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Los Ciclos Sistémicos de Acumulación (CSA) de Giovanni Arrighi. Un estudio de su planteamiento, fundamentos teóricos y críticas
Mariela Padilla Callejas* Septiembre de 2013
Resumen
De acuerdo a su duración temporal, los ciclos económicos pueden clasificarse en cortos (ciclos
Kitchin), medianos (ciclos Juglar) y grandes (ondas largas Kondratieff). Sin embargo, dentro del
marco de los ciclos largos, también pueden encontrarse estudios como los que planteó
Giovanni Arrighi (1937-2009) a través de sus Ciclos Sistémicos de Acumulación (CSA).
Este documento estudia el planteamiento cíclico arrighiano e indaga algunas de sus críticas.
Los CSA consisten en unidades de análisis histórico comparativas que representan etapas
particulares del desarrollo del sistema-mundo capitalista desde sus orígenes hasta su
dimensión actual. Tres influencias teóricas cruciales para la construcción de este concepto son
la del historiador Braudel (las expansiones financieras representan el otoño de los regímenes
de acumulación mundiales), la de Marx (la fórmula general de reproducción del capital D-M-D´
representa las dos fases, de expansión material y financiera, de un CSA) y la de Gramsci
(derivación del concepto de hegemonía mundial).
Abstract
According to their time length, business cycles can be classified into short (Kitchin cycles),
medium (Juglar cycles) and large ones (Kondratieff long waves). However, within the framework
of long cycles one can also find analysis such as the one that Giovanni Arrighi (1937-2009)
carried out through their Systemic Cycles of Accumulation (SCA).
This paper studies this arrighian cyclical approach and researches on some of its criticisms. The
SCA consist on units of comparative and historical analysis that represent particular
developmental stages of the capitalist world-system from its origins to its current size. Three
crucial theoretical influences for developing this concept come from the historian Braudel
(periods of financial expansions are the sign of autumn of global accumulation regimes), Marx
* El contenido de este documento es resultado de un resumen del borrador de tesis de la Maestría en Estudios Críticos del Desarrollo del CIDES-UMSA, que aún está sujeto a revisión y por tanto es de responsabilidad única de la autora. Como beneficiaria de una de las becas locales de estudios por parte de la Cooperación Técnica Belga (CTB), agradezco a esta institución el apoyo brindado. Y también deseo agradecer las observaciones iniciales al perfil de tesis por parte de los profesores del CIDES: Ph.D. Mauricio Gil, Ph.D. Gonzalo Rojas, M.Sc. Ivonne Farah. Toda sugerencia y/o comentarios serán bien recibidos al correo electrónico: [email protected]
2
(his general formula of capital MCM´ represents SCA´s phases of material and financial
expansions) and Gramsci (the source for the concept of world hegemony).
Clasificación JEL: O10, P10
Palabras clave: ciclos sistémicos de acumulación, Giovanni Arrighi, ciclos hegemónicos,
expansión financiera y expansión material, ciclos económicos largos.
I. Introducción
“Según las proyecciones, el crecimiento mundial continuará siendo moderado y
se ubicará ligeramente por encima de 3% en 2013, igual que en 2012. Esa cifra
es inferior a la pronosticada en la edición de abril de 2013 de Perspectivas de la
economía mundial… en gran medida debido al considerable debilitamiento de la
demanda interna y al enfriamiento del crecimiento en varias economías de
mercados emergentes de importancia crítica1, así como al prolongamiento de la
recesión de la zona del euro…”. [Fondo Monetario Internacional, 2013, p.1].
En los últimos años, diversos análisis sobre la situación económica mundial han estado muy
vinculados a temas como la crisis “múltiple” (para algunos “terminal”) del sistema capitalista,
una posible etapa de transición hegemónica en la economía y orden globales, el impulso de los
países emergentes (BRICS) –fundamentalmente China– al crecimiento de la economía mundial,
las causas y el desarrollo de la crisis financiera desatada años atrás en Estados Unidos y la
crisis económica de algunos países de la zona del euro. Sin embargo, son pocos los estudios
rigurosos acerca de las últimas transformaciones económicas y políticas mundiales que nos
brindan interpretaciones creativas para su comprensión, tales como las del profesor Giovanni
Arrighi, que dedicó alrededor de tres décadas de su vida al estudio de la economía y geopolítica
global del capitalismo [Fiori, 2009, p. 237], desde lo que consideraba en los años setenta el
inicio de la crisis de la hegemonía estadounidense hasta el “surgimiento de China como adalid
del resurgimiento económico de Asia oriental” y como el nuevo “centro de la economía política
global” que tendría que jugar la carta de la economía mucho más de lo que jamás lo hicieron
1 Ya en su informe “Global Employment Trends 2013”, la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
señalaba que una de las explicaciones por las que el crecimiento mundial del 2012 (3,8%) habría sido menor al del 2011 (3,3%) era precisamente la desaceleración del crecimiento del Este asiático en 1,4 puntos porcentuales, siendo que China habría mostrado un crecimiento de 7,8% (el más bajo desde 1999), mientras en la India se habría alcanzado la tasa más baja de crecimiento en una década (4,9%).
3
los americanos, ingleses y holandeses, que eran los anteriores hegemons. [Arrighi, 2007, p. 5],
[Arrighi, 2009].
Nutriéndose del trabajo de grandes pensadores como Adam Smith, Polanyi, Weber,
Schumpeter, Charles Tilly, Robert Brenner, Wallerstein, Gunder Frank, Perry Anderson, McNeil,
pero sobre todo de Marx, Braudel y Gramsci, este economista italiano nos propone una lectura
particular de la evolución del capitalismo “desde su embrión medieval subsistémico a su actual
dimensión global” [Arrighi, 1999, p. 23], o en otras palabras de la duración total y larga de la
historia (la longue durée braudeliana) del sistema-mundo capitalista, mediante la construcción
teórica de unidades de análisis histórico comparativo, a las que denominó Ciclos Sistémicos
de Acumulación (CSA), llegando probablemente a plantear una de las teorías más completas
de los ciclos económicos largos.
A través de sus CSA (o siglos largos), Arrighi se aventura en la complejísima tarea de
escudriñar el funcionamiento y desarrollo “flexible y ecléctico del capital” –como él mismo diría–
a lo largo de toda su historia, y al hacerlo recupera ese instrumento, a decir de Dos Santos
[2005, p. 1], tan “fundamental para la comprensión de la historia económica contemporánea”,
como son los ciclos largos.
Dadas las escasas propuestas teóricas de esa dimensión, el estudio y análisis de los elementos
teórico-conceptuales de la formulación de los CSA es pertinente a fin de dar cuenta de su
alcance particular como marco interpretativo de los grandes ciclos económicos, especialmente
en coyunturas como la actual donde la referencia al concepto de crisis (del sistema, de la
economía, del capitalismo, del poder hegemónico estadounidense, del neoliberalismo, etc.) se
ha vuelto tan recurrente, pero principalmente porque, como acertadamente sostiene Reifer
[2009, pp. 120, 125] la “perspectiva [arrighiana] única [y pionera] sobre el cambio social a gran
escala y largo plazo” es oportuna para discutir “la naturaleza del desarrollo capitalista, sus
futuras trayectorias y las alternativas histórico-mundiales realistas” que hoy se nos presentan.
Sin duda, el mejor tributo que se puede hacer a la memoria de este gran cientista social es un
análisis crítico de lo más fundamental de su obra.
“De las mentes producidas por la izquierda internacional en la segunda mitad del
siglo XX, pocas han igualado la imaginación histórica, la amplitud de miras
4
monumental y la claridad conceptual de Giovanni Arrighi, cuyo trabajo será leído
y pensado durante el resto de este siglo”. [New Left Review 60, 2009, p. 115].
Este documento se organiza de la siguiente manera. En el segundo capítulo se aborda de
forma general la clasificación de los ciclos económicos de acuerdo a su duración temporal,
haciendo énfasis en las ondas largas de Kondratieff, y se mencionan algunos estudios
relevantes que se podrían vincular a los grandes ciclos económicos. El capítulo tercero se
enfoca en la biografía de nuestro autor, Giovanni Arrighi, y se realiza un somero recorrido de
algunos de sus intereses de investigación y obras principales.
En el capítulo cuarto se tratan (en diferentes subcapítulos) los fundamentos conceptuales de los
CSA, su forma y componentes, su relación con los periodos de transición hegemónica (o más
específicamente con los ciclos hegemónicos) y finalmente su periodización histórica.
Algunas de las críticas al planteamiento de los CSA se rescatan en el capítulo quinto. Y para
finalizar, en la conclusión se realiza un balance de las contribuciones y limitaciones del
planteamiento arrighiano.
II. Los ciclos económicos largos
El ciclo económico es una de las categorías más importantes dentro de la economía, pues a
través de ella podemos estudiar y rastrear el comportamiento temporal de magnitudes
macroeconómicas vinculadas, por ejemplo, a los precios, la producción, la inversión, etc., que
generalmente muestran tendencias cíclicas.
Como una esfera particular del análisis económico, la teoría de los ciclos abarca un campo de
estudio muy extenso, pudiéndose encontrar diversas argumentaciones acerca de los factores
y/o fenómenos que los causan2, aunque existe, relativamente, mayor consenso para su
2 Según Schumpeter [1954, pp. 1217-18], “todos los hechos y las ideas esenciales acerca del análisis del
ciclo económico habían surgido ya en 1914” y en los treinta años posteriores a esa fecha se desarrollaron un “torrente de materiales estadísticos e históricos y bastantes nuevas técnicas estadísticas y teóricas” que posibilitaron convertirlo en “una rama reconocida de la ciencia económica”. Por otra parte, de acuerdo a Mandel [2013, pp. 6-7], “la teoría del ciclo económico… producto de la realidad del ciclo económico, ha sido una herramienta analítica para comprender y explicar las sucesivas altas y bajas de la inversión, la producción, el empleo y el ingreso. [Y] …nadie puede argumentar seriamente que estos problemas sean irrelevantes para comprender lo que ha sucedido en la economía y la sociedad de muchos países en todo el mundo en los últimos 160-200 años, primero en Gran Bretaña, Europa
5
clasificación, en relación a su duración temporal3. Es así que se puede hablar de los ciclos
cortos, los de mediana y los de larga duración:
Ciclos cortos, pequeños, primarios, de inventarios o de Kitchin. Atribuidos a
Joseph Kitchin (1861-1932), que los estudió a partir de estadísticas mensuales de
compensaciones bancarias, tasas de interés y precios al por mayor de productos en
Inglaterra y Estados Unidos. Tienen una duración de 40 meses en promedio (alrededor
de 2 a 5 años).
Entre las causas que los desencadenan, se encuentran (en primer lugar) los cambios
(acumulación) de inventarios de las empresas, el exceso de inversiones reales, y otras
situaciones especiales (como las complicaciones internacionales o huelgas en las
grandes industrias). [Sandoval, 2004, p. 2], [Padilla Aragón, 1967, p. 32].
