LA MARCA DEL DRAGÓN

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LA MARCA DEL DRAGN Francisca Castillo Martn ,a-+l l_ -,-. - -!.l_ -,-:l_ -..l_ ,- .- +l-,!l .+-+- !- -_- +,--l (Traducido:Para Ignacio, Jos Manuel y Miranda,los Pequeos Elfos que han contribuido a la creacin de esta historia) ARTHACAM Arthacam,comoAvalont,solamenteexisteenlaimaginacindelos hombres. Pensad en un paisaje de sueo: barrancos amarillos como el xido dehierro,cascadasquenacenenelcieloydesembocanenelmaranchoy profundo,costasinfinitas,yunbosquedelverdequeslopudo contemplarseenlosalboresdeltiempo.Deaquparaallsobrevuelan inmensas aves zancudas, haciendo batir sus grandes alas en el aire; un corro deniosjuegaagazapado,buscandozafarsedelasmiradasajenas.Los duendes viven ocultos en la maleza, al pie de los rboles, y los lobos coronan la loma donde se asienta la capital del reino, Rosenorth.MellamoEsidor,ycomoArthacamyAvalont,sloexistoentu imaginacin. Nac en la aldea de Ruthavon, condado de Little Arthacam, pas de los hobbits. Mis padres trabajan la tierra, y mi hermano guarda el ganado de Liom, el vecino ms rico del pueblo. Cualquiera dira, al verme, que soy un nio ordinario: pelo castao, ojos grises, nariz pequea y manos rechonchas. Montadoenelcarrodeheno,caminoacasadespusdeayudaramipadre enlassospecharamilaboresdelcampo,nadiesecreto,ymientrasnadoen ellagoconlosotroschiquillos,esimposibledistinguirmedeellos.Y,sin embargo,alaalturadelaterceracostilla,muycercadelcorazn,conservo an la marca. La marca del dragn. EnArthacamsiempreesverano.Avecesllueve:sonlaslgrimasde losnioshumanos,quenostrae,montaaabajo,elroLethenor,yque utilizamospararegarnuestroshuertos.Hayalgunoscocodrilosenlos mrgenesdelasaguas,yenlosfondos,peceslegendariosdelargusimos cuerposescamados.Denoche,loslobosbajanaalimentarsealaorilla,y algunos,temerarios,seacercaninclusoalfosodelcastillo;lopagancaro: msdeunavezhevistosuspielesbiencurtidasexpuestasalaventaenel mercado de los domingos.Miamigo,elsemielfoMauron,esunchicopecosoyrisueo.Llevaun pantaln de cuadros muy viejo y muy roto, con agujeros en los bolsillos. Por eso, cuando mete en ellos alguna moneda,se le escapa y sale rodando hasta la fuente. All llega Mauron despus de haber corrido como alma que lleva el diablo,sinaliento,elrostroencendidoylaspecasapuntodesaltarledela cara.Estanbromistacomoelbufndepalacio;losotrosnioslerenlas gracias slo porque es el hijo de Liom el Rico, pero yo le estimo ms porque esunserhonesto.Desdequemurisumadre,Mauronpasatodoeltiempo en las calles, corriendo detrs de sus monedas, sin zapatos, despeinado y con laspuntiagudasorejasllenasdemugre.Supadresepreocupaporlmuy poco, o casi nada. Prefiere la calidez de la taberna, donde se gasta sus sucios cuartos.Devezencuando,altropezarporcasualidadconMauron,ledaun sopapoenlasnarices,paraquitrselodeencimacomosifueraunamosca. Por eso, a lo mejor, yo le quiero tanto, porque aparte de m, no tiene a nadie ms en el mundo. - Has odo eso?-me pregunt Mauron, el Pecoso, una maana. - Qu habr de or? -le contest yo. - Branagan dice que ayer vio un lobo en el centro del pueblo- contest, hacindose el misterioso. Llova.Allalotrolado,enelmundodeloshumanos,unniohaba comenzado a llorar. -Nomecreonadaquevengadeesegranuja-lecontestyo, tapndomelacabezaconelrevsdemicamisa.-Ytdeberashacerlo mismo. -Resultamsdivertidopensarqueloquediceesverdad-terci Mauron-.Yunasonrisapcaraapareciensusojos.-Semeestocurriendo una idea. -Otra de las tuyas. De qu se trata esta vez?-le pregunt. -VmonosestanocheaespiarallobodeBranagan.Podemos escondernos en el bosque, y seguirle desde lejos sin que nos vea. -Estsloco-ledije.Pero,enelfondo,deseabaquelahistoriade Branagan fueracierta. Branagansiempresedabaaires de saberlo todo. Era elayudantedeTenebror,elDruida.Vestaunacapucharadaquelecubra porenterounrostroqueparatodoelmundoerauncompletoenigma: nuncanadielohabavisto.Aunqueapenascontabadoceaos,decandel que no tenamiedo ala oscuridad,y que al ocultarseel sol seinternabaen lasprofundidadesdelbosqueenbuscademineralesypiedrasparasu maestro.Unavezledescubralasorillasdelbosque,conversandoconun gnomolaurisilvo.Lacriaturilladespedaunaluzintensa,casicegadora. Pensqueerahermosa,yquesuaromaerasuaveysilvestre,aunquemis sentidosnopudieronrecrearsemuchoensubellezaextraa.Branagan,la cara oculta en la capucha, ya estaba sobre m, y amenazaba con romperme el crneo con una piedra puntiaguda. -Malditoespantapjaros!-rugi,mientraslapiedravolabahaciami cabeza. Unamelodahipnticallenelaire,ylapiedra,ylamanode Branagan, y los latidos de mi corazn se detuvieron al instante.El ayudante se march tan precipitadamente que olvid su cargamento de piedras, y me dejamerceddelpequeolaurisilvo.Cuandoabrlosojos,estaba completamentesoloenmediodelbosque,ytodomicuerpobrillabacon maravilloso resplandor. *** Aquellanoche,mientraslaaldeadormitabapacficamente,saldela casa sin hacer el menor ruido. Mauron me esperaba, ansioso como un perillo abandonado,frentealaspilastrasruinosasdeltemplodelosdruidas.Un bucle anaranjado le caa sobre la frente; un aro de cobre titilaba en su lbulo izquierdo.Inclusoenlaoscuridadpodaversuspecas.Semejabanuna constelacin de estrellas diminutas y brillantes de sudor. - Branagan seva allevar una grata sorpresa- dijo Mauron, rindosey dejando asomar la lengua por entre las mellas de sus dientes. -Noscmoheaceptadoacompaarte.-refunfu-Simimadreme descubre, me mata. Pocoapocofuimosabandonandolaseguridaddelpuebloydejando atrselfuegodeloshogares.Lacolinadelbosqueasomabaporentrelos primerosrboles,yenladistanciaseperciba,anlejano,elecoguturalde losaullidosdeloslobos.Diunbrinco,ymeencogdemiedo.Mispiernas comenzabanatemblarcomonuncahabanhechohastaesemomento,y sentaamipechoagitarseamedidaquemirespiracinsehacams apresurada.