Letourneau Jocelyn Caja de Herramientas Del Joven Investigador

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    La caja de herramientas del joven investigador

  • jocelyn Ltourneau

    LA CAJA DEHERRAMIENTAS DELJOVEN INVESTIGADOR Gua de iniciacin al trabajo intelectual

    Traduccin de Jos Antonio Amaya Profesor asociado, Depart amento de Historia, Universidad Naciona l de Colombia

    La Ca rreta Edi tores JU J.

    Medelln, 2009

  • Ltourneau, [ocelyn, 1956La ca ja de herramientas de l joven invest igador : gua de

    iniciacin al tr abajo intelectual / [ocelyn Ltourneau ; tr aduccin Jos A ntonio Amaya. -- Me delln : La Ca rre ta Editore s, 2007.

    266 p. : il.; 16,5 x 24 cm. -- (coleccin A riadna) T tu lo o rigin al : Le co ffre aou ti ls du che rcheur d butant : guide

    d' initiation au travail in te llec tuel [2006]. 1. Redaccin de escritos tcnicos 2. Investigacin - Metodologa

    3. Metodologa cien tfica 1. Amaya, Jos A n tonio, tr. 11. Tt. III. Serie . 00 1.42 cd 21 ed. All09134

    CEP-Ban co de la Repblica-Biblio tec a Luis ngel A rango

    1 IrRm.' -~ 0029 8 ! CUT. r

    BmUOTECA . F1.ACSO 1- - - - - - - --1

    ISBN : 958-98167-1-4

    2009 [ocelyn Ltourneau 2009 La Ca rreta Edi tor es E.U.

    La Carreta Editores E.U. Edito r: C sar A. Hurtado Orozco E-mail: lacarre ta@ un e.net.co

    lacarr et a.ed @gmail.com Telfono : (57) 4 250 0684. Medelln,Colombia.

    T tulo original: Lecoffre aoutils du chercheurdbutant. Cuide, d'initiatianau tmvailintellectuel, Qu bec, Les Editions du Boral, 2006.

    Primera edicin: ab ril de 2007 Primera reimpresin: enero de 2009 .

    Car tu la: diseo de lvaro V lez.

    Impreso y hecho en Colomb ia / Printed and made in Co lomb ia por Nomos Impresores, Bogot .

    Qued a rigurosamente proh ibida , sin la au torizac in escrita de los titulare s del copyright , baj o las sanciones establec idas en las leyes, la reprodu ccin to ta l o parcial de esta obra por cualquier medio o proced imiento, comprendidas las lect uras universi tarias, la reprografa y el tra tamiento informtico, y la distribucin de ejemp lares de ella med iante alquiler pblico .

    orECA FLACSO . E( t . .o?> . Z..oJl::~

  • Contenido

    Introduccin del traductor ; 7

    Prefacio a la nueva edicin 11

    Presentacin 13

    Recomendaciones al usuario 17

    PRIMERA PARTE. Los saberes prcticos

    Captulo 1. Cmo elaborar un informe de lectura Jocelyn Ltourneau 21

    Captulo 2. Cmo documentarse en la era electrnica Tristan Landry, Jocelyn Ltoumeau, Gaetasv Orolet. 35

    Captulo 3. Cmo interpretar una fuente escrita: el comentario de documento Jocelyn Ltourr;eau, con la colaboracin de Sylvie Pelletier 77

    Captulo 4. Cmo ana lizar un documento iconogrfico Oidier Prioul 95

    Captulo 5. Cmo ana lizar un objeto lacques Marhieu, con la colaboracin de John R. Poner y Georges P Lonidoff 111

    Captulo 6. Cmo ana lizar y comentar un mapa antiguo Claude Boudreau 119

    Captulo 7. Cmo entender y utilizar un cuadro estadstico Jocelyn Ltoumeau 133

    Captulo 8. Cmo utilizar un documento autobiogrfico en una investigacin Jocelyn Ltoumeau, con la colaboracin de Sylvie Pelletier 149

    Captulo 9. Cmo adelantar una investigacin mediante entrevistas Oiane Vincent 167

  • SEGUNDA PARTE. De la definicin de un tema de investigacin a la redaccin de un trabajo extenso

    Captulo la. Realizar un trab ajo de investigacin: un procedimiento en cuatro etapas Jocelyn Ltoumeau 181

    Captulo 11. Cmo delimitar un tema de investig ac in Jocelyn Ltourneau 189

    Captulo 12. Como disear un a estrategia de investigaci n 197

    Captulo 13. Cmo exponer los resultados de una inv estigacin en funcin de un obje tivo definido: el plan de trabajo

    Jocelyn Ltourneau, con la colaboracin de H ne Gaudreau 205

    Captulo 14. Saber comunicar el pensamiento por escrito Jocelyn L toumeau, con la colaboracin de Hlene Gaudreau 21 9

    Apndice 1. Cmo presentar referencias bibliogrfica s Jocelyn Ltourneau, con la colaboracin de Jean -Guy Violette y Tristan Landry 233

    Ap ndice n. Cmo referirse a un documento Jocelyn Ltoumeau, con la colaboracin de Jean-Guy Violette y Triswn Landry 249

    Lista de co laboradores 259

    ndice general 261

  • Introduccin del traductor

    Co no c el Coffre aoutils du chercheur dbutanc hacia el ao 2000, grac ias al profesor Roch Littl e, mi colega en el Departamento de Historia de la Universidad Naciona l de Colombia , sede Bogot. Me refiero a la prime ra ed icin de la obra, realizada en Toronto (Canad), bajo los auspicios de Oxford University Press en 1989. En su natal Canad, el profesor Little haba ten ido el privilegio de ser alum no, en la Universidad de Laval, del autor de la obra, profesor ]ocelyn Ltourneau . Al em igrar a Co lombia, a mediados de la dcada de 90, el profesor Little trajo en sus valijas un ejemplar del Coffre, el mismo que pude consulta r por gene rosidad suya.

    Desde elprimer momento me cautiv el vigor sin ttico de la obra, su va riedad y pert ine ncia temtica, ex igenc ias y calidad didct ica. Empec a utili zarla en mis cursos de Mtodos en el pregrado de Historia de la Universidad Naciona l de Co lombia. Confirm esta impresin a lo largo de varios semestres de prctica doce nte. A veces me ded icaba al divertimento de tradu cir prrafos enteros de la obra para mis clases. Puede decirse que la voluntad de tradu cir La cajadeherramientas surgi de man era espontn ea para responder a las necesidades de una prctica docente . Espero que aho ra la obra sea til en un espacio incomparablemente ms amplio , me refiero el mbito ibrico e iberoamericano. Aunq ue la obra fue concebida para los est udiantes del college y de los pregrados en Canad , estoy convencido de que su lectura sera provechosa y en algunos captulos ind ispensable para los estudiantes de las maestr as e incluso de los doctorados, al menos en Co lombia; me refiero en particul ar al captulo 2, "Cmo documentarse en la era elect rnica".

    Cuando quise ten er mi propio ejemplar del Coffre, lo busqu en los Estados Unidos yen Europa: agotado. En tonces me dirig al autor y aprovech la oportunidad para pre sen tarle mi proyecto de tr aduccin. De inmediato , el profesor Ltoum eau me envo una cop ia de su gua de investigacin y me autoriz a comenzar la tradu ccin de "La caja de herramientas del joven inves tigado r". Co rra el ao 2004. Desde en tonces no he cesado de recibir el apoyo del pro fesor Ltourneau, en particular cuando se public la segunda edicin de su Coffre, a principios de 2006, en la casa Boral de Montreal.

    Estoy conve nc ido de que la obra viene a llen ar un vaco en el mbito universitari o del mundo hispn ico. As lo sugiere el hech o de que a finales de 2006 un a decena de editores manifestaron el deseo de publicar la presente traduccin. Con La caja de herramientas del joven investigador La Ca rre ta inaugura su coleccin Ariadna, consagrada a la metodologa.

    Para nadie es un secreto que la debilidad metodolgica es uno de los rasgos de la cultura uni versitaria en Hispanoamrica. Mi experiencia docente me ha demostrado que las falenc ias de mtodo a menudo echan a perder o comprome ten la calidad de empresas intelectu ales est ratgicas para el futu ro de nuestros pueblos. Es

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  • necesario que nuestros jvenes investigadores entiendan que el mtodo no forma parte ni de un saber infuso, ni del sentido comn. La preparacin de un texto con calidad universitaria requiere el dominio de unos saberes y de unas tcnicas. No cabe duda de que el rigor y la claridad son condiciones que facilitan la diseminacin de la cultura cientfica en nuestras sociedades nacionales y en las comunidades cientficas.

    La traduccin de un texto de metodologa plantea unas exigencias peculiares. Una buena gua de investigacin no est hecha para ser leda: los estudiantes deben apropirsela, porque es un componente fundamental de su formacin. As por ejemplo, un profesional de cualquier disciplina debe haber interiorizado y "llevar consigo", en todo momento, los criterios para elaborar un informe de lectura; estos criterios deben formar parte, por as decirlo, del mobiliario de su inteligencia. Lo mismo ocurre con las pautas para documentar un problema, comentar un documento escrito, o analizar una iconografa, entre otros temas tratados por el profesor Ltourneau y su equipo de colaboradores.

    Por otra parte, puede considerarse que la traduccin, en particular la de un texto de metodologa, debe ser tan espontnea como sea posible, para que produzca el menor grado de extraeza entre los jvenes lectores y lectoras. Sin embargo, la bsqueda de la naturalidad es una empresa complicada que nunca se logra por completo. Al traducir el Coffre quisimos "naturalizar" en el mbito hispano este texto bsico escrito en francs quebequense. El trabajo se adelant con un equipo de estudiantes del pregrado en Historia de la Universidad Nacional de Colombia. Compart con ellos, durante largas horas, la tarea de encontrar la palabra justa, el matiz adecuado, la construccin previsiblemente castellana. La traduccin es un arte de aproximaciones sucesivas en que cualquier precipitacin compromete sin falta el resultado. En vista de ello, siempre optamos por laborar con una calma dinmica, sin afanes ni atropellos, con la esperanza de contribuir a la formacin de los jvenes investigadores del mundo hispano con una versin clara y simple. Para reforzar el objetivo de una versin probada en un medio universitario y con la autorizacin del profesor Ltoumeau, se distribuyeron sucesivas versiones preliminares de la traduccin entre los estudiantes de varios cursos de la Universidad Nacional. En este sentido el profesor Peter Preminger nos colabor en la Universidad D strital "Francisco Jos de Caldas" de Bogot. As, puede decirse que antes de ver la luz pblica esta traduccin ha sido probada por un micropblico de jvenes universitarios.

