la Rerum Novarum Liberatore · 2015. 11. 17. · El inlerés de Matteo Liberatore por la economía...

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re Gnrcon¡e¡uu 91, 4 (2010) 824-841 Matteo Liberatore y la Rerum Novarum La propiedad privada y el salario: entre la economía y el magisterio social de la Iglesia En su libro Príncipíí di economi.a politica pùb]jlrado en I BB9 Matteo Liberatore declaraba que <la cuestión obrera es hoy en día rm nudo de difícil solución [...] si Dios nos da tiempo y fuerzas, nos las ingeniatemos pam solucionada lo mejor posible en ul apéndice al presente uabajo>.1 Ese deseo expresado de publical ult apéndice a su obra de economía que 'soÌucionase' 1a cuestión obrera no Ìlegó nnnca a cumplirse. Liberatore publicó enla Ctviltà Cat¡ofttd abundantes artículos sobre la cuestión obrera entre los años 1889 y 1892, Ìos ultimos de su vida, sin tener tiempo de publicar el apéndice a su libro. El deseo de Liberatote se cuaplió sin embargo de una manera que él no habña podido imagin& al redactaÌ las pala- bras a penas citadas, ya que redactó el primer y tercer bonador de la Rerum Novarumy firc el corector de la cuatta, ultinta y definitiva versión en italiano de la encÍclica que dio inicio a r¡no de los filones más dcos del rìagisterio pontificio., Fn la Teorfui general de Ia ocupación, eI interés y eI dinero John M. Ke].Tìes afimó que todo hombre práctico era en general dependiente de un economis- ta djfunto.3 La R¿rum Nwarumno es .0Ùra encÍclica de doctrina económica pero a-l abordar la cuestión obrera de que se ocupa, siendo esta una cuestión práctÍ- ca, no puede dejat depender de las ideas económicas de quien contribì.ìyó en modo fundamental a su ledacción. Este afiículo presenta el pensamiento eco- nómjco de Matteo Libelatore, algo a penas hecho,a con objeto de profundizar 1 M. LBER,{ToB¡, Pr¡r¡cÞü economía politic(l, Roma, 1889, 79. 2 F . DANTE, <La Ciÿiltà Cattolica> e Ia (Rerum novatumr: cattolicí íntransigenti nell'Europa del XX secolo; con Ia quarta inedita dell'Enciclica ài Leone n4 M:J:arû, 2004, 39-49 .r' G. Aì{roNAZzr, L'Enciclica Rerum Noÿarum, testo autentico e redazioni preparatorie dei do(umentí otigfuali Rorna, I957,8. 3 J. M. Kr\TEs, The General meory of EmploymenL lnterest and Money, Lo¡rd.on, 1936,383. a Lo más cercano que existe se puede leer en S. SoraRr, <The Contribution of Neo-Thomistic Thought to Roman Catholic Social EconoEÞ eÍL American Revie\ÿ of political Economy S (2007) 39-58 y A. ArMoDovAR - P. TÊrcrRÀ, <The Ascenr a¡d Decline of Catholjc Econorúc Thought, 1830-1950' Hßtory of Politícal EconoÍry 40 (2008) 62-87. AÌnbo6 aborda4 ìas ideas económicas de Matteo Libentore pero, dado que los atticulos tienen un campo de inte- rés más amplio, lo hacen somera y brevemente. TA RERUM NOUARUM 825 la comprensión dela Rerum Novarum y sobre todo de dos cuestiones funda- mentales de la encíclica: la enseñanza sobre la propiedad privada y la cuestión del salario de los obreros.s M aft eo LibeYatore econ om i sta El inlerés de Matteo Liberatore por la economía política fue muy taldío. Su p¡imer artículo sobre este tema aparece en 1a Cvi¡trì Cattolíca en 1887, cuan- do nuesûo aulor tenía ya 77 âños, si bien un repaso de los títulos de los a¡tí- culos publicados en esta revista demuestra un inteÉs y una atención por la actualidad política europea (sobre todo la francesa, austriaca, alemana e ita- liana) ya desde 1860.6 Entre 1887 y 1889 Liberatore publicó 18 artículos de economía política en Ia C¡yi¡td Cattolica, el conjunto de los cuales apareció ya en 1889 como Libro con títu.lo -Ð,incipíí di economía politica. EI libro fue rápi- damente traducido al español, al inglés, al alemán y al francés,7 lo que lleva a Solari a calificarlo de un éxito de ventas.s La oportùna publicaclón de esta obra le situó en urÌa posición pdvilegiada para su participaciín en la Rerum Novarun. Después de la publicación de los Principíí economia políttcaljbetatote se concenûó en el estudio de la cuestión obrera. Antonazzi da como fecha del primer esquema d€ la Rerum Novarum - que se debe a Liberatore - el 5 de julio de 1890, lo cual quiere decir que ya antes nuesúo autor habría debido comenzar a dedica¡ sus atenciones a la cues- tión, atención y estudio que aprovechó no sólo para hacer el primer boûador de la enciclica sino también para publicar en la CtvíItà Cattolica. De los 16 afiícu- Ios publicados por Libemtore en sus últimos aios de vida, del f889 al 1892, todos menos tres están dedicados a la cuestión obrera. Liberatore €ra consciente de su avarzada edad y en el prólogo de los Pr¡ndþii manifiesta que habda deseado posponer la edición pala dar a la obra una forma mejor pero que su avânzada edad no le permitía albergar esperanzas de tener el tiempo de hacerlo. También €n el prólogo Liberatore manifiesta la motivación a la hora de ocuparse de cuestiones económicas que es la necesidad de ilustraÌ a ìos jóvenes en la clencia económica intentando evitar dos males: el sensismo filosófico de los primeros iniciadores de la discipli¡ra y el liberalismo de sus con- tinuadores, porque a su entender la fi.losofía como raíz de las otras ciencias si s De la cuestión de la mejom de las condiciones de üabajo de los obreros se oúrpâ I. Dante en su a.rtícu.lo en este mismo númelo de Ia ¡evista. 6 Se puede ercontrar una lista de los altículos publicados por Libe¡atore €n ìa C¿r1lfd Cattohta en F. DANI!, Storia dellã <Civiltà Caftolica> (1850'l8gl): iI laboratorio del Papa,Roma, 1990,273-283. 7 mncipios de economía po¡ittua, Maddd, L890: Grundsàtze der Vo¡kJ'ÿ¡rtschaÊ, Iûßbruck, L8g1i Principles of Political Economy, New York, 1891; Principes d'Economíe Politique, P?xts, 1894. 3 S. So¡ÀRr, "Cotrtribution of Neo Thomistic thought", 49.

