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"Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse.
Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de Él, vino y se postró a sus pies.
La mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio.
Más Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos.
Respondió ella, y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen las migajas de los hijos.
Entonces le dijo: Por esta palabra, vé; el demonio ha salido de tu hija.
Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama."
Marcos 7:24
Preguntas y respuestas sobre El Espíritu Santo
19 La mujer Sirofenicia, Griega, era lo que ella
era, cuando Jesús le dijo que: “No le era lícito a El
tomar el pan de los hijos y dárselo a los perros”.
Ella le dijo: “Eso es verdad, Señor; pero los perros
debajo de la mesa comen de las migajas de los
hijos”.
Y El dijo: “Por este dicho, el demonio dejó a tu hija”.
Así que diga buenas cosas. Diga algo bueno acerca
de alguien. Hable de Jesús. Diga algo leal, algo real.
Esa es de la manera de deshacernos de los
demonios. El no oró por la niña. El nunca dijo nada
respecto a la sanidad de ella; El únicamente dijo:
“Por este dicho, por este dicho...”
198 La mujer sirofenicia, una gentil, griega, vino
a Él y dijo: "Señor, yo tengo una hija que está allá
acostada a la que el demonio la está molestando
muchísimo". Ella probablemente era una epiléptica
o tenía algún tipo de demencia. Dijo: "Ella está en
una condición terrible. ¿La sanarás?"
199 Y El probó su fe. "Bueno", El dijo: "No está
bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los
perrillos". Llamándole un perro, y en esos días, un
perro era una de las... casi como un cerdo: la cosa
más baja que había. Dijo: "No está bien que Yo
tome el pan de los hijos y echarlo a Uds. perrillos".
Conferencia con Dios
200 Ella dijo: "Esa es la verdad, Señor". ¡Oh, me
gusta eso! "Esa es la verdad". Dijo: "Pero Tú sabes,
los perrillos, debajo de la mesa, comen de las
migajas de los hijos". Eso lo tocó a Él.
Ella dijo (como tú dijiste el otro día, Hattie) la cosa
correcta.
201 El se volteó y dijo: "Por esta palabra, el
diablo ha dejado a tu hija". No tuvo que ir y poner
manos sobre ella.
En el Día de Pentecostés cuando cayó el Espíritu
Santo....
Preguntas y Respuestas (1961)
228 Ahora, Señor, venimos a orar por los
enfermos. Ahora, sabemos por la Biblia que
solamente obtenemos lo que creemos obtener.
Recordamos una vez, Padre, cuando Jesús estaba
aquí en la tierra, y vino a Él la mujer Sirofenicia y le
dijo: “Señor, ten misericordia de mi hija, porque ella
es atormentada por un--un demonio”.
Y hemos oído lo que Él le respondió: “No es lícito
tomar el pan de los hijos y dárselo a los perros”.
229 Oh, Dios, pareciera como si--si fuera un
rechazamiento rotundo, y no sólo eso, pero
también la llamaste perra. Pero ella en lugar de ser
arrogante al respecto, dulce y humildemente
contestó: “Eso es la verdad, Señor”. Porque eso era
la Verdad. Ella dijo: “Es verdad, Señor, pero los
perros comen de las migajas que caen de la mesa de
sus amos”. Eso fue lo que hizo la obra. Ella estaba
dispuesta a tomar las migajas que caían de la mesa
de los hijos. Y Dios, esa es nuestra actitud en estos
momentos. Estamos dispuestos a todo lo que Tú
quieras hacer con nosotros, Padre. Estamos en Tus
manos.
Respetos.
168 Y esa es una cosa pequeña que toqué esta
mañana, esa mujer Sirofenicia esa vez cuando ella
llegó. Miren cómo ella fue rechazada,
amargamente. Allí estaba El, un Judío; ella era una
Gentil, y ella corrió a Él. Ella no sabía cómo
acercarse a El, pero ella tenía una necesidad, y ella
sabía que El era ese Hijo de Dios. Ella lo creía.
Ella...Si--si Dios respondía Su oración para otros, El
respondería la oración para ella. Y ella sabía que lo
que El decía era la Palabra de Dios. Si era la Palabra
de Dios para los Judíos, era la Palabra de Dios para
los Gentiles, también, cualquier cosa que El dijera. Y
Jesús la puso a prueba. Ella dijo: “¡Señor, ten
misericordia!” Ahora observen. No, El dijo...“Hijo de
David”, porque ella había oído a los Judíos diciendo,
“Hijo de David”. Ahora, El no era Hijo de David para
ella. ¿Ven? Y El dijo...“¡Hijo de David!” Esa hubiera
sido la manera en que un Judío lo hubiera
abordado, porque ella había oído al resto de ellos.
