Lee Carrol - Black Swann Rising

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Libro 1 de la Saga Black Swan Rising.Cuando la diseñadora de joyas de Nueva York Garet James tropieza con una tienda de antigüedades extrañas en su barrio, su vida está a punto de ponerse del revés. John Dee, el enigmático tendero, le encarga la búsqueda de una caja de plata vintage por una generosa suma de dinero. Curiosamente, el símbolo de un cisne en la caja coincide exactamente con el anillo que le dio su madre fallecida. Garet no puede creer su suerte y en esta coincidencia extraña hasta que abre la caja y cosas sobrenaturales comienzan a ocurrir…

Transcript of Lee Carrol - Black Swann Rising

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    Libro 1

    Saga Black Swan Rising

    de

    Lee Carroll

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    Agradecimientos

    Moderadora de traduccin

    marthatithy1

    Staff de traduccin

    EvaMedina

    Emi_93

    Pili

    Krispipe

    Violet~

    Xiime~

    3lik@

    Isane33

    Mais020291

    Melusanti

    MewHiine

    Moderadora de correccin

    Violet~

    Staff de correccin

    Sttefanye

    Marthatithy1

    MewHiine

    Anaizher

    Judyher

    Alee Foster

    NinaPink

    Zipzap744

    Karlix

    Meellc

    Isane33

    Violet~

    Recopilacin

    Violet~

    Revisin

    MewHiine

    Diseo

    Nati Bell

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    Indice

    Agradecimientos

    ndice

    Sinopsis

    Captulo 1 La caja plateada

    Captulo 2 Un campo nevado en

    Francia

    Captulo 3 Los hombres sombra.

    Captulo 4 Aire y neblina

    Captulo 5 T y bollos

    Captulo 6 Fauces

    Captulo 7 Saint Lion

    Captulo 8 La torre de vigilancia

    Captulo 9 La mantcora

    Captulo 10 En la alegre

    Captulo 11 Rey de la Luz de la Luna,

    Prncipe de los Sueos

    Captulo 12 Desaparecer en la tierra

    Captulo 13

    Rey de las sombras

    Captulo 14 Un ojo errante

    Captulo 15 Vuelo nocturno

    Captulo 16 El tren a Tarascon

    Captulo 17 Los lcteos de diamantes

    Captulo 18 ngel de las aguas

    Captulo 19 La fuente

    Captulo 20 Delicuescencia

    Captulo 21 Los zapatos rojos

    Captulo 22 El recaudador

    Captulo 23 El asesor

    Captulo 24 The lovers eye

    Captulo 25 El camino equivocado

    Captulo 26 Transmigracin de tomos

    Captulo 27 El High tower

    Captulo 28 La habitacin mbar

    Captulo 29 El pas del verano

    Prximamente

    Sobre la autora

    Info. R y R

    Crdit

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    uando la diseadora de joyas de Nueva York Garet James

    tropieza con una tienda de antigedades extraas en su

    barrio, su vida est a punto de ponerse del revs. John Dee,

    el enigmtico tendero, le encarga la bsqueda de una caja de

    plata vintage por una generosa suma de dinero. Curiosamente, el smbolo

    de un cisne en la caja coincide exactamente con el anillo que le dio su

    madre fallecida. Garet no puede creer su suerte y en esta coincidencia

    extraa hasta que abre la caja y cosas sobrenaturales comienzan a

    ocurrir

    Esa noche, la preciosa caja de plata es robada. Cuando Garet comienza

    con la investigacin, ella comprende que ha sido arrastrada a una profeca

    de cientos de aos de antigedad, y la apertura de la caja ha liberado una

    fuerza maligna en las calles de Maniatan y del mundo en general.

    Gradualmente Garet empieza a juntar las piezas de su verdadera

    personalidad- una de la cual su difunta madre trat desesperadamente de

    protegerla. Generaciones de las mujeres de la familia de Garet, incluyendo

    su amada madre sufrieron y murieron en manos de este mal imperante.

    Posee Garet el poder de reclamar la caja y derrotar esta fuerza

    devastadora?

    En su camino, ella encontrar la gente de fantasa que andan

    desapercibidos entre los humanos y un vampiro atractivo quin resulta un

    gestor de fondos sobre quien no puede dejar de pensar. Pero las hadas

    revelan un deseo de dominar a la gente y el vampiro seductor tiene el

    poder de la vida de su cuerpo de acero.

    En quin puede confiar Garet para que la gue? Utilizando sus nuevos

    poderes adquiridos y su ingenio, Garet reunir todo lo que tiene para

    apagar el mal que se cierne sobre sus amigos, familia, Nueva York y el

    mundo entero.

    C Sinopsis

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    Agradecimientos de la autora

    os gustara agradecer a nuestros primeros lectores: Gary

    Feinberg, Harry Steven Lazerus, Wendy Gold Rossi, Scott

    Silverman y Nora Slonimsky, por su sabidura y percepcin.

    Agradecemos a Maggie Vicknair por nombrar cosas y

    preparar smbolos mgicos.

    A Ed Bernstein y Sharon Khazzam expresamos nuestra gratitud por

    su experiencia con respecto a la habilidad informtica de Ddraik y los

    diseos de joyera de Garet, respectivamente.

    Lauren Lipton nos dio comentarios excepcionales y exhaustivos que

    fueron tan inspirados como sus propias brillantes novelas lo son.

    Agradecemos a las Enclaustradas por dejarnos entrar a su biblioteca.

    A nuestro editor, Paul Stevens, que ha sido de crucial importancia por

    su fe en el proyecto y su perspectiva editorial astuta. A nuestros agentes,

    Loretta Barrett y Nick Mullendore, que han sido lectores soberbios y

    defensores enrgicos de Lee Carroll desde el principio.

    Nada podra haber sido posible sin nuestra amorosa y comprensiva

    familia.

    BLACK SWAN RISING

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    Captulo 1

    La Caja Plateada Traducido por EvaMedina

    Corregido por sttefanye

    unca haba estado en la tienda de antigedades antes.

    Esa era la primera circunstancia extraa. Conoca la Villa

    como la palma de mi mano. Crec en una casa de pueblo en

    la Villa Oeste, lo que acababa de saber era que estaba tan fuertemente

    hipotecada que incluso si mi padre y yo la vendamos, todava estaramos

    bajo una montaa de deuda. sa era la noticia, acompaada de una letana

    de nefastas circunstancias econmicas, que me haba dejado tan impactada

    y desorientada que haba caminado de vuelta desde la oficina de abogados

    en el bajo Manhattan aturdida. Ni siquiera haba notado la llovizna que

    haba empezado a caer o la niebla ondulando desde el ro Hudson.

    Slo cuando un repentino y violento aluvin me forz a agacharme en un

    portal me di cuenta de que estaba perdida. Mirando hacia fuera a travs de

    la cortina de lluvia, vi que estaba en una estrecha calle empedrada. Estaba

    demasiado lejos de ambas esquinas para ver una seal de calle a travs de

    la pesada neblina. En algn lugar de la Villa Oeste o Tribeca, quizs?

    Haba cruzado la calle Canal? Esta parte del pueblo haba cambiado tanto,

    se volvi tan moderna en los recientes aos que todo pareca diferente.

    Tengo que estar cerca del ro, pens. El viento estaba soplando desde el

    sur, llevando consigo el olor del Hudson y, ms all de la baha, el

    profundo Atlntico. En los fros das del otoo como ste, con nubes bajas

    oscureciendo la parte superior de los edificios y la niebla suavizando las

    puntas de ladrillo y granito, me gustaba imaginarme a m misma en un

    Manhattan ms viejo un puerto martimo holands donde comerciantes y

    N

    Capitulo 1

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    mercantes venan del Viejo Mundo para hacer sus fortunas, no el centro

    del mundo financiero en el filo del colapso econmico.

    Tembl, estaba empapada hasta los huesos y me volv hacia la puerta para

    ver si poda encontrar una direccin. Encontr, en lugar de eso, una mujer

    alta con ojos salvajes, mirndome, con su largo cabello negro colgando

    limpiamente en frente de su rostro plido, como un fantasma vengativo

    salido de una pelcula de terror japonesa. Era mi propio reflejo. Estaba

    bastante segura de que cuando sal de mi casa esa maana era una mujer

    de veintisis aos razonablemente atractiva, pero eso es lo que las malas

    noticias y la lluvia me haba hecho. Puse mi cabello detrs de mis orejas y

    me inclin para buscar una direccin, pero las doradas letras de la puerta

    haban estado desgastadas hace tiempo, dejando un brillante polvo dorado

    como un velo de mago y unas letras dispersas. La nica palabra intacta era

    neblina. Probablemente la ltima parte de boticario. Aunque ya no era una

    farmacia. Era una tienda de antigedades, eso estaba claro por el contenido

    de la ventana, plata georgiana, anillos de zafiro y diamantes, relojes de

    bolsillo de oro, todo precioso, pero un poco demasiado precioso para mi

    gusto. Echando un vistazo a travs de la puerta de vidrio, vi que la tienda

    en s misma pareca un pequeo joyero, las paredes de paneles de madera

    oscura, cajas de vidrio brillantes con lineado de terciopelo de color

    granate, una cortina de damasco del color del vino colgando detrs del

    mostrador pulido de caoba tallado en sinuosas curvas de nuevo arte. El

    hombre canoso que se sentaba detrs del mostrador miraba como si l

    hubiese estado sentado all tan cuidadosamente como una perla en un

    broche de nix. Estaba examinando algo con una lupa de relojero, pero

    entonces levant la mirada, un ojo grotescamente magnificado por el lente,

    y me vio parada en la entrada. Baj su mano hasta debajo del mostrador y

    presion un botn para dejarme entrar.

    Puedo pedir la direccin a la estacin del subterrneo ms cercana, pens

    mientras abra la puerta. Aunque no sera tan grosera como para hacerlo

    inmediatamente. Odiaba cuando los turistas metan sus cabezas en nuestra

    galera de arte para preguntar direcciones. Mirara por los alrededores

    primero, aunque dudaba que la tienda tuviese los anillos de sellos que us

    para mis moldes y que ya apenas compraba para m y no pareca como si lo

    fuera a hacer en un futuro cercano. Yo tena en mi dedo anular derecho el

    anillo de sellos plateado que mi madre me haba dado por mi diecisis

    cumpleaos. Gravado en la plata haba un cisne, cuyo cuello estaba

    encorvado y las alas extendidas como si estuviese a punto de alzar el vuelo

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    o en trminos herldicos, un cisne en alza. Envolviendo al cisne, inversas

    para que pudieran aparecer correctas cuando presionaba en la cera, estaban

    las palabras Rara avis in terris, nigroque simillima cygno.

    Un pjaro raro en la Tierra, como un cisne negro. Mi madre haba

    traducido para m. Eso es lo que eres, Garet, un pjaro raro. nico.

    Nunca dejes que alguien te haga pensar que tienes que ser igual que los

    dems.

