Libro decimoséptimo filosofia

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LA CIUDAD DE DIOS HASTA CRISTO

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LA CIUDAD DE DIOS

HASTA CRISTO

En qué tiempo se cumplió la divina

promesa sobre la posesión de la tierra de Canaán, la cual poseyó también el pueblo de Israel, según la carne

las promesas que desde el principio hizo

Dios a Abraham, le prometió dos cosas.

1ra._ su descendencia había de poseer la

tierra de Canaán, lo cual significo:

«Marcha a la tierra que yo te manifestaré, y

haré que crezcas y formes una numerosa

nación»

CAPITULO II

En que se trata de los tiempos en que florecieron los

profetas

Las promesas que Dios hizo a Abraham (a cuya

descendencia sabemos que pertenecen por la divina

palabra, no sólo la nación israelita, según la carne, sino

también las naciones, según la fe)

por algunas acciones que practicaron o sucesos que

prefiguraron y predijeron pertenecen a la Ciudad de Dios y

al reino de los Cielos, y con mucha razón los podemos llamar

profetas.

Se llamó especialmente tiempo de los profetas aquel en que

principió a profetizar Samuel, quien ungió por rey según el

orden de Dios.

CAPITULO I

De las tres significaciones que tenían las profecías de los

profetas, las cuales unas veces se refieren a la Jerusalén

terrena, otras a la celestial y otras a las dos.

Las profecías que hubo en adelante desde este tiempo de los

reyes pertenecen a los hijos carnales de Abraham y parte a

aquella su descendencia, en quien se bendicen todas las

naciones que son coherederas de Cristo, por el Nuevo

Testamento, para alcanzar y poseer la vida eterna y el reino de

los cielos.

pertenecen a la esclava «que engendra esclavos», esto es, a la

terrena Jerusalén, «que sirve con sus hijos»; y parte a la

libre, que es la Ciudad de Dios, esto es, a la verdadera Jerusalén

eterna en los cielos, cuyos hijos, que son los hombres que viven

según Dios, son peregrinos en la tierra.

CAPITULO III

Pero cuando dice la Escritura: «Vendrá día, dice el

Señor, en que estableceré un nuevo pacto y testamento con la casa de Israel y con la casa de Judá, no según el pacto que hice con sus padres el día que les tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; y porque ellos no permanecieron en la observancia de mi pacto, también yo los desprecié. Este será el pacto que estableceré con la casa de Israel; después de aquellos días, dice el Señor, grabaré mi ley en sus almas y la escribiré en su corazón, miraré por ellos seré su Dios y ellos serán mi pueblo.»

Cómo se figuró el cambio del reino de Israel y del

sacerdocio; y lo que antes de este, suceso profetizó la madre de Samuel, representando la persona de la Iglesia

El Señor debilitará a sus enemigos

el Señor es Santo, no se jacte ni gloríe el prudente con su prudencia, no se lisonjee el poderoso en su potencia y no se gloríe el rico en sus riquezas, y solamente pueda lisonjearse el que se gloría de entender y conocer al Señor, y de hacer juicio y justicia en medio de la tierra.

CAPITULO IV

De las cosas que un hombre de Dios dijo proféticamente a Helí, significando cómo había de quitarse el sacerdocio que se había instituido según Aarón

CAPITULO V

Del sacerdocio y reino

Judaico, los cuales, aunque se

dice fundados y establecidos

para siempre, no

subsisten, para que

entendamos que son otros los eternos que se prometen

CAPITULO VI

De la división del reino de Israel

con que se figura la división

perpetua que hay entre el

espiritual Israel y el Israel carnal

CAPITULO VII

De las promesas que hizo Dios

a David en su hijo, las cuales no

se cumplieron en Salomón, sino plenamente en Cristo

CAPITULO VIII

Que en el Salmo 88 se halla otra profecía de

Cristo semejante a la que en los libros de los Reyes promete Dios por medio del profeta Nathan

Salmo 88 «Instrucción para Ethan, israelita»:

se refieren las promesas que Dios hizo al rey David, donde se dicen algunas cosas semejantes a las que se hallan en el libro de los Reyes, como es: «Yo prometí y juré a mi siervo David, que para siempre confirmaré y estableceré tu descendencia»

CAPITULO IX

Cómo sucedió en el reino de la

Jerusalén terrena diferentemente

de lo que prometió Dios para que

entendiésemos que la verdad y

cumplimiento de la promesa

pertenecía a la gloria de otro rey y

de otro reino

CAPITULO X

De la substancia del pueblo de

Dios, la cual está, y se halla por la

sucesión de la carne, en Cristo;

quien fue sólo el que tuvo potestad

de sacar libre su alma de los

infiernos

CAPITULO XI

A qué persona debe entenderse que pertenece la petición de las promesas de que hace mención el Salmo cuando dice: «¿Dónde están, Señor, tus antiguas misericordias?»

CAPITULO XII

Si esta paz que promete Dios a

David puede pensarse que se

cumplió en los tiempos que corrieron reinando Salomón

CAPITULO XIII

Del estudio de David en componer Salmos

CAPITULO XIV

Si todas las profecías que

de Cristo y de su Iglesia hay

en los Salmos las debemos

poner y acomodar en el texto y discurso de esta obra

CAPITULO XV

De las cosas que clara o

figuradamente se dicen en el

Salmo 44 que pertenecen a

Cristo y a su Iglesia

CAPITULO XVI

De las cosas que en el

Salmo 109 pertenecen al

sacerdocio de Cristo y de las

qué en el 21 tocan a su Pasión

CAPITULO XVII

De los Salmos 3, 40, 15 y

67, donde se profetiza la

muerte y resurrección del

Señor

CAPITULO XVIII

Del Salmo 68, donde se

declara la pertinaz incredulidad de los judíos

CAPITULO XIX

Del reino y méritos de David y de su hijo Salomón, y de la profecía que pertenece a Cristo y se halla así en los libros que andan con los que él escribió, como en los que no hay duda que son suyos

CAPITULO XX

Por los reyes que hubo

después de

Salomón, así en Judá

como en Israel

CAPITULO XXI

Cómo Jeroboán profanó

el pueblo que tenía a su

cargo con el pecado de idolatría

CAPITULO XXII

De la variedad del estado de uno y otro reina de los hebreos hasta que en diferentes tiempos a ambos pueblos los llevaron cautivos, volviendo después Judá a su reino, que fue el ultimo que vino a poder de los romanos

CAPITULO XXIII

De los profetas, así de los

últimos que hubo entre los

judíos, como de los que

menciona la historia evangélica

cerca del tiempo del nacimiento

del Señor

CAPITULO XXIV

GRACIAS

POR LA ATENCIÓN

PRESTADA

ALUMNA:

MARÍA INÉS MONTIEL ALCÁNTARA

GRUPO:

2° “B”

MATERIA:

FILOSOFÍA

PROFESOR:

ALFREDO