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Larevoluci´oncient´ ıfica del siglo XII Pierre Thuillier * Introducci´ on Nuestra sociedad percibe a la Edad Media de for- ma bastante ambigua. Hay historiadores que tratan de rehabilitarla as´ ı como novelistas que se esfuerzan en revelar algunas de sus riquezas culturales; sin em- bargo persiste la imagen de oscurantismo medieval. Seg´ un esta imagen, entre los siglos V y XV, el occi- dente cristiano no tuvo progresos econ´ omicos, socia- les ni culturales sino hasta el Renacimiento. Con to- do, en muchos aspectos, los medievales fueron inno- vadores. Se desarrollaron las t´ ecnicas, la vida urba- na, aparecieron nuevas formas de vida. Incluso sur- gi´ o una nueva concepci´ on de la naturaleza que pro- pon´ ıa su estudio racional. Unadivisi´onc´omoda En la historia de la ciencia es usual nombrar co- mo “revoluci´ on cient´ ıfica” a los trabajos de Galileo, Torricelli, etc. Se condensan quince siglos de cultu- ra de la siguiente manera: la Edad Media, per´ ıodo de estancamiento y oscurantismo; despu´ es el Renaci- miento (etapa de maduraci´on de las nuevas concep- ciones), por ´ ultimo la ciencia verdadera (desde Ga- lileo hasta nuestros d´ ıas). Esta manera de dividir periodos corre el peligro de ofrecer una imagen pobre (por no decir caricatures- ca) de la realidad hist´orica. La “revoluci´on cient´ ıfi- ca” del siglo XV fue preparada durante largo tiempo y, en numerosos aspectos, result´o de un movimien- to sociocultural profundamente enraizado en los si- glos anteriores. Diversos historiadores han reaccionado contra tales esquematismos; han descubierto que el Renacimien- to estaba penetrado por caracteres medievales co- mo puede ser la confianza en la raz´ on para el es- tudio de la Naturaleza. Algunos historiadores llegan a rehabilitar la Edad Media al punto de que con- sideran al Renacimiento ¡como un per´ ıodo de deca- dencia! 1 Seg´ un ellos, la historia de la ciencia mo- * Adaptado de “De Arqu´ ımedes a Einstein. Las caras ocul- tas de la invenci´ on cient´ ıfica”. 1 Baste mencionar a Pierre Duhem, Charles Homer Has- kins, Lynn Thorndike y George Sarton. derna comienza varios siglos antes de Galileo. Aun- que el acuerdo entre los especialistas no es total ni perfecto ya se comienza a ver m´as claramente la Edad Media. Catedral de Chartres, siglo XII. Aunque no fuese m´as que para calcular la fecha en que ca´ ıa la Pascua, era necesario desarrollar la astro- nom´ ıa. Sobra decir que la teolog´ ıa ocupaba un lugar importante en la cultura de la ´ elite, pero exist´ ıa la tradici´on griega que manten´ ıa el inter´ es por las ma- tem´aticas y la astronom´ ıa. Entre los precursores de la ciencia occidental est´ a Gerberto D’Aurillac, lue- go papa en 999 como Silvestre II, quien estuvo en contacto con la ciencia ´arabe y la difundi´ o en Fran- cia. Sus disc´ ıpulos contribuyeron a la ense˜ nanza que 24

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La revolucion cientıfica del siglo XII

Pierre Thuillier*

Introduccion

Nuestra sociedad percibe a la Edad Media de for-ma bastante ambigua. Hay historiadores que tratande rehabilitarla ası como novelistas que se esfuerzanen revelar algunas de sus riquezas culturales; sin em-bargo persiste la imagen de oscurantismo medieval.Segun esta imagen, entre los siglos V y XV, el occi-dente cristiano no tuvo progresos economicos, socia-les ni culturales sino hasta el Renacimiento. Con to-do, en muchos aspectos, los medievales fueron inno-vadores. Se desarrollaron las tecnicas, la vida urba-na, aparecieron nuevas formas de vida. Incluso sur-gio una nueva concepcion de la naturaleza que pro-ponıa su estudio racional.

Una division comoda

En la historia de la ciencia es usual nombrar co-mo “revolucion cientıfica” a los trabajos de Galileo,Torricelli, etc. Se condensan quince siglos de cultu-ra de la siguiente manera: la Edad Media, perıodode estancamiento y oscurantismo; despues el Renaci-miento (etapa de maduracion de las nuevas concep-ciones), por ultimo la ciencia verdadera (desde Ga-lileo hasta nuestros dıas).

Esta manera de dividir periodos corre el peligro deofrecer una imagen pobre (por no decir caricatures-ca) de la realidad historica. La “revolucion cientıfi-ca” del siglo XV fue preparada durante largo tiempoy, en numerosos aspectos, resulto de un movimien-to sociocultural profundamente enraizado en los si-glos anteriores.