    Alguien haba frotado su dedo sobre las palabras tan frecuentemente que

    apenas podan ser ledas, y delgadas grietas corran por el diseo, pero

    cuando haba presionado el anillo en cera caliente, la imagen y las palabras

    eran extraordinariamente claras. Mi madre, que haba trabajado como una

    aprendiz en Asprey's en Londres, me haba mostrado cmo hacer un molde

    desde la impresin de cera y lanzar un medalln por la marca del anillo, el

    mismo medalln que todava uso hoy, todos los das. Tantas personas

    preguntaron sobre el medalln que me haba ido fuera buscando ms

    anillos de sellos e hice ms medallones, que haba vendido a estudiantes y

    profesores de mi colegio y a clientes de la galera. Haba hecho suficiente

    para ponerme en un programa de diseo de joyera en FIT y para

    empezar una pequea compaa con un estudio en la planta de arriba de la

    casa de pueblo. Lo llam Cygnet Designs, por la palabra latina para cisne.

    Estaba yendo bastante bien cuatro aos despus, pero no gan lo suficiente

    para reembolsar la enorme deuda en la que mi padre haba incurrido.

    Cuntos de mis clientes se sentirn como si pudieran permitirse comprar

    pequeas baratijas como mis medallones, me pregunt mientras entr a la

    tienda. Cunto tiempo sobrevivir un pequeo y curioso negocio como el

    mo, o ste, si las cosas van realmente mal?

    Si el propietario de la tienda estaba ansioso sobre su expectativa presente

    de hacer una venta, no lo mostr. l continu jugueteando con el reloj que

    estaba arreglando mientras que yo exploraba las estanteras. Ellas tenan

    una extraa diversidad de mercancas. Haba relicarios abiertos para

    mostrar fotografas en sepia bajo el manchado vidrio, y broches con el

    cabello tejido del difunto. Muchos de los anillos y broches estaban

    adornados con urnas, sauces y palomas, todos smbolos tradicionales de

    luto. Un estante entero contena slo broches de ojos pintados. Haba ledo

    sobre stos en una clase de historia de la joyera. Eran llamados los

    broches del ojo del amante, un estilo georgiano que haba sido la moda por

    el Prncipe de Gales cuando encomend a su miniaturista de su corte que

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    pintara slo el ojo de su amante, para que nadie pudiera adivinar su

    identidad. Yo haba visto fotografas de ellos en libros y uno o dos en

    tiendas de antigedades, pero era desconcertante ver tantos ojos

    incorpreos en un lugar.

    Hay algo en particular que ests buscando?

    La pregunta fue expresada tan calladamente que por un momento pens

    que slo estaba en mi cabeza. No pude evitar responder, en mi cabeza. Una

    manera de salir de los problemas, muchas gracias. Pero en voz alta dije:

    Siempre estoy atenta a los viejos anillos de sello. Los uso en mis diseos

    de joyera. Mantuve en alto mi collar para que el hombre lo viera. l

    levant sus gafas magnificadoras y se inclin sobre el mostrador para

    conseguir verlo mejor.

    El momento en el que vio el diseo, baj las gafas y levant la vista. Sus

    ojos eran de un curioso tono de mbar, ms sorprendentes todava en un

    rostro profundamente bronceado rodeado de cabello blanco-nieve y una

    cuidadosamente recortada perilla.

    Eres por casualidad Garet James, la propietaria de Cygnet Designs?

    pregunt.

    Pues s dije, complacida por el reconocimiento. Haba tenido alguna

    buena prensa, pero no estaba acostumbrada a ser reconocida. sa soy

    yo. Estoy sorprendida de que un antiguo comerciante lo supiera.

    Me gusta mantenerme al corriente de los tiempos modernos dijo l.

    Cuando sonri, un milln de finas lneas abarcaron su piel profundamente

    bronceada. Tuve una idea de que l haba pasado tiempo en el mar,

    entrecerrando los ojos en el sol y la lluvia en el timn de un barco, pero

    eso era ms probable que sencillamente haya jugado demasiadas rondas en

    un curso de golf. Le una pieza en la revista de New York la semana

    pasada. Admiro la manera en la que haces uso de los viejos materiales para

    hacer algo nuevo. T eres una verdadera artista.

    Slo una artesana dije rpidamente.

    Ests siendo modesta.

    No, de verdad. S la diferencia. Haba crecido entre artistas, pintores

    y escultores y saba lo que significaba ser un verdadero artista, pero no

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    tena que decirle a este extrao todo eso o que la ltima cosa que quera

    ser era una artista.

    l entrecerr los ojos.

    He visto tus diseos en tu sitio web. Pero no creo que haya visto este

    particular diseo all.

    No. ste fue el primer medalln que hice... de este anillo. Tend mi

    mano para que pudiera ver el anillo de sello. Nunca lo he vuelto a

    reproducir.

    El joyero tom mi mano en la suya y la sostuvo arriba hacia su lupa para

    ver mejor el anillo. Sus dedos estaban fros y pulverulentos y l sujet mi

    mano por lo que pareca ms largo de lo necesario. Quiz estaba teniendo

    problemas para leer la cita.

    Las letras estn al revs. Dice: Un pjaro raro...

    Conozco la cita bastante bien dijo l, dejando caer mi mano

    abruptamente y levantando la mirada. De hecho, he visto esta insignia

    antes... espera... te lo mostrar.

    Antes de que pudiera objetar, el joyero se levant de su taburete. Era ms

    alto de lo que haba pensado y ms robusto. El largo y suelto crdigan que

    estaba usando haba disfrazado su corpulencia mientras que estaba

    sentado, pero cuando se levant l tena bastante presencia. Deba de

    haber estado cerca de la edad de mi padre, ochenta y pico, pero donde mi

    padre haba empezado recientemente a parecer frgil, este hombre pareca

    poderoso. Casi de modo desconcertante, como si el crdigan y el pelo cano

    fuera un disfraz.

    Se excus a s mismo y desapareci detrs de la brocada cortina granate.

    Me di otra vuelta por la tienda, pero realmente all no haba mucho espacio

    para dar vueltas y dondequiera que me pusiera esos ojos incorpreos

    parecan seguirme. En vez de eso, mir hacia fuera por la ventana

    empaada, a la calle resbaladiza por la lluvia. Por qu estaba an

    esperando? Ciertamente no tena intencin de comprar nada. No despus

    de las noticias que recib esta maana.

    El abogado de mi padre, Charles Chennery, haba desplegado todo por m

    en su directo, el ttanos de Connecticut. Hace cinco meses mi padre haba

    tomado una casa de $2.5 millones en lnea de crdito de acciones de una

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    empresa de Wall Street firm contra el valor de $4 millones de la casa de

    pueblo de la calle Jane Street. Lo haba usado para comprar muchas

    pinturas gangas, le haba asegurado a Charles que haban sido valoradas

    en $5 millones en la reventa. Pero eso fue antes de que el mundo

    financiero y el mercado de arte hubieran colapsado este otoo. Mucho del

    trabajo artstico an no se haba vendido en subasta, y lo que s, se haba

    vendido por mucho menos de lo que mi padre haba anticipado. Incluso

    ahora los prstamos bien avalados estaban siendo llamados

    prematuramente. Nunca nadie lee la letra pequea, me haba dicho

    Chennery sombramente cuando expres mi sorpresa de que los bancos de

    inversin podan hacer eso, y con el verdadero valor de la casa del pueblo

    bajando cada da, probablemente ningn acreedor correra el riesgo.

    Ciertamente, la empresa de Wall Street estaba amenazando con recuperar

    la casa y la galera en treinta das (el once de enero, me record

    mentalmente) si no pagbamos el prstamo. Chuck Chennery haba

    resumido varias maneras de reestructurar el prstamo, pero ninguna de las

    opciones haba sonado remotamente factible. Si reestructurbamos la

    deuda, tendramos ms tiempo para pagarla pero a una tasa de inters

    significativamente ms alto. Debamos $50,000 cada mes. De dnde

    conseguiramos esa cantidad de dinero en este mercado? Y si vendamos la

    galera para pagar el prstamo, de qu viviramos? Y dnde viviramos?

    La casa de pueblo era nuestro hogar tanto como nuestro lugar de

    negocios. Slo de pensar sobre eso me haca sentir mareada. No me

    extraa haberme perdido caminando hasta aqu.

    S, yo tena razn, el escudo en ste es casi idntico al que est en tu

    anillo y tu medalln. La voz del dueo de la tienda rompi la ruina

    financiera girando dentro de mi cabeza. De hecho, creo que debe ser del

    mismo escudo.

    Me volv y mir al objeto que el joyero haba tendido en lo alto de un

    retazo de terciopelo azul sobre el vidrio del mostrador. Era una caja

    plateada poco profunda, de longitud y anchura casi de la medida de mi

    MacBook de trece pulgadas, y tan deslustrada que incluso era difcil

    percibir los diseos grabados cuando me acerqu a l. Estaba sorprendida

    de que el propietario de una tienda tan meticulosamente limpia podra

    permitir que el objeto permanezca deslustrado. Ech un vistazo al diseo

    de la parte superior de la caja, buscando el escudo del que l haba hablado,

    pero la decoracin de la tapa era un patrn abstracto de valos

    concntricos.

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    El escudo est aqu dijo, apuntando al frente de la caja a lo largo de su

    unin, hasta el lugar donde debera haber estado un cierre o quiz sobre el

    cierre, estaba un rombo circular de plata sellando la tapa de la caja hasta

    su base. Sus bordes eran irregulares y resaltaban alrededor del permetro,

    exactamente como un charco de cera que ha sido acuado por un sello. De

    hecho, se pareca mucho a los medallones que yo hice con mis sellos de

    cera. Y luca exactamente como el sello de mi anillo: el mismo cisne

    flexionando sus alas, el mismo lema en latn, incluso... poda ser?

    Me inclin ms cerca a la caja y el joyero me tendi su lupa magnificente

    sin hablar. La levant hacia mi ojo derecho, alarmada por un hormigueo de

    energa elctrica que corri por mi ceja y pmulo, como si el metal hubiese

    recogido un cargo del joyero. Me encorv hasta que el sello se enfoc por

    el grueso lente. Finas lneas estaban impresas en el metal. Yo saba por

    experiencia que venan de las grietas en el sello que haca la imagen. Volv

    la vista al anillo de mi dedo y luego otra vez a la caja. Las lneas eran

    idnticas.

    Esto es asombroso. Me puse recta, con la lupa todava en mi ojo

    derecho, para mirar al joyero. El anciano se balanceaba en mi visin, los

    bordes de l borrosos y manchados como el resplandor del sol. Una nube

    de luces relucientes, como un enjambre de lucirnagas dejndose perder en

    la tienda, merodeaban sobre su cabeza. Baj la lupa y cerr los ojos para

    aclarar mi visin.

    Lo siento dije. Tengo...

    Destellos? Metamorfosea? pregunt el joyero, nombrando dos de

    los sntomas de una migraa ocular, un estado que haba sufrido desde mi

    adolescencia.

    Exacto. Debes ser un hombre paciente.

    Muchos de nosotros lo somos dijo enigmticamente.

