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En campaña por el socialismo

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ISSN: 1690-2718Depósito Legal: pp200201cs565

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Consejo EditorialOscar Sotillo Meneses

Janette Rodríguez HerreraFrancisco Issa Zambrano

Gastón Fortis Silva

ColaboradoresOscar Rodríguez Pérez

José Javier León Gonzalo FraguiAmaury González

Federico Ruiz TiradoHumberto Gómez García

Hernán ZamoraElfo Alexander Salvatore

Indira Carpio Olivo Ernesto J. Navarro

Lucia Borjas

Imágenes LA REVOLUCIÓN

Co-responsables Juan Carlos SotilloNicanor Cifuentes GilMaracaibo-Edo. Zulia

Leila MedinaJouseline Rodríguez

César SantanaJuan Pio RondónMariajosé EscobarGran Caracas

Solangel MoralesHely UzcáteguiMoisés Mirele

Los Teques-Edo. Miranda

Roger AltuveOcumare del Tuy-Edo. Miranda

Oscar FernándezLa Victoria-Edo. Aragua

Marco Aurelio RodríguezXoralys Alva LópezLeonardo Domínguez

Catia La Mar Edo. Vargas

Dayana LópezLuis Bravo

Buenos Aires-Argentina

Darien GiraldoBogotá-Colombia

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Colectiva

AgradecimientosA tod@s l@s que

creemos en la patria bonitay trabajamos para hacerlo

posible para todo@s

LA MANCHA no se hace responsable de loscomentarios emitídos por sus colaboradores.

EL MUNDO YA VOTÓ POR CHÁVEZ

ELECCIONES: ESTRATEGIA Y COYUNTURA

LAS TRES ETCÉTERAS DEL LIBERTADOR

HUGO CHÁVEZ: “VENEZUELA LLEGA AL MERCOSUR

POESÍA

HERNÁN ZAMORA

TESTIMONIO EN CREACIÓN

PRÓLOGO

DEL PANFLETO DE RADONSKI

CAPRILES RADONSKI, ARTÍCULO DEFECTUOSO

RURALIZAR LA CIUDAD

LIBRO, LECTURA Y REVOLUCIÓN

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El 24 de julio celebramos el 229 aniversario del nacimiento de

nuestro Libertador, Simón Bolívar, acon-tecimiento que coincidió con la Jornada Mundial en Apoyo a la Revolución Boli-variana, en la cual movimientos sociales y políticos en un centenar de ciudades del planeta se manifestaron en apoyo al líder de la Revolución, el Presidente Hugo Chávez. Cientos de ciudades cuyo hervide-ro popular se declaró “en campaña perma-nente” por la consolidación del Proyecto Bolivariano venezolano.Y es que, cuando Chávez plantea, en el Plan de la Patria 2013-2019, la necesidad de con-figurar un mundo multicéntrico y pluripolar, además de la necesidad aún más urgente de salvar a la especie humana y al planeta, está incluyendo a todo ser que se sienta identi-ficado con estas consignas, más allá de las fronteras venezolanas.Durante la manifestación en Argentina, ocurrió un fenómeno bien particular. Resulta que la configuración política de las organizaciones y partidos constituidos en la cuna del Ché, es bastante diversa y com-pleja. Existe una extendida disputa sobre qué organización política está ubicada más a la izquierda del ranking. Pero vimos con mucha satisfacción, cómo, a pesar de sus di-ferencias, una diversidad de organizaciones se manifestaron en apoyo al Comandante Chávez y al proyecto bolivariano, en un acto realizado en el Obelisco, símbolo ineludible de las convocatorias populares.Compartimos fragmentos del documento suscrito por las fuerzas sociales y políti-cas de Argentina, en apoyo a la Revolu-ción Bolivariana:“La proximidad de procesos electorales, en la patria de Bolívar y Chávez, nos obliga a pronunciarnos para advertir los peligros que surgen sobre un proceso político revolucio-nario que ha relanzado el debate ideológico en todas partes del mundo, a partir de su experiencia y prácticas liberadoras...Doscientos años después de iniciado el pro-ceso de independencia en todo el espacio de Nuestra América, se libra una nueva lucha deliberación, definitiva y especial, pues a la lucha política y social de ayer, se le agrega el compromiso –más bien la urgencia– de sobrevivir al deterioro del mundo, a través

El Mundo Dayana López

ya votó por Chávezde un accionar eco político que nos advierta sobre las consecuencias de la explotación sin límites de nuestro entorno, cuya muestra concreta en Nuestra América se ha replica-do con la United Fruit en Centroamérica o más recientemente con la prepotencia impe-rial de Inglaterra en el caso de Las Malvinas Argentinas…En cada rincón de Nuestra América, donde han avanzado –siguiendo el ejemplo de la Patria Bolivariana– la estructuración de respuestas sociales a las condiciones histó-ricas de exclusión e imposición del capital sobre la propia condición humana, se debe producir una campaña permanente de apoyo y movilización que advierta sobre la estrategia de desplazamiento del movimien-to revolucionario en Venezuela, impulsado desde los intereses de los Estados Unidos y sus aliados en Latinoamérica, que conforma una amenaza que va más allá de la propia realidad venezolana y se conecta con todo lo que sucede en nuestro continente.Es pertinente dejar en claro que el deber de cada revolucionario de esta región debe estar acompañado con el firme compromiso de promover la democracia participativa, contribuir a fortalecer la organización social, realizar investigaciones dirigidas a las pro-blemáticas sociales, formulación de teorías metodológicas para transformar a la socie-dad, elaborar proyectos, planes y programas dirigidosa incentivar el desarrollo endógeno, generar procesos dirigidos a la construcción de espacios reflexivos sobre la injusticia, impulsar las políticas públicas del Gobierno, socializar conocimientos con la sociedad, activar procesos de auto y cogestión por parte del pueblo, promover la integración de Suramérica y a su vez la pluriculturali-dad, propiciar situaciones de aprendizaje ecológicos; estos objetivos se llevarán a cabo tanto en los espacios comunitarios, laborales, como estudiantiles. Incluyendo así en términos aceptables, el acumulado socio-histórico de saberes y aprendizajes.”Ocurrió en Buenos Aires lo mismo que ocurre en Venezuela cuando es Chávez y el Proyecto Nacional lo que está en juego. Dejamos de lado nuestras diferencias y nos ponemos todas y todos el mismo traje de campaña.

Manifestación en el Obelisco, Avenida 9 de Julio. (foto unidosconvenezuela.org)

Stella Calloni dio lectura al documento suscrito por 70 organizaciones populares argentinas (foto: http://www.unidosconvenezuela.org)

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Creo, no sé, que se puede analizar el proceso bolivariano al menos desde dos perspectivas:

mirando al futuro o atendiendo a la coyuntura; como decir: a la historia y a lo contingente. Si observamos de cerca y hasta el detalle la actualidad (cosa que nos encanta y a veces hasta con ensañamiento: lo llamamos crítica) no podemos sin embargo perder la estrategia, la visión histórica. Enumerar pues los –digamos- proble-mas y logros de hoy sin el telón de fondo de la historia no es sólo mezquindad sino una manera de renunciar no únicamente a la esperanza sino a la posibilidad cierta de construir un país distinto, una región, un vasto territorio de paz, integración y justicia social.

En ese sentido, nada como las elecciones entran en esta dinámica de lo histórico y lo contingente, de lo estructural y lo coyuntural. Y lo hacen para reafirmar por un lado, las opiniones clásicas: las elecciones son la típica estrate-gia reformista, interminable concesión al Estado burgués, fiesta mediática al gusto de los intereses capitalistas, com-praventa de votos, engañifa, hipnosis colectiva. Un even-to de masas que funciona tal cual las olimpíadas: olvídate del hambre y la miseria, de la guerra y la rapiña, y en-trégate al carnaval, al placebo de luces y confeti que nos quiere convencer de que el futuro no se sabe cómo, será mejor. Pero por otro lado, ver en Venezuela las elecciones obviando el agua que ha pasado bajo el puente, es de-cir, sin perspectiva histórica es, lo repito, mezquino. Tanto como una sandez desgarrarse las vestiduras exigiendo a voz en cuello renunciar a las elecciones e imponer un gobierno de consenso, imposible por otros mecanismos que no sean las armas, los criterios a juro de camarillas y grupos de poder, o, en el ¿mejor? de los casos, la ilumi-nación de vanguardias del más cerril sectarismo.

La democracia eleccionaria no ha sido impuesta ni la practica la democracia made in usa, es más, al impe-rio le encantan las «elecciones» en las que no se eli-ge: como en México por ejemplo, o en el mismo EEUU, donde en las -por ellos así llamadas- elecciones eligen y sancionan las elites plutócratas. Ha globalizado el fun-damentalismo demócratarepublicano de las cañoneras o el fraude: donde no triunfa éste se imponen aquéllas.

