LA INTEGRACIÓN DEL SABER EN LA - UCA

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L L A A I I N N V V E E S S T T I I G G A A C C I I Ó Ó N N I I N N S S T T I I T T U U C C I I O O N N A A L L Y L L A A I I N N T T E E G G R R A A C C I I Ó Ó N N D D E E L L S S A A B B E E R R E E N N L L A A U U N N I I V V E E R R S S I I D D A A D D C C A A T T Ó Ó L L I I C C A A A A R R G G E E N N T T I I N N A A P PO ON NT TI I F FI I C CI I A A U UN NI I V VE ER RS SI I D DA AD D C CA AT TÓ ÓL LI I C CA A A AR RG GE EN NT TI I N NA A S SA AN NT T A A M MA AR RÍ Í A A D DE E L LO OS S B BU UE E N NO OS S A AI I R RE ES S I I N NS ST TI I T TU UT T O O P PA AR RA A L LA A I I N NT T E EG GR RA AC CI I Ó ÓN N D DE E L L S SA AB BE ER R 2 2 0 0 0 0 2 2

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PRESENTACION El presente documento ha sido elaborado por el Instituto para la Integración del Saber de la Universidad Católica Argentina. Conviene relatar su génesis, en orden a una mejor comprensión del mismo. El desarrollo de las investigaciones sobre la Deuda Social Argentina en el ámbito del Departamento de Investigación Institucional fue encarado, en su primera etapa (noviembre 2001-diciembre 2002), a partir de una división del objeto (la DSA) en tres áreas: Política, Social y Económica, cada una de ellas asumida por un equipo de investigadores. Dado que se quiso implementar en este tipo de investigación las exigencias que Ex Corde Ecclesiae plantea para la investigación en una universidad católica, dicha división por áreas se articuló con la presencia, en cada uno de los equipos, de diversas disciplinas, incluídas la Teología y la Filosofía. De este modo se buscó garantizar, desde el comienzo, el carácter específico y distintivo de las tareas de investigación realizadas en el Departamento. A medida que ellas avanzaron, se observó la necesidad de ir elaborando una reflexión conceptual capaz de acompañar y a la vez fundamentar los aspectos más complejos de la interdisciplinariedad, tal como ésta comenzaba a emerger a partir de la práctica de la investigación. Para ello se consideró necesario comenzar por una nueva lectura de la Constitución Apostólica ECE, en orden a reseñar los temas fundamentales referidos a la investigación. El capítulo I del presente documento es fruto de dicha lectura. A partir de allí, y respondiendo a la gran cuestión de la integración del saber que plantea la Constitución Apostólica, se buscó realizar una actualización lo más completa posible acerca del tema de la interdisciplinariedad. El capítulo II aborda esta cuestión, abriendo perspectivas teóricas y prácticas actuales de la misma, como así también buscando la mayor precisión posible dentro de la familia de conceptos que ella suscita (multi, inter y transdisciplinariedad). La exposición culmina con una reflexión acerca del papel que deben jugar la filosofía y la teología en una investigación interdisciplinar. Sobre esta rica base teórica el documento aborda, en el capítulo III, su aplicación a la investigación del mundo social. A partir de una mirada abarcativa de la DSA y del concepto de Desarrollo humano, se avanza hacia la elaboración de las grandes categorías sobre las que se estructurará el abordaje interdisciplinar del objeto de investigación. Estas categorías son las siguientes: cuatro niveles epistemológicos (disciplinar, integración del saber, ético, estratégico/acción) que retoman los planteados en ECE; tres ejes temáticos (Sociedad, Estado, Economía); y tres líneas metodológicas (Sistema, Institución, Sujeto). La articulación entre niveles epistemológicos, ejes temáticos y líneas metodológicas logró configurarse en un “cubo” que incluye, además, el movimiento de la filosofía y la teología al interior del mismo. Finalmente, el capítulo IV aborda la implementación de un Programa de investigación trienal (2003-2005) de la DSA a partir de estos conceptos, ya articulados en el capítulo anterior. La novedad conceptual que introduce este capítulo es la de Campo temático, ya que el objeto de investigación, la DSA, puede ser considerado desde 4 perspectivas diferentes, complementarias entre sí: el campo de las estructuras estructurantes de la DSA; el campo de las estructuras estructuradas por la DSA; el campo de los diversos procesos de adaptación, intercambio y conflicto que ocurren bajo el orden social de la DSA, y el campo de los posibles escenarios de transformación y eventuales estrategias alternativas para superar la DSA.

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De este modo se ha llegado a plantear orgánicamente un Programa de investigación 2003-2005 estructurado en 8 (ocho) Proyectos (2 por cada campo temático). Cada uno de los Proyectos abarca 3 (tres) Subproyectos, dado que se asume que cada Proyecto debe abarcar las tres líneas metodológicas (Sistema, Institución, Sujeto). A su vez, cada Suproyecto incluirá, desde su específica línea metodológica, los 3 (tres) ejes temáticos (Sociedad, Estado, Economía), y deberá recorrer los 4 (cuatro) niveles epistemológicos ya señalados.

Es de esperar que el esfuerzo de pensamiento volcado en estas páginas reciba con el

tiempo aportes críticos y sugerencias que ayuden a seguir elaborando y perfeccionando un instrumento de tanta trascendencia y originalidad. Fruto de una primera etapa de las tareas de investigación, este documento pretende servir de guía para nuevas etapas que ya hemos comenzado a transitar. La calidad de las investigaciones será la mejor verificación de su validez científica y a la vez, la comprobación experiencial de la fecunda sinergia entre la fe y la razón cuando ellas dialogan, aunadas en profunda amistad, en la búsqueda de la verdad.

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CAPÍTULO I LA INVESTIGACIÓN EN EX CORDE ECCLESIAE

De quien trabaja en el ámbito de la investigación científica dependen en gran parte la renovación de nuestra sociedad y la construcción de un futuro de paz mejor para todos.1

JUAN PABLO II

INTRODUCCIÓN.

El documento que constituye la Carta Magna de las universidades católicas es la

Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae (ECE) de Juan Pablo II, del 15 de agosto de 1990. En la misma, el Santo Padre postula los lineamientos fundamentales de la misión de aquellas en la Iglesia, previa descripción de su identidad más profunda. Una de los tareas esenciales de la universidad, de acuerdo al documento, es la búsqueda de la verdad, que se lleva a cabo mediante la investigación. Es en torno a esta actividad que giran los capítulos siguientes, en los que se procura describir las características específicas de la misma en una universidad que es católica.

A fin de poder comprender el sentido de dicha investigación con toda la riqueza que

el Santo Padre encuentra en ella, es necesario tener presente cuál es la importancia, y en qué consisten la identidad y la misión de la Universidad Católica en la que aquella se desarrolla. Por ello comenzaremos resumiendo las grandes líneas del documento pontificio acerca de esos tres aspectos. En un segundo momento nos detendremos en lo concerniente a la investigación propiamente dicha, para concluir con una síntesis interpretativa de los textos presentados, que permita establecer el esbozo de un modelo de aplicación de las exigencias de la ECE en lo referente a las tareas de investigación. 1. IMPORTANCIA, IDENTIDAD Y MISIÓN DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA.

El documento consta de una Introducción y dos partes: la primera corresponde a la

descripción de la Identidad y Misión de la Universidad Católica, mientras que la segunda establece Normas Generales a ser aplicadas a nivel local y regional por las Conferencias Episcopales y por otras asambleas de la jerarquía católica. En esta primera sección nos interesa indagar acerca de la importancia, la identidad y la misión de la Universidad Católica, por lo que se analizarán la Introducción y la primera parte del documento pontificio. 1. 1. La importancia de la Universidad Católica en el marco del diálogo de la Iglesia con la cultura.

En el primer punto de la Introducción de la ECE aparece la tríada “universidad-saber-bien de la humanidad”, que estará presente implícita o explícitamente a lo largo de toda la Constitución Apostólica. Desde la creación de la Universidad Católica, ésta “se ha revelado siempre como un centro incomparable de creatividad y de irradiación del saber para el bien de la humanidad” (ECE 1). Esta creatividad e irradiación del saber corresponden a dos de las tareas esenciales de la universidad, que son la investigación y la educación. Al hablar de la vocación de la Universitas magistrorum et scholarum afirma que ésta “se consagra a la

1 Discurso de Juan Pablo II durante la inauguración solemne del año académico en la Universidad Roma III, jueves 31 de enero de 2002. L’Osservatore Romano (8/2(2002).

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investigación, a la enseñanza y a la formación de los estudiantes, libremente reunidos con sus maestros, animados todos por el mismo amor del saber” ( ibidem).

Además de la tríada mencionada, para poder comprender en toda su profundidad el

sentido de la Universidad Católica, es necesaria la díada “universidad -verdad”. Citando la expresión de S. Agustín gaudium de veritate, se afirma que toda universidad “comparte el gozo de buscar la verdad, de descubrirla, y de comunicarla en todos los campos del conocimiento” (ibidem). Las dos primeras acciones corresponden a la investigación, y la tercera a la educación, que aparecerán más adelante en la definición formal de la naturaleza de la Universidad Católica.

Este primer punto del documento concluye con la enunciación de una nota específica

de la Universidad Católica, que consiste en la “tarea privilegiada de unificar existencialmente en el trabajo intelectual dos órdenes de realidades que muy a menudo se tienden a oponer como si fuesen antitéticos: la búsqueda de la verdad y la certeza de conocer ya la fuente de la verdad” ( ibidem).

Si hasta ahora apareció la universidad en relación con el saber, con el bien de la

humanidad y con la verdad, el punto 3 introduce el marco general dentro del cual se debe entender la importancia y el rol de la Universidad Católica: “el diálogo de la Iglesia con la cultura de nuestro tiempo” ( ECE 3), que es “el sector vital, en el que se jueg a el destino de la Iglesia y del mundo”. Luego de recordar que no hay más que una cultura, la humana, “la del hombre y para el hombre”, expresa que la Iglesia, experta en humanidad investiga, gracias a sus universidades católicas y a su patrimonio humanístico y científico, los misterios del hombre y del mundo explicándolos a la luz de la Revelación (ibidem). La Universidad Católica, por ende, es esencial para el diálogo entre la Iglesia y la cultura, y todas sus actividades deben estar orientadas en esta dirección.

Este papel fundamental constituye un honor y una responsabilidad de la Universidad

Católica, en cuanto se consagra sin reservas a la causa de la verdad. Ésta es su manera de servir, al mismo tiempo, a la dignidad del hombre y a la causa de la Iglesia (ECE 4). De hecho, “la Universidad Católica se distingue por su libre búsqueda de toda la verdad acerca de la naturaleza, del hombre y de Dios” ( ibidem). Este punto parecería sugerir que en otras universidades el concepto de verdad es más restringido, y la misma no es buscada ni comunicada en todas sus dimensiones. Es quizás por este motivo que el documento constata que “nuestra época, en efecto, tiene necesidad urgente de esta forma de servicio desinteresado que es el de proclamar el sentido de la verdad, valor fundamental sin el cual desaparecen la libertad, la justicia y la dignidad del hombre. Por una especie de humanismo universal la Universidad Católica se dedica por entero a la búsqueda de todos los aspectos de la verdad en sus relaciones esenciales con la Verdad suprema, que es Dios” ( ibidem).

El servicio de búsqueda desinteresada de la verdad es el que manifiesta el sentido y

significado de la relación entre fe y cultura. La búsqueda de todos los aspectos de la verdad implica que la Universidad Católica está “llamada a explorar audazmente las riquezas de la Revelación y de la naturaleza, para que el esfuerzo conjunto de la inteligencia y de la fe permita a los hombres alcanzar la medida plena de su humanidad” ( ECE 5). La Universidad Católica aparece como el ámbito privilegiado para el diálogo de la Iglesia con los hombres de cualquier cultura, “por el encuentro que establece entre la insondable riqueza del mensaje salvífico del Evangelio y la pluralidad e infinidad de campos del saber en los que la encarna” (ECE 6).

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Este diálogo, sin embargo, presenta ciertos desafíos planteados por las características

propias del mundo de hoy a partir de los rápidos progresos de la ciencia y la tecnología y, por ello, “las tareas de la Universidad Católica asume n una importancia y una urgencia cada vez mayores” ( ECE 7). Los descubrimientos científicos y tecnológicos imponen ineludiblemente la necesaria y correspondiente búsqueda del significado, con el fin de garantizar que los nuevos descubrimientos sean usados para el auténtico bien de cada persona y del conjunto de la sociedad humana. Si es responsabilidad de toda universidad buscar este significado, la Universidad Católica está llamada de modo especial a responder a esta exigencia, teniendo presente la perspectiva total de la persona humana. En última instancia, lo que está en juego es el significado mismo del hombre. El documento vuelve a subrayar el rol protagónico de la Universidad afirmando que “por su carácter católico, la Universidad goza de una mayor capacidad para la búsqueda desinteresada de la verdad; búsqueda, pues, que no está subordinada ni condicionada por intereses particulares de ningún género” ( ECE 7).

Los motivos descriptos muestran a las claras la importancia del rol de la Universidad

Católica en la Iglesia, ya que “su misión aparece cada vez más necesaria para el encuentro de la Iglesia con el desarrollo de las ciencias y con las culturas de nuestro tiempo” ( ECE 10). Se ve esbozada la temática del diálogo con las ciencias y con la cultura, clave para la evangelización, que será desarrollada más adelante en el documento. La especificidad de la contribución de la Universidad Católica para la Iglesia es puesta de manifiesto ya que aquella es “sin duda alguna uno de los mejores instrumentos que la Iglesia ofrece a nuestra época, que está en busca de certeza y sabiduría. Las universidades católicas, en efecto, con la investigación y la enseñanza, ayudan a la Iglesia a encontrar de un modo adecuado a los tiempos modernos los tesoros antiguos y nuevos de la cultura” ( ibidem). En el último punto de la Introducción, al dirigirse a toda la Iglesia, el Santo Padre afirma que está “convencido de que las universidades católicas son necesarias para su crecimiento [de la Iglesia] y para el desarrollo de la cultura cristiana y del progreso” ( ECE 11).

Con estos textos el documento no sólo ha presentado las notas esenciales de la

Universidad Católica, a través de la descripción de la íntima relación de ésta con el saber y el bien de la humanidad, que se desarrolla por medio de la búsqueda y la comunicación de toda la verdad, sino que ha resaltado también el rol central que la Universidad Católica está llamada a desempeñar en el marco del diálogo de la Iglesia con la cultura, tarea ineludible en su misión evangelizadora.

1.2. Identidad de la Universidad Católica: naturaleza y objetivos.

En el primer punto del capítulo dedicado a la identidad de la Universidad Católica el

documento ensaya una definición de la naturaleza de la misma. Si nos preguntamos “¿qué es una universidad católica?” la respuesta es “una comunidad académica”; a la pregunta “¿qué hace?” el documento responde que “de modo riguroso y crítico, contribuye a la tutela y desarrollo de la dignidad humana y de la herencia cultural”; ¿cómo lo hace?, “medi ante la investigación, la enseñanza y los diversos servicios ofrecidos a las comunidades locales, nacionales e internacionales” ( ECE 12).2 Aparecen ahora formalmente los elementos presentados en la Introducción, como los tres medios de los que se sirve la Universidad Católica para alcanzar su fin: la investigación (creatividad del saber, búsqueda y

2 El documento toma la definición de Carta Magna de las Universidades Europeas, Bolonia, Italia, 18-IX-1988, «Principios fundamentales».

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descubrimiento de la verdad), la educación (irradiación del saber, comunicación de la verdad), y el servicio (el saber no por el saber mismo sino para el bien de la humanidad).

El objetivo de una Universidad Católica, por su parte, es el de “garantizar de forma

institucional una presencia cristiana en el mundo universitario frente a los grandes problemas de la sociedad y de la cultura” ( ECE 13). Por esto, “ella d ebe poseer, en cuanto católica, las características esenciales siguientes: 1) una inspiración cristiana por parte, no sólo de cada miembro, sino también de la comunidad universitaria como tal; 2) una reflexión continua a la luz de la fe católica, sobre el creciente tesoro del saber humano, al que trata de ofrecer una contribución con las propias investigaciones; 3) la fidelidad al mensaje cristiano tal como es presentado por la Iglesia; 4) el esfuerzo institucional al servicio del pueblo de Dios y de la familia humana en su itinerario hacia aquel objetivo trascendente que da sentido a la vida” (ibidem).

Estas cuatro características, que constituyen la diferencia con respecto a las otras

universidades, por cuanto la investigación, la educación y el servicio a la comunidad son comunes a todas, se pueden resumir diciendo que a todas sus tareas la Universidad católica le aporta “la inspiración y la luz del mensaje cristiano” ( ECE 14). Dicho de otro modo, “siendo al mismo tiempo universidad y católica, ella debe ser simultáneamente una comunidad de estudiosos, que representan diversos campos del saber humano, y una institución académica, en la que el catolicismo está presente de manera vital” ( ibidem).

1.3. Misión de servicio de la Universidad Católica.

Tras haber reflexionado acerca de la naturaleza y los objetivos que hacen a la

identidad de la Universidad Católica, en el punto 30 se refiere a la misión fundamental de la Universidad, que no es otra que “la constante búsqueda de la verdad mediante la investigación, la conservación y la comunicación del saber para el bien de la sociedad. La Universidad Católica participa en esta misión aportando sus características específicas y su finalidad” ( ECE 30). La misión de servicio se da en cuatro ámbitos: 1) Servicio a la Iglesia y a la Sociedad, 2) Pastoral universitaria, 3) Diálogo cultural y 4) Evangelización.

El servicio al bien de la sociedad es descripto en los puntos 31-37. Las notas salientes

de esta sección están dadas por las exigencias que le competen a la Universidad por su inserción social: “La Universidad Católica, como cualquier otra Universidad, está inmersa en la sociedad humana. Para llevar a cabo su servicio a la Iglesia está llamada siempre en el ámbito de su competencia a ser instrumento cada vez más eficaz de progreso cultural tanto para las personas como para la sociedad” ( ECE 32). De hecho, “la Universidad Católica siente la responsabilidad de contribuir concretamente al progreso de la sociedad en la que opera” ( ECE 34). Concluye esta parte estableciendo que en este servicio a la sociedad “el interlocutor privilegiado será naturalmente el mundo académico, cultural y científico de la región en la que trabaja la Universidad Católica” ( ECE 37).

Después de describir los alcances y exigencias de la Pastoral Universitaria, el

documento se refiere a la misión de servicio a través del Diálogo Cultural. Reafirma que, por su misma naturaleza, “la Universidad promueve la cultura mediante su actividad investigadora, la transmite mediante la enseñanza y favorece las actividades culturales con los propios servicios educativos” ( ECE 43). De esta misión surgen distintos campos de acción. El primero es el diálogo entre el Evangelio y la cultura ya que la Universidad Católica es el lugar primario y privilegiado para el mismo (Cf. ECE 43). Este diálogo exige

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un profundo conocimiento de la cultura moderna, que deberá ser investigada con estudios apropiados (Cf. ECE 45). El segundo es el diálogo entre pensamiento cristiano y ciencias modernas. Esta tarea, de acuerdo al documento, “exige personas especialmente competentes en cada una de las disciplinas, dotadas de una adecuada formación teológica y capaces de afrontar las cuestiones epistemológicas a nivel de relaciones entre fe y razón. Dicho diálogo atañe tanto a las ciencias naturales como a las humanas, las cuales presentan nuevos y complejos problemas filosóficos y éticos” ( ECE 46).

Finalmente, el documento recuerda que todas las actividades fundamentales de una Universidad Católica deberán vincularse y armonizarse con la misión evangelizadora de la Iglesia. Todas estas características deberán ser tenidas en cuenta en la siguiente sección, en la que nos focalizaremos en el tema de la investigación en el seno de una Universidad Católica.

2. LA INVESTIGACIÓN EN LA UNIVERSIDAD CATÓLICA: SUS NOTAS PROPIAS.

Una vez conocida la importancia, la naturaleza, los objetivos y la misión de la

Universidad Católica, el tema de la investigación en ésta puede ser abordado en el contexto apropiado que ayudará a comprender en todas sus dimensiones la especificidad de la misma.

El documento comienza describiendo las notas que caracterizan a la investigación

afirmando que “la Universidad Católica es, por consiguiente, el lugar donde los estudiosos examinan a fondo la realidad con los métodos propios de cada disciplina académica, contribuyendo así al enriquecimiento del saber humano. Cada disciplina se estudia de manera sistemática, estableciendo después un diálogo entre las diversas disciplinas con el fin de enriquecerse mutuamente” ( ECE 15). Se señalan dos momentos en esta tarea: el primero, que podríamos llamar disciplinar, en el cual cada disciplina se desarrolla por separado y a fondo, de acuerdo a los métodos propios, y uno subsiguiente, que implica un diálogo entre las disciplinas, con una finalidad concreta que es el enriquecimiento mutuo.3

Estos dos momentos, sin embargo, no son exclusivos de la investigación en una

Universidad Católica. Lo que caracteriza y distingue a ésta en este ámbito es explicitado al final del punto 15 donde, luego de ratificar la confianza que tiene la Iglesia en el valor intrínseco de la ciencia y de la investigación, se establece que “en una Universidad Católica la investigación abarca necesariamente: a) la consecución de una integración del saber; b) el diálogo entre fe y razón; c) una preocupación ética y d) una perspectiva teológica” (ibidem). En los puntos siguientes explica el sentido de cada uno de estas notas.

De la integración del saber dice que “es un proceso que siempre se puede

perfeccionar” . Es una tarea cada vez más difícil debido al incremento del saber en nuestro tiempo, a lo que se añade la creciente especialización del conocimiento en el seno de cada disciplina académica. Sin embargo esta tarea es ineludible, especialmente para una Universidad Católica, que “debe ser "unidad viva" de organismos, dedicados a la investigación de la verdad ... Es preciso, por lo tanto, promover tal superior síntesis del saber, en la que solamente se saciará aquella sed de verdad que está inscrita en lo más profundo del corazón humano” ( ECE 16).4 En esta integración juegan un rol preponderante la filosofía y la

3 A este momento de ciencias en diálogo se lo suele llamar interdisciplinar. En el capítulo II se analizará detalladamente el significado de este concepto. 4 El documento cita aquí a JUAN PABLO II, “Alocución al Con greso Internacional sobre las Universidades Católicas”, 25 -IV-1989, n. 4: AAS 81 (1989), 1219. Cf. también Gaudium et spes, n. 61: AAS 58 (1966), 1081-1082.

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teología, en cuanto que guiados por las aportaciones específicas de éstas, “los estudios universitarios se esforzarán constantemente en determinar el lugar correspondiente y el sentido de cada una de las diversas disciplinas en el marco de una visión de la persona humana y del mundo iluminada por el Evangelio y, consiguientemente, por la fe en Cristo-Logos, como centro de la creación y de la historia” ( ibidem). No es mucho más lo que se afirma de esta integración del saber, aunque se la relaciona con el diálogo entre fe y razón que es desarrollado en el punto 17.

En dicho punto se establece que, al promover dicha integración, “la Universidad Católica debe comprometerse, más específicamente, en el diálogo entre fe y razón, de modo que se pueda ver más profundamente cómo fe y razón se encuentran en la única verdad. Aunque conservando cada disciplina académica su propia identidad y sus propios métodos, este diálogo pone en evidencia que la “investigación metódica en todos los campos del saber, si se realiza de una forma auténticamente científica y conforme a las leyes morales, nunca será en realidad contraria a la fe, porque las realidades profanas y las de la fe tienen su origen en el mismo Dios” ( ECE 17).

La tercera exigencia brota de una las características que se había descripto en la

Introducción, a saber, la necesidad de poner el saber al servicio del hombre, de la persona humana. Por esta razón, “en u na Universidad Católica la investigación se debe realizar siempre preocupándose de las implicaciones éticas y morales, inherentes tanto a los métodos como a sus descubrimientos” ( ECE 18). Esta preocupación debe tener en cuenta tres principios orientadores: 1) la prioridad de lo ético sobre lo técnico, 2) la primacía de la persona humana sobre las cosas, y 3) la superioridad del espíritu sobre la materia. El documento parece adherir a la exigencia resumida en el slogan “ciencia con conciencia”, al sostener que “solamente servirá a la causa del hombre si el saber está unido a la conciencia”. Las implicancias éticas, por otra parte, no pueden obviar la referencia a la relación del hombre con Dios: “Los hombres de ciencia ayudarán realmente a la humanidad sólo s i conservan el sentido de la trascendencia del hombre sobre el mundo y de Dios sobre el hombre” ( ibidem).

La teología, por último, desempeña un papel particularmente importante tanto en la

búsqueda de una síntesis del saber como en el diálogo entre fe y razón, es decir, con las dos primeras exigencias de la investigación. Además, “presta una ayuda a todas las otras disciplinas en su búsqueda de significado, no sólo ayudándoles a examinar de qué modo sus descubrimientos influyen sobre las personas y la sociedad, sino dándoles también una perspectiva y una orientación que no están contenidas en sus metodologías” ( ECE 19).

3. HACIA UN MODELO DE INVESTIGACIÓN EN LA UNIVERSIDAD CATÓLICA

Una lectura atenta de estos últimos puntos nos permite discernir que, de las cuatro

exigencias, hay dos que no son específicas a la Universidad Católica per se, sino por el modo de llevarlas a cabo. Ante todo, se puede constatar que la integración del saber es postulada como objetivo por numerosas universidades en el mundo que no son católicas, ni poseen algún tipo de afiliación religiosa.5 Si la síntesis o, mejor aún, el intento de superación de la fragmentación de saberes es la finalidad de dicho proceso en toda universidad, el “cómo” varía de acuerdo a la institución. La nota específica en la Universidad Católica está dada por

5 Baste como muestra la utilización de un buscador de Internet como Yahoo!, en el que la búsqueda a partir de las palabras “Integration of Knowledge” +university, da como resultado varios miles de correspondencias.

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el hecho que, en la misma, la integración involucra a la filosofía y a la teología y, como se ha visto, implica un compromiso en el diálogo fe y razón.

Lo mismo puede decirse de la preocupación ética. En mayor o en menor medida, y

más implícita o explícitamente, todas las universidades se plantean esta exigencia, sean confesionales o no. Los tres principios orientadores que propone la ECE, a saber, la prioridad de lo ético sobre lo técnico, la primacía de la persona humana sobre las cosas y la superioridad del espíritu sobre la materia pertenecen al ámbito de una reflexión común a diversos discursos filosóficos. Recién al final de este punto se señala que los hombres de ciencia ayudarán realmente a la humanidad sólo si conservan el sentido de la trascendencia del hombre sobre el mundo y de Dios sobre el hombre, lo que abre al horizonte de una antropología teológica. Esta exigencia sí aparece como una nota distintiva de la Universidad Católica.

Con el fin de traducir las exigencias que plantea la ECE en un modelo que incluya los

distintos aspectos o momentos que deben estar presentes en todo trabajo de investigación, y las notas específicas de una Universidad Católica, postulamos cuatro niveles, que denominamos, respectivamente:

1) nivel disciplinar, 2) nivel de integración del saber, 3) nivel ético, 4) nivel de la acción, de servicio al bien común.

El nivel disciplinar está explicitado en el punto 15, y corresponde a la exigencia de examinar a fondo la realidad con los métodos propios de cada disciplina académica, contribuyendo así al enriquecimiento del saber humano. Cada disciplina se estudia de manera sistemática. Este nivel incluye tanto el momento teórico como empírico propio de cada disciplina.

