Lengua 2013 Parte I
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Curso de Ingreso 2013
LENGUA Parte I
Cuaderno de trabajo elaborado por la Prof. Analía Reale
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Índice
Programa del curso ………………………………………………………... 5
La comunicación …………………………………………………………… 11
El paratexto ………………………………………………………………….. 33
Oralidad y escritura ………………………………………………………… 71
Los procesos de la escritura……………………………………………….. 79
Apéndice ……………………………………………………………………………. 100
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5
Curso de ingreso 2013
Eje de Lengua
Iniciar una carrera universitaria –cualquiera sea la disciplina elegida– significa, ante todo, incorporarse a una comunidad académica que organiza sus prácticas a través de una serie de convenciones y protocolos compartidos. En este proceso de integración, el lenguaje juega un papel central ya que el dominio de las prácticas discursivas propias de cada esfera del conocimiento es un requisito indispensable para desarrollarse satisfactoriamente en al ámbito académico. En lo que concierne a las prácticas lectoras, el manejo eficiente de la bibliografía, la posibilidad de ampliar los límites del texto estableciendo diálogos intertextuales y relaciones entre el texto y su contexto, la capacidad para producir inferencias y elaborar interpretaciones adecuadas a la situación en la que se enmarca un escrito son habilidades esenciales para el desempeño comunicativo de todo estudiante universitario.
La escritura, por su parte, es un instrumento clave para el trabajo intelectual y el desarrollo de operaciones cognitivas de orden superior. Por un lado, el carácter fijo y permanente del la palabra escrita permite al escritor y al lector distanciarse del texto para revisarlo y volver sobre él, es decir, permite “objetivar” el pensamiento y convertirlo en materia de reflexión. Por otro, por tratarse de un tipo de comunicación diferida, ofrece la posibilidad de realizar una serie de operaciones de planificación (que involucran la recolección, selección y organización de información; la elección de un modelo genérico en el cual se ha de plasmar el texto; la elaboración de estructuras sintácticas complejas; la selección entre varias opciones léxicas) y otras, posteriores a la redacción, que permiten reflexionar sobre el texto ya producido con el fin de revisar y, eventualmente, reformular total o parcialmente el escrito.
En el marco de esta concepción del trabajo con el lenguaje, el curso de Lengua se propone orientar a los estudiantes en el proceso de adquisición y consolidación de habilidades discursivas que les permitan integrarse a la comunidad académica como lectores críticos y escritores competentes.
OBJETIVOS GENERALES
Los objetivos generales del curso de Lengua están orientados a lograr que los estudiantes:
- conozcan y apliquen correctamente las reglas gramaticales, sintácticas y
semánticas del código lingüístico;
- produzcan textos coherentes, cohesivos y adecuados a las diferentes situaciones comunicativas para las que fueron pensados;
- sean capaces de analizar y producir una considerable variedad de textos
correspondientes a distintos tipos textuales y géneros discursivos; - construyan y consoliden estrategias metacognitivas que les permitan
controlar conscientemente sus procesos de escritura; - adquieran hábitos de trabajo intelectual que les permitan abordar la lectura y
producción de textos de manera autónoma y eficaz.
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METODOLOGÍA
El trabajo en el curso de Lengua está centrado en el sujeto que aprende y en el objeto del aprendizaje. Es por esto que el curso tiene un enfoque eminentemente práctico, es decir, la clase de Lengua no gira en torno de la exposición de contenidos teóricos de la materia sino que en ella se plantean actividades cuyo objetivo es desarrollar diversas operaciones de lectura y escritura tales como la búsqueda de información, el establecimiento de relaciones intertextuales, la inferencia, la ampliación, reducción y reformulación de textos, entre otras. Esto no implica de ningún modo dejar de lado la sistematización de los contenidos conceptuales específicos de la disciplina sino simplemente desplazarlos del centro de la escena para favorecer un trabajo autónomo del estudiante quien, en última instancia, será quien habrá de articular conscientemente esos saberes con la práctica efectiva de la lectura y la escritura. Las clases, de dos horas y media de duración, alternan fases de trabajo
individual de resolución de consignas de lectura o escritura, y grupal en la que el conjunto del curso discute los resultados obtenidos y elabora una síntesis conceptual del aprendizaje. También con el objetivo de favorecer la consolidación de hábitos de lectura y escritura autónomos, a lo largo del curso los estudiantes leerán en forma independiente un texto de divulgación científica sobre el que se propondrán distintas actividades de análisis y producción escrita.
EVALUACIÓN Los alumnos deberán rendir dos exámenes parciales presenciales en los que se evaluarán sus habilidades de lectura y escritura por medio de consignas de comprensión y producción de textos similares a las resueltas a lo largo del curso. Para aprobar el curso, es requisito obtener una calificación de 60 o más puntos como promedio de los dos exámenes. Aquellos que no alcancen ese puntaje tendrán la posibilidad de aprobar el curso rindiendo un examen integrador en el que deberán obtener 60 puntos o más. En todas las pruebas se utilizará una escala de 0 a 100 puntos. Es condición para la aprobación del curso acreditar una asistencia a clases no inferior al 75%.
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PROGRAMA ANALÍTICO a. Lengua I
Trayecto común para todos los ingresantes
1. La comunicación. Factores que intervienen en la situación comunicativa. Las
funciones del lenguaje.
Bibliografía:
ALVARADO, Maite y Alicia YEANNOTEGUY; La escritura y sus formas discursivas.
Curso introductorio, Bs.As., EUDEBA, 1999. (cap. 2)
JAKOBSON, Roman; “Lingüística y poética” en Ensayos de lingüística general,
Barcelona, Ariel, 1984.
REALE, Analía; Lengua I. Cuaderno de trabajo para el eje de Lengua del
Curso de Ingreso a la Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, UNQ,
2013.
2. Texto y paratexto. Componentes icónicos y verbales del aparato paratextual. Paratexto de autor y de editor. La lectura exploratoria. La ficha biliográfica.
Bibliografía:
ALVARADO, Maite; Paratexto, Buenos Aires, EUDEBA, 1994.
REALE, Analía; Lengua I. Cuaderno de trabajo para el eje de Lengua del Curso
de Ingreso a la Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, UNQ, 2013.
3. Oralidad y escritura: características diferenciales de la comunicación oral y la comunicación escrita.
Bibliografía:
ALVARADO, Maite y Alicia YEANNOTEGUY; La escritura y sus formas discursivas.
Curso introductorio, Bs.As., EUDEBA, 1999. (cap. 2).
ONG, Walter; Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra; Buenos Aires,
FCE, 1993. (caps. III y IV).
REALE, Analía; Lengua I. Cuaderno de trabajo para el eje de Lengua del Curso
de Ingreso a la Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, UNQ, 2013.
4. El código escrito. Elementos de sintaxis oracional. La normativa gráfica: puntuación y ortografía.
Bibliografía:
GARCÍA NEGRONI, M. Marta (coord.); El arte de escribir bien en español,
Buenos Aires, Santiago Arcos, 2004.
MILLÁN, José Antonio; Perdón, imposible. Guía para una puntuación más rica
y consciente, Buenos Aires, Editorial del Nuevo Extremo, 2005.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA; Ortografía de la lengua española, Madrid, Espasa,
1999.
REALE, Analía; Lengua I. Cuaderno de trabajo para el eje de Lengua del Curso
de Ingreso a la Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, UNQ, 2013.
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5. La escritura como tarea de resolución de problemas. Procesos involucrados en la escritura: planificación, puesta en texto y revisión. La edición de textos. Características de la “prosa centrada en el escritor” frente a la “prosa centrada en el lector”.
Bibliografía:
FLOWER, Linda y John HAYES; "Teoría de la redacción como proceso cognitivo",
en Textos en contexto, Buenos Aires, Lectura y vida, 1996.
REALE, Analía; Lengua I. Cuaderno de trabajo para el eje de Lengua del Curso
de Ingreso a la Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, UNQ, 2013.
SCARDAMALIA, Marlene y Carl BEREITER; “Dos modelos explicativos de los
procesos de composición escrita” en Infancia y aprendizaje, 1992, Nº 58,
43-64.
b. Lengua II A
Trayecto específico para los ingresantes al Departamento de Ciencia y Tecnología.
6. El lenguaje como praxis social: los géneros discursivos. Géneros primarios y géneros secundarios. Criterios de clasificación: objeto, estilo verbal y estructura de la composición.
Bibliografía:
Adam, Jean-Michel; Les textes: types et prototypes. Récit, description,
argumentation, explication et dialogue, Paris, Nathan, 1992.
ADAM, Jean-Michel y Françoise REVAZ; “(Proto)Tipos: La estructura de la
composición en los textos” en TEXTOS DE DIDÁCTICA DE LA LENGUA Y LA LITERATURA,
Número 10, Año III, Barcelona, Grao, octubre de 1996. BAJTÍN, Mijail; “El problema de los géneros discursivos” en Estética de la
creación verbal, México, Editorial Siglo XXI, 1982.
REALE, Analía; Lengua II para CyT, Bernal, UNQ, 2013.
7. El discurso científico-académico. Características enunciativas y estructurales.
Texto y paratexto científico: aparato crítico, bibliografía, recursos gráficos. La explicación y la argumentación en el marco del discurso científico. Los géneros académicos: resumen, reseña crítica, monografía, artículo académico, ensayo.
Bibliografía:
MARI MUTT, José A.; Manual de redacción científica, Caribbean Journal of
Science,
www.caribjsci.org/epub1/
REALE, Analía; Lengua II para CyT, Bernal, UNQ, 2010. REALE, Analía, La monografía, guía de trabajo del Centro Virtual de Escritura
de la Carrera de Ciencias de la Comunicación-UBA. Disponible en
http://centrodeescrituravirtual.files.wordpress.com/2010/03/monografia_ar.
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8. Narración y descripción en los géneros científicos. Inserción y dominancia. Estructuras de las secuencias narrativas y descriptivas.
Bibliografía:
Adam, Jean-Michel; Les textes: types et prototypes. Récit, description,
argumentation, explication et dialogue, Paris, Nathan, 1992.
ADAM, Jean-Michel y Françoise REVAZ; “(Proto)Tipos: La estructura de la
composición en los textos” en TEXTOS DE DIDÁCTICA DE LA LENGUA Y LA LITERATURA,
Número 10, Año III, Barcelona, Grao, octubre de 1996.
REALE, Analía; Lengua II para CyT, Bernal, UNQ, 2013. 9. La explicación. Características enunciativas. La estructura del texto explicativo.
Procedimientos facilitadores: la definición, la reformulación, el ejemplo y la comparación.
Bibliografía:
REALE, Analía; Lengua II para CyT, Bernal, UNQ, 2013. ZAMUDIO, Berta y Ana ATORRESI; La explicación, “Enciclopedia semiológica”,
Buenos Aires, Eudeba, 2000.
10. La argumentación desde la perspectiva retórica. La situación argumentativa: persuasión y convicción. Características del discurso argumentativo. Argumentación y valores. El papel del implícito en la argumentación. La dimensión polémica.
Bibliografía:
PERELMAN, Chaïm y Lucie OLBRECHTS-TYTECA; Tratado de la argumentación. La
nueva retórica, Madrid, Gredos, 1989.
REALE, Analía y Alejandra VITALE, La argumentación. Una aproximación
retórico-discursiva. Colección “Cuadernos de Lectura”, Buenos Aires, Ars
Editorial, 1995.
REALE, Analía; Lengua II para CyT, Bernal, UNQ, 2013.
11. La estructura de la secuencia argumentativa: argumento, tesis, ley de pasaje.
Bibliografía:
PLANTIN, Christian, L’argumentation; Collection Mémo, Paris, Seuil, 1996.
REALE, Analía; Lengua II para CyT, Bernal, UNQ, 2010.
10
c. Lengua II B. Trayecto específico para los ingresantes a los Departamentos de Ciencias Sociales y Economía y Administración y las carreras de Enfermería, Composición con medios electroacústicos y Tecnicatura en Economía Social y Solidaria
8. El texto. Criterios para definir la textualidad: cohesión, coherencia, intencionalidad, aceptabilidad, informatividad, situacionalidad e intertextualidad. Procedimientos y recursos que garantizan la cohesión y la coherencia.
Bibliografía:
de BEAUGRANDE, Robert-Alain y Wolfgang DRESSLER; Introducción a la lingüística del texto, Barcelona, Ariel, 1997.
REALE, Analía; Lengua II para CS, DEA, Enfermería, CCM y TUESS, Bernal,
UNQ, 2013.
9. El lenguaje como praxis social: los géneros discursivos. Géneros primarios y géneros secundarios. Criterios de clasificación: objeto, estilo verbal y estructura de la composición. Esquemas de organización textual: narración, descripción, explicación y argumentación.
Bibliografía:
Adam, Jean-Michel; Les textes: types et prototypes. Récit, description,
argumentation, explication et dialogue, Paris, Nathan, 1992.
ADAM, Jean-Michel y Françoise REVAZ; “(Proto)Tipos: La estructura de la
composición en los textos” en TEXTOS DE DIDÁCTICA DE LA LENGUA Y LA LITERATURA,
Número 10, Año III, Barcelona, Grao, octubre de 1996. BAJTÍN, Mijail; “El problema de los géneros discursivos” en Estética de la
creación verbal, México, Editorial Siglo XXI, 1982.
REALE, Analía; Lengua II para CS, DEA, Enfermería, CCM y TUESS, Bernal,
UNQ, 2013.
10. La enunciación. Enunciador y destinatario. La interacción de voces en el discurso: enunciados referidos, negación, ironía.
Bibliografía:
DUCROT, O. El decir y lo dicho, “Hachette Universidad”, Buenos Aires,
Hachette, 1984.
REALE, Analía; Lengua II para CS, DEA, Enfermería, CCM y TUESS, Bernal,
UNQ, 2013.
Analía Reale Coordinadora del Eje de Lengua
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La comunicación En toda situación en la que nos relacionamos con otros a través del lenguaje es posible distinguir una serie de factores o componentes vinculados entre sí que determinan las características de ese acto de comunicación. Uno de los primeros modelos que se han diseñado para explicar el funcionamiento de los intercambios comunicativos es el que Roman Jakobson expuso en su artículo “Lingüística y poética”1. Allí se representa la situación de comunicación como el resultado de la interacción de estos seis componentes:
Contexto
Destinador
Mensaje
Destinatario
Canal
Código
Según este esquema un destinador envía un mensaje a un destinatario a
través de un canal (el medio físico y/o el soporte a través del cual se materializa el mensaje). Ese mensaje está compuesto gracias a un código y hace referencia a un contexto (o referente) extraverbal. Estos seis factores pueden manifestarse de maneras muy diversas y combinarse de distintas formas en cada situación comunicativa particular. En las páginas que siguen, caracterizaremos estos componentes en términos bastante generales para poder analizar y comprender la dinámica de la comunicación.
El destinador, al que también llamaremos enunciador, puede identificarse tanto con un sujeto individual (una persona), como con un sujeto colectivo. El primer caso es el que se da típicamente en una conversación, por ejemplo, en la que un individuo se dirige a su interlocutor también individual. Sin embargo, no siempre la comunicación se desarrolla de esta manera. Pensemos, por ejemplo, en lo que sucede con un mensaje como el siguiente:
1 En Ensayos de lingüística general, Barcelona, Seix Barral, 1981 (el artículo citado data de
1960).
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Este texto puede leerse en el portal electrónico de la Universidad Nacional de Quilmes. Se trata de la página en la que se explicitan la misión que orienta la tarea de la Universidad, las funciones para las que fue creada y los principios que guían sus prácticas. En un caso como éste, la fuente emisora del mensaje no es una persona particular (aunque efectivamente el texto haya sido escrito por un individuo determinado) sino una institución: la Universidad Nacional de Quilmes. Desde el punto de vista de la comunicación debemos interpretarlo como surgido de la voz de una entidad colectiva que se identifica como “Universidad Nacional de Quilmes”.
Entonces, al hablar de enunciador o emisor no se debe pensar necesariamente en un sujeto individual ya que son variadas las instancias de enunciación que pueden darse en un intercambio comunicativo. Por esto, para mayor precisión hablaremos de posición de enunciación para evitar toda tendencia a personalizar este componente. De acuerdo con lo que acabamos de ver, esta posición puede estar ocupada tanto por un “yo” correspondiente a un sujeto real e individualizable con nombre propio, como por un enunciador colectivo que puede identificarse con una institución (universidad, legislatura, ministerio), un grupo social específico (los jóvenes, los jubilados, los científicos), una organización (club, partido político, empresa), etc.
Del mismo modo, al hablar de destinatario también nos referiremos a una posición a la que se dirige el mensaje y que puede estar ocupada tanto por un sujeto personal conocido o no por el destinador (es lo que sucede cuando hablamos con un amigo o enviamos una carta o un correo electrónico a una persona X) como por un conjunto de destinatarios posibles. Este último caso es el de los mensajes de los medios masivos o el de los textos literarios, por ejemplo. En efecto, cuando un periodista escribe un artículo para un diario o un autor escribe una novela, un cuento o un poema no se dirigen a un lector real, conocido e identificable sino a un lector “posible” que necesitan imaginar para poder entablar con él un diálogo virtual.
Cuando nos comunicamos es imprescindible tener presente que nos dirigimos siempre a un interlocutor o lector al que le atribuimos (acertadamente o no) un conjunto de rasgos que suponemos que lo caracterizan (imaginamos qué es lo que piensa sobre ciertos temas, a qué grupo social pertenece, con qué conocimientos cuenta) y lo interpelamos teniendo en cuenta su posición en la estructura social (si se trata de un alumno, un funcionario, un empleado, un docente, una autoridad,
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etc.), la relación que nos vincula con él (más o menos distante, más o menos formal), sus valores y creencias (sus posiciones ideológicas) y los saberes de los que dispone.
Ahora bien, es importante notar que al comunicarnos no sólo necesitamos construir una imagen virtual del destinatario también debemos presentarle a nuestro interlocutor o lector una imagen de nosotros mismos en tanto destinadores. Efectivamente, cuando tomamos la palabra –ya sea en forma oral o escrita– siempre lo hacemos ubicados en una posición determinada por la situación comunicativa en la que participamos. Hablamos o escribimos en calidad de amigo, estudiante, experto en el tema X, docente, hijo, en nombre de una institución, empresa u organismo. Y desde estas posiciones construimos, a través del lenguaje, diferentes imágenes de nosotros mismos que se adecuan a las variadas situaciones en las que interactuamos socialmente.
Así, entonces, en el origen de toda situación comunicativa se plantean siempre dos preguntas básicas concernientes a las posiciones de destinador y destinatario. La primera, referida al destinador, puede formularse en estos términos: ¿Quién soy yo (es decir, qué imagen quiero presentar de mí mismo) para hablar/escribir de este modo? y simétricamente nos preguntaremos ¿Quién es el destinatario (qué imagen tengo de esta posición a la que dirijo mi discurso) para hablarle/escribirle de esta forma?
En síntesis, al analizar las figuras de destinador y destinatario es necesario tener en cuenta que no estamos hablando de entidades concretas, personales (aunque puedan identificarse efectivamente con sujetos “reales”) sino de posiciones construidas en el curso del intercambio comunicativo y que se inscriben en el mensaje como imágenes, es decir, como representaciones.
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1. Los textos que siguen presentan dos explicaciones de la fotosíntesis.
Compararlas y caracterizar al destinador y destinatario de cada una de ellas. Justificar las respuestas con datos tomados de los textos.
a)
6. Fotosíntesis Los árboles utilizan la radiación solar incidente para sintetizar compuestos orgánicos a partir del CO2 atmosférico, agua y nutrientes del suelo o retranslocados desde otros órganos de la planta, mediante el proceso de la fotosíntesis. Estos compuestos una vez sintetizados se utilizan para mantener los propios tejidos de la planta, para mantener las reservas de carbohidratos o para formar nuevos tejidos y crecer.
La cantidad de carbono fijado en la fotosíntesis es controlada principalmente por la radiación incidente y la temperatura y es limitada por la disponibilidad de agua y de nutrientes. La temperatura controla directamente las tasas de producción bruta y respiración ya que la actividad de las enzimas implicadas en estos procesos depende de la temperatura. Además determina la tasa de fotosíntesis neta (el balance entre el carbono atmosférico fijado por las plantas, la fotosíntesis bruta, y
el carbono retornado por las hojas durante el proceso de la respiración oscura).
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De toda la radiación incidente sobre una hoja, sólo los fotones cuya longitud de onda está comprendida entre los 400 y los 700 nm resultan útiles para la fotosíntesis. El flujo de fotones fotosintéticos (PPF) es
absorbido por las hojas, constituye la fuente de energía utilizada en la fotosíntesis y determina la tasa de asimilación del CO2.
