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LOS MOVIMIENTOS ESTUDIANTILES EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE
COLOMBIA- SEDE BOGOTÁ IDENTIDAD, REVOLUCIÓN Y UTOPÍA
KELLY ZULUAGA
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
20 DE MAYO DE 2016
Introducción
Claro está que la universidad no es nada sin su gente, es decir, sin sus empleados,
profesores y por supuesto sin sus estudiantes, quienes son la población numerosa. Los
estudiantes son parte del “alma máter” y por ende la historia de los movimientos
estudiantiles es parte esencial también de la historia universitaria. Cuando los estudiantes
discrepan de varias decisiones políticas, al igual que los movimientos sindicales, salen a las
calles en protestas para buscar ser escuchados con el gobierno. Estas movilizaciones, a lo
largo del tiempo han tenido gran impacto no sólo en la universidad misma, sino en todo el
país.
Tomando en cuenta lo anterior, se hará un análisis especial en la Universidad Nacional en
Bogotá, ya que desde su fundación, hasta nuestros días, ha estado siempre acompañada
de las protestas estudiantiles. En otras palabras, no se puede separar estos fenómenos de
movilización de la historia de la UN. Además, al ser esta universidad la más importante del
país, otras universidades de otras ciudades han tomado los acontecimientos y actos de
las movilizaciones para hacer memoria, para inspirar sus actos y también para formar una
identidad, siendo éste último el objeto principal de estudio que se abordará a continuación.
Se intentará abordar esto desde una perspectiva político-filosófica. Al ser un fenómeno de
cierto modo cíclico, no se abordará como tal la cronología de los acontecimientos de las
movilizaciones estudiantiles.
Cambios en la educación superior
Esta institución fue fundada el 22 de septiembre de 1867 mediante la ley 8 del mismo año.
Esta institución de carácter público y autónomo a nivel nacional, nació en medio de la
regeneración liberal, un escenario en el cual se le quisieron poner límites al principio de la
libertad de enseñanza. Se quería cambiar la tradición que ha tenido siempre la Iglesia
Católica en cuanto a la educación monopolizada, la cual estaba presente en todos los
rincones del país. Es por ello que durante el año de 1867, el partido liberal mediante el
organismo estatal, introduce vigilancia y control en la instrucción pública. En medio de
este complot de ideologías, el partido conservador criticó fuertemente la Universidad. Así,
como se puede apreciar, la universidad desde un principio ha estado de cierto modo, llena
de complots políticos. La universidad va perdiendo autonomía. La UN sería entonces, como
diría Derrida, una ciudad expuesta que se ofrece, que permanece expuesta a ser tomada,
y que con frecuencia se ve abocada a capitular sin condición1.
Siempre ha estado presente el debate de ¿qué es lo que se debe enseñar en las escuelas
e instituciones de educación superior? En medio de esa discusión se tiene al menos la
certeza de que lo que se debe aprender, debe estar en servicio de la sociedad. En la
enseñanza, diría Althusser, “se aprende a escribir, a leer y a contar; se aprenden entonces
algunas técnicas y varias cosas más (que pueden ser rudimentarios o profundos) de
“cultura científica” o “literaria”, elementos directamente utilizables en los distintos puestos
de producción. También se enseña las “reglas”, los usos habituales y correctos, es decir,
los convenientes, los que se deben observar según el cargo que está “destinado” a ocupar
todo agente de la división de trabajo: normas morales, normas de conciencia cívica y
profesional, todo lo cual quiere decir, en una palabra, las reglas de respeto a la división
técnico-social del trabajo; reglas en definitiva, del orden establecido por la dominación de
la clase2.