Si existe pues, un lugar donde la institucionalidad del Estado se esmera por construir una democracia eleccio-naria donde sea posible elegir es precisamente aquí en Venezuela (¡que lo desmienta Vicente Díaz!), haciendo entre otras cosas imposible el fraude y ofreciéndole a

la población (votante o no) opciones diametralmente opuestas, distintas, presentes en la arena política como el agua y el aceite.

Y la población, como en ninguna otra parte, tiene la capacidad voto a voto de elegir, valga la redundancia de votar, de decidir.

Que no es perfecta, que pueden haber otras opciones: sí. Sin embargo, la inscripción de candidaturas estuvo abierta y otros candidatos y candidatas se presenta-ron. Que no los vemos es otra cosa: la polarización, la reducción de la entropía, el cara o sello, hace que prácticamente desaparezcan los matices. Ya eso no es culpa de los actores sino de las actuales circunstancias (sobre todo las internacionales que nos mandan a jugar cuadro cerrado), que nos ayudan a despejar, a ver con claridad qué es lo que actualmente se debate.

En lo personal, sin embargo, no me preocupa que no sean más las opciones electorales. La diversidad corre aguas abajo las elecciones. La diversidad y el poder popular lo debemos construir en las comunidades, allí donde vivi-mos y trabajamos, y lo que debemos lograr en definitiva es que ese trabajo y vivir cotidiano se parezcan cada vez más al gobierno en general, al Estado. Construirlo pues, desde abajo es la opción real, la única garantía de futuro. No me desviven las elecciones sino que intento ponerlas en su justo lugar: haré todo lo que esté a mi alcance para que ganemos el 07 de octubre abrumadoramen-te, sin distraerme del objetivo histórico: la construcción cotidiana y orgánica de la patria socialista, la única que permitirá que nuestros hijos rían, sueñen y amen.

Brama el capitalismo neoliberal y salvaje y se estrella en todas partes contra los trabajadores, contra los es-

tudiantes, los ancianos, los niños, las mujeres, los indí-genas, los excluidos, los pobres; pero en nuestro país, los pobres somos gobierno. He ahí la diferencia. No estamos en cruda desventaja frente al capitalismo bar-bárico, al contrario aquí lo develamos, le quitamos la máscara, lo tenemos a raya y en la mira, conocemos como se mueve, como da pasos en falso, no nos tra-gamos su falsimedia. No le creemos y eso lo debilita enormemente. No podemos decir lo mismo de buena parte del mundo, que cree como dice Tariq Ali que BBC o CNN son neutrales o informativos . Aquí hace tiempo no nos calamos ese cuento y escuchamos y creemos, protestamos y construimos las noticias del sistema públi-co de medios amén de que hemos ido fortaleciendo los canales y los medios alternativos, críticos y constructores (¡qué lo diga si no La Mancha!) de una comunicación distinta, desmercantilizada, popular, comunitaria a pun-ta de esfuerzo y trabajo propio, autónomo y autogestio-nario, con respeto y acompañando al gobierno como lo recomendaba Rodríguez .

En Venezuela los venezolanos vamos a elegir y cada uno de nuestros votos contará. Pero contarán más mirados en perspectiva histórica, porque no estamos votando por un gobierno de seis años sino por un proyecto de largo aliento que necesita menos la evaluación (la ceguera y el oportunismo del «voto castigo») de cada cuatro o seis años que la posibilidad de darse (y darnos) tiempo para cons-truir la opción de futuro que haga innecesarias –menos paradójica que racionalmente- las elecciones tal como se presentan hoy en la arena cotidiana de la historia. Es decir, construir el socialismo, aunque se deba emprender dicha construcción todos los días desde el principio, es la garantía de que los venezolanos elegiremos de hoy en siempre la salud pública contra la privada, la seguridad social contra la privatización de las pensiones y el seguro,

Elecciones: José Javier León estrategia

y coyuntura

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la educación pública, el agua y el aire públicos contra las trasnacionales. La república contra el mercado.

Elegir hoy y siempre por la desmercantilización progre-siva de la vida, por la des-salarización del trabajo, exi-ge tiempos de construcción colectiva que trasciendan con creces los límites estrechamente temporales de los gobiernos entregados al ritmo del capital, a los perio-dos, fraccionamientos y «cambios» que instrumentan la estrategia de la novedad ilusoria, la voluble y versátil moda, la obsolescencia como motor del consumo. El «chocolatico nuevo» de Capriles, para poner un ejemplo francamente risible.

Construir la patria a pulso va mucho más allá de los sexenios. Pero esa construcción es imposible llevarla a cabo si el capitalismo gana las elecciones.

Si gana, significa que las leyes que dibujan el accionar de un Estado que vela por la seguridad y los bienes pú-blicos de todos, serán torcidas y manipuladas por los dueños del capital, es decir que se legislaría a la bue-na del dinero tal como ocurre en prácticamente todo el

mundo según queda a la vista por la impunidad con que manejan sus apetitos los congresos en EEUU, la eurozo-na, los organismos internacionales, Honduras o Para-guay, para poner ejemplo concretos y aberrantes.

Ganar las elecciones y con amplia, con aplastante ma-yoría, es despejar el terreno para que la lenta construc-ción de la vida cotidiana y sobre todo la subjetividad so-cialista pueda desplegarse por toda la geografía interior de la patria. Pueda sembrarse. En paz.

Con conflictos sí, con disputas, pero en paz, haciendo que funcionen las instituciones, garantizando los proce-sos, apuntalándolos, dando tiempo a construirlos, revi-sarlos, corregirlos, relanzarlos. Si el capitalismo llegare a gobernar impondría su des-gobierno, la dictadura del capital: no tendríamos tiempo para levantar nuestras propias realidades sino que nos ahogaría la necesidad de sobrevivir y aplastarnos unos a otros para que el ca-pitalismo viva. Hoy, la Venezuela bolivariana que estamos constru-yendo nos permite no sólo vivir en el marco del ca-

pitalismo remanente sino también y sobre todo soñar en colectivo. Cada vez son más los tiempos y espacios en que podemos encontrarnos –como decía Simón Rodríguez- no sólo para decirnos que tenemos ne-cesidades, aconsejarnos remediarlas y exhortarnos a tener paciencia, sino para consultarnos sobre los medios de satisfacer nuestros deseos porque no satis-facerlos es padecer.

Se están generando y democratizando sin lugar a dudas las condiciones, las bases históricas para la construc-ción sostenida del socialismo. Lo vemos en las caras de los niños y las niñas; lo vemos en las Ferias de Libros, en la hormigueante educación que surca todas las edades y experiencias. En el financiamiento de proyectos, en la recaudación de impuestos acompañada de una cada vez más justa redistribución de la renta y de los benefi-cios sociales. Lo vemos en el sistema de salud pública, en los mercados, en las plazas y parques. En la univer-salización de los bienes culturales. Porque el socialismo sólo será posible si nos encontramos en el hacer cotidia-no de un mundo distinto.

En las elecciones los venezolanos y las venezolanas que acompañamos a Chávez votaremos sobre todo por la paz, es decir, por la construcción de una pa-tria donde el capitalismo no gobierne nuestras men-tes y cuerpos. Que el capitalismo quede sólo para vender lujos inútiles y suntuarios si es verdad que sabe vender y convencer, publicitar y competir. Que quede sólo para vender joyas y perfumes, caviar y masajes, pero no agua, salud, tierra, educación, vi-vienda, vestido, alimento.

Sólo así la felicidad vendrá por añadidura y no falsa, con tarjeta de crédito.

