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Cuenta con casi 30 años de experiencia
en el mundo de la Mercadotecnia, publi-
cidad y medios. Ocupó altos puestos
directivos en Sudáfrica y en diferentes
agencias de publicidad. Posteriormente,
fundó su propia agencia de Investigación
de Mercados, llamada "Impact
Information", que llegó a colocar como
una de las 3 agencias más importante en
su región. En el 2001 la vendió para ser
presidente de la Millward Brown.
Gracias a este libro y sus reveladores
conocimientos ha sido invitado a dar
conferencias alrededor del mundo sobre
el tema.
En busca de una experiencia única
En la actualidad, concebir la pu-
blicidad en base al compor-
tamiento del cerebro humano es
una excelente idea para obtener ma-
yores réditos a la hora de batirnos a
duelo en el paño del mercado. Anclar
en las emociones de los individuos es
una propuesta tentadora para afianzar
el vínculo con el público, y enriquecer,
aunque sea oníricamente, las cua-
lidades de nuestro producto o servicio.
El fin es afectar sentimentalmente a la
persona para atraerlo a una experien-
cia mucho más allá de la realidad.
Diseñar anuncios que sólo
transmitan las cualidades tangibles de
nuestro producto o servicio significa
dar ventajas y retroceder en todo sen-
tido. La responsabilidad de publicitar
ya no recae simplemente en convencer
gustativamente al consumidor de
golosinas, sino llevar la persuasión (de
eso se trata la publicidad y el marke-
ting) a su máxima expresión, dándole
al público otro tipo de estímulos.
Los estudios en el campo de
la neurología y la psicología hicieron
notar la importancia de este recurso, y
estas investigaciones afirman más que
nunca que darle a la gente una expe-
riencia única, reconfortante y hasta
incluso, intensa, es posible gracias al
conocimiento sobre los circuitos del
cerebro humano. Los consumidores
necesitan otra cosa y no más de lo
mismo. Esperan de un anuncio de tele-
visión más que una imagen refres-
cante, un refresco.
Apreciar que en la mente
existe un infinito mundo de fusibles
que accionar, es insertarnos en tecni-
cismos nuevos pero beneficiosos a la
vez. Por eso no debemos desa-
provechar la posibilidad de jugar todas
nuestras neuronas para impactar en las
del prójimo. Hay que lograr que la
gente no sólo sea impactada por la
estética de la publicidad, sino generar
en quienes nos perciben un recuerdo a
futuro que nos garantice un lugar más
cercano en sus afectos. El valor agre-
gado del estímulo es un ingrediente
que abre nuevas puertas; es un ámbito
que le está aportando a las marcas una
inyección emocional atractiva y sen-
sorial para apegarse experiencial-
mente al destinatario. Para ello cada
una debe evitar la inmensa ola de
información que reciben los consumi-
dores. La mente es un terreno fértil
para potenciar la performance de la
publicidad en otro sentido, por eso:
¡A la conquista!
* Interesante enfoquede cómo tratar a la publIcI-dad como medIo Influyente.
* aporta pequeños consejospara hacer que los anuncIos
sean más efIcIentesa la hora de llegara los consumIdores.
LA MENTE EN
LA PUBLICIDAD
1
El gran aporte
ERIK DU PLESSIS
KOGAN PAGE
Edición 2005
Páginas: 272
ISBN: 0749443669
aden.org/alumni
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1 Cómo trabaja la publicidad2 Accesos a la mente humana
3 Los modelos psicológicosde aprendizaje y memoria
4 La estructura del cerebro5 Neuronas: los componentes
básicos del cerebro6 Aprendizaje y emoción
7 Despertamiento y conocimiento8 Emoción y razón
9 Aprendizaje accidental - y olvidado 10 Del cerebro a la publicidad
11 ¿Por qué la publicidaddebe ser investigada?
