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Las estelas funerarias privadas Fuentes para un estudio de las mujeres en el Imperio Nuevo Ana María Mitre 1 María Violeta Pereyra 2 (UN Río Cuarto) Introducción La temática aquí propuesta se enmarca en la investigación de la posición social relativa de la mujer en su contexto familiar y su interacción con los miembros masculinos de su grupo de pertenencia. Asimismo, el espacio social representado en las tumbas del Imperio Nuevo egipcio constituye, en nuestra opinión, una síntesis expresiva de las relaciones sociales contemporáneas. El estudio expuesto en el presente trabajo se sustenta en el análisis de los componentes textuales (figurativos y lingüísticos) de una serie de estelas funerarias de la dinastía XVIII en cuya decoración se integran representaciones y menciones de mujeres de elite, lo que nos permite reconocerlas como fuentes históricas primarias con múltiples variables de análisis. La investigación de las propietarias y/o parientes femeninas de los propietarios de esas estelas funerarias ofrece posibilidades de reconstrucción social tanto a partir de su figuración como de sus inscripciones puesto que re-presentan en forma simbólica al segmento social de pertenencia: la nobleza imperial. La necesidad de decodificar los materiales textuales (iconografía y escritura jeroglífica) de las estelas a partir de su propia articulación con el medio funerario tiene en cuenta su tipología que se corresponde también con otros materiales epigráficos procedentes de las tumbas. 3 Desde esta perspectiva, la interpretación de los personajes femeninos es posible en tanto que el arte del período elegido, como expresión social, refleja su concepción de la mujer en sus representaciones, que pueden ser analizada a través de la figuración y de las inscripciones porque como componentes del equipamiento 1 [email protected] 2 [email protected]

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Las estelas funerarias privadas

Fuentes para un estudio de las mujeres en el Imperio Nuevo

Ana María Mitre1 María Violeta Pereyra2

(UN Río Cuarto)

Introducción

La temática aquí propuesta se enmarca en la investigación de la posición social

relativa de la mujer en su contexto familiar y su interacción con los miembros masculinos

de su grupo de pertenencia. Asimismo, el espacio social representado en las tumbas del

Imperio Nuevo egipcio constituye, en nuestra opinión, una síntesis expresiva de las

relaciones sociales contemporáneas.

El estudio expuesto en el presente trabajo se sustenta en el análisis de los

componentes textuales (figurativos y lingüísticos) de una serie de estelas funerarias de la

dinastía XVIII en cuya decoración se integran representaciones y menciones de mujeres

de elite, lo que nos permite reconocerlas como fuentes históricas primarias con múltiples

variables de análisis.

La investigación de las propietarias y/o parientes femeninas de los propietarios de

esas estelas funerarias ofrece posibilidades de reconstrucción social tanto a partir de su

figuración como de sus inscripciones puesto que re-presentan en forma simbólica al

segmento social de pertenencia: la nobleza imperial.

La necesidad de decodificar los materiales textuales (iconografía y escritura

jeroglífica) de las estelas a partir de su propia articulación con el medio funerario tiene en

cuenta su tipología que se corresponde también con otros materiales epigráficos

procedentes de las tumbas.3 Desde esta perspectiva, la interpretación de los personajes

femeninos es posible en tanto que el arte del período elegido, como expresión social,

refleja su concepción de la mujer en sus representaciones, que pueden ser analizada a

través de la figuración y de las inscripciones porque como componentes del equipamiento

1 [email protected] 2 [email protected]

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funerario las estelas se proponían mostrar la cohesión del grupo familiar proyectada al

destino funerario de sus miembros.

A partir de la consideración de las estelas como operadores simbólicos,4 es decir

elementos cuya mediación contribuía al buen funcionamiento de la maquinaria social,

puede entenderse que en su elaboración se conjugaran códigos de representación y

actos litúrgicos definidos comunicados según convenciones estrictas e inseparables de lo

sagrado y mágico.

Su propia naturaleza hace posible que, a partir del rico universo funerario, se

reconozcan los elementos expresivos de los roles sociales y religiosos cumplidos por las

mujeres y que éstos puedan ‘decodificarse’ a partir del lenguaje mítico que éstas y otras

fuentes preservan.