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Cuenta Don Ricardo Palma que, a finales de mayo de 1824, el Gobernador de la villa de San Ildefonso de Caraz, don Pablo Guzmán, recibió un oficio del Jefe de Estado Mayor del Ejército Libertador en el que se le indicaba que, debiendo llegar dos días más tarde, aprestase sin pérdida de tiempo cuarteles, reses para el rancho de la tropa y fo-rraje para la caballada. Igualmente se le ordenaba que para su excelencia El Libertador alistase cómodo y decente alojamiento, con buena mesa, buena cama y etc., etc., etc. Don Pablo de inmediato entendió prácticamente todo pero lo que no le quedó muy cla-ro, por más que leyera el oficio una y otra vez, era aquello de las tres etcéteras. Convocó entonces a sus prefectos a una reunión urgente y allí les manifestó su preocupación. Ninguno quería hablar hasta que uno de ellos tímidamente se atrevió a decir: - Con todo respeto, Señor Gobernador, a mí me parece que la cosa está muy clara. ¿No se ha fijado Usted en que esas tres etcéteras están puestas a continuación del encargo de “buena cama”?. - ¡Vaya si me he fijado! Pero ese señor del Estado Mayor ha debido escribir como Cristo manda: al pan, pan, y al vino, vino, y no fastidiarnos con estas adivinanzas. - Pero, hombre de Dios, dijo otro, ¿concibe usted lo que es una “buena cama” sin siquie-ra una “etcétera”?. ¿No cae Usted todavía en cuenta de lo que El Libertador, que es muy devoto a Venus, como diría un mal poeta, necesita para su gasto diario?. Yo, en su caso, no perdería más tiempo en conseguir lo más rápido posible esas tres etcéteras. - Pues entonces a buscar tres ninfas, exclamó convencido el Gobernador. La fama de amante que había precedido a Bolívar contribuyó en mucho a que el Go-bernador encontrara lógica y acertada la conclusión a la que habían llegado sus amigos en relación con las tres etcéteras y, después de pasar revista mentalmente a todas las muchachas bonitas de la villa, se decidió por tres de las que le parecieron de más so-bresaliente belleza. Inmediatamente el capitán de la policía, por mandato de la autoridad, se dirigió a casa de las escogidas y sin muchos preámbulos las declaró “presas”. En vano las madres protestaban, alegando que sus hijas no eras godas sino patriotas, pero el capitán se defendía: - Necesidades de la Independencia. Yo sólo cumplo órdenes. Dos horas antes de que Bolívar llegara, el Gobernador Guzmán, con los notables de la villa, salió a recibir a su Excelencia a media legua de camino. Bolívar preguntó si estaba listo el rancho para la tropa, si los cuarteles ofrecían comodidad, si el forraje era abundante, si era decente la posada en que iba a alojarse, pero ni una sola palabra que revelase curiosidad por las cualidades y méritos de las “etcéteras” cautivas. Felizmente para las atribuladas familias, El Libertador entró a San Ildefonso de Caraz, se enteró de inmediato de lo ocurrido, destituyó del cargo al Gobernador y, personal y galantemente, fue entregando una a una de las preciosas señoritas a sus respectivas matronas quienes lo abrazaban agradecidas. Parece que por aquellos días El Libertador no tenía mayores apremios amorosos porque lo acompañaba una bella joven llamada Manolita Madroño, pero (y esto no lo cuenta Don Ricardo) se dice que tiempo después volvió a pasar Bolívar por San Ildefonso de Caraz, sin compañía femenina, a visitar a una de las jóvenes liberadas y que esta vez sí… etc., etc., etc.

Las tres etcéteras Gonzalo Fragui

del Libertador

La República Bolivariana de Venezuela ya es miembro pleno del Merco-sur, y desde Brasilia el presidente Chávez ofreció unas palabras a propósito del histórico evento. “No sé por qué se me ocurre que el evento de hoy tiene alguna similitud con el día aquel en que este pueblo querido eligió como presidente al compañero Luis Inacio Lula Da Silva”, reflexionó Chávez al inicio de su discurso.El líder suramericano recordó que con la llegada de Lula a Brasil, de Néstor Kirchner a Argentina y de Tabaré Vázquez a Uruguay “entramos en una nue-va dinámica, comenzó a acelerarse la historia”. Seguidamente y en el mismo sentido, afirmó que “Tengo la certeza de que a partir de hoy entramos en un nuevo período de aceleración de la historia, de aceleración de la geografía, de aceleración y cambios históricos y políticos”.Chávez agradeció con elocuencia a los presidentes compañeros de los paí-ses miembros del Mercosur, y demás líderes y funcionarios que hicieron po-sible el histórico ingreso de Venezuela al bloque regional.“Hace rato que Venezuela debió ingresar al Mercosur”, reflexionó Chávez, citando las palabras de la Biblia que hablan de que todo lo que ocurre tiene su hora. Añadió el Comandante que este ingreso coincide con el término de un período constitucional y el comienzo de otro, en alusión a las venideras elecciones presidenciales del 7 de octubre, que inaugurarán, como ya está cantado, un nuevo período para el gobierno bolivariano.En este sentido, Chávez destacó que “Para nuestro Proyecto Nacional de Desarrollo, nada tan importante como este ingreso al Mercosur”. Destacó también el Comandante la necesidad que tiene Venezuela de transformar su economía: “Es de nuestro más alto interés nacional transformar el mo-delo económico”, en alusión al histórico carácter rentista de la economía venezolana, un desafío que se podrá enfrentar con mayor fortaleza con el histórico ingreso.Asimismo, Chávez hizo una breve mención a la opinión de la derecha política venezolana respecto al ingreso de Venezuela al Mercosur, corriente de la que han salido voces agoreras y pesimistas respecto al evento, recordando que son los mismos “que apoyaron al Alca”.Tocando fin su discurso, Chávez afirmó con vehemencia que el ingreso al bloque “Es la más grande oportunidad histórica que se le presenta a Vene-zuela en 200 años”. El hecho de ingresar a tan importante bloque comercial, que es el mayor productor de alimentos del mundo y que además está ubi-cado en el Sur geopolítico, hicieron reflexionar a Chávez: “Estamos ubicados en nuestra exacta perspectiva histórica”, para seguidamente sentenciar que “Nuestro norte es el Sur”.No podían faltar las alusiones históricas, por lo que Chávez aprovechó para recordar que “Bolívar casi llegó a caballo a Buenos Aires y San Martín casi llegó a caballo al Orinoco”, evocando además que Bolívar consideró impor-tante establecer relaciones con el otrora imperio del Brasil, a quien asignó el papel central de garante del desarrollo de las repúblicas nacientes.Indudablemente, el comentado “cierre de la ecuación” que significa el ingre-so pleno de Venezuela al Mercosur, tiene que ver con el hecho de que esta es una potencia energética mundial. De ahí que Chávez hiciera mención de los proyectos gasíferos, petroleros y petroquímicos en desarrollo, “que no son proyectos solo venezolanos sino que son proyectos del Mercosur”.El líder bolivariano finalizó su intervención afirmando, contundentemente, que el Mercosur “Es la locomotora más grande para preservar nuestra inde-pendencia y garantizar nuestro desarrollo integral”.

Hugo Chávez: “Venezuela llega

al Mercosur, completa”

Amaury González Poderenlared.com

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HErnán zAmora

Serafino campanario me cantaba el Chinomientras transcribía mi mamá su panalos poemas en una usada maquina de escribircuánto de Serafino me quedócuánta cinta bicolor llenó mis tiempospara encontrarme un buen día amaneciendo no de bala si no de sueniandoque la montaña es algo más que una inmensa estepa verdeel viejo Carlos nunca imaginó que su canción llegaría a mí llena de bala, concha y fotos desconocidasno es que yo sea especial, Gustavo, Camilo, Juan y los otrostambién le leyeronpero a mí me llegó amanecida y convencida de que la revolución se parecía a tu vientre

Después del primer paso...

me pierdo entre papeles de oficinasoñando la revolución posiblees de urgencia el texto (sin errores) para el gran piachepero mientras tanto la lucha de todos los días no tiene rostro definidosolo realidadpateándome las entrañas leña de ganas de triunfarsin pasaporte rojosin belachauni internacionalsolo acero sin templary un mar de ganas...

Poema con pretensiones

Oh musasOh ninfashagan la puta cola del metropara que sientanentre sus piernas el diario hacer del obrero

a Roque Dalton

La revolución es revolver con el dedo el vello púbico de mi amadaNo... la revolución es cargarse en los burócratas (que pagan mi sueldo)No... la revolución es ver tus ojos y sentir que el cielo no merece un asaltoNo... la revolución... a riesgo de parecer cursies seguir creyendo en ti San Ernesto de la Higuera

Luis

Bravo

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HErnán zAmora

Serafino campanario me cantaba el Chinomientras transcribía mi mamá su panalos poemas en una usada maquina de escribircuánto de Serafino me quedócuánta cinta bicolor llenó mis tiempospara encontrarme un buen día amaneciendo no de bala si no de sueniandoque la montaña es algo más que una inmensa estepa verdeel viejo Carlos nunca imaginó que su canción llegaría a mí llena de bala, concha y fotos desconocidasno es que yo sea especial, Gustavo, Camilo, Juan y los otrostambién le leyeronpero a mí me llegó amanecida y convencida de que la revolución se parecía a tu vientre

Después del primer paso...

me pierdo entre papeles de oficinasoñando la revolución posiblees de urgencia el texto (sin errores) para el gran piachepero mientras tanto la lucha de todos los días no tiene rostro definidosolo realidadpateándome las entrañas leña de ganas de triunfarsin pasaporte rojosin belachauni internacionalsolo acero sin templary un mar de ganas...