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  • reGnrcon¡e¡uu 91, 4 (2010) 824-841

    Matteo Liberatore y la Rerum NovarumLa propiedad privada y el salario:

    entre la economía y el magisterio social de la Iglesia

    En su libro Príncipíí di economi.a politica pùb]jlrado en I BB9 Matteo Liberatoredeclaraba que .1 Ese deseo expresado de publical ultapéndice a su obra de economía que 'soÌucionase' 1a cuestión obrera no Ìlegónnnca a cumplirse. Liberatore publicó enla Ctviltà Cat¡ofttd abundantes artículossobre la cuestión obrera entre los años 1889 y 1892, Ìos ultimos de su vida, sintener tiempo de publicar el apéndice a su libro. El deseo de Liberatote se cuapliósin embargo de una manera que él no habña podido imagin& al redactaÌ las pala-bras a penas citadas, ya que redactó el primer y tercer bonador de la RerumNovarumy firc el corector de la cuatta, ultinta y definitiva versión en italiano dela encÍclica que dio inicio a r¡no de los filones más dcos del rìagisterio pontificio.,

    Fn la Teorfui general de Ia ocupación, eI interés y eI dinero John M. Ke].Tìesafimó que todo hombre práctico era en general dependiente de un economis-ta djfunto.3 La R¿rum Nwarumno es .0Ùra encÍclica de doctrina económica peroa-l abordar la cuestión obrera de que se ocupa, siendo esta una cuestión práctÍ-ca, no puede dejat depender de las ideas económicas de quien contribì.ìyó enmodo fundamental a su ledacción. Este afiículo presenta el pensamiento eco-nómjco de Matteo Libelatore, algo a penas hecho,a con objeto de profundizar

    1 M. LBER,{ToB¡, Pr¡r¡cÞü dí economía politic(l, Roma, 1889, 79.2

    F . DANTE, e Ia (Rerum novatumr: cattolicí íntransigenti nell'Europa delXX secolo; con Ia quarta inedita dell'Enciclica ài Leone n4 M:J:arû, 2004, 39-49 .r' G. Aì{roNAZzr,L'Enciclica Rerum Noÿarum, testo autentico e redazioni preparatorie dei do(umentí otigfualiRorna, I957,8.

