n o rm a en este aco m p añ am ien to (E n trev ista A. T., 2006). C asi to d o s los
co o rd in ad o res d esem p eñ aro n cargos en sus com un idades, esto fav o rec ió su exp e rien c ia en
el m an ejo de co n flic to s con el ex te rio r y re fo rzó redes de re lac io n es a las que después
acuden p ara lo g ra r leg itim id ad en sus com unidades.
L os p o b lad o res de las co m u n id ad es p u rép ech as ex p resaro n co n fian za y capacidades
a la o rg an izac ió n cu an d o é s ta rea lizó ta reas de b en e fic io p a ra las com u n id ad es en lu ch a
(p royectos, obras, capacitac ión , e tcétera). P e ro la O N P n ecesita m an ten e r leg itim id ad y
rep resen ta tiv id ad p ara n eg o c ia r y d ia lo g ar tan to con in stan c ias de g o b ie rn o e
in te rnac ionales, com o con o tras o rg an izac io n es ind ígenas. E sto s dos aspec tos son d ifíciles
de a lcan zar y es fácil perderlos.
L a leg itim id ad se p u ed e m ed ir al re lac io n ar d em an d a y n ecesid ad resuelta . P a ra
co n o cer las n ecesid ad es y p rio rid ad es se p reg u n tó a in teg ran tes de la O N P qué es lo que se
debe h ac e r p a ra cam b ia r su situación de v id a y cuá les son las p rin c ip a le s n ecesid ad es de las
com un idades. E n el cuad ro 2 se ap rec ia las n ecesid ad es exp resadas y las d em an d a a la que
corresponden . E l o rden de las n ecesid ad es es decrec ien te , en la p rim era p o sic ió n se
en cu en tran las n ecesid ad es que se en u n c ia ro n con m ay o r frecu en c ia y así g rad u a lm en te :
183
Cuadro 2. Demandas de la ONP y necesidades de integrantes y comunidadesMayor
frecuencia
Necesidad expresada por integrantes
Demanda expresada por la o Np que cubre la necesidad
Cumplida (X = no) ( ^ = si)
1 Servicios básicos (caminos, agua potable, construcción de aulas, centros de salud, proyectos productivos)
Desarrollo integral purépecha
V(parcialmente)
2 Resolución de conflictos agrarios y regularización de tierras
Defensa del territorio
X
3 Educación Bilingüe-bicultural Universidadinterculturalindígena
V(parcialmente)
4 Toma propia de decisiones, manejo de recursos propios y reconocimiento de sus autoridades
Autonomíaregional
X
L a re so lu c ió n en la ex ig en c ia de serv ic ios b ás ico s es u n p rim er p aso p ara que los
in teg ran tes y b ases de la o rg an izac ió n ex p e rim en ten so lidaridad en la lu ch a . L a g estió n de
o tros p ro b lem as y la o b ten c ió n de recu rso s tam b ién fac ilitan que o tros in d iv id u o s se
acerquen a la o rgan ización .
L os in teg ran tes y b ases de la O N P se in co rp o ra ro n a é s ta p o r d iversos in te re ses que
deben ten erse p resen te p ara ev ita r deserción . A lg u n o s en tra ron p o r la ob ten c ió n de apoyos
m ate ria le s , o tro s p o r lazos fam ilia re s , y a lgunos o tros p o r d em andas de c reac ión de nuevos
m un icip ios. A este respecto , T arro w afirm a que la h e te ro g en e id ad en las m o tiv ac io n es de la
g en te p ara afilia rse a los m o v im ien to s hace que el p ro b lem a de la co o rd in ac ió n resu lte m ás
d ificu lto so que p ara u n g ru p o de in terés, pero esto tam b ién p o s ib ilita que se exp lo ten
recu rso s (n o ex c lu siv am en te p ecu n ia rio s) para im p lica rlo s en la acción co lec tiv a (T arrow ,
1997: 44-45).
E n este p u n to tam b ién ex iste el pe lig ro de g en e ra r re lac iones de c lien te lism o en tre la
o rg an izac ió n y las bases. L a m o tiv ac ió n de los in d iv id u o s para fo rm ar p arte de la O N P
in flu y e en el g rado de p artic ip ac ió n y co m p ro m iso con las ac tiv idades y o b je tivos de ésta.
A sí, en los m o m en to s de m ay o r acceso a recu rso s y n eg o c iac io n es las b ases eran m ás
cu an tio sas y en m o m en to s en que d ism in u y ó su cap ac id ad de g estió n los in teg ran tes se
a le ja ron o se sien ten m en o s com prom etidos. E n la en cu esta lev an tad a en la com un idad
in d íg en a (T acu ro ) los pob ladores, que afirm aro n co n o cer y h ab e r p a rtic ip ad o en la
184
organ ización , o to rg aro n cap ac id ad es y ad je tivos a la o rgan ización : la o rg an izac ió n ay u d a a
co n seg u ir p réstam o s p ara p royectos, p a ra ten e r fuerza , ay u d a a lu ch a r p o r dem andas,
fac ilita el ser escu ch ad o s p o r el gob ierno , ay u d a a co n se rv ar sus costum bres. E l acceso a
recu rso s m ateria le s y eco n ó m ico s es q u izá el aspecto m ay o rita riam en te expresado . U n
in teg ran te q u e tien e ap ro x im ad am en te d iez años de p e rten ece r a la O N P se q u e jó de que
an tes les ay u d ab an m ás y h ab ía d iferen tes p royectos, m archas y m ítin es; en cam bio , en años
rec ien tes rec ib en p oco apoyo p o r lo cual se h a a le jado de ésta (E n trev ista J. P ., 2005). E ste
in teg ran te a firm a q u e rec ib ió ta lleres, y a sabe le e r y en tiende m ás el caste llano . E s posib le
q u e ex istan m ay o r d ificu ltad para co n seg u ir recu rso s m ateria les y eco n ó m ico s o q u izás se
necesitan cu b rir m ás requ isito s, sin em bargo , no se p erc ib e com o b en e fic io la p rep arac ió n y
el ap rend iza je en ta lle res y capacitac iones.
H ay q u e reco rd a r q u e las necesid ad es m ateria le s n o han desp arec id o y n ecesitan ser
cub iertas p a ra ex ig ir o tro tip o de derechos, au n q u e el p ro y ecto p ro p u esto p o r la O N P las
incluye. E sto in d ica ría q u e las b ases no están co m p le tam en te en terad as y al tan to del
p ro y ecto de la o rgan ización . E ste desface es com ún cuando los d irig en tes y g rupos que
p rin c ip a lm en te to m an las d ec isio n es se a le jan de las b ases y se esp ec ia lizan en u n d iscu rso
q u e re sp o n d e m ás al co n tex to nac ional e in te rn ac io n al de la lu ch a ind ígena. E sto tam b ién
rep resen ta riesg o s en la co n stru cc ió n de u n a iden tidad é tn ica q u e no log re c rear
sen tim ien tos de id en tificac ió n y p erten en c ia a u n a unidad .
L a capacidad q u e los co o rd in ad o res de la O N P han ad qu irido para n eg o c ia r y ser
in te rlo cu to res del g o b ie rn o h a ayudado a q u e sus in teg ran tes crean q u e se tien en recu rsos
p ara n eg o c ia r cam bios y a lcan zar b en e fic io s en la lucha. E l m an ejo q u e cada co o rd in ad o r
hace p ara g es tio n a r es d ife ren te y m arca d ife ren c ias con las co m u n id ad es (a lg u n o s de ellos
d esem p eñ an cargos en in stitu c io n es p ú b licas o en sus resp ec tiv o s ayu n tam ien to s), y a que
éstas p u ed en sen tirse ap o y ad as y an im arse a co n fro n ta r al E stado . S in em bargo , d ichas
cap ac id ad es (aunque sabem os lim itad as) p ro d u cen cen tra lizac ió n en las dec isiones. H ay un
serio cu estio n am ien to a los líderes o coo rd in ad o res p o r p arte de in te lec tu a le s in d íg en as y de
las b ases de la O N P:
Las comunidades ya no quieren que hayan líderes, u organizaciones que dicen que los representan, y que realmente lo que hacen es representarse a sí mismos a nombre de (Entrevista intelectual purépecha, J. M., 2004).
185
Entre los mismos líderes hay conflictos y el gobierno ha sabido mantenerlos en división dándoles apoyos y puestos, eso está mal (Entrevista integrante ONP, A.N., 2005).
Trabajamos para que la maestra esté donde está (Entrevista integrante ONP, J. P.,2005).
L a cen tra lizac ió n en las ac tiv idades y dec isiones a fec ta la im ag en que la o rg an izac ió n da a
las co m u n id ad es pu répechas. H ac ia el ex terior, la o rgan izac ió n tam b ién h a m o strad o
d iv isión (ed ic ión de N P Z ) y co n trad icc io n es que afec tan su p restig io (p o stu ra con el
E Z L N ).
E n lo re feren te a la rep resen ta tiv id ad , u n o de los co o rd in ad o res fu e cu id ad o so de
señ a la r que no rep resen tan a to d o el p u eb lo pu répecha , sino a u n a parte . A u n q u e ex iste
c la ridad en este pun to , la O N P re fle ja u n a im ag en de u n id ad que los co n v ierte en
rep resen tan tes de la lu ch a pu répecha , y a que en sus do cu m en to s no se hace d icha
aclaración .
Cuadro 3. Representatividad ONPEntrevista coordinador ONP (A. M., 2005)
Documento: Autonomía Regional (2001a: 1)
“no estamos representando a todo el pueblo purhé, por eso nos llamamos Organización Nación Purépecha, si quisiéramos representar a todos los purépechas nos llamaríamos 'Los Representantes del Pueblo Purépecha' y que de hecho eso nunca se va a dar, porque nadie va a ser representante total o totalitario de las comunidades purépechas”
“La Organización Nación Purépecha, al igual que decenas de pueblos originarios
El “h ab la r a no m b re de” h a serv ido p ara d ife ren tes in tereses, e sp ec ia lm en te se ha
u sad o p ara acced e r a recu rso s m ateria les. A lg u n o s de los in teg ran tes de la O N P com en ta ro n
que, en ocasiones, se h a b u scad o el ben e fic io personal de los coo rd in ad o res o de sus
a llegados en la e jecu ció n de p ro y ecto s p roduc tivos. E sto h a o casio n ad o recelo a q u e las
co m u n id ad es n o m b ren a rep resen tan tes q u e no son au to rid ad es e leg id as en asam b lea po r
to d o s los pob ladores. E s ta p ecu lia rid ad no es ex c lu siv a de la O N P, en los ú ltim o s años
hem o s v is to su rg ir u n s innúm ero de O N G que b u scan el b en e fic io particu lar.
A l p regun tar, en la en cu esta p ilo to ap licad a en la co m u n id ad de T acuro , si la O N P
rep resen tab a b ien a los p u rép ech as y lu ch ab a p o r sus n ecesid ad es la m ay o ría con testo
a firm a tiv am en te (“ lu ch an b ien ” ; “ están con el P R D ” ; “ se h an m o v id o aunque se em bo lsan
186
el b en e fic io ” ; “ lu ch an y salen fu e ra”), u n o s p ocos d ije ro n que no (“fa lta ay u d ar m ás” ;
“ q u izá a los líderes les v a b ien y no rep arten a los que andam os a llí” ) y u n a p arte
co n sid erab le no supo co n testa r o p re firió re se rv ase esta re sp u esta .
O tro aspecto re lac io n ad o con la rep resen ta tiv id ad es la co m p eten cia o p arid ad de
ac tiv idades en tre au to rid ad es y la o rg an izac ió n . L as au to rid ad es co m u n ita rias son los
rep resen tan tes o fic ia les y están facu ltad as p ara tra ta r los p ro b lem as de la co m u n id ad . S in
em b arg o , no siem pre tien en p rep arac ió n o sus cap ac id ad es se v en reb asad as en sociedades
no in d íg en as. P o r tan to , o rg an izac io n es com o la O N P los aseso ran y ayudan en su
d esen v o lv im ien to y la re so lu c ió n de co n flic to s . E sto pu ed e p ro p ic ia r so b rep o sic ió n de
ac tiv idades o d e leg ac ió n (co n sc ien te o in co n sc ien te ) de to m a de d ec is io n es. L a
rep resen ta tiv id ad , com o u n cap ita l s im b ó lico , es tá p resen te en la O N P , pero en los ú ltim o s
años se h a v is to deb ilitad a d eb ido a los p ro b lem as in te rnos y a la d ism in u c ió n en la g estió n
de p ro y ecto s y recu rso s.
C o m o u n a fo rm a de de tener el avance del m o v im ien to in d íg en a en el es tad o , el
g o b iern o de C árdenas B atel (2004) creó el C onsejo C o n su ltiv o com o la in stan c ia oficia l de
rep resen tac ió n de los p u eb lo s ind ígenas de M ichoacán . E sto exc luyó a las o rgan izaciones
de la g estió n de recursos. U n in teg ran te de N P Z ex p resó que esto e ra u n a fa lta de
h o n estid ad del g o b ie rn o :
En su campaña Lázaro Cárdenas Batel hizo una audiencia con las organizaciones y entraron para conquistar los verdaderos derechos, pero después cuando ya estuvo en la gobernatura ya no quiso nada con las organizaciones, hubo una ruptura con ellas porque dijeron que hay cacicazgo y por eso, según el gobierno canaliza mejor los apoyos a las comunidades (Entrevista C. M., 2005).
C iertam en te , las au to rid ad es son las m ás in d icad as p ara p ro n u n c ia r y lu ch ar p o r las
dem andas de sus com un idades. E n la ac tu a lid ad , ex iste in te rés p o r in s tru ir a sus
rep resen tan tes leg ítim o s o e leg ir a las p e rso n as m ás capacitadas. E sto co n tra sta con la
con cep ció n que u n o de los coo rd in ad o res de la O N P tien e de la o rg an izac ió n :
Hemos valorado que una organización tiene mucha más validez, es mucho más político una organización que una comunidad, En un movimiento las comunidades son importantes, pero es más importante una organización porque es local, regional, estatal. Y una comunidad, sobre todo sus representantes si no hacen bien su trabajo los votan, y a una organización no, no es sencillo desaparecerla, sólo si se corrompe (Entrevista A. M., 2005).
187
L o s in teg ran tes de la O N P conocen los p e lig ro s que enfren tan . Y p o r tan to , están
co n sc ien tes de que no deb en d escu id a r el e s ta r al lad o de las com un idades, pues saben que
h a y cu estio n am ien to s h ac ia la o rg an izac ió n y d icen que es m e jo r an a liza rlo con éstas
(E n trev ista N . C., 2005).
P ara fin a liza r este ap a rto d es n ecesario señ a la r que la o rg an izac ió n tam b ién puede
sa tisfacer o tro tip o de necesidades, no ex c lu siv am en te m ateria les. A trav és de la p e rten ec ia
a la O N P se p u ed en c rear lazos de so lid arid ad en tre los in teg ran tes, que se u tilizan y
rep ro d u cen en o tros espacios (co tid ianos, festivos, cerem on iales). S en tim ien to s de d ign idad
y o rgu llo é tn ico tam b ién son ex a ltad o s en la o rg an izac ió n y ayudan a sa tisfacer n ecesid ad es
em ocionales.
d) Percepciones del antagonista
L a v is ió n que se tien e del an tag o n is ta fo rm a p arte del m arco de d iag n ó stico que poseen las
o rgan izaciones. A trav és de éste se “ in terp re tan las rea lidades y aco n tec im ien to s n ega tivos
p ara la co m u n id ad ” (M áiz , 2004: 163). L a O N P se considera , ju n to con los o tros p ueb los
in d íg en as de M éx ico , el sec to r m ás vu lnerab le . C o m o p arte de éste se opone al m od elo
eco n ó m ico neo liberal, el cual h a g enerado d esig u ald ad y ten sio n es socia les agudas, y que a
su v ez o casio n a la desin teg rac ió n de g ran p arte de su o rg an izac ió n social y traba jo
co m u n ita rio (R ep resen tan tes y au to rid ad es trad ic io n a les del p u eb lo pu répecha , 2001: 46).
L o s agen tes que se b en e fic ian con este m o d elo económ ico , las tran sn ac io n ales, tam b ién son
v is to s com o enem igos: “ C om o no v am o s con el n eo lib era lism o p o r eso n o s qu ieren acabar,
no les vam o s a dar b en e fic io s a las g randes tran sn ac io n ales, las com u n id ad es deben ser los
dueños de las g an an c ias” (E n trev ista N . C ., 2005).
L a fa lta de a tenc ión a la reso luc ión de los p ro b lem as ag rario s h a sido v is ta com o
u n a in c itac ió n al d iv ision ism o . E l rech azo de las au to rid ad es in d ígenas a los p ro g ram as de
reg u la rizac ió n de la ten en c ia de la tie rra (P R O C E D E y P R O C E C O M ) d io fo rm a al
“D ecre to de la N ac ió n P u rh ép ech a” (1995). U n o de los co o rd in ad o res a firm a que los
p ro g ram as com o P R O G R E S A u O P O R T U N ID A D E S (p ro g ram as de ay u d a social)
co n trib u y en a que se acep te la ley y se reciban m ig ajas del g o b iern o (E n trev ista N . C.,
2005). S in em bargo , no hay u n cu estio n am ien to m ás pun tual ace rca del im p acto de ésto s en
la o rgan izac ió n com unal y en la realizac ión del teq u io -faen a ; adem ás de la crec ien te
188
in flu en c ia de los agen tes que co o rd in an estos p rogram as. Q uizás este p u n to es d elicado p o r
tra ta rse de la as ig n ac ió n de recu rso s económ icos.
L a d estru cc ió n de sus sis tem as de o rg an izac ió n y v id a com unal es v is ta p o r la O N P
com o causa del d eca im ien to de lo s pu répechas. L a in te rp re tac ió n que h acen de las
ag resiones su fridas co lo ca a la lu ch a com o u n a necesid ad u rgen te : “nos sen tim os agred idos,
sen tim os u n a ag resió n a n uestras co stu m b res , a n u estra v id a , a n u estra s trad ic io n es , a
n u estra cu ltu ra , a n u estra fo rm a de sen tir y de p en sa r, a n u estra co lec tiv id ad y , p o r eso
dec im os en defen sa de lo n u estro ” (E n trev ista Y. M ., 2005). E stas in te rp re tac io n es se
rea rticu lan con u n a h is to ria de reb e lio n es que serán ex p u estas en el cap ítu lo IV.
O tro ad v e rsa rio , con el que d icen en fren ta rse , es aquel que tra ta de ex p lo ta r sus
recu rso s p o r la v ía ilegal o co lu d id o s con las au to ridades. L os ta lam o n tes ileg a les y
em p resario s ag ríco las y g an ad ero s b u scan ex p lo ta r sus tie rras de cu ltivo: “ C u án d o nos van
a escu ch ar, si a e llos lo que les in te re sa son n uestras tie rra s , cu án d o v am o s a d ec ir a lgo
co n tra los em p resario s de Z am ora , donde son em p resario s ex tran je ro s” (E n trev ista A. M .,
2005).
L a O N P considera al In s titu to N acional In d ig en is ta (ah o ra C D I) u n in stru m en to de
contro l y m ed ia tizac ió n para lo s pu eb lo s ind ígenas, p o r lo que p ro p o n en su d esaparic ión
(O N P, 2001b: 2). L a id ea p ro p ag ad a p o r el E stad o de que los in d íg en as no p u ed en v a lerse
p o r sí m ism o s y n ecesitan tu to res es hoy cu estio n ad a p o r los purépechas: “E l g ob ierno
p ien sa que n o so tro s no p o d em o s h acer com o lo s que no son in d íg en as; el g o b iern o debe
escu ch arn o s y ayudarnos, para eso está, y no so tro s debem os trab a ja r b ien ” (E n trev ista G.
C ., 2005). A dem ás, los co m en ta rio s exp resados p o r a lgunos in teg ran tes de la O N P y sus
do cu m en to s d enunc ian lo s sis tem as de op resió n y d o m in ació n en sus d ife ren tes facetas:
co lon ia lism o , cap ita lism o , neo lib era lism o , etcétera.
A p esa r de que en las con tiendas e lec to ra les ap o y aro n la cam paña del en tonces
can d id a to a la g o b ern a tu ra del P R D , L ázaro C árd en as B atel, co n sid eran que h is tó ricam en te
han sido tra tad o s com o o b je to s p o r lo s p artidos po lítico s y reco n o cen el dañ o que las lu ch as
e lec to ra les causan en las co m u n id ad es y en las o rgan izaciones. P ero , el P R D no es v isto
com o en em ig o (inc luso hay sim patía ), en cam bio , el P R I o P A N sí. U n o de los
co o rd in ad o res reco n o ce tres n iv e les de enem igos a lo s cua les se en fren tan e in c lu y e a los
partidos:
189
1. El Estado, con sus instituciones que desintegran los sistemas comunitarios: Dirección de Educación, Secretaría de Salud, programas como el de Oportunidades, Procuraduría de Justicia, partidos políticos, etcétera.2. La Iglesia, con sus formas y sacerdotes del mundo católico; aunque hay coincidencia en algunos puntos con los de la teología de la liberación.3. Los propios indígenas, ya que algunos no se reconocen a sí mismos (Entrevista A. M., 2005).
H ay que te n e r cu idado de p re sen ta r es ta dec la rac ión , y a que h ab ría dudas de si es lo que los
dem ás in teg ran tes de la O N P opinan , pero llam a la a tenc ión que o tros p u rép ech as
ap a rezcan com o en em ig o s. E sto se re lac io n a con las p ercep c io n es de o tros in d íg en as que
cu estio n an la ac tu ac ió n de sus ig u a les com o in stru m en to s de u n a po lítica , có m p lices en
m an ejo s y p rác ticas de exp lo tac ión , o com o p ro d u c to s de u n id eario en el que las cu ltu ras
in d íg en as son cau sa del subdesarro llo : “nu estro s funcionarios, nu estro s je fe c ito s o los
je fito s los que sean que están en las in stitu c io n es que son gen te in d íg en a ahí van , com o
ciegos p restán d o se a ese acuerdo , a esa d iv is ió n ” (E n trev ista A. M ., 2005). E ste p u n to ha
lev an tad o p o lém ica y a que no sólo los co o rd in ad o res de la O N P co n o cen e id en tifican a
in d íg en as en cargos p ú b lico s que, desde su perspec tiva , h a n ac tuado en co n tra de los
in te reses del p u eb lo pu répecha , sino que tam b ién in te lec tu a le s in d íg en as h an advertido
sobre este h ech o . U n o de los e jem plos m ás rec ien tes es la c rítica h ech a a la lab o r de N ésto r
D ím as, d irec to r de la C oord in ac ió n In terin stitu c io n al. H ay que reco rd a r que no se tra ta de
u n a lu ch a de b u en o s co n tra m alos, sino que los in te reses y las es tra teg ias de neg o c iac ió n
son com ple jas y reb asan este tip o de v isiones.
F ina lm en te , la m ay o ría de los cu lpab les o los resp o n sab les de la m ala situac ión de
v id a de estos pu eb lo s se id en tifican com o agen tes ex ternos y no ind ígenas. E l elem en to
sobre el cual se tien e m ás co nsenso y que es re fe rid o com o el ad v ersario fren te al cual se
en fren tan es el E stad o y sus instituciones.
In.2 Proyecto, acciones y discursos políticos de la organización Servicios del Pueblo Mixe A. C. (Oaxaca)
Con nuestro trabajo, con toda la experiencia y toda la
construcción teórica que aquí tenemos hemos dado nuestro
190
aporte al movimiento indígena aquí en Oaxaca, a nivel
nacional, y al movimiento indígena a nivel internacional
(Entrevista A. R., 2006)
In.2 .1 E s t r u c t u r a d e S e r v i c i o s d e l P u e b l o M i x e ( S E R )
a) Organigrama y área de influencia
L o s an teced en tes de S erv ic ios del P u eb lo M ix e (en ade lan te S E R ) se rem o n tan a la décad a
de los o ch en ta del s ig lo X X . E n 1979 se creó en la reg ió n m ix e el C om ité de D e fen sa de
R ecu rso s N a tu ra les de la Z o n a M ix e (C O D R E M I) con el fin de d efen d er los recu rsos
n a tu ra les de las com un idades, y a que la ex p lo tac ió n c lan d estin a de recu rso s m in era le s y las
ag resiones co n tra el h áb ita t y la re lig io sid ad de los m ix es se v o lv ie ro n in to lerab les. A
trav és de esta o rg an izac ió n tam b ién se g estio n ó la c reac ión de tien d as C O N A S U P O .
K raem er a firm a (2003) que C O D R E M I trab a jó con C N PI, p ero se separaron p ro n to p o rq u e
los p rim ero s ten ían asp irac io n es au to n ó m icas y C N P I era m u y in stitucional. C O D R E M I
desapareció , a d ec ir de V arg as (2001), p o rq u e se crearo n lid erazg o s y u n líd e r ac tuó de
m an era au to rita ria . A lo que se sum aro n las am en azas p ro v en ien tes del p o d er cac iq u il.
E n 1984, con el fin de fo rm ar u n a ag rupación m ás co n so lid ad a que p ro m o v ie ra u n a
o rg an izac ió n de las co m u n id ad es su rg ió la A sam b lea de A u to rid ad es M ix es (A S A M ), y
aparec ió a la v id a p ú b lica en 1 985 .124 125 126 E ste fig u ra tra tó de ser u n a in stan c ia gesto ra
m ed ian te “ la n eg o c iac ió n y el d iá logo con el E stad o , sin b u sca r la con fron tación , pero sin
ser g u b ern am en ta lis ta ni p an fle ta ria” (SE R , 2006). E n tre sus ta reas estaban la de o b ten er
aud ienc ias con el g o b ern ad o r de O ax aca y con los fu n c io n a rio s de gob iern o , y u sa r los
perió d ico s loca les y n ac io n a les para d em an d ar el cu m p lim ien to de co m p ro m iso s hechos
(S E R , 2006). Se tra tab a de u n a o rg an izac ió n de ca rác te r in fo rm al, y a que asistían a e lla las
au to rid ad es que así lo d ec id ían y los m u n ic ip io s que p artic ip ab an eran v ariab les (K raem er,
124 CODREMI pertenecía al Consejo Regional de Pueblos Indios de México y Centroamérica, que a su vez pertenecía al Consejo Mundial de Pueblos Indios (CMPI) creado en 1975. Éste sostenía posiciones indianistas en oposición a las organizaciones denominas clasistas, por lo cual CODREMI mereció el calificativo de indianista (Kraemer, 2003: 144).125 Entre estos hechos están la construcción de la carretera que atraviesa el Zempoaltépetl y un incendio responsabilidad de la Comisión Federal de Electricidad (Hernández D., 2001: 177).126 La ASAM se define como un “espacio apartidista constituido por autoridades municipales para reivindicar al pueblo mixe [y] contribuir al fortalecimiento la identidad cultural, mediante una educación indígena surgida desde la propia organización” (Hernández D., 2001: 179).
191
2003: 142). Su lema era “Libre determinación para los pueblos indios y Viva la
autonomía” (Vargas, 2001: 112).
Casi al mismo tiempo, en otra región de la sierra, surgió la Asamblea de
Autoridades Zapotecas y Chinantecas (AAZCHS). ASAM y AAZCHS llegaron a realizar
reuniones conjuntas entre 1984 y 1986, pero en ese último año los líderes se distanciaron
debido a que los de AAZCHS no apoyaron a los de la otra agrupación en su repudió a la
postulación de un hijo del gran cacique (Mauro Rodríguez, hijo de Luis Rodríguez) como
candidato a diputado por la región serrana (Kraemer, 2003: 142).
En este marco, las autoridades tuvieron la necesidad de dotarse de un órgano interno
“operacional, capaz de realizar distintos trámites y desempeñarse en la comunidad para
llevar adelante las acciones comenzadas; informar, capacitar a los comuneros, y aumentar
las relaciones con las instituciones y organismos presentes en México” (SER, 2006). Esto
provocó que el 6 de febrero de 1988 se creara Servicios del Pueblo Mixe ayuuk kajpn
meetu'unen (SER) como un órgano de servicio a la ASAM. En ese año, arguye Kraemer
(2003), la dinámica de ésta cambió (de reunirse varias veces al año) debido a la llegada de
programas asistencialistas de gobierno. Esta intromisión mantenía ocupadas a las
autoridades y las asambleas decayeron.
Mapa 2. Área de influencia de SER
192
S E R es con o c id o en casi to d a la reg ió n m ixe, pero aseso ra leg a lm en te (a trav és de
sus au to rid ad es) a las co m u n id ad es m ix es de Ja ltepec, C o tzo có n , A lo tepec , E s tan c ia de
M ore los, Z acatepec, M eta ltep ec , A titlán , S an ta C ruz C ondoy, C huxnaban , M alaca tep ec ,
C h ich icax tepec , T lahu ito ltepec, y A yutla . E n p ro b lem as de ca rác te r ind iv idua l aseso ra a
co m u n ero s de M azatlán , Z aca tepec , T am azu lapan , fun d am en ta lm en te . E n los ú ltim o s años
tam b ién h a aseso rad o a au to rid ad es de C am otlán , Y acax tepec , T epan tla li, C aca lo tepec,
Ju q u ila (SE R , 2006).
F u era del te rr ito rio m ix e el apoyo legal de S E R ab arca los p u eb lo s zapo teco ,
m ix teco , ch inan teco , h u av e y m azateco . E n tre las co m u n id ad es zap o tecas se encu en tra
L ach ix ila , Y agav ila , Y av iche, T ep an zaco a lco s; Y avesía , Y ag an iza y Y ala lag , G uilox i.
A seso ra las co m u n id ad es m ix tecas de N u y o o , A m oltepec , Y ucuh iti, San M iguel E l G rande,
G uad alu p e V icto ria , San A g u stín T laco tep ec y Y utecoso . L as co m u n id ad es ch inan tecas de
Joco tepec, P e tlap a y Y av eo tam b ién tien en ligas con el SER. H a p ro p o rc io n ad o apoyo legal
a la co m u n id ad hu av e de San M ateo del M ar y aseso ría a a lgunos co m u n ero s m aza teco s de
S an ta M aría A su n c ió n (SE R , 2006).
S E R A. C. es u n o rg an ism o civ il que se es tru c tu ra a p a rtir de u n a A sam b lea general,
u n a C oord in ac ió n general, u n a S ecre taría ad m in is tra tiv a y u n a Ju n ta de coo rd inación . Se
susten ta en o rg an izac io n es de b ase de com unidades: o rg an izac io n es lo ca le s y 29 g rupos de
trab a jo con u n a co b e rtu ra en 17 co m u n id ad es (SE R , 2004a). A dem ás, ex isten 24 socios que
son los m iem b ro s fu n d ad o res y los que tien en m ay o r exp e rien c ia en la organ ización .
L a A sam b lea general es el m áx im o espac io de decisión . E n la ac tua lidad el
co o rd in ad o r general es el p ro feso r S alom ón M artínez , cuya fu n c ió n es co n ju n ta r los
esfuerzos de to d o s los in teg ran tes y rep resen ta r a la o rg an izac ió n de fo rm a oficial. L a Ju n ta
de coo rd in ac ió n (co n fo rm ad a p o r el titu la r de la co o rd in ac ió n general, la sec re taría general
y la sec re taría de fin an zas) es u n esp ac io en el que se d iscu ten y to m an acuerdos y
d ec isio n es u rgen tes. L os socios son los m iem b ro s de S E R que p artic ip a ro n en su fundación
y que han acu m u lad o m ay o r ex p erien c ia en la lu ch a ind ígena , fu n c io n an com o conse jeros
de la o rg an izac ió n sin que n ecesariam en te trab a jen de tiem p o com pleto : “ los socios son los
que tien en capac idad de decisión , son los que conocen de las cuen tas al final, los que hacen
el b a lan ce del im pacto , los que au to rizan los p ro y ecto s y la en trada a u n a com unidad ,
d igam os, d ec isio n es m uy fu e rtes” (E n trev ista H . A ., 2006).
193
Organigrama SER
T am b ién ex iste el equ ipo o perativo encarg ad o de e jecu ta r los p ro g ram as y p ro y ecto s y se
d iv ide en c inco d ep artam en to s y dos áreas de traba jo . L os dep a rtam en to s son:
a) Departamento Jurídico (Cuenta con tres áreas de atención: Asesoría Legal, Capacitación en Derechos Humanos e Indígenas, Investigación sobre Derecho Indígena).b) Departamento Económico y Promoción Social (Con cuatro áreas de acción: organización, producción, comercialización y mujeres para impulsar el desarrollo económico y social).c) Departamento de Cultura y Educación (Enfoca sus actividades a promover la valorización y preservación de la cultura -idioma mixe- y también promueve diferentes eventos con la finalidad de discutir la forma de mejorar la educación).d) Departamento de Asuntos Políticos y Vinculación Política (El objetivo es responder a la realidad política del Pueblo Mixe de una manera planeada y sistemática. Una política desde las propias comunidades que responda a la realidad de éstas).e) Departamento de Administración y Proyectos (SER, 2004b).
194
L o s dep artam en to s cu en tan con u n titu la r y aux iliares, y a sea de cam po o que lab o ran en la
oficina. L as dos áreas son: 1) M ujeres, y 2) C o m u n icac ió n y D ifusión . E l á rea de m ujeres
se en carg a de p ro m o v er el d esa rro llo in tegra l de las m u jeres a trav és de ac tiv idades de
salud rep roductiva , salud dental, nu tric ión , aho rro y créd ito , m ed ic in a trad ic io n a l y cursos
de cap ac itac ió n en d erech o s in d íg en as y de la m u je r (SE R , 2004b). E l área de
co m u n icac ió n y d ifusión b u sca estab lecer m ecan ism o s para acced e r y fo rta lecer m ed io s
p ro p io s de co m u n icac ió n y ap o y a el trab a jo de los d epartam en tos con el u so de m ed ios
au d io v isu a les e im p reso s (H ernández, 2001: 191). E n el S E R tam b ién ex isten becario s, que
son estud ian tes de n ivel su p erio r que d esean co lab o ra r y ad q u irir exp e rien c ia en el traba jo
que rea liza la ag rupación . G en era lm en te v ien en de las co m u n id ad es in d íg en as y al fin a liza r
su p e rio d o reg resan a serv ir a sus com unidades.
L os g rupos de trab a jo y o rg an izac io n es loca les son las figu ras que ag lu tin an a las
b ases de la o rgan ización . L os g rupos de trab a jo im p lem en tan p ro y ecto s p ro d u c tiv o s
g estio n ad o s p o r el S E R y g en era lm en te son in teg ran tes de la A sam b lea de P ro d u cto res
M ix es (A S A P R O M ). L as o rg an izac io n es loca les son g rupos de las com un idades
in te resad o s en cap ac ita rse y p a rtic ip a r en la lu ch a p o r m ed io de ta lle re s y asesoría.
A p esa r de que la o rg an izac ió n m an tien e u n esp ac io p riv ileg iad o p ara la dec isión , la
asam b lea general, su estru c tu ra es je rá rq u ica . L o s socios co n fo rm an el g ru p o con m ay o r
cap ac id ad de d ec is ió n y com o no están siem pre p resen tes, las dec isio n es pu ed en ser
to m ad as p o r u n g ru p o m en o r de éstos. E l cargo de co o rd in ad o r general es ren o v ad o cada
cua tro años, así com o los je fe s de departam en to .
C om o se observa, esta o rg an izac ió n tien e u n a d ife ren c iac ió n in te rn a de fun c io n es
m u y clara. L a d iv isión del trab a jo y la fo rm a de to m a de dec isiones in d ica u n a o rdenación
po co flex ib le aunque e fic ien te en su labor. E sto co lo ca a sus in teg ran tes en u n a estru c tu ra
re la tiv am en te ríg id a en la que los rangos de m ay o r je ra rq u ía se a lcanzan en té rm in o s de la
experiencia , la resp o n sab ilid ad y el com prom iso . U n a estru c tu ra sim ilar a la v id a
com un itaria , que no g aran tiza n ecesariam en te re lac io n es horizon ta les.
S E R tien e sus o fic inas en la c iu d ad de O axaca, la casa m ixe. É s ta sirve p ara que
au to rid ad es y rep resen tan tes se ho sp ed en cuando acuden a la c iu d ad p ara h ace r a lguna
d ilig en cia o so lic ita r asesoría . E s ta casa se construyó con la co o p erac ió n de las
co m u n id ad es y sirve co m o u n espacio de en cu en tro en tre au to rid ad es de d ife ren tes
m u n ic ip io s y aseso res de SER.
195
El fin an c iam ien to es u n rub ro d ifícil de sobre llevar, y a que la o rg an izac ió n tiene
personal de o fic in a y cam po. D esd e su in ic io h a acud ido a o rg an izac io n es y agencias
in te rn ac io n ales p ara cu b rir el sueldo de sus trab a jad o res, to d o s e llos in d íg en as (m ix es y
zap o teco s) p ro v en ien tes de las com un idades. D esd e 1996 h a rec ib id o recu rsos
in te rn ac io n a les de N O V IB , la em b ajad a de E sp añ a y A lem an ia . T am bién h a so licitado
recu rso s a O X F A M , U N IF E M , M IS E R E O R , P R O F E C A , F u n d ac ió n In te ram erican a de E U
(IA F ) en tre otros. E sto les h a dado u n m arg en de lib e rtad p ara actuar, pues no hay u n a lín ea
p o lítica d e te rm in ad a (E n trev ista H . A ., 2006). P a ra la im p lem en tac ió n de los p royectos, h a
acud ido a in stitu c io n es esta ta les (S E D E S O L , C D I) y rec ib e apoyo de o tras o rgan izaciones:
C en tro N acio n al de A p o y o a M isio n es Ind íg en as (C E N A M I), C o o rd in ad o ra E sta ta l de
P ro d u c to res de C afé del E stad o de O ax aca (C E P C O ) (S E R , 2005). E sto s recu rsos son
so lic itados com o p ro y ecto s o p ara la rea lizac ió n de encuen tros, fo ros, ta lle res y
capacitac iones. E n años recien tes, a d ec ir del encarg ad o del d ep a rtam en to ju ríd ico , los
gastos han au m en tad o y a que ex iste m ay o r co b e rtu ra y han ten id o que so lic ita r la
co o p erac ió n de las com un idades que están siendo asesoradas.
b) Objetivos
D esd e su co n stitu c ió n S E R se fijó com o o b je tivo p rincipa l “p ro m o v er la u n id ad del P ueb lo
M ix e com o u n a estra teg ia p ara lo g ra r el d esa rro llo in tegra l au tó n o m o en el m arco de
n u estra cu ltu ra y con re sp e to a la n a tu ra leza” (SE R , 2004a). E l p aso o d esp lazam ien to de
las “ co m u n id ad es in d íg en as” a “p u eb lo s” rev e la u n p ro ceso crea tivo y estra tég ico de
inclusión . E s ta o rg an izac ió n h ered a ex p e rien c ia de la C O D R E M I y A S A M . V arg as (2001)
a firm a que el no m b re de “ S erv ic ios” es ilu stra tiv o de su carácter, y a que sus in teg ran tes
asu m en un serv ic io o teq u io an te sus re sp ec tiv as co m u n id ad es y an te el p u eb lo m ix e en su
conjunto . E s to ind ica, en p rim er lugar, que las v ías p ara m ejo ra r su situac ión d ependen de
ellos, y que la p e rten en c ia a u n a en tidad , en p len a construcción , au m en ta sus posib ilidades.
L os ob je tivos que en u n c ia son:
a) Apoyar en la satisfacción de las aspiraciones humanas, culturales, económicas y políticas del Pueblo Mixe. 127
127 Organizaciones holandesas para la Cooperación Internacional al Desarrollo.
196
b) Promover la unidad del Pueblo Mixe como requisito para un desarrollo integral.
c) Promover la vigencia irrestricta de la declaración Universal de los Derechos Humanos, y de las leyes que otorguen el ejercicio pleno de los derechos de las comunidades sobre sus recursos Naturales, Humanos y Culturales.
d) Prestar asesoría a las instituciones oficiales y privadas en trabajos relacionados con las comunidades.
e) Promover en las comunidades espacios y programas de salud, cultura y educación y apoyo técnico para la producción que redunden en el mejoramiento del nivel de vida del pueblo Mixe, previa investigación y capacitación.
f) Pugnar porque los programas del gobierno estatal y federal sean optimizados y aprovechados realmente por las comunidades.
g) Promover entre los pueblos Mixes la vida democrática dentro del estado de derecho garantizado por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y demás leyes.
h) En general, la celebración de toda clase de convenios y contratos que directamente se relacionen, deriven o sean consecuencia o convenientes para los objetivos indicados (SER, 2004b).
L a im p o rtan c ia que co n fie re al p u eb lo m ix e in d ica u n a v a lo rac ió n p o sitiv a de su legado . L a
in c lu sió n en sus o b je tivos de la D ec la rac ió n U n iversa l de los D erech o s H u m an o s y la
C o n stitu c ió n P o lítica de los E stad o s U n id o s M ex ican o s m u estra u n a ap reciac ión de
in stru m en to s lega les ú tile s p a ra lo g ra r su desarro llo y sug iere u n a co n c ien c ia é tn ica en
crecim ien to . S E R h a m o strad o ad ecu ac io n es a las c ircu n stan c ias y a la rea lidad ac tua l:
co m p lem en ta el llam ad o a la u n id ad y d efen sa m ix e con el fo rta lec im ien to de las
co m u n id ad es y p ueb los ind ígenas.
L a cap ac itac ió n de au to rid ad es y los jó v en es es m ás que u n ob je tiv o p ara S E R . E s
u n a so lución a la rg o p lazo , lo que p o sib lem en te p ro p ic ia rá la desap aric ió n de la
o rgan ización : “n o so tro s som os o rgan ización , pero tam b ién estam os im p u lsan d o la
o rg an izac ió n de las com un idades, yo creo que y a en b reve, en a lgunos añ itos, e llos p o r su
p ro p io p ie v an a cam inar, no es tan fácil p o rque se n ecesita apoyo técn ico , p ero la gen te v a
a p asa r a esc rib ir y a h ace r p ro y ec to s” (E n trev ista S. R ., 2006). E stas so luc iones fo rm an
p arte del m arco de p ro n ó stico , y a que con e llas se tra ta de rev ertir su actual situación.
É stas, a firm a el je fe de dep artam en to ju ríd ico , deben in ic ia r en las co m u n id ad es para
fo rta lece r lo p ro p io y fo rm ar u n a co n tin u id ad con éstas (E n trev ista H . A ., 2006).
197
S E R tam b ién se h a p ro p u esto com o m isión : “P a rtic ip a r ac tiv am en te en la
co n so lid ac ió n estatal y nac ional del m o v im ien to in d íg en a m ex icano , para im p u lsa r
a rticu lad am en te las re fo rm as p o líticas y ju ríd icas del E stad o M ex ican o com o b ase de la
n u ev a re lac ión en tre nu estro s pueb los, el estad o y la sociedad en g en e ra l” (S E R , 2004b).
E s to rev e la la am p liac ió n de su p ro y ecto y la p o sib ilid ad de a liarse con otras
o rg an izac io n es y m o v im ien tos. E n u n in ic io se co n cen tró en el p u eb lo m ixe, p ero en años
rec ien tes h a apoyado y aseso rad o a o tras com u n id ad es in d íg en as de O ax aca con el fin de
en tender, d is tin g u ir y d esa rro lla r los d iversos p ro ceso s en la o rg an izac ió n (S E R , 2004). Su
b ú sq u ed a de v ías h ac ia el cam bio p ro p ic ia su p artic ip ac ió n en la co n stru cc ió n de nuevos
s ign ificados com o se v erá m ás adelante.
E n la O N P y S E R los o b je tiv o s son cap ita les socia les y su p ro d u cc ió n im p lica
n eg o c iac io n es al in te rio r de éstas, pero u n a v ez defin id o s pu ed en u tiliza rse sin aparen te
am b ig ü ed ad en el cam po p ó lítico p o r cu a lq u ie r in teg ran te de las o rgan izaciones. P ro y ec tan
u n a im agen , y p u ed en cam b ia r o tran sfo rm arse con el tiem po . E sto se re lac io n a con la
fo rm a en cóm o se q u ie ra h ac e r v e r a la o rg an izac ió n en u n m o m en to de term inado . Incluso ,
com o afirm a M ay n tz (1980), el ob je tiv o de la o rg an izac ió n no tien e que se r n ecesariam en te
id én tico al que se define com o tal en sus estatu tos. L o que o casio n a d ife ren c ias in ternas
son las fo rm as en que se cum plen , pu ed en v a ria r de u n líd e r o g rupo a o tro y o casin ar
d isputas.
c) Demandas
L a p rincipa l d em an d a es el re co n o cim ien to y co n so lid ac ió n de su au tonom ía. A p esa r de
que las o rg an izac io n es an terio res a S E R se en fo caro n en dem andas p o r recu rsos, la defen sa
del te rrito rio y la g estió n de p ro b lem as y conflic tos, la d em an d a au to n ó m ica p ron to
aparec ió en la d iscusión.
L a d em an d a de la au to n o m ía es p arte de la d em an d a de lib re de term in ac ió n
señ a lad a en los años ochenta. E n el d o cu m en to Contribuciones a la Discusión sobre los
Derechos Fundamentales de los Pueblos Indígenas (p roducto del S im posio
In d o la tin o am erican o convocado , en tre o tros, p o r S E R ) se h ab la de d erech o in d íg en a y lib re
de term inación . E n los años noven ta , S E R desarro lló u n a fuerte crítica al re fe rir a los
sis tem as ju ríd ic o s ind ígenas com o D erech o C o n su e tu d in ario y a rgum en tó a fav o r del
198
D erech o M ix e con ca rac te rís ticas específicas. L a d em an d a de reco n o c im ien to com o
P u eb lo M ix e -c a p a z de e je rcer su lib re d e te rm in a c ió n - inc lu y ó las dem andas anteriores:
128
El reconocimiento de que somos pueblos es para nosotros fundamental, pues constituye el punto de partida para que se admita que tenemos derechos colectivos [^] Y es importante que las leyes nacionales e internacionales recojan este reclamo, pues las definiciones legales tienen repercusiones prácticas en la aplicación de las mismas (SER, 1993: 9).
C om o afirm a M áiz , la fase in ic ia l del p ro n ó stico co n stitu y e u n p ro ceso crea tivo de
recreación , filtrad o y n eg o c iac ió n de e lem en to s v ario s (p roceden tes de la trad ic ió n
ind ígena, de las id eo lo g ías rev o lu c io n arias, de la lu ch a co n tra la g lo b a lizac ió n liberal, del
eco log ism o, e tcé tera ) p a ra p resen ta r la recu p erac ió n de u n a esen c ia é tn ica p rís tin a perd id a
tras la co lo n izac ió n (M áiz, 2004: 165). E s ta dem an d a es ig u a lm en te señ a lad a p o r o tras
o rg an izac io n es in d íg en as y m o v im ien to s . E v o lu c io n ó en encu en tro s y co n feren cias en
d istin tos ám bitos (com unal, reg ional, nac iona l e in te rn ac io n a l) y surg ió en u n m arco de
em erg en c ia in d íg en a favorab le . A p a rtir de en to n ces se co locó com o d em an d a nac iona l del
m ovim ien to .
S E R desarro lló po stu lad o s que c im ien tan su d em an d a de p u eb lo en el territo rio :
“ derecho a g o za r del te rr ito rio m ix e com o ám b ito de ju risd icc ió n p rop ia , donde p odem os
e je rcer n u estra lib re determ in ac ió n , derecho que se d eriv a del h echo de que som os p u eb lo ”
(S E R , 1993: 6). A dem ás, lo co n sid era el esp ac io donde d esarro llan su v id a y cu ltu ra
(s is tem a de ten en c ia com unal), y le co n fie ren u n v a lo r sim bólico . B arab as (2004) p rec isa
que los p ro ceso s de reco n stru cc ió n de te rrito rio s é tn ico s p o r los in d íg en as se hacen en el
m arco de la re iv in d icac ió n de derechos te rrito ria les , y pu ed en fu n d arse en datos de la
te rrito ria lid ad sim b ó lica así com o en m itos m ig ra to rio s y h eró ico s de c reac ión territo ria l,
com o se ex p o n d rá en el cap ítu lo IV.
A m ed iad o s de los n o v en ta del sig lo X X , S E R concretó u n p ro y ec to de u n id ad para
el p ueb lo m ix e y reco n o ció en la au to n o m ía com unal la fu e rza y d irecc ió n p a ra p en sa r su
fu turo . E n la m ay o ría de las co m u n id ad es in d íg en as la e lección de sus au to rid ad es se
realiza, desde hace m u ch o s años, p o r m ed io del s is tem a de asam b lea com u n ita ria 128
128 Las características del Derecho Mixe son su integridad (no existe un ámbito jurídico separado de otras esferas), su carácter oral, su flexibilidad y carácter no estático, sus juicios sumarios (solución de conflictos se puede realizar en un solo momento), y sus nociones de compromiso y restitución del equilibrio social (SER, 1993: 16-17).
199
m an ten ien d o sus sis tem as n o rm ativ o s y, p o r tan to , c ierta au tonom ía. D e allí que p ro c lam en
el re co n o cim ien to de ésta, pues co n sid eran que la au to n o m ía y a se v iv e en los hechos: “no
estam os trab a jan d o p ara que h ay a au tonom ía, la au to n o m ía y a ex iste , en tonces cóm o segu ir
fo m en tad o y fo rta lec ien d o p ara que esa au to n o m ía co n tin u é” (E n trev ista S. R ., 2006). O tras
co m u n id ad es in d íg en as h an rec ib id o m ay o r in flu en c ia de la sociedad no in d íg en a y e ligen a
sus au to ridades p o r el s is tem a de p artidos p o lítico s (m u n ic ip io s de la m ix e baja), p o r lo que
S E R tam b ién p lan tea la reco n stitu c ió n de este sistem a: “E n co n tram o s en las com un idades
u n a v o lun tad , tác ita o expresa, de re s tau ra r y d esa rro lla r n uestras in stitu c io n es, p o n ien d o en
p rác tica los derechos fu n d am en ta les cuyo reco n o c im ien to con stitu c io n al se h a n eg ad o ”
(S E R , 2005: 283).
L os p ro ceso s de au to n o m ía en las co m u n id ad es traen consigo a lgunas
p reo cu p ac io n es com o en el caso purépecha . C o in c id o con S andra H e rn án d ez cuando
afirm a que es p o sib le que la au to n o m ía ind ígena, com o u n a rea lid ad de au todeterm inación ,
m ás que ser u n a rea lid ad ex p resad a p u ed e ser “u n a in te rp re tac ió n de la cap ac id ad de
p erm an en c ia en co n d ic io n es de d esv en ta ja y d esig u a ld ad ” (H ern án d ez B ., 2005: 203).
C iertam en te , las cap ac id ad es de g o b ie rn o com unal se h an con serv ad o en g ran parte del
te rr ito rio in d íg en a en O axaca, p ero el acceso a recu rso s y la g estió n de apoyos siem pre h a
rep resen tad o un re to p ara las com un idades. C o m o se m en c io n ó en el cap itu lo II, la fo rm a
de o b ten er recu rso s re sp o n d ía a u n acuerdo tác ito con el go b iern o p riísta , pero en la
ac tua lidad h a cam b iad o y la in je ren c ia de los p ro g ram as as is ten c ia lis tas (sin la an u en cia y
v ig ilan c ia de las au to rid ad es) p lan tea d ificu ltad es p ara la co n se rv ac ió n de los sis tem as de
rec ip ro c id ad y ay u d a (p o r e jem plo el tequ io ), y au m en ta la in flu en c ia de agen tes ex ternos
en la re so lu c ió n de con flic to s (tan to in stan c ias gu b ern am en ta les com o p artid o s po líticos).
E l reco n o cim ien to de la au to n o m ía que y a se v iv e rep resen ta u n a a lte rn a tiv a p ara la
co n serv ac ió n y desarro llo de los espacios que con sid eran p ro p io s y en los cua les e je rcen la
to m a de decisión . E s tev a afirm a que la p ro p u esta au to n ó m ica b u sca recu p era r facu ltades
y co m p eten cias que les h a a rreb a tad o el E stado , para en tonces d isp o n er lib rem en te de sus
p ro p io s espacios p o lítico s y ju risd icc io n a le s (E steva, 2002: 379). P e ro esta v is ió n arm ó n ica
de ja de lad o las p u g n as in te rn as y la d e fen sa que hacen caciques lo ca le s y reg iona les de los
“u so s y co stu m b res” p ara u tiliza rlo s a fav o r de sus in tereses. C o nsidero que hay que ten e r 129
129 En el Segundo Simposio Indolatinoamericano la mayoría de los mixes que asistieron no entendían el concepto de autonomía y entonces se propusieron diferentes traducciones en su idioma.
200
cau te la en la id ea lizac ió n de los p royectos au tó n o m ico s y ap o rta r críticas que puedan
re fo rza r las p rác ticas co m u n ita rias que p riv ileg ian el b ien es ta r co m u n ita rio y p erm itan la
p artic ip ac ió n de to d o s sus m iem b ro s, in c lu y en d o a las m in o rías .
L a p o stu ra de S E R v a lig ad a a la com unalidad . L os aspec tos a trav és de los
cua les se ex p resa el sen tido de co m u n alid ad son tie rra y te rrito rio co m u n al, p o d er com unal
(a sam b lea general), trab a jo com unal y fies ta com unal (R eg ino , 1998: 415). L a
o rg an izac ió n h a p a rtic ip ad o en el desa rro llo de este co n cep to y u n o de sus líderes lo
co n sid era n ecesario p ara la reco n stitu c ió n de los pu eb lo s in d íg en as (R eg ino , 1998). É sta
debe in ic ia rse en las co m u n id ad es y localidades, p o r lo que es n ecesario fo rta lecer las
cap ac id ad es lo ca le s de los in d íg en as en to d o s lo s ám b ito s de la v id a co m u n ita ria (R eg ino ,
1998: 420). E s ta fo rm a de acc io n ar sug iere que S E R fu n c io n a com o u n aseso r de
au to rid ad es y g rupos en las com un idades, p ero tien e cap ac id ad de co n v o ca to ria en tre éstos.
C u an d o h a rea lizad o ac tiv idades en la reg ió n lo g ra reu n ir a p arte co n sid erab le de sus bases
(p o r e jem plo en las S em anas de V id a y L en g u a M ix es, y la A sam b lea de P ro d u cto res
M ixes), aunque no co n tem p la la m o v ilizac ió n de g randes con tingen tes.
A d iferen c ia de la p o stu ra de la A N IP A , S E R afirm a que la au to n o m ía debe
in ic ia rse desde abajo , desde las co m u n id ad es y sus p ro p io s sistem as. E stev a p ro p o n e que
las au to n o m ías se fo rjen a p a r tir de la cap ac id ad de au to d e te rm in ac ió n ex is ten te en la base
social en v ez de tran sfe rir o d e leg a r facu ltad es y a tribuc iones a los go b iern o s esta ta les y al
federal, y que si d esean delegarlas sea u n a d ec is ió n p ro p ia (E steva, 1995: 27). L a
au to n o m ía es co n ceb id a p o r u n o de los líderes que m ás h a ap o rtad o a esta d iscusión:
Para nosotros la autonomía es una vivencia cotidiana que está sujeto a una serie de circunstancias, a una serie de situaciones [^] la autonomía nosotros la entendemos como un proceso largo, complejo, difícil, en el que la propia comunidad, en el que el propio pueblo tiene que ir apropiándose de la toma de decisiones, de la incursión de esas decisiones y conscientes de nuestra historia, de nuestras raíces, pero en un marco de cooperación y solidaridad, con otros esfuerzos similares, no sólo en México, sino también en el mundo, y no sólo en el ámbito de los pueblos indígenas, sino también en el ámbito de la sociedad civil entera (Entrevista A. R., 2006). 130
130 Algunos académicos han mostrado reservas a este concepto y han hecho críticas a este respecto (conversación con Yanga Villagómez, 2007).
201
E sta con cep ció n de au to n o m ía es m ás am p lia e im p lica tran sfo rm ac io n es en la sociedad y
el E stad o m ex ican o , p o r eso se inc luye la reco n stitu c ió n de los pu eb lo s in d íg en as. E sto
p u ed e in d ica r u n cam b io de p ersp ec tiv a y la ad ecu ac ió n a u n con tex to en el q u e sea
n ecesario fo rm ar co a lic io n es. In c lu so , los pasos para lo g ra r la au to n o m ía in c lu y en ám bitos
cada v ez m ás g en e ra les : el fo rta lec im ien to de la co m u n id ad o de la lo ca lid ad in d íg en a ; la
a rticu lac ió n e in te racc ió n e ficaz de las co m u n id ad es de u n m ism o p u eb lo y de éstas con
o tra ; y la a rticu lac ió n e in te racc ió n de los pu eb lo s ind ígenas en el p lan o estata l y nac ional
(R eg ino , 1998).
E stos cu estio n am ien to s apun tan a q u e S E R m an e ja u n dob le p ro ceso : re fu e rza la
au to n o m ía com unal, y fo rm u la y p ro y ec ta u n a au to n o m ía q u e las in c lu y a y las en lace de
fo rm a horizon ta l. E sto in d ica m o d ificac io n es en las a lte rna tivas y so luciones. Si b ien no
rech aza la au to n o m ía m un icipal ni la reg ional, adv ierte el p e lig ro de q u e u n a estru c tu ra
reg ional cree nu ev o s caciques y red u zca la lib e rtad de los g rupos étn icos (M attiace , 2002:
255). D efien d e la au to n o m ía com unal, pero el p ro y ecto de u n ificac ió n del p u eb lo m ixe
ap u n ta a u n a reg ional, in c lu so la A S A M es la p ru eb a de u n a fig u ra aso c ia tiv a que ab arca a
to d a la reg ión m ix e y rep resen ta ría el ó rgano facu ltad o p ara e je rce r u n a au to n o m ía
reg ional:
Sus implicaciones concretas residen básicamente en la creación de espacios de decisión regionales, como por ejemplo las Asambleas de Autoridades y de Representantes de Organizaciones, de tal forma que éstas sean las instancias máximas de decisión e interlocución frente a los gobiernos estatal y federal, así como frente a otras instancias externas (Regino, 1998: 422).
E s p o sib le que b u sq u en fo rm as de co m p ag in a r am b as postu ras, pero de in ic io lu ch an p o r la
com unal. M ald o n ad o arguye que d eb ido a las d ife renc ias en tre la zo n a fr ía (se rrana) y la
ca lu ro sa de los is tm eños, a la p o ca re lac ió n en tre éstas, y a la co n fo rm ació n de id en tid ad es
reg io n a les que ag lu tin an a d istin tos g rupos, u n a reg ió n au tó n o m a c ircu n scrita al te rrito rio
m ix e (co n fo rm ad a p o r los 19 m u n ic ip io s m ixes) es ta ría co n d en ad a al fracaso e in c lu so a la
v io lenc ia , com o suced ió con la creac ión del d istrito m ix e en 1938 (M aldonado , 1998: 376).
C o n sid e ro que esta afirm ació n p u ed e d eb a tirse en el sen tido de que ex isten an teceden tes,
com o la A S A M , de o rg an izac io n es creadas d esde aba jo y no im p u esta p o r u n cacique. E n la
p ráctica , la au to n o m ía de los pu eb lo s in d íg en as im p lica ría la in c lu sió n de las au tonom ías
co m u n ita rias en u n a fig u ra que ag lu tine sus fuerzas p ara ev ita r la v u ln erab ilid ad local.
202
R eg in o apun ta “L as fo rm as d em o crá ticas que hoy d ía p rac tican m u ch o s pu eb lo s en el
ám bito com unal y m u n ic ip a l, tien en que am p liarse p ara su e je rc ic io p len o en el ám bito
reg io n a l, a fin de que sea desde este p lan o , en donde se co n stru y a la rep resen tac ió n
in d íg en a de d ichos p u eb lo s , tan to en los C o n g reso s L o ca les com o en la L eg is la tu ra F ederal
(R eg ino en K raem er, 2003: 147). C o nsidero que los sis tem as in d íg en as de g o b iern o no
p u ed en lim ita rse a fo rm as d em o crá ticas (son m ás que eso) y que el p e lig ro de in scrib irse en
m o d as p u ed e lim ita r y d esech ar log ros p resen tes en los p royectos de fu tu ro . A p esa r de que
las dem andas y derech o s de estas p o b lac io n es se in scrib en en u n co n tex to y m o m en to
h is tó rico las o rg an izac io n es y sus p royectos, en este caso au tonóm icos, p a ra sob rev iv ir
tien en que reb asar los in te re ses co y u n tu ra les y p ro p o n e r fo rm as de in c lu sió n que no estén
lim itad as a la v ie ja estru c tu ra de poder. E sto se ilu stra con el hech o de se m an tien e la
d em an d a de au tonom ía, a p esa r de que en O ax aca se tien e la ley m ás av an zad a en m ate ria
ind ígena. E s ta ley (1998) define a los P u eb lo s Ind íg en as y la A utonom ía:
• Pueblos indígenas: "aquellas colectividades humanas, que por haber dado continuidad histórica a las instituciones políticas, económicas, sociales y culturales que poseían sus ancestros antes de la creación de Oaxaca, poseen formas propias de organización económica, social, política y cultural, y afirman libremente su pertenencia a cualquiera de los pueblos mencionados"
• Autonomía: "La expresión de la libre determinación de los pueblos y comunidades indígenas como partes integrantes del estado de Oaxaca, en consonancia con el orden jurídico vigente, para adoptar por sí mismos decisiones e instituir prácticas propias relacionadas con su cosmovisión, territorio indígena, tierra, recursos naturales, organización socio-política, administración de justicia, educación, lenguaje, salud y cultura" (Gobierno del Estado de Oaxaca, 2004: 14).
A u n q u e los avances fu e ro n sustancia les, d ich a ley tien e lim itac io n es y se suped ita a la ley
nac ional que p o see m ás candados, así lo co m en ta el je fe del d ep a rtam en to ju ríd ico de SE R :
“A l final n o so tro s d ijim os que era d ar u n paso ad e lan te y d a r dos hac ia atrás; sacam os un
p ro n u n c iam ien to cuando se p u b licó esa ley [ ^ ] p o rq u e no se sac rificab a n in g u n a
tran sfo rm ac ió n en la v id a in stitu c io n a l del E stad o , ni en po líticas p ú b licas” (E n trev ista H.
A ., 2006). L a fa lta de ap licac ión de las reg lam en tac io n es de esta ley p ro v o ca que las
dem andas in d íg en as no desaparezcan .
E stev a co n sid era que esta ley tien e u n a dob le lim itac ión : p o r u n a p arte (en ausencia
de la re fo rm a federa l d e riv ad a de S an A ndrés) co n tien e re stricc io n es p ara no co n trad ec ir a
la C o n stitu c ió n de la R epúb lica , aunque en vario s sen tidos la desbordan ; y p o r otra, en los
203
A cu erd o s de San A ndrés se fijó com o lím ite el respeto a los derechos hum anos, el cual tu v o
que ser asum ido p o r lo s leg is lad o res o ax aq u eñ o s (E steva, 2002: 387). A d ec ir de los
in teg ran tes de SER, la ley que h a ten id o u n a m ay o r ap licac ió n y que sign ificó cam bios para
los in d íg en as de la en tid ad es el C ó d ig o de d ec isio n es p o líticas y p ro ced im ien to s e lec to rales
del estado de O axaca. É ste reco n o ce que 418 m u n ic ip io s ind ígenas se rigen b a jo un
rég im en n o rm ativ o p ro p io y son ava lados p o r éste. S in em bargo , la d ep en d en c ia de las
co m u n id ad es resp ec to de las in stitu c io n es del g o b iern o se m an tien e (re laciones
c lien te lís ticas), p o r lo que se tra ta de u n a “ au to n o m ía re s tr in g id a” , que con trib u y e a
co n v a lid a r re lac io n es de sub o rd in ac ió n (B arabas, 1998: 359).
E n la co m u n id ad de estancia , la p a lab ra au to n o m ía no ten ía u n s ign ificado re levan te
p ara el m ejo ram ien to de la situación de v id a en tre a lgunos p o b lad o res m ixes. E n este
sen tido , la d is tan c ia en tre la v an g u a rd ia p ro p o sitiv a y las b ases sug iere que el p ro ceso de
d esco lo n izac ió n m ental que im p lica la co n c ien c ia é tn ica “ es u n trab a jo p o lítico que to d av ía
no se h a ex ten d id o su fic ien tem en te en tre los com uneros, p o r lo que aún no hay u n a
re sp u esta po lítica am p lia” (M aldonado , 1998: 373). C om o en el caso pu répecha , es
n ecesario co n sid erar que sistem as o rg an iza tiv o s ajenos a las co m u n id ad es im p lican riesgos.
A dem ás, el p ro y ecto que p ro p o n e S E R no h a lo g rad o co n so lid ar fo rm as de re so lu c ió n de
co n flic to s en tre com u n id ad es ind ígenas.
F in a lm en te hay que ad v e rtir acerca del hech o de que a lgunos de los d irigen tes de
S E R han co n cen trad o la d iscu sió n de estos tóp icos. K raem er (2003) co n sid era que en este
caso, A d e lfo R eg in o (uno de sus p rin c ip a le s líd e re s) tien e ideas b as tan te e lab o rad as acerca
de lo que p o d ría ser la au to n o m ía m ixe, en cam bio , los dem ás p artic ip an tes sólo tien en
claro que es n ecesario p ro teg e r trad ic io n es co m u n ales ta les com o la asam blea , el serv ic io
g ra tu ito , el tequ io , las n o rm as de la com un idad , fren te a ten d en c ias y acciones que tra tan de
d estru irlas y que son p ro m o v id as p o r el go b iern o y el p artid o en el p o d er (K raem er, 2003:
145-146).
d) Líneas de acción y actividades
S E R m an tien e d iferen tes líneas de acción: u n a d inám ica eco ló g ica que resca ta el respeto
p o r las d ife ren tes fo rm as de v id a (ed u cac ió n am b ien ta l); la co n stru cc ió n de u n alfabeto
m ix e que p o sib ilite la esc rito lec tu ra de la len g u a m ix e y la m o d ificac ió n de los esquem as
educativos ac tu a les; la fo rm ació n espec ia lizad a de m aestro s y p ro fesio n is tas m ixes con el
204
fin de p ro p ic ia r u n efecto m u ltip lica tiv o en los cen tros de trab a jo y ám b ito s de acción de
cada u n o de los fo rm adores; aseso ría a au to rid ad es y ay u d a a la g estió n y re so lu c ió n de
co n flic to s (ag ra rio s espec ia lm en te); el trab a jo con las m u jeres m ed ian te la im p lem en tac ió n
de p ro y ecto s espec íficos de sa lud , a lim en tac ió n , cap ac itac ió n y ta lle re s sobre derechos de
las m u jeres (SE R , 2006).
E l trab a jo o rgan iza tiv o de los g rupos se h a c im en tad o en reu n io n es y capac itac iones
co m u n ita rias a cargo de personal técn ico de S E R o con tra tado . L a capacitac ión ,
conc ien tización , el trab a jo dem ostra tivo , y la superv isión p erm an en te h an sido las
p rin c ip a le s ac tiv idades p ara im p u lsa r sus p royectos; p o r ejem plo el de d iversificación ,
seguridad y soberan ía a lim en ta ria (S E R , 2005: 274). E sto h a im p licad o u n aum en to de
cap ita les (cu ltu ra les y socia les) a n ivel co lectivo , q u e in c lu so h a red itu ad o en la ob tención
de p restig io y leg itim id ad (cap ita les sim bólicos).
E n lo que se re fie re a la ed u cac ió n am bien ta l y la d in ám ica eco lóg ica, S E R creó u n a
cam p añ a p ara fo m en ta r el desa rro llo sosten ib le: C o m u n ero s M ix es p o r la A g ricu ltu ra
S osten ib le (C O M P A S ). U n a de las p rim eras acciones que rea lizó (1990) fu e la c reac ión del
C oncejo de C o o rd in ac ió n del F o n d o de A u to p ro m o ció n del D esa rro llo E co n ó m ico M ix e
(C O C F A D E M ), a trav és del cual se exho rta ro n in ic ia tiv as de p ro d u cció n en las
co m u n id ad es y o rg an izac io n es m ixes. E n 1992, este C o nse jo se tran sfo rm ó en la A sam b lea
de P ro d u c to res M ix es (A S A P R O M ) con aseso ría de SER. L as ac tiv idades que rea liza están
d irig idas a p roduc to res, y su p rin c ip io fun d am en ta l es co n trib u ir a lo g ra r la seguridad
a lim en ta ria y el d esa rro llo eco n ó m ico de las fam ilias m ix es (SE R , 2005: 246).
L a A S A P R O M se creó p ara rea liza r los trab a jo s de p ro d u cc ió n y com erc ia lizac ión ,
p ero sin d e ja r de lad o la to m a de dec isio n es en las co m u n id ad es (SE R , 2005: 245). A
trav és de esta fig u ra S E R h a tra tad o de m o tiv a r la o rg an izac ió n en tre los producto res.
A S A P R O M tien e u n a d irec tiv a p rop ia , sus socios p erten ecen a d iferen tes co m u n id ad es
m ix es y sesiona cada b im estre , es decir, p o seen u n ó rgano p ro p io p ara d iseñar, e jecu tar y
ev a lu a r sus p ro y ecto s económ icos. H an im p u lsad o p royectos p ro d u c tiv o s y de
co m erc ia lizac ió n con el cu ltivo de café, h o rta lizas, c ría de p o llo s y cerdos, y artesan ías.
C abe d estacar que el cu ltivo del café es de g ran im portanc ia , y a que rep resen ta en la reg ión
m ix e la p rincipa l fu en te de in g reso s m o n e ta rio s (SE R , 2004b). E n la co sech a del 2 0 0 1
2002 se lo g ró la ce rtificac ió n com o café orgán ico , lo que p ro p ic ió u n p ro d u c to m ejo r
205
valuado y mayor comercialización. Otras actividades que han realizado los integrantes
de ASAPROM son la implementación del riego por aspersión; el aumento del cultivo
orgánico en el maíz y el café; la elaboración de abono orgánico y control de plagas, la
promoción de otros cultivos para evitar el monocultivo del café, entre otros rubros.
En el mes de agosto (2006), una de las socias me informó que SER decidió
desparecer a ASAPROM como figura legal, pero continuaría asesorando a los grupos de
productores que así lo quisieran. Esto respondía a la falta de comunicación entre SER y la
directiva de la ASAPROM, y a que se excluía a SER (quienes continuaban siendo sus
asesores) de las decisiones de aquélla. A decir de una de las encargadas del departamento
económico, en la directiva de la ASAPROM se encontraban personas que no tenían la
convicción de trabajar en conjunto y que no habían solicitado su apoyo, por tanto, no
respaldarían las decisiones y acciones de ésta (Entrevista S. R., 2006). Esta decisión se
relaciona con la falta de atención que alegaron los integrantes de ASAPROM por parte de
SER en la comunidad de investigación, y con la disminución de socios (en un principio
eran cerca de 600 y en los últimos conteos llegaban aproximadamente a 200): “Antes había
talleres, hortalizas, nos iba bien con SER, pero ahora nos han olvidado” (Entrevista G. M.,
2006).
La decisión de desaparecer una figura legal que había sido iniciativa de SER indica
la poca tolerancia a desavenencias y disconformidades con la organización. El cuidado en
el prestigio y el uso del nombre de SER para conseguir recursos parece ser una
preocupación constante de los socios y la directiva. El marcar distancia y optar por una
medida radical sugieren una dinámica estricta, así como la existencia de conflictos con los
grupos comunitarios o con sus líderes.
En la línea de educación y formación de personal capacitado se ha puesto mucha
atención en el desarrollo de la lengua escrita (el ayuuk). Se propuso la integración de un
alfabeto unificado, y hasta la fecha sólo falta tomar acuerdo sobre tres grafías. SER
también ha trabajado para socializar entre los jóvenes y niños la escritolectura del mixe.
Esto se ha logrado a través de talleres de capacitación y seminarios que denomina Semanas 131
131
131 En este proceso se apoyaron con dos organizaciones que participan del cultivo y comercialización del café orgánico en Oaxaca: UCIRI y CEPCO.
206
de V id a y L en g u a M ix es (re to m ad a desde 1994) (SE R ; 2 0 0 4 b ).132 E sta s Sem anas,
rea lizad as p o r p rim era v ez en 1983, son p ro m o v id as p o r la o rg an izac ió n tres v eces al año
en los p erio d o s v acac io n a les (abril, agosto y d ic iem bre). H a sta la fech a son 19 las
rea lizad as en d iferen tes com unidades.
S E R co n cen tró en el P ro y ec to de In stru m en tac ió n de la E d u cac ió n B ásica M ix e u no
de sus p rin c ip a le s o b je tivos y co o rd in ó (jun to con la U n iv ersid ad P ed ag ó g ica N ac io n a l) el
D ip lo m ad o en L en g u a y C u ltu ra M ix es que tu v o com o fin a lid ad m u ltip lica r los
co n o c im ien to s en las au las fo rm a les de ed u cac ió n a trav és de los m aestro s de educación
in d íg en a que trab a jan en la reg ió n (SE R , 2004b). A dem ás, creó u n cen tro de in v estig ac ió n
y docum en tación . D u ran te el 2006 , el p ro y ecto de u n a U n iv ersid ad In d íg en a In tercu ltu ra l
p a ra la reg ió n estab a p o r co n cre tarse a cargo del C en tro de E stu d io s A y u u k y con el apoyo
de los jesu itas . S E R p artic ip a com o aseso r d eb id o a su exp e rien c ia en la p ro m o ció n (jun to
con o tras in stan c ias y au to rid ad es) de p ro y ecto s educativos com o el B ach ille ra to In tegral
C o m u n ita rio A y u u k P o liv a len te (B IC A P ) en T lahu ito ltepec , O axaca.
C abe ag reg ar que la educac ión es co n sid erad a com o e lem en to d ec is iv o en la
fo rm ació n de u n ser h u m an o que re flex io n e sobre su realidad:
Lo que apostamos es a que la gente reflexione su realidad y que desde ahí reaccione, y para eso el tipo de educación que nosotros estamos promoviendo tiene un papel fundamental [^] Para nosotros es muy importante que el muchacho y la muchacha tengan un tipo de formación que lo reivindique como ser humano (Entrevista A. R., 2006).
E sta v is ió n in c lu y e la d ig n ificac ió n del in d íg en a con derechos y ob ligaciones. C abría
p reg u n ta rse en qué m ed id a su p ro y ecto de reco n stitu c ió n de los pu eb lo s in d íg en as re to m a y
p rio riza el resp e to de los derechos h u m an o p o r en c im a de los derechos co m u n ita rio s o
co lectivos.
L a o rg an izac ió n da m u ch a im p o rtan c ia a la cap ac itac ió n a las co m u n id ad es
“ decim os: lo que les estam os dando es capacitac ión , que se conozcan experiencias y que
las ap liq u en p o rq u e en eso consiste n u estro p royecto , y si lo g ram o s co n seg u ir a lgo de
in fraestru c tu ra p ara fo rta lecer eso, m u y b ien ” (E n trev ista S. R ., 2006). Im p u lsa p ro g ram as
p ara fo rm ar p ro m o to res co m u n ita rio s (con m ay o r énfasis en D erech o In d íg en a) con el fin
132 Uno de los aportes más importantes de la CODREMI fue la creación, junto con otras instancias, de las "Semanas de Vida y Lengua Mixes" (SEVILEM).
207
de que se d esem p eñ en com o o rien tadores de su co m u n id ad (SE R , 2004b). A p esa r del
acen to que la o rg an izac ió n po n e en este rub ro p arece ser in su fic ien te , la co b ertu ra es
b as tan te am p lia y en los g rupos p ro d u c tiv o s se reg is tra fa lta de ésta.
L a aseso ría de au to rid ad es y g rupos lo ca le s en la re so lu c ió n de co n flic to s es qu izás
la lín ea m ás saturada. S E R cu en ta con esp ec ia lis tas en el ram o ju r íd ic o y en litig ar
p ro ceso s agrarios, adem ás m an tien e u n a in te rlo cu c ió n ce rcan a con in stitu c io n es
g u b ern am en ta les p a ra can a liza r de m an era ráp ida, los asun tos de las co m u n id ad es (SER ,
2004b). U n a de las acc io n es de m ay o r re lev an c ia que rea lizó la A S A M fu e im pu lsar, a
p a rtir de 1987, u n a in s tan c ia de cap ac itac ió n ju r íd ic a d en o m in ad a A c ad em ia de D erechos
Ind ios. É sta con tó con el apoyo de la U n iv ers id ad A u tó n o m a M etro p o litan a-A zcap o tza lco ,
la C o m isió n de D erech o s H um anos, la F acu ltad de D erech o de la U n iv ers id ad A u tó n o m a
B en ito Ju árez de O axaca, el C IE S A S -Istm o , y el IN A H -O ax aca (H ernández , 2001: 185).
E n la ac tua lidad , con tin ú a cap ac itan d o a g rupos de com uneros, p ero con el no m b re de
A cad em ia de D erech o s In d íg en as de la A sam b lea M ix e (A D IA S A M ) (S E R , 2006). F a lta ría
in d ag ar el im p acto en las com u n id ad es de o rig en del personal cap ac itad o que se fo rm ó en
estos espacios.
L os co n flic to s agrarios, ya sea en tre co m u n id ad es m ixes, y en tre m ix e y no m ixe,
son de los m ás com unes. E sto se debe a que sólo ex isten títu lo s p rim o rd ia les y la p ro p ied ad
se d efiende en té rm in o s de la posesión . A lgunos casos han lo g rad o so lu c io n arse p o r la v ía
de la conciliac ión , au n q u e se siguen litig an d o c ien tos de h ec tá reas en tre v ec in o s m ixes. E l
con flic to p o r lím ites en tre S an ta C ruz C ondoy y O cotal (co m u n id ad es m ix es) ilu stra este
punto:
Ellos [los de Ocotal] estaban provocando, le dispararon a un señor cuando estaban sembrando maíz y les tumbaron los cafetos y árboles, el señor se murió. Otra vez hubo balacera, pero estaban agentes del municipio y del ministerio público, porque hay una parte que está siendo afectada de Condoy y no se quiere dejar ese terreno. Este conflicto vienen desde el 11 de octubre de 2005, pero el pueblo está esperando, hay que ver primero qué va a hacer el gobierno, y no se sabe quién es la gente de Ocotal (Entrevista G. M., 2006).
E l sínd ico m un icipal de S an ta C ruz C o n d o y co m en tó que an tes que n ad a se tien e que
castig a r a la gen te que co m etió el crim en, h asta en to n ces p odrán in ic ia rse las p lá ticas para
so lu c io n ar el conflic to , p o r eso a firm a que el “p u eb lo está esp e ran d o ” . E s ta p ro b lem ática
208
p lan tea serios re tos p ara la u n id ad del P u eb lo M ixe, com o en el caso purépecha . A p esa r de
q u e S E R h a creado espacios, com o la A sam b lea de C iu d ad an o s M ix es p o r la A u tonom ía ,
p a ra re flex io n ar y co m p artir exp erien c ias de lo s asun tos q u e p ro v o can conflic to s, y
p ro p o n e r so luc iones p ara co ad y u v ar a la a rm o n ía de las com u n id ad es y la reg ió n (S E R ,
200 4 b ) la m ay o ría de esto s co n flic to s siguen sin so lución.
L a lín ea y p ersp ec tiv a de la m u je r em pezó en 1989 con la im p lem en tac ió n de
p ro y ecto s de salud, a lim en tac ió n y capacitac ión . E n 1993, se am plió a p ro y ecto s de
ho rta lizas, ta lle re s sobre derechos de las m u jeres y el u so -p rep arac ió n de la soya (S E R ,
2006). S E R p ro m u ev e ac tiv idades de salud rep roductiva , nu tric ión , ah o rro y créd ito , y
cursos de capacitac ión . T am b ién h a coo rd inado , ju n to con o tras o rg an izac io n es de atenc ión
a la m ujer, fo ros y encu en tro s de re flex ió n acerca de la s ituac ión de la m u je r in d íg en a y las
p o sib ilid ad es de m ejo ra r su s ituac ión de v ida. U n o de los socios reco n o ce q u e el papel de
ésta h a sido re leg ad o h is tó ricam en te , p o r lo q u e es n ecesario b rin d a r h erram ien tas para
in c rem en ta r su p rep arac ió n y d esarro llo :
A menudo ha sido la crítica que se nos ha hecho a los pueblos indígenas: olvidamos a las mujeres en nuestro sistema de organización. Nosotros reconocemos ese hecho y estamos trabajando de manera importante, aquí tú verás que varios de los rostros son rostros de mujer, porque estamos tratando de dar un mensaje de que en este nivel la mujer puede tener una participación muy importante en el pueblo, contribuir en la defensa de nuestra vida y de nuestras instituciones (Entrevista A. R., 2006).
