Laocoonte - Lessing

download Laocoonte - Lessing

of 20

Transcript of Laocoonte - Lessing

  • G.E. Lessing: una ilustracin radicale insatisfecha*

    EUGENIO FERNNDEZ G.

    En los ltimos aos se ha avivado la discusin sobre el significado dela Ilustracin y el alcance de la modernidad. El debate, que agudizasus aristas en el enfrentamiento entre modernos y posmodernos, seest convirtiendo en un intercambio de rechazos, entre otras razonesporque se toma como referencia una modernidad acartonada e inerte.En este contexto resulta especialmente interesante volver la mirada aLessing, uno de los ilustrados ms lcido, crtico y apasionante, que,justamente por ello, conserva mayor viveza.

    1. El talante de un Ereigeist

    Han pasado ya dos siglos desde que en 1785 Jacobi publicara sus conver-saciones con Lessing acerca de Spinoza, un acontecimiento entre dos perso-najes marginales en la historia de la filosofa que, sin embargo, la ha marcadoprofundamente. Junto con la publicacin de la Crtica de la razn pura en1781, un ao despus del encuentro, ha sealado su orientacin durantedcadas. Pues bien, doscientos aos despus Lessing es, en el mundo filosfi-co, un ilustre desconocido. Se le concede categora de escritor notable, crticosagaz, ensayista sugerente..., pero nada ms. Y eso a pesar del inters y laadmiracin que suscit en Herder y Goethe, F. Schlegel y Hegel, K. Fischer,Dilthey Wndelband y Cassirer, A. Schweitzer y E. Bloch. Sin olvidar a Orte-ga que en tantas cosas sintoniza con l. Lessing, amigo de salvar o rescatara raros, marginales, heterodoxos, desconocidos ilustres y peligrosos comoCardano, Campanella, Bruno, Spinoza..., necesita ahora su propia salva-cin. Pero no es fcil que la encuentre. La culpa es suya. Por haber sidoescritor polifactico, fragmentario y disperso, dramaturgo, telogo, crticoliterario, filsofo, curioso de la historia, terico del arte.., resulta que interesaa todos pero no pertenece a nadie. En un mundo cultural dividido en provin-

    * Este articulo es una reelaboracin y ampliacin de ia Nota sobre ci mismo tema publica-da en Revista de Filoso/Za IX (i986).

    Anotes del Seminario de Historia de la Filosofo, 1?-) 986-8 7-88-89. Ed. Univ. Complutense. Madrid

  • 112 Eugenio Fernndez O.

    cias y poblado de especialistas, pocos pueden encontrarlo a su medida, abar-carlo y sentirse a gusto con l. Y uns por otros... En fin, si suya es la culpa,suyo es tambin el encanto!

    Cuando en 1825 Goethe confesaba a Eckermann: Nos hace falta unhombre como Lessing, valoraba ante todo su personalidad; saba que de laenvergadura del carcter depende la amplitud de vuelo, como de la tallaintelectual depende la luz que se proyecta sobre la historia. Lessing Fue todoun personaje de la manera como se puede ser todo y uno: desplegndoseen profundidad, encontrando su identidad en la dispersin, haciendo delmundo su teatro. Tuvo el coraje y la libertad que, segn Kant, caracterizanal ilustrado, y los pag a buen precio. Y junto a ello unamovilidad, inquietudy curiosidad infatigables. Donde est Lessing hay fascinacin y polmicaporque hay accin y vida.

    Ilustrado a su manera, es decir, a contrapelo, Lessing era demasiado inte-ligente como para no denostar las elegantes sutilezas ilustradas, que no sabennada ni saben a nada.. Ilustracin no viene de lustre! Nunca le gust seguirlos dictados de nadie, menos an de la moda con sus rituales selectos, contra-seas eruditas y gestos afectados; todo ello puro efectismo sin vigor ni garra.Lessing se peteat pronto de lo que haba de libresco en la Ilustracin: Loslibros podran hacer de m un sujeto culto, pero jams un hombre, escribaa su madre en enero de 1749, a los 20 aos. Y tom una opcin: ser hombrey vivir como escritor libre, es decir, de su arte; ser un Freigeist2. Mientrastanto los Ilustrados se arrimaban a la corte y a ls salones de la nobleza(como adorno intelectual, claro); y pronto comenzaran a aparecer los intelec-tuales de universidad, funcionarios del Estado. Lessing se dio cuenta de queser un pensador libre exige no ser un librepensador de saln o de carrera.Lo requiere la vida, su espontaneidad, su informalidad; lo exigen la libertady la propia razn ilustrada que hunde sus races en !a experiencia vital. LaIlustracin no es a su juicio un privilegio de algunos genios, que benevolente-mente la trasmiten al pueblo llano, mientras desprecian en l cuanto ignoran.Ni es el privilegio de un siglo luminoso. Se trata de un largo proceso histricoy personal de aprendizaje, de educacin, de emancipacin. Ilustracin es unaforma de vivir y de ser, no una pose.

    Y por ah empez: hijo de un pastor protestante, se alej de su familia,sin miedo a desempear el papel de hijo perdido y mundano; y se dedic...a vivir! A escribir y hacer teatro, frecuentar las tabernas y tertulias, jugar y=erderlo que ganaba, trabajar como secretario de un general prusiano paraahorrar y poder comprarse libros, ir de una parte para otra: Leipzig, Berln,Breslau, otra vez Berln, Hamburgo y, por fin, el retiro de Wolfenbttel,donde tambin Leibniz haba sido bibliotecario. Y eniTe tanto, leer mucho y

    LESSING, GE. Sii,neliche Werke XVII, p.Y Edie. de K. Lachmann y E. Muncker en Walterde Oruyter. Berlin, 1968. En adelante citar simplemente S.W.

    2 Dc,- Freigeis ese ttulo de una obra escrita el mismo ao. 5W. II p. 49-124. Segn P.HAZARO era tambin el ttulo de una revista adirigida por Myiius, primo y amigo de Lessing. Elpensamiento europeo del siglo XVI11 Guadarrama, Madrid, i 958 p. 522.

  • GE. Lessing: una Ilustracin radical e insatisfecha 113escribir de todo: teatro, poesa, traduciones, crtica literaria, ensayos, esbo-zos, materiales de trabajo... siempre a su aire, con su propio estilo.

    No le result fcil, era demasiado exigente para ser un buen mondain.Nunca vivi cmodamente, ni tuvo demasiado xito. Conoci a Mendels-sohn, Nicolai, Gleim, Von Kleist, Klopstock, Mser, Federico el Grande,Jacobi, Goethe, Wieland... pero no se entendi a fondo con ninguno. Erademasiado mordaz, intempestivo, cortante e irnico como para conservarbuenos amigos. En cambio, se vio envuelto en polmicas desagradables porpublicar escritos de Reimarus, con los que no estaba de acuerdo, pero quecrea que deban conocerse. Nunca supo ser calculador y, claro, no encontrms que una identidad en contradiccin. Considerado por los deistas comotelogo, salvador y conservador de la religin cristiana, pasaba ante los telo-gos por hetedoroxo corrosivo (y eso que no hizo pblico en vida que eraspinozista!). Se cuenta que en su visita a Roma (1775), al intentar besar elpie al papa, ste lo retir sabiendo bien quin era el que le reverenciaba3. En1771 haba entrado en la logia masnica de Hamburgo, pero tambin alltom sus distancias. Lleg a sentirse cansado y slo, pero haba conseguidosaber quin era!4. La libertad, la madurez, la identidad no se regalan.

    Lessing llev una vida conflictiva y apasionada, pero se mostr siempredistante del Sturm und Drang. Se senta ms cerca de la figura de Faustosobre la cual haba escrito un esbozo en 1759, que de Werther5. Su sentidotrgico inspirado en Grecia, Shakespeare y el teatro barroco espaol, tansimilar al de Goya, unidad de entereza e irona, encontr en su vida sobradamateria en que plasmarse. El, que no se haba casado con nada ni nadie,contrajo matrimonio en 1776, a los 47 aos. Un alio despus le naci un hijoque mora a las 24 horas. Lessing, como su Laocoonte, se returce de dolor,estrujado por el anillo del destino, pero no grita ni llora, expresa su desgarra-miento con lucidez y mordacidad custica. En carta a Eschenberg escribe:Mi alegra fue bien corta. Y perd, tan de mala gana a ese hijo. Pues tenauna inteligencia, una inteligencia! Creer Usted que las pocas horas enque fui padre me convirtieron en un padrazo? Yo s lo que digo No erainteligencia tenerlo que sacar con forceps para meterlo en el mundo? Notartan pronto el olor a basura? No fue inteligencia aprovechar la primera oca-sin para retirarse de aqu? Ciertamente el cabeza de chorlito me birlatambin a su madre. Pues hay poca esperanza de que me quede con ella.Una vez que quise tener lo que tienen los dems! Y me ha salido mal6.

