la preparacion universitaria

8
LA PREPARACIÓN UNIVERSITARIA DE LA JUVENTUD La juventud actual tiene clara conciencia de que su tarea fundamental consiste en prepararse para la lucha por un mundo mejor. Al enfocar el problema de su porvenir como una misión social a realizar, la juventud aborda la cuestión de encontrar el camino que la conduzca al desarrollo de un trabajo útil para la sociedad. En este sentido, sabe bien que, para llegar a comprender la vida, para conocer la forma en que ocurren los procesos de la naturaleza y de la sociedad, lo mismo que las leyes que gobiernan su desenvolvimiento y su transformación, es necesario estudiar con penetración y con amplitud, examinando de cerca los resultados obtenidos en la investigación objetiva y racional del universo, analizando cuidadosamente las condiciones sociales en que surgen, se desarrollan y desaparecen en el curso de la historia, para llegar, de esa manera, a adquirir el conocimiento de las cosas, de los hechos históricos y de la evolución de la naturaleza que la humanidad ha logrado acumular a lo largo de su historia entera. Para esto acude a la universidad, para que se le enseñe sobre la base de la objetividad y de

Transcript of la preparacion universitaria

Page 1: la preparacion universitaria

LA PREPARACIÓN UNIVERSITARIA

DE LA JUVENTUD

La juventud actual tiene clara conciencia de que su tarea fundamental consiste en

prepararse para la lucha por un mundo mejor. Al enfocar el problema de su porvenir

como una misión social a realizar, la juventud aborda la cuestión de encontrar el camino

que la conduzca al desarrollo de un trabajo útil para la sociedad. En este sentido, sabe

bien que, para llegar a comprender la vida, para conocer la forma en que ocurren los

procesos de la naturaleza y de la sociedad, lo mismo que las leyes que gobiernan su

desenvolvimiento y su transformación, es necesario estudiar con penetración y con

amplitud, examinando de cerca los resultados obtenidos en la investigación objetiva y

racional del universo, analizando cuidadosamente las condiciones sociales en que

surgen, se desarrollan y desaparecen en el curso de la historia, para llegar, de esa

manera, a adquirir el conocimiento de las cosas, de los hechos históricos y de la

evolución de la naturaleza que la humanidad ha logrado acumular a lo largo de su

historia entera. Para esto acude a la universidad, para que se le enseñe sobre la base de la

objetividad y de la certeza alcanzadas en las más recientes indagaciones de las ciencias

naturales y de las ciencias sociales, y con el fundamento imprescindible de la

verificación experimental.

Pero, junto con la adquisición del conocimiento, la juventud necesita aprender a

utilizarlo. Porque solamente aprendiendo a resolver los problemas prácticos que se

presentan en la actuación social, a la cual se ve compelida la juventud ya desde el

tiempo mismo de su paso por las aulas, es que puede llegar a dominar realmente el cono-

cimiento. Únicamente de este modo, enriqueciendo las teorías asimiladas con las

experiencias sufridas, es que es posible lograr y, después, desarrollar y hacer avanzar

al propio conocimiento. Es indudable que la cultura es un factor que aumenta la

fecundidad de cualquier trabajo; y que, cuanto más completo y calificado sea un trabajo,

Page 2: la preparacion universitaria

tanto mayor cultura se requerirá para su ejecución. Solo que, para que este factor sea

activo e impulse verdaderamente al trabajo, es necesario que a la juventud se le enseñe

también a aplicar prácticamente sus conocimientos. Porque solamente de esta manera es

que podrá actuar con éxito y que podrá aprovecharse de la cultura, en su decidida

intervención social encaminada al logro de su principal objetivo: la conquista de un

mundo mejor. Y esta preparación para la actividad en la sociedad ya es más difícil que la

simple transmisión de los conocimientos. Pero ella constituye, en realidad, el meollo de

la enseñanza universitaria que la juventud pretende en nuestro tiempo.

Ahora bien, para desempeñar tales funciones, la universidad necesita llenar ciertas

condiciones. En primer lugar, constituirse en una verdadera institución científica,

alrededor de la cual se agrupen los hombres de ciencia y dentro de la cual se investigue

y se haga ciencia. En segundo lugar, hacer que el profesor, escogido por oposición entre

los mejores, desempeñe su papel con plena conciencia, no limitándose a enseñar en un

sentido restringido, sino explicando la vida e interpretándola como un hombre íntegro,

que no se detenga ante las consecuencias sociales que se desprenden de la ciencia, sino

que, por lo contrario, encauce a la juventud en el camino de su realización práctica.

Además, la universidad debe enseñar a comprender el pasado, recogiendo la rica

herencia de la cultura y apoyando en este firme tronco la tarea de proseguir el

conocimiento. Particularmente, la universidad tiene el deber de hacer que la juventud

conozca a fondo nuestra historia, nuestras luchas populares, los heroicos esfuerzos que

los mejores mexicanos realizaron para conquistar condiciones humanas de existencia.

Porque de esta manera, y solamente de esta manera, es que la juventud podrá actuar con

acierto, sabiendo encontrar en cada coyuntura histórica la solución adecuada y realiza-

ble, ejerciendo la verdadera libertad, aquélla que se funda en la decisión de actuar con

conocimiento de causa.