Poema con pretensiones

Oh musasOh ninfashagan la puta cola del metropara que sientanentre sus piernas el diario hacer del obrero

a Roque Dalton

La revolución es revolver con el dedo el vello púbico de mi amadaNo... la revolución es cargarse en los burócratas (que pagan mi sueldo)No... la revolución es ver tus ojos y sentir que el cielo no merece un asaltoNo... la revolución... a riesgo de parecer cursies seguir creyendo en ti San Ernesto de la Higuera

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TRINCHERAS DE IDEAS

Del panfleto de Radonski a la FANB y el bodrio de la falsa orden Humberto Gómez García

No podía esperarse otra cosa de la ultraderecha y su candida-

to/marioneta que abrir un frente de lucha política con el problema militar, es decir, pretender involucrar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en la diatriba políti-ca y en la beligerancia que ellos conciben no sólo como que el voto militar se incline hacia la candidatura ultra derechista sino que se produzca un giro político útil en una acción subversiva, idea acariciada desde la derrota del 13 de abril de 2002, cuando la aplanadora cívico/militar arrasó con la traición de generales y almirantes que ven-dieron abiertamente su alma al imperio.Es evidente que el llamado ‘Plan Capriles’, murió al nacer. Vetusto desde su concep-

ción táctico/política, nacido en las apo-lilladas mentes de los agentes de la CIA yanqui y del Comando Sur, de la resaca gusano cubano mayamera y de los bue-yes cansados que ayer fueron militares de un ejército burgués y hoy se arrastran cual cipayos ante sus amos yanquis y ante la oligarburguesía. Ese pobre mensajito mal llamado ‘plan’, lleno de contradicciones y torpezas lo primero que tiene es un tremendo desfa-se con relación a los profundos cambios que dentro del Ejército Nacional se han producido estos casi 14 años de proce-so revolucionario bolivariano. Tal parece que el mensajero del sionismo y candidato de las fuerzas más oscuras, torvas y reac-

cionarias de Venezuela y América le está hablando a las antiguas Fuerzas Armadas Nacionales y no a la Fuerza Armada Na-cional Bolivariana. Y no es un problema de semántica, de cambio de nombre, es que la adecuación del nombre se ajustó a la nueva realidad histórica y revolucio-naria que a partir de 1999, con la elabo-ración colectiva de la nueva constitución, la Constitución Bolivariana de la también República Bolivariana de Venezuela, se comenzó a vivir en Venezuela.El mensaje del candidato fascista fue diri-gido a una inexistentes FAN de la Cuarta República, las fan del Pacto de Punto Fijo, aquella terrible mentira histórica con la cual nos malgobernaron durante cuarenta

larguísimos años que parecieron siglos los partidos del sistema: AD, Copei y los líde-res que vendieron al país. Ese desfase de la derecha nacional y transnacional sólo se explica a la luz de su propia disociación psicótica, de la “Venezuela virtual” que tie-ne en sus cerebros y no en la Venezuela real a la cual le han dado la espalda todos estos años. Se quedaron anclados en su pasado miserable, explotador y entreguis-ta. Por ejemplo el mensaje caprilero habla de modernización de la FANB como si en todos estos años, con la nueva doctrina militar, no se viniera no sólo modernizan-do sino construyendo un nuevo aparataje militar nunca antes existentes en Venezue-la donde todas las fuerzas –incluidas por

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supuesto las gloriosas milicias populares– marchan juntas en pos de la defensa in-transigente de la independencia nacional, la dignidad y la soberanía de nuestro sue-lo, de nuestro cielo, de nuestro mar, de nuestros ríos, de nuestro pueblo.Porque la participación de los efectivos militares de todas las fuerzas que compo-nen la FANB en la refundación de la Patria es parte de la nueva visión estratégica del sector militar. Nunca antes se había pro-ducido una integración tan masiva y total de oficiales, clases, soldados y soldadas en la reconstrucción de Venezuela, parti-cipación junto al pueblo llano, al pueblo trabajador en la infinidad de jornadas so-ciales. Hoy puede hablarse de la alianza cívico militar, o sea, el pueblo y la FANB unidos en pos de un mismo objetivo his-tórico, la construcción de una Venezuela libre y soberana, desarrollada industrial y agrícolamente, con altos niveles de rendi-miento educativo, científico y tecnológico.El Plan Capriles pone su hincapié en el aspecto reivindicativo del personal militar y de sus familias. Allí también falsea los logros que en ese sentido se han hecho to-dos estos años al mundo castrense, baste señalar que del universo de viviendas que se construyen en los terrenos de Fuerte Tiu-na un alto porcentaje serán entregadas al personal militar y a sus familiares. Ya mu-chos han sido beneficiados con viviendas. Hay que señalar que la seguridad social son políticas en pleno desarrollo y abar-can a toda la sociedad en su conjunto, sea

civil y militar. Allí hay una enorme deuda social que el gobierno revolucionario ha venido pagando de manera paulatina y el personal de la FANB no ha estado aisla-do, lo que ocurre es que la visión externa y, probablemente, algunas aisladas voces disidentes dentro del Ejército transmitidas a los opositores hagan ver o ponderen lo social como lo más importante y dé la sen-sación que éstas han estado permanente-mente abandonadas, lo cual, por supues-to, no es cierto, lo cual no significa que no se deba continuar elevando el nivel socio/ecómico del personal militar.Siguiendo la matriz imperialista que trata de hacer ver que la FANB no son sobe-ranas y su operatividad depende de otras naciones –Cuba más concretamente–, el documento llama a la “independencia operacional”, para luego proponer una FANB “bien equipada, altamente prepara-da y con gran capacidad de actuación”.Evidentemente que nuevamente yerra el mensaje del candidato y pone en eviden-cia la torpeza de darle preeminencia a su visión virtual y no ver la realidad, pues si algo es más que notorio es el fortale-cimiento de la FANB tecnológicamente, los nuevos y modernos equipos adquiri-dos, la preparación combativa de todo su personal, la independencia tecnológica que comienza a adquirir el Ejército en la fabricación de armamento defensivo que llega, incluso, a construir un avión no tri-pulado para acciones militares y civiles. ¿No es eso un buen equipamiento, igual

los fusiles, aviones y submarinos rusos, los buques españoles, los radares chinos? ¿Por qué Capriles no critica a sus men-tores, los gobernantes norteamericanos, que le negaron a Venezuela la venta de repuestos para los aviones y otros equipos militares? Pero al lado del documento a la FAN –así aparece en el encabezado, sin la B de bolivariana– del aspirante a comandante en jefe surge la trapisonda de una manio-brucha sórdida de parte de los comandos que dirigen su campaña, se trata de un documento forjado utilizando las siglas del Ministerio del Poder Popular para la Defensa, con el notorio error de una fe-cha post datada, la firma de un antiguo Ministro de la Defensa hoy retirado pero endosada la misma a un jefe actual; en la presunta orden –dada a conocer por el candidato derechista en su twitter– se dice que los cuarteles, mandos y todas las instancias militares no deben ver las tele-visoras de la derecha donde será transmi-tido el ‘Plan Capriles’ al mundo militar. Es decir el susodicho plan viene precedido de un acto delictivo, de una mentira, de un documento u orden forjado, donde se dice algo que nunca ocurrió en la realidad pero que es difundida la canallada nada más y nada menos que por el que aspira a ser comandante en jefe de la FANB.Por supuesto estamos ante una burda mentira que prontamente fue denunciada por el propio presidente Chávez porque esa falacia de que el gobierno no quería

que los militares oyesen la transmisión de Capriles no hace más que reiterar el des-precio que por el mundo castrense boliva-riano tiene la ultra derecha venezolana, lo que de seguidas tratan de edulcorar con el festinado plan.La resaca traidora de generalotes conspi-radores, vende patria desde sus comandos de los grupúsculos o “frentes militares” donde se atrincheran, afirman que tanto la alocución del candidato fascista como el documento que reproduce sus palabras fueron “bien aceptadas por el mundo mi-litar y tuvieron un impacto positivo”.Muy rápido al parecer los opositores sa-caron conclusiones del efecto del torpe y falaz mensaje derechista al mundo cas-trense criollo precisamente con los resulta-dos que ellos esperaban se produjeran, es decir, que tanto oficiales como soldados –donde todos votan, sin excepción– que-daron “impactados” por la “profundidad” del documento opositor.Una ofensa y un agravio más de la de-recha al mundo militar venezolano, no se puede esperar más de esos tirapiedras que se quieren vestir de gobernantes para que sean otros –imperialistas, sionistas y godos criollos– los que realmente gobier-nen al país en el supuesto negado de que lleguen al poder.Ya nuestro pueblo desagraviará a la FANB, queda muy poco tiempo para hacerlo de la manera más contundente, con el voto masivo el próximo 7 de octubre con más de diez millones de votos.

