La Gualdra No 21, lunes 24 de octubre de 2011

12
En páginas centrales, Dossier Fotográfico del 10 Festival Internacional de Teatro de Calle en Zacatecas. Fotografías de Alejandro Ortega Neri.

description

La Gualdra No 21, lunes 24 de octubre de 2011

Transcript of La Gualdra No 21, lunes 24 de octubre de 2011

En páginas centrales, Dossier Fotográfico del 10 Festival Internacional de Teatro de Calle en Zacatecas.Fotografías de Alejandro Ortega Neri.

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibída la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Carmen Lira Saade / Dir. General

Raymundo Cárdenas Vargas /Dir. La Jornada de [email protected]

Jánea Estrada Lazarín /Dir. La Gualdra

[email protected]

Sandra Andrade Trinidad /Diseño

Juan Carlos Villegas /Ilustraciones

[email protected]

Actuando en el laberintopor Gabriel Luévano

Cinito gratis¡Qué tonto he sido!: Manolete

por Mauricio Flores

Olor de Santidadpor Gerardo del Río

Cervantino 2011(parte I)

por Iván Martínez

Castillo de sal si puedes por Ester Cárdenas

En la madrugadapor Pilar Alba

Sobre una fotografía de Octavio Pazpor Ricardo Wong López

¿Todos los caminos llevan a la biblio-teca pública?

por Eduardo Campech Miranda

Diario de Mateopor Mateo Estrada Gaviria

Los siete locospor Adso Eduardo Gutiérrez Espinoza

La gota que se congelapor J. Manuel Trujillo

Dossier fotográfi co10º festival de Teatro Internacional de

Teatro de Calle en Zacatecas

3

4

5

8

9

12

11

67

Creando Ilusiones A. C. es una asociación civil sin � nes de lucro, cuyo objetivo es ayudar de manera integral a niños y jó-venes que padecen enfermedades graves cuyo tratamiento es extenso y costoso. Su misión es atender los aspectos médi-cos, físicos y emocionales de los niños y jóvenes que padecen cáncer primordial-mente. Esta asociación procura que sus bene� ciados tengan acceso al tratamiento adecuado y de mejor calidad además de recibir apoyo emocional para mejorar su calidad de vida. Esta asociación, coordinada por Juan Guillermo Zesati y Rafael Adame, nos proporcionó los siguientes datos: En México sólo existen 135 on-cólogos pediatras para los 7000 casos nue-vos que se diagnostican anualmente. La leucemia es el tipo de cáncer más frecuente entre la comunidad infantil. Los países en desarrollo tienen el 80% de los casos de cáncer y 92% de las muertes por la misma causa. En el tema del cáncer infantil no hay prevención, la oportunidad de supervi-vencia depende de un diagnóstico temprano. Se presentan casos de niños que a un día de vida son diagnosticados con cán-cer. Los tipos de cáncer más frecuente en los niños son: leucemias, linfomas, y tumores cerebrales. No podemos evitar que el cáncer se pueda presentar en cualquier niño, no importa su nivel socioeconómico ni su ori-gen, pero sí podemos evitar que llegue a una etapa avanzada si hacemos un diagnóstico precoz. En México, cada 4 horas muere un niño por cáncer. 120,000 personas son diagnosti-cadas con Cáncer al año. Más de 70 mil mexicanos mue-ren al año a causa del cáncer. 176 mexicanos mueren diaria-mente a causa del cáncer. 7 mexicanos mueren cada hora a causa del cáncer. Cada 2 horas muere una mujer por cáncer de mama. El cáncer es la segunda causa de muerte infantil en México y también puede generar una discapacidad. Se calcula que el 15% de los niños con cáncer en México nunca reciben trata-miento especializado, de tal manera que la mortalidad de este grupo es absoluta. Aproximadamente el 5% de los niños que mueren en México, mueren de cáncer. Existe un alto porcentaje de abandono de los tratamientos por falta de recursos económicos. No existe una total homologación de procedimientos por tipos de cáncer. Los pro-tocolos empleados en México han sido supera-dos por los estándares internacionales.

El 40% de los niños que se cu-ran sufrirán secuelas importantes. Aun las instituciones más reconocidas carecen del equipo adecuado para brindar un trata-miento de calidad. Es difícil encontrar a alguien que no haya vivido un caso cercano de cáncer, todos tenemos el deber, dentro de nuestras posibilidades, de ayudar a encontrar una cura y hacerlo desaparecer. Ante este panorama desolador, la asociación civil Creando Ilusiones con-vocó a la comunidad artística zacatecana para que se uniera a esta noble causa. La noche del viernes pasado, se celebró un sorteo de 81 obras de arte –donadas todas por los generosos artistas- para recaudar fondos que serán destinados a tratamien-tos médicos de niños y niñas enfermos de cáncer. Y ahí estuvieron los artistas entregando su obra a las personas que resultaron ganadoras. Y ahí estuvieron demostrando que la unión hace la fuerza, que el compromiso social existe y que la solidaridad es un rasgo distintivo de nues-tra cultura. Qué importante es que los ar-tistas se sumen a este tipo de actividades y esfuerzos; no ha sido la primera vez que lo hacen, recuerden ustedes, por ejemplo, que ya en las inundaciones de Tlaltenan-go hace apenas unos años, los artistas se unieron –con muy buenos resultados- para recaudar fondos y donarlos a los damni� cados. Sin embargo, retomo las palabraspronunciadas por Alfonso López Monreal en el evento: “Es para mí un orgullo perte-necer a un gremio tan solidario como el de los artistas zacatecanos; ojalá que así como los artistas donan hoy una obra de arte, los funcionarios públicos donaran un día de su salario para esta noble causa”. ¿Qué tanto es para un funciona-rio público donar un día de su salario? Me re� ero por supuesto a los funcionarios de primer nivel: secretarios, asesores, direc-tores, legisladores… no a los funcionarios públicos que con 6000 pesos mensuales hacen milagros para sobrevivir –y que me perdone Cordero si lo contradigo-. ¿No cree usted, estimado lector, que eso sería un acto justo? Finalmente, el salario de un servidor público se paga gracias a los im-puestos que usted y yo aportamos obliga-toriamente para que existan condiciones sociales, educativas, de seguridad y salud óptimas. Cuando se requiere de la comu-nidad artística ésta ha demostrado que con voluntad todo se puede. Hagamos ahora una convocatoria para que los funciona-rios aporten un día o dos de su percepción mensual, total… qué tanto es tantito.

