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La pluralidad lingüística
ANTONIO HOUAISS
1] LAS BASES IBÉRICAS: ESPANOL Y PORTUGUÉS
Es habitual caracterizar a América Latina como un continuum geográfico y demográfico, histórica y culturalmente similar, que actualmente presenta marcada pluralidad lingüística. Ello debe ser entendido como rasgo extensivo a un área que va desde el rio Grande, en la frontera septentrional de México ( con proyecciones dentro de los Estados Unidos de América, en determinados puntos fronterizos residuales y evanescentes) hasta el estrecho de Magallanes, en la extremidad meridional de América del Sur. En esa área, tres pasados humanos, globalmente considerados, constituyeron la fisonomía presente. El denominado "ameríndio", anterior a la colonización europea, el europeo y, como instrumento dei mismo para la colonización, el africano. Elementos asiáticos, sobre todo de la India o de otros orígenes, son tardíos y poco influyeron en el proceso, aunque tengan valor ponderable en determinados sítios dei Caribe y en la Guayana británica. En la configuración lingüística presente, aún inestable, hay vestígios sintomáticos que deberán desembocar, si no se altera sustancialmente el curso histórico actual, en un nuevo cuadro lingüístico en que, del pasado ameríndio y africano, sólo restarán sobrevivencias residuales, ya que para fines universalistas, de consolidación nacional y de organización sociocultural, prevaleceu fundamentalmente en el área el espaiiol y el portugués. El área llamada "espaiiola" cuenta con cerca de 140 millones de indivíduos, ·de los cuales 91 % unilingües, y la "portuguesa", cerca de 90 millones, de los cuales 97 % unilingües. De la primera, aproximadamente 4 % son amerindiounilingües; de la segunda, cerca dei 0.7 %. De la primera, aproximadamente 3 % son bilíngües amerindioespaiioles; de la segunda son bilingües amerindioportugueses una fracción estadísticamente despreciable. El resíduo en cada caso es de bilingües dei espaiiol, o portugués y el vernáculo de inmigración no peninsular ( 2 % en el caso espaiiol, 2 % en el caso portugués). Bilingües de este último tipo son, por lo general, unilingües e~ la primera o, a m ás tardar, en la segunda generación, sin considerar los casos relativamente frecuentes en las clases cultivadas, de diglotismo por aprendizaje escolar ( con crecien te preferencia por el inglés).
Del pasado ameríndio, entre tanto, existe aún una extensa e intensa diversificación lingüística hablada, con esbozos de alfabetización. Cuando hay alfabetización constituye concomitantemente un acceso a la adquisición dei es
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pafiol o dei portugués (este caso es prácticamente nulo), pues es hecha en caracteres latinos que dan la llave de la alfabetización dei idioma dominante.
Del pasado peninsular, traído por Ia colonización, hay recíprocamente una extensa e intensa unificación lingüística de cada uno de los idiomas en consideración -el espafíol y el portugués-, en que la dialectación o subdialectación, relativamente reciente, es débil y no presenta obstáculos a la fácil intercomunicación de los individuas hablari.tes de cualquiera de las áreas entre sí. Esto tiende a acelerar Ia unificación, gradas a los instrumentos de comunicación de masas, ai incremento de la alfabetización y a una creciente interpenetración de obras escritas, tanto !iterarias como científicas o de otra naturaleza. Un idioma latino, e! francés, tiene su área limitada a Haití y a las islas próximas dei Caribe; y otras dos lenguas europeas no latinas -el inglés y el holandés- tienen proyecciones en el Caribe y en el noroeste de América dei Sur.