- Mauron, vmonos-empec a decir-. No bien haba vuelto a abrir mi bocaza para seguir quejndome, cuando mi amigo me agarr por el cuello de lacamisayselanzsobrem.Amboscamossobrelafratierra. Entrelazados,rodamosunoscuantosmetros,haciaeltorrente.Juntoala orilla, Mauron, bajando la voz y achinando los ojos, me pregunt: -Conoces la Leyenda de la Gruta? - Ni por asomo -respond. Y era sincero. -Puesbien-dijoMauron,adoptandoeltonomsseriodelqueera capaz-cuentan que una vez vivi en ella un dragn de fuego. -Teloestsinventando-repliqu.-Sivinierasalcolegio,losabras. Losdragonesvivanenelmundodeloshumanos.Sellamabansaurios,y murieron hace millones de aos, vctimas de un gran cataclismo. - Eso es lo que t crees- terci Mauron. Y, dicho esto, me seal con el ndice de la mano derecha la entrada de una cueva.-Branaganguardaenellalaspiedrasmgicasquelograsisara Tenebror- susurr en mi odo. - Cmo lo sabes?- pregunt, aunque no estaba muy seguro de querer saber la respuesta. PeroMauronelPecososelimitaabrirlamanocuyondicehaba servidoparaindicarlacueva.Lasocracitasylosnbulosdanzabanen espirales sobre la palma extendida. - Los minerales que slo existen al caer el sol!- casi grit- As que t, y Branagan- -S,queridoEsidor-dijoMauron-yaldeciresto,lecentelleabanlos ojos- yo soy Branagan. *** Mauronmellevaunclarodelbosque,dondeentrelamalezaiban apareciendo restos informes de lo que pareca un campamento improvisado. Aquyallveanselibrosdrudicos,alfanjesherrumbrosos,calidoscopios, clepsidras, botones de anclas, estatuas y alfombras desvencijadas.-Es tu casa? -inquir. - Mi escondite - se apresur a decir el nio que unos minutos antes era mialmagemela.YahoraEnqusehabaconvertido?Quineraen realidad?Mientrasmeconsumanestosconfusospensamientos,Mauronse paseabaporelcampamentoconexpresinserena.Parecanodarle importancia al desorden que reinaba en su morada.- Esidor- comenz. Quieres saber por qu te he trado aqu? - rodeado porlaclaridaddelosnbulos,Mauronparecasumidoenlalejanadeuna galaxiaannoinventada.Losbuclesdesupelorojoardancomolas iridiscenciasdeunastroerrante.Susajadasropasnohubieranpodido compararse ahora, en esplendor, a las del seor de Arthacam. Yonosupequresponder.Lalenguasemehabaquedadopegadaal paladar, ysentaun ejrcito de hormigas invadiendo miespinadorsal. Pero Mauron sigui adelante. Inspir profundamente y -Partia,mimadre,procedadeunaantiguaestirpequedescenda directamentede Enlil, la legendaria reinadeEr, Pas delos Elfos. Como por sus venas circulaba una gotita de sangre de Enlil, era eterna. Partia posea un espritu aventurero, y no pocas veces se escap de Er para unirse a los nios de Arthacam en sus correras y en sus juegos. Fue as comoentabl amistad con un chico pecoso al que todos llamaban Liom, el Len, a causa de su gran madeja de pelo cobrizo. Partia y Liom el Len, que era hijo de un porquerizo borrachuzo, siempre andaban juntos y, en ocasiones, salan a escondidas de laaldeadeRuthavonyseinternabanenelbosque.LiomelLennotenaa nadiequeleregaase,niquesintiesesuausencia,porloquecuando desaparecideRuthavon,nadieleechenfalta,nihubodedeclararsesu muerte,nicelebrarsesuentierro.Mejoras,porquecuandoPartia desapareci con l, no hubo un responsable a quien culpar. - Qu ocurri entonces?- inquir temeroso, con las piernas encogidas por el suspense. - Tenebror, el jefe de los Druidas,se proclam heredero de Enlil. En el mundo de los elfos, hubo una guerra entre los partidarios de Tenebror y los de Partia. Los combatientes hubieran quedado en tablas de no ser porque, el primerdadelnovenomesdelcuartoaodeliniciodelashostilidades, nacieron un nio y una nia -AlosqueEnlilproclamsuslegtimosherederos.-meodecir-Tan subyugado estaba por la historia, queme cost reconocer mi propia voz. - As es- dijo Mauron-. Aunque Partia nunca quiso desvelar el nombre delpadredesushijos,unosheraldosdeTenebrorllevaronlanoticiaal mundodeloselfos.Y,conlanoticia,trajerondoslosderopashmedasy calientes que se movan de cuando en cuando para reclamar comida.- Los herederos!- exclam. -Losherederos.Mihermana,yyo-concediMauron,comouneco.- ConlosnioscautivosenelcastillodeEnlil,labalanzadelaguerrapronto seinclinhacialosadeptosdeTenebror.Partia,enfermatrasel alumbramiento,agonizabamientrastanto,privadadesusantiguospoderes vitalesalrecibircomocastigouncuerpomortal.LiomelLen,abatidotras perderasuesposa,nodudenaceptarunafuertesumaconlaquese comprsusilencioparasiempre.Lania,unapreciosaelfacasipura, permaneci en el castillo, pero el destino de su hermano, un medioelfo en el que prevaleca la herencia hobitt,result terrible: despus de ser expulsado de Er, fue reducido de por vida a ser esclavo de Tenebror y objeto de las iras de Liom, el viejo len amargado por el alcohol y el sentimiento de culpa LosojosdeMauronparecandosantorchascuyofuegotrmulo quemaseaquienmirara.Enellosseleaunaprofundatristeza.Lesostuve las manos. -Mauron-dije-eresmimejoramigo,mialiado,mihermano.Jams, me oyes bien? Jams mientras yo viva estars solo. Siempre estar a tu lado. Mauronmesonridulcemente,yalhacerloenseabalaenca hurfana de sus incisivos de leche. - Ha llegado la hora de demostrarlo- dijo- Ya no sonrea. Las estrellas rutilaban en lo alto, mientras nos envolva el silencio del bosque. *** Porprimeravezenhoras,percibquelosestrafalariosobjetosdel campamentonohabansidocolocadosallporcasualidad.Unosmedanel tiempo, otros el espacio, y otros servan para -Vesaquellaarmadura?Laquetieneunaflorincrustadaenel escudo-dijoMauron,sealandohaciaaquelalephtanfantsticocomo desordenado.