12 Se hace más difícil recordarla13 Publicidad, estudio y memoria
14 La continua atención15 Qué medio gusta como anuncio
16 Reconocimiento, rellamada y persuasión17 Anuncios memorablesy acoplamiento de marca
18 Exposición del consumidor a la publicidad:estrategia de medios de comunicación
19 El Profesor Ehrenberg y la acusación de laautoridad de lo juzgado; o el efecto de la marca
sobre la publicidad20 El mundo mental de las marcas y el objetivo de
la publicidad21 ´Lo dije así´
22 Lo emocional y lo racional
Al Sistema Nervioso Central
llegan los diferentes impul-
sos que provienen de nues-
tros sentidos y es ahí donde
comienza a funcionar el proceso
por el cual todo ser humano se com-
porta; una reacción al estímulo. Las
neuronas tienen un papel protagóni-
co en este sistema: son las encar-
gadas de alimentar la actividad
cerebral que dará como resultado la
interpretación positiva o negativa
sobre una publicidad.
Erik Du Plessis nos ofrece
sencillos ejemplos para entender la
dinámica de las emociones y nos
explica porqué los humanos
reaccionamos de distinta manera
antes situaciones semejantes. Todo
esto bajo el marco de la publicidad
que enfrenta un nuevo paradigma:
el de la emoción sobre la razón. De
ahí la importancia de investigar la
compleja madeja de células que
habitan en el cerebro humano.
En los últimos 20 años es
notorio cómo el nivel de olvido
sobre los anuncios publicitario se
ha acrecentando. Ya menos per-
sonas tienen memoria sobre al-
gunas publicidades y cada vez se
hace más difícil lograr que la gente
recuerde un spot. La fórmula de la
publicidad efectiva nos da cierta luz
sobre las herramientas que debe-
mos utilizar para captar la atención
del público, sin olvidar que uno de
los ingredientes ineludibles para
dicha efectividad radica en la
creatividad. Mientras tanto, si nos
equivocamos y hacemos que el con-
sumidor se enoje frente a nuestro
anuncio, nos costará el doble de tra-
bajo que ese olvido se disipe y ese
paso en falso puede ser letal para
nuestras aspiraciones.
The Advertised Mind Erik Du Plessis
2 aden.org/alumni
Resumen Express
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The Advertised Mind Erik Du Plessis
EL CEREBRO HUMANO:
LAS NEURONAS SE ACTIVAN
El sistema nervioso central
(SNC), constituido por la espina
dorsal y un complejo sistema
nervioso periférico que hace de
soporte al traspaso de información
sensorial, es el que adopta todo el
tiempo los impulsos provenientes
del exterior. Puede ser lo que
percibimos a través de la vista, lo
que olfateamos, la apreciación del
tacto y demás. De esta manera, el
rastro sensorial comienza el circuito
hacia el cerebro, que recibe toda la
información recogida por las células
que a su vez alimentan al sistema
nervioso. Una vez asimilados los
datos por el cerebro, los procesa y
envía una respuesta en dirección
contraria, pasando nuevamente por
el SNC. Así, emitimos una respues-
ta al estímulo como un reflejo
automático.
Por otro lado, las neuronas
tienen un papel primordial en el
funcionamiento del proceso recién
mencionado. Ni más ni menos son
las células del cerebro. Están con-
formadas por tres partes: un núcleo,
como toda célula y, fundamental-
mente para el funcionamiento
neuronal, un axón y una o más den-
tritas. En el cerebro humano habitan
al menos diez mil millones de
neuronas y la red que conforman es
un sistema interactivo sorprendente
de axones y dentritas en pos de la
actividad cerebral.
El proceso de una neurona fun-
cionaría así:
Las dentritas recogen la informa-
ción de otra neurona. En el núcleo
se procesa la información. Y, final-
mente, el axón despide el mensaje
procesado en el núcleo hacia otra
neurona.
