Lee Carrol - Black Swann Rising
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Transcript of Lee Carrol - Black Swann Rising
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Libro 1
Saga Black Swan Rising
de
Lee Carroll
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ina3
Agradecimientos
Moderadora de traduccin
marthatithy1
Staff de traduccin
EvaMedina
Emi_93
Pili
Krispipe
Violet~
Xiime~
3lik@
Isane33
Mais020291
Melusanti
MewHiine
Moderadora de correccin
Violet~
Staff de correccin
Sttefanye
Marthatithy1
MewHiine
Anaizher
Judyher
Alee Foster
NinaPink
Zipzap744
Karlix
Meellc
Isane33
Violet~
Recopilacin
Violet~
Revisin
MewHiine
Diseo
Nati Bell
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Indice
Agradecimientos
ndice
Sinopsis
Captulo 1 La caja plateada
Captulo 2 Un campo nevado en
Francia
Captulo 3 Los hombres sombra.
Captulo 4 Aire y neblina
Captulo 5 T y bollos
Captulo 6 Fauces
Captulo 7 Saint Lion
Captulo 8 La torre de vigilancia
Captulo 9 La mantcora
Captulo 10 En la alegre
Captulo 11 Rey de la Luz de la Luna,
Prncipe de los Sueos
Captulo 12 Desaparecer en la tierra
Captulo 13
Rey de las sombras
Captulo 14 Un ojo errante
Captulo 15 Vuelo nocturno
Captulo 16 El tren a Tarascon
Captulo 17 Los lcteos de diamantes
Captulo 18 ngel de las aguas
Captulo 19 La fuente
Captulo 20 Delicuescencia
Captulo 21 Los zapatos rojos
Captulo 22 El recaudador
Captulo 23 El asesor
Captulo 24 The lovers eye
Captulo 25 El camino equivocado
Captulo 26 Transmigracin de tomos
Captulo 27 El High tower
Captulo 28 La habitacin mbar
Captulo 29 El pas del verano
Prximamente
Sobre la autora
Info. R y R
Crdit
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uando la diseadora de joyas de Nueva York Garet James
tropieza con una tienda de antigedades extraas en su
barrio, su vida est a punto de ponerse del revs. John Dee,
el enigmtico tendero, le encarga la bsqueda de una caja de
plata vintage por una generosa suma de dinero. Curiosamente, el smbolo
de un cisne en la caja coincide exactamente con el anillo que le dio su
madre fallecida. Garet no puede creer su suerte y en esta coincidencia
extraa hasta que abre la caja y cosas sobrenaturales comienzan a
ocurrir
Esa noche, la preciosa caja de plata es robada. Cuando Garet comienza
con la investigacin, ella comprende que ha sido arrastrada a una profeca
de cientos de aos de antigedad, y la apertura de la caja ha liberado una
fuerza maligna en las calles de Maniatan y del mundo en general.
Gradualmente Garet empieza a juntar las piezas de su verdadera
personalidad- una de la cual su difunta madre trat desesperadamente de
protegerla. Generaciones de las mujeres de la familia de Garet, incluyendo
su amada madre sufrieron y murieron en manos de este mal imperante.
Posee Garet el poder de reclamar la caja y derrotar esta fuerza
devastadora?
En su camino, ella encontrar la gente de fantasa que andan
desapercibidos entre los humanos y un vampiro atractivo quin resulta un
gestor de fondos sobre quien no puede dejar de pensar. Pero las hadas
revelan un deseo de dominar a la gente y el vampiro seductor tiene el
poder de la vida de su cuerpo de acero.
En quin puede confiar Garet para que la gue? Utilizando sus nuevos
poderes adquiridos y su ingenio, Garet reunir todo lo que tiene para
apagar el mal que se cierne sobre sus amigos, familia, Nueva York y el
mundo entero.
C Sinopsis
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Agradecimientos de la autora
os gustara agradecer a nuestros primeros lectores: Gary
Feinberg, Harry Steven Lazerus, Wendy Gold Rossi, Scott
Silverman y Nora Slonimsky, por su sabidura y percepcin.
Agradecemos a Maggie Vicknair por nombrar cosas y
preparar smbolos mgicos.
A Ed Bernstein y Sharon Khazzam expresamos nuestra gratitud por
su experiencia con respecto a la habilidad informtica de Ddraik y los
diseos de joyera de Garet, respectivamente.
Lauren Lipton nos dio comentarios excepcionales y exhaustivos que
fueron tan inspirados como sus propias brillantes novelas lo son.
Agradecemos a las Enclaustradas por dejarnos entrar a su biblioteca.
A nuestro editor, Paul Stevens, que ha sido de crucial importancia por
su fe en el proyecto y su perspectiva editorial astuta. A nuestros agentes,
Loretta Barrett y Nick Mullendore, que han sido lectores soberbios y
defensores enrgicos de Lee Carroll desde el principio.
Nada podra haber sido posible sin nuestra amorosa y comprensiva
familia.
BLACK SWAN RISING
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Captulo 1
La Caja Plateada Traducido por EvaMedina
Corregido por sttefanye
unca haba estado en la tienda de antigedades antes.
Esa era la primera circunstancia extraa. Conoca la Villa
como la palma de mi mano. Crec en una casa de pueblo en
la Villa Oeste, lo que acababa de saber era que estaba tan fuertemente
hipotecada que incluso si mi padre y yo la vendamos, todava estaramos
bajo una montaa de deuda. sa era la noticia, acompaada de una letana
de nefastas circunstancias econmicas, que me haba dejado tan impactada
y desorientada que haba caminado de vuelta desde la oficina de abogados
en el bajo Manhattan aturdida. Ni siquiera haba notado la llovizna que
haba empezado a caer o la niebla ondulando desde el ro Hudson.
Slo cuando un repentino y violento aluvin me forz a agacharme en un
portal me di cuenta de que estaba perdida. Mirando hacia fuera a travs de
la cortina de lluvia, vi que estaba en una estrecha calle empedrada. Estaba
demasiado lejos de ambas esquinas para ver una seal de calle a travs de
la pesada neblina. En algn lugar de la Villa Oeste o Tribeca, quizs?
Haba cruzado la calle Canal? Esta parte del pueblo haba cambiado tanto,
se volvi tan moderna en los recientes aos que todo pareca diferente.
Tengo que estar cerca del ro, pens. El viento estaba soplando desde el
sur, llevando consigo el olor del Hudson y, ms all de la baha, el
profundo Atlntico. En los fros das del otoo como ste, con nubes bajas
oscureciendo la parte superior de los edificios y la niebla suavizando las
puntas de ladrillo y granito, me gustaba imaginarme a m misma en un
Manhattan ms viejo un puerto martimo holands donde comerciantes y
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Capitulo 1
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mercantes venan del Viejo Mundo para hacer sus fortunas, no el centro
del mundo financiero en el filo del colapso econmico.
Tembl, estaba empapada hasta los huesos y me volv hacia la puerta para
ver si poda encontrar una direccin. Encontr, en lugar de eso, una mujer
alta con ojos salvajes, mirndome, con su largo cabello negro colgando
limpiamente en frente de su rostro plido, como un fantasma vengativo
salido de una pelcula de terror japonesa. Era mi propio reflejo. Estaba
bastante segura de que cuando sal de mi casa esa maana era una mujer
de veintisis aos razonablemente atractiva, pero eso es lo que las malas
noticias y la lluvia me haba hecho. Puse mi cabello detrs de mis orejas y
me inclin para buscar una direccin, pero las doradas letras de la puerta
haban estado desgastadas hace tiempo, dejando un brillante polvo dorado
como un velo de mago y unas letras dispersas. La nica palabra intacta era
neblina. Probablemente la ltima parte de boticario. Aunque ya no era una
farmacia. Era una tienda de antigedades, eso estaba claro por el contenido
de la ventana, plata georgiana, anillos de zafiro y diamantes, relojes de
bolsillo de oro, todo precioso, pero un poco demasiado precioso para mi
gusto. Echando un vistazo a travs de la puerta de vidrio, vi que la tienda
en s misma pareca un pequeo joyero, las paredes de paneles de madera
oscura, cajas de vidrio brillantes con lineado de terciopelo de color
granate, una cortina de damasco del color del vino colgando detrs del
mostrador pulido de caoba tallado en sinuosas curvas de nuevo arte. El
hombre canoso que se sentaba detrs del mostrador miraba como si l
hubiese estado sentado all tan cuidadosamente como una perla en un
broche de nix. Estaba examinando algo con una lupa de relojero, pero
entonces levant la mirada, un ojo grotescamente magnificado por el lente,
y me vio parada en la entrada. Baj su mano hasta debajo del mostrador y
presion un botn para dejarme entrar.
Puedo pedir la direccin a la estacin del subterrneo ms cercana, pens
mientras abra la puerta. Aunque no sera tan grosera como para hacerlo
inmediatamente. Odiaba cuando los turistas metan sus cabezas en nuestra
galera de arte para preguntar direcciones. Mirara por los alrededores
primero, aunque dudaba que la tienda tuviese los anillos de sellos que us
para mis moldes y que ya apenas compraba para m y no pareca como si lo
fuera a hacer en un futuro cercano. Yo tena en mi dedo anular derecho el
anillo de sellos plateado que mi madre me haba dado por mi diecisis
cumpleaos. Gravado en la plata haba un cisne, cuyo cuello estaba
encorvado y las alas extendidas como si estuviese a punto de alzar el vuelo
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o en trminos herldicos, un cisne en alza. Envolviendo al cisne, inversas
para que pudieran aparecer correctas cuando presionaba en la cera, estaban
las palabras Rara avis in terris, nigroque simillima cygno.
Un pjaro raro en la Tierra, como un cisne negro. Mi madre haba
traducido para m. Eso es lo que eres, Garet, un pjaro raro. nico.
Nunca dejes que alguien te haga pensar que tienes que ser igual que los
dems.
Alguien haba frotado su dedo sobre las palabras tan frecuentemente que
apenas podan ser ledas, y delgadas grietas corran por el diseo, pero
cuando haba presionado el anillo en cera caliente, la imagen y las palabras
eran extraordinariamente claras. Mi madre, que haba trabajado como una
aprendiz en Asprey's en Londres, me haba mostrado cmo hacer un molde
desde la impresin de cera y lanzar un medalln por la marca del anillo, el
mismo medalln que todava uso hoy, todos los das. Tantas personas
preguntaron sobre el medalln que me haba ido fuera buscando ms
anillos de sellos e hice ms medallones, que haba vendido a estudiantes y
profesores de mi colegio y a clientes de la galera. Haba hecho suficiente
para ponerme en un programa de diseo de joyera en FIT y para
empezar una pequea compaa con un estudio en la planta de arriba de la
casa de pueblo. Lo llam Cygnet Designs, por la palabra latina para cisne.