- Quiero que te lo pongas. - Pero, pero yo- balbuc. -Teloordeno-dijoMauronconunaautoridadquedesafiaba cualquier desobediencia. Una vezpertrechados con nuestros uniformes de guerra-visera,peto yguantelete-Mauronyyonossituamosantelabocadelacueva.Miamigo coloclaspiedrasnocturnasenelsuelo,ysusespiralescomenzarona evolucionarlentamenteenelaireinmvil.Deformatenueprimero, aparecieronenlabvedacelesteunostrazos,parecidosasignos ortogrficosescritosenunacaligrafaquenosupedescifrar.Lossignos giraban en una danza oblicua, en ritmos cadenciosos, solemnes. Poco a poco, el resplandor de las ocracitas y los nbulos dio paso a una figura gigantesca que llenaba el inmenso espacio estelar antes vaco. -Venaqu,Conqueridor-comandMauronconelmismotono autoritario que haba empleado conmigo. Ante nosotros desplegaba sus alas un magnfico dragn de fuego. EL REINO DE ER Elanimalseposcongracilidadenelsuelo,ynosobservconunos ojos casi humanos. Dirase todo hecho de un material de fantasa: su vientre de escamas era dorado,y del lomo corvo caan sus crines en gruesos nudos. - Te presento a Conqueridor, el Dragn Mitolgico de la Caverna- dijo Mauron, con gravedad. Yo temblaba de miedo desde las uas del pie hasta la raz del cabello. Conqueridortenaunportemajestuosoysereno.Suspupilasse clavaronsobremy,alhacerlo,mecomunicaronlafuerzadeundestino antiguo,hechodepocionesydesortilegiosconlosque,dealgnmodo,se haba mantenido vivo a travs de los milenios. Inclin su poderosa cabeza en seal de saludo, y la tierra, y los rboles alrededor vibraron sonoramente. - Para serviros- dije, amilanado. -Nosoisvosquienhadeservirme,sinoyo.Osreconozcocomoel seoryamoporquienderramar,siesnecesario,misangre.Mialma inmortal, conjurada por la magia, y mi fuego, poderoso e indestructible como la roca de nbulo con la que se me ha llamado, despertndome de mi sueo de siglos, os pertenecen. -Creoqueosequivocis.-repliquaConqueridor,contrariado-El heredero de Enlil es mi amigo Mauron, quien os ha hecho venir, no yo. -Estisseguro?-mepreguntConqueridor.Suvozeraatronadora, como si saliese directamente de las entraas de la caverna. Di un paso atrs. -Quitaoselpetodelaarmadura.Serslounmomento-pidi Conqueridor.As lo hice, por miedo a que el dragn lanzase sobre m su ira en forma dellamaradadefuego.Allestaba,alaalturadelacostilladerecha,muy cerca del corazn. Era una especie de mancha en forma de cereza.- No lo veis? -inquiri Conqueridor.- Es la marca del dragn. *** - La marca del dragn?- pregunt, conmocionado.-Cuentalaleyendalficaquequienportalamarcadeldragnest llamado aser soberanode Er, el reinode los elfos. Gobernar, junto aEnlil, por siempre jams- dijo Conqueridor. - Con el debido respeto, dragn de fuego- repliqu - no soy un elfo-. Ni tampocodeseoserrey.Mimadremecontunavezquecuandoestaba encinta de m deseaba cerezas todo el tiempo. Mi padre trocaba dos sacos de trigo cada da para que a mi madre no le faltase sobre la mesa un buen plato de cerezas frescas. Hacia el octavo mes de embarazo, mi padre se qued sin trigoymimadresincerezas.Pasloquelequedabadegestacinenun rincnsombro,conunamanoenelcostadoderecho,mientrasconlaotra hilaba mi toca de nacimiento. No es la marca del dragn, sino un antojo-. Me gir para marcharme. No tena intencin de mirar atrs, porque saba que si lo haca, no tendra escapatoria. - No dijiste que haras cualquier cosa por m?-lanz Mauron. Notaba larabiaascendiendoporsugarganta.Acelerelpaso,peroelPecosofue mucho ms rpido. El entrenamiento con las monedas, pens.-Nodijistequeharascualquiercosaporm?-repiti.Lapenale ahogaba.-Mihermanasemuere.Tenebrorhalanzadounmaleficiosobre ella. Apenas queda tiempo. Y al decir esto, me ense el dorso de una ocracita. Desfilaban por su superficie,comosobreunespejocncavo,figurastorvas,envueltasen sombras.Rodeabanaunachiquillaextraordinariamentehermosaacostada en un lecho de flores. Sus cabellos eran largos, tanto que desde la almohada partanenblancosmechonesysedesparramabanporelsuelodelapieza. Losaltospmulos,redondoscomomanzanas,notenancoloralguno.El pecho se alzaba y descenda con gran dificultad. - Ella!-exclam. - Su nombre es Laurin- aclar el Pecoso, dulcemente. Era como si la hubiera conocido desde siempre. Haca mucho tiempo, quizsenotravida,quizsenotromundo.Habajugadoconellaenlas orillas de mis sueos, cuando nio, entre los arrullos de mi madre y el canto del gallo, dentro de la pieza destinada al hogar,junto amicuna. All crec, y enmisprimerosaosfuemicompaeradejuegos,miprimeraamiga,mi primer amor. Me enseaba a contar con piedras del ro, y sonrea desde sus ojos celestes, clidos, su cabello blanco como hebras de luna recogido en un mooinfantil,susmanosgordezuelasatrapadasenelbacoqueconstruy param.Alamanecerlanocheoscura,denuevocantabaelgallo,yla muchachita de plata se volva transparente como el cristal.Unda,derepente,desapareci.Nuncamedijosunombre,perodej en m para siempre la huella de un amor imperecedero. Yo la llamaba Nia. Nia era mi reino, y por ella hubiera dado la vida hasta la ltima gota demisangredehobitt.Unasangredefamiliahumilde,peludaybajita.Yo erafeoytontoyellasimplementebellaydifanacomounrayodeluz:sus dientes, sus ojos, su cabello, sus largos dedos... No era digno de ella. Me sent mal de pronto. Mis ropas olan a azadn y heno, y mis manos a sudor. Quise hablar, pero Mauron me detuvo con un gesto. -Laurinvivirtodava,consuerte,unaspocashoras.Siperece,Ery sus habitantes desaparecern, porque es ella quien alimenta el reposo de los nios hobbits con sueos de nuestro mundo.- Los humanos estn tristes- declar Mauron. - Por eso lloran, pues?