Diversos historiadores han reaccionado contra talesesquematismos; han descubierto que el Renacimien-to estaba penetrado por caracteres medievales co-mo puede ser la confianza en la razon para el es-tudio de la Naturaleza. Algunos historiadores llegana rehabilitar la Edad Media al punto de que con-sideran al Renacimiento ¡como un perıodo de deca-dencia!1 Segun ellos, la historia de la ciencia mo-

*Adaptado de “De Arquımedes a Einstein. Las caras ocul-tas de la invencion cientıfica”.

1Baste mencionar a Pierre Duhem, Charles Homer Has-kins, Lynn Thorndike y George Sarton.

derna comienza varios siglos antes de Galileo. Aun-que el acuerdo entre los especialistas no es total niperfecto ya se comienza a ver mas claramente laEdad Media.

Catedral de Chartres, siglo XII.

Aunque no fuese mas que para calcular la fecha enque caıa la Pascua, era necesario desarrollar la astro-nomıa. Sobra decir que la teologıa ocupaba un lugarimportante en la cultura de la elite, pero existıa latradicion griega que mantenıa el interes por las ma-tematicas y la astronomıa. Entre los precursores dela ciencia occidental esta Gerberto D’Aurillac, lue-go papa en 999 como Silvestre II, quien estuvo encontacto con la ciencia arabe y la difundio en Fran-cia. Sus discıpulos contribuyeron a la ensenanza que

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se impartıa en las catedrales de los nuevos centros ur-banos: Colonia, Utrecht, Chartres, Laon, Rouen, etc.

Otro precursor fue Carlomagno, a finales del sigloVIII, ordeno abrir en cada obispado y en cada mo-nasterio, escuelas en las que podrıan entrar ninostanto de condicion libre como servil. Ademas, pa-ra fomentar la vida intelectual y unificar las practi-cas religiosas, hizo llegar letrados para ensenar lacultura latina. Ciertamente, no logro lo que el mis-mo Alcuino sonaba: levantar en Francia una nue-va Atenas, pero los esfuerzos dieron frutos. La vi-da cultural ası iniciada se concreto en las universi-dades.

No se trata, desde luego, de disminuir los meritos deGalileo probando que tal o cual clerigo medieval yahabıa planteado tal problema. Se trata, mas bien, decomprender como evoluciono la actitud de occidenterespecto a la Naturaleza.

La primera revolucion cientıfica de la

Europa moderna

En el siglo XII se manifiesta una clara evolucion tan-to en las mentalidades como en las instituciones. Sibien el estudio de la naturaleza permanecıa casi to-talmente descuidado, algunos pensadores comenza-ron a confiar en el poder de la inteligencia y la razonpara desarrollar una nueva concepcion de la natura-leza. Buscaban explicar “racionalmente” los fenome-nos, es decir, interpretar en terminos de causas yefectos encadenados de forma regular e inteligible.Por supuesto, no se trataba de una ciencia perfec-ta, apoyada en una metodologıa explıcita y comple-ta. Ni siquiera hubo un impacto en las demas activi-dades intelectuales. Pero, en cosa de decenios, tan-to el sistema de ensenanza como la actitud de los eu-ropeos occidentales hacia las ciencias fısicas y ma-tematicas cambiaron profundamente. A esta “revo-lucion cientıfica” algunos medievalistas prefieren lla-marla “Renacimiento del siglo XII”.

Varios teologos dirigieron una nueva mirada sobrela naturaleza y manifestaron una notable curiosi-dad filosofica para interpretar la Biblia. Por supues-to la consideraban la Palabra de Dios, pero no la co-mentaban solo en un marco teologico; buscaron in-terpretarla segun la fısica de su tiempo. Esto sig-nificaba que era necesario esforzarse en compren-der lo mas racionalmente posible los enunciados de,por ejemplo, el Genesis. Ası, el texto “Dios hizoel firmamento y separo las aguas que estan deba-jo del firmamento que de las que estan encima” lle-

vaba a consideraciones acerca las cualidades del aguay el fuego.

En tanto se buscaran exclusivamente los mensajesespirituales de las Escrituras para asegurar la salva-cion de los hombres, el estudio “cientıfico” de la na-turaleza carecerıa de interes. En Chartres, muy par-ticularmente, aparece un claro cambio de orienta-cion; el portico regio de esta catedral (mediados delsiglo XII) muestra patronos de diversas actividadesintelectuales. Debajo de la teorıa musical, simboli-zada por una virgen rodeada de instrumentos musi-cales, se encuentra, con toda verosimilitud, Pitago-ras; debajo de la gramatica, simbolizada por una vir-gen que lleva una palmeta, se encuentra Donato (oquiza Prisciano), un gramatico antiguo. Aristotelesacompanaba a la dialectica; Euclides a la geometrıa;Ptolomeo a la astronomıa, figura 1.