Por último, cabe destacar que, como expresión de las relaciones existentes entre los

miembros femeninos y masculinos de la elite, las estelas funerarias de las dinastías XVIII

de manera habitual mantuvieron su carácter estereotipado en lo que concierne a las

fórmulas de ofrenda y de dedicación, por lo que la figuración adquiere relevancia

significativa como elemento de diferenciación entre ellas y para interpretar lo que

socialmente re-presentan.

Las fuentes

Las fuentes seleccionadas para nuestra investigación es una muestra

representativa de su género que ejemplifica las variables más significativas reconocidas.

Hemos considerado su aspecto formal, a fin de distinguir los elementos comunes a todas

de los que las diferencian.5

El simbolismo del ámbito funerario 6 es propio de todas las estelas, en las que la

identificación de los sujetos representados y sus títulos se proponía establecer los

vínculos que justificaban su presencia en el documento.

Con frecuencia, las estelas funerarias contenían fórmulas y composiciones

simbólicas destinadas a asegurar el eterno renacer del difunto distribuidas en diferentes

3 La circunscripción de nuestra aproximación a los miembros femeninos de la elite egipcia cuya presencia se verifica en las estelas funerarias está justificada en la posibilidad de confrontar la información que proveen esos monumentos con otras evidencias documentadas en el ámbito funerario. 4 Esto también es válido para las estelas triunfales, las estelas fronteras y las estelas votivas. 5 Como el de exactitud respecto a la estructura matemática señalada por los escribas o sacerdotes, pero sobre todo cubrir las necesidades rituales para la que había sido creada. 6 El pensamiento simbólico opera por analogías, relaciones y síntesis, y refiere a la totalidad mediante la confluencia de elementos racionales e irracionales, mediante la manifestación del sentido en lo sensible (Lurker, 1992: 23).

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campos. No obstante, hubo excepciones y variantes, como las tres que analizamos a

modo de ejemplo.

La primera es la estela del Museo Británico 3607 (fig. 1), dedicada a una joven,

Satpair.

La representación, ubicada en el campo superior muestra a Satpair sentada sobre

una tarima, recurso que resalta la talla jerárquica. En la cabeza lleva un cono de perfume,

al igual que el servidor, que posee peluca corta y sin adornos, en tanto que la joven

muestra un mechón lateral enrulado que indica su juventud y nobleza. El vestido de

Satpair es transparente, con los hombros descubiertos, igual que las rodillas, y ceñido al

cuerpo. Con una de sus manos sostiene un capullo de loto (nhbt) mientras que levanta la

otra en dirección al servidor que le ofrece con una mano el ramo (Htpt) y en la otra un

papiro tallo de largo. Su vestimenta, simple y ceñida, deja al descubierto parte de su figura

masculina. Las figuras están a ambos lados de una mesa con ofrendas de alimento cuya

figuración difiere de otras posteriores por su forma rectangular.

Las columnas de texto identifican a la propietaria de la estela y a su oferente,

además de precisar la acción: “recepción del ramo por Satpair; el favorito de noble

hereditaria, pura de Hierocómpolis”. La línea de texto del campo inferior identifica al

donante de la estela: el servidor del oeste, Nahy”

fig. 1 fig. 2 fig.3

La segunda es la del Museo de Viena ÄS155,8 anónima y que carece de

inscripción. Presenta una composición simbólica , que de manera usual se

ubicaba en la parte superior de la cintra9 (véase fig. 1).

7 Fechada a fines de la dinastía XVIII (Hall y Litt [s.f.]: 7 y pl 14), es de caliza pintada y de 22,5 cm de alto. 8 Del reinado de Amenofis III, es de caliza, de 17,8 cm de alto (Robins 1995: fig. 54). 9 En esta y otra estela seleccionada, además de en algunas tumbas, como por ejemplo la de Amenemhat (TT343).

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El anillo10 (Sn) entre los ojos era un símbolo de protección y eternidad. En tanto

que el primer signo representaba lo que no tenía principio ni fin, los ojos-udyat eran

amuletos protectores que servían además al difunto en su cotidiano salir a la luz.11

Debajo, el grupo Xnw (la vasija sobre las ondas de agua) hacía referencia al interior.12

La figuración fue dispuesta en dos registros. En el superior encontramos una figura

masculina sedente y otra femenina frente una mesa de ofrendas. La primera presenta

peluca corta trenzada, collar y faldellín. En una de sus manos lleva un loto abierto,

símbolo de resurrección, y en la otra dos capullos. La mujer, que vierte la libación sobre

una mesa en forma de loto, lleva una peluca tripartita, un vestido “funda” ceñido al cuerpo

y un collar en el cuello.