Si bien Althusser habla de los cambios europeos a nivel de universidad, se puede observar
que este modelo impactó a la UN. A nivel sociológico, afirman Urbán, Sevilla y Josefa, se
pasó “de la “alta cultura”, la cual se fundamentaba en el pensamiento crítico y los
conocimientos científicos necesarios para la formación de las élites para “saber mandar”,
a la difusión de conocimientos técnicos-industriales para la formación de una fuerza de
trabajo”3. Teniendo en cuenta estos cambios, los autores Urbán, Sevilla y Josefa a través
del estudio de los movimientos estudiantiles que se dieron en algunas universidades
europeas, notaron que misiones de la universidad son:4
1 Derrida, Jacques. El Porvenir De La Profesion, O, La Universidad Sin Condicion (Gracias A Las "Humanities", Lo Que Podria Tener Lugar Manana). San Juan, P.R.: Editorial Postdata, 2001. 2 Althusser, Louis. Ideologia Y Aparatos Ideologicos Del Estado. Buenos Aires: Nueva Visión, 1992. P. 185 3 Fernández, Joseba, Sevilla Carlos y Urbán Miguel. «La universidad como c ampo de batalla de la lucha de
clases.» En De la nueva misera. La universidad en crisis y la nueva rebelión estudiantil, de Joseba Fernández
González, Miguel Urbán Crespo y Carlos Sevilla Alonso, 34. Madrid: Alkal, 2013.
4 Fernández, Joseba, Sevilla Carlos y Urbán Miguel. «La universidad como campo de batalla de la lucha de
clases.» En De la nueva misera. La universidad en crisis y la nueva rebelión estudiantil, de Joseba Fernández
González, Miguel Urbán Crespo y Carlos Sevilla Alonso, 15-42. Madrid: Alkal, 2013.
La universidad como “aparato hegemónico”. La universidad se vuelve un
lugar complejo en el que suceden luchas por la hegemonía en todos sus aspectos:
combinación y liderazgo, representación, dominación y consentimiento. Si no hay
hegemonía (capacidad de inducir a la aceptación, de interiorizar y hacer propio por
los dominados el poder externo a ellos), ninguna estructura de dominio puede
perdurar. La hegemonía permite que el mando capitalista se perpetúe.
La universidad como la sede del “capital cultural”. Este armazón ideológico
de cultura-saber se transforma en parte de un sistema de disyunción de clase a
partir de categorías esencialmente subyacentes. La cultura es la forma mejor
disimulada de trasmisión hereditaria de capital. Así, la educación superior se vuelve
capital cultura, el cual se convierte luego en capital económico. Esto se da por
medio de la institucionalización del título universitario como calificador laboral y
como garantía de poder contractual. Así, el valor de la institución de donde sale el
profesional adquiere más valor que el mismo título profesional.
La universidad y la ”economía del conocimiento”. La universidad se
subordina a la producción del conocimiento, el cual está en función de la
valorización del capital. En ese sentido, la actividad científica en sentido amplio se
vuelve fuerza productiva si se integra en la producción mercantil. De ahí se da la
crisis en la universidad humanística clásica. Como actualmente ha habido una
valorización acelerada del conocimiento y de los servicios prestados, en la
universidad ha sido descrita como un nuevo modelo de “capitalismo académico”,
que ha surgido en USA a razón del desarrollo de políticas para una nueva gestión
pública.
Este modelo ha conllevado a que haya muchas inconformidades por parte de los cuerpos
estudiantiles y por ende nuevas manifestaciones. Estos desconciertos son los que han
originado el “espíritu de lucha” típico de los movimientos de estudiantes. Pero ¿qué se
entiende por “lucha”?. Para Archila, la “lucha” o “protesta” social se da cuando se trata de
una acción colectiva que expresa intencionalmente demandas y/o presiona soluciones ante
el Estado en sus diversos niveles, entidades privadas o individuales 5 . Cuando las
5 Archila, Mauricio. «Protestas sociales en Colombia. 1946-1958.» Historia Critica (1995): 2-16.
universidades comienzan a adquirir el modelo universitario norteamericano, como en el
caso de la UN y otras universidades chilenas y europeas por ejemplo, comienzan a tener
una nueva característica: el endeudamiento.
