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    Revista Todo es Historia, N 76, septiembre de 1973

    Los Lomuto - El tango al poder Por Daniel Della Costa

    Una maana de marzo de 1945 un hecho atrajo circunstancialmente la atencin de los fugaces transentes de la zona bancaria de Buenos Aires. Uno a uno, varios coches oficiales fueron arrimndose a la vereda de la iglesia de La Merced, en Reconquista y Cangallo. Y de ellos salieron seores con aspecto de funcionarios, damas muy bien vestidas, militares de uniforme blanco o cargados con los entorchados de los edecanes. Algunos paseantes se detuvieron a observarlos. Porque entre los que salan de la penumbra del interior de los autos a la fuerte claridad de aquel da de verano, se distinguan figuras notorias. Como la del vicepresidente, ese joven coronel Pern, que conmova los cimientos polticos y sociales del pas. Y la de la actriz Eva Duarte, que no obstante la discrecin de su vestido y el rpido paso con que se encamin hacia el atrio fue tambin reconocida. Otros advirtieron, aunque vistiera de civil, al almirante Alberto Teissaire y no se les escap tampoco el paso de los Lomuto. Pancho, el ms conocido, as como Hctor, que triunfaba con su jazz, Enrique, tambin msico y Oscar, subsecretario de Informaciones, que ingresaron codendose con otras figuras del gobierno y con los primeros planos de la jerarqua militar. Alguien, convencido de que se deba tratar del funeral de alguna persona muy importante, se acerc a uno de los choferes de la comitiva oficial. S le confirmaron: le hacen una misa a Rosala Narducci de Lomuto, que muri hace un mes. La razn por la cual Pern, Eva, ministros, militares y dems se movilizaron esa maana hasta all no ha merecido ser incorporada a los anales de la historia. Sin embargo est claro que en esa poca la vinculacin entre el rgimen provisional y los Lomuto era tan obvia, que a ninguno de los curiosos que se preocup por averiguar la causa de tan empinado homenaje, le habr parecido desproporcionado con la importancia que ese apellido haba asumido en la vida pblica. Oscar Lomuto era el subsecretario de Informaciones; Enrique secundaba a su hermano y Francisco, notorio director de orquesta tpica, era el presidente de la Sociedad de Autores y Compositores, SADAIC. A casi 30 aos de aquel hecho, borrada la importancia circunstancial que tuvo, muertos algunos de los personajes principales (como Oscar y Pancho), diluida la gravitacin de la familia Lomuto en el campo poltico y en el musical, ese acontecimiento aparece bajo nuevas luces. Algo as como un smbolo del momento en que el tango alcanza a travs de uno de sus apellidos ms notorios lo que pareca su institucionalizacin definitiva y eran hombres vinculados a su ambiente los que lograban lugares de significacin a la derecha del poder. Hoy que podemos apreciar lo efmero de ese perodo alcanzamos a captar tambin que no fue mucho ms duradera la gravitacin del tango y de sus hombres en las preferencias populares: de ser la msica ciudadana con exclusin de cualquier otra, pas a ser un ritmo de minoras adultas y nostlgicas; las nuevas generaciones no lo incorporaron a sus preferencias bailables ni musicales y sus intrpretes, especialmente los jvenes, son desconocidos para el gran pblico; para otros queda la posibilidad de impactar con un xito o ser alguna vez figuras de primo cartello: lo aprendido apenas sirve para pucherear; no se volver a edificar la fortuna de un Canaro sobre el comps del dos por cuatro y al frente de SADAIC, antes un virtual coto cerrado de tangueros, hoy se halla un representante de la msica folklrica. Y curiosamente aqu tambin los Lomuto nos ayudan a comprender lo que pas, ya que desde el fundador de la dinasta en la familia, Vctor, que fue violinista de aquellos tercetos bravos del perodo de los precursores, hasta su nieto, Daniel, hijo de Enrique, bandoneonista y arreglador, cubren todo el ciclo de nacimiento, afirmacin, apogeo y decadencia del tango. Buenos Aires musical La historia de Vctor y Rosala Lomuto podra haber sido la de tantos inmigrantes que transitaron el anonimato junto con otros millones que la miseria del terruo y la esperanza

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    que asomaba del otro lado del ocano depositaron en Buenos Aires durante el perodo inmigratorio que se inicia all por 1860. Pero tanto Vctor como Rosala trajeron consigo desde el sur de Italia l haba nacido en Potenza, Calabria, en 1866 y ella en Npoles, en 1874 algo que el pas y el mundo habra de cotizar muy alto cuando sus hijos, nacidos a partir de 1890, comenzaron a peregrinar en busca de trabajo. Vctor, de oficio peluquero, tocaba el violn y se daba maa para acompaar sentado al piano; Rosala, con mayores conocimientos musicales que su marido, ejecutaba piano con soltura y se constituy en la primera maestra de los hijos que heredaron sus aficiones. Quienes han frecuentado a la familia Lomuto afirman que todas las casas que habitaron, desde la primera, Cochabamba entre Rioja y Den Funes, hasta la ltima, adquirida por Pancho para su madre con la colaboracin de los otros hermanos en Directorio 620, eran casas musicales; varios instrumentos (en la de Directorio haba dos pianos, violines, armonio y bandonen), mucha gente para tocar y el entusiasmo de la muchachada del barrio alrededor de ellos. En estos tiempos de departamentos estrechos y msica rigurosamente envasada y acondicionada, para orla mientras se hace otra cosa, resulta difcil hacerse a la idea de una ciudad en la que las piezas de moda salan de cada balcn, interpretadas con mayor o menor fortuna por la gente de la casa, y que las tertulias a que esas habilidades daban lugar reemplazaban con largueza, en lo que a diversin se refiere, a las horas pasadas frente al televisor o a los bailes de entrecasa amenizados con discos. Ni siquiera es necesario remontarse, para reforzar esta asercin, a la famosa ancdota de Sarmiento, segn la cual a cada viajero argentino se lo reciba en Chile con la guitarra en la mano, pues se sobreentenda que sabra pulsarla. A la hora de la muerte de ese hroe de la porteidad que fue Mitre, la ciudad le rindi homenaje de diversas formas. Una, tal vez la ms emotiva y sincera, fue el silencio en que se sumi cada hogar, expresiva contracara de su imagen habitual, bullanguera de pianos y de guitarras. Las estadsticas corroboran esta imagen. Las de comercio exterior, por ejemplo, expresan que la importacin de pianos solamente, entre 1860 y el fin del siglo, significaba entre el 2 y el 3 por ciento de las compras externas totales del pas. Alrededor de 1880 se importaban ms de 2.500 pianos por ao y este rubro pesaba ms sobre las importaciones que la maquinaria agrcola. Para medir la significacin de este dato baste saber que en la dcada de 1940 la compra de pianos decae hasta constituirse en menos del uno por ciento del total y en la del 50, oscilaba entre el 0,2 y el 0,4 por ciento; vale decir que el comercio total creci sin que lo hiciera en la misma medida este rengln, que adems pas a tener una significacin menor al lado de los aparatos mecnicos de reproduccin musical. Junto con los pianos tambin era significativa la importacin de msica impresa, que pas rpidamente de 2 a 3 toneladas anuales a principios de la dcada del 80 y lleg a 28 toneladas en 1889. Dos y un milln Vctor y Rosala deben haber llegado a Buenos Aires alrededor de 1886. No est claro si ya se conocan en Italia o si el noviazgo se concert aqu. Lo cierto es que ella vino acompaada por su madre, que era viuda y ambas virtualmente consignadas a otros parientes, los Riccitelli, que las haban precedido en la emigracin. Su nivel cultural y de recursos debe haber sido algo superior al de los Lomuto y se cuenta que este factor, junto con los escasos aos de la novia, fueron los esgrimidos por la familia para oponerse a una boda que pese a todo se celebr. Ella no tena ms de 13 aos y medio y l 21 o 22. Entre el ao de su llegada al pas y el del nacimiento de su primera hija, en 1890, la joven pareja habr tenido tiempo suficiente para hacerse una imagen inequvoca de las extraas caractersticas del sitio elegido para fundar una familia. A su arribo se habrn visto asombrados por el empuje que a la ciudad le daban las obras de remodelacin emprendidas por su primer intendente, Torcuato de Alvear. La demolicin de la vieja recova, la apertura de la Avenida de Mayo y la pavimentacin de 1.072 cuadras en 80 meses de actuacin, segn lo consignara orgullosamente al alejarse del cargo. Es la poca del intenso alumbramiento precapitalista del pas, proceso a cargo de una lite que se transfiere graciosamente el poder cada 6 aos, aunque sin poder evitar algn tropiezo de cuando en cuando. El presidente Roca transfiere el poder a su cuado (1886),

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    Jurez Celman, quien, en menos de 4 aos, precipita al pas en la bancarrota y debe abandonar el poder, barrido por la primera gran revolucin cvica, dejando su sitio al gringo Pellegrini. Vale decir que los Lomuto han visto pasar tres gobiernos y asistido a una revolucin cruenta en slo 4 aos sin que, como es la costumbre inveterada del pas, nada dejase de estar como estaba. Su juventud, la necesidad de ganarse el sustento y los cuidados de la paternidad, no les habrn dejado tiempo para filosofar acerca del pas elegido para hacer la Amrica. Por otra parte, deben haberse sentido como si no se hubiesen movido de Italia. Del total de 437.875 habitantes que dio el censo municipal de Buenos Aires en 1887, ms de la mitad (228.651) resultaron ser extranjeros y, de stos, 138.166 italianos. Los comerciantes integraban la mayora en el orden de las actividades econmicas, ocupando a 18.624 personas, y los msicos con 646 individuos, se encontraban en el quinto lugar en el ranking profesional, luego de los maestros y delante de las otras actividades liberales. Adems y por el solo hecho de contar con trabajo y vivir en una casa, escapaban a la versin finisecular de las villas miserias, los conventillos, de los que por entonces existan 2.835 (el total de casas era de 33.804), con 116.167 inquilinos, el 28 por ciento de los habitantes de la ciudad. Dentro del repertorio de sencillas diversiones que ofreca por entonces la ciudad a las familias, dos habrn acaparado el inters de los Lomuto: el arte lrico, del que Buenos Aires era prdigo, y los espectculos circenses. Eran los tiempos del apogeo de Frank Brown y su compaera, Rosita de la Plata, que los brindaban en el circo Arena, y los del conjunto Podest-Scotti, fruto de una reciente fusin, en la que brillaba otro payaso: Pepino el 88. Y quin sabe si habrn intuido, al ver en alguna ocasin la puesta en escena de una pantomima llamada Juan Moreira, que all estaba gestndose el teatro argentino. Sin embargo, ese teatro ya se ocupaba de ellos, los inmigrantes, pues fue en 1891 cuando se incluy en esas representaciones a un nuevo personaje: Cocoliche, un italiano que diverta al pblico por su manera de destrozar el castellano y en el que se representaba a un individuo de la vida real: Antonio Cocoliche, un pen originario de Calabria, como Vctor. Si hemos de creer a Vicente Rossi, que ha procurado demostrar el ancestro negro del tango, ya por los aos 1867, en Montevideo, se conoca un tango llamado El chicoba, expresin que en lengua bozal defina al escobero de los candombes. Pero sea eso cierto o no, recin hacia 1890 el tango abandona el lmite estricto de los arrabales y pasa a incorporarse al repertorio de las muchachas que tocaban el piano en las casas de familia. En ese perodo justamente es cuando Rosala, de 15 aos, se inicia en la maternidad, tarea que la tendr ocupada hasta 1914, llenando ese lapso con 12 hijos, 10 de los cuales pasaron los peligros de la primera infancia: ngela Mara (1890), Francisco Juan (1893), Vctor Dionisio (1894), Elvira Ana (1896), Pascual Toms1 (1899), Rosala (1903), Enrique Blas (1906), Blas Alfredo (1909), Amelia Filomena (1912) y Hctor Antonio (1914). Los precursores Testimonios de gente que conoci a la familia Lomuto hacia comienzos del siglo permite inferir que Rosala era duea de un carcter y de una conducta cultural fuera de lo comn que, en el recuerdo de quienes los trataron, determina que haya opacado la figura de su marido. Aunque eran muy pobres recuerda una prima su casa estaba puesta como un hogar de clase media. Esta situacin era alcanzada gracias al inclaudicable esfuerzo del matrimonio, decidido a no privar de nada esencial a sus hijos y, sobre todo, a facilitarles educacin y formacin profesional. Esta vocacin de clase media, que trajeron consigo tantos inmigrantes, parece que no era totalmente compartida por los padres de Vctor, que lo incitaban a que trabajase menos y se hiciese ayudar por los chicos; entonces, como hoy, era frecuente ver mocosos ganndose la vida como lustrabotas o diareros. Pero Rosala se opuso vehementemente a esa posibilidad, asegurando que ninguno de sus hijos sera canillita o lustrabotas mientras ella tuviera fuerzas para trabajar. Y este empecinamiento le significaba tener que encontrar horas al da para coser para afuera; sus parientes recuerdan que ms de una vez cosi lencera para Gath y Chaves y que cuando deba hacer las entregas no se olvidaba de poner las agujas y el hijo en su cartera, para remediar all mismo cualquier prenda que sufriera un rechazo. _________ 1 Se cambi luego el nombre por el de Oscar.

