Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad...

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VII Congreso Español de Sociología Salamanca, 20-22 de septiembre de 2001 Grupo de Trabajo: 11 Sociología del lenguaje Sesión: III Identidad colectiva, multiculturalismo y lengua Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valenciana Rafael Castelló Cogollos Lorena Ciscar Ramírez David González Martínez Pablo Pérez Ledo (Universitat de València-Estudi General) I. CONSIDERACIONES TEÓRICAS Y METODOLÓGICAS ............................................ 2 I.1. LAS LENGUAS COMO CAPITAL SIMBÓLICO .......................................................................... 2 I.2. BILINGÜISMO SOCIAL, SUSTITUCIÓN Y CONFLICTO LINGÜÍSTICO....................................... 3 I.3. SUSTITUCIÓN O NORMALIZACIÓN LINGÜÍSTICA.................................................................. 6 I.4. ACTITUDES LINGÜÍSTICAS: ENTRE LA ASIMILACIÓN Y LA LEALTAD .................................. 7 I.5. OPERATIVIZACIÓN DE CONCEPTOS ..................................................................................... 9 II. LEALTAD LINGÜÍSTICA AL VALENCIANO EN LOS ÁMBITOS URBANOS ...... 12 II.1. LEALTAD COMPETENCIAL ............................................................................................... 14 II.2. LEALTAD INSTRUMENTAL PRIMARIA .............................................................................. 15 II.3. LEALTAD INSTRUMENTAL SECUNDARIA ......................................................................... 16 II.4. LEALTAD INSTRUMENTAL ESCRITA ................................................................................ 18 II.5. LEALTAD VALORATIVA ................................................................................................... 19 III. GRUPOS ACTITUDINALES LINGÜÍSTICOS ............................................................. 20 IV. AGENDA DE INVESTIGACIÓN..................................................................................... 25 V. ANEXO ESTADÍSTICO ..................................................................................................... 26

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VII Congreso Español de Sociología Salamanca, 20-22 de septiembre de 2001

Grupo de Trabajo: 11 Sociología del lenguaje

Sesión: III Identidad colectiva, multiculturalismo y lengua

Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valenciana

Rafael Castelló Cogollos Lorena Ciscar Ramírez

David González Martínez Pablo Pérez Ledo

(Universitat de València-Estudi General)

I. CONSIDERACIONES TEÓRICAS Y METODOLÓGICAS............................................ 2 I.1. LAS LENGUAS COMO CAPITAL SIMBÓLICO.......................................................................... 2 I.2. BILINGÜISMO SOCIAL, SUSTITUCIÓN Y CONFLICTO LINGÜÍSTICO....................................... 3 I.3. SUSTITUCIÓN O NORMALIZACIÓN LINGÜÍSTICA.................................................................. 6 I.4. ACTITUDES LINGÜÍSTICAS: ENTRE LA ASIMILACIÓN Y LA LEALTAD .................................. 7 I.5. OPERATIVIZACIÓN DE CONCEPTOS ..................................................................................... 9

II. LEALTAD LINGÜÍSTICA AL VALENCIANO EN LOS ÁMBITOS URBANOS...... 12 II.1. LEALTAD COMPETENCIAL ............................................................................................... 14 II.2. LEALTAD INSTRUMENTAL PRIMARIA .............................................................................. 15 II.3. LEALTAD INSTRUMENTAL SECUNDARIA......................................................................... 16 II.4. LEALTAD INSTRUMENTAL ESCRITA ................................................................................ 18 II.5. LEALTAD VALORATIVA................................................................................................... 19

III. GRUPOS ACTITUDINALES LINGÜÍSTICOS............................................................. 20

IV. AGENDA DE INVESTIGACIÓN..................................................................................... 25

V. ANEXO ESTADÍSTICO ..................................................................................................... 26

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El trabajo presentado es el resultado de una investigación financiada por la Conselleria de Cultura, Educació i Ciència de la Generalitat Valenciana con el objetivo de explotar sus bases de datos de encuesta, obtenidas de tres de las principales ciudades valencianas (Elx, Castelló de la Plana y Alacant) y del conjunto del territorio valenciano.

En él, a partir de las elaboraciones teóricas de Weinreich, Fishmann, Ninyoles, van Dijk y Tejerina respecto a los conceptos de lenguas en contacto, lealtad lingüística, actitudes, conflicto y sustitución lingüística, y las relaciones entre la identidad colectiva y las actitudes ante las lenguas, operativizamos cinco indicadores de lealtad hacia el valenciano: lealtad competencial, lealtad instrumental primaria, lealtad instrumental secundaria, lealtad instrumental escrita y lealtad valorativa (Apartado I).

Con estos indicadores podemos desarrollar ciertos análisis comparativos entre ámbitos urbanos y entre las diferentes posiciones en la estructura social (Apartado II). Pero, además, estos indicadores nos permiten, a través de un análisis de conglomerados (cluster analysis), establecer cuáles son las posiciones o actitudes lingüísticas estadísticamente significativas entre la población residente en los espacios sociales considerados, así como entre las diferentes categorías sociales. Unas actitudes lingüísticas que oscilan entre la completa asimilación al castellano y la completa lealtad al valenciano, pasando por posiciones de idealización lingüística del valenciano y posiciones de subvaloración de esta lengua (Apartado III).

La operativización propuesta nos permite, en primer lugar, establecer las diferencias de estructura social entre las diversas actitudes lingüísticas obtenidas, pero además, en el caso que se realizara un análisis longitudinal (en proceso de elaboración en una segunda fase de la investigación financiada), establecer los cambios de actitud lingüística experimentados a lo largo del tiempo por la población en general y/o por determinadas categorías sociales.

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I. Consideraciones teóricas y metodológicas Con el desarrollo constitucional y estatutario del Estado de las Autonomías, las

Comunidades Autónomas con competencias en materia lingüística han desarrollado, con mayor o menor intensidad, según los casos, políticas de promoción de las lenguas propias diferentes del castellano.

Este es el caso de la Comunidad Valenciana que, con la aprobación en 1983 de la Llei d’Ús i Ensenyament del Valencià (Llei de la Generalitat Valenciana 4/83, de 23 de novembre), inicia un proceso de normalización lingüística del valenciano, con los objetivos de “hacer efectivos los derechos de todos los ciudadanos a conocer y usar el valenciano”, “proteger su recuperación y garantizar el uso normal y oficial”, “delimitar los territorios en los que predomine el uso del valenciano y del castellano”, y “garantizar, de acuerdo con los principios de gradualidad y voluntariedad, el conocimiento y uso del valenciano en todo el ámbito territorial de la Comunitat” (Art. 1.2). Para ello, la Administración se compromete a adoptar “las medidas necesarias para (...) garantizar el uso normal, la promoción y el conocimiento del valenciano” (Art. 5).

El diseño de estas políticas públicas de promoción lingüística verían favorecida la valoración de su eficacia si se dispusiera de indicadores y mediciones respecto a los cambios experimentados por la sociedad en las actitudes respecto a las diversas lenguas con que se establece la comunicación. Para la elaboración de estos indicadores se requiere de una reflexión sobre los conceptos que pretenden ser medidos y sus interrelaciones. Requiere una adecuada conceptualización que nos permita su operativización. A ello dedicamos este apartado.

I.1. Las lenguas como capital simbólico El lugar que ocupa la lengua en la vida colectiva de las sociedades no puede ser más

central. Es fundamentalmente a través de los códigos lingüísticos como los seres humanos nos comunicamos e intercambiamos la información necesaria para la convivencia. Es a través de la acción social, lingüísticamente mediada, como construimos la realidad social que nos rodea. Es a través de la interiorización de las experiencias sociales, lingüísticamente codificadas, que hacemos nuestra la sociedad en la cual vivimos. Es a través de los mecanismos lingüísticos como reproducimos una y otra vez los universos simbólicos que dan sentido a nuestra acción y que hemos aprendido colectivamente. En definitiva, es fundamentalmente a través de la lengua como objetivamos la sociedad que experimentamos y construimos colectivamente (Berger y Luckmann, 1966: 101-2).

Este lugar central que ocupa la lengua en el seno de las sociedades hace que ésta devenga un instrumento de dominación simbólica de primera magnitud. Se trata de una dominación ejercida a través de símbolos, a través de la selección de un conjunto de formas de representación de la realidad que esconde otras posibles representaciones y, por tanto, esconde otras partes de la misma realidad. El éxito en el ejercicio de esta dominación simbólica garantiza la aceptación de la dominación por los grupos dominados (Bourdieu y Wacquant, 1994).

La capacidad de codificar y decodificar las propias experiencias individuales y sociales en códigos lingüísticos garantiza la capacidad de supervivencia de estas experiencias en el futuro, más allá de la generación de personas que han vivido estas experiencias. La limitación y control de esta capacidad codificadora, limita y controla las experiencias sociales e individuales que pueden formar parte del conocimiento colectivo, limita y controla la realidad que puede ser definida. Por tanto, una lengua se constituye en un capital, un recurso, que puede usarse en las luchas sociales que definen la realidad social que nos rodea.

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Este capital cultural (informacional) que es una lengua, puede convertirse en un capital simbólico1, un instrumento que nos permite o dificulta el mantenimiento o mejora de nuestra posición social, ya que en definitiva, los conflictos sociales no son más que

...luchas respecto al poder de hacer ver y hacer creer, hacer conocer y reconocer, de imponer la definición legítima de las divisiones sociales del mundo y mediante eso hacer y deshacer los grupos: se trata de hecho de poder imponer al conjunto de un grupo una visión social a través de los principios de di-visión que, como se imponen a todo el grupo dan sentido, y el consenso sobre el sentido, y en particular sobre la identidad y la unidad del grupo, que hacen la realidad de la unidad y la identidad del grupo (Bourdieu, 1980:66).

Es por esta razón que tan a menudo nos encontramos con diferentes grupos sociales que, con diferentes sistemas de codificación lingüística (diferentes lenguas, diferentes dialectos, jergas...) se enfrentan para definir la realidad en los términos establecidos por sus propios códigos, con la finalidad de objetivar la realidad tal y como es experimentada por cada uno de los grupos. Sin embargo, otras veces, nos encontramos con determinados grupos dominando ‘pacíficamente’ sobre otros, en la medida que la realidad objetiva es definida en los términos del sistema de codificación de estos grupos dominantes2.

En cualquier caso, nos ocupamos ahora de una situación social compleja en la que compiten diferentes sistemas de codificación lingüística (valenciano y castellano), que son incorporados por diversos grupos sociales, por constituirse en sistemas de codificación hegemónicos, cuando no en sistemas de codificación únicos. Ciertamente la situación puede ser muy compleja si además de la distinción entre castellano y valenciano, introducimos la distinción interna existente entre las diferentes formas lingüísticas del castellano y del valenciano. Sin embargo, no es éste nuestro objetivo. Lo que intentamos es describir la situación del valenciano (considerado como sistema y siendo conscientes de su diversidad interna) en referencia a la progresiva penetración y hegemonía del castellano (también considerado como sistema y siendo conscientes de su diversidad interna3) en los sistemas de comunicación social de la Comunidad Valenciana. Por tanto, estamos ante una situación social bilingüe, una situación social con dos lenguas, globalmente consideradas, en contacto.