    Referido por A. Andreu en la introduccin a su excelente seleccin y traduccin deEscritos filosficos y teolgicos de Lessing. Edit. Nacional, Madrid, 1982 pag. 22

    4 Ver el poema titulado ich 5. [Y. U, p. 131.Cfr. 5. W. iii, p. 380-390. A propsito del Werther al que consideraba propotipo de la

    Schwrmerey der Liebe le comenta a Eschenberg en carta del 26-X-i774, con lina irona: jecynischer,je besser 5W. XVIII, p. I I5-I16. Lessing sospechaba que Goethe se haba inspiradoen el suicidio de KW. Jerusalem, joven sensible que haba vivido intensamente, pero tambinespritu cavilador y capaz de concebir un sistema. Cfr. Escritos p. 34i-349.

    6 Carta a Eschenberg 31-Xii-i777, S.W XVIII, p. 259.

  • 114 Eugenio Fernndez O.

    Se qued an ms solo y despojado, pero se hizo de nuevo al camino, sinretirarse de aqu. Haba sufrido la contradiccin ms cruda para l: una vidasn crecimiento, cortada al ras, abatida al levantar el vuelo. Haba visto laotra cara de la vida y haba comprendido mejor, si cabe, que es teatro, suce-sin de escenas. Ya en la Dramaturgia l, un hombre de teatro, haba refleja-do las claves de su ontologa. Ahora se trataba de continuar desarrollando latrama. Y la trama es accin como la vida misma. El hombre est hecho parala accin y no para andarse con contemplaciones y lamentos nostlgicos. Nopuede quedarse paralizado, ni por el horror de la muerte! Vivir es avanzar,madurar. Lessing trabaj sin descanso en sus aos finales: en 1778 publicalos tres primeros dilogos de Ernst y Falk. En 1779 aparece Natn e/sabio.En 1780 se publica La educacin del gnero humano, ocultando quin era suautor. En Julio de ese ao tiene lugar el encuentro con Jacobi. En noviembreest enfermo y comenta: La muerte no es ms que una crisis de la enferme-dad. En diciembre le confiesa a su amigo Mendelssohn que la frialdad queel mundo le muestra si no le resulta mortal a l que es yaun tronco nudoso,al menos le deja helado. Consciente del fin, esclama: Ay, querido amigo, seacab esta escena!7. El 15 de febrero, antes de entrar en coma, repiti a losamigos que le acompaaban: Se acab esta escena!. Pero la accin conti-nua, y se resiste a morir del todo.

    2. Como el autor, as la obra

    Tampoco la obra le result fcil. Lessing no era un genio de inspiracindesbordante y pluma suelta; le faltaban fantasa y ductilidad para ello8. Susmusas fueron el trabajo y el pulso de la vida. Estudi concienzudamente alos clsicos griegos y latinos, filosofa y teologa. En Breslau se ocup de losPadres de la Iglesia y de Spinoza. Conoca bien a Aristteles, Leibniz, Bayle.Voltaire, Diderot... Segua de cerca la produccin intelectual de su momentoy la juzgaba sin remilgos en su extensa labor de crtico. Culto como buenilustrado, no fue nunca, sin embargo, un erudito, ni quiso serlo. Era inquietoy mordaz en demasa para ello y, adems, prefera ser sabio a fuerza debuscar y experimentar9.

    Trabajador incansable por necesidad de supervivencia, era, por gusto, unbuscador insaciable. Por eso result un escritor polifactico. Lo suyo era elescrito breve, fragmentario incluso, el ensayo, el artculo, el apunte, el esbo-zo..., eso s. afilados, chispeantes y llenos de ingenio. Pero nada de eso signifl-

    Carta a M. Mendelssohn, diciembre de 1780,5, [Y. XVIII, p. 362.8 Cfr. HAZARD, P. op. cit. p. 521.

    En carta a A. Hennings del 8-IV-1781 Mendelssohn lo describe as: Sarkastisch undbitter gegen jeden Geck, der sich dic Wahrheit allein gefunden zu haben cinhildete. war eriiebreich und bescheiden gegen jeden deer Wahrheit suchte, und zu alen Zeiten bereit, ihm mitse,neni Vorrate zu dienen... Citado por BOI-INEN, K. Lcvsing. Nochrufaulcinen AuJkldrcr W.Fink. Mflnchen. 982, p. 35.

  • GE. Lessing: una Ilustracin radical e insatisfecha 115ca que fuera un pensador ocasional como ya puso de relieve F. Schlegel. Escierto que Lessing no formul ningn sistema, ni tuvo discpulos. Sin embar-go, toda su obra est guiada y entretejida por una voluntad irresistible deunidad. Lo que sucede es que saba muy bien que el todo slo se da en lamultiplicidad de las partes y la variedad de las formas de expresion. Latotalidad se encuentra dispersa en los fragmentos, unindolos. La realidad esaccin recproca entre ambos. En Rejiexiones y Ocurrencias escribe: In orn-nibus aliquid et de tofo ni/L Nam qui non est in omnibus aliquid, in singulisest ni/dl. Slo por este pensamiento ya quiero leer el libro de Hefold apenaslo atrape. Donde hay una cosa como esa, debe haber cosas buenas: Qu esmejor, saber slo una cosa o muchas? Vaya pregunta! Pero si por debajode esas muchas sabes tambin de esa nica! Puede ser superfluo saber mu-chas, pero no por eso es mejor saber slo una.0 De ah su querencia por losrastros, las perspectivas, los destellos, y su gozo en el esfuerzo. De ah sudeseo de avanzar de continuo y su veneracin por Hermes el dios de loscaminos11. Por todo ello podemos seguir afirmando con Dilthey que Lessinges un poeta de nuestra generacin12.

    Acorde con la personalidad y el talante intelectual, va el estilo literario:cortante, sobrio, preciso, vivaz, gil, directo. Lessing gustaba de afilar lasideas y las palabras para hacerlas agudas, punzantes, no en vano lo suyo eradistinguir y juzgar crticamente. La irona, sutil o mordaz, la frescura no leeran ajenas. El, uno de los forjadores de la lengua alemana, no se ajusta altpico de lo alemn. La emocin, el inters, el apasionamiento, el impactole importaban ms que la contencin, la verosimilitud y el acabamiento deldiscurso. Lessing necesitaba poner sus ideas en accin, y le daba forma dedrama o de disputa. Por eso encontr en el teatro, que es dilogo y accin,el cauce ms directo y espontneo de expresin. Cambi el plpito por elescenario, la retrica edificante por la stira. Si, adems, se tiene en cuentaque senta repugnancia por todo lo disfrazado, artificioso, convencional ygrandilocuente, se comprender con facilidad su admiracin por la tragediagriega, por Shakespeare y por la comedia espaola, y su rechazo al teatrofrancs13. Era una cuestin de estilo, no una mana antifrancesa. Es cieno queLessing fue el crtico ms agudo de Voltaire en el siglo XVIII, pero tambinlo es que de pocos ingleses o alemanes habla tan bien como de Bayle oDiderot. Lo que le molestaba era la Pense pontificale, la grandeza llenade vaco. Como le irritaban, por el otro extremo, Pope, Klopstock... y todolo angelical14. Para l la verdadera magnitud radica en la autenticidad. Elvalor de una obra literaria est en su fuerza plstica, en su capacidad deincitar y poner en movimiento, en la levadura y los fermenta cognitionis

    0 LESSINO, O. E. Escritos p. 399Cfr. LESSINO, O. E. Escritos p. 403 y DIL.THEY, W. De Leibniz a Goethe en Obras III.

    p.35I, F.C.E. Mxico, 1978.12 DILTHEY, W. Vida y poesa en Obras IV p. 27, F.C.E. Mxico, I978.13 Cfr. HAzARD, P. op. cii. pg. 571-572.~ Cfr. A. ANDREU Introduccin a Lessing, GE. Escritos p. 32.