L as m u jeres m ixes rep resen tan el sec to r con m enores n iv e les de ed u cac ió n fo rm al y
reg is tran tasas altas de m o no lingü ism o . E n com u n id ad es m ix es com o Q u etza ltep ec , las
m u jeres son re leg ad as de los cargos públicos: “A cá las m u jeres no p artic ip an en los cargos
púb licos, aunque si tien en v o z y vo to . E n T lahu i sí, a llá p a rtic ip an m ás y traba jan , e llas
agarran el hacha. E n Q uetzal sólo los h o m b res u tilizan el h ach a” (P o b lad o r de
Q u e tza ltep ec m ixe, 2006). E ste co m en ta rio p erm ite ilu s tra r la situación de las m u jeres en
dos contex tos: p o r u n lad o ex isten co m u n id ad es y, p a ra el caso de Q u e tza ltep ec cabeceras
m un icipales, en la que aún se d e lim ita el papel de las m u jeres a c ierto s espacios (n o ocupan
ni la reg id u ría de educación ), p ero p u ed en h ab la r y v o ta r en la asam b lea ; p o r otro, ex isten
co m u n id ad es en d o n d e las m u jeres han ido co n q u is tan d o cargos en el ay u n tam ien to (co m o
la reg id u ría de ed u cac ió n ) con la ay u d a de cap ac itac io n es y ta lleres, com o T lahu ito ltepec ,
209
lu g a r de o rigen de u n o de los fu n d ad o res de SER, F lo rib erto D íaz. E n esta ú ltim a,
in teg ran tes del g ru p o de tra jes típ ico s co m en ta ro n que hay m altra to h ac ia la m ujer, pero
que el p u eb lo lo está superando , “ an tes e ra bastan te y h a co stad o trab a jo ” (E n trev ista A. O.
y E. G ., 2006).
E n 2004, S E R apoyó a u n g rupo de m u jeres p ara o b ten er recu rso s y c rear u n a
p an ad ería en S an ta C ruz C ondoy, m u n ic ip io de Q uetzaltepec . E ste g ru p o h ab ía partic ipado
en ta lle res de derechos in d íg en as y género , tam b ién m an tien e u n ca ja de aho rro con la
o rgan ización . É sta rea lizó la g estió n p ara el p ro y ecto y al ser acep tado , ayudó en la com pra
del equipo , la m ate ria p rim a y la capacitac ión . E sto s recu rsos p ro v in ie ro n de la C D I, y la
d irec to ra de las o fic inas en A y u tla afirm ó que este p ro y ecto ta rd ó u n año y m ed io en
operar, y a que S E R dem oró en co m p rar los m ateria le s y m aq u in aria (E n trev ista A. N .,
2006). A p esa r de esto , du ran te el 2006 el g ru p o de trab a jo de m u jeres fu n c io n a y hacen
pan cada sem an a p ara v en d e r en la localidad . A leg an que el m ercad o es po co y hay
com petencia , adem ás de que afirm an que les fa lta cap ac itac ió n p ara in cu rs io n ar en la
pastele ría . L a A S A P R O M está in teg rad a en u n 51% de m u jeres p ro d u c to ras de café, a
trav és de esta ag ru p ació n han rec ib id o apoyos fo ca lizad o s de d ife ren tes instituciones.
F a lta rá in v estig a r qué co n secu en c ias ten g a la desap aric ió n de ésta en la a tenc ión al g énero
fem enino .
S E R p artic ip a ac tiv am en te en las d iscusiones, fo ros nac ionales, encuen tros
in d ep en d ien tes sobre la lu ch a ind ígena. H a com batido , desde u n a p o sic ió n pac ifista , al lado
del E Z L N . P a rtic ip ó en la o rg an izac ió n del 1° y 2° S im posio In d o la tin o am erican o (1995) y
en el ta lle r “L as tie rra s co m u n ales y el artícu lo 27 co n stitu c io n a l” (1992), asistió al I F o ro
de D iá lo g o y R eflex ió n de P u eb lo s Ind íg en as en M éx ico (1994), o rg an izó en O ax aca -
ju n to con o tras o rg a n iz a c io n e s- la co n su lta p o r el reco n o c im ien to con stitu c io n al de los
derechos in d ígenas (1999) y los F o ro s de R ea lid ad Ind ígena , C am p esin a y N egra .
A dem ás, p artic ip ó en el F o ro N ac io n a l In d íg en a conv o cad o p o r el E Z L N en el m arco de
los D iá lo g o s de San A n d rés sobre el tem a de D erech o y C u ltu ra In d íg en a (1994); y en la
c reac ión del C N I co n v o cad a p o r el E Z L N (1996). 133
133 En dicha consulta se emitieron aproximadamente 300 mil votos que aprobaban la necesidad de una reforma constitucional en los términos acordados en San Andrés y en el territorio mixe realizaron la consulta en todos los municipios mixes y se emitieron aproximadamente 10 mil votos favorables a dicha iniciativa (SER, 2006).
210
S E R m an tien e v ín cu lo s con in stan c ias in te rn ac io n a les y u n o de sus in teg ran tes,
A d e lfo R eg in o , p a rtic ip ó com o aseso r del E Z L N y fo rm ó p arte de la C arav an a q u e se
p resen tó en el C o n g reso de la U n ió n en la cap ita l del país (2001). E n años pasados, A de lfo
rep resen tó a M éx ico en la C onclave In d íg en a en la O E A . B o u rd ieu (2000) a firm a que el
trab a jo de re lac io n arse es p arte in teg ran te del cap ita l social, así com o la d isposic ión
(adqu irida ) p a ra ap ro p ia rse y m an ten e r esa co m p eten cia esp ec ífica (B ourd ieu , 2000: 153),
en este sen tido , la co n cen trac ió n de cap ita les que h a lo g rad o este agen te le p erm ite m ay o r
m o v ilid ad en el cam po po lítico y ay u d a a p ro d u c ir cap ita l sim bólico . L a in te racc ió n que h a
lo g rad o en la aren a in te rn ac io n al h a apo rtado e lem en tos p ara re fo rza r el p ro y ecto de la
o rgan ización , a la v e z que h a con tribu ido , desde la v is ió n com unitaria , a la p ro b lem ática
in d íg en a in ternacional. E s to h a au m en tad o el p restig io de SER, pero tam b ién ex iste el
pe lig ro de que este in teg ran te só lo se m u ev a en c írcu los in te rn ac io n a les y se despegue de
las exp erien c ias com unitarias. U n in teg ran te así es d ifícil de co n tac tar y hay la p o sib ilid ad
de que tra te de d irecc io n ar el p ro y ec to h ac ia líneas a jenas a la rea lid ad de las com un idades
m ix es p ara segu ir ten d en c ias p o líticas externas.
e) Formas de participación
S E R m an tien e con tac to con las co m u n id ad es que aseso ra y con los g rupos de trab a jo en la
g estió n de recursos. E s tá al tan to de las conv o cato rias y las in stan c ias fin an c iad o ras que
p u ed en ap o y ar p ro y ec to s ; da segu im ien tos a las so lic itudes y can a liza los recu rso s a los
g rupos y com unidades.
L os g rupos que ap o y a S E R son conocidos con an terio rid ad y han ten id o trab a jo con
la organ ización . A l p reg u n ta r si cu a lq u ie r co m u n id ad p o d ía so lic ita r ay u d a p ara g estio n ar
recu rso s m e co m en ta ro n que no, que la o rg an izac ió n tien e cu id ad o de re sp a ld ar
co m u n id ad es y p ro y ecto s con los cua les y a h a ten id o experiencia : “ los recu rsos que
ob tu v im o s los rec ib iero n com o prem io , p o rq u e llev am o s m u ch o tiem p o en la ca ja de
ahorro , y con el trab a jo que h ic im o s lo g ram o s ese ap o y o ” (E n trev ista F. F ., 2006). E n caso
de tra ta rse de un g rupo nuevo , se in teg ra p rim ero a ac tiv idades com o cursos y
cap ac itac io n es p ara co n o cer su d esem p eñ o ; si el g rupo m an tu v o el in terés y con tin ú a
o rg an izad o se le av isa de a lg u n a co n v o cato ria p a ra so lic ita r apoyos (E n trev ista S. R .,
2006).
211
L as co m u n id ad es de o rigen de los d irig en tes-so c io s han con tado con p ro y ecto s y
apoyos ex tern o s, p ero no se reg is tra u n tra to p riv ileg iad o h ac ia e llas . L o q u e si aparece es
u n avance re flex iv o en la p ro b lem ática in d íg en a y u n au m en to en la fo rm ac ió n de
p ro fesio n is tas , p o r e jem plo en T lah u ito ltep ec y A lo tep ec p o r c ita r los m ás sig n ifica tiv o s.
E sta o rg an izac ió n m an e ja u n a d in ám ica q u e in v o lu cra p len am en te a los g ru p o s que
aseso ra . L es p re sen ta p o sib ilid ad es de recu rso s y en tre to d o s dec iden la m e jo r op ció n . S E R
b u sca q u e el p ro y ecto o d em an d a re sp o n d a a los in tereses y p reo cu p ac io n es de las
co m u n id ad es y sus g ru p o s . C u an d o los p ro y ecto s son p ara la co m u n id ad , las au to ridades
p artic ip an ac tiv am en te ; p o r e jem p lo , en la cab ece ra de Q u e tza ltep ec m ix e se cam b ió el
cab leado de lu z e léc trica y las au to rid ad es lo g estio n aro n con ap o y o de S E R y el
fin an c iam ien to de la C D I. E n cam b io , cuando los p ro y ecto s están d irig id o s a g rupos
esp ec ífico s , las au to rid ad es no n ecesariam en te están al tan to de és to s , aunque es com ún
q u e p ara so lic ita r recu rso s las au to rid ad es d eben firm ar y se llar u n d o cu m en to q u e ava le al
g rupo en la co m u n id ad . D u ran te m i estanc ia en cam p o , in teg ran tes de S E R afirm aron que
esta o rg an izac ió n no les p ed ía d inero y m ás b ien los aseso rab a y litig ab a en su defensa .
L a fo rm a de o to rg ar recu rso s y la d in ám ica de los p ro g ram as asis ten c ia lis tas ha
d eb ilitad o fo rm as de “ serv ic io ” y de rec ip ro c id ad trad ic io n a les com o el tequ io , a firm a el
je fe del d ep a rtam en to ju ríd ico . L as au to rid ad es de la co m u n id ad de in v estig ac ió n se
q u e ja ro n de q u e los p o b lad o res y a no q u ie ren h ace r el teq u io po rq u e p re fie ren q u e lo hagan
aque llo s q u e rec ib en a lg o a cam b io , p o r e jem p lo , aque llo s q u e rec ib en apoyo del p ro g ram a
O P O R T U N ID A D E S . E sto ilu stra los re tos que en fren tan las o rg an izac io n es y g rupos
in te resad o s en fo rta lecer la co m un idad :
Lanzamos la idea de la agricultura sostenible sin fondo, con trabajo de la comunidad y quizás con apoyo únicamente para compra de materiales. Entonces todo mundo puso el grito en el cielo, y pasamos de 603 productores a 350 más o menos. De plano decían “Pus si no va a salir nada ya me voy, no da para comer”, pero respondimos: “La organización está para que organizadamente salgamos adelante, si no comparten esa idea pues no son de la organización, ni modo, no podemos detenernos” (Entrevista, H. A., 2006).
E ste tes tim o n io m u estra la ex is ten c ia de p ro ceso s sim ilares en el caso p u rép ech a y m ixe. A
p esa r de q u e , los in teg ran tes de las o rgan izac iones rec ib en cap ac itac ió n y apoyo técn ico , no
p erc ib en com o b en e fic io estos aspectos. A m b as o rgan izac iones reco n o c ie ro n en estos
212
pro g ram as u n serio pe lig ro p ara el log ro de sus p ro y ecto s de reco n stitu c ió n de pueb los, y
p o r tan to , h an o p tado p o r co n tin u ar con la lab o r de co n sc ien tizac ió n . U n in teg ran te de S E R ,
que fue au to ridad en su co m u n id ad agrega: “L a g en te v a despertando , v am o s despertando ,
no sab íam os nada. P o r eso segu im os en con tac to con ellos, y m ás cuando hay p ro b lem as”
(E n trev ista G. R s., 2006).
E l n ivel de p artic ip ac ió n de las co m u n id ad es y g rupos es variab le , y d ep en d e de los
in te reses de éstos. U n o de sus socios a rg u m en ta que u n a v ez re su e lto el co n flic to p o r el
cual acu d ie ro n las au to rid ad es a S E R o cuando los g ru p o s de p ro d u c to res d esa rro llan las
cap ac id ad es p a ra co n d u c irse p o r sí m ism os, dejan de acu d ir a la o rg an izac ió n , p ero queda
el re feren te de dónde acu d ir cuando ten g an que en fren tarse a o tro co n flic to y m an tien en el
con tac to (E n trev ista H . A ., 2006). E n tre los in teg ran tes de la o rg an izac ió n ex isten aquellos
que h an m an ten id o u n c rec im ien to p ro fesional y cada v ez son m ás ex p e rim en tad o s en su
á rea de trab a jo (p o seen m ás cap ita le s); o tro s son líderes en sus co m u n id ad es y p artic ip an
o rg an izan d o a los g rupos, fin a lm en te están las b ases de S E R , p rin c ip a lm en te son
ag ricu lto res que m an tien en re lac io n es con la o rg an izac ió n d eb ido a aseso rías o la
re so lu c ió n de conflic tos.
L as redes que la o rg an izac ió n estab lece con sus com u n id ad es re sp o n d en m ás a
gesto rías, cap ac itac io n es y sup erv is ió n de p royectos. R e lac io n es de paren tesco , com o en el
caso pu répecha , no fu e ro n v is ib le s y el in v o lu cram ien to que las co m u n id ad es y g rupos
m ix es m o straro n con la ta rea de la o rgan izac ió n se p erc ib e en el p lan o p ro fesional. E n este
caso, no se reg is tra ro n re lac io n es c lien te la res en tre las o rg an izac io n es y sus bases. E sto no
in d ica n ecesariam en te que no ex istan , sino que en el aná lis is hech o no aparecieron .
L a re lac ió n de S E R con las co m u n id ad es se da, m ay o rita riam en te , a trav és de los
técn ico s y personal de cam po que acude a éstas p a ra aseso ra r y su p erv isa r las ac tiv idades
de los p rogram as. L a re fe ren c ia que tien en de S E R las com u n id ad es m ás a le jadas y con
m ay o res p ro b lem as de accesib ilidad , com únm en te , es el personal técn ico -ju ríd ico , y
p o sib lem en te no co n o cen a los d irigentes. E l p ersonal de o fic in a só lo co n o ce los con flic to s
in d íg en as cuando los afec tados acuden a la casa p ara so lic ita r ay u d a o aseso ría ; y la
in te racc ió n en tre éstos y la d irec tiv a de S E R es reducida. A dem ás, la casa -o fic in a está
u b icad a en la cap ita l del estado y la po b lac ió n m ix e m ás p ró x im a está a dos horas de
d is tan c ia (A y u tla m ixe). E sto p o d ría in d ica r fa lta de con tac to y a le jam ien to de la
p ro b lem ática co tid iana. P ero , la o rg an izac ió n estab lece la d in ám ica de re u n ir a sus b ases y
213
g rupos a trav és de d ip lom ados, las sem anas m ixes, cu rsos y u n a asam b lea anual a la que
in v itan a to d as las au to ridades m ixes p ara d iscu tir p ro b lem as y p ro y ecto s (E n trev ista , H . A .,
2006).
L a co m u n icac ió n en tre las b ases y S E R se estab lece de dos fo rm as . U n a es m ed ian te
u n a llam ad a te le fón ica , de p arte de las au to rid ad es e in d iv id u o s que so lic ita ayuda, a la
o fic in a de SE R . E sto se debe a que las d istan c ias g eo g ráficas son g ran d es y a que ex iste
fam ilia rid ad con el id io m a ayuuk, y a que la m ay o ría de los in teg ran tes que trab a jan en la
o fic in a lo hab lan . L a o tra fo rm a es a trav és de lo s técn ico s (p a ra los g rupos p ro d u c tiv o s) y
los abogados (en el litig io de con flic to s) que lab o ran en cam p o ; ésto s se v u elv en
in te rm ed ia rio s en tre las com u n id ad es y la d irec tiv a de S E R . A dem ás, es tab lecen re lac iones
cercanas con los g rupos y co m u n id ad es con los que traba jan , in c lu so se p ro d u cen re lac iones
de am istad y adm iración , lo que p o d ría co n trib u ir al in v o lu cram ien to en acciones
co lec tivas. C uando S E R h a p a rtic ip ad o en la so luc ión de con flic to s en tre m ix es tra ta de ser
im parc ia l y b u sca la co n c iliac ió n en tre las partes en d ispu ta :
En el conflicto de Atitlán contra Quetzaltepec, nosotros desatamos el proceso desde el lado de Atitlán, yo fui abogado de Atitlán, pero cuando tuve la primera oportunidad de conversar con Quetzaltepec en una audiencia y lancé la idea de la conciliación, ellos dejaron a su abogado. Incluso dijimos que Servicios no era abogado de Atitlán sino del conflicto, y entonces las dos comunidades nos tenían prácticamente como su abogado. Después ellos decidieron que iban a hacer una serie de reuniones, sin presencia de abogado, nosotros no nos opusimos, y el día que se solucionó por la vía pacífica no apareció Servicios diciendo “Servicios lo solucionó” (Entrevista H. A., 2006).
C om o se ap rec ia en este tes tim o n io S E R m an tien e su v o cac ió n de serv ir a las au to ridades.
P a ra c rear m ás ce rcan ía in ten ta fu n c io n a r com o u n a com un idad , con u n a asam b lea general
y re sp e tan d o los cargos de serv ic io de sus in tegran tes. T am b ién p ro m u ev e el in te rcam b io
de ex p erien c ias y la c reac ión de redes de apoyo en tre com u n id ad es y g rupos. C on esta
m ecán ica se ren u ev an las re lac io n es de so lidaridad y apoyo. A d ec ir de u n o de los
re sp o n sab les del d ep a rtam en to ju ríd ico , S E R es u n p u en te en tre las co m u n id ad es y el
E stad o o g o b ie rn o ; su lu ch a es p o r la v ía p ac ífica y su ap u esta es a la to m a de co n c ien c ia
de las co m u n id ad es (E n trev is ta H . A ., 2006).
L a o rg an izac ió n in c lu y e la fo rm ació n de cuadros, aunque no de m an era form al. E n
la casa -o fic in a se p u ed e o b serv ar a jó v en es cu m p lien d o su serv ic io social y ap ren d ien d o en
214
algunos de los d epartam en tos. A dem ás, la A cad em ia de D erech o s Ind ios de la A S A M
sirv ió para fo rm ar g rupos de jó v en es q u e in c rem en ta ro n sus co n o c im ien to s con el fin de
au x ilia r a sus au to ridades. Si b ien S E R b u sca fo rta lecer el s is tem a com unal, a firm a
M artín ez M tz., s im u ltáneam en te c rea estru c tu ras o rg an iza tiv as p arale las, que p o ten cian el
desa rro llo de c iertos in d iv id u o s p o r en c im a de la com un idad , lo que pu ed e a fec ta r la
o rg an izac ió n trad ic io n a l (M artínez M tz., 2001: 120-21). L a desigual p o sesió n y
rep ro d u cc ió n de cap ita les im p lica d ispu tas y pu ed e p ro v o car en fren tam ien to s que poco
aportan al p ro y ecto de au to n o m ía m ixe. E l re to consiste , en tonces, en fo rta lecer ig u a lm en te
estru c tu ras com o el cab ildo , la asam b lea co m u n ita ria y el s is tem a de cargos (m ed ian te u n a
d is trib u c ió n m ás eq u ilib rad a de cap ita les), p a ra que p u ed an fren a r y co n tro la r la ac tiv idad
de in d iv id u o s con p rep arac ió n y ex p e rim en tad o s en las sociedades no ind ígenas.
E n lo re feren te a la to m a de dec isiones, al in te rio r de S E R sólo los socios y los je fe s
de d ep a rtam en to están capac itados p a ra ello. E s decir, la o rg an izac ió n fu n c io n a
in d ep en d ien tem en te de las au to rid ad es y co m u n id ad es a las que asesora. L as b ases acuden
a las reu n io n es y a la asam b lea general p a ra ex p o n er p ro b lem as y d ar p ropuestas. E n esos
espac ios el personal de o fic in a de S E R recoge p o sib les a lte rn a tiv as y las s is tem atiza con el
fin de d esa rro lla rlas com o u n p ro y ecto in tegral. L a ex c lu sió n de las au to rid ad es en la to m a
de dec isiones de la o rg an izac ió n ev ita la in tro m isió n de o tros agen tes, y posib lem en te , esto
le p erm ite m ay o r con tro l cuando b u sca y ob tiene flu jo de recu rso s p ara d esem p eñ ar su
labor. E sta v is ió n in stru m en ta lis ta resp o n d e a la d ificu ltad que a leg an sus in teg ran tes para
o b ten er recu rso s y sin los cua les sus ac tiv id ad es serían lim itad as o no existirían .
D e fo rm a análoga, S E R tra ta de m an ten e rse al m arg en de las dec isio n es que to m an
las au to ridades que ayuda, pero re flex io n a con ellas las im p licac io n es de d ich as decisiones.
E s to resp o n d e a la in ic ia tiv a de la o rg an izac ió n de ev ita r ser p ro tag o n is ta en la creac ión de
la u n id ad del P u eb lo M ix e y d e jar ese papel a las com unidades. E sto p arece d ifícil, el
p restig io que h a g an ad o la o rg an izac ió n es co n sid erab le y su lab o r h a cen tra lizad o recu rsos
que, d ifíc ilm en te , p o d rán reu n irse de o tra form a. Q uizás el ú n ico caso que h a m an ten id o
u n a lab o r co n tin u a en el fo rta lec im ien to de la co m u n id ad es T lahu ito ltepec. E n ésta, la
o rg an izac ió n co m u n ita ria es m uy fu e rte y se p u ed e d ec ir que h a reb asad o a las
o rg an izac io n es; éstas tien en que p asa r p o r la ap ro b ació n d e la asam b lea com unal. L a
reg id o ra de ed u cac ió n com en tó que el d esem p eñ o y la resp o n sab ilid ad de los pob lad o res
son m u y im p o rtan tes en la e lección p ara d esem p eñ ar los cargos civ iles.
215
L os p ro b lem as en S E R son tra tad o s y so lu c io n ad o s sólo p o r los socios y en la ju n ta .
L as dec isio n es recaen en u n g ru p o red u cid o q u e es el q u e cu en ta con m ás ex p erien c ia :
“ ellos [au to ridades com un ita rias] tien en p o ca p artic ip ac ió n en la v id a in stituc iona l de SER,
n o rm alm en te están cu an d o h ay cam bio de d irec tivos. E n la asam b lea de e lecc ió n in v itam o s
au to ridades, en la asam b lea de to m a de po sesió n de la n u ev a d irec tiv a in v itam o s a las
au to rid ad es” (E n trev ista H . A ., 2006). L as b ases no in te rfie ren en las dec isiones, sólo
p u ed en opinar. E l je fe del dep artam en to ju r íd ic o afirm a que d eb id o a la c la ra d efin ic ión de
fu n c io n es y el esp íritu de serv ir se h an re su e lto co n flic to s sin a fec tar el p re stig io e
in teg rid ad de la o rgan ización .
F ina lm en te , con resp ec to a la ex is ten c ia de g rupos den tro de la o rgan izac ión , u n o de
los je fe s de d ep a rtam en to a firm a que al in te rio r de S E R no hay g rupos, y a que son p ocos y
no se h a g en e rad o d isg regación . E s ta p ersp ec tiv a co n sid era que la o rg an izac ió n sólo está
co n stitu id a p o r la gen te que trab a ja en la o fic ina , lo que se p u ed e re lac io n ar con la
cen tra lizac ió n en la to m a de dec isiones. T am b ién reco n o ce la ex is ten c ia de con flic to s
fuertes en tre socios com o p arte de situaciones personales: “hay en tre e llos algún p rob lem a,
y lleg an in c lu so a los go lp es y ahí q u ed a en tre ellos, no trasc ien d e a la o rg an izac ió n ”
(E n trev ista H . A ., 2006). S in em brago , ocu rre la fo rm ació n de lid erazg o s fu e rte s ,134 lo que
m arca d ife ren c ias con el resto de los in teg ran tes (tan to con los que labo ran en la o fic ina
com o con las bases). N u ev am en te nos en co n tram o s an te el aum en to de cap ita les en fo rm a
ind iv idual.
I I I .2 .2 E s t r a t e g i a s d e n e g o c i a c i ó n y l a s b a s e s d e a p o y o d e l a o r g a n iz a c i ó n
a) Estrategias de lucha
S E R le h a ap o stad o a la cap ac itac ió n de sus b ases y h a p ro p u g n ad o p o r la n eg o c iac ió n con
d iferen tes in stancias. C o n las o rg an izac io n es an teced en tes se p u ed e v e r el p aso de u n rol
reac tiv o (con la d efen sa de los recu rso s na tu ra les p o r C O D R E M I) a u n o p ro p o sitiv o (con la
g esto ría de la A S A M ). L a A S A M se p lan teó no u tiliza r m éto d o s ensayados e im p lan tad o s
134 Martínez Mtz. (2001) afirma que personajes como Adelfo Regino y Floriberto Díaz han sido objeto de críticas por su falta de presencia interna e involucramiento con los problemas cotidianos de las comunidades.
216
p o r los m o v im ien to s de oposic ión , sino que b u scó ser u n a in s tan c ia gestora . E s ta ló g ica
co n trad ice la h is to ria de reb e lió n y lu ch a de las co m u n id ad es m ixes en el com bate con tra
los caciques de la región. Igualm en te , la h is to ria de u n p u eb lo de g randes g u errero s y de
m em o rab les com bates p ara ev ita r la sum isión p arece in co m p atib le con la lu ch a pacífica.
Q u izás, el cam bio de estra teg ias se debe a la eva lu ac ió n de u n con tex to fav o rab le p ara la
lu ch a ind ígena, a la ad q u is ic ió n de h erram ien tas que p erm itan o tro tip o de defen sa y a la
re flex ió n acerca de los p ocos lo g ro s que tu v ie ro n las afren tas v io len tas.
C o m o p arte de la A S A M , las estra teg ias de lu ch a de S E R se en fo caro n en el
d iá logo y la gestión . E l d esa rro llo de v ín cu lo s y redes socia les sirv ió de apoyo en sus
negoc iaciones. L a u tilizac ió n que en la ac tu a lid ad hacen de m ed io s im p reso s y e lec trón icos
con trib u y e al desa rro llo y co n secu ció n de su traba jo , adem ás ay u d a a que sus d em andas y
lu ch as sean co n o c id as en o tros ám bitos. P o r e jem plo , tien e su p ág in a oficia l en in terne t,
con q u istó espacios en la p ren sa p ara co m u n ica r sus p o sic io n es y dem andas, y m an tiene
re lac ió n estrech a con rad io d ifu so ras in d íg en as (X E G L O de G u e la tao , R ad io de
T lah u ito ltep ec) (H ern án d ez D ., 2001: 191).
L os in teg ran tes de S E R han desarro llad o g ran cap ac id ad com o g esto res y su
co n o c im ien to de las leyes y p o líticas en ám b ito s reg io n a les les h a g aran tizad o u n a
co m p eten cia p o lítica com o pocas o rgan izaciones:
Nosotros privilegiamos el instrumento de la política para hacer las transformaciones que requiere nuestro pueblo, esto no significa que no hayamos recurrido en el pasado (en algún momento) o no podamos recurrir a otras formas de presión cuando sean necesarias, porque lo hemos hecho sólo en casos extremos y limitándonos fundamentalmente a acciones de resistencia pacífica (Entrevista A. R., 2006).
E n este sentido, S E R h a ten id o p len a in je ren c ia en las re fo rm as y p ro n u n c iam ien to s
in d íg en as en el es tad o . M u estra de ello es su p artic ip ac ió n con los aseso res del g o b ern ad o r
de O ax aca en lo re fe ren te a la ley in d íg en a de 1998: “ con o c ien d o sus p rincipa les
in strum en tos, en tre e llos el derecho , p o d ía u n o tam b ién d iseñ ar estra teg ias de defensa, de
reco n stru cc ió n de lo p ro p io ” (R eg in o en K raem er, 2003: 158).
E l em pleo de u n rep erto rio de p ro testa b asad o en la v ía p ac ífica perm itirá , com o
afirm a M áiz (2004), la am p liac ió n de las b ases en las co m u n id ad es lo ca le s y apoyos en el
ám b ito nac iona l e in te rn ac io n a l. L a es tra teg ia de no en fren tam ien to ni v io len c ia fac ilita la
217
in serc ió n en la o rgan ización . A p esa r de que la v ía legal no es tan ráp id a p ara so lucionar
p rob lem as, im p lica m en o s costos. Incluso , la o rg an izac ió n se h a d esligado de ac tos
v io len tos:
En el caso de Quetzaltepec nosotros les dijimos: “Si van a hacer tomar el conflicto violento y van a tomar la decisión de resolverlo de manera directa, nosotros ya no estamos con ustedes, nosotros no vamos a limitar, pero no es nuestra vía. Lo vamos a conducir de manera pacífica con altos de resistencia (Entrevista H. A., 2006).
D o s de los p rin c ip a le s líderes afirm an no esta r en la ló g ica de ag red ir al o tro o de caer en la
p ro v o cació n o en la v io lenc ia . E sto in d ica que se h a fo rm ad o u n leg ad o en la lu ch a po r
m ed io de la defen sa a trav és de las leyes y los esta tu tos ju ríd ico s . E l que la o rgan ización
p riv ileg ie estas tác ticas en su d in ám ica in te rn a p u ed e o casio n a r cam bios en los m arcos
in te rp re ta tiv o s do m in an tes (Z ald , 1999: 381), es decir, las o p o rtu n id ad es y las p o sib ilid ad es
de éx ito se tras lad an al litig io , la negoc iación , e tcétera. A d ec ir de u n o de sus socios, ev itan
hacerse las v íc tim as y no les g u sta g rita r que los p ers ig u en po rq u e co n sid eran que esto tiene
u n efecto ad v erso en sus com unidades: “ la m en ta lid ad de n u estras co m u n id ad es es otra, no
es la m en ta lid ad en d o n d e el m artirio es b ien visto . E n n uestras co m u n id ad es anhe lam os
v iv ir b ien , lleg ar a ser v ie jo s y m o rirn o s tran q u ilo s, que nos en tie rren b ien ” (E n trev ista A.
R ., 2006).
S E R no recu rre a m o v ilizac io n es m asiv as ni m ítines, aunque cuando cree n ecesario
m o v iliza rse p ara ap o y ar causas v á lid as lo hace:
A veces cuando tenemos que solidarizamos con marchas pues nos solidarizamos, ahora que pasaron las marchas de maestros pus ahí estábamos, ¿por qué?, porque había que solidarizarse con la causa. Pero no es nuestro fuerte, o sea, nosotros para lograr cosas no decimos a todos “Ahora vénganse vamos a tomar esto” No, desde siempre nuestras formas de luchar son más bien dialogar, es conciliar, ese ha sido nuestro estilo (Entrevista S. R., 2006).
E sta o rgan izac ió n hace u so de sus cap ita les sociales y cu ltu ra les p ara e je rce r p resió n y
p ro v o car el cam bio. L a m o v ilizac ió n p o lítica se da en las in stan c ias leg a le s den tro de los
m arco s del E stado , lo que tam b ién p u ed e im p lica r lim itac io n es y a justes p e lig ro so s p ara la
m isió n d ela o rgan ización .
218
P ara la re so lu c ió n de los p ro b lem as de las com un idades, S E R in v ita a que éstas y
sus au to ridades d ec id an p o r sí m ism as sus estra teg ias de lu ch a . P o r e jem plo , apoyó
acciones com o la de 1994, en que las au to rid ad es m ix es ce leb raron u n a A sam b lea en
C h u x n ab án y le m an ife sta ro n a C arlo s R o jas (S ec re ta rio de D esa rro llo S ocia l) y a D ió d o ro
C arrasco (G o b ern ad o r de O axaca) u n sí al d iá logo sincero y fran co com o “ el cam ino m ás
eficaz para re so lv e r de fo n d o los p ro b lem as de los p u eb lo in d íg en as del p a ís” y u n no a la
rep resió n (SE R , 2006). Su estra teg ia de co n c iliac ió n in te rn a p ara en fren tarse a ag en tes no
in d íg en as les h a dado re su ltad o en la so luc ión de p rob lem as, así com o la a tenc ión que
p restan a la v o z de los im p licados. U n co m u n ero m ix e afirm a que la d in ám ica de los
abogados de S E R es p rim ero co n o cer la p ro b lem ática e in v ita rlo s a que expo n g an to d o : los
p rob lem as, v ías y p o sib les so luciones. D esp u és de escu ch arlo s les p reg u n ta qué so lución es
m ás v iab le y escogen cuál sería la m ejor. L os abogados no d icen qué es lo que tien en que
hacer, co n tin ú a este com unero , p o rq u e si el p u eb lo es el que conoce el p ro b lem a desde allí
se deben ex p o n er las so luc iones (E n trev ista Z. M ., 2006).
L a d em o strac ió n tam b ién está en tre las tác ticas de co n v en c im ien to de SER. T ra ta de
llev ar a la p rác tica las a lte rn a tiv as que p u ed en lo g rarse p o r la v ía pac ífica , com o p o r
e jem plo el resp e to de sus sis tem as n o rm ativ o s:
Demostrar con los hechos y no sólo con las palabras que es posible el gobierno comunitario, que es posible un gobierno que concilie [^] y hacia fuera lo que tenemos que pelear es que se respete la dinámica política, la autonomía de nuestras comunidades, ésa es la lucha permanente que se tiene que librar día a día, con la ley en la mano y otras acciones (Entrevista A. R., 2006).
D u ran te la in v estig ac ió n , p o b lad o res del m u n ic ip io de Q u e tza ltep ec -q u e han sido
aseso rad o s p o r esta o rg a n iz a c ió n - co m en ta ro n que u n a de las acc io n es que les hab ía
p ro p u esto S E R era la co n fo rm ació n de u n a o rg an izac ió n con fig u ra ju r íd ic a (u n a asoc iación
civ il). É sta sería resp a ld ad a p o r S E R p ara co n seg u ir recu rso s y apoyos. E s to p o d ría v e rse en
la com un idad y así se p ro p ag aría la fu n c ió n de la o rg an izac ió n com o aco m p añ an te de
g rupos o rg an izad o s que b u scan la u n id ad y desarro llo del P u eb lo M ixe. E s ta es u n a
es tra teg ia p ara en tra r a las co m u n id ad es y de allí p ro p o n e r o tras ac tiv idades: “nos d ijeron
en S E R que em p ezáram o s po co a po co con u n a A C p ara que se g estio n en p ro y ecto s y la
g en te v ea que S erv icios si les ay u d a y se em piecen a acercar” (E n trev ista Z. M ., 2006).
219
La denuncia de la violación a sus derechos es la táctica utilizada para defenderse de
agresiones. SER evita la confrontación, pero tiene presente que el Estado introduce en las
comunidades una dinámica de confrontación. Mantiene una estrategia de diálogo y
comunicación con instancias gubernamentales. En este sentido, ha tenido buen resultado el
que sus oficinas estén localizadas en la capital del estado, ya que puede presionar de forma
directa a las instancias gubernamentales en la solución de conflictos. Compite en la arena
política con un equipo de abogados experimentados en la problemática indígena. En 1998,
como parte de una nueva etapa política. SER aceptó la negociación con el Estado, siempre
y cuando, la iniciativa provenga de las autoridades indígenas y se relacione con una
necesidad concreta de todo el conjunto de pueblo mixe (SER, 2006). Debido a una
estrategia como ésta, basada en la interacción respetuosa, su experiencia en el litigio y la
continuidad en sus proyectos, SER es reconocido por las instituciones de gobierno y ha
ganado prestigio (Entrevista H. D., 2006).
La formación de frentes comunes con otras organizaciones regionales ha sido uno
de sus puntos fuertes. El llamado a la unidad de los pueblos indígenas en Oaxaca es una
experiencia que les ha dejado buenos resultados: “En abril de 1994 [_ ] empezamos a
organizar una serie de Foros Regionales a nivel de los pueblos Mixe, Zapoteco y
Chinantecos de la sierra norte; para discutir no la reglamentación al artículo cuarto, sino la
necesidad de una profunda reforma constitucional que en forma integral reconociera los
derechos indígenas” (SER, 2006). Hay que recordar que parte de la misión de esta
organización es la consolidación del movimiento indígena. Ésta implicó la creación de
espacios para la reflexión y el perfeccionamiento de propuestas.
El interés por fijar una postura nacional en la problemática indígena proviene de la
necesidad de construir una plataforma internacional que, organizaciones como SER (que se
han movido e interactuado en ámbitos internacionales), consideran puede tener impacto en
las reglamentaciones nacionales. El desarrollo de estas discusiones le ha permitido dialogar
con agentes de otros países, y mantener así el apoyo y la cooperación internacional.
El uso de símbolos para obtener legitimidad y posicionarse en la lucha indígena
también está presente en esta organización. SER presenta la imagen del “Pueblo Mixe”
como una unidad armónica y utiliza como su distintivo la imagen del principal guerrero
ayuuk, el rey CongHoy. En este sentido, la movilización y presión política que ejerce esta
organización se inclina por la vía legal y la presión internacional, en estos ámbitos utiliza su
220
capital étnico y lo combina con su capital simbólico. Su posición en el campo político le
permite crear procesos reflexivos y proponer prácticas autonómicas que cuestionan la
dominación simbólica.
Finalmente, hay que advertir que SER marca un gran contraste con otras
organizaciones indígenas en el estado, cuyas estrategias se centran en el enfrentamiento
directo y movilizaciones, como por ejemplo, el MULT, UNOSJO, CIPO, COCEI entre
otras. SER parece más una ONG con amplia experiencia en la lucha legal y la gestión. Pero
se mantienen como uno de los principales agentes en el movimiento indígena estatal y
nacional. Hasta la fecha sus estrategias han tenido buen resultado, incluso, puede
convertirse en un segmento dominante del movimiento social, como argumenta McAdam
(2001), ya que ha mostrado eficacia en su paquete cultural (conjunto compacto de distintos
elementos y contenidos culturales que representa lo que el movimiento defiende y propone)
y por tanto es probable que se privilegie y se tome como ejemplo para otras luchas.
b) Alianzas
SER inicia su camino junto con organizaciones regionales que se crearon a la par de sus
antecesoras: UCIRI y UNOSJO. Cortés M. (1998) afirma que existe una efervescencia de
organización comunitaria y regional que trata de responder a las necesidades de los
pueblos. En la región mixe, afirma esta autora, existen otras organizaciones (además de
SER, UCIRI, UCIZONI) que también trabajan para construir la autonomía: GADECOM
(Grupo de apoyo para el desarrollo de las comunidades mixes), Comuneros del viento,
Cinajuji (Centro de Investigación Ayuuk Jujkyajten Jinma'any “Sabiduría de la Vida
Mixe”), ICMKO (Instituto comunitario mixe —Kong O y de Totontepec), Mujeres olvidadas
del rincón mixe (de Móctum), Grupo de mujeres Xaam Te'ey (de Tlahutoltepec) (Cortés
M., 1998: 469). Aunque SER las reconoce y tiene relaciones de cordialidad con ellas no ha
formado alianzas. En cambio, ha apoyado a organizaciones regionales como el Fondo
Regional del INI (Yaganiza), Voz Zapoteca, y la Organización de Médicos Tradicionales
(SER, 2006).
A partir del Quinto centenario de la llegada de españoles a estas tierras las alianzas
de SER crecieron. Hernández afirma que creó alianzas con un sector del magisterio
progresista, con instituciones educativas, instituciones oficiales, con algunos estudiantes
interesados en su trabajo y con algunos miembros de la iglesia católica (Hernández D.,
221
2001: 192). L as a lianzas con esta ú ltim a se dan esp ec íficam en te con el sec to r que sim patiza
con la teo lo g ía de la liberación , y que ap o y a la rev ita lizac ió n de la cu ltu ra m ix e y la defen sa
de los d erech o s h u m an o s (H ern án d ez D ., 2001: 194). T am bién h a aco m p añ ad o el trab a jo de
o rg an izac io n es d ed icad as a la defen sa de los derechos h u m an o s com o F lo r y canto,
E D U C A , M iguel A g u stín P ro , R ed de to d o s los derechos p ara to d o s (E n trev ista H . A .,
2006). C on éstas rea liza ta lle res sobre la defen sa de los derechos h u m an o s e ind ígenas.
E stas acciones se re lac io n an con el h ech o de que O ax aca es u n a de las en tidades con m ás
a ltos ín d ices de v io lac ió n de derechos hum anos, y esp ec ia lm en te la p o b lac ió n in d íg en a es la
m ás afectada.
H ern án d ez D . (2001) en u n c ia que S E R tien e tres tip o s de alianzas: u n a en la que
m an tien e u n a re lac ió n de co n fian za (con U N O S JO , U C IR I, C E PC O , C E D IP IO ), o tra en
que la re lac ió n se da en fo rm a esp o rád ica (C A M P O , F O C O , E D U C A ), y u n a m ás cuando la
re lac ión es m en o s estrech a (C O C E I, U C IZ O N I, O ID H O , sección X X II del SN T E )
(H ern án d ez D ., 2001: 192-193). C om o se advierte , S E R fo rm a u n a red que com parte
causas y estra teg ias de lucha. P o r ejem plo , la red que se fo rm ó p ara la d iscu sió n y
n eg o c iac ió n de la ley in d íg en a en O ax aca lo g ró avances co n sid erab les en el re co n o cim ien to
de los pueb los in d io s en la en tidad: “ creo que y a ex iste u n a red , que está d isp ersa pero ya
ex iste , y que p a ra ciertas cuestiones son afines y estam os en el m ism o ro llo ” (E n trev ista S.
R ., 2006). E n cam bio , en d em andas m ás esp ec íficas y que in v o lu cran só lo a ciertos
sectores, p o r ejem plo , a las m ujeres, el fren te de lu ch a es m en o s ex tenso .
L as a lianzas, a d ec ir de u n o de sus socios, tam b ién han sido co y u n tu ra les y
d ependen de la tem á tica y los p ro b lem as que ten g an que tra ta r en los d is tin to s ám bitos
(E n trev ista A . R ., 2006). A firm a que han co in c id id o con o rg an izac io n es en vario s espacios,
p ero con sid eran que si hay co in c id en cia (en o b je tivos y anhe los) tam b ién ex isten
d iferencias, p o r tan to , tra tan de p lan tea r sus p royectos y no d esilu sio n arse con esas
o rgan izaciones. S E R tam b ién m an tien e re lac io n es con in stitu c io n es ed u cativ as com o la
U N A M , C IE S A S y el IN A H . E stas re lac io n es han im p licad o u n c rec im ien to en la
fo rm ació n de la d irec tiv a de SER, y adem ás h an ayudado a s is tem atizar su experiencia .
E s to le h a p ro p o rc io n ad o u n a serie de cap ita les socia les y cu ltu ras com o pocas
o rgan izaciones. 135
135 La clasificación que refiere Hernández D. (2001) es producto de una entrevista con integrantes de SER.
222
E n O ax aca ex isten m u ch as y d iversas o rgan izaciones. Sus ob jetivos, m ed io s y
p ro p u esta s son d iversas y p o r tan to , d ifíc iles de co n o cer y clasificar. A lg u n as tien en co rta
v id a o m ás b ien son efím eras, p e ro o tras tien en u n a tray ec to ria de m u ch o s años y son
conoc idas en el cam po po lítico . E n este sen tido , ex iste u n rep erto rio de p ro te s ta con o c id o y
co n stru id o a p a rtir de estas ú ltim as. M áiz co n sid era q u e en tre lo s fac to res q u e con trib u y en a
ex p lica r el salto cu a lita tiv o de las m o v ilizac io n es en té rm in o s de in d ian ism o se encuen tran
las redes o rg an iza tiv as p rev ias, en este caso, las fo rm ad as p o r las o rg an izac io n es m ás
an tiguas (U N O S JO , SER, U C IR I, C O C E I, U C IZ O N I, en tre o tras) (M áiz, 2004: 141).
L a a lian za y apoyo m ás co noc ido de S E R es con el E Z L N . M o m en to s después de la
insu rgenc ia , la o rg an izac ió n re sp a ld ó p ú b licam en te sus causas e h izo u n llam ad o a la p az ;
señ a ló q u e no co m p artía el cam ino escog ido , y a q u e la lu ch a p o r la au to n o m ía y la
lib erac ió n de los pu eb lo s tien e que darse m ed ian te v ías de ca rác te r p ac ífico (S E R , 2006).
F u e in v itad o al F o ro N ac io n a l In d íg en a com o aseso r del E Z L N y sus p ro p u estas fueron
inco rporadas, con p rev ia d iscusión , en la fase re so lu tiv a del D iá lo g o en San A ndrés (SER ,
2006). F u e p ro p u esto co m o m iem b ro co n stitu tiv o que ac tu a ra en rep resen tac ió n de éste en
la C o m isió n de S egu im ien to y V erificac ió n de los A cu erd o s de P az (C O S E V E R ) (SER ,
2006). E n el ám bito nac ional trab a jó p ara fu n d a r el C o ngreso N acio n al In d íg en a (C N I) en
1996. E n el caso de O axaca, este espacio p arece sob rep o n erse a los y a creados, y a que las
o rg an izac io n es m an tien en (desde hace dos d écadas) co m u n icac ió n e in te racc io n an en la
coo rd in ac ió n de encu en tro s y ac tiv idades co m u n es .136 C ab ría en tonces p reg u n ta rse si es
m e jo r fo rta lecer an terio res espacios de d iscu sió n o c rear nuevos. C on el apoyo ex p líc ito al
p rincipa l rep resen tan te del m o v im ien to in d íg en a nac ional, S E R desarro lló su cap ac id ad de
lid e razg o en tre las o rg an izac io n es y o b tuvo m ás p restig io (cap ital sim bólico). E s to ayudó a
que su trab a jo y ac tiv idades fu e ran co noc idos en o tros ám bitos im p u lsán d o lo a arenas
p o líticas in ternacionales.
L as re lac io n es que S E R tien e con in stan c ias de g o b iern o son de resp e to y no son
co n sid erad as com o alianzas. H a so lic itado recu rso s y rea lizad o ac tiv id ad es con la C D I y el
IFE . T am b ién tien e aud ienc ias con a ltos d irec tiv o s de estas in stitu c io n es (co m o X óch itl
G á lv ez an terio r d irec to ra de la C D I) p ara so lic ita r apoyos y p lan tea r p ro b lem áticas
136 Por ejemplo, SER organiza los foros estatales sobre la Realidad Indígena, Campesina y Negra de Oaxaca como el espacio privilegiado de encuentro de las diversas organizaciones indígenas del estado para reflexionar sobre los asuntos fundamentales y tomar posición política en forma conjunta (SER, 2006).
223
urgen tes. E sto re fle ja su capac idad p ara re lac io n arse con agen tes que tien en a su
d isp o sic ió n recu rso s y p eso po lítico . C o n los p artidos p o lítico s no h a fo rm ad o n inguna
alianza. Son m uy c laro s acerca de que la o rg an izac ió n no es espacio p ara h acer ese tip o de
m ilitanc ia , y tra tan de m an ten e r su independencia : “ Si qu ieres u n pu esto y qu ieres es ta r en
u n partid o no te v am o s a lim itar, p ero te v as de SER. Si v as a o cu p ar u n cargo deslíndate,
esas cosas no se llev an ” (E n trev ista H . A ., 2006). D u ran te la in v estig ac ió n u n a fuen te
com en tó que u n o de los p rin c ip a le s socios de la o rgan izac ió n estaba aseso rando a un
can d id a to a d ip u tad o p o r el P R D en fo rm a discre ta , fa lta ría in d ag ar m ás este punto . D e ser
cierto , p o d em o s esp ecu la r que los in teg ran tes de S E R están p en san d o en co n q u ista r
espacios con m ay o r m arg en de m an io b ra y que de fo rm a personal sim p atizan con u n a de las
llam ad as izq u ierd as en el país:
También nosotros pensamos que hay partidos políticos que tienen buena fe, que quieren de buena manera cambiar las cosas. También los apoyamos desde nuestra trinchera, como ciudadanos, no como organización, sino como ciudadanos comunes y corrientes, porque tampoco podemos despojarnos de las prerrogativas y los derechos que como ciudadanos tenemos (Entrevista A. R.,2006).
A este re sp ec to fa lta m en c io n a r que las b ases de la o rgan izac ió n m o stra ro n p re fe ren c ia po r
el partid o de izqu ierda, el P R D . P ero , se reg is tran afren tas con los p artid a rio s del PR I, que
han m an ten id o el d o m in io en g ran p arte de la reg ió n y co n tin ú an e je rce ien d o p rácticas
au to rita rias y desleales.
b) Relación de SER y las bases de la organización
S E R n ecesita m an ten e r la leg itim id ad y rep resen ta tiv id ad p o r p arte de las com un idades
b ases no sólo p ara que so lic ite y n eg o c ie apoyos de in stan c ias de g o b ie rn o y O N G ; sino
tam b ién p ara ex p o n er sus p ro p u estas en espac ios in te rn ac io n ales y p resio n a r de esta fo rm a
a las in stan c ias que tien en im p acto co tid ian o en las com unidades.
L a leg itim idad , com o ap u n té an terio rm en te , se p u ed e m ed ir al re lac io n ar d em an d a y
necesid ad resuelta . C o n el fin de co n o cer las n ecesid ad es y p rio rid ad es de los in teg ran tes de
S E R se les cu estio n ó acerca de qué es lo que se debe h acer p a ra cam b ia r su situac ión de
v id a y cuá les son las p rin c ip a le s n ecesid ad es en sus com unidades. E n el cuad ro 4 se
m u estran las n ecesid ad es que éstos ex p resaro n y las d em andas que p ro p o n e la o rgan izac ió n
224
y a las que co rresponderían . E l o rden de las n ecesid ad es in d ica la frecu en c ia de resp u estas
(p r im er lu g ar m ay o r frecu en cia):
Cuadro 4. Demandas de SER y necesidades de integrantes y comunidadesMayorfrecuencia
Necesidad expresada por integrantes
Demanda expresada por SER que cubre la necesidad
Cumplida (X = no) ( ^ = si)
1 Resolución de conflictos agrarios y demandas de justicia
Defensa del territorio y de los Derechos Humanos
■/(parcialmente)
2 Apoyos para la producción Desarrollo sostenible ■/(parcialmente)
3 Servicios básicos (caminos, construcción de aulas, centros de salud)
Desarrollo integral ■/(parcialmente)
4 Manejo de recursos propios, toma de decisiones y salida de partidos políticos
Autonomía y Derechos Indígenas
■/(parcialmente)
L as n ecesid ad es son cub iertas p a rc ia lm en te , y a que la co b e rtu ra es b as tan te am p lia y S E R
no cu en ta con el personal suficien te . E sto sug iere que las re lac io n es con in stan c ias de
g o b iern o han co n trib u id o a cu b rir carencias. A dem ás, los p ro y ecto s casi s iem pre se
aco m p añ an de ta lle re s y espacios p ara la com un icación . E n la casa -o fic in a dde SE R
m an tu v e p lá ticas con p erso n as que acud ían p ara so lic ita r aseso ría (ca ja s de aho rro y créd ito
p ara m ujeres, p ro b lem as sobre reco n o c im ien to de au to ridades, con d ic io n es de
m arg inación , so lic itud de serv ic ios) y co m en ta ro n que con la ay u d a de la o rg an izac ió n han
m ejo rado , to d o s se m o straro n satisfechos con su labor.
L a in cu rsió n de S E R en las co m u n id ad es se hace p o r inv itación , es decir, las
au to rid ad es o p o b lad o res acuden y so lic itan su apoyo ; de o tra fo rm a es ra ro que la
o rg an izac ió n in tervenga. E sto se hace para re sp e ta r las d ec isio n es in te rnas y las au to ridades
en tu rno . G racias al reco n o c im ien to que S E R ex p resa h ac ia éstas las re lac io n es de
co n fian za se reafirm an . T ien e g ran resp e to en el d esem peño de cargos en la co m u n id ad y la
v id a com unitaria , y a que en esto se b a sa su p ro y ecto de u n id ad m ix e:
Nosotros aquí tenemos como principio el cumplimiento de nuestras obligaciones comunitarias para nosotros, es muy importante, no sólo cumplir en el sistema de cargos, sino también cumplir en una serie de obligaciones. Nosotros tenemos que
225
cumplir con nuestros cargos, con los cargos que nos asigne la comunidad a través de las asambleas, y también con otras obligaciones como es estar al tanto de los tequios, estar al tanto de las cooperaciones comunitarias, y de otras comisiones que nos asigne la comunidad (Entrevista A. R., 2006).
Si a lguno de los socios o técn ico s son llam ad o s p ara u n cargo en la co m u n id ad tien en que
acudir. E l encarg ad o del dep artam en to de p ro y ec to s y ad m in is trac ió n co m en ta que acud ió a
S E R cuando era au to rid ad p ara que ayudaran a su co m u n id ad en la so lución de u n conflic to
agrario . D esd e en tonces tu v o b u en a re lac ión con los in teg ran tes y socios de la o rgan izac ió n
y después de te rm in a r el perio d o de su cargo, lo in v ita ro n a p artic ip a r en ésta. E n la
en cu esta lev an tad a en la co m u n id ad m ix e de S an ta C ruz C ondoy, los pob ladores, que
afirm aro n co n o cer y p a rtic ip a r en la o rgan izac ión , le o to rg aro n cap ac id ad es y adjetivos:
S E R les ay u d ab a a te n e r aseso ría y apoyo p ara re so lv e r conflic tos; a co n seg u ir recu rso s y
p royectos; y a es ta r o rgan izados. T am b ién co m en ta ro n que en los ú ltim o s m eses no han
rec ib id o m u ch o apoyo, esto se debe a que son m iem b ro s de A S A P R O M y S E R está a pun to
de d esap arecer esa fig u ra legal, com o ya m encioné.
C on sid ero que u n a de las c laves para gan arse la leg itim id ad en tre las com un idades
m ix es h a sido el respeto y co n sid erac ió n que m u estra S E R para con los rep resen tan tes
leg ítim o s de las com unidades: sus au to ridades. E s n ecesario reco rd a r que la fa lta de
p rep arac ió n de éstas y la co rta du ración de los cargos (co m ú n m en te u n año), d ificu ltan la
so lución del con flic to y su segu im ien to . L a id ea de “ serv ic io” d em o strad a a trav és de la
a ten c ió n y ap o y o que han m an ten id o hac ia éstas han ay u d ad o a que p erc ib an a la
o rg an izac ió n com o algo fam ilia r y cercano: “ la cu estió n de serv ic io a la co m u n id ad lo
m an tenem os, es com o u n p rin c ip io que ten em o s de d ec ir E stam o s p ara fo rta lecer la
co m u n a lid a d '” (E n trev ista S. R ., 2006). E n esta línea, M artín ez M tz. cu estio n a u n a im agen
apo lo g é tica del “ serv ic io ” , y a que a p artir de la am p lia leg itim id ad de éste se pu ed e
co n fo rm ar y so sten er u n g rupo im p o rtan te de poder. Al tra ta rse de lo s que m ás han serv ido
su v o z es la que m ás cuenta , p o r lo que in flu irán en la e lecc ión de lo s que ocu p arán los
cargos m ás a ltos (M artín ez M tz., 2001: 126). E sto tam b ién p u ed e p resen tarse en el caso de
SER. L a to m a de dec isio n es es cen tra lizad a y los m ás experim en tados, generalm en te ,
en cau zan las ac tiv id ad es de la o rgan ización .
A p esa r del acen to que han pu esto en la cap ac itac ió n y la re flex ión , el p a tern a lism o
creado con lo s p ro g ram as g u b ern am en ta les es u n re to para ésta:
226
Yo creo que no hemos superado esa forma de ver lo económico y lo productivo en la región. A pesar de todos los esfuerzos de SER no se ha superado esa idea, o sea, hay gran número de productores de la región que están pensando en que si vas a llevar una idea nueva y si vas a impulsar algo les tienes que pagar, o sea las huellas del paternalismo están ahí severamente marcadas (Entrevista H. A.,2006).
E n este sen tido la co n fian za h ac ia la o rg an izac ió n p u ed e v erse en v u e lta en u n ju e g o en el
que los recu rsos eco n ó m ico s y m ate ria le s la deciden . N o o bstan te que S E R p ro p o rc io n a
ay u d a p ara la so lución de conflic tos, la g esto ría de recu rso s tien e m ay o r v is ib ilid ad y atrae
a m ás pob ladores. U n in teg ran te de la o rg an izac ió n com enta: “hem o s v is to el apoyo de
e llos [SER ] en las cu estio n es ju ríd icas , en las cu estio n es adm in istra tivas, pero u n ejem plo
b ien concreto es la o b ra de la luz del 2005 , del cam bio de p o stes y la línea. E llo s apoyaron
y los g estio n aro n a trav és de dep en d en cias fed era le s” (E n trev ista G. R z., 2006).
L os in teg ran tes que han rec ib id o aseso ría legal se sien ten co m p ro m etid o s y afirm an
que la o rg an izac ió n es p arte de ellos: “ acud im os a S erv icios p o rq u e es u n a aso c iac ió n de
noso tros, nos dan asesorías, trám ites, y ayudaron a sacar a los co m p añ ero s de la cárcel sin
co b ra rn o s” (E n trev ista G. R z., 2006). E sto in d ica que S E R se h a gan ad o la s im patía de las
co m u n id ad es que h a asesorado . L o que tam b ién se pu ed e co n sta ta r con las re sp u estas a la
p reg u n ta de qué o p in an del trab a jo de SER:
Sin el apoyo del SER no seguiríamos (Entrevista P. S., 2006).
Los necesitamos porque aunque hay programas necesitamos un gestor, sin él no nos llegan recursos (Entrevista F. F., 2006).
Vamos a seguir manteniendo esta relación con ellos, tanto ellos como nosotros somos un medio, de alguna manera nos estamos apoyando (Entrevista G. Rs.,2006).
E l ú ltim o co m en ta rio m u estra u n a co n cep ció n co m p lem en ta ria en d o n d e los pob lad o res
necesitan de S E R y éste de ellos. E sto se re lac io n a con la co m p eten cia que en la reg ión
tien e con o tras o rgan izaciones. K raem er (2003) asev era que S E R com pite con
o rg an izac io n es creadas y so lven tadas p o r el P R I o p o r el g o b ie rn o estata l para co n tro la r a
las co m u n id ad es a cam bio de recu rsos, e jem p lo de éstas son la U n ió n de C o m u n id ad es
M ix es, los C om ités M u n ic ip a les del P R I, C au d illo s del Sur, F ed erac ió n de A u to rid ad es
M ix es K o n g H oy, C o o rd in ad o ra de A u to rid ad es M ixes, en tre o tras (K raem er, 2003: 133
135).
227
E n lo que co n c ie rn e a la rep resen ta tiv id ad S E R tien e claro qu ién es son los
rep resen tan tes e leg idos en las com un idades, p o r eso b u sca que el tra to se dé a trav és de
ellos. A l p regun tar, en la en cu esta p ilo to ap licad a en la co m u n id ad de S an ta C ruz C ondoy,
si S E R rep resen tab a b ien a los m ix es y lu ch ab a p o r sus n ecesid ad es la m ay o ría com en tó
que no sab ía o no qu iso dar u n a re sp u esta p o r m ied o a p o sib les consecuenc ias, o tra p arte de
los encuestados con testó a firm a tiv am en te (“ se h a v is to que si” , “nos ay u d an ”), y u n a
m in o ría d ijo que no (“ fa lta que den m ás” , “ e llo s tien en que co o p era r” , “hay m u ch a
n ecesid ad ”). E stas c ifras se re lac io n an con la le jan ía que en los ú ltim o s m eses m o stró S E R
p o r la dec isión de d esap arecer A S A P R O M , así com o de la p e rcep c ió n que lleg aro n a ten er
los p o b lad o res de m í com o u n agen te que o to rg ab a recu rso s o ev a lu ab a los p royectos de las
o rgan izac iones, y a que an te el m ied o de re tira r lo s p ocos recu rso s que llegaban dec id ían
ca lla rse y no m an ife sta r n in g u n a opin ión .
A l p reg u n ta r p o r la p o sib le so b rep o sic ió n de fun c io n es en tre au to rid ad es y la
o rg an izac ió n com en tó u n o de sus líderes:
Servicios del Pueblo Mixe de ninguna manera pretenderá suplantar la autoridad que legítimamente tienen nuestras comunidades, al contrario, nos ponemos a las órdenes de ellas [^ ] Nosotros entendemos que tenemos roles distintos. Nosotros tenemos un rol específico y la autoridad municipal tiene otro rol específico, entonces entendiendo nuestros roles y nuestro papel en medio de los retos, y de las adversidades que enfrentamos cotidianamente, es garantía de que no va a haber competencia, no va a haber conflictos (Entrevista A. R., 2006).
U n o de los in teg ran tes de S E R afirm a que v en con m u ch o resp e to a la g en te que trab a ja en
la o rgan izac ió n p o rq u e tien en la p rep arac ió n y los estud ios p ro fesio n ales ú tile s para
ayu d arlo s (E n trev ista G. R z., 2006). E n esta línea, las b ases con fían en la p rep arac ió n de la
o rgan ización , y p o r tan to la apoyan com o su rep resen tan te an te el go b iern o estata l y en
o tros espacios. P ero hay u n a d iferencia , la o rg an izac ió n es rep resen tan te fu e ra del te rr ito rio
m ixe; cuando las au to ridades y co m u n ero s m ix es salen de su reg ió n y se en fren tan en
litig io s y denunc ias con no in d íg en as con fie ren su rep resen tac ió n a SER. E n cam bio , en el
te rr ito rio m ix e las au to ridades son las que tien en m ay o r peso.
S E R no se an u n c ia com o el rep resen tan te oficia l del P u eb lo M ixe, aunque p resen ta
u n a p ro p u esta de desarro llo para éste. E n los in ic io s de la o rg an izac ió n , esto fu e ob je to de
d iferen tes críticas:
228
El ataque de las personas que no estaban de acuerdo en nuestra organización o que pensaban que la organización se aprovechaba de la gente decían “No pus está representando y ¿quién lo nombró? ¿quién es el que nombró, por qué representa?” Entonces, siempre hemos dicho que nosotros no representamos a los mixes, nosotros representamos a la asociación civil, que es de personas, no de comunidades. Apoyamos a las comunidades, pero no las representamos. Los abogados sí representan, se representan ahí donde defienden sus casos. Pero como organización no representamos al pueblo mixe; somos del pueblo mixe, del mixteco, pero no queremos decir “Haber, autoridad yo voy primero antes que tú” No, acompañamos con respeto a las autoridades que quieren nuestro acompañamiento (Entrevista S. R., 2006).
E sta ac larac ión se m an ifie s ta desde la c reac ión de la A S A M y después con SER. E x is tía la
p reo cu p ac ió n en tre sus creadores (F lo rib erto D íaz , p o r e jem plo ) de que las p rop ias
au to rid ad es d eb ían rep resen ta rse así m ism as, y h ab ía u n “N o a las o rg an izac io n es” , a firm a
u n a de las socias (E n trev ista S. R ., 2006). L a necesid ad de recu rso s p ara g estio n ar y dar
segu im ien to a los p ro b lem as o rilló a co n fo rm ar u n a fig u ra legal p a ra consegu irlos.
E l b u en d esem p eñ o y el trab a jo de la o rgan ización , a d ec ir de u n o de los d irigen tes
de SER, h a p erm itid o que ésta se m antenga: “ si la gen te en cu en tra a lguna u tilid ad
seguram en te esto v a a co n tin u ar y si no, pues yo creo que la gen te dirá: B ueno , estos son
u n a b o la de locos, son u n a b o la de p erso n as que no nos están ayudando , nos están
esto rbando , m ejo r h acerlo a u n lad o ” (E n trev ista A. R ., 2006). P a ra sus d irigen tes esto ha
sido u n logro , y a que la ob ten c ió n de recu rso s siem pre h a s ign ificado u n reto.
E n tre las d ificu ltades, que h a en fren tad o la o rg an izac ió n en su re lac ió n con las
com un idades, están los líd eres loca les y p o lítico s que u tilizan las asam bleas p ara ex p resar
a lg u n a p o sic ió n o im p o n er su p u n to de v ista. C o m o en u n c ia u n o de sus d irigen tes, es
n ecesario ir co rrig ien d o esos “ d efec to s” en el m arco de su au to n o m ía e ir trab a jan d o p ara
m ejo ra r su d in ám ica co m u n ita ria y sus p ro p ias in stitu c io n es (E n trev ista A. R ., 2006). L a
o rg an izac ió n sabe de las críticas y cu estio n am ien to s que se hacen a su activ idad: “n oso tros
no som os ingenuos, desde u n p rin c ip io d ijim os que h ab ía gen te que se a leg raría p o r la
ex is ten c ia de u n a o rg an izac ió n com o ésta, p ero tam b ién tu v im o s claro que h ab ía g en te que,
tra ta ría de e rrad ica rn o s p o r la v ía de lo po lítico , in c lu so p o r o tros m ed io s” (E n trev ista A.
R ., 2006). E n la com un idad de estu d io escuché p o sic io n es en con tra de SER, p ro v en ían de
p riís tas que h ab ían tra tad o de im p o n er a sus au to ridades y se h ab ían en fren tad o a los
in teg ran tes de la o rgan ización . P o r lo que p u d e ab u n d ar del conflic to , S E R h ab ía defend ido
el resp e to a la asam b lea com unal y la e lección sin la in te rv en c ió n de p artid o s po líticos. U no
229
de los co m u n ero s que se en fren tó a los op o sito res y fu e aseso rad o p o r la o rgan ización
alega: “ el g o b iern o siem pre m an e ja que S E R son los que p rovocan , son los que o rgan izan
v io len c ia , cuando en la rea lid ad no es p o r ah í, ellos b u scan la p az , e llos b u scan la u n id ad ,
p ero d esg rac iad am en te en las co m u n id ad es no log ran en ten d e r eso , en tonces es cuando
su rgen p ro b lem as” (E n trev ista G. R s., 2006). D esp u és de en fren tam ien to s v io len to s y
asesina tos se acusó a u n o de los socios de S E R com o culpable . U n a v ez que se h ic ie ro n las
in d ag ac io n es co rresp o n d ien tes se le dec la ró inocen te , pues la p arte o p o sito ra h ab ía querido ,
p o r ese m edio , acallarlos. E ste e jem plo m u estra que, a p esa r de la lab o r que se h a im puesto
la o rg an izac ió n y de las ac tiv idades que llev a a cabo p ara co n c ien tiza r a la pob lación ,
ex isten in tereses co n tra rio s y hay m ixes que se o ponen a su p royecto .
c) Percepciones del antagonista
L a v ía p ac ífica h a p erm itid o que esta o rg an izac ió n m an ten g a u n a p o sic ió n de resp e to en el
cam po p o lítico oaxaqueño . E n sus d o cu m en to s no se reg is tra u n a v is ió n c la ra del
an tagon ista . E n lo s d iag n ó stico s e lab o rad o s p o r S E R se pu ed en ap rec ia r los ob stácu lo s y lo
que im p id e el éx ito en sus tareas. E l E stado , sus in stitu c io n es y p ro g ram as son
con sid erad o s com o im p ed im en to s p ara el lo g ro de sus p royectos.
El Estado sigue apareciendo como algo ajeno a la problemática de nuestras comunidades; en todo caso, se le identifica como entidad represora, autoritaria; pero con el cual hay que negociar constantemente, ya que en algún momento tiene connotación de un ente paterno-financiador, pero identificado como ajeno y no cercano ni amigo, además de que se caracteriza por chantajista, manipulador, engañador (SER, 2005: 355).
E ste fragm ento , que p erten ece a u n d o cu m en to de p rin c ip io s de los n o v en ta del sig lo X X ,
ex p resa u n a id ea c la ra del E stado ; pero com o he apun tado , en años p o ste rio res S E R acep tó
la n eg o c iac ió n con esta in stancia . A dem ás, el con tex to fav o rab le de em erg en c ia in d íg en a
después de la irru p c ió n del E Z L N y la p o s te rio r crisis de g o b ern ab ilid ad en O ax aca
p ro v o caro n u n am b ien te de re la tiv a negoc iación . L o que no e lim in ó lo s abusos y la
v io lac ió n de derechos h u m an o s en tre la p o b lac ió n ind ígena.
S E R co n sid era a los in te re ses co n tra rio s a los co m u n ita rio s com o u n a taque a la
reco n stitu c ió n del p u eb lo m ixe; adem ás u n o de los socios a firm a que el E s tad o los usa: “ las
p ro p ias in stitu c io n es del E stad o a v eces nos u san com o p re tex to p ara ju s tif ic a r sus po líticas
230
y p rog ram as, pues los p u eb lo s no rec ib im o s b en e fic io s su stan tiv o s a m ed ian o ni a largo
p lazo ” (E n trev ista A . R ., 2006). E n este sen tido , los p ro g ram as as is ten c ia lis tas de éste han
co n trib u id o a la d esin teg rac ió n y son con sid erad o s dañ inos p ara p re se rv a r los sistem as
com unitarios. L a ló g ica de a to m izac ió n y d iv isión del E stad o se v u e lv e el enem igo . Al
p reg u n ta r p o r el p ro g ram a O P O R T U N ID A D E S , m e re sp o n d e el je fe de dep artam en to
ju ríd ico : “Y a hay teq u io p ara todo , y a el teq u io se p ierde , p ie rd e su esen cia p o rque ahora
no hay que ir a trab a ja r po rq u e v am o s a rec ib ir u n a lan a al final del m es, y a no es ir a
trab a ja r com o serv ic io ” (E n trev ista H . A ., 2006). L a in te rp re tac ió n que la o rgan izac ió n
hace de los aco n tec im ien to s n eg a tiv o s p ara el p u eb lo m ix e fo rm a p arte del m arco de
d iag n ó stico que posee. A esto se sum a el b o ico t que han ex p e rim en tad o las ac tiv idades
p ro m o v id as p o r la o ran ización , a legan sus in teg ran tes, y a sea cap ac itac ió n o reu n io n es con
au to ridades. D ep en d en c ias g u b ern am en ta les (co m o el IN I o actual C D I) convocan
ac tiv idades en las m ism as fechas en que S E R tien e cursos o ta lleres, lo que co lo ca en u n a
d isy u n tiv a a los rep resen tan tes com un itario s.
O tro elem en to que p ro v o ca d iv is ió n en tre in d íg en as es la d isp u ta p o r tierras. L os
co n flic to s p o r lím ites en tre d iversas co m u n id ad es re sp o n d en a u n a ló g ica p ro m o v id a p o r el
E stado , según p o b lad o res in v o lu crad o s de la co m u n id ad de estudio . L a h is to ria de despo jo
y ocu p ació n de las tie rras com unales m ixes h a sido u n de to n an te en la lu ch a de esta
pob lación . E sta v is ió n es u n tan to sim plista , y a que no ex isten títu lo s y las au to ridades
so lic itan la in te rv en c ió n de in stan c ias gubernam en ta les. L o que p o d ría in d ica r in cap acid ad
p ara lleg ar a acuerdos y respetarlos.
A u n ad o a esto , los cac iq u ism o s que se m an tien en g rac ias al apoyo del g o b ie rn o y el
P R I, han creado frac tu ras al in te rio r de las com unidades. L a in flu en c ia de estos personajes,
desde p rin c ip io s del s ig lo X X , m arca la h is to ria m ixe. D an ie l M artín ez y L u is R o d ríg u ez
son los dos cac iq u es m ás reco rd ad o s p o r sus abusos e in justic ias. A p esa r de que la
in flu en c ia de éstos am in o ró con el dec live del PR I, en a lgunas co m u n id ad es se m an tien en
p rác ticas caciqu iles “no creo que los cac icazg o s así com o ex is tían cuando fu n c io n ab a el
rég im en p riís ta ex is tan com o ta l a estas alturas. H an cam biado , han v ariad o sus n iv e les de
daño y de in te rv en ció n en n u estras co m u n id ad es” (E n trev ista A. R ., 2006). E n 1998 en
Q u e tza ltep ec M ixe, G ab ino S ánchez (ya ex p resid en te m u n ic ip a l) go zó del apoyo del
g o b ie rn o estata l y tran sg red ió las n o rm as y trad ic io n es com un ita rias, p o r lo que u n g ru p o
o p o sito r a in v itó a S E R para d efen d er el rég im en com unal (SE R , 2006). E n la ac tua lidad
231
ex iste d iv isión , pero no hay v io lenc ia . E sto s h echos ilu stran que sólo se v e a o tro m ixe
com o o p o sito r cuando h a rec ib ido in flu en c ia y apoyo de la sociedad m estiza. E n este
sen tido , la in te rp re tac ió n de las trag ed ias su fridas a ra íz de d ichos p erso n a jes se en m arca en
ló g icas a jenas a la v id a com unitaria .
O tro s agen tes que crean segm en tac ión al in te rio r de las co m u n id ad es son los
p artid o s p o lítico s y las re lig io n es p ro testan tes. E l reco n o cim ien to de los u so s y costum bres
com o fo rm a de e lección sólo es v á lid a p ara las au to rid ad es locales, p o r tan to , los partidos
acuden a las co m u n id ad es para la e lecc ió n de d ipu tados, g o b ern ad o r y p resid en te del país.
R ec ien tem en te la en trad a en escen a del P R D tam b ién p ro fu n d izó el d iv ision ism o. E n este
sen tido , las p o líticas y lin eam ien to s que con trad igan la lib re d e term in ac ió n y au to n o m ía de
los pu eb lo s o rig in ario s rep resen tan u n a afren ta p a ra S E R . E sto tam b ién se re lac io n a con los
casos de m an ip u lac ió n y co m p o n en d as del g o b ie rn o de que son p resas las au to ridades
m u n ic ip a les y com unales (S E R , 2006).
E sp ec ia lm en te , el P R I h a fo m en tad o y to le rad o in justic ias y abusos m ed ian te la
concesión de recu rso s (co m o parte de las acc io n es del g o b ie rn o del estado ) y su casi
ex c lu siv a p resen c ia en la reg ió n m ix e (la p o sesió n de recu rso s n ecesario s p ara lleg ar a
co m u n id ad es de d ifícil acceso). U n o de los d irig en tes c ita com o en em ig o a los p riís tas :
Sentimos que son enemigos por así decirlo porque son a los que les pisamos los callos; son los que han sentido más afectados sus intereses. En donde hemos golpeado más a los priístas es en Zacatepec, fuimos para joder al hijo del cacique y ahí hicieron una marcha y ahí sí nos pusimos duros frente al Estado. El objetivo era liberar a la comunidad del cacique (Entrevista H. A., 2006).
O tra socia a firm a que lo s m ilitan tes de este p artid o han dec la rad o que S E R es el causan te
del d iv is io n ism o en las co m u n id ad es (E n trev ista S. R ., 2006). E sto in d ica que v en a la
o rg an izac ió n co m o u n o bstácu lo que les im p id e co n tin u ar con su contro l sobre la región.
E n lo que re sp ec ta a las re lig io n es y sectas, é stas han creado d iferencias, y
co n flic to s d ifíc iles de so lucionar. H ay casos d o cu m en tad o s de tes tig o s de Jeh o v á que se
n ieg an a p artic ip a r en las ob lig ac io n es co m u n ita rias (asu m ir cargos, d ar cooperac iones,
h acer tequ ios, e tcé tera), p o r e jem plo en T lah u ito ltep ec . E sto h a rep resen tad o u n re to para la
o rg an izac ió n com un itaria , y a que los in d iv id u o s que p erten ecen a es ta re lig ió n han
so lic itado la in te rv en ció n de la C o m isió n de D erech o s H u m an o s a legando la defen sa de sus
232
derechos como ciudadanos libres. Esta problemática enfrenta derechos colectivos
(comunitarios) versus derechos individuales.
La coincidencia que la organización tiene en demandas y proyecto con el EZLN
también indica el tipo de antagonista al que se enfrenta. Las políticas neoliberales y el
capitalismo salvaje impuestos por transnacionales e intereses extranjeros se vuelven
blancos de ataque en esta lucha. En el ámbito local, sus representantes (las empresas,
terratenientes, acaparadores) explotan diferentes recursos y generan pobreza. Estos agentes
no sólo han menguado las economías en la sierra, sino que también han influido en la
ruptura del sector productivo en las comunidades mixes, provocando una alta emigración
hacia centros urbanos (la ciudad de Oaxaca y el DF) y el extranjero.
In.3 El movimiento indígena y la presencia de capitales en las estructuras
de movilización de ONP y SER
Como he dicho el movimiento se integra de una red de relaciones entre organizaciones,
líderes, grupos, comunidades e instituciones interesadas en la problemática indígena. La
ONP y SER son dos organizaciones que tienen diferencias; sus redes, estrategias y métodos
de lucha varían (estructuras de movilización), pero sus demandas son similares (marco de
pronóstico). En este sentido, los agentes que enarbolan demandas son cada vez más
heterogéneos y éstas más concretas. La lucha por el reconocimiento de los pueblos
indígenas y sus autonomías (ya sea comunal o regional) son las banderas del movimiento
indígena nacional. Comparten además ciertos recursos con los cuales se mueven, negocian,
luchan y compiten en el campo político. Para el caso de Michoacán, la ONP es quizás la
organización indígena más conocida en el estado; y en Oaxaca, SER es una de las más
reconocidas en el ámbito local, regional y nacional.
Los capitales económicos de ONP y SER son escasos. Desde su creación han
solicitado recursos económicos a instituciones estatales (SEDESOL, CDI) y a agencias
nacionales e internacionales, tanto para la implementación de los proyectos, como para el
pago de servicios, talleres y foros. Específicamente, SER ha buscado solventar el sueldo de
sus trabajadores, todos ellos indígenas (mixes y zapotecos). Ninguna cuenta con recursos
233
eco n ó m ico s p rop ios, y en ocasiones las co m u n id ad es han ayudado en los gastos de
tran sp o rte y trám ites legales. E sto rep resen ta u n a d ificu ltad p ara am bas, p ero no ha
im p ed id o que rea licen sus ac tiv idades. S E R tien e la casa m ixe, que sirve de o fic in a y da
h o sp ed a je a au to ridades y rep resen tan tes cuando acuden a la c iu d ad p ara h acer a lguna
d iligencia. E s ta casa se co n stru y ó con la co o p erac ió n de las co m u n id ad es y sirve com o un
espac io de en cu en tro en tre au to rid ad es de las co m u n id ad es y aseso res de la o rgan ización .
T am b ién hay que m en c io n a r que, a p esa r de la b ú sq u ed a de cap ita les eco n ó m ico s en las
o rgan izac iones, los in d iv id u o s (ac tuando co n ju n tam en te ) co n stru y en y o rien tan su acción
m ed ian te o tro tip o de inversiones, com o ap u n ta M elu cc i “ definen en té rm in o s
cognosc itivos, afec tivos y re lac io n ales el cam po de p o sib ilid ad es y lím ites que perciben ,
m ien tras que, al m ism o tiem po , ac tivan sus re lac io n es para d arle sen tido al 'e s ta r ju n to s ' y
a los fin es que p ers ig u en ” (M elucci, 2002: 43).
U n o de los p rin c ip a le s cap ita les cu ltu ra les que tien en am bas o rg an izac io n es son la
educac ión y p rep arac ió n de sus m iem bros. E sp ec íficam en te , sus d irigen tes tien en
educac ión p rofesional; ex isten p ro feso res, con tadores, abogados y personal que ha
estu d iad o a lguna ca rre ra técn ica. H an asistid o a cu rsos y ta lle re s en focados a la
p ro b lem ática ind ígena: derechos hum anos, derechos ind ígenas, derechos de las m ujeres,
e tcétera. E sto les p erm ite d esen v o lv e rse en o tro s am bien tes y co m p etir en ig u a les
con d ic io n es fren te a no ind ígenas. C on su dom in io del caste llan o (cap ital lin g ü ístico )
acceden a o tros espacios de co n o c im ien to y d ifusión . E ste tip o de cap ita les les ay u d a a
d esem p eñ ar sus ac tiv id ad es en la o rg an izac ió n y co n tribuyen a c rear co n fian za en tre las
bases. Sin em bargo , tam b ién se corre el riesg o de que las d ec isio n es sean to m ad as p o r el
g rupo con m ay o r p reparación . B o u rd ieu afirm a que p ara ev ita r la co m p eten cia p o r el
m o n o p o lio los m iem b ro s deben reg u la r las co n d ic io n es de acceso al g rupo y , sob re todo ,
reg u la r la fo rm a en la que a lgu ien puede co n v ertirse en rep resen tan te de to d o el g rupo
(de legado , com isionado , p len ip o ten ciario , e tcé tera ) y d isp o n er de la to ta lid ad de su capital
social (B ourd ieu , 2000: 155). E n los casos estud iados se ob serv a que los líderes se
co n v ierten en los rep resen tan tes de las o rg an izac io n es al co n cen tra r cap ita les cu ltu ra les y
sociales; las fo rm as en que estos agen tes se han co n v ertid o en po rtav o ces se re lac io n an con
p rocesos de rev a lo rac ió n de la educac ión fo rm al (y su u tilid ad en la lu ch a ind íg en a), y con
canales in fo rm ales de acceso a in fo rm ac ió n y conocim ien tos.