El endeudamiento se volvería entonces, para, Pastor, “el elemento que forma una nueva
miseria estudiantil. Entender la complejidad de este mecanismo, la profunda alteración de
las relaciones que establece e, incluso, de las potencialidades que ofrece para la
construcción de resistencias es otra tarea fundamental a la hora de caracteriza los nuevos
tiempos de la universidad.6 En consecuencia, afirman los autores Fernández, Sevilla y
Urbán, en el año de 1968 se daría una crisis “por la precarización de la condición
estudiantil, la descualificación de los estudios o el dominio mercantil sobre la cultura y la
educación, que constituían, en aquel entonces, el campo de batalla para el movimiento
estudiantil en los albores de la universidad de masas7.
Archila8 también muestra que los estudiantes fueron el grupo más activo en el periodo
(1946-1958).”Su papel como voceros de las capas medias en ascenso y representantes de
la intelectualidad, fueron muy sensibles a los recortes democráticos. Aunque estuvieron
presentes todo este tiempo, su mayor participación se dió durante la dictadura, tan es así
que ayudó a que ésta cayera. De 56 conflictos estudiantiles en la época de Violencia, 29
fueron adelantados en universidades públicas, 1 de ellos en la Nacional. Para la
participación de ésta última baste recordar las jornadas del 8 y 9 de junio del 54 o de las
mismas del mayo del 57. Todos sus actos respondian a motivos principalmente politicos”.
6 Pastor, Jaime. “Prólogo. Capitalismo académico vs. Juventud sin futuro”. González, Joseba.
Fernández, Miguel Urbán Crespo y Carlos Sevilla Alonso. De la nueva miseria. La universidad en
crisis y la nueva rebelión estudiantil. Madrid: Alkal, 2013. 5-14.
7 Fernández, Joseba, Sevilla Carlos y Urbán Miguel. «La universidad como c ampo de batalla de la
lucha de clases.» En De la nueva misera. La universidad en crisis y la nueva rebelión estudiantil, de
Joseba Fernández González, Miguel Urbán Crespo y Carlos Sevilla Alonso, 33. Madrid: Alkal, 2013.
8 Archila, Mauricio. "Protestas Sociales En Colombia 1946-1958". Historia Critica 1995: 1-16.
El debate de considerar los movimientos estudiantiles como movimientos
sociales
La clasificación que ha hecho Archila de ver el movimiento estudiantil como un movimiento
social (o de lucha de clases) ha sido muy polémica y debatida, ya que no se ajusta a las
características de éstos como lo es un movimiento de campesinos u obreros. El
movimiento estudiantil es muy diverso y no se puede acoplar a esta concepción del
materialismo histórico. Esto se debe a que esta rama historiográfica considera que las
relaciones que hay entre los individuos del grupo deben darse a partir de un vínculo con
un proceso productivo. Éste “lazo productivo” está ausente en los movimientos
estudiantiles, porque lo que los une es el saber. La población universitaria además se
compone de diversos sectores sociales y no tienen un conocimiento específico o
profesional9. Por otra parte, Ruiz considera que otra motivo por el cual un movimiento
estudiantil no es un movimiento social es por el hecho de que tienen “presencia cíclica”
durante varios periodos históricos, el cual está emparentado con particularidad de sus
intereses históricos con el contexto histórico en el que se desenvuelven. Los movimientos
estudiantiles son generacionales, pues sus miembros van cambiando o rotando a lo largo
del tiempo, no son estáticos10.
Fernández, Sevilla y Urbán prefieren ver el estudiantado no como una clase social
específica, sino más bien como sujetos intelectuales en formación, que debido a la
masificación de la universidad y a las nuevas funciones productivas que ha ido
adquiriendo, les confiere, colectivamente, una potencialidad política en aumento. Así, al
hablar de subjetividad estudiantil nos vemos obligados analizar las subjetividades
estudiantiles contrapuestas en conflicto: la del estudiante-masa y la del estudiante-social.