Gracia, Carlos; ECOLOGIA FORESTAL: Estructura,
funcionamiento y producción de las masas forestales (disponible en http://www.ub.edu/ecologia/Carlos.Gracia)
b)
Definición y descripción del proceso de fotosíntesis
La fotosíntesis es un proceso en virtud del cual los organismos con clorofila, como
las plantas verdes, las algas y algunas bacterias, capturan energía en forma de luz
y la transforman en energía química.
La vida en nuestro planeta se mantiene fundamentalmente gracias a
la fotosíntesis que realizan las algas, en el medio acuático, y las plantas, en el
medio terrestre, que tienen la capacidad de sintetizar materia orgánica
(imprescindible para la constitución de los seres vivos) partiendo de la luz y la
materia inorgánica. De hecho, cada año los organismos fotosintetizadores fijan en
forma de materia orgánica en torno a 100.000 millones de toneladas de carbono.
La fotosíntesis se realiza en dos etapas. En la primera etapa, llamada
reacción lumínica, la velocidad de reacción aumenta con la intensidad luminosa,
pero no con la temperatura. En la segunda etapa, llamada reacción en la oscuridad,
la velocidad aumenta con la temperatura (dentro de ciertos límites), pero no con la
intensidad luminosa.
http://neetescuela.com/fotosintesis/fotosintesis1-2/
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El tercer componente de la situación comunicativa que examinaremos es el canal. El canal –el medio físico o soporte a través del cual se materializa el mensaje– tiene una incidencia importante en la comunicación ya que determina no sólo la relación entre destinador y destinatario sino la composición del mensaje mismo.
En una conversación cara a cara, por ejemplo, que se desarrolla a través del canal visual y auditivo, los gestos (estímulos visuales) y la entonación (auditivos) se asocian a la palabra y, en cierto modo, complementan o suplen al lenguaje verbal en la producción del mensaje. Efectivamente, en la oralidad no solo las palabras significan, también los silencios, los énfasis, la entonación y la gestualidad (ademanes, muecas, miradas) contribuyen a producir sentido y vinculan a la palabra con el contexto inmediato (espacial y temporal) en el que es pronunciada.
En la escritura, en cambio, el canal del que se vale la comunicación es exclusivamente visual: la palabra se fija en el espacio como imagen y se autonomiza del contexto viviente de su enunciación (se independiza de la voz, del cuerpo, de su emisor y del lugar y momento preciso en el que es proferida). La imagen por sí sola, en ausencia del sonido, debe hacerse cargo de la significación. En este caso cobran especial importancia indicios como la disposición del texto en la página (diseño), la tipografía (tamaño y tipo de letra) y la puntuación, entre otros.
Esta distinción general entre comunicación oral (canal visual y auditivo) y escrita (visual) adquiere una dimensión más compleja si pensamos, además, en las diferentes clases de soportes materiales en los que se plasma la comunicación. Efectivamente, en una teleconferencia, por ejemplo, (una situación de comunicación oral a distancia), que se desarrolla a través de un canal audiovisual, la gestualidad no se explota de la misma manera que en una conversación cara a cara en la que destinador y destinatario comparten un mismo contexto espacial. Y, en el caso de la
escritura, basta pensar en las profundas transformaciones que la computadora y
con ella la nueva textualidad electrónica ha introducido en los modos de escribir para tener una idea de la importancia del soporte en la producción del mensaje escrito. Por ejemplo, la movilidad y las posibilidades de interconexión que ofrecen los hipertextos electrónicos influyen tanto en la disposición de la información como en la organización general del mensaje escrito a tal punto que es posible hablar de una textualidad digital con rasgos propios que la diferencian de la textualidad impresa. 2. Analizar el uso de algunos recursos gráficos (negrita, mayúsculas,
tipografía, puntuación, disposición espacial, subrayado, íconos) en los textos siguientes. Relacionarlos con el canal y soporte en el que se plasma el mensaje:
a)
Mate: En quichua, mathi es una calabaza vacía empleada como vasija. Por semejanza tomó también el sentido de cabeza que se le da en el lenguaje de la calle. "Hoy tenés el mate lleno / de infelices ilusiones...", según el magistral ejemplo de "Mano a mano".
Zimmerman, H; Tres mil historias de frases y palabras que decimos a cada rato, Buenos Aires,
Aguilar, 1999. (p.88)
17
b)
Practicando el
tachiyomi en
http://www.zakkaweb.c
om/books/
y una explicación de la
palabra.
Un artículo apasionado
de André Schiffrin
sobre las librerías de
Japón.
Una sociedad lectora
Quien visita Nueva York o Seattle, tenga o no la
oportunidad de encontrarse con los artífices de las
compañías que están cambiando el mundo, puede tener
sin embargo una experiencia crucial. Aborde un
transporte público; móntese en el metro o en un
ferrocarril de cercanías y mire en torno. Una mayoría de
las personas a su alrededor están leyendo, y muchas de
ellas leen libros: las baratas ediciones paperback (o
rústica) que ha sido la gran aportación de la cultura
anglosajona al mundo del libro; los libros aún con el
tejuelo de la biblioteca pública, tomados en préstamo
por una o dos semanas... Otros están enfrascados en
periódicos, revistas... Así son las cosas. La cultura que dicta los rumbos
del mundo contemporáneo desde sus empresas y
universidades, la cultura que acumula una proporción
de premios Nobel por habitante superior a cualquier
otra, es una de las culturas más lectoras de la Tierra. No es un caso único: los visitantes de Japón
observan también sorprendidos la proliferación de
lectores públicos, hasta tal extremo que hay una figura
que ha necesitado la acuñación de una palabra nueva en
su lengua: tachiyomi ("el-que-lee-de-pie-en-la-
librería"). Sí: estos lectores ávidos y de poco dinero, a
los que se consiente su actividad silenciosa junto a la
mesa con las novedades, son otro exponente de cómo
lectura y avance van juntos...
La lectura y la sociedad del conocimiento,
José Antonio Millán http://jamillan.com/ y
Federación de Gremios de Editores de España
http://www.federacioneditores.org/
18
c)
d)
e)
2 “Nos vemos a la salida de clase. Saludos. A.”
Ayer en la Nacional número siete Un automóvil Que circulaba a cien por hora se lanzó Sobre un plátano Sus cuatro ocupantes Murieron.
Jean Cohen
NV ASC Salu2 A2.
19
El factor contexto es un componente complejo que engloba dos aspectos: por un lado, el contexto hace referencia al marco espacio-temporal (las circunstancias de lugar y tiempo en las que se sitúa el intercambio) y, por otro, al ámbito institucional (la esfera de la actividad social) en el que se desarrolla la comunicación.
Desde el punto de vista de la situación espacio-temporal, es posible trazar una primera gran distinción entre los contextos de la oralidad y de la escritura. En la oralidad, los participantes de la comunicación comparten necesariamente el contexto temporal aunque no siempre el espacial (como sucede, por ejemplo, en la comunicación telefónica). En cambio, en la comunicación escrita la relación entre destinador y destinatario se da en forma diferida: el escritor escribe hoy, ahora, para ser leído quizás casi inmediatamente (si lo que escribe es un mensaje de correo electrónico, por ejemplo, o un artículo para un diario) o dentro de unos días o quizás dentro de unos siglos. Por eso es más conveniente hablar de contexto de producción y contexto de recepción como dos instancias diferentes. Este desdoblamiento del factor contexto en la situación de comunicación escrita es una de las causas que explica las diferencias en la organización de mensajes escritos y orales: en efecto, la falta de contexto compartido entre escritor y lector impone al texto escrito la necesidad de suplir esa ausencia con una serie de recursos que permitan reponer (o construir de manera virtual) un contexto compartido.
Finalmente, a caballo entre la oralidad y la escritura encontramos formas de comunicación como el “chateo” en línea, por ejemplo, que comparten rasgos de una y otra modalidad de comunicación: por un lado, la actividad de productores y receptores se da en el plano de la simultaneidad (como en la oralidad) aunque no comparten un espacio común y se valen del canal visual en lugar del auditivo. Esta combinación de variables propias de uno y otro tipo de contexto se traduce en una hibridación en los rasgos estilísticos del mensaje, por eso el chateo comparte tanto características propias de la escritura como de la oralidad. Entre las primeras podemos señalar la exigencia de reponer una escena virtual común a los participantes en la comunicación que impone al discurso un carácter más explícito, más descriptivo y cooperativo con el lector. Por otra parte, la inmediatez de las operaciones de producción y recepción hace que en el chateo la escritura se muestre como actividad “en proceso”, es decir, no como producto final acabado en una instancia anterior y distante de la actividad de interpretación sino como una operación que se desarrolla casi simultáneamente a la de recepción. Es por eso que en el chateo vemos los “errores”, vacilaciones y correcciones típicas de la comunicación oral en la que no podemos eliminar o borrar aquellas partes del mensaje que no nos parecen satisfactorias, algo que sí podemos hacer en la escritura sin dejar expuestas las huellas de esa supresión.
El segundo aspecto a tener en cuenta al analizar el contexto es el que hace referencia al ámbito en el que se desarrolla la comunicación. Desde este punto de vista, es necesario considerar que toda situación comunicativa se desarrolla en un espacio social y, por lo tanto, se inscribe en el marco de prácticas sociales que son propias de las distintas áreas en las que se despliega la actividad humana. Algunos de estos ámbitos en los que los sujetos desarrollan sus actividades son, por ejemplo, la escuela, el tribunal, la prensa y el mundo académico, por citar solo unos pocos casos. En la escuela aprenden y enseñan, en el tribunal imparten y reciben justicia, en los medios de prensa informan y en el ámbito académico producen o adquieren conocimiento. Todas estas acciones se materializan a través de un conjunto de prácticas (la clase, la instrucción de una causa judicial, la investigación periodística, la experimentación científica, entre otras). En cada una de estas esferas, las actividades que acabamos de mencionar se relacionan, a su vez, con un conjunto de prácticas comunicativas que se ocupan de objetos y temas propios de esos ámbitos (el conocimiento de las distintas disciplinas, en la escuela y la academia; la justicia, en el tribunal; la actualidad, en los medios de prensa).
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Estas prácticas comunicativas están gobernadas por reglas específicas de cada área. En efecto, cuando nos comunicamos siempre lo hacemos observando las normas que cada ámbito le impone a la comunicación: hablamos/interpretamos (o escribimos/leemos) sobre ciertos temas (y no otros) y de maneras diferentes según nos encontremos en la escuela o en la corte judicial y, dentro de estos ámbitos, tampoco actuaremos del mismo modo si nos ubicamos en la posición del alumno o el docente o del juez o el fiscal. Vemos, entonces, que el contexto institucional impone condiciones a la producción e interpretación del mensaje que es imprescindible observar para garantizar la eficacia de la comunicación.
3. Analizar los indicios que remiten al contexto (tanto espacio-temporal como social) reconocibles en el fragmento que se reproduce a continuación.
El orden y el tiempo
Osvaldo Ferrari: –Después de haber colocado, Borges, la piedra
fundamental, después de haber fundado, como dijo usted, nuestro ciclo de
audiciones, circulamos ahora, irreversiblemente, por estas misteriosas ondas
radiales. ¿Qué opina de esto?
Jorge Luis Borges: –El diálogo es uno de los mejores hábitos del hombre,
inventado, como casi todas las cosas, por los griegos. Es decir, los griegos
empezaron a conversar, y hemos seguido desde entonces.
OF: –Ahora, en esta semana, he advertido que si usted se propuso a través
de las letras o si las letras se propusieron a través de usted un vasto
conocimiento del mundo, yo me he embarcado en un conocimiento no menos
vasto al tratar de conocer a Borges para que todos lo conozcan mejor.
JLB: –Bueno, "conócete a ti mismo", etcétera, etcétera. Sí, como dijo
Sócrates, contra Pitágoras, que se jactaba de sus viajes. Por eso Sócrates
dijo: "Conócete a ti mismo", es decir, es la idea del viaje interior, no del
mero turismo que yo practico también desde luego. No hay que desdeñar la
geografía, quizá no sea menos importante que la psicología.
OF: –Seguramente. Una de las impresiones que uno tiene al conocer su obra
y al conocerlo a usted, Borges, es la de que hay un orden al que usted
guarda rigurosa fidelidad.
JLB: –Me gustaría saber cuál es (ríe).
OF: –Bueno, es un orden que preside, naturalmente, su escritura y sus
actos.
JLB: –Mis actos, yo no sé. La verdad es que he obrado de un modo tan
irresponsable... Usted dirá que lo que yo escribo no es menos irresponsable,
pero yo trato de que lo sea, ¿no? Además, tengo la impresión de vivir... casi
de cualquier modo. Aunque trato de ser un hombre ético, eso sí. Pero mi vida
es bastante casual, y trato de que mi escritura no sea casual, es decir, trato,
bueno, de que haya algo de cosmos, aunque sea esencialmente el caos.
Como puede ocurrir con el universo, desde luego: no sabemos si es un
cosmos, o si es un caos. Pero, muchas cosas indican que es un cosmos:
tenemos las diversas edades del hombre, los hábitos de las estrellas, el
crecimiento de las plantas, las estaciones, las diversas generaciones también.
De modo que cierto orden hay, pero un orden... bastante pudoroso, bastante
secreto, sí.
OF: –Ciertamente. Pero, para identificarlo de alguna manera: ése, su orden,
se parece –me parece a mí– a lo que Mallea describió como un sentido
severo, o "una exaltación severa de la vida", propia del hombre argentino.
JLB: –Bueno, ojalá fuera propia del hombre argentino.
Conversaciones de Jorge Luis Borges con Osvaldo Ferrari
en http://www.galeon.com/borges/borges.htm
21
El factor código, en su concepción más general, es sinónimo de “código
lingüístico”, es decir, la lengua natural (el español, el inglés, el francés, el mandarín, etc.). Sin embargo, si observamos más detenidamente lo que sucede cuando nos comunicamos veremos que no solo recurrimos a nuestros conocimientos lingüísticos sino también a otras series de saberes sin los cuales sería prácticamente imposible intercambiar mensajes con otros sujetos.
Todos estos conocimientos están organizados a la manera de un código, es decir, están estructurados como un sistema de conocimientos compartidos entre destinador y destinatario, que se activan en el intercambio. El conjunto de estos códigos necesarios para producir/interpretar mensajes se denomina competencia comunicativa. La competencia comunicativa de todo hablante incluye junto con el código lingüístico, el sociocultural (que abarca los conocimientos que tenemos acerca del mundo y de la cultura), el ideológico (que engloba tanto los sistemas de creencias y valores que se identifican con el llamado “sentido común” como sistemas interpretativos más formalizados e institucionalizados como, por ejemplo, las teorías científicas) y el retórico (que reúne los conocimientos que tiene un hablante/escritor acerca de las distintas clases de textos que conforman el universo discursivo de una cultura).
El código sociocultural, también llamado enciclopedia, comprende los conocimientos que tenemos acerca del mundo y de la cultura. Se trata de una información que puede provenir tanto de la experiencia misma como de otros textos. A través de estas dos vías, la experiencia y las lecturas, vamos internalizando ciertos conocimientos que nos permiten desenvolvernos en el mundo social y que proveen marcos de referencia para la comunicación. Esta clase de información no se conserva en forma aislada sino que está ordenada a la manera de “archivos” que tienen una estructura interna y están relacionados entre sí, son interdependientes. Hay básicamente dos clases de archivos o “esquemas” que organizan la información del código sociocultural: los que corresponden a situaciones y los conceptuales.
Los esquemas situacionales incluyen información sobre situaciones típicas de la vida cotidiana como, por ejemplo, “viajar en tren” o “asistir a una clase” o “comprar en un supermercado”. Cada esquema de este tipo incluye una cierta cantidad de información que nos “ubica” en la situación particular a la que representa y que nos permite generar expectativas y realizar inferencias. Por ejemplo, si un lector encuentra en un texto el pasaje siguiente:
Mientras esperaba que Marta volviera del toilette, el mozo le trajo la
carta. A medida que avanzaba en su lectura, su inquietud aumentaba:
nunca habría imaginado que ese lugar pudiera ser tan caro.
las palabras “mozo”, “toilette”, “carta” son indicios de que estos personajes se encuentran en un restaurante, es decir, activan en la memoria del lector el esquema situacional “comer en un restaurante”. Por otro lado, la potencial ambigüedad de la palabra “carta” se anula en este caso gracias a que el lector ha activado en su memoria el marco correspondiente lo que le permitirá identificarla con su equivalente “menú” y no con “mensaje enviado por correo”. Otro tipo de inferencias que el lector puede realizar a partir de esta secuencia tienen que ver, por ejemplo, con el hecho de que el protagonista no es rico o, por lo menos, que no es propenso a hacer grandes gastos ya que se inquieta porque los precios de la carta son caros. Todos estos conocimientos son necesarios para comprender este mensaje y forman parte del código sociocultural. El otro tipo de esquemas que encontramos en este código son los conceptuales. Los esquemas conceptuales son estructuras organizadas jerárquicamente de nociones que corresponden a distintos campos del
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conocimiento. Incluyen la información que un sujeto tiene acerca de los aspectos físicos, naturales, sociales y culturales del mundo. La adquisición de estos esquemas conceptuales no se produce de manera espontánea a través de la experiencia como sucede con buena parte de los situacionales sino que es necesario un aprendizaje específico para contar con esta información. Veamos cómo operan los esquemas conceptuales en la comprensión de un texto como el que sigue:
¿CÓMO SABER LA EDAD?
Los científicos tienen actualmente algunas técnicas que les permiten
calcular la edad de un fósil. De esta forma, también se puede estimar la
antigüedad de la capa de tierra que cubre al fósil.
Otras veces, se puede estimar la edad de un fósil conociendo la
antigüedad del estrato en el que se encuentra. Y otra posibilidad se plantea
cuando dos estratos tienen los mismos fósiles: eso podría indicar que los
estratos tienen la misma edad.
El estudio de los fósiles y la determinación de su antigüedad permitió
saber que los animales aparecieron sobre la Tierra después que los
vegetales, y que los más antiguos son los organismos unicelulares
(formados por una única célula).
Manual Aique Multiciencias 6, p. 285
Para poder comprender o “decodificar” este mensaje, un alumno de EGB6 su
destinatario explícito necesita activar varios esquemas conceptuales pertenecientes al campo de la geología como, por ejemplo el esquema “evolución de la vida en la Tierra”, “proceso de fosilización” y “composición de los estratos terrestres”.
Otro de los códigos que conforman la competencia comunicativa es el ideológico. El código ideológico es el que modela nuestra interpretación del mundo. Comprende tanto los sistemas de creencias y valores que se identifican con el llamado “sentido común” como sistemas interpretativos más formalizados e institucionalizados: las teorías.
Entre los primeros encontramos una serie de “lugares comunes” (creencias de orden muy general, compartidas por grupos sociales muy amplios) que definen nuestra visión de mundo. Juicios como “Las mujeres son más estudiosas que los hombres”, “Los hombres son más fuertes que las mujeres”, “Los jóvenes son impetuosos”, “Los políticos suelen ser poco honestos”, “La razón se nutre de la experiencia”, “Toda buena madre se sacrifica por su hijo” son algunos ejemplos de la enorme cantidad de lugares comunes que estructuran nuestra manera de interpretar la realidad.
Nada queda fuera del alcance del código ideológico, ni siquiera los sistemas de interpretación que se consideran más abstractos como las teorías científicas. De hecho, las teorías científicas son ideológicas en la medida en que imponen sentido sobre distintos fenómenos sociales o naturales.
El código retórico, otro componente de la competencia comunicativa, comprende los conocimientos que tiene un hablante/escritor acerca de las distintas clases de textos que conforman el universo discursivo de una cultura. Todo sujeto, a partir de su experiencia en una comunidad, aprende a reconocer tanto distintos géneros discursivos (telegramas, conversaciones telefónicas, crónicas periodísticas, biografías, relatos fantásticos, cartas personales, monografías, sonetos, etc.), como
23
diferentes tipos de organización de los textos (narración, descripción, argumentación, explicación).
Los géneros discursivos son “moldes” bastante estables que pueden caracterizarse a partir de rasgos temáticos, de estilo y de composición (de estructura). Surgen en los distintos ámbitos de la práctica social para satisfacer diferentes objetivos comunicativos (informar, entretener, enseñar, etc.) y su perduración en el tiempo depende de la eficacia con la que cumplen estas funciones. Los géneros nacen, evolucionan, se transforman y hasta desaparecen a lo largo de la historia. Algunos son muy antiguos y tienen una vida muy prolongada como la biografía, por ejemplo, mientras que otros surgen y desaparecen en forma relativamente rápida como sucedió en la modernidad con la fotonovela.
4. Caracterizar los conocimientos correspondientes a los distintos códigos
(lingüístico, sociocultural, ideológico y retórico) activados en la producción/interpretación de este mensaje. Justificar la respuesta con indicios tomados del texto analizado.