- quise saber. -SabenquelosdasdeArthacamestncontados-respondimi sombroamigo-.SiLaurinmuere,yconellaelreinodeEr,loshumanos llorarntantoqueArthacamseanegar,ypereceremosahogados.Yanadie se atrever a imaginarnos. Nunca ms. Comenzabaasalirelsoldetrsdelascolinas.Mauronmemiraba, expectante.Conqueridordorma,boqueandosonoramenteyhaciendo estremecer las races de los rboles. Elvalormeabandonaba,yconllafuerzaquemeacompaaraenel ascensohaciaelbosque.Losucedidomeparecatanextrao,yalaveztan real, como un gran remolino de viento que se hubiese instalado en mi cabeza yhubiesecomenzadoagirarygirarsinparar.Todoamialrededordaba vueltas,yyonohacanadaenabsoluto,msquedejarmellevaradondela corrientemellevase.Nofuiyoquienrespondi,noeraaqullamivoz,no era mi brazo el que se pona el guantelete ni mi pecho el que se armaba con la coraza; no senta aquella seguridad al bajar hasta la entrada de lagruta y preguntar: -Qu he de hacer? Portodarespuesta,Mauronmeempujhastalabocadelacueva. Caminamos un largo trecho, bajando por unas angostas escaleras excavadas en la piedra. Yo notaba un nudo en el estmago. Saba que las cuevas eran el esconditedelosmurcilagosyotrasalimaasnocturnas,ydeseque Conqueridornosehubieraquedadofuera.Undragndefuegoseraahora una agradable compaa. Al final del pasillo seabrauna sala enorme, con techo de estalactitas quecaanhaciaabajocomograndessurtidoresdehumopetrificado.La estancia,anaoscuras,brillabaporefectodelmineralderoca.Parecala pistadeunsalndebaile.ImaginaNiaconsuvestidodegasa invitndome a danzar al son de las esferas de nuestros mundos.Unainquietudterriblesehizopresadem.Ysimora?Ysijams volvaa verla? *** El pasadizo se estrechaba ms y ms. Ya casi no podamos ir de pie, a pesardenuestroscuerposinfantiles.Decuandoencuando,vaharadasde vapornosnublabanlavista.Lacorazayelguanteleteparecanpesar toneladas,yelpasillosemeantojabaangostoeinterminable.Mauron permanecacallado,yparecaleerenlasaristasdelarocaantiguasseales de mapas olvidados. Algn animalejo reptaba bajo nuestros pies, y la piedra basculante adquira, por momentos, consistencia de limo. Nohablamosduranteelrestodenuestroextraoviaje,nitampoco cuando miamigomehizo detenermeanteun prtico de esbeltas columnas. Aunqueestabaexcavadoenlasparedesdelacueva,dirasehechodeotra sustanciamsligera:unfulgorrojizobaabasusestatuasdetitanesy atlantes, y poda verse una esfinge de cabeza de cuervo sobre el umbral.Mauronllamalapuertaysta,comoporencantamiento,seabri desde dentro. Se adivinaba un paisaje desierto en la lejana.- Es demasiado pequea para nosotros- comenc. Y era cierto. La ua de mi dedo meique no hubiera pasado por ella, ni aun arandola. PeroMauron,obstinadoensusilencio,apoyunnbulosobremi frente,ylosdoscomenzamosamenguardetalformaqueeltechodela caverna desapareci de mi vista y fue reemplazado por el fulgor escarlata de la puerta. -BienvenidoaEr.-dijo-Unasonrisatristesedibujensuboca desdentada. *** Aunque en Er era noche cerrada, pude ver que lo que nos rodeaba era unjardnmarchito.Grandesptalosderosacaandeenredaderas cenicientas, y al hacerlo, se quebraban en mil pedazos contra el suelo reseco. Amedidaquecaminbamos,atravesbamosaldeasempobrecidasy fantasmales en las que no pareca vivir nadie. Sin embargo, yo notaba cmo cientosdeojosseclavabanennosotrosynosseguanalolejos.Enlos caminos,losniosnossalanalpaso.Eranseresdiminutos,tantocomo nosotrosahora.Pens,divertido,quesegundosantespodranhabercabido enlapalmademivelludamanodehobitt.AligualqueLaurin,losnios tenan blanco el cabello y los pmulos altos y redondos, pero su aspecto era sucioydescuidado,comosinosehubiesenaseadoensiglos.Eradoloroso ver sus vestidos rados, y la piel plida bajo los remiendos reclamaba agua y jabn agritos. Un nio algo mayor, que pareca guiar al resto, senos acerc con desconfianza. - Eh, vosotros!- grit- quines sois?Nosacercamosrecelosos,temiendoquesussecuacesnosarrojaran piedras en seal de bienvenida. -SomosMauronelPecosoysuescuderoEsidorelLabrador-dijo Mauron,consoltura.-Yvosotros?-aldeciresto,hizounagraciosa reverencia que fue recibida con risas por los elfos. -YosoyEnid,elElfoErrante-dijoelchico-ystossonlosElfossin Nombre. - Los Elfos sin Nombre?- preguntamos El Pecoso y yo, a un tiempo. -Nunca nacieron, poreso nadie les hapuesto un nombre.Nadiesabe cmoaparecieron,ytransitanloscaminosentrelasaldeasyelpalaciode Enlil desde el principio de los tiempos.- respondi Enid. - Como almas en pena?- quiso saber Mauron. -Algoparecido-replicelElfoErrante.Cuentaunaviejaleyendaque losElfossinNombreestncondenadosacaminardedaparaalcaerla nochebuscarrefugioentrelassombras.Laleyendatambinprofetizaque slopodracabarconsumaldicinunjovendenobleypurocorazn.As est escrito. En ese momento omos tronar al cielo y quebrarse en dos. Atravesaba ocanosdenubesunacolosalbestiadevientreescamado.Encabritada, giraba la cabeza esparciendo al viento las espesas crines.Conqueridor haba regresado. *** - Aqu me tenis, seor- dijo el dragn postrndose ante m. -Albricias,dragndefuego-respondsolemne.Sedbienvenidoala desolada tierra de Er. Decidme, por qu habis venido? -Heacudidoavuestrallamada-respondielgigante,anmayorpor el nuevo tamao que habamos adquirido Mauron y yo. - Estis equivocado.- repliqu- Yo no os he llamado. -Vossoisahoraquienosconfunds-dijoConqueridor,haciendo,con lasgarras,unmovimientocircular.Pens,aterrado,quesedisponaa atraparmeentreellaspormiatrevimientoalcontradecirle.Pero,parami asombro,sucedialgomuydistinto:desenrolllalargalenguayclavlas uasensurosadopice.Pocodespus,comoporartedemagia,elcuerpo del dragn se volvi opaco y de l se desprendieron dos dragones rojos, ms pequeos, con alas en lapartedelantera de las reciasgrupas. Mientras esto ocurra,desaparecilavisindeConqueridorydelafulguranteimagen, apenasntida,quehabadejadosurastro,apareciuncarrotambinrojo, que pareca bruido al fuego de mil fraguas.- Montad- ordenaron los dos dragones, al unsono. As lo hicimos. Enid fue el primero. Despus, fue el turno de Mauron y mo y, finalmente, subieron al carro los Elfos sin Nombre. - A dnde vamos?