La música como vía para la percepción del Misterio · a grandes rasgos, la trayectoria vital de...

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PLIEGO La música como vía para la percepción del Misterio MANUEL GARCÍA MORENTE, EL GRAN DESCONOCIDO ÓSCAR VALADO DOMíNGUEZ 2.827. 8-14 de diciembre de 2012 Sacerdote de la Archidiócesis de Santiago de Compostela Administrador del blog de música y teología ‘El ciento por uno’ (http://elcientoporuno.blogspot.com)

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PLIEGO

La música como vía para la percepción del Misterio

MANUEL GARCÍA MORENTE, EL GRAN DESCONOCIDO

Óscar Valado domínguez

2.827. 8-14 de diciembre de 2012

sacerdote de la archidiócesis de santiago de compostelaadministrador del blog de música y teología

‘el ciento por uno’ (http://elcientoporuno.blogspot.com)

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Notas de un itinerario de fe

en París la noche del 29 de abril de 1937–, obviando cuestiones históricas que forman parte ineludible de su itinerario de fe.

estamos ante un filósofo, un músico, un abogado, un traductor, un ensayista, un amante de las artes, quizás el decano más reputado que ha tenido la Facultad de Filosofía y letras de la universidad central de madrid (la actual universidad complutense), el pionero de la educación universitaria española moderna… y, en sus dos últimos años de vida, sacerdote. es sorprendente que con una trayectoria comparable a la de cualquiera de los intelectuales citados anteriormente, y después de su importante labor en la españa de la segunda república, haya quedado en el olvido, y aún hoy, existan personas que buscan desprestigiar su nombre.

desde esta perspectiva, y teniendo en cuenta que este año se celebra el 75º aniversario de la conversión de morente (y el 70º de su muerte), intentaré aportar mi pequeño grano de arena en la tarea divulgativa de un personaje tan apasionante como lo es él. el contenido de este texto es solo una pequeña parte de un trabajo mayor de investigación sobre este autor. Para la elaboración del mismo, me he servido de abundante material bibliográfico, así como de los

apuntes de largas horas de conversación con la única hija viva de morente, Carmen, y sus dos nietos: Emilio y Carmen Bonelli García-Morente.

I. VIDA Y CIRCUNSTANCIAS DE MANUEL GARCÍA MORENTE

con este título quisiera hacer un guiño a la filosofía “raciovitalista” de José ortega y gasset, íntimo amigo de manuel garcía morente, el cual, en Meditaciones del Quijote (1914), expone su famosa tesis: “Yo soy yo y mis circunstancias”. dicho esto, haremos una aproximación histórica a la vida de morente, atendiendo a las circunstancias que condicionaron y configuraron su vida como filósofo, intelectual y sacerdote; así comprenderemos mejor su propio itinerarium fidei.

sobre manuel garcía morente no se ha escrito mucho –me atrevería a decir que “demasiado poco”, para la clase de personaje que es–, pero si queremos conocer su vida, es inevitable aproximarse a su biógrafo, el jesuita Mauricio de Iriarte, que completó y finalizó el trabajo que había iniciado el también jesuita padre Quintín Pérez: El profesor García Morente, sacerdote. Escritos íntimos y comentario biográfico. la primera edición de este libro es de 1951, y todas las obras posteriores que se han hecho hasta ahora la utilizan como referencia inicial; sin embargo, sesenta años después y a la luz de nuevas investigaciones, existen nuevos datos que en ocasiones nos llevan a completar esta obra inicial.

manuel garcía morente nació el 22 de abril de 1886 en arjonilla (Jaén), aunque su infancia se desarrolló en granada, ciudad donde su padre –el doctor García Copás– ejercería como oftalmólogo. es interesante destacar que su padre realizó la especialización médica en París; quizás por esta