    A qu se refera con nosotros? El hombre era definitivamente un poco

    extrao. Debera preguntar direcciones y salir de aqu. Ciertamente no

    tena intencin de comprar la caja. No es que no quisiera. De hecho, me

    senta como si la caja debiera pertenecerme. Cules eran las

    probabilidades de cruzarme con el objeto que haba sido hecho con el

    mismo anillo que mi madre me haba dado? Y en este da de todos los das

    cuando todo lo dems en mi vida pareca tan deprimente? Pero sa era

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    exactamente la razn por la que ni siquiera poda pensar en comprar un

    artculo tan superfluo, sera frvolo y tonto en tan terrible circunstancia

    econmica. An as... pude imaginarme puliendo la plata hasta que

    brillase... puse la punta de mi dedo en la superficie de la caja, imaginando

    el patrn confuso liberado de su caparazn de deslustrado... y estaba

    sorprendida de ver que las finamente grabadas lneas resplandecan azules.

    Me acerqu ms y vi con asombro como las incandescentes lneas se

    propagaban, oscilaban, se extendan desde la punta de mi dedo, como si la

    caja estuviera hecha de agua en vez de plata y mi toque hubiese sido la

    piedra lanzada que perturb su superficie.

    Alej mi dedo y las lneas se inmovilizaron y se volvieron desanimadas

    otra vez. Levant la mirada y vi que el joyero estaba mirando la caja.

    Lentamente, l levant su mirada. Parecan estar brillando con la misma

    luz incandescente que yo haba visto en la caja hace un momento. Su

    mirada era tan intensa que tena miedo de haber hecho algo malo. Daado

    la caja, quizs. Pero en lugar de llevarse lejos la caja, la empuj hacia m.

    Tengo una propuesta para ti dijo.

    Qu? pregunt, alarmada por la formulacin de su peticin.

    Me gustara hacer un intercambio l agit sus manos entre el sello de

    la caja y mi anillo. Estaban temblando. Cuando haba entrado en la tienda,

    sus manos haba sostenido las delicadas herramientas de un relojero sin un

    temblor, pero ahora sus manos se estremecan en el aire como alas de

    mariposas.

    Lo siento dije, temerosa de agitar ms al hombre. No entiendo.

    Realmente no tengo nada para intercambiar...

    Un intercambio por tus servicios. Junt sus manos y forz sus labios

    en una sonrisa educada.

    Qu servicios? Estaba repentinamente consciente de lo aislados que

    estbamos, solos en esta pequea tienda en una calle desierta, con la puerta

    frontal cerrada, con la abundante lluvia como una cortina de cadenas

    plateadas separndonos del resto de mundo. Estaba loco este hombre? Un

    brillo frentico estaba en sus ojos y l estaba retorciendo sus manos como

    si temiese que pudieran irse volando por su propia voluntad.

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    Ests soldando servicios. He visto lo fino del trabajo que haces con

    Cygnet Designs y tambin hacer esculturas metlicas, verdad? Yo creo

    que hiciste una exposicin en Chelsea el pasado ao... he estado buscando a

    alguien como t para este trabajo. Es bastante delicado, vers... Liber

    sus manos e hizo gestos hacia la unin de la caja. Not dos cosas. Que l

    no toc la caja y que sus uas tenan el mismo tono amarillo de sus ojos.

    La caja ha sido sellada por todas partes.

    Baj la vista hacia la caja y vi lo que quera decir. A lo largo de la unin,

    entre la tapa y la base, haba una fina lnea de metal, que, a diferencia de la

    plata de la caja, estaba sin manchas. Brillaba como mercurio fundido.

    Alguien haba soldado la caja para cerrarla, entonces acu el sello en ella

    como si la caja fuese una carta que slo deba ser abierta por el destinatario

    planeado. Y yo era la que tena el sello que combinaba.

    Esto es extrao.

    S, y bastante inconveniente. No puedo vender una caja que est sellada.

    Si t abres la caja, te dejar tener el sello y te pagar mil dlares.

    Eso parece un montn de...

    No por un trabajo tan delicado. Es valioso para m tener a alguien con

    tu habilidad para hacer el trabajo... y adems, creo que era el destino que te

    trajo hoy aqu, y quines somos nosotros para ignorar las oportunidades

    que el destino pone en nuestro camino?

    Quin, ciertamente? Despus de las funestas revelaciones financieras de

    esta maana, por qu no aceptar el nico regalo que el destino pareca

    dispuesto a darme hoy? Mil dlares no iban a resolver mis problemas

    financieros, pero poda yo permitirme rechazar algn ingreso extra?

    De acuerdo dije, tendiendo mi mano hacia la caja. Tenemos un

    trato. Yo abrir la caja esta tarde y te la devolver maana por la maana.

    El joyero levant la caja acunada en un pao de terciopelo azul, que era,

    ahora que lo veo, un saco de joyera. Cuando me la tendi, escuch que

    algo se mova dentro, un sonido crujiente como hojas de otoo removidas

    por el viento.

    Oh, y tambin me gustara tener los papeles que estn en su interior

    dijo mientras yo tom la caja. Era ms pesada de lo que esperaba. Baj la

    vista y vi que las lneas se movan otra vez. Debe ser un truco del diseo,

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    un truco visual. Pero en lugar de extenderse hacia el exterior, esta vez las

    lneas se enroscaban, se encrestaban y rodaban como las olas del ocano

    eran jaladas por la fuerza de la Luna. Por un momento, la sala estaba llena

    de aire salobre de marea baja. Me sacud a m misma para perder la ilusin

    y entonces, antes de que l pueda cambiar de opinin sobre darme el

    encargo o yo cambiase de opinin sobre aceptarlo, puse la caja dentro del

    saco de terciopelo y luego en mi amplio bolso de mensajero, mi bolso de

    Mary Poppins, lo haba llamado mi amiga Becky, agradec al joyero y sal

    hacia la lluvia.

    El momento en el que mi pie golpe la acera, un taxi apareci, su luz de

    vacante brillando por entre la niebla y la lluvia como un faro. Olvidando

    mi promesa de economizar, par al taxi y me hund con gratitud en el

    asiento de detrs. Le dije al conductor mi direccin de casa y cerr mis

    ojos para mantener a raya el fenmeno ocular que vena con mis migraas.

    Slo cuando el conductor fren en frente de mi casa de pueblo me di

    cuenta de que no haba tenido el nombre o la direccin del joyero o incluso

    ver en qu calle estaba la tienda. No tena idea de cmo le devolvera la

    caja despus de abrirla.

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    Captulo 2

    Un campo nevado en Francia

    Traducido por Emi_93 Corregido por sttefanye

    pesar de que la galera estaba cerrada, Maia, la recepcionista,

    an estaba all. Extraamente, ella pareca estar trabajando ms

    horas y ms enrgicamente ahora que slo podamos pagarle

    directamente tres das de la semana. El estatus de consultora que se le

    haba ofrecido, con un pequeo porcentaje de las ventas, en lugar de dos

    das de salario, pareca mucho ms de su agrado, incluso a pesar de que no

    ocultamos el riesgo de recesin para la supervivencia de la galera.

    Quiero que sepas que Pisarros regres de Sotheby dijo ella, mientras

    se enfundaba en un abrigo de brocado gris perla que pareca que poda

    haber sido usado por una cortesana de Restauracin, slo previsiblemente

    sin una minifalda de terciopelo y cachemira y botas UGG. El seor

    James me acept en la oficina, pero no estoy segura de que l haya tenido

    la oportunidad de ponerlos en la caja fuerte El seor Reese vino casi a la

    misma hora.

    Con una botella de Stolichaya, sin duda. repliqu. Zach Reese era uno

    de los amigos ms antiguos de mi padre, y un artista abstracto cuyas

    pinturas se haban vendido en los tempranos 80s. An se venden bien,

    solo que Zach no se detena a pintar nada estos das. l prefiere sentarse

    en la parte trasera de la galera de su amigo y rememorar los das de gloria

    de Basquiat y David Hockney. Cul es la ocasin esta vez? pregunt.

    Una fiesta de bienvenida para los Pisarros dijo Maia, poniendo los

    ojos en blanco. Es tan malo que no se hayan vendido agreg ella.

    Pero ya sabes lo que dicen de las escenas nevadas

    A

    Capitulo 2

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    Ellas no se venden en una Recesin. Hablando de eso, algo de trfico?

    Slo un par de matronas de Long Island matando el tiempo despus de

    la venta de Marc Jacobs. Pasaron todo el tiempo comparando sus nuevas

    economas: sobornando a su colorista a venir a su casa a una fraccin del

    costo saln y limitando a sus hijas a un bolso de Marc Jacobs cada una.

    Guau, las cosas realmente estn difciles ahora! Me fuerzo a rerme a

    pesar de que incluso la idea de unas matronas de Long Island reduciendo

    me hizo ponerme un poco enferma. Hice un activo negocio en pendientes

    con monograma en las vacaciones y para los dulces diecisis,

    confirmaciones, y bat mitzvahs durante todo el ao. Me asegurar de

    que los Pisarros queden encerrados. Gracias por esperar por m.

    No hay problema. Me voy a mostrar a la Tejedura de todas formas, y

    tena algo de tiempo libre. Ten una buena semana.

    Segu a Maia a la puerta principal y la cerr con dos llaves despus de su

    salida. A continuacin atenu las luces y program la alarma para Noche,

    activando los sensores de movimiento. Entonces me met en el estrecho

    corredor que se abra a la escalera de la casa de campo y entr en la oficina

    trasera. Mientras cerraba la puerta que da a la galera con llave detrs de

    m, pude or la risa histrica de Zach Reese.

    Entonces l dijo orinaste sobre eso, ahora lo compras, y le pas la

    factura. Es una vieja historia de los primeros das de Zach en la Fbrica

    Warhol y un Zach sacado a entretener a Roman en malas pocas.

    Usualmente esto haca rugir a mi padre, pero esta noche el nico sonido

    que vino desde la galera fue la amplia carcajada del medio oeste de Zach

    Reese.

    Mi padre levant la mirada mientras yo entraba en la oficina y vi, por la

    tensin en su mirada, que me estaba esperando. l no ha estado comiendo

    bien, pens, notando las profundas cavernas bajo los huesos de sus mejillas

    y el brillo frentico en sus ojos oscuros, ni durmiendo bien. No me imagin

    teniendo padres ms viejos, Roman tena 56 cuando yo nac, y mi madre

    tena 45, porque Roman era tan vital y mi madre bueno, ella nunca

    pareci tener ms de treinta hasta su muerte, a los 61. La casa siempre

    haba estado llena de artistas y escritores que mi madre haba alimentado y

    entretenido. Pero desde que ella haba muerto haca diez aos en un

    accidente de auto, yo me haba preocupado ms por la salud de mi padre.

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    La mayora de la familia de Roman haba muerto en Polonia durante la

    guerra, y mi madre haba sido desligada de los suyos en Francia, desde la

    guerra tambin. Roman era toda la familia que yo tena en el mundo.