234
E n am bos casos los líderes tien en g ran in flu en c ia en la con d u cció n de la
o rg an izac ió n , aunque su fo rta leza d escan sa en las co m u n id ad es. P u ed en articu la rse de
fo rm a ind iv idua l a la red del m o v im ien to e im p rim irle d irecc io n alid ad . E n el caso
o ax aq u eñ o se reg is tra u n lid e razg o é tn ico jo v en (a lred ed o r de los tre in ta años de ed ad ) y
esp ec ia lizad o (en d erech o s in d íg en as). E l líd e r m ás co noc ido fu e ra de O ax aca , A d e lfo
R eg in o , se co m p ro m etió en su aseso ría al E Z L N y h a v en id o rea lizan d o ac tiv id ad es an te la
O E A . L a in te racc ió n en estas arenas ay u d a a d ar a co n o cer la lab o r de la o rg an izac ió n , p ero
p u ed e o cu rrir q u e se im p o n g an agendas in te rn ac io n a les q u e tien en p o co eco en tre las
com un idades, com o en u n c ia H a le (2002). U n líd e r in te rn ac io n al se v u e lv e d ifícil de
co n tac tar y su tra to con las co m u n id ad es p a sa a segundo p lano . S in em bargo , la lab o r de los
o tros líderes en las o fic inas y co m u n id ad es re sp a ld a a SER. L a in flu en c ia de éstos se
ob serv a en el tip o de estra teg ias u tilizad as (v ía p ac ífica) y la fo rm a de o p erar sus p ro y ec to s
(d iag n ó stico s y eva luaciones), q u e tam b ién re sp o n d en a los req u is ito s de las agencias
financiadoras.
E n el caso m ichoacano , el g rupo de líderes p arece m ás h o m o g én eo y h a adqu irido
exp e rien c ia sobre la m arch a (tienen a lred ed o r de cu a ren ta años de edad), se ap ro x im an m ás
a u n lid e razg o é tn ico de co rte com unitario . U n o de los líd eres v iv e en su co m u n id ad de
origen, lo q u e le p erm ite el co n tac to co tid ian o con las bases, y p o r tan to está m ás expuesto
a la crítica. E n la O N P, la in flu en c ia de estos agen tes se o b serv a en las a lianzas que pac tan
con o rg an izac io n es y g ru p o s po líticos, en la d irecc ió n de sus d em an d as (en té rm in o s de u n a
au to n o m ía reg iona l) y en la p o stu ra que qu ieren a trib u ir al p u eb lo p u rép ech a (an tip artid a rio
aunque sólo sea en el d iscurso). P a ra ev ita r la cen tra lizac ió n en estos agen tes fa lta ría
im p lem en ta r fo rm as eficaces de d ifu n d ir in fo rm ac ió n y de so c ia liza r la s decisiones.
P articu la rm en te , la s co m u n id ad es y p o b lad o res p u rép ech as h acen cu estio n am ien to s
a sus líderes. L as críticas que éstos rec ib en se re lac io n an con la o b ten c ió n de b en e fic io s de
fo rm a particu la r, la “ s im p atía” que a lgunos de ellos m u estran h ac ia el P R D y el
en fren tam ien to en tre lid erazg o s (esc is ió n de la O N P y fo rm ació n de N P Z ). E n cam bio , los
p o b lad o res m ixes se m o straro n m ás sa tisfechos con la o rgan izac ión , aunque la co n fian za
d ep o sitad a en éstos tam b ién resp o n d e a o tros p rocesos. M artín ez a firm a que a p artir de lo s
años c in cu en ta del sig lo X X , lo s m ix es co m en zaro n a v a lo ra r u n nu ev o tip o de au toridad ,
“ aq u é lla que adem ás de co n o cer in te rn am en te el p u eb lo y sus d inám icas, ten g a capac idad
de re lac io n arse con el m u n d o ex terio r, y de p re fe ren c ia m an eje la lec to e sc ritu ra del
235
español” (Martínez Mtz., 2001: 125). Esto provoca que jóvenes con preparación profesional
alcancen rápidamente los cargos más altos y se excluya a campesinos y líderes
tradicionales. De forma similar, Castillejas et al. comentan que para el caso purépecha, los
líderes (que eran las autoridades locales por su experiencia) están siendo desplazados por
una generación más joven de activistas indígenas, que han estudiado una profesión y tienen
experiencias fuera de sus localidades de origen (Castillejas et al., 2003: 86). Estos procesos
pueden colocar a los líderes indígenas en situaciones vulnerables al lidiar con el esquema
clientelar y la presión de parte de sus comunidades en la consecución de recursos y
demandas. La escasa experiencia que éstos tienen en el ámbito comunitario puede provocar
división interna y enfrentamientos entre grupos conservadores y progresistas.
Estos hechos se relacionan con el incremento de capitales en forma individual. El
agente Adelfo Regino ha reproducido su capital cultural y ha conseguido allegarse capital
simbólico en forma de prestigio, el cual comparte y a la vez es producto de la labor de
SER. Esto pone de relieve las diferencias en la posesión de capitales entre integrantes. Lo
que supone disputas y competencias al interior de la organización, pues como dice
Bourdieu, los capitales son fundamento de poder de un campo (Bourdieu en Velasco, 2000:
78). Como mencioné, la voz de los más experimentados y que cuentan con más capitales
prevalece y propicia relaciones de subordinación. Pero, el crecimiento de estos capitales
también indica una comprensión de la lógica del campo, lo que implicaría posibilidades de
cambio.
Estos agentes participan activamente en la producción de una identidad étnica a
partir de experiencias fuera de sus comunidades que los obligaron a definirse en términos
culturales. Al distanciarse de sus culturas éstos se han convertido en sus traductores. En
algunos casos han cuestionado la distribución y las posiciones del campo político, y en
otras se siguen moviendo en la lógica de éste. Esto se relaciona con las tensiones
identitarias que experimentan de forma individual. Los conflictos entre lo que se es y lo
que se quiere llegar a ser provocan, como afirma Bajoit (2003), disonancia existencial. Los
líderes se encuentran ante el dilema de incorporarse a la sociedad no indígena o regresar a
sus comunidades y revalorar sus culturas. La inclinación por cualquier posibilidad implica
expectativas diferentes que los llevan a conformar una identidad en resistencia o una
identidad más acorde con el sistema, que finalmente no representa peligro para el
monopolio del poder en el campo político.
236
V o lv ien d o a las o rgan izaciones, o tro cap ita l cu ltu ra l con el que éstas cuen tan son
los co n o c im ien to s h ered ad o s de los ap ren d iza jes en la fam ilia y su co sm o v isió n . L as
re flex io n es que h an d esarro llad o en to rn o a la co m u n alid ad y la au to n o m ía tien en sus
re feren tes en los v a lo res co m u n ita rio s . L o s leg ad o s h is tó rico s de u n a p rác tica po lítica
llam ad a au to n o m ía y so b eran ía son p reserv ad o s en las m ú ltip les sociedades civ iles ind ias
h istó ricam en te c lan d estin izad o s, pero v iv o s (V arese , 1996: 27). A unque , O N P y S E R han
p resen tad o de fo rm a d iferen te su d iscu rso (rep ro d u cc ió n de este cap ita l), sus dem andas
tien en an teceden tes sim ilares y p u ed en ser eq u iv a len te s (territo rio , au tonom ía, lib re
determ inación ). A m b as son u n rech azo al p ro y ec to h eg em ó n ico de n ac ió n que con tin u a
n eg an d o el derecho a la d iversidad .
E stos co n o c im ien to s han sido re fo rzad o s p o r las o rg an izac io n es a través
d iscu sio n es del ám b ito académ ico y po lítico , re su ltan d o en u n d iscu rso in d íg en a con
sim ilitudes a n ivel nacional. K raem er (2003) a firm a que al m en o s v e in te años de
m o v im ien to s in d íg en as han creado u n len g u aje com ún, y que ac tu a lm en te cu en ta con
concep tos y e jem plos p arad ig m ático s prop ios. E ste len g u aje es deudor, co n tin u a esta
au tora , del len g u aje del m o v im ien to cam pesino y p ro le ta rio . L a ev o lu c ió n en sus d iscu rsos
se re lac io n a con el co n tex to h is tó rico que v iv en y su capac idad de ad ap ta rse y p o sic io n arse
en las g ran d es p ro b lem áticas nac ionales.
Si se q u is ie ra b u sca r a lg u n a n o v ed ad en el m o v im ien to social in d íg en a lo m ás
p ró x im o sería el p roceso de co n stru cc ió n de u n p ro y ecto au to n ó m ico (lib re determ inación ,
p artic ip ac ió n e igualdad). L a rañ a y G u sfie ld (2001) com en tan que se p ien sa que las nuevas
fo rm as de acción co lec tiv a están re lac io n ad as con cuestiones de id en tid ad ind iv idua l y
co lectiva , de salud y sexualidad , con m etas cen tradas en el d esa rro llo personal y en el
cam bio en las fo rm as de in te racc ió n (L arañ a y G usfie ld , 2001: XI). P a ra el caso de los
m o v im ien to s ind ígenas, esto se ap lica parcia lm en te . L as n ecesid ad es m ate ria le s son el
p u n to de p artid a y sirven de p la ta fo rm a a d em an d as m ás g en era les e incluyen tes. P ero la
cu estió n de la id en tid ad é tn ica sirve de eje rec to r p a ra dar sen tido a las acciones, lo que a
su v ez p ro d u ce in te racc io n es m en o s asim étricas y con m ás agentes. R esu lta p a rad ó jico que
el acen to en la d ife ren c ia cu ltura l h ay a ca tap u ltad o al m o v im ien to a u n cam po en el que se
en cu en tra y d ia lo g a con m ás sim p atizan tes no ind ígenas.
L a hab ilid ad de las o rg an izac io n es p ara d esa rro lla r sus d iscu rso s en el cam po
p o lítico es v ita l p a ra que ob ten g an recu rso s y cap ita les ú tile s p a ra la lucha. L as d ife ren tes
237
po stu ras sobre la au to n o m ía o los derechos in d íg en as dan m u estra de la cap ac id ad de éstas
p a ra d ise rta r sob re n o c io n es y p ro y ecto s de v id a q u e co n sid eran m ás acordes a sus
n ecesid ad es. C o n cep to s com o el de sis tem a n o rm ativ o y pu eb lo s in d íg en as tam b ién han
sido ap ro p iad o s p o r el d iscu rso del m o v im ien to u tilizan d o com o re feren te el C o n v en io 169
de la O IT y los A cu erd o s de S an A n d rés . E n este sen tido , la co n stru cc ió n de u n acervo de
co n o c im ien to s , y a sea esc rito u o ra l, in c rem en ta su capac idad de n eg o c iac ió n y e lev a su
n ivel de re flex ió n acerca de los re to s q u e se les p resen tan . O N P y S E R tam b ién log raron
in serta rse en redes del m ed io acad ém ico y g o za r del ag rado y apoyo de in v estig ad o res y
estu d io so s q u e no han d udado en apo y arlo s y co n trib u ir desde su m ed io en la lu ch a
in d íg en a . E l estab lec im ien to de re lac io n es de aco m p añ am ien to con éstos (c la ses
cu ltu ra lm en te p riv ileg iad as) p u ed e in flu ir en el im p acto q u e ten g an en los perfile s
cu ltu ra les de la sociedad g lo b a l, en co m p arac ió n con los m o v im ien to s q u e perm an ecen
a islados de los p rin c ip a le s m ed io s de p ro d u cció n cu ltu ra l (M cA dam , 2001: 64).
S e reg is tró u n m an ejo d iferencia l de los cap ita les q u e tien en y p ro d u cen am bas
o rgan izaciones. L a O N P h a m o strad o en sus desp leg ad o s esta r al tan to de las d iscusiones
en m ate ria ind ígena. E s to se re fle ja en la m ad u rez de su d iscu rso y el cam bio en sus
dem andas, las cua les son cada v ez m ás in teg ra le s y co m p le tas (cap ita les sociales). A dem ás
su p ro y ecto se ad ecu a co n stan tem en te al contex to . P o r su parte , la ex p e rien c ia q u e ha
d em o strad o S E R p ara co n v o car a even tos y encu en tro s lo conv ierte en p ied ra an g u la r del
m o v im ien to in d íg en a en O axaca. S u apegó a las co m u n id ad es y sus n o rm ativ id ad es le
p ro p o rc io n an herram ien tas y co n o c im ien to s de los q u e después h ech a m an o p ara hacer
p ro p u estas de m ay o r alcance. E sp ec ia lm en te en lo q u e se re fie re a au to n o m ía com unal y
derechos ind ígenas. E s n ecesario m encionar, com o T arrow (1997) asevera , que sus
dem andas se hacen en m arco s de sig n ificac ió n co m p ren sib le s p ara u n sec to r m ás am plio de
la sociedad con el fin de c rear afin idades y sim patizan tes, y em p lean fo rm as de acción
co lec tivas ex tra ídas de u n am plio rep erto rio (fo rm ad o p o r o tros m o v im ien to s sociales:
cam pesino , m ag isteria l, de izqu ierdas).
E l in terés que S E R h a d em o strad o p ara la co n stru cc ió n de u n fren te com ún nac ional
es qu izás u n a de las ac tiv idades m ás reconocidas. L a re lac ió n de apoyo y so lidaridad que
tien e con el E Z L N y su d esen v o lv im ien to en la escena nac iona l e in te rn ac io n al tam b ién le
han g an ad o s im p atizan tes (cap ita les sociales). L a O N P no h a lo g rad o c rear u n fren te tan
só lido , pero ex iste u n reco n o c im ien to de las o rg an izac io n es que p artic ip an en el cam po y
238
tien en ex p erien c ia en la lu ch a in d íg en a (en tre e llas y p o r p arte de ac to res com o el g ob ierno
y los partid o s po líticos). Sus tác ticas y p o stu ra son conoc idas en tre ellas, lo que fac ilita la
co n v o ca to ria p a ra tra ta r tem áticas com unes. E n el cap ítu lo I I se exp u siero n a lgunos de los
an teced en tes de los fren tes de lu ch a (m o v im ien to cam pesino , O N G , com un idades
ec lesia les de base, cooperativas, e tcétera).
U n o de los p rin c ip a le s cap ita les socia les con los que cuen tan las o rg an izac io n es
estu d iad as son las redes de apoyo y confianza. É s ta s sirven tan to p ara m o v iliza r recu rsos e
in fo rm ac ión , com o p ara c rear fren tes de lu ch a en el cam po po lítico . Se pu ed en id en tificar
dos tip o s de redes, las que se fo rm an al in te rio r de la o rgan ización , en tre los in teg ran tes, los
líderes, las bases, los g ru p o s; y las que la o rg an izac ió n fo rm a con o tras o rgan izac iones
afines. H ac ia el in terio r, en la O N P se de tec ta ro n redes creadas a p a rtir de re lac io n es de
p aren tesco y afin idad . E stas redes sum erg idas, com o M elu cc i (2002) las h a llam ado ,
aparecen en m o m en to s de crisis y con fron tación . E n cam bio , en S E R las redes al in te rio r se
dan a p artir del co m p ro m iso p o r el trab a jo y la co n fian za en la p reparación . Se m an ifiestan ,
p rin c ip a lm en te , en las conv o cato rias p a ra fo ros, ta lle re s y espac ios de re flex ión .
E n lo que se re fie re a las redes que las o rg an izac io n es co n stru y en h ac ia el ex terior,
el caso m ás ilu stra tiv o fu e la v is ita del su b co m an d an te M arco s a am bas en tidades. E n
M ich o acán , la O N P ju n to con o tras o rg an izac io n es y g rupos se m o v iliza ro n p ara rec ib ir al
su b co m an d an te y fo rm ar redes de apoyo. D esp u és de la v is ita esta red se deb ilitó , sin
em bargo , q u ed a el an teced en te y las o rg an izac io n es v an co n o c ien d o las p o sic io n es que
ocupan de acu erd o a sus in tereses. E n el caso de O axaca, la red y a e ra conocida , es decir,
las o rg an izac io n es que se reu n ie ro n p ara co o rd in a r la v is ita y a se conoc ían an terio rm en te y
h ab ían h echo ac tiv idades de fo rm a conjunta. E n este caso, se rea firm aro n las redes y
ren o v aro n la d iscu sió n del m o v im ien to ind ígena. E s n ecesario ag reg ar que la ad h e ren c ia al
E Z L N y el aco m p añ am ien to que la O N P y S E R tien en con re sp ec to a los zap atis ta s se
v u e lv en recu rso s que o to rg an reconocim ien to . E s decir, el co n sid erarse p arte del zapatism o
y fo rm ar u n m ism o fren te con el E Z L N en espacios académ icos p o r e jem plo , h a p erm itid o
que estas o rg an izac io n es g ocen de reco n o c im ien to y s im p atía en este am bien te (cap ital
sim bólico). L o que pu ed e red itu a r en o tro tip o de recu rso s com o apoyo y conocim ien tos.
E n am bos casos, las o rg an izac io n es ex p resaro n que las a lianzas son, p rinc ipa lm en te ,
coyun tura les. T an to éstas com o las redes cam bian con tinuam en te . E l tip o de d em an d a y
co y u n tu ra in flu y en p ara fo rm arlas; cada a lian za se da en u n con tex to d iferen te, y las
239
o rg an izac io n es y g rupos renuevan v ín cu lo s y red efin en sus p royectos. N o obstan te, p arece
ex is tir un reco n o cim ien to tác ito de con q u é g rupos, o rg an izac io n es o sec to res co in c id en y
p u ed en fo rm ar redes de so lidaridad .
L as a lianzas q u e h a fo rm ad o la O N P no siem pre h an sido benéficas, y las re lac iones
que m an tien en con o tros sec to res tam b ién h an p ro v o cad o cuestionam ien tos. Su adhesión a
la lu ch a del E Z L N le h a sum ado p restig io (cap ita l sim bólico). C o n su in co rp o rac ió n al C N I
accede a espacios de d iscu sió n que rep resen tan la v an g u a rd ia en las d iscu sio n es sobre
au tonom ía. E sto s espacios han serv ido de p la ta fo rm as p erm itien d o que la o rg an izac ió n se
p o sic io n e y ex p o n g a sus dem andas an te ag en tes ex ternos (n ac io n a les e in te rn ac io n a les) y
an te las co m u n id ad es pu répechas. A este respecto , la d em an d a de au to n o m ía reg ional
p arece te n e r eco en tre d iferen tes agen tes, que tal vez no com ulgan con los p o stu lad o s de la
O N P , pero m u estran afin id ad con u n p ro y ecto p ro p io que re sp o n d a a sus n ecesid ad es com o
ind ígenas.
E n cam bio , S E R tien en m u ch o cu id ad o en h ace r a lianzas, y a que adem ás de la
co in c id en cia en las causas, las v ía s p ara lo g ra r el cam bio tien en que ser sem ejan tes. El
m o v im ien to in d íg en a en este estado se com p o n e de u n a red só lida en la que p artic ip an las
o rg an izac io n es con m ás h isto ria , p o r tan to , es fácil re co n o ce r la au ten tic id ad en las
acciones. E l avance del m o v im ien to in d íg en a oaxaq u eñ o se re lac io n a con las m alas
con d ic io n es de v id a y las in ju stic ia s v iv idas. E s p arad ó jico que en esta en tid ad ex is ta u n a
g ran can tidad de o rg an izac io n es in d ep en d ien tes que p ro p u g n an p o r el resp e to a los
derechos hum anos, y que tam b ién ex is ta u n a ley av an zad a en m ate ria ind ígena. E s to rev e la
que an te el tem o r de u n lev an tam ien to , el g o b iern o op tó p o r leg is la r a lgo que en la p rác tica
no estab a o está d isp u esto a conceder. P o r tan to , las o rg an izac io n es n o desparecen y
co n tin ú an creándose nuevas.
L as acc io n es de las o rg an izac io n es p ro y ectan u n a im agen en el cam po po lítico . L a
p ercep c ió n que o tros agen tes ten g an de éstas in cen tiv a o d esa lien ta la fo rm ac ió n de redes.
A u n q u e no es u n ob je tivo , p o r lo m en o s exp lícito , de n in g u n a de las dos o rgan izac iones
c rea r segu idores, u tilizan los m ed io s de com u n icac ió n y d ifusión p ara a llegarse in teg ran tes
y fo m en ta r redes de apoyo a sus causas. 137
137 Máiz afirma que los altos niveles de represión juegan un papel decisivo en la etnificación de las demandas (2004: 144). En este caso, la represión sufrida ayuda a crear lazos de solidaridad y une a las víctimas contra un enemigo común.
240
L a O N P tra ta de v in cu la r sus n o rm as com u n ita rias con fo rm as de o rg an izac ió n no
in d íg en as p a ra en fren ta rse y te n e r p re sen c ia en la lu ch a . A d em ás, m an tien e u n a d in ám ica
loca l-reg ional p a ra co n se rv ar el con tac to con las bases y es ta r al tan to de las d iscusiones
reg io n a les y n ac io n a les . S E R tra ta de m an ten e rse apegado a la es tru c tu ra co m u n ita ria y las
in n o v acio n es en ese cam po son lim itad as. L a a seso ría q u e d a a las au to rid ad es es crucial
p a ra m an ten e r su leg itim id ad (cap ita l sim b ó lico ), y tra ta co n stan tem en te de e lev ar el n ivel
de p rep arac ió n y cap ac itac ió n de sus b ases com o la p rin c ip a l ap u esta de su p ro y ec to . L a
O N P in v ita a los p u rép ech as a sum arse a la lu ch a y en S E R los m ixes acuden p a ra so lic ita r
ay u d a en la re so lu c ió n de algún co n flic to .
E stos tres cap ita les (p rep arac ió n , co n o c im ien to s y red es) son ú tile s p a ra g estio n ar
recu rso s de o tro tip o . P o r e jem p lo , S E R tien e re lac io n es con in stan c ias y o rg an ism o s que
o to rgan fin an c iam ien to s, sus co n o c im ien to s sobre la e lab o rac ió n de p ro y ec to s es b as ta y su
personal es tá am p liam en te cap ac itad o p a ra p resen ta rlo s y co m p etir p o r recu rso s. L a O N P
h a sido m en o s constan te en la fo rm ac ió n de re lac io n es y sus in teg ran tes afirm an q u e les
fa lta personal cap ac itad o , p e ro con sus d iscu sio n es y co n o c im ien to s de la p ro b lem ática
in d íg en areg io n al lo g ra ro n u n reco n o cim ien to q u e les ay u d a a co n seg u ir o tros recu rso s.
L a con cep ció n y co n o c im ien to de los m ed io s p a ra lo g ra r los cam bios q u e se
p ro p o n en las o rg an izac io n es son p arte de su cap ita l socia l. C o n ésto s se m o v ilizan en las
redes y están en estrech a re lac ió n con la d isp o sic ió n del cam po p o lítico . E l m o v im ien to y la
lu ch a in d íg en a en M ich o acán h an ten id o m o m en to s á lg id o s, y la p re sen c ia de la O N P h a
sido clave. P artic ip ó en las m esas de n eg o c iac ió n del E Z L N y el g o b iern o m ex ican o (1994);
en el ac to de N u río co m o p arte de la C arav an a p o r la D ig n id ad In d íg en a (2001); en los
encu en tro s del C N I; y m ás rec ien tem en te p resen tó la Propuesta de ley sobre derechos de
los pueblos originarios del estado de Michoacán de Ocampo (2 0 0 2 ), la cual no fue
co n tem p lad a p ara la v e rs ió n final e lab o rad a p o r el gob ierno . E s to p ro v o có que la O N P se
o p u siera a é s ta p o r co n sid era rla ileg ítim a y sin cam bios p ro fu n d o s que co n trib u y eran al
desa rro llo de los pu eb lo s in d íg en as en la en tidad . D esp u és de este p roceso , el m o v im ien to
in d íg en a p arece h ab e r en trad o a u n a e tap a de latenc ia ; las es tra teg ias u tilizad as para
n eg o c ia r con el g o b iern o estata l (de aparen te izqu ierda) se ag o taro n y después de la v is ita
del su bcom andan te M arco s v in o u n a e tap a de reflex ión . L a acc ió n co lec tiv a p arece esta r a
la esp e ra de u n con tex to reg ional fav o rab le (p a ra la n eg o c iac ió n o el en fren tam ien to ) o a la
esp era del llam ad o nac ional de u n a o rg an izac ió n com o el E Z L N .
241
En cambio, la dinámica actual del movimiento indígena en Oaxaca parece bullir en
los últimos años. Las organizaciones luchan desde cada rincón, y se hacen visibles cuando
enfrentan hechos de injusticia que sobrepasa lo acostumbrado. La visita del subcomandante
Marcos en febrero del 2006 a distintos puntos de la entidad, y su encuentro con los pueblos
mixe, zapoteco y chinanteco en la comunidad de Guelatao de Juárez renovaron las energías
y las redes de apoyo. Pero el hecho más reciente que ha causado actividad contestataria
fue el levantamiento, de forma violenta, del plantón de la sección XXII del magisterio en el
centro de la capital de Oaxaca. Días después se convirtió en una lucha más amplia para
exigir la salida del actual gobernador, y se formó la Asamblea Popular de los Pueblos de
Oaxaca (APPO). La adhesión de los pueblos indígenas del estado a favor de su destitución
fue algo tardía y las organizaciones indígenas no participaron como tales. Sin embargo, sus
dirigentes y líderes están al tanto de la problemática.
Las tácticas y estrategias de lucha de las dos organizaciones son disímiles. La ONP
está más familiarizada con los mítines, cierres de carretera y actos masivos que impacten y
requieran de una acción urgente por parte del Estado. Sus antecedentes en el movimiento
campesino y su relación con el partido de izquierda han contribuido a una concepción de
lucha a través del enfrentamiento directo. Sin embargo, en los últimos años, la relación con
el gobernador Lázaro Cárdenas Batel ha limitado sus acciones. Los coordinadores de la
ONP se han mostrado más cautelosos ya que apoyaron su campaña y a pesar de estar
descontentos con la actuación de éste prefieren mantener una distancia sana. Por su parte,
SER recurre a la negociación, la capacitación, a medios informativos (a través de medios
de comunicación y académicos) y al diálogo para presionar a favor de necesidades y
resolución de conflictos. Esto se relaciona con el propósito de su creación; desde que ésta
se formó fue concebida para gestionar, asesorar y facilitar la solución de conflictos en
apoyo a la lucha por la vía pacífica. Máiz (2004) asevera que el repertorio de movilización
de los movimientos indígenas abandonó la vía armada y la violencia, y en su lugar prioriza
las estrategias comunicativas y de marketing político. Esto puede ser cierto para SER, pero 138
138 Para organizar este evento participaron las siguientes organizaciones: UNOSJO, COMUNALIDAD, CIPO- RFM, TALLER DE INVESTIGACIÓN Y DIFUSIÓN DE LA CULTURA ZAPOTECA “UKEN KE UKEN”, UNIR, UNIÓN DE INDÍGENAS ZAPOTECOS DE LA SIERRA NORTE, UNIÓN DE COMUNIDADES CAFETALERAS “UNIDAD, PROGRESO Y TRABAJO”, COMITÉ PARA LA DEFENSA DE LOS RECURSOS NATURALES DE CALPULALPAN.
242
la O N P no d escarta sus estra teg ias de co n fro n tac ió n directa , lo que tam p o co im p id e que
m o tiv e la d ifu sió n y p u b lic id ad de la lu ch a y el m o v im ien to in d íg en a en su en tidad .
L as m o v ilizac io n es y m an ife stac io n es de p ro testa de la O N P son v is tas com o u n a
am en aza p o r el gob ierno , p o r lo tan to , h a tra tad o de com batirlas p o r d iferen tes m ed io s:
in y ec tan d o recu rso s a las com un idades, de fo rm a v io len ta (p e rsecu c io n es), m an ip u lan d o a
los líderes, e tcé tera . L a fo rm ació n de in stan c ias o fic ia les que m an tien en la lín ea del
g o b iern o tam b ién h a sido u n a tác tica p ara d esp lazar a las o rg an izac io n es y ev ita r que se
fo rm en fuerzas de lu ch a . E sto se co n sta ta en el co n tex to actual, cuando líd eres e
in te lec tu a le s (d e la O N P y N P Z ) d esem peñan cargos púb licos, y p o r tan to , re s trin g en sus
cu estio n am ien to s y críticas. E n el caso oaxaqueño , las m o v ilizac io n es y m ítin es de
o rg an izac io n es civ iles e in d íg en as h an sido aca llad as con la v io len c ia y la rep resió n .
L íd eres p o lítico s están en carce lad o s p o r delito s fa lsos y sus p ro ceso s leg a le s son obstru idos
p o r el g o b ie rn o esta ta l. S E R h a ev itado estas m o d alid ad es de lu ch a y tra ta de v en ce r la
adv ersid ad y la p ro v o cac ió n con re flex ió n y d iscu sió n . E l en fren tam ien to con el g ob ierno
h a sido p o r la v ía legal, y a que cu en ta con personal esp ec ia lizad o . S u re lac ió n de respeto
con in stan c ias del E s tad o le h a p erm itid o m an ten e rse e in flu ir en p ro ceso s reg iona les que
h an s ign ificado avances, p o r lo m en o s parciales, p a ra el m o v im ien to in d íg en a en la
en tidad , com o son las re fo rm as y la ley in d íg en a de 1998.
L a p ersp ec tiv a de la re s is ten c ia p ac ífica m arca serias d ife ren c ias con otras
o rg an izac io n es que están co n v en cid as de o tro tip o de p resión , y que p o sib lem en te y a no
n eg o c ian con in stan c ias del g o b iern o p o r su frir rep resió n y persecuc ión . A dem ás, los
v ín cu lo s de S E R con in stan c ias in te rn ac io n a les le h an p erm itid o u n m argen de lib ertad del
cual no go zan o tras o rg an izac io n es (p o r e jem plo el C IP O ). E sto la co lo ca en u n a p osic ión
p riv ileg iada. E l lid e razg o que h a a lcan zad o en el m o v im ien to in d íg en a en O ax aca tam b ién
im p lica m an ten e r su leg itim id ad en el cam p o po lítico . E n esta línea, Z a ld a firm a que los
m o v im ien to s tien d en a ap ro p ia rse de las tác ticas y estru c tu ras de los m o v im ien to s ex ito sos;
son ejem plos a segu ir y m o d e lo s ; y sus m arcos in te rp re ta tiv o s p asan a fo rm ar parte de la
po lítica , de los esló g an es y de los sím bo los de la cu ltu ra general (Z ald , 1999: 382-83). E n
el caso de S E R , su es tra teg ia (de d iá lo g o y p resió n legal) se h a co n v ertid o en u n e jem plo a
segu ir p o r o tras o rgan izac iones, y sus p ro p u estas y fo rm a de co n ceb ir la lu ch a in d íg en a han
sido re to m ad a en d iscu sio n es y p ro y ecto s p o r o tros agen tes (p o r e jem plo el E Z L N re to m ó
p arte de las d iscu sio n es de S E R en la fo rm u lac ió n de los A cu erd o s de S an A ndrés).
243
L a d iferen c ia en las estra teg ias de lu ch a tam b ién se re lac io n a con la co n cep ció n que
cada o rgan izac ió n tien e del an tagon ista . A m b as estab lecen n eg o c iac io n es con el gob ierno ,
p ero tra tan de m an ten e r u n a im ag en de independencia . E l aná lis is hech o m u estra que a
p esa r de ser p e rc ib id o com o el enem igo , la co n fro n tac ió n se m ezc la con el d iálogo.
A dem ás, el E stad o sigue siendo el ag en te que co n ced e y an te el cual se pu ed en h acer los
cam bios. L o que exp lica , en parte , su p reem in en c ia en el cam po po lítico . S E R tien e u n a
ac titud de resp e to h ac ia éste y la O N P se h a m an ten id o en co n fro n tac ió n d irec ta ; aunque,
con la en trad a de u n g o b ie rn o de izq u ie rd a estab lec ió u n a ac titud conc ilia to ria , p ero no
hu b o acuerdo y se o rig inó u n a ru p tu ra en tre el g o b ie rn o y la O N P.
T arro w reconoce que a p esa r de que los m o v im ien to s y sus o rg an izac io n es casi
siem pre se conc iben a sí m ism o s com o algo ex te rio r y o p u esto a las in stitu c io n es “ la acción
co lec tiv a los in se rta en com ple jas redes po líticas, p o n ién d o las así al a lcance del E s tad o ”
(T arrow , 1997: 61). E n este sentido, S E R n eg o c ió con el g o b iern o estata l du ran te el
p ro ceso de c reac ión de la L ey in d íg en a en 1998, y la O N P se m o stró m ás d isp u esta a la
d iscu sió n en el p ro ceso para la fo rm u lac ió n de u n a ley in d íg en a en M ich o acán que no se
concretó . A m b as o rg an izac io n es reco n o c ie ro n e in te rp re ta ro n u n a o p o rtu n id ad po lítica ,
pues acep taron la n eg o c iac ió n p ara leg is la r derechos p ara los p u eb lo s in d íg en as cuando
p erc ib iero n p o sib ilid ad es rea les de hacerlo . T am b ién so lic itan apoyo y recu rso s de las
in stitu c io n es g u b ern am en ta les com o p arte de la ob ligac ión del E stad o de p ro v eer a la
p o b lac ió n de serv ic ios y sa tisfacer necesidades. E s to lo han hech o sin co m p ro m ete r su
in d ep en d en c ia del gobierno .
E l éx ito que han ob ten ido con resp ec to a sus estra teg ias no pu ed e ser eva luado
fácilm en te , S E R cap ita liza sus re lac iones con el g o b iern o y sus d ep en d en cias en fo rm a de
serv ic ios y ju ic io s a su fav o r; y la tác tica de co n c iliac ió n que la O N P pac tó , recien tem en te ,
con el g o b ie rn o no h a sido p rovechosa, p o r el con tra rio h a s ig n ificad o a taques y
cu estio n am ien to s constan tes. E l aná lis is m u estra que hasta la fech a sus tác ticas dan
re su ltad o parcia lm en te . D e lo con trario , las o rg an izac io n es hub ieran desaparecido . L a O N P
sobrev iv ió a u n a esc isió n y a co n tex to s rep resivos; y la p e rm an en c ia de S E R es su m ay o r
logro , a d ec ir de a lgunos de sus d irigen tes. C o m o se expuso , y com o asev era M elucc i
(2002), am bas o rg an izac io n es estim u lan la in n o v ac ió n (d iscu rso y dem andas),
p ro p o rc io n aro n n uevas e lites al m o v im ien to (g rupo de líd eres y aseso res), han ayudado a
244
crean nuevas p au tas de co m p o rtam ien to y m o d elo s de o rgan izac ió n (redes y estru c tu ras de
m o v ilizac ió n ).
O tro s cap ita les sim bó licos com o la leg itim id ad , el p restig io y la rep resen ta tiv id ad
están p resen tes en las o rg an izac io n es y son esencia les p ara q u e las bases se sien tan
a len tadas a ac tuar. L a leg itim id ad q u e h a lo g rad o S E R en tre sus bases con trib u y e a q u e las
co m u n id ad es y los g rupos de é stas se sien tan im p licad o s en la lu ch a . E sto se lo g ró con
éx ito s en la aseso ría leg a l, resp e to a las au to rid ad es co m u n ita rias y la o rgan izac ió n
co m u n al, así com o con ta lle res y cap ac itac io n es en las q u e se re flex io n a sobre las posib les
so lu c io n es. E n el caso de la O N P , la leg itim id ad de las bases h ac ia é s ta no es tan fu e rte . L a
o rg an izac ió n es reco n o c id a en el ám b ito esta ta l, pero las d ec isio n es y con flic to s in te rn o s le
h an restad o v a lo r, pero lo s lazo s fam ilia re s siguen siendo p ieza c lav e p ara q u e los agen tes
se im p liq u en en la lucha.
E n lo que re sp ec ta a la rep resen ta tiv id ad , B o u rd ieu a firm a que “ cuan to m ás g rande
sea un g rupo y m en o s po d ero so s sus m iem bros, m ás n ecesarias re su ltan la deleg ac ió n y la
rep resen tac ió n p a ra co n cen tra r el cap ita l so c ia l” (B ourd ieu , 2000: 155). E n los casos
ana lizados, S E R in c lu y e a traba jadores, g rupos, au to rid ad es com un ita rias, y a las bases,
p ero ésto s tien en d iferen te acu m u lac ió n de cap ita le s para m o v erse en el cam po. L a
p rep arac ió n y exp e rien c ia del equ ipo que trab a ja p ara dar aseso ría y cap ac itac ió n es el que
h a lo g rad o la rep resen ta tiv id ad de las d em andas m ixes, y p o r tan to , de parte de la
p o b lac ió n que las apoya. A unque , h a ten id o a ltiba jos que re sp o n d en a la in flu en c ia de o tros
agen tes com o los p artid o s po líticos, los caciques, y los p ro g ram as asistencia les.
E n sus in ic ios, la O N P log ró reu n ir a com un idades, sus au to ridades y g rupos
p roductivos. E n la ac tua lidad , sus in teg ran tes p arecen h ab e r d ism in u id o y au n q u e los
co o rd in ad o res y subco o rd in ad o res tien en m ay o r p rep arac ió n que los dem ás in tegran tes,
ex isten re lac io n es m ás h o rizo n ta le s en tre éstos, lo que ev ita u n a d e leg ac ió n au tom ática.
C o n el lo g ro de las g estiones h a con seg u id o am p lia r la rep resen ta tiv id ad de los p ob ladores
in d íg en as; és to s exp resan c ie rta co n fian za y co n fie ren cap ac id ad es a la o rg an izac ió n
cuando és ta ay u d a a re so lv e r p ro b lem as y rea liza ac tiv idades p ara el ben e fic io de las
com un idades. S u rep resen ta tiv id ad h a variado , en c iertos m o m en to s es m ás só lida y en
o tros es m u y cuestionada. E s to se re lac io n a con la co y u n tu ra y la ac tu ac ió n de los
d irigen tes. L a d ife ren c ia en tre los m o tiv o s para “ esta r en la o rg an izac ió n ” , en los dos casos,
tam b ién re fle ja su d ife ren te n a tu ra leza y se re lac io n a con cu estio n es de rep resen ta tiv idad .
245
M ien tras que en la O N P se p erc ib e u n in te rés en “ rep resen ta r” a los p u rép ech a (aunque lo
n iegan), S E R no la busca , p ero lo lo g ra o está ce rcan o a hacerlo .
A m b as o rg an izac ió n han ob ten id o p restig io d e su apoyo y re lac ió n con el E Z L N . E l
d esen v o lv im ien to en la escen a nac iona l e in te rn ac io n al, y los avances en las d iscu sio n es y
el p ro y ecto de au to n o m ía in c rem en tan este capital. E l p restig io de S E R se h a ex tend ido
m ás a llá del ám bito local. C o m u n id ad es no m ix es so lic itan la aseso ría de esta organ ización .
E l p restig io de la O N P p arec ió d ism in u ir en los ú ltim o s años, sin em bargo , su o p osic ión a
la p ro p u esta de ley in d íg en a (e lab o rad a p o r el gob iern o ) le dev o lv ió p arte de éste. Su
ac tuac ión ag u errid a d e tu v o la p resen tac ió n de ésta en la C ám ara de D ip u tad o s en
M ichoacán .
L a re lac ió n que g u ard an con los p artid o s p o lítico s es d iferen te. M ien tras que SE R
h a m an ten id o u n a p o lítica in d ep en d ien te con resp ec to a éstos, la O N P h a p a rtic ip ad o com o
p arte del P R D , lo que fin a lm en te le h a o casionado la d ism in u c ió n de cap ita les sim bólicos.
E n té rm in o s generales, el m o v im in e to in d íg en a en am bos estados h a tra tad o de m an ten e rse
al m argen de la in flu en c ia de esto s agentes, sin em bargo , sus in te re ses han log ard o
in v o lu cra r y fo rm ar m ilitan tes en tre las filas de las o rg an izac io n es ind ígenas. E n este
sen tido , éstas tam b ién han u tilizad o las sig las de los p artid o s p ara acced e r a espacios y
recursos. H asta el m om en to , los p artid o s p o lítico s no se han in te re sad o p o r ab rir espacios
p ara la d iscu sió n de la p ro b lem ática ind ígena, la ú n ica co ta p ara estas p o b lac io n es se
reg is tra en el P R D , y es de fo rm a lim itada. A n te este hecho , so rp rende la o rien tac ió n que
m an tien e la O N P h ac ia la v ía e lec to ral y la s im p atía de in teg ran tes de S E R h ac ia el partido
de izqu ierda. N o hay que o lv id ar que com o c iudadanos m ex ican o s tien en d erech o a
co m u n ica r sus p re fe ren c ias partida rias, y así com o defienden sus sis tem as de e lección de
au to rid ad es pu ed en vo tar, en u n sistem a de p artid o s po líticos, p o r sus cand idatos.
E n lo que re sp ec ta al cap ita l é tn ico , será abo rd ad o en el sigu ien te cap ítu lo . E sto
resp o n d e al h ech o de que el cam po p o lítico de las e tn ic idades se ca rac te riza p o r la
ex is ten c ia de este cap ita l, y p o r tan to , es n ecesario p ro fu n d iza r en su constitución . E ste
cap ita l será ana lizado en su fo rm a de id en tid ad étn ica, cuyo v a lo r se in c rem en ta en la
m ed id a de u n con tex to fav o rab le a la lu ch a ind ígena , com o se ex p u so en el cap ítu lo II.
L a p o sesió n de estos cap ita les (e sp ec ia lm en te los sim bó licos p o r su d ifícil acceso y
rep ro d u cc ió n ) supone la ex is ten c ia de pu g n as p o r ap ro p ia rse de éstos e in crem en tarlo s.
Inc luso , en tre las m ism as o rgan izaciones, g rupos y líd eres del m o v im ien to in d íg en a ex isten
246
disputas. P o r ejem plo , a lgunas tien en m ás cap ita les cu ltu ra les (m ay o r cap ac itac ió n y
p reparación ), o tras tra tan de in c rem en ta r sus recu rso s eco n ó m ico s (fin an ciam ien to s),
líd eres con p restig io cuestionan a o tros (al o cu p ar p uestos en el g o b iern o o sus
in stitu c io n es), y la rep resen ta tiv id ad de sus p u eb lo s es u n cap ita l que ay u d a ad q u irir otros.
E s to tam b ién se re lac io n a con la fo rm ac ió n de re lac io n es c lien te la res al in te rio r de las
o rg an izac io n es y el m o v im ien to ind ígena. L as o rg an izac io n es que ap arecen com o líderes
del m o v im ien to g estio n an y acceden a recu rso s m ás v alo rados, esto las co n v ierte en
d is trib u id o res de cap ita les. Se fo rm an re lac io n es p a tró n -c lien te que d ep en d e del apoyo y la
cap ac id ad de m o v ilizac ió n de o rg an izac io n es de m en o r cap ac id ad en la co nsecución de
recursos. E n este punto , el cap ita l s im b ó lico (co m o el p restig io ) tam b ién p u ed e p ro d u c ir
in te rcam b io s d esig u ales al in te rio r del m ov im ien to . O rg an izac io n es que son de recien te
c reac ión tien en que su p ed ita rse a los lo g ro s y éx ito s de o tras con m ás ex p erien c ia p ara
re lac io n arse y p o sic io n arse en el cam po po lítico , a p a rtir de este p o sic io n am ien to podrán
acced e r al ju e g o de la p ro d u cc ió n y rep ro d u cc ió n de cap ita les valo rados.
P ara co n c lu ir ag reg aré dos co m en ta rio s m ás. U n o es que las o rgan izac iones
an a lizad as son d is tin tas en tre sí, m ien tras S E R está “ al serv ic io” del p u eb lo m ix e y del
m ov im ien to , la O N P es p arte de la lu ch a y sus estra teg ias y d iscu rso cam b ian de acuerdo a
la ev o lu c ió n del m ov im ien to . S in em bargo , la co in c id en cia en dem an d as y p royectos
a lte rn a tiv o s las p o sic io n an com o agen tes p rin c ip a le s en el cam po p o lítico de los
m o v im ien to s ind ígenas. O tro es que con sid ero que el m o v im ien to in d íg en a nac iona l se
en cu en tra en u n m o m en to de latenc ia , de re flex ió n sobre sí m ism o. L as oportu n id ad es
p o líticas se están c rean d o al ca lo r de las p o líticas esta ta les que se in ten ta im poner. É stas
h arán re su rg ir y reu n ir al m o v im ien to social, en el que se in c lu y en d ife ren tes sectores. Sus
estru c tu ras de m o v ilizac ió n (reperto rio s de co n fro n tac ió n y p ro testa ) están siendo defin idas
en acuerdo a la coyun tura , y los m arco s in te rp re ta tiv o s se están rea ju stan d o desde que se
v iv en las rep ercu sio n es m ás crudas de las p o líticas neo liberales.
247
Capítulo IVLos procesos enmarcadores en Organización Nación
Purhépecha y Servicios del Pueblo Mixe
El análisis de las oportunidades políticas ilustró las etapas que vivieron las OMS en su
conformación, y la exposición de las estrategias (y capitales) que utilizan éstas para influir
y posicionarse en el campo político mostró la maduración de sus demandas, discursos y
prácticas. Falta entonces averiguar qué elementos dan sentido a la conformación de las
OMS y potencializan sus estrategias.
En este capítulo se analizan los procesos enmarcadores como los esfuerzos
estratégicos conscientes de los agentes para crear formas compartidas de considerar el
mundo, y que legitiman y mueven a la acción colectiva (McAdam, et al., 1999: 27). El
análisis se enfoca en la definición que las organizaciones de estudio hacen de su entorno, su
situación y sus posibilidades. Como se expuso en el capítulo I, la forma de abordar los
procesos enmarcadores es el análisis de tres marcos en los discursos identitarios: 1) Marco
de diagnóstico: interpreta las realidades y acontecimientos negativos para la comunidad; 2)
Marco de pronóstico: proporciona las claves del redescubrimiento y recuperación de la
identidad colectiva indígena; y 3) Marco de motivación: provee el contexto discursivo
emocional y los recursos morales necesarios para catalizar la acción colectiva (Máiz, 2004:
163-168).
A través de éstos se construyen significados compartidos (cambiantes en el tiempo)
de ver y percibir la realidad para los involucrados en la acción. Las ideas, valores y
significados creados, readaptados y expuestos por las OMS ayudan a formar un acervo
común de conocimientos y experiencias que utilizan para interactuar en el campo político.
Es necesario mencionar que existen diferencias en los procesos enmarcadores
dependiendo del momento en que se encuentra el movimiento social indígena. El enmarcar
es un proceso colectivo tanto en la fase inicial como en momentos de mayor madurez. Mc
Adam et al. (1999) argumentan que los procesos enmarcadores iniciales son
estratégicamente menos conscientes y es probable que los participantes no tengan plena
conciencia de tomar parte de un proceso interpretativo; en cambio, en fases posteriores las
248
facciones y grupos compiten para hacer prevalecer su opinión respecto de hacer llegar el
mensaje del movimiento a otros agentes (Mc Adam et al., 1999: 40). El proceso inicial,
continúan estos autores, tiene un carácter catalizador y el resultado es menos predecible que
cuando los agentes contestatarios tratan de reafirmar y extender un consenso ideológico ya
existente (Mc Adam et al., 1999).
El enmarcamiento se produce a partir de la existencia de una conciencia étnica en
las OMS. Ésta se refiere a la autopercepción de diferencias culturales profundas con el resto
de los pueblos y el derecho a mantener esas diferencias (Bengoa, 2000: 22). Esta conciencia
implica una elección en la priorización de las causas de su situación de vida (existe un
proceso que coloca ciertas causas por encima de otras y se les confiere mayor
responsabilidad); de las posibilidades que tienen para cambiarlas (sitúan como más viables
aquellas que respondan, dependiendo de sus capitales y recursos, a su realidad o
interpretación de la situación); y de los elementos que los motivan a lograr su cambio
(determinan qué elementos propician mayor involucramiento y los reproducen
constantemente).
En los dos casos aquí referidos, los movimientos y las OMS tienen una trayectoria
histórica de más de 10 años, por tanto se trata de procesos ya iniciados. Los marcos de los
que disponen son creados ex profeso por estos agentes. Las ideas, identidades colectivas y
formas de interpretar el mundo que presentan han sido seleccionadas con anterioridad. Los
marcos analizados son resultado de procesos anteriores, y sus constructores han logrado
concebirse como agentes válidos y con capitales a partir de los cuales pueden negociar y
ejercer presión en el campo político. Por tanto, estos marcos son propiedad de las OMS y
del movimiento indígena. El análisis se sitúa en los años 2004-2006, ya que el material que
sirvió como eje articulador de éste son las entrevistas. También se consultaron desplegados
y documentos de las organizaciones, la mayoría de los cuales son recientes. A pesar de que
se trató de averiguar momentos pasados que marcaran cambios y rupturas, los agentes
atendieron, en mayor medida, la situación presente y la problemática actual. Esto no evitó
detectar cambios y momentos claves en la actuación de las OMS (principalmente a través
de los documentos y la reconstrucción histórica del capítulo II), aunque en forma limitada.
249
IV.1 Procesos enmarcadores en la Organización Nación Purhépecha
L as so luc iones y p ro y ecto s de la O N P tien en su susten to en m arcos de d iagnóstico ,
p ro n ó stico y m o tiv ac ió n q u e se h an id o fo rm an d o du ran te la lucha.
I V .1 .1 M a r c o s d e d i a g n ó s t i c o
U n a v ez q u e los in teg ran tes de la O N P asu m iero n su d ife ren c ia cu ltu ra l (co m o p u rép ech as)
in te rp re ta ro n la rea lid ad y los aco n tec im ien to s n ega tivos p ara sus co m u n id ad es. L a
co lo n izac ió n p o r los españo les es v is ta com o el o rigen de los p ro ceso s de genocid io ,
e tn o cid io (ag resio n es a las costum bres, trad ic io n es, y fo rm as p articu la res de pensar), y
d iscrim in ac ió n social y p o lítica (O N P, 2001a: 3). E stas ag resiones no se d iero n ú n icam en te
en el p lan o m ateria l, sino que, desde su p u n to de v ista , se in cu lca ro n ideas acerca de la
p o b lac ió n orig inaria:
Durante la Colonia nos hicieron sentirnos como si fuésemos los más bajos de la sociedad, los analfabetas, los sucios, la gente que no tiene educación, que no conoce, que se cura todavía con hierbas cuando hay tantos avances, gente atrasada, sojuzgada, que vive en los cinturones de miseria, que come frijoles, nopales, chile, durante todos esos quinientos años así nos hicieron ver (Entrevista H. A., 2005).
E l reco n o c im ien to de u n a estru c tu ra de p en sam ien to q u e su p o n en a jen a a su p ercep c ió n y
q u e los co lo ca en u n a p o s ic ió n desigual es im p o rtan te p o rq u e a p a rtir de q u e la ad v ierten
tra tan de rev ertir estigm as: “H ay m ecan ism o s que im p lem en tan p ara si no fu n c io n an los
p ro y ecto s y p ro g ram as tú te s ien tas m al, m ecan ism o s de h ace rte cu lpab le , cu an d o son ellos
los cu lp ab les” (E n trev ista N . C ., 2005).
L os in teg ran te de la O N P ex p resan la ex is ten c ia de in ten c io n es d e acab ar con las
p o b lac io n es ind ígenas: “ la opresión , la m arg inac ión , el ab an d o n o en que han su m erg ido a
nuestras com un idades, es u n a in ten c ió n m u y clara del ex term in io to ta l de los pueb los
in d íg en as” (E n trev ista A . M ., 2005). A dem ás, ad v ierten la co n tin u ac ió n en el p ro ceso de
in co rp o ra r al p u eb lo p u rép ech a a trav és de la acu ltu rac ió n y o tros m ed io s que p ro p ic ian la
segm en tac ión y la d iv is ió n en tre co m u n id ad es y al in te rio r de éstas: “ la C o n q u ista no ha
te rm in ad o , la C o n q u ista sigue, lleg an los partidos, llegan los po líticos, llega el gob ierno ,
250
lleg a la ig lesia , lleg a el personal qu erien d o co n q u is ta rn o s to d av ía” (E n trev ista P. V ., 2005).
E n este caso, com o Z ald (1999) p ropone , los agen tes del m o v im ien to tam b ién recu rren a la
re tó rica p ara dar fo rm a a sus m u n d o s y co n v en cer a sus aud iencias. E l ex term in o y la
co lo n izac ió n son p resen tad o s de fo rm a d ram atizad a com o las p rin c ip a le s causas de la
op resió n y d iscrim in ac ió n que experim en tan , lo que no desm erece el com bate con tra éstas.
P a ra los in teg ran tes de la O N P el E stad o aparece com o la fig u ra que co n tin u a con
este p ro ceso de acu ltu rac ió n y p au la tin a d esap aric ió n de los ind ígenas:
Para nosotros siempre ha constituido que para él [Estado] somos una carga, y que es una carga a la que no le va a sacar provecho, ni político ni electoral (Entrevista H. A., 2005).
La idea que sentimos (hacia nosotros) era de desaparecernos, como un hormiguita que molesta (Entrevista N. C., 2005).
Esa es la función del Estado, el no crear las condiciones para la unidad de las comunidades indígenas, de crear las condiciones para que ellos se aprovechen más de nosotros, porque trabajan para crear condiciones que haya confrontación (Entrevista A. M., 2005).
P ara estos agen tes la fu n c ió n del E stad o es c rear d esu n ió n y no p erc ib en d isposic ión
p o lítica p o r p arte de éste para que to m e en cu en ta sus p royectos. E l d esco n o cim ien to de las
in stan c ias de g o b ie rn o acerca de la cu ltu ra p u rép ech a y de e llos com o perso n as con
derechos es c itado com o u n causa de su lucha: “to d a la g en te pu répecha , to d a la gen te
ind ígena, o tros in d íg en as tam b ién (los que son n a tiv o s) en la n ac ió n m ex icana, los que son
d irec tam en te los dueños del te rr ito rio están d esco n o cid o s com pletam en te , p o r eso hem os
hech o tan to s in ten tos, tan ta s m arch as” (E n trev ista F. M ., 2005).
B a jo it (2003) c ita com o u n o de los co m p o n en tes de la acción co lec tiv a la
co n stitu c ió n de u n ad v ersario o enem igo , que se v e fav o rec id o cuando este se v u elv e
id en tificab le y se p re sen ta po co ca rism ático ; cuando ex iste u n sistem a de in te racc ión
ce rrado que h ace m ás d ifícil la m o v ilid ad y cu an d o ex iste rep resió n m ed ian a o errá tica que
cuando es ex cesiv a p ro d u ce tem o r (B ajo it, 2003: 223). D esd e esta óptia, el E s tad o es el
ad v ersario que im p lem en ta in stru m en to s eficaces que p arecen ay u d ar a los ind ígenas, pero
que (desde su persp ec tiv a ) han creado m ay o r d iv is ió n y d iferenciac ión , co m o son las leyes,
p o líticas y p ro g ram as sociales. R ecu e rd an que la L ey L erd o (1856) “p erm itió y p ro p ic ió la
d esin teg rac ió n de m u ch as co m u n id ad es p u rhépechas, nahuas, m azahuas, o to m íes y h as ta de
251
n eg ro s” (C o m u n id ad es In d íg en as de M ich o acán , 1995: 165). L a re fo rm a al artícu lo 27
con stitu c io n al tam b ién fu e u n deto n an te p ara que los pu eb lo s in d íg en as de M ich o acán se
u n ie ran p ara d esconocerla : “ la re sp u esta del g o b iern o es re tro ced e r en los p rin c ip io s y leyes
que garan tizan la p ro p ied ad com unal y ejidal p o r la que nu estro s an tep asad o s d ieron su
sangre” (C om u n id ad es Ind íg en as de M ich o acán , 1995: 165). Ig u a lm en te perc ib en el
e je rc ic io de con tro l sobre la p o b lac ió n p u rép ech a a través de la d o tac ió n de recu rso s v ía los
p ro g ram as sociales: “D icen: N o hay P R O C A M P O o P R O G R E S A sino n o s traen ese
p a p e l' (el del P R O C E D E ), y así dan p au ta a acep ta r esa ley ” (E n trev ista N . C ., 2005).
L as o rg an izac io n es p erc ib en los co n streñ im ien to s del s is tem a y los p ro g ram as que
im p lem en tan las in stitu c io n es del E s tad o son co nceb idos con el p ro p ó sito de destru ir la
o rg an izac ió n com unal. U n a in stitu c ió n que se id en tifica con u n p ro p ó sito de acu ltu rac ión es
la escuela: “ la escu ela es tá siendo u n a a lte rn a tiv a p ara la in teg ración , la escuela p ara que
sea u n a a lte rn a tiv a n ecesitam o s en señ ar lo que h a sido nuestro , nu estro s co n o c im ien to s”
(E n trev ista A . M ., 2005). T am bién v en com o o bstácu lo p ara el e je rc ic io de su au to n o m ía la
in te rv en ció n del IN I y de p ro feso res que no h ab lan su id io m a y p ro h íb en su u so en la
escu ela (V ic to riano , 1997: 14). A p esa r de que perc ib en a los p artid o s p o lítico s com o
agen tes (ex te rn o s) que h an p ro p ic iad o d iv isión , no han m arcad o rup tu ras, p o r ejem plo , con
el P R D . E sto in d ica que aún conc iben cam bios p o r m ed io de esta vía.
E n los co n flic to s p o r tierras en tre co m u n id ad es in d íg en as se a leg a que son las
p ro p ias in stitu c io n es las que g en e ran o m an tien en los con flic to s en tre éstas (E n trev ista J.
M ., 2005). E sto se lo g ra a p a rtir de u n a id eo lo g ía in d iv id u a lis ta donde la p riv a tizac ió n y la
id ea de ten e r “tu tie rra” se h a m etid o en la cabeza de los in d íg en as (E n trev ista J. M ., 2005).
U n o de los d irig en tes de la O N P afirm a que la fu n c ió n del E stad o es c rear “ co n fro n tac io n es
p ara que no so tro s no p odam os lleg ar a la u n id ad ” (E n trev ista A. M ., 2005).
L a an terio r afirm ació n a testig u a que tam b ién los p u rép ech as p artic ip an en aquellas
in stitu c io n es y m ed io s p o r los cua les el E s tad o em biste co n tra las com u n id ad es ind ígenas.
U n en trev istad o afirm a que éste se h a serv ido de los m ism o s p u rép ech as para m an ten e r el
con tro l y so m eterlo s (E n trev ista J. M ., 2005). L os in teg ran tes de la O N P señalan a este
respecto , que tan to p ro y ecto s p ro d u c tiv o s com o pu esto s en el g o b iern o han co n trib u id o a
que los co m p añ ero s se p ierdan . E s to se re lac io n a con la escasa p o sib ilid ad que tien en estos
agen tes de in se rta rse en su cam po labora l (co m ú n m en te tien en fo rm ació n p ro fesional), ya
que el s is tem a h a p e rd id o la hab ilid ad p ara g en e ra r m o v ilid ad y oportun idades. E s te pun to
252
no h a sido d iscu tid o al in te rio r d elas o rgan izaciones, se sabe de las p o sib les ten s io n es que
crea en los ind iv id u o s, pero po co se d iscu ten p o sib ilid ad es de com batirlas , siendo q u e es
u n a es tra teg ia para d esab astece r al m o v im ien to de líd eres y d irig en tes .
A d v ierten u n sistem a eco n ó m ico que afec ta la co n v iv en c ia en el ám bito local: “ el
m ercan tilism o y el in d iv id u a lism o que p ro m u ev e [el s is tem a eco n ó m ico ] chocan
fro n ta lm en te con n u estro m o d o de ser y la con cep ció n que ten em o s del m u n d o ” (O N P,
2001a: 2). T am bién la g lo b a lizac ió n ap arecen com o causa de sus p rob lem as: “ la
g lo b a lizac ió n p ara n o so tro s trae m ás cosas m alas que buenas, p o rq u e h a cam b iad o n u estra
fo rm a de v iv ir, n u estra alim en tación , n u estra fo rm a de vestir. Y en a lgunas co m u n id ad es se
de ja v e r que se co lo m b ian izan p o r lo de la g u erra y lo de la droga, y están asu m ien d o otra
fo rm a” (E n trev ista H . A ., 2005). E n este p u n to asum en re lac io n es que p o sib lem en te no
ten g an im p licac io n es d irec tas, pero p erc ib en u n p ro b lem a y b u scan fo rm as de co m b atir
d ich a dificu ltad .
E l a taque a la u n id ad tam b ién es v is to com o causa de los co n flic to s en tre
purépechas:
Los purépechas de ahora nos estamos encargando de dividir, de destruir esa unidad que lograron nuestros antepasados (Entrevista J. M., 2005).
El indígena se ha vuelto individualista [^] las comunidades y familias son alimentados o alentados por el propio Estado, porque no quieren ver la unidad, porque imagínate el día que se de la unidad ¡dónde chingados podemos llegar¡(Entrevista A. M., 2005).
E sto s a rgum en tos dan cu en ta de la ex is ten c ia de p rác ticas n o c iv as p ara la co n stitu c ió n de la
u n id ad y que se rep ro d u cen al in te rio r de las com un idades. E sto in d ica que la s ituac ión se
p erc ib e p ro v o cad a p o r causas ex ternas, y adem ás reco n o cen m ecan ism o s que se rep ro d u cen
al in te rio r y en el acc io n ar de los p u répechas, al g rado que p ro v o can en fren tam ien to s. S a lta
a la v is ta que no ap arecen las con d ic io n es de m arg in ac ió n com o las p rin c ip a le s causas a ser139so lucionadas.
C o m o ex p u sé en el cap ítu lo III, en sus in ic io s la O N P ten ía u n a in flu en c ia m arx ista ,
y sus in teg ran tes tam b ién ex p resab an su p o sic ió n de ex p lo tad o s y se h erm an ab an con estos
sectores. E sta id en tificac ió n no desapareció , in c lu so se sigue m an ten ien d o en sus 139
139 Véase mapa de grados de marginación para lo municipios con mayor concentración de hablantes de purépecha en el anexo.
253
desp legados, pero en los d iscu rsos de v iv a v o z no fu e m encionada. P o s ib lem en te las teo rías
m arx is tas sirv ieron p ara ca ta liza r la lu ch a y con lo s años se en fo caro n en su p articu la rid ad
cu ltural. E n este sen tido , M cA d am (2001) a rg u m en ta que los esfuerzos que han conduc ido
a la c reac ión de m arcos fav o rab les a los m o v im ien to s en el p asad o in sp iran a o tros g rupos a
re in te rp re ta r su situac ión a la luz del m arco d o m in an te d isp o n ib le y a m o v iliza rse con b ase
en u n a n u ev a co m p ren sió n de sí m ism o s y del m u n d o que les ro d ea (M cA dam , 2001: 51).
L os h echos y acciones conceb idas com o in ju stic ias p o r los líd eres e in teg ran tes de
la O N P tien en cab id a en u n co n tex to d e term in ad o en el que se co n sid eran com o tales.
C om o Z ald (1999) afirm a, la d en u n c ia de la in ju s tic ia y la b ú sq u ed a de v ías h ac ia el
cam bio pu ed en hacerse b asán d o se en los m arco s de d iag n ó stico o p ro n ó stico o frec id o s p o r
las g ran d es id eo lo g ías h is tó ricas , com o p o r e jem plo el socialism o. A p artir de éstos, los
agen tes d iseñan so luc iones o red efin en las co n secu en c ias de sucesos h is tó rico s concretos.
E n este caso, hechos com o la co lo n izac ió n y la d iscrim inación , que an tes aparec ían com o
n ecesario s y na tu ra les, son ah o ra co nceb idos crím enes de le sa hum anidad .
I V .1 .2 M a r c o s d e p r o n ó s t i c o
E l m arco de p ro n ó stico p ro p o rc io n a las c laves de la recu p erac ió n de la id en tid ad in d íg en a y
las so luciones que la O ^ p lan tea para rev e rtir las situaciones arriba citadas. L a u n id ad es
v is ta com o u n o de los e lem en tos que les p e rm itirá ten e r m ás fu e rza y lo g ra r o tros ob jetivos,
com o el reco n o cim ien to del P u eb lo y la N a c ió n P urépecha. U n d irigen te de la O N P afirm a:
“ la u n id ad debe de ser en tre to d as las co m u n id ad es p u répechas, en tre to d o s debem os de v e r
que un id o s n ad ie nos v a a h ace r nada, y ese es el tem o r del E stad o [ ^ ] no hay o tra
a lte rn a tiv a m ás que la u n id ad de n o so tro s” (E n trev ista A. M ., 2005). E s ta u n id ad se
c im ien ta en los v ín cu lo s c reados p o r ser “h erm an o s de raza, de san g re” (E n trev ista Y. M .,
2005). S in em bargo , se reg is tran conflic to s p o r lím ites de tierras, in c lu so h a h ab ido
v io len c ia en tre co m u n id ad es purépechas.
L a O N P co n sid era que las alianzas y la u n id ad de o rg an izac io n es p opu lares, ind ias
y c lasistas son n ecesarias. E n cierto m om en to , a firm a u n o de sus d irigen tes, ten d rán que
u n irse con N P Z : “ S abem os que no lo v am o s a lo g ra r solos, que hay que u n irse con N P Z ”
(E n trev ista N . C ., 2005). A este respecto , la n ecesid ad de u n a o rg an izac ió n reg ional que
254
in c lu y a a to d as las co m u n id ad es es ex p u esta p o r p u rép ech as críticos del p ro ceso de la O N P
y que p artic ip an en el cam p o político :
Necesitamos una organización que recupere la forma de gobierno tradicional de los antepasados, que se estructure de manera autónoma, de manera separada del Estado; una organización que sesione en forma de consejo, que trabaje en forma circular, no en niveles jerárquicos, que considere la cosmovisión propia del pueblo purépecha con un sentido de servicio y trabaje por él, para el desarrollo en todos los aspectos de nuestro pueblo nación Purépecha, (Entrevista J. M., 2005)
E sta c rítica es p o sib lem en te u n re fle jo de lo que p asa en la en tid ad , es dec ir, u n a lu ch a de
sec to res o grupos: “hace fa lta u n a o rg an izac ió n que e lim in e ese sen tido de g rupo y que
rea lm en te este p o r en c im a de eso, pero que su rja de abajo , de las co m u n id ad es” (E n trev ista
J . M ., 2 0 0 5 ). E sto ev id en c ia la h e te ro g en e id ad que hay al in te rio r de las o rg an izac io n es y
los p ro b lem as que han enfren tado , y a que la d isc rep an c ia de estra teg ias tam b ién resp o n d e a
fo rm as d ife renc iadas de co n ceb ir so luciones. L a a lte rn a tiv a de lu ch ar desde u n a fig u ra
com o u n a o rgan izac ió n está siendo cu estio n ad a en las co m u n id ad es; pero los d irigen tes de
las o rg an izac io n es defien d en las v en ta ja s de éstas:
Las organizaciones se mantienen porque hay demandas no cumplidas, eso las mantiene. Hay diferentes tipos de organizaciones: políticas, educativas, sociales, tradicionales, religiosa, pero el proyecto es que se debe integrar todo esto en una organización y pelear (Entrevista C. M., 2005).
Una organización incluso tiene mucha más validez, es mucho más político una organización que una comunidad misma [^] en un movimiento las comunidades son importantes, pero es más importante una organización porque la organización es local, regional, estatal o más (Entrevista A. M.,2005).
E sta v is ió n co n tra sta con la au to crítica de o tro de los d irig en tes de la o rg an izac ió n al
afirm ar: “E n la O N P creem os que to d o s som os n ecesario s pero n o in d isp en sab les”
(E n trev ista , N . C ., 2005). C on este a rg u m en to tra ta de co m b atir los p o sib les liderazgos,
p ero no hay c la ridad acerca de qu iénes son los m ás ad ecuados p ara rea liza r el cam bio . L as
p ro p u estas de u n id ad y re fo rzam ien to de id en tid ad v an d irig id as p a ra to d a la po b lac ió n
pu répecha , lo que es s im ilar a los b enefic ia rio s. L o s d irigen tes de la O N P n o se p ro p u siero n
asim ism o s com o los encargados de g u ia r esta lucha, es m ás, fue ro n re ite ra tiv o s al exp resar
que no eran líd eres sino coord inadores. L o que si a firm ó u n in teg ran te m uy cercan o a u no
255
de ellos es que poseen elementos para ayudar a “concientizar, y motivar a los compañeros
de la organización, y para pulir a los compañeros que conformamos la organización”
(Entrevista Y. M., 2005). Este contraste indica la conciencia que tienen los “coordinadores”
con respecto al papel que cumplen y sus posibles alcances, pero tienen cuidado de
manifestar ciertas acciones que puedan interpretarse como la reproducción de relaciones
jerárquicas.
Uno de sus líderes considera que la toma propia de decisiones es un aspecto clave
para conformar una nueva sociedad purépecha. En este sentido, tienen coincidencias con el
EZLN y sus lineamientos, pero están conscientes de que se trata de un proyecto a largo
plazo (Entrevista N. C., 2005). La lucha de la ONP propone como estrategia reforzar la
identidad étnica, desarrollarla y recuperarla (Victoriano, 1997; ONP, 2001a). Esto les
permitiría caminar juntos, ya que “Nosotros somos una lucha común”. Para Bajoit (2003)
una identidad colectiva será más sólida y durable en cuanto los miembros del grupo están
más orgullosos de los rasgos que los identifican. Este orgullo se refuerza al proponer un
proyecto, anotan los integrantes de la ONP, desde la visión de los purépechas; con sus
conocimientos y raíces. Un dirigente comenta que comprendieron que podían crear un
proyecto desde su cultura, con sus propios saberes y los mecanismos de resistencia
desarrollados desde la invasión española. (Entrevista, N. C., 2005).
La organización recurre entonces a las vivencias cotidianas para idear respuestas a
la problemática indígena. Johnston et al. (2001) afirman que cuando las metas de los
movimientos y las OMS parecen generales o difíciles de realizar, es posible que su fuerza
de cohesión se centre en las orientaciones personales de los agentes y la estrecha
imbricación del grupo en su vida diaria (Johnston et al., 2001: 26-27). En este sentido,
continúan los autores, las reivindicaciones más importantes de las OMS deben estar
vinculadas estrechamente a la vida cotidiana de las comunidades para lograr su
involucramiento.
En el capítulo II mencioné que también existe una propuesta de autonomía regional:
“Se plantea el Proyecto de Autonomía Regional como una alternativa para satisfacer las
necesidades de una vida mejor e integral” (Victoriano, 1997: 1). En el folleto de la ONP
Juchari Juramukua (Nuestra Autonomía) se apunta que son necesarias las siguientes
acciones para reforzarla:
256
Consultar a los ancianos y el conocimiento de la historia y los valores de los antepasadosNo dejar que se pierdan sistemas normativos, participar en faenas y servicios. Reforzar la identidad de nuestros pueblos.
Fortalecer las asambleas y respetar las decisiones de nuestras autoridades. Enseñar nuestra cultura a nuestros hijos.Seguir organizándonos, unirnos y si es necesario movilizarnos.
Ganar espacios de reflexión, análisis y estudio.Buscar asesoramiento para capacitarnos, tener conciencia y compartir nuestros conocimientos (Victoriano, 1997: 16-17).
H asta la fecha, no ex isten p ro y ecto s y p ro g ram as que p u ed an ay u d ar a concretizarlas. Sin
em brago , p o r lo m en o s en el d iscu rso p o n en especial a tenc ión en los v a lo res co lec tiv o s y
so lidario s (e l sen tido de com un idad), los cua les son opuestos al m ate ria lism o y la
acu m u lac ió n (E n trev ista J. M ., 2005).
E l p ro y ecto de au to n o m ía y las d em an d as de rem u n ic ip a lizac ió n (co m o otras
a lte rn a tiv as de cam bio ) se v iero n o pacados p o r los p ro ceso s de c reac ión de u n a ley ind íg en a
estatal. L a O N P co n sid eró este p ro ceso com o u n a o p o rtu n id ad de cam bio , lo que tam b ién
im p licó a ju sta rse a la ló g ica del E stado . C o m o y a se m encionó , los in teg ran tes de la
o rg an izac ió n apo y aro n la cam p añ a del en tonces can d id a to al P R D y ah o ra g o b ern ad o r de
M ich o acán , L ázaro C árdenas B a te l .140 T res años después reco n o ciero n no h ab e r ob ten id o el
re su ltad o esperado . L a co n fian za en la v ía legal se v io en tonces e lim in ad a y el
cu estio n am ien to a la es tra teg ia e lec to ral se reforzó : “ ahí h ab ía u n a esp e ran za y ho y v am o s
en ten d ien d o que los p artid o s no son así com o la g en te p en sab a” (E n trev ista A. M , 2006).
L a ed u cac ió n es co n ceb id a p o r los in teg ran tes de la o rg an izac ió n tan to com o u n a
lim itan te com o u n a a lte rn a tiv a (m ed ian te la p rep arac ió n p ro fesional y la ob ten c ió n de
cap ita les cu ltu ra les) p a ra m ejo ra r su situación: “P a ra h ace r el cam bio lo edu cativ o es m uy
im portan te , allí es donde se debe fija r la a ten c ió n ” (E n trev ista N . C ., 2005); “E s u n a fo rm a
de lib erac ió n p o rq u e a u n a p erso n a que conoce es m u y d ifícil que p u ed a ser m an ip u lad o o
m angoneado , o en g añ ad o es m u y d ifíc il” (E n trev ista H . A ., 2005). E s ta educac ión debe
140 Este proceso puede estar relacionado con lo que Castillejas y Cervera afirman acerca del cardenismo, como aquel elemento que conforma la cultura política, entre otros, de quienes enarbolan actualmente reivindicaciones etnopolíticas (Castillejas y Cervera, en prensa: 51).
257
re sp o n d er a su p articu la rid ad cu ltu ra l y fo rm u la rse desde las com unidades: “ las
co m u n id ad es tien en que p artic ip a r” (E n trev ista A. M ., 2005).
E sto co n tra sta con la fa lta de m en ció n o in terés, p o r p arte de los líd eres de la O N P,
en fo rm ar jó v en es p ara que co n tin ú en con la lab o r de lu ch a y co n d u c ir los cam bios. L as
au to rid ad es tam p o co fu e ro n no m b rad as com o los agen tes id ó n eo s p ara esta tarea. E l re to se
im p o n e a to d o el pueb lo , y re su lta tan general e in c lu y en te que el co m p ro m iso p u ed e llegar
a d ilu irse. E n este sen tido , la d iscu sió n de las p o sib les so luc iones debe in co rp o rar
re flex io n es re lac io n ad as tan to con derechos com o con ob lig ac io n es de los agentes
invo lucrados.
L a m ad u rac ió n en las dem andas y el p ro y ecto de la O N P (de la no d iscrim in ac ió n y
opresión , p asando p o r la p ro tecc ió n de tie rras y te rrito rio , hasta lleg a r a la au tonom ía)
ilu stra cam bios y la ev o lu c ió n de las so luc iones p ropuestas. L a estrech a re lac ió n con el
m o v im ien to cam pesino que ten ían en el p asad o h a dado paso a la fo rm ac ió n de redes de
re lac io n es con o rg an izac io n es sim ilares, es decir, o rg an izac io n es in d íg en as que ex igen el
reco n o c im ien to com o “p u eb lo s” y el re sp e to a sus culturas. E sto tam b ién sirv ió para
in v o lu cra r a u n m ay o r n ú m ero de p u rép ech as en la b ú sq u ed a de so luc iones v iab les p a ra su
p rob lem ática . Inc luso , se reg is tra u n d iscu rso co m ú n al m o v im ien to in d íg en a nac ional, que
m an tien e com o p rincipa l d em an d a el reco n o c im ien to de su au tonom ía.
I V .1 .3 M a r c o s d e m o t iv a c i ó n
L o s m o m en to s p ro p ic io s y el co n tex to em ocional para en m arcar la lu ch a fo rm an p arte del
m arco de m otivación . W arm an a firm a que el lev an tam ien to del E Z L N y sus dem andas
fuero n u n fac to r p a ra que la id en tid ad su p raé tn ica p en e tra ra en tre los g ru p o s in d io s (2003 :
27). E n esta línea , la irru p c ió n zap a tis ta fu e crucial p a ra que las o rgan izac iones, en este
caso la O N P, reafirm aran su id en tificac ió n y lucha:
Eso fue detonante para que la gente volteara y que nosotros mismos nos viéramos en el espejo y decir 'es cierto, qué estamos haciendo si yo soy esto' Entonces, hubo una revalorización de la identidad, y que bueno, esto obviamente ya se trabajaba en la organización (Entrevista H. A., 2005).
258
Después de 94' fue el parteaguas de la propia identidad indígena, ahora se sienten o nos sentimos orgullosos (Entrevista A. M., 2005).
E sto s tes tim o n io s ind ican u n con tex to p o lítico y social p ro p ic io p ara el en fren tam ien to ,
p ero tam b ién u n o em o tiv o que d ig n ificó el ser ind ígena: “ten em o s u n esp íritu de lu ch a de
m ás de 500 años y n in g u n a ac titud sum isa com o lu ch ad o r social [ ^ ] y m ás siendo
co n sc ien te de que p o r lo m en o s ten g o los derechos fu n d am en ta les” (E n trev ista H . A .,
2005). L a reacc ió n v io len ta que el g o b iern o m o stró p ara co m b atir al E Z L N no frenó la
lucha: “ a p esa r de la rep resión , la m u erte de v ario s com pañeros, la cerrazó n del g o b ie rn o
p ara d a r so lución a n u estras d em andas y de la c risis que siem pre hem o s p ad ec id o segu im os
ex is tien d o ” (O N P, s /f c: 1). E sto tam b ién p ro v o có que la re s is iten c ia se p erc ib ie ra com o
algo constan te y con tinuo : “to d o s los m o m en to s son de lu ch a y re flex ió n co n ju n ta no
p u ed en ir separados, tien en que ir u n id o s po rq u e si tú dejas de lu ch ar u n d ía estás restando
eso a la lu ch a” (E n trev ista Y. M ., 2005). P ara B a jo it (2003) la rep resió n que e jerece el
ad v ersario ayuda a co n stru irlo y la acción co lec tiv a sabe co n tra qu ién actuar.
L a co n c ien c ia é tn ica se in c rem en tó a p a r tir de la aparic ión del E Z L N , lo que se v io
re fle jad o en el resp e to y el o rgu llo de ser purépecha:
“Queremos que nos respeten como tales [indígenas]”“Nosotros somos pueblo y aquí vamos a seguir, pasen los gobiernos que pasen”“Ahora tenemos orgullo de ser indígenas, antes nos humillaban los españoles y mestizos”“Antes no entendíamos y ahora ya despertamos y podemos competir con los mestizos”
E sto s tes tim o n io s re fie ren u n m o m en to p asad o en el que aún “no d esp e rtab an ” y no
perc ib ían com o p o sitiv a su p erten en c ia a u n p u eb lo ind ígena. L os co n o c im ien to s que
p o seen son ah o ra tam b ién co n sid erad o s com o u n aporte im p o rtan te en la co n fo rm ació n de
u n a n u ev a sociedad m ex icana, p lu ral y re sp e tu o sa de las cu ltu ras (E n trev ista J. M ., 2005).
E s to se re lac io n a con u n p ro ceso de rescate , y a que a lgunos in teg ran tes de la O N P
m en c io n a ro n que se estaban p e rd ien d o las costum bres, pero y a v u e lv en a respetarlas:
“ em pezam os a v e r y a p en sa r que si sirve lo de antes, y con la o rg an izac ió n u n o y a se abrió ,
259
al ab rir los o jos u n o se da cu en ta que no hay que d e jar la co stu m b re” (E n trev ista G. C.,
2005). E ste p ro ceso de rev a lo rac ió n cu ltura l tam b ién im p lica la d ign ificac ión : “ ¡No
querem os que nos ten g an lástim a!, que nos v ean co m o su jetos, q u erem o s que nos vean
com o su je tos que tam b ién pensam os, tam b ién n oso tros hab lam os, p o d em o s en tender, y que
son los derechos fu n d am en ta les de to d o s los in d íg en as” (E n trev ista H . A ., 2005). C on esto
se pu ed e a firm ar que la fu e rza em o tiv a está p re sen te y que no sólo es p erc ib id a p o r los
d irigen tes, sino que los p o b lad o res se reco n o cen con derechos y con con o c im ien to s
v a lio so s y ú tile s p a ra fo rm ar u n a in stitu c ió n m ás ce rcan a a sus fo rm as de v e r y co n ceb ir la
realidad .