  • 116 Eugenio Fernndez O.

    que contiene. Con ese criterio conviene juzgar tambin La suya: Lessingposee una fuerza arrebatadora, no slo en el campo de la poesa, sino tam-bin dentro detoda la filosofa de su siglo.5

    Por su talante y por su estilo, Lessing cumple en la cultura alemana lafuncin de puente entre el clasicismo y la poca de esplendor tanto en laliteratura como en la filosofa. Su posicin histrica es comparable a la deMozart con respecto a Bach y Beethoven6.Su importancia no est slo enser, con Federico II y Kant, una de las tres personalidades ms poderosas dela Ilustracin alemana. Ms que lo que l ha culminado importa lo que des-pierta y genera. Es la encrucijada de la que arrancan los caminos exploradospor Heder, Goethe, Schiller y los romnticos. En l se esbozan los temasdecisivos de la gran filosofa alemana: La esttica de lo bello y lo sublime;el sentido de la historia y La educacin como proceso de formacin crecien-te; el concepto de accin fundamental para el idealismo; la exaltacin de laNaturaleza y el Logos (Cv icat iraV), la vida, el amor, la libertad, caractersti-cas del romanticismo; la reflexin filosfica sobre la religin, destacando elEvangelio de Juan y la Trinidad, clave dialctica de una nueva ontologa.Windelband lo resumi as: Entre Leibniz y Kant es la nica mente creado-ra de la filosofa alemana: frente a la pedantera escolstica y a la reelabora-cin ecltica de materiales ya existentes, es el nico que enriqueci el pensa-miento alemn no slo con una gran cantidad de ideas pletricas defermentos, sino tambin con un gran principio sistemtico. No existe unsistema que lleve su nombre, no existe una obra filosfica de conjunto quedesarrolle su teora filosfica; sin embargo, l prepar ms que cualquiera desus contemporaneos, el gran periodo de la filosofa. Los viejs tratados dehistoria de la filosofa no hablan de l, y slo cuando se coniprendi que lahistoria no es la historia de los manuales.., se entendio su importancia.7

    A pesar de Windelband, su importancia sigue sin valorarse del todo, y noslo por culpa de los manuales. El destino de Lessing, muy a su medida,parece consistir en ser lugar de trnsito, insoslayable para pasar a esta orillade la filosofa contemporanea, es cierto, pero, a fin de cuentas, pasadizo. Suactualidad es la de la onda expansiva que desencaden. Hay un aconteci-miento que expresa de forma paradigmtica la influencia de Lessing, a pesarde que no recoge todo lo que l es. Se trata del encuentro con Jacobi. Elpietista Jacobi buscaba en l ayuda en la lucha contra Spinoza y su panteismoy determinismo fatalista que destruyen la religin de la trascendencia, el

    ~ CASSIRER, E. La jilosojia de la Ilustracin p. 391, F.C.E. Mxico 1981.~ E. Barjau establece un paralelismo que puede centrarse en el sentido de Hunianitl

    expresado en La educacin del gnero humano y en la Flauta mgica. Cf,. Introduccin alLaocoonte p. 18, Editora Nacional, Madrid, 1977. Las semejanzas en el estilo son tambin visi-bIes.

    ~ WINDELBAND. W. Gesehichie der neuern Phllosophie , p. 534. Citado por E. Estiu en suedicin bilingtie de La Educacin del gnero humano, bajo el ttulo: GE. Lessing Filosofo.Univ. de Buenos Aires, 950. Fascculo 37 de la Antologa Alemana.

  • GE. Lessing: una Ilustracin radical e insatisfecha 117pecado y la redencin5. Lessing le confa su secreto, e inmediatamente esta-la el volcn y prende la llama: Los conceptos ortodoxos sobre la divinidadya no me aprovechan, no puedo saborearlos. Cv ~rn lr&v. No s otra cosa....Jacobi confirma: Lessing no se senta compatible con la idea de un serpersonal absolutamente infinito, inmutable en el gozo de su perfeccin supre-ma. Asociaba con esa idea una representacin tal de infinito aburrimiento,que le produca angustia y dolori9. Sin este acontecimiento, la obra ingentede Kant no hubiera bastado para generar la filosofa contempornea.

    Lessing siempre sorprendente y lleno de atisbos es maestro en el arte y elgozo de buscar. Merece la pena citar un fragmento que vale por una declara-cin de principios: Lo que constituye el valor del hombre no es la verdadque posee o cree poseer, sino el esfuerzo sincero que hace por correr tras ella.Pues no es por medio de la posesin, sino por medio de la bsqueda de laverdad como crecen las Fuerzas, lo nico que constituye su perfecin siemprecreciente. La posesin hace aptico, perezoso, orgulloso. Si Dios tuviera en-cerrada en su mano derecha toda la verdad, y en su mano izquierda slo laaspiracin siempre viva hacia la verdad, aunque con la advertencia de quepuedo errar eternamente..., y me dijera: elije!, yo cogera con humildad lamano izquierda y dira: Dame, padre!, pues la verdad pura es ciertamenteslo para ti20

    3. Religin y razn

    En plena poca de la Ilustracin, la cultura alemana, y no slo ella, estabaimpregnada de actitudes y problemas religiosos. Su identidad histrica lleva-ba sello teolgico y aunque en este figuraba como lema el libre examen, losintentos de emancipacin y librepensamiento eran objeto de rechazo. Lessingse dio cuenta de la importancia de este conflicto que enfrentaba, tambin,sus races y creencias con sus convicciones y metas. Se trataba no slo dedeshacerse de los controles y prohibiciones establecidos por la ortodoxia ysus jerarquas y de desenmascarar las legitimaciones srdidas que se amparanen la religin, sino sobre todo de habrselas con el conjunto de smbolos,experiencias, valoraciones y esperanzas que determinan profundamente elpropio sentido de la realidad. Por eso, a su juicio, la comprensin del signifi-cado de la religin forma parte de los intereses de la razn. No proponeLessing una sospechosa tarea conciliadora, sino interpretar, distinguir, refle-

    ~ G. LUCKcS concede gran importancia a este encuentro en la historia de la confrontacinmoderna entre irracionalismo y razn. Cr. El asalto a la razn Orijalbo, Barcelona, 1968 p. 95-98.

    ~ JAcoBI, F.H. Ube,- dic Lehre des Spon za O. Lowe, Breslau, 1785 p. 12 y 36. Impresinanasttica en Culture et Civilisation, Bruxelles, 1968. La parte de esta obra que narra el encuen-tro ha sido incluida en la traduccin de A. Andreu Escritos p. 361-373.

    20 LessINc, GE. Eme Duplik en 5W XIII, p.23-24, Lamentablemente este escrito no hasido traducido en la seleccin de A. Andreu.

  • 118 Eugenio Fernndez O.

    xionar y asumir todo aquello que potencia nuestra lucidez y libertad. Esaactitud secularizadora le sita en la corriente histrica que va de Spinoza aFichte, Feuerbach, Nietzsche...

    Estaba convencido de que la superacin no se consigue por la va de laignorancia y el rechazo. Los ilustrados a la moda le resultaban, en ese punto,torpes, miopes, banales incluso. En efecto, identificar ilustracin con irreli-gin era lo mismo que hacan algunos clrigos, pero al revs; derivar el ateis-mo del anticlericalismo no es demasiado lcido ni serio. Esa superficialidades para la razn tan nefasta como la ortodoxia por cuanto ambas suponen larenuncia a pensar. Para Lessing la religin es siempre asunto significativo encuanto da que pensar, de modo que quien slo acierta a burlarse de ella ponede manifiesto la mediocridad de su espritu ms que el sinsentido de aqu-lla21. Es cierto que estratgicamente un fanatismo se contrarresta con otro designo contrario, pero es ms cierto an que en ninguno de los dos cuentanada la bsqueda libre de la verdad22. Por el contrario la tan proclamadatolerancia, que a primera vista parecera la salida ms rozonable, encubredemasiada transaccin y verdad a medias. Lessing no era partidario de losarreglos y soluciones tibias que desvirtan tanto a la razn como a la religin.As, por ejemplo, en la religin natural es tan difcil saber dnde est lavivencia religiosa como saber dnde est la razn autnoma y arriesgada.Algo similar ocurre con el deismo.