Ciclos medianos, de negocios, secundarios, intermedios, industriales, ciclos
grandes comerciales o de Juglar. Formulados en 1862 por el médico francés
Clément Juglar (1819-1905) que, según Schumpeter [1954, p. 1219], habría sido “el
primero en utilizar series temporales (principalmente de precios, tipos de interés y
balances del banco central) de un modo sistemático y con la precisa intención de
analizar un fenómeno determinado”. Sus estudios se centraron en las economías de
Francia, Inglaterra y Estados Unidos.
occidental y Estados Unidos, y posteriormente en el resto del mundo”. Existen diferentes explicaciones sobre los fenómenos que causan las crisis y el crecimiento (los ciclos económicos) en escuelas como la monetarista, la neokeynesiana, la neoclásica, la marxista, etc.; solamente para citar algunas de ellas, tenemos la del ciclo de productos, del ciclo político, del ciclo tecnológico, del ciclo de construcción, de los ciclos exógenos, la de los ciclos reales, la teoría de los shocks, de la sobreproducción, del subconsumo, etc. De la misma manera, sólo para mencionar algunos investigadores que se concentraron en la explicación de esta temática, están Spiethoff, Burns-Mitchell, Ludwing von Mises, Friedrich von Hayek, Mandel, Hansen, Kuznets, Dobb, Estey, Schumpeter, Hicks, Minsky, Robert Lucas Jr., entre muchos otros. 3 Por supuesto que el consenso en esta clasificación de ninguna manera implica la inexistencia de debate
en torno a ella, o más aún a los fundamentos por los cuales los ciclos deberían seguir una periodicidad “estricta”. Pero esa no es una cuestión que se vaya a tratar en esta investigación. Ya Schumpeter [1912, pp. 214-17] advertía muy bien que “la longitud real del ciclo… no puede explicarse numéricamente por ninguna teoría, pues depende indudablemente de los datos concretos de cada caso individual…[aunque lo que sí] “es un hecho [es] que el sistema económico no se mueve sin tropiezos y en forma continua [pues] ocurren retrocesos, movimientos contrarios e incidentes de todas clases que obstruyen el desenvolvimiento… rupturas en el sistema económico de valor, que lo interrumpen… [movimientos o rupturas] tan frecuentes que parecen manifestar algo así como una periodicidad fatal. Y por ello es imposible hacer abstracciones, desde un punto de vista práctico –ya que no lógico–, de esta clase de fenómenos”.
6
Son ciclos que oscilan entre los 6 a 12 años. Y entre los fenómenos que los explican,
se mencionan la inversión, los aspectos referidos a la innovación y la renovación de
equipos industriales. [Traducción libre de Korotayev y Tsirel, 2010, p. 11], [Sandoval,
2004, p. 2].
Ciclos largos, ondas largas o ciclos Kondratieff. Alrededor de los años 1920-24, el
economista ruso Nicolai D. Kondratieff (1892-1938) se refirió en varias investigaciones
a la regularidad cíclica en la evolución histórica de indicadores como los precios al por
mayor, las tasas de interés, el salario nominal de los obreros agrícolas y textiles, la
producción de carbón, hierro y plomo, entre otros, principalmente para las mayores
economías occidentales: Francia, Inglaterra, Alemania y Estados Unidos, detectando
ciclos con una duración de 50 años en promedio (entre 47 a 60 años).
Adicionalmente a estos tres ciclos, algunos investigadores (ver por ejemplo Estey (1960),
Padilla Aragón (1967), Sandoval (2004), Levy-Carciente (2004) o Dos Santos (2011))
mencionan el ciclo de construcción, o más conocido como ciclo de Kuznets, de quince a veinte
años de duración, que está vinculado principalmente a la dinámica del sector (o industria) de la
construcción.
Para los fines de este estudio nos interesa el tercer tipo de ciclos, por lo que a continuación
ahondamos en el planteamiento de las ondas-K.
II.1. Las ondas largas de Kondratieff
Nikolai Dimitrievicth Kondrátiev (1892-1938) perteneció a una familia campesina rusa y se
convirtió en un reconocido economista, especializado en estudios estadísticos. En 1920 fundó
el Instituto de Investigación de la Coyuntura en Moscú para la recopilación de información sobre
las fluctuaciones económicas. Durante los años 1919-1921 arribó a la hipótesis de la existencia
de las grandes oscilaciones y formuló su tesis general, por primera vez, en 1922, en su estudio
The World Economy and Economic Fluctuations in the War and Post-War Period. En 1925
escribió sus “Ciclos largos en la vida económica”, sin embargo, se considera a “Los grandes
ciclos de la vida económica” (escrito originalmente en alemán y publicado –su resumen– en el
número de noviembre de 1935 de la Review of Economic Statistics) como su más reconocida
investigación para estudiar lo fundamental de su teoría. En 1928 fue destituido de su puesto de
7
0
0,2
0,4
0,6
0,8
1
1,2
1780 1800 1820 1840 1860 1880 1900 1920 1940 1960
17
89
17
90
18
44
18
51
18
90
18
96
1939?
1810 1817 1870 1875 1914 1921
Director del Instituto de la Coyuntura por la represión estalinista y en 1930 arrestado y
desterrado a Siberia, para luego ser enjuiciado y condenado a prisión en Suzdal, donde
finalmente fue fusilado en 1938. [Kondratieff, 1935, p. 56n], [Mandel, 1979, p. 123],
[Schumpeter, 1954, p. 1254n], [Sandoval, 2004, p. 8n].
Kondratieff identificó dos ciclos y medio, aplicando métodos matemático estadísticos simples a
las series temporales que recopiló (para el periodo 1789-1920) para eliminar la tendencia
siempre y cuando estas no mostraran una tendencia secular y si lo hacían, antes de aplicar
estos métodos (cuando era posible), dividía las cifras anuales entre la población (obteniendo
datos per cápita). Luego, calculaba las líneas de tendencia matemática y computaba las
desviaciones de la tendencia para suavizarlas con una media móvil de 9 años (a fin de eliminar
los ciclos de 7 a 11 años, los ciclos cortos y las fluctuaciones casuales). Los ciclos largos eran
rastreados a partir de esas desviaciones suavizadas de la tendencia. [Kondratieff, 1935, p. 36],
[Estey, 1960, p. 31], [Pacheco, 1985, pp. 25-26], [Sandoval, 2004, pp. 8-10].
Gráfico 1: PERIODIZACIÓN DE LAS ONDAS LARGAS DE KONDRATIEFF
Fuente: Elaboración propia con información de Kondratieff (1935) y Pacheco (1985).
La información a la que Kondratieff [1935, pp. 36-47] aplicó esta técnica matemática estadística
incluyó las siguientes variables: cotizaciones de la deuda francesa y de los títulos de la deuda
consolidada inglesa (es decir, de los bonos públicos), salarios semanales de los trabajadores de
la industria textil algodonera y de los jornaleros agrícolas ingleses, series de importaciones y
exportaciones (comercio exterior) francesas, producción de carbón en Inglaterra y de su
consumo en Francia, producción de hierro y plomo ingleses en lingotes. También estudió los
8
precios al por mayor o más específicamente índices de precios de Francia, Inglaterra y Estados
Unidos, pero a esta variable no le habría aplicado ningún tratamiento estadístico. Otras series a
las que el autor se refiere (aunque no muestra en detalle sus resultados como en el caso de las
anteriores) son: los depósitos en bancos de ahorro franceses, la producción de carbón en
Alemania, Estados Unidos y a nivel mundial, el número de hectáreas cultivadas de algodón, la
producción de plomo y de carbón norteamericanos, el número de hectáreas sembradas con
avena y los salarios de los mineros del carbón en Francia.
Gran debate y controversia se generó en torno al método que este economista empleó y los
resultados que obtuvo. Así, por ejemplo, de acuerdo a Pacheco [1985, pp. 28-29 y 31) George
Garvy señalará que en general todos sus críticos habrían admitido el método aunque discutido
la eliminación de la tendencia, y que todas las series de precios y valores, menos una,
corroborarán la existencia de las Ondas Largas, pero en cuanto a los datos de producción y
consumo, solamente 11 de las 21 series las habrían mostrado; es así que de las 25 series en
las que Kondratieff habría encontrado las Ondas Largas, únicamente 4 cubrirían los 2 ½ ciclos
que halló, 4 abarcarían 2 ciclos, mientras que las restantes sólo se extenderían uno o 1 ½
ciclos. En las series cuantitativas, de las 11, 8 abarcarían un ciclo, 3 cubrirían un ascenso, y en
2 series la prueba sería tan dudosa que para el primer cambio de dirección solamente se
tendría una fecha aproximada.
Según Sandoval [2004, p. 9], como bien sostuvo Garvy, es muy posible que el investigador ruso
hubiera llegado primero al descubrimiento de los ciclos largos estudiando las fluctuaciones de
largo plazo de los precios y posteriormente “haya complementado su hallazgo con las series de
producción, consumo y valor”.
De acuerdo a Kondratieff [1935, pp. 48-50 y 56, subrayados añadidos], los datos disponibles
que había recopilado eran suficientes “para declarar como muy probable (aunque no
suficiente para asegurar, sin duda alguna) la existencia de grandes fluctuaciones de carácter
cíclico”. Una “periodicidad estricta en los fenómenos sociales y económicos no existe del
todo, ni en las fluctuaciones grandes ni en las intermedias”, añadía pertinentemente. Él
aceptaba la existencia de fluctuaciones menores (ciclos intermedios) al interior de los ciclos
largos aseverando que durante las fases de ascenso eran más numerosos los años de
prosperidad, mientras que durante los descensos predominaban los años de depresión.
9
A pesar de que autores como Sandoval [2004, pp. 13-14], sostienen que el economista ruso
habría mencionado como causa principal de sus ciclos, “la necesidad de una acumulación de
capital a largo plazo para la renovación de las fuerzas (o bienes) productivas básicas”, o como
Korotayev y Tsirel (2010, p. 3, traducción libre), que afirman que habría explicado la dinámica
de sus ondas, en primer lugar, sobre la base de la dinámica de la inversión en capital, el mismo
Kondratieff parece desmentir esas apreciaciones, afirmando que su objetivo principal no era la
formulación de una teoría sobre las causas de las grandes fluctuaciones. Por lo tanto, Pacheco
[1985, p. 30] no se equivoca al señalar que lo que en realidad buscaba este investigador habría
sido demostrar la existencia de las Ondas Largas y no explicar su origen.
En su estudio, Kondratieff [1935, pp. 48-49 y 51] estableció relaciones de “carácter empírico”
entre las ondas largas y fenómenos como las guerras y revoluciones, el comportamiento de la
agricultura, la producción de oro, y los descubrimientos e invenciones en la técnica de
producción y de comunicaciones, por lo que hubo quienes pensaron que se estaba refiriendo a
los factores desencadenantes de las fluctuaciones, pero él fue enfático al señalar que de
ninguna manera atribuía a alguno de ellos “la explicación de los grandes ciclos”, sino más bien
aceptaba, por ejemplo en el caso del desenvolvimiento de la técnica, que éste formaba “parte
del ritmo” de las ondas largas, cosa que es muy distinta a decir que las originaba.
Entonces queda claro que las formulaciones explicativas de las causas de las ondas-K fueron
posteriores al escritor ruso. Y como acertadamente señala Sierra [2008, p. 26], no existe una
posición única o definitiva al respecto, pues la existencia de estos ciclos parecería estar
vinculada a “la lógica propia del sistema capitalista, [o] a la dinámica del progreso científico –
técnico, [o] a la lucha de clases en torno a la distribución del ingreso nacional, [o] a la dinámica
de la tasa de ganancia”, etc. Esa discusión deberá ser tema de otra investigación. Sin embargo
nos parece importante resaltar que tal y como Korotayev y Tsirel [2010, 3, traducción libre]
señalan, en las últimas décadas la explicación más popular sería la que las asocia con los
ciclos de las innovaciones tecnológicas.
