Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

199
-- - --_ , UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA EDICIONES DE LA BIBLIOTECA Traducción: Felipe Carrera D. ANDRE LEROI- GOURHAN I I , ; ! ! -I ! í - - : , , - , I ! . , I i , - -- , -- I ! I i !; {- ---_-

Transcript of Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

Page 1: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

-- -

--_

,

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

EDICIONES DE LA BIBLIOTECA

Traducción:Felipe Carrera D.

ANDRELEROI- GOURHAN

I

I,

;

!!

- I

!í -

- :

,, -,

I

! .,Ii

, -

--,

--I!

I

i!;

{-

---_-

Page 2: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

Diagrarnación: VILMA VARGAS

Cop)'rigl71 1971 by Ediciones deo la Biblioteca de la Uuirersidsd Central de 17enezuela

.. :

0--

O ,

TECNICA y LENGUAJE

°pRI~fERA PARTEO •

.

TECNICA yo LENGUAJEEditions Albín °lvficl1el, París, publicó la obra en francés, en 1965, bajo el título deLe geste et la parole

••

,O-

- 000 O _

Page 3: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

I.!,

•;. ,

,,,7

En los diversos estadios de civilización, desde los tiempos más lejanos,una de las preocupaciones fundamentales .del hombre ha sido la búsquedade sus orígenes. Esta inquietud por encontrar Sll .reflejo en las ag:llJS

profundas del pasado,'. ha podido ser satisfecha generalnlente a' peqlleñocosto. Todavía hoy, si bien todos los- hombres de cultura moderna tienenel mismo deseo de saber 511 procedencia, a falta de, poder conocer 511.

destino, basta con breves alusiones al pasado de. los' grandes monos parasatisfacer a la generalidad de ellos.

Esta necesidad dé ahondar en las raíces es tan poderosa q1le sin dudatrasciende .la simple curiosidad. Numerosos prehistoriadores sienten laPrehistoria como asunto personal, En efecto', es la ciencia q1le cuenta talvez con má-s aficionados, la qtle todos creen poder practicar sin particularcapacitación. Las riquezas arqueológicas despiertan en casi .todos los hom­bres el sentimiento de un retorno, y existen pocos qlle a la primeraocasión resistan la tentación de escudriñar la tierra, como un niño desar­ma un juguete. la búsqueda del misterio de los orígenes y los sentimientosen qlle ella se funda, nacieron,'. sin duda, con los primeros destellos dela reflexión: ya el hombre de Neanderthal, hacia el fin de su larga historia)'recogía fósiles y piedras con formas curiosas. Si es difícil atribuir alhombre de N eanderthal las preocupaciones de un prehistoriador actual,.no hay mucho glle transitar, sin embargo, para encontrar bajo la cortezacientífica del investigador de hoy, intactos y siempre crepusculares, losmismos sentimientos hacia lo profundamente hundido en la tierra y enel pasado .

.Seria vano pretender escapar a una necesidad fundamental tan po­derosa como la que ..Ileva al hombre a volverse hacia 511S fuentes, peroel análisis de ellas resulta tal vez más lúcido y ciertamente más rico sise busca no solamente saber de dónde viene el hombre, sino también·dónde está. y hacia dónde se dirige.· En .los últimos años han abundadolas obras suscitadas por el magnífico desarrollo de. la Paleontología y casino existen lectores para quienes la aleta-pata del celacanto tenga alg,ún

,,1~.:!1

.LA IMAGEN DEL HOMBRE

1. .:

......_ .._-

. .

-_ _.... . ._ ' .

Page 4: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

:.;

,I,i

98

•.

}

•,,,EL PERIODO PRECIENTIFICO ..

.Result~ difícil. decir. CÓI110 .el hombre de Cro-Magnon imaginaba sup~opla .realídad, pero poseeIl10s centenares de mitos heredados de los másd.1~Tersospueblos, desde los esquimales a los docenes. Poseernos las srandesmItologías. de las c~vilizaciones d~l, ]l1editerrán~o, de Asia y de Abmérica,las <:bras de los teologos y 10~.fIlosofos de la Antigüedad y de la Edad]\1e~la y los relatos de los viajeros europeos, árabes o chinos .anterioresal siglo XVII. Se desprende .de allí .una imagen del hombre tan' profunda­ment~ coherente que se. hace posible un análisis olobaI. En todo casoes -útil para tomar conciencia de la transformación bque se ha producidohasta nuestros días en la percepción de la realidad del hombre,'. Hoy r;sulta .difícil .coI1cebir, sin e~"concurso .de ,la. geología y de lapaleon~oIogla y sin considerar la evolución, una ciencia del hombre sobre .u.n ~r:lverso terrestre apenas entreabierto y sin pasado. La variación allíslgnIfl:-a metamorfosis, . la aparición creación inmediata, y 10 qlle hoyc-onceblmos escalonando los ;e~es en ~I.paso del tienlpo,' allá de~enl0saceft~rlo en. su natura~ fantastlco, y unlcamente. en el espacio. Para ele:p1rltu medle,ral, el pltecantropó no hubiera sido una -sorpresa, pues hu­bIera aceptado al' hOl11bre·l1lono conlO aceptaba al 110D1bre con cabezade perr?, al uní -p~do .y al Iic~rnio. Los nlapas de. cOlllienzos del siglo XVImuestra.n a Amerlca en partIcular, poblada por cinocéfalos 'con nlarcl1ahumana o por hon1bres sin cabeza .en aI}'O pecl10 llevan los ojos o laboc~. Es el caso en el mapa del allnh!'ante turco Pirí Reís, hecho" en 1513segun un lTIodelo probablenlente de Cristóbal Colón. ..

El tr;-tnsformisnlo. ~o era p.ositi'lamente fornlulable puesto que la gestade los heroes y los dIoses anImaba toda transformación. El filósofo en­tre,reia las fronteras de la fábula en el estrecho canlpo de su experiencia

.y la exploración antropológica .' le conducía a definirse como el objetocentral del mundo vivo, peto su' visión era esencialmente etnocentrista ..Es. en efecto el etnocentrismo .10 qlle define mejor la 'visión precientíficadel hombre. En numerosos gnlpos' humanos la palabra qlle sirve para.designar el g.rllpo. 'étnico es: "hombre". La asimilación. de la etnia a una. especie de "yo" ideal, reuniendo las cualidades del bien y de lo bello, se.conjuga con la tendencia a colocar fuera del mundo familiar a . los pueblosmonstruosos que materializan en su .aspecto '.y en sus costumbres,' el maly la fealdad. La misma actitud se aprecia durante el período precientífico

. con ¡respecto al mono, qlle es el antí poda monstruoso del hombre civiliza~'do. Lo cual explica bastante bien la confusa asimilación de los demonios,.de los pueblos desconocidos }~ de los monos en las estampas geográficashasta el .siglo XVI. Esta actitud se traslada directamente a la antropologíaen el siglo XVII.!, dando nacimiento a la vez a las tentativas de justificacióncientífica' de los prejuicios raciales y a la paleontología humana.

En lugar de colocar a los hombres -idénticos en esencia- al extremode una línea evolutiva.: como hemos . aprendido a hacerlo,. el" ·pe.nsado,r

. precientífico considera como hombres esenciales a los que constituyen supropio núcleo étnico, más allá' del cual -en círculos más y. más lejanos­aparecen seres Ctl}'J humanidad es menor y se con1pone 'de hibridacionescada vez más extrañas .

Creación. resuelta PCI~ los mitos de origen, ausencia de percepción'de la inmensa profundidad del tiempo, etnocentrismo y misterio de unmundo en el cual los límites. de lo natural, y lo sobrenatural s-e pierdenen los confines geográficos y caracterizan, entre los esquimales o losaustralianos como en el explorador de la Edad Media, la imagen delhombre; variable. en el espacio fuera de toda coherencia biológica. peroestable en un tiempo sin profundidad. La novela popular china: Si )!eo/l Kio Viaje hacia el Oeste, escrita en el' siglo XVI por WOlI T'cheng Ngeng;ilustra bien esta visión en la cual se. sobreponen el etnocentrismo y eldesdoblamiento del hombre en su gemelo monstruoso. El bonzo viajeroSon Ts' ang, acompañado de sus discípulos el rey n1000, el jabalí con ClIerpode hombre y el pez de forma humana, atraviesa el mundo para dirigirseal monte en el cual reside Buda. Dllrante largos episodios estereotipados,los héroes .recorren países C1I}·OS hábitantes son casi copiados de los chinos,pero con bosqlles y montañas frecuentados por monstruos qtle son prác·.ticanlente todos ·animales hllmanizados. El traslado etnocentrista del mLlndochino sobre la-s colectividades humanas visitadas se combina con el des­doblamiento nl0nstnloso de los habitantes de regiones salvajes para opo­nerse a los viajeros, qtle a su vez se desdoblan en lln bonzo chino y tresanimales partiClilarnlente ricos. en símbolos osnlros: el mono, el cerdo yel pez.

. ¡La exploración del espacio, antes qlle la exploració'n del tiempo,había de modificar esta' imagen~ .El .siglo XVI apllnta la' desaparición delos n10nstrt10S: el descubrimiento de lIn tlniverso nlás y más g,rande, po­blado de hombres diferentes por el color o por las' coshlmbres, pero' de

t}

s~creto. Exist~n iguaIlllente, aunque 11l~nos .numerosas, muchas obras quehan. emprendido la ruta en ,el o~ro sent!do, ;ntentando integrar el presentehumano .en su. larga prehistoria, El interés despertado pe.r los escritosconsagrados a nuestro lento ascenso y al del pensamiento, muestran hastaqué"!Junto la prehistoria responde a una necesidad profunda de confir-:rnación de la integración espacio-temporal del. hombre (ver Caps ... XI Y~II~)0. Pienso que.' sobreent~n~ida, P-O! un~ .metafísica religiosa o IJar unadlaJectlc~ materialista, la prehistoria no tiene otra sig.nificación real quela de situar ~l hombre, futuro , ~n su .pres:~te y su más lejano pasado.De lo coritrano, no' sena, explícita o implícitamente Sil10 la sustituciónpor un mito científico, de los inriumerable,s mitos reiigiosos que explica~en .pocas palabras .el problema de los, ?rIgenes humanos, A menos ques~ .vea en ello una ·:uerte de .I:.0ell1a eplco, narrando las aventuras pres­trgiosas de algunos .heroes .extranos a! ~ombre. Pcr ello, antes de e111pren­der :1 relato de. l~s. r~lacl0~es ge?loglcas entre 1~técnica y el lenguaje,tal vez no sea inútil mvestigar corno, en otros tiempos los hombres sehan visto a sí mismos, '

------------:------------------_. ~~ ...._- ._-

Page 5: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

¡ •: :.,

11

2.· N, de Maillet murió en 1788 y su manuscrito fue publicado en 1748 enArnsterdarn bajo el título de T elliamed, anagrama del apellido del autor,Es, pues, tIn autor del primer tercio del siglo XVIII y por eso, sus posicionesteóricas son tan notables. Bajo la forma de una conversación entre un. fi·lósofo de la India y un misionero, el autor, qtle había sido cónsul en, Egiptoy amante ferviente de las. ciencias naturales, se abocó a los problemas dela . naturaleza del globo y del origen del hombre. Bajo una forma que nova más allá, evidentemente, de los conocimientos geológicos de inicio delsiglo XVIII) -encontramos en esta obra, anterior a las de Buffon, unos enfoquesmuy singulares sobre la evolución, El espesor de las capas de terreno y la. presencia de los fósiles son considerados como el signo de vastos trastornosde edad considerable .. De Maillet no vacila en considerar que icada uno de.Ios seis días del Génesis hubiera podido durar cien mil años! Sobre elorigen de los animales, su libro abre perspectivas curiosas, puesto que, enuna teoría cuyos términos son fáciles de criticar, pero con un fondo que eshoy inatacable, hace salir todos los animales aéreos, el hombre incluso, delos animales marinos. La nlanera como los hace adaptarse es bastante su­l11aria, y para el honlbre, se "·e obligado de recurrir a la transición de las

. sirenas. .. Sin el11bargo, cuando tres cuartos de. siglo más tarde, -Lanlarck

. ,.

LOS SIGLOS XVII y XVIII

Hemos llegado al .momento en el qlle las ciencias naturales van a.convertirse en ciencias exactas. la' anatomía comparada comienza a de­sarrollarse y los problemas que hall de alimentar- la ciencia del hombre,hasta nuestros días toman forma ,rápidamente~· El movimiento .naturalistadel siglo XVII, pero sobre todo del XVIII, es comparable al de la astronomía'en el XVI: 11n amplio sector de la organización universal apareció en su.maravillosa arquitectura, poniendo inmediatamente en tela de juicio, porrazones sociológicas, los fundamentos de. la filosofía religiosa.· Lo qllesería la tempestad enciclopédica .de fines del siglo XVIII se formó en Iasconsideraciones .de las ciencias naturales. las. preocupaciones sobre la na­turaleza del hombre 5011más qlle un episodio en el movimiento racionalistaque debía impulsar 1,1 civilización tradicional; pero es interesante anotarqlle, en el movimiento general, las ideas han sobrepasado constantementelos hechos y. qlle las consecuencias del origen zoológico del hombre habíansido _deducidas más de un .siglo antes de aparecer el primer fósil -humano.

El siglo XVIII en realidad estableció, apenas sobre esbozos depruebas, todo un sistema de pensamiento en el cual seguimos plenamentecomprometidos. Buffon escribió, desde 1749· hasta su muerte en 1788, .los .treinta y seis volúmenes de su Historia Natural, donde asienta, con majes­tuosa amplitud, entre la masa de documentación aún insegura, .105 dosp.roblemas qlle iban a inflamar el siglo XIX: la posición zoológica delhombre y el carácter vertiginoso de las épocas geológicas. Con su aportepersonal, Buffon seguía un movimiento científico profundo y su épocaabunda en obras, como las de N. de Maillet, publicada en 1755,2 en la

embargo, . el nuevo mundo refleja la división antigua. Los bárbaros cam­bian y los monstruos hiperbóreos van siendo cada vez más problemáticos,pero la imagen fundamental, es aún mlly. imprecisa.

------- -_.-----:--._- --

.-10

(' 'Las armas antiguas fueron la mano, las uñas }T los dientesAsí COI110 las piedras }T también pedazos de ramas de los bosques·. Luego vinieron el hierro y el bronce:Pero el uso del bronce fue conocido antes que el del hierro"). .

Esta c_it~ 11a sido piadosatl?e~,te tr~nsnlitida desde hace casi un siglo y yo.no quisrera faltar a !a tradición, Sl~ embargo, es bueno observar que para. el

. papel que se le h~{e Jugar, - no significa absolutamente nada. Poniendo el. br~nce antes del hierro, L.ucrecio. cita una tradicjó~ aún viva en· Su época,p~10 Ios dos. VéfSOS en los cuales se ·-le presta la Intuición de una edad depiedra, son Interpl'et~Jo.s, por. los autores con mucha generosidad. Diciendoque. el 11onlbre, ~~ ,51fVI0 prl111erq de sus uñas r de sus' dientes,. Lucreciohafe ~n?- sUPOS~Cl?n, por Jo demás falsa,. puesto que la característica de losmas \ 1~~0~ant~~pldos .es de estar privados de garras y de caninos. Hablandode las piedras", es CIerto. que no pensaba más que en piedras brutas, puesr:ada autorlZ~ prestar. a lapis el sentido de piedra. tallada. En cambio [ragmentlen: .el sentido p~eclso d~ pedazo roto, lo que indica formalmente que Lu­crecio 110 ha querido ~eclr otra. cosa que: "EI armamento de los antiguos,eran sus manos, sus u?as, sus dientes, c~ntos (que recogían .para lanzarlos)y lf~.ranlas que rornpian en las forestas . Estarnos 111Uy lejos del enunciadoPRroe~l,co que G. de lvIortillet presta en 1883 al "poeta librepensador deama.

1, Lucrecio: De narur« rerum, hacia 1282.1285.

Arma antlqua, 1J]anus, ungnes, dent esque [ueruntEl latrides, el it.em JJ11'({1"'I'll f l't4g7)1 ina rami

. Post erius [erri ris eS!J ..terisque rep erta: .Sed prior aerls erat, q//tl1Jl [erri coguit us "SI/J •.

-.

-:

¡Irt

!l•i

toda~ ma.neras humanos, salvajes o civilizados, construidos sobre un modelocomun, Introduce poco a poco una .ilnagen .racíonal de la humanidad.E.s el 11l0mento.' además, en ~lle. la escala del tiempo comienza a adquirirclert~ profundld:~. El. C?110Cl1111entode las ~rnlas de piedra entre los,:a~,\laJes de. ~~1erlca, incita .a .estab1ecer relaciones con nuestros propiosut1les. prehistóricos y el sen~lmlento. hasta entonc~s vago de la evoluciónmaterial de los hombres comienza a lnlponerse racionalmente, El sizlo XVIfCOl1 sus gabinetes de curiosidades, marca el punto de partida bde lo~museos de historia natural y de etnografía. La mayoría ..de los objetospresentados por entonces son armas, vestidos y objetos preciosos que nose diferencian de la calidad de antiguo trofeo.

Todas las obras de prehistoria señalan un pequeño puesto a .losprecursores. Lucreció. y sus cin~o ,\7~~SOS sobre las edades de la piedra ylos metales.! Mercati y su afirmación en la il ietallotb eca, a fines delsiglo XVI, del carácter. humano y lUUy antiguo de las piedras. talladas,encuentran un puesto eminente, pero hay que subrayar que el planteamientodel problema paleontológico pern1anece totalmente ajeno al espíritu deestos precursores. La 'visión de ellos es esencialmente idéntica a la de losprimitivos, Para el pensamiento del Renacimiento se ensancha el can1po,el ~,tnocentrismo ha cambiado de forma )" se orienta hacia una jerarqui­zacion de los. valores humanos que conducirá más tarde al racismo. Sin

Page 6: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

13

EL SIGLO XIX

. En 1800, él naturalista inglés John Frere publica el resultado de una. observación q11e ·había hecho en 1797, Y atribuye unos sílex' tallados aso­ciados a esqueletos de animales a la presencia del hombre en tiemposmuy. anteriores a. los actuales, Sin embargo, fue necesario .~sperlr hasta1872 para ·revivir esta observación qlle había pasado desapercibida. Perosería injusto decir qlle el siglo XIX no. ha hecho sino cosechar 10 qllC elsiglo XVIII había sembrado para él. las obras de Cuvier, Etiénne Geoff roySaint-Hilaire y Larnarck, la epopey'a de Boucher de Perthes,. el abundanteflorecimiento de los antropólogos y dé' los prehistoriadores en toda Europa,dieron cuerpo a la ciencia qlle. se 'va edificando a través de sucesivosdescubrimientos para conduci r a la síntesis hacia fines de sigIo~ tornandocorno eje el evolucionismo de Charles Darwin. Fue en. 1859, al .mnrgende la corriente apenas naciente de .la .ciencia prehistórica, cllando· Darwinpublica El origen de las especie J. Es en él ell realidad donde desembocael nl0vio1iento' esbozado por Buffon .. Naturalista y no prehistoriador oantropólogo; Darwin partió, como 10.s naturalistas del siglo XVIII, de lasentrañas de la geología estratigráfica, de la paleontología y de la zoologíaactual, pues en definitiva, consecuencia o culminación de la evolución, elhombre no es comprensible sino en la totalidad terrestre. Darwin satis-.fizo definitivamente la sed de los' enciclopedistas y es notorio que a partirde su obra, si 'bien el evolucionismo se estructuró en profundidad, no ha.progresado en su contenido' esencial .. La .g:eneralidad de la gente lo hacomprendido perfectamente al ligir, de manera abusiva pero reveladora,el nombre de Darwin a la expresión: "El hombre desciende del mono".La imagen del hombre a fines del. siglo XVIII, cuando la paleontología. llega a S11 apogeo como entretenimiento de aficionados y los primeros.cráneos del hombre de Neanderthal y del pitecantropo salían de la tierra, .es la del ancestral. simio lentamente mejorado eh el curso del tiempo,Esta imagen completa de manera ideal la del. siglo XVIII" que no' osabaaún :ver en nosotros más que primos cercanos de los p·rimates.. '.

~,rrededor de esta idea ce?tral. de la pertenencia zo~lógica del hombre,se te) 10. tlna. vasta trama ~e ?lSCUSlo~es. La paleontolog1a, la antropología;r­la prehlstorIa y el evolllclonlsmo baja todas. SllS formas, flleron la jllsti­ficación de tom~s de posición qu·e tenían otros orígenes, pero como elproblema del origen es común a la rel~gión y a las ciencias naturales,.puesto que demostrando uno u otro se piensa abati.r al contrario, . el'aSllnto del mono ha conservado largo tiempo' una po~ición central. Hoy.está fllera de duda qlle los moti,ros f1leran· ajenos a la in'vestigación cien·t.ífica. Pero con el tiempo, esas qu~rel1as parecen vaCllas e' inobj'etablementees más provechoso investigar cómo, _a tra,'és de los descllbrimientos sucesi·

geología ha preparado el terren,o,. pero si bien la imagen preci~ntíficadel hombre se desvanece, el vertigrnoso descenso al fondo de los tiemposapenas' se ha iniciado y la p.ale,ontología. no ha nacido aún .

... '.--_..... ----_ ..._. -_ ..

.i

. ,

!,

¡1;.'.¡

'.,• >,

12

.habl.e de la herencia' d.t. lo~ caracteres adquiridos, expresará el 111is010 pen­~al111ento, aunque pro\'I~t? del arsenal de datos científicos propios de suepoca, _,tI ~}laI es, , también, I11Uy aventajado hoy, Al inicio del siglo X\lJIIla. l::edltaclon ge~loglca no puede aún ejercer~e sino sobre un tje~:npo des~PIO\ lstO. de densidad y. es normal que T ell;a"led transforme en pájaros,dn poco .brutaln:ent~, a,,105. peces que la mala ..suerte había hecho enrallar el borde. e,¡ I~, tierra firme: . "los tubos de' sus' aletas .. , se· prolongaron y serTe\istreron .. de barba~.,,: l~ bar~a formada de estas películas se al argó a suvez, la .pJel se !eVlstlo ,lnsensJbleInente de plumillas, las peqlleña~ aletasque poselan deba JO del ,7Ierltre. ,. se transf.ornlaron en pJ'es .. (T 11' dd' " d) .,. e l({l!le ,e lCJOn ~ 1,755, p. 167 .' El lado fabuloso del libro}T el ataque deliberado;~~ constltula contra: I~s .textos s.agrados~. Je hicieron blanco de un c0I11bate'lgoros~, pues. er~ fac!l en 111<:'cl10 del SIglo X\7IJI den10strar que los solesno podIan dar orlgen a ,1~s planetas, que los. h?nlbres no tenían su' origen. en el l11ar .}T que l?s ~~slles ,eran reslduos IndIscutibles del Diluvio, l\1ástard~, el progreso, Clentlfl~O 11120 parecer delirante el producto de las re­flex~ones de T ell¡ctJJ7:d; .SIr: enlbargo, cuando' se \'uelve a si tuar estas re­flexlon~s en la. ,c~rrlente Intelectual de la época, es difícil reIlusar a N.de l\{alllet el fllerlto de, haber entendido que los astros evolucionaban ensu ~structur~, qu~, los tltrnpos geológico~. eran inn1ens'os,' que el hombresegula la rnlsn1a "la qu~ todo. el nlundo \"1\'lente y que todos los vertebradosterrestres estaban sonlet!dos a una evoI ución a partir de los .peces~

cual el autor, fundándose en una teoría astronómica, geológica ~,y evolu­. cionísta sin' gran rigor documentarlo, asigna a la tierra una edad de varios..' centenares de millares de años. La batalla de la Evolución se desarrollaba.}'a en varios frentes, que vendrían a confluir hacia mediados del siglo XIX,cuando la geología, la anatomía comparada y. la etnografía convergeríanhacia la sociología. En 1735, el sueco Linneo, en su clasificación de losseres vivos.. materializa definitivamente la posición geológica del hombre,quien se convierte en una especie: el h01JJ,O sapiens, último escalón de laserie coronada por los primates. Por entonces, la paleontología era corn­pJetame~t~ implícita, y f~eron. precisos cincuenta años más bpara que elorden lógico de las espeCIes '!1'7aS encontrara su doble en la serie crono­lógica ~e los 'fósiles, pero d~sde ese momento el mono y el hombre que­daron ligados. Se fo~ma ,la. Idea de un encadenamiento de las especies yaunque la consecuencia lógica de este encadenamiento, es decir, la erner-gencia progresi'Ta del hombre a partir de los primates, no se deduce aún.claramente, la jInagen de~ 11o~lbre hacia fines del siglo XVIII está )ra muycerca de la que nuestro siglo Iba a adoptar. .

. La idea de continuidad zoológica se impuso rápidamente: en 1764,Daubenton publicó un e~tudio" sobre . "la situación del agujero occipitalen el hO~l?;ey en, los animales . qlle 11:augura las, pteocu paciones relativasa . la poslclon, ergll1da, En 1775, el zoolo~o alemán Blumenbach, concretaIa antrop~log1,a de l.as razas, en De geJ:er1s bumnn: uarietnte natiua y en1799, el lng.1es Whl,te publica l~ll' trabaJ~ Sobre 'J([ gradacióJl reg!l/ar delbombre )' de, los dI11JJla!eJ. El siglo termina, l)lleS, con todo listo l)ara eld.esencadenanlJento del XIX. El hombre se muestra claramente en la va­r~edad d~Sl15 razas y en ~u.1)roxil:1!dad zoológica con Jos mamíferos supe.flores. Solo falta }7a restituir al tiempo humano su .profundidad real. La

Page 7: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

15. : '

3. . Boucher de Perthes: _Retrato del bombre ant edilurlano, Antigiledades célticas,t. 2,,1857, p. 90: , _It ••• Ha debido suceder así con el hombre anterior al diluvio. Sin ser menosinteligente que nosotros, ha podido, bajo una apariencia distinta a la nuestramanifestar -esta inteligencia Y', como nosotros, estar intelectualmente a I~­cabeza de la creación terrestre. Ahí, unos brazos nlás o menos largos - unaspiernas fllás o menos endebles, e incl uso, una quijada más o menos sdlienteno prueban nada, ni. en pro ni en co~tra. Esto es tan verdadero que s~conocen seres de genio, los· cuales hubIeran· pasado por cretinos si se leshubiese valorado -únicamente según su conforlnación ... ". .-T. 3, p. 459:tt ••• Hemos adoptado las hachas, creerelllOS también en los útiles. Estovconvencido de que, en esta especialidad incluso; hay grandes descubrimientospor hacer y que un día, la colección de nuestros instrumentos y útiles~r!Inordi~Ies será cons.iderada con toda la a~ención que merece, pues estos_.utlles son nuestras prImeras pruebas de razon, nu.estros prinleros títulos alrang~ ?,e hombre, de esos títulos que ninguna otra criatura terrestre puede-ensenar.

losófico, en la baja literatura de divulgación o el1 la ficción prehistórica.El espíritu no estaba aún listo en absoluto para admitir qtle el sílex hu­

._.biera podido ser tallado por un sernimono cualquiera."__ El período. siguiente transcurre desde 1856, - fecha del descubrimiento

de Neanderthal, hasta los alrededores de 1880. El ambiente científicoha - cambiado _completamente. .La prehistoria dispone de una clasificacióncronológica en la cual se distingue el Paleolítico del Neolítico. En el Pa­leolítico, la Edad del Mamut precede a _)a Edad del -Reno. -Por -encimade todo, el mito del antepasado simio ha _tomado forma, pues el evolucio­nismo darwiniano tuvo sobre el pensamiento científico .repercusiones muchomás fuertes qtle las teorías de Lamarck. Además, los fósiles existen. - Eldesdichado -hombre de Neanderthal, fragmentado por los' obreros, -debióa su resistencia natural el conservar una bóveda craneana qlle desempeñóel papel decisivo de la paleontología humana. Exhumada en - 1856, fuereconocida en 1858 por Schaaffhausen como testimonio del hombre primi-.tivo. Diez años después, en 1866, Bélgica _alumbra -la mandíbula de LaNaulette que Quatrefages y I-Iam}· introdujeron -en 1882 en su {traza deCanstadt". .

A partir. ~e entonces, la cienci~~ I:~see los elementos del Antepasadohl101Jll0, definible .como un -se.r prlnlltlvo, cargado de espaldas, con elcráneo rebajado, arcadas orbitarias sobresalientes y mentón deprimido. Lin­neo, Cuvier Y. Darwin con,~ergen en fin, y la imagen del hombre-monose precisa, tornando este un, nombre, hasta dos, pllesto que en 1873, Ga­briel de Mortillet duda en llamarlo Antropopiteco u Homosimio,

No est,l. de más -reconstruir cómo tornó clIerpo la leyenda del hombre-.mono a partIr de los restos de dos auténticos neanderthalenses, Entre losr~stos estaban las únicas parte.s qlle pueden prestarse a una comparaciónd~!ecta con los monos: las órbitas, !a bó~eda baja .y el mentón deprimido,SI el hombre de Neanderthal hubiese - SIdo conocido con veinte años deanticipación, la paleontología humana tal 'vez no hubiera relacionado tandirectamente a los neanderthalenses - con los monos, pero tal como se'

_--------- .---- -----------~--------._--

..

¡ri(,;<r,

r",-~-

. ~.t~.f!

14

HISTORIAL DE LOS PREHOl\'íBRES

~1 pensamiento se. ve algo. desorientado ante hechos sobre los que110 dispone ?e re!erel1cl~s anteriores, Se puede decir qtle los fósiles hu­manos han SI~O vistos e lnterpret~dos con los ojos que cada época -prestabaa los. paleontólogos, Esto es part.lcula~~lel1te patente en los ~ás anti~osy _es interesante e¡lSa}7aruna recapitulación de las etapas de la interpretaciónel1 paleontología humana.- Antes de 1850 los prehistoriadores disponían de elementos técnicos110tab~~s. Y~ saben que la !jerra es 111Uyantigua, que incluso el períodode e,xl~te11c~ahumana ha sido 11luy largo y marcado por acontecimientosgeológicos importantes. Se maneja la prueba de que el hombre vivió conel reno _y ~lelef ante, puesto que hacia 1810 comienzan las excavacionese.n los -aluviones y las cavernas. En Francia, Bélgica e Inglaterra, algunos~lenel: }'a. la certeza de~ c:rácter geoló&ico del pasado humano, Se podríaIr mas Iejos: el evolucionismo lal11arc~lano )r la seguridad de la proximi­dad d~I hombre y los ln~llos }7a constltU)·en viej as adquisiciones; más _aún,en -1,845 _UI10 de los mas ll~rlnosos craneos neanderthalenses -había sidoe~traldo de una gruta de GIbraltar. En 1833, Schmerling había descu-_bierto, en la grllta de Engis, el1 Bélgica, los restos de un cráneo de niñollean.de~.thalense, lJero est~ fósil ~o. fue "legible' Sil10 después del des­cubrlll11ent~ de lll1a. :antldad SUf!Clente de.; 11eandertllal~nses y en parti­cular,. el craneo de runo de La QUIna. Sucedió algo parecido con el hombrede GIbraltar, lJues si este fósil se hubiera reducido solamente -a .la bóveda~raneana p:!obablenlente, habría tenido .Ull gral1 éxito, pero -su cara era1~colnprells1ble en esa elJoca ~n. qlle se estruc~ra.~a el mito del a~tropo-piteco. Qua~refage~ y Hal1)~ hicieron una descripción exacta pero Sin con­cederle. particular 1111,port.a11cl~.Su pr~ocupación por construir con los frag­mentes craneanos mas _discutibles la raza de Canstadt", les hizo confundirla naturaleza real del hombre de Neanderthal. -- - S~n .enlbargo, todavía no era posible establecer una unión entre elevoluClOnlS!11~.y los documentos. No se vislumbraba que la imagen del

_110mb:e prrmitivo fues,e otra cosa que la del hOl1JO sapiens vestido de losdespojos .de su~ cacenas y. US~lldo su penetrante inteligencia lJara obtener-de. las pIedras las a~nIa5 .lndls11ensables a su pritniti,ra econol11Ía. En elDIse/trso so'bre la deJlg¡,al(la~ de IOJ h01lIbres (1775, pp. 103 Y siguientes)Rousseau. da uno de Jos 1)rl111eros esbozos de Ulla teoría ncerebralista" dela e,roluclón ~ulllana. - HEl hOlllbre n~tural", dotado -de todos sus atributosactuales. y _salIdo del cero nlaterial iIlicial, in,-enta poco a poco, inlitandolas bestIas y razonando, ~odo lo que en ~lo:den _técnico y social le conduceal ~u?do _actual: ~Esta 111lagel1extrao,rdInarlalnel1te silnplista en su -formay habllnlente utIlIzada para denl0strar el .estanCatl1iento a donde pa

d . 1 . 1 b - rececon UCI! e progreso nlaterla, so re\rjv'e aún, despojada de todo genio fi.

'''/0 S y a 10 largo de las hipótesis, se ha forjado la imagen .actual delhombre primitivo.

----------- ------------

Page 8: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

17

_.~¡.'.~,l'"

¡

¡.:.~

••

;

,

!

i:

. ,

· ¡.

1:

t,r,:l.

j;,i;

hombre de' Neanderthal reaparecería atávicarnente hasta nuestros días, Latendencia de los antropólogos franceses de 'la 'época parece haber sido la

.. de generalizar con exceso, mientras que Huxley o King, en Gran Bretaña,y Schaaffhallsen e? Alema~ía, sin, esc_apar a )a ten,denc}~ hacia lo simiesco,parecen haber tenido una Idea mas Justa de la situación real del hombrede NeanderthaI.

Los veinte años siguientes no modifican .sensiblernente las posiciones.El cráneo de Gibraltar se ha adormecido en la colección londinense, enla que ha encontrado refugio después de haber sido reconocida brevemente .par Busk en 1~79.El silencio continúa reinando sobre él. Por el contrario,en 1876, eh Spy~ en Bélgica, se encuentran en. fin partes de un cráneoneanderthalcnse que permiten una reconstrucción más o menos completa,peto de' todas maneras insuficiente para poder establecer los caracteresexactos de su posición.' sobre la columna vertebral y las proporciones de.su pragmatismo. El acontecimiento capital de este período es el descu­brimiento en J~'~la,en ·1891, por el holandés DlIbois,. del Pitecantropo,'avatar definitivo del 'antropopiteco de. G. de Mortillet, A decir verdad, elrecién llegado se limitaba una vez mis a una. bóveda craneana, .algunosdientes y un fémur, pero aportaba una demostración impecable: su frenteera más deprimida que la del hombre de Neanderthal y sus arcadas su­praorbitales formaban una verdadera visera, de suerte que la cadena queune el chimpancé al hombre se enriquecía con un eslabón suplementario.El fémur era tan perfectamente humano qlle resultaba casi molesto. Hansido necesarias intensas investigaciones para encontrar en él algunos signosqlle denoten una discreta aptitud para" trepar. Los ojos' veían sólo aquello.qlle 'estaban prep¡arados a ver y no ha~ía llegado la hora de compre?derlo que separa radicalmente la descendencia humana de la de los antropoides.Ya .se piensa en poder restituir al pitecantropo· su aspecto vivo y .en _laExposición Universal de 1900 aparece .su retrato en yeso y en tama~onatural (fig, 3). A decir verdad, esta reconstrucción, que· abunda en rn­verosimilitudes de detalle, ofrece una silueta del antepasado humano pocodiferente de la qlle se le podría prestar actualmente: tiene la frente muybaj a, el mentón ffilly deprimido; aspecto mll}' hosco y postura, a pesar. de todo, casi erguida. Resultan in\'erosímiles la posición del cráneo sobreel cuello, la forma de. la mano, la longittld. del brazo, el p'asmoso com­promiso entre pie humano y de orangután que hace reposar al antepasado-sobre' dos' especies de pinzas de bogavante. Algunos pelos en el. p'ech?,una hoja de parra, dos indefinibles útiles de cu.erno y tlna raya en medIOde la frente plana, completan, en el alba del siglo xx, la imagen del eslabónperdido, La' paleontología se ha enlpeñado por mllcho tiempo aún en elcompromiso entre el antropoide y el honzo' SapieJ1S, y hasta la hora actual,no solamente reinará la imagen del mono en la literatura de vulgarizaciónsino' hasta en los trabajos de mayor seriedad científica será notable unaespecie de nostalgia hacia el antepasado primate ..

I'1.

. ., .~-------~~-_.. _ ...... _..... _ ..

16

. .

. presenta~an los dOCUll1e11t?:, una i!lterpretaciól1 excesiva era inevitable, Elerror mas. grave Yj, también el más persistente, Elle el de establecer enconsecuencia, una inea recta que 1111Íaa nosor . t di d 1d 1 1 1 bri ros, por In errne 10 e osnean .ert la enses, e nllante cuarteto de ant:opoides actuales: el gorila,el ;hlmpan~é,. el orangután y el gibón. Este aspecto del problema humanosera reco.nslderado más adelante,

, Hacia' 1880, el hombre desciellde del . 1 .' "a?tropopiteco, del cual el hombre de Néande~1~~t ~on a mediación delslderada C01no verosímil. No se COllOCe bien dóndeo retceb1una Il111agen con­geológico de la a . . ",' , es a ecer e m0111entoque existen sílex tf¡~:~c~~no~~s~~eb~:ja1o~C~0;0!1~~e~~~e~e~píritus 1admit~nde la era Terciaria, en el Mioceno y el Plioceno SI? as a I!g e corazón1959 el descubrirnienro del zinjantrópo en' T ,lk se cons~ era que enque re lt b d 'f' '1 d angan)' a presenta U11 ser al

1 su a ~ 1 ro acor ar el. n~111?re de 110Il1bre, l)ero qlle. tallaba útilesen os c~n_flnes _de la era Terciaria, percibimos que una vez más lasgrandes "IS10nes Justas se apo)'aron en docUI11entos fals .,P ues el, e ' de Ja J . os o 111exlstentes

rror narra e a. Interpretación abus iva de los caracteres' de 1 "monos actuales, no del postulado d 1 r.:>'. t . d f os, " e a ,_XIS encia e orrnas humanas 111U}'pr imr trvas, . ,

T .Por otra parte, la actitud de los i~Yestigadores era vaca. En 1876oplnard se siente un poco ell1barazado t 1 o d b ,

d N d an e a imagen e un hombree ean ertha] profundamente sin1iesco }? apo' ..ándose en u d 1 idde la ' b 1· '. J . na e as 1 easel)oca. so re e atavismo, Stlpone que tal vez el célebre fósil uede

representar, en .la. Edad del, Mamut, un sobre"iviente de los fab~lososantepasados terciarios, AdCI11JS, se hacen los rnej ores esfuerzos pcontrar t 1 f' '1 id ara en-

• '? ' ~en re, o_s 051 ~s .conoo os, otros rCI)resentantes de la raza. ri-nl1tlla. En Crania etbnic« de 1873 Qu~t"efaoes y H . Iaci P1 fósil ' ~. b anly re acionan conos OSI es de Neandertl1al y de la Nauletre los f-rao'nlel1tos 111' . dde hombr fu 1 1· b as \TarJJ os.. es ac a es, COI110 a pnrnera mandíbula de Arcy-sur-Cur- o las

plezas humanas de Canstadt, de Ebaishe'inl .'p de Gourda n pa.ra fo 'tifi . lId J, rrnar unar~z~ ar lICIa: a e Canstadt, tan acomodaticia que pocos hallazgos, aunh~Itatos a mO?est05 fragmentos, dejaban de poder insertarse en ella: EstaaCht~ es partIcularmente. l11t~resante, p~es los grandes antropólooos nocarecla~ de real con1petel1Cla nI de 110nestldad, pero adolecían de ele~lentosnecesarIOS pa~a fundamentar' tI!l aparato critico.

Resulta Interesante cOllside.rar la crrad'ación ql1e .' 'd 'actitud d 1 d'f b . se e,'l enCla el1 la- .e os 1 eren tes il1\'estigadores. G. de l\1ortil1et b a 'antropopIteco (del cual cita incluso las razas) Sill a o ~ aba con. ~uInínimo fósil, por la causa del a.ntepasado mon6 ~ consie~t: ene~'e;I e~nas.~~llnbre de Neanderthal. un seml111{mo;pero se siente incómodo ant 1elut! es, q.ue· Son }'a denlaslado l1unlanos t..'. "e osexplicación " 1 '. ' y en ODces 1111aglna una ln\'erosÍnlil.. , gracI~s a ata\71Snl0, }"'2A~a hacer del cráneo lnismo restos d

un retrasa?o (actI.tud periódicamente practicada hasta ho) Ham . etrefages dIluyen l1teralnletlte al hon1bre de Neandettl1al y ',. dYy Qu1a.raza de ~tC t d" 1 b . , agl~egan o en a

. f6siles. D:nd~n~' e ~~urrI~lohdel todos los fragment?s humanos supuestose resu a e ec 10 . apen~s sorpreSl\TO de creer que el

. . ,

_.__, . . -_ .._,_._ .._ .-- .- __ o

Page 9: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

I. i'

r1:

.~

. 1819

DESPUES DE 1920.

A partir de 1920, el teatro del hombre s~ desplaza 'para 'levantar denllevo 511 decarado con· la escena de los pitecantropos. En efecto,' co~mienzan entonces los d'escubrimientos del hombre de Pekín, en la· cavernade Chll-Ku-Tien; descllbrimientos q1le, gracias a los esfuerzos' conjllgados

,,. :. 1

!

: .

.ser sino el reflejo de una comunidad de origen tan lej ana que: la corn-paración perdía de hecho' todo valor significativo. Se siente, en esta época .de descripción anatómica' muy rigurosa, una especie de nostalgia' cadavez qlle la evidencia no. va en favor de ¡,l. posición inte;media. Esto. esparticlllarluente claro cuando se trata del pie,. qlle deberla normalmentetener 11n pulgar más o menos· prensil, .del fémur, que debería ser todavíacurvo, del brazo, qlle debería colgar aún 11n poco, del pulgar, qlle deberíaser corto, de la columna v-ertebral, -qlle debería. inclinarse hacia adelante,y, sobre todo, del agujero occipital, que normalmente debería ocupar unaposición intermedia entre. la del gorila y 1~1nuestra, . r

Las reconstrucciones de esta época tienden con f recuencia a bestializarlos paleontrópidos: sea por el arreglo de los fragmentos del cráneo, seapor la disposición de los dibujos o fotografías, "el inevitable prognatismo"se ha impuesto, Es difícil, sin ·enlbargo, incriminar a los paleontólogos,pl1es las caras de los sujetos completos encontrados posteriormente (Bro­ken-Hill, Steinheim, Sacco Pastare, Monte Circeo) no. podían ser irna­gil1adas a partir de las teorías de la época. La puesta tia un lado" delcráneo de Gibraltar, cuya cara. adhería al cráneo según las relaciones nor- .males, muestra claramente esta tendencia irresistible qlle tienen los fósilesde seguir 1,1 imagen qlle uno les pide ilustrar: el único fósil intacto enlas zelaciones del cráneo y de la cara era también el único qlle se negabaa seguir el movimiento de una evolución "normal",

.Para no ser injustos, no. se debe olvidar qlle existen, todavía hoy,nll1y pocos fósiles CU}tOcráneo no haya sido encontrado roto, incompletoo deformado, Por consiguiente, resulta una interpretación aproximada.Las .reconstrucciones .del sinantropo y del' pitecantropo .son mosaicos de'fragmentos extraídos de diferentes individuos, Hechos tan fundamentalescomo la posición de la cabeza sobre la columna vertebral, la altura de lacara y el prognatisrno, están todavía sometidos a hipótesis.

La .paleontología humana no ha exorcizado al hombre mono sino enestos últimos años, cuando a fuerza de encontrar fósiles cada vez másantiguos y mejor conservados, ha sido necesario rendirse a la evidencia:el venerable antepasado tenía indudablemente un cerebro pequeño y unacara grande, pero caminaba ergllido y 5115miembros tenían las proporcionesqlle se conocen al hombre. Entre 1900 y 1920, se está toda'lía muy lejosy la ilnagen neanderthalense· se materializa.rá en la esctll tllra, no' ya' enyeso como la del pitecantroPQ de DllOOis, sino en· piedra, erigiendo col~·salmente en la explanada del museo de· Eyzies el compendio de las tra­diciones erradas de siglo y flledio de lucha científica.

f",

¡

¡,

EL SIGLO XXLos diez primeros añ~s .del siglo xx fuerof: l?~rcados P?r !a más

importante serie de descllbrll111entos de hombres primitivos qlle )alllaS ~ayasido hecha. La mandíbula de Mauer, el esqueleto de La Chapelle-aux -Saints,el. esqueleto de Le Moustier, el de tLa ~errassie, e~ d'~ La Quilla y los ~eKrapina salen de la tierra con cadencia extraordinaria. La pal~o11t~log1ahumana se ha convertido en una ciencia y por su lado la prehlstorl~ !lahecho considerables progresos. Ahora se dispone de' un o~den cronolog~cobastante detallado desde el Acheliense hasta el Magdaleniense; son nleJorconocidas las variaciones de clima, y la cronología de los geólogos aseguraincluso para ·105. períodos cercanos un c:rden de extensión d~ l1lilla~e.s. deaños que ha resultado aceptable con ~ltiempo, ~a antropología anatómica,vigorosamente impulsada desde mediados de~ ~lglo XIX ¡)or Broca, y sussucesores ha alcanzado su apogeo y los espec~allstas, nl~?dlales se' disputanlos fósiles en contro,rersias más corteses, SIn excepClol1, que las de lageneración precedente ., La jm~~en del pjte.cant,~,opoya no pr~gresa • ~eránecesario esperar la revolución allstralolJlteca . de estos últimos :' eloteaños para remover la cuestiól: del esla~ón pe:dldo .. Por ,e~ contrario, el1101l1b.rede Neanderthal adquiere una fisonomía casi familiar, encontrán­dolo más o menos l)or todas p~r.tes, alb~nas ,-eces. ~11estado ba~tante buenode conservación, jóvenes y "le) os, mujeres y runos, ~ en diferentes _la.boratorios de Europa se rivaliza ell. habilidad lJara reajustar jos peqll.c110Sf raglllentos que constituyen, desgra~ladal1len te, parte mayor .de los mejoresespecímenes. Marcellin Boule publica e~ 1911-13 un trabajo fundamentalsobre el hombre de La Chapelle-aux-Saints, q~e abarca todo, el problemadel hombre de Neandertllal. Cuando se eX311l1Ilan retroSI)ectl,:alllente lostrabajos' de los gralldes paleontólogos de .coI1lie?zos, ?e este SIglo, I ~~ sepuede evitar el impacto causado l)or .el. rIgor clentlf~so de sus análisis ypor la pertinencia con que han defl~ldo, en relaclo~ a nosotros y eI1relación a Jos 1110nos, las formas antiguas de humanidad qlle les eranconocidas. Pero el mono ha trastornado ronsiderablemente la serenidad delas. investigaciones. Basta ver la fi~llra' qlle adema los. libros, o :eleerlos análisis morfológicos, par~ advertir las .tretas. q~e 11~,Jugado e.l prln?ateal sabio. Es cierto ql1e, 11ultlel1do de la Idea lndl~cutlble del SIglo XV:II.sobre el .l)arentesco elltre el llonlbre y los g,~andes 1):11l1ates,·la paleol1tologllhUll1alla .110 l)odía i111ugil1ur nlás. q.lle sacar l~l1ledIa elltre los n10110S cl~econocía y ~l hO;)l? Japiel!J .. A IJartlr de e~e, lnstal~te ~o solanlent~ se 11~clacasi il11poslble mIrar obJetl,'all1ente Jos fosIl~s, 51110.hasta l)odrla , declrs~,era l)¡rácticanlente inútil nlirarlos. Plles, ~n CIerta 111anera~~o podIan l1llSque trastofllar la búsql1eda 'de la bella 11l1agen de tranSlClon. Es 10. queexplica por qllé. el n1isnlO fe~ó~neno de 1870, cuando Hallly descubrió lalnandíbula consIderada a prIorI C01110neanderthalense, de Arcy-sur-Cure,se prodllj~ de nue'lo cuaf~do se trató, de. de~cribjr el pitecantrol)o o el110nlbre. de NeanderthaJ: ,rIlIl0S en (lue se alejaba de nosotros para alJro·xilllarse al luono, pero flle neces~rio esperar. n:ucllo tienlpo l)ara C01?lprel1-der que estos caracteres pretendldanlente Sl1111escospodIan nluy bIen no

-'.- - _o ..• _ •._---------- .._-_ ..- ._-- .._- ._------~~-.~------------------------------

Page 10: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

.. ¡·1¡: I

21f.

.[~

I20

sobre el mito del antepasado mono. Los mejores especialistas reconocieron,sin dudas, en los pedazos retocados del ser amañado de Piltdown, losfragmentos de un .c~áI?eo de .hombre y una mandíbula .de chimpancé.Algllno5 de ellos se limitaron a ello, pero para la mayoría, a pesar de unaprudente reserva, la hipótesis de que una. mandíbula de ..mono hubierapodido conjugarse con un cráneo de. hombre fue considerada admisible y.lo qlle Cuvier hubiera considerado una. herej ía . anatómica, estructuródurante largo. ~iempo la hipótesis· del hombre presapiens. Una vez másno se trató. de incompetencia anatómica o de falta de buena fe: esa visióndel ·antepasado es el reflejo del pensamiento de toda una época y el·paleontólogo no podía escapar a ella. La palabra presapiens llegó a suhora, en un momento cuando todavía ...no : se había .eliminado. completa-.mente el antepasado mono (mandíbula· de chimpancé), cuando el cono­cimiento cada vez más profundo. de las industrias antiguas atribuía desdeel Acheliense una inteligencia humana. a .los precursores del hombre actual(bóveda craneana de hombre}, cuando la presencia de fósiles muy prí..mitivos (pitecantropo) indicaba que los trasfondos de la escena cuaternariahabían sido ocupados por· seres a los ClIales era casi indecente atribuiruna industria tan hermo-sa. No existía más escapatoria que la de unantepasado cercano a 1,1 animalidad simiesca, pero poseyendo ya en subóveda craneana un cerebro que .le aseguraba el mejor futuro en nuestradirección. El coanthropus de Piltdown tuvo incluso. el honor de ser asociadoa do~ fósiles con estado civil más firme: la bóveda craneana de Swamscombey la de Fontéchevade. Actualmente resulta difícil saber lo .que debe pen­sarse no ya de la autenticidad de estos fósiles sino de sus caracteres :reales, .puesto qlle ambos son a tal punto fragmentarios y .les faltan p2trtes .tan esenciales qlle es conveniente esperar para poder emitir una opinión,a fin de no renovar la aventura de Hamy, adscribiendo a 'la mandíbulade La Naulette fragmentos. de hombre que con el tiempo se. supo eranmucho rnás :recientes. El caso del hombre de Piltdown muestra la posi-bilidad y los riesgos de un camino inverso. .

En r~su~en, podría con;iderarse qtle, para 1950, la imagen delhombre pnrrutrvo estaba en 'rol.as de transformarse profundamente. Comoe~ . cada período .de tr~nsfor.maciones, las posiciones no son siempre muynítidas y los mejores investigadores se encuentran frecuentemente dividí-dos con hipótesis de contenido contradictorio. La vieja corriente continúafluyendo y las .reconstrucciones de. sinantropos o de la nueva serie de pi­tecantropos que Java libera a partir de 1854, ·se .inspiran en el viejoesqtlema del antepasado mono. Sin embargo, algunos neanderthalenses hansido descubiertos en suficiente buen estado como para no necesitar .lareconstizicción de la base cran·eana en los laboratorios. Ya en 1921, sehabía logrado constatar que el hombre dé Broken Hill no había podidotener la posición en semiflexión del antepasado mono, pues su agujerooccipital indicaba una posición perfectamente erecta. -Por entonces, estecarácter despertó sorpresa y se había llegado hasta a :rejuvenecer el fósilpara ver en él (como Topinard en 1875 con el hombre de Neanderthal)

t

f.r

. .' f

,

de Black, Pei, el R. P. Teilhard de Chardin, el abate Breuil y Weidel1reicl1,,Tan a dar un, nuevo impulso al conocimiento de los hombres más anti atlOS.Las posiciones doctrinales han cambiado considerablemente desde f ine~ del

. siglo XIX y la paleontología humana comparte ahora sus favores entre losdefe~sores de la fe y .10s del evolucionismo ateo. Las querellas que tantocontrl.buyeron al desarrollo, pero. también a desviar Jas investigaciones delos siglos XVIII y XIX, se apagaron suavemente en la indiferencia; perolas huella-s subsistirán, sin embargo, y durarán todavía en un cierto númerode ideas aceptadas en el fuego del combate y jamás revisadas después,Lo que parece haber golpeado más a los sabios hacia 1930, cuando secomenzó a disponer de una documentación importante sobre los sinantro­pos de Pekín, f~e el contraste :asi chocante entre los primos del pitecan­trop?, que se aJustab~~ a la forn:ula del hombre mono ideal, y la pre­sencia, entre los vestigios, de cenizas de hogares y de una industria de.piedra que fue preciso describir como bastante evolucionada. Algunosaceptaron el hecho, otros adoptaron una .actitud que habría de encontrarseen otras ocasiones y que se podría caracterizar por la hipótesis del "cazadorde sinantropos' o del "hombre presapiens", Esta actitud que marcó los~ños 19?0. a 1950, consiste en sugerir que los fósiles son de un serintermedio entre el hombre y el mono, pero que la industria y el fuegoson las huellas de la existencia de un ser mucho más evolucionado, delcual el desdichado sinantropo no era más que una presa. Sobre las causas

. profundas de esta actitud, ·que era ya la de Boucher de Perthes, nos ocu­parenl0s en ·10~ primeros capítulos. ~l. mismo fenómeno se reprodujocuando,. a partIr de 1924, ,al descubrir los australopitecos, se investigósus posibles cazadores; pensándose que el hombre de Broken Hill habíasido tal vez muerto en una época reciente, Se retrocedió durante algúntiempo ante la perspectiva de dar ,a los primos africanos. de los pitecan­tropos, los atlantropos de Ternifine descubiertos en 1954, una industriade sílex tallado tan bella corno la que los acompañaba en el yacimiento.

Muy recientemente un prehistoriador italiano, P. Leonardi volvía ae~arbolar, en relación al zin jantropo, el terna del n,rerdadero' homínido"1\'0 ., , den esa misma epoca. ... y que pe.rmanecIa esconocido", .... De una manera meno~ :.forn:al se sustituía la .hipótesis del antropo­

piteco, por la de un homínido inhallable pero con inteligencia y venidode no se sabe dónde, en un Inundo .en el que se retardaban los diversosprehomínidos de frente plana. Este giro particular de tIna ciencia }~a con­temporánea ha sido desgraciadamente alentado por la superchería cieritíficaque mantuvo en el campo de la hipótesis, durante unos cincuenta añosal hombre de Piltdown. Es bien sabido que en 1909, un falsificador inolé~provocó el descubrimiento y aceptación por el mundo de los sabios, jl~to. con algunos sílex achelienses, de unos pedazos dispares de una bóvedacra?eana de hombre actual y de una rnandíbula de chimpancé no .menosreciente, Do..~orosa p.o~ el ti~mpo qu~ hizo perder y por las líneas lamen­tables, que hIZO es<:rlblr. ~ ciertos sabios, la stiperc11erí~ de Piltdown aportala mas clara confirmación de todo lo que se ha dicho precedentemente

_.- -_ _-

Page 11: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

, '

•23

comunes a la totalidad de los hombres, y a sus antepasados?' El primeroy el más importante de todos 'es la posición vertical que, como acabamosde ver fue el' último, C1l}'a realidad haya sido .admitida: lo cual ha cons­treñido durante varias' generatío,nes a plantearse el problema" del hombresobre una base falsa. Todos los fósiles conocidos, alto siendo tan extrañoscomo el australopitero, poseen la posición vertical.' Otros dos criterios sencorolarios del 'primero: la posesión de cara corta y' manos libres durantela. locomoción. Ha sido necesario esperar estos últimos años, y el descu­brimiento de la' pelvis y del férriur del australopiteco para comprenderel' vínculo qlle existía entre ,la posición' vertical y la cara reducida. labúsqueda de este vínculo constituye el terna del tercer capítulo de' estelibro. .Las proporciones faciales dependen de los caracteres de la dentaduray es tal vez lo qlle permitirá un día encontrar la huella de .los prec1lrsoresdel australopiteco. :Es bien conocido el éxito periodístico alcanzado hacealg:unos ',años por el oreopiteco del Monte Bamboli, en Toscana, que,incluso 'Elle condecorado C011 el título de "hombre de los dos millones deaños". los caracteres dentarios de este fósil dejan sllponer qlle ha podidotener una cara rnis reducida de la qlle se le podría atribuir a un mono.

La libertad de la mano implica casi' obligatoriamente una actividadtécnica diferente de la de los n1000S, y su libertad, durante la 'locomoción,unida .a una cara corta y sin caninos ofensivos" impone la util ización deórganos artificiales q1l~ son los' útiles. Posición de pie, cara corta,· manoslibres durante la locomoción y posesión de útiles son verdaderamente 10·scriterios fundamentales de la hllm1nidad.' Esta enumeración deja comple­tamente de lado las características de los monos, delineando al hombre demodo irreconciliable con las formas de transición en las cuales se habíancomplacido los' teóricos antes de 1950.

Podría sorprender, qlIe la importancia del volumen del cerebro nointervenga sino luego, En realidad, resulta difícil dar' preeminencia a talo cual carácter, plles todo .está ligado 'en ,el' desarrollo de las especies;pero nle parece' cierto qlIe el desarrollo cerebral es, hasta cierto plInto,un criterio secundario, Una vez alcanzada la hominización, desempeñaráun papel decisivo en el desarrollo de la sociedad, pero es indiscutible

, qlIe en el plano de la e\'olución estricta, es correlati\'o' a 1,1 posición ,:er­tical, y no primordial. con10 algllnos lo han' creído dlIrante mucho tiempo.

La sittlación del hombre; en" el sentido nl~í.s amplio, aparece así comocondicionada por la posición ,'ertical. Ello' no pasaría de ser lln fenómenoincomp.rensiblé -si no, fll~se una de las soIlIciones dadas, a Lln probleIllu bio·,lógico tan antigllo COlno los ,-er'tebrados mismos, como es el de la relaciónexistente entre la cara como soporte de los órganos de prensión alimenti­cia y el miembro anterior eonlO' órgano no sólo de locomoción sino tam­bién de prensión. Desde los orígenes, la Col1lffi.qa ,re.rtebral, la car~ y lanlano (inclllso bajo la fornla de aleta) están indi~01l1ble!nerite ligadas .Esta extraordinaria avenhIra. paleonto.Jógica ,es el objeto del capíhl1o· 11.

La sitilación creada por la posición vertical en los hombres reprew

senta indlldableme'nte tIna etapa en la vía qtle va del pez al h01no SapieJ1S, "... ~

22

" , \ Poco más" d_e·un siglo después del descubrimier1to del cráneo de Gi.braltar, ¿cuál es la :im'agen qlle puede uno hacerse que reúna los c.riterios

. ','

"I, "I,

It

. -- . . ... . . ,

.. " , , ,. , .. - r'. J , • • I "1 .

LOS CRITERIOS, DE- HU11ANIDAD

.. . .

:,-;:{:""~,E'n jó~ 'últl'ril'OS'taños, ja investigación sobre el hombre ha estado do­.minada por. ,el clan de los australopitecos, discretamente aparecidos ell

:~,924, SLland,o Dart descubrió el cráneo del niño de Taunga en Africa delSU~',Desp1l~s, los hallazgos se han multiplicado en el continente africano,ha,~ta el ,d,~scu?ril1)~el1to,en I(:_nia en 1959, ,d~ los rest?s del zinjantropo,g,r,~n.. a~~~~ralopltecold.e, acompañado de SllS útiles de piedra. Estos descu­~rlnl.1\9~os ~han suscitado una transformación profunda en la manera de'coqsl?erar ,e~':,l)roblenla de los. orige~es del hombre. No,s, pOllen f rente auna Imagen que para 10.5 encIclOlJedlst.as hubiera sido completamente des­concertante. El antropopIteco de Gabriel de Mortillet es ahora conocido!Jero no, tiene nada de común con su modelo; con todas las consecuenciasanatómicas ,qu~ la co.sa il11plica: se trata ~e,' un 'hol11bre con un ,cerebronluy pequ,eñ? "y n? un sUl)eralltropoide- con §ran bó,reda' craneana. V,ere!110S,en .~~ ~apítlll? .. 111 hasta qué punto esta constatación obligó a re,·isar la110.c10n .d~, 110nlbr~, plles, c~ando leake)t, con el zinjantropo, confirnló laeXIstenCIa ',en' el, Vl1lafranqule~se de UJl ser estnlcturado esenciallnente C01110?osotrós" 'can1ina?d6 er$lljdo y tal!ando el sílex:, , aportó 111l1C110 111ás de loque, habla l1e\ho- I?~bOlS con. el pltecant~ol)o: procuró el nledio pí,lra r0111-per. con, tIna l1pea de pensanl1elIto que," había atra,resado sin debilitarse todoel siglo':?CIX, Y la ~itád' 'del nuestro.' '

,, ., ,AeTI}ÁL1\.fENTE, , .

una especie, de ~upef\riVel1cia atá~ica de un cráneo prehumanc sobre U!1

cuerpo' de hombre. 'Incluso, se llego hasta destacar que ello era 11ncontraste.sorprendente con la actitud en semiflexíón de los neanderthalenses, locual" en efecto" no era más que el producto de la idea evolucionista qtlehabía presidido .su reconstrucción. , ,: " . Las ret.icencias !re~lt: ~ este fósil, c~yo cráneo afirmaba la posiciónvertical, 's~n muy slgnl~l~~tl,'as. Pyc~~ft .1,ntentó demostrar s= la pelviscorrespondía a una pOSlCl011 en sernir lexión. Otros' autores, ,al considerar,el' carácter completamente humano de la pelvis y de los fémures, trataron'de demostrar que no pertenecían al 111is010 esqueleto qtIe el cráneo. Boule'(y Vallois, quien, lo siguió en esta via ) adoptó una actitud más matizadaal' suponer que el. hombre de Rodesia se había retrasado en el mundo~ct~al ,y 11abí~ terminado P?r .caminar erecto COI110el IJ01J10 sapiens, Sola-'nlente .despues' del· ?;SCUb'!11111~nto, e? '1~?~,del, cráneo de Saccopastore,en ..Italia, que pernutía a' Sergi estudiar fósiles con base craneana intacta,conl.enzó a imp,o~~rse nluy discretamente la idea .11laestra de una posiciónvertical, 'ya .. adquirida por los prehombres. La rrusma .constatación en losaustralopítecos ,de Africa del Sur iba a ser suficiente para que, al fin,la imagen ge~ hombre 1110110 suf riera una sustancial transformación.

Page 12: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,1

IIII, IIIIIIIII

'. :25

,••

I

..'í,¡,:1

. " 1:..l. ,".'

,, "

.; tI ,11"\ ' ' . : '.' ,." '

"

i :.._....r , ....~:~ :: . ~: : .j,::.'· ' ', '

,

í 'l' , I 's .. ~" ;,1) • '.. ,,' \. . ., l' • ,'~

, : \ .~' •• 1'.\\\1'"" ..., ('1 , ',.',- \

1., -

~, ;

,I '.',_.. J '.. _'',"'.' .. "'.. ,..... .,~~

.,---

I

I

Fig. 3.' El pitecantropo recons­truido por Dubois en la exposi­ción de París, en 1900. Orbitassalientes, nariz ancha, labios en .hocico, brazo excesivainente lar­go, pulgar del pie separado,objetos vagos en las manos,muestran que en seis siglos laimagen del hombre-mono ha'

evolucionado muy poco

Fig. 2. Orangután de Borneo, segúnBeeckmann, 1718. Aspecto humanoide. La,frente baja, ·la nariz ancha, los labios enhocico y el' pulgar del pie sepa-rado re­producen los rasgos estereotipados del

hombre-mono

,.I

24

Fig. 1. Vitral de .la iglesia Saint-Ouen, en Ruán siglo XIV. Demonios~liendo del cuerpo de una poseída. Obsérvese el' aspecto "mono huma­nizado", las cejas prominentes} las narices anchas )' el hocico, las' manoscon zarpas, el pulgar del pie ampliamente separado. En Ia mano izquierda,

el demonio sujeta un objeto alargado" .

------------------------------------------_ .... , .. _... -.__

Page 13: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

27

realizado por el individuo y un ClIerpo social, que es su prolongaciónindefinidamente perfectible a través de la acción, y -el futuro consideradocomo prolongación de la trayectoria paleontológica, son los dos temasprincipales.

Tal vez se considere que una obra que moviliza los principales domi­nios de las ciencias del Hombre, carece de armonía. Yo mismo me hedado suficiente cuenta de las debilidades e imperfecciones -durante la re­dacción como para no estimar 511 vulnerabilidad, Pero ¿cómo decir que elhombre es un cuerpo de mamífero con una organización de todas manerasúnica, encerrada y prolongada por un CtIerpo social con tales propiedadesqlIe la zoología ya no pesa en su evolución material, sin hacer intervenirla paleo-ntología, el lenguaje, la técnica y el arte?

Fig. 5. El hombrede los Eyzies, quedomina el lugarsacrosanto de laciencia del hombrefósil, continúa ilus­trando, rnasivamen­te, _el conjunto delos errores de lapaleontología hu­mana y el complejomilenario del hom-

bre-mono

Fig, 4. _ El abominable hombre de las nieves,según Radar! 1954. El parangón con el vitraldel siglo XIV (salvo en cuanto a la longitudde los brazos, por otra parte contradictoria con

-la posición vertical) está completo

- -

- --------

26

pero sin que ello implique en absoluto que el 1110no desempeñe el papelde enlace. La comunidad de los orígenes del mono y del hombre es con-­cebible, pero desde que la posición vertical queda e-stablecida, ya no haymás mono y por consiguiente no hay más semihombre, Las condicioneshumanas de -posición vertical desembocan en las consecuencias del des­arrollo neuropsíquico que hacen del desarrollo del- cerebro humano algomás que un aumento de volumen. La relación entre la cara __y la manopermanece tan estrecha en el desarrollo cerebral C01110 en el pasado: el útilpara la mano y el lenguaje para la cara son dos polos de un miS1110dispositivo, sobre 10 cual trata el capítulo 111. _ -

El h01JtO sapiens realiza la última etapa conocida de la evolución 110-rniniana y la primera en la cual los constreñimientos de la evolución zoo­lógica son franqueados e inconmensurablernente dejados atrás. Las nuevascondiciones de desarrollo que experimentan el útil y el lenguaje constitu­yen el terna de los capítulos IV al VI, que completan la primera parte deesta obra.

La _segunda parte está consagrada al desarrollo del cuerpo social, pro·longación del - cuerpo anatómico, Las -separaciones de especies y de razasse encuentran sumergidas en el IJ01Jl0 saplens !)or las de las etnias, Cll}·afisiología se basa en la organización de la memoria colectiva del grupo.La sustitución progresiva por la -memoria social, de los dispositivos bio­lógicos del instinto, es abordada- en el capítulo VII, sus incidencias en laevolución de -las técnicas serán vistas en el capítulo VIII, mientras qlle lasconsecuencias sobre la evolución de la transmisión del lenguaje son el ob­jeto -del capítulo IX.

La tercera parte, sobre los valores )T los ritmos, es un ensa)'o de pa­leontología y de etnología estéticas. He tratado de reunir los elementos deun enfoque sobre _hechos que escapan -normalmente a la investigación sis­temática. Los conjuntos de valores que aseguran a cada grupo humano encada momento de su historia una personalidad qlle le es propia, son !Jre·sentados en el capítulo X. Una clasificación de las manifestaciones esté­ticas es obligatoriamente arbitraria, pues 10 propio del arte son las inter­ferencias; pero me parece posible distinguir 105 niveles Glya o-rganizaciónes -progresiva, Por ello, los capítulos XI y XII son consagrados, sucesi­vamente, a la estética fisiológica, que en gran parte -penetra el COlllporta.miento animal, y la - estética funcional, - que abarca ante tod-o la acciónmanual en la técnica. El capítulo XIII se refiere a la hurnanización de loscomportamientos sociales y aborda uno de los problemas que, junto COl1 elinstinto, ha alimentado el estudio comparativo de las sociedades animalesy de las sociedades humanas, Se le plantea sucesivamente bajo el ángulode la humanización del tiempo y -del espacio, así como- el de la organiza.

_ción simbólica del cuerpo social. -El1 fin, el arte, qlle es una de las maní­festaciones humanas de las cuales la paleontología se alimenta por mediode numerosos testimonios, es _el objeto del capítulo XIV. _

El último capítulo comprende, a manera de conclusión, la considera­ción de la -aventura del hombre. El equilibrio, único en el mundo vivo,

---- -----

Page 14: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

2'9

. Bien poco queda por ag.regar a esta cita, si no es para comentar enJenguaje .del siglo xx,. lo que ya era evidente hace mil seiscientos años. Lamano qlle libera la palabra, es exactamente a lo qlle ha llegado la paleon­tología. Si bien. la paleontología 11~ga a ello por una vía rnlIy diferentede la de Grégoire de Nysse, al igual qlle él; sin embargo, habla de "libe-·ración" para caracterizar la evolución hacia las cimas de la conciencia hu­maria. En efecto, en una perspectiva que va del pez .de la era Primaria alhombre de la era Cuaternaria.. se cree asistir a una serie de liberacionessucesivas: la del clIerpo entero en relación con el elemento líquido, la dela cabeza en relación con el suelo, la de la mano en relación con la locomo­ción y finalmente, la del cerebro con' relación a la máscara facial. Nohay la menor duda de que este sentimiento sea artificial, ptleS es aislandofósiles privilegiados como se crea una imagen ffilly incompleta de la evo­lución, pero si existe alguna 'evidencia que ninguna demostración convin­cente ha podido debilitar, es qlle el mundo vivo madura de edad en edady qu·e. haciendo una selección de formas pertinentes, se hace evidente unlargo sendero. regularmente ascendente sobre el cual cada "liberación'marca una aceleración cada vez más considerable. ,

En esté encadenamiento, las formas pertinentes son las que, en cadamomento del desarrollo, ofrecen .~l mejor equilibrio, desde el triple puntode vista de la nutrición, de la locomoción y de los órganos de .relación,en movilidad y vivacidad, caractetÍsticas· fundamentales de las especies

GRÉGOIRE D·E NYSSE'Tratado de la Creación del Hombre

(379 después de J. C.)

..... A5í,· gracias a esta organización, es corno el espíritutal COD10 un· músico, produce en nosotros el lenguaje yllegarnos a ser capaces de hablar. Este privilegio no lotendríamos, sin duda, jamás, si nuestros labios tuvieranque asegurar, para las necesidades del cuerpo, la tarea pe­sada y penosa de la nutrición. Pero las manos se encarga­ron de esta .tarea y liberaron la boca. para el serviciode la palabra".

-.

CEREBRO .y LA MANO

. Tal vez hubiera sido necesario darle un puesto al psicoanálisis. Elmito ..de~, antepasad~.nlono posee .raíces. perdidas en la penumbra (fig. 1) Ysu flJaSIO? en el siglo XVIII se. produjo en el momento en .que se desatala fa,ntastlca cohorte de demonios peludos y con garfios, de los hombress~l~aJes con ~abe~a de ~ob? o con cuerpo de pez, Los capiteles y los bes­t~arl0s, las. hIstorIetas. dibujadas de las revistas y los monstruos de las fe­nas, desplle~an una lma~en del hOlnbr~ que pertenece a la psicología delas profundidades, Esta Inlagen, .despues de todo, no es completamenteextraña a, la forjada por el paleontólogo, El antropoide vino a tornar elrelevo (~lg,. 2), comI?l~tado poco después por la imagen imprecisa delantropopIteco en el qUICIO· de su caverna (figs. 3 y 5). Es un mito sabioque todavía en nuestros días causa satisfacción a los letrados, pero qllel)osee sus I'dob~es" populares ..en. el abomin·~ble honlbr~ de las ?ie,res (fig.4), en el Tarzán de las cOll1lqultas y del CIne de barrio: Tarzán, el horn­bre primitivo ideal, hermoso corno el antepasado soñado por Boucher dePerthes y liberado del peso del mono por la presencia de su chimpancéfavorito ..

11

Page 15: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

31

Después de haber abandonado los seres con simetría .radial y escogidoaquellos cuya organización simétrica está ordenada por el eje de desplaza­miento, se debe dejar de lado el conjunto de los invertebrados para' segllirel desarrollo de los seres con esqueleto interno.

EL VERTEBRADO

El 'plaIl según el. cual el organismo entero se organiza detrás delorificio alimentario, existe en los protozoarios más móviles y, salvo en losespongiarios' y los celenterados, consti tuye el plan normal de los anima­les. La polarización anterior de la boca y de los ó,rganos. de prensiónen los seres móviles es un hecho biológico y mecánico tan evidente qllesería un tanto ridículo detenerse en ello, si no fuese para subrayar qllees allí y no en otra parte donde .reside la condición fundamental de laevolución hacia las formas superiores de la vida.

La movilidad implica, p·ara satisfacer el mantenimiento alimenticio,la misma polarización anterior de los órganos de relación, los cuales ase­guran la orientación, el reconocimiento y la coordinación de los órzanos. b

de prensión y de' preparación alimenticia; de manera qlle, a partir de laadquisición del movimiento y hasta nuestros días, bien se trate del insecto,del pez o del mamífero, el dispositivo animado reviste la misma estruc­tura general. Se. ha creado aSÍ, gracias a la polarización de los diferentes'órganos, un can1po anterior en el cual se desarrollan las operaciones com­plejas de la vida de los animales con simetría bilateral .

LA SIl\IETRIA BILATERAL

Entre los invertebrados, los 'espongiarios y los celenterados (hidras,actinias, pólipos) ofrecen, ·de una manera perfecta, la imagen de. unaorganización donde la locomoción no.' desempeña ningún papel y dondeel organismo responde a un sistema radial. Por el contrario, en otras

.' ramas, entre los helmin tos (gusanos), los moluscos, los equinodermos olos crustáceos, la' sedentarización de' los adultos' de ciertos órdenes es unfenómeno secundario; es la adopción de un modo de vida que desembocaen 'una vía de evolución totalmente -diferente de la de las especies móviles.Estas formas, conducidas por la' evolución hacia lo qlle 'nosotros .conside­ramos como el mundo animal inferior, revisten para nuestro propósitosolamente un interés de comparación. Muestran, sin embargo, en la basedel mundo viviente, lo que una explicación finalista consideraría comouna selección entre dos posibilidades. Esta opción aparente .es constantey" justifica' la expresión de evolución "arborescente" empleada por lospaleontólogos pa.ra expresar la diversificación de los seres vivos.

La. .organización bilateral, por el contrario, está directamente ligadaal desarrollo de la. tesis adoptada aquí, visto qlle, por vía de consecuen­cias sucesivas, es ella la que conduce hasta el hombre .

-------------:-----------_ .... _.-

30

Los animales se distinguen de las plantas por el hecho de que sunutrición implica la torna de alimentos en masas de cierto volumen paraser tratados par procedimientos mecánicos antes que intervengan ]05 pro­cesos químicos de la asimilación. En otros términos, 'la' nutrición está li­gada en ellos, de una manera considerablemente más sensible qLle en losvegetales, a la bús·queda;. es decir, al desplazamiento de los órganos decaptura y del dispositivo de detección.

. A .pesar de. este carácter general de. movilidad, el mundo animal,desde los orígenes, comporta una' proporción importante de especies, qllesin adoptar' el proceso de nutrición únicamente' químico . de los vegetales,se adaptaron ·a la captura inmóvil de los alimentos, Por este' hecho, lasespecies animales se dividen en dos tipos de organización dinámica: uno,donde el cuerpo está construido según un plano. de simetría radial; el otro,donde las partes .del cuerpo se ordenan. según un plano· de simetríabilateral.

ORGANIZACION DINAl\1ICA DE LOS A~J1fALES

.,ascension.

Se podría considerar la' movilidad COI110 el .rasgo significativo de laevolución hacia el hombre. Los paleontólogos no lo han ignorado, pero eramás espontáneo caracterizar al hombre por su inteligencia que por sumovilidad, y las teorías tendieron primero a la preeminencia del cerebro,10 cual, sobre todo a partir de los primates, ha falseado frecuenternentela interpretación de los .fósiles. La conquista del aire libre, la liberaciónen relación con la reptación, el acceso a la. bipedia, S011 ternas 111l1y bien.estudiados desde hace más de medio siglo, pero es característico 'sin ern­bargo ver que, hace diez años apenas,· se habría aceptado tal vez más.fácilmente a un cuadrúpedo con cerebro }Ta humano, que a LIn bípedo tanatrasado cerebralmente C01110 el australopiteco. Esta visión "cerebral' dela evolución parece 110y inexacta y se diría qlle la documentación seasuficiente para demostrar que el .cerebro se ha beneficiado de· los 1)[0·'gresos .de la adaptación locomotora en vez de' provocarlos, Es l)or eso .quela locomoción será considerada aquí corno el hecho determinante de' laevolución biológica, exactamente corno en la tercera parte aparecerá COI110

el hecho determinante de la evolución social actual.

escogidas. para demostrar la progresión ascendente del mundo vivo. Una. demostración de las ventajas biológicas de la fijeza testimonia favorable­mente en tal sentido; pero se trata, en el evolucionismo, más que de alabar. los méritos de una evolución ·en cámara lenta, de relacionar explícitamenteo no el mundo vivo COl1 el hombre actual. Independientemente de todabúsqueda del sentido filosófico de 14 evolución, independientemente inclu­so del postulado que implica el Utral1sfornlisolo",. es pues, un procedi­miento' normal y científico constatar en .qllé grado eminente la conquistadel espacio y del tiel11po,' característica .dominante .: del 110111bre, marcade una manera tangente todos los testimonios escogidos para ilustrar su

. ' ..

Page 16: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

3332

Es hacia -la mitad de la era Primaria, en el Silúrico y en el Devó­nico, cuando aparecen los primeros vertebrados, los peces ostracoderrnos(fig. 6), aún desprovistos de mandíbula, pero que evidencian en su _for­rna más antigua y esquemática el plan de organización de los vertebrados,COI1l0 en los peces actuales, su cuerpo se divide en dos partes, la anterior,formando una caja ósea sólida y la posterior, articulada gracias a grandesescarnas, que se termina en - la cola. -La parte locomotora está estructuradapor un eje longitudinal de naturaleza fibrosa, el notocordio; a lo largo -del cual corre la médula espinal, - cuyas derivaciones -nerviosas rigen .lascontracciones de los gnlpos musculares dispuestos en series - bilaterales,formando los flancos del animal y protegidos por el- armazón flexiblede las escarnas. El dispositivo locomotor, en su más grande sencillez, estáconstituido por las dos - bandas -_musculares cuyas contracciones a: terna-tivas animan la espadilla caudal. -_ La cabez.a. ~s un cofr~ aplanado formado por placas imbricadas, r=.forado de orificios y reuniendo los elementos del calnpo de relación an­terio.r: órganos de prensión, d~ inge.stión, d~ relación y todo el dispositivon~rvl0so que asegura _su funcionamiento. SIn mandíbulas, la boca es unaa_b~r~ra en forma., de ventosa .~uya perif~ria está guarnecida de órganoseléctricos; la funclon, de prenSl?fl y la Ingestión alimenticia son, pues,aseguradas por unas "las lTIUy diferentes de las de los vertebrados ulterio­res y el papel mecánico de la caja craneana está aún limitado. En cambio,el cofre ~erebral abrig~ ya el ~rágil dispositivo nervioso que agrupa enla e::ctremtdad de la med~la :splnal el centro -de dirección -de los órganossensibles a la luz, a las vibraciones, al gusto, al olfato. Este nudo de células

Fíg. 6. Pez ostracodermo del Devónico de Escocia, segúnTraquair

-

nerviosas especializadas constituye el mando central, cuyas fibras, no so­lar.1ente. se extienden hacia ~os órganos de los sentidos, sino que controlany coordinan toda la econorrua. - _-

-Entre la caja cefálica y el cuerpo, al límite de las actividades de re- -lación y de la parte locomotora, se encuentra una aleta pectoral o paleta -articulada. -Todos los elementos -que permiten analizar los vertebrados has­ta el 110mbre, están en 511 puesto: -la caja .rígida del cráneo, qtIe estructurala boca y protege el cerebro, los órganos locomotores estrechamente uni­(los a la -base de la caja _craneana y el miembro anterior, situado de ma·-

- llera arnbisua entre Jos dos.¡_;;

Si los ostracoderrnos dan -una imagen del vertebrado llevada a los li-mites del esquematismo, es - tanto porque vivieron en una época próximadel origen de los vertebrados corno porqtle pertenecían ya a los seres irn-.pulsados por la evolución, }. en todo momento, en _otras direcciones qllela qLle nos interesa. Al igual que las lampreas o las -_mixinas actuales,con las cuales están además - emparentados, los ostracoderrnos o pecessuctores, tienen una organización en la cual el juego de los factores t (as­censionales" jamás _se ejercitará. Sucede de manera absolutamente distintagllC con los _eslarnobranquios (tiburones y rayas), los peces óseos, losliipnellsto-s ( celacan tos), los cuales -eran, ya en el Devónico, vertebradosccn -mandíbulas -en gran variedad de combinaciones.

Los paleontólogos establecieron, gracias tanto a la embriología cornoa los fósiles, qlle -Ja mandíbula de lo-s vertebrados debe deriva; de unollc, - los arcos qlle so:ti~nen las branq:Iias .. El proceso preciso qll: se ter­r:lI1l~1, desde el Devónico, con la existencia de peces con mandíbula aroti.ulada, no está completamente esclarecido, pero es cierto que, a partir_de es~ é_P,Qca,el cráneo de los 'vertebrados adquiere una función nueva, -la rn.is Importante: la de soportar las mandíbulas, Después, los cons­treñimientos mecánicos de locomoción y los inherentes al funcionamientode las mandíbulas dominarán toda la evolución del cráneo.

1\ partir del Devónico, cuando los peces sin mandíbulas con-ocen SllapJg~o, les tres órdenes de los eslam?bra?q~io$, _de los peces óseos y delos dipneos ofrecen un punto de partida indiscutible a la evolución haciaformas superiores. A19t1nos tipos, filogenética y funcionalmente, son yapeces actll~les y los antepas~dos de los celacantos y de los dipneos mo­(l;rll0s dejan aparecer los s1gnos precursores de la adaptación a la vidaae.rea .

. Las píginas prec~dentes, qlle no hacen más qlle repetir en forma su­maria hechos establecidos desde hace mucho tiempo y presentes en todaslas __obras qlle trazaron la evolución del hombre, no tienen otra finalidadqlle la de subrayar un pllnto importante. El mundo anirrial entero desdesus ~nicios, se ~~ repartido en "?? número relativamente l~mitado de. tiposf~1~cl0nales, h~cl~ndose la sele~cIon, co-n algunos compromisos, entre rnmo­vilidad y _movimiento, entre -simetría radial y simetría bilateral. Desde elJ)llnto de ,¡ista. del "éxito biológico", una y otra vía condujeron hacia finesigualmente brillantes. Las medusas han sobrevivido sin variar desde hace

----- -- --- ---

Page 17: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

., -:»)

varios centenares de millones de años, mientras qLle los animales móviles,a través de Jos vertebrados, han ascendido las etapas necesarias para al­canzar la inteligencia, Los ganadores de esta carrera interminable: la me­dusa y el 110Il1bre, marcan los dos hitos extremos de la adaptación y entreellos se sitúan Jos millones de especies que forman el matorral de la. ge~nealozía terrestre. Estas Iíneas de evolución funcional pertenecen ya a unlugar "'común: ¿quién no conoce el ejemplo del tiburón, del ictiosaurio. yde la mars·opa (pez, reptil y mamífero ) volviendo a encontrar, ~raclas·.a la adaptación al elemento líquido, las mismas caracterís~icas. de silueta?Los hechos de adaptación mecánica son normales y se tienen Ilull1~rososej ernplos .al res}Jecto de organización .dental donde, por ej ernplo, a111111aJestan gelléticalnel1te dispares COI110 la liebre, el caballo o el buey, .1)Qseel1molares con estructura mecánica similar. Calificado de convergencia, estefenómeno si fuese tornado corno base de una tipología sistemática," daríalugar a la construcción de un dispositivo 111uy distinto a la arborescenciafilética, l)ero que haría innecesario gran número de sus ramas.

Esta convergencia funcional puede tener validez hasta entre los 111:1-

míferos, en un orden entero, COI110 es el caso de los marsupiales de Aus­tralia, que ofrecen falsos carnívcros, falsos rumiantes, falsos roedores.Puede existir también en formas aisladas }' llegar a similitudes extraordinarias, Es conocido el. ejemplo de los proteroterídeos del Mioceno deAmérica del. Sur, los cuales siguieron la misma vía de especialización gllelos equideos }7 dieron origen a linajes de falsos hipariones y de falsoscabal Jos de sorprendente SiI11ilitud funcional con los verdaderos,

La biología rinde cuenta, al. menos someramente, de la transforma­ción de las especies gracias a la combinación de la gal11a de los elementosgenéticos COI) la selección natural.: Puede agregarse a ello, qLIe el efectoacumulativo de las adaptaciones al medio Ileva en el transcurso de los

. tiempos hacia una organización cada vez m is eficaz del sistema nervioso ..El l)aso del medio acuático. al l11edio aéreo, la Jl)aricióI1 hacia el fiIl· dela Era Secundaria de la 110I11eoternlia,. qlle da a los pSjaf(JS y a lc)s. Jl1a­nlíferos Ullas posibilidades cOl1side,rables de ada})taciól1 en relación COl1 lasde los anil11J.les de sallgre f.:Ía, renue\'an. cada \'ez el registro sobre tIcual se aplica la adal)tación fllncionaI. El. sistell1a ner\'Íoso es el bel1eficia­rio 11115 aparel1te ·de la e\ro!ución, adquirie11do lln sentido extraorg,~11jC(),puesto que conduce al cerebro humano. Este desarrollo, . que únicanlel1teha sido l)osible !)ara llJ1 linaje, 110 es concebible si 110 se sitú,l en el (_)rigen)nluy abajo en el l11undo \'e,:tebrado, un CÚITIulo de COl1diciones fa\'orable:sasaz gellerales y cada \'ez· l11ás. linlitadas . a medida que ll110 se J!)rOXil11Ja los tie~lpos actuales.· Es, pues,. d·e una base biológica l11uy· a1J111lia ."profunda de donde se iJ1icia. la 111archa, }'. solanlente oI,·idando. los lTI_tllo­nes de especies que no al)ro~/echan sino· .il11pe rfecta111en te las condicionc')fa\'orables sucesi\'as, es conlO se puede hablar del· linaje hUll1alio. La l)ri·I11era y más in11)ortal1te. de estas condiciones, acabanl0s de ,rerJo, es laconstitución del campo anterior, qlle afecta a la nla}!Q~ía·de las especiesaI1imales y a la· totalidad· ·de los ·,'ertebrados.

LA EVOLUCION DEI~ CAl\IPO A~TERIOR

. La· sesunda condición favorable aparece· en un número considerable.•de especies animales: es la división del campo anterior. de relación. en .dosregiones complementarias, una delimitada por la acción de la cabeza,. ,la .otra por la acción .del miembro anterior, o má.s exactan1~.n~e,. por. la acc!on.de los órzanos faciales ..y' la de la extremidad del miembro anterIor,·El campo ~nterior comprende, en ..consecuencia, un polo fac~al y U? p.olomanual, los cuales actúan en estrecha relación en las operacIones técnicasmás elaboradas. .

La situación del miembro anteric.r, ·entre la parte. cefálica y: la partemotor del cuerpo, reviste una cierta ambigüedad funcional y en los art,r,ó­podas como en los vertebrados .el . órgano más anterior de la 1()C~~10CIO?

. puede intervenir, en ~rados \~arl~dos, e~ .la captllra y la ,preparaC1?11 alI­menticia, Ello se aprecIa con particular nitidez en los c.rusta.ceos decap~dos,tales como el cangrej o, CU)'O primer par· de patas; evolucionado hacia laforma de pinzas, asegura la prensión y.. la división de las presas. Ahorabien, si los ej emplos de canlpo 'anterior .de .dos poI~s son b,lstan,te ,r:~lln~.­rosos en los articulados, mucho m.is lo 500, y particularrnen te slf~n ~f l':_-atl­vos, en Iosvertebrados.

De una manera independiente de 1:.1división taxonómica de las clasesy de los órdenes, el mundo de Jos \ler~ebrados se r.eparte ~en li~.:; ttnd~~:cías funcionales: una en la cual el miembro anterror esta destinado casiexclusivamente a la locomoción y otra, en la qlle interviene de maneramás o menos estrecha en el campo anterior. de relación (figura 7). .

El esbozo de esta división existe ya al nivel de los peces. Ei1 la ma­yor parte de las. especies de agtllS llenas o d~ superficie, las aleta; pec­torales están ligadas únicamente a la locomoción, actuando. COI110 organode dirección oc...de desplazamiento lento. En las especies de fondo, ~11

cambio, se encuentran numerosos C,lS0S en los qlle. las pectorales estándirectamente asociadas con la búsqueda alimenticia; como es el caso, por.ejemplo, de la tenca, en la cual acman como Ull0S· abanicos para leva~tarel liITIO y descubrLr las partículJs alinlenticias· y tam~ién en l~s nlblos,transfornl5.ndose. en patas o en palpos rices en papIlas gu.statl\TaS, qlleexploran el suelo sosteniendo al p,ez como .sobre unas .muletas. En. l~~anfibios y los reptiles, la inter\"enCIOn del mle~ro anterIor ~S ~:uy llnll-

..tada; . concurre, sin embargo, en cie!:tas especIes, para la flJacton de lacomida en el. slIelo o la liberación de la boca de fragmentos embarazososo desagradables.

En los pájaros la situación se ha tornado rnlly particlllar por el he:::hode la adaptación· del miembro anterÍcl! al· vllelo. El· Opisthocorntls hoatzil1o chenchena de la América tropical es el único ejemplo ach.lal de lIn.pájaro cuya mano -sirve' para trepar; partiClllaridad qlle ademis sólo laposee cuando joven. No se podría hablar. plles de intervención del miem­bro anterior en el campo de relación en los pájaros; en cambio, en nll·nlerosas especies, el mienlbro posterior puede intervenir en la prensiónalimenticia como es el caso de los rapaces, o en operaciones técnicas rela-

34

,. ... .' ..", .., .,'

Page 18: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

37

. . . :._

cionadas con la confección del nido, como en los 'tejedores. El ejemplode 'los pájaros es precioso, pl,1es muestra qlle la posibilidad de interven­ción de la "mano", no solamente no está ligada a grupos zoológicos estre­chos, yendó directamente del celacanto al hombre a través de los 'monos,sino qlle, eu cierto modo, goza de independencia y no está, ligada a una,re!2iÓ11 anatómica" determinada. ,Las patas' del pájaro, corno la trompa 'dele!e'fante, responden m is a una realidad, funcional que a una vocaciónzC·Jlógica. ' ,

La situación de 10,5 mamíferos est.i directamente relacionada. con elpropósito de este libro lT' exige una exposición más detallada. Dos grandes :t~rllpos, de composición n11S o menos homogénea, aparecen aquí. ,

El primero comprende a la, vez a los primates, a los insectí veros, a 'los desdentados }' a los quirópteros, a los roedores, a los' cetáceos' y los",carnivoros; el segundo comprende el conjunto considerable de los, ungula­dos qlle reúne todos los animales' con cascos o pezuñas, desde el elefantehasta el caballo, el puerco o' el buey. '

En' una perspectiva funcional, se puede volver a encontrar la mismad iv isión: .e I primer grupo reúne a las especies cuyo' .régirnen alimenticioes variable (carní voro, f rugí voro, ornní voro ), orientado esencialmente ha­

'Ci~l lo "(af110-50" animal o vegetal: en cambio, los ungulados son, en sugran mayoría, comede-es de productos ricos en celulosa,

Si se intenta hacer, una separación entre las especies cuyo miembroJllterio,r interviene en, ~l canlpo de relación y aquellas en las qlle su papeles débil o nulo, no quedan rn.is que dos grupos principales: de una. parte,',el primer grl.l!)O (sal \'0 .los cetáceos) 'en el cual existen numerosos casosde intervención, y por otra parte, los ul1glllados y los cetáceos" en quienesnil1gún caso de intervenrión es notable. Tomada, en 'fin, desde ,el ánguloqLle nos interesa m.is, la bipolaridad del campo anterior si,glle siendo l111herho de amplia distribución, pero limitada a once solamente de los vein­tiséis órdenes qlIe constituyen el conjunto de los mamíferos placentatios.En estos once órdenes con bipolaridad, cada orden requiere 'lIna nuevadiferenciación, fundada sobre variantes en grado de gran importancia n111-chas veces, Como mis adelante lo' veremos, 'si bien es entre estos mamí­feros donde la coordinación del can1po facial y del campo' manual está misadelantada, no" está presente en igllal grado en los, diferentes gnlpos: niJos desdentados ni los quirópteros ofrecen notables ejemplos, salvo en losmurciélagos pescadores o los paniques f rugívoros, en los cuales el miembroposterior, al igual qlle en los pájaros, puede adapta.!:se' ~ la prensiónalimenticia. 'En los insectívoros, qlle son un grupo muy arcaico, la ínter­vención de la mano se presenta' con modalidades ffilly variables. Puedeser casi nula, como en el tenrec de Madagascar, muy relativa como en elcaso del topo, o al, contrario, nll1y importante, como sucede 'en el' tupaia,Cll}'a posición taxonómica entre los insectívoros o entre los primates, estáaún discutida. Los carnívoros también ofrecen diversos grados de interven­ción manual, ullnque, prácticamente todas las especies hacen intervenir, lamano en mayel: o menor grado, en el, can1po anterior de relación, En 10'5

36

Fig. 7. Ejemplos de los dos tiIJOS de campos de' relación; a,' b, e:campo facial prácticamente exclusivo: Fez de natación rápida' (atún),pájaro velero (pelícano de' Bassan), mamífero caminador (gacela);d, el f: campo facial y manual combinados: pez de fondo (rubio),

rapaz (autillo), omnívoro prensor (oso)

fe

•,•

"

eb

da

, '

'¡... ' ,

Page 19: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

39

de al11asar les alimentos simultáneamente con los dientes, además de hú­meda }' capaz de hacer pasar estos alimentos de lado a lado, .como hacenlos perros y otros c~rní\'oros" quienes pueden ~eslizar la .1eng~1~entre losintersticios de los dientes. SI el (tterpo no tuviera rnanos.. ¿con10 se foromaria la \'OZ articulada en él? La constitución de las pa¡!"tes qlle rodean -J41.

bora no se haria conforme a las necesidades del lenguaje. El hombre, er:­tonces, hubiera tenido qlle balar, lanzar _gritos, ladrar, reljncllar, ml1g'11~CO-lTIO 12s bueyes o rebuznar corno. los burros. o lanzar rugidos como lasl)estias sal\'ajes".· Para los tlngulados, sucede eXJctamcnt.e lo q,ue deml~~sotran la paleontología }' la zoología actuales: nla alISe?Cl.J d.~ lnter:enclollde la mano est i, en efecto, compensada por una especialización facl~l n:.:1),variada en modalidades. N() solamente se encuentran en la organlzaclonde la dentadura formas extremadamente complicadas corno. el diente delcaballo' o el del elefante, sino. qlle se ve también en los otros ·órganosfaciales una eran diversidad de estructuras qlle pueden de algllna manera)rornpensar laL-lleficiencia del miembro ~nterior. Son los apéndices de rrco-.SiÓ11 o de defensa, qlle reemplazan directamente la nla,llo o los. can 1110S,

(lllC conocen el nlayor· des.irrollo; basta ~on ci tar 10,s labios extensib l.es, d,~lmanatí, la trompa cllle aparece en un numero considerable de especies \ 1-

"lentes o fósiles, desde II de la danta hasta la del elefante, los cuernosnasales de los cuales los rinocerontes son los últimos poseedores en elmundo actual, los caninos transformados en jetas, palas afiladas, cuernos

. o astas f rontales de los rumiantes",Evidentemente, no se puede tornar al pie de. 1:1 letra las explicaciones

anatómicas de Grégoire de Nysse, pero es de notar qlle, a fines. del sigloIV· de nuestra era, - un . filósofo haya apreciado tan justamente la- relaciónexistente entre el Jengllaje y' 1~1mano. Es necesario observar (Ille estarelación no corresponde a una participación banal de 1,1 mano (a travésdel oesto) en e 1 len (~llJJ'e sino corno lIna re IJción orbo-ánica en l~l cllalb b).J~l tecnj~idad nlanll:11 responde a la liberación técnica de los. órganos fa-ciales _qtle quedan disponibIes para la palabra. .

Se desprende ele todo lo que precel-le qlle, si bien llna paleontologlJfllnclada únicamente sobre las constataciones anatómicas y cronológicas lIe­\fa a la den1·ostracion de las grandes líneas de la ev'olución, no agota eJinterés hacia otros modos de cOl1sideración de los hechos biológicos, ligad()~éstos menos a l~l sistelnitica qlle al con1portanliento, los dos aspectos del~l. in\'estigación so~ conlp!en~ent~rios en realidad y es es·o- lo qlle hetratado de· demostrar' hasta ahora. Tomada en el sentido qlle hemos adop·tado aqllÍ, l~. in\festigación condllce al historial de tInas disposiciones ftl11-

cionales cuya mlly amplia repartición en eL n1l1ndo ,'ivo explica por sísola, a 10 larg.o de la trama de ,rariaciones de adaptación más y m::s pe~­tinentes, el resl11tado en llna .forma hllmana todavía profllndamente arraI­gada en el· mllndo aninlal y e\,identemente próxima a los n1an1íferos qllehan adoptado ffillCho mís tarde las formas ffi2S alielantadas de integraciónde los do·s polos del campo anterior.

.-38

cánidos y los hiénidos, esta intervención es discreta por el hecho de unaadaptación l11uy importante de las extremidades de los miembros a la .10-cornoción rápida para largas distancias; en cambio, en los mustidos, vivé­rridos, prociónidos, ursidos, felinos, la participación manual puede al­canzar un grado relativamente próximo al de los primates: las posibilida­des. manuales del mapache, por ejemplo, son lo suficientemente desarrolla­das COI110 para permitirle competir en algunas pruebas con. ciertos nlOl10S.

. En el orden de los roedores la variedad de los dispositivos funcionaleses considerable. Son ellos los que ofrecen, entre los mamíferos, ·105 C011-trastes más llamativos desde el punto de vista que nos preocupa. En efecto,en el suborden de los histricornorfios, se encuentran ciertas formas COI110el clligüire de América tropical o el cobayo, que l)resentall solamente ves­tigios de intervención manual, mientras que en el suborden de los esciú­ridos o de los miornorfos (ardillas o ratas) pululan las especies en lascuales la intervención de la mano (corno en ciertos carnívoros ) se aproxi _rna en importancia a la de algunos 1110nos. Es de notar qlle en los carnivo-. ros, los insectívoros o los roedores, las especies COl1 actividad manual 111_ísimportante, ·5011 igualnleIlte aquellas en las cuales, en el curso del 'andaren medio terrestre o nrboricola, interviene frecuentemente una verdaderaacción de prensión por ·l)arte del miembro .anterior. .

La característica que acaba de· ser nombrada, sobresale todavía 1111S

cuando se considera a los primates, En efecto, en ellos todas las formasconocidas presentan en t10. 111a}'Orgrado la ligazón del miembro anteriorcon el caolpo de relación. Pero se puede decir que. existen grajos en estaligazón y qlle, 11i desde el -JJunto de vista anatómico ni desde el r)"~IJlt()de vista neurosíquico, la J11anO del. colobo, por ejemplo, actúa COl110 ladel gorila. l\,f ás 'adelante \'erC:l110S qLle el mundo de los n10110S es tan,;ar.iado COI110el de Jos roedores y. qtle estl. \'j_riedad ofrece la 110sibilidaJlie cOl11prender UI1 })OCO gracias a qllé nlecanismo el 110111bre se j),:esel1tatal COI110es; es decir, (01110 la única especie ,-i\'iente ell la (lue la acel1tl1ad:lrelación el1tre el pc)lo facial y el polo l11anual se ,'erifica sin (llle illter\'tllI~ael oliel11bro anterior en la Ioconlocióll, Antes de hablar de Jos l1e~-Jl()StILlé!JCrl11iten conlp,!'enc-ler las incidellcias de la relación fllllJa111el1taJ clltre 1:1cabeza y el. nliell1bro JI)terior, es necesario reflexionar (JI1tes de al)a11<.:10·n·arlos) sobre la Sllerte de los ungulados, los cuales, habiendo tOll1ado l1l1:1,'ífl di~tinta a la nuestra, e,'oluc_ioJlando nlucho nl1S lejos qlle 110sotros (:1

Sll ada!)tación loconl0tora, se e!l~uentran conlpJetarTIcnte aflItl:-a ele la as()­ciación .de la 01anó y de los órganos faciales, J-\ ellos lJodría apJ iCJfSe tIlla

nl1e,'a· .cita del Trt.r./ac/o· ele la Cre(/ció}] e/el HO/llbre de Grégojre· de N}'~;::c:(pá·ginas 112-113): ('Sill enlbargo, és sobre todo para el lel1guaje para loque la natu!aleza ha agregado las .1nallOS a nuestro cuerpo. Si el 11011lbreestu,'iese despro\>isto l~eejlas~ la ·cara se hubiera desarrollado, al igllal (lllC.en los cuadrúpedos, lJara pernlitirle alilnentlfse: tel1drÍa lIria forllla alar­gada, adelgazada en la región de las na.:-ice:;,. con labios }1rOIllinentes, (J-

110505, fuertes y gruesos; a- fin d·e arraIlcar la )'erba; tetlcirÍa t'lltre los dicl1tesuna lengua nll1y distinta a la que tiene, carnosa, resi~tente y rllda, a fiIl

- ..

Page 20: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

i .41

l'.,'

"

. '"

- ---_.----_. - ...

»)- _ .. '~--==--_.

_ _. _. .._-

. : .

40

Fig. 8. Diferentes tipos funcionales. Columna de la izquierdas armazón cra­neana en sus relaciones con la. posición y la dentadura. Columna central: lamano. Columna de la derecha: la posición en la actitud de prensión: a) Ictio­morfo: suspensión en medio Iíquido, ninguna movilidad cervical, dentaduralarga homodonta, b) Anfibiomorfo: reptación en plano, movilidad lateral dela cabeza, dentadura larga, hornodonta. e) Saurornorfo: reptacíón semi erecta,libertad cervical, la dentadura está equilibrada en la mitad anterior del edificiocraneano. d) Teromorfo prensor: liberación temporal de la mano, dentaduraheterodonta. e) Pirecornorfo: liberación de las - manos en posición sentada,pulgar oponible, columna vertebral liberando la parte posterior del cráneo.f) .Antropomorfo: liberación total de las manos, posición vertical, despega­

miento mecánico de la bóveda craneana

>

d

---+---~

b

Q.

.,

f

DEL PEZ AL HOl\fBRE

La. percepción del papel capital qlle han desempeñado en la evolu­CiÓ11 de los vertebrados las variaciones de equilibrio entre los dos polosdel canlpo anterior obliga a uu examen más detallado de las formas adop­tadas .por los seres 111ás evolucionados en la integración técnica ell eltranscurso de las diferentes etapas de la historia d·e los seres \7¡'10S. Enotros términos, basados en la documentación inmensa reunida por la }1a­Ieontclogla y la biología de los vertebrados, se puede ensa)'Tar el esbozode .una paleontología funcional, Para ello, se deben integrar en una solaperspectiva los principales elementos funcionales de cada uno de los tiposque se encadenan a lo largo de 105 tiempos. Para nlayar comodidad, estosdiferentes elementos pueden reducirse a cinco. El primero se relaciona ce 11

las sujeciones locomotoras, es decir la organización mecánica de la co'urn­na vertebral }T de los miembros. De hecho, este primer .elemento es inse­parable de los siguientes, puesto que los órganos del desplazamiento sonel instrumento motor de la vida de relación. El segundo elemento queinterviene es la suspensión craneana, Por su ubicación topográfica, es el.elemento 111ás sensible del dispositivo funcional; este hecho ha sido enten­dido empíricamente desde los inicios de la: paleontología, puesto qlle ya lacélebre .disertación de Daubenton sobre la posición del agujero occipitale11 105 vertebrados inaugura una larga serie de trabajos,. en los que lasuspensión craneana constituye terna central. El elemento siguiente es ladentadura, cu}·os \'111cu10s· con la vida de relación son fácilmente C0111-

prensibles, si se torna en cuenta el papel· desempeñado l)or )05 dientestanto en la captllra COl110 en la defensa y la preparación alimenticia. Elcuarto elemento es la .mano, ° al menos la posible integración de laextremidad del miembro anterior en el campo de la técnica. En fin, elúltimo es el cerebro, CU}'O papel en tanto que coordinador es evidentemente .pr imordial, !)ero qlle aparece, funcionalmente, COI110 el "inquilino" deld ispositivo corporal entero. Esta situación del cerebro, de la cual se })o-dría decir que está subordinada al edificio en su conjunto, ha sido ex­presada y consignada· reiteradamente sin que su· significación haya sidototalmente esclarecida. En efecto, una noción corriente es que en J()S cr.i-11(;05 de ti pos funcionales 11luy vecinos, como por ej ernplo, de los repti les

Page 21: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

43

"

I

, '

El paso, a 1,1 vida aérea generalmente es considerado corno 110 fenó-meno simple ): único: el pri\'¡fégio de alglinos peces qlle se tornan anfibios}' materializan la débil raíz del inmenso matorral de los, vertebrados te­rrestres. En realidad, los zoólogos enumeran muchos peces, de los másvariados grll!)OS que, gracias a algún artificio, llegan' ,1 asimilar directa­mente el oxígeno atmosférico. Numerosos zoólogos consideran incluso la\'e jiga natatoria corno un vestigio de, pulmón, siendo cierto, ~n· todo caso,(r-~e ha)' relaciones de función entre los (los órganos', La respiración aéreaL.; de rig()r' en especies de aguas P()CO prof undas 'y mal oxigenadas, 'Se,coffijJrende ffill}' bien el vínculo existente entre la adquisición de mediospara es:-a!Jar a la asfixia j' una locomoción sobre el cieno de los pantanosIJara buscar las últimas colecciones de agllJ. Como la simetría bilateral, ola opción entre la, prensión }' el caminar exclusivo, la respiración aérea}. la locomoción terrestre constituyen, plles, una selección, 'esta vez entrela adaptación exclusiva al líquido y la adaptación relacionada con elrned io aéreo." Las más variadas especies respondieron de manera, di ferentca esta O'PCiÓi1 }r una de estas maneras corresponde a la fórmula de 1 cua­drúpedo anfibio., Otras fórmulas surgieron j' no pocas se perpetllaron hasta nosotros,desde la angllila que puede absorber oxígeno por la piel hasta el anabasde la India qllt dispone de cámaras branqlliales modifical1us, o los dipneos~Cll}'a \'ej iga natatoria es un \'ercladero Plllmón. El núnlero lie "erdaderospeces qlle ofrecen" ad'lpt3.ciones parciales a 1,1 respittación aérea es tal, gLIC

se PlIede considerar qlle el hecho determinante es la respiración j; nc) 1.1loccmocÍón, particlllar a los cuadrúpedos. ' ,

La ~i,sma .loconl0ciól1 terrestre esti asegul~ada por di\'ersas ,'ías. !)lledeser reptaclon slmp le, como en la angllila, y no diferir en 5l1S mO\'ilnicnt<)sde la natación, Puede también hacerse por desplazamiento en plano, sobreel, flanco.' Todos los peces sacados del agtla recurren espontánean1ente aello, pero" p2.~a algllnos de. eIJ~s: como el anabas, pllede con,dllcir, a ,largosdesp!azamle~tos en tIna dlrecclon constante. El caso de, los crosopterigiosy nl~lS especialmente de los celacantos, me parece corresponder a tIna ,'er-. dade¡a adaptación a la locomoción sobre el flanco (figllra 9). En ellos,las ale~as son soportadas por un, pedúnclllo que se asemeja a, tIna pata cortano artlclllada. Además de las dos pectorales y de las dos ventrales (lasCtIlles constitu}Ten los miembros de, los clladrlIpedos) existen, tanlbién

LA RESPIRACION A:2REA v LA LOCOi\[OCION TERRESTRE

c~er~o por unos grupos ,m~s;:tllares, sin. que el eje, vertebral desempeñe'n Ingun, p¡~pel de sosten; 11ffiltandos:, sencillamente a dar 'paso en el interiorde 1 edlflCl? ,craneano, 'a la. extre~l~ad, de -Ia médll~a ql.le' termina en un.r c.rebro minúsculo, suspendido prácticamente en el intenor de la bóveda..Los elementos comprometido-s en la evolución de 10s"vertebrados 'terrestresestJn en su puesto,. pero la adaptación mecánica qll.e les, dará el' retoquecompleto se, producirá solamente COn el vpaso a la, vida aerea.

4')

,í . ..Antr()pOnlOrfislllo" tS t0J11(1do nc;uí tn su sentido tstr~(to y déjn a los, nlonos,l.Ianlados ··antrOIJoides" o "antro})'oI11orfos" en ti píreC0J110rfisIllo, Antrcpo-111()r,fo quiere. pues, decir' realnlente "~on [0rnla de hon,bre" y ,abarca todos, los antrópidos. austrn lantropos ine Iui dos.

5 .' Los hechos anatónl!COS expuest·()s eri éste carítulo han sido, eor.denaclos a'partir de Il tesis de doctorado en ciencias del autor: Eql1¡i,,:briú 117tctÍll;rodel cr,í1Jeo de IOJ 1'(:'rtebradoJ jt;1'reJt1't!J, sostenida tn la facultad de Ciencias, .de París én ] 95 5 r actuabl1énte en 'inlpresión. F'ueron e~cof.!idos entre lesdOCUlllentos qUé' pue:-den entrar en una' pé:rs~)t(ti\'a de: evolución hacia (:'1h'0n,bre }' desarrol Indos (:n esta perSfecti\"a.

La organización dinámica del pez no ha "afiado desde la aparición'el1 el Devónico de Jos primeros }1eCeS con mandibulas. Su IC'COl110ci()11 est íasegLlrada esencialmente l)()r Jos go'!)eteos laterales determinados })e)r laacción de los IllÚSCU los an tagóIl icos sosten idos I)or el e je "el:-tebral., Estedispositivo propulsa la extremidad cefálica, que le .es estrechamente S())j-,daría, 'j' es c,OJ111Jletado l)or unas aletas qllt corresljonden, l1esde l,l 111itad(le la era Pril11aria, éll 'llúl11cro }T él1 l)osicióJl a las de !()S l)eces actllales., La extren1idad cefálica tielle COI110 arn1azón una caja ósea CU)'8 1)apelts t,:iF)]c: so})or'tar los· ("ientes, asegllrar la Íl1serción ele I()s l11ÚSClllos 111al1·dib,lllarj(.)s' }¡ l)foteger los' é)rganos de relación. ,A este c()fre crantal10 seajustan ]a mandíbula, el disl)ositi,~o de los huesos, l1ioideos que so})ortanlas l)ranqlIias, I' l~)s l1Llesos cle la Cil1tllra escapular, cllle sOl)orta el e5(ll1e-Jeto elel lnietubro al1terio,:.' Este bI'oglle cefálico il1Il1Ó,~il está llIlido al

EL ICTI02\I()RFIS}..10

teriodontos del Secundario antiguo, los carnívoros del Terciario antiguo ylos camívoros del Cuaternario, se alojaron cerebros cada vez 111;1S desarro­llados, siendo los 111:1S antiguos apenas más gruesos que la médula espinal.Esta sencilla constatación basta por ahora l)ara establecer que 110 hay unarelación de prioridad de la evolución del cerebro sobre' la e\701l1Ciól1 deldispositivo corporal controlado IJar él. Sin. embargo, en el primer capítulose ha demostrado qlle en la imagen qlle se había hecho del hombreprimitivo había predominado durante un siglo la idea inversa

El estudio por separado de cada uno de los elementos qlle entran'ell la composición del vertebrado 110 puede conducir más que aUlla C011)·

prensión 111l1y incompleta de la evolución funcional: por el contrario, lainteg{ación permite encontrar el orden zoológico a tra\'és, de un ciertonúmero de grandes cortes glle caracterizan estados funcionales. Siguiendoa la vez el, orden cronolóaico }T el de la sistemática de las ciencias na­rurales, examinaremos sucesivamente (f'igLlra 8) )" en relación con, los ca­racteres qtle acaban de, ser precisados, las grandes etapas del ictiomorfisrno.del anfibiomorfismo )' del antropomorfismo, -:1 que corresponden respectiva­mente al equilibrio en el medio acuático, a la primera liberación del agua,a la liberación de la cabeza, a la adquisición de la }C)COJ11ocjón cuadrúpedatrgllil~a, a la adquisición de la posición sentada y a la de la posiciónergllida, t,

Page 22: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,,Ii,¡ .

45

, I

EL ANFIBIO~fORFISl\fO

, La solución anfibia es, p<?r otra parte, solamente una sernisolución.Casi podría decirse qtIe es una solución de espera, plIes los vertebradosqlle llega:!."?n a, ella' qued~n, v'~nculadós por su ,eqllil}brio "c~táneo y sureproducclon al" elemento Iiquido del cual no podrían alejarse muchotiempo. Sin embargo, con .los más viejos anfibios; los grandes,' problemas

,mecánicos recibieron algo mis que, esbozos de solución y los' vertebradosterrestres, se encuentran ya encaminados por, una vía definitiva.

los primeros anfibios CU}'3. estructura corporal se puede reconstruir,se remontan al Carbonífero. Por su aspecto general, evocan él nuestrostritones y salamandras. Su eje caudal interviene como un motor en lanatación, mientras que cuatro miembros finos ayudan a la loconloción' te-

'rrestre. La cintura escapular, está aún situada hacia el cráneo, de tal ma­nera qlle la movilidad de la cabeza es' casi' nula, pero los elementos delesqueleto de todos .los vertebrados ulteriores están ,presentes ya: la pel vi ~ ,está constituida IJar,l asegurar la marcha, el brazo y' la, pierna tienen losmismos huesos qlle los nuestros, la mano y' el pie tienen cinco dedos.

, El edificio craneano es particularmente interesante. En efecto, el paso,del agLla al aire implica exigeocils mecánicas nuevas, puesto qlle la cabezal'a ,no se sostiene eI1 11n medio de 'densidad elevada y' se encuentra enfalso a la extremidad del cllerpo. En los peces, la suspensión del animalen un medio líquido no impone a ,la cabeza esfuerzo alguno de flexiónen el sentido vertical. Las manifestaciones mecánicas qlIe intervienen enla construcción craneana están limitadas a la acción de' la mandíbula (es­fuerzo de tracción de los músculos masticadores) }' a la, constitución, enel maxilar superior, de, una ar01JZÓn 'de apoyo soportando las presionesrnandibularias. A este dispositivo mecánico de tracción-apoyo se agregJ,al tratarse del paso al aire libre, el efecto de suspensión de 1~1cabeza.qlle se ejerce' en la pa,!te posterior del cráneo. El equilibrio mecánico sehace con una integración cada vez mis económica de las tres formas deesfuerzos (Figura 10).'

La pesantez actúa ahora sobre 110:1 palanca, qlle' se extiende desde lapunta del hocico prostbicn hasta el pLInto donde' el cráneo' se articula COIlla columna vertebral b{/siol¡. El edificio craneano se mantiene ho,~izontal­niente por el jllego de n1úsculos y de ligamentos qlIe, tiran de lo, alto deI~lfitlCa ¡J¡ie'/] exte'rno, según un brazo' de palanca inion-basion, qlle con·trabalancea 'el efecto de la pesantez. La conciliación de los esfllerzos' luan­dibtllares y los de suspensión, constitllye la trama de toda la e\'OlllCióndel cráneo de los vc;rtebrados, incluyendo al hombre. La dentadura y pos­tllra están estrechan1ente ligadas desde el origen. Los paleontólogos conl­prendiero'o rntly pronto qlle la postllra vertical y la cara corta caracte,ri,zaban al hombre, pero el nexo funcional qlle, explica estos dos caracteresno ha' sido hasta ahora destacado con nitidez. Por' eso el Iregreso a lasftlentes de los vertebrados es indispensable.

El cráneo anfibio ofrece apenas esbozos de -SOlllción, pero son ya mll}·significativos. El cráneo de los mis antiguos está todavía nltly próximo al

44

tres aletas pedunrulares, una a cada lado de la cola'), otra a la extremidad(1e ésta," de mane ra tal Cjlle el an imal 'acostado sobre uno, 'll otro flanco,dispone c1e cinco })Ul1toS ele apo)'o pal:a rr~gresar. E,l ,celJ.c~ll~O, 11Lll1tO (lepartida de la l11J)'()r l)art~ de la arbc)resCtIlcl.a genc~,10g1ca hacia :as formassuperiores, 110 es' en realidad 1?11S qlle la 1.1l1strJCIO~1 de una f?r~11Ll]a, l1(:'

locomoción excepcional y SLlS nl1el1~br~)s no nenen !111S clllc Ic) 11111111:10 lJlt­

v itable ele relaciones con los de los antepasados posibles de los cuad rúpedos.A pes21: del interés prodigioso ofrecido l,~r el, éxtrao[<.lill,ari() sobreviviente,el "Latirneria", I11:1S vale 110 hacer lJartlf la gel1ealog1a J1'Ll,J;1;:'Il.1, de un

grl1l)O de peces que ha, resuelto, el problema ,l~e la 10~Oí11ljCIGll acrea enun sentido totalmente distinto al de los Cl1J<.1rúpedos.

Es entre Jos rrosopterigios de cllcrl)o :cilíndrico donde ~e el<:L,é¡':ÍJbuscar el origen' de Jos anfibios, en la medida en la clla~ se pueden es­}")erar el1contrar un origell l)articular a lltl Jlecho tall fenei:-a,l CO~110 es ~J

o})ción lJJra la "ida terrestre. la segl:tld'a parte ,de la t~~P.:-lnlaf¡a, De,'c)-, 11ieo, Carboll ífero y Pérnlic(), \'e real Izarse la fornllll a ,·erteb.:-ado terres,tre" }r el probJema del poI j' o lie 1 nl0nof íletislTIo n~ es tJ1 \'e2 ~l~S glle ll!l

. falso F>robJcl11a: de CllaIglliera l1lantra clue se c::-:l-Jllcjue el 1110\·~1111eI1to.<']llC,

"il11pulsa a las eSl)tcies, es realll1el1te' el de una sola ttlldcl1Clj:, .11JC1J ,la,-ida terl:estre, que es IJercé ptibJe y' r~o IJarece re~11"l!el1te. Cllle eXIsta l111:l

soja. resp~'esta l)ara eXIJlicarlo, lJuest8 ~ue 11~}~ 8un SLlbslstell 11~~11c~osas,senl1soluclones" como la d,el ana~as, cel perloftalGl0, del ceratc,-,us, delos tritonts, dé la's ránas, de l()s sa!)os, dao'Jo cJar::l11ente la il1lageil, ll()

solanlente de' las transiciones posibles entre tl' \'erd2Cie ro l)éZ y t l...~~l?ti1,sino 111ÍS biell Ulla' imagen lnllltidinle~lsional, glle re:oue 'elenlC:'Iltos tI etlcosJ iSl)ares.

Fig. 9. El lat imeria, celacaruo encontrado "¡YO en 1938. Sus aletas estánsoportadas por unos miembros cortes, tales cerno 10 fueron los de losprimeros cuadrúpedos (1 a IV), pero }C)S segmentos V y \TI l)~recen lostestimonios de un modo de locomoción acostada, e:·:t!"J.:-10 al destino de los

cuadró pedos

JI/, /,

vIV

,

f/f/I/"I' __, 1 I 1'/ ' .". I'{I' "

'I.'ll/I, '.JJt/~:I'.' .

, • "II/lllllflflllfIPII'H/PIItI/II '11f 1; ';,1' 111111"1111" ,,,,, ',.,

~".iot:' ~

--- _-----

Page 23: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

4746

Figs. 11 a 14.. .Etapas de la r:atación a la locomoción cuadrúpeda erecta en lospeces, !os anflbl.oS y l~s reptiles en el curso de la era Primaria. 11: pez delCarbonífero (RhlZ?~OPSlS). ,Esq~er_na cuadrado sin. constreñimientos de suspensión.Los esfuerz~s mecanl~o~ estan limitados a !as Rreslones mandibularias, 12: anfibiodel Carbonlf,er? (EogyrInus), .la cabeza esta unida todavía a los huesos escapularesy es poco rnóvi] ; I~l.trama SIn. embargo,_ se ha alargado. 13: reptil del Pérmico (Sey­mour~a). L!l mo..vll1dad. cervical .se afirma (base I-B aún muy corta). La alturama~dlb?I~rIa esta reducida, los dientes no sobrepasan el centro. Este tipo funcionalest~ proxrmo al de .1?S cocodrilos a_ctuales. ~4.: reptil ter~morfo del PérO?i~o ~Jon­~erla). La locomoción erecta' ha SIdo adquirida y el craneo sufre modificacionesImportantes; la base I-B se ha alargado para asegurar un brazo de oalanca necesarioa la suspensión de la extremidad de la columna vertebral. Los dieñtes son idénticostodavía en su forma, pe~~ ofrece? unas diferencias de talla que inician la especializa-

cion ulterior de los elementos dentarios(1(: los l-1e::-es (figuras 11 }' 12), CJ11perO el hombro }'a aparece. despegadodel cráneo y la suspensión iníaca es ya activa. La .reptación sobre el sueloimpone 11n esfuerzo notable, pues la mandíbula se dirige hacia la tierray 110 tiene el juego suficiente como para agarrar; en las es·pec.ies. cuyas

H

Fi0. 1(). Construcción mecánica del cráneo del vertebrado." 1: cuadriláteroqu~' divide el cráneo en una mitad facial y una mitad cerebral según lalinea C' -C'''. El centro se encuentra detrás del úl timo diente, en medio dela .linea p-B (prosthon-basion). ,L.a columna \'crte?ral se articul~ al l1tl.si()n yda el apoyo fundamental al edificio cra~~ano. E.I lIgamento, cervical se Insertaal inion externo 1 y asegllra la suspension Flexible. Los músculos temporalesv maseteros se enganchan a la rama ascendente de la mandíbula con C" cornoiílllite anterior. JI: La línea E-e· constituye la base de absorción de laspresiones dentarias, la raíz del canino superior viene a aflorar la. El ángulo.central (E-C-I) resume el conjunto de los consrreñimientos mecánicos queri (Yen el desarrollo del .contorno craneano. En el caso presente (carnívoro delinicio de la era Terciaria),' toda ·la bóveda está mecánicamente cerrada. Losánaulos slnfisiano (P-D·I) y yugal (p-e'" -1) . resumen los constreñirnientosinlpuestos IJar .Ia dentadura. infer~()r. rnt~r"ienen poderosamente- en la cons­·titución de las líneas de resistcncra del pISO cerebral )' de la base I-B. En elcaso' escouido todos los ánuulos son iguales a. 1200• La igualdad de losánuulos ~~ un carácter arcaico; en. las formas €,'oIucionadas, los ánguloso corresponden por grupos opuestos

BILo

J•e'

13-A

...P '':-

I•

I

12•He'11

AD,

, """

• I

P: .

•c~I•

•-

p

_ - _.-' •..... ~.:.. ;,,:":':'~,~,_ ,. .... _.

Page 24: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

",

II!,I

i,,

49

ción 'mandiblllaria y de la suspensión de la cabeza. La posición' del cere­bro, por otra parte, está determinada por el basion, puesto que la puntadel eje vertebral coincide, a la vez, con el fin de la médula ,espinal 'y conel punto de giro del cráneo sobre el aIerpo, mas su volumen es indiferenteen ,la medida en' qLle no alcanza los límites en que el armazón está ins­crito. Es lo' que explica que desde el pez hasta el perro, la relación, deVolllmen entre la cara y la bóveda craneana varíe poco ,C las proporcionesestán, regidas por la relación dentadura-musculatura de la maudíbula ),mientras que el volumen del cerebro aumenta en unas proporciones con­.siderahles. la caja cerebral' está, pues, suspendida en la bóveda craneanay los saurornorfos están ffilly lejos del momento en el cual 1,1 caja' cere­bral y la bóveda mecánicamente acondicionada se confundan. ,

Además del caluarhon, el cráneo del vertebrado tenrestre comprende1,1 mandíbula y el esqueleto hioideo. Uno y otro originados en el dispo­sitivo branquial de los peces primitivos; la mandíbula desde rnlly remotostiempos, el arco hioideo en el momento cuando se establece la respiraciónaérea. -El esqueleto hioideo es muy importante, plIes sirve de base óseaa la musculatura qlle permite el descenso de' la rnandíbula y los movi­mientos de la ,lengua. Los anfibios, .y sobre todo' los primeros reptiles,inauguran un dispositivo técnico que actúa a través de la mandíbula y lalc,ngll:l o' la faringe en la captura, 1:1 masticación y la deglución; actividadqlle conducirá luego a la fonación consciente y al lenguaje humano.

'El aparato craneano del' reptil saurornorfo ofrece unas propiedadesmecánicas muy interesantes. La suspensión basiloiníaca se, ha convertidoen un esfuerzo constante, salvo cuando el animal está en reposo en elsuelo; las vértebras, cervicales se han alargado y la base del cráneo en-

'sanchado, sirviendo ,de puntos de inserción' a unos músculos qlle rigenlos movimientos en todos los sentidos. Un sólido ligamento se enganchaal inion y a las vértebras }. sostiene la, cabeza con elasticidad. La musen­latura de la mandíbula es' potente y determina fuertes esfuerzos de trae­ción, los cuales acondicionan las proporciones de la dentadura y las dela bóveda. De tal suerte qlle aparece por primera vez una ley de pro~porciones constantes qlle comprende hasta el hombre:' la distancia entreel prosthion y el basion está dividida en dos mitades iguales: una den-, taria, la otra cerebral. La media-distancia entre prosthion y basion corres­ponde, por consiguiente, al último tubérculo del último diente; este puntoconstituye el centro geométrico de la construcción craneana. Algunasexcepciones aparecen, en ciertos tipos c¡raneanos, como en los rumiantes,CtlyO cráneo dentario es más largo qLle el cráneo cereb-ral, pero ,la cons.;trllcción mecánica qued,a ,coherente en relación a la ley general y 'el cen­tro de construcción está sencillamente desdoblado, como si llna, , bandasllplementaria se interplIsiera entre las dos 'mit,ades craneanas.

, El sauromorfo Iresponde así al primer estado que pone directam,enteen calIsa la constrllcción general de los vertebrados t'errestres y si se con­sidera la medida en la cual la mecánica corporal del hombre queda vin­culada a los mismos' constreñimientos, se advierte que la 'mayar parte del

-------_ ..

48

EL SAl:RO]\10RFISl\IO '(figura 13) ,

Si se sigue la selección entre las formas que coinciden con unaevolución en el sentido de la movilidad }? de una existencia cada vez más.rica y compleja, la etapa siguiente es la, del "lagarto", ligad? aún alsuelo '!)or la reptación, pero completamente .liberado de las dlflcul~adesrespiratorias de los anfibi.o,s: .La fórmula sauna s~ encuen tr~ ya realIzad.aen el Pérrnico, antes del InICIO de la era secundarla, hace l11JS de 2C)O 1111-,

llenes de años. Los saurornorfos son los primeros vertebrados que resuel-"·tll f rancarnente los problemas del equilibrio mecánico en medio terrestre.

Su COlLl11111avertebral ha tornado una convexidad marcada, su flln-'ción en el sentido vertical predomina sobre S:..l función en el' sentido.lateral : 'ya 110 es un .tallo cu}'a flexibilidad lateral ,,!."ige la 1?COll10cióll me­diante la acción de los músculos qLle hacen ondear el eje corp8raI? esantes :qtle todo una "iga sobre la cual se sostienen la cabeza y 10s 1111éll1-

bros. Estos últimos son toda\'Ía arqueados, pero capaces de elevar el cuer-,}10 por encima del suelo durante la. 10CO~110ción )T las operaci?,nes ele,cal)tLtra o de deglución. Sin ser una liberación completa e~l relación a lareptación ¡Jura, la lOCOll1oci~I: .cuadrúpeda ~epta?te deter:11lna t1113.S transformaciones decisivas del edificio craneano; implica además una movilidadamplia del hombro y la separación definitiva de la cabeza que se f!l~e\'e,en ,la extremidad de un cuello verdadero.

El cráneo de los saurornorfos comprende Jos 111islJlOS elementos prin-cipales que, el de los vertebrados prece~entes )', por otra parte, tal11~iél1los del cráneo de los \'ertebrados posterJor~s hast~ nosotros. El ca./lJ(II'/I/ Jil

.. constitll)!e una, eSl)ecie de concha de segnlento cilind\!"ocóníco: 'en .la . extre-111idad anterior~ los dientes se insertan a lo largo de Jos b,orcles, fl1Jel1tras'en la extrenlidad posterior,. el ,inion extern~" l11arca el, punto de cone~ióIlcon la caja cerebral. La caja cereb.:al coo'tlene el encefalo,}'. se artIculaal basion con la' colunIDa \'ertebral. Por los lados y el \Tertlce, puelltesóseos la susp~'nden ~n el interior de la' b?\'~da cal,'ariana. 'Es 1:1l1Y inl­l)ortante observar qu'e el.'Tolunlen de la bo~~da.' craneana /l? esta detcl!:'minado por el cerebro, SIno por 10'5 constrenln11entos nlecan.lCOS de trac- ,

patas no Íevantan aún la cabeza del suelo,. es la mandíbula superior la quese levanta en bloq_ue,. COl1 tod? el caJ~árllI1Jl() ~O.1~10!a, tapa de ~na lata.Esta solución transitona hace intervenir la tracción miaca y fa, orece lamovilidad de la cabeza sobre el tronco.

Basta con acuñar el mentón, abrir la boca y sentir la ,puesta en mar­cha de la musculatura de la nuca para, representarse la· situación 111.ecá­nica de los primeros anfibios y el papel que pudo desempeñar, conJ~~­tamente con la evolución de los miembros anteriores, en la separacIondel hombro y la aparición del cuell? Esta estrllctll:ra,' .p'or otra part~,. esdesechada rápidamente y antes del fin de la era ~r.lm~rla, ' en, 1~s anfibiosl11isl110S, la solución sauria, qlle asegura un equi librio mecanico muchomás sencillo, }'a ha intervenido.

Page 25: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

· ,

i

!1·1J

i

51

!;i,.,~·.

·1J

II

·1· !· ,, i,

,1·~·,•,

I

.1'1,•

·Ii. i'II:I¡!

ji:I,

·1

1-,

LOS REPTILES TEROl\IORFOS (figura 14)

El fin de la era. Primaria .}- el inicio de la Secundaria, entre 200 y150 millones de años atrás, señalan el período de .aparición y desarrollode los terornorfos reptiroides. No originaron los gigantescos dinosauriosni los más fuertes de ellos sobrepasaron, cuando más; la talla de unjabalí; pero, a ?O millones de años de 'los. primeros mamíferos, ofrecenun . testimonio impresionante, Sl1 apariencia general es la qlle los· rna­míferos nos han hecho familiar: sus miembros verticales se apo}'an sobre1;1 punta de los dedos, como en ·el cerdo" o de plano, como en el tejón,CLlyO aspecto general tienen aproximadamente y se les imagina más fácil­mente con, pelambre que provistos de piel escamosa.

Sobre todo Sll cráneo llama la atención (fi6~lras 15 rT 16). En algll­nos el contorno gene~al es el de Ll11 mamífero carní voro (flgtlras 17 y18): la parte posterior del cráneo está poderosamen te modelada, con .L1n,1 arcada temporal espesa -qu~ evoca la arcada cigomática de los rna­míferos y la mandíbula que se asemeja a la de un perro. La dentaduraes más sorprendente. Hasta entonces, los peces, los anfibios o los reptiles'poseían (y así son aún), LIDJ. dentadura de tipo conodonto y hornodonto,es decir con' dientes simples, cónicos y todos sensiblemente idénticos. Losteromorfos reptiloides son conodontos, pero sus dientes tienen prqpor­ci.ones disímiles, dispuestos en· tres grupos, .como nuestros incisivos, ca­runos y molares, Esta diferenciación implica LIn modo de caphlra, decorte alimenticio y' de masticación elaborado, característico de los ver­tebrados superiores, Al estadio en el qlle la cabeza ha adquirido un radio,de movimiento considerable corresponde una especialización técnica de ladentadura equivalente en importancia. Este hecho podría aparecer comouna sencilla yuxtaposición de caracteres progresivos; en realidad, la arqui­tectllra craneana re'vela la relación profllrida existente entre la heterodol1-:cía y las modificaciones po'stLlrales.

El edificio crane~no responde a la ley fllndamental de división iglIal '.entre la parte dentarIa y la parte cerebral', pero la palanca basilo-inÍacas.e ha alargado al máximo y la parte ,posterior del cráneo forma tInaancha base de inserción, alyos ,refllerzos óseos terminan en la articulaciónmandiblllar para dar el máximo de resistencia a los esfllerzos de tracciónde' 1,a- .mandíbllla .. El aparato ~1~xilo-den:ario ha adqllirido llna estrtlctLlra

mecanlca comple)a, la alal dl\'lde las lIneas de fllerza entre los dientes'anteriores qll~ ~garran y los dientes yllgales que trit1.-1ran. Los colmillos,

de vista de la evolución de la .mano y de la e\TOILICión del cráneo. Sudesar,rollo se prosiguió desdé el final de la era 'Primaria hasta nuestrosdías y abarca .00 solamente un gran· número de reptiles extinguidos todos,sino también' a. la totalidad de los mamíferos fósiles y vivos, salvo losantrópidos. Para hacer. más evidente este desarrollo, se considerará su­cesi,'alnente el terornorfisrno dé·· los reptiles y el de los mamíferos cua-drúpedos. ' .

, -, ._-- ". . - ,

50

. Hacia el Pérmico, antes del fin de la era Primaria, se produce unacontecimiento capital: los reptiles tienen acceso a la lOCOl110CÍÓl1 cuadrú­peda 'ergtIida y sus miembros tornan el aspecto de los del. !)erro o .delelefante; son, columnas soportando el cuerpo a distancia del suelo. Con­juntamente, las vértebras cervicales se alargan' y el .cuello se torna aptopara mover la cabeza en un canlpo· considerablemente vasto. Es hacia una11layor movilidad, .hacia la, extensión del círculo operatorio, hacia la 'po- .sesión de un espacio mayor, hacia dO,nde tiende el nue\'o !JJSO dado ',parel Clladrúpedo erguido. No es seguro, ni sigllier~. proba'ble,· qlle ningllnade .las especies, ni de los órdenes conocidos, se ell'cuentre en el árbolgenealógico del hombre; pero la cor,!"iente gel1tJ;"al de las· especies \·'i\'asarrastra ine\'itablemente, a todas aqllellas qlle aunlental1 sus posibilida~esde relación, hacia las nlisnlas etapas; de suerte que sería fácil, en lo re­lativo al n1undo de los in\'ertebrados, donde ninguna aspisración genea·lógica hacia el honlbre se ha}Ta lnanifestado, describir, e,'oluciones conl·parables.

La etapa teron1órfica es tIna etapa superior, desde el doble, punto

...

EL TEROl\.fORFJSl\fO

camino está y"a recorrida: el eje. vertebral desempeña el papel de vigamaestra del edificio corporal, los miembros se individualizan en un esqlle­Jeto de fórmula definitiva, las extremidades tienen CiI1CO dedos, el cráneo,reposando sobre el basion, .es .sostenido por los músculos y los ligamentosque se enganchan al inion, mientras que la dentadura rige el \TOIU111en dela bóveda y sus dimensiones son condicionadas, por. otra lJarte, P?r elcomplejo mecánico del cráneo posterior. Todo el nlecanisn:o d~ .las inter­acciones está· en su sitio'. Solamente .el cerebro, modesto lnqu111110 de lacavidad calvariana, desempeña en el conjunto 1.1n papel mecánicamentepasivo: el ,aparato está a su disposición }' él es ~u, anil11a.dor, l?'e,fo suintervención en la dinámica -de las formas no es directa e inmediata, Sehace sentir, sin duda, en la selección darwiniana de las fórmulas máseficaces, p'ero es imposible poner en e:~idencia su valor mecánicamenteimpulsivo, Es en este plano en que considero el desarrollo del. ce~ebro ca"mo 1111elemento incidente de la evolución gel1eral. Esto no dlSll1111U)'e ennada el hecho bien establecido de la evolución del sistema nervioso haciaunas estructuras cada vez más complej as. Evolución cerebral y e'voIll~ióncorporal se inscriben en 1.1n diálogo donde el provecho es mutuo. En CIertaperspectiva, 'puede verse en !a e'\'~ILlci'ón el, triunfo' de} ~erebro, l)efO estetriunfo está li cado a unas l111perIosas 'realIdades rnecarucas }' en la pro­cresión del cer~,bro y del cuerl)o, el primero se inscribe en los l)rog¡resosdel se[~undo a cada etapa. No .se podría citar un ..ejemplo de ser vivoCll}10 sistel11a ner.,rioso haya pl!ece?i,do a la e\'0}LICÍÓl1 del. cuerpo, mientras

. qlle se pueden CItar numerosos fósiles en los cuales se SIgue paso, a .l-1asoel desarrollo del cerebro en una armazón adquirida desde nll1y lejanostIelllpos.

Page 26: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

53

. ,

i, '

.' ,

LA ~,fARCHA y LA PRENSION

. Cuando se examina fuera de toda sistemática zoológica el compor­tamiento dinámico de los mamíferos, es inevitable distinguir dos grandestendencias: en los unos, la mano' interviene de una manera más o menosimportante en las operaciones que tienen lugar en el canlpo anterior derelación; en los otros, sólo la cabeza está implicada en los actos de re­lación. De ahí resulta una división entre mamíferos exclusivamente ca­minadores. y. mamíferos al menos transitoriamente prensares. Estos dosgnlpos funcionales corresponden a utla división muy extendida de loscaracteres de anatomía y de comportamiento, .como dos rnundos .dife­rentes en S11 destino o como el testimonio de dos respuestas a una opciónfundamental.

-te una. pequenaparte

,!,,"· ¡

, .\'OS, caninos,

. premolares ymolares. L a saberturas de losángulos son to­davia iguales to­das. El contornode la caja era-, ,

neana esta con-. dicionado porunas' razones pu-

. , .ramente mecaru-cas, y' el cere­bro, sobre, todo

. en los reptiles,ocupa solarnen-

. ." .tarros en 10C1S1-

iI·I:

· tI

.1,

~servese en par-ticular el, alar­garniento, la es­pecialización delos grupos den-

.'

1·!

. , .ncas mecarncassimilares. Ob-

LOS .i.\fA~fIFEROS CUADRUPEDOS

En . lo esencial de su estructura corporal, los mamíferos cuadrúpedosno difieren de los reptiles terornorfos. Por otra parte, no es muy dudosogue se hayan desarrollado a partir de la corriente de estos últimos, enun verdadero retorno a las fuentes. Las, primeras formas 'son, en efecto,'Ínfimas criaturas de hacia mediados de la era Secundaria y que tardaronmás o menos cien millones de años para dar origen a' la oleada de losmamíferos de la era terciaria.