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    La vida de Vctor tampoco era fcil. Peluquero de profesin, fue dependiente en distintas casas de Buenos Aires, pero adems sola ir los fines de semana al Tigre Hotel y, durante las temporadas, a Mar del Plata, lo que determinaba que se ausentara larga y repetidamente de su hogar. Esto ha contribuido sin duda a hacer menos ntida para sus hijos la imagen del padre, algunos de los cuales recin se enteraron luego de su muerte (1923) que tambin haba integrado, en la poca de los precursores, aquellos tercetos bravos de tango de fines de siglo. Indudablemente no era una actividad que conceda prestigio y el motivo por el que este peluquero calabrs se acerc a la msica de las orillas tendra, antes que otro motivo mejor, el de servirse tambin de sus conocimientos musicales para hacer frente a las necesidades de la familia. No obstante, existen indicios de que el tango haba prendido fuerte en la colonia calabresa de Buenos Aires. Hugo Corradi, en Gua antigua del Oeste porteo, reproduce un artculo publicado en Caras y Caretas en 1906, en el que hace mencin de La Calabria. Un pueblo de hombres solos, que estuvo ubicado en Caballito, a dos cuadras al norte de Rivadavia y a dos tambin de la plaza. Compuesto por 80 individuos en su mayor parte calabreses, parece que tambin ellos se haban acostumbrado a bailar el tango entre hombres, como era moda entonces, para divertirse, acompaados por un acorden.

    Lo cierto es que mediante su esfuerzo esta pareja fue logrando algo que no era estrictamente comn entre las familias de inmigrantes pobres: sacar adelante la educacin de 10 hijos. Casi todos, hombres y mujeres, estudiaron magisterio profesin tan atractiva que casarse con una maestra lleg a ser para muchos tan estimulante como una beca; cuatro de los muchachos se inclinaron por la msica: Francisco, Vctor, Enrique y Hctor, pero este ltimo tambin fue maestro y lleg a ejercer como tal en el Ejrcito; Pascual, que ya mayor se autobautiz Oscar tambin fue maestro, pero su vocacin lo llev muy joven al periodismo; y finalmente Blas eligi la carrera militar. Cabe destacar que estos dos tambin incursionaron en el tango, escribiendo o colaborando en letras de distintas piezas. Aunque tanto Francisco como Vctor (h) podran haberse incorporado tempranamente dada la fecha de su nacimiento al movimiento tangustico, siguiendo la huella de los precursores inmediatos, su misma formacin familiar y la impronta social marcada por Rosala deben haber sido factores que lo impidieron. Existe una diferencia profunda entre las razones que hicieron y permitieron que un Francisco Canaro, por ejemplo, se integrara desde su adolescencia a la bohemia tanguera de fin de siglo y las que influyeron para que Pancho Lomuto retardara su aparicin en el mismo escenario. Pancho se acerc a l relativamente tarde, no obstante haber estado vinculado desde joven, cuando al atractivo del xito y la fama rpida se sum la posibilidad de una carrera profesional slida; vale decir, lo que seguramente Rosala dese e impuso finalmente a sus hijos. El padre de Pirincho no fue ms que un pobre pen analfabeto, que en sus mocedades pasadas en Uruguay, donde naci el msico, fue carrero y enterrador. Trasladado a Buenos Aires, sus medios y su formacin no le dieron ms que para incorporarse a esa carne de conventillo que hacinaba miseria e hijos en una pieza de 4 por 4. Los Canaron no asistieron sino a los primeros grados de la escuela y bien pronto debieron ganarse la vida en la calle. Pirincho vendi diarios y lustr zapatos; cuando su vocacin lo llam por ese camino recurdese que se fabric un violn con una lata vaca de aceite sin mayor esfuerzo pudo incorporarse a esos msicos de la legua que le abrieron al tango las poco exigentes puertas de los pueblos del interior. En el otro extremo se encuentra, por ejemplo, Julio de Caro, otro miembro de una familia numerosa y de inmediato ancestro italiano, que sin embargo no llega al tango por el camino de la necesidad. Adems, es de los pocos que llegan a l con un buen bagaje tcnico. Su padre fue el titular de un famoso conservatorio, al que la inclinacin del hijo y discpulo por esta msica de las orillas desagrada hasta tal punto que decide no volverlo a ver. En el nudo del conflicto estuvo el deseo de Julio de sumarse, cuando tena slo 17 aos, a la orquesta de Eduardo Arolas. La reconciliacin entre padre e hijo se produjo recin 20 aos despus. El marco adecuado A comienzos del siglo el tango ya era la msica popular. El tango haba llegado al gran pblico a travs de inspirados compositores, que eran a la vez intrpretes, que servan cumplidamente dos pasiones porteas: la danza, que en los prostbulos se constitua en el

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    trnsito previo al desahogo sexual de la poblacin masculina excedentaria hecho que se repiti, bajo otras apariencias, cuando la invasin de cabecitas en la dcada del 40; y la provisin de temas para pianos y otros instrumentos musicales en los que eran prdigos los hogares de entonces. Servir estos mercados ya daba para la fama y un discreto pasar econmico, siendo Villoldo, Greco, Saborido, los primeros que pudieron palparlo, conduciendo tras de su estela el entusiasmo de la juventud. Sin embargo, esto no era suficiente para que el vuelco se hiciese masivo y sin los agregados que vendran despus posiblemente el tango no hubiese ido mucho ms all de la poca de los precursores. En 1878 Edison invent el gramfono, cilindro de cartn impregnado en cera en el que el artista deba grabar cada copia. Esto limitaba sus posibilidades; las reproducciones eran excesivamente caras, no obstante lo cual la Casa Lepage se instala en Buenos Aires para explotar esta novedad, con estudio y saln de ventas en Bolvar 375. Esta tcnica se desarroll entre 1883 y 1914 y llegaron a grabar en cilindros los Villoldo, los Gobbi, Linda Thelma y otros. En 1887 el alemn Berliner invent el graffono, precursor en lnea directa del disco: era de cera solidificada y se imprima en una sola faz. De estas grabaciones bien pronto se pudieron hacer impresiones en Buenos Aires, lo que abarat los costos, aunque las copias deban realizarse en Francia, Brasil, Estados Unidos o Alemania. Esto implic una verdadera revolucin que habra de acentuarse cuando a partir de la instalacin de la Casa Tagini, en 1911, se logra una autarqua casi absoluta en materia de grabacin y reproduccin, que remite al desvn de las curiosidades los viajes cumplidos por Villoldo o los Gobbi al extranjero, para registrar las canciones en los ya obsoletos cilindros. A partir del disco el mercado de la msica popular abre un nuevo frente, en el que bien pronto se multiplicaron las oportunidades. Los sellos grabadores se reproducen rpidamente, aspirando cada uno a contar con sus artistas exclusivos. No obstante, esto no es suficiente para que el mercado de trabajo se estabilice. Hacia 1910 todava Canaro era un msico de la legua y otros, ms conocidos por entonces que l, se ayudaban con otros oficios. Greco venda diarios, Villoldo era linotipista, Contursi zapatero y Firpo pintor de letras. Pero ocurre que en 1909 y segn lo quiere la leyenda, un tripulante de la Fragata Sarmiento introduce en Europa 1.000 ejemplares de La Morocha. Y slo dos aos despus, ante el xito de esta pieza, que despierta una verdadera fiebre por le tang en Pars, y la continua necesidad de abastecerlo con nuevos xitos, parten hacia la nueva meca del xito Saborido, Villoldo y los bailarines An, Simara y otros. Como es casi ocioso repetirlo, su consagracin europea y luego de una polmica en la que arbitr el Papa determin que se levantaran las ltimas barreras que an pudieran existir para esta msica en el orden interno, que de non sancta pas a ser el esparcimiento preferido y habitual de las familias, ampliando y estabilizando definitivamente el mercado para todos los msicos y no ya para los socialmente marginales. Los Lomuto, en tanto, se estaban preparando consciente o inconscientemente, para entrar bien pertrechados en esta carrera que abran las innovaciones tcnicas y el xito del tango en Pars. A quienes tenan vocacin su madre los inici desde muy pequeos en los secretos del piano y Francisco, lo mismo que Enrique, pudieron perfeccionarse en el conservatorio Santa Cecilia. Sin embargo, Pancho pertenece al crculo minoritario de los hijos de Vctor y Rosala que no alcanzaron a terminar sino los estudios primarios, pues las necesidades familiares lo llevaron muy pronto a contribuir a parar la olla familiar. Esta verdadera misin que le correspondiera desde joven marc casi todo el resto de su vida, especialmente a partir de la muerte de su padre, en 1923, cuando decididamente se hace cargo de la suerte de su madre, sus hermanas y sus hermanos menores, y que culmina con la adquisicin de la casa de la calle Directorio, en la que su madre y otros familiares vivieron hasta la muerte de Rosala, en 1945. Vctor (el hijo) tampoco llev sus estudios ms all de la etapa primaria, debido a su carcter dscolo, que hace que quienes lo evocan se hagan eco del mote que mereciera de oveja negra de la familia. Su rebelda llev a que lo enrolaran muy joven en la Armada, como grumete, sin que eso consiguiera domarlo. Abierto el camino de Pars, Vctor vio que se le presentaba la posibilidad de salvarse de las consecuencias de un deliz que haba cometido y que slo hubiera podido reparar casndose y, sin mayores conocimientos musicales, se sum a la orquesta de Manuel Pizarro cuando ste se embarc para Francia. Era un buen ejecutante de guitarra, pero debiendo interpretar el bandonen para justificar su incorporacin al conjunto de Pizarro, se cuenta que pocos das antes de la partida

