Landaburu, Roberto. 2013. 1872. Micaela Correa, una cautiva santafesina

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AGRUPACIÓN DE HISTORIADORES FEDERADOS DEL SURESTE DE CÓRDOBA Y SUROESTE DE SANTA FE XXII Encuentro. Rufino 5 de octubre de 2013 1872. Micaela Correa, una cautiva santafesina Dr. Roberto E. Landaburu Marconi 320 (2600) Venado Tuerto SANTA FE 03462-421871 03462-15666199 [email protected]

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Durante el año 1872, la frontera sur de Santa Fe fue sometida a incesantes malones que provenían de La Pampa, tanto de las tribus de Callfucurá como de los ranqueles, y en la mayoría de los casos acompañados por cristianos desertores que colaboraban en estos emprendimientos. Las invasiones que se suceden en este año de 1872 son de las más persistentes y feroces que ocurren en la pampa sureña santafesina, haciéndose de una gran cantidad de cautivos y cautivas, mayores y niños, llevándose un gran arreo de animales, dejando enorme cantidad de muertos y heridos, todo lo cual se refleja en los partes militares de ese tiempo, como también los periódicos del Rosario. Una de esas cautivas fue precisamente Micaela Correa, que tuvo la suerte de ser rescatada muy rápidamente de la tribu de Mariano Rosas, y restituida a su familia que poblaba al norte de Melincue. Ella pudo describir con interesantísimos detalles como se desarrollo el malón, como fue la retirada, los lugares donde iban parando hasta la llegada a los toldos del cacique Callfucurá, al cual describió físicamente, como también pudo conocer entre otros a los caciques Baigorrita y Mariano Rosas.

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AGRUPACIÓN DE HISTORIADORES FEDERADOS DEL

SURESTE DE CÓRDOBA Y SUROESTE DE SANTA FE

XXII Encuentro.

Rufino

5 de octubre de 2013

1872. Micaela Correa, una cautiva santafesina

Dr. Roberto E. Landaburu

Marconi 320

(2600) Venado Tuerto

SANTA FE

03462-421871

03462-15666199

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MICAELA CORREA

El año 1872 debe haber sido, por lo menos documentadamente, el año donde el sur

de Santa Fe sufrió sucesivos y sangrientos malones por parte de las tribus ranqueles y

salineras de la Pampa, que diezmaron todo su territorio desde Rosario hasta el Melincué.

Se sucedieron el 5 y 6 de enero, 17 de marzo, 14 de abril, 24 de mayo, hasta que

llegamos la tremenda invasión de junio de 1872.

En el mes de junio de 1872, sufrió el sur santafesino uno de los malones indígenas

más devastadores que se ha podido documentar.1

Este malón que se abatió hasta las puertas mismas de Rosario puso al desnudo la

fragilidad del cuidado de la frontera sur de la provincia, como también el enorme poder

militar de las tribus salineras y ranquelinas, apoyada por desertores cristianos e indios

mapuches venidos de Chile siempre convocados por el cacique Calfucurá quien también

era chileno.2

Las consecuencias del malón fueron tremendas, en cuanto a la enorme cantidad de

muertos y cautivos que produjo como también la cantidad de hacienda que fue arriada a

las tolderías.

Los indígenas demostraron un gran poder militar, además de contar con un servicio

de inteligencia preciso sobre la frontera, la ubicación de las haciendas como zonas

pobladas y en sucesivas oleadas estuvieron adentro de la frontera en los alrededores del

Rosario hasta Melincue, produciendo enfrentamientos desde el Carcarañá –

Desmochados - hasta el Pavón – Saladillo Norte y Sur-.…

Como consecuencia de este pavoroso malón en Rosario se organizó una Comisión

Central para el Rescate de Cautivos, a cargo de conocidos vecinos como Federico de la

Barra, José de Caminos y otros, quienes mediante actos y coletas recaudaba fondos que

enviaba al Capitán Solano del Azul, quien intervenía como delegado a las tolderías de

