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Las Aulas de 0 a 3 años

SU ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO

Cristina Lahora

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Índices para catálogo sistemático:

Dados Internacionais de Catalogação na Publicação (CIP) (Câmara Brasileira do Livro, SP, Brasil)

Lahora, Cristina Las aulas de 0 a 3 años : su organización y funcionamiento / Cristina Lahora. -- São Paulo : Cortez ; Madri : Narcea, 2016.

ISBN 978-85-249-2487-3 (Cortez)ISBN 978-84-277-1753-4 (Narcea)

1. Atividades criativas 2. Didática 3. Educação - Finalidades e objetivos 4. Educação de crianças5. Educação infantil I. Título.

16-06314 CDD-372.21

1. Educação infantil : Educação 372.21

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© NARCEA, S. A. DE EDICIONES, 2013 Paseo Imperial, 53-55 28005 Madrid (España)

www.narceaediciones.es

Cubierta: Roser Bosch

Edição originalISBN: 978-84-277-1753-4 (Narcea)

Impresso no Brasil — agosto de 2016

Direitos de impressão no Brasil — Cortez Editora

Rua Monte Alegre, 1074 – Perdizes 05014-001 – São Paulo – SPTels.: (55 11) 3864-0111 / 3611-9616 [email protected] www.cortezeditora.com.br

Nenhuma parte desta obra pode ser reproduzida ou duplicada sem autorização expressada autora e do editor.

Dedico este libro a mi familia,especialmente a Pello, Ana Cristina y Julio.

También lo dedico a todos los que están cerca de mí,con un cariño especial a mis amigas.

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Índice

INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

1. LOS PRIMEROS PASOS HACIA LA AUTONOMÍA MORALEN LA EDUCACIÓN INFANTIL DE 0 A 3 AÑOS . . . . . . . 13Educar personas autónomas. Algunas pautas orientativas

2. LAS NECESIDADES BÁSICAS DE LOS MÁS PEQUEÑOS:SUEÑO, ALIMENTACIÓN E HIGIENE . . . . . . . . . . . . . . . . . 19El sueño en la infancia: en el bebé, en 1-2 años y en 2-3 años.El sueño durante la adaptación escolar. Alteraciones del sueño . . 19La alimentación durante los tres primeros años. La alimen-tación en los bebés: dificultades. La alimentación en 1-2 años: al-gunos problemas a partir del primer año. La alimentación en 2-3años. Consejos para que los niños y niñas de 1 a 3 años comanbien en la escuela infantil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27La higiene en los tres primeros años: en los bebés y a partirdel primer año. El control de esfínteres. Problemas derivados de lafalta de higiene . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

3. LOS GRANDES OBJETIVOS DE LA EDUCACIÓN INFAN-TIL DE 0 A 3 AÑOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43Los objetivos generales de la educación infantil . . . . . . . . 43Objetivos específicos para los ámbitos de experiencia: auto-nomía personal conocimiento del entorno; comunicación y lenguaje 44

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4. LAS ACTIVIDADES EN LA ESCUELA INFANTIL DE 0 A 3AÑOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49Área lógico-matemática: bebés, 1-2 años, 2-3 años. Actividades . 49Área del lenguaje: bebés, 1-2 años, 2-3 años. Actividades . . . 56Área de expresión plástica: bebés, 1-2 años, 2-3 años. Actividades . 68Área de música: bebés, 1-2 años, 2-3 años. Actividades . . . . . 78Área de psicomotricidad: El espacio y los materiales . . . . . . . 85Juegos motrices: aula de cunas, 1-2 años, 2-3 años . . . . . . . . 87Hábitos de autonomía: aula de cunas, 1-2 años, 2-3 años . . . 91

5. LOS ESPACIOS EN LA ESCUELA INFANTIL DE 0 A 3AÑOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95El espacio, un lugar educativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96Los espacios de la escuela infantil: la entrada, los pasillos, lasala de usos múltiples, las aulas, el patio de recreo . . . . . . . . . . . 97Espacios destinados a educadores y familias . . . . . . . . . . . . . 101