    En un primer momento se intent adaptarle ejemplos locales a la traduccin. Sin embargo se opt por respetar las ilustraciones canadienses. Slo en el captulo 2, "Cmo documentarse en la era electrnica" se hizo un intento de adaptacin al mundo hispano. Para colombianizar el texto se ha organizado el coloquio "Herramientas metodolgicas para el joven investigador", que se realizar en el Museo Nacional de Colombia, entre el 18 y el20 de abril de 2007, bajo los auspicios del Museo, el Departamento de Historia de la Universidad Nacional y el Instituto de Estudios Sociales y Culturales Pensar de la Pontificia Universidad javeriana. En

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  • este evento que se org aniza con motivo del lanz amiento de Lacaja de herramientas del joveninvestigador, distinguidos profesores movilizarn diversas metodologas para analizar una iconografa, un mapa antiguo, una entrevist a, un cuadro estadstico, entre otras temticas tr at ad as por el profesor Ltourneau.

    No puedo finali zar esta introduccin sin expresar mis agradecimientos al profeso r Peter Preminger, ahora en la Universidad de la Sabana de Bogot, y a los es tudiantes del Departamento de Historia de la Universidad N acional, Yezid Al ejandro Prez Jerez, Jos Ricardo Pulido Gmez, Juan Gabriel Ramrez Bolvar, Diego Armando Varil a C ajamarca y j airo Enriqu e H ernndez Salcedo por su colaboracin durante la preparaci n de la presente traduccin. YezidAlejandro Pr ez Jerez me acompa durante todo el proceso. Los investigadores de la C uradura del Arte e Histor ia del Museo N acional de Colombia, bajo la direccin de Cristina Lle ras Figueroa , leyeron las pruebas de imprenta.

    Jos Antonio Amaya, Bogot , D. C, 2 de abril de 2007

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  • Prefacio a la nueva edicin

    Le coffre a ouuls du chercheur dbutant fue publicado por primera vez en 1989, desde entonces ha sido reimpreso en varias ocasiones. Comparado con las obras de su gnero, ha sido muy bien acogido por estudiantes y profesores. La obra se ha impuesto en el mercado y ha figurado entre los libros de referencia de las bibliografas de un amplio nmero de cursos . Esta gua de factura simple y modestas ambiciones ha gustado, porque ha respondido de manera eficaz a las expectativas prcticas del pblico previsto al momento de concebir la obra.

    En esta nueva edicin de la obra hemos querido ser fieles al espritu y la letra del proyecto que nos anim al comienzo. Por esta razn, no se le introdujeron modificaciones importantes al libro, aunque su contenido ha sido objeto de una revisin sistemtica. De nada sirve cambiar una frmula que ha demostrado sus ventajas. No obstante, cada uno de los captulos ha sido sometido a un trabajo de reescritura parcial y de correccin en algunos casos. De la misma manera, la presentacin editorial de la obra ha sido modificada en aras de facilitar su consulta. Sin embargo, la misma preocupacin didctica que nos anim al momento de concebir el libro ha guiado nuestra empresa de actualizacin. Al recorrer la obra, el lector tendr la impresin de reencontrar el calvero apacible que sola frecuentar; ahora el lugar se ha limpiado, adornado y remodelado en bsqueda de lo mejor.

    El captulo 2 es el que ms cambios ha sufrido, al punto de que su ttulo ha sido modificado. Resulta fcil comprender el porqu. La inve stigacin documental por va electrnica se ha vuelto la norma en el mundo de la educacin superior desde comienzos de la dcada de 1980 . La informacin en lnea disponible en Internet constituye un formidable capital de recursos documentales que no se puede ignorar. Sin embargo, se hace necesario aprender a aprovechar en beneficio propio esta masa de informacin. En estas condiciones, con el captulo 2 se busca indicarle al joven investigador vas ciertas que puede seguir para evitar que se pierda en los laberintos de las autopistas, las avenidas y las callejuelas de la red. Como es natural, muchos otros captulos del libro han sido revisados, incluidos los que figuran en los apndices, teniendo en cuenta las posibilidades que crea el acceso a los datos o su tratamiento informtico. Vale la pena recordar que el contenido de esta gua se apoya en la presentacin de procedimientos primarios o fundamentales; de la misma manera sucede en las matemticas, donde el dominio de las operaciones ele mentales de la aritmtica es requisito para poder escribir ecuaciones en diez lneas. Nadie debe molestarse, puesto que, como se sabe, en un primer momento, los matemticos ms clebres del mundo aprendieron a contar. ..

    La esperanza invertida en cada una de las pginas de esta obra permanece tan noble y elevada como aquella que nutri la primera edicin del libro y que consiste en ayudar al estudiante a perfeccionar sus mtodos y tcnicas con el fin de que logre cada vez mejores resultados.

    Jocelyn Ltourneau, noviembre de 2005

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  • Presentacin

    Esta gua de iniciacin al trabajo intelectual, bautizada de manera significativa con el ttulo "La caja de herramientas de! joven investigador", se destina a todos los estudiantes I que dan sus primeros pasos en el universo de la investigacin pro fesion al en la universidad o en e! college',

    Esta gua se limita a la enseanza de ciertos saberes prcticos elementales que debe conocer y dominar todo estudiante que frecuente los medios de la educacin superior o bien los de la investigacin organizada. En ella no se exponen los mt odos propios de las ciencias humanas ni los de las ciencias sociales. Tampoco se propone en sus pginas una reflexin epistemolgica sobre los modos de produccin del saber cientfico . La ambicin de la obra consiste ms bien en ofrecerle al estudiante algunos medios para que adq uiera una educacin cientfica y e! hbito de la investigacin profes ional. Este objetivo no implica que el autor y sus colaboradores rechacen formas de saber por fuera de la ciencia, muy por el contrario. Tampoco supone que adhieran al principio por completo contestable que asegura que slo la formacin cientfica es la garanta de una objetividad de las prcticas asociadas con la produccin de conocimiento. Aqu se reconoce simplemente que el saber fundado sobre procedimientos metdicos y asociado con las convenciones de uso es un saber vlido, que puede permitirle a la comunidad de hombres y mujeres de nuestro tiemp o beneficiarse con una mejor comprensin de su pasado y de su presente.

    Esta gua no fue concebida in abstracto. Se apoya en experiencias de enseanza que han tenido lugar a lo largo de varios aos. Ms importante quiz, es que ha sido concebida a partir de las preocupaciones, de las limit aciones y de los problemas que suelen experimentar los estudiantes durante sus aprendizajes. Es lo que le imprime su originalidad ; es tambi n lo que le fija unos lmite s. En efecto, esta gua no es un tratado en que se establecen principios universales de mtodo. Es ante todo una caja de herramientas de la cual se pueden extraer ideas, elementos de mtodo, tcnicas, medios, o habilidades de carcter operativo, para desarrollar con xito ciertos eje rcicios que suelen ser los ms solicitados por los profesores a los

    1. El genrico masculino empleado en esta obra no pret ende otra cosa que aligera r el texto. 2. En la est ruc tura educa tiva del Ca nad , el college se sita a continuacin de la educa

    cin secundar ia, que se prolonga durante cinco aos, y an tes de la uni versit aria. Es una suerte de ciclo preu niversitario que dura dos aos y que en Amric a Latina se ha tratado de implementar con el nomb re de ciclo bsico. En estas condicione s, se entiende que un libro como La caja de herramientas del joven investigador se dest ine, en Canad, a los estudiantes unive rsitar ios y del ltimo ao de college y, en el mundo hispan oh ablan te , a los estudiantes de los pregrados universitarios (N. del T. basada en una comunicacin person al del profesor Roch-Charles Little, de la Uni versidad Nacion al de Co lombia, Bogot, 2007-02-24] .

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  • estudiantes en ciencias humanas, en ciencias sociales, en ciencias de la gestin, en derecho ... , e incluso en ciencias naturales.

    Si se consulta la tabla de contenido, se ver que la gua comprende catorce captulos y dos apndices. El contenido de estos captulos y apndices responde con suficiencia a los objetivos de formacin intelectual que se buscan en los primeros aos de la universidad, en la mayor parte de los establecimientos educativos y programas respectivos. En estas condiciones, se puede decir que los ejercicios de aprendizaje que integran el contenido de esta gua se parecen a los procedimientos intelectuales que desarrolla el estudiante inscrito en los ciclos superiores de estudio.

    Grosso modo, cuatro objetivos generales han inspirado nuestro proyecto: en primer lugar, preparar una gua esencialmente prctica, inscrita en una di

    nmica de aprendizaje tan pedaggica y didctica como ha sido posible; en segundo lugar, adaptar el contenido de la gua a las tendencias actuales de la

    investigacin; en tercer lugar, redactar una obra con objetivos exigentes de aprendizaje; en cuarto lugar, disear la gua de manera que pueda ser utilizada por estudian

    tes inscritos en diferentes disciplinas. A continuacin se considerarn los efectos que ha producido la prosecucin

    de estos objetivos generales tanto sobre el fondo corno sobre la forma de la obra.

    L Una gua esencialmente prctica

    El objetivo de hacer de esta gua un apoyo esencialmente prctico del aprendizaje se concret de tres maneras por lo relativo al mtodo observado: la deconstruccin de los procedimientos propuestos en secuencias lgicas y

    progresivas; la preparacin de textos explicativos y esquemas; la incorporacin de ejemplos.

    Este plan se sigue en la mayora de los captulos de la gua . Como es evidente, esta preocupacin pedaggica y didctica explica la extensin de la obra. Creemos sin embargo que la minucia empleada en la descripcin de los procedimientos sugeridos se justifica a plenitud. Diversas experiencias de enseanza nos han mostrado que, cuando sale del aula de clase, el estudiante, tambin llamado en estas pginas "joven investigador", se siente con frecuencia abrumado ante la abundancia de elementos de explicacin que le ha brindado el profesor. En estas condiciones, se encontr que poda ser muy til e incluso ayudar a consolidar la confianza del estudiante en s mismo, recurrir a diferentes obras de referencia para afinar y fortalecer sus procedimientos y elecciones y, en esta medida, favorecer el desarrollo de su autonoma. En cierto sentido, la utilidad de esta gua radica en que desempea de modo simultneo el papel de obra de consulta y apoyo de trabajo, bien sea que el estudiante se halle inscrito en un marco definido de aprendizaje, bien sea que se desempee corno autodidacta.

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  • 2. Una gua que considera las tendencias actuales de la investigacin

    Entre las tareas intelectuales inscritas en el programa de todo joven investigador figuran, entre las ms urgentes, el uso de fuentes no convencionales de informacin, la lectura e interpretacin de cuadros estadsticos y de mapas histricos, el desarrollo de investigaciones con la colaboracin de personas entrevistadas, la adquisicin de hbitos propios de los procedimientos interdisciplinarios.

    El objetivo tendiente a asociar el contenido de la gua con el de algunas tendencias ms destacadas de la investigacin actual se tradujo en la incorporacin al texto de seis ejercicios de aprendizaje especficos, a saber: cmo analizar un documento iconogrfico (captulo 4); cmo analizar un objeto (captulo 5); cmo analizar y comentar un mapa antiguo (captulo 6); cmo entender y utilizar un cuadro estadstico (captulo 7); cmo utilizar un documento autobiogrfico en una investigacin (captulo 8); cmo adelantar una investigacin mediante entrevistas (captulo 9).