En el registro inferior encontramos dos figuras juveniles y nobles. La masculina

presenta una peluca de la que cuelga un mechón, viste faldellín corto y en el cuello se

destaca un collar. El joven carga una banqueta en sus manos y en uno de su brazos lleva

un par de sandalias. La figura femenina también lleva la peluca corta con mechón lateral y

su vestido funda es ceñido al cuerpo con mangas que cubren hombro y antebrazo. En su

mano lleva dos capullos de lotos.

El tercer ejemplo (fig. 3) también proviene del Museo Británico (BM 644)13 y

muestra en un único espacio: figuración, composición simbólica y texto jeroglífico que

identifica a las mujeres: “la señora de la casa, Tamiyt”, la figura sedente, y “su hija Kyiw”

de pie.

En la composición la mesa repleta de ofrendas de alimentos se ubica entre las dos

figuras. La materna presenta una peluca larga trenzada que indica su posición adulta. Su

vestimenta es suelta y transparente tal como lo indica el cambio en la moda a fines de la

dinastía XVIII. En una de sus manos lleva una flor de loto cuya fragancia inhala, acción

que otorga vida al fallecido. Ambas figuras tienen peluca tripartita y están coronadas por

los conos de perfume que integran el ajuar funerario. Sus vestidos son largos, sueltos y

deja, traslucir los atributos femeninos dejando el pecho descubierto y mostrando el

triángulo púbico.

10 “ring” (Faulkner 1979: 264); “der Ozean” (Wb IV, 493). 11 El cap. 17 del Libro de los Muertos dice:”Es la imagen del ojo del Ra en la mañana de su diario renacer.” También la viñeta del cap. 186 el Libro de Ani es ilustrativa, ya que en la representación de Hathor como vaca que sale de la montaña su ojo el udyat (Faulkner 1998: pl. 37). 12 “Ausdruck für Gewässer” (Wb III, 373), pero también forma críptica para “en el interior de” (Faulkner 1979: 202). 13 De fines de la dinastía XVIII, es de caliza, de 36,25 cm de alto (Hall y Litt [s.f.]: 7 y pl. 14).

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En otros casos, como el de la estela14 del Museo de Turín 1611, los dos registros

presentan tratamientos diferenciados: el superior con predominio de la figuración y el

inferior puramente lingüístico. La estela está dedicada a Horemhat y en su parte superior

(fig. 4) se registró otra variante del motivo iconográfico del anillo entre los ojos-udyat

, que también sin el Xnw es frecuente en los monumentos funerarios.15

En el registro superior se observan dos femeninas y dos masculinas. El sacerdote16

constituye el centro de la escena, sentado en actitud pasiva y enfrentado a su esposa;

mientras a sus espaldas su hermano Min se muestra en actitud protectora. La silla sobre

la que se asienta el sacerdote está sobre una tarima que lo eleva respecto del resto de las

figuras.

A diferencia de la de las mujeres, la vestimenta del hermano es simple y consiste

en un faldellín corto, cruzado adelante, aparentemente de lino y sin decoración. En el

cuello se destaca un collar que es más pequeño que el del difunto y su corta rizada peluca

le otorga nobleza. El cetro que sostiene su mano izquierda indica su función en la

consagración de la ofrenda, mientras que la flor de loto que lleva en la otra mano propicia

la regeneración. Viste un faldellín cruzado en la cintura, con efecto de plisado17 y un

ancho collar de cuentas (wsx).

Su esposa Dyab está destacada por su cercanía a la figura mayor y su papel de

oferente. Con la mano izquierda sostiene la jarra de libación y con la derecha el collar

menit de Hathor..18 La figura es estilizada, su vestido funda es de lino, con los hombros

descubiertos y su peinado es simple con el cabello largo y suelto, que deja el pabellón de

la oreja. El aspecto de la hija del matrimonio, Tanetiunet, no se diferencia del de su

madre, pero no lleva en sus manos ningún objeto; sólo acompaña a su madre en la

libación y a su padre en el paso al Más Allá.