I.2. Bilingüismo social, sustitución y conflicto lingüístico Entendemos por bilingüe una situación, generada a partir del contacto entre dos sistemas

lingüísticos diferentes, en la que es posible la alternancia entre estos sistemas de codificación. Pueden existir diferentes formas de alternancia (Mollà y Palanca, 1987): bilingüismo individual, bilingüismo territorial y bilingüismo social.

Dado que el nuestro es un enfoque sociológico, la capacidad individual de alternar dos o más sistemas lingüísticos en las prácticas comunicativas no es el objeto de nuestro análisis. Sin embargo, este bilingüismo individual es una condición necesaria para que se dé bilingüismo social. No es posible este bilingüismo social si los individuos no son ellos mismos bilingües, por tanto, como mínimo competentes en ambas lenguas. 1 “El capital simbólico es la forma que toma cada una de estas especies [capital cultural, capital social, capital

económico...] cuando es percibida a través de las categorías de percepción que sólo reconocen la lógica específica y que, en cambio, desconocen el carácter arbitrario de su posesión y de su acumulación” (Bourdieu y Wacquant, 1994: 96, entre corchetes hemos añadido los implícitos contextuales).

2 En este argumento caben los lenguajes profesionales especializados, como por ejemplo el médico que nos define el dolor que sentimos en términos de una forma infecciosa, la mayoría de las veces impronunciable, o el lenguaje económico que establece la racionalidad y legitimación de la situación de pobreza relativa que experimentamos en nuestra capacidad de compra con la congelación salarial. Pero también nos referimos a las diferentes variedades dialectales de una lengua, de las cuales una se convierte en estándar compartido, lengua alta, y por tanto de escalada social. O a la determinación de un sistema de codificación lingüística (él mismo estándar de un conjunto más amplio de dialectos) como lengua oficial frente a otros sistemas de codificación posibles, como máxima expresión de la dominación político-simbólica de una comunidad humana sobre otras.

3 No se nos escapa que la diversidad interna del castellano se encuentra más controlada, ordenada y regulada, lo cual ya constituye un indicador de las ventajas para constituirse en sistema codificador hegemónico.

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En la actualidad en la Comunidad Valenciana no existe un bilingüismo territorial, situación en la que la alternancia de lenguas se produce en función del territorio en el que nos encontramos. Como mucho nos encontramos ante una situación que Aracil calificaría de ‘bilingüismo territorial unilateral’4: es decir, podemos ver el territorio valenciano dividido en dos zonas, una interior y otra costera, en la primera no es necesario ser bilingüe, mientras que en la costera sí. En la Comunidad Valenciana no nos encontramos con dos territorios monolingües en sendas lenguas, sino un territorio monolingüe castellano (interior) y otro bilingüe valenciano-castellano (costa).

Es en esta zona costera bilingüe en la que se da el bilingüismo social, la elección de una lengua u otra depende de la situación social o del ámbito de relación. Es una situación en que la alternancia lingüística no depende tanto de una decisión individual (bilingüismo individual), ni de la situación geográfica (bilingüismo territorial), como de la misma interacción social con los otros componentes de la sociedad. En el bilingüismo social, la alternancia lingüística se encuentra regulada por un conjunto de normas y usos sociales que establecen en que relaciones, interacciones sociales, es pertinente el uso de un sistema de codificación o de otro.

Como cualquier sistema de reglas sociales, el establecimiento de la pertinencia de una lengua u otra en función del tipo de relación social, interacción comunicativa, parte de la ordenación y jerarquía de las propias relaciones sociales, de manera que el resultado final es que el uso de una lengua es pertinente para determinadas situaciones, pero no para otras. Como quiera que las situaciones sociales se jerarquizan, las lenguas acaban por ser jerarquizadas: una se interpreta como lengua alta, que se usa en la comunicación formal, en las relaciones sociales secundarias, y la otra se interpreta como lengua baja, que se reserva para la comunicación informal, en las relaciones primarias (Ninyoles, 1971). Lo cual significa que, en una situación de bilingüismo social, la diglosia, tal como la define Ninyoles, está siempre presente.

Ante esta situación sociolingüística pueden aparecer dos procesos de acción social: la sustitución lingüística y el conflicto lingüístico. La “y” nos indica que estos dos procesos no son necesariamente excluyentes, sino que pueden convivir y, de hecho, están interrelacionados.

El proceso de sustitución lingüística es aquel en el que una de las lenguas va ocupando progresivamente espacios de uso, va ganando pertinencia comunicativa. Cada vez más espacios de experiencia social son codificados y transmitidos en esta lengua, cada vez más espacios de la realidad social son definidos a partir de este sistema de codificación. Con lo cual, la otra u otras lenguas van perdiendo espacio social. Cada vez es menos pertinente su uso. Las situaciones en que se considera pertinente usarla/s retroceden. Cada vez menos experiencias compartidas, sociales, son codificadas y transmitidas con este sistema lingüístico y, por tanto, menos espacios de realidad social son definidos a partir de este/os sistema/s de codificación.

Sin embargo, los sistemas lingüísticos no son una realidad metafísica, sino que son incorporados por individuos y grupos: son un fenómeno social. Los sistemas lingüísticos no tienen existencia social al margen de sus usuarios. Este bilingüismo social genera procesos de sustitución lingüística que pueden ser vividos por determinados individuos y grupos de forma conflictiva.

El conflicto lingüístico aparece cuando determinados individuos y grupos cuestionan y ponen en duda la pertinencia de la sustitución, la problematizan e inician procesos de acción social conducentes al incremento de los espacios de pertinencia de la lengua que retrocede, iniciando así los llamados procesos de normalización lingüística (Ninyoles, 1969). Por tanto, la normalización lingüística siempre presupone la problematización y conflictividad de la

4 Aracil utiliza el término bilingüismo unilateral para referirse a una situación en la que es posible ser monolingües en

una lengua, pero no en la otra. En el caso valenciano, es posible ser monolingües en castellano, pero no en valenciano.

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definición social de los usos lingüísticos5 y, por tanto, una problematización de la realidad social objetivada, de las identidades colectivas confrontadas en los diferentes usos lingüísticos (Tejerina, 1992).

La cuestión que se nos plantea es si es posible bilingüismo social sin sustitución lingüística, y si es posible bilingüismo social sin conflicto lingüístico, sin normalización lingüística. De hecho, si avanzamos el argumento nos encontramos con dos fuerzas dialécticas que conllevan, en sí, el monolingüismo. Si triunfa la sustitución lingüística, se instaura un

Bilingüismo social (diglosia) Identidades colectivas

(nacionales, de clase, de género...)

Estructura social (conflicto)

Normalización lingüística

Monolingüismo

Sí No

Conflicto lingüístico (actitudes = lealtad)

Estructura social (jerarquía)

Sustitución lingüística

Bilingüismo Individual Territorial

Lenguas en contacto

5 Nos referimos a la problematización y conflictividad de la cual hablan Berger y Luckmann (1966: 207 y ss.): a la experiencia de ruptura de la normalidad, en este caso de la sustitución, a la ruptura de la suspensión de la duda y la

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sistema monolingüe, por tanto, el conflicto y la normalización lingüísticos nos aparecen como garantes del bilingüismo: sin la problematización y conflictividad del proceso de sustitución el resultado es una sociedad monolingüe.

La cuestión de si es posible el bilingüismo sin sustitución quedaba respondida cuando la planteábamos como una cuestión de poder, ya que entonces la hemos de reformular en el sentido de si es posible una sociedad con una distribución equitativa del poder de los grupos sociales (Habermas, 1981). Desde el momento en que hay grupos sociales con más poder que otros (y da igual la forma de poder que consideremos: cultural, económica o política), los usos lingüísticos de los primeros tenderán a sustituir los usos lingüísticos de los segundos. Es decir, en el bilingüismo social no es posible la igualdad entre las dos lenguas, ya que siempre existe una prioridad, una ordenación, una jerarquía en su uso social. Y volvemos al concepto de diglosia de Ninyoles.

La conclusión no puede ser otra: una situación de bilingüismo social sólo se puede mantener como tal si es problematizada, si existe conflicto sobre el proceso de sustitución lingüística. Por tanto, el bilingüismo sólo se puede mantener si existen procesos de normalización lingüística tendentes al aumento de los espacios de pertinencia del uso de la lengua que retrocede, en caso contrario la situación deriva en monolingüismo6.

I.3. Sustitución o normalización lingüística Los procesos de sustitución lingüística siguen una serie de fases que conducen del

monolingüismo en una lengua al monolingüismo en otra (Mollà y Palanca, 1987: 122 y ss.)

El contacto entre dos lenguas empieza por poner en marcha un proceso por el cual una parte de la sociedad se convierte en individualmente bilingüe. En la medida en que estos individuos ocupen una posición social relevante, con capacidad de definición de la realidad social (ocupan lugares de la administración del estado, en la enseñanza, en los medios de comunicación, de responsabilidad en la estructura económica...), amplían los espacios sociales de pertinencia del uso de la nueva lengua, y cada vez más individuos se convierten en bilingües cuando experimentan la necesidad de aprender y usar la nueva lengua: se convierten en socialmente bilingües. Este bilingüismo pasa a ser unilateral en el momento en que es socialmente posible el monolingüismo en la nueva lengua, que ha evolucionado y convertido en pertinentes sus usos en cada vez más espacios sociales de relación, mientras que la lengua original ha retrocedido y ha dejado de ser pertinente en los espacios más relevantes de la vida social.

Ante una posibilidad de bilingüismo unilateral, los individuos bilingües pueden abandonar la lengua original y convertirse en monolingües en la nueva lengua, mientras que es imposible la supervivencia social de los individuos monolingües en la lengua original, que van desapareciendo progresivamente: bien por defunción (muerte de la población más vieja), bien por convertirse en bilingües. De esta manera se llega a un punto en que no existe monolingüismo en la lengua original, pero sí monolingüismo en la nueva lengua y bilingüismo. El proceso se cierra cuando esta población bilingüe se convierte, progresivamente, también en monolingüe en la nueva lengua.

Sin embargo, a lo largo de este proceso pueden aparecer fuerzas sociales que se oponen a la sustitución lingüística. De hecho, Benjamín Tejerina (1992) apunta que es la misma conciencia de desaparición de la propia lengua, en las fases más críticas, la que puede generar

puesta en marcha de mecanismos de redefinición de la realidad social experimentada.

6 Como todo proceso dialéctico, la lectura se puede realizar desde los dos extremos. No nos cabe duda que Vidal-Quadras es consciente que, con el mantenimiento de la conflictividad sobre el proceso de normalización del catalán en Catalunya, hace su aportación al mantenimiento de la definición social de Catalunya como socialmente bilingüe, evitando que ciertos sectores de la población catalana olviden los riesgos que supone para su posición social el monolingüismo catalán. De igual manera, pero en sentido contrario, puede interpretarse la insistencia de Jordi Pujol en la ausencia de tal conflicto.