Del pasado africano sólo existen elementos residuales, o bien en forma de elementos lexicales integrados en la lengua común (de pequena importancia en el conjunto dei espafíol, de mayor importancia en el portugués ), o en forma residual en los "créoles", que consideraremos después. De los cinco grupos lingüísticos africanos ( el afroasiático, tradicionalmente denominado camito-semita; el nilo-chariano; el nilo-sahariano; el nígero-congolés y el Khoisán), los esclavos traídos bacia América fueron en su gran mayoría dei grupo nígero-congolés; pero vinieron hablando un número múy diversificado de ramas de ese grupo (Fulano, Mandinga; Ibo, Yoruba, Fante; Malés; Congolés, Mbundu; y cada una de esas ramas en lenguas diferenciadas o en formas dialectales de esas lenguas) y fueron siempre objeto de una coherente política esclavista: se cuidaba de no dejarlos reunidos según sus afinidades lingüísticas para imponerles la lengua del colonizador e impedirles mayores rebeldías. Donde fueron numéricamente ponderables constituyeron, de este modo, la mano de obra por excelencia; trajeron profundas influencias religiosas y ejercieron un importante papel civilizador, ya que, culturalmente más avanzados que los elementos ameríndios en las tareas manuales, se proyectaron lingüísticamente en el léxico vinculado a las relaciones palabras-cosas, y esporádicamente a la toponimia, instrumentos de trabajo y, sobre todo, de música.
El número de indivíduos que hablaban lenguas ameríndias sufrió una rcducción catastrófica en los dos primeros siglos de la colonización; es probable que en el tercer siglo haya habido una relativa estabilización dei bajo nivel alcanzado; en el cuarto siglo de la colonización hubo un relativo incremento demográfico entre los grupos que sobrevivieron, o de preferencia en determinados grupos, en perjuicio de otros. En conjunto, se cree que en ese momento la población ameríndia era igual a la del comienzo de la colonización. De todos modos, en total, el contingente indígena es, en términos de · porcentaje, el progresivamente menor desde el punto de vista lingüístico.
El domínio lingüístico de los elementos europeos es esencialmente el resultado dei domínio político por un largo período -cuatro siglos- sobre poblaciones ameríndias y africanas, que presentaban concomitantemente tres caracteristicas de diversidad: primero, ausencia de grandes unidades políticas (inclusive en los casos excepcionales, como el imperio incaico); segun-
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do, y como consecuencia de lo anterior, gran fragmentación lingüística; y tercero, ausencia de lengua escrita que pudiese, por la reserva gráfica, ~er intercomunicante (sin contacto personal) en el espacio y en el tiempo. De ese modo, cada lengua europea de! colonizador, aunque minoritaría durante un largo período frente al conjunto de las lenguas ameríndias o de una lengua dada en cada subregión geográfica, tendió pronto a ser mayoritaria. Esto le permitió, ya a comienzos del siglo XIX, ser no solamente la lengua predominante cuantitativamente, sino la única viable como instrumento de intercomunicación social práctica y vehículo de los productos artísticos y científicos del espíritu, incluso en la formación de las nacionalidades latinoamericanas.
AI respecto es importante destacar que los indivíduos de las nacionalidades la tinoamericanas poseen plenitud de conciencia de que el espano! o el por tugués constituyen su lengua vernácula "natural". Sólo la polémica nominalista y nacionalista originó, en una época, por un lado, el artifício de evitar el designativo propio, sustituido por "idioma nacional", o por una designación más radical, tal como "argentino", "chileno", "peruano", "brasileno", y, por otro lado, la falsa presunción de que se estaba ante idiomas diferentes. Tal presunción provenía de un razonamiento mecanicista analógico, que establecía la relación siguiente: el latín es al espano! (o portugués), como el espano! (o portugués) es al argentino o peruano o chileno o mexicano, etc., (brasileno ).
2] LENGUAS I N DÍGENAS
Actualmente en Latinoamérica apenas hay unas quince lenguas ameríndias habladas por más de 100 000 indivíduos cada una, y solamente tres por más de un millón cada una, a saber: el quechua (cerca de 5 700 000), el aymará (cerca de 1150 000) y el guaraní (cerca de 1 700 000). En total aún hoy se hablan cerca de quinientas lenguas ameríndias. Un número considerable, pero difícil de evaluar, dejó de ser hablado y desapareció sin vestígios, a no ser, hipotéticamente, en otras lenguas ameríndias. Un número no pequeno se halla en franco proceso de desaparición irreversible -si se mantiene la estructura social vigente-, pues se trata de lenguas habladas por pocas centenas, cuando no por algunas decenas de indivíduos.