    Estaba arrepentida ahora por haberle hecho esperar toda la tarde. Debera

    haber vuelto para la reunin con l cuando pude, en lugar de haraganear

    sin rumbo por la ciudad, detenindome en locales de antigedades y

    hablando con excntricos joyeros mientras Roman esperaba para or lo

    malas que eran las noticias.

    Saluden a la herona que regresa! Zach Reese levant un vaso de

    vidrio lleno de un claro lquido que se sacudi en sus temblorosos dedos.

    Tenamos miedo de que hubieras sido absorbida por los dioses de la

    riqueza. Sacrificada en un altar en la Iglesia Trinity a los Scubos de la

    Hipoteca y la Avaricia Reprimida.

    Han ido demasiado lejos dijo Roman con una sonrisa tensa. l pas

    una nudosa mano por su calva, un gesto que reconoc como un signo de

    estrs. Pensamos que el banco estara tomndote como un inters por el

    prstamo.

    Si yo solo fuera tan valiosa dije, rechazando la oferta de Zach por un

    trago y yendo hacia la estufa para encenderla. La oficina trasera estaba

    opuesta a la oficina delantera donde vemos a los clientes. Era la vieja

    cocina de la casa de campo. Sus gabinetes guardan archivos y material de

    oficina en lugar de platos y vajilla, y la despensa haba sido transformada

    en una caja fuerte de hierro a prueba de fuego, con una cerradura y sistema

    de alarma. Not que la puerta de la caja fuerte estaba abierta y las escenas

    nevadas de los Pisarros, desempaquetadas de sus cajas, haban sido

    apoyadas en dos sillas de la cocina. Haban sido posicionadas de tal forma

    que bloqueaban las ventanas y las puertas francesas que daban al jardn

    trasero, reemplazando la vista de la lluviosa Manhattan con cristalinas

    extensiones de campos nevados. Por qu las escenas nevadas no se

    venden durante la recesin? Si tuviera el dinero, comprara los Pisarros

    para m. Me parara en esa serena expansin de nieve teida de malva

    justo ahora si pudiera.

    El silbido de la tetera me sac de una fantasa juvenil de ser capaz de

    entrar en una pintura favorita. Pas una gran parte de mi infancia

    sondome en los campos de Van Gogh de los girasoles y las sucias

    escenas callejeras de Dutch. Agarr una cucharada de t ruso y lo

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    espolvore sobre el agua caliente. Llev la infusin a la mesa, poniendo

    una cubre tetera a rayas blanca y azul bajo ella, y dos tazas.

    As que, qu tan malo es? pregunt Roman mientras verta su t y le

    pasaba una taza.

    Hablaremos ms tarde dije, dirigiendo mis ojos a Zach.

    Uh-oh. Puedo ver que estoy en el medio de una confabulacin de familia.

    Mejor me ir. Uno de mis estudiantes tiene una inauguracin, as que ir a

    ver. Se tambale sobre sus pies, seis y dos pulgadas de puro material de

    granja sueca se tambalea, manchada con pintura Doc Martens. Incluso

    aunque hace veinte aos que no termina una pintura, sus ropas siempre

    tienen manchas de pintura, pens, mientras me colocaba entre l y los

    Pisarros. No estaba segura de que l pudiera incluso sostener un pincel

    quieto con los temblores que siempre tena en las manos.

    Deja a esas chicas universitarias en paz, Zach dije, moviendo mi

    cabeza para recibir un beso del to en la mejilla. No es justo para los

    chicos universitarios.

    Ms tarde, Jashemski le dijo a mi padre, usando el nombre que mi

    padre se haba cambiado cuando lleg a este pas. Segu a Zach por el

    corredor hasta la puerta principal y la asegur detrs de l.

    Cuando regres a la cocina, mi padre estaba sorbiendo su t. Los Pisarros

    se haban ido y la puerta de la caja fuerte estaba cerrada, pero l an estaba

    mirando al lugar donde estaban.

    El ao pasado se hubieran vendido por seis millones cada uno dijo.

    Incluso despus de la crisis del 87, nosotros movimos el inventario.

    Tengo la impresin de que las cosas pueden ser diferentes del 87, pap.

    Me sent y envolv mis dedos en torno a la taza de t, pero bien podra

    haber estado en ese campo cubierto de nieve en Francia por lo poco que el

    calor penetr en el fro que sent en lo profundo de mis huesos.

    Dos horas despus sub por las escaleras, exhausta de mantener una falsa

    fachada de optimismo. Esboc el plan de restructuracin del prstamo que

    Chuck Chennery nos haba ofrecido en nuestro ltimo viaje. Mi padre

    pareci aceptarlo, pero aunque lo hubiera hecho, si la economa continuaba

    empeorando no tenamos ni una posibilidad de salir de las deudas. l an

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    haba conservado el optimismo de un jugador empedernido durante toda

    nuestra conversacin.

    Algo se nos ocurrir! me grit despus, mientras lo dejaba en la

    puerta de su apartamento en el segundo piso.

    Para cuando llegu mi estudio en la tercera planta, sent que todo mi

    cuerpo haba sido fundido en metal. Me pas la correa de la bolsa de

    mensajero por encima de mi cabeza, dejndolo caer gratamente en el piso

    de madera y escuch un duro golpe.

    La caja de plata. Me haba olvidado completamente de ella. Pens en

    mostrrsela a mi padre, pero haba habido demasiados detalles monetarios

    como para ir a eso. l haba cambiado en objetos decorativos algunas cosas

    de despus de la II Guerra Mundial, y posiblemente pudiera fecharla.

    Ciertamente no pude.

    Alc la caja, an enfundada en su saco, fuera de mi bolso y la llev a mi

    mesa de trabajo, que estaba al final del cuarto, cerca de las ventanas del

    piso al techo, inclinada sobre el tragaluz que daba al jardn. Durante el

    da, la luz entraba por las ventanas encaradas al sur, haciendo que se

    convierta en el espacio de trabajo ideal. Un viejo escritorio de secretaria

    puesto en una pequea alcoba a la derecha de la mesa; a la izquierda, una

    alta estantera de libros sostena mis suministros de joyera y el trozo de

    metal que recolect de mis esculturas de metal. Una de esas esculturas, un

    dragn de seis pies de largo, hecho de restos de metal y eslabones de

    cadena, colgaba de un gancho en el techo. Durante el da, sus ojos de faro

    rojos recogan la luz y brillaban maliciosamente con picarda, pero esta

    noche l emiti una sombra creciente contra las ventanas mojadas por la

    lluvia, lo que me hizo sentir un poco inquieta.

    Encend las lmparas de trabajo de gran potencia en ambos lados de la

    mesa. La fuerte luz inmediatamente realz lo que haba dejado pasar en la

    tienda, un patrn de formas de plata y oro cosido en el terciopelo azul,

    crculos, tringulos, y lunas crecientes embellecidas con curvas y

    garabatos.

    Las formas lucan vagamente familiares.

    Me di la vuelta hacia mi escritorio, abriendo mi laptop, y golpe el

    encendido. Mientras esperaba a que la pantalla volviera a la vida, deslice la

    caja fuera del saco y pas mis dedos sobre cada fino patrn de valos

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    concntricos. Las lmparas de alta intensidad realzaron un tono azulado

    en las lneas, una incrustacin de esmalte delicado, tal vez. Tuve cuidado

    de no daarlo mientras abra la caja.

    Fui de la caja a la laptop, puse mis dedos en el teclado y retroced

    mientras las chispas volaban desde mis dedos. La pantalla centelle y la

    laptop emiti un bajo maullido que son como un gato Siams en celo.

    Maldicin! Mov la cabeza en el aire y mir la pantalla de la computadora

    regresar a mi pgina de inicio. Me acerqu a la mquina de nuevo con

    cautela, con cuidado de tocar el teclado. No hubo sorpresa esta vez. Tipi

    en Smbolos.Com y entr a los parmetros de los signos en el pao con un

    nico eje, simtricos, abiertos, rectos y de formas cambiantes, lneas

    cruzadas, entonces presion BUSCAR SIGNOS. Un cmulo de smbolos

    apareci. Hice clic en uno que pareca unos de los signos en el pao, un

    crculo vuelto del revs con una lnea vertical que era cruzada por dos

    lneas horizontales y obtuve esta descripcin: Uno de los signos para la

    amalgama usado en la alquimia y qumica temprana. Las amalgamas son

    aleaciones hechas de combinar mercurio con otros metales,

    preferiblemente plata.

    Por supuesto, yo haba visto el smbolo en una de mis clases de metalurgia.

    Tipi alquimia en Google y entonces hice clic en la pgina de Wikipedia.

    All le que alquimia era una palabra derivada del rabe que significaba el

    arte de la transformacin, que la palabra qumica vena de ella, y que

    histricamente era mejor conocida como la bsqueda de convertir el metal

    en oro. Me desplac por una lista de alquimistas famosos, entonces hice

    clic en un link hacia una lista de smbolos alqumicos.

    Mirando arriba y abajo entre la pantalla y el pao, identifiqu los smbolos

    de la plata, oro, cobre y plomo, algunos de los planetas, estaciones y los

    cuatro elementos: tierra, aire, fuego y agua. Era el joyero de pelo blanco

    un alquimista? No me sorprendera mucho. El negocio de la joyera estaba

    lleno de excntricos y romnticos. Yo conoc a ms de unos pocos en mis

    clases en la FIT, profesores y estudiantes que estaban intrigados con el

    antiguo y mstico estudio de los elementos naturales. Estos devotos estaba

    focalizados en encontrar cules de esos procesos eran an usados en la

    metalurgia moderna. Y quin en estos tiempos no querra encontrar un

    sistema para conocer el secreto de convertir plomo en oro? Pero a menos

    que descubra esa habilidad pronto, necesito cada centavo que pueda

    encontrar. Le promet al joyero llevarle la caja abierta maana. Con un

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    poco de suerte, l se pondra en contacto conmigo cuando se diera cuenta

    de que no me haba dado informacin de contacto. Y si no, slo tena que

    recorrer el Pueblo Oeste y Tribeca hasta encontrar el local. Mientras

    tanto, yo poda tener el trabajo bien hecho.

    Fui a mi habitacin, un pequeo cuarto escondido bajo el techo

    fuertemente inclinado y me cambi rpidamente de falda y blusa, no poda

    ir a la oficina del abogado con vaqueros viejos, sudadera y botas de piel

    gruesa. Haba aprendido desde el principio en mis clases de joyera y

    soldadura que una chispa puede arruinar una camisa favorita y quemar a

    travs de tejidos delicados a la piel. Mis ropas de soldadura estaban

    marcadas con agujeros quemados y ola a gas, metal y ceniza. Me sent

    ms como yo misma al instante de estr en ellas.

    Me at el pelo en una cola de caballo, fui al estudio y encend la radio, la

    que siempre estaba en el dial de WROX, la estacin de rock alternativo

    que me gustaba escuchar mientras trabajaba. La sedosa voz del DJ de

    noche, su show se llamaba el vuelo nocturno con Ariel Earthart, siempre

    me relajaba. Sonre mientras una cancin de London Dispersion Force

    sonaba. Mis dos mejores amigos estaban en la banda y yo estaba feliz de

    que les concedieran el tiempo en el aire. Era una nueva cancin, llamada

    Trovador.