Ya que las neuronas no
tienen contacto entre sí, a este
esquema debemos agregarle otro
elemento más: las sinapsis. Estos
menudos espacios inter-
neuronales tienen la función de ser
el paso por donde se filtra la infor-
mación de axón a dentrita. La
misma es "envasada" en una serie
de moléculas químicas llamadas
neurotransmisores, que viajan a
través de este espacio para favore-
cer el intercambio de mensajes cere-
brales. A medida que una neurona
responde al llamado de otra com-
pañera y así sucesivamente, la
sinapsis se hace más sensible facili-
tando respuestas mucho más ágiles
e incrementando la productividad
neuronal. Este intercambio depende
de la cantidad de neurotransmisores
que envíe una neurona a otra y va
generando lo que se llama experien-
cia. Cuanto mayor sensibilidad por
el feedback progresivo entre
neuronas, mayor será la experien-
cia. Así, conociendo los procesos, la
memoria pasa a ser la sumatoria de
reacciones químicas propias de la
actividad cerebral del ser humano,
todo gracias a la acción sensorial
que este perciba.
Resumen XL
PANORÁMICA CONCEPTUAL
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"La emoción juegaun papel crítico en nues-tra reacción instintiva a
acontecimientos quepasan alrededor de
nosotros."
"Tanto cuando miramosla televisión o leemos una
revista, esperando serentretenidos o informa-
dos, nuestro cerebro per-manentemente supervisael proceso para decidir si
ese acto nos causaentretenimiento."
Si observamos el dibujo de
un niño que representa un rostro
humano, formado por dos círculos
en representación de los ojos y dos
líneas rectas por el lado de la nariz y
la boca, nuestra actividad cerebral
comenzará a activarse a partir de la
estimulación de nuestra retina, que
apreciará simplemente aquellos
dibujos geométricos de sencillo di-
seño. Cabe aclarar que estas células
no interpretan, solamente recogen
información (inputs).
Una vez iniciado el circuito
a través de la expectación, los inputs
obtenidos por la retina son transmi-
tidos a las neuronas para descifrar el
mensaje. El secreto en este ejemplo
sencillo es que los espacios
interneuronales son más sensibles a
señales como estas, en donde el ros-
tro se familiariza tan comúnmente
con nuestra experiencia. Así es
como opera este mismo proceso
frente a la exposición de marcas, en
donde elaboramos internamente
diferentes conceptos sobre lo que
percibimos como información.
Nuestro cerebro siempre
estará activo para responder a cada
estímulo. Siempre interpretaremos
aunque no sea de manera correcta.
Por eso, cuando estamos frente a un
anuncio publicitario procesamos la
información y, través de nuestra
experiencia, reaccionamos de tal o
cual modo. La capacidad cerebral
de cada persona, que responderá de
forma distinta según la memoria de
cada uno, es la que inducirá el com-
portamiento.
El debate: razón o emoción
Si bien ya conocemos con-
cisamente sobre el funcionamiento
del cerebro, debemos tomar en
cuenta dos conceptos que nos ayu-
darán a profundizar más adelante
sobre la publicidad en la mente:
razón y emoción. Pero para ello nos
detendremos en un ejemplo que nos
brindará un mayor aprendizaje.
Imaginemos que nos encontramos
en el campo (en un paraje en donde
los lugareños nos han advertido de
la existencia de muchas serpientes
venenosas) y, de repente, nos
enfrentamos ante una figura que
parece la de una serpiente. ¿Cuál
sería el "viaje" que ese estímulo ten-
dría en nuestro sistema cerebral? El
camino se partiría en dos: por un
lado, el estímulo viajaría hasta la
amígdala (sistema límbico), que
produciría una respuesta en el nivel
emocional (temor - no temor); con-
siguientemente, ese estímulo se
dirigiría hacia el hipocampo, donde
el contenido (incluido el contenido
de tipo emocional) es analizado. La
amígdala es un intérprete "insensi-
ble", es decir, no es capaz de apre-
ciar los matices de un estímulo.