Ella trató de venir como ellos lo hicieron, porque
ella estaba tratando de expresarle respetos. Ella
estaba tratando de mostrar sus respetos. Y ella no
estaba sólo pretendiendo; Jesús hubiera sabido si lo
estaba. No, El lo hubiera sabido. Así que mientras se
acercaba, ella dijo: “Hijo de David, ten misericordia
de mi hija, porque ella es diversamente
atormentada por un demonio”.
169 El se dio vuelta y la miró, y dijo: “No está
bien que Yo tome el pan de los hijos, y lo eche a los
perrillos”. ¡Fuiu! ¿No fue eso algo duro? ¡Eso fue
duro! No sólo la rechazó en su petición, sino que la
llamó “perro”. Eso es correcto. Y un perro es uno de
los nombres más bajos que tiene la Biblia, Uds.
saben. Así que El dijo: “No está bien que Yo tome el
pan de los hijos, y echarlo a los perrillos”.
170 Ella dijo: “Eso es verdad, Señor”. “Señor”,
entonces ella lo logró. El no era Hijo de David para
ella, pero El era Señor. Dijo: “Es verdad, Señor. Eso
es correcto, pero los hijos se comen las sobras
debajo de la...O, quiero decir, los--los perrillos se
comen las sobras debajo de la mesa del amo”. Eso
lo hizo. Eso fue todo. Ese era el respeto.
171 Jesús se dio vuelta hacia ella, dijo: “Grande
es tu fe. Ahora vete a casa, vas a encontrar a tu hija
tal y como lo has creído”. Eso es. ¿Por qué? Fue su
acercamiento.
172 ¿Qué si ella se hubiera dado vuelta y
hubiera dicho...? El se hubiera dado vuelta, dijera:
“No está bien que Yo tome...” En otras palabras:
“No es propio”.
173 Digamos, que un Católico llegara y dijera:
“Oh, Hermano Branham, yo sé que Dios oye sus
oraciones por estas personas aquí. ¿Oraría por mí?”
174 Y yo diría: “Pues, no está bien que yo tome
el tiempo de estos hijos aquí. Yo estoy aquí para
orar por estos Pentecostales, no por Uds. montón
de Católicos”. ¿Ven? ¿Qué hubiera dicho ella? Oh,
hombre, me imagino que ella hubiera salido
pisoteando de aquí como quién sabe qué. ¿Ven?
175 Pero ella se dio vuelta y dijo: “Eso es
verdad, Señor. Eso es verdad, Señor. Pero estamos--
estamos dispuestos, los perrillos están dispuestos a
comerse las sobras debajo de la mesa del amo”.
176 ¿Ven?, eso le captó la atención a El
rápidamente. El se dio vuelta y dijo: “Grande es tu
fe”. Y entonces hallamos otro caso... ¿Ven?, fue su
acercamiento, sus respetos. Ella estaba respetando
a Dios cuando lo respetaba a El.
El Primer Sello
158 El dejó el Trono del Padre y se presentó
para...Su Hijo para ser...El es el Hijo de David. Eso
es lo que Israel pensó que El haría allá entonces.
Acuérdense de la mujer sirofenicia, la cual dijo:
“Hijo de David". ¿Se acuerdan del ciego Bartimeo?
Dijo: “Hijo de David". Y Jesús conociendo el plan,
pero ellos no lo conocían; por eso trataron de
forzar la situación para que El tomara el Trono. Y
aun Pilato le hizo aquella pregunta.
Dios ocultándose en simplicidad
299 Pero si Ud. en verdad tiene hambre de Dios, Ud.
se mantendrá poniéndose de pie hasta cuando El le
responde. De esto no hay fin, Ud. es persistente.
Como la mujer sirofenicia, ella no pudo recibir una
respuesta negativa, porque en verdad lo deseaba.
¿Están listos para ponerse de pie? ¿Algunos más,
antes de orar? Aquel bello himno que dice,
El fue clavado en la cruz por mí.