INTRODUCCIÓN

Hablar de Manuel García Morente (1886-1942) es traer a la memoria una época resplandeciente de españa, la edad de Plata. Podríamos enumerar decenas de intelectuales de la primera mitad del siglo XX que han pasado a la posteridad como grandes personajes de nuestra historia y de nuestra cultura: Giner de los Ríos, Juan Ramón Jiménez, Ortega y Gasset, Buñuel, García Lorca, Machado, Unamuno, Zubiri… sin embargo, por diversas circunstancias, la historia ha convertido a uno de los grandes de esta época en un gran desconocido. Hoy, manuel garcía morente, es tímidamente conocido en dos ambientes. Por una parte, el universitario, donde todavía se pueden ver ediciones modernas de sus traducciones de filósofos como Kant o Bergson, así como alguna de sus obras más importantes, Lecciones preliminares de Filosofía; sin embargo, en este entorno, son muchos los que desconocen qué ocurrió en su exilio en París y cuál fue el desenlace de su vida. Por otra parte, en el ambiente religioso, son abundantes las publicaciones en las que se incluye El “Hecho Extraordinario” –relato autobiográfico en el que describe cómo fue su conversión

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Filósofo, músico, abogado, traductor, ensayista, amante de las artes, decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la antigua Universidad

Central de Madrid, pionero de la educación universitaria española moderna… y, en sus dos últimos años de vida, sacerdote. Esta es, a grandes rasgos, la trayectoria vital de Manuel García Morente, uno de los intelectuales españoles más destacados de la primera mitad del siglo XX, pero también uno de los menos conocidos. Se cumple este año el 75º aniversario de su conversión a la fe cristiana –también el 70º de su muerte–, una ocasión propicia para rememorar aquí su periplo profesional y ese hecho extraordinario que cambiaría para siempre su relación con Dios.

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circunstancia el doctor garcía copás y su mujer, Casiana Morente, decidieron enviar a sus hijos (Guadalupe, Beatriz y manuel) a formarse a Francia.

cuando manuel garcía morente tenía 9 años, poco después de su primera comunión, falleció su madre. con ella se iba también la referencia moral y religiosa que acompañó a morente hasta ese instante de su vida. en el liceo nacional de Bayona permanecería durante nueve años, hasta 1903, fecha en la que finalizó sus estudios con la obtención del Grand Prix. allí vivió la vorágine de una legislación anticlerical fuertemente laicista; con toda probabilidad, quizás se deba a este contexto cultural y social su alejamiento

de las convicciones creyentes heredadas de su madre. También es interesante destacar que, en estos años de adolescencia, morente regresaba a su casa periódicamente, y será allí cuando, atraído por la música que interpretaban sus hermanas, comenzará a tocar el piano. esta sería una práctica que no abandonaría hasta el día de su muerte. además, la música se convertiría para él en una inseparable compañera en el peregrinar de su vida, hasta el punto de que, a través de ella, cambió su vida; pero no adelantemos todavía acontecimientos.

al finalizar sus años de bachillerato en Bayona, se trasladó a París, y allí comenzó sus estudios de filosofía –muy

a pesar de su padre– en la universidad de la sorbona. en París se convirtió en uno de los alumnos predilectos de Henri Bergson; sin embargo, no fue en la sorbona, como indican algunos de los estudiosos que han trabajado sobre morente, sino en el Collège de France, donde el prestigioso filósofo impartió Filosofía moderna entre 1904 y 1920, clases a las que morente asistía libremente para ampliar su formación. esta buena relación con Bergson, la gran capacidad intelectual y el exquisito nivel de francés de morente motivaron que sus profesores le ofreciesen un puesto de trabajo en la universidad, el cual rechazó por la influencia del afecto familiar que condicionó toda su vida.

morente, poco a poco, se estaba convirtiendo en uno de los intelectuales de la época, un librepensador (al margen de cualquier connotación política) asentado sobre una formación amplia y sólida.

en 1905, regresa a españa licenciado en letras por la universidad de la sorbona. ese mismo verano conocerá en málaga a su futura esposa, Carmen García del Cid. se la presenta José Lamuela, amigo de la infancia. entre 1906 y 1908, instalado ya en madrid, realiza la licenciatura en Filosofía en la universidad central de madrid.

durante el curso académico 1908-1909, morente ocupó la cátedra de Filosofía en la Institución libre de enseñanza (Ile) a petición de giner de los ríos. la huella que dejó en el espíritu de morente la Ile fue una actitud librepensadora y acatólica (no claramente atea): la fe religiosa se redujo a un puro sentimiento religioso meramente humano y natural. será en el transcurso de este año académico cuando conozca a José ortega y gasset.