" ,,

adelante, estructuran con sus raíces el hocico, con unos ángulos cuyaabertura repercute en toda la arquitectura de la parte posterior del cráneo.A la máquina de trama geométrica de las especies inferiores sucede unamáquina -compleja, coherente también en' todas sus' partes, pero tan alta­mente. perfeccionada qlIe los mismos principios· de construcción 'se apli ~carán aún, con las adaptaciones del caso, al cráneo del hombre.. Si se hace el balance de la evolución hasta el instante p.resente, se

constata que los' crosopterigios se desarrollaron en el' 'Devónico y en elCarbonífero, que los anfibios inician su partida en la' misma. época, que. los primeros saurornorfos .reptiloides datan del .Pérrnico, al igual qlIe 'losprimeros teromorfos reptiloides. Es ptleS, entre 300 y 200 millones' deaños antes nuestra era, cuando se plantea y resuelve la evolución del dis­positivo . corporal . de los vertebrados superiores. Al inicio de la era ~e­cundaria, no queda prácticamente nada por agregar y sin embargo, losmamíferos propiamente dichos, están ciertamente lejos aún. Esta situaciónno deja de tener relación con la precocidad con que los antrópidos li­beran su mano y adquieren la posición erguida, mucho antes de que sucerebro haya alcanzado el 'ni vel qlle nos es propio. Esto viene a sostenerla hipótesis 'defendida y'a por mí, a saber, qlle la distribución nerviosasigue a 'la de la máquina corporal. Los' reptiles teriodontos tienen merpode carnicero, pero su cerebro es aún de 1,1 talla de lIO capuchón deplurnafuente, suspendido en el interior de un edificio qlle el. cerebro

'del perro llenará, doscientos millones ,de años más tarde, por completo.

•trempo que se-para los dosgrupos zoológi-, cos; la identidadfuncional rige

;unas caracrerrs-

52

DA

" ~'. ', ,

"" '»<

-8p

~7

..p

•C'

-_. .....¡ti

••••

J•,•

D15-

p • B• •: ...• •• •• • -f(.. •

e'

Figs. 15 a 18.Paralelismo en1a evoluciónfuncional delcráneo de losreptiles terio­dentes (15 y16) Y de los pri-,meros' carruvo-ros (17 y 18) .15: Scylacosau­rus del Pérrnico(fin ,de la eraprimaria). 16:Cynognathus del,Triásico (co-

I mienzo de la erat secundaria) ; 17Y 18: Vulpavus)1 Lirnnocyondel Eoceno (co-

p .' // mienzo del Ter-__~~~~~~~._.'~~~~~~~~~~=~~-_'-~'_<~~_~~8ciario).A pesar

'. <, de la enormedistancia en el

,,-, ------

Page 27: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

"

,,,

.1,

e

I,'

Los caminadores (Figuras 19 a 21)_,son herbívoros, sus extremidades'están profundamente especializadas, para la marcha, su cráneo ' ofrece un,tipo arquitectural común a todas las, formas" muchos de ellos, disponen deórganos particulares, situados en territorios anatómicos faciales variados:ruernos frontales en los rumiantes cavicornios, los cérvidos y las jirafas;cuernos epidérmicos nasales en 16s rinocerontes; defensas: colmillos 'e'incisi\TOS en el .hipopótamo, 'colmillos eh los suidos (jabalí, facoquerobabirusa), en los rumiantes tragulideos (almizcleros), camélidos y mor­sas; incisivos en los elefantes; apéndice nasal en .la trompa, de~ , elefantey, de la danta, labios extensibles en los 'sirenios y numerosos herbívoros.

Los p.rensores son omnívoros o carnívoros. Sus extremidades tienencuatro o Ci11CO dedos funcionales y el anterior es susceptible de asegurarID. prensión. Muchos de ellos pueden tornar la posición sentada para li­berar la mano, pero su cráneo conserva ,el tipo arquitectural de los reptilesteromorfos, modificados progr,esi\~amente' por la evolución postural, Enfin, no tienen apéndices Faciales particulares. Esta clasificación comprendeexcepciones poco numerosas, ,pero ffilly características, como la del elefante(figlIra 21), qlle es herbívoro pero dispone de una verdadera mano, y ladel per.ro (fig:tlras 22 a' 24), qlle es 'carní\roro 'pero GlyOS miembrosestán estructurados para la marcha. En uno y en el otro, la construccióncraneana sigtle la tipología funcional de la .mano. El, elefante ,e; .'-lno de"los raros' herbívoros qlle poseen una dentadura mediana. Los cánidos engene.ral y el perro en particular, son los únicos entre los carnívoro-s enl)oseer una larga dentadura. El elefante of rece una .construcción craneanacorta, única, como único es su caso de "prensor facial", y el perro no sealeja mucho del esquema craneano de los caminadores herbívoros.

Los más notables son los roedores, que se dividen en dos, grllpos:uno francarnente herbívoro (como la liebre), cuya prensión es' otIla, y elotro, omnívoro (como la .rata ) ,en el cual la posición sentada y la pren~sión tienen un gran papel,

Desde el primer instante, el estudio de los mamíferos lleva por con­sig,uiente a, ,p1antear el problema de la mano" el de la, cara }' el de lapostura de prensióo, los cuales 50n en realidad un solo problema, el másdirectamente vinculado a la construcción corporal del hombre. Puesto qlleStl historia es rica en enseñanzas" los teromorfos caminadores serán bre­vernente evocados antes de abandonarlos en la vía sin salida humanaen qtle la, evolución les ha. encaminado ya.

El Eoceno, primer período del Terciario, hace cerca de 50 Ó 60 mi­llones de años, muestra el despligue de los mamíferos bajo formas queson consideradas como las cepas de órdenes vivientes aún hoy. De tallamodesta, COil10 conejos o borregos; tienen caracteres mlly especializados,cinco dedos en las extremidades, dientes triturantes poco especializadosy silueta bastante uniforme, baj a y alargada. Sin embargo, las opcioneshan sido ya tomadas, probablemente desde hace mucho tiempo, entre losprensores y los caminadores; si aún no hay verdaderos felinos, verda­deros cánidos, verdaderos caballos o .rinocerontes o verdaderos .rurniantes,

una construc-'craneana muy

, -extrana

•Interesante es quela armazón delcuerno' (E-e) creceen la prolongaciónde las líneas de ab­sorción, fenómenoinverso al que' exis­te en el ciervo, Elelefante (21) igual­rnen te, no posee,cani nos y la ab-., . , .sorcron esta erren-tada hacia la basede las defensas y dela trompa. Esta ori-

•grna.,cron

,,C

e", i9

D

Figs. 19 a 21.:Tiposde construcción enmamíferos camina­dores con apéndí-ces craneanos. Elciervo (19) mues­tra cónlo,' al deter­minar el régimenherbívoro el alar­gamiento de la se­rie dentaria yugal,se consti tuye un se­gundo centro (e-2). Obsérvese larespuesta en losángulos de los in­cisivos (140°) y losmolares (115 O) ycómo las líneas desostén de las astascontinúan las Ií-

~~s:--:------~-+---:::::::'::=#~-:-"--1+t\-~"-+- 8' neas de absorción,,de las presionesmandibulares (el.X). El cerebro ocu­

,pa todo el sitiodisponible. El rino- '.ceronte unicornio(20)' posee sola­mente los dientesyugales; el hecho

" ,

,1

55"i

54 :1I,1I

" ,,

Page 28: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

..

..

. La escala zoológica, tal como ha sido ordenada por los zoólogos,da cuenta no solamente de las .. diferencias .resaltantes entre los gruposde' animales, sino también de las relaciones que los vinculan, de .suerteqlle se reconoce 11n· poco de cuadrúpedo en los monos y un poco de

¡'j.1

I!I

EL PITECOi\fORFIS1fO

24

23

.. '1I

el examen de los esqueletos muestra que se reparten entre los dos' gruposteromo.rfos principales y que, .incluso, el grupo de los prin1ates· estádiferenciado. '.

Los caminadores, fósiles. y actuales, se caracterizan por Sll dentaduralarga, adaptada al tratamiento de los vegetales con hojas. No hay dudade que esta adaptación se haya hec-ho a partir de formas con dentaduranormal, equilibrada en la mitad de la distancia' prosthion-basion, pues su.cráneo está construido sobre' el centro geon1étrico, .al cual se agrega uncentro suplementario detrás de los" molares. Los. apéndices craneanos,.cuernos o astas, se integran en las líneas mecánicas gene.rales., adoptandofórmulas qtle varÍ;.111·de una especie. a otra, pero siempre sorprendente­mente coherentes, Se ha tornado anticuado' alabar la ingeniosidad de lanaturaleza, pe;!'o cuando se analizan las soluciones mecánicas a que res­ponde el cráneo del' caballo, del ciervo, del camello o del rinoceronte,lino queda, a pesar de todo, sorprendido por las respuestas del esqlIemafundamental, siempre el mismo, a unas situaciones siempre diferentes.· Laconstrucción del cráneo de. los prensores abunda en soluciones irnprevisi­bles en la conciliación del cerebro y de los colmillos, pero está lejosde ofrecer los problemas planteados por la necesidad, corno en el caso delos caminadores, de integrar en' el equilibrio una dentadura gigante y todoel aparato técnico facial, del cual el cráneo no ha sido liberado por 1,1mano, La variedad y 1,1 finura de las operaciones técnicas en los rnarni­feros evolucionados se traducen para los caminadores (donde todo se concentra en el. edificio .craneano)· en una gran complejidad de la cons-. ,trucoón.

En los prensares, la complejidad queda repartida entre la cara y lamano, de suerte que el dispositivo general queda relativamente simpleen su armazón. La mano de cinco dedos, heredada de los anfibios en laera Primaria, no ha suf rido 1:1 profunda elaboración que ofrecerá la delbuey o la del caballo, el hombro conserva S11 movilidad lateral, el radioy el cúbito,· en lugar de solidarizarse estrechamente, desarrollan SllS po­sibilidades de supinación; el esqueleto, en. su conjunto,· se orienta haciauna mayor flexibilidad. en sus movimientos. La construcción craneana delos prensares teromorfos, carnívoros o roedores en su nlayor parte, 'estáequilibrada de una manera muy" sencilla: la ley de división entre el cráneocerebral y el cráneo dental es constante. SLl organización,. en las especiesmás evolucionadas, ha alcanzado el más alto grado compatible con la. lo·comoción cuadrúpeda, realizando formas. como el castor, la rata o elzorro lavamanos, clIya actividad manipuladora alcanza un nivel ffilly elevado.

22

,/

-----,------ ."

- ..D•

e" e '2.D

8

Eigs.: 22 a 24. Expansión del cerebro en los carní,roros.: hiena(22) perro setter (23), perro' lulú (24). Estos tres eJen;tp]os.mue~tran que la expansi{)o cerebral es ,ur; hecho secundarlo enrelación con los constreñimientos mecanicos. El cerebro de, J.ahiena es minúsculo y el vacío que lo separa del contorn.o mecarn- .co está relleno nor los senos. En el perro normal (2~). 'el cerebroestá a punto de inscribirse en' el c0l!torno; el. ~Sp~~10frontal serellena con un vasto seno. En el lulu,.la ~?ncl11acl0n entre cer~­bro y mecánica da Jug'?r a la .o~.paclon total ~el. ~~paclodisponible. Siendo infleXIbles el pISO. craneano y la Slt~aClon d~lbasion (posición cuadrúpeda), el cerebro. ~rontal domina c~nsl­derablernente el macizo facial. La e"~luclon de ,los perros Ilus­tra, en el plano cuadrúpedo, los mismos .~enomenos que 'la

e,rolución h'umana en el plano blpedo

Page 29: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

1.,

1 ,,,l. ~_:_',,¡!,,"

'1

i,

,

-,

I1,I

Figs. 25 a 27., Evolución del edificio craneano de los monos: colobo (25), papión(26~: orangu.t~n (27): El colaba, de pulgar reducido, es un "cuadrúpedo arborí­cola.; el papión practica l~ locomoción cuadrúpeda terrestre, el orangután la loco­mocion cuadrumana arbor~c?,la. En. los tres !D0nos, la posición sentada es impar- 'ta?te, !ra~l~cld!l por la posrcion oblicua y hacia atrás del agujero occipital. El hechomas significarívo es que la armazón p-e'·B abandona la bóveda craneana paratrasladarse hacia la car~; obsérvese de 25 a 26-27 la relación del punto e' con elmaCIZO prefronral, El plS.O cr~neano s.e integra progresivamente a la línea e' -B yresp~nde directamente (fig. 2)b) al eje de los constreñimientos mandibulares. por. .. . '" ..

';,7,,¡o

,, .

p........

I

26 b26..

Ir-, ._

P.

e'~ 25&

,....,.........".' :.-' ......

..",........,...

......""

--"'_,--,, __ ___,,__

,58

1110no en el hombre. Esta actitud ha conducido, COI11010 hemos visto enel primer capitulo, a, tejer la trama de la evolución antes del nacimientode la paleontología y a hacer del 1110no un intermediario morfológico en­tre nosotros y la multitud de los terornorfos. Desde el pUl1tO de vistafuncional, el conjunto de los cuadrumanos constituye un mundo animall11Uy distinto, igualmente alejado de los cuadrúpedos que de los bípedos,fundado sobre un dispositivo postural único que hace alternar la loc01110-ción p¡rensora y la posición sentada más o menos derecha. Lo que existede liberación temporal de la mano en los terornorfos prensores' es similar,pero, sin relación, de identidad funciona], Los 11101105 son, en efecto, losúnicos mamíferos de prensión constan te, tanto en el transcurso de la mar­cha arborícola corno durante las operaciones manuales de la posición sen­tada. Los otros mamíferos arborícolas se sujetan todos más 'o menos C011

sus garras, mientras que aquéllos agarran las ramas COIl los dedos y ellJulgar, que es' oponible. La prensión existe en los roedores o los carn í­

veros, pero es también una prensión de garras.Estas constataciones hacen destacar el estrecho vínculo qlle existe entre

la locomoción y la prensión. La segunda es función de las cararteristicasde la primera. En los 1110nos, la .mano anterior }T la mano posterior son losinstrumentos del desplazamiento; sólo la mano anterior es un instrumentode carácter técnico. Es la prensión locomotora lo que ha '11ccl10 de los1110n05 los primares, COI110 la JOCOJ110ción bípeda ha hecho los antrópidos.El pitecornorfismo está' caracterizado, 11,ues,_antes que todo, IJor' una li­beración postura! 1 igada a la cuadruman ía locomotora, siendo los otroscaracteres secundarios IJor lTIUy importantes g,ue parezcan.

Si fuese necesario destacar aún más claramente el vínculo qlle unetodos los caracteres de los primates a su aparato IOC01110tor, bastaríaconsiderar una -serie constituida por las Inanos del colobo, del cercopiteco,del macaco y del gorila para constatar que el desarrollo del dispositivode oposición de los dedos" cada vez más eficaz ,Y preciso, correspondea una locomoción cada vez .111ás fundada sobre la preeminencia prensorade la mano en relación al, pie, a una posición sentada cada \'ez másergui da, a una dentadura cada vez más corta, a unas. operaciones manualescada' vez más cornplej as y a un cerebro cada vez 111ás desarrollado..

.El edificio craneano de los primates (f(~lllras 25 a ?7) es el reflej oexacto de esta unidad de los caracteres funcionales. El vínculo fundarnen­tal entre el cráneo y la armazón postural es, record érn0,(1.0 S de ello, elbasio 11, borde anterior del agujero occipital.. Situado detrás d'el cráneo ell

los terornorfos y todos 10$, vertebrados inferiores, el agu jero. occipital,en los monos, está abierto oblicuamente hacia', abajo. Esta disposición esla consecuencia, directa del comportamiento posturaI, al cual correspondeuna columna vertebral apta a conformarse a 'las -',dos posiciones, cuadrú-peda y sentada. En la serie 'de los 1110n05 citados más arriba,' se constata'que 'la posición del aglljero occipital está en relación directa con el gradode enderezamiento en las dos postl1.raS, de suerte que' el gorila, en 1J051-ción cuadrúpeda 'está tan enderezado C01TIOel colaba, sentado. '

Page 30: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

¡.61 .

,. 'jI

: ·1

1,¡I. ¡

·1"

C00:SJDERACIONES GEl'\ERALES SOBRE LA E\rOLl~CION HASTALOS PRIl\-fA TES

Cualquiera que sea su· orientación, metafisica o' racionalista, las expli­caciones qlle den. sobre el hecho, los evolucionistas están unánimes alconsiderar que la corriente que nos lleva es sin duda la de la evolución.El liquen, la medusa, la ostra o la .tortuga .elefantina no son, corno los.dinosaurios gigantes,' más que recaídas del cauce princi pal que condu­ce hacia nosotros .. Suponiendo incluso que se quiera considerar a losseres ordenados. detrás de nosotros solamente COI110 representando U11a

sola de las 'ranlas de la evolución (la que conduce a la inteligencia; 105

. otros yendo hacia otras formas de consumación no menos honorables),la evolución hacia el hombre subsiste )' la selección de los eslabones ilus­trati,'os es legítil11a.

Que se \'ea, en la e'101lición cómo en la filosofía bergsoniana oteilhardiana, la tl1arca de un il11plllso, de 1Ina búsqueda general de laconciencÍa tern1Ínando en el hOIJIO .r.apieJ7J, o (lo que \1iene a· ser lol11isnlo en cuanto al plaIlo. de los n1ateriales) el juego' de' un determinisnlo

. desenlbocalldo en lInas formas \~i,ras cada ,'ez fl1ás adaptadas a los mó­\1iles de la explotación de la l11ateria, el comportamiento de la nlasa dedonde salió el hombre, sigue siendo' el misnlo. Fuera de la superestruc·tura de las explicaciones, la infraestructura de Jos huesos se resuel\1e en'el. miSlTIO, sistema.

El Inundo Vi\10 está caracterizado por la .explotación físico-químicade la lnateria. A los dos extremos figuran dos modos de explotación,

Esta constatación banal de la ·relación entre el agujero occipital ylas posturas vertebrales acarrea 'lIna serie de consecuencias craneana-s 11luyimportantes, En efecto, la base prosthion -basion se encuentra considera­blemente acortada; es decir, que la dentadura y la cara son mucho máscortas que en los teromorfos, La. palanca basion-inion está reducida y,por vez primera en el reino animal, la bóveda craneana esca})a parcialmen­te a los esfuerzos de la suspensión del cráneo. Se verá en el capítulo si­guiente la relación de este hecho mecánico con el -desarrollo del cerebro.Si la bóveda craneana escapa a los esfuerzos de la suspen-sión, la base delcráneo también escapa a '105 esfuerzos de tracción del aparato mandíbula­rio y el bloque facial se autonorniza en relación .al cráneo cerebral. Elcráneo facial establece sus líneas de construcción en. un triángulo quereúne el p.rosthion, el basion y' el rodete de las órbitas. Así se explicala . formación, en los primates, de este macizo óseo compacto. que cons­tituye una verdadera visera encima de la cara. El despeje de la bóvedacraneana se· hace }")or consiguiente a partir de la parte posterior del crá ..neo, encontrándose la región prefrontal, tanto en los primates COI110en105 antrópidos primitivos, cerrada por el bloque .orbitario. Veremos en'el capítulo sibruiente CÓI1l0un nuevo reajuste del edificio 'facial hace perderprogresivamente a los antrópidos la visera frontal }' asegura la expansiónfrontal de la bóveda,

!

i

implican~b lIno. la . puesta. en valor de la materia, podría decirse} pora~rontarniento directo de 141 molécula explotadora, como es' el caso de .losvIruS;. e~ otro, un C?nSllffiO' en . algún modo jerarquizado que explota. lamateria Inerte a través de una cadena de' seres vivos, como' es el caso del.hombre al comerse al buey al término de' un Iarzo desfile de comedoresy conli~os sucesi vos, Esta segunda. modalidad es, bpor otra parte, idéntica.(1 la. primera, puesto que se termina. en un afrontamiento de. moléculasen el cuerpo del comedor, pero, además, ha conducido durante unos bue­n?s mil millones de años ·a· l:l0a parte de los vivientes po,~ 1,1 vía de labúsqueda del contacto consciente. . .

En es.ta bÚ~qU~~il se. re:1l~1\'e tod.a li.~~v·oltlcjón., plles la espiritualidadcomo la mvestigacrón filosófica y científica oCllpan 1,1 cima de la bús-queda de 'un contacto reflexi,onado. Este contacto en todos los nivelesse ejer~e. a través. de las dos tramas coordinadas de -Ia armazón corporaly del slste.ma' nervioso. P~ra .l!:uc~os evolucionistas, }1 es el caso de Teilhardde Chardin, el hecho slgnlJ lcatl~'O es e~ desarrollo siempre más grandedel cerebro y de sus dependencias nerviosas. Puesto qlle, en definitiva,el cer~bro e.s el soporte del pensamiento y qLle nosotros .helTIOs· tenidoel mejor éxito en esta dirección de la evolución tenemos formalmente. , .

n:~tl\'OS para pensar qlle e.l aumento y 1,1 t 'complej íficación" del dispo-.sitrvo cerebral es el reflejo exacto de los progresos constantes de lamateria viva en su búsqueda del contacto. consciente. Se debe admitirtambién qlle la armazón corporal y el sistema nervioso intezran un todojr que se~Ía artificial y a:bitr~rio separ~rlos. Sin embargo, p:tece qllC esteplanteamiento reSllel,\!e solo, Imperfectamente los problemas evocados porla base document~rIa. ~l hOl11D!:'econstituye sin duda un todo, pero Silc~le~po }' las manlfesta~l~nes de su espíritu son percibidos desde siempredlstlntame?t7, r, las religIones, al igual 'que las filosofías, se alimentaron

. d~. esta dlst.lnc.lon. El hecho de q1le el cerebro sea el órgano del petlSa­miento .o S11 l~strlInle~to, no cambia. ,en nada las relaciones del cllerpoy de la .red sutil de fibras qLle lo animan: la evolución se traduce mate-ri~lmente, por una. doble línea de hechos: de una parte; el perfecciona­n:~ento aCllffiulativ·o. ?e las estructuras cerebrales, por la. otra la adapta­cI.on de las estructuras corporales según unas rezlas directamenteVl~c:l1adas al equilibrio mecán,ico de esta .máquin'l qlle bes el ser vivo ymóvil. Entre cerebro y arrnlzon, lás relaclones son de contenido a con-tinente, con todo 10 q1le se plIede' imaginar de interaccione.s 'evolutivas,pero (por Stl natttraleza misma) contenido y continente no son asimila­bles.

La prlleb,l de esta posición está flIndada sobre el desarrollo históricode los documentos: las fórmlllas mecánicas ·COíno la-s qlle los vertebradosc~ladrúpedos aparecen mlly pronto, ani.f!ladas por tlD cerebro muy redlI.Cl,~O. Desde. la adquisición d~ lIn tipo mecánico determinado, de maneradIferente según los gnlpos, se asiste a la invasión progresiva del cerebroy al mejorami~~to ~el dispositi\'o me~ánico .en lIn jllego de adaptacionesdonde la partlcIpacIon cerebral es eVIdente, pero como determinando las

60

_. '---'" ..."...... --'----_.. ..

Page 31: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

6362

EL ANTROPO~JORFIS~ro

La nomenclatura está siempre cí1rga(l~l de re~iql~i~ls, muchas vecesembarazosas. Para la paleontología hllm.ana, estas r~llqulas a~unda.n, crean­do 'l10 enjambre de conceptos progreSi\:anlente deJado~ atrás: pitecantro-1)OS, prehominidos, australopitecos, ,sen otras tantas etlqlletas. qlle la tra­diciól1 hace respetar, pero qlle' hay qlle guardarse de considerar ,en suetimología. Más vulnerable aún, el término (tantropo'n~orfo" cr~a un vínculoentre los zrandes monos y la hl1manidaLi.' Herencia del SIglo XVIII, esaún más discutible que los otros,· pues los únicos seres ve:~~derame.nteantropomorfos son' los qlle conlparten con nosotros la POS1CI?n. verticaly S11S consecuencias múltiples, y, tanto funcional como morfológicarnente,los monos antropoides son unos pitecomorfo~. ,'...

El antropomorfismo, en efecto, constituye una .fórmula distinta dela 'de los monos, atestiguada por la sola familia antrópida. Su caracterís­tica' fundamental reside 'en la adaptación de la armazón corporal ,a lamarcha bípeda (figura 28). Esta adaptación se traduce por, una dispo­sición particular del ,pie, Cl1}'OS dedos se encuentran en radios parale.l?scomo en los vertebrados caminadores, por unos detalles de construccióndel tarso y de los huesos del miembro inferior y, sobre todo,' por unaadaptación de la pelvis, la cual sostiene en equilibrio todo, el peso .~eltronco. La columna ve.rtebral presenta ':Inas curvaturas de compensaclon~alya resultante es una vertical. El miembro anterior se ha liberado y Slbien la mano está compuesta por las mismas partes qlle la de l~s . ~10nos,por SllS proporciones y sus posibilidades se diferencian en de~Inltlva deuna mane.ra considerable. La cabeza tiene corno carácter esencial mante-nerse en eqllilibrio sobre el vértice de la colunlna ,rertebral. ' ,'. ,

,Este esqllema fllncional se aleja tanto del de los monos como, éstosestán alejados de los teromorfos. En efecto, los monos comparten ,~onal0'11nos teromorfos la posibilidad de liberar S 1.1 mano en posición sentada,p~o su pulgar oponible y la semiliberación de su bóveda cranean~,. loshacen inasimilables a los osos o los castores. Por Sll parte, los antropldos

ARCANTROPOS, "Y' PALEANTROPOS

111

"

ventajas en la selección natural de los tipos y 110 corno orientando direc­tamente la adaptación física. El tope evolutivo se alcanza ruando el \'0-

. Iumen cerebral equivale a todo el espacio mecánicamente disponible. Lasespecies entran entonces' en su fase de .plenitlld, qlle parece correspon~erpara muchos a una larga parada. Eso es, al menos el caso de las espec1es'cuyas vías de desarrollo mecánico parecen cerradas, corno en los marní­feros herbívoros. En otros grupos,. al contra.rio, el dispositivo corporalqueda abierto para, unas adaptaciol?eS revolucionarias y los paleontól~g~shan observado desde hace mucho tlelnpo qlle los grupos menos especiali­zados son los que han .dado origen a las formas cerebralmente másavanzadas,

Este aspecto de la evolución es propicio para. hacer resalt~r losvínculos estrechos que existen entre las dos tendencias: la del slstenl.anervioso y 'la de la adaptación mecánica. Si se torna el caso de los prl'

'nlates, se advierte que la fórmula del cuadrumano corresponde a unaextrema especialización corporal a partir de un estadio en, el cual losmiembros con cinco dedos de los vertebrados primitivos son conservados,Esta ada ptaciórr es la misma en su princi pio para todos los cua~rllll1anos,pero ofrece unas variaciones internas considerables de una, especIe a otra,variaciones qlle actúan a la vez sobre el comportamiento, las posturas dela actividad )' la armazón física. Aquellas cu)'a estructura corporal co­rresponde a una ma)~or liberación de la mano, S011 también l.as qu~, tienenun cráneo susceptible de contener el mayor cerebro, ,plJeS liberación rna-

, nual y .reducción de Jos constreñirnientos de la bóveda craneana son losdos térrninos . de la misma ,calaeión mecánica.' Para cada. especie quedadeterminado un ciclo entre sus medios técnicos, es decir su cllerpo,' ysus medios de organización, es decir su cerebro; ciclo en el qlle, a tra­vés de la economía de su comportarnien to, se .abre la vía de, una adapta­ción selectiva cada vez más pertinente. Las probabilidades de desarrolloevolutivo ,son, pLles" tanto más grandes cuando - el dispositivo corporal sepresta a un rernodelamiento del comportamiento gracias a la acción deun cerebro más desarrollado. En este sentido, el cerebro .rige la evolución,pero queda ineluctablernente tributario de las posibilidades de adaptaciónselectiva de la armazón, ,

Estas razones son las' qLle nle hicieron considerar en la, evolución,primero que todo, las 'condiciones mecánicas del, desarrollo. la convicciónqLle 11110encuentra en base a' los, hechos es' una seguridad 110 desdeñable.Cuando, considerando cien especies diferentes, no dejan de hallarse losmismos, principios arquitecturales y las mismas consecuencias .impuestaspor los constreñirnientos .mecánicos, no se puede menos qlle apreciar queexisten unas condiciones sin las cuales la evolución cerebral no pasariade' ser un fenómeno' abstracto.

..

-

Page 32: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

65

,

"

I

I

A pesar de todo, las consideraciones sobre el comportamiento deles monos son bastante obsesionantes. Un chimpancé que' reflexionara,tendría. tal vez los mismos sentimientos observando a ,1.10 zorro lavamanos,abrir una puerta o. agarrar un ,pote de mermelada; así, nos liberamos.dificilmente de la idea de que' bastaría con agregar casi nada al chimpancépara qlle l1eglle a ser una especie de subhombre. La paleontología de­muestra, cada vez mis nítidamente, qlle es imposible un eslabón cercanoentre él y' nosotros. Ha sido' preciso renunciar a los antrol)opitecos' detransición }', desde hace algunos años, anegar nuestra ascendencia en lasolas de L1 era Terciaria, en un nivel donde no puede uno referirse agrandes monos en el sentido actual, de la palabra.

Las investigaciones de J. Hürzeler sobre el oreopiteco han' confir-111:1l1J ,1:1 impresión qlle se podía tener sobre la. existencia de monos contendencias hurnanoides desde el Mioceno, es dec ir en la. mitad de la eraTerciaria. Se sabe qlle el descubrimiento de 'lln esqueleto casi completo

,ele oreopiteco en 1958,' ha apasionado a la prensa mundial en torno aeste fósil: "El hombre de, Grossetto", el "Adán de diez' millones deaños". Es difícil- decir 'qLIe ,lo qlIe revelará el esqueleto laminado entredes hojas de caliza }' Cllj'J. reconstrucción es particularmente delicada. Susproporciones corporales, de las cuales, se puede opinar bastante bien, sonpoco mis, o menos las de un g'ibón, con brazos ffill}· largos, una manom~l~{ Llrgl JO unas piernas relativamente cortas. No posee cola.' Es pocoprobable que se trate del animal terrícola qlle uno esperaría como ante­pasado lej ano, de los antrópidos, sino más bien de LIn, arborícola espe­cializado en la braquiación, como el gibón. Esta particularidad es inte­resante por dos títulos opuestos, plIes, de una parte el gibón es el únicomono qlle utiliza la locomoción bípeda' cuando está en tierra y por otraparte, al hace.rlo, lleva sus brazos hacia atrás como balancín y pierde lalibertad de utilizarlos parado. Mientras no' se posea una información más

, amplia, puede considerarse al oreopiteco como el testimonio, en la mitadde la era Terciaria, de un primate con cara bastante corta y provisto debrazos largos, qlle le aseguraban tal vez una posición erecta transitoria.

Así se podría pensar que a mediados o hacia el fin del Terciario,en el curso de una treintena de millones de años, unas criaturas con

.aspecto de gibones habrían abandonado progresivamente la braquiaciónarborícola, acortado' SLIS brazos, modificado ,su pie y adquirido una co­lumna vertebra! que sostenía el cráneo en equilibrio, sin atravesar lln

estadio cuadrúpedo, como los antropoides actuales, Este proceso no es de

EL ANTEPASADO DE LOS A0JTROPIDOS

comparten con los monos 13,' posición sentada y la mano con el pulgaroponible, pero su bipedia }~ la liberación, 'completa de su bóveda craneanales, distancia a tal punto de los pitecomorfos, que no hay más razonesp,lra aproximarlos a ellos que las 'qlle existirían para ver en el chimpancé

-una especie de zorro lavamanos ffilly evolucionado. '

'-----------------,.-

..•..

. ' '

Fig, 28. Mano y pie de los pri­'mares a) Lemúrido, b) Cercopi­reco, e) Chimpancé, d) I-I(.'mbr~.La mano humana no ofrece dl-

. ferencia fundamental con la delos otros primates, su prensa-,

, bilidad está fundada en la OpO­nibi lidad del pulgar. El pie, en

", cambio,' es inconciliable con elde los monos; si bien autorizaadmitir un estadio primario conpulgar oponible,' supone unadivergencia muy antigua, an-

. terior' a' los' más "viejos 'estadios" antrópidos conocidos

.'

64

d

e

o

-

Page 33: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

66

I

jI

Los descubrimientos de Dart, de Broorn y de Leakey indican qlleentre el final del Terci ario y el inicio ,del Cuaternario, Af rica conocióuna extensa población de criaturas bípedas, poseedoras de útiles y muchomás c~rcanas del antepasado ideal que ninguno de los "pitecántropos"descubiertos hasta entonces. Inventariados bajo nombres diversos (austra­lopitecos, plesiantropos, paran tropos, zinjantropos ), se agruIJan 10 1111Sfrecuente?1ente .bajo el 110111bre de. familia de los australopitecinados,

.ncmbre 11111)f.OplO que remonta al tltl11pO, aún cercano, cuando se "tíaen ellos n10110S perfeccionados, Aquí les consideramos COI110 los australantropos.

Cuando uno se desentiende de la red de .hipótesis edificadas entO.~110 a ellos desde hace treinta años, para tornar en cuenta solamentelos resultados de conjunto )' el) particular los de estos cinco últimos aíios,se puede' estimar qlle la imagen ofrecida l)or ellos es nlU)' coherente, ~l

l)csar de su carácter revolucionario, ' 'CUl11il1a11 'ergllidos, tienen un brazo normal }' tallan útiles cstereoti­

pados con algunos gol pes dados sobre la punta de un guij arro. En fin,su alimentación es parcialmente carnivora, Esta imagen, banalmente hu­mana, 110 ~iene 'relación con la de ningún n10I10, jJero se' aplicaría bientanto al pitecántropo COI110 al hombre de Neanderthal, La única diferen­cia .importante, pero de grado y .no de naturaleza, est.i en él tamaño delcerebro, increíblemente pequeño en los australopitecos; pequeño al extre-1110 ,de crear una especie de embarazo en el anatomista, Más adelante sevolverá a. c?nsi,derar la. ctlestión, del ct.re~ro' de los australantropos, 1")01'ello me 111111ta.~e a examinar aqul los principales ,rasgos de Sll arquitecturacOf!)oral y ,craneana en particular. '

,Del esqueleto (sin que ninblÚn ejelnplar COl11pleto sea aún COllocido)se pJseen 11l1nlerosos fraglnentos pro,~enientes de }'aCiJl1ientos di\'ersos' deTahgan)TI..::a, en Af rica del Sll.r. Los pllntos l11ás, firn1enltl1te establecidosson,' Jos qlle la peI"is )' el, fél11ur, piezas maestras ,de' la arnlaZÓll éll

posición bípeda, no 'd ifieren en nada fundall1eI1tal de los de Jos hOl11bres.La .pel\'i~ está cOl~stitujda de n~anera que sir\'a !Jara ,.sostener,. de abajo

, hacl~ ar,:lba, 'las \.'lseeras. abdolTIlnales, lo cual es una, prueba fornlal ele,la .~lpedla y supone un }")le 'Ctlya pallTI'a esté }'a nluy adaptada a la Sllsten:, taclon prolongada. El, cráneo responde' exactaJl1ente en 'igual sel1tido, pllestoque el agujero occÍlJital está situado por debajo. No' hay, pues, raZÓllalguna qlle pueda hacer rehusar a 105 australo ftpjtecos", un sitio entrelos, antrópidos. '

LOS AUSTRALANTROPOS

. La primera .impresión que se desprende del examen ,del cráneo delpitecantropo o del zinjantropo (figuras 30 y 36) es la del cráneo de 11n,~11?n~ant~opoide, ~or~la ? ;ch!mpancé: i~ént~ca cara excesivamente larga,

" tdent.Ica visera orbitaria, idéntica ' frente lnexlste~te~ El examen, mis pro­fundizado muestra el enorme desarrollo de los premolares y de 'los mo- ,ja:e~, mientras que los incisivos y" los caninos son proporcionalmente .mis 'débiles que 10~,nuestros, sin relación. con los de', los n:onos; tIna' caja'cere~ral , pequena ,coo:o la de un gOI;'Ila pero la nuca bien .redondeada,m~tlendose .por ~ebaJo" como' la del" hombre, con el aglljero occipitala?l~rto hacia abajo, En algunos especímenes, entre los cuales el célebrezinjantropo de Oldoway, una cresta ósea similar a la del zorilu coronaesta minúscula caja con contornos humanos, pero en luzar deb reunirse conla inserción del ligamento cervical, 'se interrumpe par~' dejar a la nucauna ancha playa abombada. Ningún fósil relativamente cercano 'a noso­tros procura un tal sentimiento .de extrañeza, casi de molestia o de dis­cordancia; ninguno deja' esta impresión de hombre deshumanicado m isqlle la de mono humanizado. Esta incomodidad proviene del hecho deqllC los australantropos son en realidad menos unos hombres con carade mono qlle hombres con caja cerebral desafiando a Ja humanidad. 'Esti·barnos listos a admitirlo todo, S3.1\,·0 el habernos iniciado' pc.~ l'.;~ pies," Estudi,a: ,la arquitectura íntima del cráneo" de los' australantropos esbastante difícil por dos razones. La primera es debida al estado de l()s,fós~l~s: solamente un c.rá~eo de plesiantropo y el del zinjantropo 5011 losuf icrenternente reconstituibles como para ensayar su estudio desde elp~nto ,de \lis~a mecánic~. La segunda proviene del hecho qlle los doscr:lne~s 'mencIonados arriba pertenecen a unos individuos qlle 110 5011todavía completamente adultos, por lo cual no' han adquirido Sll formadefi n iti va. '

La 'disl)osición hace resaltar un hecho capital: como el agujero occi­pital se encuentra debajo del cráneo y 'no oblicuamente hacia la parteposterior (figl~ras 29 a 34), la línea fundamental basion-prosthion seencuentrJ senSIblemente acortada }' los dientes, anteriores, indican llnaredllcción equivalente al desplazamiento del agujero occipital. En otr:1Spalabras, la pérdida del prognatismo es igual al te.rreno ganado sobrela base del cráneo por las consecuencias mecánicas de la posi':ión erecta,o 011s aún: a columna vertebral erecta, reducción de la dentadllra ante;:-ior.

La ,'evolución postura! de los monos ha tenido como consecuenciala liberación parcial de la parte posterior del c.ráneo de los constreñimien­tos mecánicos, descargando sobre, el bloque facial todo el dispositivo deabsorción de los cons.treñimientos mandibulares. En el plInto donde ·see~Cllentran los, más VIejos antrópidos, la construcción facial no es n1l1y(llferen~e de la de los monos superiores, pero la parte posterior delcráneJ está completamente despejada y la bóveda se ha ensanchado unos60~) .10 que explica' el aspecto' redondeado y muy humano de la regiónOCCIpItal.

ningún modo' inverosímil y conduciría bastante directamente hacia unacriatura cercana a los australopitecos, pero la realidad paleontológica 'lamás allá frecuenternente de la ficción del paleontólogo' y es p~udenteno ahondar demasiado rápidamente en la imagen del verdadero antera·sado,

EL 'EDIFICIO CRANEANO

, ,

T'.............-

Page 34: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

..,'."

34

,, I!I

33

i,j

I

32

i!

El

...-\ 85 ,;\ ..\ .-,

p

69

31

,

_....,---

,

30

,••,•.

.'­• •. .• •

R

,

..... - '" ..• _ • I • • ti •_.. .... ... ....... ti., .•.,

e'

29

e'

68

)

Figs. 29 a 34.' Evolución del apoyo de los dientes anteriores (incisivos }t caninos). Las''presiones desarrolladas sobre los dientes anteriores son absorbidas en el macizo facial, endirección del macizo orbitario y del macizo basilar (R). En el g()rila (29) el macizoorbitario, clave craneana, está fuera del eje de absorción )' el equilibrio se establece sobrela línea E2, en el borde inferior' de la órbita }' los pómulos, planos y perpendiculares aleje de los caninos. En' el zinjantropo (30), la construcción facial es del mismo tipo,cuenta tomada del cierre de los ángulos debido al acortamiento de; la base, regido por laposición 'vertical, En' el, paleantrópido, (31, Broken-Hi llyy 32, La Ferrassie). el vérticede la armazón facial emigra hacia la bóveda (C') }-el aligeramienro facial se traduce por eltraslado de las presiones anteriores directamente al macizo orbitario; el espacio EI-E3 esplano e inclinado en la dirección del rodete frontal. En el horno sapiens (33, neocaledonio;34, europea sin 3er, molar), el vértice C' se traslada aún más hacia atrás y el desplomefacial conduce los dientes anteriores a encontrar su zona de absorción en los pómulos,que toman una inclinación correspondiente (fosa canina). La región orbitaria comparteentonces con los pómulos ,el eje E3 y pierde progresivamente su carácter de cerrojo

pref.rontal

I405 ARCANTROPOS

El hallazgo de los australantropos relegó a segLllldo plano l8S fósilessobre los cuales reposaban desde hacía dos tercios de siglo las ,teol:Íassobre el origen del hombre. Los pitecántropos, los sinantropos, Jos atlan­tropos y el hombre de, Mauer, fuente de innumerables síntesis,' 110 re­presentan sino eslabones intermedios. El zinjantropo les ha dado unahumanidad tan cercana a la nuestra que resulta casi 'trj'1ial. -Los sinan­tropos, con su conocimiento del fuego, los atlantropos COl1 Sll utillaje )'a

Las condiciones antrópidas más elementales se encuentran, pu-es~ en.el plesiantropo o el zinjantropo: el bloque facial sigue 1111 triángulo basion­prosthion -visera orbital igual al de -los 1110nos, pero el ángulo superiortiende a estrecharse: de 100° en el orangután, 90° en el Cl1il111Jal1Cé y75 ° en el, gorila, pasa a 60° en el zinjantropo, 55° en los paleontrópidosy 45° en el IJOIJIO sapiens. El tope orbital no se ha movido de los 1110110Sa los australan tropos y la parte frontal del cráneo pe,rnlal1ece l11Lly res­tringida: es el' último obstáculo para que' aparezca el tipo actual. Elantecráneo sería equivalente al, de un mono si -110 fuera pOlr la reducciónde los dientes anteriores y en particular de ,los caninos; esta reducción-es una respuesta al .abandono del papel mecánico de "la -parte posteriordel cráneo, la porción sustentadora de la arcada dental se equilibra enlongitud con la parte ocupada por la musculatura de contracción (tern­porales en particular). Los premolares )r 11101a res son enormes y losmúsculos temporales no encuentran, sobre la caja craneana .exigua, 1111S

qlle una inserción insuficiente: sobre su línea de encuentro determinanla presencia de, una cresta ósea, comparable a 'la de los gorilas, !)ero limitadaal vértice de la bóveda. Más adelante :\;e:éIl10S qlle persiste la extrañasituación, puesto qlle -el cerebro abrigado por la bóveda craneana 110 esya el de un mono, sino de un ser tallador de útiles; de suerte qlle todo10 que progresivamente .revelan los primeros antrópidos conocidos condu­ce a una profunda revisión de las nociones clásicas sobre la humanidad.

Page 35: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

71

.,111aClon.

,I.,

iI

. I1;

- ,,

·1

.11

. ¡.. ,

¡·1

EL CRANEO PALEANTROPIDO (figuras 51. 37, 41)

El .retrato del hombre de Neanderthal es clásico: cráneo bajo y an··cho, frente deprimida, arcos superciliares enormes," dominando. tlnas, ?r­hitas _grandes en una cara maciza, sin pómulos marcados, con los l~~l~snll1)' altos ·YO mentón deprimido. La nuca ~otente .mantiene este edtflCll~bárbaro sobre un cllcrlJo rechoncho. con pies anchos. ~Igtlno-s ret~qllesen el detalle de la frente o del mentón y en el aplanamiento del craneo,adaptan este retrato -robot a todos los suj etos .conocidos, desde los másantiguos hasta. los D1JS recientes.. ..

A la inversa de los australantropos, los neanderthalianos son lI11()S

antrópidos coo cerebro g.!"ande, cosa qlle ha desconcertado mu:h~) ,1 lospaleontólogcs de hace l~C)S generaciones, En efecto, los .paleantropldos re~cientes tienen 1111 cráneo cerebral con un volumen equivalente al de lasrazas actuales, pe,!"o M. Boule )... R .. Anthony h.ic.ieron observar desde ha­ce mucho tiempo qlle la proporción de las diferentes partes, n.o era l~~.misma para ellos y' para nosotros: el cráneo de los paleant.!."?pldos. esta(C)010 'dilatado en SLl parte occipital, mientras qlle L1 f re~te slgLle Siendoestrecha y baja. Este carácter se, explica cuando se. considera lo qLle s.eha dicho sobre la evolución postural desde los mono.s hasta e_l non:~:e.Cuando se establece el dispositi \'0 mixto de los pnrnates de poslclonsentada, resulta qtle es la parte posterior del cráneo, la que a~ro\'echala ruptura del vínculo con la caja craneanJ: el traslado del armazcn fllan-diblllar al intericl~ del macizo facial tiene C0010 resultado, por el con­trario, blcqllear la frente detrás del macizo orbital. Clland~ se pa.sa a laposición ,'ertical de los ant~ópidos se prodllce una gananCIa conslderablcell el CtIrSO de 10 qlle -se h,l llamado, bastante impropiamente por o~rJparte, (~el enrollanliento del cerebro" en torno .~e ),1 ~a~e. Esta gan~ncla,en los australantropos, interesa ante t?do la .reglon occlpItal y las re~lonestempo.!ales. La co-nstruc~ión del maC.l20 factal es, en sus grandes 11,neas,la misma qlle la de los primates y la f r:nt~ qLleda bloqlleada. detras delas órbitas. El problema paleontológico mas 1ll1portante slglle .slend~, porconsig1lliente, el de la liberación de la frente en el honlo sap¡ellJ/ Jtbelra·ción correlativa a una nl0dificación profunda de la cara, en el transcursode la cual aparecen la. f.rente, los pómulos y el· nl~ntón: l·os paleal1tró­lJidos son los fósiles de elección para pOller en eVIdencIa· esta transfor-

interés; visto qlle en· ella se inscriben las. últimas de las etapas de la ad-.·qllis¡·ción del cerebro del botno sapiens. P?r 9lIp~est~, es extremadamenteinteresante desde el punto. de vista científico det~rmlnar la f~rm,l exactaele la mano O del pie del paleantrópid?, descubrir los p~quénos detallesCtIya interpretación puede aylldar. a delinear un· ~~trato Vl\'O del hombrede Neandertha 1,. pe.~o ello no procur,l una solución nueva al problema,puesto qlle. los instrumentos corporale.s· aparecieron, .~llmanamente cons­tituidos, mucho antes de qtl1e se terminara la e"Oll,ICIOn del cerebro.

. _.._-._------~-----------.------~-----

70

LOS PALEAi'\TROPOS

En efecto, en una cadena, cuentan sobre todo el primero-y el últimoeslabón, Lo más importante es saber cómo se une la larga cadena de losAntrópidos en. su principio }' cómo .se. engarza a su llegada .aI 17c"J!1_ Ja­pieJ1J. Son los paleantropos, y en .11artI2uIar. los neanderthaloides, cllllenesaseauran la extremidad más próxima de la cadena. Por otra l)arte, noes Linútil \'ol,·'er a decir hasta qué punto las divisiones son arbitrarias:si poseyéramos solamente veinte fósiles completos entre. el z injantropo }!

... nosotros, no habría arcantrópidos '<? paleantrópidos, sino que desde el es,tado 1 al estado 20 existiría. una progresión sin .rupturas, )'a qtle,. a IJesarde las variaciones entre formas contemporáneas, a l11el10S de seguir fielesa concepciones sobrepasadas, no se ve ni contrastes, ni saltos notables entreJos pocos fósiles fechados indiscutiblemente,

Los paleantrópidos antiguos son c?nocidos ~Ol~1111entc,por al~~Il0Scráneos; la nla}TOr parte c..1e ellos 111U}' tragnlentarlcs: los UnlC()$ ln.lS oIl1e110S C011) l)Ietos 5011 los lie SteiIl11eil11, (le Gibraltar )' de Saccol)í1store 1,El cr,ineo l~e Brol~en-Hil1, el1 Rodesia, 110 está .fecllado cori lJ,!"ecisióll,pero refleja 1111 estado arcaico bastante cercano del de los ,'iej()s '.l)aIean­trópidos de Europa. Los paleantról-,idos recientes· son nlll1le.~OSOs }! 5011.

conocidos ,'arios esquele.t~)s coml)letos~ Los crálleos illtactos, F')or· el. CO:1-trario, son escasos y la 01a)'or· pa.!"te de ellos han· sido recol1struidos confragll1entos nluy. numerosos. Entre. ellos se enctleIitran tipos ccn10 el deSkhul,· l11uy cercanos l'a <..1el hOl/JO JapieJ1J. En E1lrol)·a, lc)s l11ejores inll i-"jduos son los de La Chapelle-aux-Saints~ (.~e La Ferras:;ie }T el de'Monte C·irceo ..

No es necesario, al fllenos ahí, indagar en qué difiere la argllitectllraco,~poral de los l)aleantrópidos de la nuestra. Esta búsqueda es j,nútil, })uesel F,robleina de la posición l11ás o l11enos erguida }'a 11() se plantea,.· y

. consjd~rando el estado de la lio:llll1entación, ~erÍa, por otra parte, CJsiimposible. Su arquitectura craneana, ell call1b io,. oE rece el n1J.5 gran(.~c

elaborado y los pitecantropos con su fémur casi actual, plalltearon. en sutiempo problemas import. ntes resueltos por los centellares de .11~11.es deaños de distancia 'tue los austr:Li.a flt.:OpOS. han puesto er:tr~ el ~Il1C10 (~elhombre y estos testigos arcantropiar.o.i. De suerte que, SI bien tienen aunmucho que enseñarnos, incluso tal vez ceras sO:l)relldentes, no hay l11U­cha esperanza de verlos trastornar ahora las nociones fundamentales, Losarcantropos, en su tiempo, estaban )'a cargados de un pasado hUJ11anOmuy lejano.

No obstante, su grado de humanidad sigue siendo desconcertante.Poseen aún una cara enorme y un cráneo -cerebral netamente ·111,~SlJeqlleñoque el nuestro. Su frente. es, aunque más grande, 1a de los austral antro-1)OS, bloqueada po.r una visera orbital considerable. He)', }'a· 110 re 'oc:en ellos los semirnonos trad icionales, pero su .anatomia craneana of rercuna imagen impresionante de las etapas de la humanización.

Page 36: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

: I

40

39

,,.:/

"

-.__ -- :..........

,'....."­<,__ ....... _..- --'- ..

-'--~-'-_--- '-.._: e''''

---....

:., ,,, ..__ .-

73·

37

'.

_---_~-- -_ ........-- "

,

36••

" .._ .. J .a...., .r" I :

• <, •.' 90 I ,,'

.............··~:·ié:·:·.

I

p

f

..............' ,..,.. .. .. .......... , ..".. " ..'..,'.

, ...'..

35

Ft

e'

_.------

72

. :

Figs. :35 a 40.: Evolución del apoyo de los dientes yugales. La reducción del disposit ivodentario se traduce por un cierre progresivo del ángulo C' que pasa de 75 o en el gorila :!40° en la europea. El equilibrio de las presiones se. establece para todos J()S sujetos entre9t) y 1000, mas con modalidades diferentes. En el gorila (35) }' el zinjantropo (36) el ejede las raíces de los molares parece regido por el disposirivo anterior y corresponde a El.la línea: de apoyo de la raíz de los caninos. En los paleanrrópidos (37 y 38) el ele E2 .

: corresponde a la región lateral de los pómulos (apófisis: piramidal); hay, pues, equilibrio: entre los apoyos anteriores (figs. 31 }' 32) y los apoyos :yugales. En el horno sapiens (39 )'40) encontrándose los apO)T()S caninos trasladados al pómulo (figs. 33 y 34), I~ay tenden­cia a la constitución de: un zona de apoyo cada vez más despejada del macizo fronro-orbi­tario, concentrada sobre el campo de los p{)mulos.: El sujeto 40, desprovisto de molarposterior, marca el punto extremo alcanzado actualmente por la evolución craneana

)

Cuando : se con1paran los trazados de construcción del zinjantropo,del hombre de Broken Hill y del hombre de la Ferrassie, se tiene: desdeel primer instante la visión muy nítida del retiro progresivo del macizofacial len relación a la caja craneana. Todo. sucede (01110 si, a partir de lasórbitas, la cara se encogiese y viniese progresivamente a situarse debajode una caja craneana cada vez 0115 dominante. Esta disminución del prog­natismo absoluto se refleja directamente en la construcción del armazónfacial cuyo vértice se en~uentra: en -el : zin jantropo en pleno macizo orbital,en el hombre de Broken .Hill en la unión de las órbitas y la f rente, en elhombre de La Ferrassie len plena frente y en el hombre actual casi detrásde la frente. Es 10 qlle traduce igual111ente el cierre progresivo del cornp isentre el prosthion y el basion, pasando de 60° a 45° del zinjantropo alhombre actual. Esta evolución puede traducirse de otra manera: en el cursode la evolución antropoide, el macizo supraorbital pierde p.!'ogreSi\/anlelltcsu carácter de fundamento del edificio facial y asimismo disminuye )~finalmente desaparece, por ejemplo, en la nla}·or parte de los sujetos fe­meninos actuales .. Todo sucede en suma (0010 si el cerebro viniera aocupar progresivamente los territorios anteri ores a med ida qlle 5011 1ibe­rados de los constreñimientos mecánicos de la cara:

Se podría defender el razonamiento inverso y decir de una manera1111S clásica :que el desarrollo frontal .del cerebro determina el retraimientol)Iogresi\?o de la cara y su disminución. 11e parece que eso sería eIl1pezarla casa por el tejado y subordinar un efecto mecánico a causas l1C. e.re­cimiento cerebral sobre las cuales ninguna demostración parece posible.La: prueba de lo contrario está, por otra pa.:te, suministrada por el hechode que los paleantrópidos más evolucionados, con su cerebro de .·1.600 Cl11:\dan verdaderamente la impresión de un compromiso mecánico al términodel OLla! se produ j o la expansión hacia la lJarte posterior y 105 lados,donde no existen constreñimientos. Si el cerebro tuviera -la fuerza deexpansión que se le da, no habría ninguna razón para que la frente nose hubiera .desarrollado :mucho antes,.. incluso l)or encima de arcndas orbi-tajes prorninentes. . ,

Otras causas parecen entrar en jllego . .l~ partir die la aparición, haciafines de la era Primaria, de la posición cuadrúpeda erguida, se. recuerdaque apareció la: heterodonci a o di versificación de los incisivos, caninos,.prernolares y molares, Se: recuerda. también gl.le; a partir de ese 1110Jl1eI1to,

IZ'7577iTEF PTWPF¡¡¡P :__ W.i7i .WF.r::m.'.mlil$5¡¡j1j·v.·:·.5.: r.¡¡¡ .: .r n.- 1iiI-· •. : .. rillllil' '1iiIiI~::'iIIIi'5i1111$m.I'EIIIT.p__ :" '.'_""liliiii: 1IIIIIIiIII::r -------------------

Page 37: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

I

Fig. 41. El acortamiento de la base craneana y la expansión cerebral. 1, cérvido,en el cuadrúpedo estricto la base P-B ocupa toda la longitud del cráneo. 2, chimpaa­cé: 3) paleantrópido; 4, horno sapiens. La reducción de la arcada dental determinael acortamiento de la .base, la coherencia mecánica del macizo facial acarrea igual

acortamiento de p-e y e.a

...

B \

-3

Ü::.,

'. c·.. .

2------I-.~....;'"

1-1

B . •

p

mamíferos inferiores, un verdadero fuelle entre el continente, rnecáni­carnente acondicionado por la dentadura, }' el contenido cerebral; lo cuales una prueba más de la no existencia de los efectos supuestos de laexpansión cerebral,

74

_ .._...

la raíz del diente canino se convierte en una de las piezas maestras deledificio facial. ~tU re1ación es tal, que en las formas en qlle el caninosufre una regresión casi total, COI110 en el caballo,. continúa sin embargoligado al armazón general, En los 1110nos, la raíz del carlina, independien­ternente de las dimensiones de la corona. liel diente, continúa desernpe­Íl111do el mismo papel y se encuentra en continuidad con las trabéculasóseas qlle alcanzan. el macizo orbital. En otras palabras, la cara está (0115-

truida sobre cuatro pilares (dos para los primeros molares, dos l,a.~a loscaninos), Jos cuales tienen su plInto clave ell el macizo supraorbita l. Estaconstrucción subsiste, COI110 10 ·hel110S visto, en· Jos australantropos, l)e.rola reducción de la base, debida a la posición vertical, acarrea una diSl11Í­nución notable de las proporciones de la raíz de los caninos,

. Este l)foceso continúa lentamente hasta el hombre moderno, a 111C·dida que el edificio craneano se acomoda. Normalmente, esta evolucióndebería estar ligada a una evolución postural correspond ien te )r es 10 911C

quedó sobreentendido l11jS arriba, cuando )'0 suponía una evolución de)as curvaturas vertebrales; sin que sin ernbar go fuera ptlesto en tel a dejuicio el principio mismo de la posición erecta, atestiguado ahora I)orr~urnerosos f ósiles.

, El })roceso evolutivo aparece l111a vez más en la estrecha cohesión gllC

existe entre la base de sustentación del edificio craneano, que se acortal'fogresi varnen te, la regresión dental y la expansión cerebral, deslizándose,I,()f decir aSÍ, el cerebro ahí donde las resistencias ceden (figuras 29 a 41).La disminución progresiva de la raíz del canino es n1uy perceptible enlos d if eren tes palean trópi dos fechados. Para el cráneo de La Ferrass ie,las raíces están )'a bastante próximas a las de las razas actuales, La evolu­ción facial de los .paleantrópidos hacia el hombre actual podría, tradu­cirse l)ues, J-1or una reducción constante de las bases de la dentadura a11·terior, d isminución iniciada a parti r de los australantropos, Las C~)J1S~­

cuencias de esta .~egresj6n se evidencia en las tres modificaciones 1111S

importantes, marcando la cara del hOJ/1D Jtl/JicJ1J: 1) El arl11JZÓ11 ()EC() glleune los d ien tes .an teriores a la visera su praorbi tal se empequeñece f'lfC)­

f.!resi,'all1ellte }' el rodete orbital tiende a la desaparición. 2) El mismofCI1Óll1Cll0 se produce corno refle jo en la rnand íbula, y la regi ón del men­tón suf re una transformación importante que culmina en el desarrollodel mentón. 3) El primer molar ~e convierte en la base. del pilar rn.isimportante de la cara )" los maxilares llevan hacia atrás del rodete sllpra-.orbi tal las princi pal es Iíneas de fuerza, de suerte qlle el pómulo del horn­bre actual presenta una conformación 111U}! diferente de la de Jos palean-. trépidos.

Es nlU}7 interesante notar qlle, en ciertas razas primitivas COI110 losaustralianos, este l,roceso no se ha terminado completamente .y qlle elrodete orbital conserva cierta importancia. Es 1]115 interesante aún observar(Ille en numerosos individuos de razas diferentes, el cerebro 11{> OCllt1a todoel espacio q1le deja disponible la evolución facial }' qtle unos senos f rOJ1-tales 1111s o menos importantes constituyen.. exactarnente : COIno en Jos

Page 38: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

77

ií!

. i

grande de mono, igual al de un hombre, no funcionaría más q;ue cornoce rebro de mono, mejor que el de un gorila,. pues contendría mis célulasnerviosas, pero no' ciertamente como el de' un hombre. Ahora bien, el aus­tralopiteco no tiene cerebro de mono, sino, 10 que es mis embarazoso talvez, un cerebro de .hombre .respondiendo a Sll cara extraordinariamenteprimitiva.

El estudio detallado del cerebro de' los hombres fósiles evidentemente'no es realizable, pero se posee, gracias al molde de la cavidad craneana,la imagen del. cerebro envuelto por· 1,1smeninges; imagen suficiente COlTIt)

para establecer las proporciones de las diferentes partes y entrever el. jlleg:)de las principales· circunvoluciones. Una paleontología cerebral es, l),:.tes:en cierto modo posibley ha sido practicada muchas veces desde hace med ir)sig-lo.

<.~

Gracias a numerosos trabajos, se sabe cómo funciona el' cerebro delos animales más diversos y el del hombre. Este conocimiento es aún 111.l1}·

imperfecto, 'pero, para toda la región superficial, la más fácil de explorarquirúrgicarnente o eléctricamente, los datos son numerosos y' coherentes,Esta región interesa una gran· parte de la corteza cerebral, a CLl}'O ni velse desarrollan los fenómenos mis. importantes' de la vida de relación; esprecisamente la imagen, un poco borrosa, qtle prOCllran los moldes endo­craneanos de los· fósi les, Si. no se puede pretender establecer 11n cuadrocompleto de las manifestaciones intelectuales de los australantropos, délos arcantropos. o de los paleantropos;: se puede, g,!3.cias al recurso dobledel molde y de la fisiología actual, restituir una imagen ya nll1y firme elelas posibilidades de su instrumento cerebral.

- .

Hemos visto anteriormente qlle el efecto más importante de 1,1 SlL)-

pensión del· cráneo antropoide en el vértice de 'una columna vertebralcompletamente erecta, era el aislamiento mecánico de la cara e11' relacióncon la pa.:te posterior del cr.ineo, determinando el rebajamiento. del macizoiniaco y .la orientación del clivus basilar. La consecuencia .n115 aparentede estas disposiciones es un "enrollamiento" marcado del encéfalo, qLle

adopta una fOr1113, acodada. Esta curvación del piso. cerebral no es ge8mé­tricamente concebible sino en conjunción con un aumento sensible de lacircunferencia descrita por la bóveda craneana. En otras palabras, la bóvedase abre literalmente como un abanico. El despl ieglIe del abanico craneanono se realiza uniformemente (figura 42): la frente es mantenida en susproporciones por el macizo facial del cual asegu.ra el' fundamento y' sedebe esperar al hOvI1I0 SapieJ1J para que el cerrojo pref rontal salte. L3. nl.ICJtambién está en relación· con los constreñimientos mecánicos de sllspeil.sión, de St1erte qlle el ·alargamiento de .la circunferencia es mis considera·ble en el centro qlle en las ·extremidades. En el sentido transversal l~lganancia es también considerable y la posición vertical, a partir del allstra~lopiteco, tiene como corolario un aunlento de la superficie de la bóveda.craneana en la reg'¡ón f ronto-témporo-parietal meLlia. Este aumento es pro·gresivo, y pllede~ seglli,rse SllS etapas desde el mono hasta cada tIna delas forinas antropoides. Hasta los paleantrópidos, la ganancia es constante

.,---..,...---' ...

. "·76

EL DESPLIEGCE DEL ABANICO CORTICAL

Acabarnos de asistir al largo desarrollo del linaje humano. Vimos(ILIe 1~ filiación del mono al 110111bre puede considera-se corno l11U)1 1)ro­blernática }7 qLle es necesario recurrir a un antepasado bi pedo hipotético,ubicado del lado de acá de la bifurcación qlle aísla a los pitecornorfosde los primates de dos pies. Los caracteres humanos S011, en efecto, ir.reductib les con los de los monos, puesto que toda la evolución, de los pecesal gorila, .muestra que la postura es LIn carácter fundamental: los rnon as,redes los 11101105, se caracterizan por una' posición mixta, cuadrúpeda )!'sentada, }' la adaptación de su pie a estas condiciones de vida, Los -an­t:_'Ópil~OS, IJor su parte, se caracterizan fundamentalmente IJor' una posiciónmixta, bípeda }T sentada, y con los pies rigurosan1ente adaptados a ella.

Esta. diferencia de. posición podría l)asa.r por accesoria si 110 fuese lafuente de diferencias esenciales entre los dos linajes de seres q:ue !)OSCel1

una mano con l)ulgar oponible. Los antrópidos 110 deben solamente a laposición vertical la libertad de la mano durante la lOCOD10ción,. sino (111,('

le .deben lbrualll1ente la posesión de una cara corta con caninos débiles Y'l111 cerebro liberado' de' los consrreñirnientos de suspensión ··de la caja ósea.Al término (le las liberaciones' sucesivas, la del cerebro esti ya realizadaen el 1111S viejo testigo, en el australopiteco, el cual, corno \'il110S, se.~íamejor Ilarnado australantropo. Por rn is lejos que se busquen las huellasdel 110I11bre-r11ono, se encuentran hasta ahora, solamente hombres, Pero¡c:lán extraordinarios son los más .remotos de elles! Desd'e los pies hasta1a base del cuello, no se "e que of rezcan serias diferencias con el hombreactual: la miquina es )'a totaln1ente hllmanl, sc)portando tIna cabeza qlle110 es una cabeza de 010no, sino. el rostro de UIl .11onlbre toda\'Ía no Ill1-I-:l3,niz·ado. El l11acizo facial el10rl11e y !)lano, sin frente, se sujeta a tll1acaja c.:aneal1a l)eqlleña }' redondeada, l)ro\'ista de una cresta ósea.a la Ctl:ll

~e enganchan los músculos de una' quijada gigante. El cerebro que Il1UC\'e

a esta criatura, Dlucho 1115.5 desconcertal1 te que el tri"ial antropopite~o so~ñado por Gabriel de 11ortillet, es cOlnparati\'al11ente .mis desarrollado cIlleel de lln go.~ila, pero minúsculo en relación .al nllestro, de uri peso l.i()s\'eces menor. La inteligencia. no .está \'inculadJ solan1ente al \·'0'unlen ce·rebral, sino a la organ ización' de las partes del cerebro: lln certbro Jl1Lly

Los paleantrópidos aparecen, plles, COI110 algo absolutamente distintodel .rarno divergente y atrasado que a veces se 11a querido ver en, ellos:sin establecer .que todas las f~~nlas hayan sid?, lbs antepasados dlre~tos'del IJ01JZO Sap¡eJ1S (lo cual serta absurdo también para el bomo snpiensactual, del cual ciertas razas desaparecerán sin haber concurrido al futuro(le l10 IJ01J10 postsapiens ), parece evidente que en bloque ellos constituyenrealmente las .raices de las razas actuales. Es tanto más evidente todnvíacuando, asignando su sitio cronológico' a sus representan tes fechados, seconstata con qué regularidad, de uno a otro, su conjunto evoluciona ellnuestra dirección.

Page 39: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

78 79

· .,

i. -1·1

i· !

I

I

6-· ,..

i'I

...,· 'j

l'

.t-

.,

----

!!.,

EL CORTEX .!\IEDlü (figura 43)

Numerosos trabajos han sido consagrados al córtex medio de losanimales }' del hombre, en pa.:ticular. relacionados con las áreas corticalessituadas; en los mamíferos superiores y el hombre, a ambos lados de lafisura de Rolando." Por delante de este surco se encuentran las. fibrasde proyección piramidales (área 4) relacionadas con la motricidad de lasliiferen tes .partes del. clIerpo; . por detrás (áreas 1,. 2 Y 3) las fibras afe­rentes corresponden a IJ.s mismas partes. La explotación eléctrica y laneurocirugía han permitido determinar con precisión" con qué partes delcuerpo se .relaciona cada grupo de las células que forman, en cierto modo,una imagen neuromotora del individuo corporal. Esta imagen aparece in­vertida, con la cabeza para abajo, de suerte qtle las fibras gtle interesan lamotricidad de la cabeza }' del miembro anterior se encuentran en la cer­canía del piso craneano, mientras las de los pies, por el contrario, est.inhacia la bóveda,

Para nuestro propósito es muy importante, tratar de seglli.r, a partirde los cuadrúpedos, el desarrollo del esqllema neuronl0tor;. esta explora­ción hace resaltar, en efecto, algunos puntos capitales. de las relacionesexistentes entre el mundo animal }. el mundo humano.

A partir del esqllenlJ mis simple de los invertebrados, con el siste­ma nervioso sensomotor limitado a dos cadenas de ganglios, animandolos segmentos del cuerpo, y a tina encrucijada nerviosa anterior donde seorganiza el primer dispositivo de relación; el sistema nervioso se enriquecea la vez por el aumento del número de conexiones con el aparato corporaly por la multiplicación de las posibilidades de coordinar, a partir del fococerebral, el juego de estas palancas nerviosas multiplicadas, Resulta de ello,exactamente como para un dispositivo eléctrico o electrónico, la coloca­ción de hilos de conexión (las neuronas) más o menos numerosas y reu­nidos en StlS· pllntas los unos a los otros en un aparato de integraciónde variadas posibilidades en función directa con el número de conexio­nes. En el hombre se cuentan más o menos 14 mil millones de conexionescerebro-cereb.ro y cerebro-cuerpo .

-'

2

J' considerable; del paleantrópido al hOJJ10 sapieus, en cambio,· el moví­miento parece muy reducido. Correspondiendo la bóveda craneana en elhombre ,1 1,1 superficie real del encéfalo, se puede decir de manera' cierta)' precisa que el hecho más nítido de evolución cerebral, de los australan­tropos a los paleantropos, es el aumento de superficie del córtex en lasregiones medias f ronto -parietales. .... .. . . .

Esta constatación acarrea consecuencias 111U}" importantes, puesto clllemuestra primero qlle si la evolución corporal humana termina mlly pront~),la evolución cerebral, en el zin j antropo, está sólo en su inicio.· Muestra

.. igunlmente que si se debe busca: diferencias intelectuales entre los grande:;n10n05 y los hombres más antiguos, es en las propiedades del córtex mediodonde debe hallarse más acentuado el contraste.. . .

•I

~

1,. ,.·1!

: I

_.5

e-•,

Fig. 42. Abertura del abanico cortical. En la hiena (1), el cierre de la bóvedacraneana es total. En los otros sujetos, Jos constreñirnientos alcanzan su máximo enel macizo frontal V en el macizo iníaco (1). La liberación. de la bóveda (en negro)en el perro lulú ('2) se hace sobre la sola reducción facial y la ausencia de cerrojo. frontal, a costa de los senos y del equilibrio dentario. La flexión del piso cerebral es.muy débil y el sector rémporo-parietal sufre una abertura reducida, En. el colobo.(3), el, gorila (4), el paleantrópído .(5) Y el horno sapiens (6), la reducción de labase y. la flexión progresiva del piso acarrean una abertura cada vez más amplia .

. ' de la región media, correspondiendo al córtex de la motricidad voluntaria }' a laszonas de asociación

Page 40: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

: I

81

. I

¡.!!

,IiI,1I

El edificio cerebral se inició modestamente, en el "cada quien' parasí" de los invertebrados inferiores, en los que cada segmento del cuerpovive para sí mismo, poseyendo .el mínimo indispensable de unión" con o elresto del organismo. En los gtlsanos la independencia es aún considerable.en . los . vertebrados esta independencia fundamental subsistirá (puedenverse los trozos de la angllla "saltar en la fritura o el pato· decapitadocorrer algunos metros), pero. está reforzada por las conexiones Con elsistema cerebral para todo lo que hace, de cerca o de lejos, "intervenir lavida de' relación. Los primeros sistemas nerviosos de los ve rtehra dos sonaún· il1l1y sencillos y OCllp,ln' poco lugar en' el' esqueleto craneano, comoya vimos. .Su perfeccionamiento, en el sentido de una utilización cadavez mis fina y consciente de los órganos, se hace con .la .adición, graciasal . sistema existente, de dispositivos de integración, los cuales sintetizanlas sensaciones y distribuyen las. imágenes y las respuestas, Del animal .aihombre todo sllcede. someramente 'colno si se añadiese de nuevo, cerebrosobre cerebro, cada l10,1 de las formaciones desarrolladas, acarreando la.última una coherencia cada vez más sutil de todas las formaciones ante­riores, qlte continúan desempeñando' su papel. La formación más reciente,qu.e torna importancia solamente a partir de los mamíferos, es 'el neocortex;dispositivo de integración motriz y sensitiva qlle se convierte en el ins­trumento de la inteligencia humana. La estructura funcional del córtex oneopClllill"1 de los vertebrados está aún lejos de ser definida en sus deta­lles, por otra parte, tendría POC,l utilidad volver a considerarla, aquí desdeSll origen. El hecho de iniciarse en los mamíferos cuadrúpedos y'a evo,lucionados basta para demostrar 1;1 continuidad entre los datos neurológicosy lo qlle he asentado referente a la evolución mecánica del dispositivocraneano de los vertebrados.

El córtex sensomotor -se individualiza de manera bastante nítida so­bre los bordes del surco de Rolando, en animales como el caballo, el cerdoo la cabra, qlle son cuadrúpedos caminadores y' con el canlpo anterior esen­cialmente .facial, siendo la participación del miembro anterior. prácticarnen-. te nula en el caballo, mtl}r escasa en el cerdo, pero más importante en lacabra, En estos tres animales, la exploración del córtex muestra una repre·sentación bien diferenciada del hocico' en el córtex sensomotor. El miem­bro anterior, en cambio, está apenas individualizado en .aIg'lloos plIntoscorrespondientes a la cara anterior de la muñeca, La sensibilidad fina y lamotricidad inteligente de estos animales se limitan, por consiguiente, alcontorno del orificio bucal, y Sll tenacidad. manual 'a algunas déb-iles po'·sibilidades para mantener o rechazar con la pata,

En los carnívoros, (llya participación manual es. ya muy nítida, lasáreas sensornotoras del córtex son más ricas en fibras y la representaciónde las diferentes partes del Cllerpo más matizada. La parte posterior quedamtly vagamente representada, la coordinación de los gestos se hace a unosniveles en los cuales la conciencia no interviene, pero la cara y los dosmiembros anteriores están bien diferenciados y rnlly finamente organizados,El gato, en particular, ofrece un considerable grado de diferenciación que

80

Fig. 43. Cerebro del gato Ca), del macaco (b), del chimpancé (e), del austra­lantropo (d), del sinantropo (e), del hombre de .Neandertha l Cf). y del hornosapiens (g). 1, 2, 3: áreas sornatomotrices; 4: motricidad voluntaria; 05-6-7-8-9: .áreas motoras extrapiramidalcs; 41-42-43: áreas auditivas; 44: área de la articu­Jación verbal. A pesar de la imprecisión de detalle de los moldes endocraneanos,los antrópidos fósiles (d, e, f) muestran unas proporciones categóricarnente :

humanas

-9-_ .... j

~.-_._- +-,

f-

•••••(1••••• •

•••••••••

85~-

IS5~

e-

a-

e . _" d-90°

0\0\

6 \\

.( \ ,-.)_ \ ,.,..- - '(" \~ \

~.c-,,~,--

Page 41: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

. f'83

I,

6. Los antropólogos distinguen en el cráneo, el craulu m, edificio completo conla quijada, y el, calr.niu nr, que comprende el cráneo sin la mandíbula pero

. con la cara. Disti nguen también la cal raria que es la caja craneana sin 'la .cara y la culua lirnitada a la bóveda craneana sin la base. Esta terminologíaes pura comodidad práctica, pues está basada sobre el estado más o nl~noscompleto en el cual los cráneos exhumados Ilegan .» manos del anatomista.

7 ' No' se insistirá jamás demasiado en el interés' de las investigaciones' sobrela tecnicidad en el mundo animal, ni. sobre el valor de algunos ejemplosde útiles atestiguados en ella; sin embargo, uno. debe cuidarse de la ac­titud antropocentrista que falsea los problemas.

Los casos de útiles animales son rarísimos y siempre se citan, en piadosaamalgama, los del' arnófilo )~ su pequeño guijarro, del. pinzón de las IslasGalápagos y su pequeño bastoncito,' de la cabra que sabía rascarse aguan·tando una f:1111:1 en el hocico, de la mona de Darwin que. rompía nuecescon una piedra, de 1'\)5 monos que lanzan piedras, del pájaro-jardinero. Dehecho, estas manifestaciones son espectaculares solamente porgue asemejan10 que hace el hombre, pero no difieren en nada en lo esencial de todoaquello que es tecnicidad en el. mundo animal entero, incluyendo el hom­bre, y maravillarse de ello. no es más que volver a las .enternecedoras con­sideraciones de los naturalistas del siglo XVIII sobre la abeja industriosay la hormiga ecónorna. De la m!S111amanera se podría considerar el andar bí­pedo, y, en lugar de restringir la comparación a los escasos momentos cuandoel gibón carnina parado, agrupar en un único panorama los dinosauriosbípedos, el cachicamo, el pangolino, el gerbo, el canguro y el perro sabio.10 cual no mostraría más que una de las. soluciones a la marcha que elhombre conlparte con el mundo de los vertebrad'os. El inventario de lassoluciones COlTIUneSes indispensable para situar una parte d~l :.problemahUl11ano, para establecer en qué el honlbre no es más que un caso entreotros; haciendo esto, se establece. tan sólo un componente. Se estableceotro cuando se considera la situación del hombre en el seno de las especiescon acción nlanual importante, un tercero sería sittlándolo en relación conel movimiento general de deriva qtle lleva a los sistemas nerviosos haciauna complejidad creciente. Se establecerían otros olás para· llegar a unaresultante al final de la cual el hombre aparecería conlO lIn todo únicoen el nlund·o animal, pero cuyos elementos todos son amplianlente com­partidos .

CtIyO córtex sensomotor se ha extendido notablemente. y.. asegllra en par­ticular un dominio avanzado del juego facial y del juego manual, aisladoso coordinados. No existe ma}'or' duda para 'quien haya estudiado el corn­'po,rtamiento de los monos' superiores, qtle el obstáculo. 'para el ejercicio :de las técnicas, en el .sentido humano de la palabra, no reside en la do­tación de su córtex motor ir' premotor. Ahora bien, a pesar del carácterim1?~esionalite de las. observaciones hechas. en los chimpancés, hay, un .abis·mo infranqueable entre el' acto del mono qtle empata dos bambues, trepasobre una .caja y descuelga una banana, y el .gesto de fabricación delzinjantropo. No tiene nada de sorprendente qlle. seres tan cercanos denosotros zoológicamente, corno lo sao .los chimpancés, posean reflejos deacercamiento de una tecnicidad elemental, p.ues no es 'mucho má-s .extraor-'dinario de lo' qlle se podría descubrir, por ejemplo, de rinoceronte en untapir, de castor en una ardilla, o de tejón en un oso; sin qlle el mono nosconduzca al hombre más de lo qtle. el rinoceronte pueda llevar hasta' eltapir.'

-"-"-- ..- ,._', -_ ....

82

corresponde al uso' qlle hace de su 1113.110 en múltiples operaciones. Estomuestra la exactitud de U11 hecho general, sobre el cual he insistido ya.reiteradamente: el1 oposición a 105 caminadores, los prel1sores lJOSeel1 todos,incluso aquellos 'que distan mucho del punto de llegada humano, las virotualidades fundamentales de la tecnicidad. En los carnívoros, las áreastécnicas corticales están limitadas por un dispositivo mecánico nluy rígido,el abanico co.rtical. está ap'enas entreabierto; pero lo qLle existe de ello essuficiente lJara hacer .comprender .'en qué gral1 profundidad del mundoanimal se forma el instrumento de la tecnicidad humana.

En los 1110nos cinornorfos, C0010 el macaco, el abanico cortical estáfrancamente .entreabierto y el triángulo sensitivo-motor primario (áreas1 a 4) se enriquece de una zona premotriz extrapirarnidal (área 6), lacual desarrolla un grado suplementario de la integración motora, La ima­gen del instrumento corporal se ha. tornado l11U}' detallada: todas las lJartesdel cuerpo figuran de manera precisa en el córtex, COll proporciones va­riables y reveladoras de la organización .motora de los primates, Los dostercios aproximadamente de la superficie cortical están ocupados l)c.r lascélulas de la cara, de la mano }T del pie. Casi un cuarto de la superficietotal corresponde solamente a las neuronas que controlan la lengua, lalaringe, los labios, el pulgar de la mano Y' el pulgar del pie (fig. 44)..En el chimpancé O' el gorila, la si tuación no. es l11U)' .diferen te en su na­turaleza, pero en un 111ayor grado de desarrollo. por el hecho del. número11la)70r de células. Cada UI10· de los' dedos tiene una .representación, mien­tras que en los cinornorfos los cuatro dedos de la palma son solidarios.En cuanto a las zonas motoras y premotoras fundamentales la situacióne11 el hombre no es, en lo esencial, diferente de la de los antropoides, Laevolución construye en cada etapa nuevos cerebros sobre los precedentes:la banda motora 'de los cuadrúpedos superiores es superada por el triángulopremotor de Jos monos, antes de que· este último sea, a su vez, sobrepa-.sado, por unas formaciones nuevas,

En el estadio simio la situación presenta visos absolutamente nota­bles. La correlación anatómica ha presidido el establecimiento Sil11111t¡lneOde . una posición mixta, compartida entre la' ]OCOl110ción cuadrúpeda .y laposición sentada, y el desarrollo de la bóveda craneana en su porciónmedia, En oposición al de ciertos carniceros, corno la hiena, el cerebro delos primates ha llegado' a los limites de su desarrollo l)osible y adhiere~strechal11ellte a los contor.nos craneanos impuestos por la mecánica. EslmposibJe, (01110 a \'eces se l1a supuesto al Illenos il111Jlícitall1ente, 'ver el1

la fllerza de' expansión del. cetebro el 1110tc.r de la e\'olución craneal1a. Elallfllento del llún1ero de las células l1er\'iosas no ..ptlede l)rece'der al ensa11-chamiento del edificio. Incluso,: adIl1itiendo que la expal1sión cerebral y elmej oramiento espacial del esqueleto sean un soja fel1ólneno, .no se lJlledee,'itar considerar que el cerebro. ttsigue'; el 1110,rjn1iento general, peró Sil1ser el motor de ello.

. Los monos, por cOllsiguiente, poseen el cerebro. correspondiente al.estado de liberación n1ecánica de su -bó,'eda craneana; es decir, U!l ce;rebro

Page 42: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

!. ,

85

.¡ARTICULACION

DE PALABRASMEJILLA

MASTICACION LENGUAOEOJ.IJ .c~o'" L.ARINGE

yFA.RIIVGE

..•,••,•••

b

:1

I

I!

r:

.'.'l.!

:1II

;.'

·1

.,_._- .._._--

84 .

..

. Al igual del de los mamíferos .superiores, el cerebro del 110111bre 1)0-see, a 10 largo de 'la fisura de Rolando, sobre las circunvoluciones frontalesascendentes, una zona motora primaria . (área 4), en la cual se pueden

. separar con precisión, desde la base hasta el vértice, 'los' grupos de neu­ronas q.ue controlan la cara, los dedos: de la mano, los miembros superio ..res, el tronco y los miembros inferiores. Se encuentra allí, (0010 en loscarnívoros o 'los monos, la .imagen (invertida ) de la máquina corporal,de la cual el área 4 constituye el. cuadro de regulación. La cantidad deneuronas destinadas a cada región del cuerpo es proporcional a.Ia sutilezade las funciones que desempeña: el 80 por ciento del área 4 está desti-

•LA 1fOTRICIDAD PRIl\fI'"fIV A (figuras 43 y -44)

. .

El examen de los moldes endocraneanos del australopiteco, del pite-can tropo, del neanderthaloide o del hombre actual, muestra 'entre la-s dís­tintas partes unas diferencias de proporciones qlle afectan sobre. todo los. lóbulos frontales. En cuanto al' cerebro Inedia y ocei pital, abstracciónhecha de las diferencias de volumen y de. superficie, 110 se notan muchasvariaciones que no sean también "visibles en los cerebros de hombres ac­tuales. Es cierto que el aumento del peso total del cerebro (111ás del dobledel australopiteco al h01JlO sapie11s) y la complicación de 1as circunvole­cienes, que aumentan la superficie.' del córtex, implican un nivel D1Uydiferente de desarrollo intelectual en los dos extremos de la serie evolu-.tiva, pero a priori nada que no sea humano, En otras palabras.' como pU11tO

de partida, se constata que· el cerebro del zinjantropo posee la forma deun cerebro de hombre y .no de 1110no, pero que es pequeño, l11uy plegado,y q.ue los lóbulos fronrales SOll,. en proporción, 11111}'pequeños. Partiendode una diferencia de grado, pero 110 de estructura, se hace posible inter­pretar lo que uno sabe de la vida de formas anteriores al /)01770 sap iensen una perspectiva humana, Pero no se debe disimular que, puesto denuevo el mono en .su lugar, Si11 considerarle COI110 cabecilla de una 511ce·sión en la cual cabría la posibilidad de insinuar la frontera de la 11l1IllJ11Í-. dad, Ias dificultades no son menores, Renunciando al . "eslabón. perdido",1105 encontrarnos, según la documentación actual, en presel1cia de una co­.lección de hombres que ponen en tela de juicio la unidad misma de unadefinición del 110111bre.

.Desde el primer capítulo, la situación de' los "hombres" fósiles hasido establecida 1)0,1" la p.QSeSiÓl1 de la posición vertical, de -la cara corta,de la mano libre y de ]05 útiles, El problema por resolver aquí, es el efela organización del dispositivo cerebral que permite al hombre distil1gllj rsedel n10110 en .el ej ercieio de la tecnicidad, visto qlle. se está. demostrando,gracias al descubrimiento del. zinjantropo, . que la tecnicidad está presenteen las más diversas formas humanas. La exploración detalJada del córtex ce­rebral del 110111bre actual ofrece los elementos para cierto núl11ero' dehipótesis.

Fig. 44. Imagencortical de 'la mo­tricidad voluntariaen el macaco (a,según \Voolsey) yen el hombre (b,según' Penfield y.Rasmussen). En elmono, obsérvese laimportancia de lasimágenes de la rna­O() y del pie, sobretodo del pulgar enrelación con la ca­ra. En el hombre,se observa la reduc­ción del pie y la

.' .enorme importan-cia de la mano yde los órganos dellenguaje (parte ba­ja de la cara, len­gua, laringe) .. Elcerebro del maca­co está figurado deperfil, el del hom-

bre en sección .

EL. CER.EBRO DE LOS HOlvfINIDOS'nada al con trol motor de la cabeza 'y de los miembros superiores; en otrostérminos.' 185 dos polos del. c3mpo de relación movilizan - los 8/10 deldispositivo motor primario,' Solamente la lengua, los labios, la laringe,1;1 faringe y los ..dedos .representan casi la mitad de la totalidad del área 4,'

Page 43: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

86 ",.87,

,, I,

LA ~fOTRICIDAD HlJ~fANA

La ausencia irremediable de observaciones cerebrales directas en losantrópidos fósiles obliga a retomar nuestra 'argllmentación al ni,r~l .delhombre actual. Más 'adelante veremos, por otra parte, ,que se, hace posible'lln~ velrificación a partir de los productos ?e la indllstria, d~ los hombresfósiles; pero, en razón de la un~dad c.rginlca de. los antrópidos, tal, cornoha sido progresiv'amente establecida, las obs~~'aclones en el hombre, actualconservan todo Sll valor para la reconstrucción del pasad?. E,n e~ecto, nose trata ya de enlazar por transiciones dos gruPl)S zoológicos dIfe,re~tes,sino de comparar en el mismo grupo zoolóc?i~o,. el de los antrópidos,diferentes estadios, cronológicos de estructura Identlca.' Agregllemos, co~o'premisa de lo qu~, examin,J.remos ~n el capítulo IV, s= s: trata estrIC­tamente de la ¡reglon medIa del cortex, excl1lyendo momentanean1en.te, los ,territorios f rootales, y por consiguiente, de demostrar qlle la tecnlcldad(con exclllsiól1 de otras form;s. de inte~igencia qlle, vere~os. lllego) es lIt?-,fenómeno precoz en los antropldos y tiene un caracte¡r unICO en toda la,'familia. '

, El dispositivo cprtical del hombre actual (~ig. ~3), ',e,n 1,0 tocante a laparte motriz, está constitllido por el área motrIZ prImaria (are~ 4), ante­cedida pa!:' el área premotora (área 6), como en l?s mono:, Mas adelante,vino a agregarse el área 8, cuya' estrucnlra es lnterm,~dla entre la delárea premotora y la de los lóbulos f :ontales, d~spro.v~stos d~ netlrO?,aSmotclras. El abanico- está, plles, más, abierto, El dISpOSItIVO de lntegraclo.n'motora, qll~ posee. ahora tres pisos, ha' evolllcionado constantemente haCIa

Al comparar con, 'el 010no, se observa que las diferencias cuantitativasson enormes, pero las proporciones de los diferentes territorios 110 hanvariado de manera sensible. En efecto, en el 010no, son los órganos facialesy' la mano los que representan la mitad del dispositivo 111O ter, y la únicadiferencia con el hombre concierne al' pulgar del pie, 10 que responde ala diferencia de locomoción entre los primates arborícolas y los bípedoste.rrícolas. Así pues, hombre y mono poseen una idéntica representaciónneural de la cara y de la mano; es decir, que tienen la huella cerebralde una actividad igualmente compartida entre los órganos faciales y' losmiembros anteriores, En el mono, este reparto interesa las acciones coor­dinadas de prensión y 'de preparación alimenticia, de' ataque' o de defensa,de despiojarniento, de locomoción para la mano, de masticación y de deglll­ción para la cara, a las cuales se agregan algunos gestos y mímicas. Enel hombre actual, el .reparto, corno sabernos, 'es bastante diferente : lasacciones coordinadas de prensión y de preparación alimenticia marcan elpredominio de la mano, al igtlal qlle las de, ataque y de defensa. La loco­moción }!a no afecta a la mano, que tiene, sobre todo, la vocación de unórgano de fabricación, mientras que la cara es el instrumento de la fona­ción organizada en lenguaj e.'

Estas constataciones acarrean U1l cierto número de consideracionesgeneraJes. Sobre ,el estricto plan de la organización de la rnotricidad pira­midal, e! mono y el hombre ofrecen, para el canlpo anterior, la mismafórmula, pero las modalidades de aplicación son diferentes y queda porcomprender l)or 'qué el segundo utiliza su mano }1ara fabricar )' Sll carapara hablar. Lo que importa anotar es que todo' permite pensar q1Ie lasituación del córtex piramidal en los austra lantropos respondía a unafórmula idéntica, es decir" que mano y cara, en ellos COI110 en el macacoo en nosotros, desempeñaban papeles de importancia casi igual y estabanligadas por la coordinación.

Otro hecho que ofrece interés es la' contigüidad de los territorios de'la cara y de la mano en el área ,4 y su situación topográfica común. Hayuna estrecha coordinación entre la acción de la mano y la de los órganosanteriores de la cara. En el ITIOnO, ,esta relación tiene 1111 carácter sobretodo alil11entario, ]0 que" guardando las proporciolles, es \7álido taJl1l1iéJ1para el hombre; pero, adelnás es ilecesario constatar eI1 este últiJl10 tInacoordinación no nlenos intensa entre, la lllano }T la cara en el ejercicio dell'erlguaje. Esta coordinacióJl, que se expresa en el gesto conlO COl1le11tariode la palabra, ,ruel\Te, a aparecer en la esc.!irnra COil10 tral1scripción ,de lossonidos de la ,'oz.' ' ,

Así pues, los sinlios y los antrópidqs, poseen el l11ismo córtex nlotorprimario, con la 'imagen Ilítida de todas las partes del cuerpo donde lacara y la Illano tienen una representación dOl1linante. En el, gato y el pe­

, 'rro, aU,nqlle lnenos nítida, existe la l11isma representación, pero COl1stitu}Te, el últinl0 disl)ositi,'o integrante del edificio cerebral; 111Íentras que en elmono, y,a no, es nlás que la pel1últinla etapa. En efecto" cuando' en un pe­r.ro o en un gato sOl11etidos a la, dOInesticación, se l)rocede, a la destruc-

ción quirúrgica del área motriz piramidal, indep~n.~ientemente de !os tras­tornos motores generales, se observa la desaparIclon d~ los ,refleJ~s ope­'racionales educativos qlle, habían, sido creados en el animal .por la dorna,, y éste' pierde lo qlle había aprendido. En el mono, como vlmo~ antenor­mente, el á.rea motriz primaria. esti reforzada", adelante! por un a~ea extra­piramidal p~emotriz (área ,6) conquistada por el p.rlmer ~~spllegue, delabanico cortical; es a ese nivel donde se produce la lntegraclon, y el areapiramidal ya' no interviene de manera exclusiva, Todo ~ucede como en. un.dispositivo electr,ónico ~n, 'el, ~ual, aprovech,;ndo los ~~l!o~es de combina­'"cienes de un prImer dispositivo, uno tendrl,a la posibilidad ,de a~recentarsus medios añadiendo aparatos suplementarios. En, general, ,lo bl,en fun­dado de esta comparación se demuestra cuando, de~~ués de' destruir ~n elmono el' córtex piramidal, se, constata la, conservación de, la n1emorl~ deeducación: el animal conserva lo, aprendido' y es susceptible de enrlqlle­cerIo. En 'cambio, 1,i destrucción del córtex prernotor .(área 6), qlle cons­tituye el último piso, acarrea 1~ pérdida ~e lo aprendido y grave,s trastor­nos en la adquisición de refleJOS ope.!~cl0n~les nlIe\~Os,. El ?~sp!legtle delabanico corresponde bien, plles, al mejoramiento del dispositivo neural, ala construcción de 11n dispositivo de integración más rico en el mono qlleen el cuadrúpedo.

;

-----------------------------------~----,.. -----

Page 44: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

89

iI

I

y' de los animales, mediante la configuración de su cerebro y de 'Su cabeza".Fue violentamente atacada desde su origen y la ridiculez con la cual seintentó cubrirla tuvo mucho que ver en su éxito persistente. Las demostra­ciones de Gall, el carácter de los criterios afectivos utilizados por él, nopermiten muchas ilusiones sobre el valor objetivo de su teoría y los ana­tomistas o los, fisiólogos le impartieron, inmediatamente el destino quemerecía; mas la seducción que' ofrecía a los espíritus menos científicos,era fuerte. los "bultos" de la filogenitura, de la benevolencia" de la es­crupulosidad o de la destructividad, revelables sobre el cráneo, daba, campo,fácil a la ironía de unos, a la necesidad de misterio científico de otros y"poseer el bulto de la inteligencia o de los viajes" ha quedado eo nuestrolenguaje.Sería interesante analizar las, razones de la larga supervivencia de la

teoría frenológica. El secreto del acondicionamiento fatal de Ios genios,de los criminales y de los idiotas se acerca al del antepasado-mono y seenlaza con el problema siempre presente en nosotros del destino humano.La violencia de los ataques científicos contra GaIl y el resurgimiento re­petido de Su favor a nivel, de la vulgarización emanan de fuentes psico-

,1\;

Fig. 4;. El lenguaje de los' antrópídos. En rayado: zona de ,la rnotricidadvoluntaria de' la mano y de la cara.' El punteado limita el cuadrilátero deP. Marie, en el cual se sitúan las lesiones afásicas: anartria (1); agrafia (2),sordera verbal (4) en el horno sapiens (a), en el chimpancé (b), el austra­Ianrropo (c) y el sinantropo (d). Vemos que en el mono faltan las regionesque corresponden a las zonas de integración por 10 menos en cuanto al reco­nocimiento auditivo y visual. En el australantropo y el arcantropo, en carn­bio, 'está presente la' posibilidad topográfica de los centros de integración

del lenguaje

de

\\\,,I.,..... _-

.., .,. .I \ :I 1:\ #:

\

.. -- .... _"I ,

\

•ba

..",:.:·t., ~. .• •. . ,. .

•_,.-.--', l !

: ~:.1 ..¿:I/': ....~.. ,;~~~, :' ) , r>-\~//

}:"~.k~!'~_/},!!I.•»> .... v, '.!f I 4 I ~I 1 .", " ,:\. 1»., I 3 'v--.:"-~...., .'.._. . ___.,-' ..' ..'.

'.'- '-~ ... ," . .......... ... ."... .. .. . ./_-'"/""

88

8. El médico alemán Francois-joseph Gall (1758.1818)- obtuvo con' la fre-.nología un éxito de popularidad )' de duración que so1an1ente' Cuvier yD~rwin pueden disputarle en biología. .Su teoría,' expuesta en varios tra-,bajos, está formulada con el' título de su obra principal: "Sobre las fun- 'Clones' del cerebro y sobre las de cada una de sus partes, con' unas ob.,servaciones sobre la posibilidad de reconocer los 'instintos, las inclinacío­nes, los talentos o las disposiciones morales e intelectuales de' los '}lonlbres

EL LENGlTA]E DE LOS ANTROPIDOS (figura 45)

Más adelante, volveremos a considerar el problema del lellgllaje elldiferentes capítulos, ,l)ero es bueno tratar de deducir de los datos, aúnincompletos, de 'la anatomía cerebral, cierto nÚl11e~0 de informaciones qllesometeremos luego a la verificación de las pruebas. , '

El córtex de la confluencia de las regiones fron tal, parietal y tern­peral, está constituido por la parte 'baja de las áreas motora y prernotora(áreas 4 y 6); es decir, 'IJor los territorios motores que afectan la cara y lamano, Por delante, el área' premctora está unida a dos zonas de asocia­ción, ocupando una el pie ~..le la segunda circunvolución frontal, (pie ,delárea 9) l)ara ir a apoyarse contra los centros motores de la 'lllallo, la otra,el pie de la tercera circunvolución frontal (área 44) Y veni r a establecercontacto con los centros motores de la cara.

, ,

, Detrás, la lengüeta 1110tr~z,facial y manual está contiglla a las partescorrespondientes, de las áreas somáticas 1 )T 2. Hacia abajo y atrás, toca lasáreas de asociación auditiva (áreas 41, 42) )! más lejos hacia atrás, estáen conexión indirecta con el área de asociación visual 19. El área 44 se,denonlina del lenguaje, desde que Broca, en 1861, descubrió que las le­siones del pie de la tercera, frontal determinaban la pérdida del uso de lapalabra. En cien años, la topografía cortical ha hecho grandes progTesos'r él .problenla del len~aje ,ha .adquirido una base más amplia ele la, qlleimaginaba una neurología aun impregnada de las ideas frenológicas, sobrelas localizaciones cerebrales. s

adelante a partir de los cuadrúpedos: el área 8 orienta la integración rno­tora hacia los territorios frontales, no motores, nluy reducidos ell los 1110-nos y que ell los hombres están aún llluy lejos, de haber terminado sudesarrollo.

En torno al abanico motor se encuentran agrupados dispositivos afe­rentes de impresiones sensoriales, los que aseguran la integración de estasimpresiones ell el dispositivo neurornotor, Las impresiones visuales poseensu territorio propio (áreas 17' a 19) en los lóbulos occipitales, las irn­presiones somáticas forman una banda paralela a, la del área 4 (á,reas 1,2, 3) sobre, el borde posterior de la fisura de Rolando y sus divisionescorresponden a las del área 4. La región temporal (áreas 41 a 44) en' la

, cual se han producido los procesos más importantes, puesto q.lle es el cen­tro del movimiento "de enrollarniento" del cráneo de los antrópidos, ofreceun interés particular, porque su estudio, a partir de Broca, ha involucradoconstantemente al lenguaje. '

Page 45: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

¡;

""

91.

EL ZIN]ANTROPO

. El acontecimiento tal ,Tez más importante para la ciencia del hombrefósil es el descubrimiento por L, B. S. leakey, el 17 de julio de 1959,en la garganta de Oldoway en Tanganyka, de 11n australopitecín'eo detalla htImana, el Zi12'ja11throptts boisei} acompañado de ·un utillaje muyprimitivo pero indisclltible.· Este descllbrimiento sobrevino' algunos añosdespu~s del de la. pelvis de los .australopitecos de Africa del Sllr. Desdehacía dos años, se sabía que el allstralopiteco 'caminaba verticalmente y

"

1

manera infrahumana. La audición de los símbolos es igualmente muy?e,ficiente .. ~strecham~nte circunscrito entre el macizo frontal y el macizorniaco, e~ c?ttex medro de los grandes monos no tiene la' posibilidad físicade constituir un lenguaje. .. .' . En cambio, apena.s inter~·iene la liberación del cerrojo iníaco, la arn­plJ~ abertura' ?~l abanico cort;cal crea una situación topográfica de la cualo,btlene bene.flclo todo el cortex medio. La expansión prefrontal sigue.

. SIendo mU}T Incompleta hasta el bomo sapiens, pero la presencia de lasáreas d~ asociación verbal }r mímica es perfectamente concebible a partir~el ,australantropo. A una posición bípeda y una mano libre, Y' pOlr con­slgllt.ente a una ~.aj¡l craneana c?nsiderablemente despejada en su bóvedan:e.d1u, no puede corresponder SIno un cerebro ya equipado para el ejer­c~c~o de la pal.abra y yo :~reo que debe considerarse que la posibilidadfísica de 'organizar los sonidos }. los gestos existe desde el primer antró­pido conocido. ¿En qué nivel intelectual se sitúa el lenguaje del zinjan­tropo? He ahí una pregllnta de la cual nos oClIparemos luego, con otrosatgllIuentos,. p'ero que no encausa la existencia virtual del lenguaje en .losmás viejos homínidos, . t»

. Así pues, todo p3Jrece demostrar que. el despligue del abanico corticalen' los mamíferos superiores se hace en cuatro tiempos, los cuales corres­pon?en a la evolución postural, En 11n. prin:er tiempo, los cuad~p~doscaminadores presentan sobre el borde de la fisura de Rolando las prIme·ras huellas de un~ organización sutil de las células motoras piramidales,casi todas ligadas a la rnotricidad de los órganos faciales anteriores. Elsegundo tiempo se aprecia en los cuadrúpedos p~ensores; los cuales pre-.sentan posibilidades de posición sentada y de liberación temporal de lamano sin modificación de la suspensión craneana. La banda cortical mo­triz está ya organizada y la mano bien indi vidualizada, El tercer tiempo'corresponde a los monos en los cuales el establecimiento de la posiciónsentada está ligado a una modificación de la suspensión craneana: la bandapiramidal se completa con una banda premotriz Y las operaciones facialesy manuales han sido llevadas a 'un alto plInto de diferenciación. El cuartotiempo está .marcado por la adquisición de la bipedia, con modificaciónprofunda de la suspensión craneana y liberación de la mano: el abanicocortical está .ampliamente abierto };. en conexión por medio de unos centrosaferentes con los diferentes dominios interesados por el lenguaje.

.._. ---_.-_ ....- -- _._-- ..._--_ ...,..

90

lógicas comunes, Puede uno pr~guntarse, .po~ .otra ~arte,. si la teoría fre-nológica no desarrolla una realidad paracientifica evidente. .

Cuando se .desprende su trabajo de. t·ado. el : aparato den,10stratlvo quecarece de fundamento, quedan vanas afirmaciones no desprovistas de valoren su punto de origen. Gall defendió, la especialización de los diferent:sterritorios cerebrales, lo' cual en la llora actual es cosa banal. Pretendíaque cada órgano se prolonga en el sistema nervioso hasta el córtex cerebra!,

..lo cual 'está actualmente adJl1itido. ,Pensaba que n1ucl105 de. los rasgos PSI­cológicos ,son condicionados por el físico, 10 cual está tan1bién afuera de·toda crítica. ,Es posible l1acer de, él~ a ,-oluntad, bien sea un .perturbadoo un precursor. Al. igual ele la ?br.a. ~e N, de. l\J~i_ll~t a nl~dia~~s delsiglo X\'IIJ, su libro parece hoy dla rl~lcu!O. 1}1 clentlflcárnente lnlltlI1zabl~,mas' sus ideas han sido anlplias· y su lntuiclon penetrante. Se puede deCIrde todos aquellos qué se lanzan a la' a"entura científica, que están obli­gados, ,en la per~epcjón intuitiva. ,de una relación. entr~ .dos órdenes de11ecllos a introducJr una demostracl0n generaln1ente Infantil; es l10 reprochedirigld'o por igual a 'los pioneros 'del eyolucionis111o o a los' de la paleon-. tología 'l1un1ana.

El conjunto del dispositivo que acabarnos de describlr c.onstituye ~larmazón cortical del lenguaje del hombre actual }T la experlel1cIa neuroqll1'rúrgica muestra que las ,zonas de asocia~ión que envuelven al có~t~x, motorde la cara y de la mano, participan conjuntamente en la elaborac10n de l?s. símbolos fonéticos, o gráficos. Los trastornos del área 41, e? contactocon el' córtex piramidal de, la cara, acarrean, C01110lo habla visto Broca,la afasia o imposibilidad de formar Síll1?olos fonéticos coherent.es. Lalesión de las áreas auditivas 41-42 deternl1na la sordera verbal o Jncapa­cidad de' identificar las, palabras oídas. De suerte que. l.~s d.os zonas q.lleencuadran las células motoras de la cara, una en transición con 'las reglo­nes pref rontales, la otra con e.l dispositivo auditivo, están IPU~S, directa­mente implicadas en el lenguaje vocal. Pero es tal. vez mas importanteconstatar la naturaleza de los trastornos del lenguaje porque afectan eldominio de la escritura: las, lesiones del pie de' la segunda circunvolución. frontal, que 'toca las áreas 1110to~e~ de Ja mano, determin.an la agrafíá,es decir, la imposibilidad de escribir: 1:11ent~as qu.e. l.as lesiones del áreapreoccipital visual 19 prO\10Cal1 la ale.-;:¡a o, I.l1:POSlbl11dad.de leer. Desdeluego, estas deficiellcias 110 afectan la posibilidad material de ver y deoír o emitir sonidos, Sil10 la capacidad intelectual de expresar o de enten-der los símbolos vocales o. gráficos.

Estos elementos permiten }'a adquirir una primera visión paleontoló-gica del lenguaje. En primer lugar, con,-i~ne dist.iIlguir, en el probl~111adel, lenguaje, la posibilidad física de o:ganlzar sonidos o ,gesto~.expresl"osy la posibilidad. intelectual 'de concebir símbolos eXI)resl\'os, tral:sfo'~Il1a­bles en sonidos o en (testas. Los símbolos, a su vez, pueden ser consideradoscorno concretamente ligados a unas operaciones qlle movilizan el canlpomanual o como abstracciones de operaciones manuales,

El examen del córtex de' los monos superiores muestra que las áreas41 a 44 están a,penas constituidas. En lugar de activar la serie cortical4 6 8 9-44 el conjunto neurónico se detiene prácticamente al nivel 8;, " ,de' suerte qu~ articulacióJl· y gesticulación están, !)lleS, equipadas de una

_....---- '

Page 46: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

93

.1

¡..

I-,..

,~"

último: Mientras resulta fácil reconocer útiles ·a partir del momento enqlle .arreglos secundarios les dan una forma constante, es. difícil pronun~ciarse sobre unos cantos tallados que no serían mis que fragmentos bru­tos. Las. rocas elásticas como el sílex o las cuarcitas, sometidas a un cho-

. qlle violento, liberan f ragrnentos que presentar1 sobre 511plano de rupturauna superficie concoide, el bulbo de percusión, El choque, para determinarlos fragmentos, debe ser aplicado con una dirección }7 cierta fuerza qlle·sLlponen freCllentemente· una intervención conscieIlte;. sin embargo, entrelos miles de millones de ·choques provocadcs l")or la resaca sobre los gLli.jarros o por la caída de una cascada, el azar determina cierto númerode fragmentos de apariencia humana. pe suerte qlle puede decirse qLlesi la presencia de lI11 bulbo de percusión plantea con elevada probabilidad .la cuestión de la intervención humana, deja abierta la posibilidad dedescubrir cierto número de fragnleotos qlle no serán más qlle el frutode juegos ele la naturaleza. Es por ello que a fines. del siglo XIX} los"eolitos" del terciario medio " antiguo turbaron violentamente el mediode los prehistoriadores.

El examen de 1111a colección de eolitos sorprende por una caracte­rística nlU}' notable, a condición de qlle las muestras no hayan sido se­leccionadas conscientemente o no: ningllna constancia morfológica es al)re­ciable en ellos, la distribución de las formas está hecha de. una maneraenteramente fortuita. Las únicas constancias morfológicas posibles de apli-.car son de orden exclusivamente mecánico. Provienen de la delgadez ac­cidental de lIO borde del pedazo de sílex e interesan las partes salientessin discriminación, o responden, sobre tl~OZOSde sílex ffilly alargados, af racturas por flexión. Si hubieren de ser estas las características de . .la.industria más primitiva, la ciencia prehistórica no se liberaría jarn is delproblema y los. primeros testimonios serían irreconocibles. .

Pero. los. choques distribuidos al azar· no son concebibles .sino en elcerebro de 110 sabio que in1Jgina al hombre prin1iti\'0, tal· conlO lo hacíaGabriel. de Mortil1et, conlO una especie de seini1110no aún inexperil11en­tado, qlle se di\!ierte conqllistando· el titulo de primer hombre, perclltiendoa SLl alrededor, l1na de -SllS nl~ln{)S recientemente liberadas de la nlarchapllesta conlO visera sobr~ J~l frente, Colocado de Olle\fO en tIna óptica a lavez biológica y paleontológica, el. problema aparece mlly distinto, Al firialde los capítlllos precedentes, hemos llegado a esta .noción del útil comolIna verdadera secreción del cuerpo y del cerebro de los· antrópidos. Es

. lógico, en ese caso, aplicar a un tal órgano' artificial la-s .normas de losórganos na,tllrales: debe responder ~ formas constantes, a 1111 ve¡rdaderoestereotipo. En ~fecto, esa es la· regla para todos los prod1lctos de laindllstria· hllmana en los tiempos históricos: existe tlO estereotipo delCllchillo, del hacha, del Cé1rro, del avión, qlle es no solamente el pro­dlleto de lIna inteligencia eol1erente, s1r10 el prodLlcto de esta inteligenciaintegrada en materia y fllnción (ver capítlllo XII). S·e podría obj etarqlle para las indtlstrias de piedra· el azar de las fractt1!."as. introdllce nll­D1erosos prodllctos de fornla irreg1llar. Los prehisto.ria:dores, sin embargo,

92

La industria africana dé la piedra corresponde 'verdaderall1ente. a ·10que se puede inlagillar C01110la !)rinlera f?rnla d.istiI1ta del guí jarro ~r:ltO.·Reconocer los prilneros ptOdllCtos ·de la industrIa hunlana no es facII yello l1a· p¡reocupado a los 1)re11istoriadores desde los años sesel1ta .del siglo

. . 'LOS GU.I]ARROS FRAGlvfENT ADOS

..

se había formulado corno cosa más que probable la posesión de un utilla­je. El descubrimiento de Leak~y nl~rca, ~n punto final al nlito. del 11011lbre4•

mono al menos en los medios científicos. Queda pelr .asumir las cO.l1se·cLlellcias que se desprenden de .la. existencia, imprevista, de una hU~lanld.adrealizada desde fines del terciano en su forma corporal, pero aun lejosde serlo en su desarrollo mental,

. El zinjantropo (y los otros australopitecineos) fabrican útiles, 10que por vez prinl;=ra en la, s~rie . zoológica, plantea ,el, prO?l~111a de lavalidez de un caracter específico tornado de un dominio distinto ~l, dela biología anatómica, La aparición d~l útil entre los. cara~teres esp~clf leosmarca precisamente la frontera particular de. la l;llInantdad, hacia unalarca transición en el curso de la cual la sociología toma lentamente elreI~\!o de la zoolocía. En el punto en que se encuentra el zinjantropo, elútil aparece COI110~lna verdadera consecuencia anatómica, única salida pa­ra UIl ser que se ha vuelto, pOlr su mano y. dentadura, .completamenteinerme, y CU}'O encéfalo está organizado para unas operaCIones manualescornplej as. .'

Ra.yrl11ondA. Dart~ quien sa,có a luz en 19) 5 el. p~1111er australopitecoen Af rica del, Sur e 111Z0 despues numerosos descubrInl~entos de otros an­tiguos .antrópidos conocidos, había llega?o, por el estudio de los ,restos de.animales descubiertos con elfos, a la Idea de que los australopitecos ca­zaban, lo que no es el caso .el1tre los. 1110n05. SLl. :aza lJarece habersecompuesto, en el sur del continente af,rlcano, de anti Iope~ de talla, me­diana y pequeña, con. bastante t:eCllencla de. puercos sal\!a)es·)'. babuinos,a veces incluso de animales tan importantes c<?mo la cebra, el rllloceront.ey el hi popótarno o tan l")eligrosos COI110 I~ p:lntera. Antes del descubrímiento de un utillaje de piedra en los ·)~aclI:1JClltoS,·l')ens~ba· qLle los all~­tralopitecos lltilizaban útiles de hue~o, l)artlcularnle?te· hll?le~?S de J11tl-.

Jope empleados COI110 hacha, y habla creado una lndlls~rla ?steodOll~O­kerática" seleccionando los. restos de huesos qlle le pareclan mas aprol)la­dos. Si .bien . parece que la· lnayor parte de esta· industria sea de carácterfort1lito, no debe rechaza¡~se el e111lJIeo t"e11tual l~e.huesos gruesos C01110l1Jchas de. nlano, y sobre todo de Cllernos COI110l11azas o \!enablos.. , En Oldo~1ay, el fósil del zinjantropo )~acía rodeado ~e hruijarros, ta­

llados. Estos. gtli jarros pertenecen a una industria con·oclda desde l1JCel11ucll0 tiel.11po en Af;!:ica con .el n,ol~~re ge .pebble C1Jl':'Il'e, l1allada ·denorte a Sllr en· los horizol1tes nlás alltlg1los del CuaterI1aTlO y de la tran­sición del Terciario, y qlle )'a se suponía d·esde. aJb'rUnos años· antes serobra .de los al1stralantropos.

Page 47: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

II

I...

e

1!II

95

b

a

eFig. 46. Industria del primer. estadio. La cadena operatoria está limitadaa un so~o.gesto (a) que lleva del chopper (b) al hacha bifacial elemental (e)por adición de Ios puntos de choque y. desprendimiento ..de la punta

del útil (c-d)

. .

de este .libro ha mostrado que la imagen del antepasado es una imazenartificial, nacida en el. siglo ,XyII err 11~.ambiente de lucha ideológica,fuera de tod~ fondo paleontologlco. Esta Imagen no ha cesado, en el sigloXIX y la prlmera mitad del XX, de ser proyectada sobre .105 fósiles a

'.:/. "';".•. , v .. , ..... .•t.

.- ._. _.__ .._-------

94

.. .. ...... . . . ..' .. .. .. . . . .".: _.,,",. .

EL ESTEREOTIPO AUSTRALANTROPIDO (figura 46)

los guijarros fragl11elltados .de ·la pebble culture responden precisa;merite a un estereotipo atestiguado por millones de objetos. Su confesiónsupolle dos guijarros, uno desempeñando el papel de percutor, el otrorecibiendo los choques. El golpe se aplica sobre uno de los bordes, per­pendicularmente a la superficie, y desprende un fragmento que deja .so­bre el guijar,ro· un filo agudo; dos o tres fragmentos sucesivos hacen tIll

filo más largo y sinuoso. Aplicada sobre una sola cara, la operación daorigen al chopper; aplicada sobre las dos caras determina un chopP.iJlg­tool. Sin paralrnos en lo arbitrario que puedan tener las palabras de"tajador" y de "útil cortante", en cuanto a la función de los objetos,se puede constatar que la operaci ón implica un solo tipo de gesto, elmás sencillo:· golpear el borde del guijarro en ángu10 de 90° .. UJ2 gestodando origen a nn borde cortante es verdaderamente el punto más alládel. cual no 11ay. identificación posible; razón por la cual }70 piensoque será .diñcil ir más lejos. del australantropo en la búsqueda de losorlgenes .de la industria. ·Por otra parte, no considero sin disgusto estacarencia, pues· el australantropo no es ciertamente el punto de partidade las operaciones manuales.

Tal COI110 aparece a través del utillaje de cbop pers descubierto con. el zin jan tropo y en los innumerables equivalentes que. llenan el suelode Africa, el australantropo fabrica objetos cortantes sobre gllijar¡:os, me­diante un gesto. único constituido l)or la, más simple percusión, (llle serviria asimismo para ¡romper huesos, aplastar nueces o matar a golpes unabestia. con una maza. En Oldoway y en otros. lugares, los ···restos de aus­tralantropos están, de hecllo,· acompañados por centellares de huesos rotos.La . tecnicidad de los primeros antrópidos conocidos es,· pues,. excesivarnen­te .simple .y bastante conforme a lo poco· que se sabe de Sll cerebro. Sinembargo, es ciertamente 11Ul11ana .y aparece· coherente .con el .organismodel ser que completaba.": Implica .un estado real de. conciencia técnica,pe.ro de una conciencia que no obstante debemos cuidarnos de juzgar a

. . L

nuestra medida, pues es seguramente menos peligroso .ver en la tecnicidadhumana un simple hecho zoológico que aplicar al zinj antropo un sistema·de pensamiento creador que desmentirían. 10·s innumerables 'milenios du­rante los cuales su industria permaneció idéntica. y corno ligada a la for­ma .de su cráneo.··

. El estudio de los primeros antrópidos . podría así conducir a ·unarevisión completa de los conceptos sobre el hombre .. El .primer capítulo

d

no cayerol1 eh engaño y cada período ·es designado por sus estereotiposCOI110 la raedera y el buril. Podemos, y aun debernos representarnos lainteligencia de los primeros antrópidos corno inferior a la nuestra, lJero110 imaginarla corno biológicamente incoherente. Por consiguiente, los úti­les más antiguos 5011 indiferenciables de la piedra bruta, o bien respondena. formas constantes.·

'A' •

--~-_.. _ ...

Page 48: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

'1,

97

I

EL, ESTEREOTIPO ARCANTROPOIDE (figura 47)

El procedimiento primitivo de 'corte por percusión perpendicular qllehabía permitido la confección de los cbop pers, sigue en uso para el,primer desbastamiento de las hachas y de los bifaeiales, pero se agregaa ello una segunda serie de gestos según la cual el núcleo de piedra quese convertirá en el útil es, golpeado ya no perpendicularmente según sugran eje, sino tangencialmente, lo ella! determina fragrnentos mucho má-slargos, mucho más finos }' muy? próximos de lo que serán los fragmentosutilizados por los paleantropos. Sin embargo, el utillaje queda limitadoa mlly pocas formas; es decir, a los fragmentos directamente utilizados'y a los "útiles sobre nucleus": destrales y bifaciales. La evolución que seha producido entre el australopiteco y los arcantrópidos se traduce,por consiguiente, por la adquisición de una serie de gestos suplementa-

. rios. Esta adquisición corresponde a algo más qlle una simple edición,p1les ya implica, al nivel del indi\lidllO" una' tasa elevada de previsiónen el desenvolvimiento de las operaciones técnicas. Cllando el australan­tropo daba forma a un chopper, vislumbraba ya el útil terminado, ,puestoqlle ,estaba ~bligado a escoger, entre los gllijarros" aquel cuya forma po­día darle orIgen; pero el juego de las posibilidades era muy amplio y la ~

'El' utillaje oe los pitecantropos . tampoco se Conoce bien, pues los'sitios donde se han encontrado los huesos rio son hábitat y es sólo porcomparación corno se les puede atribuir una parte' de la industria des­cubierta en java. El de los atlantropos, en cambio, es bien conocido ycorresponde a una etapa aún bastante primitiva del .Acheliense. Al hombrede Mauer no se le conoce aún industria algllna, ni tampoco 'al af rican'tropo. El único plInto de referencia firme es,' por consiguiente, el qllenos dan los atlantropos de Ternifine; en cierta medida su aporte es tanre~rol.llcionario como el de los aus~ralopiteco~.' En efecto, hasta el descu­brimiento en 1954 por C. Ararnbourg de útiles y mandíbulas de atlan­tropo, ~.ln era posible hacerse ilusiones sobre el nivel de tecnicidad delos arcantrópidos. La industria del sinantropo era tan ingrata 'qtle nocomprometía ninguna hipótesis (el abate' Breuil sin embargo había hechoobservar qlle correspondía a 110 nivel técnico superior a lo qlle dejabaSt11)oner su aspecto) y para, los otros fósiles, nada obligaba a acordarlesuna il1dl1stria., Se debe reconocer' qlle fue con la 'más extremada reticencia'como los prehistoriadores }? los paleontólogos terminaron por admiti r, g'ra­cias al testimonio .irrefutable de los hechos, qlle los arcantrópidos eranlos autores prillcipales, de las industrias del Paleolítico inferior y delAcheliense en particular. El testimonio de los atlantropos, quienes talla­ban hachas }', basta par,l hacer admitir qlle SllS contemporáneos de lasotras partes de Africa y. del, Antiguo Continente eran de la misma na­turaleza antropológica qlle ellos. Incluso si uno se limita a la sola indus­tria descubierta en Ternifine, es' posible establecer los caracteres del es­tereotipo industrial arcantropoide.

. .:.'...

96

" ,

Hemos visto en el capitulo JI que el conocimiento ,que tenemos delos 'arcantropos, l)ese a importantes lagunas, es suficiente corno para 're­presentarnos, su aspecto físico con cierta precisión. Su dOl11iI1ÍOgeográficoes lTIUy vasto puesto que, en el orden, cronológico de los descubrimientos,fueron . ,señal~dos ell Java . (Pitecantropo), en Europa (Mauerantropo j ,en China (Sinantropo ), en Africa del Norte (Atlantropo ) y weroslrnil­nlen.te en ~frica or~en~al, (Af ricantropo ), Cada' uno 'de esto~, fósiles" pesea divergencias anatómicas, pose~ tantos caracteres comunes que se lespuede agrupar" bajo el título ge!leraI de arcantropos. Hasta donde sepueda juzgar, tienen una .repartición relativamente coherente en el tiempo }' se reúnen ,( de manera ciertamente nlU}' arnplia ) en la inmensa du­ración del Cuaternario antiguo, dejando el Villafranquierise . a los aus­tralantropos y el Cuaternario medio a 'los paleantropos. Su aspecto físicoera el de honlb.res por la, esta,tllra ,Y la manera de t~11erse, pero su cráneo,corno hell1o,s ."IStO, of recia aun un ~'specto l11uy diferente del, nuestro }' ,su cerebro, bien que notablemente mas ,desarr91lado que el de los austra- '.lan~ropos, .estaba todavía firmemente limitado por delante p.or el 111ac1zo'orbital, mientras que su volumen (1.000 C1113) correspondía a un 1)OCO'menos .del doble del de' los australantropos y escasamente a' dos terciosdel de los hombres actuales. .Las manifestaciones intelectuales, de los' ar-

, .cantropos d7s~raciadal11en te no han 'si do. establecidas más qlle en UI1 nú­l1le~o, nluy lllTIItad? .de docull1entos. S,olamente .los sÍllantropos' fuero11 des­cubJertos en su habltat, pues los atlatltropos n,o han sido encontrados, Sill0en . las cercanías de, una fuente,' el hombre de ]\,faller el1 alu\Tjones" el~frlcan~ropo 'e'n fragmentos nlenlldos' en los ,sedinlentos de un lago. La,Ind.ustr1a de l~s arcan tropos así,áticos no ha sido aÚll completal11el1te di~lucldada: ,los slnantropos dieron Jl1iles de útiles tallados en Ul1a ¡roca cuar­zosa de tlna calidad absolutanlente ilnpropia para hacer' resaltar el detallede sus posibilidades de fabricantes.

LOS ARCANTROPOS

. ., ,

medida de su descubrimiento, en una búsqueda sistemática del contrasteentre ~l .110mbre.lnon~ y el hombre-sabio (Pitbecantrop us y h01J10 sapie11J).Esta actitud es sernej ante, por otra parte, ell los racionalistas y en loscreyentes: en realidad pe~nl~nece aj~na a una solución humana del 1)ro­blema del hombre. Su objetivo es situar, en un punto de la sucesión decriaturas cada vez n1el10S bestiales, la uf rentera de la humanidad' 'el"~ubicón cerebral", la "la búsqueda de Adán". Pero se trata de algo ;l1UYdiferente: en lugar de una superbestialidad que terminaría no se sabebien CÓ1no por, adquirir el "mínimo 'pensante" humano, el australantro-1)0 pres,en~a una l1umanida? realizada, pe; ro , para decirlo así, desfiguraday .veroslmilmente por debajo de 10 que se podría acordar t01110 '1111ín11110

pensante" 'a un mono para que pudiera ser considerado COI110 antepasadodel hombre, '

.'

Page 49: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

. ,

99':

.,¡

· ¡

· I: lii:""· I,. ,

LOS PALEANTROPOS

. Los límites del Paleolítico inferior y del P~leolítico medio, es decirde Ios paleantropos y los arcantropos, son bastante imprecisos, lo cual es

.:;_ . Fig. 47. Industria del segundo' estadio. La cadena primaria' (a) seenriquece con un segundo tipo de golpe (b). Los útiles, además delos fragmentos directamente utilizables, son el destral (e) y el hacha

. de mano bifacial (d)·

,. ,· ,i· ,: .

; i: 1

i II !;i

": '1· I;i-r

¡ .¡ ;

: ?;'h;Ii !:; l': :;'-

:

d

- .e,

· I: I

_.- ._ ...- ...

.-·~.

"

· .,

I

!

98

I

• • •• ••• - .. e ,

." .. "'""/.'

: 1:; '11I!

. . .intervención personal del fabricante podía solamente actuar de una roa:riera mu}' tosca. Para el atlantropo, el asunto es rnlly diferente: la con­fección de un destral sltpone la selección del plInto sobre el cual, en unbloque, será. desprendido el fragmento grande cuya cara cortante consti­tuir.i el borde activo del futuro destral, requiriendo 'además un trabajo

- . de .arreglo secundario. indispensable para recortar en el f ragrnento inicialuna forma qlle preexiste en consecuencia en el espíritu del fabricante. Elmismo .p!:'oceso aparece, no menos claro, en. la . confección del bifacial,qlle supone una selección juiciosa. del glIijarro o. del bloque de piedraen el cual el retoqLle va a tallar el útil en Forma de almendra ..

.: La inteligencia técnica del arcantrópido se evidencia plles, ya ffilly

compleja, . , r isto qlle el estudio de SlI industria atestigua la posesión de dosseries de 'gestos combinables para obtener, a partir de un bloque cons­cientemente aislado, una forma estereotipada.

Esta constatación plantea .unas pregllntas importantes. La duracióndel Paleolítico antiguo es inmensa: tres o cuatro cientos de miles de añossegún las estimaciones nlenos' generosas. Durante este largo. período, lasindustrias evolucionan a un ritmo tan lento que no dejan, desde el Abbe­villiense hasta fin del Acheliense, de conservar el mismo esterotipo, en­riquecido solamente por algllnas formas y mejorado en la precisión desu ejecución, Si la paleontología humana fuese menos avara de documen­tos.. se podría medir la importancia de' la evolución física de los arcan­trópidos. Desgraciadamente, los documentos son' tan raros que' a la horaactual no se. sabría aún relacionar la evolución del cráneo .(y por con-.siguiente del cerebro)' con la evolución de los útiles de la qtle testimonianlos millones de documentos de todo el Antigllo Continente. Sin enlbargo,.es suficientemente evidente qlle los más antiguos paleantrópidos han de­bido . enlazarse con los arcantrópidos más .recientes, lo que, considerandoa' la vez los fósiles Y. los .útiles, impone firmemente al espíritu la idea deuna evolución sincrónica del utillaje y de los esqueletos, Podría decirseqlle entre los arcantrópidos, el útil queda en gran parte como una erna­nación directa del comportamiento específico. la inteligencia individualdesempeña en ello ciertamente algún papel, pero cuando se consideran. dos bifaces, uno del Abbevilliense y el otro de fines del Acheliense, nopuede escaparnos que en varios centenares .de miles de años ffilIy pocosarcantropos de genio han debido surgir en la serie filética para modificarel estereotipo industrial. los atlantropos, sinantropos y pitecantropos apa­recen como correspondiendo bastante bien a la noción, ffilly vaga porotra parte, del h01110 [aber de los filósofos. La tecnicidad en el hombredurante la l11ayor pa.rte de su duración cronológica (después no quedaránmás qlle unos instantes geológicos qlle recorrer)' dependería, pues, másdirectamente de la zoología qlle de ninguna otra ciencia.

b

__ .. -

.. .... ..~-~.... .: ..-.-: -::-:::_:'.-:.-:-;--~-

--

..

.. -. . ......~ .. - .."', :.~....:................. _ .-

.. ..... .... . ... -.;:, . "'....- - .......:....--. rz: ~ ", :.-_::.-

.. - '::'" .lo ........ •

.' ...- . -- '-

.'

a .t

. ,. -'

, .. - .

... .. ..:: .. ' .

, ' .... " , ...•,', , ..... , ' ,

-- ..: ._'

_l' 1-. : t.

Page 50: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

101l •••

; :j. '!.,

· ,,,

: 11'· ,· !~· 1;·· !

· ';

, :; ,! :

,i

; 11· .

· Ii

,,

: i I; .i· :~

· i, il· '1! ¡:! ,; ':

i.~ !:~ i

I .I, .,

t 1:~.· .: ¡

,i :.. 1:

¡ "! :,

· I: !

, .¡

l! •

, .

, ..

EL ESTEREOTIPO TECNICO LEVALLOIS-I\-IUSTERIENSE (figura 48)

En el Paleolítico medio se produce una evolución muy importanteen el utillaje lítico. los arcantropoides del período precedente seguían

. aún en buena medida la tradición primitiva y sus útiles, biface o destral,eran sacados todavía de un bloque como lo había sido el cbop per de losaustralopitecos. De este bloque se sacaban, como subproductos, fragmen­tos cuyo filo podia o no servir, En el Acheliense, el adelgazamiento delos' bordes del hacha de mano bifacial por perCllsión' tangencial hacía.desprenderse de la matriz grandes lascas anchas' y delgadas que desdeentonces, fueron utilizadas como útiles cortantes. Es a partir de este des-'arrollo del corte 'en sierra del hacha bifacíal cuando nace la técnica cali­ficada de levalloisiense por los prehistoriadores. El bloque, que estabainicialmente destinado a transformarse. en útil de forma amigdaloide, seconvierte en fuente de fragrnentos de forma predeterminada, que' a S11

vez -serían los útiles. Para alcanzar este resultado, el núcleo es primera·mente tallado como 11n esbozo de hacha bifacial, lllego· preparado paral~lextracción de un fragmento y retallado para extracciones sllcesivas has­ta su agotamiento" La preparación pllede ir hasta el plInto en que unsolo golpe de perclltor saca del núcleo a voluntad t1na pllnta trianglllaro a 11n fragmento de forma sllb~ircular o t1na lámina lasrga y estrecha.

En la cima de S11 evolllción, alcanzada completamente en tiempos delos neanderthalenses, la técnica levalloisien-se representa lo qtle la hllma-

!I!

,. '.. :'1I

TESTr~·fONIOS lNTELECTci-\LES DE LOS NEANDERTHALIENSES

El número de hábitats del Paleolítico medio. que han sido regis­trados. es nl11y elevado y, a pesar del carácter deplorablemente sumariode la mayor parte de las excavaciones, se posee sobre la vida de loshombres de Neanderthal una suma de informaciones importantes. Lo qllese .debe lamentar es qlle, prácticamente sin excepción alguna, los mejoresprehistoriadores hayan dedicado S11S empeños a hacer buenas cronologíassin anotar los innumerables detalles qlle hubieran permitido enriquecernuestro conocimiento sobre las actividades intelectuales y sociales de loshombres de aquella época. Sea corno fuere, poseenlos documentos sobrela vida técnica, sobre el hábitat }' sobre ..10 que se ha podido atribuir aactividades de carácter religioso o estético. Sin embargo, lo más aclaradoes lo referente a la vida técnica.

...

: .,.,· i'· !:

. .

rios prefrontales tienen aún un volumen .relativarnente restringido. Esono impide que' su capacidad cerebral sea, por tal razón, tan sólo equi­valente o apenas superior a la media nuestra, lo cual ha sido un motivode embarazo importante para los paleontólogos de principios de siglo.Se debe admitir que, aparte del detalle nluy importante de la' exigüidadde los territorios prefrontales,.· el cerebro del hombre de Neanderthalcorrespondía sensiblemente al nuestro en su dotación en células, en par­ticular para los territorios del córtex medio.

-- __ o • _

100

110rl11al si se concibe la e,7~lución COU10 un fenómeno progresivo, El nú­mero de paleantropos COI10Cldos por sus. restos óseos es comparativamentenluy elevado; más de un cent~n~r. Su difusión .geográfica e~ considerable,pues s~ han enco~trado ell Belg1c~, en Alemania, en Francia, en España,en ItalIa,. en Grecia, en Yugo~lavla, en' Crimea, en Turquestán, en Siria,en Palestina, e? Irak, en África del No~te, en Abisinia, en Rhodesia yen J~va. A~el11as, muchos de ellos han sido encontrados acompañados deuna industria y, bastante frecuentemente incluso, en su hábitat. Es difícilestablecer' la duración de su historia, pero puede admitirse sin entrarell detalles que corresponde a la segunda parte del penúltimo interglaciarya. la primera parte de la última glaciación; es decir, de una maneraaproximada, de dos a trescientos miles de años hasta cerca de cincuentamil .años an5es de nuestra época. Su existencia ha sido, pues, incompara­blenlen~~ mas corta qlle la ~e los arcal:tropos~ 10'·que corresponde a laaceleración general que atestiguan las Industrias humanas, No' es fáciltrazar una curva de evolución cronológ-ica de los diferentes testimonios,pues su ordenación exacta es todavía 1110ti\'0 de' discusiones entre losespecialistas. Sin embargo, 10 qlle se sabe de los más antiguos (Steinheim,SaccolJastore)· .y de los nl~s recientes (neanderthaloides) permite pensarglle la curva de su e\"()lUCIÓn corresponde a la continuación de la de losa¡rcant~~pos:, Con frecuencia, los' pa1ea?tropos 11a.n sido clasificados bajola calificación general de neanderthaloides; yo plellso, COlTIOWeidenreicl1}T Sergi, qlle esta denominación es abusiva y debe ser correcida. En efecto,por un fenómeno muy corriente en las ciencias naturales, 5:ha relacionadoel' primer fósil conocido, es decir, el hombre de Neanderthal, con todoslos. fósi!e~ .que "ini.er?n ~espués,. 110 siel1.do !a paleontología humana capazen 5115 InICIOS de distinguir las divergencias .internas de la serie y tornandoen .c~enta solal11e~te ~1 aspecto gelleral ?e los testimonios, Hoy se "e' qllt.1~s l1eanderthal~ldes. ofrecen el1tre. 51 n:tl}' grandes diferencias y que,so~o el s=r= ma~ .reciente de Ellra:J~ occidental responde a lln tiIJO CO.

. 111un que es, preosamente, el del. fósil de Neanderthal, Yo consideraríapues, COI110 neanderthaJoides, los fósiles asociados en' zeneral a una in ~~.dustria .musteriense, caracterizados lJor un tipo físico ~7ecil10 alJiornbrede La Chapelle-aux-Sáints descr2to por Boule }T localizado en el tiempo~lr~dedor de 100.000-50.000 an.os. Estos nea~dert~alellses constituyen eluruco grupo del clan se. puede intentar una SlJltesls,. pues 5011 los únicos

. ?e los .cuales se posee, ,de varios ejemplares, el esqueleto, el hábitat y 'la .industria, Por lo .demas, aseguran elementos de comparación suficientecomo para caracterizar una etapa mayor de la' humanidad .entre los arcan­tropos y el h01JI0 Japiejls.·

Precedentemente hemos ,risto que· el cráneo l1eanderthaliense 1113Jr.caba. el estadio lnáxilTI? al qlle ha~ía po~ido llegar la arquitecttlra l1un1al1aarcaIca. la pernlanencla del cerroJo orbItal. determina ell. ellos Ulla nl0r­fología ceírebral .muy 'p~rticular don?e la expansión afecta, lJredominan.~e~lente la parte posterIor de la caja craneana. Es, ..por consiguiente, elultImo estadIO comproba~o de un cerebro llunlano en el qlle Jos territo.·

Page 51: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

103'. .

. :

102

..'.' .'

.'

.' .

-J

. .1,,

: .

1

. ,

.!

¡

. 1:

.' . eb

I,. ,I

nidad ha creado de más elaborado para .. la fabricación de los útiles de'- sílex. La existencia de vastos talleres que los palean tropos frecuentaron,

g'eneración tras generación, para tallar la materia prima, permite, gracias.'a decenas de miles de. fragmentos, de núcleos agotados y de fracasos deFabricación, representarse hasta qué .. punto de tecnicidad habían llegadolos paleantrópidos. Para extraer una punta triangular, se' debía primeroescoger un bloque de sílex' del cual fuese posible hacer. un núcleo. Estebloque, qlle pese'. a la. selección podía tener defectos, era trabajado detal manera ql,1e el proceso de _preparación hacía desaparecer la mayorparte de las imperfecciones. o las situaba en zonas donde serían elimina­das en el transcurso de los retoques sucesivos. La extracción de. la punta

.. exige, por lo menos, seis series de" operaciones rigllrosamente encadena­das, condicionadas unas por. otras y suponiendo una rigurosa' previsión ..Estas operaciones movilizan y combinan las. dos series de gestos quehabían sido adquiridas por los arcantrópidos.

Es de notar otro hecho: en lo tocante al útil, 1,;1 transferencia se ha·hecho de la masa inicialmente destinada a constituir el útil hacia elfragmento sacado de esta masa. PO:f consiguiente, en relación al estereotipoaustralopiteciense, se .ha producido LIn desplazamiento, que, como vere­IDOS seguidamente, marca las industrias más. evolucionadas. En otras pa­labras, el bloque inicial, de útil qlIe era se transforma en' fuente de útiles,y veremos a partir del Paleolítico superior intervenir una etapa suplernen­taria en la cual la lámina o 'la lasca. ya no serán útiles, sino que,' fraccio - .nades, servirán de pLInto de arranque al utillaje propiamente dicho. Enel capítulo IV nos oclip~ren10s más extensamente de la diversificación yde la especialización del utillaje. Pero cabe adelantar que la. diversifica­ción del utillaje en relación a los períodos que preceden es ya muy sen­sib!e en el Ievalloisiense-rnusteriense, pLles, a partir de los .fragmentos sa­cados' del núcleo, uno ve multiplicarse los raspadores, las puntas, los (11-

chilles, las muescas, etc. la industria lítica de los palean tropos testimoniapOlr consiguiente una inteligencia técnica ya extremadamente desarrollada.No hay muchas razones para' establecer. una' discriminación entre la acti­tud del técnico paleantrópido y' cualquier otro' técnico .más reciente; almenos, repetimos, en el plano estricto dé la mteligencia técnica, la cualrequiere un área piramidal y unas áreas de asociaciones idénticas a lasnuestras, siquiera hasta el área 8. Los documentos suponen probablernen-.te mucho más, pero hay ql1e esperar hasta arribar al problema del len­gllaje pUira .ahondar en la naturaleza de la inteligencia paleantropoide. Enel. levalloisiense-rnusteriense, todos los problemas importantes' planteadospor la industria del sílex están resueltos y directamente a partir de. ahícontinúa la evolución hasta la aparición de los metales. Sobre este plano,el hombre de .Neanderthal apa¡rece como mlly diferente "al último testi-:go del "Imperio de los Antropoides".

Se poseen rnlly' pobres testimonios sobre la industria del hueso y dela madera. En (llanto a la industria sobre materia ósea, parece que lasituación no haya variado mucho desde los australopitecos. Los neander-

•1

d

a

-

Fig. 48. Industria del tercer estadio.' "Las dos primeras series degestos (a' y .~) Ilevan a. la extracción de un fragmento preparado(e) . :La adición de la primera serie (d) }' de la secunda determinaun bifacíal muy disimétrico, el nucleus (f). De él ~e '}Juede extraerel fragmento Ievalloisiense (g) o series de fragmentos lamina..z:es (h). La preparación laminar da el fragmento ~ecesario para la

extracción de la punta Ievalloisiense (i )7 j) . .