Figura 1. Esculturas del Portico Regio, catedral de Char-

tres, siglo XII.

Ası, Guillermo de Conches (1080–1145) en su Philo-

sophie du monde ataca a las interpretaciones de la

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Biblio que juzca irracionales. Si algun exegeta ex-plicaba la existencia de aguas por encima del fir-mamento diciendo “Por encima del eter se encuen-tran aguas congeladas, que aparecen a nuestros ojoscomo una membrana extendida por encima de lacual se encuentran las aguas verdaderas”, Guiller-mo oponıa: “Vamos a demostrar que esto es con-trario a la razon y, en consecuencia, no puede su-ceder; mostraremos como debe entenderse la SantaEscritura”.

Debemos reconocer que las explicaciones de Guiller-mo hoy parecen muy fragiles, pero son los prime-ros intentos por buscar la inteligibilidad usando losrecursos de la razon. Puede suceder que no se en-cuentre la solucion y entonces “deberemos confiar-nos al Espıritu Santo y a la fe”; pero hay que comen-zar por buscar; el recurso al Espıritu Santo no de-be servir de coartada a la pereza intelectual.

Guillermos llega a despreciar a los clerigos que no tie-nen curiosidad: “Quieren que todos los demas seancompaneros de su ignorancia; no queren que losdemas se dediquen a la investigacion; quieren quecreamos a la manera de los campesinos, sin bus-car la razon de nada”.

La tendencia a concebir la naturaleza como un do-minio con sus propias leyes se percibe tambien enel arte del siglo XII. En la antiguedad y al comien-zo de la Edad Media, los meses se representaban enlos calendarios mediante sımbolos o alegorıas. Pero,en el transcurso del siglo XII, las ilustraciones se hi-cieron mas concretas representando actividades hu-manas, figura 2. Al mes de marzo, por ejemplo, co-rrespondıa un campesino podando su vina, el mesde agosto con la recoleccion. Estos detalles mues-tran un cambio de actitud respecto a la naturaleza:ya no es un conjunto de fuerzas misteriosas o la ex-presion de la voluntad de Dios sino un terreno queel hombre puede transformar y explotar con su tra-bajo e inteligencia.

Otros partidarios de la escuela de Chartres fueronThierry de Chartres (fallecido hacia 1150), Gilbertde la Porree (1076–1154) y Juan de Salisbury (1110–1180); con muy diferentes enfoques, contribuyerona su manera a fomentar el estudio racional de lanaturaleza.

Uno de los grandes pioneros del pensamiento es-colastico, Pedro Abelardo (1079–1141) propuso laduda sistematica; afirmaba que Dios habıa creadola naturaleza de forma que ella misma producıa sus

Figura 2. Tapiz de la catedral de Gerona, siglo XII.

efectos sin intervencion de cualquier poder extra-ordinario. Para que la simple idea de una “cien-cia de la naturaleza” pudiera desarrollarse, era im-prescindible una tesis de este tipo. Tambien Hugode San Vıctor (1096–1141), teologo, hablaba de lasciencias profanas positivamente, con lo que contri-buyo a definir la naturaleza como un dominio derealidad estudiable segun la fısica, esto es, segun suspropias leyes.

En realidad muchas de estas ideas eran herencia grie-ga, de aquı que sea mas adecuado hablar de “pri-mer renacimiento” en lugar de “primera revolucioncientıfica”; la verdadera originalidad era cierta con-fianza en el conocimiento humano y el poder de larazon. Las mismas fuerzas que renovaban la curio-sidad de los filosofos alcanzaron tambien a pinto-res y escultores. Recordemos que Giotto fue el pri-mer pintor en poner el cielo azul; antes se usaba el co-lor dorado, como correspondıa al trono de la divini-dad. La percepcion mas aguda de los datos de la ex-

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periencia concreta, el renovado interes por las reali-dades fısicas llevo a representar, sin ambiguedades,a las especies representadas.

En el arte romano, plantas y animales se represen-taban de una forma muy estilizada; no siempre esfacil ver si un motivo ornamental tiene o no rela-cion con un follaje real. Pero entre 1140 y 1170 laspreocupaciones naturalistas se manifiestan de unaforma muy clara; cada vez es mas patente que losartistas se preocupan por imitar a la naturalezacon lo que el arte del escultor se aproxima al delbotanico.

Por un saber nuevo: Adelardo de Bath

Con el fin de concretar las generalidades anterio-res nos detendremos en un personaje que, segunopinion unanime de los historiadores, encarna deforma espectacular la mutacion intelectual del si-glo XII: Adelardo de Bath. Como su nombre indi-ca, era ingles. Fue estudiante en Tours y profesor enLaon y viajo durante siete anos por el sur de Ita-lia, Sicilia, Grecia, Siria, Palestina y Espana. A suregreso a Inglaterra dedico su tratado sobre el as-trolabio a Enrique Plantagenet, el futuro EnriqueII. Despues de 1146 su nombre no se menciona enningun sitio; segun algunos historiadores murio en1150, aproximadamente. Si Adelardo ha captado laatencion de los medievalistas es por dos razones,estrechamente relacionadas, que mencionaremos acontinuacion.

