Le Corbusier - Hacia Una Arquitectura

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura

Estetica del ingeniero. Arquitectura

Tres Advertencias a los Seores Arquitectos

El volumen

La superficie

El plan

Los Trazados Reguladores

Ojos que no ven....

Los paquebotes

Los aviones

Los automoviles

Arquitectura

La leccion de Roma

La ilusion de los planes

Pura creacion del espiritu

Casas en serie

Arquitectura o Revolucion

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Estetica del ingeniero

Esttica del ingeniero, Arquitectura, dos entes solidarios, consecutivos, el uno en pleno desarrollo, el otro en penosa regresin. El ingeniero, inspirado por la ley de la economia, y llevado por el clculo, nos pone de acuerdo con las leyes del universo. Logra la armonia. El arquitecto, por el ordenamiento de las formas, obtiene un orden que es pura creacin de su espritu; por las formas, afecta intensamente nuestros sentidos, provocando emociones plasticas: por las relaciones que crea, despierta en nosotros profundas resonancias, nos da la medida de un orden que se siente de acuerdo con el del mundo, determina reacciones diversas de nuestro espiritu y de nuestro corazon; y entonces percibimos la belleza. Estetica del Ingeniero. Arquitectura Esttica del ingeniero, Arquitectura, dos entes solidarios, consecutivos, el Uno en pleno desarrollo, el otro en penosa regresin.

Cuestin de moralidad. La mentira es intolerable. Uno muere Con la mentira. La arquitectura es una de las necesidades mas urgentes del hombre, ya que la casa ha sido siempre la indispensable y primera herramienta que se ha forjado. Las herramientas del hombre jalonan las etapas de la civilizacin, la edad de piedra, la edad de bronce, la edad de hierro. La herramienta procede de perfeccionamientos sucesivos: a ellos se une el trabajo de las generaciones. La herramienta es la expresin directa, inmediata, del progreso; la herramienta es la colaboradora obligada; tambin es la liberadora. Las herramientas viejas se desechan: la escopeta, la culebrina, el coche de plaza y la locomotora vieja. Ese gesto es una manifestarn de salud, de salud moral, de moral tambin; no hay derecho a producir mal por causa de una mala herramienta; no hay derecho a malgastar la fuerza, la salud y el valor por causa de una mala herramienta; se la desecha, se la reemplaza.

Pero los hombres viven en casas viejas y no han pensado aun en construirse casas. El albergue les ha importado, en todas las epocas. Tanto, que han establecido el culto sagrado de la casa. Un techo!, otros dioses lares. Las religiones estan asentadas sobre dogmas y los dogmas no cambian; pero las civilizaciones cambian y las religiones se derrumban, apolilladas. Las casas no han cambiado. La religin de las casas permanece idntica desde hace siglos. La casa se derrumbara.

El hombre que practica una religin y no cree en ella, es un cobarde; es un desgraciado. Somos desgraciados por habitar casas indignas que arruinan nuestra salud y nuestra moral. Por consiguiente, nos hemos convertido en animales sedentarios; la casa nos roe en nuestra inmovilidad, como una tisis. Dentro de poco necesitaremos demasiados sanatorios. Somoshttp://www.iespana.es/legislaciones/estetica.htm (1 de 5)01/05/2004 11:42:14

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desgraciados. Nuestras casas nos desagradan; huimos de ellas y frecuentamos los cafes y los bailes; o nos congregamos, taciturnos y agazapados, en las casas, como animales tristes. Nos desmoralizamos.

Los ingenieros construyen las herramientas de su tiempo. Todo, salvo las casas y los tocadores putrefactos

Hay una gran escuela nacional de arquitectos y hay, en todos los paises, escuelas nacionales, regionales, municipales de arquitectos que desorientan las inteligencias jvenes y les ensean lo falso, los afeites y las obsequiosidades de los cortesanos. Las escuelas nacionales! Los ingenieros son sanos y viriles, activos y utiles, morales y alegres. Los arquitectos son desencantados y desocupados, charlatanes o taciturnos. Dentro de poco no tendran nada que hacer. No tenemos ya dinero para sostener los recuerdos historicos. Necesitamos lavarnos. Los ingenieros nos proporcionan estas cosas y construirn.

Sin embargo existe la arquitectura. Cosa admirable, la ms bella. El producto de los pueblos dichosos y lo que produce pueblos dichosos. Las ciudades dichosas tienen arquitectura. La arquitectura est en el aparato telefnico y en el Partenn. Qu bien podra estar en nuestras casas! Nuestras casas forman calles, las calles forman ciudades, y las ciudades son individuos que cobran un alma, que sienten, que sufren y que admiran. Qu bien podra estar la arquitectura en las calles y en toda la ciudad!

El diagnstico es claro. Los ingenieros hacen arquitectura, porque emplean el clculo surgido de las leyes de la naturaleza, y sus obras nos hacen sentir la ARMONA. Hay, pues, una esttica del ingeniero, ya que, al calcular necesita calificar ciertos trminos de la ecuacin y el gusto es el que interviene. Ahora bien, cuando se maneja el clculo, uno se halla en un estado de espritu puro y, en ese estado de espritu, el gusto sigue los caminos seguros. Los arquitectos salidos de las escuelas, esos invernaderos clidos donde se fabrican hortensias azules, crisantemos verdes y donde se cultivan las sucias or4udeas, entran en la ciudad con el espritu de un lechero que vendiese su leche con vitriolo, con veneno.

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An se cree, ac y all, en los arquitectos, como se cree, ciegamente, en todos los mdicos. Es preciso que las casas se tengan en pie! Hay que recurrir al hombre del arte! Del arte que, segn Larousse, es la aplicacin de los conocimientos a la realizacin de una concepcin. Ahora bien, hoy en da, los ingenieros son los que conocen, los que conocen el modo de construir, de caldear, de ventilar, de iluminar. No es cierto? El diagnstico es que, comenzando por el principio, el ingeniero que procede segn sus conocimientos marca el derrotero y es dueo de la verdad. Porque la arquitectura, que es emocin plstica, debe, en su dominio. COMENZAR TAMBIEN POR EL PRINCIPIO Y EMPLEAR LOS ELEMENTOS SUSCEPTIBLES DE IMPRESIONAR NUESTROS SENTIDOS, DE COLMAR NUESTROS DESEOS VISUALES, y disponerlos de tal manera que SU CONTEMPLACIN NOS AFECTE CLARAMENTE, por la finura o la brutalidad, el tumulto o la serenidad, la indiferencia o el inters. Estos elementos son elementos plsticos, formas que nuestros ojos ven claramente y que nuestro espritu mide. Esas formas, primarias o sutiles, flexibles o brutales, actan fisiolgicamente sobre nuestros sentidos (esfera, cubo, cilindro, horizontal, vertical, oblicuo, etc.) y lo conmocionan. Una vez afectados, somos susceptibles de percibir ms all de las sensaciones brutales, y entonces nacern ciertas relaciones que actan sobre nuestra conciencia y nos transportan a un estado de alegra (consonancia con las leyes del universo que nos gobiernan y a las cuales se someten todos nuestros actos) en que el hombre utiliza plenamente sus facultades de memoria, de examen, de razonamiento, de creacin. Hoy en da la arquitectura no recuerda sus comienzos. Los arquitectos hacen estilos o discuten en exceso sobre estructura; el cliente, el pblico, siente en virtud de costumbres visuales y razona en base a una educacin insuficiente. Nuestro mundo exterior se ha transformado formidablemente en su aspecto y en su utilizacin por causa de la mquina. Tenemos una ptica y una vida social nuevas, pero no hemos adaptado la casa a ellas.

Ha llegado el momento de presentar el problema de la casa, de la calle y de la ciudad, y de confrontar al arquitecto con el ingeniero. Para el arquitecto, hemos escrito las TRES ADVERTENCIAS: El VOLUMEN, que es el elemento por el cual nuestros sentidos perciben, miden y son plenamente afectados. La SUPERFICIE, que es la envoltura del volumen y que puede anular o ampliar la sensacin. El PLAN, que es el generador del volumen y de la superficie y mediante el cual todo est irrevocablemente determinado. Luego, tambin para el arquitecto, estn los TRAZADOS REGULADORES que muestran de estehttp://www.iespana.es/legislaciones/estetica.htm (3 de 5)01/05/2004 11:42:14

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modo uno de los medios por los cuales la arquitectura logra esa matemtica sensible que nos da la impresin bien-hechora del orden. Aqu hemos querido exponer hechos que valen ms que las disertaciones acerca del alma de las piedras. Nos hemos quedado en la fsica de la obra, en el conocimiento. Hemos pensado en el habitante de la casa y en la multitud de la ciudad. Sabemos bien que una gran parte de la desgracia actual de la ar-quitectura se debe al cliente, al que encarga, elige, corrige y paga. Para l, hemos escrito: LOS OJOS QUE NO VEN. Conocemos demasiados grandes industriales, banqueros y comerciantes que nos dicen: Perdneme, no soy ms que un hombre de negocios, vivo totalmente fuera de las artes, soy un filisteo. Nosotros les hemos respondido: Todas sus energas tienden hacia el magnifico fin que consiste en forjar las herramientas de una poca, y en crear en el mundo entero esa multitud de cosas bellas en las cuales rige la ley de la Economa, y el clculo unido a la audacia y a la imaginacin. Mire lo que hace: es, hablando con propiedad, hermoso. A esos mismos industriales, comerciantes o banqueros los hemos visto lejos de sus negocios; en sus casas, donde todo pareca contradecir su ser: los muros demasiado estrechos, el amontonamiento de objetos intiles y dis-pares y un espritu nauseabundo que reinaba en tantas falsedades de Aubusson, Saln de Otoo, estilos de todas clases y baratijas ridculas. Parecan acobardados, encogidos, como tigres enjaulados; se vea claramente que eran ms dichosos en su fbrica o en su banco. En nombre del paquebote, del avin y del auto, hemos reclamado la salud, la lgica, la audacia, la armona, la perfeccin. Se nos comprende. Son perogrulladas. No es intil apresurar la limpieza. Por fin podremos hablar de ARQUITECTURA, despus de tantos silos, fbricas, mquinas y rascacielos. La ARQUITECTURA es una obra de arte, un fenmeno de emocin, situado fuera y ms all de los problemas de la construccin. La Construccin TIENE POR MISION AFIRMAR ALGO; la Arquitectura, SE PROPONE EMOCIONAR. La emocin arquitectnica se produce cuando la obra suena en nosotros al diapasn de un universo, cuyas leyes sufrimos, reconocemos y admiramos. Cuando se logran ciertas relaciones, la obra nos capta. La Arquitectura consiste en las armonas, en pura creacin del espritu.

