Los Ciclos Sistémicos de Acumulación (CSA) de … · 2 Según Schumpeter [1954, pp. 1217-18],...

40
1 Los Ciclos Sistémicos de Acumulación (CSA) de Giovanni Arrighi. Un estudio de su planteamiento, fundamentos teóricos y críticas Mariela Padilla Callejas * Septiembre de 2013 Resumen De acuerdo a su duración temporal, los ciclos económicos pueden clasificarse en cortos (ciclos Kitchin), medianos (ciclos Juglar) y grandes (ondas largas Kondratieff). Sin embargo, dentro del marco de los ciclos largos, también pueden encontrarse estudios como los que planteó Giovanni Arrighi (1937-2009) a través de sus Ciclos Sistémicos de Acumulación (CSA). Este documento estudia el planteamiento cíclico arrighiano e indaga algunas de sus críticas. Los CSA consisten en unidades de análisis histórico comparativas que representan etapas particulares del desarrollo del sistema-mundo capitalista desde sus orígenes hasta su dimensión actual. Tres influencias teóricas cruciales para la construcción de este concepto son la del historiador Braudel (las expansiones financieras representan el otoño de los regímenes de acumulación mundiales), la de Marx (la fórmula general de reproducción del capital D-M-D´ representa las dos fases, de expansión material y financiera, de un CSA) y la de Gramsci (derivación del concepto de hegemonía mundial). Abstract According to their time length, business cycles can be classified into short (Kitchin cycles), medium (Juglar cycles) and large ones (Kondratieff long waves). However, within the framework of long cycles one can also find analysis such as the one that Giovanni Arrighi (1937-2009) carried out through their Systemic Cycles of Accumulation (SCA). This paper studies this arrighian cyclical approach and researches on some of its criticisms. The SCA consist on units of comparative and historical analysis that represent particular developmental stages of the capitalist world-system from its origins to its current size. Three crucial theoretical influences for developing this concept come from the historian Braudel (periods of financial expansions are the sign of autumn of global accumulation regimes), Marx * El contenido de este documento es resultado de un resumen del borrador de tesis de la Maestría en Estudios Críticos del Desarrollo del CIDES-UMSA, que aún está sujeto a revisión y por tanto es de responsabilidad única de la autora. Como beneficiaria de una de las becas locales de estudios por parte de la Cooperación Técnica Belga (CTB), agradezco a esta institución el apoyo brindado. Y también deseo agradecer las observaciones iniciales al perfil de tesis por parte de los profesores del CIDES: Ph.D. Mauricio Gil, Ph.D. Gonzalo Rojas, M.Sc. Ivonne Farah. Toda sugerencia y/o comentarios serán bien recibidos al correo electrónico: [email protected]

Transcript of Los Ciclos Sistémicos de Acumulación (CSA) de … · 2 Según Schumpeter [1954, pp. 1217-18],...

1

Los Ciclos Sistémicos de Acumulación (CSA) de Giovanni Arrighi. Un estudio de su planteamiento, fundamentos teóricos y críticas

Mariela Padilla Callejas* Septiembre de 2013

Resumen

De acuerdo a su duración temporal, los ciclos económicos pueden clasificarse en cortos (ciclos

Kitchin), medianos (ciclos Juglar) y grandes (ondas largas Kondratieff). Sin embargo, dentro del

marco de los ciclos largos, también pueden encontrarse estudios como los que planteó

Giovanni Arrighi (1937-2009) a través de sus Ciclos Sistémicos de Acumulación (CSA).

Este documento estudia el planteamiento cíclico arrighiano e indaga algunas de sus críticas.

Los CSA consisten en unidades de análisis histórico comparativas que representan etapas

particulares del desarrollo del sistema-mundo capitalista desde sus orígenes hasta su

dimensión actual. Tres influencias teóricas cruciales para la construcción de este concepto son

la del historiador Braudel (las expansiones financieras representan el otoño de los regímenes

de acumulación mundiales), la de Marx (la fórmula general de reproducción del capital D-M-D´

representa las dos fases, de expansión material y financiera, de un CSA) y la de Gramsci

(derivación del concepto de hegemonía mundial).

Abstract

According to their time length, business cycles can be classified into short (Kitchin cycles),

medium (Juglar cycles) and large ones (Kondratieff long waves). However, within the framework

of long cycles one can also find analysis such as the one that Giovanni Arrighi (1937-2009)

carried out through their Systemic Cycles of Accumulation (SCA).

This paper studies this arrighian cyclical approach and researches on some of its criticisms. The

SCA consist on units of comparative and historical analysis that represent particular

developmental stages of the capitalist world-system from its origins to its current size. Three

crucial theoretical influences for developing this concept come from the historian Braudel

(periods of financial expansions are the sign of autumn of global accumulation regimes), Marx

* El contenido de este documento es resultado de un resumen del borrador de tesis de la Maestría en Estudios Críticos del Desarrollo del CIDES-UMSA, que aún está sujeto a revisión y por tanto es de responsabilidad única de la autora. Como beneficiaria de una de las becas locales de estudios por parte de la Cooperación Técnica Belga (CTB), agradezco a esta institución el apoyo brindado. Y también deseo agradecer las observaciones iniciales al perfil de tesis por parte de los profesores del CIDES: Ph.D. Mauricio Gil, Ph.D. Gonzalo Rojas, M.Sc. Ivonne Farah. Toda sugerencia y/o comentarios serán bien recibidos al correo electrónico: [email protected]

2

(his general formula of capital MCM´ represents SCA´s phases of material and financial

expansions) and Gramsci (the source for the concept of world hegemony).

Clasificación JEL: O10, P10

Palabras clave: ciclos sistémicos de acumulación, Giovanni Arrighi, ciclos hegemónicos,

expansión financiera y expansión material, ciclos económicos largos.

I. Introducción

“Según las proyecciones, el crecimiento mundial continuará siendo moderado y

se ubicará ligeramente por encima de 3% en 2013, igual que en 2012. Esa cifra

es inferior a la pronosticada en la edición de abril de 2013 de Perspectivas de la

economía mundial… en gran medida debido al considerable debilitamiento de la

demanda interna y al enfriamiento del crecimiento en varias economías de

mercados emergentes de importancia crítica1, así como al prolongamiento de la

recesión de la zona del euro…”. [Fondo Monetario Internacional, 2013, p.1].

En los últimos años, diversos análisis sobre la situación económica mundial han estado muy

vinculados a temas como la crisis “múltiple” (para algunos “terminal”) del sistema capitalista,

una posible etapa de transición hegemónica en la economía y orden globales, el impulso de los

países emergentes (BRICS) –fundamentalmente China– al crecimiento de la economía mundial,

las causas y el desarrollo de la crisis financiera desatada años atrás en Estados Unidos y la

crisis económica de algunos países de la zona del euro. Sin embargo, son pocos los estudios

rigurosos acerca de las últimas transformaciones económicas y políticas mundiales que nos

brindan interpretaciones creativas para su comprensión, tales como las del profesor Giovanni

Arrighi, que dedicó alrededor de tres décadas de su vida al estudio de la economía y geopolítica

global del capitalismo [Fiori, 2009, p. 237], desde lo que consideraba en los años setenta el

inicio de la crisis de la hegemonía estadounidense hasta el “surgimiento de China como adalid

del resurgimiento económico de Asia oriental” y como el nuevo “centro de la economía política

global” que tendría que jugar la carta de la economía mucho más de lo que jamás lo hicieron

1 Ya en su informe “Global Employment Trends 2013”, la Organización Internacional del Trabajo (OIT)

señalaba que una de las explicaciones por las que el crecimiento mundial del 2012 (3,8%) habría sido menor al del 2011 (3,3%) era precisamente la desaceleración del crecimiento del Este asiático en 1,4 puntos porcentuales, siendo que China habría mostrado un crecimiento de 7,8% (el más bajo desde 1999), mientras en la India se habría alcanzado la tasa más baja de crecimiento en una década (4,9%).

3

los americanos, ingleses y holandeses, que eran los anteriores hegemons. [Arrighi, 2007, p. 5],

[Arrighi, 2009].

Nutriéndose del trabajo de grandes pensadores como Adam Smith, Polanyi, Weber,

Schumpeter, Charles Tilly, Robert Brenner, Wallerstein, Gunder Frank, Perry Anderson, McNeil,

pero sobre todo de Marx, Braudel y Gramsci, este economista italiano nos propone una lectura

particular de la evolución del capitalismo “desde su embrión medieval subsistémico a su actual

dimensión global” [Arrighi, 1999, p. 23], o en otras palabras de la duración total y larga de la

historia (la longue durée braudeliana) del sistema-mundo capitalista, mediante la construcción

teórica de unidades de análisis histórico comparativo, a las que denominó Ciclos Sistémicos

de Acumulación (CSA), llegando probablemente a plantear una de las teorías más completas

de los ciclos económicos largos.

A través de sus CSA (o siglos largos), Arrighi se aventura en la complejísima tarea de

escudriñar el funcionamiento y desarrollo “flexible y ecléctico del capital” –como él mismo diría–

a lo largo de toda su historia, y al hacerlo recupera ese instrumento, a decir de Dos Santos

[2005, p. 1], tan “fundamental para la comprensión de la historia económica contemporánea”,

como son los ciclos largos.

Dadas las escasas propuestas teóricas de esa dimensión, el estudio y análisis de los elementos

teórico-conceptuales de la formulación de los CSA es pertinente a fin de dar cuenta de su

alcance particular como marco interpretativo de los grandes ciclos económicos, especialmente

en coyunturas como la actual donde la referencia al concepto de crisis (del sistema, de la

economía, del capitalismo, del poder hegemónico estadounidense, del neoliberalismo, etc.) se

ha vuelto tan recurrente, pero principalmente porque, como acertadamente sostiene Reifer

[2009, pp. 120, 125] la “perspectiva [arrighiana] única [y pionera] sobre el cambio social a gran

escala y largo plazo” es oportuna para discutir “la naturaleza del desarrollo capitalista, sus

futuras trayectorias y las alternativas histórico-mundiales realistas” que hoy se nos presentan.

Sin duda, el mejor tributo que se puede hacer a la memoria de este gran cientista social es un

análisis crítico de lo más fundamental de su obra.

“De las mentes producidas por la izquierda internacional en la segunda mitad del

siglo XX, pocas han igualado la imaginación histórica, la amplitud de miras

4

monumental y la claridad conceptual de Giovanni Arrighi, cuyo trabajo será leído

y pensado durante el resto de este siglo”. [New Left Review 60, 2009, p. 115].

Este documento se organiza de la siguiente manera. En el segundo capítulo se aborda de

forma general la clasificación de los ciclos económicos de acuerdo a su duración temporal,

haciendo énfasis en las ondas largas de Kondratieff, y se mencionan algunos estudios

relevantes que se podrían vincular a los grandes ciclos económicos. El capítulo tercero se

enfoca en la biografía de nuestro autor, Giovanni Arrighi, y se realiza un somero recorrido de

algunos de sus intereses de investigación y obras principales.

En el capítulo cuarto se tratan (en diferentes subcapítulos) los fundamentos conceptuales de los

CSA, su forma y componentes, su relación con los periodos de transición hegemónica (o más

específicamente con los ciclos hegemónicos) y finalmente su periodización histórica.

Algunas de las críticas al planteamiento de los CSA se rescatan en el capítulo quinto. Y para

finalizar, en la conclusión se realiza un balance de las contribuciones y limitaciones del

planteamiento arrighiano.

II. Los ciclos económicos largos

El ciclo económico es una de las categorías más importantes dentro de la economía, pues a

través de ella podemos estudiar y rastrear el comportamiento temporal de magnitudes

macroeconómicas vinculadas, por ejemplo, a los precios, la producción, la inversión, etc., que

generalmente muestran tendencias cíclicas.

Como una esfera particular del análisis económico, la teoría de los ciclos abarca un campo de

estudio muy extenso, pudiéndose encontrar diversas argumentaciones acerca de los factores

y/o fenómenos que los causan2, aunque existe, relativamente, mayor consenso para su

2 Según Schumpeter [1954, pp. 1217-18], “todos los hechos y las ideas esenciales acerca del análisis del

ciclo económico habían surgido ya en 1914” y en los treinta años posteriores a esa fecha se desarrollaron un “torrente de materiales estadísticos e históricos y bastantes nuevas técnicas estadísticas y teóricas” que posibilitaron convertirlo en “una rama reconocida de la ciencia económica”. Por otra parte, de acuerdo a Mandel [2013, pp. 6-7], “la teoría del ciclo económico… producto de la realidad del ciclo económico, ha sido una herramienta analítica para comprender y explicar las sucesivas altas y bajas de la inversión, la producción, el empleo y el ingreso. [Y] …nadie puede argumentar seriamente que estos problemas sean irrelevantes para comprender lo que ha sucedido en la economía y la sociedad de muchos países en todo el mundo en los últimos 160-200 años, primero en Gran Bretaña, Europa

5

clasificación, en relación a su duración temporal3. Es así que se puede hablar de los ciclos

cortos, los de mediana y los de larga duración:

Ciclos cortos, pequeños, primarios, de inventarios o de Kitchin. Atribuidos a

Joseph Kitchin (1861-1932), que los estudió a partir de estadísticas mensuales de

compensaciones bancarias, tasas de interés y precios al por mayor de productos en

Inglaterra y Estados Unidos. Tienen una duración de 40 meses en promedio (alrededor

de 2 a 5 años).