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¿Cómo testimoniar una revolución como la revolución bolivariana? ¿En cuál de tantas aristas centrar la mirada? Suce-de que a uno le asaltan dudas al comen-zar a escribir. Escribir sobre las misiones, sobre la política exterior del gobierno, sobre el amor que fluye como río cau-daloso entre el Comandante Chávez y su pueblo, escribir sobre su “por ahora” que partió en dos la historia patria, o sobre su discurso, o sobre la revaloración de Bolívar, de la historia, del pueblo mismo. La sujeta frente al computador empieza la cuartilla preguntándose. Hay algo que podemos afirmar: un huracán renovador ha sacudido este país durante poco más de una década. Hemos empezado a re-significar el “ser” venezolanos. Resulta que el testimonio de la sujeta escribiente es testimonio de una patria, Venezuela, que decidió ser libre. Esta afirmación se ha convertido en pan de todos los días: “cuando lo extraordinario se hace cotidiano, entonces estamos en revolución” decía el Ché Guevara. Resul-ta entonces que sí, que estamos en revo-lución. Pero, ¿desde cuándo lo estamos? La sujeta se pregunta y la mirada se le pierde en la lejanía de un pasado históri-co atemporal. Desde los Caribes hasta los primeros movimientos independentistas, desde los Libertadores, Sucre, Mariscal joven co-mandando su ejército, Bolívar empeñado en la unión de América toda. Luego Za-mora, y un pueblo bravo cantando que “colgarían a los sacerdotes de un farol” a los oligarcas que jugaban con el hambre y los sueños de un pueblo. Figuras eva-nescentes de mil batallas desfilan ante los ojos de la sujeta. Desfilan los cuentos de su padre: la gue-rrilla. Los índices de pobreza en los tiem-pos oscuros de la cuarta. Recuerda la sujeta el impacto que le causó aquel día, cuando su padre regresaba del trabajo en Misión Negra Hipólita. Allí está ella, la

El título de este libro de Romain Migus, comporta sin duda una paradoja cuyo abordaje puede resultar, al

ritmo que vamos del proceso electoral, un sombrío juego de aje-drez ejecutado por un bando fantasma, cuya reina fue objeto de una extraña desaparición física del tablero donde se desarrolla-ron los primeros pasos ofensivos, los consabidos amagues de unas piezas (negras o blancas, aunque parecen ser amarillas) que fueron movidas a ciegas, quizás con la velada y simbólica (y única) estrategia de acabar olímpicamente no sólo con el rey del otro bando, que aún no ha aparecido en la escena de los movimientos, sino con todas las piezas que lo integran. De todas maneras se trata de las entrañas de un cuerpo —diga-mos por comodidad— ideológico, que se despliega en discurso por el arte de la magia mediática que lo sostiene, particularmente del megáfono infame de un canal de comunicación cuyos due-ños, hoy por hoy, son banqueros y empresarios estafadores que, por cometer delitos públicos durante años, no se encuentran precisamente bajo condenas, sino en las metrópolis del imperio norteamericano y otras vecindades centroamericanas, después de amasar fortunas descomunales, burlarse de la inocencia de millones de personas y, desde luego, de la justicia.Pero la MUD, ciertamente, existió hasta el 12 de febrero de este año, cuando se produjeron las llamadas elecciones primarias y el poder del capital impuso a Capriles Radonski como el candidato de la “Unidad Democrática”: hoy es un retazo de signos agazapa-dos en el entramado de la subcultura de la derecha venezolana, compuesta por antiguos exponentes de la IV República que acom-pañaron a Pedro Carmona Estanga y a unos militares apátridas en el golpe de Estado contra Hugo Chávez el 11 de abril de 2002.De la juntura de retazos que moldean ese cadáver político llamado la MUD, hay que hacer una parada obligatoria en la muy sofistica-da manera de plantarse (adentro pero al margen) del siempre viejo partido de Rómulo Betancourt, Acción Democrática, que aunque en decadencia y si acaso con el lucimiento de su único rostro, ya añejado e incorporado a los íconos del folclore político venezola-no del inefable Ramos Allup, se ha encargado de ultimar a estos muchachos de la Escuela de Chicago que hoy desean borrar del imaginario colectivo el pasado que los condena. AD, claro, suerte de alma en pena que arrastra los fantasmas de El Caracazo, del oprobioso significado de los gobiernos de Carlos Andrés Pérez, que quiso darle la bienvenida a Fondo Monetario Internacional, ha tomado la más pintoresca distancia no sólo de los restos de la MUD, sino del envalentonado candidato de la derecha nacional, que anda por la vida (y por Colombia) como un muñeco de cuerda, tratando de posicionar un programa de franca factoría neoliberal, en un país de sólida cultura antiimperialista y de decidida y vigoro-sa defensa de lo nacional y popular como vértices de un proceso revolucionario que ha despertado a las masas y generado una conciencia histórica fundamental.La antigua MUD fue una arquitectura ideada por dueños de medios de comunicación privados, empresarios de tintes neoliberales, unos incursionando en la actividad política, otros desde sus federacio-nes; partidos políticos cuyos dirigentes, venidos a menos (Teodoro Petkoff, Carlos Blanco, Américo Martín, Andrés Velásquez, Pablo Medina, Ramón Guillermo Aveledo, María Corina Machado y otros), estiran sus finanzas provenientes de organismos internacionales

Testimonio en creación

sujeta, de 15 años y lo ve cansado. El padre de la sujeta habló con ella toda la noche. Le habló por primera vez de Co-munismo, de Revolución. Le contó que en la cuarta a los niños pobres sus familias desesperadas les daban teteros hechos con el agua de la pasta. Que los pobres comían hasta perrarina porque era más barato. Allí están de nuevo los ecos, la mirada cierta de su padre, contándole de la guerrilla. Para testimoniar la revolución bolivariana todo esto pasa ante los ojos de la sujeta y entonces, entonces recuer-da la sujeta a Martí, a aquello que dice Martí del aldeano vanidoso. La canalla apátrida es ese aldeano va-nidoso. No le importa nada, con tal de que ellos sean alcaldes. Pero resulta que ya ellos no son los alcaldes. En la mente de la sujeta testimoniante la canalla des-conoce a esos grandes cometas que de-voran mundos, que podrían devorarlos a

ellos. Cuántas amistades perdió la sujeta por hablarle a la canalla de los cometas, de la bota que podría pisarlos. La canalla no entiende. Sólo le importa su pequeñito reino, su mínimo espacio. Saben acre las discusiones con quienes siempre han detentado el poder. Sabe a hiel la conversación con los oportunistas. La sujeta apura un trago de agua. Respi-ra hondo, mira el techo, suelta el teclado y allí está otra vez, la mirada de su padre, contándole de Jorge Rodríguez, de Fabri-cio Ojeda en las montañas de Sanare, contándole de un Chávez que no es el que venden los medios de comunicación. Es el año 2001, y allí está su padre con-tándole a la sujeta de una lucha larga, una lucha cuyo enemigo común es el norte. Y su padre emerge de nuevo ha-blándole de las cuotas balón. Y ahora, a más de diez años de aquella conversa entre un padre y una adolescente, la su-

Mariajosé Escobar

jeta testimonia ahora ella, no su padre, no quien siempre le habló de estos temas sino ella, que su pueblo ha estado en re-volución desde hace mucho tiempo.Que el huracán Chávez ha sido creación heroica de un pueblo, de una gesta nada nueva, pero actualizada día tras día, en las sonrisas de los que reciben su casa, en los gestos de lanzar el birrete en las misiones, en el pollo que vende mercal para que aquí no haya hambre, en la cara de Simón Bolívar que ahora sí cono-cemos, que ahora sí es nuestra. La sujeta no se extravía en enumeraciones. Respira, apura otro sorbo de agua y se deshace, porque al final de esta página, alguien terminará de leer y continuará la lucha, porque como decía el Chino: “Podemos caer abatidos / por las balas más crue-les / y siempre tenemos sucesor: / el niño que estremece las hambres consteladas / agitando feroz su primer verso”.

(norteamericanos, españoles, etc.) para sobrevivir, unos como dipu-tados, o como simples saltimbanquis que, a veces, con visos delin-cuenciales, se presentan metamorfoseados en artistas, presentado-res de noticias (no olvidemos: todos ventrílocuos de Globovisión) y que ahora, como náufragos, aguardan que Capriles Radonski logre convertirse en lo que los dueños del capital criollo y foráneo quieren que sea: el pequeño César del imperio, el que abra las puertas a las corporaciones y al capitalismo salvaje y enfermizo que, pese al pro-gresivo desgaste de sus aspiraciones expansionistas en el mundo, e independientemente de “los beneficios” que le ha proporcionado, la llamada por Vicente Romano “generalización del modelo capita-lista a la economía mundial”, al menos en el caso venezolano, por la firmeza con la que se han fijado los conceptos de soberanía e independencia durante estos últimos años de revolución, no es visto con el mismo telescopio que visualizó las guerras en Irak y el espan-toso saqueo a que fue sometida o, más recientemente, Libia para apoderarse de su petróleo. La incursión de Migus por el Programa de la MUD es un análisis microscópico y retador de sus “postulados”. Un libro que debe ser llevado en los bolsillos para leerlo de cara a la realidad, en medio de la multitud, en el Metro, en el transporte público, como un recurso de utilidad colectiva para desentrañar y exponer a viva voz los tantos elementos neofascistas que lo componen. Como lo dice el autor: “desataron una verdadera propaganda de guerra, que podríamos resumir en tres puntos. Negar el pasado: Venezuela es un planeta espacial sin historia. Negar de manera sistemática todos los avances del gobierno: Venezuela es un infierno sin nombre. Negar los intereses anta-gónicos: Venezuela es un país sin clase social”.Estas son las tres premisas que este libro desarrolla en paralelo