    No fue menos crtico con los intentos de solucin del conflicto llevados acabo desde el lado de la teologa. A la neologa, que bien poda parecer lasalida ms progresista y satisfactoria por su afn de adaptar la teologa a lanueva mentalidad, la acusa de compromiso vergonzante, de puro travestis-mo23. Ms duro es an con el pietismo y la Schwrmerei que se refugianen la experiencia interior y envargados de sentimientos sublimes, pero vacosde conceptos, proclaman con tanto entusiasmo como fanatismo la inmacula-da pureza de su religiosidad24. Ciertamente Lessing est por la tolerancia yen contra de la salvaje ortodoxia, pero de una tolerancia que sea reconoci-miento crtico y no mera reduccin y asimilacin25. La unidad slo vale lapena cuando se mantienen y ejercitan las diferencias. De ah la crtica aquienes tienen miedo a la libre discusin y se amparan en lo instituido, elsentimiento interior o la piedad del corazn.

    Insatisfecho de la ortodoxia teolgica y de la heterodoxia ilustrada, Les-sing se coloca en una posicin postconfesional y adopta una actitud peculiar.

    21 Cfr. HAZARO. P. O~. cit. p. 526-527.22 LcssNG, GE. Escritos p. 355-356. En este escrito, significativoamente titulado Sobre un

    tema prematuro trata de la relacin entre los filsofos serenos y el entusiasmo fantico.23 CFr.LEsSINC, GE. Escritos p. 569 y OELMIJLLER, W. Dic unbefriedigu AuJkldrung Sur-

    kamp, Frankfurt, 1969 p. 43-69.24 LEssG, GE. 5W. VIII, p.16-i8 y 132-133 y TFMM, H. Gott und dic Freiheit 1. Kloster-

    mann, Frankfurt, 1974 p. 53-58. Herder llamaba al pietismo Opium der Sede 5. [Y VI 98-99,cd. Suphan.

    25 Cfr. LESsNC, GE. Escritos p. 407-411.

  • G.E. Lessing: una Ilustracin radical e insatisfecha 119Lessing es la primera cabeza alemana que vuelve la espalda al esquema delmundo trazado con arreglo al espritu de la [lustracin teolgica; es el prime-ro que, dando esta vuelta, se sita de un modo propio y ms profundo anteel cristianismo, como ms tarde haran Schleiermacher, Schelling y Hegel.26Tal actitud se funda en un juicio histrico y en un diagnstico sobre la mo-dernidad: Lessing vislumbra que la visin moderna de la realidad, iniciadaen el Renacimiento y sistematizada por Spinoza, Leibniz etc., pone en cues-tin el milenio de cristiandad que va de sanAgustn a Lutero. Este replan-teamiento afecta al sentido originario del mundo que se recoge en el conceptode creacin, como bien saba Jacobi. En efecto, con el concepto de creacincontingente el cristianismo ha acentuado la distancia entre Dios y la natura-leza y ha reducido su unidad a una relacin de reflejo, dependencia y adora-cin. El creador y las criaturas se relacionan como rey y sbditos, seor ysiervos; la eminencia y el orden jerrquico lo estructuran todo. De este modose ha consagrado un dualismo que recorre todo el tejido de nuestra cultura yadopta categoras metafsicas: materia/espritu; antropolgicas: cuerpo/alma;histricas: esta vida/otra vida, tiempo/eternidad; cristolgicas: humillacin/exaltacin, Jess histrico/Cristo resucitado. En medio, como haciendo decua, el trauma del pecado de origen, la culpa, la muerte, la redencin por lasangre, la cruz27.

    Se ha perdido, as, el sentido de accin recproca entre todo y partes,unidad y pluralidad. Se ha olvidado el valor de la naturaleza y sus potencias,y se ha menospreciado la dignidad del hombre. La ortodoxia termin porquedarse sin sentido del misterio, su razn de ser, que consiste en la traspa-rencia de la infinitud en la finitud; producindose lo que Baudelaire llamabaune dpravation du sens de linfini. Sobre la pobre criatura contingente,sobrecogida por el temblor metafsico de haber podido no ser, se volcaba,acto seguido, la inmensa responsabilidad del pecado, la culpa convenida enchantaje. A este individuo, a quien slo se le reconoce grandeza para el deici-dio, le est destinada una existencia lamentable. La vida se vaca, se convier-te en parntesis para ganarse, a base de mritos y sacrificios, una plidabienaventuranza futura; el temido infierno se anticipa al presente. La muerte(la de Cristo en primer trmino) es instrumentalizada para la redencin y seproduce una exaltacin sangrienta de la renuncia, la humillacin, el marti-rio... en vistas a la justificacin y la inocencia! Lessing no siente ningunasimpata por esa locura de san Pablo consistente en subordinar la Encarna-cin a la muerte, y sta, junto con la resurreccin, a la redencin del peca-do28.

    Pero ese trgico embrollo no ha triunfado nunca del todo. Junto a Pabloest el Evangelio de Juan, junto a la teodicea ha pervivido, soterrado, el

    26 OLTHEY, W. op. cii. p. 71.27 Nietzsche ser quien mejor con,prenda todo esto. Su parentesco con Lessing no radica

    slo ah, habra que recordar tambin su gusto por la tragedia, el fragmento y el aforismo, sumordacidad y sentido de la accin, del devenir, etc.

    28 CIr. A. ANDREU Introduccin a Escritos de Lessing p. 56-63 y 376.

  • 120 Eugenio Fernndez O.

    llamado panteismo. Baste recordar al seudo-Dionisio, Escoto Ergena, Cusa,Bruno; Spinza, Boehme y tantos msticos. Ms an, ese milenio de cris-tiandad puede considerarse ya como un parntesis, cuya solidez radicaba enla funcin prctica que cumpla: organizar jerrquicamente la sociedad sobrela base de la obediencia y el temor. Lessing se siente ya en una nueva etapahistrica presidida por una concepcin radicalmente unitaria de la plurali-dad y por una afirmacin gozosa de la naturaleza y la vida. Recoge aqueltestigo y asume la tarea que conleva de sustituir la sangre por la compren-sin, la culpa por el reconocimiento, el sacrificio por la accin, la humilla-cin por la libertad. Se trata de sustituir el Dios de la ira y la cruz por elLogos, presente en todas las cosas y animador de su dinamismo. El Logos,griego y cristiano a la vez, es la expresin de la continuidad entre cuerpo yespritu, individuo nico y Todo, vida penosa y plenitud. La asuncin lcidade esa intuicin no slo recupera la naturalidad de la vida y libera a laresponsabilidad del trauma de la culpa y al conocimiento de la servidumbreante la verdad dictada; sino que, adems, genera otro talante tico, otra sensi-bilidad esttica y hace posible una concepcin de la salvacin digna de hom-bres emancipados; descubre que la providencia es la sabidura29.El empeo por recuperar las races implic a Lessing en una complicadatarea de deconstruccin del proceso de formacin del cristianismo. Para l laverdad de las cosas est en sus gnesis y desenvolvimiento histrico. Comopartidario que era de la discusin libre, public los escritos de Reimarusretndose en primer lugar a si mismo. ReimaTus, representante de la crticatextual e histrica ilustrada, sostena la falsedad del 4istianismo mostrandoque ni el A.T. ni el N.T. presentan el sello de una presunta revelacin, ni laresurreccin es un hecho histrico, ni Jess fue ms que un mesas judo queesperaba un acontecimiento apocalptico inmediato pero no pretenda fun-dar una nueva religin o iglesia. En su respuesta Lessing intenta ampliar laperspectiva y eso le enfrenta tanto con Reimarus como con Goeze: El cristia-nismo es una realidad histrica pero vivida en espritu y verdad y noreductible a textos e instituciones, de manera que carecen de sentido laspretensiones tanto de legitimarlo como de descalificarlo con pruebas histri-cas o exegticas, que se convierten en formas nuevas de apologtica y dogma-tismo positivistas30. Ya Leibniz haba mostrado que una verdad de razn nose demuestra ni rebate con datos histricos. La Escritura es un conjunto delibros que deben ser analizados como los dems, pero la religin es otra cosa.