Page 52: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

105

,, ,

, ,

·h9

fe•/'

rHABITAT Y VESTI~[ENTA

Muy pocas observaciones han sido hechas sobre el hábitat de losrnusterienses, y es tanto' más lamentable que, sea en .grutas o al aire libre,varios centenares' de 'yacinlientos hayan Sil-IO vaciados. De las escasas ob,servaciones hechas, lJarece evidente qlle los neanderthalienses poseían cho­zas. No se repetirá jamás suficientemente hasta qué pLInto la leyendadel hombre gllJ¡~ecido en las grutas cuando el frío se hacía sentir, hapodido perjudicar en el espíritu moderno a los hombres del Paleolíticomedio. las grutas escasean: millones de kilómetros cuadrados carecen to­talmente de ellas y sin embargo se encuentran' por doquier, en África oen .Eurasia occidental, testimonios de la frecuentación paleantropiana. 11e­jor aún, al realizar observaciones, uno se apercibe de que la industriadescubierta al aire libre responde a zonas más o menos circulares, vesti­gios de antiguas cabañas. la organización interior de estas cañabas, cornola de las grutas donde una minoría de neanderthalienses ha vivido, esconocida gracias a dos o tres ejemplos en Occidente y en la U. R. S. S ,lo revelado por ellos está lejos de testimoniar una organización dornésti- .ca muy adelantada: los paleantrópidos vivían en un círculo de algunosmetros sobre elIyo contorno echaban progresivamente los restos de 511 con­sumo alimenticio, y en particular los fragmentos de huesos triturados deanimales. La situación doméstica de los zinjantropos y' de los sinantroposno parece haber sido mll}'· distinta.

En cambio, sabemos que las técnicas de la carnicería y .del despelle­jamiento (figura SO) estaban tan adelantadas (0010 las del sílex, lo cualno tiene nada de sorprendente, porqlle la mayoría de los útiles era desti­nada a cortar y hay .una asociación estrecha entre las técnicas líticas y eldestino de los útiles. las huellas dej adas sobre los huesos de los animalespor los filos de los cuchillos permiten establecer qlIe los animales erandespellejados a fin de utilizar las pieles. Además, se han encontrado fa­langes o garras de carnívoros con piel, tal como el oso, qlle atestiguan

br---'-' ___.(_ ">~-----~

iI

,1,, ,

thalenses aserraban astas de cérvidos, que es el único testimonio seguroque se posee.· Sin' ,embargo,· .muchas veces, ciertos prehistoriadores han'presentado f ragnlentos de huesos rotos o pulidos corno. testimonios deuna industria qlle hubiera utilizado los fragmentos naturales de una ma­nera directa -. Se ha supuesto, incluso, la utilización de picos o de hachasde mano hechos con mandíbulas de oso, y de útiles para trabajar el cuero,pero esto. no resiste una crítica tecnológica 11n poco rigtlrosa. En .cuantoal trabajo en madera, los testimonios son indirectos pero precisos: la au-

. sencia de elaboración' de un utillaje de huesos y, por el contrario; la abun­dancia extraordinaria de f ragrnentos de. sílex, cuyas huellas de uso indicanqlle sirvieron para trabajar, bien sea el hueso o la madera, imponen laidea de qlle. el trabajo, de la madera desempeñaba un .papel importante.Podemos imaginar a los paleantrópidos utilizando unas azagayas qlle soncomparables, ..por ejemplo, a las de lbs australianos (figura 49) .

104.

a

de-

.....

Fig. 49... Utillaje músrero-Ievalloisicnse. El bifacial subsiste (a); se leagr~ga unos productos de corte: fragmento Ievalloísiense :(b), fragmentolaminar (e), pu~ta (d). los subproductos de la. preparación del núcleopueden ser t.r~baJados en puntas. cortadas (e) ~ en raspadores (F). Los dese­chos son uti Iizables para las piezas con dentículos (g) y las raederas (h)

Page 53: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

107

:;

. .,

;:

.. ¡

ie ,

1:

. ¡

.. _.

TESTIl\rOi\IOS DE· l:NA 10JTELIGE0."CIA NO ESTRICT A~IENTE TECNICA

El problema más personal q1le puede plantearse el. hombre es el dela naturaleza de su inteligencia, puesto qlle, en definitiva, él existe sola­mente por la conciencia qlle. tiene de existir. La Iglesia, con Sll pensa·miento rn.is tradicional; aplicado incluso al evolucionismo, puede resolverla dificultad de 11n ser qlle se vuelve progresivamente humano admitiendoqlle, según el sentido. religioso, una humanidad plena fue g'raciosamente

..otorgada al primer homínido llegado a una suficiente madurez. Desde en~'tonces carece de significación buscar qué eslabón de la cadena antropoidese ha convertido, por gracia, en el primer hombre; puesto qllC segurJ~mente aquél que muestra preocupaciones de carácter religioso o mágico,es ya u·n hombre. Por extraño que. parezca, la posición racionalista tra­dicional no es diferente, abstracción hecha del motor, qlle deja de llevar110 nombre para convertirse en una fuerza de evolución imprecisa. Porsu comunidad de origen cultural y por sus múltiples ensayos de concilia­ción entre los contrarios aparentes, clericales· y racionalistas de los siglosXVIII y XIX superponen de un modo inextricable el hombre a la imagende Dios, Dios y' el hOI/IO sapie ns, La primera parte del ,siglo xx no haagregado mucho a este pLInto de vista, .qlle por lo demás se acomodacon la penumbra discreta que se desprende de los materiales. En defini­tiva, no resulta molesto ni para los unos ni para los otros' qlle 11n monomlly esfumado sea el pLInto de partida de una marcha ascensional qlletermina en el hombre-sabio, situado (por Dios, por él mismo y por eldeterminismo) en la luz plena de 511 inteligencia.

Pero ¿es lícito plantear el problema de esa manera, para. poner enentredicho, no a 11n IDlly lejano personaje impreciso qlle ha dejado deser mono para' convertirse en antepasado, sino directamente al hombre ac­tual? Percibimos nuestra inteligencia como 11n todo y. nuestros útiles co­.mo el f ruto noble de n uestro pensamiento. El australantropo parece más

'.

1. lj

"

el hecho de que ciertas' pieles al menos conservaban sus gar,ras .a la ma­nera de nuestras actuales "alfombras de cama". Se puede así plantear.corno hecho evidente el lISO de las pieles para la protección, pero ningúnelemento permite en cambio distinguir entre la utilización como ropa· yla utilización COD10 .marerial ,de cama, ~ pesar de que esta última ,~stéprácticamente admitida. Es necesario,' "por añadidura, no olvidar que larepartición g:eográfica de .los paleantrópidos es mll}' "asta y que los deAfrica pudieron tener LIn° modo de "ida. distinto al' 'de los de Europaoccidental,' los cuales, .sin qlle por .ello se deba exagerar el :rigor delclima "glaci~r", debían, antes qlle todo; asegurar su protección corporal.Se ignora todo sobre la pilosidad eventual de, los paleantrópidos y nadapermite incluso .hacer hipótesis, Olas se' sabe qlle en el' siglo xx todavía,bajo 11n clima tan poco clemente como· el de la Patagonia, los últimosfueginos vivían desnudos, con la única protección. de una burda pielutilizada conlO protección individual .

j

! .

'---- ._,.. __ o • _ •• __ • ....

106

lo. . .

Fig. 50. ,Los huesos rotos para extraer la médula han sido 'fr~cuentemente consi­fer~dos: COmo u.tlJes (a.y b); ninguna l1u~1la real de uso se "e en ellos',' En cambio,1as. uel1as de 'corte dejadas por los cuchIllos. de sílex son frecuentes en las articu.. aciones (e, d, e) o en las falanges (f). Unos fragmentos de hueso han servido

frecuente~ente de apo)'o para el retoque del sílex y Ilevan sus huellas (g)

J fd

I_,,;-- __ o .... -

• o' _.. '. -..~.' ',-' .':'

-... -_.-. .. ..-'- ;- -_: - . .~ '-. -_ o---- .

:t c."".Joe ,

eba

~....

, l', I"l., . ,, .

. ! -,, . \\.\ .... ' .l., • ", 1 ..

1.(l••

.,1.

o

. ....;,: n '\

; I! ''. : .,n ; : ', I ;,l' .:. ; ,,;

I

------------------., -----

Page 54: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

. 1

:I, ,,i

109

!, ¡

, ,

,, ;

,

:1,1I1I

". 'i

'¡, ;

I..,j,il, ,1

1:!

"1•

, "" :

. ';•

EL CULTO DE LOS HCESOS

La frecuencia o 1,1 disposición de ciertas partes del esqueleto de hornbres o de animales han sido ampliamente explotadas. Podrían ordenarselos documentos bajo tres grand,es ternas: el culto de los osos" el culto delos cráneos y el culto de las mand íbulas. ' . .

El culto de los osos nació de las numerosas indagaciones hechas enlas grutas de Europa, donde se encuentran verdaderos osarios de os~s delas cavernas. Algunos investijrado.res han' notado qlle en las excavacionesencontraban con frecuencia paquetes de huesos largos, fémures, tibias, ohúmeros como alineados a lo largo de las paredes, Observaron ademas,qlle los 'cráneos de los animales seL encontraban frecuentemente en los rin­cones, como si los hubieran pllesto allí intenci~nalnl~~te, La teoría delculto de los osos encontró aparentemente Sll, confIrmacIon cLlando un pre­historiador Sllizo, 'Emil Bachler, publicó el 'descLlbrinliento qlle había hecho,en el Drachenloch, en 1920" de grandes cajas de placas de caliza r~pl,etasde cráneos de osos alineados. Desgraciadamente, ningún docllmento d1stIntoa los bocetos' hechos de memoria por el alltor, ffillCho ti~mpo despllés" hapernlitido constatar la natllraleza exacta de este agrupamIento extraordIna­rio y los diblljos de B'achle,r han sido v~gorosa~ent~ combatidos. 'Se hapodido cOl11probar en el curso de e.xcaVaCI?neS m1nUCIosas en otras caver·nas que el paso de los osos con nlIras .a lnvern~r y el hecho de escarbarla tier,ra para hacer Sll cama en la arCIlla, explIcaban la mayor parte delas estrllctLlras observadas. Los hllesos largos se alinean espontáneamenteen el sentido de los pasillos por efecto de la cirCl11ación y van a f?rmarpaq1letes debajo de las bó\redas qlle les protegen despllés. los craneos,

, .,1,1

1,lS operaciones intelectuales Ifgratui tas", como si el desarrollo, crecie.atede los, territorios frontales y prefrontales acar:e~ra una faculta,d. de SIm­bolización cada vez mayar. Las huellas arqueológicas de esta. actlv~dad, ql~eva. mis allá de la rnotricidad técnica son, para el Cuaternario antiguo, di­fíciles de captar, pero en el estadio paleantropiano. apar:cen los prirr:erostestigos arqueológicos. Son', las más antiguas manifestaciones de ca~acter,estético-religioso y' se podrían 'clasificar en dos grupos: las qlle. at~s~lgtlande reacciones frente a la muerte y las qlle 10 hacen frente a 10 insólito enla forma. los, documentos prehistóricos son muy pobres. De todo cuantohacía 11n galpo humano vivo, quedan úllicamente,. en el mejor de los ca~os,unas piedras talladas, unos huesos y algunos minerales qLle,' ha~ , podidoser atractivos para los hombres fósiles. De suerte qlle el prehistoriador de­be renunciar a Jo 'qlle hubiera sido 10 más significati\'o: l?s. ge~tos; los so­nidos y los, arreglos de objetos, para content~rse ~on \"~Stlgl0S Inlpere:ede­ros, qlle por lo genera!., son cosas lISU<.1as : sílex InservIble,Y restos os~osprovenientes de comidas o de cuerpos. Los documentos oseos ,han. SIdoconsiderablemente explotados para tratar de cJI)tar algo del 'pensam1entode los hombres fósiles y algunos ternas originados por su explotación hanadquirido 11n carácter clásico,

108

" '

bien haber poseído sus útiles COI110 unas garras. Parece haberlos adquirí­do, no glracías a una especie de relámpago genial qlle, un día; le hubierahecho agarrar, Ul1 canto cortante para armar su puño (hipótesis pueril peropredilecta de muchos autores de las obras de vulgarización), sino como sucerebro y su cuerpo los' trasudaban' progresivamente, Hasta cierto pUl1topuede uno pregulltarse si, las técnicas son ,~e,rdadera' y fundamentalmentede naturaleza intelectual, o si la distinción hecha muchas veces entre 10intelectual y 10, técnico no expresa más bien una realidad paleontológica.En la segunda :parte, , plantearemos una pregunta del mismo orden encuanto al paso progresivo del ag,rL1pal11iento zoológico al agrupamiento ét­nico. En su llluy largo desarrollo, tanto en los australantropos COll1o , enlos arcantropos, las, técnicas parecen seguir el ritmo de 1~ evolución bio­lógica y el chopper y el hacha de dos caras parecen hacer cuer!)o 'con elesqueleto. En el 1110111el1tocuando aparecen posibilidades cerebrales nue·vas, las técnicas arrancan en un movimiento ascensional fulminante, 'perosiguen líneas que imitan hasta tal punto la evolución filética que unose puede preguntar en qué medida 110 so~ la prolongación del desarrollogeneral, de las especies.

Si la tecnicidad no es más qlle un hecho zoológico, a c(1rgar en lacuenta de los caracteres específicos de 'los antrópidos, se comprende I11e­

jor la precocidad de su aparición, la lentitud de su primer desarrollo, y,a partir del momento cuando se cuela en el molde intelectual del jJ01J70

J('7pieJIJ, el carácter dominador de su evolución, Los paleantrópidos S011

particularmente interesantes porqlle hacen .asistir al primer vuelo de ap­titudes cerebrales nuevas qlle dan a la tecnicidad a la vez un contrapesoy un estímulo.

Actividades de carácter extraño a la simple supervivencia material hansido señaladas' entre los primates, Conviene apartar -Ias manifestacioneslúdicras, o los C01TIIJortaI11iel1tos de relación: los juegos y' las paradas sonULl aspecto particular ,de] comportamiento de supervivencia, ajeno a lastécnicas. Uno puede, en cambio, preguntarse lo que se esconde detrásde los gestos, del chimpancé qlle sigue su sombra en el muro con el' dedo,del gorila que enlbarra excrel11entos o colores puestos a su disposición oglle hace' y deshace jndefinidal~1ellte pasteles de aserríi1. Estas nlaflifesta­ciones 110 l)ertenecell nlás' al arte. o a, la nlagia qLle el alnontonamieIlto

, de cajas para atrapar una banana n·o pertenece a una técnica; l)eto señalan en. aJl1plia Il1edida Ulla salida que abre al l1i~rel antropiano. La intelectualidad re~. 'flexionada, que, entiende 110 solanlente ,las reI3.ciones, e!ltre los fenónlenos,Sill0 que l)uede pro}~ectar hacia el exteriOir ,un esqueI11a sin1bólico de ellos,es· seguranlente la últinla de' las adquisiciones de' los 1:ertebrados y unono pllede considerarla' sino al I1i\'eI antropiano. Ella es, tributaria de Ulla

organización cerebral cuyo origen se sitúa en el 11101nento de la liberación'de la, mano )r cuyo f]orecitniento defil1iti,~o se l1Jce en un nl01ueI1to que'coincide con el !:J01J10 St1pieJ1J. En 'realidad, las facultades de reflexión,sobre el plano de las técnicas" se confunden con la org-anización neuro\'e-

, , ~

getati,'a "de 'las áreas corticales de asociación,)y todo sucede, en el plano de

Page 55: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

: :· .,...

111· i

,i

: :j

, ,

'.

· .~.-i~

,,,.r¡¡

.,

, :i

..,

:1

. !Se debe entonces admitir, contra toda evidencia arqueológica qLle los

paleantrópidos veneraban las mandíbulas de los zorros en el, 'f~nd~ de susmadrigueras o en la basura, o: bien admitir qLle el culto de las" mandíbulas.es LI0 (artefacto", un hecho. nacido de imperfecciones experimentales, yqtle debe ser colocado en el folklore científico. .' '.

En suma, en lo que respecia al '(culto de los huesos" 'los hechos im­putables a los paleantrópidos son excesivamente inconsistentes reducidosa la sola presencia del cráneo del Monte Circeo en el sllelo' de una delas salas, Este último hecho es importante y coincide Con otros testimoniosde un pensamiento qLle' iba mis allá de la sola tecnicidad material, perono se debe forzar los documentos por encima de sus medios propios.

· ,. I,

54' 7~-r

i;

162 %

maxilar superior

mandíbula

,,i1

·117,5

1,008,8

26

huesos larg-os(....'

1,057,1dientes

Paleautrápidos(El/ropa)

Lobo + hiena + zorroA rey-s ti r-C IIre%

, ,¡

€.

i1

En ef eeto, la destrucción mecánica .y química de los huesos está li (Jadaa su for~a y a su comp~ctibilidad: la mandíbula, que como hemos ~isto.en el capl,tulo 11 era. la pleZ,t maestra del esqueleto craneano, es particular­nlent,e. resistente. Para verificar este hecho, he .tomado, para cuatro parteshomologas d:l esqueleto, de un lado restos de los lobos, las hienas y loszorros esparcidos ,e~ las. capas, musterienses de .Arcy-sur-Cure, y de otros,restos' de paleantrópidos descubiertos en Europa. En los tres lotes de huesosde Arcy-sur-Cure, se sabe que se '.,trata de. una mezcolanza de animalesmatados en la ca~~ ',Y de animales qlIe murieron en Sll gllarida; las cues-== de culto difícilmente se plantean para los' restos encontrados en, unamisma capa y ~e~clados .a otros fragmentos (fotos por el hornb re) de an i­males de car~lcerla corriente, renos Y. caballos.' Los porcentajes obtenidosson n1uy convincentes:

.__ .__ ....-_- _. --_._._,. .

110

'.

'.

LAS SEPULTURAS

La prác~ica de la inh~lma~ión de los muertos es un rasgo significativode pre~llpaclone~ qlle, or~lnarlamente, se relacionan con la religiosidad. Porle: demas, para .flnes del sIglo XIX flle lIno de los temas más violentamentedlS~ltidos. en el curso de polénlicas pro y antirreligiosas. Resulta difícil~nall~ar) lncIllso, r:ara pueblos. aún vivos, ~a parte de espiritllalidad qlle.ImplIcan las practIcas. f~lnerarlas, . pero es CIerto que Sll desarrollo corres­pon?e al d~,tIna afectlv!dad p.roplamente hllmana' y que, el simbolismo de

. l~ lnhllmaclon ha podIdo orIentarse precozmente hacia 10 sobrenatllraI,

. SIn qlle se deba a todo costo intentar p'recisar lo qlle los paleantrópidos

'..

que el azar no hace rodar hacia los rincones o entre dos piedras, estánirremediablemente condenados a ser aplastados y a desaparecer, Los esque­letos se diseminan alrededor de la cueva y forman l1110S círculos irregularesde huesos. No' queda gran cosa hoy del culto de los' osos, silla tal vezun caso en Austria, donde un cráneo parece haber sido recogido y colocadoen un nicho, pero nada prueba formalmente que sea el hombre de Nean­derthal quien. haya procedido a esta colocación y, a pesar de que se puedaver en ello lln acto' respetuoso, dista mucho del culto de los huesos quehubiera atraído a los neanderthalenses a las cavernas,

. El culto de los cráneos ha sido. iguall11ellte evocado en relación a 10'ssinantropos. En el CL'LrSO de las excavaciones en la caverna de Choukoutien,se observó qLle los f ragmentos craneanos se encontraban más en ciertos sec­tores que en otros y la idea nació de un depósito intencional de cráneos. sobre piedras con un propósito de culto. Uno se sorprende' de que sernejan te hipótesis ha }~apodido asentarse sólidamente cuando se examinan lascondiciones g'eo!ógicas de las excavaciones, en una brecha de casi 50 me-

. tras de espesor que f recuentemente 11a sido necesario abrir con explosivos,Igual' acontece cuando se considera el estado de división de los firagIl1elltos,óseos, triturados y esparcidos. Y uno queda aún más sorprendido cuandobusca en vario a. partir de qué planos precisos y detallados, hechos en el. momento mi 51110'del descubrimien to, se ha hecho la crítica sobre .la posi­ción de los vestigios. Con demasiada frecuencia en prehistoria,' aconteceque las certidumbres se sacan de conclusiones tardías deducidas a 511 vezde . impresiones ya incontrolables,

No e: posible. concederle valor ,a . documentos tan' frágiles, . ni lJara.l?s. arcantrópidos 111 lJara los' paleantrópidos. Ul1 solo grupo dé hechos 11~rsido '.obser\'ado, de manera incompleta, pero "significativa. Cuando en 1939;H. C. Blanc 'l-1tlletró en la gruta del Monte Circeo, el cráneo neandertha­lense reposaba' en el suelo aparentemente rodeado !)or algunas piedras 'yse ob~er~!aban,. cerca de, las l)arede~, huesos de animales CU}'O agrl1lJamiel1toparecla intencional. Ah1, pues, esta la prueba de -r= un cráneo de hombre .de N~al1derthal, privado de su quijada )r sin otros restos del esqueleto, fuedeposltad~ sobre el suelo de una . gruta, en la cual la' ausencia casi C0111-pleta de utillaje muestra que no se' trata de .un hábitat frecuentado' durante.largo tiempo. . ".

El cult? .de· las mandíbulas tiene 11n .origen lTILly'distinto, absoluta- .Dlente. estadístico. Se ha observado que, entre 'los vesti cios humanos desde.el australopitecó hasta fines de los tiempos prehistóricos, las' 111an'díbulass~ encontraban con una ~1!:eCllel1cia.excepcional, superando lTILlChísi11l0.a lasbo\'edas craneanas: RelaCIonando este 11echo con algunos casos etl10gráficos··.paralelos, en part~sular el caso. de rill1jeres de l\1elanes'ia, .qllienes clIeIgana su cuello la qU.IJa?a del l11arldo lTILlerto, se ha suplle'sto que el culto delas n1andíbulas explIcaba la. abllndancia de estos fósiles. No es menos sor­prendente. que .ninguna ,\'erificación se.!"ia 11a}Tasi.do intentada para \Ter sila ~~ndíbula no tenía razones lnenos metafísicas para resistir' a .la des­truCCIOD.

Page 56: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

. 113..

La leyenda del apófisis geni constituye un buen ejemplo del des#e~.de ex,­plicarlo todo según lo que s<; posee, por p~co q.ue se posea. La apo~ls1S gellt,en la cara interna del nlenton, es una enl1nenCla sobre la cual se ln~erta el

9,

'.

. .

••,EL LENGUAJE DE 1.0S PREHOl\fINIDOS.·

Antes de la escrihtra, todo conocimient(\ directo del lengllaj e es irrea~lizable. A veces, se ha tratado de ligar con el, ejercicio del lenguaje laforma de la mandíbula y la importancia de las crestas de inserción de losmúsculos de la lenglla, pero tales especulaciones tienen poco sentido, pllesel probJe.ma del lengtlaje no se limita a lo~músClllos linguaIes.1> Los nl0~

'. .i,

. ;:i!

. I· I

· I

: j

r· .l!

¡I

,;!

I

·.· ,· ,· ...i.· .:,

i, i"¡

; .

·i

I• >;

Si se examina la literatura considerable .desarrollada en' torno a lareligiosidad de los paleantrópidos, se constata que' hay' muy pocos docu­mentos', .Lo más llamativo, es el carácter un tanto tardío de algunos hechosconvincentes; son los últimos paIeantrópidos quienes hacen asistir a 1.tapertura de un mundo nuevo: el del' pensamiento simbólico. El (,ráne.o delMonte Circeo, algunas inhumaciones, 11n poco de ocre y aJgllnas piedrascuriosas constituyen la lig'era aureola de inmaterialidad qlle flota alred~dorde los' hombres de Neanderthal, Por mis débil qlle. sea, esa aureola tieneuna importancia capital, porqlle aparece en el momento cuando en paleon.tologia se percibe IDlly bien que el cerebro está a plInto' de alcanzar elnivel actual. A pesar de sus enormes arcadas orbit~lle.s, los }lea?de.r~halen­ses no eran .los antropopitecos escapados del Terciario seglll1 imaginabanjos evolucionistas del si 010 XIX. Es' aún l111S importante constatar qlle enrealidad marcan la tran~(ión con lo qlle ser.i .nuestra propia prehistoria.Son transición por su industria, cuyos descubrimientos se prolongaron, enal (:tllnos aspectos casi hasta la metalurgia. Marcan transición en ]0 qlleb '. d dconsiderarnos corno lo propio del pensamiento humano ver a ero:

Uno se siente abrumado por el tiempo que ~a sido n~c.e~ari~) 1)~lrJdarle a los neanderthalenses su puesto real. Todo tIpO de art~flclO mcons­ciente ha sido utilizado para· rechazar un parentesco demasiado cercanoentre el hombre de. Neanderthal }T sus herederos, qlle. sO,mos .?osctros~ Elmás vivaz y empleado aún ha)', consiste en evocar la exrstencra de bo mosapiens en algún lllgar, a fin de que los ne~nde:thaliano~ apar~zcan C?nl0atrasados en 11n mundo mejorado.'. Pueden Imaginarse diferencias ra~lalesimportantes, tal vez del orden de las que separan el europeo .de.l australiano,mas queda sin objeto resucitar el hipotético bomo presaptens, cuy~ .Inte·Iigencia habria penetrado a distancia el cráneo espeso ?e los paleantrópidos.Suponiendo, incluso, qlle eso fuese exacto, no qUItarla nada al hechomucho rnis comprensible de qlle los paleantrópidos e~tendían. y vi\-'ía? lo. qlle les hubiera sido sugerido por unos mis evolucl0na~os, La realidades probablemente más sencilla }' será pllesta a la .luz g:rac~as a u.na~ exca ..vaciones más precisas: durante los cincuenta milenarios .qlle limitan la. vida de los neanderthalenses, el paso se ha dado prog¡:eSl\'amente, en elcuerpo, el cerebro y los actos desde los, últin10s antrópidos arcaicos a lospril11eros representantes de nuestra especIe.

-__ ._ ...__ .'" _. - ._ ..- _ _. " .

112

. La existe!lCia' ell los 1)aleaJ1trópidos de Ulla "ida afecti\ra con "jgllalcarácter que la del /J01/70 SapieJ1J} ha sido' cOl1firlnada l)or algl1110s l1ecI10s.Repetidas \'eces .. se ha señalado tll las Cl!)aS n1usterienses ocre rojo. Lal)resencia ele. Il1ateria colora11te no inlplica la existencia de Ull arte, }' deIl11e\~0'hay .qlle cllida!'se .de hacer interl)retaciones nlis· allá de los· hecIl0s;. l)ero el ocr~, a partir de ese il1stal1te adquirirá tal inlportancia durante losl)rinleros tiell1pos del /J01710 SapieJ1S, qlle no lla podido en el 11usterÍenseser desposeído de toda significación. .

En un caso .preciso, en. Arcy-sur-Cure, algunas conchas fósiles y Dlasasnodulosas de pirita de l1ierro pro\renientes ·deI· exterior, l1an sido encon­tradas en una capa del lvfusteriense fina.! (figura 128, 2a. parte). En. elsur tunecino,' en .El Guettar, en l11edio nluste,riel1se e\rolucionadó, se' ha

. encontrado un curioso all1011tonalniento, de más de un metro de diámetro,constituido por bolas de· ~aliza entre las ruales estaban insinuados frag­mentos de huesos y unos sílex.

OTROS TESTll\-IONIOS

pensaban del futuro del muerto. La afectividad hacia el muerto pertenecea Ull0S estratos profundos del comportamiento psíquico y en las sociedadesactuales, cuando se borran las superestructuras religiosas, 'las prácticas fu-nerarias no pierden nada de su inlpo,rtancia.. . , .

Desgraciadamente para el estudio mental de los paleantrópidos, las. observaciones realmente científicas faltan en -la mayoría de los casos. Apesar de todo, -se puede ordenar una parte de los d~cUl11ent~~ ell do: ~ru­pos. En el primero, los huesos se presentan rotos y SIn conexión anatómica,en la misma situación qlle los restos alimenticios. No es fácil decir si setrata'. de huellas de canibalismo o de cuerpos abandonados sobre el sueloy dispersos por las fieras. Algllnos casos parece11 sugerir ~1 canibalismo,mientras la '111a)'Orparte de los otros, desde los australantropos hasta .10shombres de Neanderthal, parece11 reflej ar sencillamente el abandono.

El segundo grupo está constituido por unas sepulturas acreditadas. Endiversas circunstancias, unos cuerpos han .sido descubiertos extendidos oreplegados, en una fosa Cll)'aS huellas repetidas veces ·11an sido observadaspor los excavadores, Se puede sospechar sin gran .riesgo de err?r. que tod.oslos cuerpos, de los cuales se l)osee al menos una parte del craneo j' varioshuesos largos de un 111¡S010individuo, han sido inhumados, pues no hayningún ejemplo de que a la entrada de una caverna un cuerpo haya podidoconservarse de no haber sido enterrado en el momento,

Así' plles, los paleantrópidos enterraban sus muertos, Más exactamente . los nealldertllulellses,' que 5011 los últi1110S paleantrópi dos, practicaban la.inhumación, plles 110 })arece que se haya constatado la práctica de inhu­rnaciones antes del inicio del último período glaciar. Se trataría por. con­siguiel1te· de una innovación qLle precede apeI1ls al 1110111entoen qLle selJega .a las -forrnas raciales actuales. Los neanderthalenses, poseedores aúnde un dispositivo facial 11111y.arcaico, tenían sin embargo un cerebro \'0·luminoso cuyo funcionamiento no debía' ser nlU}T diferente del· nuestro.

.'

Page 57: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

I

I¡ ¡· .· .

115

...:

10. Una teoría sobre el desarrollo sincrónico de la técnica y del lenguaje ha sidoconcebida por el antropólogo rus'o V. V. Bunak:, en unos térnlinos bastantepróxinlos a los que he propuesto, pero sobre unos datos tecnológicos muy¡tenerales y a partir de una reconsti tución de las etapas tIue van del s~nido­señal al lenguaje gra·n1aticalnlente construido. Es particularmente interesante

,i

i,,

, ., ., .

· .· ., .

!! II

· I

.,

rietal intervienen en dos anomalías del lenguaje vinculadas; .la una, a la~mpos~b~l~dad de formar los sírr:bolos escritos. del lenguaje, y la otra, a laimposibilidad de ordenar. los símbolos vocales (ágrafía y afasia) ..

En consecuencia, existe un vínculo entre la .mano y 10's órganos fa­ci~les, y los dos polos. del can1po anterior testimonian de 110 igual compro­mISO en la construcción de los símbolos' de comunicación. Esta situacióndel .ho~re actual. ¿es posible proyectarla en el. pasado, más allá de laescritura. ....

El fenómeno de agrafia no corresponde a unas conexiones establecidasen e! hombre d.e~pLlés de. Ía invención de la escritura, porqlle entonces:habría qlle admitir que los australianos' son incapaces de aprender a es­cribir; ni a unas .conexiones neurónicas que se desarrollar ían en el niñoqtle aprende a escribir, porque los. adultos iletrados serían incapaces deadquirir la escritura. Puede pens1,::,se, en consecuencia, qlle las relacionesentre el área 44 y los centros pi rarnidales de la cara son de la. mismanaturaleza que los qlle interesan el pie de la segunda circunvolución frontal)' los centros piramidales de la mano. No. obstante, en los primates, losórganos fi.lciales.y los. órganos manuales; comparten un igllal gracio deacción técnica. El mono traba] a con sus labios, sus dientes, su !engllLl y S1.15

manos, corno el hombre actual habla con sus labios, sus dientes) su lenguaY"gesticllla o escribe con Sl15 manos, Pero, a esto se agrega el hecho deque el hombre también fabrica valiéndose de los mismos órganos, y qlleuna especie de equilibrio se produj o entre las funciones: antes ele. la es·critura, la mano interviene sobre todo en la fabricación y la cara sobretodo en el lenguaje; después de la escritura, el equilibrio se restablece. .

En otras .palabi!"as, a partir de una fórmula idéntica a la de los pri­mates, el: hombre fabrica útiles concretos y símbolos, los unos y los otros.desligándose del mismo proceso o más bien recurriendo en el cerebro almismo equipo fundamental. Esto lleva a considerar no solamente qlle ellenguaje es tan característico del hombre eanlO el útil, sino que ambos noson n1~ísqlle la expresión de la nlisma propiedall del hombre, exactal1lenteconlO las treinta señales \'ocales diferentes del chimpancé son la exactacorrespondencia ll1ental de los pillos empall-:1ados para acercar la bananasL1spendida; es decir, qlle ni lIn lenglluje ni la operación del empate de lospllos implica una técnica, en el sentido rigll:oS0.

A pJrtir de allí, tal ,'ez podría intentarse lIna' paleontología del len­guaje, paleontología esquenlática alln aSÍ, plles no hay ffitICha esperanzade encontrar alguna vez la perdida carne de los lenguajes fósiles.' Sinembargo, se Pllede dedllcir un plInto esencial: hay posibilidad de lenguajea parti¡r del momento qtle la prehistoria entreg'a útiles, plles útil y Iengllajeestán ligados nellrológicamente, y uno y otro no son disociables en laestruchIra social de la hllmanidad.10 .

".

., .

114

músculo genio-gloso, uno' de los motores de la lengua. Su inserción esbastante diferente en los diversos 111an1íftros,' pero si las apófisis /!,CJJJ ~lj)a·rectr: solamente en los antrópidos, el músculo genio "gloso juega entre losrumiantes, por ejemplo, un papel 111Uy importante en cuanto a la mov ilidadde la. lengua, Las ap~fisis gel¡!, .én Jo~ ~n~rópjdos, están por. otra partes:)J11etldas a, unas sénSl~lts \'arl~aclont"s individuales y en los pa leantropos,ciertas mandíbulas las trenen mas desarrolladas que otras, La mandíbula deLa Na ul ette, descubierta en 1866, las tiene, pero n1eOC)S pro nunciadas, L~nicamandíbula paleantrópida conocida en Su tp'oca,' sirvió de hase a una' teorínsobre el lenguaje de la cual G. de Mortillet da, en "El Prehistórico", 1~83.p. 250, una· exposición sorprendente:' .'··I·od?s .10s. 1101l1bres" _incluso los 111ÚS illftriore=s, saben servirse de la palabra,nlas (fue Slenlpre aSl!. . .'La nlandíbula' de La Naulette. responde:" .. jNo!", .

Después de l1aber }lecho l1ablat· esta mandíbula sin ltnguélje, (:'1 Oluttiragrega:. ' . ."La palabra o lenguaje articulado se produce por una serie de l1lo\'inliéntosde la lengua.' Estos 1110vil11ientos se yerifican sobre todo por la acción delInúsculo jnsert,a~o. a la, ap~fisis gel/i. Los' ,a~i?lales privados· de la palabrano poseen apoflslS ~~e}¡,.51, pues, esta apoflslS falta en la qllijada de I.aNau!ette,. es porque :! hOIllbre de ?\eanderthal y el 110nlbre cl1clense, !lOposelan la palabra... . .. No' se ~a.b~ lo ql!e se deb~ .~dmirar nl~s, si el $i.ro de habilidad que h~lce

d,e la apoflslS ¡;el11 la COndICl()O necesarIa y sufICIente del Jenguaje, si elrIguroso' despreCIo de Jas leyes de la fonación, las cuales en .1889 etan sin'enlbargo conocidas, o si la paradoja. que conduce, puesto que el genio-gloS0forIlla la nlayor parte del l11úsculo lingual, a negar. la exjstenc'¡a ele....unalengua conlO órgano en el chinlpancé' o ei becerro. Resulta tanto 111iís 50f­pre;ndente .que \'tnga. del 110lnbre a quien se debe la prinlera clasificaciónracIonal de las épocas prehistóricas, cu\'a' li gereza le' coloca contra su propiosistema, asimilando "Neanderthal y chelénse.· ~. .

virnientos de la Iengua tuvieron una significación alimenticia antes de tener1111 destino" fonético e importa poco que el juego dejado a la lengua delhombre de Mauer haya sido reducido' (lo cual es difícil de jl1zgar), l)llesse trata antes que todo de una organización neurornotora y ele cualidad enlas proyecciones cerebrales: el problema del lenguaje está en el cerebroy no en la mandíbula. Es posible, sin embargo, sacar útiles indicaciones "gracias al estudio de las inserciones de los músculos de la cara y de J;:1

, qllija?a,. sobre el grado de flexibilidad de los órganos de la fonación y dela ll111111ca.. Por 10 poco qlle se sabe .de ello, la musculatura de expresióngana ell finura de una etapa antropiana a. la otra, 10 qlle 110 hace 1111S(llle. prolongar la trayectoria esbozada en' los mamíferos superiores, l)ara~os' cuales las expresiones de la cara desempeñan un papel a. veces 111l1)7l111portante.. Para t~atar .de abordar la cuestión. del lenguaje de los antrópidos fó-siles, }TD pIenso que se debe tornar una vía conexa. Hel110S visto en ~1capítulo Ir ¿Ól110 se desarrollaba, en los vertebrados superiores, el Call1jJO

de relación en dos polos, entre los cuales el dispositivo neurornotor coordi­na las acciones de la cara y las' de la mano. Hell10S visto, igua1111el1te,·· alcomienzo del. presente capítulo, que la fisiología del córtex cerebral denotauna estrecha proxil11idad· entre las fibras de proyecciones rnanua les y 1as '.fibras faciales. Se sabe, además, ql1e las áreas 8 y 44 del córtex frontopa-

Page 58: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

· I117.

"

, 1I

I· ::\, III

1:: ¡

"

::1

: .l'

. ,• j

li, ,, '

· ., ,

· '¡

i, I, ,I

'1,1,'

'.!

I

..

Los primeros paleantropos han heredado directamente la' situación deSlJS predecesores, .más con' unas .pcsibilidades progresí,'amente acrecen­tadas. Con los neanderthalen ses. se produce la exteriorización de símbolosno concretos. A partir de este momento, les conceptos técnicos son dejadosatrás po~ unos conceptos de Jos cuales p()~een10s solamente los testimoniosoperatortos manuales inhumación, colorantes Y. objetos curiosos; mas estos'. testimonios arrastran COl1 ellos la certeza de la aplicación del pensamiento, a lI1l0S dominios ,qlle van rn.is allí de la motricidad técnica vital. El len­glllje del neanderthalense no debía diferir mucho del lenguaje tal comoes conocido en los hombres actuales. Esencialmente ligado, a la expresiónde 10 concreto, debía asezurar la comunicación en el' curso de los actos,'t_; ,

función pri rr.ord ial de nde e1 len g-UlJ' e está estrechamente li cado al corn-L. b

portarniento técnico; debía asccurar la" transmisión diferida de los slrnbolosI L '

de la acción, b~ljO la forma de relatos. Esta segunda función tuvo qllC

aparecer F:~()gresl\',!111eote en los arcantrópidos, pero es '<..iifícil demostrarlo .En fio,. en el transcurso del desarrollo de los' paleantrópidos aparece llI1J

tercera función, en la cual el lenguaje sLlpera lo concreto y el reflejo dele) concreto, l")J.ra eXl")resar LInos senti mientos imprecisos, de' los cuales sesabe con certeza (ll!e en tran en buena parte en la religiosidad. Estos nue­\'()S aspectcs ser.in reexaminados bajo muchas incidencias, siendo suficien­te .l)or ahora haber mostrado SLlp:"lnto de afloramiento en los paleantrópidos.

.~l lenguaje de !()S antrópidos anteriores al bomo sapiens parece, 'plIes, ,manifestarse en unión estrecha con la motricidad técnica, unión tan estre­cha qlle tornando las mismas vías cerebrales, los dos principales caracteres'antrópidos podrían resultar de LI0 solo fenómeno, La actividad técnica delos antiguos antrópidos ofrece la' imagen de una evolución excesivamentelenta, jalonada a la vez por unos útiles y' por UO()S cráneos ClIyO ruejo­rarniento en el sentido del bom » s.tpiens 'parece hacerse poco mis o menossincrónicamente. Salvo los del final, ningún documento serio ha mostradoa~n otra cos~ .en. ellos qlle el desJrrollo de las cadenas operatorias. \'"¡tales.SI el lenglll)e tiene realITIente el mismo origen que la técnica, tenel110-Sel derecho de in12ginarlo también baj~ la forma de cadenas operatolriassimples }' limitadas a la expresión de lo concreto, primero en el desarrol1:)inr:-ediato de éste, despllés en la, conser\'ación, jr la. reprodllcción \'0.!l111·t'!,:-la. ~e las cadenas 'verba les fuera de las 0lJeraciones inmediatas. Lo glle hanl0d,flcado proflll1damente desde hace algllnos añas la sitllación filosóficaelel h?nlbr~ fósil es qlle, ha sido necesario, desde los zinjantropos, adn1itirla ,eXistencIa de lIn honlbre ya realizado, canlinando ergtlido, fabricandc)útiles }', si mi demostración es \'áJida, hablando. La imagen de este horri­bre de los c·cnlienzos se adapta denlasiado poco a lo qlle dos -si alos depensalniento filosófico habían acostumbrado a ver en el, homb~e. ,Loshechos de111l1cstran. que el honlbre no es, como se tenía el hábito de inla·ginarlo, llna especie de n10no qlle se mejora, coronamiento majestllosO deledificio paleontológico, sino desde' qlle lo conocemos, algo distinto de lInmono. En el nlonlcnto cllando se nos aparece, le qlleda aún lIn canlinonll1y, largo por recorre.r, pero este camino 10 hará nlenos en el sentido' de

. . .. - . . ....,.' ' .

116'"

, "

C'[)nstatar <'Jue la yja niuy diferente seguida ahí a trav~s Je la integra(ióndel .~esto y Jel sínlbolo fónico 11e\"a a una 'construcción relati\'all1ente CerC;lIlJ.Cf. Bunak V. V., 1958.'

,-....

¿Es posible ir 111ás lej os? Probablemente no hay 'razón !-")ara sel)arar.,en los estadios primitivos de los antrópidos, el nivel del lenguaje y el delútil, puesto que, actualmente y en todo el curso de la historia, el progresotécnico. está ligado al progreso de Ios símbolos técnicos del lenguaje. Esposible en el terreno de 10 abstracto concebir una educación técnica Pll­ramente gestual, IJero concretamente, llna educación 111l1da desencadena,a pesar de todo, tanto el1 el educador corno en el educado, la puesta enmarcha del simbolismo reflexionado. El vínculo orgánico aparece bastan­te fuerte COI110 para qlle se pueda prestar a los' australopitecos y a losarcantropos un lenguaje de LIn nivel correspondiente al de SLIS útiles. El1

estos estadios, cuando el estudio comparativo de los útiles y de les cri.neos parece mostrar que la industria. se desarrolla a· un ritmo correSl)Oll­,diellte al de la evolución .biológica, el nivel del lengllaje' no podía sersino nluy bajo; pero ciertamente dejaba atr.is el nivel de las señales vocales,.El1 'efecto, lo que caracteriza en los gral1des 111000S el ..'lenguaje" y 1~"técnica", es su aparición espontánea bajo el efecto de LIn estímulo exte­rior }T su abandono no menos espontáneo o su no aparición, si la situa­ción material que los desencadena cesa ° no se manifiesta. La fabricacióny . el uso del cbop r-» o 'del hacha bifacial revelan de un mecanismo fllLl}'

diferente, pU'esto qLle las operaciones de fabricación preexisten a la ocasiónde uso y por otra l)arte, el útil persiste en vista de acciones ulteriores.La diferencia entre la señal )~ la palabra no es de un carácter distinto;la permanencia del concepto es de naturaleza diferente !)ero comparablea la del útil. '

La noción ,lie' cadena operatoria será reconsiderada en los capítulos\'11)' VIII,· !)ero es necesario evocarla aquí para comprender el vínculo(lue existe entre técnica y lenguaje. La técnica es a la vez gesto }! útil,c¡!"gallizados en cadenas por. U11a verdadera sintaxis (lLle 'lia a las seriesoperatorias a la vez su fijeza" y su flexibilil;ad. La sil1taxis operat()ria' (-sl)[(_)}Jllesta llor la l11el11()ria y nace entre el cerebro )~ el l11edio ,111attrial. Sise }lJCe el l)aralelo c()n el lenguaje,. está Si~111F')re1),~esel1te' el I11i~1110 f..,f() ,

ceso. Se puede, por cOllsiguiente, fundar sobre tI conocil11iento ,de lastécl1icas desde 'la pelJble-rll!/I¡ra hasta el Acheliellse la hi!)ótesis de LI!l J(;11~gU'aje cliyos gracias de COI11J:dejidad y riqueza de cOllceptos' sean sensiblt­l11el1te los l11isl11()S glIe })ara las téCl1 ica's. El zin j antropo, con una sola seriede gestos téCl1icos y lIn l1úlIlero de cadenas opera to.:-ias 1)0(0 elc\'adc),libra un lellguaje Cll)'O cOl1ten'ido a!)el1aS !JOl1Ía ser l11ás elevado 'de' 10 (lllC'el gorila !)osee de señales \'o:ales, l)cro COll$tituidos PQr sí 111bo~()s d is})()·n ¡bIes y 110 totall11el1 te deterIl1inados. 1,05 arcantro!Jos, con SLl Job 1e seriede gestos y sus ci'nco o seis fOfIllas de útiles" pOSeía!l segllraIl1eote 'cadeIlasope,ratorias }Ta 111l1}' C~1111Jjejas y el lel1gl1aje gue se les '!Juede prestar esconsiderablel11ente nlis 'rico, pero probablehlente' liJl1itado aún' a l~l' eXjJfe­sión <..ie situaciones concretas. '

_-,,-,

Page 59: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

, .

..,.... :". ,· '.,.' "

119• ¡" r.;

I:1Ii. . .

·1

:¡I. ilI

. !. ,

I

l'-;

: r· i

.. ,

it.1

·. !

i I

';

. 1,. .¡· !

IJASADO xl" PORVE0;IR FISICO DEL HO~[O SAPIENS

Hemos visto anteriormente qLle la e\'OILICión general de los glrllposzoológicos qtle han segLlido la misma deriva qlle el hombre, implicaba unas·'1iberaciones" sucesi vas, siendo las dos principales. la de la cabeza en los. reptiles terornorfos de la era Primaria y de la mano en los australantroposde les últimos destelles de la era Terciaria .. La parte qlIe pertenece a losantrópidos en el curso :de SLl evolución ccrresponde a la liberación delcerebro y corno corolario a la liberación de una parte importante de losvínculos zoológicos. Es esta evolución la que vamos a volver a trazar ahoraLrevemente. .

. Desde los australantropos, el despeje de la base craneana. ya era unhecho }' al mismo tienl1Jo,· corno lo hemos visto, la apertlIra del abanicocortical se inicia. Bastante temprano, al menos desde el paleantrópido, eld isposi tivo motor pirarnida 1 }T .las áreas de asociación contiguas alcanzan

. LIn desarrollo casi equi valente al del hombre actual. Laprueba de ello nosla ofrecen los inn urnerables testimonios qlle poseenl0s sobre la alta tecni­cidad de los paleantrópidos. Por consig·uiente se vuelve a encontrar en laevolución cerebral el .misrno fenómeno de estabilización de las estructurasadquiridas }' el mismo proceso. de avance mediante unos dispositivos nue­vos: la mano debía ser casi como lb. actual a partir del australopiteco y elcerebro técnico se encuentra prácticamente maduro desde fines de losarcantrópidos. ...

Para el hombre, la estabilización ..y luego el desarrollo. del cerebrotécnico, han revestido una significación capital, plles, si la evolución sehubiese continuado hacia una corticalización cada vez más extremada delsistema neurornotor, la evolución se habría acabado bajo la forma de unser comparable a los insectos más evolucionados. Muy al contrario, los

. ter.ritorios motores han sido sobrepasados por unas zonas de asociaciónde carácter mlIy diferente, que, en lugar de orientar el cerebro hacia una. especialización ·técnica cada vez más adelantada, le condicionaron para po­sibilidades de generalización ilimitada, al menos en relación con las de la

·,

.. ¡r, ,

v-

LOS NEANTROPOS

rI

IVla evolución biológica que hacia la liberación· del cuadro zoológico, enuna organización absolutamente nueva donde ·la sociedad va progresi­varnente a sustituir a la corriente filética. Si se quiere absolutamentevolver a encontrar el mono del inicio, habrá qtle cazarlo ahora en plenoterciario .. La imagen ya humana de los australantropos basta po.r 10 demáspara cambiar ·las bases del problema de los orígenes; su. bipedia es .cier­tarnente antigua e implica una distancia considerable en relación con Josantepasados de los monos actuales, algo comparable a la separación dellinaje de los caballos en .relación con la ·de los rinocerontes; es decir, laperspectiva de descubrir un día un pequeño animal, ni mono ni hombre,l)ero apt<? para convertirse a través de su descendencia en uno u otro.

Page 60: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

121· ,

. 120

· ,!..~•;~,i

I• i

· ¡

• I

· : I

··1, iI,

. ¡

,

II¡

!..

LOS PERFILES GRAFICOS (figura 51)

La ~\'olución de las proporciones generales 'puede ser expresada porlas relaciones sucesivas, en las dos dimensiones, ele la caja craneana, de1,1 ca.~a,. de la órbita ,}. de la nariz, Se puede construir sobre estos datosel perfil de las longitudes en relación con las anchuras, referidas ambasa ,una media establecida estallísti~~mente sobre el bo nto sapiens actual (ledlferent~s ..razas. En e,I cuadro (fIgura SI) est.in representados diferentes

. paleantrópidos: ~) DIferentes hombres fósiles del Paleolítico superior deEuropa y, de ,A.sra; b) Hombres actuales de tipo arcaico) tomado en radagran grupo racial; c) Y un hombre del tipo mis e\!OlllCionado,· escogidoen los mismos gru!)os raciales.

. En los paleantrópid~s~ se constata que la construcción .gelleraI es lamisma para tO~10S10,s sujetos: todos están mll}' POi~ encima de la mediaacttlal en SllS dImensIones, el cráneo es mu)· grande }'. alargado, ·la car.a esenorme }~?lUt: alta (sal\'o en el de La Ch~pelle-allx~S~lints qlle es desden,tado), la orblt~l es, grande y anc~3.,' Ja nlrlZ extraordinariamente grande )'ancha. Las p!.'oporclones paleantropIdas no se \'llel\·en a encontrar en niIl­!.!:llno de los neantrópidos cono:idos, incluso los nlís· prinlitivos. Se trataSl~ dllda ,de un estadio, homogéneo en SLlS ca'racteres }' C001p' etanlen tedejado atras desde hace milenios,

Pa~a los neantrópidos fósiles b), bien se trate de los de FraI1cia, de~lemanla, de Checoslovaqllia, de Rusia o de China, la llniformidad deltipO· es 01l1y sorprendente. Co~responde a tInOS rasgos exteriores tan e\'i·dentes q1le los antropólogos han creado la t'raza de Cro·lvlagnon" !)araexpresa_rla; raza qlle es en realidad el tipo de un estadio. Sal\'o en Cllantoa la caja cran~ana, larga pe~o n1ucho más peqlleña qlle la de' los neander·tha!enses, el tIpO d.e Cro~1{agnon difiere en todo del tipo paleantróp~d,~),La cara es 111~ly baJa~ ancha y corta, la órbita extraordinariamente. baja }'ancha, la narIZ n1edla?amente larg'a y estrecha. .Los neantrópidos fósilesren10ntan a las cercanlas de 30.000 añ,os antes. de ntlestra era, 111ientras

EL CRANEO DEL HO]\,IO SAPIE.KS

el La ~\'oluci?n, del cráneo alltrópido. parece reflejar un triple procesCJ:. ,~espeJe nlecan.lc.~ de la parte l)l)ste..:lc)r del cráneo mediante la adqui­

SlC1011de la poslclon erecta, el despeje mecánico de la frente mediantela reducción progresiva de las raíces dentales )~ el aumento de volumendel cerebro hasta los neanderthalenses, para luego dar. Jugar L} la invasiónl).:-ogresi\la de los territorios frontales sin aumento de volumen, El hechomás c~racter~stico de los. neantrópid.os es el aligeranliento progresivo delarmazón facial, qlle no conserva nr en los negros ni en los blancos, nie11 los arnari 110s más evolucionados, más que una red de sostén conside­rablernente adelgazado. El plano de construcción, IllUy un ifc.rme, .)'a es un11,echo.en el n~anderthaIcll~e ,~ solamente las ~lperhlras de los ángulos vaflan l:g'eranleIlte. ES,ta, \:arla~l()ll 110 es, l)or .otra 1-")arte, salvo en algllnospeguenos .grl11)OS I)rjl111tJ\~OS CCIll0 los. australianos, un hecho racial en elsentido corriente, !)ues las formas 1111Sevolucionadas se encuentran el1 todos. Jos grandes ·grupc>s raciales. Todo l)arece suceder COl110 si la· (C)Ilstrllcciónfllllda_Illental fllera in?tl)endie,nte ele las \'~~iaciolles raciales, l111S l)recisa.111cl1tecon10 SI la derl\'a arqllItectllraI estu"lera sOflletida a lln nl0\'il11ientol)rogresí,'o l11uy lellto l)ero siI1crónÍco en toda la nlasa 11l1Jl1ana; lo cllaIeXl)lica el hecho' ,de qlle actuaJn1ellt~ existan en la tierr'a solal11ente repre~sentazltes del hOl110 JapieJz.r, .a }"'lCS[J¡f ele las \'ariacjones del color lie la l")iel~de la estatura, de los grupos. sanguíneos, del 1)fognatisl110 dcntarj() )' llenllll1erosos otros rasgos. Esto se reúne con· 1a f10ciéll (.~e l11aCrOe\,()IllcÍ()nde G.' G .. Sinlpson, el ti/I/JIl todo. entero ·atrJ\·esando fases de adaptación,Jas cllales abarcan los caracteres til)o!ógicos fundnll1el1ta1es. Es lllla deri":1de este orden, lo que hace sllceder los arcantropos· a los australantr<'11)os.los ~aleantropo~" a los arca,ntroI)os y fi11alll1ente los lleantropos a todos l()s·delnas~ No sO,rp~:e~~e, }")lléS, que l?s. trazados de eqllilibrio l11ecánico 1l()

aseguren la dlstlnclon de los all1arllJos, de los blancos )r de los negrc)s .., La a?tropolo~ía ha tra~ajado. dllrant.e nlás de siglo y 111edio· ])ara

~acer el 111\'entarlO· de las dIferencI.,as racI:.lles en el esqueleto y el1 lJar­tlcula,r el cráneo. Es c,uri,oso con5tatar cuán débil en el 'fontlo queda tI

,

I!

b.a,lance ,}~CÓ01() es ~l:ís fácil hacer desde la primera ojeada la determina­eren :aclal de un .craneo qlle de~ostra,r' esta determinación ayudándose delCOlnp.lS }' .de la~ cif ras .: La~ medidas en vuelven .en Sll red, en bloque, Ull0Sc~racteres ~.roplamente ~aclales.}' otros .. ?luch.o mis generales, corres r=:diendo a diversos estadios de la evolución, sm poder hacer la diferencia.Acie.m,ís, los valores microrraciales significatÍ\'os, qlle estén hechos de finosmatices en la curva de una órbita o de inflexiones insensibles de la bóveda

. craneana, escapan Intecrarnente a los métodos métricos. Estos, en definiti-·. va, no son fieles ni en el balance de la construcción fundamental ni en él. , .

de los matices raciales, en cambio esclarecen bastante bien las variaciones?e propor~iones generales; de suerte qlle en una serie cronológica de su­.Jctcs, considerados a ~o la~go de la .du!"(lción conocida del bouto JtlpieJJJ.

se pue?e. alcanzar a evidenciar ],1 med Ida en qtle éste ha evolucionado desdesus ort genes,

L-

... ' .

evolución zoológica .. A lo largo de su evolución, desde los .reptiles, elhombre ,a~are~: con1o, el, 11ere~ero de. aquellas criaturas que escalJaron a1~ especialización anatómica. NI sus dientes, ni sus manos, ni 511 pie, nifinalmente su cerebro, han alcanzado el alto grado de perfección del diented;~.· mamut, de la mano y del pie del caballo y del cerebro de ciertosp.1Jaros, de tal suerte qlle ha quedado ap~o para casi todas las accionesp~s~bles, p~diendo. conle~ .f:ráctical11entc. 110 importa qué, correr, trelJar yutilizar el olrg·ano .ln\1erOS~11~II.nlentearcaico de su esqueleto que es la, manopara u?as. ?peraClones. dirigidas por un cerebro superespecializado en lageneralización. El carruno que 10 .ha conducido, hasta al' í ha sido en graJll)arte recorrido a 16 largo de las plginas precedentes, pero queda porexplicar cómo se hizo la última liberación.

Page 61: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

.,,.l'

. ill.

'. :;I

·1l·:Jil.1l.

" ¡1

. 1I

· ,.,.. ,

.. ,.. I,.,

: I, :

· .

· ; 1l. ·1', .!

I

;· I· !· .

123

Fig. 51. Perfiles gráficos de los paleantrópidos y del horno sapiens. Los perfilesson establecidos comparando lo largo y 10 ancho del cráneo, de la cara, de laórbita y de la nariz, relacionados con la media del horno sapiens actual de todaslas razas. Este procedimiento permite establecer una imagen expresiva de las prin­cipales proporciones del cráneo. A: paleantrópidos; B: horno sapiens fósil;C: individuos actuales que presentan unas proporciones vecinas de las del hOI110sapiens fósil; D: individuos actuales del tipo más divergente. Los e.templos hansido tomados sobre cada continente para mostrar que se trata no de fenómenosraciales, si.no de la evolución general de la especie. Todos los su.tetos D testimonian

la intensidad de la regresión facjal en el curso de los úl timos milenios. ._

1

I

.l • '. •

.X .I¡ JI1: I \ ~\'\ 1"\ /1' i\• I .• •. •

I I5 _LA CHAPEllr z.ux. s.- PRD;\'OST X --"( ASMANI;~NC)-----SUECIA

,,

-LAIIII[

I1I

• I •

,~. # \1 .• •

X• IDOlMI VESTONICE - AFRICA MALINKE - AFRICA MALINKE .

I

. )-\.• I •

/ I \.~ I •" \.~..

FERRASSIE --

JAPON ~ KOBEI .I .

/i(• • I

\~t/• l·

I

I • •: -, -,: yI •I \ \ .I •

2 _.-' BROKEN· - HILl--1III

I

D

_ ... -- -----,'---_.-.. . "._.

1)2

(lile los neanderthalenses 111ás .recientes pueden ser fechados hacia los alre­dedores de 50.000 años. Durante estos veinte mil años se produce unatransformación Cll}ros términos esca!Jan aún en gran parte, IJor la carenciade fósiles o de una interpretación apropiada de los fósiles existentes .

. En efecto, algunos fósiles conocidos, COI110 el cráneo v. de SI(11l11,considerado COIno un "neanderthalense". con caracteres neantrópidos, .0· elcráneo X de Prdrnost, considerado C.01118 un neantrópido con afinidadesneanderthalenses, parecell .indicar .el .sentido en el cual la evolución sehizo, Si se cOl11para .el cráneo de Skhúl con el de Broken-Hill y el deCro-Magnon, se constata que cráneo y cara poseen caracteres neanderthalen­ses )7a atenuados, mientras que. la órbita y la nariz tornaron las propor­ciones del tipo de Cro-M agl1on. En otras palabras, la cara es aún anchay alta, l1ero las órbitas son bajas Y' la nariz se ha adelgazado. Si Juego seCOl111)ara Prdrnost X }7 La Chapelle-aux-Saints; se l)trcibe que, sal,~o. eldecrecimiento considerable de las partes larsas }' IJS altas, las proporcionesgerlerales sen las nlis1112S. Todo hare pellsar que el tipo de CroMagnonno está 111U}' alejado aún del tipo paleantrópido, o más bien, (lue sus

dife.rencias sean DliÍS bien de cantidad que de esencia. Si se cOll1parall 105

(:c).s sujetos "de transición" (lue existen entre ellos, se ve qlle la modifi­cación, lJara ambos, afecta J a al tura l1e 1as órbitas. Mientras la al tu fa facial(le 51\:11(11 es todavía considerable, la de· Prdrncst muestra un verdadero. .

derrumbamiento. l;110 y. otro pOSee!l dentadura de proporciones neantró-pidas, marcando una reducción gClleral de las raíces y, !)ara los molares,LI11 decrecimiento de las coronas del primero hasta el último; en otraspalabras, UI1C) )! ()t:-o muestran una sensible regresión de la muela del juicior testimonian un equilibrio facial en ·el cual el primer 1110Iar 11a tornadoel puesto preponderante. El1 estas condiciones, se inicia Ll11a modificaciónprofunda en la regió11 órbito-rnalar, modificación llue se traduce en esteestadio por una .reducción inarmónica .de las alturas faciales y el tral1SI)orte·(le la construcción facial l1el macizo supraorbitario en el armazón ele lasórbitas, . ... E] "tipo de -CroMagnon" .aparece entonces corno la primera etapa

hacia la salida del l)roceso de desar.rollo prefrontal. Reducción dentaria )'. adquisición de Ut1 equilibrio facial qLle deja de ser a la vez canino y 1110·

lar, !)ara convertirse en 11l0Iar predominante constituyendo este tipo arcaico(1(:1 /JOIllO sapiens. común .a ..todos. los fósiles conocidos. En Europa persis­te hasta el Mesol ítico, l)~.~a extinguirse progresivamente JllégO. Las sllper­vivencias del tipo sap iens arcaico han sido señaladas por numerosos auto-1'(:s)' 11Z!11 dado lugar :1 unas hipótesis osadas a veces sobre el origen o lad ifusión de la tI raza. de . Cro-Magnon". Se trata)· de hecho, de ·11n ti 1JOarquitectural universal, qlle existe aún· con frecuencia .variable en todaslas .partes. del mundo ··Ce). Es relativamente ..común entre los rnelanesios}' los australianos, .pero· apenas es, posible enColltrarlo, COI110. caso indi\,j·(iual, tanto en Anlérica eonlO en Europa o· eI1 Africa. Ell cada ca~o, il1te-. ,~esan solal11ente las proporciones generales ..(craneo .larg.o, cara 111uy corta,é>rbitas l11Uy bajas) inde})endientclneI1te de los detalles prol)iaIl1ente raciales.

Page 62: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,· t. .¡

:1

.. ; 1

> l

125

.. ¡:.j',

. l'·i

55

,.¡;

. iri· li;\¡::i,

,...:

,iII .

¡ '1

"· ,,I,

· .,:" ¡

· I:· l

, i

"· :!

· !, ,'. I

· ,

.. i· ,

..

1)4

/,.l./,

,,--r'../

),

//,,-

/'..--r '

.A. través de las J íneas múlti ples de las evoluciones raciales l)arecedesprenderse eJ hilo de una evolución general, de esta "deriva' lenta ycontinua, CUlTOS testimonios son claros y numerosos l)ara muchas series deanimales. El1 los antrópidos, la deriva parece haber ido acelerándose puestoqtle, todo hace l)ellSar qlle el 70 por ciento del Cuaternario pertenece a losaustralantropos y a los areantropos, mientras el 25 por ciento a los palean­tropos y el 5 por ciento solamente a los neantropos. Este 5 por ciento qllepertenece al pasado de nuestra propia especie ¿bastará para detectar unatransformación sensible, desde el hombre de Cro-Magnon al del siglo xx?Un poco más de 30.000 años nos separan de él }Y lJarece, efectivamente,<ll1e se hayan producido ciertas modificaciones bastante importantes,. Es necesario, primero, represen ta.rse cuáles son las cond iciones ·de la

comparación entre el hombre actual )r el fósil. Para el actual disponernosdel repleto cuadro de las variantes raciales que se traslucen a través de losmillares de espécimenes. Salvo para unos escasos pueblos aislados, cornoson ciertos esquimales, los australianos )' algllnos grllJJOS de .{-\f rica, losti P~)S raciales of recen tales variaciones individuales glle la imagen obtenida110 es nunca más que una imagen estadística }' la dete-rninación, si 110 serosee la identificación geográfica exacta del sujeto, queda ]imitada a gran­des masas corno "cráneo mongol .del sureste asiático" o "alpino". Parael fósil la situación está invertida: se poseen algunos individuos, separadosI)or UI10S nlilenios.)1 unas distancias muchas veces considerables; el tiporacial o 110 aparece a través de sus variantes o. es indiscernible por falta decomparación, y uno se ve COIJ5treñ ido .1 tomar l",or Sigl1 j ficativo todo locllle· oE recen, Además, 1105 vernos inevitablemente obligados a agrlll)a~ el)

~ran(les. familias tInOS fósiles dispares, C0010 }'a aconteció du-ante 111~1(J1().

tiempo C011 los : paleantrópidos, aglomerados alrededor del 11Ú(](~O de }C)$primeros neanderthalenses.

EI1 el problema de la evolución física. ele los neantrópidos, l1ay t]llt

considerar ot.ro aspecto, plles depende )ra 110 de las condiciones materialesde la dorurnentación, Sil10 de la genética racial, La experiencia bell¿'tic~ladquirida con los animales permite comprender alglIIl ..OS. aspectos de lavariación raci al e ind iv idual, Dos factores in terv ienen de manera F\:-epoll­derante en la constitución de las fórmulas J!elleti~as individuales cuyacombinación lleva al tipo racial: el aislamiento }' la densidad de }()S

su J eros.. El aislamiento actúa eI1 gr~dos. diferentes éI1 relación C()J1 la densi­

dad. Es e\-idente, por ejeI11plo, qlJe los. grLlpos· ¡~aciales fundalneI1tales(blancos, ·negros )' all1aril1os.) of rectn tal superficie de !)oblaIlliento Conresl)ecto a SllS lílle:1S de contacto, que lInos .)' otr~s se CnCtlentrall en cstad,()cfecti\lo de aisJan1iento, constitu)'endo la franja de l11cstizaje llll eSClS~)

lil1dero en SllS f tonteras. Al inte¡~iór ·de cada una ele ellas, l)llede \'ol\~ersea encontrar toda la gal11a de las fórmulas, El aislar11iel1to, tll 11nos ~~rl]I)oslit débil.· dellSit1ad, juega genéticaZl1ente un .papel nlll}'. il11})o.rtante }' cj(_~ag7'l11J8 de alglln'J$ 111iles de indi\'jduos, segregad() o aislado, tj(:'nL~e e11 el

,.

.E\lOLUCION DE LOS TIPOS NEANTROPIDOS

Figs. 52 a 55, Cierre de los ángulos }·ugalesen el hon1o sapiens. Los á~gulos pasande 1'00° en el neocaledonio }' ·el melanoafricano (?3) a 95° en el euro~eo de d~nta­dura ccmpleta (54) y 90° en una europea deSprO\11st~de molares p.osterl~res. Notesé:la migración del e!e E2, que tiende (55) a confundlr el apoyo de .10s pomulo~ y ~Iapoyo frontal (pérdida de la independencia mecánica de ·los dIentes anteriotes)

t; ") 5.5- ..C'" C·

,.e'•

curso del tiempo a adquirir los caracteres de tl~a raza homog~nea. Es lo .que explica qtle' las .razas "puras" como los Ainu, los Bosquimanos, losLapones, los Esquimales }'. los Australian~s,. entraña~les. ~ la antropologia

- clásica, correspondan a grupos que han vivido lIn aislamiento prolongadoen. ·el (lIrSO del cual su capital genético se ha llnifo:m,~do. Estos grt1l)OScreofrráficamente marcinales al igual qlle los grllp()$ animales lJllestos enb t» . b ' '-' .las mismas condiciones, ofrecen unos caracteres roL1}' nlarcados,. muchasveces aberrantes, y conservan frecuentemente una estructura general arcai-

- _.- .._-_ ...- . ..

Page 63: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

I""

127

,!

, !, I,

" I

, )

.'

" 1,

. Desde hace más o menos 30.000 años, se puede seguir a través de~lferente~ razas el desarrollo, físico del hOJ}lO snpiens. La variedad de lostlpO~ raciales hace ~~sta~t~ dificil compre.ncler el detalle de Jo qlIe hayapodido ser la evolución fisica de la humanidad en un plazo tan corto, peroalgunos hechos se desprenden sin embargo de un análisis cronolóaico. Losmás viejos bonio sapiens, .reunidos en importante cantidad en la '~!raza deCro-Magnon", poseen un tipo craneano ffilly particular: caja craneanagrande y rnlly larga, la cara, ancha y extraordinariamente corta, sobre todocompe.rándola C011 la de los neanderthalenses precedentes; las órbitas sonextremadamente bajas' y rectangulares, Este tipo de estructura se vuelvea encontrar prácticamente en todos los fósiles del Paleolítico stlperior enFrancia, en EtlrOpa central, en Alen1ania, en la URSS y hasta en China.

BALA:\rCE FISIC()

, !" "

1,

i ,

i :

, o, I,"

, I: ",,

, ,: I

'oI

II :, i' '

\, ,I.: I

, ¡: I;: I

evidencia lID tipo racial de' contornos contrastados, siendo la mezcla lo qlle

, ase.gllra la a_Dll1ación de los efectos de, fijación de las fórmulas genéticasuniformes. El grllpo q'lle puede contar varios millones de individuos evo­luciona en bloque, con uri ti po med io impreciso, 'qlle es el resultado de'!equilibrio de 11S variaciones individuales, Parece qlle esta situación sea lan:ás favorable p¡1~a,una deriva rápida del tipo estadial, plles estas poblaclones, S?O las ,9l1e' ofrecen el .minimo de sujetos pertenecientes' al 'tiponeantrópido arcalCO. '

Si, tcrn.indolos de los luzares m.is variados, considerarnos unos indi­viduos qLle ,responda!l al movimiento gerieral dibujado por los neantró­p.idL)s . primitivos, se constata efectivamente qtle está ya ampliamente tes­tirnoniado un nuevo tipo estadial (figul~a )'1). Tipo qlle está presentetanto en los blancos como en los negros o los amarillos en los dolicocé-e ,

falos COhl0 en los braquicéf alos., Su carácter principal es la armonizaciónde los diámetros, en particular de las longitudes y anchuras de la cara J'del ,crán~o. No es sensible ninguna mejora en capacidad cerebral, perola cara tiende a volverse estrecha y se acorta. Las órbitas son proporcio­nalmente granl-l'es, la nariz, ancha en las razas n~grJs, estrecha en lasot.ras, 11l) ha vari ado 111l1Choen sus proporciones absolutas.

, El ~enómeno de. a!igeranliento. fa:iaI característico de los neantrópidosm.is antiguos se continúa, por consrguiente, en todas las masas humanas de -alta densidad en el curso del proceso en ci cual la anchura de la cara seuniforma con la altura (figllr~ls 52 a 63). Este fenómeno está vinculadoal movimiento gene.:-al de, regresión del al)arato dentario, materializadopor la' reducción o la ausencia de' las muelas del juicio }' la .exi t!i.iiclad delas raíces, de todos Jos, dientes. Sería arriesgado hacer depender de unasola causa mecánica (de la .sola reducción dentaria determinada, po.r otralJarte, p,or. un,: e\'OILICión genética qLle siglle siendo nll1y poco conocida)toda l~l historia de la cerebraliz.ición humana, mas la evolución dentariaexpres,-l mejor qlle cualquiera otra el mecanismo de 11n movimiento evo­luti \-0 complejo qlle continúa su 'desarrollo en todos los hombres actuales.

, "

126

Figs ..56 a' 59. La armazón de l~s caninos en el hOl11~sapiens. Los mismos sujetos delas figuras 52 a 55. Se constata que la unión de los dientes anteriores con el macizoprefr()~t~l se n1a~tiene. en el h()~1bre actual. E,n el sujet~ sin, molares posteriores(59) el angulo, e se Clerra a 40 , eX!Jresando el acortamIento' de la, base P·B losapo)'os caJlinos E3 tienden a, confundirse' con los de los molares (E2, fig.' 55)

e ~I'I el"5958 '

S' B

R

e'

--f !

' R

G B

p p

56 57

e" e'"

e'e'

za:1te: . Los ejemplos más nítidos de supervivencia del tipo, neantrópidoprimrnvo se encuentran entre ,estos grupos.

El ~actor de densida?, asociado .a una situación geográfica despejada,d~selnpena. U11 pa.pel capital en ,la fisonomía general de las poblaciones;bien sea l11ter\T.l111endo en zonas restringidas per{) nluy pobladas, COI110Europa, la India o el Extremo Oriente,' o actuando en zonas donde losI110'Tin1ie~t~s de grllpos y ~e' individuos con11Jensan la densidad relativa­merite débil, C01110,en África. En estos grupos es, l11uy difícil pOller en

Page 64: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,1'!I

"

I

"129

"

,

i

111

,"

I. ~

1

.i, "

"!

, !

Parece ciertamente corresponder a la arquitectura más arcaica conocida pornuestra especie. En Europa, este tipo se prolonga, en el Mesolítico y existentestimonios de ello-s tanto, en Portugal como en Bretaña y en Dinamarca.A título individual, esta arquitectura puede aún encontrarse actualmenteen todas las regiones 'del mundo; pero como fórmula .racial colectiva, noqueda de ella mis que pocos representantes entre, los tasmanienses, losaustralianos y' una parte, de los, neocaledonios. 'Después del Paleolítico 511-perior, los tipos arquitecturales del cráneo se diversifican considerable-

.mente. En las' razas más variadas, pero sobre todo en las regiones donde1~1densidad de población es más elevada, aparecen algunos rasgos qtleparecen pirolongar la evolución de los antrópidos con una densidad sufi­ciente como para qlle se, les pueda considerar como significativos. El \70-,

lumen cerebral no 'evidencia con nitidez tendencia alguna a aumentar;de hecho parece' q1le desde .Ios neanderthalenses no haya habido ningúnprogreso de este lado. Las dimensiones faciales, en cambio, tienden a dis­minuir y esta disminución del volumen facial se' traduce frecuentementepor la desaparición de las muelas del juicio (figuras 55, 59 Y 63). Lareducción de la longitud de .Ia arcada dental, mientras que el apoyo general'de la cara continúa basado sobre el primer molar, tiene como consecuen­cía un cada vez más acentuado desplome de' la frente. Este carácter haSil10 observado desde hace más de medio siglo y ha sido la fuente dealgunas teorías al término de las cuales el hombre actual representaríade algún modo un feto o un niño detenido en un estadio ,precoz de 511desarrollo. Corrientemente se constata qlle tanto en los monos como en elhombre, en la niñez y la adolescencia, el volumen cerebral es considerableen relación con la cara, no tomando sus proporciones definitivas sino apartir de la pubertad. De allí a ver en la evolución del' hombre unaespecie de retraso (lprogresi\'o",' una prolongación de los estadios infantilesqtle dejaría. a la inteligencia el tiempo para desarrollarse, no había misqlle un, paso, qlle ha sido fácilmente franqueado. Yo pienso que se deberenunciar a ver en el hombre un feto de gorila, al igual que se debe .renun­ciar al antepasado -rnono, lo cual no es' más qlle otra forma de la mismatendencia hacia la búsqueda mórbida de 11n gemelo monstruoso. Hemosvisto, en efecto, que la fórmula humana era una, fórmula perfectamentedistinta de la de los monos. Hemos visto, igualmente, qlle sobre 11n cuerpode hombre, el zinjantropo realizaba la fórmula mecánicamente coherentede, 11n cráneo de hombre conteniendo un pequeño cerebro. ¿Podría admi­tirse que el rinoceronte sea un feto rebasado del pequeño damán o latrucha 11.n embrión de celacanto? Por qtlerer explicar por qué tenernosun cerebro más voluminoso que los otros," se corre el riesgo de tomar lacontracorriente de una 'evolución q1le, desde el inicio, lleva hacia, unamejor organización nerviosa y, por consiguiente, al aumento del peso delaparato cerebral. A partir del primer bípedo, ya no' se trata para el Hombrede volver a, poner en discusión su plano mecánico general, sino más biende una serie 'de modificaciones progresivas. El equilibrio de la cara sobrelos caninos y los primeros molares es aún el de los neanderthalenses; el

---,_---' _" ..

.•..

, "

.:

128

, ,

Figs. ~() a 63" El equilibrio general de la cara está expresado por la igualdad 'd'e losángulos de los pómulos E2, del mentón D y de la apófisis basilar B que liga laarmazón facial a los consrreñirnientos de la oosición vertical. Si' uno considera elneocaledonio (66) )' el melanoafricano (fig. 61) C()fi1,0 expresando el equilibrionormal del 1101110 sapiens, se constata que los valores de !C)S pómulos, del mentón yde la base son iguales. En el europeo (fig. 62), la migración del eje 'E2 hacia E3 seha iniciado y la cara (60°) está en desequilibrio con la base (67 O). La desapariciónde las muelas del juicio (fig. 6j), traduce una verdadera distorsión del edificiocraneano en la búsaueda de una fórrriula 'd'e construcción difícilmente conciliable con,el mantenimiento de la posición erecta; esta" situación de superevolución es com-

parable a la del perro lulú (fig. 24)

6362

"

R

60 61c'"

e"o o

c' e'

Page 65: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

!I

131

i I1;

. ::

i I·1, I, ,l·'! !i :

: 1

:i,

I

¡"¡ I", '

t

..1:.,I

'¡';!.!,

"

. ,

i!¡i:

".,

, ,,

, '

El último episodio verdaderamente espectacular. de la evolución delos antrópidos es, corno hemos visto, la apertura del cerrojo prefrontal.En consecuencia, conviene ver, como lo hemos hecho para los otros ho,.·mínidos, qué consecuencias puede haber tenido para el funcionamientocerebral· una modificación tan importante' del edificio craneano. El vo­lumen cerebral no ha variado desde los paleantrópidos más evoluciona­dos (arcantrópidos: 600 - .1 200 cm"; viejos paleantrópidos: 1.200:.-1 300 cm-: neanderthalenses: 1 400 - 1 600 cm"; .neantrópidos: 1 400 -1 5~.~ C~13) y las transformaciones esenciales han debido hacerse pormodificaciones en la-s proporciones de las diferentes partes del cerebroy no gracias al' aporte de materia nueva. Una mayor densidad de lascélulas, la multiplicación de las conexiones y la utilización mis completadel. v,o,Iunlen disponible son muy pro?ables, a pesar. de qlle no tengamospOSIbILIdad alguna de control paleohistológico. Lo 'esencial, sin embargo,

. parece que haya sido el desarrollo de la parte pref rontal del cerebro.La' relación entre frente e inteligencia se ha' establecido desde hace muchotiempo empíricamente tornando un valor científico y casi dogmático apartir de 10~trabajos de fines del siglo XVIII, en particular los de Dan­benton y de Campero Antes de admitir y desarrollar lo que se ha vueltouna noción común, es útil recordar, sin embargo, qlle no existe una re­lación . absolutamente obligatoria entre el volumen del cerebro, el desarro­llo de la frente y la inteligencia. En la realidad individual, las excepcionesson muy numerosas y se sabe desde' hace mucho tiempo qlle un cerebropequeño pelra con una organización acabada y densa, incluso en. el casode una frente baja, es preferible a unos voluminosos sesos. Pero persistela verdad estadística que constituye el armazón mismo de la evolucióncerebral de, ·10s antrópidos: la ganancia global para la humanidad de susterritorios prefrontales. .

La neurofisiología y la neurocirugía, desde hace algunas decenas deaños han estudiado mucho esta. región del encéfalo, la cual está divididaen dos zonas: la parte del neocórtex, que se extiende delante de las

'. "

EVOLUCION CEREBRAL DE LOS' NEANTROPOS

. cho adquiriendo, como los tiburones, una especie de estabilidad inmuta­ble, otras 10 hicieron extinguiéndose. definitivamente. Las probabilidadespara el hombre 'parecen ser de la segunda categoría y, si se tratara de ·unmamífero cualquiera, el pronóstico no tendría' por qué no ser categórica-.mente pesimista, Podernos consolarnos, sin embargo, pensando que estoqueda sometido a la, corriente general de la deriva de las especies y que,por consiguiente, su extinción nos deja, tal vez, algunas decenas de mi­lenios de respiro. Se puede también admitir que'. mediante una acción vo­luntaria, el hombre utilizará las leyes genéticas. para suspender, al· menosdurante 11n cierto tiempo, el curso de su evolución. No se ve,' sin ern­b~rg~, de qué podría él "liberarse" sin cambiar al mismo tiempo dee-specle.

....---_.-... _ .

130

¿Es posible prolongar la trayectoria humana? Si se torna en cuenta10 que son los caracteres '. fundamentales (posición vertical, mano, útil,lenguaje), el dispositivo se encuentra en completo desarrollo desde hace, talvez, un millón de años. Si se busca cómo, sin perder en nada de susvalores fundamentales, el hombre puede evolucionar aún, es hacia losretoques del edificio craneano hacia donde uno se' orienta inevitablemente,El conjunto parieto-occipital está estabilizado desde hace mucho tiempomediante la posición. erguida y sería necesario Ul1 cambio de posicién l)araque· algunas transformaciones tuvieran lugar de este lado. La bóveda pareceestabilizada, . incluso 'en su parte media: salvo algunas variaciones, el aba­nico cortical está completamente desplegado. Una ganancia posterior se.produjo en los territorios pref rontales gracias a la pérdida de la visera. orbitaria }T, luego, a la de las muelas del juicio, aún en' etapa inci piente.El progreso en esta dirección no puede ser. indefinido y' es necesario darsecuenta del hecho de qlle lJara' seguir siendo hombres tal corno-Jo conce­birnos, fisiológica y mentalmente, ,n9 se puede admitir más allá en esteterreno .. Los visionarios de fines del siglo XIX se inspiraron en él fetopara imaginar que a fines. del siglo xx, nuestros contemporáneos serían'LInos individuos con 'lln cerebro .'Cll0rnle, . la cara minúscula y el Cllerpoenclenque. Esta imagen es falsa, .pues no ha)' razón alguna para que' seproduzca una ganancia considerable de volumen antes de varias decenas demilenios. Tenemos solamente 'treinta mil afies de edad y se necesitaría1111.1Chomás l)ara que la deriva de 'las especies se llaga sentir vigorosamente.A lo' sumo, se podría, mediante unas operaciones de selección .artificial,llegar a un aumento relativo del peso del' cerebro, suponiendo que estecarácter ponderal sea realmente importante.: Mas lo. -que· los visionariosno habían previsto es que ningún cambio importante puede producirsesin la pérdida de .la mano, de la, dentadura y, por consiguiente, de laposición" erecta. Una humanidad anodonta Y' qlle -viviera acostada, utili­zando lo que le quedara de sus miembros anteriores para apo}'arse sobremuñones no es completamente incol1cebible'}, ciertas novelas 'dé' anticipa-

. ción,. a fuerza de mezclar todas las fórmulas posibles, .han creado unos"Marcianos" o unos "Venusianos' que se aproximan a este ideal' evolu­tivo. ¿Poden10s afirmar que' se trataría aún del Hombre? En paleontologíano se carece de ejemplos de especies qlle hayan alcanzado .un punto deequilibrio considerado posteriormente como permanente, Unas 10 han he-

EL H011BRE FUTURO

h017JO saplens desemboca en la pérdida casi total. del equilibrio, sobre elaparato canino y a la apertura del cerrojo de la región prefrontal. Nadade esto hace intervenir a un mono CU}TOS estadios infantiles serían apro­vechados para explicar la evolución humana, pues en el zinjantropo nohay nada del feto del mono y el desarrollo del linaje hasta nosotros haceintervenir 'unos lJrocesos biológicos .normales, los cuales no tienen· nadaque ,r'er con la "fetalización".

Page 66: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

133

,1..,.:

i

I

. ;. '1,

.,

.. :1.1

, )

. ':.

,i,:i

i

i,: 1:: I.' 1:

."LOS ESTADIOS DE EVOLlYCION TEC0;ICA

El conocimiento q1le se tiene de la evolución técnica· de los antr~pidos, desde los estadios más remotos hasta el comien:o' ?el períod~ cli-.rnático actual, está esencialmente fundado sobre el utillaje de la piedratallada. Con la condición de admitir qtle esté utillaje representa sólo unaffi1ly pequeña parte del equipo de los hombres fósiles, se le puede reco­nocer el valor de testigo pertinente, puesto qlle en cuanto a todo lo, queno es imperecedero corno el sílex, nosotros no sabemos prácticamente nada.

El siglo XIX) que influye aún en numerosos vlllgariiadores,· ha creadouna imagen del hombre prehistórico por simple transposición: terno -pielde oso en torno a la cintura; hacha de leñador- hacha bifacial fijada a lln

. palo; casa·caverna, etc. La ilustración bajo todas SllS fornlas, desde elfresco para anfiteatro hasta el film y el diblljO h1lmor~stic~, ha hecho. f~­miliar esta imagen;. la cual ni siquiera fue obtenida a partIr de los. p~Iml-tivos actllales, sino. por simple emp?brecimiento del h0!llbre mod~~no. E?efecto, los allstrallanos o los esqUimales pueden, por comparaclon, alI­mentar la reflexión de un investigador, mas el carácter ,preciso y. sobre­abllndante de to,do 10 qlle ellos pos e,en, prohíbe llevar el paralelismo dema-

, '

. '¡

DIVERSIFICACION Y. RIT~IOS DE EVOLUCION DE LAS TECNICAS

Antes de entrar 'de lleno en el dominio del h01J10 saplens es nece­sario, después de todo 10 qtle acaba de. ser establecido sobre la realidadfísica y. sobre la inteligencia de 'los antepasados del hombre, apelar comotestimonio a ,la historia de sus técnicas. Me esforzaré, volviendo a tornaren forma ordenada lo esencial del plrogreso material, en mostrar losvínculos qtle existen, en StlS inicios, con el progreso biológico.

, '

iI,

1. ¡

fenómeno comparable al del vínculo, a partir del hOJJ10' sapiens, del' mis- "roo progreso técnico, con la organización del grupo. social. El," hecho quese' desprende más claramente a partir 'de la. liberación del cerebro. anterior,es la importancia que toma la sociedad 'en relación con la. espeCIe. En elmismo momento qtle el juego . de las variaciones individuales adq~i.ereactividad preponderante en el progreso, la escala de valores se modifica,Se' advierte mtly bien qlle en esta evolución los paleantrópidos desernpe ..ñan el papel de bisagra. Por su forma, pert,enecen todavía a un m:lndodonde los valores imperativos son de orden zoológico y" donde técnica ylenguaje no han adquirido todavía completamente el .dominio ,d~ sus po_'sibilidades.. pero. por algunos detalles importantes los paleantrópidos per­tenecen ya a nuestro mundo .. El, interés del estudio de' su cultura, ~~ma­siado frecuentemente dejado de ·lado por los investigadores qlle tuvieronmayor preocupación por la ClZJ. del cráneo qlle por· comprender al hom­bre, es fundamental para nuestra .propia comprensión.. porqlle, en de·finitiva, son ellos y no los australantropos, quienes juegan el penúltimoacto de nuestra historia.

, ... ... - .... . ... - .' -_o. ... .0.'" _ •••.

',132"

áreas premotrices, y el rinoencéfalo, que corresponde a una estructuran1uy antigua del cerebro de los "vertebrados. El. ri~10el1céfa~o, qtle t~~odesde los "vertebrados inferiores COI110 papel principal la interpretaciónde las sensaciones olfativas, se ha modificado considerablemente en losmamíferos superiores hasta con,i.ertirse ~11uno de los disposit.i"vos' re~:I­ladores dé las emociones. Es, SI se qUIere, el centro de la Integlraclollafectiva en el aparato cerebral. El córtex prefrontal, después de nume­rosas experiencias o constataciones quirúrgicas, apalrece COI110 uno de loselementos principales de la personalidad, siendo considerado por la rna­yoria de los neurólogos COI110 factor preponderante en el dominio de lasoperaciones, la previsión y la conciencia lúcid~. El desarrollo hecho enel grado superior de la escala .animal por el rinoencéfalo y su prcximi­dad al córtex de dominio permiten comprender, al menos en parte, loque ha aportado al hombre la abertura del cerrojo pref rontal. El cere­bro anterior del h01JIO sapiens, gracias a su dispositivo de reglllacióllprefrontal, se inserta ell cierto 1110do entre el córtex de la, motricidadtécnica y el de desencadenarnien to emotivo, Las lobotornías pref rontales,practicadas durante algunos años en el. tratamiento de ciertos enfermosmentales, hicieron resaltar a la vez el papel' de amortiguación y de esti­mulación que desempeña el córtex pref rontal en el des2.~rollo. de las rnanifestaciones afectivas y motrices, No se podría piJes,. imagrnar, al ser­vicio de la 'inteligencia, un aparejo más apropiado que el qlle integre ala vez los impulsos sentirnen tales y el "dispositj~~o de organización 1110t~,ra.Aunque mal conocido todavía, el papel del: córtex pref rontal corno 1115-

trumento de regulación afectiva, de dominio y de juicio, .aparece COI110esencial. A partir del momento en que terna importancia preponderantees cuando se. puede hacer intervenir la noción de inteligencia }1 de re­flexión en el sentido plenamente humano de la palabra. Por otra parteveremos que la alJertllra del cerrojo frontal se vio rápidamente segllidaen la historia de las sociedades humanas 1)o.r una transformación pro-,funda .de las relaciones entre el hombre }r, el mundo biológico. No' se 'puede negar la existencia, en los antrópidos más prirni tivos, de la .lJosi·bilidad de cierto desarrollo de Jos territorios p,~efrontales, plles la alJari-,ción del utillaje y el enriquecimiento de las cadenas operatorias 110 1)11e­den ser concebidos a partir de los únicos dispositivos 1118tor y FI!"el110tor.Al nivel del zinjantropo ya, entre las emociones y 'las reacciones motorasde fabricación o de organización técnica, se interponía UIl cerebro frontal,cuyo papel, en esta etapa, era seguramente 111Uyimportante. Lo gtle llamasin embargo la atención es el constante aunlento del dOll1inio frolltal allledida que '_pasa el tienlpo y que las técl1icas no~ ofrecen el reflejo de,una ,inteligencia cada ,rez l11ás· dOll1inante .. Cuando . l1el110S adl11itido q1leen los australantropos' y los arcan tropos, el desarrollo. de las técllicas, se­guía'. poco lnás o menos el del crá,neo, lo' he.lDOS hecl10 teniel1do en CLleIltalo -que habría podido l11anifestarse 'en tanto ,qlle inteligencia creadora decarácter indi\'idual. Yo' creo efecti\7all1ente' qlle, "iI1culalldo a estos ni\'eIesel progreso· técnico con el de la' biología" 110 hago sino constatar 11J1

----------------' , - , -

Page 67: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,.,II

135

Cuadro de la longitud relativa de filo cortante utilizable, obtenido de unkilogramo de sílex durante las diferentes épocas del Paleolítico

Fig. 64.

-

hojas•

Jmicrolitos

esfllles

I13m. 11----1-----+----II

,4m. II-----+I----+---t--· K:\V

_-:J 1':1.

'1...,· I \10 m. II... +-_~+----+----+----~I~,.-----!--

;7 hojcs

•5.0 m. It-----t----!----+---_,_----r·__ ~-~----1

!100 m.

hachas•t""

• I

1- ,

'-•_

cuchillos...

• I\.~

100 cm. I , 1) I \JV }. __;_\L./---------------4---. 60 cm•..._.~_~. bifacial40 cm',r- ~-

materia

RléNSELEVALL.

CIENSE TR::NS~ jlENIENSE LITICO LITICO

NEO~por

1 Kg CULTURE 'lLIENSE 'ENSE

FiloI j, l·

FEBBlE ABBEVI- ACHELI. ,.\USTE- tAURIGNA~ SOlU- MAGDA- MESO-

los útiles cortantes y' sus armas, para percatarse a qué punto se' reduce ,el'conocinliento de la industria de los hombres fósiles'. Una vez adquiridaesta visión lúcida sobre 1~1'naturaleza de los documentos, se hace posible

134

Si se hace abstracción de las piedras utilizadas como percuto.res o de'los' esferoides a facetas cuyo uso es enigmático, puede decirse que .latotalidad del utillaje de piedra está constituida por llnos cantos afiladosdestinados a cortar, raspar y perforar. Trazar la' evolución técnica de lahumanidad, valiéndose .de 'los útiles de piedra tallada, es, pues, utilizaruna imagen cultural estrechamente limitada a los objetos cortantes. Basta

. con tomar algunas culturas actuales y privarlas de todo, su equipo, . salvo

, .

. .

LA INDUSTRIA LITICA'

siado lejos, de suerte gue la imagen técnica del hombre .prehistórico que­da, en el fondo, extremadanlente pobre. Esta pobreza golpea en' un grado .casi equivalente al zinjantropo, el cual debía en efecto tener una culturatécnica muy escasa, y el h01110 sapiens fósil, el cual ha dejado solamentepiedras y un poco de huesos labrados, pero cuyo mobiliario debía serconsi derab le.

. Ahondando "en el detalle, en. cuanto al /J01J10' sapiel1s, que ha vividoentre 30.000 y 8.000 años antes de nuestra tira; se .logra constituir," sinembargo, un conjunto documental bastante nutrido. Se puede decir de él,

.. sin aplicarse a una identificación. cultural demasiado rigurosa, que. edifi­caba chozas y tiendas, que su vestimenta estaba hecha' de pieles finamentecosidas, que llevaba' adornos corporal es cornpuestos de collares y de .re­decillas hechos de dientes de animales, de conchas y de trozos. de huesosrecortados. 'Se sabe que cazaba con azaga)!as y que era carnicero y peleteromuy experimentado. Corno artesano, disponía de un utillaje 'variado, apro­piado para el corte del sílex y un finísimo trabajo sobre materias óseas.Si ~greganlos todo lo que se puede imaginar de cestería, de trabajo, con'cortezas, y madera, se obtiene una imagen bastante .rica qlle podría servirde' modelo a una multitud de culturas primitivas, muertas o vivas,

Si hacemos una síntesis idéntica, para los paleantrópidos más recien­tes, .sobre los cuales el' Musteriense de Europa asegura un .sustancial tes-'timonio, . se obtiene una "imagen coherente pero considerablemente ell1po­brecida, El paleantrópido evolucionado sabía construir abrigos, chozas o'tiendas, cazaba probablemente con . la azagaya y se poseen los mejorestestimonios sobre su. destreza para despellejar y trinchar los animales. Su.'utillaje de fabricante es 'reducido: no trabajaba el hueso, mas se puedesuponer con alguna razón que trabajaba la madera y la corteza.

,No sería razonable ir más allá, pues no se ha hecho ninguna excava­ción verdaderamente orientada hacia la comprensión cultural de los viejospaleantrópidos o los arcantrópidos, los cuales rarísimas veces han sidodescubiertos en sus hábitats.· Una' indudable trayectoria ,de' evolución téc­nica es, a' pesllir de todo, sensible, .del h01JIO snpiens a los australantropos,pero se confunde demasiado con la .inconsistencia de la documenracióna medida que nos alejamos en el tiempo como para qlle sea posible ba­sarse ..con suficiente seguridad. Si es posible obtener una imagen evolutivareal, sólo lo es, por consiguiente, a partir de la industria lítica.

Page 68: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

, ,iI!

, It

137

,, I

!

i

i.!'1

"

I

,

II

to~ de forma predeterminada. La evolución se produce por adaptación' ydurante un centenar de miles de años, en el Ievalloisiense-rnusterienseel núcleo. estereotipado asegura la extracción de tres o cuatro tipos defragmentos: ,ovalados, alargados y triangulares. La cúspide de la técnicaestá en las puntas de base estrecha, que pueden tener más de 20 cm dela:-go. El beneficio técnico' es doble en relación al, .bifacial, porqlle elrnisrno volumen de, sílex asegura tres veces más de filo útil y porquebloq;les de sílex bastante pequeños pueden ser utilizados con provecho.El, vínculo del hombre con los lugares qlle' le abastecen' de sílex balto seencuentra, plles, considerablemente reducido." ' ,

De la. PI/JI!(l leualloisieuse a los, microlltos : Los musterienses reali­zar?n probablemente la .revolución técnica más importante de toda la his­torra .hurnana, hallando la solución del núcleo de f ra amentos' de forma. preestablecida, .pues? .después de e~los, la evolución pro~igt.le por retoquesmenores del "dISpOSItIVO de extracción, El mejoramiento de las incidenciasde golpeo acarrea un alargamiento del núcleo y la obtención de verdade­r~s. lánlÍnas,. cada v~z mis estrechas y rnás finas. El progreso, en el Paleo­Iítico superl~~, esta marcado p~r el hecho de qlle las láminas son ,dis­pl1estas en útiles de formas variadas. Por otra pal!:te, cada desperdicio dela talla, según S11 forma, encuentra una utilización determinada de ma-L ' ' ,

nera tal qlle a partir del Gravettiense, hacia 25.000 años antes de nuestraera, ,e~ ?espe,rdicio del sílex -se reduce a casi nada. La gama, del utillajees suficiente en el '1vfügdaleniense, hacia l,? 000', de suerte q1le con dos otres kilómetros de sílex tallado el hombre ,dispone de varios centenaresd; :'rtiles .. Así se explica, qlle, en esa época, el, sílex esté presente en loshábitats SItuados a centenares de kilómetros de toda fuente natural demateria ,prima. Hacia el fin, del 1'fagdaleniense y en el Mesolítico, entre8000 y 6000 antes de nuestra era, la tendencia hacia el microlitismo seacentúa y una' articulación suplementaria se introduce en la serie técnica:

, la.s láminas, :a~adas del núcleo, son tronzadas para confeccionar pequeñasp1ezas geometr1cas, de, manera que la lámina, a su vez, se convierta enfuente de prodLictos.

, Las tradiciones generales Sllbsisten en el Neolítico, pero las relacio­nes entre peso y filo son bruscamente modificadas y" \uelven a caeten cifras ffilly bajas. Esto es debido al hecho de qlle la agricllltura tlrans­forn:a. completamente las necesidades técnicas y qlle la hacha o la aZllelareqllleren de un pe,so ele\Tado para ,Un filo, estrecho. Los cuchillos desílex, por su parte, conservan una relación cercana con las del Pale'olíticosuperior (entre 6 y 8 metros). En el an1anecer, d,e, la 'metalurgia, ellFrancia, los talleres del Grand -P,ressigny, hacia 2.000 años antes de n1les~tra .e:~, sacan .to?av~a de un enorI?e núcleo preparado según la viejatradlclon tlnas ImItacIones de los prlmeros pllñales, de cobre qlle Plledenalcanzar nlás de 30 cn1 de la.rgo. ' ,

ASÍ, la obtención de, objetos cortantes, desde el primer chopperhasta las largas láminas del Grand-Pressígny, siglle tIna sola línea evo-1lltiva, condllciendo de etapa en etapa, sin con-sideración de las formas,

..... -_ ..... -- __ .\

" '

-,

.. . "

"

136

ari~ntar 1: in\Tesfig~ción hacia lo, que, más allá de los detalles de la tipo­logia, sena susceptible de dar una imagen evolutiva.

Los .prehisto;i~dores europeos, desde hace mucho tiempo, hicieron lac~ns~ata:lon emplrIca de que la, dimensión media de los útiles de sílexd~sm~nula desde el ~bbe\T'1Ilense hasta el, Mesolítico .. Las gral1des hachasbifaciales son progreslvanlente reemplazadas por los Era zmentos rnusterien­ses y lue~o .por. la~. hojas. del Paleolítico. s~I:erior, qu~ .enlazan a su vezcon los , ~11crolItos . Intrigado por la similitud COl1 CIertas evolucionesp~Ieontolo&lcas, he, pens~do~ hace algunos años, ,que esta constatación })o­~1~ encubrir u~ hecho tecruco gene,ral, independiente de la forma de Josútiles, r.espondlendo a una \Te~~adera (~ortogén~s~s". La hipótesis del lJUl1tode partida :ra que l~ extraccIo~ de un utensilio cortante a partir de l1!1bloque de s11e~cambiaba .en el tIeD?po en función de la relación qllC existeentre la longitud del filo obtenido y el volumen de sílex necesariopara obtenerlo (figura 64).

La verificación experinl~n.tal es n1uy fácil, puesto qlle basta, sintOI?ar en cuenta, ~1 desperdicio, con establecer la longitud de los .filosut~llzables de un kilogramo de sílex trabajado en útiles de forma deter­minada. El cuadro muestra la sorprendente progresión de' esta 'relacióncon los r~?Irsos del subsuelo. Es asombr?so constatar qlle el progreso deesta relación se desarrolla en paralelo flgllroso con la evolución de loshom~res .misD10s, ]0 que confiere un carácter sineularmente biológico a laprehistoria de ~os objetos cortantes. Este paralelo resulta más nítido aúncuando se considera en detalle el encadenamiento de, las formas,

..r:el . ~b(Jppel" ti. bifacial: .El filo someramente ..determinado porla pe ..c.usI~~ f.erpendlc.~llar "sobre el. borde de' un glll Jarro produce .U11c~ofpe1 J ~tl~. sobre nucleo , prot?tlpo, de una larga serie. Los despren-

, dirnientos iniciales, en I?unta de gUIJarro,_lle,·an, })ara una serie de algll110Sfragmentos suple.men~arJos. ,sobre las, dos caras, ~, desprender una pU11ta glleasebrur,a una meJo.! slruaclon. de~ filo. A partIr de este útil l11Uy burdo,se, esta en p~senc~a de ~n bifacial, cuchillo, pesado con contorno en formad: almendr~, q.ue e\T~.luclona lentamente, du:ante tal ,'ez cuatrocielltos l11ilanos. El fl~lo, obtenIdo prinle.ro mediante una serie de idénticos gol­pe; perpendIcular,es ~60 cn1) adquiere en el acheliel1se al1tiguo una fo?nla 'mas regular y, filas fl ~me (1 m 20) por 'la aplicación del goll)e tangencialqu~, despre~de .los prlnle~os fragnle~tos alargad~s. En la Cil1?a de su e,'o·luclon, .el blfac~a.l se habra COl1\Tertido el1 una alll1endra de sílex, COllsi5telltepero bIen equl!lbrada, cuyo perfil, en corte acusa una disiIl1etría 11ílcidade la~ ~os serIes de. gestos en su preparación inicial. Unos largos des­prendImlen~~s a partIr de. las pllntas deternlinan fragl11entos de forl11aregular, utILIzados ellos, nl1snlOS 'COl11o , cuchillos. '

. Del bifacial a la pl/Jila le1/alloisieI1se: Llegado" a este pUlltO, .:1 bi­faCIal se, ha ~on\,Tertido en, ~na fuente de, fragmentos, deja de ser ttútilsobre, ,nucleos para con\TertIrse. en 'núcleo. Su disirnetría 'en eSlJesor seacentu.a y se transfornla progreSl\7an1ente en lnasa l,ara obtel1er fragnlen-

, .

---------- -

Page 69: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

:l. ~

'0.

;lj:1,

.11. .1! I

: I. i: 1

, I

oo

i

: 1;

: 1:I, I

I l

oolit•'r,

..,. oO••....I

oo",•....

Qo....•~

I

oo~•'r

I

oOo.....I

oo

'"I

C)

o'"

oor-..

ooa

.~-.ve"D ....0.."..0:o o<1J.u"C~:

u •

u

->wcac.o ca.<

-_,_. o

IJ'\Oe,O~....z·<tulClI::~

-e,

w'"U') Zw

~••,

\, ,

~~--~~~~---.--~~--~--r--¡~ir--r-~--'~-~---r--"--~--'~r- , I I. '"_L._L-_J_-..J,-+-l.---L.--l--.L.----L-~----I~--J--~~--;",----1

o : .~~=--======·~=~I==~1~=:::a'!t:,=-=:I:;~-=o:c::.==-:IIOI;:..<i""","J......=_ .:1

. Z~-------...!._-o: :~~. ~ :;:~--...:.¡~==o"w.~------__--~---r---~:---o-'------~~"----~.--_, GJ" C'-- . ....w -, j" IVZ ~+ a'~ o ow .." .0 e" ". ~C\I - ...• ~ "" o. v.~ O U "._ ..,J "" O~ e, ••• "". ~'" O a ".' t" U_ lClI:: _''' " , u

- ~ '.. ". o:E z "" e" IJ'\~ 1+ ~O ~· "a .,. e"W W •

-\1\ _, =.. ·Z ro· "« v. "

• ~;;;:c ~ . ~ \ \.:. L:O_.+-_-o-·---:-=--_;_-r---------" - -" -U " O e" a...« C/) ~ o. " O"O " ~" -•• 1 "a.. " ,..~ . -- . .."e "a• "" e" a " ._• e o !¡.t.n+¡¡; Q.

o....-eS+IV e.- ".-c.. ""•

". O" Q."" '0" ..." -" e"" o" v

• GI. -. .-• Q.-+

. , . .

.' .138

. '.

..... ,

Una confirmación importante se evidencia cuando se hace el inven­tario . de las .adquisiciones sucesivas del utillaje, en. cor.relación con losestadios de la evolución del corte. El cuadro (fig. 66) .da una imagende conjunto de la evolución hacia la especialización de 16s útiles y de 'laimportancia tornada en el último estadio po~ la industria sobre hueso

.' ,y las creaciones ajenas a la simple subsistencia.Un rasgo aparece con nitidez: los tres primeros estadios proceden,

según un orden único,. por cúmulo de nue,Tas' formas derivadas de lasantig~as, pero sin abandonarlas totalmenre; es una sola corriente queatraviesa las industrias,' desde la pebble-cultnre hasta el Musteriense, .afir-

LA DI\'ERSIFICACION DE LOS PRODL~CTOS

.'

hacia una mejor adaptación de la materia a la función .. La cronologíageológica del Cuaternario comporta aún tlna amplia parte de incertidurn­bre, sin embargo, si bien ell sus estimaciones los geólogos varían de unoa dos, de quinientos mil a un millón de años, las proporciones generalesson poco más o menos comúnmente admitidas y 'a partir de 1000.000años antes. de nuestra época el acuerdo es casi unánime. La figura 65materializa cronológicamente el desarrollo de la relación filo-peso, encomparación con elvolumen cerebral de diferentes fósiles antrópidos.

Esta aproximación de apariencia artificial, puesto que confronta unosdatos biológicos y un fenómeno de progreso técnico, hace sin embargoresaltar una evolución 111l1y característica. El paralelismo de las dos curvasse mantiene en un ni,'el. apenas ascendente durante el desarrollo de los.antrópidos hasta los. arcantrópidos incluidos, luego se torna francamenteascendente durante el musterolevalloisiense y el desarrollo de los 'viejospaleantrópidos, y posteriormente, la curva industrial evoluciona hacia lavertical, alcanzando el volumen cerebral su condición máxima hasta nues­tras días. Esta constatación' tiende a confirmar lo que parecía desprendersedel capítulo precedente: el'. despliegue 111uy lento del abanico cortical,probablernente traducido bastante fielmente por el aumento de la capa­cidad craneana, prosigue de etapa en etapa hasta 105 paleantrópidos, co-

. rrespondiéndole .a éstos una verdadera crisis biológica que se resuelve enel momento de la apertllra del cerrojo prefrontal, Hasta entonces, la ac- .tividad técnica traduce fielmente la situación biológica y si nos hubiéra-0105 encontrado aún en presencia de una humanidad no sabia, era depre,rerse el lJllnto de emergencia de la curva técnica en el Magdalenienseentre. 200 y 400. 000 años después de "nuestra era y no 1O.000 años antes ..En otras palabras, pa,rece bien que I 'el. acon tecimiento pref rontal" .11a)!Jroto la curva de evolución biológica, la' cual . hacía del hombre un .serzoológico sometido a las leyes normales del· comportamiento de las es·

. pecies. La técnica ya no. está vinculada en el /J01770 sapiens al progresocelular, sino que parece exteriorizarse completamente y' vivir de aIgúl11110do su vida propia. Esta superación aparecerá bajo una luz diferenteen cada uno 'de los capítulos que van a seguir .

____ J ..... - . .-.------ .....--- ._. . , _. , _.,' , .. .. .

Page 70: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

; I!!.

1 f

..,

. .

o

i

: ;1i

j.·rt-, I

>1. ,!I

',:¡

qIr-

¡ !¡, ;., .

· ,, .: 1·~

; .

~.l

·i

~Ir¡,

.,,!

. ¡

o.'

1:

..

.,.,.,

I!e

...

E.-

-._~

-._~':::J

-

1-; Q)~ v:·0 - ·c- :J VCl v ._

~

.- e'"ti oc:: V oCJ') v- ......

.¡.:.¡ v v~.::l ~

~ e -v~ A¡.:.¡ el) o~ e 1-< ..... Vl

• 'o ..o c:, . ..... '-o o~ .....o v v Lo.(

~V) V'l o..¡:: 'ü::l 0..8) vv- .-'-0.- o ~ ---v .... 1""' '-< o·~::J U~ ~

.-,..--

.-v:

L-I V, O ~ V'l..... e.... ::l_..e u ~

aJ-<

._._... .~ ~ :...

r-- u u o - -1" ".Vi e e v ,... e....¡.;.¡ vv- . .-

e, CJ:.~ I v r-~ ~

""' c: e -!...J ':-!O V ~ I -c...-.O v ."" .Z

,-. ,.... -..'-._; ,... VI

c: c: r' ... .... o::> 1-< e ,... ~

'o 'C ~ - '- :...

o ._ . ._.. ~ Q)- v .J;- v .....Vl Vl 'J"l ('~,-,-~- V

f • ,.()- - - ._ ~ r- t -..J

Vi -' -' ("\v - - - i1) .-v v- - ~f. tJ.. --e ~ ... "(1) ~

-." .

\..o '-._

r- ~ ~ ~ Il; c::: 1'"'

v v ......'-i

........... _ ~ ~ e,~Q..;:J U rr"I ry r» O '-'

........-1 -.'\..'

-.. .-...VI VI\.J -.. -..... ...-.. '-'V"I c: -- VI -e o ~ Vl ~ ..J

'o 1-0 V 1'- ....

'""'... _

,'.J - ~ .-vc:-= -',- tI- Vl .s: r--- ._ o 'o ,... -._¡ -u .~ .J;r» e t.!.. Ucr--- ~---'-"

_........,..._.,...--...'-.J

._ 1- c;¡c: ~.-e ~ e-_....... -v~_,.., ,.... ~..... - ...- .- "..V -= ~

o-o· ;S

CJ')¡.:.<

.....

"---_._.. , .

._

- ..._._-- ... ',

140

mando lo que resalta de la evolución biológica coherente de los austra­Iantropos a los neanderthalenses. Sin embargo, el tercer estadio ya estáencaminado en lI11a vida nueva y los neanderthalenses posee11 algunos delos rasgos del estadio siguiente. Es, .sin embargo, solamente al final desu larg'o .reinado cuando aparecen algllnos punzol1es de hueso verdadera-mente trabajados.

En el cuarto estadio el contraste es total. A través de una transiciónque se. desarrolla rápidall1ente· entre 35.000 y 30. 000 afies, en Europaoccidental se está en presencia no solamente de .utillaje trip!icado envariedad, sino de útiles y objetos qLle tienen ecos directos en las culturasprimitivas actuales; Utiles sobre lámina, raspadoras, perforadores, aglljas,azagayas; arpones, propulsores y lámparas han sido vistos o son vistosaún en las manos de pueblos vivos, Es, ploleS, un mundo técnico distintoque surge: el .nuestro, .

La industria Iítica del cuarto estadio (Paleolítico superior) está só-Iidarnente arraigada en los estadios precedentes y se asiste a un encade­narniento rápido, pero progresivo, de las formas nuevas con las antiguas,Las dos curvas de la relación filo-peso )T de la diversificación de lasformas, se enderezan hacia la vertical entre fines del Musteriense y elMagdaleniense; mas se. podría ver en ello sencillamente una aceleracióny .no un cambio en la naturaleza de los hechos, La situación es C01111J~eta­mente distinta para la industria :de materia ósea, la cual se origina literalrnente en las inmediaciones 'del Paleolítico reciente.. .

La existencia de una industria ósea en los estadios antiguos ha 'sidoevocada más arriba. Parece. imposible aceptar que los f ragn1entos -de huesoatribuidos a los australopitecos, a los sif!antropos y ti los musterienses delos Alpes sean una verdadera industria. A lo sumo, podría decirse qlleescogían entre los fragmentos de hueso rotos pa,~a extraer de ellos lamédula, unas piezas puntiagudas directamente utilizables, pero la demos­tración no ha sido hecha en absoluto. Todo ]0 qlle poseernos C01110indis­cutible está constituido por unas astas de cérvidos someramente tronzadasy solamente al final del Musteriense aparecen unos 111uy escasos lJlInZOl1esde hueso, ¡)or otra parte notablemente tallados. . .

.. Esta carencia es muy singular y .l)odría ser relacionada con unos de­talles de comportamiento general lTIuy importantes. A primera vista pareceinexplicable qLle los arcantropos y Jos paleantropos que eran. unos adl11i·rabIes técnicos y pre,reían la forma de sus bifaciales o de sus. ¡Juntas· ell

tln bloque bruto, l1a)Tall sido incapaces de elltre,'er lln lJunzón o tIna· aza­gay'a en .una l1lasa ósea. Adel11ás, según su utillaje. lítico .y .algLlnos testi·1110n·ios materiales, pareceil haber lJoseído ,'enablos y azagay'as de ln'ade­fa. Lo que resulta no 1llenos curioso. aún es que el 11tillaje ext~aído de. lasn1aterias óseas aparece Sil11ult~neanl·ente con los objetos de adorno sacadosde las 111isl1lasn1aterias: punzones y azaga)ras \yan a la par con los colga,n-·tes recortados y los dientes de an il11ales arreglados para se,r suspendidos.Sin que podamos claramellte· concebirlo COl1 Dllestro cerebro de IJ01170 Ja·pieJls} extraer en el curso· de tlOa cadena op~!.atoria bre\~e un útil de -sílex

Page 71: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

I, !i ~'1

i ;I

: I¡, I

, '11 ;

143

· ..', ,, ,""!

" ¡;, ,

: I, 1

, 1

,: '1' ',

i I(• II 1!, "I ¡

I

!.: I

¡ ,1

,1

"i!',)

· :.'f

. ,, :I •. '

"

I j

, ,

, ,,"

1-:i:

: !j

'j

, ;I,

¡ ;, ;, ;, I

lo, ,

, I: ¡: !,, ,

i '

,ii

", 'I

..",

para sugerir, su existencia. Implícitamente, los p,rehi.storiadores estu_vieronsiempre obsesionados por la diferenciación de las etruas, La influencia quesufrían inconscientemente ,de parte de la' historia donde todo sucede entrepueblos, les ha dado la' costumbre de considerar los acheli.enses, 1,os. au­rifiacienses, los perigordienses y otros como verdaderas entidades étnicas,y a veces, unas entidades a' la 'vez étnica,s y antropológicas .. Esta ac~itudes particularmente nítida cuando se preCIsa alrededor de CIertos objetosllamativos y fácilmente reconocibles .como las "hojas de laurel solutrenses".Con demasiada facilidad, los solutrenses se convirtieron en un pueblo yhasta una .raza, qlle, según las investigaciones y las e~ca\r~CiOl1es_'se .paseaa través de Europa y por el mundo, en todas las direcciones cardinales.Sin embargo, a fin de, conservar SLI ejemplo, el solutrense más qlle unhombre es una cierta manera de fabricar l1n objeto, es un estilo de tra­bajar el sílex aplicado a un objeto que, según teda ve-r~sin1ilitlld, es latransposición en piedra ce las puntas de azagaya de materia ósea. Con suúnico contenido verdadero, el hecho solutrense no' depende más qlle delcomercio de las ideas: 110 día se podrá, cuando 1,1 prehistoria esté másadelantada" demostrar la 'progresión de la ide.i solutrense a través de laEuropa de las cercanías de 15.000 años antes de nuestra era, corno sepuede actualmente establecer el lll:.lpa de dist~ibtlCión, de I~s. apa.ru.tos detelevisión en los medios rurales de Europa OCCidental. Este último ejemplomuestra la vanidad de querer buscar 1,1 personalidad íClt!ma de una ~tniJ. através de los objetos qllC marcan una época por e t carácter revolucionariode su innovación, Una vez esto' bien establecido, queda aún para la pre·historia, no ya delimitar las etnias a partir de los útiles, .sino bllsca:, enlos objetos lo qlle puede ser, a pesJr de todo, el reflejo, de un.a ?l\Te,r­sificación étnica. En otras palabras, la cartografía de los tIpOS principalesy' sobre todo la de los 'variantes, época per época, debería dar indicacionesutilizables. La prehistoria, no está aún en c~pJcillad de hacer =. trJ?aj<), 'salvo en las generalidades, pero incluso bajo esta forma, da indicacionespreciosas. 'Los documentos qlle poseel110s sobre el primer es~~dio, es dec~rsobre la pebble-culture, no muestran sobre toda la extensión del conti­nente africano otras diferencias qlle las qlle est:' n ligadas a la naturalezamisma de la roca empleada. Puesto qtle sólo el cIJO p per y el, f ragrnento ,clactonicnse son hasta hoy día reconocidos como caracteres pertinentes delprimer estadio, no parece mlly posible la existencia de variantes.. . ,

'En el s'egllndo estadio, a pesar de lagtlnas enornle3,' la sltua:l0nmuestra la existencia de varias grandes capas indll,striales, el1 las cllalesel acento está pllesto tInas ,·eces sobre - el bifacial) otras sobre los f r'~g­mentos clactonienses o sobre los grandes fragnlentos ,de corte tangenCIal.Indonesia, Asia, India, Ellropa nledia y mediterri.lnea. r Af rica, dosificanestas diferentes inflllencias en illlly grandes superfICIes. Esta siulaciónrevela, al menos,' 10 qlle se podría llamar' capas de ((civil.ización", ,si lapalabra civilización no debiera reservarse a, !~s ~echo~ lIgados con laaparición de las ciudades. En (llanto' al Paleolltlco JnferlOr-' se puede pen­sar qlle existían grandes áreas Cllltllrales hOIT1ogéneas. Visto qlle todo

___ L___,

.'

. '..

, ,, ,

. '

142'

LA DIV'ERSIFICACION DE LAS ETNIAS

No se puede tratar de comprender el fenónleno. humano total ~in,oa través de series de sondeos que comprueben en \'arIOS puntos la~ 111PO­tesis iniciales. Por el momento, parece desprenderse que un cambio nluy,'profundo se verificó, en el momento del desbloqueo pref rontal,' cuandose produce, en las curvas regularm:nt~ ~:cendentes, del progreso indus­trial y del volumen cerebral; una dlsoclaclo~ espectacu!a~: el cerebr? pa­rece haber alcanzado su l11a}'Or volumen, rnrentras el útil, en cambio, seorienta hacia' una ascensión vertical, Puede situarse en este punto el l)asode una evolución cultural, aún dominada por los ritmos biológicos' a unaevolución cultural dominada por los fenómenos sociales. ,

¿Es posible hacer una primera, verificación de, ello? Lo ideal 'sería,d~spone~ al menos de un. Grit~rio de diferenciación étnica entr~ .10s vestí­, gIOS .dejados por la' prehistoria. En efecto, hablar de predominio de losfenómenos sociales equivale a postular Ja cohesión de los hombres engrupos con afinidades culturales y no según formas que admiten todavíael paralelismo con .las sociedad~s que e~isten entre l~s :'elrte~ra~os másevolucionados, En el mundo \'1\'0, la busqueda de crrterros S11111laresesfácil y la .lingüistica es, un auxiliar cómodo, pero las costumbres socialeso religiosas y las tradiciones estéticas, aseguran igualnlente el medio paratrazar fronteras étnicas en el interior, de las capas humanas. 'Desgraciada~mente, ninguno de estos criterios es accesible al prehistoriador.. El, arte

, Ilesa demasiado ,tarde para asegurar unos elementos de diferenciación al. C) ,

,ni\rel en, que, nos e,ncontran10S toda\1Ía, en estos capítulos. El úniéo recurso,es la técnica. No obstante, si se trata de \'erificar el \Talor de los criterios

, 'técnicos en el cuadro étnico del' mundo '"Í,ro, se experimen~a cierta de­, cepción. Cierto es que' unos detalles inínimos perIni ten diferellciar una,ho,z danesa de una hoz austriaca, española o turca, pero si se consideranestos objetos con perspecti\!a de varios miles de años y si, adenlás hubieranperdido su lnango, ¿se ;veria en ellos ,los testimonios de personalidadescúlturales tan precisa~ como la danesa, la austriaca, la española Y"la turca?Nuestros documentos prehistóricos sitúan la ,in\'estigación en un, terreno,poco· favorable; sin enlbargo debe admitirse que, a pesar, de -ser medio­cres testimonios de la di\Tersidad étnica, los útiles son el único medio

y raspar una perca para hacer de ella un venablo, son operaciones denivel diferente a la larga talla de una azaga)'a en la masa de una defensade mamut. Se puede imaginar que la necesidad de un punzón o de unamejor acabada ¡Junta en el arma arrojadiza se haya hecho sentir solarnen­te a fines del Mustariense, pero incluso esta aparición es reveladora deun orden de preocupaciones y' de medios técnicos extraños a los viejosantrópidos. En definitiva, es menos extraordinario tal, \1e~ pensar que aún.no habían alcanzado el momento en el cual estas técnicas aparecen queimaginarlos con nuestras' preocupaciones y forjarles pieza por pieza unaindustria ósea.

Page 72: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

: i..: I:'

145

:1· I.,

; :1· I· :1

....

I ;

· ,.-: ¡;.

: '.

'i.; i.. I: ·1' .· ;,,

• j.

; :1'!; :· ,i 1

I·,

; ..,¡. 'I!! ¡

1· ;. ,: ·1'-: i

;. '1·..'....

, ,.:i

; !

: ·1·I .., .1

'.

, .

r •,r,1

. -

BIOLOGIA DE LAS SOCIEDADES

Hasta ahora hemos considerado al: hombre corno filurn, es decir, (0-

rno sucesión de individuos colectivos relevándose en el tiempo )' culmi­nando en el bomo sapiens. Estos individuos específicos (alls,tra!antrol~O,arcantropo, palean tropo ), han acompañado el desarrollo ~e la tecruca r a~llenguaje hasta el pUli.tO de afloramiento en el hOJ/IO S~pleJ1S; C:0n este últt­mo se asiste a una transformación del ritmo ·de evolución tecnrca, transfor­mación qLle parece imputable a una modificación i.n:~ortante de~ ap~r~to·cerebral. La coincidencia de estos hechos con la a!)arICIOn de un dispositi vosocial fundado sobre Ull0S valores culturales qlle fraccionan e.n .et~1ias la es­pecie zoológica hlI~lana, se ha ~eja?~ finaln1ent.e en~~e\rer Inlpllcand~ ~ lIDtipo nuevo de relaciones entre el individuo y el dl.sposltr~lO de agrupamlc:1todel cual obtiene su eficacia. Esto podría conducir a suponer qlle la vida

. social :alJurece al nivel del hO/JIIJ saplens, ·10.· cual es er:ado, ,pues,. l-?~rvarias razones, se debe admitir que, incluso, en sus estadios mas prl1111tl-­vos, el antrópido es 11n ser social. No es necesari?, para denl0st:arlo,recurrir a los antropoides, los cuales, bajo las más diversas forI?as tienenuna vida de sociedad organizada, pl1es los actos de agrlIpalTIlento parabeneficio mutuo observado en 105 mamíferos, .mis ampliamente en losvertebrados y con creces aún en todo el mundo vivie?te, SOL!. suficiente­mente numerosos corno para mostrar qlle hay, en .la vida social, 11~la 0l)~ción biolóaica flIndalllcntal con los mismos títlIlos qlle ell 1111aSlnletrílbilateral e:: oposiciÓtl a la -simetría radial, ° en la especialización del n1ien1-bro anterior para la prensión.

La relación individllo-sociedad "varía en el .hoillbre en fllnción directade· la evoIllción de las estrllcn1ras tecnoeconómicas, de Sllerte qlle es im­portante definir éstas para comprender algllnas de. !as propiedades d~lCllerpo social en l~s dif,ere?tes etapas de la evoll~cl0n. La conseclle.nclamás - directa del nIvel· tecnlCO sobre el grllpo SOCIal afecta la del1s1dadmisma de este g~lpO. Desde el ~omento en ..,qll~( l~ evo:llc~ón jntele~ttlalcrea valores propIos al hOfJl0 saptel1S, la relacIon nIvel tecnlco - denSIdad

· !

II

11j

¡:;,,.. ,

EL ORGANISMO SO·e/AL

,:·1

v.

144',' '.

parece indicar que. en el interior de estas áreas culturales 110 existíanmás variantes que las debidas a la materia prima, se puede pellsar que·a este nivel todavía la diferenciación 110 es dé otro orden qlle la aper­cibida en Ull0S subgrupos zoológicos, tanto 11l~í.S que la distribución estáfundamentalmente limitada por el clima y los accidentes de la configura­ción continental. Durante ·el Abbevilliense y el Achelíense de Europa y deAfrica parece difícil evidenciar la existencia. de verdaderas pequeñas uni- .dades culturales. El conocimiento de los lenguajes achelienses aportaría,tal vez, un desmentido mostrando, al contrario, un sin fin de dialectos;pero en base a los materiales, nosotros nos vernos obligados a constatarque un bifacial del Sahara y otro de: Sornme no. tienen nada que les di­ferencie técnicamente.

El tercer estadio, que. abarca el conjunto Levalloisiense-musteriense,no muestra una situación lnuy distinta. El número de formas sigue .siendopoco elevado y los variantes S011 escasos. Si se consideran dominios mejorconocidos corno Europa y Africa al norte del Ecuador, 110 pueden citarsemás que útiles con pedúnculos de tradición ateriense corno ejemplo notablede un variante regional. Sin embargo, no es imposible que 11n estudieprofundo de las industrias de Europa occidental;" por ejemplo, muestreque la división de las grandes capas fue sensiblemente Illayof en elPaleolírico medio que· en. el Paleolítico .inferior. . .

En el cuarto estadio la situación se vuelve absolutamente diferente.Es cierto que hay todavía formas COI110 la azagaya, COl1 base hendida au-

. riñaciense y la punta solutrense que cubren todo el continente ellfol)eo,mas en el conjunto del utillaje se percibe }'a con nitidez él reflejo dedivisiones regionales. La imperfección de los estudios actuales 110 asegurala posibilidad de establecer, milenio tras milenio, el- Inapa de Jos hechos,reduciéndolo incluso a Europa; lJero ·lJerl11ite . sin embargo constatar qLlesi durante varios centenares ·de miles de años, desde Gran Bretaña hastaAf rica del Sur el bifacial pernla.nece sin cambio, en el Paleolítico sllperior,.durante. 20.000 años y considerando sólo Europa occidental, los veintetipos fundamentales de útiles ofrecen más de doscientos variantes. Po-dría pensarse que esta gran variabilidad está ligada no forzosamente a ladiversificación de las etnias, sino al mismo movimiento de aceleración ""lueha sido puesto en evidencia por ·10 expuesto sobre la relación entre los

. filos y el. peso de la materia utilizada. Sería in'!ertir el ordell· realde los· factores, pues, COI110 ,'erernos en los· capítlllos sigll·ielltes, la di,rer:·sificación cllltural ha sido el regulador princil-,al de la e,'olucióll al l1i\'eldel· /J01770 .Japiells .. Si, como Ila sido establecido, el utillaje· es el 11eorcriterio que se puede· escoger, el arte· en caI~1bio,. del cual _se dislJone apartir del Pa]eolí tico. sllperior, n111estra indiscutiblell1ente. que unid.acles re­gionales distintas. vi,rÍeron lado a lado, . in111ersas .ell. la ..misnla CllltllfJmaterial, pero separadas las lInas de las· ·otras· por. los lnil· detalles de 511personalidad de grupo.

... ,.- - - --- .__ .- ...._.--- -_ .. _. __ _.

Page 73: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

, ,

1:', ,,!,. ~

! ., 147

" ,

, 'i, I

, ,, I

, "

;. :.La evolllción de los ritnlos y la ,organización, espacio~temporal ' per­

mitirán más adelante, desprender más claramente la estrecha conexión delcon1portamiento social y del aparato tecno'económico, en tIna dialécticacomparable a la de las relaciones del aparato corporal y del pensamientosostenido por el, sistenla nervioso., A pesar de todas las reiteraciones so,breqtle el g,rllpo hLlmano sea materia viva, será ciertamente por ,el esqueleto

; I! I1I" I

, ,

" Ij 1, ', '

, '1¡ "

I1',, ';,

, ,, '

," I:, I

r,

""

Decir qlle las instituciones sociales est.in estrechamente solidarizadascon el dispositivo tecnoeconómico es una afirmación constantemente con­firmada por los hechos. Sin qlle" los problemas morales cambien realmen­te de naturaleza, la sociedad moldea su comportamiento con los instru-.mentos qlle le ofrece el' mundo material: los segllros sociales no son ima­ginables entre los cazadores de mamut como, no se puede pensar en lafamilia patriarcal el) una ciudad industrial, El determinismo tecnoeconó­mico es una realidad' que marca 1,1 vida, de las sociedades lo suficiente y'profllndalnente corno para qlle existan' leyes de 'estrLlctl1ra ,del mundomaterial colecti'vo tan firnles conlO las ley'es morales qlle rigen el con1-portamiento de los indi,,ridll0s con respecto a ellos misnl0s y SllS simila­res. Admitir ,la realidad del mundo del pen:3amiento frente al mllndo dela mate1ria, afirnlar inclllso qlle el segtlndo vive 'solamente por efecto delprimero, no qLlita nada al hecho de qL1e el pensamiento se, tradLlce enmateria organizada y qlIe esta organización nlarca directamente, en moda­l idades' 'variables, todos los estados de la vida humana.

"

LA TECNICA, L'O' EC00:0i\fICO y LO SOCIAL

!,!.i'

"

~:I

,,'

i1;!

I','

I

",1¡:

I

las formas SOCiales, y' por consiguiente en la manera de pensar, mientrasque no es posible erigir en le}? el hecho de qlle el pensamiento filosófico'o religioso coincide con la" evolución material de ,las sociedades. 'De ,locontrario, el pensamiento de Platón o el de Confucio nos parecerían, tancuriosamente desusados como' los 'arados del primer milenio antes' denuestra era. Ahora' bien, ambos pueden parece,r inadaptados a .Ias con­diciones sociales creadas por la evolución de los medios materiales y nopor ello encierran conceptos qlle nos sean menos accesibles en la actua­.lidad. La equivalencia de los pensamientos' humanos es un hecho a lavez del tiempo y del espacio: en aquello qlle no está ligado al dominiode las técnicas y a su contexto histórico, el pensamiento de un africanoo el de LID galo ~on de una completa equivalencia con el mío. Esto noquiere decir qL!e no tengan sus particularidades específicas, sino sencilla­mente' qlle, conociendo su sistema de referencia, sus valores son cono­cibles. Este hecho es de lID orden qlle .no se puede transpOl1er al mundomaterial, al, igllal que no se puede hablar de la fuerza expansiva delcerebro en la evolución del cráneo. Cada dominio posee' SllS 'lías de de­mostración: el de lo material en la tecnocconomia y la historia, 'el delpensamiento en la' filosofía moral o 1,1 metafísica. Si se justifica encon­trarlos complementarios, esta cornplernentaridad está en una real oposición.

. \

.. .. 146",

" ', ,.

social" se torna en el factor principal del progreso. En el capín •ulo XIII,verernos la comprensión del mundo exterior por los símbolos, el encarni­narniento hacia la' constitución de Ul1 universo totalmente humanizado.Por :ahora es suficiente, pero indispensable, tomar conciencia de los tér­minos d~ l~ conquista material del hombre sobre ~l medio' y de fijarpor consiguiente las grandes etapas de su desarrollo técnico y económico,

El' análisis de las técnicas' muestra que en el tiempo ellas se COI11~

portan a la manera de las especies vi vas, gozando de una fuerza de evo­lución qlle parece, serIes propia e impulsarlas a escapar del dominio delhombre, Lo que puede haber de inexacto en la fórmula ya trivial: (IElhombre dejado atrás' por sus técnicas" 110 es dudoso, pero queda de ellouna singular similitud (sobre la cual he insistido varias veces ), entre lapaleontología }7 la evolución técnica (ver particularmente en Medio )'T écnica, 'l)ág. 357-361). Sería, pues, .necesario hacer una verdadera bio­logía de la técni,ca! consi?erar el ==r= social corno un ser' independientedel cllerpo zooIog.1co, animado por el hombre, pero acumulando una talsuma ,de efectos imprevisibles qlle su estructura íntima domina de 'nlLlyalto lo~ Inedias de comprensión de los individuos. Este, cuerpo social~esl1led.ld,o, ¿es el resulrado :de una evolución progresiva comparable }Tsincronizable COl1 la del cerebro, o bien existen otras razones de carácterno biológico que determinan la forma tornada en menos de 10 ..000 añospor 'las sociedades actuales? Vil inventario rápido de las sociedades, talesCOI110'podernos .reconstituirlas de edad ,en edad, aportará, tal vez, aIglII10selementos de una: respuesta.

'En la primera parte de este libro, tornando por terna la historia delce~eb,ro y de la mano, segllÍ el deseo .de comenzar por el verdadero comienzo, puesto, qLle el hombre "es ,p:inlero perceptible ell su realidadcorporal y parece. qlle la continuación normal sea medir primero el re~sultado de ,las acciones de la mano, o sea, 10 qlle el' hombre ha, fabricadopara, sí para poder ejercer' su pensamiento. Es una "la con cierto riesgode desconocer 10 que hay de incorpóreo en la realidad del hombre, Decirque. '?? hay ~erebro .11~111ano,y por -consiguiente pensamiento humano, sinposición vertical, ell1l11oa' el ,}lccl10 de que, no habría posición \'e.~tical"hull1ana" . sin 'la tendencia general l1a,cla el l)rogreso adaptati\'o del sis­tel11a ner\'l~so central .. la COillCide!lCia entre la e\!olución de la posicióny ,l~ '~el 'slstel11a ner\Tl0S0 l)ara, estrllcturar al 110111bl!"e es e~'idente y' SlldestIno 11l1111ano aparece COI110 lln~ \lerdadera "ocación paleolltológica, lacual. podría ser deterll1inada por la 'lenta' ell1ergencia d,el pellsalniento {e-

, flexl?nado ,a tra:és ,de los' tiel1lp~s geológicos, en' Ulla l)er~pecti\'a 'teil­hardlana; pero' nlI~ntras se Pllede probar c'on 'exactitud el' prinlelr térnlino,solanlente es l?oslble aportar testinl011 ios nletafís~cos ,para el llecI10 deque .el ~~nsalnlento puede l1aber guiado a la ·e'701ución, 10 que condllcela dlscuslon a un terreno para el ,qlle el nlétodo, paleontológico está il1l­perfectan~e~te adapt~do .. ~uando se pasa del plan? paleontológico al' pla-,no, etnoJogl~~, _la sltuaclon es exactamente la rtl1sma. Se puede probarque el equIlIbrIo' n1aterial,' técnico' y ,económico influ}re directa,lnente en

Page 74: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

, ~i: ·1

¡ '1~I

I '.'· ,· .'

149,

· ,,: I· .

148

II

... ,· I. ,

... :

,. ,..

'.

11, la palabra prilnitivo designa aquí el estado tecnoeconónlico de los primerosgrupos hUl11anos, es decir, la explotación del medio natural salvaje. Cubre,plles, todas las sociedades prehistóricas anteriores a la agricultura y a lacría y, por extensión, las n1uy poco nUl11erosas qtle han prolongado elestado pril11itivo en la historia hasta nuestros días, Los etnólogos han cri~ticado desde hace nlucllo tiempo este térnlino, el cual ha sido constantementecontradicho por los hechos sociales, religiosos o estéticos, por lo. que ha·tol11ado un matiz peyorativo. Sin enlbargo, no lo han abandonado, por ca­recer de otro que designaría globalmente los pueblos sin escritura, alejadosde las Hgrandes civilizaciones". Aparece frecuentemente entre comillas. Elsentido adoptado aqllí es, por el contrario,' preciso y fundado,' puesto quesepara de los prituitivos todos los grupos cuya econOl11Ía reposa en la ex­plotación artificial del flledio natural. Responde, adeolás, a unas caracterís~ticas conlunes y particulares a los grupos exclusivamente cazadores·reco~lectores.

..

r1I .I I,, .

I,."

,.

.. ;

,!

; I

: ... .

i .! .¡ :.

I ¡! :

I1

i

,.,,

~!

:!" i.1

EL GRUPO PRI.~:(ITIV011

Los antrópidos comparten con el conjunto de los primates la pose­sión de una dentadura corta, con molares triturantes, y un tubo digestivocon estómago simple e. intestino de mediana longitud,' en el cual las.fermentaciones asimiladoras de las celulosas no desempeñan 11n papel no­table. El término más sencillo Y' fundamental de la economía humanadepende de este dispositivo de supervivencia alimentaria..

Por SLl organización, el hombre está ligado al. consumo. de alimentoscarIlOSOS: fnltas,' tubérculos, tallos tiernos, insectos, . larvas. Su régimentorna a la vez del mundo vegetal y del mundo animal, y es el único entrelos primates el1 haber desarrollado el conSLII110 de la carne de los anirna­les. En efecto, es de manera accidental qlle los monos capturan y con­SL1111en reptiles o pájaros. Hasta donde la arqueología permite juzgar deello, esta situación es ya antigua, pLles los australantropos eran cazadores,de manera qlle, a la inversa de los gorilas de caninos enormes, comedoresde tallos y frutas, los mis antiguos antrópidos son carnívoros y no. tienen

. caninos desarrollados, No eran ciertamente carnívoros exclusivos, y elnecho de q1le sólo los desechos alimentarios óseos hayan sobrevivido enlos yacimientos crea 1111;1 ilusión sobre el carácter preponderante de laalimentación, a base de carne de' los hombres fósiles.· Cuando se hace,por ejemplo para la Europa de hace cien años, la lista de los granos, lasf rutas, los tallos, los .retoños y' las cortezas salvajes consumidos por loscall1pesillos y se comparil con la lista de las plantas q1le crecían entrenosotros, incluso dLIrante los rigores glaciares, se' percibe q1le el hom-

Para quien practicara una "etnología de las profundidades' el hecho so­cial apareceria como un hecho biológico general, pero totalmente huma­nizado. Muchos han esbozado las etapas teóricas de esta humanización,pero pocos son los qlle han ensayado dar una imagen analítica de ella.Constatar en el zinjantropo qlle la humanización comienza por los pies·es menos exaltante q1le imaginar el pensamiento rompiendo los .tabiquesanatómicos para construirse un cerebro, mas ésa es una vía bastante se­gll,~a. Vale la pena tomar la misma vía para el edificio. social.

tecnoeconómrco por donde el estudio debe iniciarse, y COl1 este espírituescribí hace veinte años El H ombre y la materia.