- pregunt, temeroso. - Al palacio de Enlil- dijo un dragn. - A salvar a Laurin- dijo el otro. - A encontrar nuestros nombres- dijeron, a coro, los Elfos sin Nombre. - A derrotar a Tenebror- dijo Enid. - A volver a ver a Nia- dije yo, para m mismo.*** ElreinodeEr,desdelasalturas,noeramsqueunagranmancha parduzca.Parecieraquepocoantes,frondososbosquesocuparanla extensindedesiertosyellagosalobrequerodeabalosmrgenesdelas montaas.Ahora,Ererasloelcaparaznmuertodealgnanimal fantstico, y su flaco esqueleto nos golpeaba la vista con destellos blancos de luz que se perda en los abismos del espacio.- Nos acercamos al castillo- anunci el dragn rojo a nuestra diestra. - El seoro de Enlil- secund el dragn rojo a nuestra siniestra. - La tumba de Laurin- terci Mauron. -LaCriptadelosNombres-replicaron,alunsono,losElfossin Nombre. - El escondrijo de Tenebror- exclam Enid. - Los ojos azules de Nia- dije yo, para m mismo. Mauron,elrostrocontradoporlacuriosidad,sellevundedoalos labios y silb. -Heledo todos los libros drudicos de Arthacam, y ninguno hablade la Cripta de los Nombres. -EsunaleyendaanterioralapocadelosDruidas-explicEnid, carraspeando.Antesdelallegadadelosmagos,lascuranderasoficialesde Ereranlashadas.Misantepasadosmecontaronqueeranseres extraordinarios, delgados como haces de delicadas flores. Nacan en racimos delasracesdelasrosas,ycomoellastenanelrostroencendidoy desprendanunricoperfume.Almoverse,tintineabancomoalegres campanillas, y sus pies descalzos caminaban con una gracia tal que era digna deverse.Susalasseparecanaloslitrosdelasliblulas,ypermanecan plegadasalcuerpodurantesusprimerosaosdevida.Despus,crecan comobrotestiernosdesdeloshombrosalsuelo.Entonces,lasllamaban Damas. - Y qu tiene que ver su historia con la Cripta de los Nombres?- quiso saber Mauron. - Todo. Haba una Dama que se llamaba Edom. Era muy hermosa, por cierto.VivacercadelpalaciodeEnlil,enunacabaajuntoasuanciana madre, Asha, y su hermana pequea, Ebra. Edom y Ebra eran las favoritas de Enlil,tantoquemuchosdaspaslaviudaAshaesperandoenvanola llegadadesushijasdesdeelpalacio,nomsalejadodelacabaitasin embargo que un tiro de piedra. Edom enseaba a Ebra labores de canto y de bordado;Ebratocabalactaramejorquelosngeles.Porhacerlasdelicias deEnlillesfueregaladalainmortalidad,yconellalamisindeponer nombre alos nios de Er. Cuando iba a nacer un nio, Edomsoaba con un nombre.Porlamaana,enelgransalndepalacio,locantabaconunavoz finay vibrante mientras lo bordaba en hilo de oro en una paoletade seda. Despus, Ebra probaba la sonoridad y consistencia del bordado con la cuarta cuerdadelactara.Porlanoche,EdomllevabaelnombrealaCriptadelos Nombres y envolvauna piedra con la paoleta. Al amanecer del da octavo, piedraypaoletaeranllevadosacasadelrecinnacido.Aldesenvolverla paoleta, la piedra quedaba expuesta; si adquira una tonalidad anaranjada, era porque los dioses daban su aprobacin al trabajo de las dos hermanas. - Qu ocurri con los Elfos sin Nombre?- inquir, intrigado. -Ashacayenferma.Edomcontinuenelpalacio,peroEbradecidi quedarseconsumadreparacuidarla.AlapequeaDamaselepartael coraznalverasumadreentalestado,asquetocsuctaradaynoche hasta que el espritu de Asha parti a la Llanura de las Almas. Tanto puls las cuerdasdesuctara,queterminaronporromperse.Temiendolasirasde Enlil,arranccuatrocabellosdesurubiacabezayreparlactara,contan malafortunaqueseolviddetemplarlaalsalirdelacabaa.Cuandose present en el palacio, puls los nombres soados por Edom, pero la cuarta cuerda emiti un chirrido desagradable que hizo enfadar a los dioses. Todas laspiedrasdelacriptasevolvieronnegras,ycomocastigo,Ebrafue encerradaenelinteriordelarocamsfradelacripta.Desdeentonces,no ha vuelto a nacer elfo alguno en Er. - Quines sois vosotros, pues?- quiso saber Mauron. - Somos los espectros de los elfos no nacidos- respondieron, en clamor unnime, los Elfos sin Nombre. - Y t eres el elegido que con su corazn puro romper la maldicin de los dioses. Mauronvolviaemitirsufamiliarsilbido,estavezensealde asombro. *** Alaproximarnosalasinmediacionesdelpalacio,losdragonesrojos bufaronyredoblaronlavelocidaddesumarcha;parecaquedesusalas nacaunnuevoimpulsoquenoshacaganarterrenoencadamovimiento, hastaquefinalmente,enlapenumbradelatardeceravistamoslasalmenas del castillo de Enlil. -Antesdecoronarelcastillo,deteneosanteCriptadelosNombres- orden el Elfo Errante a los dragones. - Como gustis, seor- respondieron las rojizas bestias. - Ha llegado tu hora- le dijo Enid a Mauron, casi en un susurro. LaCriptadelosNombreserahmedayfra.Alpenetrarenellame invadi la extraa sensacin de haber visto aquel lugar inhspito en sueos. Aquyallrocasdetodoslostamaoshacanqueselastimasennuestros codos, nuestros pies y nuestra paciencia. - Por qu nos has trado aqu?- pregunt a Enid. - No lo os?- respondi el Elfo Errante, misterioso. Prestatencin,abriendolasorejotascontodasmisfuerzas.Yall estaba.Dbil,muydbilmente,unahilanderainvisibletejaunameloda encantadora y suave como el terciopelo. Agarr a Mauron de la manga de su chaqueta, pero mi amigo pareca hechizado por aquel raro acorde que ahora amenazabaconsaturarnuestrosodos.Alfondodelaestancia,lastelasde araacubranconunfinsimotegumentounaesbeltafigura.Alacercarnos, comprobamos que se trataba de una muchachita, si no ms linda que Nia, al menoscomparableaellaensuhermosura.Estabaencerradadentrodeun granbloquedehielopetrificado,yeraelvientoalsoplarsobrelapulida superficieloqueproducaaquelmaravillososonido.Mauronseacerc lentamente al sepulcro de la muchachitaycoloc su mano en lapiedrafra. Alinstante,quedencerradodentrodeella,enlazadoconelcuerpodela bella cautiva. - Mauron!