en este tiempo, morente ejercía la docencia y, simultáneamente, avanzaba en su doctorado en filosofía, hasta que en 1910 decidió continuar sus investigaciones sobre estética en munich (alemania), según mauricio de Iriarte, gracias a la herencia de su abuela recientemente fallecida. en 1911, a través de la Junta de ampliación de estudios e Investigaciones científicas (Jae), morente regresa a alemania,

Busto en su pueblo natal de Jaén

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amigo Elías Torno, gran conocedor de la capacidad intelectual de este. Pero será entre los años 1931 y 1936 cuando morente destaque por su papel de decano –elegido por unanimidad– de la Facultad de Filosofía y letras de la universidad central de madrid.

morente comenzó el gran proyecto de la ciudad universitaria de madrid. este proyecto no se limitaba a la construcción de edificios, sino a un estilo de universidad que se convirtió durante un tiempo (hasta el estallido de la guerra civil) en el buque insignia de las universidades europeas, pionera en el estudio de lenguas extranjeras modernas, una formación integral de la persona e incluso proyectos tan avanzados como el ‘crucero educativo por el mediterráneo’ organizado por morente y en el que participaron un numeroso grupo de estudiantes, de entre los que cabe destacar Julián Marías, el cual, en sus memorias, define a morente como “el decano, insuperable desde todos los puntos de vista”. muy lejos de la “interpretación” que se ha hecho en el libro El sueño de una generación. El crucero universitario por el Mediterráneo (2006), donde se afirma: “merece destacarse que en ninguna de las informaciones de prensa consultadas se hace referencia a manuel garcía morente, impulsor inicial de la idea. el crucero era ya parte de la obra cultural de la república” (p. 38). ¿Qué

interés puede existir en quitar el mérito que tuvo en semejante empresa manuel garcía morente? Por si cabe alguna duda y alguien lo desea comprobar, podemos encontrar más de treinta referencias en diversos medios (El Sol, La Libertad, Luz. Diario de la República, etc.) haciendo referencia al crucero universitario (verano de 1933) en la hemeroteca de la Biblioteca nacional de españa, y en todas ellas citan a manuel garcía morente y muestran abundantes fotografías de la expedición. este acontecimiento recibió una cobertura mediática sin igual por todo lo que

ello supuso incluso a nivel

en este período como catedrático de la Facultad de Filosofía y letras, realizó estudios de derecho, obteniendo la licenciatura en derecho en 1921. en 1923, falleció su mujer, dejando dos niñas de 9 y 4 años, así como un importante vacío en su vida. su hija carmen, con 95 años, recuerda dos curiosas anécdotas sobre este episodio dramático en la vida de morente. en primer lugar, la motivación que tuvo su padre para salir de casa y asistir a la celebración de exequias en el real colegio de nuestra señora de loreto: poder escuchar el Dies irae en gregoriano de la Misa de Requiem, ya que era un enamorado de la música gregoriana y, sobre todo, de la delicada interpretación de las religiosas de la asunción; una vez más, la música tiene un carácter significativo en la vida de morente. Y en segundo lugar, el gesto paternal que tuvo con sus hijas –carmen lo recuerda con emoción– frente a la tumba de su madre, diciéndoles: “¡rezad!”. como si de un “quiero y no puedo” se tratase, morente ha ido dejando a lo largo de su vida perlas como esta que nos hacen entrever su deseo de creer en conflicto con su propio orgullo, que el mismo dios irá puliendo a lo largo de su vida. continuemos.