    3 J. M. Kr\TEs, The General meory of EmploymenL lnterest and Money, Lo¡rd.on, 1936,383.a Lo más cercano que existe se puede leer en S. SoraRr,

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    es maligna las infecta y porque el .sLa obra como se ve tenía intención polémlca. Esto se pone de manifiesto ennumerosos momentos de la obra.

    Lo primero que asombra leyendo los Pr¡nc¡pi¡ es la cântidad de lectuas queLiberatore hizo antes de emprender la obra de escribir r¡¡ manuaì de economiapolítica. El autor se confronta con Ìos padres de la ciencia económica de finalesdeì. siglo XVIII y con los grandes economistas del M. Las fuentes económicas enlas que Llberatore bebe y con las cuales polemiza son Los economistas dásicos,Ìa escuela francesa liberal del siglo )(D( asociada a la Cáted¡a de Economja delColegio de Francia, algunos economistas italianos y algunos autores católicosinteresados en la cuestión socia.l. De la €scuela clásica Liberatore cila, expone lasideas y discute con Adarn Smith, Thomas Malthus, Dâvid Ricardo y John StuartMill. Cita más de pasada autores como Henry Challes Cajey, Jean ChalLesLeonard de Sismondi o John Ramsay Mcculloch' De la escuela francesa los auto-

    res con los que más se entletiene son Jean Baptiste Say, Pelleglino Rossi yFrederic Bastiat. Menos atención concede, aunque ìos conoce, a Joseph Droz,

    Joseph Clement Garnier y Chades Dunoyer. De los economistas italianos disotecon Antonio Genovesi, Frarcesco Ferrara, Gerolamo Boccardo o GiandomenicoRomagniosi- Los autores católicos a los que se refiere son Claudjo Jannet yCharles Perin miembros de la (escuela de Angers> o nescuela de Ìa libertad). No

    cita por el conûario a los oblspos Henry Edward Maruring y Wilheln Emmanuelvon Ketteler y a oûos pensadores catÓlicos que Sola¡i llama de la

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    gio û prioridad de la naturaleza como factor de producción se refleja como vere-mos en su tratamiento de la propiedad privada y eÌ salatio de los obreros.

    Liberatore sigue también a Adam Smith en su exposición de cómo la p¡oduc-ción ha aumentado gracias a la división del trabajo y el u5o de las máquinas. E¡este apartado se detiene a analzar y descrÌbù los beneficios de lo qrìe conside-ra estas dos a¡,'r-rdas a la producción, pero también denuncia sus excesos y losefectos de esta nueva organización de la producción sobre la pobìación obrera.A continuación discute nuesûo autor la cuestión de los cambios, de la moned.ay del pteclo - y siguiendo a RicaÌdo distingue el precio coriente o de mercadoy el precio natu.ral o de costo - pero es una de las cuestiolìes que más superfi-ciaÌrnente discute en parte porque demuestra un cieno desprecio por la econo-mía firÌanciera, necesaÌia, pero en su opinión no creadora de riqueza- Un largocapítulo Io dedica a combatir las teoias de Malthus y sus predicciones, con €lque entabla la discusión nás agria de la obra. A más de un siglo de distancia laspredicciones de Liberatore rebaüendo las teorías maltusianas parecen habersido más certeras que las del dérigo inglés. Esta primera secciÓn del ljb¡o sob¡ela producción, se cierua con la clasificación de los sistemas productivos en agra-rios, industriales y mercantiles, para.lelo fundamentalmente de la tlipaltita divi-sión del trabajo en extractivo, manu-factuÌero y comercial.