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una reacción defensiva a favor de la recuperación de la pertinencia de la lengua original. Una conciencia crítica que, según el propio Tejerina señala, depende en gran medida de la valoración que hace la comunidad lingüística de la identidad colectiva representada por la lengua en retroceso.

Esto sólo significa que el inicio de un proceso de normalización lingüística requiere la explicitación de un problema, de un conflicto social. Y, por tanto, que este proceso de normalización ha de ser necesariamente consciente. Mollá y Palanca (1987) dicen que implica la construcción social de unas condiciones sociopolíticas favorables, la voluntad de la comunidad lingüística y la acción social pertinente. En cualquier caso, nos encontramos ante variables que dependen de la valoración que hacen los individuos y grupos de la identidad representada por la lengua. En el caso que nos ocupa, por tanto, dependerá de la valoración que hacen los valencianos de la identidad valenciana7.

La situación lingüística de la Comunidad Valenciana ha pasado por diferentes fases, si atendemos los procesos de extensión del castellano a lo largo de la historia. En esta evolución, la sociedad valenciana ha cubierto al menos tres fases que Ninyoles (1992:421) resume en: a) dualidad diglósica, en la que el castellano se extiende entre los grupos dirigentes; b) sustitución lingüística, ligada a la movilidad social vertical; y c) conflicto lingüístico, sustitución y normalización, como respuesta a la modernización social.

Según Ninyoles, la actual situación se configura a partir de los cambios estructurales experimentados durante la década de los años sesenta. El proceso de desagrarización y urbanización, el ritmo de la industrialización, el cambio en el signo migratorio... han alterado las funciones sociales tradicionalmente adscritas a las lenguas en conflicto. El carácter inestable de la situación diglósica (tendente al monolingüismo) se acentúa con la implantación de los medios de comunicación de masas y la universalización de la enseñanza durante el último periodo franquista. Estos cambios impulsan a la sustitución lingüística a amplios sectores de la sociedad valenciana, sobre todo entre las clases medias urbanas.

Con la llegada de un sistema democrático, se abre un periodo de especial tensión que sitúa el caso valenciano entre los más destacados de los conflictos lingüísticos europeos. La reacción de los sectores más conservadores opuestos a la normalización del valenciano ha llevado a la sociedad valenciana a lo que Ninyoles denomina “lingüización” del debate político, con el predominio del discurso simbólico, en el cual la raíz emocional ligada a las posiciones contrarias a la normalización ha bloqueado la racionalidad del debate. Un debate lingüístico y cultural que realmente esconde el debate político sobre la identidad nacional valenciana8.

I.4. Actitudes lingüísticas: entre la asimilación y la lealtad Parece claro, entonces, que los procesos de sustitución y normalización lingüística

dependen de la existencia de una conciencia, colectivamente compartida, problematizada respecto a los usos lingüísticos. Es decir, dependen de la existencia de determinadas actitudes lingüísticas.

Para van Dijk (1998), las actitudes residen en la conciencia de los individuos, forman parte de su mundo cognitivo, y consisten en un conjunto de creencias evaluativas generales, u opiniones, que son socialmente compartidas por un grupo social. Son, por tanto, conjuntos específicos, organizados, de creencias socialmente compartidas.

Como son un conjunto de creencias, pertenecen al mundo de la subjetividad. Una subjetividad que, sin embargo, se objetiva en los procesos de intercambio comunicativo (conversación, acción social...), en su exteriorización mediante la acción colectiva que 7 En otros trabajos (Castelló, 1999 y 2001), hemos intentado contrastar esta hipótesis, y hemos mostrado la

importancia del efecto de la identidad colectiva sobre la actitud lingüística. 8 Para una evolución de la situación social del valenciano a lo largo de la década de los años ochenta, ver también

Pitarch (1994).

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promueven. Una objetivación que, no obstante, no expresa una identidad perfecta con su versión subjetiva, ya que la expresión de una creencia en la acción social (incluida la conversación) también está sujeta a las restricciones del contexto.

Como son evaluativas, expresan opinión y no facticidad, no están sujetas a criterios de verificabilidad. Aquello socialmente relevante de las creencias evaluativas (actitudes) no es si lo que expresan es verdad o mentira, sino su propia existencia. Se trata de juicios basados en valores socialmente compartidos: juicios de valor que por tanto pertenecen al orden moral, y no al orden epistémico como las creencias fácticas9.

Si como señala Ninyoles (1975), citando a Weinreich, la lealtad lingüística se entiende como un tipo de actitud lingüística que implica la adhesión a una lengua a efectos de su mantenimiento, entonces las actitudes relevantes en los procesos de sustitución y normalización lingüística estarán referidas a la lealtad lingüística respecto a la lengua en retroceso.

Esta lealtad lingüística puede ser expresada a diferentes niveles, es decir, puede ser descompuesta en diversas dimensiones. Uno primero y básico es el nivel competencial. A través del nivel de conocimiento de un idioma, como por ejemplo la diferencia entre un conocimiento pasivo o activo, o entre un conocimiento oral o escrito... podemos indagar cual es la actitud lingüística que subyace. Un individuo es más leal a una lengua cuanto más capacitado se encuentra para usarla, cuando mejor la conoce. Nosotros denominamos este tipo de lealtad lingüística lealtad competencial. Sin embargo, el conocimiento es un indicador muy incompleto de lealtad lingüística, ya que una lengua cumple una serie de funciones sociales para las cuales la competencia tan solo es un requisito.

La lengua tiene una doble función social (Ninyoles, 1971): una función comunicativa que consiste en transmitir mensajes, y una función integrativa, que fomenta o exige la pertenencia a un grupo. Son dos funciones que no se excluyen pero que mantienen relaciones asimétricas. La función comunicativa no presupone necesariamente la integrativa (puedo conocer el español sin identificarme como español), sin embargo si la lengua tienen una función integrativa, ésta exige también la comunicativa (difícilmente puedo identificarme como español si no conozco y uso el español)10.

Al mismo tiempo, sea cual sea la función, podemos considerar la lengua en una dimensión instrumental o en una dimensión valorativa. La dimensión instrumental, sea comunicativa o integrativa, siempre se realiza “en” la lengua. La dimensión valorativa se realiza cuando hablamos “sobre” la lengua, sea “en” la lengua o no. Una distinción que según Ninyoles (1975) debemos a Fishmann (1989).

Del cruce de funciones y dimensiones podemos obtener una estructura conceptual como la que se refleja en el siguiente cuadro:

Dimensiones Funciones

Instrumental Valorativa

Comunicativa Entenderse Valoración lengua Participativa/integrativa Identificarse Valoración identidad

9 La diferencia entre creencias evaluativas y creencias fácticas se puede ejemplificar con facilidad: un individuo que

expresa la creencia que los nazis no ejecutaron sumariamente judíos, o que expresa que el castellano es una lengua en peligro en la península ibérica, ya que retrocede su uso, expresa creencias fácticas, estas formulaciones son sujetos de verificación, le podemos demostrar la falsedad de sus afirmaciones. Sin embargo, si expresa que la raza aria es superior y tiene el derecho a someter al resto de pueblos del mundo, o que el castellano ha de prevalecer sobre cualquier otra lengua peninsular, expresa creencias evaluativas.

10 En este trabajo nos ceñiremos forzosamente a la función comunicativa. Las razones son de falta de información, ya que los cuestionarios que utilizamos ofrecen escasa información integrativa o participativa en relación con las identidades colectivas asociadas a las lenguas en contacto: española y valenciana.

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En la dimensión instrumental comunicativa el objetivo es entenderse, mientras que en la instrumental integrativa se usa la lengua con la intención de identificación. La dimensión instrumental integrativa comporta implícitamente la dimensión valorativa: la lengua se convierte en significante de cosas que no se dicen (valoración de la identidad colectiva ligada a la lengua). Si se da la dimensión instrumental integrativa es muy probable que se dé también la dimensión valorativa integrativa (valoración de la identidad), pero no necesariamente a la inversa, como ocurre en Irlanda con el gaélico (Tejerina, 1992).

La dimensión valorativa también puede referirse a la función comunicativa como por ejemplo cuando se valora la dificultad de hablar valenciano o cuando se dice que el valenciano no sirve para encontrar trabajo y, por tanto, no es necesario.

Por tanto, entre las dimensiones de la lealtad lingüística, a parte de la lealtad competencial, podemos definir también una lealtad instrumental y una lealtad valorativa. Efectivamente, a través de los hábitos de uso que mantienen los individuos y la valoración que hacen obtenemos una información relevante sobre la actitud lingüística de lealtad que subyace. La convivencia social de dos o más lenguas implica relaciones asimétricas en los usos, de forma tal que una de ellas asume el protagonismo en las relaciones formales, asociativa o de tipo secundario, mientras que la otra u otras se recluyen al espacio informal, comunitario o de tipo primario. Por tanto, mantener el uso social de una lengua es un indicador de lo que hemos denominado lealtad instrumental. Finalmente, nos encontramos con la lealtad explicitada, manifestada, nos habla “sobre” la lengua, no necesariamente “en” la lengua: una lealtad que hemos denominado valorativa.

En una situación de conflicto lingüístico, según Ninyoles (1971), nos encontraremos con tres posibles posiciones: la asimilación a la lengua dominante, la no-movilidad y la lealtad a la lengua dominada. La primera supone el abandono de las pautas lingüísticas originales, generando el proceso de sustitución lingüística: se trata de una posición en la que no encontramos ni lealtad competencial, ni lealtad instrumental, ni lealtad valorativa. Con la tercera nos encontramos en la posición contraria, la que resiste activamente a la sustitución lingüística y, por tanto, presenta niveles altos de lealtad competencial, instrumental y valorativa. Y, finalmente, la posición de no-movilidad, intermedia, nos sitúa en una posición en la que se mantienen ciertas pautas de lealtad.

Es posible explotar el concepto lealtad lingüística con la finalidad de encontrar más de una posición entre la asimilación y la lealtad, ya que esta posición intermedia de no-movilidad es siempre el resultado de una actitud consolatoria. El mismo Ninyoles nos habla de los procesos compensatorios y él distingue dos posibilidades. De una parte, la idealización compensatoria, resultado de la creencia en la virtud superior de los grupos oprimidos, a los cuales de hecho no se pertenece. Se trata realmente de elevar el grupo en desventaja por medio de la idealización, de manera tal que la subvaloración del grupo dominante aparezca como una implicación inevitable, aunque no impida el perjuicio del grupo dominado en la práctica. Se trata de una posición con escasa lealtad instrumental y elevada lealtad valorativa. Por otra parte, nos encontramos con la posición contraria, la subvaloración compensatoria. Se trata de una posición que aunque use la lengua subordinada, lo hace como por castigo y, de hecho, no valora este atributo, de manera que se trata de un grupo con una amplia lealtad instrumental pero una baja lealtad valorativa.

Con todo, según el planteamiento que hemos hecho, las únicas soluciones viables a los conflictos lingüísticos son la asimilación o la lealtad, actitudes que se constituyen en los términos reales y últimos de los conflictos lingüísticos. Dos posiciones que con todo son asimétricas, ya que en la asimilación nos encontramos con un grupo monolingüe, mientras que la lealtad a la lengua minorizada implica bilingüismo.