. A partir de J. J. Rousseau,· muchos trabajos han sido consagrados al.comportamiento del hombre "primitivo" . los de los siglos XVIII y XIXeran .orientados deliberadamente hacia Ulla' demostración de sociologíapolítica. Se trataba menos de observar a. los australianos o los fueguinos. que trazar una .curva teórica de las instituciones sociales, mostrar hastaqué punto la sociedad occidental se alejaba de ellas y cuál era la vía 'aseguir. lJara .responder al mejor estar social de los hombres futuros. Elmarxismo se originó en este lanzamiento inicial y se 11a .mantenido enello. La sociología de acción política torna de la observación solamentelos elementos necesarios para la demostración práctica. Cuando, a finesdel siglo XIX, la sociología de los primitivos tOl11Ó cuerl)o, recibió direc­tamente su impulso del 1110\1il11iel1tosociológico gene,ral y, entre nosotros,Durkheim, Mauss y Levy-Bruhl sacaron de la observación indirecta de·105 primitivos vivos los elementos de una construcción del cornportamien­ro social elemental, La escuela actual de Levi-Strauss, sobre las bases 'dela antropología social, se esfuerza en renovar estas funciones en 1111a l)ers­pectiva inspirada en las ciencias exactas. En el. extranjero, la evoluciónha sido sensiblemente la misma: salvo en la escuela rusa de los historia­dores de' la cultura material, la inf raestructura tecnoeconómica in tervinolo más frecuentemente solamente en la medida en ql,le marcaba de 111l­llera indiscreta la superestructura de las prácticas matrimoniales )' de los. ritos .. La continuidad entre las dos facetas de la existencia de los grl-ll)os11~ Sido expresada COl1. penetración ,IJor los mejores sociólogos, IJe,ro 111ásbien COI110 una afluenci a de lo social en .10 material q1le (01110 una co·triente de doble sentido, Cll}tO impulso profundo es el de 10 material,De suerte (lue se .conocen mejor los. cambios ele prestigio que los ínter­cambios cotidianos, las prestaciones .rituales que los -servicios .comunes,la circulación de las 111011edas dotales que la de las legumbres y todavíamás el pensamiento de las .. sociedades qlle 511 cllerlJo.

Esta observación 110 tiene l1illgÚl1 cJ.rácter desl)reciati\!o l1Jcia la. SO~ciología o la l11tropología social, pero registra l111 estado de 11ec110: 111iel1-tras Dllrklleil11 y l\1allss defetldie,fon con lujo de detalles el nl1ecl10 socialtotal,", Sl11)usierol1. la. lIlf rae~tr1lct1lra tecnoecol1óll1ica conocit;a. Ell esa pers­l)ectl\'a, toda la \'Ida l11aterlal resLlIta en\·uelta· por el l1ecl1o social, lo. Cllal

es 1)articlllarll1cl1te lJropio·. pa¡!'a del110strar, C0111010 v·erel110S .en la segllndal)arte, el aSlJecto eSl)ecífical11el1te hUl11al1o del grupo étl1ico, pero deja ellla sOl11bra la otra' cara, la de las condiciones' biológicas gelleraJes, graciasa las c1Iales el gr1Ipo .11ul11allo se il1serta en lo ,~i\~iellte, base de la l1un1a·nización de -los fenómenos sociales.

·Las dos facetas de la búsqueda del honlc,:e no se atluJal1 l11utuanlelltesino que se COll1pletal1. 'Que el l1echo hunlallo sea total está claro desde11na \'ertiel1te l1acia la otra, mas es diferentelllellte sensible. Para el soció~lago o para el antropólogo social, el hecho -social es totaIlllellte l1unlanopuesto que' vierte el hOl11bre desde la cima de' la pendiente hacia abajo.

..,.- --o --- ..__. _

Page 75: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

·1I

· i· J,

•· i

·I,

..

1

-----------_ ..--

. .

. ,

151. ·150...

. .,

. ..

..

! .

...

• 1

En efecto, la rela.ció11 alil11el1to-te~:itorio-densid~d ,hunlalla correspoll­de, e11.todos los estadios de la evolución tecnoeconórnica, a una ecuación. CO!l .: valores ,"ariables pero correlativos. Para el gl~upo primitivo, los tér-1111nos l11al1tle11el? entre ellos llna~ ligazolle~ idénticas, se trate de esqui­~naI.es, de b?sqll1111anos, de. fueguinos, de 1)Jgll1eos de Af rica o de ciertosIndIOS al11er~ca~1~s. La constancia e~ a tal pUl1tO rigllfosa que Jos docu­ment~s prehistóricos no pueden ser interpretados sino en el 111isl110sentido,El alimento está ligado al conocimiento profundo de; los hábitats de ani­males y \re~etales, de suerte qLle la "rieja Íll1age? de ~a ."horda" primitiva.er.~a1lte . es lndlldab~el11~Ilte falsa: esta en 10· posible CIerto ensanchamientoprogresivo ·del territorio del grlllJO, l)ero la situación 110rrn a1 es la de unaperll1a~~ncia ~rolong~da en 1111 territorio del que se conocen sus posibiiida­des básicas alimentarias. El aspecto normal del territorio primitivo, de losaustral~11tr.OpOS o de los arcal1tropos, será sin' duda difícil de definir masa. partir de los paleantrópidos la existencia comprobada .de chozas 'o detiendas 11a~e qlle ~os términos .sean comparables a los de los primitivosactuales. S~ se aplica a australantropos y ar~an.tropos 110rl11JS sacadas deln1l!-ndo animal, se llega a resultados 111l1y similares: el territorio de los .prl~:ates .o de ~os carniceros .l)uede s.er ,'.asto, pero ofrece puntos de fi- .)aCl,oll.. alimentaria y de refugio, qtle implican una superficie con·· detalles.y. lImItes.. " . La f.recuel1taci~n del te~·ritorib i~lP!i~a la existenc.ia.· de tra)lect~s .pe.rlo~lcamel1te recorrIdos. El grupo prl1111tl\'0 es 110rnlalll1ellte nómada es·decl.r, s.e. desplaza ~l rÍtl110 de la apar.ición _de los recursos, explotand; sute.rrltor~o en Utl CIclo ~reCllentelnente estac1011al. Hay, pues, una. relaciól1compleja entr~ la· dens~d~d de los rec:lr.s~~ alinlenticios, la supe-rficie de

. 1?~ ~~splazal111entos cotldlan~s. de adqUJSICIOn alrededor·. de los l)untos deflJaclon t~m~Joral, la. 5.l1perflcle. total del territorio, gue está eIl fllnción~el . COtl0Clrnlento. suflclente de !OS. puntos aliu1enticios estacionales, eqlli w

11brlo entre el alImento, el sentll111ento de seguridad en el hábitat y las

El. TERRITORIO

bre de· Neanderthal disponía de la posibilidad de consumir numerososvegetales, . . .. .. .

Este tipo de alimentación plantea una primera condición en la formadel grllpo primitivo, Vegetales o animales, los alimentos Car!10S0S S011 es.parcid_os ell. la naturaleza y ~on1etidos, a variaciones importantes 'ell el CUI!SOd,el ano. SI· el ~ol11bre hubiera ..poseído una dentadura raspante y un es­ton1a~0 de rumiante, las bases de la sociología .11ubieran sido radicalrnen­te dlferel1te~. Apto para consumir las plantas herbáceas, hubiera podido,COlDO los bisontes, formar unas colectividades trashumantes contando conmillares de individuos, Comedor de productos carnosos, se ha visto 1111.p01ler, . desde el inicio, unas condiciones de agrupamiento l11uy precisas.~s' .. evidentemente, una constatación trivial, pero sin la cual· no hay po­sibilidad de salida en el estudio del agrupan1ietlto humano.

Fíg. ·67.. Esquema figurando lapareja primitiva, célula funda­mental del grupo, compartiendocomplementariamente el conjun­to de los conocimientos étnicos·

---_._-----_ .. ,.._-. ....._ ....._ ..._._.--- -----' -_.__ ....._._----_.-. _ ..- - ..... .. ... ..

fronteras de contacto con. los territorios de otros grupos. Una última re­lación se establece en. fin· entre la masa alimentaria; el número de índi­viduos qlIe constituye el g.rllpo y la superficie del territorio frecuentadoLa densidad alimentaria interviene como lID factor imperiosamente limi­tativo. del número de consumidores, pero la superficie territorial no esmenos constriñente, puesto glle el gnlpo no puede existir s~no· en lamedida en qlle los desplazamientos cotidianos aseguren la comida de unnúmero relativo de individuos agrupados. Las cifras alcanzadas por losprirniti \'OS vi vientes son variables en una. doble medida la de los recursosconstantes }' la de los reC11~SOSperiódicos. Los recursos constantes asegu­ran 1,1 subsistencia normal sólo de un l~rupo limitado a algunas decenasele individuos como· máximo, normalmente entre diez y veinte. Los re­cursos periódicos, tal ·como la .abundancia provisional de los. salmonesy de los renos, pueden permitir la aglomelracióri de varios grupos ele­mentales. la trama de las relaciones sociales resulta en su origen, porconsiguiente. estrictamente determinada, por la relación territorio-alimento ..

El grl/po COJ1)'ltgal (figura 67); En todos los gnlpos humanos co- .nocidos, las relaciones tecnoeconómicas del hombre y de la mujer son

. estrechamente complementarias: en los primitivos, se puede hablar in­cluso de estricta especialización .. Esta situación es tanto más interesantepor cuanto qLle, a la inversa del territorio.. no encontramos un verdaderoparalelo en el mundo animal superior. Entre los carnívoros, machos yhembras cazan por igllal, pero entre los primates la búsqueda del ali w

mento es indi\,idual y no presenta hllellas de especialización sexual. Tal\rez ignoremos· siempre la situación ~e los más ·.antigllos antrópidos a esterespecto, y sólo el razonan1iento nos permite esbozalr una hipótesis. Elréginlen alimentario hlImano in1plica dos órdenes de operaciones muy di·.ferentes: . la adq1lisición violenta de la carne de. los grandes animales yla adqllisición nlás apacible de los peqlleñ.o·s animales) de los inve·rtebradosy de los vegetales. En todos los grllpos primitivos conocidos vivientes,la caza recae normalmente sobre el hombre· y la recogida de fnItos so~rela fl1tljer. Esta separación Pllede ser explicada por lln contexto religiosoo social, pero Sll carácter orgánico está demostrado por el hecho de ql,le,

Page 76: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,: !

. I, ,: I: i

! I153

I '

: 1I:.11[:

IJ:·l: I¡.! ', .·1: I; :1

..I

iI :

t.'1!r

!',

.1,

,':1

il

I1:

:

vital y ser técnicamente polivalente. El grupo elemental, constituido porun número reducido de parejas )~ su descendencia, ofrece en. los esquima­les, los australianos o. los flleguinos. una im.agen global de la sociedadaustraliana, esquimal o fueguina, .pues la posesión de toda la culturamaterial .resulta indispensable para la supervivencia de la colectividaden el aislamiento. Más estrechamente aún, la totalidad cultural vital estáincluida en .el grllpo conyugal )' distribuida entre el hombre y la mujer,La pareja, en particular en los esquirna'es, puede efectivamente encon­trarse aislada temporalmente de toda otra unidad social.: El hecho de queen el. grupo primitivo la especialización técnica no intervenga en el te­rreno de las operaciones vitales, corresponde a las condiciones mismas de.·la economía primitiva, en 1,1 que cada parcela social debe poseer el con­junto de los conocimientos necesarios para la supervivencia, Normalmente,el grllpo. elemental cuenta co.n suficientes individuos como para qlle sehaga entre ellos cierta. repartición dé las tareas, los· viejos o los débilesdesempeñando su papel en operaciones secundarias; pero esta especializa­ción no pone ell entredicho el funda111ento· mismo del grupo polivalenteen .cada individuo. . .

El grllpo primitivo elemental en aislamiento permanente, a nivel del¡JO/l/O sapiens, no puede ser imaginado sino habiendo una abstracciónqlle aislara a una colectividad primordial qlle a su vez diera nacimiento,por fragmentación, a "arias unidades elementales. Normalmente, cadagrllpo se .integra en un dispositivo más vasto, formado por otros variosgtllpOS con los cuales mantiene intercambios sobre varios planos y enparticular sobre el matrimonial. Los sociólogos, y entre nosotros parti­cularmente Levi-Strauss, han puesto claramente en evidencia el papel deldispositivo matrimonial en la organización de las unidades secundarias,comúnmente pero cómodamente denominadas "clanes" por la sociologíatradicional. Asimismo han puesto en evidencia, desde hace mucho tiern­PC?',..la red compleja de los intercambios de productos y de esposas, y elpapel de las operaciones de adquisición y de, consumo alimentario en J~lnormalización de las relaciones entre grllpos intercambiadores de mujeres.Generación y alimentación son tecnoeconómicarnente inseparables a nivel .de. los antrópidos y los sistemas generalnlente muy complejos que huma­nizan el comportamiento del grupo bajo estos dos aspectos fundamentales,no son más que el .reflejo de un hecho de carácter normalmente biológico.La idea de la promiscuidad sexual I!primitiva" es tan inconsistente sobreel plano biológico como la de la Hhorda errante". Las sociedades animalestienen para Sll sllpervivencia lIna organización constante y precisa, qllevaría de una especie a otra en fllnción del eqllilibrio ent.re la sociedady 51..1 nledio. En los capítulos precedentes se ha demostrado que la cohe­rel1cia neuroanatómica de los antrópidos no era menor que la de los ani·males, el desarrollo de ·lIn aparato. bioeconómico fundado sobre la tecnici·dad mantlal y verbal imr..one lIna inscripción social también precisamentedeterminada, la existencia de· tIna célllla fundanlental coherente con SllSnecesidadés alimenticias }' ligada. a las céllllas vecinas por una .red de in-

- •__ . ,_. o._,,·, ...

·152

Fig.. 6~. El grupo nómada con economía l)rimiti,'a recorre cíclicamentesu terrItorio. Mantiene intercambios nlatrimoniales y económicos con los .

. grupos ,'ecinos complementarios

I,IIJIIIf

..I. J

I

.. ,r ..------- . : ...J' -~------~---~. .. . --~-----------~-

I..,III. I

I

IIIII

I- - --,- -- -- -- ~.- .... ---- .... _ .1 - - ~ .~ - - - .._ - - - -.- - -

I

,

, El, ~~Ul)O primitivo 'está ·pues co~stituido por un. número restringidode individuos de, los do~, s~xQS, . fllnc~011~1111el1teespe~lalizados y que fre­cuentan e,n un. CIclo periódico .el territorio qlle conviene al equilibrio desus nec~sldad,es. Fllndall1entalnl.ente, este g.:"tlpO corresponde ·a una unidadde subsJsten~l~; puede estar vinculado periódicamente con otras unidades,!)et? es suficiente para ase,gll.rar su supervivencia prolongada. Su primercarácter es poseelr. un conoomiento completo de las prácticas de naturaleza

LA POLlV ALEl':CIA TECNICA (figura 68) ,

-,

según los" pueblos, varía la frontera de los dOl11il1jOSmasculino y feme­ni no. Entre los. esquimales, las mujeres no cazan, pero entre ciertos indiosde~ Oeste amerrcano la captura de los callejas les incumbe; entre los bos­q.ulffi~nos, los ~ombres no rec~lectan, en principio, pero de hecho parti-'elpan en !a búsqueda y recogida de los productos vegetales, los cuales-5?n .~el11aslado eseaso~ C,OI110para que resistan las barreras de la especia.11.z~Cl?n.,sexual, Esta ~1~lnlaa~arece, pues, COI110fundada sobre caracteres

...f:slologJcos. La. ag,!esl"\rJdad Inas. pronunciada de los machos, qlle es ca­rac~er frecuente en el mundo animal, y la más atenuada movilidad de lasmu)~~.es, explican 1~ especialización en la búsqueda .de· alimentación re­partida entre 10 .anl0lal y lo vegetal, El crecimiento Dluy lento del niñohace qlle. las nl~Jeres sean natur~l~~nte menos móviles y en razón de sudoble alimentación, e~ grupo prlnl1tlv~ no ve otra solución orgánica quela de la. caza masculina y la recolección femenina, La humanización deeste il~lperati\to biológico reside en ,las modalidades sociorreligiosas qllese derivan l)ara cada grllpo humano. El fenómeno fundamental es real­nlen~e de carácter ~enelral,. particular, al.. hombre .sólo por· el carácter ex­celJcl?n~l ~~ su allnlentaclo~; 10.5 11:111tes a veces nluy estrictos de laespe~lallzaclo11, todo lo que esta implica de racionalización tradicional deJos lntercamb.ios, alinlentarios, entre el .110111brey la mujer, marcan por elcontrario, su carácter de fenómeno social totalmente humano, .

Page 77: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

, '

,,

I'1·. ,

.,

i.:.1:',

, .1:1. ,.' .

155

. ,,

;1.,

con10 de servicios, son parte del funcionamiento mismo del grlIpo decélulas matrimoniales qlle constituye lo qlle los viejos autores han deno­minado el "clan"; que es una fórmula de equilibrio tecnoeconómico tantocomo de equilibrio social, y nada permite pensar que a partir del Paleolí­tico reciente. al menos, no haya sucedido igll~I. Hay documentos quedemuestran el intercambio a base de algllnos sílex de calidad excepcionaly se comienza a percibir con bastante nitidez en el estilo de los objetosusuales la existencia de unidades regionales, de suerte qlle no es -probableque haya habido un dispositivo territorial muy diferente al qtle se conocepor los ejemplos recientes..' La idea de una población primitiva constituida por pequeñas hordaserrando en interminables recorridos, sin contactos organizados entre sí,es contraria a las reglas más elementales de la biología. En toda especie,la supervivencia exige la organización simbiótica de un número suficientede individuos, sea en g.!lIPOS coherentes y numerosos para las especiesClIyOS recursos alimenticios. son masivos, sea bajo la forma de individuosacantonados en territorios contiguos para las especies con recursos espar­cidos. Hemos visto qlle el hombre no ha podido sobrevivir ni en manadas

. ,1 ',",: !,

.¡¡.!

:i1,i,1

Fig. 70. Mapa del sistema de relaciones económicas de los esquimales entre laEdad Media y el aniquilamiento de las estructuras tradicionales. Los intercarnbi~s,de vecino a vecino, aseguraban la circulación de las materias primas vitales (marfil,pieles, .madera}, ·la de los productos 'manufacturados locales, (lámparas y ollas depiedra, cobre nativo) y la de los productos de origen asiático, 'indio o europeo

, (pipas, tabaco, objetos de hierro)

'.',¡.''i

",1

1I

!1,"",¡L

I

;1

iI.J.¡

. I

"

154 ..

'.." - - perles> - - NUEN .

Fig. 69. Mapa del sistema económico de los bosquimanos Naron. En elprimer grado, 'el . grUIJO Familiar Funciona como marca la fig. 68, en .elcuadro de la etnia. Los .intercambios alcanzan por grados los otros bosqui-

manos, lbs banrúes y los blancos

'1J01"1

~roS. _ platos - cucharas

~ AI .

\\

. \ ".

---- metol,....· --~NARON-~------ BANTUES EST

----------Vpieles' tnarfil ..

~~----~------~-tabaco-millo111

t : . ¡ • I

1\ 'v~stidos _. pieles "\ .

.....

<HEIKUM ~i ,. ..:::I Q

VII

•I~

BANTUES' ~o..~...Q

, pieles.(I,

,1 !

AUEN"t( 111Q

A 8

,,~o - productos europeos

. ""0' EUROPEOS{..o,,-----~-~-,

LAS SIMBIOSIS (figuras 69 y 70)

Las' actividades técnicas. complementarias de los esposos constituyenun hecho de simbiosis en el sentido estricto, porqlle no es concebibleninguna fórmula de separación en el plano tecnoeconórnico sin deshuma­nizar la sociedad. El gruIJO primitivo para sobrevivir, se establece sobreuna base 10 más estrecha posible, la simbiosis de supervivencia inmediatase detiene por consiguiente, al nivel de la pareja; pero existen dominiosde la "ida tecnoeconómica donde en tales condiciones la supervivencia sever] a comprorneti da en un plazo más o menos largo; por lo menos ha}'ciertos productos,. materia u objetos, considerados corno necesarios, de loscuales el grupo elemental 110 dispondría. Entre los primitivos recientesla circulación de objetos manufacturados o de materias primas es un hechoconstantemente señalado. Según sus recursos propios, el pequeño grllpo.actúa en bloque corno especialistas", en relación con sus vecinos, Entre los. esquimales, el equilibrio reposaba hasta no hace 111l1Cho,en gran parte,en la circulación de lámparas de piedra, de madera para' astas de arpollesy trineos, de. l)íeles de reno !Jara los vestidos de invierno; mientras entrelos bosquimanos eran pieles y adornos de perlas recortadas sobre huevosde avestruz; entre los australianos, boornerangs decorados y láminas depiedra fueron objeto de intercambios cU}'a interrupción -hubiera significadofrecuentemente una cuestión gra\'e p,ara la supervivencia del gr.llpO elernen­tal. Los intercarnbios .de alil11entos,' de obj etos y de materias primas, así

-

tercarnbios coherente COl1 511S necesidades de reproducción. Entre los dosniveles del agrupamiento, los hechos de adquisición alimentaria marcanpreponderanternente al grLlpo primario (parej a o familia doméstica}; siendolos hechos de adquisición matrimonial dominantes en el g,rupo ampliado(parientes, etnia).

Page 78: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

: ,· ¡157

· :jh·

. ¡o11

rI

: :

..i

· : I

;.~

¡.!'

LA PROTOCRIA

La al)arición de lln~lforilla de cría qlle plleda hacer transición. con· lacacería exige tInas c·ondiciones de n1edio fa\'orable bastante partlclll:1res,plles st.lpone que cazadores }' cazildos nlantengan relaciones de aIglln modopersonales. De esta posibilid;ld se encuentran exclllidos los herbí'voros,grandes nligradcl:es, cLlyas manadas desfilan llna o dos veces por año alalcance ·de las armas; están exclllidos· también los grandes herbí:~loros pe­ligtosos o rápidos como el blle}~, el bisonte, el caballo, bestias de \'astosespacios; . dif.lciles de aproxilnar e in1posibles de contener. ellando se ana­lizan los elel11entos del paso posible a la (¡ría, se ad'vierte qlle las con·diciones del medio físico son todavía más inlperati,:,as qlIe las condicionesbiozoológicas y qt.Ie las posibilidades de ver sLlrgir la cría en las estepas.de Africa o de Asia central flleron muy débiles. El estlldiQ de la sitllacióngeneral de los. criadores más elementales conocidos en el medio actLlalescla,rece aún nlás. e¡' problenll. Los criadores de renos del Norte de Lapo­nia y los del Extremo Este. siberiano se ·enCllentran en· lln m·edio donde elreno vi\7e atln en estado sal\!aje. Sll modo de explotación del rebaño do-

;jl'.¡

.;'1¡

!• e

:1

prehistoriadores de la generación precedente se planteaban el problemade una domesticación al menos parcial del reno y del caballo. El mundoprimitivo y el mundo de los agricultores y de los criadores son en aparienciatan diferentes. que, a menos de imaginar una "invención", no se puede aprimera vista ver CÓll10 se. articularían. En l'Jedio y T écnicns he puesto enevidencia la importancia del "medio .favorable' para el fenómeno de in­venrión y también el .carácter normalmente impersonal de ésta. No ha)' .razones, en ·10 qLle concierne a la agricultllra y la cría, para que las con­diciones hayan sido anormales y es necesario investigar las circunstanciasen las cuales .Ja asociación espontánea haya podido producirse. Grandespasos hall .sido dados en esta dirección en el C11r50 de los diez últimosaños: la arqueología del Cercano Oriente situaba uno de los centros másanti OllOS de las dos técnicas entre el Mediterráneo y el Caspio; parece qlle

aho,~l se llega; con las exca vaciones al Norte de Irak, de Siria, del Líbano,ele Palestina y de Turquía, J. conocerse mej or el problema y qlIe ya se po·. seen los .elernentos de LI11J solución, En los sitios ahora célebres de Jarmo,Shanidar, Zawi-Chemi y' de .Cat:ll Húyiik, se tiene el testimonio de qLleentre S.OO() y 6.000 años antes. de . nuestra era se produjo el paso de laeconornía primitiva de los recolectores de cereales silvestres y de los caza­dores de cabras a la economía de los cultivadores de trigo y de los criado­res de cabras. Este paso se hace de una manera imperceptible. Las hoces·existían antes. qlle la agriCtllh.lra }. solamente las estadísticas muestran qLle.las cabras dejaron de ser. cacería .. El ejemplo iraqui corresponde a una. demostración ideal,· puesto qlle en algunos siglos, sin trastornos qLle corn­pronletí.l.n la supervivencia cultural, la. transformación ha tomado clIerpo;nías esto exige un examen comparativo pa.r'l esclarecer el mecanismo mis"1110 de la transformación. .

. - - " . .....".. .. ." . ..

156

PASO A LA ECONOl\fIA AGRICOLA

A firies del Paleolítico, se produce ell las sociedades lJerill1editerri.11eas una con\rersión .tecIl0econónlica radi.cal. Entre 8.000 y 5.000 arios al1tesde l1uestra era, aparece el· dislJositi\7o tecnoeconól11ico fUl1dado sobre laagricultl1!."a y la cría y las sociedades tOl11.an tIlla for1lia totaJl11ente. diferentea la que COI10cÍaIl desde los orígel1es. Según la escala geoló'gica, desde elúltill10 cazador. de uro 1lasta los escribas de 11esopot(!111ia, 110 hay l11ás quelI11 il1sta!lte y el acces,o a las econol11Ías nue\'as es llna explosióll. Es jllS-

. tall1ente así conlO el fenól11el1o l1a sido c.onsiderado durante l11tlCho tiell1poy tbd·a,,'ía encolltranl0S en .la plul11a de algún autor la l11ención de niI1ven­ción'J de la agriclllhlra. Es ell un c,rden de ideas semej~!lte conlO los

ni . COI110individuos separados y se debe admitir qlle la forl1~~ espec~fi:ade su agrupamiento, la que ha acarreado tod~s las ,col1secuel1clas SOC1.0~O­zicas, es .la que nosotros le COl10cel110S todavía, a111 donde las COl1dlC10-

.~es de origen siguen vigentes, Esta forma específica implica la perl11a­nencia al menos relativa del territorio y su contigüidad con otros terri­torios permanentes, para qlle se inicien y continúen los fenómenos eSlJe­.cíficamente huil1fL110S de la vida técnica, económica y social. .

. Para los últimos cuarenta mil años, puede considerarse esta situaciónCOI110 cierta. El paso de la especie zoológica a "la especie étnica' .implicainevitablemente un tal agrllpal11icl1tO· de los hombres, Mas ¿qué sucedíaantes, cuando no se había afirmado aún el pensamiento del h01JlO sapiens?En los capítulos III y IV, hemos visto la brusca inflexión ascendente delas curvas de la evolución técnica en el momento cuando el /JO/l70 sapiensaparece y esta evolución repentina ha sido cargada a la cuenta de la aper­tura del cerrojo 11:efrontal, C011 el paso a un pensamiento superior dondelos símbolos intervienen C01110 instrumentos para el. dominio del medioexterior, Un tal dominio, impensable sin el lenguaje," es concebible sinorganización social compleja. Si uno mira hacia atrás, ¿cllál es la imagenqlle se puede tener de la sociedad de los pitecántropos o de los australan­tropos? La existencia de estereotipos técnicos continentales )r la ausenciade datos sobre el 1110do de vida real dan un carácter l11U}Tabstracto a todaconsideración, Hay una tendencia natural a establecer comparaciones C011

los g.~upos familiares .de Jos ~~orilas o de los chimpancés, de relativa co­hesión conyugal, su dispositivo poligárnico, sus territorios bastante establesy la formación l)or. fragmentación de. grllpos medianeros. En las especiessuperiores, en las cuales el crecimiento .de los jóvenes es aún más IC11to,la org·allizacióll social 110 puede alejarse del tipo gel1eral, al cual perteneceel 110111bre attual. Se Pllecle il11agi11ar Ul1a l11Cl1or l011gC\'idad de las uniolles.Jl1atrill1011iales, Ull0S COl1torll0S l11ás esfunlados de las oblig~ciones 111l1tllasde. Jos l11jel11bros .del gr11l)O, l)cro l)arece ql.le la orgal1izaciól1 fllndall1el1tal(le Ja socieciad al1tropiana fllese al itljcio, .~eal y totalll1ente antrolJialla,f irl11Cl11cllte í111clida ell Sll forllla J)or tIllas Je}'es qlle. sefí~n l)uraf rasea·dasj)or las clIltLlras sLICesi\'as ell tér111ÍI10S de derecl10 o. (1e l~og111a, lJero qLle.debell SLl estabilidad a (aLISaS 1),!ol)ial11c~lte biológicas.

Page 79: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

159 : II'1

"

.~.,

,IIii

¡•

, ,, ,II

: .1, .

l.

1:: 1; 1. 1!

: :; :

¡I¡l·!

1:i¡.' I·1.I;'1I

Es ffill}' importante constatar qlle la agricultura aparece en la mismaépoca y en las mismas regiones qlle 1,,1 cría. Si se tiene .en cuenta 10 que

. ha sido puesto en evidencia en .relación con 1,1 constitución tecnoeconórnicadel g'fllpO primiti\ro,. este hecho no .tiene nada de sorprendente. El grupohumano reposa básicamente sobre una economía alimentaria mixta y du­rante toda su prehistoria encuentra su equilibrio en la explotación COJil­

plementaria del mundo animal y' del mundo vegetal, Bastante pronto, talvez desde el origen mismo, ha debido tener lugar una separación entreag,!"icllltores y pastores. Podernos, en efecto, imaginar unas células primi­tivas de. protocriadores dependiendo de la recolección de los productosvegetales y suponer. igllalmente la existencia de gnlpos protoagricultorescomplementando Sll régimen con .la cacería. la evolución ha. tenido proba­blernente lugar en el 'seno de comunidades vecinas, derivando más o menossincrónicamente hacia la producción. organizada de lo vegetal y de. lo ani­nlal. Si se admite qlle las condiciones del relie\'e relati\'amente excepcio.nales del Cercano Oriente hl}'an permitid,o· la canalización de los ,rebañosy el paso· a la' protocría, se' debe admitir también la existencia, en las mis·­mas regiones, de .las condiciones botánicas favorables para permitir el pasoa la aglriCllltura, pero sin qlle se tratara forzosamente de las mismas llni~dades étnicas.

Entre las innllmerables plantas silvestres de LISO' alinlenticio, aqllel1asC1IyOS granos se plleden consun1ir desempeñan' lIn papel de primer ordenen toda la zona templada, más particlllarmente en 511 parte meridio·nal qllecllbre a Af rica al Norte del trópico, el Cercano Oriente, Asia Central yAmérica. Antes del' desecamiento actllal, en la época cllando se prodlljo elpaso a la protoagriCllltllra, la explotación periódica de las herbáceas de

ILA PROTOAGRICL~LTl~RA (figura 71)

., .

estar ligado, sin embargo, al primer impulso dado por la' protocría de loscaprinos, pues se desarrolla un poco más tarde,' alrededor del centro inicial.Entre 6.000 y 3.000 años antes de nuestra era, el borrego y el buey, elcerdo, el burro y el caballo, luego hacia el Indo el .búfalo, el cebú y' el'elefante, pasan a la cría J' van del Cercano Oriente a Asia, Europa y Af rica(figlIra' 72). En este movimiento, el impulso inicial es el. único a consi­derar, pues; salvo para 13. llama de América, la cría toda constituye lID

bloque histórico coherente. Adquirido el principio, Sil aplicación a nuevasespecies ofrece menos dificultades qlle' el paso de la cerámica a la meta-'lurgia. Es interesante notar que, salvo el reno, ClI}'aS condiciones alimen­tarias son nlU}T particulares, todos los herbívoros de cría son comedores· .de hierba propiamente dichos (bovinos, borrego, caballo, camello), anima-

. les agrupados en .sociedades densas sobre un tapete vegetal continuo y CllyO .comportamiento de huida es el agrupamiento. La acción de ojeadores delpastor y de SllS perros se aplica a ellos con eficacia. Los comedores de,hojas (cérvidos), 'qllien'es viven en pequeñas manadas bajo cubierto y cuyo

. comportamiento de huida es la dispersión, quedaron excluidos de la cría.

\ : .

--_. __ . \. .. _.,.. _ .._ ....-....,. .. "'. " _." .•..__ _.---_._.- -

158

1 ). . La aparición o la adopción de la cría está ligada a la interferencia de' dossistemas de valores: los caracteres biológicos y biogeográficos de la especiecriada y el nivel tecnoeconórnico dél criador. Los caracttres biológicos expli­can (lue él pe-rro, ojeador y cazador al rastro~ haya' pasad·o a' la d0I11estica·ción, prefiriéndoseles a los feJinos, cazadores al acecho e inútiles al 110Jl1bre.para un tal ejercicio. Sucede lo fllisI_110 para los cérvidos, cuyo cOJnporta­nliento de 1luida es la dispersión en oposición a los bovinos que' perJl1anecen'agrupados y son susceptibJes de ,ser dirigidos é'n rebaños. Los caracteres ,geo­'gráficos actúan de nlanera inlportante cuando se COl1sidera la corta nligra­.ción en altitud de los rebaños de renos lapones )' la inll1ensa extensión enlatitudes en que se mut\ren los caribúes al11ericanos. La interferencia delsistema tecno{:conómico es sensible, por ejenlplo, en el caso del reno, criadodiferentemente por los Tchukchi, verdaderos protocriadores y por los Tun­guzes o los Lapones del Sur, verdaderos criadores influenciados por la ve- .cindad de los cultivadores-criadores' dé' Siberia o de Escandinavia. El Jl1Uyreducido número de animales. de .crÍa muestra. que estas condiciones son li­l11itadas, que no pudo aparecer espontáneamente sino. en nluy pocos lugaresy afecta' solamente a unos animales muy' deterrriinados.

rnéstico tiene el carácter de una estrecha .simbiosis facilitada por el medioseocréfico. Al Oeste COI110 al Este, el relieve montañoso está entrecortadopor bvalles que, en ··algunas decenas de ki~óIl1etros, canalizan y aíslan lasmigraciones de los rebaños entre los pastizales elevados del verano y elpaís bajo frecuentado en el invierno. Los mismos rebaños sllbe.l~ y bajancada año, encuadrados por los pastores qlle asegllran la protección de losanimales sin modificar sensiblemente su comportamiento natural, Las C011-

diciones del paso a la cría están afirmadas en este caso porqlle coincidencon los Iímites del territorio del grupo' humano, . se insertan en los, tra­yectos normales de los herbívoros y en el ritmo de las campañas de adqui-

~ sición de los productos \'eg'etales complementarios." Las condiciones dadasen el Norte de Irak para la cabra, corresponden exactamente a las queprevalecen ,toda\rÍa para el reno, y hay una fuerte probabilidad de qlle la. protocría se haya originado en las montañas, El hecho es tanto más verosímilcuanto que el único gran mamífero que 'los indios de América hayan hechopasar a la cría es precisamente también un herbívoro de montaña: la llamade los Andes. Es posible, al fin, que unas condiciones nl11y semejantesse hayan dado en' el Magdaleniense alrededor del Macizo Central y en losvalles de los' Pirineos. Tal vez no habían madurado las condiciones l)arala .cría, pero las. relaciones de los grllpcls de cazadores con los rebañosde renos trashumando en los valles debían traducir una considerable farni­liarización.

El l)erro doméstico, qlle aIJa,rece cuando la cría se inicia, ha des­empeñado evidentemente un papel 111Uy importante. Ojeadores y cazadoresal rastro, los cánidos tienen una manera de COl11portarse ll111y cercana a ladel cazador 11l1111ano. A l-1esar de que' no se sepa aún nada en cuanto alorigen del pe.~ro, qlle faltaba a los magdalenienses, se entiende 11111y bienla conciliación .qlle ha podido establecerse entre el cánido y el 110111breen la cacería }' luego, en la conducción de rebaños. .

El paso de la cría montañesa de la cabra o del borrego a la cría delos g,~an.des herbívoros y del cerdo no se ha dilucidado todavía. ·Parece

Page 80: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

¡:

- .,!161

-!: 1I,

gr,!110S ciertamente constituyó una parte esencial de la búsqueda alirnen­ti cía. Las gramíneas _propiamente dicha-s ocupan un luga.r importante entreestas plantas y pese a la pequeñez de sus granos, representan un alimentode calidad nutritiva elevada y de conservación prolongada. Sabemos desdehace poco tiempo _que las regiones del -cercano Oriente, en -particular elNorte de Irak, tuvieron desde mediados del último período glaciar almenos, _unas gramíneas con granos g-rllesos, antepasados de los cerealesactuales. Las condiciones fundamentales de la explotación progresivamenteagrícola del trigo silvestre se encuentran por consiguiente realizadas en lasregiones mismas donde la cría de la cabra se manifiesta primero.

iI

Fig. 72. Difusión de los bóvidos )' ovicápridos. A partir del centro euroasiático las especiesbes, ovis y capra ocuparon todas las regiones donde su adaptación era posible, asimilando vero­símilmente una parte de las razas locales salvajes, En el l~mire Norte del biotopo, el reno do­mesricado tomaba el relevo, mientras que en el Sur, el cebú en las regiones áridas, el búfalo en

los pantanos y el yack en el Tíbet, completaban la infiltración de los bóvidos

¡ ¡• - I

j,!: -t

Ii II;

I¡­: -:I

: ¡

,ti¡ I

hr¡! I'-1

lin

••

••••

ZEBU

'. YACK• •. ...._. -'Ir[I

"

;1I

•t;:J'

•••• O~••••

"lO lO,•lO.•••••

CABRA --

••• ti ••••••• ~ • • •.,..... • •••• '.....'. •••• lO ••I • , •

RENO

_- _-------

._•zs.,-:

CJ ;....~--- _,-,.--

ti) ~O ;....-.­....

....',j_

c: CJ....I..t ,...,..., --~

\

-".- -",r "-.; .......-

....J~1-,«·U••••• o::•: O <!• -J· --· U•

.a <tJ:

•1••••••••••••o•- .•••••r.

o, .....-

-' -

o-uE••

o- IJ')

::1 O~ ;l. ~ .._...... ... .. '-.__. .. ,-

••• •: .• •: .• •• •• •: .• •· '.· "a '.•• ••

•1

•••,

•••••••

•,......"•••.., :•- .0

O "- I•,a~ "._ .'l'< ", ~

.....0 Z,...\' -- ~." .. Z -..... \<tO VI

- " • - V') ... -_6 .."oa ~ :::I: ~••• ~Vl:E'.... .. :

••••••a•

•\~•••••

•••

•••

••o•

Page 81: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

!•, I•

II, I

163

1.) . La cría, en, relación con la economía agrícola, ofrece las divisiones siguientes:A) Unión del criador a un animal conservado en su biotopo y $11 (0111-

portamiento naturales. Situación de protocría, donde la recolecta y lacacería desempeñan un papel' muy importante. Actualmente limitado aalgunos grupos de criadores de renos de la Siberia oriental.

B) Unión del animal a un criador nómada, en .simbiosis con colectividadesagrícolas correspondiendo a la cría pastoral con predominio del buey,el borrego o el camello. Burro, caballo y cabra están asociados a ellos.Corresponde a las extensiones herbáceas del Antiguo Mundo e implicauna simbiosis criador-agricultor en dos etnias normalmente exogámicns(Turcos, Mongoles, Tuaregs, Peuls, Saracatsanes de Europa oriental).

C) Unión del animal a un agricultor sedentario.a) Mantenimiento del animal en colectividades densas (rebaños).

Cria semlp astoral: la sociedad agrícola misma especializa temporal,o -permanentemente a los pastores (Malgaches, Massa del Tchad.pastores de los Alpes y de Jos, Pirineos, cow-boys y gauchos deAmérica). '

b) Mantenimiento del. animal en pequeñas colectividades.Cría agrlcola: la familia especializa parcialmente sus pastores (ni·,

. ,:

, ,

',!

¡I

:"

,.t

LA AGRICULTURA y LA CRIA

Cualquiera qlle 'fuese, el carácter progresivo de la adopción de la eco­nornía agraria y de la' forma de las transiciones en la' periferia, el proceso'desencadenado en 'el Mesolítico del Cercano Oriente hacia 8000 años antes

,'. '

de nuestra era, ya para el' 5000 había transformado completamente la es-tructura de las sociedades" desde Mesopotarnia hasta Turquía, Grecia yEgipto. La economía de base estaba constituida, antes incluso de la apa- ,rición de la alfarería (entre 6000 y 5000) por la asociación del trigo ode la cebada con el borrego, la cabra y el cerdo. las primeras aldeas per­rnanentes aparecen. Las modalidades culturales eran extremadamente" va­riadas Y' los ,documentos son todavía insuficientes como para estableceruna imagen detallada del modo de vida de estos primeros agricultores­criadores, ' ubicados, en un medio mucho menos desértico de lo qlle se haconvertido desde entonces. Se les puede asignar sin embargo la sedentari­zación al menos durante una parte importante del año, porqlle, existíanverdaderas aldeas y una, organización que mantenía al ganado en lln C011-

tacto al menos periódico con el, hábitat fijo.Es probable que la f órrnula de 1,1 protocría, que obligaba al pasto.(

a seguir las trashumancias de su rebaño, esté directamente ligada al ori-,-, (...;

gen, a partir de U11 cierto estadio de sedentarización ag1rícola, de la separa-ción de las poblaciones del Cercano Oriente en fracciones seden tarias yen fracciones nómadas. la protocría corresponde a un equilibrio qlle noronlpe aún con' las estructuras anteriores, en cambio, la sedentarizaciónagrícola toma sentido solamente: a partir del instante en qu~ la supervivencía del gnlpo depende totalmente del grano cultivado. La fij ación per-,manente está regida a la vez por la vigilancia de los campos y por lapresencia, de las existencias alimenticias."

neo)' pero que, en, relación con las generaciones qlle, la conocieron, hadebido ser imperceptible, o al menos 'muy discreta.

...__l ..._ ......_,--, ,

-~..

,:162

"

Las modalidades del"paso de una economía a la otra son hipotéticastodavía, pero se concibe ll1U}T bien que unas colectividades de cazadores­recolectores, disponiendo de una caza canalizada por, los desplazamientosal interior de los valles y de una planta silvestre agrupada en vastos hábitats,pudieron \76rSe arrastrados hacia una explotación vegetal cada vez más .in-

"tensa, sin modificar su equilibrio, Desde el siglo XVII hasta inicios del, xx, los indios del Wisconsin, en, la región donde se encuentra actualrnen­te Chicago, tuvieron una economía que permite representarse bastante bienlas etapas de una tal, evolución, Alrededor del Lago Superior y del LagoMichigan crece en los pantall0s una granlínea (Zizania a.q1,¡atica), que 'esUll arroz silvestre considerablemente explotado, por diferentes tribus. Las,modalidades de esta explotación son particularmente instructivas, Los Sioux 'Dakota, cazadores de bisontes y recolectores de' plantas silvestres, organi­zaban incursiones cuando el arroz estaba, maduro y .recogían sencillamentela planta, recabando así, solamente una parte accesoria de su alimentación.Los Menornini, indios algonquinos, cazadores en los bosques }" recolectoresdel azúcar de arce, vivían en estrecha simbiosis con, el arroz silvestre, delcual dependía .su alimentación en otoño y" en in vierno, No hacían ,ni pre­paración del suelo ni siembras, limitándose a hacer paquetes de espigaspara proteger el grano de los pá j aros. Las 'superficies de arroz silvestreestaban, repartidas según UI1 sistema territorial l11uy elaborado. Hechos si­milares de protección y de atribución personal de hábitats de plantas sil­vestres son conocidos en otros grllpos primitivos.

El mecanismo de aparición de una economía de tipo "neolítico", fUI1-

dada al menos !)arcialnlellte, sobre recursos vegetales sedentarios }' sobre.recursos animales nómadas en escala restringida, es relativamente claro.La agriclIltura es solidaria de la cría )' la, línea de división entre la eco­nomía primitiva )~ la de' los agricultores~criadores es imperceptible; 11J)'un verdadero engi~al1aje. Un poco 111ás adelante veremos que Fn las socie- ,dades del Cercano Oriente, esta situación desemboca bastante rápidamenteen la economía agrícola-pastoril exclusiva, pero' sobre los márgenes delmanto agrícola inicial, la situación inicial (protoagricultores o' protocriado­res COl1 economía equilibrada por la cacería )' la, recolección) continuaráfuncionando para asegurar las transiciones necesarias, En efecto, más re­cientes que las del Mediterráneo, las primeras poblaciones agrícolas (leEuropa fueron influidas !)or .la agric,ulh1:a, y la cría entre 6.000 y 4.000',años antes de nuestra era. Recibieron conjuntamente los cereales y elganado, mas uno y otro distan mucho de haber desempeñado un papelfundamental. En proporciones que varían según las ¡regiones, la nuevaeconomía se une a las técnicas de caza y de recolección tradicionales. VIlO

se sorprende al ver incluso en ciertos sitios neolí ricos franceses, qlle lasosamentas de las ,presas sean aún tan' numerosas CO~10,las del ganado )'10 que se sabe de las plantas muestra que en, la edad, del Hierro, todavíauna parte, no despreciable de la alimentación reposaba sobre ,los granossilvestres, Será necesario seguramente revisar los juicios sobre la ~'revo- ,luciól1" agrícola, la cual según la escala geológica es un hecho instantáw

Page 82: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

!1

, I165

, II

I

. :.

b'Fig. 73 .. a) Plano de una parte de la aldea neolítica de Catal Hüyiik en Anatolia(según ]. Mellaart). Siendo del inicio del VI milenario, esta aldea se cuenta entrelos más viejos establecimientos sedentarios con 'economía agrícola-pastoral.

b) plano de una parte de la ciudad de Mohenjo-daro sobre el Indo > 11 milenio

,r-!

ños, viejos) en la' vigilancia del ganado dentro del perímetro agrí­cola (la forma más corriente de la cría europea, común a nume­rosas sociedades fuera de Europa).

e) Animal único o en 111Uy peq uefias colectividades,Domesticacián agrícola: el animal está integrado en ,'el dispositivodoméstico y llena el papel de instrumento técnico (buey, burro,caballo en numerosas sociedades de Eurasia y de Africa al nortedel Tchad).

I

iiI

: I

I;,, ,

ti,,I, ,

La sedentarización agrícola produjo, en las sociedades donde se ori­ginó) una separación entre los agricultores .pequeños criadores y los nómadas­grand~s criadores, la cual ha dado hasta la época presente, su carácterparticular a 110 número importante de civilizaciones qtle van desde Africadel Sur hasta Pekín. En la zona de las sabanas y de las estepas, se haestablecido una especialización de grupos qlle n'o carece de analogía conla q1le se encuentra en las colectividades primitivas y que está acompañada,

, , '

SEDENTARlOS y i\O~rADAS........-1•••· o

, ,

;

:1o.'!i~::1,

i!'!

!,~,;',I

a.

No poseemos muchos planos completos' de, aldeas agrícolas del pri­mer período" pero las excavaciones de estos últimos años han dado, enMesopotarnia como en Turquía, en Siria, en el Líbano y en Israel, ele-111en tos importantes sobre establecimientos anteriores a, .la cerámica y del, primer 'período de la alfarería (figura 73): Por otra parte, en Europatanto al Oeste como al Este, existen numerosos documentos 'sobre los estab'ecirnientos de los: primeros tiempos de la penetración' agrícola. Elesqllen1a funcional es casi un iforme: está' compllesto por células de habi­tación de forma'}, materiales variables, agrupadas en orden denso y sin"vestigios '(le edificios, que testimoniarían diferencias sociales n1l1y marca­das. Los conjuntos preurbanos de Palestina" del Líbano y de Turquía tal',\'ez comprendían santuarios o casas mis ricas que el promedio, sin embargó,,no se ve en el Jos palacios verdaderos y los intervalos entre la base y lacima de I~l escala, social no tienen, la importancia qlle tomarán un poco111.1.5 tarde. Este núcleo (le poblamiento está provisto de estructuras pro­tectoras, empalizadas o murallas, rediles y silos de granos enterrados. Esinmediatamente notable, en comparación con los grllpos primitivos, la con­centración ele un número de individuos relativamente elevado. Las con­secuencias de la sedentarización aerícola son .uniforrnes 'en todas las regio-

~ L

nes alcanzadas por ell a; corresponden a la formación de 11n, grllpo humanoen el cual los indi viduos se cuentan por decenas, reunidos alrededor (,1C

las reservas alimentarias y protegidos del medio natural y de 5115 similaresIJar un aparato· defensivo. EstJS consecuencias inmediatas son generadorasde 'la transformación "c()mpleta que experimentan en esta' etapa las socie­dudes humanas Desde hace mucho tiempo, los sociólogos han hecho resaltar 'l~s rasgos n1JS' sobresalientes de esta transformación: la capitalización,la sujeción social y la hegemonía militar, siendo suficiente, por ahora, des­tarar aquellos glle parecen interesar directamente la función tecnoeconó ..l111Cl.

•••

.. - ...- _ ,_ ,

Page 83: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

167

El carácter capitalizador de la prodllcción animal y vegetal al nivel agrí­cola y pastoral es fllndam·ental. Los cereales, los dátiles o las olivas inmo\rili­zan al grupo alrededor de su acervo alimentario, tal como el rebaño ata al.nómad·a a SllS pasos. Las nllevas relaciones entre las existencias' alimentarias

I

LAS CLASES SOCIALES

:~

r,1

,1:1

:•

.,

existencia de fuertes unidades sedentarias. Ella entra entonces en el catá­lago de innovaciones y hasta hoy apar~ce .ins~parable ,del progreso.?e .la sociedad. El comportamiento de las. comunidades en el curso de .1a. his­toria frente a la agresión, se ha separado netamente del 'comportamientode adquisición sólo .en época muy reciente; en la medida en qlIe h?y, sepuede entrever algo más qu~ los ~ignos precurso~:s de un cambio deactitud, Durante todo el curso del tiempo; la agreslon aparece como unatécnica fundamentalmente unida a .1,1 adquisición, agresión que en el pri­mitivo se confunde con la de la caza y la adquisición alimentaria. A partirde las sociedades agrícolas, esta tendencia elemental sufre una aparente.distorsión por cuanto el dispositivo social se ha desviado considerablementeen relación con el desarrollo biológico de la evolución humana. El com­portamiento de agresión pertenece a la realidad humana. de~~e los ~llst!"a.lantropos por 10 menos }' la evolución acelerada ~,el ~l~~SltIvO social no .cambió en riada el lento desarrollo. de la maduración Filética. Entre la ca-cería y 511 símil, la gllerra, se establece progresivamente una su.ti! asimi­lación a medida qtle una y otra se concentran en una clase nacida ?e lanueva economia, la clase de los hombres de armas. Claves de la .libera­ción de la humanidad primitiva, los .cereales y el ganado abren la víadel . progreso técnico.. pero no liberan en absoluto de. las servidumbres.genéticas, ...y la historia se desarrolla sobre tres ~lanos dlSC?rdantes: el de·la historia natural qlle . hace que el bomo s,tp¡eJ1S del sl~l? xx ..apenas

. difiera del hOl1¡O sapiens de 300 años antes, el de la evolución SOCIa.! q.lle

'ajusta ffillY irregularmente las estructuras fundamentales d·el· grupo bIO­

lógico a .las que nacen de la evolución técnica, y el de la evolución téc­nica, excrecencia prodigiosa de donde la especie, bomo sapiens saca Slleficacia sin estar biológicamente en posesión de su control. Entre es.tosdos extremos del hombre físico }r de las técnicas de las cuales termina.por ser un simple instrumento, la· mediación se' opera a través de unedificio social Cll}!JS .respuestas están siempre u~ poco atrasadas en re~a­ción a los problemas plan teados, }' según unos conceptos morales" sancto­nados por las religiones o unas ideologías,. cuyas raíces s.e hunden en lamoral social. Estos conceptos morales, gracias a la contraimagen que dandel hombre biológico, contribuyen a crear la silueta, allnqlle mlIy abstracta,de un hOJJ10 que. hubiera ido más allá del estado sapiens. El hombrea zrlcola está encerrado en la misma piel que el de los tiempos oscurosd~ la matanza de rnamuts, pero la inversión del dispositivo económico qlle

hace de él productor de los recursos, le convierte alternativamente en cazadory presa.

_-" - -- .._ ...__ .._,._.' . ._.... ' ,.- ...",. .. _ .. _.__ ...,,_.._._.,._- .. _ ....

166

,econornras.La. gllerra. Esta. cornplernentaridad . de los agricultores y de los pasto­

res revistió con frecuencia una forma violenta; se trata de otro carácter quees propio a las actuales formas de la economía. Corno lJara los hechos pre·cedentes, tampoco aquf se .trata de lln. estado. realnlente nue\'o, sino de lIncaráctclr de fondo call1biado de escala.)7 de fornla. En las sociedad·es pri.miti,'as el asesinato afecta a los indi,'iduos dentro de un sistelna de aliaJl-, .

zas, . mientras la tt\'endetta" c01TIl)rOnlete .Ql:ís f reClIentenle!lte a fraccionessobre lno\riles generalrilente de carácter indi\'idual. La ri\'alidad en la ad­q·uisición de nLle\;os ter,!"enos, de produ(:tos o. de nlujeres aparece entrefracciones enn1arcadas ·en d.ispositi\'oS de alianza o etnias diferentes. Si no'tenemos razón aJguna para adscribir una n1enor agresi\,idad a los prinli-

. ti'vos, se puede constatar que la ag,!esión, por razones orgánicas, re\!isteen ellos carácter nlLiy diferente, del. que tonla la guerra a partir de la

igualn1ente, de una simbiosis. Al igual. que en la pareja primitiva, lo ve­getal y lo animal estaban separados en dos grllpos étnicos complemen­tarios donde volvemos a encontrar las mismas razones de menor y .nla}'Ormovilidad de las fracciones simbióticas. Esta nueva bipartición en el dis­positivo tecnoeconómico tiene funcionalmente la misma naturaleza que las.precedentes, pero difiere de ellas constitucionalmente de manera profun­da: para las sociedades agrícolas en simbiosis con sociedades pastoriles, nose trata de un fenómeno que afecta unas ' fracciones de cultura idéntica y.de un nivel técnico equivalente, sino de' sistemas tecnoeconórnicos distin­tos, económicamente ligados pero separados en dos armazones sociales, que)r,a no son complementarias nlatrilnonialnl~nte,. sino .much~s veces cerradasuna trente a la otra.· A la complernentaridad de la pare} a y a la de losgrupos aliados en un sistema de intercambios, se sobrepone una estructurade un nivel superior, donde dos sociedades distintas mantienen relacionesde un tipo análogo. El hecho que encontramos aquí es comparable al quese distingue en' los organismos vivos, entre los cuales, desde la base a lacima de la serie, los sistemas vegetativos pasan del enfrentamiento decélulas libres al de organisl110S, poniendo en coordinación un número con­siderable de células agregadas. Este paralel ismo es el que inspira al P.Teilhard de Chardin, cuando subraya el relevo de' Jo zoológico pOlr losocial, Esnormal que a las mismas causas correspondan los mismos efectos,puesto qlle en. 'su origen los caracteres propios de las sociedades aglrícolaspastoriles res; den en la. elevación de la ?,ensidad. de la población, deter­minada y hecha necesana po.r la producción de allment~s, causa r efecto.de la transformación de las relaciones de cornplernentaridad. AgrIcultoresy pastores inician, desde. ese instante, el, desarrollo complejo .de su sirn­biosis. Inseparables ~conónlicanlen~e I~s unos de !os' 'otros, soo', según lassociedades y la cemente (le la. historia, ora reunidos por los vínculos .deenfeudamiento del pastor al agricllltor, ora sometidos al dispositivo inver­so. Durante varios milenios, desde la antigüedad bíblica a las invasionesde los Hunos y de los Mongoles, o a los movimientos de los Peuls o delos Bantúes de Africa, el Antiguo Mundo ha vivido una parte importante(le su historia en las alternativas de la cornplementaridad de las dos

Page 84: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

I· I· i

· .· ,· .: i· !169· .

.' '1': !: I

: 1I

:1I

ti\,os, desde 35.000 años antes de nllestra era, habían sido encontradosbajo forIna tie piritas de hierro o de cristales de galena y recogidos porJos castelperronienses y los allriñacienses COn 11n fin. verosímilmente má­gico-religioso. Estos cono~inlientos no condllcían ni a la cerJrnica ni a la

i.I

,¡ ¡

,..~f'-_jJ

~.....

L~Le. .

Li•

~

"... ..I

¡ JFig. 75. Organización espacial de losgr~p()s agrícolas, Cada grupo está fija­do, al menos relativamente, a su terri-.torio y mantiene con los grupos' veci-nos intercambios que pueden alcanzarla alianza matrimonial o restringirse alos intercambios materiales. Los arte-sanos sostienen, entre ellos, un sistemade relación del mismo tipo que puedeir hasta cubrir vastas regiones y aconl.

pañarse de una estricta endogamia

: !1 '•

!;J.,~

.~

J•

;¡.,.-

"..

I~L

'-," ...

¡.'I!,.:

. .

El progreso técnico. entra, en efecto, en l10 ciclo iniciado' por lapresencia de productos alimenticios almacenables por los agricultores. Sino se pueden comprender las primeras civilizaciones de!" Cercano Orientesi n hacer intervenir a los 'criadores en el complejo evoluti Y'O, es sin ern­bargo en el seno de la fracción. sedentaria donde ha debido iniciarse. elproceso. En efecto, dos causas actúan en las "invenciones' de .la cerámi­ca }' de los metales: el .ritrno del trabajo-y la existencia de recursos ,11-macenados. Las operaciones artesanales suponen la' posible libe-ación deun .número de horas. 111tl}' importante, se trate de individuos productores(le alimentos, desocupados durante los intervalos de los trabajos agríc().las, o de verdaderos especialistas totalmente 1iberados de las tareas al i­rnentarías. El carácter. estacional o pulsante de los trabajos agrícolas y1,1 presencia de una masa alimenticia (llIt' constituye una reserva nutritivasensiblemente constante, realizan las condiciones del' "medio favorab'c".Tal como la mano Iiberada de los australantropos no se quedó I~ll1Cl1()tiempo vacía, el tiempo liberado ele 1.1S sociedades agrícolas se llenó r.i­pidarnente.

La sedentarización ha' favorecido el desarrollo de técn icas tales' corn. lla cestería o el tejido, qlle existían sin duda antcriorrncnre, ¡Jero (]llC en·\,irtud de 'las necesidades a~rícolJs y de 'la deficiencia de pieles animales. '- .

.respecto a la población, adquieren carácter de necesidad. La innovaciónprincipal corresponde, sin embargo, a la mani pulación del fllego, y al fe.dedor de las "artes del fuego" es donde se' cristaliza el progreso té~·nic().El inicio se sitúa rntly atrás, pues el conocimiento accidental de la cocciónde las arcillas era accesible a los paleolíticos. En cuanto a Jos metales na-

. _ .....__-_. __ .

168

Fig. 74. Esquenla funcional del grupo agrícolaelen1ental. El di~,positi,'o "ital se encuentra com­partido (:ntre los indi,'iduos agrupados por sex(>en cierto número de fórmulas sociales fundadassobre la familia extendida. El sistema aseguracierto lnargen de especialización, en particulara tra".és de las clases de edad~.El grupo agrícola'

. se completa en riumerosos casos desde la edaddel bronce c'on un grupo individual o coJecti"orestringido: el artesano (llerrero o potero, car­

pintero, tejedo~, etc ... )

.....~.~

~,Q,

_j

'fV......v.-

-.. ~

/¿l.I

I!_( ../-.

\\

""', -

Desde hace' mucho tiempo ya, los prehistoriadores han notado elcarácter repentino de la aparición de las HiIl\',enciones" n:a)~ores en ~ahistoria de las sociedades actuales. Apenas consolidada la agrJCllltLlra, hacia6000, aparece. la cerámica ),a l11U}T adelantada; lueg~, hacia 35~O, . elmetal y la escritura comienzan a asomarse. Lo que equl\:ale. ~ consld~rarque 2,500 años de agriCll1tura han bastado, p~ra que las sociedades OrleJ1.­

tales adquieran los fundaln~ntos tecnoeconórnrcos sob~e los cuales ~:l)OS~laún' el edificio humano, mientras que fuer,on necesarios 30. 000 .a}l~)s.al/J01770 sap iens para alcanzar el ~lnlbral ag.~lcola. Esta transformación 1~1~.

plica la aparición .en los (o.ns~J~u}'entes del. ~~upo de "". elemento 111-

existente en las sociedades prln11tl\'as: la posibilidad de cubrir el consumoalimentario de individuos dedicados a unas tareas qlle. no se traducenin rned iatamen te en productos de al irnentación.

y el 110111bre detern1inan,. n1~~iante ur:. ajuste indispensable de las rela­ciones sociales una ornamzacron estratificada que es la fuente 1111sma delprooreso. Me~os de 2~OOO años cespués de la aparición de las p.:imerasaldgas, ya surgen las primeras ciudcdes, con lo que, suponen de Jefe~, yguerreros, servidores y aldeanos a\Ta~allados: ~a teo~la, ~e esta e\~OlUClonfue estructurada hace un siglo por el materialismo ~~st~rlco, pero importasubrayar de paso qlle se trata de lID 11e::ho de eqllll1brl~ normal y n~ deuna aberración patológica, .corno ~a desl~naron las teorlas. de los .prInle­ros sociólogos. Si las. formas sociales _:;lguen con un atraso sel1~lble laadaptación tecnoeconórnica, no hacen mas qll~, resJ?~n.der de la mejor I~l,a­llera posible al dilema insoluble de la. e\'QIUCIOn filética y de la evolucióntécnica. A través del increíble despilfarro de hombres y rec:ursos qllecaracteriza la historia, el hombre asume el papel de resorte de ajuste entrelos .estados sucesivos.

i5)- .'í-LLA . LIBERACION DEL 1"ECNICO (figuras

Page 85: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

171

la' "valentía" del cazador, al "prestigio". del orador, a la •'nobleza", delas tareas rurales incluso, su acción es sencillamente "hábil". Es él quienmaterializa lo que hay de más antrópido en el hombre, pero se desprendede su larga historia el sentimiento de que representa solamente uno de'los dos polos, el de la mano, al antípoda de la meditación. En el origende la discriminación qlle hacemos aún entre el "intelectual" y el "técnico"se encuentra la jerarquía establecida en los antrópidos entre acción téc­nica y lenguaje, entre la obra unida a 10 más real de la realidad y la qllese 'apo}'a sobre los símbolos. De hecho, en las sociedades agrícolas, la

"Fig. 76. Esquema funcional del dispositivo urbano. La ciudad juegael papel de centro del territorio y se inserta en un grupo' de aldeasagrícolas del tipo de la fig. 75, de las cuales ,saca sus recursos 'y ase,gura la cohesión. El poder central (1) está ligado, a las funciones mili­tares (2), religiosas (3) }' jurídicas (4) que tienden a especializarseen unos individuos o en unas clases distintas. Los mercaderes (5) cons­tituyen un grupo' cuya segregación, en relación con las clases diri­gentes, es variable, su acción indirecta y sus alianzas les confieren,siempre una notable importancia. Los artesanos (6) y el pequeñocomercio están completamente aislados de las clases dirigentes de lascuales son dependientes, mas una parte de los elementos asegura su

promoción por la permeabilidad de la clase de los mercaderes

- --... -_ "

II

---

'-í/. j_

1,

'ti....

.. ,..,1'-~

"

J,..

t~ ..

~l"II

11

......

P"' ... ,..._I'"!o

IJ

.,.".....

......""'"i

I

"11 .....-

I/,////

//'

.,/

, "t \\\\ ', 4\

...~...l"'!o

""

1'".....

~~L

,"...~

.. ...~ 110..

.1 '"~I

\:..,"100,11;; ~

liI

,,- ,..~'

r.. ~

, .,Iooo_ ... ¡.,.

"''''''''''~1"\

,

1'".. ¡,..

,.....A~

\o.. - \\\\\I

/""/'

//////I1 '

\\\\\

~, --_- -_, --.. '

.~...__ ..__ ......

" ,170

LA CIVILIZACION (figura 76)

El paso del Neolítico ,esencialnlente rural a la edad de los 11e­tales coincide con el desarrollo de un dispositivo territorial que' es laconsecuencia progresiva, la "civilización" ,tn, el 111ás estricto sentido, esdecir, la intervención de la ciudad en el funcionamiento del organismoétnico. Sin duda que el paso ha sido insensible. Puede eSl)erarse descubrirdía tras día unidades serniurbanizadas cada vez más antiguas, hasta loslímites de la' protoagrieultura, jamás probablemente se descubrirá la pri-111e.~a ciudad, pero es fácil, extraer de los documentos arqueológicos entrelos años 6000 }' 3000, de' Mesopotarnia )' Egipto, los elementos nece­sarios l)ara la comprensión 'del fenómeno urbano,

La transición entre ciertas aldeas privilegiadas edificadas sobre sumontículo natural '}' las primeras ciudades edificadas sobre los "tells'

.Tormados por las' rUil1JS -de aldeas precedentes, es propiamente irnperceptible. La arqueología muestra en 105 estratos, creados por las ruinassucesivas, la pern1anente ocupación desde el Neolítico. La civilizaciónestá caracterizada por un esqllenla funcional }~ 110 po~ caracteres morfoló­gicos nítidos desde el origel1. Este esquema corresponde a un grupo dealdeas unidas orgánicJI11ente' a una aglomeración que desempeña -el papel'de capital. Un tal, dispositivo Sllpone una jerarquización socialmente con­firmada por la detención de la autoridad }' del capital en grano e.n lasmanos de una élite constituida por el poder a la vez militar y religioso. 'Elhecho' más importante desde, el pUlltO de vista tecnoeconórnico es la en­trada en escena, del artesano, pues sobre él reposa toda la evolución técnica,

La civilización reposa 'sobre el artesano }' la situación, de éste en el',llispositi\'o funcional corresponde a Ull0S hechos que el, etnólogo ha' de·finido 111l1y incompletamente. Su función' es, entre las demás fundarnen­tales, la qlle menos se presta a las valorizaciones honóríficas. A travésde toda la historia y en todos 'los pueblos, incluso cuando su acción se -,integra estrechamente en el sistema religioso, él figura en segundo plano.

. ,En relación a la "santidad", del sacerdote; el "heroísmo' del guerrero, :!

metalurgia, porque el grupo primitivohoras repartidas entre los innumerablesque la invención nazca.

Esta disponibilidad de tiempo no es el único factor. Existe, por elhecho de la elevación constante de la población Y. del aumento de lasnecesidades de la colectividad, un verdadero "llamado a la innovación",que solamente se da en grado débil en las sociedades de medio equilibrado.Estabilización en el espacio y posibilidad de aumentar en el lugar, losrecursos, aumentando el número de individuos, crean un estado particulardel medio interior, que coincide con la liberación del tiempo. Sobre esta

, base se inicia la bola de .nieve del' progreso acelerado de las técnicas enun dispositivo social constituido POI: unidades territoriales densas que secomunican entre sí mediante la red de intercambios pacíficos o bélicos.

no disponía de las innumerablesindividuos qlle S011, precisas para

~,

Page 86: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

"I!'173

¡i:

, I!

..

EL ASCENSO PROl\[E1TEICO (figtlra 77).

El único ca1npo directamente .responsable de! desarrollo de lJS so­ciedades civilizadas es 1~1metalurgia. Sin embargo' la metalurgia sería in,comprensible si no se le situara en 'el conjunto l~e las artes del. ftl~gO(cerámica, cristalería, colorantes, cal y yeso) qtIe, forman un hJZ indiso­luble. En materia de invención, sería un error creer que un hecho únicogenial, saca de la nad.i 1.10 "cuerpo, técnico aislado. Es necesario ciertodesarrollo para qLle' el geni'o individual se ejerza sobre la materia: es enun cuerpo de técnicas movilizando durante siglos a numerosos individuosdonde la metalurgja ha podido tener Sll origen. La domesticación delfllego no es fechable, solamente se sabe que los sinantropos lo mantenían)' qlle los paleantrópidos lo poseían. la primera. aplicación técnica qlle seconozca de él, salvo el LISO culinario, remonta al alba del Paleolítico su­perior, hacia 35.000 años antes de J. c. A partir de esa época, poseen1osel testimonio de la calcinación de los ocres ferruginosos a fin de obtenerde ellos 'diferentes tintes escalonados entre el amarillo anarajaodo y elrojo violeta. El tratamiento de los colorantes ferruginosos .por el fuegopreludia con bastante anticipación .las otras aplicaciones, puesto que. nin­gÚl1 documento permite pensar en la aplicación práctica de la cocción dela arcilla, la cllal se prodllcía sin emb~lrgo accidentallnente en los fogonesde los 1110radores de las ca\Tern'Js. Sólo hacia 6.000, en IrJ.l~, unas figl1~asn101deadas y unos hornos ill0ldeados en arcilla, parecen haber sido acci­dental pero· f reCtlentemente cocidos, y tan sólo hacia S. 000 la cerámicaF,~cpiamente dicha, aparece }' se extiende en las prinleras sociedades agrí,colas. En la nlisnla época, el yeso hace Sll primera aparición y, de lvIeso­potanlia al 1vfediter,ráneo, la reducción ,del yeso por el fuego da revesti-filien tos d'e sllelo y de paredes,. ,

Ceránlica j' fabricación del yeso indican un dominio ya probado delas temperatllras entre 5000 y 7000 Y la· posibilidad de ir nlás allá de los1 .0000 ,para partes mlly restringidas y convenientell1ente aireadas del fo­gón. Se pllede así conside.!ar que hacia 4. 000 años antes de nllestra era,·il1nllmerables alfa'reros o caleros n1aniplllan lIn ftleg'o qtle se encaminaprogreSi\1anlente, hacia las Ctlalidades reqlleridas para, la coo,'ersión en me-

cíliación bastarda entre el estado de principio de un orden social armo­nioso y el estado' de hecho ampliamente regido por los' imperativos tec.noeconórnicos. Las técnicas, surgidas del cllerpo del hombre desde el pri- ,

. mer cbo p per del primer australantropo, remedan en una cadencia ver-:tizinosa el desarrollo de los millones de siglos de la evolución geológica:h~sta el punto de fabricar· sistemas n~rviosos artificiales. y ~en:amientoselectrónicos. La 'fundación de las prlnleras urbes 'y el nacirmento delmundo civilizado marcan, pues, el punto, donde se inicia, bajo .lln.a formaimperativa, el diálogo entre el, hombre físico, tributario de la ,~lsma co­rriente que los dinosaurios, )' la técnica, nacida de SL1 pensaml~nto peroliberada del .vinculo genético.

.. . ... .'-_ .._,-_... ..... ..

172

.' '

fortuna )' la posesión monetaria establecen 111U): pronto, tIna. escala para­lela a la de las funciones' del sacerdote, del Jefe, del fabricante y dela¿~ricllltor. IllClLISO hoy, cuando Ja divinización de la invención acarreael mito de las técnicas, el militar qlle vuela en un cohete es exaltado (01110héroe, mientras que el ingeniero que lo 11l concebido 110 es, 1111S queLl11 'oran servidor de la ciencia humana, una mano. Es indispensable C0111·. prender el valor profundamente biológico de temas sociales tan lban3.l~spara qtIe nuestra curva ~scensjonal no s:a t~111ada por .un .S}111P e accr­dente del azar o por el Juego de una rmsterrosa predestinación, r'lles elazar actúa ell un sentido constante desde los orígenes )r el misterio vaevolucionando en el todo y no en sus !-13.:tes.

C0010 Ull todo también se constituye el 'dispositi\'o inicial xle la ci­vi lización. El sedentarismo surgido del almacenami ento agrícola llega ala formación de sociedades jerarquizadas ).. J la concentración ele las ri­.quezas y' del doble poder religioso vy militar eI1 capital~s. Los j.efes )' 5L1

capital S011 orcánicamente la "cabeza" del cllerpo étnico, l11edIJ11te unab ,imacen etimolóuica que traduce una constitución 'en la cual la organiza,

b b . l' . dción de las funciones representadas por unos grll})OS sonares }CrarqLIIZ:1 os}11 sustituido a la jerarquización intraindividual ,lie . estas funciones eI1 elgrupo prirni ti vo , El dispositivo .social debe su constitución eil, 111JCrOOr­ganisnlo ,a las mismas fu~ntes l)ropia~. a, todas las. sc)~je.dadés \'i;'ientes,desde los corales a la abeja; ,el orgarusrno hUI11Jll0 individual esta cons­truido también segúl1 el l11isl110 esquel11a, ccn el COJ1gIonlerado de célu­las especializadas agrupadas' en órganos que aseguran 'os diferentes sec­tores de la economía \1ital.· Es, l)lleS, normal qlle cuando adoptan unaforma compleja de agrupanlietlto, 105 individuos civilizados tienden, a to-

,11lar cada vez 111ás la apariencia de un clIerpo CL1)TaS!J¡lrtes están cada vez ..111ás estrechamente ajustadas al COIl junto. Lo que caracteriza por doquieral cuerpo social es que, si copia las v ías de evolución en su aspecto fO,:-111<1 I~ ,escapa en el ritmo de. Sll desarro~l,o: En efecto; la cinl_a de la l)ir!tnli~c.evoluciona ·1')oco: desde la fundación de .1,:5 F'rJll1~:as ;~~dadts lneSO))()t:l'

l11icas, los progresos del })ensanliento relIgIOSO )' t 110Sotlco son StllStb les,nlas ¿se 'pllede afirmar que alguien piense '( en sentido estricto) ~11islJrofundal11ente qLle Platón? Parece qlle nlU)' ·l)rOllto tI· 1.7D/J10 .fil¡'J/t/1J

liace uso plel10 de sus, posibilidades psíquicJ.s para 'Íl1tentar profll11dizar10 inmaterial')' que ',no le qued a' nlás qLle esperJr a gtle el· il~ll)llls~ (le 1;1e\7,olución 'lo condllzca lentan1tl1te 'hacia P(;.~sF~ecti\TJS 111J.S clar~s. Si tIprogreso' illtelecttlaI existe, biológicalnellte es aún il1Stl1Sible y estriba ·111:1S

sobre la anlpl iación de los l11edíos }' de los. call1pos de 'esl-¡eClllacióll g~lC ..sobre las l?osil"lilidades psicofisiológicas <-le su perJetración. ,

Por el contrario es inútil insistir sobre Li liberaciól1 de las técllicas. ., . ,

el1 ¡~elación al ritolo de la e\'olLlción biológica. lJelJ· \:ez constituido elorganisnlo agrícola,. la hUlllanida(.i cl1tra (:n Ull l)roceso de e\~OlllCióll \'er­tical que la ha conducido directaolente á 'la situaci{;n de l1c)}'; S()bre lID

esquerila funcional nluy, sencillo (el j~fe,. la. cJ}-"lital, .eI cal)ital, lc)s fabri­cantes }r los prodtlctores fllrales) las lnstltLlclones 'SOCiales ocrall llna (C)i1-

..'

Page 87: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

, 'I 'l' '

I !

175,174

Fig, 77. Cuadro de las artes del fuego, mostrando sobre la escala de las tempe­raturas los vínculos entre las técnicas del metal, de la cerámica y de la cristalería

200

Yeso300~_

400 t----

"

, ', '

: I500t- _

: :, l', ,6 OO f-------

;

'Salida del' agua absorbida

(tierra cocida)

700~ _

"impuro", 8O O f------Cobre,

900 _Comienzo de

vitrificación

Broncecarburado,1000 Hierro no

, ,

, I'[

Arenisca11 O O 1 ~

, ¡

I, I, ,i

1200 ~ Aceroh ipereutectoide

Porcelanadura13001 ~ ~ _

•rro s14 O O _Acero

hipocutectoide

Tierras15 O O _ __;___.;._ 'Hierro puro _

:' I

, I

nos de la ecuación' metalúrgica. El tercero, el mineral, no' está 'ausentetampoco, pues entre los colorantes, 'además del ocre ferruginoso cu}'areducción ofrece algunas dificultades, la malaquita, con alto contenido encobre, hace su aparición. Utilizada verosímilmente como maquillaje, escomún en Egipto, y si no sabemos aún nada preciso sobre el descubri­miento de la reducción del cobre, sabemos en cambio' que' entre 5000 y3000 'existen los elementos para obtenerlo, qlle después de 3,000 elcobre es ,cosa común de Egipto, hasta Mesopotamia, y qlle en 2000,cuando nace el hierro,' el bronce o el cobre ya se han extendido, tal cornouna mancha de aceite,' desde el Atlántico hasta China. ' ,

La' coincidencia de la primera metalurgia con las primeras urbes es'más qlle un hecho de azar; es la afirmación de. una fórmul.a te~noeconó­mica, la cual, contiene )·a todas las consecuencias de la, historia de lasgrandes civilizaciones. la civilización ,no se puede, entender si tomamossus elementos por separado. Tomarla por la evolución de una ideologíareligiosa .o política es, en, verdad, invertir el, problema, así como ver en'ella el solo juego de contingencias tecnoeconómicas sería, por otra, parte,inexacto, pues todo ciclo se establece entre la cima y la base: la ideologíase cuela de algún modo en el molde tecnoeconórnico parJ. orientar sudesarrollo, exactamente corno hemos visto en los capítulos precedentes queel .sisterna nervioso se colaba en el, molde corporal. Sin' embargo, al nivelqlIe se sitúa el presente capítulo, parece correcto 9ue la bas: tecnoec?nó­mica sea el elemento fundamental. Luego se podra buscar como se vierte1,1 corriente ideológica con la que el individuo ensaya escapar al dominio,del' dispositivo material que 10 va tra?sform,ando más y más e~, tl~a., cé,:lula despersonalizada; pero nos quedaríamos solamente en la epidermis SI

no se diera previamente una imagen real del 'esqueleto y de los músculosde la sociedad. Los pueblos que nos han conservado el.recuerdo ,de esteprimer período de las sociedades modernas, tuvieron conciencia ,del ca­rácter ambiguo del organismo naciente y no sin motivo el mito prometeicorefleja a la vez una victoria sobre los dioses y un encadenamiento, igual"qlle' la Biblia, en el Génesis, expone el asesinato de Abel por el agri­cultor Caín, edificador, de la primera' urbe 'y antepasado de su doble.Tubalcaln, primer metal,úr~ico. . _'. .. . "

De suerte que el tecnico es CIertamente el maes,tro de ~a civilización,puesto qlle es el maestro de las artes del fuego. Es del fOgO!1 (que algu­nos siglos de cerámica le han enseñado a manejar) de donde sale el yeso,'y poco después, el cobre y el bronce. Las escorias, residuos de la elaboración metalúrgica, originan el vidrio. Pero el artesano es, un demiurgoatado. Hemos visto que su posición en el dispositivo tecnoeconórnico esuna posición de subordinación: es él quien forja las armas usadas por losjefes, quien funde las joyas lucidas por sus mujeres, quien martela lavajilla de los dioses, es Vulcano todo poderoso, cojo y .ridiculizado, Esél quien, ,a 10 largo de cincuenta siglos, sin' qlle los niveles ideológicoshayan realmente evolucionado, ha puesto entre las manos de los hombres"capitales" los medios para realizar el triunfo del mundo de 10 artificialsobre el de la naturaleza. la atmósfera de maldición en la cual se inicia

Sílicapura

TEMPERATURA

1600

---,_._-----.-.. '--'_--

tal de los óxidos metálicos, La manipulación de la cal extraída 'de calizasapropiadas responde, además, a la presencia posible en. el fogón de unelemento químico reductor, propio, para rebajar el punto de' fusión' delmineral. El medio favorable a 1a aparición' de la metalurgia está, al menosvirtualmente, asegurado. , .

"Temperatura y elemento reductor constituyen 'dos de los tres térmi-

Page 88: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

I, I

¡177

· .,, .

. ..

'. I· '.

• I,· ,,

..;. i'.: I

:.. ¡

..' ..: ,I .: ..· .

¡ •.~.'1,·

, .,

,

i!j ••I

,! .

!.:

, j

tes, 511 condición generalnlente no. es completamente la de eSCl~l\'OS nicompletamente la de hombres revestidos -de toda la dignidad inherente aesta condición. la ciudady SllS órganos están articulados con el campo, delcual toman Sll materia nutritiva y qlle les aseglIra la cohesión mediante unared de intendentes. e intermediarios entre el rey y un campesinado gene·ralmente sojuzgado (fig. 76). Con bastante prontitud surge un elementosoc,ial suplementario, el comerciante, indígena o más generalmente foráneo,.qlIlen, con la aparición de la moneda viene a complicar el dispositivofundamental sin Ilevarle modificaciones estructurales profundas.

A partir del desarrollo. de las. primeras economías agrarias, la. evo­lución se hace, por consiguiente, en el. sentido de una supersedentariza­ción como consecuencia de la formación de un capitalismo, el cual es laconsecuencia directa de la inmovilización alrededor de las reservas decereales. la inmovilización termina' en la formación de un dispositivodefensivo qlle acarrea inevitablemente la jerarquización social. Esta jerar­quización se opera sobre bases normales, puesto qlle, tal como un orga­nismo viviente, el dispositivo social posee una cabeza donde se elabora laideología del grupo, unos brazos para forjarle sus medios de acción y unvasto sistema de adquisición y de consumo, que satisface el mantenimiento.y el crecimiento del grupo.

El desarrollo del organismo urbanizado (civilizado en el sentido eti­mológico) acarrea' inevitablemente con él todo lo que hay .de negativoen las sociedades actuales. En efecto, no puede ser eficaz sino en 'la me­dida como acentúa la segregación social, forma tomada en este organismoartificial por la especialización celular de los Seres' animados del mundonatural: poseedores, campesinos y presos, dan una escala tanto más eficazcuanto mayor es la distancia entre sus funciones. Al nivel de las socieda­des agrícolas, la injusticia social es .la imagen negativa del triunfó sobreel medio natural,

La polarización de los especialistas en el recinto defensivo de la: ca­pital es otro aspecto particular del dispositivo civilizado. El artesano. como

· '.

"

,

· ,Fig. 79~ Plano de la ciudad de Aigues-Mortes

! .l·

176

.. En cada época, )' tanto en América COD10 en Europa no mediterrá­nea o en Af rica negra, cada vez que el grupo, tras haber alcanzado" el11i\·e~-,agrícola franquea el umbral de la' metalurgia, --el mismo dispositivo

· funcional torna forma. La ciudad es el núcleo. Está encerrada en SllS muros· defensivos, centrada sobre las reservas de cereales y el tesoro. Las células·que la animan son el' rey o su delegado, los dignatarios militares y lossacerdotes, servidos por' un pueblo de domésticosy de esclavos. Los arte­sanos forman en el interior del dispositivo urbano· una serie de célulasgeneralnlente endógamas; su suerte está .ligada a la de las clases dirigen-

Fig. 78." Plano de la ciudad asiria de Khorsa­bad (siglo VIII antes de nuestra era)

-.1

-,

'1 :- [ 1I

.¡.~==-~~____.~_.....J . . ;::=::::===:::~ ;

[~~DDDDDD :!I~ ~~.......J

! ¡ .I~

• ti

LA CIUDAD (figuras 76, 78 Y 79)

Hacia 2000 antes de nuestra era; desde Egipto hasta Turquía, elTIldo, Chilla y el perirnetro norte del Mediterráneo, existen ciudades qllevalorizan el primer gral1 desarrollo de la civilización. Su estructura essil1gul~rnlel1te 11!lif~rll1e, l)ero' = no debe sorprender, puesto que he·11105' ,JlStO que la ciudad no es mas que el elemento expresivo del nuevodispositivo funcional tornado par la colectividad humana,

la historia del artesano del fuego en la nla)'Or l)arte de las civilizaciones,110 es 111ás q1le el reflejo ele una frustración intuitivamente percibida des­de el origen,

'"---._- . ,.. . "...- _ ..._--._

Page 89: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

!. .

" '

, i

I:, I!I

, ,

II

, I

I

, j, 1

, ,!

r , I, : ." '

o

,

, !; i~I

,',; .., ,, '

I, ,

,, '

c', ,, o

: i

"

,: I; ,

, II

r;

GDa

,;o'o'-:

.., 1,II

3

".r-

~......

b'b

[

...

,..

...

OD

~

.......

d

OD/

~

l

'"" ,I

_ ....

Fig. 80. Esquema funcional del dispositivo industrial del siglo XIX. El dispositivopreindustrial constituye la base de la implantación. La capital (a) comporta lasmismas divisiones que fig. 76, pero la función industrial está representada por ungrupo (7), vinculado al comercio (5) y directamente en relación con el podercentral, cualquiera que sea la forma del Estado. Las aldeas agrícolas continúanfuncionando en el dispositivo antiguo, provistas de una representación artesanal ydel pequeño comercio; se ligan (e, d) a unas capitales regionales donde se celebranlos zocos y las ferias. La transformación radica en la creación de centros industriales(b), ligados al cuadro tradicional mediante una red de vías de transporte. Aisladoprimero por la proximidad necesaria de materia y de fuerza (b') el centro indus­trial se "dispersa a lo largo de las vías férreas y determina la aparición de suburbios

cuya población proletaria ya no se inscribe en los cuadros tradicionales

----~--,_ .. ,

, '

.. ' :

A.O o_178, ,~

.~ !

, Hasta fines del siglo X"III, el dispositivo tecnoeronómico no se habíamodificado mayormente en relación con el, de la antigüedad." Cercada porlas campiñas de' donde saca su sustancia nutritiva, articulada COl1 'su medio.rural ,Y con' el mundo lejano de sus mercados y' sus ferias extramuros, la

, ESTALLIDO DE LA CIUDAD (figura 'SO)

hemos visto,- es consumidor del excedente alimentario, lujo inaccesible enlas sociedades primitivas y :qlle representa un avance hecho IJor el grl1l)Osobre su capital, en previsión de medios de acción incrementados en elfuturo; su existencia ya 110' es posible sino gracias a, la superdotación dela clase dominante, Hasta el.,,11101nento actual, este hecho conserva todasu validez y el presente continúa demostrando que la investigación técnicaes un lujo, privilegio de civilizaciones que, bajo formas políticas 0lJues·tas, disponen de un excedente de capital considerable; de suerte que setrata de una operación tendiente al superequiparniento técnico de una frac­ción dirigerite de la colectividad. El artesano es, desde su origen, antesque todo un fabricante de armas; es también un orfebre y solamente, deuna manera secundaria, un fabricante de útiles. Muy pronto, el carpinteroy el tallador de piedra, constructores de palacios, dispusieron de 11n utillajemetálico, en la medida que ellos también se iban vinculando a la superdo­ración del g.rupo capital. Mas es solamente en la" edad del hierro, cuandoeste mineral presente por doquier permite el desarrollo de una pequeñametalurgia rural, cuando el campesino trueca su azada de madera por unaazada nletálica.' '

Tal vez se comprenda mejor ahora lo que hay de coherente ell lasformas sociales de una humanidad que apellJS está dejando de ser nues­tra y, cómo, desde el origen, el dispositivo tecnoeconórnico agrícola contie­ne todos los elementos del progreso técnico }T de las dificultades sociales.El cuadro no seria completo si no se subrayara 'qu,e el desarrollo de lasprimeras urbes no corresponden solamente a la aparición del técnico delfuego, sino que la escritura nace al mismo tiempo qlle la metalurgia, U11avez más, no se trata de una coincidencia fortuita, sino de un carácter cohe­rente. ,Las primeras sociedades sapienses, ,ell el Paleolítico superior, se ma­nifestaron 110 solamente mediante el desarrollo extraordinario de 511S téc­nicas en relación con la de los paleantrópidos, sino también mediante laelaboración de las primeras anotaciones gr~í.ficas. Las sociedades agrícolas,,tan pronto como salen del período de transición lJara asumir su estructurareal, se forj an un instrumento de expresión simbólica a la medida de susnecesidades. Este instrumento, COI110 es sabido gracias a numerosos testi­monios, nació como instrumento contable y rápidamente se transformó en'el útil de la memoria histórica. En otras palabras, es en el momento en que,comienza a establecerse, el ,capitalisrno agrario cuando aparece el medio,de fijarlo en una contabilidad, escrita }' es también en el momento que seafirma la jerarquización social cuando la escritura crea su primera geneaw

logia. Este aspecto gráfico del desarrollo de la memoria humana será elobjeto' del próximo capítulo.

Page 90: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

;!1 '

, 1:' :',, .I181

. ,

,I

:: IEn el curso' de estos últimos siglos, la fórmllla tecnoeconómica

ha cambiado de escala sin modificar SllS términos. La minúsc11la cÍlldad del

EL PUNTO ACTUALFig. 81. a) Plano de la aglomeración del Creusot. Se "e la agregación' ,, industrial a 'lo largo de la ,Tía férrea y los barrÍ(}s de 11ábitat en l)rolifera- ,ción desordenada. 1: indu'Stria, 2:, construcción densa; 3: construcciónmenos densa, 4: espacios ,'erdes. b), Crecimiento progres,i,'o de L)!on. 'Se ve, alrededor de la. ciudad a.ntigua ..unida al Saona .Y 'al Ródano, láextensión g'eométrica de la ciudad de 1850-70 alcanzando la ,ría férrea, elapéndice de ViIleurbanne, de trama irre~rular (fin del siglo XIX), luego

la proliferación reciente

.-

: i'.. ~

,,

, ,, .,

.. •,'. .". . ",. .. .. .. .. .". .. " :. :-.. .

' .... ,. " .. .... .' . .,, ..... ... .

.. • • t ..l ":' ... .. '.. . ..• .,.. • t. •... • • t ' ... ' • , •.. .. " ... . o. .. ., .• • I • I .. .. .. .. •...... : '... .. .... .' . .. ..,... .. .' ~'. .. ... .., '. . ..• • • •.. : . ,.. i: :~ ,.~.,

••••••

, .•..'....

. .." ., ,..' ......'" .. ,.. ,0, .. ~ '.' .. ", :

.. .: #... • .. • " .. , .... .. .. 0,. " '... • •.. : .... ' ........ .." ... " .. . .. ..

• • .. 1 ... • .... .. . . ,,... ' .. O .. ' .....~ .. ... . .. ..' ........ .. . ,,", t.... ..

• • a ..... .. . .'I .' t .... ' -'. .. .. .'... .. .. . .. ' .. ' ' ...

• • '.. .. I ~

.. " : .. " .. .. , ..... .. ... ..... ..... ,",.'.. .. ..... .. . ". . ...

• .. ..... '." ... I ...'. .. . ., . ..'. ,.t, '.' '/.:• • •. '

','•••

.. '. ...... .......... '.', ....: , ." ..

, ' ,;

¡,

..'ro ,

"il"

;

,:1, ',:r

..,t" • .. ..'.. .. .......' .

"

i!; -I!,,.• ••

.. • " •• Il1o f• t • ", . ... ..'.. '..' ",.' " ." .

• • t' • •• • ... , .. ·.0 .. " .~ __... ... .

.. ' ..

,;

[r,1S1S1,6~O,-,....__

¡, •••••• ~

4 10 .... .. .. ...•:., t-: ,._,1, •• ,:

i, I

¡¡.i;

, .ciudad encierra en 5115murallas, en' torno al núcleo religioso y admini-s­trativo, .mercaderes y artesanos, en un dispositivo en el cual el encerramiento'topográfico limitando el espacio, hace codearse individuos pertenecientes, a grupos sociales diferentes. Es en Europa dónde se pone, en marcha laevolución .hacia una. fórmula tecnoeconómica nueva. Desde la Edad .Media,en los países de gran civilización tanto de .Asia como de Europa, la espe·"cialización de los artesanos del fuego ha conducido a la formación, fueradel dispositivo urbano, de centros metalúrgicos, de cerámicas o cristalerías,qlle marcan el paso del artesanado a estructuras preindustriales. Si' la ce­rárnica ha conservado lIn carácter artesanal local, no sucedió igual con la"metalurgia, cuyas necesidades crecientes acarrearon sobre los puntos geo- .'gráficos donde la coincidencia del combustible y. del mineral estaba ase­gllrada, una concentración de especialistas, qlle p,refigllró una forma deagrupamiento nuevo: la ciudad industrial (figura 81).

Es mU}' difícil hablar de hechos tan cercanos a 1,1 historia contern­poránea sin caer en 1,1 trivialidad; evocar la descentralización metalúrgica,la formación, de ciudades qlle han perdido todo carácter tradicional y no,son más qlle "aglomeraciones" de trabajadores alrededor de la fábrica,reviste sin embargo .tanta importancia y tanto interés como subrayar elcarácter permanente de 1~1 especialización técnica en la pareja primitivao la coherencia fundamental de los agricllltores y de' los 'pastores en elpaso a la economía agraria. Es tanto más importante cuanto que la revo­lución industrial ha sido para, las sociedades agrÍcolas la única transfor­mación n1ayor producida en cinco milenios. Semejante consideración irn­plica qlle se trata de un hecho (lIyas repercusiones sobre el conjunto deledificio social revisten una importancia comparable a las del paso a laeconomía agraria. En efecto', la descentralización metalúrgica y la crea­ción' de unidades, urbanas en las cuencas hulleras y siderúrgicas exigenla revisión completa, en menos de un siglo, de todo el' edificio social,estructuras religiosas incluidas.' Si bien es' trivial aludir los trastornosdeterminados por la revolución industrial, .es necesario mostrar que es­tas, modificaciones no están en contradicción' sino .en armonía con eldesarrollo funcional, de un organismo sociotécnico artificial, al qiIe nos­otros comunicamos, cada vez D1:íS, propiedades qlle son como el re­flejo de la organización viviente. No es inútil tampoco subrayar que elproblema agrario j" el problema metalúrgico fueron planteados desde 3.000años antes de nuestra era y }la en términos de crisis. Mientras las sociedadesagrícolas conservaron Sll estructura inicial, el artesanado y luego la indus­tria surgieron 'como los motores potentes y un poco maléficos de la evo­lución material, al servicio de una sociedad qtle exige cada vez más la ads­cripción de hombres qlle zoológicamente siguen sometidos a su naturaleza.

ct1

----,-,--"-,, -- -, ,--"'----~ _.__ ._- -,-----, ..~_.._~ .

b

Page 91: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,!l'

183, "

"

,, '

,, ,

;1¡"

,1 :': 1il I,1

!1; ,

':1:!i

"

.!:1,1'1 'i.:i ,¡, ,•

¡,. ,I ," !, II

,

.; I" ."

II ', ¡I ¡

r,I ,

-l .1,¡,t-" ,I

""

:¡,.

iHji;'1''11,,ji

, '!i

, ,

,I¿Trátase en 'realidad de una solución o es s.ólo un callejón sin salida?

,la' uniformidad de comportamiento de los' estados marxistas' como la ,de'los estados capitalistas en esta vía aporta, en' todo caso, la certeza de' 'laevolución hacia una fórmula, nueva, Uno' puede preguntarse 'sí se trata

, realmente de la evolución hacia un nuevo equilibrio en el cual todos los'valores volverían a encontrar el puesto' que les corresponde en la fórmulaantrópida (la cinla, se encuentra, de hecho, en 'el cerebro y la base en larnano ) o si no es más que la ruptura, por el organismo· artificial en, elglle 'la civilización se ha desarrollado, del equilibrio para el cual el hombre

" está físicamente constituido, En' tal caso, la fórmula trivial y corriente del"hombre dejado, atrás por sus técnicas" tomaría Sll estricto valor.

Es difícil, incluso a través de los teóricos, de una y otra ideología,hacerse a 1;1 idea de un equilibrio que consistiría en aumentar indefini­damente el bienestar material de individuos también 'más numerosos. las'relaciones entré producción, consumo y, materia dej-an prever qtH~el hom­bre consuma cada vez más y de una manera irremediable, su propia sus-tancia, es decir, 10 que' llega del medio natural. '

, En 1,1 actualidad, a pesar de los', esfuerzos sociales y la descoloniza­ción, 'el grupo, ya pLlnetarizado' no tiene una forma diferente a la qlleofrecían las peqlleñas sociedades mesopotámicas de hace 4.000 años; esdecir (clla.Iqlliera que sea la fórmula política) que una estricta jerarqui­zación .social hereditaria o selectiva condiciona los individuos en funciones,cada vez más determinadas; que la economía mundial reposa siempreen .Ia explotación de, lo animal y' de lo vegetal, sin que se hayan pro­ducido grandes transformaciones más qlle en la medida de los medios

.jécnicos: qlle 1,1 industria, heredera del artesanado primordial,' si biencambió sus combustibles, reposa siempre sobre el metal.

En conclusión, el prodigioso triunfo del hombre, sobre la' materiase ha hecho al precio de una verdadera sustitución.. Hemos visto cómoen el transcurso de la, evolución de los antrópidos, el equilibrio zoológi­co se sustituía por un equilibrio :lluevo, perceptible desde los inicios delbomo sapiens, en el Paleolítico superior. El grupo étnico, la "nación"reemplaza a la especie, }' el hombre, Cll}'O cuerpo sigue siendo el de unmamífero normal, se desdobla en un organismo colecti\To con posibilida­des prácticamente ilimitadas por el cúrnllIo de inno\!aciones. Sll economía,siglle 'siendo la de lIn mamífero altanlente depredador, incluso despuésdel paso a la agricllltllra y a la cría. A partir de este momento, el orga­nismo colectivo se hace preponderante, de manera cada vez más impe.ra­tiva, y el hombre se transforma en el instrun1ento de una ascensión tecno·económica, a la ellal presta sus ideas y Sl15 brazos. ASÍ, la sociedad huma·

'na se convierte en la principal consumidora de hombres, bajo todas lasformas, por la violencia o el trabajo. El hombre gana en ello la seguridadprogresiva de posesión del mundo natl1ral que debe, si se proyectan haciael futllro los términos tecnoeconómicos del actual, terminar con una vic·toria total, extraída la última gota de petróleo para cocinar el último pu­ñado de hierba guisado con la última rata. Una perspecti,va tal es menos

Cercano Oriente' del segundo milenio, con sus jefes, sus funcionarios, su,~rupo artesa~l!l, su mercado, '~u-c~ml)iñ,a, sus .rebaños, sus pequeñas gue­rras, sus rapInas y 5l1S clases" tiranizadas que aportaban el excedente indis-'pensable l?ara el desarrollo de un dispositivo CU}7a cabeza, y ella sola, mar­c~ba el ~11.,Tel.alcanzado por la sociedad; esta ciudad de la antigüedad es,Sin 1110dlfl.cacI011es, 'transponible a cualquiera de los grandes estados euro.p~os del 51g10 XIX, c~n 1~ diferencia de que el radio de acción se ha¡ exten-,dido desde un hemisferio al otro y que el aparato colonial abastecedor.de los exceder:tes ha reemplazado la servidumbre de los campesinos fuera,de los suburbios, He presentado en l11edio )' T écnicas la coherencia bio­lógica. del sistema ci,'!lizado-birbaro-sal~aje }r el hecho de que el progresol~aterlal de la humanidad ha permanecido unido hasta nuestros días' a esteslst~111a. Este" CC?l~ t?do organismo viviente, conlporta unos elementosaparentel11el:te lJrI\'l.:.eglados y unas masas oscuras, CU};O' papel, al preciode ll~ldespilfarro enorme, es d~ ~ar la pequeña reserva de impulso quepernuta el paso. a una =r=. slgulell te. Esta verdad biológica -se traducee~ el plano social en unos té~1;lil10S de justicia y de injusticia, lo que noayLl?a. mucho a hallar la solución de LID problema de origen estrictamenteorgal11co. ,, ¿En qué medida c:t~~órll1ula ini~ial perIl!anece valedera? Para que

desaRar~zcall, l?s CO!lstren}1111.entos negativos nacidos del dispositivo tecno- 'eCOI101111CO,agrlcola-ll1etalurglco, se uecesitaría que el h01J10 sepiens f ran-,queara ~lna, nueva et~lJ~ biológica, la cual 10 pondría tal vez en capacidadde ~omJllar su agresJ\'Jd~d s,o?re la q~e, reI:0~Jn, mucho mis que sobre ell).~obreso, .los valores de' .justicra o de mjustrcia, La disminución del poten­c~a! agresivo, qLle se ,cor.:eSlJOl1de, con el. instinto de adquisición, se tradu­c~rl?- por otra lJarte en lln.a. baja equivalente de la necesidad de crear yfJnal~l;ente' del gu:to de vivrr, l)lleS el e~l)rritu de creación y el de des­trucción 1]0 S011mas que las dos faces, brillante y oscura, del mismo fenó­meno; .mas, 10 qlle puede ser roto .un día, es el círculo en 'el cual la socie­dad se !1a ellce~ra,d~ desde el momento qlle el hombre se transformó ensu prolJJa )~,casi ~nlca !)resa. Tal vez sería necesario 'que la agricultura }'la metalurgia cedieran el pllesto a un dispositivo tecnoeconómico distintoCll,)ra l1at~~aleza 110 se' ,concibe' 111Uy bien ,a la, llora presente, puesto qLle I~alJlnentaclor: 11l1111a~a slgl1e ~llndada sobre lo ,'egetal y lo aninlal y el nle.

_ ,tal es t~da"la el 1)rl!11er ser\'ldor del lJrogreso; La ideología socialista, desdel1ace. l11as de lII~SIglo, 113. atacado el p.!."0?Iel11a, sin 'agotar SllS aspectos',partlcula[~~el1te Interesantes Cllal1(Jo -se restltU)?e la perspecti,'a, g~neral dela e.,'olllCIOll. El: efecto, deslie el 'Pa~eolítico su}")erior, !Jero sobre todo apar.tIr de la agrlcllltllra, el 111ll11do de los SÍl1lbo1os (religiosos, estéticos os?cl~les) ,ha l~r~\7a!ecido .siel11pre jer.á~quicanlel1te' sobre el mundo de las,tecnlcas y la !)I¡!'anl1de soclal se ha edIfIcado de una 1llanera anlbi oua dal1dola ~re~111iilellcia a las funcio,nes sitnbólicas, sobre la tecnología, bnl¿tor sinenlbargo de todo progreso. La ,ideología socialista trata de resol,rer esteprobJelna bioI6gico sonletie11do la sociedad a la técnica es decI·r ., a prll11eru'\,ista dando el triunfo a la lnatlO. '

, ' ,

"

,, Jr

182

Page 92: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

'-:I, :

1

; ,

,

f. 'J;_:, '( (".:ll1(: ,

t¿t,Lic__ "•

I"

!,"

,¡,i¡

"

:¡:1"1:I

: !

•l',: '

,•

II'1, ¡Ii

0., '.

, - ', "

",' .

" '

Los primerísimos testimonios de un grafismo ponen' en evidencia 11nhecho muy importante. Hemos visto en los capítulos JJ y JII qlle la tec­nicidad bipolar de muchos vertebrados conducía en los antrópidos a la for­mación de dos parej as funcionales ,( mano útil y_ cara- lenguaj e), haciendointervenir en prim-er lusar la motricidad de, la mano y de la cara paramodelar el pensarniento fen instrumentos de acción material y en símbolossonoros. La aparición del símbolo gráfico al final del reino' de los palean.tropos StlpOne el establecimiento de relaciones nuevas entre los dos' polosoperatorios, relaciones excI usivamente características de la humanidad enel sentido estricto de la palabra, es decir, respondiendo' a un pensamientosimbolizante en la medida en que nosotros mismos usamos de' ello. En,estas nuevas relaciones, la visión tiene el puesto predominante en las re­laciones cara-lectura y mano-grafía. Estas relaciones son exclusivamente hu-

. '

EL NACli.\fIENTO DEL GRAFIS~fO

En el capítulo precedente, he' considerado el' desarrollo de la, organi­zación tecnoeconómica y la constitución de -un dispositivo social estrecha­mente ligado a 1,1 evolución de las técnicas. Ahora", quisiera oCtlparnle dela evolución de un hecho qlle hace Sil aparición' con el bamo saplens enel desarrollo de, los antrópidos: la aptitud pa.ra fijar el pensamiento me­diante símbolos' materiales. En efecto, si bien el arte figurativo y la es­critura han sido ya objetos de innumerables estudios, las relaciones entrelos dos dominios y sus vínculos se encuentran aún mal definidos, de suerteque Sll investigación en una perspectiva g'eneral no .carece de p-rovecho.En la tercera parte, los ritmos y los valores serán considerados en 5115 as­pectos estéticos, mas aquí, después de las largas disertaciones en las qlle lamaterialidad: del hombre ha sido la preocupación esencial, no es inútilconsiderar por qué vías materiales se ha construido lentamente el sistemaque asegLlra a la sociedad ,la conservación permanente de los productosdel pensamiento individual y colectivo.

-- -

r:, .

LOS - SIMBOLOS DEL LENGUAJE... - '. -,

VIuna utopía que la constatación de las propiedades singulares de la eco-1)Qn1¡a .hurnana, economía sobre la cual, nada deja entrever aún que elh9111~r~"zoológico~, es decir inteligen te, tenga un control real. Al menoshemos ,~7isto,'en unos veinte años, el ideal de consumo acompañarse decierta desconfianza hacia la infalibilidad del determinismo tecnoeconómico,

185

"

Page 93: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

• :j:1'1

187

,.'!,

• 1I• I

· I

,1·.01:!!:"í."

~i'1· I

· II

• f: I

l', ,~:

· .': ¡

i' '

susceptibles de guiar la interpretación de las "marcas de cacería" paleolíti­cas: primero, el carácter abstracto de la representación, el cual, como vere­mos luego, está igualmente presente en el arte más viejo conocido; ade­más, el hecho de qlle el "churinga' concretiza la recitación' de encanta­miento, qlIe es Sll soporte y qlIe el oficiante, con ·la punta del dedo, siguelas figuras según el ritmo de su declamación. Así, el ,.churinga" movilizalas dos fuentes de la expresión, la de la motricidad verbal, ritmada, y lade un grafismo involucrado en el mismo proceso dinámico. Decir .que lasseries de incisiones del Paleolítico superior sean asimilables a unos "chu­ringas" no está en absoluto en mi pensamiento, pero creo que entre lasinterpretaciones posibles, es posible la de un dispositivo rítmico de carác-ter encantatorio o declamatorio. . .. .

Un plInto sobre el cual tenemos ahora completa certidumbre, es qlleel g'rafismo se inicia no con la representación ingenua de lo real, sino conlo abstracto. El descubrimiento del arte prehistórico a fines del .siglo XIXha hecho surgir el .problema del estado. "ingenuo"· de lID arte qlle habríarepresentado lo que veía en una especie de expansión estética. .Desdeinicios del siglo, rápid~mente se pudo apreciar qlle esta idea era falsa y

,· .'; ~i

, .

I ;I .

..

Fig. 83. Churingas australianos (según Spencer y ·Gillen). 1: loscírculos a representan unos árboles y los círculos de puntos, lospasos de los bailadores; las líneas d representan los bastones que.se golpean al compás y e los movimientos de los bailadores; 2 y 3:churinga de un jefe del totern de la hormiga míelera. a: su ojo; b:sus intestinos} e: la pintura sobre su pecho, d: su espalda, e: un' pa­jarito aliado a la hormiga ·mieIera. Es posible constatar, basándoseen 82, que las representaciones vinculadas a un contexto verbal ygesticulado, corno las de los Churingas, pueden ser desprovistas de.

todo contenido figurativo realista

,i

. ·1:1I

"3

ee ,e

a a ead

,

!¡.¡r

1

db

186:

.

marias, pues si se puede decir, en rigor, (lue el útil es conocido l)or algunosejemplares animales y qlle el lenguaje existe sencillamente en las señalesvocales del mundo animal, nada existe comparable al trazado y a la lecturade los símbolos hasta el alba del bomo snpiens. Se puede decir '!)lleS quesi ~n la técnica y. el lel1gl1aje de la totalidad de los antrópidos la motrici­dad condiciona J a expresión, en' el lenguaje figurado de los antrópi dosmás .recientes, la reflexión determina el grafisl110.. . Las huellas más antiguas remontan al final del Musteriense y. son yaabundantes- hacia 35000 antes de nuestra era, durante el período de Cas­telperron. A l)arecen simultáneamente con los colorantes (ocre }r l11Jl1gane­so) ..y· los objetos. de adorno. Son unas Iineas de cúpulas o series de tra­zados g.!"abados en hueso o piedra, pequeñas incisiones equidistantes quetestimonian el inicio de la figuración, aparte de lo concretamente figura­tivo, y aportan las pruebas de manifestaciones rítmicas qlle son las 111ás

. antiguamente expresadas: ningún sentido preciso .se puede encontrar. en'estos l11uy modestos testimonios (fibrura 82) pero se ha visto eLl ellos"marcas de cacería" o una especie de contabilidad, aunque ninguna pruebasustancial en el pasado o en el presente apo)'a razonablemente tal hipótesis. 'Las únicas similitudes aproximadas tal \1ez puedan establecerse con los"churinga". australianos, plaquetas de. piedra o de madera grabadas con

. motivos abstractos (espirales, líneas rectas Y' grlIpos de puntos), q.ue re­presentan el cuerpo. del antepasado mítico o los Jugares en los' cuales sedesenvuelve su 111i to (figura 83). Dos aspectos del t 'churinga" parecen

1ncisiones sobre huesos paleol íticos, Ilarnadas "hue­caza". a)' Castelperroniense: b) Auriñaciense;

c) Solutrense

Fig. 82.llas de

a--

.j-1

~~ -- ~- c=:-= ~~ o:::- c:::>c- ==

...=-:-:"c=

. -.....I~==oc:

=:JO'

=~=t:=:I

=~:c~

ec:o=~t:::::"t::::::=, IC::::::'"='"=

b e

Page 94: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

'·1 :· t 1

.: i

· L189,.

, '.,

· I1· "

• j.· i· ,· I, I,: i¡

· ..,

"

:1

-,j,

!

i: ;, i'. '¡, 1

I II I· .1

PRln-fER DESARROLLO DEL 'GRAFIS~fO

las series. rítmicas de ril}~aS o de puntos continuaron S11.existenciahasta fines del Paleolítico. superior. Paralelamente, a partir del Auriñacien­se, hacia 30000 antes de nuestra era, se ordenan las primeras figllras.Hasta hoy, son las más antiguas obras de arte de toda la historia humanay se percibe con sorpresa que su contenido implica una convención inse­parable de unos conceptos altamente organizados por el lenguaje. Si bienel contenido es ya illlly complejo, la ejecución, en cambio, es aún balbu­ceante: las mej eres representaciones muestran, sin orden, la superposiciónde cabezas de animales y de símbolos sexuales, extremadamente estilizados.'

En la etapa siguiente, durante el' Gravettiense, hacia 20000, vemos. organizarse unas figuras mejor construidas. Los animales 50n expresadospor su línea de armazón cérvico-dorsal, a la cual se acoplan los detallescaracterísticos de las especies (cuernos del bisonte, trompa del mamut, crindel caballo, etc.). El contenido de los conjuntos de las figuras sigue siendo.el mismo qlle p,recedentemente. Solamente la expresión se ha perfeccionado.En .el Solutrense, hacia 1500'0, la técnica del grabador o del pintor estáen posesión de todos 5115recursos, los cuales no son muy diferentes a 1051

del grabador o del pintor actuales, El sentido de las figtlras no ha carn­biado y las paredes o las placas decoradas despliegan las innumerables va-

,r;

· i

estereotipadas, donde sólo algunos detalles convencionales hacen posiblela identificación de un animal. Estas consideraciones permiten subrayar.que' el arte figurativo está, en Sl1 origen, directamente ligado al lenguaje.y aún mucho' más cerca de 1.1 escritura; en 1.,1n sentido IDlly amplio, que. dela obra de arte. Es la transposición simbólica y no la calcomanía. 'de la .realidad; es decir, que hay entre el trazado en el cual se admite' ver unbisonte y el bisonte mismo la. distancia ql1e existe entre Ji. palabra' y el ..útil. Para el signo como para la palabra, 10' abstracto corresponde a unaadaptación. progresiva del dispositivo motor de expresión 'a unas solicita­ciones cerebrales cada vez más matizadas. De suerte que las antiguas figu­ras conocidas no representan escenas de' cacerías o animales moribundoso enternecedoras escenas de familia, sino claves gráficas. sin conexión des-·criptiva, soportes de 1.1ncontexto oral irremediablemente perdido. .

El hecho de que los documentos del arte prehistórico. sean muy nu­merosos y de qlle comience a ser materia de estadística una masa CllyO

ordenamiento cronológico está definido. en Sl1S grandes líneas, permite. desbrozar, si no descifrar, el sentido general de' las representaciones: bajomil variantes, el arte prehistórico gira alrededor de un tema probablementemitológico donde se enfrentan complementariamente unas imágenes de ani­males y unas representaciones de hombres y de mujeres. Los animales pa·recen dispuestos en pares oponiendo el bisonte al caballo, y los seres hu­manos son representados por símbolos, los cuales son la figllración muyabstracta de las' características' sexuales (figuras 91 y 143). Es mlly im­portante haber podido determinar el valor del contenido para entender elvínculo qlle une la abstracción }r los primeros símbolos gráficos.

188

que se' debía atribuir a preocupaciones de carácter magicorreiigíoso el artefigurati\10 del Cuaternario (COI110por. otra parte, ..el de todos .105 hombres,salvo excepciones limitadas a: unos estados de gran. madurez ..cultural), Sinembargo, ha sido tan. sólo .recientemente cuando se ha sabido que losdocumentos magdalenienses sobre ]05 que se fundaba la idea del realismopaleolítico representaban U11 estadio ya Il1uy tardío del arte figurati'vo, pues­to que se escalonan entre 11000 Y 8000 antes de nuestra era; mientrasque el verdadero comienzo' se sitúa más allá de 30000. Lo' que es parti­cularmente .interesante par.a. este propósito, es que. el grafisIll0 no comienzapOlf una expr,esjón en cierto I110do servil y fotográfica. de 10 real; sino quese le. ve organizarse en el· e,urso de una de~ena de 11111es de años a partirde· sIgnos' q.ue parecen haber' expresado pnrnero Ul10S ri trnos y no unasformas. En ef~cto, es. solamente . ~ac~a 30000 cuando. aparecen las prime­ras formas (fIguras· 84 a 87), limitadas po~ otra parte a unas' figuras

Fig. 84. Grabado del Auriñaciense 1 del refugio Cellier (Dordoña). Es unode los escasos documentos figurativos más antiguos que estén fechados concerteza. Vemos una cabeza, verosímilmente de caballo, un símbolo femeninoy unas incisiones regulares. Fig. 85. Grabado del Auriñacíense IV de LaFerrassie (Dordoña), representando un·'animal (roto), un símbolo femenino .

.. y unas puntuaciones regulares. Fig. 86. Grabado' probablemente Gravertien­se de Gargas (Altos Pirineos) figurando un caballo y un símbolo Femenino.Fig. S7. Grabado 'l\1agdaleniense' de las Cornbarelles (Dordoña), figurandolos mismos sujetos. Se constata, para un tema idéntico, el realismo creciente

de los elementos del mitograma

;._. '-

"N---I

87 .86

o

85J ,

o o .' :-:· .

••••••••·.••r•••••

. 84

.' o • o· o J--. --o o .: o o. (/ • •

o o \/" .· .· .· .

••

• •.• • •

•••••••

Page 95: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

191

89Figs. 88~89. Pictograma esquimal de Alaska, grabado sob~e una lámina demarfil, inicio del siglo XX. De un lado (88) se ve un campamento de verano:cuatro tiendas y un hombre cerca de una colina. Dando la vuelta a la plaque­ta, sobre la misma línea del suelo, un' campamento de invierno: una morsa,una chalupa de piel vuelta al revés sobre su' soporte y una casa de invierno,en cúpul~ con un largo corredor de entrada. El objeto constituye un mensajeque se deJaba en el campo abandonado para informar a los visitantes eventua­les de la dirección tomada. Solamente los esquimales de Alaska y en una

época reciente' (siglo XIX) han utilizado los pictogramas .

I. II

88

,: 1

•, ;!

'1!:,

.1I

~.

"

LA EXPANSION DE 'lOS' SI~rBOlOS

. Ac~bamos de ver que el arte figurativo .es inseparable del 'lenguaje y'que .na~ló de la constitución de un par inte.ectual fonación -grafía. Es, porconsiguiente, cla:o qlle, .de.sde un primer momento, fonación y grafismo,r~sponden al mismo objetivo. Tal vez la parte más importante. del arteflgura~? .pert~nece a !~,qlle, a falt~ de_mejor exp~esión, .yo designar~, aquícorno picto-ideografía w Cuatro mil anos de escntura lineal nos hicieronseparar el arte y la escritura y se necesita 110 real esfuerzo de abstraccióny todo~ los trabajos etnográficos de estos cincuenta últimos años para re­construir en nosotros una actitud figllrati \Ta, la cual ha sido y es. aún co­rnún a todos los pueblos apartados de la fonetización y dentro del linea­lismo gráfico. . .

Los lingüistas qlle se esforzaron pO'r estudiar el origen de. la escritura,han considerado f recuenternente las pictografías, proyectando sobre ellasuna mentalidad nacida en la práctica de la escritura. No carece de interés'.constatar qlle las únicas verdaderas "pictografías" que conocemos son todasrecientes y qlle la nlay'or parte de ellas nacieron, entre g,~ll)OS sin escritura,una vez .establec~do el contacto con viajeros o colonos originarios de paísesc?n escrlt~lra (f19uras 88 a 90 ~. Por cOl1sigllien,te, no parece posible uti­Iizar la pictografía de ·105 esquimales o de los Indios como elementos de

._- ..._--_. __ . .._-_.__ ..--_._._ ..

190

.'

riantes del terna de los dos animales, de la mujer .y del 110111bre. Unacuriosa evolución -se ha producido sin embargo: las representaciones l1U­marias parecen haber perdido todo carácter realista y se orientan hacia lostriillg~llos, los cuadriláteros, las Iíneas de puntos o. de rayas que cubren,p~r ejemplo, las paredes de Lascaux. Los animales, en cambio, se enea­minan poco a poco hacia el realismo de las formas y del 1110,'irnien ro, delos cuales, el11pero, pc.!."nlanecen aún ll1uy lejos en el Solutrense, a pesar detodo lo qlle se ha podido decir sobre el realismo de los animales de Las­caux. Maestría técnica y contenido mitológico corresponden exactamenteal carácter de las figllras de la "edad media paleolítica"; sin embargo, 110se puede asimilar estos conjuntos a los frescos de las basílicas.' o a la pin­tura de caballete. Sen, en' realidad" "mitograrnas", algo que se emparentamás con la ideografía que. con la pictografía, más con. la pictografía quecon el arte descriptivo, .

. El Magdaleniense, entre 11000 Y 8000, en el momento de los gran­des c?n-junt?,s de, Altal;lira o ele Niaux, n?uestra, para las fig'LlraS humanas,·una. inmersion aun 1111S· profunda en el ideograma, bien sea, por el con­trarro, un regreso categórico hacia la .representación realista de los 110111·

bres. y de las mujeres .. E.l1 cuanto a los animales, parecen llevados por unacorriente ~o.nde 1a habilidad 'ya a' arrastrar 1)OCO a 1)oco. las figuras haciael academicismo de l~s f~rl11as .(es el 1110!11tl1to de Altamira ) , l)ara luego,

.11n .po~~ . antes del .fln., ~lrl1JCJa un .realismo al11anerado,. con precisiones'fotog.raflcas en el 11l0\!111~lelltoy la forn1.a. Es ,este arte d~l último períodoel .1)rlnl~rQ. en ser. COI10Cldo }T el que hIZO asi nacer la Idea del' realismoprimordial.

El arte .1)aleolítico, gracias a su inmensa extensión y la abundanciade sus materiales, al)ort.a un testi.nl0t1i~ irremplazable !)ara la comprensiónde lo que son. en .!'ealld~d. la flguraCJón artística y la escritura: 10 qlleJL)arece,. a partIr. del !laCl1111e~to·de la' economía agrícola, C01110'dos víasdivergentes, constlt.~y'e ~Il r~~Ildad. una sola de ellas. Es 11111y curioso cons­tatar 9l1e la eXI)re~lon Slll:bol1ca alcanza de un golpe, desde el Auriñaciense,s~ 111JS elevado nivel (fIguras 84 a 87). \' emos al arte desprenderse, enclert,o modo, ..ele una \!er(la~era escritura,.}T seguir una trayectoria, la cual,partiendo de 10 abstracto, libera progresivamente las convenciones de for­Illas. y de lTIo\'inliel1to,. }?ara alcanzar al final. de la curva el realismo y

. hundirse, Esta ru.t~ ha ~ldo ~anta's veces seguida por las artes históricas,qlle se. debe a.dnl1tlr obllgatorI.~mente que corresponde a una' tenden.cia ge­Ilera1, a 11n CIclo'. de 111adlIraclon, y que .10 abstracto está realnlente en labase de la eXI)resión gráfica,. Ell' el .cal)itu~o ~IV, e\TocarerTIOS el probleJna~el ¡ :egreso de las. art~s ~l~c~aun abst:JCCIOnlsmo !lleditado. V.erel110s qlle'J.a Dusq~eda. de una rItl1:1cldad pu~a., .~e ~?llo-figurati\'isl1l0 ell el arte y. la poesla moderllas, !laClda de la '111edltaclon de las obras de '..arte de losl)uebl~s pril11iti\yos \TÍ\TOS, .corresponde a ~na e\r.asión reg'feSi1:la, a un deseolle abISJTIarS~, en el refugJo de las reaCClOl1es prill10rdiales, tanto COl1l0 auna prO}'eCclon ..

Page 96: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

193192

, I

IFig. 91. Composición mitográfica de la gruta de Niaux (Aríége),Magdaleniense. Se ve allí una cabra montesa, un bisonte y un caballo demisma talla, un caballo grande acompañado de un bisonte y de unacabra montesa de talla pequeña, un bisonte grande entre las patas delcual se encuentra un caballo pequeño, un bisonte y un caballo iguales:los bisontes llevan una serie de heridas simbólicas. El carácter mito- .

gráfico del conjunto excluye la lectura directa

••••

••.•

••••

••..•

•. En el· hombre, el pensamiento reflexivo es apto para hacer abstrae-

(IÓn de la realida? en ll~l proc~so de análisis cada vez más preciso, de rna­pera que unos símbolos <onstttuyen paralelamente el Inundo real; es ell11U~do del. lengua] e, g.racias al cl:al queda asegurada' la posesión de larealidad .. Dicho pensamiento reflexlo11ado,· q'lle .se expresaba concretamentepor el lenguaje vocal y la mímica de los antrópidos, probablemente desdes~ origen, a?~uiere. en, el Paleolítico superior el manejo de representa­cienes, permitiendo al 11,o111breexpresarse más allá del presente material,Sobre :10s dos polos del call1po operatorio se constituyen.. a partir de las.mismas .fuentes,. dos lenguajes el de 1a audición, ligado .a la evolución. de los territorios coordinadores de los sonidos, y' el de -la visión,' ligado

l,Fig. 90. Piel de bisonte de Sioux (fin del-siglo XVIII) sobre la' cualfigura pictográficarnente el relato de una expedición de .guerra

,1'1

, "!I!I,;

i~

•• r ..... 'f •• ,. •••••••

..••

;¡-

-. -..,-- .~~/ )~I

¡

• •. .'• •• •......,- .•••.. .

•••••• •• •...........~..-. ,...... ,. ,. . ..... . .,- ' ,••

"••••••

1', .,',

/,7

_ 'XI ':i; 7:< --+:-. .""t_:..J_~I ~ ~ " '~f

::: -::::::

comparación para comprender la ideografía de pueblos anteriores a la es­critura. Por otra parte, frecuentemente se 11a ligado el origen de la es­critura a los procedimientos de memorización de valores numéricos (enta-.lladuras .regulares, cuerdas anudadas, etc.). Si, efectivarnen te, la Iinealiza­. CiÓ11 alfabética puede desde' su origen haber tenido relaciones con unosdispositivos de numeración, los cuales eran' forzosamente lineales, no su­cede en absoluto lo 1111sn10 lJara el simbolismo figurati,ro 111ás antiguo ..Razón que me lleva a, considerar la pictografía COI110 algo distinto a ·llnaforma de infancia de la escritura,

a la evolución de los territorios coordinadores de los gestos traducidos ensímbolos ·materializados gráficamente .. Esto explicaría el hecho ·de, quelos más antiguos grafismos conocidos sean la expresión desnuda de valores.rítrnicos. Sea lo que sea, el simbolismo 'gráfico se aprovecha, en relaciónal lenguaje fonético, de una cierta independencia: su contenido. expresaen las tres dimensiones del espacio lo qlle el lenguaje fonético' expresaen la única dimensión del tiempo. La conquista' de la escritura ha sido,precisamente la de hacer entrar, mediante el uso del dispositivo lineal, la 'expresión gráfica en la, subordinación completa a la, expresión fonética.A estas alturas, la ligazón del lenguaje a 'la expresión' gráfica es de coor-.dinación y. no de subordinación. la imagen posee entonces una libertaddimensional que faltará siempre a la escritura;' puede desencadenar el pro-ceso verbal que llega a la recitación de ~n mito, pero no está ligada a. ellay su contexto desaparece con el recitan te. Es lo que explica la riqueza ..de .expansión de los símbolos en los sistemas situados del lado de acá dela escritura lineal. Los más diversos autores, en ocasión de trabajos sobrela China primitiva, sobre Australia, sobre los indios de América del Norteo 'sobre ciertos pueblos de Af rica negra, han extraído las líneas de unpensamiento, mitológico donde el orden del mundo se integra en un sistema

:

. .. ,--, ,---------- -, - _, ._-_.....,,_

Page 97: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

195

Fig. 96. Japón. Exvoto. Des atunes(Katsu-o) son figurados para expre­

sar la idea de obtener (katsu)

• o

i. I

·i,

j.0oo

Fig. 95. Japón, Exvoto. Se ve el.gesto de aplaudir para atraer laatención de la divinidad antes de

formular el voto

.Fig. 94. Copa conmemorativa del' sacrificio de un oso.Aínos de Sakhalina. Ejecutadas en cada fiesta del oso, estas

copas servían de prontuarioy de testimonio

o.

o'

.i

.Fig. 93. Grabado rupestre protohistó­rico del Val Carnonica (1talia). El con-• •• 4Junto se aproxima a 'un pictograma porsu carácter narrativo (labrador segui­do de personajes provistos de azadasque recubren el grano sembrado), masno hay "hilo' como en una "suire"•

pictográfica

. .

ciervos los encuadran sobre 'los bordes, leones y rinocerontes se sitúan enla periferia. El mismo tema puede repetirse varias veces en la misma caver-.na: se vuelve a encontrar idéntico, a pesar 'de sus variantes, de' una 'cavernaa la otra. Se trata.. por consiguiente, de otra cosa que una representación'accidental de animales de caza de una cosa distinta. también a una "escri­tura", diferente también de unos' "cuadros". Más allá del ensamblaje sim-.bólico de las figuras, ha existido forzosamente un' contexto oral con lo cualel ensamblaje simbólico estaba coordinado y del 'cual reproduce en el espaciolos valores (Figuras 92 y 93). El mismo hecho es sensible cuando los aus­tralianos ejecutan sobre la arena las figllras en espirales, las cuales expresan

194 ..

1 •

Fig. 92. Grabado rupestre pro­tohistórico .del Val Camonica(1talia), figurando un ciervoacompanado de" símbolos enig­máticos. Como para la fi gu;a·precedente, . sólo el .conte~idooral podría apoyar el sentido'

de este grupo

de correspondencias simbólicas' de una riqueza extraordinaria. Entre ellos,varios han subrayado la existencia, en los pueblos observados, de ricossistemas de representación gráfica. En ninguno de ellos, salvo los chinos,cuyos documentos no pueden entenderse sino después del paso a la' escriturase' aprecia otra cosa que no sea unos grupos de 'figuras coordinadas en unsistema extraño a la organización lineal y por consiguiente, a las posibili­dades de una fonetización continua. De algún modo existe entre el conte­nid<? de las figura~ del arte paleolítico, el de las figuras de. los Dogon deAf rica o de las pInturas sobre cortezas de los australianos, en relación aldispositivo de notación lineal, la 111iS111a distancia qlle existe" entre el mitoy el relato histórico. Mitología y grafisl110 multidimensional son, l)or otraparte, normalmente coincidentes en las sociedades primitivas y' si )70 meatreviera a hacer uso del estricto contenido de las palabras, tendría la tenta­c~ón de equilibrar la "mito-logía", la cual es una construcción plutidimen­sional reposando sobre 10 verbal, con una "mitografía" que es' 'su estrictocorrespondiente manual . . .

El período más largo de la evolución del j)OJJJO saplen s se ha .desarro­llado con formas del pensamiento, que si bien se nos han tornado' extrañaspe~sisten s~b!'acentes en u~a parte importante de 11~lest!:"oscon1portal11ientos:Mientras \'1\'111105 en la practica .de un sello lenguaje, cu)ros. sonidos se iI1S­

criben en una escritura correspondiente, concebirnos con dificultad que seaposible un 1110do de expresión donde el pensamiento disponga gráficanlt11tede una organización en cierto modo irradiante. Uno' de los 11éC110S más lla­mativos ell el estudio del arte pale,olítico es la organización de las figurassobre las paredes de las' cavernas (fIgura 91). El número de especies anill1a-'les rcrresentadas es poco elevado y sus relaciones topográficas son 'constan­tes: bison te .y . caballo ocupan. el centro de los paneles, cabras monteses y

Page 98: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

"

,",I1.197

¡EL es bueno!ATUN

al netvrelal aceite

,,_-- -, -'

Fig. 99. Afiche pu·blicitario donde dife­rentes símbolos figu­rativos (mujer depescador" lata de con­serva, llave abrelatas)tejen una red conla representación del

pescado

simbólicamente el desarrollo del mito de la lagartija o de la hormiga demiel, o cuando ,'lo's Aínas materializan en una ,copa de 'madera esculpida 'el,.relato mitificado del sacrificio del oso (figura 94). "

Tal modo de representación está ligado casi por naturaleza al' simbo­lismo cósmico, Más adelante volveremos a considerar su evolución en elcapítulo XIII, a, propósito de," la hurnanización del tiempo y del' espacio.'Sabemos que resiste a la aparición de la escritura, sobre la cual' ha ejercido,una considerable .influencia en las ':civilizaciones donde la ideografía ha"prevalecido sobre la notación fonética (figuras 95 a 97). Vive todavía enlas ramas, del pensamiento nacidas al inicio de la, expresión escrita lineal,y tenemos ejemplos muy numerosos, en diferentes religiones, de organiza­ción espacial de figuras que. simbolizan un contexto mitológico en el sen­tido preciso de 'los etnólogos (figllra 98), Prevalece aún en las ciencias,donde la linealización de la escritura es una traba, y en la ecuación alge­braica; las fórmulas de la química orgánica encuentran con él el mediode roolp,er el constreñimiento unidimensional, en unas figtlras dondeJa fo­netización interviene solamente como un comentario y donde el ensamblajesimbólico "habla" por sí mismo, Resurge al fin en la expresión publici­taria que recurre a unos estados profundos, inf.ra\'erbales,' del comporta-miento intelectual (figura 99), '

Si, pues, el arte está íntimamente ligado a' la religión, es porque laexpresión gráfica restituye, al lenguaje la dimensión de 10 inexpresable, laposibilidad de multiplicar las dimensiones del hecho mediante unos simbo­los visuales instantáneamente accesibles. La ligazón .fundamental del arte yla religión es emocional, nlas no 10 es de una manera vaga; depende estre­chamente de la conquista de un modo de expresión que restituye la verda­dera situación del hombre en un cosmos en el cual él se inscribe comocentro y qtle no trata aún de perforar con el dardo de un razonamientodonde las letras hacen del pensamiento una línea penetrante, de largo alcan­ce, pero fino' como un hilo.

"

196 "

Fig. ,98. a) Polinesia. Tubai. Estatuilla figurando elmi ro de la creación de los dioses Y' de los hombres porel gran dios del Océano. b) Francia" siglo XVI. Co-

, rrespondencia del zodíaco y' de las partes del cuerpodel hombre, ' ' ,

b., a

•......... ' '

Fig. 97. japón. Exvoto. Depositado en el templo paracorregir a un borracho. El pulpo, que se torna' rojo al sercocido en la cerveza de arroz,' es el símbolo de la

• •mtemperancia

.... _' -- - _ .. -.

-~-..." r" ----. ~- ---- .....-_-~, ... '

-

Page 99: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

I,

199

I

JII

,!

ya un ideograma; de ello es posible darse cuenta pOlr 10 que sobrevivehasta nuestro pensamiento. actual: la 'ytIxtaposición de una cruz, de unalanza y de una caña portando una esponja, basta para desencadenar la ideade la Pasión del Cristo. La figllra es ajena a. toda notación oral fonetizada,en cambio está dotada de una extensibilidad ignorada por la escritura;.contiene todas. las posibilidades de exteriorización oral, desde .Ia palabra"Pasión" hasta los comentarios más vastos sobre la metafísica cristiana.Bajo esta forma, la ideografía es anterior a la pictografía y. el arte paleo-lítico en Sl~conjunto es ideográfico.. "

. Por otra parte, es fácil concebir un sistema que alinea tres trazos, y eldibujo de un buey, siete trazos y el de un saco' de grano. En este caso," Iafonetización es espontánea y la lectura ,propiamente inevitable. Es proba­blemente la única forma de pictografía que haya existido en el origen de

·1I: I

•recientes

Fig. 100. Jeroglíficos, egipcios de la IV (a) y la XXI (b) dinastías.Notar la linealización adelantada de los símbolos fonéticos más

b

.,;.~

... 1\1\

< >

.1

.~

n U--lUt=.::===:::3'4«. Q

C\

&;4:,

Io -::1I'??

~.,

No se conoce con certidumbre un sistema glráfico asimilable, inclusode lejos; a la escritura lineal, en otros pueblos que no sean agrícolas. Losejemplos clásicos de los esquimales o de .10s indios de las Ilanuras se rela­cionan a unos grupo~ que crearon una pictografía por contaminación con~?s .alfa~e~os;, En efecto, lo que distingue. fun~anléntal1nel1te la impresiónmitográfica es su estructura de dos dimensiones, la cual lo aleja del

17nguaje hablado ~~yaenli~si?n es . lineal. En cambio, las supervivencias delSIstema de figuración pluridimensional asegu!"an en numerosas escrituras noalfabéticas el armazón del primer sistema de anotación. Así aconteció conEgipto, China, los Mayas o los Aztecas. En estas "escrituras", uno seríaproclive a _suponer una salida pictográfica, en la cual los signos que repre­sentan objetos concretos, tal como un buey o un hombre caminando, sehabrían alineado para responder al l1i10 del lenguaje. Salvo para las enu-rneraciones ~ontables en la China protohistórica o sobre unas tablillas delCercano Oriente, de hecho no se conoce testigo pictográfico alguno fi cu­ra~do ;~ la raíz. de l~s escrituras y el ~~so se hace de gt;tpOS de figu~asmitográficas, sencillos grabados rupestres o adornos de objetos, a símboloslinealizados y ya profundamente relacionados· con la fonetización.

.La hipótesis pictográfica supone. una evolución a partir de cero, laidea inicial .de alinear imágenes para aplicarlas sobre un hilo verbal, Esasería una hipótesis. admisible si 110 hubiera existido anteriorrnen te ninsúnotro sist~ma simbólico, ~den1ás ~e que puede ser falsa si se aplica la r~gladel medio favorable y SI se admite un paso }T no un corte. La aparición dela escritura no se desprende de ningún hecho gráfico, tal como ·la agricul­tura sllrge sin intervención de estados anteriores. El sistema de las ,repre­'sentaciones organizadas, de símbolos míticos }r el de una contabilidad ele-111en tal, parecen conjugarse en 11n momento dado (figura 100), variablesegún las regiones del globo, para dar origen a los sistemas de escriturasumerios o chinos. primitivos, donde las imágenes tomadas del repertoriofigurati,ro ordinario sufren una simplificación intensa y se ordenan unasdetrás de otras. El procedimiento no asegura aún textos verdaderos, peropermit<: enumerar seres vivos y objetos. La simplificación de las figuras,determinada por el carácter poco monumental y provisorio de 105 documen­tos, ha sido el origen de su alejamiento progresivo del contexto evocadomaterialmente por ellas; de símbolos con implicaciones extensibles, se hanconvertido en signos, en verdaderos útiles al servicio de una memoria enla cual se introduce el rigor contable.

La constitución de actas contables o genealógicas escritos es .extraña. a~ 'dispositivo social primitivo y sólo, desde la consolidación de 105 orga-·n.Is~os agrí~olas urbanizados, la complejidad social se traduce en la apa·rieron de pIezas que dan fe ante los hombres o frente a los dioses. Si es~osib~e. concebir un~ contabilidad en la cual se alinean cifras y dibujos. simplificados de .animales o de .rnedidas de grano, es difícil concebir la.·l~nealiz~ción de signos pictográficos expresando acciones y ya no objetos,SIn la intervención del fenómeno fonético. El ~'mitograma", en efecto, es

LA ESCRITURA y LA LINEALIZACION DE LOS SIlv[BOLOS

, ,

198

Page 100: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

.!

,.'1,201

. :.

•J

..\,-...\ 12 ,

. ~."

.,¡

,'1,;I

"::

•I

-¡';

h·:.: ;

·l'¡¡

· ;

J - -- -d

r$1, ., .'

, "[,

· ,,

, I· .:

, .¡ !·1

ed

1· .'

a eb"

.1I

Fig. 103. Escritura chi-·na. a) Grafías 'arcaica ymoderna de una madejade fibras (pictografías).b) Ensamblaje de unamadeja y de la figuracióndel movimien to de la lan­zadera, en grafía arcaicay moderna, significa elorden, la sucesión (ideo­grafía); e) Ensamblaje dela madeja y de un signotcheu; el elemento picto­gráfico desempeña un pa­pel clasificatorio (idea .defibras), el, otro elementoes sencillamente fonético:tcheu, papel; d) Grafíaarcaica del techo: e) te­cho-mujer == paz; f) te­cho-fuego == desastre; g)

. techo-cerdo == dispositivodoméstico, familia; h) i)j) tien-k'i-teng, bombilloeléctrico. Tien: relámpa­go = lluvia-relámpago;k' i: vapor == nube-arroz;teng: lámpara = fuego-

subir-pedestal

, :

. t¡

¡

¡I.!I

LA ESCRITIJRA CHINA (figura 103)

El número de escrituras llegadas .a sistemas fonéticos completamenteelaborados es' muy restringido, a pesar de 'la variedad de las escriturasfonéticas conocidas. En efecto, las escrituras americanas murieron antes dehaber podido desarrollarse más allá de los primeros estadios. La escritura

: i: ;! ¡

.,

I,I1

la escritura. Apenas nacida, no pudo más que confluir' inmediatamente conel .sistema ideográfico preexistente. Esta confluencia espontánea explicaría.el hecho de que las más antiguas escrituras del Mediterráneo, del ExtremoOriente o de América, se inicien a la vez por unas notaciones numéricaso de calendario y por la de nombres de divinidades o de grandes persona·jes, bajo la forma de. figuras reunidas. en pequeños gruPQs, a la rrianer~de mitogramas sucesivos. Las escrituras egipcias, chinas y aztecas son co­nocidas como unas hileras' de mitogramas fonetizados y no bajo la formade pictogramas alineados (figtlras 100 a 102). La mayor parte de los au-. tares recientes han percibido muy~ bien la. dificultad de la etapa picto­gráfica para conducir. a la escritura fonetizada, pero. no. parecen haber per­cibido el vínculo qtle existe 'entre el ffitly viejo 'sistema de flotación mito­gráfica qu~ implica. una ideografía fue.ra de las dimensiones orales y unaescritura que parece fonetizarse a partir de números y cantidades.

r

200

~ig .. 102. .Manuscrito figurando el in'icio de la emigración de los ··Aztecas. De r"aizquierda a la dere~ha, ,1) Aztlan sentado en una isla, unos jeroglíficos figuransu r:ombre y' las sers tribus. 2) la travesía de los ·Aztecas. 3) .La fecha en un'rectangulo. ~) La. marcha fi.gurada por' huellas de pies Ileva a la ciudad de~lhu~~an, figurada por su Jeroglífico. 5) Otras ocho tribus figuradas por eljeroglífico y ..un. hombre que. habla .. Esta inscripción es una continuación de.mirogramas parcIalmente fonetizados, ligados entre sí por una trama pictográfica

Fig. 10l. Manuscrito maya. Fragmento de una figuración delas ceremonias del comienzo y del fin de un año. Los signosnuméricos alineados y las figuras rriitográficas están integrados

en la misma composición

Page 101: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

203

¡

Ii

I ,1I

!