    Como es apenas natural, la informacin que figura en cada uno de estos captulos reenva a saberes prcticos, a mtodos y a prescripciones de carcter elemental. Nadie pretende que alguien se vuelva un analista de datos cuantitativos de la noche a la maana, ni que uno pueda meterse a utilizar mapas antiguos o autobiografas sin un conocimiento profundo de las particularidades y sorpresas que suelen reservar estos documentos. Sin embargo, consideramos que durante su aprendizaje el joven investigador debe ser formado en las diversas maneras de producir y trasmitir el saber, y conducido a experimentar con estas maneras, aunque slo sea de manera limitada. Este propsito ha inspirado la preparacin de estos seis captulos.

    El segundo aspecto sobre el cual quisiramos insistir se relaciona con la pluralidad y complementariedad de los saberes prcticos que aqu se exponen. La primera parte de la gua es especialmente rica desde este punto de vista puesto que en ella se proponen ejercicios de aprendizaje que pueden interesar en diverso grado a historiadores, gegrafos, socilogos, antroplogos e historiadores de arte. Por ello creemos en la pertinencia de ensear esta pluralidad y complementariedad de los saberes prcticos ; el hecho de que estos saberes sean presentados unos al lado de otros en una misma obra brinda la posibilidad de suscitar inters por los procedimientos interdisciplinarios. Con frecuencia , uno puede abrirse a la riqueza de la aproximacin interdisciplinaria, realizando ciertos aprendizajes fundamentales asociados con las disciplinas vecinas; de esta manera se enriquecen los procedimientos cientficos de la propia disciplina.

    3. Una gua con objetivos de aprendizaje exigentes Se espera que esta gua sea til sobre todo para los estudiantes que desean ini

    ciarse en los procedimientos profesionales. Estos procedimientos estn lejos de ser fciles; es indudable que su dominio exige tiempo, mucho trabajo y ambicin.

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  • Por este motivo no hemos tolerado nin guna concesin. Con los procedimientos propuestos, los mtodos descritos y los secretos comunicados no hemos busca do, ni mucho menos, simplificar el aprendizaje. El objetivo deliberado que siempre nos ha guiado es el de hacer posible el dominio profesional de unos saberes. De hecho, a la hor a de definir los objetivos especficos de aprendizaje de cada uno de. los captulos, hemos sido tan exigentes como nos ha sido posible. No hemos ahon ado ningn esfuerzo para precisar las rutas, para descomponer los procedimientos y para consider ar las etapas en tod a su complejidad. En efecto, creemos que la excelencia debe proponerse para el aprendizaje universitari o, que es con frecuencia la ltima et apa en la formacin intelectual de miles de individuos. Este objetivo se justifica hasta parecer evidente en la presente coyuntura. En efecto, la competencia que atra viesa los medio s laboral es contribuye a ren ovar las normas del esfuerzo y la eficacia. La bsqueda de crite rios de excelenc ia ha orient ado nuest ras opciones durante la preparacin de los captulos de est a gua.

    4. Una gua destinada a los estudiantes de diferentes disciplinas

    Los ejercicios de aprendizaje que figuran en el contenido de esta gua han sido concebidos de modo que puedan ser aprovechados por estudiantes de distintas disciplinas y diferentes orientaciones cientficas. Por fuerza de necesidad, todo jo ven investigador, sea que se especialice en literatura, sociologa, administr acin , fsica, medicina o ingen iera, debe saber preparar un informe crtico de lectura, ana lizar y contex tualizar un testimonio escrito, leer y ana lizar un cuadro estads tica , saber documentarse en la era electrnica, saber definir un terna de investigacin, saber comunicar el pensamiento.

    De he cho, antes , mucho antes de enco nt rar en una d isciplina particular su fuente , unid ad y pertinencia, esta gua las descubre en catorce actividades de aprendizaje a las cuales se halla habitualmente sometido el estudiante.

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  • Recomendaciones al usuario

    Como oc urre co n los diccionarios, la presente gua no se lee de pasta a pasta, sino que se consulta. En efecto, cada uno de sus cap tulos es autnomo; cada uno corresponde a una actividad de ap rendi zaje o describe un procedimiento de investigacin. Fue concebida de modo que el usuario pueda consultarla en uno de sus capt ulos cuando se halle in teresado en reso lver un problema particular o un con junto de problemas. As por ejemp lo, el estud iante que necesite presentar un info rme de lectura slo debe leer el primer captulo. De la misma manera, si se le pide que defina un tema de investigacin, puede limi tarse a asimilar el contenido del capt ulo 11.

    En la medida de lo posible, los cap tulos se han complementado con esquemas , figuras, o rec uadros, en los que se recapitulan los pr incipales aspectos de los temas tratados. Desde un pun to de vista didctico, estas represen taciones visua les son muy valiosas. Sin embargo, con frecuencia brindan una visin simplificadora, cuando las cosas en realidad suelen ser mu cho ms complejas o mat izadas. Por esta razn, se le recomienda vivamente al lec to r cons ultar los esquemas, las figuras o los recuadros a medida que va conocie ndo el texto, de modo que la memor ia visual y la lectura informada in teracten pa ra producir un efecto ptimo de comprensin .

    Para ayuda r a la asimilaci n de los procedimien tos propuestos se han introducido ejemplos de manera reiterada. Estos ejemplos no deben confundirse con modelos idea les. Mediante los ejemplos slo se ha querido brindar referenc ias a los estudiantes deseosos de ver cmo investigadores ms experimentados han tra tado prob lemas ms o menos asim ilables a los ejercicios que ahora ellos deben resolver. Los ejemplos pueden revel arse como apoyos muy eficaces del ap rendizaje; sobre todo cuando en ellos se respetan de manera rigurosa los m todos enseados .

    El lector no tardar en notar ciertas reit eraciones de los contenidos. Se tra ta de reiteraciones deliberadas. En primer lugar, porque dados los anlisis efect uados, se haca inevitable retoma r ciertas afirmaciones . En seguida, porque un hbito slo se adquiere repiti endo, reite rando , en un continuo recomenzar progresivo. Cuando se nos repite la misma cosa solemos descubrir la importancia de un a enseanza que se asimila de manera gradua l.

    El tex to de ciertos captu los fue complementado con refere ncias bibliogrficas. En ellas se le indican al lector algunas ob ras o artculos muy apropiados para pro fundizar en los temas tratados en la gua.

    Por lt imo, es necesario puntu alizar qu e un ejer cicio de ap rend izaje o un pro cedimiento de investigacin siemp re plantean problemas especficos que no pueden ser resueltos con las prescripcion es que se enunci an en una gua . A nte seme jantes problemas, el mtodo ms eficaz consiste en recurrir a la propia imaginacin, en beneficiarse de los consejos y de la experiencia de los especia listas y en justificar a plenitu d cada una de las decisiones tomadas . En definit iva, esta gua producir

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  • un efecto ptimo si se la usa como soporte de trabajo y no como un modelo rgido o un libro de recetas. Ante todo, el objetivo de la obra consiste en ayudar al estu diante a que consolide su autonoma y a que descubra procedimientos propios. Esta gua no es ms que un medio complementario que puede emplea r el estudiante para alcanzar resultados deseables, esto es, la produccin de trabajos de una mejor calid ad.

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  • Primera parte

    Los saberes prcticos

  • Captulo 1

    Cmo elaborar un informe de lectura

    Uno de los primeros ejercicios que se le pide a un estudiante universitario consiste en que se aplique al anlisis concienzudo y comentado de una obra. Las ventajas de este ejercicio son mltiples y lo conducen a descubrir los trabajos de un autor, a apreciar los matices de su pensamiento, a ponerse a tono con la ciencia, a asimilar nuevos conocimientos, a familiarizar se con maneras de hacer, con mtodos de trabajo y con procedimientos de anlisis.

    El joven investigador suele estudiar obras que le son sugeridas en las aulas universitarias mediante la elaboracin de informes de lectura. Es evidente que se trata del mejor ejercicio para que el estudiante adquiera un saber y se inicie en los requerimientos de los procedimientos metdicos y rigurosos, aguce su cap acidad crtica y desarrolle su autonoma intelectual.

    El objetivo de este captulo consiste en presentar los requerimientos que plantea la redaccin de un informe de lectura. Una vez se precise en qu consiste este ejercicio intelectual (apartado 1), se brindarn algunas recomendaciones que permiten realizarlo de manera adecuada (apartado 2). Tales recomendaciones tomarn dos formas, a saber: la exposicin de un procedimiento metdico y sistemtico de trabajo, as como la indicacin desprevenida de algunos artificios eficaces. El captulo ser ilustrado con dos ejemplos de informes redactados conforme a las recomendaciones prescritas (seccin 3). En un recuadro se recapitularn los principales logros adquiridos gracias a la lectura de este captulo.

    1. En qu consiste un informe de lectura

    La finalid ad principal de un informe de lectura consiste en presentarle al lector eventual la tesis y la argumentacin centrales que se sostienen en una obra, tratando de resaltar su inters o banalidad, la fuerza y las lagunas de esta tesis y de esta argumentacin y, en consecuencia, de la obra objeto de anlisis.

    El informe de lectura representa un medio eficaz de difusin del saber en los medios en los que se practica la investigacin, porque pone al corriente al lector del contenido y del inters de una obra sin que este ltimo tenga que conocerla de manera exhaustiva. Se trata de un medio que permite mantenerse al da, resear un mximo de obras (o de publicaciones) en un tiempo mnimo, en una poca en que el volumen de la produccin cientfica sobrepasa por mucho las capacidades de lectura del especialista ms dedicado. En esta s condiciones, puede decirse que se trata de uno de los medios ms eficaces para incrementar la productividad intelectual del investigador.

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  • El informe de lectura es un ejercicio que exige una atencin enorme, mucho rigor, un gran esfuerzo de sntesis y un espritu crtico desarrollado. Tambin requiere de parte del reseador un buen conocimiento del contexto en que se produjo la obra evaluada, un dominio mnimo del perfil intelectual de su autor o autores, y una comprensin amplia y profunda del debate (terico, metodolgico, historiogrfico y poltico) en el seno del cual se inscribe la obra.

    El informe de lectura se diferencia del simple resumen de lectura por la distan' cia relativa que debe tomar el reseador en relacin con la obra objeto de evaluacin. En efecto, el informe de lectura no consiste en una mera repeticin condensada del contenido de un libro. Mediante su prctica se trata ms bien de acceder a la estructura fundamental de un libro, de establecer sus propiedades distintivas, as como algunas de sus caractersticas no perceptibles a simple vista: la tesis que se desarrolla, la intencin del autor, la progresin de su razonamiento, entre otros aspectos. Esta distancia relativa supone que el reseador domina varios niveles de lectura, de los cuales aqu se tratarn tres, a saber: lectura de asimilacin, lectura de comprensin y lectura crtica. Ms adelante, en este captulo, se tratar por separado cada uno de estos niveles.