Las hormigas: una sociedad femenina y feminista
Usamos el artículo femenino “las” para hablar de hormigas no sólo por una
cuestión de coherencia gramatical, sino porque la mayor parte de las hormigas
son “ellas”. A pesar de que algunas películas erróneamente nos muestran que
hay hormigas obreras de sexo masculino (por ejemplo la hormiga Z y su
compañero Weaver en Antz, o Flick en la película Bichos), todas las obreras
son hembras. Muy probablemente, la hormiga que cualquier lector haya
encontrado alguna vez era “una” hormiga, tanto gramatical como sexualmente.
Las colonias de hormigas están conformadas por una reina (o a veces
más), por miles o millones de obreras, y por algunos machos y princesas
alados cuando es la época de reproducción. La reina es literalmente una
“máquina” de colocar huevos, de los cuales saldrán larvas de hormigas que
crecerán y se transformarán en pupas. Las pupas quedarán en este estadío
hasta que sea el momento de convertirse en adultas, es decir, lo que
comúnmente conocemos como hormigas.
La reina se convierte en esa “máquina de poner huevos” después de haber
eludido muchos enemigos, inconvenientes climáticos y haber logrado fundar su
propia colonia. Pero para que esto suceda, primero debió aparearse con uno o
más machos, en general en un romántico vuelo nupcial, que puede durar entre
algunos minutos hasta algunas horas. Después del acrobático apareamiento en
el aire entre las hembras y los machos alados, los últimos mueren; ya han
cumplido su misión en la vida (cualquier semejanza con el género humano es
sólo coincidencia). La reina, a esta altura de las circunstancias, guardó
cuidadosamente todos los espermatozoides de su/s amante/s en su
espermateca, una estructura equivalente a un “banco de semen”. A partir de
allí, cada vez que permita que uno de sus óvulos sea fecundado por un
espermatozoide, nacerá una hormiga hembra. En cambio, si sólo coloca un
óvulo sin fecundar producirá un huevo “macho” (dijo la partera) que, a veces,
frente a situaciones de malaria alimenticia se convierte en un bocato di
cardinale para la reina.
FOLGARAIT, Patricia y Alejandro G. FARJI-BRENER;
Un mundo de hormigas, Bernal, UNQ-Siglo XXI Editores, 2002
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El mensaje o enunciado es el resultado de las múltiples determinaciones que le imponen los factores que acabamos de considerar. Según Jakobson, todo enunciado está destinado a cumplir simultáneamente diversas funciones del lenguaje (informar, manifestar la subjetividad del hablante, interpelar al destinatario, establecer un contacto, etc.). Los mensajes son modelados en buena medida por las funciones que satisfacen y, en particular, por la forma en que estas funciones se organizan jerárquicamente en el texto. En todo enunciado siempre es posible determinar el predominio de una función por encima del conjunto. Este predominio se define por la orientación privilegiada del mensaje hacia uno de los componentes del circuito de la comunicación y se manifiesta en el enunciado a través de diversas señales o marcas.
En un mensaje orientado prioritariamente hacia el destinador predomina la función emotiva, que se caracteriza por la presencia de distintos índices que remiten a la primera persona gramatical (yo/nosotros) y a diversas formas de expresión de la subjetividad (evaluaciones afectivas, éticas, lógicas). Es habitual encontrar indicios de esta función en géneros como el artículo de opinión, la autobiografía, la carta personal, el ensayo, entre muchos otros. El texto que sigue
una carta de lectores publicada en el diario La Nación ejemplifica el predominio de la función emotiva en el enunciado a través de la referencia a la primera persona del singular (“coincido”) y la proliferación de términos que manifiestan juicios de valor:
TV y groserías
Señor Director:
"Coincido plenamente con la opinión que vierte la señora María L. Bustillo en su carta
«Radio y mal gusto». No sólo en la radio impera el mal gusto y la grosería, también los
programas de televisión muestran cómo lo absurdo y la mediocridad están instalados en
nuestra sociedad. Ergo, no se rinde honor al respeto y a los buenos modales.
"Disfrazarse de mujer es lo único que en estos tiempos parece ser el factor sobresaliente
para pretender hacer reír, pero la carencia de creatividad provoca el ridículo y la vergüenza
por la falta de ingenio."
Celia Susana Rosendo
La orientación hacia el destinatario determina el predominio de la función
conativa o apelativa cuyos marcadores son los índices que remiten a la segunda persona gramatical (vos/usted/ustedes), el empleo de vocativos y apelativos (¡Hola, Susana!) (Compañeros, ya saben: de casa al trabajo y del trabajo a casa.) y el modo verbal imperativo (El 24 de octubre, vote lista 10.), entre otros. La publicidad, la arenga política, el sermón son géneros en los que es frecuente hallar marcadores de esta función. Textos como el siguiente, que exhortan y dan consejos acerca de cómo actuar, suelen mostrar el predominio de la función apelativa:
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Aries
21.03 al 20.04
Sin conflicto alguno en temas de trabajo, aunque poco dado a las relaciones públicas.
Amor: más perceptivo y sensible que de costumbre, absorberá las ondas que lo rodean.
Para evitar tristezas, hágase a un lado si los demás son de quejarse mucho. Dejará
atrás situaciones que lo lastiman.
Dinero: si escasea el dinero, use su imaginación. Ideará un sistema de trabajo original y
práctico a la vez que lo sacará de apuros. Haga frente a las situaciones que lo asustan.
Clave de la semana: ponga en su lugar a quien corresponda o en breve lo perjudicará.
Cuando el canal ocupa el primer plano en la construcción del mensaje, la que
predomina es la función fática, cuya finalidad es garantizar el contacto entre los participantes en la comunicación (Hola. ¿Me escuchás? ¿Estás ahí?).
En un mensaje centrado en el código predomina la función metalingüística. En esta clase de enunciados, el lenguaje “habla de sí mismo”, es decir, vuelve sobre sí mismo para constituirse en el objeto o tema del enunciado. Son marcas típicas de esta función todas las formas de mención de elementos del lenguaje (La palabra “ave” es bisílaba) (“La casa grande” es una construcción que consta de un determinante, un núcleo sustantivo y un atributo). Las gramáticas y los diccionarios son buenos ejemplos de mensajes en los que encontramos predominio de esta función.
Un enunciado orientado hacia el contexto cumplirá predominantemente la función referencial. Es lo que sucede con los enunciados del discurso periodístico, científico, didáctico, por citar solo unos ejemplos en los que el contexto o referente ocupa el primer plano. Una muestra de este tipo de mensaje con función referencial predominante es el texto de la consigna 4 de esta guía: “Las hormigas: una sociedad femenina y feminista”.
Finalmente, en un enunciado orientado hacia el mensaje predomina la función poética. Es importante señalar que la denominación “poética”3 no remite ni necesaria ni exclusivamente al discurso de la poesía como forma literaria sino a un modo de construcción del enunciado guiado por la búsqueda de similitudes (ecos, simetrías, paralelismos tanto en el plano conceptual como en el fónico) entre los elementos que componen el mensaje. Podemos encontrar ejemplos de enunciados en los que predomina la función poética en toda clase de discurso aunque con mayor frecuencia se advierten en la publicidad, por ejemplo, o en la propaganda política. Enunciados como: Con Grosso al Congreso (eslogan de una campaña legislativa de los años 80 que proponía la elección de Carlos Grosso como diputado nacional) o Vale la pena tener un Sopena (eslogan publicitario de la conocida editorial española) fundan su construcción sobre la semejanza de sus elementos fónicos (la repetición Con Grosso/Congreso y pena/Sopena). La similitud en el plano del sonido se proyecta sobre el plano de las ideas y, de este modo, se establece una
3 La denominación “poética”, en este contexto, está empleada con sentido etimológico:
“poético/a” en griego refiere a la “poiesis” (“creación”, “composición”).
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identificación también en este aspecto de la significación. Cuando la semejanza se da en el plano de los conceptos nos encontramos con figuras como la metáfora, por ejemplo. Es el caso de El que siembra vientos cosecha tempestades. En este refrán los términos “vientos” y “tempestades” evocan la idea de “conflicto” en dos niveles crecientes de intensidad. Traducido a lenguaje puramente referencial, este proverbio significa “El que genera discordia, provocará grandes problemas”.
Por último, es necesario recordar una vez más que todo enunciado está destinado a cumplir diversas funciones al mismo tiempo. En efecto, para cumplir sus
objetivos comunicativos, los mensajes deben en mayor o menor medida apelar al destinatario, expresar la subjetividad del enunciador, referirse al mundo circundante, garantizar la conexión entre destinador y destinatario, etc. Por lo tanto, todo mensaje siempre engloba un complejo de funciones entre las que una puede predominar sobre las demás pero el predominio de una función sobre las restantes no significa que las otras estén ausentes en su composición.
5. Analizar la situación comunicativa que da origen a cada uno de los textos
siguientes. Identificar y caracterizar los factores que intervienen en la comunicación y la función predominante en el enunciado. Justificar las respuestas con indicios tomados de los textos.
a)
El ámbito de la sociología: un primer ejemplo
¿Ha estado enamorado alguna vez? Es prácticamente seguro que sí. La mayoría de la gente
sabe desde la adolescencia qué es estar enamorado y, para muchos de nosotros, el amor y el
romance aportan algunos de los más intensos sentimientos de nuestra vida. ¿Por qué se
enamoran las personas? La respuesta, a primera vista, parece obvia. El amor expresa una
atracción física y personal que dos individuos sienten el uno por el otro. Hoy en día,
podemos ser escépticos ante la idea de que el amor "es para siempre", pero solemos pensar
que enamorarse es una experiencia que procede de sentimientos humanos universales.
Parece del todo natural que una pareja que se enamora quiera realizarse personal y
sexualmente a través de su relación, y quizá mediante el matrimonio.
Sin embargo, esta situación que hoy nos parece evidente es, de hecho, bastante
inusual. Enamorarse no es una experiencia que tenga la mayoría de los habitantes del
mundo y, si la tienen, no suele vincularse al matrimonio. La idea del amor romántico no se
extendió en Occidente hasta fecha bastante reciente y ni siquiera ha existido en la mayoría
de las otras culturas.
Sólo en los tiempos modernos se ha considerado que el amor y la sexualidad estén
íntimamente ligados. John Boswell, historiador del medioevo europeo, ha señalado hasta
qué punto nuestra idea contemporánea del amor romántico es inusual. En la Europa
medieval casi nadie se casaba por amor. De hecho, existía entonces el siguiente dicho:
"Amar a la propia esposa con pasión es adulterio". En aquellos días y durante siglos los
hombres y las mujeres se casaban principalmente para mantener la propiedad de los bienes
familiares o para criar hijos que trabajaran en sus granjas. Una vez casados, podían llegar a
ser buenos amigos, sin embargo esto ocurría después de las bodas y no antes. A veces la
27
gente tenía otras relaciones sexuales al margen del matrimonio pero éstas apenas inspiraban
las emociones que ahora relacionamos con el amor. El amor romántico se consideraba, en el
mejor de los casos, una debilidad y, en el peor, una especie de enfermedad.
Hoy día nuestra actitud es casi la contraria. Con razón habla Boswell de que
"prácticamente [existe] una obsesión en la moderna cultura industrial" con el amor
romántico:
Los que están inmersos en este "mar de amor" suelen darlo por hecho [...]
En muy pocas culturas premodernas o contemporáneas no industrializadas
se aceptaría esta idea –que no suscita polémica en Occidente– de que "el
objetivo de un hombre es amar a una mujer y el de una mujer amar a un
hombre". A la mayoría de las personas de todas las épocas y lugares esta
valoración del ser humano les parecería bastante pobre (Boswell, 1995, p.
xix).
GIDDENS, Anthony; Manual de Sociología,
Madrid, Alianza, 1998, págs. 28-29
b)
Tau, Manu’a
24 de marzo de 1926
Este será mi último boletín desde Manu’a y quizás el último desde Samoa. Seguramente
partiré de Manu’a dentro de tres semanas. Y cuántos agujeros que quedan por llenar... El
ancho de una canasta, la altura de un poste, el nombre de una festividad, cómo queman
cicatrices, cómo se llama, en realidad, el hermano de la madre y cuántas hogueras se
encienden en una fiesta fúnebre. En este punto mi trabajo recuerda, ni más ni menos, un
vestido bordado con cuentas, pero bordado sólo a medias. No enviaré, por lo tanto, más
boletines. La breve tregua de que dispongo para escribir este se debe a que tuve amigdalitis y
me prohibieron caminar hasta mañana...
En la madrugada del 8 de marzo llegó un barco a Ofu y atraída por la idea de obtener
datos para mis estudios etnológicos decidí volver a él. Es un bote de remos de unos cinco
metros. A último momento llegaron corriendo dos mujeres de Fitiuta y anunciaron que
vendrán conmigo. Decidí que aunque costoso, resultaría agradable. Partimos bajo un sol
abrasador, con una tripulación de unos nueve samoanos. Las muchachas se marearon
muchísimo, pero yo apoyé la cabeza en una bolsa llena de productos envasados y con la oreja
contra una lata de salmón y la sien sobre otra de ciruelas secas, disfruté del trayecto de tres
horas por mar abierto. Las olas son impresionantes cuando se las observa desde una cáscara
de nuez como este bote. Los samoanos cantaban y gritaban sin cesar. Al cabo de un rato hubo
un aguacero y no vimos ya la tierra firme. Después lloviznó durante una hora y el crepúsculo
abrió brechas oblicuas en el horizonte. Por fin llegamos a Olesega y al "Maga", un
promontorio largo y escabroso, en un extremo del cual se ve la silueta de un hombre con las
manos levantadas y, detrás de él la figura de piedra de un niño. El aspecto de ambos es como
el de un obispo británico de la antigüedad con su acólito. En la elevación rocosa detrás de
ellos está su castillo de piedra, al cual se retiran al atardecer. La leyenda dice que es la figura
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de un hombre que deseaba volver a Tau, pero a quien el dios Tagaloa se lo impidió y que
murió de pie en esa punta, mirando siempre en la dirección de la tierra añorada. Llegamos a
Ofu de noche y debimos caminar con trabajo por los bancos de coral para descansar en una
aldea desconocida.
La vida en Ofu se complicaba pues había hambre allí y yo tenía que proveer alimento
para mi corte, así como para mí. En cambio hay una panadería y durante diez días enteros
disfruté del pan hecho con levadura...
MEAD, Margaret, Cartas de una antropóloga,
“Grandes Ensayistas”, Buenos Aires, EMECÉ, 1981
c)
Engaño
Freud dijo en cierta ocasión: «Quien tiene ojos para ver y oídos para oír puede estar
convencido de que ningún mortal es capaz de guardar un secreto. Si los labios permanecen en
silencio, habla con las yemas de los dedos; la delación le exuda por todos los poros»1. Cada
vez más investigadores exploran la naturaleza específica de esta hipótesis de Freud,
preguntándose cuáles son las señales no verbales particulares que delatan a una persona
cuando está tratando de engañar a alguien. Son muchas las observaciones no sistemáticas de
la impostura, tal como los «ojos esquivos» del mentiroso. El famoso abogado Louis Nizer
sugiere que los jurados pueden adjudicar impostura a los testigos que 1) mueven las piernas a
modo de tijeras cuando se les formulan ciertas preguntas, 2) miran al cielorraso (como
pidiendo ayuda), o 3) se pasan la mano por la boca antes de responder determinadas preguntas
queriendo significar: «¡Cómo me gustaría no tener que decir lo que estoy a punto de decir!»2.
Las investigaciones académicas han encontrado una variedad de conductas asociadas a
mentirosos comparándolas con comunicantes veraces. Según estos estudios, los mentirosos
adoptan un tono de voz más agudo, mantienen menos tiempo la mirada y usan adaptadores
más prolongados, menos ilustradores (menos entusiastas), más emblemas del estilo de mover
las manos (inseguridad), más adaptadores –en particular adaptadores faciales–, y menos
cabezadas, más lapsus verbales, ritmo más lento en el hablar y posiciones más lejanas en
relación con sus interlocutores. Estas investigaciones no han dado resultados siempre
coherentes, aunque los estudiosos han utilizado muchos métodos para crear una situación de
impostura con fines analíticos. Además, no disponemos de información sobre cuál de las
señales registradas, si es que hay alguna, utilizan los observadores cuando tratan de detectar la
impostura. Sin embargo, sabemos que la mayoría de las investigaciones muestran que los
observadores no entrenados pueden detectar comunicaciones engañosas de extraños sólo en la
proporción del mero azar, esto es, en un cincuenta por ciento de los casos.
Ekman y Friesen desarrollaron un marco teórico en relación con la manifestación de
señales no verbales respecto a la impostura. Centraron la atención preferentemente sobre el
rostro, las manos y los pies/piernas, ya que estos investigadores creían que si la postura fuera
tan fácil de simular, no habría sido una fuente principal de filtración (que revela una
información oculta específica) o de señales de engaño (que revelan que se está produciendo
1Freud, S.: “Fragment of an Analysis of a Case of Hysteria (1905)”, Collected Papers, Nueva York,
Basic Books, 1959, vol. 3. 2 Nizer, L.: The Impostor. Conspiracy, Greenwich, Conn., Fawcett, 1973, pág. 16.
29
uno sin indicar la información específica). Considerando la capacidad de emisión, la
retroalimentación interna y la externa, el rostro ocupa el primer lugar en las tres dimensiones;
a continuación vienen las manos y por último los pies/piernas. La disponibilidad de señales de
filtración y engaño invierte estas pautas, y así los pies/piernas resultar ser una buena fuente de
señales de filtración y engaño; después las manos, mientras que la cara es la fuente más pobre.
Se arguye que nadie despilfarrará demasiado esfuerzo en inhibir o disimular en áreas del
cuerpo que los demás ignoran en gran parte. Igualmente importante resulta el hecho de que no
se pueden inhibir o disimular acciones en áreas del cuerpo acerca de las cuales se ha
aprendido a desdeñar la retroalimentación interna, o acerca de las cuales se recibe poca
retroalimentación externa.
KNAPP, Mark; La comunicación no verbal,
“Comunicación”, Barcelona, Paidós, 1984.
d)
Cuando era un joven estudiante tenía en el piso de mis padres, en Viena, un magnífico mono
capuchino (Cebus fatuellus), de sexo femenino, al que pusimos el nombre de «Gloria». Vivía
en una espaciosa jaula, instalada en el cuarto que me servía de dormitorio y estudio. Cuando
yo estaba en casa y la podía vigilar, la dejaba libre en mi habitación; pero cuando me
marchaba, la encerraba en su jaula, en la que se aburría soberanamente y mostraba siempre
deseos de salir. Después de una ausencia algo larga, al regresar a casa un atardecer y girar el
interruptor, vi que la luz no se encendía; pero los chillidos de «Gloria», que no procedían de
la jaula, sino que bajaban de la barra de la cortina, no dejaban duda alguna acerca de quién era
el causante de la avería eléctrica. Cuando volví con una vela encendida, pude ver, estupefacto,
la escena: «Gloria» había derribado de su soporte la pesada lámpara de bronce que tenía en la
mesita de noche, la había arrastrado a través de la habitación – aunque olvidándose, como es
natural, de sacar el enchufe de su base–, la había subido hasta el acuario más alto, y con ella
golpeó y rompió, como con un ariete, el grueso cristal que hacía de tapa, de manera que la
lámpara se hundió en el agua. Ésta era la razón del cortocircuito. Entonces, o quizás antes,
consiguió abrir mi librería –extraordinaria proeza, si se tiene en cuenta la pequeñez de la
llave–, sacó los volúmenes II y IV del texto de Medicina interna, de Strümpel, llevó los libros
hasta el soporte de los acuarios, los hizo minúsculos pedazos y metió en los acuarios todos los
pedacitos de papel. En el suelo quedaban sólo las tapas vacías, sin un trocito de papel de las
páginas. En los acuarios se veían tristes actinias con los tentáculos completamente
empapelados...
Lo interesante de este incidente fue la tenacidad que «Gloria» demostró en sus
investigaciones: el mono tuvo que invertir un tiempo considerable en llevar a cabo su proeza,
y ya, sólo desde el punto de vista físico, el trabajo realizado era ciertamente importante para
un animal tan pequeño. ¡Lástima que resultara tan caro!
¿Existe algo positivo que compense esta serie interminable de disgustos y dispendios
que supone el tener a los animales libres en la casa? Huelga tratar de las razones de método
que, para determinadas investigaciones de psicología animal, hacen indispensable disponer de
un animal de experimentación psíquicamente sano, no influido por los perniciosos efectos de
la cautividad. Independientemente de ello, el animal libre que podría escapar, pero prefiere
quedarse, y precisamente se queda por haberme cobrado afición, proporciona un placer
inenarrable. Cuando, durante un paseo por las riberas del Danubio, oigo la voz sonora del
cuervo y, a mi respuesta, el gran pájaro encoge sus alas allá en lo alto y se precipita en
30
silbante caída, frena con un hábil aletazo y se posa, con delicadeza ingrávida, sobre mi
hombro, compensa todos los libros desgarrados y los huevos de pato totalmente vaciados que
el cuervo tiene en el «debe» de su cuenta.