    La segùnda sección del libro sobre la distribución de los bienes dedica todaÌa primera parte a la cuestión de la propiedad privada.rT De esta última nosocuparemos más adelante. El resto de la sección se dedica a la repartición dela riqueza producida y a la discusión de la libre competencia. Con una ciefiaincoherencia - si nos fÌ.jamos en Ìo que diio a propósito de la producción -Liberatore considera que la riqueza debe repanitse en tres partes en razón desus productores: el propietafio que recibe la renta como remuneración de losrecursos natuaÌes que presta para la producción, el capitalista que recibe elbeneficio como remuneración de los instrumentos que suministra pala la pro-ducclón y el obrero que recibe su salario como compensaciÓn a su fatiga. Lacuestión del salario y la relación del trabaio con los otros factores de produc-ción la expondremos más adelante.

    Ën la cuestión de la libre competencia Liberatore se muestra partidado deuna cierta intervenclón estatal en la economía y contrario aJ laissez faíre, Iais'sez passer dorÎsnante en la ciencia económica de la época, Considera la inter-vención del poder público indispensable para la protección de los débiles y ladirección de los fuertes. Esta inteNención se justjfica dada la subordinaciónde la economia política a la ciencia política de la que parte al inicio de la obra.

    La ulttna secclón del tratado la dedica al consrrmo¡8 y es probablemente la demenor importancia, además de la más breve. En ella aborda las cuestiones deì

    consumo en generaì, del lujo, de los impuestos y de la deuda pública. La cuestióndel lu.jo y de las leyes antisuntuatias es ilustrativa de sus icleas a propósito de lacreación de ìa riqueza, de la utjlidad y del vaìor. Frente al atgumento deMcCulloch de que el lu.jo impuìsa la producción y por ìo tanto la creación deriqueza, Liberatore se alinea con Say y considera que 10 que aumenta la produc_ción de riqueza es el aumento del capital y éste sólo se acrecieûa con el ahorro,en cuanto contrafio aÌ lujo_ El lqjo - entendido como consumo sulìtuado, comodispendio frívolo e innecesario - no puede ayudar a la creación de riqueza. portanto, eÌ lu.jo no es solamente un vicio moraì, sino rm lasüe pala la creación deriqueza. No considera nuesto autor las leyes anüsìmtuarias de las que cita lasde la Roma antigua - buen remedio al lqjo, pues reconoce que son de djficiÌ eje-cución, y se inclina más por la vía fiscal a la hora de frenar el lujo. Esto explicaque se muestle paltidario de ì.m sistema fiscal en los que los impuestos directossean proglesivos y los impuestos indtectos graven lo menos posible los objetosde primera necesidad. El uÌtimo tema tatado es el de la deuda pública que con_sidera maìa de por si y solamente justificable como mal menor.

    El pu¡to de partida y el tono general del libro no podían ayudar a la discu-sión con los economjstas de la época. Una recensión de la taducción fratcesadel libro escrita por Gustave de pulrìode, miembro de la escuela liberal france-sa, aJtmaba que desde la primera página del tratado de Liberatole se entlabaen esferas extrañas a la economía politica como venía practicada comúnmentey hacÍa que el lector se sintiera ante la cátedra de un doctor escolástico medie-val. No sin tonÍa la recesión acaba diciendo que si bien no se recomienda la lec-tura del libro para quien quiera aprender economía política, si que se recomen-daba en cambio a quien ya la supiera.re

    Todo el libro parece debattse enûe el diiílogo y el rechazo de los pdncipalesautorcs económicos que ha leído Liberatore. Siguiendo Ia tladición de Tomás deAquino y de toda la escolástica, Liberatore entra en discusión con los autores másimportantes. Reconoce a Adam Smith la patemidad de la ciencia económica y aDavid Ricaldo el mfuito de habet rellenado las lagrmas de Smith a propósito dela cuestión de la distribución de la riqueza,2o pero contrariamente a Tomás deAquino que elabora sus textos siguiendo el ejemplo de ul aÌfiûión que se preo_cupa por mantener en rm convite un tono afable de conversación entre loscomensales,2r el modo de Liberatore es más agresivo y combativo.

    re G. DE PLYNoÐE, "Comptes Rendus) en"/oumal des Economßtes (1894) 119-12 t.20 M. l$¡nATorr, Pr¡¡¡cipií di economia politÌca, 145.'t B. K!Nr, en S. J. popr (ed,.) The Ethics of Aquiras, Washingron D.C.,