    Un buen informe de lectura suele dividirse en tres partes. En la primera se sita la obra; en la segunda se la analiza minuciosamente, develando su contenido; en la tercera se la valora.

    2. La redaccin de un informe de lectura

    La asimilacin de un procedimiento metdico de trabajo . . . De entrada, hay que declarar que no existe un mtodo universal por excelen

    cia, superior a los dems y aceptado por el conjunto de los investigadores para preparar un buen informe de lectura. Sin embargo, la experiencia demuestra que en la gran mayora de los informes de lectura se encuentra un conjunto de caractersticas comunes. En el procedimiento que se propone en estas pginas se toman en cuenta estas caractersticas recurrentes, de manera ordenada, siguiendo 'un patrn lgico que va de lo general a lo particular.

    Primera parte: contexto y origen de la obra En la primera parte de un informe de lectura se debe ubicar la obra objeto de la

    resea, as como a su autor o autores, identificando los objetivos y los lmites que stos le fijaron a su proyecto y el camino que eligieron para realizarlo, precisando los aspectos distintivos de la obra.

    Ubicar una obra de manera adecuada significa en primer lugar identificar el tema que aborda. En este caso, la finalidad consiste en precisar de qu trata el libro, cul es el asunto general del que se ocupa el autor de la obra, cul es el tema fundamental que se expone y debate en la publicacin.

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  • En segundo lugar, ubicar una obra de manera adecuada supone brind arle al lecto r una cierta cantidad de informacin acerca del contex to en que la misma se produjo. En estas condiciones, es necesario precisar a qu pblico se dirige la obra; en qu coyuntura poltica, social o intelectual fue preparada; de qu corr ien te terica, metodolgica o historiogrfica la resca ta su autor.

    Ubicar de manera adecuada al autor de una obra significa, llegado el caso, indicar por qu una obra - que bien puede haber sido preparada por uno o varios autores- posee por el hecho mismo de la au tora individual o colectiva un inters nuevo y singular, as como un a orientacin original.

    Identificar los objetivos y precisar los lmites que el autor le fij a su proyecto y el camino que eligi para realizarlo significa, en primer lugar, destacar la perspectiva elegida por el autor para acercarse a su objeto de estudio, definir su marco de an lisis, y delimitar el espacio pertinente de su argume ntacin. Significa tambin reconocer el proced imiento que utiliz el autor para adelantar su demost racin. Por ltimo, significa escla recer las opciones bsicas que funda men tan la gestin intelectu al del auto r: sus mtodos, sus procedimientos de an lisis, el tipo de prueba, el tono de su texto, entre otros aspectos . La identificacin de los obje tivos y la prec isin de los lmites de una obra son condiciones indispensables cuando se desea evitar comentarla en funcin de criterios insostenibl es y ligeros que traiciona n el proyecto del autor.

    Precisar las particularidades de una obra significa resaltar aquellos rasgos que la carac terizan y diferencian , imprimindole origina lidad, pertinen cia e inters.

    Segunda parte: esquema y anlisisde laobra El objetivo de la segunda parte de un informe de lectura consiste en introdu cir

    al lector en los procedimientos de razonamiento y en el contenido de la obra. Idealmente esta segunda parte se descompone en tres subseccio nes que corres ponden a un nmero equivalente de prrafos: desen tra ar la tesis que se desarrolla en la obra; identificar el hilo conductor y las diferen tes articulaciones de la demostracin

    realizada; establecer el desarrollo gradual de la argumentacin, cuida ndo de diferenciar

    10 esen cial de lo secundario. En esta parte el reseador le presentar al lector las principales hiptesis formu

    ladas, los puntos fuer tes de la demostracin , la origina lidad y audacia de las aseve racione s, la profundidad del anlisis, la agudeza de las observaciones, la pertinencia de los ejemplos y el alcance de las conclusiones. Co mo es apenas natural, la extensin de un informe de lectura depende del espacio de redaccin que se le fije al estudiante.

    En esta segunda parte, el joven investigador debe ser respetuoso en extremo con el razonamiento del au tor y con la complejidad de su argumentacin, evitando caricaturizar y trivializar sus tesis y sus anlisis. De hecho, debe buscar un equi

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  • librio entre la sntesis y los ma tices, resalt ando la riqu eza de los argumentos. De ah que el informe de lectura de una obra exija del reseador una comprensin profunda del documento que tiene entre sus manos.

    Tercera parte: balance y evaluacin crtica de laobra En la tercera parte de un informe de lectura se incluye el balance y la evalua

    cin crtica de la ob ra. Durante la preparacin del bal ance y la evaluacin se debe ser respetuoso de los obje tivos y lmites qu e el autor le fij a su proyecto cien tfico. El fundamento del balance consiste en la ev alu acin crtica e inteligente de la obra. La evaluacin de un libro debe ser algo ms que una sarta de intenciones ind ulgentes, ftiles y obsequiosas.

    En esta tercera parte resulta crucial resaltar de modo claro y conciso los siguientes aspectos: lo que debe retenerse de la ob ra reseada, y aquello por lo que la obra merece o no ser leda; en ot ras palabras, se tr at a de

    sea lar sus puntos fuertes y sus pun tos dbiles. En un primer prrafo el estudiante precisar de qu mod o la obra evalu ada

    representa un aporte a la comprensin de un asun to intelectual, o bien a la pro fundizacin de un debate terico o metodolgico. El joven investigador establecer en qu sentido la obra aporta una respuesta a los problemas planteados en el or igen por el au to r o presenta perspe ctivas nuevas en relacin con el debate en qu e se inscrib e.

    En un segundo prrafo el joven investigador incluir una apreciaci n global y crtica de la obra. La apreciaci n puede apoya rse sobre los aspectos propios de la obra (en este caso se trata de una evaluacin interna) , o bien en la perspectiva exte rior a ella (se habla entonces de una evalu acin externa). N ad a impide qu e el reseador explote ambas posibilidad es. En el caso de una evalu acin interna, el reseador se interrogar sobre asuntos tales como: Plantea el autor de manera clara los problemas en su obra?, su arg umen tacin se funda menta en infor macin confiable ", sus obje tivos y razonamientos se plantean y de sarrollan de manera lgic a y coherente?, sus co nclusiones son originales? y as por el estilo. En el caso de una evaluacin externa, el estud iante evalu ar la ob ra en relacin con el aporte de otros tr abajos de temtica similar o en los que se aplica una aproximacin metodolgica comparable.

    H ay qu e pre cisar qu e tambin se pueden formular algunos juicios crticos de manera puntual, en lugares diferentes del final de un informe de lectura, para llamar la atencin sobre un a laguna, un a co ntradicci n , una incohe rencia, un error, un gaza po o una errata.

    ... y conocer ciertos secretos

    Si la asimilacin y el dominio de un procedimiento metd ico de trabajo es una condicin ne cesaria para la red ac cin de un informe de lectura, el co no cimien to

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  • de algunos secretos que brinda la experiencia contribuye a mejorar la calidad general del ejercicio, en contenido y forma.

    Antes de la lectura Contrario a lo que se piensa, el trabajo preliminar a la lectura atenta e integral

    de la obra reseada es muy importante y en ciertos casos determinante. Resulta esencial conocer al autor de la obra reseada, aunque sea de manera

    somera, a travs de sus trabajos, de los temas sobre los que escribe, de su carrera intelectual, de las redes intelectuales a las que pertenece, entre otros aspectos. Se trata de asuntos que pueden dar cuenta de varias caractersticas internas de la obra, tales como el tono del texto, el estilo, la aproximacin metodolgica elegida, los asuntos que aborda, el tipo de prueba que utiliza. Una obra de Condolezza Rice sobre la intervencin militar estadounidense en Irak no puede ser evaluada de la misma manera que un trabajo sobre la materia escrito por un tercermundista declarado o, an ms, por un universitario que, sin adhesin partidista precisa, se propone considerar todas las facetas que supone un anlisis matizado.

    Es cierto que no siempre es fcil encontrar informacin sobre el autor de una obra. Sin embargo, se puede salir del trance explotando diversas fuentes de informacin incluidos los recursos de Internet que permiten hallar el nombre de un autor mediante motores de bsqueda conocidos (Google, Yahoo, Altavista, Infomine, entre otros). Pinsese por ejemplo en la nota biogrfica que aparece con frecuencia en las solapas o en las pginas introductorias de un libro . De la misma manera, se puede echar mano del catlogo electrnico de las grandes bibliotecas que en la "rbrica" autor presenta de manera ms o menos exhaustiva la lista de obras publicadas por el mismo . Tambin se puede recurrir a la bibliografa incorporada por el autor en la propia obra objeto de la resea, donde es frecuente que aparezca una lista de los trabajos (publicados o inditos) del mismo. Por ltimo, algunos repertorios y diccionarios especializados, por ejemplo el Diccionario biogrfico y bibliogrfico de Colombia en dos volmenes (Bogot, Editorial guila, 1939), presenta informacin biogrfica de una multitud de autores ms o menos conocdos'. Es indudable que un investigador diligente siempre tendr a su alcance un diccionario de nombres propios. Por ltimo, debe recordarse que algunas grandes bibliotecas poseen catlogos centralizados de notas biogrficas que pueden ser de gran ayuda para el estudiante.

    Una manera rpida de identificar el tema de una obra, de desentraar con precisin las intenciones de su autor, de identificar la metodologa que utiliza, de conocer el pblico al que se dirige y de tener una idea del plan de trabajo que sigue y de la articulacin de las partes del libro, consiste en leer de manera atenta la introduccin. Una buena introduccin suele ofrecer y justificar este tipo de informacin. La lectura juiciosa de la introduccin es el requisito indispensable de una

    1. Ver en el captulo 2 el apartado titulado 'compendios biogrficos', en la seccin denominada "Un a cibercaja de herramientas documentales".

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  • lectura comprensiva de un libro. En ciertos casos, esta lectura de la introduccin puede completarse con el an lisisminucioso de la tabla de con tenido, sobre todo si sta apa rece detallada.

    Por lt imo, an tes de emprender la lectura integral de la obra, el estudiante advertido tendr en cuenta un conjun to de detalles insignificantes a primera vista, tales como la fecha de publicacin de la prime ra edicin de la obra, que permite identificar la coyuntura poltica, social e int electual en la cual el libro fue escrito; la coleccin en la que fue publ icado, que revela los lmites ed itoriales del proyecto del autor (una obra publicada en una coleccin existente debe conformarse a ciertas exigencias que influyen de manera decisiva en su contenido y forma); los trabajos citados en las referencias, que dicen mucho acerca del esfuerzo de investigacin del autor y de l tipo de informacin con el cual dec idi prepara r su obra.

    Durante la lectura

    El estudiante encargado de resear un a obra debe practicar tre s niveles de lectura para pene tra r de modo adecuado el contenido de un libro. Con la experiencia este trabajo puede hac erse de un slo golpe.