Para los fines de nuestra investigación, lo fundamental es corroborar la importancia del trabajo
de otros autores que sustentan la existencia de las ondas K y corroboran de manera general su
descubrimiento, actualizándolo en muchos de los casos, como se muestra en el siguiente
cuadro:
10
Cuadro 1. ONDAS LARGAS KONDRATIEFF. INVESTIGACIONES ASOCIADAS Y ACTUALIZACIONES
AUTOR
1ra. ONDA LARGA 2da. ONDA LARGA 3ra. ONDA LARGA 4ta. ONDA LARGA 5ta. O. LARGA
FASE DE ASCENSO
FASE DE DESCENSO
FASE DE ASCENSO
FASE DE DESCENSO
FASE DE ASCENSO
FASE DE DESCENSO
FASE DE ASCENSO
FASE DE DESCENSO
FASE DE ASCENSO
1 SPIETHOFF … … 1822 1842 1843 1873 1874 1894 1895 1913 … … … … … … … …
2 SIAMIAND … … 1817 1850 1850 1873 1873 1896 1896 1929 … … … … … … … …
3 ROBERT
MARJOLIN … … … 1841 1852 1873 1873 1896 1897 1914 … … … … … … … …
4 TRIFFIN … … 1814 1849 1849 1872 1872 1896 1896 1913 … … … … … … … …
5 PIERRE VILAR
… 1810/
21 1810/
21 1842/
50 1842/
50 1870/
75 1870/
75 1890/
97 1890/
97 1913/
20 … … … … … … … …
6 PAUL
BAIROCH 1750
1810/ 20
1810/ 20
1844/ 51
1844/ 51
1870/ 80
1870/ 80
1890/ 97
1890/ 97
1914 … … … … … … … …
7 W.L. THORP 1790 1815 1815 1849 1849 1865/
73 1865/
73 1896 1896 1920 … … … … … … … …
8 ALVIN
HANSEN 1787 1815 1815 1843 1843 1873 1873 1897 1897 1920
1920/ 29
… … … … … … …
9 N. KONDRA-
TIEFF 1789/
90 1810/
17 1810/
17 1844/
51 1844/
51 1870/
75 1870/
75 1890/
96 1890/
96 1914/
20 1914/
20 1939 … … … … … …
10 C. CARDOSO
/H. PEREZ 1792 1817 1817 1851 1851 1873 1873 1896 1896 1920 1920 1939 … … … … … …
11 ENRIQUE PADILLA
1790/ 1800
1810/ 17
1810/ 17
1844/ 51
1844/ 51
1870/ 75
1870/ 75
1890/ 96
1890/ 96
1914/ 20
1914/ 20
1945 … … … … … …
12 TINBERGEN
Y POLAK 1791/
92 1810 1810 1850 1850 1873 1873 1896 1896 1920 1920 1933 … … … … … …
13 BURNS Y MITCHELL
1790 1805/
15 1805/
15 1843 1843
1865/ 75
1865/ 75
1896/ 97
1896/ 97
1920/ 25
1920/ 25
1945/ 40
… … … … … …
14 W.W.
ROSTOW 1793 1815 1815 1848 1848 1873 1873 1896 1896 1920 1920 1935
1939/ 40
… … … … …
15 DUPRIEZ 1789/
92 1808/
14 1808/
14 1843/
51 1843/
51 1872/
73 1872/
73 1895/
96 1895/
96 1920 1920 1939 1939 … … … … …
16 ERIC
HOBSBAWN 1780 1815 1815 1840 1840 1873 1873 1896 1896 1914 1914 1940 1940 1970 1970 … … …
11
Fuente: Extraído de Pacheco (1985), para el caso de los primeros 16 autores. A partir del autor 17, adaptación propia en base a las fuentes mencionadas a los pies de página.
4 Extraído de Sierra (2009, p. 5).
5 Ibidem.
6 Adaptado de Martins (2005) y (2008).
7 Extraído de Sandoval (2004, p. 28).
8 Extraído de Rodriguez (2004, p. 102).
9 Elaboración propia con información de Moreno Bernal (2006) y (2008).
10 Extraído de Korotayev y Tsirel (2010, p. 2).
11 Extraído de Dos Santos (2011, pp. 127-130).
AUTOR
1ra. ONDA LARGA 2da. ONDA LARGA 3ra. ONDA LARGA 4ta. ONDA LARGA 5ta. O. LARGA
FASE DE ASCENSO
FASE DE DESCENSO
FASE DE ASCENSO
FASE DE DESCENSO
FASE DE ASCENSO
FASE DE DESCENSO
FASE DE ASCENSO
FASE DE DESCENSO
FASE DE ASCENSO
17 ERNEST
MANDEL4 1793
1825/ 26
1825/ 26
1847/ 48
1847/ 48
1873/ 74
1873/ 74
1893/ 94
1893/ 94
1913/ 14
1913/ 14
1939/ 40/48
1940/ 48
1973 1973 ¿2000? … …
18 FREEMAN/
LOUCA5 1780 1815 1815 1848 1848 1873 1873 1895 1895 1918 1918 1941 1941 1973 1973 … … …
19 MARTINS6 1896 1913 1914 1938 1939 1968/
74 1968/
74 1993 1994
2015/ 20
20 SANDOVAL RAMÍREZ7
1793 1825 1826 1848 1849 1873 1874 1893 1894 1913 1914 1945 1946 1975 1976 ¿2008/ 2010?
2008/ 2010?
21 FREEMAN-
SOETE8 1780´s - - 1840´s 1840´s - - 1890´s 1890´s - - 1940´s 1940´s - - 1990´s 1990s?
22 MORENO BERNAL9
1770/ 80
1830/
40
1880/ 90
1930/
40
1993/ 94
23 KOROTAYEV Y TSIREL10
1890/
96 1914/
20
1914/ 1928-
29
1939/ 50
1939/ 50
1968/ 74
1968/ 74
1984/ 91
1984/ 91
2008/ 10?
24 THEOTONIO
DOS SANTOS11
1780/ 90
1810/ 17
1810/ 17
1844/ 51
1844/ 51
1870/ 75
1870/ 75
1890/ 96
1890/ 96
1914/ 20
1914/ 20
1940/ 45
1940/ 45
1967/ 73
1967/ 73
1994/ 98
1994/ 98
2020/ 24
12
II.2. Otras investigaciones sobre ciclos económicos de larga duración
A pesar de que en la clasificación presentada de los ciclos económicos por su duración, los
ciclos largos son en realidad las ondas-K, es necesario mencionar que se pueden encontrar
otras investigaciones que tratan sobre ciclos de mayor extensión temporal y alcance que
aquellos. Así, por ejemplo, Sandoval [2004, pp. 3, 5] menciona: el “ciclo vital del desarrollo
económico” de Forrester (1981), con una duración de 200 años; el “logístico”, también de 200
años; los macrociclos tricentenarios; los ciclos centenarios, de una duración de 100 a 110 años
(producto de la unión de dos ondas-K), cuya dinámica estaría basada principalmente en los
cambios revolucionarios en el sector de la energía, abarcando al conjunto de la vida económica,
social y política; los ciclos de 500 años identificados por André Gunder Frank (1990) y Barry
Gills; los de la hegemonía mundial, de una duración aproximada entre 100 a 150 años
(sustentados precisamente en el ascenso, maduración y decadencia de las potencias
hegemónicas); y finalmente la longue dureé (“teoría del tiempo histórico del ciclo largo”) de
Fernand Braudel de 120-200 años.
A continuación, algunas acotaciones respecto a los tres últimos.
En relación a los ciclos de 500 años de Gunder Frank, Martins [2005] sostiene que reflejarían la
expansión y decadencia de los sistemas mundiales, mientras que para Amin [2006, pp. 15-17],
dentro de la propuesta histórica cíclica frankiana no tendría sentido la diferenciación entre los
diversos modos de producción.
En cuanto a la longue dureé braudeliana, precisamente en su artículo publicado en 1958: “La
larga duración”, Fernand Braudel hace referencia a tres temporalidades o tiempos distintos para
la explicación histórica: el del acontecimiento (tiempo episódico o tiempo corto), el de la
coyuntura (tiempo del ciclo e interciclo, donde ubica a las ondas-K), y la larga duración (tiempo
largo o longue durée). Este historiador francés cita como un ejemplo de este último tiempo, la
etapa del capitalismo comercial, sin embargo, autores como Martins [2008, p. 200] sostienen
que la larga duración (o “tiempo de las estructuras”) estaría asociado a “procesos civilizatorios
milenares y/o seculares”, o en otros términos a los diferentes tiempos de los modos de
producción.
13
Respecto a los ciclos hegemónicos, George Modelski es un autor que los vincula a los ciclos de
la política internacional. Para este profesor de ciencia política [traducción libre de Modelski,
2005, pp. 195-197] cada ciclo largo de la política global o ciclo hegemónico (que representa el
auge y decadencia de los poderes mundiales) constituye una de las cuatro fases del algoritmo
de aprendizaje de Lewontin-Campbell: g-c-p-r (fase generativa - fase de cooperación - fase de
prueba - fase de regeneración). Pero a su vez, cada periodo de la evolución de la globalización
política (o política global), que tiene una duración aproximada de medio milenio y está
conformado por cuatro ciclos hegemónicos, también se puede asociar a una fase del mismo
algoritmo. Así, tendríamos los siguientes periodos: 1) el preparatorio (930-1430), 2) el de
formación central (1430 a 1850), 3) el de selección de una estructura de organización global
(1850 – ¿?), y 4) el de la amplificación.
Cuadro 2: CICLOS HEGEMÓNICOS Y ONDAS-K SEGÚN MODELSKI
Ciclos Largos
Poderes Mundiales Periodo Ondas-K Sectores líderes mundiales
CL1 Song del Norte 930 K1 Imprenta y papel
990 K2 Mercado nacional
CL2 Song del Sur 1060 K3 Sistema Fiscal
1120 K4 Expansión del comercio marítimo
CL3 (Génova) 1190 K5 Ferias de Champagne
1250 K6 Comercio del Mar Negro
CL4 (Venecia) 1300 K7 Embarcaciones tipo galeras
1350 K8 Pimienta
CL5 Portugal 1420 K9 Oro de Guinea
1492 K10 Especias
CL6 República holandesa 1540 K11 Comercio del Báltico
1580 K12 Comercio del Asia
CL7 Gran Bretaña I 1640 K13 Plantaciones americanas
1680 K14 Comercio amerasiático
CL8 Gran Bretaña II 1740 K15 Algodón, hierro
1792 K16 Ferrocarriles
CL9 Estados Unidos 1850 K17 Energía eléctrica, acero
1914 K18 Electrónica, vehículos a motor
CL10
1973 K19 Industrias de la Información
2026 K20
Fuente: Traducción libre de Modelski (s.f.).
14
Adicionalmente, Modelsky [s.f.] vincula sus ciclos largos (hegemónicos) a las ondas-K y muestra
cómo cada una de ellas estaría asociada a (uno o varios) sectores líderes a nivel mundial y a
distintos poderes o potencias mundiales en cada época. (Ver Cuadro 2).
Otro autor que hace referencia a los ciclos hegemónicos es Immanuel Wallerstein, para quien
[Wallerstein, 2008, pp. 1-2], [Wallerstein, 2009, p. 387] existen dos formas grandes de ondas
cíclicas en la economía-mundo capitalista. La primera, que refleja cambios cíclicos de mediano
plazo, sería el denominado ciclo Kondratieff; y la segunda consistiría precisamente en los ciclos
hegemónicos (de las Provincias Unidas en el siglo XVII, del Reino Unido o Gran Bretaña en el
siglo XIX, y de los Estados Unidos en el siglo XX), que además de tener una duración mucho
más prolongada, mostrarían tendencias estructurales de largo plazo en el capitalismo.
III. In memoriam. Biografía intelectual de Giovanni Arrighi12
“Arrighi fue uno de los raros economistas de su generación que resistió la
tendencia dominante del pensamiento académico del final del siglo XX, las
pequeñas narrativas y la construcción de modelos formales inocuos. Desde el
punto de vista teórico… fue un “heterodoxo” que supo retomar con creatividad la
tradición de la gran teoría social de los siglos XIX y XX, de Marx, Weber,
Schumpeter y Braudel, para estudiar las “ondas largas” económicas y políticas
del capitalismo. Su osadía intelectual merece reconocimiento y homenaje en un
tiempo de mezquindades y de gran pobreza de ideas” [Fiori, 2009, p. 237].