Jánea Estrada Lazarí[email protected]

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibída la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Carmen Lira Saade / Dir. General

Raymundo Cárdenas Vargas /Dir. La Jornada de [email protected]

Jánea Estrada Lazarín /Dir. La Gualdra

[email protected]

Sandra Andrade Trinidad /Diseño

Juan Carlos Villegas /Ilustraciones

[email protected]

Actuando en el laberintopor Gabriel Luévano

Cinito gratis¡Qué tonto he sido!: Manolete

por Mauricio Flores

Olor de Santidadpor Gerardo del Río

Cervantino 2011(parte I)

por Iván Martínez

Castillo de sal si puedes por Ester Cárdenas

En la madrugadapor Pilar Alba

Sobre una fotografía de Octavio Pazpor Ricardo Wong López

¿Todos los caminos llevan a la biblio-teca pública?

por Eduardo Campech Miranda

Diario de Mateopor Mateo Estrada Gaviria

Los siete locospor Adso Eduardo Gutiérrez Espinoza

La gota que se congelapor J. Manuel Trujillo

Dossier fotográfi co10º festival de Teatro Internacional de

Teatro de Calle en Zacatecas

3

4

5

8

9

12

11

67

Creando Ilusiones A. C. es una asociación civil sin � nes de lucro, cuyo objetivo es ayudar de manera integral a niños y jó-venes que padecen enfermedades graves cuyo tratamiento es extenso y costoso. Su misión es atender los aspectos médi-cos, físicos y emocionales de los niños y jóvenes que padecen cáncer primordial-mente. Esta asociación procura que sus bene� ciados tengan acceso al tratamiento adecuado y de mejor calidad además de recibir apoyo emocional para mejorar su calidad de vida. Esta asociación, coordinada por Juan Guillermo Zesati y Rafael Adame, nos proporcionó los siguientes datos: En México sólo existen 135 on-cólogos pediatras para los 7000 casos nue-vos que se diagnostican anualmente. La leucemia es el tipo de cáncer más frecuente entre la comunidad infantil. Los países en desarrollo tienen el 80% de los casos de cáncer y 92% de las muertes por la misma causa. En el tema del cáncer infantil no hay prevención, la oportunidad de supervi-vencia depende de un diagnóstico temprano. Se presentan casos de niños que a un día de vida son diagnosticados con cán-cer. Los tipos de cáncer más frecuente en los niños son: leucemias, linfomas, y tumores cerebrales. No podemos evitar que el cáncer se pueda presentar en cualquier niño, no importa su nivel socioeconómico ni su ori-gen, pero sí podemos evitar que llegue a una etapa avanzada si hacemos un diagnóstico precoz. En México, cada 4 horas muere un niño por cáncer. 120,000 personas son diagnosti-cadas con Cáncer al año. Más de 70 mil mexicanos mue-ren al año a causa del cáncer. 176 mexicanos mueren diaria-mente a causa del cáncer. 7 mexicanos mueren cada hora a causa del cáncer. Cada 2 horas muere una mujer por cáncer de mama. El cáncer es la segunda causa de muerte infantil en México y también puede generar una discapacidad. Se calcula que el 15% de los niños con cáncer en México nunca reciben trata-miento especializado, de tal manera que la mortalidad de este grupo es absoluta. Aproximadamente el 5% de los niños que mueren en México, mueren de cáncer. Existe un alto porcentaje de abandono de los tratamientos por falta de recursos económicos. No existe una total homologación de procedimientos por tipos de cáncer. Los pro-tocolos empleados en México han sido supera-dos por los estándares internacionales.

El 40% de los niños que se cu-ran sufrirán secuelas importantes. Aun las instituciones más reconocidas carecen del equipo adecuado para brindar un trata-miento de calidad. Es difícil encontrar a alguien que no haya vivido un caso cercano de cáncer, todos tenemos el deber, dentro de nuestras posibilidades, de ayudar a encontrar una cura y hacerlo desaparecer. Ante este panorama desolador, la asociación civil Creando Ilusiones con-vocó a la comunidad artística zacatecana para que se uniera a esta noble causa. La noche del viernes pasado, se celebró un sorteo de 81 obras de arte –donadas todas por los generosos artistas- para recaudar fondos que serán destinados a tratamien-tos médicos de niños y niñas enfermos de cáncer. Y ahí estuvieron los artistas entregando su obra a las personas que resultaron ganadoras. Y ahí estuvieron demostrando que la unión hace la fuerza, que el compromiso social existe y que la solidaridad es un rasgo distintivo de nues-tra cultura. Qué importante es que los ar-tistas se sumen a este tipo de actividades y esfuerzos; no ha sido la primera vez que lo hacen, recuerden ustedes, por ejemplo, que ya en las inundaciones de Tlaltenan-go hace apenas unos años, los artistas se unieron –con muy buenos resultados- para recaudar fondos y donarlos a los damni� cados. Sin embargo, retomo las palabraspronunciadas por Alfonso López Monreal en el evento: “Es para mí un orgullo perte-necer a un gremio tan solidario como el de los artistas zacatecanos; ojalá que así como los artistas donan hoy una obra de arte, los funcionarios públicos donaran un día de su salario para esta noble causa”. ¿Qué tanto es para un funciona-rio público donar un día de su salario? Me re� ero por supuesto a los funcionarios de primer nivel: secretarios, asesores, direc-tores, legisladores… no a los funcionarios públicos que con 6000 pesos mensuales hacen milagros para sobrevivir –y que me perdone Cordero si lo contradigo-. ¿No cree usted, estimado lector, que eso sería un acto justo? Finalmente, el salario de un servidor público se paga gracias a los im-puestos que usted y yo aportamos obliga-toriamente para que existan condiciones sociales, educativas, de seguridad y salud óptimas. Cuando se requiere de la comu-nidad artística ésta ha demostrado que con voluntad todo se puede. Hagamos ahora una convocatoria para que los funciona-rios aporten un día o dos de su percepción mensual, total… qué tanto es tantito.