Se presume que en los comienzos de la colonización se conocieron de 240 a 300 !enguas ameríndias, o sea, por lo menos la mitad de las existentes en la actualidad. Podemos presumir, con las reservas dictadas por la prudencia, que la misma proporción es válida para el resto del área. Por lo tanto, considerando la existencia actual de más de 500 lenguas, puede admitirse la hipótesis de unas 1 000 lenguas en el comienzo de la conquista. Es necesario, además, tener en cuenta que el proceso de unificación o aculturación lingüística -con sumisión y desaparición frecuente de los idiomas conquistadosya se producía antes de la colonización. Los contingentes aún relativamente
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numerosos de individuas que hablan quechua, aymará y guaraní deben ser consecuencia de su expansión "política" sobre otras poblaciones, lingüísticamente diversas, afines o no.
El cuadro lingüístico ameríndio, visto en sus aspectos puramente descriptivos y genéricos desde antes de la colonización hasta nuestros días, puede inducir a la conclusión de que en el mismo lapso -de 1200 a 1970- ningún otro continente o ninguna otra extensión geográfica comparable, con densidad demográfica semejante o superior, presenta tan gran pluralidad lingüística. El que más se aproximaria, con mayor densidad demográfica, es el africano. Para ese continente, es lícito presumir, en un período más remoto y culturalmente más asemejable, una pluralidad comparable. Sin embargo, es digno de destacar que el continente americano como un todo _:a raíz de su colonización más remota y de sus características de desarrollo material y espiritual- presenta hoy una situación de unificación lingüística mucho más avanzada. A la división de Africa..entre poblaciones anglófonas, francófonas, hispanófonas, lusófonas y arabófonas hay que agregar el hecho de que el inglés y el francés son muy epidérmicos y podrán o no subsistir como lenguas de cultura según el mayor o menor esfuerzo de ensefíanza que los propios nuevos estados nacionales africanos ejerzan deliberadamente en ese sentido; de que el espafíol estará en breve en situación muy confinada; y de que el portugués, a pesar de sus más de cuatro siglos de Africa, no es hablado por más de 300 000 indivíduos, entre colonizadores y nativos -estos últimos por lo menos casi siempre bilíngües- sobre una población de unos diez millones de indivíduos.
Los estudios que intentan clasificar las lenguas ameríndias progresaron en la medida en que se despojaron de preocupaciones apriorísticas tipológicas o de exclusiva perquisición genética incontestable. Ellos buscan probables relaciones lingüísticas lato sensu, lo que implica la existencia de nexos culturales pero sin vinculaciones genéticas o tipológicas comunes obligatorias, aunque posibles. Dentro de la enorme pluralidad general de las lenguas, en este momento tiene validez operativa la clasificación por filas. Cada filo abarca varios troncos o familias lingüísticas afines, unidas en una serie considerable de rasgos comunes entre sus integrantes. Se exponen, a continuación, los nueve filos de! continente americano entero, porque apenas tres no tienen repercusiones en América Latina:
1] Filo ártico americano-paleosiberiano (que incluye el idioma esquimal); 2] Filo Na-Dene ( cuyo principal componente es la família atapasca, con
lenguas septentrionales en Canadá y Alaska, lenguas occidentales en California y lenguas meridionales principalmente en los estados de Arizona y Nuevo México; entre estos últimos se incluyen las lenguas de los indios apaches y návahos [navajos]);
3] Filo macro-algonquino ( cuyo principal componente es la família algonquina, a la cual pertenecen, entre otras, las lenguas de los indios cree, algonquino, fox, menomini, blackfoot, en Canadá y en el norte de los Estados Unidos);
4] Filo macro-sioux (que incluye, entre otras, las famílias sioux e iroquesa, en la parte oriental y central de los Estados Unidos);
LA PLURALIDAD LINGü!STICA 45
5] Filo hoka (entre otras, familias pomo, yuma, shasta, tlapaneca, tequistlateca, principalmente en California y en México);
6] Filo penuti (entre otras, familias chinook, yokuts, maidu, wintum, miwok-costano, kalapuya y la lengua zufii, en el oeste de los Estados Unidos; familias mixe-zoque, totonaca y maya, en México y Guatemala; y la familia uru-chipaia en Bolivia);
7] Filo azteca-tano ( con las famílias kiowa-tano y uto-azteca [yuto-azteca]; a la primera pertenecen Ias lenguas kiowa, en Oklahoma, y tiva, tewa y towa en Nuevo México; a la segunda, que se extiende desde el centro de los Estados Unidos hasta el norte de Honduras, se afilian el náhuatl clásico -también conocido como mexicano o azteca- y el moderno, en México, las lenguas de los indios comanches y shoshone en California y muchas otras, entre las cuales el iute [ute, utah] y el paiute, hopi, pápago, yaqui, tarahumara, huichol, cora);
8] Filo ato-mangue ( con las familias mangue, otomí, popoloca, mixteca, chinanteca y zapoteca, en México y América Central).