- grit, hasta que mi garganta se ahog en sollozos. - Djale- dijo Enid- Estaba escrito. Peroyoforcejeabaymeresistacomounjabatoentrelosbrazosdel Elfo Errante. No iba a dejar a mi amigo en la cripta, a merced de los chacales, del granizo y las tarntulas, las tres cosas que el Pecoso ms odiaba. No. Me quedara a su lado para siempre. Le haba hecho una promesa, y la cumplira. Nuncaledejarasolo.Seraelguardindeaquellatumbamelanclica durante el resto de mis das. Mislgrimas tenan el sabordel tizne. Hastamucho ms tardeno me di cuentade que mehaba ensuciado conel holln que miles de teas haban desprendido a lo largo de los aos. Me limpi la cara con las manos, y luego la hund en ellas, desolado. Mientras esto haca, otra vez la suave meloda se elevsobrenosotros,haciendoresquebrajarselasparedes.Parecacomosi las piedras respirasen. Comenzaba a hacer un calor insoportable: de repente eraveranocomoenArthacam,derepentesedeshacanlostmpanosde hielo,derepentedejdesoplarelviento;derepentelanaturalezaentera pareca una sinfona musical hecha de lades de enebro. Nos acercamos con precaucinallugardondehabaestadolatumbademiamigo.Undelicioso olor a rosas nos golpe en las narices. Mauronylahermosadesconocidadormanplcidamente,unoen brazos del otro, los dos en brazos del sueo. *** Una vez me hube limpiado los ojos, no daba crdito a lo que con ellos vea:losElfossinNombreeranahoraprncipesdeblancoscabellos:sus ropascentelleaban,susrostrosresplandecan,yeranentodopunto hermosos y felices.- Nos habis liberado de nuestra maldicin- dijo una de las nias, cuya timidezmehabahechocreerqueeramuda.Habalgrimasde agradecimiento en sus ojos color vino. Azorado,ysinsaberqucontestar,diunligeropuntapiaMauron paraquedespertase.ElPecosopestae,yduranteunosinstantespareci nosaberdndeseencontraba.Luego,alverqueunapreciosamuchachita dormaabrazadajuntoal,sepusorojocomolagrana,yestavezsus graciosaspecasnolograronocultarlo.LosElfossinNombrelesrodearon,y congritosdejbilosearrojaronsobreMauronyelhadaEbra,queporfin haba despertado. - Buenos das- dijo sta, con una gran sonrisa en el rostro.- Parece que llevo mil aos durmiendo. Hesoado que mi hermana Edom ha soado con vuestros nombres, pequeos elfos. Por fin vais a nacer y a colmar de dicha al reino de Er: nade, Efram, Vlac, Dmera, WendaOh, son tantos, que he de ir inmediatamente al palacio a tocarlos con mi ctara. Edom se enfadar mucho sillegotarde-.LaDamaagitsusalas,entumecidasporelfro,ysalial exteriorparaquesesecaranalsol.Desdelaentradadelacripta,volvia sonreramorosamente,mientrasseelevabalentamenteenelaireapoyada en su ctara.- Esta vez me acordar de templarla- anunci coqueta. TambinlosElfossinNombresonrieron,yhechoesto, desaparecieron, como por arte de magia. Mauron,Enidyyonosquedamossolosenlagrangruta,auntiempo tristes y maravillados. De repente, omos un rugido ensordecedor y corrimos hacia el lugar de donde proceda. *** Los dragones gemelos haban comenzado a luchar. En el cielo, sus alas extendidas rozaban las cumbres de las montaas de Er, rasgaban las nubes y ensombrecan la luz del astro rey. -Parad-orden,casigritando.-Parad,paradosdigo!-Perolasrojas bestias no queran hacerme caso. - Se estn entrenando.- dijo Mauron- Pocas veces he visto a dos clones de dragnas de concentrados. - Por qu?- pregunt- pero de nuevo no estaba muy seguro de querer saber la respuesta. -Porquesepreparanparaelcombatefinal.-dijoelElfoErrante- Mauron, los ojos clavados en los progresos de los dragones en el aire, asinti. Esperamoshastaqueelentrenamientoquedaracompletadoylos animales, exhaustos, volvieran al suelo. - Montad- pidieron los clones, enseando la parte trasera de la grupa. Pensquenoestabapreparadoparalalucha,ymicorazntembl detrs del peto de la armadura. Notardamosmuchoenllegaralbosquecilloquerodeabaelpalacio. Nos detuvimos frente a una pared rocosa de poca altura, y all descansamos yrefrescamosnuestrasmonturas.Todavaeradeda,ysinembargo,Enid decidi posponer el asalto hasta el da siguiente. - Dormiremos aqu- anunci lacnicamente. Mauronyyohicimosunfuegoconramitassecasytroncoscadosde algunos arbolillos jvenes. Pero Enid lanz una mirada reprobadora y lanz un cuenco de agua sobre las llamas. - Tenebror nos ver. l lo ve todo. -Tienesrazn.Deahoraenadelantehemosdesermsprudentes- secund el Pecoso. Nuestra cena fue muy pobre: bayas y algunos frutos resecados que las ardillasnosehabancomido.Miestmagorugamsfuertedeloqueeran capaces los dos dragones juntos. Al amanecer, el Elfo Errante nos despert zarandendonos: - Arriba, dormilones. No hemos venido aqu para divertirnos. Todavaconlosojosveladosporlaslegaas,nosacercamosala muralla norte del castillo. Yo me estremeca de pies a cabeza.LatorredeTenebrortenauncolorceniciento,comodenochetriste. Era, con mucho, la ms alta y desgarbada del palacio, una especie de gigante jorobado que se perda entre las nubes. Una puerta de hierro nos bloqueaba elpaso.AlcontrariodeloquesucedaconelprticodeentradaaEr,era desproporcionadamentegrandeencomparacinconnuestrotamaode liliputienses. - Nunca podremos entrar- dije. - Confa ms en ti mismo y en tus amigos- respondi Mauron. Diciendo esto,sacrpidamenteunnbuloylocolocsobremifrente.Recupermi tamao natural, y poco despus el Pecoso tambin el suyo.- Y Enid?- pregunt. Haba desaparecido todo rastro suyo. Mauronemitisucaractersticosilbido,estavezparamostrarsu desconcierto. *** Al tirar del gozne herrumbroso, la puerta emiti un quejido estridente que nos dej clavados en el sitio. - Tenebror nos habr escuchado- aventur, temeroso.- No. Est encerrado en su covacha, practicando la Magia Oscura. - La Magia Oscura?