LA PEQUEÑAOCARINA

por Cleria Ruiz Torres

863.44R934p Rui/ Torres, Clcria

La Pequeña Ocarina / Clcria Rui/ Torres.-- led.San José, C.R. : Museo Nacional de Costa Rica, 2015

I I p.;8.5x 13em.

ISBN: 978-9977-972-32-9

1. INSTRUMENTOS MUSICALES 2. INDÍGENAS3. CUENTOS INFANTILES I. Titulo

Autora: Cieña Ruiz Torres

Revisión: Iteana Sagot Bulgarelli

Diseño: Eltner González Chavarría

Como parte de la exhibición Música y Ritos en Bahía Garza con la que el Museo Nacional de Costa Ricase une a la primera edición del Paseo de los Museos, una iniciativa que reúne a los Museos del BancoCentral, Museo del Jade y Museo Nacional bajo un tema en común: "Ecos Ancestrales".

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LA PEQUEÑAOCARINA

por Cleria Ruiz Torres

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t/ste es el cuento de una ocarina que vivió enla península de Nicoya, cerca del mar, junto a lanaturaleza y los indígenas, nuestros antepasados,que vivían en pequeñas aldeas haciendo susactividades de todos los días como cazar,recolectar, comerciar y combatir.

Los indígenas habían logrado hacer numerososinstrumentos para producir música, algo que lesgustaba mucho y que usaban para comunicarse ydivertirse. Entre sus instrumentos habían pitos,flautas y por supuesto, nuestra amiga, la ocarina.

Pero, ¿qué era una ocarina? Era un pequeñoinstrumento musical de barro, con forma similara los animales que vivían cerca de la aldea, y quereproducía el sonido de algunos de estos.

En ese mismo lugar también vivía un indígena queera el dueño de nuestra amiga la ocarina. Él la habíacreado inspirado en las codornices que le gustabanmucho. La había hecho de arcilla, con mucho cuidadole había dado forma de codorniz, con pico, cabeza,cuerpo y hasta plumas le dibujó. Una vez lista laocarina de barro, la cocinó y la probó.

Fue así como se dio cuenta que era, no sólo hermosa,sino que sonaba precioso, aún mejor de lo que élhabía esperado. ¡Era su obra maestra! Estaba muyfeliz con su ocarina. Juntos iban a ser buenos amigose interpretar hermosas melodías.

Sus amigos estaban encantados también y empezarona invitar al músico a fiestas importantes, comocuando nacía un niño, rituales de la nueva cosecha,o bailes en honor a los guerreros. Él llevaba todos susinstrumentos pero su favorita era la pequeña ocarinaporque sus melodiosas notas hacían que hasta losanimalitos del bosque se quedaran escuchándola.

El músico disfrutó de una vida feliz rodeado de lamúsica y de su ocarina hasta que un día murió y sufamilia lo enterró con sus objetos más valiosos, comoera costumbre, en una colina con vista al mar.

En la tumba colocaron un tambor, flautas, unsonajero, unas ollas, mazas, hachas de piedra, sucolgante de jade y su preciosa ocarina. Bajo tierrala ocarina, junto al cuerpo de su amigo, el músico,permaneció dormida durante casi dos mil años.

Un día la despertó un ruido, la tierra empezó a vibrary de pronto una pala partió a su amigo, el pito. Laocarina no sabía, pero el mundo había cambiadomucho y ahora existían unos hombres llamadoshuaqueros que profanaban los cementerios denuestros antepasados, buscando jade, oro y piezashermosas para vender.

Los huaqueros la metieron en un saco junto concolgantes de jades y vasijas de hermosas formas,regresaron al pueblo con su botín. La pequeña ocarinaestaba muy asustada, tenía miedo de que la quebrarany la dejaran botada en el camino.

Finalmente llegó a las manos de un hombre maloque se dedicaba a traficar, vender y comprar piezasprecolombinas y al verla supo que podía ganar muchodinero con ella. Nuestra amiga la ocarina estabaasustada y no sabía qué le iba a pasar, tenía miedo decaerse y romperse en pedazos.

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Pero ya estando en una bodega oscura una arañitale contó que el hombre malo estaba preparando uncargamento de piezas arqueológicas, para sacarlasdel país y que ese sería su destino, también le dijoque eso era ilegal.

Este hombre malo sabía que estaban destruyendo unaparte de la historia y además vendían nuestra herenciaa extranjeros que las coleccionaban por su belleza,desconociendo su verdadero valor. Después de muchoviajar en cajas y aviones, nuestra amiga fue vendiday llegó a la casa de un hombre rico que coleccionabatesoros de muchos países.

Allí estaba rodeada de pinturas, esculturas y piezasarqueológicas de muchas partes del mundo. Laocarina se dio cuenta que en esa casa cada pieza eratan hermosa pero a la vez, tan triste porque a losdueños se les había olvidado que cada una de ellastenía una historia que contar.

Ahí nuestra ocarina permaneció años sola, hastaque un día el hombre rico murió y su esposa decidióvender la colección en internet.

Esto fue una suerte porque ese mismo día, un niñoque estaba buscando imágenes de ocarinas para unatarea, la vio y recordó que su maestra le había dichoque los bienes precolombinos no se podían venderporque pertenecían a todos los costarricenses y poreso se resguardan en el Museo Nacional.

El niño le dijo a sus papas» quienes llamaron a losfuncionarios del Museo Nacional para contarles queestaban vendiendo piezas precolombinas de CostaRica en internet. Cuando en el Museo Nacional vieronlas fotografías, llamaron a la policía internacional yasí lograron encontrarla. La ocarina y sus compañerasfueron rescatadas y habían iniciado el camino devuelta a sus países.

La pequeña ocarina estaba muy emocionada porquefinalmente regresó a su amada Costa Rica. En elMuseo empezó a recuperar su memoria, pues aunquecasi la había perdido, quienes la empezaron a estudiarmuy bien, se dieron cuenta que la había hecho unindígena muy hábil, y que podía interpretarhermosas notas.

Lo mejor era que ahora estaba en un lugar dondela iban a cuidar, se encontró con viejas amigas de laaldea, con otros pitos y flautas creados por los hijosy nietos del músico. Una vez más se sentía comoen casa.

Sus amigas le contaron que en el museo podíacompartir su historia con los estudiantes, los artistas,las familias y con todas las personas que quisieranaprender sobre su pasado precolombino ¡La ocarinaestá feliz en su nuevo hogar, porque ahora puedecompartir con muchos su conocimiento y sabe que leesperan divertidas aventuras con los visitantes!

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