Entre las causas que los desencadenan, se encuentran (en primer lugar) los cambios

(acumulación) de inventarios de las empresas, el exceso de inversiones reales, y otras

situaciones especiales (como las complicaciones internacionales o huelgas en las

grandes industrias). [Sandoval, 2004, p. 2], [Padilla Aragón, 1967, p. 32].

Ciclos medianos, de negocios, secundarios, intermedios, industriales, ciclos

grandes comerciales o de Juglar. Formulados en 1862 por el médico francés

Clément Juglar (1819-1905) que, según Schumpeter [1954, p. 1219], habría sido “el

primero en utilizar series temporales (principalmente de precios, tipos de interés y

balances del banco central) de un modo sistemático y con la precisa intención de

analizar un fenómeno determinado”. Sus estudios se centraron en las economías de

Francia, Inglaterra y Estados Unidos.

occidental y Estados Unidos, y posteriormente en el resto del mundo”. Existen diferentes explicaciones sobre los fenómenos que causan las crisis y el crecimiento (los ciclos económicos) en escuelas como la monetarista, la neokeynesiana, la neoclásica, la marxista, etc.; solamente para citar algunas de ellas, tenemos la del ciclo de productos, del ciclo político, del ciclo tecnológico, del ciclo de construcción, de los ciclos exógenos, la de los ciclos reales, la teoría de los shocks, de la sobreproducción, del subconsumo, etc. De la misma manera, sólo para mencionar algunos investigadores que se concentraron en la explicación de esta temática, están Spiethoff, Burns-Mitchell, Ludwing von Mises, Friedrich von Hayek, Mandel, Hansen, Kuznets, Dobb, Estey, Schumpeter, Hicks, Minsky, Robert Lucas Jr., entre muchos otros. 3 Por supuesto que el consenso en esta clasificación de ninguna manera implica la inexistencia de debate

en torno a ella, o más aún a los fundamentos por los cuales los ciclos deberían seguir una periodicidad “estricta”. Pero esa no es una cuestión que se vaya a tratar en esta investigación. Ya Schumpeter [1912, pp. 214-17] advertía muy bien que “la longitud real del ciclo… no puede explicarse numéricamente por ninguna teoría, pues depende indudablemente de los datos concretos de cada caso individual…[aunque lo que sí] “es un hecho [es] que el sistema económico no se mueve sin tropiezos y en forma continua [pues] ocurren retrocesos, movimientos contrarios e incidentes de todas clases que obstruyen el desenvolvimiento… rupturas en el sistema económico de valor, que lo interrumpen… [movimientos o rupturas] tan frecuentes que parecen manifestar algo así como una periodicidad fatal. Y por ello es imposible hacer abstracciones, desde un punto de vista práctico –ya que no lógico–, de esta clase de fenómenos”.

6

Son ciclos que oscilan entre los 6 a 12 años. Y entre los fenómenos que los explican,

se mencionan la inversión, los aspectos referidos a la innovación y la renovación de

equipos industriales. [Traducción libre de Korotayev y Tsirel, 2010, p. 11], [Sandoval,

2004, p. 2].

Ciclos largos, ondas largas o ciclos Kondratieff. Alrededor de los años 1920-24, el

economista ruso Nicolai D. Kondratieff (1892-1938) se refirió en varias investigaciones

a la regularidad cíclica en la evolución histórica de indicadores como los precios al por

mayor, las tasas de interés, el salario nominal de los obreros agrícolas y textiles, la

producción de carbón, hierro y plomo, entre otros, principalmente para las mayores

economías occidentales: Francia, Inglaterra, Alemania y Estados Unidos, detectando

ciclos con una duración de 50 años en promedio (entre 47 a 60 años).

Adicionalmente a estos tres ciclos, algunos investigadores (ver por ejemplo Estey (1960),

Padilla Aragón (1967), Sandoval (2004), Levy-Carciente (2004) o Dos Santos (2011))

mencionan el ciclo de construcción, o más conocido como ciclo de Kuznets, de quince a veinte

años de duración, que está vinculado principalmente a la dinámica del sector (o industria) de la

construcción.

Para los fines de este estudio nos interesa el tercer tipo de ciclos, por lo que a continuación

ahondamos en el planteamiento de las ondas-K.

II.1. Las ondas largas de Kondratieff

Nikolai Dimitrievicth Kondrátiev (1892-1938) perteneció a una familia campesina rusa y se

convirtió en un reconocido economista, especializado en estudios estadísticos. En 1920 fundó

el Instituto de Investigación de la Coyuntura en Moscú para la recopilación de información sobre

las fluctuaciones económicas. Durante los años 1919-1921 arribó a la hipótesis de la existencia

de las grandes oscilaciones y formuló su tesis general, por primera vez, en 1922, en su estudio

The World Economy and Economic Fluctuations in the War and Post-War Period. En 1925

escribió sus “Ciclos largos en la vida económica”, sin embargo, se considera a “Los grandes

ciclos de la vida económica” (escrito originalmente en alemán y publicado –su resumen– en el

número de noviembre de 1935 de la Review of Economic Statistics) como su más reconocida

investigación para estudiar lo fundamental de su teoría. En 1928 fue destituido de su puesto de

7

0

0,2

0,4

0,6

0,8

1

1,2

1780 1800 1820 1840 1860 1880 1900 1920 1940 1960

17

89

17

90

18

44

18

51

18

90

18

96

1939?

1810 1817 1870 1875 1914 1921

Director del Instituto de la Coyuntura por la represión estalinista y en 1930 arrestado y

desterrado a Siberia, para luego ser enjuiciado y condenado a prisión en Suzdal, donde

finalmente fue fusilado en 1938. [Kondratieff, 1935, p. 56n], [Mandel, 1979, p. 123],

[Schumpeter, 1954, p. 1254n], [Sandoval, 2004, p. 8n].

Kondratieff identificó dos ciclos y medio, aplicando métodos matemático estadísticos simples a

las series temporales que recopiló (para el periodo 1789-1920) para eliminar la tendencia

siempre y cuando estas no mostraran una tendencia secular y si lo hacían, antes de aplicar

estos métodos (cuando era posible), dividía las cifras anuales entre la población (obteniendo

datos per cápita). Luego, calculaba las líneas de tendencia matemática y computaba las

desviaciones de la tendencia para suavizarlas con una media móvil de 9 años (a fin de eliminar

los ciclos de 7 a 11 años, los ciclos cortos y las fluctuaciones casuales). Los ciclos largos eran

rastreados a partir de esas desviaciones suavizadas de la tendencia. [Kondratieff, 1935, p. 36],

[Estey, 1960, p. 31], [Pacheco, 1985, pp. 25-26], [Sandoval, 2004, pp. 8-10].

Gráfico 1: PERIODIZACIÓN DE LAS ONDAS LARGAS DE KONDRATIEFF

Fuente: Elaboración propia con información de Kondratieff (1935) y Pacheco (1985).

La información a la que Kondratieff [1935, pp. 36-47] aplicó esta técnica matemática estadística

incluyó las siguientes variables: cotizaciones de la deuda francesa y de los títulos de la deuda

consolidada inglesa (es decir, de los bonos públicos), salarios semanales de los trabajadores de

la industria textil algodonera y de los jornaleros agrícolas ingleses, series de importaciones y

exportaciones (comercio exterior) francesas, producción de carbón en Inglaterra y de su

consumo en Francia, producción de hierro y plomo ingleses en lingotes. También estudió los

8

precios al por mayor o más específicamente índices de precios de Francia, Inglaterra y Estados

Unidos, pero a esta variable no le habría aplicado ningún tratamiento estadístico. Otras series a

las que el autor se refiere (aunque no muestra en detalle sus resultados como en el caso de las

anteriores) son: los depósitos en bancos de ahorro franceses, la producción de carbón en

Alemania, Estados Unidos y a nivel mundial, el número de hectáreas cultivadas de algodón, la

producción de plomo y de carbón norteamericanos, el número de hectáreas sembradas con

avena y los salarios de los mineros del carbón en Francia.

Gran debate y controversia se generó en torno al método que este economista empleó y los

resultados que obtuvo. Así, por ejemplo, de acuerdo a Pacheco [1985, pp. 28-29 y 31) George

Garvy señalará que en general todos sus críticos habrían admitido el método aunque discutido

la eliminación de la tendencia, y que todas las series de precios y valores, menos una,

corroborarán la existencia de las Ondas Largas, pero en cuanto a los datos de producción y

consumo, solamente 11 de las 21 series las habrían mostrado; es así que de las 25 series en

las que Kondratieff habría encontrado las Ondas Largas, únicamente 4 cubrirían los 2 ½ ciclos

que halló, 4 abarcarían 2 ciclos, mientras que las restantes sólo se extenderían uno o 1 ½

ciclos. En las series cuantitativas, de las 11, 8 abarcarían un ciclo, 3 cubrirían un ascenso, y en

2 series la prueba sería tan dudosa que para el primer cambio de dirección solamente se

tendría una fecha aproximada.

Según Sandoval [2004, p. 9], como bien sostuvo Garvy, es muy posible que el investigador ruso

hubiera llegado primero al descubrimiento de los ciclos largos estudiando las fluctuaciones de

largo plazo de los precios y posteriormente “haya complementado su hallazgo con las series de

producción, consumo y valor”.

De acuerdo a Kondratieff [1935, pp. 48-50 y 56, subrayados añadidos], los datos disponibles

que había recopilado eran suficientes “para declarar como muy probable (aunque no

suficiente para asegurar, sin duda alguna) la existencia de grandes fluctuaciones de carácter

cíclico”. Una “periodicidad estricta en los fenómenos sociales y económicos no existe del

todo, ni en las fluctuaciones grandes ni en las intermedias”, añadía pertinentemente. Él

aceptaba la existencia de fluctuaciones menores (ciclos intermedios) al interior de los ciclos

largos aseverando que durante las fases de ascenso eran más numerosos los años de

prosperidad, mientras que durante los descensos predominaban los años de depresión.

9

A pesar de que autores como Sandoval [2004, pp. 13-14], sostienen que el economista ruso

habría mencionado como causa principal de sus ciclos, “la necesidad de una acumulación de

capital a largo plazo para la renovación de las fuerzas (o bienes) productivas básicas”, o como

Korotayev y Tsirel (2010, p. 3, traducción libre), que afirman que habría explicado la dinámica

de sus ondas, en primer lugar, sobre la base de la dinámica de la inversión en capital, el mismo

Kondratieff parece desmentir esas apreciaciones, afirmando que su objetivo principal no era la

formulación de una teoría sobre las causas de las grandes fluctuaciones. Por lo tanto, Pacheco

[1985, p. 30] no se equivoca al señalar que lo que en realidad buscaba este investigador habría

sido demostrar la existencia de las Ondas Largas y no explicar su origen.

En su estudio, Kondratieff [1935, pp. 48-49 y 51] estableció relaciones de “carácter empírico”

entre las ondas largas y fenómenos como las guerras y revoluciones, el comportamiento de la

agricultura, la producción de oro, y los descubrimientos e invenciones en la técnica de

producción y de comunicaciones, por lo que hubo quienes pensaron que se estaba refiriendo a

los factores desencadenantes de las fluctuaciones, pero él fue enfático al señalar que de

ninguna manera atribuía a alguno de ellos “la explicación de los grandes ciclos”, sino más bien

aceptaba, por ejemplo en el caso del desenvolvimiento de la técnica, que éste formaba “parte

del ritmo” de las ondas largas, cosa que es muy distinta a decir que las originaba.

Entonces queda claro que las formulaciones explicativas de las causas de las ondas-K fueron

posteriores al escritor ruso. Y como acertadamente señala Sierra [2008, p. 26], no existe una

posición única o definitiva al respecto, pues la existencia de estos ciclos parecería estar

vinculada a “la lógica propia del sistema capitalista, [o] a la dinámica del progreso científico –

técnico, [o] a la lucha de clases en torno a la distribución del ingreso nacional, [o] a la dinámica

de la tasa de ganancia”, etc. Esa discusión deberá ser tema de otra investigación. Sin embargo

nos parece importante resaltar que tal y como Korotayev y Tsirel [2010, 3, traducción libre]

señalan, en las últimas décadas la explicación más popular sería la que las asocia con los

ciclos de las innovaciones tecnológicas.