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    todava pugnaba laboriosamente por aprender a tocarlo y que sus ensayos prosiguieron durante el viaje a travs del ocano. Pero esto ocurri hacia 1920 cuando, luego de finalizada la primera guerra mundial, se haba reabierto el xodo de la gente de tango hacia Europa. La historia de Francisco comienza mucho antes. Su primera aproximacin concreta a la msica popular fue el tango El 606, que compuso en 1912 cuando orillaba los 19 aos y que, como muchas otras piezas de la poca, cea su ttulo a la temtica del prostbulo. El 606 o salvarsn era un remedio en boga para la cura de la sfilis... Sin embargo el primero que registr, ese mismo ao, fue Qu hacs pelao. Contemporneamente con su dedicacin a la msica popular, Francisco se desempeaba en un puesto administrativo en el ferrocarril, que cambiara aos despus por algo ms afn con su vocacin: encargado y pianista de la casa de msica Lemos, que despus fue Castiglioni y Compaa, en Florida 344. Este puesto lo consigui gracias a la recomendacin de un par de amigos, uno de ellos Hctor Quesada, msico tambin, que luego fue representante artstico de Hugo del Carril. Aos despus le dedic un tango a Pancho que denomin simplemente Lomuto. La labor de Francisco en Castiglioni y Compaa consista en probar en el piano las partituras que interesaban a los clientes, del mismo modo que hoy se escucha un disco antes de adquirirlo. En este comercio, Francisco se vincul con la gente del ambiente tanguero y con diversos artistas y compositores. Compaero de tareas en esa casa fue Jos Bohr, el clebre autor de Cascabelito, Pero hay una melena y otros xitos. Era corriente que al atardecer de cada da se reuniese en ese local gente del ambiente musical, lo que ejerca gran atraccin sobre el pblico; eso daba lugar a que all se vincularan los msicos con los clientes, de donde surga la organizacin de bailes, se efectuaran contrataciones de profesionales y los directores de orquesta eligieran las piezas que decidiran estrenar. La amistad de Pacho con Quesada tuvo tambin su consecuencia en lo que hace a sus primeras actuaciones como ejecutante, ya que con l formaron un do de pianos que lleg a grabar el tango de Lomuto Flor del campo, acompaado, en la otra cara, por La brisa, de Canaro. Pero adems, por el solo hecho de trabajar en Castiglioni y ser gentil probador de las piezas que all se vendan, le significaba ser conocido en los ambientes de la burguesa portea, que admita ahora el tango en sus reuniones pero bajo la condicin de que el intrprete diese alguna garanta de buen comportamiento. Y el hijo de Rosala la daba. Entre los clientes frecuentes de Francisco contaba la hija del msico Alberto Williams, que lo llamaba cuando haca alguna reunin danzante en su residencia de Belgrano. Cuando Pancho no poda ir enviaba a su hermano Enrique. El pago no era de despreciar: 10 pesos de entonces la hora, por veladas que duraban de 3 a 4 horas. Del acercamiento de Francisco Lomuto al ambiente musical da un buen testimonio Francisco Canaro en su autobiografa. Luego de describirlo de carcter pacfico en su trato, de una gran simpata y cordialidad; meticuloso (sic) y ordenado en todas sus cosas, pero que tena un vicio que lo dominaba: el cigarrillo, recuerda la poca en que lo visitaba en las vermouths del Royal. Le haba manifestado el propsito de formar su propia orquesta y concurra por las tardes al Royal a pedirle un barato, lo que consista, segn Canaro, en que le permitiese tocar al piano algunas piezas con mi orquesta, lo que yo gustoso le conceda porque en realidad, adems de buen pianista, tena lindo ritmo. La gran aventura Mientras se decida a dar el gran paso, formando su propia orquesta, Francisco, por su educacin y dotes personales que seguramente no seran comunes en el ambiente tanguero de ese entonces, se haba constituido en uno de los representantes naturales de los msicos que luchaban por sus derechos autorales. Vicente Greco, el popular Garrote, no slo le confi la percepcin del derecho de algunas de sus piezas, sino que tiempo despus, ya afirmado el movimiento de defensa autoral, le dedic Al secretario de la Sociedad Nacional de Autores, Compositores y Editores de Msica (vale decir la antecesora de SADAIC) al amigo y colega Francisco Lomuto el tango Tiene la palabra.

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    Seguramente desde su posicin en la Casa Castiglioni y comprometido en el movimiento autoral, ya que al poco exitoso El 606 siguieron otros temas (los tangos Sin dejar rastros, Viento fresco, La revoltosa, Los Dardanelos, Ro Bamba, El chacotn, La rezongona, El inquieto, El trancazo, Qu hacs pelao? y Pipiolo, los valses Kiss me, Capricieuse, Mi vida y Florida, el one step Ms, ms y siempre ms y los estilos Vidita y El pangar), pudo vivenciar el reiterado fraude que se cometa con los derechos de autor. Aunque signifique volver sobre hechos muy conocidos conviene recordar que por entonces eran muchos los editores clandestinos que aprovechaban el auge del tango y de los pianos en las casas de familia, imprimiendo copias en las que muchas veces hasta se alteraba el nombre del verdadero autor que se vendan a menor precio que los autorizados. Era en vano que los compositores dieran sus piezas a firmas responsables, como Lemos, Breyer y otras o que impusieran sobre cada copia el sello con su firma. La piratera era facilitada por varios motivos. En primer lugar la falta de un instrumento legal adecuado para combatirla y en segundo trmino la inexistencia de la agremiacin de los autores, para defender sus derechos y encargarse no slo de combatir a quienes los burlaban, sino tambin de recaudarlos. Siguiendo los pasos de la bien documentada obra de Jess Martnez Moirn, Historia de SADAIC, se advierte que luego de algunos intentos de ciertos autores dramticos y musicales para lograr proteccin legal para sus obras, cumplidos antes de finalizar el siglo, el 23 de septiembre de 1910 se logr la aprobacin de la Ley 7.092, en la que se reconoci la propiedad cientfica, literaria y artstica para todas las obras publicadas o editadas en el territorio nacional, y a la par cre el Registro de Obras Intelectuales de toda especie, que funcion en la seccin Depsito Legal de la Biblioteca Nacional. Las lagunas que presentaba esta ley recin habran de cegarse con la aprobacin de otra nueva, en 1923, debida al doctor Matas G. Snchez Sorondo, pero en tanto el movimiento autoral se movi hacia donde lo marcaba el sentido comn y las tendencias de la poca: la agremiacin. Los autores dramticos hicieron punta en este sentido fundando Argentores en 1910, bajo la conduccin de Enrique Garca Velloso, que recin en 1921 pudo implantar el arancel obligatorio a las empresas teatrales. La Ley 7.092 daba lugar a la percepcin del denominado gran derecho, a cargo de Argentores, pero el pequeo derecho de ejecucin segua tan desvalido como antes. Curiosamente, exista por entonces en Buenos Aires una entidad que se ocupaba de la percepcin de los aranceles de los autores espaoles, la Agencia General de Autores Espaoles, a cargo de Oscar Otsovesky y Mariano Hermoso, siendo apoderado y asesor legal de esa representacin quien luego ocupara un lugar destacado en la historia de SADAIC: Mario J. Bnard. En 1914 los autores locales pensaron que encargando a la agencia espaola el cobro de sus propios derechos, el problema quedaba subsanado, pero no debi pasar mucho tiempo para que se dieran cuenta que slo hacindose cargo ellos mismos de esa tarea podran llevarla a buen fin. Exista en aquella poca dice Martnez Moirn una casa de msica en la calle Florida 414 se trata de Castiglioni y Ca., pero segn el recuerdo de Enrique Lomuto se hallaba en Florida 344 de la cual era asesor Francisco Lomuto. En ella, por las tardes, se reuna un ncleo de autores argentinos con la finalidad de lograr la unin y agrupacin de los compositores locales. Un da, el 15 de octubre de 1918, se produjo un acontecimiento sorpresivo y muy importante: se acababa de constituir la primera sociedad de autores argentinos para la percepcin del pequeo derecho. En efecto, de esa manera un grupo de msicos criollos, con el apoyo de un editor, constituy la Sociedad Nacional de Autores, Compositores y Editores de Msica. Esta entidad fue comnmente conocida como la sociedad de los 11, pues estaba integrada por Francisco Lomuto, Juan de Dios Filiberto, Luis Teisseire, Juan Carlos Bazn, Francisco Canaro, Vicente Greco, Osvaldo Fresedo, Samuel Castriota, Agustn Bardi, Augusto P. Berto, Luis Caviglia y la empresa editora Breyer Hermanos. De inmediato los integrantes de la Sociedad se dieron a la caza de los piratas que abundaban en el ambiente, requisando piezas fraudulentas, quemndolas y sealando sus responsables a las autoridades; sin embargo, como no deja de mencionarlo Martnez Moirn, ser recin 15 aos despus, con la sancin de la Ley 11.723, cuando se acabara el fraude y la inclaudicable persecucin.