    En el primer nivel de lectura se asimila el con tenido de la obra. Aqu el objetivo central consiste en en tender, en informarse, en saber escuchar al autor.Despus de esta lectura, el estudian te deber estar en capacidad de responder a la siguiente pregunta elemental: Al fin de cuentas, qu es lo que sostiene el au tor en la obra? Este primer nivel de lectura debe conducir a un "desciframiento" de la obra, trabajo importante que permite la identificacin de las principales afirmaciones que figuran en los encabezamien tos de los prrafos, alrededor de las cuales se estru ctura y se desa rrolla el objetivo; la identificac in de las pruebas que fundamentan aquellas afirmaciones; la localizacin de las incoherencias de la argumentacin; la anotacin sistemtica de los errores, de las erra tas, de las faltas de est ilo, de las frases pesadas, entre ot ros aspectos . En lo posible, el estudiante debe reconstituir la armazn de cada uno de los cap tulos en hojas apa rte, resumiendo en una frase o con una palabra clave lo esencial de un prrafo, de un bloque de prrafos, o de un a seccin. Este trabajo resulta fundamental, pues permite que nada se olvide y hace posible diferenciar de modo inmediato lo esencia l de lo accesorio. En el ejemplo de lectura de asimilacin que figura en la pgina siguiente se presenta un ejercicio de desciframiento.

    En el segundo nivel de lectura la finalidad consiste en comprender los procedimientos seguidos por el autor, en reconocer y acep ta r sus opciones e in tenciones, en capta r la lgica de su argumentacin y de su demostracin. Al final de esta lectura el estudiante esta r en capacidad de responder las siguien tes preguntas: Cmo se las ingeni el autor para enunciar sus ide as? Q u camino tom par a alcanza r su objetivo ? De qu mane ra circunscri bi su propsito ? De qu premisas part i? Esta lectura comprensiva le permit e al joven inve stigado r acce der a la estructura de la obra e insta larse en el corazn del pensami ento del auto r.

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  • 15

    Lectura de asimilacin y tr abajo de desciframiento de un texto!

    Enca bezamiento de prrafo

    1cr elemento de prueba

    2.10 elemen to

    Jer eleme n to

    4'0eleme nto

    )'0 elemento

    Conclusi n del prra fo

    Encab ezamiento de prrafo

    1er elemento de prueba

    2do elemento de pr ueba

    Encabezamiento de prrafo

    1" elemento de pru eb a

    2do e leme n to de prueba

    3'" elemento de pr ueba

    Co ncl usi n del prr afo

    [No cabe duda qu e du rante las rcadas de 1940 y 1950, la poblacin de Q uebec pudo be ne ficiarse de am biciosos prog ramas te seguridad y asiste ncia social implemen tad os por el gobie rno fede ral y a los cu ales co n trib uyeron finan cieramente las prov inc as.] De ert e modo , a partir de 1940, cie rtas categor as de tra bajad ores que se se hallaban fue ra de la producci n econmi ca pud iero n acceder a benefici os de seguro contra el desempleo. Por su lado, a pa rtir de 1944, las familias con nios a cargo pud ieron beneficiarse de subsidios familiare s. A partir de 1951, las per son as mayores de 70 aos pud ieron disponer de pres taciones de seguridad para la vejez, y las pe rsonas entre 65 y 70 aos, de subsidio de asistencia a la vejez. Los ciegos y los invlidos, po r su parte pudieron beneficia rse , a partir de 1951 y de 1954, resp ectivamente, de una ampliacin de los criteri os de admisibilida d a los programas de asiste nci a fina nciera que se les reser varon . Por ltimo, a pa rtir de 1959, las per sonas nec esita das y desprov istas de emple o , pudie ron contar co n los be neficios de asiste nc ia al dese mpleo . [H ist ri camente, todos estos progr amas tuvieron po r consec uencia la disminucin de la parte de los riesgos inherentes a la vida di ari a y favo rece r el con sumo de bienes por pa rte de categoras sociales con dificultades pa ra adquirir en el mercado las co ndiciones de su reproduccin.]

    [Sin embargo, a comienzos de la dcada de 1960, los datos fundamentales relacionados co n el problema de la dependencia econ mica no cambi aron en rea lidad en la provincia .] En efec to , ms del 30% de la pob lacin continu padeciend o la insuficiencia de ingresos y, en consecuencia , a vivir en el ni vel de la pobreza . Si se utilizan o tros crite rios par a medir el nivel de vida , resul ta que la pro porcin de indi viduos y de hogar es qu e vivan mome ntne a o regularm ente en situacin de pobreza creci hasta sob repasa r, par a cie rtas ca tego ras de edad, el 50%.

    [Las razones de est a sit uaci n son mltiples. Aqu se enumerarn aque llas que se hallan asociadas co n la adm in ist raci n de los program as para asegurar los niveles de ingreso de la poblacin] . De est a mane ra, en es ta poca, los montos asigna dos a los programas ex iste n tes de seguridad del ingreso eran muy bajos; sobre todo, estos montos no se halla ban ind exados al costo de la vida . En ciertos casos, los criterios de admis ibilidad a los beneficios fuero n particul armente restrictivos, al punto de que un gran n me ro de indi vidu os y hogar es pe rma neciero n exclu idos de los be neficios de los progra mas. Por ltimo y en virt ud de mlt iples razones, un a de las cua les se relaciona co n la du dosa idoneidad de los fun cionarios encargados de admin istrar y coord ina r los programas de asistencia socia l, el acceso de los indi vidu os y de los hogares a las prestaciones se mantuvo muy desigua l en tre las regiones, las ciudades y los pueb los. [En co njun to, los programas par a asegura r los niveles de ingres o, tal como fueron impl ementados en Quebec a co mie nzos de la dcada de 1960, perman ecie ron inadecu ados par a resolve r el muy import ante proble ma de la insuficiencia de los ingresos en la pro vincia ].

    Id Id

  • Es la condicin indispensable para tomar la famosa distancia con relacin a la obra, de la cual se habl antes. Tal distancia le permite al estudiante alejarse del texto, evitndole caer en el resumen y en el riesgo de traicionar el proyecto del autor, su razonamiento o su estrategia de demostracin.

    En el tercer nivel de lectura se trata de examinar la obra de manera crtica. Esta lectura le permite al estudiante responder a las siguientes preguntas: lcul es el alcance y la envergadura de las ideas sostenidas por el autor?, lnde radica el valor e inters y tambin las debilidades de sus tesis? En verdad su esfuerzo es original, novedoso y estimulante? Por este camino, aprovechando los resultados de sus lecturas precedentes, el joven investigador logra una evaluacin pertinente, matizada y fundamentada de la obra.

    Al momento de laredaccin Llegado el momento de redactar un informe de lectura importa observar tres

    principios: 1. En primer lugar, hay que reflexionar. Una mala resea es casi siempre el fruto

    del trabajo de un estudiante distrado que lee sin asimilar ni comprender las pginas que devora, alguien que no permite que su lectura se decante antes de concentrarse en la escritura, y que redacta de forma mecnica su texto creyendo que la observancia inflexible de un mtodo de trabajo puede eximirlo de un esfuerzo de inteligencia.

    2. Enseguida, es indispensable utilizar un diccionario ideolgico para encontrar la palabra justa y el matiz apropiado y para imprimirle belleza a la expresin escrita.

    3. Por ltimo, se trata de que el reseador cuide su propio estilo, busque la sntesis y se esfuerce siempre por situar de modo adecuado al lector en relacin con el desarrollo de su propio texto. Esta puesta en escena puede efectuarse recurriendo a ciertas frases consagradas por el uso. Por ejemplo: "El asunto de que trata esta obra es..."; "El objetivo del autor es:"; "Esta tesis se descompone en... partes"; "En el texto reseado se destacan los siguientes resultados:", entre otras.

    3. Ejemplos de reseas Para ilustrar las recomendaciones precedentes, se plantearn dos ejemplos de

    informe de lectura en las pginas que siguen. Mientras el primer ejemplo se basa en un texto corto, el segundo trata de una obra en el pleno sentido de la palabra. Con el deseo de maximizar el efecto didctico, se han sealado, al margen de las dos reseas, los tems ms usuales del contenido de un informe de lectura. Hay que precisar que estos ejemplos no son modelos perfectos, sino que representan ms bien, de una manera simple, formas adecuadas de realizar el ejercicio.

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  • Antes de terminar, se impone hacer una observaci n. Desde hace un cierto tiempo ha venid o multiplicndose el nmero de obras colectivas. Se sabe que una obra colec tiva nunca es fcil de resear, dada la frecu ente heterogeneidad de los tex tos que la componen. Sin embargo, se ofrecen dos posibilidades al joven investigador, a saber: proceder de manera convencional, destacando lacontribucin de cada uno de los autores al tema central de la obra , o bien sealar un cierto nmero de subtemas que informan acerca de la materia del libro, matizando el aporte de algunos textos en relacin con uno o varios temas.

    3. Maurice Le Noblet Duplessis (1890-1959) , primer ministro de la Provincia de Q uebec en dos ocasiones, de 1936 a 1939 y de 1944 a 1959. Su gobierno se caracteriz por las posiciones nacionalistas frente al gobierno federal de O ttawa y la defensa de ideas polticas conservadoras.

    4. Apelaci n peyorativa util izada por los in telec tua les progresistas opuestos al rgimen de Duplessis y por los historiadores francocan ade nses de los aos 1960 y 1970.

    5. Nombre dado al gobierno progresista liderado por el primer minist ro liberal [ean Lesage (1912-1980). Durante su gobierno, de 1960 a 1966, se adelan taro n importantes reformas estr uct urales del Estado.

    Las no tas 3, 4 y 5, correspondientes al recu adro de la pgina siguiente,fuero n preparadas con la asesora del profesor Roch -Ch arles Little, de l Departamento de Historia de la Universidad Nacional de Co lombia, Bogot.

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  • Resea de un texto corto* Robe rt , [ean-Claude . Du Canada [tancais au Qubec libre: hisroire d'un mouvemem indepndantisre [Del Canada fra ncs al Quebec libre : his to ria de un movimiento ind epend en tist a], Pa rs, Flamrnarion, 1975, 323 p., mapas, biblogr., pp . 199-206. Reeditad a co n el ttulo "La Rvolution rranqu ille", en: LeQubec en rexres, 1940-1980, tex tos compilados y prese ntados por Gra rd Boismenu, Laurent Mailho t et [acques Roullard, Montreal, Boral Exp ress, 1980,574 p., cuadros, cronol., biblog., pp . 207-213. Contexto y origen

    Gne ro del texto (ind ica los lmit es del texto)

    Competencias de! au to r

    In tencin de l au tor y tema q ue aborda

    Obj e tivos especficos del texto

    T ipo de anlisis

    Int1uencia de la coyuntura sobre los asuntos que se tra tan

    Esquema y an lisis

    Tesis propuesta

    Desarr ollo de la tesis

    H ilo conducto r

    Elementos esenc iales de la argument acin

    Balance

    Princ ipa les en sea nzas del texto

    En este texto de sn tesis preparado sobre todo para un pb lico francs,

    [ean-Claude Robe rt , histori ador reconocido y autor de varias obras sob re la histor ia de Q uebe c y la de Mont rea l,

    se propone determina r y defi ni r las princip ales ca racterstic as de la Revolucin Tranqu ila, episodio clebre de la hist or ia rec iente de Quebec.