Para los fines de nuestra investigación, lo fundamental es corroborar la importancia del trabajo

de otros autores que sustentan la existencia de las ondas K y corroboran de manera general su

descubrimiento, actualizándolo en muchos de los casos, como se muestra en el siguiente

cuadro:

10

Cuadro 1. ONDAS LARGAS KONDRATIEFF. INVESTIGACIONES ASOCIADAS Y ACTUALIZACIONES

AUTOR

1ra. ONDA LARGA 2da. ONDA LARGA 3ra. ONDA LARGA 4ta. ONDA LARGA 5ta. O. LARGA

FASE DE ASCENSO

FASE DE DESCENSO

FASE DE ASCENSO

FASE DE DESCENSO

FASE DE ASCENSO

FASE DE DESCENSO

FASE DE ASCENSO

FASE DE DESCENSO

FASE DE ASCENSO

1 SPIETHOFF … … 1822 1842 1843 1873 1874 1894 1895 1913 … … … … … … … …

2 SIAMIAND … … 1817 1850 1850 1873 1873 1896 1896 1929 … … … … … … … …

3 ROBERT

MARJOLIN … … … 1841 1852 1873 1873 1896 1897 1914 … … … … … … … …

4 TRIFFIN … … 1814 1849 1849 1872 1872 1896 1896 1913 … … … … … … … …

5 PIERRE VILAR

… 1810/

21 1810/

21 1842/

50 1842/

50 1870/

75 1870/

75 1890/

97 1890/

97 1913/

20 … … … … … … … …

6 PAUL

BAIROCH 1750

1810/ 20

1810/ 20

1844/ 51

1844/ 51

1870/ 80

1870/ 80

1890/ 97

1890/ 97

1914 … … … … … … … …

7 W.L. THORP 1790 1815 1815 1849 1849 1865/

73 1865/

73 1896 1896 1920 … … … … … … … …

8 ALVIN

HANSEN 1787 1815 1815 1843 1843 1873 1873 1897 1897 1920

1920/ 29

… … … … … … …

9 N. KONDRA-

TIEFF 1789/

90 1810/

17 1810/

17 1844/

51 1844/

51 1870/

75 1870/

75 1890/

96 1890/

96 1914/

20 1914/

20 1939 … … … … … …

10 C. CARDOSO

/H. PEREZ 1792 1817 1817 1851 1851 1873 1873 1896 1896 1920 1920 1939 … … … … … …

11 ENRIQUE PADILLA

1790/ 1800

1810/ 17

1810/ 17

1844/ 51

1844/ 51

1870/ 75

1870/ 75

1890/ 96

1890/ 96

1914/ 20

1914/ 20

1945 … … … … … …

12 TINBERGEN

Y POLAK 1791/

92 1810 1810 1850 1850 1873 1873 1896 1896 1920 1920 1933 … … … … … …

13 BURNS Y MITCHELL

1790 1805/

15 1805/

15 1843 1843

1865/ 75

1865/ 75

1896/ 97

1896/ 97

1920/ 25

1920/ 25

1945/ 40

… … … … … …

14 W.W.

ROSTOW 1793 1815 1815 1848 1848 1873 1873 1896 1896 1920 1920 1935

1939/ 40

… … … … …

15 DUPRIEZ 1789/

92 1808/

14 1808/

14 1843/

51 1843/

51 1872/

73 1872/

73 1895/

96 1895/

96 1920 1920 1939 1939 … … … … …

16 ERIC

HOBSBAWN 1780 1815 1815 1840 1840 1873 1873 1896 1896 1914 1914 1940 1940 1970 1970 … … …

11

Fuente: Extraído de Pacheco (1985), para el caso de los primeros 16 autores. A partir del autor 17, adaptación propia en base a las fuentes mencionadas a los pies de página.

4 Extraído de Sierra (2009, p. 5).

5 Ibidem.

6 Adaptado de Martins (2005) y (2008).

7 Extraído de Sandoval (2004, p. 28).

8 Extraído de Rodriguez (2004, p. 102).

9 Elaboración propia con información de Moreno Bernal (2006) y (2008).

10 Extraído de Korotayev y Tsirel (2010, p. 2).

11 Extraído de Dos Santos (2011, pp. 127-130).

AUTOR

1ra. ONDA LARGA 2da. ONDA LARGA 3ra. ONDA LARGA 4ta. ONDA LARGA 5ta. O. LARGA

FASE DE ASCENSO

FASE DE DESCENSO

FASE DE ASCENSO

FASE DE DESCENSO

FASE DE ASCENSO

FASE DE DESCENSO

FASE DE ASCENSO

FASE DE DESCENSO

FASE DE ASCENSO

17 ERNEST

MANDEL4 1793

1825/ 26

1825/ 26

1847/ 48

1847/ 48

1873/ 74

1873/ 74

1893/ 94

1893/ 94

1913/ 14

1913/ 14

1939/ 40/48

1940/ 48

1973 1973 ¿2000? … …

18 FREEMAN/

LOUCA5 1780 1815 1815 1848 1848 1873 1873 1895 1895 1918 1918 1941 1941 1973 1973 … … …

19 MARTINS6 1896 1913 1914 1938 1939 1968/

74 1968/

74 1993 1994

2015/ 20

20 SANDOVAL RAMÍREZ7

1793 1825 1826 1848 1849 1873 1874 1893 1894 1913 1914 1945 1946 1975 1976 ¿2008/ 2010?

2008/ 2010?

21 FREEMAN-

SOETE8 1780´s - - 1840´s 1840´s - - 1890´s 1890´s - - 1940´s 1940´s - - 1990´s 1990s?

22 MORENO BERNAL9

1770/ 80

1830/

40

1880/ 90

1930/

40

1993/ 94

23 KOROTAYEV Y TSIREL10

1890/

96 1914/

20

1914/ 1928-

29

1939/ 50

1939/ 50

1968/ 74

1968/ 74

1984/ 91

1984/ 91

2008/ 10?

24 THEOTONIO

DOS SANTOS11

1780/ 90

1810/ 17

1810/ 17

1844/ 51

1844/ 51

1870/ 75

1870/ 75

1890/ 96

1890/ 96

1914/ 20

1914/ 20

1940/ 45

1940/ 45

1967/ 73

1967/ 73

1994/ 98

1994/ 98

2020/ 24

12

II.2. Otras investigaciones sobre ciclos económicos de larga duración

A pesar de que en la clasificación presentada de los ciclos económicos por su duración, los

ciclos largos son en realidad las ondas-K, es necesario mencionar que se pueden encontrar

otras investigaciones que tratan sobre ciclos de mayor extensión temporal y alcance que

aquellos. Así, por ejemplo, Sandoval [2004, pp. 3, 5] menciona: el “ciclo vital del desarrollo

económico” de Forrester (1981), con una duración de 200 años; el “logístico”, también de 200

años; los macrociclos tricentenarios; los ciclos centenarios, de una duración de 100 a 110 años

(producto de la unión de dos ondas-K), cuya dinámica estaría basada principalmente en los

cambios revolucionarios en el sector de la energía, abarcando al conjunto de la vida económica,

social y política; los ciclos de 500 años identificados por André Gunder Frank (1990) y Barry

Gills; los de la hegemonía mundial, de una duración aproximada entre 100 a 150 años

(sustentados precisamente en el ascenso, maduración y decadencia de las potencias

hegemónicas); y finalmente la longue dureé (“teoría del tiempo histórico del ciclo largo”) de

Fernand Braudel de 120-200 años.

A continuación, algunas acotaciones respecto a los tres últimos.

En relación a los ciclos de 500 años de Gunder Frank, Martins [2005] sostiene que reflejarían la

expansión y decadencia de los sistemas mundiales, mientras que para Amin [2006, pp. 15-17],

dentro de la propuesta histórica cíclica frankiana no tendría sentido la diferenciación entre los

diversos modos de producción.

En cuanto a la longue dureé braudeliana, precisamente en su artículo publicado en 1958: “La

larga duración”, Fernand Braudel hace referencia a tres temporalidades o tiempos distintos para

la explicación histórica: el del acontecimiento (tiempo episódico o tiempo corto), el de la

coyuntura (tiempo del ciclo e interciclo, donde ubica a las ondas-K), y la larga duración (tiempo

largo o longue durée). Este historiador francés cita como un ejemplo de este último tiempo, la

etapa del capitalismo comercial, sin embargo, autores como Martins [2008, p. 200] sostienen

que la larga duración (o “tiempo de las estructuras”) estaría asociado a “procesos civilizatorios

milenares y/o seculares”, o en otros términos a los diferentes tiempos de los modos de

producción.

13

Respecto a los ciclos hegemónicos, George Modelski es un autor que los vincula a los ciclos de

la política internacional. Para este profesor de ciencia política [traducción libre de Modelski,

2005, pp. 195-197] cada ciclo largo de la política global o ciclo hegemónico (que representa el

auge y decadencia de los poderes mundiales) constituye una de las cuatro fases del algoritmo

de aprendizaje de Lewontin-Campbell: g-c-p-r (fase generativa - fase de cooperación - fase de

prueba - fase de regeneración). Pero a su vez, cada periodo de la evolución de la globalización

política (o política global), que tiene una duración aproximada de medio milenio y está

conformado por cuatro ciclos hegemónicos, también se puede asociar a una fase del mismo

algoritmo. Así, tendríamos los siguientes periodos: 1) el preparatorio (930-1430), 2) el de

formación central (1430 a 1850), 3) el de selección de una estructura de organización global

(1850 – ¿?), y 4) el de la amplificación.

Cuadro 2: CICLOS HEGEMÓNICOS Y ONDAS-K SEGÚN MODELSKI

Ciclos Largos

Poderes Mundiales Periodo Ondas-K Sectores líderes mundiales

CL1 Song del Norte 930 K1 Imprenta y papel

990 K2 Mercado nacional

CL2 Song del Sur 1060 K3 Sistema Fiscal

1120 K4 Expansión del comercio marítimo

CL3 (Génova) 1190 K5 Ferias de Champagne

1250 K6 Comercio del Mar Negro

CL4 (Venecia) 1300 K7 Embarcaciones tipo galeras

1350 K8 Pimienta

CL5 Portugal 1420 K9 Oro de Guinea

1492 K10 Especias

CL6 República holandesa 1540 K11 Comercio del Báltico

1580 K12 Comercio del Asia

CL7 Gran Bretaña I 1640 K13 Plantaciones americanas

1680 K14 Comercio amerasiático

CL8 Gran Bretaña II 1740 K15 Algodón, hierro

1792 K16 Ferrocarriles

CL9 Estados Unidos 1850 K17 Energía eléctrica, acero

1914 K18 Electrónica, vehículos a motor

CL10

1973 K19 Industrias de la Información

2026 K20

Fuente: Traducción libre de Modelski (s.f.).

14

Adicionalmente, Modelsky [s.f.] vincula sus ciclos largos (hegemónicos) a las ondas-K y muestra

cómo cada una de ellas estaría asociada a (uno o varios) sectores líderes a nivel mundial y a

distintos poderes o potencias mundiales en cada época. (Ver Cuadro 2).

Otro autor que hace referencia a los ciclos hegemónicos es Immanuel Wallerstein, para quien

[Wallerstein, 2008, pp. 1-2], [Wallerstein, 2009, p. 387] existen dos formas grandes de ondas

cíclicas en la economía-mundo capitalista. La primera, que refleja cambios cíclicos de mediano

plazo, sería el denominado ciclo Kondratieff; y la segunda consistiría precisamente en los ciclos

hegemónicos (de las Provincias Unidas en el siglo XVII, del Reino Unido o Gran Bretaña en el

siglo XIX, y de los Estados Unidos en el siglo XX), que además de tener una duración mucho

más prolongada, mostrarían tendencias estructurales de largo plazo en el capitalismo.

III. In memoriam. Biografía intelectual de Giovanni Arrighi12

“Arrighi fue uno de los raros economistas de su generación que resistió la

tendencia dominante del pensamiento académico del final del siglo XX, las

pequeñas narrativas y la construcción de modelos formales inocuos. Desde el

punto de vista teórico… fue un “heterodoxo” que supo retomar con creatividad la

tradición de la gran teoría social de los siglos XIX y XX, de Marx, Weber,

Schumpeter y Braudel, para estudiar las “ondas largas” económicas y políticas

del capitalismo. Su osadía intelectual merece reconocimiento y homenaje en un

tiempo de mezquindades y de gran pobreza de ideas” [Fiori, 2009, p. 237].

Giovanni Arrighi nació el 7 de julio de 1937 en Milán, Italia. Por el lado materno, tuvo una familia

de origen burgués, pues su abuelo (hijo de inmigrantes suizos en Italia) surgió de las filas de la

aristocracia obrera y formó sus propias fábricas para la producción de maquinaria textil y,

posteriormente, de equipo de calefacción y aire acondicionado, a inicios del siglo XX.

Su padre (hijo de un obrero ferroviario) nació en Toscana y llegó a Milán donde trabajó en la

fábrica de su abuelo materno, casándose luego con la “hija del jefe”, situación que generó

tensiones en la familia, que dieron como resultado la apertura de una fábrica propia para

competir con la del suegro; más, a pesar de ello, ambos compartieron fuertes sentimientos

12

Este apartado está elaborado, casi en su integridad, en base a la entrevista que David Harvey le realizó a Arrighi el 2009, y que fue publicada originalmente en inglés (“The winding paths of capital”) en el número 56 de la New Left Review.

15

antifascistas que influenciaron grandemente la niñez de nuestro autor, misma que se

desenvolvió en medio del contexto de la ocupación nazi al norte de Italia.