El filo restante se sitúa predominantemente en América dei Sur, pero incluye también una familia centroamericana;
9] Filo macro-chibcha (incluye, entre otras, las familias misumalpa o misquito-sumo-matagalpa, en América Central, desde Panamá hasta Guatemala ; chibcha, en Colombia, Panamá, Costa Rica y Nicaragua; waiká, en el sur de Venezuela y norte dei Brasil; barbacoa, en Colombia y Ecuador; chocó en
..._ Panamá, Colombia y Ecuador). Por último, dos últimas grandes unidades son macro-filos, o sea, entida
des más abarcadoras que los filos y de carácter mucho más hipotético. Ambas son exclusivamente sudamericanas;
10] Macro-filo je-pano-karib (que incluye el filo macro-je en Brasil; y, entre otras, Ias familias tacana-pano, en Brasil, Guayanas, Venezuela, Colombia y, antiguamente, Antillas; witoto, en Colombia, Perú y Brasil; ma taco, en el Chaco paraguayo y argentino; lule-vilela-charrúa, en Argentina, extremo sur dei Brasil y Uruguay; huarpe, en el sur de la Argentina) ;
11] Macro-filo andino-ecuatorial (que incluye el filo quechumará -que comprende las lenguas quechua y aymará; el aymará se habla en Bolivia; el quechua está ampliamente difundido en el Ecuador, Perú, Bolivia, hasta el norte de la Argentina- y, entre otras, las familias chon, en la Patagonia y Tierra dei Fuego; záparo, en Ecuador y Perú; tukano, en Brasil, Colombia, Ecuador y Perú ; katukina, en Brasil; puinave; en Brasil y Colombia; aruak, en Brasil, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela, Guayanas y, antiguamente, Antillas, de donde una lengua fue transportada hacia Honduras Británica, Honduras y Guatemala; tupí-guaraní, en Brasil, Argentina, Paraguay, Bolivia, Perú y Guayana Francesa; samuko, en Paraguay, Bolivia, Colombia y Venezuela) .