a una aguda y sistemática investigación de la historia reciente de la Venezuela bolivariana; un país que, junto a Hugo Chávez, emprende una de las gestas emancipadoras más vigorosas del mundo y se hermana con las experiencias de Ecuador, Brasil, Bolivia, Cuba y países y culturas de otros ámbitos, a través de la construcción de nuevos modelos de cooperación e integración que dan al traste con los mecanismos de dominación imperial. “La MUD delira y proyecta la idea de que vamos a vivir juntos y felices; el rico bailará con el pobre, los leones se casarán con las cebras (y con el Magallanes), y los gatos ayudarán a los ratones; como todo era, pues, antes de la llegada del presidente Chávez… ¡Nadie se lo podría creer ni en una película!”, dice Romain Migus para ilustrar la brillante retórica del programa de Capriles.A esta pincelada de Migus sobre las idílicas aspiraciones consen-suales de la MUD para una Venezuela sin Chávez, habría que imaginarse semejante coronación como una apoteósica y frenéti-ca restauración del neofascismo actual en la plaza Altamira, donde en el primer plano del paisaje se den la mano Álvaro Uribe y Ma-riano Rajoy con el Premio Nóbel de la Paz, Mr. Obama, emblemas de la “Revolución Conservadora”, made in USA. Si “el camino del progreso” de Capriles Radonski nos pretende ocultar el signo de ese síntoma que describe Vicente Romano, subyacente a la mascarada del capitalismo, como es la globali-zación neoliberal, que se ha traducido en incremento de la po-breza, en libre mercado en contra del empobrecimiento de las mayorías y pérdidas de las conquistas sociales como las ocu-rridas en Europa, este libro de Migus es un manual para desen-mascarar esta pretensión neofascista de implantar en Venezuela una situación de impredecibles consecuencias sociopolíticas. Un libro para espantar la pesadilla.

“Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea,

y con tal que él quede de alcalde,o le mortifique al rival

que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros,

ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan

siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima,

ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos

engullendo mundos” .Nuestra América. José Martí

EL PROGRAMA DE LA MUD, ANÁLISIS DE LOS LINEAMIENTOS DE GOBIERNO DE LA MESA DE LA UNIDAD DEMOCRÁTICA. POR ROMAIN MIGUS

PrologoFederico Ruiz Tirado

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¿Cómo testimoniar una revolución como la revolución bolivariana? ¿En cuál de tantas aristas centrar la mirada? Suce-de que a uno le asaltan dudas al comen-zar a escribir. Escribir sobre las misiones, sobre la política exterior del gobierno, sobre el amor que fluye como río cau-daloso entre el Comandante Chávez y su pueblo, escribir sobre su “por ahora” que partió en dos la historia patria, o sobre su discurso, o sobre la revaloración de Bolívar, de la historia, del pueblo mismo. La sujeta frente al computador empieza la cuartilla preguntándose. Hay algo que podemos afirmar: un huracán renovador ha sacudido este país durante poco más de una década. Hemos empezado a re-significar el “ser” venezolanos. Resulta que el testimonio de la sujeta escribiente es testimonio de una patria, Venezuela, que decidió ser libre. Esta afirmación se ha convertido en pan de todos los días: “cuando lo extraordinario se hace cotidiano, entonces estamos en revolución” decía el Ché Guevara. Resul-ta entonces que sí, que estamos en revo-lución. Pero, ¿desde cuándo lo estamos? La sujeta se pregunta y la mirada se le pierde en la lejanía de un pasado históri-co atemporal. Desde los Caribes hasta los primeros movimientos independentistas, desde los Libertadores, Sucre, Mariscal joven co-mandando su ejército, Bolívar empeñado en la unión de América toda. Luego Za-mora, y un pueblo bravo cantando que “colgarían a los sacerdotes de un farol” a los oligarcas que jugaban con el hambre y los sueños de un pueblo. Figuras eva-nescentes de mil batallas desfilan ante los ojos de la sujeta. Desfilan los cuentos de su padre: la gue-rrilla. Los índices de pobreza en los tiem-pos oscuros de la cuarta. Recuerda la sujeta el impacto que le causó aquel día, cuando su padre regresaba del trabajo en Misión Negra Hipólita. Allí está ella, la

El título de este libro de Romain Migus, comporta sin duda una paradoja cuyo abordaje puede resultar, al

ritmo que vamos del proceso electoral, un sombrío juego de aje-drez ejecutado por un bando fantasma, cuya reina fue objeto de una extraña desaparición física del tablero donde se desarrolla-ron los primeros pasos ofensivos, los consabidos amagues de unas piezas (negras o blancas, aunque parecen ser amarillas) que fueron movidas a ciegas, quizás con la velada y simbólica (y única) estrategia de acabar olímpicamente no sólo con el rey del otro bando, que aún no ha aparecido en la escena de los movimientos, sino con todas las piezas que lo integran. De todas maneras se trata de las entrañas de un cuerpo —diga-mos por comodidad— ideológico, que se despliega en discurso por el arte de la magia mediática que lo sostiene, particularmente del megáfono infame de un canal de comunicación cuyos due-ños, hoy por hoy, son banqueros y empresarios estafadores que, por cometer delitos públicos durante años, no se encuentran precisamente bajo condenas, sino en las metrópolis del imperio norteamericano y otras vecindades centroamericanas, después de amasar fortunas descomunales, burlarse de la inocencia de millones de personas y, desde luego, de la justicia.Pero la MUD, ciertamente, existió hasta el 12 de febrero de este año, cuando se produjeron las llamadas elecciones primarias y el poder del capital impuso a Capriles Radonski como el candidato de la “Unidad Democrática”: hoy es un retazo de signos agazapa-dos en el entramado de la subcultura de la derecha venezolana, compuesta por antiguos exponentes de la IV República que acom-pañaron a Pedro Carmona Estanga y a unos militares apátridas en el golpe de Estado contra Hugo Chávez el 11 de abril de 2002.De la juntura de retazos que moldean ese cadáver político llamado la MUD, hay que hacer una parada obligatoria en la muy sofistica-da manera de plantarse (adentro pero al margen) del siempre viejo partido de Rómulo Betancourt, Acción Democrática, que aunque en decadencia y si acaso con el lucimiento de su único rostro, ya añejado e incorporado a los íconos del folclore político venezola-no del inefable Ramos Allup, se ha encargado de ultimar a estos muchachos de la Escuela de Chicago que hoy desean borrar del imaginario colectivo el pasado que los condena. AD, claro, suerte de alma en pena que arrastra los fantasmas de El Caracazo, del oprobioso significado de los gobiernos de Carlos Andrés Pérez, que quiso darle la bienvenida a Fondo Monetario Internacional, ha tomado la más pintoresca distancia no sólo de los restos de la MUD, sino del envalentonado candidato de la derecha nacional, que anda por la vida (y por Colombia) como un muñeco de cuerda, tratando de posicionar un programa de franca factoría neoliberal, en un país de sólida cultura antiimperialista y de decidida y vigoro-sa defensa de lo nacional y popular como vértices de un proceso revolucionario que ha despertado a las masas y generado una conciencia histórica fundamental.La antigua MUD fue una arquitectura ideada por dueños de medios de comunicación privados, empresarios de tintes neoliberales, unos incursionando en la actividad política, otros desde sus federacio-nes; partidos políticos cuyos dirigentes, venidos a menos (Teodoro Petkoff, Carlos Blanco, Américo Martín, Andrés Velásquez, Pablo Medina, Ramón Guillermo Aveledo, María Corina Machado y otros), estiran sus finanzas provenientes de organismos internacionales

Testimonio en creación

sujeta, de 15 años y lo ve cansado. El padre de la sujeta habló con ella toda la noche. Le habló por primera vez de Co-munismo, de Revolución. Le contó que en la cuarta a los niños pobres sus familias desesperadas les daban teteros hechos con el agua de la pasta. Que los pobres comían hasta perrarina porque era más barato. Allí están de nuevo los ecos, la mirada cierta de su padre, contándole de la guerrilla. Para testimoniar la revolución bolivariana todo esto pasa ante los ojos de la sujeta y entonces, entonces recuer-da la sujeta a Martí, a aquello que dice Martí del aldeano vanidoso. La canalla apátrida es ese aldeano va-nidoso. No le importa nada, con tal de que ellos sean alcaldes. Pero resulta que ya ellos no son los alcaldes. En la mente de la sujeta testimoniante la canalla des-conoce a esos grandes cometas que de-voran mundos, que podrían devorarlos a

ellos. Cuántas amistades perdió la sujeta por hablarle a la canalla de los cometas, de la bota que podría pisarlos. La canalla no entiende. Sólo le importa su pequeñito reino, su mínimo espacio. Saben acre las discusiones con quienes siempre han detentado el poder. Sabe a hiel la conversación con los oportunistas. La sujeta apura un trago de agua. Respi-ra hondo, mira el techo, suelta el teclado y allí está otra vez, la mirada de su padre, contándole de Jorge Rodríguez, de Fabri-cio Ojeda en las montañas de Sanare, contándole de un Chávez que no es el que venden los medios de comunicación. Es el año 2001, y allí está su padre con-tándole a la sujeta de una lucha larga, una lucha cuyo enemigo común es el norte. Y su padre emerge de nuevo ha-blándole de las cuotas balón. Y ahora, a más de diez años de aquella conversa entre un padre y una adolescente, la su-

Mariajosé Escobar

jeta testimonia ahora ella, no su padre, no quien siempre le habló de estos temas sino ella, que su pueblo ha estado en re-volución desde hace mucho tiempo.Que el huracán Chávez ha sido creación heroica de un pueblo, de una gesta nada nueva, pero actualizada día tras día, en las sonrisas de los que reciben su casa, en los gestos de lanzar el birrete en las misiones, en el pollo que vende mercal para que aquí no haya hambre, en la cara de Simón Bolívar que ahora sí cono-cemos, que ahora sí es nuestra. La sujeta no se extravía en enumeraciones. Respira, apura otro sorbo de agua y se deshace, porque al final de esta página, alguien terminará de leer y continuará la lucha, porque como decía el Chino: “Podemos caer abatidos / por las balas más crue-les / y siempre tenemos sucesor: / el niño que estremece las hambres consteladas / agitando feroz su primer verso”.