Cuando Giovanni alcanzó los 18 años, perdió a su padre a raíz de un accidente automovilístico,

y, a pesar de que su abuelo le aconsejó no hacerlo, decidió administrar la fábrica paterna e

ingresó a la Universitá Bocconi (1955) a estudiar economía, con la esperanza de que esto le

ayudara en esa tarea. Desafortunadamente, el Departamento de Ciencias Económicas de esa

Universidad estaba completamente dominado por la escuela neoclásica y de poco le sirvió para

administrar la fábrica que tuvo que cerrar. Luego de esto, y después de pasar un par de años

recopilando datos de la organización de la producción en una de las fábricas de su abuelo,

quedará convencido de que no se necesitaban los elegantes modelos económicos neoclásicos

de equilibrio general para comprender la producción y distribución de los ingresos –y de hecho

ese tema se convertirá en la base de su tesis.

Su experiencia de trabajo en las fábricas de su padre, su abuelo y posteriormente en la

multinacional Unilever fueron muy importantes para hacerle comprender de manera parcial la

adaptabilidad y flexibilidad del desarrollo capitalista (esta cuestión de la flexibilidad, no

especialización y capacidad de cambio y adaptación del capitalismo, en la que la visión

arrighiana concuerda con la braudeliana y la de Schumpeter como señala Reifer [2009, p. 123],

es uno de los “aspectos centrales de la periodización del capitalismo global” de Arrighi):

“Initially I tried to run my father's business, which was relatively small; then I did a

dissertation on my grandfather's business, which was bigger-a medium-sized

company. Then I quarrelled with my grandfather and went into Unilever, which in

terms of employees was the second-largest multinational at the time. So I had the

luck -from the point of view of analysing the capitalist business enterprise- of

going into successively larger firms, which helped me understand that you cannot

talk about capitalist enterprises in general, because the differences between my

father's business, my grandfather's business and Unilever were incredible. For

example, my father spent all his time going to visit customers in the textile

districts, and studying the technical problems that they had with their machines.

Then he would go back to the factory and discuss the problems with his engineer;

they would customize the machine for the client. When I tried to run this business,

I was totally lost; the whole thing was based on skills and knowledge that were

16

part of my father's practice and experience. I could go around and see the

customers, but I couldn't solve their problems-I couldn't even really understand

them. So it was hopeless (...) When I closed my father's business, and went into

my grandfather's, it was already more of a Fordist organization. They were not

studying the customers' problems, they were producing standardized machines;

either the customers wanted them or they didn't. Their engineers were designing

machines on the basis of what they thought there would be a market for, and

telling the customers: this is what we have. It was embryonic mass production,

with embryonic assembly lines. When I went to Unilever, I barely saw the

production side. There were many different factories-one was making margarine,

another soap, another perfumes. There were dozens of different products, but the

main site of activity was neither the marketing organization nor the place of

production, but finance and advertising. So, that taught me that it's very hard to

identify one specific form as 'typically' capitalist. Later, studying Braudel, I saw

that this idea of the eminently adaptable nature of capitalism was something that

you could observe historically…” [Arrighi, 2009].

Arrighi se graduó como economista a inicios de la década de 1960, se postuló y finalmente fue

invitado a ir (en 1963), como profesor de economía, a la UCRN, Universidad de Rhodesia

(Zimbabwe). Esa experiencia le significó un verdadero renacimiento intelectual porque la

tradición neoclásica basada en modelos matemáticos en la que él se había formado no tenía

nada que decir en relación a la realidad africana. Allí trabajó de cerca con antropólogos sociales

como Clyde Mitchell y Jaap Van Velsen. Fue el inicio de su largo camino desde la economía

neoclásica (de los modelos abstractos) a la sociología histórica comparada (gracias a la teoría

de la antropología social, un terreno más empírico, concreto e histórico).

Mientras estaba en África, tanto en la UCRN y posteriormente en la Universidad de Dar es

Salaam en Tanzania, sus intereses de investigación fueron la relación entre la proletarización

parcial y el desarrollo capitalista y los movimientos de liberación nacional del África meridional.

De vuelta en Italia (1969), trabajó en la Universidad de Trento como Profesor asociado y

paralelamente realizó viajes a Turín, atraído por el movimiento de los trabajadores. Es entonces

que, junto a Romano Madera comenzó a reflexionar acerca de alguna estrategia gramsciana de

vinculación a ese movimiento. Y ahí surgió la idea de autonomía operatia (la autonomía

17

intelectual de la clase obrera); todo eso en el marco del “Gruppo Gramsci” que Arrighi, Madera y

Passerini formaron en 1971.

Durante los años setenta escribió varios artículos relacionados a las luchas obreras y la crisis

del capitalismo (por ejemplo: “Towards a Theory of Capitalist Crisis”) y en 1978 publicó la

Geometría del Capitalismo, texto en el que buscaba disipar la confusión terminológica en torno

al término “imperialismo” (este ejercicio le permitió transitar al concepto de hegemonía

gramsciano para analizar la dinámica contemporánea del sistema interestatal).

En 1979 se trasladó a Binghamton uniéndose a Wallerstein y Terence Hopkins como Profesor

de Sociología en el Centro Fernand Braudel para el estudio de la economía, los sistemas

históricos y las civilizaciones en el SUNY de la Universidad de esa misma ciudad.

El Centro Fernand Braudel estaba estrechamente imbricado a la corriente teórica de los análisis

de los sistemas-mundo (vertiente de la sociología comparada surgida en los años 70), y por

tanto al interior de sus investigadores se podía encontrar, al margen de la diversidad de sus

investigaciones, elementos comunes como los siguientes que menciona Herrera [2006, p. 74]:

conceptos marxistas fundamentales, visión jerárquica de centro y periferia, un modelo de

explicación holístico, un análisis estructural, la combinación de teoría e historia, el intento de

unir economía, sociedad y política, y una visión "mundial", entre los más sobresalientes.

De acuerdo al mismo Herrera [2006, p. 80] las contribuciones arrighianas a las teorías del

sistema mundial estaban vinculadas a las “reflexiones sobre el capitalismo en sus orígenes, su

articulación con los modos de producción precapitalistas, su estrecha relación con el

imperialismo y su crisis actual”.

Desde 1998 Arrighi fungió como profesor de Sociología en la Johns Hopkins Univesity de

Baltimore (Estados Unidos). Y en cuanto a sus intereses de investigación, éstos se enfocarían

en el estudio del Este de Asia.

Al Profesor Arrighi se le detectó un cáncer en julio del 2008 y murió luego de luchar en contra

de esta enfermedad, el 18 de junio de 2009 en Baltimore, a los 71 años de edad.

18

Entre sus libros más destacados se encuentran:

The Political Economy of Rhodesia (The Hague: Mouton, 1967).

Essays on the Political Economy of Africa, con J.S. Saul (New York: Monthly Review

Press, 1973).

La geometria dell’imperialismo: i limiti del paradigma hobsoniano (Milano: Feltrinelli,

1978). Trad. en inglés y español.

Dynamics of Global Crisis, con S. Amin, A.G. Frank e I. Wallerstein (New York: Monthly

Review Press, y Londres: Macmillan, 1982). Trad. en francés, español, turco, serbio-

croata y alemán.

Antisystemic Movements, con T.K. Hopkins e I. Wallerstein (London: Verso, 1989). Trad.

en italiano, japonés, coreano, turco, español y chino.

The Long Twentieth Century. Money, Power, and the Origins of Our Times (London:

Verso, 1994). Trad. en italiano (1996), portugués, sueco, español (1999), chino, turco,

ruso, coreano, japonés.

Chaos and Governance in the Modern World System, con B.J. Silver (Minneapolis, MN:

University of Minnesota Press, 1999). Trad. en italiano (2003), español, portugués y

chino.

The Resurgence of East Asia: 500, 150 and 50 Year Perspectives, co-curatore con T.

Hamashita e M. Selden (London: Routledge, 2003). Trad. en chino.

Adam Smith in Beijing: Lineages of the Twenty-First Century (London: Verso, 2007).

Trad. en italiano (2008), español, portugués, alemán, turco, ruso, coreano, chino,

japonés y francés.

IV. Formulación de los CSA

“El objetivo principal del concepto “ciclos sistémicos” es describir y elucidar la

formación, consolidación y desintegración de los sucesivos regímenes [de

acumulación] mediante los que la economía-mundo capitalista se ha expandido

desde su embrión medieval subsistémico a su actual dimensión global”. [Arrighi,

1999, p. 23].

19

IV.1. Fundamentos teórico-conceptuales del concepto

La formulación arrighiana de los CSA está sustentada fundamentalmente en tres ricas

vertientes teóricas provenientes del análisis braudeliano, el enfoque marxista y la derivación

gramsciana del concepto de hegemonía mundial.

IV.1.1. Braudel: expansiones financieras, dinero y poder, y capitalismo como anti-

mercado

Repasemos brevemente los tres elementos del planteamiento braudeliano que nuestro autor

rescata para su propuesta. En primer lugar está la concepción braudeliana del significado de las

expansiones financieras a lo largo de la historia del sistema capitalista.

Arrighi sostiene [1999, p. 8], haciendo referencia al segundo y tercer volumen de Civilización

material, economía y capitalismo de Braudel, que para este autor el capital financiero no sería

una etapa particular del capitalismo mundial, sino más bien un fenómeno recurrente que marca

la era capitalista desde sus inicios más primigenios en la Baja Edad Media (y en los primeros

tiempos de la Europa moderna) hasta la actualidad; o en otras palabras, que las expansiones

financieras, en general, constituirían aspectos integrales de la destrucción de un régimen de

acumulación en el sistema-mundo capitalista y la creación de otro, y por tanto reflejarían

precisamente esa transición.

En segundo lugar está la idea braudeliana de que el capitalismo habría sido absolutamente

dependiente del poder del Estado para emerger y expandirse. [Arrighi, 1999, pp. 23 y 25]. De

hecho, el subtítulo de una de las más importantes obras arrighianas (El Largo siglo XX): “Dinero

y poder en los orígenes de nuestra época” estaría haciendo referencia justamente a esa

combinación tan necesaria para la expansión capitalista mundial y también para la dinámica de

las transiciones hegemónicas.

La tercera noción braudeliana adoptada es la del capitalismo como “antitético” a la economía de

mercado, ya que esta última, “en el sentido de comunicaciones horizontales múltiples entre

diferentes mercados” [Arrighi, 1999, 24], habría surgido a partir del estrato inferior de la vida

material, mucho antes de que lo hiciera el capitalismo como sistema mundo sobre el estrato de

la economía de mercado (el CSA permitirá indagar precisamente este último surgimiento).

20

Los estratos de la estructura de tres niveles braudeliana son [Arrighi, 1999, 39-40]:

El estrato inferior de la vida material. El de la autosuficiente economía de subsistencia

o el de la no economía. En este estrato, que es el más amplio de todos, hunde sus

raíces el capitalismo, más no puede realmente “penetrar” en él.

El estrato de la economía de mercado. Es el estrato donde “un grado de coordinación

automática” vincularía habitualmente oferta, demanda y precios.

El estrato superior del capitalismo. Es el estrato del antimercado, el hogar real del

capitalismo, donde “rige la ley de la selva”.

Siguiendo a Arrighi [1999, pp. 40-41], si en el pasado Marx nos había invitado a seguir al

poseedor de dinero y al de fuerza de trabajo al “lugar oculto de la producción para develar el

secreto de la generación del beneficio”, ahora Braudel nos estaba invitando a seguir al

poseedor de dinero en ese estrato superior del antimercado (que es donde éste se encuentra

con el poseedor de poder político) para develar el “secreto de la generación de los beneficios

que permitieron la prosperidad y expansión del capitalismo en los últimos seis siglos, antes y

después de sus aventuras en las sedes ocultas de la producción”.

Pero esta concepción del capitalismo como el antimercado o el estrato superior “no

especializado en la jerarquía del mundo del comercio”, lleva también al autor francés a resaltar

una de sus rasgos más esenciales en la dinámica de su desarrollo histórico: su flexibilidad

ilimitada (el adjetivo “no especializado” haría referencia a la flexibilidad necesaria con la que

contaría el capitalista para desplazar continuamente sus inversiones de actividades con

rendimientos decrecientes a aquellas que no los tienen) o capacidad de cambio y de

adaptación. Lo característico del capitalismo sería su “eclecticismo”, su adaptabilidad y no su

especialización. [Arrighi, 1999, pp. 17 y 21].

IV.1.2. Marx: los intersticios del poseedor de dinero y D-M-D´

Para Arrighi [1999, pp. 17-18 y 21], la fórmula general del capital D-M-D´ marxista estaría

también haciendo referencia a la cualidad de flexibilidad del capitalismo, pues una agencia se

podría considerar capitalista, siempre y cuando su dinero cuente con el poder de reproducirse

21

sistemática y persistentemente, independientemente de las mercancías y actividades que le

sirvan para ello, es así que:

D (capital dinero), significa liquidez, flexibilidad, libertad de elección.

M (capital mercancía), significa concretización, rigidez y reducción o cierre de opciones.

Es capital invertido en una combinación particular input-output en función de un

beneficio.

D´ es D expandida, es decir es mayor liquidez, flexibilidad y libertad de elección.