    Su obje tivo es tr iple y consi ste en identificar los principales cambi os que se produjeron en el seno de la soc ieda d q uebeq uense desde 1960 hasta 1966, en destacar las d iscon tinuidades apa rent es entre e l pe riodo de la Revoluci n Tr an qu ila y e l del rgimen de Duplesss' : adems propone una cronologa de los aconte cimien tos que pautaron la Revolucin T ranquila.

    El autor adelanta para este pe riodo un an lisis qu e es descript ivo en lo esencia l y una in terpretacin bastante clsica.

    El texto de Robert fue preparado en un a coyunrura po lt ica y social ca rac te rizada por la efervescenci a de un nacionalismo agresivo y el ascenso del proyec to auronomista quebequense, y se inscribe e n una corriente hist or iogrfica que se propo ne dar cue nt a del la rgo proce so de afirmacin de la sociedad quebequense como sociedad dist inta e n tegra.

    Par a Robert, la Revolucin Tr an quila es "e l conjunto de transformaciones que experiment la provincia de Q uebec entre 1960 y 1966".

    Segn Robert, estas transformacion es son de tre s tipos, a saber: la crecien te responsabi lidad co n la que los quebeq uense s se intere saron por los asuntos de su gobierno, la afirmacin de un plura lismo ideolgico y e! ad venimien to de un nuevo naciona lismo.

    Estas tr ansfo rmac iones distinguen de man era clara e! per iodo 1960-1966 con respec to a los aos ant eriores, calificados de manera ca ricatura ! aunque significa tiva como los a os de la "Grande Noir ceur" (Gran O scu ridad)'. Lejos de hab er surg ido del azar, estas tran sformaciones fueron provoc adas por nuevos sec tores sociales que logra ron desplazar a las ant iguas lites.

    Para Robert, las cara cte rsticas ms sobresa lientes del peri odo 1960-1966 son la intervencin cad a vez mayor del Estado en materia de desarro llo econm ico y socia l, la voluntad de democ ra tizar la vida po ltica , en pa rt icu lar la apertura de la cultu ra qu ebequen se a la cultura francesa, la decade ncia de la rel igin y la emergencia de un nuevo na cional ismo combat ivo. La Revolucin Tranqui la ' fue pautada por varios acontecimien tos impo rtante s qu e revelan su ca rcte r renovador (adveni miento de los libe ra les al poder, aparicin de l1lSo[ences du[rere Uruel ["Insolenc ias del Fra ile Fulano de T al"], comisin Parenr, inauguracin de la Dl;ationgnmle du Qubec [Delegacin General de Qu ebec] en Pars, naciona lizac in de la electricidad ) . Este movimien to fue sofocado a parti r de 1964.

    Del tex to de Robert se desprende la co nclusin de qu e con la Revo lucin T ranquila se inaugura una nueva fase de la evoluc in histr ica de Q ue be c. Est a fase se ca racte riza po r la in terve ncin crec iente \' generalizada del Estado y por la voluntad de los quebequcnscs de aseg ura r y asum ir su destino colectivo.

    * Vanse [as notas de este recuadro en la pgina ant erior 30

  • Resea de una obra completa Ltoumeau,[ocelyn. Resea de K.J. Rea,TheEconomic History of Ontario, 1939-1 975,Ta ranta, University ofToronto Press, 1985, Revued'hiscoiredel'AmriquefraTlfaise, vol. 40, n"4, primavera de 1987, p. 618-622.

    Esta obra es la primera entrega de una serie de tres volmenes de prxima aparici n en que se trata la histo ria econmica de Ontar io. En los dos volmen es restantes se

    S ituac in de la obra

    considerarn periodos anteriores al que estudia el autor. Este tra bajo de snt esis Gnero de preparado por un eco nomista prestigioso de la Universidad de Toronto se destina a la obra un pblico amplio. No es avent urado suponer el aprecio que se le reservar, en

    Asunto principal par ticular por los investigad ores deseosos de encontrar, en una sola obra, un que se tr ata panorama bastante co mpleto de las prin cipales facetas del desarrollo econmico de en la ob ra Ontario despu s de 1939.

    El objetivo q ue se propone el autor apa rece en unciado con claridad en el prefacio. All Objetivo que se se da cuenta de las principales caract ersticas del desar rollo eco nmico de Ontario

    propone durante el period o 1939-1975, y se destaca el papel del Estado en la organizaci n y el auto r regulacin de la vida econmic a. Se dej de lado el apo rte del sec to r privado a este

    desa rrollo. El objetivo del auto r det ermina la organizaci n gene ral del libro. De once captulos (incluyendo las conclusiones), tres se ocup an de la incidencia de disti ntos factores al crecimiento econmico ontariensc, cuatro trazan la evolucin de los principales sec tores de la actividad econmica de la provincia y otros dos destacan la importancia Organizaci n creciente del papel del Estado en la administracin de la mano de obra, la asignacin de

    general recursos y la regulaci n econ mica. En el captulo introductorio el autor esboza las

    de la o bra condicione s econ micas de Ontario dur ante la posguerr a. All sea la los princi pales desafos que hubieron de enfrentar los elegidos de aquel entonces y recon struye algunas posturas importantes que se defendieron en los debates pb licos.

    En conjunto , la argumentacin es sobre todo descriptiva. Ah radica el principal mrito del libro, de all emana tod o su inters. El au tor evita fundamentar su objetivo en un Metodologa modelo explicito de anlisis econmico. Es claro que Rea no se propon e construir su tesis sobre una consideracin axiomtica del funcion amiento de una economa nacional. En la prctica, retom a las clasificaciones conv encionales que aparecen en la mayora de

    Lm ites de la los manu ales de econ oma. Sin embargo, este mtodo en nada le resta int ers a la obra', disc usin cuyo objetivo prior itar io cons iste en informa r y docu mentar y no en in terpre tar y

    debatir. Muy prudente con lo que se propone, deplorando en todo momento la carencia de pruebas concluyentes, el autor se reh sa a asumir una posicin q ue lo ob ligue a ser tajante, El aspecto ms evidente, que como es na tural apa rece con frecuencia , consiste en saber si la int ervencin reguladora del Estado ha tenido efectos positivos en el crecimiento econ m ico de la pro vincia. A unq ue uno de los supuestos de la poca inspirado en la apropiacin local de las ideas kevnesian as - se incl inaba por la tesis de los efec tos positivos de la intervencin del Estado, el anli sis econmico por su parte slo en rarsimas ocasiones lleg a demostrar la realidad de estos efec tos. Carac te rsticas Escrita en un estilo sobrio, apoyada en una documentacin procedente en lo esencial de

    dis tintivas archivos ministeriales, en informes de comisiones de estudio, en compilaciones estadsticas

    de la ob ra y en estudios especializados, la obra se halla enriqu ecida con un ndice provisto de utilidad. El texto va acom paado de cinc uenta y un cuad ros. Una bibliografa y algunos mapas le hubieran permitido sin dud a al lector visualizar la configuracin cambiante del espacio econmico ontariense. No obstante, la obra forma parte de una serie que incluye una gua bibliogrfca (O IgaB. Bshop eral.,Biblographyoi OntarioH5tOTy , 1867-1976: Cultural, Ec o~omic, Pouucai, Social, 2 v. 1980) y un atla s histrico (R. Louis Gen tilcore et C. Gran t Head, Cntario's Hswry n Maps, 1984).

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  • Tesis propuesta

    Eleme ntos principales de la demos tracin

    Tesis propuesta

    Elementos pr inc ipales dela demostraci n

    Balance cr tico

    Prim er aspecto criticable

    La argumentacin que desarrolla el autor se organiza alrededor de dos lneas directrices qu e se entrelazan una y otra vez. Los puntos ms destacados de esta argume ntacin se pueden resumir de la siguiente man era: 1. Despus de la guer ra, Ontario, en part icula r la regin del Sudeste, consolid su posicin como primer centro industria l y financiero del Ca nad. Varios factores explican este fenmeno: un crecimiento demogrfico considerable asociado con movimientos migrator ios, int ern acion ales e inrerprovinciales, bene ficiosos para la provincia; una alta tasa de participacin de la mano de obra en las actividades remuneradas, en particul ar de la mano de obra femenina; una exp ans in del espacio eco nmico existen te, gracias al dominio de nue vas tecn ologas que posibilita ron la explotacin ren table del potencial minero y forestal de la provincia; un vol umen muy elevad o de inversiones privadas y pblicas, en partic ular en el sector de la construccin residencial y comercial, en las infraest ructuras de l transpor te y en la exp lot acin del potencial hid roel c tr ico ; un aum en to constante de la demanda de bienes de eq uipamiento y servicios, expl icable por el aumen to de los ingresos reale s, por la mejora de las condiciones de la oferta y la trasformacin de las moda lidades del consumo popu lar. Las consecuenci as que originaron estas tendencias de fondo sobre la estruc tu ra industr ial de Ontario fueron no tables. S~ produjo un cre cim iento cons iderable de l sec to r de los servi cios, del come rcio y de las finanzas , as como del tu rismo ; un descenso relativo de las actividades asociadas con los secto res de la agricultu ra, la pesca y las pieles como fuen te de ingreso s y de empleo; una consolidac in de la importancia de las actividades mineras y forestales, gen erado ras de un desa rro llo notable en las regio nes ubicadas ms a l norte de la provincia ; el mantenimien to de la industr ia manufactu rer a como fuente importante de empleo, ingresos y valor agregado . 2. Dur ante el per iodo considerado , la in tervencin reguladora del Estado se manifest de modo gradual en casi todas las esferas de la actividad eco nmica. Sin embar go, es necesario precisar que esta presencia del Estado tiene menos alcance en On tar io que en o tras provincias. Entre los aspectos que confirman la importanci a adqui rida por el Estado figura la bsqueda de un cierto ordenamiento de las relaciones intercapital istas por med io de la regulacin de los mercados, el objetivo de administrar la mano de obra , la ampliac in de la legislacin laboral, la fina lidad de ejerce r un contro l rela tivo sobre las condiciones de explotacin de las riquezas naturales med iante la insta urac in de medidas preventivas, la poltica de regular hasta cierto punto las condiciones de vida de la poblacin, asumiendo una parte de los costos in herentes a la reproduccin de las par eja s y de los particulare s (educac in, sa lud , bienestar) . Segn el autor, es ta in tervencin creciente del gobierno en la vida econmica y social tiene su origen en cuatro razones princ ipales, a saber: la reivindicacin crecie nte de Estado por parte de casi todos los sectores socia les, las presiones generadas por la industrializacin y la urbanizacin, la determinacin de los rb itros pb licos onrarienses de resistir a las pretensiones de l gobierno federal, int eresado en asumir una responsabilidad cada vez mayor en la organizacin de la vida econ mic a, lo mismo que la idea cada vez ms exp and ida, en todos los sec to res de la sociedad, de la necesidad de una intervencin est abilizado ra del Estado, es deci r, lo que ot ros autores han llamado la difusin de una cul tura social estatista. Aunque la obra de Kenneth Rea es una referencia ind ispensab le para apr eciar en sus grandes lnea s el desarrollo econm ico de Ontario durante el pe riodo de la posguerra, presenta un cierto nmero,de deb ilidades, sin relac in necesaria con el gn ero de la obra. En primer lugar, el autor no relacion el desarro llo econmico de Ontar io con lo que yo llamara la economa polt ica del federalismo rent able en Canad, ni con el mb ito de competencia espec fica en el cual se int egra la provincia, ni con las gran des tendencias que se manife staron en est a poca en el seno del espacio norteamerican o. En est as