Jánea Estrada Lazarí[email protected]

El aire nos acaricia, breve, torvamente el rostro. Y nos quiere levantar la piel, maquinada, postiza. Nos acaricia me-jor que los años y las comisuras de are-na. Quiere desentrañar los rastros que un beso nos dejó para goce del olvido. Y el aire hace lo mismo, eterno, (pue-de que más sucio, o más pesado que antes), pero no deja de respirarnos de manera distinta, aunque nos guarde-mos en los pétalos de nuestra másca-ra, diamantina, parlera. Mostrenca y muda. Cierta y movediza máscara de cada día. Flor de la actuación. Hay muchos tipos de másca-ras. Tantos como estados de silencio y bocas cerradas por el ánimo. Demos ejemplos: Existe una máscara de mo-fletes hinchados y chapetes malvas. Es la máscara de la abundancia, glotona y satisfecha. Por naturaleza afable y busca sonrisas. Otra, digamos, apa-rece encendida por las lágrimas de la lascivia. Tiene la lengua de fuera y es una invitación al pecado de sentirse vivo, libre. A sabiendas que toda en-trega la vitalidad es sacrificio seguro y renacer martirizante. Y así, podemos seguir hasta formar un colorido mo-saico: Máscaras de hambres, de car-cajadas, de compunción; máscaras de vejez, de color, de desierto; máscaras póstumas, dominicales, infantiles. La lista es sempiterna. No obstante, la más socorri-da suele presentarse con los labios ex-tendidos al cielo, los ojos enormes, los dientes expectantes. Ésta suele usarse después de un rompimiento amoroso, para que diga la gente que lo hemos superado, que somos fuertes. Es la máscara de la felicidad socializada. Es comprada a plazos fijos, en almonedas de oro falso y elefantes de caramelo. Es la máscara que nos ponemos a diario y nos quitamos a la hora de dormir. Entre este juego de actuacio-nes y reinvención cascada, un poeta se diluye con ojo de hijo marginado, para desentrañar la esencia de su pueblo. Octavio Paz, figura que despierta, así la admiración como la controversia y que, al final de todo, ha situado a nuestro país, con sus particulares problemas y heridas, dentro de la coyuntura univer-

sal, en uno de los mayores intentos por entender una cultura: El laberinto de la soledad publicado en 1950. El ensayo gira en torno a la doliente relación que el mexicano sostiene entre la libertad y la heren-cia, la privacidad y lo social, siempre amparado en su carácter taciturno y receloso. La soledad, corazón de “lo mexicano”, nos ha llevado, dice Paz, a confeccionar una muralla protectora y segura al mismo tiempo, para nues-tro trato con el mundo. Las máscaras mexicanas se vuelven un referente para explicar los contrastes brutales que pueblan este país. El mexicano se despierta y da vida a su rutina. Largas jornadas, sue-ños incompletos, iniquidades y deseos quiméricos desfilan frente a él y lo re-pliegan dentro de sus propias fronteras, hasta que llegue el momento adecua-do para dar rienda suelta al ritual de apertura: La fiesta. En las fauces de la embriaguez y la fanfarria encontramos (lo hemos vivido), la justificación para abrirnos, cuidando de “no rajarnos”, es decir, no dejar que la alegría devele, aunque sea un poco, el interior renco-roso y macerado que llevamos dentro. Hace tiempo, recuerdo, tuve la oportunidad de divertirme, ponien-do en juego algunas ideas expresadas por el poeta mexicano más reconoci-do, en un acontecimiento pocas veces visto. Una callejoneada. Mas no una callejoneada cualquiera. Se acercaba el dos de noviembre y mis compañe-ros de clase (organizadores), habían preparado una tentativa por convertir el evento en una reconciliación con las tradiciones. Algunos amigos y yo nos vimos en la triste necesidad de ausentarnos de los preparativos, pues debíamos asistir a una conferencia del poeta Hugo Gutiérrez Vega y, cuando llegamos al lugar de reunión, nos en-contramos con un cuadro fascinante. Mis compañeros, caracterizados de catrinas y catrines, presentaban el es-pectáculo de “la muerte también baila”. Ya sea enmascarados o pintarrajeados, con vestidos de colores o trajes desvaí-dos, daban singular vida a la metáfora de Paz en el laberinto.

Decidí entonces unirme a la algarabía con mis amigos y sucumbir al fárrago de la música y a la danza casi indescriptible de los tarritos de mezcal, y todo anduvo bien mientras no la vi. Ahí estaba, mirándome des-de un pequeño tumulto de muertos resucitados, con su palidez sorda y su vestido rosa. No importó que no fuera de negro pues en eso me di cuenta que la muerte puede permitirse una herejía de colores ya cerca de su día. Comen-cé a jugar con ella a que si bailo conti-go, a que si corres porque no me toca, a que te huyo porque te tengo miedo. Finalmente, llegó el truncamiento de la metáfora, para bien de la salud y esa muchacha delgada y ubicua se convir-tió en el hilo de Ariadna. Sabemos que es difícil, qui-mérico si se quiere, ridículo si lo preferimos, establecer rasgos infran-queables, modélicos, que engloben la esencia de “la mexicanidad”, pero aún así, me quedo con la idea de la soledad