Por consiguiente, la transformación D-M sólo sería un medio para conseguir D´, que es la

finalidad. Y entonces, sin una expectativa de un aumento de D en el futuro (resultado de la

obtención de un beneficio o ganancia), el capital podría reorientarse “hacia formas más flexibles

de inversión”, a su forma líquida de dinero. Por eso, cuando la inversión en las esferas del

comercio o la producción deja de generar ganancias como podría hacerlo la actividad

financiera, se inician precisamente las fases de expansión financiera, y el capital invertido

vuelve a su forma dinero (D-D´), el capital vuelve a su “eclecticismo”.

Por tanto, la fórmula de reproducción ampliada del capital de Marx reflejaría, en términos

arrighianos [1999, pp. 18 y 22] “la pauta de comportamiento recurrente del capitalismo histórico

del sistema-mundo” y también las dos fases de las que se compone un CSA (entre las cuales

habría una alternancia a lo largo del desarrollo histórico capitalista):

Expansión material (fase D-M), donde el capital-dinero pone en movimiento una

creciente masa de mercancías. Estas fases estarían caracterizadas por ser fases de

cambio continuo durante las cuales la economía-mundo capitalista crece en virtud de

una senda única de desarrollo.

Expansión financiera (fase M-D´), donde una creciente masa de capital-dinero se

libera de su forma de mercancía y la acumulación se realiza mediante procedimientos

financieros. Son fases de “cambio discontinuo durante las cuales el crecimiento en virtud

de la senda establecida ha alcanzado o está alcanzando sus límites, y la economía-

mundo capitalista “se desplaza” a otra senda mediante reestructuraciones y

reorganizaciones radicales”.

22

Antes de pasar a la tercera vertiente teórica, la gramsciana que está más vinculada a la

construcción arrighiana de los ciclos hegemónicos, puntualicemos en la definición de los CSA.

IV.1.3 Definición de los CSA

La categoría de Ciclo Sistémico de Acumulación es resultado de la construcción tanto “objetiva”

como teórica de Arrighi [1999, pp. 39, 8, 19, 22-23], producto de su análisis histórico-

comparativo del proceso de expansión capitalista desde sus inicios, y representa las partes

constitutivas e interconectadas (no subordinadas ni independientes) de ese “único” proceso, al

que tienen la capacidad de modificar. Es decir, los CSA constituyen las etapas particulares del

desarrollo del moderno sistema-mundo capitalista que encarnan la conformación (expansión

financiera de la potencia declinante), total expansión (material) y declive (expansión financiera)

de determinados “regímenes de acumulación13 de capital a escala mundial”, o en términos más

concretos “las pautas de recurrencia y evolución histórica” del capitalismo histórico a lo largo de

toda su existencia (la longue durée braudeliana).

A través de este concepto, el profesor italiano [1999, pp. 19 y 10] intenta “una explicación

económica coherente y plausible de la conformación y total expansión del sistema-mundo

capitalista” y del moderno sistema interestatal. Es por eso que cada CSA, como unidad de

análisis particular, representa en el esquema arrighiano cuatro elementos diferentes, cada uno

definido por una “unidad fundamental de la agencia primaria y de la estructura de los procesos

de acumulación de capital a escala mundial”: el CSA genovés (desde el siglo XV hasta

principios del XVII), el CSA holandés (desde fines del siglo XVI hasta fines del XVIII), el CSA

británico (segunda mitad del siglo XVIII, siglo XIX y primeros años del XX), y el CSA americano,

(que comienza a fines del siglo XIX y aún continúa en la actualidad). Consiguientemente, la

secuencia de los cuatro CSA estaría mostrando la sucesión de los puestos de mando en la

economía capitalista. Eso significa, que aunque distintos, los cuatro ciclos estarían constituidos

por estructuras y procesos de la globalidad del sistema-mundo capitalista en sus diferentes

etapas de desarrollo y por tanto harían referencia al sistema globalmente considerado.

13

Arrighi [1999, p. 23] define como régimen de acumulación a escala mundial al conjunto de estrategias y estructuras a través de las cuales determinadas agencias gubernamentales y empresariales líderes, promueven, organizan y regulan las expansiones y restructuraciones recurrentes (fases de cambio continuo y discontinuo) de la economía-mundo capitalista.

23

En términos de unidades temporales, cada CSA podría asociarse a un siglo (siglos largos), ya

que todos duran más de uno, aunque su duración se reduciría progresivamente. Esto en

contraposición al orden incremental y creciente tamaño, recursos, y “redes de poder y

acumulación” de las grandes potencias o Estados cuyos grupos dominantes habrían

desempeñado el papel de líderes en los procesos de construcción del aparato estatal y de

acumulación de capital para organizar y controlar el sistema mundial que habrían operado.

[Arrighi, 1999, pp. 19 y 28].

La construcción analítica arrighiana de los CSA se concentra en el antimercado (el “hogar real

del capitalismo”), es decir en ese estrato superior de la jerarquía de la actividad comercial

braudeliano, que a decir de Arrighi [1999, pp. 39-41], es uno difícil de observar, además de que

habría sido poco explorado (por lo menos, en menor grado que el de la economía de mercado,

por ejemplo), y consiguientemente ahí radicaría un elemento ventajoso de la formulación de los

CSA. Sin embargo, de allí también emergería un punto débil, porque los CSA no dirían mucho

sobre los otros estratos ni sobre otras cuestiones relevantes en el funcionamiento del

capitalismo mundial, como por ejemplo las relaciones centro-periferia o capital-trabajo. Por ello,

nuestro intelectual italiano reconocerá que la construcción teórica de sus ciclos es “parcial e

indeterminada”, pues únicamente a través de otras y más investigaciones que relacionen la

lógica del estrato superior de Braudel (que no es autónoma) con las restantes podrá

comprendérsela en su totalidad.

IV.1.3.1. ¿Qué forma siguen los CSA?

Gráfico 2: FORMA BÁSICA DE UN CICLO ECONÓMICO

Fuente: Elaboración propia

24

La forma típica de un ciclo económico transcurre entre una fase de ascenso (expansión) y otra

de descenso (recesión), siendo los puntos de inflexión (o de giro) las cimas o picos (crisis) y los

fondos o simas (recuperaciones). (Ver Gráfico 2).

La forma que siguen los CSA es muy diferente a esta forma cíclica típica, porque los SCA se

solapan y su trayectoria se parece más bien, de acuerdo a Arrighi [1999, pp. 19 y 22] a los

ciclos en forma de S elaborados por Mensh (en su “modelo de metamorfosis del desarrollo

socioeconómico”):

Gráfico 3: FORMA DE LOS CSA ARRIGHIANOS

Fuente: Adaptación de Arrighi (1999, p. 22)

En el Gráfico 3 se aprecia como alternan las dos fases que conforman el CSA:

Fases de expansión material (Fases D-M). Fases de crecimiento estable en virtud de

sendas (de desarrollo) bien definidas.

Fases de expansión financiera (Fases M-D´). Fases de crisis, reestructuración y

turbulencia, que crean condiciones para un nuevo crecimiento estables.

Hemos mencionado que la idea braudeliana de la importancia de la fusión entre Estado y

capital es rescatada en el planteamiento arrighiano y la misma se convertirá en fundamental

para la explicación de la dinámica de las expansiones financieras, pues precisamente la otra

cara de ese proceso consistiría en la competencia interestatal por el capital en busca de

inversión (elemento weberiano que Arrighi también adopta). Pero este proceso (de competencia

interestatal por obtener la asistencia de los capitalistas para la prosecución de los objetivos de

FASES DE EXPANSIÓN MATERIAL O DE CAMBIO CONTINUO

FASES DE EXPANSIÓN FINANCIERA O DE CAMBIO DISCONTINUO

Tiempo

25

poder de cada Estado) junto al “continuo crecimiento de la concentración del poder capitalista

en el sistema-mundo globalmente considerado” se convertirá también en un elemento básico

para la formación de bloques particulares de agencias gubernamentales y económicas

dirigentes de la economía-mundo capitalista durante las expansiones materiales. [Arrighi, 1999,

p. 26].

Entonces tanto para explicar la recurrencia y el tránsito entre expansiones materiales y

financieras, y más aún, para dar cuenta del impulso de la “prodigiosa expansión [de poder] de la

economía capitalista durante los últimos quinientos años”, son esenciales estos dos procesos

(competencia interestatal y formación de estructuras políticas dotadas de recursos organizativos

cada vez mayores y más complejos para controlar el entorno social y político de la acumulación

de capital a escala mundial) combinados. [Arrighi, 1999, p. 28].

En la dinámica de ellos ahondaremos a continuación, a propósito del significado de las

transiciones hegemónicas.

IV.1.4 Gramsci: transiciones y ciclos hegemónicos

El concepto arrighiano [2001, p. 34], [1999, pp. 42-45] de hegemonía se encuentra sustentado

en la definición gramsciana, por lo que tiene que ver con la combinación de dominación

(coerción o fuerza) ampliada por el ejercicio del liderazgo intelectual y moral (capacidad del

grupo dominante para mostrarse como portador del interés general). Entonces, cuando se

carece de liderazgo, se enfrenta una situación de “dominación sin hegemonía”, porque esta

última sería ese poder adicional sustentado en el liderazgo que consigue el Estado para

convertirse en hegemónico afirmando “de modo verosímil que la expansión de su poder

respecto a algunos o incluso todos los demás Estados es de interés general para los sujetos

sometidos a la autoridad de todos los restantes Estados”.

Si los CSA representan regímenes de acumulación particulares o distintas vías de desarrollo

“determinadas por bloques específicos de agencias gubernamentales y empresariales” [Arrighi,

2001, p. 29] (que el moderno sistema-mundo capitalista habría seguido desde sus inicios), las

“épocas de cambio” sistémico (de reorganización radical de las estructuras económico-políticas

en las que se sustentan los procesos de acumulación de capital a escala mundial a la cabeza

de una agencia principal) o de cambio en esas vías de desarrollo, no son más que los periodos

26

de transición hegemónica. Y siguiendo el razonamiento de Arrighi [2001, pp. 28-29 y 33], si bien

estos periodos de cambio hegemónico responderían a propiedades sistémicas, que actuarían

como poderosas fuerzas que restringen y determinan la selección de Estados candidatos a la

hegemonía, asimismo durante ellos se produciría un cambio en las propiedades del sistema y

por tanto una reorganización del mismo.

A continuación en el Cuadro 3 se sintetizan las características y etapas de un ciclo de transición

hegemónica o ciclo hegemónico.

Cuadro 3: ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LOS CICLOS HEGEMÓNICOS (CH)

EXPANSIÓN SISTÉMICA DE LA

HEGEMONÍA CRISIS HEGEMÓNICA

COLAPSO DE LA HEGEMONÍA

NUEVA HEGEMONÍA

Se da como resultado de dos tendencias (o tipos) de liderazgo.

a) El que lleva a la reorganización stémica y tiene que ver con la capacidad del Estado dominante de dirigir al sistema de Estados hacia formas de cooperación interestatal, hacia la dirección que éste desea.

b) El “liderazgo contra la

voluntad del líder” (término schumpeteriano), porque al convertirse el Estado dominante en el “modelo” de los otros Estados, los arrastra a su propia vía de desarrollo, pero cuando la emulación tiene éxito, ellos se convierten en sus competidores y su poder disminuye.

La segunda tendencia (b) de liderazgo (donde predomina la compe-tencia interestatal) se impone a la primera (a) (en la que predomina la cooperación interes-tatal), por lo que el poder del Estado hegemónico empieza a declinar. La crisis hegemónica (que dará lugar al caos hegemónico) se carac-teriza por tres procesos, cuya interacción puede variar, pero que están intrínsecamente asocia-dos a los periodos de expansión financiera a escala sistémica.

1. La intensificación de la competencia interestatal e interempresarial.

2. Una escalada de los conflictos sociales.

3. La emergencia de nuevas configura-ciones de poder.

Constituye el punto de inflexión decisivo de la transición hegemónica. Es el momento de desintegración de la organización sistémica construida por la potencia hegemónica en declive. El caos sistémico es “una situación de grave y aparentemente irremedia-ble desorganización sisté-mica”: la competencia y los conflictos desbordan la capacidad reguladora de las estructuras existentes, por debajo de las cuales surgen nuevas estructuras que desestabilizan la configuración del poder dominante; el desorden se autorefuerza amenazando con un resquebrajamiento completo del sistema. Los tres procesos que generan el caos sistémico también generan una mayor concentración de los recursos organizativos a escala sistémica, condu-ciendo así al estableci-miento de una nueva hegemonía.

La hegemonía naciente surge con una mayor capaci-dad organizativa, resultado de las condiciones de la expansión hegemónica de la potencia en declive y conduce al sistema a una mayor cooperación entre sus unidades y las arrastra a su propia vía de desarrollo. El caos sistémico se atenúa y empieza un nuevo ciclo hegemónico. Ese ciclo nuevo conlleva una “mayor concentración de recursos organiza-tivos a disposición del Estado hegemónico” y un sistema con mayor volumen y densidad dinámica reorganizado por él.

Fuente: Elaboración propia con información de Arrighi (2001, pp. 34, 36-38, 40-41).