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    La vida de la Sociedad Nacional, por otra parte, tampoco fue sosegada ni duradera. En diciembre de 1920 hizo eclosin, en una asamblea, la cuestin de los distintos intereses que separaban a autores y compositores de los editores y se resolvi en abril del ao siguiente excluir a estos ltimos de la entidad, por lo que pas a denominarse Asociacin Argentina de Autores y Compositores de Msica, reorganizndose a la par el sistema de recaudaciones, para lo cual se suscribi un contrato con Oscar Otsovesky. Desde entonces y hasta 1930, cuando problemas internos de la Asociacin determinaron que de sta se escindiera un grupo para formar el Crculo de Autores y Compositores de Msica, Francisco Lomuto, ya con su propia orquesta y disfrutando de los primeros planos de la notoriedad musical, deja de ocupar en cambio las primeras posiciones en el campo gremial. Pero al registrarse el cisma que, producto de rivalidades entre los msicos, pone de relieve la muy aguda existente entre Fresedo y Canaro, segn ste lo reconociera en sus memorias, el ya famoso Pancho Lomuto se pone del lado de Pirincho e integra con l la primera comisin directiva del Crculo, en la que los acompaaron Berto, Teisseire, Jos Di Clemente, Juan Maglio, Daniel Cauvilla Prim, Ral de los Hoyos, Francisco Pracnico, Ricardo Brignolo, Tefilo Lesps, Filiberto, Firpo, Antonio Polito y Jos Pcora. La lucha que durante 6 aos mantuvieron la Asociacin y el Crculo, en lo que hace a su representatividad para percibir el pequeo derecho, no fue obstculo sin embargo para que ambas siguieran bregando por la reforma de la Ley 7.092. Y cumplido ese ciclo fue nuevamente Francisco Lomuto el hombre elegido para catalizar el conflicto, acercar a las partes y, no obstante ser hombre consustanciado con el Crculo, llamado a presidir el primer directorio de SADAIC, denominado directorio organizador, junto con Fresedo (vice de la Asociacin), Alfredo Pelaia (Asociacin), Csar F. Vedani (Crculo), Andrs Domenech (Crculo), A. Gutirrez del Barrio (Asociacin), Julio De Caro (Crculo), Guillermo del Ciancio (Asociacin), Jos Pcora (Crculo), Jos Martnez (Crculo), Juan F. Noli (Asociacin) y J. Fernndez Blanco (Crculo). La Junta Consultiva estuvo integrada por Canaro, Alfredo Gobbi, padre (Asociacin), Bardi (Crculo), Berto (Crculo) y Emilio Fresedo (Asociacin). Y Pancho tuvo su orquesta Hacia los aos veinte la institucionalizacin del tango era un hecho y la actividad profesional de los msicos populares haba sido rescatada del alto contenido de marginalidad que tuviera en un comienzo, pasando a ser no slo dispensadora de prestigio sino tambin una carrera que ofreca alentadoras perspectivas econmicas. Esto no era slo fruto del xito del tango, ni de la accin de los msicos en defensa de sus derechos; desde comienzos de siglo y hasta entonces se haba recorrido en el pas y en el mundo un amplio tramo de las luchas sociales destinadas a dignificar el trabajo y lograr que el capital resignara parte de su abrumadora participacin en los frutos de la produccin, a favor del sector asalariado. En la Argentina la posibilidad de ese vuelco se hace ms cierta y cercana a partir de la sancin de la Ley Senz Pea y la eleccin del primer gobierno radical, en 1916, junto al cual comienza a prosperar el socialismo. SADAIC es, en ese contexto, slo una dentro de las organizaciones laborales y profesionales que se fueron creando, estimuladas directa o indirectamente por las ideas en boga. Pero el marco del tango se ampliaba por efecto del continuo y firme ensanchamiento de su mbito, que reforzaban las inquietudes gremiales y les daban el respaldo de una actividad que despertaba cada vez ms fuertes intereses econmicos. Ya se ha hablado de lo que signific para el tango la aparicin del negocio del disco y su repercusin en Francia y el resto del mundo, ya que Pars se constituy en el factor irradiador del xito. Pero hubo ms: en 1916 el tango Lita se transforma en Mi noche triste, lo incorpora Gardel a su repertorio y la orquesta tpica acrecienta sus valores como espectculo al admitir al cantor entre sus filas. Adems, extiende el radio del inters popular y justifica, por ejemplo, la aparicin de un medio escrito de difusin. Nace as en 1916 El alma que canta, dirigida por Blas y Vicente Buchieri y luego, el 21 de septiembre de 1921 fecha clave de los bailes del internado la puesta en la calle de un segundo semanario: El canta claro, debido a Indalecio y Patricio Angulo y, como el primero, destinado fundamentalmente a difundir letras de tango.

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    En 1895 los hermanos Lumire inventaron el cinematgrafo y pocos aos despus los norteamericanos inventaban Hollywood y hacan de un entretenimiento ingenioso un negocio sin par que se extendi a todo el mundo y del que Buenos Aires hizo uso y abuso, abrindose decenas de salas en el centro y en los barrios. Pero el sonido recin le fue aplicado en 1927, dejando un amplio margen de aos para que los msicos populares participaran de esas funciones, hasta el punto que en cierto momento concurrir a los cines se constituy en un pretexto para ver a las orquestas. Adems, haba espectculos combinados especialmente en los primeros tiempos del cinematgrafo en los que las proyecciones se realizaban en cafs, en funciones por secciones que incluan una o ms entradas de orquestas tpicas, el film (o la cinta, como se deca entonces) y alguna otra atraccin. El cine argentino, que data aproximadamente de 1916, se vincul tambin desde un comienzo con el tango, explotando durante la poca muda, asuntos vinculados con su temtica, como La reina del tango, Milonguita y otras; al filmarse la primera pelcula sonorizada en el pas (1933), la relacin se afirma, pues se la denominar simplemente Tango. Otra invencin, la radiotelefona, viene a completar el nmero de las que, al menos en una primera y larga etapa, contribuiran a la difusin del tango y a proporcionar trabajo y oportunidades a sus msicos y autores. Si bien el arranque del sistema responde a emisiones llevadas a cabo en 1920 por un grupo de aficionados, en 1922, desde el Plaza Hotel, inici sus irradiaciones regulares Radio Cultura, que recurri a las figuras en boga para animar sus programas, lo que implicaba llevar a los estudios a Canaro, Fresedo, Firpo y Charlo; lo mismo ocurri cuando se cre Radio Sudamrica, Radio Brusa, LOJ Federal Broadcasting, y el resto de las que fueron apareciendo en el ter. Es decir que cuando Francisco Lomuto se decide a formar su orquesta, y esto habra ocurrido all por 1920, el disco, el cine, la radio, Pars, un Buenos Aires lleno de pianos y ansioso de nuevos xitos, una organizacin defensora de sus derechos a la que l haba contribuido decisivamente y otros factores positivos, convergan para hacer del tango una atraccin y de sus msicos y autores primeras figuras bien cotizadas. Segn lo quiere la tradicin familiar, la primera orquesta en llevar el apellido de Lomuto, fue la de Enrique que, casi de pantalones cortos tena 15 aos la haba formado con elementos juveniles; lleg a actuar con ella en el Pabelln de las Rosas, de Alvear y Tagle. Sobre la base de esa misma orquesta y con el aporte de Enrique, Francisco Lomuto form su conjunto orquestal. All actuaron en una primera poca Pedro Polito (bandonen), Carlos Taverna (violn), ngel Ramos (bandonen), Oscar Napolitano (piano), Daniel lvarez (bandonen); despus tambin lo hicieron Lorenzo Olivari (que fuera violn del Coln y de otros conjuntos de msica clsica), Carmelo guila (clarinete), Manuel Dopazo (batera), Leopoldo Schifrin, padre de Lalo (violn), Martn Darr (bandonen, luego arreglador y pianista de la orquesta de Hctor y posteriormente de la de Mariano Mores), Juan Carlos Howard (piano) y Federico Scorticatti (bandonen). Pancho Lomuto, lo mismo que el resto de los directores de su poca, no tuvo nunca por demasiado tiempo un conjunto estrictamente estable; los msicos iban y venan al ritmo que marcaba el trabajo; si existan contrataciones el director llamaba a los de su eleccin o a veces simplemente a los que estuviesen disponibles; adems, para efectuar grabaciones, las orquestas regularmente eran reforzadas por ejecutantes de mayor vala, habiendo actuado en la de Pancho Lomuto en diferentes ocasiones el bandoneonista Minotto Di Cicco, el pianista Castellanos y otros. Minotto era un clsico entre los reforzadores de orquestas y era llamado por su sapiencia bandoneonstica, tanto como por su seguridad como ejecutante; era, como se dice en la jerga musical, de los que no la pifiaban nunca. Enrique fue tambin el encargado de la orquesta, hasta su desvinculacin, para formar su propio conjunto, en 1932, coincidente con la inauguracin de Radio Callao (hoy Libertad), donde comenz a actuar. Cuando Pancho form su elenco ya tena aseguradas contrataciones que le daran trabajo por largo tiempo. En cines actu en el Select Suipacha as como en el Teatro Argentino, siendo contratado por una breve temporada por los armadores alemanes del Cap Polonio para sus cruceros al Brasil y al sur del pas, a partir de 1922, y luego fue figura estable de las temporadas del club Mar del Plata. En 1924 grab su primer disco para el sello Oden: Tierra del Fuego y Malpaso. Cantantes de su primera poca fueron Charlo, Antonio Rodrguez Lesende y Fernando Daz,

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    con los que complet una larga serie de grabaciones, registradas en el sello Victor a partir de 1931, comenzando por Nunca ms y De pura cepa. Precisamente el tango Nunca ms debe su ttulo a un percance que le ocurriera durante uno de los viajes que cumpliera en el Cap Polonio. En forma casual se lastim un dedo de la mano y debi ser intervenido por el cirujano de a bordo. Tan grave le pareci lo que haba ocurrido y tal vez el mdico no le inspirara demasiada confianza que pens que ya no habra de volver a tocar el piano. Por eso denomin, ya sin esperanza y afortunadamente sin razn, Nunca ms al tango que se le ocurriera durante la convalecencia. Ese ttulo vino a agregarse a otros xitos que ya le haban dado fama, antes de que formara su orquesta: La rezongona, La revoltosa y El chacotn, que Firpo le grabara en discos Nacional Oden; a stos sigui, en 1918, la obra que sin duda es la ms importante de su primera poca: Muequita, con letra de Adolfo C. Herschel, estrenada por la actriz y cancionista Mara Luisa Notar durante la temporada de ese mismo ao en el Teatro San Martn. Tambin fue grabado por Gardel, as como el tango Nunca ms, al que le puso letra Oscar Lomuto. En 1937 Francisco Lomuto se casa y en ello tambin habra de tener mucho que ver su actuacin musical. Cuando muere su padre Vctor, en 1923, Pancho se hace cargo junto con los hermanos mayores del bienestar de su madre y de sus hermanos menores, facilitndoles el estudio y concurriendo econmicamente a su subsistencia. Adems, un lazo entraable, una preferencia que no poda disimular, una a la madre con el primero de sus hijos varones y a esta doble circunstancia atribuyen, quienes lo conocieron, que ste demorara su casamiento. A Francisco, como a cualquier autor y director de xito de esa poca, le llovan las piezas de autores aficionados que aspiraban a orlas en la ejecucin de la orquesta de su preferencia. En los ratos libres se las examinaba, si pintaban bien en el pentagrama se ensayaba su repercusin ante el pblico en un baile o en un caf y si andaban se las inclua en el repertorio y se las llevaba al disco. En su relacin con Zayra Canicoba, con quien se haba de casar en 1937, result decisiva la decisin de ella de hacerle conocer personalmente un tango que haba compuesto. se fue el comienzo de un breve romance que concluy en casamiento, no obstante la diferencia de edades. l, en 1937, tena 44 aos y ella, 28. Pancho Lomuto tambin intervino en varias pelculas, para las que adems compuso el acompaamiento musical. En 1937, ao clave de su vida, pues fue el de su casamiento y en el que culminara su primer perodo al frente de SADAIC luego le correspondera hacerlo en 1943-45 y en 1945-47 film Melgarejo, con Florencio Parravicini y al ao siguiente La rubia del camino, con Paulina Singerman. Finalizado el contrato con los cruceros de verano del Cap Polonio, march a Espaa en 1947, dirigiendo una compaa teatral que represent una seria de estampas criollas con libreto del autor teatral Antonio Botta, transitando un camino que ya haba abierto Francisco Canaro. El xito obtenido lo anim a presentar el mismo espectculo en Pars, donde volvia encontrarse con su hermano Vctor, que haba formado familia en Francia, tena un hijo (Guy), pero estaba soportando las consecuencias de que el tango ya hubiera pasado de moda. Francisco le dej la conduccin de la revista a su hermano y volvi al pas para presentar el mismo espectculo, seguir actuando en bailes y en radios y, sobre todo, continuar cn su valioso aporte en la conduccin de los asuntos autorales. No obstante la importancia que adquiriera en determinado momento, no hay duda que el juicio que suscitan su estilo y la calidad de sus ejecuciones orquestales a Horacio Ferrer, es justo. En El libro del tango expresa textualmente: Su estilo, muy personal sin duda, estuvo generalmente desprovisto de inters musical o de proyecciones creadoras dentro de su sencillo esquema interpretativo, esencialmente destinado a la danza. La mayor parte de su largo recorrido como director de orquesta lo hizo bajo la influencia de Francisco Canaro; adems, sus conocimientos tcnicos y musicales no eran suficientes para que en ellos se fundara una apertura original o un intento de renovacin. Como aconteca con muchas orquestas de su poca, en la de Francisco Lomuto se desconocan los arreglos: por lo general se tocaba a la parrilla, sobre la base de la partitura para piano. Si al traslado casi literal de la pieza se agregaban variaciones, eran el producto de la inspiracin o de la capacidad de alguno de los intrpretes ocasionales del conjunto. Era el caso, por ejemplo, del maestro Lorenzo Olivari, que en ms de una ocasin se agreg a esta orquesta incorporando a sus interpretaciones los lujos de que era capaz a favor de su slida formacin musical y tcnica. Olivari, es bueno recordarlo, fue medalla de oro del conservatorio Santa Cecilia, arrebatando el primer puesto de su promocin a Remo Bolognini.