El encanto de la vivencia no desaparece aunque se haga habitual y el ave de Odín se
haya convertido para mí en un compañero tan normal como para otro puede ser un perro o un
gato, pues el animal, una vez que ha adquirido confianza, no sólo me da lo que en aquel
momento le ofrece su destino, sino también aquello cuyos recuerdos despierta en mí. Así, un
día neblinoso de principios de primavera marchaba yo hacia el Danubio. La cinta del río,
estrecha y sombría, presentaba aún su aspecto invernal. A lo largo del cauce viajaban
porrones, serretas y, de vez en cuando, alguna bandada de gansos o ánsares frontialbos y
campestres, y, entre ellos, un grupo de gansos grises o comunes. Vi que el ganso que volaba
en segundo lugar a la izquierda de la escuadrilla triangular carecía de una de las plumas
remeras de un ala. Y entonces reviví interiormente cuanto sabía de aquel ganso y de la pluma
que le faltaba, del accidente en que la perdió. Porque, desde luego, los viajeros son mis
gansos, pues no hay otros de su especie en el Danubio, ni tan sólo en tiempo de migración.
Por tanto, el segundo ganso del ala izquierda del triángulo es «Martín», un macho. En su
tiempo se «prometió» con mi ganso domesticado «Martina», y por esta razón se le dio un
nombre. Antes era sólo un número, ya que únicamente recibían nombre los gansos criados por
mí.
LORENZ, Konrad; Hablaba con las bestias, los peces y los pájaros,
Barcelona, Tusquets, 1999.
e)
CAPÍTULO 4
EXPLORACIÓN
Todos los mamíferos poseen un fuerte impulso exploratorio, pero en algunos de ellos es
más decisivo que en otros. Esto depende en gran manera del grado de especialización que
hayan alcanzado en el curso de su evolución. Si han puesto todo su esfuerzo evolucionista
en el perfeccionamiento de un particular ardid de supervivencia, no necesitan preocuparse
demasiado de las complicaciones generales del mundo que les rodea. Mientras al oso
hormiguero no le falten sus hormigas, ni al oso koala sus hojas de goma, se dan por
satisfechos y su vida es fácil. Por el contrario, los no especialistas -los oportunistas del
mundo animal- no pueden permitirse el menor descanso. Nunca pueden saber de dónde les
vendrá la próxima comida, y tienen que conocer los rincones, aprovechar todas las
posibilidades y vigilar atentamente el paso de la suerte. Tienen que explorar y seguir
explorando. Tienen que investigar y seguir comprobando. Tienen que poseer un alto grado
de curiosidad.
Pero no se trata solamente de la cuestión de la comida: la propia defensa puede
exigir lo mismo: los puercoespines, erizos y mofetas pueden andar de un lado a otro
haciendo todo el ruido que quieran, sin temor a los enemigos; en cambio, el mamífero
desarmado tiene que estar constantemente alerta. Debe conocer las señales de peligro y las
rutas para escapar. Para sobrevivir, tiene que saber con todo detalle el camino de su casa.
Mirando de este modo, puede parecer bastante absurdo no especializarse. ¿Por qué
tienen que existir los mamíferos oportunistas? La respuesta es que existe un grave
obstáculo en la vida del especialista. Todo va bien mientras funciona el aparato especial de
supervivencia, pero si el medio experimenta un cambio importante el especialista se
31
encuentra en un atasco. Si se ha adelantado considerablemente a sus competidores, el
animal se habrá visto obligado a realizar cambios esenciales en su estructura genética, y no
podrá volver atrás con la necesaria rapidez cuando se produzca la catástrofe. Si
desapareciesen los bosques de árboles de la goma, el koala perecería. Si un animal
carnicero de fuertes dientes lograse masticas las púas del puercoespín, éste se convertiría
en presa fácil. El oportunista tendrá siempre una vida dura, pero podrá adaptarse
rápidamente a cualquier cambio súbito del medio. Quitad sus ratas y ratones a la mangosta,
y pronto empezará a comer huevos y caracoles. Quitadle a un mono sus frutas y sus
nueces, y comerá raíces y pimpollos.
Entre todos los animales no especializados, los monos son quizá los más
oportunistas. Como grupo, se han especializado en la no especialización. Y, entre los
cuadrumanos, el mono desnudo es el más oportunista de todos. Esta es, precisamente, otra
faceta de su evolución neoténica. Todos los jóvenes monos son curiosos, pero el impulso
de su curiosidad tiende a menguar al convertirse en adultos. En nosotros, la curiosidad
infantil se fortalece y se extiende a nuestros años maduros. Nunca dejamos de investigar.
Nunca pensamos que sabemos lo bastante para ir tirando. Cada respuesta nos lleva a otra
pregunta. Este ha sido el más grande ardid de supervivencia de nuestra especie.
MORRIS, Desmond; El mono desnudo,
Barcelona, Debolsillo, 2003.
f)
Opinión
EDITORIAL
Bajo rendimiento de la secundaria
La escuela secundaria presenta un conjunto de deficiencias que merecen una atención
pormenorizada a fin de enriquecer la calidad de la enseñanza que se imparte.
También se debe apuntar a mejorar la articulación con los estudios universitarios o
terciarios. Asimismo, se espera que la secundaria abra las puertas iniciales del mercado
laboral.
Una aproximación al cuadro que se presenta en algunas áreas de la provincia de Buenos
Aires fue concretada por un relevamiento de la Universidad Nacional de La Matanza, el
cual fue preparado para conocer las características psicopedagógicas de los futuros
estudiantes universitarios. Entre los adolescentes de San Justo, Ramos Mejía, Tapiales y
Aldo Bonzi, sólo el 1% opinó que la secundaria sirve para conseguir empleo. En cambio,
un 14% de los chicos de González Catán, 20 de Junio y Virrey del Pino —localidades más
alejadas y caracterizadas como del tercer cordón de ese partido— consideró que sí sirve
para conseguir empleo. Por otra parte, los evaluadores notaron que las dificultades para
escribir y evaluar consignas iban aumentando a medida que se alejaban del primer cordón.
32
Si bien el conjunto de los estudiantes carece de metodologías para estudiar y expresar
adecuadamente los conocimientos, este problema se agrava entre los adolescentes que
concurren a las escuelas más alejadas, en las cuales los chicos parecen menos conscientes
de las fallas de la educación que reciben.
En términos generales, la educación secundaria presenta deficiencias que reducen las
oportunidades laborales de los jóvenes y que afectan su posterior rendimiento universitario.
Ante esto, es necesario promover estrategias que mejoren el rendimiento de este nivel
educativo.
Es necesario enriquecer la calidad de la enseñanza que se imparte en la
secundaria. También se debe mejorar la articulación con los estudios universitarios, y
se espera que la secundaria abra las puertas iniciales del mercado laboral.
Clarín, 9 de abril de 2007
33
El paratexto
El paratexto es todo aquello que acompaña y rodea al texto (para en griego significa “junto a”, “al lado de”) y que lo transforma en libro y le permite circular públicamente. Se considera parte del paratexto tanto a la tapa, la contratapa, la solapa y las ilustraciones de un libro, diario o revista, como al diseño gráfico y tipográfico, el formato y el tipo de papel, es decir, al soporte material del texto. También se incluyen en él los prólogos, notas, epígrafes, dedicatorias, índices, apéndices, resúmenes y glosarios. Como señala Maite Alvarado1: “Podríamos decir que el paratexto es lo que queda de un libro u otro tipo de publicación sacando el texto principal.” Por su parte Gérard Genette 2 lo define como un aparato montado en función de la recepción –es decir, de la actividad de los lectores– que tiende a orientar su práctica y producir lecturas pertinentes. En efecto, el paratexto ofrece al lector una primera aproximación al libro cuya lectura va a iniciar. Una exploración de sus características le permite formular hipótesis que anticipan y enriquecen la lectura. Las consignas siguientes proponen realizar una serie de operaciones de descripción e interpretación de los paratextos de un conjunto de libros que tocan diferentes temas relacionados con la historia argentina.
Tapas contratapas y solapas
1. Comparar las tapas, contratapas y solapas de los libros reproducidos en
las páginas que siguen y volcar en el cuadro los datos relevados en la descripción. ¿Qué hipótesis de lectura previas pueden formularse a partir de las similitudes y diferencias encontradas?
TÍTULO
AUTOR
EDITORIAL
ILUSTRACIÓN
CONTRATAPA3
SOLAPAS
PORTADA/ POSTPORTADA
1 ALVARADO, Maite ; Paratexto, Enciclopedia Semiológica, Buenos Aires, Oficina de
publicaciones del CBC, UBA, 1994, (1ª edición), p. 13 2 GENETTE, Gérard ; Seuils, Paris, Éditions du Seuil, 1987, p. 8
3 Indicar la función que cumple el texto que aparece en la contratapa (informar sobre
características de la obra, el autor, la colección a la que pertenece el libro, entre otros).
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2. Confeccionar la referencia bibliográfica de cada uno de los libros según el
modelo : APELLIDO, Nombre del autor; Título de la obra, "Colección", Ciudad de edición,
Editor, fecha de edición. La referencia bibliográfica es a una publicación lo que el documento de identidad a
un individuo. Los datos consignados en una referencia permiten identificar el tipo de publicación de la que se trata (libro, revista, artículo, capítulo de libro, documento electrónico), la fecha y lugar de su publicación y, eventualmente, la cantidad de ediciones que se han hecho de esa obra.
El formato de la referencia está pautado por normas internacionales que hacen posible la interpretación de la información aun en aquellos casos en los que un lector se encuentre con nombres propios desconocidos o pertenecientes a lenguas que le resultan incomprensibles. En efecto, tanto el orden convencional al que debe ajustarse la presentación de los datos como la tipografía indican claramente cómo debe ser decodificada la secuencia. Por ejemplo, en una referencia como la siguiente:
GOSWAMI, Jaideva; Fundamentos del movimiento microondulatorio: teoría,
algoritmos y aplicaciones, NJ, Wiley, 1999. el orden de aparición de los datos y el tipo de letra empleado señalan que
“Goswami” es el apellido y “Jaideva” el nombre del autor. La bastardilla indica que la publicación es un libro y no un artículo (si lo fuera el título debería aparecer en letra normal entre comillas) y el lugar de edición (NJ: Nueva Jersey) y el nombre de la editorial (Wiley) destacan que es una publicación extranjera.
Es muy importante respetar estas convenciones cada vez que se cita una fuente o se elabora una bibliografía para permitirle al lector ubicar el texto citado y continuar la serie de lecturas más allá del texto citante.
3. Paratexto e imagen
A propósito del aspecto visual de los libros, Maite Alvarado señala lo siguiente: “Cuanto más avanza el imperio de lo audiovisual, más importancia asumen los componentes materiales e icónicos del paratexto. En cuanto el texto se hace público, deja de bastarse por sí mismo y reclama la puesta en juego de una estrategia orientada a "captar" y satisfacer las exigencias de ese receptor plural. Con el auge de la imagen, los textos impresos deben "entrar por los ojos" para poder competir en el mercado de las comunicaciones y el consumo cultural.”4 Por otra parte, Roger Chartier5 sostiene que el diseño tipográfico puede interpretarse como un índice de la representación que el editor se hace de las competencias lectoras del público al que se dirige.
Comparar la gráfica de los dos libros sobre Juan Manuel de Rosas teniendo en cuenta estas observaciones
4 ALVARADO, Maite ; Op. cit. p. 27
5 CHARTIER, Roger ; Pratiques de la lecture, Paris, Éditions Rivages, 1985, p.80.
45
Índice y bibliografías 4. Comparar los índices y bibliografías de los libros analizados. ¿Qué
características tienen? ¿Qué clase de información aportan?
Índice de Perón tal como fue de Enrique Pavón Pereyra
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Primera página del índice de Breve historia contemporánea de la Argentina
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Segunda página del índice de
Breve historia contemporánea de la Argentina
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Índice analítico (primera página) de Breve historia contemporánea de la Argentina
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Bibliografía (primera página) de Breve historia contemporánea de la Argentina
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Bibliografía (cuarta página) de
Breve historia contemporánea de la Argentina
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Índice
Prólogo........................................................................................................... 7
“Mi empresa es alta...”............................................................................... 11
1. El país en la posguerra................................................................... 15 La Argentina.................................................................................... 16 El mundo......................................................................................... 23
2. Hacia la comunidad organizada.................................................... 25 El caso Reyes................................................................................... 27 De partido único al partido único................................................ 35 Los líos provinciales....................................................................... 41 Cambiar la Corte............................................................................. 59 La CGT de Perón............................................................................ 62 El papel y el aire.............................................................................. 81
3. La euforia y el derroche................................................................. 95 Los preludios................................................................................... 96 Las nacionalizaciones...................................................................... 98 El Estado empresario...................................................................... 107 El agro y el IAPI............................................................................. 117 La industria mimada....................................................................... 125 Los saldos y los juicios................................................................... 129
4. La Tercera Posición........................................................................ 143 Hacia el entendimiento.................................................................. 144 Los grandes triunfos....................................................................... 152
La debilidad de las victorias.......................................................... 159
Índice de Perón y su tiempo
52
Índice de Perón y su tiempo
5. La oposición.................................................................................... 169 Los masacrados............................................................................... 170 Los radicales..................................................................................... 182 La política dura................................................................................. 186 La debilidad de la oposición.......................................................... 189
6. El Congreso..................................................................................... 193 Un laborioso congreso................................................................... 193 Las mayorías peronistas.................................................................. 196 Las minorías y el “Bloque de los 44”............................................ 202 La libertad que divide 206
7. La Constitución de Perón............................................................. 217 La intención de la reforma............................................................ 217 El mecanismo en marcha............................................................... 219 Las grandes dudas............................................................................ 222 Los constituyentes........................................................................... 226 ¿No reelección? ............................................................................... 230 Coser y cantar................................................................................... 235 La Constitución justicialista........................................................... 239
8. El manejo de un régimen............................................................... 243 El ritmo, la gente, la obsecuencia, la tortura............................... 243 Las aulas............................................................................................ 258 Los planes y las realizaciones........................................................ 264 Uniformes y sotanas....................................................................... 271 Un enigma para analistas................................................................ 273
9. Él y Ella............................................................................................ 279 La historia privada de Juan Perón................................................ 279 Perón, en carne y hueso................................................................. 284 Un venezolano cuenta................................................................... 287 Evita, en hueso y carne.................................................................. 291 El viaje.............................................................................................. 301 La fundación..................................................................................... 305 Él y Ella; Ella y Él........................................................................... 308
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10. Ellos y ellas....................................................................................... 313
Estar cuidados.................................................................................. 313 Las múltiples formas de la felicidad.............................................. 318 Ir al cine............................................................................................ 323 Su majestad la radio y otras delicias.............................................. 326 Las luces que se apagan.................................................................. 328
Uno y su tiempo............................................................................................. 343 Notas............................................................................................................ 349 Apéndice....................................................................................................... 357
EL AÑO DEL LIBERTADOR
1. La República demolida.................................................................... 363 El Libertador y la libertad............................................................... 363 La arbitrariedad de las leyes............................................................ 366 Balbín preso...................................................................................... 371 La prensa silenciada......................................................................... 374 El “caso Bravo”............................................................................... 382 Organizando a empresarios y estudiantes.................................... 386 Sin embargo, la democracia........................................................... 390
2. Gremios que molestan.................................................................... 395 La tercera rama................................................................................. 395 Los de la carne, los marítimos, los bancarios.............................. 398 Ingratos ferroviarios........................................................................ 399 Ahora, los fraternales...................................................................... 407
3. La guerra bienvenida....................................................................... 411 Miller y Perón................................................................................... 412 Cruzando el paralelo........................................................................ 415 Ir o no ir............................................................................................ 418 “No morder la mano...”................................................................. 421 Una posición independiente.......................................................... 425 Territorios que se achican.............................................................. 430
4. Evita en plenitud.............................................................................. 437 La salud y los viajes......................................................................... 437 Ivanissevich renuncia...................................................................... 441 ¿Institucionalizarse?......................................................................... 444
Índice de Perón y su tiempo
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5. Añorando la fiesta............................................................................. 449 Los años perdidos............................................................................ 451 Después de las elecciones, sí.......................................................... 457
6. La acosada oposición...................................................................... 461 Los partidos...................................................................................... 462 Los radicales..................................................................................... 467 Leyes y elecciones............................................................................ 470 Los opositores sueltos..................................................................... 474
EL AÑO DE LA REELECCIÓN DE PERÓN Largar con ventaja........................................................................... 481 El recuerdo de Ellbridge Gerry.................................................... 484 Un juego de guerra.......................................................................... 487 Una bomba para iniciar la campaña.............................................. 491 La rara campaña............................................................................... 496 Los esfuerzos opositores................................................................ 503 Agosto: de la exaltación al renunciamiento................................. 506 Los motivos de un no..................................................................... 513 Vísperas de golpe............................................................................ 516 El 28 de septiembre......................................................................... 520 Los partidos contra el Estado........................................................ 525 La triunfal reelección....................................................................... 532 Los últimos meses........................................................................... 537
EL AÑO DE LA MUERTE DE EVITA Plan de austeridad............................................................................ 545
1. La razón y las locuras...................................................................... 551 Entre Suárez y Dickman................................................................. 551 El poder demente............................................................................ 561 Buscando la racionalidad................................................................ 563 “Peronistas y comunistas unidos...”............................................. 566 Las puntas del espectro................................................................... 570
Índice de Perón y su tiempo
55
Índice de Perón y su tiempo
2. Adiós a Evita.................................................................................... 577 Las postreras jornadas..................................................................... 577 El país sin ella................................................................................... 586
3. El Segundo Plan Quinquenal......................................................... 593
4. Las ilusiones perdidas...................................................................... 599 Richter kaputt.................................................................................... 599 El fumista y el arbitrista.................................................................. 603 Atlas................................................................................................... 605 Corporativismo en el Chaco.......................................................... 609 Al Sur del Sur................................................................................... 610
5. Provinciana....................................................................................... 613 La segunda generación.................................................................... 613 Panorama de las provincias............................................................ 614 Mercante............................................................................................ 621 Hacia la uniformidad....................................................................... 625
6. La cultura y el mundo..................................................................... 629 Libros, cine y otros deleites............................................................ 629 Los sistemas diferentes................................................................... 632 Horror al conflicto y dilapidación................................................. 634 La sombra de Corea........................................................................ 638 Un dilema insoslayable.................................................................... 640
Uno y su tiempo............................................................................................... 645 Notas.............................................................................................................. 649 Apéndice......................................................................................................... 659
1953: Las bombas y el olvido.................................................................... 675
Ibáñez y Perón................................................................................. 676 Eisenhower y Stalin......................................................................... 678 Los éxitos y las torpezas................................................................. 681 Vargas y Perón................................................................................. 687 Los temblores de abril..................................................................... 692 Los terroristas y los incendiarios................................................... 705
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La gran redada...................................................................................... 709 Perdones inducidos............................................................................. 714 La estrecha apertura............................................................................ 720 Bienvenido, mister Milton.................................................................. 722 La tierra y los capitales........................................................................ 730 El calvario socialista............................................................................ 737 Los conservadores............................................................................... 746 Los radicales......................................................................................... 750 Amnistía, pero poca............................................................................ 753 Un año mejor....................................................................................... 757 La solidez y la corrupción.................................................................. 763 Viudo y huérfano................................................................................. 768
1954: “Triunfo en toda la línea”............................................................... 771 Los alicientes escasos.......................................................................... 772 Guatemala no interesa........................................................................ 783 Festival.................................................................................................. 791 Gremios: las últimas turbulencias..................................................... 797 Nuevas e insuficientes inversiones................................................... 808 Cosas del radicalismo y un nuevo partido....................................... 820 Las intuiciones del cambio................................................................. 828 “Intensamente satisfecho por sus aplausos...”................................ 834
1954: El conflicto........................................................................................ 839 Perón y la Iglesia.................................................................................. 839 Los preludios del ataque..................................................................... 845 El taque................................................................................................. 849 La máquina en marcha........................................................................ 854 “Problema terminado...”.................................................................... 858 Diciembre: la gran ofensiva............................................................... 862
1955: Crisis y caída...................................................................................... 873 Un plácido estío................................................................................... 873 Vistazo provinciano............................................................................ 878 Producir, producir, producir.............................................................. 884 El contrato de la discordia................................................................. 889 La ofensiva de otoño.......................................................................... 892 Los fuegos presentidos....................................................................... 900 Las llamaradas de junio....................................................................... 909 Preludios de un giro............................................................................ 916
Índice de Perón y su tiempo
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Los juegos de la insinceridad......................................................... 924 Las voces opositoras....................................................................... 931 La última vez desde el balcón........................................................ 938 “Intermezzo” personal................................................................... 945 Conspiración.................................................................................... 947 La revolución de septiembre......................................................... 954 Perón en esos días........................................................................... 958
General, he terminado con usted....................................................................... 967
Notas.............................................................................................................. 989 Sobre fuentes, bibliografía y agradecimientos...................................................... 995
Índice de Perón y su tiempo
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Índice de Rosas de Antonio Dellepiane
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Índice de Rosas de Antonio Dellepiane
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Índice de Rosas de Antonio Dellepiane
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Bibliografía de Juan Manuel de Rosas, presidente de los porteños y señor de los gauchos
62
Índice de Juan Manuel de Rosas, presidente de los porteños y señor de los gauchos
5. Armar una bibliografía con los títulos de los libros que integran este
corpus.