maquillada. Posiblemente, atendiendo al peligroso dilema que surge cuando modificamos la línea de lo público y lo privado, el buen manejo de la máscara constituya una posibilidad para rein-ventar la vida, aunque debamos ceder, de vez en cuando y en pro de mayor honestidad, a mostrar la verdadera piel de las emociones. De eso me di cuenta cuando por fin me quedé quieto, sosegado so-bre un muro y ella se acercó, con esa sonrisa dibujada, como diciéndome: “Vengo por ti, tu hora última ha lle-gado. El tiempo de los instantes petri-ficados y los recuerdos a tirabuzón te alcanzará en mis manos, en mis huesos trepidantes. Navegarás en mí como en la nada del inconsciente”. Me acerqué, para quitarle la máscara de pintura y descubrir, no una mueca de cansancio como el niño en el cuento de Benedetti, sino una sonrisa verdadera. Debajo de todo, y he ahí la violación de la metáfo-ra, había sólo alegría.

Viejo o adolescente, criollo o mestizo, general, obrero o licenciado, el mexicano se me aparece como un ser que se encierra y se preserva: máscara el rostro y máscara la

sonrisa […] siempre está lejos, lejos del mundo y de los demás. Lejos, también, de sí mismo.

Octavio Paz, El laberinto de la soledad

Actuando en el laberintoPor Gabriel Luévano

Juan Carlos Villegas, Inventor de redes y quimeras

Juan Carlos Villegas, La Pereza

Por Mauricio Flores*

No por anunciada —mucho se co-mentaba la apatía por la que atrave-saba el torero, producto de sus des-avenencias sentimentales y de una creciente predisposición a los narcó-ticos y el alcohol— la muerte de Ma-nuel Rodríguez Manolete signi� có no sólo una tragedia personal de altísima proyección sino quizá el más sensible trauma sufrido por un país, que ape-nas comprendía los desastres de una cercana guerra fratricida. Después de haber sido cor-neado horas antes por el miura “Isle-ro” (negro, apretado de cuernos y con el número veintiuno en el costado) en la plaza de Linares, el torero moría en la madrugada del 29 de agosto de 1947: “impacto de alta sensibilidad”, según de� ne el novelista español Juan Marsé, y que provocaría alternativa-mente una gran cauda de re� exiones y una vigorosa enumeración de recrea-ciones artísticas extendida a lo largo de las últimas seis décadas. Ni el primero ni el último hombre muerto por herida de asta de toro: sí el arquetipo de torero “mo-derno” en una época en que la tauro-maquia comenzaba a per� larse como una actividad globalizada, al menos en el circuito de países que a la fecha

Nacido en Córdoba el 5 de ju-lio de 1917, Manolete provenía de una familia de toreros. Padre, abuelo y tío abuelo lo habían sido; además de tener a un tío carnal también espada. Toreó por primera vez a los doce años en la � nca Lobatón, enclavada en la carretera de Espejo, en tierras andaluzas. En 1931 torea su primera novillada y en 39 toma la alternativa en Sevilla. A ello le sigue una profusa actividad de éxito y recono-cimiento, no exenta de percances. Torea por primera vez en México el 9 de diciembre de 1945. Lo volverá hacer, en el curso del 46, en dieciocho ocasiones, en plazas de va-rios estados de la República, y especial-mente en los dos grandes escenarios de la capital. En la temporada siguiente se presentó nuevamente ante plazas abarrotadas y expectantes, “despidién-dose” del público mexicano el 26 de enero, siete meses antes de su muerte.

la mantienen (medio) viva. Manolete pronto fue icono, poema, personaje literario, paradigma � losó� co… pro-tagonista cinematográ� co. “Cada torero es una especie de torero, no individual, sino especí� -camente uno, como el ángel —escribe José Bergamín (1895-1983)—. Aunque sean legión o cuadrilla. Por eso al to-rero hay que dejarle solo siempre. ¡De-jadle solo! En el lance de la razón y la fortuna, él solo, birlibirloquesco, puede sortear el peligro”. Y solo terminó su vida Ma-nolete. Atrás quedaron los grandes días. Su dominio casi absoluto sobre los intríngulis de la llamada � esta de los toros, es decir, sobre cada una de las cuestiones mercadotécnicas de lo que ya entonces era un gigantes-co negocio. Contratos y corridas a modo: elección de alternantes, fechas y plazas, sólo modi� cables en tanto el fallo de la instancia más alta, la pro-veniente del poder, como el año antes de su muerte, cuando el torero tuvo que presentarse “a regañadientes” en la plaza de Madrid para estar en la corrida de la Bene� cencia, presidida por el Caudillo. Única tarde en la que Manolete se presentaría en dicho coso, el más importante del planeta taurino.

Conforme avanzaba el año 47 Manolete siguió toreando en dife-rentes plazas de España, aunque no con la frecuencia de otras temporadas. “El público espera de mí cada vez más y es imposible darle satisfacción”, co-mentó. Llegó entonces la última tarde, en la que alternaba con “Gitanillo de Triana” y Luis Miguel Dominguín. Relata Enrique Guarner , au-tor de Historia del toreo en México: “Vinieron pases altos y, a con-tinuación, las estáticas manoletinas. El toro quedó listo para entrársele a herir, pero Manolete se colocó en la suerte contraria y, en lugar de atacar rápi-do, lo hizo lentamente. Fue inmedia-tamente cogido y la herida del cuerno apareció profunda, provocando copio-sa hemorragia (…). La cornada tenía tres trayectorias y había seccionado la femoral. A las cuatro de la madrugada la situación era gravísima y la llega-

Cinito gratis¡Qué tonto he sido!: Manolete

Icono, poema, personaje literario, paradigma fi losófi co y hasta protago-nista cinematográfi co…, todo esto y más es a décadas de su muerte el torero cordobés. Un hombre que fi el a su drama vital, y al que el pensador español José Bergamín identifi có como el lance de la razón y la fortuna, murió solo: profundamente solo.