    Los trovadores escriban canciones para sanar corazones rotos.

    Cant Fiona, la voz principal. Para dejar que sus amores supieran de su

    interminable dolor.

    Configur la antorcha de soldadura mientras me balanceaba al ritmo,

    sintiendo una calma actuando sobre m que no haba sentido durante todo

    el da. Gracias a Dios por el trabajo, pens, tirando de los guantes gruesos

    y del dibujo de la caja hacia m. Ahora, cmo diablos voy a abrir esta cosa

    sin daarla?

    Reexamin la lnea de metal que sellaba la caja. Dado que los bordes de la

    caja estaban ilesos, tuve que asumir que el metal de la costura era ms

    suave que la plata de la caja, de lo contrario, la plata se habra derretido

    cuando la caja estaba sellada. Lo mismo sucedi con el sello que haba sido

    colocado sobre el cierre. As que si poda calentar el sellador, debera ser

    capaz de deslizar una hoja a lo largo de la lnea y debajo del sello. Escog

    una hoja de acero y la mejor boquilla del soplete de soldadura y ajust los

    niveles de acetileno y oxgeno. Cuando tena todo en su lugar, baj una

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    visera sobre los ojos y apunt con la linterna a la lnea de metal. Al

    principio no hubo ningn cambio discernible.

    Si el sello de la caja se compona de plomo, debera haber empezado a

    fundirse ya. Debe ser algn otro compuesto. Ajust el nivel de la llama.

    An no haba cambio.

    Vamos le susurr al metal, el aliento empaando mi visera. No seas

    una perra. Como respondiendo a mi voz, la faja de metal debajo del

    punto antorcha se suaviz y brill como una cinta brillante. Estaba

    empezando a derretirse.

    Que buena chica susurr. Corr la antorcha a lo largo de la lnea de la

    caja hasta que el sello de metal comenz a burbujear. Con mi otra mano

    insert la hoja de acero entre la tapa y la base y recorr todo el camino

    alrededor de los tres lados de la caja y luego por debajo de la insignia

    redonda. El metal alrededor del sello empez a brillar, entonces el rombo

    entero resplandeci de blanco a excepcin de la figura de la cra de cisne

    en el centro. Se mantuvo negro contra el blanco brillante, como la silueta

    de un cisne negro saliendo de una piscina iluminada por el sol brillante.

    Por un momento, podra haber jurado que escuch el sonido de las alas

    batiendo el aire, y luego algo apareci y envolvi la luz blanca y me ceg.

    Era una luz que yo casi pude sentir. Una energa que hizo vibrar mis

    huesos, mi sangre hormigue, y cada cabello de mi cabeza se puso de

    punta. Era como saltar a un lago helado en verano o pararse en un bao

    caliente lleno de la efervescencia de las sales de bao o no, no era como

    nada que hubiera sentido antes. Era como estar verdaderamente viva por

    primera vez. Supe al instante que si llegaba vivir despus de esto, pasara

    el resto de mi vida tratando de duplicar la sensacin.

    Cuando la luz se desvaneci, mir hacia mis brazos y piernas casi

    esperando ver marcas de quemaduras, pero nada estaba ni siquiera

    chamuscado.

    Ests bien, ests bien dije una y otra vez mientras me tante. Escuch

    el fantasma de la voz de mi madre en las palabras. Es lo que me deca

    cuando me caa o me golpeaba la cabeza con algo. Ests bien repet,

    tratando de frenar mi acelerado corazn. Nada result herido, ni siquiera...

    mir la caja y mi corazn se estremeci a un alto.

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    Estaba abierta. Una columna de humo azul se levant de su interior, se

    desvi hacia el techo, y se enroll alrededor del dragn de metal en el aire

    como una segunda serpiente de aire. Mezclados con el humo haba copos

    de holln revoloteando en el aire. Pero lo que detuvo mi corazn fue lo que

    vi dentro de la caja en la parte inferior de la tapa. Formas azules brillaban

    contra el blanco fundido de la plata, las formas que se movan como iconos

    de desplazamiento a travs de una pantalla de ordenador.

    Me acerqu y le tend una mano temblorosa enguantada para tocar el

    interior de la tapa. Una luna creciente azul se transform en un crculo

    dividido en dos por dos lneas cruzadas y luego cambi a un tringulo con

    un punto en el centro. Un ojo al revs se convirti en la letra Z, el nmero

    7, entonces en algo que pareca un paramecio. Cerr los ojos, esperando

    desesperadamente que cuando los abriera la ilusin se hubiera ido.

    Cuando haba desarrollado los sntomas de la migraa ocular a los

    diecisis aos, al principio pens que me estaba volviendo loca. Crecer en

    una casa frecuentada por artistas, no pude dejar de or hablar de los que

    haban ido al lmite. Vivir en ese borde que pareca ser a la vez el don y la

    carga de ser un artista. Y no era mi madre quien siempre me dijo lo

    talentosa que era? Significaba eso que yo, tambin, tena el potencial de

    deslizarme sobre el borde del mundo racional hacia la locura? Haba sido

    un alivio colosal cuando el oculista me dijo que los destellos de luz, de

    bordes irregulares, puntos ciegos y coronas borrosas eran normales. Pero

    y si se haba equivocado? Y si esos sntomas eran slo el principio y

    ahora me estaba volviendo loca?

    Abr los ojos. Los smbolos se haban ido. La caja haba pasado del blanco

    de nuevo a la plata. Plata pulida. No haba ni un rastro de empaado en

    ella. Bueno, pens, la tapa haba sido tratada con algn tipo de producto

    qumico. Los smbolos fueron raspados en cada capa de modo que pareci

    que la caja se calentaba y luego se enfri de la misma forma que el zumo de

    limn se hace visible en el papel cuando se mantiene a una llama.

    Sintindome un poco mejor con la explicacin, me quit la visera y

    guantes y toqu el metal. Estaba un poco caliente, pero no demasiado

    caliente al tacto. La levant y mir dentro.

    La caja estaba vaca.

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    Volv a mirar los copos flotando en el aire. No eran holln, como haba

    pensado al principio, eran restos de papel carbonizados. Los documentos

    que estaban en la caja se haban encendido cuando se abri de golpe

    Cmo la haba abierto? Un fragmento, que haba resbalado por el lado de

    la caja, contena un script adornado arcaico que no poda empezar a leer

    ahora mismo con mi visin borrosa y con las manos an temblndome tan

    duramente. La nica parte que poda ver era la firma Will Hughes, en

    grande con una elaborada floritura justo debajo de la impresin del sello

    de cera de la insignia del cisne. El resto de lo que haba papeles en la caja

    haba sido reducida a confeti, copos de plumas en tonos plidos de blanco y

    malva, convirtiendo la mesa de trabajo en ese campo cubierto de nieve en

    Francia que Pissarro haba pintado ms de un siglo atrs.

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    Captulo 3

    Los Hombres Sombra

    Traducido por EvaMedina

    Corregido por marthatithy1

    espus de limpiar el confeti y almacenarlo en una caja para

    poder mostrrselo maana al joyero en lo que se haba

    convertido su contenido, cerr la tapa y la dej en la mesa de

    trabajo. Consider ponerlo en la caja fuerte donde guardaba

    mis provisiones de oro y plata, pero la casa entera estaba alarmada. No

    haba razn para apartarlo a menos que mi verdadero motivo fuera

    mantenerme a salvo de eso... y eso era sencillamente tonto.

    Aunque me llev conmigo un gran trozo de papel y el sello de plata

    que saqu de la caja a mi habitacin, porque quera mirarlos otra vez

    cuando mi visin se aclarase. Los puse en mi mesa de noche mientras

    me desvesta. Las alucinaciones visuales estaban disipndose y no me

    haba chamuscado a m misma, pens mientras gateaba debajo de las

    sbanas y me abrazaba a m misma para parar de temblar. La extraa

    sensacin que haba sentido cuando la luz destell... bueno, eso fue

    algn tipo de carga elctrica una sacudida, nada ms. Y los temblores

    que senta ahora eran de la fatiga. Haba sido un largo da. Antes de que

    apagase la lmpara de al lado de la cama, me saqu el medalln que

    haba hecho cuando tena diecisis aos (usualmente dorma con l

    puesto) y recog el sello que haba salido de la caja para que pudiera

    mirarlos uno al lado del otro. S, eran casi idnticos, pero por ah deba

    de haber muchos anillos hechos con ese sello. No significaba nada. Era

    agradable haber encontrado un smbolo que me recordase a mi madre.

    Casi como un mensaje de ella. Me qued dormida con el sello en mi

    mano, mis dedos trazando forma del cisne batiendo sus alas.

    D

    Capitulo 3

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    En mi sueo yo estaba en el filo de una piscina redonda. El sol

    estaba bajo en la costa opuesta, ponindose detrs de una vieja torre de

    piedra y volviendo el agua en una sbana brillante de oro fundido, tras

    de la cual nadaba un cisne negro. La escena era serena, pero de alguna

    manera saba que algo horrible estaba a punto de pasar. El pjaro

    tambin lo sinti. El cisne negro estir hacia delante su largo cuello,

    extendi sus alas y empez a tomar vuelo. Mientras que el cisne

    estiraba su cuello, vi que una cadena plateada con un dije pesado

    descansaba sobre sus plumas del pecho. Entonces, justo cuando las

    puntas de las alas del cisne despejaban la superficie del agua, ment

    que algo pasaba zumbando por mi oreja, y luego un grito angustiado

    desgarr la todava quieta superficie dorada del lago. El aire se volvi

    oscuro con las plumas negras mientras que un minuto estaba mirando

    de la costa, al siguiente estaba en el agua... y luego ya no era ni yo

    misma. Yo era, para horror mo, el cisne herido. Y yo estaba haciendo

    ese grito horrible, un sonido como de las trompetas del Da del Juicio.

    Fue el estruendo de la trompeta el que me despert.

    Slo me llev un segundo identificar el verdadero sonido cuando la

    alarma de la galera dos pisos abajo un sonido que hizo que mi sangre

    se congelase. En un segundo estaba levantada, ponindome los jeans,

    sudadera y botas de trabajo que tena al pie de la cama. Uno ms y

    estaba en rellano mirando hacia abajo por el agujero de la escalera.

    Escuch que la puerta del piso de abajo se habra y vi el cuero

    cabelludo calvo de mi padre aparecer en la barandilla.

    Pap! grit sobre el insistente sonido de la alarma.

    Probablemente slo es una falsa alarma. Espera a que venga la polica.

    pero l no poda orme o eligi no hacerlo. Corri escaleras abajo, su

    bata roja de cachemira inflndose libremente con el aire ascendente

    desde el primer piso.

    Lo que significaba que la puerta frontal estaba abierta.

    Fui tras de l, mi corazn palpitando con miedo mientras tomaba

    los escalones de dos en dos. Roman tena una pistola en su mesa de

    noche, un recuerdo de la Segunda Guerra Mundial. Haba sido lo

    suficientemente tonto como para agarrarla?