O tra id ea que h a serv ido p ara m o tiv a r el in v o lu cram ien to de los in d íg en as de esta
reg ió n y ca ta lizar la acción co lec tiv a (M áiz, 2 0 0 4 ) es la de u n a “N ac ió n P u rép ech a” . E sta
id ea no es ex c lu siv a de la O N P, pero fue ap ro p iad a p o r ésta. E n la ac tu a lid ad tien e para le lo
con la de p u eb lo pu répecha , reco rd em o s que este ú ltim o está en el cen tro de la d iscusión
p o r las im p licac io n es de su reco n o cim ien to en el ám bito nac ional e in ternacional. E l
té rm in o de n ac ió n es d iferen te al de e tn ia o g ru p o étn ico , a firm a u n o de sus d irigen tes, ya
que aq u é lla se co n fo rm a de “u n territo rio , de u n a pob lación , de u n a lengua, de u n a cu ltura,
de to d o s los rasgos p ro p io s de u n a cu ltura, p o rq u e la cu ltu ra en sí eng loba to d o e so ”
(E n trev ista A. M ., 2005). L a id ea de n ac ió n es c itad a p o r o tros p u rép ech as in te resad o s en la
lu ch a y en el resca te cultural:
Queremos nosotros hacer una nación propia, una nación purépecha. Tenemos lengua, territorio, ya una bandera, la comunidad [^] tratamos de reconstruir un pueblo aprovechando lo que nos dejaron los abuelos, y también lo que está llegando, la tecnología, entonces no pelearnos sino hacer lo mejor para nosotros, como este Consejo [Consejo creado a partir de la celebración del Año Nuevo Purépecha] (Entrevista P. V., 2005).
E sto in d ica que la id ea de n ac ió n es p o r lo m en o s reco n o c id a en tre la p o b lac ió n p u rép ech a
y fu n c io n a en tonces de re feren te en la lucha. M ás a llá de las d iv is io n es en tre grupos,
o rg an izac io n es y líd eres se o b serv a u n in te rés com ún p o r re fo rza r la v a lo rac ió n p o s itiv a de
la cu ltu ra pu répecha , y a que a p esa r del re la tiv o con tex to de to le ran c ia y e log io de la
d iversidad , la d iscrim in ac ió n sigue p resen te . C om o M cA d am (2001) argum en ta , el éx ito de
las O M S en leg itim ar y m o tiv a r la p ro testa depende de la re so n an c ia cu ltu ra l de los m arcos
de re fe ren c ia p ro m o v id o s p o r ésta. A dem ás, co m o se a rgum en tó en el cap ítu lo III, recu rren
260
a relaciones de afinidad para crear sentimientos de cohesión y motivación: “nos une un
sentimiento de identidad como pueblo” (ONP, s/f c: 1).
Una forma de crear sentimientos de motivación entre los integrantes de la ONP es
considerarse como seres (pensantes) que pueden hacer aportes en la discusión indígena
nacional (Entrevista Y. M., 2005). Esto les permite concebirse como parte de un proceso
más amplio, que puede igualmente impactar en el campo político en el cual se mueven.
Esto lo relacionan con la participación que aspiran a tener en la toma de decisiones
trascendentales para el futuro de los pueblos indígenas en el país: “Nuestra lucha y el futuro
de nuestro movimiento está profundamente ligado a la posibilidad de establecer un régimen
democrático a nivel nacional en el cual se desarrollen plenamente la autonomía de los
pueblos indígenas” (ONP, 2001a: 18).
La relación entre procesos históricos y marcos de motivación puede observarse en la
dignificación del ser indígena al presentarse un contexto relativamente favorable para la
lucha a partir del levantamiento del EZLN. La colocación en el centro de la discusión de la
problemática indígena facilitó que las OMS construyeran interpretaciones y rescataran
habitus capaces de motivar el involucramiento de las poblaciones en la acción colectiva. La
percepción de posibilidades de cambio también favoreció una discusión más amplia y
comprometida de las OMS y otros agentes interesados. La ONP ha impulsado y readaptado
estos factores para seguir motivando a los agentes en la problemática y las demandas de la
población purépecha. Así como cambian las oportunidades y las estrategias de
movilización, los procesos enmarcadores también responden al contexto, al tiempo que lo
interpretan para provocar transformaciones y propiciar la acción.
IV.2 Procesos enmarcadores en la organización Servicios del Pueblo Mixe (SER)
SER analiza e interpreta su situación de vida a través de los marcos de diagnóstico; propone
posibles soluciones con los marcos de pronóstico; y trata de involucrar a otros agentes en la
acción colectiva mediante los marcos de motivación.
I V .2 .1 M a r c o s d e d i a g n ó s t i c o
261
S E R reco n o ce u n p asado de co lo n izac ió n p o r agen tes ex ternos com o u n a de las p rin c ip a les
causas de sus p rob lem as:
Debemos reconocer que un proceso de colonización de tantos años como el que hemos vivido nosotros, lógicamente ha dejado heridas, ha dejado sus secuelas, y en algunos casos nos ha metido en una dinámica conflictiva (Entrevista A. R., 2006).
Nuestros pueblos se han visto sometidos a una total situación de desigualdad desde el tiempo de la Colonia (SER, 1995: 4).
L a re lac ió n de cau sa lid ad que estab lecen en tre este p asad o y la m arg in ac ió n v iv id a h as ta el
p resen te es u n a p e rsp ec tiv a com ún al m o v im ien to ind ígena. E n feb rero de 2006 , se realizó
u n a reu n ió n en G uelatao , p rev ia a la lleg ad a del su b co m an d an te M arcos, donde partic ip aro n
in teg ran tes de S E R ju n to con o tras o rg an izac io n es in d íg en as de la S ierra N o rte
p rinc ipa lm en te . E n ésta ex p resaro n que a lgunos de los p ro b lem as que los aque jan son
re su ltad o de la in te rv en c ió n del E stad o en su v id a com unitaria . L o s p rog ram as
asis ten c ia litas y la fo rm a de o to rg ar recu rso s (“L a g en te y a no qu iere d ar teq u io p o rq u e el
d in ero in flu y e” , “L os p ro g ram as hacen que nos co n fro n tem o s”), así com o la fa lta de contro l
sobre sus tie rras (“Q uerem os h acer u n cam bio y nos d icen que ten em o s que h ab la r con
S E M A R N A P , p ero si el te rren o es de la co m u n id ad ” ; “ T ienen m u ch as m añ as p ara h acerse
dueños de n u estro te rrito rio y el g o b iern o p ro m u ev e que y a no v an a ser nu estro s los
te rren o s”) fu e ro n n o m b rad o s com o las p rin c ip a le s fo rm as de in te rv en c ió n de este agente.
L os tes tim o n io s arriba citados co n trastan con las exp erien c ias en las com unidades.
L o s m ixes aseso rad o s p o r S E R en la co m u n id ad de in v estig ac ió n , m ás que critica r los
efectos que p ro p ic ian los p rog ram as, a leg aro n la d ificu ltad p ara acced e r a los recu rso s que, . 141éstos p roporcionan :
Por más que hay programas en el Estado no le pueden dar paso, porque no tenemos un director, no tenemos un gestor que nos pueda ayudar de esta forma. Los pueblos indígenas han venido así con la pobreza, con muchas necesidades, como es el agua potable, la educación, la salud, todos esos beneficios siempre nos han faltado, no hemos tenido gente que pueda tocar la puerta para que ellos nos puedan apoyar, pues nosotros estamos muy atrasados (Entrevista G. Rz., 2006). 141
141 Algunos pobladores de Quetzaltepec también me preguntaron si sabía la forma de acceder a recursos y si era posible que los ayudara y asesorará par tal fin.
262
Este comentario alerta sobre las carencias que los mixes perciben para lograr una vida
mejor, pero también sobre ciertas imágenes del ser indígena que son producto de una
aculturación y la difusión de estigmas como es el “estar atrasados”. Esto indica que en la
actualidad estas imágenes están presentes en la población indígena.
La perspectiva de carencias y desigualdades es expuesta por dirigentes de SER
como una forma de legitimar su lucha: “nosotros venimos de comunidades que
históricamente han vivido una serie de injusticias y en situaciones de mucha marginación,
de mucha pobreza, comunidades donde se ha vivido una exclusión histórica” (Entrevista A.
R., 2006), “Estamos conscientes de que estamos jodidos, pero estamos conscientes de que
estamos aquí por una causa y eso no genera más que un reproche o señala por dónde
queremos ir” (Entrevista H. A., 2006). ES ncesario señalar que la mayoría de los
municipios mixes registran niveles altos de marginación y un relativo aislamiento. Este
último no ha sido del todo perjudicial, desde la visión de SER, ya que ha evitado que la
cultura de este pueblo se mezcle con la cultura no indígena: “ese aislamiento de las
comunidades mixes ha contribuido más que nada a reforzar la independencia y el sentido de
identidad de cada una de ellas” (SER, 1995: 11).
La enunciación que hace la organización de situaciones que concibe como críticas
busca alterar la percepción, de otros agentes, que no cuestiona las causas de éstas (el statu
quo) y las ve como naturales. Como menciona McAdam (2001), la visión del mundo que
proponen las OMS tiene que legitimar y motivar la protesta. En esta lógica, SER coloca
como inadmisibles las situaciones de miseria y abandono que viven las comunidades mixes.
Un hecho que influyó para que las comunidades conformaran un frente de lucha fue
la actuación de los caciques y sus abusos desde los años treinta del siglo XX. Las muertes
causadas por éstos y las injusticias que cometieron en toda la región son experiencias que
aún continúan en el discurso cotidiano: “los caciques creen que SER es el enemigo”; “El
papá de Floriberto fue un cacique de Quetzal”; “En aquel tiempo había un cacique que se
llamaba Luis Rodríguez, su actitud era muy prepotente y muy abusivo para considerar a los
mixes”. No obstante, éstos no son vistos como una amenaza para la preservación de la
cultura, sino como individuos que abusan del poder y explotan a sus hermanos en una
lógica de dominio. Cuando estos individuos se inscriben en una lógica así, el capitalismo se 142
142 Véanse mapas y cuadro de marginación para los municipios mixes en el anexo.
263
v isu a liza com o cau sa de la situación . D esd e su óp tica, esto si es u n a am en aza a su
d ife ren c ia cu ltura l y a su p ro y ecto de au tonom ía: “ son c ircu n stan c ias ad v ersas a las cua les
nos ten em o s q u e en fren ta r [cap ita lism o ], de obstácu los q u e ten em o s en el p ro ceso de
au to n o m ía” (E n trev ista A. R ., 2006). O tro agen te que fue re lac io n ad o con el o b je tivo de
co n tra rre sta r las ac tiv id ad es de las o rg an izac io n es que tien en fu e rza en la reg ió n fue el
de legado de g o b ie rn o (P lá tica L. S., 2006). E ste agente, p o r ser ex terno , es co n sid erad o con
m ay o r frecu en c ia com o u n a am enaza.
L a re flex ió n acerca de las causas de su situación de v id a se v e com o u n paso p rev io
a la b ú sq u ed a de a lte rn a tiv as para m o d ifica rla s y so lu c io n ar los p ro b lem as que v iven . SE R
h a im p u lsad o u n a m eto d o lo g ía en la que el d iag n ó stico es la clave a p a r tir de la cual se
em p ieza a c rear co n c ien c ia de la ac tuac ión de cada in teg ran te y a buscar, de fo rm a
co lectiva , p o sib les respuestas. S E R h a d en u n c iad o la fa lta de derech o s y el reco n o cim ien to
de sus sistem as n o rm ativ o s com o u n a situac ión que m erece ser a ten d id a lo an tes posib le ,
adem ás d eno ta d iscrim inación : “trad ic io n a lm en te se co n sid era que no ten em o s D erecho , y
que lo que ten em o s son ú n icam en te c iertas rem in iscen c ias del pasado a las que suele
den o m in ares 'd e rech o co n su e tu d in a rio ', 'c o s tu m b re ', 'u s o s y c o s tu m b re s '” (S E R , 1995:
14). L as estra teg ias que la o rg an izac ió n h a im p lem en tad o p ara el re co n o c im ien to de éstos
p o r la v ía legal, le han re su ltad o en cap ita les sim bólicos. A p artir de su p artic ip ac ió n ac tiva
en las d iscu sio n es en focadas en el D erech o In d íg en a y el D erech o M ixe, o b tuvo p restig io
en tre agen tes com o el E stado , o rg an izac io n es in te rn ac io n a les y académ icos.
U n fac to r que se p erc ib e com o o b stácu lo (de fo rm a sim ilar a O N P ) es la fa lta de
un idad : “ la sep arac ió n en tre n uestras co m u n id ad es m ix es es y a en el p resen te u n a
lam en tab le rea lidad que ten em o s que a fro n tar” (SE R , 1995: 11). L a d iv is ió n al in te rio r de
las co m u n id ad es (p o r p artidos po líticos, in c lin ac ió n re lig io sa) tam b ién es perc ib id a y
p ro v o ca p reocupación : “ C u an d o la co m u n id ad está d iv id id a p o r sectas no se lo g ra n ad a”
(E n trev ista G. R z., 2006). E sto s tes tim o n io s se re fu erzan con los de a lg u n o s p artic ip an tes
de p ro y ecto s p ro d u c tiv o s al m en c io n a r que los m ism os m ixes p u ed en en to rp ecer el éx ito de
aquellos: “E n los m ixes siem pre hay que m alin te rp re tan ” ; “L u eg o no fu n c io n an los
p ro y ecto s p o r env id ia , los m ixes son m uy en v id io so s” . E s ta v is ió n no aparec ió en las
en trev istas con los d irig en tes de SER, p ero si en tre los in teg ran tes de las b ases de la
o rgan ización . A p e sra de que ésta tra ta de im p u lsa r u n a id ea de u n id ad y so lidaridad del
p u eb lo m ixe, en la co m u n id ad los con flic to s y el d iv is io n ism o están presen tes.
264
M áiz (2004) co n sid era que en u n a es tra teg ia enm arcadora , de re sp o n sab ilid ad
m oral, c iertos p rin c ip io s y agen tes fig u ran com o resp o n sab les de la s ituac ión p resen te de
las co m u n id ad es in d íg en as y se co n trap o n en a u n p asad o co m ú n m en te arm ónico . Sin
em bargo , se en co n traro n d iscu rso s au to crítico s com o los an tes ex p u esto s y en u n con tex to
de ig u a les - u n a reu n ió n co m o la de G uelatao , en que se dan c ita zapo tecos, m ixes, m ix tecos
y o tros pu eb lo s in d íg e n a s - tam b ién se m en c io n a ro n d efic ien c ias de estas pob laciones: “H ay
flo je ra y es n ecesario p re p a ra m o s” ; “D eb em o s rev a lo ra r los recu rso s que ten em o s y saberes
co m u n ita rio s” ; “ Si no hay o rig en p o r n u estro o rg u llo é tn ico no v a a p ro sp e ra r esta cau sa”
(G uelatao , O axaca, 2006).
L as causas que d iero n v id a a o rg an izac io n es com o C O D R E M I y A S A M (con tro l de
los recu rso s na tu ra les, g estió n de p ro y ecto s) co n tin ú an p resen tes en SER, sin em bargo , su
d iscu rso tien e ah o ra u n tin te e tn o p o lítico m uy m arcado . L a situación de m arg in a lid ad
tam b ién es v igen te , pero las d em an d as en fo cad as a este aspec to se p resen tan ah o ra com o
p arte de u n p ro y ecto su rg ido desde las co m u n id ad es (v in cu lac ió n con re feren tes
co tid ianos). A p esa r de que las causas in te rn as de co n flic tiv id ad son conocidas, en el
d iscu rso de los líd eres tra tan de ser op acad as p o r las causas externas. E s to ay u d a a que las
n uevas gen e rac io n es de p o ten c ia les ac tiv istas se apoyen en u n a b ase co g n itiv a y cu ltura l
re la tiv am en te am plia de luchas y sin co n trad icc io n es (M cA dam , 2001: 52).
I V .2 .2 M a r c o s d e p r o n ó s t i c o
E n lo que re sp ec ta al m arco de p ronóstico , S E R h a im p u lsad o u n a serie de ideas com o
a lte rn a tiv as y so luc iones a las s ituac iones arriba m encionadas. D e in icio , re co n o ce al
p u eb lo m ix e com o la fig u ra con la cap ac id ad de c rear u n p ro y ecto de v id a fu n d am en tad o en
la au to n o m ía .143 P ero fa lta co n stru ir esta u n id ad y h ace rla pa lpab le . E n to n ces la
o rg an izac ió n m an tien e com o su p rincipa l o b je tiv o p ro m o v er d ich a un idad : “N o so tro s aquí
en S E R h ab lam o s de la n ecesaria reco n stitu c ió n de n u estro pueb lo , y estam os trab a jan d o
p ara eso, estam os trab a jan d o p ara reco n stitu irn o s com o p u eb lo A y u u k ” (E n trev ista A. R .,
143 En el segundo Simposio Indolatinoamerico, organizado por SER y otras organizaciones, los mixes discutieron si se nombraban naciones, nacionalidades o pueblos y optaron por la última sin desechar las dos anteriores.
265
2006). Esta advertencia se relaciona con la confianza que la organización tiene en la vía
legal, ya que también propone la promoción de la vigencia irrestricta de la “Declaración de
los Derechos Humanos, y de las leyes que otorguen el ejercicio pleno de los Derechos de
las Comunidades sobre sus recursos naturales, humanos y culturales” (SER, 2004a). La
búsqueda de solución de sus problemas mediante el reconocimiento y promulgación de
leyes ha involucrado a la organización en un proceso de reformas y modificaciones en el
que es considerada un agente con capitales suficientes para influir en éstas.
Una de las alternativas que más ha impulsado SER para dar solución a los reclamos
de los pueblos indígenas es el proyecto autonómico. La organización afirma que el
reconocimiento de los distintos niveles de autonomía constituirá “un primer paso para
posibilitar el fortalecimiento de nuestra cultura e instituciones sociales, políticas,
económicas y jurídicas; que nos permitirá delinear nuestro futuro y que al mismo tiempo
comprometerá al Estado a respetar nuestros derechos colectivos e individuales” (SER,
1995: 4). El nivel de autonomía que mejor se adecua a su realidad, anota, es el comunitario.
Las soluciones se enfocan entonces en la conservación de sus formas particulares de
organización política (asamblea, consenso, servicio a la comunidad) y de sus conocimientos
y prácticas culturales (lengua, relación hombre-naturaleza): “lo que hay en nuestras
comunidades son instancias y espacios en donde nos juntamos para tomar las decisiones
fundamentales de la comunidad y para tratar de solucionar los problemas en los que
vivimos y nos ha dado resultados, por eso lo queremos seguir haciendo” (Entrevista A. R.,
2006). Esto se relaciona con lo que anotan Johnston et al. (2001) sobre la forma en que las
reivindicaciones más importantes afectan a la vida cotidiana, ya que a partir de esta
vinculación las OMS lograrán involucrar a las comunidades.
Llama la atención la intención de construir una idea de región e incluso de pueblo
mixe cuando en la práctica, como ellos mismos lo reconocen, es difícil reunirse y la vida
comunitaria prevalece en la orientación de las actividades y la solución de problemas (SER,
1995: 11). Probablemente se trata de una evolución en el discurso, ya que esta cita es de un
documento de 1995 y en la actualidad se perciben con lo necesario para lograr una unidad
regional. También es probable que opten por ambas vías como parte de un proyecto
inclusivo: consolidación de un gobierno comunitario y reconstitución como pueblo mixe.
Faltaría precisar cómo o a través de qué instancias funcionaría, se regiría o se organizaría el
pueblo mixe.
266
SER presenta a las autoridades comunitarias como los protagonistas del cambio, y
aunque los dirigentes de la organización reconocen que en el futuro ésta puede desaparecer
se saben participes de un proyecto a largo plazo. En este sentido, el proyecto de autonomía
surge en las comunidades, pero es reformulado por los integrantes de SER:
La autonomía nosotros la entendemos como un proceso largo, complejo, difícil, en el que la propia comunidad, el propio pueblo tiene que ir apropiándose de la toma de decisiones, de la incursión de esas decisiones y de ser conscientes de nuestra historia y nuestras raíces en un marco de cooperación y solidaridad con otros esfuerzos similares, eso lo venimos pensando aquí (Entrevista A. R., 2006).
En esta línea, Vargas considera que la labor de esta organización tiene dos ejes: ofrecer a
los ayuuk las herramientas necesarias para reequilibrar a su favor las relaciones de
desigualdad que mantienen con el exterior, encaminadas a la construcción de la autonomía
mixe; y el rescate, defensa y desarrollo de la cultura ayuuk para revertir el estigma sobre
los mixes y que desarrollen consciente y activamente una identidad étnica positiva y
abarcativa (Vargas, 2001: 163-164).
SER reconoce algunos valores como necesarios para revertir las tendencias
anteriormente expuestas y lograr su proyecto: la unidad del pueblo, la igualdad de derechos
entre todos y el aseguramiento de la propiedad de las tierras comunales (SER, 1995: 16).
Quizás estos valores no siempre estuvieron presentes en la cultura mixe, pero la
organización ha sabido presentarlos como parte de su ideario de lucha. Incluso, algunos de
ellos también se citaron en la reunión en Guelatao entre diferentes grupos y organizaciones
indígenas en el 2006: “Unirnos como uno solo (mixes, zapotecos, etcétera) y revivir
organizaciones anteriores”, “Debemos revalorar nuestra identidad y fortalecer nuestros
valores tradicionales como el trueque y el servicio a la comunidad” “Un elemento clave de
la autonomía es el servicio a la comunidad” (Guelatao, Oaxaca, 2006).
Dichos valores y acciones parecen no tener cabida en el contexto actual donde
prevalece la oposición individuo versus colectividad. Además, la formación de frentes
comunes entre diferentes organizaciones es una alternativa que les ha dado resultado y que
rescatan en momentos de mayor necesidad. Existe una historia de convivencia y unidad
entre comunidades mixes y otros grupos etnolingüísticos como en UNOSJO. En 1979 el
267
C o n sejo S uprem o M ix e y el C om ité P ro -d e fen sa de los R ecu rso s N a tu ra le s de la Z o n a A lta
de la R eg ió n M ix e firm aro n el M an ifies to al p u eb lo m ix e:
La unidad es, sin discusión, lo más importante que tenemos que lograr; ya que conseguida ésta, será posible llevar a cabo la lucha contra los caciques que nos oprimen, saqueando nuestros recursos cafetaleros y madereros [ ]Unidos, estaremos en mejores condiciones de exigir al Gobierno las obras que con urgencia se requieren para nuestro bienestar y progreso [^] llamamos a la unidad para que juntos nos enfrentemos a todo aquello que trata de destruirnos como pueblo (en Vargas, 2001: 106-107)
E l llam ad o a la u n id ad y la so lidaridad no es a lgo n u ev o . L as so luciones p ro p u esta s p o r las
o rgan izac iones, in c lu id a SER, son expuestas en las asam bleas com u n ita rias y recu p erad as
en estos espacios. E n esta línea, B a jo it (2003) id en tifica com o u n co m p o n en te de la acción
co lec tiv a u n tip o de so lidaridad o rgan izada, en este caso, se reg is tra ro n redes de so lidaridad
en tre o rg an izac io n es reg io n a les y SER, esto da cu en ta de u n a trad ic ió n en la lu ch a y
fo rm ació n de u n a h is to ria com ún.
S E R p o n e especial in te rés en la ed u cac ió n y reco n o ce q u e estos cap ita les han
ayudado a p o sic io n arse en el cam po p o lítico y lo g ra r b en e fic io s p ara las com unidades.
R eco n o ce en la in stru cc ió n u n a fo rm a de co m b atir las situaciones de ca restía v iv id as:
Para nosotros es muy importante, es vital y le hemos dado una prioridad muy fuerte a la educación porque estamos convencidos que así como se tira el machete para que funcione bien a la hora de salir a trabajar el campo, así tenemos que afilar nuestra sabiduría, inteligencia, nuestro corazón, nuestro pensamiento, para poder caminar lo mejor posible, tomar las mejores decisiones, pues lo que queremos es hombres y mujeres libres, que tomen las mejores decisiones para sí y para su familia, y para su comunidad, para el entorno que lo rodea (Entrevista A. R., 2006)
E sto se re lac io n a con el cu idado q u e h a pu esto la o rg an izac ió n en fo rm ar jó v en es con
cap ac id ad es p ara lu ch ar y d efen d er su p royecto , pero desde el espac io co m u n ita rio .144 L os
m ix es son p io n ero s en la ed u cac ió n in tercu ltu ra l. E n sus tie rras se creó u n bach ille ra to
po liv a len te y en la ac tu a lid ad está p o r po n erse en m arch a el p ro y ecto de u n a U n iv ersid ad
In tercu ltu ra l. A dem ás, es ta o rgan izac ió n h a p ro m o v id o d ip lom ados, ta lle res y cu rsos que
tra tan de e lev ar la co n c ien c ia é tn ica y la re flex ió n en tre su pueblo .
144 Martínez M. también advierte sobre el interés por la escolarización y la profesionalización, así como la incorporación de tecnología avanzada a sus procesos educativos y productivos, y que además son signos de la movilidad de los flujos culturales (Martínez M., 2001: 132).
268
S E R h a v en id o co n stru y en d o u n d iscu rso re iv in d ica tiv o -p ro p o sitiv o , que p riv ileg ia
el d iá logo y la v ía pac ífica , a la v ez que da cu en ta de lo s agrav ios v iv id o s . L a ev o lu c ió n de
sus d em andas y p ro y ec to lo han co locado en u n a p o sic ió n m ás v en ta jo sa que otras
o rg an izac io n es en el cam p o p o lítico . L a c la rid ad en su ob je tiv o (la reco n stitu c ió n del
p u eb lo m ix e ) h a p ro p ic iad o que las so luc iones sean b u scad as y p ro v en g an de las
co m u n id ad es ind ígenas. L a im p o rtan c ia que S E R da a las fo rm as de o rgan ización
co m u n ita ria (las asam bleas y el serv ic io a la co m u n id ad ) fav o rece el in v o lu cram ien to en un
p ro y ecto que no es exc lusivo de la o rgan ización . E s to no d escarta la ex is ten c ia de
re lac io n es estrechas con o rg an izac io n es reg io n a les de la zo n a y su p artic ip ac ió n en
d iscu sio n es en el ám bito nac ional e in te rnac ional. Y a que tam b ién reco n o ce en el s is tem a
d em o crá tico u n a p o sib ilid ad de cam bio , y se sum a a la d em an d a g en e ra lizad a de m ay o r
dem o crac ia y p artic ip ac ió n p o lítica (S E R , 1995: 4). E s to h a ab ierto espacios p ara que los
pu eb lo s in d íg en as p ro p o n g an a lte rn a tiv as y partic ipen , au n q u e de fo rm a lim itada , en la
co n stru cc ió n de u n p ro y ec to nacional: “N o so tro s soñam os con u n a sociedad ju s ta u n a
sociedad en donde p o r el hech o de ser ind io , ser negro , ser m ujer, p u ed as ser lo que tú
qu ieras, o sea, d esde esa d iv ers id ad p uedas ap o rta r a la co n stru cc ió n de u n p a ís” (E n trev ista
A. R ., 2006).
C o m o se m en c io n ó en el cap ítu lo II y III, las estra teg ias que esta o rg an izac ió n ha
im p lem en tad o han sido re la tiv am en te ex itosas, lo que pu ed e co lo ca rla com o u n segm ento
d o m in an te del m o v im ien to ind ígena. M cA d am arg u m en ta que en la m ed id a en que sus
estra teg ias y m arco s son co n sid erad o s e ficaces p o r la m ayoría , se p riv ileg ia su “p aq u e te
cu ltu ra l” (M cA dam , 2001: 5 7 ).145 P ero tam b ién corre el riesg o de que estos m arcos sean
ap ro p iad o s p o r o tros agen tes y p asen a fo rm ar p arte de la po lítica , de los esló g an es y de los
sím bo los de la cu ltu ra general (Z ald , 1999: 382-383), d esv irtu an d o sus sign ificados
orig inales.
I V .2 .3 M a r c o s d e m o t iv a c i ó n
145 Para este autor el paquete cultural se refiere al conjunto compacto que representa lo que el movimiento defiende y propone ante la sociedad
269
N o b as ta con co n o cer las so luciones a los p ro b lem as p ara in v o lu cra rse en la lucha, p o r m uy
m alas cond iciones d e v id a q u e se ex p e rim en ten . T am b ién se n ecesitan e lem en tos que
m o tiv en p artic ip a r en u n a acc ió n co lec tiv a . C o m o a rg u m en té en el cap ítu lo II, la estru c tu ra
d e o p o rtu n id ad es po líticas, a p esa r d e la rep resión , es re la tiv am en te p ro p ic ia p ara la lu ch a
in d íg en a de SER. Y las O M S tam b ién la han p rop iciado .
S E R se define com o u n a o rgan izac ió n de in d íg en as y p ara ind ígenas. A d ec ir de u no
de los d irigen tes (que a su v ez recu erd a a los fu n d ad o res de la o rgan ización ): “N o es
o b lig ac ió n ap o y ar lo ind ígena, o sea, para u n in d íg en a no es u n a o b lig ac ió n ap o y ar a u n
in d íg en a sino u n a re sp o n sab ilid ad ; el ind ígena, p o r d esg rac ia o p o r fo rtu n a n ac ió con
cau sa” (E n trev ista H . A ., 2006). E sta p ersp ec tiv a p rovee a los in teg ran tes de la
o rg an izac ió n de u n sen tim ien to de com p ro m iso con la d isp u ta que libran. A d em ás de que
es p arte de los p rin c ip io s con los cuales se fundó.
E s ta o rg an izac ió n m arca d ife renc ias con re sp ec to a o tras o rgan izaciones: “ SE R
tien e la d is tin c ió n de ser u n a o rg an izac ió n que está al serv ic io de u n pueb lo , que es el
p u eb lo ay u u k y que en la m ed id a de sus p o sib ilid ad es con trib u y e tam b ién al trab a jo de
o tros, y al sueño de o tros p u eb lo s” (E n trev ista A. R ., 2006). E n esta afirm ació n hay un
ju eg o de d ife renc iac ión , pero al m ism o tiem p o de id en tificac ió n con o tros pueb los
ind ígenas. E s decir, m arca su d ife ren c ia y al m ism o tiem p o se u n e a o tros de su m ism a
p o sic ió n (co n c ien c ia é tn ica ).146 E l con tex to nac ional e in te rn ac io n al h a in flu id o para que se
d esa rro lle u n a co n c ien c ia é tn ica y o rgu llo p o r ser ind ígena. E sto s p ro ceso s son re fo rzados
con el resca te y ac tu a lizac ió n de u n a h is to ria de lu ch a de los m ix es p o r d efen d er su
au tonom ía. E n el m an ifies to al p u eb lo M ix e que hace C O D R E M I se reg is tra el re sca te de
este pasado:
La tradición de lucha del pueblo Mixe es muy bella y llena de acciones nobles que nos enorgullecen. Si nuestros antepasados dejaron un ejemplo de resistencia y valor en defensa de nuestras aldeas, sería vergonzoso que ahora traicionáramos su memoria entregando nuestras tierras, riquezas naturales y costumbres comunales que nos han caracterizado como pueblo que rechaza cualquier tipo de dominio e injusticia (en Nahmad, 2003: 394).
146 Hay que recordar que SER también ha asesorado a comunidades no mixes y que uno de sus dirigentes es zapoteco y otro mixteco. Esto refuerza la búsqueda de SER de participar activamente en la consolidación estatal y nacional del movimiento indígena mexicano, y si es posible internacional (SER, 2004b).
270
E ste fragm en to estab lece u n co m p ro m iso con los an tepasados, lo que a su v ez ay u d a a que
los agen tes p erc ib an com o u n a o b lig ac ió n la defen sa de la p articu la rid ad del p u eb lo . L a
h is to ria de reb e lio n es y co m b ates es u tilizad a p o r S E R p ara c rear m o tiv ac ió n :
Parte de esta lucha incluso fue una lucha que tuvieron que librar nuestros antepasados en la que usaron todo tipo de mecanismos, incluida la lucha armada. De modo que este proceso tiene una larga vida, y nosotros nos incorporamos como parte de una nueva generación que trata de impulsar y fortalecer nuestra autonomía en nuestras comunidades (Entrevista A. R.,2006).
Inc luso , en ocasio n es recu rren a lu ch as m ilenaristas, que com o afirm a W arm an , m o tiv an la
co n fian za en u n a p ro fec ía que an u n c ia u n orden en el que los in d io s reco b ra rían p o sic ió n y
d o m in io (W arm an , 2003: 254). L os sen tim ien to s de m o tiv ac ió n se co m b in an en tonces con
sen tim ien tos de re sp o n sab ilid ad .
M áiz (2004) a firm a que la es tra teg ia de im p ro v isac ió n de sen tido ay u d a a fu sio n ar
el sen tido in d iv id u a l con el d estin o de la com un idad , al re lac io n ar las ra íces de la
com un idad , con la m em o ria h is tó rica y el m ito del despertar. A lg o sim ila r sucede con la
fo rm ació n de la im ag en del p u eb lo m ix e que S E R hace. L o s sen tim ien tos de perten en c ia a
las co m u n id ad es son ag lu tin ad o s en la id ea de que éstas fo rm an parte de u n m ism o p ueb lo
y que hay d ig n id ad en fo rm ar p arte de éste. C ab ría en to n ces p reg u n ta r si el co n sid erarse
p arte de éste es b en é fico o en qué p o sic ió n co lo ca a las co m u n id ad es que lo form an.
Inc luso , si es a lgo que p u ed en e leg ir o lo co n sid eran y a dado.
E n este sen tido , a lgunos de los líd eres em plean estra teg ias en m arcad o ras que
m u estran com o rea lidad in co n testab le la ex is ten c ia del p u eb lo m ixe. A p esa r de las
d ife ren c ias que n o tan en su in terio r, a legan u n a co m u n id ad m ás am plia e incluyen te:
Nuestra identidad como pueblo es algo que ha existido históricamente, nosotros nos autonombramos la gente ayuuk y tenemos una lengua común, aunque con variaciones dialectales, pero es una cuestión también común que una lengua tenga diversas variaciones. Tenemos una región geográficamente diversa [^] tenemos comunidades diversas, en diversos ámbitos. Tenemos muchos problemas por límites de tierras, que nos alejan, tenemos problemas de carácter político, de muy diversa índole, pero nuestra existencia como pueblo ayuuk es innegable (Entrevista A. R., 2006).
271
E n los d iscu rsos y d o cu m en to s em itid o s p o r la o rg an izac ió n tam p o co se cu estio n a la
ex istenc ia , sino que se m en c io n a la “ reco n stitu c ió n ” del p u eb lo ayuuk. E n ac tos púb licos,
an te no m ix es se m o tiv a la p resen tac ió n de éste com o u n a un idad , p o r e jem plo en reu n io n es
con o tras o rgan izac iones, en n eg o c iac io n es con in stan c ias g u b ern am en ta les , en las
dec la rac io n es p o r la d e fen sa de los derechos h u m an o s e in d íg en as p o r m en c io n a r algunos.
E s ta m an ife stac ió n se co n v ierte en to n ces en u n acto po lítico . E l ex p resa r u n o rg u llo de ser
p arte de este p u eb lo es u n fen ó m en o re la tiv am en te recien te , y a q u e las re ferenc ias
co m u n ita rias son las q u e p rev alecen y h as ta los ú ltim o s años tra tan de ab arcarse en u n a idea
de pueblo . M elu cc i a firm a q u e cuando los agen tes co n stru y en la acc ió n tam b ién ac tivan sus
re lac io n es p ara d arle sen tido al “ esta r ju n to s” y a los fin es que p ers ig u en (2002: 43). E n
esta lóg ica, el p e rm an ece r y ac tu ar ju n to s se co n v ierten en m o tiv ac io n es (que se ex traen de
re lac io n es afec tivas y de a fin idad ) p ara la acción.
E l reu n irse en u n a en tid ad que abarque a las com un idades, y que los m ixes se
p erc ib an com o p arte de é s ta es u n a p re ten sió n de S E R . P e ro los con flic to s in te rn o s y en tre
co m u n id ad es son el reto. K raem er (2003) a firm a que la cu ltu ra p o lítica m ix e es defic ien te
en recu rso s p ara en fren ta r co n flic to s in te rco m u n ita rio s. E ste d ilem a ap u n ta a la ex a ltac ió n y
v a lo rac ió n de c ierto s e lem en tos com unes a to d as las com u n id ad es, y a sea p o r m ed io del
d iscu rso o la p ráctica. E sto lo d esa rro lla ré en el cap ítu lo siguiente.
S E R h a p resen tad o com o v en ta ja del fo rta lec im ien to del p u eb lo m ix e la creac ión de
u n a en tidad que le p e rm ita n eg o c ia r con el E s tad o en té rm in o s m ás equ ita tivos. Igua lm ente ,
ex p resa que la co n ju g ac ió n de las cap ac id ad es y de personal p rep arad o ap o rta ex p erien c ia
en la d e fen sa de los id ea le s ind ígenas: “ estam os conv en cid o s de que los ind ígenas, desde
n u estra especific idad , p o d em o s h acer ap o rtac io n es al resto de la sociedad n ac io n a l” (SER ,
1995: 4). E n este sen tido , la p resen tac ió n de lo g ro s y lu ch as g anadas p o r las
o rgan izac iones, desde los años ochenta , re fu erza la m o tiv ac ió n p ara co n tin u ar en la lucha.
E l fo g u eo de sus líd eres en arenas po líticas y acad ém icas h a dad o rea lce a su p royecto . L os
efectos que tien en sus ac tiv idades en las co m u n id ad es tam b ién p ro p ic ian el in te rés de éstas
en p artic ip a r en la o rg an izac ió n y ap o y ar sus dem andas: “ después de n u estro s estu d io s nos
hem o s re in teg rad o en la d in ám ica co m u n ita ria p a ra in ten ta r h acer algún trab a jo que p erm ita
rev ertir las s ituac iones de in justic ia , las s ituac iones de exc lusión , de d iscrim inación , en la
que v iv en n uestras co m u n id ad es” (E n trev ista A . R ., 2006).
272
C on la reafirm ac ió n de logros, S E R crea sen tim ien tos de éx ito y m o tiv ac ió n en la
lu ch a p o r lo g ra r las m ejo rías que su p u eb lo requiere. L a creac ión de la L ey In d íg en a p ara el
estad o h a sido u n g ran im poretan te , e sp ec íficam en te po rq u e esta o rg an izac ió n y sus líderes
p artic ip a ro n en su fo rm ulac ión . A unque , tam b ién h a s ign ificado u n a lim itan te cuando se
d esean h acer m o d ificac io n es pues se a leg a que es u n a de las m ás avanzadas del país. Sin
em bargo , esta ex p e rien c ia es s ím bo lo del esfuerzo reco m p en sad o en la lu ch a ind ígena, p o r
lo que p erc ib en p o sib ilid ad es de v o lv e r a ten e r éxito .
L o s p ro ceso s de lu ch a in d íg en a v iv id o s en O ax aca se v ie ro n m o tiv ad o s p o r la
irru p c ió n zap a tis ta en 1994. A n te este panoram a, se perc ib ió com o p o sib ilid ad de cam bio
los reco n o c im ien to s y la L ey In d íg en a de 1998. N o obstan te, las d em andas se m an tienen ,
y a que en la p rác tica estas m o d ificac io n es no han ten id o re su ltad o s o no han sido ap licadas.
L a creac ión de m arco s de m o tiv ac ió n de S E R resp o n d e a las o p o rtu n id ad es po líticas, pero
tam bién , y qu izás con m ay o r fuerza , a los log ros que las o rg an izac io n es y las au to ridades
co m u n ita rias han a lcan zad o en la reg ió n y la en tidad . S E R h a p a rtic ip ad o en el re sca te de
p rác ticas y h ab itu s capaces de c rear sen tim ien to s de p erten en c ia y m o tiv a r el
in v o lu cram ien to de las p o b lac io n es en la acción co lectiva , a la v ez que h a o frec id o u n a
te rm in o lo g ía n u ev a (d e rech o s ind ígenas, co m u n alid ad ) y d esc rip c io n es in n o v ad o ras de las
re lac io n es socia les que los explo tan . C on esto, a firm a Z ald (1999), p o sib lem en te
p ro p o rc io n an e lem en tos p ara cam b ia r la cultura.
P a ra fin a liza r el apartad o de p ro ceso s en m arcad o res ag reg aré tres co m en ta rio s m ás.
P rim ero , el p ro ceso de en m arcam ien to no se p ro d u ce ex c lu siv am en te b a jo el ausp ic io de
las O M S. E s n ecesario señ a la r que no se con sid eró el an á lis is de este aspecto p o r fa lta de
tiem po . T arro w (1997) a firm a que adem ás de apoyarse en sob ren ten d id o s cu ltu ra les
heredados, las O M S co m p iten con el en m arcad o p ro d u c id o p o r los m ed io s de
com un icación . É stos tran sm iten m en sa jes que los m o v im ien to s y las o rgan izac iones
in ten tan co n tro la r e in flu en c ia r (T arrow , 1997: 57). L os m ed io s m asiv o s no son n eu tra les y
op tan p o r d ife ren tes tip o s de d iscu rso y e ligen im ágenes d istin tas en re lac ión con los
in te reses que los m otivan : “g en e ran respuestas em ociona les, d ram atizan los sucesos y
cen tran la a tenc ión sobre d e term inados tem as” (Z ald , 1999: 382).
Segundo, u n a p e rsp ec tiv a que ay u d a a co n fo rm ar u n a in te rp re tac ió n crítica de la
situación v iv id a p o r las p o b lac io n es in d íg en as es la de B onfil B atalla . P a ra este au tor, la
pobreza, la m iseria , la en ferm edad , la m arg in ac ió n y la in ju stic ia v iv id as no son h eren cia de
273
la c iv ilizac ió n ind ia, sino p ro d u c to s d irec tos de la dom inación ; p o r tan to , no cuen tan com o
rasgos co n stitu tiv o s de aq u e lla (B onfil, 1981: 43).
T ercero , el p ro y ec to de fu tu ro de am bas o rg an izac io n es ap u n ta a la co nso lidac ión
de u n a u n id ad que lo g re su p erar las d iv isiones en tre com u n id ad es y que in te rio rice la
p e rten en c ia com o algo natu ra l, y a sea al P u eb lo P u rép ech a o al P u eb lo M ixe. F a lta
en tonces av erig u ar en q u é c ircu n stan c ias los agen tes (co m u n id ad es y O M S ) se sien ten
p arte de ésto s, si los en m arcam ien to s no son estáticos, las o p o rtu n id ad es v arían y las
estra teg ias de m o v ilizac ió n se adap tan a las d isp o sic io n es en el cam po p o lítico y a las
n ecesid ad es de las com un idades. E n el p ró x im o cap ítu lo daré re sp u esta a estas
in te rro g an tes a través del p ro ceso de co n stru cc ió n iden titaria .
IV.3 Cuadros de contraste: oportunidades políticas, estructuras de
movilización y procesos enmarcadores
E n este apartado se p resen tan , de fo rm a esquem ática , las sem ejanzas y d ife ren c ias en tre los
tres aspectos que dan v id a y sen tido a dos o rg an izac io n es que p erten ecen al m o v im ien to
ind ígena: O rg an izac ió n N ac ió n P u rh ép ech a y S e rv ic io s del P u eb lo M ixe.
274
Cuadro 1Contexto histórico nacional y de las organizaciones indígenas de estudio
Organización/periodo
CONTEXTO NACIONAL ORGANIZACIÓN NACIÓN PURÉPECHA
SERVICIOS DEL PUEBLO MIXE
Etapa I -Política de “apertura democrática” que toleró organizaciones independientes -Se crea el CNPI- En 1974 en Chiapas se realizó un Congreso Indígena Estatal -Entre 1973 y 1976 el movimiento campesino nacional vivió su mayor efervescencia-El INI adopta una nueva denominación: “indigenismo de participación” y pertenece a COPLAMAR.-Indígenas empiezan a reflexionar acerca de su pertenencia étnica- José López Portillo creó un nuevo código electoral que facilitó sistema de partidos más plural-Procesos de organización indígena ligados a la educación popular y formación de elite de profesionistas indios.-Se fortalece la relación entre indígenas y medio ambiente -El indigenismo aplica la idea de etnodesarrollo y estimula proyectos autogestivos-En los ochenta se vivió una crisis económica.-Se inicia el desmantelamiento del aparato estatal de bienestar.-Se desintegra el CNPI en____________
-En 1971 se aprobó la ley federal de la Reforma Agraria y demandas agrarias de las comunidades purépechas cobraron ímpetu-Aparecieron organizaciones con demandas de defensa de las tierras frente a ganaderos, talabosques, empresarios-En el movimiento campesino coincidieron luchadores sociales, líderes profesionistas de la universidad, organizaciones independientes y autoridades comunitarias.-En 1979 surgió la UCEZ y ocurrió la lucha de los comuneros indígenas de Santa Fe de la Laguna contra los ganaderos mestizos de Quiroga -En 1981, en Cheranástico, Michoacán se realizó el 2° Encuentro de Organizaciones Indígenas Independientes de México, Centroamérica y el Caribe -Surgieron agrupaciones purépechas como la Asociación de Profesionistas de Zacán, la Federación de Profesionistas Purhépechas, el Comité de Pueblos Purhépechas por los Cinco Puntos, la organización Camino del Pueblo (X a n a ru Ireteri)-En 1983 se creó el Centro de Investigación de la Cultura____________
-Las comunidades se articularon a la justicia agraria para mantener sus posesiones comunales y litigar sus tierras-Mantuvieron lealtad hacia el PRI a cambio del respeto de sus procedimientos de autoridad internos -Se crearon organizaciones campesinas ante problemas de comercialización del café y la explotación indiscriminada de los recursos forestales -En la década de los setenta se presenciaron olas de organización social, contestación popular -Se formaron alianzas intersectoriales: la COCEO, COCEI, el Frente CampesinoIndependiente, la (UGOCM), elMovimiento Democrático Universitario, el Movimiento de EstudiantesRevolucionarios.-El gobierno respondió de forma violenta a la movilización popular y seintensificaron los intentos de cooptación en sindicatos y centrales campesinas -En 1977 emergieron los conflictos en torno al control de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), las situaciones en zonas rurales (invasión de tierras) que amenazaban con salirse de control -Con la aparición de la COCEI, aliada al
275
organizaciones indígenas independientes y aparecen otras -Surge “Corriente Democrática” dirigida por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo en el PRI -Elecciones de 1988 y movilización en contra del pretendido fraude electoral contra Cuauhtémoc Cárdenas - El indigenismo de Carlos Salinas de Gortari es de concentración y de traspaso de funciones, aunque no las sustanciales-Los indígenas manifiestan descontento ante la conmemoración de los 500 años de la llegada de españoles a América (1992).-Reforma en l989 del Convenio 107 de la (OIT) y creación del 169 -En el continente se experimentan procesos de “transición democrática” -Se reforma el artículo 2o y se modifica el 4° de la Constitución -Reforma al artículo 27 constitucional de 1992 -Inician los programas sociales focalizados “Solidaridad” (PRONASOL) -Se experimentan las repercusiones de las reformas del Estado de los ochenta. -El INI se incorpora a la (SEDESOL) y se nombra a Arturo Warman como director del INI-El movimiento indígena empieza una etapa de internacionalización -Cambio y maduración del discurso del movimiento indígena
P'urhépecha de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo -Se fortaleció la sección XVIII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) integrada, entre otros, por maestros de la Dirección General de Educación Indígena (DGEI) -En 1988, algunos miembros de organizaciones independientes indígenas se integraron al Frente Democrático Nacional (FDN) y posteriormente al Partido de la Revolución Democrática (PRD)-En 1991 se convocó a un primer Encuentro de Comunidades Indígenas de Michoacán en la localidad de Cherán y se crearon el (FICIM) y (FIPI- Michoacán).-La reforma al artículo 27 de la Constitución ocasionó que las comunidades y sus autoridades se pronunciaron en su contra. Expidieron el D ecre to d e la N a c ió n P u ré p e c h a . -Como acto de protesta ante los festejos del 12 de octubre de 1992, en Morelia, organizaciones y comunidades indígenas marcharon por el centro de la ciudad y culminaron con el derribamiento de la estatua del virrey Antonio de Mendoza.-Los profesionistas purépechas motivaron la celebración de actos que revalorizan la cultura purépecha
Partido Comunista Mexicano, se inició una lucha electoral más plural -A principios de 1980 se formó la Unión de Pueblos del Rincón, la ODRENASIJ, el CODREMI, la ASAM, la UCIRI, SER y UCIZONI en contra de fuerzas caciquiles, la protección de recursos naturales, apoyo a la producción agrícola y la gestión de recursos.-En 1989 en Matías Romero se realizo el Primer Foro Internacional sobre los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas celebrado -La sección XXII confrontó a la SEP y al SNTE; se involucró con otras luchas populares oaxaqueñas y apoyó al movimiento indígena - La crisis de legitimidad del PRI provocó que el gobernador, Heladio Ramírez López, creara la Procuraduría de la Defensa del Indígena (PRODI) en 1986, y en 1990 lanzó su política de reconocimiento y se modificaron los artículos de la Constitución estatal relacionados con la composición étnica plural, el respeto por las tradiciones, etc. -La supremacía del PRI vive momentos de crisis-Las principales protestas contra la celebración del 12 de octubre fueron protagonizadas por los maestros disidentes de la sección XXII y nació el Consejo Mexicano 500 Años de Resistencia Indígena, Negra y Popular
Etapa II -Inicia el TLC-Levantamiento del EZLN-El gobierno respondió en forma violenta-Se hace un llamado a la paz pororganizaciones y sociedad civil-Diálogo y negociación entre EZLN (yasesores) y gobierno_________________
-El levantamiento del EZLN provocó que las organizaciones indígenas tuvieran presencia en más comunidades y que sus demandas se diversificaran-Se formaron alianzas entre los purépechas, nahuas, mazahuas y
-La erosión de legitimidad del gobierno en Oaxaca continúa-El EZLN provocó interés en la problemática indígena -Los procesos de consulta convocados por el ejecutivo acerca de la solución indígena fueron apropiados por líderes
276
-Ambas partes firman los Acuerdos de San Andrés como acuerdos mínimos -El gobierno los desconoce y se detiene el diálogo-Los movimientos indígenas en las entidades coinciden y se unen a la lucha del EZLN-Consulta nacional-Se propicia la discusión acerca de las reivindicaciones étnicas -Algunas organizaciones (CONAI, EZLN) y resolutivos de foros internacionales exponen la necesidad de un cambio de la política en países con poblaciones originarias-Se crea grupos de trabajo sobre pueblos indígenas en la ONU y organizaciones ganan espacios de denuncia -La hegemonía del PRI se deteriora con el gobierno de Ernesto Zedillo -Las elecciones presidenciales son ganadas por el pAN, Vicente Fox Quesada-Las reformas al artículo 115 de la Constitución (municipio) se hacen efectivas-Procesos de “descentralización”- Fox nombró a líderes del movimiento indígena en la dirección del INI para ganar legitimidad (Marcos Matías como su director y Francisco López Barcenas)- Fox presenta una iniciativa de reforma de ley indígena basada en la propuesta de la COCOPA, pero no propicia su aprobación-A principios de 2001 el EZLN realiza la “Caravana de la Dignidad Indígena” y concluye con la exposición de indígenas ante el Congreso de la Unión para que voten a favor de la propuesta COCOp A -Se aprueba una ley indígena alejada de la propuesta de la Co COPA___________
otomíes, y con otros sectores (estudiantes, sindicatos, académicos) -En 1994 surgió la ONP -En el gobierno de Manuel Tinoco Rubí (1994 - 2000) la lucha fue frontal, y existieron casos de represión y encarcelamiento de algunos líderes -Se escuchan las primeras demandas de remunicipalización y la exigencia en la creación de “municipios indígenas”. -Se formaron organizaciones al interior del PRI para mostrar que la presencia indígena: Frente Estatal Indígena -Las organizaciones indígenas recibieron financiamientos externos e internacionales para proyectos -En 1998 la ONP sufrió una escisión y se crea NPZ-Crece la fue^a e influencia de la elite de empresarios y comerciantes agrícolas.-En 2001 se celebró el III Congreso del CNI en la comunidad purépecha de Nurío, como parte de la “Caravana de la Dignidad Indígena”-Lázaro Cárdenas Batel se lanza a la contienda por la gobernatura del estado por el PRD y recibe el apoyo de organizaciones indígenas -El PRD gana alcaldías con indígenas purépechas: Santiago Tangamandapio y Chilchota
y representantes indígenas(especialmente de la Sierra Norte) y desde allí ejercieron presión.-Se crearon de redes de apoyo entre organizaciones: COICO y la Asamblea Estatal Democrática del Pueblo Oaxaqueño-El gobernador Diódoro Carrasco convocó 1994 a un grupo de intelectuales y dirigentes indígenas para asesorarle en la prevención de un levantamiento similar al chiapaneco -En marzo de ese año el gobernador anunció un nuevo acuerdo con los pueblos indígenas -En 1995 se reconocieron los procedimientos de elección por usos y costumbres como legal (reformas constitucionales y el CIPPEO).-En 1996 apareció a la luz pública el EPR y ERP en la entidad, lo que provocó mayor número de destacamentos del ejército y violencia -En 1997 y 1998 se volvió a reformar el CIPPEO-El gobierno también implementa una gran política contra la pobreza y la concesión de recursos para el desarrollo social-En junio de 1998 el Congreso local aprobó la Ley de Derechos de los Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de Oaxaca -Comerciantes, profesionistas, sindicatos, y campesinos presionan en las negociaciones por el control y definición del proyecto político- económico de la entidad - Leyes modificadas en el marco de la política de reconocimiento: la ley de educación (1995), el código penal (1995), el código de instituciones_______
277
políticas y procedimientos electorales (1997), la ley de salud (2001) y la creación de la secretaría de asuntos indígenas (2001) y la ley para la defensa de los derechos de los pueblos y comunidades indígenas (1998 y 2001). -El reconocimiento de usos y costumbres también ayudó al PRI a bloquear el avance de la oposición electoral
Etapa III -Autoridades estatales y municipales antepusieron controversiasconstitucionales por la aprobación de la ley indígena-En septiembre del 2002 la Suprema Corte determinó que eran improcedentes y no analizó sus argumentos.-EZLN se retira (momentáneamente) de la vida pública y echa a andar los Caracoles y las Juntas del Buen Gobierno-Agudización el ajuste estructural como parte de las políticas neoliberales -Se consolidó la apertura a las grandes trasnacionales, con lo cual su injerencia en los asuntos del Estado se incrementó. -Desaparece el INI y en su lugar se crea la CDI (2003)-La transición democrática no se acompaña de un incremento en seguridad ni de mejoras socioeconómicas -La política indígena de Fox siguió una línea similar a la de las anteriores administraciones: retirada de financiamiento externo y misma dinámica de operación.-Se crea mayor dependencia de BM y BID mediante los préstamos concedidos para atender a poblaciones marginadas -El 2004 el movimiento campesino recobró fuerzas ante revisión del TLC: “El
-Lázaro Cárdenas B. ganó la gobernatura de Michoacán.-Promocionó las discusiones para conformar una Propuesta de Ley sobre Derechos de los Pueblos Originarios del Estado de Michoacán de Ocampo y se realizaron jornadas y foros de consulta a las poblaciones indígenas -Los integrantes de las organizaciones indígenas participaron activamente en las jornadas y foros-En 2002 la ONP presentó la “Propuesta de ley sobre derechos de los pueblos originarios del Estado de Michoacán de Ocampo” al gobernado. Ésta fue producto de discusiones en asambleas comunitarias-El diputado Elesban Aparicio Cuiriz (por el PRD), como encargado de la comisión de Asuntos Indígenas, presentaría la propuesta ante el congreso local.-Una comisión del gobierno y el Congreso Estatal generaron la propuesta a ser presentada sin la participación de organizaciones o sociedad civil a finales del 2004-Ante la falta de consulta y revisión de la propuesta antes de ser presentada, la NPZ y la ONP se pronunciaron en contra de dicha y detuvieron su exposición -La fracción priísta del congreso tampoco
-En lo primeros años de su administración, José Murat C. (19982004) no hizo nada por continuar con la política de reconocimiento de los dos gobernadores anteriores -Se registraron diferencias y pugnas al interior del PRI, entre el gobernador saliente y José Murat -Ejerció su poder para controlar los sindicatos, los fondos electorales y la legislatura estatal e incidir en las elecciones municipales.-El PRI mantuvo su hegemonía en las elecciones del 2001 y continúo dominando en la mayoría de los municipios que eligen sus autoridades por el sistema de usos y costumbres. -Prácticas fraudulentas y la compra de votos no desaparece -El PRD disminuyó su influencia por pugnas en su interior -Ante la aprobación de la Ley Indígena en 2001, las organizaciones y municipios indígenas iniciaron procesos de impugnación-Para allegarse prestigio, el gobernador José Murat se convirtió en el “defensor de los derechos de los pueblos indígenas” y presentó una controversia constitucional contra dicha ley, pero sin cumplir los requisitos de tiempo y forma,
278
campo no aguanta más” estuvo de acuerdo con dicha propuesta por lo cual se señaló su improcedencia-La propuesta no fue presentada y -La Suprema Corte de Justicia de lafinalizó la vigencia de la legislatura, por Nación declaró infundadas dichaslo que no se le dio continuidad al proceso peticiones, por lo cual organizaciones,-Las organizaciones que apoyaron la como SER, acudieron ante la Comisióncampaña del perredista Lázaro Cárdenas Interamericanafueron desplazadas de las negociaciones -La legalización del sistema normativocon el gobierno indígena provocó una mayor ingerencia-Se creó la Coordinación de otros partidos políticos en lasInterinstitucional de Asuntos Indígena de comunidades y abrió posibilidades deMichoacán y en 2002 el Consejo mayor pluralidad interna local,Consultivo de Autoridades Indígenas de -Aumentaron los desacuerdos yMichoacán conflictos electorales en municipios que-Se inició el proceso de formulación de se rigen por usos y costumbres sistemauna Universidad Indígena (1998: 80 y en 2001: 107)-En el 2004 el gobierno estatal y federal -Los conflictos al interior de municipiosfirmaron un acuerdo para atender los por el acceso a recursos (ramo 033)siete focos rojos entre la población también aumentaronpurépecha de Michoacán y se creó el -El gobierno implementó planesGrupo de Atención Especial para los integrales de desarrollo en losAsuntos de Trascendencia en la Región municipios y proyectos productivosPurépecha. -En 2003 los integrantes del MULT-2004 se realizó en Ocumichu una registraron su partido político Unidadreunión de la Región Centro-Pacífico del Popular, después de un proceso deCNI con la asistencia de indígenas numerosas complicaciones.nahuas, huicholes, mixtecos, totonacos, -Ante un proceso electoral muyamuzgos y purépechas. cuestionado resulta ganador el priísta-Inicia una ola de violencia producto del Ulises Ruiz Ortiz, quien continuó connarcotráfico que existe en la entidad una política carente de legalidad-El gobierno implementó estrategias para -Aunque la coalición “Todos somosparalizar el movimiento indígena: ocurrió Oaxaca” pidió la anulación del procesola readaptación de demandas y propuestas indígenas a concesiones que no significaban peligro para intereses partidistas y empresariales; ocurrió también la cooptación de líderes y la ocupación de cargos públicos por integrantes de las organizaciones.
electoral, fue rechazada
279
Diagrama 1Agentes en el campo político de los movimientos
indígenas en Michoacán
Relación de la OMS con otros agentes Relación entre agentes, no incluidas OMS
Diagrama 2Agentes en el campo político de los movimientos
indígenas en Oaxaca
Relación de la OMS con otros agentes Relación entre agentes, no incluidas OMS
281
Cuadro 2Capitales de ONP y SER en la actualidad* P resencia ^ Ausencia
Capitales OrganizaciónONP SER
EconómicosInstalaciones (casa, oficina) *
Recursos propios financieros para proyectos *
Pago de salarios* *
SocialesRedes sumergidas * *
Redes de apoyo entre OMS * *Redes de solidaridad internacional
* *Relación de negociación con agentes del
gobierno * *Redes de apoyo con académicos e
investigadores * *Proyecto y objetivos * *
Conocimientos heredados * *
CulturalesFormación profesional de sus integrantes * *
Manejo del castellano de sus integrantes * *Biblioteca o archivo de la OMS
* *Especialización de los líderes en temas
indígenas * *
SimbólicosPrestigio * *
Legitimidad* *
Representatividad * *
ÉtnicosIdentidad étnica * *
Concepción de Pueblo * *
282
Cuadro 3Oportunidades políticas en ONP y SER
V = Afirmativo X = Negativo
O portun idades ONP SER
El grado de tendencia a la apertura del sistema político institucionalizado
Etapa I X VEtapa II X VEtapa III V X
La estabilidad en las alineaciones de las elites que definendeterminadas líneas políticas
Etapa I X XEtapa II V XEtapa III X X
La posibilidad de contar o no con el apoyo de estas elitesEtapa I V XEtapa II X VEtapa III V XLa capacidad estatal para reprim ir los movimientos sociales y su
tendencia a hacerloEtapa I V VEtapa II V VEtapa III X V
Etapa I: inicio del movimiento indígena (1970-1993)Etapa II: irrupción del EZLN y años de ebuNición del movimiento indígena (1994-2001) Etapa III: años recientes (2001-2004)
283
Cuadro 4Estructuras para la movilización de ONP y SER
Etapa inicial: desde su fundación y primeros cinco años Etapa actual: últimos cinco años
Fundación de ONP: 1994 Fundación de SER: 1988
Estruc tu ras ONP SERAlianzas con OMS
Etapa inicial Alianzas con organizaciones campesinas (UCEZ)
Alianzas con OMS regionales (UNOSJO)
Etapa actual Alianzas con NPZ y ANIPA Alianzas con EZLN y CNIProgramas y proyectos
Etapa inicial Productivos y de artesanía Productivos y litigio de tierras
Etapa actual Productivos, de artesanía, educativo y enfocado a las mujeres
Sustentabilidad, litigio de tierras, enfocado a mujeres, educativo y derechos indígenas
Tácticas de lucha
Etapa inicial Marchas, mítines, plantones Defensa por la vía legalEtapa actual Negociación con gobierno y
mítinesNegociación con gobierno y defensa por la vía legal
Grupos al interior
Etapa inicial Escisión y creación de NPZ Grupo que vive en las comunidades y grupo que trabaja en la ciudad (casa mixe)
Etapa actual Grupo que apoya la vía electoral y grupo que se oponen
Grupo en contacto con comunidades y grupo que trabaja en oficina (especializado en contactos con el exterior)
ObjetivosEtapa inicial Defensa de la tierra y
revaloración de cultura purépecha
Gestoría y defensa de los recursos naturales
Etapa actual Lucha por libre Reconstitución del pueblo
284
determinación y supervivencia cultural de la Nación Purépecha
mixe
LiderazgosEtapa inicial Liderazgo comunitario Liderazgo comunitarioEtapa actual Liderazgo comunitario Liderazgo especializado
ProyectoEtapa inicial Autonomía y defensa de la
Nación PurépechaFortalecimiento de las autoridades y sistema comunal, asesoría legal
Etapa actual Autonomía regional Autonomía comunalRedes con las bases
Etapa inicial Redes sumergidas Redes de trabajo y acompañamiento
Etapa actual Redes sumergidas y de trabajo
Redes de acompañamiento y gestoría
285
Cuadro 5Procesos enmarcadores en ONP y SER en la actualidad
Marcos de in te rp re tac ión
ONP SER
Dediagnóstico
-La colonización por los españoles es el origen de los procesos de genocidio, etnocidio y discriminación. -Existen mecanismos de hacer que los indígenas se sientan culpables.-La Conquista no ha terminado.-El Estado continúa con el proceso de aculturación y paulatina desaparición de los indígenas.-La función del Estado es evitar la unidad entre indígenas.-Desconocimiento de los dueños del territorio (indígenas).-Ley Lerdo, reforma al artículo 27 constitucional, programas sociales (PROCEDE) son formas para acabar con los derechos indígenas y ejercer control sobre la población purépecha.-Las instituciones de gobierno generan o mantienen los conflictos entre comunidades indígenas por límites de tierras.-Mercantilismo, el individualismo y la globalización son contrarias al modo de ser indígena y afectan convivencia local.-INI y educación son mecanismos para aculturar a los indígenas-El indígena también participa en las estructuras de sometimiento (se ha vuelto individualista).__________
-Pasado de colonización como una de las principales causas de sus problemas.-La intervención del Estado en la vida comunitaria causa problemas (la forma de otorgar recursos, la falta de control sobre tierras y recursos naturales). -Dificultad para acceder a los recursos que proporciona el gobierno por considerarse “atrasados”. -La perspectiva de carencias y desigualdades es expuesta como una forma de legitimar su lucha.-Los abusos e injusticias causadas por los caciques es factor para conformar fuentes de lucha.-La falta de derechos y el respeto de sus sistemas normativos crea conflictos y abusos.-La falta de unidad y división al interior de las comunidades se debe a intervención de partidos políticos y sectas religiosas.
Depronóstico
-La unidad entre purépechas e indígenas como principal elemento para tener más fuerza y lograr otros objetivos.-El reconocimiento del Pueblo y la Nación Purépecha. -Formación de alianzas, y la unidad de_____________
-La reconstitución del pueblo A y u u k , además es la figura idónea para llevar a cabo su proyecto. -Confianza en la vía legal (mediante litigio y presión internacional).-Vigencia irrestricta de la Declaración de los_______
organizaciones populares, indias y clasistas.-Las organizaciones indígenas ayudan a resolver demandas y tienen más oportunidades de lograrlo que las comunidades o sus representantes.-La toma propia de decisiones es clave para conformar una nueva sociedad purépecha. -Reforzamiento, desarrollo y recuperación de la identidad étnica.-El proyecto de la ONP se forma con la visión de los purépechas, sus conocimientos y raíces.-Proyecto de autonomía regional y demandas de remunicipalización.-La confianza en la vía legal fue trastocada pero no hay ruptura con PRD.-La educación con base en su cultura y desde las comunidades es necesaria para hacer el cambio y es una forma de liberación.-No se registró quiénes son los adecuados para dirigir el cambio, ni jóvenes ni autoridades, es probable que conciban a las organizaciones como tales.__________
Derechos Humanos, y de las leyes que otorguen el ejercicio pleno de los Derechos de las Comunidades sobre sus recursos naturales, humanos y culturales. -Proyecto de autonomía comunal.-Las autoridades comunitarias como los protagonistas del cambio.-Alianzas con organizaciones y fortalecimiento del movimiento indígena nacional.-La educación, capacitación, espacios de reflexión y la instrucción formal como mecanismos para combatir las situaciones de carestía vividas y lograr beneficios para las comunidades.-Formación de jóvenes con capacidades para luchar y defender el proyecto desde el espacio comunitario. -Fortalecimiento de organización comunitaria (las asambleas y el servicio a la comunidad).-Participación en discusiones en el ámbito nacional e internacional.-Sistema democrático y participación política de indígenas en la construcción de un proyecto nacional.
Demotivación
-Levantamiento zapatista fue crucial para reafirmaran y revalorizar identidad étnica.-Orgullo y respeto de ser indígenas: “ya despertamos y podemos competir con los mestizos”.-Espíritu de lucha de más de 500 años y ninguna actitud sumisa.-Los conocimientos de pueblos indígenas son un aporte importante en la conformación de una nueva sociedad mexicana, plural y respetuosa de las culturas.-La “Nación Purépecha” como figura que aglutina demandas y da sentido al proyecto.-Indígenas como seres (pensantes) que pueden hacer aportes en la discusión indígena a nivel nacional y contribución a procesos más amplios.
-Organización creada por indígenas y para indígenas. -Sentimiento de compromiso hacia la lucha indígena. -Mantener el servicio al pueblo y a las comunidades, respeto a normas y autoridades comunitarias.-Tradición de lucha del pueblo Mixe.-Compromiso con los antepasados por la lucha de su autonomía.-Continuidad del proceso de resistencia y fortalecimiento de autonomía comunal.-Realidad incontestable la existencia del pueblo mixe. -Orgullo de ser parte del pueblo mixe.-Ventajas del fortalecimiento del pueblo mixe para negociar con el Estado.-Las capacidades y formación profesional de los integrantes de la organización aportan experiencia en la defensa de los ideales indígena.-Logros y luchas ya ganadas: reconocimiento de usos y costumbres.
287
Capítulo VLa lucha desde las identidades étnicas: Organización Nación
Purhépecha y Servicios del Pueblo Mixe
El desarrollo de una conciencia y la consecuente construcción de una identidad étnica
responden a un contexto como el que expuse en el capítulo II. Implican procesos de
elección y valoración por parte de los agentes que los llevan a cabo (las OMS). Como
afirma Iturralde, la identidad étnica es sobretodo “conciencia de la diferencia y de la
situación de desventaja que ha implicado históricamente, así como voluntad de
superarla” (Iturralde, 1997: 85). El preguntarse por las formas de ser mixe o purépecha
es preguntarse frente a quiénes y en qué espacios se sitúan los agentes. El reto consiste,
entonces, en construir significados comunes que permitan actuar y reconocerse en ellos.
La construcción de una identidad es un proceso complejo y dinámico. Los
significados compartidos, que sustentan este proceso, se nutren de los tres marcos de
interpretación analizados en el capítulo IV (de pronóstico, diagnóstico y motivación).
En el proceso identitario los creadores tratan de acomodar elementos extraídos de
estructuras anteriormente aprendidas (valores, tradiciones, formas comunitarias) y de
discursos producidos en el campo político y por sus oponentes, de modo que la
identidad étnica pueda percibirse como un conjunto armónico estructurado. Recordemos
que la relación entre una identificación y la utilización consciente de la comunidad
étnica como estrategia social no es algo natural (Baud et al., 1996).
El primer paso para la creación de una identidad étnica es establecer la
existencia de los agentes constructores (OMS, líderes, comunidades, pueblos
indígenas). Éstos demuestran una capacidad para definirse a sí mismos y a su
entorno; elaboran o resignifican prácticas, valores, mitos, relaciones que dan forma a lo
que será y se asumirá como una identidad particular y única: el ser purépecha y el ser
mixe. Esta imagen de un ser homogéneo es crucial para que las OMS logren la simpatía,
apoyo y fuerza e involucramiento de sus integrantes y también de otros agentes. Máiz
sugiere que la elaboración del discurso desde las identidades étnicas recurre a dos
dimensiones: la construcción de oposiciones binarias (indígenas/criollos,
indígenas/mestizos, nosotros/ellos) y la construcción de una identidad genérica 147
147 El interaccionismo simbólico destaca la interacción entre los participantes en un movimiento como principal objeto de la investigación sobre los procesos de identidad (Johnston, et al ., 2001: 19).
288
in c lu siv a a p a r tir de id en tid ad es lo ca le s (M áiz , 2004: 162). A m b as líneas son exp lo radas
en este capítu lo .
E l m ateria l que sirve p ara d esa rro lla r este aná lis is son los desp leg ad o s de las
O M S, en trev istas con sus d irig en tes e in teg ran tes, p lá ticas in fo rm ales con p o b lad o res de
la co m u n id ad in d íg en a en la que se rea lizó la in v estig ac ió n (T acuro p ara la O N P y S an ta
C ruz C ondoy p ara SE R ) y sim p atizan tes de la O M S , ob serv ac ió n de ritu a les y even tos
cu ltura les. T am bién se to m an com o re fe ren c ia los re su ltad o s de u n a en cu esta p ilo to148ap licad a en las co m u n id ad es m en cio n ad as an terio rm ente .
V.1. La construcción de significados compartidos en la lucha indígena de ONP
E ste apartado está co n fo rm ad o de tres partes: la re lac ió n no so tro s-o tro s , los espacios de
m an ifestac ión id en tita ria y la p re sen c ia de m arcad o res de id en tid ad é tn ica u tilizad o s
para p resen ta r u n a id en tid ad g en é rica com o el ser purépecha.
V .1 .1 . L a f o r m a c i ó n d e l n o s o t r o s : o p o s i c i o n e s y s i m i l i t u d e s
C om o he argum en tado , la id en tid ad se co n stru y e p o r con traste , to ca ah o ra ana lizar
fren te a qu ién es con stru y en su ser los pu répechas. G im én ez (2002) a firm a que el lu g ar
de estu d io de la id en tid ad son las re lac iones sociales. L as re lac io n es que éstos
estab lecen sirven de g u ía p ara an a lizar su in te racc ió n con otros: re lac iones de
ex p lo tac ió n y d o m in io (in stitu c io n es de gob ierno , em p resario s agríco las, el E stado);
re lac iones de apoyo y a lian za (sim patizan tes, académ icos e inv estig ad o res, O N G ,
fu n d acio n es in te rnac ionales, co rrien tes de la ig le s ia ca tó lica ) y re lac io n es de ana log ía
(en tre iguales: in d íg en as y co m u n id ad es purépechas).
L os agen tes que han estab lec id o re lac io n es de ex p lo tac ió n y d o m in io con las
p o b lac io n es pu répechas, desde hace sig los, son los españo les y la es tru c tu ra colonial. El
p rincipa l agen te fren te al cual se fo rm a el “n o so tro s” será p rim ero el españo l, el crio llo
y fin a lm en te el m estizo . B onfil (1981) co n sid era que la d efin ic ió n de in d io p arte del
con traste con el no in d io y eso es lo que da sen tido al ser in d io (B onfil, 1981: 20). Sin
em bargo , co n sid ero que las re lac iones de an a lo g ía con agen tes que tien en p osic ión 148
148 Esta encuesta se reaüzó en una muestra al azar de 24 y 25 pobladores de cada comunidad, a pesar de que no es representativa, los resultados contribuyen al estudio aquí presentado.
289
similar también influyen en la formación de una imagen que incluya las variaciones
locales y regionales. La identidad que exploramos no se construye únicamente en
relación al no indio, también atraviesa otras relaciones (con grupos étnicos no
americanos y con indios del continente por ejemplo).
En 1521, Nuño de Guzmán inició la conquista de Michoacán sin que existiera
resistencia de los tarascos (Argueta, 2005).149 Castro recrea la fiesta de Pascua en
Pátzcuaro durante los primeros años de la colonia: “El gobernador, o alguno de los
viejos más respetados, recordaría solemnemente como se habían ofrecido
voluntariamente como vasallos del rey de España y abrazado sin coerción la verdadera
fe, y por estos méritos Hernán Cortés les había concedido su estandarte” (Castro, 2002:
204). Los tarascos no fueron conquistados, aceptaron participar en la misión
colonizadora, lo que significó la conservación de sus instituciones hasta el siglo XVII.
La formación de un “nosotros” hace referencia entonces a que no fueron
“conquistados”, y negociaron con las instituciones coloniales. Aunque durante el
proceso colonizador existió una clara intención de homogeneizar a todos los pobladores
de estos territorios bajo el rubro de “naturales, tributarios o indios”.
La forma de explotación durante esta época se hizo mediante el cobro de tributos
y el comercio, lo que permitió a los indígenas conservar sus tierras (Kraemer, 2003: 32).
Castro señala que la identidad colectiva en ese entonces parece circunscribirse a la
jurisdicción definida por la cabecera y sus pueblos sujetos, más que a una solidaridad
étnica inclusiva del conjunto de los indígenas (en Castillejas y Cervera, en prensa: 16).
Esto indica que la construcción de una identidad más incluyente es reciente y no se trata
de un ente invariable y que existe desde siempre.
Las leyes y las formas administrativas dispuestas por la Corona fueron acabando
con el espacio de autonomía que mantuvieron las repúblicas de naturales. Los tribunales
y los juzgados fueron uno de los principales campos de enfrentamiento, pero quizás el
más importante fue aquel del contacto cotidiano. Los siglos después de la Colonia
constituyen un continuum en la concepción del tarasco como un ser falto de
conocimiento y razón, y que requiere tutelaje.
La época de la Independencia trajo consigo la concepción de ciudadano. La
adopción de ésta provocaría la desaparición de “diferencias” (incluidas las instituciones
creadas para los indígenas) en el intento de crear ciudadanos iguales. Aunque este
149 Los purépechas también son conocidos como tarasco. Líneas adelante se esclarecerá esta diferenciación.
290
objetivo no se logró , los ta ra sco s co n tin u aro n en fren tán d o se a aquellas in stitu c io n es que
b u scab an dom inarlos, co m o fu ero n las hac iendas. L as d ife renc ias no d esp aerec iero n ni
tam p o co las re lac io n es de sub o rn in ac ió n que estas in stitu c io n es estab lec ían con las
p o b lac io n es ind ígenas. E n esta época, los ind ígenas estaban p ró x im o s a v iv ir u n a
situación m ás v u ln erab le al d esap arecer la tu te la y p ro tecc ió n que les o frec ía la C orona.
S ánchez D . (1997) a firm a que du ran te la m itad del sig lo X IX se d esa rro lló en
estas tie rras u n p ro ceso de d esa rticu lac ió n del p a trim o n io co lec tivo ind ígena; los h ilos
conduc to res de este fu e ro n fraudes, in justic ias, engaños y v io lenc ia . L as com un idades
re sp o n d ie ro n con re sis ten c ia p ac ífica y la d efen sa de sus tie rra s y fo rm as trad ic io n a les
de o rg an izac ió n m ed ian te la v ía ju ríd ica . A fin a les de este s ig lo se en fren taro n al
trazad o de v ía s del ferrocarril; en 1886 se in au g u ró la v ía M o re lia -P á tzcu aro ; en 1899 el
ram al fe rro v ia rio P á tzcu a ro -U ru ap an ; y p ara 1902 el de Y u récu aro -L o s R eyes
(C IE S A S , 2003). E n 1901, se creó la C o m p añ ía N acio n al de M aderas, p ro p ied ad de
in v ersio n is tas ex tran jeros. E n el sig lo X X , con el n ac im ien to del E stado , el a taque hac ia
las fo rm as de v id a de los in d íg en as en to d o el país aum entó .
E n la décad a de los tre in ta se co n stru y ó la ca rre te ra federa l M éx ico -M o re lia -
G uad a la ja ra y la estata l que u n e C arap an -C h erán -P arach o con U ruapan ; años después se
levan tó la ca rre te ra U ru ap an -M e lch o r O cam po (hoy L ázaro C árdenas). E n la actualidad ,
casi to d as las co m u n id ad es de la reg ió n p u rép ech a están u n id as p o r ca rre te ras y cuen tan
con cam inos que las conectan en tre sí. E s ta in fraestru c tu ra rep resen ta u n a am p lia red de
acceso y con tro l sobre los recu rso s de la región.
E n la d écad a de los cu a ren ta se fu n d ó la C o m isió n del T ep a lca tep ec y con el
P ro y ec to T arasco lleg aro n in v estig ad o res y es tu d io so s de o tras p artes del país y del
ex tran je ro .150 Y asu m u ra afirm a que los d iscu rso s in d ig en is ta s y los desa rro llista -
m o d ern izad o res n o rteam erican o s co n stitu y ero n u n a red d iscu rsiv a m ú ltip le que in ten tó
b o rra r la esp ec ific id ad cu ltu ra l de los ta ra sco s (Y asum ura, 2003: 654). D e ésta se deriva
la d in ám ica d esarro llad a en la en tid ad h asta la década de 1960. N o obstan te, es posib le
que d ichos estu d io s e in te rp re tac io n es apo rta ran e lem en to s (a fav o r o en con tra ) a la
con cep ció n que los p u rép ech as m an tien en de sí.
L a co n cen trac ió n de recu rso s en lo re feren te al d esa rro llo de la po lítica
ind igen ista , h izo su p o n er a A g u irre B e ltrán (1991) que, para m ed iad o s de la década de
los c incuen ta, los ta ra sco s co n stitu ían el g ru p o m ás acu ltu rad o y que p ro n to
150 Entre otros estaban Ralph Velas, Pedro Carrasco y Thomas McCorkle, George Foster, Gabriel Ospina, Robert West, Donald Brand, Pablo Vázquez Gallardo, entre otros (Lameiras, 1987).
291
151desaparecerían las diferencias que los separaban del resto de la población nacional.
Esta perspectiva limita la identidad a elementos visibles y materiales, y otorga poca
importancia a la autoadscripción y las estrategias que utilizan los agentes para presentar
u ocultar su identidad dependiendo del contexto y el interlocutor. Con todo y esto,
Aguirre se equivocó, esta población mantiene y reproducen sus diferencias (visibles y
no visibles).
El giro en la política indigenista hacia 1970, producto de las críticas de
antropólogos, contribuyó al desarrollo de una conciencia étnica. En esta línea, la
denominación de tarasco empezó a ser evitada por algunos pobladores de este grupo
etnolingüístico. El término tarasco tiene dos significados, uno se relaciona con la
supuesta adoración del dios Taras y se considera también la referencia a taresh o ídolo
de piedra como aquella formación prehispánica a las cuales se les rendía culto
(Castillejas y Cervera, en prensa: 11). El otro significado se asocia con el vocablo nahua
para nombrar suegro, yerno, aliado, y tiene connotaciones de parentesco.
El término purépecha hace referencia a “gente común”. Su generalización se
asocia a la posibilidad de la desaparición paulatina de la nobleza indígena tarasca al
tiempo del proceso de purepechización (Castillejas y Cervera, en prensa: 9). Esto se
relaciona con la desaparición de los linajes y la priorización de un término más general
que no marcaba o marca distinciones al interior del grupo étnico. El Diccionario de la
Lengua de Michoacán, escrito por Maturino Gilberti en el siglo XVI, señala que
purépecha es un término que significa gente, persona, gente común, el idioma que habla
la gente (Castillejas y Cervera, en prensa: 11). En la Relación de Cuitzeo aparece
purépecha al referir el nombre para ellos y su lengua; significaba “hombres de trabajo”,
y posiblemente se refería a la clase más baja de la sociedad o simplemente “gente”
(Warren, 1977: 8). Márquez considera que la acepción de purépecha se refiere también
a soldado o guerrero (en Castillejas y Cervera, en prensa: 11). Sin embargo, este
término no aparece en documentos de la colonia sino hasta finales del siglo XIX. De allí
que sea más adecuada la denominación de tarasco para referirse a la formación
prehispánica que los españoles encontraron al momento del contacto. Castillejas y 151
151 Escribe este autor a principios de la década de los cincuenta: “El intercambio comercial y la migración golondrina implican una frecuencia de contactos con individuos partícipes de culturas distintas a la del grupo propio. Estos fenómenos, con sus efectos secularizantes e individualizantes, influyeron sobre la sociedad tarasca, haciéndola permeable al cambio y elevando consecuentemente sus niveles de aculturación” (Aguirre, 1991: 130).