Por una parte, fue uno de los primeros en dar a co-nocer al occidente cristiano los textos cientıficos delos arabes. Tradujo al latın los Elementos de Eu-clides a partir de una version arabe, y las TablasAstronomicas de al–Kwarizmi y la Breve Introduc-cion a la Astronomıa de Abu–Ma’shar. Por otra par-te, Adelardo reprocho energicamente a sus contem-poraneos de haberse dejado cegar por el prestigiode las “autoridades”. El, repetidas veces lo dice eraun “moderno”, en otras palabras, era profundamen-te consciente del valor de la ciencia que habıa des-cubierto con los arabes. Para promover un conoci-miento mejor de la naturaleza, era necesario volver-se hacia estos maestros que habıan asimilado y desa-rrollado el legado de los antiguos griegos.

En el siglo XII existıa una tradicion pedagogica basa-da en compilaciones arbitrarias y desprovistas de ri-gor. Por otro lado, Adelardo de Bath afirmaba quehay una investigacion basada en el ejercicio de la“razon”: razon contra autoridad; este tema, aun ennuestros dıas, encierra un contenido esencial.

Detalle de la letra P en Elementos de Euclides,

traducido por Adelardo de Bath.

Para unir el ejemplo con el precepto, Adelardo abor-da problemas concretos. En Cuestiones Naturalesentabla un dialogo con su sobrino quien encarnala cultura tradicional en tanto que Adelardo encar-na la modernidad; de este dialogo trataremos masadelante.

La teorıa de los cuatro elementos

Desde la primera conversacion vemos un enfrenta-miento entre dos formas de pensar. Si tomamos unpunado de tierra tamizada, afirma el sobrino, y la po-nemos en un recipiente, al cabo de un tiempo ve-mos aparecer plantas. “¿Como puedes explicar es-to si no es por una operacion maravillosa de la vo-luntad divina?”. Adelardo no se desconcierta ante es-ta provocacion: “Con toda seguridad, el hecho deque las plantas salgan de la tierra es querido porel Creador. Pero esto no sucede sin una razon. Pa-ra que la cuestion quede clara, comenzare por con-ceder que las plantas nacen de la tierra. No obstan-te, esta no es pura; se trata de una mezcla que con-tiene en cada una de sus partıcuals los cuatro ele-mentos (tierra, agua, aire, fuego) con sus cualida-des propias.”

La tierra ordinaria nos parece simple y homogeneapero, en realidad, contiene en proporciones diver-sas los elementos fundamentales: Tierra, Aire, Agua,

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Fuego. Estos cuatro elementos son principios que nose perciben directamente por los sentidos, pero in-tervienen en los fenomenos. El elemento Tierra ex-plica la dureza, el elemento Agua la fluidez, etcete-ra. Una vez admitidos estos presupuestos teoricos,Adelardo responde a su sobrino: “si la tierra ordi-naria produce vegetales, la razon es que los elemen-tos fundamentales, ocultos a nuestra vista, desenca-denan necesariamente ciertos procesos fısicos”. Nohay necesidad alguna de hacer intervenir una volun-tad particular de Dios.

Sobra decir que la teorıa de los cuatro elementos2

es susceptible de crıtica, pero el proceso intelec-tual es similar al que, 600 anos mas tarde, condu-cirıa a la tabla de Mendeleyev: la conviccion funda-mental de que los fenomenos observables en la na-turaleza no suceden sin razon. Solo con esa condi-cion resulta posible la investigacion cientıfica. Aun-que Dios este en el origen de todas las cosas, exis-te un “orden natural” que expresa una “estructu-ra inteligible”. Mas aun, Adelardo de Bath afirmaque las trayectorias de los astros manifiestan una or-den constante y obedecen a leyes numericas.

Cuando se analizan sus textos con detenimiento, sedescubren afirmaciones que nos parecen extranas.Adelardo admite que los cuerpos celestes “estan vi-vos”, que se comportan como “criaturas razonables”.Pero ello no excluye la idea de un orden celeste esta-ble y estructurado. El hecho de que los planetas notraspasen los lımites del zodiaco prueba que se ajus-tan a normas.

Si bien el animismo de Adelardo suena arcaico, serıaun error creer que sus ideas “astrobiologicas” o “as-trologicas” se oponen radicalmente a las interpre-taciones racionales. Lo que cuenta es que se pue-de desarrollar una investigacion sistematica que con-duzca a nuevos resultados.