El hipocampo, por su parte, es
capaz de analizar los detalles, pero
le lleva más tiempo para hacerlo,
razón por la cual se produce antes la
reacción de la amígdala.
Por lo expuesto, toda rea-
cción emocional es consecuencia
directa de un estímulo.
Racionalizamos esta emoción que,
paralelamente, modifica la reacción
emocional primera. Un proceso
como este no sólo se activa ante
emociones de temor o peligro, sino
también ante sentimientos am-
biguos de placer.
Y bien, la postura de
Descartes y Freud sobre que existen
dos esferas distintas; razón y emo-
ción, ¿Cómo repercute en nuestro
ejemplo? Nuestro desarrollo ejem-
plificado rompe con el esquema
tradicional extendido en nuestra
sociedad y sostenido por estos dos
personajes y se abre paso frente a
este pensamiento tan arraigado en
los tiempos que corren.
Actualmente entendemos
que son las emociones las que ori-
ginan la toma de decisiones y, por
ende, las que influyen en el resul-
tado final del proceso de raciona-
lización. La reacción emocional de
que puede ser una serpiente y no
una sombra, enfoca la atención en
"Los trabajos de publi-cidad deben establecer
sentimiento, asociación ymemoria en relación
a una marca."
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el resultado negativo que una
acción puede traer consigo y fun-
ciona como "alarma automática"
que parece sentenciar: "Ten cuidado
con el peligro al que te enfrentas
cuando tomes una decisión concre-
ta". Esa señal a la que nos referimos
(la emoción) nos protege ante
futuras pérdidas y nos permite
elegir entre varias alternativas.
El neurólogo Antonio
Damasio, que hoy es Jefe del
Departamento de Neurología en la
Universidad de Iowa, ha colaborado
en el cambio intelectual al que
hacemos referencia. Sostiene que
los humanos, cuando deben optar
por una u otra alternativa, única-
mente hacen uso de un criterio:
"¿Cómo me sentiré si hago tal
cosa?". Obviamente, nadie sabe
como se encontrará en un futuro,
por lo que su decisión se apoya en
una experiencia similar pasada que
brinde cierta aproximación de cómo
actuarán nuestros eventuales sen-
timientos. De hecho, afirmar que
"las emociones nublan las deci-
siones racionales", es estar en lo
cierto.
Ante la pugna, por ejem-
plo, de adquirir un Porsche o
dedicar ese dinero a pagar los estu-
dios universitarios de un hijo,
nuestro sistema límbico reacciona
ante el recuerdo de cómo nos sen-
tíamos en situaciones similares del
pasado y envía un mensaje de
respuesta positivo o ne-gativo: “no
es bueno elegir el Porsche te haría
sentir mal. Es mejor pagar la uni-
versidad de tu hijo, te hará sentir
bien”. Esta reacción se funda en el
principio de supervivencia: es una
simple elección entre el placer y los
malos sentimientos, incluso aunque
no tengamos conciencia corporal de
sensaciones de tipo placenteras o
dolorosas.
Preguntas como "¿qué pien-
sas de...?” son frecuentes en entre-
vistas de investigadores y, claro
está, las respuestas son siempre
muy similares: "me gusta porque..."
o "no me gusta porque...". Lo
primero que se produce a nivel
cerebral en los entrevistados es una
reacción emocional y posterior-
mente proviene el proceso de
racionalización de la misma. Por
más que seamos rígidos para ser lo
más objetivos posibles, siempre
nuestros factores emocionales
tomarán la decisión por nosotros y
nuestra razón simplemente se suje-
tará a justificar esa elección. Todos
hemos experimentado que cuando
no nos sentimos a gusto o en
desacuerdo con otra persona, es
imposible racionalizar nuestra
elección para cambiarla; actuamos
emocionalmente sin lugar a modifi-
caciones en nuestra percepción.