6. EL AULA DE CUNAS O AULA DE BEBÉS . . . . . . . . . . . . . 103Características psicológicas de los bebés: afectividad, desa-rrollo psicológico, cognitivo y social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104La entrada del bebé en la escuela infantil: el periodo de adap-tación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107Organización del espacio y del tiempo en el aula de cunas . 111El juego de los bebés: juegos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115

7. EL AULA DE 1 A 2 AÑOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119Características psicológicas de los niños de 1 a 2 años . . 119El periodo de adaptación en el aula de 1 a 2 años . . . . . . . . 120Organización del espacio en el aula de 1 a 2 años . . . . . . . . 124Organización del tiempo en el aula de 1 a 2 años. Zonas . . . 125El juego heurístico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130

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LAS AULAS DE 0 A 3 AÑOS

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8. EL AULA DE 2 A 3 AÑOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135Características psicológicas de los niños de 2 a 3 años 135El periodo de adaptación en el aula de 2 a 3 años . . . . . . . 139Organización del espacio en el aula de 2 a 3 años. Zonas . . 145Organización del tiempo en el aula de 2 a 3 años . . . . . . . 148El juego simbólico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154

9. LA EVALUACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155Una evaluación basada en la observación

10. LA PARTICIPACIÓN DE LAS FAMILIAS EN LA ESCUELAINFANTIL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159Las entrevistas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159Las reuniones de aula . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161Colaboración en las actividades educativas y participa-ción en la marcha de la escuela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 162

BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165

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ÍNDICE

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En este libro vamos a encontrar un planteamiento detallado sobrecómo es, cómo funciona y cómo se puede organizar la vida cotidianaen la Escuela Infantil para niños y niñas de 0 a 3 años.

A lo largo de los primeros capítulos recorremos aspectos teóricos:características psicológicas de los niños y niñas de estas edades, nece-sidades específicas en cada periodo, aspectos relacionales, desarrollopsicomotor, objetivos de esta etapa educativa, sentido del espacio y deltiempo, el juego heurístico, etc. Todo ello para plantear las bases de loque sería una organización adecuada de las Aulas de 0 a 3 años, te-niendo en cuenta estos datos.

La información que se aporta ofrece pautas y orientaciones sobrealimentación, sueño e higiene. También se presentan las líneas gene-rales de organización en la escuela; ellas nos van a permitir encuadrary, en cierto modo, ordenar las propuestas pedagógicas que ofrecemos.

Por otro lado, centrándonos en las aulas, explicamos y hacemos re-ferencia específica, en los capítulos 6, 7 y 8, a la organización y fun-cionamiento de cada una de las clases: el Aula de cunas o aula de be-bés, el Aula de 1 a 2 años y el Aula de 2 a 3 años.

Al explicar cada una de las aulas encontramos, de un modo detalla-do, las características psicológicas del grupo, el modo de realizar la en-trada en la escuela o periodo de adaptación, la organización del espa-cio y del tiempo, el juego, los rincones y, en definitiva, el modo deorganizar la actividad pedagógica.

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Introducción

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Finalizamos el libro planteando la manera en que debe llevarse a ca-bo la evaluación, basada en la observación de los niños y niñas de es-ta etapa.

Y, teniendo en cuenta la estrecha relación que debe haber entre lafamilia y la escuela, principalmente en este periodo educativo, indica-mos vías para la participación de las familias en la vida escolar.

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LAS AULAS DE 0 A 3 AÑOS

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1. Los primeros pasos hacia la autonomía moral

en la educación infantil de 0 a 3 años

1 Se opta a lo largo de esta obra, en ocasiones, por el uso genérico bien del masculino, bien del femenino, con objeto de facilitar la lectura y sin ánimo alguno deexclusión.

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Iniciamos esta obra dedicando un capítulo a la autonomía moral yaque toda actividad educadora tiene un propósito, que es el fin mismode la educación: conseguir personas autónomas, personas que tenganuna autonomía moral.