63
El prólogo 6. “La mayoría de los prólogos cumplen- según Alvarado- con dos funciones
básicas, que comparten con las contratapas, aunque la dominancia de una sobre otra es inversa en ambos: una función informativa e interpretativa respecto del texto y una función persuasiva o argumentativa, destinada a captar al lector y retenerlo.” Leer atentamente el prólogo a Perón y su tiempo. ¿Qué funciones cumple? Justificar con ejemplos tomados del texto.
Prólogo
Perón y su tiempo es la culminación de una labor que empezó con Yrigoyen, publicado en 1954, y que a través de la personalidad del caudillo radical intentó reconstruir la evolución política del país desde la batalla de Caseros hasta los primeros años de la década de 1930. En Alvear (1957) traté de profundizar la significación de este decenio. En Ortiz (1978) aporté puntos de vista nuevos al estudio del mismo período. En El 45 (1969) ensayé evidenciar la importancia de los procesos populares desatados ese año. Finalmente, en Argentina de Perón a Lanusse (1973) se incluye un capítulo que es como un índice de la obra que se inicia con el presente tomo.
Entre Yrigoyen y Perón y su tiempo corren, pues, más de treinta años de mi propia vida. Es natural que a lo largo de este lapso haya mudado conceptos, creencias y juicios valorativos: decía Collingwood que no podía sentir respeto por un historiador que piensa lo mismo durante treinta años... Lo que no ha cambiado es el designio que me animó desde el principio: brindar a mis compatriotas una visión fundada, honrada y razonablemente imparcial del pasado común, a fin de que todos estemos en mejores condiciones para entender de dónde venimos, por qué somos cómo somos, qué pistas nos conducen al futuro.
Por eso, ni esta ni las anteriores obras han sido concebidas como una pura investigación académica. Mi propósito ha sido escribir libros ilustrativos y amenos; historias que cualquiera pueda leer y comentar con su vecino. Respeto la historia erudita, la considero indispensable, cosecho y utilizo permanentemente sus frutos, saludo a quienes avizoran sus alquimias a través de un celaje de estadísticas y sobre un lastre de notas de pie de página, o a aquellos que la componen redoblando las teclas de la computadora.
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Pero esta no es mi cuerda. Trato de prescindir de los "marcos teóricos", para hacer accesible a todos la evocación de procesos que son de todos y a todos atañen. Por otra parte, este es un libro argentino, como lo son los anteriores; quiero decir que no puedo ni quiero competir con esos admirables investigadores norteamericanos o europeos que vienen a escribirnos nuestra historia. Yo aspiro, más bien, a evocar y transmitir vivencias, la sustancia viva de los procesos, porque no quiero quedarme en la posición de un observador de fenómenos de probeta. Lo cual implica un mayor riesgo de error: como nunca he recibido apoyo de instituciones oficiales o privadas, nacionales o extranjeras, ni jamás he sido becario ni conté con ayuda alguna de fundaciones, universidades o consejos de investigaciones, puedo haber incurrido en fallas, omisiones o errores. La labor historiográfica que ahora empiezo a concluir fue llevada a cabo, además, hurtando mi tiempo a trabajos pro pane lucrando y también a emprendimientos intelectuales que me fueron seduciendo a lo largo de mi vida. Por consiguiente, estoy dispuesto a reconocer todos los lunares que aparezcan también en esta obra, muy a mi pesar.
Pero si aquellos quehaceres me impidieron concentrarme totalmente en la tarea que se define a través de los volúmenes que he mencionado al principio, al mismo tiempo me gratificaron maravillosamente al aportarme la compañía y el estímulo de grandes públicos. A esos anónimos cómplices debo expresar mi profundo reconocimiento. Fueron ellos mi único apoyo y no necesito otro para concluir lo que comencé, tal vez con sobrada audacia, cuando era un muchacho de veintitantos años y me propuse reconstruir la historia contemporánea de la Argentina sufriéndola y gozándola como un protagonista más de sus lustros.
Perón y su tiempo está inspirado en la intención de comprender los años argentinos marcados por la primera y segunda presidencia del líder justicialista. Comprender, digo, y no es poco. Porque en la época que voy a describir en estas páginas yo militaba en un partido opositor, y mi actitud, como la de tantos jóvenes universitarios, era de una cerrada negativa a todo lo que viniera de un régimen que aborrecíamos. Ahora que el tiempo hace posible una perspectiva más ancha, la reconstrucción de aquellos procesos puede hacerse sobre bases de comprensión que entonces no tuve.
Esto no quiere decir que haya elaborado una posición única sobre el poder peronista de aquellos años. Ya se verán, en el curso de las páginas siguientes, las valoraciones que formulo según mi leal saber y entender. Pero historiar, insisto, significa comprender; no necesariamente condenar o absolver. Quien, como yo, vivió con intensidad y compromiso aquella época, debe hacer un gran esfuerzo
65
para despersonalizar sus recuerdos y evitar que las experiencias individuales pesen sobre su espíritu crítico. Desde ya declaro que he tratado de superar todo cuanto pudiera haber pesado ilegítimamente sobre mis criterios de valor. Pero esto no me ha llevado a hacer una obra aséptica. Soy un argentino, y aquellos tiempos no fueron sólo los de Perón: también fueron míos. Por otra parte, mi relato no puede dejar de contener una preocupación ética, pues de mis ancestros yrigoyenistas rescato la convicción de que ética y política no pueden correr por caminos separados.
Para decirlo de una vez: he querido componer una obra que, sin dejar de ser respetuosa con los hechos y las precisiones, esté revestida de la carne y la sangre, la naturaleza vital y desbordante con que se fue haciendo mi país en aquellos años. Con errores y aciertos, con grandezas y canalladas, con intenciones levantadas y propósitos mezquinos: en suma, con el color y el olor de la época, a la que no puedo mirar como un fenómeno desinfectado y remoto sino como parte del secular esfuerzo de mi pueblo por ser Nación. Entonces, siento que me meto en un territorio parecido al que describían los viejos mapas medievales cuando presentaban comarcas desconocidas y se limitaban a ofrecer esta leyenda: Hic sunt Leonis. Los dominios en los que voy a introducirme están llenos de leones, y también de alimañas menos nobles; están en ambas bandas los que se empeñan en exaltar a toda costa a Perón y sus obras, y los que a toda costa quieren invalidar al líder justicialista y sus realizaciones. Han de tirarme tarascones y dentelladas a lo largo de mi camino y no digo que no los tema; pero el compromiso que he asumido conmigo mismo es demasiado riguroso para desistir de recorrerlo hasta el final.
Este prólogo es excesivamente personal, como lo será el epílogo. Pido que se me perdone: el presente volumen culmina un trabajo de tres décadas y es, sin duda, el más difícil. Por su naturaleza, por sus implicancias y también por lo que significó en mi propia vida el tiempo de Perón. Un tiempo que pasó y cuyo ciclo histórico está cerrado, pero cuyas proyecciones subsisten. Si estoy tratando de reconstruirlo, pese a las dificultades que lo erizan, es porque quiero ayudar a mis paisanos a pensarnos a partir de nuestra historia, aun de una historia tan conflictiva como la que forma la materia de las páginas que van a leerse.
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7. Este fragmento corresponde al prólogo de uno de los libros cuyos
paratextos han sido explorados, ¿a cuál de ellos? Justificar la respuesta con los indicios recogidos en la exploración de los paratextos.
“Suele decirse que quien escribe piensa implícita o explícitamente en un lector.
Empecé a escribir este texto pensando en mis colegas, pero progresivamente me
di cuenta de que mi lector implícito eran mis hijos, y los de su edad,
adolescentes y niños: los que casi no tienen noticias de nuestro pasado reciente,
ni siquiera de los horrores más cercanos, pues nuestra sociedad cada vez cuida
menos de su memoria, quizá porque hoy padece de una gran dificultad para
proyectarse hacia el futuro. En varias partes del texto quise simplemente dejar
un testimonio, quizás académicamente redundante pero cívicamente necesario,
pues sigo convencido de que sólo la conciencia del pasado permite construir el
futuro. En tiempos en que al pesimismo de la razón se suma también el del
corazón, quiero seguir creyendo en la capacidad de los hombres para realizar su
historia, hacerse cargo de sus circunstancias y construir una sociedad mejor.”
El epílogo
El epílogo, al igual que el prólogo o el prefacio, cumple funciones interpretativas y persuasivas. Sin embargo, su posición final en el conjunto de la obra determina el carácter muchas veces correctivo o conclusivo de sus interpretaciones y orienta su fuerza persuasiva ya no a captar la atención del lector -puesto que es de suponer que ha leído todo el texto- sino a reforzar el compromiso y el acuerdo entre autor y lector. Teniendo en cuenta estas características generales escribir el epílogo del libro de Félix Luna que lleva el título -ciertamente curioso- de “General, he terminado con usted”.
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Consignas de trabajo
1. A partir de las fichas siguientes, formular hipótesis de lectura acerca de
estos libros y elaborar las referencias bibliográficas correspondientes. a)
Título: Efemérides, entre el mito y la historia
Autores: Perla Zelmanovich, Diana González, Silvia Gojman, Silvia Finocchio
Editorial: Paidós
Fecha de publicación: marzo de 1994
ISBN: 950-12-6106-9
Formato: 15.5 x 22 cm.
Número de páginas: 198
Lugar de edición: Buenos Aires
Encuadernación: Rústica
Colección: Cuestiones de educación
b)
Título: El gusano que usaba el caracol como taxi y otras historias naturales
Autor: Jean Deutsch
Editorial: Fondo de Cultura Económica
Fecha de publicación: abril de 2009
ISBN: 9789505577873
Formato: 15.5 x 22 cm.
Número de páginas: 231
Lugar de edición: Buenos Aires
Encuadernación: Rústica
Colección: Ciencia y tecnología
c)
Título: Amor líquido
Subtítulo: Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos
Editorial: Fondo de Cultura Económica
Fecha de publicación: 29/03/2005
ISBN: 9789500397391
Formato: 13,5 x 21 cm
Autor: Zygmunt Bauman
Colección: Sociología
Número de páginas: 203
Lugar de edición: México
Encuadernación: Rústica
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2. Escribir la contratapa de los libros analizados en la consigna anterior.
3. La lista siguiente reúne un conjunto muy heterogéneo de títulos. A partir de los indicios que ofrecen las respectivas referencias bibliográficas, responder al cuestionario que se presenta más abajo.
a) GIL CALVO, Enrique; El poder gris. Una nueva forma de entender la vejez, “Arena abierta”, Barcelona, Grijalbo, 2003.
b) SILLETTA, Alfredo; Shopping espiritual. Las sectas al desnudo, Buenos Aires, Planeta, 2007.
c) IMBERTI, Julieta (comp.); Violencia y escuela. Miradas y propuestas concretas, Buenos Aires, Paidós, 2001.
d) DICK, Philip K.; ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Madrid, Edhasa, 2011.
e) LONGO, Francisco, Mérito y flexibilidad. La gestión de las personas en las organizaciones del sector público, Colección Empresa, Barcelona, Paidós, 2012.
f) WALSH, María Elena, Cuentopos de Gulubú, “AlfaWalsh”, Buenos Aires, Alfaguara, 2000 (1ª. edición en Alfaguara, 2004, séptima reimpresión) 1ª. edición 1966.
g) ÁBALOS, Iñaki, La buena vida. Visita guiada a las casa de la modernidad, Barcelona, Editorial Gustavo Gili, 2011 (1ª. edición, 9ª. reimpresión).
h) BIOY CASARES, Adolfo; Historias desaforadas, “Biblioteca Esencial”, Buenos Aires, Emecé Editores/Diario La Nación, 2005.
CUESTIONARIO
i. ¿En cuál(es) de estos libros van a encontrar ficción?
ii. ¿En cuál(es) van a encontrar narración?
iii. ¿En cuál(es) van a encontrar ensayos?
iv. ¿Cuál de todos estos libros es el de mayor difusión?
v. ¿Cuál se encontrará, muy probablemente, en la biblioteca de la Facultad de
Arquitectura, Diseño y Urbanismo?
vi. ¿Cuál(es) le regalaría a un adolescente?
vii. ¿Cuál(es) pueden comprarse en un kiosko de diarios y revistas?
viii. ¿Cuál es el más económico?
ix. ¿Qué libro podría formar parte de la bibliografía del curso “La investigación
periodística”?
x. ¿Qué libro podría formar parte de la bibliografía del curso de capacitación
docente “Diversidad y violencia escolar”?
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4. Visitar los sitios web de las editoriales que se listan más abajo, recorrer
sus presentaciones institucionales, sus catálogos, sus elencos de autores,
sus recomendaciones y las listas de sus libros más vendidos y, a partir de
esa información, caracterizar el tipo de editorial (académica, especializada
en una disciplina particular, literaria, etc.) y las clases de lectores a los que
se dirige principalmente.
Fondo de Cultura Económica filial Argentina: http://www.fce.com.ar
Editorial Alfaguara Argentina: http://www.alfaguara.com/ar/
Editorial Paidós: http://www.planetadelibros.com/editorial-paidos-3.html
Editorial Ariel: http://www.planetadelibros.com/editorial-paidos-3.html
Editorial Gustavo Gili: http://ggili.com/
Editorial Eterna cadencia: http://www.eternacadencia.com/editorial.htm
Editorial Biblos: http://www.editorialbiblos.com.ar/
Editorial Albatros: http://www.albatros.com.ar/
70
71
Oralidad
y escritura Con frecuencia, la escritura suele ser considerada como un código secundario cuya función consistiría simplemente en registrar o reflejar la producción oral. Sin embargo, un análisis de las características de la oralidad y de la escritura permite ver que no se trata de una relación de mero reflejo sino de dos tipos de producción lingüística con especificidad propia. La primera gran diferencia entre ellas –a la que ya nos referimos en la unidad no 1– deriva de los contextos en los que se desarrollan. En la comunicación oral los participantes comparten un mismo contexto espacio-temporal (o, al menos, temporal): la oralidad requiere de la actividad simultánea de los interlocutores. En esta forma de interacción los gestos, las miradas, los silencios que acompañan a la palabra permiten al hablante evaluar el efecto que causa en el destinatario y, gracias a esta retroalimentación, puede regular su discurso a medida que lo va produciendo. La comunicación escrita, en cambio, se da en forma diferida y a distancia. Se trata de una comunicación “en ausencia” del destinatario. Por esta razón el escritor debe crear una imagen virtual del lector, que le servirá de orientación a lo largo del proceso de escritura. Por otra parte, el hecho de que escritor y lector no comparten un mismo contexto situacional, es decir, que no están en contacto directo, exige al texto escrito un mayor grado de explicitación dado que el lector no cuenta con la posibilidad de preguntar o pedirle explicaciones al autor, y el texto, entonces, debe “valerse por sí mismo” para poder ser comprendido. El discurso oral se despliega en el tiempo y, por lo tanto, está necesariamente vinculado a la sucesión y la linealidad. A diferencia de lo que sucede con un escrito, por el que la vista puede desplazarse en diferentes direcciones y al ritmo impuesto por el lector, el oyente no puede “recorrer” distintas secciones del discurso para detenerse en alguna en particular o encontrar una frase que desee volver a escuchar. Incluso con los medios de grabación modernos, el discurso sigue estando cautivo del hilo temporal y, por ende, de la sucesión. La escritura, en cambio, al fijar la palabra en el espacio, la libera del tiempo y permite a los sujetos volver una y otra vez sobre las ideas objetivadas por los signos gráficos.
Desde el punto de vista de la producción, la urgencia que impone al hablante la situación de comunicación oral muchas veces no le da tiempo suficiente para encontrar la forma más apropiada. La limitación temporal incide sobre la capacidad de memoria tanto del productor como del destinatario y esto influye, por ejemplo, sobre la selección de palabras, que evidencian menor precisión, más ambigüedad, y la construcción de las oraciones, que suelen ser más breves y menos complejas que en un escrito y tienden a acumular las unidades de información en lugar de establecer relaciones explícitas entre ellas. Además, diversos factores pueden afectar la producción (distracción, errores, vacilaciones, problemas de articulación, cambios de estrategia sobre la marcha) que fracturan el hilo del discurso. Es por esto que el discurso oral es siempre provisorio, se muestra “en proceso” y, por lo tanto, revela las “imperfecciones” típicas de esta forma de textualidad: repeticiones innecesarias, falsos comienzos, frases inconclusas, debilitación de la coherencia, entre otros rasgos.
La escritura, en cambio, permite al productor tomar decisiones más reflexivas sobre la elaboración del discurso. Al no estar urgido por la necesidad de producir espontáneamente, el escritor puede tomarse el tiempo necesario para planificar el texto y articular sus ideas con mayor precisión. Como consecuencia, en un escrito
72
las conexiones lógicas entre las proposiciones suelen ser explícitas, el vocabulario más rico y variado, y la sintaxis considerablemente más compleja ya que, por otra parte, el escritor sabe que su lector podrá derivar por el texto según sus necesidades y releer aquellos pasajes más exigentes.
Finalmente, la oralidad y la escritura deben también sus rasgos distintivos a la naturaleza del canal en el que se materializan. El significante de la oralidad es el sonido aunque la comunicación oral también se apoya en una serie de signos paralingüísticos percibidos a través de la visión (gestos, miradas, movimientos corporales) que completan el mensaje. El escrito se vale únicamente de la materia gráfica que se asocia a sistemas como el de la ortografía y la puntuación, destinados en parte a representar visualmente algunas de las características de la oralidad (como sucede con los signos de interrogación y exclamación, por ejemplo) y a orientar la actividad de lectura e interpretación del texto.
1. Sintetizar las características distintivas de la oralidad y la escritura en un cuadro comparativo.
Oralidad
Escritura
contexto
canal // material significante
características formales
73
2. La siguiente transcripción corresponde a un fragmento de una entrevista
al escritor argentino Marcelo Cohen realizada en diciembre de 2004. Transformar este fragmento de discurso oral en un texto escrito para ser leído: agregar todas las marcas gráficas necesarias (signos de puntuación, acentos, mayúsculas) y eliminar las huellas de oralidad.
Leer y escribir
1
5
10
15
corrijo mucho pero corrijo mientras escribo es decir
me gusta tardo mucho en que la frase alcance lo voy
a decir un poco ampulosamente la plasticidad no que
que quiero y creo que lo que no queda bien escrito
es muy dificil de corregir por eso despues porque
obedece al momento hay en la escritura un vinculo
casi como con el presente como que es como de
sensacion termica me gusta mas leer que escribir
pero pero no puedo estar sin escribir no puedo estar
sin ninguna de las dos cosas y he notado que me
pongo que si no leo me pongo triste me aburro de mi
mismo pero si no escribo me pongo cascarrabias nunca
se me ocurre una anecdota y despues le adjudico un
paisaje determinado todo surge con su paisaje quiero
decir paisaje personajes acontecimiento nacen en mi
juntos en una especie de pelotita que se puede
devanar el devanado la puesta la puesta en hilo es
la narracion.
Audiovideoteca de Buenos Aires
La grabación de esta entrevista puede escucharse en
http://www.audiovideotecaba.gov.ar/cohen_texto.htm
74
Acerca de la puntuación
3. Lean atentamente el siguiente fragmento de Perdón, imposible de José Antonio Millán
Aunque llevamos siglos sumergidos en una cultura de la palabra escrita, la lengua
comenzó siendo algo oral, materia hablada, y la cadena de sonidos que la
constituye necesita interrupciones que por una parte permiten respirar al hablante
y por otra van dotando de sentido, de ritmo y hasta de música al texto.
Pero eso no es todo: hace casi exactamente quinientos años Antonio de Nebrija
(que escribió la primera gramática del castellano) se expresaba así:
Lo mismo que en la lengua hablada es necesario realizar ciertas pausas
distintivas, para que el oyente perciba las distintas partes de la frase y para que el
locutor, una vez recuperado el aliento, hable con mayor energía, así, en la
escritura, hemos de hacer lo mismo para resolver ambigüedades, por medio de los
signos de puntuación.