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    Con la incorporacin de Martn Darr al conjunto, ya sobre el filo de la dcada del 40, las ejecuciones se enriquecen con sus arreglos. Por eso como lo reconoce Ferrer es a fines de la dcada del 40, con los cantores Miguel Montero y Alberto Rivera (cuando Lomuto) dirigi la ms valiosa de sus orquestas, no obstante lo cual se vio opacado por el movimiento de renovacin que se cumpla entonces y del que qued marginado por razones generacionales. En idntica situacin se vieron el mismo Canaro, no obstante la perdurable gravitacin popular de su conjunto, Roberto Firpo, Edgardo Donato, Roberto Zerrillo y otros. Por ltimo, si bien a Lomuto puede adscribrselo a la escuela tangustica de su tiempo, respecto de la cual cobr suficientes mritos como para destacarse, no alcanz el relieve necesario como para formar discpulos ni emuladores; su importancia debe ser juzgada ms bien, como ocurri asimismo con Canaro, como la de empresario-director pero, por sobre todas las cosas, como personaje clave en el perodo de institucionalizacin de la msica popular. Su generacin recogi ese movimiento debido a la inspiracin de aquellos bohemios del tango y lo transform en un slido medio de vida para centenares de msicos, con los que hicieron un invalorable aporte a la cultura nacional. A travs de esa consolidacin del mercado musical, por efecto de la estabilidad de las normas de actuacin de sus profesionales y de la proteccin de sus derechos, se propici la formacin de un semillero de msicos que, ahora s, sumando el dominio de la tcnica a la inspiracin, habran de producir ese milagro que se denomin la generacin del 40. Hermano contra hermano Mientras Francisco Lomuto segua con su serie de xitos, su hermano Enrique luchaba por labrarse su propia posicin en el mundo del tango. Actuaba en pblico desde los 15 aos y a los 16 compuso su primera pieza, Mateo, mientras prosegua sus estudios en el conservatorio Fracassi-DAndrea. Por razones generacionales sus primeras posibilidades, fuera del acompaamiento al piano en la orquesta de su hermano o la actuacin individual o al frente de otros conjuntos ocasionales, se le present en la radio. Pancho en armonio y Enrique al piano actuaron en 1922 en la recin inaugurada LOZ Radio Sudamrica. El estudio estaba en el Pasaje Roverano, de Avenida de Mayo y su director era monsieur Delledicque, que luego fue director artstico, durante muchos aos, de Radio Splendid. Al principio, como habra de ocurrir tambin en televisin, las actuaciones no eran remuneradas. Enrique se present tambin en Radio Nacional, cuyo director era el seor Penela, que se encargaba de llevarlo en su Ford a bigotes. Y lleg a actuar en Radio Brusa, obligadamente como solista, ya que el piano estaba en una habitacin tan pequea que apenas caba... Pero no slo en su vocacin musical Enrique segua las huellas de Pancho. En 1939 se forma la Asociacin de Gente de Radio de la Argentina (AGRA) para defender sus derechos y Lomuto fue su primer presidente. Lo acompaaban en la patriada Agustn Irusta, Pedro Maffia, Ren Cspito, Pedro Lurenz y otros. Sin embargo, las circunstancias en que se forma esta entidad son diametralmente distintas a las que dieron origen a SADAIC, por ejemplo, destinada a obtener los mejores frutos de una actividad que iba en aumento; aqu en cambio se trataba de prevenirse de los primeros sntomas de la decadencia. Ya durante la dcada del 30 las cosas no se presentaban tan sonrosadas para el tango como la anterior. En primer lugar el boom parisino se haba agotado; en segundo trmino los elementos de reproduccin mecnicos de la msica no slo haban contribuido a hacer declinar el inters por la ejecucin en familia de las piezas, sino que al estar las compaas grabadoras en manos de empresas extranjeras, apoyaban la difusin de otras msicas en funcin de sus intereses internacionales. Y en tercer lugar no caben dudas que la calidad musical e interpretativa de esa poca es posiblemente una de las ms flojas y rutinarias de la historia del tango. Lomuto, lo mismo que Canaro y otros de actuacin destacada entonces, a causa de lo elemental de sus conocimientos musicales, mal podan iniciar un movimiento renovador. ste deba partir, y as ocurri, de la escuela ms intelectual y preparada del grupo de maestros del momento, la de De Caro, de la que se desprenden Maffia, Lurenz, Pugliese y que ya sobre el filo de la dcada siguiente, se encuentran con ese rebrote de talentos que encabeza Troilo.

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    Muchos recordarn que en los bailes populares en los que la tpica alternaba con la jazz, los msicos de tango aprovechaban el descanso para escuchar a sus colegas, muchos de los cuales haban sabido incorporar ya los arreglos y otras sofisticaciones para las cuales la mayora de los de la tpica no estaban preparados. Canaro, Lomuto y otras orquestas del momento pretenden pasar el mal rato incorporando a sus conjuntos la jazz band, de las que an se conservan grabaciones que son un mal remedo de las interpretaciones de las orquestas norteamericanas. No es casualidad por ello que el ltimo de los Lomuto, Hctor, nacido en 1914, contrariando lo que pareca una firme vocacin familiar, se incline, cuando le llega el momento de actuar, por el jazz y no por la tpica, incorporando inclusive a su conjunto con el que lleg a brillar en nuestro medio en carcter de pianista y arreglador a un elemento que sirviera en las orquestas de sus hermanos: Martn Darr. El golpe ms fuerte y desencadenante de un conflicto gremial, a la vocacin de primeras figuras que los msicos de tango pretendan para sus conjuntos, fue la visita del ingls Harry Roy con su orquesta de jazz, que hizo tabla rasa con todo el ambiente musical porteo y cre un movimiento emulador destinado a perdurar muchos aos. En octubre de 1939 una delegacin compuesta por Francisco Canaro, Francisco y Enrique Lomuto, Juan DArienzo, Julio De Caro, Pedro Lurenz, Luis Daz, Mario Bnard apoderado de SADAIC y otros, entrevist al ministro de Interior, doctor Digenes Taboada, para exponerle temas urticantes para los msicos y la gente del espectculo. Uno de ellos era el abuso, as lo denunciaban, ejercido por la mayora de las emisoras que incluan en sus programas entre un 80 y un 90 por ciento de msica grabada, lo que significaba descartar casi totalmente los nmeros vivos. Adems, implicaba transgredir el reglamento de las radios cuyo control estaba a cargo de la Oficina de Radiocomunicaciones y que exiga un exacto equilibrio entre los discos y los nmeros vivos. Tambin reclamaron por la forma en que se desarrollaban las transmisiones en cadena, determinante de un justo malestar en los msicos radicados fuera de la capital y a los que desalojaba la competencia desleal y no deseada, de sus colegas metropolitanos. Tambin se opusieron a la propalacin de audiciones bailables despus de medianoche con discos porque restaba concurrencia a las reuniones danzantes que se cumplan en clubes y confiteras. Pero si con esa gestin, como se ve, se pretendi atacar un proceso que finalmente y a pesar de todo, los habra de devorar, el tema de la competencia de los artistas forneos, con ser ms circunstancial, constituy el eje del asunto. Con la frase la Argentina es el nico pas del mundo donde el artista extranjero puede condenar al hambre al nativo, se defini una situacin especialmente irritante: Radio Belgrano tena un presupuesto de $ 300.000, de los cuales destinaba dos terceras partes a pagar lo que peda Harry Roy y con los 100.000 restantes pretenda satisfacer a todo el elenco local: artistas, msicos, tcnicos, operadores, locutores y dems. Tambin se atac el denominado monopolio de las emisoras: el 75% de la propaganda se concentraba en dos estaciones, Belgrano y Splendid, que monopolizaban el mercado, fijando arbitrariamente condiciones de trabajo a sus contratados. stos, por un solo sueldo, deban actuar en varias emisoras, pues cada una de las dos monopolizadoras era duea de varias otras y eso era impuesto como clusula contractual. Como a pesar de las gestiones realizadas no se lleg a nada concreto en diciembre de 1940 comenz una huelga de msicos, directores de orquesta y trabajadores de radio, por el problema del pago a las orquestas extranjeras y el de los bailables con discos, en la que los hermanos Lomuto se vieron en campos opuestos. El movimiento de fuerza fue propiciado por AGRA, que presida Enrique y por la Asociacin General de Msicos de la Argentina AGMA, aos despus Sindicato de Msicos de la que era secretario general Orestes Castronuovo. No se sumaron al movimiento y ello cre serios resquemores en el gremio, nada menos que Francisco Canaro, Francisco Lomuto, Roberto Firpo, as como Roberto Zerrillo y Joaqun Do Reyes. Osvaldo Fresedo se vio fuera del conflicto porque debi ser internado para someterse a una operacin quirrgica de urgencia. Y para salvar su posicin declar el 20 de enero siguiente que no tuvo otra participacin que la mediacin al comenzar el movimiento de fuerza, como delegado de la Asociacin Argentina de Artistas de Variedades, debiendo luego apartarse del litigio por razones de enfermedad. Esta huelga, no obstante las importantes deserciones, tuvo su fruto. El Ministerio del Interior suscribi un decreto determinando conceder a cada pas lo que en l se concediera al nuestro en materia de actuacin de msicos y artistas (en Estados Unidos, por ejemplo, slo se permita actuar al director de orquesta argentino, no as a sus msicos, por lo que deba