Fig. 104. Escritura japonesa. a) Dos ·caractereschinos: song.chan, montaña de pinos; b) Lecturajaponesa: matsu-yan1a e~presada en caracteres si­lábicos; e) Fragmento de un texto teatral conl~portando unos caracteres chinos unidos por uncemento sintáctico en caracteres silábicos cursi­vos y anotados por unos elementos fonéticos

i I: !

i., ,..

eb. a

! I1,t

i !I iI

1.:I

i.

II •:,

1:!¡'.

:~

lineales. Transcribir en letras Izgall (la paz) y kiá (la familia) correspondeal enunciado de conceptos reducidos a' 511 esqueleto. Dar .la· idea .de pazsituando' a una mujer bajo un techo abre una perspectiva propiamente"mítográfica' porque esto no corresponde ni a la transcripción. de un so­nido, ni a .la representación pictográf-ica de un acto o de. una cualidad,.'sino al ensamblaje de dos imágenes qlle entran en juego con toda laprofundidad de su contexto étnico, El hecho es aún más. sensible cuando ..mo ve el ensamblaje del techo y del cerdo configurar la familia, .en 11n

escorzo donde toda la escructura tecnoeconómica del grupo' familiar de laChina arcaica apa.rece en transfondo. . '.

Se podría pensar. qlle en definitiva poca cosa distingue tal escriturade la pictografía, si se entiende por pictografía la sucesión de dibujosconfigurando acciones u objetos fuera de todo fonetismo. La. escritura'china se aproximaría a ello en apariencia por su princi pío según el cual

. 'una mitad del carácter es "pictográfico", la otra fonética, mas eso seríarestringir" abusivamente el sentido de dichos caracteres, viendo· solamenteen los ·caracteres chinos un indicativo de categoría (radical) adjunto a unapartícula fonética. Basta tomar un ejemplo actual, como el de la "lámparaeléctrica", para apercibirse de la flexibilidad que conservan estas irnáge­nes (Figura 103). Para quien habla, Tien-E 'i-tellg no quiere decir nadamás que "lámpara eléctrica". La. aposición de .los tres caracteres "relám­pago-vapor-llIminari,l" revela para el lector atento todo un mundo de sím­bolos qlle aureolan la imagen trivial de 'la lámpara eléctrica: el relámpagosaliendo de una nube' de lluvia para el primer carácter, el vapor subiendoencima de la olla de arroz para .el segundo carácter, el fuego y un reci­piente' o el fuego y la acción de subir para el tercero. Imágenes parásitas,sin duda, y susceptibles de dar al pensamiento un andar difuso, sin relacióncon el objeto mismo de la anotación, sin interés incluso cuando se tratade LIn objeto moderno; pero un ejemplo tan banal es propio para hacer

del illd~o 110 dejó descend'en~ia conocida. Una vez creado el bloque delas. ~scrlturas del Cercano Oriente, no hubo más razón, salvo casos ex­cepcionales, para == creaCi?11eS y las lenguas eurasiáticas pasaron direc­tarnente a las escrituras de sílabas, de consonantes o de alfabetos. En losdos polos de las ci\rili~aciones ~11tigll~S,.110 queda.n más qu~ Egipto y Chinapara d~sarrollar los sl~tenlas ideográficos fonetízados. Egipto ha perdidoprogreslva~lellte, a p~rtlr del siglo yII antes de nuestra era, una gran partede su arcaisrno y China ha mantenido hasta nuestros días el único sistemaque haya conservado más de una dimensión en los símbolos zráficos.

, .El sistema chi~o combina los. dos aspectos opuestos de la. notacióngráfica. Es una escritura en el sentido que cada carácter contiene los ele­rnentos de su fonetismo y oCLlI,a linealmente, ell relación con los otroscaracteres, ?na p~s!ción que permite leer oralmente frases. Sin embargo,la referencia fonética de la palabra es un retruécano, es decir un ideo-. , 'granl~, que no sirve mas que para representar un sonido, etapa conocidatall1b!~11 por las lenguas con letras. Con rn is sutileza, COI110 útil fonético,el chIn? cor,r~sponde .aproxill1adal11el1te al estadio del retruécano gráficoo del jeroglífico mediante el cual se lee "soldado' con los siaI10S "sol­d.ado". Por imperfecto que sea este útil, gracias a la l11U!tiplicacfón de losSIgnos ha asegurado en realidad t1lla satisfactoria anotación del idioma,Pero, es ~ecesario obsen~ar que sOlanle?te Ia tradició.n oral puede asegurarla pe.r:nnldad del fonetismo y qlIe, SIn ella, los caracteres chinos serían?e.flnltl\ran1eIlte impronunciables, incluso' si se poseyere _la impresión delidioma hablado. Sea 10 q1le f1les~, la escri rura chilla, en SLl.papel fonético,responde .a 1~ regla de una ~scrltura, puesto qlle ella graba sonidos CU)'Oorden reconstituye la elocuencia del lenguaje.: El ~hill0 es considerado, (ie.sde el punto de vista Iingülstico, conlO

u,na escritura de palabras, cada slgno representando no una letra, sino elSlg1?~ ;d~ una palabra. La situación es ambigua, pues la palabra china depolls1lab~ca que era se ha transformado en monosilábica en el transcursode los SIglos, d~ ]0 ~al resulta: 1Q) ,Qlle !a ,~:c:itllra Ji teraria es práctica­mente una continuación ,de palabras-sllabas dif ícilmente comprensibles S1l1

la a)ruda. d~ la lectura visual o mental de los SigIlOS correspondientes 2~)Que el, idioma hablado que acopla las monosílabas ha. reconstituido nu­rnerosas disíl~bas. ~ trisílabas que hacen que la anotación escrita del idiomaha?lado terlTIlne. siendo una es~ritura sil,á,bica. Bajo estos dos aspectos, elchino muestra bien q1le la escntura 11aClO del complemento de dos siste­n:~s: el de los "mitograrnas' y el de la line~Jización fonética. La adapta­Clan, un poco forzada, y muchas veces laboriosa, del chino al fonetismo,y el. hecho d~ que,' flnallllellte,-. responde relativamente bien a ello, hanpreservado bajo una forma particular 'la anotación mitoaráfica y no sim-plemente el recuerdo de un estado "pictográfico" . b .'

En efecto, las más antiguas inscrilJciones chinas (de los siglos XI-XIIantes de nuest:~ era) se ln1Ies~ran, (Olno las p~i?leraS inscr~pciones eg-ipcjas

. y conlo. los gllfos aztecas, baJo la forIlla de fIguras reunIdas por grllpos'. ca~acterlzando el ..objeto o la acción bajo un halo que desborda nluy aln~

.. pllanlente el sentIdo estrecho que han tomado las palabras ell las escrituras

_.------_.~--_._-_._-_._--

202

Page 102: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

..'

· . ~. .,'"..

205

¡¡ .· ,

;, .

, .

· ,· ,

; ¡~

E·•

sabiduría

.,HI. i•

eHI

"-_ t ,

,'iII,';

TOKU obtienen.

•rrusme sJI ellas

las bestias

.., ..., ,

: ; .,, ."

i· 1I, "

auditiva ) y su. anotación (hormigueo de imágenes) una relación' muy ricaen símbolos, la cual da a la poesía y' a la, caligrafía poética chinas unasposibilidades extraordinarias:. el ritmo de las palabras. es balanceado porel de los trazos, sobre imágenes de relaciones complejas donde todas laspartes de cada carácter y los caracteres de uno. al otro centellean de a111-sienes sobre las palabras. .

Los dos aspectos ideográfico y' fonético de la escritura china son atal punto, a la vez complementarios y extraños 'el uno frente al otro qllecada uno ha dado nacimiento, fuera de China, a sistemas de anotacióndiferentes. El préstamc hecho por el japonés a la escritura china es di­fícil de definir en unos términos que resulten comprensibles a un. espíritueuropeo· (figuras 104 Y 105). Los dos idiomas están mucho más alejadosel uno 'del otro qlle el latín y el árabe, y la escritura china estaría con eljaponés en la misma relación casi como si uno se esforzara en escribir elfrancés pegando en hilera estampillas de co.rreos,· cuya imagen principal'se emparentara aproximadamente con el sentido de las palabras por trans­cribi r: todo el sistema granlatical escapa al mismo tiempo qlle toda im­presión fonética. El préstamo de los caracteres se hizo, pues, sobre unplano estrictamente ideográfico, el fonetismo japonés apegándose a signosvaciados de sus sonidos chinos; exactamente como el sigr-i"o3 es legible encada idioma con un fonema diferente, Aquí; el 'empréstito no es de. diezsignos, como pa:a· nuestras eif ras, sino de millares de signos, los cualesen definitiva dejan la materia sonora del idioma fuera de la escritura.La materia ideológica misma, está limitada a los conceptos, .fuera de. todaflexión gramatical de' la cual nada se responsabiliza. Para compensar estacarencia, el· japonés. tomó del chino, en el siglo' VIII de' nuestra era, 48caracteres. utilizados sólo en valor fonético y, con. ellos, ha forjado unrepertorio de notación silábica que se ha insinuado entre los ideogramas,de suerte que si el chino, en un dispositivo con elementos pluridimensionales, ha introducido en cada grupo de figuras formando 11n carácter conrepresentación fonética, el japonés ha despojado .los' caracteres de colorfonético para adaptar posteriormente a cada carácter unos signos fonéticosdistintos.

El sistema chino' y el sistema japonés son juzgados poco "prácticos",inadecuados al objeto propuesto qlle es la traducción gráfica del lenguajeoral. En realidad tal juicio es valedero solamente en la medida' en que ellenguaje escrito está destinado a traducir económicamente unas anotacionespobres, pero precisas, alYo ajuste lineal asegura la eficacia. El lenguajede las técnicas y de la ciencia corresponden a tales características y losdos alfabetos resultan sat.isfactorios. Me parece qlle no debemos perderde vista los otros procedimientos de expresión del pensamiento, en par­ticular Jos que traducen la flexibilidad de las imágenes,. el halo de lasasociaciones, todo 10 que gravita alrededor del plInto central de 11n. con­cepto de representaciones complementarias u opuestas. La escritura chinarepresenta 11n estado de equilibrio único en la historia humana, el deuna escritura qlle ha permitido (a pesar de todo) traducir bastante fiel ..

..

-r!liI!.I

-_. __ ... -.. " - _._-- ...

CHIKU

SHO

204

D

. ,'.

Fig. 105. Fragmento de..un texto popular budista comportando:'a) La anotación fonética japonesa: chíku-sho (las bestias), ji

. (ellas mismas), toku (obtienen), dai (la grande), chi-e (sabidu­ría) .. b) Los siete caracteres chinos correspondiendo al textofonetizado. e) El dibujo. de un animal (sho),· de un. edredón. (toku), de una bandeja (dai), de unos senos (chi), de una casa

(e) restituyendo aproximadamente el texto

~~

~ DAI lo gran

sentir en qué ha podido consistir un pensamiento ligado a la evocaciónde esquerllas rnultidimensionales difusos, en oposición al sistema q':le haencerrado progresivamente los idiomas en el fonetismo lineal,

.Es interesante anotar que el confluyente, en el idioma chino, de laanotación ideográfica y de la anotación fonética mediante ideogramas va­

. ciados de sentido, ha profundizado, en cierto modo desviándola, la' ano­tación rnitográfica; JIa creado entre el sonido anotado (materia poética

Page 103: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

207

:1

l'li,

I,!.,.,

. .I· ¡:':"¡,l').:}".:

· :.!;j:¡

. ¡I· ,

;..,

· ,: ¡,

El paso del pensamiento mitológico. al pensamiento racional se hizoa través de un deslizamiento mlly· progresivo y en un sincronismo C0111-pleto con la evolución del agrllpanliento urbano y. de la metalurzia. Se'puede situar hacia. 3500 antes de nuestra era (2500 años después de laaparición ~e las primeras aldeas) los primeros gérmenes mesopotámicosde la escrrtura . Dos mil años más tarde, hacia 1500 antes de nuestra.era, los primeros alfabetos con vocales se instalaron en Grecia. En 350,la filosofía griega está en pleno allge. .

. Sobre la organización del pensamiento primitivo se poseen testimoniosdifíciles de interpretar, sea. porque se trata de explotar unos documentospre~istóricos mll}· f rag~en tarios, sea porqlle. los documentos sobre el pen·sarruento de los australianos o de. los bosquimanos nos llegan D111}rfilt.ra­dos por unos etnólogos que no hicieron siempre su propio análisis. loqlIe se sabe de ello está en favor de un proceso donde la oposición entrelos valores se ordena en una lógica de. participación que ha hecho consi-. derar en u.o monl~nt? el razonamiento de los primitivos como "prelógico".El pensamiento prirmtrvo parec.e moverse en 1In tiempo y un espacio cons­tantemente sometidos a discusión (ver capítulo XIII). La coordinaciónlibre entre el lenguaje verbal y las figuraciones gráficas es ciertamente unad~ las fuentes de este pensamiento clIya organización espacio-temporal esdiferente de la nuestra e implica una continuidad permanente entre elslljeto pensante y el medio sobre el Cllal se ejerce su pensamiento.

. La disc;:ontinllidad aparece con la fijación. agrícola y las primerasescrltur.as.· El flUldamento reposa sobre la creación de tIna imagen cósmicaCllyO eje es la cilIdad. El pensamiento de los plleblcs agricultores se· or~ganiza a la vez en la~ dinlensiones deJ tiempo y del espacio a p·artir delln plInto de referencIa: oJnphcllos alrededor del cual gravita el cielo y

LA C01-IPRESION DEL PENSA~flENTO

de transporte de alimentos que su mano, aún comprometida en el carni­nar, .no puede efectuar. En los antrópidos primitivos, la mano y la carase divorcian en cierta medida, concurriendo la 'una gracias al útil y la gesticulación, la otra por la fonación, a !a búsqueda de un equilibrio nuevo ..Cuando la figuración gráfica aparece, el paralelismo está restablecido; la ..mano posee su lenguaje, Cllya expresión se relaciona. con la visión; la cara'posee el suyo ligado a la audición. Entre ambos, flota e! halo qlle confiereun carácter propio al pensarnien to anterior a la escritura justamente dicha:el gesto interpreta la palabra, ésta comenta el g.~afismo.

.En el estadio del grafismo lineal qlle caracteriza la escritura, la re­lación entre los dos campos evoluciona de nuevo: fonetizado y lineal enel espacio, el lenguaje escrito se subordina completamente al lenguaje. verbal, fonético y. lineal en el. tiempo .. El dual ismo verbo-gráfico desaparece.y el hombre dispone de un aparato lingüístico único, instrumento deexpresión y de conservación de un pensamiento, el mismo cada vez máscanalizado en el razonamiento.

... __ .. ,-- ,. ... .

206

EL GRAFISlVfO LINEAL

Es inútil hacer un largo estudio histórico de las escrituras lineales.A partir de las escrituras sumero-acadias, las cuales desde antes de 3000estaban cOlnpuestas de un gran número de ideogramas en curso de e\TO~lución hacia la transcripción fonética, se llega a las escrituras de censo­nantes, de las cuales el fenicio da el. más viejo ejemplo hacia 1200años antes de nuestra era, y luego al alfabeto g.riego del siglo VIII antesde Cristo. Esta evolución continua hace atravesar todas las etapas posiblesdesde la representación realista de un obj eto para traducir la palabra que.se le aplica, hasta la misma representación para transcribir en otras pa- .l~bra.s el sonido equivalente según el sistema del jeroglífico, y la simpli- .Ficación que hace irreconocible el objeto convirtiéndolo en Ul1 símbolo es­trictarnente fonético, comprendiendo el ensamblaje de símbolos distintospara. transcribir 10s sonidos asociando las letras. Esta evolución ha sidodescrita muchas veces e hizo con justicia la gloria. de .las urandes civili-

. . bzaciones, puesto ql.le 1JUSOen. sus l11al10S el instrumento de su ascensión.

En efecto, existe un vínculo inmediato entre la evolución tecnoeco­nómica del bloque de las civilizaciones mediterráneas )' euro!Jeas· y el útilgráfico qlle perfeccionaron, Anteriormente hemos visto que el papel dela mano, como medio de creación del útil, equilibraba el papel de losórganos faciales; medios de .creación del lenguaje verbal: 11elTIOS visto tarn- .bién que en cierto 1110111ellto, 110CO anterior a ·la; aparición del IJ.01J10 JtlPiéJ1S,

la mano inauguraba su papel en la creación de un 1110do de expresión. gráfico equilibrando el lel1guaje verbal, La mano se transformaba así eI1

creadora de imágenes, de símbolos no directamente dependientes del desarro­llo del !:ehgllaje \'erbal,. pero realmente paralelas. Es tI1 esta etapa cuandose constrtuye un lellgl1l)e qlle )'0 he llamado, a falta de algo mejor, "mi­tográfico", porque la naturaleza de· las asociaciones mentales suscitadas por·é!; es de un orden paralelo ~1 del .n1ito verbal, extraño a 1..1Ila especificaciónr1gurosa de las coordenadas espacio-temporales, La escritura, en su primerestadio, conserva una amplia parte de esta. visión pluridimensional; si sueapta para suscitar .imágenes mentales no imprecisas, aUl1que si .nil11badasy susceptibles de dirigirse en varias direcciones divergentes, Si la evoluciónanatómica del hombre 11a cedido el, paso a la evolución de los medios

. técnicos, la evolución global de la humanidad no pierde nada de su co·11er~ncja. El hombre de Cro-Magnon poseía un cerebro, que tal \7ez equi­,ralla al nuestro (en todo caso nada .prueba lo .contrario), pero distabade e~t~r ell cap.acídad, ,de expresarse en ·la n1isl11a l11edida de su aparatoneuronlCO .. ~a e\7olucl?o es ante, .to~o la .de los "me·dios de expresiól1.Entre los primates, eX1ste un eqlllllbrlo coherente et1tre las acciones de lanlano y las de la· cara y el Inano usa mara.\Tillosan1eI1te de este equilibriohasta el punto .de hacer desen1peñar a sus mej iIlas· el papel de irlstrun1ento

mente las matemáticas o la biología sin perder la posibilidad de recurriral más antiguo sistema de expresión gráfi(a, yuxtaposición de símbolosque crean 110 unas frases, sino unos grupos de imágenes significativas.

Page 104: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

, í

, ,

, .209

". ',

,: ;,,,

, ,

--­.,':, -,',i

'i.:¡,:1','¡I

. '!

;

1

;,

.'11:'1'qi"¡¡

:,1", I

¡ ,: '

"l'"

r-"

I,

i:•,.

'1"

]\fAS ALtA DE LA ESCRITURA: LO AüDIOVISUAL

La' escritura alfabética reserva al, pensamiento cierto nivel de simbo~'lisrno personal. En efecto, en el escrito la visión, conduce a una' recons­trucción del sonido qlle sigue siendo individual y, en un illargen estrecholJero segtlrO, a una interpretación personal de la materia fonética. Más aún, ...las imágenes desencadenadas por la lectura aparecen. corno una propiedad,de riqueza variable, de la imaginación del lector. Cambiando de plano,reemplazando los símbolos ideográficos por letras, el alfabeto no suprime,todas las posibilidades de recreación. En otras palabras, si la escrituraalfabética responde a las necesidades de la memoria' social (ver -capítuloVII), conserva al individuo el beneficio del esfuerzo de interpretación exi-

. gido por ella. ,, Puede preguntarse si en la época presente la escritura no está ya

condenada, pese a la importancia creciente de la: materia impresa. Laimpresión sonora, el cinema }' la televisión intervinieron en medio sigloen la prolongación de la trayectoria qlle se origina antes del Auriñaciense.De los toros y caballos de LaSCJlIX a los signos rnesopotárnicos y' al alfabetogriego, los símbolos' figllfados. pasan del mitograrna al ideograma, del ideo­granla a la letra y la civilización material se ap,oya sobre unos símbolosen los cuales el jllego entre la cadena de conceptos emitidos y su resti­tucióu se hace cada vez más estrecho. la impresión del pensamiento ySLl restitución mecánica restringen. aún ese intervalo y uno se debe pre·gllntar cuáles son las consecuencias acarreadas por tal restricción. De unamanera bastante curiosa, la impresión mecánica de las imágenes ha seguido,en, menos de lln siglo, 1,1 misma trayectoria qlle recorrió la impresión dela palabra en varios milenios. Son, en efecto, las imágenes, visuales,' dedos dimensiones, las qlle glracias a la fotogrnfía, conocen primero la re­producción automática. Luego, como con la escritura, la palabra conoce,con el fonógrafo, Sll fijación mecánica. Hasta este punto,' los mecanismosde asimilación mental no sufren ninguna distorsión: puramente estática yvisual, 1,1 fotografía deja la interpretación tan libre como lo era en elPaleolítico frente a los bisontes de Altamira. El fonógrafo 'por su parteimpone una sujeción auditiva sobre la qtle viene a tlrdirse, una visiónmental libre y personal. .

El cinema mudo no modificó sensiblemente las condiciones tradicio­nales. La banda muda se apoyaba sobre unos ideogramas sonoros, vagos,dados por 11n acompañamiento musical qlle preservaba el juego entre laimagen impuesta y el individuo, las condiciones se modificaron profun-'damente con el cinema sonoro y la televisión, los cuales movilízan .a unmismo tiempo, la visión del movimiento y la audición; es decir, qtlearrastran la participación pasiva de todo el campo de 'pe,rcepción. El mar­gen de interpretación individual se encuentra excesivamente reducido, pues­to qlle el símbolo y. su contenido se confunden en un realismo qlle tiendehacia la perfección y puesto que, 'por otra parte, la situación real asírecreada dej a al espectador fuera de toda, posibilidad de intervención ac­tiva. Se trata, pues, de una situación 'diferente a, la vez: de la de un nean-

-- ----,-- ,,,,_, " ... -" .. ,_ .. -

.. ..... .208

, ,~'.

- ,del cual se ordenan las distancias. El pensamiento de la antigüedad preal-fabética es radiante corno el cuerpo del erizo o de la estrella de' mar,Comienza apena-s' a adquirir la locomoción .rectilínea en' 'las escriturasarcaicas, cuyos medios de expresión quedan, sal\ro' para la contabilidad,aún nluy difusos. El encarcelamiento del mundo en la red de los sím­bolos "exactos' se encuentra solamente esbozado y el pensamiento al­canza en el Mediterráneo y en la China del primer milenio antes¡ de nuestraera el punto culminante de .riqueza en el manejo del pensamiento mito­lógico. 'Para entonces, el mundo es una bóveda celeste unida a la Tierrapo'r, una red de correspondencias ilimitadas, edad de oro de un conocí­miento precientífico que ha dejado un corno recuerdo nostálgico hastaen los tiempos actuales.,

El movimiento determinado por la sedentarización agrícola concurre,.corno helTIOS visto, .a un dominio cada vez 111ás , estrecho del individuosobre el mundo material. 'Este triunfo progresivo del útil es inseparabledel lenguaje. En realidad no se trata más que de un fenómeno único,al mismo título que técnica y sociedad no son más qlle un asunto idéntico.Efectivamente, el lenguaje se encuentra en el mismo plano ,qlle las téc­nicas a partir del ,momento cuando la escritura no es más que un mediopara consignar fonéticamente el desarrollo del razonamiento y su eficaciatécnica está en proporción con la eliminación del halo. de imágenes aso­ciadas qlle caracteriza las formas arcaicas de la escritura.

Es, pues, hacia una compresión de las imágenes, hacia una rigurosalinealización . de los símbolos hacia donde tiende .la escritura. Armado delalfabeto, el pensamiento clá-sico y moderno posee algo más que un medio})ara memorizar 'la cuenta exacta de sus adquisiciones progresivas en losdiferentes dominios de su actividad. Dispone de un útil gracias al cualel símbolo pensado' sufre la misma anotación en la palabra y en el gesto.Esta unificación del proceso expresivo acarrea la subordinación del gra­fismo al, lenguaje sonoro; reduce el .desperdicio de símbolos ,qlle, carac­teriza aún a la escri tura china y corresponde al l11is1110 proceso seguidopor ,las técnicas en el curso de su evolución, '

, .Corresponde ,it,rualmente a un ernprobrecirniento de los' medios deexpresión, irracional. Si -se considera que la vía seguida hasta, ahora porla humanidad ofrece aún un favorable .porvenir, es decir, si se, otorga unaconfianza total, con todas sus consecuencias, a la fijación agrícola, estapérdida del pensamiento simbólico rnultidimensional no se debe considerarcorno otra cosa que, el,' mejoramiento de la carrera -de los' Equidos cuandosus' tres dedos se redujeron a uno solo. Si, en cambio, se estima q,ue, el

'110mbre realizaría' su plenitud en un equilibrio donde guardaría contactocon' la totalidad de 10 real, puede uno preguntarse si. lo óptimo no haquedado rá pidarnente .atrás a partir" del momento cuando el, utili tarisrnotécnico encuentra en una escritura completamente canalizada el medio deun 'desarrollo ilimitado ..

----------- ,_ -- "-_ .._'----~~~-------~-...._

Page 105: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,1

1! ." ,o

211

.o!

"

¡"¡-

"í:

!'.¡¡II

l'¡:'.

it­oj'

, '

extraordinario ver el mismo superhombre' muy,. bello y muy' fu~rte, ",l.amisma mujer muy fatal, y el mismo', c~loso rilas o menos ~Stllpldo, [1-gllrar en medio de los Sioux y de los bIsontes,. en: plena ref~lega 'durantela Guerra de Cien Años, a bordo del barco-pirata, en el estruendo delbólido lanzado en persecución de los gángsters o. entre dos planet~s ;n un'cohete cósmico, La repetición incansable ~del mlSffi? a.c~rvo' de' l~age?~scorresponde a la pequeña' fisura que deja en los. lr:dIVlduos el e}erCICl?,de sentimientos qtle gra"'itan alrededor de la agreSIvIdad o de la se.xllall­dad. No hay duda de que las tiras ~ibllj adas tradllc,e~, mucho meror ,laacción que las viejas imágenes de EpInal,', En ;~stas ultln:~s" el pllne~azoera 11n símbolo inacabado; el gancho del ~llpern1an a, la quijada del tral~olrno deja nada por agregar a la precisión tra:lmáti~a; todo se torna enrealidad absolutamente desnuda, qlle es absorbida SIn esfuerzo por el ce-rebro titubeante.

En esta primera parte el len allaJ-e ha sido considerado sobre el mis-'b ; . 1

roo plano qlle la técnica, en una incidencia p~~a~en~e. ~ractlca, como eresultado del hecho biológico, humano. El equilibrio InICIal entre los" dospolos del c,ampo de relación liga la ev.olllción del h0t?bre a la de ,todoslos animales qlle compartan SllS operacIones .e.~tre .el J~~go de la cara ..,yel de los miembros anteriores; pero tIne también, ln1plJCltame.~te, la exrs-tencia del lenguaje }' la de las técnicas manuales., L~ evolución cerebral,tal corno se puede reconstruir razo~ablel11e11te, permlte ~~; cuent~, par¡llas técnicas nuevas, del vínculo existente entre la pos1clon vertical, .laliberación de la mano y el despliegue de áreas cerebrales qlle son 1,1 con­dición del ejercicio' de las posibilidades 'físicas para el desarrollo d~' un~actividad 'hllmana. La intimidad, al nivel cerebral, de las dos manlfesta-'cienes de la inteli sencia humana es tal qlle, pese, a la ausencia de t~sti­monios fósiles, est~mos obligados a admitir desde, el origen, la realidad'de un lenguaje diferente en. naturaleza de~ d~ los anim~les, r:acido ?e. lareflexión entre los dos espejos del gesto técnico y del Slffi?ollSmO fónico.Esta hipótesis, 'para los hoo:bres anteriores al h01710 .Saftel1S, desde loslejanos .australantropos, adquiere el valor de. ,una .certidurnbre ~~ando seconstata luego el sincronismo estrecho qlle existe entre la; evolución de lastécnicas y la del lenguaje; más aún cuando se ve, a s= punto sobre elplano mismo de ,la ~xpresión del pensamiento, la mano y la voz quedanestrechamente solidarias, - , ' ,

En efecto mientras el desarrollo de las técnicas· materiales se aceleraprodigiosament'e ,con el hOtJ10 supiens, el arte del Paleolítico ~uestra c?n­jllntamente qlle el pensami.ento alcanza 1.1n,g~ado; de abstracclon qlle .lm­plica lIn estado correspondrente al del leng~laJe. Desde ~?tonces, la flgll·ración gráfica '0 plástica aparece como mediO de expresl0n de un p~n~a­miento sinlbolizante de tipo mítico, caracteriza,do por un soporte graflcollnido al lengllaje verbal, pero indep'eridiente de la an?tación fonética.Si las lengllas del Paleolítico reciente no h~n d~jado f~slles, la mano ~elos qtle las hablaban ha dejado lInos testImonIOS testIgos evocando SInambigüedad un' estado cor.respondiente de las actividades simbólicas, in-

. ----:--. --,.- ._-_., ,..-

210

," .

, -derthalense, puesto que la' situación es totalmente sufrida, Y"de la de un".Iector, puesto que es totalmente vivida, en visión corno en audición. Bajoeste doble aspecto, las técnicas audiovisuales se presentan realmente COI110

un estado nuevo en la evolución humana, y un estado que alcanza direc-tamente lo más propio del hombre: el pensamiento reflexionado. :',

"Desde el punto de vista social, 10 audiovisual corresponde a una ad­quisición indiscutible, puesto que permite una información precisa y actúasobre la masa amorfa por vías qlle inmovilizan todos sus medios de inter­pretación. En esto, el lenguaje sigue la evolución general del superorga·'nismo colectivo y corresponde al acondicionamiento cada vez 'más perfectode las células individuales. Sobre el plano individual ¿l)uede pensarse enun verdadero regreso a los estadios anteriores a la figuración? Es ciertoque la escritura constituye una adaptación extraordinariamente eficaz delcomportamiento audiovisual, qtle es el modo fundamental de la percep­ción en el hombre, pero es también un desvío considerable. ,La situaciónque tiende a establecerse, representaría, plles, un perfeccionamiento, puestoque economizaría el esfuerzo de "imaginación' (en el sentido etimológi­ca). Pero la imaginación es la propiedad fundamental de la inteligenciay una sociedad donde la propiedad de forjar símbolos se debilitase, per­dería conjuntamente su propiedad de actuar. Resulta de ello, en el mundoactual, un cierto desequilibrio individual o .más exactamente, la tendenciahacia el mismo fenómeno qlle ,marca el artesanado: la pérdida del ejer- "cicio de 'la imaginación en las cadenas operatorias vitales,

El lenguaje' audiovisual tiende _a 'concentrar la elaboración total delas imágenes en los cerebros ,de una minoría de especialistas, los cualesaportan a los individuos una materia totalmente figurada. El creador dein1ágenes, pintor, poeta' o narrador técnico, ha constituido siempre, hasta.en 'el Paleolítico,' una excepción social, }lerO' su obra quedaba inacabada,, pórque 'solicitaba la, interpretación personal, a cualquier nivel que, pudiesesituarse el uso de la imagen. Actualmente, la separación, altamente apro­vechable en el plano colectivo, está en vías de realización entre una pe-

, queña 'élite, órgano de digestión intelectual, y las masas, órganos de puray simple asimilación, Esta evolución no 'afecta, solamente 10 individual, queno es más que. el término de un proceso general tocando al con junto delgráfico. La fotografía, al comienzo, no aportó, modificaciones en la per­cepción intelectual de las imágenes. Como toda innovación, tornó ,apo}'osobre lo que preexistía; los primeros' automó,Tiles han sido faetones sincaballos y l,as primeras fotografías retratos )r lTIo\,,imientos sin' colores.. Elprocesó de npredigestión" toma cllerpo solanlente a partir de' la difusióndel cin~ma, que modifica completamente la concepción, de la fotografía ydel dibujo en' un' sentido' propiamente pictográfico. El ((flash" deporti\10y el dibujo' animado' responden) con el t tdigest", a la, separación en,' elcúerpo social entre el creador y el 'consunlidor de imágenes. ,

No es en los temas donde hay en1pobrecimiento, sino en,' la desapari­ción de las variantes in1aginati'7as personaJe's. los temas de literatura po­pular (o sabias) han sido' siempre de número, muy lim~tado; no es pues,

--------~-~-----~---

Page 106: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

: I

, ,1,¡,i

,i"o,

";,

, -

,,"

,,ij:

l;

, ¡:,,', ,

"

,¡,¡

. .;

: :1;'. ". i'

i- I, I':. . li., :1

",1. i.I, ,j

1:Ii", I~:'!:, :i'1

"'11,1,"

. ¡

, '

,, .J

" '

'MEMORIA Y TECNICA

SEGUNDA PARTE

LA MEM'ORIA y, LOS RITMOS

---,-,,---- _",--, -..... . ..., - - ".. ..

212" '

concebibles sin lenguaje y unas actividades técnicas impensables sin unafi j ación intelectual verbalizada.

De etapa en etapa; el paralelismo continúa y cuando la sedentariza­ción agraria desencadena la puesta en funcionamiento de un dispositivosocial jerarquizado y especializado, las téCllICRS, tal COI110 el lellguaje, ad­quieren impulsos sincrónicos, Si la disposición topográfica del córtex ce­rebral de los antrópidos primitivos llevaba COI110 consecuencia el desarrollocon junto de lo' material y de 10 verbal, la estructuración topográfica delsuperorganismo urbano traduce la l111S1na contigüidad. Mientras que elsistema económico se resuelve en el capitalismo de los cereales, y la me- ,talurgia, con juntamente se produce también en las ciencias y en la escri­tura. Al D1isOl0 tiempo que en el casco de la ciudad las técnicas marcanla salida hacia el mundo actual y que el espacio y el tiempo se organizanen una red geonlétrica que captura de un golpe el cielo y la tierra, elpensamiento racionalizante se impone sobre el pensamiento critico. Linealiza

,los sínlbolos' y los pliega progresivamente para que sigan el desarrollodel lenguaje 'verbal hasta el punto en que la fonetización ,gráfica llegaal 'alfabeto. Desde el comienzo de la historia escrita, COI110 en los estadiosprecedentes, el juego de reflexión del lenguaje y de la técnica es totaly todo nuestro desarrollo está ligado a ello.. La expresión del pensamientoa través del, lenguaje encuentra un instrumento CO!l posibilidades indefi­nidas a' partir del l1S0 de los alfabetos subordinando completamente lográfico a 10 fonético, !)ero todas las formas anteriores siguen, vivas endiversos grados, y veremos en la segunda: parte de este libro que 'toda, unaporción del pensamiento se aleja' del lenguaje linealizado para volver asujetar 10 que escapa a la anulación estricta. " ' :' '

El juego entre los dos polos de la figuración, entre el auditivo y, elvisual, se modifica considerablemente al l)aso a la escritura fonética, peroconserva intacta la 'capacidad individual de visualizar lo verbal y 10 grá­fico. La etapa- actual está marcada a la vez 'por la integración audiovisualqLle inaugura una' expresión donde la interpretación individual ,pierde engran parte sus posibilidades y por la separación social de las funcionesde creación de símbolos y de recepción de las imágenes, Ahí todavía, elintercambio entre técnica y lenguaje aparece con nitidez. El útil abandonaprecozmente la mano humana para dar origen a la máquina: en últimaetapa, palabra y visión sufren, gracias al desarrollo de las técnicas, .unproceso idéntico.' El lenguaje, que había abandonado el hombre en lasobras de su mano para el, arte y la escritura, marca su última separación,confiando a la cera, a la película o a la cinta nlagllética, las funciones,Íntimas de la fonación y' de la visión,

Page 107: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

215

· :~. jr

:1i:

iI

• 1I!;

· I!

l.

"il· ;¡

!!¡¡

· ¡

i· ,I

·· ,..

·i

.',·

ESPECIE y ETNIA

Desde el siglo XVIII, la filosofía se ha encontrado presa entre dosactitudes ante las relaciones existentes entre sociedad animal y sociedadhumana: la de la identidad esencial de los dos mundos, animal y huma­no, y la de su disparidad.' Estos dos puntos de vista se desprenden, enrealidad, de una misma corriente que remonta a los orígenes de la filo­sofía: . la percepción de la oposición entre 10 material y lo espiritual -. Estapercepción se moldea, en el curso de los siglos, en los continentes ideo­lógicos más variados, y desde las metafísicas más primitivas hasta la so­ciología .contemporánea, la oposición entre naturaleza y cultura, zoológicoy sociológico resurge con constancia, Si se considera, en efecto, la opinióntanto de los australianos corno de los siberianos orientales sobre el mundo .animal, uno ve qlle, ftlndamentalmente,· no .hay diferencia de. esencia en­tre el animal y el hombre,. que uno como el otro están dotados de losmismos medios intelectuales y que sus reacciones, en el hilo de la mito­logía, admiten la paridad entre animales y hombres y la continuidad po.;sible de sus relaciones. Esta opinión trasluce en las tradiciones populares. ellropeas, en los cuentos donde los animales hablan y se insinúan en eldesarrollo de los comportamientos humanos.

Bajo una forma literaria, se vuelve a encontrar la misma actitud enla hora presente, tanto en los cuentos tradicionales como en Kipling oen "Mickey Mouse". El hecho de que esta literatura sea. considerada.como infantil no le quita nada de su profundo significado. Entre estaactitud y la del naturalista del siglo XIX ante la sociedad de las hormigas,la diferencia es mínima; el antropocentrismo no es menos sensible en labúsqueda del "lenguaje' de las hormigas qlle en los numerosos mitosdonde el oso se desposa con una muchacha, Tal vez, no es menos sensibleigualmente en los esfuerzos para separar radicalmente el animal del hu­mano a partir de la oposición entre instinto e inteligencia.. En el pensamiento mitológico, si el animal y. el hombre son análo-gos en su esencia, sus vías se alej an en un momento dado. El oso o la

\

LA. LIBERACION DE· LA MEMORIA

VII

.,!

. .

Page 108: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

. ; · ..!~i

21.6 217

.. ji· .ji,

· !.

•,· .

, 14. Se. entiende memoria, en esta obra, en un sentido muy amplio. No se tratade una propiedad de la inteligencia, sino, sea cual· fuese, el soporte sobreel cual se inscriben las cadenas de actos. A este respecto; se puede hablarde una {(memoria específica" pára definir la fijación de los comportamien~tos de las especies animales; de una memoria "étnica" qlle asegura la re­producción de los comportamientos en las sociedades humanas y, al n1ismotítulo, de una memoria "artificial", electrónica en su forma más reciente,

.'

· I

· i!!;.i·

. ?;';Ji

: l·: .

I!

· .,

:.

,

·.

,

serpiente 5011 hombres, la muchacha-pájaro es mujer cuando los unos y.10s.0.tros se ~·espojarol1 de su envoltorio ?e OS0, de ,s~rpiel1te o de gal1sos.salvajes. Vestidos, asumen su COl11porta!111ento específico ~ exactamente co­mo los hombres asumen el comportamiento de su etnia o de 5U clasesocial cuando revisten los atributos vestirnentarios de ella. Antropocen­trista también, esta actitud revela la percepción de la división del lTIU11d?viviente en unidades sociológicas, distintas en sus costumbres y sus atri­butos exteriores, contrapartida de la identidad de ·105 seres en su estadonatural, Esta visión es demasiado espontánea y demasiado ·tl11i,rersal para110 corresponder a lI11 hecho .real, el de la separación entre el hombrefísico y su envoltorio social; extiende al mundo animal lo que es propiode los seres humanos, pero analiza el hecho esencial de la doble pe~te­nencia del hombre al 111lI11dozoológicoy al 111Ul1dosociológico. Desprendetambién este otro hecho esencial de que los seres 110 5011 humanamentesignifjcati,\los sino a través del comportamiento propio de su grupo, y sise tiene en cuenta la asimilación, en los. mitos, .de. los animales a verda­deras etnias, se concluye en la constatación del carácter determinante dela especiación étnica,

En el pensamiento científico de estos dos últimos siglos, se percibe,en dos "fas diferentes, las mismas actitudes ell la búsqueda de las fun­cienes del instinto y. de la inteligencia, }" en la de la división. entre 10natural y lo cultural, La primera de estas dos vías ha sido la de la psi­colegía animal, la segunda la de la etnología. Lo que 11:1 sido señaladoanteriormente en ClIJl1tO· a la evolución de las sociedades antrópidas po·r'etapas, donde el vínculo entre zoológico y. sociológico se afloja !)rogre·sivarnente, . muestra . qlle el problema puede plantearse simultáneamentesobre las dos .vías, o 111ás bien, ql.le llay una tercera salida, la cual seaproxima sensiblemente a la imagen empírica de las sociedades sin escri­tura, Esta vía consistiría ell mirar el problema de agrupal11ie!lto COI110do­minando los problemas (le la animalidad o de la humanidad, a considerarla sociedad, en el animal y en el 110111bre, COI110mantenida en un cuerpode "tradiciones" Ctl)!O s·oporte 110 es illStil1tO o i11telecto, sino, en grados\rariados, a ·la \:ez de order1 zoológico Y' social. Para t111· testigo exteri~r,no. llay, en realidad, lla(_1a de COll1ún a tlna -sociedad de 110rl11igas y aUllasociedad hlll11alla qLle 110 sea la existencia de tradiciolles; las cuales ase­gurall, de tIlla. generacÍóll a la otra, ]a trarisll1isión de las cadellas. ·811e­ratorÍas qlle .perlllitel1 la sllper,'i,'encia )' el desarrollo del· grll1Jo social.Se puede discutir sobre las idel1tidades }' las· disinlilitudes, lJero el· gruIJÜsobre\~i\Ye mediallte el ejercicio· de una "erdadera lnel110ria, en la cual sel11SG::iben los con~lJOrta1l1iel1tos; éll el anilll,al,· esta l11el1loria . peculiar .acada eSlJecie reposa sobre el alJarato 111U}' con1plejo del instil1to;· ell losantrópidos la:- .nlel110ria propia· a . cada et11ia reposa sobre el alJarato nonlenos conlpJejo del lenguaj e. Crear llna conf rOl1tación 'fIltre instinto ylenguaje 11lás, bien que .el1tre instinto e il1teligellcia, es legítil110 solamelltesi los dos t~rminos de la· confrontación corresponden. real!11ente, lo qlle\'anlOS a tratar de derTIost.rar el1 el capítulo presente. Si es exacto que la

. especie es la forma característica del agrupamiento animal y la etnia, 1,1del agrupamiento de los hombres, a cada tIno. de los Cllerpos de tradi­ciones debe corresponder una forma de. memoria particular .

!. iI

INSTIN·TO E lNTELIGEKCIA

Numerosísimos estudios han sido ·consagrado~ al problema, insolubleen apariencia, de la inteligencia y. del instinto. Marcada hasta el iniciodel siglo xx por U113S preocupaciones. antropocentristas, la discusión pa-. rece haber perdido, desde :hace una generación, ·la ma}'or parte .de suinterés. Ni el. instinto, ni ·la inteligencia pueden ser considerados cornocausas, sino más bien corno efectos, pllesto qtle el instinto no explica elcomportamiento instintivo, sino qlle caracteriza filosóficamente, el resul­tado de prácticas complejas }: de orígenes variados, El instinto se situaría,pari el individuo, en la encrucijada de sus medios específicos y de lascausas exteriores de 51.1 despliegue ell las cadenas operatorias, las causasexteriores actuando a la vez como educación y estimulo.

la distinción entre instinto e inteligencia ofrece un valor prácticosolamente en los extremos, pJ.r~ el insecto y para el hombre, a ·pesar deqlle sea difícil apreciar el .valor real de la distinción. En efecto, para10·s vertebrados inferiores,· los prograrnJs operatorios están estrechamente.condicionados por el medio interno y los estímulos exteriores; el corn­. portamiento operatorio de una ameba o de un anélido se reduce a unascortas cadenas en las cuales desencadenamiento y desarrollo parecen. liga­dos a causas extrañas a lo qlle· podría ser una "inteligencia automática",opuesta a una inteligencia reflexionada. No se puede, plles, partiendo de10 más sencillo, llegar hasta los animales superiores constatando la. evo­lución de un instinto q1le se tornaría, en la cima, en inteligencia. El solohecho qlIe sobresale de la experiencia del comportamiento animal, es laplasticidad eventual del comportamiento del individuo frente a St1S me­dios específicos, lo cual no aparece como una liberación frente al instinto,sino ante cadenas qlle nacen en la confluencia del medio biológico in­te,rior y del nledio exterior. Se trata, plles, n1ás de 1Ina Cllestión de apa­rejamiento ner\,ioso glle de· la presencia de lIna virtud propia a la con,dición animal. lvIás exactanlente, el sistema nervioso no es una máqllinaqlle fabrica instinto, sino que responde a las solicitaciones internas y ex­ternas constrllyendo lInos programas.

Si el illstinto· aparece_ hoy como tIn concepto demasiado .vago y sise percibe la. complejidad de los comportal1lientos hereditarios, la exis­tencia de tIna n1emoria específica14 es difícilmente disciltible. Pllede cons-

T_ .._ ..... _-- .._-•

...

Page 109: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

.I

II1

r

219

. I

, .

".

"O

l.•!

iI

reditaria . co.rresponde a la existencia de una memoria virtual, 'cLIyas ope~,raciones parecen preconcebidas por el. hecho de qtle no admite más qtleun escogimiento mínimo de respuestas. Se puede .imaginar, sin embargo,11n sistema artificial de. conexiones nerviosas, el cual seleccionaría unasimpresiones luminosas o químicas o vibratorias para canalizarlas dentrode cadenas de actos complejos: se puede incluso. concebir un sistema qLleadmitiría cierta indeterminación y una opción posible entre impresionesconsideradas como equivalentes, Si cada estado del quimismo interno exi­giera reacciones específicas frente a impresiones' recibidas desde el ex­terior, la economía de 11n tal dispositivo de mando estaría ffilly próximaa la de lln insecto.

El tercer tipo sería el de los vertebrados, Nos encontrarnos de nuevocon. el comportamiento .de los invertebrados inferiores, puesto que unaparte importante del acondicionamiento de la memoria operatoria depen­de del determinismo mecánico, de las pulsiones fisiológicas y de las so­licitaciones del medio exterior. De manera, cada vez más precisa, a me­dida que en cada entronque se asciende e,n la organización .cerebral,. unovuelve a encontrar allí también el acondicionamiento ligado a la existencia de .1a memoria virtual; es decir, de los comportamientos automáticos

. e l< instintivos", los cuales son el resultado de una selección genética delas respuestas posibles. El vertebrado se comporta en ello como sigtliendoun .programa preestablecido, lID "instinto" 'cuyas consecuencias son a. ve­ces absurdas 4 causa de LID defecto de adaptación posible a situacionesno inscritas en 511 memoria genética,' mientras qlle de hecho, of rece unasseries de respuestas encadenadas en el hilo· de sus posibilidades. orgáni-

,cas. Para los vertebrados inferiores, peces y. reptiles, la' casi totalidad de'su comportamiento se inscribe en los Iímites de los dos primeros tipos yse puede concebir una máquina electrónica qllC, 'corno el .lagarto, res­pondería a 1 foto o al termotropismo, aumentaría su actividad en funciónde la temperattlra, seguiría teda presa móvil de dimensiones absorbibles,dejaría de lado aquellas Clly'O gusto o consistencia estarían inscritos como'peligrosos, atacaría otras máquinas idénticas en el momento cuando suquimisrno interno desencadenara reacciones de agresiv'idad, huiría o ex-o,hibiría unos paneles colorados bajo el efecto de una excitación visual11 olfativa. Podría agregarse qLIe los. actos realizados una primera vez portanteos sucesivos se inscribirían bajo la forma ·de programas. en tIna seriede memorias y .qlle, luego, el juego de estas diferentes memorias desen­cadenarÍa la realización de cadenas operatorias complejas, llegando in­cluso a· la modificación de los comportamientos en el curso del desarrollode las cadenas. lo qlle es concebible en los peces o reptiles 10 es, en tlngrado considerablemente más complejo, en los pájaros, los cllales n1ues­tran con. un gran desplieglle de detalles qtle. lo más elaborado, en elcomportamienfo alltomático, intelresa las operaciones relativas a la· repro­ducción. He ahí 11n hecho general) sobre el cual yo insistiré en los 'tsím,'bolos de la .sociedad", para despejar los vÍnC1Ilos entre lo estético y elmantenimiento de. la cohesión del grupo zoológico. Por ahora, basta conconsiderar' qlle los ·dominios fllndamentales de las operaciones de super~

. - -_. .... --",

218

que asegura, ·sin recurrir al instinto· o ,a la reflexión, la reproducción deactos mecánicos encadenados.

tituirse en cadenas de actos, mediante el acondicionamiento progresivo delindividuo solicitado por el exterior y dando las únicas respuestas paralas cuales está hereditariamente constituido; sin embargo, no es menoscierto que en el curso del desarrollo de las generaciol1es las mismas ca­denas, o cadenas nl.uy vecinas, se reproducen de un individuo a otro.El instinto, expresado en' la memoria específica, es una realidad solamenteen la medida corno se considera la constancia de las cadenas operatoriasque resulta de ello. El problema no puede, pues, ser tomado bajo el as­pecto del contraste entre instinto e inteligencia, sino entre dos modos de

, 'prograll1ación, de los cuales UI10 corresponde, en el insecto, al máximode predeterminación genética, y el otro, en el hombre, a una aparenteindeterminación genética.· De . hecho, la distinción se· ..~xpresa en 1100Sdispositivos cerebrales nluy diferentes en el insecto y en el hombre )7 elproblema es menos filosófico qlle neurofisiológico.., .

Frente al instinto y a 'la inteligencia, los seres vivos podrían agru- .'IJarse somerarnen te en tres tipos. El primero sería el de los invertebradosinferiores, COl1 un sistema cerebral l11Uj1 elemental, donde los prograIl1as.se constituyen en cadenas cortas y estereotipadas de actos nluy sencillos,los cuales traducen el equilibrio del, organismo con su medio, En UI10S

animales, corno la lombriz, la babosa, la lapa, la memoria es asaz fácil­merite comparable a la de una máquina electrónica en el sentido de que:l": el' animal nace con una ganla determinada de necesidades y de me-dios para' satisfacerlos; ?~.):, sus cadenas operatorias se desarrollan en. labúsqueda del punto de equilibrio entre pulsiones orgánicas y medio ex-: ".terior, en un ciclo donde el desencadenamiento y el encadenarniento .delos actos son determinados por unas causas fisiológicas o externas; 3~':la memoria se inscribe en progran1as que determinan el acondicionamien-to del animal. La realización artificial del" sistema nervioso de este tiposencillo se encuentra ya adquirida, y el dispositivo electrónico para elmarido .de los cohetes es evidentemente más complicado que el cerebrode los moluscos inferiores o de los anélidos.

El segundo tipo es considerablemente 111ás embarazoso, Podría serrepresentado por la abeja, la hormiga, los insectos. Cl1)'0 COl1l1)Ortam ientoparece implicar la existencia .de prograolas l11uy complicados, inscritosgenéticanlente y desarrollándose en la larva ° el insecto perfecto de' re­pente y con una elaboración desconcertante. Pero se 11a visto que 'la eje­cución de estos lJfograJl1fls. es menos perfecta' que lo creyeron los 'viejosautores; sin embargo, es l11Uy. dificil ver en ello el solo juego del medioexterior y del medio interior, .acarreando la forInación de Ulla n1elno.ria

,acondicionada. Uno está obligado a concebir un sistell1a de conexiol1es,nerviosas extrelnadamente deterl11inado en sus resplltstas a las i!11presio­ne,s ,risuales, olfati'1as y táctiles, para explicar la selección de las plaritaso de los anilnales de alimento, los cOil1portamientos de construcción" ylos actos que dependen de la coh,esión social. Una tal determinación. he-

_" .._._--

Page 110: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

, I•r., !

, -

221

:11, !

, rr; l', I!, 1

,,I"

¡

natas de las especies animales, es susceptible de hacer comprender la, na­turaleza de 1 comportamiento instintivo. En ambos casos, no se trata denin euna manera, en efecto, de misteriosos programas, transmitidos ,por

b . .. .. . ..atavismo y desarrollados automáticamente en circunstancias propIcIas, S.100de disposiciones .neurovegetarivas hereditarias que' alltorizan. la .constItu­ción de tIna' memoria inscrita en cadenas de actos. Entre mil sujetos 50-

o • , •

metidos a la educación musical, uno .solo tal vez se encuentra genetlca·mente acondicionado para transformarse en 11n gra~, ej~cutante, del, cualpodría decirse que toca "por instinto", mas entre mil s.uJ.etos ,dotad~s ~:l­sicalmente uno solo tal vez tendrá la, ocasión de 'recibir una educaciónmusical los otros no constituirán j arnás ,Stl memoria de ej ecución instru­mentist; y no materia.lizarán !a ligazón. entre. ,sus aptit~des genéticas y ~a5solicitaciones del medio exterior. la orrentación profesional, en las SOCie­dades .modernas, no es 111:1.Sque la investigación empírica de 'lb qlle ~xisteen el hombre corno aptitudes ge,11éticas cOlllllnes, a todo e~ mundo animal.

'Las manifestaciones operatorias del hombre se sitúan, por consi~llie~­te sobre un fondo instintivo nll1y importante, hecho a la vez de dlSpOS1.ti~TOS de rezulación de los impulsos orgánicos profundos, comunes a' to-dos los indi~ridllos', y de dispositivos propios' a la inscripción d~ p.r~gran1asoperatorios CllyO detalle puede variar sensiblemente de un individuo alotro. Este margeIl de, variación individual, considerablemente filayar q~een los mamíferos, incluso los más evolucionados, es un rasgo esencialde la sociedad humana: el. "pensador", el' inventor 'y el virtuoso, inter­viniendo de manera decisiva en el diálogo entre' el hombre físico y elorzanismo colectivo constituyendo la sociedad. No' debe .disimularse 10ql~ la presencia del genio individual pueda tener de genéticamente nor­mal en la especie humana, ni, hasta q:lé punto el progr~so es menos tlnaSllnto de genio personal que de med10 favorable colectIVO. . .

La percepción de estos hechos s.e .ve ilustrada~ por l,as POStClOnesinversas del espiritllalisn10 y del lllaterlallsn10 en la ldeologta de la~ ~o~ciedades recientes. En las o-randes religiones, y en particular el crIstIa­nismo, las aptitudes genétic~s individuales no franquean el quicio d~ laeternidad y la jerarqllía se establece sobre fllndan1~ntos que las t~asclen­den. El santo no es forzosamente tIn pensador, lln In\'entar o un vlrhloso,sino, por el contrario, el que rOfnpe el círculo operatorio para proyectarsem,ís allá, y todas las grandes metafísicas están fundadas sobr~ esta rup"tllra, qtle tradllce la liberación del vínculo gen'ético y po.r el n1Ismo efe~odel vÍnclllo social (lo qlle tradllce sobre t1n plan dIstInto la homologlaespecie-etnia) . ~a ide?logía ma~e.rialista, presente no. solamente en las,sociedades marxIstas, SIno -pragmatrcamente ,en toda -SOCIedad humana, ad­hiere' al contrario estrechamente al plano de la eficiencia social y sub­raya 'la importanc¡'a del vínculo genético, tratando de héroe al individuoe 'dotado". En las sociedad'es capitalistas, esta disposición s~ establ~ce enel cLladro 'de una jerarqllÍa modelada por las clases SOCIales, mle~t~asqlle en las sociedades marxistas, tiende hacia el pleno lISO de las dlS·ponibilidades genéticas a tra,rés de los héroes del' trabajo o el culto de

". ., ., o.,''' .•.

220

I~STINTO y LIBERTAD

Lo, qlle caracteriza al hOl11bre, es c:Iue su. cer~b.!"o es lI!l. al)arato deCOIlfrOlltaciones. Sin ellibargo, en los Ill\~eles 11tferlores (~el Slstcll1a l1er·"joso se \'uel\~e,a encol1trar, el1 l)articuJar el1 el sistel11a ner,'ioso Sill11Já­tico, los nlandos regllladores 'del COl11portanliel1to, tlen1el1tal: el orgallisll10'qlle~a S?111e~ido a ,las l11isl11as ley,es de equilibri? ent!e. nledio exterior y111edlo InterIor, que las de los 10\iertebrados nlas sencIllos. Se "llel\'e aencontrar .tal11biéll el' ni'7el nledio, el del "instinto", puesto qlle su C0111-portal11iento operatorio está nl0delado por el arInazóri genético. Ell' efec~to, ser de \,isióll i' alldición dOll1illal1tes, ,sus actos son, gel1éticanle11te di­ferentes a lqs de 11n anill1al qu'e tll\7iera el olfato y el tacto COI110,referell­cias flln'dal11tntales. Si realll1el1te el illStil1tO está presellte ell la reaI~zaciól1de actos para los, cuales los, ,instrlln1entos son acondicionados genétical11cn-,te, entonces una parte illl1)ortal1te de la acti\'idad hUl11al1a es il1stiJ.1ti\~a.Las "dotes", il1telectuales o físicas genéticam'ente" adquiridas, rel)resentan,en las cortas descendencias que se constitu)'en en el. seno de las masasl1umanas constanten1el1te rel110delad,as, el equi\~alente al capital ttinstinti.\'0'" de las descendencias animales. El para]elisnl0' entre las aptitu'des in-

vivencia individual y de' las operaciones qlle asegura!1 ,la sllpervi\1e~~iade la especie, ofrecen notables diferencias de grado e11 la elaboración, .automática.

El comportamiento 'del 'vertebrado il1ferior. pl~~de verterse en ~1 ,'e.r-'tebrado superior para formar 1~masa de cons~ltuc1011 de su memoria. SI11embargo, a medida qlle se asciende en la serre, un elemento nuevo apa·,rece, el cual deja SUpO!ler qlle, los dos cu~dros precedentes. no S~11 .d~ltodo COl11pletos.' En efecto,' lo -r= caracterl~a, el COll1portal1:1ellt~ l11dl\71-dual del mamífero al menos el comportamiento de Sllper\'f\TenCla, es laposibilidad de la ¿pción entre las cadenas operato~ias y el control de s~adecuación relativa a la situación propuesta y un cierto l11argen, de ~Olll1-nio variable según las especies, lJero 11111}Tgrande )'a en los carnicerosy l;s primates. Si siguiéramos el paraJeli~mo con la máquina el~ctrónica,'deberíanl0S agregar al sistema de ,conexlones de desel:cadenal111ellto delas respuestas y de las memorias, un sistema de conexiones suplementa­rias en el cual la confrontación se haría posible y determinaría la orien­tación hacia una u otra de las respuestas. Bajo el ímpetu de la Evolución,105 sistemas nerviosos parecen en efecto, progresar en dos direccionesopuestas: una (la del insecto o el pájaro ) donde.' el .aparcjo nerviosocanaliza cada vez más estrechamente los comportamientos, )' la otra (lade los mamíferos ,}' "del hombre) donde los trayectos nerviosos _se enri­quecell prodigiosamente en elementos de conexión, propios pa.fa ~stable­cer unas relaciones entre, situaciones )7a conocidas IJar la experlellcla y lasituación 11UE\'a. La memoria del individuo, fundada en "el primer períodode la "ida, torna entonces la primacía sobre la memoria específica, la cual110 es 111:1s qlle el" resultado de las disposiciones hereditarias del sistemade conexiones Iler\ricsas.

Page 111: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

223

,,I, 1

, 1,• I

,,,-¡

;.. i,

Si se constata entre los primates que el comportamiento operatoriohereditario está cada vez más dominado por una memoria de construc­ción individual, en el hombre el problema de la memoria operacionalestá dominado por el del lenguaje. En efecto, la parte considerable, ennosotros, del acondicionamiento genético y del acondicionamiento por ex­periencia individual, está completamente mitigada por la educación' através de la cual los individuos reciben todo su comportamiento ope·ratorio. La memoria construida individual y la inscripción de, los pro­gramas de comportamiento personal, son totalmente canalizadas por los,conocimientos, cuya conservación y transmisión están' aseguradas en cada

LA ~;fEn,fORIA SOCIAL

: "1, .

, ,

I

",••¡•

la aptitud de proyectar unas cadenas simbólicas. Esto equivale a hacerdel lenguaje el instrumento de' la liberación en relación a 10 vivido. Demanera paralela,' el útil manual apareció como el instrumento de' la li­beración de los constreñimientos genéticos que ligan el, útil orgánicoanimal a la especie zoológica. La inteligencia humana conserva por con­siguiente, sobre el plano del lenguaje como sobre el del útil, las mismasrelaciones anteriormente puestas a la ,luz. .

El comportamiento técnico del hombre con: sus consecuencias en la.evolución vertiginosa del aparato instrumental de la sociedad ap:areceen tres niveles: el. nivel específico, el, nivel socioétnico y el nivel indi­vidual. En el específico, la inteligencia técnica del hombre está ligadaal grado de evolución de Sll sistema nervioso y a la determinación genéticade las aptitudes individuales. aparte de las proporciones, nada la dis­ringue formalmente ,del comportamiento animal, en particular en el so­metimiento al .ritmo excesivamente lento de la evolución general de lasespecies. En el nivel sociotécnico, la inteligencia, humana se comportade una manera absolutamente particular, única,' puesto qtle ello forja,fuera de 10'5 individuos }' fuera de los vínculos específicos, un organismocolectivo con propiedades evolutivas vertiginosamente' rápidas. El gradode ,obligación socioétnica es para el individuo tan imperativo como laobligación' zoológica que lo hace nacer bomo saplens; los términos deesta obligación son,' sin embargo" diferentes, porque admiten, en, ciertascondiciones, la posibilidad de una cierta liberación personal.

Al nivel individual, la especie humana ofrece un carácter igual­mente único, puesto qlle, su mecanismo cerebral dándole la, posibilidadde confrontar situaciones traducidas en, símbolos, el individuo puede Iiberarse simbólicamente de los vínculos a la vez genéticos y socioétnicos.'Es sobre esta liberación donde se' han fundado las dos situaciones C001-

plementarias entre las cuales se establece la realidad humana ,\riva: aquelladonde la confrontación de las cadenas operatorias lleva al dominio ma­terial sobre el mundo orgánico }~ otra, donde la liberación se hace enrelación al mundo orgánico, mediante la creación de situaciones intui­tivas en las cuales reside la espiritualidad.

222 '

la personalidad, en una jerarquía lineal fundada sobre la eficiencia delos individuos, ,

El problema humano 110 puede, sin embargo, ser tornado únicarnen­te sobre los elementos instintivos, y si bien' se debe tener en cuenta laparte, demasiado frecuentemente olvidada, de lo zoológico en el COl11por·tarniento operatorio, 110 se captaría, más que .la infraestructura si 110, seintentara integrar la inteligencia en el proceso biológico general. Hemosvisto en el capítulo 111 que la destrucción de las áreas motrices delcórtex cerebral mostraba, 'del perro al mono y del mono al I101l1bre,una progresión reveladora. En el perro, la supresión del córtex motorhace desaparecer la memoria de las cadenas operatorias aprendidas, enel mono se debe extender la supresión a' las .zonas de asociación quebordean el área motora fundamental y en el 110111bre, solamente la des­trucción de 111U}T amplios territorios acarrea el, mismo resultado. , Estosdatos han permitido materializar lo esencial de la evolución hacia lamotricidad reflexionada. Ahora, ellos ofrecen, en cierto 1110do, el gradode liberación del cerebro humano, Esta aureola, cada vez nla}70r, quecircunda 105 centros de la rnotricidad voluntaria, corresponde, en el sen­ti do más estricto, a la' inteligencia; es decir, a la vez a la inscripción enla memoria de numerosas cadenas operatorias y a la libertad de la opciónentre las cadenas. De los 1110nos más evolucionados al hombre, la dife­rencia en la libertad de la opción es cuantitativa; el antropoide, el másinteligente, no dispone nunca sino de un número limitado de, 1)rogrul11as}' 511S' confrontaciones SO!l' función de UIl aparato neuróriico considerable­mente más reducido que el del hombre: sin embargo, la diferencia 'essobre todo cual itati va, pues la reflexión está estrecharnen te ligada allenguaje.

En las prácticas operatorias más corrientes, el lenguaje 110 pareceintervenir y numerosas acciones' se realizan en UIl estado de concienciacrespllsqular,' que ,110 es esencialmente disociable del estado el1 el cualse desarrollan las, operaciones animales; mas, desde, el 'il10nlento en el'cual las cadenas operatorias están puestas en causa por la OPCiÓll, éstano puede hacerse sin que intervenga una conciencia lúcida, estrechamente

'ligada al lenguaje. La libertad de comportamiento no es, e11 efecto,' rea­lizable,' sino al nivel de los simbolos, no al de" los actos, }' la Irepresen~ración simbólica de los actos es indisociable de su confrontación. De los

( ,

animales inferiores a los' mamíferos superiores, uno asiste a la inversiónde las proporciones entre el acondicionado genético y el acondicionado

',al)rendido, y luego, a la emergencia de' una selección posible entre lasoperaciones' sencillas. ,Sin embargo, el comportamiento operatorio quedacompletamente . sumido en Jo vivido, pues la proyección no puede ínter­venir sino a partir del momento cuando las operaciones son liberadas desu adherencia material 'y transformadas en 'ca'denas de símbolos. Aparen.'temente, es posible confrontar el instinto animal y la inteligencia humana,pero, desviando cada UI10 de los' términos de su sentido tradicional, ha­ciendo del instinto un, conjunto de fenómenos tan complejo que 'la pa-'labra' no tiene más significado preciso-y considerando la inteligencia C'OIno'_'

Page 112: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

, . i

i' .· ',1' ..· ,

I!:"'2-- )

¡·1

• .1· I.. ·;1: . "o • o

· ,',

· .

• 1

: I: ~

,: !·

..· .

· :I

,•o

. ¡•· !i· I

• oo ,

· .,!

. ,· .: ii

· I

, I·!o

.¡.,· :I

· I

1

. I

¡ .· .,: , II· :· ,

· i¡

El carácter particular de la memoria social, puede ser entendido enotro plano, La creación del primer útil artificial pO,r .eI .primer antrópidoha situado la técnica fuera de las realidades zoológicas, fuera .del des­arrollo rnultirnilenario de la evolución, y la memoria social. ha adquiridoen seguida la posibilidad de totalizar a un. ritmo :ápido .. Hemos. ;isto enlos capítulos precedentes. que, hasta el hOIJIO. saprens, la .Ó: e.v.oluclon cere­bral quedaba inacabaday qlle la evolución técnica parecía se.guir muy lentodesarrollo de .10· qtle faltaba aún al hombre para· que disponga de unalJarato de confrontación suficiente, Hemos visto que, igualmente, a partirdel desbloqueo pref rontal, la. evolución característicamente. humana h~~íabrotar un mundo técnico el cual sacaba sus recursos fuera de la evolución. )

genética. A partir del hO"/O saplens Ola constitución de unos. aparejos dela memoria social domina todos los problemas de la 'evolución 'humana.Veremos ·en el capítulo IX mediante cuáles vías, hasta la creación de loscerebros artificiales las sociedades han intentado hacer frente a la iris-, . .

cripción y a la conservación de un .capital. de conocimientos desmesura-darnente creciente.

La oposición entre lo material y lo moral aparece de nuevo .. El t.emadel "hombre dejado atrás por SllS técnicas" .hace resaltar. la disparidadentre la evolución de las técnicas y la evolución del di~po~iti\'o m?ral·?eJ3. sociedad: el. hombre adquiere en el curso d~ ~os. ffil.le?10S medios tec:­nicos qlle podrían ayudarle a asegurar un dominio individualmente eq~I­librado sobre el medio material, mientras qtle la mayo.r parte de sus medioscontinúa satisfaciendo desordenadamente unas tendencias .depredadora.s queremontan al tiempo cuando se enfrentaba a los rinocerontes. Esta incapa­cidad aparente para constituir un comportamiento moral vivido en el ~is­rno nivel qlIe el comportamiento técnico, no tiene nada de anormal nr departicularmente desesperante. En efecto, parece bien demostrado qlle. lamarcha de la evolución humana no ha . sido tomada por el cerebro SInopor los pies y que las cualidades superiores no han podido emerge~ s~noen la medida en que, mucho antes que ellas, se encontrase constituidoel te.rreno para su emergencia. Indi\·idllalment~,. l~s .hombres tienen ac­ceso desde milenios, a unos conceptos de eqlllllbrlo moral tan ele\'adoscom~ los alcanzados en el equilibrio técnico. Las sociedades han inscritoestos conceptos en StlS grandes leyes morales o religiosas,. p~r~ el com­portamiento genético no ha permitido, a toda la masa.· de IndIv1duos. queconstituyen las sociedades, la liberación de las exigencias fun~amentalesque sigllen sien~o esencialme~te depredadoras .. ¿D.ebemos deducIr· de elloqlle será necesarIO esperar varIas decenas de ~lJenIos p.ara que unos ce.re­bros humanos más evolucionados que el del hO.Jno sap¡ens hagan efectl\'Oel contenido de la memoria moral? Evidentemente que no; hay razones,en efecto, para considerar que el prog.reso en este dominio, si se encuen­tra poderosamente frenado por tIna liberación incompl~ta de las e~ig~n­cias b:o!ógicas, se beneficia, sin enlbargo, de los medIOS qtle la tecnlcaoE rece para una toma de conciencia· col~ctiva. Es a través ?e tIna per~ep.ción clara de .las leyes biológicas qlIe puede nacer el medIO de canalIzar

1

224

COI11Ul1idad étnica por el lenguaje. De tal suerte qlle aparece una ver­dadera paradoja: las posibilidades d~ co?frontacióll y de ~iberación delindividuo reposan sobre una l11el110r:a '!lrtuaI~ ClIyO cOlltell1~O pertenecea la: sociedad. En el insecto, la sociedad detiene la memorra solamenteen la medida en la cual esta sociedad representa la supervivencia de unacierta combinación genética donde el individuo no. ti~n~ posibili~a~essensibles de conf rontación ....El hombre, .es a la vez individuo ZOOlOglCO

y creador de la memoria social; así se ..esclarece, tal \Tez., la articulaciónde lo específico y de lo étnico al circuito que se esta~lec.e .en el. prog.reso(carácter propio a las sociedades humanas) entre el individuo 111110\Tadory la comunidad social.

La ubicación de la memoria étnica fuera de la especie zoológica tieneCOI110 consecuencias Il1l1}r importantes la libertad para el individuo desalir del cuadro étnico establecido y la posibilidad, l)ara la I11el110ria ét­nica misma, de p;!'ogresar. Cuando se conlpa~an las sociedades ·ll,un:anasCOl1 las sociedades de insectos, a veces se olvida qlle entre estos Ultl1110S,

la inscripción genética de los comportamientos es imperativamente domi­nante, 10 cual obli era al individuo a poseer todo el capital de. los co­nocirnientos colectivos )T obliga a la sociedad a evolucionar sólo al ritmode la deriva paleontológica. 1... Ningún término de comparación realmentefundado es concebible entre los dos tipos de sociedades, puesto que el110111bi'e está libre de crear él 111i51110 sus situaciones, así fuesen única­mente simbólicas, La ruptura del vínculo entre la especie y la memoriaa¡'Jarece C01110 la sola .sc;>Iución (y .una. solución solamente hurnana ) qllelleva a una evolución .rápida y continua. Por eso, las sociedades humanas110 corren jamás el riesgo de encerrarse ell un comportamiento comparableal de los insectos. Ell~s·. y nosotros poseel11os vías totalmente diferentes.Frecuentemente, los paleontólog~s ?an. ;insisti~o sobre el he~~ó de qlle. el110111bre ha adelan tado su especialización hacia la conservacion de aptitu-des 111l1y generales. Esto va mucho más allá del cuadro físico .. Es verdadqlle 11osotros correll10S l11enos rál)ido que el caballo, qllC. no digeril110s lacelulosa. C01110 la \7aca, que trelJal110S nlenos bien qlle la ardilla. y .. qllefinalJl1ente l1uestra l~láquina· osteol11uscula.r toda. no. es superespeclallzadal11ás que lJara pernlJl1eCer alJta para l1acer de todo; pero Jo nlás ~111por~tallte consiste ell el l1tcll0 de que el cereb"ro l1Un)al10 l1a}7a e,\roluclol1adode l11alle.ra tal qlle es apto l)ara 1)el1sarIo todo, habie.ndo nacido pr~lcti-

;call1ell te ,'JCIO.Al 1lacer,· el indi\'idlIO se encuentra e~ presel1cÍa de 1111 cuerpo de

tradiciones propias a -su etnia y, sobre planos ,~ariados, tIn diálogo se e111-'j)rel1de desde la il1fancia entre él y el organismo .social. La tradición. esbiológicall1el1te tan indispensable··a la especie 11ul11ana conlO el acondicio-.nalniento gel1ético 10 es a l~s soci~dades de insectos: la supenTi,rencia. étl1icadel)ellde de la nltina, el diálogo que se· establece· suscÍta el equilibriotl1tre rutina y progreso, la rutina Si!11b?lizando el capital l1e,cesario a last1lJer\1i\'encia del grupo, el progreso· ·la inter'\?ención de las inno\Tacionesindi\Tidllales lJara una super,\ri\rencja l11ejorada. .

Page 113: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

, .

227

;

II:1a

'1

i

: I

I"

del des~rrol.1o de l~s cadenas sin intervención' ordenada ·del lenguaje y dela conciencia manifestada por el funcionamiento· de los símbolos. lostérminos' psicológicos podrían aplicarse' a las operaciones técnicas, pero.~rras~ran c?n ellos un c?rtej? de implicaciones! 1~cual. hace per?:! todomteres a Integrarlas ahí, rruentras que los términos de automático, de.maquinal y de lúcido son aplicados a las prácticas operatorias.

Las prácticas automáticas son ignoradas por el etnólogo, 'el cual sededica mis a distinguir lo qlle hace diferentes las culturas qlle lo. que hay'de ~isio16gicamente común a todos los hombres, L~. antropología racialconsidera importante la investigación de las diferencias en el funciona­miento físico de las razas }.,'en estado de esbozo, hay incluso una psicologíaracial, mas se ignora casi todo lo que es genéticanlente significativo, puesla .mayor parte de las diferencias entendidas. pertenecen a la superestruc­tura cultural, La literatura' sobre 105 niños-lobos fuertemente teñida de. . ,leyenda, no da muchos dates científicos sobre lo que sería el hombreviviendo sobre su solo fondo genético; finalmente, a pesar 'de qlle el papeldel fondo anatornofisiológico sea, con toda seguridad, determinante, esta­n10S reducidos a considerar qlle en la especie humana el cornpcrtarnientooperatorio espontáneo se encuentra recubierto por. el comportamiento adqui­rido a través de la comunidad social, Es cierto, sin embargo, qlle no po­demos, dentro de la perspectiva adoptada por. este libro, omitir darle la. suficiente importancia, si bien el problema será considerado de nuevo másadelante; cuando se tratará del gesto y de las categorías estéticas. . .

Si existen pocos elementos para abordar los aspectos automáticos delcomportamiento operatorio, en cambio existe en las prácticas nacidas delambiente colectivo, un campo de observaciones sobre las influencias recí­l)rocas del individuo y. del medio, Todo' 10 qlle está regido por el sujetoentra 'en su comportamiento operatorio, pero bajo formas y con unas inten­sidades mlly diferentes según qlle se trate de prácticas elementales y coti-'dianas, de prácticas con periodicidad. más espaciada o de prácticas excep~cionales; 105 progtamas sllponen unos niveles de intervención inte1ectualy unas 'relaciones individuo-sociedad diferentes. Las prácticas elementalesconstituyen los progranlus vitales del individllo,. todo lo que en los gestoscotidianos interesa su supervivencia como elemento social: babit«: corpo­ral, prácticas de alimentación o de higiene, gestos profesionales, com­portamiento de relación con los próximos. Estos programas, CU}'O fondoes inmutable, se organizan en cadenas de gestos estereotipados, clIya repe~tición asegllra el equilibrio normal del sujeto en el medio social y su propiacomodidad psíquica en el interior del grllpo. La adquisición de las cadenasoperatorias elementales se. hace durante la primera parte de la vida, bajola triple incidencia de la donla por inlitación, de la experiencia por tanteosy de la cOffillnicación verbal. El slljeto está incorporado socialmente en lan1edida C0010 desarrolla SllS cadenas operatorias sin contratiempos, al hilo .de los momentos n·ormales de la existencia. Es cierto que la mayor parte.de las cadenas qlle desarrollamos desde el despertar hasta el acostarseexigen solamente lIna débil intervención consciente; se devanan no en el

"----_._ .....__ ..~_ .._._ .....

.. ..

226

1..AS CADENAS OPERATORIAS l\fAQLTl~ALES

.. La distinción de tres planos en el comportamiento operatorio es arbi"trarIa . COfil0 todo corte en un proceso continuo, pero· ,'uel,~e a establecer1~ distinción. lJsicológica del inconsciente, del subconsciente y del cons­CIente, . !o ~llal corresponde a .tr:s ~i\reIes ?e funcionanliento. del aparatoneuropslqUlco ~un:ano. E~ta dlstlnClO? e~ cle~tame~te nlás importante' quela que s7 pod~la lntrodll~lr entre ~1 l?S~lnto y la lntelig'encia, pues' separalas manIfestacIones propIamente lnstlntl\taS }? genéticamente canalizadas,

LA 11ElvfORLA OPERAT.ORIA

.La formación de cadenas operatorias plantea, en las diferentes etapas,el. rr~blelll~ de las ;elaciones elltre. el jnd~\riduo y la sociedad. El progresoesta sOllle,tldo al. C;tll1Ulo de las !nno:a~l?neS, pero la supervivencia delgrupo esta ~CO?~ICI0nada por la lnscrlpclon del capital colectivo, 'presen­tado a los .individuos en unos programas vitales tradicionales. La COI1Sti­tución .~e l~s cadenas' ~peratorias depende del juego' proporcional entrela experiencra que da orIgen en el individuo a un acondicionamiento me­diante tce1;sayo y error" idéntico. al del animal, y la educación en la cualel lenguaje torna una parte variable, pero determinante siempre, Hemos\-ist~ más arriba· 9ue tres planos pueden ser distinguidos en el conlpor­~anl1ento operatorio del .holllbre: el ?~inlero. es un plano frofundo queInteresa U?O~ ~on1portall1Ientos .autol1:atIcos directamente ligados a -su na­turaleza biológica. Este plano interviene solamente COI110 un fondo sobreel cual la educación imprime los datos de la tradición. Las actitudes cor.porales y ,e~ comportamiento ~linlentario o sexual, se apoyan sobre este~on.do genético en unas modalidades fuertemente marcadas por los maticesétnicos. El segundo plano es. el del ~~mportanliento maquinal que C0111.

lJre!:de ~unas. cadenas. operatorias adquiridas por la experiencia )' la edu-. cacron, I~lscrltas a la vez e.i el COI111Jortan:ientogestual y el lenguaje, perodesarrollándose en una penumbra que,' SIn embargo, no es automatismo.puesto que toda interrupción accidental en el des:rroll0 del .proceso ope:ratorio l1JCe intervenir la conf rontación al nivel de los símbolos del len­guaje y pasa .a-l ter.cer 1)1;1110. Est; último es el del comportamiento lúcidosobre el cual interviene -el . lenguaje de manera preponderante, sea que llevaa .!"eparar una r~ptura accidental en el ~esarrollo. 'de la operación, sea qllelleva a la creae10n de cadenas operatorias nue\Tas. . .

. Estos tres planos se encadena~ en los .diferelltes 11~,reles del conlpor~tamiento humano en unas proporC1011es variadas y en 11(tazón .directa conla supervivencia del dispositivo social.' b

y de orientar la agreSi\T!~~d específica; :u pérdida total equivaldría pro.bablell1el1t~ a la desaparición de la especIe humana, mientras que el arre­glo. consciente .del vínculo entre el pensamiento y el aparato fisiológicoresponde a la apertura de una perspectiva optimista hacia el futuro.

Page 114: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

...· ,l. ,

· ..229228· ., .

, .. .'

· i· ,1

:. ;:!.'1

,• '!*

"..,.

· :1• t,

l'.;· .., "

'..¡• :1i:,'

..I

• I

Este hecho es tan valedero e importante en las sociedades primitivas dondelos ninos y los adolescentes constituyen un grupo social pudiendo alcanzarel aislamiento gracias a la cohabitación .separada de los jóvenes conlO en lassociedades olodernas, donde la escuela es entendida como un modelo potentepara formar el comportamiento, Los aspectos ide?lógicos de. la, educacióntienden a hacer .subestiniar los aspectos operatorIOS, que constItuyen unaparte fundanlentaI de la personalidad colectiva, la impregnación ideológicaexige, para ser total, la nlovilización del conlportan1iento operatorio elemen·tal y desde· los espartacas del colegio británico o a la pedagogía socialista,la {orlnación del individuo idealmente conforme al' ideal colectivo ha abar­C[).(.10 S!elnpre la constitución de las cadenas n1aquinales en el progranlade educación. El ejemplo humorístico del funcionario inglés perdido en unpuesto aislaclo en el fondo de la jungla y que cena so!-o, a la hora justa ycorrec:tanlente :vestid.o, il ustra bien el carácter personalizado, en un plano. ala vez intlividual y étnico, del desarrollo de las cadenas elementales.

15.

· .

,. . I

I· I

I,• 1· ;¡I~AS CADE:NAS OPERATORIAS PERIODICAS O EXCEPCIONALES

La organización de },1 memoria colectiva es diferente cuando se tratade operaciones qlle van más allá· de las cadenas maquinales, tales corno

· ., ,

I,· I,

':· ";I

· I

.· I

I

I.,!!

·11

· I

· I1

II1

· ¡· ,

;

· .

}" 110 afectan el. lenguaje más que de una manera limitada, .Es solamenteen un estadio mu}r .adelantado de la organización de la 'conciencia colee­tiva qlIe el gesto social o profesional se encuentra fijado en los tratadosde mundología, 'en' las obras de oficios' O' en los' manuales' de etnografía.'La transmisión de las cadenas' elementales está, pues,. esencialmente unidaa' la organización de las células sociales restringidas yen. particular de lafamilia .:0 . de les grupos de jóvenes. Los juegos imitando a los adultosdesempeñan Llfl papel importante en ello. 1.:; . . . .

El sujeto qlIe actúa, orienta por consiguiente la' mayor parte de suactividad con la ayuda de series de programas elaborados en el curso ~ela. evolución del grupo étnico, que la educación. inscribe en. ~U ,me~o.rlamotora. Desarrolla estas cadenas en un estado donde la conciencia lúcidainterviene para ajustar Jos eslabones. Nfás exactamente; l~ lllcidez. sigueuna sinusoide cl1yas concavidades corresponden a las' serIes, maqulnal:s,mientras qlIe los. vértices marcan los ajustamie~to~ de las s~rles, a la7 crrcunstancias de la operación,' Esto ..es ya caracteristico de la lntell.gencl~ deJos mamíferos superiores y se ofrece en el hombre con una. intensidadqtIe hace de ello lID carácter decisivo del comportamiento. En efecto, la

. intervención lúcida, ligada a la posibilidad de confrontación, es no sola­mente lo qlle asegllra'- la orientación del proceso opera,torio, sino lo qllepermite responder a las situaciones accidentales;. es ?eClr, de ende~e~a.r. elprcceso operatorio" ajustándole unas' cadenas aprOpla~a$. La ,poslbIltdadde reparación o de mejora en el dominio de .las re,l~clones 5?clales, ~ant.ocomo en el de las' técnicas, es el factor de la mvencion y restituye el individuo humano como inventor en el desarrollo del progreso, Lo propio delas sociedades humanas es acumular las innovaciones técnicas y conser­varias lo cual está liaado a la memoria colectiva, mientras que dependedel individuo organiz~r sus cadenas operatorias,' conscientemente, hacia lafijación de pi~ocesos operatorios nuevos,

automatismo para el cual la intervención de la conciencia sería nula, sinoen una penumbra psíquica de la cual sale el sujeto solamente en casoimprevisto en el desenvolvimiento de las se~encjas. En. los gestos enca­denados por nosotros durante el aseo, la comida, la escritura, los de~pla­zarnientos y transportes, por excepcional que sea el regreso a la lucidez,es decisivo; es por lo cual se debe aplicar la expresión de "cadenas ope­ratorias maquinales' y no automáticas, inconscientes o instintivas.

Las cadenas operatorias maquinales son el fundamento del. COl11por­tarnien to individual; representan .ell el hombre el elemento esencial de la.supervivencia . Ellas sustituyen al ttjn~tinto" en condic~ones. 12r?piamentehumanas; puesto que .representan un nivel elevado de disponibilidad cere­bral. No podernos, en efecto, imaginar UIl comportamiento operatorio exi-.aiendo una constante lucidez ni' un comportamiento totalmente condicio-b .nado, el cual 110 la haría jamás intervenir; el U1IO porque conduciría areinv entar el menor gesto, el otro porque correspondería a un cerebrocompletamente preacondicionado, y po~ consiguiente in}lunlán~. Ta! .C?1110

está construido, el cerebro humano aliena una parte de su .dIsponlbIlIdadforjando los progral11as elementales que aseguran la libertad de su C0111·. portarniento excepcional. Son las prácticas elementales, cu)'as cadenas sevan constituyendo desde el nacimiento, las que marcan más fuertementeal individuo de su huella étnica. Los gestos, las actitudes, la manera decomportarse en Jo trivial iy '10 cotidiano, .constituyen un Inedia' 'de uniónal grllpo social. de cuyo origen el individuo no se libera jamás comple­tarnente, .hUI1 .cuando fuese transplantado en una clase diferente o en otraetnia.

Las modificaciones políticas y la "planetarización" actuales plantean. a ..est-e respecto' serios problemas, La diversificación de las etnias )' la for­mación de comportamientos operatorios eO 111II nes a unas unidades 1115.S omenos amplias corresponde l)ara el individuo a un equilibrio psíquico que11a. caracterizado siempre a las poblaciones humanas, En nuestro grul)O 200-lógico particular, la etn ia sustituye a la especie y los individuos humanosson étnicamente difc-entes, tal COU10 los animalesJo SO~l específicamente.El1 el nivel de las prácticas elementales, esta especificación no es COI1S·

ciente más qlle por contraste: tales gestos que hago 5011 entendidos C0010propios a '111i 'grupo en la .medida en la cual se 'oponen a los gestos de losextraños. Las prácticas étnicas 500, l)U e-s, fuente de oposición, 11ero en, el .I11isll10 tiCl11PO' flIente de conl0didad y de intil11idad .entre indi,'iduos de·llila I11isl11a pertcl1tllcia, fuente (le "desarraigamiento" para los indi'1idllOSaislados en· Il1edio éxtrañ·o, Para la sociedad, con1.0 consul!lidora de il1di,ri­duos COl1 ll1iras a su l)rogreso, lInos hombres estrictalnellte intercal11biablesserÍall ciettanlente un beneficio, l11as ¿en qué medida la sociedad. conti­tIllaría l11anteniel1do a los hOfllbres si dejasen ~e ser étnicall1ente di,;ersos?'Cualqujer cosa que se· 'pitI1Sa al .. respecto,. y ya ,'ol\'eremos a ocupa"rnosde esto nlás ade1ante, las cadenas operatorias nlaquinales COIlstitll)1en tIfondo del. COlllportaIniento indi\rjdual común a los mielnbro-s de un miSlnoglrupo étnjco; se 'sitúan sobre un plano .profurido de la memoria colecti\ra

•._- _. ' .._".- . _. __ .... .. . . . ... ..__ ... - _. ,--_. _._-- _... . ..-_._------_. -

Page 115: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

I,

il'r!

·1I,

· .1: I

! i··! i

I!,;

,.'

· ·1'.!i. 1I

.01·01

, irIt-

j 'j

¡

,',1

II!.¡

. !

· .¡I

· ¡i

: I· i

II

;

i!

zosamente es~o~ado al abordar l~ cuestión de la inteligencia y del instinto,y que resurglra frecuentemente, no es otra cosa que este distanciamientoentre el hombre }' el medio, a la. vez interior y exterior, en el cual se en­cuentra .. Este desprendimiento que se expresa en la separación del útil. en relación con la mano, en la de la palabra en relación con el objeto, seex!)resJ, además, en la distancia qlle torna la sociedad en relación con elgrllpo zoológico. Toda la evolución humana concurre a situar fuera delhonlbr~ lo qtle, en el resto del mundo animal, responde a la adaptacióne~pe,:íflca. ~~ hec?o materi:ll más sorprendente es ciertamente la "libera­cron del útil, mas en .realidad el hecho fundamental es la liberación delverbo y' esta propiedad única que posee el hombre de situar su memoriafuera de sí mismo, en el organismo social. .

Son estos dos distanciamientos: el del .útil y el de la memoria, losobjetos de los capítulos siguientes.

·230

El comportamiento operatorio del hombre, en su unidad aparente)(Libre, plles, unas 111al1ifestaciones l11Uy cornplej as. Aparece estrechamentesolidario de la "ida social, mas 110' responde de ninguna manera a unafórmula que opondría en bloque el instinto de la abeja a la inteli cenciahumana, o a una fórmula qlle sacara de la identidad de los estados sociales1111.l comunidad esencial. entre las sociedades de insectos y' las sociedadeshuman as.

El hombre, en efecto, está a la vez más cerca del mundo animal de10 qLle permite lJensar la oposición tradicional entre la inteligencia y el .instinto y, sin embargo, está mucho más lejos ·de ello de 10 (llle podríacreerse en base a las identidades sorprendentes que marcan las estructurassociales de. Jos animales con vida colectiva organizada, No lJarece qllel1el110S l)e,rdldo. l11a~1or cosa de lo ~ue ha podido ser nuestro lejano paren­tesco con el trilobites o la lombriz. Nada se nos ha escapado de lo que,en la organización psíquica del vertebrado, asegura su ·equilibrio vital; perotodo esto es el volante qlle mantiene nuestra, actividad vegetativa detrásde lo que. nos es propio }' estrictamente propio: la facultad de simboli-.zación, o 'más gel1eralnlellte, esta propiedad del cerebro humano de COI1-

servar una distanci~~ entre lo ,ri,7id~ y.el. organismo q.ue 1e sirve de soporte.El problema del diáloao entre el individuo v la SOCIedad el cual Elle for-

. (.:J .;.'

EL C01\1PORTAl\1IENTO OPERATORIO GLOBAL

la repetición estacional de los actos agrícolas, el desarrollo de una fiesta,la construcción de un edificio, la conducción de una· pesca o de una cace­ría colectivas, Según su periodicidad rápida o l11Uy espaciada, la interven­CiÓ11 del dispositivo qlle fija las series operatorias en la memoria colectivareviste más o menos importancia, En todos los casos, el lenguaje intervie­ne . como soporte de los actos por ejecutar y todas las sociedades sine~critura poseen una ganla de medios de f~j,acióll bajo forma de prover­bIOS, de preceptos, de recetas cuya conservacion reposa muchas veces en lamemoria de algunos individuos, Las operaciones. periódicas, sobre. todoa largo término, van más allá de la fi j ación maquinal y consti tuyen unode los rasgos que separa!l más radicalmente la sociedad humana de todoe~ resto del rnundo. zoológico.. En las sociedades animales, existen opera­cienes que se desarrollan estacionalmente o una sola vez en la vida .de lossujetos; desencadenadas por el ritmo de las estaciones y la maduraciónfisiológica. El animal pone en. juego entonces unas cadenas nuevas en elcanal de su preacondicionarniento genético. o vuelve a encontrar el hilode operaciones )'a vivídas en condiciones idénticas. Para el hombre, una. parte importante de su actitud ante las operaciones periódicas está tambiénJi.Sada al ciclo est~ci.ollal y a la lna~uración ~isiológica: la misma ~per~­cion cole~t!,Ya es vivida de manera diversa segun la edad y la experIencIa·de los sujetos, mas su desarrollo es tradicional )T no genético, encontrándosesu contenido soportado por un cuer!Jo de fórmulas verbales qlle forman. parte del capital étnico. .

Page 116: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

!: I

· ! i

::!! ¡

233

!I, !

· iI· I.,,

· !

: . :

, I

I '· ¡

1: f,

· .· .· ,· i

!

i,,· ¡

I!· ,

· : :.

· I

· . ;

Una tecnología qlle se limitara a la clasificación de las formas de losútiles y al análisis de los estados de una fabricación mantendría frente a laetnología la? mismas relaciones que la zoología sistemática frente a la bio­logía animal, En efecto, el útil existe solamente en el ciclo operatorio;es un buen testigo, plles tiene en general huellas significativas, pero esequivalente a un esqueleto de caballo qlle lleva la huella del ser herbívorode carrera rápida del cual fcrrnó parte un día como armazón, Si la tec­nología sistemática, que Elle el objeto de los dos volúmenes de EtolnciánJ' T écnicas, es una base indispensable, el útil existe realmente gracias al. gesto que 10 hace técnicamente eficaz ..

la noción misma del útil exige qtle se la vuelva a considerar. a partirdel mundo animal, ptleS la acción técnica está presente tanto en los inver­tebrados como en el. hombre }-' no se 1,1 sabría limitar a .sólo . las produc­ciones artificiales de las cuales tenemos el privilegio. En el animal, elútil y el gesto se confunden en un solo órgano donde la palrte motora yla parte activa no of recen entre sí ninguna solución de continuidad. Lapinza del cangrejo }" sus piezas mandibulares se confunden COn el progran1aoperatorio a través del cual se traduce el comportamiento de adquisiciónalimentaria, El hecho de que el útil humano sea amovible y qtle 5115 ca­racterísticas sean no específicas sino étnicas, no cambia fundamentalmentenada. Los cortes socioculturales, que hacen que tal operación técnica seatípicamente neocaledonia en su desarrollo como por su utillaje, han reem-.pIazado simplemente los cortes·' psicozoológicos, qlle le dan carácter detípicas a determinada especie animal esas operaciones y el instrumentalqtle les traduce.

La sinergia operatoria del útil y del gesto -supone la existencia deuna memoria en la cual se inscribe el progran1a del comportamiento. Enel animal, esta memoria se confunde con todo el comportamiento orgini­co y la operación técnica .reviste, llanamente, un carácter instintivo. Hemosvisto qlle en el hombre la amovilidad del útil y del lenguaje determinabael establecimiento de los programas operatorios, ligados a la supervivencia

-..

EL ..GESTO y. EL PROGRAMA

... ,

-1

· II

VIII. i

1,

Page 117: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

1,

;, .(,:,.., I

II

235

. I

I· I¡

I!il. íi¡,!.

~!

. I

!li1

. I

· .;

, !I

. I· !

.: ¡· I

j

, II

· 'J

;· ,.',· ,

16. En Jos mamíferos, el uso. proporcional de la prensión Iabiodentaria y dela prensión manual lateral o bilateral, ofrece aspectos lTIUy variados. Esdominado por el. grado de liberación de los. miembros anteriores, perotambién por el grado de desarrollo del córtex motor y por la naturalezade la adquisición alimenticia, En el conejo, pese a la posición sentada, la'prensíón manual es nula; en la lapa, sucede a. la prensión Iabiodentaria yola acción de las manos es bilateral) limitada al mantenimiento de los ali­mentes. En los roedores altamente prensares C0010 el castor, la marmota,el hamster, la ardilla y la rata, la prensión labiodentaría acarrea, en po-.sición sentada, la acción inmediata y coordinada de las dos manos quetienen suficiente independencia corno para orientar el objeto y presentarlocorrectamente a los dientes. Se constata, aunque raramente, el empleo pri­mario de las manos para agarrar. En los carnívoros prensores, corno losfelinos. la prensión manual, bilateral o lateral, alterna con la prensiónlabiodentaria según las acciones. En la captura por salto, la acción manualbilateral es primaria: en las operaciones de agarrar estando parado o enpcsición senta,da en tres mienlbros, la prensión manual lateral dornina; alJ110mento de conler, el reconocimiento olfativo está unido a In prensiónlabiodentaria en posición cuadrúpeda en cuclillas. En el oso, los nlustélidosplantígrados conlO el· tejón y los procyonideos C0010 el zorro laval11anos,en los cuales la locomoción arborícola y la posición erecta desempeñan unpapel inlportante, las acciones se dividen según un esquenla vecino al delos felinos, sin enlbargo fllás .rico en fllatices, y ya cercano al de los pri­nlates; el oso puede coger con una mano, llevar el objeto hacia su narizpara reconocerlo y a~ga:rrarlo en un segundo tienlpo entre los labios paraconsunlirlo ayudándose de tIna o atl1bas fllun·os. En los 010nos, con unasrelaciones de intensidad l11Uy variadas de tlna especie a la otra, la acciónnlunua_l es prinluria, frecuentenlente lateral, nlientras que la. acción labio­dentarIa. COI110en el 11oo1bre, es sectlndaria. . .

.'

q1le hay de común en los elementos de anatomía fisiológica. La figura .1O~ exp;es~ a la \rez el comportamiento técnico .de los primates y. elcapital técnico del hombre, desde' los orígenes hasta el alba del h()'J10sap ien¡ ... El comportamiento elemental de los monos y de los antropoides

l)one en juego, sobre el fondo dinámico de la masa del cuerpo, la accióncoordinada o aislada del miembro anterior }' de la cara, en las operacio­nes relacionadas con la adquisición }t el consumo alimentario, con la agre­sión o la defensa, y con el comportamiento de relación por contacto facialo manual. Al inverso de los roedores, que de una manera casi exclusivaagarran· o palpan primero por prensión .1abiodentaria, los primates hacenintervenir primero ],1 mano.!" Esta inversión de la relación mano-caraen . una serie de actos qlle 110 son fundamentalmente diferentes a losefectuados por los roedores con mano prensora basta para aislar a losprimates del. resto de los mamíferos: inicia las 'fías del comportamientooperatorio del hombre... . Del primate al hombre, las operaciones de prensión no cambian ticnaturaleza, sino qlle se desarrollan según la variedad .de los objetivos}' g':lnan fineza en la ejecución (figllra 106).· Las operaciones digitopal.marias de prensión, de contacto afectuoso u hostil, de amasar o de em­pleo de la mano como recipiente, son fundamentalmente técnicas a manodesnuda, mientras qlle las operaciones interdigitales, que·· aseg1lran en los

---,- ---_. ----

. 234

El dispositivo osteornuscular de 105 primates es lo suficientemente})rÓXil110 al del hombre CalDO para qlle se pueda considerar Sll brazo y S11mano C<.")1110dotados" de propiedades mecánicas sensiblemente equivalentesa ras nuestras. En efecto, si bien es de rigor introducir matices en la finurade los movimientos humanos con relación a los de los monos, es ciertoglle las diferencias anatómicas 5011 despreciables frente a las del dispositivo11CUrOJ110t()r. Es, p1les, sobre el mismo fondo y con las mismas posibilidadesgestuales qlle se puede considerar a los 1110nos ordinarios, los antropoides)' al hombre. ..

Los rasgos esenciales de la gesticulación técnica propia del hombreestán vinculados, evidentemente, a la prensión, }' corno lo l1Cll10S vistoprecedentemente, las acciones de prensión .interesaban toda una categoríade mamíferos, los cuales, desde los roedores a los carnívoros, ofrecen engrados variados, las mismas aptitudes. En los diferentes niveles intervie-.ne la distinción en tre las operaciones en' las cuales la acción de la manoestá combinada C011 la de la cara, }T en· particular con los labios y losdientes anteriores, y aquella donde la acción de la mano, bilateral o unila­teral, se hace' sin participación facial. A esta distinción, cuya importanciaf11C puesta en e" idencia en los primeros capítulos, por el allá lisis de 1aformación del call1po operatorio anterior, se aglrega otra, la del modo deacción propia a la mano, visto qlle ella importa, principalmente, cuandose trata. de analizar el comportamiento técnico humano. Esta acción I)ar·ticular de la mano se traduce por el efecto vulnerante que pueden tener'as uñas, por las operaciones de prensión digitopaln1ar y por las· de pren·SiÓll' interdigital. tIl1 cuarto térl11ino, que interesa las 1)alal1cas del antebrazo}r tiel brazo, dtbe perlllitir ej· análisis del C01111)ortalniento gestual ell eldOll1illio téCl1ico, tradLlciel1do l)or· Ull0S . 1110,:in1iel1tos de traslació11 o def()tacióll a la ,"ez, la pre~entaciÓl1 del útil 111anual }' su il11pulso. En lItl

al1ilisis COl11pltto, todo el con junto de la nláquina corporal debelría 111ter­,'eIlie, mas en el estadio l)resente, bastará con indicar cónlO un cierto orden}Jlletie introd1lcirse en las categorías fundanlentales del comportanlientogestual de los 111an1íferos superiores y del honlbre.

1:5 illteresante establecer .el, capital común .a Jos ..1110nos y al honlbre,110 lJQr Jo qLle se })LIede encol1trar de 1111mano en· el n10no, sino por ]0

ANALISIS ELEl\iENTAL DEL GESTO·

.del dispositivo colectivo: se trata plles, ahora, de seguir las etapas qllemarcan una liberación operatoria tan adelantada en las sociedades actualesqlle ha alcanzado no solamente al útil, sino al gesto en la máquina, la me-1110ria de las operaciones en la mecánica automática, e incluso, la progra·rnación en el sistema electrónico .. En cuanto al útil, hay relativamente pocoellle . decir después de lo puntualizado el1 los capítulos precedentes. Elgesto, en cambio, nluy escasamente ha sido objeto de 1111estudio que torneen cuenta, sobre tilla misma perspectiva, el comportamiento animal y lasactividades motoras reflejas del hombre. ;

Page 118: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

· ,· I1: ..,!

237

· I, I,, .

I

i. iI I

Io.' i;

· i!· ¡

¡·I, !

· !

· '¡· ;¡• 1,

· I¡

! :

i· II

~. . I

I, .!,,

I· I'. '!.' ,

!·¡

primates .el despiojamiento }' -Ia mondadura, tomaron' una importanciaconsiderab'e en las ~técnicas que requieren cierta finura 'de. ejecución,tal como el trabajo de las fibras. El' hecho de q11e el cerebro actual delhombre sea su última adquisición, aparece mejor.' todavía al estudiar elgesto. técnico más que en cualquier otro estudio, pues lo que hace el 're­sultado técnico no implica nada· en el' dispositivo osteornuscular ql1e noesté. presente ya en el mono superior: todo reside en los aparejos n.er,

•VI0S0S.

Para pasar del primate' al primer poseedor de útiles, la frontera noestá en. las posibilidades técnicas: los monos grandes agarran, tocan, re­cogen, amasan, mondan, manipulan, dilaceran' entre sus dedos y 511Sdien­tes, trituran' con los molares,. cortan con los' incisivos, perforan' con loscaninos, amartillan con SllS puños, rascan y cavan con las uñas. Este in­ventario contiene lo ql1e se necesita para agotar las operaciones enume­rabies a través del utillaje de los' arcantrópidos y de los' paleantropos,

. En un capítulo precedente, se desprendió la impresión de qltc el útiles, en cierto modo, exudado por el hombre en el curso de -su evolución .Llega 11n momento en el cual la madurez de las descendencias termina

w

en el bípedo de mano libre, a quien la 'primera 'parte de este libro, .hasido consagrada; bípedo qlle emerge sin perder nada de .sus contactoscon la continuidad de los seres vivos, totalmente diferentes en su rnúselemental 'humanidac:i al más' ,e\'olucionado de los monos, aunqlle estéarrastrado .por la misma corriente. Una impresión .idéntica sl1rge al aná­lisis del gesto técnico, más fuerte aún, pues se ve el útil manar Iiteral-mente del diente y de la uña del primate, sin qtle nada marque, en elgesto, la. ruptura decisiva.

El equipo técnico de los antrópidos más antiguos, australantropos }'arcantropos, . está hecho de percutores, de choppers con un filo rudi­mentarío,' astas de ciervo convertidas en mazas o en bastones para exca­var, de bolas' proyectiles CU)·o movimiento se adapta directamente al. mol­de de 16s gestos anteriores, La mano humana es humana por Jo que sedesprende de ella y no por sí misma: un dispositivo osteornuscular bas­tante sencillo, apto ya en los monos para asegurar con mucha economíamecánica unos movimientos de, prensión, 'de .rotación }' de. traslación quepermanecerán luego inmutables, El valor humano del gesto no está, pues,en la mano, siendo Sll condición suficiente que esté libre durante la mar­cha, precisamente en la marcha vertical, con sus consecuencias paleonto­lógicas sobre el desarrollo del aparato cerebral. El' enriquecimiento pro­gresivo de la sensibilidad táctil' y del dispositivo neuromotor intervienecualitativamente sin cambiar la 'naturaleza de los aparejos fundamentales,

En el antrópido primi tivo, las acciones comp!ej as de 'prensión, demanipulación y de amasar persisten: forman todavía una amplia parte denuestras técnicas.· En cambio,' es notable qlle desde la aparición del per·cutor, del chopper y de la utilización de las astas de cérvidos, las ope­raciones de sección, de trituración, de modelamiento, de rascar y de ca­\rar emigran a los útiles. La mano deja de ser el útil para ,rülverse motor .

--_ ........ - ..- -- .._" . --- .._.

-I ...-_ ... _- -_._ ...._--_.- -- .. - --_.__ ,,_ ._-_.__ .__ ._ ... _-- ..-

\...i.,.......,¡­',...-.,;...;-

-u

i, ,

. 'I

e-,..-.....-...--• . "z

--e•--

. ,

. - ..-~--c-.-I....._,--......,;._

-,----- ------_. _.~------

"I

,I

--.­._.-'._¡'._¡~.....e:.....r»-

Ir.,..._, .;;..

, I,

. j,•,

,

IiI,!

1

I,¡

I, IiII

Ii,,,,

II

I

I .

•-~. ...._~,._-_.-.J-.-,

I ~

<~::l(!IZ::J i

Z e'O- ~ 'o<r.I '-4

._- ::;j V I...; ~ !

U V',J i.

~ ~ ~- e,o.' :.....- V)~ ~ o~ -r.-.

--II

t I

, .-i ",., '.I -...J ,,

Zr . , 1I

1 -e Ii -I /-¡, Z,......._, ,..., - -v: .-. ,-._,- _, • .-! - ~ ''''¡, o , -'-' - ~: -' .- , ~- ...... ~,..

1...- ',J, ,... .-_. .... ...- ,y

¿ -._-I 'vi•

•--<,r-<Z •.., !-/"'..... : IZ r.1"'.._,. ,...- - Iv: ,.-, _. :~

._¡ ,_¿ '...1: , , - ¡..., ....

:t:: "'- ilJ" . :::J i- . ~ I,... ..... :....- .- o1..0~ U , I,

•¡

.

.,... : ,- , ,,.. ·.-,- ·_,

,'- ·- ,._, '..1._,... \..J ~- .....,.-,_

'..J tIl r: ,-._ .- vI.f) -v ...; .-- ,...:... '-..J -~ - '- • .

,J - ,.....- ,.,.. . "". -,..... :..... ...... <, "'".-I '.._¡,; -',4! - :, :lJ¡

~,I .,

j'

:. ,-<' •I, j-•: Z Z •

,.1"'" ~.....- C:rJ'j

Z O- •• ••• ....¡ • - -,.J <,-

~_.

_ ..__ ...... .. .. - - . .. ............ .._. ----.- -- --

Page 119: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,l·

239

·1

i'!i¡

;¡· !I

!:

I1I

· ¡. . !,

A la inversa de la manipulación, las acciones originadas por el dien·.'te o por la lIña' se han exteriorizado de golpe: la mano no desempeñaen ello más qlle el papel de pinza a la extremidad de un dispositivo di­rectamente motor, apropiado' para las percusiones de diferentes categorías(ver El hombre )! la Illt/feria).

El .repertorio' de las percusiones de las qlIe es capaz un mono an­tropoide, es bastante .,Tariado, mas su instrumento principal es el. aparatodental: los incisivos cortan o raspan; los caninos perforan y desgarran;los molares trituran. El papel de la mano es antes que todo el de sometera la acción de los dientes el objeto par explorar o prepararlo para suabsorción alimentaria. la acción de, las uñas aparece solamente en' lasoperaciones vinculadas al rascar o al excavar, acciones por lo demás im­portantes pDr su ritrnicidad. La, consideración del comportamiento ope·ratorio de los grandes monos deja la impresión de tecnicidad esparcida,virtual, distribuida entre las percusiones dentales, la manipulación y lasrascaduras con movimientos repetidos. Todo aquello que se necesita parahacer la' tecnicidad humana se encuentra ya. presente y con\'erge en elnl0mento cuando aparece el útil.

Es dificil, por. faJta de documentos,' representarse cómo el incisivose torna en chopper; es decir, como el único' útil orgánico con accióncortan te, llevado en la extremidad de las qtlij adas, se transporta a lamano. por la .acción incisi\ra de un canto fragmentado; no obstante, todoparece indicar qlle la refundición tU\'O lugar en el estadio más remoto;en tiempos de los atlstralantropos. La marcha vertical desempeñó un papeldecisivo tanlbién. Entre los nlonos, los dos campos. operatorios .trabajanSitnll1táneamente en posición sentada (percusión dental + manipulación)

-:,LA' 1vfAt\¡O.EN 1vfOTRICIDAD DIRECTA

· .

nocidos desde la antigüedad, la mano está presente como .Utl gancho }'la máquina es una simple' exteriorización de la fuerza motora. El ejemplodel tejido es demostrativo ígllalnlente; en los tejidos antiguos más elabo­rados, como los del Perú o los brocados' del' mundo oriental, la manoag~rra los hilos de cadena individualmente para constituir el decorado.Sin embargo, bastante pronto, tal 'vez desde el Neolítico, reduciendo lasoperaciones' al alzamiento repetido de un hilo sobre dos o sobre tres,la liberación de los dedos fue un hecho. Mas hubo que esperar el sigloXIX para qtle 'la . introducción de un programa sobre' cartas perforadasacantee e'¡ tejido mecánico al nivel de, la manipulación alcanzado de golpepor 'la mano desnuda. En ambos casos, la vía seguida es la misma: enla etapa inicial,' la mano desnuda es apta para unas acciones limitadas. en·fuerza o en velocidad, pero infinitamente diversas; en Ia segunda. etapa,par~l el aparejo como para el telar, lltl solo efecto de la mano es aisladoy transportado a la máquina; en la tercera etapa, la creación' de un sis­terna ner\!ioso' artificial y rudimentario restituye la p!'ogramación de 105IDO\' i01 ientos.

,.\'!

, :

..

238

LA j\1ANIPULACION

, Las operaciones complejas '(le prensión-rotación-traslación qlle rarac­terizan a la rnani pulación, primeras en aparecer, han atravesado todos lostiempos sin 'trans!)OSicjóll. Siguen "siendo .tolia\·ía el fondo gest:lal. más co­rriente, l)ri\'ilegio de la mano 1111.1y ,arcaIca.y l11Uy poco especializada ?,eJhombre, . en relación con' los maravillosos lnstrun1entos para la prenslony 'para correr que S011...1a lllallO .del león o la del caballo. El patrimoniode 'la' dLlracióll, que está 1igado 'en paleontología a las especies gue S011.

al)tas para todo, se Ulle. tal1lbiél1 a las oper~~iones c.on la mano desnu~a)r las. fOfl11as lnás l)erfectas. de la constnlcClon arquItectural, de la cera­lllica, de la cestería )' del tejido quedaron ligadas a eIJo l1asta los tietl1pos~cttlales ..

,Los aparatos lJar~ agar,rar, transportar y presentar en posición, fa'\'o-.rabIe, aparecieron solan1ente COll la alta 'industrialización, eri las cadellasde nl0ntaje o los manipuladores auton1áticos. En las grúas }' aparejos co-

A]USTAl\IIENTO DEL UTIL y DEL GES'TO l\10TOR

. En el curso de la evolución humana, la mano enriquece sus modosde acción en el proceso operatorio, La 'acciól1 manip uladora de los pri­mates, en la cual cesto y útiles se confunden, se continúa en los primerosantrópidos l)or la de la mano C011 motricid.ad directa, ~on?e el útil manualse ha hecho separable del gestó motor, En la etapa sIguIente, franqueada

,.. tal vez antes del Neolítico, las máquinas manuales anexan ,el gesto y lamano con niotricidad indirecta no aporta 111ás que impulso motor, En el

. curso de los tiempos históricos' la fuerza motora misma aband,on~ elbrazo 11Ll111a110, la mano desencadena el .proceso motor en las n1aqulnasanimales o las máquinas automotoras, C01110 los molinos. En fin, en ~lúltimo estadio, la 711élJ10 desencadena 1111 procelO programado en' las ma­quinas automáticas, las cuales no' solamente exteriorizan el útiI~ el gesto)! .la rnotricidad, sino ql.le invaden la memoria )' el comportamiento rna­guinal. .

Este ajustamiento del útil 'y del. gesto en UllOS órgal10s exteriores al11011lbre posee todos los,. caracteres de una e'\'?,lución biológica, p~e.s,to.que se desarrolla en el tiempo, corno la e\·olllClon. cer~braI,. p,or adiciónde 'elell1entos que perfeccionan el proceso operatorio sm eliminarse unoal . otro. Anteriormente hemos visto gue el cerebro del IJ01110 snpien s

conserva . todos los niveles adquiridos desde el pez y qlle cada uno deellos, dominado IJar el más reciente! continúa ~ Jese.l11peñar un .papel. enlas formas más elevadas del pellSalllJel1to. La existencia y el funclonaol1en-.to de una máquina automática con progranla complejo implica, igual queen los niveles de su fabricación, de su regulación y de su reparación, laintervención en ]a penumbra ele todas, las categ.orías del gest~ téc?ico,de la manipulación dtl metal al l1lan,e)O de la 111113, al embobinamientode los hilos .eléctricos, al ensamblaje más o menos manual o .mecánico.de las piezas.

Page 120: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

1I :" ~

,.i:241

. 1,, I11

, I: I

, ,, "

, "

240

,: . I. 1:,:! ·11, I, 1, i

J

, jr":,

Fig. 107. Australianos: mobiliario de adquisición y de fabrica­ción. a) Lanza y propulsor; b) Bastón para excavar; c) Boorne­rang; d) Chopper; e) Cuchillo; f) Punzón; g) Raspador doble;

h) Plato de corteza

h

; .,

a

I d... t.··'. ..... ••:1 ,..... .'...'_ ..- :. ••••• ••:. .' f'.' ••.•• 1 4' ••....\ ..

, I I,

¡ "

I

"e

I h' '1 I,

j,\ 1,\ ' '\ 1),

\ I !I"; l ';¡ J,

1. " , .1• "

\\,,.¡, :I

: 1',: .,~'Ioo., ,

b f,

zÓ, ~

,l' e.,,

! I,, . ¡í

I " I

,

J

......~! '"

,1 A¡o/Z'1, ~ J, "

~ rl/I ' ;fA, I

,,

T(.¡

-'_",-,---

"

..:."

y separadamente en posición de marcha, siendo el a!Jarato, dental del cua­drúpedo el órgano de relación principal, 'el punto avanzado del dispo­sitivo corporal. U11a vez la posición vertical adquirida, la mano se tornaen el órgano de relación, las operaciones sentadas 'queda!l ligadas a lasimultaneidad de acción de' la cara y de la 111allO (COllSl11110 alimentarioy operaciones técnicas en las cuales los dientes intervienen}, pero el con­tacto labio-dental }'a 110 es predominante, COI110 en los cuadrúpedos, nisiquiera equivalente, como en numerosos 1110110S; ya no conserva en elhombre su importancia más que en los contactos afectivos y algunasoperaciones técnicas, donde Ja boca desempeña el papel de pinza SL1-'

plementaria. El paso al útil está, plles, funcionalmente justificado por' eltraslado 'del call1po de relación a la ,Inano.

, Sería pueril ver en el ¿/JOpper un incisivo colocado en la punta deJos dedos o en el percutor un molar enarbolado en el puño, pero la ganlade las acciones sigue siendo la, misma incluso después del, traslado qllese opera a partir del pllnto teórico donde el primate con marcha verticaltraspone sus acciones percutientes del diente al canto animado por elbrazo. La masa enorme de objetos con que se ha rodeado el hombre di­simula la sencillez esencial de los elementos suficientes para su sUl)tr~vivencia. El rnater ial estrictamente técnico de los australianos se reducea umas IJoc,as formas (figl1~as 107): la lanza y el .palo arrojadizo, para.la cacería, el 1)310 l)ata cavar y para la recolecta, el percutor de guijarro,

,el cuchillo, el' chopper y el raspador de sílex lJara la' fabricación y elCO!lSUII10 alimentario, el punzón de hueso, las fibras, para atar y unas'plancl1as de corteza !Ja.ra los, recipientes. Lo que, sabernos de los hombresfósiles entra en la misma categoría hasta Jos paleantrópidos inclusive, ycubre exactamente la gal11a de las acciones dentales }' manuales de losprirnates : Ja trituración-martillamieuto :está atestiguada por el percutor;'a rascadura por el asta' de cérvido utilizado COI110 útil para' cavar y laraedera p21:a ras})ar la madera; las, acciones incisivas; l)llestas y arrojadas,están aseguradas lJor los' f ragmCl1tos cortantes )T el c/JO /Jp{:r o el bifacial.En el Paleolítico superior, con el L10111() saplens, el abanico ,se ensancha,Olas nada parece indicar,' hasta ahora, salvo para las palancas o las trarn­r)US, qlle la motricidad manual indirecta haya sido alcanzada,

La /17(/110 en lJ10lrici(!ad indirecto corresponde a una nueva liberación,l)lles 'el gesto motor se encuentra liberado en una lJláqtliJlt1 manna], lacual 10 prolonga o lo transforma, Es Il1U}T difícil situar el momento en el'tiempo cuando esta etapa importante olla sido f ranqueada, Sin embargo,l)arece que tll el Paleolítico reciente la rnotricidad indirecta esté atesti­gllada en dos instrumentos IJor 10 menos: el .bastón perforado )r el pro­pulsor. El primero es un trozo, de asta de reno, con un hueco, y' gLle,según toda ,"lJrobabilidad, servía 'de palanca para enderezar en caliente las'varitas de hueso. El movimiento de la mano se encuentra, can ello, trans­formado en Sll fuerza y en Sll dirección. Esta aplicación lTIuy simple dela motricidad indirecta en este útil que, actúa sobre la dirección del 1110·

vimiento, 'aparece, desde el Auriñaciense, en los alrededores de 30000

, '

- , - -----------~~~------------------

Page 121: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

il"

: l., ,, !

, i243

: IIi

!. i

I

, !

,, .

conducción del motor animal. Su casto es, a pesar de, todo, considerable.'. Además, 13. eficacia de la máquina canim~l se estabil.iza muy pront? en, un "grado mediocre: el número de caballos no. ac.[e~Ienta la, ve.locldad delvehículo, ni de manera considerable, su resistencia a la fatiga. '

La lJzáqlliJ1CI' CltitOI}/C'},(I. incluso bajo la forma del más, simple pilónde agua .o de los molinos, ofrece una relación enteramente distinta entreel hombre y su fuerza exteriorizada. La mano desencadena el proceso mo­tor lueso no interviene }-'a más, sino para alimentarlo' o suspender Sll

acción ...Depende del hombre aumentar la potencia 0. distribuirla entreunas máquinas-útiles; las cuales, ejecutan ,todos los trabajos para los cualesel pensamiento las ha formado. ,

, Si la conquista de la fuerza del aglla y del viento se cOnStlffió. bas-tante pronto en la Historia, desde la Antigiiedad y durante largos SIglos,la fuerza automotora permaneció limitada. en el siglo XVIII: los aserrade­ros y las herrerías la utilizan todavía y fue sólo en el siglo xx cuando ' 'se produjo el paso decisivo con la utilización de la presión del vapor,

A partir de entonces, la humanidad percibió mll}" , claramente e! ca­rácter renovador del cambio de escala qLle se produce en las relacionesentre el mundo natural )' el hombre. Desde la Edad del Bronce, ningúnl)aso tan inlport.ante. .habia sido franqueado. La prilne:a, co.n9l~ista delI11ctaI Elle una vrctoria de la mano, la del \rapOr consagro definitivamentela exteriorización del músculo.

La participación humana, sin embargo, sigue siendo considerable yel siglo del \'apor es también el del más aplastante avasallamiento, deltrabajador manual. En efecto, IJ. máquina automotora del siglo XIX notiene ni cerebro ni mano. Su sistema nervioso es excesivamente rudirnen­tario, limitado a unos reguladores de velocidad y de presión, los cualesno hacen más qlIe distribuir una fuerza' constant~ . pero ciega.' Frerite aella, el obrero es el cerebro qlle torna la fuerza útil, la mano que llevael alimento al fllego, que presentaTa materia al útil, qlle orienta y qlIerectifica. '

Sin embargo, el nacimiento de la .fuerza autornotcra determina cier·tarnente una etapa biológicamente esencial, si se admite que la. tra.~s­formación biológica es un hecho qlle interesa a 1,1 vez la organIzaclonfísica y el comportamiento de los seres alcanzados por ella. Poco imp~r,taqlle se trate de órganos exteriores al cllerpo. puest~ qtle la trans~ormaclonnos coloca en presencia de una nueva ,realIdad viva. Hemos visto ~nte­riormente qlle 1,1 e\,o.ltIción hlllnana testitTIoniaba, a pa,:tir del hOl110 Sapte12S,tIna separación cada vez n1ás e\ridente entre el desa:rollo de la,s .trans­formaciones del CtIerpo, qlledado en, la escala del t1empo geologlco, yel desarrollo de las transformaciones de los útiles, ligado al ritmo de lasgeneraciones sllcesivas. Una acomodación era indispensable para q1le' laespecie sobreviviese, acon10dación qtle. ~,o abarca solanlente .l~~costllm­bres técnicas, sino qlle, en cada mutaclon, acarirea la refuDdlclon de lasleyes de agrtlpamiento de los individtlos. Si no se Pllede mantef!er elparalelo' con el mundo zoológico más qlle al precio de la parado) a, no

TI

;

" ...

, ,

242, '

, ', ','

LA l\1ANO DESPRENDIDA DE LA lvfOTRICIDAD

La, evolución continúa, y el impulso muscular mismo se desprendedel cllerpo cuando aparece el uso de la motricidad anil11al,' la del viento}' del, agua; propiedad singular de la especie 11l1111ana que escapa perió­dicarnente, limitándose al papel de animación, a una especialización or­gánica, qlIe la ligaría definitivamente. Toda adaptación de la mano delos primeros an trópi dos en útil propiarnen te dicho hubiera creado tan , ,sólo un grupo de mamíferos altamente adaptados a unas acciones res­tringi(ias y no el 110111bre, Cll}'a inadaptación física (y mental) es elrasgo gellético significati,'o: tortuga cuando se recoge debajo de UI1' te-

" (...

cho; car1grejo cuando proJO!lga su mano COl1 una pinza ; . caballo cuandoes jinete; se' torna cada vez disponible, su 111el110ria es transportada ell

los libros, su fuerza, multiplicada en el buey, su puño mejorado por elrnarti 110. "

, El desprendimiento :de la' motricidad es la etapa ma)'or, tal vez no"para el hombre, silla para la sociedad detentora, colectivamente, de SllS

medios para actuar. El fenómeno es nlU)T tardío: la tracción an1111a1, lasnlJquinas 1110\'idas l)or el agua o el ,'¡ento reF,tesentan Uil acol1tec'ill1ientoque 110S 11ace re\ri,'ir la historia a,ntigua )T está 'linlitada, adenlás, a ~lgunasci,~iJizac¡'oIles, de Eurasia, que basa,ron en él su suprelnacÍa tecnoeconómicahasta el siglo X\7III. Concebida generalnlente COI110 un fenól11eno histórico,de sigtlificación técnica" la aparición de la carreta, del arado, del ,nl01ino

, y ,del na\'Ío, es tall1bién cósa' a ser considerada COIDO un' fenómeno bio.Jógico; una 11111tación del organisl11o externo J1a stIstituido en el 110nlbre,el cuerpo, fisiológico. ,, La 171¿"ql¡i1J,t tllliJ7JCll inlplica una participación mus~Iar, cons.iderable.

La motricidad se encuentra, en cierto modo, des,~iada, orientada hacia la '

antes de nuestra era. El propulsor tiene testimonios .posteriores, en elMagdalcniense de alrededores de 13000. Es una varita con gancho qllesirve para acelerar el lanzamiento de la azagaya (ver ¡'ledio J' T éCllicas) J '

agregando al brazo del lanzador que la aguanta con' su nlan?, el valormecánico de lID codo y de un antebrazo suplementarios, '

A' partir de este momento, hasta el alba de los tiempos históricos,las aplicaciones de la motricidad indirecta se desarrollarlo El paso a laeconomía agrícola-pasroril las acumula en las diferentes técnicas, 'a tra­vés del resorte, de la palanca y del movimiento circular alternativo ocontinuo en 1Jláql¡i11aS manuales corno son los, arcos, las ballestas, las trarn­pas, las poleas, las muelas gi,ratorias, las grúas y las' cuerdas de transrni­.sión. Estas máquinas, de las cuales nos ocupall1os en los dos primerosvolúmenes, corresponden por consiguiente a una etapa lógica de la evo­lución humana. El proceso que rechaza poco a poco todos los instru­mentes fuera del hombre, aparece así con la misma nitidez que para elútil manual: las acciones dentales IJasan a la mano que maniobra el útilamovible, luego éste se aleja de ella aún más y es una parte, del gestoque se desprende del .brazo en la máquina .manual.

Page 122: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

, i·. :

.: f• 1

· ,; I; I,

· ,1

, ',,

; 1.!

, :1: J· l'· -1• ,1· .!

'. ,

· ':, '

.,..-· .· ;'

1:r;iI,..'1:c;1

]I ..'I .,'".I (.I Yl' "1).! '.

· 1! .',

'1

r1:1;,.,

I di't' II !;1, :."· !;, .: 1;

I• 1·I· ;

.- _ .._.-

245

EL PROGRAL\rA y LA ~r.E~fORIA ~fECA1'1ICA

La .realización· de los programas automáticos es un hecho culminanteC!1 la historia humana, con una importancia comparable a la aparición delc,hopper ~ ~ ,la de la agricultura. Es un hecho que se desarrolla en ·105 't1enlpOs h.lstorlcos cercanos }' qlle pllede~ a este respecto, dar una idea sobreel nlecanlS010 de. las grandes mutaciones técnicas. La· idea de realizar·

, - .~ec;lnlcanlente llna contlnlla~~.ón de gestos técnicos, se abre paso muy len-tamen:e _en el curso de los tiempos históricos. La realización de máquinasalItomat1cas con un solo gesto· fue tlD hecho desde la antigüedad medite~rránea o en China, con los pisones de aglla; sin embargo, la idea de un·av.er.d.ade:a prog~amación· n? •~nClIentra en el medio técnico de las g,rande5CIVIlIzaciones nlngllna pOSIbIlIdad de realización antes de la Edad Media.F~le la re!oje~ía la. q~e of feció los primeros medios de programación me­dla.nte lln~:· proc~dlmle~to.s plIramente mecánicos. El medio favorable pa.rala· Innovaclo.n ~sta.~onstltllldo,. en efecto·, por un cuerpo técnico especializadoe? la fllaterlallzaclon. de tIna l111agen del tiempo. El relojero, como especia­lIsta del desenrolJamlento y de la· animación, gracias al juego de los piño.nes y de las le,'as, combinando el mo'vimiento cirCtllar con el movimiento'

actual construye, !llultiplicando las fuentes de fuerza, un verdadero siste­ma musc,l11ar, regIdo por un verdadero sistema nervioso, cuyas· conexionescon lIn c,~gano, el cual es un .verdadero cerebr~ sensitivo-motor, aseguranel desarrollo de un programa operatorio compleJo.. .. . .. .

~el ..tren de laminadores, verdadero brontosaurio mecánico, al puestode pilota] e automático de los aviones; la automatización mecánica. corres­ponde a la penúltima etapa posible del proceso iniciado por el australan-

. tropo armado de Sil chopper. La liberación de ·105 territorios del córtexcerebral ~?tor, defi~iti\'amente adquirida con la posición vertical, llega ala perfección a partir del momento cuando el hombre exterioriza su cere­bro .motor. No se puede concebir mucho más allá qlle la exteriorizacióndel pensamiento intelectual, la construcción de máquinas.. las. cuales nosolamente juzgarían (la etapa ya ha sido alcanzada), sino matizarían sujuicio de afectividad, tomarían decisiones, se entusiasmarían o se hundi­rían en la desesperación frente a la inmensidad de su tarea. Entonces nocIlIe(la~í,~,nlás al hOJJIC- saplens, tras de haber asegurado a tales aparatosla posibilidad de reproducirse mecánicamente, qlIe retirarse definitivamenteen, la. penumbra paleontológica. En realidad, no hay po.r qué temer que lasffiJglIlnas con cerebro suplanten al. hombre en la tierra. Los rieszos existenen el interior de la especie zoológica propiamente dicha y no d~ectamenteen los órganos exteriorizados: la imagen de los robots. persiguiendo alhombre en. un bosque de tuberías, no tiene otra significación qlle la de11n automatismo qlle ha sido reglado pe.!." otro hombre.' Lo que 51 puedepreocupa~nos un poco es. q~le dentro de mil años, el hanzo saplens, habien­do terminado de. exterronzarse, se sienta embarazado por este aparatoosteornuscular anticuado, heredado del Paleolítico,

.'

•___ o •• _~._.

244

es .posible tampoco dejar de considerar que la humanidad cambia unI)OCO de especie cada 'vez que. cambia a la vez de útiles y de instituciones.Bien que propia al hombre, la coherencia de las transformaciones queafectan toda la estructura del organismo colectivo es del 111is1110 ordenque .la de las transformaciones que afectan a todos los individuos deuna . colectividad animal, No obstante, las .relaciones sociales toman uncarácter nuevo a partir de la exteriorización ilimitada de la fuerza nlO"

tora: un observador que no fuese hunlano· y qlle permaneciese ajeno alas explicaciones de la historia y la filosofía a que nos ·llan acostumbrado,separar! a el hombre del siglo ~\7II1 y el del siglo xx, como nosotros se­paranl0s e.l león del tigre, o el lobo del perro.

La máquina automática. La. maquinaria del siglo XIX está aún l11uylejos de realizar la mutación ideal, aquella en la cual el hombre tendríaa su disposición a otro hombre que sería enteramente artificial y actuaríacon una rapidez, una precisión y una fuerza sin límites; está lejos aún delmomento cuando todo se habrá exteriorizado, transpuesto el útil, el gesto,la fuerza y el pensamiento, I)or partida d?ble, ]0 cual sería la imagenperfecta del ideal social. La realización, en ·el curso de los tiempos de unorganismo social en el cual el iindividuo desempeñe cada vez -más el papelde célula especializada hace resaltar, en efecto, cada vez más claramente,la insuficiencia del hombre de carne y hueso, verdadero fósil vivo, iIl111Ó\,jlen la escala '11istórica, perfectamente adaptado al tiempo cuando triunfabasobre el mamut, perro ya dejado atrás por el tiempo de cuando sus músculos.empujaban las trirrernes, La constante. búsqueda .de medios 111ás lJotelltes 'y'más precisos tenía qlle llegar inevitablemente a la paradoja biológica délrobot,·. C}lle obsesiona el espíritu l1Ul11al10.desde hace siglos. a través de losautómatas. En efecto, a la imagen del antepasado-mono del primer capí­tulo, expresión de un repliegue nostálgico hacia los abismos, se opOl1e 110

y'a la ~111agel1 espiritual ele! állgel o del cllerpo glorioso, sirio la del 110111bre

perfectamente fabricado, réplica mecánica del antropoide en la constela­ción qlle l1JCe gra\'itar, alrededor del 110111bre de carne, a Tarzán, al astro­nauta y al robot ...

. El siglo XIX l1a produclc1o. 111011strllos, nluchos de ellos \'¡\'OS o 50-bre\!i\'iclltes 'aÚll; nláqllinas Sill sisteIna ner,~ioso que requiere!l la a}~lldaconstallte de LI!1 cOl11pañero 11l1Il1al1o. Los perfeccionanliel1tos el1 tI uso. de la' electricidad, y sobre to.do el desarrollo' de la electrónica, llan susci­tado, .en l1lenos .de un .siglo a l)artir de la 111lltacióIl de las l11áquil1as auto-111otoras, l111a transforlnación nlás allá de la cual queda ya poca cosa por.exteriorizar lie} ser hunlano. Ulla 111l1tación radical se l1a .producido en la111áquiIla COl1·el desarrollo de los t)equé.ños Illotores, el de las células Se!l­sibJes . a la acción ·lumillosa., el de las n1enl0rias,· de "los transistores, de.todos los disposjti,~os 111iniaturizados.· Este. arse11al, aunque dispt1rejo,· ofreceen piezas sll.eltas. lo: ~]elllen~os de ~n ensanlblaje. ex~rañan1ente cOlnparableal ensamblaje blOloglco. Mlclltras que la. Inaqulnarla, del siglo XIX} consus fuentes de energía \'oIunlinosa,· conducía la fuerza única nlediante~norllle sistemas de transn1isió.n 113cia unos órganos ciegos, la n1ecánica

Page 123: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

, ,

"

•. ,

l.. 1.

"

.. ,

· ,1

• I• I,

,I

: ,· I,, ,

· j

¡, frI

· ,': !.;I

,­!

I!•,

,·1

247

EVOLUCION DE LAS OPERACIONES Y DEL GESTO

l\SÍ, plles,. puede ser provechoso adoptary conservar una misma acti­tud con respecto a toda la evolución humana, Partiendo de un fenómenobiológico m~ly genera.l~ como es el. de que la evolución .saca provecho de lasetapas anteriores haciéndolas dominar por unas innovaciones de las cualesell~ , no es ~l(¡S qLle el. substrato acti,'o, se híl podido considerar la evo­ltlClon del Sistema nerVIOSO a trJ\Tés de la adición de territorios corticales·haciendo al)arec.e~ simultáneamente la motricidad técnica y el lenguaje:

. llzego? una tecnlclda~ a.ltamente reflexionada Y. el pensamiento figurativo.Al nIvel paleontológIco, ya ~s sensible qlle la posición erecta y la e~truc­tlI.!.'a osteomllSClllar gener.aI pIerden el puesto preferente a partir del mo­mento en el cual se encuentran humanamente realizadas en el australan­tropo. La mano, adquirida desde el mono, deja de transformarse (o deadaptarse del lado neuromotor) a partir del instante cuando el· útil vienea oCll~arla, y para los antrópidos primitivos, la gran partida se juega enel eqlllpo nellromotc.r del córtex manual y facial. Desde el punto de vistao.steomllSclllar, la evolll~jón no es, pues, más qlle una· adaptación y varia­CIones nlenores, yO la CIma de la e\'olución nlasiva se concreta en el útil.

perforadas para con~ucjr la máquina, sin modificaciones mecánicas, a laeJec~clon de una serre operatoria diferente. No existe un verdadero sisteman.e,~i/loS0, sino, .todo aquello con lo cual el medio técnico de comienzo delsiglo· XIX podía contar para ·la realización de un aparato .con memoria.

Desde hace solamente unos veinte años el mimetismo de lo artificialsobre 10 vivo ha alcanzado un grado bastante ele\Tado.' Para eso ha sido ne­ces2ri~ un siglo. de familiarizlción con la electricidad; luego, con ·la maní .plllacl~n de los .electrones '. De ello ha resultado la máquina actual, que es,cualquiera que. sea su destino, una síntesis de las diferentes etapas atrave­sadas., Los órganos mecánicos de. ejecución, animados por ·tantas fuentes deenergla como una buena articulación lo. exige, son puestos enma.rcha porun programa, el, cual, en una· de sus etapas al menos, está materializadoen una banda. La transformación esencial reside en la existencia de' un\!~rdadero si~tema nervioso de transmisión de las órdenes y de control grn- -c,las a unos organo.s ce~traIes_ La continuación de los gestos mecánicos estálIgada por mer~orlas tr.ansformables y la salud física de la máquina -estácontrolada por organo~ ~eguladores de la velocidad, de la temperatura y dela humedad de los distintos órganos. La materia tratada es sondeada enS~l.textura y en s:-r, forma, por unos órganos ponderales, táctiles, terrnosen .srtivos ,~ fotosens,lt.l\rOS, que t,rao:miten sus impresiones a tInOS centros de:egLIlaclon, alltom~tlca y la m~qulna .p~ede orientar Sil acción, corregirla olnterrumpl~la segun los m~.~s~Jes recibidos por ella a través de sus órganosde los sentldo,s .. Es mil}' dtt ícil, para un biólogo, dej ar de hacer un paraleloentre la mecaruca de los animales ya evolucionados y. estos orzanisrnosqlle vienen constituyendo un mundo vivo paralelo. b .

..__ ... _

'...

246

," - .

. rectilíneo surgido de Ul1 juego de bielas, realiza desde la Edad Media losprogranlas sencillos de . .los primeros relojes animados y de los autómatas.

La evolución de la animación está sometida a la de la fuente motora:del siglo XII al xv, los mecanismos de .relojería son animados por la trae­ción rectilínea de un peso, lo cual Iirnitó considerablemente sus posibi­.lidades. A partir del siglo xv, la aplicación del res~rte en espiral procura.el medio de aligerar y de movilizar el dispositivo automático y se llega,perfeccionando el mecanismo, a los autómatas del siglo X\'III, cima de loqlle podía ser realizado en la programación mediante dispositivos sacados'de la relojería, El uso de piñones y de levas ·calnbia de escala en el siglo XIX}' da origen a las máquinas con gestos sencillos animados por el \rapo.!".Estas máquinas, como Jos autómatas precedentes, representan un estado nlU}'interesante de la evolución técnica, no sin paralelismo con la evoluciónanimal,

En efecto, la progranl1ción de los autómatas mecánicos está constitui- .da ·l)or una cadena de gestos sencillos, cu)?a sucesión está inscrita en losórgaI10s mecánicos mismos, Es al nivel de las levas, un poco hacia atrásde la parte activa del dispositivo, donde se sitúa la memoria operatoria .}r. no existe ningún sistema nervioso o red alguna de coordinación distintaa las piezas de transmisión mecánica. En relación con las máquinas electró­nicas, los autómatas de Vaucanson ocup.1n el puesto de la . lombriz .C011 re­lación al mamífero; es, decir, el de los organismos con memoria segrnen­taria, oculta en cada elemento activo del dispositivo, Las levas animadoras. se distribuyen en cada .parte por animar COI110 los ganglios en cadena qllC:'animan cada articulación del anélido ..