Vimos arriba que en el área que vendría a ser América Latina venían ocurriendo procesos lingüísticos unificadores en el sentido etnográfico. AI mismo tiempo que ocurría Ia sobreposición e implantación de las lenguas europeas, tales procesos continuaron en más de un punto dei área considerada. El ejemplo más típico es tal vez el dei guaraní dei Paraguay, que aún en nuestra época se impone a las poblaciones dei Chaco. Un fenómeno semejante ocurrió
CU ADRO I
Programas y Lenguas campaiías
En tenguas h abladas
Lenguas 1Ia· por 10% bladas por de la 10% de la po- poblacióll blación o por o por mds más de un En la de tm mi-
Lengua millón de ha- Otras l rmgua !!ún de E1: otras oficial blantes lenguas oficial hablan!es /mgua.s
AUxico y América Cetztral MCxlcc. espafiol 20 indígenas Campafia Gobierno
nacional !LV l%5
Gua:cmala cspaiiol quiché 16 indígenas Iniciativa Gcbierno Gobiemo privada ! LV !LV
El Salvador esp=:;fiol 4 indígenas Campa1ia nz.donal l%2 Igles la católica
Honduras cspaiiol 11 indígenas Prog. dei gohiemo 1959 Acdón cultural popular
Nicaragt:a cspaiiol 3 indígenas Proyccto inglés dd
Rio Coco
Costa Rica cspaii.ol inglés Campai'ia nacional l%3
Panamá cspaõol ingk's Prog. dcl 3 indígenas gobit:rno
1959 América del Sur
·Colombia espano! 9 indígenas Acdón Gob ierno cultu ral popular 1947 Prog. dei gobierno l%0
Ve nezuela cspo:uiol 8 indígenas Prog. dd Gobicrno gohianl) 1950
Ecuador espai'lol quechua 6 indígenas Carnpafla Programa !LV nacional Andino l%3 1956
Pc rú espai'lol qucchua aymai-á 1963 Gobkrno Gobiemo otras 30 "Alio de la ILV !LV
· indígcn.::~s alfabetiza· ción."
Bolivia cspaflol qucc~a 60 indígenas
I Acción ! LV Andina l%3
Chile espai'lol 5 indígenas Prog. dei gobiano
Argentina csp:~i'lol 12 indígl'O;lS Program;~s
y otras oblig.,tv-lcn{;luas de rios inmigr::mtt.:s
Pa :-aguay esp<~.ii.ol gu;:~ran i varii"ls indígenas
Uruguay c~p<~.ilol portugués Prog. de! gobicrno 195 1
Br.:Jsi l portugués muchaS Programa indígenas nacional
Caribe "!l ispdnico alcnün
Cuba cspai1ol C::~m pafl a nacional 1961
(conti111ía)
Cu.ad:"O 1 (concluye)
Pucrto Rico
Caribe no h ispá11:·co
Haití
Áreas inglesas
Ja maica
Trinidad
Bahamas
Bermuda
Guayana
Honduras británica
Leng~a
oficial
cspa:lol
espaflo!
francês
inglés
inglés
inglés
inglés
inglés
inglês
I slas Virgcncs. inglés
Barbados inglés
Tu rcas y Cako:i inglés
Islas de Sot=tvcnto inglês
I slas dt: Bulovcnto
Arecs frallces[Js Gu:i.daiuj)c
Marti :-~ica
Guay<J P.a francesa
Areas l:o!mzdesas Surinam
A11tillas lzolandesus Cu r~?. ao
Aruba
Bana ir~
Saba
St. Eus:a:ius
St. Mo:lrt<-r.
inglés
frc.ncés
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holandl!s
hobndés
holaiulés
L.z;Jguas habladas po r 10 %:~ de la población o por ma":: de w1
milldtz de lzablar.:~s
. inglés
criollo francês
inglés jarnaiquino
criollo fran cés
espaõ.ol maya
crio\ lo fraP-.;és
crlollo francCs
crio !lo francCs
criollo francês
sr:m;'ln-tongo hindostano javanés
papiamcn!o
ing!Cs
Otras !::r~gt:as
lcnguas de inmigrantes
lcnguas de inmigrantes
varias indígenas lcnguas de inmigrantcs
caribe
varias indígenas
ing!é:; caribe
sararnalan
Progrc;.mas y camrailas
E r-. la lel: f'! IG ofh·ial
c~mp:tfi.?.
na-: ional 1952·57 Prog. dei gobicrrw 1%2
Gobicmo y otras entidades
Jama ica Welfare Commiss ion 1950
Laubach
Algunos programas 1945
Programas de1 gobicmo
En l eng:~as
h ab!adas por 10% de la pobl.zción o po' más de un mi-llón. de ltab!antes
Prog. dei gobiemo 1953
Gobiemo y otras entidades
Erz otras lcní;ri.IS
Progra· mas del gobiemo
• Una raya ·~ignifica que no hay Jcnguas de. esc ti po y por lo tantc ningur.a campatla ni programa en ese país. El cspacio cn blancc
~igni!"ica que no tcncmos noticia c.lc ningún programa ni campafia.