El estudiante-masa se configura como el producto del tiempo lineal de la vida académica
dentro del tránsito/iniciación a la vida adulta o “productiva” del estudiante, en el que debe
adquirir los saberes necesarios. Solo desde la ruptura de la unidimensionalidad de la
9 Montealegre, Manuel Ruiz. Sueños y realidades, proceso de organización estudiantil. 1954-1966. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2002. P. 18 10 Montealegre, Manuel Ruiz. Sueños y realidades, proceso de organización estudiantil. 1954-1966. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2002 p. 19
condición del estudiante-masa, puede alumbrarse el estudiante social. La subjetividad del
estudiante-social es, por tanto, una construcción cuyo lugar no lo configura el tiempo
vacío y homogéneo de la cotidianidad académica, sino el alumbrado por el tiempo-ahora
de la movilización, de la experiencia, de la recuperación del tiempo, que genera una
conciencia del presente, representación del eterno retorno de las movilizaciones
estudiantiles. Este proceso de autorreconocimiento colectivo solo puede derivar de la
ruptura con el tiempo, misión y condición del estudiante-masa, determinado en un
proceso de toma de conciencia mediante la movilización. Un proceso de politización de su
condición y de su acción. Así, el estudiante social es el resultado de un proceso de
autorreconocimiento por el que desarrolla su conciencia como sujeto11.
Los nuevos conceptos que proponen los autores anteriores de “estudiante-masa” y
“estudiante-social” podrían ser útiles para explicar la razón por la cual este fenómeno de
movilización se sigue teniendo tanta vigencia y qué es lo que hace que los estudiantes
sientan tanta atracción por ellos. El estudio del movimiento estudiantil no puede ser sólo
en términos del materialismo histórico, sino que también permite que hallen diversos
enfoques como por ejemplo a nivel cultura e de identidad, como propone Thompson12
Utopía y revolución
El movimiento estudiantil se vuelve un fenómeno social que de cierto modo busca
objetivos que se vuelven utópicos. Los estudiantes siempre han buscado que la
universidad se vuelva, como diría Derrida la universidad sin condición: el derecho
primordial a decirlo todo, aunque sea como ficción y experimentación del saber, y el
derecho a decirlo públicamente, a publicarlo13. Siempre han intentado que la universidad
se vuelva el espacio de la libre expresión, donde haya también lugar para el debate y se
vuelva un espacio de intercambio de diferentes ideologías y culturas. Los estudiantes
11 Fernández, Joseba, Sevilla Carlos y Urbán Miguel. «La universidad como c ampo de batalla de la lucha de
clases.» En De la nueva misera. La universidad en crisis y la nueva rebelión estudiantil, de Joseba Fernández
González, Miguel Urbán Crespo y Carlos Sevilla Alonso, 40-41. Madrid: Alkal, 2013.
12 Thompson Eduard. La miseria de la teoría. Editorial Crítica, 1981. Citado por Ruiz. 13 Derrida, Jacques. El Porvenir De La Profesion, O, La Universidad Sin Condicion (Gracias A Las "Humanities", Lo Que Podria Tener Lugar Manana). San Juan, P.R.: Editorial Postdata, 2001.
también se vuelven intermediarios entre los altos mandos del gobierno y las clases
populares, gracias a su carácter polifacético. Sin embargo, muchas veces esos ideales que
llevan a tener un espíritu revolucionario, dejan de perder validez o resonancia en la
sociedad:
En la Ilustración, dicha emancipación se lograba por la ciencia; en el idealismo por
la teleología del espíritu; en el marxismo, por la liberación de la humanidad a
través de la revolución del proletariado; en el capitalismo, por la felicidad de todos
gracias a la riqueza; en la era tecnológica, por la resolución definitiva de los
problemas mediante la maximización de la información… Pero nosotros ya no
creemos en estos grandes proyectos (Wolfang Welsch, 1997)
Sin embargo, la convicción de la lucha (sobre todo durante gran parte del siglo XX)
siempre ha seguido en pie, ya que los estudiantes buscan no sólo cambiar su condición
de jóvenes descontentos con el gobierno, sino que también querían el sueño de
transformar el país, el cual se traduciría en el sueño de la Revolución.