I.5. Operativización de conceptos El supuesto según el cual las actitudes residen en la conciencia individual, así como la

posibilidad de aplicar ciertas reglas para conseguir mayores niveles de validez externa, dado el

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carácter fundamentalmente descriptivo de la investigación, sin perder la posibilidad de mantener altos niveles de validez interna y de constructo, por la capacidad que nos da para aplicar técnicas de análisis multivariable en la construcción de nuestro objeto de análisis, nos permite plantearnos la investigación a partir de la información recogida en el trabajo de campo de encuestas. En ellas son los propios entrevistados los que se sitúan entre las posiciones ofrecidas por el encuestador. Hemos de ser conscientes, además, del interés práctico por conocer los niveles de evidencia social conseguidos por unas posiciones de lealtad lingüística y otras, con la finalidad de informar las políticas públicas diseñadas al efecto de mantener una situación de bilingüismo y huir del extremo monolingüe11.

Así, pues, utilizamos cuatro encuestas realizadas por la propia Conselleria de Cultura, a través de su Dirección General de Política Lingüística, bajo la dirección de Rafael L. Ninyoles, responsable del Servicio de Investigación y Estudios Sociolingüísticos. Estas encuestas se realizaron el año 1994 en las ciudades de Alacant y Elx, y el año 199512 en la ciudad de Castelló de la Plana y en el conjunto territorial de la Comunidad Valenciana que se considera bilingüe13. El escaso lapsus de tiempo entre unas y otras, dada la lentitud con la que cambian las actitudes respecto a la lengua y la identidad, nos lleva a considerarlas como muestras de la situación a mediados de los años noventa, respecto a los espacios urbanos (Alacant, Elx y Castelló)14 y el conjunto valenciano. El universo de todos los trabajos es la población residente mayor de 15 años. Los márgenes de error, dados los tamaños muestrales, son de ±4,7 para Elx, ±3,4 para Castelló, ±3,9 para Alacant (±1,1 para el conjunto urbano considerado) y de ±2,9 para el conjunto territorial bilingüe de la Comunidad Valenciana.

Esta primera medición nos imposibilita la comparación intertemporal y limita el análisis causal, aunque nos permite las comparaciones transversales entre grupos y espacios. Sin embargo, se trata de una primera aproximación que nos permite iniciar una serie de mediciones que, con estudios posteriores, nos facilite el análisis de los cambios en el tiempo.

Tal y como decíamos anteriormente, las actitudes lingüísticas hacia el valenciano se forman a partir de una mayor o menor lealtad lingüística hacia esta lengua. Es por ello que resulta de suma importancia en nuestra investigación la construcción y el análisis de indicadores de lealtad lingüística.

En nuestro caso, la construcción de indicadores de lealtad lingüística se ha llevado a cabo mediante las preguntas relativas al conocimiento, uso y valoración del valenciano que encontramos en el cuestionario de las encuestas analizadas. Concretamente, se ha transformado la información contenida en dichas preguntas utilizando medias ponderadas de respuesta. La ponderación consiste en dar valores diferentes a las respuestas en función de su mayor o menor relación con nuestro concepto central: lealtad lingüística. Una ponderación opinable, pero que objetiva la medición y permite su discusión.

De este modo, con la información relativa al nivel de competencia, del uso oral tanto en relaciones primarias como secundarias, del uso escrito (lectura-escritura), así como de la valoración que hacen los entrevistados de la pertinencia del uso del valenciano, construimos

11 La pertinencia en este caso de la técnica de encuesta, dadas las características y objetivos de la investigación

financiada por la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana, no nos hace olvidar sus limitaciones. Y, de hecho, los resultados que obtenemos sin duda que pueden sugerir nuevas formulaciones de investigación de carácter más cualitativo que nos ayuden a afinar conceptualmente las relaciones entre unas posiciones y otras.

12 Hay que señalar que no hay encuestas más recientes, ya que la llegada al gobierno de la Generalitat Valenciana del Partido Popular, a mediados de 1995, paralizó este tipo de trabajos.

13 Se excluyen las comarcas de l’Alt Millars, l’Alt Palància, el Racó d’Ademús, els Serrans, la Foia de Bunyol, la Plana d’Utiel, la Vall d’Aiora, la Canal de Navarrés, l’Alt Vinalopó, el Vinalopó Mitjà y el Baix Segura, por considerarse monolingües en castellano. Estas comarcas representan el 36% del territorio, pero apenas superan el 10% de la población valenciana.

14 La de la ciudad de Valéncia, realizada también en el año 1995, fue explotada por otro investigador becado.

10

Page 12: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

cinco indicadores de lealtad lingüística: competencia, uso primario, uso secundario, uso escrito y valoración.

I.5.1. Lealtad Competencial El indicador relativo a la competencia está construido a partir de las preguntas p1, p2, p3

y p4: entender, saber hablar, saber leer y saber escribir respectivamente:

P1 ¿Entiende

valenciano?

P2 ¿Sabe hablar valenciano?

P3 ¿Sabe leer

valenciano?

P4 ¿Sabe escribir valenciano?

Nada 1 1 1 1 Un poco 2 2 2 2 Bastante 3 3 3 3 Perfectamente 4 4 4 4

A entender el valenciano le asignamos una ponderación de 1, la más baja de las cuatro preguntas; saber hablar y saber leer las ponderamos por 2, pues ambas indican un nivel de competencia mayor que sólo entender el valenciano, ya que implican un proceso de codificación y decodificación, oral y escrito, respectivamente. Por último, a saber escribir le asignamos una ponderación de 3 por considerar que se trata de la máxima competencia posible.

Esta asignación de ponderaciones la aplicaremos a las cuatro opciones de respuesta en cada una de las cuatro preguntas: “nada”, le asignamos un valor 0, indicando ninguna capacidad; “un poco”, el valor 1; “bastante bien”, el valor 2; “perfectamente”, el valor 3. En definitiva, de esta transformación obtenemos una nueva variable en la cual un individuo puede obtener una puntuación máxima de 24 (entiende, sabe hablar, sabe leer y sabe escribir perfectamente), y una mínima de 0 (no saber nada en las cuatro variables). Con el fin de trabajar con un indicador situado entre los valores 0 y 1, la dividimos entre 24. Designaremos esta nueva variable con el nombre de Lealtad Competencial.

I.5.2. Lealtad Instrumental Primaria. Mediante el indicador de uso primario, construido con las variables p5a, p5b, p5c y p5f,

se pretende medir el grado de uso del valenciano, en comparación al castellano, en los principales ámbitos de relación social primaria. Éstos son “en casa”, “con los amigos”, “en tiendas tradicionales” y “en el trabajo con compañeros”, ponderando por 1, 2, 3 y 4 respectivamente, por considerar una expresión de mayor lealtad el uso del valenciano en los espacios más alejados del núcleo familiar.

En qué lengua habla usted... P5a ...en casa?

P5b ... con los amigos?

P5c ... con los

compañeros de trabajo

P5f ... en tiendas

tradicionales?

Siempre en valenciano 1 1 1 1 Generalmente en valenc. 2 2 2 2 Más en valenc. que en cast. 3 3 3 3 Indistintamente 4 4 4 4 Más en cast. que en valenc. 5 5 5 5 Generalmente en castellano 6 6 6 6 Siempre en castellano 7 7 7 7

En este caso, las respuestas de las preguntas varían entre “siempre en castellano” (con valor 0, ya que no supone ninguna lealtad en el uso oral del valenciano en las relaciones sociales primarias), “generalmente en castellano” (1), “más en castellano que en valenciano” (2), “indistintamente” (3), “más en valenciano que en castellano” (4), “generalmente en valenciano” (5) y “siempre en valenciano” (6).

11

Page 13: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

Por tanto obtenemos una variable cuya puntuación oscila entre un mínimo de 0, para quienes siempre usen el castellano en los ámbitos de relación social considerados, y un máximo de 60, para los que siempre usen el valenciano. Igual que en el caso anterior, para trabajar con un indicador entre 0 y 1, dividimos la nueva variable entre 60. Su nombre será Lealtad Instrumental Primaria.

I.5.3. Lealtad Instrumental Secundaria Para construir el indicador de uso secundario se ha seguido el mismo método anterior. En

este caso, se han utilizado las preguntas p5d, p5e y p5g como base: uso en las relaciones externas del trabajo, en la calle con desconocidos y en grandes superficies, respectivamente. La primera de ellas la ponderamos por 2, ya que consideramos que en el trabajo, en las relaciones externas (clientes, proveedores,...), el individuo arriesga más recursos en la relación comunicativa que en la calle con desconocidos o cuando va de compras a grandes superficies.

Al mismo tiempo, si tenemos en cuenta que las opciones de respuesta para estas dos variables son las mismas que en el caso anterior, obtendremos una nueva variable con una puntuación máxima de 24, para aquellos que siempre usen el valenciano en los ámbitos considerados, y una mínima de 0, para los que siempre usen el castellano. Dividimos entre 24, con lo que el indicador, denominado Lealtad Instrumental Secundaria, fluctúa entre 0 y 1.

I.5.4. Lealtad Instrumental Escrita Los dos indicadores anteriores nos permiten medir el uso oral del valenciano, pero

necesitamos una visión más completa de la lealtad instrumental. Con esta finalidad se procede a construir un indicador de uso escrito que nos permita comprobar cual es el grado de uso escrito, activo (escribir) y pasivo (leer) del valenciano entre la población estudiada. La construcción de éste se ha llevado a cabo a través de las preguntas p6, en las que se pregunta a los entrevistados por aquello que suelen leer en valenciano: p6a, “ninguna cosa” (con valor 0); p6b, “letreros y señalizaciones” (1); p6c, “anuncios publicitarios...” (2); p6d, “textos festivos...” (3); p6e, “comunicaciones de organismos oficiales...” (4); p6f, “revistas, boletines...” (5); p6g, “libros” (7). Además, se ha utilizado la pregunta p7 que demanda si se escribe alguna cosa en valenciano, en cuyo caso lo valoramos con 10. De esta manera, teniendo en cuenta que las 8 preguntas son dicotómicas, un entrevistado que responda “sí” en todas ellas obtiene una puntuación de 32. Para conseguir que el nuevo indicador se mueva entre los valores 0 y 1 dividimos entre 32. Su nombre es el de Lealtad Instrumental Escrita.

I.5.5. Lealtad Valorativa. Finalmente, las preguntas p9 y p10 nos han servido para extraer el indicador relativo a la

Lealtad Valorativa. En la primera de ellas los entrevistados responden si creen que, en la actualidad, el valenciano, a nivel social, se usa más (puntuando por 2), igual (1) o menos (0) que antes; en la segunda responden si creen que debería usarse más (2), igual (1) o menos (0). En este caso, hemos considerado con mayor peso valorativo el deseo de mayor uso (ponderando por 3), que la opinión de su uso actual frente al pasado (por 1). La máxima puntuación en este indicador es 8, resultante de contestar “más” en las dos preguntas utilizadas. Como en el resto de indicadores, para obtener indicadores cuyos valores oscilen entre 0 y 1, dividimos entre 815.