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    contratar ejecutantes locales). Se normaliz la cuestin relacionada con los programas realizados a base de discos, volvindose a la exigencia del 50 por ciento, y se logr la no irradiacin de bailables despus de medianoche. En 1942, previa consulta del gobierno a AGRA, se cre la Red Argentina de Emisoras Splendid (RADES), bajo la condicin de que en el elenco de esa red actuara el 50% de intrpretes nativos. AGRA se disolvi a fines de 1943, tras la renuncia de su presidente y ello dio lugar a que los artistas se dividieran segn su especialidad. Los locutores formaron la Sociedad Argentina de Locutores (SAL); los directores la Asociacin de Directores de Orquesta (Hctor Lomuto, fiel a la vocacin familiar, la presidi durante varios aos) y otros trabajadores, la Unin Argentina de Artistas de Variedades (el primer secretario general fue Carlos Jos Prez de la Riestra, Charlo). Tambin se disolvi AADAR que, aunque contaba con algunos elementos de renombre, agrupaba a una minora. Buenos Aires del 40 Cuando estalla la revolucin del 4 de junio de 1943 Francisco diriga lo que sin duda fue su mejor conjunto orquestal y presida SADAIC. Su hermano Enrique tambin se haba ganado un lugar entre las buenas orquestas tpicas de entonces; desde 1935, cuando la suya fuera considerada una de las cinco ms populares del momento, se mantena en constante actividad y en 1942, al inaugurarse la Red Argentina de Emisoras Splendid (RADES) fue elegido para dirigir una orquesta gigante, que puso bajo su batuta a Arturo de Bassi, Rodolfo Biagi, Juan Snchez Gorio, Antonio Rodio y otros. Hctor, por su parte, disfrutaba de un lugar de privilegio entre las orquestas de jazz. Pero ese esquema estrictamente profesional habra de ser modificado a partir del 4 de junio porque otro de los hermanos, Oscar, periodista, cronista de guerra y marina del diario La Razn desde 1922, era amigo ntimo de un militar llamado Juan Domingo Pern. La relacin entre Oscar y Pern se ciment en la poca en que este ltimo se desempe como secretario privado que en ese tiempo equivala tambin a un jefe de prensa del ministerio del titular de la cartera de Guerra, general Manuel A. Rodrguez, bajo el gobierno del general Agustn P. Justo. La admiracin que Oscar senta por Rodrguez la transfiri luego en parte al mismo Pern, segn se desprende de las declaraciones que le hiciera a Flix Luna (El 45). Era un excelente profesional calific a Pern que a mi juicio slo poda compararse con el general Manuel A. Rodrguez. La amistad entre el periodista y el militar lleg a ser muy ntima y no fue alterada por los cambios de destino que conociera Pern en su carrera. El Gordo Lomuto, como Pern le deca a Oscar, era un individuo generoso, abierto, de entradora simpata, siempre dispuesto a hacer favores y de gran sentido profesional, recordndolo hoy los colegas suyos con los que se ha hablado, como un verdadero maestro de los periodistas ms jvenes. Oscar adems se haba plegado a las ideas polticas de Pern mucho antes de que ste tuviera oportunidad de aplicarlas; en mrito a ese apoyo y como si hubiera pertenecido a esa logia militar, le fueron confiados los objetivos que persegua el GOU (Grupo Oficiales Unidos) al crearse y estuvo en antecedentes de los preparativos que culminaron con la revolucin del 4 de junio. Asimismo, en su auto y en compaa de otro periodista, Eduardo J. Pacheco, acompa la columna principal que avanz sobre la Casa Rosada ese da, pero tuvo el buen tino de desviarse antes de que enfrentara la Escuela de Mecnica. Por ltimo y siguiendo la tradicin familiar, Oscar tampoco era un desconocido en el mundo de la msica; ya se ha dicho que compuso la letra del tango Nunca ms, a los que se agregan otras producciones, una de ellas con su hermano Enrique. Cuando muri el general Rodrguez, en los primeros meses de 1936, Pern se hallaba en Italia como agregado militar. Oscar, encargado, junto con otros colegas, de la coordinacin de un libro sobre el ex ministro en quien la opinin pblica haba visto al sucesor natural de Justo se puso en contacto con Pern para solicitarle el aporte de datos. Por eso y aunque El hombre del deber, como se llam la obra, aparecida en noviembre de 1936, no cuenta al ex presidente entre sus autores, lo fue a travs de Lomuto. En este libro colaboraron tambin, escribiendo sendos panegricos de Rodrguez, Justo, Octavio Amadeo, Alfredo Palacios, Ismael Bucich Escobar, Martn Gil, Pablo Riccheri, Salvador Ora, Arturo Cancela y otros. Es un libro muy sencillo, que no mereci mayores comentarios durante su poca, aunque el diario

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    catlico El Pueblo consider, en su edicin del 22 de noviembre de 1936, que era una obra que se lee con deleite y provecho. Tambin Enrique Lomuto conoca a Pern. Algo por la amistad que lo una a su hermano y en buena medida porque muchas veces le correspondi animar los bailes del Crculo Militar cuando, al frente de la comisin de fiestas, se desempeaba quien habra de ser luego figura clave de la revolucin del 43. Cuando el entonces coronel llega al gobierno, despus del 4 de junio, y pide para s, algo inslitamente para quienes no estaban en antecedentes de sus planes, la titularidad del desvado Departamento Nacional del Trabajo, Oscar Lomuto es inmediatamente llamado a colaborar con l. La tarea que Pern le eligiera ilustra con precisin que haba asimilado con provecho las enseanzas que le deparara su estada en Europa durante la preguerra. En la enfermera del Departamento Nacional del Trabajo, que se hallaba en Victoria (hoy Hiplito Yrigoyen) y Per, Pern improvisa una Direccin General de Prensa a la cual muy pronto Oscar convoca a quienes eran sus mejores amigos en la profesin y a sus compaeros en la sala de periodistas de Guerra y Marina. Comienza por sus amigos ntimos, Marcial Rocha Demara (de La Razn) y Eduardo Pacheco (de Crtica), a quienes se agregan Jorge Papillaud, de la agencia UPI, y otros. Las agencias noticiosas y los diarios La Razn y El Mundo fueron los medios que ms elementos proveyeron al elenco, cuya misin imposible era fabricar a Juan Pern candidato a la presidencia. Naturalmente que l saba qu es lo que haba que hacer para ayudar al proceso. La primera mquina de escribir, recuerda Pacheco, debieron ubicarla sobre una camilla que, junto con una silla, constituan el nico mobiliario original de la reparticin. Ms tarde y dado que el Concejo Deliberante se encontraba sin destino, trasladaron la dependencia a uno de sus salones. En enero de 1944 el general Edelmiro J. Farrell sucede al general Pedro Pablo Ramrez en la presidencia y Pern sigue ganando posiciones, hasta reunir bajo su mandato la vicepresidencia, la cartera de Guerra y la Secretara de Trabajo y Previsin. Es en esta etapa cuando lleva al mayor Poggi (hermano de quien casi fuera presidente luego de la cada de Frondizi) a la subsecretara de Informaciones y Prensa, en reemplazo del teniente coronel Hctor Ladvocat. Poggi, el 21 de marzo de 1944, nombra a cuatro directores generales en esa reparticin, siendo designados Sergio Chiappori en la Direccin de Propaganda, Mario Molina Pico en la de Espectculos, Francisco Gismondi en la de Subsecretara y Oscar Lomuto en la de Prensa. El elenco original del Departamento de Trabajo, ms un nmero importante de otros periodistas, estaba junto al Gordo Lomuto. Durante el perodo de Poggi, que dur hasta julio de 1944, tambin entr a colaborar en la dependencia el capitn Blas Lomuto, a quien su superior encomienda la letra de la marcha del 4 de junio, que habra de estrenarse al cumplirse el primer aniversario de la revolucin. De la msica se hara cargo Pancho. Blas, segn lo recuerda, debi resignarse al pedido de su superior, ya que no deseaba hacer esa letra. Pero Poggi saba que su subordinado tena condiciones para escribir y que a su inspiracin se deba el texto del tango Dmelo al odo y de otros firmados, como los que compuso Oscar, por Pancho Laguna. La pieza fue estrenada el da previsto por la banda del regimiento 3 de infantera y los derechos que pudiera devengar fueron resignados por sus autores. Prcticamente slo a eso se limita, segn Blas, su colaboracin con el gobierno de Pern, ya que muy poco tiempo despus pidi ser enviado a un destino militar y, ms adelante, fue agregado militar en Mxico y Cuba y vicedirector del Colegio Militar. All lo sorprendi la revolucin de septiembre de 1955 y, mientras investigaban su actuacin en la poca peronista, fue privado de su libertad casi un mes. Los apuros de Pancho La adhesin de los Lomuto a la figura de Pern se concret desde un primer momento y no fue exclusiva de los que ocuparon la funcin pblica. Francisco, por entonces al frente de SADAIC, se apresur a suscribir una declaracin de las entidades autorales argentinas elevada al gobierno de la Nacin, fechada el 16 de junio de 1943 y en la que se precis el apoyo a la revolucin no slo de esa entidad autoral, sino tambin de Argentores, la Sociedad Argentina de Escritores, la Asociacin Argentina de Actores y la Asociacin Argentina de Artistas de Radio.

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    Pero el fervor de Pancho por el nuevo gobierno no se limit a aquel acto inicial. En octubre de 1943, al cumplirse las bodas de plata de la entidad autoral, SADAIC ofreci una comida en el restaurante El Palenque, del Parque Retiro, a la que asistieron dos mil personas y en la que figuraron, como invitados de honor, el vicepresidente de la Repblica, general Edelmiro J. Farrell; el ministro de Justicia, Gustavo Martnez Zuvira; el presidente de la Comisin Nacional de Cultura, Carlos Ibarguren; el de Bibliotecas, Juan Pablo Echage; Matas Sanchez Sorondo, los coroneles valos y Velazco y, obviamente, tambin el coronel Pern, que en las fotos de la reunin aparece sentado junto a la seora de Lomuto. Pancho, quien abri la cuenta de los discursos, encareci la necesidad que tienen las sociedades de autores de cada pas de acercarse a su gobierno sin intereses polticos ni especulaciones malintencionadas. Tambin hablaron Farrell, Pintn Castellanos, Martnez Zuvira y Pern, quien exalt el sentimiento que produce la msica popular y elogi la obra de los que la componen y divulgan, ponderando las melodas camperas y ciudadanas que tan hondo llegan al corazn de los argentinos. Martnez Moirn, al recordar aquel acto, reconoce que fue la primera vez en la historia autoral argentina (que) se acercaron muy estrechamente el gobierno y autores. Esa relacin fue muy oportuna para los directivos de la entidad que, por distintas circunstancias, se vean amenazados por una intervencin de la Inspeccin General de Justicia; adems, los tangueros estaban sitiados por la pretensin del presidente Ramrez de que las letras de tango no tuvieran expresiones lunfardas. La primera de las cuestiones espinosas que afrontaba SADAIC era una acusacin contra la entidad que haba iniciado un seor Mximo Perdeck en 1942 y que todava se estaba sustanciando. A ello se sum el affaire, como lo designa Martnez Moirn, promovido por un ex cajero que distrajo una suma de dinero, lo que dio lugar a que SADAIC nombrara una comisin investigadora que, no obstante la premura con que se expidi, no pudo evitar el escndalo que se hizo alrededor de este asunto. El 15 de agosto de 1943 la asamblea de la entidad resolvi prescindir de los servicios de la auditora que tena contratada, exonerar al contador y rescindir el contrato del administrador general, que era el compositor Luis Teisseire. El 15 de enero de 1944 un terremoto destruy San Juan y SADAIC coordin, como lo hizo el resto de las entidades pblicas y privadas dentro de su esfera de accin, el apoyo econmico de los autores y compositores. Esto dio lugar a que, tiempo despus, el coronel Pern hiciese una visita personal a SADAIC vestido de atuendo deportivo, como lo recuerda Martnez Moirn, para agradecer el gesto de los msicos e interiorizarse de las funciones de la entidad. Pero esa visita no fue enteramente espontnea, segn lo precisa Enrique Lomuto, sino que estuvo destinada a brindar apoyo a su hermano en momentos difciles para l y para la entidad, ya que sobreviva el riesgo de que fuese intervenida. Un domingo memora nos vino a ver a Oscar y a m a la platea de Atlanta; cosa rara en Francisco, porque iba poco al ftbol y porque era partidario de San Lorenzo. Pero nos vino a pedir que lo ayudramos. Entonces logramos que Pern fuera a SADAIC y todo se arregl. Pern en aquella oportunidad firm el libro de oro, aunque su rbrica ya no se conserve en l; alguien, cado ya el rgimen, se preocup por borrarla con el auxilio de una hoja de afeitar. Pero sa no sera la nica consecuencia que tuvo para SADAIC la especial atencin que le prest el entonces secretario de Trabajo y luego presidente de la Repblica. A partir de septiembre de 1955 conoci una larga cadena de intervenciones de la que no se redimi sino mucho tiempo despus. Las acusaciones del seor Perdeck que, segn Martnez Moirn, formaban parte de un mal intencionado movimiento de infundios y graves acusaciones contra SADAIC, determinaron que el gobierno encomendara al doctor Horacio F. Rodrguez, ex letrado de la sociedad y director del Registro Nacional de la Propiedad Intelectual, una amplia investigacin sobre el terreno, siendo ste el corolario de una situacin creada por un ncleo de asociados irresponsables. El mismo Pern, como secretario de Trabajo y Previsin, fue el que firm el documento en el que se tiene por desvirtuados los cargos contenidos en el informe del investigador, en virtud de las explicaciones aclaratorias formuladas por SADAIC que se estiman suficientes y satisfactorias. Las denuncias y una carta apcrifa presentada por el denunciante fueron desestimadas una vez analizadas por el doctor Rodrguez la organizacin y funcionamiento de SADAIC en cuanto pudiera interesar al aspecto de la vasta accin gremial y mutualista que desarrolla.