Esperada durante años, “Manolete” (2006), película del holandés Menno Meyjes, no es con casi nada una manifestación artística a la altura del drama experimentado por el torero y sus colaterales repercusiones. También escrita por el coautor de “India-na Jones y la última cruzada”, la cinta tie-ne como protagonistas centrales a Adrien Brody (Manolete) y Penélope Cruz (la fa-mosa Lupe Sino, de quien hasta la fecha se discuten sus verdaderos orígenes). Cuenta, aunque más bien pa-rezca una edición de estampas sustentada en diferentes acercamientos a la historia, los últimos días del espada, camino de la tragedia de Linares. Pretende mucho y logra poco. Tras sus 92 minutos de dura-ción, como espectador cualquiera piensa: vaya desperdicio de actores, escenarios y drama; el drama siempre presente en los acontecimientos taurinos, fuera y dentro del ruedo.

“A Manuel Rodríguez Manolete”Estás tan fi jo ya, tan alejado,que la mano del Greco no podríadar más profundidad, más lejaníaa tu sombra de mártir expoliado.

Te veo ante tu Dios, el toro al lado,en un ruedo sin límites, sin día,a ti que eras una epifaníay hoy eres un estoque abandonado.

Bajo el hueso amarillo de la frente,tus ojos ya sin ojos, sin deseo,radiográfi co, mítico, ascendente,

fi el a ti mismo, de perfi l te veo,como ya te verás eternamente,esqueleto inmutable del toreo.José Alameda

“Manolete”, un mal traslado del gran mito

Desde los doce años

Recreando el drama

da tardía del célebre cirujano Jiménez Guinea no cambió el desarrollo del pro-ceso. Manolete falleció unos minutos antes de las cinco. Sus últimas palabras fueron: Don Luis, ya no puedo ver”. “Estar cansado es morir un poco”, escribió en oportunidad de la muer-te de Manolete, el cronista José Alameda (1912-1990), “cansado, que no es abando-no de lo inmediato, sino un estado, diga-mos, metafísico del hombre”.

De entre las múltiples re-creaciones hechas a partir del suceso, tal vez el poema “A Manuel Rodríguez Manolete”, del mismo Alameda resu-ma de mejor manera su signi� cado, al mirar al torero como una entidad divina, siempre la bestia al lado. “Qué tonto he sido”, habría sido otra de las últimas palabras del torero. Antes de un angustiante “¿me

“Quien está arriba en alguna zona de la vida, en la atalaya de una actividad, ve las cosas de manera muy distinta a los de abajo —añade—. Segu-ramente, en el fondo oscuro de las pasio-nes taurinas, todos querían por entonces ser Manolete. El único que no quería ser Manolete era Manolete. Sin la cornada de “Islero” no se hubiera muerto. Pero, a lo mejor, o a lo peor, aun con la cornada de “Islero” se hubiese salvado”.

va usted a operar, don Luis?”, en pleno traslado. Lo cierto es que el torero no vol-vió a pronunciar palabra. El drama ínti-mo, encabezado por una sobre protectora madre que, a la edad del torero, amañaba relaciones anormales y codependientes (se oponía al noviazgo en ciernes del “co-diciado” personaje), se convirtió en el su-frir de una región, su país y el mundo.

* Periodista y promotor cultural. mau� [email protected]

Empieza (supuestamente narrada por uno de los más cercanos colaboradores del torero) y acaba (con imágenes reales, en sepia, recuperadas de fi lmes periodísticos de la época) mal. Los diálogos son superfi ciales, la caracterización de los personajes no lograda y el ritmo cinematográfi co poco convincente. En realidad que la espera para verla no valió la pena. Como se sabe, la pe-lícula permaneció “enlatada” durante años debido a problemas autorales y de distri-bución, al grado que ahora mismo no se ha estrenado en varios países del circuito en el que se pensaría tendría éxito. Sin embargo, multi distribuida por otros canales, “Manole-te” no convence. ¿Sus desperdicios?: la talla de sus protagonistas, los “doblajes” de Ca-yetano Rivera Ordoñez (hijo de otro torero muerto en el ruedo, Paquirri) y Juan Anto-nio Ruiz Espartaco, la bella voz de Buika, entre más.

Por Mauricio Flores*

No por anunciada —mucho se co-mentaba la apatía por la que atrave-saba el torero, producto de sus des-avenencias sentimentales y de una creciente predisposición a los narcó-ticos y el alcohol— la muerte de Ma-nuel Rodríguez Manolete signi� có no sólo una tragedia personal de altísima proyección sino quizá el más sensible trauma sufrido por un país, que ape-nas comprendía los desastres de una cercana guerra fratricida. Después de haber sido cor-neado horas antes por el miura “Isle-ro” (negro, apretado de cuernos y con el número veintiuno en el costado) en la plaza de Linares, el torero moría en la madrugada del 29 de agosto de 1947: “impacto de alta sensibilidad”, según de� ne el novelista español Juan Marsé, y que provocaría alternativa-mente una gran cauda de re� exiones y una vigorosa enumeración de recrea-ciones artísticas extendida a lo largo de las últimas seis décadas. Ni el primero ni el último hombre muerto por herida de asta de toro: sí el arquetipo de torero “mo-derno” en una época en que la tauro-maquia comenzaba a per� larse como una actividad globalizada, al menos en el circuito de países que a la fecha

Nacido en Córdoba el 5 de ju-lio de 1917, Manolete provenía de una familia de toreros. Padre, abuelo y tío abuelo lo habían sido; además de tener a un tío carnal también espada. Toreó por primera vez a los doce años en la � nca Lobatón, enclavada en la carretera de Espejo, en tierras andaluzas. En 1931 torea su primera novillada y en 39 toma la alternativa en Sevilla. A ello le sigue una profusa actividad de éxito y recono-cimiento, no exenta de percances. Torea por primera vez en México el 9 de diciembre de 1945. Lo volverá hacer, en el curso del 46, en dieciocho ocasiones, en plazas de va-rios estados de la República, y especial-mente en los dos grandes escenarios de la capital. En la temporada siguiente se presentó nuevamente ante plazas abarrotadas y expectantes, “despidién-dose” del público mexicano el 26 de enero, siete meses antes de su muerte.