En la actualidad, la pintura ha precedido a las dems artes. Ha sido la primera que ha logrado una unidad de diapasn con la poca. La pintura moderna ha abandonado el muro, la tapicera o la urna decorativa y se encierra en un cuadro, nutrida, plena de hechos, alejada de la figuracin que distrae. Se presta a la meditacin. El arte ya no cuenta historias, sino que hace meditar. Despus del trabajo es bueno meditar. Por un lado, una multitud espera una vivienda decente, y esta cuestin es de palpitante actualidad.

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Por otro lado, el hombre de iniciativa, de accin, de pensamiento, el CONDUCTOR, quiere albergar su meditacin en un espacio sereno y seguro, problema indispensable para la salud de las minoras selectas. Pintores y escultores, campeones del arte de hoy, que tenis que soportar tantas burlas y que sufrs tanta indiferencia, limpiad las casas, unid vuestros esfuerzos para que se reconstruyan las ciudades. Entonces vuestras obras se colocarn en el cuadro de la poca y seris reconocidos y comprendidos en todas partes. Decios que la arquitectura necesita vuestra atencin. Prestad atencin al problema de la arquitectura.

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Nuestros ojos estn hechos para ver las formas bajo la luz. Las formas primarias son las formas bellas puesto que se leen con claridad. Los arquitectos de hoy ya no realizan las formas simples. Guiandose por el clculo, los ingenieros utilizan las formas geomtricas, satisfacen nuestros ojos mediante la geometria y nuestro espiritu mediante la matemtica; Sus obras marchan por el camino del gran arte. La arquitectura no tiene nada que ver con los estilos. Los Luis XIV, XV, XVI, o el gotico, son, con respecto a la arquitectura, lo que una pluma en la cabeza de una mujer: a veces resultan lindos, pero no siempre. La arquitectura tiene destinos ms serios. Susceptible de ser sublime, conmueve los instintos ms brutales por su objetividad. Por su misma abstraccin, apela a las facultades ms elevadas. La abstraccion arquitectnica tiene de particular y de magnfico que implantando sus raices en el hecho brutal, lo espiritualiza, porque ste no; es otra cosa que la materializacin, el smbolo de la idea posible. El hecho brutal no es pasible de ideas, sino por el orden que proyecta en ellas. Las emociones que suscita la arquitectura, emanan de condiciones fsicas ineluctables, irrefutables, olvidadas hoy. El volumen y la superficie son los elementos mediante los cuales se manifiesta la arquitectura. El volumen y la superficie estn determinados por el plan. El plan es el generador. Tanto peor para los que carecen de imaginacin! PRIMERA ADVERTENCIA: EL VOLUMEN La arquitectura es el juego sabio, correcto y magnifico de los volmenes reunidos bajo la luz. Nuestros ojos estn hechos para ver las formas bajo la luz: las sombras y los claros revelan las formas. Los cubos, los conos, las esferas, los cilindros o las pirmides son las grandes formas primarias que la luz revela bien; la imagen de ellas es clara y tangible, sin ambigedad. Por esta razn son formas bellas, Las ms bellas. Todo el mundo est de acuerdo con esto: el nio, el salvaje y el metafsico. Es la condicin esencial de las artes plsticas. La arquitectura egipcia, griega o romana, es una arquitectura de prismas, cubos y cilindros, triedros o esferas: las Pirmides, el Templo de Luxor, el Partenn, el Coliseo, la Villa Adriana. La arquitectura gtica no es, en su fundamento, una arquitectura en base a esferas, conos y cilindros. Slo la nave expresa una forma simple, pero de Una geometra compleja de segundo orden (cruceros de ojivas). Por esta razn, una catedral no es muy hermosa y buscamos en ella compensaciones de orden subjetivo, fuera de la plstica. Una catedral nos interesa como la solucin ingeniosa de un problema difcil, pero cuyos datos han sido mal colocados porque no proceden de las grandes formas primarias.

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La catedral no es una obra plastica; es un drama; la lucha contra la fuerza de gravedad, sensacin de orden sentimental. Las Pirmides, las Torres de Babilonia, las Puertas de Samarcanda, el Partenn, el Coliseo, el Panten, el Puente del Gard, Santa Sofa de Constantinopla, las mezquitas de Estambul, la Torre de Pisa, las cpulas de Brunelleschi y de Miguel Angel, el Pont-Royal, los Invlidos, son arquitectura. La Estacin del Quai dOrsay, el Grand-Palais, no son arquitectura. Los arquitectos de esa poca, perdidos en los remansos estriles de sus planos, los follajes, las pilastras o las cumbreras de plomo, no han adquirido la concepcin de los volmenes primarios. En la Escuela de Bellas Artes jams se les ha enseado eso. Sin seguir una idea arquitectnica, sino simplemente guiados por los efectos del calculo (derivados de los principios que rigen nuestro universo) y por la concepcin de un RGANO VIABLE, los INGENIEROS de hoy emplean elementos primarios y los coordinan segn las reglas, provocando en nosotros emociones arquitectnicas, haciendo de este modo que resuene la obra humana al comps del orden universal. He aqu los silos y las fbricas norteamericanas, magnificas PRIMICIAS del tiempo nuevo. Los INGENIEROS NORTEAMERICANOS APLASTAN CON SUS CALCULOS LA ARQUITECTURA AGONIZANTE

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Un volumen esta envuelto por una superficie

Un volumen esta envuelto por una superficie, una superficie que esta dividida segn las directrices y generatrices del volumen, que acusan la individualidad de ere volumen. Hoy los arquitectos temen las constituyentes geomtricos de las superficies. Los grandes problemas de la construccin moderna tienen que ser solucionados mediante la geometra. Sometidos a las estrictas obligaciones de un programa imperativo, los ingenieros emplean las generatrices y las acusatrices de las formas. Crea; realidades plsticas, lmpidas e impresionantes. La arquitectura no tiene nada que ver con los estilos. Los Luis XIV, XV, XVI, o el gtico, son, con respecto a la arquitectura, lo que una pluma en la cabeza de una mujer: a veces resultan lindos, pero no siempre. SEGUNDA ADVERTENCIA: LA SUPERFICIE Como la arquitectura es el juego sabio, correcto y magnfico de los volmenes reunidos bajo la luz, el arquitecto tiene por misin dar vida a las superficies que envuelven esos volmenes, sin que stos se conviertan en parsitos, devoren el volumen y lo absorban en su beneficio: triste historia de los tiempos presentes. Dejar a un volumen el esplendor de su forma bajo la luz, pero, por otra parte, dar a la superficie misiones con frecuencia utilitarias, significa obligarse a hallar en la divisin impuesta de la superficie, las acusatrices, las generatrices de la forma. Dicho de otro modo, una arquitectura es una casa, un templo, o una fbrica. La superficie del templo o de la fbrica es, la mayoria de las veces, un muro agujereado por puertas y ventanas. Esos agujeros son con frecuencia destructores de la forma y es preciso hacer que ellos acusen la forma. Si lo esencial de la arquitectura son esferas, conos y cilindros, las generatrices de estas formas son bsicamente pura geometra. Pero esta geometra asusta a los arquitectos de hoy. En la actualidad, los arquitectos ya no se atreven a construir el palacio Pitti ni la calle Rivoli; construyen el bulevar Raspail. Situemos las presentes observaciones sobre el terreno de las necesidades actuales: nos hacen falta ciudades tilmente trazadas y cuyo volumen sea bello (planes de ciudad). Necesitamos calles donde la limpieza, la atencin a las necesidades de la vivienda, la aplicacin del espritu de serie en la organizacin de la construccin, la grandeza de la intencin, la serenidad del conjunto, maravillen el espritu y procuren el encanto de las cosas dichosamente nacidas.

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Un volumen esta envuelto por una superficie

Modelar la superficie unida de una forma primaria simple es hacer surgir automticamente la competencia misma del volumen. La contradiccin de la intencin: bulevar Raspail. Modelar la superficie de volmenes complicados y puestos en sinfona, es modular y permanecer en el volumen: problema raro: los Invlidos de Mansart. Problema de poca y de esttica contempornea: todo conduce a la reinstauracin de los volmenes simples: las calles, las fbricas, los grandes almacenes, todos los problemas que se presentaran maana bajo una forma sinttica, bajo vistas de conjunto que ninguna otra poca ha conocido jams. La superficie, agujereada por las necesidades del destino, debe tomar las generatrices acusatrices de esas formas simples. Esas acusatrices son prcticarnente el tablero de damas o la cuadrcula: fbricas norteamericanas. Pero esta geometra da miedo! Sin seguir una idea arquitectnica, sino simplemente guiados por las necesidades de un programa imperativo, los ingenieros de nuestros das recurren a las generatrices acusatrices de los volmenes; muestran el camino y crean realidades plsticas, claras y lmpidas, brindando paz a los ojos, y los goces de la geometra al espritu. As son las fbricas, tranquilizadoras primicias del tiempo nuevo. Los ingenieros de hoy se hallan de acuerdo con los principios que Bramante y Rafael hablan aplicado haca ya mucho tiempo.

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Plan

El plan es el generador. Sin plan, slo hay desorden y arbitrariedad. El plan lleva en s la esencia de la sensacin. Los grandes problemas del futuro, dictados por las necesidades colectivas, presentan de nuevo la cuestin del plan. La vida moderna exige, espera, un nuevo plan para la casa y para la ciudad. La arquitectura no tiene nada que ver con los estilos. Por su misma abstraccin, apela a las facultades ms elevadas. Lo que hay de particular y magnifico en la abstraccin arquitectnica es que, teniendo sus races en el hecho brutal, lo espiritualiza. El hecho brutal no es pasible de ideas, sino por el orden que proyecta en ellas. El volumen, la superficie, son los elementos por los cuales se manifiesta la arquitectura. El volumen y la superficie estn determinados por el plan. El plan es el generador Tanto peor para aquellos que carecen de imaginacin! Tercera advertencia: el Plan El plan es el generador. El ojo del espectador se mueve en un lugar compuesto por calles y casas. Recibe el impacto de los volmenes que se mueven en torno a l. Si estos volmenes son formales y no degradados por alteraciones intempestivas, si el ordenamiento que los agrupa expresa un ritmo claro, y no una aglomeracion incoherente, si las relaciones de los volmenes y el espacio tienen proporciones justas, el ojo trasmite al cerebro sensaciones coordinadas, y el espritu obtiene de ellas satisfacciones de un orden elevado: esto es arquitectura. El ojo observa, en la sala, las superficies mltiples de los muros y las bvedas; las cpulas determinan los espacios; las bvedas despliegan las superficies; los pilares, los muros, se ajustan de acuerdo a razones comprensibles. Toda la estructura se eleva de la base y se desarrolla siguiendo una regla que est escrita en la base del plan: formas bellas, variedad de formas, unidad de principio geomtrico. Transmisin profunda de armona: esto es arquitectura. El plan est en la base. Sin plan, no hay ni grandeza de intencin y de expresin, ni ritmo, ni volumen, ni coherencia. Sin plan, se produce esa sensacin de informidad, de indigencia, de desorden, de arbitrariedad, nsoportable al hombre. El plan necesita la imaginacin ms activa. Tambin necesita la disci-plina ms severa. El plan es la determinacin del todo; es el momento decisivo. Un plan no es tan lindo de trazar como el rostro de una madona; es una abstraccin austera, una algebrizacin, rida a la vista. El trabajo del matemtico sigue siendo igualmente una de las ms elevadas actividades del espritu humano.http://www.iespana.es/legislaciones/plan.htm (1 de 5)01/05/2004 11:42:52