Nos surge aquí una segunda razón para la puntuación: hacer que pasajes que
admitirían distintas lecturas […] se decanten hacia una de ellas. Como muchas
decisiones en el uso de sus signos, esta función exige que quien escribe se ponga al
mismo tiempo en el papel del que lee.
[…]
Además, debemos a la puntuación el conocimiento de lo que podríamos
llamar la macroestructura del texto: su división en párrafos, y dentro de los
párrafos en oraciones. Sabemos a través de ella qué ideas el autor consideró que
podía unir (porque eran similares, o por la relación que mantenían entre sí) y
cuáles quiso dejar aisladas. La puntuación transmite así la estructura lógica del
texto.
La puntuación también nos ayuda a saber cuál es la postura del autor ante lo
que dice: si expresa algo con ironía o con escándalo, con temor, ansiedad o duda,
con vacilación, como súplica o con sorpresa, con pudor, con reticencia o con ánimo
de ofender, si habla por sí mismo o si reproduce las palabras de otro... El problema
es que la lengua escrita no tiene recursos suficientes para recoger con un signo
distinto cada uno de estos matices, ni tampoco abarca todo el amplísimo abanico
de emociones y sentimientos humanos. Como dice un buen experto en el tema,
José Martínez de Sousa: «Por ejemplo, en esos casos en que decimos: “Lo ha dicho
con recochineo”. […] ¿Cómo se manifiesta el recochineo en lo escrito?». Este es un
terreno en el que ni siquiera los más furiosos experimentalistas del lenguaje han
osado entrar. Hablando de cómo los poetas de vanguardia abolieron la
puntuación […], Borges comentó: «Hubiera sido más encantador el ensayo de
nuevos signos: signos de indecisión, de conmiseración, de ternura, signos de valor
psicológico o musical».
MILLÁN, José Antonio; Perdón, imposible.
Guía para una puntuación más rica y consciente,
Buenos Aires, Editorial del Nuevo Extremo, 2005
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a) ¿Qué funciones cumple la puntuación, según J. A. Millán? b) En el comienzo del último párrafo, se dice que la puntuación también nos
ayuda a conocer la actitud del escritor respecto del tema del que se ocupa. Proponer por lo menos tres ejemplos de enunciados en los que la puntuación transmita algunas de las posturas a las que hace referencia el texto de J. A. Millán.
c) ¿Qué signos de puntuación emplearon en la reescritura de la entrevista a
Marcelo Cohen? ¿Cuáles de ellos manifiestan actitudes del hablante? ¿Cuáles son esas actitudes?
4. En el mes de septiembre de 2005, cuando el huracán Katrina devastó la
ciudad de Nueva Orleans, el Presidente Bush fue a visitar la zona afectada. En esa oportunidad, un canal de televisión subtituló de esta manera la imagen del presidente en conferencia de prensa: BUSH: UNO DE LOS PEORES DESASTRES QUE HA GOLPEADO A LOS E.E.U.U
Inmediatamente la imagen se convirtió en una broma que dio la vuelta al mundo por correo electrónico. ¿Por qué se consideró graciosa esta imagen? ¿De qué manera se podría transformar el texto para darle una lectura “seria”?
5. La anécdota que sigue fue recogida por J. A. Millán en su página web (http://jamillan.com/perdonimposible/lectopun.htm). Un hombre rico al morir dejó su testamento escrito de puño y letra. El texto decía así:
"Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi sobrino Pedro nunca jamás pagarse la cuenta al sastre nada para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo".
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Como el testamento no tenía puntuación, cada uno de los mencionados intentó salir favorecido puntuándolo según su conveniencia. ¿Cómo lo hicieron? Escribir las cuatro versiones de los “herederos”.
6. Dividir en párrafos los textos siguientes. Justificar en cada caso la
delimitación establecida. a)
4.1 La televisión en la Argentina
La televisión llegó a nuestro país en los años cincuenta. En 1949 el gobierno
peronista introdujo la televisión en nuestro país como un monopolio de carácter
público. La primera transmisión se realizó el 17 de octubre de 1951, y la primera
imagen que los novatos televidentes pudieron ver fue una foto de Eva Perón. Esa
emisora se conoció como LR3 Radio Belgrano TV Canal 7 y posteriormente pasó a
llamarse LS82 TV Canal 7. Dos años después, en 1953, se dictó la primera Ley de
Radiodifusión, la N° 14.241, única hasta la actualidad dictada por un gobierno
democrático, y unos años más tarde, en 1957, con la segunda ley de radiodifusión
(N° 15-460), dictada por el general Aramburu, se crearon los canales 9, 11 y 13 de
Buenos Aires. En junio de 1960 nació Canal 9, en manos de la concesionaria
Compañía Argentina de Televisión (CADETE), hasta 1965, cuando pasó a ser
dominado por Alejandro Romay. Luego, respaldados por la CBS y el grupo
editorial Time-Life, se fundaron Proartel y Canal 13, que comenzaron sus emisiones
en octubre de 1960, y ya en los 70, ingresaba con capitales nacionales la familia
Vigil. Unos meses después, en julio de 1961 se sumó Canal 11, con los aportes de la
cadena norteamericana ABC y el ingreso de capitales nacionales de la editorial
Sarmiento hacia los años setenta. Vale decir que, durante la primera década de
nuestra televisión sólo podía elegirse la programación del Canal 7. Los sesenta
fueron los mejores años para la televisión privada en cuanto a éxito y competencia
hasta que en 1973, dos días antes de la asunción de Juan Domingo Perón en su
tercera presidencia, se dispusieron los vencimientos de las licencias a los tres
concesionarios para terminar, en agosto de 1974, con la estatización de los canales.
Con la llegada de la dictadura en 1976, la estatización se mantuvo y las distintas
fuerzas se repartieron los canales. El Ejército se quedó con el canal 7 y el 9, la
Armada se adueñó de Canal 13 y la Fuerza Aérea se quedó con Canal 11. En 1980 se
conoció la famosa y aún vigente Ley de Radiodifusión 22.285, firmada por Videla,
que proclamaba, entre otras, normas como "destacar los lazos de unidad familiar y la
trascendencia de ella como célula básica de la sociedad cristiana"; "abstenerse de
todo contenido que presente el triunfo del mal sobre el bien, que incluya expresiones
lascivas y de perversión sexual o que ataque el concepto positivo de la natalidad";
"abstenerse de todo contenido que pretenda justificar la traición a la patria, que exalte
formas de vida o ideologías reñidas con las normas éticas, sociales o políticas de
nuestro país o que atente contra la seguridad nacional". Durante el período del
gobierno radical (1983-1988) no se produjeron cambios significativos. En 1989, la
asunción de Carlos Menem a la Presidencia inició un proceso de reestructuraciones
que finalizó con las privatizaciones. Con la aprobación de la Ley N° 23.696 de
Reforma del Estado, el Poder Ejecutivo quedó habilitado para iniciar las privati-
zaciones, entre ellas las de los canales 11 y 13. Esta nueva ley modificaba el régimen
77
legal de la radiodifusión en cuanto a los requisitos que impedían que las empresas
propietarias de medios gráficos accedieran a las licencias. El proceso de
privatización de los canales abiertos impulsado en la etapa menemista originó
profundos cambios en la televisión argentina. Actualmente, todos los canales
continúan en manos privadas, con la excepción de Canal 76.
DOTRO, María Valeria; «Televisión infantil y
construcción del niño televidente entre 1960 y 1990.
Del Capitán Piluso a “Chiquititas”» en
CARLI, S. (comp); Estudios sobre comunicación, educación y cultura,
Buenos Aires, Stella-La Crujía, 2003.
b)
Las empresas verdes
También es cierto que muchas empresas, sobre todo las multinacionales, ofrecen
una doble cara: de empresas "verdes" cuando miran hacia los países desarrollados
y de tenaces expoliadoras ambientales cuando actúan en los países pobres. No son
pocas las firmas que ante la presión de las leyes ambientales de sus países de
origen han trasladado sus fábricas a otros países menos exigentes al respecto. O
que han chantajeado a Estados que estaban adquiriendo una cierta conciencia
ambiental con la amenaza de irse si se le aplicaban leyes de regulación. Las
empresas han sido las grandes actrices en el drama ambiental, sobre todo en lo
referido a la explotación de los recursos naturales y en la producción de elementos
contaminantes. Es por eso que empresas, Estados y organizaciones ambientalistas
libran una verdadera batalla que abarca todo el mundo. Los enfrentamientos son
diversos, las alianzas cambiantes, las traiciones son más frecuentes que las
lealtades y la corrupción más generalizada que la honradez. Todo aparece rodeado
por una nube de informaciones -todas supuestamente ciertas y objetivas- generadas
por los diferentes actores; en todos los casos hay por supuesto exageraciones,
acusaciones, mentiras y verdades a medias. La mayoría de la población asiste a
este espectáculo con una mezcla de hastío, incredulidad y desinterés, algo que
confirma el poco glamour que ostenta el tema ambiental en general. Hasta hace
relativamente poco se pensaba que las relaciones de la sociedad y su ambiente se
resolvían en un gradiente de escalas que iba de lo local, definido por la acción de
un grupo social reducido en un territorio circunscrito y un ambiente específico, a lo
regional (agrupaciones sociales medianas con territorios más amplios y afectando
ambientes diferentes, como es el caso de la agricultura) y lo continental (grandes
poblaciones y actividades múltiples que afectan múltiples ambientes). Pero en los
últimos tiempos ha aparecido una nueva escala para la cuestión ambiental, la
6 IGLESIAS, Mariana: "Programación televisiva: 1980-1995. Análisis de los últimos quince
años de la televisión argentina a través de sus géneros". Tesina de Grado. Universidad de Buenos Aires. 1995. BUERO, Luis: Historia de la televisión argentina contada por sus protagonistas desde 1951 hasta 1996. Universidad de Morón. 1998.
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podríamos llamar la escala global. La sumatoria de nuevas y múltiples actividades,
la aparición de empresas gigantescas, el incremento del uso de los motores y
maquinarias que queman combustibles fósiles y emiten grandes cantidades de
gases, la ampliación de las áreas de cultivo y la paralela deforestación, y el
incremento de la cantidad de ganado, aumentó la proporción de los gases que
hemos llamado de "efecto invernadero". Esto aparentemente se ha traducido en un
ascenso de la temperatura de la superficie de la Tierra. La situación produjo
consecuencias todavía no bien evaluadas, pero nunca positivas. Al mismo tiempo
el uso masivo de algunos gases raros (como el freón) impactó negativamente sobre
la capa de ozono ubicada en la alta atmósfera. Dicha capa tenía como función
filtrar los nocivos rayos ultravioletas. Estos dos problemas tienen una extensión
global y han puesto un nuevo signo de interrogación sobre el tipo de relaciones que
establecemos con nuestro ambiente, y con unas notas nuevas y difíciles: si bien
está claro que en alguna medida todos somos responsables de esos problemas
globales, hay sociedades que han contribuido mucho más que otras a generar ese
trastorno. Sin embargo todos los sufrimos. ¿Quiénes deberían ser entonces los
principales encargados de solucionarlos? Los interrogantes se acumulan. Por caso,
¿los países que contribuyen poco a estos problemas tienen que reducir también sus
emisiones aun a costa de desacelerar sus economías? Y a eso se agrega otro tema
igualmente importante: ¿quién soluciona los problemas ambientales globales en un
mundo fragmentado en Estados, cada uno de los cuales tiene sus propias leyes
regulato-rias del ambiente? ¿Existe un organismo internacional efectivo de
regulación ambiental? ¿Yqué pasa cuando alguno de los grandes generadores de
los problemas globales -llámese Estados Unidos o China-, en nombre de no
detener el crecimiento económico, no se muestra dispuesto a aceptar esta
responsabilidad? Volveremos sobre estos temas en las páginas siguientes.
REBORATTI, Carlos, La naturaleza y nosotros. El problema ambiental,
“Claves para todos”, Buenos Aires, Capital Intelectual, 2006
7. Introducir signos de puntuación en el texto siguiente:
Las ciudades y la memoria. 2. al hombre que cabalga largamente por tierras selváticas le acomete el deseo de una ciudad finalmente llega a Isidora ciudad donde los palacios tienen escaleras de caracol incrustadas de caracoles marinos donde se fabrican según las reglas del arte largavistas y violines donde cuando el forastero está indeciso entre dos mujeres encuentra siempre una tercera donde las riñas de gallos degeneran en peleas sangrientas entre los apostadores pensaba en todas estas cosas cuando deseaba una ciudad Isidora es pues la ciudad de sus sueños con una diferencia la ciudad soñada lo contenía joven a Isidora llega a avanzada edad en la plaza está la pequeña pared de los viejos que miran pasar la juventud el hombre está sentado en fila con ellos los deseos son ya recuerdos
CALVINO, Italo; Las ciudades invisibles, Barcelona, Minotauro, 1991
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Los procesos de la escritura
La producción de un texto escrito es el resultado de un proceso que pone en juego una compleja serie de operaciones, saberes y recursos lingüísticos y cognitivos del escritor. Desde el punto de vista de la psicología, el acto de escribir es concebido como una tarea propia de lo que se conoce como pensamiento creativo, es decir, de esa facultad inherente a todo sujeto (no solamente a los “creadores” como Borges o Cervantes sino a todos los seres humanos) a la que recurrimos cada vez que se nos plantea la necesidad de resolver problemas de manera no rutinaria o automatizada. Los problemas a resolver pueden ser de la índole más variada: desde cómo aprender a andar en bicicleta o cómo ingeniárselas para reparar el depósito del baño y lograr que el agua deje de correr indefinidamente hasta cómo formular y llevar a cabo un proyecto de investigación científica. Pero aun cuando se trate de situaciones tan diferentes, los psicólogos señalan el hecho de que todas estas situaciones “problemáticas” tienen algo en común: todas parten de la necesidad de alcanzar un propósito determinado. Para eso, el sujeto necesita, en primer lugar, evaluar la situación en la que se encuentra, definir el objetivo que se propone alcanzar y decidir cuáles son los medios de los que dispone (o que debe procurarse) para cumplir con sus propósitos.
En este marco, entonces, toda tarea de escritura es concebida como una actividad de resolución de un tipo particular de problema: un problema retórico (es decir, comunicativo) que comprende, básicamente, el manejo de un tema, el conocimiento del destinatario y la determinación de la finalidad del escrito que se va a producir.
Para alcanzar el objetivo que se plantea con su tarea de escritura, el escritor necesita construir una representación ajustada del problema retórico al que se enfrenta ya que una evaluación imprecisa o incompleta conduce a una resolución inadecuada o ineficaz. Si, por ejemplo, un alumno se encontrara en la necesidad de solicitar un cambio en los horarios que le han sido asignados en la universidad y, para conseguirlo, tuviera que enviar una carta al Departamento de Alumnos, antes de escribir deberá evaluar cómo debe dirigirse a su interlocutor, qué formas de tratamiento emplear (no es adecuado encabezar la carta con “Querido Departamento de Alumnos”, por ejemplo), qué razones son atendibles para lograr que la solicitud sea respondida favorablemente (un argumento como: “No quiero ir por la mañana porque me gusta dormir hasta tarde” no sería ni convincente ni aceptable en esta situación). También, dado que se trata de una comunicación que
se desarrolla en un ámbito institucional fuertemente regulado, el escritor sabe o
debe saber que es necesario que el pedido se presente en formato carta e impreso en papel (por el valor documental que se asigna a este soporte) y que
probablemente no alcance con enviar un email pidiendo el cambio de horario para considerar que el trámite ha sido realizado debidamente. Todos estos conocimientos y habilidades respaldan las decisiones que el escritor va tomando a medida que resuelve su tarea de escritura.
John Hayes y Linda Flower7 han diseñado un modelo (es decir, una representación hipotética) que se propone describir y explicar los procesos que se
7 FLOWER, L. Y J. HAYES; "Teoría de la redacción como proceso cognitivo", en Textos en contexto, Buenos Aires, Lectura y vida, 1996.
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despliegan en toda tarea de composición escrita. Según estos autores este modelo consta de dos factores (uno externo al sujeto: el contexto de trabajo y otro interno: la memoria a largo plazo) vinculados a través de una serie de procesos que interactúan entre sí. Estos procesos no se desarrollan “por etapas”, siguiendo un orden lineal, secuencial, sino que se dan en forma recursiva ya que pueden recomenzar una y otra vez, y con un alto grado de inserción unos en otros (como lo indican las flechas
en dos direcciones que conectan los distintos componentes). El modelo en cuestión es el siguiente:
El contexto de trabajo abarca todo lo que es externo al sujeto, desde la situación de enunciación hasta el texto mismo a medida que se lo va escribiendo. En el problema retórico se pone de relieve la importancia de los distintos componentes del contexto o situación de escritura: destinatario (a quién va dirigido ese texto), los objetivos que se propone alcanzar (para qué se escribe, qué género discursivo es el adecuado), el tema que se abordará (qué decir, sobre qué). La memoria de largo plazo (MLP) almacena el conocimiento del mundo, del lenguaje y sus usos, y de los modelos o esquemas textuales, sus condiciones de
circulación y recepción. La MLP del sujeto que puede complementarse con fuentes
externas de información como bibliotecas, bases de datos u otro tipo de registros almacena conocimientos acerca del tema del texto, el público al que va destinado y las clases de influencias (informar, persuadir, hacer comprender, etc.) que se
Contexto de trabajo
Problema
retórico
tema
destinatario finalidad
Texto producido
hasta el momento
Memoria a largo plazo del escritor
MLP
conocimiento
del tema, destinatario y
planes de
redacción (Códigos/
Competencia comunicativa)
Procesos de redacción
Planificación
generar ideas
organizar
determinar metas
Control
Puesta en texto
Revisión
evaluación
edición
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ejercen a través de los distintos tipos de texto. El escritor tiene dos problemas principales en relación con la memoria: cómo localizar la información pertinente (en su memoria o en otro sistema de registro) y cómo adaptarla a las exigencias del problema retórico que se le plantea. En este sentido, los modelos textuales disponibles en la memoria de largo plazo (cuento, monografía, crónica periodística, artículo de investigación, etc.) resultan fundamentales para el desarrollo de las actividades de planificación y de revisión. En efecto, una de las dificultades que enfrentan los escritores no-expertos se debe a que no disponen (todavía) de estos modelos textuales (tienen un manejo limitado del código retórico) y tampoco han automatizado un cierto número de saberes más elementales (gramaticales, ortográficos, sintácticos). Esto hace que deban dedicar una parte importante de su atención a resolver estos problemas lingüísticos a medida que redactan el texto, lo que afecta la composición en su conjunto ya que la capacidad de tratamiento de cualquier tema es limitada. Los procesos involucrados en la escritura son tres: planificación, puesta en texto y revisión. Estos, a su vez, incluyen una serie de subprocesos. La planificación comprende la generación y organización de ideas y la determinación de metas y objetivos. Es importante tener en cuenta que no hay que pensar a la planificación solamente como un proceso anterior a la redacción, ni siquiera a la revisión ya que de ésta pueden surgir una o más modificaciones a la planificación. En la puesta en texto se pone en palabras las ideas generadas previamente de acuerdo con un plan textual más o menos preciso. En el curso de este proceso intervienen las determinaciones impuestas por la gramática de la lengua. Cuanto menos experto es el escritor en el manejo del código lingüístico, mayor será su dificultad para resolver esta tarea y mayor será también la atención que deberá prestarle. Esta asignación de esfuerzo especial a las operaciones redaccionales puede disminuir la atención que se dedique a la tarea de planificación, por ejemplo. La revisión, al igual que la planificación, es recurrente en el proceso de composición. El escritor revisa tanto el texto ya escrito como los planes textuales. La revisión comprende dos subprocesos: evaluación y edición. En la evaluación se verifican el ajuste del texto al problema retórico planteado por la tarea de escritura y al plan trazado, y su adecuación a las reglas gramaticales y ortográficas. La edición tiende a solucionar estos problemas y puede afectar al texto local o globalmente. Las operaciones de edición podrían describirse, según el modelo que ofrece el procesador de texto, como operaciones de borrado o supresión de elementos, agregado o inserción, desplazamiento a lo largo del sintagma, y una combinación de los dos primeros: la sustitución). El proceso de control monitorea y regula el funcionamiento y la interacción de los demás procesos. El escritor puede ser consciente de este control e incorporarlo al proceso de planificación en forma de autoinstrucciones. Es necesario tener en cuenta algunas observaciones a propósito de este modelo: en primer lugar, este gráfico pretende mostrar de manera estática una actividad eminentemente dinámica, se trata, por lo tanto, de una abstracción y no de una imagen que represente lo que pasa efectivamente cuando un sujeto escribe un texto. En segundo lugar, es fundamental tener presente que el proceso de la composición es recursivo, es decir que no se desarrolla de manera lineal, por etapas, sino que, a cada paso, las necesidades de la tarea pueden reiniciar el proceso nuevamente. De la revisión puede surgir la evidencia de que el texto producido hasta el momento no se adecua a la representación que el escritor hizo del problema retórico y esto puede llevarlo o bien a modificar parcialmente el texto o a rever su planificación o a buscar más información que le permita redefinir su problema retórico.