Calfucurà. Se lograron rescatar una gran cantidad de cautivos aunque no todos de los

tantos que fueron llevados. Todo está narrado en forma detallada en mi anterior obra.3

1 Nota del autor: El malón avanzo por la frontera de Córdoba y se metió por cercanías del Fortín de Guardia de la Esquina-, hacia arriba a la zona del Desmochado y volcó para la Orqueta – Casilda, y se recostó hacia el Pavón, y de allí fue bajando y arreando siguiendo algunos el curso del arroyo Saladillo, pasando arriba de Villada, cañada de Maldonado, Murphy, al oeste de Loreto y de allí al sur de Córdoba, buscando los montes de la pampa y Salinas Grandes. Los distintos piquetes estuvieron “dentro” de la frontera desde el 3 al 14 de junio de 1872. Algunos observadores hablaban como de más de 400 indios distribuidos en distintas parcialidades que avanzaron con un plan previamente establecido.2 Las tropas de Calfucurá estaban dirigidas por los capitanejos Michaguague y Negir según lo expresara Alvarito Reumay, hijo de Calfucura al Sr, José de Caminos en la Capital de Rosario de fecha 25.1.1873.3 Landaburu, Roberto E. Santa Fe al Sur, AMVT- 1988 – pag. 147 y sgtes. La Comisión estuvo integrada por Federico de la Barra como presidente, Eusebio Ocampo, Andrés G. del Solar, Cecilio Echeverria, y vocales José Caminos, DR. Melitón González del Solar y el Dr. Ovidio Lagos. La Capital del 21 de junio de 1872.

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Los partes oficiales y numerosas cartas dan cuenta de este espectacular suceso, que

tiene varias aristas para el análisis histórico.

Se ha documentado que el grueso de la indiada provenía de la tribu salinera del

cacique Juan Calfucurá junto a algunos indios chilenos que siempre colaboraban con este

cacique igualmente chileno. También participaron algunos ranqueles de la tribu de

Baigorrita, no haciéndolo los que pertenecían a las tolderías de Mariano Rosas. También

fueron observados numerosos cristianos con armamento de fuego entre los invasores

asociados con los indios.4

Se hablaba en los numerosos partes analizados que muchos cautivos varones iban

siendo degollados por los invasores, y que incluso en el paraje “Las Islas”, cercano a

Villada se encontraron cuatro cuerpos precisamente degollados.5

En la zona más sureña de Santa Fe, que era el llamado de “Saladillo Sur” en el parte

enviado por el Juez de Paz del distrito don Juan Gauna, da como detalle de los hombres

muertos con nombre y apellido siendo en total 16 varones y un herido grave. Los cautivos

mayoritariamente mujeres y niños, incluso uno bebe sin bautizo dice el parte, ascendían a

cerca de 40, todos debidamente individualizados, habiéndose llevado de esa sola zona la

cantidad de 262 caballos y 1215 yeguas…

Algo parecido ocurre en el distrito de Las Sepultura, en el Saladillo de la Orqueta y en

el de Desmochado Afuera, asegurando un botín de cerca de 3000 yeguarizos y cerca de

50 cautivos entre otras perdidas en bienes y animales para los cristianos.

Todo el sur de Santa Fe quedo en el mayor desamparo y sumido en un terror como

nunca se había experimentado en los campos sureños santafesinos.

La ferocidad del encuentro fue de tal magnitud que el Mayor Ortega desde la estancia

Las Sepulturas persiguió a los indios hasta el paraje Maldonado, o Laguna de los Leones

en el actual pueblo de Murphy al norte, al costado de la laguna le fueron muertos 15

hombres, quedando 8 heridos de lanzas y bolas.6

El Mayor Mateo Coria, luego residente en Venado Tuerto, en un duro encuentro mató

algunos indios y luego con su caballo boleado fue herido de varios lanzazos a los que