292
C ervera (en p ren sa) a firm an que la g ran m ay o ría de los estu d io s e tn o g rá fico s hasta 1940
m en cio n an el té rm in o ta ra sco com o el m ás co m ú n .
V ázq u ez (1992a) co n sid era el fen ó m en o de p u rep ech izac ió n com o u n p roceso
de re in d ian izac ió n de tip o p o lítico o rig inado con la d ign ificac ión del ser com u n ero .
P erso n a lm en te con sid ero que esta id en tificac ió n no fue tan g en era l, sino que se d io sólo
en c iertos casos. E n este sen tido , las p erso n as de m ay o r edad siguen au to n o m b rán d o se
ta ra sco s y su id io m a tam b ién es reco n o c id o com o ta l y el p u rép ech a , d en o m in ac ió n en
u so desde hace v e in te añ o s, aparece com o u n ser que se re iv in d ica co n tra el pasado de
co lo n izac ió n y ex p lo tac ió n ; y no n ecesariam en te com o cam p esin o co m u n ero . S in du ida
este cam bio de d en o m in ac ió n es rec ien te :
Que no nos llamen “tarascos” somos purépechas, que no nos llamen indios, sino indígenas, que no nos llamen grupo étnico sino pueblo purépecha, porque tenemos una serie de elementos que permiten que nos llamen pueblo [^] esto empezó allá en la lucha y se vino complementando con la invasión de tierras de parte de gente no indígena (Entrevista H. A., 2005).
L a gen e ra lizac ió n del u so del té rm in o p u rép ech a p ara re fe rir al g rupo y a la len g u a se
perc ibe tan to en los espacios de m o v ilizac ió n p o lítica com o en la v id a co tid ian a de los
in teg ran tes de la o rgan ización : “Y o m e sien to b ien de ser p u rép ech a” , “ Soy p u rép ech a
p o rque h ab lo p u rép ech a y ten g o co stu m b res” , “Y o g u sta ser p u rép ech a” . C astille jas y
C ervera (en p rensa) tam b ién ad v ierten el u so de este té rm in o en los espacios
acad ém ico s, lo que se pu ed e co m p ro b ar con la rev is ió n de p u b licac io n es rec ien tes en
re lac ión al tem a , y con la o rg an izac ió n de fo ros y en cu en tro s .152
L as h erram ien tas p ara m an ten e r el con tro l sobre la p o b lac ió n in d íg en a só lo se
d isfrazaro n . L a p ercep c ió n que tien en estas p o b lac io n es con re lac ió n a la estru c tu ra
estatal es la de m an ten e rlo s en u n a situación de m arg inación : “nos m an tien en com o el
sec to r m ás a trasad o en donde se o b serv an los m ás altos ín d ices de v io lac ió n a los
derechos h u m an o s, d esn u tric ió n , an a lfab e tism o , ca renc ias de obras y serv ic io s,
em ig rac ión y fa lta de em p leo ” (O N P, 2001a: 4). E sto p ro v o ca u n a reacc ió n h ac ia ese
“ o tro” que los d o m in a y subord ina.
152 Por ejemplo en las pubHcaciones Lengua y etnohistoriapurépecha. Homenaje a Benedict W arren (1997); Diccionario de l a lengua phor-hépecha (1978); Ser indio otra vez. L a purepechización de los tarascos secanos (1992); L a comunidad
purépecha es nuestr^a fuerza . E tnicidad, cultura y región en un movimiento indígena en M éxico (1999); Antropología social de l a regiónpurhépecha (1987) entre otros.
293
Los pobladores más activos y que participan en la movilización por el
reconocimiento de su pueblo alegan que la etiqueta de tarascos fue impuesta por los
españoles, y que en su lengua se nombran a sí mismos purépechas. Esta exposición de
identidad implica un proceso de autoidentificación y diferenciación constante. Nagel y
Snipp (1993) argumentan que la identidad es resultado de una dialéctica entre
identificación (voluntaria) y adscripción (forzada), en este caso la adscripción que
“otros” hacen del purépecha se está debilitando ante la identificación que éstos hacen de
sí mismos. Esto no indica que dicha adscripción desaparezca, sino que los rasgos
escogidos por los indígenas adquieren más importancia. Incluso adscripciones
—positivas” son recuperadas de agentes como académicos e investigadores para agregar
valor a la identidad purépecha.
La utilización de esta denominación, que finalmente implica una concepción del
ser, responde tanto a un contexto de emergencia indígena como a la formación de una
etnicidad específica. El purépecha se construye frente al mestizo a partir de capitales
reconocidos y valorados en el campo político. En este punto, Bourdieu (2001) anota que
el cambio en los principios de clasificación es un acto político Lo que a su vez cuestiona
el monopolio en los procesos de nominación.
Al tiempo que estos agentes se identifican, se diferencian de los agentes no
indígenas. Los purépechas utilizan el vocablo de T^-rhisi para referirse a los que no
hablan su lengua. Turhi significa negro. Castillejas y Cervera encontraron en algunos
testimonios la referencia a los que hablan el español como gente de alma negra
(Castillejas y Cervera, en prensa: 39). Este término marca contraste, y es una
contraparte a partir de la cual se define el “nosotros”.
Este tipo de diferencias, que va más allá del plano material o tangible, son
expuestas y posiblemente reconstruidas para crear oposición frente a los “otros”. Como
refiere Cardoso, el contenido de “oposición” de la identidad étnica tiene fines de
afirmación individual o grupal (Cardoso, 1992: 38). En este caso, la formación del
“nosotros purépechas” responde a la interacción con una cultura no indígena que se
caracteriza por menospreciar los conocimientos de aquellas. La vida en las
comunidades, las rutinas, interacciones y normas se enfrentan a mecanismos de control
externo. Esto contribuye a la visión de antagonista que la ONP mantiene con el Estado e
instituciones de gobierno. Ante este “otro” se presenta como fuerza en resistencia,
sobreviviente del procesos de colonización y etnocidio.
294
Como se expusó en el capítulo II el Estado mexicano ha sido activo en la
construcción de la etnicidad. Instituciones (como el INI) y mecanismos dirigidos por el
gobierno (formación de maestros bilingües y promotores culturales) han contribuido a
mantener y reconocer el valor de esta cultura. Por ejemplo, la existencia del Centro de
Estudios e Investigación de la Cultura Purhépecha de la Universidad Michoacana de
San Nicolás de Hidalgo constituye un símbolo en la legitimidad de esta cultura. Esto
muestra una relativa familiarización con el aparato gubernamental.
Aunque poco se observó la interacción entre las OMS y agentes como
empresarios agrícolas, en su concepción éstos pertenecen al grupo que tienen
intenciones de acabar con ellos. Para la ONP, los purépechas son los legítimos dueños
de sus territorios y con capacidad para luchar por su control: “Somos los legítimos
herederos y dueños de estas tierras” (Comunidades Indígenas de Michoacán, 1995:
166); “La lucha por nuestro territorio marca y simboliza nuestra identidad como
pueblos; por eso luchamos y nos resistimos a perder lo que históricamente nos
corresponde” (ONP, 2001a: 7). Los purépechas recurren al capital simbólico para
legitimar su lucha y posicionarse en el campo político. La defensa de sus tierras
caracteriza la forma de interacción de enfrentamiento y resistencia, ya que muchas de
las colindancias y límites de poblados purépechas son con mestizos. La forma en que se
es purhé frente a estos agentes es dramatizada para crear legitimidad, al grado que la
represión hacia éstos puede reforzar su identidad y activar relaciones de solidaridad. Un
ejemplo es la detención de los pescadores purépechas en Pátzcuaro en 1999 al oponerse
a la veda y retener a inspectores de la Procuraduría Federal para la Protección del Ambiente
(PROFEPA) como acto que iba en contra de sus prácicas, ya que se ignoró el
conocimiento que éstos tienen de su habitad. Dicha detención causó movilizaciones y
llamados de la sociedad civil hacia el gobierno para que rectificara su acción.
Las relaciones de apoyo y alianza con organizaciones independientes se han
establecido a través del apoyo a proyectos productivos. Frente a sectores como el
magisterio y los campesinos, como se anotó anteriormente, se presentan como clase
explotada que experimenta iguales condiciones de marginación.
Nuestras reivindicaciones de autonomía regional son parte de la liberación de las clases populares (ONP, 2004).
Nuestra demanda coincide con las del pueblo trabajador y tiene un fondo de clase y porque estamos seguros que también es una reivindicación democrática
295
y popular [_] Es primordial construir ya la liberación de los excluidos de nuestra patria (ONP, 2001b: 4).
Luchas en contra de un sistema que nos explota como campesinos pero que también nos explota por nuestra condición de indígenas (ONP, 2004).
Frente a organizaciones internacionales e independientes se presentan como culturas
con conocimientos ancestrales que es necesario preservar: “los conocimientos
profundos de los pueblos indígenas tendrán que ser y son un aporte muy grande, muy
importante para la conformación de esa nueva sociedad mexicana, diversa, plural,
respetuosa de las culturas” (Entrevista J. M., 2005). También mencionan la diferencia
entre su cultura y la forma capitalista de relacionarse con el mundo:
Los indígenas sólo utilizamos por ejemplo, la madera si necesitamos para cocinar esa es la que cortamos, pero llega gente de fuera y se lleva camionadas, y entonces hace negocio con esos recursos naturales que no son de ellos y que nosotros finalmente somos los que les damos la vida (Entrevista Y. M., 2005).
En una comunidad purépecha como Cherán, con tanta profundidad y persistencia, con tantos conocimientos profundos, se practica la medicina tradicional desde hace muchísimo tiempo; y como deformación nos dicen que somos brujos, pero creo hay un conocimiento profundo, valioso, grande en el pueblo (Entrevista J. M., 2005).
Nuestros mundos, la filosofía, la economía indígena ha sido en el marco de la armonía con la naturaleza. Tú sabes que no tiene por qué producir más la tierra de lo que debe de producir para el consumo [^] en la visión indígena, en cualquiera de los pueblos indígenas, la tierra no es para hacer negocio, la tierra es para que nos de alimento (Entrevista A. M., 2005).
En los desplegados públicos nombran y enaltecen los valores, los aportes y rasgos
positivos de su cultura. Este tipo de material está dirigido a los “otros”, a no indígenas:
“reivindicamos nuestro pasado histórico, orgullo de nuestros valores colectivos,
comunitarios, solidarios, humanos, conocedores y preservadores de la madre tierra y de
la naturaleza'” (ONP, s/fa. Cursiva en el original); “como Pueblo P urhépecha
construimos durante siglos una rica cultura en la que hemos aprendido y entendido que,
junto con la naturaleza, formamos un conjunto integral y armonioso [^ ] como pueblos
primeros forjamos una cultura que está basada en una manera de concebir el mundo con
base en la sabiduría de nuestros viejos” (Representantes y autoridades tradicionales,
2001: 46).
296
Los anteriores argumentos muestran la utilización de atributos que “otros” les
han impuesto a las poblaciones indígenas (por ejemplo, el ser ecologistas, poseedores
de conocimientos profundos, que son producto de una visión romántica). Esto indica un
manejo selectivo de rasgos y discursos frente a diversos agentes, lo que a su vez sugiere
la producción de un capital que es valorado en el campo político. La definición que
hacen de su grupo, en este caso de la nación purépecha, expresa y representa una forma
de ser o más específicamente una forma deseable de ser, a la que se aspira. En este
sentido, las expectativas permean las relaciones interétnicas y el cambio en las
identidades implica posibilidades de transformación en las posiciones dentro del campo
político. Aunque tambi’én hay que advertir que las identidades se modifican
gradualmente y suelen ser muy flexibles, son un constructo social.
En la mayoría de las entrevistas que realicé (como investigadora no indígena) a
los integrantes y líderes de la ONP y de otras organizaciones, éstos se autonombraron
indígenas y se refirieron a su población como purépechas: “somos distintos a lo mejor a
otros, y esa diferencia es porque somos indígenas, y pues tenemos un idioma, vivimos
de manera distinta a mucha gente, pero que no por eso dejamos de ser personas con las
mismas capacidades que los demás”. Algunos manifestaron la existencia de racismo y
experiencias de discriminación: “Siempre se ha tenido problemas del racismo, siempre
ha habido con las mujeres”; “En Zamora, en las tiendas, los indígenas no podían pasar,
al subir en los autobuses y el mercado eran malvistos, ahora menos, pero si hay
todavía”.
Otra de las denominaciones que utilizan para referirse al “otro” y que marca
relaciones jerárquicas, a diferencia de turish, es la de “gente de razón”. Esta
denominación es utilizada para referir a las personas con preparación y que muestran
superioridad en conocimientos:
Mi muchacho a la edad de trece años había salido aquí, y ni cuenta me daba, hace cuatro años llegó, pero ya ha cambiado el cuerpo, ya tenía de gente de razón, ya no hablaba en purépecha, en palabras nuestras lo que es de nosotros [^] Que se dice gente de razón, que vaya a la fregada, échelo allá en la calle que conozca su rumbo porque esa palabra no es de aquí (Entrevista F. M., 2005).
La denominación de “gente de razón” también puede ser referida a purépechas con
estudios. Esto sugiere que posiblemente se trate de procesos de aculturación en los que
se pierde el idioma, pero que no siempre denuncia oposición. Faltaría entonces
297
av erig u ar cóm o lo p erc ib en sus iguales. E n este caso, el p ad re rech aza este cam bio y
ex ige que el h ijo h ab le el p u rh é p ara co n sid erarlo parte de la fam ilia y del “n o so tro s” .
A lg u n o s en trev istad o s fuero n m ás críticos h ac ia su cu ltu ra y sus iguales. E s to se
re lac io n a con el tip o y p o sic ió n del agen te fren te al cual se expresaron , es dec ir, fren te a
m í com o in v estig ad o ra no ind ígena:
Sabemos nosotros que también hay muchas cosa que no son las adecuadas, costumbres o tradiciones que no son los convenientes o que, de acuerdo a esta época en la que vivimos, deben de cambiar. Entonces necesitamos cambiarlas nosotros porque también somos críticos y autocríticos (Entrevista Y. M., 2005).
Tan economicista, tan individualista se ha hecho el indígena porque tiene una educación de otro tipo [^] Generalmente los profesionistas, los que estuvieron en la escuela, en la prepa, en la licenciatura, los profesionistas y ni se digan los universitarios, son los más chingones que se sienten, pero rebotan de a feo en las comunidades, porque llegan con otro pensamiento (Entrevista A. M., 2005).
E ste tip o de com en ta rio s fuero n escasos en las en trev istas, pero rev e lan la in co rp o rac ió n
de v a lo res p o líticam en te correc tos, com o la “ au to crítica” , en los d iscu rso s de a lgunos
agentes. E l cap ita l social (co n o cim ien to s y ex p o sic ió n de dem andas y p ro y ec to s)
u tilizad o en estos d iscu rsos in d ica un co n o c im ien to del agen te fren te al que se
ex p resaro n (in v estig ad o ra no ind ígena). E n este sentido, B o u rd ieu an o ta que el traba jo
de re lac io n arse es p arte in teg ran te del cap ita l social, com o lo es tam b ién la d isposic ión
(adqu irida ) p a ra ap ro p ia rse y m an ten e r esa co m p eten c ia (B ourd ieu , 2000: 153).
L a re lac ió n con o tros g rupos e tn o lin g ü ís tico s se h a in crem en tad o desde el
lev an tam ien to zap a tis ta en 1994. A n tes e ra escasa y, dada la situación geográfica , h ab ía
po co con tac to con o tros g ru p o s que no fu e ran los m estizos. L os p rim ero s con tac tos de
las p o b lac io n es ta ra scas (de los que se tien e re feren c ia) fuero n con g ru p o s de
m exicas. E sto s p re ten d iero n som eterlo s y ocu rrie ro n n u m ero sas b a ta llas , pero los
ta ra sco s m an tu v ie ro n su independencia . T am b ién los g rupos de m atlaz in cas y o tom íes
de la fro n te ra o rien ta l rep e lie ro n cam p añ as m ilita res en te rrito rio ta ra sco (P erlste in ,
2004: 130).
L as re lac io n es con nahuas, m azah u as y o tom íes no serán co n sid erad as de
im p o rtan c ia h as ta años recien tes. C astille jas y C erv era (en p rensa) a firm an que en tre las 153
153 Warren expresa que en el tiempo de la conquista se había desarrollado entre tarascos y mexicas una tradición de “enemistad y beligerancia” (Warren, 1977: 15). Este autor afirma que los tarascos guardaron recelo y cierta desconfianza a su “enemigos tradicionales”, incluso durante la Conquista española cuando Moctezuma envió embajadores para pedir la ayuda del Catzoncin contra las fuerzas extranjeras.
298
áreas de co n cen trac ió n in d íg en a en la en tidad no ex iste in te racc ió n a través de
re lac iones de in te rcam b io ni tam p o co con tin u id ad espacial, que p o sib iliten h ab la r de
u n a reg ió n in te ré tn ica (C astille jas y C ervera , en prensa: 20). L o s v ín cu lo s ac tua les en tre
éstos responden , p rin c ip a lm en te , a la in te racc ió n que m an tien en con in stan c ias com o la
C D I, C u ltu ras P opu la res, la C oord in ac ió n In terin stitu c io n al p a ra la A ten c ió n de los
Ind ígenas. L a rea lizac ió n de foros, reu n io n es o p ro g ram as que co m p eten a los cuatro
g rupos h a m o tiv ad o re lac io n es en tre éstos. T am b ién se han d esarro llad o re lac io n es de
apoyo a p a rtir de la ig u a ld ad de p o sic ió n fren te a los m estizos, asu m ién d o se com o los
exp lo tad o s y ag red id o s en su cu ltu ra y fo rm as de v ida. E ste con tac to les h a ayudado a
ree lab o ra r su id en tid ad h ac ién d o lo s d iferen tes, pero con p ro b lem as sim ilares. P o r
ejem plo , los in teg ran tes de la O N P alegan fu e rtes re lac io n es con los n ahuas de la costa
de M ich o acán al aco m p añ arlo s en la lu ch a p o r tie rra s y p o r las m inas de o ro (E n trev ista
N . C ., 2005).
L a re lac ió n con o tros g ru p o s e tn o lin g ü ís tico s y étn icos p ro v o ca la re flex ió n
acerca de asum irse “ in d íg en a” com o u n a ca teg o ría que los abarque a todos. U n a p arte
considerab le de los en trev istad o s alegó d iferen c ias en tre llam arse in d íg en as (com o algo
m ás g eneral) y p u rép ech as (co m o algo m ás particu lar):
“Indígena es la matriz”
“Yo me refiero a los indígenas cuando estoy haciendo una referencia en términos generales, pero con esto quiero decir que antes de la llegada de Cristóbal Colón, cuando se dio el llamado descubrimiento de nuestros pueblos, de nuestras naciones y civilizaciones siempre han tenido sus nombres propios con los cuales se denominan, en el caso de nosotros purépechas, más no tarascos”
O tro en trev istad o a rg u m en tó que p rim ero son in d íg en as y después se fijan en el
color, que es el m o m en to de ap ro v ech a r la co y u n tu ra nac iona l con la ap aric ió n de
E Z L N (E n trev ista H . A ., 2005). E sto s tes tim o n io s co n tra stan con las re sp u estas que se
ob tu v iero n en la en cu esta p ilo to h ech a en la co m u n id ad de in v estig ac ió n (T acuro ,
M u n ic ip io de C hilchota).
299
Cuadro 1. Preferencia al autonombrarse y razones de éstaCómo prefiere que le digan Razones
Número de respuestas
Indígena 0
Purépecha 19 Porque somos purépechas; hablamos purépecha; somos de esa naturaleza; me gusta; no se oye tan mal como el de indígena; no somos indios sino purépechas
Ninguno de los dos
1 Se escucha mal indígena y purépecha más o menos
Cualquiera de los dos (indígena o purépecha)
4 Es lo mismo, somos indígenas.
TOTAL 24
E n tre los pob lad o res h ay rece lo en n o m b rarse ind ígena , aunque a lgunos co n sid eran que
es igual. E n el n ivel co m u n ita rio ex iste p re fe ren c ia p o r au to d en o m in arse p u rép ech a y a
que m arca d ife ren c ias con la p o sic ió n de ind ígena, que en este caso se le asem eja a la de
in d io y que h a s ign ificado d esv e n ta ja s .154 E n cam bio , en el cam po p o lítico la
den o m in ac ió n de p u rép ech a pu ed e ser an á lo g a a la de ind ígena, y a que esta ú ltim a abre
espacios p ara el d iá lo g o y la negoc iación , y co lo ca en u n a m e jo r p o sic ió n a los ag en tes:
“ som os ind ígenas, p ero som os in d íg en as p u rép ech as” . E s to secunda la a firm a de B onfil
(1981) cuando arg u m en ta que u n a id en tid ad in d ia no en tra n ecesariam en te en
con trad icc ió n con la id en tid ad é tn ica (pu rép ech a) p o rq u e se tra ta de dos n iv e les de
id en tificac ió n d iferen tes, pero im b ricad o s u n o en el o tro (B onfil, 1981: 20-21).
L a p re fe ren c ia en au to n o m b ra rse in d íg en a o p u rép ech a se re lac io n a con la
percep c ió n de b en e fic io s o p erju ic io s que im p lica esto. E n la encuesta , el m ay o r
p o rcen ta je de re sp u estas afirm aro n que el n o m b rarse p u rép ech a h a p ro v o cad o algún
in co n v en ien te o d ificu ltad ; y o tra p arte co n sid erab le afirm o que no le p asa nada. S o lo
dos en cu estad o s afirm aro n que esta d en o m in ac ió n les h a ayudado. L os a rgum en tos que
p ro p o rc io n aro n para ex p o n er en qué sen tido los h a ayudado son que se com un ican
cuando se en cu en tra con o tro p u rép ech a y que tien e m ás fac ilid ad de h ab la r dos
id iom as. E n cam bio , a legaron que el n o m b rarse así los h a p e rju d icad o porque: se sien te
feo, se sien te m al cu an d o le d icen que no en tien d e ; les am enazan sus a rte san ías; los
154 Bonfil alega que la categoría de indio tiene connotaciones raciales (y racistas) y culturales: “es un concepto total, que pretende definir con una sola palabra la lista interminable de inferioridades que se atribuyen a un pueblo o a un individuo frente a quien lo define como indio y que pretenden explicar (y justificar) no sólo su actual subordinación, sino también la imposibilidad de que tenga un futuro propio, distinto del que se le asigna dentro del proyecto colonizador (Bonfil, 1988: 125).
300
m altra tan , los v en feo; critican su id iom a; les d icen “m aría s” , en la ciudad; le d icen
“ esas son in d ias” ; les d icen “ in d io s que no h acen caso” , “ aquí andan los ind ios, aquí
v ien en las in d ias m aría s” ; en la c iu d ad le d ice su esp o so que no h ab le purépecha.
A n te la d en u n c ia del u so d esp ec tiv o de “ in d io ” y “m aría” p ara d irig irse a estos
agen tes (p rin c ip a lm en te en las ciudades), los en cu estad o s a leg aro n que “to d o s som os
ig u a les” “ en la te lev is ió n d icen que som os ig u a les” . E sto se re lac io n a con la percep c ió n
de ven ta ja s y d esv en ta jas de ser in d íg en a o p u rép ech a en tre los en cu estad o s:
Cuadro 3. Ventajas y desventajas de ser indígena o purépechaVentajas de ser indígena o purépecha(bueno de ser
purépecha)
Desventajas de ser indígena o purépecha (malo de ser
purépecha)Se hablan y entiendes diferentes idiomas (por lo menos purépecha y castellano)
No hay desventajas
Me siento orgulloso/orgullosa No saber algunas cosasSer originario de la naturaleza A veces no entendemos
H ay que m en c io n a r que lo s p u rép ech as son u n g rupo e tn o lin g ü ís tico con po rcen ta je alto
de b ilingü ism o , y que h a m an ten id o u n con tac to constan te con la sociedad m estiza. L a
re sp u esta que p arece m ás in te re san te es el o rgu llo que d icen sen tir los en cuestados en
ser p u rép ech a sin que eso im p liq u e n ecesariam en te u n a v en ta ja o m ejoría . L o que in d ica
u n con tex to fav o rab le para rep ro d u c ir y ex p resa r d icho orgullo . P a ra B a jo it u n a
id en tid ad co lec tiv a será m ás só lida y du rab le en tan to los m iem b ro s del g rupo están
(ex p líc ita o sec re tam en te ) m ás o rg u llo so s de d ichos rasgos (B ajo it, 2003: 137). A u n q u e
tam p o co hay que o lv id a r que las id en tid ad es co lec tivas cam b ian y auqnue pu ed an
p a rece r só lidas, si el co n tex to no es p ro p ic io y el in te rlo cu to r no la v a lo ra tien d en a
oscurecerse. E sto sig n ifica que el o rgu llo é tn ico tam b ién tien e u n lu g a r de expresión : el
cam po p o lítico de los m o v im ien to s ind ígenas.
T o d o s estos a rgum en tos rev e lan u n a cu ltu ra que tem p ran am en te in te rac tu ó con
u n “ o tro ” dom inan te , p ero que m an tien e o rec rea rasgos capaces de c rear u n “n o so tro s” .
E n las ú ltim as décadas estos rasgos se h an fo rta lec id o al ca lo r de u n a p o lítica de
reconocim ien to . L a C o lo n ia , las leyes libera les, el m o v im ien to revo luc ionario , las
p o líticas ind igen istas, la u rb an izac ió n y, en años recien tes, el cap ita lism o no han
lo g rad o acab ar con u n p ro ceso de re sis ten c ia y defensa. E sp ec íficam en te , la O N P da
m u estras claras de la rec ien te d ig n ificac ió n del se r p u rép ech a en el cam po p o lítico y sus
in teg ran tes p a recen co n sc ien tes del contex to . C o m o a rg u m en ta S tav en h ag en , en la
301
m ed id a en que las e tiq u e tas socia les y cu ltu ra les im p lican u n esta tu s legal espec ífico y
la a tribuc ión de éste h a sido com ú n m en te u n a p re rro g a tiv a de los g o b ie rn o s, las
o rg an izac io n es in d íg en as que rec lam an el derecho de au to id en tificac ió n , tam b ién
cuestionan la au to ridad de los go b iern o s para im p o n er este esta tu s u n ila te ra lm en te
(S tavenhagen , 1997: 42).
L os in teg ran tes de la O N P perc ib en las d efic ien c ias que pu ed en acarrearles la
com ple ta in teg rac ió n a la cu ltu ra no ind ígena. S in em bargo , se ex p an d e u n a re feren c ia
cu ltura l cen tral, la del ind iv iduo . É s ta im p lica u n pe lig ro p ara los v a lo res co lec tiv o s que
perm ean a las co m u n id ad es ind ígenas. E sto tam b ién co lo ca a los ag en tes an te ten sio n es
id en tita rias y ex is ten c ia le s que p u ed en c rear co n flic to s con las id en tid ad es étn icas
cuando no se cum p len las asp irac io n es deseadas.
L a re lac ió n en tre ig u a les (p u rép ech as) se puede ap rec ia r en las o rg an izac io n es y
g rupos ac tivos (o tras O M S ) y en las com un idades. L a re lac ió n en tre la O N P y N P Z es
de co in c id en cia en la lucha, aunque no en los m éto d o s y estra teg ias. P o cas v eces han
ac tuado ju n tas y en o casiones co m p iten p o r in teg ran tes y sim patizan tes, pero en
m o m en to s de a taque de no ind ígenas se unen.
E n el ám b ito co m u n ita rio y reg ional, las d iferencias son ex p u esta s y los
con flic to s in te rco m u n ita rio s (p rin c ip a lm en te p o r lím ites de tie rra s) adqu ieren
re levancia . T am b ién ex is ten re lac io n es je rá rq u icas y su b o rd in ac ió n en tre co m u n id ad es y
pu eb lo s ind ígenas. L a d iv is ió n de la reg ión p u rép ech a en cua tro sub reg iones (C añada,
C iénega, L ag o y S ierra o M ese ta ) in d ica c iertas ca rac te rís ticas p rop ias de cad a una, lo
que no im p id e que h ay a re lac io n es en tre sus p u eb lo s .155 L as v aried ad es en el v estido , las
fo rm as de ce leb ra r fies tas y rituales, la v a riac ió n d ialec ta l del pu répecha , la p rep arac ió n
de a lim en to s son a lgunos de los aspec tos que m ás u tilizan estos agen tes para m arcar
d iferencia.
E n la re lac ió n en tre ig u a les tam b ién ocurre la denuncia . U n en trev istad o afirm ó:
“hay h erm an o s que d icen 'y o soy p u rép ech a ah o r ita ' y v an a o tro lad o y yo no soy. E s
u n a m an era de asum irse com o p u rép ech a m uy co m ú n ” (E n trev ista J. M ., 2005). E sto
in d ica que los agen tes son co n sc ien tes del cam bio de ac titud y de id en tid ad al in te rio r
del g ru p o étn ico . E ste fen ó m en o no p asa d esap erc ib id o y p u ed e cau sar desprestig io . E n
con traste , a lgunos in teg ran tes de la O N P ex p u siero n el caso de agen tes que “no son
155 Los intercambios entre las subregiones son principalmente rituales (celebraciones compartidas; visitas de santos), sociales (matrimonios, a través de los cuales se establecen emparentamientos) y económicos (producción y trabajo); los últimos ocupan un lugar importante a manera de trueque o de compra-venta con dinero (Castillejas y Cervera, en prensa: 24).
302
in d íg en as” , p ero tien en in terés en la lu ch a de estas p o b lac io n es y pu ed en considerarse
cercanos a su defin ic ión :
Hay indígenas que no se consideran como tal y hay personas que no son indígenas y se consideran así. Hay personas que no lo son y son las que hacen más trabajo porque se logra, logra lo que quieren y otras que son al contrario, como que boicotean. Hay de todo, entonces no quiero ser exclusivista, es decir, hay que sumar no restar, y si son o no son no sé, finalmente, cada quien decide ¿no? (Entrevista Y. M., 2005).
Hay gente que es indígena porque por sus venas corre sangre, y hay gente que no es indígena, pero que ha tenido parte en todo este proyecto. Hay gente que dice ser indígena y no lo es, yo creo que la práctica es lo va a definir quién quiere trabajar a favor de los indígenas, porque si hay una gran diferenciación entre una persona que es indígena y una que no es indígena, pero hay gente que se acerca y dice “Pus es que yo quiero ser como ustedes”, se viste, incluso hasta desea aprender el purépecha y lo hace, pero no es indígena por los rasgos genotípicos que manifiesta [^] en la gente que no es indígena y que piensa como nosotros, yo creo que está bien, decimos que entonces puede ser que traiga manifiestos algunos caracteres indígenas por ahí, quizás en su árbol (Entrevista H. A., 2005).
E sto s tes tim o n io s p erm iten ap rec ia r el ca rác te r flex ib le de la id en tid ad é tn ica y su
u tilizac ió n en situaciones que pu ed en acarrea r benefic io s. E sto tam b ién cu es tio n a la
ex is ten c ia de fro n te ras inalterab les, de las que h ab la B arth (1976), en tre los g rupos
étn icos. L o an terio r no in d ica la d esap aric ió n de d iferencias, sino que la red efin ic ió n
constan te de las id en tid ad es al in te rio r y al ex te rio r del g ru p o é tn ico tam b ién resp o n d e a
m arcos de constreñ im ien to .
V .1 .2 . E s p a c io s d e e x p r e s i ó n i d e n t i t a r i a
L a id en tid ad é tn ica se rep ro d u ce a trav és de la in te racc ió n en tre la p resen tac ió n p ú b lica
que se hace de e lla (a trav és de sím bolos, m arcad o res de id en tid ad étn ica, d iscu rso s y
ritu a les) y la reap ro p iac ió n p o r parte de los ag en tes u n a v ez que la reco n o cen en las
m an ife stac io n es p ú b licas y en los d iscu rso s de líd eres e in te lec tua les. L as
o rg an izac io n es y los líd eres in d íg en as hacen un trab a jo de en lace en tre ésta y el s is tem a
de s ign ificados y rep resen tac io n es socia les en el que se fo rm aro n y socializaron .
B o u rd ieu seña la que es n ecesario to m ar en cu en ta el trab a jo sim b ó lico de fab ricac ió n y
rep resen tac ió n de los agen tes sociales para im p o n er “ su v is ió n del m u n d o o la v is ió n de
su p ro p ia p o sic ió n en este m undo , de su id en tid ad socia l” (2001: 61). E s ta a ju ste no
303
muestra necesariamente coherencia entre sí, pero los agentes logran percibirlo libre de
conflictos. El lugar que ocupan en el campo político (posición) se expone públicamente,
ya sea para reafirmarlo o para propiciar su cuestionamiento y contribuir a un cambio.
a) Espacios de dignificación indígena
La instauración de dos actos va a tener gran impacto en la formación de una identidad
purépecha: el Año Nuevo Purépecha y el Concurso de la Raza Purépecha en Zacán. En
estos actos se trata de crear unidad entre iguales (purépechas), y diferencia frente a los
otros (los mestizos que sólo participarán como espectadores). Aclaro que no es mi
objetivo analizar dichos actos, sino presentarlos como espacios para la exposición
identitaria. Retomo análisis ya elaborados sobre estas celebraciones y los complemento
con observaciones de campo.
Ambas celebraciones tienen como fin explícito la recuperación y reproducción
de la cultura purépecha. Asistí, por lo menos una vez, a cada uno de ellos. El Año
Nuevo Purépecha se realiza cada año, y fue ideado por el padre Agustín García Alcaraz
y algunos intelectuales purépechas en 1983. Se celebró por primera vez el 2 de febrero
en Tzintzuntzan, cuna del antiguo imperio tarasco. Sus principales impulsores son
purépechas con formación profesional (comúnmente profesores).
La celebración del Año Nuevo Purépecha rota entre las cuatro áreas en que se
divide la región y aunque el cargo se otorga a la comunidad, existe una pareja que es la
comisionada de coordinar la celebración y asumir la responsabilidad públicamente (se
convierten en cargueros). Los excargueros forman parte del consejo sobre el que recae
la decisión de nombrar la comunidad que celebrará el acto al siguiente año.156 157Esta
festividad implica una organización similar a la de una celebración religiosa, Roth
afirma que sus creadores han elaborado una “celebración que emplea una estructura o
pauta de organización local en una fiesta nacional” (Roth, 1993: 263).
Este acto dura un día y constantemente se hace referencia a símbolos
importantes de una imagen del ser purépecha: el idioma, la bandera, una piedra donde
se registran las comunidades anfitrionas, las danzas, la música (pirekuas), y la Relación
156 Roth afirma que existen también paralelos entre la selección de los cargueros de esta celebración y la selección de los santos de un pueblo. Los T'arepeti, o principales, son los pobladores que han pasado por el sistema de cargos religiosos y en los cambios de cargos, ellos determinan o aprueban a los nuevos cargueros. En este sentido, continúa el autor, los fundadores-promotores de esta celebración y todos los excargueros actúan en una manera semejante a los T 'arepeti de un pueblo (Roth, 1993: 254).157 “Si bien su origpn fue el de conciliar a las comunidades purépechas en conflicto, hoy día es un evento de difusión de los símbolos de su identidad y de enseñanza a los jóvenes” (Castillejas y Cervera, en prensa: 54).
304
de Michoacán. Ésta funciona como el elemento central en el discurso de la existencia
del pueblo purépecha. La bandera, que apareció por primera vez en la lucha de los
comuneros de Santa Fe de la Laguna, es un símbolo que se presenta en actos y eventos
escolares, deportivos, de protesta, cívicos, culturales y de lucha indígena. La ONP la
utiliza en sus folletos y en su página de internet: “las cuatro regiones son el territorio
que tenemos, es la cosmovisión que sustentamos, el puño significa la lucha y la unidad
del pueblo purépecha” (Entrevista H. A., 2005).
Encuentro de juegos tradicionales Zopoco, 2005
Reunión CNI-Centro Pacífico en Ocumicho, 2004
Esta bandera, dicen los agentes, simboliza la integración y fuerza de los purépechas:
“La bandera es un símbolo que hemos adoptado todos los purépechas, y que tiene
presencia en, sobre todo, el Año Nuevo Purépecha o Nuevo Ciclo Purépecha; ahí tiene
presencia plena entre otros símbolos que son más ceremoniales” (Entrevista J. M.,
2005). Los fundadores y excargueros construyen la imagen de un pueblo integrado
mediante la recreación de símbolos, tradiciones y formas organizativas propias. Como
refiere Roth, una pauta organizativa de gran arraigo local es empleada en la creación de
un acto extralocal de convivencia, donde el ritual es el idioma dominante de esta
celebración, la cual se orienta principalmente al fomento de una nueva unidad
purépecha (Roth, 1993: 256-7).
En este acto se movilizan diferentes capitales y especialmente el capital étnico se
materializa en las manifestaciones artísticas que se presentan. Durante esta celebración
valores como el respeto, el compañerismo y la hermandad son presentados como
constitutivos del ser purépecha. Podría decirse que se ha creado un nicho exclusivo para
la recreación de esta cultura en su forma más “pura”, o así es como lo quieren hacer
parecer sus organizadores. Este es el espacio de la autoidentificación cultural.
305
El Concurso Artístico de la Raza Purépecha es promovido por un grupo de
purépechas profesionistas de Zacán y la particularidad del caso es que la mayoría de
éstos radican en ciudades de la entidad (Uruapan, Morelia) y en el DF. Se realiza año
con año desde 1982 en el día de la fiesta del barrio de San Lucas (en el mes de octubre)
y tiene como fin difundir las danzas y música (pirekuas) purépechas mediante la
realización de concursos. La organización del acto se hace por comisiones con
responsabilidades en sus lugares de residencia y acuden purépechas de toda la región a
participar. También se expone símbolos constitutivos no son sacralizados del ser
purépecha, como la bandera, y se coloca a la tradición como el centro de la integración
del pueblo.
Rendición de homenaje a la bandera purépecha en el Concurso Artístico de la Raza Purépecha, Zacán, 2005.
Para este acto se tiene el apoyo de instituciones culturales de gobierno y es común que
los jurados sean artistas purépechas reconocidos o delegados de gobierno. El Concurso
Artístico de la Raza se vuelve un espacio de deleite y basta con el gusto por la música y
la danza para disfrutarlo. En contraste, el Año Nuevo Purépecha demarcan espacios de
especialización y exclusividad (el Consejo), lo que posiblemente siga reproduciendo
una sociedad jerárquica en la que el conocimiento es sólo de unos cuantos. Para
entenderlo se requiere de un conocimiento, por lo menos básico, de la historia y la
mitología purépecha.
Castillejas et al. (2003) anotan algunas características del Año Nuevo, pero bien
pueden aplicarse a ambos actos: toman la forma de festival (presentación de grupos de
danzantes), asisten pirériicha (cantantes de diverso tipo de composiciones
específicamente purépechas) y se declama poesía, e integran elementos de las fiestas
comunitarias (preparación de la comida). En ambos actos se revaloran las costumbres y
se expresa el ser purépecha en términos positivos. La indumentaria, el idioma, la comida
y símbolos como la bandera purépecha son utilizados para crear unidad entre iguales y
diferencia frente a los mestizos en un ambiente de cordialidad y hospitalidad.
306
R o th afirm a que en tre los p ro fesio n is tas que p rom ueven , p o r lo m en o s el A ñ o
N uevo , hay u n esfuerzo com ún p ara o rien ta r “ la recep c ió n de la au d ien c ia p 'u rh é p e c h a
hac ia los tem as de hosp ita lid ad , d isc ip lin a y o rgu llo é tn ico ” , y que h acen h in cap ié en
co n c ien tiza r a la p o b lac ió n local resp ec to a su h eren c ia étn ica , es decir, p ro p ic ia r un
p ro ceso general de rev ita lizac ió n (R oth , 1993: 260). C on b ase en estos an á lis is se puede
a firm ar que estos ac tos han p ro v o cad o u n a v a lo rac ió n de la cu ltu ra in d íg en a en un
con tex to fav o rab le a la em erg en c ia ind ígena. E s to tam b ién h a rep ercu tid o en la
ad opc ión de rasgos, de la cu ltu ra pu répecha , p a ra de linear ca rac te rís ticas en la id en tid ad
m ichoacana, lo que no ocu rre con los o tros g ru p o s o rig in ario s de la en tid ad (nahuas,
m azahuas, o tom íes).
A u n q u e tam b ién cab ría la adv e rten c ia de que estos ac tos tra tan de p resen ta r u n a
cu ltu ra “ in a lte rab le” que está po co co n tam in ad a con el ex terior. Y la ritu a lid ad de su
p rác tica las p u ed e v o lv e r po co accesib les y h as ta a le jad a del com ún de los ind ígenas.
b) El ámbito comunitario
L a id en tid ad é tn ica tien e sus anc la jes en la v id a com un ita ria , de a llí se re to m an p rácticas
y h ab itu s que dan sen tido a los sím bo los y d iscu rso s que la conform an . A dem ás, los
sen tim ien tos de p erten en c ia re fu erzan los lazos con el te rr ito rio y la im ag en de un idad .
A la p reg u n ta de “ qué soy” co m ú n m en te se re sp o n d e con el “ soy de” . B arto lo m é
(1996a) a firm a que ex iste u n a id en tid ad resid en cia l que re sp o n d ería a la p reg u n ta “ de
dónde soy” . E s p o sib le que estas dos cu estio n es se co n fu n d an p o rq u e la id en tid ad é tn ica
ap e la a re fe ren tes co m u n ita rio s; y los sen tim ien to s de p erten en c ia que o rig ina
co rresp o n d en a u n co n g lo m erad o que in c lu y e a las co m u n id ad es de o rigen (tam bién
llam ad a filiac ió n com unitaria). L a id en tificac ió n con la co m u n id ad de o rigen fu e u n a
constan te en las en trev istas. A lg u n o s agen tes resp o n d ie ro n a la p reg u n ta de “ qu ién es
[nom bre]” h ac ien d o re fe ren c ia a ésta:
[Nombre] es una persona nacida en una comunidad, en una comunidad purépecha, Cherán.
Una persona de la comunidad y ya.
Soy purépecha de Ichán.
Soy originario de Tiríndaro, obviamente Tiríndaro está dentro de lo que es la nación, por lo tanto somos mexicanos, sin desconocer que somos distintos, a lo mejor a otros y esa diferencia es porque somos indígenas.
307
E n estas re sp u estas se recu rrió a la filiac ió n co m u n ita ria p a ra ex p resa r su iden tidad . E n
el ú ltim o tes tim o n io se ap rec ia cóm o las id en tid ad es p u ed en so b rep o n erse sin c rear
conflic tos. E ste in fo rm an te m arcó d ife ren c ias con resp ec to a la p o b lac ió n n o in d íg en a y
a la v ez se in c lu y e com o m ex ican o p ara g o za r de los m ism o s derechos y oportun idades.
E n el ám b ito co m u n ita rio la p resen tac ió n de ser p u rh ép ech a no es n ecesaria ,
en tre ig u a les el h ab itu s se m im etiza y las d ife ren c ias perso n ales adqu ieren im portancia .
E n las com un idades la id en tid ad se re lac io n a estrech am en te con la m em b resía
(cu m p lim ien to de faen as, ocu p ació n de cargos en el s is tem a p o lítico , cu m p lim ien to de
cargos en las fiestas, en tre o tros) y con el con ju n to m ítico -h istó rico que poseen . E stas
p rácticas, que tam b ién p u ed e co n sid erarse com o hab itus, son la m ate ria p rim a en la
co n stru cc ió n iden tita ria . A u n q u e no es es tric tam en te n ecesario p re sen ta r u n a id en tid ad
é tn ica al in te rio r de éstas.
L os lazos a fec tivos que reg u lan las re lac io n es sociales, y a p a rtir de las cua les se
fo rm an redes, tam b ién con trib u y en a a rticu la r u n a im agen del “n o so tro s” . R e lac io n es de
herm andad , paren tesco , am istad son u tilizad as p o r los in teg ran tes de la O N P para
rep ro d u cir redes de so lidaridad e in fo rm ación . E s te tip o de cap ita l (soc ia l) au m en ta en el
ám b ito com un itario , pero se v u e lv e d ifícil m an ten erlo com o tal en el cam po po lítico , ya
que su e ficac ia se m id e en té rm in o s de la co n secu sió n de o tros cap ita les v a lo rad o s en
éste.
D ie tz (1999) enunc ia que p ara en ten d e r la reg ión p u rép ech a son m ás im portan tes
las lo ca lid ad es que los m un icip ios, y a que aquellas su sten tan el p ro y ec to de N ació n
P urépecha. D u ran te el trab a jo de cam po se observó que las re lac io n es que se es tab lecen
en tre éstas son m ás fu e rtes que las que se dan en tre m u n ic ip io s ; y la id en tificac ió n de
los p u répechas con su espacio g eo g ráfico in v o lu cra sen tim ien tos de perten en c ia y
afin idad con el ám bito com unitario .
L a m em b resía se estab lece a p artir de la co m u n id ad agraria. E l n ac im ien to en
u n a com un idad in d íg en a se rea firm a cuando sus in teg ran tes se v u e lv en com u n ero s con
derechos y ob ligaciones. C om o se ilu s tró en el cap ítu lo II y III, la defen sa de la tie rra y
su p ro p ied ad com unal fu e ro n de tonan tes en la fo rm ació n de o rg an izac io n es ind ígenas
en M ichoacán , y la O N P m an tien e el te rr ito rio com o u n a de sus p rin c ip a le s dem andas.
E sto sug iere que aspec tos v ita le s para el d esa rro llo de la v id a co m u n ita ria son
re to m ad o s y ree lab o rad o s p o r las o rg an izac io n es p ara p resen ta rlo s en los d iscu rsos
iden tita rio s. E n este sen tido , la id ea de p ro p ied ad y leg itim id ad en la o cupación m ás
an tigua del te rr ito rio tam b ién o to rg a id en tid ad :
308
Nosotros ya estábamos aquí, tú eres el que nos estás invadiendo [^] que reconozcan ellos [mestizos] que somos los número uno nosotros, que somos la población original, el pueblo originario (Entrevista A. M.,2005).
Cuando de repente algún borracho me dice por allá, por Zamora, por allá lejos: “acá viene pues el indio”, me volteé y le dije “sí, aquí voy, aquí va el papá de ustedes”. Yo soy el papacito de ustedes, y estoy en mi propio territorio no estoy en el ajeno (Entrevista F. M., 2005).
Somos descendientes de los habitantes originarios del continente antes de la invasión europea (ONP, 2001a: 3).
E stas a firm acio n es in d ican la ex is ten c ia de u n a co n c ien c ia de p erten en cia , y respeto
h ac ia sus lugares de o rig en y lo que im p lica “h ab e r n ac id o aq u í” . E s to se pu ed e ana lizar
a la luz de aque llas co m u n id ad es que se au to n o m b ran p u rép ech as p o r v iv ir en este
te rrito rio aunque y a no h ab lan este id iom a. G uerrero y O sp in a (2003), en su estud io de
los c írcu los co n cén trico s de la iden tidad , ca rac te rizan a los c írcu los ex terio res com o
aq u e llo s en los que se en cu en tran las p o b lac io n es que fo rm an la b ase social po tencia l de
recu p erac ió n de id en tid ad es perd idas y ab a rca ría a aq u e llo s que v iv en en la c iu d ad o que
aún m an tien en rasgos ind ígenas. M u n ic ip io s com o N u ev o S an Ju an P aran g aricu tiro y
Z acapu , que reg is tran p ocos h ab lan tes de pu répecha , se asu m en com o ta le s y p artic ip an
en p ro ceso s de recu p erac ió n de u n a id en tid ad étnica. E sto tam b ién se re lac io n a con las
d em andas de a lgunos agen tes, en tre e llos la O N P, de c rea r nu ev o s m u n ic ip io s de
co m p o sic ió n ind ígena. E sta dem an d a co loca en el cen tro del debate qu iénes y b a jo qué
crite rio s son ind ígenas, y p o r tan to , tien en derecho de ex ig ir u n m u n ic ip io ind ígena.
N o hay que p erd er de v is ta que al in te rio r de las co m u n id ad es (en tre b arrio s y
fam ilias), los m u n ic ip io s (en tre co m u n id ad es y cabeceras m u n ic ip a les) y la reg ión
p u rép ech a ex isten d ife ren c ias p o r p o see r m ay o r p o d er ad q u is itiv o (cap ita les
económ icos), p o r la ce rcan ía a c iudades (m estizas) con m ay o r in fraestru c tu ra (cap ital
social), p o r m ás apego a las “trad ic io n es” (cap ital étn ico), p o r el goce de serv ic ios y
recursos, en tre otras. E s ta s d iferencias, frecu en tem en te , ocasio n an conflic tos. A dem ás
ex isten re lac io n es de d ispu ta en tre co m u n id ad es p o r el derecho y p o sesió n de tie rras y
recu rsos n a tu ra les (bosque o a flu en tes de agua), y en las décadas rec ien tes p o r la
s im patía y m ilitan c ia en p artid o s po líticos. E sto s fac to res frag m en tan y d ificu ltan la
con cep ció n de h erm an d ad e ig u a lita rism o que se p resen ta en el ser p u rép ech a , pero aún
así, an te agen tes ex ternos, las co m u n id ad es suelen reacc io n a r fo rm an d o u n fren te
com ún y estab lec ien d o re lac io n es de so lid arid ad : com bate a la ta la in m o d erad a
309
(com un idades de la m eseta), d efen sa an te la in v as ió n de tie rras p o r g an ad ero s m estizo s
(S an ta F e de la L ag u n a y O cu m ich o ), lib erac ió n de p escad o res encarcelados
(P átzcuaro).
V . 1 .3 . M a r c a d o r e s d e i d e n t i d a d é t n i c a
C o n el fin de d e tec ta r cuá les son los m arcad o res de id en tid ad señalados p o r agen tes se
sigu ieron dos v ías. U n a fu e a trav és de las en trev istas a los in teg ran tes y líderes de la
O N P , y la o tra fu e la ap licac ión de u n a en cu esta p ilo to en la co m u n id ad de
investigación .
E n la co m u n id ad de T acu ro rea licé la en cu esta en co m p añ ía de u n a n iñ a
p u rép ech a de la localidad . E lla m e ayudó cu an d o las perso n as no en ten d ían b ien el
caste llano o no lo sab ían hablar. M en c io n ó esto p o rque las respuestas o b ten idas son
re su ltad o de m i in teracción . L os en trev istad o s estaban fren te a u n a no p u rép ech a en su
espacio , el ám bito com un itario . P ara a lgunos las p reg u n tas fu e ro n d esconcertan tes, ya
que es p ro b ab le que no se las hu b ieran p lan tead o antes. E sto con trasta con el m anejo
que hace la O N P de m arcad o res de id en tid ad é tn ica p ara en g lo b arlo s en su derecho a la
cu ltura, el cual in c lu y e co n se rv ar sus fiestas, su in dum en taria , o fic ia liza r su lengua,
re sp e ta r su esp iritualidad , s is tem atizar y o fic ia liza r su d erech o y reco n o ce r su
co sm o v isió n (O N P, 2001a: 11).
L os rasgos m en cio n ad o s en la en cu esta com o aque llo s que los hace p u rép ech a
son:
Cuadro 4. Marcadores del ser purépecha
Qué los hace purépechasNúmero de respuestas
Lengua 21Costumbres 9Vestido 8Forma de vida 4Sangre 2Territorio 1Otro (estructura de la casa)
1
Historia 0TOTAL 46
310
L as re sp u estas reb asan el n ú m ero de encuestados, y a que a lg u n o s m en c io n a ro n m ás de
u n rasgo. E l que m ás re lac io n aro n con su ser p u rép ech a fu e el id iom a. E n cam bio , la
re fe ren c ia a su h isto ria , a u n p asad o g lo rio so , no se reg istró , aunque en las en trev istas
fue m encionado .
a) El idioma
El id io m a o “ la len g u a” (co m o ellos lo conocen) fue el m arcad o r de id en tid ad é tn ica al
que m ás se h izo a lu sió n tan to en las encuestas co m o en las en trev istas:
“Soy purhé porque lo hablo y me visto así”
“Ser purépecha es hablar purépecha y tener costumbres”
“Ser purépecha es histórico y también la lengua está presente”
L a O N P (2001a) reco n o ce en el p u rép ech a u n a es tra teg ia de p rese rv ac ió n cu ltura l, p o r
lo cual ex ige o fic ia lizarlo . L os aná lis is de este id io m a in d ican que no tien e paren tesco
lin g ü ís tico ce rcano con n in g u n a de las len g u as o rig inales que se h ab lan en el país o
m esoam ericanas. W arren (1997) co m en ta que está re lac io n ad o con len g u as andinas.
C on las reservas en cuan to al m an ejo de datos censales p ara la cu an tificac ió n de
p o b lac ió n ind ígena, este reg is tro pu d e darnos u n a id ea del co m p o rtam ien to de los
h ab lan tes del p u rép ech a en las ú ltim as décadas. C astille jas y C erv e ra (en p rensa)
condensan en el s igu ien te cuad ro el c rec im ien to de la p o b lac ió n h ab lan te de p u rép ech a
desde el año de 1930 al 2000.
Cuadro 5. Población hablante de lengua purépecha de 5 años y más en el periodo de1940 - 2000
Censo Población total en el estado de
Michoacán
Población en el estado de 5 años y más
Población de 5 años y más hablante de
lengua purhé
% hli en relación a la población
de 5 años y más en el estado
1940 1 182 003 1 008 026 62 141 6.2
1950 1 422 717 1 199 636 51 273 4.3
1960 1 851 876 1 544 017 58 299 3.8
1970 2 234 226 1 923 182 62 851 3.31980 2 898 824 2 459 455 113 299 4.6
1990 3 548 199 3 079 719 105 578 3.4
2000 3 985 667 3 479 357 109 361 3.4
(Modificado de Castillejas y Cervera, en prensa: 47; INEGI, 2005)
311
D ich as au to ras a firm an que, a p esa r de la v a riac ió n de c rite rio s p ara su cuan tificación ,
se ob serv a “u n a ten d en c ia a la b a ja que se hace m ás p a ten te al h acer la co rre lac ión
resp ec to a la p o b lac ió n de la en tid ad ” (C astille jas y C ervera , en prensa: 46). E l to tal
nac ional de los hab lan tes de este id io m a tam b ién reg is tró u n ritm o de c rec im ien to p o r
debajo de las cifras de c rec im ien to de la p o b lac ió n total.
E n el ám bito m un icipal esta d ism in u c ió n tam b ién es observab le. K e m p e r (1987)
encon tró que en 1940, d iec io ch o m u n ic ip io s reg is tra ro n u n a co n cen trac ió n s ign ifica tiva
de h ab lan tes del p u rép ech a (m ás de 1 000), y para 1970 sólo d iecisé is ten ían p o r lo
m en o s 500 h ab lan tes de éste. E n la ac tua lidad só lo q u ince reb asan los 500 h ab lan tes de
este id iom a, y en los o tros es m ín im o su reg istro . P ero , en los 113 m u n ic ip io s que
confo rm an M ich o acán se reg is tra ro n h ab lan tes del p u rép ech a en el año 2000 (IN E G I,
2005):
Cuadro 6. Municipios rurales de mayor concentración de hablantes de purépecha de 1940-2000
Población de 5 años y más HLI (purépecha)Municipio 1940 1970 1980 1990 2000
Coeneo 2 110 2 493 3059 3754 3 884Charapan 1 748 3 473 4376 4526 5243Cherán 2 511 4 092 6193 4817 4 968Chilchota 4 429 6 827 7100 11145 15 100Erongarícuaro 1 942 1 140 3186 2541 2 568Nahuatzen 2 852 2 770 4756 6577 8 585NuevoParangaricutiro
2 754* 477 690 552 462
Paracho 5 389 4 351 6373 9237 10 365Pátzcuaro 2 563 3 927 4910 4543 4 799Puruándiro 3 972 15 584 200 99Quiroga 4 037 4 559 6074 6420 7 123Los Reyes 4 285 3 497 5623 6864 8 610Tangamandapio 2 735 2 515 4302 6440 8 155Tangancícuaro 2 405 960 1483 969 843Tingambato 1 677 870 1252 959 955Tzintzuntzan 2 030 2 599 3278 2502 1 932Uruapan 1 313 5234 7943 10881 15 540Zacapú 2 334 1692 1862 1317 1 045
*Esta cifra (Fuentes: Kemper y
corresponde al ya desaparecido Parangaricutiro Adkins, 2004; INEGI, 1987; INEGI, 1991; INEGI, 2005)
312
L a d ism in u c ió n en h ab lan tes del p u rép ech a ocu rrió p rin c ip a lm en te en los m u n ic ip io s de
P uru án d iro , T angancícuaro , T in g am b ato y Z acapú . L os o tros p resen tan u n ligero
crecim ien to , y en re lac ió n con el crec im ien to estata l hay u n a d ife ren c ia p o r debajo . L os
m u n ic ip io s de m ay o r co n cen trac ió n (C h ilch o ta , N ahuatzen , P aracho , P átzcuaro ,
Q u iroga , L os R ey es) tam b ién p resen tan crecim ien to , lo q u e sugiere u n a lea ltad al
id iom a.
L a d ism in u c ió n de p u rép ech a se re lac io n a con la d iscrim in ac ió n de h ab lan tes de
id io m as p reh isp án ico y los estigm as creados a su a lrededor. T am b ién se reg is tra
aum en to del b ilingü ism o . N o obstan te , la fu e rte id en tificac ió n con su id io m a hace
suponer que ex iste co h esió n en to rn o a éste. L a fo rm ació n de u n a id ea de “n o so tro s” se
construye co n tin u am en te al h ab la r purépecha . E l u so del caste llano h a sido necesario
para co m erc ia r cu ltivos y p ro d u c to s h ac ia el ex terio r, y p ara acced e r a recu rso s e
in fo rm ac ió n y p o r lo q u e o bservé en cam po, los m o n o lin g ü es co rresp o n d en
p rin c ip a lm en te al sexo fem enino .
Cuadro 7. Población hablante de purépecha monolingüe y bilingüe en Michoacán 1970-2000
Censo Población de 5 años y más hablante de purépechaMonolingüe % Bilingüe % Total
1970 12 326 19.6 50 525 80.4 62 851
1980 19 164 16.9 85 595 83.1 113 299
1990 9 869 9.3 89 874 90.7 105 5782000 15 422 12.9 103 512 87.1 118 934
(Fuente: INEGI, 2005)
E x isten d ia lec tos que co rresp o n d en a las sub reg io n es (lacustre , cen tral y serrana), pero
hay in te lig ib ilid ad en tre éstos. T am bién se reg is tra la in co rp o rac ió n de p alab ras en
caste llano (y rec ien tem en te del in g lés) a su vocabu la rio . E n c ierto s m om en tos, los
h ab lan tes de este id io m a ex te rn a lizan sus d iferencias o p o r el co n tra rio afirm an que hay
en ten d im ien to :
De la lengua hay diferencias en cuanto a la pronunciación y hay diferencias en cuanto a la denominación para referirse a algo, pero eso no es obstáculo, son diferencias pero no es problema, porque viéndolo desde otro punto de vista ahí está la riqueza en el caso de la lengua, la riqueza de la lengua purépecha desarrollada por un pueblo (Entrevista J. M., 2005).
313
A p esa r de que este rasgo no es v o lu n ta rio sino que se crece en él, se conv ierte en
m arcad o r al ser ex p u esto fren te a no ind ígenas. P o r e jem plo , en ac tos donde se reúnen
p u rép ech as y m estizos, gen e ra lm en te se h ace u n p rim er saludo en la len g u a m aterna, es
decir, en purépecha . Su u so tam b ién es u n a es tra teg ia cuando se d iscu te fren te a
h isp an o h ab lan tes (de leg ad o s de go b iern o o de d ep en d en cias del E stad o ) y no desean
com un icarle su op in ió n h as ta h ab e r escu ch ad o y co n sen su ad o algún acuerdo , com o en
las asam bleas co m u n ales cuando están p resen tes fu n c io n a rio s de gob ierno ,
investigadores, a los “ o tro s” , a los no p u répechas. C astille jas y C erv era (en p rensa)
afirm an que a través de esta ex c lu sió n d e lim itan el g ru p o de in te rlo cu c ió n o en
situaciones en las que q u ieren d e jar p a ten te el d o m in io y la im p o rtan c ia de su lengua,
in ic ian h ab lan d o en ésta y co n c lu y en en españo l (C astille jas y C ervera, en prensa: 48).
E n los espac ios co tid ianos, com o son las co m u n id ad es y los m ercados
in te rco m u n ita rio s, el u so del p u rép ech a es general. E n espacios com o ofic inas de
gob ierno , el ayun tam ien to , las c iudades, etcétera , n ecesariam en te u tiliz a el caste llano
para co m u n icarse con no purépechas: “ cuando v ay am o s a es ta r en la D e leg ac ió n
A g ra ria ahí sí, m e hab las papá, cuando v ay am o s a esta r en el ju zg ad o , en el
departam en to , h áb lam e para que todos o igan lo que m e estás d iciendo , pero cuando
lleguem os a la U n ión , a llá no qu iero que m e hab les así p o rq u e a llá hay gen te
p u rép ech as” (E n trev ista F. M ., 2005). E ste tes tim o n io e jem p lifica el hech o de que la
dec isión de h ab la r en tal o cual id io m a 8 cuando se es b ilin g ü e) es lib re, p ero ex isten
co n streñ im ien to s que hacen o p ta r p o r u n o u otro. F ren te a o tros p u rép ech as es com ún
que p re fie ran ex p resarse en pu répecha , a p esa r de esta r en u n espacio u rbano ; u tilizan
u n rasgo que los iden tifica. E sto im p lica que los agen tes son in d iv id u o s que to m an
dec isiones y ca lcu lan los p o sib les b en e fic io s o costos.
U n a situación que salta a la v is ta es la g ran can tidad de in v ersió n que esta reg ión
h a rec ib id o en m ate ria de p ro y ecto s de in teg rac ió n a la cu ltu ra nac iona l y la
caste llan ización . E n los años tre in ta del sig lo X X , se creó la E stac ió n E x p erim en ta l de
In co rp o rac ió n del Ind io (SE P); se crearon los in te rn ad o s in d íg en as (el p rim ero en
P arach o en 1937); el P ro y ec to T arasco . L a ob lig a to ried ad de la educac ión b ás ica
aum en tó el p ro ceso de caste llan izac ió n y la ex is ten c ia de escuelas b ilin g ü es no im p lica
la in stru cc ió n de co n o c im ien to s en purépecha. E s frecu en te que sirva sólo de au x ilia r en
la enseñanza: “ lu eg o los llev an en el k in d er ¿p a ra qué?, para que se enseñen a h ab la r en
español y p ara que rech acen la p a lab ra p u rép ech a y y a son gen te de razó n ” (E n trev ista
F. M ., 2005).
314
A rg u e ta (2005) a firm a que a p a r tir de la décad a de los o ch en ta del s ig lo X X
in ic ió u n m o v im ien to de apoyo a este id io m a a trav és de la A cad em ia de la L en g u a
P u rép ech a y del C en tro de In v estig ac io n es de la C u ltu ra P 'u rh ép ech a de la U n iv ersid ad
M ich o acan a de S an N ico lás de H id a lg o . E l ob je tiv o fu e el es tab lec im ien to del
abeced ario p u rép ech a . E l C o leg io de M ich o acán tam b ién h a in cu rsio n ad o en el estud io
de este id io m a . L as in v estig ac io n es rea lizad as en cen tros acad ém ico s le d ev u e lv en su
v a lo r e im p o rtan c ia .
E ste rasg o es m ás tan g ib le que o tros y aunque p arezca in m u tab le no lo es, se
recrea en c iertas s itu ac io n es, ex iste u n u so cerem onial de él y se le inco rporan
e lem en tos ex ternos (b a rb arism o s). A d iferen c ia de lo que afirm an C astille ja s y C erv e ra
(en p ren sa), este rasgo fu e el m ás com ún y al que se le co n ced ió m ay o r im p o rtan c ia en
la d efin ic ión del ser p u rép ech a . S u co n serv ac ió n y aparen te in v ariac ió n lo han co locado
en u n lu g ar p ro m in en te que se leg itim a con la ex is ten c ia de do cu m en to s an tiguos,
to p o n im ia y u n u so ex ten d id o en la reg ió n . P o s ib lem en te , en épocas an terio res no ten ía
el peso de h o y , y e ra m ás b ien perc ib id o com o o b stácu lo p ara el d esa rro llo , pero
tam b ién su p reserv ac ió n y ev o lu c ió n pu ed e in d ica r lo con tra rio .
L a d isy u n tiv a en tre co n sid era r p u rép ech as o no a los que y a no h ab lan su id iom a,
pero que co n se rv an o tros rasgos (costum bres y p rác ticas) o se au to n o m b ran así aún no
h a sido estu d iad a . E s ta situación es co n flic tiv a cuando se o to rg an recu rso s a los
“ leg ítim o s in d íg en as” y ésto s recu rren al u so de su id io m a para defin irse com o tales.
b) La costumbre
E ste rasgo tien d e a ser p oco claro y en él se in c lu y en d iferen tes aspec tos que, de
acuerdo a las co n cep cio n es particu la res, p u ed e ab a rca r d esde los sis tem as re lig io so s de
fiesta hasta la fo rm a en que se to m an d ec isio n es en la asam b lea com unal. L a m en ció n a
la co stu m b re com o rasg o d is tin tiv o se ex p resó así:
“Me hace purépecha la costumbre, como me visto y hablo, como hacemos las fiestas”“Visto como purépecha y hago ollas, esa es la costumbre de acᔓLa costumbre es ser purépecha, también las fiestas y el idioma”“[Ser purépecha] es hablar y tener costumbres”
315
Estas afirmaciones muestran que más que tratarse de un rasgo específico, se trata de un
conjunto de éstos, y comúnmente se engloban con este nombre. Para Castilleja et al.
(2003) el término “el costumbre” condensa las elecciones y opciones que generan los
individuos y los grupos teniendo como referente el marco de normas y las relaciones
sociales en las que están inmersos (Castilleja et al., 2003: 21).
Franco analiza la Costumbre, diferente a las costumbres, en la defensa de las
tierra como una manera de “actuar obligatoria, practicada y aceptada por la generalidad
en forma espontánea” (Franco, 1997: 18). Para este autor, el Estado impone
coercitivamente a la ley y la Costumbre es una práctica espontánea.
Los purépechas entrevistados se identificaron con una serie de costumbres sin
que fuera necesario explicitarlas. Se refieren a una forma de vida, una forma de trabajo
y una forma de divertirse y vivir cotidianamente: “históricamente estamos dentro del
territorio, tenemos ciertas costumbres propias de los purépechas, entre ellos lo más
representativo que pudiera ser es lo del día de muertos” (Entrevista H. A., 2005). Lo
que es claro con estas afirmaciones es que para los purépechas entrevistados un rasgo
que puede diferenciarlos de los “otros”, sean estos mestizos u otros indígenas, es su
forma de convivir y comportarse. La costumbre implica prácticas que nos remiten a un
habitus comunitario que puede convertirse en capital étnico en el campo político de los
movimientos. Este proceso es motivado por organizaciones y líderes del movimiento.
c) Las fiestas
E ste rasgo fu e seña lado en la en cu esta y tam b ién p o r los en trev istados. E sto in d ica que
las fo rm as de d isfru te tam b ién definen su ser. C astille ja et al. (2003) reco n o cen en éstas
u n fac to r im p o rtan te en la d in ám ica y la co h esió n reg ional. E l c ic lo de fies tas en tre los
p u rép ech as es u n a fo rm a de in te racc ió n e in te rcam b io que p erm ite ren o v ar lazo s y
reu n ir a la po b lac ió n de d ife ren tes localidades. E ste c ic lo se apoya en u n a co m u n id ad de
creenc ias que tien en com o eje p rincipa l los san tos cató licos.
C ad a co m u n id ad tien e su san to p a tro n o y o tros san tos que fo rm an el p an teó n
re lig io so en las ig lesias. L a ce leb rac ió n del an iv ersario del san to pa tro n o se rea liza de
acuerdo a las n o rm as trad ic io n a les y m ed ian te és ta se m an tien e v igen te el s is tem a de
cargos. F ran co a firm a que los cargos re lig io so s son el ú ltim o v estig io de la o rgan izac ió n 158
158 El día de muertos entre la población del Lago de Pátzcuaro es nacionalmente conocido y hasta ha figurado como parte de la identidad michoacana. Esta práctica prehispánica aparece en la actualidad, no sin modificaciones, como definitoria del ser purépecha.
316
previa a la llegada de los españoles, y las funciones de servicio que desempeñaban los
oficiales de la antigua república de indios en el gobierno civil las han asumido los
“cargueros” de los santos (Franco, 2003: 560-1). Un entrevistado afirma que el cargo de
quehni (que tenía como función, antes de la llegada de los españoles, vigilar que en los
templos y construcciones ceremoniales no faltara el fuego al dios Curicaveri) ahora está
presente en la iglesia católica, y tiene como función que en los templos católicos no
haga falta el maíz, el fríjol, y los alimentos que son ofrecidos al cura (Entrevista J. M.,
2005). Estas visiones nos presentan una cultura estática que poco se relaciona con el
presente. A pesar de que las fiestas tienen un alto contenido de elementos y prácticas
españolas, los purépechas las consideran como algo propio y definitorio de su ser.
Incluso, las convierten en un capital étnico sacralizado.
En años recientes, la forma de realizar fiestas ha recibido críticas,
específicamente en lo que se refiere a los gastos que implican: “La gente dice que
gastamos en las bandas y que somos bien pendejos por gastar en eso, pero eso es para
convivir, nos visitamos y platicamos con los compadres” (Entrevista V. G., 2006). Los
testigos de Jehová, que ingresaron en estas comunidades desde hace casi tres décadas,
critican este “despilfarro” y se abstienen de participar en una de las actividades que
congrega a toda la comunidad. Un factor que ha influido en la transformación de las
festividades es la migración hacia EU. Kemper y Adkins (2004) citan que las fiestas de
los santos patronos son imitadas en los lugares de residencia de los emigrantes, y los
comisionados de las fiestas en las comunidades de origen incluyen hombres que
trabajan y viven en el extranjero.
A estas fiestas acuden personas de otras comunidades, lo que abre espacios de
convivencia intercomunitaria que podrían albergar esperanzas para el diálogo cuando
otros espacios se han agotado. En éstas se practican danzas (la danza de los Viejitos de
Úricho, las de carnaval, y las de Corpus) y música (pirekuas), que también funcionan
como elementos que propician sentimientos de pertenencia, pero también de
diferenciación (al interior y exterior del grupo etnolingüístico).
d) El vestido
Este marcador fue, principalmente, mencionado por las mujeres que respondieron la
encuesta. Es el más visible e indica diferencia tanto con no purépechas como entre
éstos. De acuerdo a la vestimenta es posible identificar de qué subregión son las
mujeres que la portan. Entre los entrevistados, la mayoría hombres, este marcador fue
317
poco citado o si lo hicieron fue alegando que es secundario: “la vestimenta que se usa
también es de nosotros, yo la veo como algo secundario, no esencial” (Entrevista J. M.,
2005). Esto último alerta sobre el hecho de que los purépechas también consideran
estos marcadores por importancia o mayor representatividad.
Mujeres de Tacuro esperando el desfile del 20 de noviembre (2005)
Plaza de Paracho durante acto artístico (2006)
Madre e hija alfareras, Tacuro (2005)
La vestimenta puede ocultarse o cambiarse en determinados espacios, pero también
mostrarse y enorgullecerse en momentos claves para la legitimación y en apoyo a otros
marcadores. Los actos oficiales, de protesta y de reivindicación étnica son los favoritos
para mostrar los atuendos tradicionales.159 Esto también sugiere que los marcadores
además de diferenciar, también legitiman la identidad (recurso escogido en el campo
político) y avalan demandas y protestas.
e) Formas de vida purépecha
Este marcador es bastante amplio y en él podrían inscribirse diferentes aspectos, aunque
hubo la aclaración de que se refería a la forma en que la comunidad se organiza y se
reparte las tareas.
Existen cargos tradicionales de carácter civil y religioso. Mencioné
brevemente los cargos religiosos, ahora me enfocó más en los cargos civiles. El número
de éstos varía según la comunidad; van de unos cuantos a veinte aproximadamente.
Existe el cargo de regidor y alcalde. El espacio de organización de éstos era, y en
algunas comunidades continúa siendo, la Guatápera (como en Santa Fe de la Lagunaj.
159 Castillejas y Cervera (en prensa) afirman que el uso peyorativo de uare (denominación para referir a la mujer purépecha vestida con su traje tradicional: enredo y huanengo) contrasta con situaciones en las que “el vestido de gala de la mujer purépecha es portado por mujeres mestizas de distintas edades en fiestas religiosas o en eventos oficiales para marcar un orgullo de origen” (en prensa: 41).
318
L a d iv isión de las co m u n id ad es en b arrio s co n tin ú a v igen te , y a p a rtir de éstos se
o rg an izan las ac tiv id ad es.
L os cargos de au to rid ad es o fic ia les se h an m ezc lad o con los civ iles, y en la
ac tua lidad tien en p eso sim ilar. E sto s cargos se e jercen p rin c ip a lm en te en el ám b ito
com un itario , ya q u e en el m un ic ipa l los p u répechas h an ten id o acceso escaso (sa lv o
C h ilch o ta y S an tiago T angam andap io ). D estacan , el je fe m un ic ipa l de tenencia , los
ju eces , el rep resen tan te de b ien es com unales, el conse jo de v ig ilan c ia y el ju e z del
reg is tro civ il, en tre o tros. L as au to ridades no rec ib en salario y a que se tra ta de “ d ar un
serv ic io” . M árq u ez afirm a que ser au to rid ad (c iv il, educativa, re lig iosa , com unal) se
co n sid era u n d esign io de D ios, p o r lo tan to , no es b ien v is to q u e a lgu ien so lic ite ser
au to ridad o se n ieg u e a o cu p ar u n cargo cuando la gen te se lo co n fía (M árquez, 2003:
572). A lgunos han llam ad o a este s is tem a “u so s y co stu m b res” y aunque este té rm in o
no es m u y com ún, las re feren c ias ex ternas (a p a r tir de la em erg en c ia in d íg en a) han
p ro v o cad o su ad opc ión p ara re fe rirse a su sis tem a de o rgan ización .
E n el ám bito re lig ioso , en a lgunas co m u n id ad es (p o r e jem plo en T acuro), ex iste
u n cab ildo co n fo rm ad o p o r aque llo s que ocu p aro n to d o s los cargos y se d esem p eñ aro n
com o cargueros del san to p a tro n o .160 E n el ám bito civ il no enco n tré re fe ren c ia d irec ta a
esta institución . A n terio rm en te , el d esem p eñ o de estas fu n c io n es co n fe ría p restig io
cuando eran d esem p eñ ad as ad ecu ad am en te y en fu n c ió n de la co lec tiv id ad (confo rm e a
la trad ic ió n y con el ritual que estab lece la costum bre). E n a lgunas com un idades, com o
en las de la C añada, el serv ic io aún es u n p ro d u c to r de p restig io (cap ital sim bólico).
B onfil (1981) ap u n ta que, a p esa r de la op resió n co lon ial la co n tin u id ad del m u ndo
p riv ad o y co tid ian o de los pu eb lo s in d ios p erm an ece o cuando m en o s están en la
m em o ria de los ancianos. E s to p u ed e ay u d ar a rev iv ir p arte de los e lem en tos que y a no
están p resen tes en las p rác ticas co tid ianas, p ero que son p resen tad o s com o d istin tiv o s de
su ser.
L a O N P co n sid era a los sistem as n o rm ativ o s p rop ios p arte de la au tonom ía:
“El p u eb lo p u rép ech a com o cu a lq u ie r o tro p u eb lo in d íg en a tien e derecho a la
au to n o m ía reg ional, con u n go b iern o p ro p io y con tran sfe ren c ias de facu ltad es para
e leg ir y o rg an iza r n u es tra v id a socia l; tam b ién a e je rcer au to rid ad y ju risd icc ió n sobre
n u estro te rr ito r io ” (O N P, 2001a: 10). T am b ién p ro p o n e que la ju s tic ia se apegue en el
160 En Tacuro encontré a un maestro de 80 años que forma parte del cabildo de la iglesia. Este individuo no es originario del lugar, pero fue el primer maestro que llegó y tiene más de 50 años en la comunidad, por tal motivo ha ocupado todos los cargos y posee tierras y solar en la demarcación de Tacuro.
319
ám bito in te rn o de los pu eb lo s a las n o rm as p rop ias que, afirm a, h an reg id o su
co n v iv en c ia du ran te sig los (O N P, 2001a: 12-13). L a defen sa de sus sis tem as es
re la tiv am en te recien te , qu izás fue a p a rtir del lev an tam ien to zap a tis ta cuando se
re flex io n ó acerca de los tras to rn o s que éstos experim en taban .
V ázq u ez (2003) a rg u m en ta que las in stitu c io n es p o líticas de g o b ie rn o in d íg en a
son los escenarios m o d ern o s p ara la es tru c tu rac ió n de u n a co m u n id ad im ag in aria cada
v ez m ás am p lia e in fluyen te , la del p u eb lo o N a c ió n P urépecha. É s ta se su sten ta en la
estru c tu rac ió n de u n a id en tid ad com unal co rp o ra tiv a local, la co m u n id ad ag raria
(V ázquez , 2003: 677-678). S in em bargo , la in flu en c ia de los p artid o s p o lítico s y el
ing reso de las in stitu c io n es del E stad o en estos escenarios deb ilitan las p rác ticas y
fo rm as de o rg an izac ió n com unitaria . L a O N P h a d e tec tado esta d eb ilid ad y suscribe
com o obstácu los al e je rc ic io de la au to n o m ía la ig n o ran c ia y ap a tía de la g en te en las
asam bleas; la fa lta de re sp e to a sus sistem as n o rm ativ o s y la n eg ac ió n de su cu ltura;
en tre o tros (V ic to riano , 1997: 14-15).
f) Sangre
E ste m arcad o r es m ás su b je tivo y pu ed e p arece r racista , pero los en cu estad o s y los
en trev istad o s lo re fie ren com o p arte de su ser:
Soy de raza indígena, legítimo de la sangre pura del estado de Michoacán, soy el dueño de la tierra de Michoacán, soy sangre pura por supuesto, me crecí aquí en el pueblo (Entrevista F. M., 2005).
La sangre de nuestros ancestros, la herencia genética que se manifiesta en los caracteres, dijéramos genotípicos y fenotípicos que no vemos, pero que están enraizados (Entrevista H. A., 2005).
Como organización hemos tratado de fortalecer nuestros lazos como hermanos, como hermanos de raza, de sangre, y tener esa fuerza para lograr conservar nuestras raíces, nuestra cultura, nuestro idioma, nuestra forma de pensar y de sentir (Entrevista Y. M., 2005).
E ste rasgo co rresp o n d e a “ alg o ” que está en el in te rio r del cuerpo h u m an o y se
m an ifies ta en los rasgos fís ico s y en el co lo r de p iel especia lm en te . E n ocasiones, se le
re lac io n ó con ca rac te rísticas de la personalidad :
Nuestra gente saca un recurso que es histórico, el recurso de la desconfianza. Las comunidades o los que somos, descendemos de esos pueblos, o pertenecemos a esa cultura tenemos mucho de desconfiados por cuestión histórica (Entrevista J. M., 2005).
320
Nosotros los indígenas tenemos esa característica de ser rencorosos, de ser egoístas, pillarnos una vez y ya no hay confianza (Entrevista A. M., 2005).
L os p u rép ech as se sien ten d iferen tes de los “ o tro s” m ás a llá de rasgos v isib les, se
perc ib en tam b ién con u n a fo rm a de co m p o rta rse en el m u ndo que in v o lu cra ac titudes y
vo lun tades.
C om o y a m encioné , h ay p erso n as que no son in d íg en as y que han con tribu ido
con el p ro y ecto de lu ch a in d íg en a y p u ed en ser con sid erad as p arte del “ n o so tro s” , lo que
in d ica que el “n o so tro s” no se co n stru y e de u n a v ez y p ara siem pre, sino que v a
cam biando.
g) Territorio
E ste m arcad o r está p resen te , p rin c ip a lm en te , en los desp leg ad o s de la O N P com o y a se
expuso . U n en cu estad o lo nom bró , pero h izo a lusión a su co m u n id ad de o r ig en .161
A lg u n o s en trev istad o s tam b ién hab laro n del te rr ito rio com o p arte co n stitu tiv a de su ser,
esp ec ia lm en te al m arcar su o rigen y a firm ar que p ro v ien en de estas tierras. T am bién
enunc ia ron la p ro p ied ad que sien ten p o r ser los p rim ero s en ocuparlas: “ S om os dueños
de aquí, del es tad o ” ; “E sto y en el m ism o lugar, en el m ism o territo rio , estoy en m i lu g ar
de ra íz p ro funda, que es éste, que es n u estro te rrito rio ” .