(norteamericanos, españoles, etc.) para sobrevivir, unos como dipu-tados, o como simples saltimbanquis que, a veces, con visos delin-cuenciales, se presentan metamorfoseados en artistas, presentado-res de noticias (no olvidemos: todos ventrílocuos de Globovisión) y que ahora, como náufragos, aguardan que Capriles Radonski logre convertirse en lo que los dueños del capital criollo y foráneo quieren que sea: el pequeño César del imperio, el que abra las puertas a las corporaciones y al capitalismo salvaje y enfermizo que, pese al pro-gresivo desgaste de sus aspiraciones expansionistas en el mundo, e independientemente de “los beneficios” que le ha proporcionado, la llamada por Vicente Romano “generalización del modelo capita-lista a la economía mundial”, al menos en el caso venezolano, por la firmeza con la que se han fijado los conceptos de soberanía e independencia durante estos últimos años de revolución, no es visto con el mismo telescopio que visualizó las guerras en Irak y el espan-toso saqueo a que fue sometida o, más recientemente, Libia para apoderarse de su petróleo. La incursión de Migus por el Programa de la MUD es un análisis microscópico y retador de sus “postulados”. Un libro que debe ser llevado en los bolsillos para leerlo de cara a la realidad, en medio de la multitud, en el Metro, en el transporte público, como un recurso de utilidad colectiva para desentrañar y exponer a viva voz los tantos elementos neofascistas que lo componen. Como lo dice el autor: “desataron una verdadera propaganda de guerra, que podríamos resumir en tres puntos. Negar el pasado: Venezuela es un planeta espacial sin historia. Negar de manera sistemática todos los avances del gobierno: Venezuela es un infierno sin nombre. Negar los intereses anta-gónicos: Venezuela es un país sin clase social”.Estas son las tres premisas que este libro desarrolla en paralelo

a una aguda y sistemática investigación de la historia reciente de la Venezuela bolivariana; un país que, junto a Hugo Chávez, emprende una de las gestas emancipadoras más vigorosas del mundo y se hermana con las experiencias de Ecuador, Brasil, Bolivia, Cuba y países y culturas de otros ámbitos, a través de la construcción de nuevos modelos de cooperación e integración que dan al traste con los mecanismos de dominación imperial. “La MUD delira y proyecta la idea de que vamos a vivir juntos y felices; el rico bailará con el pobre, los leones se casarán con las cebras (y con el Magallanes), y los gatos ayudarán a los ratones; como todo era, pues, antes de la llegada del presidente Chávez… ¡Nadie se lo podría creer ni en una película!”, dice Romain Migus para ilustrar la brillante retórica del programa de Capriles.A esta pincelada de Migus sobre las idílicas aspiraciones consen-suales de la MUD para una Venezuela sin Chávez, habría que imaginarse semejante coronación como una apoteósica y frenéti-ca restauración del neofascismo actual en la plaza Altamira, donde en el primer plano del paisaje se den la mano Álvaro Uribe y Ma-riano Rajoy con el Premio Nóbel de la Paz, Mr. Obama, emblemas de la “Revolución Conservadora”, made in USA. Si “el camino del progreso” de Capriles Radonski nos pretende ocultar el signo de ese síntoma que describe Vicente Romano, subyacente a la mascarada del capitalismo, como es la globali-zación neoliberal, que se ha traducido en incremento de la po-breza, en libre mercado en contra del empobrecimiento de las mayorías y pérdidas de las conquistas sociales como las ocu-rridas en Europa, este libro de Migus es un manual para desen-mascarar esta pretensión neofascista de implantar en Venezuela una situación de impredecibles consecuencias sociopolíticas. Un libro para espantar la pesadilla.

“Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea,

y con tal que él quede de alcalde,o le mortifique al rival

que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros,

ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan

siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima,

ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos

engullendo mundos” .Nuestra América. José Martí

EL PROGRAMA DE LA MUD, ANÁLISIS DE LOS LINEAMIENTOS DE GOBIERNO DE LA MESA DE LA UNIDAD DEMOCRÁTICA. POR ROMAIN MIGUS

PrologoFederico Ruiz Tirado

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En los sistemas democráticos, las campañas electorales (se supo-

ne) son el período en el cual los elec-tores conocen la propuesta de aquellos que aspiran un cargo de elección popu-lar. De forma que el ejercicio del voto se convierta en un acto consciente.Ahora bien, en la era de la internet, lo anterior no es más que un mal chiste. La publicidad sustituyó a la propagan-da política y en el inconciente de los electores se instala el rostro de aquel candidato que más dinero logra invertir para que su imagen aparezca (maquilla-da y emocional) en las pantallas de los televisores, en las ondas hertzianas, en los teléfonos celulares, en las páginas web, en los correos electrónicos, en las vallas, en los afiches, en las esquinas, encima de las cabezas y hasta debajo del agua...Y las campañas electorales de América Latina son una mala copia del show televisivo que suponen las de Estados Unidos, donde lo que importa es quién engaña a más. Veamos un ejemplo:El 5 de noviembre de 2008, con más de 75 millones de votos a su favor –la cifra más elevada en la historia– Barack Oba-ma se convertía en el primer presidente negro de Estados Unidos en 230 años de la vida republicana de ese país.Y no sólo su origen afrodescendiente despertó una esperanza. El discurso de Obama cabalgó los temas que -según las encuestas- representaban las princi-pales preocupaciones de los electores.Se aventuró a prometer: (en eso se ba-san muchas campañas, en ofrecer cosas que generen esperanza a los votantes) “... Llevar a ese país en una nueva direc-ción; cerrar la Base Naval de Guantána-mo, que (ilegalmente) ocupan en suelo cubano; aprobar la llamada ‘Dream Act’ o reforma migratoria, que mejoraría el estatus legal de muchos migrantes ilegales; reducir el desempleo; mejorar el mercado inmobiliario; y reformar el sistema de salud.”

Capriles Radonski, artículo defectuoso Indira Carpio Olivo y Ernesto J. Navarro

Eso, una vez logrado el triunfo dejó de importar. Ya el 11 de enero de 2009 Obama lo reconocía. “Quiero ser realista: no podremos hacer todo lo que hablamos durante la campaña, con el ritmo que habíamos esperado”, admitía el mandatario estadounidense (1).

Estafas milmillonariasActualmente los medios de comunica-ción olvidan a propósito las promesas de los aspirantes a la Casa Blanca. Ni siquiera recuerdan los programas de gobierno. Igual como ocurre con Capri-les Radonski, exaltado por las empresas privadas de información.Pareciera (visto desde los medios) que a los electores de la nación norteña sólo les importa quién gasta más y bajo la tutela de qué corporaciones se expresa el guiñol de turno.La agencia Associated Press (AP) reporta en junio que sólo Barack Obama ha gastado cerca de 100 millones de dóla-res en comerciales televisivos en lo que va de la actual campaña electoral.En cambio, la campaña de Romney gas-tó en junio 10 millones 400 mil dólares en anuncios electorales.Esa cantidad de dólares impide que los propios estadounidenses y el mundo entero conozcan siquiera al resto de los candidatos (2).

Promesas de Capriles, hechos de ChávezLos partidos de la derecha venezolana tratan de imitar las campañas publicita-rias de la política gringa y con una apa-

rente “astucia” basan su plan en ofrecer planes y proyectos, que desde hace rato implementa el gobierno bolivariano.Por su parte, el presidente y también candidato Hugo Chávez presenta su plan de gobierno a debate público y ofrece continuar con la gestión de las políticas implementadas como metas a corto, mediano y largo plazo. Tal es el caso de la Gran Misión Vivienda Vene-zuela, a través de la cual Chávez aspira concluir seis millones de hogares al cul-minar el próximo período de gobierno.Capriles oferta empleo, vivienda, dismi-nuir el hambre, mayor seguridad, sobre la base del incumplimiento de estas polí-ticas durante su gestión en los diferentes cargos públicos que ha ostentado. Es así como el estado Miranda es en el ranking de toda Venezuela, el que más reporta hechos de violencia y delincuencia.