Al inicio lit! siglo XIX! el automatismo se introduce en las técnicasdel tejido l)or una v ia 111::1)' diferente a la de la relojería. jacquard estableceCI1 el telar de tej idos Iab.rados tIn jllego de cartas con perforaciones, lascuales determinan, para cada "duite", el levantamiento preciso de hilos, Esteprocedimiento permite, "duite' tris ."duite", ejecutar 1111 dibujo (0111-plejo de manera ·pllral11ellte automática. Hacia la: misma época aparecen., !")()rotra parte, los ·organil1os (011 bandas perforadas, deducidos del. l11isIl10 princi11io;·Illcluso plltde decir~e qlle el telar ]acguard )' el o.!"ga!lillo fornlaI.lllna pareja (1e Il1iquinas autoll1:íticas o!)onibles, ell su lJrinci!)io, a 'la parejaalltÓJllata-caja 'de l11Úsica. En efecto, las ~láq..uinas COn· cartas . l1erforadasdisl)oIlen de una Inel110rja ceIltral) distinta a· los .órganos de ejecucióll, alos: cuales ella en\'ía tII1· 'rerdadero nlensaje responl1iendo a Ul1 progral11a

.sllsceptible de nl.odificaciolles Jl1ll)' 111I111erosas. El progranla del dedo delatltóIl1ata está incltlido del1tro de LIn jtIego de. ruedas, conlO ·el aire de Jacaja de 111úsica o ·del organillo l)ara enseñar a cantar a .10$ pájaros. Es .Írl\'a- .riable para una si tuación Il1ecánica dada )' es necesario· adoptar otra fórnluJanlec,lI1Íca para 111odificarlo, exactall1ente con10 l.~al11bulaciól1 de los aIlélidosestá redtlcida a la coordinación de los nl0\~inlielltos sinl pIes de las series dearticulaciones, con D10tricidad in\'ariable .. El .prog.ranla del telar ]acguarcles exterior a los órganos (.~e ejecución; es, si se glliere, ."inteligente" enrelación con el d iSI)ositi\~o nlecánico. y basta con. cambiar la ballda de cartas

Page 124: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

i l' :, 1.,

.,. ;

148 249

....

,. ,

: . !: i

l· ¡¡

,'. ¡

j· ~

•!

· !

"

· '1;!

· ,

, I¡ :¡ i: II ;, .:, ,

EVOLUCION DE LAS CADENAS. OPERATORIAS

La liberación técnica conduce, indiscutiblemente a una reducción dela !i,bertat1 técnica de! individuo. Desde el, australantropo hasta la mecani­zacI~n, el cornportarmento ?peratorio de los individuos se enriquece :pro­greSl\'amente, mas no cambia de naturaleza, La vida técnica la del cazadorcomo más tarde la del. agricultor o la del artesano, comporta 11n númeroelev~<.io . de ~adenas que responden a .las acciones múltiples de la supervi­,!en~la material. Estas cadenas son. empíricas, sacadas. de una tradición co­lectiva qlle pasa. de una generación a la siguiente. 511 carácter principal, ares~r ~e la l~~ld.adde las grandes líneas }" la repartición sob,re' vastosterritonos poliétn leos, es la fuerte coloración local e indi vidual. Todo lo(~lle ha sido hecho: útiles, gestos y productos, está impregnado de la esté­nca del grllpo, posee, ~n¡l personalidad étnica qLIe la visita más superficialde ~ln. n:llseo ,etno.graflco basta para evidenciar. En el cuadro tradicional,e~ . individuo inscribe StlS. variantes personales y con el margen del cualdlspon~ PU:l actuar, obtiene una parte de su sentimiento de' existenciacomo individuo, en la seguridad qlle le ofrece la integración. al grupo. .

Al pasar a la motricidad industrial, la, situación se modifica profun­darnente. Las cadenas operatorias son destinadas a llenar los vacíos, aúnnllty grand~s, en el comportamiento de 1,1máquina, El obrero se encuentraen pre~encla de trozos' de c~denas medidos según el ritmo de 1~1máquina,d,e ~er!~s de gestos que dejan a .tIn latio al sujeto y una "deculturacióntecnl~a . completa se produce C?n)llntanlente con la pérdida de la perte­nencia a un grupo de personalidad marcada y de escala confortable.

La primera indtlstri~liz~lción. continúa COl1 1111proceso qtle adapta pocoa poco el ob.::-ero a la mlqlllna, SIn qtle se pierda nad,l del ,carácter preemi­nen~e ~:= ésta. La "taylorización" de los gestos se acompaña de la nor­~llallZJCIOn de fas. cabez~ls de útiles. y" de los prOdtlctos, de tIna adaptaciónInte11sa al nl0\'1?11ent~ Cl~clllar ~ontlntlO (rotación, tornos, tornos cónicos ... )}' d~ un tratan11ento lnd_rferenclado de 1,1 materia. Ltlego, se introduce pro­gresrvamente el ltltomatlsmo mecánico, al término del ellal el obrero con·trola la entrada de la nlateria b.!."llta, el desarrollo del progral11a y las<llida del producto acaba(lo. -

. Ningún. juicio de. signiÍicación !111ede emitirse s,obre un proceso e,'o~Iutlvo. Se pllede consIderar qtle el gigantisnlo de los dinoSí111rios de laEra SeCllndari~ era nn1aJo"., pllesto qlle ellos han desaparecido, mientrasqlle los c~codrllos han SllbslStldo, nlí1S no se s?be nada. del porvenir de lo .q.lIe podrla reemplaza.r al hOJJ10 J,apieJls. En cambio, estanlOS ya 10 Sllfi­clent~mente. adelantados en !a etapa actual como para m'edir 10 qtle ha,cambIado SIn regreso. Del pltecantropo al carpintero del siglo XIX, el as-,

e? la trastienda, infraestructura de una humanidad en la cual "la evolu-",. " .

cl~n se lnteresarl~ ma~ ,que en e~ hon:bre. Eso sería, por otra pa.rte, nadamas 9ue tl~a confirmación de la identidad de la especie humana y, de. lasespecies animales, para las cuales solamente cuentan resultados específicos.

las acciones del útil son relativamente sencillas y poco, numerosas,y los actos de martillar, cortar y perforar, que hacen el fondo de la fabri­cación hasta la llora actual, 5011 rápidamente logrados. La, evolución setrasladó, .enton ces, en bloque, sobre las materias y el movimiento. La evo­lución del movimiento determina el despejarniento de la' motricidad, ydesde las primeras sociedades agrícolas, la conquista de la fuerza se torna,con la de materias nuevas, en el. hecho dominante del mundo actual:conversión deli movimiento rectilíneo en movimiento circular, conversiónde la fuerza por transmisión y transposición motora en el animal y luego,en el motor. La orientación hacia las materias nuevas se hace a la vezsobre el útil y. sobre la fuerza qtle lo anima. Primero, limitada al metal,progresivamente en el curso de la historia plantea el problema de los. combustibles indirecta o directamente motores, Entre la Edad del bronce yel siglo XVIII, l11Uy lentamente, y con muchas dificultades, las técnicas devanguardia evolucionan ante el. problema de mover 111ás poderosamenteunos útiles de materia más .resistente. la fundición resuelve, indirectarnen­te, los problemas planteados IJar la insuficiente potencia de la herrería,hasta el 1110111ento cuando todo retorna al combustible a través del carbón}T el \'a})or:" movimiento )7 materia se encuentran confundidos en el 111is1110

ciclo. El salto prodigioso del siglo XIX reside en el hecho de (lue el carbónresponde a la vez simultáneamente a la fabricación del acero, a la' de losmetales de fundición y a la fuerza motriz para sacar el mineral, como parahacer marchar las máquinas-herramientas. Corresponde, l)lles, a 11n saltode gran amplitud hacia la liberación de la fuerza y tiene l,or corolario larevisión de toda la estructura interna ,de },1 humanidad. Desde el ptllltOde vista del J110<.io de vida, el carbón acar.rea unas consecuencias tan irn­portantes C()l1l0 J as (1LIt sufr iría, una descend enci a UIliIl1UI l)()r una transfor­mación rápida <.1t1 Jf)arato dentario }r digesti\'o~' El ferrocarril y la COI1S­

titución del proletariado obrero,' entre las consecuencias inmediatas de laliberación de la fuerza motriz, tienen una incidencia directa sobre toda laorganización de la especie, El ajustamiento L1e ]C)S individuos cllle conser"an el cerebro y la osal11enta (_)f}JoraI del 110111bre ,(le Cro-l\1agllo11 se 113C('

l1led j all te 1111a distorsión creciell te,Ell el 111()111Cl1tO actual, la adaptacióll 110. ha terl11il1Udo aún. La c\ro­

ltlción al)arca tI11 l1Ue\'O escalóll: el (le la exter.iorizacióll· LieI ce'rebro, }'desde el })UlltO lie ,-í'sta' estrictal11ente tecnológico, la l11utaciól1 )"a 1la sidó'

lograda; pero desde tln l)tlnto de ,·ista. 111ás gel1eral, la distancia se 11l ac,re- ,celltado e11tre el desctlldiel1te de los cazadores de rellOS y. ~us 11liqtlillas ra­zOlladoras. La cOll1presiól1 del tiell11)o }~ de las distal1cias, la, eIe\'aciól1 elel·ritITIO de acciól1, la illadaptaciól1 al óxido de carbono y. a las toxinas' indtls* .triales y la l)ernleabjlidad radiacti\Ta, plantean el probJenla curioso de' laadecuaciól1 física del 110nlbre al 111edio destinado a ser suyo IJor l11UcllC)tielnpo. Puede LIno pregtlnta.rse si en ,fin de Ctlel1tas 110 habrá qlle reCOll·Q­cer qlle soIan1ente la sociedad se be11eficia l')lcllanlente del progreso, aIJa·. reciendo el 11,011lbre in (li"jduo COI110 tl11 or ga11isl110 all ticuado, útil COI110 10

es e1 cerebelo o el rinencéfaIo, COI110 el pie }T la l11ano, pero abandol1ado

--'._-

Page 125: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

. .

.i:

un papel esencial, por el intermedio de .algunos artesanos que fabricanlas piezas activas de las máquinas, frente a las cuales la multitud obrerano tendría más qlle una pinza con. cinco. dedos para distribuir la materiao un índice pa!"a apoyar sobre el botón .. Además, se trata de un estadiode transición, pues no hay duda de que las fases no. mecánicas de la fa­bricación. de las máquinas se eliminan poco a poco. .. .

Tendría poca importancia que disminuya el papel de este órgano deFortuna que es la mano, si todo no demostrara qlle su actividad es estre­chamente solidaria del equilibrio de los territorios cerebrales conexos. "Nosaber hacer nada de SlIS· diez dedos" no es miI}r inquietante con relación.a la especie, plICS correrán muchos milenios antes que retroceda el ,'ie)odispositivo neuromotcr; pero sobre el plano individual, es totalmente dis­tinto. No tener nada qlle pensar con Sl15 diez dedos equivale a carecer deuna parte de su pensamiento normal y filogenéticamente humano. Existe,pues, a escala de los individuos, aunque no a la de especie, LIn problemade la regresión de la mano. Me volveré a oCl1I)ar de este problema en latercera parte de este libro, para demostrar que el desquilibrio manual haroto }'a parcialmente el vínculo que había entre el lenguaje y la imagenctética de la realidad. Veremos allí qlle no es una pura coincidencia qllf:

el arte no figllrati\'o concorde con tina tecnicidad "desrnanualizada"

.. . .

250

EL DESTINO DE LA ·lv[ANO

. Los mismos hechos pueden ser con trolados en una perspectiva d istin­ta (]lle hace resaltar un aspe.cto diferent.e de 1~ mutación pr~du~i~,l en laespecie humana, El! las sociedades preindustriales, la tasa individual detecnicidad es cornparablemente elevada; 111ás exactamente, la "ida de todoslos individuos está llena de una actividad manual variada y de Ull nivelpor lo Jl1enOS suficiente lJara la supervi vencía. El. grupo tolera. a los ind i·viduos hipovalenres en Funciones de relleno, nl1~ntras Jos. virtuosos, entodos los dominios, conducen el juego }" dan la lnlagen estimuladora deltalento: artesanos, músicos o agricultores opulentos, cada pequeño grllpo!)osee su parte de modelos y se ent~etiene en su c?ntacto. AChlal~11elltese ha producido una profunda alteracl~n de Ju.s relaciones; .las ~ll~l~tltudesinnumerables se confrontan con un numero SIempre mas restringido demodelos. La participación existe todavía, mas por interposición del impre­so o del audiovisual: el astronauta, el héroe del trabajo o la princesa ira11 ia; el modelo macrocolectivo es de una envergadura sin parel1tesco conel capitán de cacería, el herrero de ·la gran plaza o la sirvienta de cabaret}~, privado del sabor de la proximidad, no posee 111ás que su valor defuente de ilusiones.. El1 el dominio manual, la situación es exactamente comparable. Lamano, en un comienzo, era una. pinza para agarrar las piedras y el triunfodel hombre ha consistido en hacer de ella la sirvienta cada vez más hábilde sus pensamientos de fabricante. Del Paleolítico superior hasta el sigloXIX. ha atravesado un interminable apogeo. En la industria, desempeña aún

pecto de las cadenas operatorias no ha cambiado: el obrero, puesto en pre-. sencia de la l11ateria,- conlpone con las cualidades y los defectos particula­res qLle ella presenta, combina sobre sus conocimientos tradicionales el des­arrollo posible de las cadenas de gestos, conduce su fabricación, corrige ytermina en el producto del cual es autor, mediante UIl gasto equilibradode movimientos musculares y de ideas. Por maquinal que sea su cOlnpor­tarniento, implica el afloramiento de imágenes y de conceptos, la prese~­cia en la penumbra del lenguaje. El comportamiento operatorio específico. del hombre, sobre "arios centenares de. miles de años, es total, integradoen UIl contexto colectivo .inmediatamente ·Sigllificati,'o, inseparable de lacalidad humana.

Que se pueda introducir madera en una rnáqujn~, ~in preocupa~se delas veras y de los nudos, )' que salga de ella una lámina de entarimadoestandard, empaquetada automáticamente, co?stitu}~e ~in duda alguna unaganancia social lnlly importante: pero esto so.10 perl111te al hombre renun­ciar a ser sapiens para tornarse .en alg~ mejor, tal vez, en todo caso e,nalgo diferente. No obstante, es necesarro razonar sobre el hombre zoolo- .erico, .que no cambiará en un siglo, y buscar cuáles puertas de salida se le .~frecen, si quiere tener un sen tirni ell to distinto de existencia, en lugar dela .satisfacción de ser una célula despersonalizada en 11norganismo, l'oC lodemás, admirablemente planetarizado. .

Page 126: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,.253

I!",

, '

; .!

I¡t

· .¡· I

I: I

· ., .! .~.:I

"

I: j

¡. t.,

"

j

_

I

'1

, .t: i,

En elxapitulo precedente, asistimos al fenómeno, exclusivamente hu- 'mano, de la exteriorización de los órganos de la tecnicidud y no careced~ interés qlle, por una vía intermedia, \'OI\'al110s a considerar las Clles-.tiones planteadas en el momento cuando la máquina entraba en posesiónde 1111 sistema nervioso y del t<conocimiento" preestablecido de sus actos.De nuevo surge el problema de las relaciones entre especie y etnia, lleroesta vez sobre diversos planos: instinto, inteligencia, "pensamiento artifi­cial" o memoria específica, memoria social y "memoria mecánica", Puedeparecer abusivo asimilar la máquina a 110 ser vivo, En realidad, careceríade utilidad hacerlo por' 11n.1 preocupación pllrall1ente zoológica, allnq1le yo.no pienso qlle sea inútil 'hacerlo en una perspectiva ontológica. Se puede,entonces, hacer la economía de cortar el hombre en trozos, escogiendosolamente los q1te respondan a la sistemática científica. Cuando Descartestrata de caracterizar al hombre pensante frente al animal-máquina, se puedeimaginar que el conocimiento de la electrónica actual le hubiera conducido

. a plantear el problema de la máquina-animal. También;· bajo un aspectodistinto, podríamos referirno-s a los sentimientos oscuros de la masa hu­~ana. los t 'cornics' , y las tiras dibuj adas de los periódicos y. semanariosde todos los idiomas, al reducirlos a sus líneas esenciales, aparecen .ru­miando incansablemente la misma intriga con tres personajes: el bruto,el hombre y el robot, en una serie de matices reveladoras de lo q1le sepodría materializar,' en la literatura de .inspiración americana, en la líneaevolutiva siguiente: bisonte, gorila, cow-boy, sabio, astronauta, robot. Cadauno de los términos bruto-hombre-máquina pensante' es traspuesto hacia elotro mediante la transición del bruto pensante (gorila), del hombre­músculo (cow-boy), del hombre-cerebro (sabio), del hombre-máquina(astronauta) y la máquina-hombre (robot). En esas condiciones puedeuno pregllntarse si no es posible extraer del bloque del pensamiento co­lectivo una clasificación apropiada a la comprensión de la evolución dela colectividad humana.

:

, ,

I, .I,

LA .MEMORIA' EN EXPANSION'. --

IX

-. .

------_ ._--,-, - _._....:...--------- -~- -,...... - . '_'--, ._,_,------ -- - '_'---------------- ...

Page 127: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

"

: I

!·1

I

,i,

,r.~I"

"

,1I

_ .iI

255

·LA. PR1~IERA TRANSj\fISION ESCRITA

La aparición de la escritura. no fue cosa del azar. Después de losmilenios de evolución en los sistemas de representación mitográfica . ernerge, con el metal y la esclavitud, la anotación lineal del pensamiento (ver~apítlllo VI). Tampoco su conten~do inicial se debió al aza.r: eran ~llen~as,reconocimientos de deudas a los dioses o a los hombres, senes de dinastías,oráculos y listas de sanciones. El carácter circunscrito ~, pobre. documen­t,lImente de los más \riejos textos,· representa tIna decepclon constante parJel etnólogo. ¡Qué de cosas hubiéramos aprendido si Sumer hllbiera dejadorecetas de cocina, guías de mundología, manl1ales del, arte de la mader~ly del metal! En realidad, no es imaginable glle la esc.ritura ha~a, nacidoparíl tales fines, que por. otra parte, se conser~~ban desde.' SIempre através de },1 memo!:'ia oral. Ante todo, la evolllclon se refleja sobre lo

. nllevo, y para que incIlIso la hletalurgia naciente sea algo nllevo, hub~erasido. ~ecesario. qlle no encontrara Sll inserción ~~sensible :n las prá~tlcasmaqll1nales, SIno. que se tratara de una operaclon excepcIonal,· desligadade todo aparato de gestos encadenados, 10 cllal es impensable para un.ntécnica de fabricación. 0, más aún, hllbiera. sido necesario qlle la escrI­tura madurase sin objeto -dllrante siglos para disponer de" los' m·~dios yregistrar lo que se ha hecho notable desde hace poco, hipótesis tan poco

hace durante la infancia, según modalidades en las cuales el lenguaje nodesempeña forzosamente el papel más importante. Sucede diferentementepara las prácticas menos frecuentes o excepcionalesd, e1as cuales, en todaslas. sociedades sin escritura" .reposan en la memoria verdaderos especia­listas: jefes de familia ancianos, bardos o sacerdotes, quienes asumen, enla tradición de' la humanidad, el papel muy importante de mantener lacohesión del grupo.·. . .. '. La' inscripción del capital de. conocimientos está ligado. al desarrollode la literatura oral y de la figuración en general .. Ya volveremos a. ocu­parnos de ello en 1,a ~ercera rart~ .de este libro. ~ues, para los. con~i­mientes prácticos, técnicos o científicos en el sentido mas amplio, estanasaz, escasamente fijados en una literatura, a pesar de .. encontrarse .normal­mente incluidos en un contexto donde la materia mágica y religiosa nose separa claramente de las fórmulas prácticas. En. 11as s~iedades agríc?l~s,así corno en las tareas artesanales, la estructuración SOCIal de los OflClOSdesempeña 11n papel inlportante,. trátese de los ,herreros de África ~ ,~e

Asia, COI110 de. nuestras corpOr:lC10neS hasta el Siglo XVIII. El aprendizajey. la conservación de los secretos del oficio se hacen en cada una de lascélulas sociales de la etnia. En este nivel, ql1e corresponde tanto a Jos

. primitivos COI110 a los agricultores ~ecientes incll~so,. ,el c?ntenli~o de ~amemoria técnica no es objeto de ninguna organlZJCIOn .ststernática. Másexactamente, cada g.rupo de cadenas operatorias, o cada. cadena, forma unconjunto casi independiente, un bloque de gestos demostrativos y de co­mentarios orales.

. . - ,..., , .. '-'

254

LA TRANS~fISION ·ORAL," .. .

. El cuerpo de' conocimientos del grupo es .e~, elemento fun~al11~11tal(le su unidad y. de su personalidad, y la tral1snlI.slon .de este .capItal l~te.Jectual es' la condición necesaria para· la super"l,rencla nlaterlal y SOCial.La transl11isión se refiere a la jerarquía de las cadenas operatorias. .

Las cadenas 0l)eratorias lnaqllinales. to~responde~ a ·la nlel110ria. fal11i·liar conlúIl. Ellas· afectarl todos los epIsodIOS Il1aterIales y lTIorales de la\'ida cotidialla )' su inscripción en la memoria personal de los sujeto,s se

, ., .trol11ca.

. , ,

La historia de la 111el110ria colectiva puede dividirse en CillCO l)eríodos:él· de 'la trul1s111isión' oral, el de la translllisión escrita con tablas o Íl1dices,el de' las fichas sencillas, .el de la nltcanografía }T el de la seriación' elec- .

LA TRANSl\1ISION DE LOS PROGRA~fAS

El hecho fundamental, relativo a la memoria humana, ya ha sido dis­cutido: corno para el útil, la memoria del honlbre. e~tá exteriorizada y s.ucontinente es la colectividad étnica. Es lo que la distingue de la nlemo~laanimal, de la cual se sabe poco, si no es que e~tá co.ntenida en la e~pecle '.Existen importantes diferencias entre ~a memoria animal, la 111er?Orl~ hu­mana y la memoria mecánica. La prlnle.r~ ~e forma por expe~lencla enunos canales zenéticos estrechos, preespecializados por la especIe; la se­gunda se COllsfituj1e por experiencia a partir deí lenguaje; la t~rcera estáconstituida por experiencias en el canal ~e un p~ogralna _preeXIstente, deun código sacado del lenguaje hllll1an~ o IntroducIdo. por e~ ~o.nlbre en lamáquina, La memoria mecánica no deja d~.of.rec:r CIerta sl~!lItud .con la111eIl10ria anirnal.. una especie de preacondicionamiento esp~clflCO .exIste en.cada tipo de Dláquina,. = .el1:bargo, el prograll1a o.peratorlo ~s dictado de110a manera totalmente mstrntrva, p1lesto. que. preeXiste, materialmente ,a . l.aacción y traza de antemano todas las perlpe~l~S,?e el:a ...Por es~, l~ Dlaqul­na está claramente más próxima de la definición clásica del instinto quelo está el animal mismo.

En una perspectiva fUl1cio~al~ puede COllsidera.rse las ~res. formas dememoria cerno distintas, pero asimilables, La memoria hereditaria del horn-bre es preexistente en el grl1l-"IOétllj~O )' si el honlb:e no hace pr,lc.ti~all1tntenada por "instinto", es porque, ~l lb'Ua~ que el animal, 110 h.a recibido una

. hipotética memoria atávica. El ~nlIl1al, SIn e~bargo, l,one en Juego 511expe­riencia sobre un teclado reducido y organIzado de antemano, lo. cual nole permite mucha alternativa en los. \'arjant~s persollales,. mientras que. el}10111bre dispone de un teclado aI111JI10 }' recibe d~ la s~cledad ~11as seriesde progranlas que asi.l11ila )' :o~re los cuajes teje. ,Ba~o' este a~g.ulo, .lamemoria mecánica es intermediaria, puesto que la l11aquln,a electrónica dis-})OIle . solamente de un teclado. estrecho, F,ero recibe una educación bajof()rl111 de l),!."ogralnas dictados.

Page 128: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

· !

· L,.

, .¡ i· ¡.'i:L

· ,,iI, ,,

: I

: I.: I

i· ,

· ,

!

· ,

· ,I

:

·--~·1

...

-257

mas l~s, escritos son, .cada u~o, una continuidad compacta, ritmada porlos graflcos y las notas .rnarginales.. en la cual el lector se' orienta a lamanera del caza.d.or. primiti:~o, a lo largo de un trayecto más bien .quesobre un plano. La conversión del desarrollo de la palabra en un sistemade . tablas . de . orientación no h~ sido aún adquirida .. ·Hemos visto más·arriba que la conversión del mrtograma de dos dimensiones irreductiblea la frase ~onéti~~, en. una serie lineal de signos alfabéticos, ha .repre­s~ntad<? la., llb~rac~o~ de la palabra y una cierta reducción del poder desimbolización individual, Con la aparición de la Imprenta.' una nuevacon\'ers~ór:- ¡ se inicia y la abundancia de los textos la va hacer .rápida-·mente indispensable, . .

La materia de los manuscritos antiguos o medievales está hecha detextos destinados a ser fijados de por vida en la memoria de los lectores,al menos 10 Sllficientemente. como para que puedan orientarse .rápida­mente con .la lectura. Ha}' CIertamente una materia escrita mis corriente,la misma ~e los. comienzos, pero vulgarizada: la de .las cartas y de loscontratos; Sin embargo, reposa en manos de los interesados o Jos notariosy los pro~l~mas práctico,s de orientación no se plantean. Sucede cornple­tarnente distinto con el Impreso, que va .rápidamente más allá del 'círculode los gé.n:ros clás~cos. No solamente. se pone al lector en presencia de~na memoria colectiva .enor.nle, de la cual no posee ya el medio de fijarintegralmente la rnatena, SIno que frecuentemente está en condición dedarse a escrit.os .ntl~V?s. Se. asiste entonces a la exteriorización progresivade la mernona individual; es desde el exterior desde donde se hace eltrabajo de orientación en el ·escrito. Los diccionarios y los glosarios ofre­cían tal posibilidad desde hace siglos. La escritura. china, con 'sus mito­gramas. fonetizu?os, al. igual que la escritura griega o latina, ha aseguradoel medio de orientar al lector sobre el hilo de la sucesión tradicional delos signos . .ideográficos· o fonéticos. Sin embargo, el diccionario abre' so­lamente una salida estrecha a la memoria escrita, un conocimiento a la vezli~ealizado ~ 'pulve,rizado, incompatible con el desarrollo de un pensa-m1ento contInuo.·· . .

El siglo XVIII europeo marca el fin del mundo ·antiQUo en el im·1

,. b ,preso como en as tecnlcas. Nos entrega· el estado mis rico de una tra-dición y el, primer movimiento de la transformación actual. La memoi'iasocial rec~ge ~n los libros, en cosa de algunas déca·das, toda la antigi.ie­dad, la hIstorIa de los grandes pueblos, ·la geografía y la etnog'rafía deLIn mundo que se ha· vuelto definitivamente esférico; la filosofía, el de·recho,· las ciencias, las artes, las técnicas y una literatura traducida deveinte idiomas diferentes. El caudal va creciendo hasta .nosotros pero, ,respetando todas las proporciones, ningún momento de la historia humanaha con~cido ,:una dilatación tan rápida de la memoria colectiva. Así, yaen .el SIglo XVIII, encontramos todas. las fórmulas utilizables para aportaral lector una memoria preconstituida. . .

Los diccionarios. alcanz~n sus límites en las enciclopedias· de todo'género qlle son publ1cadas bIen sea para el uso de las manufacturas o de

•• • • •• _ ,•• n .. " ••• _•• __ _..... • ••• ••

256·

LAS·TENTATIVAS' DE ORIENTACrON

. Hasta la ·a!)l.rición .(le la l111prellta, ell Occjdellte C01110 ell" Cl1inaresulta difícil la separacióll, entre la tranSDlisióll oral y la trans¡11jsjól~escrita. ,La. 111asa. de ,lo COtl0Cld·o se el1cuentra oculta en las l)rácticas oralesy I~s tecll1cas; la Clll1a de Jo conoci do, in,~ariable ell su l11arco desde laalltl$Üedad, se llalla fijada ,ell el nlanLlscrito, pa.!"a ser a})reIldido de l11e.1110rJa. En el curso. de ]os· slglos .que separan a. HOIllero o Yu el Gral1ded.e los prill1ero·s i.111preSos ()ccidellta]es. }T orientales, la noció11· de refere11-cla se ha desarrollado con la 1nasa creciel1te de Jos hechos registrados,

razonable como la precedente. Al comienzo de la escritura la memoriacolectiva 110 tiene .. por qué ..rOJ111)er su movimiento tradicio~al,. más qtleen .aquel1~ .que le interesa fijar de una manera excepcional en Ul1 sistema .social naciente .. No .es,. plles, por coincidencia qlle la escritura anota loqlle 110 .se fabrica 1:1 vive normalmente, sino lo qlle hace el armazón deuna sociedad urbanizada, para la cual el nudo del sistema vezetativo se.encuentra en una eCOI10I11Ía de circulación entre productores.i celestialeso 11ul11al10s, .y dirigentes, La i11n?\7aci?n interesa. l~ cabeza del sistema y.abarca s~lectl\;ral11ente los actos financieros y relIgIOSOS, las .ofrendas, . lasg.enealoglas )r el calendario, todo ]0 cual, ell las estructuras 11Ue\7aS de lasciudades, 110 se puede fj j ar COll la memoria de una manera completa, nien las cadenas de gestos ni en Jos productos.. La memoria escrita graba,. de. la aurora de la ciencia, solamente loselementos más característicos. Que se trate de las gralldes civilizacionesl1e, l\.1~s~potaJl1ia, d~ Egipto, de China o de 13. Al11érica precolombina, las.mas . "Jejas referen~la~ de este or,den son relativas al .calendario y las dis­tallclas: ~~s cOnOC11TIlcntos. del tiempo )". del espacio 00 son extraños alos prl1111tl"OS que ~)recedJerOll a la ~edent~rizaci.óll agríco12., ·111as11110 )'

otr~ tornan un. sentido 1llle\!? a l)artlr del momento en qlle la ciudadcapital se convierte en el l)l\~()te del 111l111do celeste )' de la extensión11l1111Ul1jzada. .. .

. A. medida .que se perfecciona el instrumento. que. permite hacer pa­sar a la memoria de las gCIleraclones las palabras )' las frases, el registrose desarrolla. }'.. gal1~1. cap'~s. ll1,ás profundas del conocimiento; sin embargo,l:ar~ la AlltJguedad claslca· l11C1l1S0, la jerarquía de los valores socialesI.ll111ta tl1 unos dOl11illi?s 111l1y l)r~cisos, la SUl11a de Jos hechos qlle debent raIlq:le~.r las géIltraClol1es sucestvas; los textos réligiosos, históricos .,geograflcos. forman la masa con la filosof ía, En otras palabras, sobre lo~1)lal10S divino Y': 11l1111JI10, clly.a alianza es el terna fundamental el tripl ~

b1 dI·'· d ' t:})ro .ema ei tJélll~)O, el espacio }' del 110111brt constituye la material11el11?rable .. La agrlcultllra aparece ell Ull0S pOel11JS,· tl1 los cuales lasestaCJOl1e.s· SO~lel. 111()tor. La arclllitectl1ra, en llllas descril)ciol1es illtegraIldo(;1, e.spaclo COSJ111CO él los teITIJ_)~oSy a. los palacios. Las !11atenláticas y la111l1S1ca aparecen con la ·111edlC111J, 1)rll11e.~os·elell1elltos l)roj)iaIl1cl1te ciéll..tífjcos, rodeados ~in.elllbargo liel l1a]0 del arte l11ágico }' religioso.

Page 129: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

, '.

1 r, ,

li,259

. : ;, .,!¡

II

, I

i

LAS FICHAS ,PERFORADAS Y LA 1fEj\-IORIA ELECTRONICA

. Un pa;o ~ás fue franqueado cuando al fichero se le agregaron unos~l.lec?~s ~e lr:d1ce" ~oloreados por ejemplo, que permiten el recorte de laindiciación srstemática p~r una segunda red de referencias o mejor aún,'cuando se trata de un fIchero, con perforaciones. El libro bruto' es corn­para.b~e ~1,úti} ~anllal; 'por mis perfeccionado s= sea, requiere unapartIclpaclon técnica completa de parte del .Iector. El fichero sencillo co­rre~ponde y~ a una máquina nlanLla~, pll~StO que una parte de las ope­r~cl0nes esta. transfornla~a y contenida virtualmente en las fichas,' quesol? basta animar. Las fichas perforadas representan una etapa' suplcmen­tarla~ comparable a la de las primeras máquinas automáticas, Que se tratede fichas perfor~das marginales, de animación manual, o de cualquiera otraf?rrntl1a que eXige l~na selección ~ecánica o electrónica, el principio. delfIchero con perforaCIones es el mIsmo: los datos son convertidos por. un

:1

·1

,'."¡';

, ,•

,1,

J,¡

1

LAS FICHAS.. ' La memoria colectiva ha, tomado en el siglo X1X} 'un 'volumen tal

qu~ ya es imp?si?le 'pedir a la memoria individual qlIe abarque el con­tenIdo. de las, bibliotecas .. Se hizo necesario, organizar el pensamiento inertecontenido e.n el cerebro impreso de la colectividad mediante 11n tej ido ,supI,ementa,rIo en el .cllal se proyectaba una imagen extremadamente .sim­p!lfIcada del .con~~nldo. Por encima, de ,todo, era indispensable qlle lascélulas de este te) Ido, nuevo fuesen susceptibles de enriquecer indefinida­mente y de reconstruirse de una manera apropiada a cada orden de 111-vestigación en l~ :nateria, documentaría. El siglo XVIII· Y una parte' irnpor­tante del XIX vrvieron aun en los cuadernos de notas y los catálocos deobras; luego se ha iniciado la documentación, en fichas, la' cual se o~(1anizJ.'realmente sólo en el inicio del siglo }LX. Bajo SL1 forma más rudimentaria,corresponde ya a la constitución de lln' verdadero .córtex cerebral exterio­rizado, pllesto, que un sencillo fichero bibliográfico se presta, entre .losde~1~s del ·usuar~o,. para arreglos múltiples:. po~ .autores, por materias, ge04

gra~Icos, cr~nologlcos, con' todas las combinaciones qlle responden a 1)ro .pósitos particulares de los centros de edición, o a las proporciones relati­va~.,de los grabados fuera de texto en las obras religiosas y la literaturaépica. Esto es aún más sensible en un fichero de informaciones científicasdonde cada element? dOCUl~entario pued~, a., voluntad, prestarse a arregloc?n todos, los demas., La I~agen del cortex es por otra parte falsa en'CIerta medida, pue~ SI un fichero es una memoria en el sentido' estrictoes .una me~oria sir:, medios propios de rem~n10r~ción y la animación re:qlllere su introducción en, el campo operatorio, VIsual y, manual, del bus­cador .

dominios, la punta de evolución se ha desplazado: ya no está en el libro,el 'ulal subsiste como infraestructura documentaría, sino en unos' elernen­-tos documentales liberados del contexto.:

, .... _..... ........ , -_ .._--------,..:..__---------~---~__..-___......" .. .

258

los que trabajan en' menudencias, corno para los eruditos puros. El primerverdadero desarrollo de la literatura técnica se sitúa en la segunda mitad':d~l siglo' XVIII~ Todo puede ser abordado y la lengua se ha: forjado elvocabulario descriptivo que usamos aún hoy.· El . diccionario, constituyeuna forma muy' evolucionada de la memoria exterior, si bien el pensa­miento se encuentra fragmentado hasta el infinito. La "Gran Encielo­pedía" de 1751 es una contil1uación de pequeños manuales envueltos en '"un diccionario: se. ,co~sta~a que, para la época, el arte de la documenta­ción se "'encuentra al mismo nivel que el de la animación mecánica: elpunto más alto alcanzado por el autómata es la animación gracias a unaslevas separadas que conservan para cada órgano una memoria parcelaria;

. la enciclopedia es' una memoria alfabética parcelaria, de la cual cada ruedaaislada contiene una parte animada de la memoria ·total. La relación entreel autómata de Vaucanson y la Enciclopedia, 'que le es contemporánea,es la .misma que entre la máquina electróni-ca y el integrador a memoriade Hoy.

. En las obras de redacción continua, el siglo XVIII acumula casi todos'los procedimientos conocidos, en particular las notas marginales rnedieva­les que subsisten, sea para' resumir los párrafos, sea ·para introducir las.referencias, las cuales, sin embargo, figuran }ra lo más f recuenternenteen la parte baja de la página. Los índices alfabéticos al final del \'0 1II111en , "}Ta 'corrientes, en el siglo XVI, son casi .constantes. .

La evolución más .interesante, desde nuestro punto de, vista, es laque se sitúa al lado opuesto de la indiciación alfabética y que concierneel contenido global de la obra. Desde la Edad Media, y corrientemente. a partir del siglo XVI, los márgenes han servido para dar un resumendel contenido de las partes: nluy frecuenternente el prontis del volumen.oErece un inventario muy lacónico de las materias, sin paginación;· poco apoco, la presentación. se va organizando para hacer' fácil al lector la ex-.ploración de' un contenido ignorado, 10 cual corresponde exactamente alpapel de una memoria exterior. Se han' seguido dos vías que se desarrollanhasta', el inicio del siglo xx: .una consiste en hacer preceder' cada capítulopor un argumento .resurnido, la otra en hacer preceder o seguir la obra.de un cuadro con el contenido, nuestra' "tabla de materias". El argumentodel capítulo ,es una supervivencia de la actitud que exigía 'del lector unaparticipación elevada de memoria personal y, salvo resurgencia aislada,00y ha ,desaparecido.' Era" después de la lectura del .indice o tabla de.materias, ,una etapa racional hacia el detalle del contenido; mas la ten­dencia ha sido de hacer, de la tabla de materias, un mitograrna casi, esdecir un ensamblaje significativo de símbolos en el cual el ojo y el' es­píritu' no están' obligados a seguir el desarrollo rectilineal de la escritura,Para alcanzar este grado, la tabla de materias }'a no contiene elementosde s~ntaxis,. sino ,palabras' libres' gracias a -Ias cuales el lector conlponesu consulta, En lo~que concierne. al. impreso, no hemos 'ido más allá deeste pLl:nto alcanzado desde h,ace dos siglos y como en todos los demás

Page 130: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,! •

. I

• '.1, .,· .1~~:i:

1 :', '....

1 I· .i ::. I

: l·.!

, !

'..

.. 1, o• •~;I.;' .., .... ;

I:, 1I· ,

I¡.1

1.j.¡I1 ,

-: f

i ¡.:

:'(;!r ,

• I!

¡ l',..;

!' .

:!.;.,

.,

.' I

· ., .

,.· .

,•;-

las proezas ce su brazo, de su. pierna o de su ojo, puesto que había unresponsable situado más arriba. Desde hace algunos años,. el proceso .desuperación alcanzó la caja craneana, y cuando uno se detiene sobre loshechos, es dado preguntarse qué cosa quedará del hombre luego que hayalogrado imitar todo mejor. Lo que hoyes cierto, es que "sabemos o sa­bremos pronto. construir' máquinas que recordarán todo y. j1.lzgarán. delas situaciones más complejas sin. e~1.livoca.rse. Esto,. demue~~ra 5~~cIlla­mente que el córtex cerebral, por mas admirable que sea, es insuficiente;tal como lo son la mano o el ojo; q1.le los métodos de análisis electró-.nico los suplen-y qlle, finalmente la evolución del 'hombre, fósil vivienteen relación a su situación presente, toma otras vías que las de las neuronaspara. prolong~rse. 1vfás positivamente, ~e constata qlle para apr~ve~~ar almáximo su libertad, escapando del riesgo de. la S1.lperespec.lal~zaclon .·desus órganos, el hombre está' llevado progresi\'amente a extertorizar facul­tades cada vez más elevadas.

Si, un día, las máquinas electrónicas escribieran piezas de ~eatro per·fectas y pintaran cuadros .inimitables, podríamos plantearnos serias preocu­paciones. Si llegaran a amar la suerte de la especie zoológica estaríaliquidada. Antes de proy"ectar hacia el futuro una imagen qlle podríanluy bien ser falsa, me parece indispensable, en la 'última parte de estelibro, abordar lo que todavía no _ha. sido tocado por la máquina, plles,en definitiva, gi.ramos· desde el inicio en un triángulo manolenguaje-cor­teza sensitivornotora.. entre el .mono y el hombre, a la búsqueda de tinaabertura· sobre 10 que no podría ser compartible con el resto del mundo,zoológica o mecánicamente animado.

_ .. _--_ .._--_---

260

con el cerebro las causas del éxitoha visto sin sorpresa dejadas atrás

código de dos términos, el uno negativo (perforación nula}, el otro 1)0-sitivo (perforación abierta), y el aparato de selección separa las fichassegún la-s preguntas planteadas para liberar' solamente las' de respuesta .afirmativa, Es el mismo principio que el de Jacquard para el telar y escurioso constatar que fue necesa.rio más de un sig!o para .qlle la materiadocumental alcanzara la etapa franqueada en el siglo XIX por la fabrica­ción .de tejidos. En realidad, si el mecanismo es .el mismo, el grado deexplotación es completamente diferente, puesto que las cintas perforadasdel tejar expresan unas respuestas, mientras que las perforaciones de lasfichas corresponden a todas las preguntas eventuales." los ficheros depe.rforaciones son máquinas para reunir recuerdos: actúan como una me-1110ria cerebral de capacidad indefinida, susceptible, más allá de las po­sibilidades de la memoria cerebral, de correlacionar cada recuerdo contodos los demás,

Más allá de esta etapa, no hay, en el momento actual, otro l)rogresomás que en las proporciones, pLles el "cerebro. electrónico", gracias' aunos procedimientos diferentes y más útiles, actúa según los miSl110S

principios. Teóricamente, las posibilidades cerebrales de los dispositivos.con perforaciones o de los integradores (gel1eralll1ente asociados) puedenrivalizar COl1 el trabajo cerebral de las conf rontaciones, Pueden, sobre unaescala gigantesca y en un tiempo desdeñable, .rernover una montaña .dedatos en LIn sentido bien determinado y 'sacar de ello todas las .respuestasposibles .. Pueden ponderar estas respuestas si se les dan los elementosde 'una selección orientada, enriquecer su ponderación preestablecida con.unos juicios de experiencia, sacados de la acumulación de precedentes en'sus· memorias. La superioridad del integrador electrónico sobre el ficheroreposa en la densidad de las informaciones q~le puede tratar en un tiempolnuy corto por la acción simultánea de varios centros selectores, los cualesse controlan y se corrigen materialmente, mientras que las fichas más den­sas (20.000 datos lJor ficha, o sea 10. 000 .000. elementos para 500 fichas )exigen una participación directa del operador )~ un tiempo considerable­mente más largo. Es cierto q:le la fabricación de cerebros artificiales.está aún en 5l1S inicies y qLle 110 se trata de una curiosidad o de un l)ro"cedirniento con salidas restringidas o un futuro corto. Imaginar que pronto. no habrá máquinas que· puedan ir más lejos que el cerebro humano paralas. operaciones qllC dependen de la memoria y del juicio racional, esreproducir la situación del pitecántropo que hubiera negado la posibilidaddel bifacial, del arquero. qtIe hubiera reído de los arcabuces, o más aúnde un rapsoda de la época de Homero rechazando la escritura en tanto

. que procedimiento de memorización sin' mañana. Es necesario, pues, queel hombre se acostumbre a ser menos fuerte que su cerebro artificial,como sus dientes son menos fuertes que una muela de molino y susaptitudes de vuelo desdeñables frente : a las del más pequeño avión a. ,reacción.

. Una muy viej a tradición relacionade la especie humana y la humanidad

. -_._ ..._- ._- ..

Page 131: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

L

! I

II

I,,1e

.,

i. j

- .'

.. .. .'

TERCERA PARTE. .,

LOS· SIMBOLOS ETNICOS .

. .

. _ ..._-_._._.- - --'-----__..:-~._._. _. --- --' - -_..

Page 132: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

\; \b

.:'l'i •, ,

: I, I: I: ;

,, ., I

· ,

¡ :

, :i: .;¡ ..! :1: :

l ' '

" ;

j'

I

;,:' i, I· I

"

. ,

. ,,•!I,

· I,

'. ~

:1· l'.!i,

, j

·~

" .

! ¡.i ;¡l'.: :1¡ I: I

. , ,•

'"

· ,

265

En la, primera parte de este libro, nos hemos ocupado f recuenternentede la evolución del caudal corporal de la humanidad. Los 'dos criteriosmayores de la' tecnicidad y del lenguaje han sido despejados de Sll origencomún y de ello ha resaltado la percepción de los vínculos estrechos queunen las manifestaciones humanas con toda la evolución de una ramazoológica. En la segunda parte, hemos, tratado sobre todo del organismocolectivo constituyendo la etnia. Tecnicidad y lenguaje' aparecieron allíya no en una perspectiva zoológica, sino sometidos a leyes de evoluciónparalelas a las leyes zoológicas, bien que ton un desarrollo mucho másrápido. La evolución humana ha aparecido coherente en relación con susdos caracteres fundamentales de tecnicidad manual y verbal, pero de al­gún modo disociada sobre dos planos: ~l de la evolución filética, quehace de la humanidad actual una colección de individuos con propiedadesfísicas poco, diferentes de las existentes hace treinta mil años, y el dela ,evoll.lción étnica, que hace de la humanidad un (lIerpO exteriorizado,cuyas propiedades globales están en un estado de transformación acelerada.

Existe un más allá de esta doble imagen de la máquina "humanay de la copia perfeccionada que el hombre ha hecho de ella a travésdé sus productos. El análisis hecho hasta, ahora ha deliberadamente omi­tido lo que hace el tejido de relación entre el individuo y "el grupo, 'esdecir, todo lo que se refiere al comportamiento estético. .Cuando se· haceel inventario de las relaciones de Jos individuos entre sí y con la sociedad,se desprenden fórmulas funcionales como el matrimonio o el intercambioeconómico, que no son más que la expresión de la fisiología fundamentalde toda sociedad, fisiología reductible a unas leyes' de la especie' o delagrupamiento social, pero que no rinde cuenta de la tonalidad 'particularde cada colectividad humana. La distinción entre la' especie y la etniase ha demostrado necesaria, pu'esto que se constata qtie los miembrosde la especie zoológica humana se concentran en unidades de agrupa-

.'

,/NTRODUCCION A UNA' PALEONTOL'OGIADE, LOS SIMBOLQS•

x

_ ...... ,----_ ...-- '-'-'-"

Page 133: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

: ~: .• •

267

.'. '!

· !. i

: I

.,

l.'1,

•r

'.J

•,· :

•· .¡· I

EL C01vrpORTA~flENTO ESTETICO

El sentido dado aquí a la palabra· "estética" es' bastante amplio. yrequiere una explicación previa. Si se trata, en efecto, de investigar'

. aquello qtle la filosofía ha hecho ciencia de lo bello en la naturaleza yen el arte, es decir, en la óptica adoptada desde el ..comienzo de este tra­bajo, o sea en una. perspectiva paleontológica en el más amplio sentido;perspectiva en la cual el vaivén dialéctico entre la naturaleza y el artemarca los. dos polos de lo zoológico y de lo social. No podría tratarse,en semejante perspectiva, de limitar a la emotividad .esencialmente audi- .tiva y visual del h011'tO sapiens la noción de 10 bello, sino de rebuscar,en toda la densidad de las percepciones, cómo se constituye, en el tiern­po y en el espacio, un código de. las emociones, asegurando al' sujetoétnico lo más claro de la inserción afectiva en su sociedad.

Este código de las' emociones estéticas está basado en propiedadesbiológicas comunes al conjunto de los seres vivos, las de los sentidosqlle asegtlren. una percepción de los valores y de los ritmos, o más am­pliamente incluso desde los invertebrados más sencillos, una participaciónrefleja a los ..ritmos y una reacción a las 'variaciones en los valares. Laintelectualización progresiva de las sensaciones termina en el hombre porla percepción y. la. producción reflexionada de los ritmos y de los valores,en los códigos cuyos símbolos poseen una significación étnica, tales comolos de la música, de la poesía, o de las relaciones sociales. Las mani­festaciones estéticas poseen unos niveles de afloramiento variables y al­gllnas revisten la misma significación en todas las sociedades humanas,mientras que la gran mayoría no es completamente significativa sino enel seno de una cultura determinada.

Las apreciaciones culinarias o arquitecturales, vestimentarias, musica­les u ctras, forman. realmente lo más idóneo de' la' cultura y 10 qtlesimboliza' realmente las diferencias existentes entre las etnias. Cuando sedespojan los. rasgos culturales más diversos de su. aureola de valores,no queda más que unos caracteres impersonales, desculturizados e ínter­cambiables. La función particularizan te de la estética se inserta en unabase de prácticas maquinales, ligadas en su profundidad a la 'vez con elaparato .fisiológico y con el aparato social. Una parte importante de laestética se relaciona con la humanización 'de comportamientos comunes al

. hombre y a los animales,' tales como el sentido de la comodidad o deincomodidad, el condicionamiento visual, auditivo, olfativo, y a la inte­lectualización, a través de los •símbolos' y de .los hechos biológicos decohesión con el medio natural y social. .

El nivel de las manifestaciones puede ser el de la actividad de eco­nomía corporal como. es el caso en la gtlstación; puede ser a nivel de las

humana para. producirse) , sino para saber si el ..hombre posee todavíaotra significación que la de ser el autor ·de tInOS aparejos .sobrehumanos ..Es por eso que he tratado de, escribir. estos últimos capítulos.

........._.__ _-- ". -'" _.

. ....

...

...

:

.266

miento. que no son de carácter zoológico; mas los caracteres de la etnias~ desprendieron solamente en la medida en que derivaban de fórmulasfuncionales, de suerte que las reglas de particularización que tocan 10 qllehay de propiamente humano en el hombre quedaron afuera del esquenlatecnoeconómico y están aún poi definir.

En el curso de los capítulos precedentes, hemos sido conducidos adespojar progresivamente al hombre de una parte de sus atributos tra­dicionales para demostrar que, tornados en masa,. los hombres consti tuyenun macroorganismo social, capaz de utilizar a los individuos para cons­truir máquinas susceptibles de. pensar con mayor rapidez y con más uti­lidad que ellos. Ningún individuo es .capaz de calcular en el tiempo neocesario la· trayectoria indispensable' para que un cohete, obra de muy nu­rnerosos individuos pueda eficazmente destrozar a lo lejos un númerode individuos st:tficientement~ .r~ntable I?ara la colectividad dispensadoradel artefac~o: el cerebro artificial permIte hacerlo. Un problema impor­tante terrnma por plantearse: ¿que queda del· hombre al final de esaevolución? ¿El sentido de lo bello y de lo bueno, cualidad afectiva in­superable, prohibida para siempre a la máquina? O bien ¿sencillanlentela propiedad de reproducir unas máquinas mediante "interposición delhombre", gracias a una combinación muy ingeniosa de elementos' mas­culinos y femeninos, generadores de Jos indispensables fabricantes?

.Sería in:pr~de~te, responder denlasj~d~ rápidamente que. las rnáqui­nas no aprecIaran jamas lo bello. y 10 btIe~o. Saben ya reducir la verdada unos datos' indiscutibles y. podrán, probablemente dentro de l)OCO, noya decir que la pintura figurati\'a es preferible a la pintura abstracta, sinodesplegar tan minuciosaw tan ingeniosamente las relaciones estadísticasde .su cor:tenido. que se pod.rá dar .al ·a.·rtista.u~, ..~icha detallando cuále~son el sujeto, los colores, las .formas, las dimensiones los' detalles asi

'. "como el cuadro que le dará el máximo de posibilidad para atraer laate~ción emocionada, la sensibilidad plástica, ,\1 esnobismo eventual; será'·.posible ha.~~~. el~' retra.to-robot de la escultura 9ue se prestaría mejor a .la espe~lacl0n. ~l?~nClera durante tres generaciones, de la que tendríalas mejores posibilidades para salvarse de los traumatismos. de las rnu­danzas. y de' las .ruinas. En el inventario de las' piezas que constituyenel conjunto osteornuscular del bomo saplens, estamos en derecho de pre­guntarnos desde ahora 10 que resistiría el día cuando el análisis de ca­torce. millones de buenas acciones hagan' resaltar los móviles fisiolócicosdominantes, 'la trivialidad inmensamente irrisoria. de los .sentimientos degrandeza y de justicia) su motivación hormonal y, finalmente, la desnudezintegral del' inmenso tapete humano que se despliega) alumbrado durantetres o. o:atro. generacio~es a 1~ ,~e~,..desde el fondo de los tiempos. Losapocalipsis brillan de cifras rnistériosas: el apocalipsis electrónico es todo

'.. cifras, con poder incomensurablernente dernistificador. Tal vez no. sea ca­rente de interés volver a' recorrer, una vez más, la larga ruta' de la .evo- .l~ción~ ?o pa,ra busca~ ~i.la evolución ti~ne un s~ntido·· (las máquinas, undía, dirán cuántas posibilidades, entre miles de millones, tenía la aventura

Page 134: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

"

l'I·~i!¡ i'

,o,. . i¡269

, I, i

iII, i;j

· .!

iI'!"

· ¡

· !I

, ; I

I, I, II

, !

1

!

ii1:l'

ii

!.,

"

;

tanto que retorno a las, fuentes, si esas fuentes no estuviesen previamenteelucidadas.

En el' dominio, social, el problema se plantea d'e, una manera diferente, La sociología animal está suficientemente adelantada' como 'paraqLle se puedan conf rentar las actitudes de cortesía' entre los lobos, las

, danzas' nupciales de los pij aros, el reconocimiento de 'los detalles ca­racterísticos del joven, del macho y' de la hembra; así como las reunionesperiódicas de, numerosos animales, con manifestaciones .idénticas al, com­portamiento social del hornbre.. Fuera de toda intervención del lenguaje,

, el color de la corbata sitúa a un ,indivil1l10 en el seno del grllpo humanocon tanta precisión corno la mancha roja del 'l)etir,r'o jo en una sociedadde pájaros. Pero, a la inversa de las manifestaciones fisiológicas o téc­nicas, el llevar una prenda-insignia es un símbolo C]Lle acarrea una seriede imágenes sociales; en' tanto que carácter de función, se inserta en ellímite de las técnicas; corno insignia amovible, y conv-encional" se insertaen el límite de la figllración. Es por lo cual, las manifestaciones de laestética social han sido situadas en la articulación de las dos vertientes,

Más allá, no hay mis qllt imigenes subdivididas en LIn orden ins­pirado por la, fisiología }' por su nivel de inserción. La figuración mo­triz de la mímica y de la danza se sitúan en la base: el gesto inseparabledel lenguaje tuvo qLIe seguir su primer desarrollo y aflorar lTIlly, prontoen la figllración. Las representaciones auditivas de la música' y de la poe,sia vienen ll1CgO, porqlle 511 vínru!o con el gesto 'para la música y conel 'lengllaje par~l la, poesía, ha hecho de ellas un 'intermediario con 'lasformas visuales.' Estas, al igual qlle la pintura, interesan .el sentido do­rninante en el hombre y aquel en qlle la simbolización está lo más ale­jada del movimiento concreto, donde la intelectualización ha despo j adolas, formas reales' de Sll contenido solamente para conservar sus signos o

La escritura se articula' con la estética visual: conduce a unas imácenesv

puramente intelectllales,' a la interiorización ccrnpleta de los SÍl11bolo5."Es interesante anotar,' en la progresién qlle estamos considerando,

cuál 'es la situación del lenguaje en los diversos g!'ados. La estética es,entre todas las ramas de la' filosofía, la que encuentra mis difícilmentesus medies de expresión' a tra"és' de las palabras. Cuando los encuentra,es a través de la evocación, acordando a la imaginación del lector sllfi­ciente experiencia concreta para e\'ocar los sonidos, las formas y el estilode, los gestos, qlle las palabras desencadenan sin restitllirIos. El lenguaje,,al plrecer, no es adecuado pa.!"a expresar las fllanifestaciones est~ti'cas. Lomaravilloso de la poesía es crear 1.1n eqllÍvoCO entre el ritmo y las pala­c,ras transp,ortadas por él; mientras qlle en el canto las palabras son tantomenos inteligibJes, a medida que ,el canto es mis y nlás realmente mú­sica, como si la función vocal tendiese ora hacia 'la servidllmbre de laexpresión intelectual, ora hacia' otra cosa' para lo ctta! Ja inteligencia)en el sentido de faCilItad para entender, no interviene.

Parece que la conqLlista del útil y la del lengtlaje, no representann1:lS,qlle una parte de la evolución del hombre y 10 qlle se entiende aqllí

268

, "

"

técnicas, como' en, la regulación de los gestos profesionales; puede ser de,il1dole social, C01110 en las actitudes mundanales: en fin, las manifestacio­nes pueden ser reflexionadas y figurati\'as, COI110 en 'las artes o la litera­tura. Estos niveles jis{oióg!co, técnico, social, fig¡,¡rati1Jo representarán aquí.Ios grandes cortes al interior de los cuales se ordenan las .sensaciones, En'el hombre, las referencias de la sensibilidad estética tornan 'su fuente en ,la sensibilidad visceral y muscular 'profunda, en la sensibilidad dérmica ,~11los' sentidos .,olfa.to-'g~~tativo, audi!i\'o y visual; e.~ fin,' en la jlnage~Intelectual, reflejo simbólico del con junto de los te] Idos' de sensibilidad.

Podría parecer más conforme a la realidad estética limitar su ' dominio~l .simbolismo y no ver en las' manifestaciones sino aquello que, pareceumcamenrs 11.ull1al10; ~s decir, la posibilida.d de creación de inlágenes dellnun~o exterior, reflejadas po,r el, pensannento y materializadas en unascreaCIones. de ca.r,ácter artístico. En otras palabras, podría bastar con consi­d.erar la .f}guraCIOtl COI110, ~ase de ~a estética, y admitir que, por ejemplo,SI, l~ nocion de confort flSICO es diferente en el Japón }T en China no es?ebl~O a causas. fis.io_lógicas, sino 1?orque las normas sociales y a~tísticas~lnp.~Inlen a los individuos UI1as actitudes en las cuales las usanzas se tra­ducen a, través de unas sensaciones de confort, Podría asimismo consi-derar~: que .la es~étjca del, gesto de. cortesía no' tiene }Jor fundamento 1:1Coh:slon social, SIno que es el ~ef-]eJ.o de, cierta imaginación del COnl})Or­tarniento del hombre educado, l111aglnación ql1e encuentra su modelo en'el a~te ceremonial, en el cual el individuo 'desell1peña su papel de hombrecortes.. Procediendo a~í,' se R~rdería la perspectiva paleontológica. El' único,

plano de construcción estétrca del cual podamos estar seguros en le querespecta a, los arcantropos, es el que' se basa en los criterios fisiolóaicos,de 'Talar; partiendo del carn~,Toro o del' primate hasta -llegar, al hombre 'actual, UI10 encuentra en el gusto o el olfato, C0010 en el tacto un terreno., '.. .' .,co~~n que" r= rnl,lte tant? 111~Sla: comparación qLle no conduce a 11inguna

',' ~ct.l\Tldad .flgu~atl,'a posible. Entre Jos a~c~n~!'olJoS y los lJriJeal1tropos" elunICO' testrmonio coherente es, el del equilibrio ell las formas eficaces del

, utillaje, una orgaIl,izac!,ó~ ~de ',10; .\'~Iores funcionales 1)[0!Jial11el1te 11l1111anos, ,que oa,carre~ ll~~ aP:~~J,aCJ.oll ,estetlca de las forl11us, pero,' no condllce' hacia, ,una slnl~otlZa~lo~ ,f'16ru~aotl,ra,: Uf) ,cuadro represel1tando l:U1.a .11errerÍa no tiene" !'lla}'Or Sl111boll.zaClÓtl fiinclonal (irrealizable nlás allá' qe la flln'ció'n nlisma)qlle ~na. coolIda' de cartó~ en ll~a ,escena ,de' teatro 'es la figtlracióIl del .g~sto: SIn enlbargo, no '~e }1uede negar QllC, en al11bos' donlinios, unos'crIterIOS ,de. \talor. son pOSIbles y condiciollan nornlas qu~ no son 11i total-11:el1te tec~~cas 01. n10rales, sino' esté~icas. D~ ...ello se d.educe ql~esi es po­SIble a~r?ltlr",~ n 1,'e.l' del h01770 .rapte?lS, un ~lerto \'ertlnl,iento ,de' .los ,'alo-res estetlcos' desde la cUll1bre 'figurati,'a hacia los fondos fisiolóaicos tT

funcionales, 'es indispensabJe l)artir de los 'fOlldos, únicos ,en' ser bC011fi:, ,11lado~"paleontológicall1tllte, si se (lujere' ap.!"~cjar' el ,paso' a las fornlas'"

sup:rlores y, 'sobre. todo, de 10 arcaico que 'l)ueda perl11anecer en ellas to­da"la. Las' tendenCIas del arte abstracto actual serían, inconlprensibles, en

','

Page 135: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,, .,

Il'I

. !

,

.,

1.'

271.

EL "ESTILO"ElNICO .

~a descripción precisa e incluso detallada de los hechos etnográficosno rinde cuenta en absoluto de lo mis siznificativo del valor de la etnia.~uede evidenciarse un tipo de objeto, un~ costumbre agrícola, una· creen.Cla q~e pertenece a un grupo determinado, y obtener, adicionándolos,una fórmula que car2,~teriza sin confusión a ese grupo; nlas la mayorparte ~e la cultura esta .hecha de rasgos qlle pertenecen en común a lahumanIdad o a un contInente. 0, por 10 menos, a toda una· reg'ión ya·~umerosos grupos~ los .cuaJes...SI? ~nlbargo, se sienten cada uno como par.tIcular. Esta partIcularIdad etnlca que transforma la trivial enllmeraciónd~.h~~has, de fuelles y d~ fór~ulas matrimoniales en expresión del (~es~plrltu de un plleblo, es lnacceslble a la clasificación verbal; es un estiloque posee su valor propio y que baña la totalidad .cultural del grupo ..

brir. las manifestaciones fisiológicas. Esta hipótesis postularíá: el carácterpart.l~ular de las, manifestaciones estéticas," regiría la búsqueda de su in.sercron en ,la maquln~ cerebral, supóndría que mis allá de la posibilidadde !undar un l~nguaJe abstracto algo habría aparecido en el dispositivoc?r~lcal, estableciendo relaciones nuevas entre las imágenes. Sería bastantefácil encontrar. l?~argumen;~s, pues se pued~ ~onstatar un, er:riquecimien4to de !as· posl..bl~ldades estet.lcas en los dominios de la técnica y de laspercepcIones t~ctl1~s, u olfatlyas; en cambio, es difícil demostrar que setrata de una rnvasion a partir de las formas artísticas y no de 11n enri­quecimiento global.

Se puede aceptar la hipótesis. de que siendo técnica y lenguaje sola.mente dos aspectos del mismo fenómeno, la estética podría ser un tercerode ellos .. En tal cas?, existi~ía .lIn hilo conductor: si el útil y la palabrase encamlna~on. haCia. la fllaqulna y la escritura a través de las mismaseta~as y casi slncr~n.lcamente, el I?iSffi,? fenómeno debería haberse pro.ducido para· la estética: de la satisfacción di zestiva al útil bello a' lamúsica bailada y al baile contemplado desde ug sillón, no se tratarla· sinode un mismo fenómeno de exteriorización. Se debería volver a encontrare~ 105 tiempos históricos unas fases estéticas cemparables a la del paso delrmtograrna a la escritura y del útil manual a la máquina automática, .unperíodo "artesanal t., ~ ttprei~dustrial" de la estética qtle sería aquel cuan­do las artes, la estética SOCial y el saber-gozar técnico hubieran alcanzadoe~,máximo de impregnación individual, y luego, un grado de especializa- .CI0~ don¿~ se acentuaría la desproporción entre. los productores de ma­teria estetlc~ y la masa cada vez más grande de los consumidores dea~te prefabricado o prepensado. Esta segunda hipótesis corresponde mejor,SI no ya no forzosa:ne?te a toda 1~realidad, al menos a la dirección ge~neral que parecen indicar los hechos biológicos, y qtle es justamente laque .yo me esforzaré en demostrar~ pues ella aporta al problema del agru.parruento .?e ~os.hombres en unidades étnicas el elemento qlle faltaríaa una teoría .limitada a la sola consideración de la técnica y del lenguaje.

~.o' ••270

: .. .. ..'

. . ..

.;

. '

por· estética, ha ocupado en nuestro ascenso un Jugar l11tly importante;pero, mientras la paleontología 110· nos ofrece una restitución bastantedetallada de los estadios sucesivos del cerebro y de la mano, no obstanteque los sílex tallados aseguran una buena visión de la evolución técnica,no vernos, en primera instancia, CÓll10 despejar 10 que no se ha impresoni en el esqueleto 11i en los útiles. . .

Para esbozar una paleontología del lenguaje, hemos encontrado U11rodeo, en la existencia constante de un canlpo facial-manual de relacióny ell el vínculo cerebral' de la rnotricidad de los aparatos facial y manual,El nacimiento de la figuración, y luego el de la escritura, han permitido

· controlar este vínculo en el pasado, en u~os cincuenta milenios, Paraevidenciar la evolución estética, es necesario tomar unos fundamentosdiferentes.

El orden. fisiológico-técnico-social, eXpllesto· precedentemente, consti­tuye un esquenla biológico más general, que cubre asimismo la vida .deun insecto COI110 la de un roedor o la del hombre; puesto que todas las·especies, incluso las parásitas, ofrecen, al menos por un tiempo, un C0111-portarniento técnico que les asegura la adquisición alimenticia y un COll1~

portarniento .social que les asegura la reproducción .. Es, pues, el substratosobre el cual, forzosal11el1te,· se establece el comportamiento estético. Exac­tamente corno se ve en las técnicas, que hechos profundamente insertadosen Jo zoológico se desprenden humanamente en el curso de. nuestra evo­lución, asf COI110 en el lenguaje se· vuelve ·a encontrar bajo una luz refle­jada .hechos de .relación interindividual qtle se hunden en la masa de lasespecies vivientes, ¿puede uno buscar en la percepción y la creación desímbolos rítmicos una fuente escondida en el Inundo animal y qlle of rez-·ca, en el momento de su emergencia al nivel humano, Jos l11isl110Scarac-·teres que los de la técnica y .del lenguaje? En otras palabras, l)llesto qlleal nivel humano, la función técnica. se exterioriza en el útil amovible yque el objeto. percibido se torna también exterior a. través .de un símboloverbal; el movimiento en todas sus formas visuales, auditivas y motoras,se ·liberarÍa también y entraría en el mismo ciclo de evolución,

COl110 para .·las técnicas y el lenguaje, el desprendimiento ofrecerln.grados: el arte más pllfO se sumerge siempre ell. las profundidades y'.enlerge justo poi la punta del zócalo de. carne y de hueso sin .el cualno existiría, y yo .pienso. que si una paleontología de los símbolos correel riesgo. de 'parecerse al psicoanálisis más que a la anatomía comparada,el princi¡Jio de su il1.Vestigación debe ser al nlenos planteado.

. Es iIl1portante definir la relación entre la técnica, el lehguaj"e. y laestética, pues es cierto que las tres Il1allifestaciones fundall1el1taJes de lacalidad llull1ana 5011 estrechal11ente solidarias. SllS relaciones pueden l)re-·sentarse de mari·eras diferentes. Se· podría suponer que lenguaje y técl1ica·fornlan una base indispensable y suficiente para la super\riy'eI1Cia, sobrela cllal se extendería poco a poco la coloración estética, de algún nlodo·illdepel1diente, y. adquirida· en un estadio tardí? de la e'7olución; salidade las cimas· del arte figurati"\ro, allá en el Paleolítico reciente, ganaría.poco a poco ·las bases, y nuestra época la \'ería al)enas. conlenzar a recu·

Page 136: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

. " .

.'. . . .. .

273. .. ~.'

i,l.I):

...' ..

." .

i

":1;, .

~II i.''!:.¡• t· ,·!,

para las cadenas operatorias técnicas. Las formas cotidianas están some­tidas a un modelamiento lento e inconsciente, como si los' objetos y los

. gestos corrientes se moldearan 'progresivamente, en .el curso de su uso,. ai capricho de la disposición de una' colectividad cuyos miembros ·se con­forman los unos con los otros. Las formas excepcionales, por el contrario,alardean, en el sentido particular del grupo, unas verdaderas .mutaciones ..cuando la. invención individual no 'es canalizada. por. una .tradición' rí-:gida. A los dos extremos se ven .las acciones y los objetos' hogareños. Oagrícolas, 'los útiles del artesano y SllS gestos. impregnarse lentamente delos ritmos y de las formas, hechos más y más característicos por. el aisla­miento, mientras qlle el traje de fiesta o . las danzas periódicas puedendemostrar, en cada una de sus reapariciones, unas variaciones bruscas ymuchas veces importantes .

En el marco de las prácticas cotidianas, 1,1 impregnación estilística esprofunda, quedando fuera de la. lucidez, corno en el. caso de las opera­ciones técnicas, marca de por vida las generaciones sucesivas, Ciertas ac­titudes, gestos .de cortesía o de comunicación, el ritmo' del .andar, elsaber-comer o los gestos de higiene, poseer! tonalidades étnicas qlle. setransmi ten a través de las gen.eraciones. En las prácticas figurati'vas, talescomo la música, la danza, la poesía o el arte plástico, una separación ní­tida se produce entre el fondo y las variantes individuales, porqlle la figu­ración comporta los mismos grados operatorios; es posible ver sobrevivir

. durante largos siglos, en cuanto a un modo musical o un. género plástico,la osamenta de la figllración, gracias a la posibilidad que' ofrecen a losindividuos para organizar variantes personales sin alterar su arquitectura.

. la constatación del grado de ocultamiento de las prácticas estéticasconfirma el orden adoptado mis arriba. Las manifestaciones fisiológicasencuentran 11n sitio preponderante en las operaciones cotidianas y figurana la vez el substrato paleontológico más profundo y el dominio más f re­cuentado por los sujetos vivos. Además, las' manifestaciones motrices,en la figuración, están estrechamente vinculadas a ello. Las manifestacio­nes técnicas y toda la estética ."funcional" intervienen también muy arn­pliarnente en las' cadenas operatorias más frecuentes, pero el grado deintervención lúcida es mJ)·or y el juego de las· innovaciones excepciona­les más amplio. El hecho de que no se pueda concebir una integración'figurativa ni para. 10 fisiológico ni para 10 técnico, marca aún más cla-ramente su calidad de substrato. .

Lo social desempeña función de' bisagra par dos razones. De unaparte, las operaciones sociales ofrecen toda la gama de las frecuenciasde la práctica y una estil ización que va del gesto .maquinal de abotonarsu vestido a fin de tener un aspecto correcto, hasta el ceremonial de lasrecepciones de jefes de Estado; por otra parte, ofrecen una gradaciónde los niveles de maqllinalización qtle se extiende desde 10 fisiológicoen las actitudes del cuerpo, por ejemplo, hasta el simbolismo abstractoen el manejo' de las ciEras o del calendario. Fisiológico, técnico y social

. .

-- • -- ... __ o•

'.

Exactamente COI110 lID .experto en vinos al olfatear un vino, el etnólogoentrenado distingue entre armonías de formas .o de ritmos, los productos. de una y otra cultura. Es ése U!1 procedimiento empírico y podría imazi.narse que un día el análisis electrónico resolverá, mediante alguna,s' ecua­ciones, el indefinible sabor personal de las obras de cada etnia; sin ern-.bargo, esto no quí ta nada al hecho de que el estilo sea inaccesible en la'manipulación del . lenguaje corriente, mientras que' los caracteres técnicos.'o Iingüísticos son definibles, Mediante un detallado análisis mecánico,se puede explicar en qué difiere el motor de los automóviles ingleses del' .de los franceses o de los ru-sos; pese a que el objeto "automóvil" seacomún. Mas sería necesario dedicarse a un análisis complicadísimo paraexplicar por qué, de un solo vistazo, el observador percibe que un vehícu­lo es "bien inglés". Es' evidente, por. otra parte, que el repertorio de jazz.estilo "Nueva OTleáns". se. ha convertido en' un capital' mundial . y, enprincipio, inalterable' en su estilo. No obstante, el oído no 'confullde una'ejecución sueca y una ejecución americana de la misma pieza. Si la et··nología .es incapaz de formular cuál es el objeto más intimo de .su in­vestigación, falta todavía algo a la etnología en un dominio foráneo allenguaje, .que es tan importante que de él solo' depende. la realidad dela etnia. Se trata de 11n hecho común a varias .ramas de las ciencias natu­rales, en .las cuajes está incluido el estud io del hombre y de sus productos..La antropología racial' posee todos Jos caracteres exterio:res de una cienciaexa~ta; sin' embargo, eso no impide al' antropólogo' experimentado reco-.nocer, en un segundo, 'el origell geográfico de un cráneo, y luego ·pasar .se~lanas para demostrarlo con cifras; demostración que deja escapar, ade- .l11JS, la mayor 11arte de .105' caracteres sobre los cuales ha fundado iocoos-·.cienternente su. identificación espontánea, . .

. En zoología, y concretamente en las especies sedentarias, uno constata '.que el tiempo determina 1111J orientación gen.ética 111ás o menos importante, que se traduce por la aparición de variaciones locales muchas vecessutiles, flotantes y sometidasva ..una dilución rápida al contacto con otras'poblaciones de la misma especie. Sucede 10 mismo con Jos caracteres c111- .tllra~es: ~acen a partir de fO_Ildo~ ~omunes muchas veces 111Uy amplios, .se .'particularizan en cada grupo suficientemente coherente, dan origen a va- .riantes . locales a menudo l11uy .. pequeñas. que se hacen y 'se deshacen alazar de la Historia. Este i.uego se ejerce a ..la vez sobre unas innovacio­nes téc~i~as ° sociales de detalles y sobre. las formas, cualquiera qLle seael dominio." al cual pertenecen," yendo de 'la curvatura de un manco deazada a la. disposición de un ritual. . . . :. .' ?

La co~stitución de .~sta corriente 9ue hace~ que. ningún grupo huma­no ~e repita dos' :veces!, que cada etnia sea diferente de cualquiera. otra'y . diferente de ella .11l~S111~en. dos momentos .de su existencia, es nl11y ..

c?nlpleja,.. _pues·.:i la' inno,TaciÓn·. indi.'Tidual ?ese~peña lIt1 papel 'lJrinl0r­dIal, lo ·desempena. solall1ente por .la lnfI~encla dIrecta ·de las' generaciones

. precedent~s' .y. de las contem.poráne~s. Ademá.s,·· el . grado '.de conciencia,rarÍa con el' nÍ,'eI . de las inno,'aciones, en la·s. Inisnlas condiciones que"

Page 137: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

275274

. ;

1'Ji

"

.;

1

.. ..

J1.1

'1,

Si admitimos qlle la estética reposa sobre la. conciencia de las for­mas y del movimiento (o de los valores y de los ritmos), propia 'del'hombre. porque sólo él es capaz de formular un juicio de valor, estamosllevados, por el mismo hecho, a buscar cuáles son las fuentes en las, quetoma su percepción del movimiento y de, las formas. Mamífero como mu­chos otros, si bien posee un aparato cerebral con una, complejidad única,no. se le conocen otros órganos de' percepción que no tengan el resto delos mamíferos. Su equipo sensorial, puesto al servicio de un maravillosoaparato transformador de, las sensaciones en símbolos, funciona al igualque el de los animales; si' estos últimos llevan una vida mental divorciadade todo aparataje sirnbolizante, no es menos cierto que el hombre viveen. toda su densidad la vida sensitiva, que sigue el "movimiento .de sudigestión para saciarse a horas fij as, qu~ sufre en medio de.' la. multitudel ritmo del paso colectivo al igual que un borrego, que sus gustos ali-,menticios se basan en los mismos órganos que los de los peces, quesus músculos, se tienden y distienden sin que su conciencia, sea movilizadapara cada movimiento, que,. en resumen, toda ·su máquina animal funció­na en varios niveles, los cuales son, hasta el de la integración intelectual,los mismos que los de los otros seres vivos. Se puede decidir, a priori,que la simbolización inteligente es susceptible de devolverse del vérticehasta las profundidades de la base y que todo en el hombre es asimilablea los pasos del pensamiento estéticamente constructivo. Por el contrario,'puede uno preguntarse si el pensamiento estético no se detiene allí dondecomienzan los comportamientos "naturales", De las dos' hipótesis, la pri­mera me parece más cercana a la vía. seguida hasta ahora, si bien se debe'adm,itir para sostenerla qlle el pensamiento puede efectivamente aseguraruna cierta conciencia de lo vivido, pero que existen en el equipo senso­rial. partes cuya actividad queda infrasimbólica; así sucede por ejemplo,c(?n .'la .gustación en 'el sentido más estricto, .restituible solamente por ellamisma, pues ningún medio existente puede 'dar la imagen de lo salado.

-,

LOS· FUNDAMENTOS .CORPORALES ,DE LOS VAL'ORES~~ y DE LOS RITMOS

XIco:re~pol1dell, pll~S, a tres '11i,Tele~,progresi,'os ~ajo la relació:l de las: prácticas operatorias. Esta progreslo11 no es sensible de una 1111S111a rna­nera en las prácticas figurati,ras, las cuales tienen, paralelamente al len-

. gllaje,: un orden de desarrollo propio. . .El estilo étnico podría pues definirse C01110 la manera pecu~jar a

una colectividad de asumir y marcar las formas, los valores y los ritmos.. Bajo' este ángulo, la personalidad. estética no resulta de ningún 1110do in­comprensible y se puede concebir un método analítico tan preciso, corno'el de la tecnología ° de la sociología descriptiva, Las gaIllas de los gu,stos,de los. olores del tacto de los sonidos o de los colores, muestran una, ,. . ,

, amplitud y unos alejamientos .nluy característicos; la ~istancia que :epara: en u11'a'cultura dada las posturas· naturales y las actitudes en sociedad,da la medida 'del abandono colectivo; la forma de los útiles se presta a unanálisis funcional preciso, así, COI110 el de la integración 'espacio-temporalde los individuos en su medio doméstico y el más geI1etal. Más allá, los .medios de estudio de las artes 5011valederos] aunque deberían ser organi­zados a fin de una investí cación comparativa, pues el estilo étnico es unaexpresión t'otal. Llegado al'~111ásalto ptiilto de l~s nlal1if~s,ta~iol1e~. roéticas,uno apenas se encuentra a la cabeza de un desfile cuyos ultImos. 111!enlbrosestá~l ocultos en la penumbra de la~ 11?rnl0113.s.Lltg~do a la ~1111a~elgel110 personal de. un escu1tor, .se esta a~n. en p.resencla de 11?, CIerto 1~·'dividuo, miembro de 11n cierto grllpo étnico, educado en CIerto medio'social, lJorta\Toz avanzado, 'a ,'~ces hasta ~a soled~d. apart~te,., mas, }"lorta'vozá pesar de todo. de .una realidad colectiva ocearuca; china o turca.

El tercer cuadro del tríptico etnológico no posee una luminosidad , .'111el10r que los dos otros, solamente baña en 1111 ambiente completamentedistinto. Se puede disertar sobre la técnica' y el lenguaje, y' Juego. sobrela memoria social, sin 'llacer intervenir juicios de valor, tratando de hechosCOl1 l111.carácter de presencia o de ausencia y. evolucionando por grupos,coherentes, para dar al. '110l11bre.'un. grado de- eficacia globalmente ere­ciente. Lo social domina en ellos lo individual con creces y la evoluciónno C0110ce otro juicio cllle ',el del rendimiento colectivo, La estética posee,una resonancia COI111JIeta111entedistinta, plltS la sociedad, domina ell ellasolamente para dejar a los, individuos el, sentimiento de existir personal­mente en el ~~no del grllpo;' )!a qlle está basada sobre' el juicio .de 'l~s'"matices. 'Ella' .existe ....sólo para orientar' la selección 'hacia ',~n conformismotan estricto C011io.el . de las técnicas, mas, en un orden di'ferellte, .puesto'qlle está hecha de la oposición entre Ull0~ valores que, ,estáI.1 a la dispo~.'SiCÍÓl1 del' sujeto lJara ser 'integrados socialmente, El uso del hacha -110

, 'iI1lplica juicio:' se impone O' desaparece ,f.!:t!lte. ~ la s~erra' mecánica; la ,, estética qU.e aureola la forma eficaz-y el n10'~11111eIltodel hacha es, por

. , . 'el" contrario, J ~ parte de cad~, individuo qu~. juzga bueno y bello no e?'lo absoluto, '.sill0 en la segurIdad de. la estética en su g'rupo y en la li­bertad imaginaria de su selección ... ·

. '.

_._-------

Page 138: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

1:

¡!;.j"

·1

, ,

"•.¡;1

1I!

d'·,1;¡!I

, '11: J:~

LA SENSIBILIDAD VISCERAL

El oscuro fllncionamiento, normal de la máquina fisiológica pareceqlle debe ser olvidado, puesto que .las perc:~cion.es relacionadas con ~l,lason oscuras y mal localizadas, y su lnterven:-Ion ~lrecta. en la .formlllaclonestética resulta imposible. F reud y' los demás psicoanalistas, SIn embargo,han subrayado sllficientemen~e. la in:portanc~a d.e. la, l!bido y. ~e.las frus­traciones para dar ·al condicionamiento pSlcoflS1010g1CO. poslb!l~dade~ deafloramiento hasta en las formas más elevadas de la Vida estética, 51 node preferencia en las forma: ~lás elevadas. jtlsta?;ent~, ' pl!es· la G~eaciónfigtlrati,ra es el elemento principal de la liberación individual, mientras'qlle el comportamiento técnico o social es vivido según unas normas co-lectivas qlle implican una ejecución "conforme".. . . . I •

·La más importante manifestación de la sensibilidad visceral e~ta. !1~gada a los ritmos. la alternancia de los ~iem~~s ?e. sueño y de vigilia,de digestión y de apetito, todas las cadencias fisiológicas forman una tra-nla sob·re la cual ·se inscribe toda la actividad. Estos ritmos están gen~­ralmente 1icrados a una tram~l más amplia, qlle es la alternar:cia de, los,días y. de· 'I~s hoches, la de los cambios meteorológicos y estacionales. Deello' 'reslIlta 1In verdadero 'acondicionamiento, qlIe opera ~omo base esta~bIe en 'l,~-S operaciones cotidian.as,. pero qlle no intervie.ne en el c<:mpor.tamiento '"estético más qlle '·en la medida en ·la ,cual tIene como lnstru.-,'mento·' al ·:tllerpo'· hlImano. 'lbs .estados de· comodidad vi~c:ral ~o ac~úan.más qlle' estab!ec.iendo ,.las co?dici~~es, !.10r~a}es, ~e la actlv1dad,' y ,los ~s­tados'~' de'·'·sllfrlffilento "o "de' lnsllflclencla ,'flslo10glca Plleden acarrear no-tab-Ies m·odificaciones .·del "campo' estético .iridividua~, ..~encilIam~nte por susconsecllencias . -sobre --la actividad normal,. en 11~sentido' amplIO .. ' -

, y' por' consiguiente confrontada con ~l!a misma. Ritmos y val~res refleja­dos tienden en el curso de la evolución humana, a crear un tiempo y unespacio propiamente ~umanos, a enmarcar el comportamiento. e? el. cua- .driculado de las medidas y. de las gamas, a concretarse, a través .de u.naestética en el sentido más restrin o-ido. Sin 'embargo, la' base biológicaconservará todos sus medios y no t~nd.rá otro~, que pon:r· a la disposi;i?nde la, sLlperestructtlra artística. En su expreslo~, reflexl0nad.~, la, estéticapermanecerá 'tal cual es el mundo del cual salla, con !a prImacIa de ~avisión y de' la alldició~: transf~rI?ados en, nllestr?S s~ntldos de referer:cla ,espacial ,por la evolución zoológica, Basta con .1ma~lnar 10 qtle hub~:rasido, si el tacto, la percepción sutil de las vlbraCIO?eS o l~ ?l~facClon,hubieran sido nuestros sentidos' directores, para concebir la, posibilidad deqlle hubieran existido unas "sintactias" o unas Holfatiast." cuadros de .010-res o sinfonías de contactos, para entrever unas arqult~cturas, de vibra­ciones equilibradas, 11005 poemas de saladuras ° de acidez, todas ellasformas estéticas qllC, sin sernos inaccesibles, encontra:on en nuestras 'artesnada más qlle UIl sitio modesto. Sería lan1e?table, I s.ln embargo" no con­servarles su sitio en los basamentos de la 'Vida estética.

-._~~, o ."., _

276

EL EQUIPO SENSORIAL

En los animales, los más sencillos comportamientos pueden reducirse,desde el punto de vista sensorial, a' tres planos: el del comportamientonutritivo, que' asegura el funcionamiento corporal tratando las materiasasimilables por el organismo; el de la afectividad física" que asegura lasupervivencia genética 'de las especies y él de la integración espacial, qlIehace posible 'los otros dos. Estos planos' que se diversifican según el'grado de, evolución de las especies corresponden a tres niveles de refe-,rencia de los individuos entre sí y su medio, cuyas implicaciones estéticaspermanecen sensibles en el hombre. Estos tres planos de la estética fi­siológica ponen en juego, en relaciones variables, los diferentes instru­mentes del dispositivo sensorial: sensibilidad visceral, sensibilidad musen-

'lar, gustación, olfato, tacto, audición, equilibrio y visión.Cada uno de ellos se integra en un conjunto dinámico que conserva,

desde el, animal hasta el 11onlbre,' los mismos cllgranajes principales, Elcomportamiento nutritivo tiene por 1110tor los ritmos viscerales y por agen­tes de percepción, el olfato-gustación y" el tacto; el comportal11iento afectivoestá equilibrado entre la' percepción .del juego muscular y el tacto,. laolfacción y la visión; el comportamiento de situación espacio-temporal esatendido IJar los' órganos del, equilibrio y la percepción del cuerpo, en elespacio, con la referencia del sentido dominante, corno es la visión eI1 el,hon1bre, mientras que ell las demás especies 5011 ·la olfacción.' el tacto y laaudición. Ninguno de los tres pIaI10s de relación con el medió exterior sepuede concebir sin la asociación de una cierta ritmicidad corporal y de,'un. dispositivo de referencia; el gusto es' una abstracción sin la actividad 'nutritiva. los pasos afectivos de simpatía o, de agresi\'idad 110 existen silla

. en el vínculo entre la percepción y la movilidad determinada por ella;, la integración espacial no es posible sino en la medida en que el cuerpofísico l)ercibe el 'es}.1acio. Dicho de otro modo, ,la asociación del 1110\'i-'

miento a la forma es la condición primaria de todo comportamiento acti\ro.,El sujeto activo, animal u hombre, está agarrado en una' red de

1110\'iI11ien tos, originados desde el exterior o J>or su propia máquina, 1110-, vimieritos CU}'a forma es interpretada por SllS sentidos, 'lvfás ampliamente,su percepción se interpone entre unos ritmos externos y la respuesta queél les da rnotrizmente. El, anélido marino, que sube y baja en ·su tubo

" sebrún el ritmo de las '111areas, tOll1a su integración DlotrÍz en las percep­ciones de su sentido' gustati\ro, de su tacto sellsible a l~teI]lperatura ya.las' ,Tibi!."aciones~',COl11portall1jento nutriti\,o e il1tegraciól1 espacio.ten1poraIequi,raJell a su integración sin nlás 11i nlás al Inedio al cllal perte~ece.,En· UIl grado, 111Uy superior, el 111a111ífero, el1 su territorio, jalonado de'lolores y, sonidos, sebJÚn, el n10\Tjl11iento de los días y de las' nocl1es, de

· las ,variaciones' de la, tel11peratura y de las inlágenes' \1isuales, existe sola­lnente en la sinergia de los ritIlloS y .de las fOfll1as, de las solicitaciones ' '

, , , ,de ' ,su 'interpretación y .de ,sus respllestas. '

En el ni\'el humano, ia situación permaI1ece e'7jdentemente la mislna)con la diferencia, de que. puede seif. reflejada en una ,red de símbolos

Page 139: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

r'1I

11

279 '~

, 'LA' SENSIBILIDAD MUSCULAR

Si bien la armazón esquelética' no se' percibe en el' estado rio:mal,el revestimiento muscular es sitio .de impresiones i,n1portantes;, .as1,., el,dispositivo osteomuscular plI~de, "'. considerado. ya r:C? como 110 Ut1~, SInocomo el instrumento de la lnserClon en la eXIstenCIa. Se debe dejar de

que, se pueda confundir en ella producción y', consumación estética en elmismo campo. , " ,

Más importante aún 'es la bús~ueda metódica de, l~ ruptura y ,lacreación de un segundo estado tend~ente a la permanencia. ~as, grandesescuelas místicas de la India," de Ch1na,. del Islam o 4,:1 Occld<:nte, ten­dieron todas, hacia el dominio fisiológico, ,la sustracción del !ltm? por

, la contemplación y el, control del ap~;ato visc:ral. El yoga es la m~s ~o- "pular de estas técnicas de la extracción: la' busqu,eda del control rítmicointeresa a todos 105 órganos, i,n~lllyendo, al .corazon, y' el asceta. I:erfec,to ,se inserta en un universo estético de éxtasis, cada. uno d~ los org,ano~

• 'O' dos todos los ritmos del tiempo y del e,spaclo exterrores abolidos,apaclblla , , Iei da d 1 dantítesis qlle, como lo veremos luego, "no e~~a a eJl a., e, a qu~ con uceal arte figurati\,ro hacia. el ,.'ací~ de ,flgt1raclon. Tam~len. el. ~aolsmo tuvosus técnicas de sustracción al CIclo alternante de los. p.rl~CJpl0S rr:acho. yhembra, con prescripciones alin1enticias. rigurosas y disciplina respiratona,fundadas sobre una concepción del universo donde t?do responde a unosritmos con' valores complementarios, armazón mo\red~za del cosmos en .lacual -se insinúa el sabio sin rozar nada, fuera ,del tiempo y del espac~o.Se volverá a encontrar el problema de la inserción ?el hombre, entre CIe­lo y tierra, en los símbolos de la sociedad, .mas es ln~eresante anotar .que,para el sabio,' la desinserción cósmica comienza al nivel ,del tubo dlges,­tivo en un proceso de purificación inicial qlle l~ lleva de .llna maneraprogresiva a sostener. su existencia. t.ral[ando sen~lllamente aire. Ver !os

.:' espíritus que rigen. cada órgano, disciplinar su ~lgado, guardar su sahf'~'y SllS secreciones vitales, regular su so,p!o, apaCIguar tod~ el apara.to J

siológico, hasta el punto de' qlle adqlIlr:r, u~, CtIerpo de Jade ha ~ldo ~l,sueñg perseguido durante siglos y de allt salto. en gran p~rte, la filosofíachina, Para nosotros es difícil, por ser mlIy .r,ecI~nte, per~lblr lo que debenlas artes, occidentales a una .cierta concepcIon de la "Ida,. qlle toma susbases en el pacto 'entre el hombre y Stl. cuerpo. En :~mblo, puesto que,"en relación a ella estarnos distantes, y SIn, duda tambI~n po~q~le ella, ha'llevado mLly lejos la expresión, de este pacto, la, Ch:na . clásica, en. su,modo de existencia como en sus obras, muestra la continuidad qtle existedesde las profundidades hasta la cima, , ' .

, La conjunción del taoísmo y del bud:smo ?a ampliado la bLls~a de,la sustracción al ritmo circular de la existencia terrestre. .En ~hl~a yluego en el Japón ha sido creado lID modo c?mpleto d~ eXlstencl,a ,Idealdonde el sabio sereno y dueño d~ su clIerpo juega la ,VIda en medio de,una armonía completa con el viento, las aguas, l~s arboles y .la , luna,en 11n equilibrio que parte .del estómago para ,termInar en la pintura .

278

"

PRIV ACION y CONTROL

Las' rupturas de .ritrnos naturales, las ,rjgilias, la inversión del' díay de la noche,' el ayuno y la abstinencia sexual, evocan más. el dominioreligioso gue el de la estética, sencillamente porque la separación entre'estos casi .ha desaparecido,',en la cultura 'moderna; pero se trata de unaconsecuencia 'reciente de la evolución del organismo social, el resultado

, de 'un proceso de racionalización del cual, somos los' promotores. En la', ', escala social, la salida del círculo normal equivale a un descenso del ren- 'dimiento técnico. Evitar romper los ritmos vitales aislando lo .religiosoy la estética, coloca el individuo en una situación favorable para el buenfuncionamiento del dispositivo sociotécnico. De una manera explícita oImplícíte, este hecho ha sido percibido ya desde el Confucionismo; ypuesto, en .aplicación "en una escala decisiva en las sociedades modernas.Supone la. especialización de virtuosos poco numerosos en .las prácticasde .vida a contrarrítmo y, para la masa' humana, la válvula de manifes­taciones filtradas, dosificadas en, el tiempo y el espacio, consumibles sinperturbación' grave. Estalla en "Ias medidas tomadas por. algunos· paísesmusulmanes para suprimir el ayuno del Ramadán como traba a la pro.ductividad; asoma en las moderaciones admitidas desde algunos años porla Iglesia, católica. '~er6 es necesario repetir ,'que se trata de un hecho re­ciente y que, nada obliga a proyectar sus .resultados sobre .los treinta mil 'años durante los cuales el hombre transcurría su "ida globalmente y .el. dominio fisiológico constituía la infraestructura de 1.0s grandes impulsos.

En ,otro plano puede' pensarse, que el baile, del iniciado ,le ha sidoenseñado previamente en frío y que es un poeta ahíto y lúcido quien hacreado los versos cantados por, la multitud de los' peregrinos en delirio."Si no fuese generalmente inexacto, si fuera preciso separar la creación y.la ejecución, ello no quitaría nada al hecho, pues el comportamiento es-·.tético no es menor en la Greación de la obra. de arte que la fra/:,rua en lain,rención de la, metalurgia., ,L'a impro,risació'n 'en las práctica,s de un ni,rel

'. anterior a la escritura es, por otra parte, bastante aplastante como para

, 'En cambio, si' se torna en cuenta el hecho, de, que en todas las, cul­turas, ~na parte importante de las manifestaciones motrices o verbalesinhabituales tiene lugar conlO, resultado de la, búsqueda de un segundoestado, en el desajuste mental, se debe admitir que las rupturas del equi.librio rítmico desempeñan un papel importante. En los rituales excepcio.nales, las revelaciones de éxtasis, las prácticas' de posesión en el cursode 'los cuales los sujetos se' abandonan a danzas o a manifestaciones 50-.noras cargadas de un. elevado potencial sobrenatural, uno de los puntosconsiste, ' universalmente, 'el1 arrastrar al' actor fuera 'de su ciclo rítmico'cotidiano rompiendo, mediante el ayuno y la falta 'de sueño, la rutina

.. del aparato fisiológico. Si bien' el resultado final es la' excitación psíquica,el punto inicial es de carácter 'v-isceral; el cambio de registro es irrealiza­ble sin salir' de lo más profundo del organismo.

Page 140: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

o'.' •. :.:'~,

¡o •

¡ i!

281

1;,1I~

¡

: ,

:

:

1l

" ,

la coreografía, las genuflexiones, periódicas o la deambulación, se encuen­tra en las manifestaciones ,religiosas o profanas en todas las. épocas y, enel .rnundo entero. Apoyados por la música, tonlan,' en relación a las ma-.'nifestaciones del párrafo precedente, el carácter de un,' real desprendí 4

miento del medio vivido cotidianamente. Las manifestaciones a las cualesconducen, poseen siempre' un 'valor desmaterializante; desde el desfilede una tropa al paso acompasado hasta los trances de posesión, la alie-nación muscular es total. '

El ascendiente de la sociedad sobre el individuo a través del acon­dicionamiento 'rítmico se traduce por, unas actitudes colectivas mlly ca­racterísticas. "Ponerse al paso" no es solamente una imagen militar, puesla uniforrnización rítmica y la agregación de los individuos en una rnul- 'titud acondicionada, es sensible tanto en un, pasillo de tren subterráneocorno en un funeral, en, ejercicios de derviches como en el brusco correrde los escolares al ordenarse el recreo. ,La ciencia del acondicionamientomuscular es practicada empíricamente en las necesidades de uniformidadpolítica desde, el alba 'de las primeras ciudades; es sobre ello que reposanlos movimientos de la rnultitud y el comportamiento de las masas qlle,caminan "corno lID solo hombre".

Se vuelve a encontrar el mismo fenómeno en el funcionamiento ar­quitectural, el cual tiende a ordenar y a organizar rítmicamente los mo­vimientos en' el medio de trabajo o' de hábitat" De igllal modo, se puedeconsiderar como una busca de acondicionamiento muscular la introduc­ción de la música en los talleres: trabajar con música corresponde a unaverdadera mutación del, comportamiento operatorio, a la aplicación de lastécnicas de cambio de ambiente en los 'procesos normalmente consagradosa la ,inserción más efectiva al medio. Por otra parte, hay motivos par~ldistinguir el ejercicio de cadenas operatorias complejas y lúcidas sobre lInfondo sonoro sin ligazón rítmica con el trabajo y el proceso de integra­ción 'total qlle resulta dé 1J. ejecución de cadenas estereotipadas con unamúsica rítrnicarnente integrada al, trabajo, Esta segunda forma se vuelvea encontrar en tareas colectivas .corno la labranza, la escarda de los cam­pos, 'la trilla del grano y la sirga con cables, en las sociedades más di­versas. C0010 -en el caso de la fabricación industrial, se trata de desin­tegrar cierto número de individuos para reintegrarlos en un útil colectivo,El aspecto inhumano asignado a lo forzado rítmico industrial proviene,en las sociedades industriales, del hecho de qlle los individuos trabajanpara unas entidades lejanas y qlle ellos se dispersan o se desmigajan una,vez el tielnpo ,de trabajo terminado, mientras qlle en las sociedades tra-

,di(ionales la operación técnica ,realizada para 11110S beneficiarios próximosn,o es más que tIna fase de 11n proceso colectivo en el cual las alianzasse tradllcen por ,otras manifestaciones de ,la cohesióh del, gnipó:~:''. '. ::..,;

,Lo bello, lo blIeno y lo mejor van a tomar, en los capítlllos ,siguien­tes, lln valor cada vez más inteleétllal, hasta' tal punto que se olvidaráqlle, inclllso leyendo un p,oerna, recogido en el silencio total, toda imagenevocada po'r las, palabras no' tiene más significado que en la medida ,'enla ellal se refiere a todas las experiencias vividas, lln día, en sittlaciones

...... _ ,.'~_ _ .

280

lado como una operación intelectual la integración de, los movimientosque se opera en el córtex cerebral motor; en' cambio, se puede notar elvínculo p~l~ol~tológic~ e?t~e el oído i~t,erno y el aparato osteornusculare? el equl11~rlo ,d,el ln~1\71duo en r.elaclon, c·o~ el medio, en las i==r-'Clones espaciales inmediatas, en la', organización de los movimientos, '

, E~ ,pe~q del ~Llelrl)o es l)~rcibido por los músculos y se combina cone_l ~qul11brlo, e:l)a~Ial para ,unLr e~ hOl~lbr~ a su universo concreto s cons-,tJt~lr, por, antítesis, un un~verso imaginano donde el peso y el equilibrioest~n. abolidos, ,La acrobacia, los ejercicios de equilibrio y la danza ma-'terializan ampliamente el esfuerzo', de sustracción a las cadenas opera.tortas nor~l~les, la busca de una creación qu'e roolpa el ciclo cotidiano'de ,las pos:clones en el. espacio,. La liberación se produce espontáneamenteen los ,suel10S de vuelo, en el Instante cuando el reposo del, oído interno'y. ?e los músculos en (:1 sueño crea ,una' situación inversa al decorado co-

.. ' tJdl~nO" De ,ll~a ,manera .~istinta, er:' esta?,o de vigilia, ~lespectáculo delacrobata ,C?nstl tU) e también una liberación, una espeCIe de desafío alencadenamiento operatorio. '. El funcionamiento normal del aparato intelectual entero, está S0111e-tido a la, infraestructura orgánica, I~O solamente cuando la máquina cor­poral esta en buen o mal estado,' SIno en cada instante de "lo vivido en'Jos ritmos que integran el sujeto e~' .el ,tiel11po y el, espacio, Para ~1 'ani­mal CO~10, para, el, honlbr~, el equlll~rlo reside en el, juego coordinadode los organos y' de los músculos, segun el desarrollo de' cadenas rítmicasde al11plitudes. d~f~rentes, encajadas en un orden regular. Un trastorno'gra,'~ ~11,la .ritmicidad ;xter?a o interna acarrea el comportamiento neu­ropslqulco sobre unas vras divergentes de la,' normal. En, el mamífero sal-~raje en cauti \:id~d se '.observa ,la ~~es\'iJc!ó~ '. de las cadenas operatorias(orp~raJes conducl~ hacia una rltIl11c~dad' flctl~la, unos vaivenes periódicos..los cuales reconstituyen, lJara el sujeto cautivo, un marco "verdadero enel ,cual está integrado espacial, y temporalmente. 'En el hombre los mis-

, 1110S. fenómenos de ritrnicidad exteriorizada se, manifiestan en las circuns­tuneras en que la creación de un marco ficticio concurre a' la liberación 'de} c~clo operatorio normal, o cuando se le sustituye para encadenar lamaqUIna 'corp~ral en un l)r,oce~o de ,asinlilación, intelectual. Los ejemplos"son numerosos: balanceos rltn11COS de los escolares, chinos recitando listasde caracteres .o de 105, nues.tros recitando ,la ~abla d~ nlultiplicación y el: ,paso de las cuentas de resanes en' el Mediterráneo oriental, Muchas veces '

, el ,l~1~\!inliel1to limitado a' una parte del cuerpo mantiene el vuelo delensueno, fal COI110 (~estar nlal1~ sobre ll1ano" o, aIl1asar 'algo l)lástjco o,dar ,vuelta,s ,~ ,un~ o~Jeto esferOide CO? 10,5 .ded'os. Es ,e\·j~ente que estasl11anlfestacl~n.es rltnl1cas rara~ente estan 11fll1tadas al solo' Jllego l11usclllary q~e, partIcIpan en un c~nJunto ,donde, la a,udición" desel11peña, Jo' nlás ,frecuel1.te,me~te, un papel l~lp~rtante, tal c0Il!0 e·uando el monje budistasalmodIa n11entras golpea _(ltnl1canltnte un tln1bre, ' " ... ~ A partir de' este l)un~o, la cUalidad de las superestructuras tiende a

dISImular el papel, d~ 1~ lnf raes~-rqctura os~eonlusc~Iar, La integ'facióll en 'las cadenas extraordlna,rlas nledlante, el pIsoteo rltmico, .~l,dar \Tueltas,

Page 141: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

",

283.' '.'.

" : ',' .

, .

¡'t "•

, ., "

, ,

Ii

: 1

: II r,. .¡ !.1 :i •I ;

LA GASTRONOMIA'

.La estética gastronómica está fundada. sobre uri hecho biológico muy.general y que es el reconocimiento alimenticio. El animal, cualquiera quesea el nivel al cual uno se refiera, dispone de un abanico de alimentosmás o menos amplío, Cll}·O reconocimiento. corre a cargo no solamentede los órganos gustati\:os; sino pór la acción complementaria de la aso­ciación ...de imágenes sensoriales. Los sentidos, salvo el .oído, intervienensegún. el orden de importancia que poseen. como referencias espaciales:los pájaros, con referencia visual predominante,' reconocen por la visióny secundariamente por el tacto y olfato-gustación; la mayor p·arte de losmamíferos, con referencia olfativa dominante, .reconocen por el olfato' yluego por la visión y el tacto; los peces, cuyas referencias espaciales sonpor una parte importante olfato-gustativas, tienen el reconocimiento ali·rnenticio mis sencillo. Visión, olfato para el reconocimiento a .distancia,tacto bucal y olfato-gustación para el reconocimiento inmediato, aseguranla gama' sobre la cual los vertebrados fundan las cadenas condicionadasde la aceptación alimenticia, cadenas en las cuales la memoria desempeñaun papel notable a fin de orientar las preferencias y los rechazos. Paralos mamíferos" estas preferencias adquiridas oUlpan un puesto no desde­ña~le, sino predominante, en los. carnívoros y los omnívoros, siendo queel Joven depende' durante mucho tiempo de sus padres para, la educaciónalimenticia. El individuo formado es susceptible de enriquecer en ciertamedida su gama alimenticia, pero, de una manera general, los gustosde la' infancia orientan las' preferencias ulteriore-s. . '

la estética alimenticia del hombre no tiene otro fundamento. Lavisión y la 'olfacción actúan junto a 'la gustación y el tacto bucal; ademásla formación de las cadenas de preferencias juveniles orienta muchas ve­ces muy estrechamente los gustos del adulto. Todo 10 que es comestibleencuentra su empleo en el tubo digestivo, ffilly acomodaticio de la especiehumana,' mas está lejos de ser todo consumido y, a menos de ser' obli-

. .

, i,. :I

general en los' invertebrados, tal como en los vertebrados y su situacióne~ uniformemente la misma: tapizan el orificio bu~al.· El registro de, las'percepciones es bastante' limitado y la mayor parte de, los animales, comoel. hombre, distinguen más o. menos claramente lo ácido, lo salado, loamargo y 10 dulce. A ello puede agregarse lo picante, que es menos una .prueba gustativa que una agresión directa contra. ,las mucosa-s. '. ,

En .el mundo animal, la gustación no desempeña papel. de referenciaespacial, salvo para los peces (asociada al olfato): En ciertos insectos,para los .cuales la búsqueda de los alimentos dulces desempeña un papelimportante, la presencia de células gustati\Tas en los tarsos de las patasanteriores asegura una. verdadera referencia espacial. Se puede suponerel mismo hecho en los mamíferos comedores de hormigas y de termitas,poseedores de una lengua ffill}T larga y 'filiforme desempeñando el oficio

. de palpo. -En este último' caso, el tacto ciertamente es dominante.

;, I\I•

. ...

282

LA GUSTACION

. La :gustación es· el sentido inferior en el hombre, C01110 por. otra' .pa~te e11' el con junto del nlund~ an'i.mal. El paI:el de Jas papilas distri­buidas en .la entrada del tubo digestivo es esencialmente defensivo, 110ci- .

ceptivo; , constituyen .una señal de alarma frente. a la introducción deácidos o sales susceptibles de tener un efecto tóxico. Su intervención es .

. concretas suficientemente .comparables a. ·la imagen poética como para ha­cerla intelectualmente inteligible. Ahora ·bien, toda experiencia concretatorna sus primeras referencias .en el soporte corporal,' en "situación' (co-1,110 lo. expresan. las diferentes acepciones de esta palabra}, es decir, en.relación con el tiempo y. el espacio percibidos corporalmente. Es indis­pensable conservar esta Ilación presente en el espíritu cuando se trata,de enjuiciar unas manifestaciones estéticas o espirituales de un nivel ele­vado. Visto por los animales o por ·unos seres fundamentalmente distintos.a nosotros, el hombre aparecería corno obsesionado por el tiempo y. elespacio, los. cuales dominan sus preocupaciones bajo todas las formas de,su' pensamiento, desde la 'aparición de la civilización. La conquista mate­rial· del espacio geográfico, y luego cósmico, el ganar algo al tiempo porla 'velocidad y los esfuerzos de la investigación médica, tejen su vidapráctica; las especulaciones sobre la astronomía y' la luz, sobre la' 'astrolo­gía y la física del átomo mecen su ensueño filosófico; la- conquista de laeternidad y de las esferas celestes alimenta su sueño' espiritual. Su granjuego desde milenios es. el de ser organizador del tiempo y del 'espacioen el ritmo, el calendario y la ..arquitectura. Sus creaciones .microcósmicassostienen el aparato religioso en el cual se. regula la suerte del universo,De una manera negati\'a incluso, el tiempo y' el espacio pesan sobre todos'sus gestos y. si se retira ell el desierto para inmovilizarse en la. contem­plación, es para desprenderse del t 'siglo", es decir, a la, vez del tiempoy. del -espacio, donde se inscriben Jos ritInos. de la ."ida que fluye. La. suerte' de .los grandes' virtuosos de la evasión espacio-temporal es objéto.de la admiración del. taoísta, como del budista y del cristiano. Si la per-'cepción del carácter' fugitivo del tiempo y del movimiento .ha invadido'el pensamiento del hombre, es gen'eralmente porque la vida en la' tierrase encuentra en la intersección del tiempo y del espacio: no se descubre

. nada cuando se' constata que 'el hombre tiene aguda conciencia de ello.Sin . embargo, se puede ver. allí. un descubrirnien to, pU'es la: imagen deltiempo y del espacio es nueva cuando nace. en la humanidad ·la posibili-. dad .de volver a vivir uno y otro diciendo: "estaba. a' orillas del río",'"está donde nosotros", "mañana estará en el bosque". Para el resto del.JTIUl1dovivo, tiempo y espacio no 'l)oseen . otra referencia inicial que vis­cera], laberíntica, y muscular. El hambre, el equilibrio 'y el movimiento. sirven de trípode a los sentidos de referencia superior que son el tacto,el olfato o la visión, Nada ha cambiado para el 110111bre; 11ay solamenteel enorme a,parato ,Sjl11bólico q·ue. se ha. edificado, por encima y .q~e ocupatodo el fondo de la perspectiva cartesiana.

Page 142: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

'. " ",

. . ... ,

:-285284

,· I,

r

. ., ,

1I,

. !;

. ' .

· ,·.~

.... . . ..

" I

. LA COCINA OLFATIVA y VISUAL

,La' superestructura del sentimiento gastronólnico es sobre todo olfa­tiva. El aparato de situación espacial constituido por los órganos del ol­fato, es infinitamente m.is .sutil en SllS identificaciones qlle los' órganosde .relación bucal. Interviene en un sistema de referencia tan rico comoel de la visión o de 1,1 audición-y si permanece '.en el' plano· dé la estética. fisiológica, es por unas razones que lo' mantienen biológicamente extrañoal lenguaje. .

En .efecto, en el mundo animal, la' identificación olfativa' puede te­ner 11n rango superior a la, visión o' a la audición: es el caso para nume­rosos mamíferos. Cuando interviene, corno en el perro' por ejemplo, en'tanto qlle sentido de referencia principal, forma el fondo de lo qlle sepodría llamar capital intelectual. Nos es imposible representarnos clara­mente lo qlle es una imagen olfativa del mundo, plIes el equipo olfativode los primates y de los antrópidos desempeña, e~ Sl15 imág·enes. espaciales,.110: 'sencillo papel de aj'llda. En el hombre, entre los sentidos de relación,el olfato se encuentra en una .. situación particlllar. En efecto, la visión

· y la alldición, con1prometidos en el ,1engllaje, al igllal qtle ,la, mano, en-· tran .solas, en ,el ~istema de. emisión y de recepci~n que hace, posible el¡ntercambio ,de sínlb,olos, ~igurati,~os. El, olfato, pllram'ente :receptor, nodispóne ~:'de ningún' órgáno complementario. de emisión ,de, símbolos de'· los ,olores. Pe.rmanece ajeno al dispositiv~ más .,.característicamente hllma­" no, de Stlerte qlle la refle~ión po4rá coqific'ar SllS"percepciones, mas ellas'quedan intransmi,sibles. ,'~s lo que sitúa la g~stronomía fllera de las bellasartes, al igtlal qlle toda estética olfativa.. :.' ,'. , , .'., A partir de la percepción identificadora, presente en toda oper~ciónalim'enticia, se han edificado, sin embargo, sistemas de referencia Cllltll­rales relacionados con' lo más hondo de la personalidad étnica. Estas li~gazones entre cocina y personalidad étnica son casi eXCltlSivamente olfa~

!.-¡

;

:1

Estos valo.res están repartidos :en tre el tacto bucal y el olf~to.· El'tacto g'astronómico 'varía según las .temperaturas y las consistencias. Enlas cocinas' ffilly evolucionadas, las temperaturas' actúan 'al. igual que' lossabores de base y la comida compuesta despliega toda la 'gama posible,desde los potajes humeantes' hasta los sorbetes helados,. pasando por los.entremeses . fríos y, los platos cal ientes de resistencia. Sucede lo, mismoen cuanto a la consistencia, pues lo blando y . lo compacto, lo viscoso y16 .crujiente, los alimentos que se' deshacen en la boca, lo enarenado, lo .. untuoso y lo líquido, participan en contrapunto entre los sabores' funda-mentales y 'las temperaturas. ,

. La sensibilidad "gl.lstati,·"a }'. el tacto bucal constituyen así. la parte .'profunda de, la estética culinaria, sobre la cual se establecen los bordados·de la gastronomía olfativa. Es también la base, primitiva, la qlle las prác­ticas alimenticias menos elaboradas conocen mediante simples asociaciones.ligadas a unas percepciones olfativas de origen no condimentario.

gados . 4.: ello' por' la hambruna; 10"5 .puel?Jo.~:.marcan rechazos numerosos y.preferencias l11uy. señaladas po~ la personalidad; étnica. Una .. vez ..111~S, el.org~niSl1)o .. social se sustituye .a.. la ...especie '.zoológica palta determinar .la..:formación de 'cadenas maquinales, ~11.las .cuales ...se filtra ·el gusto.·..de . los..individuos. Las' cocinas regionales dibujan ·105 contornos de las subdivi- ..siones de la e·apa humana, ..no .en/,fll.n.ción. de la repartición de .. .1:05 . ~11i­

males .0 de las plantas comestibles, silla .~n· función d,e sistemas de pre.'-. ferencias gastrol1ól11icas,·. las.' cuales 's~caJl provecho .del fondo alimenticio .local o importado. Al, igual 'que .para los' gest~.~".,el .hablar o la música,se desarrollan sistemas de referencia sensorial, de los cuales se puede hacer ..el, análisis. estético, puesto qlle, ,siendo. hUl113,110S, .'ellos C0111polrtall en. carn- .bio .la acción de la reflexión'. .

'. En 'efecto, las 'l)referencias adquiridas por. la educación étnica revis­ten .el mismo carácter qlle todo sistema hurnano de ,tradiciones;" están ca- ..nalizadas en un código CUlTOS artículos generales constituyen, la base delgusto de la colectividad entera y cuya interpretación .()rigilla, según losindividuos, variantes y matices de carácter' 111_ás .0 rnenos . sutil. ' r,

El sistema de referencia de, nuestra cocina es relativamente 'conlple.jo, 'l,ero se reduce a un cuadro general en el cual la totalidad prácticade los individuos inscribe sus gustos. En él está admitido que '105 efectospropiamente gustati,'os procllran un registro de' tonalidad asaz rígido:entre los platos, Ull0S son salados, otros dulces, algllnos ácidos, El código;

.:incluso, quiere que se sucedan los efectos de gusto según 'lln orden fijo: .. '.entremeses discretamente ácidos, platos centrales salados, ensaladas ácidas,quesos salados, postres dulces. Lo. sajado )' lo' ácido se combinan; el 1)1-cante de la pimienta o de la mostaza está aliado .a ellos,' hasta llegar a los·quesos; .. lo salado 'y 16 dulce se evitan ell la tradición clásica, Existen,'I)llcs,. U11as asoci aciones .gtistati\"as consideradas (01110· armónicas, pero qllC'·

son .de estricta convención étnica, pues ciertas regiones y países distintos,11 nuestro conocen la alianza de lo salado con lo dulce en los platos cen­trales; unen 10 dulce y lo· ácido, insin úan Jo amargo en Jos condimentos.E11, las sociedades af ricanas, la utilización de las cenizas potásicas en .lu-gar de la sal deterI11il1a un registro gustati,'o particular.

Es interesante' anotar' CÓll10 se ordena estéticalllel1te un disl)ositi\(o sell-

. sorial qlle es de lo 111ás 111odesto, 'pllesto" QllC las papilas' gust'ati"as' SOll,biológicall1en te, unos Sil11ples órganos de a_Iarl1)a, destinados a pre\~el1irla' ingestiól1 de :sl.lstancias l)eligrosas' o a reCOl1ocer ciertas sustancias' 'ali-' .111enficias senci'IIas, tales conlO la sal. )' el azúcar. La apreciaciól1 del \~alor!)ositi,ro de 10 ácido o. de lo dlllce es .gene!'al erltre los 1)ril11iti\!os gracias''al COllSUll10 de las frutas; 'la de 10 sala<..lo es olás tata,- pue~· l1i ]05 at1stra···lia1los ni. ]05 esquinlales ni los bosquirilaJios· hacen' 'liso directo l~e ello,sal\ro ell el' caso de 10.5' esquÍl11,aIes, gracias al aglla de nlar, y al 'conSll1110 .tie aIg~s~ El carácter 1110desto y poco ,rarja,do de las percepciol1es l)ropia:-'··.l1lente gustati\'as, ex!)Iic-a el })al)el que tonlan e11' las cultllras donde: la es-. téticá gastronónlica' se organiza; están llamadas a desempeñar el lJapel ..de .fiota fundanlental,' COI110 en 'Ja l11úsica dan el. tOll.0 y aseguran Ulla es!)eciede bajo cOlltinllo sobre ,el éL1al se organizaIl' los deni.ás· ~7alores. . '

.-._ ........ _-.... -_ -_ .

Page 143: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

.. I,; I; .I 1

r· ,· !; ¡

· ,¡

, .:' .•

: i, ..

i· ... ,!

· ,

·1

. . '.. -

286

. .

..

.LA OLFACCION··

. Además del reconocimiento alimenticio, en el hombre la olfacción'interviene en grados diferentes en Sll· doble papel de reconocimiento yde integración espacio-temporal. En las técnicas, queda emparentada conel reconocimiento en las operaciones donde interviene· -5l1 concurso: soncasi siempre técnicas afines a la química, es decir, de proceso v-ecino aldel proceso culinario. . .. .. En el comportamiento afectivo, materializado. en mayor parte por 11estética social, la olfacción conserva 11n papel importante en las, relacionesde los individuos. Los perfumes, los aceites olorosos, los desodorantes,sea para velar los. olores naturales del ctIerpo, sea para crear una imagenidealizada de ellos, son un elemento notable de las relaciones entre lossexos. Es m1.1y interesante notar qtle allí las representaciones figurati\rasestán presentes en cierto grado; entre demarcar los límites de su ·territoriopor la civeta o él perro }' el uso femenino de los perfumes de flores odel contenido de las glándulas de la civeta, el proceso figurativo interviene.El olor se ha vuelto símbolo de todo un desarrollo motor que no tomaya ,Sl15 referencias en la mecánica digestiva impermeable a la figuración,sino en la dinámica muscular, base .común 'al comportamiento afectivo ya la integración espacial. La olfacción, en este estadio, se encuentra en elumbral de lo imaginario, en el sentido estricto. .

. Este umbral es f ranqueado .cuando la olfacción se liga a la integra­ción espacio-temporal, cuando se vuelve base de la percepción de ,unasituación. Para numerosos animales, el mundo es antes ·que todo un mundode olores. la constitución de un capital de conocimientos fundado en ·elanálisis espacial de los olores es perfectarnente concebible: en lugar deconstruir, como el hombre, a partir del par 'visión -audición, el pe~ro cons­truye su percepción sobre el p~lr olfacción-audición, interviniendo la visióncomo. percepción -confirmativa. Se mide de inmediato· la distancia quesepara un pensamiento así construido del pensamiento humano, Unas ·ca­denas deductivas pueden constituirse así en la medida en qlle la dinámica,muscular interviene para darles un sostén operatorio, mas ninguna per­meabilidad existe hacia un comportamiento reflexionado, tal como se. haedificado el nuestro. Si se intentara imaginar un perro al cual hubierasido acordado un cerebro con un desarrollo ,comparable al ntlestro,· unole observaría un rinencéfalo de enormes proporciones en el cual se habríandesarrollado los instrumentos de. una percepción extraordinariamente fina

. del mundo de los olores yO también una hiperafectividad que le' daría unainteligencia "sentimental" en lugar de nuestra inteligencia racional. Nose debe perder de vista que 10 qlle hace al hombre es precisamente ladualidad de los campos operatorios facial y manual y el vínculo funda­mental entre la prensión }. la \risión. En el perro, el campo de relación

.. está localizado ffil1y estrechamen'te entre' las narices qu·e explolran a dis­tancia y los caninos qlle agarran; en el hombre la visión es exploradoray asegllra a 'la mano el ej ercicio de ftlnciones no -solamente de prensiónsino· de constrllcción. compleja.· Mientras qlle el término evolutivo del

. tivas, Las cocinas donde el arroz es el elemento de base son numerosas,mas la confusión es· imposible entre platos de arroz de Ma.dagascar,chino, indio, húngaro o español, por el hecho de que el. tratamlen.to cu­linario acarrea la creación de llO "bouquet' J olfato-gustativo peculiar 'decada cultura .

. .La condimentación constituye un 'dominio del arte bastante particu-lar, puesto que a diferencia de todos los den1ás,. queda fuera de .la~ re­ferencias espacio-temporales. Cierta forma d~ útil posee. el . rnovrmrentopor corolario, exactamente como una ·.e~t~tull1a;· sucede Igual, para· unaforma de cortesía social o palta un edificio, para un poema o para unhimno, La alianza del tomillo con la sal y la nuez moscada es intraduciblecon. .movirnientos e incluso simplemente .por palabras. El arte culinarioescapa al carácter de todas las, demás artes~ 9ue es la posibilida~ figu~ati\1a,no aflora al nivel de los símbolos. Teóricamente todo es simbolizable,pero en gastronomía, tal cosa no e~ posible sino n:edi~n.te una 'verdaderaprótesis: la ordenación de una comida .puede ser sln1b~1~ca de la n1ar~hadel mundo, mas se trata entonces del ntrno de los Ser\'lCIOS }T del sentidode los manjares con exclusión de sus caracteres gastronómicos. El ·olordel tornillo p~ed: ser el símbolo de ja Hga~r}gaJl al amanece~, pero. setrata de la reliquia en el hombre de la olf accion como referencia espacIO­temporal, Cuando un manjar puede ser un ·cuadro, entra entonces en elcalnpo de las referencias .visuales, aunque su pres.entación no sea figura-.rativa .de su gusto... En . la gastronol11Ía; 10 q.ue proviene de una cosa distinta del d.e,sarro·

... 110 estético del reconocimiento alimenticio )'a no es gastronónlico. Elgtlsto, el .oler y la consistencia forman teóricamente la' base real .de esta.'estétic;a sin. lenguaje. Sin embargo, la visión es demasiado importante enel hombre como para que no ,'enga a interferir. Por su papel de refe­rencia espacio-temporal, no es mis que un ·accesorio,· puesto qlle· se puededecir de un. plato que está mal ·presentado, pero con b,TUStOexcelente, lo.cual es. imposible para las, artes. figurati\Tas y muestra bien la separación,en .cocina, entre el forido nutritivo estético y, la. estética espacio-temporal.En cambio, la visión en tanto qu·e sentido del reconocimiento alimenticiodese~lpeña un papel mucho más .importante .. EI ali~lento p~ra el hombre,.mamífero con un olfato pobre, es reconocido prlnlero visualmente, de. suerte que si se: sir\:e, por ejemplo, un~ c?n~jda en un. ambiente con luzmorada, una parte importante del reconoormento olfativo se torna muy ..azaros?. y la absorción,· con todo 10. que implica de participación visceral,se ve trastornada. Ahora bien, no se trata del misI110 fenómeno que cuandose sirve un pollo de bizcocho con ca~amel0, imitando bastante bien laauténtica ave. el efecto se aparenta entonces al engaño, y es inmediatamenteobjeto de una .transposición que no trastorna el proceso. de ·aceptación.Es :un efecto estético suplement~rio Y. 00 una ruptura de. los acuerdos·oormaJes.:

287 .

:

Page 144: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

-- I289288

EL TACTO

El tacto de - los vertebrados, fuente de referencias espaciales inrne--diatas, posee la misma repartición topográfica. Los órganos táctiles tienenl111a densidad lllUy elevada en la zona facial anterior, una densidad menoren la extremidad del miembro _anterior y se - espacian más - aún sobre el _resto del -cuerpo. El1 efecto, los labios son el sitio de la sensibilidad mássutil a las temperaturas, a __las vibraciones y al contacto. Muchas veces,su equipo sensorial está reforzado por unos palpos, por ejemplo en lospeces, o por unos pelos .rígidos y largos, corno los vibrisas de -los felinos

, .

.' !

: IiI

o de los roedores. Sentido cercano -a la audición en su origen, pa,rece com­binarse con ella en numerosos animales, en particular en los peces o enlos mamíferos de poca o nula visión, como el topo. Audi~ión y -percepcióntáctil en el sentido amplio revisten una gran importancia en el compor­tamiento gregario; los movimientos de los bancos de peces y los de losrebaños de formación apretada obedecen a ellos principalmente.

En el hombre, la .repartición del tacto es la misma qlle en los demásvertebrados: por décimas de milímetro - de superficie, -los labios perciben5 - a 6 miligramos; la. punta de los dedos 30 a 40; el resto del cuerpogoza de tina sensibilidad variable, pero considerablemente más - borrosa.

El tacto de los vertebrados, pro\'ee de referencias espaciales la au­sencia de referencia ViSll¡11, en el_ ciego, en la -oscuridad o fuera del cam­po ViSl1:11. En estas condiciones, -al contrario de la olfacción, aparece comoextremadamente sutil, -A la inversa de la visión qlle es una percepciónprimeramente sintética, el tacto analiza, vuelve a crear los volúmenes apartir del _desplazamiento de la mano y. ~e los ~~dos, en 11n par. ,tact~­movimiento qlle integra el tacto al dominio accesible a la percepclon fi­gurati \"41.

El tacto labial está ligJ.do al comportamiento nutritivo o afectivo másqlle a los comportamientos relativos a 1~1estética figurativa, El tacto cor­poral se relaciona con 1,1 comodidad y la inserción en el espacio, mientrasqlle una estética propiamente táctil no existe más qlle en el campo manual.

- Esta estética permanece ffill}' cercana del plan fisiológico y gira alrededorde -las sensaciones .de .caricia; -se refiere a las materias pulidas, las pieles,los granos, las pastas plásticas y las materias flexibles y elásticas y seejercita en las técnicas por 1;1 busca de superficies ag.!."adables al tacto asíCOI110 en la Figuración escultural, .Las operaciones cotidianas son el campoconstante del juicio táctil- }., a diferencia de la olfacción, no hay muchostactos qlle sean la fuente de una integración extraordinaria, al menoscomo percepción determinante. En efecto, si los movimientos o los so­nidos rítmicos o -los olores excepcionales pueden desencadenar estados deexteriorización en relación con las cadenas comunes, - uno imagina difí­cilrnente un acondicionamiento por el tacto. Esto se debe particularmenteal carácter analítico de las percepciones táctiles, las cuales no autorizanmucho una consideración global de situación.

Sin embargo, es cierto qlle el tacto interviene en el dominio precisoen el cual el movimiento de tacto repetido determina una transposicióndel comportamiento muscular, En el mundo entero, existen maniptlla~io.nes repetidas de pequeños objetos qtle acompañan los estados de medita­ción o de ensueño tranquilo, como el pasar las cuentas - del rosariocristiano, musulmán o budista, la rotación de granos o de piezas dejade entre los dedos, el modelado prolongado de 11n cuerpo flexible.­Este dominio es el único en el cual existen tInOS objetos particu­lares a la estética táctil y responde a la focalización de la percepción delas formas en un campo muy estrecho, más allá del cual reina la calmade la máquina corporal.

perro va hacia unos territorios COll1lI11esa la olfacción y á la. afectividad,sin. salidas figurati\ras, los términos humanos 5011 predominio de la visióny la rnotricidad manual, abren el universo de una imaginación racional,El mundo olfativo represellta plles, para nosotros, una referencia prácticasecundaria, aUllque no desdeñable; el olor de humo en una casa bastapara que su morador salga, la nariz al viento, y torne en el aire sus re­ferencías espaciales. Estéticamente, la olfacción se ha vinculado estrecha­mente a _ las cadenas -'visuales y auditivas; tal olor, 110 percibido desdehace muchos años, bruscamente evoca escenas o sonidos olvidados desdela infancia; 110 poseemos el _recuerdo del olor corno podernos tener elde un acontecimiento, mas la percepción olfativa, _y precisamente _porqueella l)Olle en movimiento zonas fisiológicas extrañas a la reflexión, daa las imágenes reflexionadas una profundidad y una intensidad consi-:derables. - -

Es en esta misma orientación que los olores pueden ser un elementodeterminante de rllptllra con las cadenas ordinarias, provocando -estados­de apaciguamiento o ayudando a la - sobreexcitación .. Ciertos medios se-­parados de 10 espacio-temporal banal están ligados COl1 UIl ambiente ol­fativo, aislándolos de 10 normalmente vivido, Tales S011 los olores de in-.cienso de los santuarios, el "humo de los holocaustos", el olor de laP?l\'ora o embriaguez del héroe, ClIyO papel no es el_ de un simple con- _dimento. En efecto, los ajores, gracias a los desencadenamientos pro:[1111(los que 1)ro\1ocan, son, en tales casos, el elemento determinante dela situación. Basta, -COl1 imaginar -un santuario donde flotara 11n olor in­sinuante de cocina o un call1po de batalla atravesado bruscamente por losefluvios primaverales, para percibir las rupturas de acondicionamiento queresultarían de ello. Acondicionamiento, pues en definitiva los olores que;;.dan profundamente comprometidos en 10 _fisiológico. La piedad -bíblicase concentraba -en Ul1 -ambiente de carnes asadas y la guerra -se desarrollaa veces entre las .mimosas. Esto hace a la vez resaltar la importancia de-_las tradiciones adquiridas 'y el carácter flexible del comportamiento olf a-.tivo corno referencia de situación, pues un l:lerro _dejaría (le creer en lacarne si ésta tornase el olor del heno cortado y el hombre dejaría de

- creer- en el combate si -el Clll1pO de batalla estuviera calzado por il11ág'enes-de -fiesta popular. -

- ------_- - -- ----- -----

Page 145: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

'.

,.1I¡

;,

ji291

-,

¡

. I: I

El análisis de los objetos de lISO práctico, como los útiles, las m.iqui­nas y los motores, así como las casas y las ciudades, deja entrever propie­dad~s .e.stéticas peculiares, directamente liga~as a S11función. Es cierto qlleun juicio sobre la. buena o mala adaptación de una forma a la función'correspondiente equivale en la práctica a la formulación de un juicio esté­tico. Más aún, se puede constatar qlle salvo pocas excepciones,' o acaso,siempre, el valor estético absoluto está en' relación directa de la. adecua­ción de la forma con la función. En efecto, 'cuando se sigue a través deltiempo el desarrollo de numerosos objetos técnicos, se puede asistir a SlI

integración progresiva en unas formas cada vez más equilibradas; bastacon pensar en' la aviación para· medir el valor de esta ley general.

El. 'carácter de ley de la evolución funcional ha sido reconocido desdehace mucho tiempo. La búsqueda de las modalidades de esta ley, empírica,.uún en la mayor parte. de las técnicas, ha llegado en algunas de ellas alestadio. de la prospección sistemática: la marina, la aviación, la astronáuticaestán abiertas a 1,1 persecución de las formas perfectamente eficaces, Deuna manera bastante singular, esta búsqueda conduce a comparaciones am­plias con las formas reveladas po,r la naturaleza, Esta constatación podríaconstituir una advertencia: en efecto, es posible pregtlntarse si no se tratade un solo y mismo fenómeno, si la calidad funcional de las obras hu­manas, en lugar de ser figurati\!a, .no es acaso la invaginación pllra y sim­ple, en el cam,po humano, de un proceso absolutamente natural.

Apoyándose en esa suposición, aparecen, argumentos en la medida enqtle la figuración abandona al objeto: el, automóvil tardó mucho tiempopara desprenderse de la figuración de la carroza de tiro y ha llegado a unaadecuación funcional, relativa además, solamente en la medida en la cualresponde a las leyes del desplazamiento rápido de un sólido en medioaéreo, con adherencia al suelo, Que sea o no figtlrativa, la belleza fun­cional se percibe examinando gr1lpos de' objetos de una misma funciónpertenecientes a culturas diferentes o de objetos con funciones diversas'de tIna misma cultura. Bien sea q1le consideremos escudos, telares, azadas,

'.

.,,!,LA ESTETICA .FUNCIONAL

XIILA INTEGRACION ESPACIO·TEl\,fPORAL

'. Para' completar la estética fisiológica, faltaría mencionar la de laaudición y la. visión, lo cual sería, en realidad, marcar en la una y la otra,la parte SU~sl,stente d~ COll1porta,mientos infraverbales, ,Es 'cierto s= todo,aquello que ,en. el, equlpo sensorial del hombre ha sido heredado desde el .f?11do de .las especies, se presta a una, investigación que sólo es compren­sible partiendo de los orígenes. Para la, gustación, la olfacción y el tacto,com~ para la sensibilidad visceral y las percepciones musculares, el fondo .,zoologlc,o, es apenas ro~ado por las formas ~11111anasd~ percibir y de expre· ,'.sar. Ser~a pos lb!: contln~ar el ascenso. hacia los sentidos nobles y mostrarque la integración espacial del hombre al reposo en su choza no es muydiferente a la del tejón en su madriguera, o que el reconocimiento socialse acerca mucho a los códigos que permiten a los pájaros establecer susrelaciones según Jos signos del plumaje. Pero }'a la frontera ha sido fran-'9l1eada entre el espacio vivido por el tejón y el espacio construido sirnbó­licamente por el hombre, entre el adorno del urogallo y el uniforme sirn­~ólico del oficial superior, 'entre el canto del ruiseñor y la melodía sen­tirnental. Para, el. hombre, se trata de comportamientos vividos a travésdel filtro de las imágenes y si es necesario sentir que nacen en los nivelesprofundos?, se torn.aría inút!II~1ente paradój ico ,nlantenerl?s allí por unapreocupaclon eXCeSI\'a de lógica. Por ello, una vez ubicada la estética'funcional que se refiere a' las propiedades de la mano humana, la 'fisión ',y, la audición volverán .a, ~parece: con ~I eq~ilil)rio corporal en los capí­tulos consagrados a la estética social-y flguratl\ra. .

Page 146: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

• • t "

¡ I293

: ..

'..

I

.1

1I

.0 humano, Los alvéolos de la abeja son una solución perfecta al problemade la relación entre superficie y volumen para una .resistencia máxima 'a la '.deformación, pero. los tej idos. vegetales "conocen también esta solución yla industria humana la practica. Una vez alcanzada la fórmula' de las célu­las hexagonales no queda puesto alguno para la 'coloración específic~, oétn-ica; el valor estético está integrado en el absoluto de una construcciónmecánicamente perfecta. .' .

En el mundo viviente, incluyendo a la humanid~d, ~a re,alízación ~elas fórmulas funcionales perfectas es rara, plles la ..Vida implica, a p.artl.r.

. de un cierto nivel, la multiplicidad de 'las funciones,· de tal manera, quela adecuación funcional es función única de las criaturas y de los objetos.E: cierto qlle la caballa es más satisf.actori.a ,de~de. el .p~nto de vista mecá­.ruco qlle el mono: es un volumen hidrodinámico casi idealmente adaptadoal desplazamiento IDlly rlpido,}' a los ,mo"'iInie~tos instantáneos. En estepez, la única función de relación es el d'esplazamle~to que as~~ra a 1; :ezla búsqueda y la prensió? de alimentos .. El ptlnZon es. u~ útil mecaruca­mente perfecto y desde fines del 1V:fusterlense,. qlle hay~ Sido de h~Ieso ode acero responde a un' volumen cilindrocónico p.roplo para realizar laperforaciÓn de las materias flexibles. Está· incomp~rablemen~e más pró:ci.roo de una fórmula funcional ideal qlle la navaja con diez accesoriosprovista de tijeras, sacabotón, abrelatas, escarbaorejas, sacacorcho, serruch?>punzón y .tres hojas de c~chil~~. El mO,no, y el ho~bre .en ~n grado n:aso menos IgllaI, se ap.!."oxln1J.mucho mas a l~ navaja con diez ac~~sorlosqlle al pllnz~n. La masa de c~iaturas y de obJeto~ ,se encuentra eq.~111bra~J.en un mecarnsrno rnlly complejo: 1). de "1,1 evolución de cada función .haclaformas satisfactorias, 2) del compromiso entre las,' diferentes funciones,qlle mantiene las formas en un gradó de aproxirnaci~n ~~s, o ~ler:os ele­vado, 3) tInas sllpere'structuras heredadas del pasado blOloglCO o etnIco quese traducen en fórmlllas (~decorati,ras". El análisis estético funcional no.corresponde, pues, frecuentemente sino a la aproxilnación funcional. .

. Ciertamente, 5e puede ir un poco o1ás lejos considerando que el valorestético global reside en la n1edida en la cual las fórmulas .mecá~icas con~ser~lan su valor a tra\rés del y'eIo de las superestrtlchIras fIgurativas. Paravolver a tomar el caso del asiento, e\'ocado más arriba, jamás se alcanzala expresión de tIna concha .!igurosamente fl.lncional, plles queda -siempre·

. lIl1a cierta I:Ias~i~idad fllncional (si no e~ ~,siento .no convendría más qllea lIn solo lndl,rlduo y en U!ll sola poslclon posIble) y I~ envoltura delIn estilo, 10 qlle hace del IDJS fríamente calculado de los s1110ne.s actualesll11 prodl1ctO americano, japonés e: finla.ndés de. med_iados del siglo ,x~.La' n1isnlu reflexión nace al conSIderar el aerodlnamlsmo del automovll,el cual no es más qlle llna tendencia mlly ap~oximada a CllyO alrededor.gravitan el estilo global y la decoración, con tIna c?ran diversidad étnica.

Es, .pues, legítimo separar los caracteres f:lnClonales par~ .hacer deellos lIn análisis distinto, incluso si esta separaCIón reslllta caSI lncomple~tao En cambio, podría parecer una pura comodidad separar en el. análisisfllncional, la evolución de la función, de la forIna, de la materla y delritmo. Un hacha está indicada para cierta función de percusión lineal

: ..

292

anzuelos o máquinas de escribir, se percibe que la función, más o menossatisfecha, se abre paso a través del velo decorativo que. envuelve las for­mas, Es posible imaginarse, en cuanto a objetos de función satisfaciente,un sillón. Luis XIII y un trono de reyezuelo africano con pies en formade personajes:' las formas funcionales aparecen en ellos a través de laenvoltura figurati\7a,. decorado de' inspiración vegetal o antropomórfica,traducción directa de símbolos ligados al .lenguaje. Que se despoje al ob­jeto de este envoltorio y entonces no queda más que una fórmula funcio­nal: la del asiento propio a' asegllra.r el. reposo en una actitud llena dedignidad. El porte en una actitud digna es una consecuencia de la estéticasocial y figurati,ra de un rango por asumir; que se despoje los dos asientosde ello y n<? queda más que .sacar el molde del personaje sostenido enuna posición de reposo y. obtener un \TOIUl11ennegati'vo ql.Ie materializa lafunción pura, una especie de' cascarón con apéndices de sostén juiciosa­mente orientados, el cual volverá a encontrar tJor resonancia formas deconcha marina,

, .