Ya en 1930, durante la “dictablanda” del general Berenguer, morente fue nombrado subsecretario del ministerio de Instrucción Pública a petición de su

esta vez a Berlín, para estudiar Teoría del conocimiento y Filosofía de leibnitz con el profesor Cassirer y, curiosamente, estética de la música con el profesor Fleischer, uno de los musicólogos más reputados de europa en aquel entonces. Y yo me pregunto: ¿por qué nadie ha mencionado esto jamás? Veremos que no es una cuestión banal.

mientras tanto, morente se queda prendado por el idealismo kantiano, sus viajes a alemania influyeron abundantemente en su pensamiento. Hasta podríamos decir que veía en la filosofía de Kant el compendio de lo perfecto; de ahí que dedicara al filósofo alemán sus esfuerzos científicos redactando La estética de Kant, título de su tesis de doctorado. morente obtiene el título de doctor en la universidad central de madrid en octubre de 1911. Pasará ese invierno nuevamente en alemania, esta vez en marburgo, atraído por la filosofía neokantiana. allí será donde se fragüe una amistad duradera con ortega y gasset.

a partir de aquí, se suceden una serie de acontecimientos de vital importancia en la vida de morente. en 1912, en plena juventud, oposita a la cátedra de Ética de la Facultad de Filosofía y letras de la universidad central, convirtiéndose en el catedrático más joven de españa con tan solo 25 años, dando así muestras de su gran capacidad intelectual. un año después, contrae matrimonio en madrid con carmen garcía del cid. este matrimonio es muy significativo, porque representa claramente dos realidades de la españa de aquel entonces. Por una parte, morente: librepensador, no creyente y de profundas convicciones laicas; por otra parte, carmen: de familia creyente, educada en valores y prácticas religiosas tradicionales. lo que en un primer momento parecía incompatible, sobre todo por parte de la familia de carmen, se transformó en un matrimonio ejemplar, en el que se establecieron unas premisas previas de convivencia, entre las que cabe destacar la absoluta libertad para que ella cumpliese con sus prácticas de piedad, educación cristiana para sus hijos y total respeto para las ideas mutuas. de este matrimonio nacerían María Josefa y carmen.

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En Tucumán (Argentina)

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diplomático, y garcía morente fue el responsable.

en estos años, morente se encontraba en el punto más álgido de su vida. gozaba de prestigio y reputación como decano de la Facultad de Filosofía y letras, vicepresidente del ateneo, formaba parte de la Junta nacional de la música y Teatros líricos, vocal del consejo nacional de cultura, miembro de la junta del orfanato nacional de el Pardo, miembro de número de la academia de ciencias morales y Políticas, etc. Todo esto nos hace ver que era un humanista entregado a la educación, a la cultura y también a la beneficencia. en este sentido, también cabe destacar la total confianza que ortega y gasset profesaba por morente: era su brazo derecho en la Revista de Occidente, lugar de encuentro de todo el “intelectualismo” de la época. se puede decir, sin duda alguna, que morente formaba parte de la élite intelectual de una época, la edad de Plata.

sin embargo, las circunstancias fueron cambiando poco a poco. el 18 de julio de 1936 tuvo lugar el levantamiento militar. el gobierno español reaccionó y se llegaron a constituir dos bandos irreconciliables; lo que parecía que duraría pocos meses dio lugar a una guerra civil de casi tres años. al mismo tiempo, en la zona controlada por el gobierno, se produjo una dinámica revolucionaria urdida por una serie de grupos radicales que desencadenó una fuerte persecución religiosa, la famosa quema de conventos.

morente y otros intelectuales, pese a ser figuras importantes de la segunda república, no mostraron afinidad a estas muestras gratuitas de violencia; más bien, todo lo contrario. ortega y gasset –casi de forma profética– anunciaba años antes de esta situación: “la república es una cosa. el radicalismo es otra. si no, al tiempo” (Crisol, 9 de septiembre de 1931). morente, años después, movido por un sentimiento de justicia social, fue crítico con algunos grupos violentos de corte anticlerical en uno de sus artículos haciendo referencia a la “profecía” de ortega y exclamando: “¡estos republicanos no son la república!”. morente siguió ejerciendo su labor de decano con total libertad –sin dejarse influenciar por partidos políticos ni movimiento radicales–, incluso llegó a contratar en aquella convulsa época a un sacerdote, Daniel García Hugues, como profesor de griego, manifestando así que su convicción inamovible de que la educación no tiene que estar influenciada por la religión nada tiene que ver con la contratación de los docentes más cualificados, sean del signo que sean o más allá del credo que profesen. Pero esta libertad y claridad con la que actuaba lo pondrían en el punto de mira, hasta tal punto que el gobierno de Manuel Azaña, a través de una comisión depuradora del ministerio de Instrucción Pública, lo destituyó como decano de la Facultad de Filosofía y letras al inicio del curso académico 1936-1937. desgraciadamente, ese

mismo día le notificaban que su yerno, Ernesto Bonelli, acababa de ser asesinado por la Federación anarquista Ibérica (FaI) en las tapias del cristo de la Vega en Toledo por pertenecer a la adoración nocturna.