Ya en esta condición, la universidad puede encontrar también la organización que

corresponda al nivel del desarrollo económico y social de nuestro país, encauzando su

curso en el sentido del progreso y la satisfacción de las necesidades del pueblo. Para

Page 3: la preparacion universitaria

ello, es urgente terminar con el ancestral concepto de las "profesiones liberales" y

liquidar para siempre la política al servicio de intereses pequeños, que algunas veces

ha prevalecido en la universidad. Porque el dominio humano sobre la naturaleza se ha

ensanchado de tal modo que es una pretensión totalmente inalcanzable la de que una

sola persona pueda abarcar el conocimiento técnico de todo un orden de actividades, y,

sin embargo, ésta sigue siendo la falsa base que sustenta a las carreras liberales. Por otra

parte, el avance mismo de la organización económica y social, lo mismo que el adelanto

técnico y científico que lleva aparejado, han creado multitud de campos de actividad,

que la universidad se ha empeñado en despreciar, confundiendo a la tradición cultural

con el inútil mantenimiento de formas ya caducas e impracticables. Además, la

universidad no se puede substraer a la política, del mismo modo en que no se le puede

separar de la sociedad de que forma parte y de la cual es producto. Pero, esta política

universitaria a que nos referimos, es bien diferente de la que se practica por intereses

ajenos, puesto que en la actividad política de la universidad es en donde se expresa su

actuación social, como representativa de los intereses futuros de la juventud que en ella

se prepara y que son, a la vez, los intereses del pueblo que la sustenta.

Nos hallamos ya en el núcleo mismo de la cuestión universitaria, cuya solución nos

preocupa. Desde luego, esta solución solamente puede encontrarse partiendo de la firme

base de un principio general, que corresponda a las necesidades objetivas de México. Y

es tal vez, el reconocimiento de la urgencia con que nuestro país requiere la inteligente

explotación de sus recursos naturales. Lo cual exige, sin duda, la preparación de los

jóvenes que sean capaces de llevarla a cabo, descubriendo y poniendo en operación los

procesos industriales que permitan el aprovechamiento de nuestras materias primas y

desarrollando y extendiendo las técnicas científicas del cultivo de la tierra. Pero, siempre

con el propósito indeclinable de hacer que se produzca aquello que la mayoría de la

población requiere para la satisfacción de sus necesidades más apremiantes. Porque la

universidad es sostenida por el pueblo y nutrida por el pueblo, el cual le demanda

imperativamente la elevación del nivel de su vida económica, política, social y cultural.

Page 4: la preparacion universitaria

Dejemos, pues, que quienes se aferran al pasado sigan derrochando sus posibilidades,

mientras las puedan conservar, en sostener esas instituciones enclaustradas a las que

pomposamente llaman "colegios", "universidades" o "institutos". Dejemos que esos

establecimientos sigan expidiendo profusamente diplomas, títulos y grados, recargados

de honores y de medallas que se adquieren a un precio convencional, otorgándolos a

quienes quieran acreditarse de esa manera. Pero, en cambio, fortalezcamos a nuestra

universidad con un claro sentido popular, progresista y científico. Superemos la organi-

zación de nuestra educación superior, estableciendo las carreras que las condiciones

sociales y la naturaleza de los recursos de México exigen para su progreso. Formemos

técnicos con una concepción amplia y general de la vida y de la historia, provistos de

criterios eficaces y probados en el campo de las actividades escogido por su vocación,

con profundos conocimientos en el dominio de su especialidad y con una clara visión del

sentido social de su trabajo, productivo y necesario, para que formen parte de la vida

colectiva del pueblo y se desenvuelvan por la acción recíproca con esa misma vida. Así,

al mismo tiempo, tanto como un requisito indispensable, cuanto como un resultado

inevitable, estaremos fomentando decididamente el desarrollo de la cultura y de la

investigación científica.

De esta manera, conseguiremos que la labor universitaria se incremente y se haga

mucho más eficaz. Advirtiendo que, en verdad, la fuerza misma de la realidad se ha

encargado de sobrepasar los obstáculos opuestos a su curso, obligando a los

universitarios a encontrar el complemento de su preparación en la práctica y fuera de las

aulas. Pero esta situación debe terminar, para evitar el inútil desperdicio de esfuerzos y

de capacidad de trabajo, que significa para nuestra juventud. Demos, entonces, una

nueva organización a nuestra universidad, haciendo frente a la realidad de México y

coadyuvando a la solución de los problemas de la mayoría de su población.

Aprovechemos la ciencia y sus aplicaciones técnicas en bien del pueblo de nuestro país;

con lo cual estableceremos, a la vez, las condiciones necesarias para el adelanto de la

cultura, que solamente avanza en estrecha conexión y como resultado del desarrollo

Page 5: la preparacion universitaria

social. Únicamente de esta manera podremos seguir orgullosos de ostentar en el nombre

de nuestra Casa de Estudios: Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, el

símbolo de nuestra comprensión por el pasado y, al mismo tiempo, de tener presente en

nuestra actividad la satisfacción de cumplir objetivamente con la función que se nos ha

confiado, preparando a la juventud.