    A mitad de camino del segundo piso, escuch un grito, la voz de mi

    padre, y luego un disparo. Salv el segundo piso en dos saltos y aterric

    en el primer piso sobre mis rodillas. Ignorando el dolor, continu hacia

    la puerta de la cocina, que estaba totalmente abierta al final del pasillo.

    Llegu a la puerta en dos saltos largos y torpes... y luego me congel en

  • Pg

    ina2

    9

    el umbral. La escena del interior era tan estrafalaria que pens por un

    momento que finalmente haba conseguido mi sueo de la infancia

    escurrirme en una pintura: un trabajo surrealista de Dal o de Chirico.

    All haba tres hombres, todos vestidos en idnticos sweaters de

    cuello alto negros, pantalones negros, guantes negros y mscaras de

    esqu negras. Ellos podan haber sido sombras de hombres en vez de

    hombres. Uno estaba arrodillado al lado de bulto de ropas rojas en la

    puerta abierta de seguridad, usando una navaja para cortar el lienzo de

    un marco de pintura. Cuando termin, se lo tendi al segundo hombre,

    quien lo enroll en un tubo apretado y lo se lo tendi al tercer hombre,

    quien lo puso en una larga bolsa alargada, la que, not con un

    mareante sentido de lo absurdo, era una bolsa de colchoneta de yoga.

    Casi podra haberme redo. Salvo que baj la vista y vi que el bulto de

    ropa roja en el suelo al lado de las puerta segura era, de hecho, mi

    padre, con su bata roja extendida a su alrededor y sangre manchando

    el cuello blanco de la parte de arriba de su pijama.

    Hice algn tipo de sonido entonces y todos ellos levantaron la vista.

    Todos levantaron sus cabezas hacia m en el mismo exacto momento.

    Tenan sus ojos fijos en m por lo que pareci una eternidad, lo

    suficientemente largo para que una docena de pensamientos corrieran

    por mi cabeza. Deba correr? Pero cmo podra dejar a mi padre?

    Estaba muerto mi padre? Me mataran? Y, estoy avergonzada de

    admitir, cmo saldramos de la deuda ahora si se llevan todas nuestras

    pinturas?

    Todos ellos apartaron la vista al mismo momento. El hombre que

    haba estado cortando los lienzos cerr la navaja y se puso de pie. El

    segundo hombre cerr la puerta de la caja de seguridad y el tercero

    cerr la bolsa de colchoneta de yoga y le levant. Entonces caminaron

    hacia m.

    Me presion contra la pared del vestbulo, repelida por el

    pensamiento de que uno de ellos tocndome, pero no poda correr; tena

    que llegar a mi padre. Los hombres sombra caminaron en fila a mi lado

    como si yo no estuviese all. Un hedor picante llen el recibidor

    mientras ellos pasaban huevos podridos y cenizas y se meti por mi

    nariz y mi boca, llenando mis pulmones. La entrada se oscureci

    cuando pasaron, como si las sombras de las esquinas se extendieran

    para encontrarse con ellos, y luego giraron por la escalera y empezaron

    a subir las escaleras.

  • Pg

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    0

    Tan pronto como pasaron a mi lado, yo corr hacia mi padre y me

    arrodill a su lado, buscando pulso en su cuello y quitando la bata para

    encontrar el agujero de bala.

    Estaba debajo de su clavcula izquierda, una pulgada por encima de

    su corazn. Al menos, yo esperaba que fuera por encima de su corazn.

    Sent un dbil y trmulo pulso contra mis dedos. Me levant slo los

    suficiente para agarrar el telfono inalmbrico de su cargador en la

    pared y tir de la servilleta de tela de debajo de la tetera que yo haba

    dejado sobre la mesa. Sent un tirn de remordimiento cuando el tarro

    de glaseado cay al suelo y se hizo aicos haba sido de mi madre

    pero lo descart mientras presionaba la tela contra la herida y marcaba

    el 911, me dijeron que la polica y una ambulancia estaban de camino.

    Cuando colgu, estuve atenta a algn sonido de pasos de los ladrones

    en las escaleras, pero con el gemido de la alarma no pude decir si

    estaban viniendo o no. Volveran y nos dispararan? Debera intentar

    arrastrar a mi padre fuera de la casa? Pero cmo de lejos poda llevarlo?

    Lo herira si lo mova? Finalmente, despus de lo que se sinti como

    una eternidad, escuch la puerta frontal abrirse de golpe y pesados pies

    corriendo por el recibidor. Levant mi cabeza y vi a dos oficiales

    uniformados apuntndome con sus armas.

    Los ladrones estn arriba grit sobre la alarma. Son tres. Al

    menos, uno tiene un arma porque dispararon a mi padre en cuanto lo

    dije, intent recordar si en verdad haba visto a alguno de los ladrones

    sosteniendo un arma, pero los oficiales ya se haban girado e ido. Pude

    orlos corriendo escaleras arriba.

    Me gir hacia mi padre. Su rostro estaba de un gris enfermizo.

    Pap? llam. Roman? Puedes orme?

    Sus ojos se abrieron parpadeando, pero no pudieron enfocarse en

    m. Dijo algo que no pude entender. Me acerqu ms, poniendo mi oreja

    en su boca.

    Morir... morir... grazn.

    No, pap, no te vas a morir. Lo prometo. La bala err tu corazn

    intent hacer que mi padre me mirase, pero sus ojos estaban

    escabullndose una y otra vez por los alrededores de la sala como si

    estuviera buscando algo. Segu su mirada y vi que la vieja pistola de

    servicio de mi padre estaba tendida debajo de la mesa de la cocina.

    Probablemente la haba dejado caer cuando le dispararon.

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    1

    Oh, pap dije, acariciando su cabeza. Deberas haber dejado

    la pistola arriba. Quiz ellos no te hubiesen herido.

    Mi padre sacudi su cabeza otra vez, su boca trabajando para

    decirme algo. Me inclin ms abajo para que no tuviese que trabajar tan

    duro.

    Dibuk1 dijo al fin. Pareci tomar toda su energa soltar la

    palabra. Sus ojos rodaron detrs de su cabeza y perdi la conciencia.

    Sent su pulso tartamudear bajo mis dedos. Frenticamente, mov mis

    manos de su herida hacia su corazn y presion todo mi peso hacia

    abajo una, dos, tres veces intentando recordar lo que sera un RCP 2 por las pelculas. Segu el ritmo hasta que un TEM3 se arrodill a mi

    lado y alej mis manos. No lo haba visto entrar, y la cocina estaba de

    repente llena de gente. Oficiales de polica uniformados, TEMs, un

    hombre con un abrigo de trinchera gris goteando lluvia sobre el suelo

    de madera. Ellos formaban un foso alrededor de mi padre, hacindome

    retroceder. Me sent como si estuviese en mi sueo de cuando estuve en

    la costa del lago mirando al cisne deslizndose hacia su muerte, como

    si de alguna manera yo estuviera flotando sobre todo. El hombre con el

    abrigo de trinchera estaba a mi lado, diciendo algo, pero no pude orlo

    por sobre el batir de las alas del cisne.

    Qu? dije, girndome hacia l y mirando a sus ojos.

    Dije que ests plida. Deberas sentarte.

    Asent, accediendo al buen sentido del hombre, pero como en mi

    sueo yo ya poda sentirme cayendo en el lago, la brillante agua

    envolvindome en una explosin de luz blanca que se senta slo tuve

    el tiempo suficiente para pensar extraamente familiar.

    Me despert en la ambulancia.

    Te desmayaste me dijo el TEM cuando me sent. As que te

    pusimos aqu con tu padre.

    Cmo est? el rostro de mi padre estaba cubierto con una

    mscara de oxgeno y sus ojos estaban cerrados.

    l ha perdido mucha sangre y su presin sangunea es baja.

    Tiene historial de problemas de corazn?

    1 En el folklore judo es el alma de una persona muerta habitando el cuerpo de una persona

    viva.

    2 Resucitacin cardio-pulmonar. 3 Tcnico de emergencias mdicas.

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    2

    Angina. Tuvo una angioplastia hace un ao. l se... est l...?

    l tuvo un buen disparo... sin nimo de jugar con las palabras4.

    la bala entr justo por encima del corazn, pero hay una herida de

    salida unas pulgadas ms arriba en su hombro. Creo que no le peg en

    el corazn, as que puedes decir que tuvo suerte. El tirador debi de

    haber estado bajando... agachndose o algo. Sorprendi l a los

    ladrones?

    Supongo que s. Entr despus de que le disparasen. Uno de los

    ladrones estaba arrodillado sobre el suelo... pudo haber sido el que le

    dispar Entonces, dnde estaba la pistola? La nica pistola que

    haba visto haba sido la de mi padre. l estaba corriendo escaleras

    abajo. Casi choca con ellos.

    La carrera y la conmocin ha puesto mucho estrs en su corazn,

    y se golpe la cabeza cuando cay, pero suena como un tipo viejo y

    resistentepersiguiendo a los chicos malos! el TEM levant la

    mirada, una sonrisa en su rostro que se esfum cuando vio mi rostro.

    Aunque t no luces bien. Ser mejor que te acuestes. No quiero que te

    caigas y te hagas dao. Pudiste haberte golpeado fuerte la cabeza si ese

    detective no te agarra.

    Segu el consejo el TEM. Yo todava me senta, como me haba

    sentido justo antes de desmayarme, como si yo no estuviera

    completamente atada a mi propio cuerpo, como si estuviese flotando

    sobre m misma mirando a la ambulancia apurarse hacia el hospital St.

    Vincent, mirndome seguir el cuerpo supino de mi padre a la entrada

    de la sala de emergencias y sosteniendo su mano flcida mientras que

    su hombro estaba siendo suturado y l estaba conectado a una va

    intravenosa. Quin es esta mujer tranquila? Quera gritar en voz alta.

    No poda ser yo porque por dentro mis nervios estaban chisporroteando

    como petardos y mi corazn estaba latiendo como un salvaje redoble.

    Aparentemente la fachada tranquila no enga a nadie; cuando el

    enfermero vio mi color, mand la orden de traerme una silla.

    No quiero que te desmayes en mi guardia l rega en un

    acento cantarn de los Indios del Oeste que se senta como una briza

    clida soplando por el antisptico de la sala de emergencias. Su piel era

    del color del t oolong, su largo cabello estaba apretadamente enrollado

    hacia atrs con un brillante pauelo naranja. Su chapa identificadora

    deca O. Smith.

    4 En el original: He has a good shot.... Tuvo un buen tiro, en espaol. En los deportes, esto suele representar una buena jugada, pero en este caso es un juego de palabras refirindose a que tuvo un buen disparo ya que la bala no le dio en el corazn.

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    3

    Es probable que recupere la conciencia, Sr. Smith? pregunt

    No con todos los analgsicos que acabo de darle, querida. Y si lo

    hace, no hablar con mucho sentido. Igualmente, t deberas descansar

    un poco habl como si estuviese acostumbrado a que la gente haga lo

    que l deca, pero yo negu con la cabeza.