    A Lessing le molestaba el biblicismo arqueologizante por lo que hay en lde culto a la letra, de fijacin y de esa intolerancia que conoca bien porsufrirla en su persona: Pero es que, adems, de ese modo se desenfoca elproceso real. En efecto, los sucesivos evangelios y, ms an, el canon y lainstitucin de la iglesia, son productos tardos de la comunidad de los segui-

    29 Cfr. LEssINc, GE. La educacin del gnero humano par. 73-75 y JcoBI. F.H. op. cit. p.33-45.

    30 CIr. LESSINC, GE. Escritos p. 415-443 y 465-522: TIMM. H. op. cii. 59-72.

  • GE. Lessing: una Ilustracin radical e insatisfecha 121dores de Jess. A su vez entre la redaccin de los sinpticos y la elaboracindel evangelio de Juan, tuvo lugar un importante proceso de transformainde la conciencia de aquella comunidad. Resultado del mismo es la neta dife-rencia que existe entre la religin de. Cristo, es decir, la religin del hombreJess que cualquier otro hombre puede tener en comn con l; y la religincristiana que tiene a ese Cristo por verdadero Logos, hijo de Dios3m. Es eneste descubrimiento sapiencial del hombre-Dios y de la Trinidad, como para-digma de las relaciones entre unidad y pluralidad, donde la razn se en-cuentra con la religin y sta se reconcilia con la realidad por encima de losdualismos.

    Dicho proceso estuvo guiado por la regula fidei, esto es, por la eviden-cia subjetiva de su verdad. Verdad interior o vivida que consiste en la expe-riencia de que su mensaje infunde paz, hace feliz, salva. La demostracin deesa verdad en espritu y fuerza est en la vida segn el Logos, y no en lasnarraciones de milagros32. La religin propone una verdad prctica cuyaprueba es la vida. De esa misma experiencia vivida, contrastable, comunica-ble, surgen y hablan los libros sagrados. Justamente por ello no debe olvi-darse que el texto originario es la vida misma. El evangelio de Juan muestrauna conciencia expresa de ello y propone leer la Trinidad, descifrar el Logosen todas las cosas, porque en todas est y se revela. El Verbo se hizo carne,y habit entre nosotros; Dios es vida, amor...y el amor es Dios!33. Esa es laverdadera regla de fe.

    Desde esta perspectiva es fcil advertir que la revelacin propone susmisterios para ser comprendidos y asumidos, esto es, para que no perma-nezcan ignorados y oscuros sino que lleguen a ser verdades racionales34. Les-sing concibe el papel de la revelacin, dentro de la historia de la humanidad,como educacin o paideia. Eso significa que la revelacin, como la buenapedagoga, es trascendente e inmanente a la vez. Promueve, cuida, haceemerger lo que est en germen y, al mismo tiempo, sugiere, propone, haceviables nuevas posibilidades. Es consciente de que no es bueno prescindir delos maestros, e igualmente de que la funcin de los mismos es llevar a quecada uno piense por su cuenta. Gracias a esta imbricacin, razn y revelacinse manifiestan como elementos de un mismo proceso de educacin y emanci-pacin. Su objetivo comn es que la humanidad madure y llegue a ser adulta.La historia de salvacin se llama tambin historia de la razn y la libertad.

    3 Cfr. LEssING, GE. Escritos p. 561-562.32 Cfr. LesuNo, GE. Escritos p. 445 ss. y Natn el sabio acto l~, escena 2% A los diversos

    tipos de fundamentalismo opone Lessing la experiencia histrica y vital. La parbola del pala-cio lo expresa con todo vigor. Escritos p. 466-467. Cfr. ScHILSoN, A. Zwischen Glaube undVernunft Stimmen derZeit 99 (1981) 108-110.

    33 CIr. LESSNG, GE. Escritos p. 457-461. A. Andreu resume as la importancia del Evange-ho de Juan: Sin Juan el movimiento de Jess no habra pasado de ser una secta judia msintroduccin a Escritos de Lessing p. 101. La significacin del mismo para la generacin de F.Schlegel, Novalis, Scheiermacher. Hegel... es conocida.

    ~ Cfr. LESSING, GE. Escritos p. 590.

  • 122 Eugenio Fernndez O.

    4. Uno y todo no es lo mismo: El impacto de Spinoza

    Llevado a cabo este periplo histrico-teolgico y recuperada la unidadperdida, Lessing retorna a la altura de su tiempo para retomar la tarea de lamodernidad. En sus conversaciones con Jacobi le resumi, para comenzar,esta trayectoria: Los conceptos ortodoxos ya no son para m, no puedosacarles gusto. CV icoi iufv No s otra cosa.

    Entoncesestar Vd. sin duda bastante de acuerdo con Spinoza?Si he de invocar a alguien no sabra hacerlo a ningn otro... No hay ms

    filosofa que la de Spinoza. Pginas despus comenta Jacobi: Son muchoslos que pueden testificar que Lessing aduca a menudo y con nfasis el CvKfIt iufv como suma de su filosofa y su teologa. Lo dijo y lo escribi, siempreque se ofreci una oportunidad, como su lema consabido. As consta tambinen el cenador del jardn de Gleim, escrito de puo y letra de Lessing.35No es ste el lugar para deterne a discutir si Lessing era realmente spino-zista. De todos los modos, una conclusin se deja entrever por s sola: desdeluego no lo era en el sentido en que Jacobi pretende. En tal sentido tampocoel propio Spinoza lo era. Sin embargo, la influencia de Spinoza en Lessingfue temprana y honda. Se advierte ya en El cristianismo racional pargrafos3, 13, 22, 24 y 26: Desde 1754 Spinoza est presente en sus intercambios conM. Mendelssohn, como lo muestra la carta de Lessing a Michaelis de 16 deoctubre de 1754. Entre 1760-1765 lo estudia detenidamente. En 1763 esainfluencia est ya claramente asumida e integrada como clave de su visinde la realidad36: No obstante, Lessing era spinozista a su modo; tambinSpinoza era para l solamente un punto de partida, eso s, insustituible37.Tampoco cabe examinar ahora si es correcta la asimilacin de Leibniz aSpinoza. Sin duda Lessing intent salvar al perro muerto Spinoza mos-trando su gran influencia en el respetado Leibniz. Pensaba que Leibniz sehaba inspirado en Spinoz y que era en su corazn spinozista3t. Pero seresisti a identificarlos sin ms, como haca Jacobi precisamente con mirasa rechazarlos a la par39. Aqu interesa ms explicitar lo que hay de alternativay de programa en ese lema casi cifrado. En su dilogo con Jacobi, Lessing lepregunta con toda intencin: Se acuerda Ud. de un lugar de Leibniz dondese dice que Dios se encuentra en permanente expansin y contraccin, y que

    ~ J~coa, EH. op. cii. p. 12 y 43. Traduccin en LEsSINO, GE. Escritos p. 362 y 373. Paracomprender mejor la fecundidad intelectual y la trascendencia histrica de este lema puedeleerse el poema de Goethe, escrito en 1821, que lleva el ttulo Em und Ales. Ver traduccinde Cansinos Assens en GOETHE, J.W. Obras 1 Aguilar, Madrid, 1963 p. 1052-1053.

    ~ Cfr. Adems del escrito citado, Es por medio de Espinosa ... y Sobre la realidad de lascosas ji4era de Dios; los tres de publicacin pstuma y desconocidos por Jacobi. De ah susorpresa. Sobre la evolucin del juicio de Lessing sobre Spinoza ver REGNER, E. Lessings 5pm-nozsmus Zeisch. TheoliKir. (1971) 351-375.

    ~ Cfr. DILTHEY, W. op. cii 117-119.38 CIr. LessNG, GE. Escritos p. 365-367 y 321ss. Leibniz condujo a Lessing a Spinoza, pero

    ste le pareci ms radical.~> Cr. JAcoB, F.op. cii. p. 24-26. Trad. de Andreu p. 366.

  • GE. Lessing: una Ilustracin radical e insatisfecha 123esto sera la creacin y la existencia del mundo? Y Jacobi comenta luego:Cuando Lessing quera representarse una divinidad personal, la pensabacomo alma del Universo, y al Todo, por analoga, como un cuerpo orgnico(con rganos>40. La imagen de un Dios apartado, inmutable en el gozo de superfeccin inmaculada, le produca un aburrimiento infinito.