Giovanni Arrighi nació el 7 de julio de 1937 en Milán, Italia. Por el lado materno, tuvo una familia
de origen burgués, pues su abuelo (hijo de inmigrantes suizos en Italia) surgió de las filas de la
aristocracia obrera y formó sus propias fábricas para la producción de maquinaria textil y,
posteriormente, de equipo de calefacción y aire acondicionado, a inicios del siglo XX.
Su padre (hijo de un obrero ferroviario) nació en Toscana y llegó a Milán donde trabajó en la
fábrica de su abuelo materno, casándose luego con la “hija del jefe”, situación que generó
tensiones en la familia, que dieron como resultado la apertura de una fábrica propia para
competir con la del suegro; más, a pesar de ello, ambos compartieron fuertes sentimientos
12
Este apartado está elaborado, casi en su integridad, en base a la entrevista que David Harvey le realizó a Arrighi el 2009, y que fue publicada originalmente en inglés (“The winding paths of capital”) en el número 56 de la New Left Review.
15
antifascistas que influenciaron grandemente la niñez de nuestro autor, misma que se
desenvolvió en medio del contexto de la ocupación nazi al norte de Italia.
Cuando Giovanni alcanzó los 18 años, perdió a su padre a raíz de un accidente automovilístico,
y, a pesar de que su abuelo le aconsejó no hacerlo, decidió administrar la fábrica paterna e
ingresó a la Universitá Bocconi (1955) a estudiar economía, con la esperanza de que esto le
ayudara en esa tarea. Desafortunadamente, el Departamento de Ciencias Económicas de esa
Universidad estaba completamente dominado por la escuela neoclásica y de poco le sirvió para
administrar la fábrica que tuvo que cerrar. Luego de esto, y después de pasar un par de años
recopilando datos de la organización de la producción en una de las fábricas de su abuelo,
quedará convencido de que no se necesitaban los elegantes modelos económicos neoclásicos
de equilibrio general para comprender la producción y distribución de los ingresos –y de hecho
ese tema se convertirá en la base de su tesis.
Su experiencia de trabajo en las fábricas de su padre, su abuelo y posteriormente en la
multinacional Unilever fueron muy importantes para hacerle comprender de manera parcial la
adaptabilidad y flexibilidad del desarrollo capitalista (esta cuestión de la flexibilidad, no
especialización y capacidad de cambio y adaptación del capitalismo, en la que la visión
arrighiana concuerda con la braudeliana y la de Schumpeter como señala Reifer [2009, p. 123],
es uno de los “aspectos centrales de la periodización del capitalismo global” de Arrighi):
“Initially I tried to run my father's business, which was relatively small; then I did a
dissertation on my grandfather's business, which was bigger-a medium-sized
company. Then I quarrelled with my grandfather and went into Unilever, which in
terms of employees was the second-largest multinational at the time. So I had the
luck -from the point of view of analysing the capitalist business enterprise- of
going into successively larger firms, which helped me understand that you cannot
talk about capitalist enterprises in general, because the differences between my
father's business, my grandfather's business and Unilever were incredible. For
example, my father spent all his time going to visit customers in the textile
districts, and studying the technical problems that they had with their machines.
Then he would go back to the factory and discuss the problems with his engineer;
they would customize the machine for the client. When I tried to run this business,
I was totally lost; the whole thing was based on skills and knowledge that were
16
part of my father's practice and experience. I could go around and see the
customers, but I couldn't solve their problems-I couldn't even really understand
them. So it was hopeless (...) When I closed my father's business, and went into
my grandfather's, it was already more of a Fordist organization. They were not
studying the customers' problems, they were producing standardized machines;
either the customers wanted them or they didn't. Their engineers were designing
machines on the basis of what they thought there would be a market for, and
telling the customers: this is what we have. It was embryonic mass production,
with embryonic assembly lines. When I went to Unilever, I barely saw the
production side. There were many different factories-one was making margarine,
another soap, another perfumes. There were dozens of different products, but the
main site of activity was neither the marketing organization nor the place of
production, but finance and advertising. So, that taught me that it's very hard to
identify one specific form as 'typically' capitalist. Later, studying Braudel, I saw
that this idea of the eminently adaptable nature of capitalism was something that
you could observe historically…” [Arrighi, 2009].
Arrighi se graduó como economista a inicios de la década de 1960, se postuló y finalmente fue
invitado a ir (en 1963), como profesor de economía, a la UCRN, Universidad de Rhodesia
(Zimbabwe). Esa experiencia le significó un verdadero renacimiento intelectual porque la
tradición neoclásica basada en modelos matemáticos en la que él se había formado no tenía
nada que decir en relación a la realidad africana. Allí trabajó de cerca con antropólogos sociales
como Clyde Mitchell y Jaap Van Velsen. Fue el inicio de su largo camino desde la economía
neoclásica (de los modelos abstractos) a la sociología histórica comparada (gracias a la teoría
de la antropología social, un terreno más empírico, concreto e histórico).
Mientras estaba en África, tanto en la UCRN y posteriormente en la Universidad de Dar es
Salaam en Tanzania, sus intereses de investigación fueron la relación entre la proletarización
parcial y el desarrollo capitalista y los movimientos de liberación nacional del África meridional.
De vuelta en Italia (1969), trabajó en la Universidad de Trento como Profesor asociado y
paralelamente realizó viajes a Turín, atraído por el movimiento de los trabajadores. Es entonces
que, junto a Romano Madera comenzó a reflexionar acerca de alguna estrategia gramsciana de
vinculación a ese movimiento. Y ahí surgió la idea de autonomía operatia (la autonomía
17
intelectual de la clase obrera); todo eso en el marco del “Gruppo Gramsci” que Arrighi, Madera y
Passerini formaron en 1971.
Durante los años setenta escribió varios artículos relacionados a las luchas obreras y la crisis
del capitalismo (por ejemplo: “Towards a Theory of Capitalist Crisis”) y en 1978 publicó la
Geometría del Capitalismo, texto en el que buscaba disipar la confusión terminológica en torno
al término “imperialismo” (este ejercicio le permitió transitar al concepto de hegemonía
gramsciano para analizar la dinámica contemporánea del sistema interestatal).
En 1979 se trasladó a Binghamton uniéndose a Wallerstein y Terence Hopkins como Profesor
de Sociología en el Centro Fernand Braudel para el estudio de la economía, los sistemas
históricos y las civilizaciones en el SUNY de la Universidad de esa misma ciudad.
El Centro Fernand Braudel estaba estrechamente imbricado a la corriente teórica de los análisis
de los sistemas-mundo (vertiente de la sociología comparada surgida en los años 70), y por
tanto al interior de sus investigadores se podía encontrar, al margen de la diversidad de sus
investigaciones, elementos comunes como los siguientes que menciona Herrera [2006, p. 74]:
conceptos marxistas fundamentales, visión jerárquica de centro y periferia, un modelo de
explicación holístico, un análisis estructural, la combinación de teoría e historia, el intento de
unir economía, sociedad y política, y una visión "mundial", entre los más sobresalientes.
De acuerdo al mismo Herrera [2006, p. 80] las contribuciones arrighianas a las teorías del
sistema mundial estaban vinculadas a las “reflexiones sobre el capitalismo en sus orígenes, su
articulación con los modos de producción precapitalistas, su estrecha relación con el
imperialismo y su crisis actual”.
Desde 1998 Arrighi fungió como profesor de Sociología en la Johns Hopkins Univesity de
Baltimore (Estados Unidos). Y en cuanto a sus intereses de investigación, éstos se enfocarían
en el estudio del Este de Asia.
Al Profesor Arrighi se le detectó un cáncer en julio del 2008 y murió luego de luchar en contra
de esta enfermedad, el 18 de junio de 2009 en Baltimore, a los 71 años de edad.
18
Entre sus libros más destacados se encuentran:
The Political Economy of Rhodesia (The Hague: Mouton, 1967).
Essays on the Political Economy of Africa, con J.S. Saul (New York: Monthly Review
Press, 1973).
La geometria dell’imperialismo: i limiti del paradigma hobsoniano (Milano: Feltrinelli,
1978). Trad. en inglés y español.
Dynamics of Global Crisis, con S. Amin, A.G. Frank e I. Wallerstein (New York: Monthly
Review Press, y Londres: Macmillan, 1982). Trad. en francés, español, turco, serbio-
croata y alemán.
Antisystemic Movements, con T.K. Hopkins e I. Wallerstein (London: Verso, 1989). Trad.
en italiano, japonés, coreano, turco, español y chino.
The Long Twentieth Century. Money, Power, and the Origins of Our Times (London:
Verso, 1994). Trad. en italiano (1996), portugués, sueco, español (1999), chino, turco,
ruso, coreano, japonés.
Chaos and Governance in the Modern World System, con B.J. Silver (Minneapolis, MN:
University of Minnesota Press, 1999). Trad. en italiano (2003), español, portugués y
chino.
The Resurgence of East Asia: 500, 150 and 50 Year Perspectives, co-curatore con T.
Hamashita e M. Selden (London: Routledge, 2003). Trad. en chino.
Adam Smith in Beijing: Lineages of the Twenty-First Century (London: Verso, 2007).
Trad. en italiano (2008), español, portugués, alemán, turco, ruso, coreano, chino,
japonés y francés.
IV. Formulación de los CSA
“El objetivo principal del concepto “ciclos sistémicos” es describir y elucidar la
formación, consolidación y desintegración de los sucesivos regímenes [de
acumulación] mediante los que la economía-mundo capitalista se ha expandido
desde su embrión medieval subsistémico a su actual dimensión global”. [Arrighi,
1999, p. 23].
19
IV.1. Fundamentos teórico-conceptuales del concepto
La formulación arrighiana de los CSA está sustentada fundamentalmente en tres ricas
vertientes teóricas provenientes del análisis braudeliano, el enfoque marxista y la derivación
gramsciana del concepto de hegemonía mundial.
IV.1.1. Braudel: expansiones financieras, dinero y poder, y capitalismo como anti-
mercado
Repasemos brevemente los tres elementos del planteamiento braudeliano que nuestro autor
rescata para su propuesta. En primer lugar está la concepción braudeliana del significado de las
expansiones financieras a lo largo de la historia del sistema capitalista.
Arrighi sostiene [1999, p. 8], haciendo referencia al segundo y tercer volumen de Civilización
material, economía y capitalismo de Braudel, que para este autor el capital financiero no sería
una etapa particular del capitalismo mundial, sino más bien un fenómeno recurrente que marca
la era capitalista desde sus inicios más primigenios en la Baja Edad Media (y en los primeros
tiempos de la Europa moderna) hasta la actualidad; o en otras palabras, que las expansiones
financieras, en general, constituirían aspectos integrales de la destrucción de un régimen de
acumulación en el sistema-mundo capitalista y la creación de otro, y por tanto reflejarían
precisamente esa transición.
En segundo lugar está la idea braudeliana de que el capitalismo habría sido absolutamente
dependiente del poder del Estado para emerger y expandirse. [Arrighi, 1999, pp. 23 y 25]. De
hecho, el subtítulo de una de las más importantes obras arrighianas (El Largo siglo XX): “Dinero
y poder en los orígenes de nuestra época” estaría haciendo referencia justamente a esa
combinación tan necesaria para la expansión capitalista mundial y también para la dinámica de
las transiciones hegemónicas.
La tercera noción braudeliana adoptada es la del capitalismo como “antitético” a la economía de
mercado, ya que esta última, “en el sentido de comunicaciones horizontales múltiples entre
diferentes mercados” [Arrighi, 1999, 24], habría surgido a partir del estrato inferior de la vida
material, mucho antes de que lo hiciera el capitalismo como sistema mundo sobre el estrato de
la economía de mercado (el CSA permitirá indagar precisamente este último surgimiento).