Estaba yendo bastante bien cuatro aos despus, pero no gan lo suficiente
para reembolsar la enorme deuda en la que mi padre haba incurrido.
Cuntos de mis clientes se sentirn como si pudieran permitirse comprar
pequeas baratijas como mis medallones, me pregunt mientras entr a la
tienda. Cunto tiempo sobrevivir un pequeo y curioso negocio como el
mo, o ste, si las cosas van realmente mal?
Si el propietario de la tienda estaba ansioso sobre su expectativa presente
de hacer una venta, no lo mostr. l continu jugueteando con el reloj que
estaba arreglando mientras que yo exploraba las estanteras. Ellas tenan
una extraa diversidad de mercancas. Haba relicarios abiertos para
mostrar fotografas en sepia bajo el manchado vidrio, y broches con el
cabello tejido del difunto. Muchos de los anillos y broches estaban
adornados con urnas, sauces y palomas, todos smbolos tradicionales de
luto. Un estante entero contena slo broches de ojos pintados. Haba ledo
sobre stos en una clase de historia de la joyera. Eran llamados los
broches del ojo del amante, un estilo georgiano que haba sido la moda por
el Prncipe de Gales cuando encomend a su miniaturista de su corte que
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pintara slo el ojo de su amante, para que nadie pudiera adivinar su
identidad. Yo haba visto fotografas de ellos en libros y uno o dos en
tiendas de antigedades, pero era desconcertante ver tantos ojos
incorpreos en un lugar.
Hay algo en particular que ests buscando?
La pregunta fue expresada tan calladamente que por un momento pens
que slo estaba en mi cabeza. No pude evitar responder, en mi cabeza. Una
manera de salir de los problemas, muchas gracias. Pero en voz alta dije:
Siempre estoy atenta a los viejos anillos de sello. Los uso en mis diseos
de joyera. Mantuve en alto mi collar para que el hombre lo viera. l
levant sus gafas magnificadoras y se inclin sobre el mostrador para
conseguir verlo mejor.
El momento en el que vio el diseo, baj las gafas y levant la vista. Sus
ojos eran de un curioso tono de mbar, ms sorprendentes todava en un
rostro profundamente bronceado rodeado de cabello blanco-nieve y una
cuidadosamente recortada perilla.
Eres por casualidad Garet James, la propietaria de Cygnet Designs?
pregunt.
Pues s dije, complacida por el reconocimiento. Haba tenido alguna
buena prensa, pero no estaba acostumbrada a ser reconocida. sa soy
yo. Estoy sorprendida de que un antiguo comerciante lo supiera.
Me gusta mantenerme al corriente de los tiempos modernos dijo l.
Cuando sonri, un milln de finas lneas abarcaron su piel profundamente
bronceada. Tuve una idea de que l haba pasado tiempo en el mar,
entrecerrando los ojos en el sol y la lluvia en el timn de un barco, pero
eso era ms probable que sencillamente haya jugado demasiadas rondas en
un curso de golf. Le una pieza en la revista de New York la semana
pasada. Admiro la manera en la que haces uso de los viejos materiales para
hacer algo nuevo. T eres una verdadera artista.
Slo una artesana dije rpidamente.
Ests siendo modesta.
No, de verdad. S la diferencia. Haba crecido entre artistas, pintores
y escultores y saba lo que significaba ser un verdadero artista, pero no
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tena que decirle a este extrao todo eso o que la ltima cosa que quera
ser era una artista.
l entrecerr los ojos.
He visto tus diseos en tu sitio web. Pero no creo que haya visto este
particular diseo all.
No. ste fue el primer medalln que hice... de este anillo. Tend mi
mano para que pudiera ver el anillo de sello. Nunca lo he vuelto a
reproducir.
El joyero tom mi mano en la suya y la sostuvo arriba hacia su lupa para
ver mejor el anillo. Sus dedos estaban fros y pulverulentos y l sujet mi
mano por lo que pareca ms largo de lo necesario. Quiz estaba teniendo
problemas para leer la cita.
Las letras estn al revs. Dice: Un pjaro raro...
Conozco la cita bastante bien dijo l, dejando caer mi mano
abruptamente y levantando la mirada. De hecho, he visto esta insignia
antes... espera... te lo mostrar.
Antes de que pudiera objetar, el joyero se levant de su taburete. Era ms
alto de lo que haba pensado y ms robusto. El largo y suelto crdigan que
estaba usando haba disfrazado su corpulencia mientras que estaba
sentado, pero cuando se levant l tena bastante presencia. Deba de
haber estado cerca de la edad de mi padre, ochenta y pico, pero donde mi
padre haba empezado recientemente a parecer frgil, este hombre pareca
poderoso. Casi de modo desconcertante, como si el crdigan y el pelo cano
fuera un disfraz.
Se excus a s mismo y desapareci detrs de la brocada cortina granate.
Me di otra vuelta por la tienda, pero realmente all no haba mucho espacio
para dar vueltas y dondequiera que me pusiera esos ojos incorpreos
parecan seguirme. En vez de eso, mir hacia fuera por la ventana
empaada, a la calle resbaladiza por la lluvia. Por qu estaba an
esperando? Ciertamente no tena intencin de comprar nada. No despus
de las noticias que recib esta maana.
El abogado de mi padre, Charles Chennery, haba desplegado todo por m
en su directo, el ttanos de Connecticut. Hace cinco meses mi padre haba
tomado una casa de $2.5 millones en lnea de crdito de acciones de una
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empresa de Wall Street firm contra el valor de $4 millones de la casa de
pueblo de la calle Jane Street. Lo haba usado para comprar muchas
pinturas gangas, le haba asegurado a Charles que haban sido valoradas
en $5 millones en la reventa. Pero eso fue antes de que el mundo
financiero y el mercado de arte hubieran colapsado este otoo. Mucho del
trabajo artstico an no se haba vendido en subasta, y lo que s, se haba
vendido por mucho menos de lo que mi padre haba anticipado. Incluso
ahora los prstamos bien avalados estaban siendo llamados
prematuramente. Nunca nadie lee la letra pequea, me haba dicho
Chennery sombramente cuando expres mi sorpresa de que los bancos de
inversin podan hacer eso, y con el verdadero valor de la casa del pueblo
bajando cada da, probablemente ningn acreedor correra el riesgo.
Ciertamente, la empresa de Wall Street estaba amenazando con recuperar
la casa y la galera en treinta das (el once de enero, me record
mentalmente) si no pagbamos el prstamo. Chuck Chennery haba
resumido varias maneras de reestructurar el prstamo, pero ninguna de las
opciones haba sonado remotamente factible. Si reestructurbamos la
deuda, tendramos ms tiempo para pagarla pero a una tasa de inters
significativamente ms alto. Debamos $50,000 cada mes. De dnde
conseguiramos esa cantidad de dinero en este mercado? Y si vendamos la
galera para pagar el prstamo, de qu viviramos? Y dnde viviramos?
La casa de pueblo era nuestro hogar tanto como nuestro lugar de
negocios. Slo de pensar sobre eso me haca sentir mareada. No me
extraa haberme perdido caminando hasta aqu.
S, yo tena razn, el escudo en ste es casi idntico al que est en tu
anillo y tu medalln. La voz del dueo de la tienda rompi la ruina
financiera girando dentro de mi cabeza. De hecho, creo que debe ser del
mismo escudo.
Me volv y mir al objeto que el joyero haba tendido en lo alto de un
retazo de terciopelo azul sobre el vidrio del mostrador. Era una caja
plateada poco profunda, de longitud y anchura casi de la medida de mi
MacBook de trece pulgadas, y tan deslustrada que incluso era difcil
percibir los diseos grabados cuando me acerqu a l. Estaba sorprendida
de que el propietario de una tienda tan meticulosamente limpia podra
permitir que el objeto permanezca deslustrado. Ech un vistazo al diseo
de la parte superior de la caja, buscando el escudo del que l haba hablado,
pero la decoracin de la tapa era un patrn abstracto de valos
concntricos.
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El escudo est aqu dijo, apuntando al frente de la caja a lo largo de su
unin, hasta el lugar donde debera haber estado un cierre o quiz sobre el
cierre, estaba un rombo circular de plata sellando la tapa de la caja hasta
su base. Sus bordes eran irregulares y resaltaban alrededor del permetro,
exactamente como un charco de cera que ha sido acuado por un sello. De
hecho, se pareca mucho a los medallones que yo hice con mis sellos de
cera. Y luca exactamente como el sello de mi anillo: el mismo cisne
flexionando sus alas, el mismo lema en latn, incluso... poda ser?
Me inclin ms cerca a la caja y el joyero me tendi su lupa magnificente
sin hablar. La levant hacia mi ojo derecho, alarmada por un hormigueo de
energa elctrica que corri por mi ceja y pmulo, como si el metal hubiese
recogido un cargo del joyero. Me encorv hasta que el sello se enfoc por
el grueso lente. Finas lneas estaban impresas en el metal. Yo saba por
experiencia que venan de las grietas en el sello que haca la imagen. Volv
la vista al anillo de mi dedo y luego otra vez a la caja. Las lneas eran
idnticas.
Esto es asombroso. Me puse recta, con la lupa todava en mi ojo
derecho, para mirar al joyero. El anciano se balanceaba en mi visin, los
bordes de l borrosos y manchados como el resplandor del sol. Una nube
de luces relucientes, como un enjambre de lucirnagas dejndose perder en
la tienda, merodeaban sobre su cabeza. Baj la lupa y cerr los ojos para
aclarar mi visin.
Lo siento dije. Tengo...
Destellos? Metamorfosea? pregunt el joyero, nombrando dos de
los sntomas de una migraa ocular, un estado que haba sufrido desde mi
adolescencia.
Exacto. Debes ser un hombre paciente.
Muchos de nosotros lo somos dijo enigmticamente.
A qu se refera con nosotros? El hombre era definitivamente un poco
extrao. Debera preguntar direcciones y salir de aqu. Ciertamente no
tena intencin de comprar la caja. No es que no quisiera. De hecho, me
senta como si la caja debiera pertenecerme. Cules eran las
probabilidades de cruzarme con el objeto que haba sido hecho con el
mismo anillo que mi madre me haba dado? Y en este da de todos los das
cuando todo lo dems en mi vida pareca tan deprimente? Pero sa era
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exactamente la razn por la que ni siquiera poda pensar en comprar un
artculo tan superfluo, sera frvolo y tonto en tan terrible circunstancia
econmica. An as... pude imaginarme puliendo la plata hasta que
brillase... puse la punta de mi dedo en la superficie de la caja, imaginando
el patrn confuso liberado de su caparazn de deslustrado... y estaba
sorprendida de ver que las finamente grabadas lneas resplandecan azules.