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El ordenamiento es un ritmo perceptible que acta de igual manera sobre todo ser humano. El plan lleva en s un ritmo primario determinado: la obra se desarrolla en extensin y en altura, siguiendo sus prescripciones con consecuencias que se extienden desde lo ms sencillo a lo ms complejo sobre la misma ley. La unidad de la ley es la ley del buen pan: ley sencilla, infinitamente modulable. El ritmo es un estado de equilibrio que procede de simetras simples o complejas o de compensaciones sabias. El ritmo es una ecuacin: igualacin (simetra, repeticin) (templos egipcios, hindes); compensacion (movimiento de los contrarios) (Acrpolis de Atenas); modulacin (desarrollo de una invencin plstica inicial) (Santa Sofia). Tantas reacciones profundamente diferentes en el individuo, a pesar de la unidad de fin que es el ritmo, que es un estado de equilibrio. De ahi, la diversidad tan asombrosa de las grandes pocas, diversidad que est en el principio arquitectnico y no en las modalidades ornamentales. El plan lleva en si la esencia misma de la sensacin. Pero hace cien aos que se ha perdido el sentido del plan. Los grandes problemas del maana; dictados por las necesidades colectivas establecidas mediante estadsticas y realizadas por el clculo, plantean de nuevo la Cuestin del plan. Cuando se haya comprendido la indispensable grandeza de visin que hay que llevar al trazado de las ciudades, se entrar en un perodo que ninguna poca ha conocido an. Las ciudades debern ser concebidas y trazadas en toda su extensin, como fueron trazados los templos de Oriente y como fueron ordenados los Invlidos o el Versalles de Luis XIV. La tecnologa de esta poca la tcnica de la finanza y la de la construccin estn prontas a realizar esta tarea. Tony Garnier, apoyado por Herriot en Lyon, ha trazado la Ciudad Industrial. Es una tentativa de ordenamiento y una conjugacin de las soluciones utilitarias y las soluciones plsticas. Una regla unitaria distribuye en todos los barrios de la ciudad la misma seleccin de volmenes esenciales y fija los espacios de acuerdo con las necesidades de orden prctico y los mandatos del sentido potico propio del arquitecto. Sin abrir juicio alguno acerca de la coordinacin de las zonas de esta ciudad industrial, se obtienen las consecuencias bienhechoras del orden. Donde reina el orden, nace el bienestar. Gracias a la creacin feliz de un sistema de loteo, los barrios residenciales, incluso los obreros, toman una elevada significacin arquitectnica. Esta es la consecuencia del plan. En el estado actual de espera (porque el moderno urbanismo no ha nacido an) los barrios ms bellos de nuestras ciudades deberan ser los barrios fabriles donde las causas de magnitud y de estilo -la geometra- resultan del mismo problema. El plan ha faltado, falta hasta hoy. El orden admirable que reina en el interior de los mercados y de los talleres, ha dictado la estructura de las mquinas y rige sus movimientos, condiciona cada gesto de los equipos. Pero la suciedad infecta los alrededores y la incoherencia reina cuando el cordel y la escuadra fijaron la implantacin de los edificios, haciendo su extensin caduca, costosa y peligrosa. Habra bastado un plan. Un plan bastar. Los excesos del mal conducirn a l. Un da Augustehttp://www.iespana.es/legislaciones/plan.htm (2 de 5)01/05/2004 11:42:52

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Perret cre la palabra: las Ciudades-Torres. Epteto resplandeciente que conmovi en nosotros al poeta. Palabra que sonaba en su hora, puesto que el hecho es inminente! Sin saberlo, la gran ciudad incuba un plan. Ese plan puede ser gigantesco ya que la gran ciudad es una marea creciente. Ya es hora de repudiar el trazado actual de nuestras ciudades mediante el cual se acumulan los inmuebles arracimados, se enlazan las calles estrechas y ruidosas, que hieden a gasolina y polvo, y donde los pisos de las casas abren a pleno pulmn sus ventanas sobre estas suciedades. Las grandes ciudades se han hecho demasiado densas para la seguridad de los habitantes y, sin embargo, no son lo bastante densas para responder a la nueva realidad de los negocios. Partiendo del acontecimiento constructivo capital que es el rascacielos norteamericano, bastara reunir en algunos puntos determinados esta gran densidad de poblacin y elevar all, en 60 pisos, construcciones inmensas. El cemento armado y e] acero permiten estas audacias y se prestan sobre todo a un cierto desarrollo de las fachadas, gracias al cual todas las ventanas darn a pleno cielo; as, adems, los patios quedarn suprimidos. A partir del piso catorce, reina la calma absoluta, el aire puro. En esas torres que albergan el trabajo hasta hoy asfixiado en barrios populosos y en calles congestionadas, se hallarn reunidos todos los servicios, segn la dichosa experiencia norteamericana, lo que aportar eficacia, economa de tiempo y esfuerzo, y en consecuencia, la tranquilidad indispensable. Esas torres, levantadas a gran distancia las unas de las otras, dan en altura lo que hasta aqu se daba en superficie; dejan vastos espacios libres que alejan de ellas las calles laterales llenas de ruido y de una circulacin ms veloz. Al pie de las torres estn los parques: el verdor Se extiende por toda la ciudad. Las torres se alinean en avenidas imponentes: en realidad es la arquitectura digna de esta poca. Auguste Perret enunci el principio de la Ciudad-Torre, no la dise. Por el contrario se hizo entrevistar por un reportero del Intransigeant, y dej que lo arrastrasen a llevar su concepcin ms all de los lmites razonables. Ech sobre una idea sana el velo de un futurismo peligroso. El reportero anot que unos inmensos puentes unen las torres entre si. Para qu? Puesto que las arterias de circulacin se hallan muy lejos de las casas, la poblacin que llenar los parques, bajo las plantaciones en tresbolillo, no querr pasearse por pasarelas vertiginosas sin ninguna razn. El reportero quiso igualmente que dicha ciudad estuviese fundada sobre innumerables pilotes de cemento armado, que elevaran a 20 metros de altura (seis pisos!) el suelo de las calles y uniran las torres entre s. Estos pilotes dejaran bajo la ciudad un espacio inmenso en el cual se colocaran las caeras de agua y de gas y las alcantarillas, vsceras de la ciudad. El plan no fue trazado, y sin plan la idea era insostenible. Yo le habla expuesto esta idea de los pilotes haca mucho tiempo a Auguste Perret, y era un concepto de un orden mucho menos magnfico, pero que poda responder a una verdadera necesidad. Se aplicaba a la ciudad corriente, como el Paris actual. En lugar de crear sus cimientos excavando y construyendo espesos muros de cimentacin, en lugar de abrir una y otra vez eternamente las calzadas para instalar en ellas (un trabajo de Ssifo) las caeras de agua y de gas, las alcantarillas y los subterrneos, y repararlos continuamente, se habra decidido que los nuevos barrios se construyesen al nivel del suelo con los cimientos reemplazados por un nmero lgico de postes de cemento; stos habran sustentado los subsuelos de los edificios y, enhttp://www.iespana.es/legislaciones/plan.htm (3 de 5)01/05/2004 11:42:52

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saledizo, las losas de las aceras y las calzadas. Bajo ese espacio ganado, de Una altura de 4 a 6 metros, circularan los camiones pesados, los subterrneos que reemplazaran a los molestos tranvas, etc., sirviendo directamente a los stanos de las casas. Se habra ganado una red entera de circulacin, independiente de las calles destinadas a los peatones y a los coches rpidos, con su geografa propia, independiente del estorbo de las casas. Un bosque de pilares ordenados por el cual la ciudad habra hecho el intercambio de sus mercancas, su abastecimiento, todos los trabajos lentos y pesados que en la actualidad dificultan la circulacin. Los cafs, los lugares de reposo, etc., ya no seran ese moho que roe las aceras: se hallaran en las terrazas, lo mismo que los comercios de lujo (porque, no es realmente ilgico que toda la superficie de una ciudad sea desperdiciada y reservada al tete-a-tete de las tejas y las estrellas?) Unas cortas pasarelas, por encima de las calles normales estableceran la circulacin entre estos nuevos barrios recuperados, consagrados al reposo entre las plantaciones de flores y de plantas verdes. Esta concepcin triplica la superficie de circulacin de la ciudad; era realizable, correspondia a una necesidad, costaba menos, y era ms sana que los procedimientos actuales. Era sana en el viejo cuadro de nuestras ciudades, como ser sana la concepcin de las ciudades-torres en las ciudades del maana. He aqu otro trazado de calles que significara una renovacin completa de los sistemas dc loteo, y que constituira la vanguardia de una reforma radical de las casas de alquiler; esta reforma inminente, motivada por la transformacin de la explotacin domstica, reclama nuevos planes de vivienda y una organizacin enteramente nueva de los servicios que responden a la vida en la gran ciudad. Aqu tambin el plan es el generador: sin l, reinan la indigencia, el desorden, la arbitrariedad En lugar de trazar las ciudades en rectngulos macizos, con el estrecho laberinto de calles bordeadas por las casas de siete pisos, a pico sobre la calzada y rodeando patios malsanos, sentinas sin aire y sin sol, se trazaran, ocupando las mismas superficies y con la misma densidad de poblacin, grupos sucesivos de casas de redientes, que serpenteasen a lo largo de avenidas diagonales. Nada de patios, sino departamentos que abriesen todas sus fachadas al aire y a la luz, y mirasen, no sobre los rboles enclenques de los bulevares actuales, sino sobre praderas, campos de juego y plantaciones abundantes. Las proas de estos grupos de casas puntuaran regularmente las largas avenidas. Los redientes provocaran el juego de sombras favorable a la expresin arquitectnica. La construccin de cemento armado ha determinado una revolucin en la esttica de la edificacin. Mediante la supresin del tejado y su reemplazo por las terrazas, el cemento armado conduce a una nueva esttica del piano desconocida hasta ahora. Los redientes y recesos son posibles y llevarn de aqu en adelante el juego de luces y sombras, no ya de arriba a abajo, sino lateralmente, de izquierda a derecha. Es una modificacin capital de la esttica del plano que an no ha sido sentida; pero sera tilhttp://www.iespana.es/legislaciones/plan.htm (4 de 5)01/05/2004 11:42:52

Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Plan

pensar ahora en ella en los proyectos de prolongacin de las ciudades

Estamos en un perodo de construccin y de readaptacin a nuevas condiciones sociales y econmicas. Doblamos un cabo y los horizontes nuevos slo hallarn la gran herencia de las tradiciones por medio de una revisin completa de los recursos de que disponemos, de una determinacin de nuevas bases de construccin fundadas en la lgica. En arquitectura, las viejas bases constructivas estn muertas. Slo se encontrarn las verdades e la arquitectura cuando las nuevas bases constituyan el apoyo lgico de toda manifestacin arquitectnica. Los prximos veinte aos estarn ocupados en crear dichas bases. Perodo de grandes problemas, perodo de anlisis, de experimentacin, tambin periodo de grandes perturbaciones estticas, perodo de elaboracin de una esttica nueva. Hay que estudiar el plan, la clave de esta evolucin.