II. Lealtad lingüística al valenciano en los ámbitos urbanos

La aplicación de esta operativización otorga puntuaciones a los individuos en cada una de las dimensiones de lealtad lingüística al valenciano consideradas, de manera que a través de las

15 En cualquier caso, aconsejamos la introducción de más preguntas relacionadas con la valoración, como por

ejemplo la opinión respecto al obligado conocimiento del valenciano por parte de los funcionarios y/o de todos los individuos que trabajen en la Comunidad Valenciana.

12

Page 14: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

puntuaciones medias obtenemos una medición de los objetivos conseguidos en cada uno de los aspectos relativos a la lealtad a la lengua en retroceso.

Gráfico 1. Dimensiones de la lealtad lingüística de los valencianos en 1994/5.

0,52 0,53

0,40

0,48

0,80

0,43

0,25

0,19

0,41

0,70

0,00

0,10

0,20

0,30

0,40

0,50

0,60

0,70

0,80

0,90

Competencial Instr. Primaria Instr. Secundaria Instr. Escrita Valorativa

Conjunto valenciano Conjunto urbano En el Gráfico 1 podemos apreciar como, en los ámbitos urbanos, en comparación al

conjunto territorial bilingüe en valenciano, se observa una reducción de todas las lealtades, siendo la más destacada la obtenida respecto a las lealtades instrumentales orales, tanto Primaria como Secundaria. En cualquier caso, la lealtad hacia el valenciano tiene sus problemas principales en la dimensión Instrumental Secundaria, tanto en los ámbitos urbanos como en el conjunto valenciano. El uso instrumental oral en las relaciones secundarias es siempre inferior al uso del valenciano en las relaciones primarias. Observamos, por tanto, que se da una situación diglósica, ya que si no fuera así cabría esperar la coincidencia entre la Lealtad Instrumental Primaria y la Secundaria, lo cual no ocurre.

Por otra parte, podemos señalar otra diferencia entre los ámbitos urbanos y el conjunto valenciano, ya que en éste el uso oral primario (Lealtad Instrumental Primaria) supera el escrito (Lealtad Instrumental Escrita) e incluso ligeramente a la Lealtad Competencial, mientras que en los ámbitos urbanos esto no ocurre. Es decir, en los entornos urbanos el uso oral, más habitual en la comunicación social, es inferior a la presencia escrita y al nivel competencial, lo que sugiere que los programas de promoción en estas ciudades no acaban de tener éxito más allá de la dotación competencial y de la rotulación y ciertas formas de comunicación escrita.

Otro hecho claramente observable es el contraste entre las puntuaciones medias de la Lealtad Valorativa y el resto de las lealtades. Esto nos hace pensar que los ciudadanos de la Comunidad Valenciana, en términos generales, mantienen una actitud media cercana a la idealización compensatoria definida por Ninyoles (Castelló, 2000). Pero también pensamos que sin esta elevada Lealtad Valorativa, las Lealtades Instrumentales aún serían menores.

Los indicadores de lealtad construidos no tienen por qué ser independientes entre sí. De hecho, hemos de esperar que se establezcan importantes correlaciones entre ellos. En el Anexo estadístico, queda patente esta expectativa en la medida que todas las correlaciones son significativas para un alfa de 0,01. Además podemos ver como, efectivamente, la correlación entre las Lealtades Instrumentales orales, Primaria y Secundaria, presentan un valor muy elevado, tanto en el conjunto valenciano como en el urbano (0,85 y 0,90, respectivamente). También la Lealtad Competencial y la Lealtad Instr. Escrita tienen una fuerte correlación en ambos espacios (0,78, en el conjunto urbano, y 0,81, en los ámbitos urbanos). Así pues, como era de esperar, la Lealtad Competencial y la Instrumental Escrita, por una parte, y las Lealtades Instrumentales Primaria y Secundaria, de otra, conforman dos dimensiones de lealtad lingüística, la primera ligada a las competencias y la segunda a los usos.

Por su parte, la Lealtad Valorativa se mantiene a más distancia en la correlación con el resto de lealtades. Con todo, en ambos casos, conjunto valenciano y urbano, mantiene la correlación más potente con la Lealtad Instrumental Primaria, es decir, con el mantenimiento del uso del valenciano en las relaciones más próximas.

13

Page 15: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

Es destacable, también, la importante correlación que mantienen la Lealtad Competencial y las Instrumentales orales, Primaria y Secundaria, confirmando que la primera constituye un requisito de las segundas16.

Veamos ahora con más detenimiento las características de cada una de las cinco dimensiones de la lealtad lingüística al valenciano que hemos construido.

II.1. Lealtad Competencial Los parámetros de la distribución de la Lealtad Competencial son los que se reflejan en la

siguiente Tabla y que se dibujan, si adoptamos la forma normal, como muestra el Gráfico 2. En la Tabla encontramos como mientras el conjunto valenciano obtiene una media próxima al 5,2 sobre 10, el conjunto urbano obtiene un 4,3, lo que, en términos académicos significa que tendríamos que aprobar al primero y suspender al segundo.

Tabla 1: Parámetros de la distribución de la Lealtad Competencial Espacio Media Desv.Típica

Conjunto urbano 0,432 0,256Conjunto valenciano 0,517 0,243

Efectivamente, en el Gráfico podemos señalar como el conjunto valenciano avanza y supera ligeramente al conjunto urbano en las puntuaciones de Lealtad Competencial más elevadas. Así, la probabilidad de obtener una puntuación superior a 0,5 (como mínimo aprobar, en lenguaje académico) es del 53% para el conjunto valenciano y sólo del 40% para los ámbitos urbanos. Pero si subimos la exigencia al nivel de ‘notable’ (superior a 0,7) las probabilidades caen al 23% y al 15%, respectivamente.

Gráfico 2. Distribuciones de la lealtad competencial en el conjunto urbano y el conjunto valenciano

0,0

0,2

0,4

0,6

0,8

1,0

1,2

1,4

1,6

1,8

0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1

Conjunto valenciano Conjunto urbano

En el Anexo estadístico podemos comprobar que, sea cual sea la categoría social

analizada, en el conjunto valenciano siempre se obtienen mayores puntuaciones que en el conjunto urbano. Las categorías con mayor Lealtad Competencial son las de la población estudiante, con estudios universitarios o secundarios, con una edad comprendida entre 15 y 24 años y nacidos en la Comunidad Valenciana, por este orden; mientras que las que presentan menores puntuaciones en esta forma de lealtad lingüística son los nacidos fuera de la Comunidad Valenciana, con estudios inferiores a los primarios, amas de casa y mayores de 55

16 Este resultado, por obvio que pueda resultar, es relevante en la medida que últimamente se ha puesto en duda, por

parte de ciertos sectores de la Comunidad Valenciana, la eficacia de la política de enseñanza del valenciano, negando cualquier efecto sobre las pautas de uso. Como más adelante se pone de relieve, la dotación competencial aparece como una condición necesaria aunque insuficiente para garantizar el mantenimiento de usos, que no es lo mismo que asegurar su total ineficacia.

14

Page 16: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

años. Lo cual nos señala importantes objetivos poblacionales en la política de enseñanza del valenciano.

No obstante, si observamos el perfil de puntuaciones respecto a la media respectiva al conjunto urbano y valenciano (Gráfico 3), encontramos la práctica coincidencia de los dos perfiles: solamente entre los parados de un espacio y otro parece existir cierta diferencia en el patrón competencial. Por lo que las diferencias de Lealtad Competencial entre ambos espacios sociales no son debidas a diferencias en la relación respecto a los grupos sociales, sino más bien a la mayor o menor presencia de unos colectivos y otros, y a diferencias en el nivel de presión social general en cada uno de los ámbitos.

Gráfico 3: Desviaciones respecto a la puntuación media en la Lealtad Competencial

-0,6

-0,4

-0,2

0

0,2

0,4

0,6

Hom

bres

Muj

eres

15 -

24

25 -

34

35 -

44

45 -

54

55 -

64

Más

de

64

Com

unid

ad V

alen

cian

a

Fuer

a C

V

Men

or p

rimar

ios

Prim

ario

s

Secu

ndar

ios

Uni

vers

itario

s

Agr

icul

tura

Com

erci

o

Indu

stria

Serv

icio

s

Am

a de

cas

a

Estu

dian

te

Trab

ajad

or

Empr

esar

io

Para

do

Jubi

lado

Conjunto valenciano Conjunto urbano

II.2. Lealtad Instrumental Primaria Respecto a esta forma de lealtad lingüística, las diferencias entre el conjunto valenciano y

los ámbitos urbanos son más evidentes, tanto que el nivel medio conseguido por el primero (0,53) más que duplica al segundo (0,25), tal como se refleja en la Tabla 2. A ello hay que añadir una mayor dispersión de los valores en el conjunto valenciano, lo que indica una mayor homogeneidad en el escaso uso primario en los ámbitos urbanos y una mayor dispersión del mayor uso primario en el conjunto valenciano.

Tabla 2: Parámetros de la distribución de la Lealtad Instrumental Primaria Espacio Media Desv.Típica

Conjunto urbano 0,251 0,320Conjunto valenciano 0,530 0,414

Estas características quedan claramente reflejadas en el Gráfico 4, de las curvas normales correspondientes a los parámetros. En ellas vemos como el conjunto valenciano supera muy claramente los ámbitos urbanos en las puntuaciones altas. Hasta el punto que, en el conjunto valenciano, si la probabilidad de ‘aprobar’ (superar el 0,5) en la Lealtad Instr. Primaria iguala la de la Lealtad Competencial con un 53%, apenas llega al 22% en los ámbitos urbanos, 2,5 veces inferior a la del conjunto valenciano y casi la mitad de la Lealtad Competencial, en la que llegaban al 40%. Y si elevamos la exigencia al ‘notable’ (superar el 0,7), la probabilidad del conjunto valenciano supera la Lealtad Competencial con un 36%, mientras que en el conjunto urbano recoge un escaso 8% de los casos.

15

Page 17: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

Gráfico 4. Distribuciones de la lealtad instrumental primaria en el conjunto urbano y el conjunto valenciano

0,0

0,2

0,4

0,6

0,8

1,0

1,2

1,4

0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1

Conjunto valenciano Conjunto urbano

Además, aunque el máximo lo marca la población vinculada al sector agrícola y el

mínimo la población nacida fuera de la Comunidad Valenciana en los dos espacios sociales analizados, los perfiles sociales desajustan también más claramente.

Gráfico 5: Desviaciones respecto a las puntuaciones medias en la Lealtad Instr. Primaria

-1

-0,5

0

0,5

1

1,5

Hom

bres

Muj

eres

15 -

24

25 -

34

35 -

44

45 -

54

55 -

64

Más

de

64

Com

unid

ad V

alen

cian

a

Fuer

a C

V

Men

or p

rimar

ios

Prim

ario

s

Secu

ndar

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Uni

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s

Agr

icul

tura

Com

erci

o

Indu

stria

Serv

icio

s

Am

a de

cas

a

Estu

dian

te

Trab

ajad

or

Empr

esar

io

Para

do

Jubi

lado

Conjunto valenciano Conjunto urbano

Así, en los ámbitos urbanos se detecta un claro escalonamiento en función de la edad, de forma que a mayor edad mayor Lealtad Instr. Primaria, una escala que no aparece en la muestra conjunta del territorio bilingüe valenciano. También es destacable el cruce de perfiles en las categorías de amas de casa y estudiantes.