Hablar de autonomía moral, de educación moral cuando nos referi-mos a los tres primeros años de vida, nos puede parecer prematuro;el bebé no tiene capacidad de decisión; el niño de un año o el de dosaños no tienen malicia; esto es cierto. Sin embargo, nos preguntamoscomo educadores qué podemos hacer para lograr un desarrollo moraladecuado desde el inicio de la vida.

Por esto, en este primer punto, nos vamos a referir más a nuestrasactuaciones como educadores que a los comportamientos de los niñosy niñas1, puesto que ellos van a actuar de un modo natural a estas tem-pranas edades.

Para tener un punto de referencia, y situarnos en un constructo teó -rico donde movernos, lo haremos desde las reflexiones y estudios deJean Piaget difundidos por varios de sus alumnos; en este caso hare-mos referencia concretamente a Constance Kamii.

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LAS AULAS DE 0 A 3 AÑOS

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Piaget (1977) en sus trabajos subraya dos conceptos importantes:autonomía moral y heteronomía moral. La autonomía moral consti-tuirá el fin mismo de la educación.

Ser autónomo, moralmente hablando, significa que cada cual esdueño de sí mismo, que se gobierna por una moral regida por los prin-cipios generales de la ética basada en el buen hacer, en el respeto alas leyes universales.

Por el contrario, una persona heterónoma, es una persona gober-nada por otros, es alguien que se rige por la moral de los demás, dela mayoría, independientemente de que sea acorde o no, a principiosmorales como el respeto, la justicia, etc.

Dentro de las personas heterónomas están aquellas que viven si-guiendo lo que hacen los demás: «como todo el mundo lo hace…», «co-mo todos…», y actúan bajo este cobijo de la generalidad. Sin embar-go, una persona autónoma sabe que lo que hace todo el mundo no esdecisivo para saber qué debe hacer, y de este modo actúa, coincidien-do o no con la mayoría.

EDUCAR PERSONAS AUTÓNOMAS

Este punto es el que nos va a marcar la dirección a seguir cuandoeducamos; nos va a situar en lo que queremos conseguir: educar per-sonas autónomas.

Si sabemos situarnos y queremos conseguir que los niños en su de-sarrollo alcancen una autonomía moral, tendremos que actuar conellos, desde que son pequeños, para potenciar la construcción de lamoral desde lo cotidiano, sabiendo qué les decimos y qué alternativasles damos a sus actuaciones, para que de esta forma les encaminemoshacia una moral autónoma.

Por tanto, la pregunta que nos planteamos, a continuación, es, ¿quépodemos hacer a este respecto con niños y niñas tan pequeños? En pri-mer lugar tenemos que conocer cómo es el desarrollo moral y para es-to, nos referiremos a los estudios realizados por Piaget y Kohlber. Esteúltimo realizó varias investigaciones apoyadas en las teorías de Piaget.

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LOS PRIMEROS PASOS HACIA LA AUTONOMÍA MORAL

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Piaget nos demuestra a través de sus investigaciones que la morales, en un primer momento, heterónoma. Por ejemplo, sus estudiosnos revelan que el niño pequeño considera que es peor decir que «unperro es más grande que una vaca», porque eso ni existe ni es posible,que decir que «en clase me han puesto una buena nota», cuando la pro-fesora no ha puesto nota alguna, porque eso sí es posible. Es decir, pa-ra el niño la primera mentira es mayor que la segunda porque es im-posible. Esta moralidad de heteronomía se observa también cuando elniño mide el daño por la medida del castigo: «si miento y el adulto nodice nada, no me pone castigo, lo podré hacer aunque sepa que estámal engañar».

La moralidad es algo que el niño va a construir desde dentro, a par-tir de las oportunidades que los adultos le demos para construirla. Esun proceso de construcción similar al del desarrollo lógico-matemáti-co; no es una realidad que está fuera de nosotros y la asumimos comotal: no; la autonomía moral supone una elaboración a través de las situaciones en las que se va a desenvolver el niño desde pequeño, si-tuaciones en las que tendrá que decidir, aprender de las consecuenciasde sus actos, etc. En todos estos momentos la figura del educador essustancial.