El nivel de integración del saber, que aparece primeramente en el postulado del punto

15, que le agrega al momento correspondiente al nivel disciplinar la exigencia de establecer un diálogo entre las diversas disciplinas con el fin de enriquecerse mutuamente. Este nivel es descripto más extensamente en el punto 16, y uno de sus objetivos principales es el de superar las deficiencias y problemas que genera la super-especialización, por mencionar el más importante. La exigencia del diálogo entre las disciplinas aparece en el contexto de la misión de servicio a la sociedad, ya que al ser los problemas que atañen a la sociedad y a la vida humana muy complejos, “la Universidad Católica deberá insistir en la cooperación entre las diversas disciplinas académicas, las cuales ofrecen ya su propia contribución específica a la búsqueda de soluciones” ( ECE 35).

El nivel ético aparece desarrollado no sólo en el punto 18, como se ha visto, sino

también en el 32, en el que se afirma que la investigación “se deberá orientar a estudiar en profundidad las raíces y las causas de los graves problemas de nuestro tiempo, prestando especial atención a sus dimensiones éticas y religiosas” ( ECE 32).

El nivel de la acción no es descripto en un punto en particular, sino que es postulado

en diversos lugares del documento. Por ejemplo, se expresa que “gracias a los resultados de las investigaciones científicas que pone a disposición, la Universidad Católica podrá ayudar a la Iglesia a dar respuesta a los problemas y exigencias de cada época” ( ECE 31). De hecho, se

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deben priorizar temas de investigación que afecten a la sociedad, y en lo que se pueda brindar algún tipo de servicio: “en una Universidad Católica, las actividades de investigación incluirán, por tanto, el estudio de los graves problemas contemporáneos, tales como, la dignidad de la vida humana, la promoción de la justicia para todos, la calidad de vida personal y familiar, la protección de la naturaleza, la búsqueda de la paz y de la estabilidad política, una distribución más equitativa de los recursos del mundo y un nuevo ordenamiento económico y político que sirva mejor a la comunidad humana a nivel nacional e internacional” ( ECE 32). Este servicio al bien de la comunidad no está exento de cierto riesgo, como sugiere el Papa: “si es necesar io, la Universidad Católica deberá tener la valentía de expresar verdades incómodas, verdades que no halagan a la opinión pública, pero que son también necesarias para salvaguardar el bien auténtico de la sociedad” ( ibidem). La relación entre la investigación y la acción que procura el bien es explicitada, justamente, en el capítulo final, dedicado a la evangelización, donde se recomienda una “investigación realizada a la luz del mensaje cristiano, que ponga los nuevos descubrimientos humanos al servicio de las personas y de la sociedad” ( ECE 49).

Estos cuatro niveles, o momentos, sin embargo, no son suficientes para caracterizar las tareas de investigación en una Universidad Católica. Para que se ponga de manifiesto toda la originalidad y especificidad de la misma, los cuatro deben estar atravesados e iluminados por el diálogo fe y razón, y la perspectiva teológica. Estas dos dimensiones deben ser transversales a la tarea de los investigadores, y por eso no pueden constituir un nivel, o una etapa, o un momento particular de la investigación.

Si tomamos el caso de la segunda, podemos recordar que la teología desempeña un

papel particularmente importante en la búsqueda de la síntesis del saber (nivel 2). Además, “presta una ayuda a todas las otras disciplina s en su búsqueda de significado, no sólo ayudándoles a examinar de qué modo sus descubrimientos influyen sobre las personas y la sociedad, sino dándoles también una perspectiva y una orientación que no están contenidas en sus metodologías” ( ECE 19). Como puede verse, la “búsqueda de significado” queda íntimamente vinculada a una preocupación ética (nivel 3), y, por otra parte, la “perspectiva” que aporta la teología a las metodologías propias de cada ciencia implica necesariamente un diálogo en el nivel disciplinar. Por lo tanto, puede concluirse que la teología está involucrada en los tres primeros niveles. La relación con el nivel 4, si bien no aparece explícitamente en el documento, es propiamente el campo de la teología moral y de las mediaciones racionales necesarias para encarnar la fe en conductas y líneas de acción concretas.

Si la teología, que es un caso particular del diálogo fe-razón (en cuanto fides

quaerens intellectum), atraviesa los cuatro niveles propuestos, dicho diálogo estará entonces presente en todos ellos. El punto 17, y los puntos 43-47, dedicados estos últimos al tema del Diálogo Cultural, describen el dinamismo de este diálogo, yendo desde el nivel del diálogo de la razón que opera de manera más estricta en las ciencias, al nivel de la razón que configura, de forma más genérica, a toda cultura.

En última instancia, la misión y vocación de la Universidad Católica no es distinta a la

de la Iglesia, es decir la evangelización. Pero su ámbito propio es el de la evangelización de la cultura que sólo se puede dar mediante el diálogo entre la fe y la cultura que, a su vez, involucra al diálogo entre la fe y la razón, y el diálogo con las ciencias en la búsqueda de la integración de los saberes que las distintas disciplinas producen. Esta integración del saber, a su vez, exige modos de investigar y de enseñar que trasciendan los estrechos campos disciplinares. Lo expuesto hasta aquí constituye un esbozo preliminar de un modo de

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investigar en el seno de la Universidad Católica. Veremos ahora su aplicación al tema de La Deuda Social Argentina, objeto de la investigación que se desarrolla en el Departamento de Investigación.

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CAPÍTULO II INVESTIGACIÓN, INTEGRACIÓN DEL SABER E INTERDISCIPLINARIEDAD.

La cultura contemporánea exige un esfuerzo constante de síntesis de los conocimientos y de integración de los saberes. Ciertamente, es a la especialización de las investigación que se deben los éxitos que constatamos. Pero si la especialización no es equilibrada con una reflexión atenta a notar la articulación de los saberes, es grande el riesgo de arribar a una «cultura hecha añicos» que sería de hecho la negación de la verdadera cultura. Puesto que esta última no es concebible sin humanismo y sabiduría. 6

JUAN PABLO II

INTRODUCCIÓN

La Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae, según se ha expuesto, señala dos momentos en la tarea de investigación: el primero, que hemos llamado disciplinar, en el cual cada disciplina se desarrolla por separado y a fondo, de acuerdo a los métodos propios, y uno subsiguiente, que implica un diálogo entre las disciplinas y que, de acuerdo a lo que plantea el n.20 del documento, podemos llamar interdisciplinar. Sin embargo, la Constitución Apostólica no brinda mayores precisiones acerca de este concepto, excepto que “ayuda a los estudiantes a adquirir una visión orgánica de la realidad y a desarrollar un deseo incesante de progreso intelectual” ( ECE 20). Esta visión orgánica de la realidad corresponde, a su vez, a la integración del saber, uno de los niveles constitutivos de la investigación. Es por este motivo que en esta sección se analizarán las interrelaciones entre la investigación, la integración del saber y la interdisciplinariedad, recurriendo a las investigaciones y publicaciones de aquellos autores que más han estudiado la interdisciplinariedad y la integración en las experiencias concretas que se han dado en el mundo de la investigación.

Uno de los problemas principales al abordar esta temática está dado por la definición

del término interdisciplinariedad, que se realiza usualmente en alguna de estas cuatro maneras7 : 1) a través de ejemplos, para indicar qué formas asume; 2) por la motivación, para explicar por qué ocurre; 3) por los principios de interacción, para demostrar el proceso de cómo interactúan las disciplinas y 4) por una terminología jerárquica, para distinguir niveles de integración utilizando rótulos específicos.

El tema de la terminología se convirtió en el más espinoso, ya que se puede comprobar la utilización, en forma no unívoca, de una profusión de términos para categorizar las actividades que van más allá de la disciplinariedad clásica. Los tres términos más usados son los de multidisciplinariedad, interdisciplinariedad, y transdisciplinariedad, que serán analizados a continuación, para contribuir a una más clara comprensión de lo que está en juego en la búsqueda de la integración del saber.

6 JUAN PABLO II, “Discorso alla Pontificia Accademia delle Scienze” (31/10/1002), punto 3, L’Osservatore Romano, 1/11/1992, 8. 7 J.T. KLEIN, Interdisciplinarity. History, Theory and Practice, Wayne State University Press, Detroit, 1990, 55. Este libro es considerado por muchos como la obra seminal en el estudio de la interdisciplinariedad. Entre otros logros, presentó por primera vez una bibliografía sistemática y amplia del tema, con 94 páginas de referencias.

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1. LA MULTIDISCIPLINARIEDAD

Para Klein, la multidisciplinariedad significa la yuxtaposición de disciplinas.8 Es esencialmente aditiva, no integrativa. Aún en un ambiente común a todos, los educadores, investigadores y profesionales se comportan como disciplinares. Su relación puede ser mutua y acumulativa, pero no interactiva, ya que no hay una conexión evidente, ni una cooperación real. Las disciplinas participantes ni cambian ni son enriquecidas.

En un detallado informe de la Universidad de Gotemburgo en torno al tema de la

interdisciplinariedad los autores ofrecen lo que ellos llaman una definición ‘mínima’: “La multidisciplinariedad es una forma de utilización del saber de dos o más disciplinas en la que no se elabora ninguna actividad, aproximación o metodología para lograr una integración”. 9 Otro autor, O. Gelman, se remite a los orígenes de la misma, recordando que “durante las dos Guerras Mundiales, debido al crecimiento de la complejidad de los problemas, surgió una nueva forma de organización del trabajo científico y tecnológico, llamada ‘investigación multidisciplinaria’. Se caracteriza por la descomposición del problema en sub-problemas unidisciplinares y la consecuente agregación de sus sub-soluciones, obtenidas en forma independiente, en una solución integral”. 10 Coincide en esto Des Gasper, investigador del Institute for Social Studies de La Haya, Holanda,11 para quien, en el caso de la multidisciplinariedad, se eligen disciplinas complementarias pero que no interactúan entre sí. Cada disciplina hace su aporte por separado. Esto representa una suma acrítica de diferentes mono-disciplinas.

Queda claro que ‘multi’, o ‘pluri’ (como la designan otros autores), sólo indica

cantidad de disciplinas, y no algún tipo de interacción entre ellas. Bunge, con el fin de definir qué es multidisciplinar y qué es interdisciplinar plantea una lógica y semántica de la integración, que define las condiciones necesarias para una unión fértil de dos disciplinas previamente separadas para formar una multidisciplina una interdisciplina y destaca que la unión es la marca de la multidisciplinariedad.12 Como ejemplos menciona el estudio de las ciencias (ya que la ciencia es un objeto de estudio de la filosofía, la antropología, la psicología, la sociología, la politología y la historia) y el problema del desarrollo nacional (en cuanto la planificación del mismo debería ser diseñada por un equipo multidisciplinar que incluyera no sólo cientistas sociales de todo tipo, sino también juristas, expertos en salud y 8 Cfr. ibid., 56. 9 H. EGNEUS, K. BRUCKMEIER, M. POLK, The Nature of Interdisciplinarity. Preliminary version, Göteborgs Universitet, Junio 2000, 28. En http://www.tema.gu.se/dok/temarapport.pdf. 10 Cfr. O. GELMAN, ¿Cuándo la investigación científica puede llamarse interdisciplinaria?, Ponencia presentada en el 1er Encuentro “La experiencia interdisciplinaria en la Universidad ”, realizado del 27 al 30 de noviembre de 2000, por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), UNAM, México. En http://www.cinstrum.unam.mx/Cibernetica/gmo/pdf/Interdisciplina.PDF. 11 D. GASPER, Interdisciplinarity. Building bridges, and nurturing a complex ecology of ideas, Working Paper 331, February 2001, 27. En http://adlib.iss.nl/adlib/uploads/wp/wp331.pdf. 12 Bunge llama D1 y D2 a las disciplinas precursoras. Luego llama R(D1) y R(D2) a los respectivos grupos de referencia (o conjuntos de entidades que estudian). Posteriormente, define a C(D1) y C(D2) como los conjuntos de conceptos técnicos (o específicos) de las respectivas disciplinas. A partir de estas ideas, brinda la siguiente definición:

M12 es la multidisciplina constituida por las disciplinas D1 y D2 si: a. R(M12) = R(D1) ∪ R(D2) ≠ ∅ b. Hay un conjunto no-vacío G(M12) de fórmulas de unión en D1 ∪ D2 , donde aparecen

conceptos de C(D1)y C(D2). (Cfr. M. BUNGE, “Construyendo puentes entre las ciencias sociales”, en AA.VV, Desigualdad y Globalización. Cinco conferencias, Facultad de Ciencias Sociales (UBA), Ed. Manantial, Buenos Aires, 2001, 64-65).

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educación pública y hasta filósofos, “para recordarles a los especialistas que la estrechez de visión equivale a una ceguera casi total”. 13

B.Nicolescu, físico teórico, uno de los principales propulsores de la

transdisciplinariedad a nivel mundial, afirma que “la pluridisciplinariedad concierne al estudio de un objeto de una sola y misma disciplina por muchas disciplinas a la vez”. 14 Pone un ejemplo: un cuadro de Giotto puede ser estudiado por la mirada de la historia del arte, cruzada con la de la química, la física, la historia de las religiones, la historia de Europa y la geometría. El objeto saldrá enriquecido por el cruce de muchas disciplinas. El conocimiento del objeto en su propia disciplina es profundizado por un aporte pluridisciplinar fecundo. La investigación multidisciplinar aporta un plus a la disciplina en cuestión (la historia del arte), pero este plus está al servicio exclusivo de esta misma disciplina. Dicho de otro modo, concluye Nicolescu, “el enfoque pluridisciplinar desborda las disciplinas, pero su finalidad permanece inscripta dentro del cuadro de la investigación disciplinar”. 15

En síntesis, la investigación multidisciplinar es aquella en la que no se supera una

mera yuxtaposición o adición de disciplinas, en cuanto éstas no establecen algún tipo de diálogo o interacción en el proceso de investigar un objeto común. 2. LA INTERDISCIPLINARIEDAD

Un recorrido por la bibliografía vinculada al tema de la interdisciplinariedad permite detectar un conjunto de temas centrales que utilizaremos para presentar un panorama amplio de lo que es considerado como investigación interdisciplinar. Se podría decir que dichos temas, en líneas generales, responden a las siguientes preguntas: ¿Por qué la interdisciplinariedad se ha vuelto tan importante? ¿Qué es la interdisciplinariedad? ¿Cuándo una investigación es propiamente interdisciplinar? En la primera está implícito el tema de los motivos que condujeron al surgimiento de la misma y en la segunda aparece el problema de las definiciones. Para responder a la tercera pregunta, hay que interrogarse por la experiencia interdisciplinar en la práctica, y los criterios para calificar una investigación como interdisciplinar.

2.1. Importancia y necesidad de la interdisciplinariedad.

La pregunta acerca de la importancia y la necesidad de la interdisciplinariedad está íntimamente ligada a la cuestión de las motivaciones que le dieron origen. Julie Thompson Klein señala que aunque la mayoría de los intentos para definir este concepto son parciales en el mejor de los casos, algunos ofrecen una descripción bastante comprensiva de por qué surgieron las actividades interdisciplinares. Así, cita primero a Corinna Delkeskamp, que definió el concepto de interdisciplinariedad como un conjunto de cuatro argumentos: el interés común en un objeto de estudio, la preocupación social, la creencia existencial en que cierta plenitud debe ser restablecida en la sociedad, y una preocupación ética acerca del contraste entre el humanismo ideal y real en las estructuras universitarias.16 Un informe muy

13 Ibid., 62. 14 B. NICOLESCU, La Transdisciplinarité. Manifeste, Éditions du Rocher, Monaco, 1996, 64. 15 Ibid., 65 16 Cfr. C. DELKESKAMP, “Interdisciplinarity: A critical appraisal”, en Knowledge, Value, and Belief, ed. H.T Englehardt and D Callahan, Hastings on Hudson, The Hastings Center, 1977, 324-354. La referencia está tomada de J.T. KLEIN, op. cit., 41.

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amplio es el trabajo pionero de la OECD,17 que encontró que la interdisciplinariedad surgía de cinco demandas: 1) El desarrollo de la ciencia, como resultado de dos movimientos: primero, la especialización creciente que conduce a la intersección de disciplinas y, segundo, el resultado de los intentos de definir elementos comunes a las disciplinas; 2) la demanda de los estudiantes; 3) problemas en la operación, o aún administración, de la universidad, requerimientos vocacionales o de capacitación profesional; 5) la demanda social. El informe inició un debate en torno al argumento que sostenía que la interdisciplinariedad podía ser utilizada para ayudar a resolver los problemas vinculados a estas cinco demandas. Como resume Klein, se puede apreciar la existencia de motivos internos y externos, o endógenos y exógenos, para la interdisciplinariedad, que conducirían a la distinción entre una interdisciplinariedad ‘conceptual’ y una ‘instrumental’.

Mario Bunge, en un artículo acerca de la situación de las ciencias sociales, 18 sostiene

que las mismas están lamentablemente fragmentadas, y que esta fragmentación es artificial y deplorable. Plantea que hay dos estrategias posibles para volver a unificarlas: la reducción y la integración. En su opinión, la primera ha fallado, “y no puede triunfar debido a la especificidad y la naturaleza multifacética y poliforme de los hechos sociales”. Por ello, “sólo la integración o transdisciplinariedad –en sus dos variantes: multidisciplinariedad e interdisciplinariedad- puede tener éxito, porque unifica sin obliterar la diversidad”. El autor constata que el “éxito de la transdisciplinariedad en los estudios sociales se d ebe en parte al hecho de que cada evento social tiene aspectos biológicos, psicológicos, económicos, políticos y culturales”. Dejando de lado por el momento la cuestión referida a la ‘integración o transdisciplinariedad’, que será abordada más adelante, es importante resaltar la cuestión medular para el autor, que tiene que ver con la necesidad en las ciencias sociales de superar el enfoque disciplinario tradicional, si se quiere investigar con éxito. Bunge constata que “los hechos sociales, al ser multifacéticos, se abordan mejor de modo multi o interdisciplinario” 19 y en sus consideraciones finales reitera su idea central: “la complejidad de los sistemas sociales vuelve ilusoria la reducción e invita a la integración de las diversas ciencias sociales”. 20 Para él, “lo que es sorprendente es que lleve tanto tiempo darnos cuenta de la necesidad de la integración de las ciencias sociales y las tecnologías sociales, si vamos a comprender la vida social y curar las dolencias sociales”. 21

En una línea argumental similar dos sociólogos canadienses, que también abordan el

tema de la interdisciplinariedad en el campo de la investigación social,22 postulan que la interdisciplinariedad debe ser comprendida como una respuesta al problema planteado a la vez por la fragmentación de objetos de conocimiento y por el fraccionamiento del proceso de comprensión. Describen el proceso interdisciplinar por medio de lo que denominan “las cuatro dimensiones del espacio de mediación interdisciplinar”. 23 El objeto de la investigación es siempre más complejo que su representación disciplinar. Es por tanto en este lugar que el investigador está llamado a interactuar principalmente con otras disciplinas en un doble movimiento de delimitación (determinar el objeto propio de su disciplina) y de mediación (co-construcción interdisciplinar). La definición del objeto constituye por ende la primera 17 Cfr. OECD, Interdisciplinarity: Problems of Teaching and Research in Universities, Paris, 1972, pp. 44-47. Citado en J.T. KLEIN, op. cit., 41. 18 M. BUNGE, op. cit., 47-74. 19 Ibid., 64. 20 Ibid., 71. 21 Ibidem. 22 J. DUCHASTEL-D. LABERGE, “La recherche comme espace de médiation interdisciplinaire”, Sociologie et sociétés, vol XXXI, n°1, 1999, 63-76. http://www.erudit.org/erudit/socsoc/v31n01/duchaste/duchaste.pdf. 23 Ibid., 64.

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dimensión del espacio de mediación interdisciplinar. Las modalidades del proceso de conocimiento definen las otras tres dimensiones de este espacio, que se dan en tres planos: el epistemológico, el metodológico y el hermenéutico. En el plano epistemológico el investigador se sitúa, más allá incluso de su inscripción disciplinar, en relación con las grandes cuestiones temáticas, ontológicas, paradigmáticas y situacionales que implica toda producción de conocimiento. En el plano metodológico, ocupa un espacio intermediario definido por la presencia de operaciones de investigación formales comunes a muchas disciplinas. Finalmente, en el plano hermenéutico, restablece la complejidad de objetos en el estadio de la comprensión global de los fenómenos recurriendo a otros esquemas de interpretación disciplinares. Los autores consideran a la interdisciplinariedad “no como una negociación de fronteras entre instituciones de saber, sino como una emergencia práctica de intersecciones entre diversas modalidades de mediación en el interior mismo de la investigación. Estas modalidades son interdependientes y se componen como dimensiones de un mismo espacio”. 24

En el informe de la Universidad de Gotemburgo,25 los autores se preguntan por los

motivos para encarar actividades interdisciplinares. Según ellos, hay cuatro dimensiones que deben ser consideradas al discutir el papel y el origen de la interdisciplinariedad como concepto y modo de operación. La primera está relacionada con los factores endógenos y/o exógenos que impulsan la interdisciplinariedad. La segunda se refiere a la faceta instrumental y/o epistemológica de la interdisciplinariedad, íntimamente asociada a la primera en cuanto se trata de la dimensión aplicada vs. teorética de la misma. La tercera tiene en cuenta el aspecto del concepto/significado de la interdisciplinariedad. Muchos conceptos utilizados en el trabajo interdisciplinar poseen múltiples y diversos significados, lo que causa errores, confusión y contradicciones cuando los diferentes usos lingüísticos no son explícitamente comprendidos. Finalmente, hay que considerar la orientación hacia la resolución de problemas por parte de la interdisciplinariedad. Una cantidad de problemas del mundo real son encarados de mejor manera a través de actividades interdisciplinares. En particular, éstas son fundamentales cuando se enfrentan problemas complejos relacionados con la relación entre el ser humano, el medio ambiente y la sociedad.

Las serias limitaciones de los innegablemente exitosos abordajes especializados para

resolver ciertos problemas del ‘mundo real’ parecen constituir una de las principales causas del origen de las actividades interdisciplinares. Una síntesis en este sentido la brinda O. Gelman,26 quien al referirse a los orígenes de la investigación interdisciplinar, comienza hablando de las disciplinas, que se caracterizan por su profunda especialización y diferenciación, que les ha permitido plantear y buscar la solución eficazmente a los problemas que corresponden a sus áreas específicas de conocimiento. Pero, observa el autor, muchas veces los problemas reales se transforman, o deforman, según los estándares de la disciplina, para asegurarse de que los mismos puedan ser analizados y resueltos en el contexto de ésta. Es aquí cuando surge la pregunta acerca de cómo plantear y resolver los problemas reales, a pesar de la alta especialización y diferenciación. La solución de problemas complejos es también uno de las causas principales de la necesidad de estudios interdisciplinares para Celina Lértora Mendoza, quien en un artículo dedicado a los problemas epistemológicos de la interdisciplinariedad, comienza afirmando que “la resolución satisfactoria de los actuales problemas científicos y sus derivaciones tecnológicas,

24 Ibid., 68. 25 H. EGNEUS, K. BRUCKMEIER, M. POLK, op. cit. 26 Cfr. O. GELMAN, op. cit.

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económicas y sociales, requiere un enfoque que supere el especialismo y que la interdisciplinariedad parece ser la única vía practicable en los próximos decenios”. 27

2.2. La Interdisciplinariedad: Terminología y definiciones.

En lo que respecta a la interdisciplinariedad, la variedad de las definiciones es muy grande. Klein comienza citando algunas definiciones clásicas. Por ejemplo, la de la OECD, que era muy amplia, ya que iba desde “la simple comunicación de ideas hasta la mutua integración de conceptos, metodologías, procedimientos, epistemología, terminología y datos organizadores, y la organización de la investigación y la educación en un campo relativamente grande”. 28 Klein critica esta definición por la falta de precisión de la noción de integración. Más bien se inclina por destacar los tipos de interacción que han constituido a la investigación interdisciplinar en la práctica. Los cuatro tipos básicos son 1) tomar prestado, 2) resolver problemas, 3) consistencia creciente de temas o métodos y 4) la emergencia de una interdisciplina.29

El tomar prestado ha recibido diversos rótulos técnicos. Por ejemplo, la pseudo-

interdisciplinariedad, en la que se toman prestadas herramientas analíticas (por ej., modelos matemáticos), o la interdisciplinariedad auxiliar, cuando se toman prestados métodos. La interdisciplinariedad de concepto, que se aplica para los casos en que un modelo o concepto complementa o reemplaza a los modelos o conceptos de otra disciplina.30

En la resolución de problemas también surgen términos especiales.31 Para un

estudioso de este tema como M. Nissani, la interdisciplinariedad parece desafiar todo intento de definición.32 En su opinión, los intentos más citados dividen la interdisciplinariedad en componentes tales como la multidisciplinariedad, la pluridisciplinariedad, la disciplinariedad cruzada (crossdisciplinarity), transdisciplinariedad y aún la metadisciplinariedad. El autor

27 C. A. LÉRTORA MENDOZA, “Enfoque epistemológico de los problemas de interdisciplinariedad”, en polylog. Foro para el filosofar intercultural 1 (2000) 1, 1-28. Online: http://www.polylog.org/them/1.1/asp2-es-htm 28 Cfr. J.T. KLEIN, op. cit., 63. 29 Ibid., 64. 30 El ejemplo que pone Klein es el de la teoría de la evolución, que ha sido muy atractiva para los psicólogos, ya que las perspectivas biológicas e históricas han mejorado enormemente a la investigación psicológica. 31 Ejemplos: Interdisciplinariedad compuesta ha sido utilizado para indicar la solución instrumental de un problema, como el caso del proyecto espacial Apolo o la planificación de una ciudad. Otros utilizan el término interdisciplinariedad de problemas para referirse a la investigación centrada en una cuestión compleja y problemática que no puede ser asignada a una disciplina dada o encontrar su solución en el límite entre dos campos. Hay, además, términos especiales vinculados a la creciente consistencia de temas y métodos. El término interdisciplinariedad suplementaria describe las superposiciones parciales de disciplinas en el mismo campo material, generalmente en los límites de una disciplina. Interdisciplinariedad unificante, por su parte, describe una consistencia creciente en la temática, en paralelo con una aproximación de los niveles de integración teóricos y métodos respectivos. Aquí el ejemplo corresponde a la aproximación de la biología a la física, que dio origen a la biofísica. El último caso descripto es el de la interdisciplinariedad de límite, que significa que dos disciplinas se han acercado una a otra a tal punto que se crea un área de superposición. Ambas disciplinas pueden hacer una contribución porque cada una de ellas ha trabajado en el área, pero ninguna puede proveer conceptos, métodos y herramientas suficientes por sí sola. Como ejemplo menciona a la ontogénesis conductual comparada entre animales y seres humanos, que involucra a biólogos y psicólogos. Como se puede ver, los últimos casos han dado lugar al surgimiento de nuevas disciplinas formales, que se suelen denominar como ‘interdisciplinas’ híbridas. Esta profusión de términos brinda una idea acerca de la dificultad en delimitar los alcances de la calificación de interdisciplinar a un trabajo de investigación. 32 M. NISSANI, “Fruit, Salads, and Smoothies: A Working Definition of Interdisciplinarity”, Journal of Educational Thought 29, (1995), 119-126.

