La Relacion de Las Leyes y La Virtud en Maquiavelo
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¿Cuál es la relación entre ley y virtud en el “Discurso sobre la primera década de Tito Livio” de
Maquiavelo?
El hombre, según Maquiavelo, posee una naturaleza egoísta; busca satisfacer sus
necesidades a toda costa, por lo que su fin es la supervivencia. En el principio de las
ciudades, dice Maquiavelo que:
“Los habitantes, dispersos en muchos sitios pequeños, no se sienten seguros, no pudiendo
por su situación y su tamaña, resistir por sí mismo al ímpetu de los asaltantes […] de modo
que, para huir de estos peligros, por propia iniciativa o convencidos por alguno que tenga
entre ellos mayor autoridad, se reúnen para habitar juntos en un lugar elegido por ellos,
donde la vida sea más cómoda y la defensa más fácil”1
La anterior cita hace referencia a que los habitantes, dispersos en diversos lugares, están
constantemente en peligro, lo cual hace difícil satisfacer sus necesidades. Debido a su falta
de seguridad, los hombres se ven en la necesidad de juntarse, por voluntad propia o
guiados por alguno que tenga más autoridad, para habitar un mismo lugar. El hecho de
verse amenazados por otros es prueba del egoísmo natural de los hombres; en lucha unos
con otros, los hombres buscan garantizar su seguridad mediante el poder de someter a
otros. De esto parte Maquiavelo para decir que, al asentarse en un mismo lugar para
buscar su seguridad, los hombres empiezan a edificar las ciudades. Y el hecho de que se
“edifiquen” las ciudades ya habla de una construcción mecánica o artificial, es decir, que
no es inherente a la naturaleza del hombre, puesto que no le es natural al hombre inhibir
su egoísmo para poder estar junto a otros en un mismo lugar y garantizar su seguridad.
Esta forma de resistencia contra su egoísmo natural, creándose una necesidad en pro de
la convivencia para asegurar su supervivencia, es lo que hace que se constituyan las leyes.
Este punto lo abarcaré con más detenimiento a continuación.
1
Maquiavelo. Discursos sobre la primera década de Tito Livio. Capítulo 1, Libro Primero, págs. 29 – 30. BIBLIOGRAPHY
Maquiavelo habla de dos tipos de ciudades edificadas: las ciudades de nativos y las
ciudades de forasteros. Las ciudades de nativos son libres, ya que el hecho de juntarse los
habitantes en un mismo lugar para estar seguros, surge por iniciativa propia, y esta
iniciativa o voluntad crea la necesidad de inhibir su egoísmo y ver por lugares mejores
donde asentarse y defenderse del enemigo, constituyéndose de esta manera las leyes. Las
leyes, en ese sentido, son como la voz que representa y busca asegurar esa iniciativa
propia surgida a partir del fin de supervivencia. Por otro lado, las ciudades de forasteros
nacen de hombres libres o que dependen de otros, es decir, no son libres desde sus
principios, por lo que no poseen grandes progresos. Hasta este punto se puede decir que
las ciudades edificadas por hombres libres son aquellas que se mueven por la necesidad.
La necesidad de refugiarse de las guerras, del hambre, de las epidemias… que crea,
inmediatamente, una resistencia contra el egoísmo inherente al hombre para poder,
mediante la convivencia, brindar una seguridad a los habitantes. De esta necesidad, como
ya se ha dicho, surgen las leyes y, asimismo, se evidencia la virtud.
Según Maquiavelo, “la virtud se conoce por dos señales: la elección del lugar y la
ordenación de las leyes”2. En cuanto a la elección del lugar, Maquiavelo denota que hay
lugares estériles y fértiles en los cuales se puede alzar una ciudad. Si hipotéticamente se
pensara que los hombres no tuvieran una naturaleza egoísta en la cual buscan determinar
su seguridad con el poder de sojuzgar a otros, entonces podrían edificar sus ciudades en
lugares estériles donde, unidos por las mismas necesidades básicas, podrían subsistir sin
discordia. Sin embargo, los hombres poseen una naturaleza egoísta, como se ha venido
afirmando, y no pueden determinar su seguridad más que con el poder, así que es
necesario huir de la esterilidad y quedarse en lugares fértiles donde puedan cubrir sus
necesidades básicas y además defenderse del enemigo. Pero el hecho de tener tales
comodidades y abundancia provoca que los habitantes se vuelvan ociosos, por lo que se
deben ordenar las cosas de tal forma que las leyes impongan o creen la necesidad que el
sitio no impone. Es decir, la necesidad que promueven las leyes se ve involucrada con la
resistencia del egoísmo natural y las restricciones que ello produce al ordenarse las cosas
2 Maquiavelo. Discursos sobre la primera década de Tito Livio. Capítulo 1, Libro Primero, pág. 31.
para la satisfacción de todos y cada uno de los habitantes. Y el hecho de poder ejercer
libertad, con el esfuerzo implicado hacia esta resistencia antagónica de nuestra propia
naturaleza, para poder satisfacer el fin dado que es la supervivencia, es la prueba de
nuestra virtud. La virtud brilla ahí donde la libertad se ve conducida por medio de la
necesidad, lo que la hace tener un carácter de responsabilidad en cuanto al fin último (la
supervivencia de la ciudad) y, por tanto, hacia las leyes. Por ello es que las leyes tienen
que ver directamente con la virtud, ya que la virtud es el carácter a través del cual se
reproduce la iniciativa propia (en antagonismo con el egoísmo natural) para guiar la
libertad por medio de la necesidad y constituir leyes en pro de la seguridad y
supervivencia de todos los habitantes.
BibliografíaMaquiavelo. (2011). Discursos sobre la primera década de Tito Livio. Madrid, España: Gredos.