Estos dos puntos de desajuste nos indican que el proceso de sustitución lingüística primaria ha avanzado bastante más en el ámbito urbano, donde la población más joven, las amas de casa y los estudiantes se encuentran por debajo de la Lealtad Instrumental Primaria media. Marcando así objetivos de corrección de la relación de estos colectivos para mejorar los resultados de las políticas de normalización del valenciano en los ámbitos urbanos.

II.3. Lealtad Instrumental Secundaria La Lealtad Secundaria marca los mínimos respecto a cualquier otra forma de lealtad

lingüística al valenciano, y en este caso la diferencia entre los dos espacios sociales que estamos

16

Page 18: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

estudiando aumentan, no tanto respecto a la media, cuya distancia se mantiene en el doble (0,40 frente a 0,19), como respecto a la combinación entre media y nivel de dispersión.

Tabla 3: Parámetros de la distribución de la Lealtad Inst. Secundaria Espacio Media Desv.Típica

Conjunto urbano 0,194 0,283Conjunto valenciano 0,404 0,388

Efectivamente, en la forma de las curvas normales de los parámetros, observamos una mayor distancia entre ellas que en el caso de la Lealtad Instr. Primaria. En los usos en relaciones más formales, la probabilidad de superar el 0,5 llega al 40% para el conjunto valenciano y apenas al 14% para los ámbitos urbanos: casi tres veces inferior. Y no digamos si elevamos la exigencia al ‘notable’ (superar el 0,7): entonces el conjunto valenciano llega al 22%, mientras que los urbanos sólo recogen un 4% de casos que hacen un uso secundario del valenciano ‘notable’.

Gráfico 6. Distribuciones de la lealtad instrumental secundaria en el conjunto urbano y el conjunto valenciano

0,0

0,2

0,4

0,6

0,8

1,0

1,2

1,4

1,6

0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1

Conjunto valenciano Conjunto urbano

Gráfico 7: Desviaciones respecto a la media en las puntuaciones de la Lealtad Instr. Secundaria

-1

-0,5

0

0,5

1

1,5

Hom

bres

Muj

eres

15 -

24

25 -

34

35 -

44

45 -

54

55 -

64

Más

de

64

Com

unid

ad V

alen

cian

a

Fuer

a C

V

Men

or p

rimar

ios

Prim

ario

s

Secu

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ios

Uni

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itario

s

Agr

icul

tura

Com

erci

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Indu

stria

Serv

icio

s

Am

a de

cas

a

Estu

dian

te

Trab

ajad

or

Empr

esar

io

Para

do

Jubi

lado

Conjunto valenciano Conjunto urbano

El perfil social de relación con las puntuaciones conseguidas es exactamente el mismo

que el presentado por la Lealtad Instrumental Primaria. Es la población relacionada con el sector

17

Page 19: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

agrícola, con una edad superior a 64 años y jubilada, la que marca los máximos, mientras que la población nacida fuera de la Comunidad Valenciana y con una edad comprendida entre 15 y 24 años son los colectivos que señalan los mínimos. Ya vimos antes la fuerza de la correlación entre ambas Lealtades Instrumentales orales.

II.4. Lealtad Instrumental Escrita Con esta forma de lealtad lingüística volvemos a un esquema similar al que tenía la

Lealtad Competencial, con una escasa diferencia entre los espacios urbanos y el conjunto del territorio. De hecho, las medias sólo se diferencian en 7 centésimas (7 décimas en una escala sobre 10) y la dispersión es muy similar.

Tabla 4: Parámetros de la distribución de la Lealtad Instrumental Escrita Espacio Media Desv.Típica

Conjunto urbano 0,412 0,337Conjunto valenciano 0,483 0,352

De hecho, las curvas son casi coincidentes y las probabilidades poco diferentes: apenas 8 puntos, de 48% a 40%, entre el conjunto valenciano y los ámbitos urbanos, respectivamente, para superar la puntuación de 0,5 (aprobado), y 7 puntos, de 27% a 20%, en el mismo sentido, para superar el 0,7 (notable).

Gráfico 8. Distribuciones de la lealtad instrumental escrita en el conjunto urbano y el conjunto valenciano

0,0

0,2

0,4

0,6

0,8

1,0

1,2

1,4

0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1

Conjunto valenciano Conjunto urbano

También el perfil social es prácticamente idéntico al que presentaba la Lealtad

Competencial, como también podíamos prever a la vista de la fuerza de la correlación entre estas dos formas de lealtad lingüística: la edad, los estudios y la actividad de estudiante marcan las diferencias con el resto de la población, pero no entre el espacio urbano y el conjunto valenciano.

18

Page 20: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

Gráfico 9: Desviaciones respecto a la puntuación media en la Lealtad Instr. Escrita

-0,8

-0,6

-0,4

-0,2

0

0,2

0,4

0,6

0,8

1

1,2

Hom

bres

Muj

eres

15 -

24

25 -

34

35 -

44

45 -

54

55 -

64

Más

de

64

Com

unid

ad V

alen

cian

a

Fuer

a C

V

Men

or p

rimar

ios

Prim

ario

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Secu

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Uni

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Agr

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Com

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Indu

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icio

s

Am

a de

cas

a

Estu

dian

te

Trab

ajad

or

Empr

esar

io

Para

do

Jubi

lado

Conjunto valenciano Conjunto urbano

II.5. Lealtad Valorativa La Lealtad Valorativa establece una diferencia muy evidente respecto al resto de lealtades

consideradas: las medias son muy superiores. Esta es la razón que nos sugería una actitud general resultante de idealización compensatoria en la consideración del valenciano entre la población de la Comunidad Valenciana.

Tabla 5: Parámetros de la distribución de la Lealtad Valorativa Espacio Media Desv.Típica

Conjunto urbano 0,703 0,292Conjunto valenciano 0,801 0,232

De hecho, las curvas normales con los parámetros de esta forma de lealtad presentan la asimetría opuesta a la que presentaban las Lealtades Instrumentales orales, tanto la Primaria como la Secundaria. De manera tal que la probabilidad de superar el ‘aprobado’ (0,5) entre el conjunto de la población valenciana es del 90% y del 75% entre la que reside en ámbitos urbanos.

Gráfico 10. Distribuciones de la lealtad valorativa en el conjunto urbano y el conjunto valenciano

0,0

0,2

0,4

0,6

0,8

1,0

1,2

1,4

1,6

1,8

2,0

0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1

Conjunto valenciano Conjunto urbano

19

Page 21: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

Respecto al perfil social de las puntuaciones medias, tenemos que los máximos son los mísmo, pero los mínimos son bastante diversos entre los espacios sociales analizados. Así, en el espacio urbano, los máximos los marca la población agrícola, los empresarios, la población que tiene estudios universitarios, nacidos en la Comunidad Valenciana y con una edad comprendida entre 35 y 44 años; sin embargo, los mínimos los señalan los nacidos fuera de la Comunidad Valenciana, con una edad entre 15 y 24 años y estudiantes. Por su parte, el conjunto valenciano, los máximos los presenta también en la población con una edad comprendida entre 35 y 44 años, estudios universitarios y nacidos en la Comunidad Valenciana, pero los mínimos corresponden a la población nacida fuera de la Comunidad Valenciana, con una edad superior a los 55 años y jubilada. Es decir, los mínimos en el ámbito urbano corresponde a la población más jóven, mientras que en el conjunto valenciano los mínimos son los de la población más vieja.

Gráfico 11: Desviaciones respecto a las puntuaciones medias en la Lealtad Valorativa

-0,2

-0,15

-0,1

-0,05

0

0,05

0,1

0,15

Hom

bres

Muj

eres

15 -

24

25 -

34

35 -

44

45 -

54

55 -

64

Más

de

64

Com

unid

ad V

alen

cian

a

Fuer

a C

V

Men

or p

rimar

ios

Prim

ario

s

Secu

ndar

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Uni

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itario

s

Agr

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tura

Com

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o

Indu

stria

Serv

icio

s

Am

a de

cas

a

Estu

dian

te

Trab

ajad

or

Empr

esar

io

Para

do

Jubi

lado

Conjunto valenciano Conjunto urbano

Así, en esta primera aproximación obtenemos que los objetivos establecidos por la Llei d’Ús i Ensenyament del Valencià se consiguen con mayor eficacia en el ensenyament, en la dotación de competencias, que en el ús, en la dotación de Lealtades Instrumentales orales, tanto Primaria como Secundaria. Y esto se observa con gran evidencia en los ámbitos urbanos donde la población joven es la que más conoce la lengua pero también la que menos la usa y valora. Lo cual, según las fases de sustitución lingüística, parece indicar que si bien en el conjunto valenciano este proceso de sustitución ha remitido con las políticas de normalización, esta contención no se ha conseguido en los ámbitos urbanos, donde el valenciano es mantenido en su uso por la población más vieja y relacionada con la agricultura.

III. Grupos actitudinales lingüísticos El interés de esta operativización, quizá no está tanto en la consecución del análisis que

acabamos de realizar como en la capacidad que nos da de clasificar la población y de imputarle determinadas actitudes lingüísticas. De hecho, las dimensiones de la lealtad lingüística obtenidas no funcionan por separado sino combinadas para dar como resultado una actitud global frente a los procesos de sustitución / normalización que experimenta el valenciano.

Se trata ahora de la construcción de generalizaciones limitadas, al estilo de los tipos-ideales weberianos. Estos tipos-ideales son elementos de comparación mediante los cuales podemos generar enunciados descriptivos. En cualquier caso no son generalizaciones de lo que hay, sino puntos de referencia construidos. De hecho, Weber entiende los tipos-ideales como

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Page 22: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

reconstrucciones estilizadas en función de unos elementos o caracteres típicos acentuados. En nuestro caso, los indicadores de lealtad lingüística construidos en el apartado anterior.

Con el objetivo de realizar la clasificación, hemos optado por estandarizar los valores de los indicadores de lealtad. Así conseguimos que los valores que se encuentran por debajo de la media sean negativos y los que se encuentran por enciman sean positivos, facilitando su identificación. Idealmente, la combinación de puntuaciones positivas y negativas (respecto a la media) de las diferentes formas de lealtad lingüística de los individuos de las muestras, da como resultado 32 actitudes lingüísticas posibles (25, dos opciones posibles, positiva-negativa, en cada una de las cinco lealtades). Sin embargo, el repaso de estas combinaciones teóricamente posibles, nos revela que hay casos que no se pueden dar en la práctica. Por ejemplo, una combinación de puntuaciones positivas en la dimensión Instrumental (uso) y negativas en la dimensión Competencial (conocimiento) no es posible, ya que la lengua sólo puede ser instrumental si se es competente.