20
Los estratos de la estructura de tres niveles braudeliana son [Arrighi, 1999, 39-40]:
El estrato inferior de la vida material. El de la autosuficiente economía de subsistencia
o el de la no economía. En este estrato, que es el más amplio de todos, hunde sus
raíces el capitalismo, más no puede realmente “penetrar” en él.
El estrato de la economía de mercado. Es el estrato donde “un grado de coordinación
automática” vincularía habitualmente oferta, demanda y precios.
El estrato superior del capitalismo. Es el estrato del antimercado, el hogar real del
capitalismo, donde “rige la ley de la selva”.
Siguiendo a Arrighi [1999, pp. 40-41], si en el pasado Marx nos había invitado a seguir al
poseedor de dinero y al de fuerza de trabajo al “lugar oculto de la producción para develar el
secreto de la generación del beneficio”, ahora Braudel nos estaba invitando a seguir al
poseedor de dinero en ese estrato superior del antimercado (que es donde éste se encuentra
con el poseedor de poder político) para develar el “secreto de la generación de los beneficios
que permitieron la prosperidad y expansión del capitalismo en los últimos seis siglos, antes y
después de sus aventuras en las sedes ocultas de la producción”.
Pero esta concepción del capitalismo como el antimercado o el estrato superior “no
especializado en la jerarquía del mundo del comercio”, lleva también al autor francés a resaltar
una de sus rasgos más esenciales en la dinámica de su desarrollo histórico: su flexibilidad
ilimitada (el adjetivo “no especializado” haría referencia a la flexibilidad necesaria con la que
contaría el capitalista para desplazar continuamente sus inversiones de actividades con
rendimientos decrecientes a aquellas que no los tienen) o capacidad de cambio y de
adaptación. Lo característico del capitalismo sería su “eclecticismo”, su adaptabilidad y no su
especialización. [Arrighi, 1999, pp. 17 y 21].
IV.1.2. Marx: los intersticios del poseedor de dinero y D-M-D´
Para Arrighi [1999, pp. 17-18 y 21], la fórmula general del capital D-M-D´ marxista estaría
también haciendo referencia a la cualidad de flexibilidad del capitalismo, pues una agencia se
podría considerar capitalista, siempre y cuando su dinero cuente con el poder de reproducirse
21
sistemática y persistentemente, independientemente de las mercancías y actividades que le
sirvan para ello, es así que:
D (capital dinero), significa liquidez, flexibilidad, libertad de elección.
M (capital mercancía), significa concretización, rigidez y reducción o cierre de opciones.
Es capital invertido en una combinación particular input-output en función de un
beneficio.
D´ es D expandida, es decir es mayor liquidez, flexibilidad y libertad de elección.
Por consiguiente, la transformación D-M sólo sería un medio para conseguir D´, que es la
finalidad. Y entonces, sin una expectativa de un aumento de D en el futuro (resultado de la
obtención de un beneficio o ganancia), el capital podría reorientarse “hacia formas más flexibles
de inversión”, a su forma líquida de dinero. Por eso, cuando la inversión en las esferas del
comercio o la producción deja de generar ganancias como podría hacerlo la actividad
financiera, se inician precisamente las fases de expansión financiera, y el capital invertido
vuelve a su forma dinero (D-D´), el capital vuelve a su “eclecticismo”.
Por tanto, la fórmula de reproducción ampliada del capital de Marx reflejaría, en términos
arrighianos [1999, pp. 18 y 22] “la pauta de comportamiento recurrente del capitalismo histórico
del sistema-mundo” y también las dos fases de las que se compone un CSA (entre las cuales
habría una alternancia a lo largo del desarrollo histórico capitalista):
Expansión material (fase D-M), donde el capital-dinero pone en movimiento una
creciente masa de mercancías. Estas fases estarían caracterizadas por ser fases de
cambio continuo durante las cuales la economía-mundo capitalista crece en virtud de
una senda única de desarrollo.
Expansión financiera (fase M-D´), donde una creciente masa de capital-dinero se
libera de su forma de mercancía y la acumulación se realiza mediante procedimientos
financieros. Son fases de “cambio discontinuo durante las cuales el crecimiento en virtud
de la senda establecida ha alcanzado o está alcanzando sus límites, y la economía-
mundo capitalista “se desplaza” a otra senda mediante reestructuraciones y
reorganizaciones radicales”.
22
Antes de pasar a la tercera vertiente teórica, la gramsciana que está más vinculada a la
construcción arrighiana de los ciclos hegemónicos, puntualicemos en la definición de los CSA.
IV.1.3 Definición de los CSA
La categoría de Ciclo Sistémico de Acumulación es resultado de la construcción tanto “objetiva”
como teórica de Arrighi [1999, pp. 39, 8, 19, 22-23], producto de su análisis histórico-
comparativo del proceso de expansión capitalista desde sus inicios, y representa las partes
constitutivas e interconectadas (no subordinadas ni independientes) de ese “único” proceso, al
que tienen la capacidad de modificar. Es decir, los CSA constituyen las etapas particulares del
desarrollo del moderno sistema-mundo capitalista que encarnan la conformación (expansión
financiera de la potencia declinante), total expansión (material) y declive (expansión financiera)
de determinados “regímenes de acumulación13 de capital a escala mundial”, o en términos más
concretos “las pautas de recurrencia y evolución histórica” del capitalismo histórico a lo largo de
toda su existencia (la longue durée braudeliana).
A través de este concepto, el profesor italiano [1999, pp. 19 y 10] intenta “una explicación
económica coherente y plausible de la conformación y total expansión del sistema-mundo
capitalista” y del moderno sistema interestatal. Es por eso que cada CSA, como unidad de
análisis particular, representa en el esquema arrighiano cuatro elementos diferentes, cada uno
definido por una “unidad fundamental de la agencia primaria y de la estructura de los procesos
de acumulación de capital a escala mundial”: el CSA genovés (desde el siglo XV hasta
principios del XVII), el CSA holandés (desde fines del siglo XVI hasta fines del XVIII), el CSA
británico (segunda mitad del siglo XVIII, siglo XIX y primeros años del XX), y el CSA americano,
(que comienza a fines del siglo XIX y aún continúa en la actualidad). Consiguientemente, la
secuencia de los cuatro CSA estaría mostrando la sucesión de los puestos de mando en la
economía capitalista. Eso significa, que aunque distintos, los cuatro ciclos estarían constituidos
por estructuras y procesos de la globalidad del sistema-mundo capitalista en sus diferentes
etapas de desarrollo y por tanto harían referencia al sistema globalmente considerado.
13
Arrighi [1999, p. 23] define como régimen de acumulación a escala mundial al conjunto de estrategias y estructuras a través de las cuales determinadas agencias gubernamentales y empresariales líderes, promueven, organizan y regulan las expansiones y restructuraciones recurrentes (fases de cambio continuo y discontinuo) de la economía-mundo capitalista.
23
En términos de unidades temporales, cada CSA podría asociarse a un siglo (siglos largos), ya
que todos duran más de uno, aunque su duración se reduciría progresivamente. Esto en
contraposición al orden incremental y creciente tamaño, recursos, y “redes de poder y
acumulación” de las grandes potencias o Estados cuyos grupos dominantes habrían
desempeñado el papel de líderes en los procesos de construcción del aparato estatal y de
acumulación de capital para organizar y controlar el sistema mundial que habrían operado.
[Arrighi, 1999, pp. 19 y 28].
La construcción analítica arrighiana de los CSA se concentra en el antimercado (el “hogar real
del capitalismo”), es decir en ese estrato superior de la jerarquía de la actividad comercial
braudeliano, que a decir de Arrighi [1999, pp. 39-41], es uno difícil de observar, además de que
habría sido poco explorado (por lo menos, en menor grado que el de la economía de mercado,
por ejemplo), y consiguientemente ahí radicaría un elemento ventajoso de la formulación de los
CSA. Sin embargo, de allí también emergería un punto débil, porque los CSA no dirían mucho
sobre los otros estratos ni sobre otras cuestiones relevantes en el funcionamiento del
capitalismo mundial, como por ejemplo las relaciones centro-periferia o capital-trabajo. Por ello,
nuestro intelectual italiano reconocerá que la construcción teórica de sus ciclos es “parcial e
indeterminada”, pues únicamente a través de otras y más investigaciones que relacionen la
lógica del estrato superior de Braudel (que no es autónoma) con las restantes podrá
comprendérsela en su totalidad.
IV.1.3.1. ¿Qué forma siguen los CSA?
Gráfico 2: FORMA BÁSICA DE UN CICLO ECONÓMICO
Fuente: Elaboración propia
24
La forma típica de un ciclo económico transcurre entre una fase de ascenso (expansión) y otra
de descenso (recesión), siendo los puntos de inflexión (o de giro) las cimas o picos (crisis) y los
fondos o simas (recuperaciones). (Ver Gráfico 2).
La forma que siguen los CSA es muy diferente a esta forma cíclica típica, porque los SCA se
solapan y su trayectoria se parece más bien, de acuerdo a Arrighi [1999, pp. 19 y 22] a los
ciclos en forma de S elaborados por Mensh (en su “modelo de metamorfosis del desarrollo
socioeconómico”):
Gráfico 3: FORMA DE LOS CSA ARRIGHIANOS
Fuente: Adaptación de Arrighi (1999, p. 22)
En el Gráfico 3 se aprecia como alternan las dos fases que conforman el CSA:
Fases de expansión material (Fases D-M). Fases de crecimiento estable en virtud de
sendas (de desarrollo) bien definidas.
Fases de expansión financiera (Fases M-D´). Fases de crisis, reestructuración y
turbulencia, que crean condiciones para un nuevo crecimiento estables.
Hemos mencionado que la idea braudeliana de la importancia de la fusión entre Estado y
capital es rescatada en el planteamiento arrighiano y la misma se convertirá en fundamental
para la explicación de la dinámica de las expansiones financieras, pues precisamente la otra
cara de ese proceso consistiría en la competencia interestatal por el capital en busca de
inversión (elemento weberiano que Arrighi también adopta). Pero este proceso (de competencia
interestatal por obtener la asistencia de los capitalistas para la prosecución de los objetivos de
FASES DE EXPANSIÓN MATERIAL O DE CAMBIO CONTINUO
FASES DE EXPANSIÓN FINANCIERA O DE CAMBIO DISCONTINUO
Tiempo
25
poder de cada Estado) junto al “continuo crecimiento de la concentración del poder capitalista
en el sistema-mundo globalmente considerado” se convertirá también en un elemento básico
para la formación de bloques particulares de agencias gubernamentales y económicas
dirigentes de la economía-mundo capitalista durante las expansiones materiales. [Arrighi, 1999,
p. 26].
Entonces tanto para explicar la recurrencia y el tránsito entre expansiones materiales y
financieras, y más aún, para dar cuenta del impulso de la “prodigiosa expansión [de poder] de la
economía capitalista durante los últimos quinientos años”, son esenciales estos dos procesos
(competencia interestatal y formación de estructuras políticas dotadas de recursos organizativos
cada vez mayores y más complejos para controlar el entorno social y político de la acumulación
de capital a escala mundial) combinados. [Arrighi, 1999, p. 28].
En la dinámica de ellos ahondaremos a continuación, a propósito del significado de las
transiciones hegemónicas.