El sueño de la revolución se vuelve de cierto modo una utopía. Peter Gray muestra que un
proyecto es utópico sino existen circunstancias que lo hagan realizable. Todos los sueños
sobre sociedades de las que se destierren para siempre la coacción y el poder-ya sean de
signo marxista, anarquista, liberal o tecnocrático-son utópicos en sentido estricto de que
no podrán cumplirse jamás porque se estrellarán contra las contradicciones permanentes
de las necesidades humanas. Un proyecto puede ser utópico aunque no sea irrealizable
bajo cualquier circunstancia: basta con que se sepa que resulta imposible en cualquier
circunstancia posible o prevista 14 . Los movimientos estudiantiles están llenos de
contradicciones y de inestabilidad. En los años 60, muestra Ruiz 15 , los movimientos
estudiantiles en Colombia tuvieron sus épocas gloriosas, ya que era un momento en
donde los integrantes tenían un alto grado de conocimiento político, tenían un alto grado
de compromiso. Sin embargo este auge se fue perdiendo porque aparecieron
contradicciones internas, represión estatal e incredulidad, además carecían de una
organización sólida y éste fenómeno al parecer, sigue teniendo vigencia actualmente. El
14 Gray, Peter. La religión apocalíptica y la muerte de la utopía. Barcelona: Paidós, 2007. p. 37. 15 Montealegre, Manuel Ruiz. Sueños y realidades, proceso de organización estudiantil. 1954-1966. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2002 p. 16.
hacer que la Universidad Nacional se vuelva un espacio de diálogo es siempre una utopía,
ya que, según Gray: uno de los rasgos esenciales de todas las utopías es el sueño de una
armonía final y definitiva16
Según lo que se ha visto hasta el momento, es posible ver que en los estudiantes yace
cierto anhelo por recuperar y preservar las tradiciones de un mundo cambiante y
homogeneizador. Los estudiantes son conscientes de “las anárquicas energías del mercado
transforman continuamente no sólo la política y el Estado, sino también la cultura y la
sociedad. Los movimientos que aspiran a liberar el mercado, y al mismo tiempo, a
restaurar los “valores tradicionales” tuvieron una presencia dominante en gran parte del
tramo final del siglo XX”17 También muestran sentimientos de protección frente a ciertos
cambios capitalistas.
La utopía se desmorona también porque ya no se quieren recordar muchas de las
experiencias vividas a lo largo del tiempo. Este hecho resulta paradójico, sobre todo en los
estudiantes de la actualidad. Ya ven todo tan familiar y tan “normal”. Pero a su vez se
nota una actitud curiosa y contradictoria en los estudiantes, en el sentido de que quieren
recordar a aquellos “mártires” que murieron luchando frente al capitalismo. El sentimiento
de memoria no sólo se manifiesta en murales, fotografías y videos, sino también en sitios
como blogs de Internet. Uno de tantos ejemplos, porque son muchos es uno llamado
Memoria Estudiantil. Claro está que se pudieron tomar más ejemplos, ya que son muchos.
Este blog está creado desde el 2008 y al parecer, hace mucho el administrador de la
página no la actualiza. Sin embargo, los visitantes si y lo hacen respondiendo a la
pregunta del administrador, que en este caso se llama Nanda, de ¿qué recuerdan del
evento del 16 de mayo de 1986, que al parecer es una fecha llena de inquietudes y dudas.