CUADRO 2
Gu~tcma l a
D0!i\"ia
Pcrú
E..: uado r
llondura s Britânica
Mé .xico
EI Salvador
li und:J I:!S
Panamá
Guo.ly~ :J J Fr:tn.:"csa
Porccn taje de población úrdigena 195/J
55%
55 1/f
-40 %
40 °/o
23 '/•
20 ~·
20~'·
6 ~·
6%
6 ~ o
Total es timado 1960
1 497261
HSOOOO
3 121071 t=xcluycndo la selva, 1954 cs: ~53000
Más de un millôn sin ~cultura r
5 000
2 44760'}
100000
IO"i SOO
60C'"-'l
2 5úO
Un millón o m ás
Quechua 1 500000
Quechua 3 200000
Quechua
500000-1000 000
A~:mará 850 000
Avmar.i 300000
25/J 000-51!0000
Ouiché 339 000
Nühuatl
/00000-251!000
Mam 178 000 Cakchiquel 167 ()()() Kekchi 153 000
~1 ixtrco Zapotcco Otomí Toton~co
Muya
51!000-100 000
Pocomam
Tzclta l· Tzotzil Mazateco
Pipil
10 000-51!000
12 iTUpOS
Metzos de 10000
Como 60 a rupos pertene~.:icu tcs a 15 familias lin~;üisticas
Misquito
Alrcdctlor de 30 ~mpos
Jh·aro Yumbo
Mixc Chol l luas tcca Malahua Chinan tcca Tlapancca Tar;tsco
Guaymi 25 ()()() Cu na 25 000
N.1hua Ouiché c~lk chiqucl
Yucatcc Kckchi Caribc Chol
Ch~tino Tara-hurnar a ÂlllU 7.1;0
Zoquc
Ain: d l'dor lk 10 gmpos
Chucó 4
l':1ribc Arawak
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Por.::ellfuic de pvb/t.JciÓrl i11digcna 1950
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Este porcentajc no rdlcja la situació n ling üistica. Scgún cl censo de 1950, 40.1% de la población es monolingüe cn guaraní. 53.8 0:0 bi l íngüe cn guaraní y espano!, 4.7% monolinEiic cn cspailol.
- ---- -----
Unas 100 tribus cn cl ;'m:a dd Amawnas y otras 100 cn otras ârcas; las ârcas mâs remotas, <'.;nde hay m:is ind ígcnns, nu fw:rOn alcanzadas.
5(}()()1).
J(JI)()(JI) /0 0110-5{)()(}1)
Misquito
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Quechua Aymará Uru
Caribc Araw~k
otros
Sumo Rama
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Como ~5 crup(,"i
Caribc Arawak otros
Caribc Qucchua o tros
1at:aco Chorot i Chiriguano Vilela Churupi Oucchu~ Colla AraUcano Tt: huckhc Puclchc Mocobi Toba
Bribrí Boruca Guatuso
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50 UNA LITERATURA EN EL MUNDO
con el quechua, principalmente en la parte oriental dei Perú, aunque hoy parezca estar en retroceso, por el predomínio espafiol. Esta recesión, antecedida por una expansión de tiempos anteriores y posteriores a la conquista, ocurrió seguramente en México con el maya y el náhuatl. En el noroeste del Brasil, en la región de los maupés, parece ocurrir actualmente un proceso semejante, aún poco conocido: el tukano se está imponiendo como lengua general o franca y va aumentando su área, en perjuicio de otras lenguas ameríndias locales en proceso de desaparición.