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Trazados reguladores

La arquitectura tiene un nacimiento fatal. Lee obligacin del orden. El trazado regulador es un seguro contra la arbitrariedad. Procura la satisfaccin del espritu. El trazado regulador es un medio, no una receta. Su decision y sus modalidades de expresin forman parte integrante de la creacin arquitectonica. El hombre primitivo ha detenido su carro, decide que ste ser su suelo. Elige un claro, abate los rboles demasiado cercanos, allana el terreno de los alrededores, abre el camino que le unir con el ro o con la tribu que acaba de dejar. Planta las estacas que han de sostener su tienda y la rodea de una empalizada, en la cual pone una puerta. El camino es todo lo rectilneo que le permiten sus herramientas, sus brazos y su tiempo. Los postes de su tienda forman un cuadrado, un hexgono, o un octgono. La empalizada forma un rectngulo cuyos cuatro ngulos son iguales y rectos. La puerta de la choza se abre en el eje del cercado y la puerta de ste se halla frente a la puerta de la choza. Los hombres de la tribu han decidido albergar a su dios. Lo colocan en un lugar de espacio bien ordenado, lo ponen al abrigo bajo una choza fuerte, y plantan los postes de la choza formando un cuadro, un hexgono, un octgono. Protegen la choza mediante una empalizada slida y plantan los postes donde han de sujetarse las cuerdas de las altas estacas del recinto. Determinan el lugar reservado a los sacerdotes, e instalan el altar y los vasos del sacrificio. Abren una entrada en la empalizada y la colocan en el eje de la puerta del santuario. Vase en un libro de arqueologa el grfico de esta choza, el grfico de este santuario: es el plano de una casa, es el plano de un templo. Es el mismo espritu que se encuentra en la casa pompeyana. Es el espritu del templo de Luxor. No hay hombre primitivo, hay medios primitivos. La idea es constante y est en potencia desde el comienzo. Advirtase que estos pianos estn regidos por una matemtica primaria. Hay medidas. Para construir bien, para repartir bien los esfuerzos, para lo-grar la solidez y la utilidad de la obra, las medidas condicionan todo. El constructor ha tomado como medida lo que le era ms fcil, ms constante, la herramienta que menos poda perder: su paso, su pie, su codo, su dedo. Para construir bien y para repartir sus esfuerzos, para conseguir la solidez y la utilidad de la obra ha tomado medidas, ha reconocido un mdulo, ha reglado su trabajo, ha llevado el orden. Porque, en torno a l, el bosque est en desorden, con sus lianas, sus zarzas; los troncos que estorban y paralizan sus esfuerzos. Ha puesto el orden al medir. Para medir, ha tomado su paso, su pie, su codo o su dedo. Imponiendo el orden de su pie o de su brazo, ha creado un mdulo que regla toda la obra, y esta obra est dentro de su escala, de su conveniencia, de sus deseos, de su comodidad, de su medida. Es la escala humana. Armoniza con l, y esto es lo principal.

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Trazados reguladores

Pero, al decidir la forma del recinto, la forma de la choza, la situacin del altar y de sus accesorios, ha seguido instintivamente los ngulos rectos, los ejes, el cuadrado, el crculo. Porque de otro modo no poda crear algo que le diese la impresin de que creaba. Porque los ejes, los crculos, los ngulos rectos, son las verdades de la geometra, son los efectos que nuestros ojos miden y reconocen, de modo que otra cosa sera azar, anomala, arbitrariedad. La geometra es el lenguaje del hombre. Pero, al determinar las distancias respectivas de los objetos, ha inventado ritmos, ritmos sensibles a la vista, claros en sus relaciones. Y estos ritmos se encuentran en el nacimiento de los actos humanos. Resuenan en el hombre por una fatalidad orgnica, la misma fatalidad que hace trazar la seccin urea a los nios, los viejos, los salvajes, los eruditos. Un mdulo mide y unifica; un trazado regulador construye y satisface. La mayora de los arquitectos no han olvidado hoy que la gran arquitectura se halla en los mismos orgenes de la humanidad y que est en funcin directa de los instintos humanos? Cuando se ven las casitas de los suburbios de Pars, las villas de las dunas de Normandia, los bulevares modernos y las exposiciones internacionales, no se tiene la certidumbre de que los arquitectos son seres no humanos, situados ms all del orden, lejos de nuestra esencia y que trabajan quizs para otro planeta? Acaso no se les ha enseado un extrao oficio que consiste en hacer realizar por los dems albailes, carpinteros o ebanistas milagros de perseverancia, de cuidado y de habilidad, para elevar y sostener los elementos (techos, muros, ventanas, puertas, etc.) que no tienen nada comn entre s, ni otro objeto o resultado que el de ser tiles para algo.

Por lo tanto, hay unanimidad en considerar como charlatanes peligrosos, holgazanes, incapaces, obtusos y fanticos, a aquellos que habiendo comprendido la leccin del hombre primitivo en su claro del bosque, pretenden que existen trazados reguladores: Con vuestros trazados reguladores mataris la imaginacin, entronizaris la receta. Pero todas las pocas precedentes han empleado ese instrumento necesario. Eso no es cierto, son invenciones suyas, es usted un manitico! Pero el pasado nos ha legado pruebas, documentos iconogrficos, estelas, losas, piedras grabadas, pergaminos, manuscritos, dibujos...

La arquitectura es la primera manifestacin del hombre que crea su universo, que lo crea a imagen de la naturaleza, sometindose a las leyes de la naturaleza, a las leyes que rigen nuestra naturaleza, nuestro universo. Las leyes de la gravedad, de la esttica, de la dinmica, se imponenhttp://www.iespana.es/legislaciones/tiene.htm (2 de 5)01/05/2004 11:42:58

Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Trazados reguladores

por la reduccin al absurdo: sostener o derrumbarse. Un determinismo soberano ilumina ante nuestros ojos las creaciones naturales y nos da la seguridad de una cosa equilibrada y razonablemente hecha, de una cosa infinitamente modulada, evolutiva, variada y unitaria. Las leyes fsicas primordiales son sencillas y poco numerosas. Las leves morales son sencillas y poco numerosas.

El hombre actual cepilla a la perfeccin una tabla con una cepilladora en unos pocos segundos. El hombre de ayer, cepillaba una tabla bastante bien, con un cepillo. El hombre primitivo escuadraba muy mal una tabla, con un pedernal o un cuchillo. El hombre muy primitivo empleaba un mdulo y los trazados reguladores para hacer ms sencillo su trabajo. El griego, el egipcio, Miguel Angel o Blondel empleaban los trazados reguladores para la correccin de sus obras y la satisfaccin de su sentido artstico y su pensamiento matemtico. El hombre actual no emplea nada de eso y hace el bulevar Raspail. Pero proclama que es un poeta liberado y que le bastan sus instintos, aunque stos no se expresan ms que por medio de artificios adquiridos en las escuelas. Un lrico desenfrenado con el collar al cuello, uno que sabe cosas, pero las cosas que no ha inventado, ni siquiera controlado, que ha perdido durante el curso de las enseanzas recibidas esta cndida y capital energa del nio que pregunta incansablemente: por qu?

Un trazado regulador es un seguro - contra la arbitrariedad, es la operacin de verificacin que aprueba todo trabajo creado en el entusiasmo, la prueba del nueve del escolar, el lo que queramos demostrar del matemtico. El trazado regulador es una satisfaccin de orden espiritual que conduce a la busqueda de relaciones ingeniosas y de relaciones armoniosas. Confiere euritmia a la obra. El trazado regulador aporta esta matemtica sensible que proporciona la percepcin bienhechora del orden. La eleccin de un trazado regulador, fija la geometra fundamental de la obra, y por lo tanto, determina una de las impresiones fundamentales. La eleccin de un trazado regulador es uno de los momentos decisivos de la inspiracin, es una de las operaciones capitales de la arquitectura.

He aqu los trazados reguladores que han servido para hacer cosas muy bellas y que son la causa de que estas cosas sean muy bellas.

Imagen

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Trazados reguladores

La fachada del arsenal del Pireo est determinada por algunas divisiones simples que proporcionan base a la altura, y que determinan el emplazamiento de la puerta y su dimensin en relacin ntima con la proporcin misma de la fachada. Las grandes cpulas aquemnides son una de las conclusiones ms sutiles de la geometra. Una vez establecida la concepcin de la cpula en las necesidades lricas de esta raza y de esta poca, sobre los datos estadsticos de los principios constructivos aplicados, el trazado regulador viene a rectificar, a corregir, a depurar, a hacer consonar todas las partes sobre el mismo principio unitario del tringulo 3, 4, 5, que desarrolla sus efectos, desde el prtico hasta la parte alta de la bveda.

La superficie determinante de la catedral est reglada por el rectngulo y por el crculo.

TRAZADO SOBRE UNA FOTOGRAFA DEL CAPITOLIO: El lugar del ngulo recto ha venido a precisar las intenciones de Miguel Angel, haciendo reinar el mismo principio que fija las grandes divisiones de los pabellones y del cuerpo principal, en el detalle de los pabellones, la inclinacin de las escaleras, la situacin de las ventanas, la altura del basamento, etc. La obra concebida en el lugar, y cuya masa envolvente ha sido asociada al volumen y al espacio circundante, se recoge sobre s misma, se concentra, se unifica, expresa en todo su conjunto la misma ley, se hace imponente.

EXTRACTOS DE LOS COMENTARIOS DEL PROPIO BLONDEL SOBRE SU PUERTA DE SAINTDENIS La masa principal ha quedado fijada, la abertura del vano est esbozada. Un trazado regulador imperativo, en el mdulo 3, divide el conjunto de la puerta y las partes de la obra en alto y en ancho, y rige todo sobre la unidad del mismo nmero.