27

Pero ¿cuál es la relación entre los CSA y los ciclos de transición hegemónica o ciclos

hegemónicos (CH)? El Gráfico 4 nos ayuda a clarificar ese vínculo: durante las fases de

expansión material paralelamente transcurren las fases de expansión sistémica hegemónica

donde se presentan los dos tipos de liderazgo, el de la reorganización sistémica (asociado a

formas de cooperación interestatal) y el que se da “en contra” de la voluntad del Estado

dominante (asociado a la competencia interestatal). Entonces, cuando se transita a las fases de

expansión financiera también se lo hace hacia las fases de crisis y posteriormente colapso de la

hegemonía, en las que se acentúan los procesos de competencia interempresarial e interestatal

y surgen nuevas estructuras de poder por debajo de las dominantes; aquí la expansión

financiera tiene un efecto ambiguo, porque por un lado frena el colapso hegemónico (la

excesiva liquidez de los mercados financieros va hacia el Estado hegemónico), pero por otro lo

refuerza (reubica el capital en le estructura hegemónica emergente).

Gráfico 4: CICLOS SISTÉMICOS DE ACUMULACIÓN Y CICLOS HEGEMÓNICOS EN EL

PLANTEAMIENTO ARRIGHIANO

Fuente: Elaboración propia con información de Arrighi (2001, pp. 8-43)

Tiempo

FASES DE EXPANSIÓN MATERIAL El capital adopta su forma mercancía

FASES DE EXPANSIÓN SISTÉMICA DE LA HEGEMONÍA

Cooperación y competencia interestatal

FASES DE EXPANSIÓN FINANCIERA El capital recobra su flexibilidad y

vuelve a su forma dinero. Periodos del otoño de los CSA y CH,

por tanto periodos de transición hegemónica

CSA CH

FASES DE CRISIS Y COLAPSO HEGEMÓNICO

Intensificación de la competencia interestatal e interempresarial, de los

conflictos sociales y emergencia de nueva estructura hegemónica

28

Ahora, en el Gráfico 4 también se muestra que cada ciclo (CSA y CH) tiene un mayor tamaño

que el anterior y esto se debe a que los recursos organizativos con los que cada nuevo Estado

hegemónico reorganiza el sistema (que son heredados del Estado en declive) han tendido

progresivamente mayor alcance y concentración.

Sin embargo, este proceso de los CH: una estructura hegemónica que genera una expansión

sistémica, que a su vez lleva al caos hegemónico, cuyo resultado será el surgimiento de una

nueva hegemonía, depende en su recurrencia, de acuerdo a Arrighi [2001, 40-42], tanto de la

“contingencia histórica como de la necesidad sistémica”. Por eso esa secuencia tiene cierto

grado de incertidumbre (dependen de la contingencia histórica) y en el caso por ejemplo de la

actual transición hegemónica, él mismo señalaba que su dinámica transcurría hacia un destino

aún desconocido y también enfatizaba en el hecho de que la propia evolución del sistema

habría ido haciendo cada vez más problemática la reproducción de los CH.

IV.2. Periodización histórica de los CSA

Dado que los CSA constituyen unidades histórico-comparativas, es imprescindible referirse a

las características y elementos concretos que asumieron los 4 CSA que Arrighi identitica (el

genovés, el holandés, el británico, y actualmente el estadounidense). A través de la elaboración

del Cuadro 4 se pretende rescatar esos elementos históricos, intentando asociarlos en cada

caso a lo que serían las condiciones que posibilitaron su emergencia, las fases de expansión

material y de cooperación y construcción hegemónica, y las fases de expansión financiera,

lucha interestatal y caos sistémico, que finalmente darán lugar a un nuevo régimen de

acumulación. Se ha introducido un elemento al final, que tiene que ver con la envergadura de

cada sucesivo CSA, en donde se puede apreciar que el alcance y la complejidad de cada uno

de ellos ha ido en aumento a lo largo del tiempo.

Aquí también es necesario hacer algunas acotaciones respecto a la lectura arrighiana del

declive hegemónico estadounidense que veía y de la posibilidad del surgimiento de un nuevo

régimen de acumulación.

Para Arrighi no estaba claro [1999] si estábamos asisitiendo al inicio de una nueva etapa de

desarrollo capitalista, o en otros términos a un nuevo liderazgo en la economía-mundo

capitalista, de lo que sí el no tenía duda era que el centro de los procesos de acumulación de

29

Cuadro 4: PERIODIZACIÓN HISTÓRICA DE LOS CSA

CSA GENOVÉS CSA HOLANDÉS CSA BRITÁNICO CSA ESTADOUNIDENSE

Duración aproxima-

da Siglo XV-principios s. XVII Fines s. XVI-fines s. XVIII 2da mitad s. XVIII-inicios s. XX Fines s. XIX-actualidad

Cualidad distintiva del centro de poder líder del

CSA

Génova: ciudad que

contempló la rápida formación de ricos y poderosos

empresarios implicados simultánea o sucesivamente

en el negocio bancario, el comercio y la industria

Amsterdam fue el centro

neurálgico de intercambio e intermediación del comercio

europeo y mundial y también el mercado central de dinero y

capital de la economía-mundo europea, vía creación de la primera bolsa de valores de

mercado continuo.

Gran Bretaña pudo ejercer sus

funciones de centro neurálgico mundial de intercambio comercial e

intermediación financiera a una escala que excedió con creces lo

que sus predecesores jamás pudieron soñar, precisamente

porque su actividad económica revistió un carácter industrial e

imperial.

La economía mundo había crecido hasta abarcar a todo el globo y cuando

el Pacífico emergió como una zona económica rival al Atlántico, Estados Unidos paso a ocupar una posición

central: una isla de tamaño continental con acceso ilimitado a los dos mayores

océanos del mundo

Condicio-nes de emergen-cia (Expan-sión financiera anterior)

Luego de la expansión comercial (fundada en la competitividad de la ruta comercial de Asia central hacia China y el control genovés cuasi-monopólico sobre la terminal del Mar Negro de esa ruta) de fines del s. XIII y principios del s. XIV siguió una expansión financiera (fines del s. XIV- inicios del s. XV) con el gran crash de inicios de la década de 1340 como su punto álgido, en el marco de la cual se forman las agencias que llevan adelante este primer CSA: el enclave capitalista del norte de Italia (la acumulación de capital se concentra en ellas). Esta expansión financiera se produce en un estado de guerra generalizado en el subsistema de ciudades- Estado italianas (por ejemplo, la Guerra de Chioggia, que

Hay un continuo estado de guerra (engendrada por la lucha franco-española) a lo largo de la primera mitad del s. XVI y las finanzas de la España imperial son sometidas a un drenaje (por parte de la piratería y los corsarios holandeses). La riqueza y el poder de Holanda se basaron en las redes comerciales y financieras que la oligarquía capitalista había desgajado de los imperios marítimos y coloniales. La fuente principal de riqueza y poder de los holandeses fue el control de los suministros de grano y pertrechos navales procedentes del Báltico.

La derrota del poder marítimo holandés entre 1781-84, durante la cuarta guerra anglo-holandesa, la consiguiente revolución de “Batavia” y la contrarrevolución orangista aceleraron el desbancamiento de Amsterdam en beneficio de Londres como centro operativo financiero de la economía, hecho que se completó durante las guerras napoleónicas, que borraron del mapa de Europa a las Provincias Unidas. Durante el siglo XVIII, Londres ganó terreno a Amsterdam como centro rival de las altas finanzas. A fines de ese siglo, el capital invertido en las compañías estatutarias por acciones se había concentrado casi totalmente en la Compañía de las Indias Orientales inglesa El tributo imperial procedente de la India y de otras fuentes coloniales, refuerza la solvencia crediticia de Gran Bretaña y la libera de su dependencia de capital extranjero.

Su dimensión continental, su insularidad y su dotación extremadamente favorable de recursos naturales, además de la coherente política seguida por su gobierno para mantener cerradas las puertas de su mercado doméstico a los productos extranjeros, pero abiertas al capital, fuerza de trabajo y empresas extranjeras, habían hecho de los Estados Unidos el principal beneficiario del imperialismo del libre comercio británico. Al final de la Primera Guerra Mundial, los Estados Unidos habían recomprado a precio de saldo algunas de las enormes inversiones que habían constituido la infraestructura de su economía doméstica durante el s. XIX. La suspensión de la convertibilidad en oro de la libra esterlina en 1931, condujo a la destrucción final de la red independiente de transacciones comerciales y financieras de alcance mundial sobre la que reposaban las fortunas de la City de Londres.

30

haría declinar el poder genovés en el Mar Negro y el este del Mediterráneo) y en el sistema político europeo en general y en medio de la intensificación de la competencia interestatal por el capital en busca de inversión. La sede geopolítica del equilibrio de poder entre el papa y el emperador (autoridades centrales del sistema medieval) fue el enclave en el norte de Italia.

La Revolución Industrial, que consistió en la rápida expansión de las industrias textiles y metalúrgicas inglesas, se produjo durante la expansión financiera holandesa, a lo largo del s. XVIII. A fines del s. XVIII y principios del s. XIX, el régimen británico desbandó al holandés mediante la internalización de los costes de producción, cuya principal expresión estuvo constituida por el industrialismo.

En 1938, la renta nacional estadounidense era aproximadamente igual a la suma de las de Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia y los países del Benelux. Estados Unidos fue el taller del esfuerzo de guerra de los Aliados y de la reconstrucción postbélica europea (Plan Marshall).

HEGEMO-

NÍA y

coopera-ción

interesta-tal

Relaciones cooperativas y de complementariedad de las actividades comerciales entre sus centros de acumulación: Florencia (especializada en el comercio textil) y Milán (especializada en el comercio metalúrgico) se ocupaban en la actividad manufacturera y comercio por tierra con el noroeste de Europa; mientras que Venecia (especializada en los negocios con el circuito del sudeste de Asia, basado en el comercio de especias) y Génova (especializada en los negocios con el circuito del centro de Asia, basado en el comercio de la seda) se ocupaban del comercio marítimo con el este de Europa.

Se forma un nuevo tipo de Estado (Provincias Unidas), un nuevo tipo de sistema interestatal (Westfalia, con el que los gobernantes legitimaron sus respectivos derechos absolutos de gobierno sobre territorios mutuamente exclusivos) y un nuevo tipo de organización comercial (compañías estatutarias por acciones).

El poder sobre el sistema interestatal fue resultado de la adopción unilateral por parte del Reino Unido de la ideología y de la práctica del libre comercio. Desde mediados de la década de 1840 hasta 1931, Gran Bretaña mantuvo unilateralmente su mercado doméstico abierto a los productos de todo el mundo. Esta política, combinada con la expansión territorial de ultramar y con el desarrollo de la industria doméstica de bienes de capital, se convirtió en un poderoso instrumento de gobierno de toda la economía-mundo. El sistema-mundo capitalista reconstituida bajo la hegemonía inglesa fue un imperio-mundo y una economía-mundo

A finales de la II Guerra Mundial emergieron los contornos del nuevo orden mundial: Bretton Woods y las Naciones Unidas. El keynesianismo global transformó el caos sistémico de las décadas de 1930-40 en el ordenado condominio soviético-americano del poder mundial de las décadas de 1950-60. El FMI y el BM y las Naciones Unidas se convirtieron o bien en instrumentos suplementarios manejados por el gobierno de EE.UU. para ejercer sus funciones hegemónicas mundiales, o cuando no pudieron utilizarse de ese modo, se les impidió el desempeño de sus propias funciones institucionales. La hegemonía estadounidense se alejó de los principios y prácticas del liberalismo del s. XIX, optando por una mayor implicación gubernamental en la regulación económica.