Ya desde un comienzo las familias van a marcar unas pautas de or-den: hora para ir a dormir, lugar dónde comer, etc. Estas pautas sonvariables de un hogar a otros, pero son un marco para decir al niñodónde están los límites y que sepa que hay un orden en el que nos mo-vemos y nos facilita la vida en común.

Aparte de estas normas que nos facilitan la convivencia, hay unosvalores que son los que nos hacen sentirnos personas: el respeto a losdemás y a sus pertenencias, el ser sinceros… La adquisición de estosvalores es una carrera de fondo, hay que comenzar desde pequeños ysiendo los propios niños los protagonistas, los atletas de esta carrera.

El educador, como un guía, estará al lado del niño para entrenarle,orientarle en este camino hacia la autonomía. En un comienzo, el ni-ño será completamente dependiente del adulto, pero en la medida quepodamos ir dándole capacidad de elección, el niño irá ganando en au-tonomía.

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ALGUNAS PAUTAS ORIENTATIVAS

Cerramos este capítulo ofreciendo al educador unas sencillas pautasde trabajo para que el niño se ejercite en autonomía durante el proce-so de enseñanza-aprendizaje.

ú El educador debe hacer ver al niño que sus acciones tienen con-secuencias, para ello le presentará las consecuencias lógicas delas mismas.

Tomemos como ejemplo esta situación: un niño que grita, mo-lesta y no deja que los demás estén centrados en su actividad.Una consecuencia lógica sería plantearle: «si estás gritando, co-mo los demás no podemos estar a gusto, tendrás que salir del au-la». Por el contrario, una consecuencia no lógica de este com-portamiento sería quitarle su juguete favorito. No tiene nada quever quitar el juguete con el hecho de gritar, parece más una ven-ganza que un acto que ayuda al niño a aprender a convivir con elresto de sus compañeros.

ú El educador debe dar la oportunidad al niño de que sea élquien busque soluciones, o presentarle diferentes alternativaspara que elija entre varias, de este modo el niño será partíci-pe de la solución a la que se llegue.

Muchas veces, sin pensarlo demasiado, cuando el niño se en-frenta a un conflicto, sin apenas dejarle pensar, le damos la solu-ción. Actuando así no favorecemos su autonomía; es importanteque, en la medida de lo posible, él busque soluciones para que sesienta autor de su propio pensamiento. Por ejemplo, cuando unniño rompe en clase un juguete, el educador puede decirle: «es-tás castigado y te vas a quedar lo que queda de la tarde reco-giendo los cuentos». Pero, no sería mejor decirle: «¿qué puedeshacer ahora que has roto el juguete?». Si no nos da una solución,le podemos dar un tiempo para pensar o ayudarle a que encuen-tre una; podemos sugerirle si él sabría arreglarlo o quizás nos di-ga que su madre sabe hacerlo.

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LOS PRIMEROS PASOS HACIA LA AUTONOMÍA MORAL

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ú El educador animará al niño a que sea sincero, para ello man-tendrá una actitud comprensiva, sin reproches, aunque actua-rá con firmeza y cariño.

La sinceridad es la base de la confianza, es fundamental que elniño pueda decir lo que sucede sin miedo a las consecuencias. Es-to querrá decir que somos comprensivos con las situaciones queacontecen en el aula. Un niño que ha roto un juguete y se lo di-ce al profesor es porque sabe que hay un clima de comprensión,porque en circunstancias parecidas el profesor no se ha enfada-do amenazando la seguridad afectiva que tanto necesita.

El talante sereno del educador hace que los niños se sientan se-guros y es desde ahí, desde donde pueden madurar, porque sien-ten que no van a perder la seguridad que tanto necesitan.

ú El educador creará situaciones para que el niño se relacionecon los otros y aprenda a través de ellos.