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    Apogeo y cada La preponderancia de Oscar Lomuto y de sus hermanos en la vida pblica fue en aumento a medida que la fue cobrando el mismo coronel Pern. Alejado el mayor Poggi de la subsecretara de Informaciones, Prensa y Propaganda, el 15 de julio de 1944, por una resolucin del Ministerio del Interior se design a Oscar con carcter interino (posteriormente fue confirmado) al frente del organismo, con retencin de su puesto de director general de Prensa, lugar al que, tambin interinamente, ascendi Pacheco. No obstante la entraable amistad que una al Gordo Lomuto con Pern y las satisfacciones que el equipo de prensa que actuaba bajo su direccin le brindaba, se trataba de un puesto sujeto a un intenso desgaste. Pacheco recuerda que ese clima progresivamente difcil para el elenco de la subsecretara, que desde que fuera elevada a ese rango funcionaba en la Casa Rosada, era fcilmente palpable y que l mismo aconsej a Oscar que renunciara y tratase, como otros colaboradores de la primera hora, de obtener un puesto en el exterior. Pero Lomuto no quiso atender ese sabio consejo y prosigui su gestin. El resultado fue que el 14 de septiembre de 1945, poco despus de la medianoche, como lo consignan las crnicas de los diarios, los representantes de los distintos medios fueron citados por el subsecretario del Ministerio del Interior, doctor Benedit, para hacerles entrega del texto de una resolucin ministerial por la que, con el objeto de proceder a su reorganizacin, se intervena la Subsecretara de Informaciones. Fue designado en reemplazo de Lomuto, en carcter de interventor, el director general del Ministerio, doctor Delio Martnez; a Pacheco lo suplant Enrique E. Garca. Las razones que explican esta sbita intervencin algunos colaboradores de la Subsecretara se enteraron de la medida leyendo el diario la maana siguiente son varias, pero una parece ser la fundamental: este acto forma parte de la serie de hechos que corresponden a la historia poltica de ese agitado ao; en ese contexto, el alejamiento del equipo de prensa de Pern coincide con el punto ms bajo de la influencia del coronel en el gobierno de Farrell, y con el apogeo de sus enemigos, que forzaran su renuncia pocos das despus. No debe olvidarse que, por ejemplo, el 19 de septiembre, es decir pasados cinco das del alejamiento de Lomuto y su gente, se realiza la Marcha de la Constitucin y la Libertad que precipitara, a favor del entusiasmo que despert entre las fuerzas polticas autodenominadas democrticas, la accin de los militares de Campo de Mayo contra Pern. Pero hay ms. La fobia de los democrticos contra la Subsecretara, que vean en ella un asilo de Goebbels criollos, tuvo una viva expresin durante la misma semana que culminara con el pueblazo del 17 de octubre. El 15 de ese mes Farrell y valos firmaron el decreto 25.563 disolviendo lisa y llanamente la Direccin General de Propaganda, que haba sido creada para informar al pueblo de los acontecimientos de la revolucin y que sbitamente careca de objeto bajo gobiernos democrticos. Como lo seala Luna, la actuacin de algunos funcionarios de la Subsecretara se haba constituido en una fuente de disgustos para Campo de Mayo. Tambin hay quienes estiman que puede haber tenido influencia la creciente participacin de Eva Duarte en los asuntos de gobierno. Existen ancdotas que prueban su injerencia en temas de competencia de la Subsecretara de Informaciones y de la resistencia que encontr su actitud en algunos de los profesionales que la dirigan. Pero este factor habr de jugar un papel preponderante tiempo despus en la vida de Oscar Lomuto y de su gente, es decir cuando Pern se hace cargo de la presidencia. Porque Oscar y Enrique Lomuto ste sobrevivi a la purga mantenindose como subdirector del Archivo Nacional, Eduardo Pacheco y otros colaboradores de la Subsecretara fueron llamados por Pern para recrearla y ponerla nuevamente a su servicio, pero esta vez desde el llano. As fue como se cre la Junta Pro Candidatura del coronel Pern, de la que Enrique tena el carnet de afiliado N 2, y que trabaj coordinando la estrategia poltica destinada a llevar a aqul a la primera magistratura. En el relato efectuado por Oscar Lomuto a Luna, defini la Junta como una oficina donde Pern sola mantener sus entrevistas privadas; en realidad puede decirse que all planific su campaa electoral y consolid sus relaciones con quienes habran de ser sus principales colaboradores en el gobierno que habra de presidir. A esa Junta se afiliaron todos cuantos realmente pueden ser llamados peronistas de la primera hora; muchos de ellos, como Miguel Miranda, Lagomarsino, Jos Mara Castieira de Dios y otros, ocuparon luego posiciones destacadas dentro del primer gobierno de Pern. Tambin el escritor Leopoldo Marechal, segn Enrique cree recordarlo, se afili a la Junta.

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    La impresin de todos los datos referidos a este organismo salvo el hecho de que estuvo ubicado en la calle Piedras 338 tiene su razn de ser. Los archivos, que estaban en poder de Enrique Lomuto, fueron quemados por ste cuando sobrevino la revolucin de septiembre de 1955 y su furia investigadora, ante la presuncin de que las nminas de adherentes y otros datos pudieran interesar al nuevo gobierno, para formular cargos a mucha gente. No obstante su activa y eficiente labor en la junta promotora, ni Oscar, ni Enrique Lomuto ni otros colaboradores, como Eduardo Pacheco, recibieron ofrecimiento alguno de parte de Pern una vez que ste asumi la presidencia. Los dos primeros no volvieron a verlo jams ni le pidieron nada; Pacheco volvi a estrecharle la mano alguna vez cuando retornara a la Casa Rosada en carcter de cronista de gobierno, pero tampoco le dio muestras de especial consideracin. En lo que hace a los Lomuto, algunos aducen que Eva Duarte jams les perdon que se hubiesen ausentado a Crdoba durante la semana de octubre. Efectivamente Oscar y Enrique se alejaron de la ciudad durante esos sucesos, porque se consideraban en la mira de la reaccin; pero no por eso la Subsecretara donde permaneca la mayor parte de su gente dej de rendir muy tiles servicios a la causa popular durante esos das segn lo consignan diversos cronistas, coordinando y distribuyendo informacin entre los gremios, lo que facilit la concentracin del da 17. Otra explicacin es que conspiraba contra la incorporacin de Oscar al nuevo gobierno su irregular situacin matrimonial; el casamiento de Pern y Eva antes de las elecciones y su apego a grupos catlicos que dominaron la primera etapa de su gobierno, marcaba una conducta a sus miembros que no poda ser observada por el Gordo. Finalmente y ste es un juicio que tiene carcter ms general, Eva se habra preocupado por separar de su marido a sus viejos amigos, prefiriendo manejarse con los adictos que despert su propia gestin. Uno de ellos habra de ser Ral Alejandro Apold, cronista de temas aeronuticos, que fue presentado a Pern y Eva por el mismo Lomuto y que ganara rpidas posiciones luego del triunfo del coronel, hasta constituirse en el secretario de Prensa de su gobierno de ms largo desempeo. Al perodo de permanencia de Oscar Lomuto en la Subsecretara se deben entre otras iniciativas, la creacin de la agencia de noticias del Estado, Tlam; la del archivo de la palabra, en el Archivo General de la Nacin; el primer estatuto del periodista, en 1944, y la compra del edificio para la entidad, en Avenida de Mayo 760. Pero ms all de todo ello Oscar implementa el Servicio de Informaciones y Prensa adecundolo a las necesidades del Estado, imponiendo modalidades de las que luego se habran de servir todos los gobiernos que siguieron al de Pern. Pero hay ms: la tctica impuesta por ste al hacerse cargo de la Direccin Nacional del Trabajo en 1943 y que consisti en agrupar en torno suyo, en puestos rentados por el Estado, a representantes de distintos medios periodsticos, volvi a ser repetida casi 30 aos despus por uno de los protagonistas de su derrocamiento, pero en el marco de otra dependencia: el Ministerio de Bienestar Social. Es innecesario decir que los resultados no fueron para Francisco Manrique los mismos que para Juan Pern. Oscar, cumplido su ciclo con Pern, fund junto con Joaqun F. Dvila la revista Continente, cuyo primer nmero sali en abril de 1947, y que era un mensuario de arte, letras, ciencias, humor, curiosidades e inters general. Enrique pas del Archivo al Boletn Oficial y finalmente fue cesanteado en 1952 por negarse a recibir, ese fin de ao, el consabido regalo de sidra y pan dulce; tiempo atrs no haba querido afiliarse al partido peronista. La relacin de Francisco Lomuto con el gobierno de Pern continu siendo duradera y estable. En 1946, siendo todava Pancho presidente de SADAIC, logr apoyo del gobierno para un viaje que l, conjuntamente con Francisco Canaro y Mario J. Bnard, realizaran a Estados Unidos para concurrir a un congreso de sociedades de autores que se cumplira en Washington. En esa reunin se ofreci al Congreso Internacional de Sociedades de Autores (CISAC), la realizacin de la prxima asamblea confederal en Buenos Aires, la que se cumpli en 1948 con el apoyo de las autoridades argentinas. En 1947 Francisco Lomuto se alej del pas para hacer una gira por Espaa, llevando un espectculo de msica argentina. Vuelto a nuestro medio sigui actuando aunque no en forma permanente, hasta que lo sorprendi la muerte, el 23 de diciembre de 1950, exactamente un ao antes que a Enrique Santos Discepolo. Pern y Eva Duarte enviaron ofrendas florales y fueron representados en los actos de inhumacin de sus restos por el subsecretario de Informaciones, Ral Apold. Varios hablaron en ese acto: Ctulo Castillo, por