Por otra parte, se ha señalado que una de las fallas o debilidades de este modelo reside en el hecho de que presupone que todos los escritores “funcionan” igual a la
82
hora de escribir. En este sentido, Marlene Scardamalia y Carl Bereiter8 sostienen que los escritores experimentados no resuelven los problemas de escritura de la misma manera que los inexpertos y que, para dar cuenta de esta diferencia es necesario diseñar dos modelos distintos de los procesos de composición. Según estos autores, los escritores no expertos prácticamente no elaboran esquemas ni planes previos a la escritura, concentran su atención en la generación de contenidos en lugar de detenerse a considerar los problemas y objetivos que les plantea su tarea, no revisan globalmente sus textos ni producen reformulaciones extensas que impliquen una reorganización de los temas tratados y, en cambio, tienden a trasladar los materiales directamente de sus fuentes sin alterar el orden original. El proceso de escritura seguido por los escritores no expertos consiste, entonces, en “decir el conocimiento”, esto es, trasladar al papel lo que ya saben o lo que han encontrado en alguna fuente sin que medie una elaboración personal. Este tipo de estrategias, que suelen desplegarse en forma bastante lineal, pueden funcionar eficazmente en la transmisión de experiencias o emociones personales o en el relato de hechos en los que el mero recuerdo de contenidos relacionados con un tema dado desencadena la generación del texto. Con frecuencia, además, el resultado de este proceso de “decir el conocimiento” coincide con lo que Flower caracteriza como “prosa orientada hacia el escritor”, es decir, una escritura que refleja el curso del pensamiento del que escribe en vez de adaptarse al curso de pensamiento del lector.
Los escritores expertos, en cambio, cuando escriben “transforman su conocimiento”. Esta transformación es posible gracias a que estos productores pueden considerar y controlar conscientemente, durante el proceso de composición, dos clases de problemas: los que se relacionan con el contenido, por un lado, y los que tienen que ver con las determinaciones retóricas que impone la tarea de escritura, por otro. Esto significa que cuando compone, el escritor experto no se limita a volcar sobre el papel lo que sabe sino que evalúa, selecciona y organiza los contenidos en función de la interpretación que hace del problema retórico que le planteado la tarea y que exige, como vimos, la capacidad para determinar los objetivos del escrito, definir la orientación hacia un destinatario y adecuarlo a un modelo textual (a un género discursivo). Es esta interacción entre contenido (qué decir) y código retórico (cómo decirlo) la que da lugar a la transformación del conocimiento del escritor.
Finalmente, es importante notar que estos modelos resultan productivos en la práctica de la escritura en la medida en que permiten objetivar el proceso de composición y reflexionar sobre él a la vez que ofrecen una guía que puede orientarnos en las tareas que es necesario resolver cuando producimos un texto. Por otra parte, también suelen ser de utilidad para autoevaluar la propia escritura, para identificar logros y dificultades a la hora de escribir.
8 SCARDAMALIA, M. Y C. BEREITER; “Dos modelos explicativos de los procesos de composición
escrita” en Infancia y aprendizaje, 1992, Nº 58, 43-64.
83
Consignas de trabajo
1. Evaluar el problema retórico
a) Un alumno del curso de ingreso debe escribir un informe en el que se comparen los paratextos de distintas ediciones de una misma obra (por ejemplo: Pedagogía del oprimido, de Paulo Freire). ¿Qué tareas tiene que llevar a cabo para resolver satisfactoriamente el trabajo práctico?
b) Un alumno universitario de la materia “Historia de las ideas científicas” tiene
que presentar una monografía acerca de la influencia que la teoría de la evolución formulada por Charles Darwin en El origen de las especies (1859) tuvo sobre el pensamiento contemporáneo. Teniendo en cuenta el modelo de procesos de la escritura que proponen Hayes y Flower, describir las tareas que debe llevar a cabo y los recursos que necesita movilizar para escribir este trabajo (y aprobar el curso).
c) Una editorial de difusión masiva acaba de lanzar una colección de divulgación científica bastante accesible, destinada a lectores que carecen de formación científica. Uno de los primeros volúmenes de esa colección se ocupará de Darwin y la teoría de la evolución. Para escribir este libro la editorial decide convocar a un prestigioso investigador y profesor universitario especialista en biología que nunca antes produjo textos de divulgación científica. ¿Qué dificultades deberá enfrentar para resolver satisfactoriamente esta tarea de escritura? Comparar esta situación con la que se plantea en el caso descripto en (a). ¿Qué operaciones y recursos debe poner en juego este escritor y en qué se diferencian de los que necesita desplegar el escritor de (a)?
d) En un examen escrito de historia, un alumno de escuela media respondió la
pregunta ¿Qué instrumentos necesita tener un Estado para garantizar su funcionamiento? en los siguientes términos:
“Me parece, por lo que vimos en el libro, que los instrumentos
necesarios que un estado debe tener para garantizar su funcionamiento, son aquellos que le permiten funcionar normalmente, como los jueces, la policía, el presidente y el congreso y todas esas cuestiones que son necesarias. Por eso decimos que sin estos instrumentos no puede funcionar.”
¿Qué aspecto(s) del problema retórico no ha(n) sido debidamente
considerado(s) en la formulación de esta respuesta? ¿Cómo se manifiestan estos desajustes en el texto producido? ¿Qué modificaciones habría que hacer para que el texto de la respuesta resulte satisfactorio para el evaluador?
84
2. Generar ideas
a) Un usuario cansado de reclamar ante la compañía telefónica la reparación de su línea, que ya lleva dos meses sin funcionar, decide escribir una carta a un diario para dar a conocer la situación. Antes de escribir, hace un “punteo” de lo que va a decir su carta y del tono general que tendrá su escrito. Sabe que para que el diario la publique, su reclamo tiene que ir más allá de la cuestión meramente personal y resultar interesante para el conjunto de los lectores. Escribir ese punteo previo a la escritura en forma de gráfico (lista, diagrama conceptual, red, etc.).
b) Un periódico de circulación universitaria le ha propuesto escribir una columna
de opinión sobre el tema del ingreso a la universidad. Escriba el punteo de ideas previo a la redacción del artículo.
c) Un colega acaba de escribir un libro de su especialidad y le pide que escriba
el prólogo. Haga el punteo de ideas previo a la escritura del texto.
3. Planificar A partir de los punteos de ideas elaborados en 2a, 2b, 2c preparar un plan de escritura para la carta, la columna de opinión y el prólogo que caracterice explícitamente el problema retórico que debe resolverse en cada caso y organice las ideas que va a exponer en esos textos.
85
Editar
La tarea de edición requiere identificar problemas de escritura y proponer soluciones tendientes a mejorar la legibilidad o la calidad estética del texto. Los problemas que se plantean durante la edición pueden corresponder a distintos niveles, desde la ortografía hasta el funcionamiento semántico global del escrito. La lista que sigue ofrece una selección de los problemas que con más frecuencia se detectan en los escritos. En cada caso, el problema-ejemplo es seguido por una propuesta de edición. Las iniciales que aparecen entre corchetes en la columna que caracteriza el problema remiten a un conjunto de signos que los categorizan y que integran un código de edición empelado para su identificación (ver más adelante Clave de edición). Cada ejemplo presenta un tipo de problema específico (organización de la información en la oración o empleo incorrecto de una preposición, por ejemplo) aunque también pueden aparecer otros (puntuación, sintaxis) asociados en el mismo pasaje. En todos los casos, los ejemplos editados proponen soluciones para todos los problemas presentes en los textos.
Problema
Ejemplo
Ejemplo editado
palabra faltante [L]/[S]
Roma no se edificó un día.
Roma no se edificó en un día.
preposición sobrante (dequeísmo) [Prep]
Pienso de que no debería ser así. Dijo de que vendría.
Pienso que no debería ser así. Dijo que vendría.
palabra sobrante (redundancia) [L]
La posibilidad de poder hacer esto es muy importante.
La posibilidad de hacer esto es muy importante.
palabra mal ubicada [L]/[CL]
Solo una cadena es fuerte si sus eslabones lo son.
Una cadena es fuerte solo si sus eslabones lo son.
palabra inadecuada [L]
El signo lingüístico posee un significante y un significado.
El signo lingüístico es la asociación de un significante y un significado.
palabra incorrecta [L]
El matrimonio no se consumió.
El matrimonio no se consumó.
error ortográfico simple
Todabía no llegó.
Todavía no llegó.
error ortográfico tildación
Hacia dos horas que estaba afuera.
Hacía dos horas que estaba afuera.
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error ortográfico uso de mayúsculas
El estado debe ocuparse de la educación.
El Estado debe ocuparse de la educación.
puntuación coma faltante [P]
Sí juro. Tenía lápices azules verdes amarillos y rojos
Sí, juro. Tenía lápices azules, verdes, amarillos y rojos
puntuación coma entre sujeto y verbo [P]
Los niños y los locos , dicen la verdad.
Los niños y los locos dicen la verdad.
puntuación signo de interrogación o exclamación faltante [P]
Qué hora es? Basta!
¿Qué hora es? ¡Basta!
puntuación comillas faltantes [P]
La palabra ave tiene dos sílabas.
La palabra “ave” tiene dos sílabas.
puntuación signo incorrecto [P]
Si te parece bien; vamos.
Si te parece bien, vamos.
concordancia sujeto-verbo sustantivo-adjetivo [Co]
La gente son muy maleducados.
La gente es muy maleducada.
concordancia sujeto (compuesto plural) con verbo singular [Co]
La forma de publicación más frecuente era la lectura en voz alta o el recitado, en donde se utilizaba el verso, las rimas, las repeticiones sonoras y el ritmo que ayudaba a recordar.
La forma de publicación más frecuente era la lectura en voz alta o el recitado, en la que se utilizaban el verso, las rimas, las repeticiones sonoras y el ritmo que ayudaban a recordar.
concordancia sust-adj [Co]
La noticia está en la primer página. Es la tercer hija del matrimonio.
La noticia está en la primera página. Es la tercera hija del matrimonio.
referencia pronominal [R]
La cuestión donde nos preocupa debe ser resuelta cuanto antes.
La cuestión que nos preocupa debe ser resuelta cuanto antes.
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Construcciones de relativo cuyo [S]
Esto se refleja en la poca sensibilidad de la población para con aquellos, que por diversos motivos, se ve obstaculizada en diferentes grados su movilización. Leí muchos libros que no recuerdo los nombres ni los autores.
Esto se refleja en la poca sensibilidad de la población para con aquellos cuya movilización se ve obstaculizada por diversos motivos y en diferentes grados. Leí muchos libros cuyos títulos y autores no recuerdo.
construcciones de relativo duplicación de objeto directo [S]
Esta situación, que todos la conocemos, está llegando a un punto crítico.
Esta situación, que todos conocemos, está llegando a un punto crítico.
construcciones de relativo con preposición [S]
El discurso con que se abrió la sesión duró dos horas. El asunto que te hablé ayer, ya se resolvió. Hay lectores que les encanta leer y hay escritores que les encanta escribir.
Escuela de Mecánica de la Armada, un edificio que se llama a sí mismo escuela pero en él no encontramos lo que en las escuelas: juventudes alegres, niños jugando, personas libres ejerciendo uno de los derechos básicos de la humanidad.
El discurso con el que se abrió la sesión duró dos horas. El asunto sobre el que te hablé ayer, ya se resolvió. Hay lectores a los que / ( a quienes) les encanta leer y hay escritores a los que / ( a quienes) les encanta escribir. Escuela de Mecánica de la Armada, un edificio que se llama a sí mismo escuela pero en el que no encontramos lo que [encontramos/hay/se encuentra] en las escuelas: juventudes alegres, niños jugando, personas libres ejerciendo uno de los derechos básicos de la humanidad.
oración no conclusiva
[S]
Y se ve claramente que este problema que preocupa a la mayor parte de la población de la ciudad de Buenos Aires.
Y se ve claramente que este problema, que preocupa a la mayor parte de la población de la ciudad de Buenos Aires, debe ser tratado por la Legislatura.
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orden de palabras en la oración [S] [P]
Cuando un hijo es testigo del fracaso en diversos ámbitos de su padre, ya sea en la pareja, en lo laboral y en la relación con su primogénito, no querrá repetir los mismos fracasos para su vida futura que su padre ha cometido.
Cuando un hijo es testigo del fracaso de su padre en diversos ámbitos, ya sea en la pareja, en lo laboral y en la relación con su primogénito, no querrá, para su vida futura, repetir los mismos fracasos que su padre ha cometido.
correlación temporal: condicionales [CT]
Si haría calor iría a la playa.
Si hiciera calor iría a la playa.
correlación temporal: subjuntivo en contexto pasado [CT]
Le pidió que vaya a visitarlo pero ella nunca fue. La función específica de la imprenta, era hacer que el texto circule más rápido y que se reduzcan el costo y el tiempo de producción.
Le pidió que fuera a visitarlo pero ella nunca fue. La función específica de la imprenta era hacer que el texto circulara más rápido y que se redujeran el costo y el tiempo de producción.
contraste de aspectos verbales: imperfecto vs. perfecto [CT]
El niño caminó hacia la puerta, que se encontraba entreabierta, con intenciones de cerrarla para mantener el lugar lo más cálido posible, pero una mano aventaja su intención del otro lado y la abría del todo.
El niño caminó hacia la puerta, que se encontraba entreabierta, con intenciones de cerrarla para mantener el lugar lo más cálido posible, pero una mano aventaja (o aventajó) su intención del otro lado y la abre (o abrió) del todo.
uso incorrecto del gerundio (posterioridad) [S]
La relación entre los sexos ha cambiado encontrándonos hoy con parejas en las que los roles están más equilibrados.
La relación entre los sexos ha cambiado y es por eso que hoy encontramos parejas en las que los roles están más equilibrados.
uso incorrecto del gerundio (valor de proposición relativa) [S]
Y por último, debemos mencionar al codigo lingüístico, conteniendo los conocimientos de la lengua utilizados por el lector y el escritor.
Y por último, debemos mencionar al código lingüístico, que contiene los conocimientos de la lengua utilizados por el lector y el escritor.
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uso incorrecto del gerundio (valor de proposición adverbial) [S]
Juan Domingo Perón fue protagonista de toda una etapa de la historia de Argentina, siendo presidente de la República en dos ocasiones (1946-1955; 1973-1974) y fundando un movimiento político, el peronismo, caracterizado por sus principios nacionalistas y populistas.
Juan Domingo Perón fue protagonista de toda una etapa de la historia de Argentina, ya que fue presidente de la República en dos ocasiones (1946-1955; 1973-1974) y fundó un movimiento político, el peronismo, caracterizado por sus principios nacionalistas y populistas.
unidad temática de las oraciones [S] / [CL = cohesión gramatical/organización de la información]
"Quilango" es una palabra de origen indígena de los indios Onas que habitaban el sur argentino y eran cazadores y se usaba para designar a la piel de un animal que se entregaba como premio al cazador que se destacaba en la cacería entre todos ellos.
"Quilango" es una palabra de origen Ona. Los Onas, aborígenes cazadores que habitaban el sur argentino, empleaban esta expresión para designar a la piel de un animal que se entregaba como premio al cazador más destacado.
estructura de la oración, empleo del léxico [S] / [L]
La discriminación que se producía en al Edad Media, en cuanto al libre acceso de textos por parte de personas comunes (alfabetos), era sin lugar a dudas producida por las instituciones.
La discriminación que, en la Edad Media, impedía el libre acceso de las personams comunes a los textos, era responsabilidad de las instituciones.
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Clave de edición
signo señala
S
problema(s) en el plano de la sintaxis
CT correlación de tiempos verbales
R problema de referencia (falta de acuerdo entre un elemento pronominal y
el item que reemplaza)
Co problema en la concordancia entre N-Adj o N-V (género /número /persona)
Prep problema en el uso de las preposiciones (faltante, sobrante, mal
seleccionada)
P problema de puntuación
O error ortográfico
L problema en el uso del léxico (palabra mal seleccionada/ubicada o
redundante)
CL
problema en la coherencia lógica del texto
AS el texto no se adecua a las condiciones de producción pautadas
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Consignas de trabajo
1. El texto que sigue fue modificado con la introducción de problemas de sintaxis (S), ortografía (O), puntuación (P), correlación de tiempos verbales (CT) y léxico (L). Editarlo indicando claramente la solución propuesta.
La inspiración y cómo lograrla
Se dice que la inspiración no existe: los autores contemporáneos
reniegan de ella y aseguran, en su mayoría, que la obra se produce por
prepotencia de trabajo. Si sería así, por qué necesitan tantos estímulos CT
para escribir?
Entre los que prefieren el silencio de la madrugada y aquellos que
buscan el ruido de la vida sentados a la mesa de un café hay toda una
gama de incentivos que su único objeto es solicitar los favores de la S
divina musa inspiradora.
Hay quienes acostumbraban a escribir acostados, como
Stevenson
y Mark Twain. Truman Capote, que llegó a decir que era un escritor S
"totalmente horizontal". Voltaire necesitaba una espalda desnuda sobre
la cual apoyar el papel y desatar su inspiración: la de su amante le
sirvió de magnífico escritorio. Como contraparte, los que escribían de
pie también integran un buen equipo. Hemingway (por causa de un
accidente en su columna), Thomas Wolfe, Virginia Woolf y Lewis
Carroll. Edgar Allan Poe lo hacía con un gato siamés montado sobre
sus hombros, y Aldous Huxley a menudo escribía con... su nariz.
Narraba que tan difícil acrobacia mejoraba la visión. L
Podríamos seguir aondando en estas rarezas o supersticiones, o O
buscar nuevos datos en quienes se han detenido a investigarlas, como
Robert Hendrickson o Diane Ackerman, autores de libros sobre el
tema.
Pero, por más que acumulemos documentación, una cosa surge
nítidamente: que el misterioso numen creador sigue siendo un valor
imponderable para todo escritor que se precie y que aquello del
"noventa por ciento de transpiración y diez por ciento de inspiración"
debería ser modificado en sus proporciones con mejor fundamento.
Las largas crisis de esterilidad creativa no deberían desanimar a
los
escritores, y más aún a los poetas. En cualquier momento,
imprevistamente, la musa vendrá, no importa cómo ni cuál sea la nada
que la suscite.
Horacio Armani
(texto adaptado)
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2. El texto que sigue fue modificado con la introducción de problemas de sintaxis (S), ortografía (O), puntuación (P), correlación de tiempos verbales (CT), léxico (L) y coherencia (CL). Editarlo indicando claramente la solución propuesta.
RELOJES BIOLOGICOS Y TRABAJO ROTATIVO
Se estima que unos 60 millones de trabajadores en el mundo estarían
CT sometidos a turnos rotativos. La alteración más usual que se encuentre en
ellos es la del sueño. Se cree además que el ritmo de temperatura corporal
influye sensitivamente en la inducción del sueño y que la disminución L
de la misma durante la noche determina cuanto y como dormimos. O
En aquellos trabajadores rotativos en los que se desfasa la vigilia del
ritmo de temperatura corporal, el rendimiento mínimo ocurre en las horas
de la madrugada. No es de extrañar, sin embargo, que una alta proporción CL
de accidentes laborales se produzca en esos momentos, ocurriendo los
S/P accidentes nucleares de Chernobyl en la Unión Soviética y de
Three Mile Island en los Estados Unidos, así como el escape de gas tóxico
en la planta de Bhopal, en la India, en horas tempranas de la mañana.
Quizás el punto más importante a destacar sea el siguiente. En muchos P
casos, no se observa signos externos de sueño en las personas S
obligadas a enfrentar durante una vigilia tediosa la disminución de su
temperatura corporal, pese a que el estudio electroencefalográfico rebela O
que efectivamente están dormidos, episodios de "microsleep". Estos P
estados no son percibidos, en ocasiones, ni siquiera por el propio individuo.
De allí la trasendencia de evitar este "asalto" a los ritmos biológicos O
en el caso, por ejemplo, de tripulaciones aéreas, conductores de vehículos
o médicos de guardia.
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3. El texto que sigue fue modificado con la introducción de problemas de sintaxis (S), ortografía (O), puntuación (P), coherencia lógica (CL), correlación de tiempos verbales (CT) y léxico (L). Editarlo indicando claramente la solución propuesta.
La lotería de la vida
Los argumentos a favor de la plausibilidad de la vida en el universo están asociados
al hecho donde tanto las estrellas similares a nuestro Sol –es decir, estrellas que S
cuentan con planetas en órbitas propicias para que la vida sea estable como las
fuentes de energía del tipo de la luz de las estrellas y el agua, los aminoácidos
y otras moléculas orgánicas serían, todos, muy comunes y vulgares. Por lo tanto, CL
también hay otro argumento a favor: la vida surge muy rápido.