Las situaciones de aprendizaje cooperativo son muy importan-tes a cualquier edad. Los niños pequeños no tienen en cuenta alos otros, pero ver lo que hacen es una fuente de aprendizaje.Cuando se van haciendo mayores y cuando en un grupo hay di-ferencia de edad es cuando estamos ante la riqueza intelectual;una niña aprende de lo que dice o hace otra, las explicaciones quele da le pueden resultar muy cercanas, logrando de esta formaque su conocimiento se vea enriquecido o al menos estimulado.

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2. Las necesidades básicas de los más pequeños:

sueño, alimentación e higiene

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EL SUEÑO EN LA INFANCIA

En los primeros años de vida el sueño, junto con la alimentación, esuna de las grandes preocupaciones de las familias y de los educadores.La educación del sueño en los niños es una de las tareas que siemprese plantea la familia, y la escuela, en lo que le concierne, debe intentarayudar a la familia a crear unos buenos hábitos.

El sueño, junto con el descanso, va a permitir que el niño se recu-pere de la fatiga ocasionada por la actividad. En algunas ocasiones essuficiente con cambiar la actividad; sobre todo a partir de los dos años,una actividad tranquila será reparadora, en cierta medida y dará lugara poder realizar de nuevo otra actividad. Sin embargo, en niños máspequeños tendrá que ser el sueño el que garantice la entrada recupe-rada a una nueva actividad. Los niños más pequeños necesitan dormirpara poder seguir en activo, si no duermen se ponen irascibles y ner-viosos; dormir equivale a recuperarse y, una vez que hayan descansado,se sentirán con ganas de seguir explorando, descubriendo, etc.

Todos, adultos y niños, pasamos por las mismas fases cuando dormi-mos, aunque la duración de cada una de ellas varía; igualmente, dentrode la misma edad, no todas las personas necesitamos dormir la mismacantidad de tiempo ni que el sueño esté distribuido del mismo modo.

Cuando dormimos, según Lasco (2004), pasamos por tres fases:adormecimiento, sueño y despertar.

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LAS AULAS DE 0 A 3 AÑOS

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El adormecimiento es la etapa que acontece antes de que nos que-demos dormidos; aparecen los bostezos, los músculos se relajan y elcuerpo se vuelve más pesado. Seguidamente entramos en la etapa delsueño propiamente dicho: NREM. En esta fase poco a poco se pier-de la consciencia, aparecen las descargas musculares y el sueño co-mienza a hacerse más profundo (los músculos se relajan y la presiónsanguínea baja) hasta que perdemos la consciencia total, es el sueñoprofundo. Los sueños que tenemos en esta fase no los recordamos.Resulta muy difícil despertarse, solo un fuerte ruido o un movimientobrusco o continuo lo conseguiría. Al sueño profundo le sigue el sue-ño REM o MOR (movimiento ocular rápido). En esta fase del sueñoel cerebro funciona a gran velocidad, como si estuviera en vigilia; portanto, aumenta el ritmo cardíaco y la respiración es irregular. Es la fa-se del sueño paradójico, en la que también es muy difícil despertarse,aunque en caso de hacerlo nos situaríamos en la realidad de inme-diato, cosa que no sucede si nos despertamos en la fase de sueñoNREM.

Cuando dormimos, pasamos de esta fase a la anterior de sueño li-gero, originándose unos ciclos que cesan cuando el cerebro nos indi-ca que ha llegado el momento de despertarse.

Si bien los adultos con aproximadamente ocho horas estamos pre-parados y recuperados para comenzar con la actividad, en el caso delos bebés y de los niños pequeños esto es completamente diferente;además de necesitar más horas de sueño, la fase REM es también másprolongada (es un 50% frente al 20% de los adultos). De la misma for-ma el sueño profundo (en el adulto es de un 80% y sin embargo en elniño es de un 50%).

El sueño en el bebé

El recién nacido pasa la mayor parte del día durmiendo, necesitadormir unas diecisiete horas repartidas durante todo el día; permane-ce despierto, o más bien, se despierta, porque necesita alimentarse oporque está incómodo o porque está sucio. Exceptuando estos tiem-pos (una hora por cada toma en una frecuencia de tres horas), el res-to del tiempo permanece dormido.