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  • FLAC50 :c!iJ ~C

    Segundo aspecto criticable

    Tercer aspecto criticable

    A porte principal

    condi ciones, e l de sarrollo econmico de Ontario apa rece como el resu ltado de la dinmica de un cie rto nmero de factores capaces de prod uc ir crecimiento en un espacio cerrado en la prct ica . A unque se hi c ie ron algunas alusiones al respec to , en ve rdad carent es de sign ificaci n so bre la argume ntacin principa l, e l hecho es q ue no se adelan t ningn an lisis esp ecfico sob re los efec tos generados en el espacio econmico ontariense por la estrategia de crecim iento que despleg el gobie rn o feder al al final de la Seg unda Gu er ra mun di al. Ade ms, e l desarro llo ec onmico de Ontario cas i nunca se rel acion co n la dinmica ind us tria l peculia r de la regin de los G randes Lagos (med io econ mico y de compete nci a al q ue sin la menor duda pe rt enece e n lo fun damenta l la provincia) . Por ltimo, el de sarro llo eco nmico de Ontario tampoco se analiza a la luz de la di visi n eco nmi ca de l trab ajo q ue se impone a lo largo del conti nente norteameri cano despus de la Guerra (efectos gene rado s por aquello q ue va rios a utor es han llamado in tegraci n continenta l de pend enre) . De esta manera se desconoc e toda la con tribu cin conceptual y analt ica de inv estigadores tales como Wall ace Clernenr, G len Williams y David Wo lfe, para nom bra r slo a ellos. Au nque es indudable q ue est e hecho resul ta de una decisin del ibe rada del a utor, no es me nos c ierto q ue tal opci n le imp ide ac ceder a un nive l de lectu ra ms fino del desarrollo econ mico de Ontari o y empobrece su an lisis emprico . En segundo luga r, no se en tiende bie n por q u el auto r ana liza la regulacin esta ta l de l produc to sala ria l" en un captulo en el qu e el in te rs principal gir a alrededor de los movimientos de la poblac in, la tasa de participacin de la mano de obra, su compos icin y dist ribuci n en los grandes sec to res eco nmicos (captu lo 2) . El estudio de la ampliacin del sist ema de rel acione s ind ust riales y del pape l del Est ado en el establec imien to de nuevas no rmas sala riales y en la de te rminacin de las cond ic iones de tra bajo podran haber sido tra tad os en un capitul o independ ien te , dada la impo rtancia de es tos aspect os en el marco de los esfue rzos de regulacin macrosocial y macroeconmica qu e desplegaron las dive rsas insta ncias de l gobi e rno despus de la gue rra . En te rce r lugar, el ca p tulo 10,e n e l cual el a uto r se interesa por e! papel eco nmico de l go bierno pro vincia l de ja al lec to r en las mismas. Es indudable que se t ra ta de un asun to muy difc il de dominar. S in embargo, e ra de espe ra r un a argu mentacin ms rica , por lo menos ms sugestiva, sobre la d inmica de la expansi n del gasto publico en sus com ienzos. El cr ecimiento de! pap el econmico del gobi e rno se inte rp re ta como e! resul tado imprevisible de presi ones coyun tur ales y continge nc ias, pa ra las cua les es imposible enco ntrar en la prc tica un pr incipio coo rdi nador, una coher en c ia de co njunto. Qu iz e! autor est en lo cierto . Sin embargo, uno queda co n elsentimie nto de qu e su int erpretacin es ms bie n el resultado de una renu ncia al desafo de comprender, de una reflexin en exceso supe rfic ia l comparad a con el problema plan teado . En ningn cas o el Estado se conside ra co mo un apa ra to qu e posee una c ierta a utonoma institu cional y que ac ta de manera positiva co n la mira de influir sobre las tendenc ias o de in ter venir en la orientacin del fu tu ro . Es probable qu e ia po breza del anlisis efec tuado en el captulo lO se expli que en la deci sin del auto r de limi ta rse a un anl isis emprico srriccosensu , ye n su renuencia a aprovecha r cierta s pro blem ticas de sarro lladas por la cie nc ia pol ti ca y la socio loga contemp ornea s. Tambin pued e se r q ue e l t ipo de pr ueba qu e se co nside ra vlido en est as disciplinas no sa tisfaga al economista incap az de re nu nciar de ve ras al pa radigm a de la cu anti ficacin. En co nj un to , la ob ra de Kenne th Rea const itu ye una base s lida a par ti r de la cua l es posib le empre nde r nu merosos estud ios so bre la hist o ria econmic a de O ntar o , Si la argumentacin qu e all se des arro lla no es suficien temente audaz, dada la gran prudencia del auto r, tiene a l me nos el mri to de establecer ciertos pun tos de referencia q ue es imposible ignorar. La obra cumplir su objetivo cuando o tros autores, ms afo rt un ados, decidan inc ursionar e l un iverso siempre ar riesga do de las inte rpre tac iones apoyndose sobre la con tri bucin de l au to r.

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  • La elaboracin de un informe de lectura Objetivos del Revelar su contenido EvaluarlaSituar la o b r a in fo r m e

    Tem a de l libro .Cul es la tesi s que se Proceder alAsunto especifico que plan tea en la obra ! balance: aborda el autor iCmo la de sa rro lla e l au to r

    -priucipales Qu in es el au to r? Se le (

  • Captulo 2

    Cmo documentarse en la era electrnica*

    Las tecnologas a las que tenemos acceso influyen de manera decisiva sobre nuestras maneras de entender el mundo. Marshall MacLuhan mostr cmo la invencin del libro revolucion de alguna manera el planeta, al facilitar el acceso al texto y por ende al conocimiento disponible.'. De hecho, el paso del rollo de pergamino al libro se tradujo en el abandono de una cierta relacin con el texto y con el conocimiento. Como se sabe, leer un texto en un rollo O en un libro implica maneras diferentes de "desplazarse" en el texto, formas distintas de apropiar su contenido y de aprovechar la informacin. En el primer caso, se debe desenrollar o enrollar el papel para avanzar o retroceder en el texto, con pocos o ningn punto de referencia. Este procedimiento, que es largo y fastidioso, dificulta la tarea de interrelacionar los datos contenidos en el texto. En el segundo caso, se puede abrir el libro en la pgina deseada y colocar un registro en las hojas que se consideren pertinentes. De esta manera, las posibilidades de interactuar con el conocimiento se multiplican. Comparada con el libro, puede decirse que Internet representa una innovacin tecnolgica tan radical como la que signific el libro en relacin con el rollo de pergamino. La utilizacin de este medio extiende, facilita y democratiza de manera singular la circulacin de la informacin. La utilidad de Internet es an mayor, pues le permite al usu ario interactuar con la informacin de una manera que slo puede equipararse con la imaginacin de la persona que digita, hace clic y navega. En la prctica, ya no hay lmites para la socializacin del conocimiento; nuestra relacin con el mundo del saber se ha transformado de modo irreversible.

    Liberador en muchos sentidos , Internet es tambin un ogro que puede devorarnos con facilidad -algunas veces puede engaar, cuando no se lo utiliza con espritu crtico-o De la misma manera, Internet es un laberinto donde cualquiera puede perderse ; de hecho, la navegacin en la red exige competencias especficas. Esta exploracin requiere del usuario una conciencia aguda de las ventajas y de los inconvenientes de este medio". Cmo puede el joven investigador aprovechar los recursos de Internet sin caer prisionero en la red y sin ser ahogado por la masa documental que all se encuentra?

    * La profesora Margarita Amaya de Heredia , de la Univer sid ad Nacional de Colombia, adelant gen t ilmente la rev isin tcnica del presente captulo .

    1. Marshall MacLuhan , La galaxia Gutenberg: gnesis del "Horno Typographicus", trad . del ingls por Juan Novella, prlogo de Javier Echavarra, Barcelona, Crculo de Lectores, [1998] [1962], 441 p., biblog., 22 cm. Col. Bibl ioteca Universal. Ensayo contemporneo.

    2. Laura J. G ura k , Cyberliteracy: Navigating he Internet with Awareness , New H aven (Conn.), Yale University Pre ss, 200 1, 194p., il., bibl iog., indexo

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  • El objetivo de este captulo consiste en conducir al estudiante a aprovechar los recursos de las grandes bibliotecas donde se conservan considerables colecciones de documentos en soporte papel yen soporte electrnico. Para lograrlo, se presenta un mtodo de bsqueda documental en seis etapas (seccin 1). El mtodo que se describe a continuacin tiene por objeto permitirle al investigador iniciado aprovechar los bancos de datos informatizados y los recursos de Internet a los cuales tiene acceso de manera continua. Por lo dems, en el contexto de la revolucin ciberntica contempornea, se le indican al joven investigador algunos secretos que le permitirn optimizar su trabajo en las bibliotecas y aprovechar las ventajas de Internet (seccin 2). A sabiendas de que una de las claves de acceso a los recursos documentales de las grandes bibliotecas es el conocimiento de las principales obras de referencia, de indizac n y de recuperacin de la informacin que all se encuentran, incluidos, claro est, los documentos electrnicos, se propondr una lista que, aunque incompleta, resulta suficiente para facilitar las bsquedas del investigador principiante en ciencias humanas. Esta lista se presenta bajo la forma de una "caja virtual de herramientas documentales" y se incluye al final de captulo (seccin 3).

    1. Un procedimiento metdico para recuperar la documentacin

    En relacin con un tema determinado, lcul es el procedimiento que debe seguirse cuando se trata de elaborar una bibliografa, preparar un balance crtico de la literatura cientfica pertinente que se ha producido o simplemente actualizar los conocimientos?