4 Un testigo pudo observar que entre los atacantes había por lo menos cuatro soldados desertores del reg.8 de Línea vestidos con uniformes y armados carabinas, además un herido de 32 lanzazos que fue llevado a Las Sepulturas presentaba heridas donde demuestra que las lanzas eran muy delgadas hechas con bayonetas. Cfr. Carta del Sr. Carlos Larrabide al Jefe Político de Rosario. Archivo MMHR T. 1872 B-Cfr. Landaburu, Roberto – Santa Fe al Sur, AMVT, 1988, pag.1385 Nota del autor. El paraje las Islas o estancia Las Islas, era una estancia dela mariscal Santa Cruz, ubicado cerca de la actual población de Villada entre este punto y Chabas (SFe).6 Los heridos fueron trasladados al fortín Melincue, donde se les practicó la cura con remedios enviados desde Rosario por la Jefatura Política- (Cfr. Parte del Mayor Ortega al Cnel. Benavidez-Archivo jefatura Política- T. 1872 B-AMHR. Cfr. Landaburu, Roberto E. ob. citada., pag.138...).

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pudo sobrevivir.7

Entre los numerosos cautivos en obra anterior hemos podido dar un relato

documentado de Lorenzo Deus, hijo de franceses, llevado de cerca de Melincué quien fue

rescatado muchos años después, y se convirtió en lenguaraz de las fuerzas

expedicionarias. Este cautivo pudo varios años después volver a Pujato (SFE)- y

encontrarse con su padre ya anciano que no lo reconoció. Su padre falleció en Firmat y

Lorenzo Deus escribió sus interesantísimas memorias que fueron luego publicadas.8

Entre las cautivas del Distrito del Saladillo Sur, a igual que Deus, fue llevada entre

otras Micaela Correa una mujer que poblaba la zona pero puntana de nacimiento.

Micaela Correa fue la primera cautiva rescatada por la Comisión de Rosario y una de

las pocas que llevada por gente de Calfucurá terminó en las tolderías ranquelinas. Fue el

propio cacique Mariano Rosas quien la entregó. El día 7 de agosto de 1872 Micaela

Correa estaba en manos de los cristianos pero no podía llegar al Rosario “…por hallarse

estropeada a consecuencia de la larga travesía del desierto….”

Recién el 13 de agosto de 1872, Micaela Correa llega a Rosario enviada por el

Comandante Benjamín Sastre, que trabajaba como agente especial de la Comisión de

Rescate de Rosario en Villa Mercedes San Luis. El general Arredondo la tuvo en su

cuartel y de allí la entrego a Sastre, donde debieron vestirla decorosamente,

costeándosele el pasaje hasta encontrarse con su familia.

Esta cautiva da una serie de información más que valiosas, porque es la que precisa

que los invasores fueron de la tribu de Calfucurá con muy pocos indios de Baigorrita y

ninguno de Mariano Rosas. Que son muy pocos los cautivos que llegaron a las tolderías

ranquelinas, indicando que un capitanejo Alfonso de los toldos de este último, es el que

tiene a un muchacho llamado Francisco Carranza peón de la estancia de Tristán

Granados, la niña Victoriana Santucho, otro llamado Gregorio y a las dos niñas hermanas

llamadas Mariquita y Rosario Puchetta entre algunos menores más.

Esta cautiva brinda interesante relato cuando relata que con las tropas de Baigorrita

7 Nota del autor. El combate de Mateo Coria es estremecedor. Cuando los invasores entran por el Saladillo Norte en la estancia de don Tristán Granados el estanciero armó una partida con sus peones y comenzó a guerrillar a los indios que andaban atacando los ranchos, y cuando se disparó una espesa niebla se encontraron con el mayor Mateo Coria quien con 12 o 13 vecinos había armado una partida y venía en disparada de un malón de cerca de cien indios. Juntaron las tropas y cargaron al malón pero al dar cara la mayoría de la peonada de Coria, dejó a este a merced de los meloneros quienes le bolearon el caballo cayendo a tierra. Ayudado solo por su hijo y un vecino resistió el ataque pero recibió un lanzazo en pleno pecho y otras heridas, pero de un feliz disparo con una tercerola mató a su agresor, lo que le permitió salvar su vida milagrosamente. Cfr. Parte militar del comisario del Saladillo Sur Alejandro Morante al Jefe Político de Rosario. Tomo 1872 V- AMHR-Landaburu Roberto E., obra citada, pag.135 y Sgte.8 Landaburu, Roberto E. Santa Fe al Sur, AMVT 1988, pag. 139 y sgte.