Me acerqu ms y vi con asombro como las incandescentes lneas se
propagaban, oscilaban, se extendan desde la punta de mi dedo, como si la
caja estuviera hecha de agua en vez de plata y mi toque hubiese sido la
piedra lanzada que perturb su superficie.
Alej mi dedo y las lneas se inmovilizaron y se volvieron desanimadas
otra vez. Levant la mirada y vi que el joyero estaba mirando la caja.
Lentamente, l levant su mirada. Parecan estar brillando con la misma
luz incandescente que yo haba visto en la caja hace un momento. Su
mirada era tan intensa que tena miedo de haber hecho algo malo. Daado
la caja, quizs. Pero en lugar de llevarse lejos la caja, la empuj hacia m.
Tengo una propuesta para ti dijo.
Qu? pregunt, alarmada por la formulacin de su peticin.
Me gustara hacer un intercambio l agit sus manos entre el sello de
la caja y mi anillo. Estaban temblando. Cuando haba entrado en la tienda,
sus manos haba sostenido las delicadas herramientas de un relojero sin un
temblor, pero ahora sus manos se estremecan en el aire como alas de
mariposas.
Lo siento dije, temerosa de agitar ms al hombre. No entiendo.
Realmente no tengo nada para intercambiar...
Un intercambio por tus servicios. Junt sus manos y forz sus labios
en una sonrisa educada.
Qu servicios? Estaba repentinamente consciente de lo aislados que
estbamos, solos en esta pequea tienda en una calle desierta, con la puerta
frontal cerrada, con la abundante lluvia como una cortina de cadenas
plateadas separndonos del resto de mundo. Estaba loco este hombre? Un
brillo frentico estaba en sus ojos y l estaba retorciendo sus manos como
si temiese que pudieran irse volando por su propia voluntad.
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Ests soldando servicios. He visto lo fino del trabajo que haces con
Cygnet Designs y tambin hacer esculturas metlicas, verdad? Yo creo
que hiciste una exposicin en Chelsea el pasado ao... he estado buscando a
alguien como t para este trabajo. Es bastante delicado, vers... Liber
sus manos e hizo gestos hacia la unin de la caja. Not dos cosas. Que l
no toc la caja y que sus uas tenan el mismo tono amarillo de sus ojos.
La caja ha sido sellada por todas partes.
Baj la vista hacia la caja y vi lo que quera decir. A lo largo de la unin,
entre la tapa y la base, haba una fina lnea de metal, que, a diferencia de la
plata de la caja, estaba sin manchas. Brillaba como mercurio fundido.
Alguien haba soldado la caja para cerrarla, entonces acu el sello en ella
como si la caja fuese una carta que slo deba ser abierta por el destinatario
planeado. Y yo era la que tena el sello que combinaba.
Esto es extrao.
S, y bastante inconveniente. No puedo vender una caja que est sellada.
Si t abres la caja, te dejar tener el sello y te pagar mil dlares.
Eso parece un montn de...
No por un trabajo tan delicado. Es valioso para m tener a alguien con
tu habilidad para hacer el trabajo... y adems, creo que era el destino que te
trajo hoy aqu, y quines somos nosotros para ignorar las oportunidades
que el destino pone en nuestro camino?
Quin, ciertamente? Despus de las funestas revelaciones financieras de
esta maana, por qu no aceptar el nico regalo que el destino pareca
dispuesto a darme hoy? Mil dlares no iban a resolver mis problemas
financieros, pero poda yo permitirme rechazar algn ingreso extra?
De acuerdo dije, tendiendo mi mano hacia la caja. Tenemos un
trato. Yo abrir la caja esta tarde y te la devolver maana por la maana.
El joyero levant la caja acunada en un pao de terciopelo azul, que era,
ahora que lo veo, un saco de joyera. Cuando me la tendi, escuch que
algo se mova dentro, un sonido crujiente como hojas de otoo removidas
por el viento.
Oh, y tambin me gustara tener los papeles que estn en su interior
dijo mientras yo tom la caja. Era ms pesada de lo que esperaba. Baj la
vista y vi que las lneas se movan otra vez. Debe ser un truco del diseo,
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un truco visual. Pero en lugar de extenderse hacia el exterior, esta vez las
lneas se enroscaban, se encrestaban y rodaban como las olas del ocano
eran jaladas por la fuerza de la Luna. Por un momento, la sala estaba llena
de aire salobre de marea baja. Me sacud a m misma para perder la ilusin
y entonces, antes de que l pueda cambiar de opinin sobre darme el
encargo o yo cambiase de opinin sobre aceptarlo, puse la caja dentro del
saco de terciopelo y luego en mi amplio bolso de mensajero, mi bolso de
Mary Poppins, lo haba llamado mi amiga Becky, agradec al joyero y sal
hacia la lluvia.
El momento en el que mi pie golpe la acera, un taxi apareci, su luz de
vacante brillando por entre la niebla y la lluvia como un faro. Olvidando
mi promesa de economizar, par al taxi y me hund con gratitud en el
asiento de detrs. Le dije al conductor mi direccin de casa y cerr mis
ojos para mantener a raya el fenmeno ocular que vena con mis migraas.
Slo cuando el conductor fren en frente de mi casa de pueblo me di
cuenta de que no haba tenido el nombre o la direccin del joyero o incluso
ver en qu calle estaba la tienda. No tena idea de cmo le devolvera la
caja despus de abrirla.
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Captulo 2
Un campo nevado en Francia
Traducido por Emi_93 Corregido por sttefanye
pesar de que la galera estaba cerrada, Maia, la recepcionista,
an estaba all. Extraamente, ella pareca estar trabajando ms
horas y ms enrgicamente ahora que slo podamos pagarle
directamente tres das de la semana. El estatus de consultora que se le
haba ofrecido, con un pequeo porcentaje de las ventas, en lugar de dos
das de salario, pareca mucho ms de su agrado, incluso a pesar de que no
ocultamos el riesgo de recesin para la supervivencia de la galera.
Quiero que sepas que Pisarros regres de Sotheby dijo ella, mientras
se enfundaba en un abrigo de brocado gris perla que pareca que poda
haber sido usado por una cortesana de Restauracin, slo previsiblemente
sin una minifalda de terciopelo y cachemira y botas UGG. El seor
James me acept en la oficina, pero no estoy segura de que l haya tenido
la oportunidad de ponerlos en la caja fuerte El seor Reese vino casi a la
misma hora.
Con una botella de Stolichaya, sin duda. repliqu. Zach Reese era uno
de los amigos ms antiguos de mi padre, y un artista abstracto cuyas
pinturas se haban vendido en los tempranos 80s. An se venden bien,
solo que Zach no se detena a pintar nada estos das. l prefiere sentarse
en la parte trasera de la galera de su amigo y rememorar los das de gloria
de Basquiat y David Hockney. Cul es la ocasin esta vez? pregunt.
Una fiesta de bienvenida para los Pisarros dijo Maia, poniendo los
ojos en blanco. Es tan malo que no se hayan vendido agreg ella.
Pero ya sabes lo que dicen de las escenas nevadas
A
Capitulo 2
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Ellas no se venden en una Recesin. Hablando de eso, algo de trfico?
Slo un par de matronas de Long Island matando el tiempo despus de
la venta de Marc Jacobs. Pasaron todo el tiempo comparando sus nuevas
economas: sobornando a su colorista a venir a su casa a una fraccin del
costo saln y limitando a sus hijas a un bolso de Marc Jacobs cada una.
Guau, las cosas realmente estn difciles ahora! Me fuerzo a rerme a
pesar de que incluso la idea de unas matronas de Long Island reduciendo
me hizo ponerme un poco enferma. Hice un activo negocio en pendientes
con monograma en las vacaciones y para los dulces diecisis,
confirmaciones, y bat mitzvahs durante todo el ao. Me asegurar de
que los Pisarros queden encerrados. Gracias por esperar por m.
No hay problema. Me voy a mostrar a la Tejedura de todas formas, y
tena algo de tiempo libre. Ten una buena semana.
Segu a Maia a la puerta principal y la cerr con dos llaves despus de su
salida. A continuacin atenu las luces y program la alarma para Noche,
activando los sensores de movimiento. Entonces me met en el estrecho
corredor que se abra a la escalera de la casa de campo y entr en la oficina
trasera. Mientras cerraba la puerta que da a la galera con llave detrs de
m, pude or la risa histrica de Zach Reese.
Entonces l dijo orinaste sobre eso, ahora lo compras, y le pas la
factura. Es una vieja historia de los primeros das de Zach en la Fbrica
Warhol y un Zach sacado a entretener a Roman en malas pocas.
Usualmente esto haca rugir a mi padre, pero esta noche el nico sonido
que vino desde la galera fue la amplia carcajada del medio oeste de Zach
Reese.
Mi padre levant la mirada mientras yo entraba en la oficina y vi, por la
tensin en su mirada, que me estaba esperando. l no ha estado comiendo
bien, pens, notando las profundas cavernas bajo los huesos de sus mejillas
y el brillo frentico en sus ojos oscuros, ni durmiendo bien. No me imagin
teniendo padres ms viejos, Roman tena 56 cuando yo nac, y mi madre
tena 45, porque Roman era tan vital y mi madre bueno, ella nunca
pareci tener ms de treinta hasta su muerte, a los 61. La casa siempre
haba estado llena de artistas y escritores que mi madre haba alimentado y
entretenido. Pero desde que ella haba muerto haca diez aos en un
accidente de auto, yo me haba preocupado ms por la salud de mi padre.
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La mayora de la familia de Roman haba muerto en Polonia durante la
guerra, y mi madre haba sido desligada de los suyos en Francia, desde la
guerra tambin. Roman era toda la familia que yo tena en el mundo.
Estaba arrepentida ahora por haberle hecho esperar toda la tarde. Debera
haber vuelto para la reunin con l cuando pude, en lugar de haraganear
sin rumbo por la ciudad, detenindome en locales de antigedades y
hablando con excntricos joyeros mientras Roman esperaba para or lo
malas que eran las noticias.
Saluden a la herona que regresa! Zach Reese levant un vaso de
vidrio lleno de un claro lquido que se sacudi en sus temblorosos dedos.