Científicamente existen dos
tipos de emociones que podríamos
definir como "positivas" y "negati-
vas". El proceso de respuesta frente
a un estímulo así parece demostrar-
lo. Parece claro que si la amígdala
tratara de diferenciar entre
emociones más complejas que las
simplemente positivas o negativas,
ello iría en detrimento del organis-
mo. Cuando la primera reacción
ante un estímulo pasa de la
amígdala a la zona occipital del
cerebro es cuando un proceso de
pensamiento más complejo tiene
lugar y pueden "catalogarse"
emociones como el amor, la felici-
dad, la tristeza, la depresión, los
celos, etc.
Atención o alerta
Como estamos en perma-
nente contacto con innumerables
inputs sensoriales provenientes del
exterior, nuestro cerebro necesita
una herramienta que filtre esa canti-
dad de información. Para graficar lo
expuesto, podemos imaginarnos un
despliegue de fuegos de artificio
con incontables explosiones al
mismo tiempo, en donde actúa un
mecanismo de selección, que se
llama conciencia. Podemos definir
conciencia como el epicentro de la
actividad neuronal, es decir, aquello
a lo que le dedicamos atención. Si el
impulso sensorial es más impac-
tante mayor será nuestra atención.
Ejemplo: si nos encontramos en un
comercio y observamos una pila de
naranjas en algún lugar del local, es
más factible que esto capte nuestra
atención (conciencia) que si sólo
percibiéramos una sola naranja
junto a otras frutas en un estante.
Esta intensidad no es el único ele-
mento que puede desviar nuestra
atención. Imaginemos que estamos
situados en una reunión social for-
mando parte de un grupo de per-
sonas y, de golpe, nuestra atención
recae en un amigo al que hace
mucho que no veíamos y que acaba
de ingresar por la puerta (sin des-
pertar demasiada atención, actuan-
do naturalmente). O, por otro lado,
es posible que estemos concentra-
dos en nuestra conversación y que,
de repente, nuestra atención se
desplace en una distancia más allá
de la que estamos presentes porque
en otro grupo de gente alguien ha
pronunciado nuestro nombre (en un
tono de voz discreto, sin tratar de
llamar la atención).
Aquí abordaremos un con-
cepto ya dado, para entender el
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porqué de lo ocurrido en los dos
ejemplos anteriores; la sinapsis. La
intensidad del estímulo sensorial no
solamente será fundamental para
crear un foco de atención que
desenvuelva una nueva actividad
neuronal, sino que también influyen
tanto el tamaño como la sensibi-
lidad de esa red neuronal. Como lo
señalábamos, no es más que una
reacción a un estímulo.
El estado de alerta repercute
en la conciencia, que recordemos es
el centro de nuestra atención, pero
no por ello debemos mezclar ambos
elementos. Cuando nos encon-
tramos durmiendo, nuestro nivel de
alerta es mínimo y no podemos
enfocar nuestra atención en absolu-
tamente nada. Cuando vivimos un
estado de alerta elevado (por ejem-
plo, cuando existe un enojo por
algo), nuestra conciencia parece
estar bloqueada y es muy difícil
centrar nuestra atención en algo
concreto. En conclusión, es más
fácil para una persona dirigir su
atención a un estímulo cuando el
estado de alerta es moderado.
Optimizar el nivel de alerta
es elemental para poder percibir los
estímulos sensoriales del exterior y
es necesario para la supervivencia
del ser humano. Este proceso de
aprovechar el termómetro de nues-
tra atención se realiza química-
mente mediante unos compuestos
denominados aminas (serotonina,
dopamina, histamina, etc.). Si no
contáramos con ese termómetro,
nuestras reacciones siempre serían
idénticas, siempre dependiendo de
la sinapsis. Pero las respuestas a los
estímulos están sujetas a las cir-
cunstancias especiales que operan
en cada situación.