La adecuación de las formas natllraIes,' sin. ell1oárg'ü, no es absoluta.Es necesario remontar a los naturalistas preevolucionistas y a BerllardiJlde Saint-Pierre 'para admitir que 10'5 "egetales o los animales poseen exac­tarnente la forma más apta a su integración biológica. Basta con seguir elhilo de la corriente paleontológica lJara ver que las formas evolucionanhacia' unas fórmulas funcionales qlle no se J1Jl1 realizado por COl1lp]eto,.'sino de una manera aún relativa, Función )' forma, igllal11lente derivantes. a 10 largo del tiempo, están ell constante estado de reacciones mutuas,Hecho no menos Ilarnativo, en cada 'estadio, es qlle la fórmula funcionalestá envuelta por un velo "decorati \10", 11J.l11ese colores, apéndices o. curvasdesconcertantes, análogo al qlle revisten los objetos humanos, corno si el)el hOlllbre la fll11Cióll dcco,:ati,'a respondiera tanlbiéll a Ull equilibrio noartifjcj·al. La relució11 de la funcióll con la forIlla l)crtenece en realidad ,111n.orJe1l diferente' de) de la fa rIl1J, COl1 la. decoracióll; en el JJlill1al COfil0

en el. hOJ11bre, él' "en\'oltorio 110 'f1lncion,ll está hecho de slll)er,.'i\'enciJso. l11arcas de. un. origen fjlético, qllC en lIno están ligad.as al pasado ele laespecie ir ell el otro al l)Jsado ..de la etnia. Que la decoración del ala de lal11ariposa tenga' 1In \'alor. 1~lil11ético re\'iste 1.1r1 orde!l C.Oll1p'letal11en~e dife­,~ente 'de la adeClIJción de su ala al desplazaJl1iento aéreo; esta llltÍlna esredllctible en {órl11l11as ll1éCá'ilicas y posee ,-alor de le}' física y las nlancllasdel ala l)ertenecen. al domillio 1110\,edizo. del estilo, incluso si, por Sll perol11allel1cia en la 11'istoriá de las ,.especies, respondell, por razóI1 dar\\,inial1a,..a lllla. fll11ción l)rotectc)ra.· ·La .'decoración hunlana. 110 ofrece n1ás- qlle unacOllfirlnación del carácter constante de sustitución .de la etl)ia sobre la eSl)e- .cie~ Los' 111ismos fel1ó111enos tieIlen lllgar en la persistellcia de las nla.rcasde . la personalid~d· del grul)Q. .'

la naturaleza de la estética funcional aparece un poco. rhás claranlel1-te al' final de esta cOlllparación. Resp9nde, al patecer, a un ,'erdadero deter.

. l11ini51110 l11ecánico, l11á5 a las le}'es de la nlateria que a )as de 10 ,Tj,riente,10 cllal explica que su naulraleza' sea idéntica· en el nlulldo v'egetal, animal

Page 147: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

;

•J

o

o

o

! .

, .

"

,. I

, ,1

1. '

; II

:I

• '.,1:'.

l,

Il,

o I¡

295

h

e

b

• •.- ..~ ,... ~ ... " • :. 0,, ., .' • :" ••

... ,"'-r.. • ... ..

, .

, .'

9

d

a

I

, .,,¡l. .~ .<'. , .•••::..•.. ~:.: .:

• ' 4 •" .

Fig. 108. Evolución del cuchillo. Paleolítico inferior: a)' Chopper,b) Bifacial elemental, e) BifaciaI Acheliense; Paleolítico medio (al­rededor de 100000): d-e) Raspadores, f) Punta levalloisiense; Paleo­lítico superior (35000-10000): g) Punta de Chatelp erró n, h) HojaMagdaleniense; Edad del bronce (1000 a.c.): cuchillo (Siberia). Edad

del hierro: cuchillo actual (Grecia)

294

LA FUNCION y LA I:;'OR1\'fA

En El hombre JI .la mate ria, la función de los útiles está relacionadacon la tendencia técnica y los diversos grados sirven 'p'ara asegurar el nivelpuramente tecnológico y la. C01TIIJ.!ensión de formas cada vez más parti­cularizadas .. Baj-o la incidencia paleontológica o. histórica, el ..testimonio de 'las. etapas atravesadas por una misma tendencia funcional permite asistirno solamente a la especialización de las formas sino a verdaderas muta­ciones, de suerte que la función persiste .en mejorarse a través de las for­mas nuevas, La función representada aún' entre nosotros' por el cuchillo. (percusión apoyada oblicua, lineal y longitudinal) en la acción de 'cortarno importa qué, ofrece. U11 notable ejemplo, pues la paleontología del cu­chillo remonta sin labTUna hasta los primeros objetos (fig. 108). Desdeel defectuosoy p.equeño instrumento 'cortante irregular, el chopper de losaustralantropos se pasa al .filo del bifacial . pesado y' luego al de' laraedera. Al inicio del Paleolítico superior, las hojas delgadas cortantesreemplazan la raedera ovalada y el cuchillo torna una forma que no sufriríaninguna modificación sensible hasta la aparición del metal .. A partir de laEdad del .bronce, adquiere SllS proporciones actuales, alcanzando la metade su. evolución funcional: hoja de canto, fijada en la .prolongación delmango. Pero, la función, que había pasado por cuatro y cinco formas pro­gresi,>as, pasa' a la máquina y se adapta' a la conversión del movimientorectilíneo en' movimiento circular en 'los cuchillos de cinta o en las rná-

, ", '. .

quinas para cortar j arnón, 'Una evolución comparable podría' ser trazada para. numerosos útiles, corno la serie que IJasa IJor el buril de. sílex para tallarel hueso o la madera, por la azuela; el cincel del carpintero o el trombocircular. Los motores mecánicos dan también otra imagen notable de ello.Sin. referirnos al paso del motor de IJesas al motor de resorte,' basta con­siderar, desde fines'· del siglo XVIII hasta nuestros días, los primeros rno­tores de pistón y balancín, el pistón'. a biela· y manubrio de las primeraslocomotoras, los pistones coordinados por el cigüeñal del motor del autornó-

, vil, .Ios motores de turbinas y los reactores, para medir la importancia :de un fenómeno en el cual las relaciones de la función con la forma apa- .

. lanzada por su. forma, por la piedra, el bronce o el acero de su 110j a y porel movimiento rítmico que la anima (función del peso relativo y de, losmúsculos .del' que la usa) .. El análisis de su evolución funcional debería,por consiguiente, desarrollarse simultáneamente en cuatro planos, .10' queprohibe la linealidad. del pensamiento racional y del lenguaje. Si inclusoeste obstáculo no existiera, se podría considerar que la función de percu~sión lineal lanzada existe también en el machete, que la forma sufre lasmismas tendencias mecánicas qlle los útiles de percusiones lanzadas dife­rentes como la azuela, la azada, el martillo, la maza, .etc ... , que el pasodel sílex al acero es 11n fenómeno qlle rebasa de lejos los útiles de percu~SiÓl1 lanzada' y que el ritmo del hacha es, en una amplia medida, solidariodel de la guadaña o de la mano del mortero a granos.

• O'

Page 148: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

297296

;,'jiJ

t

.." .. .

una hoja de treinta a cuarenta centímetros, CtIya parte percutiente, ffilly

aguda, es de sección cuadrada o romboide. Este' ideal funcional Elle alcan­zado entre el siglo XIV y XVIII en Europa, en el Cercano Oriente y en elJapón. las dagas de las tres g.randes civilizaciones poseen propiedadesprácticamente idénticas en cuanto a la calidad del acero y aptitud para la

Fig. 109. Dagas: a) Tipo europeo inspirado de la espada; b) Tipo iranio ins­pirado del cuchillo; e) Tipo japonés inspirado del sable

c.

. - .

, I

,. :

. b.i",

........ t .~ {: ~'. '.1-'-- ..'-..--- ......7.' __..,.. -:_...., -p;..... ~.\!\ 1. J'I' . __.- -y;'.'. 9' jr-:...~,:;./ •..• -.1 ,*'~. t~'

(_~'7";~. ,. ..

l)u

a.'¡,

I '

recen bajo una luz diferente, pero complementaria, .e11 relación a la rna­ne~a COI110 la forma tendía de algún modo a fundirse en la función,

La función reaparece allí, pero más .claramente, COI110 una simplefórmula física, abstracta y despojada de toda' base estética, que 110 seadependiente de la armonía de las. ecuaciones. El ''1110111el1to'' estético 'sesitúa, en el trayecto de cada forma, en el punto donde ésta se aproximamás de la fórmula: .el. bifacial 111uy evolucionado, la raedera 111Uy acabadao el cuchillo de bronce l11Uy adaptado a su uso' peculiar, dejan trasluciren un grado igual la calidad estética del encuentro de' la fUllCÍÓl1 y dela forma. .

.Los· p.rincipios de 'la estética: funcional son tornados de las leyes de lamateria y .por ello no pueden ser. considerados COI110 humanos Sil10 enuna medida l11Uy .relativa. En efecto, el mismo principio según. el cual lasforl1l~s perfectas responden a unas funciones sencillas se' aplica tan bien .al ala. de los pájaros, que tienden a no ser 111.:1S que veleros corno el alba- .tras, COI110 a un tipo de lanza únicamente destinado a perforar. Tiendenhoy' a ser consideradas COI110 estéticas por el hecho de la impregnación denuestra .civilización l)o.r las .ciellciás matemáticas y físicas, pero son' raraslas culturas donde las formas perfectas no han sido consideradas COI110

{o rrn as' pobres. La hoja de sable japonés es un milagro de equilibrio {l111-'

cional, más la armería de .China, de la India y de Indonesia abundan en'formas .atormentadas en las cuales la función .se ahoga bajo apéndices )'curvas destinadas a hacerlas terribles .. Con mayor frecuencia, las formasperfectas .son' Formas modestas, desdeñadas por el hecho de su trivialidadpor la imaginación étnica. .

. Probablenlente' no deja' de haber' razón en esto. La reducción de lasf~rllla~ .en . !órn~uJas deslll1~.as hubiera ~jdo contrario al equilibrio ell ladiversificación de las espeCIes COI110 etnias. El esfuerzo actual pa,ra .ltlcl1arcontra la desecación de formas demasiado perfectas es 1111.1ysignificati\7o,'de ello,

Lo que acabarnos de decir tiende a relacionar el orinen de la formaCO? una búsqueda de coincidencia con la función ideal, <'Í)ero apareció al111151110 tiempo que, salvo excepción, la aproximación funcional era la reglanormal. Dos tendencias opuestas parecen compartirse las causas de este es­tado de aproximación, La primera, ajena a la estética, se relaciona C011 lateoría del .medio favorable (ver ¡'iredio )'. técnicas'[: ni en base a la .mate­ría -ni a la técnica, el: Musteriense podía, a partir de una raedera de sílextallado, hacer el cuchillo perfecto; tampoco nosotros' podernos realizar elc~rebro. artificial ideal, que sería probablemente poco "OlUI11ill0S0 y .rela­tivamente sencillo. Las formas eficaces. están sometidas, I)or consiguiente,a una diversidad en el tiempo y el' espacio, la cual depende de los estadiosprogresivos de las. diferentes técnicas. . .... . . .

La segunda tendencia es propiamente estética, puesto que responde auna cierta libertad en la interpretación de las relaciones entre forma y fun­ción. Cuando se examina una serie de puntas de .flechas de sílex, del Sáharapor ejemplo, la extraordinaria modulación de los variantes .alrededor de.

la fórmula funcional es notable: variación de la relación entre la longitudy la anchura, de la apertura del ángulo del cuerpo; sutiles diferencias deconvexidad. o de concavidad de los filos. A través de los constreñirnientosde la materia se percibe el juego personal del tallador de. puntas, qlle

. crea alrededor del contorno funcional percibido empíricamente. . .La misma función puede, de una cultura a otra, envolverse de formas

equ ivalen tes a pesar de estar fuertemente marcadas por la personalidad'global del grllpo. Uno de los ejemplos' más .notables es el de la d{t~ttJ

especialmente destinada a perforar las cotas de mallas o las junturas de las.armaduras (fig. 109). Para' responder a esta función, el arma debe poseer .

-------_.- ..

. .

Page 149: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,"

\III

299

, , ..' ,

, ,

298"

,.

. '., '. .

Toda fabricación es U!l diálogo entre el fabricante y la materia, abriell.·do tI11 nuevo margen de aproximación funcional.' Si se torna el ejemplo delhacha o de la azuela, considerando alrededor de OCI10, mil años de 511

historia, la relación funcional entre forrnay materia aparece con una gral1nitidez (fig. 110). El hacha de piedra pulida }' la segur de acero respoll~den a la misma fórmula ideal: la de un filo rectilineo corto, 'portadolongitudinalmente l)or un l11Jl1g0 que puede dar una aceleración flotable,y IJor una cabeza bastante pesada I)ara que la velocidad de impacto co­rresponda a una masa susceptible de hacer penetrar el filo en la ma­(lera. La .fórrnula ideal parece haber sido realizada de inmediato, pues lashachas neolíticas CU)~ol11ango conocemos, son )'a perfectas en cuanto a' 1:1'.longitud del l11ango" el peso de la .. cabeza }7' el ángulo del, filo. Sinembargo, múltiples problemas se plantearon para orientar eficazmente unfilo de piedra pulida, para, evitar el desrnangamiento, para obtenerlllla insinuación profunda sin atascar l~l 110j a, la cual no podía ser perf o·rada, !)or un hueco de enmangarniento sin ,perder algo de su solidez. Otrosproblemas se plantearon en' la Edad del bronce, .recibiendoisoluciones ,pro·'l)ias, a la técnica del' fundidor .mediante las hojas con alerones o con ojo.Otro tanto sucedió Con ,la aparición de la metalurgia del hierro, 'la cualimplicaba }'a no la fundición sino la forj adura de la hoja. De suerte que,resuelta desde su origen, la fórmula funcional se ha materializado en unacontinuación de formas adaptadas a las materias primas sucesi\'as" de lahoja. Allí no se .trata de una lenta búsqueda de los Inedias l)a.ra satisfacer

LA FORl\1A y LA l\'tA1'EI~JA

•¡;,, ,¡ Ir.: f¡,HI

; t1,

o

. ,,

: I" 1i ¡

o ,, I! : '.

penetración posible de sus puntas, mas la, de Europa es revestida por unacorta espada de doble filo, mientras la del Cercano Oriente calca la formade 'lln cuchillo recto y' la del Japón adopta la curva de U11 sable corto.

, Evidentemente, se podría demostrar qlle ninguna de las tres responde COl11-

.pletamente al ideal teórico de penetración }T se, debe recurrir a la nociónde aproximación funcional. para caracterizar una respuesta a las exigenciascontradictorias de satisfacción' mecánica y de ,sello del medio propio delgrllpo., A este respecto, puede considerarse que los autos de carrera, ingle­ses, italianos y americanos están en estado de aproximación funcional,puesto que 'COI1Senra11 1111 estilo étnico pese a las ,exigencias del aerodina·'l11i51110 que deberían hacerles idénticos. No menos notable es ver hastaqué pl.lnto los cohetes y los satélites americanos y rusos, lJese a los C0.11S­treñirnientos funcionales 111l1y'rígidos, llevan el reflejo de las culturas delas cuales el11anan. ,

Estos ejemplos hacen resaltar hasta qué l)UlltO la estética funcionaly la estética' fjgurati\'a se compenetran en los objetos emitidos por cadacultura. Teniendo en cuenta, el nivel técnico, la función ideal se encuentramuchas veces l11uy, cercana de' su realización en numerosos objetos, loscuales conservan, sin .ernbargo, U!1 estilo, insinuándose en el margen estre-,cho qlle 1a función dej a disponible a la forma. "

"

Fig. 110. Adaptación funcional del hacha: a) Nueva Guinea, hoja de piedra,con vaina de madera. b) Borneo, hoja de hierro amartillado fijada por liga­dura. e) Rodesia, hoja de 'hierro enmangada con seda. d) Edad del bronce,hoja de bronce con 'alerones previniendo el desmangamiento. e) Edad del

bronce, hoja con ojo. f) Moderna, enmangamiento con ,~uell0 forjado

,

I·,..,~.,

a b eI1I.... ,• I• •·•t

," •• •• •• •• •• • :i• , "

• • ,; I• i: .~•• • jff ,•, •• • tlj , ,, • !f :• • i ,,-• • f "• • .! "

• • ' ,~ • ,I• • ,• • r' r• • . '• ••• • !• •.--- ", • •

¡~~I• ". ' • • i~,• •

1 • • '11• • 't• • Ti• • ;1, • • l. "• ,"• • , 'I

1: • :r:• •, •'11,

• • r" ~ • • .¡~:: • •• • •,

• • III• •• ,•• •• •• •• •• •• •• ,•• •• •, ' .

• •'. ""

d e f

Page 150: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

, ,

"

,: i,, ,

301,300

,

i,[,l"

,. .

LOS RITl\.fOS

.Los ritmos son creadores del espacio y del tiempo, por 10 menospara, el sujeto; espacio y tiempo no existen C01110 vivido sino en la medidaen la cual 5011 materializados en un envoltorio rítmico. los ritmos tarn ..bién son creadores de formas Lo dicho más arriba sobre la ritrnicidadmuscular se aplica a priori· a las operaciones técnicas qlle acarrean la re­petición de gestos a intervalos regulares. Un gran número de estos gestosse .relacionan con el martilleo qlle se observa tanto entre los' pájaros rorn-,pedores de moluscos o de granos COI110 entre los qlle buscan su comidaen las cortezas, pero qlle es excepcional eh los mamíferos, incluso entre losgrandes monos. Una de las características operatorias 'de la humanidad,desde .sus primeros .estadios, ha sido la aplicación de percusiones rítmica-s,largamente .repetidas, Esta operación, inclllso es la única, qlle marca la en·trada en la humanidad de los australantropos, puesto qlle hu dejado COInovestigios los choppers de gllijarro fragmentado y las bolas poliédricas na­cidas de un largo martilleo. Desde un comienzo, las técnicas de fabrica­ción se sitúan, en lID ambiente rítmico, a la vez muscular, auditivo y vi­sual, nacido de la repetición de gestos de choque, El movimiento de ase­rradura debe ser contemporáneo, puesto que el martilleo del gllijarro estádestinado a darle un filo y. el del raspado' nC? debe ser mucho menosantiguo. El martilleo rige unas percusiones lanzadas y el serrado ,o el,raspado n1andan percllsiones oblicllas apo}"adas (\'e.r El ¡Jo/I¡bre y l(l nla­ler¡tl), qlle han formado' llnJ parte esencial de, 'las técnicas hasta nllestrosdías 'yen todas las Cll1tllr~s. ' ' '

Al pisoteo qlle constitll}·e el clladro rítmico de la marcha, se agrega,plles, en el hODlbre, la animación rítmica del brazo; I11ientras el primero,rige la 'integración espaciotemporal y se enCllentra en la flIente de laanimación ell el donlinio social, el mO\Tin1iento ,rítmico del brazo abre unasalida distinta: la de una integraciól1 del individllo en ,lIn disp,ositivocreador, ya no de espacio y de tiempo, sino de formas. la ritmicidad delpaso ha llegado finalmente al kilómetro y a la hora; la ritnlicidad manllalha condlIcido hacia la captura ). la inmo\'ilización de los volúmenes, fuentede ~lna reanimación pllranlente hllmana. Desde el ritmo ffillsical, .todo'en tlempos y compases, al ritmo del martillo o de la azada, todo de pro­creación de formas, inmediatas o diferidas, ,la distancia es considerable,pllesto qlle el lIno es generador de lln compoirtamiento qlle' traza' simbó-

,ellyo aspecto y tacto, valorizados estéticamente" son 1,1 consecuencia del'vínculo entre la función \: la. materia utilizada...

Asi, estética funcional, estética fisiológica y, estética figt1rativ,a for-rnan un, verdadero ciclo en los productos de la industria humana qlle noson obras pllramente figurativas. El vértice de la combinación, cíclica est.imarcado por el de las' caregorias a qlle pert~necen los productos; mas,normalmente, cada una de ellas, así sea en estado de esbozo, trae St1 aportea la percepción .estética.

una función, pLICS antes de existir el hacha los árboles debían ser derriba.dos, con el fuego, y la raedera; (01110 posteriormente al hacha, son derri­bados hoy con la ayuda de la sierra con cadena motorizada, lo cual pruebaqlle la solución "hacha' es una, etapa homogénea, No se trata tampoco deuna interferencia entre la figllración y la función mecánica, ptles se hanencontrado hachas del l11isl110 tipo fácilrnente :reconocibles por su estilo,ell el Neolítico dé 'Europa, en América india y en Oceanía actual, lo' cualprueba qlle en la forma de 1111 útil interfieren tres 'valores: la funciónmecánica ideal, las soluciones materiales de la aproximación funcional se­gúl1 el, estadio técnico y el estilo, qlle es propio de la figuración étnica.

La misma búsqueda del triple aspecto de la estética de los 'l)rodllctosde la, industria ,hlll11al1a se aplica a todos los dominios de la tecnología, en.unas proporciones qlle hacen jugar con nitidez el carácter ambivalente dela función. En algunos casos, corno en el del punzón, la forma es alean­zada de inmediato 'y sólo se aprecia la lenta travesía de la forma a travésde materias cada vez 1113.5 eficaces.' En otros casos, COI110 en' la cerámica,

la ' materia '110 01)011e muchos obstáculos a la función y el juego principalse desarrolla'. entre la función pura }T el estilo. Cuando se trata de C011· '

juntos multifuncionales, el análisis ,es más difícil, COI110 es el caso, IJorejemplo, de la ciudad. Sin embargo, en el plano, las proporciones de Iosedificios, la naturaleza del CD.SCO, la repartición de los barrios, permitediscernir bastante claramente entre una ciudad maya, una ciudad 111eSOI)0-támica, una ciudad medieval o una moderna, lo cual corresponde a lafórmula teórica )' \'~ en relación COl1 los dos márgenes de la aproximaciónfuncional y de ·la simbolización fif,'1.1rati,"a. En efecto, una ciudad es a lavez un instrumento SOI11cti(10 a unos poderosos constreñirnientos materiales)', COI110 lo ,"erCl110S luego, la imagen simbólica del universo.

, Es difícil sostener otra separación que la teórica entre la -forma y lamateria, tanto sobre el 'l)Iallo ,funcional como el figllrati\"o, sencillamentel)OrqLle las fOrI11JS racionales y las formas consideradas bellas tornan l11U­ellas veces las mismas fórmulas físicas,' En la alfarería, una esfericidad rotacon habilidad hacia la abertura o hacia el fondo, responde a la ,;ez al juegode la funcióll }' al del gllSto; la· sil11et:Ía ligeral11el1te des\'iada de un

,,', 'bifacial e,roluci'olladü está rilecál1jcal11ente 'ji.Istificada, pero adell1ás dcter-,I1lilla lI11a estill1ación estética de las fornlas. La esfericjdad, la siI11etría, la1)1Jll,eidad, o las su l)erficies Cllr,"as Se)Il a la ,"ez racÍonales en cuanto a lafllllCióll y seduct,oras l11ás' allá de, la fLInción. Esta' al11bigüedad' estética esal)[o\Tccllada "en, ciertas obras de arte actuales" COI110 el1 las nláqllinas deGiaco'l11etti o de TiI1gueJy, ensanlblajes 11?ecánicos Sill flll1Ciól1 razonable.

,La l11ateria '111isl1la, l)llede se'r ligada a la función, sin relacióll inmedia·ta COll la forIlla; es el caso de los' cuerpos con fUI1Cióil en,'ol':ente. laSllI)erficie de Ulla cerán1ica, seb'1Íl1 qlle se t:ate de lln 'feci l)i·en te gi fTantel)ara "col1tener grano, de U11 'reci l)iente p~fa, guardar' aglla fresca o' 'd~ 1111

recil)iel1te inlpermeable, ofre~erá' superficies de aspectos ,rariados: granado,poroso o liso, de carácter directanlente funcional, los cuales .recurrirál1 al111JS referencias' tOlnadas de la' estética' fisiológica. Sucede igual COn lascortezas, los cueros, las pieles, Jos, tej idos o las materias plásticas acruales,

, ~,, -,.-, ... -- --, .. , , .._--, ._--,--------

Page 151: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

302303

,

. .

:1:1i

I• o" '.

LA DOiYIESTICACION DEL TIE~IPO y DEL ESPACIO

El hecho humano por excelencia es tal vez menos la creación del útilqlle la domesticación del tiempo y del espacio, es decir, la creación deun tiempo y de un espacio. humanos. En efecto, útil y Ienguaje son los

. atributos de' 110 gnlpo zoológico nuevo, GlyO primer grado actualmenteconocido es el australantropo, el cual tiene aún toda su ascensión por hacera fin de alcanzar el escalón sapiens. Un poco antes de llegar allí, las pri­meras huellas del simbolismo gráfico asoman en los últimos paleantrópidos.Entre' fines del Musteriense y. el Castelperroniense, 50.000 a 30.000' antesde .nuestra .era, aparecen simultáneamente las 'primeras habitaciones y losprimeros. signos grabados, simples alineamientos de trazos' paralelos .

. '

El gesto técnico es creador de formas sacadas del mundo inerte- y listas.para 1,1 animación La flecha existe sólo en el tiro al arco o en todas lasimágenes de movimiento sugeridas por ella; el ágora es más qlle una su­perficie vacía en la medida en la cual la sociedad 'encuentra en ella el es·pacio de donde' se .desarrollan los hilos de S11 integración universal, Elhombre es hombre solamente en la medida en la cual él existe entre sussemejantes y lleva ·.el ropaje de los símbolos de su razón de ser. Desnudosy tiesos, el sacerdote jefe y el \'agabllndo.· no son más qlle cadáveres demamíferos superiores en un tiempo y un espacio sin significación, porqlle

. }'a no son el soporte de 110 sistema .simbólicamente humano. las danzasde los muertos en la Edad Media dan una honda resonancia del contrasteexistente entre la realidad biológica, donde lo espiritual y lo zoológico seconfunden, y el aparato simbólico de la vida social del hombre. La vidade los animales aparece a lo largo del hilo de.' la especie genética; .la vidade los grlIpos humanos no puede afrontar la sustitución del orden étnicoal orden genético mis qlle bajo el manto de 11n tiempo, de 11n e.spacio }'de una sociedad enteramente simbólicos, interpuestos como la .ribera deuna isla entre la estabilidad necesaria y el movimiento anárquico del mundo. natural.

,.

LOS SIMBOLOS' DE LA· SOCIEDAD

XIIIlicamente la separación del mundo natural y del espacio humanizado,mientras que' el segundo transforma materialmente la naturaleza salvajeen instrumentos de la humanización, Uno y otro 5011 estrictamente C0111·

plernentarios, pero, conlo. 10 hemos 'visto en el capítulo donde se 11.ablód~ la ascensión prorneteica (cap. V), uno y otro no oClIpan la mismaposición en la escala de los valores, La. música, la ?anza? el teatro, las ..situaciones sociales vividas y representadas en pantornima pertenecen a laimaginación, es decir, a la proyección: sobre la realidad de una luz queilumina humanamente el desarrollo vulgarmente zoológico de las situacio­nes humanas; son el ropaje de comportamientos sociales e interindividualesqlle se inscriben ~n las norm'a~ biológicas más g.enerales; SOl~.la propiedadíntima del lenguaje ell la medida en que' se opo11e a la tecnicidad manual.El rit1110 técnico no tiene imaginación, no humaniza unos comportamientossino la materia bruta .. .Mientras que los ritmos figurati'los han hecho desdemilenios entrar la Luna y Venus en el círculo del mundo. regido por elhombre, convirtiéndolas en. actores' tranquilizadores .en -la vasta escenadonde el hombre crea y deshace sus dioses, los ritmos técnicos, todavíaestán afanados en penetrar penosamente los primeros espacios siderales.Sin embargo, la lenta invasión de ·10 técnico ha colocado poco a' poco .laimaainación .en una situación. nueva; la trituración progresiva del pensa­miento mitológico (cap. VI) ha conducido durante varios siglos a las so­ciedades más evolucionadas en el camino del "arte por el arte", disimu­.lando la crisis de la figuración. En el momento actual, '105 individuos estánimpregnados, condicionados por .LIlla ritrnicidad q\.le 11a alcanzado el estadiouna maquinización (111ás que de. una hurnanización ) prácticamente total.La .crisis del figllra tivismo es el corolario del dornin io del maquinismo,y los capítulos sibTlIiel1tes abordarán reiteradamente el problema de. la ·su·.pervivcncia .de un tiempo y d~ un espacio del11jstificado~. E.s bastante' iJ~l~presionante ver que en: las sociedades en ~!a.s cuajes la, ,cIencIa y el trabajoS011 valores qLle excluyen el plano metafísico, los 111as grandes esfuerzostienden a salvar el figtlrati'Tis1110 transponiendo los valores mitológicos:pintura histórica, culto de los héro~~ d~l trabajo, deificación de la rnáqui­na .. Parece, 'en efecto, que un equilibrio tan constante corno ~I qlle coor­dina desde los origenes el lJapel de la figlIración y el de la técnica no' puedeser roto sin poner en entredicho el sentido 111i51110 de la aventura humana.

. .- .. _ ... '- ..._- ----------_ -_ ..

Page 152: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

'::.....

305304

I

. .

arqueológicas alltorizan. a asimilar, a partir del Paleolítico superior, losfenómenos de inserción espacioternporal al dispositivo simbólico, siendoel lenguaje SLl instrumento principal; corresponden a una verdadera tomade posesión del tiempo y del espacio a través de símbolos, a una domes­ticación en el sentido más estricto, puesto que terminan en la creación,en la casa, y más allá de la casa, de un espacio y. un tiempo domesticables,

Esta "domesticación' simbólica conduce al paso de la ritmicidad na­tural de las estaciones, .dé los días y de las distancias de. marcha a unaritmicidad regularmente condicionada en la red de los símbolos del ca­lendario, los horarios y' los sistemas métricos, que hacen del tiempo y delespacio humanizados la escena sobre la cual; el juego de la naturalezaestá regido por el hombre. El ritmo de las cadencias y de los' intervalos .

. . ;

Fig. 111. Emplazamiento de tienda' o de choza; Musteriense (anteriora -40000). La huella de .esta habitación, descubierta en la URSS, en

Molodovo, está marcada por un 'círculo de restos de animales. . .

'.' ..~....

Fig. 112. Hábitat Musreriense en una galería .alejada de la gruta delReno en Arcy-sur-Cure

.......... ...... .. ."... '.".-.:..... . o.: • " .... " ...... '." .. "..' l. ' ••.. ... " ....... "l' ~.

\

.'.• o ......... .',......· .• •

.. .

..: '.· .· . '..·.

-............__ ..-~.~--------------~00

. ;.::..:..'.....:1.,. ._..'~

.; -. ... ' .... . .. ..... ,.... .... ..•. . . . t:.~ '.~- .• 0, ' _..

lamente al desarrollo del útil, atestiguado por los vestigios de la industriafósil, es posible evaluar el .ritmo de evolución del lenguaje de los antró~.'pidos' desaparecidos. Aparentemente' es más fácil' que para el lenguaje-:volver a: encontrar 'los vestigios en el suelo del paso de un espacio acep· ·tado a un espacio construido; en realidad, las etapas son más difíciles detrazar. Esta dificultad depende, primero, del hecho que la construcción deabrigos es común al hcmbre }~a numerosos animales, muy distinto al casodel útil y del Ienguaj e. Depende también de la insuficiencia de las fuentesarqueológicas: los 'hábitats bien conservados anteriores al bomo sapiens sonescasos y pocos de' ellos han sido, hasta ahora, excavados con bastante .precisión como para asegllrar documentos muy detallados. Lo poco que .se sabe es, a pesar de todo, suficiente como para demostrar que un cambioprofundo se ha producido en el momento que coincide con el desarrollo. del dispositivo cerebral de las formas próximas al bomo sapiens así comocon el desarrollo' ·del simbolismo abstracto, y., en fin, la diversificaciónintensa' de las 'llnidades étnicas (figs. 111 á 113). Estas constataciones

o·.. ..

, ...... ..'..!....: ,.':. "o.:..:.'.

.' ..''..

Es poco dudoso que la construcción de abrigos .remonte 111l1Cll0'111áslejos, pero· resulta singular que las primeras casas conservadas, coincidancon la aparición de las primeras representaciones. rítmicas. La integraciónen un espacio y un tiempo concretos es común a todo. lo viviente y ya seha hecho alusión a ello a propósito de la estética' fisiológica; entre losanimales, esta integración se traduce de diferentes maneras, pero en par-ticular en la sensación de seguridad por la inclusión del individuo en elespacio y el ritmo del rebaño, o en las reacciones al interior del períme­tro .de seguridad, o más aún por 1a inserción en 11n .refugio cerrado, per­manente o temporal, COI110 un nido o una madriguera, En el hombre, en

. ·la··base del bienestar moral y físico está la percepción absolutamente ani- .mal del perirnetro de . seguridad, del refugio cerrado, o de los ritmossocializantes; no reviste utilidad buscar una vez más un corte entre el ani-111al y el humano lJara explicar la presencia, en nosotros, de sentimientos

" de fijación al ritmo de la vida social y al .espacio habitado ... Exactamente. :-- CtJI110 ·la mano está. presente desde el mono, S1r1 que sea clle§tión' de tecni­

cidad en el sentido humano, exactamente COI110 los SigIlOS vocales estánIJreSel1tes en ll11 nivel donde no puede ser cuestión de lenguaje, la lJercep­ción espacioternporal existe desde la base y sjb'lJe sin ruptura las etapasde la hurnanización. En los capítulos 111 y VI hemos visto cómo, parale-

Page 153: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

307

La separación del espacio y' del tiempo es una convención puramentetécnica o científica y cuando se dice qllC l\{OSC1I está a tres horas y rned iade vuelo de París; uno rinde cuenta de una realidad más rica qlIe haciendoalusión a los' 2.500 kilómetros gtle las selJaral1. Realidad más rica, l)QrqtlCengloba de lID gol pe teda un.i civilización vivida, como en 1800 se podíadecir qlle Lyon estaba ,1 Ci11COdías de París. En el mismo cOllcepto, la hora. leída en °lln reloj lig·J. al tiempo la situación espacial de las agujas. Si es. posible hablar de tiempo, en el plano etnológico, es p·or simple abstracción,corno tie 11110 de los dos polos del ritmo.

Los primeros testimonios de una expresión rítmica son fragmentos dehueso o de piedras marcados de incisiones regularmente espaciadas qllC

aparecen hacia fines del Musteriense y qlIe, hacia 30.000, en el Castelpe­rroniense, son ya 11ll1y abundantes (fig .. 82). Entre todas las hipótesis qlle.se pueda formular en relación a ellas, hemos visto qlIe la. qlle me parecela mis veroslmil es' glle estas series de trazos respondían al ritmo delas palabras .. En efecto, es nllly difícil imaginar qlle hayan expresadounas distancias y nada, cuando se estudia numerosos testimonios, viene aalJo)!ur una hipótesis qlle les daría lID valor contable. No es imposible, pe·ro es' indemostrable, qtle estas series de trazos hayan representado el ritmoesencial de la vida animal: el del corazón, Cualquiera (llle sea -5l1 sentido,estos documen tos, alejados por numerosos milenios de distancia de losprimeros sistemas de medida, aportan el testimonio de la primera apren­sión de ritmos a intervalos regulares. En tanto qlle ritmos regulares, elmundo natural no ofrece mucho más qtle el de las estrellas, el de las esta­ciones y de los días, el de la marcha y el del corazón,' los cuales son diver-

. sidad de g-rados qlle dan a. 1;1 noción de tiempo la prioridad sobre la deespacio, A estos ritmos se sobrepone la imagen dinámica del .ritrno creadopor el hombre y modelado en 5115 gestos y St1S emisiones vocales, y 1llego,en fin, el trazo gr,l.fico fijado por la mano sobre la piedra o sobre el hueso,

En el hombre, el tiempo es una medida ambigua po'rqlte los ritmosnaturales S011 compartidos por el conjunto deo la materia viviente, La me­dida del tiempo vivido hace referencia a unos fenómenos extraño-s a lamedida misma y en relación a ello el estudio de los sistemas de calenda­rio es sorprendente. El encadenamiento complejo de los movimientos delos astros ha dado origen, en todas .las civilizaciones agrlcola-pastorales, asistemas de referencia astronómica, los cuales tienden, tanto en los Mayascorno en los Chinos, los o Egipcios .o los Romanos, a ordenar geométrica-

EL TIElVIPO

manizado y sociedad es percibido a tal plInto, q1le desde siglos el individuoqlle pretende. volver a encontrar su equilibrio espiritual no o encuentra, através de las civilizaciones, otra salida qtle no sea la de ir al monasterioy, más allá, hacia las cavernas y el desierto, terminando corno SimeónEstilita o el Bonddhidharma, en el doble rechazo del tiempo y del espacioen la .inmovilización contemplativa,

, .

_oo_ .. ~ __----- --

306

r,egul,arizados se sustit~ye.n a la ritmici.da~ c~?tica del. mund? natural y se\ uelv e el elemento prIflcI pal de la socialización humana, la una een l1l1S111J.de la inserción social, al punto de que la sociedad triunfante )~ ·110 tiCI1C

por cuadro más que cuadrículas de ciudades y de carreteras,' donde la hora .rige el movimiento de los individuos, El vínculo entre' espacio-tiempo hu.

Emplazamiento de chozas construidas bajo el porche de la uruta del Renoen Arcy-sur-Cure. Castelperroniense (alrededor de -35000)h

(Leer; para los metros: 6. o •• ) 2)

Fig. 113.

6.1 di.·.

••.........'1--0------• • • • • I '1•••• •." . . .• • •••• •••••• ••••••••••

9

11

a.. C::)

----

••• '..••••• •'00 o.

, '.' '.o.,...... ,.

12

fI ..'

. .'

••• ••• •• ••••0.•

".. ' eB

, "

zx

13

. ' ..o

Page 154: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

· II .

: I

·I

· I

El hombre pertenece' ~ la categoría de los mamíferos que pasan unapalrte de Sll existencia en un abrigo artificial. En esto difiere de los monos,de los .cllales los más e\r'olllcionados limítanse' a arreglar someranlente ellugar donde pasan tIna noche y se acerca a numerosos roedores qlle po­seen tIna m.adrigllera a \'eces illlly elaborada, madriglIera qlle es el centrode 511 territorio y frecuentemente el 111gar de reserva alimenticia,' El com-

. .••.

EL ESPAClO HU1VfANIZADO

, .

309 .

"

·grandes- religiones la' marcha normal del universo reposa sobre la plln­tualidad de los 'sacrificios, los religiosos han sido los primeros, desde el' .alba de las civilizaciones del Antiguo y del Nuevo .Mundo, en dividir :eltiempo en tajadas idealmente invariables, y por ello. han sido los partida­rios de los meses, de 'los días y. de las horas. Es tan sólo recientemente,con la integracién de las nlJSas' en un mecanismo social, cuando el des-'mayo del especialista acarrea el desorden colectivo, qlle el tiempo simbólicoha tomado 11n valor absolutamente imperativo. En los capítulos preceden­tes, hemos constatado varias veces qtle. las líneas de liberación de las di­ferentes facultades llevaban tedas hacia el perfeccionamiento acelerado, nodel individuo como· tal, sino del individuo como elemento del superorga­nismo social. Expresado mil veces por los sociólogos de las tendencias másdiversas, este hecho se desprende de la existencia, paralela con la evolu­ción biológica, de la corriente de evolución material, nacido del hombreen el momento C1IJndo el lenguaje ha traspasado los .límites de lo con­creto. Ha conducido ,1 la exteriorización del útil (ya desde hace muchorealizada en tanto ql1e. condición fundamcntal ) , a 1,1 exteriorización deImúsculo .y lllego del sistema nervioso de relación. El tiempo se exteriorizasobre una vía paralela, sincrónicamente, y se torna en la reja ante la cualJos individuos quedan bloqueados en 11n momento en el cual el sistemade relación. reduce el plazo de transmisión en' horas, luego en minutosy finalmente en segundos. En los sectores donde el Iímite ha sido alcan­zado, el individuo funciona corno una célula, como elemento del progra­ma colectivo, en' medio de 1In'1. red de señales, qLle no solamente rige susgestos o el desencadenamiento de 51.,1 pensarninto eficaz, .sino qlle controlasu derecho a la ausencia, es' decir, sus tiempos de reposo o de descanso.El primitivo COnl!)One con el tiempo, el tiempo social perfecto no com­pone con nadie ni con nada, ni incluso con el espacio, puesto qlle elespacio no existe más qlIe en función del tiempo necesario para· recorrerlo.El tiempo socializado implica 110 espacio humanizado, integralmente sim­bólico, así como día. y noche caen en horas fijas sobre unas ciudades Clly()Sin\rierno y verano están redllcidos a tInas proporciones medias y dondelas relaciones entre Jos indi\'idllos y 511 lllga.r de acción son instantáneas,Una parte soIanlente de este ideal ha sido realizado, pero trátese solamentede imaginar el alllmbrado, la calefacción y los transportes públicos de lascilldades de hace lIn siglo, para darse C1Ienta del hecho qlle tIna parteimportante del camino ya ha sido recorrido .

. ---_ _.- -_._-

308

merite el paso de los años ell una red. fijada por la posición espacial, pe­riódicamente asegurada, ?e algunos astros principales. Los esfuerzos hechos. para. asegurar la :egllla.rldad de ~a red calendaria 5011 inseparables de los. progr.esos en el cálculo del espacio y en el de las cantidades. La medidadel gratl0~ y de 10~ rebaños, la integraciól1 arquitectural del mundo, son111l1Cl10111a5 .det.e;111111antes en la eJa!='oració,11 de una l11edida del tiern poqlle. la COl1c~pclon abstracta de perlados .idealmente equivalentes. Si sehace abstracción de .105 eSl)ecialis~as del tiempo qlle aparecen en el 1110111en­to cuando se COlls~ltuyell los prllneros conjuntos urbanos, la noción fun­damental de duración .es .eiltel1dida, tan s?10 a _través de la repetición de~r70ductos. o de 0l),eraclones d~ c~racter '~'lt,al, El ca!~ndario de los primi-.tI' os o de los agrJculto~es, te) Ido por el tlen1pO rnítrro, es 1111ciclo mar­.cado por el ~ue,'o C?lllIenZo de ta! e.aza, Ia madurez de tal planta o' laJabr~~za; en el, el tiempo 'es Ll11 tlell1po concreto,. operatorio, en el cualp.artlc~pan los cuerpos astronómicos bien sea corno coactores en la vasta11~áqulna tecllo.:religiosa o C0111.0dispensadores alej ~dos. El regreso' "l)erió­dlC~ de la foca entre los Esgulnlales. o la resurrección del gral10 entre losagrlcu~t~res, .dan lu,gar a .1111simbolismo .tell1poral en el cual el 1)CnSJl11iel1-to religioso s~ aplica .prlIl1ero a la realidad operatoria. Es en 11n' estadio}'a 111l1yllrbanlz~do de las sociedades agrícolas cuando 'se desarrol la 110 50-lamente la medida abstracta del tj~111pO, sino la ideolonía que da a losg.ralllies ~st.ros el J)al-?cl de divinidades Sll}1fell1JS, No ~s j)or casllé.llidaJque los viajeros del siglo X\'III prestan sin vacilación la adoración del Soly de los ast~os a ,casi todos los pueblos encontrados l)or ellos, .mientrasql1e en. ~a Il)lSI11a epoca nuestro calendario revolucionario trata de rclacio­nar .eI tlel:lpo a .JJ.~ operaciones de la vida agrÍc'ola y técnica. Por unal)arte, l~. 1111fa;!ta~lcla ~xtraordinaria ..que, tOJ~la la máquina astronórnirn ylas t~a?lSlOlles Il111~enarlas de la astrología, 1111}Jregllan é'l 1)el1SaIl1itnto delos ~IJosofos: por Igual. la tradición l)~áctj.ca llel afio operatorio se imponeCOI110el aritidcto del tlen11Jo de los dioses. ._ . La illdi\'id.Llal~z~ciól1 del tiempo es el reflejo de la integración 1)fO'

gresl,'a de los Jndl'·lduos e.n e,l Sll}1erorganisJ110 social; poco a })O(O, el1 elCllrso de. la~ decenas de 1111~.en!OS,tIna trarila. Sill1bólica, flll1y ·.laxa pril11ero,se h~.sobrelnlpLlesto, al 1110\'1111Jent,0COl11plejo y elástico del tiel11lJo l1atU!al.La "\~da. de los a~ln1ale.s 110 esta l11enos regulada. que la' del CaJl11)tsill()del. sIglo pas~do, de p!e con el sol. y aeóstado con. las gaIliIlas"; anlbos.se Integran ..~Ul1e,n t~11,.cJcl0 en. el cual se estJbJece u·n tri i)le aCllerdo cl1trela naturalez.a? el lndl\'lduo y 1~·-socied.ad. l\1as aquello que' ·fue \lerdadero}Jara, el l11edIo rl1ral ~asta el SJglo xx n'o 10 es desde hace siglos para ell11edlo urbano, y l1artlcularmen te l)ara las fracciones nlás social izadas co.1110 son las clases. religiosa y ,Inilit~r .. Para elJas, del· tiel11po abstract¿ de­p~nden, la n:ar.cha. y la sUl)er\'I\'enCIa del' gfLlpO social. Su il1tegración 1110:"trlz e ~n.telec.tual se al)oya el1 una red rÍtnlica rigurosa, materializada . orIc~ repIques ?e. campan.as y lo~, t(Jques de las trompetas, que son, a la \~Z,

. senal~s de .c?d)go de l11tegraclol1. y. etapas del tiempo. Agarrados por lanecesJdad de mantel1er la sllper'·l\'encia colecti"a,' pllesto que en todas las

Page 155: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

..:':::....<

; .

i ..'

311

. I,i

I, ,I

Un siglo de sociolozía ha valorizado el hecho de que la habitación,° más ampliamente el h~ibitJt, es el símbolo concreto del sistema social;el plan del campamento bosquimano <> indio del Suroeste, el d'e las aldeas·de Amazonas o de N eocaledonia (figs. 114, 115, 116) al expresar loscortes entre las familias y los clanes en la disposición topográfica, son unosejemplos clásicos. Por otra parte, basta con hojear lln di.rectorio de lasprofesiones para darse (lIenta de qlle París entra en la misma regla de unamanera aún mLly ajllstada.

Sería particlIlarmente interesante bllscar el punto en qlle aparecen en-'el hábitat las primeras hlIellas del funcionalismo social, y en particlllar !t

bllscar la coincidencia eV'entual entre la organización socio~spacial y laevolución tecnoeconómica. los documentos' de la remota prehistoria soncompletamente OSCllros: en la guarida de los musterienses no se percibetrazo algllno qtIe plleda razonablemente indicar lInos cortes sociales. Loshábitats del Paleolítico slIperior abren perspectivas mejores: ·a pesar de suestado de conservación generalmente ffitly· deficiente, Sll carácter orgáni.

EL ESPACIO SOCI.t\L

rana de placas d-e piedra con forma de embaldosado; al exterior del círculo,unos huecos verticales recibían unas grandes defensas de mamut, que cons­tituía el armazón. T Olio el espacio está cuidadosamente conservado; alexterior se encuentran algunos montones de voluminosos restos y, vertidasen la. pendiente, las "basuras" o pequeños montones de cenizas mezcladascon desechos de sílex y pequeños fragmentos. de. huesos. El primer puntóen Ia evolución en .el cual aparece la figuración es, p.ues, igualn1ente,cuando el espacio. de hábitat hace abstracción del caos exterior. El papeldel hombre como organizador del espacio aparece allí en un arreglo sis­temático. Este ejemplo, qlIe es el más viejo, está confirmado por numerososemplazamientos de tiendas o de chozas descubiertos en Moravia, en Uora-. nia, .en Rusia,. vestigios de habitaciones circulares o alargadas, con StlS fo­gones y las fosas para huesos, En los últimos años, en' Francia, excavacio­nes más precisas .qlle las del pasado, han permitido descubrir restos dehabitaciones similares, construidas en las grutas o en el pórtico de refugiosbaje) roca. En fin, nll1y recientemente, fue descubierto en Pincevent, cercaele Montereau, un conjunto mu}' vasto de campamentos rnagdalenienses.

La organización del espacio habitado no es solamente .una comodidadtécnica; es, al mismo título que el lenguaje, la expresión simbólica deun comportamiento globalnlente humano, En todos los grupos humanos.cenocidos, el hábitat responde a uca triple necesidad: la de crear un medio. técnicamente eficaz, la de asegllrar un marco. al sistema social y la de po·ner orden, a partir de allí, en el universo circundante, la primera lie estaspropiedades corresponde a la estética funcional y ha sido abordada ante­riormente: todo hábitat es evidentemente un instrumento y, por este hecho,está sometido a las reglas de la evolución de las relaciones de la funcióny la forma. .

---_. ..__.._. -_. __ .... ._....._---_._._-

310

_ ...- .

portarniento de territorio del 110111bre ha sido abordado en el capítulo V,bajo el. ángulo tecnoeconórnico; aquí se planteará la cuestión de la imagen

l. humanizada del territorio. .N~ :e poseen siquiera informaciones fragmentarias sobre las auroras

del espacio ,h:llnallal11ellte organizado, Los australantropos aún no han li­br~do 1111 hablt~t. que haya sido estudiado en detalle; los sinantropos handejado sus vestigios el1. una caverna concrecionada donde la observación aduras penas Ill:~ie~a sido realizable; de sller~e.,que !las~a.los paleantrópidos110 se sabe lJIactlcal:1e~lt: nada, ~11~ tradición científica tenaz pretendeglle el. hOl11~;~e lJr.ell1storlco. haya. vívido en las cavernas; si fuese exacto,~llo orlel1tarl~ hacia paralell~1110S 111t~resantes COl1 el oso o el tejón, 011111Í­loros y lJlantlgrados COI110 el. Es filas exacto pel1sar q1le el 110111bre se haaprovechado a ,'e:~s. de las cavernas, Ctla:ldo eran habitables, pero que deuna 1;lal1era est~dl sticamen te aplastan te, slell1J)re ha viv jdo al aire libre, ytall. solo a IJar~lr de cuando los documentos se tornan accesibles, en .11110Sabrigos construidos.1 Los documentos son .raros, lJ~ro s~ encuentran situados 111ll}' favora-

b cl:1el1te en el 1110111Clltode la articulación de los paleantropos y el h01J10

J:lpleJ1S, de, tl~a y otra l)urte del 1110111tl1tO cuando al)~:ecel1 los primerosS1111boI?s graflcos. Se puede, lJlles, razonablernen te' adrniti r qlle los hábitats111l1sterle:ls~s repres7'11tan c.-:l.último . t~rl~lil10 de la e,7~1~lción de~ espacio del?s alltr~pl.d?s arcaicos y ql..le los hábitat del Paleolítico sLlperlor materia-lIza11 el l111CI0 de la fase actual. .

Se conocen' COl1 precisión tres hábitats musterienses: 11110al aire libreen 1\:olodo\'o, a orillas del Dniestro, y dos, en caverna, en las grutas d~la Hiena y del RCI10, en Arcy-sur-Cure, en la Yonne. Difieren bastante ensu .forl11a. El (le la U.R.S.S .. (fig. 111) es un ernplazamienro circular concasr ~~110 metros de diámetro, qlIe debe. representar la implantación 'detl.tIa tlen~a. ? de una cl)o~?; el de la grLlta de la Hiena OCtl!Ja una saja de~111CO, a. seis metros de· diámetro y e! de la $-;~llta·del Rello,· una parte debaJerla t1e.dos ~11etros de l11Cl10 !)or C111COa seis metros de largo (fig. 112).Po~ el COl1.trl.rl(), estos tres hábitat ofrecen Sil11ilitLldes notables entre sí:;St:'11. COl1~tltUldos por 1111 área CCl1tral dOIlde se el1CoIltrabal1 los {orTollesarca reJatl\~anlel1te libre de restos de a11i!11ales y .rica ell lltil1aje de Piedra:rodeada de lIn rodete. eSl)CSO de 11l1esos ras!Jados· y tritllrados. Abstraccióll..hecha d.e la cOl1strucclón qLle debía· existir ell l\101odo\70, la reconstitllciól1 .del COllJl~ll~O COl1dllce a 1111 'lladro bastal1te pobre: el 110111bre de Neall.··dertl1al '~l,'larod.eallo de las. ?Sltl1el1tas de su caza, qtle· apartaba l1ara 1)ro.etf¡~arse UJ1 eSl)JClO donde \!l\tlr. ' .. .. El cOIltra;;te CO:1 105 hibitat de los alrededores de 30.000 es sorjJren.

~ente. Los mas antiguas s~naquellos del período de Ca~telperrón, de ladrtlta d:l R~no en Arey (flg_. 113), tal1to 111<1s fáciles. de eOl111)arar ClI:ll1toque estall. sItuados e.ll el. nl1S1llO J,ugar glle U110 de· los lJrecedentes. S011e1111Jlazal111en tos . de tlel1das cOl1struldas a .1a el1trada de la ca,'crl1a. CadalIno, pe ellos forJna tl~ clrclllo de tres o. ClIatro l11et:os de diáIlletro .conUll area celltral de· arcIlla deslJedregada y apisonada, rodeada de Ull~ co.

Page 156: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

, ', ,

• '. f :

:' .. ;

. ;, ,

313I ,,

Fig. 116. Aldea de los indios Winnebago, dividida en dosmitades complementarias: ,1 a 4: viviendas comunes de los cla­nes del guerrero (1), del pájaro del trueno (2), del oso (3),

, del bisonte (4); 5: viviendas familiares de la fratria de arriba;6) viviendas familiares, de la fratria de abajo. (Según P.

Radin)

Fig. 115. Neocaledonia: Aldeacanaca. 1) Choza de los hom­bres; 2), Choza de las familias;3) Altar;' 4) Paseos de la' mujer

, (ritos de familia); 5) Paseo delos' hombres (fiestas del clan,banquetes, danzas). (Según M.'

Leenhardr)

15

3"~

V V~

~ ~'

6~1 V '« \> ~

VO- \> EV 5,~V 'Q 1

'1

NI

I '

Fig. 114. Implantación de uncampamento de cazadores bos­quimanos. 1)' Arbol central de­bajo del cual se reúnen los horn­bres y donde descargan laspresas; 2) Fuego de los horn­bres; 3) Choza del jefe; 4) Cho­zas de .Ias parejas y de las mu­chachas púberes; "5) Choza delas muchachitas; 6) Choza delos adolescentes; 7) Choza' delas muchachas en visita; 8) C11o­za de las hermanas en visita;9) Viudas, foráneos; 10) Plaza

de baile (según Bleek)-,_

camente construido y la diversidad de los .objetos deberían asegurar alguna1l12. Existe un caso casi ideal: el de las habitaciones del Paleolítico sllpe~rior de Mal' ta, en Siberia (fig. 117). Se trata de unos emplazamientosde tiendas extraordinariamente bien conservadas, en '16s cuales el excava­dor, M, M. Gerasirnov, ha podido verificar .repetidas veces qlle los, fogonesde derecha y, de izquierda de cada habitación estaban rodeados de objetosdiferentes: cerca de' uno, las' estatuillas femeninas, los, pllozones de coser,las raederas para trabaj ar las pieles, y cerca del otro, las estatuillas de' pá­jaros, las azagayas, los cuchillos, los punzones grandes. Por lo menos enun caso -se constata qlle al nivel de la economía primitiva .las dos fraccio­nes complementarias de la parej a se expresan topográficamente' por la se­paración entre los mobiliarios del hombre y los, de la mujer, El campamen·to de los Bosquimanos actuales refleja una organización sociofuncionalffilly cercana (fig. 114), con el fuego colectivo de los hombres y el fuego.de cada mujer, las chozas de las parej as, la de las .muchaduras y la delos adolescentes. La topografí~l de los igloos de matrimonios esquimales

312

5

•c*. ~~...·····t~:'. .f~Off~ ~ fr*~2C~* **02c~~ ~.oc.4*c** *~J..0#* ~.~C).

tt*0.•.~* $~O

," ,

~3-0E-

...···9e­e7e

"

Page 157: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,, '

'j

¡,

o,Io

. !

315

ESPACIO ITINERAl'\ITE y ESPACIO IRRADIANTE

" ,

-:

----~ .. ,_....,-_ ..,

, La percepción del mundo circundante se hace mediante dos vías: 1111adinámica, qtle consiste en recorrer el espacio ,tornando conciencia de élla ot,ra, estítica, .que permite, por inmovilidad, reconstituir alrededor suy~los círculos SllCeSl\'OS qlle se amortiguan hasta los limites de lo desconocido.~¡Ila de las 'vías libera 1,,1 imagen del mundo sobre tln itinerario, la otral11tegra la, imagen de dos superficies 0lJllestas, la del cielo y 1,1 de' la: tierraglle. se encuentran ,en el horizonte. Estos dos modos de aprensión existen,COn)llnt:lnlellte, o' separados, en todos los animales, }' el modo itinerantecaracteriza sobre todo a los animales terrestres, mientras el modo irradiantes?clre todo los l)~lj~lr~s. Se puede considerar también qlle 'el primero está'ligado a las percepcl~nes nl.lls~11ares' y olfativas predominantes" mientrasque el segundo se refiere principalmente a las especies, con visión desarro­llada. Se trata de lln.a. repartición por otra parte n1l1y sumaria, plles el loboel1 rel)oso debe percIbir el nl11ndo bajo 1,1 forIlla de, ~{sllperficies olfativas".En el homb:re, ,los dos Dl0dos est~ln esencialnlente Ji g-ados a la ,risión \'coexisten; han dado 1llgar a Lli1a doble representación L-del n111ndo y a la·slllod?lidad:s simlllt¡íneas, pero según toda apariencia representadas en pro­porclol1es lO\'erSas, antes }' despllés de la sedentarización.,

,La l11itología de ,los cJzJdores-recolectores comporta esencialmente im<Í~g~n'es de trayectos:' trayectos de los a'stros y trayectos de los héroes oraa­nlzadores. En OLlnlerosos mitos de las diferentes partes del mll0do, e in.ClllS0 en el sllbstrato preagrícola de, la~ ci\rilizaciones lnediterráneas el 11ni·verso es inicialn1ente caótico y poblad,o' de entidades monstrllosa-s. Es en elC~l~~Ode LIn itinerario qlle el héroe combate 'a los n10nstrllos)' regll1a la po­SlC10n de },1S mo,ntañas y de los ríos, da a los seres Sll nombre transfo'rmapor consiglliente el llniverso en imagen ,simbólicamente ar,reglada, asimi­lable, controlable por el hombre. Las nlitologías indias de la América delNorte, ofrecen lInos bellos ejenlplos' de tales itinerarios organizadores, yel de Hérctl~es, el1tr~ .1?s ~jemplos mediterráneos, nll1estra' qlle verosímil­lnellte las prlllleras Cl\Tl1lZaclo'nes llrbanas a'5in1ilaron los restos de 1Ina ideo­logía anterior.

extendidas, donde la sociedad asegllra su cohesión en linos sistemas del)~rentesco ~0~1plejos yO diversos, pero tendientes a equilibrar matrirno­DIal y economicamente unos bloques familiares y ya no a unos individuos .Corno en ,1,1 evolución del, cerebro o 1~1'del útil' las estructuras se adi-. ." 'Clonan SIO excluirse; la '~ltilna fas.e de desarr~llo se. basa, en 'la' pre·cedente, de suerte qlle la lmportancla de la pareja subsiste en infraestruc­tura, corno la de ,la. farnil ia, extendida .Sllbsistirá, agregándose a la r=«den,te" en .los estadios ulteriores. El .slstelna espacial de los agriCtIltoresrudimentarios apa.rece ya COI110 f01.1y diferente del de los cazadores-recolec­tores p¡:_imi~i,\'os" puesto que, corno 10 hemos visto en el capítulo V, Iascdentarización transforma no solamente el dispositivo social sino la irna-gel1' misma del mundo, '

",

314

reS!J011de también de Ll11a manera precisa a la delimitación de los dorni­nios respectivos del 110111brey de .la mujer, Al carácter fundamental de lassociedades con economía primitiva responde l111a orgnnización espacial don-

o, de el corte social dominante es el regido IJor las funciones tecnoeconómicasc:»: de la pareja,

. Todavía no se l)osee Si1l0 escasos documentos arqueológicos sobre la,prJn1era eC()Ilo1,11Ía agrícola. De hecho 'qlleda a la arqueología tI11a eran

, ,Cj , b b 4

" l)J.rte de su' tarea I)or cumplir, l)lles hasta ahora, ha encarado sobre todo lanecesidad de dar una cronología. La interpretación del 1150 de los objetos,(_1~su empleo ,IJor el 11()111breo la' mujer, de su sitllJciól1 en el CSl)Jcio l1a·bltado, qlleda l)or" hacerse 11lediallte éxca\-aciolles orielltadas hacia' el estu­dio exhausti,·o. de los l1cchos. Ex:is.ten, pI;1110S d~ aldeas, pero, 1)OCOS sonCOl111)le.tos }T, n lIlgl1no lle\lado SllfJCle.l1ten:~Ilte leJOS COI110 IJara qlle toc)()Slos objetos sta11 rC!)ortalios ell Sll SJtllaClon' exacta. Las tll111bas 11an sidoIl1cjor esh.ldiadas lJorQlle están l11is cI~rall1ente circllnscritas. En cjertos ca­sos, cuando la' ,Se!Jllltllra colecti,'a es Ulla ill1agen del ,111l111l~Olie los ,Ti,ros,(01110 en' las g,:utas, artificiales de la l\1arl1e, se lJo<.;rÍa desl)relldcr llna

\'isiól1 sociolé)gica, l)tro liistall10~ del 1110Dlento ,cllal1do el 111ejor l~e los.Liocll111entos }!a 110 ,cscalJará al exci\'a(lor. Lo qlle aparece ','aaarnente ell lasexcJ\'aCi011tS de las distit1tas partes del 111l1ndo, CUJlldo se ~rata de socie·dad~s agrícolas 110 urballizadas, es la 'll11ifc)fIllidad relati\'a de los elell1entosl1abitados eli' el conjlll1to de la aldea, la existellcja freCllel1te lic habitacio­'ne~ ~11uy.gral1de~ con' fogones sel)arados, las sel)uIturas colccti\'JS sin' jerat~gUla socIal, sensIble. ',Pese a que estos hechos' seaIl sOl11etidos a 11~lnerosas ''\'ariantes, son' sensibles ell las sociedades agrícolas '110 urbal1izadas del 111un­do lreclel1te, particuJarJl1tl1te en A111érica, ell Oceanía y en' 'Indo11esia ,esdecir, e,n las l11árgel1tS' ,del 111undo urba11izado; correspol1dcl1 a LIn est~djotecnOcco11Ó111ico en el ellal la, ¡1areja' deSa}1areCe' frente a, 'llllidades 111ás

Fig. 117. Vestigios de una ,tienda, del Paleolítico superior de Ma l'ta (Siberia),Alrededor de los fogones laterales estaban agrupados de un lado el mobiliario

masculino, del otro el mobi liario [emenino (según Gerasimov) ,

• •() a' : : .. '. D ,% :~• •.: . .. '• •• •• •'. .• l'. .'. ... .. .. ., ., ,.. ,.. " . .. ".. .. .. . .. ... . ......" .. .. .... .

.. .. . .' . • .. . .111............. . , , .

4 'Ll•••

.,

':~(]•• •

~.:\l, '..

, #

•· "· ".,.~•;~~ •

•..) ...~... .....~!.•... \".., .."..,.:.., ..... ' ..... ,,~. ,..,"..

lo • ",... ...~....

,

.'(]••

Page 158: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

317

III

. tI

.1iI

I

I•,I

. . '.

.' t ,. f.(.

. " .

.. '

316

El nómada cazador-recolector interpreta la superficie de su territorioa través de sus trayectos; el agricll1tor sedentario construye el mundo en .círculos concéntricos alrededor de su granero. El· Paraíso terrestre es unjardín orientado sobre. una montaña, en cuyo .centro está el árbol del co- ...nocimiento y cuatro ríos que se van hacia los confines del mundo.· Imanen. sin relación con la de. Lascaux ni con el trayecto heracleano, Las cosasson denominadas ¡J·or el hombre (existentes, pues, simbólicarnente ) en elsitio mismo, aparentenlente en· el· centro edénico.· La farnla bajq la cualel ~énesis· nos ha sido· t.rasmi~ido, ilustra· de tIna nlanera ideal. la . represen·taclon del nlundo en una SOCIedad lJegada }'a a un estadio adelantado de

EL ESPACIO ·IRRADIANTE

• ••Sería particularmente valioso poder hacerse una idea de la imagen

. . que los paleoliticos tenían del universo, El arte prehistórico debería ser,a este respecto, una fuente .preciosa. Ahora bien, el arte de las cavernas -entrega una organización y una selección de figllras desconcertantes a pri­mera vista. Hasta hace. poco, se venía .\riendo en él un arte mágico poresencia, pero parece que se trata de un sistema fjgurati,'o· más general,de un verdadero ensamblaje mitológico que hace intervenir figuras mas­culinas y femeninas por parejas, así COfl10 una pareja de dos animales que.son los más frecuentemente el bisonte y el caballo, y 11n tercer animal,generalll1ellte la cabra 111011tés, el ciervo o el mamut. Las figLlras estánrepartidas de sala. en sala, deslizándose en el dispositivo topográfico COI}·

una !)rogresión que sitúa en lo -111is profundo a Jos grandes felinos y losrinocerontes. Todo dispositivo, a partir del momento en el cual las figurasrodean a los que las ejecutan, contiene. algo de la imagen que se hace

..del universo humanizado. Ahora bien, nada del modo radiante apareceen. el arte de. las: cavernas; la perspectiva que realiza el símbolo de lassuperficies se encuentra ausente y la organización" de las figuras ha des­concertado durante mucho tiempo, pues el orden existente en él es extrañoal nuestro, apareciendo COlTI,Oun caos de imágenes lanzadas al azar. Des-

.,cubiertas .con lámparas, las figuras de Lascaux se ordenan 110 en cuadrosde conjunto, sino a 10 largo de 11n trayecto, agualltadas una a la otra .por.el ·"ÍI1ClIlo de un terna CU}'Osentido escapa, lJero con un desarrollo glle se -,repite plano tras plano hasta las figuras de rinocerontes del fondo. El he­cho es aún más 'sensible en Niaux, donde las imágenes, por pequeñosgrllpos, se alargan sobre más de un kilómetro: y más palpable todavía enla . Cullalvera (provincia de Santander) donde a lo la~go de dos kilóme­tros, s<7.ofrece una sola versión del terna, figura f:lor figura, con intenTa·los··de vanos centenares de metros. ¿Tr~tase en el arte paleolítico de una \7er-.dadera cosmogonia P' La ausencia de toda representación de astros segúnnuestr_a manera 110 es, ni mucho menos, la prueba de 10 contrario; peronada . tampoco viene a demostrarlo. Lo q~e es positivo, en call1bio,. es que,sea 1.0. ,qlle sea el. fondo del mito, éste se ordena .linealmente y en la.repeticrón.

-,

sedentarización agrícola. Sucede prácticamente lo mismo. para las cosrno­gonías de las granlies civilizaciones americanas o de China, las cualespresentan sistemas ya altamente marcados por 1,1 corriente de elaboraciónsistemática nJ.ci~:l de la escritura. Es bastante difícil, allende los primerosdocumentos escritos, comprender la evolución durante los cinco o seis milaños qlle marcan la .revolución agrícola. Las innumerables figllras del artefilpestre de Europa, de Af rica y' de Asia, entre fines del Paleolítico hacia80~~ y la Edad d.el bronce, esclarecen apenas mll}' débilmente la· investi­gaclon: en ellas, SIn embargo, .encontramos dos aspectos ausen tes del artepaleolítico: unas verdaderas escenas (de caza, de cultivo o de cría) y unasrepresentaciones en perspecti\-"a. o en plano (fig. 93), entre las cuales ti­gllran habitaciones. Por primera vez también, vernos allí unas ruedas sola­res y crecientes lunares. En 1961, las excavaciones de J. Me llaart revelarone? .Anatolia una part~ de una aldea del Neolítico antiguo, fechado apro­ximadarnente 6000 anos antes de nuestra era en la cual los muros de, .

varias , cas~s. eran de~orado~ con f rescos (fig. 118). Estas pinturas murales,las mas viejas conocidas, figuran vastas escenas donde los personajes arma­dos de arcos (cazadores o danzan tes) rodean figllras de toros y de ciervos.La construcción general y los sujetos no dejan de tener alguna relaciónc~n los frescos de. ~inos de Creta, más recientes de por lo menos 3000anos. Este descubrimiento extraordinario muestra hasta qué plInto, desdelos inicios de la agricllltllra, la sedentarización imprime una forma nuevaal dispositivo en el cual se inscribe la vida social. Las casas cuadrangulares·de IDllros espesos, apretadas las lInas contra las otras, con S11Spatios inte·riores y 511S piezas decoradas,. los ffillertos enterrados debajo de las plata-

Fig. 118. Cata! Hüyiik (Anatolia). Frescos neolíticos (VII milenio). (SegúnJ. Ñrellaart)··

....._- -_ -----~-- -..;

Page 159: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

. o.'. l.

¡.1;!319

"

••-.t\......-

~-e¡; •.¡.. ., .- ~-- ... ..

~... ...... ...

t:- ..., ....fo

~.-~-""

. I

16 ,='-... -- ~.." -wt...

~ 411: ~- .,j-o• ~.. .. ..~. .." 4t .... 1I, d l " .. •...

Q,. - -.... '-'.... ~

~IICROCOSj\!OS y l\JACROCOSn·fOS

Sin qlle los documentos permitan todavía dar los detalles de unaevolución, los prirneros textos ofrecen 11n sistema de representación sim­bólica del universo asombrosamente similar en 5115 g.~andes rasgos, ell

América, en China, en las Indias, en Mescpotarnia (fig. 76, 78), en Egiptoy lJ:or doquier donde una 'cultura f ranquea o se apresta a f ranqllear el11111bral ele la escritura, Esta concepción corresponde a la fijación de laciudad capital en ·141 encrucijada de los pLll1tOS cardinales y a la construc­ción de' 11n código de' correspondencia asimilando PC)C() a poco toda la crea­ción eu su red (fig. 119) .

A partir de la centralización urbana, los datos simbólicos refererentesal espacio' y. al tiempo toman un valor preponderante y hemos visto qllela evolución tecnoeconómica lleva a 1~1aparición, en bloque, de las artesdel fuego (metalurgia, cristalería, alfarería), de la escritura, de la arqui­tecturu monumental y de la jerarquía social de muy amplios peldaños,qlle hacen de la capital del grllpo étnico '-111 núcleo totalmente hurnani­zado en el centro de un territorio de donde saca Sl1 masa nutritiva. Este!1fOCeSo tecnoeconórnico se ha reproducido centenares de veces desde lafij ación agrícola, ora fundido en el desarrollo de l10¡1 capa histórica de­terminada, Qr1 por decirlo' así aisladamente. Sus causas est.in lig'adas aldeterminismo técnico y' por consiguiente, 'es tan vano en teoría buscarallí las huellas de vínculos históricos entre la Mesopotamia y los MayasCOIno ver ti11 efecto automático de convergencia: uno y otro 5011 .alter­nativamente verdaderos. Acontece lo mismo con las cosmogonías, incluso.las metafísicas propias y' COI11l1nes a todas las civilizaciones agrícolas con110 nivel tecnoeconómico correspondiente a la primera urbanización. Laprimera aprensión. sedentaria del orden universal es extraordinariamentelógica }' racional; en ella, todo es orden y correspondencia, y la mismaseducción se desprende de lo qlle se ha considerado COIno la ciencia mis­teriosa de los egipcios, de los chinos, de jos atlantes o de los mayas.No carece de interés investigar por. qué esta "ciencia' apa.rece al mismotiempo qlle el código penal, las explanadas construidas y el préstamo bajofirma.

La existencia de una superficie totalmente humanizada y la integra­ción de. esta superficie en el universo circundante, plantean unos proble­mas tan precisos como 105 de. la integración espacial de los individuos:.el organismo colectivo debe realizar su integración espacial en el movi­miento, La integración de los individuos en el' organismo urbanizado estáasegurada· por unos ritmos qlle rigen el acondicionamiento colectivo. Eltiempo urbano, como hemos visto, es por excelencia un tiempo huma-

' ..'

. .'

montaña .., .

formas donde debían dormir los vivos, las reservas de cereales encerradasen los muros, constituyen un microcosmos totalmente humanizado, alre­dedor del cual se extendían los campos, y más lejos, el bosque y la

. .. .'

. . ....-- ._ ......

Page 160: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

I; I

321

1,

i!, >. ;.

"

'l•!!¡

!

, '

1,"

r.,

unos centros menos favorecidos, mlly cercanos del Oeste y del país de lasombra, o cercanos del punto ,de origen del, sol naciente. Su Oeste y suEste son el, Este y el Oeste por excelencia, puesto qlle marcan la entraday la' salida del astro en un microcosmos totalmente humanizado y 'sim­bólico (fig. 120). '

, Por razones qlle ligan 1;1 arquitectura a la escritura y a la integraciónespacial, la ciudad es el punto de referencia de la metrología. La 'agri.mensura desempeña en ella un papel capital y los confines del, mundoestán unidos a ella por los radios simbólicos a la 'rueda de las distancias.Se llega así a una ,imagen geométrica del mundo y de la ciudad, en lacual .interviene toda una red elemental de correspondencias espaciales,Como las puertas y los puntos cardinales coinciden, ,basta' con nombrar"puerta del invierno" la puerta del Norte para qlle el simbolismo espacialse enriquezca con .la dinámica del tiempo. Basta con ir cada vez a recibirla primavera o el verano a una pllerta diferente para que nazca no yasolamente la integración espaciotemporal, sino el control de algún, modo _mecánico 'de la máquina universal. Este' proceso" descrito aquí COlTI() unfenómeno progresivo, es sólo la adaptación al dispositi \'0 umb i'ical dela ciudad de Ul1J de las propiedades del lenguaje, .0 más' ampliamente,de la facultad de simbolización. Esta propiedad' absolutamente general exi­ge qlle el símbolo rija al objeto" que una cosa exista sólo cuando es nornbrad~, qlle la posesión del símbolo del objeto tenga, facultad para actuarsobre él. Esta actitud atribuida a las "sociedades primitivas' en su corn­portamiento "mágico" es asimismo real en el comportamiento m is científico, puesto qlle uno toma posesión de los fenómenos sólo en la medidaen la' cual el pensamiento pueda, mediante las palabras, actuar sobre' ellos,y construir su imagen simbólica" para realizarla materialmente,

El '\línall? entre el Este geográfico y la' puerta del Este es, plles,vínculo normal del objeto a su símbolo y .la propiedad fundamental delas .ciudades es dar una imagen ordenada del universo. El, orden es intro­ducido en el geometrismo y en la medida del tiempo y del espacio. lavida está mantenida por la asimilación de los símbolos del movimientode los astros al movimiento de los astros mismos o por el símbolo del.renacirniento vegetal qlle desencadena el crecimiento efectivo de las plan­tas. Los historiadores de las religiones han demostrado el carácter mllygeneral de los juegos de 'balón como símbolo del año solar;, comunesen América, han dado lugar en China y hasta nuestros días en el Japón;a unas ceremonias de carácter cosmogónico. ffilly elaborado (fig. 121).,

En la capital geon1étrica y orientada de los Chinos y de los Japone­ses', el palacio imperial está en el sitio de honor, adosado al muro nortey mirando hacia el Sur. En el recinto del palacio, el terreno de juego debalón, también, es geométrico y orientado, con un cerezo (primavera)en el ángulo noreste, un sauce (verano) al, sureste, un arce (otoño) alsuroeste y un pino (invierno) al noroeste. El balón, puesto entre las ra·mas del árbol de la primavera, entra en juego entre dos grupos de cuatrojugadores colocados en círculo, quienes, idealmente, le hacen recorrer, a'patadas, una doble serie de revoluciones en sentido inverso, llegando su-

------,- .. ,-- ", ...

320.'. .

Fig. 120. Plano de Pekín: ciudad geométrica, orientada. El palacio imperialestá en el centro, su entrada mirando al sur

II eI~ ~--__,

"'O ,8'_• rp,_\--;'-

-,.

- ---,••

I4 ,,====-!-j~-===4'I=,~I ==;=~'

-j••

.~

I 1- - .,____ .,----

,1 ___ '

. _-

._J• ~-~(J! .> .

~,

'"-

._- _._-0...~~ ·======::::!::=== ~='=;;r===~)71 ~ r- -n ~~I ~,.=---"'---..IV r!\~=f--:=I.-:::::==i --: ' _)"

" ~ -+/J --1 i 127>. _' t---

, ),_ ....-'1- - '

::lo :D 2J ___1.. .... '.0. .... --

~I _ ~.IOI~- _~-_~~ : ~ k LJ ¡:¡1¡1I -- !==:::: .. - ",=:==-:

-. __ --:,---IJ -,; ~)~~_~~I~_~~~__~'~,f~

_-.•..-/- ,..I, Ii

)\.r---

nizado, pero la inserción del núcleo constituido por los hombres y ,su- medio tecnoeconórnico 110' puede hacerse sino mediante la búsqueda deuna continuidad ordenada entre este núcleo humanizado y la aureola del'mundo natural que 10 rodea. .

Esta continuidad ideal es asegurada por el movimiento del ~cielo qlleofrece la encrucijada de los pUlltos cardinales o cualquiera otra referencia'astral considerada como fija. La ciudad se encuentra entonces en el centrodel mundo y su fijación es, en cierto modo, la garantía de la rotacióndel cielo alrededor de ella. PU11tO central del cielo y de la tierra, ella seencuentra integrada en el dispositivo universal, cuya imagen refleja: el,sol se levanta a SlJ Este y se acuesta J"ll Oeste, a distancias iguales, y sus'habitantes están .inducidos a pensar que, más allá de su aureola existen

Page 161: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

. .; :~.. ','

. ,,' ." ..

.i1í,:1

'i'1,,

, ,"

¡I

'¡I,

¡1

, ,1I

'i'r"

,-!i,

, ,..'

323

, '

I

j-,

cesivamente a los ángulos de los equinoccios y de los solsticios. Cadajugador lanza a través .del terreno el balón para que siga su trayecto enuna serie de zigzags Este-Oeste y Norte-Sur.

El movimiento del universo es, en efecto, no solamente de rotación,sino también de alternancia }' de ,oposición de los contrarios: frío del'Norte -cálido del Sur, juventud del Este~ vejez del Oeste,' etc., de' suerte'que las partes del universo ()' de la ciudad ) responden a unas cualidades'tanto como a unas situaciones. A partir de este' punto, la' llave del uni­verso está entre las manos del hombre y, bajo formas variadas, pero fi­nalrnente convergentes, nacen extraordinarios cuerpos de conocimientos,enteramente fundados sobre el juego de las identidades y de los contra­rios, los cuales engloban todo °10 conocido, desde los números a la' me­dicina, de la arquitectura a la música. A los cuatro' puntos cardinales yal centro, según la China antigua, corresponden los cinco elementos, loscinco cielos, las cinco especies de animales, de notas de música, de olores,de números, de lugares de sacrificios, de órganos del cuerpo, de colores,de sabores y de divinidades. Entonces se hace evidente que el Sur, el ve­rano, los pájaros, el, olor a quemado, el fogón, los pulmones', el rojo, elamargo, la cifra. ,7 Y la nota tchau poseen propiedades comunes y quese puede actuar sobre uno al 'hacerlo sobre otro. La inserción espacio­temporal es perfecta entonces y la seguridad del, 'hombre llega a ser total,puesto que todo es explicado, entendido y fijado. No se podrá impedirque, ,a veces, la luna eclipsa el sol, mas es importante saber qlle es porexceso de influencia del principio hembra para poder reformar el cielo ypor ende los actos de los, habitantes del microcosmos humanizado. ,Talessistemas han existido tanto entre los aztecas como, entre los griegos olos egipcios; dominaban aún el pensamiento, europeo en el siglo XVI yalgunas sociedades africanas han conservado una filosofía basada en estosprincipios. Sería igualmente erróneo ver en ellos, el fruto de un pensa­miento incompletamente formado o los vestigios de un conocimiento mis­terioso y perfecto, el cual hubiera llegado hasta nosotros mutilado. Estanto más fácil explotar el lado maravilloso del pensamiento cosmogóni­co cuanto que corresponde a un armazón de hechos perfectamente lógicosy controlables, que sigue unas pendientes espontáneamente abiertas alrazonar humano y que conduce a un juego de fórmulas que explican mis­teriosamente todo. 'la sabiduría milenaria de los egipcios o de los tibe­tanos será evocada durante ',mucho tiempo aún con las supervivencias dela cábala, el pitagorismo, el secreto de las pirámides o de las catedrales"porque' era realmente sabiduría, es decir, reflexión y búsqueda de unaexplicación que apaciguara en el hombre la angustia de existir como, crea­dor de orden, solo en el centro del caos natural. Es un pensamiento bis­tóricarnente venerable, puesto que la civilización ha encontrado en él suprimer desarrollo científico; él nos es aún totalmente accesible, como lahoz de la misma época puede ser manipulada por nosotros todavía; sola­mente es difícil admitir que la hoz sea el recuerdo fugitivo de, rnaravi-

- --' ._"---,,,,----'---

e

~-------------------------

58

322

"

. '. .Fig. 121. Disposición del juego, de balón tradicional (China antigua, Japón).a) Terreno, posición de los jugadores y orden de su intervención. b) Figurasidealmente, descritas por el balón correspondiendo' a dos svásticas girando en

, sentido inverso

6 --_...:---? 7

a

SAUCE'

~ ,5

. @ ! ---_o -E

•••••

•••

CEREZO

I

S

. I"

•••

b

. .'.,,'\'\'\,~

I

2---+----1

4

•i

ARCE•

••••••

a~··<Q>,3

I,I '•I

6 ",§

PINO

IN

, .

Page 162: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

325

Es sorprendente constatar que 1a:5 ciudades. de la' antigüed~d n:e.di..terránea clásica de influencia griega o romana conservan un diSpOSItiVOgeométrico· directamente inspirado por. las concepciones arquite~tllral~s ar­caicas, a pesar de que la vieja ideología de las correspondencias eficaces

Fig. 122_ Plano de Priena, mostrando la inserción de la ciudad helénica,geométrica y orientada al pie de un espolón cerrado formando. una acrópolis

fortificada

. La integración del espacio humanizado ell el universo exterior res­ponde a unas leyes fundamentales que no es tan extraño encontrar en .todos los 1110111entos de la historia humana, cualquiera sea el estadio deevolución tecnoeconómica o ideológica de las colectividades consideradas.E.il el .holl1bre, lo que s-e expresa a través de símbolos arquitecturales ofIguratIvoS se aplica en el animal a las formas más elementales del com­portamiento de adquisición; el vai vén entre el abrigó y el territorio esla trama del equilibrio físico y. psíquico de. las especies que compartenCOl1 .el .IloDlbre esta separación entre el mundo exterior y el refugio. Porconsrguiente, es normal qlle la relación refugio-territorio sea el términoprincipal de la representación espaciotemporal y que la forma del refugiocorresponda a la vez a .las necesidades materiales de protección y de laec~n?mía y a 1~.articulació.n entre r~fugio }T te:rit~rio, entre espacio hu­rnanizado y universo salvaje, es decir, a los términos de la integraciónespaciotemporal, en situación y en movimiento,. Existe, COI110 hemos visto, un corte muy importante en el momento

cuando el 111und6 p~inliti,:? adopta., gracias a la sedentarización agrícola,un, nuevo ~110do. ~e l?SerCIOn espacial, U.na vez alcanza.do esto, }'a no. po­dría haber. modificaciones de los planos profundos, SIno variaciones inl--portantes qlle deben afectar la ideología justificativa de las formas. Enotras palabras, una vez realizado el plano de las. ciudades más antiguas,)ra ·no hay .razón para qlle, a través de .la Antigüedad, la Edad media yhasta l~s t1emlJos actuales, las grandes líneas de la inscripción. materialde ,la ciudad sobre el suelo se modifiquen .. La ciudad debe conservar sucarácter ~osmogónico a lo largo de toda su ·11istoria, pero la evoluciónideológica y las 'circunstancias .históricas pueden modificar profundamente1a manera COIno es percibida en tanto que imagen del mundo, .

Crear una· superficie artificial .aislando. al hombre como un círculomágico no es separable. del hecho de poder hacer entrar en ella mate­rial o· simbólicamente, los elementos dominados del universo exterior,y no. hay una gran distancia entre la· integración del granero, resen'a·d~ alimento, y la ~el templo, sirnbolo del :uni\',e~so controlado. Transpo­niendo ..· al plano animal, no ha y un corte categórico entre la rnadri srueracomo. refugio y la madriguera corno reserva de bienes de COnSUlTIO.En· lac.iud,a~ nles~potámica, como en la .aldea ·de· los Dogones, el templo y eldepósito se encuentran ·cercanos y ligados, ..por otra parte; por una estrechared ideológica. Si el tejido de símbolos que recubre a. la realidad funcio­nal de las instituciones humanas ofrece de una civilización a la otra tan-·tas extraordinarias .coincidencias, es precisamente porque se··moldea enunos relieves profundos.

AN·TIGUEDAD

llosas nláqu~nas segadoras-trilladoras automáticas, que hubieran usado losatlantes para. segar sus campos irremediablemente hundidos. Una real co­herencia histórica existe en la ciencia como en las técnicas.

\

524

_. -_.._...~_-_ .. __ .._...... --. - .. .....- ..---- .._- .'..- _._-

Page 163: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

'.

326 '.'.327

,..!..

Es . interesante constatar que la. Edad Media traduce un cambio im­portante en la .forma de la ciudad. Las tradiciones mediterráneas habíanllegado ti un dispositivo geométrico qlle se aplicaba al suelo sin preocll­parse sensiblemente del' relieve. Las operaciones de fundación suponíanla' colocación. de un cuadriculado orientado, cosmogónicamente significati­\'0, que los volúmenes arquitecturales transformaban en ciudad. La huma­n ización, a través de la ciudad o el campo romano, es conducida brusca­mente a su máximum. Las tradiciones europeas de la Edad Media son de.otra naturaleza y representan el término del hábitat agrícola elemental,es decir, d(: la aldea de casas apretadas como un paqllete, al interior deun recinto redondeado, moldeada a su vez sobre un promontorio o unapequeña colina, La orientación está respetada y' al igllal que la ciudadmesopotámica ° azteca, la ciudad medieval se eng"ancha al cielo por dosvías que llevan a los pun~os cardinales (fig. 123). Su santuario estásituado cerca de la encrucijada central y' una cruz, a veces una piedranegra, marca el centro ideal del dispositivo urbano. También la iglesl,testá orientada y el esquema de integración espacial se coloca en el planotradicional. El contenido ideológico es distinto al de la antigüedad y elsimbolismo' de la crLIZ.\'Íste el espacio humanizado; mas el esquema pro­fundo es 'el mismo y se extiende a todo el universo conocido, ]enlsalem,circlIlar y con plano en forma de cruz, está sihlada en el centr9 de 11nmundo circular, dividido en cruz por Ctlatro malres, con los Cllatro vien­tos cardinales y los astros que giran alrededor, Cada ciudad es, en sÍ,circular,. al menos idealmente, y dividida por SllS cuatro calles cardinales.La Jerllsalem de los cartógrafos de la Edad Media, encierra en su recinto

LA EDAD ~fEDIA

había el1t~ado )!a en la p~numb.!"a (fig, 1~2~. Las procesiones seguiránh~s~a. la epo~a, n10de:oa, fIgurando. el movrmrento de los astros; los sa-. crifícios segurran abriendo el desarrollo del ciclo a zricola mas lo· harán .asomando a través de una red intelectual donde el ~ealis~o funcional ha

.' tomado la posición de explicación. Esto es particularmente sensible en el~e~arroll0· del mundo romano en el cual, a pesar de Ia :impregnación .re­llglosa de todos, lo~ actos, el desarrollo racional de las ciencias comienzaa dar una exp.llcaclón lateral .del .dispositi\10 universal .. Mucha distanciasepara ~a el Unl\Ie~SO heracleano o de Gilgarnesh del universo de Berodotoo de Se~ec~" Gra~las a ~n .proceso .)!a descrito diez veces, un modo nuevode expll~acIon 'se, exterioriza: "la. eXIJli~ación científica,. que no eliminalos estadios pr~c~a.entes pero 10.5 rec;haza en los medios tonos. Para repre­sentarse la pos~bJl1~~d del deslizamiento y de la -superposición, basta conpensar,·en. la ~ltua~Ion actua,I de 1~ a:t~onon1ía y de la. astrología. Nadiepensarla en discutir la realidad cientíñca del universo sideral que sirveahora d~ soporte al sentimiento de integración espacial de la humanidad..ahora bien, !os hon1~r~s l~en n:i,I veces más los horóscopos que las obra~de astrrOn,?~:Ia. El viejo dISpOSItIVO.de las correspondencias cosmogónicasha s?b._e\n Ido en la penu~bra; mientras que el contacto entre Marte y.la TIerra )'a. 110 e~ establecido en el .templo de los antepasados, sino enel ()bs:r\r~t~rlo, eXJst.~ toda,'!a una ,red directa entre el símbolo planetarior .los. ln?1\11du~s ~acldos bajo su SIgno .y que encuentran en este vínculolnlaglnarJ~ el indispensable "sentimiento de su integración cósmica,

, . La ciudad capital, sigue siendo el centro del mundo porque todo suUnl\·.erso. con,re~g~hacia ella. Lo que era explicación metafísica toma unaf()rIl:a fllUy prOX,J~la a la que conocemos todavía en la hora actual. Elexo~.lsmo, ·la pa:Ion ]):1ra Jos. productos lejanos, las colecciones de [ie,ras,Jos Jueg.os d~ CIrco donde fIguran los el.efantes, los leones y los etíopes5011 testimonios de. la forma que ha podIdo tornar la integración espacial~~ el ~undo an~igLIo. L~ ci~dad. no es. )~a, solamente el punto ·de con.: ergencla de las l~fluencJas ~osn1fcas: ella tiende a crear 'en su seno unalnlag~n mu}' ~aterJal del universo natural _que la rodea. ·EI problema .dela· reintroducción de la naturaleza en el espacio urbano sobrehumanizadono es solanl,ente u~ p~oblema de urbanismo sanitario, sino que respondea,. tl~~ ne~eSl~a? pSlqulca l11uy profunda, en cierto modo relacionada a la .fl Jaclo~ , simbólica de reacciones de libertad o de .agresividad que la con.centración de. n:asas humanas densas en un espacio totalmente artificial}'·a no puede satisfacer. ... . . .

E~ h.echo de ~q.l~e los sistenl.as ?e explicaci·ó·n· del mundo pertenecen. a I~ ~ez. a .la rellglon y a l.a CIenCia,. o() es casual. Si anlbas, desde 1:1AntI~edad, aparecen. como ~I"ales, es porque ellas expresan, en dos pla­nos .dlferent.es, la P11-s~a actItud fundanlental de equilibrio djnánlico en ..tre la. segurlda,d y la llb~rtad,. Una,~ otra ofrecen ·la miSma doble cara,la ~e ·Ia .segundad ma~eClal O metaflslca y la· del arranque en. una explo­racIOn efIcaz. La sebrurldad, en los estadios. precjentificos, confllnde los dos.aspectos, puesto ·que la configuración microcósrnica de la ciudad hllm·ana

es el testimonio tangible de la realidad metafísica, En el estadio· cientí­fico, la separación no es más qlle aparente, puesto qlle 'los individuosincompletamente integrados piden mis o menos conscientemente a la me­tafísica la seguridad material de la realidad de otro mundo que sigues iendo percibido (On10 el cielo, cuando no .reclarnan de la ciencia la demostración .metafísica de una realidad inmaterial, La seguridad opuestaa la libertad es también la ·oposición .entre el orden y el caos, el cual noes .desorden sino promesa de' organización eficaz; es la oposición entre lari tmicidad de las operaciones cotidianas y la evasión en operaciones ex­cepcionales' es decir, el fundamento mismo de .la economía del progresoqtIe sLIp·one la rutina como base de la supervivencia, pero tina rutina ro­ta por las innovaciones que 'la equilibran Por grados' sucesivos, yendo'

. de lo más elevado a lo mis profundo, se llega a la misma alternativa,.a la misma corriente de doble sentido, o al .mismo ciclo que une .Iainmovilidad al movimiento, la seguridad a : la libe.rtad,. el bienestar ala adquisición, el refugio (11 territorio. Sobre' estos. valores constantes laevolución amontona unos' sistemas de símbolos cada vez más complejos,pero que conservan el mismo origen.

.,

""

....... __ ..'-"- .. _---------_ .. _.-_._-_ .

Page 164: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,:,

",.

329

A partir del .Renacimiento,· el esquema gótico es dejado de lado yel hilo, al menos aparentemente, se reanuda con las tradiciones del mun­do clásico. La 'arquitectura vuelve a encontrar las amplias perspectivas}. el urbanismo se forja un pensamiento inspirado en los antiguos. Esdifícil seguir, en el plano de las viejas capitales, los efectos. de esta.evolución; muchas de ellas, como París, sobreponen al plano romano aúnperceptible 105 círculos de la ciudad medieval, y el urbanismo neoclásicono ha hecho más que insinuar algunas .grandes explanadas. En cambio,las ciudades creadas por entero, generalrnente a partir de plazas fortifi­cadas . como Neu- Brisach o Brouage,· muestran una integración espacialabsolutamente característica; las fortificaciones festoneadas impuestas porla artillería, comprenden un cruce cardinal riguroso, en el cual las víasse inscriben geométricanlente. (fig. 124).

La construcción de capitales nuevas, como Washington yO San Pe­tersburgo en el siglo XVIII.. marca el apogeo de un urbanismo sin. dudainspirado por reminiscencias antiguas, pero sobre todo dominado por labúsqueda de :un equilibrio .racional del espacio humanizado por la cons­trucción. Las preocupaciones metafísicas no aparecen en los planos deL'Enfant para Washington o de Leblond para San Petersburgo. Allí, laorientación ha sido concebida sólo en función del terreno y de una hu­manización sistemática que, exactamente como en los estadios anteriores,lleva a la constitución de una red geométrica de vías principales cortán­dose en ángulos rectos. En los albores de la civilización industrial, laintegración espacial es concebida todavía como la antítesis del universosalvaje, es decir, como un orden intransigente que debe imponerse alcaos de la naturaleza,

Este orden no escapa totalmente a los principios de la cosmogonía..El siglo XVIII está' demasiado impregnado de comparatismo entre las re­. ligiones· y de búsqueda de una metafísica de la naturaleza, como paraqlle una especie de "neocosrnogonismo' no se abra paso. El arquitecto

. Ledoux ha llevado esta cosmogonía repensada hasta su punto extremo,soñando con conjuntos urbanos ordenados según el plano del sistema 50-

EL SIGLO XVIII•

La coherencia. de la imagen del :mundo desde las primeras .ciudadeshasta la Edad Media, la facilidad con la cual resurge en regiones y enépocas diferentes, es una prueba del hecho de que se trata de un rasgo·fundamental del comportamiento humano, tan característico como la ac­tividad manual o. el lenguaje. Moldeada en el curso de los siglos, enunos contextos progresivamente mis despejados· de las correspondencias.elementales, la integración cósmica . sigue siendo una necesidad intacta.Desde sus primeros albores hasta nuestra Edad Media, ella se expresaen una visión religiosa de la. cosmogonía, mas es probante seguirla enlos siglos modernos. donde debería aparecer bajo una luz fríamente cien­ti fica .

-----_ .._._- -_._. ..__ .

~..

328

eJ 1110nt~ del .Cal\7ario, COIno los templos de Mesopotamia encerraron elzigurat y las ciudades precolombinas la· pirámide. En efecto es un carác­ter ~onstante del microcosmos urb~no el as~gurar, además d~ las ligazones .c~rdl?ales, la del centro con el cielo. La ideología cristiana hace de estalIgazon un .rasgo puramente místico, pero el lugar de la subida al cieloy .d7 la bajada a .10s infiernos. corresponde con el centro' del universo

. cnstiano. .

. . . .

Fig. 123. a) Plano ideal de Jerusalem según un misionero islandés del siglo XIIIf y e) ~lano~ de las ciudades medievales de I~o(llenburgo y de Eguisheim. Obsér\'es~a. perSlst~ncla. de la~ vías cruciales en un dispositivo circular C()O red poco geomé- .tn ca. La iglesia, orientada, se encuent:a apartada. de Jas. vías princi_!)alcs y obliga

. a un desplazamiento del eje cardinal . .. .

e

a

f>

6.

b

Page 165: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

Il.,l1-

j;1

'j

331

l'.j,';1l.

i'porde!

bFig. 125. a) Vista de Saline de Chaux, .establecida en el siglo XVIIILedoux. b) Proyecto para el cementerio de Chaux, nor Ledoux, inspirado

simbolismo cósmico

1

:1.:l'!I

,:1

1

. . ,! I

/1,•""-. - #/ ~.. .'. ..'---//

....

:[

;i~. '. . /)~'", /-'/"'\. V..~ " .'>.

•••I

.i!1

l'.ij!I'1I'.

, \\ ,I \

• Cl • ..! .. • • "

• • li

Ot~!.;!1

• • ";,I

••____.--- ---.........

"?.a

-- .

-_ ..... ,

..

, .- . -•

.."..-.•-'"1. ",

. ...... , ..

I

iL

. ..,--------_ .. -- .....--'-" ._--.__ ._--~---

330

Fig~ 124. a) Pla~.no de Neuf-Brisach(Alto. Rín). Ciu­dad fortificada del'siglo' XVII. Geo­metrismo de lasmurallas regido por. las necesidades de.la artillería. La ciu-

. dad no está. orien­tada, pero su tra­ma .respeta el dis­positivo tradicio­nal. b)' Plano .de\Vashington' esta-. ,blecido en el sigloX \1111 según unadoble, trama, cardi­.nal y diagonal,

.. Desaparición del'.dispositivo 'crucial

• •,, "J" "r "

~ '-:~-,~ I ":-,,' ", Á !

a.. '.......••

• •

-,

•••

••

.' ....• • •• .. lo ..... .. ....

• • •.. .. ..... ........ ,. .. .. . . . ."

Page 166: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

'.

.,'1I

1333

¡

.1

. .

, A partir de fines del. sig!? XVIII} la i.ntegración espacial toma unc~racter , c~nfuso .. La bumanización del espaCIO terrestre se produce a unrrtmo rápido bajo el efecto de la industrialización. El uni,'erso naturalse encuentra atado por una' red de vías de ferrocarriles y de carreterass= det~rnljna u.n lno~o de' crecimiento peculiar. (fjg. 80), comparabl~al de. ~l~roor gall!S~11.0S ln\:a.?ie~do un tej ido. La. ciudad se torna en "agIo­meracron de edificios utilitarios, en la cual las arterias son trazadas se-:gún las. necesidades, Así se realizan inmensos espacios humanizado; demanera inhumana, en los cuales los individuos suf ren el doble efecto desu de~j?tegración técnica y espacial. Los dos imperati\'os del confort enla actividad creadora y en la. inserción socioespaci~l. pare~en escapar corn­pletarnente en. el curso del siglo en el cual las crISIS SOCIales alcanzan su~")unto.·cul1nina?te .. Esta evolución anárquica continúa y' hace aún sentirsus consecuenoas en un gran número de centros urbanos.. ~n' nin~~n . Il1on1~nto' de la ~istorja el .\'ínc~lo entre la adquisición

.}~ la" l~tegracJ.on espacial .ha aparecido tal \'e~ nl.eJor que desde hace sigloy . m,e~Jo. SalIr del ~efugl~.pa.r~ tornar con::encl~ de~ mundo está ligadobiológicamente a. la dO~ll1aClon.' la posesJOn VJcto~lOsa, la aniquilacióndel . otro que es consumible o sImp!e~ente destructible, porque vivir es­faclalmente ~ ,C?nSUrnlr pata sobrevivir son una sola cosa. Razón por la. c.ual ;!a es dIfICIl, en base a 'Jo que el arte paleolítico nos muestra, dis-tinguIr los símbolos de generación de Jos símbolos de muerte: la azaga}'ase co~funde con Jos. simbolos de virilidad )' la herida mortal es el sexo. femenino A 10 largo de su trayecto organizador, el héroe de los mitos}~!"eagrrcolas, sea en América o en Oriente, no se limita solamente a .darun nombre a los ríos y a las montafias: .nl~ta para fijarlos, esos monstruos

. qu~ son· ríos y montañas. La ciudad idealn1ente cosmogónica del Medite~ráneo .protollistórico y antiguo no es solamente image~n. del universo. esIgua fmente el punto de partida hacia la conquista dominadora y lugard.ond.e se el~boran el bronce ..y. los metales. preciosos. La torna de con.ciencia .espacIal del Occidente J. partir del descubrimiento de América has­ta la liquidación del último kilómetro .cuadrado. de 10 desconocido ha sidola sentencia de n1uerte del Inundo prinliti\TO h·uolano y animal sobre elterr:a, de la adquisición del oro y de las pieles. En. esta ligazón, los ,raJoresesteticos parecerían bastante dé~iles, a . prihlera .,'ista si no se pudiera se~f1Jrar completamente de la argultectonlca urbana las reglas de integración

LA DISOLUCION DE LA CIUDAD

espacial que rigen el equilibrio de sus formas y las funciones de suspartes. ..

. Hasta. el siglo XIX, las unidades urbanas, grandes o .pequeñas, sonunas formas equilibradas; incluso si el. crecimiento les ha dado ~~a tex-.tura nluy compleja. El mantenimiento de su ·equilibrio .está condicionadoen amplia medida por el valor de las distancias <J_ueha quedad.o a lamedida del paso humano desde el origen de las ciudades, Las + cll:d~desdel siglo XVIII constituyen todavía un microcos~os e~,el mal el ~ndIvld.110es espacial y temporalmente colocado. a. su dimensión. .Las capitales in­cluso son unos conglomerados de microcosmos parroquiales que no en­mascaran la percepción del conjunto urbano al ritmo del paso del peatóno del jinete. Encerradas en sus muros o sus bulevares, las ciudades si­guen siendo sentidas corporalmente por sus habitantes.

La azlomeración del siglo XIX y los. monstruos urbanos aún sobre­vivientes (fig. 80, 81, 126) bajo el efecto del estallido demográfico,corresponden a una crisis cuyo desencadenamiento es sin duda debido auna refundición completa. de los valores sociales y ..económicos, pero CU}'O

agente directo se sitúa al nivel de los' transportes. Mientras qtle por es- .p~cio de cerca de un siglo, la masa. popular permanecerá al. ritmo. delpaso, los centros urbanos tradicionales y los nuev~s centros lndustrlaI~sson rápidamente enlazados por la red de ferrocarriles. El trastorno masimportante de la aventura humana, el que ha hecho pasar al hombre aun marco de integración espacial individualmente planetario, se ha desa­.rrollado durante cinco o seis generaciones y en un orden tal qtle la rna­yoría de los individuos apenas si [la sido superficialmente tocada. .

El dispositivo técnico de la sociedad se sitúa a partir de med~ado'idel si 0-10 XIX en una escala de distancias que está fuera de proporCIonescon 1: órbita en ·la cual el hombre habla encontrado siempre su equili-

. brio funcional. El radio de caza del magdaleniense, el área de dispersiónde los campos del labrador, la gira del panadero o del cartero .rural °el reparto domiciliario del comerciante urbano dibujan unas zonas degra\ritación personal, ~l ritmo del tiempo. pedestre.? hipon:óvil, quien~sdesde mediados del sIglo XIX hasta el segundo tercio del siglo XX estánen contradicción creciente con las dimensiones del universo de Jos ferro­carriles, del telégrafo y del teléfono. Poco a poco los individuos se venobligados, en un medio urbano que se distiende, a trazar sus órbitaspersonales sobre tln fondo topográfico cuyo crecimiento es coherente enrelación con los medios nuevos, pero anárquico en' relación al campar·tamiento espaciotemporal del hombre zoológico.

Un espacio habitable es un espacio ordenado, cuyos límites se puedentocar en un tiempo compatible con la rotación de las 0l?eraciones c?ti.dianas. Es también un espacio que responde a las necesidades estéticasfllndamentales, que .responde a la inserción de las superficies hlInlaniza­das en una proporción suficiente, de cielo y de .naturaleza. Desde .laconstrllcción ·del primer refugio en el centro de su territorio el hombreha vivido en el equilibrio entre· su tlni,'erso artificial y simbólico. y las

332

lar. S:us proyectos, ,tales como la "forja de cañones" }' la salina de Chaux(parcialmente realizada) prefiguran ·.el urbanismo industrial actual conlln~s n1edi,os de ex_presi·ón .silnbóljca que incluso los emperadores de laChina ar,calca no sonaron (!lg. 125) .. El contenido de .estos proyectos hace,'ol,'e~ ~lnalm~nte' el espacIo urbano a una superficie geométrica de. ca.'racterJ,stIcas circulares o cuadrangulares dividida por los cruces de gran~·des vías.

.._~----'-----------____:_~------------:--._--

Page 167: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

o

or­oo

1

.•!

335334

Eig .. ~26.. Aglomeración de Fez (Marruecos), donde se "e el proceso de agrega­cion Incoherente d.e las ciud~des árabes, israelitas y europeas, y la evolución enbel

tiempo hacía un plano relativamente geométrico

LA CIUDAD ACTUALLa fórmula qlIe correspondería idealmente a la inserción feliz en

el microcosmos urbano actual es sencilla y ha sido encontrada cien vecesempíricamente por los urbanistas; sería para· cada célula familiar lIn re­flIgio autónorno, en el centro de Ul1 territorio personal constituido por unpedazo de naturaleza salvaje o doméstica, y unos medios de transporteindividuales bastante rápidos como para que el terreno de caza, o seael trabajo, sea alcanzado en un tiempo equivalente a los desplazamientosde antes de la revolución de los transportes. Concebible hasta un ciertonivel demográfico, esta fórmula se ha tornado mundialmente inaplicable,salvo para las familias privilegiadas, y ha sido necesario recurrir a unatransposición sumaria mediante la construcción de las células aglomeradasen unos edificios plantados en el centro del bordillo de césped, al alcancede los autobuses.

No ha}' duda de qlle· el urbanismo actual dispone de" datos propiospara la reconstitución de un universo equilibrado; es evidente incluso queallí donde el problema insoluble de alojar una masa de hombres en estadode crecimiento exponencial no se rlantea con demasiada agudez, el Uf­banista encuentra fórmulas que coinciden, de un modo renovado, con losimperativos biológicos· de la inserción en el tiempo y el espacio. Hastaun cierto umbral la ciudad, con sus monumentos centrales, sus museos,sus jardines. y su parque zoológico, continúa siendo un reflejo cósmicodel universo, reflejo que se vuelve a encontrar en el hombre de lascalles, en los hoteles. con sus rótulos evocando las diferentes provinciaso los países amigos, cuando no conquistados o conquistadores. Las ca­.rreteras que parten ·de ella son las del Norte o del Mediodía y sus es­taciones ferroviarias ~arcan el punto inicial de la red en la cual' estáencerrado el universo· accesible. No hay diferencia profunda entre la ciu­dad babilónica y la capital moderna, pues no es por una especie de re­finamiento intelectual gratuito que una ciudad es la imagen de un mundo(fig. 127).

No se puede dudar qlle la capital de la Tierra futura verá sus su­burbios de Argentina,· de Siberia y de Polinesia atravesados por las ave­nidas de Marte, de Sirio y de Alfa del Centauro. Con toda seguridadSllS museos arqueológicos conservarán una imagen esquemática del uni­verso humano dividido en segmentos de tiempo. Del pitecantropo al apa-

fuentes de energ~a. material }' mental del mundo material. Se puede con­cebir una transposición que inserta 10 natural en lo construido, como unaciudad-jardín, ··pero. no se puede considerar más qlle corno el efecto· deun desequilibrio patológico la ciudad sin forma, incoherente en· Sll cin­turón de fábricas y. su red de vías utilitarias, bajo un cielo de mugretóxica. Instrumento eficaz del rendimiento del organismo social, la ciu­dad del siglo XIX.. en vida todavía un poco por doquier, marca una des·viación inquietante en relación con leyes de acuerdo biológico sobre lascuales parece .realmente reposar la calidad humana.

Page 168: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

Fig. 127~. Plano esquemático del Moscú actual, mostrando la busca de un sistema'radiante alrededor del Krernlin, mediante anillos sucesivos . encerrados en un

cinturón verde de esparcimiento '

,

337336

LOS SIMBOlOS DE LA SOCIEDADEl' sistema espaciotemporaI en el cual el hombre ha encarcelado el

universo salvaje está, como. hemos visto, directamente ligado al hechomis fundamental de la existencia biológica, la integración en un' mediodonde se debe vivir y en el cual se debe sobrevivir. En el plano tecnoeco­nómico, .1~1integración humana no es diferente, en su naturaleza, de lade los animales con organización territorial y con refugio, El1 el planoestético sucede nll1y diferentemente porqlle la integración está fundadasobre unas referencias puramente simbólicas, admitidas por la sociedad apartir de una convención rítmica q.ue engloba los días y las distancias enuna red artificial. El juego entre el tiempo y el espacio' libres y el' tiempoy el espacio domésticos fue bastante amplio hasta ffilly recientemente, sal~vo en el medio urbano, en el cual el marco totalmente humanizado hasido siempre la seguridad de la eficacia del dispositivo ciudadano .. La .infiltración del tiempo urbano se ha hecho en algunas decenas de' años,primero sobre tInOS largos intervalos, gracias a la periodicidad regular de'los transportes;' pero ahora llega al detalle de las. jornadas por la nor­malización del tiempo según el ritmo de las emisiones radiofónicas y detelevisión. Un tiempo y 11n espacio sobrehumanizado corresponderían al.funcionamiento idealmente sincrónico de todos los individuos especializa.dos cada uno· en Sll función y su espacio. Por el desvío del simbolismoespaciotemporal, la sociedad humana volvería a' encontrar .la _organizaciónde las sociedades animales más perfectas, donde el individuo existe sólocomo célula. La evolución corporal y cerebral de la especie humana pa­recía hacerla escapar mediante la exteriorización del útil y de la memoriadel destino del poli pero o de la hormiga. No está vedado pensar que

. • I•• •. .­.. . , .... ,.--• •• t ~-

• •• • • •• •. . . :.• •• •

\1l.

"."'", o ......~-.... ' . - __.. . . . ..".\. . ,• •. ., ... . . "-

~. . I• ", I.' ,. ..,. "..'".,.• t.,,,,

. !

rato de televisión del siglo .JL'X, Jos piadosos restos' de- la inserción en el. tiempo de las generaciones pasadas tendrán 511 sitio indispensable. Asi­mismo, los par(IlleS zoológicos intercambiarán los. recién nacidos de unapoblación de elefantes, de cocodrilos y de vacas normandas, que no exis­tirán sino detrás de las rejas, protegiéndoles de la. masa humana uni-formernente repartida en la superficie terrestre. . . . . -

Para aquel estadio, los datos fundamentales de la inserción espacio­temporal no habrán sido mayormente modificados, y el ensamblaje delo animal, de lo vegetal }" de lo' humano continuará sin duda asegurandolos . vínculos del individuo con el··1111ivers(). La inserción será: tanto más'total qlle colocados en un sillón, a unas decenas de kilómetros del menortrozo de naturaleza verdadera, en el mismo instante millones de hombresvivirán la. misma evasión en el fondo de los bosques tropicales, proyee·tada sobre una pantalla con colores reales, son1<.-10, relieve y olores.' EnSll límite, el espacio superhumanizado no comportará más qlle 'las mues­tras' necesarias de naturaleza para mantener en la capa humana, graciasa las técnicas audiovisuales y fuera de cualquiera realidad vivida, la per­cepción del. vínculo del hombre con el universo de acción, en el cualsus nll1y lejanos antepasados tomaban Sll razón de ser y de actuar.

;:,.

- -'

..---- -----------'-------~_._._" ...- . . - '- .._--

Page 169: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,:.'

338339, "

.

El \Talor protector de la piel' o del pIuolaje de los anin1ales 110 es:lnás importante· para l,a Sllper\TÍ\rencia. de la especie, que los. signos "i­suales u olfati\Tos ligad,os a ellós. En el hODlbre, el \ralor protector' del

EL ADORNO

,,

i

la libertad del individuo 'representa solamente una etapa y que la do­rnesticación del tiempo y del espacio acarrea la sujeción perfecta de to­das las partículas del organismo supraindividual,

La' trama espaciotemporal ·110 representa sino uno de los elementosdel tej ido social y las relaciones de identificación individual no están im­plicadas en ello. A partir de un cierto grado de complej idad funcional,

. en todas las sociedades vivientes, un sistema de referencias' interindividua­les asegura la. cohesión del grupo. Este sistema, bien desarrollado en losmamí feros y los pá j aros, abarca a la vez unos SigIlOS corporales, visualesu olfativos, unas actitudes de sumisión o de superioridad y señales vocales.Bajo estas tres formas o bajo el. dominio de una de ellas, el dispositivode relación rige las relaciones de los sexos, de los jóvenes en relacióncon los adultos, de los machos en su competencia, de los rebaños en sucomportamiento gregario.' Se combina con la integración territorial paraorganizar ,la mayor parte de la existencia intraespecífica e incluye la casitotalidad de los comportamientos que no son de adquisición estrictamente alimenticia. Los pájaros despliegan lo I11ás extraordinario de, su activi­dad en los adornos de nupcias, 125 paradas }T las .danzas nupciales, loscantos donde se combinan a la vez la constitución de las parejas, la or­ganización del territorio, la defensa y las relaciones con los individuos dela misma especie. En los mamíferos, las actitudes, mímicas, movimientosdel rabo Y señales vocales ofrecen una ,riqueza y una flexibilidad COl1Si-',derables, y las especies superiores, carnívoros o primates, disponen de unagama de expresiones, las cuajes no solamente normalizan las, relacionesintraespecíficas, sino que,' constituyen un código de comunicación interés­pecífica muy eficaz .. Este. código de las manifestaciones de defensa, desumisión o de simpatía culmina l)or el establecimiento de una jerarquíaen' los componentes de las diferentes situaciones sociales al interior de la

. especie o entre especies diferentes. .El problema no se plantea con mucha diferencia eh la especie 1111-"

mana. El juego' de las manifestaciones elementales es el mismo y su !Ja­pe! sigue siendo el de normalizar, en' el seno de la etnia, las relaciones

. entre individuos de sexo y, de potencialidad material o 1110ral diferentes.Los movimientos y mímicas que expresan los sentimientos simples de sa­tisfacción o de descontento, de dominación o de sumisión, pertenecen, conla, 'variedad . n13.5 grande qlle implica la. organización del hombre, a .uncódigo compartido por él con tina parte del 11111ndo animal. Mas, (01110

es humanamente normal, este código es subyacente de una superestructuraSill1bólica fllUy densa. Se exterioriza, conlO el útil en un sistel11a de ref e·rencias 110 específicas -sino étnicas, Y se expresa nlediallte. el adorno, lasactitudes; 'el lenguaje. y el decoro social. . .

vestido no es más importante que su forma; es sobre él y so~re los ac­cesorias decorativos. q1le lo acompañan, que se esta,bl~ce e~ prl~er gradodel reconocimiento social, Es fácil, .en nuestro código, rmagrnar a unhombre que [levara unas espuelas sobr~ unas alpa:gatas,. ,una . s~tana ,YUl1 sombrero con flores. Su retirada rápida de la circulación sO<:lul seriala mejor prueba de 1,1 rigidez de nuestro sis~ema de Ireferenc~a.,· Cadaindividuo, masculino o femenino, allnque cubierto por un .. traje ~ unvestido, lleva 11n cierto número de insignias, las cuales permiten n1edla?teel color de St1 corbata la forma de sus zapatos,' el adorno de' su ojal,

, " ,. ,.,la calidad del tej ido o el perfume usado, situarlo con u~a gran precISlonen el edificio social. lo que e,s ,valedero para nllest.ra SOCIedad 10 es tantoen Melanesia, como entre los' esquimales o en China,

El adorno posee antes q1le todo lIn valor étD:ico;, la. pertenencia' ,algnIpo es primero sancionada por el adorn.o vestrrnentano. Endos~r. elvestido elIropeo representa desde hace l10 siglo ~a .ma~~a#del encamina­miento hacia la civilización un símbolo de la asimilación de una. perso·nalidad social idealmente humana, pero a la inversa, las últimas ;migajasdel sentimiento de pertenencia íntima a un grupo se agarran al traje .fol~.Iórico, vestigio de la, librea particular de los ocupantes de 11n terrrtoriocoherente. ,

La .función del vestido ,0 de su decoración .se refiere 'a tln?~ aspectos.. múltiples de la orgalliz¡ición social, Exactamente corno en los paJ,aros, ~ellaasegura la' distinción' de la "especie étnica", y de ur:a manera ,Simultaneala de los sexos. La identificación simultánea determina el regIstro sobreel cual se sitúan las relaciones: el encuentro de extranjeros implica 1.1'puesta en función .de la 'rela,ción domi~ador.dolninad?, la de ~arientes,masculinos o femeninos, el desencadenamiento de reacciones afectivas c~n·formes a 1,lS normas de relaciones intraétnicas. Que se trate de Papúesen viaje o de dos. ejércitos modernos plle5tos en pr~sencia, la id.entifica~ción del vestid-o o de las armas 'precede a las reJa~lone~. Puede parecerfútil insistir sobre un aspecto tan banal de la existencia de todos, loshombres, pero la estética del vestido Y del ador~o, p,ese a 511 c~racterenteramente artificial, es uno de los rasgos biológicos de la espeCIe hu­mana más profundamente atados al mundo zo?lógico. Lo concerniente alcomportamiento de' agresión y e~ ~e reproducción, pese ~l aparato de lasmorales, queda normalmente proxlmo a las fuentes, ~ ~I. uno busca unadiscontinuidad no se la .encuentra mis qlIe en la posibilidad humana deacumular 10's símbolos de terror o de seducción, de dar al arte de mataro . al arte de amar que constituyen 'los pivo.tes de la Historia; un refina­miento intelectllal p~cllliar de' nuestra espeCIe. ., . . .

. La gtlerra, la toma de una posición jerárquica y el amor, condiCIO-nan el aderezo vestimenta.~io de todos los pueblos. Recortando esta tr~mafllndamental por los signos distintivos de las diferentes edades de la VIda,se obtien'e una red clasificatoria Sllficiente como para dar (lIenta de 10esencial del traje en su. función socia]. las c~ases de ed~d no ,se. estable­cen de tIna manera constante: en alg1lnas SOCIedades, eXIste efectIvamentetIna codificación implícita o explícita del vestido de cada clase de edad.

"

, ,

Page 170: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

..." :

341340"

individuo está integrado a título personal. Vestir con. el traje de su pro­vincia o 'de su estado revela a 'la vez el sentimiento de ser un elemento. .. .

individualizado de un grupo en el cual se desempeña un papel personaly el sentimiento de una oposición con relación a . los grupos diferentes.Vivir con el uniforme humano estandardizado. prefigura una amplia in-'tercambiabilidad .de los individuos en tanto qlle pi.ezas en un macroorga­nisrno universal. ,La uniforrnación de los símbolos vestirnentarios indicaa la vez 1,1 torna de una conciencia planetaria y la pérdida de la indepen ..dencia relativa' de las' personas étnicas,' La desaparición de los 'disfracesdel carnaval es otro, síntoma de la. misma evolución, Se puede, según laposición adoptada por. uno, encontrar inquietante ver al individuo perderlos signos de su .realidad de miembro de una sociedad a sus dimensioneso felicitarse de la. reducción de la. humanidad en un solo tipo. de hombreidealmente adaptado a Sl1' función única de célula -productora; esto no''modifica en nada el hecho de que' la evolución del simbolismo vestimen­tario traduce. el paso a una human idad distinta de aquella. cuyos recuerdosconservan aún las generaciones actuales.

Los modelos vestirnentarios se refugian en la' ficción, y la prensa,la televisión y el cinema cOlnpensan la deficiencia individual vistiendomomentáneamente al espectador en héroe. Corno en todos . los dominios de1::1imaginación, el número de modelos es restringido y monótono; un' cortoinventario agota el repertorio del. Sioux, del cowboy, del mosqlletero, delgllerrero antiguo indeterminado, del combatiente de la guerra justa pre·cedente y del astronauta, en cuanto a los símbolos de ag,resividad. El sabiocon anteojos y en blusa, el financiero, .el gangster, la mujer fatal, algunostibetanos, unos asiáticos en uniforme; el detective y unos "salvajes" ern­plumados, enriquecen el baratillo de los temas vestimentarios. la literaturasentimental actúa un tanto diferente: hllrga evidentemente entre los sírn­bolos anteriores, pero Sll vestuario favorito está' tomado de .Ia nobleza

.rie los siglos cercanos, de 1,1 'alta finanza, de las. familias reinantes,. delas princesas orientales, de las estrellas de cinema. Parece qlle el constanteproceso de exteriorización interviene ahí como en los otros dominios: elhombre ya no desempeña activamente el papel del .héroe de su propiaaventura étnica, sino qlle. mira el juego de algunos representantes con-vencionales para satisfacer Sl1 necesidad natural de pertenencia. .

Los símbolos de identificación ti.enden así a convertirse en instru­mentos intercambiables y estrictamente intelectuales, dejando de ser unenvoltorio biológico. No subsisten como tales más qtle en unos mediosrestringidos y en circunstancias excepcionales: ceremonias gtlbernaql:enta ..les o de tribllnales, solemnidades acadéinicas o universitarias, manifestacio­nes hípicas, deportes. El aderezo nlIpcial conserva cierta vitalidad, maslos símbolos de iniciación como los trajes de primera comunión y lossímbolos ·de dllelo están en regresión rápida. Finalmente, -sólo subsistepara la masa de los. indi\Tiduos, el llniform'e profesional, elemento indis­pensable de· la . eficacia económica del mecánico o del bllzo, y los vestigios'tenaces del atavío nupcial.

En :1 Jap.~n,por ejemplo, el traje femenino, por 10 largo de las mangas,la ?111l~f?SIon del decorado floral. y el ensombrecimiento de los tonos, evo­Iuciona de ~?a nlaner~ ~stricta .. En nue~!ra sociedad europea tradicional,una convencion nltly SIl1111arexiste también, Esta evolución está reforzadapor la evolución de las, f~r~las bajo el efe~to de la,. mO,d~, de suerte queel a.dor,n~ .de las gent~s. VIejaS p~ede ser a .la vez simbólicamente viejo yrnorfológicamente arcaizante. Segun las sociedades y los individuos unou otro de los matices domina, '

Al sexo y a la edad .se agregan los símbolos de 'la situación social.Est,o~~e. refieren_ primero .a las grandes etapas de la existencia: adorno delos iniciados, aderezo nupcial o SigIlOS de viudez, se encuentran tanto en­tre. los primiti,~os ~~lno en toda~ l~s etapas de la civilización. Luego se~ef~e~en a ~a srtuación ~ecnoeconon11ca y ofrecen de un gru!JO al otro laInfInIta. variedad de trajes y ornamentos del guerrero de diferentes 'clases,de los Jefes, d~ los negociante~, de los artesanos, de todos los represen­tantes del lTIOSalCO de las funciones sobre las cuales reposa la "ida rna­terial del grupo.

.En el. estado en el cual se encontraban las sociedades europeas haceun siglo, y más recientemente lJara las demás sociedades de economíaagrícola-pastoril, el individuo, hombre o mujer, llevaba sobre sí todos lossignos que, ~seguraban su identificación en ~11a medida -suficiente parael esta,bleCllTIlento ,d.~ contacto, y el ~so ap.roplado 'de las actitudes y dellenglIaJe' correspondiente a las relaciones entre las diferentes cateuoriasdel grupo. La evolución tecnoeconómica industrial 11a modificado co~side.rablernente el dispositivo simbólico tradicional. En la medida en la' cualla permeabilidad social se ha acrecentado, gracias' a una evolución ideo­lóg~ca llevada por -unos medios de' comunicación universales, los modeloss~clales se han redu~idos en nÚl11ero;' la simbólica europea tendiendo ;1reelnp!~zar p~r .doquier el aderezo vestirnentario regional, La pérdida de.los trajes nacionales y profesionales es el signo 111ás notable de la desin­tegración étnica; no es un accidente menor sobrevenido en el curso de unproceso. mayor de adaptación a unas' COIldiciones nUe\TLlS,sino una de lascondiciones principales de la adaptación, la que precede, muchas veces el1'más de una generación, la: adaptación .real. Los anteojos del intelectualf~ler~n? en Af rica; el. Síll1bo!~ de la evolución mucho antes de que el nivelcientífico del modelo haya Sido alcanzado, y ponerse la corbata, en todaspartes del mundo,. ha precedido 'muchas ,reces. al 'uso de la camisa,

. .Slmbolo real de la condición de hombre, el' aderezo vestirnentario dala medida exa~a de .la. orga?ización . étnica _y .~?cial, y 10 que' adviene ac­t:lalmente d.e e!l? debe considerarse _COl1 atención. En Europa y en Al11é­rIca, la .unlformIdad se encuentra IllUy adelantada y el ..traje. lnascll1inoo f:menJno, de ~na ~lase á la otra,. )!~,no se distin~ue 11;ucho sí no porsu ",alo.r ll10netarJO mas o ,_rr~enos grande y su adaptaclon ma,s o l11enos in­lnedlata a· la Dl0d¿¡. Es. -P,oslble gue se trate. del ~signo de una prolll0cióilgeneral, de la' desaparJC10n de las' barreras socIales, de la ele,'ación del

. ni\'el de· cultura y de información, pero es tanlbién la indicaciótl de lapérdida de los' ,rÍnculos con los linderos de un grupo en' cuyo seno ;1

_ .._- .-'--_ ......_ ..._, _ ...-.._------_.-, ---------------__._.__--------~---

Page 171: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

'1Ii

343

.~. ¡

..,,,

.i

I.,

. i

LAS ACTITUDES y EL LENGUAJE .El decorado vestimentario es suficiente para garantizar la· identidad

y orientar el comportamiento' ulterior, mas no. se puede disociarlo, en lapráctica normal, de las actitudes' y del ~enguaJe, los .c,uales completan elreconocimiento y orzanizan el comportamiento de relación. Es notable que,junto con el vestido, sean las actitudes sociales y la ~~rtesía .10 qu~ hayaconstituido 10 esencial del interés de los antiguos viajeros: las prImerasobras etnográficas dedican lo' mejor de sus des~ripciones al. traje, a lasmaneras de saludar, de estarse durante las comidas, de actuar f.re~te asuperiores o inferio~es. En el si~10 XVIII, se encuentra en las d,eSC!1pCl0nesde los pueblos cunosos, los mismos. cortes que. en ·la~ de~c~lpc~~nes dehistoria natural de la .época, establecidos' sobre .~na ldentlflcac.l?n muyeterna y las. líneas muy generales del comportamle.nt:> de relacl~n: Esoproviene del hecho de qtle en general, los cono::tmlentos se ·IImltabanal cascarón superficial con el cual' se envuelve la Vida real de los grupo~,pero por ello resulta tant? más nítido que 1~mundología de los. Tc~uktchlSo de los Tupinambas, VISt~l desde el. exterror com~ desde el intenor, sea. el primer signo de ide~tificación. ?espués. ?el vestido, " . .' .

. Actitudes y lenguaje d~ relacl?n se slt:ran en lo~ l~ml~es del dominiofigtlrativo. Ritmos y espaCIOS 'SOCIales, actI~~des e msrgnias.. arrastran. alos miembros del grupo· en la representación permanente de s~ rr?plOdrama étnico. La vida étnica es toda figuración, ptlesto que el lnd.lvlduoestá incorporado al grupo sólo en la me~ida ..er: que se pone el .u~lformede gestos, de fórmulas y de rasgos vestlmentarlos,. los cuale-s as IffiII,an. sunaturaleza de H01710 Sapíe)IJ a tIna cultllra dete.rmlnada. De las ~ractl:aselementales y maquinales a las prácticas excepCIonales, y. de ~a Vida tec­nica a la vida 'sociorreligiosa, la conciencia del carácter figuratIvo se acr:­cienta ..para llegar a ~lnas operacion7s ce~emoniales p~ra las. cuales el 11·mite .entre el acto SOCIal y el acto flgl1ratlvo es muy lmprecl~o.

En las sociedades modernas, poco a poco se ha estableCIdo una seI:a­ración ent.re 10 vívido realmente y 10 figurado: no se .confundiría un baIle

,. ::I

. ,

El. dominio de la identificación social está en el rechazo de los signos dereconocimiento sexual y jerirquic? El asce.t~ está' desnudo. o casi, o se.viste a lo inverso de las convenciones admitidas, con materias, formas ocolores qlle le separan del código de asimilación tecnoecon~mico. Comoél vive a contratiempo ayunando y velando, ya ..~ontraes,pac:~ en el de­sierro, en una celda o entre el polvo de las encrucijadas, el. VIve a .contra ..insignias con relación al código de pertenencia a la humanidad SOCIalmen­te organizada, Como la moral religiosa, en St1 punto ext~emo, es un,a rno­ral de liberación individual con relación a la moral SOCIal que esta fun­dada en el compromiso colectivo, SllS insignias s,on normalmen.te lo con­trarió de las' insi snias sociales. En un grado diferente y variable, todatentativa de ri.Iptll~1 del compromiso en el dis~osi~iY:o uniformado conduce'a la aparición de. insignias particulares, sean ~ndlvlduales,. Cqffio, las .anomallas vestimentarias de un artista, sean colectivas, como el' bluson negro.

._----------- -- _.- _---------_

342

No se ha hecho aún' alusión al adorno vestimentario religioso quecomporta dos aspectos opuestos. El primero corresponde a los símbolosnormales de situación social: los ornamentos religiosos, en todas las reli­giones, . .concurren a establecer una imagen Jo más .solemne posible de lafunción del oficiante. El traje del sharnán siberiano o el de los danzantes :africanos, el de los bonzos budistas o de los curas católicos emanan tantode la figi1!ación como de la estética social; al igual que para ·los jefesciviles o militares, es 11n elemento del decorado y, aislado, no posee másque. un sentido incompleto. El segundo aspecto interesa los símbolos deidentificación personal que .distinguen al hombre de religión.

El traje ordinario de los laicos está sometido a constantes modifica­ciones de detalle, las cuales, en todas las civilizaciones, marcan el moví­miento de una 'generación sobre la otra iy constituyen la moda. Esta e\TO­

lución, muchas 'veces no afecta más que 11111ylentamente la estructura ge­neral del vestido (las piezas esenciales de !1Uestro. traje' no han variadomucho en un siglo); pero directamente ligada a la seducción, él da lugara una verdadera competencia de variantes innumerables, de ritmo cons­tantemente renovado IJar la madurez sexual de nuevas capas de indivi­duos. Es 90rn1a1 constatar qlle, al igllal que en el mundo zoológico, losdespliegues de adornos .de la moda quedan vinculados al tiempo rneteo­rológico y sufren renovaciones anuales.

El traje profesional está sometido a unos ritmos de evolución l11Uydiferentes; adhiere a la. 1110·dagene,ral sin rigidez y puede atravesar variasgeneraciol1es si su {unción perI~lan·ece constante. El traje del guererro evo­luciona según el ritmo de las guerras y de una a otra marca 11n conser­vatismo, que se enriquece con cierta tradición de prestigio. Este conserva-.tiSIJ10 está. aún más presente en el traje institucional: un buen siglo dediferencia es .el InÍniI110 para el aderezo de los representantes de la: au­toridad' política, diplomática, jurídica, académica o universitaria. Losgrandes cambios l)olíticos .acarrean lo más frecuentemente una renovaciónde ciertos .sectcres .del guardarropa oficial y asaz f recuenternente la crea­ción de atavíos diferentes, pero con reminiscencias de cierto pasado in-·dispensable ..a la creación del prestigio. .

La tradición es fundamental en el traje religioso, puesto que la re­ligión corresponde al dominio del tiempo. Idealmente, el traje religiosodebe ser invariable e inspirar la majestuosidad de las' formas y la pe,rma­nencia del 'tiempo, En la práctica, el traje religioso de identificación per­sonal se resiente del efecto retardado de la I110da vestimentaria laica, oramediante unos arreglos de detalle, .ora' mediante bruscas mutaciones -se­gllidas de largas super\'i\'encias; el traje .de cerelTIonia es 111ucho 'más COll-.senTador, y .el catolicisl110, .el budi~ínO y .el Sll11ltoÍsnlo, pór· ejel~lplo, con·.ser\ran formas nlultisecularts. .

El aspecto n1ás interesante del ata"Ío religioso es negati,ro. Más arriba11emos ,"isto que 'la liberación indi\ridllal, la ruptllra del círcu~o de las'operaciones. sociales, reposaban sobre unas técnicas de dominio del ritnl0;dominio del ,ritmo fisiológico en el ascetisnlo, don1inio del ritnlo opera­torio norma.} en las prácticas ..p~utadas por un horario rigtlroso e in\rariable.

Page 172: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

345344--

el hombre, la superestructura simbólica interviene más' realmente' en 511-perestructura, es decir, que ninguna diferencia fundamental separa' la eres­ta del penacho, el espolón del sable, el canto del ruiseñor o las' corvetasde la paloma y el baile ca01pestre. Pero las modulaciones son tan variadascomo las etnias existentes en un mundo o las generaciones sucesivas enuna etnia-y .los cortes sociales en el interior del g,rupo.

Los diferentes. elementos del comportamiento social:. marco espacio- .. temporal, adorno,- actitudes y fórmulas, forman un haz. cuyas partes evo­lucionan, por categorías,. con los ritmos compatibles con la supervivenciaétnica. En él se vuelve a encontrar un equilibrio funcional qtle encadenalos diferentes niveles, desde el individuo hasta el grtlpO entero, en eldesarrollo .evolutivo. Los ensamblajes -r= asegllran la estabilidad religiosa

. o jurídica contienen, tanto como puedan; símbolos de perennidad. En lasgrandes religiones oficiales, unos edificios, unos trajes. y un idioma li­túrgico viejo de un milenio por 10 menos, son el testimonio de la doblepermanencia de una civilización y del orden divino atado a él. Un idiomade tribunal dos o. tres veces centenario, proferido en un marco dondese amontonan los .S-Ínlbolos figurati\Tos del equilibrio severo por un hom­bre impersonalizado en el atavío tradicional de. los qlle dicen el derecho,es apto para. conferir al hecho jurídico el peso de duración necesariopara sumir al encausado en la seguridud de una obligación socialmentevital. En cambio, .en .el dominio de 1,1 procreación, o más generalnlentede 1,1 vida individual, donde la supervivencia colectiva está basada. ~n larenovación, los sujetos nutren el sentimiento de ocupar su puesto en unsistema de símbolos. de una flexibilidad suficiente como para q1le cadagrllpo de edad se reconozca. en su unidad,

Así volvemos a encontrar, encerradas en una red figllrativa propia­mente humana, las mismas líneas biológicas que encuadran a la generali­dad de los seres vivos, Lo impresionante en la evolución moderna, es lapérdida de la ma}10r parte de los símbolos sociales. Es· una: trivialidadconstatar la desaparición de los trajes y' de los atributos étnicos o profe­sionales, como es trivialidad también mencionar el empobrecimiento y launiformidad social del lenguaje de. relación, pero no 'somos ricos encriterios de evolución y éste, rompiendo con un pasado de tradiciones q1leparecían caracterizar de la· mej or manera al hombre social, no· es desde·,ñabJe. Sería muy importante saber. si la realización de un tipo' tlniversal,si no en los idiomas, al' menos en los atributos vestimentarios,. verbales ygesttlales, tipo flIndado 'Sobre tinas caracte,rísticas originalmente peculiaresa las clases acomodadas etlrOpeas, corresponde a 11n simple estadio, másallá del cual una nue,ra di\'ersificación tomarí,l forma, o si, al contrario,los elementos masclllinos de una parte y los femeninos de la otra, seríanidealmente idénticos e idealmente propios a conocerse'· de inmediato y a

. reemplazarse instantáneamente en 511 clase de prOdtlctividad. La realizaciónde una megaetnia terrícola con elementos' llnifarmes no es inconcebible,es incl1150 el ideal explícito o implícito d~muchos filósofos o sociólogosdesde la Antigüedad, a11nq1le varias generaciones deben ciertamente p~sar .

-,

. '.

..con un. ?allet, o una l1_1isa en Notre-Darne y el Misterio de la Pasióndesa!r.ollandose. en el n11sn:·o nl~rco. No es.. tan fácil en las grandes fiestastradlclonale~ de .1~ corte :ll~perlal de China o del Japón separar lo quees cerel1;on1al I C1\'11 ? re1-1~lbso y ·10 que es teatro o competición. Contanta l11as. razon. es imposible hacer una separación formal entre. los as­l)'~ctos ~oclale~. y los. aspectos fj~lrati,Tos en la mayor parte de las rna­~lf:staclones . perteneClen~es a sociedades donde el sistema jerárquico no.limita los lugare~ y los .e)ecuta?tes de las ceremonias o las representaciones.Templo o palacio y .dIgnatarlos, escena y actores, se confunden cuandolos =s= están tomados de la multitud de dignatarios. En las ceremonias

. cualquiera qu~ -sea el n~'~/el en el cual se sitúe UI10, los participantes sontodos alternativamente .figurantes y' espectadores hasta el. mornenm e 1

. cual Ja.s relaciones numéricas separan de la masa un grupo pasi\'o~ ~lcual asiste realmente al espectáculo, Además sin el concurso de la tI .•. " h b ' aSlS-tencia no a. ría espectáculo.. .La fi$uración, .pues, aparece en un primer estadio inseparable de lasmanifestaciones sociales qlle mantienen la. pernlanencia étnica. Bajo e taspecto, el g~ad? de participación figurati,'a es coherente con los carac~e~res tecnoeconórniros del grllpo: la especialización figurati,'a, la separaciónentre' actores y espectadores alcanzan su más alto punto en las masas rno­dernas, dOl:de la l11a}10~ parte de los individuos no desempeña n111c110ell-lapel de fIgurantes SOCIales, pero donde, gracias al canal de la televisiónt~das las 'lnanifestaci.ones de pr~stigio están reducidas al estado de espec~

. táculo puro. A la' In"\'erSJ,. .allt don~e el carna val subsiste, puede aúnsuceder que tod.os los .1)ar.tlC~}~al1tes vivan a 'la vez ambos papeles.o- ~~ las soc!edades J)rll111.tl~'as o tradicionales, el COJ11portanliellto fi­bur~tl' o de caracter socíorreligioso cisece todos los estados de transición})osI~les e~tre el papel del individuo aislado, COI110el. shamán frente a la.multitud simulando su viaje en búsqueda de 'las almas de un enfermola sociedad de .iniciados que ofrecen el espectáculo muy elaborado de ~u~danzas, . o la tribu australiana toda entera actuando su nlito' .. . El comportamiento f~gll:ati\ro está tan prOftlndan1ent; li oado a lacalidad: hUl11ana. gtl~ es dIfíCIL asignarle una visión sistel11áticab sin hacer .desaparecer su realidad, La dificultad .reside aparentemente en el 1 . hrd 1 f ' ., , l 1ec o~ que a 19uraCJOn SOCIa. está il1sertada en el nlás [jrI1le terreno zooIó- .

. gICO. L~ que hace e~' ,ralor ..h~:11anlo .de las actitudes y de las insignias,. e,s. su 'lnculo con _la especlaclol1 etnlca, y no Sll naturaleza. Desde 105. tlenlI:0S cuan?~ 'Bllffoll descri:bía la daIlza de las grullas de Nll1nidia, los'trabaJos. ZOOlOglCOSIlal1 despejado Ulla nltlltitud' de l1echos mostrando1 t' t d· 1 . . . . '.' queas, :-c 1 u es y , .as InsIgnlas corl~or~les dOl111nan. el COIl1portanliento de re-laclon d.e l?s. pajar~s y de los nla!TIIferos 'e? el. doble plano' de la jera.rquía

. de los lndl"ldu?s y de las rel~cIo11es e~tre lo~ representantes de los 'dossexos. Lo. esenCIal de las re.JacIone~ s?c~ales se. liga a estos aspectos COln­plelnentarlos del. cOlnportanll~11to bl01og1CO. Relación donlinador-don1inadoy para,das nupCIales o r,e~aclones de pres~jg~o y de coquetería son, una~/eznlas, la fornla espeCifIca y la forIl1a etnlca del 111ismo fenól11eno. En

--- ____.:..___-_ .._. --_._-

Page 173: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,• j "

,"1110; '"

",',"

,"'[

, 347"346

';,

:1)

ei

~" , ..

"

v

1,j"

~

~{,;

.,."