Tenamos miedo de que hubieras sido absorbida por los dioses de la
riqueza. Sacrificada en un altar en la Iglesia Trinity a los Scubos de la
Hipoteca y la Avaricia Reprimida.
Han ido demasiado lejos dijo Roman con una sonrisa tensa. l pas
una nudosa mano por su calva, un gesto que reconoc como un signo de
estrs. Pensamos que el banco estara tomndote como un inters por el
prstamo.
Si yo solo fuera tan valiosa dije, rechazando la oferta de Zach por un
trago y yendo hacia la estufa para encenderla. La oficina trasera estaba
opuesta a la oficina delantera donde vemos a los clientes. Era la vieja
cocina de la casa de campo. Sus gabinetes guardan archivos y material de
oficina en lugar de platos y vajilla, y la despensa haba sido transformada
en una caja fuerte de hierro a prueba de fuego, con una cerradura y sistema
de alarma. Not que la puerta de la caja fuerte estaba abierta y las escenas
nevadas de los Pisarros, desempaquetadas de sus cajas, haban sido
apoyadas en dos sillas de la cocina. Haban sido posicionadas de tal forma
que bloqueaban las ventanas y las puertas francesas que daban al jardn
trasero, reemplazando la vista de la lluviosa Manhattan con cristalinas
extensiones de campos nevados. Por qu las escenas nevadas no se
venden durante la recesin? Si tuviera el dinero, comprara los Pisarros
para m. Me parara en esa serena expansin de nieve teida de malva
justo ahora si pudiera.
El silbido de la tetera me sac de una fantasa juvenil de ser capaz de
entrar en una pintura favorita. Pas una gran parte de mi infancia
sondome en los campos de Van Gogh de los girasoles y las sucias
escenas callejeras de Dutch. Agarr una cucharada de t ruso y lo
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espolvore sobre el agua caliente. Llev la infusin a la mesa, poniendo
una cubre tetera a rayas blanca y azul bajo ella, y dos tazas.
As que, qu tan malo es? pregunt Roman mientras verta su t y le
pasaba una taza.
Hablaremos ms tarde dije, dirigiendo mis ojos a Zach.
Uh-oh. Puedo ver que estoy en el medio de una confabulacin de familia.
Mejor me ir. Uno de mis estudiantes tiene una inauguracin, as que ir a
ver. Se tambale sobre sus pies, seis y dos pulgadas de puro material de
granja sueca se tambalea, manchada con pintura Doc Martens. Incluso
aunque hace veinte aos que no termina una pintura, sus ropas siempre
tienen manchas de pintura, pens, mientras me colocaba entre l y los
Pisarros. No estaba segura de que l pudiera incluso sostener un pincel
quieto con los temblores que siempre tena en las manos.
Deja a esas chicas universitarias en paz, Zach dije, moviendo mi
cabeza para recibir un beso del to en la mejilla. No es justo para los
chicos universitarios.
Ms tarde, Jashemski le dijo a mi padre, usando el nombre que mi
padre se haba cambiado cuando lleg a este pas. Segu a Zach por el
corredor hasta la puerta principal y la asegur detrs de l.
Cuando regres a la cocina, mi padre estaba sorbiendo su t. Los Pisarros
se haban ido y la puerta de la caja fuerte estaba cerrada, pero l an estaba
mirando al lugar donde estaban.
El ao pasado se hubieran vendido por seis millones cada uno dijo.
Incluso despus de la crisis del 87, nosotros movimos el inventario.
Tengo la impresin de que las cosas pueden ser diferentes del 87, pap.
Me sent y envolv mis dedos en torno a la taza de t, pero bien podra
haber estado en ese campo cubierto de nieve en Francia por lo poco que el
calor penetr en el fro que sent en lo profundo de mis huesos.
Dos horas despus sub por las escaleras, exhausta de mantener una falsa
fachada de optimismo. Esboc el plan de restructuracin del prstamo que
Chuck Chennery nos haba ofrecido en nuestro ltimo viaje. Mi padre
pareci aceptarlo, pero aunque lo hubiera hecho, si la economa continuaba
empeorando no tenamos ni una posibilidad de salir de las deudas. l an
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haba conservado el optimismo de un jugador empedernido durante toda
nuestra conversacin.
Algo se nos ocurrir! me grit despus, mientras lo dejaba en la
puerta de su apartamento en el segundo piso.
Para cuando llegu mi estudio en la tercera planta, sent que todo mi
cuerpo haba sido fundido en metal. Me pas la correa de la bolsa de
mensajero por encima de mi cabeza, dejndolo caer gratamente en el piso
de madera y escuch un duro golpe.
La caja de plata. Me haba olvidado completamente de ella. Pens en
mostrrsela a mi padre, pero haba habido demasiados detalles monetarios
como para ir a eso. l haba cambiado en objetos decorativos algunas cosas
de despus de la II Guerra Mundial, y posiblemente pudiera fecharla.
Ciertamente no pude.
Alc la caja, an enfundada en su saco, fuera de mi bolso y la llev a mi
mesa de trabajo, que estaba al final del cuarto, cerca de las ventanas del
piso al techo, inclinada sobre el tragaluz que daba al jardn. Durante el
da, la luz entraba por las ventanas encaradas al sur, haciendo que se
convierta en el espacio de trabajo ideal. Un viejo escritorio de secretaria
puesto en una pequea alcoba a la derecha de la mesa; a la izquierda, una
alta estantera de libros sostena mis suministros de joyera y el trozo de
metal que recolect de mis esculturas de metal. Una de esas esculturas, un
dragn de seis pies de largo, hecho de restos de metal y eslabones de
cadena, colgaba de un gancho en el techo. Durante el da, sus ojos de faro
rojos recogan la luz y brillaban maliciosamente con picarda, pero esta
noche l emiti una sombra creciente contra las ventanas mojadas por la
lluvia, lo que me hizo sentir un poco inquieta.
Encend las lmparas de trabajo de gran potencia en ambos lados de la
mesa. La fuerte luz inmediatamente realz lo que haba dejado pasar en la
tienda, un patrn de formas de plata y oro cosido en el terciopelo azul,
crculos, tringulos, y lunas crecientes embellecidas con curvas y
garabatos.
Las formas lucan vagamente familiares.
Me di la vuelta hacia mi escritorio, abriendo mi laptop, y golpe el
encendido. Mientras esperaba a que la pantalla volviera a la vida, deslice la
caja fuera del saco y pas mis dedos sobre cada fino patrn de valos
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concntricos. Las lmparas de alta intensidad realzaron un tono azulado
en las lneas, una incrustacin de esmalte delicado, tal vez. Tuve cuidado
de no daarlo mientras abra la caja.
Fui de la caja a la laptop, puse mis dedos en el teclado y retroced
mientras las chispas volaban desde mis dedos. La pantalla centelle y la
laptop emiti un bajo maullido que son como un gato Siams en celo.
Maldicin! Mov la cabeza en el aire y mir la pantalla de la computadora
regresar a mi pgina de inicio. Me acerqu a la mquina de nuevo con
cautela, con cuidado de tocar el teclado. No hubo sorpresa esta vez. Tipi
en Smbolos.Com y entr a los parmetros de los signos en el pao con un
nico eje, simtricos, abiertos, rectos y de formas cambiantes, lneas
cruzadas, entonces presion BUSCAR SIGNOS. Un cmulo de smbolos
apareci. Hice clic en uno que pareca unos de los signos en el pao, un
crculo vuelto del revs con una lnea vertical que era cruzada por dos
lneas horizontales y obtuve esta descripcin: Uno de los signos para la
amalgama usado en la alquimia y qumica temprana. Las amalgamas son
aleaciones hechas de combinar mercurio con otros metales,
preferiblemente plata.
Por supuesto, yo haba visto el smbolo en una de mis clases de metalurgia.
Tipi alquimia en Google y entonces hice clic en la pgina de Wikipedia.
All le que alquimia era una palabra derivada del rabe que significaba el
arte de la transformacin, que la palabra qumica vena de ella, y que
histricamente era mejor conocida como la bsqueda de convertir el metal
en oro. Me desplac por una lista de alquimistas famosos, entonces hice
clic en un link hacia una lista de smbolos alqumicos.
Mirando arriba y abajo entre la pantalla y el pao, identifiqu los smbolos
de la plata, oro, cobre y plomo, algunos de los planetas, estaciones y los
cuatro elementos: tierra, aire, fuego y agua. Era el joyero de pelo blanco
un alquimista? No me sorprendera mucho. El negocio de la joyera estaba
lleno de excntricos y romnticos. Yo conoc a ms de unos pocos en mis
clases en la FIT, profesores y estudiantes que estaban intrigados con el
antiguo y mstico estudio de los elementos naturales. Estos devotos estaba
focalizados en encontrar cules de esos procesos eran an usados en la
metalurgia moderna. Y quin en estos tiempos no querra encontrar un
sistema para conocer el secreto de convertir plomo en oro? Pero a menos
que descubra esa habilidad pronto, necesito cada centavo que pueda
encontrar. Le promet al joyero llevarle la caja abierta maana. Con un
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poco de suerte, l se pondra en contacto conmigo cuando se diera cuenta
de que no me haba dado informacin de contacto. Y si no, slo tena que
recorrer el Pueblo Oeste y Tribeca hasta encontrar el local. Mientras
tanto, yo poda tener el trabajo bien hecho.
Fui a mi habitacin, un pequeo cuarto escondido bajo el techo
fuertemente inclinado y me cambi rpidamente de falda y blusa, no poda
ir a la oficina del abogado con vaqueros viejos, sudadera y botas de piel
gruesa. Haba aprendido desde el principio en mis clases de joyera y
soldadura que una chispa puede arruinar una camisa favorita y quemar a
travs de tejidos delicados a la piel. Mis ropas de soldadura estaban
marcadas con agujeros quemados y ola a gas, metal y ceniza. Me sent
ms como yo misma al instante de estr en ellas.
Me at el pelo en una cola de caballo, fui al estudio y encend la radio, la
que siempre estaba en el dial de WROX, la estacin de rock alternativo
que me gustaba escuchar mientras trabajaba. La sedosa voz del DJ de
noche, su show se llamaba el vuelo nocturno con Ariel Earthart, siempre
me relajaba. Sonre mientras una cancin de London Dispersion Force
sonaba. Mis dos mejores amigos estaban en la banda y yo estaba feliz de
que les concedieran el tiempo en el aire. Era una nueva cancin, llamada
Trovador.
Los trovadores escriban canciones para sanar corazones rotos.