Este CSA tuvo sus cimientos en la formación de una nueva estructura organizativa que combina las fuerzas de las redes cosmopolitas de acumulación (fundamental-

En 1640, los barcos holandeses transportaban tres cuartas partes de las mercancías entregadas en los puertos españoles y en 1647-1648, posiblemente antes de la paz de Munster, transportaban la

La combinación de la Revolución Industrial en el ámbito doméstico y la destrucción, tras Waterloo, de cualquier barrera o competencia frente a la hegemonía británica en el exterior, produjo una forma

El gobierno estadounidense (décadas de 1950 y 60) controló de modo efectivo la liquidez mundial y pudo utilizar este control para promover y sostener una expansión generalizada del comercio mundial, que tenía pocos

31

Expan-

sión material

mente genovesas) con las redes de poder más poderosas del momento (hispano-portuguesas). Se trata de una asociación entre el elemento aristocrático-territorialista de la Península Ibérica (que se especializó en el suministro de protección y la obtención de poder) y las empresas del capitalismo genovés (que se especializaron en la compra-venta de mercancías y la búsqueda de beneficios), cuyo resultado son los “grandes descubrimientos” de fines del s. XV (apertura de una ruta comercial directa entre Europa y las Indias orientales y la conquista y saqueo de las Américas) que a su vez terminan consolidando esa asociación. El sistema genovés de acumulación se definió por el triángulo de flujos que vinculaban entre sí a Sevilla, Amberes y Bisenzone (a través del flujo de metales preciosos, letras de cambio, contratos con el gobierno imperial de España y excedentes monetarios)

mayor parte de la plata de España. La superioridad holandesa en el tinte y “aprestado” de los tejidos constituyó un mecanismo para succionar gran parte de los beneficios de la producción inglesa y también para erosionar el comercio inglés con la región del Báltico. Las compañías comerciales fueron el principal instrumento mediante el cual las agencias gubernamentales y empresariales holandesas transformaron en el s. XVII su supremacía comercial regional, basada primordialmente en su control del Báltico, en una supremacía comercial mundial. Fueron el medio mediante el cual la clase capitalista holandesa estableció vínculos directos entre el centro de almacenamiento y distribución de Amsterdam, por un lado, y los productores de todo el mundo, por otro. Las compañías estatutarias produjeron su propia protección al ser autosuficientes y competitivas en el uso y el control de la violencia. La VOC (Compañía de las Indias Orientales Holandesa) fue el arma decisiva para el control exclusivo estratégico desde el punto de vista regional: grano y pertrechos navales en el comercio báltico, especias finas en el comercio con el océano Índico.

novedosa de economía mundial, en la que los manufactureros británicos disfrutaron de una supremacía abrumadora en un entorno definido por el libre comercio internacional generalizado. Es difícil imaginar el gran salto adelante en la mecanización de la industria textil británica sin la conquista del mercado indio y la destrucción de su industria textil (sin el control de la India, la conversión de las clases dominantes inglesas a la doctrina ricardiana del libre comercio habría sido un absurdo). La construcción del ferrocarril se convirtió en un servicio que Gran Bretaña pudo lanzar al exterior. Entre 1845-1849 y 1870-1875, las exportaciones británicas de hierro y acero destinadas a la construcción ferroviaria se triplicaron holgadamente y las exportaciones de maquinaria se multiplicaron por nueve. El resultado de esta aceleración de la expansión material del capital fue la globalización de la economía-mundo capitalista: todo el planeta se convirtió en parte de esta economía. Las funciones de taller y de centro de intercambio e intermediación comercial ejercidas por Gran Bretaña durante el s. XIX fueron las dos caras de un mismo proceso de formación del mercado mundial, que se reforzaron recíprocamente.

precedentes en la historia capitalista. Fue el keynesianismo militar del gobierno estadounidense el que inició la fase de expansión material postbélica. La integración de los procesos de producción en masa con los procesos de distribución en masa en una única organización dio lugar a un nuevo tipo de empresa capitalista. Se trata del capitalismo corporativo, que emergió en EE.UU. Las corporaciones de ese país, comenzaron a desplazarse a países extranjeros casi en el mismo momento en que habían concluido su integración doméstica-continental (de empresas nacionales a internacionales). El comercio internacional consistía en realidad en transacciones intraempresariales. Las vinculaciones microeconómicas transnacionalizadas han creado una “región” no territorial en la economía mundial: un espacio de flujos descentrado y, sin embargo, integrado, que opera a tiempo real y que existe al lado de los espacios constituidos por lugares que denominamos economías nacionales.

Cuando en 1560, los grandes descubrimientos, la

Alrededor de 1740, la fase de expansión material se convirtió en

La segunda mitad del s. XIX se caracterizó por las grandes olas de

Entre 1968-73, los depósitos efectuados en el denominado mercado

32

Expan-sión

financiera

organización del comercio a larga distancia en el interior y a través de las fronteras de los extensos imperios hispano-burgueses y la creación de un mercado mundial embrionario en Amberes, Lyon y Sevilla ya no fueron medios para la autoexpansión del capital genovés, éste se retiró a la esfera de las altas finanzas. El capitalismo financiero cosmopolita genovés fue un rehén de las tendencias y recursos territorialistas de sus aliados ibéricos. Los banqueros mercantiles genoveses se convirtieron en los banqueros del gobierno de la España imperial Se da a fines del siglo XVI e inicios del s. XVII

una de expansión financiera, aunque en realidad ésta ya había comenzado tras la finalización de la Guerra de Sucesión española. Desde 1740, cuando la competencia en el comercio de larga distancia se intensifica, las redes empresariales holandesas abandonas las actividades comerciales y se especializan en las altas finanzas (en la inversión en títulos públicos y valores ingleses, que eran la mejor colocación). En 1762 poseían un cuarto de la deuda inglesa.

exportación de capital desde Gran Bretaña, la expansión de sus redes bancarias provinciales y por la creciente integración de las mismas en las redes de la City. Si Londres fue en algún momento el eje económico real del mundo y la libra esterlina su fundamento, ese momento estuvo localizado entre 1870 y 1913. El colapso en 1931 del patrón-oro que sustentaba la libra esterlina, marcó la crisis terminal del dominio británico sobre el dinero mundial.

de eurodólares o eurodivisas experimentaron un alza repentina seguida de 20 años de crecimiento explosivo, durante esos mismos seis años se abandonó el sistema de las paridades fijas. La primera crisis del petróleo de finales de 1973 impulsó la expansión financiera en curso. Las laxas políticas monetarias estadounidenses de la década de los 1970, reforzaron las tendencias que impulsaban el crecimiento explosivo de los mercados monetarios extraterritoriales (petrodólares, eurodólares) Esta expansión financiera ha sido testigo del crecimiento explosivo del Japón y otros estados del Este de Asia, como nuevo centro del proceso de acumulación de capital a escala mundial. Estados Unidos no está exportando capital a un nuevo centro emergente, lo está atrayendo.

Intensifi-cación de las luchas interesta-

tales

En el marco de la intensificación de las luchas competitivas por el poder (que favorecieron al capitalismo holandés) se da el languidecimiento del dominio genovés en las altas finanzas europeas, la progresiva erosión del poder de la España imperial y la ruptura de la alianza hispano-genovesa.

A finales del s. XVII, el éxito del mercantilismo inglés y francés estaba ya imponiendo serias restricciones sobre los recursos del sistema comercial mundial holandés para continuar expandiendo su escala y su radio de acción. A finales del siglo XVII, una compañía inglesa, la Compañía Real Africana (instituida en 1672) se había convertido en la más poderosa y eficaz de las compañías europeas constituidas exclusivamente para comerciar con África. El principal problema de las

La gran expansión del comercio mundial de mediados del s. XIX había conducido a una intensificación de las presiones competitivas sobre las agencias de acumulación de capital. Un número cada vez mayor de empresas comerciales destrozaron el “monopolio” de las agencias británicas sobre sus nichos de mercado. La lucha interestatal por el poder tendía a elevar los costes de protección por encima de los beneficios que se podían obtener. Cuando la lucha adquirió proporciones decisivas en la I Guerra Mundial, se selló el destino

“El caos de los últimos seis, siete años, se debe a la respuesta de la administración de Busch al 11 de septiembre [del 2001], que en algunos aspectos fue un caso de suicidio entre las grandes potencias. Lo que la potencia en declive hace es muy importante, porque tiene la capacidad de crear caos. Todo el “Proyecto para un Nuevo Siglo Americano” fue una negativa a aceptar el declive. Fue una catástrofe. Se tuvo el desastre militar en Irak y la presión financiera relacionada a la posición de los Estados Unidos en la economía mundial, transformándolo de un país acreedor a la nación más endeudada de la historia mundial... Entonces, la tarea que enfrenta ahora Obama es

33

compañías estatutarias por acciones radicaba en que en el comercio atlántico en general y en el africano en particular, resultaba difícil hacer respetar sus monopolios.

del régimen de acumulación británico. El Estado que se benefició especialmente de esta intensificación de la lucha por el poder interestatal fue Estados Unidos, básicamente porque había heredado la posición británica de insularidad (estaba notablemente protegida de la guerra hegemónica entre 1941-45)

pensar en administrar el declive de manera inteligente. Eso es lo que él puede hacer. Pero su idea de un aumento de la intervención de los EE.UU. en Afganistan es, por decir lo menos, preocupante”. (Arrighi 2009).

Enverga-dura y

compleji-dad de la

estructura líder del

CSA

En el momento del ascenso y total expansión del régimen genovés, la República de Génova era una ciudad-Estado de pequeño tamaño y organización simple, que en realidad detentaba muy poco poder, muy dividida socialmente y poco segura militarmente; un Estado débil en comparación con la totalidad de las grandes potencias de la época. Las oligarquías del norte de Italia fueron líderes no sólo de los procesos de acumulación de capital sino también de los de construcción del Estado y organización de la guerra

Las Provincias Unidas eran un tipo híbrido de organización que combinaba ciertos rasgos de las ciudades-Estado en trance de desaparición con características de los Estados-nación emergentes. Fue una organización mucho mayor y mucho más compleja que la República de Génova. El CSA holandés en comparación con el genovés internalizó los costes de protección. Este fue el factor que permitió a los holandeses llevar los procesos sistémicos de acumulación un paso más allá en relación a las potencialidades de la clase capitalista genovesa. Es decir, la fuerza del CSA radicó en la internalización total de los costes de protección en la agencia de acumulación de capital. Esto le permitió superar sus dimensiones regionales y convertirse en un verdadero sistema-mundo.

El sistema británico de empresa comercial se asemejó a un conjunto de medianas empresas altamente especializadas vinculadas por una compleja red de transacciones comerciales que se centraba en Gran Bretaña, pero que se extendía por todo el mundo. El imperialismo y el régimen unilateral de libre comercio fueron las dos circunstancias fundamentales que distinguieron este tercer CSA. En su momento de ascenso y total expansión, Gran Bretaña era un Estado-nación totalmente desarrollado, una organización mucho mayor y más compleja que las Provincias Unidas y además estaba conquistando un imperio comercial y territorial de dimensiones mundiales que concedería a sus grupos dominantes y a su clase capitalista un dominio sin precedentes sobre los recursos humanos y naturales de todo el mundo y a producir toda protección necesaria para la autoexpansión de su capital.

En la década de 1970, cuando comenzó la crisis de la hegemonía estadounidense, las corporaciones transnacionales habían conformado un sistema de producción, intercambio y acumulación a escala mundial que no se hallaba sujeto a ninguna autoridad estatal y disponía de poder para someter a sus propias “leyes” a todos y cada uno de los miembros del sistema interestatal, incluidos los EE.UU. En el momento en que se produjo el ascenso y total expansión de este CSA, los EE.UU. eran algo más que un Estado-nación totalmente desarrollado. Era un complejo militar-industrial continental dotado de un poder suficiente para proporcionar protección eficaz a un elevado número de gobiernos subordinados y aliados; este poder, combinado con el tamaño, la insularidad y las riquezas naturales presentes en su propio territorio, permitió a la clase capitalista estadounidense “internalizar” no únicamente los costes de protección y producción, sino también los costes de transacción, es decir, los mercados de los que dependía la autoexpansión de su capital.

Fuente: Elaboración propia con información de Arrighi (1999)

34

capital, se había desplazado desde Norteamérica a una región que era Asia; no obstante ésta

es débil militarmente en comparación a Estados Unidos, que conservaría aún el cuasi-

monopolio del uso legítimo de la violencia a escala mundial.

Además, mencionaba que habían ciertas “anormalidades” en esta fase de declive hegemónico,

una de las más importantes: los EE.UU. no estarían siguiendo la pauta de comportamiento de

los anteriores imperios exportadores de capital, sino que más bien estaría atrayendo una nueva

ola de capital.

V. Algunas críticas a la formulación de los CSA

Una de las principales críticas que se le realiza a la periodización de distintas longitudes

temporales de los ciclos económicos, podríamos decir que en particular a los largos, tiene que

ver con el cuestionamiento a circunscribir fenómenos tan complejos como el mismo

desenvolvimiento de los procesos económico sociales mundiales a determinadas

periodizaciones (50 años, un siglo, 200 años, 500 año, etc.), pues esto significaría que se

podría enmarcar esos fenómenos tan complejos dentro de una regularidad determinada y por

tanto fácil de predecir. Y además de esto, como bien señala Guillén [1993, p. 64], al suponer la

estricta “regularidad y recurrencia del ciclo largo” estaríamos (si lo asociamos a éste con el

capitalismo) aceptando “la posibilidad de reforma sin límite” de este modo de producción (su

evolución sería regularmente continua).

¿Eso significa que toda propuesta de clasificación cíclica es inútil? Creemos que no, pues

cualquier esquema que intente explicar los complejos fenómenos sociales es necesariamente

una simplificación de la realidad. Y es pertinente rescatar a Martins [2008, p. 206] cuando

señala que los ciclos “no son fuerzas automáticas que actúan de forma independiente de la

voluntad humana”, sino por lo menos en el caso de los ciclos largos, manifestaciones

“relacionales de ciertos padrones sociales dominantes de organización de la vida humana [que]

afirman la dinámica más profunda del desarrollo del capitalismo” y por tanto “su expresión

histórica supone importantes contradicciones que hacen parte de su propia temporalidad y

pueden desarticularla”

Pero vayamos a mencionar críticas más específicas que se hacen al planteamiento arrighiano.

Por el tema del espacio nos concentraremos en dos autores, Samir Amin y Jorge Veraza.

35

En primer lugar, de acuerdo a Amin [2008, 17], reconocer la sucesión de fases de crecimiento

rápido en el capitalismo, seguidas de momentos difíciles “no significa necesariamente admitir

una teoría cíclica”. Según este autor, se podría “hablar de un ciclo solamente si están definidos

los mecanismos que reproducen monótonamente su movimiento” y esto implicaría la necesidad

de que “la articulación de las diversas dimensiones de la realidad (flujos económicos,

innovaciones tecnológicas, conflictos sociales y políticos, etc.) funcione de forma idéntica de un

ciclo a otro”.