En el terreno de la trasmisión por escolaridad la política lingüística de América Latina es típica: en la mayoría de los países sólo se ensefia el idioma oficial -espafiol o portugués-; hay algunos en que a la par de la ensefianza del idioma oficial, se realiza el proceso llamado de alfabetización en lenguas indígenas. En ambos casos, en el terreno de la trasmisión, predominan los idiomas oficiales, pues la alfabetización en lenguas ameríndias es frecuentemente la llave de la alfabetización en la lengua oficial.
El cuadro 1 da cuenta de la situación de los denominados campanas y programas de alfabetización de adultos.1 La pluralidad lingüística ameríndia es a su vez ilustrada en sus componentes cuantitativos por el cuadro 2.
Abstrayendo los recientes intentos de alfabetización a través de las lenguas ameríndias, algunas de éstas tuvieron formas escritas dignas de referenda.
El náhuatl no poseía escritura propia. Con la colonización, la catequesis logró introducir los caracteres latinos. Por ese medio se consiguió reunir una cantidad importante de tradición oral que reúne tratados de conocimientos aztecas sobre los más variados temas, fuente preciosa para la historia de esa civilización. Con el curso del proceso colonizador, la práctica fue abandonada; en tiempos recientes hay intentos de recuperación.
El maya suponía una escritura jeroglífica, que aún hoy no ha sido descifrada del todo, así como el quiché. Lo que ocurrió con el náhuatl se repitió en su caso, obteniéndose la transcripción de un extenso tratado sobre religión y culto.
En el caso de! quechua, que también fue escrito en caracteres latinos, hubo ellegado de un número apreciable de poemas y leyendas. La tradición escrita fue más duradera, habiendo alcanzado el período crítico en el comienzo dei siglo XIX. Pero el mismo retroceso ocurrió entonces, sólo más recientemente hubo intentos de recuperación.
En Brasil hubo una literatura de base catequística fundada sobre el tupinambá. Entre tanto, los únicos documentos escritos en la propia lengua por un ameríndio brasílico son una colección de media decena de cartas de Felipe Camarón a otros jefes indígenas, en las que se dan instrucciones e informaciones sobre la lucha común de brasilefios, portugueses y espafioles contra los holandeses en el noroeste brasilefio, en el siglo xvn.
En las reduccio11es jesuíticas de! sur de Sudamérica floreció el guaraní, ensefiado por los Padres y usado en obras de diversa naturaleza a partir dei
1 Con pequenas moclificaciones reproducimos estos cuadros del trabajo de Yolanda Lastra, Lingüística y alfabetización en Iberoamérica y en el Caribe, publicado en Estudos lingüísticos, vol. u, núm. 1 y 2, São Paulo, julio y cliciembre de 1967.
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LA PLURALIDAD LINGütSTICA 51
siglo xvn. Con la independencia política del Paraguay, en el siglo XIX, el guaraní paraguayo asumió definitivamente la forma !iteraria, aunque para obras de sabor preferentemente sentimental, utilizándose el espano! para fines administrativos y de difusión de conocimientos técnicos y científicos.
3] LEN GUAS "CRÉOLES"
En América Latina hay que consignar la existencia de varias lenguas criollas; apenas una, sin embargo, con caracteres de Iengua principal.
AI r especto en Latinoamérica se registran, en el golfo de México y en el Caribe, variedades acriolladas dei francés, inglés y espafiol. En Louisiana se hablan actualmente tres variedades del francés.
En las Antillas hay unos cuantos criollos de base francesa, inteligibles entre sí, incluso con el de Louisiana. El más conocido es el haitiano, hablado como lengua madre por toda Ia población de Haití. Otros criollos franceses son hablados en las Pequenas Antillas: Dominica, Martinica, etc., hasta en Trinidad y en Ia Guayana francesa. En Ias islas de influencia francesa hay variedades locales dei francés patrón, y la situación es comparable a Ia de Haití: dondequiera que se verifique la literatización, los indivíduos hablantes tienden al domínio del francés patrón, que es así el ideal lingüístico, aunque el criollo se use para fines artísticos, incrustado en obras !iterarias en francés patrón. En Ias islas de influencia inglesa el criollo posee categoría de pato is local, cuando sus hablantes son normalmente iletrados. La literatización los eleva ai inglés patrón. Hay además varias criollos de base inglesa en e! área de! Caribe: en Ias Bahamas, en Jamaica y en islas de Ias Pequenas Anti!Ias, como Ias islas Vírgenes, Barbados, Trinidad, así como en Guyana y en Surinam (Guayana holandesa).