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de los ranqueles acompañaba a los mismos un negro corneta, que servía de bufón y

guitarrero en la tribu, posiblemente es el mismo que describe el Gral. Lucio Mansilla en su

reconocida obra.

Al llegar los indios con su botín cerca de la cañada de Maldonado o Laguna de Los

Leones – actual Murphy norte – fueron alcanzados por las tropas del mayor Ortega.

Relata que ante ello los indios aceleraron la marcha y a una legua hicieron alto reunieron

el botín de hacienda y cautivos con las chinas e indios mas inútiles o viejos, y los demás

de pelea se lanzaron raudamente sobre las tropas cristianas produciendo una verdadera

masacre, que como dijimos terminó con la vida de 18 hombres de Ortega.

Que a partir de ese encuentro en forma rápida y durante dos días y sus noches

prosiguió la marcha al sur en forma muy rápida. Después se hizo más lenta. Las indias

despojaban de sus vestidos y zapatos a las cristianas cautivadas.

A los cuatro días de marcha Micaela Correa resalta un hecho espantoso cuando sobre

una laguna un tigre atacó y mató al hijo de un capitanejo con gritos desgarradores, lo que

llevo que varios salieron en persecución del animal al que mataron a bolas y lanzazos.

Relata que en varios puntos de la marcha piquetes de indios se separaban rumbo a

sus tolderías con la parte del botín que les correspondía. El grueso continuó la marcha la

cual al cabo de quince días llegaron a las tolderías del cacique Calfucurá en las Salinas

Grandes, quien los recibió a la puerta de sus toldos.

Aquí Micaela describe a Calfucurà como un “un indio negro, muy corpulento y de

aspecto imponente”, quien tomaba lo que le daban de regalo o lo que pedía. Todos los

indios se esparcían por los toldos, y los ranqueles de Baigorrita tomaron sus partes entre

la que estaba Micaela Correa y regresaron a los aduares ranquelinos

La marcha de los toldos de Calfucurá a los Baigorrita duro cuatro días y Micaela

Correa narra que observó en varios puntos tolderías aisladas. A la llegada los indios

estaban muy irritados por los estragos que había causado en los toldos el avance del

general Arredondo.

A pesar del frio y la desnudez la cautiva narra enormes peripecias al ser sometida al

trabajo esclavo.

Posteriormente fue trasladada a los toldos del propio Baigorrita y posteriormente al de

Mariano Rosas, donde escuchaba a los indios vociferar de próximos malones y

venganzas, dolidos por la entrada que les había provocado el referido general Arredondo.9

9 Lo relatado por Micaela Correa ocurrió tal cual lo describe porque se encuentra documentado que diversas partidas de las tribus ranquelinas de Baigorrita, Mariano Rosas, Pincen y algunos de Calfucurá reiteraron pequeños pero sangrientos malones el 10 de setiembre y el 20 de octubre de ese año de 1872-

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Narra por último que en su viaje de los toldos hasta Villa Mercedes pudo observar los

cuerpos de varios indios muertos en esa invasión y que al encontrar alguno las chinas y

los indios se bajaban y los enterraban.10

Micaela Correa, una cautiva santafesina, que en las postrimerías del indio en las

llanuras pampeanas argentinas, pudo conocer a los caciques Calfucurá, Baigorrita y

Mariano Rosas y revivir el espanto de su cautiverio de manera simple y descriptiva.

Cfr. Landaburu, Roberto E. obra citada, pag. 129.10 Rio 4to. 11 de agosto de 1872- Publicado en el diario la Capital, Agosto 1872. Idem. Landaburu, Roberto Santa Fe al Sur-AMVT, 1988, págs. 154/155 y concordantes.

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