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    SADAIC; Eduardo Ros, por la asesora letrada de la misma entidad; Antonio Botta, por Argentores; Ignacio Demara, por Radio Belgrano; Pedro Chans Moreno, por Radio El Mundo, y otros; pero quizs haya sido Francisco Garca Jimnez, que lo hizo en nombre de sus amigos, quien efectu la mejor sntesis de su vida y su mejor retrato: Prestigi la msica y la cancin popular argentina (...), desbordante, expresivo, corts, afectivo y dinmico, desde su exhuberante planta fsica hasta su galana ndole moral (...) En plena adolescencia lleg a las tertulias donde la msica pone comps unnime a la fiesta. Pianista sobrio, de sencilla intuicin e inspiracin amable, todos le salieron a la puerta con el abrazo y las puertas todas se le abrieron; boda o bautizo de gran fasto (...) En su hogar, digno y respetable, se le ofrecan los caminos de la universidad (...) Pancho los desde. Otra sonoridad lo atraa (...) Obtuvo un puesto de empleado en el local de ventas de una casa musical de la calle Florida. Lo vimos all ofreciendo la ltima novedad bailable; sentndose incansable al piano y arrancando compases de dos por cuatro para las gentiles interesadas; y estuvimos con l, incipientes autores hace 30 aos, convirtiendo el local de ventas al caer la tarde, en corrillo y mentidero del ambiente (...) De pronto le lleg el xito que no lo abandon. Se llamaba Muequita. Quinientas noches cant el tango para salas repletas del teatro Nacional, la primera actriz de un sainete famoso (...) Sus xitos de creador se sucedieron. Pas a ser ejecutante y enseguida, por gravitacin propia, director. Su orquesta tpica rebals los lmites del baile comn (...) fue nmero obligado de las temporadas balnearias en el club selecto [se refiere a las temporadas en el club Mar del Plata]. Todo lo hizo la creacin, la difusin, el impulso gremial con calidad, con sensatez, con altura. Milonga triste Aadiendo una nueva casualidad a la vida de los Lomuto y a su estrecha relacin con la misma vida del tango, desde su nacimiento hasta su virtual agona de hoy, Pancho muere sobre el final de lo que puede considerarse el mejor momento de la msica de Buenos Aires. Las causas por las que la dcada del 40 fue la ms brillante se basan en la cantidad de talentos que se dieron cita en ese perodo cultivando el tango, en la evolucin tcnica de sus instrumentistas, en la afirmacin del arreglador, en la presencia de buenos poetas; pero posiblemente nada de eso hubiera tenido gravitacin si paralelamente y por causa de un hecho tan fortuito como externo, como la segunda guerra mundial, la Argentina, lo mismo que el resto de los pases no involucrados en el conflicto, no hubiese sabido de casi una dcada de semiaislacionismo cultural, durante ese perodo florecieron y afirmaron formas autnticas de nuestra cultura y se sostuvo una posicin poltica y econmica nacional e independiente. Vueltas las grandes potencias a la normalidad, comenz la rpida penetracin de las formas musicales digitadas que arrasaron no slo con el tango, sino con la preponderancia en el mercado de otras msicas latinoamericanas de origen folklrico, excepto que fueran puestas de moda ocasionalmente por las compaas grabadoras; tambin el fenmeno arras con las cinematografas nacionales recurdese la importancia que lleg a tener el cine mejicano en la Argentina y el nmero de pelculas que se filmaban en el pas y se exportaban al rea de habla hispana y con otras formas menores de la autonoma cultural, como la moda en el vestir. La moda Divito, por ejemplo, constituye un fenmeno que no ha vuelto a repetirse y que slo se entiende en el contexto de nuestra invariable vida dependiente, a favor de un hecho que aislara por un tiempo al pas, como fue la ltima guerra mundial. Pero como lo dijo Horacio Salgn en cierta oportunidad, la crisis no alcanz solamente al tango ni a las otras formas musicales, como el jazz, el samba y dems. Erradic del espectculo a la misma orquesta, ya que lo que venden los pases productores de msica no son ejecutantes vivos ni instrumentos, sino aparatos reproductores de msica grabada, ya sea que los exporten directamente o que vendan tecnologa, know how o matrices. Esto lleva a que hoy la muchachada que baila no se pasa el santo sobre determinado conjunto o la pieza tal, sino que concurre all donde se encuentra ese disc jockey que tiene las ltimas cintas grabadas de Estados Unidos o al local que cuenta con el ms barullero de los equipos estereofnicos. Es decir que, como nunca, la ciberntica ha reemplazado aqu al hombre. Daniel Lomuto pertenece a la tercera generacin de ese apellido. Ejecutante del bandonen, arreglador, ha dirigido su propio conjunto, acta en un par de canales de televisin y ha viajado a Japn con la orquesta Los Seores del Tango. Gana para vivir, pero todo parece indicar que con l se agota el ciclo del tango. Es que en esta lucha a toda prdida,

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    que la msica de la ciudad lleva con los elementos mecnicos y con la poltica de las grabadoras, es justamente el tango el ms afectado. Dice Daniel: Suponete que los msicos nos declarramos en huelga, que los cantores hicieran lo mismo. Con la msica moderna a las grabadoras se les creara realmente un problema. Porque, a quin le van a vender una reedicin de Billy Caffaro o de Rocky Pontoni? Pero las grabaciones de Gardel, de Di Sarli, de Pugliese siempre van a caminar. Es decir que como no hay xitos nuevos justamente las reediciones son las que nos hacen la mayor competencia. Si yo le hago arreglos a una cantante, con 7 u 8 le bastan; tiene para un ao o dos. Siempre canta lo mismo y no queda fuera de moda porque en el tango casi todo es histrico. Si siguen las cosas as el tango ser muy pronto tan vigente como los valses vieneses. Los Lomuto y la gente de su generacin estructuraron las cosas para hacer del movimiento tanguero una verdadera institucin, slida y de porvenir. Su acercamiento al sector oficial y la obtencin de algunos privilegios, como la obligatoriedad, por parte de las emisoras, de emitir un porcentaje obligatorio de msica nacional, fueron dejados de lado por los que luego se ocuparon de estos asuntos que si son econmicos, son asimismo culturales aparentemente en la creencia de que aqu tambin todo es fruto de la oferta y la demanda. Pero como aqu tampoco existe un mercado que sea el producto de la libre oferta y demanda, el pas se ha constituido en el recipendario obligado y pasivo de esas expresiones subculturales que constituyen el negocio de las casas matrices de las compaas que aqu las divulgan a travs, primordialmente, de los medios nativos, pblicos y privados. El juego est dado as y desconocerlo significa marginar a las formas musicales autnticas, excepto que maana el negocio del disco decida ponerlas nuevamente en circulacin por el tiempo que resulte rentable. La nica salida para el tango consiste entonces en emplear los mismos medios que estn impuestos, para efectuar su promocin: hacer que resulte nuevamente negocio y conceda prestigio. Para lo primero se trata de poner en la horma a los medios de difusin, ya que detrs de ellos vendrn obligatoriamente las grabadoras; para lo ltimo, existen decenas de recursos a los que se puede apelar, pero el principal tal vez sea montar una publicidad del ambiente con el mismo criterio profesional con que se encara la venta de cualquier individuo, moda o mercadera. De artculo de exportacin, detrs del cual iba el sello de una nacin, de una forma de vida, de una cultura al fin, el tango se ha transformado en msica de minoras, en una curiosidad con la que se puede tropezar en Europa o Japn. El ltimo festival de msica popular realizado en el Teatro Coln lo puso una vez ms de relieve: el folklore tena la fuerza de lo vigente; el tango, el tono de la melancola. Asistiendo respetuosos a su entierro los argentinos no nos desprendemos solamente de una parte de nuestro pasado; resignamos un rasgo importante de nuestra cultura nacional y aceptamos, en su reemplazo, el relleno que nos proponen formas musicales sin otro sentido que el comercial, desprovistas de belleza y de hondura. Bibliografa El libro del tango, Horacio Ferrer El mundo de los autores. Historia de SADAIC, Jess Martnez Moirn El tango en mis recuerdos, Julio De Caro El tango. Historia de medio siglo, Francisco Garca Jimnez Historia de la orquesta tpica, Luis A. Sierra Mis memorias, Francisco Canaro El 45, Flix Luna Y la muy especial colaboracin de Jorge J. Lomuto Oscar Lomuto, cantor En los tiempos de la radio amateur, cuando no se cobraba por actuar, Enrique Lomuto actuaba como solista de piano en LOZ Radio Sudamrica, all por 1925, de la cual era director artstico Mr. Delledicque. En una ocasin Oscar asista a la actuacin de su hermano y cuando ste atac el tango de Francisco Nunca ms, cuya letra le pertenece, le sali del alma cantarla. Pero lo

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    hizo de manera tan desafinada que los echaron a ambos, por considerar Mr. Delledicque que lo ocurrido era una desconsideracin hacia los oyentes. Pero Enrique pareca estar signado por los cantores improvisados. Tiempo despus, actuando en Radio Belgrano que ya perteneca a Jaime Yankelevich pero todava no estaba comercializada fue Hctor Canziani autor de letras populares y luego productor de cine el que se atrevi a cantar, con idntico resultado: los echaron a ambos, aunque con maneras menos cordiales que las usadas por el francs. Del terceto a la orquesta Cuando comenz a popularizarse la radiofona, alrededor de 1924, Francisco Lomuto no tena orquesta fija. Con un conjunto estable recin se incorpor a la radio en 1928. Lo hizo en Radio Nacional despus Radio Belgrano, situada por entonces en Boyac al 300 y de la que era director Manuel Penela. Fue a ste a quien se la adquiri Jaime Yankelevich para comercializarla incorporndole publicidad. Antes de eso Francisco slo formaba orquesta de manera ocasional, formndose los conjuntos a pedido del cliente. As lo hizo en do, con Eduardo Armani como violinista, o en tro, con Armani y Ciriaco Ortiz al bandonen. Con orquesta comenz a presentarse en los cines, partiendo por el pera en 1926 y, en ocasiones posteriores, para servir a los concursos organizados por Max Glucksman. En estos certmenes, que se llevaron a cabo de 1924 a 1927, el saln elegido fue el del Grand Splendid, que pasaba por ser el cine ms aristocrtico del momento y estaba ubicado, como hoy, en la avenida Santa Fe. Cuatro eran los directores de orquesta que actuaban en esos concursos: Francisco Lomuto, Francisco Canaro, Osvaldo Fresedo y Roberto Firpo, es decir, los ms cotizados del momento. Las obras que llegaban a la final eran grabadas por todos ellos y, adems, por Carlos Gardel. En los aos 1925 y 1926 Francisco Lomuto obtuvo la concesin para actuar en los cines de Max Glucksman (Grand Splendid, Electric, Etoile, Rvoli, Select Suipacha, Plaza y Petit Splendid), pero en los carnavales de alrededor de 1930, tambin lo hizo en el Broadway.