U n en trev istad o h izo a lu sió n a las áreas en las que se d iv ide la reg ió n purépecha.
L as reg io n es no son algo dado, sino que se v a co n stru y en d o con el m ism o
reco n o cim ien to de los agen tes y v a r ía de acuerdo a los in te reses que éstos persiguen .
Ya nos reconocemos más, antes decíamos “Los del Lago, los de la Ciénega, los de la Sierra” en un tono un poco despectivo. Ahora “los hermanos de Cherán, los hermanos del Lago, los hermanos de la Cañada, los hermanos de la Ciénega” Ahorita ya ha habido ese cambio y ya nos identificamos como de una sola familia, ya compartimos muchas cosas (Entrevista H. A., 2005).
E ste tes tim o n io sugiere que la id en tid ad pu répecha , com o u n a id en tid ad
sup racom unita ria , es recien te . A n te rio rm en te no se reco n o cían com o iguales, sino que
las d ife renc ias p rev a lec ían y ah o ra las ig n o ran p ara c rear herm andad .
161 CastiUeja et al . (2003) mencionan que la pertenencia a la comunidad y el origen son referencias frecuentes en el autoreconocimiento como purépechas cuando el idioma se ha perdido o sólo lo entienden y no lo hablan.
321
h) Historia
Este marcador no fue mencionado por los encuestados, y algunos entrevistados hicieron
una breve mención a un pasado glorioso y la revitalización del antiguo imperio.
Recordemos que líderes e intelectuales indígenas han utilizado la Relación de
Michoacán para autentificar y legitimar celebraciones, formas de convivencia y
corroborar la grandeza del imperio.
Un integrante y en los desplegados de la ONP se menciona la necesidad de
recuperar su memoria histórica: “tenemos que reconstruir la memoria histórica de
nuestro pueblo, sobre la base de recuperar el derecho a decidir nuestro destino” (ONP,
2001a: 5); “simplemente queremos conservarnos con aquello que hemos vivido”
(Entrevista Y. M., 2005). A pesar de que la confección continúa de la historia está
plagada de disputas, la recuperación de la memoria es necesaria para construir el futuro.
Los agentes sociales seleccionan elementos de ésta y los exponen y revalorizan en
discursos y actos de protesta.
Yasumura (2003) afirma que en su investigación acerca de la identidad
purépecha no hubo una glorificación del pasado prehispánico por parte de la gente
común, y que las narrativas registradas son de la comunidad, de la región, de historias
personales, de conflictos de tierras, de las grandes hazañas y de la actuación de Tata
Lázaro (Yasumura, 2003: 670). En años recientes la vida comunitaria amplia sus
fronteras y renegocia membresías. Las conexiones con el extranjero (a través de los
migrantes que residen en EU), la concesión de recursos de ONG internacionales, la
televisión por cable, la conexión a internet y el establecimiento de empresas agrícolas y
madereras permean toda la vida de estos agentes.
V.2. La construcción de significados compartidos en la lucha indígena de Servicios del Pueblo Mixe (SER)
La construcción y presentación de una identidad genérica como el ser mixe se analiza a
partir de la relación con el “otro”, los espacios donde se manifiesta dicha identidad y la
presentación que los agentes hacen de los rasgos que los definen como mixes.
V . 2 .1 L a f o r m a c i ó n d e l n o s o t r o s : o p o s i c i o n e s y s i m i l i t u d e s
322
L as re lac io n es que estab lecen los agen tes ayudan a d e lin ea r las fo rm as en cóm o se
construye y p re sen ta el ser m ix e . A n tes de la lleg ad a de los esp añ o les , los m ixes
in te rac tu ab an p rin c ip a lm en te con los zap o teco s y ch in an teco s. L as com u n id ad es del
n o rte co lindan con ch inan tecos y zap o teco s (d e V illa A lta ), y con com un idades
p o p o lu cas de V eracruz; las del sur tam b ién lim itan con zap o teco s (de M itla , T laco lu la ,
A lb arrad as y del D istrito de Y au tepec); al p o n ien te y al o rien te las co m u n id ad es m ixes
co lin d an con in d íg en as de este g rupo e tn o lin g ü ís tico (de los C ajonos y Y a lá lag en el
p rim er caso y del Is tm o de T eh u an tep ec p ara el segundo). L as re lac io n es con éstos
tien en fines co m erc ia les (con zap o teco s de V illa A lta y con a lgunos ch inan tecos),
re lig iosos, eco n ó m ico s (con zap o teco s del V alle), de in te rcam b io y p aren tesco (con
zap o teco s de Y au tep ec y del V a lle ) (C D I, 2006).
L a fo rm ació n de u n n o so tro s fren te a g rupos v ec in o s se rem o n ta a an tes de la
lleg ad a de los españo les, aunque la d en o m in ac ió n com o p u eb lo m ix e o ay u u k aún no
aparece. L a re lac ió n con los zap o teco s es qu izás la de m ay o r im portanc ia , y a que son
vec inos. A p esa r de que p o d ría a rgü irse que se tra ta de u n a re lac ión en tre sim ilares
(ind ígenas), los zap o teco s se h an ca rac te rizad o p o r estab lecer re lac io n es de
sub o rd in ac ió n y, en ocasiones, de d iscrim in ac ió n con sus vec inos. É sto s h an ex ten d id o
el p red o m in io de su cu ltu ra m ed ian te el es tab lec im ien to de re lac io n es com erciales.
B eals a firm a que aunque los zap o teco s h an v is itad o los p u eb lo s m ixes, com o
v en d ed o res y v ia jeros, son sospechosos y d esp rec iad o s (B eals, 1994a: 213). Y M artín ez
M . (2001) a rg u m en ta que los m ix es m an tien en u n a co m p eten cia sim b ó lica y m ateria l
fren te a los zap o teco s co m o signo de algún com plejo .
A p esa r de que el te rr ito rio m ixe, ano ta F o ste r (1994), fo rm a u n a u n id ad
co n tin u a que no a lberga enc laves de h ab lan tes de o tras len g u as in d íg en as y sus v ec in o s
m ás p ró x im o s son los zapo tecos, no se pu ed e co n c lu ir que lo m ix e es p ro p iam en te “u n a
fo rm a de ser y de id en tifica rse d ife ren c ia lm en te de lo zap o teco ” (N ahm an , 1994: 539).
C iertam en te , la in flu en c ia de este g ru p o es v isib le , pero hay que reco rd a r que “ lo
zap o teco ” tam p o co es algo hom ogéneo . L a v ec in d ad en tre p u eb lo s de d iferen tes g rupos
e tn o lin g ü ís tico s in d ica u n a re lac ió n de m u tu a in fluencia , in c lu so u n a adap tación
se lec tiva de p rá c tic a s .162 C om o afirm a B arth (1976), la co n tin u id ad del g ru p o étn ico
d epende de la co n se rv ac ió n de lím ites o fron teras, pero éstas son m ás p erm eab les de lo
162 Algunos ejemplos son: la vestimenta (entre la mujeres de la mixe baja y media se observa la incorporación del laborioso huípil bordado que usan las mujeres zapotecas); semejanzas en la música (en el caso de la Sierra) y las formas del goce festivo o la vocación comunal (Maldonado y Cortés, 1999); incorporación de cierta costumbre matrimonial zapoteca (laprenda) en las ceremonias mixes (Beals, 1994b) entre otras.
323
que se piensa y responden también a las condiciones sociales. Considero que un estudio
de las relaciones actuales entre ambos grupos merece más atención y tiempo, además el
análisis aquí expuesto toma como centro a SER y no a toda la población mixe en su
totalidad.
SER ha privilegiado las relaciones de solidaridad con organizaciones indígenas
de otros grupos étnicos y, como se mencionó, uno de sus propósitos es fortalecer el
movimiento indígena en la entidad. Mantiene comunicación y ha participado con
organizaciones de zapotecos en actos y foros de discusión. Durante el encuentro previo
a la llegada del subcomandante Marcos a Guelatao (2006), como parte del recorrido de
la Sexta Campaña, se observaron relaciones de solidaridad entre organizaciones
indígenas de la entidad. Los participantes e integrantes de éstas demandaron la unidad y
la creación de una organización regional (específicamente de la sierra norte). Se
percibieron como iguales, en una posición de subordinación, por lo cual resultaba
necesario “protestar en contra del mal gobierno como uno solo” (mixes, zapotecos,
etcétera).
A pesar de que en el ámbito comunitario la relación entre mixes y zapotecos es
de subordinación, se desdibuja en los discursos identitarios que tienden a poner el
acento en la oposición indígena versus mestizo. Sin embargo, la memoria de las injurias
puede ser usada para contruirse frente a ese otro que discrimina y subordina. La omisión
que hace SER de una de las principales interacciones interétnicas indica competencia
para manejar y producir capitales sociales (relaciones) en el campo político. En la
cotidianidad los vecinos zapotecos y mixes guardan recelos, pero entre las
organizaciones es diferente. SER tiene y produce capitales suficientes para liderear el
movimiento indígena en la entidad, por encima de organizaciones mixtecas y zapotecas.
En este caso, los capitales étnicos que producen las OMS son similares, pero aquella
que además poseea capitales simbólicos estará en mejor posición de negociar y aceder a
otros capitales.
El mixe también se ve y concibe a sí mismo diferente frente al español y después
mestizo. Santibáñez afirma que desde la llegada de los españoles en el territorio ayuuk
comenzó el desorden y la dispersión del grupo; considera que anteriormente “vivían
unidos en los pueblos como una sola familia” (1994: 163).163 Desde una óptica más
163 Este autor refiere que las causas del desorden se debieron a que algunos pueblos habían sido conquistados y dominados por los españoles (a través de la evangelización) y otros seguían luchando por defender su territorio (Santibáñez, 1994: 163-164).
324
o b je tiva esta afirm ació n es dudosa, y a que el au to r no p ro p o rc io n a p is tas que confirm en
esta suposición . E n cam bio , a lgunos estu d io so s (N ahm ad , M ald o n ad o ) cu estio n an la
ex is ten c ia de u n a id en tid ad del p u eb lo ayuuk , lo que p o sib lem en te in d ica que
an terio rm en te no se v e ían com o unidad .
B eals (1994a) a firm a que el con tac to en tre los m ix es y los esp añ o les se d io a
p artir de una cu ltu ra especia l de los fra iles dom in icos. Y que g rac ias a su re la tiv o
aislam ien to , con tin ú a el au tor, los m ix es lo g raro n in co rp o ra r asp ec to s de la cu ltu ra
n u ev a en u n a estru c tu ra p ara le la o con u n m ín im o de sin cre tism o (B eals, 1994a: 214).
E n cam bio , ex iste una am p lia gam a de estu d io s que re la tan , d esc rib en y an a lizan los
ritos “p ag an o s” en los que los m ix es m ezc lan o raciones y p leg arias d irig id as a la deidad
ca tó lico -c ris tian a .164
O rozco , u n h is to riad o r del sig lo X IX , p u b licó en 1880 sus co n o c im ien to s sobre
los m ixes. Su leg ad o nos rev e la cóm o los concebía:
Pueblo bárbaro, parece anterior a los zapoteca; en lo antiguo ocupó la tribu más amplio terreno, de parte del cual fue poseída, ya por los huave, ya por sus sempiternos enemigos los zapoteca. Cazadores valientes y atrevidos lidiaban contra las fieras de su montañoso país, de su naturaleza son arrogantes, altivos de condición y cuerpo, y todo lo dice el tono de su voz con que hablan siempre a gritos (Orozco, 1994: 135).
E stas co ncepciones in d ican el tip o de in te racc ió n que los agen tes es tab lecen en la
co tid ian idad . C om o se aprecia , los m ix es son p erc ib id o s com o b árbaros, y es posib le
que a lg u n o s estigm as fu e ran in te rio rizad o s p o r é s to s . U n tes tim o n io m ás rec ien te no
d ifiere m u ch o de estas concepciones. G o n zá lez R. (1 9 9 4 ) resca ta la v is ió n de los
m isio n e ro s en u n en cu en tro pasto ra l in d ig en is ta ce leb rad o en M atag a llin as , A y u tla de
M ix es en sep tiem bre de 1975:
El Mixe. Más que sensibles son susceptibles. Para ellos no existe el tiempo. Sus costumbres son ley. Ignoran su origen. Han sobrevivido gracias a su orgullo. Llegaron a la región sólo por defenderse. Buscan los cargos públicos, no tanto por servicio cuanto por prestigio personal y aprovechamiento del débil. Casi no hay tarados entre ellos; beben por cuestiones religiosas, para calentarse y debido a su raquítica alimentación. Son difíciles de entender. Son esclavos de los zapotecos, porque no son capaces de ser cooperativistas (González R., 1994: 295).
Véase la compilación que hace Nahmad (1994) y Torres (2004).
325
H asta años rec ien tes la Ig lesia ca tó lica segu ía co n c ib ien d o al in d íg en a m ix e com o u n ser
que necesitab a tu te la je y cuyas co stu m b res d eb ían d esap arece (una p o s tu ra sim ilar a la
que co n tin ú an ten ien d o las in stitu c io n es del E s tad o m ex ican o ). E s ta v is ió n se re fu erza
con el a is lam ien to que v iv ió la p o b lac ió n h as ta m ed iad o s del sig lo X X , p ro d u c to de lo
escab roso del te rren o y la escasez de recu rso s ex p lo tab les en la región. L o que tam b ién
ev itó la in tro m isió n de agen tes externos.
E sta v is ió n no se a lteró m u ch o con la en trad a de re lig io n es p ro testan te s a este
te rrito rio . A u n q u e H o o g sh ag en (1994a) a firm a que se p ro d u jero n a lgunos cam bios
cu ltu ra les (las ac tiv idades re lig io sas p asa ro n a ser resp o n sab ilid ad de las ig lesias
co rresp o n d ien tes en lu g a r de ser resp o n sab ilid ad de la co m u n id ad ; se defin ió la
separac ión en tre las ac tiv idades re lig io sas y las ac tiv id ad es c iv iles ; se ce leb raro n m enos
fiestas re lig io sas), los m isio n e ro s y re lig iosos con tin u aro n ca rac te rizán d o lo s p o r la
co n serv ac ió n de ritos, o raciones, ca len d ario s y co n o c im ien to s “p ag an o s” . E sto sign ifica
que los m ix es se han en fren tad o con la concepción , desde los fra iles ca tó lico s h as ta la
ac tua lidad , de sus p rác ticas com o fo rm as de id o la tría y pagan ism o . A lg u n as de éstas
co n tin ú an v ig e n te s .165 E s ta p reserv ac ió n sig n ifica u n a re sis ten c ia co n tin u a y u n a fo rm a
de d efin irse (co n sc ien te o no) a p esa r de la d esv a lo rizac ió n y ataques a sus p rácticas
rituales. D esd e hace dos décadas p árro co s p ro g resis tas en el Is tm o de T ehu an tep ec
(partida rio s de la teo lo g ía de la lib erac ió n ) han tra tad o de m o d ifica r la fo rm a de
con ceb ir y re lac io n arse con las p o b lac io n es ind ígenas, in c lu so han p a rtic ip ad o en la
fo rm ación de g ru p o s de p roducto res.
L as v is io n es p resen tad as aquí, de agen tes no in d íg en as con resp ec to a los m ixes,
pu ed en ay u d ar a id en tifica r e lem en tos que ap arecen en fo rm a de estigm as en las
co n stru cc io n es id en tita rias de estos agentes. L a d efin ic ión que g rupos o in d iv id u o s
h agan de o tros no im p lica la d efin ic ió n de id en tid ad es ; adem ás, los agen tes no acep tan
p ac íficam en te a tribu tos que v ien en de o tros ex ternos a su cultura. C o m o m en cio n é en el
cap ítu lo I, las id en tid ad es se co n stru y en en u n a d ia léc tica en tre id en tificac ió n y
adscripción .
E n esta g eo g ra fía los cam b io s que ocu rrie ro n com o p arte de la co lo n izac ió n y la
In d ep en d en c ia no se suced ie ron com o en o tras la titu d es; fu e h asta el m o v im ien to de la
R ev o lu c ió n m ex ican a que la v id a co tid ian a de este te rrito rio su frió tran sfo rm acio n es.
165 Por ejemplo, la práctica de los sacrificios de aves (pollos) para pedir a los dioses de la naturaleza (el trueno, por ejemplo) o a las deidades católicas en caso de enfermedades, para conocer si es propicio un viaje, para pedir buena cosecha, entre otros.
326
C on la en trada del IN I y sus p o líticas in teg rac io n is tas se d ifu n d ió u n a id ea de lo
“ in d íg en a” com o lo a trasado , y las p articu la rid ad es de la p o b lac ió n que id en tificaro n
com o tal (e sp ec ia lm en te a p a rtir del d o m in io de u n id io m a q u e no es el caste llan o ), en
este caso los m ix es , se consid eraro n o bstácu los p ara el p ro g reso . S e in ic ió en tonces la
construcc ión de u n n o so tro s a p a rtir de la co n trap o sic ió n a la p o b lac ió n m estiza que
h ab la caste llan o . E s to o rig inó la co n stru cc ió n p o lítica de u n n o so tro s con carac te rísticas
particu lares: el “ in d íg en a” .
E l p rim er C en tro C o o rd in ad o r In d íg en a del IN I, q u e se encargó de a ten d e r a la
po b lac ió n m ixe, se in sta ló en A y u tla en 1971; después s igu ieron los de San tiago
L ao llaga , San Ju an G uich icov i, y M aría L om bardo . A ños después se co n stru y e ro n los
albergues esco la res de San Ju an G uich icov i y San Ju an M azatlán . A fin a les de esta
década el te rr ito rio m ix e se co m u n icó con el ex terio r p o r dos ca rre te ras: u n a q u e v a de
A y u tla a O ax aca (al oeste del te rr ito rio M ix e) y o tra que a trav iesa la zo n a b a ja
(co m u n ica T eh u an tep ec con T u x tep ec y con salidas a V eracruz).
D o s in stitu c io n es tam b ién in cu rsio n an en la zona: la C o m isió n del P ap alo ap an
(que p restó serv ic ios en la s ierra p ara co n stru ir cam inos y p ro m o v ió técn icas de
co n serv ac ió n de suelos) y el In stitu to L in g ü ís tico de V eran o (que rea lizó lab o res de
in v estig ac ió n sobre la len g u a y la cu ltu ra m ixe; y o frec ió ay u d a m éd ica y
te cn o ló g ica )166 (L av iada, 1978: 187). A esto se sum ó el reaco m o d o de p ob lación
d esp lazad a en la m ix e baja , lo que la conv irtió en u n m o saico cu ltura l heterogéneo . E n
estas fechas tam b ién em p ezaro n a lleg ar in v estig ad o res y académ icos p ara es tu d iar esta
cultura.
L as ac tiv idades del IN I y la educac ión p ú b lica en ex pansión estaban p erm eadas
de la co ncepción del in d íg en a com o p erso n a sin educación , con co stu m b res obso letas,
sucios, ign o ran tes y pobres. L os p ro ceso s de acu ltu rac ión y caste llan izac ió n que
im p lica ro n las p o líticas in d ig en is ta s m o tivaron , sin p roponérselo , p ro ceso s de
en tógen isis. C om o en u n c ia G o n zález C. (2000), la in tro m isió n del E stad o m ex ican o ha
in flu id o en la co n stru cc ió n de la etn ic idad , en este caso, al p ro p ic ia r u n o rg u llo é tn ico
que se ex p resa en la re s is ten c ia y la lu ch a con tra la dom inación . L as o rg an izac io n es y
g rupos é tn icos se ap ro p ia ro n de p rác ticas y u n len g u a je que les h a ayudado a ex p o n er
su d ife ren c ia cu ltu ra l y p ro y ec ta r el d esa rro llo de su pueblo .
166 Algunos de los primeros estudios de los mixes son producto de las investigaciones realizadas por integrantes de este Instituto.
327
En los documentos de SER la denominación que utilizan para presentarse es la
de mixes (y ayuuk). Como se mostró en el capítulo IV, la organización y sus integrantes
recurren poco a la imagen de explotados y víctimas del Estado y gobierno. Hay que
recordar que la incidencia de las políticas y las instituciones de éste es reciente, por
tanto, la responsabilidad de superarse se centra en el desarrollo de medios propios. A
diferencia del caso purépecha, SER recurre menos a la victimización y se enfoca en la
resistencia histórica que han demostrado:
El pueblo mixe ha mantenido una actitud combativa frente a todo intento de privarle de su libertad y autonomía territorial y organizativa (ASAM, 2003:576).
En este siglo [XX] se dio continuidad a la tradición de resistencia y rebeldía que siempre caracterizó a los mixes desde antaño (SER, 2006)
Si en tiempos del poderío Mexica, los mixes se habían resistido a pagar tributo, o en tiempos de la colonia no habían aceptado el yugo español.Ahora los mixes estaban desafiando al poderío estatal [^ ] Firme en nuestras raíces y conscientes de que somos un pueblo que en el transcurso de su historia ha luchado por su vida y libertad (SER, 2006).
Esta particularidad es rescatada por las agrupaciones mixes para definir su identidad.
En las pláticas cotidianas en la comunidad de investigación esta referencia apareció
débilmente. Lo que sugiere que frente a agentes mestizos e instituciones de gobierno
que tratan de subordinarlos se presentan como luchadores y recurren a imágenes de
beligerancia como parte de su ser. Aunque, en la actualidad la lucha se realiza por la vía
pacífica de la negociación y la defensa legal.
Los mixes utilizan el término agats para nombrar a los forasteros y aquellos que
no hablan su idioma, indica oposición y no se usa para referirse a los zapotecos, sino a
los mestizos. El termino “mixe”, que es de origen náhuatl, es usado para autonombrarse
en idioma castellano; en cambio, en su idioma se definen como “ayuuk”. En numerosos
fragmentos de entrevistas se observa la utilización de este término para definirse. Ayuuk
ja'ay en su lengua quiere decir "gente del idioma florido"167 o “gente de la palabra
sagrada” (Maldonado y Cortés, 1999: 100). También existe la versión de que la palabra
mixe es una corrupción del vocablo mixy (varón-hombre), al que se le agregó el plural
"es" (Reyes, 1995: 5). En la actualidad se conservan los nombres de las comunidades en
167 La palabra ayuuk está compuesta de los siguientes morfemas: a = idioma, palabra;y u u k = montaña, florido; yya 'a y = gente, muchedumbre (Reyes e Isidro, 2005).
328
id io m a ay u u k -p a ra le la m e n te a la d en o m in ac ió n n á h u a tl- y son u sad o s
m ay o rita riam en te p o r sus pob ladores, salvo cu an d o se ex p resan con m estizos.
A g en tes com o em p resario s casi no se p resen tan en esta reg ión . E n cam bio , los
llam ad o s “ co y o tes” (co m p rad o res de ca fé a p rec io s m u y b a jo s) son am p liam en te
conocidos. E sto s agen tes son rep resen tan tes o trab a jan p ara los em p resario s y pueden
ser ind ígenas (m ix es o zap o teco s) o m estizo s q u e conocen la zo n a y se han
fam ilia rizad o con esta cu ltura. E ste agen te estab lece re lac io n es de sub o rd in ac ió n y
ex p lo tac ió n con los m ixes, an te él la id en tid ad q u e p resen tan es la de cam pesinos. E sto
no im p lica n eg ació n d e la id en tid ad m ixe, sino u n m an ejo estra tég ico de la
m u ltip lic id ad id en tita ria q u e to d o s poseeem os. L a ex p lo tac ió n q u e su frie ron los ayuuk
an te estos ag en tes o b ligó a q u e se o rg an izaran en g ru p o s de p ro d u c to res; S E R tam b ién
creó u n a fig u ra ju ríd ica q u e los reú n e y represen ta .
D eb id o a q u e el ca fé es u n o de los p rin c ip a le s cu ltivos, los m ixes se reconocen
com o p ro d u c to res y se p resen tan com o tales: “p ara ser p ro d u c to r llev a m u ch o trab a jo ” ,
“ Sólo nos d ed icam os al café y com o se da cada año, es d ifíc il” ; “ som os p ro d u c to res de
café o rg án ico ” . E s to in d ica que la id en tid ad de p ro d u c to r-cam p esin o es b as tan te fuerte
en la v id a co tid iana, y com o M áiz (2004) p ro p o n e es n ecesario u n d eseq u ilib rio en esta
id en tid ad trad ic io n a l p a ra p o ten c ia liza r la m o v ilizac ió n étn ica . E s p o sib le que en este
caso no ex is ta d eseq u ilib rio y que la fo rm ació n de o rg an izac io n es h ay a re fo rzado la
id en tid ad étn ica . E sto se debe a que a p artir de la creac ión de u n m ercad o que p ag a p o r
p ro d u c to s o rgán icos y que v a lo ra los co n o c im ien to s ancestra les (m ercad o justo ), la
id en tid ad de in d íg en as es asu m id a p o r esto s agentes. G eneralm en te , esta d is tin c ió n se
p resen ta a trav és de e tique tas en los em p aq u es de ca fé y p ara so lic ita r recu rso s y
apoyos. E ste es u n claro e jem plo de la u tilizac ió n de u n cap ita l é tn ico p ara la ob tención
de cap ita les económ icos.
S E R se p resen ta an te O N G y fu n d acio n es in te rn ac io n a les acen tu an d o la re lación
que estab lecen los m ixes con su en to rn o y su p articu la rid ad cu ltu ra l p o r ser pob lac io n es
ind ígenas (e sp ec íficam en te en su re lac ió n con la tie rra y la co m u n alid ad ):
Nuestra historia comunal ha resistido cientos de años de ataques y es la fecha en que seguimos siendo comuneros en el sentido más amplio de la palabra, es decir la comunalidad como una constante relación con nuestra madre naturaleza y en la búsqueda continua de igualdad entre todos nosotros (ASAM, 2003: 578).
329
La tierra es uno de los elementos que nos dan pertenencia y sentido de identidad. La tierra fundamenta gran parte de nuestra vida comunitaria, dado que de ella obtenemos nuestro sustento material” (SER, 2004b)
Desde mi perspectiva, todo lo que hace SER tiene un enfoque cultural, y se busca darle una respuesta desde esa perspectiva. Nosotros aquí no litigamos asuntos mercantiles o el cobro de pagares porque sentimos que eso no ayuda en la perspectiva en la que estamos [^] no podemos pensar en un futuro de las comunidades sin su componente identitario, sin su componente cultural. (Entrevista H. A., 2006).
E sta ex p o sic ió n no es ex c lu siv a de SER, y a que o tros g ru p o s exp resan su o rigen
p reh isp án ico en u n cam po en el que esta ca rac te rís tica se v a lo ra y p erm ite ob ten er
recu rsos y apoyos de o tros ag en tes . C o m o arg u m en ta C ardoso , pu ed e ser m an ip u lad a
cuando se p resen tan a lte rn a tiv as p ara la “ e lecc ió n ” (con b ase en el crite rio de
—g an an cias y p érd id a s” com o crite rio s de v a lo r) (C ardoso , 1992: 38). E n do cu m en to s y
d iscu rsos d irig idos a no in d íg en as se co m u n ica esta ca rac te rís tica . In c lu so an te m í,
com o in v estig ad o ra no ind ígena, los in teg ran tes de la O M S h ic iero n én fasis en su
p articu la rid ad cu ltu ra l. E n cam bio , en las p lá ticas con p o b lad o res de Q u e tza ltep ec y
Santa C ru z C o n d o y se exp resó co n stan tem en te la fa lta de recu rso s y las n ecesid ad es
v iv id as . E sto resp o n d ió al hech o que m e co n sid erab an com o ag en te que o to rga apoyos
(del go b iern o o a lg u n a o tra institución ): “A quí no es com o en O axaca, a llá tien en
em pleo , aquí no hay” (E n trev ista I. R ., 2006); “L o s pu eb lo s in d íg en as han v en id o con la
pobreza, con m u ch as n ecesid ad es, com o es el agua po tab le , la educación , la salud, to d o s
esos b en e fic io s siem pre nos han fa ltad o ” (E n trev ista G. R z., 2006).
L a u tilizac ió n y p resen tac ió n de u n a id en tid ad é tn ica (cap ital é tn ico ) para
o b ten er cap ita les eco n ó m ico s y socia les re su ltó m ás ev iden te en este caso. C o m o apun ta
B ourd ieu , “ la ex h ib ic ió n de la fu e rza m ateria l y s im b ó lica rep resen tad a p o r a liados
p restig io so s [O N G o fu n d ac io n es in te rn ac io n a les] ap o rta p o r sí m ism a b enefic io s
m ate ria le s” (B ourd ieu , 1991: 200). E ste fen ó m en o no fu e ex c lu siv o de SER, igua lm en te
g rupos de p ro d u c to res asu m en u n a id en tid ad é tn ica cuando el pag o de su p ro d u cció n
pu ed e au m en ta r a p a rtir de esta variab le .
L a p resen tac ió n que estos agen tes hacen de su id en tid ad ha sido p o sib le g racias
a la co n stru cc ió n de u n g ru p o é tn ico d esde fin a les de la d écad a de los setenta,
esp ec ia lm en te con la im ag en del “p u eb lo m ix e” . E sto co inc ide con los años en que
agen tes com o el E stad o y sus in stitu c io n es em p ezaro n a e je rcer m ay o r in flu en c ia en la
región. A d ife ren c ia del caso de la O N P, que desde m i p u n to de v is ta no h a log rado
m ad u ra r su p ro ceso de en togénesis, S E R ha p riv ileg iad o la ex p o sic ió n de su im agen de
330
p ueb lo m ix e p o r en c im a de su ser ayuuk. E sp ec ia lm en te h a e leg ido rasgos (m arcadores)
que pu ed en re sp a ld a r p ro ceso s lega les en d efen sa de los derechos ind ígenas, com o la
co m u n alid ad y el s is tem a de u so s y costum bres. L as exp erien c ias pasadas, com o
C O D R E M I y A S A M , ap o rta ro n u n trab a jo p rev io de co n c ien tizac ió n para la defen sa y
la re iv in d icac ió n étnica. E s to d ifiere del caso p u rép ech a , que se h a ca rac te rizad o m ás
p o r la d iv isión y el p riv ileg io de in te re ses personales.
A lg u n o s in teg ran tes de SER, com o en el caso pu répecha , se m o stra ro n críticos
an te ciertas p rác ticas de la cu ltu ra m ixe, com o p o r e jem plo , la escasa p artic ip ac ió n de
las m u jeres en los cargos civ iles de sus com u n id ad es y la u tilizac ió n de espacios
p rop ios para la exp resión partid ista : “ se h a lleg ad o a esos defectos, pero son defectos
que n o so tro s m ism o s ten em o s que ir co rrig iendo , que n o so tro s ten em o s que ir
trab a jan d o en el m arco de n u es tra au to n o m ía” (E n trev ista A. R ., 2006). T am b ién hay
que co n sid erar que an te u n a in v estig ad o ra no ind ígena, la au to crítica p u ed e fu n c io n a r
com o u n p u n to a fav o r del trab a jo de la O M S.
L a fo rm ació n de u n “n o so tro s m ix es” , adem ás de re sp o n d er a la in te racc ió n con
o tros g rupos e tn o lin g ü ís tico s (zap o teco s p rin c ip a lm en te ) y m ás rec ien tem en te con u n a
sociedad no ind ígena , tam b ién se p ro d u ce en la re lac ió n en tre iguales. C om o se
m encionó , la ex p lo tac ió n de caciques m ix es h a p rovocado la o rg an izac ió n y lu ch a de
esta pob lación . A n te este agen te los m ix es se p resen tan ig u alm en te com o luchadores:
Ante los sojuzgamientos, asesinatos, robos y encarcelamientos de parte de los caciques ligados con los funcionarios corruptos del gobierno del estado [^] acciones caciquiles y empresariales, que provocan el encarcelamiento o asesinato de nuestros pobladores, ya que los caciques y empresas sobornan a los funcionarios corruptos con su dinero (ASAM, 2003: 574-576).
El cacique, aquel señor Luis Rodríguez, su actitud era muy prepotente, muy prepotente y muy abusivo para considerar todos los municipios mixes [^] personas que eran intelectuales, personas meros caciques así se venían, así se mataban, pero se peleo y hubo muertos (Entrevista L. G., 2006).
L as d ife ren c ias en tre co m u n id ad es m ix es (com o en d ia lec to s y la vestim en ta ) se
exponen cuando ex isten conflic to s p o r tierras. Y las lo ca lid ad es m ás g ran d es estab lecen
re lac iones de sub o rd in ac ió n con o tras m ás peq u eñ as o con sus agencias, esp ec ia lm en te
los rec ien tes con flic to s p o r la d is trib u c ió n del ram o 28 y 033 al in te rio r de los
m un icip ios. E n cam bio , an te am enazas ex ternas las co m u n id ad es fo rm an
o rg an izac io n es que las rep resen ten y se asum en com o iguales.
331
E n lo que se re fie re a la p re fe ren c ia p o r n o m b rarse in d íg en a o m ix e (ayuuk) se
reg is tra ro n dos fenóm enos. P a ra los in teg ran tes de S E R la au to id en tificac ió n com o
ind ígenas só lo la ex p resan en c iertos espacios:
Yo no me nombro indígena, yo no soy indígena, nosotros no nos decimos indígenas, más bien nosotros decimos soy zapoteca o soy mixe, y yo no me digo “soy indígena” [^] A lo mejor en otros espacios internacionales por ejemplo, los “Indígenas mixes, los pueblos indígenas de México” pero no nos identificamos tanto con ese nombre (Entrevista S. R., 2006).
E ste hech o responde a que si se d en o m in an “ in d íg en as” se co locan en la m ism a
p o sic ió n que o tros pueblos: en lu ch a con tra las fuerzas que desde hace m ás de 500 años
han tra tad o de so juzgarlos. T am bién es p o sib le que an te m í, u n a m estiza , u tilicen esta
den o m in ac ió n p ara rea firm ar su p erten en c ia a u n a cu ltu ra p reco lo m b in a y u n a v ez que
p erc ib iero n que ten g o u n a v a lo rac ió n p o s itiv a de su cu ltura, la exp u sieran con m ay o r
confianza: “ Soy m ixe, lo leo, lo coreo con m is cham acos, hasta aho rita m e com unico
con ellos en len g u a [ ^ ] m i in ten c ió n es que e llos tam b ién sepan, co n o zcan que sean
au tén ticam en te , su id en tid ad que sea com o ind ígena, com o m ix e” (E n trev ista Z. M .,
2006).
E n la en cu esta rea lizad a en la co m u n id ad m ix e de Santa C ruz C ondoy u n a jo v e n
m e acom paño a ap licarla , esp ec ia lm en te p o rq u e co n o c ía y la co n o c ían en la com unidad ,
adem ás m e aux ilió en la traducción . A la p reg u n ta ¿có m o p re fie re que le digan: m ixe,
ind ígena, cu a lq u ie ra de lo s dos o n in g u n o de los dos? los en cuestados respond ieron :
Cuadro 8. Preferencia al autonombrarse y razones de tal preferenciaCómo prefiere que le digan Razones
Número de respuestas
Indígena 8 Porque tienen usos y costumbres, existe tradición en las comunidades, no sabe.
Ayuuk 11 Por su idioma, por la personalidad, porque no puede hablar bien español, por la raza, así nacimos, hablamos ayuuk
Ninguno de los dos
2 Porque se aprovechan de ellos
Cualquiera de los dos (indígena o ayuuk)
4 Es igual, son lo mismo
TOTAL 25
332
C om o se observa, ex iste u n a p re fe ren c ia en au to n o m b ra rse ayuuk, au n q u e el no m b rarse
in d íg en a no es tan d esp rec iab le com o en el caso d e los p u rép ech as. H ay que ten e r
p resen te que la co m u n icac ió n e in te racc ió n d e estas co m u n id ad es con la sociedad
m estiza son rec ien tes . P o co s son los que salen fu e ra d e sus co m u n id ad es y se
d esen v u e lv en en am bien tes in te rcu ltu ra le s (p rin c ip a lm en te h o m b res jó v en es).
A n te la p reg u n ta d e si el au to n o m b ra rse in d íg en a o ay u u k en la c iu d ad o fu e ra de
su reg ió n les h a tra íd o b en e fic io s o perju ic ios, la m ay o ría d e los en cu estad o s re sp o n d ió
que le h a p e rju d icad o y u n p arte co n sid erab le a firm ó que le h a ay u d ad o ; u n a cuarta
p arte de los en cu estad o s seña lo que no h a salido a la ciudad. E l au to n o m b ra rse in d íg en a
o ayuuk en el ám bito u rb an o h a sido m o tiv o de vejac ión : “E n la c iudad m e v en feo,
en tendem os pero no sé co n testa r” ; “E n la c iudad creen que son superio res” ; “N o to m an
en cu en ta” ; “N o nos en tien d en y au n q u e nos m o ram o s de h am b re no h acen n ad a en la
c iu d ad ” ; “N o s dep rec ian p o r ser po b res y sen c illo s” ; “A llá no som os co n o c id o s” . L os
en cuestados que co n sid era ro n que les h a ayudado esta afirm ació n se exp resan a este
respecto : “H ay p erso n a que com p ren d en la s ituac ión en que v iv im o s y se p reo cu p an p o r
eso” ; “D ep en d e de la gente, a lgunos nos ap rec ian ” ; “ C uando v am o s a la c iudad y d igo
que soy m ix e si h ab lo m al m e co rrig en ” ; “H ay g en te que o frece ap o y o ” . E s p o sib le que
m i ca lidad de no in d íg en a h ay a in flu id o en estas respuestas, y a que a lg u n o s in fo rm an tes
p reg u n ta ro n si dab a recursos. E l co m en ta rio de u n señ o r jo v e n fu e m ás certero:
“A lg u n as perso n as ay u d an y hay o tras que no com prenden o no q u ieren ” .
L as p erso n as que a leg aro n ay u d a o apoyo al reco n o ce rse m ix es tien en fam ilia res
en la c iudad o han p artic ip ad o de algún p ro y ecto p roductivo , en tal sen tido , no se han
sen tido perjud icadas. E s to se re lac io n a con la p o sib ilid ad de o b ten er v en ta ja s o
b en e fic io s a p a rtir de su d efin ic ió n com o ayuuks.
Cuadro 10. Ventajas y desventajas de ser indígena o ayuukVentajas de ser indígena o ayuuk
(bueno de ser ayuuk)Desventajas de ser indígena o ayuuk
(malo de ser ayuuk)
Todos se conocen y se ayudan Nos regañanCuando no tienen de comer se regalan No saber españolHay más tranquilidad y no hay peligro No nos enseñan a hablar en españolNo se sufre como en la ciudad que sin dinero no hay para comer
No puede ir a la ciudad y pedir y platicar con la gente de afuera
Hay todo, no se compra casi nada No se valora igualSe defienden y respetan entre ellos y a la comunidad
Las personas de la ciudad creen que no tenemos derechos igual que ellos
Se pueden comunicar entre paisanosFacilidad en aprender otro idioma
333
E n estas re sp u estas se reg is tró la p re sen c ia de v a lo res que p erm iten a los agen tes
co n v iv ir y lo g ra r apoyo. R eco rd em o s que en tre los p ro p ó sito s de S E R está el fo rta lecer
los v a lo res com unitarios. E n cam b io , al ex p resar las desven ta jas a lgunos encuestados
excusaron la ac tuac ión de los “ o tro s” h ac ia ellos.
E sto nos llev a a p reg u n ta rn o s q u é tan to esta p o b lac ió n h a in tro y ec tad o
este reo tipos y estig m as a trib u id o s p o r agen tes ex ternos. L a con cep ció n que el E stad o
ten ía , o tien e , de los in d ígenas com o su b d esarro llad o s p en e tró en el n ú c leo de
rep resen tac io n es socia les de a lgunos m ixes: “L os in d ígenas som os las p erso n as que se
m arg inan , los au tó c to n o s” “n o so tro s estam os m u y a tra sad o s” . C ardoso adv ierte sobre
u n a id en tid ad n eg ad a com o aq u e lla que está la ten te y a la cual se “ ren u n c ia” tan sólo
com o u n m éto d o con resp ec to a las circunstancias, p ero que en cu a lq u ie r m o m en to
pu ed e ser in v o cad a (C ardoso , 1992: 28). E n este caso, los m ix es no h an ten id o la
n ecesid ad de n eg a r su id en tid ad étn ica . E sto se debe al re la tiv o a is lam ien to en el que
han v iv id o y a que la es tru c tu ra del E stad o , sin in tención , h a p ro p o rc io n ad o
h erram ien tas p ara co m b atir d ichas im ág en es (o to rg an d o p rep arac ió n y cap ac itac ió n a
a lgunos m ix es y recu rso s com o in fo rm ación).
H o o g sh ag en (1 9 9 4 a) adv ierte sobre el hech o que los ay u u k son cad a v ez m ás
dep en d ien tes de los p ro g ram as g u b ern am en ta les , al g rado que se les h a in sistid o en que
son d esp o se íd o s y ex p lo tad o s (H oogshagen , 1994a: 231). E s m u y p o sib le que los m ixes
m ás d esp ro teg idos lleg u en a perc ib irse así, pero la m arg in ac ió n y p o b reza v iv id as en
estas com u n id ad es son innegab les. L a ex p o sic ió n de con d ic io n es de ca restía es m ás u n a
d en u n c ia y u n a d eu d a h istó rica. A lo que se sum a la crítica a las fo rm as de im p lem en ta r
p ro g ram as gubernam en ta les.
L a v a lo rizac ió n con que los m ixes do tan a su id en tid ad com o p u eb lo es
re la tiv am en te n u ev a y se h a cen trad o en la fo rm ació n de la im ag en de fo rta leza. E l v a lo r
de sí m ism o s con resp ec to a los dem ás h a a trav esad o d iferen tes e tapas y h a resp o n d id o
tam b ién al v a lo r que el o tro les h a o torgado . N ah m an afirm a que el ser m ix e es
“p erten ece r al g ru p o ayuuk , n egando ser m estizo , zap o teco serrano, zap o teco vallis ta ,
zap o teco itsm eñ o o ch in an teco ” (N ahm an , 1994: 537). L a d ife ren c ia se p resen ta
en tonces com o u n a estra teg ia a trav és de la cual se p u ed en o b ten er recu rsos y
so lidaridad .
M en c ió n aparte m erece u n in teg ran te de S E R que es zap o teco pero , que se ha
fo rm ad o y v iv id o en tre m ixes. A l p reg u n ta rle cóm o se co n sid era responde: “ la id en tid ad
la tiene cada q u ien ¿no? , si es m ixe, si es zapo teco , yo ten g o conflic to , ten g o id en tid ad
334
zap o teca e id en tid ad m ix e” (E n trev ista S. R ., 2006). E s ta afirm ació n rev e la que las
id en tid ad es in d iv id u a les m an ejan m ayores g rados de conflic to , lo que no im p lica que no
se pu ed an so lucionar. E ste agen te d ec id ió co n sid erarse am b as: zap o teco (po r
n ac im ien to ) y m ix e (p o r v ivencia). E ste e jem p lo p ro p o rc io n a in fo rm ac ió n acerca de las
respuestas de los ag en tes a co n flic to s iden tita rio s. P a ra B a jo it (2003) la id en tid ad está
co n fo rm ad a de tres esfe ras: la id en tid ad deseada, la as ig n ad a y la asum ida. P a ra el caso
aquí expuesto , el in teg ran te de S E R tien e u n a id en tid ad asignada , es zapo teco , y su
id en tid ad d esead a lo h ace acercarse al ser m ix e ; fin a lm en te resu e lv e este co n flic to con
u n a id en tid ad asu m in d a que lo hace reco n o ce rse am bos a la vez.
L a lleg ad a de la cu ltu ra nac iona l tra jo consigo d iv ersid ad al in te rio r de las
com unidades. L a en trad a de la es tru c tu ra del E s tad o im p licó a justes en tre esta
pob lación , sin em bargo , la d ig n ificac ió n de su cu ltu ra y la co n stru cc ió n d e la im agen
del p u eb lo m ix e se v ie ro n fav o rec id as con la irru p c ió n zap a tis ta y la ap e rtu ra po lítica
que p rovocó .
V .2 .2 . E s p a c io s d e e x p r e s i ó n i d e n t i t a r i a
L a id en tid ad m ix e se rev e la con m ay o r fu e rza en c iertos espac ios y pu ed e ser m ás
in c lu y en te m ien tras el espac io en el que se m an ifies ta sea m ás d iverso . L a construcc ión
de u n a id en tid ad genérica , com o la m ixe, se rea liza en d ife ren tes espac ios y S E R h a
tra tad o de fo rta lecerla ex p o n ien d o los b en e fic io s que p u ed en log rarse con la id ea de
p u eb lo m ixe.
a) Espacios de dignificación indígena
A d iferen c ia del caso pu répecha , en la reg ió n m ix e no id en tifiq u é ac tos fes tiv o s o
ce rem on ia les que tu v ie ran com o o b je tivo la exp resión y la d ig n ificac ió n de sus
p rác ticas cu ltura les. A p esa r de que en las fiestas pa tro n a les de las co m u n id ad es (desde
hace p ocos años) se rea lizan ba iles y d an zas trad ic io n a les , éstas no n ecesariam en te son
de la reg ió n o el estado. Se tra ta de “p ro g ram as cu ltu ra le s” en los que ig u a lm en te se
b a ila la g u e lag u e tza y el ja ra b e tapatío . D u ran te la ob serv ac ió n de cam po asistí a
a lgunas de estas ce leb rac io n es y reg is tré dos ac tos que tra tab an de d ig n ifica r el id io m a
ayuuk. E n Q u e tza ltep ec se rea lizó u n co n cu rso de can to in fan til en este id iom a, y en
A y u tla se efec tuó u n co n cu rso de o ra to ria m ix e (los tem as para el concurso eran
335
relativos a la historia de la comunidad y las tradiciones). La asistencia de mestizos a
estos actos fue reducida, y los zapotecos que acudieron lo hicieron, principalmente, por
cuestiones comerciales (como vendedores de comida, bebidas, mercería, etcétera). La
diferencia que se expuso en estos espacios fue aquella que existe entre localidades o
bandas mixes, entre secciones del mismo pueblo o entre equipos deportivos.
Los espacios que ha utilizado SER para presentar y revalorar su diferencia
cultural son formales y de capacitación. En 1993, participó en la organización de los
foros estatales sobre la Realidad Indígena, Campesina y Negra de Oaxaca. Este espacio
sirve de encuentro entre las organizaciones indígenas de la entidad. A decir de un
integrante de SER, un espacio que funciona para reafirmar su identidad son las Semanas
de Vida y Lengua Mixe (Entrevista S. R., 2006). SER retomó la realización de éstas, ya
que después de que desapareciron, la ASAM las había organizado de 1983 a 1985. El
trabajo más importante se centró en la construcción de un alfabeto que posibilitara la
lectoescritura del idioma ayuuk. Con la finalidad de socializar sus resultados, discutir
sus implicaciones prácticas y profundizar en el estudio y reflexión de la cultura mixe,
SER la celebró nuevamente en 1994. Desde entonces esta organización promueve su
realización tres veces al año en los periodos vacacionales. Para Vargas éstas constituyen
“espacios intraétnicos de ejercicio de la heterogeneidad donde jóvenes de comunidades
y variantes lingüísticas muy distanciadas, aprenden [_ ] a tomar conciencia de su
pertenencia a una comunidad de comunicación que reproducen activamente” (Vargas,
2001: 140). Desafortunadamente no pude asistir a ninguna de éstas, por tanto sólo
puedo afirmar que se trata de un espacio de encuentro que puede potencializar la
formación de un “nosotros” a través del idioma.
SER también organizó el "Diplomado en Lengua y Cultura Mixes" (2000) con el
objetivo de ayudar a “la formación especializada de maestros y profesionistas mixes, en
el ámbito de la lengua, los números y el derecho mixes, a fin de que esto tenga un
efecto multiplicativo en los centros de trabajo y ámbitos de acción de cada uno de los
diplomantes” (SER, 2006). También participó en la formación del CNI y sus integrantes
destacan en escenarios internacionales. Johnston et al. (2001) afirman que cuanto mayor
es la proporción de actividades diarias que la participación en el movimiento y las OMS
exigen a una persona, más importantes serán las distinciones entre “nosotros y ellos” y
mayor será la fuerza de la identidad colectiva. En el caso de los integrantes que trabajan
en SER, toda su labor se enfoca en la atención de las comunidades mixes e indígenas,
sin embargo, en las pláticas que tuve con ellos se percibe la aceptación y dignificación
336
de su ser mixe sin que sea necesario hacerlo visible (en la vestimenta o la utilización de
su idioma para marcar distancia). Esto no corrobora la proposición de Johnston et al.,
pero lo que si fue evidente es que el espacio y el “otro” influyen para expresar y percibir
una identidad así.
En estos espacios, el ser mixe no se contrapone necesariamente al otro no mixe.
Se trata de una convivencia entre iguales que hace surgir diferencias internas que la
organización trata de oscurecer como parte del objetivo de formar y consolidar la idea
del pueblo mixe. Es posible que en estas instancias se construyan significados comúnes
que sirvan de cimiento a las identidades étnicas, es decir, el intercambio y la puesta en
común de experiencias y propósitos pueden aporta material valioso en la definición de
marcadores de identidad étnica.
Esta organización ha privilegiado los espacios de reflexión y capacitación para
la presentación pública de su identidad mixe. La exposición de su diferencia cultural se
da a través del discurso y la retórica en actos oficiales y encuentros entre organizaciones
indígenas (regionales y nacionales); e involucra pocos símbolos. El héroe mixe más
conocido está dibujado o representado en edificios del ayuntamiento de comunidades
(en Tlahuitoltepec el muro principal está dedicado a este personaje y en Ayutla hay una
estuta de él).
b) El ámbito comunitario
La identidad étnica de los mixes se construye a partir de referentes comunitarios. El
espacio donde éstos tienen sentido es la comunidad. Lo anterior se relaciona con el
hecho de que a la hora de definirse ésta aparece como referente inmediato de la
singularidad de estos agentes. Como en el caso purépecha, la filiación comunitaria
emerge como respuesta a la pregunta “quién es”:
[Nombre] auténticamente de raza indígena, nacido en Quetzaltepec y, pues aquí crecí, aquí me desenvolví socialmente con mi pueblo, con las tradiciones, como pueblo antiguo de los mixes (Entrevista Z. M., 2006).
Soy mixe de Alotepec, soy abogado indígena, y uno de los impulsores de la temática de los derechos indígenas en el ámbito nacional e internacional (Entrevista A. R., 2006).
Estos testimonios corresponden a integrantes de SER y ambos utilizan el término de
“indígena” para presentarse. Esto se relaciona con el hecho de que el “otro” frente al
337
que se ex p resaro n fu e u n no m ix e (com o yo). A m b o s h ic ie ro n a lusión a su lu g ar de
origen. L o an te rio r hace su p o n er que en tre ig u a les la p rim era id en tificac ió n se re fie re a
la co m u n id ad de nac im ien to . E sto no en tra en co n trad icc ió n con id en tid ad es m ás
genera les com o el ser in d íg en a o m ixe. É s ta s p arecen sob rep o n erse en tre sí y su
u tilizac ió n en los d iscu rsos in d ica u n a in c lu sió n p o s itiv a en re sp u esta a la carga
d esp ec tiv a y d isc rim in a to ria que tien e el “ ser in d íg en a” .
M ald o n ad o y C o rtés con sid eran que la p e rten en c ia a la co m u n id ad es un
re feren te b ás ico y que ésta “ es el ám bito de d efin ic ió n esp ec ífica de la id en tid ad ay u u k ”
(M ald o n ad o y C ortés, 1999: 101). E s ta afirm ación p o d ría ser c ierta p a ra m uchos
pu eb lo s ind ígenas, y a que los b en e fic io s d erivados de la p e rten en c ia a u n g rupo así,
constituyen el fu n d am en to de la so lidaridad que los hace p o sib les (B ourd ieu , 2000:
150). E sto no sig n ifica que d ichos b en e fic io s sean p erseg u id o s consc ien tem en te , pero
d eb ido a que la co m u n id ad es el u n iv erso m ás p ró x im o de in te racc ió n p ara estos
agentes, la fo rm ación de u n a im agen p ro p ia recu rre a las p rác ticas y v a lo res que
p erm iten la rep ro d u cc ió n de tal espacio .
E n tonces, es n ecesario a ten d e r los aspectos que co n stitu y en a la com un idad
ayuuk y que son los que im prim en d iferen c ias con sus vec inos. P a ra M ald o n ad o y
C ortés (1999) la pe rten en c ia a la co m u n id ad se reco n o ce p o r dos factores: p o r
n ac im ien to y am p liac ió n de re lac io n es a trav és de co m p ad razg o y a lianzas, y p o r la
p artic ip ac ió n en los cua tro aspec tos b ásico s de lo com unal: el trab a jo (tequ io y ayuda
m utua), el p o d e r (cargos y asis ten c ia a asam bleas), el te rrito rio (se r com unero ) y el
d isfru te (p artic ip ac ió n en fiestas y ritu a les) (M ald o n ad o y C ortés, 1999: 101). E stos
e lem en tos se con v ertirán en m arcad o res de id en tid ad é tn ica al ser p resen tad o s
pú b licam en te com o co n stitu tiv o s del ser ayuuk. L a rep resen ta tiv id ad que los agen tes les
o to rgan d epende del co n tex to y el “ o tro ” fren te al cual se expresan . P o r ejem plo , se
d e tec taron d ife ren c ias a la h o ra de con ceb irse en los d iscu rso s (d irig idos a u n p úb lico
d e term inado) y en las en trev istas y p lá ticas m ás in fo rm ales.
E n tre co m u n id ad es m ix es tam b ién se ex p o n en las d iferencias. N ah m an afirm a
que cada com un idad tien e que d is tin g u irse de las o tras p o r su fo rm a de hablar, su
vestido , rasgos d istin tiv o s de la m ism a re lig ió n y p articu la rid ad es p ro p ias de los m itos
de o rigen (N ahm an , 1994: 537). P o b lad o res m ix es con qu ienes p la tiq u é d ije ro n que hay
d istin c ió n en el h ab la de cada zona: alta, m ed ia y baja. T am b ién co m en ta ro n que las
co stu m b res son d ife ren te en cada co m u n id ad (“Q uetzal es d ife ren te a C am o tlán ”). P ara
am bos aspectos tam b ién reco n o c ie ro n sim ilitudes, lo que los hace iguales: “p o r eso
338
som os paisanos, p o rque h ab lam o s el m ix e” .168 C uando agen tes de d iferen tes
com u n id ad es adv ierten d iferencias, in c lu so en detalles, las exponen para m arcar la
pe rten en c ia a o tro co lec tiv o . E sto in d ica q u e los p ro ceso s de d ife ren c iac ió n son
consc ien tes y q u e la ex is ten c ia de rasgos sim ilares no im p lica n ecesariam en te la
construcc ión de u n a id en tid ad é tn ica .
L as d ife ren c ias tam b ién se h acen v is ib le s cuando ex isten re lac io n es je rá rq u icas
y con flic to s p o r tie rras y la do tac ió n de recu rso s (en tre cabecera , agencia, ranchería ). El
sen tim ien to de p erten en c ia a la co m u n id ad de o rigen se ex acerb a en la d e fen sa de sus
lím ites y su o cupación m arca derechos. L os litig io s en tre co m u n id ad es m ixes son m ás
n u m ero so s q u e aque llo s q u e ex isten con p o b lad o s m estizo s o de o tros g rupos
etno lingü ísticos. S E R h a aseso rad o a las com u n id ad es en esto s p rob lem as, pero si
o cu rrieron h ech o s v io len to s (co m o asesina tos) las co m u n id ad es dec iden d e ten e r la
neg o c iac ió n y esp eran h as ta q u e la ley h ag a ju stic ia . E s to im p ide el avance en las
so luciones. E l re to se p resen ta en tonces p ara S E R cuando in ten ta co n ju n tarlas y c rear
u n a im agen de u n id ad y solidaridad .
L a d iv isión en tres zo n as (alta, m ed ia y b a ja ) no es sólo g eo g rá fica y clim ática.
É s ta im p lica d esig u ales re lac io n es in te rco m u n ita rias y d ife ren tes g rados de in flu en c ia
ex terna. L a zo n as b a ja y a lta están b as tan te a le jadas en té rm in o s g eo g rá fico s y el
in te rcam b io en tre sus com u n id ad es es m enor. L a m ed ia com parte re lac io n es de
in te rcam b io con la a lta y la baja , sus p o b lad o res afirm an en ten d e r las varian tes
d ia lec ta les de am bas: “E n la m ed ia se h ab la m ás claro p o rq u e se en tiende con la b a ja y
la a lta” . L a zo n a m ed ia tal v ez es la m ás a is lad a y a que los cam inos (de te rracería )
tien en p o co m ás de v e in te años, y está m en o s in flu id a p o r sociedades u rbanas. L a zo n a
b a ja recibe m ás in flu en c ia de la sociedad zapo teca , y a que en las tierras de sus
m u n ic ip io s se asien tan co m u n id ad es de m estizos, ch inan tecos y zap o teco s ; adem ás, es
a trav esad a p o r ca rre te ras p av im en tad as que p erm iten que dos de sus m u n ic ip io s
(M azatlán y G u ich ico v i) ten g an m ay o r acceso al ex te rio r m ed ian te la ca rre te ra a M atías
R om ero .
N o obstan te, la co n tin u id ad g eo g rá fica en tre las co m u n id ad es m ix es ay u d a a
c rear (a p esa r de las d ife ren c ias) la id ea de u n te rrito rio in teg rado : “H ay u n a
co n tin u id ad g eo g rá fica en n u estro territo rio , lo que no p asa con los zapo tecos, con los
168 González V. (1994b) afirma que también encontró diferencias de actitud y apertura hacia extraños entre las tres zonas: “conforme va uno descendiendo hacia los pueblos más bajos, se nota más cordialidad” (1994b: 457).
339
nahuas. L os m ixes som os u n p u eb lo con la b en d ic ió n de p o d er co m p artir u n m ism o
te rrito rio ” (D o cu m en to de la Q u in ta asam b lea de c iudadanos m ixes p o r la au tonom ía,
en V argas, 2001: 159). L as O M S tra tan de m in im iza r las d ife renc ias y d ifu n d ir la idea
del p u eb lo m ix e a trav és de la reco n stru cc ió n de m ito s y sím bo los cu ltu ra les. E sto
in d ica que la id en tid ad é tn ica se p re sen ta y co n stru y e tan to en la in te racc ió n con o tros
g rupos étn icos, com o al in te rio r de las com unidades. E ste dob le p ro ceso tam b ién
im p lica u n m an ejo estra tég ico de éstas (co m u n ita ria y é tn ica p o r lo m enos) p o r p arte de
los agentes.
P a ra G u errero y O sp in a (2003), en las co m u n id ad es (c írcu los in te rio res), que son
la b ase social o rig inal de los m o v im ien to s y las o rgan izac iones, la id en tid ad é tn ica es
m ás fuerte. E sto im p lica p ro ceso de re flex ió n - l ig a d o s a la e tn ic id a d - p o r p arte de los
agentes. Y a que a p esa r de que los rasgos com u n ita rio s p resen ten am plias p o sib ilid ad es
en su co n serv ac ió n sólo p o d rán co n v ertirse en m arcadores si se reg istran tan to p rocesos
de co n stru cc ió n id en tita ria com o re iv in d icac io n es ind ígenas.
E sto s au to res tam b ién ca rac te rizan a los c írcu los ex te rio res com o aquello s
agen tes que fo rm an la b ase social po tencia l de recu p erac ió n de id en tid ad es perd idas y
abarcaría a los que v iv en en la c iudad y que aún m an tien en ra sg o s ind ígenas.
C iertam en te , los sen tim ien to s de p erten en c ia que éstos ex p e rim en tan d ifieren en
re lac ión con la d is tan c ia social que estab lecen con los re fe ren tes que dan sen tido a su
iden tidad . P o r ejem plo , los in teg ran tes de S E R (que v iv en en la c iudad de O axaca)
p resen tan casi en fo rm a in m ed ia ta u n a id en tid ad é tn ica genérica. E s to se re lac io n a con
el h echo de que los espac ios en lo que se m u ev en (foros, encu en tro s o reu n io n es
o fic ia les) in te rac tú an p rin c ip a lm en te con in d íg en as de o tros g ru p o s étn icos, m estizo s y
ex tran jeros; lo que hace n ecesario d efin irse en té rm in o s m ás generales. E s to se re fu erza
con la ap rec iac ió n de M artín ez M tz. cuando afirm a que los m ix es que v iv en le jo s de la
reg ió n o sten tan u n a id en tid ad m ás reg ional que com unal y los que h ab itan en las
com u n id ad es de la reg ió n fav o recen u n a id en tid ad lig ad a a su co m u n id ad p articu la r
(M artínez M tz., 2001: 124). E sto s arg u m en to s tam b ién co in c id en con la op in ió n de
K raem er acerca de que la m ig rac ió n (a O axaca, D F , L os Á n g e les y o tras c iudades de
E stad o s U n id o s) fav o rece el d esa rro llo de la id en tid ad étnica. P a ra es ta autora, los
m ig ran tes se fo rm an u n a id ea del lu g a r de o rigen b as tan te idealizada, que se construye
en u n a s ituac ión ad v ersa de d iscrim in ac ió n y p riv ac ió n en co m p añ ía de o tros m ix es que
in teg ran la co m u n id ad de m ig ran tes (K raem er, 2003: 224). E sto tam b ién se re lac io n a
con los m arcos de d iag n ó stico y p ro n ó stico que se fo rm an fu e ra del lu g a r de origen.
340
A dem ás, los cap ita les con los que se cu en ta son d ife ren tes y los agen tes rea lizan u n a
constan te ren o v ació n de su cap ita l é tn ico . F a lta ría av erig u ar que p eso tien en las
id en tid ad es re sid en cia les y u n a id en tid ad m ás g en érica .
E n la Q u in ta asam b lea de c iudadanos m ixes, los p artic ip an tes a firm aro n que
en tre los rasgos de la au to n o m ía están la au to afirm ac ió n y la au to d efin ic ió n . É stas se
re fie ren a la facu ltad de dec isión de qu iénes in teg ran el P u eb lo M ix e (en V argas, 2001:
160). E ste hech o in d ica que los agen tes asu m en la d efin ic ió n y d ec is ió n en los crite rios
de e lección y pertenencia , lo que a su v ez im p lica la d isp u ta con el E stad o en su lab o r
h is tó rica de n o m b ra r y o to rg ar d iferencias.
V .2 .3 M a r c a d o r e s d e i d e n t i d a d é t n i c a
C on el fin de co n o cer lo s m arcad o res de id en tid ad en u n a co m u n id ad donde S E R tien e
p resencia , se lev an tó u n a en cu esta en la co m u n id ad de S an ta C ruz C ondoy en m ay o -
ju n io de 2006. E stas re sp u estas se co m p lem en tan con las re feren c ias que h ic ie ro n los
en trev istad o s acerca de su ser m ixe. L os ra sg o s que n o m b raro n los encuestados, y que
en tonces se tran sfo rm an en m arcad o res de iden tidad , fueron: 169
Cuadro 11. Marcadores del ser ayuukQué los hace ayuuk
Número de respuestas
Lengua 22Vestido 17Forma de vida 11Sangre 9Territorio 6Costumbres 5Historia 5Otro (personalidad) 1TOTAL 76
C om o en el caso pu répecha , el id io m a se conv ierte en el m arcad o r id en tita rio p o r
exce lenc ia . 169
169 Las respuestas rebasan el número de encuestados, ya que algunos mencionaron más de un rasgo.
341
a) El idioma
E ste m arcad o r tam b ién aparec ió en tre los en trev istad o s al d efin ir su iden tidad . A lgunos
pob lad o res de Q u e tza ltep ec y S an ta C ruz C ondoy tam b ién afirm aro n ser p a isan o s o del
m ism o origen po rq u e h ab lan m ixe:
Nosotros nos autonombramos la gente ayuuk y tenemos una lengua común, aunque con variaciones dialectales (Entrevista A. R., 2006).
Se habla el mixe, somos paisanos (Entrevista G. M., 2006).
Soy mixe, lo leo, lo coreo con mis chamacos, hasta ahorita me comunico con ellos en lengua mixe (Entrevista Z. M., 2006)
A p esa r de las v ariac io n es d ialec ta les, los agen tes afirm an que p u ed en entenderse:170“A u n q u e el p u eb lo es m ix e hay tres partes y la len g u a cam bia , pero se en tien d en ” .
P ara u n in teg ran te de SER, la v a riac ió n en el id io m a no es p ro b lem a y se tra ta de algo
com ún a las lenguas: “ es u n a cuestión com ún, que u n a len g u a ten g a d iversas v ariac io n es
d ialec ta les, no com ún es que la len g u a no tu v ie ra v ariac io n es d ia lec ta le s” (E n trev ista A.
R ., 2 0 0 6 ). E sto in d ica que, a p esa r de que se tra ta de u n rasg o no v o lu n tario , en c iertos
m o m en to s los h ab lan tes de este id io m a ex terna lizan sus d ife renc ias p ara m arcar lím ites,
y en o tros a firm an que hay en ten d im ien to para c rear un idad . E sto ilu stra la ca lidad de
es tra teg ia que p u ed e ten e r la id en tid ad en d ife ren tes co n tex to s.
L os aná lis is rea lizad o s in d ican que su o rig en se rem o n ta a 3500 años, fecha
sim ilar al id io m a o lm eca. A dem ás, la can tidad de p a lab ras m ix e-zo q u ean as que se
en cu en tran en o tras len g u as m eso am erican as apoyan la h ip ó tesis de que los o lm ecas
h ab lab an u n a len g u a m ix e-zo q u ean a (N ahm ad , 2003: 55-56).
C om o se m encionó , S E R tien e u n p ro y ecto del a lfabe to m ixe. H a concen trado
esfuerzos en la fo rm ac ió n de u n co n ju n to de co n o c im ien to s re feren tes a éste y tam b ién
h a con trib u id o a la fo rm ació n de agen tes capac itados p a ra su estu d io (rea lizó un
d ip lo m ad o en el estud io de este id iom a). U n a in teg ran te co m en ta al respecto : “ la
cuestión de la len g u a aquí la segu irem os im p u lsan d o m ucho , y n o so tro s tam b ién
p racticam os; es a lgo que nos id en tifica en la cuestión del ser m ix e” (E n trev ista S. R .,
2006). 170
170 Nahmad (2003) afirma que la comunicación se dificulta entre los habitantes del istmo, del municipio de Totontepec y los demás pueblos, aunque la inteligibilidad lingüística del ayuuk no tiene la complejidad de las lenguas otomangues.
342
P ard o (1994) rea lizó u n acertado aná lis is de la co n d u c ta lin g ü ís tica de la
po b lac ió n ay u u k y su id iom a. C on clu y ó que esta p o b lac ió n h a lo g rad o m an ten e r u n a
fuerte co n cen trac ió n te rrito ria l (m ás de 85% de los h ab lan tes ayuuk en el te rrito rio del
m ism o n o m bre) y su id io m a o cu p a el cuarto lu g a r en re lac ió n con lo s p o rcen ta jes de
m o no lingü ism o . E s ta ten d en c ia rev e la su g rad o de a islam ien to y su im p o sib ilid ad de
acceso a los m ed io s de b ien es ta r social, p o r lo que su id io m a p resen ta los ín d ices m ás
altos de p erm an en c ia y u n a fuerte ten d en c ia h ac ia la co n se rv ac ió n (Pardo , 1994: 5 7 2
603).
E sto p ude observarse , con las reserv as de los datos censales, en el re la tiv o
crec im ien to en el n ú m ero de h ab lan tes de este id iom a.
Cuadro 12. Población hablante de lengua ayuuk de 5 años y más en el periodo de1930-2000
Censo Población en el estado de 5 años y más
Población de 5 años y más hablante de
lengua ayuuk
1930 39 2941940 44 4451950 52 7541960 61 6971970 79 9471980 94 6221990 115 5092000 3 019 103 105 443
(Fuentes: Nahmad, 2003; INEGI, 2005)
E n el censo del 2000 , to d o s los d istrito s de O ax aca reg is tra ro n h ab lan tes de ayuuk
(IN E G I, 2 004) y a n ivel m un icipal, no se reg is tran d ism in u c io n es s ign ifica tivas en las
ú ltim as décadas.
343
Cuadro 13. Municipios rurales de mayor concentración de hablantesde ayuuk de 1940-2000
Población de 5 años y más HLI (a y u u k )
Municipio 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000Alotepec 967 1 099 1 423 1 812 2 672 2 474 2 313
Atitlán 1 182 1 712 2 589 1 795 1 342 2 270 2 332
Ayutla 2 516 3 293 3 989 4 636 3 998 5 386 4 605
Cacalotepec 2 059 2 401 2 244 2 344 1 684 2 533 2 241
Camotlán 760 1 442 1 698 1 577 2 735 2 471 2 617
Cotzocón* 2 519 3 092 3 818 13 826 15 773 15 347 5 969
Guichicovi* 9 620 11 693 14 288 16 960 19 959 26 199 19 524Ixcuintepec 1 114 688 727 795 948 1 059 983
Juquila Mixes 2 734 2 889 3 158 2 828 4 583 3 793 2 692
Mazatlán* 2 409 2 835 3 711 7 220 9 180 14 941 7 854Mixistlán 1 543 1 634 1 799 1 766 3 100 2 371 2 316Ocotepec 970 1 078 1 099 1 272 1 591 1 681 1 470
Quetzaltepec 2 087 2 123 2 478 2 900 4 273 4 730 4 683
Tamazulapan 2 172 2 041 3 388 3 904 5 213 6 367 5 703
Tepantlali 1 673 1 141 1 415 1 345 1 163 2 318 2 330
Tepuxtepec 554 1 456 1 669 1 620 1 222 4 214 3 442
Tlahuitoltepec 3 382 3 993 3 691 5 263 6 674 6 979 7 148
Totontepec 3 846 4 387 4 749 4 377 5 164 5 394 4 545
Zacatepec 2 338 3 757 3 764 3 707 3 348 4 982 4 142
*Estos municipios registran números considerables de hablantes de otras lenguas indígenas.(Modificado de Nahmad, 2003: 158-9; otra fUente: INEGI, 2005)
E n los m u n ic ip io s de A yutla , Ju q u ila M ixes, T am azu lapan , T epux tepec, C o tzocón ,
G uich icov i y M aza tlán se ob serv a la d ism in u c ió n de h ab lan tes del ayuuk. E n los tres
ú ltim o s se reg is tró u n in c rem en to en la p o b lac ió n (desde los años c in cu en ta) a cau sa del
reaco m o d o de d esp lazad o s p o r la co n stru cc ió n de la p resa M ig u el A lem án y C erro de
O ro (ch inan tecos, m aza teco s y m estizos), y la in m ig rac ió n de m ix es p ro ced en tes de
T lahu ito ltepec, Z aca tep ec y T am azu lapam . E n éstos los m ixes con tinúan siendo
m ay o ría con resp ec to a su p o b lac ió n to tal; rep resen tan 60 .2% , 97% y 81 .6%
resp ec tiv am en te (IN E G I, 2004). A u n q u e tam b ién reg is tra ro n los n iv e les m ás a ltos de
b ilin g ü ism o (80.1 , 67 .9 y 77 .1% resp ec tiv am en te ) (N ahm ad , 2003: 185). L a
d ism in u c ió n de los o tros m u n ic ip io s p u ed e deberse a la m ig rac ió n que en la ac tua lidad
hacen los m ixes a la c iudad de O ax aca y M éx ico (de 1960 a 1975) y a la fro n te ra n o rte y
344
a EU . M atías R o m ero y la c iudad de O ax aca son las p rin c ip a les zonas de a tracción para
los hab lan tes de ay u u k en la entidad.
T lahu ito ltepec, T am azu lap an y T ep u x tep ec reg is tran el m ay o r c rec im ien to en
estas décadas, aunque se d esco n o cen las razones. L os m u n ic ip io s de m ay o r
concen trac ión son G u ich icov i y M aza tlán d eb ido a sus d im ensiones. G u ich icov i es el
segundo en im p o rtan c ia lin g ü ís tica de m ix e aunque só lo 77% de su p o b lac ió n lo habla.
E n los m u n ic ip io s de la zo n a a lta y m ed ia el p o rcen ta je de h ab lan tes de este id io m a es
su p erio r a 90% del to ta l de la p o b lac ió n de cad a m un icip io , en cam bio , en C o tzocón
sólo 32% de la p o b lac ió n lo h ab la y en él la len g u a m ay o rita ria es el caste llano
(N ahm ad , 2003: 83-84).
E sto s datos con firm an u n a lea ltad al id iom a. É s ta es re fo rzad a m ed ian te
ac tiv idades que rea lizan o rg an izac io n es y g ru p o s que im p u lsan el desa rro llo del p ueb lo
m ixe. P ard o (1994) a firm a que la co n se rv ac ió n del ay u u k co n stitu y e u n a de las
estra teg ias de re sis ten c ia cu ltu ra l m ás im p o rtan te de este p u eb lo y, que p o sib lem en te les
p e rm itirá o rien ta r su h is to ria fu tu ra den tro de su p ro p ia d in ám ica sociocu ltu ra l (Pardo,
1994: 605-606). N o obstan te , el b ilin g ü ism o en la reg ió n v a en aum ento . L as p o sib les
razo n es son la m ay o r co m u n icac ió n (cam inos y ca rre te ras), la in tro d u cc ió n de m ed ios
de co m u n icac ió n m asiva, y m ás frecu en c ia de co m erc io con el ex terior. C om o en el
caso pu répecha , los m o n o lin g ü es co rresp o n d en al sexo fem enino .
Cuadro 14. Población hablante de ayuuk monolingüe y bilingüe en Oaxaca 1970-2000
Censo Población de 5 años y más hablante de ayuukMonolingüe % Bilingüe % Total
1990 25 367 36 45 714 64 71 0812000 29 291 28 75 184 72 104 475*
L a p re fe ren c ia en tre h ab la r y ex p resarse en caste llan o o en ayuuk no es tan m arcada
com o en tre los p u rép ech as . E s to resp o n d e a q u e la m ay o ría d e los m ix es pocas veces
han salido fu e ra de la reg ió n y el ap ren d iza je del caste llano no h a sido tan n ecesario ,
salvo p ara o b ten er recu rso s y m ateria le s (tran sacc io n es con m estizo s y zap o teco s), y en 171
171 En el censo del 2000 municipios vecinos registraron concentraciones considerables de hablantes de este idioma: Santa María Petapa (843), Santo Domingo Petapa (730), San Juan Comáltepec (447), Santiago Yaveo (432), San Carlos Yautepec (343), Santiago Domingo Roayaga (313) y Santa María Guienagati (291) (INEGI, 2004). Pardo (1994) extienden las fronteras de la región ayuuk a aquellas localidades predominantes de hablantes de este idioma.
345
la so luc ión de co n flic to s y litig io s legales. E n el ám bito co m u n ita rio es m uy com ún
escucharlo , salvo cuando se co m u n ican con agen tes m estizo s com o m aestro s o
rep resen tan tes de in stitu c io n es de gobierno .
L a p resen tac ió n de este m arcad o r tam b ién es p arte de la rev a lo rizac ió n de los
id io m as p reh ispán icos, e sp ec ia lm en te en tre la e lite de m aestro s m ixes que son b ilingües.
U n m aestro com en tó que el ap ren d er ay u u k no sig n ifica fa lta de p rep arac ió n
p ro fesional, p o r el con trario , la cap ac itac ió n se v u e lv e n ecesaria para el serv ic io a la
com unidad:
Mi intención es que ellos [hijos] también sepan, conozcan, que sean auténticamente ayuuk, pero no solamente por decir “Yo soy de tal pueblo' hablo el ayuuk” [_] que no pierdan la identidad como pueblo, como mixe,
como Quetzaltepec, pero que también sean aptos, en cuanto al manejo de las máquinas, del habla de inglés y todo eso, para que sean útiles en la sociedad, para que el día que lleguen momentos difíciles estén en defensa de su pueblo (Entrevista Z. M., 2006).
T am bién hay que m en c io n a r que tan to el estud io de este id io m a com o la fo rm ació n de
asoc iac iones o cen tros cu ltu ra les p ara su estud io son recien tes. A d iferen c ia del caso
pu répecha , el g o b iern o n o se ha p reo cu p ad o p o r co n ced er m ay o res recu rso s y espacios
para su s is tem atizac ió n y rep ro d u cc ió n , salvo los apo rtados p o r la SEP.
M ald o n ad o y C ortés (1999) afirm an que el re feren te fundam en tal de id en tid ad
en tre los ay u u k es la lengua, sob re to d o para los pu eb lo s de la p arte baja , donde la
acu ltu rac ión zap o teca es am plia. D esd e m i pun to de v ista , este es el m arcad o r de
id en tid ad é tn ica m ás fu e rte y que m ás h a lo g rad o c rear im ág en es de un idad . E l id io m a
ayuuk es u tilizad o com o sím bo lo de la id en tid ad é tn ica p o r SER, pero adem ás, los
pob lad o res reco n o cen en él u n fac to r com ún que, aún con sus v arian tes, los hace v erse
sem ejan tes. L a co n fian za que m u estran en las p o sib ilid ad es y v en ta ja s de su p rop ia
len g u a y cu ltura, tam b ién se re lac io n a con las con d ic io n es de em erg en cia in d íg en a que
han im p u lsad o la s is tem atizac ió n y co n se rv ac ió n de co n o c im ien to s m ilenarios.
b) Vestido y vestimenta
E s s ingu lar que los po b lad o res de S an ta C ruz C ondoy co n sid eraro n y ex p resaro n este
e lem en to com o a lgo que los d istin g u e y d ife ren c ia de los “ o tro s” siendo que no tien en
u n a v es tim en ta particu la r, es decir, se v is ten co m o m estizos. N i hom b res ni m u jeres
conservan sus v estid o s an tiguos. Q u izás el señ a lam ien to de este rasgo se re lac io n a con
346
el hecho de que la vestimenta de algunos de sus vecinos mixes los diferencia de otros
grupos etnolingüísticos y de los mestizos. Esto contrasta con los datos aportados por los
entrevistados. Ninguno nombró el vestido como definitorio de su ser mixe.
El traje típico se conserva en Tamazulapan, Mixistlán, Guichicovi y Cotzocón
(Reyes, 1995: 12). En Tlahuitoltepec las mujeres conservan sus faldas y blusas
particulares; el enrollo y el huípil lo visten las mujeres de Tamazulapan, y el jorongo
rallado de los hombre es distintivo de la zona alta. En la mixe baja existe influencia
zapoteca en el vestido femenino. Esto puede indicar que los agentes se adueñan de
rasgos que no son propios, pero que pueden ser adquiridos sin mucha dificultad.
Mujeres en Tlahuitoltepe (2006)
Mayordomo encabezando Mujeres cocinando en a músicos en Ayutla (2006) Sta. Cruz Condoy (2006)
En el acto artístico de la celebración del santo patrono en Quetzaltepec, las niñas
bailaron con trajes regionales, pero no detecte alguno que fuera de esta zona. Frente a
mí (que no soy mixe, ni de la región, ni del estado) las mujeres consideraron como
propios tanto los vestidos de la región mixe como del estado de Oaxaca. En el concurso
de oratoria mixe en Ayutla (zona alta) una mujer se presentó vestida con el traje
tradicional para exponer la historia de su pueblo. El uso de este vestido dio legitimidad
a su discurso y puede ser considerada represente fiel de las costumbres de su pueblo.
Esta presentación y exposición de marcadores es circunstancial, en espacios propios
crea diferencias entre las zonas (alta, media y baja), pero en espacios interculturales se
amplia y representa a todos los ayuuk (concurso de vestido regional por ejemplo).
c) Formas de vida: sistema de cargos y autoridades
Tanto en las encuestas como en las entrevistas la referencia a los sistemas propios de
autoridad y decisión (asamblea comunal) fueron nombrados como constitutivos de su
ser. Existen tres sistemas de autoridad interrelacionados: autoridad agraria, civil y
347
religiosa. El cumplimiento de cargos entre los ayuuk también fue mencionado como
rasgo que los caracterizan. Además, la conservación de estos sistemas y sus autoridades
les ha conferido un grado de autonomía.
La asamblea comunal es el máximo espacio de decisión en las comunidades.
SER ha impulsado su conservación como uno de los canales más sólidos para
coadyuvar a la autonomía: “son espacios en donde nos juntamos, y se juntan los
comuneros, las comuneras para tomar las decisiones fundamentales de la comunidad”
(Entrevista A. R., 2006). Este rasgo es uno de los más presentados por esta organización
como definitorio de los mixes: “nosotros no hemos dejado morir la llama de la
asamblea, cada año hacemos una asamblea mixe, invitamos a las autoridades, todas las
que quieran venir” (Entrevista H. A., 2006). Recordemos que el respeto que SER
mantiene hacia la organización comunitaria y sus autoridades aparece tanto en sus
desplegados como en los discursos de sus integrantes. Esto les ha ganado el respeto de
las bases de apoyo.