- pregunt. -EslaantiguamagiadelLibroNegrodelosDruidas.Conellapuede convocarelmalqueseinoculaenelcuerpodeLaurinyprovocasu enfermedad.Dentrodepoco,yanosernecesario,porquenopodr resistirlopormstiempo.Losniosdebenestarllorando desconsoladamenteenelmundodeloshumanos.Prontonoseremosms que un sueo. Pens en Nia, y mi corazn, detrs del peto, se encogi de dolor. Como en todas las torres de todos los castillos que haba conocido- es decir,eldelseordeArthacam-deaqullanacaunaprofundaescalerade caracol que ascendahastael infinito. Mauron me anim asubir con una de sus desdentadas sonrisas. Leobedec, resignado. Nunca haba sido capaz de decir no al Pecoso. Contdocemildoscientoscatorcepeldaoshastaeltercertramo, peroenelpeldaodocemildoscientosquinceperdlacuenta,yconellala dimensindelespacio,deltiempoydelarealidad.Quiztardamostres horas en llegar a la cspide de la torre, pero quiz fueron tres das, tres aos otresvidas.Yanisiquierasabaquestabahaciendoall,niporquhaba venidoaaquellugar.HastaelrecuerdodeNiasetransformabaenuna imagen borrosa. Haba comenzado a olvidarla. Un espejo ovalado y deforme nos esperaba al final de un largo pasillo. Concautela,caminamoslentamente,mientrassureflejonosdevolvauna muecadeburla.Laspuertassecerrabananuestropaso;untuforancio envolva los objetos del mobiliario; Tenebror no estaba en ninguna parte, y a la vez estaba en todas. Al cruzar el quinto pasillo, a la altura de la tercera puerta, se abra otra mspequeaymuchomsviejaquelasotrassicabe.Lastelaraasla cubranporentero,ymilesdegrietashoradabansucarcomidasuperficie. Sin embargo, su pomo era una piedra preciosay despeda una poderosaluz que actuaba como un escudo protector de acero irrompible. - Es la habitacin de Tenebror- anunci Mauron. Enesemomento,laspiernasdejaronderesponderme,yhubede morderme la lengua para ahogar el grito que escalaba mi garganta.*** - No temas.- dijo el Pecoso, agarrando fuerte mi mano- Tampoco yo te dejar nunca, amigo.Y, paselo que pase,no me sueltes. No teinquietes por lo que vas a ver. Como dira el Elfo Errante, estaba escrito. En ese mismo momento, Mauron sac de su zurrn una larga capa con capuchaqueleocultabaporcompleto.Branagan,elSinRostro,pens.Y cerr los ojos con fuerza, deseando que al volver a abrirlos me encontrara en micamadeArthacamyquetodoloquehabavividohastaahoranofuera ms que una cruda pesadilla. ElPecosoparecahabercobradounafuerzaextraordinaria.Bajoel pesodesuguantelete,elselloprotectordelapuertaserompienmil pedazos. El rostro rubicundoy amigablesehaba vuelto glido, y sus labios ya no sonrean.Un viejecillo encorvado sali a nuestro encuentro. -QueridoBranagan-dijoelancianodruida.-Veoquehastradoaun amigo. Pasad.Laluzdelocasoesculpaunosrasgosaguileos:grannarizcorva, barbilla prominente, y pupilas amarillas como ascuas. - Es una trampa. No me sueltes. Y, sobre todo, no le mires directo a los ojos.- Murmur el Pecoso junto a mi odo. Con la mirada gacha, observ cmo el viejo ocultaba algo detrs de la espalda.Megirlentamenteparaaveriguarqusetraaentremanos,y entonces lo ense. Era una daga. -Sidaisunpasoms,cortarelhilodeorodelquependelavidade Laurin- dijo el viejo con su voz cascada y turbia. Mauron y yo intercambiamos una rpida mirada. Era mi mejor amigo, y no necesitaba palabras para averiguar el ms mnimo de sus deseos. Haba llegadomihora.Agachlacabeza,ypudeverlos,conlosojosdel pensamiento.Lesllam,ensilencio.Estabasegurodequevendran. Segundosdespus,comenzaronaaparecerportodaspartes,ypronto formaronunpequeoejrcito.LosElfossinNombreestabantrasnosotros, preparadosparainiciarelataque.Tenebror,sorprendidoanteesta maniobrainesperada,retrocediy,alhacerlo,tropezconunmanuscrito tiradoenelsuelo.Caydebrucescomounmuecoroto,mientrasMauron recuperaba el hilo de oro. La estancia se llen con los vtores de los Elfos sin Nombre. -Silencio-ordenMauron-Elcombateannohaterminado.Lopeor est por llegar. Tenebror se levant y lanz sobre nosotros una mirada llena de odio. Alz uno de sus brazos,y fuecomo si un puo descomunal nosgolpeara en plenorostro.Apesardelaarmadura,mehabalastimadoelhombroal impactar contra el suelo. -Osdestruir,malditos!O,mejoran,osdejarvivirparaque contemplis la muerte de vuestra amada Laurin! - clamaba Tenebror. Lassombrasdelaoscuridadsecernansobrelapequeahabitacin. Las contraventanasseabranysecerraban,y unvendaval de lluviay nieve amenazabaconhacervolareltechodelatorre.Loscristalesderoca proyectabanlaimagendeNia,queagonizabasinremedio.Menegua perderla. No me importaba morir con tal de que ella viviera.- Jams, Tenebror!- lanc, fuera de m. Y me dispuse a clavar la lanza entre las costillas del brujo. PeroTenebroreraincreblementefuerte,yresistimiacometida. Otrodesusgolpestelepticosmedevolvialsuelo,yestaveznopude levantarme. -LiberaaLaurin.Dejaqueviva.Mihermananotienelaculpadetus ansias de poder- dijo Mauron.- Nunca!- aull el druida. - Presntame tus armas!- pidi el Pecoso. -Eltorbellino,eltrueno,latempestad!-bufTenebror-Ytodoslos scubos del mal reunidos bajo mi techo! Qu me dices? Ests dispuesto? -Noenesascondiciones.Quieroderrotarteencampoabierto- respondi Mauron. - Sea! *** Nosreunimosenelclarodelbosque,alamanecerdeldasiguiente. Haba pasado la noche en blanco, tratando de aliviar el dolor de mis heridas. Mauron diseaba estrategias de ataque cada vez ms inverosmiles. -Ahoraescuandodeverdadnecesitoamisdragonesdefuego-dije, frotndomeelhombrolastimado.PeroniConqueridornisusclonesdaban seales de vida. El cielo pareca un desierto plido y fro.De repente, una nube de polvo gris apareci en el horizonte. Eran Tenebror y su squito del mal. Mauronyyonosreplegamostrasunaatalayanaturalderoca.El pecoso estaba abriendo su zurrn. - Qu haces?- inquir. -VamosadarleaprobaraTenebrordesupropiamedicina- respondi.Delzurrnextrajounapequeabolsadecueroquecontenaun pequeo manuscrito bellamente ornamentado con esmeraldas y topacios. Lo abri, y comenz a recitar una letana en lfico: l- . l_+,!! ., l- -. !l -. |gl l- . - . ,!