En la cruz fue crucificado, allí murió por mí.
Perseverante
62 Esta mujercita griega, no hay duda, había
escuchado de El, oído de Jesús, del gran
avivamiento. Un profeta joven que se había
levantado en Galilea, de Nazaret, y estaba
mostrando grandes señales y maravillas. Ella había
oído de El, "y fe viene por el oír". La mujer
sirofenicia, siendo griega. La fe encuentra fuentes
que otros no ven. Cuando ella oyó, ella creyó.
Ella quizás había oído de la niña de la vecina que
fue sanada de epilepsia, lo cual la niña tenía, y
ellos quizás oyeron de esta epiléptica siendo
sanada. Así que su hija tenía necesidad de
sanidad, y ella había oído que Jesús podía hacerlo.
63 Porque, ¡El era la Palabra de Dios hecha
carne! San Juan 1: "En el principio era el Verbo, y
el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Y
el Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros.
¡El mismo ayer, y hoy, y por los siglos"! El estaba
allí para revelar las promesas de Dios para Su día.
64 El está aquí esta noche para vindicar y para
revelar cada promesa que Dios hizo para esta
edad. El está aquí para cumplirlo. El estuvo en los
días de los profetas. El estuvo en Moisés, El estuvo
en David, El estuvo en Elías, El estuvo en los demás,
para revelar la promesa de Dios de esa edad.
Dios asignó Su Palabra para cada edad, y El envía
un profeta, y la Palabra va al profeta y lo pone en
orden, y eso es exactamente lo que El ha hecho a
través de todas las edades. Y El es Dios, y no
cambia. Jesucristo es ese Profeta en esta noche
que está entre nosotros. El es el que está aquí en
la forma del Espíritu Santo, el Cual conoce todo, y
puede revelar cualquier cosa que El desea hacer.
65 Ella creyó esto, no importó cuánto la gente no
lo creyó.
66 Fe encuentra una fuente de la cual otras
personas no conocen nada al respecto. Cuando un
hombre tiene fe en Dios, él se ha aferrado de algo
que él no puede explicar. Es algo de lo que él se
aferró. El no puede empujarlo, o meterlo, o
jalarlo. Lo mueve a él. Así es con la fe, cuando un
hombre verdaderamente tiene fe en Dios,
encuentra esa fuente que otros no ven.
72 Esta griega había oído estas palabras. Ella las
creyó. Ella tuvo muchos obstáculos, pero no fue así
con su fe. La fe no conoce obstáculos. Su fe no
tenía obstáculos. Ella los tenía, pero su fe no los
tenía. Puede ser que Ud. tenga obstáculos, pero si
Ud. tiene fe, ella no conoce derrota. Es segura.
Miremos algunos de sus obstáculos, sólo por un
momento.
73 Algunos de ellos pudieran haber dicho:
"Recuerda, tú eres de una raza diferente. Tú eres
griega, sirofenicia, por nación. El es un judío". En
otras palabras, hoy en día dirían: "Sus
denominaciones no están participando en este
avivamiento". Da lo mismo, su denominación,
aunque sea así o no, a esa mujer no le importó
de quien fuera la denominación. Ella era un ser
humano que había sido creado por Dios, y ella
tenía una necesidad, y ella tenía fe que se iba a
resolver. Aunque su denominación estuviera
cooperando o no, a ella no le importaba.
Ella dio el paso.
74 Ella quizás pudo haber tenido otro crítico
que pudiera haberla encontrado más abajo en el
camino, y dicho: "Pues, los días de los milagros
han pasado. Nosotros ya no tenemos milagros".
Ese pudiera haber sido un judío, después que ella
había llegado a este país donde estaba Jesús, al
otro lado en Galilea. "Los días de los milagros han
pasado, no hay tal cosa". No obstante ella fue
persistente. Ella fue perseverante. La barrera
denominacional no la detuvo, tampoco la
detuvo ninguno de aquellos que creían que los
días de los milagros habían pasado. Ella sabía que
no era así. En primer lugar, ella tenía algo por
dentro, que le decía que ella recibiría lo que
pidiera.
75 ¡Oh, pueblo, en esta noche, si Uds.
simplemente pudieran retener eso en su corazón,
que Dios está aquí para darles el deseo de su
corazón! Si Uds. cumplen con Sus condiciones,
nada puede estorbar.