Las inscripciones del registro superior identifican a los personajes representados.

Las columnas de jeroglíficos se orientan hacia el centro y dicen: la que está frente al

personaje sedente: “wab Horemhat”; la que precede al hombre de pie: “su hermano Min”;

la que está sobre la mujer de la izquierda “su esposa Dyab” y la última “su hija Tinetiunet”

14 A partir de criterios estilísticos es probable que sea anterior al reinado de Amenofis III. 15 En la tumba de Amenmhotep TT127 por ejemplo. 16 Cuya cabeza se halla totalmente afeitada, lo revela como wab (wab) “puro”. 17 Este atuendo exalta su jerarquía en la ocasión, ya que el wab sólo podía usar túnica de lino blanca y sandalias. 18 En las escenas de las tumbas las esposas y las hijas normalmente realizan ofrendas para el propietario fallecido, en muchos casos agitan sistros y llevan collares menit con lo que hacen referencia al renacimiento prometido por Hathor al hombre fallecido” (Robins, 1993 :177).

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En las líneas de texto del registro inferior están la fórmula de la ofrenda funeraria

(Htp di nsw) y el nombre del donante: “1Ofrenda que el rey da a Osiris, señor de Abidos y

a Sokar, 2señor de Nejen, (para que) ellos den ofrendas de invocación (consistentes de)

carne (vacuna), aves y toda cosa buena y pura, 3vestidos de lino, incienso, ungüento y

4provisiones para el ka de Horemhat. Hecha para él por el ciudadano 5Hormeni, nacido de

la señora de la casa Dyab.”

En cuanto a la estela de Nebshay,19 del Museo de Viena (ÄS5899), sus

inscripciones se limitan a la identificación de los personajes representado.

La composición de la estela muestra tres registros. En

el superior encontramos al difunto como oferente con las

manos elevadas, con el torso descubierto y el faldellín

plisado típico de la época amarniana. En el segundo registro

se ubicaron tres figuras femeninas, unas de las cuales está

sentada e identificada como esposa del difunto. En su

cabeza lleva un cono de perfume adornado con un capullo

de loto que la diferencia de las otras figuras femeninas. Sus

vestidos son largos, semitransparentes y sueltos, y sus

pelucas simples. Una mujer lleva en su mano un capullo de

loto y la otra un tallo de papiro. Las figuras masculinas, a

excepción del difunto, se presentan con la cabeza rapada,

como signo de pureza lo que los vincula con la clase

sacerdotal, y su vestimenta es el faldellín corto superpuesto en la cintura.

En el registro inferior se representaron cinco figuras femeninas, tres de pie. Las

sedentes tienen pelucas que difieren entre si: una sin adornos y la otra trenzada, lo que

indica diferencias de edad. Las oferentes muestran una vestimenta larga traslúcida

semejante a las de los registros anteriores. La figura masculina que vierte libación está de

pie y se distingue del resto de los hombres del registro por su peluca corta trenzada y su

faldellín terminado al frente triangulo.

En el registro superior, las columnas de texto jeroglífico mencionan a los dioses

“Osiris, el que está al frente de los occidentales, Horus, su vengador e Isis, señora del

cielo” y explicitan además que la estela fue “Hecha por el soldado Nebshay”.

19 De fines de la dinastía XVIII, tal vez del reinado de Ay. Es de caliza, de 75,6 cm de alto y procede de Abidos.

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En el registro medio, junto a las figuras sedentes se lee: “su padre, el servidor

P(a)enshayt”, “su madre, Taberet”, y frente a los oferentes: “el servidor Nebshay”, “Isis”,

“T(a)synefer(t)”, “su hermano Horus”, “su hemano Udyankh” y “su hermano Uenkhasut”.

Las figuras del registro inferior no revelan su filiación, igual que en la escena de la

izquierda, sobre el personaje sedente: “el servidor Inihere(tem)hat” y “la señora de la

casa, Takhy”. Tras el oferente se escribió su nombre: “Ipy”. En la escena de la derecha los

epígrafes junto a las figuras a la derecha de la mesa de ofrendas dicen: “el servidor

Pa(en)inher(et) Nebshay” y “Nefertiry”, y los asociados a las figuras a la izquierda de la

mesa de ofrendas: “el servidor20 Usirhat”; “Setymekhemet”; “Tahy” y “Ty”.