Aprendizaje y olvido
Para darle cierto
corolario al repaso del fun-
cionamiento del cerebro humano,
debemos mencionar en qué consiste
el aprendizaje, tanto espontáneo
como forzado. Desde el punto de
vista de la publicidad, el más rele-
vante es el espontáneo, aunque hay
que justificar que no se dispone de
evidencias científicas que
demuestren que existen dos meca-
nismos para aprender. La diferencia
radica en la utilización de ese
mecanismo, por eso decimos que en
el aprendizaje conciente "forzamos"
nuestra atención a un punto deter-
minado, en cambio en el aprendiza-
je incidental, nuestra atención se
dirige hacia un hecho u objeto
involuntariamente o, al menos, de
forma menos conciente.
Aprendizaje forzado: Para memo-
rizar una lista de palabras podemos
utilizar varias herramientas o recur-
sos para exigir a la atención que se
enfoque en ello, por ejemplo, repi-
tiendo en voz alta, escribiendo en
un papel la serie de palabras, con
reglas memotécnicas que afirmen
las palabras. Usando diferentes for-
mas que nos facilite recordarlas.
Como observamos el apren-
dizaje necesita de repeticiones. La
primera vez que un niño maneja una
bicicleta se caerá de inmediato al
intentarlo. En cambio, posterior-
mente, mejorará su equilibrio y, a
fuerza de repetir, conseguirá man-
tenerse firme y avanzar cada vez
más. Este comportamiento
establece una curva de aprendizaje,
donde los primeros intentos son
fallidos y después ya no. Esto se
debe a la sensibilidad que se gene-
ran entre las neuronas. Las sinapsis
desarrollan una mayor experien-
cia para que el niño recuerde en su
próximo intento las malas pericias
de las primeras, o podamos recordar
más claramente una lista de pa-
labras.
Con cada repetición la
memoria se va reforzando, pero en
el intervalo que se produce entre
dos repeticiones siempre hay algo
que se omite. Estudios científicos
afirma que cuanto mayor es la fre-
cuencia del pasaje de información
entre las neuronas, mejor será el
proceso de aprendizaje.
Ejemplificando este último concep-
to, según los expertos en aprendiza-
je es mucho mejor y más óptimo
repasar los apuntes tomados en
clase el mismo día después de aban-
donar la escuela, volver a revisarlos
el día siguiente y así con una fre-
cuencia más amplia. Las repeti-
ciones deben tener una frecuencia
relativa alta al inicio y reducirse
exponencialmente a lo largo del
tiempo.
COMBATIENDO EL OLVIDO
Una vez revisados los con-
ceptos que involucran el fun-
cionamiento cerebral, es hora de
sintetizar las variables que deben
tenerse en cuenta para conseguir
que la publicidad resulte eficiente.
Para ello, cabe aclarar que la publi-
cidad tiene un gran reto para poten-
ciar la marca: el de permanecer en
la memoria de los consumidores.
Desde hace 20 años a esta parte, los
números de los encuestadores han
reflejado que muchas de las per-
sonas que observan televisión, olvi-
dan más fácilmente la publicidad a
la que están expuestas. Esta caída
estrepitosa ha llenado de incer-
tidumbre a los publicistas del
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mundo. Sin embargo, no hay
que dejar de lado que por lo ge-
neral, prestamos poca atención a lo
que nos rodea por el constante
frenesí en el que estamos envueltos.
Por eso, la tarea es aumentar con-
siderablemente los niveles de aten-
ción para que el impacto recale más
profundo.
*Audiencia
La idea es no estar tan pen-
dientes de cuántas personas estarán
expuestas a nuestra publicidad, sino
a cuántas personas les robará la
atención, recordarán y de qué ma-
nera nuestro anuncio impulsará la
compra del producto o servicio.
*Frecuencia
Mike Naples, en su teoría de la fre-
cuencia, afirma que hay poca
respuesta a un anuncio la primera o
segunda vez que es contemplado.