IV.1.4 Gramsci: transiciones y ciclos hegemónicos
El concepto arrighiano [2001, p. 34], [1999, pp. 42-45] de hegemonía se encuentra sustentado
en la definición gramsciana, por lo que tiene que ver con la combinación de dominación
(coerción o fuerza) ampliada por el ejercicio del liderazgo intelectual y moral (capacidad del
grupo dominante para mostrarse como portador del interés general). Entonces, cuando se
carece de liderazgo, se enfrenta una situación de “dominación sin hegemonía”, porque esta
última sería ese poder adicional sustentado en el liderazgo que consigue el Estado para
convertirse en hegemónico afirmando “de modo verosímil que la expansión de su poder
respecto a algunos o incluso todos los demás Estados es de interés general para los sujetos
sometidos a la autoridad de todos los restantes Estados”.
Si los CSA representan regímenes de acumulación particulares o distintas vías de desarrollo
“determinadas por bloques específicos de agencias gubernamentales y empresariales” [Arrighi,
2001, p. 29] (que el moderno sistema-mundo capitalista habría seguido desde sus inicios), las
“épocas de cambio” sistémico (de reorganización radical de las estructuras económico-políticas
en las que se sustentan los procesos de acumulación de capital a escala mundial a la cabeza
de una agencia principal) o de cambio en esas vías de desarrollo, no son más que los periodos
26
de transición hegemónica. Y siguiendo el razonamiento de Arrighi [2001, pp. 28-29 y 33], si bien
estos periodos de cambio hegemónico responderían a propiedades sistémicas, que actuarían
como poderosas fuerzas que restringen y determinan la selección de Estados candidatos a la
hegemonía, asimismo durante ellos se produciría un cambio en las propiedades del sistema y
por tanto una reorganización del mismo.
A continuación en el Cuadro 3 se sintetizan las características y etapas de un ciclo de transición
hegemónica o ciclo hegemónico.
Cuadro 3: ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LOS CICLOS HEGEMÓNICOS (CH)
EXPANSIÓN SISTÉMICA DE LA
HEGEMONÍA CRISIS HEGEMÓNICA
COLAPSO DE LA HEGEMONÍA
NUEVA HEGEMONÍA
Se da como resultado de dos tendencias (o tipos) de liderazgo.
a) El que lleva a la reorganización stémica y tiene que ver con la capacidad del Estado dominante de dirigir al sistema de Estados hacia formas de cooperación interestatal, hacia la dirección que éste desea.
b) El “liderazgo contra la
voluntad del líder” (término schumpeteriano), porque al convertirse el Estado dominante en el “modelo” de los otros Estados, los arrastra a su propia vía de desarrollo, pero cuando la emulación tiene éxito, ellos se convierten en sus competidores y su poder disminuye.
La segunda tendencia (b) de liderazgo (donde predomina la compe-tencia interestatal) se impone a la primera (a) (en la que predomina la cooperación interes-tatal), por lo que el poder del Estado hegemónico empieza a declinar. La crisis hegemónica (que dará lugar al caos hegemónico) se carac-teriza por tres procesos, cuya interacción puede variar, pero que están intrínsecamente asocia-dos a los periodos de expansión financiera a escala sistémica.
1. La intensificación de la competencia interestatal e interempresarial.
2. Una escalada de los conflictos sociales.
3. La emergencia de nuevas configura-ciones de poder.
Constituye el punto de inflexión decisivo de la transición hegemónica. Es el momento de desintegración de la organización sistémica construida por la potencia hegemónica en declive. El caos sistémico es “una situación de grave y aparentemente irremedia-ble desorganización sisté-mica”: la competencia y los conflictos desbordan la capacidad reguladora de las estructuras existentes, por debajo de las cuales surgen nuevas estructuras que desestabilizan la configuración del poder dominante; el desorden se autorefuerza amenazando con un resquebrajamiento completo del sistema. Los tres procesos que generan el caos sistémico también generan una mayor concentración de los recursos organizativos a escala sistémica, condu-ciendo así al estableci-miento de una nueva hegemonía.
La hegemonía naciente surge con una mayor capaci-dad organizativa, resultado de las condiciones de la expansión hegemónica de la potencia en declive y conduce al sistema a una mayor cooperación entre sus unidades y las arrastra a su propia vía de desarrollo. El caos sistémico se atenúa y empieza un nuevo ciclo hegemónico. Ese ciclo nuevo conlleva una “mayor concentración de recursos organiza-tivos a disposición del Estado hegemónico” y un sistema con mayor volumen y densidad dinámica reorganizado por él.
Fuente: Elaboración propia con información de Arrighi (2001, pp. 34, 36-38, 40-41).
27
Pero ¿cuál es la relación entre los CSA y los ciclos de transición hegemónica o ciclos
hegemónicos (CH)? El Gráfico 4 nos ayuda a clarificar ese vínculo: durante las fases de
expansión material paralelamente transcurren las fases de expansión sistémica hegemónica
donde se presentan los dos tipos de liderazgo, el de la reorganización sistémica (asociado a
formas de cooperación interestatal) y el que se da “en contra” de la voluntad del Estado
dominante (asociado a la competencia interestatal). Entonces, cuando se transita a las fases de
expansión financiera también se lo hace hacia las fases de crisis y posteriormente colapso de la
hegemonía, en las que se acentúan los procesos de competencia interempresarial e interestatal
y surgen nuevas estructuras de poder por debajo de las dominantes; aquí la expansión
financiera tiene un efecto ambiguo, porque por un lado frena el colapso hegemónico (la
excesiva liquidez de los mercados financieros va hacia el Estado hegemónico), pero por otro lo
refuerza (reubica el capital en le estructura hegemónica emergente).
Gráfico 4: CICLOS SISTÉMICOS DE ACUMULACIÓN Y CICLOS HEGEMÓNICOS EN EL
PLANTEAMIENTO ARRIGHIANO
Fuente: Elaboración propia con información de Arrighi (2001, pp. 8-43)
Tiempo
FASES DE EXPANSIÓN MATERIAL El capital adopta su forma mercancía
FASES DE EXPANSIÓN SISTÉMICA DE LA HEGEMONÍA
Cooperación y competencia interestatal
FASES DE EXPANSIÓN FINANCIERA El capital recobra su flexibilidad y
vuelve a su forma dinero. Periodos del otoño de los CSA y CH,
por tanto periodos de transición hegemónica
CSA CH
FASES DE CRISIS Y COLAPSO HEGEMÓNICO
Intensificación de la competencia interestatal e interempresarial, de los
conflictos sociales y emergencia de nueva estructura hegemónica
28
Ahora, en el Gráfico 4 también se muestra que cada ciclo (CSA y CH) tiene un mayor tamaño
que el anterior y esto se debe a que los recursos organizativos con los que cada nuevo Estado
hegemónico reorganiza el sistema (que son heredados del Estado en declive) han tendido
progresivamente mayor alcance y concentración.
Sin embargo, este proceso de los CH: una estructura hegemónica que genera una expansión
sistémica, que a su vez lleva al caos hegemónico, cuyo resultado será el surgimiento de una
nueva hegemonía, depende en su recurrencia, de acuerdo a Arrighi [2001, 40-42], tanto de la
“contingencia histórica como de la necesidad sistémica”. Por eso esa secuencia tiene cierto
grado de incertidumbre (dependen de la contingencia histórica) y en el caso por ejemplo de la
actual transición hegemónica, él mismo señalaba que su dinámica transcurría hacia un destino
aún desconocido y también enfatizaba en el hecho de que la propia evolución del sistema
habría ido haciendo cada vez más problemática la reproducción de los CH.
IV.2. Periodización histórica de los CSA
Dado que los CSA constituyen unidades histórico-comparativas, es imprescindible referirse a
las características y elementos concretos que asumieron los 4 CSA que Arrighi identitica (el
genovés, el holandés, el británico, y actualmente el estadounidense). A través de la elaboración
del Cuadro 4 se pretende rescatar esos elementos históricos, intentando asociarlos en cada
caso a lo que serían las condiciones que posibilitaron su emergencia, las fases de expansión
material y de cooperación y construcción hegemónica, y las fases de expansión financiera,
lucha interestatal y caos sistémico, que finalmente darán lugar a un nuevo régimen de
acumulación. Se ha introducido un elemento al final, que tiene que ver con la envergadura de
cada sucesivo CSA, en donde se puede apreciar que el alcance y la complejidad de cada uno
de ellos ha ido en aumento a lo largo del tiempo.
Aquí también es necesario hacer algunas acotaciones respecto a la lectura arrighiana del
declive hegemónico estadounidense que veía y de la posibilidad del surgimiento de un nuevo
régimen de acumulación.
Para Arrighi no estaba claro [1999] si estábamos asisitiendo al inicio de una nueva etapa de
desarrollo capitalista, o en otros términos a un nuevo liderazgo en la economía-mundo
capitalista, de lo que sí el no tenía duda era que el centro de los procesos de acumulación de
29
Cuadro 4: PERIODIZACIÓN HISTÓRICA DE LOS CSA
CSA GENOVÉS CSA HOLANDÉS CSA BRITÁNICO CSA ESTADOUNIDENSE
Duración aproxima-
da Siglo XV-principios s. XVII Fines s. XVI-fines s. XVIII 2da mitad s. XVIII-inicios s. XX Fines s. XIX-actualidad
Cualidad distintiva del centro de poder líder del
CSA
Génova: ciudad que
contempló la rápida formación de ricos y poderosos
empresarios implicados simultánea o sucesivamente
en el negocio bancario, el comercio y la industria
Amsterdam fue el centro
neurálgico de intercambio e intermediación del comercio
europeo y mundial y también el mercado central de dinero y
capital de la economía-mundo europea, vía creación de la primera bolsa de valores de
mercado continuo.
Gran Bretaña pudo ejercer sus
funciones de centro neurálgico mundial de intercambio comercial e
intermediación financiera a una escala que excedió con creces lo
que sus predecesores jamás pudieron soñar, precisamente
porque su actividad económica revistió un carácter industrial e
imperial.
La economía mundo había crecido hasta abarcar a todo el globo y cuando
el Pacífico emergió como una zona económica rival al Atlántico, Estados Unidos paso a ocupar una posición
central: una isla de tamaño continental con acceso ilimitado a los dos mayores
océanos del mundo
Condicio-nes de emergen-cia (Expan-sión financiera anterior)
Luego de la expansión comercial (fundada en la competitividad de la ruta comercial de Asia central hacia China y el control genovés cuasi-monopólico sobre la terminal del Mar Negro de esa ruta) de fines del s. XIII y principios del s. XIV siguió una expansión financiera (fines del s. XIV- inicios del s. XV) con el gran crash de inicios de la década de 1340 como su punto álgido, en el marco de la cual se forman las agencias que llevan adelante este primer CSA: el enclave capitalista del norte de Italia (la acumulación de capital se concentra en ellas). Esta expansión financiera se produce en un estado de guerra generalizado en el subsistema de ciudades- Estado italianas (por ejemplo, la Guerra de Chioggia, que
Hay un continuo estado de guerra (engendrada por la lucha franco-española) a lo largo de la primera mitad del s. XVI y las finanzas de la España imperial son sometidas a un drenaje (por parte de la piratería y los corsarios holandeses). La riqueza y el poder de Holanda se basaron en las redes comerciales y financieras que la oligarquía capitalista había desgajado de los imperios marítimos y coloniales. La fuente principal de riqueza y poder de los holandeses fue el control de los suministros de grano y pertrechos navales procedentes del Báltico.
La derrota del poder marítimo holandés entre 1781-84, durante la cuarta guerra anglo-holandesa, la consiguiente revolución de “Batavia” y la contrarrevolución orangista aceleraron el desbancamiento de Amsterdam en beneficio de Londres como centro operativo financiero de la economía, hecho que se completó durante las guerras napoleónicas, que borraron del mapa de Europa a las Provincias Unidas. Durante el siglo XVIII, Londres ganó terreno a Amsterdam como centro rival de las altas finanzas. A fines de ese siglo, el capital invertido en las compañías estatutarias por acciones se había concentrado casi totalmente en la Compañía de las Indias Orientales inglesa El tributo imperial procedente de la India y de otras fuentes coloniales, refuerza la solvencia crediticia de Gran Bretaña y la libera de su dependencia de capital extranjero.