Un juez supremo: la razon

Aunque Adelardo denuncio a las “autoridades” tam-bien experimento influencias dudosas, a pesar deproclamar la necesidad de una aproximacion mas ra-cional y mas fecunda, como se nota en el siguien-te texto: “Yo, en efecto he aprendido de mis maes-tros arabes a tomar la razon como guıa, pero tu, so-metido a los falsos pretextos de la autoridad, te dejasconducir con un ronzal. ¿Que nombre, en efecto, po-demos dar a la autoridad sino el de ronzal? Lo mis-mo que los animales estupidos se llevan con un ron-

2Cuyo origen se remonta a Empedocles de Agrigento, sigloV a.n.e.

zal e ignoran donde y por que se les conduce, con-tentandose con ver y seguir la cuerda que los suje-ta, ası la mayorıa de vosotros, prisioneros y enca-denados por una credulidad animal, os dejais con-ducir a creencias peligrosas [. . . ] Porque no com-prendeis que la razon ha sido otorgada a cada in-dividuo a fin de que pueda discernir lo verdadero delo falso, utilizando la razon como juez supremo.”

Biblia de Worms, ca. 1148

¿Por que ciertos animales prefieren la noche al dıa?La respuesta de Adelardo se basa en que el ojo, ins-trumento de la vision, contiene diversos humores; losanimales que ven mejor de noche poseen una grancantidad de humor blanco y muy poco humor ne-gro. El problema esta planteado de forma realis-ta, es decir, sobre el terreno de la anatomıa y lafisiologıa.

En otra conversacion, el sobrino refiere el sorpren-dente hecho del que fue testigo ante una bruja. Es-

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ta mujer poseıa un recipiente perforado por pequenosagujeros en la parte superior y en la inferior. Cuan-do los agujeros no estaban obstruidos, el agua del re-cipiente fluıa libremente. Pero cuando la bruja ta-paba los agujeros de la parte superior, el agua ce-saba de fluir aunque en la parte inferior no hu-biera ningun obstaculo que impidiese la salida delagua. ¿No habıa que ver en ello un “poder maravi-lloso”? Adelardo responde que esta “magia” es to-talmente explicable en terminos naturales. Los di-versos elementos, a causa de sus afinidades, se com-portan de forma que no los separa ningun vacıo. Sise impide entrar al aire, el agua no puede escapar-se; no hay nada de “maravilloso”, todo se hace cla-ro gracias a un correcto conocimiento de las propie-dades de los elementos.

Adelardo tampoco encuentra dificultad en respon-der a esta pregunta “¿Por que el globo terrestre per-manece en el mismo sitio? ¿Que es lo que le sir-ve de soporte?”. La argumentacion de Adelardo es:“El globo esta hecho de tierra y la tierra, como to-do lo que pesa, tiende a descender lo mas posible.Ahora bien, en una esfera es evidente que el pun-to mas bajo se confunde con el centro. Por lo tan-to, es facil comprende que la gravedad, lejos de cau-sar la caıda del globo terrestre, asegura su estabili-dad y cohesion”.

Adelardo anticipo los llamados “experimentos men-tales”: “Si un tunel atravesase la Tierra segun unode sus diametros ¿que pasarıa si se arrojase una pie-dra”. La respuesta utiliza, una vez mas, la grave-dad para concluir que la piedra se encontrarıa final-mente en reposo en el centro de la Tierra. No hay du-da de que Adelardo intenta argumentar con una in-teligibilidad de tipo cientıfico, remitiendo a los mis-mos conceptos. El que no siempre haya dado una ex-plicacion exacta no cambia este hecho.

De las interpretaciones simbolicas a las expli-

caciones cientıficas

La importancia de los pensadores como Adelardo deBath no se halla en la originalidad de sus ideas. Yamencionamos que estas provenıan, en su mayor par-te, de los arabes o de los griegos. Sus ofensivas ra-cionalistas deben ubicarse en su propio contexto. Lamayorıa de los pensadores de la Alta Edad Mediabuscaban descubrir signifidos religiosos y ensenan-zas morales, no les interesaba descubrir en la na-turales razones o causas. Para ellos la unica reali-dad verdadera era Dios, el unico objetivo de la vi-da humana era la salvacion.

En los bestiarios medievales, compendios de conoci-mientos (mas bien, de seudoconocimientos), anecdo-tas y reflexiones relativas a los animales, se mani-fiesta continuamente la tendencia moralizante. Al-gunos textos se refieren a la anatomıa, la fisiologıao la etiologıa de los animales, pero siempre se bus-can sımbolos religiosos y sımbolos morales. Por ejem-plo, el fenix, ave que renacıa de sus cenizas, sim-bolizaba a Cristo resucitado. El elefante y la hem-bra, con el supuesto de que no tenıan ningun de-seo de copular, representaban a Adan y Eva antesdel pecado original. El cocodrilo, que acecha duran-te largo tiempo a su presa, es sımbolo del Mal. Nose trata, en realidad, de errores, sino de una mane-ra muy distinta de mirar los seres y las cosas.