Por último, seleccionamos un relieve del Museo de Viena ÄS 581421 que si bien es

un fragmento de la decoración parietal de la tumba de Meryra en Saqqara, su estructura

permite asociarlo por su función,22 con las estelas funerarias analizadas.

La inscripción que enmarca al relieve dice hacia la izquierda: “Ofrenda que el rey

da a Ra-Harakhty, el dios único, que vive de Maat (para que) él conceda un cadáver (XAt)

permanente. Mira, por su eternidad el ba está satisfecho cada día en su lugar, el akh está

en el cielo junto a Ra y es poderoso en la tierra junto Geb; para el ka del supervisor del

sello, [Meryra, justificado ...].”23

La figuración del registro superior muestra dos figuras de pie: una femenina con las

manos elevadas, con un peluca voluminosa y largo atuendo semitransparente, que sigue

a la masculina. El hombre fue representado en posición de alabanza, con peluca corta

redondeada, collar shebyu y brazaletes en ambos brazos. Su vestimenta

semitransparente deja ver los pliegues del abdomen.

La inscripción en 14 columnas del registro superior, se conservó en forma

fragmentaria al comienzo: 1[...] en paz 2[...]. 3[...]en el más allá por el príncipe, 4[...] 5el

supervisor del sello Meryra. Él dice ‘resplandeciente es tu rostro 6 Ra-Harakhty.’ 7¡Atum,

señor de las Dos Tierras y de Heliópolis! 8Tú permites 9que yo exista 10entre tu(s)

favor(itos) en 11los bellos lugares 12de 13-14Maat.” La figura femenina está identificada

como “su esposa amada, la que está en su corazón, la favorita del dios perfecto, la señora

de la casa, Baket.”

20 sDm nSIC wsir-HAt. 21 Del reinado de Amenofis III. 22 Definida por la fórmula Htp di nsw que registra. 23 Los fragmentos de la derecha, conservados en el Museo de El Cairo, rezan: “Ofrenda que el rey da a Ptah-Sokar, señor de Shetit, (para que) él otorgue las ofrendas requeridas de alimentos /(consistentes) de pan, cada día, para el ka del príncipe, el portador del sello del Rey del Bajo Egipto, el amigo único, el supervisor del sello, Meryra [justificado ...]” (Satzinger 1997: 92).

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fig. 5 fig. 6

En la figuración del registro medio se puede observan la presencia femenina que

comparte la talla jerárquica con el hombre. También se encuentra representada la hija del

matrimonio cuyas dimensiones son menores. Ambas una peluca voluminosa y vestidos

largos que trasuntan feminidad. Los hombres muestran una vestimenta elaborada

característica de la época amarniana, consistente en un faldellín plisado. La peluca del

tutor es corta y de trenzado elaborado y el niño en el regazo muestra el mechón lateral

propio de su edad y rango social.

En el registro medio las columnas de texto identifican a los personajes

representados. Hacia la derecha, el texto fragmentario define la ofrenda “para tu ka que

vive a causa del24 bello de rostro Ptah, su favorito, su amado, Sauahutf. Él te da tiempo de

vida perfecto, seguidor(?) gozoso [...].”

Sobre las figuras del grupo de la izquierda, dice: “el príncipe (Amenofis III), el

amado de su padre Geb y de Atum, el príncipe hereditario (r-pt HAty-a), el tutor del dios

perfecto, el supervisor del sello, Meryra, y su esposa amada, la que tiene un lugar en el

24 Se refiere al tutor real, Meryra.

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corazón del dios perfecto, la señora de la casa, Baket, justificada”, y frente a la pequeña

figura femenina: “su hija Ty”.

La parte conservada de las tres líneas de texto jeroglífico dice: “Ofrenda que el rey

da a Osiris, Señor de Busiris, el dios grande, el gobernante la eternidad, (para que) él de

ofrendas de invocación (consistentes) en pan y cerveza, vacunos, aves, vestidos de lino,

incienso [...] agua fresca, vino, leche, toda cosa y ofrenda buena y pura de las que el dios

vive que hace respirar el dulce viento norte (?) [...] para el ka del príncipe hereditario, el

escriba real, el mayordomo de su Majestad, el rey del Alto Egipto [... Meryra].”