76 Quizás hubo un grupo de mujeres que
vinieron a ella, y dijeron: "Mire, Hermana Lidia", o
cualquiera que pudiera haber sido su nombre,
"¿entiende Ud. que su esposo la dejará si Ud. hace
esto"? No hay duda que ella amaba a su esposo,
pero ella no podía maldecir ni bendecir Eso que
estaba en ella. Algo le estaba hablando, su hija
estaba muriendo con epilepsia y ella tenía que
llegar a Jesús, y cuando ella llegó allá, algo iba a
acontecer, con esposo o sin esposo.
77 Algunos de ellos quizás dijeron: "Pues, ¿qué
vas a hacer con esta niña afligida si eso falla"? Pero
ella sabía que no iba a fallar. En ella había algo,
que le decía que no podía fallar. Si El alguna vez
fue Dios, El todavía permanece Dios. Eso no
puede fallar. Por lo tanto, ella seguía perseverante.
78 Entonces algunos de ellos pudieron
haberle dicho: "El rango en la sociedad al que tú
perteneces, se reirá de ti". Burla o sin burla, a ella
no le importaba. ¡Algo estaba dentro de ella! Ella,
seguía perseverante.
79 Algunos de ellos pudieron haber dicho: "Serás
sacada de tu iglesia". Sacada o no sacada, ella ya
estaba en camino, ¡algo trayéndola a Jesús! No
había nada que le iba a impedir, ningún obstáculo.
Ella fue perseverante. No hubo ningún obstáculo.
Finalmente ella llegó adónde El estaba.
80 Mucha gente piensa: "El tan sólo llegar
adónde El está, allí termina todo". Eso está errado.
El pudiera venir aquí a este edificio esta noche y
mostrarse vivo, después de dos mil años, por las
cosas que El prometió hacer en este día. El lo
hizo anoche. El lo hace cada noche. El lo hace
dondequiera. El prueba que El aún está vivo. Y
Ud. pudiera estar en Su Presencia, pero eso no
es todo. No señor. Algunas veces uno se encuentra
con dificultad cuando uno entra en Su Presencia.
Así fue con ella.
81 Cuando ella llegó, Jesús entonces le dijo, que
El "no era enviado" a su raza. El mismo en el cual
ella vino creyendo, la rechazó. Esta es una
lección. El mismo que...Ella había pasado por
todas esas puertas de dolor y desilusión, y todo,
para llegar allí, porque había Algo pulsando dentro
de ella, diciéndole que fuera; cuando ella llegó allí
con El, El rotundamente la rechazó. Y aparte de
eso, El dijo que su raza no era más que perros.
"No es justo que Yo tome el pan de los hijos y se
los dé a Uds., perros".
82 ¿Qué si El hubiese llamado a los_los
pentecostales, "perros"? Oh, yo no sé qué
hubiera sucedido. ¿Qué si El hubiera dicho:
"Perros metodistas, perros bautistas"? En mi
opinión, ella hubiera regresado y le hubiera dicho al
pastor que a pesar de todo él tenía razón, que
este Individuo no tenía importancia. Pero si Ud.
se ha aferrado, y algo lo tiene preso a Ud., será
algo muy distinto.
83 "Yo no soy enviado a Uds., raza de perros. No
es justo que Yo tome el pan de los hijos y se los dé a
Uds. Yo no soy enviado a Uds. No es su
avivamiento, su compañía no está
patrocinando esto, y yo no soy enviado a Uds. Y no
es justo que Yo tome de Mi tiempo con Uds.,
cuando Uds. no son más que perros. Y ¿por qué
habría de perder Mi tiempo con Uds."? ¡Qué
desilusión hubiera sido eso para una mujer que no
tuviera fe, que no estuviera determinada! ¡Oh, si
la iglesia únicamente pudiera ver eso! Pero, no
obstante, ella se mantuvo firme.
84 Ella no era una_una planta de invernadero
que tenía que ser mimada, una de esa clase que
uno tiene que fumigarla por todas partes, Uds.
saben, para espantar los insectos. Una buena planta
saludable, uno no tiene que fumigarla. Una
buena planta saludable, un insecto no puede llegar
a ella, está llena de salud.
85 Y una buena fe nacida de nuevo en Dios, una
verdadera fe genuina del Espíritu Santo, nada la va
a impedir. No puede, es persistente. Va hacia la
meta que Dios le ha prometido. No hay nada que
la va a impedir. De todas maneras va llegar. Sí,
ella no era un híbrido.