Cant Fiona, la voz principal. Para dejar que sus amores supieran de su
interminable dolor.
Configur la antorcha de soldadura mientras me balanceaba al ritmo,
sintiendo una calma actuando sobre m que no haba sentido durante todo
el da. Gracias a Dios por el trabajo, pens, tirando de los guantes gruesos
y del dibujo de la caja hacia m. Ahora, cmo diablos voy a abrir esta cosa
sin daarla?
Reexamin la lnea de metal que sellaba la caja. Dado que los bordes de la
caja estaban ilesos, tuve que asumir que el metal de la costura era ms
suave que la plata de la caja, de lo contrario, la plata se habra derretido
cuando la caja estaba sellada. Lo mismo sucedi con el sello que haba sido
colocado sobre el cierre. As que si poda calentar el sellador, debera ser
capaz de deslizar una hoja a lo largo de la lnea y debajo del sello. Escog
una hoja de acero y la mejor boquilla del soplete de soldadura y ajust los
niveles de acetileno y oxgeno. Cuando tena todo en su lugar, baj una
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visera sobre los ojos y apunt con la linterna a la lnea de metal. Al
principio no hubo ningn cambio discernible.
Si el sello de la caja se compona de plomo, debera haber empezado a
fundirse ya. Debe ser algn otro compuesto. Ajust el nivel de la llama.
An no haba cambio.
Vamos le susurr al metal, el aliento empaando mi visera. No seas
una perra. Como respondiendo a mi voz, la faja de metal debajo del
punto antorcha se suaviz y brill como una cinta brillante. Estaba
empezando a derretirse.
Que buena chica susurr. Corr la antorcha a lo largo de la lnea de la
caja hasta que el sello de metal comenz a burbujear. Con mi otra mano
insert la hoja de acero entre la tapa y la base y recorr todo el camino
alrededor de los tres lados de la caja y luego por debajo de la insignia
redonda. El metal alrededor del sello empez a brillar, entonces el rombo
entero resplandeci de blanco a excepcin de la figura de la cra de cisne
en el centro. Se mantuvo negro contra el blanco brillante, como la silueta
de un cisne negro saliendo de una piscina iluminada por el sol brillante.
Por un momento, podra haber jurado que escuch el sonido de las alas
batiendo el aire, y luego algo apareci y envolvi la luz blanca y me ceg.
Era una luz que yo casi pude sentir. Una energa que hizo vibrar mis
huesos, mi sangre hormigue, y cada cabello de mi cabeza se puso de
punta. Era como saltar a un lago helado en verano o pararse en un bao
caliente lleno de la efervescencia de las sales de bao o no, no era como
nada que hubiera sentido antes. Era como estar verdaderamente viva por
primera vez. Supe al instante que si llegaba vivir despus de esto, pasara
el resto de mi vida tratando de duplicar la sensacin.
Cuando la luz se desvaneci, mir hacia mis brazos y piernas casi
esperando ver marcas de quemaduras, pero nada estaba ni siquiera
chamuscado.
Ests bien, ests bien dije una y otra vez mientras me tante. Escuch
el fantasma de la voz de mi madre en las palabras. Es lo que me deca
cuando me caa o me golpeaba la cabeza con algo. Ests bien repet,
tratando de frenar mi acelerado corazn. Nada result herido, ni siquiera...
mir la caja y mi corazn se estremeci a un alto.
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Estaba abierta. Una columna de humo azul se levant de su interior, se
desvi hacia el techo, y se enroll alrededor del dragn de metal en el aire
como una segunda serpiente de aire. Mezclados con el humo haba copos
de holln revoloteando en el aire. Pero lo que detuvo mi corazn fue lo que
vi dentro de la caja en la parte inferior de la tapa. Formas azules brillaban
contra el blanco fundido de la plata, las formas que se movan como iconos
de desplazamiento a travs de una pantalla de ordenador.
Me acerqu y le tend una mano temblorosa enguantada para tocar el
interior de la tapa. Una luna creciente azul se transform en un crculo
dividido en dos por dos lneas cruzadas y luego cambi a un tringulo con
un punto en el centro. Un ojo al revs se convirti en la letra Z, el nmero
7, entonces en algo que pareca un paramecio. Cerr los ojos, esperando
desesperadamente que cuando los abriera la ilusin se hubiera ido.
Cuando haba desarrollado los sntomas de la migraa ocular a los
diecisis aos, al principio pens que me estaba volviendo loca. Crecer en
una casa frecuentada por artistas, no pude dejar de or hablar de los que
haban ido al lmite. Vivir en ese borde que pareca ser a la vez el don y la
carga de ser un artista. Y no era mi madre quien siempre me dijo lo
talentosa que era? Significaba eso que yo, tambin, tena el potencial de
deslizarme sobre el borde del mundo racional hacia la locura? Haba sido
un alivio colosal cuando el oculista me dijo que los destellos de luz, de
bordes irregulares, puntos ciegos y coronas borrosas eran normales. Pero
y si se haba equivocado? Y si esos sntomas eran slo el principio y
ahora me estaba volviendo loca?
Abr los ojos. Los smbolos se haban ido. La caja haba pasado del blanco
de nuevo a la plata. Plata pulida. No haba ni un rastro de empaado en
ella. Bueno, pens, la tapa haba sido tratada con algn tipo de producto
qumico. Los smbolos fueron raspados en cada capa de modo que pareci
que la caja se calentaba y luego se enfri de la misma forma que el zumo de
limn se hace visible en el papel cuando se mantiene a una llama.
Sintindome un poco mejor con la explicacin, me quit la visera y
guantes y toqu el metal. Estaba un poco caliente, pero no demasiado
caliente al tacto. La levant y mir dentro.
La caja estaba vaca.
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Volv a mirar los copos flotando en el aire. No eran holln, como haba
pensado al principio, eran restos de papel carbonizados. Los documentos
que estaban en la caja se haban encendido cuando se abri de golpe
Cmo la haba abierto? Un fragmento, que haba resbalado por el lado de
la caja, contena un script adornado arcaico que no poda empezar a leer
ahora mismo con mi visin borrosa y con las manos an temblndome tan
duramente. La nica parte que poda ver era la firma Will Hughes, en
grande con una elaborada floritura justo debajo de la impresin del sello
de cera de la insignia del cisne. El resto de lo que haba papeles en la caja
haba sido reducida a confeti, copos de plumas en tonos plidos de blanco y
malva, convirtiendo la mesa de trabajo en ese campo cubierto de nieve en
Francia que Pissarro haba pintado ms de un siglo atrs.
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Captulo 3
Los Hombres Sombra
Traducido por EvaMedina
Corregido por marthatithy1
espus de limpiar el confeti y almacenarlo en una caja para
poder mostrrselo maana al joyero en lo que se haba
convertido su contenido, cerr la tapa y la dej en la mesa de
trabajo. Consider ponerlo en la caja fuerte donde guardaba
mis provisiones de oro y plata, pero la casa entera estaba alarmada. No
haba razn para apartarlo a menos que mi verdadero motivo fuera
mantenerme a salvo de eso... y eso era sencillamente tonto.
Aunque me llev conmigo un gran trozo de papel y el sello de plata
que saqu de la caja a mi habitacin, porque quera mirarlos otra vez
cuando mi visin se aclarase. Los puse en mi mesa de noche mientras
me desvesta. Las alucinaciones visuales estaban disipndose y no me
haba chamuscado a m misma, pens mientras gateaba debajo de las
sbanas y me abrazaba a m misma para parar de temblar. La extraa
sensacin que haba sentido cuando la luz destell... bueno, eso fue
algn tipo de carga elctrica una sacudida, nada ms. Y los temblores
que senta ahora eran de la fatiga. Haba sido un largo da. Antes de que
apagase la lmpara de al lado de la cama, me saqu el medalln que
haba hecho cuando tena diecisis aos (usualmente dorma con l
puesto) y recog el sello que haba salido de la caja para que pudiera
mirarlos uno al lado del otro. S, eran casi idnticos, pero por ah deba
de haber muchos anillos hechos con ese sello. No significaba nada. Era
agradable haber encontrado un smbolo que me recordase a mi madre.
Casi como un mensaje de ella. Me qued dormida con el sello en mi
mano, mis dedos trazando forma del cisne batiendo sus alas.
D
Capitulo 3
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En mi sueo yo estaba en el filo de una piscina redonda. El sol
estaba bajo en la costa opuesta, ponindose detrs de una vieja torre de
piedra y volviendo el agua en una sbana brillante de oro fundido, tras
de la cual nadaba un cisne negro. La escena era serena, pero de alguna
manera saba que algo horrible estaba a punto de pasar. El pjaro
tambin lo sinti. El cisne negro estir hacia delante su largo cuello,
extendi sus alas y empez a tomar vuelo. Mientras que el cisne
estiraba su cuello, vi que una cadena plateada con un dije pesado
descansaba sobre sus plumas del pecho. Entonces, justo cuando las
puntas de las alas del cisne despejaban la superficie del agua, ment
que algo pasaba zumbando por mi oreja, y luego un grito angustiado
desgarr la todava quieta superficie dorada del lago. El aire se volvi
oscuro con las plumas negras mientras que un minuto estaba mirando
de la costa, al siguiente estaba en el agua... y luego ya no era ni yo
misma. Yo era, para horror mo, el cisne herido. Y yo estaba haciendo
ese grito horrible, un sonido como de las trompetas del Da del Juicio.
Fue el estruendo de la trompeta el que me despert.
Slo me llev un segundo identificar el verdadero sonido cuando la
alarma de la galera dos pisos abajo un sonido que hizo que mi sangre
se congelase. En un segundo estaba levantada, ponindome los jeans,
sudadera y botas de trabajo que tena al pie de la cama. Uno ms y
estaba en rellano mirando hacia abajo por el agujero de la escalera.
Escuch que la puerta del piso de abajo se habra y vi el cuero
cabelludo calvo de mi padre aparecer en la barandilla.
Pap! grit sobre el insistente sonido de la alarma.
Probablemente slo es una falsa alarma. Espera a que venga la polica.
pero l no poda orme o eligi no hacerlo. Corri escaleras abajo, su
bata roja de cachemira inflndose libremente con el aire ascendente
desde el primer piso.
Lo que significaba que la puerta frontal estaba abierta.
Fui tras de l, mi corazn palpitando con miedo mientras tomaba
los escalones de dos en dos. Roman tena una pistola en su mesa de
noche, un recuerdo de la Segunda Guerra Mundial. Haba sido lo
suficientemente tonto como para agarrarla?