    2002, 116.

    fA RERUM NOUAR(IM 829

    17 M. l-ßrRAToRr, .kirlcipíí di economia politica, 145'26713 Itid.,269-334.

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    La propiedad privada

    Como ya hemos señalado Liberâtore dedica la mitad de la sección sobre la ùs-tribución de la dqueza a la propiedad privada, abundaÌrdo sobre todo en la cues-tión de la propiedad privada de 1a tierra. Una razón paÌa esto es la concepción dela producción de Ia riqueza de Liberatore, pero hay también una segunda y es quenuestro autor publÌcó un altÍculo respondiendo a dos artícuìos publicados enInglatena en 1887 que se tihiaban (The Theology of Land NationalizatioÞ. Ensu afüculo âportaba toda su emdición para negar que se pudiera apoyar teológi-camente Ìa nacionalizâción de la propiedad del suelo como defendian los dosaÌtícrÌlos mencionados. El articulo es controversístico y muy centrado en rebatitla revista inglesa. Sin embargo co egido para que la cuestión no rest¡tara exce-sivamente ctcunstancial el contenido sustancial del artÍculo fue incorÞorado a ,los Príncipíi.z2

    La cuestión de ìa propiedad privada ha ocupado la teología desde sus inicios.Los padres de ìa lglesia abordaron la cuestión en sus obras pero eslas tienden atener un ca.rácter pastoml y la cuestión no se aborda sistemáticamente.¡3 Fue laescolástica la que se ocupa de hacer esta elaboración. A la hora de elaborar Ia cues-tión de la propiedad privada Liberatore se remite - como en casi todo a Tomásde Aquino pero también acude a otros autores posteriores de la tadición escolás-tica. La cuestión de la propiedad privada hatria adqui-rido sin embargo desde laEdad Media tonos nuevos con la revolución industrial y Ia extensiÓn del liberalis-mo en las sucesivas hondadas revoluciona.rias que reconieron Eüropa a paftt de1789, pero que ya habÍa¡r comenzado en Amedca en 1776. Uno de los elementos

    esenciales del programa Ìiberal era la aboliciÓn de los Iímites que pesaban sobrela prcpiedacl privada. Uno de Los resultados de este programa fue la confiscaciónde muchos de los bienes pertenecientes a La Iglesia, lo que puede orlrlicar en parte

    1a prevención de los ambientes eclesiásticos a las posturas liberales sobre la pro-

    piedad privada. En 18Bg sin emba4o en anbientes eclesiásticos se percibía como..

    enemigo más formidable el socialismo, como atestigua el inicio de un artículo deLiberatore enla Civfltà Cattolica sobtelas asociaciones obrelas: .2r

    LA RERT]M NOUARUM 831

    La cuestión de la propiedad privada la aborda Liberatore en Ìa segunda sec-

    ción de su obra que trata de la disûibución de Ìa riqueza y ocupâ ì.m espacionotable ya que le dedica la mitad del espacio de dicha sección. Hay que adver-

    dl que mientras que en oEas secciones los interlocutores de Liberatore sonautores de la ûadición übera.l como Adam Smith o David Ricardo, en la cuestión

    de la propiedad privada Liberatore se confronta con eI socialismo. Inicia la dis-

    cusión cÌtaÌtdo Ia famosa frase de Proudhon: . La respuesta es que es lícito que eì hombie posea cosas propias portles motivos: porque se es más cuidadoso en la gestión de los bienes que pertene-

    cen €n exclusiva, porque es más ordenada la adminisüación de los bienes cuandocada uno se ocupa de lo suyo y no cuando todos se ocupan indistintamente de todoy porque a],,uda rìiás para conservar la paz ya que la gestión de las cosas en comúnda lugar a rm Inâyff número de discordias. En la solución a las objeciones eÌAquinate conduye que ,da propiedad de las poseslones no es contraria al derechonatulal sino que se Ìa sobreañade por condusión de la razón hùmanan.26