la mantienen (medio) viva. Manolete pronto fue icono, poema, personaje literario, paradigma � losó� co… pro-tagonista cinematográ� co. “Cada torero es una especie de torero, no individual, sino especí� -camente uno, como el ángel —escribe José Bergamín (1895-1983)—. Aunque sean legión o cuadrilla. Por eso al to-rero hay que dejarle solo siempre. ¡De-jadle solo! En el lance de la razón y la fortuna, él solo, birlibirloquesco, puede sortear el peligro”. Y solo terminó su vida Ma-nolete. Atrás quedaron los grandes días. Su dominio casi absoluto sobre los intríngulis de la llamada � esta de los toros, es decir, sobre cada una de las cuestiones mercadotécnicas de lo que ya entonces era un gigantes-co negocio. Contratos y corridas a modo: elección de alternantes, fechas y plazas, sólo modi� cables en tanto el fallo de la instancia más alta, la pro-veniente del poder, como el año antes de su muerte, cuando el torero tuvo que presentarse “a regañadientes” en la plaza de Madrid para estar en la corrida de la Bene� cencia, presidida por el Caudillo. Única tarde en la que Manolete se presentaría en dicho coso, el más importante del planeta taurino.

Conforme avanzaba el año 47 Manolete siguió toreando en dife-rentes plazas de España, aunque no con la frecuencia de otras temporadas. “El público espera de mí cada vez más y es imposible darle satisfacción”, co-mentó. Llegó entonces la última tarde, en la que alternaba con “Gitanillo de Triana” y Luis Miguel Dominguín. Relata Enrique Guarner , au-tor de Historia del toreo en México: “Vinieron pases altos y, a con-tinuación, las estáticas manoletinas. El toro quedó listo para entrársele a herir, pero Manolete se colocó en la suerte contraria y, en lugar de atacar rápi-do, lo hizo lentamente. Fue inmedia-tamente cogido y la herida del cuerno apareció profunda, provocando copio-sa hemorragia (…). La cornada tenía tres trayectorias y había seccionado la femoral. A las cuatro de la madrugada la situación era gravísima y la llega-

Cinito gratis¡Qué tonto he sido!: Manolete

Icono, poema, personaje literario, paradigma fi losófi co y hasta protago-nista cinematográfi co…, todo esto y más es a décadas de su muerte el torero cordobés. Un hombre que fi el a su drama vital, y al que el pensador español José Bergamín identifi có como el lance de la razón y la fortuna, murió solo: profundamente solo.

Esperada durante años, “Manolete” (2006), película del holandés Menno Meyjes, no es con casi nada una manifestación artística a la altura del drama experimentado por el torero y sus colaterales repercusiones. También escrita por el coautor de “India-na Jones y la última cruzada”, la cinta tie-ne como protagonistas centrales a Adrien Brody (Manolete) y Penélope Cruz (la fa-mosa Lupe Sino, de quien hasta la fecha se discuten sus verdaderos orígenes). Cuenta, aunque más bien pa-rezca una edición de estampas sustentada en diferentes acercamientos a la historia, los últimos días del espada, camino de la tragedia de Linares. Pretende mucho y logra poco. Tras sus 92 minutos de dura-ción, como espectador cualquiera piensa: vaya desperdicio de actores, escenarios y drama; el drama siempre presente en los acontecimientos taurinos, fuera y dentro del ruedo.

“A Manuel Rodríguez Manolete”Estás tan fi jo ya, tan alejado,que la mano del Greco no podríadar más profundidad, más lejaníaa tu sombra de mártir expoliado.

Te veo ante tu Dios, el toro al lado,en un ruedo sin límites, sin día,a ti que eras una epifaníay hoy eres un estoque abandonado.

Bajo el hueso amarillo de la frente,tus ojos ya sin ojos, sin deseo,radiográfi co, mítico, ascendente,

fi el a ti mismo, de perfi l te veo,como ya te verás eternamente,esqueleto inmutable del toreo.José Alameda

“Manolete”, un mal traslado del gran mito

Desde los doce años

Recreando el drama

da tardía del célebre cirujano Jiménez Guinea no cambió el desarrollo del pro-ceso. Manolete falleció unos minutos antes de las cinco. Sus últimas palabras fueron: Don Luis, ya no puedo ver”. “Estar cansado es morir un poco”, escribió en oportunidad de la muer-te de Manolete, el cronista José Alameda (1912-1990), “cansado, que no es abando-no de lo inmediato, sino un estado, diga-mos, metafísico del hombre”.

De entre las múltiples re-creaciones hechas a partir del suceso, tal vez el poema “A Manuel Rodríguez Manolete”, del mismo Alameda resu-ma de mejor manera su signi� cado, al mirar al torero como una entidad divina, siempre la bestia al lado. “Qué tonto he sido”, habría sido otra de las últimas palabras del torero. Antes de un angustiante “¿me

“Quien está arriba en alguna zona de la vida, en la atalaya de una actividad, ve las cosas de manera muy distinta a los de abajo —añade—. Segu-ramente, en el fondo oscuro de las pasio-nes taurinas, todos querían por entonces ser Manolete. El único que no quería ser Manolete era Manolete. Sin la cornada de “Islero” no se hubiera muerto. Pero, a lo mejor, o a lo peor, aun con la cornada de “Islero” se hubiese salvado”.

va usted a operar, don Luis?”, en pleno traslado. Lo cierto es que el torero no vol-vió a pronunciar palabra. El drama ínti-mo, encabezado por una sobre protectora madre que, a la edad del torero, amañaba relaciones anormales y codependientes (se oponía al noviazgo en ciernes del “co-diciado” personaje), se convirtió en el su-frir de una región, su país y el mundo.