Dios dejo al avestruz sin razon ni inteligencia.

Libro de Job 39:17, Bestiario del s.XII.

Pedro Damian y el desprecio a la ciencia

Pedro Damian, teologo del siglo IX, ilustra perfec-tamente la actitud anterior. Sus escritos conjugan eldesprecio por el cuerpo humano y la filosofıa; el hom-bre es podredumbre, polvo y ceniza; se unico pro-blema debe ser la salud espiritual. No tiene reparosen considerar a la filosofıa como un invento del dia-blo: “Platon escruta los secretos de la misteriosa na-turaleza, fija los lımites de las orbitas de los plane-tas y calcula la trayectoria de los astros: lo recha-zo con desprecio. Pitagoras divide en latitudes la es-fera terrestre: le hago muy poco caso [. . . ] Euclides seinclina sobre los embrollados problemas de sus figu-ras geometricas: tambien lo mando a paseo; en cuan-to a todos los retoricos, con sus silogismos y sus es-peculaciones sofısticas, los descalifico como indignosde tratar esta cuestion”.

Ante la observacion de que la madera se consumeal quemarse, Pedro Damian senalaba que Moises viocomo un arbusto ardıa sin consumirse, en consecuen-cia, no es posible una investigacion racional donde nohay regularidades.

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Con todo, no existıa una oposicion absoluta entrela religion cristiana y la ciencia. No todos los teolo-gos medievales eran tan radicales como Pedro Da-mian. El cristianismo no era monolıtico; a lo lar-go de todo el periodo que nos interesa hubo ten-sion entre fe y razon. Finalmente, la corriente racio-nalista y las nuevas maquinas, que mencionaremosmas adelante, contribuyeron a engendrar la cienciamoderna.

La ensenanza medieval; trivium y quadrivium

No debemos subestimar al sistema educativo de laEdad Media: los monasterios existıan desde el sigloVI pues, con frecuencia, tenıan escuelas adjuntas, nosolamente eran para la formacion de los monjes. Car-lomagno, como ya mencionamos, tuvo muchas ini-ciativas en el ambito de la ensenanza; fundo escue-las vinculadas a las catedrales mas importantes.

Habıa una tradicion pedagogica que dividıa las asig-naturas en dos grupos, el trivium (gramatica, retori-ca y dialectica) y el quadrivium (aritmetica, geo-metrıa, teorıa musical y astronomıa). Diversos tex-tos de la antiguedad clasica servıan de base a es-ta ensenanza, pero en el quadrivium el conocimientoera exiguo y rudimentario. Los compendios no des-tacaban precisamente por su rigor. Isidoro de Sevi-lla (560–636) dejo una obra de influencia enorme,las Etimologıas, pero sus fuentes estaban deforma-das y abundaba en las afirmaciones mas fantasticas;anadamos que resultaba muy difıcil encontrar profe-sores con conocimientos solidos en matematicas, as-tronomıa o fısica. Como quiera que fuera, la elite re-ligiosa concedıa mas importancia al trivium, que eramas literario.

Segun Isidoro de Sevilla, s.VII, el leopardo es

la crıa de un leon y un “pardo”.

Sabemos que el estudio de la gramatica latina y laelocuencia eran mas importantes, que la religion nofavorecıa el estudio de la naturaleza, pero no queda-ban desatendidos los asuntos intelectuales; en cuan-to las circunstancias fueran mas favorables, en cuan-to apareciese un nuevo estımulo (como el Islam), laEuropa cristiana despertarıa.

Una oleada de textos traducidos del arabe

En el comienzo del siglo X habıa gran interes porla logica; esta disciplina influyo decisivamente en laensenanza de la teologıa y el derecho. Muy pron-to el pensamiento filosofico recibirıa una doble he-rencia: los trabajos originales de los arabes y los tex-tos griegos traducidos por los arabes. A fines delsiglo XI ya estaba organizada la escuela de Tole-do y, poco mas tarde, la de Salerno, en el sur deItalia.

A veces la tarea era complicada; un texto griegopodıa haber sido traducido al arabe antes de pa-sar al espanol y por ultimo al latın. Uno de los mascelebres traductores, Gerardo de Cremona (1114-1187) tradujo al menos setenta obras del arabe, en-tre ellas el Almagesto de Ptolomeo, varios tratadosde Aristoteles (sobre fısica, cosmologıa, logica, etc.),textos de medicina, alquimia y astrologıa. Otros tra-ductores fueron: Platon de Tivoli, Robert de Ches-ter, Hermann de Carintia, Dominicus Gundisalvo y,por supuesto, Adelardo de Bath, quien tambien co-laboro en esta empresa (tradujo del arabe los Ele-

mentos de Euclides), fundamental para el desarro-llo de la ciencia occidental.