Su dimensión continental, su insularidad y su dotación extremadamente favorable de recursos naturales, además de la coherente política seguida por su gobierno para mantener cerradas las puertas de su mercado doméstico a los productos extranjeros, pero abiertas al capital, fuerza de trabajo y empresas extranjeras, habían hecho de los Estados Unidos el principal beneficiario del imperialismo del libre comercio británico. Al final de la Primera Guerra Mundial, los Estados Unidos habían recomprado a precio de saldo algunas de las enormes inversiones que habían constituido la infraestructura de su economía doméstica durante el s. XIX. La suspensión de la convertibilidad en oro de la libra esterlina en 1931, condujo a la destrucción final de la red independiente de transacciones comerciales y financieras de alcance mundial sobre la que reposaban las fortunas de la City de Londres.
30
haría declinar el poder genovés en el Mar Negro y el este del Mediterráneo) y en el sistema político europeo en general y en medio de la intensificación de la competencia interestatal por el capital en busca de inversión. La sede geopolítica del equilibrio de poder entre el papa y el emperador (autoridades centrales del sistema medieval) fue el enclave en el norte de Italia.
La Revolución Industrial, que consistió en la rápida expansión de las industrias textiles y metalúrgicas inglesas, se produjo durante la expansión financiera holandesa, a lo largo del s. XVIII. A fines del s. XVIII y principios del s. XIX, el régimen británico desbandó al holandés mediante la internalización de los costes de producción, cuya principal expresión estuvo constituida por el industrialismo.
En 1938, la renta nacional estadounidense era aproximadamente igual a la suma de las de Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia y los países del Benelux. Estados Unidos fue el taller del esfuerzo de guerra de los Aliados y de la reconstrucción postbélica europea (Plan Marshall).
HEGEMO-
NÍA y
coopera-ción
interesta-tal
Relaciones cooperativas y de complementariedad de las actividades comerciales entre sus centros de acumulación: Florencia (especializada en el comercio textil) y Milán (especializada en el comercio metalúrgico) se ocupaban en la actividad manufacturera y comercio por tierra con el noroeste de Europa; mientras que Venecia (especializada en los negocios con el circuito del sudeste de Asia, basado en el comercio de especias) y Génova (especializada en los negocios con el circuito del centro de Asia, basado en el comercio de la seda) se ocupaban del comercio marítimo con el este de Europa.
Se forma un nuevo tipo de Estado (Provincias Unidas), un nuevo tipo de sistema interestatal (Westfalia, con el que los gobernantes legitimaron sus respectivos derechos absolutos de gobierno sobre territorios mutuamente exclusivos) y un nuevo tipo de organización comercial (compañías estatutarias por acciones).
El poder sobre el sistema interestatal fue resultado de la adopción unilateral por parte del Reino Unido de la ideología y de la práctica del libre comercio. Desde mediados de la década de 1840 hasta 1931, Gran Bretaña mantuvo unilateralmente su mercado doméstico abierto a los productos de todo el mundo. Esta política, combinada con la expansión territorial de ultramar y con el desarrollo de la industria doméstica de bienes de capital, se convirtió en un poderoso instrumento de gobierno de toda la economía-mundo. El sistema-mundo capitalista reconstituida bajo la hegemonía inglesa fue un imperio-mundo y una economía-mundo
A finales de la II Guerra Mundial emergieron los contornos del nuevo orden mundial: Bretton Woods y las Naciones Unidas. El keynesianismo global transformó el caos sistémico de las décadas de 1930-40 en el ordenado condominio soviético-americano del poder mundial de las décadas de 1950-60. El FMI y el BM y las Naciones Unidas se convirtieron o bien en instrumentos suplementarios manejados por el gobierno de EE.UU. para ejercer sus funciones hegemónicas mundiales, o cuando no pudieron utilizarse de ese modo, se les impidió el desempeño de sus propias funciones institucionales. La hegemonía estadounidense se alejó de los principios y prácticas del liberalismo del s. XIX, optando por una mayor implicación gubernamental en la regulación económica.
Este CSA tuvo sus cimientos en la formación de una nueva estructura organizativa que combina las fuerzas de las redes cosmopolitas de acumulación (fundamental-
En 1640, los barcos holandeses transportaban tres cuartas partes de las mercancías entregadas en los puertos españoles y en 1647-1648, posiblemente antes de la paz de Munster, transportaban la
La combinación de la Revolución Industrial en el ámbito doméstico y la destrucción, tras Waterloo, de cualquier barrera o competencia frente a la hegemonía británica en el exterior, produjo una forma
El gobierno estadounidense (décadas de 1950 y 60) controló de modo efectivo la liquidez mundial y pudo utilizar este control para promover y sostener una expansión generalizada del comercio mundial, que tenía pocos
31
Expan-
sión material
mente genovesas) con las redes de poder más poderosas del momento (hispano-portuguesas). Se trata de una asociación entre el elemento aristocrático-territorialista de la Península Ibérica (que se especializó en el suministro de protección y la obtención de poder) y las empresas del capitalismo genovés (que se especializaron en la compra-venta de mercancías y la búsqueda de beneficios), cuyo resultado son los “grandes descubrimientos” de fines del s. XV (apertura de una ruta comercial directa entre Europa y las Indias orientales y la conquista y saqueo de las Américas) que a su vez terminan consolidando esa asociación. El sistema genovés de acumulación se definió por el triángulo de flujos que vinculaban entre sí a Sevilla, Amberes y Bisenzone (a través del flujo de metales preciosos, letras de cambio, contratos con el gobierno imperial de España y excedentes monetarios)
mayor parte de la plata de España. La superioridad holandesa en el tinte y “aprestado” de los tejidos constituyó un mecanismo para succionar gran parte de los beneficios de la producción inglesa y también para erosionar el comercio inglés con la región del Báltico. Las compañías comerciales fueron el principal instrumento mediante el cual las agencias gubernamentales y empresariales holandesas transformaron en el s. XVII su supremacía comercial regional, basada primordialmente en su control del Báltico, en una supremacía comercial mundial. Fueron el medio mediante el cual la clase capitalista holandesa estableció vínculos directos entre el centro de almacenamiento y distribución de Amsterdam, por un lado, y los productores de todo el mundo, por otro. Las compañías estatutarias produjeron su propia protección al ser autosuficientes y competitivas en el uso y el control de la violencia. La VOC (Compañía de las Indias Orientales Holandesa) fue el arma decisiva para el control exclusivo estratégico desde el punto de vista regional: grano y pertrechos navales en el comercio báltico, especias finas en el comercio con el océano Índico.
novedosa de economía mundial, en la que los manufactureros británicos disfrutaron de una supremacía abrumadora en un entorno definido por el libre comercio internacional generalizado. Es difícil imaginar el gran salto adelante en la mecanización de la industria textil británica sin la conquista del mercado indio y la destrucción de su industria textil (sin el control de la India, la conversión de las clases dominantes inglesas a la doctrina ricardiana del libre comercio habría sido un absurdo). La construcción del ferrocarril se convirtió en un servicio que Gran Bretaña pudo lanzar al exterior. Entre 1845-1849 y 1870-1875, las exportaciones británicas de hierro y acero destinadas a la construcción ferroviaria se triplicaron holgadamente y las exportaciones de maquinaria se multiplicaron por nueve. El resultado de esta aceleración de la expansión material del capital fue la globalización de la economía-mundo capitalista: todo el planeta se convirtió en parte de esta economía. Las funciones de taller y de centro de intercambio e intermediación comercial ejercidas por Gran Bretaña durante el s. XIX fueron las dos caras de un mismo proceso de formación del mercado mundial, que se reforzaron recíprocamente.
precedentes en la historia capitalista. Fue el keynesianismo militar del gobierno estadounidense el que inició la fase de expansión material postbélica. La integración de los procesos de producción en masa con los procesos de distribución en masa en una única organización dio lugar a un nuevo tipo de empresa capitalista. Se trata del capitalismo corporativo, que emergió en EE.UU. Las corporaciones de ese país, comenzaron a desplazarse a países extranjeros casi en el mismo momento en que habían concluido su integración doméstica-continental (de empresas nacionales a internacionales). El comercio internacional consistía en realidad en transacciones intraempresariales. Las vinculaciones microeconómicas transnacionalizadas han creado una “región” no territorial en la economía mundial: un espacio de flujos descentrado y, sin embargo, integrado, que opera a tiempo real y que existe al lado de los espacios constituidos por lugares que denominamos economías nacionales.
Cuando en 1560, los grandes descubrimientos, la
Alrededor de 1740, la fase de expansión material se convirtió en
La segunda mitad del s. XIX se caracterizó por las grandes olas de
Entre 1968-73, los depósitos efectuados en el denominado mercado
32
Expan-sión
financiera
organización del comercio a larga distancia en el interior y a través de las fronteras de los extensos imperios hispano-burgueses y la creación de un mercado mundial embrionario en Amberes, Lyon y Sevilla ya no fueron medios para la autoexpansión del capital genovés, éste se retiró a la esfera de las altas finanzas. El capitalismo financiero cosmopolita genovés fue un rehén de las tendencias y recursos territorialistas de sus aliados ibéricos. Los banqueros mercantiles genoveses se convirtieron en los banqueros del gobierno de la España imperial Se da a fines del siglo XVI e inicios del s. XVII
una de expansión financiera, aunque en realidad ésta ya había comenzado tras la finalización de la Guerra de Sucesión española. Desde 1740, cuando la competencia en el comercio de larga distancia se intensifica, las redes empresariales holandesas abandonas las actividades comerciales y se especializan en las altas finanzas (en la inversión en títulos públicos y valores ingleses, que eran la mejor colocación). En 1762 poseían un cuarto de la deuda inglesa.
exportación de capital desde Gran Bretaña, la expansión de sus redes bancarias provinciales y por la creciente integración de las mismas en las redes de la City. Si Londres fue en algún momento el eje económico real del mundo y la libra esterlina su fundamento, ese momento estuvo localizado entre 1870 y 1913. El colapso en 1931 del patrón-oro que sustentaba la libra esterlina, marcó la crisis terminal del dominio británico sobre el dinero mundial.
de eurodólares o eurodivisas experimentaron un alza repentina seguida de 20 años de crecimiento explosivo, durante esos mismos seis años se abandonó el sistema de las paridades fijas. La primera crisis del petróleo de finales de 1973 impulsó la expansión financiera en curso. Las laxas políticas monetarias estadounidenses de la década de los 1970, reforzaron las tendencias que impulsaban el crecimiento explosivo de los mercados monetarios extraterritoriales (petrodólares, eurodólares) Esta expansión financiera ha sido testigo del crecimiento explosivo del Japón y otros estados del Este de Asia, como nuevo centro del proceso de acumulación de capital a escala mundial. Estados Unidos no está exportando capital a un nuevo centro emergente, lo está atrayendo.
Intensifi-cación de las luchas interesta-
tales
En el marco de la intensificación de las luchas competitivas por el poder (que favorecieron al capitalismo holandés) se da el languidecimiento del dominio genovés en las altas finanzas europeas, la progresiva erosión del poder de la España imperial y la ruptura de la alianza hispano-genovesa.