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sostiene que estas definiciones, en su intento de conferirle al término una precisión que no posee, corren el riesgo de perder de vista su naturaleza esencial.33

Para evitar las limitaciones de una definición estricta, otros autores prefieren describir

las funciones o características principales de la interdisciplinariedad. Por ejemplo, el informe de la Universidad de Gotemburgo enumera ocho, que definirían el ‘ideal’ de la interdisciplinariedad: 34

1. La interdisciplinariedad, la conexión o combinación de saber de dos o más

disciplinas, es un modo de innovar y ampliar el saber científico que, a la larga, crea nuevas disciplinas científicas.

2. El saber interdisciplinar contrarresta las tendencias dogmáticas dentro de la ciencia disciplinar “normal”. Combinada con lo anterior, se podría decir que hay un movimiento de la disciplinariedad a la interdisciplinariedad, y luego hacia una nueva disciplinariedad, con la creación de interdisciplinas que rápidamente se convierten en disciplinas.

3. La interdisciplinariedad, al trazar un mapa de los “mares desconocidos ” entre las “islas de saber”, es un modo de reducir vacíos de saber combinando conceptos, teorías, y métodos de diferentes disciplinas.

4. La interdisciplinariedad es un modo de conocimiento que reacciona frente a los límites a menudo borrosos, vaga o arbitrariamente definidos, del conocimiento disciplinar, o a los límites cambiantes que surgen cuando un campo de saber disciplinar evoluciona.

5. La producción y utilización del conocimiento científico no es posible sin un intercambio interdisciplinar de conocimiento. La interdisciplinariedad es tan innovadora y generadora de saber como la investigación disciplinar.

6. La interacción y comunicación interdisciplinar de saber científico es un modo de manejar la creciente complejidad de los campos del saber. Tradicionalmente, la interdisciplinariedad y su función innovadora está relacionada con la producción de saber o investigación científica. Sus funciones pueden ser vistas como brindando soporte a cuatro procesos: el cambio de conocimiento ya disponible, la creación de nuevo conocimiento positivo (principalmente a través de la investigación empírica), la creación de organizaciones productoras de conocimiento (universidades, institutos de investigación, laboratorios) capaces de reaccionar ante las nuevas demandas externas de conocimiento. El otro modo reciente por medio del cual las organizaciones de investigación reaccionan a las demandas externas es desarrollando la capacidad de investigación y re-orientando su investigación hacia la solución de problemas.

7. La interdisciplinariedad es un modo de escapar al progreso de la investigación impulsado por la especialización. Requiere la cooperación de diferentes tipos de productores de conocimiento. Por ejemplo: de las universidades, las agencias del gobierno, el sector privado, las ONGs y otros movimientos sociales.

33 Por este motivo, Nissani propone una definición práctica de interdisciplinariedad que reduce las incertidumbres del término y que se focaliza en sus atributos esenciales. Para ello, comienza definiendo a una disciplina como todo dominio de la experiencia humana comparativamente auto-contenido y aislado, que posee su propia comunidad de expertos. Cada disciplina tiene su constelación peculiar de componentes distintivos, tales como metas compartidas, conceptos, hechos, habilidades tácitas, metodologías, experiencias personales, valores y juicios estéticos. Para la interdisciplinariedad propone una definición, en sus propias palabras, minimalista: reunir de alguna manera componentes distintivos de dos o más disciplinas. 34 H. EGNEUS, K. BRUCKMEIER, M. POLK, op.cit., 18-22.

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8. La interdisciplinariedad es un modo de construir capacidades reflexivas y críticas para una mejor aplicación del conocimiento científico. Los problemas reales rara vez siguen los estándares y los límites disciplinares.

Básicamente, para estos autores, la interdisciplinariedad es uno de los varios modos

de saber que reacciona ante la crisis de objetividad y validez universal del conocimiento científico poniendo de manifiesto su carácter de acción social, y conectándolo con otros tipos de saberes (práctico, local, etc.). El componente central para comprender la interdisciplinariedad es, para ellos, el componente de integración. La integración puede ser utilizada como el criterio que diferencia a las tres categorías principales de producción de saber (multi, inter y trans). Basándose en la noción de integración, ensayan la siguiente definición: “la interdisciplinariedad es una forma de utilización del saber en la que, hasta cierto grado y de formas específicas, el componente de integración es una parte específica del proceso (ya sea conceptual, metodológica, teorética, o práctica)”. 35

La interdisciplinariedad puede proporcionar nuevas comprensiones, nuevos

horizontes, nuevos métodos, y nuevos paradigmas y puede conducir a la creación de nuevas disciplinas.36 Es esta última característica la que lleva a algunos a cuestionar el sentido de la interdisciplinariedad. La relación entre ésta y las disciplinas es motivo de reflexión. En un artículo que se plantea de modo crítico las pretensiones y los logros de la interdisciplinariedad,37 R. Frodeman, C. Mitcham y A.B. Sacks reconocen que casi no hay dudas de que la aproximación analítica y disciplinar ha focalizado la atención en problemas científicos discretos y ha contribuido al desarrollo de respuestas tecnológicas.38 Pero los autores comprueban que las interacciones interdisciplinares han sido la fuente de nuevas formaciones disciplinares. Así, la interdisciplinariedad no sólo no puso límites a la disciplinariedad, sino que la fomentó. El artículo se plantea si no hay otras formas de interdisciplinariedad, que ayuden a circunscribir la disciplinariedad. “La paradoja en un siglo de ebullición interdisciplinar es que cada intento de interdisciplinariedad no ha tendido a producir algún tipo de comprensión general verdadera o contrapunto a la especialización, sino a la presentación de otra especialización inmanente. La interdisciplinariedad estrecha ha concebido más disciplinas estrechas”. 39

35 Ibid., 28 36 G. BUGLIARELLO, The Interdisicplinary Imperative: Interactive Research and Education still an Elusive Goal in Academia, en http://www.poly.edu/administration/articles/disciplines.cfm. Para el autor, la búsqueda del saber puede tener una variedad de propósitos, tales como: explicativos (para explicar fenómenos y el mundo que nos rodea), predictivos (para darnos información para crear diseños que nos permitan modificar el mundo de un modo predecible), normativos (para darnos el conocimiento suficiente para establecer reglas que prescriban nuestras acciones), espirituales (para guiarnos en nuestra aproximación a lo inexplicable), artísticos (para guiar las expresiones emocionales de nuestra creatividad), orientados a la acción (conocimiento, instintivo u otro, como base para hacer cosas no incluídas en las categorías anteriores). A esta dimensión del propósito del trabajo interdisciplinar él la denomina ‘interdisciplinariedad teleológica’. 37 R. FRODEMAN, C. MITCHAM, A.B. SACKS, “Questioning Interdis ciplinarity”, Science, Technology, and Society newsletter 126-127, 2001, 1-5. http://www.mines.edu/newdirections/interdisessay.htm 38 Para dichos autores tampoco puede haber dudas de que tal aproximación tecno-productiva reduccionista ha hecho avanzar el bienestar humano apreciablemente, mejorando el confort, alargando las expectativas de vida y creando oportunidades para explorar los componentes del sistema terráqueo. Sin embargo, también se ha vuelto manifiesto en el último medio siglo que las presiones sobre la biosfera y sobre los sistemas humanos incluidos en ella llaman a la síntesis tanto como al análisis, y que los problemas característicos de un mundo de alta tecnología superpoblado exigen la exploración de interacciones entre los fenómenos complejos y una comprensión de los intersticios del saber. Cada vez más, la ciencia y la sociedad reconocen que la disciplinariedad y la interdisciplinariedad no son mutuamente excluyentes, sino que se refuerzan mutuamente. 39 Ibidem.

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Por ello, sugieren “que se busquen nuevas for mas de interdisciplinariedad para responder a los límites epistemológicos y políticos de la disciplinariedad”. Estas dos nuevas aproximaciones a la interdisciplinariedad pueden ser descriptas convenientemente como ‘ancha’ y ‘profunda’. La primera intentarí a establecer un puente entre las ciencias y las humanidades, y la segunda buscaría involucrar al público no-disciplinar. Hay argumentos tanto teóricos como prácticos para cada una. Desde la perspectiva de la teoría, darle a la interdisciplinariedad un espectro más amplio, uno que incluya a las ciencias y a las humanidades, puede comenzar a abordar el límite epistemológico reabriendo las negociaciones acerca de lo que cuenta como información o conocimiento. En primer lugar, un diálogo entre la ciencia y las humanidades incluye la promesa de una evaluación crítica de toda producción indiscriminada de información que ignore la preocupación por la pertinencia, o pase por encima de la necesidad, de un tiempo suficiente para asimilar o reflexionar acerca de su significado ulterior. No sólo la información científica, sino también la ética, la metafísica y la teología podrían volver a jugar un papel en la cultura más allá del simplemente reactivo. Profundizar los intercambios interdisciplinares, promoviendo una participación del público más significativa en la toma de decisiones de las políticas científicas tendría implicancias similares”. 40 Concluyen afirmando que “una interdisciplinariedad ancha y profunda puede ofrecer una nueva manera de comenzar a reinscribir a la disciplinariedad dentro de la gran cultura humana de la que surgió originalmente, y contra la cual se ha ubicado con cada vez mayor insistencia a lo largo del siglo XX”. 41

Algunos comprueban que con el surgimiento del pensamiento sistémico se hicieron

claras las debilidades del enfoque multidisciplinario, debido a que, por un lado, no hay ninguna seguridad de que durante la descomposición no se pierdan ciertos aspectos que corresponden al problema en su totalidad y, por el otro, el proceso de agregación no asegura que se obtenga la solución cabal del problema. Esto dio origen, a la investigación interdisciplinaria, donde el problema ya no se descompone en partes unidisciplinarias, sino que se trata como una totalidad, por representantes de las diferentes disciplinas que trabajan en forma coordinada.42

Se observa que, en general, hay unanimidad en aceptar la neta distinción entre multi e

interdisciplinariedad. El problema lo plantean las sutiles diferencias que se observan en la práctica de esta última. Para Gasper, se debe distinguir a la multidisciplinariedad de las variantes que siguen, donde hay interacción de disciplinas y donde, según el autor, se da propiamente el rótulo de interdisciplinariedad.43 Una primera variante es la disciplinariedad abierta: Aquí las disciplinas interactúan y buscan aprender unas de otras, especialmente en el análisis de un tema en común. De ahí en más, la apertura interdisciplinar puede conducir hacia: a) nuevos campos sub-disciplinares, en los cuales una disciplina encara con métodos existentes problemas nuevos generados al aprender de otras disciplinas (por ejemplo, economía ambiental); b) disciplinas cruzadas, en las que surgen nuevos campos interdisciplinares, con nuevos métodos y nuevos problemas, y con participación de disciplinas cruzadas. Algunos ejemplos están dados por la economía ecológica, la socio-biología, la antropología económica, la sociología política, y la ecología política.

Sin embargo, existen variantes particulares como la disciplinariedad imperial, donde una disciplina trata de absorber o desplazar a otra. El autor cita a Gary Becker, quien afirmó

40 Ibidem. 41 Ibidem. 42 Cfr. O. GELMAN, op. cit., 5-6. 43 Cfr. D. GASPER, op. cit., 28-30.

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que “…‘imperialismo económico’ es probablemente una buena descripción de lo que yo hago”, 44 o la mega-disciplinariedad, donde se aspira a una única ciencia social, bien integrada y multi-propósito.45 Otras formas caracterizadas por la pretensión de su alcance corresponden a la super-disciplinariedad (en la que ‘super’ denota ‘arriba de’, ‘más allá de’, o ‘sobre’, y se proporciona una teoría que abarca, ubica y delimit a a las disciplinas competidoras, indicándoles como encajan en diferentes contextos), y a la supra-disciplinariedad. ‘Supra’ también denota ‘sobre’, ‘más allá de’, pero además indica ‘trascender a’. Aquí se da un marco que pretende ubicar y delimitar a las aproximaciones que compiten y luego guiar una selección relativa al contexto y al propósito.

En su conclusión,46 el autor afirma que se confunde a la interdisciplinariedad, o

interacción entre disciplinas, con la multidisciplinariedad (el dominio de múltiples disciplinas, que es la mera suma de contribuciones disciplinares sin una influencia mutua sustancial), o identificada con una única variante extrema como la megadisciplinariedad.47

Muchas definiciones, de acuerdo a lo visto, limitan el alcance de la

interdisciplinariedad a su aspecto instrumental. La aproximación interdisciplinaria consistiría, ante todo, en un intercambio recíproco de resultados científicos y en un desarrollo mutuo de las diversas disciplinas,. Definen a la interdisciplinariedad desde una orientación a la acción, a un objetivo común: “es necesario el intercambio de resultados y el desarrollo conjunto de las ciencias que conforman el ámbito interdisciplinario, para que se pueda concluir en un objetivo común, a partir no de un método común sino de una meta en común”. 48 Esto es criticado por otros, que plantean la necesidad de nuevos paradigmas en el conocimiento. Un autor que sigue el pensamiento del pensador francés E. Morin, J. Rozo Gauta, distingue dos semánticas de interdisciplinariedad: la del paradigma clásico y la de los nuevos paradigmas.49 Según el autor, el paradigma clásico sigue entendiendo a la interdisciplinariedad “no a partir de una base epistemológica y de unidad de conocimiento, sino a partir de solucionar problemas complejos y prácticos que requieren un enfoque global, es decir, de un nuevo tipo de conocimiento, que él mismo no ha podido crear, pues sobrepasa sus posturas epistemológicas y sus logros”. 50 La interdisciplinariedad clásica, por esta razón, “no hace otra cosa que reunir expertos unidisciplinarios, cada uno de los cuales realiza el diagnóstico y presenta su informe de acuerdo a su cerramiento disciplinario. Aquí no hay diálogo entre las disciplinas”. Rozo Gauta prosigue diciendo que “esta interdisciplinariedad es mecánica como el paradigma clásico en el cual se sustenta. Sólo trata de reunir especialistas y no de conjuntar el conocimiento”. De aquí concluye que es “ multi o poli-disciplinariedad” y que “sólo se

44 La cita está tomada de R. SWEDBERG, Economics and Sociology –redefining their boundaries, Oxford University Press, Delhi, 1991, 39. En D. GASPER, op. cit., 29. 45 Por ejemplo: la ciencia social del “rational choice”, el marxismo más crudo, y las versiones más crudas de la socio-biología. Aquí se trascienden las disciplinas existentes, pero no la disciplinariedad. 46 Cfr. D. GASPER, op. cit., 36-37. 47 Sugiere distinguir múltiples modos (positivo, evaluativo y prescriptivo) y propósitos (orientación a la teoría, orientación a casos, orientación a la acción) del análisis social, y apuntar hacia una ecología compleja de las ciencias sociales, con un ‘eco-sistema’ en el que coexistan e interactúen varias especies e híbridos. En el corto plazo, plantea que el análisis de situación y la cooperación interdisciplinares en casos relacionados con políticas públicas son típicamente más accesibles y a veces más importantes que la construcción de teoría interdisciplinar. En el largo plazo, la educación interdisciplinar será probablemente esencial para una mejor investigación interdisciplinar. 48 II Encuentro de Mujeres Profesionales Dominicas en Ciencias Humanas, Bogotá, Colombia, 6 de julio de 1999. En http://www.op.org/codal/990707.htm. 49 J.R.GAUTA, La Inter-Trans-Disciplinariedad, http://www.encolombia.com/educación/unicentral4799tem-inter.htm. 50 ROZO GAUTA, op. cit., punto 5.a.

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trata de problemas de cantidad: muchos, varios y no de cualidad, es decir que produzcan un nuevo tipo de conocimiento”. Lo que para algunos es interdisciplinariedad, para otros es lisa y llanamente multidisciplinariedad.51

Por el contrario, los nuevos paradigmas piensan y ejercen la interdisciplinariedad de

otra manera. Para explicarlo, Rozo Gauta recurre al pensamiento de Edgar Morin:

“Volvamos a los términos de inter -disciplina, de multi o pluridisciplina y de transdisciplinariedad difíciles de definir porque son polisémicos y poco nítidos. Por ejemplo, la inter-disciplina puede significar, pura y simplemente, que diferentes disciplinas se sienten a la misma mesa, como las diferentes naciones se juntan en la ONU sin poder hacer otra cosa que afirmar sus propios derechos nacionales y sus propias soberanías en relación con las usurpaciones del vecino. Pero inter-disciplina puede también querer decir intercambio y cooperación, lo que hace que la inter-disciplina pueda convertirse en algo orgánico. La pluri-disciplina constituye una asociación de disciplinas en virtud de un proyecto o de un objeto común; las disciplinas pueden ser convocadas como técnicas especializadas para resolver tal o cual problema o, por el contrario, pueden estar en interacción profunda para tratar de concebir este objeto y este proyecto […] En lo que respecta a la transdisciplinariedad, se trata, con frecuencia de esquemas cognitivos que pueden atravesar las disciplinas, a veces con una virulencia tal que las pone en trance. De hecho, son complejos de inter, de pluri y de trans-disciplina que operaron y que jugaron un papel fecundo en la historia de la ciencia: Es necesario retener las nociones clave que están implicadas, es decir, cooperación y, mejor, articulación, objeto común y, mejor aún, proyecto común”. 52

La definición, desde la lógica, nuevamente le corresponde a Bunge. Si la unión es la

marca de la multidisciplinariedad, la intersección es la de la interdisciplinariedad.53 La fórmula de unión, o fórmula puente, no es definida, aunque se presentan ejemplos.54 En todo caso, la fórmula de unión puede ser tanto una ley como una hipótesis indicadora o una

51 Esta pluridisciplinariedad es la que, según el autor, caracteriza a las universidades actuales, situación que describe mediante la siguiente cita: “Las universidades tradicionales ya son organizaciones pluridisciplinarias, o sea: que sus Facultades ofrecen, en un espacio limitado, todas o casi todas las disciplinas científicas, literarias, filosóficas, artísticas, esto es: su pluralidad es casi completa, pero su proximidad física está al mismo tiempo acompañada no sólo por ignorancias recíprocas sino también por desprecios. Cuando menos hay indiferencia, falta de interés cultural por las demás disciplinas, incluso las próximas. En vez de enriquecerse intelectualmente promoviendo confluencias de unos conocimientos con otros, así como ósmosis entre sensibilidades diversas, las organizaciones pluridisciplinarias que son las universidades no resultan más que ‘mini-fundios’ dedicados unilateralmente a tales o cuales ‘monocultivos’desde los que, como consecuencia natural, no brotan (salvo contadísimas excepciones) más que ‘plantas raquíticas’, o escolásticas reproducciones de saberes antiguos, inoperantes en el presente y en el futuro” ( S. VILAR, La nueva racionalidad. Comprender la complejidad con métodos transdisciplinarios, Ed. Kairós, Barcelona, 1997, 30. Citado en ROZO GAUTA, op. cit., punto 5.a). 52 E. MORIN, La cabeza bien puesta. Repensar la reforma. Reformar el pensamiento, Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 1999, 126-127. 53 Utilizando la simbología ya descripta define a I12 como la interdisciplina constituida entre las disciplinas D1 y D2 si:

a. R(I12) = R(D1) ∩ R(D2) ≠ ∅ b. Hay un conjunto no-vacío G(I12) de fórmulas de unión en D1 ∩ D2 , donde aparecen conceptos de C(D1)y C(D2). (BUNGE, op. cit., 65).

54 Los ejemplos que pone Bunge son los siguientes: “En biofísica: la velocidad de la circulación de la sangre aumenta en la medida en que su viscosidad disminuye. En psicología social fisiológica: el estrés fisiológico es más intenso cuanto menor es el status social. En bioeconomía: la explotación de un recurso renovable es sustentable si la tasa de cultivo es menor que la tasa de renovación. En socioeconomía: la productividad laboral tiene una correlación inversa con la desigualdad de la renta. En criminología científica (la integración de sociología y derecho): la tasa de crímenes es una función lineal de la tasa de desempleo” ( BUNGE, op. cit., 65-66).

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“definición operacional” (un enlace observable/no observable). Como ejemplos de la interdisciplinariedad pone como primer caso la conferencia de aceptación del premio Nobel de Economía de Robert Vogel, titulada: “Crecimiento económico, teoría poblacional y fisiología: la producción de procesos a largo plazo para políticas económicas”. Este trabajo involucra cinco disciplinas: fisiología, demografía, historia, economía descriptiva (o positiva) y política económica, y expone correlaciones cruzadas entre variables de las mismas. El segundo es la explicación de la Revolución Francesa ofrecida por Tocqueville, quien dio cuenta de ella en términos políticos, sociológicos, económicos y culturales.

Concluyendo esta sección, en la que se han manejado terminologías y conceptos

necesariamente equívocos, parecería que conviene distinguir, como Nicolescu para quien la interdisciplinariedad concierne a la transferencia de métodos de una disciplina a otra tres grados (o niveles, o dimensiones) de interdisciplinariedad: a) un grado de aplicación, en la que la transferencia de los métodos de una ciencia a otra permite la solución de un problema;55 b) un grado epistemológico, en la que se transfieren métodos de una ciencia que son adoptados por otra en su propia metodología;56 c) un grado de generación de nuevas disciplinas.57 Al igual que la multidisciplinariedad, “la interdisciplinariedad desborda a las disciplinas, pero su finalidad también permanece inscripta dentro de la investigación disciplinar”. 58 2.3. La experiencia interdisciplinar en la investigación.

Tan importante como el análisis de la terminología y de las definiciones utilizadas, es el conocimiento aportado por el estudio de las distintas experiencias interdisciplinares que se han realizado en los últimos años. Quien más ha investigado acerca de este tema es J.T. Klein, quien dedica gran parte de sus libros a describir y analizar diferentes experiencias en el campo de la investigación y la educación interdisciplinar, en distintas áreas de estudios. De hecho, al preguntarse qué se puede decir, a modo de conclusión, acerca de un concepto que es tan vasto, tan complejo y tan variado, elige dos cuestiones: las características del individuo interdisciplinar, y la naturaleza del proceso interdisciplinar.59

La experiencia indica que hay ciertos rasgos de carácter asociados a los individuos

interdisciplinares, entre los cuales se cuentan la confiabilidad, la flexibilidad, la paciencia, la resiliencia, la sensibilidad hacia los otros, el tomar riesgos, una ‘piel dura’ y una preferencia por la diversidad y roles sociales nuevos. También se han asociado ciertas aptitudes con dichos individuos: no sólo la capacidad general de ver las cosas desde perspectivas diferentes, sino también las habilidades de diferenciar, comparar, contrastar, relacionar, clarificar, reconciliar, y sintetizar. Ya que los sujetos interdisciplinares se enfrentan a menudo a situaciones nuevas, también deben saber cómo aprender. Necesitan saber qué información

55 El ejemplo que cita Nicolescu es el de la transferencia de métodos de la física nuclear a la medicina, que condujo a la aparición de nuevos tratamientos contra el cáncer. Cfr. NICOLESCU, op. cit., 65. Este nivel correspondería a la denominada interdisciplinariedad instrumental. 56 Por ejemplo: la transferencia de los métodos de la lógica formal al ámbito del derecho generó análisis interesantes en la epistemología del derecho. Cfr. ibidem. Este nivel correspondería a la interdisciplinariedad crítica. 57 La transferencia de métodos de la matemática al dominio de la física ha engendrado a la física matématica, la de la física de las partículas a la astrofísica dio origen a la cosmología cuántica. Cfr. ibid., 65-66. Este nivel es el que es criticado por algunos autores, ya que se regresaría al nivel de la disciplinariedad. De hecho, para Nicolescu la interdisciplinariedad no supera los límites de aquella, y por eso propone la transdisciplinariedad. 58 Ibidem. 59 J.T. KLEIN, op. cit., 182.

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hay que pedir y cómo adquirir un conocimiento operativo del leguaje, los conceptos, la información y las habilidades analíticas pertinentes a un problema, proceso o fenómeno dado. Preguntándose qué es lo que estos individuos tienen en común, recurre a la descripción de Winthrop del “académico de trocha -ancha”. 60 Éste se interesa en problemas de amplio espectro y complejidad y tiende a estar especialmente dotado para el ejercicio de la función hermenéutica, la capacidad de utilizar la interpretación para encarar problemas, procesos y fenómenos. Con Winthrop, cree que muchos problemas sociales conducen inevitablemente a métodos de ‘correlación intelectual’ porque no se prestan a diseños experimentales nítidos: incluyen ‘análisis causales significativos’, métodos de la antropología filosófica, métodos del análisis fenomenológico, y otras aproximaciones amplias y sintéticas como las de Teilhard de Chardin, por ejemplo.61

La cuestión del individuo interdisciplinar lleva a la autora a la cuestión de la

interdisciplinariedad misma. Afirma que no es ni una materia, ni un cuerpo de contenidos: “Es un proceso para lograr una síntesis integrativa, un proceso que usualmente comienza con un problema, una pregunta, un tópico, o tema. Los individuos deben trabajar para superar los problemas creados por las diferencias en el lenguaje disciplinar y en las cosmovisiones”. 62 También propone una serie de etapas en el proceso: 1.a) definir el problema; 1.b) determinar qué saberes se requieren, incluyendo a los representantes y consultores disciplinares apropiados, así como los modelos, tradiciones y literaturas relevantes; 1.c) desarrollar un marco integrativo y las cuestiones apropiadas a ser investigadas; 2.a) especificar los estudios particulares a encarar; 2.b) comprometerse en la negociación de roles (en el trabajo en equipo); 2.c) recolectar todo el saber actual y buscar nueva información; 2.d) resolver los conflictos disciplinares trabajando en pos de un vocabulario común (y focalizándose en un aprendizaje recíproco en el trabajo en equipo); 2.e) construir y mantener la comunicación a través de técnicas integrativas; 3.a) cotejar todas las contribuciones y evaluar su adecuación, relevancia, y adaptabilidad; 3.b) integrar las piezas individuales para determinar un patrón de relevancia y conexión mutuas; 3.c) confirmar o rechazar la solución (respuesta) propuesta y; 3.d) decidir acerca de la administración o disposición futura de la tarea/proyecto.

Luego plantea una serie de modelos del proceso, que no desarrollaremos aquí, para

concluir que en todos los intentos de definición y teorías de la interdisciplinariedad hay una idea recurrente: “La interdisciplinariedad es un medio para resolver problemas y responder preguntas que no pueden ser encarados satisfactoriamente utilizando métodos o aproximaciones individuales. Ya sea el contexto una instrumentalidad de corto plazo, o una reconceptualización a largo plazo de la epistemología, el concepto representa un intento importante de definir y establecer un terreno común”. 63

En un libro posterior,64 Klein concluye al final del mismo que a lo largo del siglo XX

“la interdisciplinariedad pasó de ser una idea a ser un conjunto complejo de pretensiones, actividades y estructuras”. 65 Es parte de una nueva toma de conciencia en el mundo académico pero, sin embargo, los obstáculos y los impedimentos son múltiples. Si bien no es 60 Nota: La expresión original en inglés es “broad -gauge”, que pe rtenece al vocabulario ferroviario. De allí la traducción elegida. 61 Cfr. H. WINTHROP, “Methodological and Hermeneutic Functions in Interdisciplinary Educaction”, Educational Theory, 14 (April 1964), 118-127. La referencia está tomada de J.T. KLEIN, op. cit., 187. 62 J.T. KLEIN, op. cit., 188. 63 Ibid., 196. 64 J.T. KLEIN, Crossing Boundaries. Knowledge, Disciplinarities and Interdisciplinanirities, University Press of Virginia, Charlottesville and London, 1996. 65 Ibid., 209.