    Lessing encontr en Jacobi un representante, especialmente lcido, de loque l quera superar; de ah la trascendencia de su conversacin. Sus pregun-tas van rpidamente al grano: Cul cree que es el espritu del espinozismo?.Jacobi responde: El antiqusimo a nihilo nihil fit.4 E inmediatamente in-troduce su interpretacin: Ello significa negacin de la creacin, de todocambio, de toda transicin (Ubergang) de lo infinito a lo finito; negacinde todo efecto real distinto de su causa, reduccin de toda secuencia y dura-cin a quimeras. Spinoza, como los cabalistas, ha concebido un principio ocausa inmanente e inmutable, en virtud del cual todo es uno y lo mismo.Infinitud absoluta que carece de inteligencia y voluntad, no tiene ante sobjetos que pensar ni querer y. por tanto, no dispone de motivos para iniciaralgo, ni de fines que lograr. Acta segn un frreo determinismo que excluyedeterminaciones particulares y conduce inexorablemente al fatalismo. En unsistema tal, el pensar no tiene ms funcin que ver, acompaar al mecanismode las causas eficientes. Los creadores no son ms que espectadores del surgi-miento de lo que suponen invencin suya42. Jacobi afirma que su rechazo deeste sistema obedece a la voluntad de hacer lo que piensa y no limitarse apensar lo que hace, de ser libre y activo. Ahora bien, eso implica un saltomortale: la afirmacin de la trascendencia. Spinoza mismo le ha convencidode que hay cosas que no nos es posible descubrir. Tenemos que asumir loslmites del pensar y del querer, y aceptar el misterio, la gracia. No hay msacceso de lo finito a lo infinito que la revelacin. La tarea del pensar consisteen afirmar lo que est dado ah (Dasein>; por ej contrario, el racionalismoincontenido se ciega a s mismo43.

    Lessing ve en esa retahla de descalificaciones contra toda una corrientehistrica: infinitud vaca y sin dinamismo, identidad indiferenciada, deter-mnsmo fatalista, anulacin de la persona..., un gigantesco malentendido,nada casual por cierto. Se rechaza y deforma una concepcin pregnante de latotalidad infinita, en nombre de una infinitud empobrecida. Y sin embargo,es en ese ms all donde se encuentran el vaco y la inmutabilidad, la predes-tinacin y.la humillacin de nuestras posibilidades. Es eso lo que provoca uninmenso bostezo, cuando no irritacin. En las personas de Lessing y de Jaco-bi se enfrentaban dos actitudes: una racionalista para la cual el pensamientoes accin antes que dependencia del objeto, la libertad autodeterminacin

    40 JAcorn. F op. cii. p. 22 y 36. Trad. de Andreu p. 365 y 370.4 J~conu, F. op. cit. p. l4ss. Trad. de Andreu p. 362ss.42 Esta interpretacin de Jacobi contina la iniciada por Bayle, que ser desarrollada por

    Hegel hasta convertirse en dominante y casi nica, sin que curiosamente casi nadie se sorprenday sospeche de sus motivaciones.

    ~3 Cfr. JAcOB!, F. op. cii. p. 29-3l. Trad. de A. Adreu en p. 368 ss.

  • 124 Eugenio Fernndez O.

    antes que eleccin, y la vida intento de gustarlo todo puesto que todonos escercano; la otra, ms cauta, se preocupa de los lmites del hombre, teme losdesvaros de la razn y espera, de buen grado, que la salvacin le venga defuera. A pesar de las apariencias, esta segunda se preocupa ms de la propiaproteccin y seguridad, que de la gloria de Dios. Lessing sospechaba quelo que de verdad angustia a hombres como Jacobi es la posibilidad de llegara ser dioses y quedarse solos, sin padre44. Por eso, a la vez que desenmascarael engao, intenta corregir el malentendido desarrollando a Spinoza.

    Podemos comenzar esta breve exposicin por el punto que, sintomtica-mente, ms obsesionaba a Jacobi: el fatalismo. Para l, la libertad slo tienelugar en el abismo existente entre la naturaleza, con sus leyes, y Dios con suvoluntad. Se trata del mismo espacio vaco en el que se da el salto mortal.Lessing ironiza: para dar ese salto hay que bajar la cabeza. Y por su parteafirma que l no tiene ningn inters en ser libre de esa manera. Observoque le gustara tener voluntad libre. Yo no anhelo una voluntad libre. Deninguna manera me asusta lo ms mnimo lo que usted (Jacobi) acaba dedecir45. Y en otro escrito se explica: Qu perdemos con que se nos nieguela libertad? Algo si es que es algo que no necesitamos ni para nuestraactividad de aqu, ni para nuestra bienaventuranza de all. (...) Cunto msgratas me resultan la pulsin y la necesidad segn las cuales acta la represen-tacin de lo mejor, que no la pura posibilidad de poder obrar dentro de unasmismas circunstancias ora de un modo ora de otro!. Yo le agradezco al Crea-dor tener que querer, tener que querer lo mejor. Si con esas limitacionescometo an tantos errores, Qu pasara si se me dejara totalmente solo, sise me dejase entregado a una fuerza ciega que no se gua por ley alguna, yque, por tanto, no me somete menos a la casualidad porque tal casualidadtenga en mi su juego? As que, por parte de la Moral, queda a salvo este siste-ma.46

    Jacobi pensaba que el determinismo suprime la voluntad de Dios y conella su personalidad y trascendencia, y, adems, elimina nuestra actividad yresponsabilidad, con la cual desaparecen el valor moral de la conducta, lavirtud, el mrito, el premio. En dos palabras, el determinismo, inevitable-mente fatalista, destruye l religin y la moral. Y sin stas, cmo garantizarel orden socio-poltico? Sin temor de Dios, cmo va a haber sumisin a laautoridad? Sin veneracin del altar, cmo habr respeto al trono? A Lessingno le asusta el derrumbamiento del orden jerrquico ontoteolgico y polti-co47. Al contrario, se alegra de encontrar en Spinoza la fundamentacin de

    ~ Cr. ANDREU, A.tntroduccin a LrssuNc, GE. Escritos p. 59.~ JACOB!, E. op. cit. p.l9Cfr. DiLTHEY, W. De Leibniz a Goethe, p. 194.46 LESSING, GE. Escritos p. 345-12-346.~ El propio Jacobi en carta a Elisa Reimarus reconoce: (Lessing) vea con enorme viveza

    todo lo ridculo y funesto de las maquinarias morales (y polticas). En una conversacin que tuvecon l una vez, acalorse tanto que sostena la abolicin total de la sociedad civil.(...) Loshombres estarn bien gobernados cuando no necesiten ningn gobierno Escritos p. 639. En la

    se argumenta as: La sociedad civil no puede unir a los hombres sin separarlos y consolidar

  • GE. Lessing: una Ilustracin radical e insatisfecha 125una tica emancipada. En ella, el impulso y la necesidad racional, el poder,querer y deber se unen; la libertad es accin operativa que se autodeterminay crea los valores, la virtud est en la intensidad, y el mrito es sustituido porel gozo. Una tica que acaba con la tctica degradante del palo y la zanahoria.En el determinismo hay lugar para la grandeza trgica, pero no para el fatalis-mo y la evasin, no para la culpa ni la disculpa. Slo quien no se empea enser reyezuelo, tan absoluto como arbitrario, de su pequeo feudo, llega a serrealmente seor. Lessing equipara la ilustracin completa con el ejercicioprctico de la virtus, con el amor sin mixtificaciones a todas y cada unade las cosas48. En el empeo por conjugar infinitud y deseo, por encima detodos los lmites, y no en el aire de saln, est el distintivo de la modernidad.Ahora bien, slo en la accin recproca entre uno y todo, la infinitud puedeser actividad en vez de aburrimiento, y el deseo bsqueda gozosa en vez deconato intil.

    Frente al deismo a la moda, y frente a la imagen de una divinidad amorfa,inmutable, impersonal, mostrenca y sin rostro, que Jacobi atribua a Spinoza,Lessing encuentra en la Trinidad la expresin ms pregnante de la vida delAbsoluto, cuya unidad implica pluralidad, diferencia, multiplicacin, relacio-nes. Ya Spinoza haba visto en la Sustancia o Dios una dialctica interna deconstitucin de s mismo en lo otro, formulada en trminos de generacin onacimiento: Natura naturans y Natura naturata. Expresin clara de que latotalidad slo se da como polaridad y proceso. Sustancia, Dios, Naturalezason uno en la medida en que no todo es lo mismo. Lessing se pregunta: Qupasara si la inteligencia humana descubriera que es posible que Dios seauno en el sentido en que las cosas finitas son uno; que su unidad tiene queser tambin una unidad trascendental que no excluye una suene de plurali-dad?49. Sencillamente que no podremos contentarnos con seguir atribuyen-do a Dios una representacin que encierre todo lo que hay en l, en formade posibilidad, pero no contenga su misma necesidad. Tenemos que afirmarque en Dios el despligue completo de si es tan necesario como l mismo, yconstituye su real desdoblamiento. Eso es lo que el lenguaje popular ha expre-sado al decir que Dios es Padre y genera un Hijo. En el Logos, Verbo de Diosy hombre a la vez, encuentra Lessing de nuevo la expresin de la vida deDios y del mundo, que es proceso, multiplicacin y reunin (Espritu)50. Lasconsecuencias de esta reinterpretacin de Dios y del mundo en la mismaclave no se hacen esperar: negacin del pecado y la culpa original, negacin

    abismos entre ellos (divisiones entre estados, naciones, religiones). No se puede pensar un Estadosin diferencia de ciases. A pesar de todo, la sociedad civil es aceptable en la medida en que traeconsigo la posibilidad de construir la razn humana.