Solamente a partir de la tercera
exposición comienza a darse una
respuesta positiva. Luego esa
respuesta va disminuye a medida
que se incrementa la frecuencia de
exposición. Si bien el debate sobre
el nivel de frecuencia de un anuncio
es viejo, es llamativo comprobar
cómo ciertas teorías como la de
Naples se imponen sin aplicar un
análisis más crítico. En primer
lugar, esta teoría no da ninguna
apreciación sobre el período de
tiempo que debe existir entre la
primera, segunda y tercera exposi-
ción del anuncio. Los publicistas
adoptaron la postura de que la
exposición debía responder al ciclo
de compra, pero esto no parece
tener mucho sentido en el caso de
productos o servicios que solamente
se compran esporádicamente, por
ejemplo los automóviles. Por otro
lado, Naples no contempla la crea-
tividad del anuncio, su duración ni
muchos otros factores importantes.
Por eso creemos que dicho aporte
teórico fue adoptado por los escasos
recursos con los que cuentan las
agencias publicitarias para realizar
investigaciones exhaustivas. Lo
más fácil es seguir la corriente sin
ningún valor crítico.
Recordemos el ejemplo del
niño y su bicicleta. Concluímos que
el aprendizaje depende pura y
exclusivamente de: 1. las repeti-
ciones que van refrescando nuestra
memoria 2. cómo la retención de lo
aprendido va mejorando con el paso
del tiempo 3. cómo existe un punto
de inflexión en el que se pasa de no
tener rendimiento (intentos fallidos)
a aumentar progresivamente la efi-
cacia (equilibro y firmeza).
Podemos afirmar entonces que una
curva de aprendizaje puede com-
pararse a una curva de respuesta
ante un anuncio publicitario. Lo que
se va aprendiendo es el equivalente,
en este caso, a la respuesta ante un
anuncio; (entendiendo por respuesta
la evolución de las compras de un
producto o servicio). Muchas
empresas siguen y modelan los
efectos de su publicidad contem-
plando la respuesta que ésta oca-
siona, pero no todos los anun-
cios se comportan de la misma
manera. Por lo tanto, mediante un
análisis continuo de esas respuestas
se puede ir optimizando la eficacia
de la publicidad.
*Factores Estructurales
de Atención
Cuanto más extenso es un
anuncio, mayor es el tiempo de
exposición ante el consumidor y
mayor es la sensibilidad de la
actividad cerebral. Para que la pu-
blicidad alcance ma-
yores niveles de efec-
tividad debe tener un
impacto en la memoria
del receptor. Es posible
conseguirlo modifican-
do algunos factores de
una publicidad más allá
de la extensión, como el
tamaño, la estética, el
sonido y su aparición en
distintos medios de
comunicación.
También es imprescindible
distinguir entre una publicidad que
llame la atención y otra que logre
mantener la atención. En estudios
realizados sobre la materia, se com-
probó que los lectores reconocían a
posteriori haber observado el 70%
de los anuncios olvidando el otro
30%, por el hecho de que no habían
mantenido suficientemente su aten-
ción en ellos. Queda demostrado
que la extensión de un anuncio es
una importante variable para modi-
ficar, si queremos ser más eficaces.
*Creatividad
Pero no todo queda allí, hay
un factor mucho más relevante en el
éxito de una publicidad y es el de
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la creatividad. Los anuncios
deben asegurar la captación de la
atención por parte del consumidor
y, para conseguirlo, debe ser diseña-
da de forma tal que nuestro propósi-
to se cumpla. La manera de lograr
una respuesta emocional es a través
de la creatividad. Pero no confun-
damos "ser ingeniosos" o "hacer
cosas raras" para llamar la atención
a como dé con creatividad,. Esto le
debe quedar claro a todo publicista
que se precie de tal. La creatividad
es el proceso de creación de
emociones en la mente del consu-
midor. Existen estudios científicos
que aseguran que la creatividad es
el elemento de mayor influencia. La
creatividad contribuye a crear aten-
ción (y recuerdo) y tiene un impacto
definitivo en la intención de compra
del consumidor.