    Los autores escolásticos son uná¡imes en la defensa de Ia propiedad privadasiguiendo estas líneas de argumentación pero slempre tomando como punto departida que las dquezas eslán ordenadas al uso común de todos y sintiendo lanecesidad de justificar la racionalidad y la licitud de rma irutitución como la pro-piedad privada. La cuestión de la propiedad privada es siempre abordada por laescolastica al ùatæ ]a vttud de la justicia. La cuestión 66 de la trâ-trae trata de eî La Ciÿi\tà Catto¡¡ca lBBg [ry] 513) ::'

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    mente abolùla. No discute las limitaciones sobre la propiedad púvada, los posi-bles abusos de €lla, la afirmación común en la doctrina católìca de que en el ori-gen todo era común o la disquisición sobre si apropiarse de lo.que no le perte-nece a uno en caso de necesidad grave pueda considerarse huto. Estos puntosson los que comúrrmente tratan Los autores escolásticos.

    Liberatore resume su posición al final de la larga discusión admitiendo quelos teólogos católicos tenÍan la propiedad privada como cuestión de Ías gen-¡iam, entendido como derecho intermedio entre el derecho natural y el dere-cho positivo; pero también considera que este ius gent¡um puede decirse dere-cho nanÌIal en sentido secundario. La propiedad privada viene de la naturale-za en el sentido de autorizado por ella, lo cual quita al estado cualquier legiti-midad para abolirla - ya que el estado como institución política no perteneceaì estado de natüaleza, sino que es poslerior a él -, y ni siquiera se podúahacer algo semejante-por acuerdo de todos los estados.2T En condusión afirmaque considera más apropiado deciÌ que 1a propiedad privada es de derechonatüal porque con ello se traduce mejor a sus contemporáneos lo que losautores antiguos querian decir y se evita la posibiÌidad de que los socialistas.'?8

    Liberatore era bien consciente de ìos excesos que la concepción liberal de lapropiedad privada estaba produciendo y por ello después de haberla consagra-do como derecho natural se apresura a poner un contrapeso que es eÌ de la bene-ficencia. Cuando Liberatore publicó su serie de artículos e\ la CtvíItà Cattolícaque dieron origen a su manual de economía, el artÍculo sobre la beneficencia nofue publicado justo a continuación de los afiículos sobre la propiedad privada,'?esino que entre medias discutió la cuestión de la repartición de la riqueza produ-cida en que discutía con Ricardo y la cuestión de la población en la que se enfren-taba a Malthus. Sin embargo a la hom de publicar sus artÍculos en forma de libro,Liberatore sihló la cuestión de la beneficencia justo después de la cuestión de lapropiedad, indudablemente como contrapeso. Iå beneficencia - facere bonuma¿iru¡ - es paÌa Tomás de Aquino un acto de 1a caridad,3o pero Libemtore la l.,ux-tapone - y en esto se desvía de su maesüo - a la cuestjón de la propiedad pri-vada, hasta el punto de que afirma que el deber de la beneficencia es inseparabledel derecho de la propiedad privada. InsepaÌable porque reconoce que Dios clioa todos el uso de los bienes de Ìa tierra y por lo tânto el que tiene está obligadoa dar de Io superfluo al que no tiene. En apoyo de su postua inÿoca el Nuevo

    ?7 M. LEERAToR¡, Pr¡ncÞíi di economía política, 179-182.za lbid., 1a4.,e Sobre la propiedad y las cuestiotres referentes a ella nuestro autor publicó tres artÍcu-

    los: M. L¡BERAToR¡, (La proprietò en ¿a Ciÿ¡ltà Cattolica I8B7 (\1Íl) 273-288; (L'e¡edità en IrCiviltà Cattolica 1887 Nm) 653; uuna contloversia intorEo alÌa ploprietà del suolo" en ¿4Ciy¡ltrì Cattoh?a 1888 (X) 19-34.

    30 ToMÁs DE AqurNo, S¿ma Teológica,lla-llae, q. 31, a. 1.

    Testamento, san Basilio y - como siempre - el Aquinate. Además aclara que eIdeber de dar de,lo superfluo es un deber grave ya que el derecho de cada uno alos bienes de la tierra es rm derecho natural primario y el derecho de propiedades natùal en sentido securdario. La religión tiene en este deber de beneficenciaun papel, pues vÍene en a¡rda de ella despertando en el hombre el amor a Dios yal gójimo y frenando el egoísmo y la ambición.3r Su modo de argumentat, espe-cialrnente lejano de la ciencia económica hace comprender €l juicio de puydone.