A continuación se muestran algunas respuestas:
“Shinita, te cuento que El 17 de mayo yo caminé por la Plaza Ché y eran como las 2
de la tarde, me dejaron entrar porque tenía que entrar a una dependencia en la
Facultad y ví muchos casquillos de bala en esa plaza, muchos, muchos. También un
charco de agua bastante teñida de rojo al frente de una de las paredes exteriores del
16 Gray, Peter. La religión apocalíptica y la muerte de la utopía. Barcelona: Paidós, 2007. p.32 17 Gray, Peter. La religión apocalíptica y la muerte de la utopía. Barcelona: Paidós, 2007.p. 35.
edificio de Antropología (el blanco). Pesé que esa era tinta que le echaban a los
estudiantes para identificarlos después de la pedrea, con los años pienso que era en
verdad sangre. Porque me contaron que esa tarde hubo fusilamientos en la pared de
Medicina, tal vez aquí también los hubo. Todavía no habían quitado nada de eso ni las
balas ni los charcos. Son tantas, tantas cosas. La tarde del 16 de mayo como a la una
la policía disparo hacia adentro, e hirió a un amigo y lo llevaron al servicio médico el
balazo fue en el brazo. Todavía no había empezado lo peor. Hace ya muchos años y
todavía siento horror”18. (Anónimo, 3 de febrero de 2013)
“Desde ese 16 de mayo no pasa un solo aniversario sin recordar lo ocurrido ese
miércoles negro para la Nacho, ocurrieron otros hechos en otras universidades públicas,
pero el culminante fue ese día, desde la mañana se notaba el ambiente enrarecido,
personajes desconocidos, comentarios que iban y venían, finalmente el tropel, ese día
fue realmente un campo de batalla, inició como los conocidos, pero fue creciendo. Con
compañeros de la facultad de ingeniería nos encontrábamos debajo de un árbol cerca
a la pedrea, cuando un proyectil le sacó un pedazo al mismo, por poco impacta en uno
de nosotros, al momento de la retirada escuchamos una explosión muy fuerte y los
gritos de los compañeros que corrieron hacia nosotros y nos decían que se habían
metidos los motorizados, al momento nos alcanzaron, fue tenaz ver como cogían las
compañeras por el cabello arrastrándolas por el campus. Logramos salir por la 53.
Luego uno de los comentarios que más se escuchaba fue que esto fue orquestado por
el estado para acabar con el bienestar universitario. Luego del año de cierre entraría
como rector Marco Palacios personaje muy eficiente para llevar a cabo las políticas de
ingrata recordación, ya que con el dejó de ser verdadera Nacional porque estas
medidas afectarían a los estudiantes de provincia”. (Anónimo, 16 de mayo de 2013)
“Bueno yo nací en Bogotá y mi mamá estudiaba en la universidad, es más el día del
cierre de las residencias estudiantiles a mi mamá y a mí nos encerraron en una oficina
porque las fuerzas armadas entraron matando gente de forma indiscriminada y mi
18 Anónimo Nanda. (30 de 01 de 2008). 16 de mayo de 1984. Obtenido de Memoria del
movimiento estudiantil:
http://memoriaypalabra.blogspot.com.co/2008/01/16demayode1984memoriadel.
Consultado el 18 de mayo de 2016.
mamá tiene muchos recuerdos de esto, es más creó que un sacerdote grabó y envió a
Francia un vídeo donde se veía como tiraban cuerpos de estudiantes a volquetas como
si fueran escombros. Si les interesa los pongo en contacto con mi mamá para que les
cuente los detalles de lo que vivimos ese día” (STEM Servicio Técnico Electromecánico
LTDA, 19 de noviembre de 2015)
Este último testimonio valdría la pena resaltarlo, porque se muestra que los movimientos
estudiantiles no sólo han afectado a los mismos estudiantes, sino a la sociedad como tal. El
estudiante es un personaje que busca lo que debe ser en el futuro, pero a su vez lo que la
sociedad debe ser. Este tema se quiere olvidar y guardar en la memoria. Esto también da otra
razón de por qué los movimientos estudiantiles son utópicos, porque generan nostalgia sobre
el pasado, añorando un mundo mejor. La utopía hace que los hombres dilaten sus
dimensiones históricas19.
19 Abramson, P. (1999). Las utopias sociales en America Latina en el siglo XIX. Mexico: Fondo de Cultura
Economica. P. 355