Generalmente, señala Amin [2008, pp. 18-19], los ciclos largos han estado asociados a

sucesiones hegemónicas (ese es el caso también de Arrighi), pero estas lecturas serían

erróneas porque “las formaciones políticas constituye una realidad permanente en la historia”.

Los que plantean que Venecia o las provincias Unidas fueron hegemónicas no toman en cuenta

que si bien fueron “extraordinarios centros financieros y comerciales… de hecho [estuvieron]

constreñidos por sus acuerdos con el mundo feudal rural, que los doblegó en todas partes, y

por los equilibrios políticos que eso implicó, en medio de los conflictos con las grandes

monarquías”. Y lo mismo podría decirse de Gran Bretaña en el siglo XVIII, que “ni fue capaz de

afirmar un poder distinto en los asuntos del continente europeo, ni fue realmente capaz de

dominar las periferias potenciales de ultramar… El avance industrial y el monopolio financiero

de Gran Bretaña, reales en ese momento, no condujeron a una hegemonía efectiva”. La

hegemonía, enfatiza Amin “lejos de constituir la regla en la historia de la expansión del mundo

capitalista, es la excepción, de una corta y frágil duración”

Por su parte, de acuerdo a Veraza [2011, p. 112-113 y 117], una de las consecuencias de

seguir la “periodización esquematizada del desarrollo del capitalismo” es creer que la

hegemonía estadounidense caerá sólo por la fuerza del pronóstico. Esto en contraposición al

hecho de que hasta la actualidad no habría en el horizonte ningún rival de Estados Unidos para

la hegemonía mundial, y si es que esta potencia caería sería más por los límites tecnológicos

(agotamiento de reservas petroleras hasta el 2030 y su incapacidad de remodelar su base

industrial) y no porque un ciclo de larga o corta duración así lo establece. Arrighi no estaría

tomando en cuenta que la duración de la hegemonía norteamericana estaría determinado “por

el contenido geopolítico” que la sustenta, es decir por su peculiar ubicación geopolítica y el

dominio sobre la cuencas de los Océanos Atlántico y Pacífico.

36

Además Veraza argumenta [2011, 112, 114 y 116] que la periodización arrighiana, “más allá de

ser sugerente y elegante” no tiene otro fundamento más que la analogía histórica y por tanto

termina convirtiéndose en una ideología.

VI. Conclusiones

Cuando Arrighi se embarca en la tarea de estudiar el desarrollo histórico del capitalismo y

formula teóricamente los CSA es plenamente consciente de la complejidad y limitaciones que

esto acarrea, pues está intentando nada más y nada menos plantear, en cierto sentido, una

especie de macroteoría.

Nutriéndose de algunas ideas braudelianas vinculadas a las expansiones financieras como

etapas otoñales de los procesos de acumulación mundial, a la flexibilidad como una cualidad

esencial del capitalismo y la relación dinero y poder (que se plasma en los procesos de

cooperación pero también de competencia interestatal) como vital para el desarrollo de este

sistema; rescatando la fórmula general del capital de Marx como una pauta del desarrollo

económico mundial del capitalismo diferenciado en fases de expansiones materiales y

financieras; y también valiéndose de la concepción gramsciana de hegemonía y de la idea

weberiana de la competencia interestatal del capital en busca de inversión, planteará, a partir

de un análisis histórico comparativo, cuatro CSA (el genovés, el holandés, el británico y el

estadounidense).

Este tipo de análisis que podría ser calificado como “heterodoxo” presenta en primer lugar una

gran cualidad, la capacidad de vincular fenómenos económicos, sociales y geopolíticos en la

comprensión de la dinámica del desarrollo capitalista.

Varios temas controversiales pueden surgir al estudiar el planteamiento arrighiano, como por

ejemplo ¿empezó en realidad el capitalismo antes del despegue industrial británico?, ¿es en

verdad inevitable el declive hegemónico estadounidense?, ¿el quinto CSA estará

indudablemente sustentado en China? Sin embargo, no se puede negar que la lectura cíclica

arrighiana constituye una invitación creativa para la comprensión de los fenómenos económicos

y políticos que se presentan en la actualidad a nivel mundial, a partir de ciertas regularidades

que se habrían dado en su funcionamiento pasado.

37

VII. Bibliografía

Amin, S., (2006). “La historia comprendida como ciclo eterno”, Revista Mundo Siglo XXI,

Número 5, verano 2006, colección volumen II. México, pp. 5-22. Disponible,

http://www.mundosigloxxi.ciecas.ipn.mx/index.php/coleccion/volumen-2/pdf/v02/05/01.pdf

Arrighi, G., (1999). El Largo Siglo XX. Dinero y poder en los orígenes de nuestra época.

Ediciones Akal, SA. Cuestiones de antagonismo. Traducción de Carlos Prieto del Campo.

Madrid-España.

Arrighi, G. and B. Silver, (2001). Caos y orden en el sistema-mundo moderno. Ediciones Akal,

SA. Traducción de Juan Mari Madariaga. Madrid-España.

Arrighi, G., (2007). Adam Smith en Pekín. Orígenes y fundamentos del siglo XXI, Ediciones

Akal, SA. Cuestiones de antagonismo, Traducción de Juan Mari Madariaga, Madrid,

España.

Arrighi, G., (2009). “The winding paths of capital”, New Left Review, n. 56, March-April 2009.

Disponible, http://temi.repubblica.it/micromega-online/the-winding-paths-of-capital/

Braudel, F., (1958). “La larga duración”, Revista Académica de Relaciones Internacionales,

Núm. 5 Noviembre de 2006, UAM-AEDRI, pp. 1-36.

Dos Santos, T., (2005). “André Gunder Frank”, Rebelión, 29-04-2005, pp. 1-2.

Dos Santos, T., (2011). Marxismo y ciencias sociales. Una revisión crítica. Ediciones

Luxemburg, Primera Edición. Buenos Aires, Argentina.

Estey, J., (1960). Tratado sobre los ciclos económicos, Tercera Edición en español, Fondo de

Cultura Económica, Sección de obras de economía-ciclos económicos, México.

Fiori, J., (2009). “Giovanni Arrighi, In Memorian”, Sin Permiso, agosto–septiembre, 2009,

Traducción de Carlos Abel Suárez, pp. 51-52.

Fondo Monetario Internacional (FMI), (2013). “Dolores de crecimiento” en Perspectivas de la

economía mundial, 9 de julio de 2013. Washington D.C., pp. 1-4.

Guillén, A., (1993). “La teoría de las ondas largas en la explicación de las crisis económicas”,

Ensayos y artículos, problemas del desarrollo, vol. XXIV, núm 92, Enero-marzo 1993,

México, pp. 49-65.

38

Herrera, R., (2006). “¿Por qué (re)leer las teorías del sistema mundial capitalista? Amin,

Wallerstein, Arrighi y Frank”, Laberinto, n° 21, 2° cuatrimestre 2006. Traducción de Leticia

Sánchez Balsalobre y Macarena Molina Gutiérrez, pp. 73-83.

International Labour Organization (ILO), (2013). “Global Employment Trends 2013. Recovery

from a second jobs dip”. Disponible, http://www.ilo.org/global/research/global-

reports/global-employment-trends/2013/WCMS_202326/lang--en/index.htm (Recuperado

el 20 de julio de 2013).

Kondratieff, N., (1935). “Los grandes ciclos de la vida económica” en Haberler Gottfried (Eds.)

Ensayos sobre el ciclo económico (1956), Segunda edición en español. Versión española

dirigida por Víctor L. Urquidi. Fondo de Cultura Económica, México, pp. 35-56.

Korotayev, A. and S. Tsirel, (2010). “A Spectral Analysis of World GDP Dynamics: Kondratieff

Waves, Kuznets Swings, Juglar and Kitchin Cycles in Global Economic Development, and

the 2008–2009 Economic Crisis”, Structure and Dynamics 4(1): eJournal of

Anthropological and Related Sciences Univesity of California Irvine, pp. 1-55.

Levy-Carciente, S., (2004). “Ciclos y Fluctuaciones Financieras: la Irregular Dinámica

Económica”, Revista Análise Econômica, Faculdade de Ciências Econômicas da

Universidade Federal do Rio Grande do Sul (UFRGS). Ano 22, n° 41, marzo 2004, Porto

Alegre, Brasil, pp. 117-153.

Mandel, E., (1979). El capitalismo tardío, Ediciones Era, México.

Mandel, E., (2013). “El debate internacional sobre las ondas largas del desarrollo capitalista: un

balance intermedio” pp. 5-16 Disponible,

http://www.iade.org.ar/modules/noticias/article.php?storyid=4398 (Recuperado el 20 de

julio de 2013).

Martins, C., (2005). “Los Desafíos del Sistema Mundial para el Siglo XXI: Perspectivas para la

América Latina”. Artículo proveniente de la Comunidad Virtual de Gobernabilidad y

Liderazgo. Tema Sinergia Regional. Disponible,

http://www.gobernabilidad.cl/modules.php?name=News&file=article&sid=891 (Recuperado

el 20 de julio de 2013).

Martins, C., (2008). “La crisis del sistema en el mundo capitalista: la coyuntura contemporánea y

los desafíos de América Latina”, Revista Latinoamericana de Economía: “Problemas del

desarrollo”, vol. 39, No 154, julio-septiembre, 2008, pp. 199-216.

39

Modelski, G., (2005). “Long-Term Trends in World Politics”, Journal of World-System Research.

Volume XI, Number 2, December 2005, pp. 195-206.

Modelski, G., (S.F.) “Kondratieff (or K-) waves”. Disponible,

http://faculty.washington.edu/modelski/IPEKWAVE.html (Recuperado el 10 de junio de

2013).

Moreno, F., (2006). “En qué se equivoca el Sr. Rodrigo Rato (FMI)? La quinta onda larga de

Kondratieff”, Rebelión (30/11/2006). Disponible,

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=42206

Moreno, F., (2008). “Perspectiva histórica y salida alternativa a la actual crisis del sistema

financiero internacional”, Rebelión (02/04/2008).

Padilla, E., (1967). Ciclos económicos y política de estabilización, Primera Edición, Siglo XXI

Editores, México.

Pacheco, N., (1985). “Efectos de las ondas largas en la economía boliviana. 1825-1905”, Tesis

de grado para Licenciatura en Economía, UMSA, marzo de 1985, La Paz-Bolivia.

Reifer, T., (2009). “El cartógrafo del capital. Giovanni Arrighi (1937-2009)” Obituario, New Left

Review, 60, pp. 115-127.

Rodriguez, J., (2004). “La nueva fase de desarrollo económico social del capitalismo mundial”,

Tesis doctoral, Universidad Nacional Autónoma de México.

Sandoval, L., (2004). “Los ciclos económicos largos Kondratiev” Instituto de Investigaciones

Económicas, Universidad Nacional Autónoma de México, 2008, México, pp. 1-66.

Schumpeter, J., (1912). Teoría del desenvolvimiento económico. Segunda Edición, Fondo de

Cultura Económica. México. 1997.

Schumpeter, J., (1935). “Análisis del Cambio Económico” en Haberler Gottfried (Eds.) Ensayos

sobre el ciclo económico (1956), Segunda edición en español. Versión española dirigida

por Víctor L. Urquidi. Fondo de Cultura Económica, México, pp. 17-34.

Schumpeter, J.., (1954). Historia del Análisis Económico. Ediciones Ariel Esplugues de

Llobregat. Barcelona, España. 1971. Traducción de Manuel Sacristán en colaboración de

José A. García Durán y Narciso Serra.

40

Sierra, Y., (2008). “Ciclos Económicos en la Vida del Capitalismo”, Universidad de Pinar del Río,

Cuba. Disponible, http://www.eumed.net/ce/2008b/ (Recuperado el 16 de de junio de

2013).

Sierra, Y., (2009). “Fundamentos para la interpretación del Desenvolvimiento Global del

Capitalismo Contemporáneo”. Disponible, http://www.eumed.net/ce/2009a/ (Recuperado

el 16 de junio de 2013).

Veraza, J., (2011). Del reencuentro de Marx con América Latina en la época de la degradación

civilizatoria mundial, Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, Oxfam, La Paz-

Bolivia.

Wallerstein, I., (2008). “El capitalismo se acaba”. Entrevista de Antoine Reverchon para “Le

Monde”. 18-10-2008. Traducción de Germán Leyens. Disponible,

http://www.lemonde.fr/la-crise-financiere/article/2008/10/11/le-capitalisme-ouche-a-sa-

fin_1105714_1101386.html (Recuperado el 10 de junio de 2013)

Wallerstein, I., (2009). “Causas y consecuencias de la actual crisis económica” y “Latinoamérica

y los movimientos sociales antisistémicos”. Octubre de 2009. En Pensando el mundo

desde Bolivia. I Ciclo de Seminarios Internacionales. Vicepresidencia del Estado

Plurinacional de Bolivia. La Paz. Bolivia.