EL PEQUENO TRIANON Lugar del ngulo recto:

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Trazados reguladores

CONSTRUCCIN DE UNA VILLA (1916): El bloque general de las fachadas, tanto la anterior como la posterior, est regido por el mismo ngulo (A) que determina una diagonal cuyas mltiples paralelas y sus perpendiculares proporcionarn las medidas correctoras de los elementos secundarios, puertas, ventanas, paneles, etc: hasta los menores detalles. Esta villa de pequeas dimensiones aparece en medio de otras construcciones edificadas sin regla, como ms monumental y de otro orden

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Paquebotes

Una gran poca acaba de comenzar. Existe un espritu nuevo. Existe una multitud de nuevas de espritu nuevo que se encuentran, especialmente, en la produccin industrial. La arquitectura se ahoga con las costumbres. Los estilos son una mentira. El estilo es una unidad de principia que anima todas las obras de una poca, y que resulta de un espritu caracterizado. Nuestra poca fija cada da su estilo. Nuestros ojos, desgraciadamente, no saben discernirlo an.

Hay un espritu nuevo: un espritu de construccin y de sntesis, guiado por una clara Concepcin. Pinsese lo que se quiera, pero hoy anima la mayor parte de la actividad humana. UNA GRAN EPOCA ACABA DE COMENZAR Programa del Esprit Nouveau, N 1, octubre de 1920 Nadie niega hoy la esttica que se desprende de las creaciones de la industria moderna, Cada vez ms, las mquinas se disean con proporciones, juegos de volmenes y de materias tales que muchas de ellas son verdaderas obras de arte, ya que suponen el nmero, es decir el orden. Ahora bien, los individuos selectos que componen el mundo de la industria y de los negocios y que viven, en consecuencia, en esta atmsfera viril en que se crean las obras indudablemente bellas, se consideran muy alejados de toda actividad estetica. Estn equivocados, ya que estn entre los creadores ms activos de la esttica contempornea. Ni los artistas, ni los industriales, se dan cuenta de ello. En la produccin general es donde se halla el estilo de una poca, y no, como suele creerse, en algunas producciones de fines ornamentales, simples repeticiones que vienen a estorbar un sistema del espritu que es el nico que proporciona los elementos de un estilo. La rocalla no es el estilo Luis XV, el loto no es el estilo egipcio, etc., etc. Extracto del Esprit Nouveau Las artes decorativas cunden! Despus de treinta aos de trabajo sordo, las tenemos en todo su apogeo. Los comentaristas y entusiastas hablan de regeneracin del arte francs! Hay que retener de esta aventura (que va a acabar mal) nicamente el nacimiento de la regeneracin del decorado:

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Paquebotes

una poca nueva reemplaza a otra que muere. El maquinismo, hecho nuevo en la historia humana, ha suscitado un espritu nuevo. Una poca crea su arquitectura que es la imagen clara de un sistema de pensamiento. Durante la perturbacin de esta poca de crisis, que precede al advenimiento de un tiempo nuevo de ideas definidas y lcidas y voluntades claras, el arte decorativo fue como las pajas a las cuales uno puede asirse entre las olas de la tempestad. Salvacin ilusoria. Retengamos de la aventura que el arte decorativo fue la ocasin oportuna para expulsar el pasado y buscar a tientas el espritu de la arquitectura. El espritu de la arquitectura slo puede resultar de un estado de cosas y de un estado de espritu. Parece que, los acontecimientos se han sucedido con rapidez suficiente como para que se afirme el estado de espritu de poca y pueda formularse un espritu de arquitectura. Si las artes decorativas se encuentran en esa cumbre peligrosa que preceder a la cada, se puede decir que, levantados por ellas, los espritus han descubierto a qu aspiraban. Se puede creer que ha sonado la hora de la arquitectura. Los griegos, los romanos, el Gran Siglo, Pascal y Descartes, llamados por error a testimoniar en favor de las artes decorativas, han iluminado nuestro juicio, y hnos aqu en la arquitectura, la arquitectura que es todo, pero que no es una de las artes decorativas. Los adornos de techos, las lmparas y las guirnaldas, los valos exquisitos donde las palomas triangulares se besan y acicalan, los tocadores adornados con almohadones de terciopelo, dorados y negros, no son ms que los testimonios insoportable de un espritu muerto. Nos ofenden esos santuarios asfixiados por la cocana, o por las baratijas campesinas. Hemos tomado el gusto al aire libre y a la plena luz.

Ingenieros annimos, mecnicos metidos entre la grasa y el hierro de fragua, han construido esas cosas formidables que son los paquebotes. Nosotros, habitantes de la tierra firme, carecemos de los medios de valoracin y seria una suerte que para que aprendiramos a descubrirnos ante las obras de la regeneracin, se nos brindase la oportunidad de recorrer los kilmetros que representa la visita a un paquebote.

Los arquitectos viven en la estrechez acadmica, en la ignorancia de las nuevas reglas de construccin, y sus conceptos se detienen gustosos en las palomas que se besan. Pero los constructores de los paquebotes, audaces y sabios, crean palacios junto a los cuales las catedrales son muy pequeas: y los echan al agua! La arquitectura se ahoga con las costumbres. El empleo de los muros espesos que eran antes una necesidad, ha persis-tido, a pesar de quehttp://www.iespana.es/legislaciones/una.htm (2 de 5)01/05/2004 11:43:06

Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Paquebotes

ahora delgados tabiques de vidrio o de ladrillo pueden cercar una planta baja coronada por cincuenta pisos. En una ciudad como Praga, por ejemplo, un reglamento anticuado impone un espesor de muros de 45 centmetros en la parte superior de la casa y 15 centmetros de saliente por piso hacia abajo, lo cual hace que las construcciones tengan espesores de muros que pueden ir hasta un metro cincuenta en la planta baja. Actualmente la composicin de las fachadas con el empleo de piedra blanda en grandes bloques conduce a esta consecuencia paradjica: que las ventanas concebidas para dejar pasar la luz, estn rodeadas de profundos alfizares que contrarrestan formalmente la intencin. Sobre la costosa tierra de las grandes ciudades todava se ven surgir los cimientos de un edificio, enormes columnas de mampostera, en tanto que unos simples pilotes de cemento seran igualmente eficaces. Los tejados, los miserables tejados, continan abundando, y sta es una inexcusable paradoja. Los stanos siguen estando hmedos y llenos de trastos, y las canalizaciones de las ciudades siguen hundidas en los empedrados, como rganos muertos, mientras que una concepcin lgica, realizable desde ahora, brindara la solucin. Los estilos porque es necesario tener algo intervienen como el gran aporte del arquitecto en la decoracin de las fachadas y de los salones: son las degeneraciones de los estilos, el desecho de un tiempo viejo. Pero son tambin el saludo respetuoso y servil al pasado: modestia inquietante. Mentira, porque en las bellas pocas las fachadas eran lisas, con huecos regulares y de buenas proporciones humanas. Los muros eran tan delgados como fuera posible. Los palacios? Eran buenos para los grandes duques de entonces. Acaso un seor bien educado copia a los grandes duques de hoy? Compiegne, Chantilly, Versalles, sirven para hacernos ver un cierto ngulo, pero... habra tanto que decir! Casas como tabernculos, tabernculos como casas, muebles como palacios, (frontones, estatuas, columnas con torsos o sin ellos), aguamaniles como muebles-casas, y los platos de Bernard Palissy donde sera imposible poner tres avellanas. Los estilos permanecen!

Una casa es una mquina de habitar. Baos, sol, agua caliente, agua fija, temperatura a voluntad, conservacin de los alimentos, higiene, belleza mediante la proporcin. Un silln es una mquina de sentarse, etc. Maple ha mostrado el camino. Los aguamaniles son mquinas de lavarse: Twyford los ha creado. Nuestra vida moderna, toda nuestra actividad, con excepcin de la hora del tilo y de la manzanilla, ha creado sus objetos: su traje, su estilogrfica, su eversharp, su mquina de escribir, su aparato telefnico, sus admirables muebIes de oficina, los espejos Saint-Gobain y los equipajes Innovation, la mquina de afeitar Gillette y la pipa inglesa, el sombrero hongo y la limousine, el paquebote y el avin. Nuestra poca fija cada da su estilo. Est bajo nuestros ojos. Ojos que no ven.

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Paquebotes

Hay que disipar un malentendido: estamos corrompidos por un arte confundido con el respeto a la decoracin. Desplazamiento del sentimiento del arte, incorporado, con una ligereza de espritu censurable en todas las cosas, a favor de las teoras y de las campaas llevadas a cabo por los decoradores que ignoran su poca. El arte es una cosa austera que tiene sus horas sagradas. Se las profana. Con frivolidad, el arte se burla de un mundo que necesita organizacin, herramientas, medios, que se esfuerza dolorosamente hacia la estabilizacin de un orden nuevo. Una sociedad vive primero de pan, de sol, del confort necesario. Todo est por hacer! Tarea inmensa! Y es tan correcto y tan urgente, que el mundo entero se enfrasca en esta imperiosa necesidad. Las mquinas conducirn a un orden nuevo, de trabajo, de reposo. Hay que construir y reconstruir ciudades enteras, pensando en un mnimo de confort, cuya ausencia prolongada hace oscilar el equilibrio de las sociedades. La sociedad es inestable, se agrieta bajo una perturbacin producto de cincuenta aos de progreso que han introducido mas cambios en la faz del mundo que los seis siglos precedentes. Es la hora de la construccin, no del juego. El arte de nuestra poca est en su lugar cuando se dirige a los elegidos. El arte no es una cosa popular, ni mucho menos una querida de lujo. El arte slo es un alimento necesario para los elegidos que tienen que retirarse a l para poder conducir. El arte es la esencia altanera.

En el parto doloroso de esta poca que se forma, se afirma una necesidad Es preciso que los ojos vean: esta armonia est ah; es una funcin del trabajo regido por la economia y condicionado por la fatalidad de la fsica. Esta armona tiene sus razones; no es, en absoluto, el efecto de los caprichos, sino de una construccin lgica y coherente con el medio ambiente. En la transposicin audaz de los trabajos humanos, est presente la naturaleza, con tanto mayor rigor cuanto ms difcil es el problema. Las creaciones de la tcnica maquinista son organismos que tienden a la pureza y sufren las mismas reglas evolutivas que los objetos naturales que suscitan nuestra admiracin. Hay armona en las obras que salen del taller y de la fbrica. No es el Arte, no es la Sixtina, no es el Erecten; son las obras cotidianas de todo un universo que trabaja con conciencia, inteligencia, precisin, con imaginacin, audacia y rigor.

Si se olvida por un instante que un paquebote es una herramienta de transporte que se mira con ojos nuevos, uno se sentir frente a una manifestacin importante de temeridad, de disciplina, de armona, de belleza tranquila, nerviosa y fuerte. Un arquitecto serio que mire como arquitecto (creados de organismos), hallar en un paquebote la liberacin de sus malditas servidumbres seculares.