185 Y allí estaba esa mujercita. ¿Por qué?
Porque ella fue persistente. Nada iba a detenerla.
Ella fue persistente. Ella fue perseverante, aunque
su sacerdote la hubiese expulsado de la iglesia
(ciertamente que lo haría), no importó lo que
pudiera pasar. Sucedió que ella se había asomado
por el cerco, unas noches antes, y ella había visto
a ese anciano ciego recibir su vista. "¡Si Dios pudo
darle vista al ciego, El podía resucitar al muerto"! Y
ella tenía una necesidad. Ella fue persistente, como
la mujer sirofenicia. Ella recibió su deseo
porque ella fue persistente.
Uno más grande que Salomón está aquí
79 Algo se apoderó de esa mujercita
sirofenicia de la que hablamos anoche. No
importaba cuántos obstáculos tuvo, ella de todas
maneras iba a ir. Algo se apoderó de esta reina de
la que estamos hablando en esta noche, una
pagana, una idólatra. Así era esta sirofenicia,
una griega, una pagana, adoradora de ídolos. Pero
Algo se apoderó de ellas, y ellas echaron mano de
Algo.
173 Y ¿a cuántos aquí les gustaría ser tan
Cristianos, y tan leales a Cristo, en muerte,
persecución, cualquier cosa, les gustaría ser tan
Cristianos como esa madre venado fue una
madre? ¿Les gustaría, no les gustaría ser así? Yo
anhelo ser esa clase de Cristiano. Que aun como
esa mujer sirofenicia de anoche, ella era esa
clase de Cristiana. Esta reina de la que estamos
hablando esta noche era esa clase de
Cristiana; cuando ella vio algo que era real, ella
estaba lista. Dios nos ayude esta noche, para recibir
algo real, a Cristo.
Inclinemos nuestros rostros sólo un momento,
mientras oramos.
El juicio
70 Pero si la mujer Griega, la Sirofenicia lo
hubiera abordado a El en el nombre del Hijo de
David, El nunca, ni siquiera hubiera levantado
Su cabeza. Ella no tenía ningún derecho a El, en el
nombre del Hijo de David. El no era el Hijo de David
para esa mujer Sirofenicia. Pero cuando ella dijo:
"Señor," entonces El volteó. El era el Señor. ¿Vé?
Señor, ¡El era Señor! No el Hijo de David para ella.
71 Ahora, ¿Por qué no fué El reconocido
como !Hijo del Hombre? Porque el Hijo del
hombre era la revelación espiritual, de profeta. Hijo
del hombre significa "profeta."
El develamiento de Dios
66 Miren a esa mujer Sirofenicia correr hacia
El, y decir: "¡Hijo de David, ten misericordia de mí!"
El ni siquiera levantó Su cabeza. Ella no tenía
derechos en El como Hijo de David. Ella era una
gentil.
Al igual que mi hija no tiene derechos en mí como
esposo, o, mi esposa, como hija. Sin embargo, ella
es mi hija y mi esposa; ella es mi hija en el
Evangelio. Pero, terrenalmente, ella no tiene
derechos de llamarme un–un padre. ¿Ven?
Ahora fíjense, esta mujer Gentil no tenía derechos
en El como Hijo de David. Pero Bartimeo el ciego, sí,
¿ven?, él era un Judío. Ahora, El vino como el Hijo
del Hombre.
79 Ahora, esta mujer de nuestro tema, (de Marcos
7:24), esta mujer sirofenicia, era una mujer griega, y
había oído acerca de Jesús. Ahora, la fe viene por
medio del oir - el oir la Palabra de Dios. Y ella había
oído.
Perseverante.
87 Esa mujer sirofenicia, tenía muchos obstáculos,
pero su fe no conocía obstáculos. La fe no conoce
obstáculos ninguno. Nada puede impedir la fe. No
importa lo que otros digan, nada impide la fe.
Veamos algunas de las cosas que le pudieron haber
ocurrido.
88 Alguien le pudo haber dicho, "Tú eres griega. Tu
denominación no está respaldando esta campaña."
Pero ella, a pesar de todo, seguía, porque era
persistente por cuanto había oído. Y la fe viene por
el oir, no por la cooperación, sino por el oir.