El proceso de pensamiento
comienza cuando se origina una
primera reacción y es ahí en donde
se surgen las emociones (felicidad,
tristeza, amor, depresión, celos,...).
Por lo tanto, debemos lograr a
través de la creatividad que nuestro
anuncio transforme esa primera
reacción en "positiva" (ya habíamos
señalado que existen dos emociones
ante un estímulo la "positiva" y
"negativa"). Para eso, diversos estu-
dios empíricos han establecido
algunas pautas publicitarias para
desencadenar esas emociones fruc-
tíferas para nuestros anuncios:
1 Información relevante
Es fundamental que el consumidor
cuente con información importante
a la hora de recibir un anuncio, por
ejemplo enfocando nuestra
tipología de publicidad a la de
problema-solución. Una respuesta
sería "El anuncio me recordó que
no estoy satisfecho con el produc-
to que estoy utilizando ahora y esta-
ba buscando algo diferente" o tal
vez "He aprendido algo nuevo que
no conocía antes".
2 Empatía
Una pauta necesaria para animar el
surgimiento de emociones positivas
habita en los anuncios que
describen el modo de vida que lleva
la gente o el que le gustaría llevar
adelante. Una respuesta sería "El
anuncio es realista como la vida
misma" o quizás "Me sentí como si
estuviese dentro del anuncio, exper-
imentando las mismas sensaciones"
3 Entretenimiento
La única forma de entretener a la
gente no es solamente a través de la
faceta humorística, hay otras ma-
neras. Algunos motivos serían "El
anuncio no sólo trata de vender un
producto, sino de entretener a la
gente. Aprecio esta forma de publi-
cidad" o, porqué no, "Me hizo reír.
Era divertidísimo".
Sin bien muchos creativos
piensan que la utilización conjunta
de los reactores de emociones posi-
tivas puede optimizar la eficacia de
un anuncio, esto no siempre es así.
Los estudios señalan que los mis-
mos pueden generar negatividad y
ser perjudiciales. Esto se debe a que
el mensaje pierde terreno ante la
confusión que la publicidad trans-
mite en sí.
Otros formas de crear negatividad
en las personas a través de anuncios
publicitarios pueden ser:
1 Confusión
La complejidad de un anuncio es
altamente nocivo para la recepción
del mensaje, sea porque se hace
difícil seguir el hilo o porque las
imágenes no están en consonan-
cia con el audio o texto.
2 Aburrimiento
Puede producirse por una frecuen-
cia abrumadora en su proyección, lo
que genera "cansancio" en la mente
del consumidor. Otro ejemplo váli-
do puede deberse a que la "historia"
ya fue contada por otras marcas.
3 Irritación
Es el peor de todos, ya que tanto la
confusión como el aburrimiento a la
larga son olvidados. En cambio, si
un anuncio nos fastidia no lo olvi-
daremos fácilmente, con lo que la
negatividad hacia esa marca será
reforzada. Esto se da en publici-
dades que exageran las cualidades
del producto o servicio.
CONCLUSIONES
Los cambios experimenta-
dos en el campo de la neurología, la
psicología y la inteligencia artificial
repercutirán cada día más en el di-
seño y posterior desempeño publi-
citario. Sus avances dan por sentado
que el íntimo conocimiento de
cómo funciona el cerebro humano
apoya a las marcas a mejorar su
rendimiento cuando de llegar al
consumidor se trata. Es por eso que
trabajar sobre la mente de la gente
significa aprovechar al máximo
otros elementos que se tenían des-
cuidados. Desde nuestros sentidos
hasta la manifestación en el cerebro,
un nuevo mundo se abre camino
para los publicistas que tienen la
necesidad de explorar nuevos hori-
zontes para potenciar la perfor-
mance de sus productos o servicios.
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The Advertised Mind Erik Du Plessis
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