- . +lgl !-_ !+.l-. ..l !- ._ -_.!_ |-+._ -,-_l -_l (Traducido: Contra la oscuridad, la Luz, contra el odio, el Amor, contra la materia, la Idea, tal como dej dicho el Elfo de las Espaldas Anchas, nuestro Maestro) Y lanzsu ataque,quelleg al territorioenemigo conlavelocidad de unrayo.Seoyeronclamoresdetrompetas,ysonidosdecascosdecaballos alados,acercndose.EnesemomentosupimosquelaintentonadeMauron haba fracasado. -MisfuerzasnosoncomparablesalasdeTenebror!YLaurinse muere!-dijomiamigo,ensendomeuncristaldenbulo.Niaseestaba convirtiendo en una imagen descolorida.- Nooo!- grit. -An queda una oportunidad para salvarla!- Me senta exaltado,nosabaloquehacapero,comohubieradichoelElfoErrante, estaba escrito. Quit el peto de la armadura y mir atentamente la marca en mi pecho. Cambiaba de color a cada instante, creca y menguaba y se volva, pormomentos,delcolordelasangre.Bajhastaelbosqueyclavlas rodillas en tierra. - Laurin, heredera de Er! Si he de morir por ti, que sea en este mismo instante!-gritaloscuatrovientos.Conqueridor,seordelmsall, guardin de la Caverna Mitolgica, ven a m. Ven a m! Ven a m! Alregresaralaatalaya,Mauronmeaguardaba,sobresaltado.Elcielo sehaballenadodemonstruososseresalados.Susgraznidosresonabanen mi cabeza.- No podremos hacer nada contra ellos!- exclam. Enlamsdeformeyrepugnantedeaquellasbestias,Tenebrorcruz el campo de batalla y se present frente a nosotros. - Dadme el Hilo!- clam. - Antes te dara mi cabeza!- respondi Mauron. - Y yo mi corazn!- escup. Tenebror y sus horribles seres rodeaban la atalaya, cercndonos. - El Hilo de Vida!- exigi el viejo- A cambio, os dejar libres. Dentrodelaocracita,laimagendeLaurinsehacacadavezms tenue. Mauron comenzaba a hacerse tambin invisible, por momentos, hasta que se perdi su rastro. Las bestias comandadas por Tenebror clavaban en m sus garras. -Adis,Nia,adisparasiempre!-dijeenvozbaja,apuntode desmayarme de dolor. Yfueantesdeperderelsentidocuandoviaparecer,alolejos,alos dos dragones rojos.*** - Esidor, despierta- o a una voz que me llamaba. Al abrir mis ojos, descubr otros grandes ojos color violeta que, llenos de inquietud, me miraban. - Enid!- dije. Dnde has estado? - Perdido- Pero cmo? -Antelapuertadelatorre,sentcmounafuerzainmensatirabade mhaciaabajoymearrastraba.Supongoquedebquedarmedormido, porque al despertar me encontr atrapado en un torbellino de tiempo. En su vrticeviLaurin.Estabaenunjardndelicioso,yexplicabaalosnios humanos que cuando ella muriera la Fantasa tendra que desaparecer. Pero ellosnoparecantristes.Dijeron:TenemosfeenEsidor.Pensquetena que regresar para entregarte el regalo de quienes creen en ti: su Esperanza. - As quecomenc a decir. - As que la batalla tiene que continuar, y ya sabes quin ha de ganarla. Est escrito- sentenci el Elfo Errante. -TmontarsenConqueridorelDiestro,yyoenConqueridorel Siniestro- dije a Enid, sintiendo correr por mis venas una renovada energa. DerrotamosaTenebrordespusdetreslunas,yluegoplantamosel HilodeVidaenelclarodelbosque.Desusemillabrotaronlasracesdeun rbolqueenlossiglosveniderosdarasombraacadanuevageneracinde pequeos elfos. El Elfo errante tena razn. Estaba escrito. *** Laltimavezquelevi,eraslounasombra,yahora,comosinada hubierasucedido,meesperabasentadoenlaescalinatadelpalacio. Agachadoparaatarseloscordonesdesuszapatosnuevos,slopude reconocerle por sus indomables cabellos ensortijados. - Mauron! Has vuelto!- dije al ver al Pecoso. No caba en m de gozo. -S,hevuelto.-dijo-Yestavezparaquedarme.Yanohaytorres oscuras que me impidan contemplar en toda su extensin mi reino. Entra en el palacio. Enlil te espera. Laemocinmeembargaba.Ibaapresentarmeantelamismsima reina de losElfos!Lamadrede todos los habitantesde Er, la Eterna, eraun delgadohalodeluzquemehablaba,acaricindomeconunosojosverdes como los de Nia: - Gracias de todo corazn, pequeo hobitt. Habis dado una leccin de valorydecorajeamiraza.Miradloscampos:denuevolasaldeasestn habitadas,losniossonengendradosynacen,yreciben,alnacer,los nombresquesueaEdomytemplaEbraconsuctara.Mipalaciohuelea rosas y las hadas vuelan por todos sus rincones.- Es todo un honor haberos servido- dije. -Aprestaosaocuparvuestrolugareneltronojuntoam-pidila reina.- En nuestra profeca as est escrito. - No deseo contradeciros- respond-pero mi mayor deseo es volver a casa, junto a los mos. Mi padre trabaja en el campo, y yo soy su ayudante. Lo que ms me gusta es montar por las tardes en el carro de heno, de regreso a casa. Mauron ser un rey mucho ms justo que yo. -Soisunguerrerodecoraznvaliente.Quevuestragenerosidados searecompensada-dijoEnlil.Osconcedoelregreso.Hayalgoquepueda hacer por vos antes de emprendis la marcha? No despleguloslabios, pero lasutilEnlilyahabaledo la respuesta en el libro de mi memoria, donde estaba escrita. *** Estaba de pie, junto a la ventana. Miraba a travs de los cristales, y su largo pelo le caa en ondas sobre la frente y los hombros desnudos. Delgada y plida, casi espectral, podan sentirse los latidos de su corazn bajo la piel transparente.Comomovidaporunresorte,girlacabezaymemir largamente. - Esidor- dijo. - Nia- musit. - Mi Nia. - Volver esta noche- respondi con un murmullo. - Te esperar- balbuc-. Esta noche y todas las noches. Sequedinmvilfrentealaventana.Erasomabaporelalfeizartan hermoso, tan fragante y tan imposible como ella. MellamoEsidor,ycomoArthacamyAvalont,sloexistoentu imaginacin. Montado en el carro de heno, camino a casa despus de ayudar a mi padre en el campo, nadie sospechara mi secreto, y mientras nado en el lagoconlosotroschiquillos,esimposibledistinguirmedeellos.Y,sin embargo,alaalturadelaterceracostilla,muycercadelcorazn,conservo an la marca. La marca del dragn. FIN