Ante esta tesitura podríamos seguir dos estrategias. Podemos comprobar que combinaciones de signos serían posibles y clasificar los individuos automáticamente en función del sentido positivo o negativo de sus lealtades. O podemos aplicar el análisis de conglomerados, que nos permite que sean los elementos de las muestras los que se agrupen en función del nivel de su afinidad. Nosotros optamos por esta segunda fórmula, ya que es la que mejor se aproxima a lo que buscamos: combinaciones de lealtades lingüísticas que permiten a los individuos identificarse actitudinalmente.

La aplicación del análisis de conglomerados nos propone la presencia de cinco grupos con las características actitudinales medias que se reflejan en la Tabla 6, y que tienen los mismos signos para el conjunto valenciano y los ámbitos urbanos.

Tabla 6: Centros de los conglomerados en el conjunto valenciano y en los ámbitos urbanos

Conglome-

rados Competen-

cial Inst.

Primaria Inst.

Secundaria Inst.

Escrita Valorativa 1 1,306 0,994 1,087 1,256 0,442 2 -0,038 0,918 0,830 -0,493 0,211 3 0,714 -0,380 -0,630 1,093 0,061 4 -1,008 -1,024 -0,898 -0,760 0,680

Conjunto valenciano

5 -0,850 -0,979 -0,852 -0,714 -1,380 1 1,235 1,695 1,860 1,177 0,696 2 0,246 1,057 0,840 -0,192 0,499 3 0,929 -0,379 -0,412 1,244 -0,077 4 -0,682 -0,606 -0,588 -0,673 0,747

Conjunto urbano

5 -0,828 -0,681 -0,602 -0,754 -1,030

La primera agrupación o conglomerado recoge individuos con una puntuación media en todas las formas de lealtad lingüística bastante superior a la media. Se trata de un grupo con elevada Lealtad Competencial, Instrumental y Valorativa. Es un conglomerado que nos dibuja una actitud altamente positiva hacia la normalización del valenciano y opuesta al proceso de sustitución lingüística. Es por ello que optamos por etiquetar a este grupo actitudinal como Leales.

En la segunda agrupación obtenemos un conglomerado con elevadas Lealtades Instrumentales orales, tanto Primaria como Secundaria, pero con una Lealtad Competencial e Instrumental Escrita negativa, y una Lealtad Valorativa positiva, pero baja. Se trata de un grupo que usa habitualmente el valenciano en su forma oral, aunque no lo conoce muy bien y por tanto no lo usa en su forma escrita. Se trata de un grupo que etiquetamos como Usuarios. Esta agrupación presenta una mayor Lealtad Competencial relativa en los ámbitos urbanos que en el conjunto valenciano.

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Page 23: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

El tercer conglomerado nos presenta una agrupación de individuos con una alta Lealtad Competencial e Instrumental Escrita, pero con valores negativos en las Lealtades Instrumentales orales, Primaria y Secundaria, y una escasa Lealtad Valorativa. Se trata de un grupo de conoce bien la lengua, pero no la usa en su forma oral y tampoco la valora. Una categoría que sólo presenta una Lealtad Competencial, por lo cual optamos por etiquetarlos como Competentes.

La cuarta categoría nos muestra individuos con lealtades lingüísticas negativas en todas sus formas excepto en la Valorativa. No conocen bien el valenciano, y por tanto no lo usan, pero introducen una valoración explícita muy destacada. Se trata de una agrupación que encaja perfectamente en el concepto de idealización compensatoria del que hablábamos antes. Es por ello que hemos decidido etiquetarlos como Idealizadores.

Y, finalmente, obtenemos una agrupación que recoge individuos con lealtades lingüísticas negativas en todas las dimensiones consideradas. Se trata de un grupo con una actitud muy alejada de la lealtad lingüística al valenciano. Una actitud negativa en todas las dimensiones: ni es leal respecto a las competencias, ni respecto a los usos, ni respecto a la valoración. Una polarización que nos lleva a considerarlos como totalmente integrados en castellano. Se corresponde con la actitud más favorable a la sustitución lingüística y más opuesta a la normalización. Por todo, optamos por llamarlos Asimilados.

Esto significa que, en referencia al conocimiento, obtenemos dos grupos monolingües en castellano (Asimilados y Idealizadores) y tres grupos bilingües valenciano-castellano (Leales, Usuarios y Competentes), aunque si nos fijamos en los usos, en realidad existen tres grupos tendentes al monolingüismo en castellano (Asimilados, Idealizadores y Competentes) y dos bilingües (Leales y Usuarios).

La Tabla 7 muestra esquemáticamente las posiciones que toman nuestros cinco conglomerados frente a los indicadores, a partir de las que definimos las actitudes lingüísticas y la tipología grupal.

Tabla 7: Esquema clasificatorio de las actitudes lingüísticas Grupos Compe-

tencial Instr..

Primaria Instrum.

Secundaria Instrum. Escrita

Valora- tiva

Actitud lingüística Tipología

1 + + + + + Valorativa,

competencial, instrumental

Leales

2 +/– + + – + Instrumental (oral),

valorativa, competencial

Usuarios

3 + – – + – Competencial, no

valorativa, instrumental (escrita)

Competentes

4 – – – – + Valorativa, no

competencial, no instrumental

Idealizadores

5 – – – – – No competencial, no

instrumental, no valorativa

Asimilados

Con estos resultados podemos establecer una ordenación de actitudes lingüísticas en un continuo en función de su relación con las diferentes formas de lealtad. Un mapa conceptual, como el presentado en la Tabla 8, que nos permite una visión de conjunto más completa y cuidadosa, de cara a la actividad de la praxis, al mismo tiempo que de cara a la actividad de la teoría, facilitaría la realización de trabajos posteriores, de carácter más cualitativo, como por ejemplo en el diseño de grupos de discusión.

En el esquema podemos ver como se llega desde una posición de Asimilado a una de Leal a partir del incremento de las diferentes formas de lealtad lingüística. Hemos querido resaltar también la posibilidad de realizar el camino inverso. Sin embargo, la reflexión nos ha hecho

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Page 24: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

pensar que el retroceso a una posición Asimilada sólo puede realizarse desde una posición de Usuario, pero no desde una posición de Leal y tampoco desde una posición Competente, ya que hemos considerado que la pérdida de competencias lingüísticas es muy costosa en el tiempo, cuando no resulta imposible la pérdida total de competencias. No obstante, queremos señalar que este mapa conceptual está todavía en construcción y sujeto, por tanto, a reflexión y crítica. En cualquier caso, nos parece de gran utilidad para la compresión de los procesos de sustitución / normalización lingüística.

De hecho, la implementación de programas de formación escolar en la lengua minorizada, introduce a la población cuando menos en la categoría de Competentes, lo cual, aparentemente, dificultaría de forma importante el retroceso a posiciones Asimiladas. En caso contrario, en ausencia de programas de formación, la población se integraría como máximo en la categoría de Usuarios con el patente riesgo de retroceso a posiciones Idealizadoras y, finalmente, Asimiladas. Esto señalaría que, efectivamente, las políticas de ensenyament tienen una potencia normalizadora importante, aunque insuficiente. Una potencia normalizadora que hay que completar con la promoción de usos y de la valoración. Esta última lealtad, sin embargo, sabemos que depende en gran medida de la valoración que los individuos realizan de la identidad colectiva asociada a la lengua. Y esto supone la implementación de políticas no estrictamente lingüísticas, para conseguir plenamente los objetivos establecidos en la Ley.

Tabla 8: Esquema conceptual de las actitudes lingüísticas

Lealtad Valorativa

Lealtad Instrumental

Lealtad Competencial

Lealtad Competencial

Lealtad Valorativa

LEALES

USUARIOS

COMPETENTES

IDEALIZADORES ASIMILADOS

Lealtad Instrumental

De la cuantificación de la presencia de estas actitudes en el conjunto valenciano y en los ámbitos urbanos (Gráfico 12), obtenemos que mientras la categoría modal en el primero es la de Usuarios con el 30,5% de los casos, en los ámbitos urbanos la presencia modal es la de los Asimilados con un frecuencia del 30%. Es en estas dos categorías en las que se detectan las máximas diferencias. De hecho, la fractura entre ambos espacios se produce muy claramente en los macrogrupos de uso más que en los de competencia. Así vemos como la presencia relativa de Leales y Usuarios en el conjunto valenciano es superior a su presencia en los ámbitos urbanos, mientras que ocurre lo contrario respecto a la presencia relativa de Competentes, Idealizadores y Asimilados.

El mapa del campo de posiciones lingüística también nos apunta que las oposiciones posibles todavía se dan entre Usuarios-Asimilados en un formato territorial que opone el conjunto valenciano a los ámbitos urbanos.

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Page 25: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

Gráfico 12: Frecuencia de actitudes lingüísticas

19,6

30,5

15,4 16,118,3

12,3

17,920,0 19,9

30,0

0

5

10

15

20

25

30

35

40

Leales Usuarios Competentes Idealizadores Asimilados

Conjunto valenciano Conjunto urbano

Si cruzamos estas frecuencias en función de las variables de caracterización social (ver Anexo estadístico), encontramos que las diferencias más significativas entre los grupos se dan por razón de lugar de nacimiento, de edad y de nivel de estudios. Son estas variables las que asumen el protagonismo explicativo. Otras variables como sector de actividad o situación laboral discriminaran a los grupos con menor fuerza.

Así la principal variable que actúa sobre el proceso de sustitución lingüística en la Comunidad Valenciana es el lugar de nacimiento. Su esquema de relación con la pertenencia a un grupo lingüístico u otro nos muestra que se conforman dos macrogrupos: por un lado los Leales, Usuarios y Competentes; por otro Asimilados y Idealizadores. En el primero hay muy poca participación de población inmigrada, mientras que en el segundo la presencia de ciudadanos no nacidos en la Comunidad Valenciana es muy destacable. Nos encontramos con una diferencia marcada básicamente, por tanto, por razones de competencia.

En relación con el nivel de estudios encontramos otra fractura en la distribución. Hace referencia a la diferencia que hay entre los grupos de Leales y Competentes, por un lado, y Idealizadores, Usuarios y Asimilados, por otra. Mientras los primeros superan en gran medida los estudios secundarios e incluso universitarios, los segundos se quedan mayormente en los estudios primarios. Podemos afirmar pues que acabar los estudios secundarios marca de forma importante la actitud lingüística a favor de los Leales o de los Competentes.

La clasificación por edad es bastante significativa en la medida en que la edad implica muchas otras variables socioeconómicas y políticas que ayudan a definir los grupos. La fecha de nacimiento da una concreción políticotemporal significativa a la hora de clasificar en grupos, relacionados con valores determinados y cambiantes a medida que pasa el tiempo. Lo primero que salta a la vista es la juventud de los Competentes, el 75% tiene menos de 34 años. Este resultado tiene relación con la enseñanza obligatoria de las lenguas oficiales de la Comunidad Autónoma y la escasa utilidad devengada por el valenciano para relaciones sociales secundarias. Estos factores hacen del valenciano un elemento de cultura académica más que social, de saber más que de usar. Por tanto la entrada en vigor de la Llei d’Ús i Ensenyament en 1983 condiciona la competencia en valenciano, pero no impulsa suficientemente su uso en las relaciones secundarias. Asimilados, Usuarios y Idealizadores encuentran una distribución por edades bastante similar siendo los más viejos la categoría de Usuarios.

