Leyendas Urbanas de Honduras

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EL COMELENGUAS. En los años 50, en Nacaome, al sur de Honduras, una misteriosa criatura causaba pavor a los lugareños. En Literatura oral de la Zona Sur (Tegucigalpa, 1996), Karen Ramos y Melissa Valenzuela describen cómo varios campesinos observaron un ave gigantesca sobrevolando las haciendas de dicha localidad. Según estos mismos testigos, al día siguiente de los avistamientos se encontraron algunas reses muertas en extrañas circunstancias. Un campesino asegura que vio cómo la criatura atacaba a un toro usando su cola, semejante a una gruesa serpiente, para estrangular al animal y, finalmente, arrancarle la lengua. Sin embargo, esta descripción no concuerda con otros relatos en los que se asegura que el misterioso animal, bautizado con el descriptivo nombre de comelenguas, no dejaba signos de violencia tras sus ataques. En aquella época, muchos hacendados se quejaban de la pérdida de ganado vacuno. Invariablemente, las reses aparecían muertas, con la lengua cortada de raíz y las quijadas dislocadas. También se recogió informaciones semejantes a miles de kilómetros de distancia en el estado de Goias (Brasil). Los casos ocurrieron en los años 40 y presentaban características similares a los que tuvieron lugar en Honduras. Un pariente cercano al comelenguas es el pájaro-león, que atemorizó a los habitantes de la región de Sabanagrande. Según la tradición, esta bestia, descrita como un ave de grandes dimensiones y pico enorme, devoraba o enloquecía a quienes tenían la desgracia de cruzarse en su camino. LA SUCIA. En la región de Texiguat se aparecía una mujer espectral, la sucia. Se trataba de una joven con el cuerpo desnudo, muy esbelta y sensual. Quienes afirman haberla visto aseguran que los cabellos le llegan hasta más abajo de las caderas, pero nadie ha podido ver su rostro. Aquéllos que la contemplan suelen padecer fiebre durante varios días. En Sabanagrande, las gentes del pueblo creen que la sucia es una

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EL COMELENGUAS.En los años 50, en Nacaome, al sur de Honduras, una misteriosa criatura causaba pavor a los lugareños. En Literatura oral de la Zona Sur (Tegucigalpa, 1996), Karen Ramos y Melissa Valenzuela describen cómo varios campesinos observaron un ave gigantesca sobrevolando las haciendas de dicha localidad. Según estos mismos testigos, al día siguiente de los avistamientos se encontraron algunas reses muertas en extrañas circunstancias. Un campesino asegura que vio cómo la criatura atacaba a un toro usando su cola, semejante a una gruesa serpiente, para estrangular al animal y, finalmente, arrancarle la lengua. Sin embargo, esta descripción no concuerda con otros relatos en los que se asegura que el misterioso animal, bautizado con el descriptivo nombre de comelenguas, no dejaba signos de violencia tras sus ataques. En aquella época, muchos hacendados se quejaban de la pérdida de ganado vacuno. Invariablemente, las reses aparecían muertas, con la lengua cortada de raíz y las quijadas dislocadas. También se recogió informaciones semejantes a miles de kilómetros de distancia en el estado de Goias (Brasil). Los casos ocurrieron en los años 40 y presentaban características similares a los que tuvieron lugar en Honduras. Un pariente cercano al comelenguas es el pájaro-león, que atemorizó a los habitantes de la región de Sabanagrande. Según la tradición, esta bestia, descrita como un ave de grandes dimensiones y pico enorme, devoraba o enloquecía a quienes tenían la desgracia de cruzarse en su camino.

LA SUCIA.En la región de Texiguat se aparecía una mujer espectral, la sucia. Se trataba de una joven con el cuerpo desnudo, muy esbelta y sensual. Quienes afirman haberla visto aseguran que los cabellos le llegan hasta más abajo de las caderas, pero nadie ha podido ver su rostro. Aquéllos que la contemplan suelen padecer fiebre durante varios días.En Sabanagrande, las gentes del pueblo creen que la sucia es una creación del demonio, pues siempre anda desnuda y tentando a los hombres. Ramos y Valenzuela la describen como un ser con capacidad de trasladarse "a saltos invisibles" de un sitio a otro y con poder de transmutación: la joven sin rostro se transformaba en una vieja con largas greñas y senos grandísimos que ofrecía voluptuosamente a los asustados paseantes nocturnos.

Él Ella

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Desde lejos he venido rodando como una tusa solo por venirte a ver niña ojitos de guatuza.

Si desde lejos llegaste a yo no me digas eso mejor andá restregate esas costras del pescuezo.

Las mujeres de este tiempo son como el café molido, apenas tienen quince años ya quieren tener marido.

Los muchachos de este tiempo son como el café tostado se  la tiran de jailosos y andan todos acabados.

La mujer que ama a dos hombres no es tonta sino entendida si una vela se le apaga la otra ya está encendida.

Un hombre con dos mujeres de papo se pasa a veces no cumple con sus deberes y al final paga con creces.

Ayer me dijiste que hoy hoy me decís que mañana, cuando me digas que sí ya no voy a tener ganas.

Yo no te he dicho que sí, indio curtido y mugroso; como bien lo ves a ti, no te quiero por piojoso.

Las muchachas de este tiempo son como los blancos quesos; pintaditas de la cara y chorreadas del pescuezo.

Los muchachos de este tiempo solo andan de aparentones con un arito en la oreja más parecen maricones.

Las muchachas de Progreso no les gusta dar ni un beso, en cambio las de San Pedro hasta estiran el pescuezo.

Las muchachas de la Ceiba son bonitas y graciosas en cambio las de este pueblo son picudas y babosas.

Una pitaya madura es tu boquita jugosa, escucha linda criatura te ando buscando pa esposa.

Un huevo güero podrido es tu apestosa trompota, escúchame indio jodido yo no te quiero ni jota.

Las piñas en el piñal de maduras se pasan, así te pasará a vos si tu mama no te casa.

Si mi mama no me ha casao es por que no me ha convenido, si no me caso con vos no es de tu cuenta, metido.

Ya días vengo soñando que tu boca será mía, Filomena agora es cuando se cumple mi profesía.

Ni lo sueñe, Don Prudencio que esta boca será suya, pues la reservo en silencio para alguien que haga bulla