4] I ~TERCOMUNICACIÓN EFECTIVA Y MADUREZ EXPRESIVA
Con respecto a Ia evolución del portugués patrón de! Brasil se planteó la hipótesis de que, en un momento dado, el portugués se presentó en estadio de total criollización para la inmensa mayoría de los indivíduos hablantes, con diferenciación regional, cuya prolongación serían las variedades denominadas dialectológicas de hoy, con una ascensión gradual bacia la lengua patrón. La hipótesis es extrapolable para el espano! de Latinoamérica, en la medida en que, como el portugués, comenzó a ser una Iengua dominante de las poblaciones hispanoamericanas. Tanto para el portugués como para el espano! hay evidencias que muestran sustanciales simplificaciones fonológicas, morfológicas, sintácticas y hasta de vocabulario. De todos modos, los fenômenos ejemplificadores pueden explicarse como románicos, con las tendencias de Ias hablas peninsulares. Una cuestión conexa es la relacionada con los orígenes de
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52 UNA LITERATURA EN EL MUNDO
los dialectos: el andalucismo de América espanola, el meridionalismo de América portuguesa, el carácter de la colonización y los recientes estudios dialectales de América Latina tienden a eliminar tales hipótesis exclusivistas, pues hay nfsgos lingüísticos que hacen presumir fenómenos de convergencia y de unificación, más que meras prolongaciones evolutivas de un solo haz de hechos dialectales.
Es importante considerar que hubo un esfuerzo global de la intelectualidad latinoamericana para llegar a la conquista de un instrumento de comunicación verbal unificada. En América Latina -espanola y portuguesa- desde la alborada dei sigla XIX, aparecen con frecuencia gramáticas normativas. En el!as el patrón peninsular, castizo, será buscado como el mejor; en ellas se ejerció por todo ese siglo una fuerte vigilancia consuetudinaria sobre los escritos, se multiplicaron las polémicas sobre la corrección de la lengua y se ajustá Ia pronunciación de acuerdo con los patrones "puros" peninsulares.
Como vimos más arriba, y como reacción a esta corriente unificadora, con Ia madurez !iteraria de princípios dei siglo xx sobrevino el movimiento nacionalista de las pretendidas lenguas "argentina", "chilena", "brasilena", etc.
El ensanchamiento de los horizontes de la intercomunicación humana, aun de base verbal, produjo finalmente, a mediados dei siglo xx, la concomitancia necesaria de la particularidad dentro de la universalidad. Y las formas escritas o habladas en espano! o portugués, en América Latina, ya sea dentro dei patrón más extensivo y común, ya sea dentro de patrones particularistas, existen según la finalidad de la expresión. El regionalismo o el propio "errar" pueden ser elevados, en las obras !iterarias, a la categoría de material artístico. La obra !iteraria asimila, según su sustancia, toda Ia diversificación. E! mismo fenómeno lingüístico moderno se da en todas las lenguas de cultura.
A la pluralidad lingüística original y a Ia pluralidad lingüística sobreviviente y frecuentemente r esidual, pero no intercomunicante, de gran número de poblaciones, se sigue hoy una notable unificación lingüística. En ella predominan solamente el espano! y el portugués y, colateralmente, el francés , en ámbito geográfico y demográfico limitado.
La literatura contemporánea de América Latina adquiere estatuto dentro de la literatura universal. Este hecho parece ser un anuncio de Ia vitalidad humana de esta parte dei mundo y potencia una de las grandes condensaciones demográficas dei futuro cercano. Los dos vehículos principales de intercomunicación - el espano! y el portugués- no parecen sufrir riesgo de extinción, sino al contrario, se afirman y expanden cada vez más .