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original señalar que un problema o tema cualesquiera sólo puede ser encarado de manera interdisciplinar, y la interdisciplinariedad está en la agenda de todos, llevarla a la práctica en ámbitos institucionales es una propuesta muy dificultosa.66

2.4. Los criterios de la interdisciplinariedad.

Uno de los temas que aborda Klein es el de los criterios para juzgar la calidad

interdisciplinar de un trabajo. Una primera observación es que las actividades interdisciplinares deberían ser juzgadas según qué tan bien puedan lograr las particularidades de sus tareas y qué tan bien integran el saber.67 Sin embargo, los criterios varían de acuerdo al concepto de interdisciplinariedad que se maneje. Cuando el trabajo interdisciplinar está mayormente localizado en el ámbito de las disciplinas, los criterios serán fuertemente disciplinares. Estaríamos aquí en el terreno de la multidisciplinariedad, de acuerdo a lo visto. Los proponentes de la interdisciplinariedad instrumental, por el contrario, vinculan los criterios más estrechamente con el uso de los productos de la investigación. Al darle el protagonismo a la eficacia y a la utilidad, sacrifican la reflexión a largo plazo de los medios y los fines en pos de un éxito a corto plazo. En la interdisciplinariedad crítica, a su vez, la meta es el cambio radical. Ésta busca construir nuevos criterios, y no procura alterar sólo los productos de la investigación, sino los procedimientos mismos.

Otra indicación importante de Klein tiene que ver con una aptitud específica para la

actividad interdisciplinar, que ella toma de Newell: “el hábito mental integrativo”. 68 Entre otras actividades intelectuales, menciona la de extraer la cosmovisión o perspectiva implícita en cada disciplina, la de identificar las premisas subyacentes, y la comparación de las mismas cuando entran en conflicto. Así, la definición de intelectualidad se desplaza de las respuestas y soluciones absolutas a la reflexividad y la aproximación sucesiva. En toda actividad interdisciplinar, propone, “se debería dedicar un tiempo a examinar los fundamentos filosóficos de los desafíos que ésta plantea a las aproximaciones disciplinares. Un buen trabajo interdisciplinar exige un fuerte grado de reflexión epistemológica”. 69 Como la diferencia, la tensión y el conflicto emergen como partes importantes del proceso integrativo, la autora trae a colación un componente esencial de la interdisciplinariedad: la comunicación.

Por cuanto la interdisciplinariedad no es un monólogo, cada uno de los individuos

debe familiarizarse con las problemáticas del material y de los métodos que están siendo utilizados. Una aceptación acrítica de los mismos sólo conduce al eclecticismo. El problema

66 Ibidem. Quien comparte esta opinión es M Nissani, quien plantea claramente los obstáculos a los que se enfrenta el esfuerzo interdisiciplinar en las universidades: “Al revés de la interdisciplinariedad, la especialización puede estar en armonía con las tendencias occidentales de “compet ir, sobresalir, dominar, y controlar”. A las personas educadas en nuestras universidades les resulta difícil concebir algo distinto a la estructura departamental actual. Los promotores de la investigación y educación interdisciplinares deben superar la resistencia al cambio de sus colegas. En un mundo de recursos limitados, los interdisciplinares pueden ser visto como competidores. Adentro y fuera del mundo académico, la preocupación de los interdisciplinares por las interconexiones y el cuadro global pueden ser vistos como potencialmente subversivos. Para superar los aspectos negativos de la especialización, para retener su vitalidad, la universidad debe cultivar el saber y la investigación interdisciplinares. Nunca se debe olvidar que una comunidad vibrante de académicos – así como un ecosistema – nutre a los especialistas y a los generalistas, a la diversidad y las interconexiones” ( M. NISSANI, “Ten cheers for Interdisciplinarity. The Case for Interdisciplinary Knowledge and Research”, Social Science Journal 34 (#2) (1997), 201-216. Tomado de http://www.cll.wayne.edu/iSP/MNISSANI/pagepub/10cheers.htm). 67 Ibid., 211. 68 Ibid., 213. 69 Ibid., 214.

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principal subyacente es, sin duda, el del lenguaje. Por esta razón, todo esfuerzo interdisciplinar exige un análisis de las definiciones y la terminología en orden a mejorar la comprensión y a construir un marco integrado.70

Además del problema del lenguaje, es esencial el aspecto de negociación involucrado

en todo trabajo interdisciplinar. El mismo implica negociaciones retóricas, sociales y políticas. Por ello se debe prestar mucha atención, además del tema del lenguaje, a las dinámicas grupales y a las redefiniciones que van surgiendo en el proceso de construcción de nuevo conocimiento.71 Klein plantea tres principios medulares de la acción comunicativa: 1) maduración y profundización, 2) cooperación e interacción, 3) creatividad. La maduración y la profundización se corresponden con concepto de Merleau Ponty de trabajar en pos de la excelencia por etapas. El progreso no se deriva de un movimiento secuencial a lo largo de una línea fija, sino que es recursivo e iterativo. La cooperación y la interacción implican que las partes involucradas aprenden unas de otras mientras trabajan juntas. Se buscan unas a otras, toman conciencia de sus propios límites, y crean un sentido compartido de una situación poniendo a prueba los dilemas individuales y los presupuestos de esos dilemas. La maduración y la profundización, que se da a través de la cooperación y la interacción, utilizan bucles de retroalimentación y son reflexivas. La creatividad, por su parte, está encarnada en el acto de armar un todo orgánico a partir de múltiples elementos. Es un proceso necesariamente iterativo y dinámico, heurístico, no algorítmico.

La importancia sobresaliente del proceso y la comunicación, finalmente, lleva a Klein

a afirmar que las aptitudes interdisciplinares se convierten en formas de conocimiento en sí mismas, y las enuncia: a) saber cómo estructurar un marco operativo que es lo suficientemente flexible para permitir agrupamientos cambiantes, b) saber cómo reconocer la ignorancia en un área particular, y luego pedir y buscar la información apropiada y actualizada, c) saber cómo analizar la relación entre las piezas discretas de los elementos del saber y ponderar su relevancia para la tarea que se está realizando, d) saber cómo balancear profundidad y especificidad con amplitud y conexión general, e) saber cómo identificar los conceptos salientes y las preguntas globales, y luego utilizarlas de una manera integrativa, f) saber cómo clarificar y presentar los resultados para una revisión mutua. Estas aptitudes son necesarias en todas las actividades interdisciplinares, y la excelencia de las mismas estará medida no en términos de fidelidad a la disciplinariedad, sino de originalidad interdisciplinar.72

Otro autor que propone criterios para evaluar el grado de interdisciplinariedad es M.

Nissani, quien reconoce que su definición de interdisciplinariedad dice muy poco acerca del grado de interdisciplinariedad del ejemplo que se quiera considerar, en cualquiera de los ámbitos sugeridos. Para ello, se propone establecer criterios para catalogar la riqueza interdisciplinar y analiza el caso de la investigación. Ajusta su definición ubicando toda investigación en un continuum fluido, comprendido entre dos polos imaginarios, que va desde el trabajo puramente disciplinar hasta una gran síntesis de todo el saber humano. Un primer criterio está dado por el número de disciplinas. El segundo sería la distancia. El tercero la

70 Ibid., 217. Obviamente, el alcance o extensión de la interdisciplinariedad determinará el grado de dificultad. Una interdisciplinariedad “estrecha” (con disciplinas que poseen paradigmas y métodos similares) tendrá dinámicas de comunicación muy diferentes a las de una actividad que busque establecer puentes entre ámbitos epistemológicamente más apartados como las ciencias naturales y las humanidades. 71 Ibid., 221. 72 Cfr. ibid., 224.

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novedad. Cuarto, y más importante, es el grado de integración.73 Sobre este último criterio se explaya con mayor detalle. Por ‘integración’ entiende la unión o mezcla de elementos discretos. Puede ser parcial como, por ejemplo, cuando se trazan paralelos entre elementos que permanecen separados, o completa, cuando elementos separados se fusionan en una entidad singular. Para tener sentido, la integración debe satisfacer la condición de coherencia: la mezcla de elementos no es al azar, sino que nos ayuda a enriquecer nuestro saber, investigación o enseñanza con interconexiones significativas y con una mayor unidad.

Gelman, que postula una noción de interdisciplinariedad vinculada fuertemente a la solución de problemas, se plantea ciertos interrogantes clave: ¿Cómo definir los problemas? ¿Cómo tratar el problema como una totalidad? ¿Cómo asegurar la colaboración de los representantes de diversas disciplinas, a pesar de sus distintos antecedentes académicos y diferencias en las terminologías que emplean o, cuando los términos coinciden, las diferencias en conceptos?74

Una cuestión medular, asociada a los criterios para juzgar el carácter interdisciplinar

de un trabajo de investigación es la relativa al problema de cuáles son las disciplinas que pueden participar. Para responder a este interrogante, Lértora Mendoza distingue ciertas etapas cronológicas en la apertura de las disciplinas tradicionales. Primero se logra una visión plural a través de la captación del estilo con que otras disciplinas abordan el mismo objeto o problema. Luego se plantea un problema u objeto de estudio ya desde su inicio, teniendo en cuenta no sólo los múltiples abordajes, sino y sobre todo sus relaciones. Aquí, de acuerdo a la autora, estamos en el ámbito de la interdisciplina. Finalmente, “parece que se tiende a llegar (si el objeto lo exige o lo justifica) a un nuevo enfoque disciplinar unificado, más rico y matizado y por tanto más adecuado para el abordaje de objetos conflictivos, difusos, novedosos, etc”. 75

Es en este ámbito interdisciplinar donde aparece el problema epistemológico relativo

al cuestionamiento de la interdisciplinariedad, “en el sentido de determinar qué disciplinas pueden integrar esta relación”. 76 Si bien hasta ahora la interdisciplinariedad se ha planteado como un proyecto investigativo que contempla conjuntos disciplinares epistemológicamente homogéneos, “en la medida en que cuestionem os el concepto de ciencia o se introduzcan en la esfera de lo científico ciertos saberes epistemológicamente no homogéneos, aparecerá una

73 Nissani utiliza la analogía de la mezcla de frutas, lo que da origen al título del artículo. Así, un plato con manzanas, naranjas y ciruelas está más amalgamado que uno que sólo tiene manzanas y naranjas (número). Mezclar manzanas verdes y rojas es menos complejo que mezclar naranjas y pomelos, y menos aún que mezclar naranjas y cerezas (distancia). En lo que hace a la novedad, en las sociedades occidentales no es tan creativo mezclar bananas, manzanas y uvas como lo es el mezclar kiwis, guayabas y frambuesas. Respecto a la integración, por último, no es lo mismo servir las frutas cortadas una al lado de la otra, que cortarlas en pedazos más pequeños y preparar una ensalada de frutas o, más áun, preparar un licuado en el que el sabor individual de cada fruta ya no es perceptible, y surge un nuevo sabor como resultante. 74 O. GELMAN, op.cit., 12. La reflexión en torno a estas preguntas, que el autor realiza basándose en la metodología científica del filósofo ruso G.P. Schedrovitzky, lo llevan a proponer una respuesta a la pregunta acerca de los criterios que permiten determinar cuándo una investigación científica puede llamarse interdisciplinaria: “Es interdisciplinaria cuando se ha identificado cierta problemática de importancia, para cuyo entendimiento y formalización en una clase de problemas que no pertenecen a ninguna de las disciplinas tradicionales, se crea un paradigma, sobre el cual, por un lado, se elabora el Marco Conceptual y se construye el objeto de estudio y, por el otro, para cuya solución, se realiza investigación coordinada, por representantes de diversas disciplinas que comparten el Marco Conceptual, la Base Metodológica y, por ende, la terminología unificada”. 75 C. LÉRTORA MENDOZA, op.cit., párrafo 20. 76 Ibid., párrafo 21.

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nueva problemática”. Pero también es claro para la autora que “estos saberes cuyo estatuto científico está en discusión, la mayoría de las veces son integrados en la esfera interdisciplinaria precisamente por esa peculiaridad, es decir, porque proporcionan un enfoque que las ciencias de por sí no nos dan y que parece imprescindible”. 77 Y pone como ejemplo el caso de la ética que, en relación a las ciencias biológicas, ha dado origen a un híbrido como la ‘bioética’. Esto abriría la posibilidad de incluir a la filosofía y a la teología, entre otros saberes, en la práctica interdisciplinar. 3. LA TRANSDISCIPLINARIEDAD

Nicolescu, fundador del Centre International de Recherches et Études

Transdisciplinaires, propone que la transdisciplinariedad, “concierne a lo que está a la vez entre las disciplinas, a través de las distintas disciplinas, y más allá de toda disciplina”. 78 Se puede afirmar que, en general, las aproximaciones transdisciplinares son mucho más amplias y ambiciosas en su alcance y visión que las multi- o interdisciplinares. Según una definición, “las aproximaciones transdisciplinares son marcos conceptuales que trascienden el alcance estrecho de las cosmovisiones disciplinares, abarcando metafóricamente las diversas partes del material provisto separadamente por las disciplinas especializadas”. 79 Un abordaje transdisciplinar trasciende literalmente un rango particular, atravesando las barreras disciplinares y desobedeciendo las reglas de la etiqueta disciplinar. Las disciplinas devienen ‘irrelevantes’, ‘subordinadas’, o ‘instrumentales’ con relación al marco general. Otros han usado los términos ‘no-disciplinariedad’, ‘ a-disciplinariedad’, ‘meta -disciplinariedad’, ‘supra-disciplinariedad’, ‘omni -disciplinariedad’ y ‘trans -especialización’ para describir una variedad de actividades y paradigmas que subordinan las disciplinas a un tema, problema o esquema holístico en particular.

La articulación y lasdiferencias con la multi- e interdisciplinariedad son descriptas por

Nicolescu, quien habla de una “diferencia radical entre la transdisciplinariedad, la multidisciplinariedad y la interdisciplinariedad. La multidisciplinariedad se ocupa del estudio de un objeto perteneciente a una cierta disciplina del punto de vista de una o varias otras disciplinas. Se trata de una yuxtaposición de los conocimientos, ciertamente enriquecedora, pero que se sitúa al interior de una esfera-disciplina bien determinada. Por su parte, la interdisciplinariedad se ocupa de la acción común de dos o varias disciplinas. Esta acción común se concreta por la transferencia fecunda de los métodos de una disciplina a la otra, que puede desembocar en la creación de nuevas disciplinas. La interdisciplinariedad queda entonces claramente inscripta en el espacio definido por las esferas-disciplinas mismas. En revancha, la transdisciplinariedad se sitúa en la tierra de nadie que se encuentra y se encontrará siempre entre las diferentes disciplinas y ella no se ocupa de los métodos y las metodologías de las diferentes disciplinas. Su preocupación esencial es el estudio de la naturaleza a la vez lógica y a-lógica del flujo de información que atraviesa ese espacio. [...] Se trata entonces de una reconciliación entre el sujeto y el objeto y entre el hombre exterior y

77 Ibid., párrafo 22. Las cursivas son del texto original. 78 B. NICOLESCU, op. cit., 66. Para conocer más en detalle el pensamiento de este autor acerca de la transdisciplinariedad, además de la obra citada, La Transdisciplinarité. Manifeste, se puede consultar el artículo en español “La Ciencia y el Sentido” (disponible en www.complejidad.org/iipc/v00csent.doc), correspondiente a una conferencia pronunciada por Nicolescu. En su original visión de la transdisciplinariedad, ésta última está apoyada en tres pilares: la noción de “niveles de realidad”, la “lógica del tercero in cluído”, y la complejidad. Para el desarrollo del tema se remite al lector interesado en el mismo a las obras apuntadas. 79 Cfr. R. MILLER, “Varieties of Interdisciplinary Approaches in the Social Sciences: A 1981 Overview”, Issues in Integrative Studies, 1 (1982), 20-22. La referencia se encuentra en J.T. KLEIN, op. cit., 66.

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el hombre interior y de una tentativa de recomposición de los diferentes fragmentos de conocimiento”. 80

La transdisciplinariedad sería un modo de saber que, como la interdisciplinariedad,

comparte la integración como una propiedad explícita. Sin embargo, en el término mismo se implica una trascendencia de las disciplinas. Las cualidades adicionales que se sugieren mueven a la transdisciplinariedad más allá de los límites disciplinares. Un ejemplo principal de esto es la orientación del uso del saber para la solución de problemas prácticos.81 En esta misma línea está Gasper, para quien en la trans-disciplinariedad se convoca a todas las disciplinas relevantes, como herramientas, pero no se les da un status independiente. En vez, sirven como puntos de partida, pero son dejadas atrás en el proceso de lidiar con casos reales. Gasper cita definiciones de otros autores, entre ellos Passet (“Una aproximación transdisciplinar…atraviesa las disciplinas, las reúne, y va más allá de ellas”) 82 y Myrdal (“Las aproximaciones transdisciplinares son necesarias porque no hay problemas ‘económicos’, ‘sociales’, o ‘psicológicos’, sino solamente problemas, que no respetan a los lí mites disciplinares”). 83

En mayo de 1998, la UNESCO organizó un Simposio sobre la transdisciplinariedad

con el propósito de incrementar el conocimiento conceptual y operativo (know how) del tema, y publicó un documento con las conclusiones del mismo.84 Allí se encuentra una descripción de la aproximación transdisciplinar, que es útil para entender las definiciones que luego se proponen.85 En una aproximación transdisciplinar a un tema, un equipo de expertos reflexiona en conjunto, ya que se supone que tienen que volver a dibujar la grilla tradicional que segmenta al tema en disciplinas. En este ejercicio, tienen que considerar a cada disciplina como relevante, pero a ninguna como hegemónica. Tienen que recrear el objeto de estudio considerándolo desde muchos y variados puntos de vista. Tienen que tratar de focalizarse en los tipos de conexiones que no han sido considerados antes. Tienen que comunicarse, traspasar el límite de sus disciplinas y buscar nuevas metáforas para poder entenderse. Tienen que incrementar su mutua toma de conciencia de los problemas y lograr una disposición auto-crítica sometiendo a discusión las diferentes visiones en juego. En una dimensión transdisciplinar, por lo tanto, la gente se transforma en un equipo, en cuanto la transdisciplinariedad pretende alcanzar no sólo la integración del saber en un objeto considerado sino, principalmente, una mutua asimilación de la comprensión entre los sujetos examinadores. En un informe transdisciplinar, en este sentido, uno no percibe si un párrafo está escrito por un abogado o por un sociólogo, ni puede distinguir entre la contribución del físico y la del antropólogo. Las precisiones de algunos de los participantes al simposio, que se citan a continuación, permitirán enriquecer la comprensión del sentido del término transdisciplinariedad.

G. McDonnel,86 por ejemplo, comienza sugiriendo que se denomine ‘estudios

multidisciplinares’ a la colaboración entre expertos, miembros de diferentes disciplinas, 80 B. NICOLESCU, “La Ciencia y el Sentido”, 7. 81 Cfr. H. EGNEUS, K. BRUCKMEIER, M. POLK, op.cit., 28 82 La cita está tomada de R. PASSET, “ESEE what for?”, European Society for Ecological Economics Newsletter, n° 1, 1997, 2. 83 La cita está tomada de G. MYRDAL, Against the stream: Critical Essays on Economics, 2nd ed , Random House, New York, 1975 (1st ed. 1972), 142. 84 UNESCO, Transdisciplinarity: “Stimulating synergies, integrating knowledge”, UNESCO, Division of philosophy and ethics, 1998. Tomado de http://firewall.unesco.org/philosophy/transdisciplinarity. 85 Cfr. ibid.., 31. 86 Cfr. ibid.., 41.

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donde la relación entre ellos es asociativa, es decir, donde el trabajo de cada uno es añadido al de los otros. En los ‘estudios interdisciplinares’, sugiere el autor, la conexión es relacional, ya que las disciplinas colaboran de manera tal que cada una asume los presupuestos, cosmovisiones y lenguajes de las otras. En este modelo, existiría transdisciplinariedad cuando la relación integrativa es llevada hasta el punto de que se alcance un lenguaje trascendente, un metalenguaje, en el cual se puedan expresar los términos de todas las disciplinas participantes.

A. McMichael destaca la gran diferencia de la transdisciplinariedad respecto de lo

disciplinar. Para él, la ciencia multidisciplinar es un ensamble de disciplinas que colaboran. El todo puede, o no, ser mayor que la suma de las partes. En la ciencia transdisciplinar, el todo no sólo es mayor que sus partes disciplinares, sino que también tiene propiedades cualitativamente diferentes. Más aún, la ciencia transdisciplinar integra a sus disciplinas contribuyentes de manera tal que ya no son evidentes como componentes desagregables. El autor considera que “quizás estamos describiendo un tipo de ciencia que posee propiedades emergentes que no sólo son diferentes de, sino que ni siquiera son predecibles a partir de, sus componentes”. 87 Finalmente, concluye que la ciencia transdisciplinar no es fácil de definir. Se refiere a algo más que la ciencia inter- y multidisciplinar. Implica una sinergia entre disciplinas, entre sus modos conceptuales y sus conjuntos de información.88

Sin embargo, los participantes del simposio dejan en claro que trans no significa fuera

de las disciplinas, ya que no se puede plantear una investigación que no incluya el momento disciplinar. S. Krimsky plantea que la transdisciplinariedad, en cuanto debe examinar necesariamente las contribuciones de muchos campos del saber, “es un tipo de meta -análisis, que busca unificar temas a partir de las contribuciones de diversas disciplinas. Involucra la construcción de una ‘meta-teoría’ a partir de fuentes de conocimiento dispares”. 89

Las nociones centrales del concepto de transdisciplinariedad están bien resumidas por

D. Rapport: “La transdisciplinariedad es el camino de regreso desde el caos; el antídoto contra la fragmentación del saber […] Uno puede buscar sutilezas en el término –particularmente la connotación de ‘disciplina’ en un área en la cual el holismo debería predominar sin restringir las estructuras […]. El prefijo ‘trans’ en el sentido de ‘trascendencia’ implica emergencia. Es la emergencia de saber y visiones integrativas, formados a partir de los ámbitos segmentados, lo que constituye la esencia de la transdisciplinariedad […]”. 90

Otro aspecto puesto de relieve por algunos de los participantes tiene que ver con la

importancia del sujeto, y no sólo del objeto, a la hora de definir a la transdisciplinariedad. Así, para D. Manderson, “el tratamiento de las disciplinas implicando una mutua constitución de sujetos, más que una conjunción de objetos, es lo que demarca el territorio de la transdisciplinariedad”. 91

Finalizaremos esta sección con las conclusiones de J.T. Klein, quien también participó

del Simposio. Para ella, “cuando la palabra ‘transdisciplinar’ es utilizada como una descripción de los campos del saber se refiere, la mayoría de las veces, a una amplitud

87 Ibid., 44. 88 Cfr. ibid., 45. 89 Ibid., 46. 90 Ibid., 47. 91 Ibid., 55.

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sinóptica de visión o de aplicación […]. Todo esfuerzo transdisciplinar es implícitamente una crítica de la estructura de saber, de la educación y de la cultura existentes […]. Dependiendo del esquema particular, las disciplinas son reconfiguradas como subordinadas, instrumentales o irrelevantes […]; hay un esfuerzo deliberado para transformar, no sólo trascender, las disciplinas […]”. 92 Klein concluye afirmando que “claramente, la transdisciplinariedad significa más de una cosa. Es percibida como una visión del saber, una teoría o concepto particular, y una estrategia esencial para encarar problemas complejos del mundo contemporáneo [...]”. 93 4. LA INTEGRACIÓN DEL SABER

Una primera conclusión que se puede obtener de los textos acerca de la multi-, la

inter- y la transdisciplinariedad en el campo de la investigación es que las mismas surgen, en sus diversas formas, con una finalidad clara: superar la fragmentación de los saberes causada por la creciente especialización de las disciplinas, para avanzar en última instancia hacia un objetivo que recibe el nombre de integración del saber. Ésta, por lo tanto, constituye un fin, que se presenta como un ideal del conocimiento, y que presenta las características de lo utópico. Los medios para alcanzar esta integración del saber están dados por las formas de investigación que abandonan el terreno de lo puramente disciplinar. En este sentido, la multidisciplinariedad, la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad corresponden a sucesivos grados o niveles de integración en el proceso de producción, transmisión y aplicación del saber. La integración, por lo tanto, puede ser utilizada como el criterio que diferencia a las tres categorías principales de producción de saber que se han analizado.

Cuando se repasa la discusión acerca del concepto de ‘integración’, se pueden

encontrar dos variantes:94 1) una noción lógico-matemática que formaliza la integración como la combinación de sistemas de conocimiento disciplinares;95 2) una explicación del uso del concepto estudiando cómo puede ser descripta la interdisciplinariedad empírica e históricamente.96 El informe de la UNESCO, por otro lado, planteaba dos tipos de integración: “integración del saber para un objeto” y “asimilación mutua de saber para los sujetos”. 97

El primero tiene lugar a través de metáforas o visiones guía (conceptos normativos),

una epistemología conjunta, conceptos básicos o campos temáticos conjuntos (ej.: estudios de géneros), mediante una teoría o marco explicativo conjunto, por medio de una metodología conjunta, y de una orientación a problemas en la investigación y la enseñanza. La integración para los sujetos puede incluir varios procesos: la construcción de comunidades científicas, la administración de procesos grupales (procesos de los equipos en la planificación e implementación de proyectos), el entrenamiento de la capacidad de una utilización crítica y reflexiva del saber, y el entrenamiento de una aptitud para la cooperación científica intercultural en investigación.

En lo que respecta a la relación entre integración e investigación, se pueden derivar

criterios para determinar el nivel de integración en esta última a partir de la pregunta acerca 92 Ibid., 49. 93 Ibidem. 94 Seguimos aquí a H. EGNEUS, K. BRUCKMEIER, M. POLK, op.cit., 29-34. 95 Como la que presenta M. Bunge. 96 Como lo hacen Klein o Nissani, por ejemplo. 97 UNESCO, op. cit., 31.

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de las funciones de la interdisciplinariedad. El informe de la Universidad de Gotemburgo plantea tres, reconfiguración, ampliación y síntesis del saber, como los principales procesos integrativos.98 La reconfiguración significa que el proceso de integración reconfigura el saber disciplinar y profesional de manera tal que las teorías y las áreas de investigación son reformadas. La ampliación implica que, mientras el trabajo disciplinar “profundiza” el saber, el trabajo interdisciplinar (en sus diferentes variantes) “ensancha” el saber, al tomar en cuenta más variables, más métodos, más puntos de vista, más perspectivas, y más teorías. Síntesis significa que la integración produce nuevo saber. El criterio central de la síntesis es la generación de nuevo saber coherente (como teorías y conceptos) a partir de dos o más tipos de saber cualitativamente diferentes. La síntesis se puede ilustrar con la noción metafórica de “amalgama”. Sin embargo, las reglas epistémicas para este proceso aún no han sido suficientemente descriptas. A partir de estos criterios generales de los procesos de integración, el informe presenta las formas específicas de integración en la investigación multi-, inter- y transdisciplinar.

Toda aquella investigación que no cuestiona la “soberanía” de las disciplinas

involucradas puede ser considerada como integración multidisciplinar, en la que no hay ninguna cualidad nueva del saber, de la teoría, y de la metodología, fuera del campo de las disciplinas involucradas, sino solamente la “suma” de saber disciplinar para lograr un mapa del saber más completo.