En el sector de actividad volvemos a encontrar una fractura entre los Leales y Competentes por un lado y el resto de grupos por otro. En el sector servicios es donde se encuentran mayoritariamente los dos grupos. Este sector integraría actividades como banca,

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Page 26: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

enseñanza o sanidad, etc. Cabe destacar que la presencia de Usuarios solo se encuentra por encima de la media para el sector agrícola y comercial. Igualmente podemos señalar una especial presencia del sector industrial y construcción entre Idealizadores y Asimilados.

Por último, según la situación laboral actual, aparece una especial incidencia de los empresarios y de trabajadores en la categoría de Leales, destaca la relevancia de estudiantes para la categoría de los Competentes casi 60%, la incidencia de amas de casa en los Idealizadores, la muy relevante presencia de jubilados en la categoría de Usuarios y, finalmente, la especial relevancia de las amas de casa y parados en la categoría de Asimilados.

Si dibujamos los perfiles sociales de las categorías lingüísticas obtenidas (ver gráficos en Anexo estadístico), tenemos que los ámbitos urbanos y el conjunto valenciano apenas se diferencian. Tan solo es destacable por su significado social, la diferencia en la categoría de Leales. Una diferencia que nos ayuda a entender más claramente la situación.

Efectivamente en el Gráfico 13, detectamos que la relación con los grupos de edad no coincide: el conjunto valenciano presenta una relación inversa en la presencia de Leales, ya que disminuye a medida que aumentamos la edad; sin embargo, en los ámbitos urbanos, adopta una forma de U invertida, con la máxima presencia de Leales en las edades comprendidas entre 35 y 44 años. Esto supone una diferencia muy destacada también en la categoría de estudiantes. De manera que mientras en el conjunto valenciano, esta categoría de máxima lealtad al valenciano es la más jóven, en los ámbito urbanos no ocurre así y la població más jóven no adopta esta actitud lingüística favorable al mantenimento del valenciano como lengua de comunicación social.

IV. Agenda de investigación. A la vista de los resultados obtenidos con el presente trabajo, en el que ha quedado

patente que los procesos de normalización lingüística del valenciano en la Comunidad Valenciana necesitan insistir en la dimensión instrumental oral entre la población joven de los ámbitos urbanos, se nos abren nuevas sugerencias de investigación basadas en la tipología actitudinal propuesta.

En una primera aproximación, cabe la posibilidad de repetir las mediciones en diferentes momentos del tiempo, con la finalidad de detectar los posibles cambios experimentados en los niveles de cada una de las dimensiones de la lealtad lingüística consideradas. Es relevante conocer como evolucionan las puntuaciones de Lealtad Competencial, Instrumental y Valorativa, pero también conocer en que medida cambian las frecuencias de presencia de Asimilados y Leales, de Competentes, Usuarios e Idealizadores.

Pero, la estructura conceptual de relaciones entre las cinco actitudes lingüísticas, también nos sugiere la posibilidad de diseñar una investigación cualitativa, por medio de grupos de discusión, que nos aporte información sobre los discursos propios de cada una de ellas, de manera que mejoremos nuestra compresión de cada una de las actitudes, al mismo tiempo que nos permita un diseño más ajustado de futuras encuestas sociolingüísticas.

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V. Anexo Estadístico

Correlaciones Competencial Inst. Primaria Inst. Secundaria Inst. Escrita N

Competencial 1,000 1195

Inst. Primaria 0,572 1,000 1195

Inst. Secundaria 0,500 0,848 1,000 1195

Inst. Escrita 0,782 0,292 0,273 1,000 1195

Conjunto valenciano

Valorativa 0,299 0,323 0,259 0,205 1195

Competencial 1,000 1932

Inst. Primaria 0,515 1,000 1921

Inst. Secundaria 0,461 0,895 1,000 1918

Inst. Escrita 0,807 0,339 0,325 1,000 1932

Conjunto urbano

Valorativa 0,280 0,388 0,332 0,183 1929

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Page 28: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

Conjunto valenciano Conjunto urbano Puntuaciones en las lealtades N

Competencial

Instr. Primaria

Instr. Secundaria

Instr. Escrita Valorativa N

Competencial

Instr. Primaria

Instr. Secundaria

Instr. Escrita Valorativa

Total 1195 0,517 0,530 0,405 0,483 19350,801 0,432 0,251 0,193 0,412 0,703Hombres 580 0,524 0,521 0,397 0,499 0,799 934 0,456 0,269 0,209 0,439 0,700Género Mujeres 615 0,511 0,539 0,412 0,468 0,802 1001 0,410 0,234 0,179 0,387 0,70615 - 24 256 0,663 0,508 0,363 0,747 0,796 430 0,572 0,177 0,138 0,667 0,65025 - 34 231 0,546 0,487 0,369 0,536 0,810 382 0,431 0,239 0,185 0,397 0,71435 - 44 196 0,513 0,560 0,430 0,475 0,844 335 0,419 0,256 0,191 0,397 0,73145 - 54 193 0,464 0,558 0,411 0,386 0,798 275 0,387 0,269 0,212 0,330 0,71355 - 64 152 0,420 0,505 0,416 0,334 0,769 236 0,349 0,297 0,224 0,275 0,712

Edad

Más de 64 167 0,406 0,578 0,469 0,261 0,772 278 0,347 0,319 0,248 0,252 0,718C. Valenciana 933 0,585 0,651 0,498 0,548 0,831 1464 0,504 0,317 0,242 0,483 0,736Lugar

nacimiento Fuera CV 262 0,275 0,100 0,073 0,250 0,675 471 0,209 0,048 0,044 0,190 0,598Menor primarios 434 0,379 0,507 0,399 0,259 0,781 127 0,274 0,242 0,209 0,179 0,706Primarios 325 0,500 0,525 0,393 0,445 0,792 1080 0,359 0,240 0,181 0,292 0,687Secundarios 283 0,653 0,553 0,407 0,717 0,820 490 0,548 0,245 0,189 0,609 0,711

Estudios

Universitarios 153 0,693 0,562 0,441 0,769 0,837 239 0,611 0,319 0,249 0,672 0,757Agricultura 93 0,472 0,784 0,623 0,328 0,781 49 0,406 0,546 0,395 0,261 0,783Comercio 129 0,532 0,530 0,384 0,490 0,785 229 0,415 0,252 0,195 0,362 0,702Industria 242 0,466 0,484 0,379 0,400 0,803 436 0,364 0,247 0,192 0,311 0,720Servicios 305 0,548 0,470 0,365 0,555 0,806 549 0,457 0,274 0,219 0,442 0,723Ama de casa 266 0,413 0,527 0,403 0,311 0,793 320 0,304 0,205 0,145 0,219 0,682

Actividad Principal

Estudiante 151 0,745 0,573 0,415 0,884 0,823 293 0,658 0,198 0,156 0,817 0,652Trabajador 441 0,516 0,501 0,376 0,485 0,812 680 0,419 0,255 0,196 0,389 0,711Empresario 136 0,546 0,609 0,482 0,523 0,817 215 0,466 0,325 0,245 0,440 0,776Parado 108 0,570 0,457 0,360 0,542 0,788 147 0,401 0,195 0,164 0,363 0,680

Situación laboral

Jubilado 151 0,406 0,573 0,468 0,261 0,771 273 0,364 0,327 0,261 0,269 0,718

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Page 29: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

Conjunto valenciano Conjunto urbano Presencia de actitudes N Leales Usuarios Competentes Idealizadores Asimilados N Leales Usuarios Competentes Idealizadores Asimilados Total

Total 1195 20,2 14,930,9 16,0 18,0 1935 12,3 17,9 20,0 19,8 30,0 100Hombres 580 22,8 26,7 14,2 16,2 20,1 934 13,6 18,7 21,0 18,0 28,6 100Género Mujeres 615 17,8 34,9 15,5 15,9 16,0 1001 11,0 17,1 19,0 21,6 31,3 10015 - 24 256 33,7 8,6 34,7 10,8 12,2 430 11,9 5,4 53,4 9,3 20,0 10025 - 34 231 23,5 23,6 19,4 14,4 19,1 382 14,1 14,0 16,4 21,2 34,2 10035 - 44 196 22,1 36,4 9,4 18,2 13,9 335 15,0 17,6 13,8 21,7 32,0 10045 - 54 193 12,7 42,3 7,9 15,4 21,8 275 11,4 21,3 9,0 21,9 36,5 10055 - 64 152 9,5 41,1 4,6 20,3 24,5 236 11,1 26,1 3,1 24,0 35,7 100

Edad

Más de 64 167 11,0 46,4 2,0 20,5 20,0 278 9,0 32,5 5,8 26,6 26,2 100C. Valenciana 933 25,3 38,3 16,9 9,5 9,9 1464 15,7 22,9 24,1 16,1 21,2 100Lugar nacimiento Fuera CV 262 1,9 4,5 7,8 39,1 46,8 471 1,7 2,6 7,2 31,4 57,1 100Menor primarios 434 5,0 47,0 2,2 23,5 22,4 127 4,7 24,9 4,2 33,1 33,1 100Primarios 325 16,1 35,6 11,2 17,4 19,6 1080 8,1 23,3 8,0 22,9 37,7 100Secundarios 283 33,3 14,6 33,3 7,3 11,5 490 16,2 9,4 39,7 14,8 19,9 100

Estudios

Universitarios 153 47,8 5,3 24,7 8,0 14,1 239 27,2 7,1 41,9 9,3 14,5 100Agricultura 93 18,6 59,5 0,0 8,4 13,5 49 10,1 58,4 0,0 14,0 17,5 100Comercio 129 18,8 33,7 13,0 13,7 20,9 229 9,5 22,2 13,5 24,0 30,8 100Industria 242 14,2 34,5 9,1 21,5 20,6 436 11,3 20,0 7,6 27,4 33,7 100Servicios 305 25,0 19,2 18,7 17,0 20,1 549 17,5 16,6 18,8 18,1 29,0 100Ama de casa 266 8,4 44,9 6,4 20,8 19,4 320 6,3 18,2 4,8 26,2 44,6 100

Actividad Principal

Estudiante 151 44,4 2,6 42,9 3,3 6,8 293 14,3 3,1 68,3 1,7 12,6 100Trabajador 441 19,7 29,2 13,8 18,3 18,9 680 13,5 18,4 14,5 21,0 32,6 100Empresario 136 27,7 34,7 9,7 11,8 16,1 215 17,0 21,0 17,4 23,7 20,9 100Parado 108 25,4 17,1 20,8 15,1 21,6 147 12,8 12,8 13,6 18,8 42,1 100

Situación laboral

Jubilado 151 9,0 47,6 2,2 21,3 19,9 273 10,4 32,3 4,9 26,2 26,2 100

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Page 30: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

Gráfico 13: Perfil social de la categoría de Leales

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Page 31: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

Gráfico 15: Perfil social de la categoría de Competentes

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Page 32: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

Gráfico 17: Perfil social de la categoría de Asimilados

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Page 33: Lealtad y actitudes lingüísticas hacia el valenciano en los entornos urbanos de la Comunidad Valencia

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32