A mitad de camino del segundo piso, escuch un grito, la voz de mi
padre, y luego un disparo. Salv el segundo piso en dos saltos y aterric
en el primer piso sobre mis rodillas. Ignorando el dolor, continu hacia
la puerta de la cocina, que estaba totalmente abierta al final del pasillo.
Llegu a la puerta en dos saltos largos y torpes... y luego me congel en
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el umbral. La escena del interior era tan estrafalaria que pens por un
momento que finalmente haba conseguido mi sueo de la infancia
escurrirme en una pintura: un trabajo surrealista de Dal o de Chirico.
All haba tres hombres, todos vestidos en idnticos sweaters de
cuello alto negros, pantalones negros, guantes negros y mscaras de
esqu negras. Ellos podan haber sido sombras de hombres en vez de
hombres. Uno estaba arrodillado al lado de bulto de ropas rojas en la
puerta abierta de seguridad, usando una navaja para cortar el lienzo de
un marco de pintura. Cuando termin, se lo tendi al segundo hombre,
quien lo enroll en un tubo apretado y lo se lo tendi al tercer hombre,
quien lo puso en una larga bolsa alargada, la que, not con un
mareante sentido de lo absurdo, era una bolsa de colchoneta de yoga.
Casi podra haberme redo. Salvo que baj la vista y vi que el bulto de
ropa roja en el suelo al lado de las puerta segura era, de hecho, mi
padre, con su bata roja extendida a su alrededor y sangre manchando
el cuello blanco de la parte de arriba de su pijama.
Hice algn tipo de sonido entonces y todos ellos levantaron la vista.
Todos levantaron sus cabezas hacia m en el mismo exacto momento.
Tenan sus ojos fijos en m por lo que pareci una eternidad, lo
suficientemente largo para que una docena de pensamientos corrieran
por mi cabeza. Deba correr? Pero cmo podra dejar a mi padre?
Estaba muerto mi padre? Me mataran? Y, estoy avergonzada de
admitir, cmo saldramos de la deuda ahora si se llevan todas nuestras
pinturas?
Todos ellos apartaron la vista al mismo momento. El hombre que
haba estado cortando los lienzos cerr la navaja y se puso de pie. El
segundo hombre cerr la puerta de la caja de seguridad y el tercero
cerr la bolsa de colchoneta de yoga y le levant. Entonces caminaron
hacia m.
Me presion contra la pared del vestbulo, repelida por el
pensamiento de que uno de ellos tocndome, pero no poda correr; tena
que llegar a mi padre. Los hombres sombra caminaron en fila a mi lado
como si yo no estuviese all. Un hedor picante llen el recibidor
mientras ellos pasaban huevos podridos y cenizas y se meti por mi
nariz y mi boca, llenando mis pulmones. La entrada se oscureci
cuando pasaron, como si las sombras de las esquinas se extendieran
para encontrarse con ellos, y luego giraron por la escalera y empezaron
a subir las escaleras.
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Tan pronto como pasaron a mi lado, yo corr hacia mi padre y me
arrodill a su lado, buscando pulso en su cuello y quitando la bata para
encontrar el agujero de bala.
Estaba debajo de su clavcula izquierda, una pulgada por encima de
su corazn. Al menos, yo esperaba que fuera por encima de su corazn.
Sent un dbil y trmulo pulso contra mis dedos. Me levant slo los
suficiente para agarrar el telfono inalmbrico de su cargador en la
pared y tir de la servilleta de tela de debajo de la tetera que yo haba
dejado sobre la mesa. Sent un tirn de remordimiento cuando el tarro
de glaseado cay al suelo y se hizo aicos haba sido de mi madre
pero lo descart mientras presionaba la tela contra la herida y marcaba
el 911, me dijeron que la polica y una ambulancia estaban de camino.
Cuando colgu, estuve atenta a algn sonido de pasos de los ladrones
en las escaleras, pero con el gemido de la alarma no pude decir si
estaban viniendo o no. Volveran y nos dispararan? Debera intentar
arrastrar a mi padre fuera de la casa? Pero cmo de lejos poda llevarlo?
Lo herira si lo mova? Finalmente, despus de lo que se sinti como
una eternidad, escuch la puerta frontal abrirse de golpe y pesados pies
corriendo por el recibidor. Levant mi cabeza y vi a dos oficiales
uniformados apuntndome con sus armas.
Los ladrones estn arriba grit sobre la alarma. Son tres. Al
menos, uno tiene un arma porque dispararon a mi padre en cuanto lo
dije, intent recordar si en verdad haba visto a alguno de los ladrones
sosteniendo un arma, pero los oficiales ya se haban girado e ido. Pude
orlos corriendo escaleras arriba.
Me gir hacia mi padre. Su rostro estaba de un gris enfermizo.
Pap? llam. Roman? Puedes orme?
Sus ojos se abrieron parpadeando, pero no pudieron enfocarse en
m. Dijo algo que no pude entender. Me acerqu ms, poniendo mi oreja
en su boca.
Morir... morir... grazn.
No, pap, no te vas a morir. Lo prometo. La bala err tu corazn
intent hacer que mi padre me mirase, pero sus ojos estaban
escabullndose una y otra vez por los alrededores de la sala como si
estuviera buscando algo. Segu su mirada y vi que la vieja pistola de
servicio de mi padre estaba tendida debajo de la mesa de la cocina.
Probablemente la haba dejado caer cuando le dispararon.
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Oh, pap dije, acariciando su cabeza. Deberas haber dejado
la pistola arriba. Quiz ellos no te hubiesen herido.
Mi padre sacudi su cabeza otra vez, su boca trabajando para
decirme algo. Me inclin ms abajo para que no tuviese que trabajar tan
duro.
Dibuk1 dijo al fin. Pareci tomar toda su energa soltar la
palabra. Sus ojos rodaron detrs de su cabeza y perdi la conciencia.
Sent su pulso tartamudear bajo mis dedos. Frenticamente, mov mis
manos de su herida hacia su corazn y presion todo mi peso hacia
abajo una, dos, tres veces intentando recordar lo que sera un RCP 2 por las pelculas. Segu el ritmo hasta que un TEM3 se arrodill a mi
lado y alej mis manos. No lo haba visto entrar, y la cocina estaba de
repente llena de gente. Oficiales de polica uniformados, TEMs, un
hombre con un abrigo de trinchera gris goteando lluvia sobre el suelo
de madera. Ellos formaban un foso alrededor de mi padre, hacindome
retroceder. Me sent como si estuviese en mi sueo de cuando estuve en
la costa del lago mirando al cisne deslizndose hacia su muerte, como
si de alguna manera yo estuviera flotando sobre todo. El hombre con el
abrigo de trinchera estaba a mi lado, diciendo algo, pero no pude orlo
por sobre el batir de las alas del cisne.
Qu? dije, girndome hacia l y mirando a sus ojos.
Dije que ests plida. Deberas sentarte.
Asent, accediendo al buen sentido del hombre, pero como en mi
sueo yo ya poda sentirme cayendo en el lago, la brillante agua
envolvindome en una explosin de luz blanca que se senta slo tuve
el tiempo suficiente para pensar extraamente familiar.
Me despert en la ambulancia.
Te desmayaste me dijo el TEM cuando me sent. As que te
pusimos aqu con tu padre.
Cmo est? el rostro de mi padre estaba cubierto con una
mscara de oxgeno y sus ojos estaban cerrados.
l ha perdido mucha sangre y su presin sangunea es baja.
Tiene historial de problemas de corazn?
1 En el folklore judo es el alma de una persona muerta habitando el cuerpo de una persona
viva.
2 Resucitacin cardio-pulmonar. 3 Tcnico de emergencias mdicas.
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Angina. Tuvo una angioplastia hace un ao. l se... est l...?
l tuvo un buen disparo... sin nimo de jugar con las palabras4.
la bala entr justo por encima del corazn, pero hay una herida de
salida unas pulgadas ms arriba en su hombro. Creo que no le peg en
el corazn, as que puedes decir que tuvo suerte. El tirador debi de
haber estado bajando... agachndose o algo. Sorprendi l a los
ladrones?
Supongo que s. Entr despus de que le disparasen. Uno de los
ladrones estaba arrodillado sobre el suelo... pudo haber sido el que le
dispar Entonces, dnde estaba la pistola? La nica pistola que
haba visto haba sido la de mi padre. l estaba corriendo escaleras
abajo. Casi choca con ellos.
La carrera y la conmocin ha puesto mucho estrs en su corazn,
y se golpe la cabeza cuando cay, pero suena como un tipo viejo y
resistentepersiguiendo a los chicos malos! el TEM levant la
mirada, una sonrisa en su rostro que se esfum cuando vio mi rostro.
Aunque t no luces bien. Ser mejor que te acuestes. No quiero que te
caigas y te hagas dao. Pudiste haberte golpeado fuerte la cabeza si ese
detective no te agarra.
Segu el consejo el TEM. Yo todava me senta, como me haba
sentido justo antes de desmayarme, como si yo no estuviera
completamente atada a mi propio cuerpo, como si estuviese flotando
sobre m misma mirando a la ambulancia apurarse hacia el hospital St.
Vincent, mirndome seguir el cuerpo supino de mi padre a la entrada
de la sala de emergencias y sosteniendo su mano flcida mientras que
su hombro estaba siendo suturado y l estaba conectado a una va
intravenosa. Quin es esta mujer tranquila? Quera gritar en voz alta.
No poda ser yo porque por dentro mis nervios estaban chisporroteando
como petardos y mi corazn estaba latiendo como un salvaje redoble.
Aparentemente la fachada tranquila no enga a nadie; cuando el
enfermero vio mi color, mand la orden de traerme una silla.
No quiero que te desmayes en mi guardia l rega en un
acento cantarn de los Indios del Oeste que se senta como una briza
clida soplando por el antisptico de la sala de emergencias. Su piel era
del color del t oolong, su largo cabello estaba apretadamente enrollado
hacia atrs con un brillante pauelo naranja. Su chapa identificadora
deca O. Smith.
4 En el original: He has a good shot.... Tuvo un buen tiro, en espaol. En los deportes, esto suele representar una buena jugada, pero en este caso es un juego de palabras refirindose a que tuvo un buen disparo ya que la bala no le dio en el corazn.
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Es probable que recupere la conciencia, Sr. Smith? pregunt
No con todos los analgsicos que acabo de darle, querida. Y si lo
hace, no hablar con mucho sentido. Igualmente, t deberas descansar
un poco habl como si estuviese acostumbrado a que la gente haga lo
que l deca, pero yo negu con la cabeza.
Me quedar aqu dije. No quiero que se despierte solo.