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Paquebotes

Preferir, al respeto perezoso de las tradiciones, el respeto de las fuerzas de la naturaleza; a la pequeez de las concepciones mediocres, la majestad de las soluciones que se desprenden de un problema bien planteado y requeridas por este siglo de gran esfuerzo que acaba de dar un paso de gigante. La casa de los terrqueos es la expresin de un mundo caduco, de pequeas dimensiones. El paquebote es la primera etapa en la realizacin de un mundo organizado de acuerdo con el espritu nuevo

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Aviones

Hay un espiritu nuevo, un espiritu de construccin y de sntesis, guiado por una clara concepcin. Piensese lo que se quiera, pero hoy anima la mayor parte de la actividad humana. UNA GRAN EPOCA ACABA DE COMENZAR Programa del Esprit Nouveau n 1 Octubre de 1920 Hay una actividad, una sola la arquitectura- en la cual el progreso no es rigor, donde reina la pereza, donde solo se tiene en cuenta el pasado. Por todas partes, la inquietud del maana acosa y conduce a la solucion; si no se avanza, se fracasa. Pero en la arquitectura, uno no fracasa jamas. Oficio privilegiado!

El avion es ciertamente, en la industria moderna, uno de los productos de mas alta seleccin, La guerra fue el cliente insaciable, nunca satisfecho, que siempre exigia mas. La consigna era triunfar y la muerte era la consecuencia implacable del error. Se puede, pues, afirmar que el avion ha movilizado la invencin, la inteligencia y la audacia: la imaginacin y la razon fria. El mismo espiritu ha construido el Partenn.

Desde el punto de vista de la arquitectura, me coloca en el estado de espiritu del inventor de aviones. La leccin del avion no es tanto en las formas creadas y, ante todo, hay que aprender a no ver en un avion un pajaro o una liblula, sino una maquina de volar; la leccin del avion esta en la logica que ha presidido el enunciado del problema y ha conducido al triunfo de su realizacin. Cuando en nuestra epoca se plantea un problema, se encuentra fatalmente la solucion. El problema de la casa no se ha planteado.

Un lugar comun entre los arquitectos (jvenes): hay que hacer resaltar la construccin. Otro lugar comun entre los mismos: cuando una cosa responde a una necesidad es bella. Perdon! Hacer resaltar la construccin esta bien para un alumno de Artes y Oficios que procura demostrar sus meritos. Dicho ha hecho resaltar las muecas y los tobillos, pero queda el resto. Cuando una cosa responde a una necesidad no por esto es bella: satisface toda una parte de nuestro espiritu, la primera parte, aquella sin la cual no hay satisfacciones ulteriores posibles.http://www.iespana.es/legislaciones/hay.htm (1 de 6)01/05/2004 11:43:16

Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Aviones

Restablezcamos esta cronologa. La arquitectura tiene otros fines y otros principios que los de hacer resaltar las construcciones y responder a necesidades (necesidades adquiridas en el sentido, aqu sobreentendido, de utilidad, de confort, de disposicin practica), LA ARQUITECTURA es el arte por excelencia, que llega al estado de grandeza platnica, orden matemtico, especulacin, percepcin de la armonia mediante las relaciones conmovedoras. He aqu el FIN de la arquitectura.

Pero entremos en la cronologa, Si sentimos la necesidad de otra arquitectura, organismo claro, comprobado, es porque en el estado actual la sensacin de orden matemtico no nos puede alcanzar porque las cosas ya no responden a una necesidad, porque ya no hay construccin en la arquitectura. Reina una extrema confusin: la arquitectura actual no soluciona la moderna cuestion de la vivienda y no conoce la estructura de las cosas. No llena las condiciones primordiales y no es posible que intervenga el factor superior de armonia, de belleza. Hoy la arquitectura no llena las condiciones necesarias y suficientes del problema. Es que no se ha planteado el problema de la arquitectura. No ha habido guerra util como en el caso del avion. Sin embargo, ahora es la paz la que plantea el problema: hay que reconstruir el norte. Pero nos hallamos totalmente desarmados, ya no se sabe construir con lo moderno: materiales, sistemas de construccin, CONCEPCIN DE LA VIVIENDA. Los ingenieros estaban ocupados en las presas de contencin, en los puentes, en los transatlnticos, en las minas, en los ferrocarriles. Los arquitectos dormian. El norte de Francia no se ha reconstruido al cabo de dos aos. Solo en estos ultimos tiempos, en las grandes empresas, los ingenieros han tomado en sus manos el problema de la casa, la parte constructiva (materiales y sistema de estructura). QUEDA POR DEFINIR LA CONCEPCIN DE LA VIVIENDA El avion nos muestra que un problema bien planteado encuentra su solucion. Desear volar como un pajaro, era plantear mal el problema, y el murcilago de Ader no se elevo del suelo. Inventar una maquina de volar sin recordar nada extrao a la mecanica pura, o sea buscar un plano sustentador y una propulsin, era plantear bien el problema: en menos de diez aos todo el mundo podia volar.

PLANTEAMOS EL PROBLEMA Cerremos los ojos ante lo que existe

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Aviones

Una casa: un abrigo contra el frio, la lluvia, los ladrones, los indiscretos. Un receptculo de luz y de sol. Un cierto numero de habitaciones dedicadas a la cocina, el trabajo, la vida intima. Un dormitorio: una superficie para circular libremente, un lecho de reposo para tenderse, una silla para estar a gusto y trabajar, una mesa para trabajar, lugares donde poner rapidamente cada cosa en el sitio adecuado. Cantidad de habitaciones: Una para cocinar y una para comer. Una para trabajar, una para lavarse y una para dormir. Estas son las normas de la vivienda. Entonces que hacen en las amables villas de los alrededores esos inmensos techos intiles?. Por qu esas ventanas raras, de cristales pequeos; por que esas grandes casas con tantas piezas cerradas con llave? Entonces, por qu ese armario de luna, ese lavabo, esa comoda? Ademas, pro que esas bibliotecas ordenadas de acantos, esas vitrinas, esas consolas, esos aparadores, esos buffets de servicio? Por qu esas cortinas de baldaqun? Por qu esas paredes empapeladas, llenas de colores, adamascadas y chillonas?. La luz apenas entra en vuestros hogares. Las ventanas son incomodas de abrir. No hay postigos para airear como en todos los vagones-restaurantes. Vuestras araas me hacen dao a la vista. Vuestros estucos y papeles de colores son insolentes como lacayos, y me llevo a mi casa el cuadro de Picasso que venia a ofrecernos, porque resultaria chocante en el bazar de vuestro interior. Y todo eso ha costado 50000 francos Por que no exigis de vuestro casero: 1 Placares para ropa blanca y trajes, en vuestros dormitorios, todos de la misma profundidad, de altura humana y practicos como un baul Innovation. 2 En vuestro comedor, armarios para la vajilla, para la platera, para la cristaleria, que cierren bien y con los cajones suficientes para que la colocacin se haga en un abrir y cerrar de ojos, y empotrados en la pared para que en torno de vuestra mesa y de vuestras sillas tengais espacio para circular y la sensacin de holgura que os procurara la calma necesaria para una buena digestin. 3 En vuestro salon, armarios para que vuestros libros y vuestra coleccin de cuadros y objetos de arte esten al abrigo del polvo, y para que esten libres las paredes de vuestra sala. Entonces podreis sacar del armario de los cuadros el Ingres (o su foto, si sois pobres) que ha llamado vuestra atencin esta noche por la crnica del periodico, y colgarlo de la pared. Los aparejadores, los armarios de luna, debeis venderlos a uno de esos pueblos jvenes que acaban de aparecer en el mapa, pueblos donde precisamente el Progreso cunde y se deja la casa tradicional (con sus armarios, etc...), para habitar las casas del progreso a la europea con sus estucos y chimeneas.

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Aviones

Repetimos los axiomas fundamentales: a. Las sillas estan hechas para sentarse. Hay sillas de paja de las iglesias que cuestan 5 francos, sillones de Maple que cuestan 1000 francos, y butacas de inclinacin graduada, con atril movil para el libro de lectura, mesilla para el caf, larguero para extender las piernas, respaldo regulable mediante una manivela para tomar las posiciones mas perfectas desde la siesta al trabajo en forma higienica, confortable y correcta. Vuestras butacas, vuestros sofas Luis XVI con almohadones de Aubusson, son maquinas de sentarse? Sinceramente, estais mas comodos en vuestros circulos, en vuestro banco o en vuestra oficina? b. La electricidad produce luz. Hay garantias disimuladas y tambien difusores y proyectores. Se ve tan claramente como en pleno dia y no se daa la vista. Una lampara de 100 bujias pesa 50 gramos pero existen demasiadas araas de 100 kilos, con adornos de bronce o de madera, tan grandes que ocupan todo el centro de la habitacin y cuya limpieza es engorrossima por causa de las moscas que las cubren de inmundicias. Y ademas, por la noche, hacen dao a los ojos. c. Las ventanas sirven para iluminar poco, mucho o nada, y para mirar hacia fuera. Hay ventanas de coche-cama que cierran hermticamente pero que pueden ser abiertas a voluntad; estan las grandes ventanas de los cafes modernos que pueden abrirse completamente gracias a la manivela que las hace bajar hasta el suelo; estan las ventanas de los coches comedor que tienen pequeas celosias de cristal que se abren para airear un poco, mucho o nada; estan los cristales de Saint-Gobain que han reemplazado a los vidrios emplomados; estan las cortinas deslizantes que pueden ser bajadas por fracciones e interpretan la luz a voluntad segn la separacin de sus laminas. Pero los arquitectos solo utilizan las ventanas de Versalles, Compiegne, Luis X, Y o Z que cierran mal, que tienen cristalitos pequeos, que se abren difcilmente y que tienen las persianas pro fuera. Si llueve por la noche, para cerrarlas hay que recibir el chubasco. d. Los cuadros estan hechos para meditar sobre ellos. Rafael, Ingres o Picasso estan hechos para que se medite sobre ellos. Si Rafael, Ingres o Picasso, cuestan demasiado, las reproducciones fotograficas son baratas. Para meditar delante de un cuadro, es preciso que este colocado en un buen lugar y en una atmosfera tranquila. El verdadero coleccionista coloca sus cuadros en un armario y cuelga en la pared el cuadro que le agrada mirar; pero vuestras paredes son como colecciones de sellos de correos que, con frecuencia, carecen de valor. e. Una casa esta hecha para ser habitada. - Imposible! - Pero si! -Usted es utpico! A decir verdad, el hombre moderno se aburre mortalmente en su casa y va al club. La mujer moderna se aburre fuera de su tocador y va a tomar el te. El hombre y la mujer se aburren en su casa, y van a bailar. Pero los humildes que no tienen club se amontonan por la noche debajo de la araa, temiendo circular entre el dedalo de sus muebles que ocupan todo el lugar, y que son toda su fortuna, y todo su orgullo. El plano de la casa rechaza al hombre, y se concibe como guardamuebles. Esta concepcin, favorable al comercio del faubourg Saint-Atoine, es nefasta para la sociedad. Mata al espiritu de