Mientras que la integración multidisciplinar puede ser comparada al procedimiento aritmético de “suma” de saberes, se puede decir que la interdisciplinar consiste en la “multiplicación” o “agregación” de saberes. Un comienzo para este tipo de integración es lo que Boden denomina “interdisciplinariedad compartida” en la que “diferentes aspectos de un problema complejo son encarados por grupos diferentes con habilidades complementarias. Los resultados son puestos en común, y se monitorea el progreso total, pero no hay una cooperación en el día a día”. 99 Otras variantes, que el informe considera como ‘prototipos’ de integración interdisciplinar, son: la integración a través de la teoría y, por otro lado, la ‘verdadera interdisciplinariedad’. 100

La transdisciplinariedad, a diferencia de la multi- y de la interdisciplinariedad,

incluye la integración de saber y de procesos de saber en varios niveles. Comienza con la integración en el sentido de interdisciplinariedad (llenar con saber los espacios vacíos que rodean a las disciplinas) y continúa con la integración entre las diferentes esferas (por ej., la investigación y la aplicación del saber) y entre científicos y distintos miembros de la sociedad. La investigación transdisciplinar, en última instancia, es parte del proceso de aplicación del saber a la resolución de problemas. El núcleo del problema de la integración es la combinación de tipos heterogéneos de saber –científico, cultural, y práctico- en lo que respecta a la integración en la aplicación del saber.

5. PRESENCIA DE LA FILOSOFÍA Y LA TEOLOGÍA EN LA INVESTIGACIÓN INTERDISCIPLINAR

98 Cfr. ibid., p. 31. 99 Ibid., 17. 100 La primera es una interdisciplinariedad generalizadora. Implica la aplicación de una única perspectiva teórica a un amplio rango de disciplinas previamente distintas. Este es un ejemplo de lo ha sido llamado “integración unificadora”. La segunda tiene lugar cuando algunos de los conceptos y visiones de una disciplina contribuyen a los problemas y teorías de otra, preferentemente en forma recíproca. Según Boden, ésta es la verdadera interdisciplinariedad, mientras que las otras son formas más o menos tolerantes de multidisciplinariedad.

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Llegamos ahora al tema que define la especificidad de las investigaciones que se desarrollan en el Departamento de Investigación Institucional, a saber, el de la función del saber filosófico y teológico en el ámbito de la interdisciplinariedad. Nos motivan a llevar adelante este planteo tanto las exigencias ya señaladas de ECE, como la ubicación del Departamento en el ámbito del Instituto para la Integración del Saber.

Corresponde destacar aquí dos aportes surgidos en nuestra Universidad. Ante todo, el

de Guillermo P. Blanco, ex Rector de la UCA y ex director del Instituto para la Integración del Saber, quien en un artículo publicado en la revista Sapientia, titulado “Universidad e Integración del Saber” 101 con un riguroso lenguaje, y en una concepción clásica aristotélico-tomista, se ha ocupado de la cuestión de la interdisciplinariedad. Las ‘relaciones interdisciplinarias o multidisciplinarias’ de mutua colaboración en orden, por ejemplo, a determinados fines prácticos, son para Blanco un signo que manifiesta, de algún modo, “una conexión más profunda de las ciencias”. 102 Pero “uno puede preguntarse, y aquí entramos de lleno en nuestro problema, si cada ciencia no es una saber intrínsecamente inacabado, limitado, de modo que ciertos problemas que se refieren al acto científico (la estructura del conocimiento epistémico) y al objeto científico (el ente que estudia), exijan ser planteados necesariamente, para su total esclarecimiento, a nivel filosófico. Entonces hablamos de Integración del saber”. 103 Blanco distingue: una integración desde la perspectiva del acto científico, que da a luz una epistemología; una integración por razón de objeto, donde la riqueza misma de lo real hace sobrepasar progresivamente fronteras de saber hasta abrirse a las cuestiones filosóficas; y “una tercera forma de integración, que se denomina tradicionalmente subordinación o subalternación común de todos los saberes naturales a la metafísica”. 104 El fundamento real de esta última y radical forma de integración desde la filosofía primera es, para Blanco, el ente en su carácter analógico. Finalmente se ha de reconocer, según Blanco, “una cuarta forma de integración, o como se dice en lenguaje escolástico, de subalternación a la filosofía moral en razón de los fines”. 105 Luego de referirse a la cuestión “de didáctica universitaria”, acerca de si se ha de proceder de manera “ascendente” o “descendente” en las relaciones entre ciencias y filosofía cuestión que deja abierta a discusión, Blanco menciona por último la cuestión de la integración del todo del saber en la fe y en la teología, y da lugar a la presentación, por esa vía, de la ‘integración subjetiva’, que resulta en la “ejemplaridad del profesor que integra su saber dentro de su conducta total, de la vida religiosa, de su dedicación al estudio, de su trato con el alumno, del reconocimiento de sus propios límites”, integración “altamente valiosa aún allí donde no es desdeñable ninguna vinculación directa con la Revelación (por ejemplo, en la enseñanza de álgebra) o donde la integración filosófica no es conocida por el propio profesor”. 106

En segundo lugar, destacamos un artículo de Julio Raúl Méndez, presentado en el II

Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos: “La Universidad por un Nuevo Humanismo” (2001). 107 Aquí puede encontrarse una clara presentación sintética de las cuestiones relativas a la integración del saber, también desde una perspectiva clásica 101 G.P. BLANCO, “Universidad e Integración del Saber”, Sapientia, Vol. XXXII (1977), 175-186. 102 Ibid., 181. 103 Ibidem. 104 Ibid., 183. 105 Ibidem. 106 Ibid., 185. 107 J.R. MÉNDEZ, “La Integración del Saber. Necesidad antropológica y posibilidad metafísica”, en COMISIÓN EPISCOPAL DE PASTORAL UNIVERSITARIA, La Universidad por un Nuevo Humanismo, II Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Católicos, Eudeba, Buenos Aires, 2001. El artículo está disponible en el CD-ROM adjunto al libro.

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aristotélico-tomista. Luego de un breve recorrido histórico de la aparición de la cuestión, Méndez advierte la exigencia de articulación integradora de los saberes desde la unidad del sujeto humano y desde los objetos mismos de las distintas disciplinas; y distingue en el ámbito de éstas lo que él llama “interdisciplinariedad extrínseca”, que sería una mera yuxtaposición de conocimientos (corresponde a lo que se ha llamado multidisciplinariedad), y la “interdisciplinariedad intrínseca, basada en la complejidad de un mismo objeto”. Esta última integración tiene para él una raíz última metafísica, que es puesta de manifiesto por la concepción filosófica clásica de la analogía. Según Méndez este fondo metafísico dicho por la filosofía, abierto por su parte al saber teológico creyente, ha de ser la columna vertebral de la vida de investigación y docencia de la ‘modalización’ de las asignaturas filosóficas y teológicas, por ejemplo en las disciplinas científicas, a fin de que la filosofía y la teología hagan ver los problemas como surgiendo y viniendo exigidos desde las ciencias y, de este modo, que la filosofía y teología, por su parte, ‘aterricen’ con su palabra en lo concreto descubierto por el saber científico.

Junto a estos aportes, el autor que nos guiará en esta reflexión es Juan Carlos

Scannone S.J.108 Basándose en textos de Juan Pablo II, afirma que, en el diálogo universitario entre la fe y la cultura, el hombre es la clave de dicho diálogo “y, por ende, para el diálogo interdisciplinar entre la teología y las ciencias en la Universidad católica”. 109 Luego enumera tres distintas formas de cooperación científica (multidisciplinariedad, colaboración instrumental e interdisciplinariedad). Habiendo dedicado nuestro capítulo II a la aclaración conceptual de estas y otras formas de integración de los saberes, nos interesa ahora concentrarnos en el enfoque que da Scannone a la interdisciplinariedad. Nos dice que se trata de una nueva forma de “unidad del saber”, según la cual la especificidad, diferencia y autonomía de las ciencias particulares “no irían en desmedro de la unidad plural del saber, ni ésta de aquellas, sino lo contrario. De paso digamos que es misión de la Universitas reencontrar esa unidad, y si es una Universidad católica, la unidad de todo el saber, incluido el teológico”. 110 Citando a J. De Zan, agrega que el “inter” de “interdisciplinariedad” indica interacción, interdependencia e interfecundación recíproca entre las distintas disciplinas, “de modo que el planteamiento mismo de la investigación sea interdisciplinario y las hipótesis de trabajo sean comunes e interconectadas”.

Al enfocar la fundamentación del “inter” de la interdisciplinariedad, Scannone, usando terminología de Husserl, habla del “mundo de la vida” como de un suelo común para las ciencias. “Entre el primero y las últimas se da una “ruptura epistemológica” que, sin embargo, no es absoluta, porque “el mundo de la vida” y el sentido en él implicado siguen constituyendo el trasfondo no sólo para la subjetividad del científico como hombre y para su práctica científica, sino también para las ciencias objetivamente consideradas”. Agrega que “toda s las ciencias al menos las no formales hablan desde allí, sobre la misma realidad y aunque también a través de la ruptura entre la teoría y la práctica para volver a ella”. 111 La ruptura no es absoluta, “sino relativa, porque a pesar de la ruptura epistemológica se da una verdadera continuidad, tanto entre el mundo de la vida y de la praxis con las ciencias, cuanto de éstas entre sí: se trata de la posibilidad del “inter” de sus interrelaciones”. 112

108 J.C.SCANNONE, Teología e interdisciplinariedad: Presencia del saber teológico en el ámbito de las Ciencias, en Theologica Xaveriana 94, 1990, 63-79. 109 Ibid., 63. 110 Ibid., 66. 111 Ibid., 67. 112 Ibid., 68.

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Scannone pone de relieve la importancia del análisis del lenguaje y recuerda que “ el lenguaje científico es un lenguaje humano, un “juego de lenguaje” (Wittgenstein). El lenguaje de cada ciencia es un específico “juego de lenguaje”. Dichos juegos no son islas, pues es un hecho la comunicación entre ellos. Y esa comunicación es posible “porque en todos los juegos de lenguaje se da analógicamente aunque en formas específicas e irreductibles entre sí la misma racionalidad humana”. 113 Se puede hablar, con Apel, de “un juego de lenguaje trascendental que se da en todos los juegos de lenguaje empíricos aún los científicos y los trasciende”. “Ese momento trascendental de lo humano en cuanto tal es para Apel objeto propio de una ciencia: la filosofía”. Por otra parte “lo humano en cuanto tal, y no sólo lo específicamente religioso, es comprendido más profundamente a la luz de Cristo, según lo estudia otra ciencia, tan universal como la filosofía, pero que la trasciende: la teología”. Estas afirmaciones le permiten concluir a Scannone que “para el diálogo entre la fe y la ciencia de la fe con las ciencias particulares, va a desempeñar un papel importante lo humano en cuanto tal y la ciencia que lo estudia, es decir, la filosofía”. 114

Considerando ahora la dimensión semántica del lenguaje, el autor nos recuerda que “cada ciencia tiene su punto de vista, su enfoque, su objeto formal, es decir, la pre-comprensión del objeto de su estudio, la cual dirige su investigación. Por tanto se mueve en un horizonte de comprensión dado por sus presupuestos, planteamientos, categorías fundamentales y métodos. Interroga lo real desde un punto de vista específico e hipótesis de trabajo que se mueven dentro del mismo, investigando un sentido específico de lo real y preguntando por su verdad. Ahora bien, esos distintos horizontes parciales de sentido y puntos de vista regionales se mueven dentro del horizonte global de sentido investigado por la filosofía: el ser en cuanto ser, de modo que el horizonte de investigación concreta de tal aspecto u otro del ente, está permeado e influido por el trasfondo de sentido global del ser y de la vida, que puede ser llevado a reflexión crítica por la ciencia filosófica. Aún más, este último horizonte global de sentido, se encuentra, en el creyente, iluminado, ahondado y enriquecido por el horizonte global de comprensión del ser, del mundo y de la vida proporcionado por la fe, que no niega el primero en su racionalidad y autonomía racional, sino que lo supone, respeta y perfecciona”. 115 “De ese modo el sentido del ser, del mundo, del hombre, de la vida, proporcionado por la fe incide indirectamente a través del horizonte global de comprensión del mundo en los horizontes de comprensión de sentido específicos de cada ciencia. Este influjo, por ser indirecto y hermenéutico, respeta la autonomía teórica, metodológica y argumentativa de cada ciencia”. 116

La riqueza de estas reflexiones se recoge en lo que el autor denomina “requisitos de la interdisciplinariedad”. Citando nuevamente a De Zan, afirma: “para que una investigación sea verdaeramente interdisciplinar se necesita que ya desde el comienzo ella sea realizada en equipo: no sólo el planteamiento del proyecto común y la formulación de hipótesis de trabajo comunes e interconectadas, sino también las ‘orientaciones teóricas particulares de cada disciplina, hasta encontrar aquellos puntos de vista que sean los más adecuados para la comprensión de la realidad concreta que se quiere estudiar, aunque dichos punta de vista no sean los más ortodoxos de acuerdo con las teorías vigentes en cada una de las disciplinas que intervienen’. Como lo dice O.Varsavsky, así ‘cada especialista aprovecha no sólo los conocimientos, sino también la manera de pensar y encarar los problemas habituales en los

113 Ibid., 68. 114 Ibid., 69. 115 Ibid., 69. 116 Ibid., 70.

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demás’(...)”. Por lo tanto, afirma Scannone, “si la investigación ya ha sido pla nteada como auténticamente interdisciplinar desde el principio, así deberá continuar durante todo su trascurso. Así es como los distintos investigadores deberán ir revisando los presupuestos de sus propias disciplinas y enfoques al confrontarlos con los de los demás, hasta ir logrando un acuerdo básico con respecto a la realidad estudiada en común, a su naturaleza y estructuras consideradas como un todo”. 117 “No se trata de una unificación sistemática de las diferentes ciencias, ni de la pérdida de su especificidad, sino de una integración funcional que implica la creación de las condiciones, de los presupuestos teóricos para la elaboración de las grandes síntesis que sean capaces de integrar los resultados analíticos... logrados en las diversas áreas del conocimiento” (De Zan).

Esta integración funcional es posible, afirma Scannone, “porque lo es la comunicación entre los distintos lenguajes científicos. De ahí la importancia mediadora de la filosofía en toda investigación interdisciplinar, pues ella reflexiona el momento trascendental del método, de toda praxis humana en cuanto humana, y el horizonte de sentido global que es inmanente a todos los horizontes de sentido y puntos de vista particulares y los trasciende. Ello muestra asimismo el papel fundamental de la teología, en cuanto la revelación implica una precomprensión del hombre y de lo humano, que puede ser explicitada filosóficamente, pero que trasciende toda filosofía. La categoría de “totalidad concreta” aplicada a la realidad que va a ser investigada interdisciplinariamente puede ayudar para orientar la interrelación e interacción de los distintos objetos formales de cada ciencia en el estudio del mismo objeto material”. Y no se trata de plantear una dominación de la filosofía y de la teología sobre las otras ciencias, “sino de un verdadero diálogo y fecundación recíproca, según el lugar epistemológico de cada cual”. 118 El autor tipifica la función específica de la teología a través de cuatro expresiones: iluminar, juzgar, orientar e inspirar.

En una verdadera interdisciplinariedad, “la integración es más que sólo funcional... ya que existe una cierta ordenación o prioridad de orden entre los distintos puntos de vista, no debido a una dominancia de una ciencia sobre las otras, sino al carácter específico de cada ciencia, orden basado en la relación entre fe y razón, entre razones últimas y razones particulares y entre distintos tipos de éstas. Pienso que ni siquiera conviene hablar de jerarquización, sino de ordenamiento y unidad plural articulada, según la mencionada prioridad de orden relativo, dada por la estructura misma del hombre histórico. Tal ordenamiento guía entonces la unidad plural del saber, es decir, la integración dialógica entre los puntos de vista de la teología, la filosofía, las ciencias humanas, naturales y formales. Por lo tanto, la investigación interdisciplinar apunta a conocer totalidades concretas, intrínsecamente ordenadas: si no, no serían totalidades. Para el creyente, la unidad de orden entre los distintos saberes que las estudian, está dada, en última instancia, por la comprensión cristiana del hombre y de su mundo.119 En un artículo anterior, afirmaba Scannone con respecto al diálogo interdisciplinar: “hoy no se admite una eventual jerarquía y subordinación entre las ciencias como en tiempos de Santo Tomás, sino ante todo su interrelación interdisciplinar; aunque ésta no excluya un determinado orden entre ellas. Es así como prima la consideración de su intercomunicación e interacción mutuas sobre la de la mera asunción de sus aportaciones recíprocas. En ese admirabile commercium con la filosofía y las ciencias humanas, la teología recibe y asimila su contribución; aquellas, a su vez, reciben luz y crítica de la fe y de la teología para su comprensión del hombre, aunque ese

117 Ibid., 74. 118 Ibid., 75. 119 Ibid., 78.

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aporte sea asumido por cada una de ellas autónomamente, es decir, según su propio objeto formal, principios, categorías y métodos. Como ya lo dije anteriormente, dicho influjo es indirecto y hermenéutico, es decir, se da a través del horizonte de precomprensión del hombre, la sociedad y la historia, que cada una de esas ciencias (teología, filosofía, las distintas ciencias humanas) objetiva según su índole propia, y que les sirve como condición de posibilidad del diálogo interdisciplinar entre ellas”. 120

En este contexto, parece acertada la reflexión de Robles quien, a partir de su experiencia recogida en seminarios y trabajos grupales interdisciplinares, especialmente en el campo de las ciencias sociales, concluye lo siguiente: “Nada como la convivencia con otra s disciplinas en condiciones de igualdad remite la teología a sí misma, a su originalidad y especificidad como saber o conocimiento. Y la razón es muy sencilla. Los saberes disciplinarios no soportan la redundancia ni el doblaje. Si la teología tiene un lugar propio en el conjunto del saber, lo tendrá porque tiene algo específico y genuino que ofrecer, una competencia que ninguna otra disciplina posee. En la «universitas studiorum» la teología no puede jugar a ser árbitro y juez de los aciertos y errores de otras disciplinas, tampoco pues a corregirlas o duplicarlas. No puede competir, por ejemplo, con la historia, las ciencias humanas y sociales, ni aspirar a ser ni presentarse como una superfilosofía, sea ésta del universo, del bien y del mal o de la historia. Para ello existen las distintas disciplinas filosóficas. La teología tiene que dar cuenta de lo teologal, de la experiencia humana de Dios en la medida en que ésta se da, y qué relación tiene con el resto de la realidad”. 121

Finalmente, Scannone se refiere a los fines prácticos de la investigación interdisciplinar, puesto que está al servicio de la sociedad y/o de la Iglesia. El planteamiento de “estrategias de lo humano” supone el diálogo interdisciplinar, “en el cual no puede faltar la teología. Pues ella trata del último fin de toda la acción humana y de la liberación integral del hombre”. 122 “Pues la fe que opera por la caridad desea que ésta sea históricamente eficaz. Para ello, según el nivel de la conciencia contemporánea. No sólo ha de usar la mediación de las ciencias filosóficas prácticas (la ética y la filosofía política) sino también la de las ciencias humanas prácticas. También aquí la racionalidad hermenéutica práctica (de ciencias de la cultura, la educación, la comunicación social, la ciencia política en cuanto estudia la formación de consensos, etc.) sirve de mediación para que la teología práctica asuma sin corto-circuitos la racionalidad instrumental y estratégica medio-fin (de las ciencias más analíticas –incluido el momento estratégico de la ciencia política-, y de las técnicas). Pues se trata de incidir hasta en las estrategias (y aun las tácticas), para que sean “estrategias (y tácticas) de lo humano” y, por eso, asumibles por la praxis histórica cristiana [...] Pues bien, aún más que en el diálogo teórico, en la cooperación práctica de la teología con las ciencias

120 J.C. SCANNONE, “El misterio de Cristo como ‘modelo’ para el diálogo de la teología con la cultura, la filosofía y las ciencias humanas”, en: Sociedad Argentina de Teología (ed.), El misterio de Cristo como paradigma teológico. XIX Semana Argentina de Teología en los 30 años de la SAT, Buenos Aires, San Benito, 2001, 127-158. En este artículo el autor propone pensar el encuentro entre la teología y las ciencias desde el paradigma de la encarnación de Cristo: así como Dios se une a la humanidad en la persona del Verbo –tal como lo enseña el Concilio de Calcedonia–, así la teología busca una mirada de totalidad asumiendo el aporte propio y peculiar de las ciencias humanas y sociales. La importancia del método calcedónico para pensar la mirada interdisciplinaria, es precisamente que ofrece un criterio de unidad y diálogo de los distintos aportes –sin con- fusión ni división–, y de prioridad u orden entre ellos –dada la función totalizante de la teología–. Además, en este modelo, la mediación instrumental de las ciencias sociales y humanas no sólo queda asumida, sino que se revela como indispensable para la realización de la labor teológica y, asimismo, para orientar la práctica. 121 J. AMANDO ROBLES, “Seminarios ‘Economía y Teología en la nueva cultura’ ”, Ecuménica, Vol.1, n° 1 (1998): En http://www.una.ac.cr/teologia/revis/seminario.rtf 122 Teología e interdisciplinariedad, 78.

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se hace imprescindible el momento pragmático-hermenéutico de una genuina autotrascendencia humana –la mayor posible-, que con Lonergan podemos denominar ‘conversión’. Pues la verdadera koinonía (aun la interdisciplinar) y el admirabile commercium entre las ciencias, que es su fruto, no se dan sin la acción purificadora y transformadora del Espíritu, aunque –según su índole silenciosa-permanezca anónima. Cómo el Espíritu es amor y promueve la intercomunión, el ‘inter’ de la interdisciplinariedad necesita del mismo sobre todo para que la praxis esté orientada a hacer más humano al mundo, según el espíritu humanizador y liberador del Evangelio. En el Espíritu reside la raíz de toda comunicación, koinonía y comunión, aun entre las culturas, las religiones y las ciencias. Pues Pentecostés no sólo es culminación del misterio de Cristo sino que también se presta para una comprensión analógica de todos los distintos niveles de intercomunicación en la unidad indivisa de la comunión inconfusa de los diferentes”. 123

CONCLUSIONES

Los puntos anteriores, más allá de su pretensión de esbozar una síntesis de lo

expuesto, no aspiraban en modo alguno definir con precisión los límites entre la multi-, la inter- y la transdisciplinariedad. Si algo ha quedado claro en estas páginas es la imposibilidad de hacerlo, no sólo en el campo de la investigación, sino también en el de la educación. Sin embargo, se puede obtener un conjunto de conclusiones, en respuesta a nuestra pregunta inicial por las interrelaciones entre la investigación, la integración del saber y la interdisciplinariedad.

En primer lugar, se observa la íntima relación entre la investigación y la integración

del saber. Parece haber un consenso entre académicos de diferentes ciencias y de distintas partes del mundo, reclamando que las tareas de investigación se desarrollen en el horizonte de la búsqueda de una integración del saber. Este objetivo se presenta como un imperativo, a partir del evidente cuadro de fragmentación de los saberes, y las graves consecuencias que esto tiene para la sociedad y las personas.

Esta integración, que se plantea como un ideal, admite grados de realización, que

muchos autores utilizan para clasificar a los variados esfuerzos de superación de lo disciplinar y que reciben los nombres de multi-, inter- y transdisciplinariedad. La diferencia principal entre las dos primeras y la última estaría dada por el hecho de que en aquéllas la vinculación con las reglas, normas y métodos que rigen a la disciplinariedad es muy estrecha. Si bien se fomenta decididamente el desarrollo de la investigación interdisciplinar, para resolver problemas cuya complejidad y gravedad no pueden ser encaradas por las diferentes disciplinas tradicionales, el momento disciplinar es considerado como necesario y fundamental para la calidad y el éxito de la investigación. El dualismo entre el trabajo disciplinar tradicional y el interdisciplinar, presente en algunos autores, es engañoso,124 ya que no puede haber trabajo interdisciplinar a menos que esté seriamente fundado en las disciplinas. La disciplinariedad y la interdisciplinariedad no sólo no son mutuamente excluyentes, sino que se refuerzan mutuamente. La transdisciplinariedad, por su parte, aspira a la creación de nuevos paradigmas de conocimiento, tanto en la investigación como en la educación y, aunque no niega el momento disciplinar, busca trascenderlo y superarlo.

123 El misterio de Cristo como modelo, 127-158. 124 Cfr., D.C. STRUPPA, “The Nature of Interdisciplinarity”, en Perspectives: The Journal of the Association of General and Liberal Studies, 30:1, Febrero 2002, 97-105. En http://cas.gmu.edu/deans_welcome/about_the_dean/articles/interdisciplinarityOLD/print_acrobat.pdf

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Otra conclusión es que no existen límites para la cantidad y el tipo de disciplinas que

pueden participar de la investigación interdisciplinar, siempre que se respeten ciertos criterios, como se ha visto. Se puede postular una investigación interdisciplinar ‘ancha’ 125 que intenta establecer un puente entre las ciencias y las humanidades. No sólo la información científica, sino también la filosofía y la teología pueden jugar un papel esencial en la investigación.

Estas conclusiones, obtenidas a partir de un análisis a grandes rasgos de lo que se está haciendo en distintas universidades del mundo en el campo de la interdisciplinariedad, nos permiten constatar que la integración del saber que Ex Corde Ecclesiae plantea como una exigencia para el trabajo de investigación en las universidades católicas no es otra cosa que la dimensión esencial que debe caracterizar al dinamismo de la búsqueda de la verdad por parte de la humanidad. Como en el caso de las universidades católicas esta verdad es toda la verdad acerca de la naturaleza, del hombre y de Dios y, además, aquéllas se dedican “ por entero a la búsqueda de todos los aspectos de la verdad en sus relaciones esenciales con la Verdad suprema, que es Dios” ( ECE 4), esta integración del saber debe nutrirse no sólo de las ciencias naturales y sociales, y de las humanidades (las artes y la filosofía) para conocer profundamente a la naturaleza y al hombre, sino también de la teología, en una relación de diálogo y de mutua interpelación. Quien ha resumido clara y expresivamente la relación entre la búsqueda de la verdad, la interdisciplinariedad, la integración del saber y la articulación entre la fe y las ciencias, ha sido el Cardenal Paul Poupard, con cuyas palabras culminamos nuestra reflexión:

Existe una verdad objetiva, a la que deben tender la fe y la ciencia en un diálogo interdisciplinar perseverante. [...]Saber reconocer los límites de la propia disciplina es fundamental, es haberlos superado, y no dejarse encerrar por ellos. La diversidad de órdenes de conocimiento llama a una síntesis de los conocimientos, donde converjan en una integración de los saberes. Ninguna especialización se equilibra sino es a través de una reflexión atenta a descubrir sus articulaciones con las otras, en una cultura armónica, de visiones amplias, no fragmentadas. La verdadera cultura es humanismo, es sabiduría. Ella se construye en torno al hombre, en busca de verdad y de amor. Ella requiere una formación apropiada en filosofía y en teología, así como en cada disciplina científica.126

* * *

125 Tomamos el adjetivo “broad” de R. FRODEMAN, C. MITCHAM, A.B. SACKS, op. cit. 126 CARD. PAUL POUPARD , Science et foi: pour un nouveau dialogue. (Conferencia pública de Su Eminencia el Cardenal Poupard, en la Universidad Laval de Quebec, el 19 de marzo de 1996).