el 26 de septiembre de 1936, con ya casi tres meses de guerra civil a las espaldas, en estas circunstancias de sufrimiento e impotencia ante la barbarie y la intransigencia de ambos bandos, morente es advertido por su amigo Julián Besteiro –máximo dirigente del Psoe– del peligro que corre en madrid. este le aconseja abandonar el país esa misma noche, porque ha sido incluido en una de las listas de la Federación española de Trabajadores de la enseñanza (FeTe).

en estado de shock, morente viaja con un salvoconducto que le permite salir de españa y adentrarse en Francia. llegará a París el 2 de octubre. de este modo, escribe morente: “llegué pues a París sin dinero y con el alma transida de angustia y de dolor; y además corroída por preocupaciones de índole moral”.

este será el comienzo de una conversión inminente. Parece que dios ha preparado el corazón de morente para que pueda tener una experiencia profunda de amor con el creador a través de lo creado, del Bello a través de la belleza musical y de su impacto emocional.

II. EL HECHO EXTRAORDINARIO: RELATO DE UN ENCUENTRO CON DIOS

casi todo lo que podemos saber de manuel garcía morente en el exilio es a través de su correspondencia personal y de una carta manuscrita autobiográfica que se conoce como El “Hecho Extraordinario”. sin duda, estos meses en París, entre los años 1936 y 1937, cambiarán por completo su vida. Hasta el momento hemos recorrido el itinerario vital del filósofo no creyente, ahora descubriremos el itinerario de fe que se escondía detrás de tantos acontecimientos.

morente llegó a París en la más absoluta pobreza, vivía de prestado en casa de un amigo, Ezequiel de Selgas, y comía gracias a la generosidad de

En la Universidad de Madrid (1933)

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después de su conversión, decide que su vida solo tendría sentido entregándose por completo a ese dios amoroso con el que se acaba de encontrar. esa misma noche decide que su entrega será total a través del sacerdocio. mientras maduraba esta idea, pudo reunirse finalmente con su familia en París. Para mantener a los suyos y ahorrar algo de dinero, aceptó un trabajo de profesor en la universidad de Tucumán (argentina). un año después, regresa a españa acogido por el obispo de madrid-alcalá, Leopoldo Eijo Garay –tal y como el mismo morente describe en el Hecho y en diversas cartas personales que se pueden encontrar en su Obra Completa–, para ingresar en el seminario de madrid.

al hilo de esto, cabe recordar que El “Hecho Extraordinario” es una carta personal que morente escribió durante los ejercicios espirituales previos a su ordenación sacerdotal en 1940. en este escrito –como hemos podido comprobar– narra los acontecimientos acaecidos entre 1936 y 1940. el destinatario era José María García Lahiguera (1903-1989), por aquel entonces director espiritual del seminario mayor de madrid y también director espiritual de morente hasta el fallecimiento de este. solo garcía lahiguera, a quien iba dirigida la carta en la que se narra el Hecho de su conversión, conocía esta historia. el mismo morente escribe en esa carta: “a nadie en el mundo, ni aun en confesión, he hablado jamás de las cosas que contiene esta larga relación. ni pienso, ni deseo, ni quisiera jamás hablar de ello con nadie ni a nadie. confórtame la convicción absoluta de que las cuento a quien sabrá guardar de ellas la prudente reserva”. Y así fue: garcía lahiguera jamás habló de esta cuestión con nadie, ni si quiera con el propio morente después de haber leído la carta. de tal forma que nadie conocería esta historia hasta después de su muerte (1942).