Publicidad engañosaCapriles no hace propaganda (en términos políticos). Capriles es parte de una estrategia publicitaria, de una es-trategia de ventas, en el ajedrez político venezolano.No tiene discurso, no tiene formación política, no es capaz de defender su “programa de gobierno”, es sólo otra cara bonita, como diría el cantante y su mirada nos permite incluso ponerlo en duda.Su campaña se basa en: “corro más rá-pido (...) soy más delgado (...) más joven (...) soy un chocolate dulcito”; la reunión de atributos de un laxante, como si uno estuviese estreñido.

Repite frases -que pueden contarse con los dedos de las manos- y que forman parte de un jingle, creado por un creati-vo en las cuatro paredes de una agencia publicitaria. En síntesis, tratan de hacerlo mercadeable.Pero, Capriles ha sido diputado, alcalde, gobernador y hasta ahora nos entera-mos de que “el flaquito” no sólo carece de grasa, sino de gracia. No puede mantener un discurso más allá de la repetición de lugares comunes, durante catorce minutos.Hoy día, cuando le toca dar la cara más allá de Globovisión, RCTV y Vene-visión, es cuando sale a flote que no es más que un cascarón vacío, una pose para la foto.Capriles es un producto al que muchos tomaran de los anaqueles, se llevarán a casa y lo echaran al bote de la basura, porque se sentirán estafados.

Descendientes electorerosAsí como Obama pudiera ser descen-diente de uno de los primeros esclavos de Estados Unidos, también Capriles sería sobrino octavo de Simón Bolívar, El Libertador, según un supuesto Instituto Venezolano de Genealogía.Obama incumple las promesas electo-rales durante el reciente mandato y el ahora candidato vuelve sobre sus fan-tasmas. Capriles, gobernador del estado más violento e inseguro de Venezuela dice que en “un año acabará con la inseguridad en todo el territorio”. Para ello se asesorará con los motosierristas al servicio de su amigo, el Doctor Varito,

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Álvaro Uribe, quien se declaró en cam-paña contra Chávez desde la frontera colombo-venezolana.En Venezuela no hay datos oficiales sobre el gasto de las campañas elec-torales; sin embargo el periodista José Vicente Rangel expuso en su programa televisivo que Henrique Capriles Radon-ski gastó en su campaña -como precan-didato a las primarias presidenciales de la unidad- tres millardos de bolívares en cuñas durante un solo día, en un solo canal de televisión.Nos preguntamos ¿Cuál sería el monto total de la campaña que Henrique Ca-priles Radonski sostiene desde antes de los comicios internos de la oposición? ¿Cuántos comprarán este producto defectuoso? No habrá Indepabis que acepte devoluciones.

---(*) Periodistas intragablesindiracarpio.blogspot.com @icarpio / ernes-tojnavarro.blogspot.com @ernestojnavarro

---Para ampliar las informaciones:(1) En: http://www.panamaamerica.com.pa/notas/734775-obama-admite-que-prome-sas-electorales-tomaran-mas-tiempo-de-lo-previsto(2) Candidatos independientes a las preside-ciales en EEUU: Ralph Nader de Connecticut, Jesse Ventura de Minnesota, Michael Bloom-berg de Nueva York, D. Randall Blythe por Richmond. Por el Partido Libertario: Wayne Allyn Root de Nevada y por el Partido Verde Jello Biafra de California.

Desafío vital este de mutar a ciudad menos aferrada al agite incesante, a la productividad que todo lo ve desde el afán de lucro. Conscientes de la ciudad que ahora nos contiene y que a la vez definimos por nuestras pujanzas y pisadas cotidianas es el tiempo de sumar llo-vizna, canto de ordeño y semilla buena en las verticales y cuadriculadas espacialidades de la urbe.Volver a la semilla diríase, educarnos con paulatino la-tido, con planificación gozosa en tareas que consideren la ciudad como ente que necesita oxigenarsey zafarse de tanto apego a la cabilla y el cemento. Son estos los días que nos llaman a hacer converger esfuerzos cultu-rales para educarnos en el amor al árbol y a la biodiver-sidad tantas veces amenazada por tanto desorden.Poder popular que apueste por la siembra de semillas de rubros vegetales alimenticios para ya no depender de la estafa cotidiana de supermercados acostum-brados a golpear el bolsillo de los consumidores y a explotar y tercerizar a obreros del campo que son, a fin de cuentas, los que les proveen de insumos con los que lucrar. Por tanto es vital revisar las empolva-das visiones de hace años cuando hablar de huertos urbanos era inventiva sana, robinsoniana y de inmenso vuelo ético político.La más grande obra de la ecología en la urbe inicia con la praxis que rompa con la bolsa plástica que todo lo envuelve pero también pasa por dedicar tiempo y espacio, palabra y debate plural para reconocernos vivos en la puesta en marcha de iniciativas de refores-

Ruralizar la ciudad Nicanor A. Cifuentes Gil.

tación con flora autóctona donde la niñez y la juventud eduquen su sensorialidad en la textura, en la maravilla que germina, que florece y ofrenda frutos.Nada hacemos como habitantes si nos ubicamos en trincheras esnobistas que en nada inciden en la puesta en práctica de la conciencia alcanzada luego de tanto bombardeo mediático que propugna planeta y hogar sano.¿Cuáles calendarios de siembra se ajustarán a las lunas que crecientes o menguantes, nuevas o llenas ayudarán a entendernos tan afines a la savia de los ár-boles como a la sangre que nos mantiene respirando?Requerimos herbolaria ancestral para curarnos, para indagar en procesos y experiencias que seguro reful-gen intermitentes en puntuales localidades con habi-tantes provenientes del llano, la montaña o la húmeda selva venezolana pero que la búsqueda por “una vida mejor” ha pospuesto sin saber que allí hay un cúmulo de saberes, sabores y amores por la tierra que debe-mos democratizar para salvar(nos).Manos a la siembra, untarnos de la textura viva, del compost que podemos generar sin grandes esfuerzos en el hogar para devolver energía a la tierra para que llueva, florezca y se ponga bonita desde el nosotros.Urbanizados, cuadriculados, agitados poco hacemos desde la preocupación ecológica. Tomarnos el tiempo y lloviznar de agua e´ lluvia la voluntad para ocupar-nos en reforestar, en sembrar, en florecer de verdores a la ciudad que nos sigue desafiando para, desde esta “ruralización” salvarla de tanta cuadrícula y taquicardia que no somos.

La revolución bolivariana ha llenado de libros todos los rincones de la patria. La literatura de otras geografías y otros tiempos convive con la historia del barrio y las memorias de los fundadores del pueblo. Los libros vivientes y viejos sabios comparten sus historias con los niños y la poesía brota saludable por todos los rincones y todos los abrazos. Hemos transformado en pocos años el tejido editorial del país, ahora el libro ocupa otro espacio en el imaginario po-pular, basta ver en cualquier lado a la gente estudiando el Plan Simón Bolívar, la Constitución Bolivariana, las leyes, las cartas de Simón a Manuelita o el mismo Quijote.Por otra parte las empresas transnacionales del libro gozan a sus anchas y llenan los anaqueles y las ferias de las grandes ciudades y cuentan sus ganancias. El Estado ha venido construyendo un sistema subsidiado de ediciones a gran escala y cada ministerio o institución gubernamental mantiene su propio proyecto de ediciones a veces sin un sentido orgánico de distribución, pero que también aporta materiales y temas importantes. Junto a este primer vistazo circulan cientos de proyectos de periódicos alternativos, revistas, fanzines y experiencias impresas de todo tipo e interés sin contar la infinidad de páginas en internet cuyo principal objetivo es el intercambio y socialización de materiales escriturales. Pudiéramos decir que estamos viviendo un verdadero y profundo florecimiento de la escritura, de la lectura y de la libertad plena de decir e imaginar. A este panorama extraordinario, sin embargo, todavía le falta mucho. Y llegamos al tema medular: las experiencias alternativas de edición que contribuyen de manera significativa a la multiplicación de las voces y al enriquecimiento del tejido social, no cuenta en estos momentos con una protección especial, ni con una política integral de apoyo y fortalecimiento. Se hace sumamente difícil mantener en el tiempo un proyecto edito-rial independiente y alternativo que no funciona en base a la venta comercial de sus productos ni del cálculo frío de la inversión y la ganancia. Sabemos que cualquier proyecto experimental es un ejercicio constante de imaginación, y es allí donde radica la fortaleza de proyecto como La Mancha: en la búsqueda permanente de estrategias que nos permitan seguir soñando con el libro alternativo.No creemos que la centralización de la edición sea saludable en la construcción del socialismo, tampoco tenemos una fórmula mágica para fomentar aun más los proyectos alternativos de edición, pero insistimos esta vez y cuanta sean necesarias en que debemos sentarnos a la mesa todos los ciudadanos militantes del libro y la palabra, estemos en la calle o en el gobierno, para discutir y encontrar espacios comunes que abonen la tierra donde seguirán brotan-do con más ímpetu la palabra, la poesía, el libro, y el espíritu emancipado de un pueblo en revolución. Los tiempos exigen un ejercicio de imaginación constante y estamos frente a una oportunidad maravillosa.

Libro, lectura y revolución Oscar Sotillo Meneses

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