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Aviones

familia, de hogar; no hay hogar, ni familia, ni hijos, porque es demasiado incomodo vivir. La liga contra el alcoholismo, la liga por la repoblacin, deben apelar por los arquitectos, deben imprimir el MANUAL DE LA VIVIENDA, distribuirlo entre las madres de familia, y exigir a dimisin de los profesores de la Escuela de Bellas Artes. Manual de la Vivienda Exigid cuarto de bao a pleno sol, una de las habitaciones mayores de la casa, el antiguo salon, por ejemplo. Una pared llena de ventanas que, si es posible, den sobre una terraza para baos de sol: lavabos de porcelana, baera, duchas, aparatos de gimnasia. Habitacin contigua: guardarropa donde uno se viste y se desnuda. Uno no debe desnudarse en el dormitorio. Es poco limpio y crea un desorden penoso. En el guardarropa, hay que exigir placares para la ropa blanca y los vestidos, cuya altura no pase del medio, con cajones, perchas, etc. Exigid una sala grande en lugar de todos los salones Exigid paredes desnudas en vuestro dormitorio, en vuestro salon, en vuestro comedor. Los armarios empotrados reemplazaran los muebles que cuestan caros, devoran el espacio y obligan a limpiarlos. Exigid la supresin de los estucos y de las puertas de cristales biselados que suponen un estilo deshonesto. SI podeis poned la cocina en el ultimo piso, para evitar los olores. Exigid de vuestro casero que en compensacin por los estucos y papeles pintados instale la luz electrica difusa. Exigid la aspiradora No compreis mas que muebles practicos y jamas muebles decorativos. Id a los castillos viejos para ver el mal gusto de los grandes reyes. Colgad en las paredes pocos cuadros y solo obras de calidad. A falta de cuadros, comprad las fotografias de ellos. Poned vuestras colecciones en cajones o en armarios. Tened un profundo respeto por las verdaderas obras de arte. El gramfono o la pianola os brindara las interpretaciones exactas de las fugas de Bach, y os evitara la sala de concierto, los resfriados, el delirio de los virtuosos. Exigid postigos en todas las ventanas de vuestras habitaciones.

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura. Aviones

Ensead a vuestros hijos que la caso solo es habitable cuando abunda la luz y cuando los parquets y los muros estan limpios. Para cuidar bien vuestros parquets, suprimir los muebles y las alfombras orientales. Exigid a vuestro casero un garaje para auto, bicicleta o motocicleta en la casa. Exigid que la habitacin de los criados este en el cuerpo principal de la casa. No los pongais en la buhardilla. Alquilad departamentos mas pequeos a los que os han acostumbrado vuestros padres. Pensad en la economia de vuestros movimientos, de vuestras ordenes, de vuestros pensamientos. Conclusin: En todo hombre moderno hay una mecanica. El sentimiento de la mecanica deriva de la actividad cotidiana. Con respecto a la mecanica, este sentimiento es de respeto, de gratitud, de estima. La mecanica lleva en si el factor de economia que selecciona. En el sentimiento mecanico hay un sentimiento moral. Al hombre inteligente, frio y tranquilo le han nacido alas. Se piden hombres inteligentes, frios y tranquilos, para construir la casa, para trazar la ciudad.

Loucheur y Bonnevay han presentado una ley que tiene por objeto la construccin, durante diez aos 1921 a 1930- de 500.000 viviendas economicas y salubres. Las previsiones financieras se basan en un precio de costo de 15000 francos por casa. Actualmente, las casas mas pequeas, construidas de acuerdo con los datos de los arquitectos tradicionalista, no cuestan menos de 25.000 a 30.000 francos. Para realizar el programa Loucheur, hay que transformar los metodos de los arquitectos, tamizar el pasado y todos los recuerdos a traves de las mallas de la razon, plantear el problema como se lo han planteado los ingenieros aeronuticos y construir en serie las maquinas de habitar.

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Hay que tender al establecimiento

Hay que tender al establecimiento de normas para hacer frente al problema de la perfeccion. El Partenn es un producto de seleccin aplicado a una norma La arquitectura actua sobre las normas Las normas son cosa de logica, de anlisis y de estudio escrupuloso; se establecen sobre un problema bien planteado. La experimentacin fija definitivamente la norma.

Hay un espiritu nuevo, un espiritu de construccin y de sntesis, guiado por una clara concepcin. Programa del Esprit Nouveau, n 1 Octubre de 1920

Hay que tender al establecimiento de normas para hacer frente al problema de la perfeccin. El Partenn es un producto de seleccin aplicado a una norma Las normas son cosa de logica, de anlisis y de estudio escrupuloso; se establecen sobre un problema bien planteado. La experimentacin fija definitivamente la norma. Hay un espiritu nuevo, un espiritu de construccin y de sntesis, guiado por una clara concepcin Programa del Esprit Nouveau, n 1, octubre de 1920 Hay que tender al establecimiento de normas para hacer frente al problema de la perfeccion. El Partenn es un producto de seleccin aplicado a una norma establecida. Ya despus de un siglo, el templo griego estaba organizado en todos sus elementos. Cuando se ha establecido una norma, se ejerce el juego de la competencia inmediata y violenta. Es una lucha; para ganar, hay que ser mejor que el adversario en todos los aspectos, en la lnea de conjunto y en todos los detalles.http://www.iespana.es/legislaciones/hayque.htm (1 de 5)01/05/2004 11:43:33

Hay que tender al establecimiento

Es, pues, el estudio, a fondo de las partidas. El progreso. La norma es una necesidad de orden llevada al trabajo humano. La norma se establece sobre bases ciertas, no arbitrariamente, sino con la seguridad de las cosas motiva das, y con una lgica presidida por el anlisis y la experimentacin. Todos los hombres tienen el mismo organismo, las mismas funciones. Todos los hombres tienen las mismas necesidades. El contrato social que evoluciona a travs de las edades, determina las clases, las funciones, las necesidades normales que dan origen a los productos de uso normal. La casa es un producto necesario al hombre, El cuadro es un producto necesario al hombre para responder a necesidades de orden espiritual, determinadas por las normas de la emocin. Todas las grandes obras estn basadas en las grandes normas del corazn: Edipo, Fedra, El Nio Prodigio, las Madonas, Pablo y Virginia, Filemn y Baucis, el Pobre Pescador, la Marsellesa, la Madelon. Establecer una norma significa agotar todas las posibilidades prcticas y razonables, deducir un tipo reconocido conforme a las funciones, al rendimiento mximo, al mnimo empleo de medios, mano de obra y materia, palabras, formas, colores, sonidos. El automvil es un objeto de funcin sencilla (rodar) y de fines complejos (confort, resistencia, aspecto), que ha colocado a la gran industria en la necesidad imperiosa de standardizar. Todos los autos tienen las mismas disposiciones esenciales. Debido a la competencia incansable de las innumerables empresas que los producen, cada una de ellas se ha visto en la obligacin de dominar a la competencia y, de acuerdo a la norma de las cosas prcticas realizadas, se ha buscado la perfeccin, la armona, por encima del hecho brutal prctico, y una manifestacin, no slo de perfeccion y de armona, sino tambin de belleza. De ah nace el estilo, es decir esa adquisicin unnimemente reconocida de un estado de perfeccin unnimemente sentida. El establecimiento de una norma procede de la organizacin de elementos racionales que siguen una lnea de conducta igualmente racional. La masahttp://www.iespana.es/legislaciones/hayque.htm (2 de 5)01/05/2004 11:43:33

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envolvente no est preconcebida, es el resultado. Puede tener una actitud extraa al principio. Ader construy un murcilago que no volaba; Wright o Farman construyeron planos de sustentacin duros y desconcertantes, pero que volaban. La norma qued fijad a. Luego vino la terminacin. Los primeros automviles fueron construidos y carrozados a la antigua. Esto era contrario a las modalidades de desplazamiento y de penetracin rpida de un cuerpo. El estudio de las leyes de penetracin fij la norma, una norma que evoluciona entre dos fines diferentes: velocidad, masa delantera voluminosa (coche de carrera); confort, volumen principal posterior (limousine). En ambos casos no hay nada en comn con el coche antiguo de desplazamiento lento. Las civilizaciones avanzan. Dejan atrs la poca del campesino, del guerrero y del sacerdote, para llegar a lo que se llama con justicia la cultura. La cultura es la resultante de un esfuerzo de seleccin. Seleccionar significa descartar, podar, limpiar, hacer salir desnudo y claro lo Esencial. Desde el primitivismo de la capilla romnica, se ha pasado a Notre-Dame de Pars, a los Invlidos, a la plaza de la Concordia. Se ha depurado y afinado la sensacin, se ha eliminado el decorado y conquistado la pro-porcin y la medida; se ha avanzado pasando de las satisfacciones primarias (decorado) a las satisfacciones superiores (matemtica). Si quedan armarios bretones en Bretaa, es porque los bretones han permanecido en Bretaa, alejados, estables, dedicados solamente a la pesca y la ganadera. No es propio que los seores de la buena sociedad duerman, en su hotel de Paris, en una cama bretona, etc. Basta darse cuenta de ello y sacar las deducciones lgicas. Sin embargo, desgraciadamente, poseer una limousine y una cama bretona es cosa corriente. Todo el mundo exclama con conviccin y entusiasmo: La limousine marca el estilo de nuestra poca!, y la cama bretona se vende y. Fabrica en las casas de antiguedades. Mostremos, pues, el Partenn y el automvil a fin de que se comprenda que se trata aqu, en terrenos diferentes, de dos productos de seleccin, uno terminado, el otro en marcha hacia el progreso. Esto ennoblece al automvil. Entonces! Entonces nos queda por confrontar nuestras casas y nuestros palacios con los automviles. Es aqu donde las cosas ya no marchan. Aqu no hemos tenido nuestros Partenones.