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LAS NECESIDADES BÁSICAS DE LOS MÁS PEQUEÑOS

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Cuando el bebé ha cumplido un mes el patrón de sueño cambia, un60% del sueño se da durante la noche. Y en la medida que va cum-pliendo meses, el sueño durante la noche es más prolongado, lo quele permite realizar alguna actividad durante el día.

Son frecuentes los casos en los que los bebés lloran mucho, y lasfamilias y las educadoras no encuentran una fácil solución para cal-marlo.

El pediatra Harvey Karp (2003) explica cómo el niño cuando nacees todavía muy inmaduro, nace sin estar preparado; por esta causa,este pediatra defiende que el bebé está en el «cuarto trimestre». Cuan-do estaba en el útero sentía movimiento, estaba en un espacio que leenvolvía y, también, oía un ruido constante que ahora no oye. Te-niendo en cuenta estos aspectos nos propone cinco soluciones queayudan a los bebés a tranquilizarse.

Estas soluciones constituyen lo que él llama el reflejo calmante, unreflejo que es natural en el bebé pero que los adultos tenemos que ac-cionar para que se tranquilice. Estas cinco formas para que se pongaen marcha el reflejo calmante son las siguientes:

• Envolverlo: con un arrullo cuadrado y poniendo al bebé con losbrazos estirados a lo largo del cuerpo, de tal forma que no puedamoverlos; esto hace que se calme. Esta forma de sentirse cobija-do le tranquiliza.

• Ponerlo de lado o bocabajo: una vez envuelto, lo colocaremosde costado o con el estómago descansando sobre nuestro ante-brazo y le sujetaremos la cabeza con la palma de la mano o connuestra otra mano. Esta postura le tranquiliza y al estar nosotrospresentes no corremos riesgos, pues sabemos que por seguridadconviene que los bebés no estén bocabajo.

• Sisear: consiste en que nos oiga un «sch» continuo cuando estállorando, por esto tenemos que producir un sonido más fuerteque el que está produciendo él. Cerca de su oreja pronunciaremosla letra ese con cierta fuerza, este sonido le va a recordar el queoía en el útero.

• Movimiento tembloroso de la cabeza: consiste en mover al be-bé de tal forma que su cabeza recuerde al movimiento de un flan

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o una gelatina; no tiene nada que ver con el «síndrome de la sa-cudida» que es perjudicial porque se produce a latigazos; el movi-miento que nos propone el Profesor Harvey Karp es un movimien-to tembloroso, rítmico que produce un efecto hipnótico comocuando estaba en el vientre de su madre.

• Chupar: esta es otra de las soluciones propuestas, podemos usarel chupete pero siempre después de que haya aprendido a ali-mentarse bien. El chupete les calma pero tiene que chuparlo confuerza, por eso propone retirárselo un poco, para que de esta for-ma, por miedo a perderlo lo succione con más fuerza.

Los resultados que proporciona el reflejo calmante son buenos, losniños duermen más tiempo, están más tranquilos y van aprendiendo adormir. En la medida que los niños consiguen este aprendizaje, se vanretirando las soluciones que se aplicaban.

Conforme el bebé va creciendo el ritmo de sueño varía, los proble-mas disminuyen y cada vez más el sueño va acercándose al patrón nor-malizado.

El sueño en los niños y niñas de 1 a 2 años

Los niños de uno a dos años duermen doce horas durante la noche;además, durante la mañana y después de comer suelen dormir una pe-queña siesta.

Debemos tener en cuenta que, en la clase de niños de un año, habráalgunos que han llegado temprano al centro, a esos convendría llevarlesdirectamente a dormir, o si están activos, a media mañana se les pondráa dormir, de lo contrario se sobreexcitarán y no disfrutarán de la actividadde la escuela. Por último, es importante que estén tranquilos y descansa-dos en el momento de comer; si les viéramos irritados, es preferible quedescansen y que cuando se encuentren bien descansados coman.

El sueño en las niñas y niños de 2 a 3 años

Los niños de dos a tres años suelen dormir durante la noche unasdoce horas y después de comer necesitan echar una siesta; si se le-

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