    48 Cfr LESsING, GE. Escritos p. 591-593.49 Texto perteneciente al conocido par. 73 de La educacin del gnero humano. Escritos p.

    589.50 La importancia de la Trinidad en la filosofa clsica alemana, como clave para una com-

    prensin dialctica de la realidad, es notoria. Pero no se reduce a esa circunstancia histrica;cst iambin presente, por ej., en poetas metafsicos espaoles como Unamuno, A. Machado,Maragail, Len Felipe, etc.

  • 126 Eugenio Fernndez O.

    de la satisfaccin mediante el Hijo, es decir, sustitucin de la sangre por elentendimiento. Trinidad, pecado original y redencin conforman, en efecto,el ncleo de la discusin teolgica de la Ilustracin. Su relectura racionalconstituye una de las tareas de la modernidad5t.

    5. Historia, educacin, emancipacin

    Pero la Trinidad no es slo misterio o clave especulativa, es tambinprincipio de despliegue histrico. Lessing aprendi en la Biblia que Dios serevela en la historia, de modo que sta, tortuosa, desconcertante y frgilcomo es. constituye la trama donde se pone en accin el Uno. Lejos de serinmutable, Dios tiene por naturaleza el devenir. Tambin l es su historia, lahistoria. Contra Rousseau y todos los nostlgicos de la naturaleza plcida,Lessing piensa que la historia no es consecuencia de la expulsin del paraso,sino fruto de nuestra vitalidad; no es decadencia sino crecimiento, alejamien-to de la niez, maduracin. Una larga tradicin que se remonta a Orgenes,H. de san Vctor, san Buenaventura y sobre todo Joaqun de Fiore distingueen la historia tres edades: lA) La del Padre, del A.T. o de los esclavos, carac-terizada por la ley, la obediencia servil, la experiencia etc. 22) La del Hijo,del N.T. o de los hijos, caracterizada por la sabidura, la obediencia filial, laaccin... 32) La del Espritu o de los amigos, caracterizada por la libertad, lacontemplacin y el amor52. Lessing acepta esta periodizacin como esquemapara su filosofa de la historia; cree incluso estar en el umbral de la tercerafase en la cual el N.T. queda superado por la libertad del espritu diseminado.Pero asume esa conviccin sin fanatismo y con paciencia. La historia es unproceso lento, no un arrebato o un xtasis.

    Cassirer ha mostrado que el tpico de que el siglo XVIII carece de concien-cia histrica es fbula53. No obstante, en el terrero filosfico, Lessing se en-contr con la rigurosa distincin de Leibniz entre verdades temporales ocontingentes y verdades eternas o necesarias. Su aportacin consisti en con-seguir, a travs de la idea de educacin, la sntesis entre lo racional y lohistrico. Ello supona transformar la razn analtica y esttica en raznsinttica y dinmica, y transpasar a la historia la funcin de categora para-digmtica que se daba a la Naturaleza, y atreverse a descubrir racionalidaden el hervidero de los acontecimientos. Terminar de perfilar la razn histri-ca fue obra de Herder, pero a Lessing le cupo el acierto de poner de relieveque la historia colectiva, como la vida individual, es crecimiento, proceso deformacin continua y emancipacin, de modo que sin la historia seguiramoscomo nnos.

    Si la religin despert en Lessing el sentido de la historia como educacin.

    ~ Cfr. LESsING, G.E. Educacin 74 y 75. Escritos p. 590 y 601.52 CIr. JOAQUN de ELORE Concordia Lib. V. cap. 84. Citado por E. Estie op. cit. pg. l.~ CIr. CAsSIRER. E. op. cii. pg. 217 ss.

  • GE. Lessing una Ilustracin radical e insatisfecha 127formacin, cultura..., este sentido, estrechamente vinculado a los ideales dela Ilustracin, acta, a su vez, sobre la religin poniendo de relieve en primerlugar que el protagonista directo de ese proceso es el hombre, no Dios, demanera que su meta es convertir la pedagoga en sabidura y, en segundotrmino, que la historicidad afecta tambin a los valores ms absolutos54. Laeleccin, la verdad, la salvacin no estn aseguradas y determinadas por elpasado, no son herencias, tesoros que haya que conservar intactos en supresunta autenticidad, ni llaves mgicas que abran la puerta del futuro desea-do. La historia es genealoga y memoria, pero no repeticin. No hay en ellanada garantizado de antemano sino que todo depende del desarrollo de ladifcil racionalidad y libertad humanas. Para comprenderlo es preciso supe-rar tanto la fijacin en los orgenes como el catastrofismo apocalptico. Fren-te al miedo al cambio y el delirio de los elegidos que pretenden imponer latirana de su autenticidad nica, definitiva y excluyente, Lessing propone laconocida parbola del anillo55. La multiplicacin de los anillos, todos ellosautnticos, significa el fin de la predileccin con sus privilegios, de la sumi-sin al pasado con virtud suprema y la deslegitimacin de la autoridad delabolengo. Una vez que cada hijo lleva su anillo, todos son iguales y ademsno se definen y distinguen por la relacin al padre sino por su propia acciny autonoma. La genealoga se convierte as en impulso de emancipacin, lapedagoga de la revelacin en invitacin a usar la razn con valenta y senti-do crtico, la promesa de eternidad en voluntad de futuro. Libr de la nostal-gia y la escatologa, la historia es el cauce de realizacin en todos de lailustracin ms completa posible, aunque interminable, que consiste en elamor y la prctica gozosa de la virtud por si misma56. Antes de que en 1783el prroco Zlner formulara, desafiante, la pregunta: Qu es la Ilustracin?,Lessing avanzaba una de las respuestas ms interesantes, y ms vlida anhoy.

    Precisamente por lo que el arte tiene de invencin y creacin, Lessingencontr en l un modo de realizacin especialmente intensa de la historiacomo educacin. En efecto, el hombre se forma a s mismo en el arte, y lacreacin artstica es una experiencia privilegiada de la ductilidad y consisten-cia del tiempo. El arte no es imitacin, reproduccin de la naturaleza; no sedespliega tanto en el espacio de la reprentacin como en el tiempo de laaccin, el ritmo y la sucesin, piensa Lessing desde su preferencia por elteatro y la poesa. Ah radica la superioridad de sta sobre la pintura. Eso eslo que le enfrenta a Winckelmann y su idealizacin de un arte del pasado, elgriego, que se caracteriza por el equilibrio, la serenidad, la calma. Y latragedia? Laocoonte se rebela y se retuerce, en un esfuerzo sin medida ni

    ~ Cfr. LEssNC, GEEducacin del gnero humano par. 65,77,84 y 90. TIMM, H. op. cit. p.72 y SS.

    Cfr. LEssING, GE. Natn el sabio acto Y, escena 2~. Sobre el origen de la parbola en elDecameron y su contextuacin en la convivencia medieval de las tres religiones ver Andreu, A.Introducin a la obra. Espasa-Calpe, Madrid, i985 p. 27-42.