En lo que respecta al sistema de cargos, Kraemer (2003) afirma que al final de la
Colonia se prohibieron los repartimientos y en la Independencia desaparecieron los
privilegios de la nobleza, por tanto, es en el siglo XIX cuando se impone un sistema de
cargos igualitarios. En este siglo aparecen, por lo menos en documentos, las nuevas
autoridades municipales del México independiente: el presidente municipal y el síndico
(Kraemer, 2003). La separación entre cargos civiles y religiosos varía de una comunidad
mixe a otra. En las últimas décadas el poder que se otorga a los cargos civiles es mayor,
y la figura de presidente municipal adquiere más importancia que las de fiscal y alcalde.
Los tres sistemas de cargos son jerárquicos y escalonados y los elegidos se
convierten en las autoridades que conforman el gobierno indígena. Estos cargos son
asumidos por los mixes una vez que se casan o son considerados aptos para el
trabajo. Se inicia con el cargo de menor responsabilidad (por ejemplo, se inicia como
topil, pasando por mayor de vara, alguacil, síndico, tesorero, regidor, secretario,
presidente y alcalde) y culmina con el cumplimiento de todos éstos. Las personas de
más experiencia y que han desempeñado todos los cargos forman el consejo de 172
172 Entre los ayuuk existen grupos de edad que se relacionan con el desempeño de los cargos; al pasar a determinado grupo, el individuo es apto para desempeñar ciertas funciones. Para más información véase Hoogshagen y Merrifield, 1994.
348
ancianos, éstos gozan de mayor prestigio. La forma de elección ocurre mediante una
asamblea comunal en la que participa toda la comunidad. Los cargos tienen una
duración de un año con posibilidades de reelección. Maldonado y Cortés afirman que la
jerarquía de cargos cívicorreligiosos ha sido asumida por los mixes en su lógica de
poder comunal, gracias a la asamblea comunal y al consejo de ancianos (Maldonado y
Cortés, 1999: 125).
El cumplimiento de estos cargos confiere membresía, ya que al desempeñarlos
formalmente se es parte de la comunidad: se puede proponer y votar en la asamblea, se
puede solicitar terreno para cultivar y se empieza a pagar el tequio. Hay diferencias en
las modalidades en que cada comunidad y municipio implementa este sistema de
cargos: en la duración del cargo (la regla es un año, pero en los últimos años algunos
municipios han mantenido a sus autoridades por tres), en la forma de elección (en
algunas comunidades todos los cargos se eligen en asamblea, en otras sólo algunos y
otros son propuestos por las autoridades salientes o las que entran), en la cantidad y
origen de los recursos disponibles (otorgados por dependencias gubernamentales, no
gubernamentales o la misma comunidad; igualmente el gasto de los recursos
gubernamentales debe ajustarse a los lineamientos de los programas), y en las relaciones
que se establecen con otros núcleos de poder (Kraemer, 2003: 40).
Anteriormente, las personas que los desempeñaban no recibían un salario y se
consideraba un servicio a la comunidad. De seis o siete años a la fecha en gran parte de
los municipios mixes las autoridades de la cabecera municipal reciben una
“gratificación”. Pobladores de Santa Cruz y Quetzaltepec afirman que esto ha
provocado conflictos: “Antes no había pago, esto comenzó en 1999”; “El pueblo
participaba más cuando no había pago”; “Antes sólo por usos y costumbres, no había
gratificación, era un servicio”. Aunque, también hay excepciones, por ejemplo, en
Tlahuitoltepec las autoridades me comentaron que no recibían sueldo.
Las disputas por ocupar los cargos de mayor jerarquía (por ejemplo, presidente
municipal) se han incrementado a partir del pago de sueldo o gratificaciones. La
intromisión de los partidos políticos también ha provocado que sus militantes (por la
oferta de recursos) motiven el voto por tal o cual individuo afiliado al partido. Y los 173 174
173
173 Kraemer (2003) agrega que los criterios más importantes para elegir a las autoridades principales son: la experiencia en el ejercicio del gobierno y la administración pública; la honradez y responsabilidad; la capacidad para defender los intereses de la comunidad ante las instancias externas, solvencia económica174 En las agencias es diferente, ya que sólo se destina un partida de recursos que la misma comunidad decidirá cómo gastar, mientras que en las cabeceras, llega una partida para el salario de las autoridades.
349
jó v en es están ascen d ien d o ráp id am en te en u n sistem a de cargos que an tes es tab a m uy
v in cu lad o con la edad. A p artir de los flu jos de in fo rm ación , la fo rm ació n p ro fesional y
la m ig rac ió n se h an v u e lto m ás ac tivos en las asam bleas y h acen p ro p u estas novedosas.
L as fu n c io n es de la asam b lea tam b ién se h an transfo rm ado , K ra em er a firm a que de ser
el m áx im o ó rgano d ec iso rio pasó, en a lgunas localidades, a ser u n a reu n ió n en la que el
p resid en te in fo rm a a la c iu d ad an ía (K raem er, 2003: 170).
E sto e jem p lifica que el s is tem a de cargos no es u n a estru c tu ra ríg ida: “E l s is tem a
de cargos m ixe se h a v u e lto m en o s p redecib le , m ás su jeto al ju e g o po lítico . C u an d o
p arece co n so lid arse u n a tendencia , u n a n u ev a em p ieza a abrirse p aso y no v eo
ev id en c ias de u n a acu ltu rac ió n o in teg rac ió n gen era lizad a , é s ta no es m ás que u n a de las
cartas p o sib les que cada m u n ic ip io se ju e g a año tras años” (K raem er, 2003: 43). P ara
S E R esto h a sign ificado un reto. C o m o se apuntó en el cap itu lo II, e s ta o rg an izac ió n
partic ipó ac tivam ente en el reco n o c im ien to co nstituc ional de sus sis tem as n o rm ativos, y
el cab ildo y el p re sid en te m un icipal son ah o ra ac red itad o s p o r el gob ierno . Sin
em bargo , las d ife renc ias en su fu n c io n am ien to y la in co rp o rac ió n de fu n c io n es que
ex ige la es tru c tu ra nac iona l han p ro v o cad o m ay o res v ariac io n es y en fren tam ien to s. L a
d ife ren c iac ió n in te rn a im p lica m ayores d ificu ltades en la co n stru cc ió n de u n a fig u ra
su p raco m u n ita ria que rija y ten g a com o fu n c ió n so lu c io n ar o m ed ia r los conflic tos
in te rco m u n ita rio s que o cu rran en el p u eb lo m ixe.
K raem er (2003) c ita a lgunos fac to res que p u ed en co n trib u ir a co m ete r abusos y
cen tra lizac ió n del p o d e r en el m arco de este sistem a: n uevas ex ig en c ias a au to ridades
(re lac ión con in stitu c io n es púb licas), ex cesiv o p o d er de legado al p resid en te m unicipal
(que puede lleg a r a im p o n er su can d id a to a la asam b lea am en azan d o con re tira r apoyos
gub ern am en ta les), can d id a tu ras p rep arad as p rev ias a la asam blea. T am b ién ex iste
p resión ex te rn a a trav és de fu n c io n a rio s su p ram u n ic ip a les com o los de legados de
g o b iern o o d elegados de d ependencias gu b ern am en ta les y el PR I. A dem ás, co n tin ú a
e s ta autora, ex iste un in crem en to de las partidas ex tern as o to rgadas al m u n ic ip io que lo
hacen m ás vu ln erab le . T o d as estas situaciones afectan la au to n o m ía co m u n ita ria y
sign ifican un p e lig ro p ara la co nsecución de un p ro y ecto au tonóm ico m ás am plio.
E s n ecesario m en c io n a r que este s is tem a se b a sa en la acum ulac ión de p restig io
m ed ian te el “b u en cu m p lim ien to ” de las re sp o n sab ilid ad es que im p lican los cargos. E sta
fo rm a de acu m u la r cap ita l s im b ó lico es tras lap ad a al fu n c io n am ien to de SER. A pesar 175
175 La elección de autoridades debe ser legitimada por el Consejo Electoral Estatal.
350
de que esta organización ha tratado de exponer dicha lógica en el campo político (y que
otras OMS lo valoran) agentes de mayor poder y capitales, como el gobierno, no le
confieren importancia y tratan de socavar su valorización.
El análisis indica que este marcador, complejo en sí mismo, se utiliza como
bandera de la organización comunitaria indígena. La conflictividad que encierra
dificulta que las OMS lo utilicen como otros marcadores (como el idioma), ya que
implica cuestionamientos sin resolver. Sin embargo, la lucha que el movimiento
indígena llevo a cabo para reconocerlo en términos legales lo convierte en parte
sustancial de su capital étnico. Es decir, en la emergencia indígena de los últimos diez
años es imprescindible que aparezca como fuente de legitimidad. Esto nos coloca frente
al dilema de que existen marcadores que responden al contexto y a la coyuntura; de otra
forma no tendían el mismo valor y validez.
d) El tequio
Una de las obligaciones para formar parte de la comunidad y ocupar cargos en los
sistemas antes descritos es el tequio. Aunque esta práctica no fue nombrada en las
encuestas, fue señalada como característica de los indígenas oaxaqueños y de los mixes
en las entrevistas y pláticas informales: “El tequio se conserva, se hace para abrir el
camino, limpiarlo, limpiar el panteón, construir una casa para bien del pueblo”; “antes
no se recibía gratificación, antes era la pura fuerza del pueblo”; “con tequio, de allí
venimos”.
Tradicionalmente, durante la época colonial la comunidad realizaba obras de
beneficio colectivo a través de la cooperación y trabajo gratuito de sus miembros, se le
conocía como tequio. Éste es un tipo de servicio a la comunidad que se conserva hasta
la fecha. Es un trabajo colectivo y obligatorio que no tiene remuneración y se presta por
todos los que son considerados parte de la comunidad (comuneros jefes de familia).
Sólo están exentos del tequio los principales, autoridades, los enfermos y los músicos
(Laviada, 1978: 181).
La entrada de programas sociales que exigen trabajo de este tipo o que pagan por
realizar trabajos semejantes al tequio ha contribuido a que esta práctica se debilite:
Los de Oportunidades ponen a limpiar a las señoras y a veces ya no quieren participar los que no reciben recursos de eso. Y los otros dicen que mejor trabajen los que reciben recursos (Entrevista a Autoridades de Quetzaltepec, 2006).
351
Ya hay tequio para todo, ya el tequio se pierde, pierde su esencia porque ahora hay que ir a trabajar porque vamos a ir a recibir una lana al final del mes. Ya no es ir a trabajar como servicio (Entrevista H. A., 2006).
Existe preocupación por su desaparición, pero se conserva en la memoria de la gente
adulta. Es posible que esto se relacione con el hecho de que los encuestados no lo
nombraron como rasgo que los caracteriza. A este respecto, SER promueve y trata de
fortalecer los cuatro elementos que conforman lo que ha llamado “comunalidad”: la
tierra comunal, el poder comunal, el trabajo comunal y la fiesta comunal. Además, ha
estudiado estas dinámicas y ha valorado su pertinencia en la constitución del Pueblo
Mixe. Lo anterior sugiere procesos de renovación cultural y cierta exclusividad en la
reelaboración de prácticas ayuuk; “No necesitamos una receta para que nos digan como
mejorar nuestra dinámica comunitaria” (Entrevista A. R., 2006). Esto también hace
suponer que los marcadores de identidad étnica pueden no estar presentes en la mente
de los pobladores, pero las OMS pueden rescatrlos y revalorar sus beneficios; lo que nos
demuestra que se trata de una construcción consciente. El tequio también puede
concebirse como un capital social que proporciona beneficos y ayuda a conseguir otros
capitales.
e) Sangre
Este marcador no apareció como tal en las entrevistas, pero las personas encuestadas lo
nombraron. Éste se relaciona estrechamente con el pasado de combate y la
particularidad de no haber sido dominado. Nahmad considera que su resistencia a ser
conquistados pudo enfatizar su unidad social y lingüística (Nahmad, 2003: 59).
La sangre de guerreros fue recordada por algunos encuestados. SER también
ha recurrido a la remembranza de su pasado de resistencia y beligerancia para
presentarse ante los “otros”. En anteriores apartados expuse fragmentos de desplegados
y discursos que enfatizan esta característica.
Aunque su origen no es claro, los ayuuk afirman que descienden de
antepasados con capacidades para la guerra y la defensa. Existen diferentes versiones
del nacimiento y repliegue del principal guerrero que es conocido en todo el territorio
ayuuk: Cong Hoy o Kontoy. Se dice que este guerreo nunca fue vencido, y se refugió
con sus hombres en una cueva del cerro Zempoaltépetl y algún día regresará para
enfrentar nuevamente a los enemigos y salir victorioso con su pueblo. Esta creencia
352
pu ed e ser ca ta lo g ad a co m o m ilen aris ta en la d efin ic ió n que B arab as y B arto lo m é hacen
al resp ec to :
la expectativa colectiva de salvación de parte de una comunidad de adherentes, que entienden dicha salvación como la transformación radical de la realidad constituida; y que se basa en la idea de que sobrevendrá una época futura -al mismo tiempo terrenal y sagrada- en la que se concentrarán los cambios que la sociedad anhela y serán erradicadas todas las injusticias (Barabas y Bartolomé, 1984: 20).
E sta ap reciac ión p ro p ic ia la co n fian za en que llegarán tiem p o s m ejo res a p esa r de las
ca renc ias e in ju stic ias v iv id as en la ac tu a lid ad . L a im ag en de este h éro e h a sido u tilizad a
en d ife ren tes p ro y ecto s .
Escultura en Ayutla, Mixe
(2006)
Ayuntamiento de Tlahuitoltepec Insignia de SER
(2006) (Página de internet, SER, 2004a)
Bandera expuesta en Museo de Centro de la bandera pintada en Edificio anexo al Ayto.
Tlahuitoltepec (2006) pared de edificio anexo al Ayto. (2006) de Tlahuitoltepec (2006)
L a m ay o ría de estas rep resen tac io n es las enco n tré en la M ix e A lta , y en el m u n ic ip io de
Q u e tza ltep ec tam b ién es reco rd ad o , in c lu so ex iste u n a p ied ra en la que según cuen tan
C o n g H o y dejó m arcad as sus h u ellas en su p aso p o r estas tie rra s . D esco n o zco si en la
353
baja sea representado, pero la historia de este personaje es conocida. También existen
cuentos y leyendas que refieren una liga directa entre los ayuuk y el mítico guerrero.
La presentación gráfica de esta imagen supone la presencia de procesos de
entogénesis y la creación de símbolos que confieren unidad por encima de las
diferencias. SER utiliza una de sus representaciones como insignia de distinción. Pero
coincido con Quecha cuando concluye que este rasgo cultural no ha generado un
proyecto político amplio en el que se sientan “totalmente representados todos los
pueblos mixes” (Quecha, 2003: 29). Considero que este proceso se da en algunas
comunidades donde la influencia de líderes e intelectuales lo han propiciado (por
ejemplo en Tlahuitoltepec), por tanto, no es generalizable para toda la región mixe.
f) El territorio
La delimitación del territorio mixe (que a su vez se divide en tres zonas) y la
constitución de un distrito que abarca a la mayoría de los municipios mixes han servido
para reafirmar fronteras y un origen común. La referencia a un lugar, espacio o territorio
ligado a su exclusividad cultural es común entre los ayuuk:
Tenemos una región geográficamente diversa, con montañas, con mesetas, valles, con ríos, con lagunas, pero tenemos una región (Entrevista A. R., 2006).
Si hay un pueblo ayuuk, aunque no es igual porque el distrito es grande (Autoridades Quetzaltepec, 2006).
La reciente incursión de agentes externos y las disputas en torno a los recursos que
pueden ser explotados ha provocado la reivindicación de derechos sobre este recurso.
SER ha desarrollado una discusión amplia acerca de la tierra (naaxwiinyete) y el
territorio como aspectos claves de su identidad: “La tierra es uno de los elementos que
nos dan pertenencia y sentido de identidad. La tierra fundamenta gran parte de nuestra
vida comunitaria, dado que de ella obtenemos nuestro sustento material. Por ello, en la
gran mayoría de los municipios mixes, la propiedad de la tierra es comunal” (SER,
2004b).
La concepción territorial entre los ayuuk supone una forma particular de ver y
relacionarse con su medio. “La territorialidad se refiere a que algo no sólo es mío, sino
de todos. Y todos podemos circular por ese espacio y tenemos que conocerlo. No es
solamente el concepto de tierra como tal, no es sólo su posesión, sino su conocimiento”
354
(F lo rib erto D íaz en V era, 2003: 5). B arab as a firm a que la te rrito ria lid ad es un
im p o rtan te o rg an izad o r de la v id a social y que en tre o tras cosas con tribuye a a fian zar la
id en tid ad co lec tiva , y a que ésta se con stru y e en re lac ió n con el m ed io (B arabas, 2004:
115). L as id en tid ad es é tn icas req u ie ren u n espac io (s im b ó lico o fís ico ) en el cual
c im entarse , en el caso de los p u eb lo s ind ígenas se tra ta de aq u e lla g eo g ra fía en la que
h an rep ro d u cid o su v id a d esde h ace sig los y con la cual es tab lecen d iversas re lac iones
(com o el susten to de v ida, traba jo com unal, lu g a r do n d e d escansan sus an tepasados,
etcétera).
L a m ay o ría de los agen tes m ix es h izo re fe ren c ia a la tie rra y te rrito rio com o
p arte de su iden tidad . A p esa r de los m ú ltip les con flic to s p o r tierras, el espacio
g eo g ráfico es ap ro p iad o y s ign ificado p ara m arcar ex c lu siv id ad y d iferencias. Su
afirm ación co n fie re seguridad y co lo ca en ig u ald ad de co n d ic io n es a los que allí v iven.
L a a lu sió n al espac io natu ra l tam b ién está in stitu id a de m itos, cuen tos y ley en d as que lo
n o m b ran y exaltan . Se h ab la de lugares sagrados, p ro p ic io s para rito s y sacrific ios,
lugares donde v iv en de id ad es y aque llo s sitios que fungen com o sím bo los de la re lig ión
ayuuk: el ce rro del Z em poaltépe tl.
E ste m arcad o r está es trech am en te re lac io n ad o con las id en tid ad es
re sid en cia les y com un itarias, p e ro su reap ro p iac ió n co tid ian a in d ica la fo rm ació n de
sen tim ien tos de p erten en c ia y lea ltad a u n a u n id ad in c lu s iv a que co m p ren d e aquellas
id en tid ad es locales.
g) Costumbres: fiesta, religión y ritos
L a m ú sica y las fiestas fuero n citadas com o ca rac te rís tica del ser m ix e en la com un idad
donde realicé la investigac ión . E n cam bio , en las en trev istas con los in teg ran tes de SE R
no se h izo re fe ren c ia a éstas. N o obstan te , la o rg an izac ió n co n sid era que la fies ta fo rm a
p arte de la com unalidad , p ero no tien e u n a p ro p u es ta re lac io n ad a con este aspecto .
L as b an d as de m ú sica ayuuk son conoc idas local y reg io n a lm en te p o r su
destreza. E l espac io en el que co m ú n m en te son escuchadas es el de las fiestas
patronales. A éstas acu d en b an d as de co m u n id ad es v ec in as a “p ag a r” u n fa v o r o h acer
un com p ro m iso p ara que la b an d a de la co m u n id ad an fitrio n a acuda a las o tras cuando
éstas lo so licitan . N o ex iste pago y es la co m u n id ad la que se en carg a de d a r h o sp ed a je y
co m id a a to d o s los in teg ran tes de las b an d as en los tres d ías que du ran las fiestas. E sta
p rác tica ay u d a a re fo rza r los lazos de u n ió n en tre lo ca lid ad es y m o tiv a el flu jo de
in fo rm ac ió n y conocim ien tos.
355
L a d estreza m usical es am p liam en te v a lo rad a en to d a la reg ió n y el
re co n o cim ien to de las m ejo res b an d as o to rg a p restig io a la com un idad . É s ta es la
en carg ad a de p ro v eer los in stru m en to s m u sica les y el espac io p ara ensayar. E s com ún
que ex istan dos b an d as p o r cada com unidad : u n a de adu lto s y u n a de n iños.
C on re lac ió n a la ritu a lid ad y la re lig ió n ayuuk, los en cu estad o s las n o m b raro n
com o p arte de su ser, p ero no p ro fund izaron . E n los desp leg ad o s y los d iscu rso s de los
in teg ran tes de S E R n o ap a rec ió re fe ren c ia alguna. E ste rasgo no es expuesto
púb licam en te , aunque du ran te las fiestas percib í que los ayuuk son m uy re lig io so s y que
co n tin ú an p rac tican d o a lgunos de los an tiguos rituales. A lg u n o s estud iosos m en cio n an
que hay u n a c la ra d istin c ió n en tre ritu a les ca tó licos y an terio res a la lleg ad a de los
m isioneros; o tros afirm an que hay u n a m ezc la sincré tica de la re lig ió n in d íg en a y la
ca tó lica al co m b in ar in v o cac io n es a los d ioses an tiguos con o rac iones c ris tian as en ritos
de fe rtilidad , m o rtu o rio s y de cu rac io n es .176 177
P a ra Q u ech a la ritu a lid ad ay u u k co h esio n a a la com un idad , y es b ase de la
co n tin u id ad de su id en tid ad étn ica, en este sen tido , se es m ix e an tes que ca tó lico
(Q uecha, 2003: 17). N o p u ed o secundar tal a firm ación , y a que la m ay o ría de los ritos se
p rac tican de fo rm a ind iv idua l o en co m p añ ía de u n abogado o conocedor, o con la
fam ilia. A p esa r de que ex isten co in c id en cias en las fo rm as e in ten c io n a lid ad de los
ritos ay u u k en to d a la reg ión , no se pu ed e co n c lu ir que esta ritu a lid ad p ro p o rc io n a
co n tin u id ad a la id en tid ad m ix e cuando los agen tes apenas la nom bran . S E R no re to m a
estos e lem en tos com o rasgos ca rac te rístico s de su iden tidad , aunque hace re feren c ias a
u n a fo rm a p articu la r de re lac io n arse con la n a tu ra leza (de m u ch o respeto ), y en tre sus
ob je tivos está fo rta lecer este tip o de re lación.
L as m an ife stac io n es p ú b licas de la re lig io sid ad ay u u k son las m ay o rd o m ías de
los santos, esp ec ia lm en te del san to patrono . L as fies tas ce leb radas en h o n o r de ésto s son
la o p o rtu n id ad p ara fo m en ta r y fo rta lecer re lac io n es con o tras com un idades. K raem er
(2003) a rg u m en ta que si después de sig los los m ixes acep taro n la o rg an izac ió n p o lítica
y re lig io sa que les enseñaron los frailes, y c im en taro n su id en tid ad y u n id ad con las
fiestas d ed icadas al san to patrón , ah o ra no están d isp u esto s a p o n er en riesg o la
estab ilid ad de las com un idades. E sto se re lac io n a con la en trad a de re lig io n es
176 Kraemer afirma que los enjuiciamientos por idolatría contra los mixes, que fueron muchos y severos, resultaron en la coexistencia de dos religiones (2003: 97).177 Estos ritos requieren la presentación de ofrendas o regalos (sacrifico de aves, velas, tortillas, mezcal, cigarros).
356
p ro testan tes en la reg ión . D eb id o a que a lgunos de sus in teg ran tes no cum p len con
cargos, ni p artic ip an en teq u io s o en m ay o rd o m ías se han reg is trad o conflic tos. D esp u és
del d istrito de Ix tlán , el d istrito m ix e rep o rta el m ay o r n ú m ero de con flic to s re lig io so s al
D ep artam en to de cu ltos y asun tos re lig io so s del g o b iern o del estad o en tre 1975 y 1992
(K raem er, 2003: 102). S in em bargo , tam b ién se reg istran co n v iv en c ias con re lig iones
p ro testan tes sin que se a ltere s ig n ifica tiv am en te la v id a com un itaria , p o r ejem plo
Q u e tza ltep ec tu v o p ro b lem as con m iem b ro s de estas re lig iones, p ero en la ac tua lidad
hay u n a co n v iv en c ia de respeto .
E ste m arcad o r ilu stro p o sib le choques en con cep ció n del ser m ixe. S E R no lo
nom bra, pero p ara los po b lad o res de la co m u n id ad de estu d io es p arte v ita l de sus ser.
E sto in d ica que los m arcad o res tam b ién re sp o n d en a in te re ses y en la m ed id ad en que
pu ed an fo rm ar u n d iscu rso aco rde con las dem andas y p ro p u estas de la O M S se les
co n sid era rá im portan te .
178
h) Historia
E ste rasgo no h a sido el p red ilec to ni en el caso p u rh é ni en el ayuuk. E s p o sib le que el
té rm in o “H is to ria” no sea ce rcano a esto s p u eb lo s o que no en tiendan su sign ificado .
A lgunos re firie ro n a sus an tepasados, sus o rígenes o los p erso n a jes m ás sobresalien tes.
T am bién p u ed e su ced er que com o m en c io n a Y a su m u ra (2003) la h is to ria local y las
v iv en c ias perso n ales ten g an m ás im p o rtan c ia en el p lan o id en tita rio y n o las g randes
co n stru cc io n es que en la sociedad occ iden ta l suelen hacerse .
L o que llam a la a tenc ión es que S E R u tiliza la exp resión y hace re fe ren c ia a la
h is to ria com o u n aspec to d igno de resca ta rse y que les co n fie re d istin tiv idad . E n su
p ro y ecto trianual 1997-1999 esta o rg an izac ió n p lan tea , den tro del área de cu ltu ra y
educación , “ fo rta lecer la co n c ien tizac ió n sobre la h is to ria del P u eb lo M ix e y sobre los
v a lo res pasados y p resen tes de n u es tra v ida , au m en tan d o cu an tita tiv am en te y
cu a lita tiv am en te la cap ac id ad an a lítica y c rea tiv a de las co m u n id ad es m ix es p ara el
estud io , in v estig ac ió n y d esarro llo de n u estra cu ltu ra e id en tid ad ” (S E R , s/f: 118). E ste
p ro p ó sito hace suponer que la co n c ien c ia de u n a re lac ió n de h echos p asad o s es débil y
que es n ecesario h acer a lgo p ara refo rzarla . O que la h isto ria , com o construcc ión
occiden tal, fu e ad o p tad a p o r la o rg an izac ió n com o in stru m en to p ara in te rp re ta r su
pasado de acu erd o a u n p ro y ecto de fu tu ro aco rde con los in te reses que con sid eran los
178 De 1955 a 1975 los protestantes llegan a hacer proselitismo en la región mixe, especialmente en los municipios de Cotzocón, Totontepec, Quetzaltepec y Mazatlán (Kraemer, 2003: 102).
357
m ás ad ecu ad o s p ara el P u eb lo M ixe. L a reco p ilac ió n de cuen tos, ley en d as y m ito s ha
sido in s tru m en tad a p ara este fin , sin em bargo , el m ateria l reu n id o es aún escaso.
E ste rasgo (ten g o d udas en llam arlo m arcad o r de id en tid ad ) tam b ién puede
in te rp re tarse a la lu z de u n a H is to ria q u e to d o p u eb lo debe poseer. E s to im p lica la
fo rm ació n de esp ec ia lis tas en el cam po y la p ro d u cc ió n de co n o c im ien to s de fo rm a
escrita . E n el caso m ixe, no ex isten g ran d es h is to rias de la fu n d ac ió n de las
com u n id ad es y sus o rígenes no son claros. S in em bargo , los m aestro s y p ro m o to res
cu ltu ra les se han dado a la ta rea de av erig u ar esto s aspectos, y en c iertas ocasiones, han
d esp lazad o a los an c ian o s o cron istas de las com un idades. L a su p rem acía de la esc ritu ra
co lo ca en aprie tos a las cu ltu ras q u e h an recu rrid o al leg ad o oral para tran sm itir sus
conocim ien tos.
E s p o sib le q u e en la ac tu a lid ad h ay a d ificu ltad p ara id en tifica rse a trav és de este
rasgo , p ero u n a v ez o fic ia lizado , con lib ros, la h is to ria de am bos pu eb lo s puede
co n trib u ir a c rear u n a im ag en m ás u n ificad a de su ser; con sid ero que p o r lo m en o s SE R
p re ten d e esto.
V.3 El h a b itu s en el campo político de los movimientos indígenas
L as o rg an izac io n es in d íg en as d esa rro lla ro n el co n o c im ien to de la ló g ica del cam po
p o lítico de los m o v im ien to s p ara c rea r p rác ticas en la d isp u ta y p ro d u cció n de cap ita les.
T o d o s los agen tes que tien en cap ita les en el cam po partic ipan , p o r v ariad as razo n es e
in tereses, en la co n stru cc ió n de u n d iscu rso de la e tn icidad . C on esto tra tan de fav o recer
su p o sic ió n y la p o sesió n de sus cap ita les. L o s h ab itu s u tilizad o s p o r los agen tes que
e jercen el d o m in io y p o seen el m o n o p o lio del e je rc ic io del p o d er exp lo tan aquellos
e lem en tos in te rio rizad o s que recu erd an el co lo n ia lism o v iv id o desde el sig lo X V I. L a
p o sic ió n de do m in ad o s in te rio rizad a es ren o v ad a a trav és de p rác ticas que se v u elv en
na tu ra les en el cam po. S in em bargo , la p o sesió n de cap ita les (soc ia les, é tn icos y
cu ltu ra les) y la m em o ria de lu ch as en el h ab itu s de los agen tes su b ord inados ayudan a
cu estio n a r la d isposic ión del cam po.
C om o se expuso en los dos casos de estud io , la re lac ión de fu erzas en tre los
agen tes es d in ám ica y lo s cam bios de posic ión , aunque pocos, ocu rren com o parte de
ésta. L as in stitu c io n es del E stad o tra tan de m an ten e r u n con tro l y o rden de las
po sic io n es a trav és de la co n cesió n de recu rso s eco n ó m ico y la n eu tra lizac ió n del
358
d iscu rso ind ígena. E l m o n o p o lio que e je rcen en la d is trib u c ió n de recu rsos p ro v o ca que
otros agen tes (cac iq u es , em p resario s) b u sq u en alianzas con d ichas instituciones. S in
em b arg o , no tien en el cap ita l s im b ó lico n ecesario p ara m an ten e r d icho o rd en , p o r tan to ,
o tros agen tes in te rv ien en en la v a lo rac ió n de cap ita les.
L a p ro d u cc ió n que las O M S h acen de cap ita l é tn ico co n trib u y e a leg itim a r su
lucha. E n la p ro d u cc ió n de este cap ita l re sca tan e lem en tos del h ab itu s co m u n ita rio para
fo rm u la r s ign ificados a lte rna tivos de p u eb lo , co m u n id ad , derechos in d íg en as, en tre
otros. L a p ro d u cc ió n y p resen tac ió n de este cap ita l (ligado al h ab itu s co m u n ita rio y
ad qu irido m ed ian te la p rác tica ) fac ilita la fo rm ac ió n de espacios p úb licos a lternos en
donde las dem andas tien en m ay o r v is ib ilid ad (fo ros, en cu en tro s , asam bleas). E n este
sentido, las id en tid ad es é tn icas se construyen en el con traste en tre el “n o so s tro s” y el
“ o tro” y al m ism o tiem p o re sp o n d en a u n a id en tificac ió n in te rn a que de u n id ad al
“n o so tro s” .
E l hab itus del cam po, com o u n sistem a de esquem as gen erad o res (B ourd ieu ,
1984), p ro p o rc io n a e lem en to s p ara in v en ta r estra teg ias nuevas de lu ch a y dom inación .
A m b as están in te rre lac io n ad as y se m o d ifican con los cam bios que o cu rren en el cam po
y las p o sic io n es de los agentes. L as p rác ticas y h erram ien tas desa rro llad as p o r las O M S
resca tan e lem entos y experiencias del p asad o e im p lican ex p ecta tiv as del fu tu ro , tan to
de los agen tes que e je rcen re lac iones de d o m in ació n com o de so lid arid ad (estructu ras de
m ov illización ). D e fo rm a sim ilar, u tilizan ca tegorías y co n cep to s o cc id en ta les (de los
do m in ad o res) y los re s ig n ifican y dan nuevos sen tidos a sus d iscursos. P a ra G ros, la
construcc ión de u n n u ev o agen te no p u ed e rea liza rse sino cu estio n an d o el d iscu rso
an terio r o m o d elo nac iona l p o p u lis ta (G ros, 2000b: 190). E l u so que las O M S hacen de
la d iferencia , real o constru ida , les ayuda a estab lecer re iv in d icac io n es que de o tra
fo rm a carecerían de im p o rtan c ia en el con tex to actual. L a u tilid ad p o lítica que enc ierra
esta v a rian te nos co lo ca an te la p ro b lem ática del cam b io cu ltural.
E l paso de dem andas a derechos de las O M S ayudó a que éstas se co n stru y eran a
sí m ism as com o su jetos co lec tivos e in te rlo cu to res válidos. L a p ro d u cc ió n cu ltura l de
las O M S se re lac io n a con la co n stru cc ió n de u n p ro y ecto au tonóm ico . S in em bargo ,
com o afirm an B arab as y B arto lo m é (1999), este p ro y ecto y p ro p u esta de o rgan izarse
com o u n id ad es po líticas fac ilita ría su a rticu lac ió n con el E stad o , a m enos que d ichas
u n id ad es m an ten g an su p lu ra lid ad p o lítica in te rn a a través de u n a rep resen ta tiv id ad
leg itim ad a p o r su p ro p ia ló g ica social y o rg an iza tiv a (B arabas y B arto lo m é, 1999: 42).
359
Para Álvarez, et al., los movimientos sociales han redibujado las fronteras de lo
político, lo que significa que pueden subvertir las fronteras tradicionales -poder estatal,
partidos políticos, instituciones formales- del sistema político disputando la legitimidad
y aparente funcionalidad normal y natural de sus efectos en la sociedad (Álvarez, et al.,
1998: 11). Para el caso aquí estudiado considero que dichas fronteras no son tan
claras y las OMS se mueven alternando estrategias propias y copiadas de los agentes
que monopolizan el campo. Ciertamente, el movimiento indígena logró cuestionar, de
forma crítica, la legitimidad del sistema político y el poder de agentes como el Estado,
pero considero, que sólo el EZLN consiguió alterar las fronteras del sistema político.
Las organizaciones indígenas continúan actuando en los espacios impuestos por el
Estado (a la vez que crean otros) y aunque sus prácticas políticas combinan la
resistencia y la negociación con este agente han mostrado una dependencia de las
iniciativas zapatistas (Díaz Polanco, 2004: 351-352). No obstante, la característica de
las identidades aquí estudiadas es que se trata de identidades políticas que permiten la
movilización y el involucramiento en la acción colectiva. A pesar de que las OMS
siguen participando de la lógica del Estado la estrategia identitaria cuestiona los
principios de nominación y clasificación que permiten el monopolio del poder
simbólico en el campo político.
Las políticas de reconocimiento implementadas por el Estado trataron de
producir prácticas políticas acordes con sus lineamientos, sin embargo, las
construcciones identitarias de las OMS trastocan y evidencian las relaciones de poder y
las políticas de dominación de este agente y sus instituciones. Las organizaciones,
líderes y agrupaciones indígenas rescatan y readaptan elementos contenidos en el
habitus (sistemas de justicia comunitaria, el tequio, sistemas de reciprocidad) que les
permitan rebelarse ante su posición de dominados y percibir oportunidades políticas que
hagan posible su lucha. El movimiento indígena se ha apropiado de categorías como
interculturalidad, autonomía, autodeterminación, derechos indígenas y les confiere un
significado y sentido diferente al otorgado por los agentes que dominan en el campo. 180
179 Traducción mía180 Gros afirma que a partir de préstamos discursivos estos agentes organizan la oposición semántica: culturas sin clases ni dominación versus sociedades divididas, con poder coercitivo autoritario; culturas de la reciprocidad y del don versus sociedades de la mercancía, del interés y la explotación; comunidades solidarias versus sociedades del individualismo, egoísmo y desafiliación; culturas del respeto a la naturaleza versus sociedades organizadas bajo un capitalismo predatorio, culturas ejemplares de la diversidad versus un mundo dominante globalizado, reductor y homogeneizador (Gros, 2000b: 187).
360
Estos significados alternos han ayudado a formular sus demandas en términos de
derechos.
V. 4 La construcción conflictiva de las identidades étnicas en ambas
organizaciones
Algunos de los elementos o rasgos que los agentes apuntaron como defmitorios de su
ser provienen de un determinado habitus. Este sistema de disposiciones estructuradas y
estructurantes está orientado hacia funciones prácticas (Bourdieu y Wacquant, 1995) y
genera estrategias que responden a las circunstancias presentes reproduciendo su lógica
pero transformándola (Bourdieu, 1984). Por ejemplo, en el caso de los ayuuk, el habitus
instituido en su sistema normativo (sistema de cargos y la asamblea comunal)
suministra una serie de disposiciones que mantienen unida a la comunidad y que en la
actualidad les proporciona un rasgo definitorio que marca diferencias con el “otro”. Esto
implica disputas por utilizar “legítimamente” dichas disposiciones y conferirles
significados que posiblemente antes no tenían.
En la construcción de una identidad colectiva, SER identificó el habitus (cargos
cívicos y la asamblea) que aparece en todas las comunidades, lo potencializó y presentó
(junto con otros rasgos) con características benéficas para todos aquellos que se
consideren mixes. Esta presentación lo convierte en un marcador de identidad étnica.
Esta acción no es natural ni está exenta de intereses, responde a la inserción en el campo
político de los movimientos sociales.
La construcción de una identidad étnica requiere un conjunto de conocimientos
y aprendizajes del campo, aunque puede parecer que es un fenómeno común y que
cualquier individuo o grupo lo puede hacer. El concebir las identidades étnicas como un
recurso o capital responde a un contexto determinado (emergencia indígena) y a la
necesaria posesión de herramientas (estructuras d emovilización, difusión de la
etnicidad y otros capitales). Algunos integrantes de SER se han convertido en
especialistas dentro de este campo, y el desarrollo que han logrado en las discusiones
acerca de la autonomía y el derecho indígena favorece que sean reconocidos, por lo
menos en el ámbito regional. Por su parte, los integrantes de la ONP han visto disminuir
algunos de sus capitales y se han enfocado en proyectos electorales.
361
S E R expone el s is tem a de cargos y la asam b lea com unal com o rasg o s que
ca rac te rizan el serv ic io y so lidaridad de los m ix es tan to en el d iscu rso com o en la
p rác tica . E s ta o rg an izac ió n está es tru c tu rad a a p a r tir de la ló g ica de esto s m arcad o res: la
ocupación de p uestos y la d is trib u c ió n de fu n c io n es se rea lizan de fo rm a sim ilar que en
u n sistem a de ca rg o s, m an tien e la id ea del serv ic io a las co m u n id ad es y rea liza u n a
asam b lea de au to ridades m ix es anual.
E l llev ar estas in stitu c io n es a u n n ivel m ás am plio h a causado d esco n fian za en tre
aque llo s que m an tien en la co m u n id ad com o ú n ica fig u ra legal. T am b ién es com ún que
los agen tes recu rran a la id ea lizac ió n de m arcad o res (e sen c ia lism o ) p ara p re sen ta r su
id en tid ad lib re de conflic tos. S o n n le itn e r (2001) sug iere que h ay que co n sid era r la
d istin c ió n en tre las p rác ticas socia les y las rep resen tac io n es que de ellas co n stru y en los
actores. S E R h a in co rp o rad o ca rac te rísticas p o sitiv as que “ o tro s” con fie ren a los
llam ad o s uso s y costum bres. S in em b arg o , hay que ten e r p resen te que estos m arcadores
son d in ám ico s y hasta con flic tivos. R ecu é rd en se las m o d ificac io n es que han su frido el
s is tem a de cargos y las asam bleas com unales.
E l id io m a es el m arcad o r de id en tid ad é tn ica p o r ex ce len c ia en am bos g rupos
etno lingü ísticos. F o rm a p arte del cap ita l é tn ico y es el rasg o que con m ay o r inm ed ia tez
p ro v o ca d ife ren c ia en la in te racc ió n social. A p esa r de que no es v o lu n ta rio (se nace y se
crece en él) se pu ed e m o stra r u ocultar. P ro v ee a los agen tes de u n a estru c tu ra p síq u ica
y co g n itiv a p a ra la in teracción . E n él están con ten id o s los co n o c im ien to s y la h is to ria de
los p u eb lo s ind ígenas. E s d in ám ico , pero esta ca rac te rís tica es p oco p erc ib id a p o r los
agentes, lo que o casio n a que se le co n c ib a inm utab le . Su im p o rtan c ia rad ica en que
provee, com o n in g ú n m arcador, de u n sen tido de con ju n to a p esa r de las d iferencias.
P a ra los ay u u k su id io m a crea co m u n id ad p o r en c im a de las v a riac io n es
d ialecta les. C om o no im p lica co m p eten c ia en tre las co m u n id ad es no es tan conflic tivo ,
lo que no im p id e que cause exc lusión . C om o afirm a P ard o (1994), la lea ltad que
m u estran los m ix es hac ia éste co nstituye u n a estra teg ia de re sis ten c ia cu ltu ra l que les
p erm ite o rien ta r su fu tu ro en el m arco de su d in ám ica sociocu ltu ra l. S E R lo re to m a en la
fo rm a de p ro y ec to ed u cativ o y cen tra sus esfu erzo s en la p ro d u cc ió n de co noc im ien tos
re la tiv o s a éste com o m ed io de p re se rv ar su cu ltura. O tro s agen tes m ixes, com o
lin g ü is tas y m aestros, tam b ién m o tiv an la en señ an za de su id iom a, pero ex isten dudas y
d esco n fian za cuando es p resen tad o p ara co n seg u ir leg itim id ad en o tros espacios.
E n lo que re sp ec ta a los p u répechas, su id io m a es res ig n ificad o y se p resen ta
com o u n sím bo lo de un idad . E sto no im p lica n ecesariam en te que si se h ab la el p u rh é se
362
tien e la id ea de co n ju n to o co lec tiv id ad en tre qu ienes lo com parten . E sta id ea es c reada
p o r agen tes que han d esarro llad o u n a co n c ien c ia é tn ica y co n o cen el cam po po lítico . L a
O N P lo u tiliz a en este sen tido y p ro p o n e su o fic ia lizac ió n para fo r ta lece r su d efin ic ión
cu ltural. E n las ú ltim as décadas, los estud ios y aná lis is de este id io m a lo co locan en
igual p o sic ió n y co m p le jid ad que otros. E sto se re lac io n a con el aum en to de
esp ec ia lis tas en la len g u a y lite ra tu ra , p ro d u c to del resca te cu ltural y la ree lab o rac ió n
p o sitiv a den tro del cam po po lítico . A lo que se sum a el in terés que han pu esto agen tes
de esta cu ltu ra en el u so de m ed io s de co m u n icac ió n m asiv a (co m o la p ren sa y la rad io )
para ex p resarse en su id iom a.
L a co n cep ció n de u n so lo pueb lo , el P u eb lo o N ac ió n P urépecha , fu e fo rm u lad a
p o r p u rép ech as que d esa rro lla ro n u n a co n c ien c ia étnica. L os ag en tes p u rép ech as han
recu rrid o a d ife ren tes m ed io s y estra teg ias p ara p ro m o v erla y se d isp u tan su
rep resen ta tiv id ad (en tre ésto s es tán : O N P , N P Z , au to rid ad es y líd e res in d íg en as -co m o
Ju an C háv ez-, co m u n id ad es b e lig e ran tes -S an ta F e de la L ag u n a-, en tre o tros). P o r su
parte , S E R co n stru y e u n a id en tid ad co lec tiv a co m o el ser ay u u k a la p a r de la id ea de
u n id ad del p ueb lo m ixe. E s ta o rg an izac ió n h a sido la p u n ta de lan za en la rep ro d u cc ió n
de esta idea, p o r tan to , se reg is tra m en o r d isp u ta en su co n cep ció n y conform ación .
A dem ás, m an tien e el m ay o r g rado de re flex ió n en to rno a este tópico.
L a O N P fo rm u la su p ro y ecto en to rno a la N ac ió n P u rép ech a y lo re fu erza con
rasgos que d ig n ifican y co locan al p u rh é en el cen tro de éste. A d em ás del id iom a, la
p ro p ied ad com unal se p resen ta com o d is tin tiv o de su ser (y su re lac ió n de arm o n ía con
la tie rra ) y s ím bo los com o la b an d e ra purépecha . E sto s rasgos se h an co nvertido en
m arcad o res al se r reco n o cid o s p o r los en cu estad o s y los in teg ran tes de la o rgan ización .
L a p ro p ied ad com unal h a serv ido p ara d ig n ifica r el ser ind ígena. L a O N P se ha
v a lid o de esta fo rm a de po sesió n p ara m arca r d ife ren c ias con u n a p ro p ied ad que
p riv ileg ia el in d iv id u a lism o , y p o r tan to , es co n tra ria a sus ideales. C om o V ázq u ez ha
arg u m en tad o el e tn ic ism o p u rép ech a es u n in stru m en to de la acción social deriv ad o de
u n a p o lítica ag raria en el que el ser co m u n ero se d ign ificó y adem ás el ser in d íg en a
reco b ró p arte de su p asad o g lo rio so (V ázquez , 1986). S in em brago , los co n flic to s p o r
lím ites e in v asió n de tie rras son com unes en tre p u rép ech as y la v is ió n arm ó n ica con la
natu ra leza , v ía el ap ro v ech am ien to co lec tiv o y reg u lad o de lo s recu rso s na tu ra les, se
deb ilita a p a rtir de la e rosión de las tie rras cu ltivab les, lo s in cen d io s y la ta la
inm oderada. L a O N P h a recu rrid o a este m arcad o r p o rq u e tam b ién lo s co lo ca en igual
p o sic ió n que o tros p u eb lo s in d íg en as y m arca d ife ren c ia con lo s m estizos. L a
363
construcc ión de u n “n o so tro s” ap e la a u n a n o rm ativ id ad que es el su sten to del p royecto
au to n ó m ico y que tam b ién se tra ta de m ate ria liza r a p a r tir de la c reac ió n de nuevos
m u n ic ip io s o m u n ic ip io s in d íg en as. E l espacio co m u n ita rio se h a rev e lad o con m ay o r
fo rta leza que el espac io reg ional o su p ra lo ca l, p e ro el p ro y ecto de au to n o m ía de la O N P
es reg ional y au n q u e m en c io n a a la co m u n id ad co m o p rin c ip io rec to r se in c lin a p o r la
co n fo rm ació n de u n C o n se jo de P u eb lo s O rig in ario s que los g o b ie rn e . E sto in d ica que
la O N P se lecc io n a aque llo s rasgos que co n stitu y en el com ún de los in d íg en as en el pa ís ;
esto se d eb e , en tre o tras co sas , a que la id ea de P u eb lo -N ac ió n P u rép ech a es aún débil y
que las co y u n tu ras han m arcad o el p ro ceso de etn icidad .
A l igual que los p u rép ech as , los m ix es reco n o cen en la tie rra y su p o sesió n u n a
ca rac te rís tica de su ser. C om o N ah m ad afirm a, la fu e rza u n ificad o ra de los pu eb lo s y la
rev ita lizac ió n b ás ica se fu n d am en ta en la p ro p ied ad co lec tiva de la tie rra (N ahm ad ,
2003: 348). L a defen sa que h a s ign ificado este recu rso y los derech o s sobre él han
p ro v o cad o ac titudes d efen siv as y au toafirm ativas. E l in te rés de los agen tes en m an ten e r
este tipo de p ro p ied ad se re lac io n a con la co n se rv ac ió n de sus sistem as n o rm ativ o s y
re lig iosos. S in em bargo , los con flic to s in te rco m u n ita rio s y la d is tan c ia g eo g rá fica han
afec tado la co n stru cc ió n de u n a id en tid ad genérica; K ra em er (2003) afirm a, que en la
m ed id a en que los m ix es de la b a ja no conocen la zo n a m ed ia y alta, d o n d e h ab itan la
m ay o r p arte de los ayuuk, la id en tificac ió n con e llos será m u y ab strac ta o c ircu n scrita a
los en cu en tro s en las c iudades o fu e ra de sus contex tos. N o obstan te, S E R y o tros
agen tes p resen tan com o ca rac te rís tica de su p u eb lo la co n cen trac ió n de su p o b lac ió n en
u n solo te rrito rio . A lo que se sum a la rep resen ta tiv id ad que S E R ob tiene de sus
com un idades, a p a rtir de la aseso ría y apoyo que les b rin d a en la d efen sa de las tie rras y
los co n flic to s re lac io n ad o s con ésta.
O N P y S E R tam b ién se v a len de sím bo los p ara defin irse . L a b an d e ra p u rép ech a
h a sido p resen tad a p o r u n a g ran v aried ad de agentes. D esd e su creac ión , en S an ta F e de
la L aguna, es el s ím bo lo p o r ex ce len c ia del P u eb lo -N ac ió n P u rh ép ech a . A d em ás de
rep resen ta r las cua tro reg iones, rep resen ta la fu e rza y v a lo r de estas pob laciones. Q u izás
es el sím bo lo v isu a l que m ás se expone en ac tos o ficia les, aunque en las encuestas no
aparec ió com o tal. L os en trev istad o s tam b ién h ic ie ro n pocas re fe ren c ias a ésta, pero en
los fo lletos, desp legados, en la p ág in a de in te rn e t de la O N P ap arece en el lu g ar
p rincipal. Su u so es tan g en e ra lizad o que no se ob serv ó d isp u ta en su p resen tación .
P a rece que h u b ie ra u n acuerdo tác ito para u sa rse lib rem en te en tre los líderes, g ru p o s y
o rg an izac io n es que p ers ig u en la re iv in d icac ió n étnica.
364
Para los mixes, un símbolo que ha sido presentado en diferentes momentos y
espacios del ser ayuuk es el guerrero Cong Hoy. Además de SER, autoridades y grupos
culturales han expuesto su imagen como símbolo de fuerza y lucha. Las cualidades de
este guerrero (valentía y furia) se han introyectado en el ser mixe, elaborándose a partir
de su esto una redefinición afirmativa motivada por los logros y luchas del héroe mítico.
Aunque no se reflejó la conflictividad de este rasgo en el análisis hecho, es necesario
anotar que existen diferentes leyendas y casi cada comunidad tiene una versión
particular de este personaje que lo relaciona estrechamente con cada una. Los agentes lo
utilizan, incluidas las autoridades, para marcar un distintivo de fuerza y defensa del
Pueblo Mixe.
Ambas organizaciones tratan de crear marcos de motivación que involucren y
muevan a los integrantes y no integrantes. Participan en la elección de rasgos y
marcadores para construir un ser ideal, que en la práctica se percibe más conflictivo. En
ambos casos, las organizaciones son cuestionadas por especialistas, ya sean maestros
purépechas y mixes, investigadores mestizos, abogados indígenas, artistas purépechas,
etcétera. Otras organizaciones y grupos también intentar lograr legitimidad entre las
comunidades (organizaciones afiliadas a partidos políticos, grupos de productores,
asociaciones de artesanos, grupos culturales, etcétera). En esta lógica la autenticidad de
los discursos y acciones de organizaciones y líderes está en el centro de la discusión. En
las tres últimas décadas ambos pueblos desarrollaron una conciencia étnica a partir de
procesos de negociación, intercambio y visiones contrapuestas del ser purhé y el ser
ayuuk.
Con la construcción de las identidades étnicas aquí referidas podemos apoyar la
afirmación que hace Albert acerca de la construcción de discursos alternativos: “la
política de asignación identitaria y territorial del Estado se ha vuelto contra su propio
autor bajo la forma de un discurso de afirmación étnica y de reivindicación legalista que
se alimenta sin cesar de los disfuncionamientos y de la duplicidad del indigenismo
oficial” (Albert, 2004: 227). Los actores continúan valiéndose de dichas políticas para
crear una identidad supracomunitaria que parezca uniforme y armónica. Esto implica la
elección de marcadores que refuercen la idea de continuidad a pesar de las
discontinuidades. Estas elecciones también responden a transformaciones en los
sistemas sociales de los cuales forman parte, ya que en la percepción de un agravio o de
una oportunidad para cambiar la situación que se vive se entrelazan diferentes aspectos:
365
la co n c ien c ia étn ica, las p o sib ilid ad es de éx ito (idea de un idad ), los id ea le s (proyecto),
los agen tes del cam bio , en tre otros.
E ste an á lis is m o stró q u e ex isten m arcad o res de id en tid ad q u e fu n c io n an h ac ia el
in te rio r y al ex terior, o en am b o s p lanos. L a co n stru cc ió n de sím bo los resp o n d e a
co n tin u id ad con las co stu m b res y m ito s de la p ro p ia cu ltu ra y son fam ilia re s para todos
los in teg ran tes del g rupo etno lingü ístico . N o son ex c lu siv o s de u n a o rgan ización ,
aunque su p resen tac ió n sí im p lica d isputas. E l tip o de espacios en los que se exponen es
crucial para im p lica r a in d íg en a y no ind ígena. L a e lección y p red ilecc ió n p o r tal o cual
rasgo tam b ién m o tiv a en fren tam ien to s que no son v isib les, pero que se p erc ib en en la
p resen tac ió n que se h ace de ellos fren te al “ o tro ” . L a e lecc ión de esto s m arcadores
tam b ién se v e in flu id a p o r ese “ o tro ” fren te al que se q u iere m arca r oposición ,
d iferencia, s im ilitu d ; o fren te al que se qu iere cau sar s im patía e in terés. L o s m arcad o res
tam b ién cam bian , u n as v eces son m ás am p lio s e in c lu y en tes y o tras v eces se v u e lv en
ex c lu siv o s al g rado que su co n o c im ien to im p lica la creac ión de g rupos de especialistas.
C o m o se ap rec ia tam b ién p u ed en fu n c io n a r com o recu rso s o cap ita les que se p roducen ,
in te rcam b ian y n eg o c ian en el cam p o p o lítico de lo s m o v im ien to s ind ígenas.
A m b as p o b lac io n es ex p e rim en tan conflic to s ag rario s p o r años, y a p esa r de que
en d e term inados m o m en to s se u n en para en fren ta r a u n te rcero , g en e ra lm en te ex terno ,
las renc illas no desaparecen . K raem er a rg u m en ta para el caso m ix e que las co m u n id ad es
de han som etido a cen tros de p o d er ex terno y en tre sí con v iv en m ed ian te v ín cu lo s
igualita rio s, pero lo que no se ha p o d id o estab lecer es u n a re lac ió n de subord inac ión
en tre co m u n id ad es m ix es (K raem er, 2003: 53). Q uizás lo que m an tien e la ten sió n en tre
éstas sea p rec isam en te el pe lig ro de su b o rd in ac ió n que pu ed a o cu rrir an te u n p royecto
de u n ificac ió n reg ional. E s to se p u ed e o b serv ar en la p u g n a p o r d efin ir cabeceras
m u n ic ip a les en el caso de u n a p o sib le rem u n ic ip a lizac ió n en tre los p u répechas, y en la
pugna p o r d efin ir la cabecera d istrita l en los años tren ita del sig lo X X en tres los m ixes.
L a id en tid ad com un itaria , los fuertes lazos que estab lecen con su te rrito rio y la m anera
de re so lv e r los con flic to s (al in te rio r de la asam b lea) de fo rm a re la tiv am en te ráp ida han
p ro v o cad o que las d ispu tas en tre co m u n id ad es p o r tie rras se p ro lo n g u en p o r décadas.
E l no m b rarse h oy p u rh é o ay u u k tien e o tro sign ificado . L os d iscu rsos y las
p rác ticas re iv in d ica tiv as están ten ien d o resu ltad o s en los ám bitos locales, de la
co tid ian idad . A m b as o rg an izac io n es están co sech an d o fru tos que sem b raro n un
n u m ero so g rupo de agen tes d esde la d écad a de los sesenta. A u n q u e ex isten el rac ism o y
la d iscrim inación , los p u rhé y los ay u u k h oy m an tien en u n p ro y ecto que aún está en
366
construcción , que p re ten d e el ben e fic io co lectivo . U n a id en tid ad com o la que
confo rm an se co n v ierte en u n cap ita l s im bó lico que cam b ia la fo rm a de com porta rse del
“n o so tro s” y del “ o tro ” . L o que no im p lica que estas d efin ic io n es sean in m u tab les y
duren p ara siem pre.
C o n este an á lis is se ob serv a la co n stru cc ió n de su je to s-ag en tes co lec tivos que
crean u n a id en tid ad en u n cam po p o lítico no p rop io , y se v a len de ap ren d er nuevos
h ab itu s que les p e rm itan n eg o c ia r y v a lo ra r cap ita les. E sto s cam pos son ig u alm en te
con flic tivos, pero no p o r eso dejan de v o lv erse co n testa ta rio s p o r su so la p resencia . E s
así que el “ o tro ” , el E stad o , resp o n d e a u n a serie de d iscu rsos que p u g n an p o r espacios
de to m a de d ec isio n es que no im p lican o cu lta r ni m en o sp rec ia r lo p rop io , la e tn ic id ad o
el ser ind ígena.
367
CONCLUSIONES
E n p rin c ip io an o taré las h ip ó tesis que gu iaro n la in v estig ac ió n y exp o n d ré la con c lu sió n
a la que lleg u é en cad a . E n seg u id a expo n g o las re flex io n es fin a le s.
-“L a co n stru cc ió n de id en tid ad es étn icas en las o rg an izac io n es in d íg en as es parte de los
p ro ceso s enm arcadores que dan sen tid o , ju n to con las estru c tu ras de m o v ilizac ió n y las
oportu n id ad es po líticas, a u n a acc ió n co lec tiv a” . E sto re su lto a firm ativo , pero adem ás
las co nstrucciones, id en tid ad es étn icas, fu n c io n an com o cap ita les que se u tilizan de
fo rm a estra tég ica en el cam po.
-“E n el cam po p o lítico de los m o v im ien to s in d íg en as u n o de los cap ita les sim b ó lico s (o
é tn ico s) que tien e v a lo r p o sitiv o y que h a ay u d ad o a lo g ra r u n a p o sic ió n m enos
d esv en ta jo sa a las o rg an izac io n es in d íg en as es la id en tid ad é tn ica” . E n los casos
estud iados la id en tid ad é tn ica tien en un v a lo r positivo , esp ec ia lm en te en tre los
d irigen tes e in teg ran tes m ás cercanos de las O M S , pero aún se reg is tran valo res
n eg a tiv o s asoc iados al ser ind ígena. L a p o sic ió n de m en o r d esv en ta ja de las O M S no
resp o n d e ú n icam en te u n a id en tid ad co lectiva , sino que o tros cap ita les cu ltu ra les y
sociales co n tribuyen (ed u cac ió n y p rep arac ió n de los d irig en tes y las redes de
so lidaridad y alianza). C ie rtam en te la id en tid ad les o to rg a leg itim id ad y p restig io , pero
sin ese capital se ría m u y d ifícil que acced ieran com o agen tes p o lítico s reco n o cid o s en el
cam po.
-“L a co n stru cc ió n de id en tid ad es étn icas de O N P y S E R resp o n d e a u n con tex to
nac ional s im ilar (em erg en c ia in d íg en a) y a p ro ceso s de re iv in d icac ió n p ro p ic iad o s a
p artir del lev an tam ien to zap a tis ta en 1994” E n am bos casos los p ro ceso s de
o rgan izac ió n p o lítica em erg en desde la décad a de los se ten ta y se re laciona,
especia lm en te , con la d efen sa de los recu rso s na tu ra les y la tierra . L a em erg en cia
in d íg en a es u n fac to r a favor, pero no d e term in a su aparición . Tal v ez los p ro ceso s de
reestru c tu rac ió n del E s tad o in flu y ero n m ás en la fo rm ació n de o rg an izac io n es
ind ígenas. E l lev an tam ien to del E Z L N ca tapu ltó , con ju n tó las ex p erien c ias reg io n a les y
ag lu tinó las d em andas del m o v im ien to en un p ro y ecto m ás am plio e in teg ra l: la
au to n o m ía en sus d iferen tes n iveles. E n am bos casos, los p ro ceso s h is tó rico s reg iona les
368
m arcaro n el d esa rro llo y las líneas de acción de las o rgan izac iones estud iadas. A m bas
reco n o cen y se sum an a los A cu erd o s de San A ndrés y la p ro p u esta de la C O C O P A ,
pero no se lim itan a esto s docum en tos, sino que exp lo ran o tras fo rm as de g an a r espacios
de acc ió n y decisión .
-“L a id en tid ad é tn ica (p u rép ech a o m ixe) es u n a re lac ió n que p erm ite la in te racc ión
en tre 'n o s o tro s ' y los 'o t ro s ' y tam b ién es u n recu rso (cap ital é tn ico ) que con trib u y e a la
co nsecución de o tros fin es” . L a id en tid ad é tn ica es u n a co n stru cc ió n re la tiv am en te
n u ev a que tra ta de rep ro d u c ir u n a in te racc ió n h o rizon ta l en donde el “n o so tro s” tien e
u n a v a lo rac ió n p o sitiv a y tra ta de o cu lta r las d ife ren c ia in ternas, lo s lo ca lism o s y los
con flic to s en tre co m u n id ad es ind ígenas. L as O M S p artic ip an y en o casiones aparecen
com o las que dan d irecc io n alid ad a id en tid ad es étn icas que ab a rq u en e in c lu y an a las
id en tid ad es co m u n ita rias y re s id en c ia les (m uy fuertes en tre estas pob laciones). L a
construcc ión de estas id en tid ad es responde a la n ecesid ad que tien en lo s pueb los
ind ígenas de fo rta lecerse y c rear fren tes de lu ch a y n eg o c iac ió n con o tros agentes. E n el
cam po p o lítico la s id en tid ad es tien en las ca rac te rís ticas de u n capital que con tribuye a
o b ten er o tros (cap ita les eco n ó m ico s (financiam ien to ), cap ita les socia les (a lianzas y
redes de re laciones, so lid arid ad ) y lo s agen tes h acen u so de lo s m arcad o res de id en tid ad
y de d iscu rsos esen cia lis tas p a ra re fo rza r su leg itim idad . E s ta id en tid ad es cam b ian te y
flex ib le , resp o n d e al “ o tro ” fren te al que se p resen ta y al espacio en el cual se expresa.
N o está en co n trad icc ió n con o tras id en tid ad es co m o el ser m ex icano , ser de C herán o
ser com un itario , sino que se sob reponen y aco m o d an sin aparen te conflic to .
-“L a co n stru cc ió n de id en tid ad es étn icas ay u d a a c rear co h esió n al in te rio r de las
o rg an izac io n es in d íg en as (O N P y SER), lo que a su v ez p ro p o rc io n a e lem en tos p ara la
co nsecución de u n a acc ió n co lec tiv a (m o v im ien to in d íg en a) en O ax aca y M ich o acán ” .
L a co n stru cc ió n de estas id en tid ad es es d in ám ica y conflic tiva. E s u n p ro ceso doble,
hac ia el in te rio r y h ac ia el ex terior. A la v ez que lo s ag en tes re to m an e lem en to s que son
com unes a to d o s lo s p u répechas o m ixes b u scan que éstos creen d ife ren c ias con o tros
pueb los in d ígenas y m estizos. Se reg istra ro n d ife ren c ias en la ap rec iac ió n en tre
d irigen tes de la s O M S y p o b lad o res de las co m u n id ad es en re feren c ia al ser p u rép ech a y
m ixe, pero la im ag en que han co n stru id o las o rg an izac io n es tra ta de ser p resen tad a
com o la oficial, au n q u e tam b ién cam b ia y se p o ten c ian a lgunos rasgos sobre o tros según
el espacio de expresión . M ás que c rear cohesión p erm ite que las O M S a lcancen o tros
369
fines, y a que a p a r tir de ésta se re fu erzan sen tim ien to s de so lidaridad y pertenencia . L a
id en tid ad étn ica, las dem andas de re iv in d icac ió n é tn ica y el p ro y ecto que p ro p o n en las
o rg an izac io n es dan sen tido a la acción co lectiva.
L os dos casos an a lizad o s in d ica ro n que los co n tex to s h is tó rico s d e term in an los
p ro ceso s de o rg an izac ió n p o lítica en tre las p o b lac io n es in d íg en as co n sid erad as. C on
re lac ión a las teo ría s de los N M S , se consta tó que los an teced en tes en el m o v im ien to
cam pesino p ara el caso de M ich o acán m arcan co n tin u id ad con el m o v im ien to in d íg en a ,
y en el caso de O axaca, la defen sa de sus recu rso s y las lu ch as en con tra de cacicazgos
ayudaron a co n c re ta r las o rg an izac io n es. A m b as nac ie ro n p a ra d efen d er sus recu rsos y
tie rra con tra el E stad o y sus p o lítica s . D esp u és han negociado , p e ro se re s is ten a
c ircu n scrib irse p o r en tero a las reg las de éste y tra tan de m an ten e r su in d ep en d en c ia .
C iertam en te el e lem en to id en tita rio es fuerte y es tá p resen te en am bas acciones
co lectivas, p e ro tam b ién ap arec ie ro n e lem en tos m ateria les que definen a los
m o v im ien to s in d íg en as.
D esd e el p u n to de v is ta de las teo rías de la M R , las o rgan izac iones no fu n c io n an
sólo com o g rupos de in terés, que u n a v ez a lcan zad o s sus o b je tiv o s d esap arecen . P o r el
con trario , sus dem andas se am plían frecu en tem en te y siguen d em an d an d o derech o s.
A dem ás, co n c ib en o tras v en ta ja s del ac tu a r en fo rm a co lec tiv a com o g an a r fo rta leza
p ara n eg o c ia r y ev ita r co n flic to s in te rn o s.
L as p rin c ip a le s situac iones en que se p erc ib e la acción co lec tiv a es cu an d o las
O M S, líderes, g rupos, e tcé tera se en fren ta al E stad o cuando éste e jerce v io len c ia con tra
a lgunos de sus in teg ran tes, cuando el E Z L N hace u n llam ad o o cu an d o p erc ib en
p o sib ilid ad es de cam bio (c reac ió n de ley es). E l tip o de acción que en la ac tua lidad
p red o m in a en el m o v im ien to in d íg en a es de d efen sa . L as O M S tra tan de m an ten e r
log ros ganados, adem ás de que el co n tex to es m ás d ifícil que hace 10 años o m ás. El
an tag o n is ta (e l E s tad o ) esp ec ia lizó su d iscurso , la seguridad de E stad o ap a rec ió com o la
n u ev a d irec triz y la p o lítica h ac ia las p o b lac io n es in d íg en as está d esapareciendo . S e han
red u cid o los espacios de dec isión , aunque no los de d iálogo . E sto tam b ién ob ligó a las
o rg an izac io n es a p en sa r en o tras v ías de acción. P arece que a p esa r de las críticas las
O M S se están rep lan tean d o la v ía elec to ral y los p artid o s p o lítico s com o m ed io s de
acced er a espacios de decisión . E sto tam p o co in d ica que las o rg an izac io n es sean
n ecesariam en te u tilizad as p o r los p artid o s po líticos, las O M S pu ed en u tiliza r las sig las
370
de los p artidos g an ad o res y n eg o c ia r p o r co tas de p o d er al in te rio r de éstos. E sto se
ob serv a con la re s is ten c ia de la O N P p ara ro m p er con el P R D y en las p lá ticas
in fo rm ales q u e h an estab lec id o a lgunos de los d irig en tes de S E R con personal del PR D .
E l m o v im ien to in d íg en a co n stru y ó u n cam po p o lítico en el cual sus d em an d as tuv ieran
v is ib ilid ad y p u d ieran ser n eg o c iad as esp ec íficam en te con el E stado . P a ra tal fin
n ecesita ro n p resen ta rse y defin irse desde su d ife ren c ia cu ltural. L a co n stru cc ió n del
no so tro s recu rrió a e lem en to s sim b ó lico s y cu ltu ra le s , pero tam b ién m ateria le s y de
superación . H asta h ace po co la id en tid ad é tn ica h a im p licad o m ejo rías o ven ta ja s sobre
o tras iden tidades, com o el ser cam pesino , jo rn a le ro , hom bre, m ujer, etcétera.
E sto s cam bios en la id en tid ad se re lac io n an con cam bios estru c tu ra les co m o la
in ten sificac ió n del cap ita lism o , m ay o r v u ln erab ilid ad de las com un idades ind ígenas,
m ay o r in tro m isió n de las dep en d en cias gubern am en ta les, crisis de leg itim ac ió n al
in te rio r de las com un idades. A dem ás, el “ o tro ” fren te al que se co n stru y en estas
id en tid ad es p arece cad a v ez m ás am biguo , m u ltifacé tico y hetero g én eo , no está
determ in ad o de u n a v ez para siem pre. A lg u n as v eces o to rg a apoyos, o tras reprim e,
a lgunas concede facilidades, o tras ex iste d iálogo , etcétera. E sto tam b ién con tribuye a
q u e las O M S u tilicen las id en tid ad es com o estra teg ias q u e pu ed en u tiliza rse y
m o d ificarse sin tan to s p rob lem as. T am b ién hay q u e señ a la r q u e no to d o s los agen tes
com parten o con sid eran el fo rta lec im ien to de su id en tid ad y su cu ltu ra com o m ed io de
superar sus con d ic io n es de v ida. A lg u n o s p o b lad o res no se m o stra ro n o rg u llo so s de su
id en tid ad y d en u n c ia ro n la d iscrim in ac ió n q u e sufren.
A dem ás, en estas co n stru cc io n es tam b ién hay re lac io n es de poder, g rupos
esp ec ia lizad o s y re lac io n es de sub o rd in ac ió n en tre in teg ran tes de las O M S y con
com unidades. Y la fo rm ació n de o rg an izac io n es c rea d iv isió n en tre co m u n id ad es y al
in te rio r de éstas.
E n los estud ios sobre m o v im ien to s socia les se d iscu ten po co los aspec tos de
rep resen ta tiv idad , re lac io n es en tre d ife ren tes o rgan izac iones, liderazgos, re lac ió n en tre
rep resen tad o s y rep resen tan tes. P o r el con trario , se han p riv ileg iad o los im pactos de los
m o v im ien to s h ac ia el ex terio r y las in flu en c ias q u e ocasionan en las sociedades de las
que fo rm an parte . E l es tu d io aquí p resen tad o abordó a lgunos de estos tó p ico s y co locó
en el cen tro de la d iscu sió n las estra teg ias y recu rso s que las o rg an izac io n es del
m o v im ien to in d íg en a u tilizan p ara luchar, negociar, y co lo carse en p o sic io n es m ás
v en ta jo sas con el fin de co n seg u ir re sp u estas a la co n secu ció n de sus dem andas de
re iv in d icac ió n étnica.
371
L a co n stru cc ió n del cam p o p o lítico de los m o v im ien to s in d íg en as p erm itió
id en tifica r los ag en tes y p o sic io n es que ocupan , así com o lo que ac tiv a el cam po,
aque llo que está en ju eg o . L a e tn o g ra fía m o stró que las o rg an izac io n es del m o v im ien to
ac tu a lm en te tra tan de c rear g rupos étn icos d ife ren c iad o s p ara o b ten er su reco n o cim ien to
constitucional. U n o de los m ed io s p ara co n trib u ir a esa c reac ión es la co n stru cc ió n de
id en tid ad es co lectivas. L os p ro ceso s de re iv in d icac ió n y la co n stitu c ió n de un cam po
p o lítico fac ilita ro n que agen tes com o las o rg an izac io n es ind ígenas, co n v irtie ran la
id en tid ad étn ica, com o re lación , en un cap ita l s im b ó lico o é tn ico con v a lo r positivo .
L a co n secu ció n de u n a acción co lec tiv a (m o v im ien to in d íg en a) en O ax aca y
M ich o acán resp o n d ió a las o p o rtu n id ad es y las estru c tu ras de m o v ilizac io n es que
poseen las o rgan izaciones. L os p ro ceso s enm arcadores, com o m arco s de in te rp re tac ión ,
d ieron sen tido a la acc ió n co lec tiv a y ayu d aro n a co n stru ir las id en tid ad es étn icas. L a
p resen tac ió n de éstas o to rgó leg itim id ad a sus creadores.
L a id en tid ad é tn ica es u n a co n stru cc ió n que resp o n d e al con tex to y al
su rg im ien to y acc io n es de u n E stad o que m o tiv ó la d esap aric ió n de las d ife renc ias
cu ltu ra les en su in terior. D esd e esta ó p tica la co n stru cc ió n de u n a id en tid ad así es u n a
re sp u esta a p resio n es ex ternas (n eo lib e ra lism o m u lticu ltu ra l) m ed ian te la ree lab o rac ió n
de las fro n te ras de los g ru p o s étn icos com o ano tan N agel y S nipp (1993). E n los casos
estud iados, las id en tid ad es sup racom unita rias, co m o el ser p u rép ech a y se r m ixe, no se
lim ita ro n a fac ilita r la in te racc ió n en tre 'n o s o tro s ' y los 'o tro s '. L as o rg an izac io n es
ind ígenas p artic ip a ro n de su tran sfo rm ac ió n en un recu rso (cap ital é tn ico ) que
con tribuye a la co n secu ció n de fines.
L a co n stru cc ió n de id en tid ad es é tn icas de O N P y S E R resp o n d ió a u n con tex to
nac ional sim ilar, pero p rin c ip a lm en te a los p ro ceso s reg io n a les y loca les de am bos. A
p esa r de que el lev an tam ien to zap a tis ta en 1994 p erm itió u n m ay o r co n o c im ien to de la
lu ch a in d íg en a y con trib u y ó a la d ig n ificac ió n del ser ind ígena, lo s p rocesos
re iv in d ica tiv o s de am b as o rg an izac io n es sigu ieron un ritm o p ro p io y la co n q u is ta de
log ros se re lac io n a m ás con la m ad u rez de sus p royectos.
L a id en tid ad é tn ica p u ed e co n sid erarse u n a id en tid ad em ergen te , lo que in d ica
que si ocu rre u n cam bio en las con d ic io n es es p o sib le que desaparezca . S in em bargo ,
considero que a p e sa r de que es re su ltad o de cam bios estru c tu ra les se c im ien tan en
aspectos p resen tes en las com un idades, y p o r tan to d ifíc iles de desvanecerse . E s m ás
p ro b ab le que ex istan cam bios al in te rio r de las id en tid ad es é tn icas (co m o p o r ejem plo ,
que los m arcad o res que las con fo rm en cam bien , se tran sfo rm en o se adecuen a nuevos
372
escenarios) que se esfum en. A dem ás, su co n tin u id ad es v ita l p a ra que los pueb los
ind ígenas lo g ren co n seg u ir su reco n o c im ien to y co n v iv ir en m ejo res co n d ic io n es de
d esarro llo den tro del E stad o del cual son parte.
L os m ixes, y p rin c ip a lm en te los pu répechas, ad q u irie ro n y d esa rro lla ro n una
d ign idad y o rg u llo en el ser ind ígena. L a id en tid ad é tn ica les o frec ió un recu rso y
espacio de p ro tecc ió n y so lidaridad que an terio rm en te no ten ían , y a que las id en tid ad es
com u n ita rias o re s id en c ia les d o m in ab an la d efin ic ió n personal y grupal. A p esa r de que
éstas aún son m u y fuertes, no im p id en la c reac ió n de u n a id en tid ad m ás am plia . E n los
casos an a lizad o s se observó que las id en tid ad es se aco m o d an en n iv e les de inclusión .
L as id en tid ad es com u n ita rias no n ecesariam en te se en fren tan a las id en tid ad es
sup racom unita rias. L a ca lidad de es tra teg ia de la id en tid ad se ap lica m u y b ien en este
aspecto . E n d e term in ad o s espacios y fren te a los “ o tro s” se ex p o n en u n as y ocu ltan
otras. L as id en tid ad es co m u n ita rias func ionaron , y aún lo hacen , com o sistem as de
re sis ten c ia cu ltural. C o in c id o con D ie tz (1999) cuando afirm a que u n a id en tid ad
co lec tiv a a la que asp iran estos agen tes es n eg o c iad a tan to local com o reg ionalm ente .
E sto se co n firm a con la p erm an en te co n stru cc ió n de fro n te ras de lo s agen tes sociales en
re lac ión con u n a u n id ad de g ru p o (P u eb lo M ix e o N ac ió n P urépecha). E n este sentido,
el es tu d io de las co n stru cc io n es iden tita rias, a trav és de las teo rías de los m o v im ien to s
sociales, m o stró d inám icas que se re lac io n an con o tros cam pos. P o r ejem plo , las
d ispu tas p o r tierras y recu rso s co rresp o n d en al cam po económ ico , pero la lu ch a que las
o rg an izac io n es llev an a cabo en laza espac ios socia les d iferen tes.
E n espacios co tid ianos, com o el ám bito com un itario , no era n ecesario exponer
u n a id en tid ad é tn ica h as ta hace p o r lo m en o s tres décadas. L a crisis de leg itim id ad de
las estru c tu ras co m u n ita rias o casio n ó frac tu ras al in te rio r y la necesid ad de reu n irse en
g rupos de apoyo y resistenc ia . L a id en tid ad é tn ica em pezó a con fig u rarse en b ase a
éstos.
C o in c id o con G ros cuando a firm a que, b a jo el d iscu rso del resp e to a las cu ltu ras,
el E stad o n u n ca estu v o tan p resen te en los asun tos in te rn o s de las co m u n id ad es com o
ahora. C uando éste reco n o ce a los g ru p o s étn icos, sus o rgan izac iones, líderes,
in te lec tua les, g rupos cu ltu ra les, etcétera , com o in te rlo cu to res v á lidos, tam b ién los
p roduce b a jo su lóg ica. C o m o G ros afirm a, tien e la necesid ad de u n in te rlo cu to r en la
era del m u lticu ltu ra lism o , p o r tan to , in stitu y e y leg itim a u n a fro n te ra étn ica, que se
ob liga a p ro teg e r (G ros, 2000b: 181).
373
L a en trad a de in stitu c io n es y p ro g ram as en las co m u n id ad es no in d ica el re tiro
del E stad o com o se c re ía . É ste tran sfo rm a sus m éto d o s de in flu en c ia y co n tro l, y a no
aparece com o esa g ran in stitu c ió n o m n ip o ten te , sus ram ificac io n es son las q u e lleg an a
los espacios ín tim o s y adop tan los d iscu rsos p o líticam en te co rrec to s con resp ec to a las
p o b lac io n es ind ígenas. C o m o B arto lo m é (1998) señala, las re feren c ias ”nu estro s
in d io s” , “n u estras trad ic io n es” , “n u estro g lo rio so p asad o ” son p arte de los recu rsos
re tó rico s de los d iscu rso s o fic ia les con los cua les el E stad o tra ta de leg itim ar
id eo ló g icam en te u n a ex p ro p iac ió n co n su m ad a de facto.
E sto no im p lica q u e el m arg en de acción sea in ex is ten te , sino q u e los agen tes
están d esa rro llan d o , cad a v ez , n uevas estra teg ias p ara en fren tar la dom inación . T am b ién
hay q u e ad v e rtir q u e la construcc ión de id en tid ad es étn icas no crea n ecesariam en te
cohesión al in te rio r de las o rg an izac io n es in d íg en as (O N P y S E R ), es m ás acertado d ec ir
q u e estas co n stru cc io n es son co n flic tiv as y q u e es la p resen tac ió n de éstas la q u e crea
afin idades q u e pu ed en ser can alizad as en el p ro y ecto de las o rgan izaciones. In c lu so , la
construcc ión de id en tid ad es é tn icas en a lg u n o s casos h a o rig inado re lac io n es de
sub o rd in ac ió n y ex p lo tac ió n con o tros sec to res de la po b lac ió n y al in te rio r de los
g rupos etno lingü ísticos. L as d ispu tas en tre o rg an izac io n es in d íg en as p o r p re sen ta r la
v e rs ió n m ás “ leg ítim a y au tén tica” del p u rép ech a o de la N a c ió n p u rép ech a ilu stran este
punto . Y el fo rta lec im ien to de la id en tid ad zap o teca tam b ién h a in flu id o en las
re lac iones q u e estab lecen con o tros g rupos é tn ico s, com o el m ixe. V isio n es ex trem as
pu ed en d esem b o car en esen cia lism o s y rac ism o s p erju d ica les p a ra la lu ch a é tn ica , ya
que a islan a los agen tes y c ierran el d iálogo.
D ad o que la id en tid ad no es solo u n recu rso , su ren o v ació n tam b ién in d ica
cu estio n am ien to s a los sis tem as in te rn o s de rep ro d u cc ió n social en las co m u n id ad es y
fo rm as d ife ren c iad as de in troyec ta rlas. S in d u d a , la ex is ten c ia de crite rio s de g anancias
y pérd idas a la h o ra de ex p o n erla y au to d efin irse con b ase en m arcad o res y crite rios
id en tita rio s está p resen te . L a exp o sic ió n de m arcad o res tam b ién se re lac io n a con el
con tex to en el que éstos se p resen tan . A p esa r de que las co n stru cc io n es d iscu rsiv as de
los agen tes tien en u n fu e rte ca rác te r de “ o p o sic ió n ” (que a su v ez resp o n d e a u n a
in ten c ió n de d ife ren c iac ió n ) tam b ién pu ed en ser m an ip u lad as y c rear s im patía y u n id ad
con o tros g rupos m inorita rio s, desp ro teg id o s o en igual posición .