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CAPÍTULO III HACIA UN PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN INTEGRAL DEL MUNDO SOCIAL

La gran deuda de los argentinos es la deuda social. Todos debemos preguntarnos si estamos dispuestos a cambiar y a comprometernos para saldarla. ¿No deberíamos acordar entre todos que esa deuda social, que no admite postergación, sea la prioridad fundamental de nuestro quehacer?” (CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA, 11 noviembre 2000)

INTRODUCCIÓN

A la luz de lo expuesto en Ex Corde Ecclesiae, y de las clarificaciones aportadas por el análisis de las posibilidades concretas en el mundo académico de la interdisciplinariedad y de sus variantes, se pueden resumir ahora las líneas rectoras que orientan el trabajo del Departamento de Investigación Institucional: a) una investigación cuyo horizonte es la integración del saber (ECE 16), y no la hiper-especialización que conduce a la fragmentación; b) una apuesta por la interdisciplinariedad para lograr ese objetivo (ECE 20), en cuanto ésta permite potenciar todas las bondades de las disciplinas, al mismo tiempo que neutraliza sus desventajas y produce nuevos conocimientos que éstas no pueden lograr por separado; c) la participación de la teología (ECE 19) y la filosofía (ECE 20) en todas las etapas del trabajo, en diálogo con las disciplinas, suscitando en las mismas la preocupación ética (ECE 18) acerca de las metodologías y los hallazgos de la investigación; d) como consecuencia de lo anterior, la presencia constante de un diálogo fe y razón (ECE 17) en y entre los investigadores; e) la investigación se orientará a estudiar en profundidad las raíces y las causas de los graves problemas de nuestro tiempo (ECE 32).

Esta última característica es la que determina que el Departamento se focalice en

temas que afecten a la sociedad, y en los que se pueda brindar algún tipo de servicio a la misma. Por esta razón, las tareas se desarrollarán prioritariamente en el campo de la investigación social. En el presente capítulo se presenta en detalle el modelo de investigación que se busca implementar para cumplir con los lineamientos expuestos. 1. LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA: UNA MIRADA ABARCATIVA 127

El concepto de Deuda Social no es un concepto unívoco. Es polisémico y complejo, y

presenta notables diferencias según esté situado en campos disciplinares y transdisciplinares diversos. Se trata, entonces, de realizar un esfuerzo de inscripción del concepto en una trama teórica y empírica que permita descubrir y explicar ciertas conexiones, en parte secretas, en la sucesión de procesos sociales. Y de saber que del lugar que se le asigne en dicha trama dependerá la orientación de su desarrollo conceptual y de sus prácticas consecuentes. El término “ deuda” tiene un sesgo economicista, pues se corresponde con el predominio de las relaciones vinculadas a las transacciones económicas y, además, con su ubicación técnica en la doctrina y en la teoría económica. Este sesgo se compensa con las derivaciones del término hacia el campo de la teología y la idea de "pecado", pago y riqueza material y espiritual. De la misma manera el concepto de "culpa" (psicoanálisis) conlleva el reconocimiento de una

127 Contribución del Dr.Sergio LABOURDETTE.

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deuda impaga que mortifica y que debe ser saldada. El término “ social” corrige todos los sesgos y derivaciones y pone el acento en el campo de las relaciones sociales, que pueden incluir lo político, lo económico y lo cultural. a) Deuda Social-ética

En nuestro planteo, el problema de la Deuda Social se sitúa, en primer lugar, en el campo de la Ética del Ser y, dentro de ella, del Tener. Este orden del ser y, subordinadamente, del tener, alude moralmente a lo que se "es" y se "tiene", a lo que se "fue" y se "tuvo" y a lo que se debió "ser" y "tener" en cada sociedad concreta. Y, en consecuencia, a lo que fue arrebatado, quitado o nunca dado en el mismo orden moral y en el terreno de la vida social. Ahora bien, una ética del ser y del tener debe establecer ciertos ejes primordiales, sin los cuales corre el peligro de volverse justificatoria de las desigualdades y de las faltas. Esos ejes están representados por los valores de "justicia", "equidad", e "igualdad" que presentan serias exigencias, requerimientos y límites en el plano social a los problemas de formación y respeto de la condición humana y de la producción y distribución de los bienes materiales y simbólicos de cada sociedad. Esta articulación de valores ofrece el horizonte posible al que puede aspirar cada sociedad histórica, y en nuestro caso, la sociedad argentina, de acuerdo con sus condiciones específicas de creación de la realidad, verdad, política, economía y cultura. Y, como contrapartida, ofrece el cuadro de pérdidas, despojamientos y faltas que indican el estado concreto de la Deuda Social.

b) Deuda Social-Otredad

Uno de los grandes problemas de la actualidad, que se agudiza cada día más con los procesos de globalización y de ruptura de los lazos tradicionales, es el problema del "otro" (Levinas). Cuando se alcanzan estados hipercríticos como en la Argentina del presente, la otredad experimenta cambios significativos. El otro puede ser ignorado o, en el peor de los casos, demonizado. Y a veces, simultáneamente, puede ser descubierto y rescatado. El concepto de deuda social implica el reconocimiento del "otro". Sólo hay deuda si hay relaciones y conexiones sociales y si hay un otro al que se le debe. Este reconocimiento obliga a un redescubrimiento del otro, que la idea de Deuda devela.128

El otro es un "ser" que, además, "tiene", pese a todos los arrebatos sufridos. Y es, al

mismo tiempo, por todas esas pérdidas, alienado (en el ser), desposeído (en el tener) y oculto como tal. Este ocultamiento se realiza mediante un mecanismo social llamado "naturalización". En este tipo de procedimiento vastos conjuntos de relaciones sociales, entre las que se incluyen: la autoridad, la dominación, la política, la estructura productiva, el empleo-desempleo, la marginalidad, la exclusión, la pobreza, la indigencia y todo tipo de exacciones sobre sectores sociales anteriormente solventes, pertenecen a la naturaleza de las cosas. En esta concepción los estados sociales son el producto de la competencia "natural" entre los seres humanos. Y lo que se puede apreciar es que hay actores sociales unos más competentes que otros. A lo sumo, y especialmente en tiempos de agudas crisis, se trata de

128 Según Virginia Azcuy, desde el punto de vista ético, así como se ha trabajado mucho en cuanto al reconocimiento del otro (Levinas), también se ha desarrollado una línea de recuperación filosófica importante en torno al nosotros (Zubiri). En términos teológicos, M. Yánez –también Remolina, s.j., de otro modo– ha recuperado precisamente los aportes de Juan Alfaro; por otra parte, el nosotros invita a pensar los fundamentos antropológicos no sólo en la clave de la alteridad, sino además desde la perspectiva de la trinidad o comunión en la diversidad.

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intervenir "artificialmente" para reparar los casos extremos y para evitar posibles estallidos y rebeliones. Los resultados alcanzados por los distintos sectores y estratos sociales son los efectos de las diferentes destrezas desplegadas por ellos. Aquí nadie debe nada a nadie. Y cuando ofrece, lejos de pagar una deuda al otro, exalta su propio ego en un círculo vicioso sobre sí mismo sin otro.

El planteo de Deuda Social implica develar un ocultamiento "culpable" y el reconocimiento del "otro" de un modo más ético y, a la vez, concreto. El concepto de deuda restituye la dignidad moral y ciudadana del que ha sido privado de capacidades (poder) por obra de un mal uso de las creaciones, producciones, herencia y distribuciones de los bienes sociales, políticos, económicos y culturales.

El concepto de deuda social no es pasivo. Por el contrario, en el reconocimiento del otro descubre y señala; acusa, y actúa, para la restitución obligada, aunque sea moralmente, de lo que deben a los otros la sociedad, el Estado, el mercado y los agentes sociales diversos. De esta manera, el "otro" proto-ciudadano, proto-Estado y proto-agente puede reclamar por la justicia ética de lo que se le adeuda; y por la injusticia "culpable" de quienes lo hicieron posible. c) Deuda social - capacidades

La capacidad es poder. Es estar en condiciones de adoptar decisiones y de ejecutarlas. Capacidad es elegir, idear, formar un plan y poderlo llevar a la práctica, de acuerdo con las condiciones y la situación imperante. Luego, desarrollar poder (capacidades) es ser capaz de vivir una vida plena y básica, al menos, dentro de un espacio-tiempo específico (Sen - Labourdette). Hay para cada sociedad un umbral de capacidades que debe cruzarse para acceder y elegir entre los productos, creaciones y bienes disponibles. Y esto es responsabilidad de una tríada insoslayable: sociedad - Estado - agentes. Esta forma sintética y esquemática de expresar la vida social, amén de otras posibles, señala el papel que cada elemento cumple, en su interrelación con los demás, en la creación, expansión y pago de la deuda social.

La deuda social se establece cuando las capacidades de los agentes, del Estado y de la

sociedad para actuar libre y responsablemente, no se alcanzan o se pierden en el transcurso del tiempo. Luego, el Estado debe a la sociedad, a los agentes y a sí mismo por su pérdida de capacidades. Lo mismo sucede con la sociedad y con los agentes. De allí se conforma un cúmulo de deuda social que tiene diferentes responsables. Y estos responsables deben hacerse cargo, culpablemente, de la deuda contraída. Es necesario establecer el tipo de clase y el monto de la deuda social generada por el juego de la tríada. O por otros esquemas más inclusivos que favorezcan una descripción y explicación más adecuada a las exigencias del rigor científico. De todos modos, el esquema presentado, u otros alternativos, sirven para mostrar que la deuda social es moral, económica, política y cultural. Y que los reduccionismos científicos, paso necesario de una lectura sintética del problema, no pueden dejar de considerar los niveles mencionados.

Luego el problema de la deuda social (en orden al cúmulo de capacidades necesarias e imprescindibles, de acuerdo con cada contexto histórico y espacial, y sus pérdidas y carencias ocurridas) se plantea los siguientes interrogantes:

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¿Cuáles son las capacidades existentes en una sociedad determinada? ¿Cómo se establece la organización, producción y distribución de ellas? ¿Qué capacidades le corresponden a la sociedad, al Estado y a los agentes? ¿Cuáles son los niveles de pérdida, deterioro y carencia de dichas capacidades? ¿Cómo se precariza y se imposibilita la adquisición de éstas? ¿Cómo se vive el riesgo y la inestabilidad de las capacidades existentes? ¿En qué estado se encuentran los valores de confianza y solidaridad? ¿Cuál es la pérdida de poder del estado - gobiernos - parlamentos - justicia? ¿Cómo se produce el aumento del empobrecimiento de casi todos los sectores sociales? ¿Cómo aumenta el nivel de desocupación / desempleo / subempleo / precarización? ¿Cómo se desarrolla la extensión de la pobreza en distintos sectores sociales? Esta serie de preguntas y su posterior selección orientada a precisar el enfoque del

problema de la deuda social, permitirá evitar simplificaciones exageradas y derroteros confusos. d) Deuda social –confianza

La confianza es un valor positivo que consolida las relaciones sociales, las instituciones, las estrategias y a los miembros que las actúan y las representan. Más aún, la confianza en cuanto valor social y cultural es la base de la aceptación de la "realidad" construida socialmente. No hay realidad social (Schutz), verdad (Foucault), instituciones (Castoriadis), estrategias (Labourdette) y acciones y prácticas sociales (Habermas) que no estén sustentadas en un fondo de confianza. Cuando ésta vacila y, peor aún, se desmorona, pone en tela de juicio todo o partes importantes del edificio social y, con ello, de sus instituciones, estructuras y dirigencias que pretendían tanto conducir como representar (legitimación). Esto incluye los sistemas de admisión, reclutamiento, promoción y mantenimiento de dichas dirigencias.

Hoy está sucediendo algo completamente distinto a las recurrentes y periódicas crisis

argentinas. Se está produciendo una ruptura fundamental. Uno de los aspectos cruciales de esa ruptura se encuentra en el orden de la confianza, de la fe, del credo social. Y esto le acontece al suelo existencial de la vida social, al menos a alguna de las capas que lo constituyen, pues se vuelve poco sólido y estable. Todavía no corresponde a la identidad de la nación ni a las ideas y valores de la democracia, ya bastante vapuleados durante décadas por innumerables desaciertos. Pero sí corresponde a las instituciones y a quienes las representan. Han perdido su calidad de representación tanto los dirigentes como las organizaciones que dicen expresar e interpretar ideas y valores relevantes para la sociedad. Esto los pone en tela de juicio y en peligro de extinción. Hoy las instituciones formales de la democracia están siendo escudriñadas por el pueblo. Y nada resiste esa mirada cuando está despojada de afecto y confianza, pues ella descubre todos los defectos y las estratagemas.

A veces, la crisis de confianza llega a la raíz misma del sistema social. Es cuando se cuestiona el sistema de creencias, normas e ideas que legitiman el orden social y jurídico, las formas de producción y distribución económica y los tipos de organización política y de concentración de poder. En Argentina, hoy, algo de esto está sucediendo. Se consideran injustas e intolerables algunas instituciones y sus ocupantes. Los gobiernos y sus mandatarios, la justicia y en especial la Corte Suprema, el Parlamento y sus clases políticas, y, finalmente, la capacidad de las fuerzas políticas tradicionales. No es poco. Pero tampoco

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indica que el edificio social se cae y se ingresa en la lucha "hobbesseana" de "todos contra todos". Por el contrario, la crisis de confianza se mueve en paralelo con la nueva confianza que expresa el despertar de originales formas de organizar las críticas y los rechazos, los reencuentros y las solidaridades, y los intercambios entre los "sí mismos" en una inédita otredad. El "nosotros-ellos" cambia de lugar y de ocupantes, mientras se vislumbra una transformación social radical.

La desconfianza es un contra-valor de máxima importancia. Por un lado, corroe las legitimidades de diversos conjuntos institucionales y de sus ocupantes. Pero, por otro lado, desacraliza y, en consecuencia, cuestiona las tradicionales construcciones normativas y ejecutivas de la política, la economía y la cultura. Y en este juego la sociedad no sólo destruye sino, también, construye novedosas formas de organización y de conducción sociales.

Luego, hay una crisis de confianza en el sistema económico, en el político y en las capas dirigentes que los encarnan. Esto revela hasta qué punto tiene importancia la instancia socio-psicológica que sostienen los miembros de una comunidad frente a los datos "duros" de la economía y del poder político. La confianza es un valor y no deja de estar en la base de la economía y de la política pues construye la legitimidad de sus transacciones, intercambios y aceptaciones. El rechazo que despierta la dirigencia económica y política es producto, entre otras cosas, de la desconfianza que despiertan sus actividades, su honradez y su retórica. La desconfianza rompe el sistema de representación tradicional de las dirigencias y de las organizaciones en diversos campos. De allí devienen estructuras y castas oligárquicas, parásitas, arrogantes y corruptas. De la misma manera, la confianza alimenta las nuevas formas de convivencia, organización y representación que la sociedad argentina está gestando en la base misma de la deformada pirámide social actual. e) Deuda social – poder

Realizar un análisis sociopolítico en Argentina, utilizando el punto de vista estratégico, exige establecer una división fundamental. Este corte de carácter analítico distingue dos planos superpuestos aunque mutuamente dependientes:

a) en uno de ellos se encuentran los innumerables sucesos y acontecimientos sociales,

económicos, políticos y culturales que ponen al país, día tras día, en estado de incertidumbre y caos generalizado, y que revelan, al mismo tiempo, una ruptura de tradiciones, de estados de la conciencia colectiva y de originales formas organizativas desconocidas hasta ahora. Y esto sucede pese a los esfuerzos y decisiones que se adoptan tanto desde el nivel gubernamental, legislativo y judicial, como desde el nivel de las organizaciones sociales establecidas con mayor o menor grado de credibilidad;

b) en el otro plano se asiste al problema del poder en la Argentina y a sus

interrelaciones regionales y mundiales; y especialmente, al proceso de construcción, disolución y reconstrucción del mismo.

La hipótesis que aquí se sostiene dice que el poder, en esta etapa de la vida del país, experimenta una bifurcación crucial, siempre y cuando se considere al poder no sólo como dominación sino también como creación y liberación (en una perspectiva teórica que tiene sus antecedentes principales, aunque no únicos, en M. Foucault y otros, y que se desarrolla en una serie de trabajos propios). El proceso de bifurcación del poder se refiere al momento en

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que el sistema social se quiebra en dos direcciones básicas (con todas sus derivaciones y subdivisiones) y ambas pugnan por prevalecer para determinar el curso y la orientación de los acontecimientos y el destino histórico de la sociedad. La bifurcación del poder, proceso del segundo plano, señala una diferenciación clave en la construcción del mismo. Y debe tenerse en cuenta que este proceso es básicamente subterráneo, y suele quedar oculto bajo una catarata de hechos, numerosos e impactantes, además sobredimensionados por la lógica comunicacional (que no excluye intereses e intenciones) de los medios gráficos, radiales y televisivos, entre otros. Pero no por subterráneo y oculto este proceso deja de ser una clave de la dinámica social y la cuestión primordial que una sociedad debe resolver para elegir un destino, especialmente en tiempos cruciales. Cada hecho social, de acuerdo con lo dicho, se desdobla en dos partes mientras construye el acontecimiento. En una, crea realidad; en otra, poder. Ambas son inescindibles pues no existen una sin la otra, pero aportan a distintos planos. En algunas circunstancias históricas, como es el caso de la Argentina actual, el plano del poder se bifurca y se quiebra al menos en dos direcciones. Aquí el sistema social "elige" hacia dónde se encamina. Y esto significa que, de manera conciente o inconsciente, los miembros de una comunidad realizan la historia de sus relaciones sociales ante opciones fundamentales. En la encrucijada argentina actual, de un lado se está destruyendo poder tradicional en medio de una hipercrisis galopante y se está tratando de reconstruirlo con escaso éxito. Del otro lado, en cambio, se está construyendo un nuevo poder de una calidad diferente. Los mismos acontecimientos proveen insumos, paradójicamente, para uno y otro lado, algunas veces sin saberlo y sin quererlo, pues tanto corroen como recuperan y tanto construyen como disipan poder. Lo nuevo que abre esta bifurcación del poder estriba en que una de las direcciones, la del nuevo poder, puede ocasionar la posibilidad de un salto cualitativo en el conjunto de las relaciones sociales, políticas, económicas y culturales, y en consecuencia, una transformación de las estructuras de poder, de las instituciones y de las dirigencias. Si esto no sucede, es decir, si se impone la otra dirección de la bifurcación, se producirán algunos cambios inevitables pero el sistema social seguirá reproduciendo el mismo ciclo hasta la siguiente crisis de ruptura y oportunidad. Todavía nada está consolidado. Todo está en estado caótico y el estado caótico genera tanto incertidumbre, zozobra y amenazas anárquicas cuanto oportunidades de lograr cambios y autoorganizaciones imposibles de alcanzar de otro modo. Se debe repetir, el estado caótico es un estado pre-revolucionario y, al mismo tiempo, destructivo. Y todo depende de lo que se haga y siembre. El deterioro general de todas las instancias sociales produjo, y produce, paradójicamente, enormes posibilidades de refundar la república. Pero nada está determinado de antemano.

La deuda social en el campo del poder se expresa hoy en Argentina en todo lo que le falta al nuevo poder para alcanzar dimensiones capaces de imprimir el cambio, la transformación y el curso de los acontecimientos; y también, en lo que el tradicional poder debe modificar, ceder y contribuir con aportes complementarios. Sin esto, no hay nuevo Estado, instituciones, dirigencias y organizaciones de bases capaces de reformular la Argentina.

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2. DEUDA SOCIAL Y DESARROLLO HUMANO 129

Los temas y problemas que se suelen incluir cuando se usa la expresión “deuda

social”, son esencialmente los mismos que se incorporan al concepto de “desarrollo humano”. En ambos casos está presente una dimensión ética habitualmente no incorporada salvo de manera indirecta o en todo caso no explícita al concepto de desarrollo económico en su acepción tradicional.

El concepto “desarrollo humano” es usado en el magisterio de l a Iglesia. En

Populorum Progressio n.6, (que corresponde a la Primera Parte del documento, cuyo título es, precisamente, “Por un desarrollo integral del hombre”), se dice: “Verse libres de la miseria, hallar con más seguridad la propia subsistencia, la salud, una ocupación estable; participar todavía más en las responsabilidades, fuera de toda opresión y al abrigo de situaciones que ofenden su dignidad de hombre; ser más instruidos; en una palabra, hacer, conocer y tener más para ser más: tal es la aspiración de los hombres de hoy, mientras que un gran número de ellos se ven condenados a vivir en condiciones que hacen ilusorio ese legítimo deseo.”

La expresión “hacer, tener y conocer más para ser más” del texto anterior, podría bien verse como un compendio de la trayectoria que, en el campo de la economía, va desde el concepto tradicional de desarrollo económico hasta el de desarrollo humano que ha cobrado vigencia a lo largo de la década pasada. En efecto, en la obra de los fundadores de la ciencia económica el tema del desarrollo (sin ese nombre) estuvo presente de una manera central. Luego, la mirada de largo plazo sobre lo que se solía llamar el progreso económico, quedó desplazada, cediendo su lugar al análisis estático relacionado con la teoría de la asignación de recursos, y sólo después de acontecimientos como la Gran Depresión y la Guerra Mundial la economía del desarrollo llegó a ocupar un lugar importante en la atención de economistas y políticos.

Si bien desde una etapa temprana se reconoció la dificultad de encontrar una definición del desarrollo económico que fuese enteramente satisfactoria, en los hechos ganó aceptación la idea de que el aumento a largo plazo del producto real por habitante es, por excelencia, la expresión y el indicador del desarrollo. A partir de allí el incremento del desarrollo así caracterizado se identifica con el aumento del bienestar (satisfacción en el sentido de la teoría de la utilidad).

Desde esta manera de concebir el desarrollo, el concepto adquiere una connotación prescriptiva además de descriptiva: el desarrollo es un proceso cuya causalidad se estudia y es también un objetivo al que debe apuntarse para acrecentar el bienestar de la población. Naturalmente, con la definición restringida del desarrollo se dejan de lado los aspectos distributivos, ya que es posible que el crecimiento de la economía coexista con una situación de desigualdad creciente, en virtud de la cual aumente la riqueza de los ricos y la pobreza de los pobres. Pero al advertirse que el bienestar económico (vinculado al acceso a los bienes económicos) es sólo una parte del bienestar social, el juicio de mejor o peor acerca de dos situaciones o estadios de desarrollo conforme al criterio de bienestar social exige recurrir a juicios de valor acerca de la composición del producto, la distribución del ingreso y los cambios de configuraciones sociales e institucionales involucrados en el crecimiento del producto. 129 Contribución del Dr.Felipe TAMI

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El problema fue advertido hace ya largo tiempo (hay ejemplos en la literatura de los años 70), y estuvo en el origen de las teorías del capital humano. Pero en esta concepción el llamado capital humano es considerado como un factor de producción y no como objetivo final del desarrollo. Se encuentran ejemplos de esta visión, entre otras fuentes, en algunos informes del Banco Mundial. Así, en el Informe sobre el Desarrollo Mundial 1991, se dice que “El desafío del desarrollo, en el sentido más amplio, es mejorar la calidad de vida. Especialmente en los países más pobres del mundo, una mejor calidad de vida requiere ingresos mayores pero entraña mucho más... Cualquier noción de progreso estrictamente económico debe, como mínimo, mirar más allá del crecimiento de los ingresos per capita, hacia la reducción de la pobreza y la mayor equidad, al progreso en la educación, la salud y la nutrición y la protección del medio ambiente” (p. 4).

Con la aparición de los informes anuales sobre el desarrollo humano, que desde 1990

prepara el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, y la abundante literatura suscitada en torno a ellos (que por cierto incluye posturas críticas), el tema del desarrollo humano adquiere un lugar protagónico en el campo económico-social, si bien no alcanza a modificar de manera significativa el pensamiento de la corriente dominante en la economía, donde todavía prevalece el paradigma neoclásico. El núcleo de la visión del desarrollo humano radica en definir el proceso de desarrollo como el conducente a “incrementar las capacidades de elección de las personas”. En el más reci ente de los informes del PNUD,130 además de insistirse en la idea de que el desarrollo es mucho más que el aumento del ingreso nacional, esto es el crecimiento económico, se precisa: “La gente es la real riqueza de las naciones. El desarrollo consiste, así, en la expansión de las opciones que las personas tienen para vivir vidas que valoricen. Y se refiere así mucho más que al crecimiento económico, que es solamente un medio si bien muy importante— para ensanchar las elecciones de la gente.” Para ello es fu ndamental construir las capacidades humanas el ámbito de las cosas que las personas “pueden hacer o ser en la vida”. A ello se agrega que “las capacidades más básicas para el desarrollo humano son vivir vidas largas y saludables, poseer conocimientos, tener acceso a los recursos necesarios para un estándar de vida decente y poder participar en la vida de la comunidad. Sin estos atributos muchas elecciones simplemente no están disponibles y muchas oportunidades en la vida permanecen inaccesibles.” (HDR 20 01, p. 9)

El enfoque del desarrollo humano tiene su sustento teórico en los aportes de Amartya Sen, para quien la libertad es el objetivo del desarrollo, ya que a través del ejercicio de la libertad se ponen en juego las capacidades. En palabras del propio Sen, “la capacidad de una persona se representa por el conjunto de los grupos de n realizaciones de entre los que la persona puede elegir cualquier grupo de n elementos. El ‘conjunto de capacidades’ representa, pues, la libertad real de elección que una persona tiene entre los modos de vida alternativos que puede llevar”. 131 Consiguientemente, el mismo autor expresa algo más adelante: “En la evaluación de la justicia basada en capacidades, las reivindicaciones individuales no se valoran en términos de los recursos o bienes primarios que poseen las distintas personas, sino en términos de las libertades de que realmente gozan para elegir entre los diferentes modos de vivir que pueden tener razones para valorar. Es esta libertad real la que representa la ‘capacidad’ de una persona para conseguir las varias combinaciones alternativas de realizaciones, esto es, de haceres y estares”. 132 130 Human Development Report 2001. 131 A.K.SEN, Bienestar, Justicia y Mercado, 112-113. 132 Idem, 113. “Haceres” y “estares” son la traducción “poco ortodoxa”, según dice el traductor de la obra citada, de doings and beings, para referirse por una parte a las cosas que uno consigue realizar, y por otra a las cualidades de su modo de vida, o sea el tipo de existencia que uno logra llevar. Cf. nota p.112.

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El concepto de desarrollo humano se presenta precisamente en función del fundamento teórico en que se apoya como diferente a las ya mencionadas teorías del capital humano en las que las personas son visualizadas como medios de producción. Asimismo, busca diferenciarse de los enfoques del bienestar en que se subraya el carácter de las personas como beneficiarios del desarrollo sin considerarlas en su dimensión de participantes en el proceso. Se trata de una concepción en la que se conjugan elementos procedentes de la economía y la filosofía dentro de una visión humanista, que ha aportado elementos innovadores a la manera de entender el desarrollo. Seguramente no marca un punto final en la indagación de un tema de suyo muy complejo,133 pero su valor es muy grande desde el punto de vista de su utilidad para el análisis de algunos problemas fundamentales. Desde nuestro punto de vista presente, el análisis de la deuda social como déficit de desarrollo humano proporciona una perspectiva potencialmente muy fértil.

Si un nivel adecuado de desarrollo humano así entendido marca un estado de bienestar

que satisfaga las exigencias éticas de la persona y de la sociedad anteriormente planteadas, la reflexión sobre la deuda social puede ser referida a las carencias existentes con respecto a ese nivel, reflejando la falta o insuficiencia de capacidades en el sentido ya indicado.