Polisemia de las estelas funerarias

En la antigua civilización egipcia la estela funeraria servía para identificar al difunto

y perpetuar su nombre en su tumba, pero también daba testimonio de su vida y de sus

relaciones con otros seres, humanos y divinos. Como parte de ‘la ofrenda que el rey da’,

las estelas daban testimonio del sistema social en el que los miembros de la elite

desarrollaron sus funciones y su localización dentro de las tumbas sugiere que fueron

creadas para ser vistas por quienes visitaban la tumba y recitaban las fórmulas de ofrenda

para propiciar que su mensaje se hiciera realidad.

Es sabido también que a fines de la dinastía XVIII la mujer noble egipcia disfrutó de

prerrogativas equiparables a las de sus pares masculinos, de acuerdo a su creciente

importancia en el entramado social que operaba en torno al poder real. Esto respondía a

la reestructuración de la organización de la sociedad egipcia verificada a partir de la

conformación del imperio exterior por los tutmósidas. Las estelas funerarias también dan

cuenta de esta situación que otras fuentes iconográficas y escritas corroboran.

Las estelas funerarias estuvieron asociadas a los ritos propiciatorios y de

mantenimiento de la vida en el Más Allá, y quienes eran representados en ellas se

legitimaban como participantes de los rituales. Por ello es interesante destacar la

circunstancia de la mención de los vínculos de filiación en algunos casos y su omisión en

otros.

Al respecto, el arte funerario egipcio mostró a la mujer noble en su calidad de

esposa, hija, madre o hermana, asociada en la mayoría de los casos a un contexto

predominantemente masculino, es decir como partícipe de la existencia de su esposo,

padre, hijo o hermano en su calidad de pariente. No obstante, durante la época del

imperio las mujeres representadas en las estelas funerarias fueron registradas en las

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estelas funerarias llevando a cabo rituales propiciatorios, de adoración, ofrenda y libación,

es decir ellas mismas como ritualistas.

La relativa estereotipia de las estelas y su potencial adscripción a sujetos sociales

conocidos permite completar algunas lagunas derivadas de su fragmentación y establecer

relaciones con otras evidencias funerarias, de las cuales la principal es la que ofrece la

decoración parietal de las tumbas contemporáneas.

Conclusiones

En el marco monumental de las estelas funerarias la mujer de la elite imperial, igual

que sus pares masculinos, fue mediadora entre lo sagrado y lo profano y fue celebrante

en los rituales como miembro de la clase social que, en forma gradual y a lo largo del

período imperial, se apropió de las prerrogativas del rey como ritualista (Sörensen 1989:

122).

La importancia del rol femenino en el entramado familiar se refleja en las estelas

por su inclusión iconográfica y/o lingüística diferenciada. Las referencias a las mujeres en

las inscripciones jeroglíficas se limitan a su identificación, por lo que es presumible que su

individualización fuera significativa sólo para los miembros de la elite. La figuración,

ajustada a códigos de representación de mayor difusión comunicaba de manera más

amplia la presencia de femenina en el ritual y legitimaba a las mujeres junto con sus pares

masculinos.

Si los signos jeroglíficos dispuestos en el remate del campo superior de la estela

remitían al renacer sin fin desde el interior de la tumba hacia la luz del sol, en alusión a la

reintegración del difunto en la dinámica cósmica, los personajes representados debieron

contribuir con ella, ya sea por su presencia figurada o lingüística. Así, la representación de

la mujer en las estelas funerarias de la dinastía XVIII la muestra desempeñando diferentes

roles dentro de su grupo social y no siempre acompañando o secundando a sus pares

masculinos. En este juego de representación cuando la mujer compartía el registro con la

figura principal, a fines de la dinastía su talla jerárquica no difería, como tampoco el

tratamiento de su atuendo. Sólo algunos elementos propios del ritual funerario, como los

lotos, se asociaron con mayor frecuencia a las figuras femeninas.

En síntesis, las estelas funerarias al recrear el medio social de la elite re-

presentaron los vínculos de manera explícita, ya sea por su figuración o por su

denominación. La reiterada presencia femenina permite inferir la necesidad de su

inserción en ese contexto, a cuyo mantenimiento seguramente contribuían.

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