L os p rin c ip io s c las ifica to rio s que e stru c tu ran acc io n es y p en sam ien to s
in d iv id u a les y co lec tivos al in te rio r de las o rg an izac io n es se tran sfo rm an en u n a ló g ica
que cada v ez resp o n d e m ás al con tex to , lo que no im p id e que se in v o lu cren experiencias
374
y sen tim ien to s en tre los agentes. L a p erten en c ia y la filiac ió n se su sten tan de re lac iones
perso n ales que sirven p ara c rea r u n a id ea del “n o so tro s” h o m o g én eo y sin d istin c io n es
q u e la quebran ten .
A p esa r de la d iv isión in te rn a , la p resen tac ió n y rep ro d u cc ió n de los m arcad o res
de id en tid ad p re ten d en c rear u n id ad , sen tim ien to s de so lidaridad y co h esió n en tre el
g rupo e tn o lin g ü ís tico , p u esto q u e tra tan de in teg ra rse al país a través de la red efin ic ió n
p o sitiv a de su cultura. S in em b arg o , el lo ca lism o sigue siendo fuerte . E n el caso de los
m ixes, L av iad a (1978) y K u ro d a (1994) co n sid eran que la sociedad m ix e tien e la u n id ad
de id en tid ad en su m u n ic ip io y no ex iste u n a u n id ad p o lítica m ayor. E n este sentido,
p arece que la u n id ad sup racom unal es d ifícil de a lcanzar. P e ro SER, com o d ep o sita ria
de u n a h is to ria de o rg an izac io n es y aso c iac io n es de lu ch a y defensa, h a con jun tado
aque llo s e lem en tos que co n sid era com unes a to d as las com u n id ad es y los p resen ta com o
u n con ju n to h is tó rico que no debe ser cuestionado . E s ta lab o r ig u a lm en te h a
co rresp o n d id o a o tros g ru p o s e in stitu c io n es, y a que v is lu m b ran que u n a u n id ad m ay o r
los p ro v eerá de m ay o r fo rta leza y les p e rm itirá ten e r m ejo res co nd ic iones p ara n eg o c ia r
con el E stado . N ah m ad (1994) a rg u m en ta a fav o r de este p u n to al ad v e rtir que “L as
com u n id ad es m ix es [ ^ ] fo rm an u n sistem a de aso c iac ió n de id en tid ad es esp ec íficas en
la id en tid ad m ay o r A Y U U K sin el d o m in io de n in g u n a de las p a rte s” (N ahm ad , 1994:
536).
E n el caso pu répecha , la d ig n ificac ió n del ser com unero m o tiv ó la d ign ificac ión
del ser in d íg en a y pu répecha . Sin em bargo , los cen tros de fo rta leza é tn ica se en cuen tran
en las com unidades. Y a su m u ra afirm a que la id en tid ad p u rép ech a se to p a con u n a
d ificu ltad ante las n arrac io n es h is tó ricas m ú ltip les que se en tre te jen en tre los pu rép ech a
com unes, p o r tan to la p o lifo n ía d iscu rsiv a al in te rio r de esta sociedad co n tin u ará
(Y asum ura, 2003: 672). P ero los cap ita les a lcan zad o s p o r la O N P im p rim en cierta
fu e rza y leg itim id ad a su d iscu rso acerca de u n p ro y ecto de au to n o m ía reg ional. Incluso ,
su d iscu rso y su p rác tica tra ta de reb asar el cam po p o lítico de los m o v im ien to s e
in sc rib irse en el cam po p o lítico elec to ral que le pe rm ita a lcan zar este ob jetivo . L as
o rg an izac io n es han ten id o la hab ilid ad de g en e ra r nu ev o s s ign ificados sobre sím bo los y
m arcad o res que an terio rm en te ten ían u n a ca rg a negativa .
E l trán sito del es tig m a a la es tra teg ia h a sido u n p ro ceso que aún no fin a liza , y
los v a lo res n eg a tiv o s que se in sc rib en en cada ám b ito son cu estio n ad o s y ex p u esto s en
el cam po p o lítico con el fin de ser revertidos. C o m o a rg u m en ta A lbert, lo s cód igos de
leg itim ació n em anados tan to de u n a co n stru cc ió n de la in d ig n id ad estata l com o de u n a
375
no g ubernam en ta l co n stitu y en la b ase de “n eg o c iac ió n ideal y p o lítica a p a rtir de la cual
han d eb ido red efin irse -b a jo la fo rm a de 's in c re tism o e s tra té g ic o '- la a lte rid ad y la
te rrito ria lid ad de las sociedades in d íg en as” (A lbert, 2004: 226-227). E sto h a serv ido
para que las o rg an izac io n es co n stru y an d iscu rso s apegados a sus en to rn o s in m ed ia to s
pero con m iras a lo g ra r u n ben e fic io p ara to d o su pueb lo , u n o b je tivo sin du d a d ifícil de
alcanzar. Y a que adem ás, los in te reses personales, de líderes y o tros ac to res del cam po
po lítico , se an teponen co n sc ien te o in co n sc ien tem en te a las lab o res de la o rgan ización ,
p o r no m en c io n a r los p ro p ó sito s del E stad o en segu ir m an ten ien d o el m o n o p o lio de
n o m b rar y co n ced er recu rso s con b ase en sus p articu la res criterios. A p esa r de que las
o rg an izac io n es h acen u so de la m ism a ló g ica y recu rso s de sus o p onen tes y el E stado ,
(deb ido al estab lec im ien to de reg las y u n h ab itu s en el cam po) se observan p ro ceso s de
adap tación crítica.
L as co n stru cc io n es id en tita rias estud iadas in flu y ero n en las p o sic io n es de los
agen tes en el cam po po lítico . O N P y S E R m o stra ro n u n co n o c im ien to del cam po al
p resen ta r a lgo ap a ren tem en te cu ltura l y lib re de in tereses, com o el ser p u rép ech a o el ser
m ixe. L a p o litizac ió n de la id en tid ad é tn ica o cu rrió a p a rtir de su tran sfo rm ac ió n en
cap ita l s im bó lico al in te rio r del cam p o po lítico de los m o v im ien to s ind ígenas. A m bas
o rg an izac io n es co n stan tem en te las construyen , a la v ez que se co n stru y en a sí m ism as
en su re lac ió n con el co n tex to y las p o sic io n es de los o tros agentes.
E stas id en tid ad es co lec tivas, que co n tin u am en te co n stru y en estos agen tes, se
recrean y ad q u ieren so lidez en el in te rju eg o de las re lac io n es in teré tn icas.
E l aná lis is co m p ara tiv o apo rtó lo sigu ien te. L a O N P y S E R son dos experiencias
o rg an iza tiv as de re iv in d icac ió n étnica. E l aná lis is m o stró d ife ren c ias en tre sus d iscursos
y do cu m en to s y las acciones y p rác ticas de los agentes. E n el caso de la O N P esto fue
m ás claro , en cam b io S E R se m o stró m ás co n secu en te en tre su d iscu rso y sus prácticas.
T am bién h a p o ten c ia lizad o p rác ticas co lec tivas y las ex p o n e com o elem en tos
co n stitu tiv o s de su ser, lo que le h a p erm itid o co n c re ta r a lternativas. E n con traste , la
O N P no h a tra tad o de re fo rza r p rác ticas co m u n ita rias y las re lac io n es de d o m in ació n se
m an tien en al in te rio r de la o rgan ización .
S E R h a en riq u ec id o su d iscu rso y lo h a ido m o d ifican d o con las c ircunstancias.
L a O N P tien e m en o r p ro d u cc ió n d iscu rsiv a y h a re to m ad o m ás e lem en tos del d iscurso
del m o v im ien to nac iona l de fo rm a po co crítica, au n q u e tam b ién h a apo rtad o e lem en tos
para el fo rta lec im ien to de su n o c ió n de “N ac ió n P u rép ech a” . E sto pu ed e re sp o n d er a
que sus d irig en tes tien en o tras o cu p acio n es y están m en o s p rep arad o s, adem ás de que
376
han ten id o m en o s fo g u eo en arenas n ac io n a les e in te rnac ionales. E n cam bio , SE R
p arece h ab e r d esa rro llad o o tros s ign ificados de au to n o m ía com unal (co m u n a lid ad ) y sus
d irigen tes se han m o v id o en arenas in te rn ac io n a les frecuen tem en te .
A m b as o rg an izac io n es apoyan p lan team ien to s nac iona les, p e ro se m u ev en en
cam pos reg ionales, este espacio re su lta c lav e y a q u e p erm ite m an ten e r re lac io n es
cercanas con las bases y con in stan c ias reg io n a les y nac ionales. M an tien en al te rr ito rio y
la au to n o m ía com o dem an d as cen tra les, reco n o cen en el E Z L N u n a d irección , aunque se
m u ev en de acu erd o a sus p ro ceso s reg ionales, su rg ieron p a ra en fren ta r n ecesid ad es
com unitarias. P ara m an ten e rse am bas deb ieron am p lia r sus dem andas y su rango de
acción, tu v ie ro n que reb asa r el ám bito local y ser reg ionales. E sto o b ligó a co lo ca r las
denunc ias y d em an d as co m u n ita rias en u n con ju n to in c lu y en te que en ocasiones las
d ifu m in a y obscurece.
L a O N P en o casiones p arece no esta r in teg rad a com o u n a o rgan ización , fu n c io n a
m ás com o u n a red en tre liderazgos, a lianzas y g en te de las co m u n id ad es con la que sus
líderes tien en re lac io n es de afin idad , paren tesco , vec indad , etcétera . S E R tien e u n a
estru c tu ra d efin id a y es u n a aso c iac ió n civil. Su sistem a de to m a de d ec isio n es p arece
m ás je ra rq u izad o e inam ov ib le , y en la O N P no está b ien estab lec id o y es m ás flexible.
E sto p u ed e ten e r im p licac io n es en la fo rm a de re lac io n arse al in te rio r y con o tros
agentes.
T ien en fo rm as d ife ren tes de m ov iliza rse . E sto se re lac io n a con los an teceden tes
de las O M S y con las estra teg ias que les han dado resu ltado . E l cam po p o lítico en
M ich o acán h a p erm itid o el en fren tam ien to y la negoc iación , en cam b io en O ax aca el
en fren tam ien to es m u y p e lig ro so y la n eg o c iac ió n y las re lac io n es de re sp e to han dado
b u en o s resu ltados.
E n el caso de O ax aca el aspecto que p arece ser d e term in an te en la co nsecución
de la acción co lec tiv a es las estru c tu ras p ara la m o v ilizac ió n y sus cap ita les cu ltu ra les y
sim bólicos, en cam bio en el caso de M ich o acán , los p ro ceso s enm arcadores y sus
cap ita les cu ltu ra les han in flu id o fu e rtem en te en su acción co lectiva.
377
BIBLIOGRAFIA
ACEVEDO Conde, Ma. Luisa (1997). “Políticas lingüísticas en México de los años cuarenta a la fecha” en Beatriz Garza Cuarón (Coord.), Políticas lingüístiacas en México, México, UNAM/La Jornada Ediciones, pp. 191-203.
AGUIRRE Beltrán, Gonzalo (1978). “Integración regional” en Instituto Nal. Indigenista, INI. 30 años después. Revisión crítica, México, México Indígena-INI, pp. 87-93.
— (1991). Formas de gobierno indígena, México, INI/FCE/UV/Gob. del Edo. de Veracruz.
— (1988). “Formación de una teoría y una práctica indigenista” en Instituto Nacional Indigenista. 40 años, México, INI, pp. 11-40.
ALBERT, Bruce (2004). “Territorialidad, etnopolítica y desarrollo: a propósito del movimiento indígena en el Amazonia brasileña” en Alexandre Surrallés y Pedro García Hierro (Edits.), Tierra adentro. Territorio indígena y percepción del entorno, Lima, Perú, IWGIA, pp. 221-258.
ALVAREZ Sonia E., Evelina Dagnino y Arturo Escobar (1998). Cultures o f politics, politics o f cultures: re-visioning Latin American Social Movements, Colorado, Westview Press.
ANAYA Muñoz, Alejandro (2003). “La política del reconocimiento en Oaxaca: la preservación de una gobernabilidad priísta y el desarrollo del proyecto de autonomía indígena en el estado”, Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, No. 96, Vol. XXIV, otoño, México, COLMICH, pp. 267-304.
— (2004). “The emergence and development of the politics of recognition of cultural diversity and indigenous peoples' rights in Mexico: Chiapas and Oaxaca in comparative perspective”, in Annual Conference 2004 Society for Latin American Studies, The Netherlands, University of Leiden, 41 pp.
— (2006). Autonomía indígena, gobernabilidady legitimidad en México. La legalización de usos y costumbres electorales en Oaxaca, México, Universidad Iberoamericana/Plaza y Valdes Editores.
ANIPA (2000). “Propuesta de autonomía de la Asamblea Nacional Indígena Plural por la Autonomía” en INI, Estado del desarrollo económico y social de los pueblos indígenas de México, 1996-1997. Primer Informe, Tomo 1, México, INI/PNUD, pp. 406-408.
ARGUETA, Arturo, “Pueblos Indígenas de México, Purépechas”, página de internet de la CDI, http://cdi.gob.mx/ini/monografias/purepechas.html, recuperado noviembre 2005.
ARIZPE, Lourdes (1988). “Tutela del Estado y autonomía cultural” en Instituto Nacional Indigenista. 40 años, México, INI, pp. 325-331.
ARZE Quintanilla, Oscar (1988). “Del indigenismo a la indianidad. Cincuenta años del indigenismo continental” en Instituto Nacional Indigenista. 40 años, México, INI, pp. 105-120.
ASSIES, Willem (1999). “Pueblos indígenas y reforma del estado en América Latina” en Willem Assies, Gemma van der Haar y André Hoekema (Edit.), El reto de la diversidad. Pueblos indígenas y reforma del estado en América Latina, México, COLMICH, pp. 21-55.
— (s/f). “Movimientos sociales en perspectiva”, mimeografía.
BÁEZ-Jorge, Félix (1978). “Aculturación e integración intercultural: un momento histórico del indigenismo mexicano” en Instituto Nacional Indigenista, INI. 30 años después. Revisión crítica, México, México Indígena-INI, pp. 290-299.
378
BAILÓN Corres, Jaime (1999). Pueblos indios, élites y territorio. Sistemas de dominio regional en el sur de México. Una historia política de Oaxaca, México, COLMEX.
BAJOIT, Guy (2003). Todo cambia. Análisis sociológico del cambio social y cultural en las sociedades contemporáneas, Santiago de Chile, Lom Ediciones.
BALLESTEROS R., Leopoldo y Mauro Rodríguez E. (1974). La cultura mixe. Simbología de un humanismo, México, Edit. Jus.
BARABAS, Alicia M. (1996). “La multietnicidad en Oaxaca” en Miguel A. Bartolomé y Alicia Mabel Barabas, La pluralidad en peligro. Procesos de transfiguración y extinción en Oaxaca (chochos, chontales, ixcatecos y zoques), México, INI/INAH, pp. 45-61.
— (1998). “Reorganización etnopolítica y territorial: caminos oaxaqueños para la autonomía” en Miguel A. Bartolomé y Alicia M. Barabas (Coords.), Autonomías étnicas y Estados nacionales, México, CONACULTA-INAH, pp. 343-366.
— (2004). “La territorialidad simbólica y los derechos territoriales indígenas: reflexiones para el Estado pluriétnico”, Alteridades, año 14, no. 27, enero-junio, pp. 105-119.
— y Miguel A. Bartolomé (1984). El rey Cong Hoy. Tradición mesiánica y privación social entre los mixes de Oaxaca, Oaxaca, INAH.
— y M. A. Bartolomé (1999). “Los protagonistas de las alternativas autonómicas” en Alicia Barabas y Miguel Bartolomé (Edit.) Configuraciones étnicas en Oaxaca, perspectivas etnográficas para las autonomías, Vol. II, México, INI/CONACULTA/INAH, pp. 15-55.
— y Miguel A. Bartolomé (2006). “Impacto de la migración sobre las culturas indígenas de Oaxaca” en Raquel Gutiérrez y Fabiola Escárzaga (Coords.), Movimientos indígenas en América Latina: resistencia y proyecto alternativo, Vol. II, México, Casa Juan Pablos/CEAM/Gob. del D.F./UAM/BUAP/Diakonia/U. Pública de El Alto/UACM, pp. 359-373.
— Miguel A. Bartolomé y Benjamín Maldonado (2003). Los pueblos indígenas de Oaxaca. Atlas etnográfico, México, CONACULTA-INAH/FCE/SAI-Gob. del estado de Oaxaca.
BARRE, Marie-Chantal (1983). Ideologías indigenistas y movimientos indios, México, Siglo XXI.
BARTH, Fredrik (1976). “Introducción”, en Fredrik Barth (Comp.), Los grupos étnicos y sus fronteras. La organización social de las diferencias culturales, México, FCE, pp. 9-49.
BARTOLOMÉ, Miguel A. (1996a). “Los procesos de extinción y transfiguración cultural” en Miguel A. Bartolomé y Alicia Mabel Barabas, La pluralidad en peligro. Procesos de transfiguración y extinción en Oaxaca (chochos, chontales, ixcatecos y zoques), México, INI/INAH, pp. 19-44.
— (1996b). “La represión de la pluralidad. Los derechos indígenas en Oaxaca” en Miguel A. Bartolomé y Alicia Mabel Barabas, La pluralidad en peligro. Procesos de transfiguración y extinción en Oaxaca (chochos, chontales, ixcatecos y zoques), México, INI/INAH, pp. 63-100.
— (1997). Gente de costumbre y gente de razón. Las identidades étnicas en México, México, Siglo XXI/INI.
— (1998). “Procesos civilizatorios, pluralismo cultural y autonomías étnicas en América Latina” en Miguel A. Bartolomé y Alicia M. Barabas (Coords.), Autonomías étnicas y Estados nacionales, México, CONACULTA-INAH, pp. 171-194.
379
— (2000). “Etnias y naciones. La construcción civilizatoria en América Latina” en Leticia Reina (Coord.), Los retos de la etnicidad en los estados-nación del siglo XXI, México, CIESAS/INI/Miguel Ángel Porrúa, pp. 153-170.
— (2002). Movimientos indios en América Latina: los nuevos procesos de construcción nacionalitaria, Brasilia, Universidade de Brasilia-Dpto. de Antropología, cuadernillo, no. 321, 25pp.
— (2005). “La tierra de la diversidad: relaciones interétnicas y procesos identitarios en Oaxaca” en Miguel A. Bartolomé (Coord.), Visiones de la diversidad. Relaciones interétnicas e identidades indígenas en el México actual, Vol. II, México, INAH, pp.59-139.
— (2006). “La articulación de civilizaciones en América Latina” en Raquel Gutiérrez y Fabiola Escárzaga (Coords.), Movimientos indígenas en América Latina: resistencia y proyecto alternativo, Vol. II, México, Casa Juan Pablos/CEAM/Gob. del D.F./UAM/BUAP/Diakonia/U. Pública de El Alto/UACM, pp. 484-501.
— y Alicia M. Barabas (1988). “Modalidades y valoraciones de la identidad étnica: el caso de Oaxaca, México” en Rodolfo Stavenhagen y Margarita Nolasco (Coords.) Política cultural para un país multiétnico, México, SEP/COLMEX/U. de las Naciones Unidas, pp. 141-158.
BAUD, Michiel, Kees Koonings, Gert Oostindie, Arij Ouweneel y Patricio Silva (1996). Etnicidad como estrategia en América Latina y el Caribe, Quito, Ecuador, Ediciones Abya-Yala.
BEALS, Ralph L. (1994a). “Algunos aspectos de la aculturación mixe” en Salomón Nahmad Sittón (Edit. y Comp.), Fuentes etnológicas para el estudio de los pueblos ayuuk (mixes) del estado de Oaxaca, México, CIESAS/Instituto Oaxaqueño de las Culturas, pp. 211-215.
— (1994b). “Problemas en el estudio de algunas costumbres matrimoniales mixes” en Salomón Nahmad Sittón (Edit. y Comp.), Fuentes etnológicas para el estudio de los pueblos ayuuk (mixes) del estado de Oaxaca, México, CIESAS/IOC, pp. 441-453.
BENGOA, José (2000). La emergencia indígena en América Latina, Chile, FCE.
BERGER, Peter L. y Thomas Luckmann (1991). La construcción social de la realidad, Buenos Aires, Amorrortu.
BLAU, Peter M. (1975). “Organizaciones. I teorías” en David Sills L. (dirección), Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales, tomo 7, España, Aguilar Ediciones, pp.469-475.
BONFIL Batalla, Guillermo (1979). “Las nuevas organizaciones indígenas” en Indianidad y descolonización en América Latina. Documentos de la Segunda reunión de Barbados, México, Nueva Imagen, pp. 23-40.
— (1981). “Utopía y revolución: El pensamiento político de los indios en América Latina” en Guillermo Bonfil Batalla, Utopía y revolución: El pensamiento político de los indios en América Latina, México, Editorial Nueva Imagen, pp. 11-53.
— (1988). “Notas sobre civilización y proyecto nacional” en Instituto Nacional Indigenista. 40 años, México, INI, pp. 121-140.
— (1991). “Lo propio y lo ajeno: una aproximación al problema de control cultural” en Guillermo Bonfil Batalla, Pensar nuestra cultura, México, Alianza Editorial, pp. 49-57.
— (1995). “De culturas populares y política cultural” en Guillermo Bonfil Batalla et al., Culturas populares y política cultural, México, CONACULTA, pp.
380
BONNEMAISON, Joël (1981). “Voyage autour du territoire”, L ’Espace Géographique, No. 4, pp. 249-262.
BOTERO Villegas, Luis Femando (1999). “Aunque me cueste la vida. Movilización india, etnicidad y liderazgo comunitario en Ecuador”, Nueva Antropología, No. 56, Vol. XVII, noviembre, México, UAM, pp.63-79.
BOURDIEU, Pierre (1980). “L'Identité et la représentation”, Actes de la Recherche en Sciences Sociales, No. 35, pp. 63-72.
— (1984). Sociología y cultura, México, Grijalbo/CONACULTA.
— (1991). El sentido práctico. España, Taurus.
— (2000). “Las formas del capital. Capital económico, capital cultural y capital social”, en Poder, derecho y clases sociales, Bilbao, España, Editorial Desclée de Brouwer, pp. 131-164.
— (2001). El campo político, La Paz, Bolivia, Plural.
— (2002). Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción, Barcelona, Anagrama.
— y Loïc Wacquant (1995). Respuestas por una antropología reflexiva, México, Grijalbo.
CALDERÓN Mólgora, Marco A. (1993). “Poder y autoridad: elecciones municipales en Michoacán”, Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, No. 53, invierno, México, COLMICH, pp. 197-218.
CARDOSO de Oliveira, Roberto (1992). Etnicidad y estructura social, México, CIESAS.
CASO, Alfonso (1978). “Los ideales de la acción indigenista” en Instituto Nal. Indigenista, INI. 30 años después. Revisión crítica, México, México Indígena-INI, pp. 79-82.
CASTILLEJA, Aída, Carlos García Mora, Gabriela Cervera e Hilario Topete (2003). “La comunidad y el costumbre en la región purhépecha”, en Saúl Millán y Julieta Valle (Coords.), La comunidad sin límites: Estructura social y organización comunitaria en las regiones indígenas de México, Vol. III, México, INAH, pp. 17-112.
— y Gabriela Cervera (en prensa). Entre la comunidad y la región. Relaciones interétnicas e identidades en la región purépecha, México, INAH.
CASTRO, Felipe (2002). “Alborotos y siniestras relaciones: la república de indios de Pátzcuaro colonial”, Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, No. 89, México, COLMICH, pp. 203-233.
Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) (2003). “Michoacán” en Perfil Indígena de México, CIESAS,www.ciesas.edu.mx/bibdf/ini/webciesas/diagnostico estatal.html, recuperado septiembre 2005.
COHEN, Abner, (1969). “Introduction”, Custom and politics in Urban Africa. A study o f Hausa migrants in Yoruba Towns, CA, University of California Press, pp. 1-28.
— (1974). “Introduction: The lesson of ethnicity”, in Abner Cohen (Edit.), Urban Ethnicity, London, Tavistock Publications, pp. ix-xxiv.
Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI). “Mixes” en http://www.cdi.gob.mx/index.php7id seccion=309, recuperado enero 2006.
381
Comunidades indígenas de Michoacán (1995). “Decreto de la Nación Purhépecha”, Relaciones, Estudios de Historia y Sociedad, No. 61/62, invierno-primavera, México, COLMICH, pp. 163-167.
Comunidades indígenas y organizaciones participantes (2000), “Resolutivos del 2° Encuentro Indígena, Campesino, Obrero, Magisterial, Estudiantil, Organizaciones Sociales y Privadas”, AIPIN. Agencia Internacional de Prensa India, Vol. VI, junio, México, pp. 11-18.
Consejo Nacional de Población (CONAPO) (2005). Anexo B. Índices de marginación por municipio, 2005, página web CONAPO;www.conapo.gob.mx/publicaciones/margina2005/AnexoB.pdf, recuperado febrero 2007.
CORONADO Suzán, Gabriela (2003). Las voces silenciadas de la cultura mexicana. Identidad, resistencia y creatividad en el diálogo interétnico, México, CIESAS.
CORTÉS M., Margarita M. (1998). “Autonomía y diversidad en el mundo mixe” en Miguel A. Bartolomé y Alicia M. Barabas (Coords.), Autonomías étnicas y Estados nacionales, México, CONACULTA-INAH, pp. 461-470.
CORTÉS Máximo, Juan C. (2003). “La comunidad de Tarímbaro. Gobierno indígena, arrendamiento y reparto de tierras, 1822-1884” en Carlos Paredes Martínez y Marta Terán (Coords.), Autoridad y gobierno indígena en Michoacán, Vol. II, México, COLMICH/CIESAS/INAH/UMSNH, pp. 441468.
CRUZ Burguete, Jorge Luis (1998). Identidades en fronteras, fronteras de identidades. Elogio de la intensidad de los tiempos en los pueblos de la frontera sur, México, COLMEX.
— (1999). “Frontera sur: La lógica de la diferenciación étnica”, Nueva antropología, No. 56, Vol. XVII, noviembre, UAM, México, pp.9-23.
CRUZ, Víctor de la (1990). "Reflexiones acerca de los movimientos etnopolíticos contemporáneos en Oaxaca" en Alicia Barabas y Miguel Bartolomé, Etnicidad y pluralismo cultural: la dinámica étnica en Oaxaca, México, CONACULTA-INAH, pp. 423-445.
DÁVALOS, Pablo (2005). “Introducción: Movimientos Indígenas en América Latina: El derecho a la palabra” en Pablo Dávalos (Comp.), Pueblos indígenas, estado y democracia, Ecuador, CLACSO, pp. 5-16 (versión electrónica).
DÍAZ Gómez, Floriberto (1994). “El caciquismo y la violación de los derechos humanos del pueblo mixe” en Salomón Nahmad Sittón (Edit. y Comp.), Fuentes etnológicas para el estudio de los pueblos ayuuk (mixes) del estado de Oaxaca, México, CIESAS/Instituto Oaxaqueño de las Culturas, pp. 553-570.
DÍAZ Montes, Fausto (2004). “Integración de la autoridad indígena: el caso de Oaxaca” en Leticia Satín del Río, Araceli Burguete Cal y Mayor y Fausto Díaz Montes (Coords.), Formas de integración del gobierno en municipios con población indígena y ciudadanía multicultural: Oaxaca y Chiapas. Memoria del taller, México, FLACSO, pp. 25-30.
DÍAZ-POLANCO, Héctor (1995). “Etnia, clase y cuestión nacional” en Héctor Díaz-Polanco (Comp.), Etnia y nación en América Latina, México, CONACULTA, pp. 53-77.
— (1988). “El misterio de los proyectos. Lo nacional y lo étnico en México” en Instituto Nacional Indigenista. 40 años, México, INI, pp. 146-165.
— (1991). Autonomía regional. La autodeterminación de los pueblos indígenas, México, S. XXI.
— (2001). “La autonomía indígena y la reforma constitucional en México”, Osal. El zapatismo y los derechos de los pueblos indígenas, junio, pp. 15-22.
3 8 2
— (2004). “Reconocimiento y redistribución” en Rosalva Aída Hernández, Sarela Paz y Ma. Teresa Sierra (Coords.), El estado y los indígenas en los tiempos del PAN: neoindigenismo, legalidad e identidad, México, CIESAS/Plaza y Valdez, pp. 333-356.
— y Consuelo Sánchez (2002). México diverso. El debate por la autonomía, México, S. XXI.
DIETZ, Gunther (1999). La comunidad purhépecha es nuestra fuerza. Etnicidad, cultura y región en un movimiento indígena en México, Quito, Ecuador, Abya Y ala.
ENKERLIN Pauwells, Luise M. (s/f), “La lucha por la tierra y la identidad étnica en San Pedro Amuzgo, Oaxaca”, Tesis de licenciatura, México, UAM.
EPSTEIN, A. L. (1978). Ethos & Identity. Three Studies in Ethnicity, Londres, Tavistock.
ERIKSEN, Thomas Hylland (2001), “Ethnic identity, national identity, and intergroup conflict. The significance of personal experiences”, in Lee Jussim, Richard D. Ashmore & David Wilder (Edits.), Social identity, intergroup conflict, and conflict reduction, New York, Oxford University Press, pp. 42-68.
ESTEVA, Gustavo, (1995). “Autonomía, ámbitos de comunidad. Una visión pluralista radical” en Pablo González Casanova Henríquez y Arturo Lomelí G. (Coords.), Etnicidad, democracia y autonomía, Chiapas, UNAM/Centro de Investigaciones Humanísticas de Mesoamérica/Estado de Chiapas, pp. 13-30.
— (2002). “Sentido y alcances de la lucha por la autonomía” en Shannan L. Mattiace, Rosalva A. Hernández y Jan Rus (Editores), Tierra, libertad y autonomía: impactos regionales del zapatismo en Chiapas, México, CIESAS/IWGIA, pp. 365-401.
FOWERAKER, Joe (1995). Theorizing social movements, Finlandia, Pluto Press.
FRANCO Mendoza, Moisés (1997). La ley y la costumbre en la Cañada de los Once pueblos, México, COLMICH.
— (2003). “El gobierno comunal-municipal entre los p'urhépecha. Sistema actual” en Carlos Paredes Martínez y Marta Terán (Coords.), Autoridad y gobierno indígena en Michoacán, Vol. II, México, COLMICH/CIESAS/INAH/UMSNH, pp. 551-566.
FOSTER, George M. (1994). “Los mixes, zoques y popolucas” en Salomón Nahmad Sittón (Edit. y Comp.), Fuentes Etnológicas para el estudio de los pueblos ayuuk (mixes) del estado de Oaxaca, México, CIESAS/IOC, pp. 63-96.
FUENTES Morúa, Jorge (2006). “La asamblea constituyente, paso ineludible. México 1995-2006” en Raquel Gutiérrez y Fabiola Escárzaga (Coords.), Movimientos indígenas en América Latina: resistencia y proyecto alternativo, Vol. II, México, Casa Juan Pablos/CEAM/Gob. del D.F./UAM/BUAP/Diakonia/U. Pública de El Alto/UACM, pp. 444-459.
GAMIO, Manuel (1966). Consideraciones sobre el problema indígena, México, Instituto Indigenista Interamericano.
— (1992). Forjando patria, México, Porrúa.
GARCÍA Linera, Álvaro (2000). “Espacio social y estructuras simbólicas. Clase, dominación simbólica y etnicidad en la obra de Pierre Bourdieu” en Hugo José Suárez et al., Bourdieu leído desde el Sur, La Paz, Bolivia, Alianza Francesa/Embajada de España/Instituto Goethe/Universidad de la Cordillera/Plural Editores, pp. 51-127.
383
— Marxa Chávez León y Patricia Costas Monje (2004). Sociología de los movimientos sociales en Bolivia. Estructuras de movilización, repertorios culturales y acción política, Bolivia, Diakonía/Oxfam.
GARCÍA Mora, Carlos (1997). "Etnias y lenguas en Charapan. Consideraciones purepechistas", en Carlos Paredes (Coord.), Lengua y etnohistoria purépecha. Homenaje a Benedict Warren, México, UMSNH/CIESAS, pp. 40-63.
GIDDENS, Anthony (1995). La constitución de la sociedad. Bases para la teoría de la estructuración, Buenos Aires, Amorrortu Editores.
GILLY, Adolfo (1997). Chiapas. La razón ardiente, México, Era.
GIMÉNEZ, Gilberto (1993). “Cambios de identidad y cambios de profesión religiosa”, en Guillermo Bonfil Batalla (Coord.), Nuevas identidades culturales en México, México, CONACULTA, pp. 2354.
— (2000). “Materiales para una teoría de las identidades sociales”, en José M. Valenzuela Arce (Coord.), Decadencia y auge de las identidades. Cultura nacional, identidad cultural y modernización, México, El Colegio de la Frontera Norte/ Plaza y Valdés, pp. 45-78.
— (2002). “La moda de las identidades: identidades y conflictos étnicos en México” en s/a, La sociedad mexicana frente al tercer milenio, Tomo III, México, Miguel Ángel Porrúa/UNAM, pp. 95123.
GLAZER, Nathan & Daniel P. Moynihan (1975). “Introduction” in Nathan Glazer, & Daniel P. Moynihan (Edits.), Ethnicity. Theory and Experience, Mass., Harvard University Press, pp. 1-26.
Gobierno del estado de Oaxaca (2004). Ley indígena de derechos de los pueblos y comunidades indígenas, Oaxaca, Gob. Constitucional del Estado de Oaxaca-Secretaría de Asuntos Indígenas.
GÓMEZ, Suárez, Águeda (2003). "Movilizaciones étnicas y oportunidades políticas en América Latina", Nueva Antropología, Vol. XIX, No. 63, octubre, México, INAH/COLMEX/CONACYT/U. de la Ciudad de México, pp. 71-90.
GONZÁLEZ Caqueo, Jenry M. (2000). “Líderes profesionistas y organizaciones étnico-sociales. Rastros y rostros en la construcción de la p urhepecheidad en Paracho”, Tesis de maestría, Guadalajara, Jal., CIESAS.
GONZÁLEZ González, Jaime (2006). “Estado Nacional en México, etnicidad indígena e identidad étnica: el caso de los intelectuales purhépechas”, Cuadernos Interculturales, Año 4, No. 6, primer semestre, Viña del Mar, CEIP-Universidad de Valparaíso Chile, pp. 55-92.
GONZÁLEZ R., Luis (1994). “La palabra de los mixes” en Salomón Nahmad Sittón (Edit. y Comp.), Fuentes etnológicas para el estudio de los pueblos ayuuk (mixes) del estado de Oaxaca, México, CIESAS/ IOC, pp. 293-313.
GONZÁLEZ Villanueva, Pedro (1994a). “El sacrificio 'mixe'. Un ensayo de antropología religiosa” en Salomón Nahmad Sittón (Edit. y Comp.), Fuentes etnológicas para el estudio de los pueblos ayuuk (mixes) del estado de Oaxaca, México, CIESAS/IOC, pp. 315-331.
— (1994b). “El matrimonio 'mixe'. Un ensayo de antropología religiosa” en Salomón Nahmad Sittón (Edit. y Comp.), Fuentes etnológicas para el estudio de los pueblos ayuuk (mixes) del estado de Oaxaca, México, CIESAS/IOC, pp. 455-482.
GROS, Christian (2000a). Políticas de la etnicidad: identidad, Estado y modernidad, Bogotá, Colombia, Instituto Colombiano de Antropología e Historia.
3 8 4
— (2000b). “Ser diferente para ser moderno, o las paradojas de la identidad. Algunas reflexiones sobre la construcción de una nueva frontera étnica en América Latina” en Leticia Reina (Coord.), Los retos de la etnicidad en los estados-nación del siglo XXI, México, CIESAS/INI/Miguel Ángel Porrúa, pp. 171-195.
GUERRERO Cazar, Fernando y Pablo Ospina Peralta (2003). El poder de la comunidad. Ajuste estructural y movimiento indígena en los Andes ecuatorianos, Buenos Aires, CLACSO/Asdi.
GUTIÉRREZ Aguilar, Raquel (2006). “Dignidad como despliegue de soberanía social. Autonomía como fundamento de la transformación” en Raquel Gutiérrez y Fabiola Escárzaga (Coords.), Movimientos indígenas en América Latina: resistencia y proyecto alternativo, Vol. II, México, Casa Juan Pablos/CEAM/Gob. del D.F./UAM/BUAP/Diakonia/U. Pública de El Alto/UACM, pp. 189196.
GUTIÉRREZ Chong, Natividad (2005). “Mercadotecnia en el ‘indigenismo’ de Vicente Fox” en Rosalva Aída Hernández, Sarela Paz y Ma. Teresa Sierra (Coords.), El estado y los indígenas en los tiempos del PAN: neoindigenismo, legalidad e identidad, México, CIESAS/Plaza y Valdez, pp. 2754.
HALE, Charles R. (2002). “Does Multiculturalism menace? Governance, cultural rights and the politics of identity in Guatemala", Journal Latin American Studies, Vol. 34: 3, august, United Kingdom, Cambridge University Press, pp. 485-524.
HERANDEZ Bautista, Sandra (2005). “Autonomía indígena como proyecto para la organización comunitaria: Tlahuitoltepec, Mixe, Oaxaca”, Tesis de licenciatura, México, UNAM.
HERNÁNDEZ Castillo, Rosalva Aída (2005). “La diferencia en debate: la política de identidades en tiempos del PAN” en HERNÁNDEZ, Rosalva Aída, Sarela Paz y Ma. Teresa Sierra (Coords.), Elestado y los indígenas en los tiempos del PAN: neoindigenismo, legalidad e identidad, México, CIESAS/Plaza y Valdez, pp. 287-306.
HERNÁNDEZ Díaz, Jorge (1992). "El movimiento indígena y la construcción de la etnicidad en Oaxaca", Cuadernos del Sur, año 1, No. 2, sep-dic, Oaxaca, INAH/UABJO/CIESAS/INI, pp. 47-66.
— (2001). Reclamos de la identidad: la formación de las organizaciones indígenas en Oaxaca, México, UABJO/Miguel Ángel Porrúa.
— (2005). Grupos indígenas en Oaxaca. Situación sociodemográfica, México, Plaza y Valdes Ed./ UABJO.
HERNÁNDEZ Hernández, Natalio (1978). “La nueva política indigenista” en Instituto Nacional Indigenista, INI. 30 años después. Revisión crítica, México, México Indígena-INI, pp. 167-168.
— (1988). “Las organizaciones indígenas: ¿Autonomía o dependencia?” en Instituto Nacional Indigenista. 40 años, México, INI, pp. 166-180.
HERNÁNDEZ, Rosalva Aída, Sarela Paz y Ma. Teresa Sierra (2005). “Introducción” en Rosalva Aída Hernández, Sarela Paz y Ma. Teresa Sierra (Coords.), El estado y los indígenas en los tiempos del PAN: neoindigenismo, legalidad e identidad, México, CIESAS/Plaza y Valdez, pp. 8-25.
HINDLEY, Jane (1996). "Towards a pluricultural nation: the limits of Indigenismo and Article 4" in Rob Aitken et al., Dismantling the mexican state?, Great Britain, MacMillan Press LTD, pp. 225243.
HOBSBAWM, Eric (2002). “Introducción: la invención de la tradición” en Eric Hobsbawm y Terence Ranger (Eds.), La invención de la tradición, Barcelona, Editorial Crítica, pp. 7-21.
385
HOFFMANN, Odile (1999). “La titulación de territorios colectivos de las comunidades negras en Colombia, entre innovaciones y contradicciones” en Willem Assies, Gemma van der Haar y André Hoekema (Edit.), El reto de la diversidad. Pueblos indígenas y reforma del estado en América Latina, México, COLMICH, pp. 223-244.
HOOGSHAGEN, Searle (1994a). “La aculturación de sociedades indígenas. Un estudio de caso mixe” en Salomón Nahmad Sittón (Edit. y Comp.), Fuentes etnológicas para el estudio de los pueblos ayuuk (mixes) del estado de Oaxaca, México, CIESAS/ IOC, pp. 217-242.
— (1994b). “Los sobrenatural mixe y el cristianismo” en Salomón Nahmad Sittón (Edit. y Comp.),Fuentes etnológicas para el estudio de los pueblos ayuuk (mixes) del estado de Oaxaca, México, CIESAS/ IOC, pp. 359- 376.
— y William R. Merrifield (1994). “El sistema de parentesco en Coatlán, Mixe” en Salomón Nahmad Sittón (Edit. y Comp.), Fuentes etnológicas para el estudio de los pueblos ayuuk (mixes) del estado de Oaxaca, México, CIESAS/ IOC, pp. 493-505.
INEGI (1987). X Censo General de Población y Vivienda, 1980. Integración territorial. Estado de Michoacán, México, INEGI.
— (1991). Michoacán. Resultados definitivos. Datos por localidad (Integración territorial). XI Censo General de Población y Vivienda, 1990, Aguascalientes, INEGI.
— XII Censo de población y vivienda, 2000, www.inegi.gob.mx, recuperado mayo 2005.
Instituto Nacional Indigenista (INI) (2000). Estado del desarrollo económico y social de los pueblos indígenas de México, 1996-1997. Primer Informe, Tomo 1, México, INI/PNUD.
ITURRALDE Guerrero, Diego A. (1997). “Demandas indígenas y reforma legal: retos y paradojas”, Alteridades, año 7, No. 14, México, UAM, pp. 81-98.
JACKSON, Jean E & Kay Warren (2005). “Indigenous movements in Latin America, 1992-2004: controversies, ironies, new directions”, Cambridge MA. (paper)
JOHNSTON, Hank, Enrique Laraña y Joseph Gusfield (2001). “Identidades, ideologías y vida cotidiana en los nuevos movimientos sociales”, en Enrique Laraña y Joseph Gusfield (Edits.), Los nuevos movimientos sociales. De la ideología a la identidad, Madrid, CIS, pp. 3-42.
JOSEPH, Gilbert M. y Daniel Nugent (2002). “Cultura popular y formación del estado en el México revolucionario” en Joseph, Gilbert M. y Daniel Nugent (Comps.), Aspectos cotidianos de la formación del estado, México, Era, pp. 31-52.
JUAN Martínez, Víctor L. (2005). “¿De la ficción constitucional al espejismo multicultural? Derechos indígenas en la Legislación oaxaqueña”, en Servicios para la Educación Alternativa A. C. (EDUCA), Diez voces a diez años: reflexiones sobre los usos y costumbres a diez años del reconocimiento legal, México, EDUCA, pp. 139-155.
KEARNEY, Michael, (1996). “Del indigenismo a los derechos humanos. Etnicidad y política más allá de la Mixteca” en Stefano Varese, (Coord.), Pueblos indios, soberanía y globalismo, Quito, Ecuador, Abya-Yala, pp. 157-184.
KEMPER, Robert V. (1987). “Urbanización y desarrollo en la región tarasca a partir de 1940” en Guillermo de la Peña (Comp.), Antropología social de la región purépecha, México, COLMICH/Gob. Del Estado de Michoacán, pp. 67-96.
3 8 6
— y Julie Adkins (2004). “De la 'Moderna área tarasca' a la 'Tierra natal p'urhépecha': conceptos cambiantes de identidad étnica y regional”, Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, No. 100, Vol. XXV, México, COLMICH, pp. 227-278.
KNIGHT, Alan (1995). “Continuidades históricas en los movimientos sociales”, en Jane-Dale Lloyd, y Laura Pérez Rosales (Coords.), Paisajes rebeldes. Una larga noche de rebelión indígena, México, U. Iberoamericana, pp. 13-52.
KRAEMER Bayer, Gabriela (2003). Autonomía indígena región mixe. Relaciones de poder y cultura política, México, Plaza y Valdés Editores/CONACYT/Universidad Autónoma Chapingo.
KURODA, Etsuko (1993). Bajo el Zempoaltépetl: La sociedad mixe de las tierras altas y sus rituales, México, CIESAS/Instituto Oaxaqueño de Cultura.
— (1994). “Los mixes ante la nación: retrospectivas y perspectiva” en Salomón Nahmad Sittón (Edit. y Comp.), Fuentes etnológicas para el estudio de los pueblos ayuuk (mixes) del estado de Oaxaca, México, CIESAS/ IOC, pp. 543-552.
LAMEIRAS Olvera, José (1987). “La antropología en Michoacán hasta hace treinta años: notas bibliográficas” en Guillermo de la Peña (Comp.), Antropología social de la región purépecha, México, COLMICH/Gob. del Estado de Michoacán, pp. 17-29.
LARAÑA, Enrique y Joseph Gusfield (2001). “Prefacio a la primera reimpresión”, en Enrique Laraña, y Joseph Gusfield (Edits.), Los nuevos movimientos sociales. De la ideología a la identidad, Madrid, CIS, pp. ix-xvi.
LASH, Scott (1997). Sociología del posmodernismo, Buenos Aires, Argentina, Amorrortu Editores.
LAVIADA, Inigo (1978). Los caciques de la sierra, México, Eitorial Jus.
LEER, Lars (2006). “Procesos electorales y la transición a la democracia en dos municipios indígenas en Oaxaca”, Tesis de doctorado, CIESAS, México.
LEFF, Enrique (2000). “La reapropiación social de la naturaleza” en INI, Estado del desarrollo económico y social de los pueblos indígenas de México, 1996-1997. Primer Informe, Tomo 1, México, INI/PNUD, pp. 143-148.
LEÓN-Portilla, Miguel (1978). “Etnias indígenas y cultura nacional mestiza” en Instituto Nal. Indigenista, INI. 30 años después. Revisión crítica, México, México Indígena-INI, pp. 107-118.
LÓPEZ Bárcenas, Francisco (2006). “Las autonomías indígenas en México: De la demanda e reconocimiento a su constitución” en Raquel Gutiérrez y Fabiola Escárzaga (Coords.), Movimientos indígenas en América Latina: resistencia y proyecto alternativo, Vol. II, México, Casa Juan Pablos/CEAM/Gob. del D.F./UAM/BUAP/Diakonia/U. Pública de El Alto/UACM, pp. 103-121.
LÓPEZ Castro, Jerónimo (1978). “La violencia se ha propuesto nuestra abolición y el paternalismo nuestra ausencia de las decisiones” en Instituto Nacional Indigenista, INI. 30 años después. Revisión crítica, México, México Indígena-INI, pp. 165-166.
MAIZ, Ramón (2004). “El indigenismo político en América Latina”, Revista de Estudios Políticos, No. 123, enero-marzo, pp. 129-174.
MALDONADO Alvarado, Benjamín (1998). “Obstáculos internos para la construcción de autonomías indias: una perspectiva desde Oaxaca” en Miguel A. Bartolomé y Alicia M. Barabas (Coords.), Autonomías étnicas y Estados nacionales, México, CONACULTA-INAH, pp. 367-384.
3 8 7
— (2005 o 2004) “Organización social y política” en Alicia Barabas, Miguel Bartolomé y Benjamín Maldonado, Los pueblos indígenas de Oaxaca. Atlas etnográfico, México, INAH/Secretaría de Asuntos Indígenas del Gobierno de Oaxaca/FCE, pp.
— (2005). “Usos y costumbres: entre la organización comunitaria y las organizaciones de la comunidad” en Servicios para la Educación Alternativa A. C. (EDUCA), Diez voces a diez años: reflexiones sobre los usos y costumbres a diez años del reconocimiento legal, México, EDUCA, pp. 127-138.
— y Margarita M. Cortés Márquez (1999) “La gente de la palabra sagrada. El grupo etnolingüístico ayuuk ja'ay (mixe)” en Alicia Barabas y Miguel Bartolomé (Edit.) Configuraciones étnicas en Oaxaca, perspectivas etnográficas para las autonomías, Vol. II, México, INI/CONACULTA/INAH, pp. 95-144.
MALLON, Florencia E. (2003). Campesino y Nación. La construcción de México y Perú poscoloniales, México, El Colegio de San Luis/COLMICH/CIESAS.
MARCIAL, Vicente (1995). “Una visión zapoteca de la resistencia indígena” en Pablo González Casanova Henríquez y Arturo Lomelí G. (Coords.), Etnicidad, democracia y autonomía, Chiapas, UNAM/Centro de Investigaciones Humanísticas de Mesoamérica/Estado de Chiapas, pp. 57-63.
MARGOLIS, Joseph (2002). “Esencialismo” en Michael Payne (Comp.), Diccionario de teoría crítica y estudios culturales, Bnos. Aires, Paidós, pp. 175-177.
MÁRQUEZ Joaquín, Pedro (2003). “Gobierno, organización social y retos del pueblo p'urhépecha en el fin del milenio. El caso de Cheranatzicurin” en Carlos Paredes Martínez y Marta Terán (Coords.), Autoridad y gobierno indígena en Michoacán, Vol. II, México, COLMICH/CIESAS/INAH/UMSNH, pp. 567-580.
MARTÍNEZ Buenabad, Elizabeth (2000). “Agentes de la modernidad: profesionalización y la representación de identidad étnica y comunal en San Pedro Zacán, Michoacán”, Tesis de maestría, Zamora, Mich., COLMICH.
MARTÍNEZ Cobo, José (1987). Estudio del problema de la discriminación contra las poblaciones indígenas, New York, Naciones Unidas.
MARTÍNEZ Martínez, Juan Carlos (2001). “Derechos indígenas en los juzgados. Un análisis del campo judicial oaxaqueño en la región mixe”, Tesis de maestría, México, CIESAS.
MARZAL, Manuel M. (1998). Historia de la antropología. I. Antropología Indigenista, Quito, Ediciones Abya-Yala/U. Politécnica Salesiana del Ecuador/Pontificia Universidad Católica del Perú.
MATTIACE, Shannan L. (2002). “Una nueva idea de nación: autonomía indígena en México” en Shannan L. Mattiace, Rosalva A. Hernández y Jan Rus (Edit.), Tierra, libertad y autonomía: impactos regionales del zapatismo en Chiapas, México, CIESAS/IWGIA, pp. 229-268.
— (2005). “Representation and rights: Recent scholarship on social movements in Latin America”, Latin American Research Review, vol. 40, No. 1, February, Austin, Tx., U. of Texas Press, pp. 237250.
MÁXIMO Cortés, Raúl (2003). “Orígenes y proyecto de nación P'urhépecha” en Carlos Paredes Martínez y Marta Terán (Coords.), Autoridad y gobierno indígena en Michoacán, Vol. II, México, COLMICH/CIESAS/INAH/UMSNH, pp. 581-589.
MAYNTZ, Renate (1980). Sociología de la organización, Madrid, Alianza Edit.
388
McADAM, Doug, (2001). “Cultura y movimientos sociales” en Enrique Laraña y Joseph Gusfield (Edit.), Los nuevos movimientos sociales. De la ideología a la identidad, Madrid, CIS, pp. 43-67.
— John D. McCarthy y Mayer N. Zald (Eds.) (1999). Movimientos sociales: perspectivas comparadas. Oportunidades políticas, estructuras de movilización y marcos interpretativos culturales, Madrid, Istmo.
McCa r t h y , John D. (1996). “Constraints and opportunities in adopting, adapting, and inventing” in McAdam Doug, John D. McCarthy & Mayer N. Zald (Eds.), Comparative Perspectives on Social Movements. Political Opportunities, Mobilizing Structures, and Cultural Framings, Cambridge, Cambridge University Press, pp. 141-151.
MELUCCI, Alberto (2002). Acción colectiva, vida cotidiana y democracia, México, COLMEX.
MENA, Patricia, Héctor Muñoz y Arturo Ruiz (1999). Identidad lenguaje y enseñanza en escuelas bilingües indígenas de Oaxaca, México, UPN.
MÉNDEZ, José S., Fidel Monroy et al. (1997). Sociología de las organizaciones, México, McGraw Hill.
MEYER, Lorenzo (1994). La segunda muerte de la Revolución Mexicana. México, Cal y Arena.
MILLÁN Valenzuela, Saúl (1992). “La ceremonia perpetua. Ciclos festivos y organización ceremonial en el sur de Oaxaca”, Tesis de licenciatura, México, INAH.
MÜNCH Galindo, Guido (1996). Historia y cultura de los mixes, México, UNAM.
NAGEL, Joane & Matthew Snipp (1993). “Ethnic reorganization: American Indian social, economic, political, and cultural strategies for survival”, Ethnic and Racial Studies, Vol. 16, No. 2, April, pp. 203-235.
NAHMAD Sittón, Salomón (1994). “Frontera territorial e identidad étnica de los mixes” en Salomón Nahmad Sittón (Edit. y Comp.), Fuentes etnológicas para el estudio de los pueblos ayuuk (mixes) del estado de Oaxaca, México, CIESAS/IOC, pp. 535-542.
— (2003). Fronteras étnicas. Análisis y diagnóstico de desarrollo: Proyecto nacional vs. Proyecto étnico. El caso de los ayuuk (mixes) de Oaxaca, México, CIESAS.
— (2005). “Los acuerdos y los compromisos rotos y no cumplidos con los pueblos indígenas de México” en Rosalva Aída Hernández, Sarela Paz y Ma. Teresa Sierra (Coords.), El estado y los indígenas en los tiempos del PAN: neoindigenismo, legalidad e identidad, México, CIESAS/Plaza y Valdez, pp. 80-113.
NOLASCO Armas, Margarita (1997). “Educación bilingüe en Oaxaca: su impacto en la participación política de los pueblos indios” en Beatriz Garza Cuarón (Coord.), Políticas lingüístiacas en México, México, UNAM/La Jornada Ediciones, pp. 205-216.
— (2003). “Medio siglo de Indigenismo y de INI”, México Indígena, Vol. 2, No. 4, Nueva Época, INI, México, pp. 7-13.
Organización Internacional del Trabajo (1989). Convenio 169 , OIT
Organización Nación P'urhépecha (ONP), Red de información indígena, www.lantea.apc.org/rci/organinteg/napurhe.html, recuperado enero 2004.
— (s/f a). Folleto Informativo, tríptico, ONP.
3 8 9
— (s/f b). Cuadro Comparativo de propuestas, mimeografía, Michoacán, ONP.
— (s/f c). ¿Qué es la organización nación purhépecha?, mimeografía, ONP.
— (2000). Cinco derechos indígenas fundamentales. Extracto del Convenio No. 169 de la OIT, mimeografía, Michoacán, ONP, 4 pp.
— (2001a). Autonomía regional. Un proyecto de pervivencia para el pueblo purhépecha y para los pueblos indígenas de México, folleto, Tacuro, Mpio. de Chilchota, Mich., 19 pp.
— (2001b). “Autonomía regional: Pueblo Purhépecha. Declaración presentada en el Congreso Nacional Indígena”, http://chiapas.mediosindependientes.org/print.php37article id=506, recuperado el 14 de julio de 2004.
— (2002). “Propuesta de ley sobre derechos de los pueblos originarios del estado de Michoacán de Ocampo”, Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, No. 90, Vol. XXIII, (Presentación de Luis Ramírez Sevilla), México, COLMICH, pp. 161-199.
OROZCO y Berra, Manuel (1994). “Historia antigua de las culturas aborígenes de México” (Sección dedicada a los mixes y zoques), en Salomón Nahmad Sittón (Edit. y Comp.), Fuentes Etnológicas para el estudio de los pueblos ayuuk (mixes) del estado de Oaxaca, México, CIESAS/IOC, pp. 135138.
OTERO, Gerardo (2004). “Cuestión india y transición democrática en Latinoamérica. Clase, Estado y construcción de la identidad”, Memoria, No. 184, junio, pp. 46-50.
PARDO, Ma. Teresa (1994). “El territorio, la demografía y la lengua de los ayuuk” en Salomón NAHMAD Sittón (Edit. y Comp.), Fuentes etnológicas para el estudio de los pueblos ayuuk (mixes) del estado de Oaxaca, México, CIESAS/IOC, pp. 571-614.
PAZ Patiño, Sarela (2005). en Rosalva Aída Hernández, Sarela Paz y Ma. Teresa Sierra (Coords.),El estado y los indígenas en los tiempos del PAN: neoindigenismo, legalidad e identidad, México, CIESAS/Plaza y Valdez, pp.357-382.
PEÑA, Guillermo de la, Thierry Linck, Jaime Espín y Jesús Tapia (1987). “Algunos temas y problemas en la antropología social del área purépecha” en Guillermo de la Peña (Comp.), Antropología social de la región purépecha, México, COLMICH/Gob. Del Estado de Michoacán, pp. 31-65.
PÉREZ-González, Benjamín (1997). “El proyecto tarasco. Antecedentes y trascendencia” en Carlos Paredes (Coord.), Lengua y etnohistoria purépecha. Homenaje a Benedict Warren, México, UMSNH/CIESAS, pp. 264-272.
PÉREZ-RUIZ, Maya Lorena (2000). “Pueblos indígenas, movimientos sociales y lucha por la democracia” en INI, Estado del desarrollo económico y social de los pueblos indígenas de México, 1996-1997. Primer Informe, Tomo 1, México, INI/PNUD, pp. 355-418.
PERLSTEIN Pollard, Helen (2004). “El imperio tarasco en el mundo mesoamericano”, Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, No. 99, Vol. XXV, Zamora, COLMICH, pp.115-142.
PUJADAS, Juan José (1993). Etnicidad. Identidad cultural de los pueblos, España, Eudema.
PURNELL, Jennie (2004). “'Con todo el debido respeto' La resistencia popular a la privatización de tierras comunales en el Michoacán del siglo XIX” en Andrew Roth Seneff (Edit.), Recursos contenciosos. Ruralidady reformas liberales en México, México, COLMICH, pp. 85-128.
3 9 0
QUECHA Reyna, Citlali (2003). “El papel del intelectual indígena en el movimiento indio contemporáneo. El caso de Sta. Ma. Tlahuitoltepec”, Tesis de licenciatura, México, INAH.
RAMÍREZ Sevilla, Luis (2002) “Introducción a la Propuesta de Ley sobre derechos de los pueblos originarios del estado de Michoacán de Ocampo”, Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, no. 90, Vol. XXIII, México, COLMICH, pp. 160- 181.
— (2005). “Movimientos indígenas y gobiernos locales en la región purhépecha de Michoacán, México”, texto presentado en el Seminario del proyecto Estado y Pueblos Indígenas en América Latina, Zamora, Mich., COLMICH, septiembre, mimeografiado, 33 pp.
— (2007) “Movimientos indígenas y gobiernos locales en la región purépecha de Michoacán, México” en Willem Assies y Hans Gundermann (Eds.), Movimientos indígenas y gobiernos locales en América Latina, Chile, CoLMICH/IWGIA/nAM-Universidad Católica del Norte de Chile, pp. 119-160.
— y Carmen Ventura (2003). “Municipios y remunicipalización en la región purhépecha de Michoacán: entre 'nuevos municipios' y municipios indígenas”, Ponencia presentada en el Seminario Autonomía y remunicipalización en regiones indígenas de México, Zamora, Mich., COLMICH, julio, fotocopias.
RECONDO, David (2007). La política del gatopardo. Multiculturalismo y democracia en Oaxaca, México, CIESAS/CEMCA.
REGINO Morales, Adelfo (1998). “La reconstrucción de los pueblos indígenas” en Miguel A. Bartolomé y Alicia M. Barabas (Coords.), Autonomías étnicas y Estados nacionales, México, CONACULTA-INAH, pp. 415-424.
Representantes y Autoridades Tradicionales del Pueblo P'urhépecha (2001). “Decreto en contra de la Ley Indígena aprobada en México”, Cemos Memoria, No. 182, México, pp. 46-49.
Red Indígena, “Localización del pueblo mixe”, enwww.redindigena.net/ser/pueblomixe/localizacion.html, recuperado septiembre 2004.
REYES Gómez, Laureano (1995). Pueblos indígenas de México. Mixes, México, INI.
— y Gloria Isidro Morales, “MIXES / AYUUKJA'AY” en página del Gobierno del Estado de Oaxaca,http://www.gobiernodeoaxaca.gob.mx/web/index.php?option=com content&task=view&id=110&It emid=29, recuperado febrero 2005.
REYES Rocha, Jose y Ma. Luisa Miaja Isaac (1991). La educación indígena en Michoacán, México, Gob. del Estado de Michoacán/Instituto Michoacano de Cultura.
RIVAS Toledo, Alexis (2003). “Negociación identitaria y efectos políticos de la relación ONG Pueblos indígenas. El Movimiento Agrario Indígena Zapatista-MAIZ, Veracruz” Tesis de maestría, México, CIESAS.
ROSEBERRY, William (2002). "Hegemonía y lenguaje contenciosos" en Joseph Gilbert M. y Daniel Nugent (Comps.), Aspectos cotidianos de la formación del estado, México, Era, pp. 213-226.
ROTH Seneff, Andrew (1993). “Región nacional y la construcción de un medio cultural. El Año Nuevo P'urhépecha”, Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, No. 53, invierno, México, COLMICH, pp. 241-272.
391
RUIZ López, Arturo (2001). “La educación indígena bilingüe bicultural. El caso de Oaxaca, México” en Héctor Muñoz Cruz (Coord.), Un futuro desde la autonomía y la diversidad, México, UV, pp. 339-349.
SANCHÉZ Castro, Alejandro (1994). “Historia Antigua de los mixes” en Salomón Nahmad Sittón (Edit. y Comp.), Fuentes etnológicas para el estudio de los pueblos ayuuk (mixes) del estado de Oaxaca, México, CIESAS/IOC, pp. 97-134.
SÁNCHEZ, Consuelo (1999). Los pueblos indígenas: del indigenismo a la autonomía, México, S. XXI.
SANCHÉZ Díaz, Gerardo (1997). “Los estudios en y sobre la lengua tarasca en el siglo XIX” en Carlos Paredes (Coord.), Lengua y etnohistoria purépecha. Homenaje a Benedict Warren, México, UMSNH/CIESAS, pp. 179-200.
SANTIBÁÑEZ, C., Cándido (1994). “Reseña histórica del problema agrario de los mixes, caso de Cacalotepec” en Salomón Nahmad Sittón (Edit. y Comp.), Fuentes etnológicas para el estudio de los pueblos ayuuk (mixes) del estado de Oaxaca, México, CIESAS/IOC, pp. 163-167.
SARMIENTO Silva, Sergio (1996). “Movimiento indio, autonomía y agenda nacional” en Gramont, Hubert C. de (Coord.), Neoliberalismo y organización social en el campo mexicano, México, UNAM/Plaza y Valdés Editores, pp. 355-395.
— (2001). "El movimiento indio mexicano y la reforma del Estado", Cuadernos del Sur, Oaxaca, Oax., INAH/IIS-UABJO, pp. 65-96.
SATÍN del Río, Leticia, Araceli Burguete Cal y Mayor y Fausto Díaz Montes (Coords.) (2004). Formas de integración del gobierno en municipios con población indígena y ciudadanía multicultural: Oaxaca y Chiapas. Memoria del taller, México, FLACSO.
Servicios del Pueblo Mixe (SER). (s/f). Proyecto Trianual: 1997-1999, Oaxaca, mecanografiado.
— (1993). “Contribuciones a la discusión sobre los derechos fundamentales de los pueblos indígenas”, Simposio Indolatinoamericano, Tlahuitoltepec, Oax., octubre, fotocopias, 25 pp.
— (1995). Contribuciones a la discusión sobre “Autonomía y derecho indígena”. Simposio Indolatinoamericano, Segunda sesión. Derecho Indígena y Autonomía, octubre, Jaltepec de Candayoc, Oax., SER, mecanografiado, 33 pp.
— (2000). “Propuestas de la Declaración de Jaltepec sobre el derecho y la autonomía indígenas como una de las formas de ejercer la libre determinación” en INI. Estado del desarrollo económico y social de los pueblos indígenas de México, 1996-1997. Primer Informe, Tomo 1, México, INI/PNUD, pp. 409-410.
— “SERVICIOS DEL PUEBLO MIXE. Ayuuk kajpn mèètu'unèn”, http://www.laneta.apc.org/rci/organinteg/mixe.html, recuperado agosto 2004a.
— “Servicios del pueblo Mixe” http://www.laneta.apc.org/rci/ser,Recuperado, agosto 2004b.
— (2005). “La experiencia de Servicios del Pueblo Mixe y la Asamblea de Productores Mixes” en Maricela A. Soto Martínez y Ma. del Carmen Mendoza R., Autonomía e identidad cultural. Experiencias de desarrollo local en México, México, CEAAL, pp. 339-401.
— “Memoria” http://www.laneta.apc.org/rci/ser/departamentos/memoriahist/MEMORIA.html, recuperado 14 de febrero 2006
3 9 2
SERRANO Carreto, Enrique, Amulfo Embriz Ososrio y Patricia Fernández Ham (Coords.) (2002). Indicadores socioeconómicos de los pueblos indígenas en México, 2002, México,INI/CONAPO/PNUD.
SONNLEITNER, Willibald (2001). Los indígenas y la democratización electoral. Una década de cambio político entre los tzotziles y tzeltales de Los Altos de Chiapas (1988-2000), México, COLMEX/IFE.
SORROZA Polo, Carlos (2007). “La crisis política de Oaxaca: componentes, alcance y propuesta de salida” Oaxaca, mimeo, 25 pp.
STAVENHAGEN, Rodolfo (1988). Derecho indígena y derechos humanos en América Latina, México, COLMEX/IIDH.
— (1997). “Las organizaciones indígenas: actores emergentes en América Latina” en Lydia van de Fliert (Comp.), Guía para pueblos indígenas. Sobre políticas, proyectos, asistencia financiera y técnicas de Organizaciones Internacionales Gubernamentales y No Gubernamentales en América Latina, México, Comisión Nacional de Derechos Humanos, pp. 27-45.
— (2002). “Indigenous people and the State in Latin America: An Ongoing Debate” in Rachel Sieder (Edit.), Multiculturalism in America Latina. Indigenous rights, diversity and democracy, Great Britain, Institute of Latin American Studies/Palgrave MacMillan, pp. 24-44.
SUÁREZ, Hugo José (1999). Religión y política en Bolivia. Análisis de la experiencia de Néstor Paz Zamora a partir de tres sociólogos contemporáneos, La paz, Bolivia, U. de la Cordillera/Plural Editores.
TANAKA, Martín (1995). “La participación política de los sectores populares en América Latina”, Revista Mexicana de Sociología, año LVIII, no. 3, México, UNAM-IIS, pp. 41-65.
TARROW, Sidney (1997). El poder en movimiento. Los movimientos sociales, la acción colectiva y la política, Madrid, Alianza Editorial.
TICONA Alejo, Esteban (2000). Organización y liderazgo aymara. 1979-1996, La Paz, Bolivia, Universidad de la Cordillera/AGRUCO.
TOLEDO Llancaqueo, Víctor (2004). “Políticas indígenas y derechos territoriales en América Latina: 1990-2004 ¿Las fronteras indígenas de la globalización?”, Ponencia presentada en el Grupo de Trabajo sobre Movimientos indígenas, CLACSO, Quito, 31 pp. (versión electrónica)
TORRES, Cisneros, Gustavo (2004). Mixes, México, CDI/PNUD, (Colecc. Pueblos indígenas del México contemporáneo).
TOURAINE, Alain (1995) Producción de la sociedad, México, UNAM/IFAL/Embajada de Francia.
UNOSJO, SER et al. (2006). Encuentro de los Pueblos Mixe, Zapoteco y Chinanteco con la Delegación Zapatista de “La otra campaña"”, Oaxaca, folleto.
VALLADORES de la Cruz, Laura R. (1998). "Los estudios antropológicos (1970-1985) sobre los movimientos indígenas en México: una revisión bibliográfica", Inventario Antropológico. Anuario de la revista Alteridades, México, UAM-I, pp. 37-74.
VARESE, Stefano (1996). “Introducción. Parroquismo y globalización. Las etnicidades indígenas ante el Tercer milenio” en Stefano Varese, (Coord.), Pueblos indios, soberanía y globalismo, Quito, Ecuador, Abya-Yala, pp. 15-30.
393
VARGAS Collazos, Mónica (2001). “Nunca más un México sin nosotros: expresiones etnopolíticas oaxaqueñas”, Tesis de maestría, Guadalajara, Jal., CIESAS.
VÁZQUEZ León, Luis (1986). Antropología política de la comunidad indígena en Michoacán, México, SEP.
— (1992a). Ser indio otra vez. La purepechización de los tarascos serranos, México, CONACULTA.
— (1992b). “Etnia y poder en Michoacán” en Jesús Tapia Santamaría (Coord.), Intermediación social y procesos políticos en Michoacán, México, COLMICH, pp. 199-246.
— (2003). “De la comunidad a la nacionalidad. Las viejas nuevas formas de gobierno indígena en territorio purhé” en Carlos Paredes Martínez y Marta Terán (Coords.), Autoridad y gobierno indígena en Michoacán, Vol. II, COLMICH/CIESAS/INAH/UMSNH, México, pp. 675-682.
VAN YOUNG, Eric (Edit.) (1992). Mexico’s regions: comparative history and development, San Diego, CA, Center for US-Mexican Studies-University of California.
VELASCO Yáñez, David (2000). Habitus, democracia y acción popular. La sociología de Pierre Bourdieu aplicada a un estudio de caso, Jalisco, México, ITESO.
VELÁSQUEZ, María Cristina (2000). El nombramiento. Las elecciones por usos y costumbres en Oaxaca, México, IFE-Oaxaca.
VERA Herrera, Ramón (2003). “Sierra Mixe. Lejos del edén, tan amante de la tierra”, Ojarasca, Suplemento de La Jornada, No. 93, enero, pp.
VICTORIANO Mateo, Alfredo (1997). Juchari Juramukua (Nuestra Autonomía), cuadernillo, Cherán, Mich., ONP, 21 pp.
VILLORO, Luis (1978). “Subsiste la necesidad que creo el Instituto, urge que cumpla el fin que lo justifica” en Instituto Nacional Indigenista, INI. 30 años después. Revisión crítica, México, México Indígena-INI, p. 129.
— (1999). Estado plural, pluralidad de culturas, México, Paidós/UNAM.
WADE, Peter (2000). Raza y etnicidad en Latinoamérica, Quito, Ecuador, Abya-Yala.
WARMAN, Arturo (1978). “El pensamiento indigenista” en Campesinos e indigenismo en América Latina, Lima, Ediciones Celats, pp.87-114.
— (2003). Los indios mexicanos en el umbral del milenio, México, FCE.
WARREN, Benedict (1977). La conquista de Michoacán 1521 - 1530, México, Fimax Publicistas.
— (1997). “Los estudios de la lengua de Michoacán: cuestiones para investigación” en Carlos Paredes (Coord.), Lengua y etnohistoria purépecha. Homenaje a Benedict Warren, México, UMSNH/CIESAS, pp. 27-39.
YASUMURA, Naoki (2003). “Polifonía en la construcción de lo purhépecha. Un caso de la política de identidad” en Carlos Paredes Martínez y Marta Terán (Coords.), Autoridad y gobierno indígena en Michoacán, México, COLMICH/CIESAS/INAH/UMSNH, Vol. II, pp. 643-673.
ZALD, Maye N. (1999). “Cultura, ideología y creación de marcos estratégicos” en McAdam, D., John D. McCarthy y M. N. Zald (Eds.), Perspectivas comparadas en los movimientos sociales, Madrid, Istmo, pp. 369-388.
3 9 4
ZÁRATE Hernández, José Eduardo (1999). “La reconstrucción de la nación purhépecha y el proceso de autonomía en Michoacán, México” en Willem Assies, Gemma van der Haar y André Hoekema (Edit.), El reto de la diversidad. Pueblos indígenas y reforma del estado en América Latina, México, COLMICH, pp. 245-267.
— (2001). Los señores de utopía. Etnicidadpolítica en una comunidadp'urhépecha. Santa Fe de la Laguna-Ueamuo, México, COLMICH/CIESAS.
ZERMEÑO, Sergio (1997). “Epílogo: una prospectiva para la acción social en México”, en Sergio Zermeño, (Coord.), Movimientos sociales e identidades colectivas. México en la década de los noventa, México, CIIH-UNAM/La Jornada, pp. 313-338.
ZIBERMANN, Ma. Cristina (1994). “Idolatrías de Oaxaca en el siglo XVIII” en Salomón Nahmad Sittón (Edit. y Comp.), Fuentes etnológicas para el estudio de los pueblos ayuuk (mixes) del estado de Oaxaca, México, CIESAS/ IOC, pp. 271-291.
ZUÑIGA, Gerardo (2000). “La dimensión discursiva de las luchas étnicas. Acerca de un artículo de María Teresa Sierra”, Alteridades, año 10, No. 19, enero-junio, México, UAM, pp. 55-67.
HEMEROGRAFÍA
Semanario Guía, Michoacán, años 2004-2005
ENTREVISTAS
-Entrevista Abelardo Torres, Sto. Tomás, Chilchota y Morelia, 2006 -Entrevista Abundio Marcos, Morelia, Mich., 2005.-Entrevista Enriqueta Calderón, Morelia, Mich., 2004.-Entrevista Griselda Calderón, Tacuro, Mpio. Chilchota, Mich., 2005-Entrevista Magdalena Gregorio, Tacuro, Mpio. Chilchota, Mich., 2005-Entrevista Josefina Pablo, Tacuro, Mpio. Chilchota, Mich., 2005-Entrevista Norberto Calderón, Tacuro, Mpio. Chilchota, Mich., 2005-Entrevista Yolanda Martínez, Tacuro, Mpio. Chilchota, Mich., 2005-Entrevista Guadalupe Hernández, Morelia, Mich., 2004-Entrevista José Merced, Morelia, Mich., 2004-Entrevista Rosa Isela, Morelia, Mich., 2005-Entrevista Pedro Victoriano, Uruapan, Mich., 2004-Entrevista Cresencio Méndez, Morelia, Mich. 2005-Entrevista Hermilio Alonso, Tírindaro, Mpio. de Zacapu, Mich., 2005-Entrevista Obdulia López, Ichán, Mpio. Chilchota, Mich., 2005-Entrevista Felipe Margarito, Ocumicho, Mpio. Mich., 2005-Entrevista Vitalina Gallardo, Chilchota, Mich., 2006-Entrevista Celerino Felipe, Comachuén , Nahuatzen, Mich., 2005.-Entrevista Alfredo Navarro, Tarecuato, Mpio. Sgo. Tangamandapio, Mich., 2005
-Entrevista Adelfo Regino, Oaxaca, Oax., 2006-Entrevista Florinda Flores, Sta. Cruz Condoy, Mpio. Quetzaltepec, Oax., 2006-Entrevista Gabriel Martínez, Sta Cruz Condoy, Mpio. de Quetzaltepec, Oax., 2006-Entrevista Genaro Rodríguez, Quetzaltepec, Oax., 2006-Entrevista Gerino Rojas, Quetzaltepec, Oax., 2006-Entrevista Hildeberto Díaz, Oaxaca, Oax., 2006-Entrevista Hugo Aguilar, Oaxaca, Oax., 2006
395
-Entrevista Píoquinto Sánchez, Quetzaltepec, Oax., 2006 -Entrevista Sofía Robles, Oaxaca, Oax., 2006 -Entrevista Zeferino Morales, Quetzaltepec, Oax., 2006 -Entrevista Beatriz Salinas, Oaxaca, Oax.-Entrevista Willi Morales, Oaxaca, Oax., 2004-Entrevista Yesica Sánchez, Oaxaca, Oax., 2004-Entrevista a Autoridades de Quetzaltepec, Quetzaltepec, Oax., 2006-Entrevista Amelia Negrete, Ayutla, Oaxaca, 2006.-Entrevista Antonieta Orozco y Elizabeth Gómez, Tlahuitolpetec, Oaxaca, 2006 -Platica con Leonel Sánchez Mtz., Oaxaca, Oax., 2006
3 9 6
ANEXO
M a p a d e l i m p e r i o t a r a s c o s ig lo X I V
(Tomado de Perlstein, 2004:118)
3 9 7
Mapa de localización del Territorio Purhépecha
398
Mapa de la Región Purhépecha
Simbologia^ Cabecera municipal Carretera pavimentada N
• Población com más del 75% de indígenas ■■ ■ carretera pavimentada 4 carriles ^
Región purépecha I I Área urbana con m ás de 2500 hab.0 5 10 20 Km.
Limite municipal Cuereo de aaua perenne ................................ ■ 1Fuente: INEGILimites municipales del marco geoestadisbco municipal. Región Purépechadel CENSO de 2000 y Topografía de lascadas 1:250.000 Elaboración: Ivy Jacaranda Jasso Martinez - ^ecuclón Marco Antonio Hernández
B Colegio de Michoacán, A. C. ! Marzo 2007______________________________________________________________
3 9 9
Mapa de las cuatro sub regiones purépechas
4 0 0
Mapa del área de influencia de la ONP
401
Cuadro 1 de grados e índices de marginación en los municipios que conforman el territorio purépecha ordenados
de mayor a menor, 2005
Grado Índice
Estado de Michoacán de Ocampo
Alto 0.45
Charapan Alto 0.573
Nahuatzen Alto 0.383
Chilchota Alto -0.036
Tzintzuntzan Medio -0.087
Coeneo Medio -0.107
Erongarícuaro Medio -0.120
Tangamandapio Medio -0.167
Paracho Medio -0.239
Cherán Medio -0.265
Quiroga Medio -0.379
Tingambato Medio -0.381
Tangancícuaro Medio -0.507
Los Reyes Bajo -0.708
Nuevo Parangaricutiro Bajo -0.717
Pátzcuaro Bajo -0.749
Zacapu Bajo -1.170
Uruapan Bajo -1.173
(Fuente: CONAPO, 2005)
4 0 2
Mapa La región mixe, zoque y popoluca
(T o m ad o de F oster, 1994: 64)
403
Mapa La prelatura mixepolitana
(Tomado de Ballesteros y Rodríguez, 1974: 96®)
4 0 4
Mapa de localización del territorio mixe
405
Mapa de la Región Ayuuk
4 0 6
Mapa de las tres sub regiones mixes
4 0 7
Mapa del área de influencia de SER
4 0 8
Cuadro 2 Grados e índices de marginación en los municipios que conforman el territorio mixe ordenados de mayor a menor, 2005
Grado indice
Estado de Oaxaca Muy alto 2.12
Santo Domingo Tepuxtepec
Muy alto 2.273
San Pedro y San Pablo Ayutla
Muy alto 1.759
Santa María Tepantlali Muy alto 1.554
San Lucas Camotlán Muy alto 1.540
Santiago Zacatepec Muy alto 1.489
San Juan Mazatlán Muy alto 1.474
Santiago Atitlán Muy alto 1.427
Tamazulapam del Espíritu Santo
Muy alto 1.407
Santa María Tlahuitoltepec
Muy alto 1.404
San Juan Juquila Mixe Muy alto 1.340
San Miguel Quetzaltepec
Muy alto 1.240
Asunción Cacalotepec Muy alto 1.077
San Juan Guichicovi Muy alto 1.071
Totontepec Villa de Morelos
Alto 1.060
San Pedro Ocotepec Alto 1.024
Santiago Ixcuintepec Alto 1.013
San Juan Cotzocón Alto 0.885
Mixistlán de la Reforma Alto 0.712
Santa María Alotepec Alto 0.424
(Fuente: CONAPO, 2005)
Área ayuuk extendida en razón de las localidades predominantes dehablantes de este idioma.
(Tomado de Pardo, 1994: 585)
4 1 0
Cuestionario aplicado en la encuesta
Las identidades étnicas en dos organizaciones indígenas de Michoacán y de Oaxaca
Encuesta No. Sexo: H M
Antrop. Ivy Jacaranda Jasso Martínez COLMICH-CER
Fecha y Lugar:Edad:
1. Cómo prefiere que le digan:
a) indígena b) purhépecha
Por qué:
2. -Qué lo hace purhépecha (qué es ser purhé):
a) Lengua
b) Historia
c) Territorio
d) Vestido
e) Sangre
f) Costumbres
g) Forma de vida
h) Otros
c) ninguno de los dos
3.- El nombrarse indígena o purhépecha fuera de su comunidad:
a) Me ha ayudado b) Me ha perjudicado c) No me ha pasado nada
A qué cree que se deba:
d) No sé
4. Ventajas de ser indígena o purhé:Desventajas de ser indígena o purhé:
5. Quién tiene derecho a decir (decidir) quién es indígena (tú puedes decidir ser indígena-purhé):
a) Los indígenas b) El gobierno y el Edo. c) Los académicos y estudiosos
d) Otros
6. Conoces la Organización Nación Purhépecha (has escuchádola): a) Si b) No
411
7. Sabes que ha trabajado en esta localidad: a) Si b) No c) N o sé
8. Haz asistido a juntas o reuniones convocadas por ellos o participas en sus proyectos:
a) Si Fecha aprox.Tema:Proyecto:
b) No Por qué:
9. Crees que han hecho un buen trabajo
a) Si b) No
Por qué:
10. Crees que ellos te representan bien y luchan por tus necesidades y demandas
a) Si b) No
Por qué:
11. La situación que viven a que se debe:
12. Cómo pueden mejorar su situación:
4 1 2