En el ámbito de las Naciones Unidas se ha planteado, a través de diversos pronunciamientos y documentos la idea de que los componentes del desarrollo humano en sus dimensiones económico-sociales, son identificables en su jerarquía con los derechos humanos, a los que comúnmente se vincula de manera preferente con los derechos civiles y políticos. En este sentido, el Informe sobre Desarrollo Humano 2001 afirma que: “... el Desarrollo Humano comparte una visión con los derechos humanos. La meta es la libertad humana. Y en la búsqueda de las capacidades y la realización de los derechos esta libertad es vital. El desarrollo humano y los derechos humanos se refuerzan recíprocamente, ayudando a asegurar el bienestar y la dignidad de todas las personas, construyendo el respeto a sí mismo y a los otros”. 134

En sintonía con esa concepción se habla de un “ derecho al desarrollo” que, referido al

desarrollo humano, implica el derecho al “... mejoramiento constante del bienestar de toda la población y de todos los individuos sobre la base de su participación activa, libre y significativa en el desarrollo y en la distribución justa de los beneficios que de él se derivan”. 135

En relación con los derechos económicos y sociales se plantean diversas objeciones y dificultades, tales como la identificación del sujeto de esos derechos; el nivel de obligatoriedad que ellos tienen; la necesidad de correspondencia entre derechos y obligaciones; la definición de quiénes son acreedores y quiénes deudores, etc. Así planteadas estas críticas, las cuestiones suscitadas aparecen como de índole especialmente jurídica, pero en sentido contrario, desde el campo de los derechos humanos se rechaza esta visión juridicista, afirmando que debe establecerse una diferenciación entre la cuestión de la realización efectiva de los derechos y la de su existencia misma. “No es necesario saltar de

133 De hecho se le han señalado limitaciones, como por ejemplo las que plantea y recoge D. GASPER en un estudio reciente –Is Sen’s Capability Approach an Adequate Basis for Considering Human Development?, febrero de 2002. 134 UNDP 2001, p. 9 135 Cf. Declaración de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el derecho al desarrollo, 4 de diciembre 1986

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lamentar la no realización de los derechos a negar la existencia o solidez de los derechos como tales”. 136

En otro orden de consideraciones están sujetos a discusión temas de índole más

técnica, tales como la operacionalización del concepto de desarrollo humano, los problemas vinculados a la construcción de los índices elaborados por el PNUD, la posibilidad y los alcances de las comparaciones interpersonales de bienestar, etc. 3. PENSAR EL MUNDO SOCIAL A partir de lo planteado en ECE acerca de la investigación en una Universidad Católica y respondiendo al objetivo propuesto al Departamento de Investigación consistente en abordar desde la perspectiva de una integración del saber la temática de “La Deuda Social Argentina”, intentaremos ahora plasmar algunas grandes líneas orientadoras en el desarrollo de un programa de investigación integral del mundo social.137

Según Labourdette, pensar el mundo social, y la sociedad argentina en particular, es una tarea que supone afrontar una serie de dificultades que deben tomarse en consideración. Especialmente si se pretende conformar un objeto de conocimiento que sea tanto explicativo como significativo. La primera dificultad estriba en la casi inconmensurable cantidad de elementos que componen dicho mundo. Luego, es necesario hacer una serie finita. Y esto implica recortes y precisiones de acuerdo con el grado y tipo de conocimiento que se desea lograr.

La segunda dificultad radica en una opción fundamental. Para conocer ese mundo es suficiente contar con un saber de carácter cotidiano, basado preferentemente en la experiencia, y en los discursos de los propios actores sociales. O confiar mucho más en un saber sistemático, disciplinar, probado y, en lo posible, legitimado por el estatus de la cientificidad. Ante esta opción, se puede presentar una alternativa epistemológica que consiste en conectar, cruzar y amalgamar ambas opciones en una síntesis superadora. Algunas alternativas llegan tan lejos como las que proponen Prigogine, Morin y Monod, entre otros, cuando postulan una “Nueva Alianza” entre las ciencias, las humanidades, el arte, la filosofía, la religión, los mitos y todas las formas y tradiciones de pensamiento que registra la historia de la humanidad.138 La tercera dificultad se refiere a fijar algunos límites ante el objeto de conocimiento perseguido. El concepto de sociedad es demasiado amplio y ambiguo y exige, en consecuencia, algunas precisiones. La Argentina, y en particular, la actual, impone precisar entre otras cosas, la extensión dentro de los límites temporales. La Argentina es una sociedad, como tantas otras, de “caos dominante”. 139 Y se diferencia de algunas pocas denominadas de “orden dominante” (o “caos dominado”). E sto implica el manejo de una dicotomía: caos-orden u orden-caos de manera dialéctica, contradictoria y complementaria, para designar ciertos estados que experimentan siempre las sociedades, más allá de los sistemas sociales, económicos y políticos que tengan. El estado hipercrítico actual de la sociedad argentina, 136 PNUD 1985, 26 137 Para ello seguiremos ahora las reflexiones del Dr.S. LABOURDETTE en relación con esta temática, en especial su informe Hacia un programa de investigación integral, de uso interno del DII. 138 I.PRIGOGINE , I.STENGERS, La Nueva Alianza, Madrid, Alianza, 1983; cf. MONOD, J. Chance and Necessity, Vintage Books, Nueva York, 1972 139 S.LABOURDETTE, Estrategia y Política, La Plata, Universidad Nacional de La Plata, 1999.

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tipificado por los Obispos como “deuda social”, implica una agudización de los estados caóticos en desmedro de sus estados ordenados, con todos los peligros que estos encierran pero, al mismo tiempo, con todas las posibilidades que la situación abre a cambios y transformaciones. 3.1. El estatus epistemológico Lograr un estatus epistemológico en los estudios sociales permite pensar la sociedad, la sociedad actual y la sociedad argentina actual, desde un encuadre teórico, disciplinar, multidisciplinar, interdisciplinar y transdisciplinar (que incluya los saberes de distintas tradiciones), capaz de descubrir las cruciales relaciones sociales que las sustentan.140 Alcanzar el estatus epistemológico en los estudios sociales dirigidos a encontrar los nexos principales del universo social en general y del argentino en particular, exige tomar una serie de decisiones de carácter teórico y estratégico. a) Nuevo Paradigma.141 Algunos epistemólogos sostienen la existencia de dos paradigmas para afrontar la profusión infinita de hechos y sucesos, tanto en el plano de la naturaleza como en el plano social. Se trata de los paradigmas de “simplificación” y, más recientemente, de “complejidad”. El primero es el c aracterístico de la historia del pensamiento científico moderno, desvinculado de la filosofía y la religión. Se basa en la reducción de los parámetros y de las variables al mínimo indispensable, de manera de conformar un objeto de conocimiento observable, medible, legal y predictible. Además, este paradigma sostiene que el lenguaje de la ciencia debe ser claro, sencillo, conciso y riguroso. La simplificación opera sin duda en esa dirección. No es casual la elección del lenguaje matemático como arquetípico del lenguaje científico. El segundo paradigma, en una línea opuesta, es el ya mencionado de “complejidad” y aunque tiene antecedentes en los orígenes de la ciencia moderna, se consolida en la etapa contemporánea. Tanto Morin como Prigogine desarrollan el criterio que la ciencia debe superar el antiguo paradigma simplificador y debe poner en su lugar el de la complejidad. En Morin, al menos, tenemos una concepción de la complejidad y algunas propuestas teóricas y metodológicas.142 El paradigma de simplificación, dice, se funda en las operaciones lógicas de reducción y disyunción. El de complejidad se apoya en los principios de distinción,

140Las ciencias sociales se caracterizan por disponer de un objeto de conocimiento particularmente complejo. Pero esto no ha tenido un abordaje teórico y metodológico consecuente. La gran selectividad de variables en la constitución de los problemas y de las hipótesis, deja tantas variables potenciales afuera, sin ningún control experimental, que nunca se sabe si los resultados obedecen al funcionamiento del grupo elegido o al del enorme conjunto abandonado. Y lo mismo sucede con los “grupos de control”. Los “hechos” y los “procesos” sociales son tan complejos y están tan “construidos” por las teorías o los propósitos del investigador, entresacados de una masa inabarcable de estímulos de la realidad social, que siempre es posible encontrar los “datos” necesarios para verificar o contrastar hipótesis. Excepto en algunos tipos de investigación, muy circunscriptos y con problemas muy acotados, donde los resultados finales pueden tener cierta validez, el resto de los innumerables problemas sociales significativos quedan librados a los designios del investigador, sin posibilidad de transferencia universal. 141 El concepto de Paradigma tiene varios desarrollos. Su base está en T. KUHN, La Estructura de las Revoluciones Científicas, México, F.C.E., 1962. Ver también, entre tantos: E. MORIN, “Paradigmatología”, en El Método, op. cit, v. IV, 92-218. 142 E. MORIN, Introducción al pensamiento complejo, Barcelona, Gedisa, 1994, 110.

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conjunción e implicación.143 En las demás obras de Morin, especialmente los hasta ahora cuatro volúmenes de “El Método”, se advierte esta preocupación fundamental por la constitución de una “paradigmatología de complejidad” que se haga cargo de estas cuestiones.144 En nuestro caso, proponemos una combinación interparadigmática: un nuevo paradigma de “simplificación compleja”, teniendo en cuenta que ambos procedimientos y concepciones, combinados, devuelven al objeto de conocimiento tanto sus ejes fundamentales como la riqueza de su constitución. b) Principio de selección La segunda decisión consiste en establecer un principio de selección que tenga en cuenta lo afirmado en la decisión anterior y la necesidad de avanzar en una visión de conjunto del objeto de conocimiento. Este tipo de principio pretende limpiar el campo profusamente invadido de categorías, conceptos y palabras-trampa145 que entorpecen una “idealización compleja y simplificada” de los problemas a afrontar. Este principio de selección se propone definir el conjunto más significativo de ejes temáticos a tener en cuenta para conocer la realidad social en las especificaciones requeridas.146 Es mediante nuestras elaboraciones y aprendizajes que aparecen los citados ejes constituyendo el núcleo principal de las búsquedas e interrogaciones sobre el funcionamiento de la sociedad. Estos ejes (cf.3.2), verdaderos centros conceptuales del campo de trabajo, expresan los puntos neurálgicos de la gran problemática social que se instala y desarrolla en cada etapa histórica. c) Selección Estratégica de Niveles

La tercera decisión se refiere a la importancia de establecer una selección estratégica de niveles por los que deben pasar los mencionados centros-ejes para estar en condiciones de formar parte del núcleo básico del estudio del mundo social. Se consideran al menos cuatro

143 Morin dice que hay tres principios fundamentales para pensar la complejidad: 1.el dialógico. Este principio asocia dos términos que son, a la vez, complementarios y antagónicos; 2.el de recursividad organizada. Es el proceso de “remolino” que se produce y reproduce en cada momento. Se es productor y producto, simultáneamente. El ejemplo paradigmático es la sociedad y el individuo. Cada uno hace al otro y es producido por el otro; 3. el hologramático. Este principio se refiere a que no sólo la parte está en el todo sino que, también, el todo está en la parte. Así se pretende superar tanto el reduccionismo que sólo atiende a la parte, como el holismo que se fija únicamente en el todo. 144 MORIN, o.c., p. 87-110. También en El Método, Madrid, Ed. Cátedra, vol IV, 216-256. 145 Cf. E.MORIN, Sociología, Madrid, Tecnos, 1995, 144. 146 Esto presupone una doble operación. Se puede hablar de “heurística negativa ” y “heurística positiva”. La negativa es la operación de pulverización sistemática en el material existente para lograr rescatar lo que nos interesa, sin dejar de reconocer que bajo otros encuadres hay mucho e interesante material informativo para seguir trabajando. Nada más lejos que una postura de todo o nada. Aquí se pretende abrir un original camino, con lo propio y con lo ajeno, y someterlo a la crítica y al escrutinio de todos y también, al efecto esclarecedor del tiempo, quizá el máximo decantador de los desvíos y errores. Siempre hay una operación “reduccionista” detrás de los enfoques, aún de aquellos que buscan el máximo nivel de totalización. Las ciencias tienen especialmente que recurrir al reduccionismo para poder manipular mejor las variables que interesan a los objetos de investigación. Toda operación reduccionista es conveniente y, al mismo tiempo, peligrosa. Pues debe sacrificar mucho material que puede ser valioso; más aún, imprescindible, si está oculto bajo mantos de densidad o de trivialidad manifiesta. Además, la selección de las variables significativas está condicionada por la teoría, la pre-teoría, los paradigmas, los usos y costumbres y el clima cultural e intelectual (modas inclusive) de un espacio-tiempo concreto. La heurística negativa abre paso a la heurística positiva. Aquí se concentra la atención no sólo en los restos del naufragio sino, y muy especialmente, en la elección de los ejes de mayor significación para la vida social.

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niveles como imprescindibles para calificar a los centros-ejes. Esos niveles, según Labourdette, son los siguientes:

1. epistémico 2. moral 3. social 4. estratégico-poder

Estos 4 niveles muestran una fuerte correspondencia con los que hemos señalado en

ECE (disiciplinar, ético, integración del saber, acción-servicio). Veamos ahora, desde el punto de vista de una investigación aplicada al mundo social, cómo se los entiende.

El nivel epistémico establece las condiciones indispensables para generar

conocimiento social, y en donde se tiene en cuenta las características distintivas del mundo social con respecto al mundo de la naturaleza, los requerimientos de la teoría social, las funciones de los paradigmas y las rigurosidades del método y de las investigaciones, más los aportes de las acciones y de las prácticas sociales. Corresponde a lo que señala ECE 15, a saber, la exigencia de examinar a fondo la realidad con los métodos propios de cada disciplina. Este nivel, decíamos, incluye tanto el momento teórico como empírico propio de cada disciplina.

El nivel moral permite, según Labourdette, superar las concepciones “cientificistas” y

avalorativas, cuya pretendida neutralidad no hace otra cosa que subestimar el objeto de conocimiento y someterlo a un estado neutro y parcializado. La valoración de lo moral restablece no sólo un compromiso ético y social con el objeto-sujeto de estudio sino, también, transforma la naturaleza del mundo social con el agregado de un estado esencial en su conformación. El Ser, Hacer, Tener y la Otredad son los capítulos imprescindibles, aunque no los únicos, a considerar en este nivel. Como puede verse, es grande la afinidad con los tres principios orientadores que señala ECE 18 (prioridad de lo ético sobre lo técnico, primacía de la persona humana sobre las cosas, superioridad del espíritu sobre la materia). Recordemos también el n.32, en el que se afirma que la investigación “se deberá orientar a estudiar en profundidad las raíces y las causas de los graves problemas de nuestro tiempo, prestando especial atención a sus dimensiones éticas y religiosas”.

El nivel social se refiere a la “socialización” de todas las disciplinas -interdisciplinas,

de los saberes comunes y de las prácticas sociales que aportan conocimiento a un mundo dinámico y cambiante. Las combinaciones de las teorías de los sistemas, de los sistemas alejados del equilibrio, y de los mundos de vida aportan un nivel de análisis de gran riqueza explicativa. Este nivel traduciría aquello que, en ECE 15, se denomina “integración del saber”, que le agrega al momento disciplinar correspondien te al nivel epistémico la exigencia de establecer un diálogo entre las diversas disciplinas con el fin de enriquecerse mutuamente. Este nivel es descripto más extensamente en el n.16, y uno de sus objetivos principales, como se señaló, es el de superar las deficiencias y problemas que genera la super-especialización disciplinar, por mencionar el más importante. Es aquí, según ECE, donde juegan un papel decisivo la filosofía y la teología.

El nivel estratégico-poder aporta, a juicio de Labourdette, el cruce de estas nociones

sobre la vida social y sobre los niveles respectivos, dando una serie de propuestas de otra manera no consideradas. Si bien tanto la estrategia como el poder recorren todos los andariveles del mundo social y se encuentran en todo conjunto de relaciones sociales, se

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considera importante darles un nivel específico pues constituyen su propio campo. Este nivel se relaciona con lo ya señalado como nivel de la acción, la cual, según ECE 49, consiste fundamentalmente en poner la investigación al servicio de las personas y de la sociedad. Además, este nivel asume lo afirmado en ECE 31: “gracias a los resultados de las investigaciones científicas que pone a disposición, la Universidad Católica podrá ayudar a la Iglesia a dar respuesta a los problemas y exigencias de cada época”.

Estos cuatro niveles se podrían configurar como una columna o una fila, de acuerdo

con el criterio de ordenamiento requerido, si se va de lo abstracto a lo concreto o de lo más general a lo más particular. Pero también merece destacarse que los cuatro niveles giran en un círculo virtuoso en cuanto interactúan constantemente entre sí. El cuadro siguiente lo expone:

3.2.Los ejes fundamentales De acuerdo con lo formulado al hablar del estatus epistemológico, y teniendo en consideración todos los soportes que brindan los puntos referidos a: 1) la confluencia paradigmática, 2) el uso de un principio de selección, y 3) la sistematización de niveles desde lo más abstracto hasta lo más activo estratégicamente, se está en condiciones de encarar la elaboración y encuadre de los ejes fundamentales de la vida social.147 A partir de todo lo dicho, abordar el nivel social implica, según Labourdette, hacerse cargo de todas sus complejidades y diferenciaciones y, al mismo tiempo, realizar una operación de encuadre y una selección de dimensiones y variables, que permitan centrar la cuestión en los problemas que se quiere investigar. Si enfocamos la cuestión social en 147 Para ello es necesario responder a un listado que ordena los requisitos que debe reunir ese conjunto. El listado es: 1. Cómo dar una visión de conjunto, sintética e inclusiva. 2. Cómo seleccionar las partes más significativas. 3. Cómo articular el conjunto de partes. 4. Cómo desarrollar la autonomía relativa de cada parte. 5. Cómo hacer interrelación activa entre partes y de partes con el todo. 6. Cómo ubicar los problemas en el juego de los ejes. 7. Cómo ubicar también los problemas en el eje correspondiente/s o en sus cercanías. 8. Cómo crear un sistema teórico abierto y en expansión. 9. Cómo desarrollar el sistema teórico por crecimiento, agregación, des-agregación, sustitución, anulación, continuamente. 10. Cómo someter a evaluación, prueba, crítica (y refutación) permanente todo avance.

Epis témico Moral/

Ética

S ocial/ Integración

Es tratégico/ Acción-S ervicio

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Argentina, el proceso de selección nos lleva a formular un modelo de análisis basado en tres ejes temáticos considerados primordialmente significativos desde el punto de vista teórico y desde la experiencia y la praxis de investigación. Los tres ejes fundamentales son:

1. Sociedad 2. Estado 3. Economía

Estos tres ejes implican un proceso de selección muy severo frente al poblado horizonte de categorías que podrían describir la vida social.148 Los tres ejes presentan, sin embargo, un alto grado de generalidad. Y esto implica que cada una de ellos abarca un campo amplio y heterogéneo de relaciones sociales. Es decir, cada uno encierra un vasto espacio de clases de relaciones sociales específicas. Asimismo, esas clases (diferentes de otras) contienen series variadas de acciones y actividades que demuestran una viva heterogeneidad. Esto permite seleccionar y circunscribir material valioso y, al mismo tiempo, preservar la riqueza variada que se produce dentro de cada circunscripción. Luego, cada eje temático presenta un universo específico de actividades sociales que tiene sus propios desarrollos, subdesarrollos, crisis, rupturas, saltos hacia delante y hacia atrás. Empero los citados ejes fundamentales no son compartimentos estancos. Ni siquiera presentan una lógica excluyente capaz de satisfacer ciertas exigencias epistemológicas de respeto por fronteras y límites celosamente guardados. Por el contrario, estos conceptos están en interrelación permanente y se solapan e invaden todo el tiempo. Sucede que selectivamente tratan de representar la vida social con todas sus superposiciones, cruces y arrastres. Y simultáneamente, expresan algunas diferenciaciones que vale la pena tomar en consideración, pese a las invasiones y anegamientos. Se da en ellos un juego de partes distintas que intercambian continuamente sus influencias y determinaciones. Y es un todo discurriendo en el tiempo con la dinámica específica de una interacción de partes que se conectan entre sí y con el conjunto que las contiene. Es un diálogo de todos con todos, interrelación continuada de partes y de todo, donde cada parte y todo conserva su identidad pero, al mismo tiempo, una identidad que es producto de esa interrelación. Es un juego de partes y de todo donde éste no sólo es más que la suma de aquellas sino donde cada parte encierra en sí misma el todo. Este planteo nos recuerda la serie de principios que formulara Morin para referirse al concepto de complejidad. A estos principios los denominó: dialógicos, reflexivos y hologramáticos. A juicio de Labourdette, estos principios representan no sólo la noción de complejidad sino también las ideas de multiplicidad teórica y paradigmática y de interdisciplinariedad-transdisciplinariedad. Asimismo, se corresponden con todos los posibles estados y procesos sociales que se suceden en la historia. El esquema social de tres ejes temáticos puede representarse del siguiente modo: 148 Esto no implica, de ninguna manera, que esos ejes se encuentren en buena forma y cumplan los requisitos para los que fueron creados, o que sean capaces de resolver situaciones como las de pobreza, que fueran generadas por sus propias incompetencias. Antes bien, esos centros-ejes pueden exhibir todos los signos de decadencia y el deterioro y, aún así, demostrar por sus efectos y sus impactos, la calidad de puntos neurálgicos del mundo social. Si algo caracteriza a la vida social es la compleja trama de sus relaciones sociales, instituciones, organizaciones, ideas y creencias, estrategias y acciones. Ese denso y complicado tejido social resulta inabarcable a toda aprehensión por más totalizadora que pretenda ser. Las disciplinas sociales, las humanidades, la filosofía, los credos, el arte y las ideologías, separadas o en originales combinaciones, acometen la tarea de explicar y/o comprender algún área o sector de esa realidad compleja o de formular un “punto de vista” que enfoque selectivamente aspectos considerados pr imordiales para ser conocidos, exaltados o transformados.

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Estos tres ejes y sus interrelaciones recíprocas constituyen el esquema que sirve de base para afrontar la multiplicidad de problemas, tanto teóricos como empíricos, que surgen de la densa y compleja trama de la vida social. Este cuadro general indica que hay una base firme interpretativa y una base firme social que sustentan los cursos históricos de los acontecimientos y procesos de la vida social, y señala, además, que cualquier problema, por urgente y específico que sea, debería tener en cuenta y debería insertarse en este cuadro general que le da mayor sentido y proporción. El esquema de tres ejes y sus interrelaciones recíprocas no es un esquema cerrado y autosuficiente. Es un cuadro abierto que admite, en consecuencia, la desagregación y la agregación de ejes e interconexiones que demuestren aumentar dicha capacidad y solidez teórica y heurística. Aplicado y en parte surgido de la vida y de la crisis argentina, el esquema revela que puede afrontar con solvencia los problemas, antiguos, reactualizados y nuevos, tanto en su estado actual como en su trayectoria histórica y en su proyección futura. El esquema, según el tema y el problema a analizar, altera sus jerarquías y sus articulaciones en su dinámica interna. Así es posible replantear los enfoques sobre la sociedad, el Estado y la economía, variando sus escalas de importancia y sus conexiones consecuentes y recíprocas. 4. LAS LÍNEAS METODOLÓGICAS Y SU ARTICULACIÓN CON LOS NIVELES Y EJES

El esfuerzo por pensar de un modo sistemático el mundo social argentino nos ha llevado a plantear hasta aquí, con Labourdette, la necesaria presencia de cuatro niveles epistemológicos (disciplinar, integración del saber, ético, estratégico/acción), los cuales deben recorrer los tres ejes temáticos fundamentales que pretenden abarcar el campo de la investigación (Sociedad, Estado, Economía). Como ya se ha dicho, estos tres grandes ejes no deben ser considerados como compartimentos estancos sino que están en interrelación permanente y se solapan e invaden todo el tiempo. De la combinación entre los niveles y los ejes podría emerger ya una fecunda matriz para abordar una investigación de la Deuda Social Argentina. Sin embargo y a partir ahora de la naturaleza de los objetos involucrados alrededor de la problemática de la Deuda Social consideramos necesario introducir un criterio metodológico que, combinado con los niveles y ejes, permite una aproximación más

S ociedad E stado

E conomía

S ociedad E stado

E conomía

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adecuada a los temas interdisciplinares de estudio que exige el desarrollo de un programa de investigación integral del mundo social.

Este criterio, que denominamos líneas metodológicas, corresponde a la organicidad profunda que, a modo de movimiento, articula diferentes unidades de análisis, todas ellas inseparables de la investigación de la DSA, considerada desde la perspectiva abarcadora del Desarrollo Humano: a) la línea Sistema, donde se enfoca el carácter tanto estructurante como estructurado de las condiciones macro y micro sociales que dan coherencia y unidad al orden social de la Deuda y a sus cambios de forma (un orden dinámico, de naturaleza no subjetiva ni normativa, aunque encadenado al resultado de prácticas institucionales y subjetivas), b) la línea Institucional, que aborda el objeto de estudio desde las mediaciones conducentes que bajo la forma de instituciones y agencias organizan, sirven de soporte, articulan y dinamizan las relaciones interpersonales y el orden social bajo un determinado contexto sistémico y campo producido/producente de representaciones interpersonales, y c) la línea Sujeto, que incluye el estudio del campo intersubjetivo y simbólico que está involucrado en la producción de subjetividad, en la construcción de identidad/alteridad y en la definición colectiva de valores, creencias y verdades culturales.

Estas líneas, constituyen tres unidades de análisis cuya especificidad se encuentra suficientemente aceptada por el desarrollo epistemológico y la práctica de la investigación en ciencias humanas. Por otra parte, cabe aclarar, este criterio sólo pretende ayudar a distinguir y conjugar diferentes objetos y niveles metodológicos de investigación involucrados en una cuestión que se reconoce como compleja y multidimensional. De esta manera, en un sentido concreto, la DSA puede ser mejor descifrada a partir de temas de investigación que permitan conectar en forma horizontal la actual situación de crisis del sistema político-económico-social, la dinámica del orden socio-institucional y el proceso de configuración de subjetividad y de nuevos valores culturales que está teniendo lugar bajo este entramado. Por lo tanto, cada proyecto de investigación de la DSA desarrollado en el Departamento de Investigación deberá cumplir cuatro exigencias fundamentales:

1. Abarcar los tres ejes temáticos fundamentales. 2. Recorrer las tres líneas metodológicas. 3. Incorporar los cuatro niveles epistemológicos. 4. Promover el diálogo entre ciencias, filosofía y teología.149

El siguiente dibujo muestra la combinación de ejes temáticos, líneas metodológicas y niveles epistemológicos, a la vez que presenta el movimiento específico de la filosofía y la teología.

149 La presencia de la filosofía y la teología en los proyectos de investigación responde a las exigencias planteadas por ECE. Habiendo ya desarrollado este tema en el capítulo I, conviene aquí señalar el carácter metodológico de dicha presencia. Sin abandonar su rango disciplinar, la filosofía y la teología no deberán abordar un capítulo o tema particular dentro de la investigación, sino que su función será fundamentalmente dialógica, escuchando transversalmente a los investigadores para: a) ayudar a recorrer los 4 niveles epistemológicos, b) facilitar la integración del saber, c) abrir a las disciplinas a la cuestión del sentido y d) enriquecer su propia reflexión.