    Esta nueva configuración por Iâ que empateja derecho natural a la propie-dad privada con beneficencia entendida como acto de ta caddad lo vemosreflejado en la Rerum Noÿarum. En el pdmer borrador de la futura enciclicaIiberatore mantiene la posición que ya había expuesto en los principií dí eco-nomia politica. Apropósito de la propiedad privada dice:

    Por elìo justamente el género humano, sin hacer caso a las opiniones de unos pocos,y razonando sobre la ley de la naturaleza ha enconttado en ella el fundamento de lapropiedad estable y de la división de los bienes, y por ello ha ratificado a lo largo dela historia como congluente con la natuaìeza humana y la naturaleza pacífica laposesión priÿada.3,

    Como afhma Antonazzi el primer esquema de la encíclica toca todas lascuestiones fundamentales que apaÌecen en la versión definitiva, pero dadoque este esquema era muy breve se decidió hacer un segundo.33 En la segun_da versión de Zingagtia y en la tercera que volvió a realizar Liberato¡e la cues-tión de la propiedad privada seguÍa en los mismos términos. En la cuaïa yultima versión italiana de la encíclica, conegida por Libemtore la e\?residnque se usa a propósito de la propiedad pdvada es que .3a

    Sorprendentemente la vetsión latina y oficial de la enciclica dice de la pro_piedad privada: (t¡ascdto

    etr ¡. DANTE, Ciÿiltà Cattolica,242. Coùespolrde a Reruñ Noÿarum, 4)-3s ToMÁs Dr Aquûlo, s¿rma Teológica,Ila-Íae, q. 61, a. t.

    I-\ RERI]M NOUARI]M 833

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    versión última conegida por Liberatore dice de la propiedad privada que .36 Que expresa muy bienun concepto propio de ìa escolástica como es el de la congruencia o del estal enharmonía con los primeros pdncipios del derecho natuaL pero no el ser de. Laversión definitiva latina da de nuevo ìrn paso aÌ traducir: ' . Como traducciÓn hubiera sido más apropiada ìaexpreslón consentaneus o con7ruenter que 1a expresión secundur'L La traducción

    final iatina ciertamente fue algo más que una traducciÓn de la cuarta y rùülIlaversión corregida por Liberatorc. Podemos suponer que la decisiÓn de dat estepaso s€ tomó en el cfucuìo más íntimo del Papa LeÓn )oll y se incorporó a la r.'er-sión definitiva. La encídica va un paso más allá de Liberatore pelo contiene elmismo juego de fuerzas que declara el derecho de propiedad como derecho natu-raì para hacer frente al socialismo y que sin embalgo quiere moderar los excesosde la propiedad privada según La concepción liberal insistiendo fuertementesobre Ia beneficencia como freno y correctivo a los excesos de $l tiempo.

    El paso de la Rerum Novarum apropísito de La cuestión de la propiedad pri-vada ha dado lugar a numerosas discusiones sobre la continuidad o la disconti-nuidad de la doctrina. Nos parece que la exposición del pensanlento de Liberatorey de su evoÌución ayuda a comprender meior que pasa en la Rerum Nwarum.Liberatore conocía la doctrina tradicional y aunque se inclina por hablar de la pro-piedad privada como derecho natural nunca llega a hacerlo' EI paso se cumplló

    con la versión finaì dela Rerum Novarum. Compartimos la opinión expresada por

    el Cardenat Joseph Höffner que consideraba que el paso dado por la RerumNovarum no significa rma ruptüa con la postula uadjcional y es una apta erçre-sión en términos modernos de la doctrina que se encuentra en santo Tomás pelo

    tämbién en autores como Bañez, Molina o Lugo'37 No cabe hablar de ruptua. Sjnernbargo consideramos que no sería incorrecto hablal de un prmto de inflexiÓn en

    cuanto se ha cambiado la definición clásica, el modo de aÌgumentada y el iuegointemo de fuerzas que permite mantener Lmido dos afirmaciones igua¡rìenteimportantes en la postura cristiana: que con que (las posesiones pdvadas son con-formes a Ia naturaìeza", usan-