Nacimiento de las universidades

En el siglo XII comenzo a tomar forma una insti-tucion hoy comun: la universidad. Durante muchotiempo las escuelas monasticas dominaron el sistemade ensenanza pero, poco a poco, se intensifico la acti-vidad pedagogica alrededor de las catedrales. Maes-tros y estudiantes afluıan de todos los rincones deEuropa a Parıs con lo que aparecio una organiza-cion corporativa, la universitas. Este aspecto debedestacarse: la universidad, en sus comienzos, no erauna institucion con locales propios, sino una asocia-cion destinada a defender los intereses de estudian-tes y profesores.

En funcion de las condiciones locales y de las asig-naturas ensenadas, el fenomeno universitario toma-ba formas muy distintas. En Bolonia, destacaba elderecho; en Montpellier, la medicina. Los universi-tarios debieron luchar algunas veces contra los mon-jes y sacerdotes, otras, contra los laicos. En Parıs,

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los estudiantes se enfrentaron a la guardia real; tam-bien se produjeron rinas entre estudiantes y burgue-ses, pero, como trabajadores intelectuales, estabancontrolados por la Iglesia, fuese la local o bien la pro-teccion del Papa.

En el siglo XIII, la universidad de Parıs estaba divi-dida en dos tendencias, una hacia los estudios pura-mente cientıficos, valiosos per se, y otra que buscabasubordinar esos estudios a fines religiosos para ser-vicio de una teocracia intelectual. Gracias a las uni-versidades, la actividad intelectual adquirio un nue-vo peso social y se organizo de forma eficaz; a partirdel siglo XIII hay cinco grandes facultades: teologıa,medicina, derecho canonico, derecho civil y una fa-cultad de artes, que aseguraba a todos los estudian-tes una formacion general preliminar.

Una reflexion filosofica mas autonoma

Resultarıa equivocado pensar que el “Renacimien-to del siglo XII” fue una ruptura radical y que la en-senanza cientıfica de entonces es comparable a lade hoy. Incluso los cambios en la escuela de Char-tres y los introducidos por Adelardo de Bath tarda-ron mucho en fructificar; ni siquiera puede decirseque las innovaciones del s.XII (traducciones del ara-be, creacion de universidades, etc.) fuese un movi-miento coherente. Pero se habıa superado una etapadonde la teologıa era dominante, la reflexion filosofi-ca era cada vez mas autonoma. El trayecto de Ade-lardo de Bath a Galileo es muy largo y tortuoso, pe-ro hay una continuidad innegable.

Algunos teologos del siglo XII comprendieron que sumonopolio estaba amenazado. Si se comenzaba a in-terpretar la Biblia “segun la fısica”, si se establecıaun “saber racional”, si se interpretaba la naturale-za como un “encadenamiento de causas”. . . ¿hastadonde se llegarıa? No solo se eliminarıan los mila-gros (rupturas del orden natural) ¡se olvidarıa quela naturaleza se identifica con la voluntad de Dios!El peligro era evidente: el interes por la naturale-za y su funcionamiento alentarıa a una ciencia pro-fana que enfrentarıa y devaluarıa a la ensenanzareligiosa.

A decir verdad, ni la escuela de Chartres ni Adelar-do de Bath intentaban socavar la autoridad religiosa.Unicamente deseaban que, junto con los comentariosbıblicos tradicionales, existiesen otros mas “cientıfi-cos”. Este aporte implicaba la busqueda de relacio-nes entre causas y efectos, estudiar los problemas dela deduccion e induccion, emplear matematicas en

la fısica y reflexion contınua sobre los conocimien-tos ası adquiridos. Guillermo de Conches, por ejem-plo, distinguıa entre la filosofıa, que busca demos-trar proposiciones necesarias, y la fısica que propo-ne opiniones demostrables (lo que hoy llamarıamoshipotesis).

Insuficiencia de las bases experimentales

Los medievales a los que nos referimos no se limita-ban a discurrir lo que habıa que hacer, trataron deformular amplios esquemas explicativos. Mencione-mos por ejemplo un texto anonimo sobre Los elemen-

tos, escrito entre 1150 y 1175. El autor emplea el len-guaje de la teorıa de los cuatro elementos y el del ato-mismo para definir la naturaleza como “un eternoprincipio de movimiento”, lo que muestra un traba-jo teorico de sıntesis que correspondıa a preocupa-ciones cientıficas.