    Existen numerossimas opciones. Aqu se sugiere un procedimiento en seis etapas, de las cuales las tres primeras son las siguientes: la formulacin precisa de un tema de investigacin (primera etapa); la definicin de un conjunto de conceptos que expresen toda la riqueza del tema y de su problemtica subyacente (segunda etapa); una estrategia documental mediante lacual se logre aprovechar la variedad y la complementariedad de los diferentes herramientas de trabajo disponibles en las bibliotecas, incluida Internet (tercera etapa). Este procedimiento inicial halla su culminacin en las operaciones siguientes: el acopio minucioso de la informacin documental (cuarta etapa), el anlisis de la misma (quinta etapa) y la evalua~ cin del proceso de bsqueda documental en su conjunto (sexta etapa). En la pgina 59 se presenta una sinopsis de las diferentes etapas del procedimiento descrito.

    Las etapas iniciales de la bsqueda documental Primera etapa: la formulacin precisa de un temade investigacin Antes de emprender una investigacin documental es indispensable fijarse un

    objetivo. El punto de partida de este objetivo es un tema que ha sido tratado de modo preliminar. (Aqu pueden aprovecharse las recomendaciones que se ofrecen

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  • en el captulo 11 de esta gua, relacionadas con la definicin de un tema de investigacin) .

    Desde un punto de vista documental , la etapa de la formulacin del tema consiste en escribir un primer enunciado del tema de investigacin. Tal enunciado debe ser tan preci so y conciso como sea posible. Es preferible expresarlo en una frase, mximo en unas pocas lneas. As por ejemplo:

    "Formas de ayuda mutua para mujeres vctimas de violencia conyugal"; "La au toimagen en los nios que han sufrido malos trat os".

    Los trminos emple ados en el enunciado deben ser significativ os. Por esta razn se recomienda erradicar las palabra s vacas de contenido y los conceptos utili zados en sentido figurado. En suma, un inve stigador que elija para su trabajo un ttulo confuso o poco significativo se expone a que su enunciado no pueda ser reseado en la masa documental. Se recomienda que el investigador adquiera el hbi to de formul ar su marco terico (estructura conceptual) en lengua inglesa, dado que la mayora de las bases de datos se disean en el mundo angloparlante. Hay que subrayar que para recuperar la informacin , ciertos sistemas documentales se apoyan de manera exclusiva en las palabras del ttulo, como ocurre con algunos compendios en CD-ROM o en ciert as bases de datos en lnea.

    Segunda etapa: el establecimiento de un marco terico (plan de conceptos) En la etapa siguiente se considera un tema de investigacin en sus mltiples

    facetas y problemtica de fondo. En est a segunda etapa se trata de establecer un marco terico adecuado para el tema, que sea susceptible de expre sar la riqueza de la probl emtic a asociada, con apoyo en el enunciado origina l del mismo tema (ejemplo: "Las formas de ayuda mutua para mujeres vctimas de violencia conyugal") . En pocas palabras, se busca establecer correspondencia entre un tema - y la probl emtica de inve stigacin asociada- y un conjunto de palabras claves? tornadas del lengu aje corriente. El asunto consiste en inventariar, mediante las palabras claves pertinentes, los diferentes aspectos del tema y de la problemtic a de investigacin, a partir de los conceptos que se le ocurren al investigador.

    Aunque el vocabulario de las ciencias humanas y sociale s contina sin ser normalizado , hay que esforzarse por elegir trminos prec isos mediante los cuales pueda darse cuenta de los aspectos del tema y de la problemtica selecc ionados . El crite ro que debe observarse es que sern nec esarias tantas palabras claves como significaciones figuren en el enunciado del tema y en la problemtica de la investigacin. La prudencia es de rigor para controlar las diversas acepciones de los trm inos empleados segn las disciplinas, las reas geogrficas y las lenguas, pues en las cien

    3. Las palabras claves corresponde n a descriptores de orden temtico, onomstico, geogrfico, a nombres tcnicos y vern culos, en tre otros, que son caractersticos o representativos de un texto y que han sido recuperados en bases de datos mediante la aplicacin de tcnicas de normalizacin . [Com unicacin personal de la bibliotecloga Cle lia Maverly Castblanco Surez, de la Divisin de Archivo y Correspondencia de la Universidad Naciona l de Colombia. Bogot, 2007-0 1-28] .

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  • cias humanas y socia les es frecuente que un mismo concep to abarque significaciones diferentes.

    En las palabras seleccionadas debe reflejarse el contenido de la pregunta que se plantea, as como la informacin que se desea obtener. Se seleccionarn todos los sinnimos posibles; de la misma manera, si hay lugar para ello, los trminos en espaol y sus eq uivalentes en ingls, en francs y en otras lenguas.

    El marco conceptual que podra generar el enunciado pre liminar de l tema de investigaci n ("Las formas de ayuda mutua para mujeres vctimas de la violencia conyuga l") figura a manera de ejemplo a continu acin.

    Formas de ayuda mutua para mujeres vc timas de violencia conyugal A. Primer grupo de conceptos B. Segundo grupode conceptos En espaol En ingls En francs En espaol En ingls En francs gru pos de self-he lp groups groupes muj eres batter ed worn en femmes ayud a mu tua d'entra de golpeadas victimes de

    vio lence grupos de mutua l support groupes de maltrato a la wife abuse femmes apoyo sout ien esposa battues

    red de ayuda he lp ne twork s) rseau nature l maltrato a la ab use o f women fernrnes mujer violentes

  • Los esfue rzos orientados a precisar y a enriq uece r el voca bulario y los conceptos pertinentes a la definicin del tema nu nca son intiles, a pesar de las dificultades que plantean. Esta lista de palabras claves, aunque imperfecta en su versin preliminar, debe brindar acceso a la documentacin disponible sobre un tema. Las palabras claves funcionarn como trminos de bsqueda al momento de utilizar las herramien tas de recuperacin de informacin.

    A partir de est a etapa, se recomienda selecc ionar y consultar algun as obras bsicas, por ejemplo diccionarios y encicloped ias de ca rcter especializado", disponibles con frecuenc ia en soporte electrn ico, para asegura rse que el campo conceptual de la problemtica de investigacin ha sido cubierto en su totalidad y de modo adecuado . De la misma maner a, llegado el caso, se revisarn los ttulos y los encabezados de captulos de las obras especia lizadas, seleccionadas o localizadas grac ias a los artc ulos que figuran en dicciona rios y enc iclopedias. Ha de notarse que la bsqueda en Interne t -que se in icia justo desde el momen to en que se establece el marco terico- , siempre apor ta informaci n suplementaria y la posibilidad de establecer vnculos pertine ntes' . Dicho lo anterior, es necesario prec isar que en esta etapa el objetivo no consiste en elaborar una bibliografa exhaustiva, sino en imprimirle un carcter definitivo a la lista de palab ras claves.

    Tambin merecen examen otras variables cuya formulac in puede contribuir a fijar mejor los lmites del objeto de estudio e influir en todo el proceso de investigacin documen tal. La lista de preguntas que figuran en el cuest ionario de la pgina siguiente le ayudar al investigador a dete rmina r ciertos itinerarios documentales que deben ser exp lorados o descartados desde el comienzo y lo estimular a emprend er un an lisis adic iona l de su objeto. Es evidente que estas variables no se aplican de manera au tomti ca a tod as las investigaciones; ms bien, se propone considerarlas, con la finalidad de asegura rse que el cubrimiento de la documentacin est de acuerdo con el en uncia do del tema y con los distintos aspectos de la problemt ica selecc ionada.

    Al responder estas preguntas, el investigador se ver obligado a precisar e incluso a redefinir,en cier tos casos de modo radical, la formulacin inicial de su tema de investigacin. Segn las particularidades de la prob lemtica selecc ionada, le surgirn otras preguntas que tambin deber responder. Convien e recordar que esta operacin de definicin y red efin ici n del tema se vuelve ms productiva

    4. En la seccin "Una caja virtual de herramien tas doc umen tales", (p. 67-76) se ofrecen referenci as precisas .

    5. Como se sabe, los motores de bsqueda ms populares son: Google, Yahoo, A lta vsta, entre o tros. El invest igador deseoso de acceder de ma ne ra inm ed iata a listas de sit ios ms espec ializados util izar mot o res de bsq ued a o rientado s de prefere ncia a la prod uccin cie nt fica : Infomine (infornine.uc r.edu/) , Academic Info (www.academicinfo.ne t/ table .h tml) . Resource Guide for So ci a l Sc ien ces (www .j isc. ac .u k /subje c t/ so scil) , Gu ide s to Spe c ia liz ed Se arch En gin es (www.searchabi lity.com ) .

    Algunas di recc ion es electrn icas que se ofrecen en este captu lo y ms en gene ral en esta obra son de libre acceso, o tras req uieren suscri pcin . En este lti mo caso , se recomienda al joven investigad or averiguar si las biblio tecas instituc iona les de que es miembro cuentan con la susc ripci n co rrespondien te. [N . del T ] .

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  • cuando se la somete a la crtica de personas con experiencia en documentacin. Las grandes bibliotecas del mundo ofrecen a sus usuarios los servicios de asesores aptos para ayudar en este sentido a los jvenes investigadores.

    El itinerario descrito en esta segunda etapa puede parecer laborioso; sin embargo, resulta indispensable, puesto que los esfuerzos invertidos en la definicin del tema sern recompensados en las etapas ulteriores. Debe quedar claro que la bsqueda documental depende de los objetivos que se le han fijado a la investigacin. Mientras mejor y de modo ms preciso se enuncie el tema, ms fcil ser la bsque da documental.

    Tercera etapa: La bsqueda documental propiamente dicha Una vez conocidos los diversos componentes del tema, seleccionadas las pala

    bras claves y establecido el marco terico, se aprovecharn las numerosas obras de referencia, de indizacin y recuperacin de informacin, en soporte papel o en soporte electrnico, que se conservan en las bibliotecas. Estas herramientas de trabajo brindan la clave de acceso a la documentacin que all se conserva. Sin embargo, su utilizacin no se hace al azar, al ritmo de lo que se va topando, dentro de una lgica carente de una estrategia definida de bsqueda documental. En cierto modo, cada herramienta de trabajo brinda un "servicio especializado" (ver el recuadro de la pgina siguiente), por ello tiene una importancia estratgica en tiempo y espacio. Por regla general, el uso de estas herramientas de trabajo se halla determinado por la lgica progresiva de la investigacin documental (no se lee un artculo de una publicacin seriada antes de haber consultado un diccionario o una enciclopedia) y por los problemas especficos que enfrenta el investigador en su procedimiento documental.

    De manera general, el procedimiento de bsqueda documental se hace conforme a la siguiente progresin lgica: se aprovechan los catlogos de las bibliotecas; se consultan las enciclopedias, los diccionarios cientficos y las guas de investigacin; se explota la documentacin ya constituida y se aprovechan ciertas obras de referencia y de indi zacin; se avanza en la investigacin documental seleccionando una buena obra; se completa la bsqueda documental explotando otras obras de referencia.

    Aprovechar los catlogos de las bibliotecas Sea en tarjetas, en microfichas o accesible por computadora, el catlogo de una

    gran biblioteca o de un centro de documentacin sigue siendo el instrumento por excelencia para acceder casi de inmediato dentro de los fondos documentales de una institucin. Pre