Despus de ms o menos una hora, mi padre fue admitido en una
habitacin. Haba una cama vaca en la que O. Smith dijo que poda
recostarme, pero yo tema ir a dormir, temerosa de que si no segua
vigilando a mi padre, l poda desvanecerse. As que me sent en la silla
entre la cama de mi padre y una ventana que daba a la 7 Avenida. El
cielo estaba oscuro sobre los edificios cruzando la calle, pero sus
ventanas ms altas reflejaban la luz gris perlada del alba en el este. La
lluvia de ayer haba parado finalmente. El aire pareca limpio y fro. El
vapor se elev de las chimeneas en la calle en columnas sinuosas. Yo
haba crecido pensando que todas las ciudades eran engalanadas con
las nubes blancas flotantes hasta que mi padre me explic que New
York tena un inusual sistema de caeras de vapor debajo de las calles
que eran anteriores al uso de la electricidad.
Yo pens que la ciudad estaba flotando sobre una nube la
primera vez que la vi me haba dicho Roman cuando me describi la
navegacin en el New York Harbor a finales de los '40, pens que
estaba soando.
Me haba sentido como un nio al que el vapor subiendo de las
chimeneas y las alcantarillas era la prueba de que ah haba un mundo
bajo de la superficie de sta. Quiz era el mundo del que mi madre
habl cuando me contaba historias de cama el Pas de Verano, lo
llamaba ella, o la Tierra Justa, un lugar donde siempre era pleno
verano, que todas las flores que florecan desde principios de primavera
hasta finales de sta, caan en flor all durante todo el ao. Un lugar
donde en plena primavera borboteaban desde las profundidades de la
Tierra y se extendan por las verdes praderas como blancos lazos y
luego se reunan en una piscina sobre la que los cisnes se deslizaban. A
veces conseguas un vistazo de el Pas de Verano en el verde brillante
del final de un camino arbolado, me dijo ella, o en el reflejo de un
montn de piscinas, o incluso, a veces, a travs de una puerta abierta
sobre una calle de ciudad donde no haba habido una puerta antes y
nada ms que piedra lisa cuando te volviste para mirar otra vez. Porque
la puerta del Pas de Verano se abra slo para una ojeada, nunca para
un segundo vistazo. Nunca podas buscarla, pero podras deslizarte
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dentro de el sin darte cuenta. Y podas pasar un da all slo para que al
volver encontrases que haban pasado una veintena de aos en este
mundo y que todos tus amigos y familia haban envejecido mientras que
t permaneciste inalterada.
Ese es el por qu siempre parece que no hayas envejecido ni un
da? haba dicho mi padre cuando la escuch contndome esta
historia.
Mi madre se rea, pero yo crea cuando yo era joven que ella tena la
llave para ese mgico lugar. Y crea que si t veas las formas que el
vapor haca en las maanas del invierno, podras echarle un vistazo a
ese mundo cisnes de pecho blanco deslizndose en los lagos
cristalinos y corceles encantados saliendo de las olas espumosas.
Aunque esta maana, las formas espectrales tomando forma en las
sombras del hospital no sugeran ser emisarios benficos de un reino de
cuento de hadas. En lugar de eso me hacan pensar en las sombras de
los condenados elevndose y saliendo del infierno en el Da del Juicio.
No creo que haya tenido esa reaccin al vapor nunca antes. Me hizo
preguntarme si algo haba cambiado en la ciudad de un da para el otro
o en m.
Seorita James? la voz me sobresalt, sacndome de mi
fantasa melanclica. Me volv y el detective que haba estado en mi
casa, estaba ahora al pie de la cama de mi padre. No lo haba odo
entrar y me pregunt si se me haba acercado sigilosamente de forma
deliberada, pero desech la idea porque sonaba ridcula. El hombre era
un detective policial de la Ciudad de New York, no un explorador nativo
de Amrica.
Detective Joseph Kiernan, NYPD 5 divisin de Crmenes de Arte
dijo tendindome su tarjeta. No quise despertar a tu padre. Estoy
seguro de que necesita descansar. El doctor dijo que est estable.
Pero no ha recobrado la conciencia dije. No creo que eso sea
bueno.
As que no ha sido capaz de decirte lo que pas?
No, pero creo que eso debe ser obvio. Sorprendi a los ladrones y
ellos le dispararon.
Los has visto dispararle?
5 NYPD: New York Police Department.
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No. estaba detrs de l en las escaleras. Para cuando llegu a la
cocina l estaba tendido en el suelo.
Y uno de los ladrones estaba sujetando una pistola?
No, se le pudo haber cado. Estaban empaquetando los lienzos.
Haban quitado todos de sus marcos menos uno. Pareca que queran
salir de all rpidamente una vez que la alarma se dispar.
S, esa es otra cosa que me confunde el detective tir su abrigo
sobre la cama de repuesto y levant una silla. Pareca como si se
estuviera poniendo cmodo para una larga charla. La alarma de
seguridad se dispar, pero la alarma de la puerta frontal no. Aparte de
t y tu padre, hay alguien que tenga el cdigo de la alarma?
Varias personas. Nuestra ama de llaves, la recepcionista...
nosotros siempre tenemos todo lo valioso en la caja fuerte, as que...
Y quin saba la combinacin?
Nadie excepto mi padre y yo. Los ladrones debieron usar un
explosivo... hice una pausa, recordando el momento cuando los
hombres pasaron a mi lado en el recibidor. No era lago que quera
recordar. Me haca sentir como si algo estuviera presionando contra mi
pecho. Ol algo cuando pasaron. Azufre... y algo quemado.
No haba seales de una explosin dijo el detective. O ellos
saban la combinacin o...
O qu? espet.
l inclin su cabeza y sonri. Era guapo de una manera juvenil y
acicalada, vi con la misma indiferencia que haba sentido desde que
encontr a mi padre disparado sobre el suelo de la cocina: cabello
oscuro y rizado, mandbula cuadrada, con un hoyuelo en la barbilla y
ojos marrones oscuros. Sin duda acostumbraba a cautivar alas mujeres
con su apariencia. Pero por qu estaba tratando de cautivarme a m?
Yo era la vctima aqu, verdad?
No lo s dijo. Dmelo t.
No tengo idea dije sinceramente.
Pudo tu padre haberles dado la combinacin?
Slo si lo forzaban a punta de pistola.
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Pero t dijiste que estaba justo detrs de tu padre en las escaleras
y que ellos ya haban quitado todos los lienzos de sus marcos menos
uno. As que no haba tiempo para que tu padre les diera la
combinacin. Al menos no en ese momento.
Tom un momento para que captase sus palabras, pero cuando lo
hice estaba furiosa.
Est insinuando que mi padre estaba implicado en el robo de
alguna manera?
El detective Kiernan se encogi de hombros.
Slo estoy intentando averiguar lo que pas. Ests segura de que
la caja de seguridad estaba cerrada?
S, volv al a oficina para hacerlo yo misma... pero me detuve,
recordando que despus de conducir a Zach Reese a la puerta y volver a
la cocina, mi padre ya haba apartado los Pissarros y cerrado la caja
fuerte. Al menos yo supuse que lo haba hecho. En realidad mi padre
cerro la caja fuerte cuando yo estaba conduciendo a un amigo hasta la
puerta...
Un amigo?
Un viejo amigo de mi padre, Zach Reese.
El pintor? Kiernan sac un cuaderno del bolsillo de su
chaqueta. El movimiento revel una muestra rpida de la pistola.
S dije, mi boca estaba seca. Tienes que estudiar arte para
estar en el equipo de Crmenes de Arte?
Ayuda dijo, sus labios curvndose en una breve sonrisa
superficial. Pero no tienes que ser un experto en arte para conocer el
nombre de Zach Reese. Sus proezas en los '80 lo hicieron bastante
famoso. Estuvo en ese accidente de coche en las afueras de los
Hamptons. Una joven muri ahogada.
S, eso fue horrible. Yo slo era una nia en ese tiempo, pero mi
madre me dijo que Zack nunca fue el mismo. Se convirti en un fuerte
bebedor no es que antes fuera un bebedor ligero.
Y par de pintar. Se encontr con problemas de deudas de juego
unos aos despus.
S, o algo de eso yo tena una memoria vaga de mis padres
discutiendo porque Roman le haba pagado la fianza a Zack otra vez,
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pero alej eso, inquieta por desviar a Kiernan de la direccin en la que
estaba yendo. No piensas que Zach tuvo algo que ver con el robo,
verdad? l es uno de los amigos ms antiguos de mi padre.
Tenemos que examinar todas las posibilidades, Srta. James.
Estoy seguro de que quieres que encontremos a quien sea responsable
de hacer esto a tu padre inclin su barbilla en direccin a Roman y se
detuvo. Siguiendo su mirada vi que los ojos de mi padre se empezaban
a abrir. Me levant y me fui rpido a su lado.
Pap? Puedes orme? los ojos de Roman se abrieron y se
enfocaron en m. Sus labios se estiraron un intento de sonrisa que se
convirti en una mueca de dolor. Est bien, pap. Ests en el St.
Vincent. Te han disparado pero estars bien levant la vista hacia el
detective Kiernan, que se haba movido hacia el otro lado de la cama y
estaba estudiando el rostro de Roman. Por favor, llama al enfermero!
dije. Kiernan dud una fraccin de segundo, luego se gir y sali
dando largos pasos de la habitacin. Cuando estaba segura de que
estaba fuera, volv a mirar a mi padre y tom su mano.
Hubo un robo, pap. Tres hombres entraron y robaron las
pinturas de la caja de seguridad. Recuerdas si la cerraste despus de
que Zach se fuera? luego, bajando la voz en un susurro. Le diste la
combinacin de la caja fuerte a Zach?
Est bien, cario dijo Roman, sent moverse sus dedos; estaba
intentando dar palmaditas sobre mi mano, pero apenas tena fuerzas.
Estaban aseguradas. Mientras que t ests bien, Margot, todo... todo...
Soy yo, pap dije, haciendo una mueca al sonido del nombre de
mi madre en los labios de mi padre. Soy Garet. Mam... mam no
est aqu.
Mi padre intent sonrer otra vez, pero otro dolor contorsion su
rostro.
Garet dijo. Con cada da que pasa te pareces ms y ms a tu
madre... entonces sus prpados se cerraron. El detective volvi con el
enfermero y un doctor, que examin a Roman y dijo que sus seales
vitales eran fuertes.
As que probablemente no hay peligro en que la Srta. James se
vaya por una hora? dijo Kiernan al doctor. Ella vive a slo unas
manzanas y necesito que vaya a la escena del crimen conmigo.