89 Le pudieron haber dicho, "Tú eres griega. Tú no
eres de esta clase de gente. Ellos son de otra piel,
de otra raza." Tampoco le importó eso.
90 Otros pudieron haber llegado a decirle, "Eso es
pura tontería. Los días de los milagros ya pasaron.
Eso que hablan por allí, de sanidad divina, eso no
existe. Ese es otro fanático que ha surgido como los
demás." Sí, es muy correcto. Existen toda clase de
billetes falsos, pero también existe por allí un
verdadero de donde falsificaron los demás. Y así le
seguían diciendo, "Los días de los milagros han
pasado, no hay tal cosa. Esos apenas son unos
fanáticos, unos cuantos no más." Y siempre hemos
tenido gente así.
91 Pero, aún con todo eso, algo había anclado en
esa mujer, y ella seguía persistente. Los días de los
milagros quizás ya habían pasado para aquel que le
estaba hablando, pero para ella, no. Quizás sea algo
del pasado para algunos de sus amigos, pero no
para Ud., si Ud. tiene fe.
96 Ahora bien. Esta mujer sirofenicia, pasó por
todas las barreras, por encima de todos los críticos,
todos los mofadores, todas las amenazas de qué le
haría su esposo, y que le quitarían su carnet de
membrecía, y que sería una desterrada, y que la
llamarían "santucha." Pero esas cosas no
significaban nada para ella, porque ella ya había
visto a Dios. Ella había oído, y la fe viene por el oir. Y
ella sabía que otros habían sanado, ahora ¿por qué
no podía sanar su hija? Allí está la cosa.
97 Y por fin, ella llega a los pies de Jesucristo. Ahora
noten, ¡qué tremenda sorpresa! Mucha gente cree
que si solamente puede llegar, allí es el fin del
negocio; pero allí es donde comienza la cosa.
Cuando ella llegó a donde estaba Jesús, cuan
desanimada hubiera sido ella si fuera como
nosotros hoy en día. Jesús le dijo, en ciertas
palabras, que El ni siquiera era enviado a su raza de
gente.
98 Ahora, si Uds., los pentecostales de hoy,
hubieran estado en el lugar de esa mujer,
ciertamente hubieran alzado la nariz al aire y al
darle la espalda y salir, hubieran dicho, "¿Con que
así es todo esto? Si no me quieren en Las Asambleas
de Dios, entonces me voy a unir con los Solo Jesús.
Y si allí no me quieren entonces me iré allá con La
Iglesia de Dios. Yo no tengo que estar aguantando
tales abusos." Por eso es, que los milagros no se
encuentran en la iglesia. Por eso es que la fe no se
encuentra en la iglesia hoy día.
99 Aun Jesús, el mismo Dios, al Cual ella había
llegado a adorar, y estaba dispuesta a cambiar toda
su manera de pensar, y venía para creer en El,
cuando llegó con El, recibió una bienvenida muy
fría.
106 Por eso la gente puede unirse a la iglesia, luego
asistir aquí y allá, y todo así de cualquier forma. Lo
que pasa es que eso es una logia. No es una iglesia.
Uno nace en la Iglesia, pero se une a una logia, o a
un club. Pero uno nace en la Iglesia, no alguna
iglesia, sino La Iglesia. Hay una sola Iglesia.
107 Yo he estado en la familia Branham por
cincuenta y cinco años, y jamás me han rogado que
me una a la familia. Es que yo allí nací. Pero la mujer
sirofenicia, fue rechazada, y hasta fue llamada de
"perro," sin embargo, ella se mantuvo firme.
108 ¿Ve Ud.? Es que ella tenía fe. Estaba
desanimada con todos sus amigos, con su gente, y
tantas cosas que le quisieron estorbar. Y siempre
que las cosas se amontonan así, eso simplemente
muestra que Satanás está haciendo el esfuerzo para
impedir la fe genuina, pero no puede. No importa lo
que cualquiera dice; la fe permanece anclada. Ella
era persistente, y seguía hacia adelante.
109 Y cuando por fin llegó con Jesús, El le dijo, "Yo
no soy enviado a tu raza. Yo no soy enviado a tu
iglesia. Uds. no están cooperando. No son más que
un lote de perros." ¡Pero ella continuó hacia
adelante! Jesús le dijo, "Yo he venido para sanar a
los Míos, no para sanar a los tuyos. No es justo que
tome el pan de los hijos y lo ande dando a Uds. los
perros."