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* * *

NivelesEpis temológicos

dis ciplinar

integracióndel s aber

ético

estratégico-acción

E jesT emáticos

S ociedad E stado Economía

S istema

Ins tituciones

S ujeto

LíneasMetodológicas

NivelesEpis temológicos

dis ciplinar

integracióndel s aber

ético

estratégico-acción

E jesT emáticos

S ociedad E stado Economía

S istema

Ins tituciones

S ujeto

LíneasMetodológicas

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CAPÍTULO IV LA INVESTIGACIÓN INTERDISCIPLINAR DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA EN EL

DEPARTAMENTO DE INVESTIGACIÓN INSTITUCIONAL

En el trabajo interdisciplinar, del que tanto se habla hoy en día, no se trata tanto de confrontar a las disciplinas que ya existen (ninguna de las cuales, de hecho, desea perder su lugar). Para hacer algo interdisciplinar no es suficiente elegir un “ tema” y reunir en torno al mísmo a dos o más ciencias. La interdisciplinariedad consiste en crear un nuevo objeto que no pertenece a ninguna.

ROLAND BARTHES ("Jeunes Chercheurs")

1. ENCUADRE TEÓRICO-METODOLÓGICO

La investigación interdisciplinar de la Deuda Social plantea como estrategia central el estudio científico y humanista, teórico y empírico, de ejes temáticos interrelacionados, que reúnen un conjunto de situaciones-problemas estrechamente vinculadas entre sí y si bien no agotan la cuestión social, permiten captar aspectos nucleares y relevantes de la crisis actual.

No se propone ser una investigación exhaustiva ni especializada en sus aproximaciones al conocimiento de los problemas sociales actuales. Muy lejos de ello, retoma la idea fuerza de que estudios de esta naturaleza requieren un encuadre teórico-metodológico disciplinar, interdisciplinar y transdisciplinar (que incluya los saberes de distintas tradiciones), capaz de reconocer y descubrir las cruciales relaciones y nexos que operan y sustentan la dinámica social.

Este encuadre sugiere además introducir el paradigma de la “simplificación

compleja”, capaz de permitir el conocimiento objetivo no exacto, pero sí probable de un mundo complejo y dinámico, alejado del equilibrio, cargado de significados y modos de vida, aplicando las reglas de la reducción y la disyunción científica junto a los principios de la distinción, la conjunción y la implicación.

Para ello el criterio de selección y la integración de niveles han operado tomando en

cuenta antecedentes, tradiciones y experiencias en materia de estudios sobre graves problemas contemporáneos de los que nuestra sociedad (además de los propios) no está excluida, pero quedando dichos criterios reubicados, ampliados o redefinidos a partir de la necesaria revisión crítica que introduce, por una parte, la estrategia de una “integración de saberes” y por otra, las propias, nuevas y crecientes demandas sociales que definen hoy la agenda pública y marcan un campo estratégico de intervención del conocimiento. Todo ello, reconociendo las exigencias científicas y morales que plantea la producción de conocimiento social. 2. LA PROPUESTA 2003-2005

Asumidos por los tres Ejes fundamentales del Programa de la Deuda Social (Sociedad, Estado, Economía) en tanto esquemas heurísticos estructurados-estructurantes, solapados y en interrelación, selectivos de temas y problemas, pero de ninguna manera fronterizos ni excluyentes entre sí se presentan las principales Líneas de investigación que se propone desarrollar el Departamento de Investigación Institucional para el período 2003-2005 en el marco del Programa de la Deuda Social en la Argentina.

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Para delimitarlas se ha tomado en cuenta el actual nivel de integración del saber resultante

de los avances de conocimiento que sobre la situación de crisis de nuestra sociedad se logró en la etapa inicial del Plan de trabajo (2001/2002), cuyos resultados generales pueden sintetizarse en los siguientes términos:

(I) Toma de conocimiento de modo multidisciplinar de los alcances y las condiciones de

existencia de un conjunto de fenómenos sociales complejos constitutivos de la definición primaria de Deuda Social, a saber: a) la Pobreza y la Distribución Desigual de Bienes y Capacidades, b) la Crisis del Estado, la Política y el Orden Moral Público y c) la Fragmentación de la Estructura Social del Trabajo, el Desempleo Persistente y sus efectos sobre la Subjetividad.

(II) Toma de conciencia y reconocimiento conceptual del carácter complejo y del valor epistemológico, ético, social y estratégico del objeto de conocimiento interdisciplinar al que obliga el estudio integrado de la Cuestión Social: el orden sistémico, institucional y subjetivo del orden “caótico” que genera, reproduce y perpetúa un estado de Deuda Social y malestar general en la sociedad argentina.

(III) Finalmente, elaboración de una primera generación de propuestas en el campo del diseño de programas, políticas y acciones públicas, económicas y sociales que se aprecian como razonablemente consistentes para iniciar procesos de reversión de las tendencias críticas observadas.

Sobre tales bases, la estrategia de definición y selección utilizada para definir las nuevas Líneas de Investigación, trata de responder a todos los puntos expresados en esta reflexión, procurando:

a) La elaboración de conocimiento teórico, metodológico y empírico de carácter interdisciplinar/transdisciplinar sobre la naturaleza, características y perspectivas de la problemática compleja de la Deuda Social en nuestro país.

b) La profundización de propuestas orientadoras de procesos de transformación integrativos, capaces de servir como aportes reales y efectivos a la superación del “caos dominante”, expresado en los graves déficit de bien común que afectan en forma significativa a la sociedad de nuestro tiempo.

En este marco de acumulación de saber y de más conciente formulación de los desafíos que debe enfrentar la investigación de un problema complejo como es la Deuda Social, se ha logrado avanzar en la definición de la estructura teórico-metodológica que da sentido y justifica el recorte de los temas de investigación interdisciplinar que se propone el Plan de trabajo 2003-2005 del Instituto de Investigación Institucional:

Por una parte, se han definido como Líneas de Investigación tres unidades de análisis cuya especificidad es reconocible y se encuentra suficientemente aceptada por el desarrollo epistemológico y la práctica de la investigación en ciencias humanas. Nos referimos a las líneas explicitadas en el apartado anterior y que se definen aquí bajo los términos: a) Orden Sistémico; b) Acción Institucional; y c) Mundo del Sujeto.

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Por otra parte, se han definido como Campos temáticos de Investigación cuatro estados dinámicos constitutivos del orden social: 1) temas que abordan la producción y funciones de la Deuda Social; 2) temas que abordan la reproducción / expansión / descomposición de la Deuda Social; 3) temas que abordan cuestiones vinculadas a desajustes y nuevo emergentes no regulados de la Deuda Social; y 4) temas que remiten a escenarios posibles y alternativas de la Deuda Social. 3. CAMPOS TEMÁTICOS Y PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN

Los Campos Temáticos de Investigación que han sido definidos para el Programa de la Deuda Social constituyen cuatro estructuras problemáticas invariantes, propias de todo orden social complejo y dinámico, cualquiera sea el nivel sistémico, institucional o subjetivo a través del cual se aborde el problema objeto de investigación.

1) Estructuras-Estructurantes: convoca a definir problemas que permitan reconocer y descifrar un conjunto relevante de procesos y condiciones sistémicas, institucionales y subjetivas estructurantes del actual orden social, así como de las estructuras funcionales de generación de Deuda Social (génesis / funcionamiento / alcances de la DSA);

2) Estructuras-Estructuradas: convoca a abordar problemas relacionados con la organización conflictiva y fragmentada que adopta el orden social en términos de las condiciones –objetivas y subjetivas, macro y micro sociales- de producción, intercambio y reproducción del mismo, sus mecanismos de dominación y regulación, los valores morales y las condiciones culturales que lo sostienen y el tipo de sujeto que lo hace posible (reproducción / expansión / legitimación de la Deuda Social).

3) Intercambios, Oportunidades y Desequilibrios: convoca a plantear temas relevantes sobre los procesos de adaptación, intercambio y conflicto que ocurren bajo el orden social de la Deuda, en tanto constitutivos de nuevas condiciones de alteridad, desequilibrio, de disfunciones estructurales y de potencial cambio del orden existente (desajustes y nuevo emergentes no regulados de la Deuda Social).

4) Posibles Escenarios en Transformación: convoca a evaluar las estructuras, procesos y tendencias que de manera articulada –y recogiendo los aportes anteriores- permiten definir las alternativas probables que puede enfrentar un orden social colapsado o en crisis bajo un escenario histórico concreto (escenarios posibles y alternativas frente a la crisis de la Deuda Social). En lo fundamental, es este un campo temático que obliga a estudiar las condiciones y procesos que hacen posible la transformación y redefinición del orden social.

La estructura de campos temáticos (4) orienta y permite elaborar una primera definición temática del programa de investigación de la Deuda Social (2003-2005), el cual contendría 8 (ocho) proyectos (2 proyectos por campo temático). A su vez, cada proyecto abarca 3 subproyectos, correspondientes a las tres líneas metodológicas mencionadas (Sistema, Institución y Sujeto).

Cabe señalar que a pesar de la consistencia teórico-metodológica de esta estructura, los contenidos temáticos definidos resultan todavía en buena medida “inestables” en un doble sentido: a) Inestables debido al necesario proceso de maduración conceptual y práctico que requieren las definiciones formuladas (incluyendo por ello exámenes de pertinencia, oportunidad y capacidades); y b) Inestables debido a su estrecha vinculación de los temas con el tiempo histórico, el cual por su dinamismo y creatividad puede alterar la importancia de los recortes de conocimientos puestos en juego.

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A continuación se presentan los proyectos de investigación asociados a los campos temáticos definidos:

A- Proyectos del Campo de las Estructuras-Estructurantes:

Proyecto 1: Crisis de los Modelos de Desarrollo y Efectos de Malestar de la Deuda Social. Factores estructurantes, actores e instituciones en juego, funciones y alcances del desorden.

Subproyecto a) Crisis de las Funciones, Normas y Signos de Desarrollo. Causas y síntomas del deterioro de las capacidades estructurales de generación del Bien Común. Una mirada del funcionamiento del Estado, la Sociedad Civil y el Mercado en un escenario global.

Subproyecto b) Crisis Socio-Institucional de las Funciones y Normas de Bienestar (Empleo, Educación, Justicia, Salud y Seguridad Social). Deterioro de las condiciones institucionales de producción de oportunidades y capacidades. El papel de los Grupos Económicos, las Corporaciones, la Clase Política, las Mafias, los Grupos Profesionales y la Ciudadanía.

Subproyecto c) Descomposición, Anomia y Fragmentación del Orden Moral Público. Ruptura de contratos, incertidumbre y deterioro de las condiciones morales de producción de bien común. La construcción micro-social del abuso de poder, el fraude, la falta de justicia y la crisis general de confianza.

Proyecto 2: El Proceso de Construcción de la Deuda Social Argentina. Condiciones, génesis, funciones y efectos de poder o acumulación, desintegración y desafiliación social.

Subproyecto a) Puesta en Escena de la Segmentación del Sistema Social. Sociedad Moderna - Sociedad Informal. Condiciones, génesis, funciones y efectos de desintegración y exclusión social. Impacto sobre los principios de justicia, igualdad de oportunidades y libertad en orden interno.

Subproyecto b) 2 Una Sociedad Auto-Agredida: Miserias del Orden Institucional. Uso y abuso e institucionalización de reglas de intercambio fraudulentas y no solidarias por parte de empresas, partidos, iglesias, sociedad civil, vecinos y familias frente a la crisis y el desorden dominante.

Subproyecto c) Una Subjetividad Sometida: Procesos de Discriminación e Inhabilitación. El desorden público del Estado, la Sociedad Civil y los Mercados y sus efectos de producción de subjetividad en el campo de las capacidades de libertad y de generación de bienestar y cooperación.

B- Proyectos del Campo de las Estructuras-Estructuradas:

Proyecto 3: El Orden Caótico de la Deuda Social Argentina. Acumulación, relaciones de poder, reglas de intercambio y reproducción de la estructura social y crisis de las reservas morales.

Subproyecto a) Las Leyes del Progreso Social bajo el Caos Dominante. Poderes internacionales, acumulación económica, relaciones de poder, corrupción y concentración / desvalorización perversa de capitales materiales y simbólicos.

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Subproyecto b) Distribución Desigual de Ingresos, Oportunidades y Capital Humano. La estructura social de la desigualdad. Reproducción intergeneracional de la frustración, la pobreza y la impotencia. Efectos de injusticia, expropiación, violencia, delincuencia, marginalidad y abuso de la confianza social.

Subproyecto c) Crisis en las Reglas de Convivencia y Vaciamiento de “Reservas Morales”. Encadenamientos micro-sociales y mecanismos inter-subjetivos de reproducción de la anomia social, el fraude, la intolerancia, la violencia y los comportamientos delictivos.

Proyecto 4: Subdesarrollo y Desintegración Nacional. Fragmentación de desarrollo económico y político regional, descentralización perversa y crisis de identidades culturales.

Subproyecto a) El Subdesarrollo Socio-Político y Económico Regional. Límites a la Integración Nacional. Diferenciales Regionales. Factores económicos, sociales, demográficos, políticos y culturales de orden general y subnacional.

Subproyecto b) Descentralización Perversa de Capacidades y Reglas Institucionales. La distribución real de deberes, obligaciones y recursos fiscales entre la Nación, las Provincias, los Municipios, las Agencias Públicas y los Actores Locales. Ausencia funcional de idearios, poderes y representaciones federales.

Subproyecto c) Derrumbe del ideario de “Nacionalidad” y Debilidades Culturales. Nuevos parámetros de socialización y metamorfosis de los esquemas de identidad. Ausencia, pérdida o fracaso de un ideario nacional y de proyectos de desarrollo y participación en los espacios locales. Conflictos inter-culturales, discriminación y disputas étnico-religiosos. Factores intervinientes.

C- Proyectos del Campo de los Intercambios, las Oportunidades y los Desequilibrios:

Proyecto 5: Desajustes Sociales por Sobre-Adaptación e Inadaptación. Redes de intercambio alternativos, disfunciones estructurales y nuevos emergentes de la Deuda Social.

Subproyecto a) Las Economías Alternativas en un Contexto de Necesidad. Sus relaciones con el resto del Sistema económico-social.. Su relación con el Estado y del Mercado. ¿Reproducción de la Segmentación o un Nuevo Modelo de Sociedad?

Subproyecto b) Emergentes Sociales: Nuevas Agencias y Actores bajo Viejas Reglas. Génesis, organización, normas y funciones de los movimientos y actores locales. Capacidades de cambio en las relaciones de género, generación, etnia y religión. Rupturas, anclajes y nuevas posibilidades.

Subproyecto c) Entropía, Adaptación y Creatividad en la Construcción de Conciencia. Efectos sociales de rebelión, subordinación o diálogo. Ajustes y desajustes en la construcción de una subjetividad abierta y solidaria a partir de la movilización de reclamos y demandas sociales. Impulsos a la dramatización de la subordinación, la rebelión y el diálogo.

Proyecto 6: Polivalencia, Desacuerdos y Conflictividad Social en los Discursos sobre la Cuestión Social. Definición de la agenda pública, opinión pública y desórdenes relacionales.

Subproyecto a) La Construcción Dinámica de la Agenda Social. Discursos de Saber y Poder. Estructuras, poderes e intereses en juego en el contexto de crisis. Las reglas de la información y la generación de políticas.

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Subproyecto b) El Escenario Perverso del Mundo de la Comunicación Social. Los medios de comunicación y los grupos económico-profesionales. Poderes en competencia, impacto social y nuevos actores. Nuevas formas de expresión, intercambio y comunicación de masas. Cultura alternativa, virus y actos de subversión cultural.

Subproyecto c) Escenarios de Conflicto y Nuevas Capacidades al Interior del Sujeto. Nuevas configuraciones subjetivas y desordenes relacionales: situaciones de riesgo, amenaza u oportunidad? Encadenamientos conocidos, rupturas y nuevas vinculaciones individuo-familia-vida social.

D- Proyectos del Campo de los Escenarios de Transformación:

Proyecto 7: Necesidad de Cambios en las Condiciones Estructurales y las Políticas de Desarrollo Humano. Reformas necesarias, nuevas instituciones y cambios en la subjetividad.

Subproyecto a) Hacia una Refundación de las Capacidades de Bien Común. Escenarios Alternativos de Crisis y Superación de la Deuda Social. Bases Económicas, Sociales, Políticas y Culturales para una nueva generación de reformas estructurales y nuevo modelo de desarrollo.

Subproyecto b) Necesidad de Nuevas Instituciones para la Construcción de Bien Común. Estudios y evaluación comparada de reformas posibles. Bases de consenso y de transformación institucional. Dimensiones privadas y públicas de la acción social necesaria para un “juego cooperativo”.

Subproyecto c) Reglas Posibles y Disposiciones Subjetivas Necesarias para el Bien Común. Experiencias económicas y comunitarias alternativas. Proyectos y estrategias. Nuevas reglas de responsabilidad, confianza, intercambio y solidaridad. Limitaciones y capacidades que presentan dichas experiencias.

Proyecto 8: Hacia una Sociedad Abierta al Desarrollo, con Justicia Distributiva y Nuevos Ciudadanos. La Argentina en el mundo, nuevas reglas sociales y nuevos ciudadanos,

Subproyecto a) Hacia una Sociedad-Economía-Estado Abiertos al Mundo. Intereses Nacionales y Regionales (MERCOSUR Y ALCA) en un orden globalizado y fragmentado. El campo de oportunidades y de limitaciones. Escenarios Alternativos (situaciones con directa consecuencia sobre las posibilidades de desarrollo humano).

Subproyecto b) Necesidad de Nuevas Bases Jurídicas y Morales para la Re-Construcción Ciudadana. Agentes y ciudadanos abiertos al mundo pero socialmente integrados, solidarios y con identidad cultural. El rol de la Sociedad Civil. Los compromisos con el otro y con el mundo. La responsabilidad sobre el patrimonio universal.

Subproyecto c) Identidades Posibles y Recursos Sociales Necesarias para el Bien Común. Experiencias políticas y comunitarias alternativas. Proyectos y estrategias. Del ciudadano local al ciudadano global con identidad local y nacional. Limitaciones y capacidades que presentan dichas experiencias.

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Tema / Línea Investigación

1 SISTEMA 2 INSTITUCIÓN 3 SUJETO

1 Crisis de las Funciones, Normas y Signos de Desarrollo. Causas y síntomas del deterioro de las capacidades estructurales de generación del Bien Común. Una mirada del funcionamiento del Estado, la Sociedad Civil y el Mercado en un escenario global.

1 Crisis Socio-Institucional de las Funciones y Normas de Bienestar (Empleo, Educación, Justicia, Salud y Seguridad Social). Deterioro de las condiciones institucionales de producción de oportunidades y capacidades. El papel de los Grupos Económicos, las Corporaciones, la Clase Política, las Mafias, los Grupos Profesionales y la Ciudadanía.

1 Descomposición, Anomia y Fragmentación del Orden Moral Público. Ruptura de contratos, incertidumbre y deterioro de las condiciones morales de producción de bien común. La construcción micro-social del abuso de poder, el fraude, la falta de justicia y la crisis general de confianza.

Procesos Estructurantes de

la Deuda Social (producción y

funciones)

2 Puesta en Escena de la Segmentación del Sistema Social. Sociedad Moderna - Sociedad Informal. Condiciones, génesis, funciones y efectos de desintegración y exclusión social. Impacto sobre los principios de justicia, igualdad de oportunidades y libertad en orden interno.

2 Una Sociedad Auto-Agredida: Miserias del Orden Institucional. Uso y abuso e institucionalización de reglas de intercambio fraudulentas y no solidarias por parte de empresas, partidos, iglesias, sociedad civil, vecinos y familias frente a la crisis y el desorden dominante.

2 Una Subjetividad Sometida: Procesos de Discriminación e Inhabilitación. El desorden público del Estado, la Sociedad Civil y los Mercados y sus efectos de producción de subjetividad en el campo de las capacidades de libertad y de generación de bienestar y cooperación.

3 Las Leyes del Progreso Social bajo el Caos Dominante. Poderes internacionales, acumulación económica, relaciones de poder, corrupción y concentración / desvalorización perversa de capitales materiales y simbólicos.

3 Distribución Desigual de Ingresos, Oportunidades y Capital Humano. La estructura social de la desigualdad. Reproducción intergeneracional de la frustración, la pobreza y la impotencia. Efectos de injusticia, expropiación, violencia, delincuencia, marginalidad y abuso de la confianza social.

3 Crisis en las Reglas de Convivencia y Vaciamiento de “Reservas Morales” . Encadenamientos micro-sociales y mecanismos inter-subjetivos de reproducción de la anomia social, el fraude, la intolerancia, la violencia y los comportamientos delictivos.

Estructura de la

Deuda Social (organización y reproducción)

4 El Subdesarrollo Socio-Político y Económico Regional. Límites a la Integración Nacional. Diferenciales Regionales. Factores económicos, sociales, demográficos, políticos y culturales de orden general y subnacional.

4 Descentralización Perversa de Capacidades y Reglas Institucionales. La distribución real de deberes, obligaciones y recursos fiscales entre la Nación, las Provincias, los Municipios, las Agencias Públicas y los Actores Locales. Ausencia funcional de idearios, poderes y representaciones federales.

4 Derrumbe del ideario de “Nacionalidad” y Debilidades en la Identidad Cultural. Nuevos parámetros de socialización y metamorfosis de los esquemas de identidad. Ausencia, pérdida o fracaso de un ideario nacional y de proyectos de desarrollo y participación en los espacios locales. Conflictos inter-culturales, discriminación y disputas étnico-religiosos.Factores intervinientes.

5 Las Economías Alternativas en un Contexto de Necesidad. Sus relaciones con el resto del Sistema económico-social.. Su relación con el Estado y del Mercado. ¿Reproducción de la Segmentación o un Nuevo Modelo de Sociedad?

5 Emergentes Sociales: Nuevas Agencias y Actores bajo Viejas Reglas. Génesis, organización, normas y funciones de los movimientos y actores locales. Capacidades de cambio en las relaciones de género, generación, etnia y religión. Rupturas, anclajes y nuevas posibilidades.

5 Entropía, Adaptación y Creatividad en la Construcción de Conciencia. Efectos sociales de rebelión, subordinación o diálogo. Ajustes y desajustes en la construcción de una subjetividad abierta y solidaria a partir de la movilización de reclamos y demandas sociales. Impulsos a la dramatización de la subordinación, la rebelión y el diálogo.

Intercambios y Desequilibrios de la Deuda Social

(desajustes y nuevos

emergentes)

6 La Construcción Dinámica de los Temas de la Agenda Pública. Estructuras, poderes e intereses en juego en el contexto de crisis. Las reglas de la información y la generación de políticas.

6 El Escenario Perverso e Inestable de la In-Comunicación Social. Los medios de comunicación y los grupos económico-profesionales. Poderes en competencia, impacto social y nuevos actores. Nuevas formas de expresión, intercambio y comunicación de masas. Cultura alternativa, virus y actos de subversión cultural.

6 Nuevos Escenarios de Conflicto y Capacidades al Interior del Sujeto. Nuevas configuraciones subjetivas y desordenes relacionales: situaciones de riesgo, amenaza u oportunidad? Encadenamientos conocidos, rupturas y nuevas vinculaciones individuo-familia-vida social.

7 Hacia una Refundación de las Capacidades de Bien Común. Escenarios Alternativos de Crisis y Superación de la Deuda Social. Bases Económicas, Sociales, Políticas y Culturales para una nueva generación de reformas estructurales y nuevo modelo de desarrollo.

7 Necesidad de Nuevas Instituciones para la Construcción de Bien Común. Estudios y evaluación comparada de reformas posibles. Ejemplos socio-institucionales. Bases de consenso y de transformación institucional. Dimensiones privadas y públicas de la acción social necesaria para un “juego cooperativo”.

7 Reglas Posibles y Disposiciones Subjetivas Necesarias para el Bien Común. Experiencias económicas y comunitarias alternativas. Proyectos y estrategias. Nuevas reglas de responsabilidad, confianza, intercambio y solidaridad. Limitaciones y capacidades que presentan dichas experiencias.

La Creación del Bien Común

(Escenarios en Transformación)

8 Hacia una Sociedad-Economía-Estado Abiertos al Mundo. Intereses Nacionales y Regionales (MERCOSUR Y ALCA) en un orden globalizado y fragmentado. El campo de oportunidades y de limitaciones. Escenarios Alternativos.

8 Necesidad de Nuevas Bases Jurídicas y Morales para la Re-Construcción Ciudadana. Agentes y ciudadanos abiertos al mundo pero socialmente integrados, solidarios y con identidad cultural. El rol de la Sociedad Civil. Los compromisos con el otro y con el mundo. La responsabilidad sobre el patrimonio universal.

8 Identidades Posibles y Recursos Sociales Necesarias para el Bien Común. Experiencias políticas y comunitarias alternativas. Proyectos y estrategias. Del ciudadano local al ciudadano global con identidad local y nacional. Limitaciones y capacidades que presentan dichas experiencias.

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SENSORES DE LA DEUDA SOCIAL

(Diagnóstico, Monitoreo y Prevención)

Reconocimiento de la población sobre la producción de bien común / deuda social en el orden económico, político y socio-cultural.

Evaluación de Desempeño y Funciones Institucionales (Estado / Agencias Agentes, actores y cargos políticas.). Clima de certidumbre, credibilidad y confianza.

Representaciones subjetivas sobre las capacidades de cambio y relaciones solidarias. Ruptura y autorganización de los vínculos sociales. La responsabilidad individual en el contexto de Deuda Social.

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INDICE PRESENTACION 1 CAPÍTULO I LA INVESTIGACIÓN EN EX CORDE ECCLESIAE 3

Introducción. 3

1. Importancia, Identidad y Misión de la Universidad católica. 3 1. 1. La importancia de la Universidad Católica en el marco del diálogo de la Iglesia con la cultura. 3 1.2. Identidad de la Universidad Católica: naturaleza y objetivos. 5 1.3. Misión de servicio de la Universidad Católica. 6

2. La investigación en la Universidad Católica: sus notas propias. 7

3. Hacia un modelo de investigación en la Universidad Católica 8 CAPÍTULO II INVESTIGACIÓN, INTEGRACIÓN DEL SABER E INTERDISCIPLINARIEDAD. 12

Introducción 12

1. La multidisciplinariedad 13

2. La Interdisciplinariedad 14 2.1. Importancia y necesidad de la interdisciplinariedad. 14 2.2. La Interdisciplinariedad: Terminología y definiciones. 17 2.3. La experiencia interdisciplinar en la investigación. 23 2.4. Los criterios de la interdisciplinariedad. 25

3. La transdisciplinariedad 28

4. La integración del saber 31

5. Presencia de la filosofía y la teología en la investigación interdisciplinar 32

Conclusiones 38 CAPÍTULO III HACIA UN PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN INTEGRAL DEL MUNDO SOCIAL40

Introducción 40

1. La Deuda Social Argentina: una mirada abarcativa 40 a) Deuda Social-ética 41 b) Deuda Social-Otredad 41 c) Deuda social - capacidades 42 d) Deuda social –confianza 43 e) Deuda social – poder 44

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2. Deuda Social y Desarrollo Humano 46

3. Pensar el mundo social 49 3.1. El estatus epistemológico 50

a) Nuevo Paradigma. 50 b) Principio de selección 51 c) Selección Estratégica de Niveles 51

3.2.Los ejes fundamentales 53

4. Las líneas metodológicas y su articulación con los niveles y ejes 55 CAPÍTULO IV LA INVESTIGACIÓN INTERDISCIPLINAR DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA EN EL DEPARTAMENTO DE INVESTIGACIÓN INSTITUCIONAL 58

1. Encuadre Teórico-Metodológico 58

2. La Propuesta 2003-2005 58