"•

.'En definitiva, uno se' puede preguntar si la humanidad ha escapado

totalmente, del, peligro representado por la perfección de, 'las abejas y delas hormigas, es decir, de 11n condicionamiento social prácticamente ,total.'Hemos visto en el curso' de los capítulos que nuestro destino' ,geológic'ohabía intervenido en la independencia frente a las funciones y. que. ~a­bíamos llegado al punto actual por el perfeccionamiento de un, dispositivoqlle había permanecido abierto. Es difícil juzgar el momento en el cualse encuentra la humanidad actual, siendo que muchos representantes deella están separados 'por apenas una generación del tiempo de los, artesanos,de, los, labradores, de las bodas aldeanas, ,de los teatros' ambulantes, detodo un aparato social CUj'as huellas marcan aún una parte, importantedel globo. Sin embargo" año tras' año, la exteriorización se acentúa y ya,hay, millones de hombres que .representan algo nuevo para el etnólogo.Estos hombres disponen del mínimo indispensable de prácticas 'socialesPara asezurar Sll rodamiento cotidiano de una infraestructura de evasión

¿:, "personal preacondicionada por los días feriados pagados, las, carreteras,los hoteles o los terrenos de camping, 'algunas semanas anuales donde s.eencuentran en un estado de "libertad canalizada"; una superestructura li­gera les permite franquear los ritos de pasaje, de nacer, casarse, morircon el mínimum, indispensable de emoción o de decoro. Su parte. de crea­ción personal se ha vuelto menor a la' de una lavandera del SIglo XIX;su. función productiva' se encuentra ,toda en un engranaje exacto, del des­pertar, los desplazamientos }~ el trabajo, todos cronometrados. ASÍ, ellosserían casi tranquilizadores para las generaciones ~llturas, pues el. res?rtegenético sería suficientemente' fuerte para resistir la deshumanización.Pero parece que la vía trazada sea realmente la de la evolución. En efecto,estos' hombres tienen la misma participación social que sus antepasados,una participación incluso considerablemente mejorada: por la ventana dela televisión y los labios del transistor, ellos asisten, ya no a, una ceremo­nia aldeana, sino a las recepciones de los grandes de la tierra, ya no almatrimonio de la hija del panadero, sino al de las princesa-s; los eqlli}?os'de footbalI son los mejores del continente y ellos disponen del mejorán 01110 de visión. Las nieves de Canadá las arenas del desierto, las danzas'

b '. ' ,papúes y las orquestas del mejor jazz les chorrean por encima a travésde las aberturas de las cajas mágicas.

En el capítulo VI abordamos el problema de las relaciones entreel lenguaje y las técnicas audiovisuales. Ahora veremos un aspecto dis­tinto u otra consecuencia que aparece en la, exteriorizació~ .d.e las cadenasoperatorias sociales. Entre el tiempo pasado y el que se InICIa, la propar.ción de los individuos realmente creadores y de la masa no ha variadosensiblemente y uno puede tener la seglLridad de qlle existirán, siemprehombres para cantar con Sll propia voz, participar ellos mismos en una,ceremonia mayor, empujar con su propio pie 11n verdadero balón o tallarSll silla en un tronco de árbol. Pero estos hombres son el elemento exte­riorizado d'el dispositivo social y Sll fllnción consiste en traer a la multitud

ESTETICA SOCIAL y VIDA FIGURADAen la elaboración de rnacroetnias parciales' y antagónicas. El mundo occi­dental, el mundo ruso,' el chino o el árabe, expresan )'a claramente esteideal macroétnico. A menos de imaginar que la idea de humanidad vel1gaa suplantar la del dominio del universo no se ve por cuáles vías se vol­verlan a constituir las personalidades microétnicas. Bajo este estricto án­gulo, el dilema está entre el individuo motor de un microcosmos sociala su medida, donde desempeñaba él 111is1110 toda la ga111a de sus mediosestéticos y técnicos, y el individuo elemental, pieza del mecanismo inde­finidamente perfectible de 1111asociedad totalmente socializada.

Es evidente que la vía seguida por el 110111breIleva hacia la rnegaet­nia, unidad de medida terrestre COll10 el "megarnuerto" que se, ha forj adolJara 'exl)resar la potencia de. las armas atómicas, Solamente por curiosidadbuscaríamos pues las vías po.r las cuales continuará escapándose el flujozoológico, pues, en definitiva se trata de mantener al hombre en una si­tuación suficientemente "sapiens" para evitar una deshumanización, lacual se tornaría perjudicial al rendimiento de la máquina social. En otraspalabras,' uno puede pregu11tarse si uria nueva exteriorización 110 está encurso, es decir' la del simbolismo social. De, hecho, el l)roceso está }7asuficientemente adelantado corno para que se 'vea nítidamente en cuálsentido se o.rienta, Los métodos artesana'es mueren en la vida social co­mo en los oficios y en la guerra, la tendencia hacia "la exteriorización' sehace sentir en el 111i51110 grado que se traduce por el tratamiento indirectode masas sobre 1111número de pU11tOS,cada vez l111S limitado. Uno percibel11Uy bien la, aproximación del momento cuando alg'unos centros tratarán'de' manera totalmente automática la totalidad del hierro l11anufactu,rado,."C'01110 ya sucede con el' petróleo, materia en la cual Ia C\'01LICión no estáentrabada l)or el constreñimiento de, la ,gran diversidad de' los }")roductos.Ya se puede pre\'er el memento cuando los Estados no tendrán ITIás qllerecurrir a los servicios .inciertos del arti llera y las masas de megarnuertospodrán ser tratadas indirectamente, a partir de cuadros de mandos elec­trónicos; }!a esa posibilidad existe. En lo social, las técnicas audiovisualesasegLlrall, l)ese a su imperfección actual, un relevo 111l1y eficaz. EstaIl10Saún en plena supervivencia y el obrero de las ciudades sale todavía de su "itinerario vital para asistir a un math, pescar COll su sedal; ver 11n desfile;es decir qLle posee aún una vida de relación aunque restringida, suficientepara participar en la actividad de' una sociedad, sin embargo, cada vezl111S sus actividades de relación directa o fuera del círcl1lo 'vital están 'lo­calizadas en su adolescencia y el período preconyugal, allí donde la lJur-

, ,ticilJación directa' es necesaria a la supervivencia colectiva. A, .rnenos dellegar al punto alcanzado por las especies domésticas mejor adaptadas ala productividad, es decir, el de la inseminación artificial; parece qlIe porahora un mínimum de estética social, segu'irá rodeando Jos años de lamadurez sexual. En las sociedades de insectos, este periodo e-s, por otraparte, el, único, en el, cual una cierta independe!lcia de comportanlielltose l11ánifiesta en la minoría reproducto¡!a. "

, ---_ ..- - ---- ----"- ..,,,-,,-,, --,-" ..- .... ,-

Page 174: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

" ,::~ '.¡..

: '

(

.~

. ,1"...

348

.', .

1:¡J .'1

;

.'

';

.~:!Ii

1, •:

·la ración necesaria de participación. social. La multitud, por su parte,no cantará más .el1 las bodas y no seguirá más la retreta con antorchas ren sus cortos paseos, ella ya puede evitar el contacto directo COl1 el cantode los pájaros forzando', un poco el tono .del transistor. . .

En su·. aislamiento microétnico,· los miembros del grupo tenían bienque.l11al, que ~ab~icar ell~s mismos sus can1is~s y su estética social, alpreCIO de una pérdida de tIernpo, lo cual no dejaba al organismo colectivomás qlle un beneficio modesto. Es evidente que una economía considera­ble s: ve realizada e? ,un sistema en el cual el sujeto productor compartesu \Jl?a entre !a actividad pro~uctora ~ _la recepción pasiva de su partede vida colectiva; parte escogida, dosificada, prepensada y vivida porotros. C01no en el caso de la liberación del arte culinario !)or la conserva,la . de las operaciones sociales a través del televisor es una O·al1al1cia colec­tiva, TieIle ,con10 contrapartida un ri~sgo de jerarquizació; social proba­blernente ~;as marcado que la de los tiempos anteriores; una estratificaciónpor selección ~a.c,i0nal qlle s~parará de la masa unos elementos raros, pa.radarles la posicion de fabricantes de evasión teledirigida. Una minoria

. r:l~S y ~1ás. r~strin~ida ela~or~rá 110, solal11en~~ los pro~ran1as vitales, po~11tICOS, administrati vos o técnicos, SIno también las raciones de emociónl~s e,Ta:iones épicas, la imagen de una vida que se habrá vuelto totalment~~Jguratl"·~,· })ues lln.a vida social pu:-al11ente figurati\'a puede sustituir sinrnconveruentes la ,'·l?a soci~l re~l. La vía existe. desde el primer relato decaza del. l)~I:antrOl)ldo, .111as aun, desde la prInlera novela o el primer

. re!ato de \'la)~. Ya hoy la ración emocional está constituida I)or unos 11100-tajes etnograflcos compuestos sobre unas existencias muertas: los Siouxcaníbales o .filibusteros, quienes forman el cuadro de. sistemas de relaciónpobres y ,ar~itrarios, Uno puede pregLlntarse cuál. 'será el nivel de realidadde estas lmagenes .someramente rellenas de paja cuando los creadores sal­g~n ,de cuatro generaciones de parientes teledirigidos eI1 sus contactos au­dlO\!IS~la~e.s con un n:Ul1do·· ficticio .. La _.in1~ginaciór1, al no ser más qu·ela l)OsIbt]ldad de fabricar algo nuevo a partir de lo vivido, corre el rieseo~e una baja se~siL)!e. El nivel mediocre de las lecturas populares, de i~sIlustrados, de la radio y de la televisión es una indicación interesante:corresponde a una sel.ecciól1. natural de los creadores y de los sujetos tra­tados y se puede conSIderar que la D1ayorÍa estadística de los consllmidoresr~c!be . el alinle~to. e~~ociol1al .apropiado a sus n~cesidades y a sus posi.bllldad.e~ de aSl~11IlacIon. Pero· nuestro nlun~o "l,'e sobre. lln capital deS~lpef\'l~!l.~q.tes,el cual pll~d~,as.egurar una CIerta l!eCllpera~jón de la rea~lldad "l'vlda. Dent.ro de dIez. generaciones, el creador de ficciones socialesser~ p:?b,~blelnente, seleccionado y colocado en unas prácticas de t~renatu.rallzaclon . en un. parque donde· tratará. de re1110\1er lIn pedazo de tierracon un ~rado COl)i~c!o de los museos y. a!:rastrados por un' caballo sacadode una reser\ra; l1ará su sopa ·en falnilia y organizará unas· \'isitas de ,re­c!ndad)· actuará en u~a boda, irá a .\:e.nder ~nos r~pollos· a otros prac­~lcantes .en un p:queno mercado y r~aprender~ .a.. confrontar· los muy .\'ie-J os escrItos de Flaubert con la realldad escualldanlente .reconstruida. Sil1

..

duda, estará luego en capacidad de dar a .los órganos de producción te-Iedifundida un acopio de emociones refrescadas. .

Similares perspecti\!as· pueden parecer exageradas, abusivamente pe­simistas .. Sin embargo, ha}' un aspecto de la evolución qlle no parecehaber llamado la atención hasta ahora. En la perspectiva más optimista,dentro de un .número limitado de gene.raciones, los problemas de. la ·vidamanual estarán liquidados; .[a gllerra·y las divisiones políticas habrán ter­minado, es decir qlle la aventura humildemente física y, las razones demantener una ideología épica habrán ffillerto.· E.I mundo .estará estrecha­mente copado por hombres sanos y nutridos, activamente empleados enhacer sobrevivir la masa definitivamente estabilizada en sus límites. Elm a.r, el bosque o la montaña no ofrecerán a la aventura más que elaccidente. Es ya sintomático ver la doble orientación de los periódicospopulares hacia la .aventura sentimental de los .príncipes o de las estrellasdel cinema, y hacia 1,1 catástrofe, La situación actual transpuesta en unmundo pacificado, poblado de hombres idénticos en Sll modo de vida }'eI1 sus ·gllstos, deja la impresión de un \'lCÍO en lo relativo a llnC? delos atributos especificas del bomo snpiens: el qlle asegura, en el clIerpo,la mano y el cerebro, el privilegio individual de la creación material }'.simbólica .. El apocalipsis teilhardiano y el apocalipsis atómico no ofrecensolución, pues. una u otra pueden mlly bien situarse a un plazo geológico,y la humanidad, en cambio, puede ffilly probab'emente encontrarse antela .obligación ·de enfrentar, en un próximo. futuro, el problema de surehumanización, corno el de su equilibrio demográfico.

1'1 .1 .i·1., .

1!

j

---_.-

Page 175: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

351

,.1q!

j.j'1.!i. 1

A....,,'A'1 .

. ,.~,,

J~JI.!

'.r

.' .

,

"....

l.'

, I. '1

El comportamiento figllrJti\~o es inseparable del lenguaje: emana de.Ia misma aptitud del hombre para reflejar 1,1 realidad en unos símbolosverbales, gestLla-les o materializados en figur3.s. Si. el lenguaje está ligadoa la aparición del útil manual, la figllración no puede ser separada dela fuente común a partir de 1~1cual el hombre fabrica }T figura. Asimismopuede. uno esperar encontrar un paralelismo estrecho en el desarrollo pa­leontológico, y en particular observar en los materiales una modificaciónprofunda y rápida 'desde el momento en el cual las últimas etapas pa-leantrópidas conducen al hD"10 snplens. .

. No es fácil dar una definición formal del comportamiento figurati\To,.plles si separanl0s con' claridad el teatro de la pintura, o la pintura decaballete del papel pintado, los planos se cruzan cuando se intenta su­mergirse en el tiempo o en las formas étnicas diferentes. Hemos vistomis arriba que la estética social era profundamente figlIrati va: ceremoniay teatro no están categóricamente separados, el decorado de teatro y.losfrescos de. l10 templo pueden igualmente figurar l100S acontecimientos mi-tológicos o históricos. .

Sería azaroso formular con demasiada precisión una hipótesis sobreel momento cuando las sociedades pasan del ceremonial' vivido a la re­.presentació·n teatral, o de la figllración percibida corno esencial a la de-. coración pura. Un corroboree australiano, con Sl1S trajes y St1S accesorios,StlS episodios en 105 cuales 10's danzantes miman el comportamiento delanimal mí rico, no separa ceremonia y teatro; el Paleolítico superior, conSll arte conocido por miles de ejemplos, ofrece unos testimonios de figu­ración tan buenos sobre paredes o sobre placas como en objetos utilitariosrevestidos de una envoltura decorativa. En los dos extremos del tiempodel h01Jl0 sapiens, los primitivos acusan la misma indiferenciación.' ¿Bas­tarla, plles, seguir el hilo del tiempo y la escala de las jerarquías tecnoeco­nómicas para descubrir el punto donde lo relig-ioso, lo social y lo teatral'se separan? Es una ficción, pues en todas las sociedades, las formas co­existen y muestran gradaciones insensibles.' Que se trata de un sacrificio,

., .¡.~

1:1

-.

EL LENGUAJE DE LAS, FORMAS··

.XIV

.."... . ,_,.. -- - - .-_."._ ..,--_. _._.__ ..._--_--- --~--

..

Page 176: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

"

",.,'!

.,..;•'.

',:

353'.

,·:,

J"

·. ;•¡1:

.'

1:1

01.!

,'.

·',..t•

"

t.1•• ,1,

f

· '

'.

es accesible antes de las primeras escrituras. Al intentar una paleontologíadel .comportamiento . figurati\~o" ~onstatam.os qlle los mater.i~les son nulosde' los orí senes hasta el Paleolítico -supe.rlor, pero en relación a los 5.00.0. años. de r~troceso sobre el lenguaje qlle permite la es~ritur~, se. disponede una' treintena de milenios' de evolución para los testimonros fIgurados..Aparece también que la figuración gráfica nace .con el. primer desarrollodel bomo .sapiens, lo ,~l141constituye una indic~ció? de valor .. E,l p~oblemaes de. encontrar las vras po.r las cuales se deslizarían unas hipótesis sobreel comportamiento de los antrópidos más antiguos. U~a primera ví~ llevaa investigar si todas las actividades Figurativas (motrices, vocales, Instru­mentales) son asimilables a la' figuración gráfica; en tal caso, no habríanada qlle hallar hasta . los últimos ~eand~~thalenses. ~na segunda vía ind~.ce a aclarar las relaciones' entre flguraclon y lenguaje, lo cual aseg'urarlaun asidero débil,. pero interesante,' fundado sobre el desarrollo cereb.ral. .

. El cornportamiento figurati\'o, como ya hemos visto,' no . s~ .aplica nia 1,1 estética funcional ni a los sentidos desprovistos de posibilidades dereflexión simbólica como el olfato, el gtlSto o el tacto. No posee,' plles, entanto que instrumentos posibles, más qlle la audición, la visión y el cuerpoerl gesticulación. Dado lo que' se sabe del dispositivo de Jos nl~~íferossuperiores y del hombre, la figuración fluye .directame~t~, en el s~s~~made relación por los sentidos de referencia dominantes (visión y audición)y por la motricidad. En otras palabras, la figuración t.oma las mismas víasqlle' la. t~cnica y el lenguaje: el ==r= y la man?,. el OJO y el ?í?o. Aque~loqlle distingamos como .danza, mimo, teatro, musica, artes graf~cas Y'.plás­ticas pertenece, pues, a la misma fuente q:le .las otras' ~anlf~staCl{)?;s.Establecida esta comunidad elemental entre técnica; lenguaje y flguraclon,p.arece sin embargo difícil seguir la misma ví~ paleontológica ~~e ha per~mitido mostrar el desarrollo de las áreas corticales de la rnotricidad cons­ciente y la contigüidad de los territorios donde se integran las cadenastécnicas y las cadenas verbales, si no es pa~a descubrir de nuevo. qué ..len-.gllaje y figuración emanan de la misma aptitud para extraer de la realidadunos elementos que restituyen una imagen simbólica de. esta. realidad. Pero,mientras que las figllras verbales, en las palabras y la sln~axls, son como elequivalente de los útiles y de los gestos n:anuales, destlna~os a aseg~lraruna fijación eficaz del mundo de la materia y de las relaciones, la fIgu­ración se funda sobre otro campo bio~ógico como es el de la percepciónd'e los ritmos y de los v'alores, común a todos los seres vivos. Util, len-

. gllaje y creación rítmica r'epresentan, por consiguiente, tres ,aspectos con­tigllOS del misnl0 proceso.

La aplicación de los datos .de esta contigüidad a los antrópidos ante­riores al honlo SapieJ1S sólo Pllede ser muy indi.recta y hemos visto que laritmicidad de las percllsiones de carácter técnico está asegllrada desde losallstralantropos, o -sea, el nlás' antigllo testigo conocido. El. primer útil fa­bricado flle obra de llna continuidad de choques y no ha podido ser uti­lizado más que medi~nte percusiones repetidas. ,La creación de ritmos' so­noros, ya no figllrativos sino técnicos, es lln hecho desde el origen; porotra parte, los balanceos rítmicos y las -señales sonoras repetidas, están

.__ .._ __ ._ ..-._-

....S?,-

ORIGEN y PRIl\1ER DESARROLLO DEL COl\fPORTAMIENTQ FIGURATIVO

Los testin10nios técnicos, como l1enlos \'.isto' en los .!Jrinleros capítlllosd'e este ,rolumen, aseguran una serie' ininte.~·rllmpida de docuDltIltos desde. los australal1tropos hasta nue.stros días. Utilizando conjuntamente estos l11a·teriales y los datos sobre el desarrollo del cerebro, se ha intelltado l1acerel esbozo de una pa~eontologÍa del lenguaje, puesto g.ue ninbrún testimonio

. .

de un discurso político o de una comedia, la relación de 10's' individuosfigllralltes con la materia figurada es menos importante qlle los valorescomunes entre figural1tes y espectadores, que permiten injertar sobre unacadena operatoria de carácter religioso' o social. un aparato estético acordecon las emociones que mejor convienen, Este lenguaje emocional.. delcual una parte de los valores es de origen: biológico 111uy general y cuyocódigo de símbolos es, lJor el contrario, fuertemente específico, constituyeel arte figllrati,ro propiamente. .

Por eso, no hay 111ás arte que el utilitario: el cetro, símbolo de lapotencia real, el báculo, .cayado simbólico del obispo; la canción de amor,el '111111110patriótico, la estatua materializando el poder de los dioses, elfresco rememorando los. horrores del infierno, responden a necesidadesprácticas indiscutibles. La espontaneidad no está en los móviles, sino enel florecimiento del lenguaje de las formas .. La sorprendente aberraciónde los prehistoriadores de fines del siglo XLX an te 'las obras paleolí tiras,ha sido la de inventar 11n "arte por el arte" fundamental, mientras queLascaux no está rnen os insertado en la "ida sociorreligiosa de Jos COI1-

temporáneos de sus pintores que la Capilla Sixtina en la de Roma delsiglo X~'I. COI110 el lenguaje de las palabras, el lengllaje de las formases más ·0 menos rico y elocuente; I)or base está destinado a significa,r, yun arte que pierde su objeto cae 'en la antítesis. Esta es, I)or otra parte,justificable COI110 una salida de auxilio contraimaginativa ; 110 contradice elcarácter primordial de los aspectos significativos. No es 1)or casualidadcjue tantos creadores contemporáneos buscan un retorno decorando ca­pillas ..

El lenguaje. de las palabras }T de' las formas, de· los ritmos, de lasoposiciones, simétricas o asimétricas, de frecuencia .0 de intensidad, es eldominio de la libertad 11l1111ana; está ligal1.o a las fundaciones biológicasy reposa sobre una significación pragmática y SOCi;l], puesto que .1Jalabray figllración son el cimiento que liga los .eJel11entos de la célula étnica.Pero a la inversa y de manera exclusivamente humana, él aS'egura, indi­vidualmente, el. escape liberador, tanto del artista COI110 del COI1SUl11idor,en el. confort de una inserción perfecta en el pensamiento colectivo o enla contradicción y el ensueño. .

, La doble naturaleza. del arte, co]ecti"a y persollal, }lJCe qlle sea jnl­posIble' separar coml)Ietanlente lo "l)agado:' de lo "gratuito", el arte nlO·ti\rado (iel arte I)or el art'e; COlno es inlposible, l)or lo inel10s en los extre~nl0S, separar radicalnlente lo figurati,ro. y . lo decorati\'o. ..

Page 177: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,,

354355

: .' . ., .., ..

-Fi 128. Objetos naturales curiosos recogidos, por los, musterl~n~es.D~'la izquierda hacia la derecha: molde de ga~teropodo, pollP)ero esferlco," bloque de pirita de hierro. Arcy·sur-Cure (Yonne ' , .

La restitución del comportamiento figurati,'o en el dominio de lamotricidad y de los sonidos, pertenecerá siempre a la conjetura, Es casicierto que los paleantrópidos cantaban, mas ¿qué figuración evocaban susejercicios. vocales _? Nos sentimos' inclinados a' suponer en, ellos más laexpresión de sentimientos' que la formación de ideas complej as: en rea­lidad' también se podría entrever la hipótesis de cantos de cacería, 'pero'. sería tan gratuita C01110 la de cantos de funerales. Nosotros sabernos so­lamente (lue. cazaban y se preocupaban de sus muertos. En can1bio, losprimeros signos de figuraci?n fosilizada no pueden escapar, pues, si se co­nocen 'mal los hábitats de', Jos arcantrópidbs y de los paleantrópidos más

~ $ ~~ •....,..-, . ','.- ••-\!J..,.,.~. ., ._....1. ....•.••. ,,#~ . ..,~ ..~"",. .. .IJ'~- .. f ........{.I.,. , ~it... •'. ~ _",,-;l'. .... .'~ ¡'.,... .....~.~...~~ l ·e...· .' .... I

,

EL ALBA DE LAS I~1AGENES•

, ,.,

.. '

,. ',..".'" '•• •..'

I,'1

I1

,';•~ " .¡l.j'"

1,¡.i

" .

;.1~

suficientemente atestiguados en los mamíferos superiores corno para quese haga acreedores de ellos a los 111is viejos antrópidos, Puede decirse quelas formas motrices y sonoras de la figuración existen virtualmente desdela aparición de ,los primeros antrópidos, tal ,COfil0 se puede decir de lametalurgia que existe a partir del momento cuando, una vez conocido elmineral corno .colorante, 110 faltaba sino que, la materia, fundente y lasaltas temperaturas 'cerámicas confluyesen para que apareciese el metal. Nose puede;, tanto para la figuración' motriz corno para la metalurgia, asignarun .punto de afloramiento riguroso, puesto que los elementos preexistenal fenómeno particular. La ritmicidad figurati\ra sonora y gesticulatoriasalió probablemente a lo largo del hilo del desarrollo, 'geológico, corno 10hizo el, lenguaje, en sincronía con el desarrollo de las técnicas.. En el estadio de los australantropos y de los arcantropos, no se ptle-

den abrigar muchas esperanzas de encontrar manifestaciones de un niveldiferente al de las técnicas. El período que va del primer chopper al delos últimos bifaciales cubre varios centenares de milenios y precedenternen­te hemos visto (capítulos IV y XII) que las formas han evolucionadon1uy lentamente hacia la simetría y el equilibrio funcional hasta llegar aLInos útiles que parecen ser, desde nuestro punto de vista, una verdaderabúsqueda de la regularidad, de las. curvas y de lo acabado del retoque.Incluso si no hubiese búsqueda consciente de parte .del obrero, el cual noera todavía más que un pitecántropo, incluso si se debe considerar esteequilibrio de las formas como una simple propiedad zoológica, la pose­sión del medio de pre\7er la forma a través de la materia y de llevarla hastalos límites de la perfección estética basta para hacer oto.rgar a los hombresde antes del hombre de Neanderthal un nivel correspondiente de rnanifes­raciones figurati\!as. Sabernos con certeza que éstas no alcanzaban el nivelde .las representaciones grabadas o pintadas, puesto que, incluso al final',(le su carrera, el hombre de Neanderthal, a duras penas, deja ver los sig­nos precursores de ellas; ·!)ero formas toscas de, la danza, del canto y de 'las percusiones son razonablemente imaginables, pues si las raíces de latécnica se hunden hasta los australantropos, no hay motivos científicos queimpidan hacer bajar hasta a!lá las raíces del lenguaje y de los ritmos,

anti OliOS, 'el hombre de' Neanderthal ha ,dejado decenas de sitios de hábitat.'Entre estos últimos y los' del Paleolítico superior, se ve, efectivamente na­cer el arte de grabar, de pintar y de esculpir. .Nace de una manera tanprogresiv'a qlle pOdelTIOS estar completamente seguros en cuanto a su ca-.rácter inicial. , ' " , .' ,

Hacia' fines del, Musteriense, más o menos hacia 50000, se comien-zan' a encontrar fragmentos de ocre rojo, sin 9ue ~l uso de este c<:loranteesté atestiguado por ninguna obra. Podemos .imagtnarnos que s,ervla para},_ d ción del ClIerpo de los hombres o para embadurnar objetos o su-,1. ecora 1 ' 'd' , t, fici mas nada cierto puede' ser deduci o,' SIno qtle nos encon ramos

.per lC1les, .. 20 000 años le)'os de las primeras figLlras explícitas cono-'por o menos .' "b' , 1 tcidas. Pertenecientes a la misma época, 'conocemo~ tam len a gtlr:~S razos ...rabados en bloques o cúpulas excavad.as en, la pledra.· Son, también cono­

'~idos tanto en Túnez como en F rancia, tInOS amontonamIentos de b,olasde 'piedra esferoides. De tal suerte, pues, un poco antes ~el ROl/JO ¡sadPrens,

. El ' d t ful seres se precisa con e escu-aparecen Ílllzotes. ' carácter e, es os or : A ebrimiento e; un hábitat musteriense muy adelantado, en, rcy-~ur-, ure..

d ' . t· ,'t'dad de obj etos que los neanderthalenses hablan traído .a SLle cier a can 1 .. hi for d esferas

"l Se trata de dos masas de pirita de ierro orrna as por ,cavern ..~. . d concha de gastero·. ruaosas a alomeradas, el molde interno e una gruesa t

C' C>

._-,---!---'---'-'--- - ,--

Page 178: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

357

EL RIT~IO FIGURADO

.Ya hemos hablado de las misteriosas "marcas de cacería" constituidaspor unas varitas o f.ragme~tos de htleso marcados de incisiones regulares(fig. 82). Apa~~cen tal ,rez a partir de fines d'el Mllsteriense y,' en todocaso, son ya· frecuentes en el Castelperronie~se.· Duran hasta finales del

los primeros testimonios figurados. Hemos visto que no' ·se trataba de unarevolución radical, sino que la situación había sido preparada largamentecon los paleantrópidos Y'. que, a partir. de un cierto punto de madurez,.la multiplicidad. de las posibilidades- de 'asociaciones innovadores transfor-maban rápidamente las sociedades humanas. .

. En el .Castelperroniense, en el Auriñaciense y mis tarde hasta el Ma9-d·aleniense. desde 35000 hasta 10000 años antes 'de nuestra era, los fo.­siles (amonites, belemnites, trilobites, cristales de cuarzo, de .galena, pí-·ritas de hierro) recogidos po.r el hombre son numerosos y se ~nen direc-·tamente en el mundo postpaleolítico con los innumerables' ejemplos decolecciones de piedras raras }' de objetos insólitos, tanto en los primitivoscomo en los civilizados, En cuanto al mundo postpaleolítico, sabemos, gra-·cias a unos testimonio-s históricos. o vivos, que este material heteróclito estáconnotado de valores en los cuales la estética participa con 'la magia y lafarmacopea, en un complejo intel~cttlal en· el cual sería inútil t;azar Ilí~ites .Por otra r=«. no vemos p~r que el .arte de la ~aturaleza serra mas gra­tuito" q~e el de los hombres: se inserta en el nusmo c·ampo. de preocupa-ciones. Las direcciones que torna la estética .de la-s form~s na~ur~I~s .~n losmedios de gran. civilización dan precisamente una preClos~ indicación deello. Los Chinos y los Japoneses, a este respecto, han segul~o exactame~tela misma vía de transferencia qlle los Europeos: la del' gabinete de curio­sidades, Desde la Edad Media hasta el siglo XIX, entre. nosotros, se crea, araíz del goce estético de las formas .raras y ~spontáneas,. una corri:nte ~vi~.goros~l de colecta que se dirige, ya. n<:>enter~mente hacia la ma&la, SIno.mediante transiciones como la alquimia, hacia las formas evolutivas delconocimiento mágico, la farmacopea y las ciencias n~turales .. No .e~iste lamenor duda de que el "Museurn", heredero del gabInete de curiosidades,si sue siendo hasta nuestros días el lugar donde se recogen las rarezas, lasfo~rrlas monstruosas y excepcionales, los cuerpos que difieren de 10 "bien-conocido" . .

El arte de hoy, al igual que el de Extremo. Oriente desde hace siglo:;,ha tomado las formas naturales bajo el ángulo estético sencillamen.te, en el. proceso de exteriorización .o de liberación del arte que marca su etapamoderna. El arte "bruto", la piedra sorprendente, la raíz complicada, elcristal, el pez laminado entre .dos hoj~s de. esquisto, vu~el\!e,n.a ~ncontra':un plano estético alcanzado desde varios SIglos en el jardín chino; masellos vuelven a encontrar también, d,e una manera tranquilizadora para launidad hurnana.. la búsqueda de formas insólitas de los últimos pale.·. antrópidos.

------------------___:_------_ .

.,

356

I,.,.?

,¡¡11:1III

iI.1I .j

i·.1

jJ.,¡.j¡i

1I1!i

.~.,

podo fósil y un polí pero esférico de la Era Secundaria (fig. 128). Nin­gún sentido descriptivo es sensible en estos vestigios constituidos por unosesferoides y una. espiral, pero se trata del primer testimonio real del re­conocimiento de las formas. Es también el primer signo, Illuy irnportan te,de la búsqueda ele 10 fantástico natural. El sentimiento estético que. con­duce al misterio de las formas raras, conch as, piedras, dientes o defensasy huellas de fósiles, pertenece con certeza a un estrato nluy hondo delcomportamiento humano: no solamente es el primero atestiguado en el.orden cronológico, sino también es una forma de la adolescencia de lasciencias naturales,' l)ues en todas las civilizaciones el alba científica seinicia en el baturrillo de los "curios", Es fácil establecer. los vínculos deesta búsqueda con la magia, pero en este momento, el hecho en sí es yasuficie?temente significativo: el arte figurati\ro propiamente dicho estáprecedido por algo más oscuro o' más general que corresponde a la visión. 'reflexionada _de las formas. Lo insólito de la forma, resorte potente delinterés figurati\1o, 'existe sólo a partir del momento cuando el sujeto com­para una imagen organizada de su universo de relación con objetos qlle.entran en su call1po de percepción. Son insólitos al extremo Jos objetos.que no pertenecen directamente al mundo viviente, J.)e-ro que ostentan, seasus propiedades, sea el reflejo de las propiedades .. El mundo viviente de]05 animales, de las plantas, de los astros y del fuego, inmovilizado en lapiedra, representa todavía para el hombre actual una de las fuentes unpoco turbias de su interés por la. paleontología, la prehistoria o la geolo­gia. Las concreciones, los cristales y sus. destellos, conmueven directamentelos fondos· del pensamiento reflexionado del hombre; son, en la natura­leza, sirni lares a palabras o pensamientos, símbolos de forma' o movimien. too Lo (lue hay de misterioso e incluso, de inquietante por descubrir enla naturaleza, esa especie de. reflejo fijo del pensamiento, es el resortede 10 insólito.

Es sumamente interesante constatar que el primer movimiento de unaestética espontáneamente figurati,'a es el mismo que se continúa a lo 1ar(10~. ~

de la experiencia humana, en los individuos eODlO en las culturas, El' oro,el . diamante o las piedras preciosas, provienen (le la misma fuente que.las piedras extrañas .de los musterienses, plles, en definitiva, la cima delinterés qlle tenernos por la materia, )'a había sido alcanzado por el horn­bre de Neanderthal, ¿Ligaba }1a él sus curiosidades con la magia? Seríadifícil afirmarlo, .a pesar de qlle podamos. estar seguros de ello aleunos

'J d - , d ~nl1 es e ~nos mas tar e. . .' .' .En 'efecto, a parti.r de la aparición de' los primeros "curios", el ras­

tro se sigue sin discontinuidad hasta las vidrieras de los anticuarios. Laentrada en. el Paleolítico superior 11a sido fijada por Ios prehístoriadoresen las cercanías de .35000 antes de nuestra era en el viejo mundo' occi­dental, 'es decir, en el Castelperroniense ·0 el Auriñaciense. Esta asigna-.ción no es casual y. hemos visto ya que ','arios hechos capitales marcan losdiez n~ilenios en los cuales nuestro uni,rerso ~e constituye: e\yolución haciael ¡,01no SapieJ1S gracias. ·al desbloqueo' prefrol1tal; intensa diversificaciórlde los productos técnicos; estructuras cOlnplejas. d~ hábitat; aparición de'

Page 179: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

"

'1l,~J,1!}•I

;,.:}

,.,¡,¡¡;), ,

"

,iII,¡1i

359358

!.11

j ....'jJ

, 'lA FIGURACION GRAFICA Y. PLASTICA

.. La ~lú;i~a, 'las manifestaciones coreoarificas 1 ',,'bres prehistórico, se nos escaparán sin d d t» ,Y a poesía de los horn-. u a para sIelnprc· e . l' . dcasos, se puede suponer que su n ive] medio ..'. n e llleJ.or . e '!os. tar o al de escul ir 1 1 l' no era inferior al arte de 1J111·cambio, sobre· esfos' Úl~j¡~ll01as'jlaaCedlamentar "a}11argal11cl1tesu pérdida. En

. ." . . , ' OCll1))eIl taCJ011 es b d ' ,autorizando el establecirnienm de una t tori al un al1te y precisa;, ra}'ec orra evo utiva 1 ' 1que sea conocida en las artes uesto u v ' ' ".' a rnas argahasta cerca 8000 antes d ' tP q e a desde los conflnes de 30000. . . e nues fa era ..

,Has.ta ahora, el arte lJaleolítico' está circunsrrí ,... ...en Siberia, cerca del la 0'0 B'll'ka'1) t '1 U n1scrlto (sal\<o ell U!1 lJL111to

b .~.. ell re e fa}' 1 Atl' , ' ,ropa telnperada. Su llnidad fiQU t' 1 ,e antlco, en la Eu-l)uesto que CO!lstantell1e~te p~ fa ll'a :-n e" espaCIO y el tjel1lpo es 110tablenas y fem;ninas ~1 ieua1 u ne. en1 }ueg_o un grupo de figuras 111ascu1i~dos principales. 'Estas bp~(ti:!ase naonJUlaes!· f,endo el c~ball0 y el bisonte lossistema aparentemente n~uy' COI11 ls~n e b~gar apropIado. para entrar en el1 . lJ_,eJO cu lerto' por lo ' b 1 .amente para subrayar el l1echo d 1 f' s Slnl o os, Slno sa-que las· grabadas sobre placas e= ¡:se b as Iguras de 1.as cavernas, al igualrente y gue 'no se, trataba del' ~P tJ an .un ,penSJl1:Iento religioso cohe-, d El - ' ,amon onanl1tnto fortu1to d f" d'rata as. ' estudIO estadístico de ,'ario '1 d e I,guras. lspa-. calTernas o de los' objetos de art s mI es . e representacIones de las

. e, n1ucstra que hubo un tema central:

.'

r..'

ii!

I!I

I

hombre mujer y/o' caballo-bisonte .que llenaba las condiciones de, expre­sión buscadas para traducir probablemente el contenido de un mito. Apesar de variantes. sensibles según el tiempo y las regiones, este contenidoreina uniformemente desde el Ural hasta Ji Dordoña y España. Por consi­guiellte,' las' condiciones son tan buenas 'c,omo si se estudiara la evolucióndel' comportamiento .fig-urati~l6 desde el siglo 11 hasta el sig'o xx tomando .como hilo conductor la iconografía cristiana., ;, Es ffilly importante también notar que las obligaciones técnicas son,independientes del transcurso del tiempo: el arte es un instrumento mejorqlle la técnica para' medir, a 1,1 humanidad, pues si' los aurifiacienses tuvie-

. ron .que esperar 30.0.00 años para' poder mostrar Sil inteligencia con laelectrónica, Sll ocre y ·s.u manganeso raspados eran colores buenos, las cri­nes de S11Spresas dieron buenos pinceles, sus buriles dé sílex hubieranrayado el acero: S11 material de artistas, les ponía, por consiguiente, enigualdad en cuanto a los medios de, expresión con los hombres actuales.Este material comenzó a existir a fines del Musteriense, pero de 50.000hasta cerca de 30000 su. lISO no había sido aún aplicado a la figuraciónnaturalista; el buril servía para trabajar el hueso y los colorantes eran des­tinados a usos sin duda decorativos, pero que ignoramos.

El período prefig"ratil.'o abarca las primeras manifestaciones: recogi­da de "curios", rayas paralelas grabadas, líneas de cúpulas, colorantes usa­dos corrientemente, filas sin testigos figllrati\Tos .. Este período se despliegalentamente a lo largo del Castelperroniense y ,se encadena en el Auriña­ciense. Es durante este último que aparecen las primeras figuras, entre30000 y 25000 antes de nuestra era.' . .

El primer desarrollo está, atestiguado por algunos sitios prehistóricosbien fechados, en Francia' y en España, sitios que' dieron, uno de ellos(abrigo Cellier en Dordoña) una serie de obras auriñacienses bien aisla­das cronológicamente, y. otros dos (La Ferrassie e Isturitz) unas. obrasescalonadas en el tiempo desde el Auriñaciense (30000 más o menos)hasta el Gravetiense medio (23000 más o menos) ~ Además de esto tresyacimientos de base, se conoce una media docena más, los cuales han dadounos documentos concordantes y que yo he agrupado en otros trabajosen el estilo 1 o el periodo primitivo, " _

Desde el punto de. vista de su ejecución, estas primeras obras sonexactamente lo que se podía esperar de un comienzo, Son unas placas decalcáreo sobre las cuales,' se vuelven a encontrar las incisiones paralelas olas lineas 'de cúpll1as, haces de ,rayas entremezcladas y ,curvas torpementeorganizadas en cabezas de animales y en símbolos femeninos (figs.' 84 Y85)., Desde el Castelperroniense hasta el Gravetiense medio, las figurasmaduran, se despejan; los animales se vuelven identificables zoo1.ógi~(amente. .. .

Un primer hecho es bastante notable: las marCas rítmicas son ante­riores a las figuras explícitas, pero éstas se integran,' por adicione-s, como.si se tratase de un contexto único progresivamente explicitado por lossímbolos vistlales. las fo.rmas explícitas son, primero, óvalos femeninos(fig. 129') (las mujeres representadas c~~pletas vendrán 1llego ) y .unas

fld~. ~e ha visto en ~llas un sistema de ellume~ación de ~~~osp,re~sas e~~o~o-en ario; l11Uy poco importa por el estado dI'" ' a·parezca l)oca cosa, figuran la intención' de o e ~s. ,Col10clnl1elltos". A~nque

'el ritmo, Desde las más anti uas ti', uras la repe~JCI0n y, por CO!lsrgUl'e!1te)a!ineaddas1 eSft~n asociadas COI1glos síl~bo1~s f~n~~~~~~o~eloraycallsalonloa.scápsll1las51\'0 e a" o ' , , , . , es exc lI-d f' rguracion ritmica. Cualquiera qlle sea el sentido d 1 .r.e rayas, .irman el primer testimonio de una 'y, dad ' ~, as senes

. cercanías de 35000 ' - t d . , ,er a. era flg.uraclol1 ell lasanos an es e nuestra era. 'Es un poco antes del Solutrense cuando aparecen loso b

.los pe.rforaciones regularmente espaciadas. Los testirno . tu os de huesoos mejores de ellos provienen de la grllta de Ist it ruos 1son e~caso~ _Joneos; también se conoce un obieto id un 2, ellos BaJOS Piri­da1eniense de la URSS, en Mo¿do,,~a~clp o, encontrado .en un sitio rnag-ele 20000 años antes de t ': arece que, hacia los alrededores. nues ra era encontramos 1 ' . .trunlentos musicales cono' cidos D ~, , d os mas antIguos rns-, , e runsun 1110 o aq 11 ' l'

~I~nzpo'd i: simplemente que algunos b testimonios t~fla~o~n~n IC:1 l1n co-o 1 o conservarse, es posible imacina t d 1 'lb ueso,

arIJas de mader., de j unco de . d ~ ar o os os 51 atos, f1al1tas oblernente descon¿cidos Ell' cOll:e~~~lcl'ae fl101anldut,s= perl11anecerán proba-

f 1 o' , '- " " ' s OCU111el1tosson 'pero orma es: entre el 3)- (J y el 200 '1 ' . , nluy escasos,b ' d . ". ' 1111 eruo Stauranle t 1 h b .la ominado )ra la 'figllracióll del ri tmo 'b n e e 0111 re ha-

. . ..

,.

____ o __ , __ o __ .. ,-,-,---,_,----"-"_o_,

Page 180: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

'1

j',..! ..

, .

i, .-¡

, III

iII¡·, -

361 '\,:~~360

jj:;

'!'¡I

!! .

¡,1j ,

•¡"1,­,"-:<.<,

i

\

~. ;

"} '

j¡,

i,

"ji,~

t

',~ ,

1,I

i!•¡,¡I

~abezas·~ segmentos anteriore~ de animales sin formas. En todos los con.Jur:tos .blen r c_onser\'ados, p.utIcularmente en la gruta Cellier las fi auras~f;n a~~~ematlCa~1ente agrupadas: sig~os rítmicos -\'ulva- ~nil11al.bDiez

. despues, en Lascaux, ,y gUlnce n111 años, más tarde en Sicilialos mismos .elernentos, de 'lln realismo y una habilidad de d -E" '1 " 'sión 'est ' , da J io compren.trarí~ ara~ al)res_e~~es to a,T_ía~ en las mismas .relaciones corno se encon-d n IbaS 'li"rafflh _raleocflstlanos, los mosaicos de. Ravena y los frescose una asi ica del SIglo xx..

Ll ama t t • • t . "1 ' - .1 ,',. r 1)fln11 rvas _ as pnrneras nlanifestaciolles de arte conocidas

es t u~lca manera apropIada, El arte primiti"o se inicia, por consiguientee~ o a str~cto }' hasta ~n lo prefjbrurati,TO, Las obras 'no son corno se es:'cr~e to~vb' una espeCIe de explosión espontánea del entu~iasmo de ca.za ore,s bfa ando Ias formas de .SllS diosas desnudas, al igual ue las delos ~amuts y los .renos, al capricho de la inspiración o del .; etito. Loque \ emos producirse es el muy lento desarrollo (más de 10 600 - )~e esfuerzd~ de traducción manual de un contenido verbal ya' domi~~~~s pO~fu.e ~y a!g~ que expresar, par lo :que el Paleolítico construye su~

ensam. ajes ae ~lm olas, E~ el c~pítul0 VI }'a he intentado inteO'far en ellCJ!guaJe. las pnmeras manIfestaCIones gráficas: aquí. aparece. tal vez. conmas claridad qu~ "el arte es abstracto en su inicio Y' que 110 podía se dotra manera, . r e

-'.

.. El arte .~b.s'racto. Abstraer, ~n. el más estricto sentido etimolóoicoqurere d~.CJr. aislar con el pensarmento y considerar una parte aislándol;del. ~o~o.'Esto correspon.de exactan1ente· a las primeras formas del artepr~hJstorbo, el cu~I. selecciona para comenzar los puntos expresivos (falo .vu va, ca e~a ~e ,bIsonte o de caballo) y los reúne para traducir en SÍl11b61o~un todo I11ltologlCO,para constituir un mitograma. En la historia de todaslas artes tuvo lugar el recurso a lo abstracto, ya sea· al comienzo o. al re ..

están figu-Bl~q~,e grabadC? del Auriñaciense de, Dordoña, sobre el cualrados sln1bolos femeninos e incisiones rítmicas

Fig. 129.

•, '·

torno, o bien por necesidad, en cualquier momento, como sucedió con laescritura, el blasón y la publicidad.. El punto que diferencia la figuraciónde las técnicas es precisamente la libertad, al menos 'relativa, de', suevolución. ,

La primera' .certeza aportada por '10'5 hechos ,'es que' el, arte fi~urati\'onace de una. manera coherente, como un afloramiento muy progresivo: las,avanzadas del pensamiento simbolizable' aparecen primero, mucho antesque las figuras se organicen en el, realismo. Los milenios siguientes noshacen asistir, efectivamente, a la paulatina insurgencia del realismo. "

Realismo )' esquematizecián. Es difícil, usar estos términos en un sen­tido qlle satisfaga completamente el espíritu. Me esforzaré en ~estr~n,girel sentido de, «realismo" a ,1,1 tendencia adelantada hacia una fIguraCión"exacta' a 'la vez de las formas, el movimiento y el detalle. Ciertos gra­bados de renos ° de caballos del 1vfagdaleniense tardío soportan la sllper­posición· del calco de fotografías tomadas en el mismo, movimiento; sepuede, plles, hablar de su realismo. Sin embargo, el término es siempre

.abusivo en 'lIn cierto .sentido: los detalles del' pelaje, por ejemplo, pueden,no ser notados, de suerte que interviene siempre una cierta esquematiza­cián en la forma, el movimiento ° el detalle. Es posible que exista igual­mente la intervención de un fenómeno particular, frecuente en las figurasen cesterías' o tejidos, corno es la geometrizacián, la reducción de las imá­genes en triángulos o en diversas figllras geométricas, muchas veces sin qlIe

,el ejecutante se recuerde de, 511 .sentido. En, (llanto a la estilizacián, es unapalabra qlIe podría ser preciosa si no tuviera en su uso un sentido extre­madamente vago, en gc:neral mJS bien' sinónimo de "esquernatización",mientras qLle se debería entender corno sello particular de cada lugar ycada época. Un caballo chino de la dinastía de los Han es "estilizado"en una fórmula ClIyO realismo de forma, de movimiento y de detalles sufreuna 'cierta distorsión, esquemática, propia solamente de un caballo de losHa'n. la palabra estilización no tiene mucho uso si no expresa un procesopreciso, puesto qlle está ventajosamente remplazada por "estilo".

Queda otro valor qlle debe ser considerado, y es la decoracián, pasocomún a todas las artes (plásticas como musicales o gestuales), y qlle esel arte de rellenar los vacíos de la composición mediante ripios decorati­vos apropiados. Realismo, esquematismo, geometrización y decoración, sonpalabras de uso común, las cuales son definidas solamente para evitar ~nequívoco en cuanto al sentido qlle les. es dado .. Todos estos elementos in­tervienen en el curso de la evolución del arte paleolítico y servirán, porconsiguiente, de hilo conductor .

En un dominio diferente, es necesario hacer intervenir la inscripciánespacial} la cual se inse.rta a 'la, vez en la composicián y ~n la perspectiva .En fin, la expresión figllrativa se sitúa con relación al universo real, almenos tal como es analizado, por los sentidos. Independientemente de S11S

medios, la figllración Pllede conformarse con lo real del sentido común,lo cual el1contraría Sll fin en un realisfllo perfecto, o buscar alcanzar 10ultrarreaI en lo, fa11tástico} dominio del surrealismo, o lo infrarreaI en lono'~figtlrati'vo. '

, . ')\ ,/

-------tílr.!~~~--~.f'~ , ._

, '.

Page 181: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

I

: .1I

. i

363.,.'

362

!! .

i.1

¡>

;>. t .•. '

Las figuras de estilo 1, corno hemos visto, testimonian' un comienzoen el abstracto, en un esquematismo tal qlle 1:1 identificación de las ~orlnases apellas suficiente para. quienes poseen la clave. Abarca; con el f1~ delGravetiense y el inicio del Solutrense, el período cuyo punto medio es20000 antes de nuestra era; la separación del estilo 1 es arbitraria, puesno hay 'entre los diferentes estilos corte sensible alguno, sino qlle sola­mente se constata al considerar las obras de las' épocas sucesivas, qllemarcan colectivamente una evolución considerable, El estilo JI está ilus­trado por algunas grutas como Pair-non -Pair en Gironda (figs. 130-131)o Gargas en los Pirineos y por numerosísimas estatuillas de la URSS. (fig .132), de Checoslovaquia, de Austria -o de Francia. En estas obras, el do­minio del buril. es total y no puede surgir sospecha alguna de torpeza enlos autores de las t 'Ven lIS' J de Kostienki, de \Villendorf y de Lespugue .

. La multiplicidad de los ejemplos y la extensión geográfica testimonian,además, un hecho muy notable como es la identidad, en Rusia o en Dor­doña, de los" "cánones' figurativos,' lo cual es precioso para medir 5UScaracteres.

Si consideramos corno realismo la búsqueda de la exactitud en lasformas, el movimiento y el detalle, ffilly poco realismo marca entoncesel estilo 11. Mujeres, bisontes, tIrOS y caballos, responden a la misma con­vención: sobre 11n núcleo central, el cuerpo, se incorporan los atributos. de identificación. Resulta de .ello q11e sobre la masa del Ctlerpo, la cabezay los miembros, están mllchas veces simplemente' indicados y en los casosmejores fllera de proporción con el bloque corporal. En las figuras deanimales, ·los contornos dorsales son casi idénticos en toda-s las especies:unos ClIernos· y llna perilla para el bisonte; crines y hocico más fino parael caballo, asegllran la determinación 'sin equívoco, pe.ro con el máximllmde econonlía. Las figllras femeninas son esas extrañas estatllillas llamadas

Figs, 130 Y 131.' Caballo y bisonte de estilo 11. Grabados de la gruta dePair-non-Pair, Gironde

131

••••••••

•• •••

•• •

t•••

•••,•

n

EL REALIS~10 PALEOLITICO

. El realismo considerado en sus tres aspectos de' .Ia forma, el 11l0\'i.miento .}T el detalle, es .lIlla. adquisición 111Uy lenta y, para decirlo mejor,tl?a forma de madurez rnquietante en la vida de las artes; basta con ima­g111ar, e~ estatuario grie~o ~.!"caico" e~. de la época clásica, el de la épocahelenística y el de los jardines públicos o de los 11l011l1Illentos funerarios.Podría .sacarse, sin ~!fjcllltad, la misma inl.pre.si?n. del arte egipcio o delarte chino. Abstracción hecha del talento lndl:r~dual qlIe puede provocarobras maestras en t~~as las fases de la e:oluclon de. lI!1 arte,. parece, en\'~rda~, qlle la ~uraclon aca~..rea todas las fórmulas hacia 11n punto de COil1-'

cidencia de la l?lagen c~m, la realidad. Con ?tras, ,palabras, e~istiría paralas ,artes 1111 fenómeno S111111aral de .la aproxI~laclol1 en las técnicas (verc~pltul~ XII), de suerte que la deriva del tiempo ocasiona unas corree­clon~s .1nSe?Slt)les que. COll(llICCl1la obra hacia 11n. punto ideal donde ya nose, distinguiría del. modelo,· o hacia ul!' equ,i!ibri? de los, \',~Iores a tal puntomilagroso que no puede haber ccntinuación 5111 repetición o decadencia,L.uego, otro ciclo .se abri.ría con el cambio de las condiciones de .exprcsión.SJn embargo, .el paralelismo entre ambos fenómenos no es total: en lastécnicas, los obj etos . ,'all. ,efecti\ralllente 11~cia 1~ perfección funcional gra-.eras a etapas de renovacion de las materias prllllas, y los ejemplos nOl11;,bra.dos l1a~ mostrado qlle su evolución está hecha de lJorciones de trayec­toria encajadas en 1111a sola curva constantemente ascensional. En materiaartística sucede distinto: los medios materiales intervienen de una maneradesdeñable: el. _oc~e rojo sirve todavía alas pintores y. no es mejor queel de l?s Aunnacicnses. Lo,s relevos pueden no producirse y el arte gira .sobre 51 durante largos perlados, COI110 es el caso del arte chino de estosúltimos siglos. Las salidas están, entonces, en UI10S cambios de dirección

. radi;:ales, a \r~ces incluso en verdaderos inicios de una trayectoria nlle\ra.~enOll1e?0 . caSI .constantelneI1te pro~'ocado por re\yoluciones de .carácter so­cloecon.ol1l1CO, pues .1a~ a:t~s ~obre\'l\>en rara ,>ez' l1lucll0 tielnpo a las trans­f~rnla.clones .d~l l1le~~o lnterlor del grupo .. Estos enfoqll.es sacados de lah1storIa, ganarlan. eY·l.delltenlente m~cho SI fuesen conflrlnados p::>r tIna'e,'el1tual tra}Tectorla del arte paleolítIco, Jo cual }1areCe ser posible. .

130

¡ .,

Entre todos estos términos, el juego de las combinaciones es S0111eti-• do a frecuencias 'variables. En todas las artes el realismo está ligado a 1111cierto grado de esquernatización, pero eXCIU}7e la geometrizacíón, a menosde trasponerla al nivel de la composición y hacer de ella el elementoprincipal de la integración espacial, La decoración acarrea muchas veceslo .fantástico sin excluir el realismo, o se orienta hacia la geornetrizacíónen sus elementos o -en su composición La paleontología de las formas escorta, puesto que 110 va nlá~ allá del inicio del h01710 .sapiens, pero losdocumentos qlIe poseemos, bren pareCe!l corresponder a un comienzo ver­dadero: es, pues, interesante ver en qué medida los valores ca11111nes delos t.iel1lpo~ 11i~tórjcos se integran co.a relació? a este. a.rte que era }7a fósilde siete mil anos cuando el arte grIego echo sus primeras raíces.

Page 182: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

....'~

365

I1,

1!

, .

1'~

·1..; .

364

~'venus auriñacienses" O "figuras esteatopigias", en las cuales se ha buscadoun retrato. de las paleol íticas. Al cuerpo macizo están enganchados unospechos enormes, mientras la cabeza carece de detalles, Jos brazos están .apenas esbozados. y las piernas cortas y esquemáticas terminan los muslos.afilándose. Es difícil, cuando se colocan las figuras de las dos extremida.. c,.,

des de Europa una al lado de la otra, encontrar un arte más convencional, y más estereoti pado ; lo cual correspon de, por otra parte, con 10. qlle )7ahemos dicho; a saber glle en el Paleolítico Superior, la diferenciación· delas culturas se encontraba aún poco adelantada, No se aprecia ningún rno-

. virniento en los animales ni en las figuras humanas, sino el del arabesco.gel1era!111el1te de .un vigor admirable. Los detalles están prácticamenteausentes o apellas evocados. Ciertas obras, .vistas en -el sentido de estaarmazón convencional y sin prejuicio en cuanto a su exactitud, son SOf­prendentes. La n11s con,~eljcibnal de las !("enus", la de Lespugue, se colocaentre las grandes. bt)ras plástic·as de todos los tieil1pos. . ... El estilo 111 es l11ás rico aún en docUlnentos y cuenta ·a la 'vez conbajorrelie\'es conlO los del Roc. de Sers en Charente y ca\Ternas abundan­tenletlte deco,radas COIno Le Gabil10l1 o Lascaux, en Dordoña .. Se 11bicaen 15.000 antes de nuestra era como término medio y corresponde al.Solutrense reciente y al inicio del Magdaleniense. Este periodo es el apogeo'

Fig. 132. Estatuilla del fin del estilo II. a) URSS, Kostienki 1; b) Alto Garona,Lespugue

,.~

· de la trayectoria arcaica .. Egui\raldr.ía C?nl0 estadio ~l arte C~il10 de losHan, al arte egipcio de la I~ dinastía, ~l arte grIego arc~lco, ~1 arteromano y bizantino. Este paralelismo no esta basad,o en una simple lm~r;e:" .sión; corresponde a :aracter:s internos ·nluy sensIble~,. ,La rep,res,en,taclonde los seres vivos esta sometida ya no a una tranSpos~cl0n centrrnétnca de

· las proporciones, sino. a un,:· versión pll~an:~nte afectiva de. los. caracteresanatómicos. El canon SIgue siendo muy prImitIVO: los toros y los caballos, deLaSCa1.IX (figs. 133-134) están hinchados como odres, a p:sa~ de la .fle~xibilidad de las líneas de los contornos; los miembros estan Implantadoscomo clavijas cuya integración, muchas ,'eces,.·.es ml~y sumaria; las pers·pectivas son puramente convencionales, Cada fIgura vive pa,ra. SI y en cadafigttra cada una de las parte~ deseinpeñn:. su 1?~pel c~n el ,mlnimum. razona­ble de conexión con el conjunto. La e)eCUclon· esta real1za~a con un do­minio perfecto. del color y del buril.· .Com,o ·en las .ar~es clt~~as en C?lTI­

paración, -se desprende de las obras de estilo 111 una l,mpresIon de vl~ory de juventud qlle no se volverá a encontrar luego (Fig .. 135). Esta I~~

presión está ligada precisamente. al hec~o de. qlle. el realIsmo. no es m~sqlle una evocación y no llna, copla; ~a "Ida mrsterrosa de las fIgu.~as arcai­cas es similar a la de las piedras singulares o de las raIce~, dejando 110 .

rnaraen de libertad o 11n cierto apetito, abre una vía sugestiva. Es un fe­nóm~no del mismo orden que en la cerámica china o japone~a, ~~búsquedade una muy ligera torpeza en los perfiles, incl~lso la apllcaclon. de unaimperfección voluntaria. ~ier~o. es glle las antl~lla: repres;ntac~ones. decaballos al galope son mas vrvientes y,' por consrgurente, mas .reales qllela fotozrafía instantánea; f ríamente exacta, plles no se puede. insuflar elmovimi~nto a lo inmóvil sino por yuxtaposició? ~e ~iempos, diferentes,·?por una cierta in~oherencia. nl0~()ra. Nadie podría IndIcar. cuál es .:1 mO\I~­miento glle se q lllSO con los an lm¡].l~s d~Lascaux; se rnuev en extrañamente,en una especie de remolino corltradlcto~lO: .'..

Sin embarco el realismo del rnovirruento aflora ya: CIertos miembrosestán torcidos pa~a expresar el desplazamien.to;.. un caballo está n;alm;nteencabritado, otros trotan con bastante ,'eroslnl111tlld,. Por. 10. demás, estasson obras asaz tardías en estilo 111. En cuanto al realismo de detalle, emer­ge también. En el transcurso de la historia d~ Lascaux, ciertos ~abal~ostuvieron las orejas rehechas dos o tr~s v~ces (flg: 136) en unas sltllacl~­nes cada vez .más exactas y algunos ciervos han VIS~O su corn.amenta arcar ~ca lavada para dejar puesto a unas .astas de persp~ctl\'a corregld~. El ~scen­diente progresivo del realismo se sl~nte en el cuidado CO? qlle las flg~ras

. están llenadas y moldeadas, las cnnes detalladas, los oJos y las naricesarreglados, .· El arte paleolítico tiene todavía un camino bastante largo qlle recor~erantes de alcanzar el academismo en el momento cuando entra en. el ~stl1oIV. Este cllbr~ el Magdaleniense medio ( estilo. IV antigllo) y reCIente(estilo IV reciente), es decir alrededor de 13000-11000 Y 10000-8000antes de nuestra era. Varias decenas de cavernas pintadas o grabadas, entreellas Altamira en España y Niaux en Francia, marcan 105 vértices y milesde objetos decorados coO·stih.lyen las bases ffilly firmes de la docllmenta·

b

Page 183: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

367

,,",,!:it,"1366

Figs, 133 Y 134. Uro y caballo de estilo 111. Pinturas. Gruta de Lascaux, Dordoña.Fig. 135. Par .de cabras monteses pintadas en la gruta de Cougnac, Lot. Estilo 111muy característico por las proporciones, las curvas. cervicodorsales y la perspec­tiva de la cornamenta de la hembra, Fig. 136.. Cabeza de caballo grabada, Lascaux.

Retoque de .las orejas y del ojo en dos momentos del estilo 111 '

,i

1135

I

i,,,, ,;

I••••••~•••••••,o••••••o~~I\1\1~1I1/1//1N"'

v-

¡.J'1.i1I¡

•••••134

¡ .

¡ .

•••••••,•''1•••••••••o• ••

Ii~

I.

133

¡

1-t·I .!¡~

,,1I

!"I

,

:1

ción y muestran, con variantes regionales, la unidad sorprendente de lastradiciones. Es el período del esplendor' clásico. Persiste apenas la diferen­cia entre' la figuración y 1:1 realidad Ilana (On10 para que el sabor de lasfiguras sea sensible y reine en la..ejecución una flexibilidad qlle roza ya laanimación anecdótica. El arte posee ya una experiencia muy .vieja y elrealismo se· nota en todos' los' planos e- ,El realismo de ·la acción, sin ern-'bargo, está aún casi ausente. Hasta el estilo IV reciente, los eleln'entos'compuestos del decorado continúan viviendo independientes unos de otrose independientemente del cuadro, Se conocen sólo tres o, cuatro ejemplosde "escenas", todas tornadas de 11n tema, único: el del hombre atacado .porun .bisonte .0 por un oso.' El" realismo de las formas, del movimiento y deldetalle comienza a despuntar cada vez más. claramente, Los bisontes' deAltamira (fig. 137)· aparecen todavía corno suspendidos en 11n espacioirreal, mas, a pesar de la ausencia de detalles sexuales primarios, los torosy las vacas son. reproducidos con precisión y las figuras de bisontes revol­cándose en .el polvo po~een ya LID gran .realisrno. En Niaux, las patas delos animales reposan en el suelo y las actitudes han tornado 11n carácter'descriptivo ffilly adelantado (fi-g. 1'38).'la evolución es aún más sensibleen . los detalles del pelaje y en los juegos de 111Z sobre las pieles. En elarte mural, al igual qll,e en el arte mobiliario, se asiste a la creación deun verdadero código, uniforme en todo el dominio franco-cantábrico, parareproducir el pelaje de la cabra rncntés, del bisonte, del caballo (fig, 139)"O del reno; código. tan preciso qlle l10 f.!'agI11ento de .escultura puede per·mitir la identificación del animal,

A partir de este momento, no quedan más qlle' dos o tres mil añospor recorrer, al arte paleolítico. Ya ha quedado atrás lo óptimo, J' en elMagdaleuiense reciente se ven aún obras bellas) pero no hay' grandesobras. Los grandes con juntos de las cavernas caen en. desuso, la esculturadesaparece y el grabado sobre placas de piedra o' sobre astas de reno exhibeanimales, los mejores de ellos llegando al realismo fotográfico (figs. 140-141). El, arte paleolítico se extingue con el cambio de las condiciones deexistencia hacia 8000 antes de nuestra era.' Su patrimonio pasa tal vez a lasculturas protoagrícolas que comienzan a surgir hacia el Mediterráneo, peroes irreconocible, puesto qlle unas artes nuevas vuelven a partir hacia ciclosdistintos.

La evolución del realismo en el arte paleolítico muestra, literalmenteen cámara lenta y en condiciones ideales porqLle las interferencias culturales son débiles o nulas, qlle la figuración es sometida a una maduracióncon etapas vinculadas a un fenómeno vecino al de la invención técnica:el cúmulo de las innovaciones gráficas o plásticas está orientado hacia unaaproximación cada vez' mis estrecha de la reproducción físicamente exacta,La ganancia en precisión corresponde, salvo para las obras maestras, a unenfriamiento de las impresiones comunicadas por las obras; la habilidad to­ma progres)vamente un puesto más grande y, en un movimiento irrever­sible, el arte se encamina hacia el academismo y lo insulso. La pOrCiÓJ1culminante de la trayectoria se sitúa en el momento cuando la técnica

,f

- -~-----------,,,_ ...-- ..,_,_ ..------'- -------- --_._------

Page 184: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

369

Iu-!

, :, ,

,Fig. 142. Decorado del Magdaleniense medio y reciente, grabado sobre hueso oasta de reno (azagayas o varillas). a) geometrización del tema de la hilera decaballos. Los estadios 4 y ,5 son verosímiles, pero escapan a la identificacióndirecta. b) temas geométricos no identificados. Los motivos 3 y 4 son muy frecuen-

tes, los 4 y 5 se relacionan tal vez a la hilera de caballos

------ a 1. ¡,

........_ \'- .............\/ /\/~'b----

5{,\/

I~ I,~ I4 \ ....

3'-•!,,!;

~ '1/ \y \1/~, /\"' /1\ .;1\

/

r, ,, '

, ,,,!,,¡,••,j

,I .._

!/~ ~\?\-=;:\r¿J-<- ¡:.-- /..-,....-r r \ I

j~",1!

,¡';·1\

l, -

,!,

madura, pero también cuando la integració'n visual no está aún estrecha­, mente avasallada por la realidad física .de la cosa figurada.

La geometrizecián, , 'Es un fenómeno bien estab.lecid? en el can:Po his­tórico. Debido a razones materiales, como son la eXIgenCl'a de los hilos deltejido y de las hebras de, la cestería, los, elementos .figurati\10S sig~len con-,tornos angulosos y se pierden, progresivamente en figuras ge~metrlcas de~­provistas ,de sentido. La cerámica of rece formas distint.~s" debido a .la a?!t,(ación de un decorado que gira alrededor de la vasija O a la eJecucloncon el pincel de sujetos rápidamente acabad~s, los cuales se t~~an prog~re­sivarnente Y' alcanzan finalmente el geometrI~mo. Esta evolución se .hlZ{)

normalmente sólo en los procedimientos, decorativos, en los cuales el ritmoes más i,n:portante que el sujeto y se puede decir q_ue ~?da~ las artes, desdeel N eolítico, ofrecen renglones donde In: geornetnzación Interviene.

En el arte paleolítico, el procedimiento aparece en dos vías muy di­ferentes. la primera es la vía común, Y no hace más que confirmar larevla general. Desde el Auriñaciense hasta fines. del lV"fagdaleniense,' losbbjetos~ decorados se colocan en tres categorías. Unos ~on figurines. queposeen en sí mismos todo su significado; 'otros son objetos qlle tuvieronun uso técnico de larga duración, como los palos perforados, o. una (1l1-

ración corta, como las(_.puntas de azagayas. Los objetos de larga duracióntienen 11n decorado grabado o esculpido, elaborado y con un grado de

;

;"

"! :l',-'f -":~"~';~

i,- , '!

"

e

368

Fig. 137. Altamira (Santander). Bisonte de estilo IV antiguo. Pintura bicrornarnodelada.. Fig. 138. Niaux (Ariége), Bisonte pintado en negro. Estilo IV antiguo,Modelado plumeado. ,~ig. 1~9.~e Por~el ,(Ariege). Caballo pintado, en negro .Modelado al trazo. Estilo 1'1 antiguo. Fig, 140. Toro y "a ca grabados en pared.Teyjat, Dordoña, Estilo' ,IV reciente.' Realismo del movimiento" y de la forma.(Según H. Breuil). Fig. 141. Caballo grabado sobre hueso, Schwitzerbild (Suiza).

Estilo IV reciente. Realismo del movimiento )1 de la forma

140,

'. ,)

141139

')\\(\ AIJJ/ ,.,J'"'.. _---., ..~ÉJJ)(~~'

138137

"

.,.,.",-----,-------------------=-----

Page 185: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

371370

I. Fig. 143. Variantes del tema viril (a) y d 1 ter f . (b, e ema· emeruno ,y e) ilust'rando elcarácter abstracto de las representaciones sexuales 'durante la mayor parte del,

Paleolí tico superior

. e

,

,\ 1',b

.\1

- -)I I\ I()a ..

,. ,.

jIIi

¡ .

{,

~,;(,

,

;'¡'.'.i ..

il '.'.:'i...~¡:i ..,x,,<

con atributos sexuales primarios, la inmensa mayoría .de las figuras care­cen de tales signos: nada, salvo detalles de pelaje, 'de cornamenta o detamaño, dist~ngue los ~acho~ de las hembras, a pesa~ de' estar agrupadoscon frecuencia por pareja, Ninguna escena de acoplamiento humano o ani-mal está atestiguada con certeza. Parece que. una fuerte imposición moralo mágica se haya ejercido en este dominio; 10 cual explica en particularen los estilos 111 y IV antiguo, el ocultamiento de los símbolos 'sexuales'con formas geométricas casi irreconocibles. El esoterismo figurativo, es prác­ticamente contemporáneo del nacimiento del. arte mismo. Lejos de ser uofenómeno tardío, está directamente ligado 'al hecho de que las figu.ras sonsímbolos y no copias. Uno de los errores de los historiadores del arte, pa­leolítico ha sido el de prejuzgar, llevados por un espíritu moderno, mani­festaciones que debían ser sencillas porque son primitivas y espontáneasporque son artísticas" Lo sencillo no es contar los pelos del, rabo de, unmamut para no' olvidarse de uno, sino el vínculo del lenguaje de 'las pa·labras al lenguaje de las formas, La mejor prueba que podemos aportar(si ello fuese necesario aún) de la existencia de un lenguaje en. el Paleo­lítico Superior, es precisamente el. ,hecho de qlle, las figuras no podíanprivarse del apoyo de las palabras para ser' inteligibles, Es, pll~S, mllyimportante constatar que, a partir de· 20000 antes· de nuestra era, las fi­guras podían alejarse del realismo, incluso muy relativo, para tomar laforma de signos tan convencionales como, los de una escritura.

La decoracián. El sentido de la palabra "decoración' es bastante fluido.y la decoración está muchas veces más en la intención ·puesta· en ella queen ,sus elementos mismos: un mármol antiguo, otrora centro de composi­ción de un ,templo, puede no ser más que uno de los elementos decorati­vos de un parque. La intención decorativa misma' es huidiza" pues en unsantuario, los grandes frescos edificantes son elementos de decoración aligual qlle las guirnaldas 'de hojas. ··Los valores comunes residen aparente-.mente en el hecho de que la decoración introduce la noción de' composi­ción }. de integración en el espacio, pero .haciendo intervenir una especiede jerarquía de los valores, una distinción entre formas mayores Y: formas.menores del arte figurati"o. Hay razón para preguntarse si la. noción dedecoración está presente desde el Paleolítico bajo sus dos aspectos nor,malmente comp'ementarios de organización de las superficies, y de .los vo-:lúmenes, gracias a figuras de carácter o de situación menores. .

. En el. arte parietal, que volveremos a considerar bajo el ángulo dela composición, los, elementos decorativos, en el .sentido común, estántotalmente ausentes, Las cavernas son tal como serían unas iglesias donde,exceptuando las estatuas o los frescos, hubiera sido descartado todo e'e­mento superfluo o todo relleno, como los capiteles, las molduras o losdorados. Sin embargo, se conoc,e el relleno de superficies con motivos geo­métricos' en obras fechadas más cercanas, de nosotros, como las de las'construcciones neolíticas de Catal Hüyük en AnatoJia (fig. 144), sepa­radas unos 2.000 años del Magdaleniense. Por otra parte, en el Paleolítico

, existen numerosos ripios decorativos en el arte mobiliario, En este últimodesde el Auriñaciense, ciertos objetos como los punzones, y los· palos

realismo correspondiente a su época, Los objetos de corta duración sond~corado.s económicamente con unos grabados muy· simplificados, que ter­rnman siendo, f recuenternenre, , forn:as ~eo:TIétricas: segmentos de círculos,cruce-s, ron~bos, etc.,. ,La~ exigencias técnicas son pues, C0010 en las cul­turas ulteriores, las', ,que, imponen la geometrización del decorado, Ellasacarrean una e\r01UCl0n comparable a la de la escritura es decir 1 "dida pro ' dI' fi d " a per-

'O' greSl\ra e sUJe~o ,Jflura o y la formaciÓl1 de, una serie de signos(fl~.1~,2).La geometrlZaCJOn aparece, aSÍ, como un aspecto de la esqlle.matización extrema. ., Los paleollticos .han llegado ,a la geon1etrización por una vía diferen-te ,y "; U?~s condiciones ~uy parti,rular,es. Ya hemos dicho que todo elarte pa eolítico europeo ~sta subtendido en un terna mitográfico Oscuro pa­:-a nosotr?s y que hace intervenir, en un mismo grupo, el 110111bre,la rnu­Jer, el. bisonte y el, ,caba!lo: En el .estilo 1, se reconocen representacionesl11ascu11n~s o fe,menlnas Íirnitadas a los símbolos sexuales figurados de rna-n,era realista (fI~S. 84~85). Muy pronto, tal vez desde el prefigurati\'o, lossimbolos masculinos se confunden con los bastoncitos alineados o las seriesde p~ntos., a pesar de, que el realisl1_10 resurge de vez en cuando' hasta el

. 11:agdalenl,ense. ,Los símbolos felTI.en1110s son expresados de manera C0115-tante medlan~e óvalos, pero a partrr del estilo 11, es frecuente ver reern la.zadas. estas fIguras por. ~nos óvalos. encajados o por círculos, En el eftilo111,. vernos unos cuadriláteros que pueden ser recortados F)or f'g ,'da e 1 "bl " d ' 1 uras en11: ;os, como os asones e ~ascaux (flg, 143). Aunque el arte pa-Ieolítico sea normalmenre subtendido por unas preocupaciones . t dh ia 1 ducci , orlen a as. aCI a. repro. ucoon y a veces exhibe figuras humanas itifálicas o machos

... _._.___;__

Page 186: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

,

r. I

jI. . I!

I

I¡I!

1::¡'I.0!I;:.1,;1.:• !.,¡

• 00.'

373372

perforados, tienen un envoltorio aparentemente decorativo de fi (Juras rea­lls.tas O ge~métricas. Más tarde, después del So'utrense, se ágregfn a estos~llsn~os objetos Jos. propulsor~s, las azagayas y los a.rpones, y podemosrmagmarnos que los nlagdalenJenses decoraban sus armas. y sus útiles COI110

hasta hace poco entre nosotros y por doquier en el mundo. Seguramente1ue no hay duda en. cuanto : los aspectos est~t!cos de esta suposición.~l. decorado de los objetos esta compuesto y equilibrado con la forma delútil, y. e! l,?gro notab!e de la. ,mayor parte de las obras satisface plenamentelas e~lgenClas de !a mtegraClon del decorado. Mas el otro aspecto, el degratuIdad, que asignamos a la, decoración.' . es ciertamente erróneo, puesno solamente el d~cor~do P?sela un sentIdo,· sino que desempeñaba unpare! y el envoltorio figurativo de la más pequeña azagaya no se. distin­guia del decorado de las cavernas. Si el hueco del· palo perforado estárodead~ de bisontes y el mango. decorado con caballos, esto bien pareces~r .debido al hech~ de gue el objeto correspondía con su hueco al simbo­lisrno hembra del bisonte y con su mango al simbolismo macho del caballo.lo c~al es tanto mis ci~rto cuanto que numerosos palos perforados poseedJos sírnholos de la pareja ~umana en lugar de la pareja animal. Las azaga-

. yas, que entran en la herida como un órgano macho, llevan U'11ashilerasde ca?a!los que se esquematizan hasta no ser más que simples elementosgeométricos. El .decorado de los arpones hace intervenir ..al pez, tambiénsímbolo macho. Est~s constataciones siguen siendo coherentes con lo quesabemos de la.s_re.laclOnes entr~ ~enguaje. r figuración: los objetos "hablan"desde el AurmaClense y contmuan· haoendo'o en la mayor parte de lasculturas qlle no han separado toda\rÍa el sentido y la figuración. En cierta

{o

l~ .,

!••1

.'>: .

medida eso sizue siendo verdadero para las grandes civilizaciones; en elJapón, 'no se k ocurriría ~ nadie desplegar en. la. primavera una pinturade crisantemos; no se concibe el cayado de un obispo decorado de b~can­tes, ni la espada de un académico del Instituto ~ecorada. de mandoll~as.La separación se hizo des?e. la antigü~d~d,' en .ChI~a como en el Medite-. rráneo, .entre el tema alegórico }' los ripIos decorativos.. . .. La composicián. . La composición está vinculada a ~a vez con el. sentIdo·

..de las figuras y el equilibrio de las formas e~ el espacIo:. Hemos VIsto quelos paleolíticos usaban 'las imágenes como 51 ~~~sen tI?ltogramas r pode:mos, ·en consecuencia, suponer que la, COmp?SlCJo.nun~da al se?tld(). est,apresente desde el origen mismo del dISpOSItIvO figurativo. La ~lntax~s fi­gurativa es inseparable de la de !:s palabras. En efecto, ~as. mas antlg~lasfiguras conocidas, las. placas aU;lnaclenses de La Ferrassie ~ del abrigoCellier, reúnen ya ~nlmales,' senes de rayas o de puntos y ovalos !eme­ninos, repetidos en varios ejemplares, los cuales., Juego, se extenderan e~toda la longitud de las cavernas. Este. ensa.mbla}e correspon~e!, por COOSl­guiente, a la primera parte de las exrgencias -de la COI?poslclon. Lo. quellama la atención, sin embargo, en los centenares de eJempI~s conocidos,es la libertad de ensamblajes de los elementos, libertad qu~ ?}ZO creer du­.rante mucho tiempo que ningún orden presidía 1~compOSlCl?O; nubes. debisontes y de caballos sembrados al aza~,.,o un ciervo aparecl~n,do. de irn­provisto, eran como .par~ derrotar' la vIslon. moderna. El equilibrio espa­cial de las formas, SI exrste, no es de la misma naturaleza del que reinaa partir del Neolítico, 10 cual es, una vez más, absolutamente .n.~rmal,puesto qlle hemos visto que la fijaci?n agraria acarrea u?a refun~Icl0n dela imagen del mundo. En otros' tra~aJos he d~mostra~o co~o, partiendo deuna estadística topográfica de las figuras parietales, lnt~nte d~sprender losprincipios que habían podido c~n?ucir a los. en~~~bla).es tupldo~ de Las­caux o de Altarnira, Estos princi plOS de eomposlclon en el espacIo .corres-penden a un orden bastante singular, pe,rfecta~ente de acuelr~o, SI? ~~:bargo, con el origen. mismo, del arte fIguratIvo ". La gruta e~tadlstlca(fig. 145), imagen acumu' attva de. ochenta grutas reales, apa~ece ~eco.rada de la misma manera qtle los objetos, sobre la base d~ un simbolismomacho-hembra, según. la inspiración nacida de su topografla., Sus estreche­ces y sus callejones sin salida se ofrecen como otros ~antos símbolos ferne­ninos completados por símbolcs machos:, lP~ntos ,altn;ados, caballos,. ca­oras monteses ciervos. En el fondo del u time divertículo .. se encu'en~ranlos símbolos machos más poderosos: el hombre mismo, el I.eó? y el nno­ceronte, Las paredes más despejadas de. las salas lntern:edlarlas sop~rtanel mitograma completo bovino-caballo y símbolo,s m~scullnos y femeninos,muchas veces acompañados en su contorno de simbo os machos ~~plemen.tarios: mamuts o cabras monteses (fig. 146). En. estas composIcIones, laorganización espacial está ligada al s~ntido y ~~.a l.a, búsqueda d~ .~nequilibrio nacido después de largos. siglos de ~IyIllzaclon. La reparticiónno es anárquica, sino que se cuela en las sllper~lcles muchas veces con uo.arara convenienc'ia, mas sin ,rigidez, y la sintaXIS se trasluce cllando percI~.bimos, como en Laseaux, qlle varias veces los toros completados con lln .

.Fig. 144. Decorado geométrico sacado de los frescos neolíticos de CaralHüyük (según Mellaart)

._----~----~-_._--..............,.,__~-.-.~._.-:-..-_.-..,.. _ .....__ .__ ..._ .._---....

•••.... _"." - ....';:'~# •• 111 ....-~ .

~ - ..r. ~..- ......~- '. ...' ., .• • •. .'• • ••. -.·~··a............... .

Page 187: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

, i

375

88

, ,Yo m, b'"Fig. 145. ' Fi~~ración ,estadística' de la' d ' .., ",b) En ~upe~flcle total. J: comienzo del de ecora:lo~ de. las cavernne a) En plano;

de los dlverclculos centrales; IV; f ' d 'f~Iado, 11. pasIllos estrechos;' 111) entrada'd~ las, salas o pasillos; VI: conto on o o In del. decorado, V: superficies cenrr J "

.divertlculos centrales, Las cifra roo de las JuperfJCleS centrales; VII· interior de aJ eslocalizaciones rnencio·nadas' los s ~orresPfon e~ a los porceota_ies d'e fi auras' para l()S

, '" SIgnos emenlnos \' mascul' 1 b • asestrictamente 'con'\'enci~nal~s 100S y os anImales, son

evolucionado, hemos visto que la posesión del realismo de movimiento,es decir, la construcción de la figura' aislada, es rara e incornp'eta; en losmejores casos, los movimientos vivos son traducidos miembro por miern­'bro. Exactamente como el realismo de forma, la composición y el rnovi-

761I.rr. zr.

Fig. 146. Pech-lV!er'le (Lot), Composición pintada en negro, con el tema uro­caballo + mamut. Cuatro uros, están figurados: uno al centro, encuadrado porun caballo esquemático y un mamut; el segundo parece caer verticalmente; el deabajo, a la derecha, está marcado de heridas que equivalen a los signos femeninos;el de la derecha está marcado de un símbolo viril (bastoncito ganchudo en trazos)

, '

, ,82n.Ii .1'1.S8

1.1I.Ii.W.

Fig., 147. Lascaux. Escena delhombre derribado por el bison­te. Es un tema conocido en va­rios ejemplares, Se trata más ve­rosímilmente de un ensamblajemitográfico ,que de un relato

vivido,,

1

caballo se enErentan a un zru o .de v "de. pequeños caballos· y qu~ fas si n;sca~ com1?letada~ de una multitud,a los toros, mientras ue los . ,g .asculInos aisladoc acolnpañantos acompañan las \'ac~s.· De sI1nos femenInos. compl~t.ados de bastonci- .

es a manera, la lntegraclon intelecttlal del

, .I. II/,. '

(

I'jI\

• •

••..•a

••

••SALA

•, ."I,..•••• ••••

•a •ENTRADA • •• SALA •• •.,• ..• ..• •• ..• ••

,~__ ----.,.." ".,--_.,. , ' . -," lO.. ··' " ,~ . -lO' ~ ,~ lO·. ~ ....." ... .. \, ~ ~.. .. \

_.*,,'. \ \, lO·- ".'"' \,~.,...----~.r....._ ' .. __lO ..,~ ...,. - '- .... "'-",,,

espacio es .perfecta, pero, al igual que el realismo, el equilibrio espacial,es una adquisición más tardía, apenas esbozada a fines del Magdaleniense.

'En efecto, el sutil juego de la simetría o de la, asimetría de los gru­pos de figuras, de los campos y de la, perspectiva, parece seguir el rea­lismo del movimiento, el cual supone' el juego asimétrico' de los miem­bros percibido en el conjunto. Ahora bien, antes del Magdaleniense

" ,

.~..

Page 188: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

. 376

377I

Ii

i

ies iab . s cómo alcanza en lacon imágenes que son ensamblajes a stractos,,' emo 'd las figuras evo-. ''';, di d" . 1 d la conSIstenCIa e ,composlClon un esta 10· istmto a ~ 'f r' f' El estadio

lucionando éstas indi\'idLlalment~, ?aCla el realls,mo ot~~"a I~~te se iniciasiguiente, en el cual. la conlposlc,'~n se construye narra rvarn ,solamente cuando el arte paleolítico desaparec,e", lcar d '1 de

Perspectiu«: Si el estadio de la cornposrcron e,s a canza, o so o lasmanera parcelada por la 'misma evolu~ión .que despeJa. el reailSm?:~ ca­formas y del mo\'imiento, la perspectIva. srgue exactamente ~ "mIs pers-m ino puesto que en realidad, realismo de formas, compOS,lCI?n y al's'

, ' id L pectiva de las imagenes -ctiva están estrechamente unr os, a pers ,r:das ELle alcanzada desde el estilo 111, y Lascaux ofr,e,ce ~um~~~o: :~e~ilos al respecto, Ella se traduce por una convenClon , e I mode

Pd'b' de las cornamentas en la implantación de las orejas, en, e d'I LIJO '1 iernb E t perspectiva se a -lado de las masas corporales y de os rmem ros. 15 a 'de 15000uiere se uramente en el curso del estilo 111, en as cer~anlas , "

~ntes de gnLlestra era, visto que ya se ha observado que ,clerta~ fIguras ~~Lascaux han sido retocadas pa,ca imponerles una perspectiva ¡mas cO,nfor .a la verdad óptica, En el estilo IV, Ias cornamentas y . as orejas son

IIIIIIIIII

Fig, 149, Gruta de: la Ad,daura. (Sicilia), Ensamblaje de, Figurasrespllndiend? !l' un reallsm,o deacciones múltiples- El conjuntodel cual' este fragmento es ex­traído está orientado por el te'ma paleolítico ~ro,cabal!~ +cérvido, pero la lnterVenClon delos personajes es un hecho nuevo-

(!

'jI

,=v-.IEl arte paleolítico no aporta ningún tema narrativo. No figura (salvo

el caso del hombre derribado por el bisonte ) (fig. 147) ninguna acción,sino actitudes animales, qLle también son atributos, como los bisontes"brincando" de Altarnira, los cuales parecen figura.r, en realidad, machosrevolcándose en el IJ01\'0 rociado de orina, para marcar luego su territo­rio frotándose a los árboles (fig, 148), Las artes posteriores, incluso lasde los primitivos recientes, no ofrecen nada realmente comparable al sis­terna figurati,'o paleolítico, Las. figuras' parietales, corno las de Af rica,que representan animales en unos ensamblajes aún poco estudiados, talvez se aproximen a ello; ell1j)erO vernos allí intervenir personajes activos,escenas de' guerra, de recolecta y de familia: unos conjuntos COl11¡JLIestosde caracteres l}litográficos IJero cargados de un contenido narrativo iden­tificable, Los grabados de las grutas del Sur de Italia, ciertamente de lamisma inspiración que las nuestras, pero del Paleolítico más reciente,testimonian sobre el punto de viraje del sistema figLlrati,'o (fig, 149),Encontrarnos en ellos, con el mismo desorden aparente, parejas de LIras,de caballos y de galll0s, aLlnque más adelantados en su .realismo de lasformas y del movimiento y colocados en grLlpos sobre unas Iíneas desuelo imaginarias. Además, encontrarnos allí también, los hombres y lasmujeres, ya armados o bailando, caminando, sentados y acostados en elsuelo, .

En un sentido distinto, las artes primitivas están repletas de mito­gramas pintados, grabados o esculpidos; pero ora las figllras están y'aprofundamente jerarquizadas corno los palos totémicos de la Columbiabritánica o el estatuario africano, ora los elementos estereotipados se re,piten por acumulación COl110en el arte parietal de Australia o de losDogones, o en fin, la composición se organiza en escenas narrativas, ce-1110en la pictografía de Jos Esquimales o las pinturas de los Pieles-Rojas,Uno de los' puntos 11l:íS interesantes del arte paleolítico está ligado a suproximidad con relación al origen de la figuraciól1: salido del punto cero

I

II,Fig, 148, Bisonte macho revol­

cándose para marcar su territo­rio, llamado "bisonte brincan-

do", Altamira

I. ,1,,i

,,miento estudiados representan una adquisición Il1uy laboriosa, propia' delas artes de madurez, Bastaría, por otra parte, con el esbozo de algunosárboles o de una aldea, de una sencilla linea de horizonte para que elarte paleolítico se coloque de golpe al nivel del arte asirio,' mas, la au­sencia de cualquier elemento extraño al terna mitográfíco es precisamenteUll rasgo característico,

Page 189: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

Fig. 151. Pech-Merle (Lot), Panel de los "antílopes". Animales. indeterminables hechos con partes 'disparatadas de varias especiesI

transparencia g,racias a los cuales los órganos san vistos como a tra vésdel animal, .ni los efectos de escala decrecien te. La composición es, a lavez óptica en las figuras y COI110ajena a toda organización escenocráficaen sus relaciones. Los grabados de la gryta de la Addaura en el Sllr cit·Italia, paleolíticos por su contenido, '}'a pertenecen a otro mundo IJor lasposiciones de las figuras, las cuá-les' evocan lID círculo de hombres cai··landa y una hilera" ohlicua de personajes caminando,

Pode~os preguntarnos si la perfección' de los e'ernentos y el carác­ter sumarro de' su articulación no están en relación con la evolución dellenguaje y si, con un' vocabulario técnico muy apropiado, los cazadotesde caballos no .disponían de una sintaxis de nivel aún. bastante elemental.'No es ..imposible pensar que un estudio del arte paleolítico, orientado eneste sentido, despejaría hechos inesperados en el plano lingüístico ..

Fig. 150. Evo lución de la perspectiva de las cornamentas -vastas en el curso deJ Paleolítico superior ~

378

nI

_._--_._-------------;-__;_....---~-:-------!

·1 .. l /. '\ I/-'I.y--

, '

I . '¡ ,',r I <, ¡ IL, \ I

I j l·-

__ ~_. • o __ • 1

- ._-- ---.--~

I-_

Hemos visto en medio de cuáles condiciones, bastante. paradój icas,nace el primer arte figurati~{o; .estas condiciones no .pudieron reproducirsesino nllly excepcionalmente, puesto que, ·luego, ya no hay arte aislado,· los ciclos se desarrollan,' aunque. tal vez jamás. con un inicio ex nihilo,plles, incluso los' australianos tuvieron roc~s con las ideologías y los sím­bolos melanesios .. En' la situación existente, es imposible hacer interveniren todas las incidencias los aspectos de las artes '(primitivas" históricas,allnqlle es. útil confrontar. el arte clásico con su antípoda verdadero. Esta

· confrontación' ha desconcertado a los prehistoriadores y deja aún escaparlos . rasgos esenciales de la estructura figurativa primitiva en el sentidoabsoluto. Se esperaba unos hombres todavía. un' poco simiescos, los cuales·hubieran dibuj ado, por magia o por distracción, sus presas y mujeres,yeguas preñadas o toros heridos, sin problemas de· composición, puesto ~uelas figuras estaban colocadas al azar en las grutas. y formando' paulatina­mente unos bultos enmarañados. Esta. idea era tan fuerte que fueron ne-·cesarios los trabajos de la señora Laming-Emperaire para que se percibieraque la confusión de. Lascaux era construida. Estamos muy mal preparados,después de 8. 000 años de agricultura y de ciencias en vías de' exactitud,para concebi r al primitivo, Hemos visto en el primer capítulo cómo laimagen del hombre fósil era tributaria de los sabios, ellos mismos muchasveces marcados por' S11S lecturas de niñez. Hemos descubierto con asombrodesde hace veinte años, en Nigeria, que el antiguo' arte de Ifé era más·'evolucionado" qtle el arte negro contemporáneo. Descubierto al' finaldel siglo XIX, el arte paleolítico ha llamado. la atención primero por laextraordinaria exactitud anatómica de los animares) exactitud real desdeel' Magdaleniense medio, aunque ante todo tan relativo. como la del arteasirio, por ejemplo. La. cosa que más ha escapado 'es que .se trataba. deensamblajes simbólicos con elementos yuxtapuestos; que los elementos fi­gurados, los animales al igual que los seres humanos, eran hechos graciasal ensamblaje de elementos anatómicos característicos cuya integracióncompleta ha exigido milenios de pulirniento inconsciente y de menudoshallazgos individuales. Con bastante prontitud han sido dominados los

'I"(T

reproducidas según una perspectiva muy próxima a la de las grandes Ci4vilizaciones, y el- modelado corporal se ha 'vuelto absolutamente conven­cional (fjg. 150). Una cosa nluy singular en el arte paleolítico es que,salvo en los estiI?s 1 y 11, las figuras alcanzan 'una reproducción óptica'que 110 conocerán sino tardíamente las grandes civilizaciones agrícolas delMediterráneo y de Asia, mientras que la organización colectiva de lasfiguras p~rlllanece en un nivel asombrosamente elemental. La reparticiónde. los animales '0 ~~ I~s sigr:o.s responde a las necesidades del rnitograma. prl111~ro, .~ al equll~b.rlo estético de las rnasas.. lueg?;. además, no hay.p~eocupacIon ,per~eptlble alguna e!l cuanto. a la, repartición de los planos,m ~scenografla, loclus? con, un nivel comparable. al de los Chur!ngas aus-.tralianos: .con tanta 011S razon no encontramos m las representaciones 'pro­yectadas o en plano, (0010 en el arte parietal africano, ni los efectos de

Page 190: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

381380

¡1.

Fig. 1;3. Lascaux (Dordoña): el "unicornio'

¡l·,•

. II

ferentes sobre el arte chino y las. artes de Eurasia septentrional, mostrécómo figuras simétricas dispuestas en banda se "teles~opj~ban" para cons­tituir monstruos y CÓI110 el tema. mitográfico muy diseminado del rílpaz,del felino y del herbívoro atacándose en cadena daba p<?r fusión la qui­'llera el cri fa el toro alado así ('CInO el ábcrui la y la serpiente conducían, b , ,

al dragón.E~ .interesante averiguar si procesos· similares tuvieron Jugar. en el

Jar(~(1 ·desen\'ol\'ill1iento del arte prehistórico. Conocemos algunc)s casos,(CIll0. el oso con rabo de felino de Rouffignac o el caballo con cuernosde bisonte de las .CombarelIes, los cuales son debidos probablemente a

. la coalescencia: el oso. y el león son símbolos machos del fondo de lascavernas y su acercamiento es casi normal. El panel del caballo con cuer-110S de las Cornbarelles ccmportaba solamente un mitograrna incompleto(caballo +mamut ), el bisonte era. apenas perceptible y parece, en .realidad,

'Fig'. 152. Le Gabillou (Dor­.doñá): la "jirafa". Entre Jos mi­llares de figuras de animales pa­Ieolíticos, .105 tres mostrados

. aquí son prácticamente los úni­cos que escapan a la identifica.ción zoológica, Este no ofrecesiquiera detalles que se puedan

•precisar

,.,,!

que los cuernos· hayan sido agregado~ al caballo mucho tiempo d~spuéspara restituir un .senti~?, al ensamblaje .. Uno de los monstruos ,mas co­nocidos es el "unicornio de Lascaux (fIg. 153), mal. llamado aSI pues~o

. que parece poseer dos cuernos tectilí~eo\ los ~uales, por otra parte, SIn

duda no le pertenecen. Ninguna expllca~l.on satlsfacto,rl~ se encuentra pa-.ca el resto de la figura: ella ocupa el SItIO donde podría haber un Felinoy .no es imposible ~ue se tr~te ,de· una ~igura de p~~tera. (presente allnqueescasa en 'aquella epoca), ~lbuJada ·.s~~n las trad~clones orales, tal co~ose hacía en la Edad·· Media con la JIrafa o el rinoceronte '. En· cambio,al aunas fi auras antropomorfas son evidentemente mor:struos. por coales-. ce~cia,· La bmás célebre es el "brujo' de la gruta de Trois-Fréres, Posee uncuerpo y unas piernas más bien humanas, .unos brazos y un sexo de jnspir~­ción ·felina,· un rabo de caballo, las orejas y la barba d~l reno, además..de .poseer su cornamenta. Los ojos y el ri.co son. probab~emente de búh~.Lo que distingue a Jos monstruos paleolíricos ~e los. grIfos. o de. las hi­dras es su ori sen intelectual o verbal, las qlllmeras y los dragones, lassire~a~ y los ce~tauros, nacen en cierto modo mecánicamente y uno pue~esezuir Sll sénesis hasta el momento en el cual el contexto oral secundariole~ da un~ existencia propia. El brujo de Trois-Fréres, por. el c?ntrario,es tributario de un contacto· del cual el es una de las posibles Interpre­taciones; interpretación conf~rme a la naturaleza misrr:a d.e l.a. fi~Ílraciónpaleolítica, la. cual es fundamenta!ment,e un ensamblaje ~lgnlflcatl\'O, Se­gún el lugar donde se encuentra la figura, .e~ ensamblaje d~ .elementosde si znificación macho puede resolverse de veinte maneras distintas ayu ~dándose .uno del caballo de la cabra montés, del ciervo o del reno, etc, ...aislados o agrupados; I~ solución genial reside· en la creación de un serde síntesis, perfectamente simbólico. .. , . .

Puede parecer paradój ico qlle el pensa:nl.ento. paleolítico ,h~ya alcan­zado un punto t,11, puesto qlle nosotros distinguirnos con difIcultad. ~n·nosotros mismos la parte del hGm~re y. la d~l ,p~oducto de la maduracióncolectiva. La expresión en unos símbolos sintetrcos es humana desde su

, .obstáculos técnicos y,. por el contrario, la sintaxis figurati,'a permaneció.en . un plan que correspondía al.· nivel del capital intelectual general.

. Lo fa'}ltástico. Muy pocos ejemplos ofrece el arte paleolítico quepuedan ser relacionados con construcciones imaginarias. ·Los monstruos noson más que algunas unidades (figs. 151·152). En las artes más recientes,la creación de monstruos está ligada casi exclusivamente a dos p,rocesos.En uno, uf? .tema normal es transfigurado IJar· agregación de elementosdecorativos o por esquematización y retoque sucesivos, El tema del jaguaren el arte suramerirano :y la escultura del Nuevo-Mecklemburgo en Me­lanesia, ofrecen buenos ejemplos de ello, El otro procedimiento es laconcrescencia de figu,!as simbólicas disparatadas, En esta e\'oIución,. ·dos. vías son corrientes. La primera es ..la de agreg~r atributos animales a lafigura humana: los dientes del león o !C)S cuernos del toro ° las alas deláguila, por ejemplo, La segunda es difundida y muy importante en tantoque fuente de Jo fantástico: es .la coalescencia de figuras animales cons­tituyendo UIl conjunto mitográfico. Hace treinta año-s, en dos trabajos di-

....__ .._--_--_-

Page 191: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

...

. .,..382

383

. La paradoja paleolítica reside en grl!l parte en el hecho de que. imágenes lnagistrales en su técnica y cautivantes !)or su forma, puedanpasar por no representar nada coherente. Visto C011 el ojo actual, el amon­tonamiento de los animales y de .signos no figllra acción, sino fragl11en­taria; ningún .relato se evidencia. Podernos l)reguntarnos si ello sucedepo~que·110 sabernos leer, o si realmente 110 11a habido acción fjgllrada.El .arte comparado permite constatar que los procedimientos de ~.COOlpO­sición (le conjunto llevan a todos los grupos hacia formas narrativas ex­plíci tas . cuando .se trata de acciones de .carácter técnico. La cacería, la!)esca o la recolecta o las operaciones domésticas, pueblan el arte rupestrede Eurasia y. de A frica; Jos rebaños poseen cazadores o pastores, y loshombres .actúan, Las _operaciones religiosas, más raramente figuradas, y·105 conceptos metafísicos, son el objeto de. representaciones abstractas. Pe­ro en las artes vivientes, 110 poseenl0s ej ernplo de un arte que tenga losatributos de la narración .sin poseer su forma; igIlorall1os estas capas del.ctores sin escena ni acción, Hay tanta más razón para pensar qlle losfrescos paleoliticos no figuran lo qu'e contÍeIlén nlás que de una nlanera

. abstracta, que en :realidp.d 110S encontranlOS ante \'arios ejen11)los de untema .único: .el del hOll1bre derribado por el bisonte (fig. 147), loscllales 111uestran que, en este caso por 10 111el10S, la c.onlposición narrati,raha exi~tido. en fO.:l11lS ·jdéI1ticas a las de, todas las otras partes. Si, aligual de nllDleroSas artes arnericanas, de Oceanía o de Af rica~ el artepaleolítico hubiera llsaqo· solalnente . figuras hierá~icas, es·quel11atizadas el1lln grado flluchas \reces. extren1o, el problema l1ubiera parecido l1lás- sen­cillo y hllbiera autorizado a suponer que el arte· toma dos direcciones:la de la .figuración muy con\~encional de las entid~des o .de· los conceptosy la real~sta de las aCCIones. ·En \!erdad, la pregunta es .Importante, sobre

, .-LO NO-FIGURATIVO

. . ,

I

·1I

,..origen y' cuando los auriñacienses graban en 110 bloque, una vulva o un

falo, no hay evidentemente ninguna búsqueda pornográfica, lJues fue ne­cesaria toda la madurez de las civilizaciones un poco roídas de la Amé­rica precolombina, de la India, de China o de Europa para alcanzar esteestado de la figuraciól1., Es probable que ni siquiera tenían en mentela . representación de la copulación (pues 110 se posee ningún testimoniofigurado humano o animal de ella), sino más bien un hecho más general,.

. ligado a la concepción de un universo en el cual los fenómenos se com­pletan en la oposición, puesto que, en definitiva, todo sistema de refe­rencia está basado en la alternancia de los contrarios: día-noche, caliente­frío, fuego-~g.lla, hombre-mujer, etc. La· nlanipul~ciól1 de los símbolos porgrupos equivalentes o por IJares complementarios corresponde al juegoentero de composición que· se puede descubrir en el arte paleolítico. Enla génesis de las imágenes fantásticas, ·an1bas vías son seguidas: la delamontonamiento de· equivalentes en el "brujo" de Trois-Fréres y la dela complementaridad binaria en. las. imágenes andróginas, las cuales, pese.a su rareza, parecen haber sido realizadas,

· todo con relación al arte más actual. El realismo ha recorrido en las ci­vili~~a.ciones.mediterráneas la larga trayectoria que lo ha conducido hastaPU\lIS de Chavan.nes y las historietas. De una .manera paralela, el arte abs­tracto ha hecho una larga carrera en el simbolismo de los signos religiososy astrológicos,· o. en el blasón, para apartarse de su sentido y sufrir unatransposición hacia un arte donde la esquematización de las formas in­tenta ·sugerir un sentido fuera de las veredas de la verdad óptica. Másallá, aparentemente no hay nada, sino el rechazo de. toda figl:1ració~. Elsurrealismo. ha .procedido mediante l10,1 fórmula donde el ens,amblaJe deelementos normalmente realistas· lleva a la negación del realismo en elconjunto general. Abstracción hecha del rechazo de significación de unaparte de las obras, esta f,órmula es relativ~mente. próxim~ a la del Pa·leolítico. Lo es por la razon de que el sentido reside e? elementos~clav~s,compuestos en un espacio ultradirnensional, aunqlle privados de sintaxis.·Es evidente que la coincidencia del surre~tismo y , de la pasión por .lasartes primitivas no es .un fenómeno fO,rtulto; la .bu,squeda de una salidamediante un retorno al fondo de los tiempos COInCIde con el. rechazo d.etodo el pedazo de trayectoria que corres.~onde a l,a elaboración de la ~l~

metría, de la perspectIva, de la ordenación .narra~lva de los valores, S.111embargo, la diferencia entre el comienzo y .el fin est.á. en el ~echo ·deqlle l~s paleolíticos innovaban," mientras q~l~ los surrealistas han intentado· renovar es decir .construir algo no construido con los pedazos de mate­riales e~\'ejecidos. Un verdadero comienzo exigiría qlle .. la ?umanidad 0.1.vide el arte (planetarizado ahora) de las culturas medlterr~neas, renunciea comprender la Grecia antigua y la Italia de la Edad ~fedIa, los ~lamen­cos, los modernos, toda pintura que sea incluso el sen tI?? contrarIo. a latradición . así como toda música inspirada por la maduración de los slglos,La memoria social está presente, su razón· de existir va más allá de laestética por más que la engloba y lejos de rechazar el pasado, las c,lllt;-r:asde hoy alientan la. comprensión de todas las, artes, desde el prehlstor.Icohasta el de los araucanos, La aparición de artes que trazarían un carrunovirgen, es un problema importante, pues ,el tono human? ~stá ligado ala creación de ritmos ascendentes. La pérdida del descubrlmIento manual,del encuentro personal ?eI hombre. con la. ,materi~ .al ~i\T~l. artesanal, hacerrado una de las salidas . de la mnovacion estetica indi vidua] .. En unsentido distinto, la vulgarización artística hace vivir las masas de unamanera - pasiva del acopio planetario, mas sucede con el arte con!~. con

· la aventura: los pintores.' chinos, y las esculturas may.as se r~d~c.lran" aligual que los cow-boys y los zulues, porque es fi::esarIo un mInImum de

, participación para sentir. El F:roblema de la ~acl0n d·e a~te 'persol1al es·tan importante para el porvenir del hOlno saplel1s como el de su degra-dación motora.

La necesidad de una salida creadora se expresa ya en las búsq·uedasde lo no-figurativo y. de la n1úsica concréta. ~i.e.n apa.riencia. es imposible.liberarse del peso de sei~. mil .años de arte CIVilIzado, la salida no puedeencontrarse más que· en' un sentido rigllroso, comparab!e a~ .del asceta· que niega. el tiempo rechazando el sueño y el orden socIal VIVIendo des-

'-

...----- ._-_ ..--------'-----------------:------_. _ _--------

Page 192: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

384

I

:. I

. !:I

.1

hace ochenta años es por ·consecuencia normal. Corresponde. al conjuntode la. evolución y los conmovedores frescos al.egóricos fueron a re~nirse.con las diligencias en la arqueología. El hormigueo actual de las. formu­las, la imposibilidad de fijar. la orientación del arte,. los ensayos c~ntra·figurativos, . son otros tantos signos de la realidad de un estado. de Inno­vación. El porvenir plantea, a pesar. de todo, algunos problemas. El re·a-·lismo óptico ha perdido, con la fotografía y las imágenes del m~vimiento,el carácter motor que poseyó en la mayar parte de las artes de vl~a l~rga.Las formas sencillas del simbolismo primitivo, tales como han sido ilus- .tradas desde hace medió siglo por los grandes pintores o esculto.res, sonformas transitorias; normalmente, nos. encontraríamos en los confines delarcaísmo como período artístico futuro, ·el de los primeros conjuntos. rno­nurnentales construidos con una maestría aún incierta de las relaciones.El arte que anima a los edificios en el mundo entero, da la impresiónde que este estadio esté tal vez ,en vía ~e establecerse. El peso de.}aerudición acumulada en la rnemona mundial enmascara, por la atraccionde las reminiscencias, el sentido exacto de una evolución que nos vuelvea conducir, después de un corto siglo de .reorientación, al punto dóndese encontraban los más cercanos predeceso.res de los .pintores de Lascaux.

nudo en el desierto. El contra-arte, es el rechazo sucesivo del realismo,de la forma, de todo rasgo de figuración, pa.ra conservar solamente elfondo elemental del ritmo y. de las oposiciones de valor. Al. extremo esel rechazo mismo del ritmo en el cuadro _blanco o azul, ° el rechazo' dela mano ~n la pintura al mosquete. .

La .pll1tura por proyección, por quelna, por dilaceración así COI110la es~~ltura de los automóviles por prensado, constituye una v;rdadera su­l11erslo.n en las estr~cturas inf rasapienses, .puesto qlle terminan, al igual·qu~ .el arte de l~s piedras bruta~ o de las raíces, 'en la puesta en situaciónestética de un nivel correspondiente al hombre de Neanderthal: el de lasformas nacidas del juego de las fuerzas naturales. Los cuadros pintadospO.f. los ~raI1des 111?nOSantropoides, pese a ser el resultado de una dorna,testimoman un~ busque?~ más avanzada todavía hacia las profundidadesdel comportanuento estético, del rechazo en el ritmo nacido de la ínter­sección de la ·casualidad y de la psicofisiología. Estos hechos son extre­mada.n1ente il1~~resantes, }1lleS si si~lnpre.!o bizarro natural ha provocadoreacciones estéticas profundas, la lrrupSlon de la casualidad COI110 fun­dalnent? de un~ estética COI:traf igu rativa es un hecho tí picarnente actualen su, 1.n1portan::la. Hemos visto, en el .pasado extremo-oriental, ascetas de1a esténca ~e:l111nar en la contemplación de un jardín que no era 111ás queuna superficie de arena .bla~ca, pero una superficie rota rítmicamente l)oruna roca negra que le restituye la escala de un universo terminado: .Esel arte· fit,'Urati\'? depu:ad? h.asta .la sustracción inminente, pero cuyafuerza entera reside en la mmrnencia siel11pre. diferida. Una vez la rocanegra suprin1id.a, 11~dj~, .jalnás, vio ~tra cosa, que una superficie deslurn­brant ..:·, pa:-adoJ a f IIosof~;a~ pero déSJert~ .,7stetlco., ¿Podell1o~ pel1sar quela. existencia actual de . pIntores de \TaCIO constituye 11n 51UIIO de naci­ml~~1to? Sign? de fastidio, seguramente, pero también con ~egurjdad ca­Ilejón sIn. salida de ·la 'creación: el arte de las demasiado viejas civiliza­ciones agrícolas de Eurasia habrá ido hasta fa neaación total hasta élp.unto ~lIende del cual no hay más resurrección, si~o nacimiel;to de un .rielo disti nto ..

L~ figuracióI1 es :el leng~aje de las formas visibles, al igtlal (lue ellenguaje ?~las .palabras, y. tIene, a la hurnanidad. !Jor la raíz y 110 hayo;r~ solución humana qu~ a tra ves de la construcción de trayectorias his­tórrcas que sostengan el impulso de creación en una larca ascensión se­g~ida de u~a caÍ?a encadenando sobre otras tr:lyectorias~nás nuevas.' Lasbusquedas fl~ur~tl,ra~ son, rll~S, huma~as por su porvenir; la crisis actualno se tornarla ln~uletante mas que SI, corno para lo social, la relaciónentre la masa ..,p.aSl\'an1ente consu;nidora de ar~e y la élite creadora acarreauna degradación del tono de busqueda: A f Ine~ del siglo X\'III, el pasode. un Inundo qlle duraba desde el 1)rII11er cultivador a un m·undo dife­rente, se esbozó en las técnicas }'.la gran· crisis actual se ha desencadenado·las f~rmas. sociales se· conmovieron en la misma época y la. música co:menzo a· ~lrar sobre sus bases poco tienlpo después. El arte· de las ilná·genes h~ Id? nlás lento. ~T 11a sido .po.~o antes .d~. fin~~ del· siglo XIX quelos desllzarnlentos -se hICIeron perceptIbJes. La sltuaclon que reina desde

,', ,

._.__ ._._-

Page 193: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

.':

....... --_ ... -.

387

Libertad imaginaria ... , este título podría pasar por la expresión delpesimismo inspirado por' ciertos aspectos de la evolución del hombre.Como en la fábula 'El lobo y el perro, la marca' del collar es el preciode la liberación frente' al medio natural; "la seguridad social" tiende alimitar, para el individuo, a la vez 16s riesgos de deterioro demasiadorápido y el ejercicio incontrolado' de sus capacidades personales. La li- 'bertad, elemento frágil del edificio humano, reposa sobre la imaginacióntomada a la vez en el sentido ilusorio y en el de la liberación a travésde los, símbolos. Imaginario, el mundo de los australantropos ya lo es,puesto que fundado sobre la, primera materialización del símbolo eficazdel útil, al mismo título qlle el de un hombre actual corriente qlle sacatodos sus conocimientos de los libros, de los periódicos, de la televisióny que recibe con los mismos ojos y las .misrnas orejas que su lejano, pre·decesor, .el reflejo de un' mundo ensanchado a las proporciones del uní·verso; pero de un mundo qlle se ha vuelto el de las imágenes, mundoen el cual está hundido sin participación distinta a la imaginaria, Siendoque el hombre vive en el jllego de todas las. partes de su cuerpo y de suespíritu, el problema, de la identidad del hombre del centésimo siglo ydel hombre tradicional, se plantea con, legitimidad, al igual ql.le se planteael problema de la situación del hombre inmediato, situado todavía en lasfronteras' del bomo sapiens o, tal vez; más allá. ,

A lo largo de estas, páginas, varios capítulos han sido' consagrados,a la busca de vínculos profundos y el hombre ha sido enfocado en la

,parte zoológica de su naturaleza, ,Resaltó de' ello qlle no solamente elhombre zoológico seguía compartiendo con los otros mamíferos la or-'ganización particular a los animales de, sangre caliente, sino que sus com­portamientos, por debajo de la humanización, seguían siendo ,y de unamanera intacta, los de un mamífero social,' omnívoro, para, el cual los,constreñirnientos del territorio, de la adquisición alimenticia .'y' de la '.re-

•, .

"

IMAGINARIASAPIENS,

EL· DESTINOy.LA' ·LIBERTADDEL' HaMO

xv

Page 194: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

_.'

389388

-Uno de los resultados del estudio' 'simultáneo del, hombre bajo' losángulos, de la biología y de la etnología, es mostrar el carácter inseparablede la actividad motora (siendo la mano su más perfecto agente) y de laactividad verbal. No hay ,dos hechos típicamente humanos de los cuales.uno sería la técnica 'y el otro el lenguaje, sino un único fenómeno mental,fundado neurológicarnenre en .territorios conexos y expresado conjunta­mente por el' cuerpo y los sonidos. La prodigiosa aceleración del progresoa partir del desbloqueo de los territorios pref rontales está ligada a la vezal desbordamiento del .razonamiento en las operaciones" técnicas y a, laenfeudación de la mano al lenguaje en el simbolismo 'gráfico que terminaen la escritura. ,

, Por ello conviene preguntarse a' dónde va' el bomo sapiens como ani- _, mal pensante, Luego de algunas centenas de miles de años durante 'loscuales, técnica y lenguaje se iban' equilibrando en una evolución ritmadapor el paso de la evolución zoológica, el bomo sapiel1s, ha establecido unequilibrio circular en el cual el pensamiento hablado se vio acompañadopor el, pensamiento' fijado a través de los mitogramas y luego", de laescritura,' Esta última, por otra parte, ha tocado tan sólo una Ínfimaminoría estadística de la, humanidad hasta el siglo presente, La pirámide,social promueve el progreso intelectual ,gracias a escasos elementos individuales sentados sobre una masa humana aún equilibrada en la fórmulaqlle podíamos decir "humanamente normal", de tina exi-stencia donde laactividad imaginaria está, colocada al nivel de la participación corporalen ,las ceremonias y al nivel del mitograma en la figuración.' ,La escritura,para una más' amplia minoría, ha, conservado el papel de sus orígenes;siendo no un instrumento del pensamiento especulativo, sino' un proce·dimiento de información práctica, Sirvió a fijar el derecho, la contabilidad,y a orientar la masa de la actividad ideológica: la lectura religiosa, .elcódigo, y la manipulación de las cíf ras, en todas .las civilizaciones conescritura, han constituido la porción ordinaria de la masa, que sabe leery escribir hasta el despertar del siglo XVIII, Durante un corto período 'quedura aún en su ocaso, apareció la perspectiva de una alfabetización, pla­netaria como equivalente de la promoción' social e intelectual. La enfeu­dación total de la actividad mental al desarrollo lineal de la escritura es,para el hon¡o SapieJ1S una promesa que sólo puede se.r realizada, por unaminoría con aptitudes particulares;, para la mayor parte de 'los ~mbres"la lectura de inscripciones ccrtas y de carácter práctico, es normal; mien­tras que la aplicación del pensamiento al hilo de un texto concreto in +

cl'usive, exige una restitllción de imágenes que sigue siendo agotadora.A pesar del eje,rcicio intenso de varias generaciones, la reanudación delequilibrio paleontológico ·se ha iniciado con rapidez' y el mitograma, bajola forma de las 'jltlstraciones, ha vuelto a i!lvadir las lecturas a partir delsiglo XIX a medida que, la alfabetización, alcanzaba las clases popular~s:las historietas entraron en el (onlercio de estampas durante el siglo XIX,

,siendo primero mitográficas 'en sus grandes composiciones, luego ence·rlrándose en pequeños cuadros qlle se pegan al texto. La linearización" deldibujo, ilustrativo sigue la difusión de la lectura de las masas; ella en-

:.~:',., ,"

p~oducción seguían siendo pcnsebles e interpretables "g lCOS U t 1 tit d en terminos' zooló-d ', n~ a ac I u que puede indiferentenlente

, e La Palisse o marcada de un "bestialisll10'" pasar por i?,sp~r~da ".. ble por dos razones. La primera reside en el I~xagerado, parece JustJ{¡ca-del ascenso humano 'desde la escrit '- echo de, qlle, en el cursod ., " 1 ura sonre todo se for' ,esmaterIalIzada; imao-en indispensable' '1 d 1'] , ~10 una lo1agen, gr ' b . a esarro o espiritual y al p, eso, pero ,que, en las cIencias del hombre arf 1 ,ro-

al desprendImiento del hombre d t d P ., lCU armente, ha conducIdoviviente, Tonlando el ejemplo def a °t a codnexlon con la extensión de 10f' idenci n epasa o mono el capítulo 1orzo en evr enriar con cuántas dificultades l' '1 se es" ..humano se ha despej ado desde h '.' la InLlagen rear del antepasadoId' , ace un Slp o a secunda ',a rstancia existente hoy entre el he b " b razon es quemamífero terrestre con alguna' ornt r: que t:e~de a hacelrse el único, , ,1m por ancra numenca y lo d 'vrvientes, hace necesaria una toma d " d s emas seres

I • ' e conClenCIa e 10 que e '1 ' 1IJ01710 JdPléJ1S nacido en el t' d 1 s fea mente e1 , ' " ' lenlpo e as estepas para 1 b 1sa vaje y progresi,ramente adaptado a la" 10 . , cazar e ca al o

de una atmósfera de etróleo uernado conlOCIon, se,ntado en medioprehistoria, que conmu~'en la c~riosjdad· La paleontologla humana y la·ch~ más allá del punto de 'lista científi¿oo,r, unas razon,es que ,'a? ~u'-'aplicadas cuando llevan a constar t d' Itoman el,' alor de ciencrasciones se ha hecho con el mismo ~~oq~e o, ~ a a~censlon de las civiliza­al mamut y que nuestra cultura .1mt r~ !ISICOe iorelecruaí que acechabaCOIno soporte, un aparato fisi '1' . e te :o.nlead apenas qUIncuagenaria tiene1" 1 10 OgICO vrejo e cuarent "1 - S'lIgar de confiar en las posibilidades de ada ta " ~ nlI, an~:. 1 ~aya pesar de todo y la contradi ., est r, p, cron, a dlstorsIon existePoderes casi ilinlitados y' lIO CCJ.°Z:1,eSd¡l presente entre una ci,'ilización de,. . Cl"1 Iza or con u .t' id d 'siendo idén tica a la q'ue pose' , id ' na ag,reSI\'l, a que SIgue'I b ,," la cuan o matar al reno tení 1 id,( e so revrvir. ' \,. la e sentr o

Toda la evolución psi t d d .hI'Z d' ., rcorno ora, es e los' pnmeros t b d. o por, a icion de territorios .nuevos los' cuales no ver ,e r.a ?S,' selnlportanCIa funcional de los irec d te .. "' 11ln suprImIdo la

1 ,,' p e en es SIno oue les h· ' dl)ape, SIempre más ocultado F)O 1 f'· J "a conserva o sur .ras unciones superl0"es Est " idtorna, con los l11amíferos, una anlplitud }'a con 'd bl··· a pIranll egra.,!ldes monos ella queda geom ~t. t shJ era ,e, ITIas hasta en los, , e rtcamen e ca erente' 1 ' t d"tegracJon, neurOlnoto,ra es realInente el sumnlunl d ,e ~or, ex e 1~~

llosas, bIen que ri (Jurosalnente an 'm l' t d" " e unos aparejos maral'I-, , b ' 1 a o a\'ta Llegado al 1 d d 'se sltuan 105 antrópidos prinliti\7os t d ' d ' , ugar 011 e

sob.re la pirámi<.;e anilnal la c l' O?" su~e de un poco como si nacieraportanliento humano la' puntauad segut Ira ~J~n' ,o el, zóca~o de todo COIn." 1 . ' , e o ra plramlde ln\'ertlda (" El . d .,segun a Jll1agen teilhardiana) y' cad " re e)a a

el conjunto de los aparejos exteriori;a~'~: :;asl gIgantesca, c?nstituida porbase sobre la cual reposan1os es y no dO a, cultura. l\1!entras que lad · , , " pue e il1as que segUIrlo 'd 1lSpOSltl\TO osteonluscular y ner\1lOso de 1 ' 't" d sIen, o, e

, mal, ,la superestru'ctura es' enteramente f?c't~-' lma ~tapa. ~l nlundo' ani- ', 1 JCla e lmaglnar a 'd d 1Jue~do quel se desa,rrol1a, al, exter'ior, entre los dos polos d~,I naclt,a 'd edcrea ora, a cara y la mano en 1 't" 1 1 . a ac IVJ a, a ecnlca y e enguaJe.

Page 195: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

390

, ',;391

paleolíticos, .la selección del medio actuaba incluso en un sentido tal quelos' individuos, todos, debían. responder .a un mínimo de .equilib.rio psico­flsico, p.or debajo del cual la supervivencia se hacía precarIa; salvo tal vez,.para los sujetos' que se encontraban en los .límites de lo natural y de lo .sobrenatural, como los curanderos o Jos magos.· Ignoramos. por otra parte,todo sobre esta .categcria de individuos en el Paleolítico; si nos atene.mos,al ejemplo de 'los primitivos .recientes, es ..poco probable que estos. prIme­ros. especialistas hayan vivido enteramente del ejercicio de su función... Es el paso a' la ciudad 10. que marca el cambio más hondo en el como

... portamiento equilibrado entre psíquico y físico. El medio urbano asegura,en efecto, la supervivencia de categorías de individuos, como sacerdotes,escribas y mercaderes, cuya función manual está más o menos compl~ta­.mente. enmascarada .por· una actividad verbal '.0, intelectu~l .~n ~u sentido. más amplio, Gentes de toga o negociantes, en todas las .civilizaciones, hanpreparado a largo. término las etapas de la. regresión manualo, más .exa~t~­.mente, de una tran-sposición del campo· técnico, que sup'one un eJerCICIO.muy limitado de las operaciones, de fabricación, S~n embargo, ellos son loshombres de la escritura, en quienes la mano forma las palabras y puntua­liza los discursos; podemos considerar entonces que, se trata de ~na trans-.posición y que el miembro anterior no ha perdido nada de su lmpor:an.

· cia en la sinergia intelectual. Los siglos I?llestran que 10.s.g~upos , soc~a.lesimportantes pueden adaptarse y reproducirse en 'un equilibrio pSIcoflSICOde tipo "cerebral", aunque se deba tener en cuenta los. fenóme?os de corn­pensación .impo.rtante,s. En' efecto, de un lado los. sujetos a~tIvos· recupe·raban una parte del' Juego normal en sus desplazamientos a pIe o a caballoo con la cacería; por. otra parte, las manifestaciones sociales 'implicabanuna participación compleja, En un ritmo atenuado, las clases no artesana­les o productores encontraban su equilibrio antrópido. Pero también se de­be tomar en cuenta el hecho de que' una parte no despreciable de loselementos de las clases cerebrales, inadaptados, encontraban en la guerra,el comercio lejano, el vagabundeo o la piratería, la manera de rehacerse.En fin,· ciertas cla-ses, particularmente en las funciones religiosas, ..eranformadas solamente de individuos sacados de su medio de origen por pre-,'·disposición, En ,el. me~io civilizado tradicional, por consi<?uiente, ;1 ejer.cicio de los comportamientos fundamentales del bomo sdplens seguIa sien-·do idéntico al de los orígenes; el abanico era solamente más amplio y Josindividuos fuera de proporciones en el plano físico o en el int~lecruaI,encontraban su inserción en tanto que filósofos o. soldados. Con. las nll·merosas inadaptaciones individuales determinadas por' los sistemas socia·. les, la sociedad se presentaba como beneficiándose' del· entero ejerciciode las aptitudes de la especie.' , .'

En el estadio actual, la situación aparente,mente no es ~ún muy dife­rente: la sociedad continúa disponiendo de todos ,sus me'dIos,' pero tras­puestos de manera creciente en los. órg~no~ ,a.rtificiales: El maq~inismoy la sujeción ,del 'mun~o terrestre han. dl~mlnUId?, e~. CIncuenta anos,. ~nvastas regiones, el abanICO donde se repartlan los IndIVIduos. La reducclonde los medios d~ creación individual y la escasez creciente de las salidas

I ',

cuen~r~,. su culminación en la lectura popular de 110y día. I..a radio y la,tele\'lslO.? han c~?lple~ado. C~11 el cinema este retorno a la literatura oral·.Y a la: información ,T~su~l SIn p~so por las formas de la ill1aginación. '~ Ca,n bast~11te curiosidad podernos preguntarnos si las técnicas audio..:

visuales cambian realmente el co,r:1port~miento tradi~ional de los ant.rópi­dos; Poder:l0s ~reguntarnos ta~11blel1 cuál es el destino de la' escritura enun ,porve~11r .111as.? menos lejano. E-s cierto que ha constituido, durante,'arIOS .nl11enl0s~ lndepend.ientenlell te de su papel de conser,rador de la,~11en]Orla colectiva y grac1as a su desarrollo en una sola dil11el1siól1' ell?s.trumento de anál~~is de' donde 's~ljó el pensamiento filosófico y ¿ien­tífico. La conservación ?el' pensarmenm puede ser ahora concebido dís­tll1tanlen.te q'Lle en l,os, libros, los cuales conservan por poco tiempo, .aúnla ,re?,ta)a de ~e~rap!dall1;nte manej~bles, Una vasta I tl11agnetoteca" consele~Clon e1ectronl,ca, ]¡br~ra en, un futuro cercano ·la información prese­l~CCIOna?a y ~estltulda. lnstantanea·mente. la lectura conservará durantesIglos aun su l~lportanCJa, pe;;e a una, sensib!e ,reg.resión en la mayor partede los .hornbres, mas la escritura esta YerOSlml1mente,destinada a desapa­r~~er raplda,n:ente, , reemplazada por unos aparatos ~lctáfonos con .irnpre-.sien ,automa.tlca. (Debemos ver en, esto una especie de restitución dele~tado .anterior a la enfeudación fonética ?e la mano? Yo opinaría más•bien que se trata de un aspecto.. ~el f~~o~~leno general de la reg.resión11:anual (v. p;) r de una nueva liberación". En cuanto a las consecuen­eras a larg.o terl111.no sobre las formas del razonamiento o sobre un retorno

. al l)ensalTIJento difuso r rnultidimensional, no hay pre,risión· posible en la. 11o~a actual. E! pensall11ento, cientí,Eico ~s~á más bien molestado por la ne­ceslda~ ~e estirarse ~n la hilera tlpograflCa; es seguro, pues, que si algúnproce~m1lento p~rmlte prese~tar los libros de, una, manera tal .que lamate,na, de !os diferentes capltulos se ~frezca sUTIu1,taneamentebajo todassus lnClde?ClaS, los autores. y .sus usu~rlo~ encontrarían una ventaja consi-derabl:-,. ~ln embargo, es CIerto qlle SI bien el razonamiento científico noperd,era S111d~d~ nada con la desaparición de ,la escritura, la filosofía )'la lJter~tfJra,' eran, con toda seguridad, evolucionar sus formas, ,Eso noes particularmente Iameotable, puesto gue lo impreso conservará las Iot­mas de pensar cunosamente arcaicas, de .las cuales los honlbres' habránusado d~rant~ el per.íod~ del grafismo alfabético; e'n cuanto a las formasnuevas, estaran, C0D: relaCIón a l~s antig'uas, con10 el acero frente al sílex:no representaran SIn duda 11n ln~trUn'lento o1ás acabado sino un lnstru­JTIento ?lás. ,~lanejable. ~a e~critura pasará a' la infraestr~ctura sin alterarel fllnclona,1111e~to de la .1nte~lgencia, con:o tIna transición que habrá tenido

. algun~s, m¡]enlOs de pnm~c~a, la. pérdida de ,la ac:tividad manual }' laredtlCCJOn de la a,Tenrur~ flsIca en' a~:entu!"a past,"a. representan unos fenó.nlcnos qlle plalltean mas problemas.' .

. La, ad~ptabil!dad . del hOl1l0 SapieJ1S está ampliamente acon'dicionadaP?~ el .medIO SOCIa.}. Podemo~ a~~jtjr q~~, l1asta la época actual, las Con­dICIones normales. para un eJercICIO,equdlbrado de las aptitudes físicas ymentales era? aseguradas a la ~~yona humana.~ ~r~vés de las tareas agrí­colas, pastor1les, artesanales o bellcas., En los prlmltl\rOS ya· fortiori en los

, ¡," ,

Page 196: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

..

¡ ,, .!

¡I!I: I

393392

l'I ~I !

1:: o

Iii··1!I, .

1Ilo

lI,,

11! II,j

..I,I

sus músculos de la p,rogramación de sus actos, de su .memcria: liberadode su imagin~ción por la perfección de los medios de teledifusió~; liberado·del mundo animal, vegetal, del viento, 'del frío, de los m.icrobl0s, de lo.desconocido de las montañas. y de los mares} .el bomo. sap/.e11s ,d~ la zoo­logía se encuentra probablemen~e cerca del fIn. de su carre.ra. ~lS1~a1Jlente,es una especie zoológica que dispone de un CIerto porvenIr; slgulen~o elritmo de su evolución desde 30.000 años, pa.rece poseer al menos Igualperspectiva delante de él; a pesar de q.ue ·la paleo~tología nos informabastante mal sobre este punto}. las espeCIes no envejecen, se transformano desaparecen. El hombre, en todo caso, tiene .~elante. d~S! un porvenirque va mucho más .all.i del ritmo de su evolución soc~otecnlca. ,

El gran problema del mundo presente está aún por ,resolv~r: .¿Collloeste mamífero anticuado, con las necesidades arcaicas que han SIdo el mo­tor de todo su 'ascenso, continuará empujando su roca 'sobre la pendientesi, un día, no le queda más que la imagen de su realid,ad?; En ningúnmomento de su evolución estuvo obligado a romper con. SI mismo. ·Desde··. el australantropo, ha vivido concretamente. su inte.rminable aventur~. Ac­tualmente, se encuentra en vísperas de agotar su planeta y y~ el mIto. deun trasplante cósmico ha tomado cuerpo. Sin embargo, el Camln? reco;rldono tiene regreso. Podemos soñar que, llegado en un astro lejano; el seencuentre fr~nte al pitecántropo y al e.efante meridional, mas no volveráa ser un tallador de sílex.

Sería contrario a la naturaleza no tenerle confianza, aunque ·la ima­ginación se orienta difícilmente. Podemos imaginar varias soluciones a !a· planetarización humana. La primera es aquel!~ pensada por muchos S1nforrnu 'arla demasiado y que consiste en un final de la av~ntura humana·por medio de los procedimientos atómicos. Es ~na hipóte.sls que· se. de.be·rechazar por la sencilla .razón de que si se produJ.era el .accldente, cua19ul.erhipótesis habría sido inútil. Más correcto es confiar en el hombre. La mIS­mi .razón debe incitar a considerar la visión teilhardiana como una apro­ximación mística potente, pero que está marcada aparentemente del signo.·de todas las apocalipsis .. La humanidad puede muy bien esperar el, "puntoomeza' durante milenios, y, como en el año ·1000, le será necesario .orga­niza~se mientras espera, y continuar viviendo. Una t.er~era solución es con­siderar qlle el individuo es socializable hasta .el infl?lto y que ,un mundoartificial funcionando en el bienestar de todas sus células, es mas deseablepara el individuo que el de la caverna 'donde era libre de salir en perse­cución de un almuerzo hipotecado por el azar de su encuentro .con el renoo co'n el león. En esta solución, es necesario, y estoy convenCIdo de ello,cambiar la etiqueta específica y .encontrar otra ·pal~bra latina que agregaral genérico t(horno".: Al fin, podemos' imag~nar. al. hombre de un futurocercano, determi~ado por una toma de conCIenCIa en la. voluntad de per·maneeer. "sapiens". Entonces, le será necesario volver' a pensar. comple­tamente el problema de las relaciones de lo individual con 10 SOCIal, ~nca­rar concretamente la cuestión de· -su densidad numérica, de sus. relaCIonescon el mundo animal y vegetal, dejar de imitar el comportamiento de uncultivo. mic,robiano, para considerar la gestión del globo o como una cosa

.ha~ia la aven~ura, han acarreado la aparición de compensaciones que sealeJa~ progresivamente de la vida real. También el deporte, así como eltrabajo en nlenudeIlclas, cortados cada año por la aventura dirigida en lascarreteras y l_?s terrenos de camping, desempeñan un papel de reeq'uilibrioque gana, ano. tras año,' un número creciente de individuos. La caceríamisma se hace aho.ra con. jabalíes y ciervos. ;emidom~sticados, con conejosacorralados,. c~n. faisanes importados por avion después de haber sido ali­m:ntados sintéticamente. En los países satur.ados~, el problema del equili­b.flo humano se plante~ constantemente La situación actual está muy .Iejos,SIn. embargo, de confIgllrar Ia de un futuro del cual pocas oeneracionesn?s separan. El obrero y el campesino han sido sólo parcial~ente rneca-·nizados; la natura'eza se deja ver aún a la orilla de algunas pla}1as o enal~un~s bo;~~es. La .guerra, a falta de la cacería, ofrece una salida a "lanl~norla Olas. Inadaptable; una guerra gue sigue siendo singularmente ar­ca~c~, esparcida al Igual que .unas· \rerdade.ras válvulas de escape, aunqueminúsculas, en todos los contmentes, oponiendo sus cuadrillas de inadap­ta?os chapoteando en los pantanos lejos de las torres mudas de lanza ..m~ento de los. cohetes atómi~?s_ Mas .l~ caza al .hombre no es más que unmito que sostiene ·la formación prernilitar de millones de jóvenes, los más

. ~otado~ de entr~ ellos no tendrán más, un día, que jalar la palanca queliberará autol11átIc~nlente .Ia bomba, hacia el punto para el cual los cal-·cuI,adores electrónIcos. habrán fijado el illicio de U11a.. trayectoria. La con-

. qursta de. lo desconocido terrestre ya no es, igualmente, más que un mitoque se ejerce, ~espetando las proporciones, i-ndiferentenlente sobre la caranorte de. un pICO ? sobre. la roca de treinta metros, al pie de la cual..cada donl1ng?, la hilera en espera organiza su ración de aventura. El 110i­verso ·lla cedJ~o y .la exp.'oración cósmica está abierta, pero corno la socie­dad no ne~:slta, dle~ mil millones. d~ cosmonautas,. para el homo· sapiensla exploración cosm~ca se ha' convertido en compensación. .mítica antes de

..haber realmente nacido, Po~emo~, así, imaginar. seriamente un tiempo rer-. cano cuando no se. co~oc~ra mas que transposIcIones y cuando habrá uncuerpo de ~xpe,rtos. ilusionistas cuya función .será la de estudiar la dietétican:~ropsí~u~ca de las .m~sas ..humanas. Los eleme?t?s de. esta disciplinaeXJs.t~n }a. tant~s espacios verd~s,. parques zo~loglCos ~. estadios, paraequlllbra~ el, 1?enodo de productividad sedentana; sostenida por el ele.mento ,7Itanl~nlco de las emisiones de teledifusión. Cada año, la raciónse completara con una ~~rta pausa campestre: espacios verdes mayores,res~nTas naturales, superfICIes para retozar, la posibilidad de construir Un.abrJgo de lona o de pasear una casa rodante o .de calentar. en el suelouna l,ata de conse.rva sobre. U? hornillo de· gas. Un cierto margen existetoda\'Ia y se conCIbe la poslb.ll1dad de asar sobre un fuego de n1adera el

. pescado atrapado. por uno mIsmo; mas, en diez años, un tal despilfa.rrode ,tesoro~ . colectl\'OS se ha vuelto excepcional y dentro de diez años más

o sera conSIderado como un delito.. .Es, I?u,es, necesario c~ncebir ~n. h01l1o sapiells completamente traspues­

to y se dIrla que, .en realIdad, aSlstlnlOS· a· las últimas relaciones libres delhombre con el mundo natural. Liberado de sus útiles, de sus gestos, de

Page 197: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

!I¡-'¡

!i

!¡I¡ItiJ'11l'"

1I

1,i II!!I1:, '. ,II1

Il.

I'

I1

1

I!II;,

- ,, t

.'

!

q'!

.'

. .

I,NDICE,

distinta a un juego de azar. Cualquiera que sea, el valor de las tres prí­'meras soluciones, a menos de considerar que la carrera del hombre seacabó, algo de la cuarta será inevitablemente intentado en el si.glo', por'venir, po.rque la especie está aún demasiado ligada a sus fundamentos comopara no buscar espontáneamente el equilibrio que la impulsó a hacersehumana,

1.,"

Page 198: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

253.,

expanslon ~.La memoria en

. . .La liberación de la memoria 215

El gesto y el programa ~ " 233

1vfEMORIA y TECNICA

SEGUNDA PARTE

LA ME~fORIA y LOS RITMOS

La imagen del hombre .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ~. . . . . 7

El cerebro' y. la mano 29. . . . ~

Arcan tropos y Palean tropos ::". 63Los Neantropos 119

El organismo social : 145los símbolos del lengua j e 18S

TECNICA.Y LENGUAJE

PRlMERA ~ARTE

TECNICA y LENGUAJE·

·Pág.

'. .'

.) ..;. ', ..:. ,,,t.'~,,_..-, :.!..~'j'

." !. i1.~.

.. " ~..

·l~.~:.. .

. ','

J ., .. .

VII.VIII.IX.

. .~.¡,.j

.\ ..',~

l.11.111.

.. IV.

V.VI ..

',' .

",

1,

.'

,

.,

Page 199: Leroi-Gourhan_El Gesto y La Palabra

:. ¡

II .

I,I

. .

La estética fun cional 291

Los símbolos de la sociedad 303El lenguaje de las formas 351La libertad imaginaria y el destino del homo stlpieJls . . . . . . .. 387

XII.XIII.XIV.XV.

.X. Introducción a una paleontología de ·105 símbolos 265XI. Los fundamentos corporales de los valores y de los ritmos '" 275

LOS SI11BOLOS EThlICOS

TERCERA PARTE

Pág.