    56 Cfr. LEsSING, GE. La educacin ... par. SOy 85. Escritos p. 455-461.

  • 128 Eugenio Fernndez O.

    reposo, por deshacerse del anillo de la serpiente (!) que lo atenaza. Liberaciny temporalidad son claves bsicas de la esttica de Lessing57.Partiendo de su sentido de la religin y el arte, Lessing hizo de la historiatema central de meditacin filosfica. En cuanto dinmica de la accin, pro-ceso y devenir no son ilusiones al servicio del ideal de progreso, sino consti-tutivos fundamentales de la realidad. Esa dimensin ontolgica obliga a irms all de la mera sucesin de hechos y del tiempo degradado. Lessing noes de los que confunde el devenir con el paso del tiempo. Son, para l tancontrarios que mientras el devenir es accin, el puro pasar del tiempo esinactividad. El tiempo pasa y nos envejece ms cuanto menos actuamos; aspone de relieve su parentesco con la muerte58. Tampoco es Lessing de los queoponen historia y eternidad. La eternidad tiene historia, no es reposo sinoactividad que opera sin descanso, sin vacos, sin desechos; proceso continuosin fue, sin la cruel voracidad de Cronos; movimiento que se remansa y nonecesita pasar para seguir59. Lessing saba muy bien que mientras se contra-ponga a la eternidad, la historia no tendr caracter sustantivo. Haba com-prendido justamente que sin historia el hombre no tiene sustancia, porquesu esencia es conatus, deseo, accin.

    De ah su inters por todo lo que signifique crecimiento, empezando porla perfectibilidad del cuerpo y sus sentidos, que conleva el descubrimientode nuevas posibilidades y dimensiones de la realidad. De ah la atraccin quesenta hacia la hiptesis ms antigua y ms probable: la metempsicosis60.Lessing, el actor que a la hora de morir sentenci con soma: se acab estaescena, se resista a la destruccin, buscaba en la idea de perfeccin progre-siva, en el ideal de humanidad, la superacin del dualismo introducido porese corte brutal que es la muerte. Se senta continuador del intento originariodel cristianismo de evitar el estrangulamiento de la vida por la muerte, me-diante la afirmacin del resurgimiento en cuerpo y alma. Pero aquel intentohaba venido a parar a lo mismo de siempre: hay otra vida tras esta. Habatriunfado la economa mgica de mercado: disponemos de poco tiempo paraacumular mritos con los que ganar el premio celestial. Esta vida no valenada y la otra... es una imposible compensacin por nuestras prdidas. Fren-te a todo ello Lessing haca suyo el intento de ampliar el horizonte de la vida,de superar la muerte con ms y mejor vida , de sustituir el miedo por lalibertad y el gozo. De ah su empeo en concebir una ontologa del devenir

    ~ Cfr. LESsINO, GE. Laocoonte especialmente p. 122,162,163 y 166. Sobre la discusin conWinckelmann ver 5. w. xv ~,. 7-24.

    ~ Valga como muestra de ello una de sus Ocurrencias: La palabra pasatiempo tendra queser el nombre de alguna medicina, de alguna opiata, de algn somnfero con que se nos hacepasar el tiempo, sin sentirlo, en el lecho de la enfermedad, pero no el nombre de un placer.LESSINC.G.E. Escritos, p. 400.

    59 W. Goethe expresa as esa imbricacin entre historia y eternidad en su poema Uno ytodo: Todo en laboreo constante 1 en incesante creacin ha de estar.../ Lo eterno en todo semueve! laborando sin cesar. Obras completas 1, p. l052.

    ~ LEsSINC. GE. Escritos p. 370-12-38 l y 594.

  • GE. Lessing: una Ilustracin radical e insatisfecha 129y en posibilitar una historia de la humanidad universal, igualitaria y frater-nal, en la que nada ni nadie se pierda61.Lessing no es, sin embargo, un cantor iluso y exaltado de la idea ilustradade progreso. Tena demasiado sentido trgico y demasiada irona para emo-cionarse con marchas triunfales, as fueran stas de la razn y la libertad. Elavance de la humanidad es con frecuencia imperceptible, incluye pasos atrs;pero eso no significa que sea irreal. El error est en creer que la lnea recta,por ser la ms simple, la que menos campo desplaza consigo, la que menosredistribuye el espacio, es siempre la ms corta y rpida. Adems hay quetener en cuenta que el curso de la historia no es automtico, ni transcurre almargen de nuestros pasos: Has de tomar contigo tantas cosas en tu eternocamino! Hay que dar tantos rodeos! Y qu pasara si fuera cosa cierta quela gran rueda lenta que va acercando al gnero humano a su perfeccin, slose pusiera en movimiento mediante ruedecitas pequeas ms rpidas, cadauna de las cuales aporta ah precisamente su particularidad?62 Quien tengaprisa que apriete el paso, pues pisando fuerte muchos pueden acelerar la granrueda. Y otra recomendacin importante: que aprenda a disfrutar del cami-no, porque el valor y sabor de la vida no est en el final sino en medio deltranscurso, no en el descanso, sino en la tarea; o dicho con palabras de donQuijote: Sancho, amigo, es ms importante el camino que la posada.63 Deah la relevancia del famoso y ya citado texto sobre la eleccin entre posesino bsqueda de la verdad.

    Tampoco confunde Lessing la dinmica creadora del deseo y la bsquedacon la llamada dialctica, pero en realidad mecnica, de la privacin, elhambre o la necesidad intensificadas, que, como es sabido, da por resulta-do la reproduccin de lo mismo en caso de xito, o el delirio en caso defrustracin. El deseo no se hace ms activo y fecundo por permanecer insatis-fecho. Eso s, la satisfaccin no consiste en la sensacin mostrenca de haberhecho bastante, pues en el punto en que decimos ya es suficiente fijamosnuestro final, sino en el gozo de seguir avanzando, de palpitar, estremecersey renacer de las cenizas64. Por su parte, la plenitud no admite un aplazamien-to indefinido. El futuro se desnaturaliza cuando se convierte en disfraz de unms all. Eterno, infinito es precisamente lo que no puede ser indefinido, lo

    61 Incluso lo que tenemos que olvidar ahora, no merece ser olvidado por toda la eternidad.Cfr. Escritos p. 627 ss. Sobre su ideal de humanidad, ver Escritos, p. 627 ss.

    62 LESSINO, GE. Educacin ... 92, Escritos p. 593.63 Cfr. LessNo, GE. Escritos p. 573. En ese sentido quiz fuera bueno repetir menos la

    comparacin de la vida con el ro que va a perderse en la mar, tan representativa de la mentali-dad de J. Manrique y su poca. La vida se parece ms al mar inabarcable que no pasa ni va aninguna parte y, sin embargo, est en movimiento continuo, porque en ello radica su fuerza, subelleza, su frescura. Seria sta una metfora ms fiel a nuestro modo de vivir la eternidad en lahistoria.

    64 Cunta alienacin y deformacin tiene que haberse acumulado en nuesra culiura paraque espontneamente se identifique la felicidad con el descanso! Cunto despotismo del trabajoagotador, aburrido, enajenado hasta convertirse en paradigma de la actividad humana! Obvia-mente en ese contexto gozo y accin no son compatibles.

  • 130 Eugenio Fernndez O.

    que est ya y siempre fermentando. La historia, como la educacin, tiene unameta, que no es trmino final ms que de la hipoteca del presente al maana,de la servidumbre ante los fines; y s es realizacin de las esperanzas, rebosa-miento de un mar que sigue en movimiento perpetuo. Blasfemia, blasfe-mia!, exclama Lessing ante la insinuacin de que la plenitud es inalcanza-ble. Llegar, seguro que llegar el tiempo del cumplimiento.5 Palabrasfatuas, sospechosas de ingenuidad y fanatismo, si no vinieran de un hombreincansable, ms interesado en buscar que en poseer y enemigo de toda mitifi-cacin de los ideales, programas o promesas incluidos los ilustrados66. Dichaspor l, fiel sobre todo a la lucidez de los deseos y empeado en apurar elpresente, son un reto que cobra nuevo vigor ante el conformismo de losneoilustrados actuales.

    La tarea atrevida y paciente, desmesurada pero bien pensada del concien-zudo e inconformable Lessing, se resume muy bien en estas palabras de A.Andreu: Ir trabajando para convertir lo quimrico en imposible, lo imposi-ble en utpico, lo utpico en posible, lo posible en verosmil, lo verosmil enprbable, lo probable en necesario, de suerte que un da (que llegar seguro,seguro) pueda el hombre reconocer su dignidad divina, explicndose enton-ces el tremendo malestar y oscuridad mltiple del pasado.67.

    65 LEssING, G.E. Escritos p. 592.66 Ver la descripcin que de su talante hizo Herder en su escrito necrolgico. Citado por

    HoUNEN, K. op. cit. p. 49-50. A juicio de A. HELLER la crtica de Adorno y Horkheimer a lailustracin no es aplicable a Lessing. Cfr. Crtica de la Ilustracin Pennsula, Barcelona, 1984 p.6

    67 ANDREU, A. Introduccin a Escritos de Lessing p. 141.