    Me quedar aqu dije. No quiero que se despierte solo.

    Despus de ms o menos una hora, mi padre fue admitido en una

    habitacin. Haba una cama vaca en la que O. Smith dijo que poda

    recostarme, pero yo tema ir a dormir, temerosa de que si no segua

    vigilando a mi padre, l poda desvanecerse. As que me sent en la silla

    entre la cama de mi padre y una ventana que daba a la 7 Avenida. El

    cielo estaba oscuro sobre los edificios cruzando la calle, pero sus

    ventanas ms altas reflejaban la luz gris perlada del alba en el este. La

    lluvia de ayer haba parado finalmente. El aire pareca limpio y fro. El

    vapor se elev de las chimeneas en la calle en columnas sinuosas. Yo

    haba crecido pensando que todas las ciudades eran engalanadas con

    las nubes blancas flotantes hasta que mi padre me explic que New

    York tena un inusual sistema de caeras de vapor debajo de las calles

    que eran anteriores al uso de la electricidad.

    Yo pens que la ciudad estaba flotando sobre una nube la

    primera vez que la vi me haba dicho Roman cuando me describi la

    navegacin en el New York Harbor a finales de los '40, pens que

    estaba soando.

    Me haba sentido como un nio al que el vapor subiendo de las

    chimeneas y las alcantarillas era la prueba de que ah haba un mundo

    bajo de la superficie de sta. Quiz era el mundo del que mi madre

    habl cuando me contaba historias de cama el Pas de Verano, lo

    llamaba ella, o la Tierra Justa, un lugar donde siempre era pleno

    verano, que todas las flores que florecan desde principios de primavera

    hasta finales de sta, caan en flor all durante todo el ao. Un lugar

    donde en plena primavera borboteaban desde las profundidades de la

    Tierra y se extendan por las verdes praderas como blancos lazos y

    luego se reunan en una piscina sobre la que los cisnes se deslizaban. A

    veces conseguas un vistazo de el Pas de Verano en el verde brillante

    del final de un camino arbolado, me dijo ella, o en el reflejo de un

    montn de piscinas, o incluso, a veces, a travs de una puerta abierta

    sobre una calle de ciudad donde no haba habido una puerta antes y

    nada ms que piedra lisa cuando te volviste para mirar otra vez. Porque

    la puerta del Pas de Verano se abra slo para una ojeada, nunca para

    un segundo vistazo. Nunca podas buscarla, pero podras deslizarte

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    4

    dentro de el sin darte cuenta. Y podas pasar un da all slo para que al

    volver encontrases que haban pasado una veintena de aos en este

    mundo y que todos tus amigos y familia haban envejecido mientras que

    t permaneciste inalterada.

    Ese es el por qu siempre parece que no hayas envejecido ni un

    da? haba dicho mi padre cuando la escuch contndome esta

    historia.

    Mi madre se rea, pero yo crea cuando yo era joven que ella tena la

    llave para ese mgico lugar. Y crea que si t veas las formas que el

    vapor haca en las maanas del invierno, podras echarle un vistazo a

    ese mundo cisnes de pecho blanco deslizndose en los lagos

    cristalinos y corceles encantados saliendo de las olas espumosas.

    Aunque esta maana, las formas espectrales tomando forma en las

    sombras del hospital no sugeran ser emisarios benficos de un reino de

    cuento de hadas. En lugar de eso me hacan pensar en las sombras de

    los condenados elevndose y saliendo del infierno en el Da del Juicio.

    No creo que haya tenido esa reaccin al vapor nunca antes. Me hizo

    preguntarme si algo haba cambiado en la ciudad de un da para el otro

    o en m.

    Seorita James? la voz me sobresalt, sacndome de mi

    fantasa melanclica. Me volv y el detective que haba estado en mi

    casa, estaba ahora al pie de la cama de mi padre. No lo haba odo

    entrar y me pregunt si se me haba acercado sigilosamente de forma

    deliberada, pero desech la idea porque sonaba ridcula. El hombre era

    un detective policial de la Ciudad de New York, no un explorador nativo

    de Amrica.

    Detective Joseph Kiernan, NYPD 5 divisin de Crmenes de Arte

    dijo tendindome su tarjeta. No quise despertar a tu padre. Estoy

    seguro de que necesita descansar. El doctor dijo que est estable.

    Pero no ha recobrado la conciencia dije. No creo que eso sea

    bueno.

    As que no ha sido capaz de decirte lo que pas?

    No, pero creo que eso debe ser obvio. Sorprendi a los ladrones y

    ellos le dispararon.

    Los has visto dispararle?

    5 NYPD: New York Police Department.

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    5

    No. estaba detrs de l en las escaleras. Para cuando llegu a la

    cocina l estaba tendido en el suelo.

    Y uno de los ladrones estaba sujetando una pistola?

    No, se le pudo haber cado. Estaban empaquetando los lienzos.

    Haban quitado todos de sus marcos menos uno. Pareca que queran

    salir de all rpidamente una vez que la alarma se dispar.

    S, esa es otra cosa que me confunde el detective tir su abrigo

    sobre la cama de repuesto y levant una silla. Pareca como si se

    estuviera poniendo cmodo para una larga charla. La alarma de

    seguridad se dispar, pero la alarma de la puerta frontal no. Aparte de

    t y tu padre, hay alguien que tenga el cdigo de la alarma?

    Varias personas. Nuestra ama de llaves, la recepcionista...

    nosotros siempre tenemos todo lo valioso en la caja fuerte, as que...

    Y quin saba la combinacin?

    Nadie excepto mi padre y yo. Los ladrones debieron usar un

    explosivo... hice una pausa, recordando el momento cuando los

    hombres pasaron a mi lado en el recibidor. No era lago que quera

    recordar. Me haca sentir como si algo estuviera presionando contra mi

    pecho. Ol algo cuando pasaron. Azufre... y algo quemado.

    No haba seales de una explosin dijo el detective. O ellos

    saban la combinacin o...

    O qu? espet.

    l inclin su cabeza y sonri. Era guapo de una manera juvenil y

    acicalada, vi con la misma indiferencia que haba sentido desde que

    encontr a mi padre disparado sobre el suelo de la cocina: cabello

    oscuro y rizado, mandbula cuadrada, con un hoyuelo en la barbilla y

    ojos marrones oscuros. Sin duda acostumbraba a cautivar alas mujeres

    con su apariencia. Pero por qu estaba tratando de cautivarme a m?

    Yo era la vctima aqu, verdad?

    No lo s dijo. Dmelo t.

    No tengo idea dije sinceramente.

    Pudo tu padre haberles dado la combinacin?

    Slo si lo forzaban a punta de pistola.

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    Pero t dijiste que estaba justo detrs de tu padre en las escaleras

    y que ellos ya haban quitado todos los lienzos de sus marcos menos

    uno. As que no haba tiempo para que tu padre les diera la

    combinacin. Al menos no en ese momento.

    Tom un momento para que captase sus palabras, pero cuando lo

    hice estaba furiosa.

    Est insinuando que mi padre estaba implicado en el robo de

    alguna manera?

    El detective Kiernan se encogi de hombros.

    Slo estoy intentando averiguar lo que pas. Ests segura de que

    la caja de seguridad estaba cerrada?

    S, volv al a oficina para hacerlo yo misma... pero me detuve,

    recordando que despus de conducir a Zach Reese a la puerta y volver a

    la cocina, mi padre ya haba apartado los Pissarros y cerrado la caja

    fuerte. Al menos yo supuse que lo haba hecho. En realidad mi padre

    cerro la caja fuerte cuando yo estaba conduciendo a un amigo hasta la

    puerta...

    Un amigo?

    Un viejo amigo de mi padre, Zach Reese.

    El pintor? Kiernan sac un cuaderno del bolsillo de su

    chaqueta. El movimiento revel una muestra rpida de la pistola.

    S dije, mi boca estaba seca. Tienes que estudiar arte para

    estar en el equipo de Crmenes de Arte?

    Ayuda dijo, sus labios curvndose en una breve sonrisa

    superficial. Pero no tienes que ser un experto en arte para conocer el

    nombre de Zach Reese. Sus proezas en los '80 lo hicieron bastante

    famoso. Estuvo en ese accidente de coche en las afueras de los

    Hamptons. Una joven muri ahogada.

    S, eso fue horrible. Yo slo era una nia en ese tiempo, pero mi

    madre me dijo que Zack nunca fue el mismo. Se convirti en un fuerte

    bebedor no es que antes fuera un bebedor ligero.

    Y par de pintar. Se encontr con problemas de deudas de juego

    unos aos despus.

    S, o algo de eso yo tena una memoria vaga de mis padres

    discutiendo porque Roman le haba pagado la fianza a Zack otra vez,

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    pero alej eso, inquieta por desviar a Kiernan de la direccin en la que

    estaba yendo. No piensas que Zach tuvo algo que ver con el robo,

    verdad? l es uno de los amigos ms antiguos de mi padre.

    Tenemos que examinar todas las posibilidades, Srta. James.

    Estoy seguro de que quieres que encontremos a quien sea responsable

    de hacer esto a tu padre inclin su barbilla en direccin a Roman y se

    detuvo. Siguiendo su mirada vi que los ojos de mi padre se empezaban

    a abrir. Me levant y me fui rpido a su lado.

    Pap? Puedes orme? los ojos de Roman se abrieron y se

    enfocaron en m. Sus labios se estiraron un intento de sonrisa que se

    convirti en una mueca de dolor. Est bien, pap. Ests en el St.

    Vincent. Te han disparado pero estars bien levant la vista hacia el

    detective Kiernan, que se haba movido hacia el otro lado de la cama y

    estaba estudiando el rostro de Roman. Por favor, llama al enfermero!

    dije. Kiernan dud una fraccin de segundo, luego se gir y sali

    dando largos pasos de la habitacin. Cuando estaba segura de que

    estaba fuera, volv a mirar a mi padre y tom su mano.

    Hubo un robo, pap. Tres hombres entraron y robaron las

    pinturas de la caja de seguridad. Recuerdas si la cerraste despus de

    que Zach se fuera? luego, bajando la voz en un susurro. Le diste la

    combinacin de la caja fuerte a Zach?

    Est bien, cario dijo Roman, sent moverse sus dedos; estaba

    intentando dar palmaditas sobre mi mano, pero apenas tena fuerzas.

    Estaban aseguradas. Mientras que t ests bien, Margot, todo... todo...

    Soy yo, pap dije, haciendo una mueca al sonido del nombre de

    mi madre en los labios de mi padre. Soy Garet. Mam... mam no

    est aqu.

    Mi padre intent sonrer otra vez, pero otro dolor contorsion su

    rostro.

    Garet dijo. Con cada da que pasa te pareces ms y ms a tu

    madre... entonces sus prpados se cerraron. El detective volvi con el

    enfermero y un doctor, que examin a Roman y dijo que sus seales

    vitales eran fuertes.