Como hemos dicho, el acento se ponıa en la necesi-dad de recurrir a la razon, pero, para hacer ciencia(en el sentido moderno de la palabra) deben confron-tarse las razones con los hechos. Esta idea de cienciaexperimental ya habıa sido propuesta por el medi-co griego Galeno, siglo II e.c. Ademas, habıa pro-blemas, como el calendario, la medicina, la quımica,etc. que obligaban a consultar los hechos. Sin em-bargo, lo mas frecuente era que los autores del si-glo XII limitasen sus “hechos” a experiencias tri-viales de la vida cotidiana. Lo anterior era resulta-do, por un lado, por la falta de instrumentos y equi-pos adecuados y, por otro, cierta desconfianza en lossentidos corporales.

El renacimiento del siglo XII

¿Como explicar la mutacion en el conocimiento quehemos descrito? Es facil presentar algunas respues-tas, pero todas son parciales. La reconquista de losterritorios ocupados por los arabes fomento la tra-duccion de sus textos pero conquistar Toledo es unacosa, el entusiasmo de los traductores es otra. Lanueva percepcion de la naturaleza manifestada en elarte y el pensamiento del siglo XII obliga a una pers-pectiva mas amplia.

Desde el siglo X se da en Europa una expansiondemografica, un crecimiento economico y un desa-rrollo de los centros urbanos. Estas nuevas condi-ciones materiales permitieron el nacimiento de lasuniversidades y una nueva vision de la naturale-za. Las ciudades tenıan un ambiente mas abiertoque los monasterios, estimulaban las ideas nuevasy una nueva division del trabajo. El resultado fue

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una desacralizacion de la naturaleza. Este tema al-canzara su pleno desarrollo con Descartes que pro-pondra que “los hombres sean duenos y senores de lanaturaleza”.

El desarrollo de las tecnicas fue efecto, y a la vezcausa, de un descubrimiento activo de la naturale-za. Gracias al desmembramiento del feudalismo ysu exclusividad sobre la tierra, gracias a la emanci-pacion economica y polıtica de los artesanos urba-nos (gremios y corporaciones), gracias a la circula-cion de bienes y personas en una economıa de mer-cado, se modificaron la vida material y la vida cul-tural e intelectual.

Entre los siglos VI y X se perfeccionaron notable-mente los metodos agrıcolas: la rotacion de culti-vos, el arnes para caballos, el arado de dos rue-das y vertedera, la herradura con clavos etc. per-mitio reservas alimenticias que aumentaron la po-blacion y el desarrollo de las ciudades; de es-ta forma surgieron nuevas estructuras economi-cas que llevarıan a la forma de vida y el pensamientodel burgues.

Ilustracion del Salterio de Eadwin, s.XII

Un universo mecanico

A menudo se olvida que la Edad Media fue uno de losperıodos mas importantes de progreso tecnico de to-da la historia. A partir del ano 600 se desarrollaron:estribo, arnes para caballos, el arado pesado, la ro-tacion trienal de cultivos, el molino de agua y des-

pues el molino de viento. De todo ello resulto un au-mento de la produccion agrıcola y el uso de maqui-nas por diversos gremios. Serıa una exageracion ha-blar de una “revolucion industrial” pero los hechosson claros. En un censo ingles de 1086 se registran5624 molinos de agua para 3000 comunidades. Inclu-so los campesinos vivıan entre maquinas. Esta evo-lucion obviamente repercutio en la reflexion filosofi-ca. Una vez desacralizada la naturaleza podıa adqui-rir el estatus de “realidad objetiva”, susceptible deser investigada segun la causalidad.

Los nuevos intentos de aproximar la teorıa y lapractica explican la queja de Hugo de San Vıctor:“los filosofos no toman en cuenta las artes mecani-cas”. Estas artes, en contraposicion al trivium y elquadrivium, incluıan actividades de tipo pracico: for-ja y construccion, tejido, navegacion, agricultura,etc. Desde la antiguedad la elite intelectual ignora-ba o despreciaba las artes mecanicas; un hombre li-bre no debıa trabajar con las manos. Solo algunasordenes religiosas valoraban el trabajo manual. Elintento de Hugo de San Vıctor de integrar las ar-tes mecanicas en la ensenanza superior era una au-dacia. . . que no tuvo exito. Tal vez el redescubri-miento de los autores griegos tuvo que ver con ello.

El cristianismo contribuyo a la desacralizacion de lanaturaleza. Dios era el creador del mundo, por loque no podıan atribuirse a la naturaleza unos pode-res que eran, en realidad, los de un Dios trascenden-te. Al propagarse en la sociedad estas ideas contri-buyeron a eliminar progresivamente las viejas creen-cias animistas.

Durante mucho tiempo, despues de Guillermo deConches, Adelardo de Bath y Hugo de San Vıctor,continuaron las tensiones entre la busqueda espiri-tual y el estudio racional y experimental de la natu-raleza. Este ha sido un largo proceso donde se pue-den distinguir periodos culminantes donde cristali-zan ideas decisivas. El siglo XII, con toda seguri-dad, fue uno de esos periodos.

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