III. LA MÚSICA COMO PORTA FIDEI EN LA CONVERSIÓN DE MORENTE

Hemos ido señalando con antelación que garcía morente tenía conocimientos musicales, también sabemos que

está llegando al punto culminante de su itinerarium fidei, percibe el misterio a través de la música que escucha, y esta percepción lo lleva a una comprensión y aceptación del misterio.

Tres obras musicales son las que morente cita en El “Hecho Extraordinario”: “Final de una sinfonía de César Franck; luego, al piano, la Pavane pour une infante défunte, de Ravel; y finalmente, en orquesta, un trozo de Berlioz intitulado L’enfance du Christ”. será el mismo morente el que escriba: “[esta música] tuvo un efecto fulminante en mi alma. ¡ese es dios, ese es el verdadero dios, dios vivo, esa es la Providencia viva! –me dije a mí mismo–. ese es dios, que entiende a los hombres, que vive con los hombres, que sufre con ellos, que los consuela, que les da aliento y les trae la salvación”.

esta es la profesión de fe que morente pronunció al apagar la radio. sin duda, fruto de la profunda experiencia de dios que tuvo esa noche, la noche del 29 al 30 de abril de 1937. Él mismo describe así sus primeras sensaciones tras la escucha de la palabra envuelta, arropada y transmitida por la música: “Yo había querido con toda sinceridad y devoción abrazarme a dios, a la Providencia de dios; yo había querido entregarme a esa Providencia, que hace y deshace las vidas de los hombres. ¿Y qué me había sucedido? Pues que la distancia entre mi pobre humanidad y ese dios teórico de la filosofía me había resultado infranqueable. Pero cristo, pero dios hecho hombre, cristo sufriendo como yo, más que yo, muchísimo más que yo, a ese sí que lo entiendo y ese sí que me entiende. ¡a rezar, a rezar!”.

el Hecho tiene importantes similitudes con la conversión de san Agustín o de Paul Claudel: ambos tuvieron experiencias de encuentro con el misterio a través de la belleza de la música, y esta experiencia los llevó a la aceptación del misterio (acto de fe). en este sentido, no es de extrañar que morente, después de una vida en la que la música parecía la compañera inseparable de viaje, se encontrase con la Verdad que tanto había anhelado a través de un arte tan expresivo como la música.

madame Malovoy, viuda de un antiguo compañero de la sorbona. solo alivió un poco su situación económica con el encargo que le hizo la editorial garnier de la edición de un diccionario francés-español, español-francés. Pese a algunos golpes de suerte como este, una tortura moral continua acechaba su corazón por haber dejado en españa a sus hijas, una de ellas viuda y con dos hijos; por ello, intentó sin descanso y de todas las maneras posibles hacerlas salir de españa para que se unieran a él en París.

sin embargo, esta situación extrema de temer por su vida y por la de los suyos en el sinsentido de la guerra civil, provocó en morente un estado continuo de depresión y desesperanza. Poco a poco, en sus reflexiones filosóficas sobre los acontecimientos acaecidos, descubre que su vida se ha hecho sin él, surge por primera vez en su pensamiento la idea de “providencia”, pero la rechaza categóricamente. días más tarde, el 28 de abril, retoma esta idea y se plantea realizar una investigación metódica, seriamente filosófica desde términos universales. Tras una reflexión sobre la naturaleza de los hechos de su vida y las alternativas posibles para explicar su sentido (el determinismo o la providencia), llega a la conclusión de que ha de haber una “providencia”. esta conclusión le pone ante una disyuntiva importante: ¿dónde está la libertad del ser humano?, ¿cómo puede ser que una providencia nos dé hecha nuestra propia vida? ante el dolor que padece, la idea de una providencia se le hace cruel, incluso llega a pensar en el suicidio, pero, curiosamente, lo que le aleja de este pensamiento es que, haciéndolo, no llegaría a la solución filosófica del problema planteado.

será en este instante, en el punto más elevado de su reflexión filosófica sobre un ser trascendental que gobierna nuestras vidas, cuando decida tomar un respiro antes de desfallecer de cansancio y así retomar un poco más tarde la reflexión.