Según estudios de 1995, la edad de la Tierra es de cuatro mil quinientos sesenta
y seis millones de años –con una incerteza de dos millones de años de más o de
menos–. En términos de la vida, los científicos descomponen este lapso en
otros tres. El primero, corresponde al intervalo de setecientos millones de años en el P
que la vida no estuvo presente debido a factores ambientales frustrantes o
esterilizantes. El segundo período –el de la llamada biogénesis, o período que le
demandó al caldo primordial contar con moléculas que se replicaran a sí mismas–
dura
no más de cien millones de años. El tercer intervalo de tiempo, de tres mil ochocientos
cincuenta millones de años, es aquel en el cual dominan las formas vitales.
Comparando los tamaños de cada una de las etapas surge una conclusión por L
demás llamativa: en el planeta Tierra la biogénesis fue rápida. En otras palabras, en
cuanto las condiciones lo permitieron no hubo demora alguna y la vida floreció a
ritmo vertiginoso.
Afirmar que la rápida biogénesis terrestre implica alta probabilidad de existencia
de vida en planetas orbitando estrellas parecidas a nuestro Sol suena demasiado
audaz.
S
Sin embargo, el astrofísico Charles Lineweaver, de la Universidad de Nueva Gales
del Sur (Sidney, Australia), construyó un modelo teórico que generalice la manera en CT
la que se pueden extrapolar ciertas características de la aparición de la vida terrestre
a la hipotética vida más allá del Sistema Solar. Lineweaver hace un análisis
estadístico
similar al que permite extraer propiedades de la dinámica de la lotería diaria sin
conocer espesíficamente sus mecanismos aleatorios. La “lotería biogenética” de O
Lineweaver indica, respecto de planetas del tipo de la Tierra, que en más de un 13
por ciento de aquellos que superan los mil millones de años, la generación de vida
es casi inevitable.
Mattei, Guillermo; “¿Dónde están todos?”
Revista EXACTAmente, Año 10, No 31, diciembre 2004
94
4. El texto que sigue fue modificado con la introducción de problemas de
sintaxis (S), ortografía (O), puntuación (P), coherencia lógica (CL),
correlación de tiempos verbales (CT), preposiciones (Prep.) y léxico (L).
Editarlo indicando claramente la solución propuesta.
De la utopía a la realidad
Utópica hasta hace pocos años, la idea de crear museos subacuáticos se va abriendo paso. el arquitecto japonés tadao ando acaba de hacer públicas las líneas maestras de su proyecto de museo del mar, que se prevé inaugurar en 2012 en la isla de saadiyat (emiratos árabes unidos). dedicándolo a las S tradiciones marítimas del golfo, y más concretamente a la industria perlífera y
pesquera, el museo estará en parte construido bajo el mar. una vez más, por
P
qué ese afán de construir bajo el agua eiji hayakawa, un colaborador del
arquitecto japonés, responde tadao ando ha querido crear un edificio que sea,
de por sí, toda una aventura arquitectónica es una forma de crear un nexo,
entre las antiguas tradiciones vinculadas al mar y el futuro”.
otros museos subacuáticos podrán existir algún día. jacques rougerie sueña con un lugar sumergido en el pacífico donde se pueden contemplar los restos CT de los buques hundidos durante la segunda guerra mundial, e incluso un museo
dedicado al titanic. ese sueño, sin embargo, tiene un precio elevado. a pesar de CL
esto el costo de una construcción submarina es dos veces y media superior al de
un edificio en tierra. una razón que, hasta ahora, hace vasilar a muchos de los O que podrían construir construcciones de este tipo. L
El Correo de la UNESCO, 2007, no 3
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5. El texto que sigue fue modificado con la introducción de problemas de sintaxis (S), ortografía (O), puntuación (P), coherencia lógica (CL), correlación de tiempos verbales (CT), preposiciones (Prep.) y léxico (L). Editarlo indicando claramente la solución propuesta.
¿Primitivos?
Antes se hablaba de los salvajes y el término parecía claro. Etimológicamente,
el salvaje es el habitante de las selvas y designándose con esta palabra un modo S
de vida cercano a la naturaleza, relacionado con la idea más directamente
expresada en alemán con el término de naturvölker. No obstante –además de
que no todos los pueblos definidos con esta palabra viven necesariamente en
las selvas, por ejemplo, los esquimales– el vocablo salvaje pronto llegó a P
adquirir un sentido figurado que fácilmente se convirtió en injurioso. En cambio, CL
la noción de la proximidad a la naturaleza es equivoca: el campesino vive O
mucho más cerca de la naturaleza que el habitante de las ciudades y ambos
participan, sin embargo, de la misma civilización.
Pronto se llegó al entendimiento de que la humanidad no puede ser clasificada L
en función de la mayor o menor distancia de la naturaleza, que antes era la
característica de las distintas sociedades. En efecto, lo que distingue a la
humanidad (tomada en su conjunto) de la animalidad (en su conjunto también) P
es que el hombre –por su uso universal del lenguaje, de instrumentos y de
objetos manufacturados, por su sumisión a creencias, costumbres e
instituciones– dependen de un orden que no puede limitarse al orden natural. El CO
mundo del hombre es el mundo de la civilización y ésta se opone a la naturaleza
con el mismo rigor y la misma necesidad, cualquiera sea el nivel de civilización
que se tome en consideración. Todos los hombres hablan, fabrican instrumentos
y adaptan su conducta a normas determinadas, tanto si habitan en razcacielos O
como si vivieran en chozas de ramaje en el corazón de los bosques. Eso es lo que CT
hace de ellos hombres y no los materiales que utilizan para construir sus moradas.
Lévi-Strauss, Claude; “¿Primitivos?” en
El Correo de la UNESCO, año 2008, no 5
96
6. El texto que sigue fue modificado con la introducción de problemas de
sintaxis (S), ortografía (O), puntuación (P), concordancia (Co), léxico (L) y coherencia (CL). Editarlo indicando claramente la solución propuesta.
OPINION
La ciencia ausente
Por R. Fernández Prini, Noé Jitrik y Otilia Vainstok
El carácter estratégico de la ciencia y de la tecnología, las amenazas
que pueden representar o las deslumbrantes promesas que su
desarrollo trae para el bienestar de la humanidad, recorren diariamente L
las noticias cotidianas de todos los medios de difusión. Cabe preguntarse
entonces cuáles son los orígenes de la indiferencia ante la investigación
científica y tecnológica en el país.
Cuando alguien dice que la Argentina nececita ciencia aplicada a O
resolver sus problemas, ignora que desde fines de los ‘90 se ha
reconocido internacionalmente que en aparente paradoja, las P
condiciones impuestas por la globalización obliga a que los países Co
pobres también tengan ciencia básica y pública, aun para poder elegir
y adaptar los resultados de investigaciones realizándose en otros países. S
Cuando alguien sugiere que la ciencia debiera ser un subcapítulo de la
industria, omite que el conocimiento científico y tecnológico atravieza O
todos los aspectos de la vida de las personas, incluyendo su identidad
nacional. Por eso continúa siendo cierto que “sin industria no hay CL
nación”, actualmente, también es cierto que sin ciencia no hay nuevas
tecnologías y no hay industria con ventajas competitivas dinámicas y
tampoco hay nación.
Página/12, junio de 2003
97
7. El texto que sigue fue modificado para introducir problemas de ortografía (O), sintaxis (S), puntuación (P), coherencia lógica (CL), léxico (L) y correlación de tiempos verbales (CT). Editarlo indicando claramente la solución propuesta para cada uno de estos problemas.
El primer lenguaje del hombre
Cuando los hombres de Cro-Magnon pintaron hace 25.000 años sus animales llenos P
de color en las cuevas de lo que hoy son Francia y España, ¿qué lenguaje hablaban?
Creen ustedes que hay científicos que tratan seriamente de contestar a esta pregunta.
P Cómo podemos averiguarlo. Los pueblos primitivos dejaron sus huesos, sus útiles
e incluso su arte, pero no nos legaron muestra alguna de su lenguaje. Para esto
tendrían que escribirlo, y la escritura no se inventó hasta hace unos 5.000 años. CT
Por lo tanto, en cierta manera pudieron dejar señales sobre sus lenguajes, porque CL
las lenguas no son completamente independientes unas de otras. Por ejemplo, existen
similitudes entre idiomas tales como el portugués, el español, el catalán, el provensal, O
el francés, el italiano y, créanlo o no, el rumano.
Todos estos idiomas se denominan lenguas romances, no sólo porque son parecidas
entre sí sino también por su similitud con la antigua lengua romana a la que llamamos
latín.
Esto no es un misterio. El latín, siendo lengua común de la Europa occidental en
S
los tiempos del Imperio Romano, tras la caída del Imperio y la decadencia temporal de
la educación y otros aspectos de la civilización, se separaron los dialectos del latín en
diferentes partes de lo que había sido el Imperio, y en definitiva dieron lugar a nuevas
lenguas. No obstante, aún, se pueden detectar similitudes en el vocabulario y en la P
gramática.
Supongamos que sólo tuviesemos aquellas lenguas romances y que el latín se O
hubiese aniquilado de forma tan completa que no tuviésemos la menor noción de él. L
¿No sería posible estudiar todas las similitudes de las diversas lenguas romances y
construir un lenguaje común del que hubiesen derivado todas ellas? Y si
conseguiríamos hacerlo, ¿no podría este lenguaje parecerse un poco al latín? CT
Si retrocedemos incluso un poco más, encontraremos similitudes entre el latín y el
griego. Los antiguos romanos reconocieron esto y adoptaron los principios
gramaticales más refinados que habían empleado los griegos y los aplicaron a su
propia lengua. Así pues, ¿no habrá existido una lengua más antigua de la que
derivaron el griego y el latín?
Isaac Asimov, Fronteras (texto adaptado)
98
8. Esta columna de opinión fue publicada en el suplemento INFORMATICA de CLARIN el 26/05/99. Algunos pasajes fueron modificados para introducir errores de sintaxis, léxico, ortografía y otros. Editar el texto.
El amor viaja por e-mail
por VICENTE BATTISTA
La tecnología inmoló las cartas de amor. La agonía comenzó en 1876, cuando Alexander Graham Bell presentó en público su último invento: el teléfono. Había nacido un revolucionario artefacto que lograba que uno y
otro se contactaran de inmediato, sin que importara a qué distancia 5 estaban. El comienzo de la comunicación telefónica significaba el fin de la
comunicación postal. Rainer María Rilke lo anticipó en una carta fechada a fines de 1908. Y no se equivocó. Escribir cartas en cualquiera de sus variantes, desde las comerciales hasta las románticas, pasó a ser una
costumbre del pasado. El teléfono lograba que tanto el saldo de las 10 cuentas corrientes como las pasiones desmedidas se confesara en un abrir
y cerrar de ojos. A mediados de este siglo ya no habían quién escribiera cartas de
amor. A fines de este siglo, donde ese hábito ya se creía perdido, las
cartas de amor regresaron con el arrebato y el fervor de antaño. Y los 15 méritos de ese retorno son de Internet.
La historia del mundo también se puede cifrar en su correspondencia, desde las epístolas de San Pedro a los romanos hasta la carta que Franz Kafka nunca le envió a su padre.
Las cartas de amor son parte de esa historia ahí están las que 20 Albert Einstein le escribía a Mileva Maric las que Jean Paul Sartre desde su
confinamiento alemán le enviaba a Simone de Beauvoir y las que Juan Domingo Perón desde la cárcel de Martín García le remitía a Evita.
Por sus propias cartas, sabemos de las aventuras románticas de
Domingo Faustino Sarmiento, de Leopoldo Lugones, de Roberto Arlt y de 25 Jorge Luis Borges. ¿Qué habría pasado si esas palabras se habrían dicho
por teléfono? Una vigorosa parte de la historia se habría perdido para siempre.
A pesar de esa perdida, los enamorados eligieron el teléfono. Fue
natural que sucediera así. El mensage telefónico brindaba una inmediatez 30 que de ninguna manera podía lograr el más eficaz de los correos. Cada
vez que alguien leía "tengo ganas de verte", de inmediato se preguntaba si aún persistían esas ganas: la carta había demorado una semana en llegar a destino. El teléfono anuló ese pasatiempo. Todas las palabras de
amor que se oían del otro lado de la línea correspondían al momento en 35 que se estaban pronunciando.
Internet enmendó tamaño disparate. Gracias al correo electrónico es posible seducir otra vez por medio de la palabra escrita. Las palabras
de amor, escoltadas con versos de Pablo Neruda o de T.S.Eliot, llegan a destino con la velocidad de la comunicación telefónica, y allí se quedan. 40
Aquellas viejas cartas que se guardaban en un cofre con la secreta
fantasía de que alguna vez las conocieran otros; muchas habían sido
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escritas exclusivamente para eso. Estos e-mails se pueden guardar en un disquete con la misma secreta fantasía.
Si bien, a la hora de confesar pasiones incontroladas es preciso 45 controlar cómo se envía: el e-mail puede salir con copias. Mortifica que
esas palabras tan especiales, escritas exclusivamente para la mujer amada, le lleguen también a un agente de bolsa, a un escribano o a cualquier otra dirección que figure en la libreta electrónica del imprudente
enamorado. 50
Apéndice: modelo de primer parcial
1. A partir de la ficha siguiente, formule sus hipótesis de lectura acerca de este libro y elabore la referencia bibliográfica correspondiente. [15p]
Título:
Cómo ganar unas elecciones
Subtítulo: Comunicación y movilización en las campañas electorales
Compilador: Pere-Oriol Costa
Editorial: Paidós
Fecha de publicación: 16/10/2008
ISBN: 978-84-493-2173-3
Formato: 13,5 X 22
Número de páginas: 400
Lugar de edición: Barcelona
Encuadernación: Rústica
Colección: Comunicación
2. Escribir una contratapa para este libro (15 a 20 líneas) [25p]
101
3. El texto que sigue fue modificado para introducir problemas de ortografía (O), sintaxis (S), uso de preposiciones (prep), puntuación (P), coherencia lógica (CL), léxico (L) y correlación de tiempos verbales (CT). Editarlo indicando claramente la solución propuesta para cada uno de estos problemas. [20p]
Solamente seis pasos
por PABLO CAPANNA
Más de una vez conocimos casualmente a alguien y al rato nos enteramos que teníamos prep
un amigo en común, o el amigo de un amigo, o alguien que figuraba en la libreta de direcciones de ambos. Quizás hasta podríamos llegar a encontrar un vínculo remoto con alguno de los ricos y famosos. Todos parecemos integrar cadenas muy ramificadas, aunque no demasiado largas, que unen a casi todo el planeta.
¿Cuántos pasos habrá que dar para descubrir que, si bien de manera indirecta, estamos
vinculados con alguien que vive en Lituania o en Nigeria, y que bien podría ser cellista, arquero o paleontólogo?. Supongamos que uno tiene cien conocidos inmediatos, cada uno P de los cuales tiene a su vez otros cien: en dos pasos, ya estaremos hablando de una red de diez mil personas. Con sólo seis pasos se alcanza la cifra de un billón (doce ceros) de contactos mediatos: un número que exede la población mundial. O
La creencia de que sólo seis pasos nos separan de cualquier otro miembro del género
humano ya andaba circulando entre los habitantes de Budapest hace cien años. El escritor
húngaro Frigyes Karinthy (1887-1938) se hizo eco de ella en 1929, cuando escribe el CT
cuento “Cadenas”. Karinthy es aficionado al esperanto, lo cual pudo haber influido en su
visión universalista, habiendo escrito algunas novelas fantásticas al estilo de Jonathan Swift. S Entre nosotros se hizo conocer con un libro bastante extraño (Viaje alrededor de mi cráneo, 1939), en el cual contaba sus experiencias como paciente de hospital.
Nunca sospechó que la sombra de su cuento llegaría a encaramarse sobre las ciencias L
sociales, el teatro, el cine e Internet, sin contar con la matemática y la biología. La idea, que comenzó a ser tema de investigación científica en los años ‘60, hace dos décadas fue llevada al teatro por John Guare (Los seis grados de Lois Weisberg, 1990). Llegó al cine protagonizada por el popular Will Smith (Seis grados de separación, 1993) y se difundió ampliamente con el crecimiento de las redes sociales de Internet.
Quizá su prestigio se deba a que, aun viviendo en una sociedad atomizada e individualista,
nos permite creer que tenemos más amigos que Roberto Carlos, a pesar de lo cual ganaremos CL cierta sensación de seguridad, siquiera virtual. Al disuadirnos de que, a pesar de todo, L no estamos solos, ofrece un consuelo de índole casi religiosa. Sin contar con que la circunstancia de descubrir un vínculo remoto funciona como cualquier otra coincidencia imprevista siempre parece más significativa de lo que es en realidad.
P
Página/12, Suplemento Futuro, sábado 4 de abril de 2009
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6. Leer atentamente el texto siguiente para responder a las consignas que se plantean a continuación:
a. Analizar la situación comunicativa que le da origen. Identificar y caracterizar los distintos factores que intervienen en la comunicación. [20p]
b. Identificar la función predominante en el enunciado. [10p]
c. Justificar las respuestas con indicios tomados del texto. [10p]
La imaginación en la literatura infantil (fragmento) Gianni Rodari
Hay dos clases de niños que leen: los que lo hacen para la escuela, porque leer es su ejercicio, su deber, su
trabajo (agradable o no, eso es igual); y los que leen para ellos mismos, por gusto, para satisfacer una
necesidad personal de información (qué son las estrellas, cómo funcionan los grifos) o para poner en acción
su imaginación. Para jugar con las palabras. Para nadar en el mar de las palabras según su capricho.
La literatura infantil, en sus inicios sierva de la pedagogía y de la didáctica, se dirigía al niño escolar,
que ya es un niño artificial, de uniforme, mensurable según criterios meramente escolares basados en el
rendimiento, en la conducta, en la capacidad de adecuarse al modelo escolar. Entre los siglos XVII y XVIII
nacen las primeras escuelas populares, fruto último de las revoluciones democráticas y de la
industrialización. Hacen falta libros para esas escuelas; libros para "los hijos del pueblo". Les enseñarán las
virtudes indispensables para las clases subordinadas; la obediencia, la laboriosidad, la frugalidad, el ahorro.
La literatura infantil es uno de los vehículos de la ideología de las clases dominantes.
El niño-que-juega se defiende como puede de esa literatura edificante. Se encarama al estante del adulto
y le roba las obras maestras de la imaginación, a las que en cierta manera consigue adecuar a sus propias
exigencias: el Quijote, Robinson Crusoe, Gulliver, Orlando furioso. Se apodera de las fábulas populares que
generaciones de folkloristas y de estudiosos de genio han ido transcribiendo de las tradiciones orales, sin
sospechar, por lo menos inicialmente, que estaban regalando al incipiente niño lector patrimonios de
fantasía. El niño recorta así, de los acontecimientos del mundo adulto, sus propios espacios, la expansión
planetaria de la raza blanca, la conquista del oeste americano, la fundación de los imperios coloniales
europeos en África y Asia, se convierten para él en materia prima de aventuras exóticas. No advierte que a
través de esos libros pasa la ideología de la raza que se cree destinada al dominio del mundo, que los
impregnan los enfrentamientos entre las potencias coloniales, que sostienen siglos de sufrimientos para
millones de hombres; le es suficiente con identificar unos espacios elegidos por la fantasía, imaginarias
patrias para su necesidad de obstáculos y de triunfos. En la escuela esos libros están, a menudo, prohibidos:
eso les hace especialmente deseables.
Lo mismo les sucede a los escritores que ignoran o ponen entre paréntesis la pedagogía, que hacen suyo
el lenguaje de las fábulas populares, que se ponen en "contacto directo" con la imaginación infantil: un
Andersen, un Collodi o un Lewis Carroll; o a un escritor que eleva el lenguaje de la aventura al nivel de la
poesía, multiplicando su fascinación: Robert Louis Stevenson. No trato de hacer la historia de la literatura
infantil, sólo quiero señalar algunos puntos de referencia. Julio Verne, por ejemplo, en el que la ciencia por
descubrir es la materia prima de aventura y poesía. Ninguno de esos escritores está exento de la ideología
porque cada uno de ellos es hijo de su propio tiempo y nadie puede crecer, actuar, crear al margen de las
corrientes de los grandes conflictos históricos y sociales. Sin embargo, en esos autores, la ideología entra
como uno de los elementos constituyentes de su personalidad. No ocupa ni el primer lugar, ni el segundo, ni
el tercero en la imaginación, que juega libremente con sus propias visiones, con las palabras, con la
memoria, con los datos de la experiencia. Permanece, como hecho principal, ese “contacto directo” con lo
que hemos denominado “el niño-que-juega”.
Publicado en la revista Perspectiva escolar, 43,
Barcelona, Ediciones Rosa Sensat