    do el lenguaje de Rerum Novarum. No se puede olvidar que mientras en la posi-

    cÍón clásica la cuestión de la propiedad privada se abordaba al tratal los proble-

    mas de justicia como hâce Tomás de Aquino - en 1o que le siguen enÛe otrosautores de gïan relevancia como Vitoria, Bañez, Molina y Lugo -, en lo que podrí-amos llamar la posición moderna insptada por Liberatore y consagrada por ÌaRerum Novarumla cuestión de la propiedad privada se empareja con la benefi-cencia, acto de la caddad. Este câmbio de matriz en lâ que se desal:rolÌa la discu-

    sión tenía un riesgo y es que en el mundo liberal en el que se mueven Matteo

    36 ....è del tullo consentaneo alla naturâ il posseso privato...) (trascrito en F. DaM¡E, Crÿi¡r¿Caftolica,242).

    37 J. HOTTNER, Chrístian Social Teach¡ng, Bratislava, 1997, L72'176.

    IA RERUM NOVARTM 83s

    Liberatore y ìa R€rum Novarum, la justicia es una vttud pública, mienûas que lacaridad y con ella,la beneficencia es vir.tud privada. La atgumentación de 1a Iglesiapierde con ello cierto mordiente en el foro público. La argumentación de ÌaQyadragesimo Anno sobre la nanüa.leza individuaì peto tanbién sociaì de la pro-piedad privada posiblemente se debe a que se había advertido este riesgo.3s

    El salario de los obreros

    La Rerum Novarum reconoce que

  • 836 DIEGO AIONSO-T"ASHERAS

    La primera cdtica fìrndamental de Liberatore al análisis ricardiano se f.undaen que rechaza que se pueda considerar el trabajo como u_rìu ,rr"..ar,.iu _ prrllide parrida del economista inglés ya que esta consideración pierde de i{sta üdignidad humana del obrero. pala Liberatore hablar de oferta y de demandìcuando se üata del trabajo sólo puede hacerse hablando por analogra. n trabìjo no es una mercancÍa, sino una prestación de obra y por tanto el salario no Àprecio sino retribución. La dilerencia es importante, porque - en su modo derazon¿ìr la mercancÍa es algo que se vaìora en si misma, prescindiendo deìproductor; el trabajo, sin embargo, es diferente porque es una acción humana Icomo tal no puede valorarse prescindiendo del agente y de la cualidad del agerí_te. La remuneración del uabajo no puede por ende prescindir de conside¡aiio_nes antropológicas. Este es el razonamiento económico y filosófico en el quefu¡rda Liberatore la obligaclón moraÌ de que el salario permita al obrero su man_tenimiento y eÌ de su-familia. Pata apoyar su tazonamiento cita Adam Smith.Liberatore concluye en su consideración en los Principií sobte el salatio que dehecho la realidad es otra ya que en la mayoría de los casos los saìal"ios que reci-ben los obreros sirven más en ¿4 Ciÿ¡¿tdCatto¡rìa 1891 (IX ) 394-6.

    Á Rerum Noÿarum,1,

  • B3B DIEGO ALONSO-IASHERAS

    esto dan buena muestra la Rerum Novarumy los aÌtículos de Liberatore - sesentía escandalizada ante esta situación. Pero al mismo tiempo existÍa el con-vencimiento de que .47 ldea que repite Ia Rerum Novarum cuando afirma que

  • B40 DIEGO ATONSO.I-ASHËRAS

    de Tomás de Aquino a Ia hora de entral en discusión con otros autores que a laUteralidad de algunas de sus doctinas en campo económico-moral.

    Nos parece que se perdió una buena oportunidad histórica al no tomarcomo punto de pa.rtida paÌa aÌticular el discurso eclesiástico sobre economiay moraÌ otro momento de la histo¡ia del pensamiento católico, 1a llamadasegunda escolástica. Hombres como Martin de Azpilicueta, Domingo de Soto,Luis de Moìina, Leonardo Lessio o Juan de Lugo se confrontaron con las cues-tiones económicas de su tiempo con una profundidad única en la histotia delpensamiento católico. Ciertamente lo hicieron con una profuadidad mayorque la de la escolástica medievaÌ. La profundidad del anállsis llevó a Joseph A.Schumpeter a decir que los doctores escolásticos de los siglos XVI y XVI