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El doctor no slo estuvo de acurdo, sino que tambin me urgi para
que saliera y tomara un poco el aire. Me asegur que la enfermera me
llamara a mi telfono mvil si haba algn cambio. En cuestin de
minutos, el detective Kiernan y yo estbamos en la calle, yendo hacia el
oeste hacia mi casa. S que se senta bien estar al aire libre. La
tormenta de ayer haba pasado dejando un cielo azul y aire fresco y fro;
el sol matutino haba disipado las ominosas sombras de la avenida. El
detective Kiernan no habl de Zach Reese otra vez durante nuestra
caminata. En lugar de eso, pregunt por las pinturas que haban estado
en la caja de seguridad.
Tendr que mirarlo en el inventario, por supuesto le dije. Pero
las recuerdo le hice una lista de cada pintura y su valor estimado,
terminando con los Pissarros.
Por supuesto el valor es un trmino relativo en el mercado del
arte, verdad? pregunt el detective Kiernan. Esos Pissarros no se
vendieron en una subasta. Eso debi de bajar su coste.
Slo te estoy dando el valor que la compaa de seguros asign
cuando la pliza actual fue renovada hace meses.
As que eso fue anterior a la recesin actual en el mercado.
Posiblemente las pinturas estn aseguradas por ms de lo que valen en
este mercado, podran estarlo?
Habamos llegado a los escalones de arenisca, pero la pregunta del
detective me trajo de vuelta. El seguro. Mi padre haba acabado de
asegurarme que las pinturas estaban aseguradas. Y la pasada noche,
antes de que se fuera a la cama, l haba dicho, Algo se nos ocurrir!.
Pero l no lo hara...? El detective Kiernan no poda pensar que mi
padre haba organizado el robo y ser disparado para cobrar el seguro?
l me estaba sonriendo, su rostro tan suave y tierno como una maana
soleada.
Me alej sin responder a su pregunta y sub las escaleras. Quera
estar dentro de mi casa el nico lugar en que siempre me haba
sentido segura y encima, ayer haba aprendido que ya no nos
pertenece realmente. Entr... e inmediatamente empec a temblar. La
presencia de esos tres hombres vestidos de negro era tan palpable que
pude sentirla como un peso en el aire. El detective Kiernan pas a mi
lado en el recibidor y fue a la cocina.
El laboratorio forense ha terminado aqu, as que puedes empezar
a limpiar los restos estaba diciendo l. Empec a seguirlo, pero me
detuve en la puerta; todava no estaba preparada para entrar en la sala
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donde le haban disparado a mi padre. Kiernan volvi, sosteniendo un
objeto en una bolsa plstica de evidencias.
Encontramos esto en el suelo. Lo reconoces?
S le dije. Es el revlver de servicio de mi padre de la Segunda
Guerra Mundial. Y no, no creo que est autorizada. Francamente, ni
siquiera creo que funcione.
Uhhuh dijo como si ya nada lo sorprendiera. Hay una cosa
ms. Dijiste que estabas en el recibidor cuando ellos pasaron a tu
lado?
S.
As que no estabas bloqueando la puerta principal?
No. no creo que a ellos les hubiese importado si yo lo estuviera
haciendo. No parecieron notarme. Fue casi como si no me hubiesen
visto me detuve, intentando recordar. Haba algo raro en sus ojos.
Pero el detective Kiernan no estaba interesado en los ojos de los
ladrones.
Hm... As que, por qu piensas que no salieron por la puerta
frontal?
Sacud mi cabeza.
No lo s... quiz teman que la polica estuviera de camino... o
quiz haba algo que queran en el piso de arriba.
Hay algo valioso ah arriba?
Algunos recuerdos de mi padre...
l vive en el segundo piso, verdad? Los ladrones no parecan
haber ido a su apartamento. Pero el tercer piso...
Yo estaba en las escaleras antes de que el detective Kiernan pudiera
finalizar su oracin. El pensamiento de que esos asquerosos ladrones
entraran en mi estudio y mi habitacin me haca sentir enferma. Sub a
toda velocidad los dos pisos, Kiernan a unos pasos detrs de m. Qu
haban hecho a mi estudio? Cuando llegu a la puerta abierta, pens
por un momento que un tormenta de nieve haba pasado por la
habitacin. El suelo estaba cubierto de blanco.
Me arrodill en el suelo y toqu uno de los copos. Estaba seco al
tocarlo y dej una mancha griscea en mis manos. Por supuesto, era el
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papel que haba salido de la caja plateada la noche pasada... slo que
estaba segura de que yo haba barrido todos los restos del papel y los
haba vuelto a poner en la caja. Luego haba cerrado la caja y la dej
sobre mi mesa de trabajo.
Cruc la habitacin en tres largas zancadas, el papel confeti
crujiendo bajo mis pisadas. Mi antorcha de soldar estaba tendida donde
la haba dejado anoche, pero la caja plateada no estaba.
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Captulo 4
Aire y Neblina
Traducido SOS por EvaMedina & SOS por pili
Corregido por MewHiine
Qu pasa? Falta algo?
Levant la vista de la mesa hacia el detective
Kiernan. Vi que un copo de papel estaba atascado en un
rizo de su cabello y que cay sobre su frente. El papel
estaba acumulndose en la habitacin, animado por una
corriente desde algn sitio.
Una caja plateada respond, mirando a mis alrededores por la fuente de la
corriente. Algo en lo que estaba trabajando la pasada noche.
Era de valor?
Realmente no lo s. No era ma describ cmo haba venido con la caja, tan
brevemente como pude.
No suena muy valioso si el joyero sencillamente te dej salir con l.
No, supongo que no pens en los smbolos azules que haba visto desplazarse
por la parte interior de la tapa anoche, pero ciertamente no le iba a decir al detective
policial sobre eso. Haba sido una ilusin ptica, eso era todo, un nuevo giro en mis
sntomas de migraa ocular.
Probablemente la agarraron al salir Kiernan apunt con un dedo. Lo mir,
confusa. Una puede pensar que usar ese gesto para indicar una persona haba ascendido
al cielo, pero los ladrones no haban muerto. Entonces levant la vista y vi lo que l
quera decir. La claraboya sobre nuestras cabezas haba sido destrozada. La librera de
metal contra la pared estaba inclinada ligeramente fuera de su lnea y piezas de las
sobras del metal haban sido tiradas a un lado. Los ladrones debieron haberla usado
Capitulo 4
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como una escalera hacia la claraboya y el techo. Pero tendrs que aadirlo a la lista
de artculos robados continu. Deberas dejar que el propietario lo sepa tan pronto
como sea posible.
Lo hara, slo que no s ni su nombre ni su direccin sintiendo
instantneamente haber admitido esto. Podra haber dicho que contactara al hombre
ms tarde. Ahora el detective me estaba mirando como si estuviera loca.
Lo s, suena a locura, pero tienes que entender que estaba distrada. Acababa de
tener malas noticias de nuestra oficina de abogados.
De verdad? El detective Kiernan sac su cuaderno y se sent en el filo de la
mesa de trabajo. Por qu no me cuantas sobre eso?
Una hora despus me las arregl para deshacerme del detective Kiernan, pero slo
porque el hospital llam para decirme que mi padre estaba despierto y preguntando
por m. Le dije a Kiernan que de verdad necesitaba unos minutos para m misma antes
de volver al hospital, y muy de mala gana abandon la casa de pueblo cuando
prcticamente lo empuj por la puerta. Luego, despus de que gir en la esquina ms
cercana, camin unos edificios hasta el St. Vincent's, maldiciendo para m misma por
dejar que el detective policial me lanzara el anzuelo con una completa revelacin de
nuestros problemas financieros. Verdad que l en algn momento averiguara lo del
prstamo, pero ahora cambiara de color la investigacin entera del robo. l se haba
centrado en qu conveniente, como segua diciendo, era que el dinero del seguro poda
ser usado para liquidar el prstamo, o algo de ste. Era claro que sospechaba que mi
padre haba orquestado el robo para tener dinero del seguro. Todo lo que necesitaba
ahora era descubrir que Roman haba sido arrestado por fraude al seguro una vez
antes.
Haba pasado hace once aos, cuando yo tena quince. Supe que el dinero era poco
porque tena que cambiarme de una escuela privada a una pblica un ao antes. Eso no
me import, haba entrado en LaGuardia y amaba el programa de arte all, pero odiaba
or a mis padres discutiendo por el dinero. Especialmente cuando oa a mi madre
quejarse de que Roman haba usado el dinero apartado para mi universidad para
comprar un Warhol de pantalla de seda de uno de los amigos de Zach Reese.
Lo vender por el doble de lo que pagu por l o a mi padre decir una
noche. Y Garet ir a Harvard si ella quiere.
Pero luego la Warhol Board haba denegado la autentificacin de la pantalla de
seda. Aseguraban que Zach Reese haba hecho copias de la pantalla de seda sin el
permiso de Warhol. Sin el sello de la aprobacin de la Board, la pieza no tena casi
valor. Tres das despus Roman recibi las noticias del Warhol Board de que la galera
haba sido robada. Unas pinturas de artistas menores fueron tomadas, pero el nico
artculo de valor robado era el Warhol, que haba sido asegurado por el precio de
compra. Cuando el mismo amigo de Zach Reese que le haba vendido la pintura a
Roman fue arrestado mientras intentaba vender la misma pintura a un coleccionista de
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arte japons, Roman tambin fue arrestado por conspirar a defraudar a la compaa de
seguros. El caso se hizo eterno por un ao, durante ese tiempo la reputacin de la
galera estaba casi destruida y mi madre muri en un accidente de coche. Su necrologa
sali en el Times el mismo da que el caso contra Roman James fue abandonado por
falta de pruebas. No llevara mucho al detective Kiernan escarbar en esa informacin.
De hecho, era raro que todava no supiera de eso.
A menos que ya lo supiera y estuviera esperando a que yo lo mencionara. Pareca
ms sospechoso no traer a colacin el otro caso? Pero entonces, por qu debera
mencionarlo? Los casos eran completamente diferentes. Despus de todo, a Roman le
haban disparado en este robo. Si l hubiera contratado a los ladrones, y la idea de mi
padre teniendo algo que ver con esos matones era impensable, seguramente ellos no le
hubieran disparado.
Casi podras decir que tena suerte de que le hubieran disparado.
Me amonest a m misma por el pensamiento mientras entraba a la habitacin de
mi padre. Luca encogido y anciano en la cama del hospital, su piel un amarillo
enfermizo contra los blancos vendajes sobre su hombro,