en el silencio de la noche enciende la radio y, poco a poco, comienza a despertar en su interior la respuesta a sus planteamientos filosóficos a través de la música que escucha. detengámonos un instante. morente

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amenizaba asiduamente las tardes de tertulia en la sede de la Revista de Occidente (fundada por su amigo ortega y gasset) tocando el piano. También se conoce su formación en estética de la música en Berlín, así como su pasión por la música francesa, sobre todo las óperas, hasta el punto de formar parte de la Junta nacional de la música y Teatros líricos.

es muy significativo que el mismo morente describa con sumo detalle la historia de su conversión citando expresamente las tres obras musicales que escuchó y que, según él, provocaron un “efecto fulminante” en su alma. en mi modesta opinión, creo que se ha dado un cúmulo de circunstancias que propiciaron la conversión de morente, pero la música –unida a la gracia– han sido decisivas. detengámonos en la “terna musical” con la finalidad de ilustrar nuestra propia convicción.

la Sinfonía en re menor de césar Franck (1822-1890) consta de tres movimientos: 1. Lento. Allegro ma non troppo; 2. Allegretto; 3. Finale. Allegro non troppo. Franck compuso esta obra al final de su vida, con una carga religiosa muy importante. a través de ella, describe el paso de las tinieblas a la luz durante cuarenta minutos de música incesante, como una cascada incesante en la que se alternan momentos de estabilidad e inestabilidad armónica. morente tuvo ocasión de escuchar el final de la obra, justamente la parte de la “luz” (la fe), donde los temas oscuros se convierten en exultantes y gloriosos.

después de esta obra, morente escuchó la Pavane pour une infante défunte para piano de maurice ravel (1875-1937). en una duración de seis minutos ravel desarrolla una sugerente armonía, cargada de emotividad. en la angustia de morente por no tener a sus hijas con él esta delicada obra, con forma de danza, pudo suscitar en nuestro filósofo un estado de paz necesario para poder percibir el misterio a través de la Trilogía Sacra de Berlioz.

L’enfance du Christ de Hector Berlioz (1803-1869) es el fruto de un trabajo de cuatro años que comenzó como una broma entre el compositor y un amigo. originariamente, la firmó con el nombre de un monje desconocido por pudor a lo que se dijese. sin embargo, Berlioz, tras

la gran acogida de la obra, reconoció su autoría. es una obra de extrema belleza musical en la que se describe (en francés) la infancia de Jesús.

a la luz del texto de El “Hecho Extraordinario” y la variedad de las obras musicales, ¿podríamos atrevernos a afirmar que la música ha tenido una relevancia importante en la conversión de morente? creo, sin duda, que la respuesta debe ser afirmativa. la experiencia estética es una de las pocas vías que aún le quedan al hombre y a la mujer actuales para experimentar la trascendencia comunicativa del misterio. la música, como expresión estética, es uno de los lenguajes que poseemos hoy para comunicar con los hombres y mujeres contemporáneos,

tan alejados –a veces– de la experiencia interior, tan apresurados por escapar de sí mismos y tan abocados al exterior. en definitiva, concebimos aquí la música como expresión estética, percepción de lo bello y uno de los caminos para decir la maravilla del misterio que se comunica y habla a través del lenguaje de la belleza artística sonora, a través de la emoción de la experiencia que mueve a la sensibilidad, a la percepción y a la aceptación del misterio. así creemos que lo experimentó garcía morente. al hilo de esta reflexión, podemos entender el arte como “lugar de encuentro”, es decir, como lugar donde se puede percibir lo que inicialmente parece imperceptible. la música, de manera especial, posee esta cualidad. la intangibilidad del arte de los sonidos la convierten en metáfora viva del lenguaje del misterio. el mismo lugar donde vibra la percepción del misterio.

llegados a este punto, nos planteamos la cuestión de la eficacia de la belleza como reveladora de lo divino, la efectividad de su mediación en el camino hacia dios. en realidad, a lo que conduce la más genuina contemplación estética es a la contemplación mística (tal y como pudo experimentar morente), ya que la belleza es una forma de la revelación porque expresa con claridad el amor, que es el contenido central de la fe.