* Periodista y promotor cultural. mau� [email protected]

Empieza (supuestamente narrada por uno de los más cercanos colaboradores del torero) y acaba (con imágenes reales, en sepia, recuperadas de fi lmes periodísticos de la época) mal. Los diálogos son superfi ciales, la caracterización de los personajes no lograda y el ritmo cinematográfi co poco convincente. En realidad que la espera para verla no valió la pena. Como se sabe, la pe-lícula permaneció “enlatada” durante años debido a problemas autorales y de distri-bución, al grado que ahora mismo no se ha estrenado en varios países del circuito en el que se pensaría tendría éxito. Sin embargo, multi distribuida por otros canales, “Manole-te” no convence. ¿Sus desperdicios?: la talla de sus protagonistas, los “doblajes” de Ca-yetano Rivera Ordoñez (hijo de otro torero muerto en el ruedo, Paquirri) y Juan Anto-nio Ruiz Espartaco, la bella voz de Buika, entre más.

Por Adso Eduardo Gutiérrez Espinoza*

Por J. Manuel Trujillo*

Roberto Arlt en Los siete locos pro-pone una visión del mundo donde la humillación y el tedio están a la or-den del día. Son personajes que están aburridos de sus vidas, buscan alguna manera de romper con el sistema. Si bien la idea de Arlt es proponer una serie de entes literarios que en la rup-tura ven una cierta libertad o cons-trucción de la misma, de� nida como una nueva mentira para no sentir esa as� xia, ese tedio. La novela contiene muchos monólogos interiores repletas de re-� exiones, que pudieran considerar-se como locuras o disparatadas, mas tienen cierta lucidez por igual. Los monólogos plantean los abusos de los capitalistas, la frialdad de la industria y sus máquinas, como también la in-saciable sociedad que se amalgama en una serie de contraste contradictorios y, en cierta manera, hipócritas (moral-

Pocas cosas inquietan tanto al hombre como la fugacidad de la vida, un hoy que pasa rápido, la inminente llegada del mañana y el ayer que ya no existe, éste es el mundo en el que estamos, medido por un reloj eterno que es incapaz de detenerse. Hablamos del paso del tiempo como una variable que se mueve de manera frenética, mientras estamos aún más cerca de lo inevitable, del momento preciso a � n de cuentas: el presente próximo. Bor-ges, en el cuento “El Milagro Secreto”, convierte al tiempo en una sustancia maleable trans� gurada en esa línea que se dilata hasta un ayer muy lejano y sin embargo presente gracias a la memo-ria, determinando que el ayer sólo se divide del hoy por unas pocas horas. Jaromir Hladík, el personaje principal, construye su drama dentro de las unidades de tiempo, lugar y es-pacio, cinco actos han de constituirlo y en el lapso establecido el desenlace debe llevarse a cabo, sin embargo éste nunca llega. En los albores del tercer acto la obra se convierte en un ciclo, el tiempo tiende a repetirse llevando a los personajes a los mismos lugares y a situaciones invariables, algunos viven, otros mueren y dentro del in� nito universo de la historia la resurrección es inminente tan solo para volver a la tumba. Es así como Hladík los ha con-denado a una eternidad � ngida. Este

Los siete locos

La gota que se congela

mente). Por ejemplo, el diálogo entre el protagonista y el proxeneta donde se plantea al industrial como un alca-huete de los obreros, un explotador que aprovecha al límite la fuerza pro-ductiva de los obreros, como también la idea de la conversión del hombre: de ser humano a máquina para man-tener a � ote los negocios del empre-sario. Al mismo tiempo, muestra al hombre como un ente endeble, frágil, debilitado por sus propias creacio-nes y, al mismo tiempo, muestra las preocupaciones (algunas veces bana-les) del mismo. Los monólogos incur-sionan en ideas metafísicas, psicológi-cas a la manera de Crimen y castigo y otras novelas de Dostoievski. Propone una visión interesante sobre el queha-cer humano, sobre la minimización del hombre, mostrando, en algunas maneras, su carácter bestial, autodes-tructivo y violento.

fatídico hecho constituye un hueco en su existencia y en la espera de su inevi-table muerte, surgen las culpas por no haber terminado con su labor, dando pie a que se le suspenda en una tem-poralidad fuera de lo que la compren-sión humana conocería y desde ahí es como encuentra la paz que ansiaba en los momentos de incertidumbre. Borges nos ayuda a preocu-parnos menos por esa gran fuga de ho-ras y minutos a la que llamamos tiem-po, podemos sumergirnos en un estado que nos permita re� exionar y saber qué es lo que pasa a nuestro alrededor y tan solo por un momento creer en nuestra eternidad, en el instante donde el tiem-po ya no es tiempo porque no � uye y donde trescientos sesenta y cinco días pueden transcurrir sin gastar un solo segundo. Ser capaces de ver una gota de lluvia, no su fugaz caída, contemplar esa esfera transparente y cuasiforme quedarse estática en el aire, darle aún más vida de la que se le había otorgado, ser un dios ante ella, brindar un senti-do a su existencia y después continuar con el ciclo natural. A � nal de cuentas nada de lo que vemos alcanza la per-petuidad, todo termina de súbito, si no es así permanecerá atestiguando inerte el paso de un año tras otro hasta que llegue su � n.

* Estudiante de Letras de la [email protected]

Vemos un astrólogo que quiere fundar una nueva sociedad, la idea es que sea un grupo muy in-� uyente y expansionista como el Ku Klux Klan, mantenida por una serie de burdeles. Remo Erdosain roba en su trabajo y cuyo dinero es empleado en comprar objetos innecesarios para satisfacer sus necesidades. Él busca encontrar sentido a su propia exis-tencia envileciéndose cada vez más, perdiéndose en cada paso que da por

el sendero de la desventura, al mismo tiempo que los seis locos restantes— el Astrólogo, el Hombre que vio a la Partera, Elsa, el Capitán, el Ru� án Me-lancólico y el Farmacéutico —buscan encontrar el sentido. Algunos de ellos, tratan de dar un giro a su existencia con un acto que pudiera de� nirse como ex-traordinario o absurdo: la fundación de una sociedad, una nueva mentira que les permita vivir engañados.