    As que probablemente no hay peligro en que la Srta. James se

    vaya por una hora? dijo Kiernan al doctor. Ella vive a slo unas

    manzanas y necesito que vaya a la escena del crimen conmigo.

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    El doctor no slo estuvo de acurdo, sino que tambin me urgi para

    que saliera y tomara un poco el aire. Me asegur que la enfermera me

    llamara a mi telfono mvil si haba algn cambio. En cuestin de

    minutos, el detective Kiernan y yo estbamos en la calle, yendo hacia el

    oeste hacia mi casa. S que se senta bien estar al aire libre. La

    tormenta de ayer haba pasado dejando un cielo azul y aire fresco y fro;

    el sol matutino haba disipado las ominosas sombras de la avenida. El

    detective Kiernan no habl de Zach Reese otra vez durante nuestra

    caminata. En lugar de eso, pregunt por las pinturas que haban estado

    en la caja de seguridad.

    Tendr que mirarlo en el inventario, por supuesto le dije. Pero

    las recuerdo le hice una lista de cada pintura y su valor estimado,

    terminando con los Pissarros.

    Por supuesto el valor es un trmino relativo en el mercado del

    arte, verdad? pregunt el detective Kiernan. Esos Pissarros no se

    vendieron en una subasta. Eso debi de bajar su coste.

    Slo te estoy dando el valor que la compaa de seguros asign

    cuando la pliza actual fue renovada hace meses.

    As que eso fue anterior a la recesin actual en el mercado.

    Posiblemente las pinturas estn aseguradas por ms de lo que valen en

    este mercado, podran estarlo?

    Habamos llegado a los escalones de arenisca, pero la pregunta del

    detective me trajo de vuelta. El seguro. Mi padre haba acabado de

    asegurarme que las pinturas estaban aseguradas. Y la pasada noche,

    antes de que se fuera a la cama, l haba dicho, Algo se nos ocurrir!.

    Pero l no lo hara...? El detective Kiernan no poda pensar que mi

    padre haba organizado el robo y ser disparado para cobrar el seguro?

    l me estaba sonriendo, su rostro tan suave y tierno como una maana

    soleada.

    Me alej sin responder a su pregunta y sub las escaleras. Quera

    estar dentro de mi casa el nico lugar en que siempre me haba

    sentido segura y encima, ayer haba aprendido que ya no nos

    pertenece realmente. Entr... e inmediatamente empec a temblar. La

    presencia de esos tres hombres vestidos de negro era tan palpable que

    pude sentirla como un peso en el aire. El detective Kiernan pas a mi

    lado en el recibidor y fue a la cocina.

    El laboratorio forense ha terminado aqu, as que puedes empezar

    a limpiar los restos estaba diciendo l. Empec a seguirlo, pero me

    detuve en la puerta; todava no estaba preparada para entrar en la sala

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    9

    donde le haban disparado a mi padre. Kiernan volvi, sosteniendo un

    objeto en una bolsa plstica de evidencias.

    Encontramos esto en el suelo. Lo reconoces?

    S le dije. Es el revlver de servicio de mi padre de la Segunda

    Guerra Mundial. Y no, no creo que est autorizada. Francamente, ni

    siquiera creo que funcione.

    Uhhuh dijo como si ya nada lo sorprendiera. Hay una cosa

    ms. Dijiste que estabas en el recibidor cuando ellos pasaron a tu

    lado?

    S.

    As que no estabas bloqueando la puerta principal?

    No. no creo que a ellos les hubiese importado si yo lo estuviera

    haciendo. No parecieron notarme. Fue casi como si no me hubiesen

    visto me detuve, intentando recordar. Haba algo raro en sus ojos.

    Pero el detective Kiernan no estaba interesado en los ojos de los

    ladrones.

    Hm... As que, por qu piensas que no salieron por la puerta

    frontal?

    Sacud mi cabeza.

    No lo s... quiz teman que la polica estuviera de camino... o

    quiz haba algo que queran en el piso de arriba.

    Hay algo valioso ah arriba?

    Algunos recuerdos de mi padre...

    l vive en el segundo piso, verdad? Los ladrones no parecan

    haber ido a su apartamento. Pero el tercer piso...

    Yo estaba en las escaleras antes de que el detective Kiernan pudiera

    finalizar su oracin. El pensamiento de que esos asquerosos ladrones

    entraran en mi estudio y mi habitacin me haca sentir enferma. Sub a

    toda velocidad los dos pisos, Kiernan a unos pasos detrs de m. Qu

    haban hecho a mi estudio? Cuando llegu a la puerta abierta, pens

    por un momento que un tormenta de nieve haba pasado por la

    habitacin. El suelo estaba cubierto de blanco.

    Me arrodill en el suelo y toqu uno de los copos. Estaba seco al

    tocarlo y dej una mancha griscea en mis manos. Por supuesto, era el

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    papel que haba salido de la caja plateada la noche pasada... slo que

    estaba segura de que yo haba barrido todos los restos del papel y los

    haba vuelto a poner en la caja. Luego haba cerrado la caja y la dej

    sobre mi mesa de trabajo.

    Cruc la habitacin en tres largas zancadas, el papel confeti

    crujiendo bajo mis pisadas. Mi antorcha de soldar estaba tendida donde

    la haba dejado anoche, pero la caja plateada no estaba.

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    Captulo 4

    Aire y Neblina

    Traducido SOS por EvaMedina & SOS por pili

    Corregido por MewHiine

    Qu pasa? Falta algo?

    Levant la vista de la mesa hacia el detective

    Kiernan. Vi que un copo de papel estaba atascado en un

    rizo de su cabello y que cay sobre su frente. El papel

    estaba acumulndose en la habitacin, animado por una

    corriente desde algn sitio.

    Una caja plateada respond, mirando a mis alrededores por la fuente de la

    corriente. Algo en lo que estaba trabajando la pasada noche.

    Era de valor?

    Realmente no lo s. No era ma describ cmo haba venido con la caja, tan

    brevemente como pude.

    No suena muy valioso si el joyero sencillamente te dej salir con l.

    No, supongo que no pens en los smbolos azules que haba visto desplazarse

    por la parte interior de la tapa anoche, pero ciertamente no le iba a decir al detective

    policial sobre eso. Haba sido una ilusin ptica, eso era todo, un nuevo giro en mis

    sntomas de migraa ocular.

    Probablemente la agarraron al salir Kiernan apunt con un dedo. Lo mir,

    confusa. Una puede pensar que usar ese gesto para indicar una persona haba ascendido

    al cielo, pero los ladrones no haban muerto. Entonces levant la vista y vi lo que l

    quera decir. La claraboya sobre nuestras cabezas haba sido destrozada. La librera de

    metal contra la pared estaba inclinada ligeramente fuera de su lnea y piezas de las

    sobras del metal haban sido tiradas a un lado. Los ladrones debieron haberla usado

    Capitulo 4

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    como una escalera hacia la claraboya y el techo. Pero tendrs que aadirlo a la lista

    de artculos robados continu. Deberas dejar que el propietario lo sepa tan pronto

    como sea posible.

    Lo hara, slo que no s ni su nombre ni su direccin sintiendo

    instantneamente haber admitido esto. Podra haber dicho que contactara al hombre

    ms tarde. Ahora el detective me estaba mirando como si estuviera loca.

    Lo s, suena a locura, pero tienes que entender que estaba distrada. Acababa de

    tener malas noticias de nuestra oficina de abogados.

    De verdad? El detective Kiernan sac su cuaderno y se sent en el filo de la

    mesa de trabajo. Por qu no me cuantas sobre eso?

    Una hora despus me las arregl para deshacerme del detective Kiernan, pero slo

    porque el hospital llam para decirme que mi padre estaba despierto y preguntando

    por m. Le dije a Kiernan que de verdad necesitaba unos minutos para m misma antes

    de volver al hospital, y muy de mala gana abandon la casa de pueblo cuando

    prcticamente lo empuj por la puerta. Luego, despus de que gir en la esquina ms

    cercana, camin unos edificios hasta el St. Vincent's, maldiciendo para m misma por

    dejar que el detective policial me lanzara el anzuelo con una completa revelacin de

    nuestros problemas financieros. Verdad que l en algn momento averiguara lo del

    prstamo, pero ahora cambiara de color la investigacin entera del robo. l se haba

    centrado en qu conveniente, como segua diciendo, era que el dinero del seguro poda

    ser usado para liquidar el prstamo, o algo de ste. Era claro que sospechaba que mi

    padre haba orquestado el robo para tener dinero del seguro. Todo lo que necesitaba

    ahora era descubrir que Roman haba sido arrestado por fraude al seguro una vez

    antes.

    Haba pasado hace once aos, cuando yo tena quince. Supe que el dinero era poco

    porque tena que cambiarme de una escuela privada a una pblica un ao antes. Eso no

    me import, haba entrado en LaGuardia y amaba el programa de arte all, pero odiaba

    or a mis padres discutiendo por el dinero. Especialmente cuando oa a mi madre

    quejarse de que Roman haba usado el dinero apartado para mi universidad para

    comprar un Warhol de pantalla de seda de uno de los amigos de Zach Reese.

    Lo vender por el doble de lo que pagu por l o a mi padre decir una

    noche. Y Garet ir a Harvard si ella quiere.

    Pero luego la Warhol Board haba denegado la autentificacin de la pantalla de

    seda. Aseguraban que Zach Reese haba hecho copias de la pantalla de seda sin el

    permiso de Warhol. Sin el sello de la aprobacin de la Board, la pieza no tena casi

    valor. Tres das despus Roman recibi las noticias del Warhol Board de que la galera

    haba sido robada. Unas pinturas de artistas menores fueron tomadas, pero el nico

    artculo de valor robado era el Warhol, que haba sido asegurado por el precio de

    compra. Cuando el mismo amigo de Zach Reese que le haba vendido la pintura a

    Roman fue arrestado mientras intentaba vender la misma pintura a un coleccionista de

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    arte japons, Roman tambin fue arrestado por conspirar a defraudar a la compaa de

    seguros. El caso se hizo eterno por un ao, durante ese tiempo la reputacin de la

    galera estaba casi destruida y mi madre muri en un accidente de coche. Su necrologa

    sali en el Times el mismo da que el caso contra Roman James fue abandonado por

    falta de pruebas. No llevara mucho al detective Kiernan escarbar en esa informacin.

    De hecho, era raro que todava no supiera de eso.

    A menos que ya lo supiera y estuviera esperando a que yo lo mencionara. Pareca

    ms sospechoso no traer a colacin el otro caso? Pero entonces, por qu debera

    mencionarlo? Los casos eran completamente diferentes. Despus de todo, a Roman le

    haban disparado en este robo. Si l hubiera contratado a los ladrones, y la idea de mi

    padre teniendo algo que ver con esos matones era impensable, seguramente ellos no le

    hubieran disparado.

    Casi podras decir que tena suerte de que le hubieran disparado.

    Me amonest a m misma por el pensamiento mientras entraba a la habitacin de

    mi padre. Luca encogido y anciano en la cama del hospital, su piel un amarillo

    enfermizo contra los blancos vendajes sobre su hombro,