Ella respondió, "Eso es la verdad Señor."
110 Fe siempre admitirá que la Palabra es la
Verdad. Ahora, si Ud. se quiere quedar con algún
credo, muy bien. Pero la fe genuina siempre
confiesa que la Palabra es la Verdad.
111 Y ella exclamó, "Es la verdad, Señor, pero los
perros se conforman con las migajas debajo de la
mesa de los hijos." Y con eso, El ya no pudo. Ella no
era ninguna planta de invernadero. Ella no era como
los así-llamados "creyentes," de los que tenemos
tantos hoy. Ella más bien tenía fe genuina, y confesó
que El tenía razón. Pero es que ella no venía en
busca de todo el pan de los hijos; solamente andaba
buscando las migajas.
112 Pero nosotros, si no podemos obtener lo mejor,
entonces nos quedamos mejor sin nada, y le damos
la espalda. Y a la vez andamos diciendo que
tenemos fe. "Si no me tratan bien, me marcho." Eso
no muestra nada de fe. Fe es algo fijo.
167 ¿Por qué? Porque la madre era igual de
persistente como esta mujer sirofenicia, de la cual
hemos estado hablando. Muestra pues, que Dios es
el mismo ayer, hoy, y por todo los siglos. La cosa es,
que ella había oído del viejito ciego.
El Poderoso Dios develado ante nosotros
Para mi esposa, yo soy su esposo. ¿Han notado Uds.
lo que dijo la mujer sirofenicia? Dijo: "¡Hijo de
David, ten misericordia!" El... Eso ni le atrajo a Él la
atención. Ella no tenía ningún derecho de llamarlo a
Él así; ella no tuvo ningún derecho sobre El como
Hijo de David. El era - El es el Hijo de David para el
judío. Y ahora El vino. . .Pero cuando ella lo llamó
Señor (para ella El era Señor), entonces fue que
recibió lo que pedía. Ahora, como. . .El simplemente
se estaba cambiando.
Ahora, en mi hogar yo soy tres personas distintas.
En mi hogar mi esposa tiene derechos sobre mí
como esposo. Mi hija, sentada allí, ella no tiene
derechos sobre mí como esposo; yo soy su padre. Y
para mi nietecito ahí, yo soy su abuelo; así que él no
tiene ningún derecho de llamarme padre. Yo no soy
su padre; mi hijo es su padre. Yo soy su abuelo, pero
sigo siendo el mismo hombre.
129 "No está bien tomar el pan de los hijos y
echarlo a los perrillos". ¿No le dijo Jesús lo mismo
a la mujer sirofenicia? El fue enviado a los Suyos,
eso es correcto. Y a esos vino. El no fue a los
gentiles.
130 Y ahora El visita a los gentiles, durante su
tiempo, y no está bien tomar...
156 ¿Qué tal si El le hubiera dicho a la mujer
sirofenicia: "Por razón de esta palabra que has
dicho, tu hija, el demonio ha salido de ella", y luego
qué si ella hubiera dicho: "Pero Señor, yo_yo
quería que lo hicieras de esta otra manera"? El_el
demonio aun hubiese permanecido en la muchacha;
pero ella esperó encontrar a su hija tal como El
había dicho que la encontraría.
157 Ahora, El nos dice: “¡Si puedes creer! Si
puedes decirle a este monte: 'Quítate', y no lo
dudas en tu corazón, sino que crees que será
hecho lo que has dicho, lo puedes tener. Cuando
oras, cree que lo vas a recibir, y te será dado".
¡Qué promesa!
Yo había escuchado más ahora veo
156 ¡Ella dijo la cosa correcta! Cuando ella dijo eso,
el Espíritu Santo bajó nuevamente en ese canal,
cada uno de ellos lo sintió. Me levanté y dije:
"Hermana Hattie, ASI DICE EL SEÑOR, Ud. dijo la
palabra correcta igual como la mujer sirofenicia. El
Espíritu Santo me está hablando ahora mismo, y me
dice que le dé a Ud. el deseo de su corazón". Dije:
"Ahora, si yo soy el siervo de Dios, si es así, eso
sucederá. Y si no soy el siervo de Dios, entonces soy
un mentiroso y no sucederá, soy un engañador".
Dije: "Ahora trate de ver si eso es el Espíritu de Dios
o no".