Por consiguiente, la acogida del amor gratuito de dios como respuesta y entrega de uno mismo a la revelación es lo que se conoce con el nombre de “acto de fe”. Ya no se trata de los preámbulos de la fe, sino del acto de acogida y aceptación de la Palabra de dios dirigida al hombre. Pero la fe, que muchas veces se ha identificado erróneamente con un proceso intelectual, tiene un carácter de globalidad que importa subrayar. “cuando dios revela, el hombre tiene que someterse con la fe (cf. rom 16, 26; 2 cor 10, 5-6). Por la fe el hombre se entrega entera y libremente a dios, le ofrece el homenaje total de su entendimiento y voluntad, asintiendo libremente a lo que dios revela” (Dei Verbum 5).

Por eso, antes de hablar del asentimiento al mensaje, el concilio Vaticano II menciona el abandono de la persona a dios que habla. así

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después de este recorrido, esperamos haber contribuido a la divulgación de un personaje que ha caído en el olvido y que ojalá el tiempo ponga en el lugar que merece. aunque cabe destacar que este artículo es solo una pequeña muestra de una investigación mayor sobre manuel garcía morente, en la que se desarrolla con mayor amplitud el contexto histórico y la reflexión teológica sobre la música como porta fidei en la conversión de morente. Por último, también cabría destacar la actualidad –con respecto a la nueva evangelización– de la conversión de morente. Valorar la música como via pulchritudinis puede facilitar a muchas personas la posibilidad de percibir y aceptar el misterio en nuestros días.

acaecido en París, sino que es fruto de una sucesión de circunstancias y acontecimientos que tuvieron su culmen y meta en la “noche musical” de su conversión parisina. Por eso hemos hecho un sucinto análisis del escrito que morente dirigió a su director espiritual.

este acontecimiento extraordinario nos ha servido como base y fundamento de nuestra reflexión posterior sobre el papel de la música en la manifestación del misterio a través de lo creado, concretamente, a través de la belleza de la música. al afirmar este postulado, no partimos de una hipótesis, sino del testimonio de garcía morente sobre su experiencia de fe a través de la música: percepción y aceptación del misterio.

pues, se destaca que el acto de fe parece destinado a permanecer en una dialéctica que se mueve entre la comprensión del hecho y la ocultación del mismo en un misterio mayor, en donde la gracia tiene un papel decisivo. en este sentido, en El “Hecho Extraordinario”, comprobamos cómo morente se pone en “escucha” de ese dios que habla, para abandonarse en Él con una aceptación plena del misterio desde la razonabilidad y la experiencia.

Por consiguiente, se consolida el acto de fe cuando confluyen armónicamente fe y razón, que “son las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad” (Fides et Ratio 7). en el caso de morente, este proceso ha durado toda la vida; durante años ha buscado a través de la razón la verdad, pero dejando a un lado la fe. en el momento que se abrió a la trascendencia –y le fue concedida la gracia–, tuvo ocasión de descubrir la hermosa armonía entre fe y razón.

lo significativo es comprobar que los corazones tocados por dios y deslumbrados por su belleza no deben esconder este tesoro, sino poner a producir todos los talentos que el señor le haya concedido (cf. mt 25, 14-30), porque el que se entrega con generosidad será premiado con el “ciento por uno” y la “vida eterna” (mt 10, 29). sobre esta cuestión, el mismo morente escribe en El “Hecho Extraordinario”: “al día siguiente del Hecho, tomé ya la resolución de consagrarme a dios y abrazar el estado sacerdotal”. de este modo, respondió a la gracia concedida esa noche del 29 al 30 de abril de 1937.

CONCLUSIÓN

con motivo del 75º aniversario de la conversión de manuel garcía morente, hemos intentado hacer memoria de la valía intelectual de este filósofo realizando un recorrido amplio por su vida hasta llegar al culmen de su carrera como decano de la Facultad de Filosofía y letras de la universidad central de madrid. esto nos ha servido como pórtico idóneo para comprender el itinerario de fe de morente, que no se reduce al Hecho extraordinario

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→→ BARRES GARCÍA, C., Un viajero hacia el infinito: itinerario espiritual de Manuel García Morente,→Barcelona,→2005.

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