La norma de la casa es de orden prctico, de orden constructivo. Yo he tratado de enunciarlo en el capitulo precedente, relativo a los aviones.http://www.iespana.es/legislaciones/hayque.htm (3 de 5)01/05/2004 11:43:33

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El programa Loucheur que supone la construccin de 500.000 vivien-das en diez aos fijar sin duda la norma de la vivienda obrera. Esta imagen muestra cmo se crean los organismos plasticos, con la de un problema bien planteado. La norma del mobiliario est en plena va de experimentacin entre los fabricantes de muebles de oficina, de equipajes, de relojes, etc. No hay ms que proseguir por este camino: misin del ingeniero. Y todos los sarcasmos emitidos acerca del objeto nico, del mueble de arte, suenan a falso y prueban una incomprensin enfadosa de las necesidades de la hora presente: una silla no es una obra de arte; una silla no tiene alma; es una cosa para sentarse. El arte, en un pas de elevada cultura, halla su medio de expresin en la obra de arte verdadera, concentrada y libre de todos los fines utilitarios: el cuadro, el libro, la musica. Toda manifestacin humana necesita una cierta dosis de inters, sobre todo en el dominio esttico. Este inters es de orden sensorial y de orden intelectual. La decoracin es de orden sensorial y primario como el color, y conviene a los pueblos sencillos, a los campesinos y los salvajes. La armona y la proporcin solicitan el intelecto, detienen al hombre culto. Al campesino le gusta el ornamento y pinta frescos. EL hombre civilizado lleva un traje ingles y posee cuadros de caballete y libros. La decoracin es lo superfluo necesario, la medida del hombre culto. En arquitectura, se logra el grado de inters por la agrupacin y la proporcin de las habitaciones y los muebles: misin de arquitecto. La belleza? Es un imponderable que slo puede actuar mediante la presencia formal de las bases primordiales: satisfaccin racional del espritu (utilidad, economa); en seguida, cubos, esferas, cilindros, conos, etc. (sensorial). Luego.., el imponderable, las relaciones que crean el imponderable: es el genio, el genio inventivo, el genio plstico, el genio matemtico, esta capacidad de hacer medir el orden, la unidad, de organizar de acuerdo a leyes claras todas las cosas que excitan y satisfacen plenamente nuestros sentidos visuales. Nacen entonces las diversas sensaciones evocadoras de todo lo que un hombre de elevada cultura ha visto, sentido, amado, y ellas desencadenan, por medios implacables, esos temblores ya experimentados en el drama de la vida: la naturaleza, los hombres, el mundo. En este perodo de ciencia, de lucha y de drama en que el individuo es violentamente sacudido a cada hora, el Partenn se nos aparece como una obra vibrante, llena de grandes sonoridades. La masa de esos elementos infalibles, da la medida de lo que el hombre absorbido en un problema definitivamentehttp://www.iespana.es/legislaciones/hayque.htm (4 de 5)01/05/2004 11:43:33

Hay que tender al establecimiento

planteado puede lograr de perfeccin. Esta perfeccin est aqu tan fuera de las normas, que en la hora actual la vista del Partenn slo puede concertarse en nosotros constatacin inesperada con sensaciones muy limitadas: las sensaciones mecnicas, y con esas grandes mquinas impresionantes que hemos visto y que nos han aparecido como los resultados ms perfectos de la actividad actual, los nicos productos realmente logrados de nuestra civilizacin. Fidias habra querido vivir en esta poca de normas. Habra admitido la posibilidad, la certidumbre de un triunfo. Sus ojos habran visto nuestra poca, los resultados de su labor, y muy pronto habra repetido la experiencia del Partenn.

La arquitectura acta sobre las normas. Las normas son cosas de lgica, de anlisis, de estudio escrupuloso. Las normas se establecen sobre un problema bien planteado. La arquitectura es invencin plstica, especulacin intelectual, matemtica superior. La arquitectura es un arte muy digno. La norma, impuesta por la ley de seleccin, es una necesidad econmica y social. La armona es un estado de concordancia con las normas de nuestro universo. La Belleza domina; es de pura creacin humana, es lo superfluo necesario slo para quienes tienen un alma elevada.

Pero antes hay que tender al establecimiento de normas para hacer frente al problema de la perfeccion

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura. La leccion de Roma

La arquitectura tiene que establecer, con materias primas, relacionadas conmovedoras. La arquitectura est ms all de las cosas utilizarlas. La arquitectura es plstica. Espiritu de orden, unidad de intencin. El sentido de las relaciones; la arquitectura rige les cantidades. La pasion hace un drama de las piedras inertes.

Se utiliza la piedra, la madera, el cemento, y con estos materiales se levantan casas, palacios: esto es construccin. El ingenio trabaja. Pero, de pronto, me conmovis, me hacis bien, soy dichoso y digo: es bello. Esto es arquitectura. El arte est aqu. Mi casa es prctica. Gracias, como doy las gracias a los ingenieros de los ferrocarriles y a la Compaa de Telefonos. Pero no han conmovido mi corazn. Sin embargo las paredes se elevan al cielo en un orden tal que estoy conmovido. Siento vuestras intenciones. Sois dulces, brutales, encantadores o dignos. Me lo dicen vuestras piedras. Me uns a este lugar y mis ojos miran. Mis ojos miran cualquier cosa que enuncia un pensamiento. Un pensamiento, que se ilumina sin palabras ni sonidos, sino nicamente por los prismas relacionados entre s. Estos prismas son tales que la luz los detalla claramente. Esas relaciones no tienen nada necesariamente prctico o descriptivo. Son una creacin matemtica d vuestro espritu. Son el idioma de la arquitectura. Con las materias primas, mediante un programa ms o menos utilitario que habis superado, habis establecido relaciones que me han conmovido. Esto es arquitectura.

Roma es un paisaje pintoresco. All la luz es tan bella que lo excusa todo. Roma es un bazar donde todo se vende. All estn todos los utensilios de la vida de un pueblo: el juguete de la infancia, las armas del guerrero, los paos de os altares, los bidets de los Borgia, y los penachos de los aventureros. En Roma, las fealdades son legin. Si se evoca a Grecia, uno piensa que los romanos tenan mal gusto: el romano-romano, Julio III y Vctor Manuel. La Roma antigua se aplastaba entre sus muros demasiado estrechos: una ciudad hacinada no es bella. La Roma del Renacimiento tuvo sus salidas pomposas

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura. La leccion de Roma

diseminadas por los cuatro rincones de la ciudad. La Roma de Victor Manuel colecciona, clasifica, conserva, e instala su vida moderna en los corredores de ese museo y se proclama romana por el monumento conmemorativo a Vctor Manuel I, en el centro de la ciudad, entre el Capitolio y el Foro... Cuarenta aos de trabajo, desproporcionadamente grande, y en mrmol blanco! Decididamente, en Roma se amontona todo. I La Roma Antigua Roma se dedic a conquistar y gobernar el mundo. Estrategia, abastecimiento, legislacin: espritu de orden. Para administrar una gran casa de negocios, se adoptan principios fundamentales, irrecusables, sencillos. El orden romano es un orden sencillo, categorico. Si es brutal, tanto peor. Tenan inmensos deseos de dominio, de organizacin. En Roma la arquitectura no tena lugar, los muros apretaban demasiado, las casas tenan diez pisos: eran los antiguos rascacielos. El Foro deba ser feo, algo as como el baratillo de la santa ciudad de Delfos. Urbanismo, grandes trazados? Nada de eso. Es necesario ir a ver Pompeya, que emociona por su rectitud. Conquistaron Grecia y, como buenos brbaros, hallaron el corintio ms hermoso que el drico, por ser ms florido. Haba, pues, capiteles de acanto, cornisas decoradas sin gran medida, ni gusto! Pero debajo de ello, haba algo romano que vamos a ver. En suma, construan chasis soberbios, pero diseaban carroceras deplorables como los lands de Luis XLV. Fuera de Roma, al aire libre, construyeron la Villa Adriana. All se medita acerca de la grandeza romana. All pusieron orden. Es la primera ordenacin occidental de importancia. Si evocamos a Grecia en este aspecto, decimos: el griego era un escultor, y nada ms. Pero, atencin, la arquitectura es algo ms que ordenacin. La ordenacin es una de las prerrogativas fundamentales de la arquitectura. Pasearse por la Villa Adriana y decirse que la potencia moderna que es romanas, an no ha hecho nada... Qu tormento para un hombre que se siente partcipe, cmplice, de este fracaso decepcionante! No exista el problema de las regiones devastadas, sino el de equipar las regiones conquistadas; eso era todo. Entonces inventaron procedimientos constructivos e hicieron cosas impresionantes, romanas. La palabra tiene un sentido. Unidad de procedimiento, fuerza de intencin, clasificacin de los elementos. Las cpulas inmensas, los tambores que las sostienen. las imponentes bvedas de medio punto, todo ello est aglutinado por el cemento romano y sigue siendo objeto de admiracin. Fueron grandes constructores. La fuerza de intencin, la clasificacin de los elementos, es prueba de un cambio de espritu: estrategia, legislacin. La arquitectura es sensible a estas intenciones, produce. La luz acaricia las formas puras: esto produce. Los volmenes simples desarrollan inmensas superficies que se enuncian con una variedad caracterstica segn se trate de cpulas, bvedas, cilindros, prismas rectangulares o pirmides. La decoracin de las superficies (vanos) pertenece al mismo grupo geomtrico. El Panten, el Coliseo, los acueductos, la pirmide de Cestio, los arcos de triunfo, la baslica de Constantino, las termas de Caracalla. Nada de charlatanera; ordenacin, idea nica, audacia y unidad de construccin, empleo de los prismas rectangulares. Sana moralidad.

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Le Corbusier. Hacia una arquitectura. La leccion de Roma

Conservemos, de los romanos, el ladrillo, el cemento romano, la piedra de travertino, y vendamos a los millonarios el mrmol romano. Los romanos no saban nada acerca del mrmol. II LA ROMA BIZANTINA Nuevo impacto de Grecia, a travs de Bizancio. Esta vez no es la admiracin de un primitivo ante la complicacin florida del acanto: descendientes de griegos, vienen a construir Santa Maria in Cosmedin. Una Grecia muy alejada de Fidias, pero que ha conservado la estirpe, es decir, el sentido de la proporcin, las matemticas, gracias a las cuales se hace accesible la perfeccin. Esta iglesia de Santa Maria, iglesia de gentes humildes, proclama, en la Roma de un lujo ostentoso, el fasto insigne de la matemtica, la potencia invencible de la proporcin, la elocuencia soberana de las relaciones. El proyecto es una baslica, es decir esa forma de arquitectura con la cual se hacen los graneros, los galpones. Los muros estn enjabelgados con cal. Hay un solo color, el blanco; fuerza segura, puesto que es el absoluto. Esta iglesia minuscula paraliza de respeto. iOh!, exclaman los que vienen de San Pedro, del Palatino o del Coliseo. Los sensuales del arte, los animalistas del arte, quedarn molestos ante Santa Maria in Cosmedin. Decir que esta iglesia estaba en Roma cuando cunda el Gran Renacimiento con sus palacios llenos de dorados y de horrores! La Grecia de Bizancio, pura creacin del espritu. La arquitectura es slo ordenamiento, bellos prismas bajo la luz. Es algo que nos fascina, es la medida. Medir. Repartir en cantidades ritmadas, animadas de un soplo igual. Hacer pasar por