A finales del s. XVII, el éxito del mercantilismo inglés y francés estaba ya imponiendo serias restricciones sobre los recursos del sistema comercial mundial holandés para continuar expandiendo su escala y su radio de acción. A finales del siglo XVII, una compañía inglesa, la Compañía Real Africana (instituida en 1672) se había convertido en la más poderosa y eficaz de las compañías europeas constituidas exclusivamente para comerciar con África. El principal problema de las
La gran expansión del comercio mundial de mediados del s. XIX había conducido a una intensificación de las presiones competitivas sobre las agencias de acumulación de capital. Un número cada vez mayor de empresas comerciales destrozaron el “monopolio” de las agencias británicas sobre sus nichos de mercado. La lucha interestatal por el poder tendía a elevar los costes de protección por encima de los beneficios que se podían obtener. Cuando la lucha adquirió proporciones decisivas en la I Guerra Mundial, se selló el destino
“El caos de los últimos seis, siete años, se debe a la respuesta de la administración de Busch al 11 de septiembre [del 2001], que en algunos aspectos fue un caso de suicidio entre las grandes potencias. Lo que la potencia en declive hace es muy importante, porque tiene la capacidad de crear caos. Todo el “Proyecto para un Nuevo Siglo Americano” fue una negativa a aceptar el declive. Fue una catástrofe. Se tuvo el desastre militar en Irak y la presión financiera relacionada a la posición de los Estados Unidos en la economía mundial, transformándolo de un país acreedor a la nación más endeudada de la historia mundial... Entonces, la tarea que enfrenta ahora Obama es
33
compañías estatutarias por acciones radicaba en que en el comercio atlántico en general y en el africano en particular, resultaba difícil hacer respetar sus monopolios.
del régimen de acumulación británico. El Estado que se benefició especialmente de esta intensificación de la lucha por el poder interestatal fue Estados Unidos, básicamente porque había heredado la posición británica de insularidad (estaba notablemente protegida de la guerra hegemónica entre 1941-45)
pensar en administrar el declive de manera inteligente. Eso es lo que él puede hacer. Pero su idea de un aumento de la intervención de los EE.UU. en Afganistan es, por decir lo menos, preocupante”. (Arrighi 2009).
Enverga-dura y
compleji-dad de la
estructura líder del
CSA
En el momento del ascenso y total expansión del régimen genovés, la República de Génova era una ciudad-Estado de pequeño tamaño y organización simple, que en realidad detentaba muy poco poder, muy dividida socialmente y poco segura militarmente; un Estado débil en comparación con la totalidad de las grandes potencias de la época. Las oligarquías del norte de Italia fueron líderes no sólo de los procesos de acumulación de capital sino también de los de construcción del Estado y organización de la guerra
Las Provincias Unidas eran un tipo híbrido de organización que combinaba ciertos rasgos de las ciudades-Estado en trance de desaparición con características de los Estados-nación emergentes. Fue una organización mucho mayor y mucho más compleja que la República de Génova. El CSA holandés en comparación con el genovés internalizó los costes de protección. Este fue el factor que permitió a los holandeses llevar los procesos sistémicos de acumulación un paso más allá en relación a las potencialidades de la clase capitalista genovesa. Es decir, la fuerza del CSA radicó en la internalización total de los costes de protección en la agencia de acumulación de capital. Esto le permitió superar sus dimensiones regionales y convertirse en un verdadero sistema-mundo.
El sistema británico de empresa comercial se asemejó a un conjunto de medianas empresas altamente especializadas vinculadas por una compleja red de transacciones comerciales que se centraba en Gran Bretaña, pero que se extendía por todo el mundo. El imperialismo y el régimen unilateral de libre comercio fueron las dos circunstancias fundamentales que distinguieron este tercer CSA. En su momento de ascenso y total expansión, Gran Bretaña era un Estado-nación totalmente desarrollado, una organización mucho mayor y más compleja que las Provincias Unidas y además estaba conquistando un imperio comercial y territorial de dimensiones mundiales que concedería a sus grupos dominantes y a su clase capitalista un dominio sin precedentes sobre los recursos humanos y naturales de todo el mundo y a producir toda protección necesaria para la autoexpansión de su capital.
En la década de 1970, cuando comenzó la crisis de la hegemonía estadounidense, las corporaciones transnacionales habían conformado un sistema de producción, intercambio y acumulación a escala mundial que no se hallaba sujeto a ninguna autoridad estatal y disponía de poder para someter a sus propias “leyes” a todos y cada uno de los miembros del sistema interestatal, incluidos los EE.UU. En el momento en que se produjo el ascenso y total expansión de este CSA, los EE.UU. eran algo más que un Estado-nación totalmente desarrollado. Era un complejo militar-industrial continental dotado de un poder suficiente para proporcionar protección eficaz a un elevado número de gobiernos subordinados y aliados; este poder, combinado con el tamaño, la insularidad y las riquezas naturales presentes en su propio territorio, permitió a la clase capitalista estadounidense “internalizar” no únicamente los costes de protección y producción, sino también los costes de transacción, es decir, los mercados de los que dependía la autoexpansión de su capital.
Fuente: Elaboración propia con información de Arrighi (1999)
34
capital, se había desplazado desde Norteamérica a una región que era Asia; no obstante ésta
es débil militarmente en comparación a Estados Unidos, que conservaría aún el cuasi-
monopolio del uso legítimo de la violencia a escala mundial.
Además, mencionaba que habían ciertas “anormalidades” en esta fase de declive hegemónico,
una de las más importantes: los EE.UU. no estarían siguiendo la pauta de comportamiento de
los anteriores imperios exportadores de capital, sino que más bien estaría atrayendo una nueva
ola de capital.
V. Algunas críticas a la formulación de los CSA
Una de las principales críticas que se le realiza a la periodización de distintas longitudes
temporales de los ciclos económicos, podríamos decir que en particular a los largos, tiene que
ver con el cuestionamiento a circunscribir fenómenos tan complejos como el mismo
desenvolvimiento de los procesos económico sociales mundiales a determinadas
periodizaciones (50 años, un siglo, 200 años, 500 año, etc.), pues esto significaría que se
podría enmarcar esos fenómenos tan complejos dentro de una regularidad determinada y por
tanto fácil de predecir. Y además de esto, como bien señala Guillén [1993, p. 64], al suponer la
estricta “regularidad y recurrencia del ciclo largo” estaríamos (si lo asociamos a éste con el
capitalismo) aceptando “la posibilidad de reforma sin límite” de este modo de producción (su
evolución sería regularmente continua).
¿Eso significa que toda propuesta de clasificación cíclica es inútil? Creemos que no, pues
cualquier esquema que intente explicar los complejos fenómenos sociales es necesariamente
una simplificación de la realidad. Y es pertinente rescatar a Martins [2008, p. 206] cuando
señala que los ciclos “no son fuerzas automáticas que actúan de forma independiente de la
voluntad humana”, sino por lo menos en el caso de los ciclos largos, manifestaciones
“relacionales de ciertos padrones sociales dominantes de organización de la vida humana [que]
afirman la dinámica más profunda del desarrollo del capitalismo” y por tanto “su expresión
histórica supone importantes contradicciones que hacen parte de su propia temporalidad y
pueden desarticularla”
Pero vayamos a mencionar críticas más específicas que se hacen al planteamiento arrighiano.
Por el tema del espacio nos concentraremos en dos autores, Samir Amin y Jorge Veraza.
35
En primer lugar, de acuerdo a Amin [2008, 17], reconocer la sucesión de fases de crecimiento
rápido en el capitalismo, seguidas de momentos difíciles “no significa necesariamente admitir
una teoría cíclica”. Según este autor, se podría “hablar de un ciclo solamente si están definidos
los mecanismos que reproducen monótonamente su movimiento” y esto implicaría la necesidad
de que “la articulación de las diversas dimensiones de la realidad (flujos económicos,
innovaciones tecnológicas, conflictos sociales y políticos, etc.) funcione de forma idéntica de un
ciclo a otro”.
Generalmente, señala Amin [2008, pp. 18-19], los ciclos largos han estado asociados a
sucesiones hegemónicas (ese es el caso también de Arrighi), pero estas lecturas serían
erróneas porque “las formaciones políticas constituye una realidad permanente en la historia”.
Los que plantean que Venecia o las provincias Unidas fueron hegemónicas no toman en cuenta
que si bien fueron “extraordinarios centros financieros y comerciales… de hecho [estuvieron]
constreñidos por sus acuerdos con el mundo feudal rural, que los doblegó en todas partes, y
por los equilibrios políticos que eso implicó, en medio de los conflictos con las grandes
monarquías”. Y lo mismo podría decirse de Gran Bretaña en el siglo XVIII, que “ni fue capaz de
afirmar un poder distinto en los asuntos del continente europeo, ni fue realmente capaz de
dominar las periferias potenciales de ultramar… El avance industrial y el monopolio financiero
de Gran Bretaña, reales en ese momento, no condujeron a una hegemonía efectiva”. La
hegemonía, enfatiza Amin “lejos de constituir la regla en la historia de la expansión del mundo
capitalista, es la excepción, de una corta y frágil duración”
Por su parte, de acuerdo a Veraza [2011, p. 112-113 y 117], una de las consecuencias de
seguir la “periodización esquematizada del desarrollo del capitalismo” es creer que la
hegemonía estadounidense caerá sólo por la fuerza del pronóstico. Esto en contraposición al
hecho de que hasta la actualidad no habría en el horizonte ningún rival de Estados Unidos para
la hegemonía mundial, y si es que esta potencia caería sería más por los límites tecnológicos
(agotamiento de reservas petroleras hasta el 2030 y su incapacidad de remodelar su base
industrial) y no porque un ciclo de larga o corta duración así lo establece. Arrighi no estaría
tomando en cuenta que la duración de la hegemonía norteamericana estaría determinado “por
el contenido geopolítico” que la sustenta, es decir por su peculiar ubicación geopolítica y el
dominio sobre la cuencas de los Océanos Atlántico y Pacífico.
36
Además Veraza argumenta [2011, 112, 114 y 116] que la periodización arrighiana, “más allá de
ser sugerente y elegante” no tiene otro fundamento más que la analogía histórica y por tanto
termina convirtiéndose en una ideología.
VI. Conclusiones
Cuando Arrighi se embarca en la tarea de estudiar el desarrollo histórico del capitalismo y
formula teóricamente los CSA es plenamente consciente de la complejidad y limitaciones que
esto acarrea, pues está intentando nada más y nada menos plantear, en cierto sentido, una
especie de macroteoría.
Nutriéndose de algunas ideas braudelianas vinculadas a las expansiones financieras como
etapas otoñales de los procesos de acumulación mundial, a la flexibilidad como una cualidad
esencial del capitalismo y la relación dinero y poder (que se plasma en los procesos de
cooperación pero también de competencia interestatal) como vital para el desarrollo de este
sistema; rescatando la fórmula general del capital de Marx como una pauta del desarrollo
económico mundial del capitalismo diferenciado en fases de expansiones materiales y
financieras; y también valiéndose de la concepción gramsciana de hegemonía y de la idea
weberiana de la competencia interestatal del capital en busca de inversión, planteará, a partir
de un análisis histórico comparativo, cuatro CSA (el genovés, el holandés, el británico y el
estadounidense).
Este tipo de análisis que podría ser calificado como “heterodoxo” presenta en primer lugar una
gran cualidad, la capacidad de vincular fenómenos económicos, sociales y geopolíticos en la
comprensión de la dinámica del desarrollo capitalista.
Varios temas controversiales pueden surgir al estudiar el planteamiento arrighiano, como por
ejemplo ¿empezó en realidad el capitalismo antes del despegue industrial británico?, ¿es en
verdad inevitable el declive hegemónico estadounidense?, ¿el quinto CSA estará
indudablemente sustentado en China? Sin embargo, no se puede negar que la lectura cíclica
arrighiana constituye una invitación creativa para la comprensión de los fenómenos económicos
y políticos que se presentan en la actualidad a nivel mundial, a partir de ciertas regularidades
que se habrían dado en su funcionamiento pasado.
37
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