* [email protected]

Fotografía de Alejandro Ortega Neri Les Perfaits Inconnus, CánadaCirco, Delirio y Rock and Roll

Compañia de Teatro Escolar INBALa máquina de Esquilo

Luna Morena, JaliscoZaikocirco

Fotografía de Alejandro Ortega Neri Les Perfaits Inconnus, CánadaCirco, Delirio y Rock and Roll

Compañia de Teatro Escolar INBALa máquina de Esquilo

Luna Morena, JaliscoZaikocirco

Los Cosmicómicos, ZacatecasColmillos del oeste

Teatro de los Sótanos, D.FEl país de las metrallas

La Ciénega, ZacatecasTeo Hipnos

Todos los caminos llevana la biblioteca publicaPor Eduardo Campech MirandaCada año la Dirección General de Bi-bliotecas (DGB) del CONACULTA oferta un catálogo de cursos y talleres de capacitación, dirigidos al personal bibliotecario. El abanico está com-puesto por una variada temática que va desde la capacitación básica enfo-cada, principalmente, al personal de nuevo ingreso, hasta áreas más es-pecializadas como son promoción y mercadotecnia de la biblioteca pública o la dirigida a coordinadores estatales. La dinámica � nanciera es la siguiente: se determina un lugar sede y a él se dirigen las personas que se ca-pacitarán. El gobierno federal se hace cargo de la alimentación y hospedaje, el gobierno estatal de café y galletas (cuando hay para eso) y el gobierno municipal del traslado. Anteriormen-te los cursos y talleres tenían una du-ración de cuatro o cinco días. Ahora, algunos apenas alcanzan los tres días. No obstante que la menor parte porcentual del � nanciamien-to de la capacitación corresponde al municipio, existen casos donde el

Martes 18. Nació “Juanito”. JC está fe-liz. Me llamó a las cinco am desde el Hospital General. Miércoles 19. Al medio día miré a Pedro en la plazuela de Zamora. Por la pose que tenía (recargado en la cabina del teléfono de tres pesos, con la mano derecha metida en la bolsa de su pantalón) imagino que estaba “tra-bajando”. Todavía tengo en mente mi primer encuentro con él. Entonces no rebasaba los veinte años, ni tenía tatua-jes, ni vestía tan “vaquerón”. Su plan de vida era estudiar ingeniería y ser futbo-lista en el equipo de la Universidad. Lo conocí en uno de los an-tros de Tacuba. El clic y el faje fueron sin complicación. Como lo hicimos tan bien, nos prometimos seguir. Pero la pérdida del cel (sigo creyendo que él me lo robó), impidió el reencuentro. La segunda ocasión que nos vimos fue en una � esta de Aldo. “Ahí fue donde supe toda la verdad”: Pedro acompa-ñaba a un equis, colega del trabajo de Aldo. No volví a estar con él, y tam-poco existió reunión donde él asis-tiera solo y con la misma pareja. Pero asiento: es buenísimo… Viernes 21. He trabajado mañana y tarde en los trabajos esco-

personal bibliotecario no acude a la invitación por no contar con el apoyo correspondiente, argumentando ca-rencias de recursos económicos. En ese sentido, algunos mu-nicipios (por no decir que la mayoría) enarbolan un doble discurso: por un lado se quejan del escaso presupuesto que federación y estado le asignan, pero por otro, cambian de personal bibliotecario por múltiples razones, menos por su desempeño, actitud, aptitud, etc. Cada tres años los biblio-tecarios públicos municipales ven, con angustia unos y con beneplácito otros, la posibilidad real de salir de la biblioteca. Y es que a la par de no con-tar con una seguridad labora (a reser-va de ser sindicalizado), se adolece de un per� l bien de� nido y especi� cado para ocupar el cargo de bibliotecario público. Así, lo mismo se llega a la biblioteca por azares del destino, por factura políticas, por castigo, por un extenso e impresionante currículum consanguíneo o promiscuo, además,

lares. Sólo hoy interrumpí para ir al Museo de Guadalupe. La pintura de Antonio de Sandoval la prestarán para una exposición de los retratos coloniales que organizará el MUNAL en febrero de 2012. Me invitaron para armar el expediente y me pagarán por la colaboración. Sábado 22. Hoy me encan-dilé. En el cyber que está en la Plaza Bi, el chico que atiende es guapo. Se llama Rodolfo (1,65 metros y 70 kilos aprox.) y estudia derecho. Lo abordé pretextan-do la música que él escuchaba, luego platicamos de la escuela y acordamos que le auxiliaré en sus ensayos. Nos miraremos el lunes, en la tarde, ¡en mi casa! El proceso, inocente o no, inició porque siempre me sonríe y dice: “que te vaya bien”. Yo le respondo: “ojalá”; en-tonces su sonrisa se expande. Domingo 23. Es la una de la tarde estoy en la Cafetería Acrópolis. No hay mesas desocupadas. Inclu-so hay personas junto a la caja. Ellas esperan un espacio libre. Casi todos tienen el talante de ser turistas. La concurrencia, por lo que sea –el café, el día de descanso, las novedades para la conversación-, genera una algarabía semejante a las voces de La Feria.

claro está, en la suerte de ser una per-sona que le interesan los libros y la lectura. La capacitación y la inver-sión se van a la basura, porque cual Sísifo la rueda cae y hay que volver a empujar. En algunas conversaciones con amistades de la DGB del CONA-CULTA, he expresado la necesidad de fortalecer la capacitación biblio-tecaria, pero no sólo de una manera técnica (como hasta ahora), sino que se prepare también un per� l humanís-tico. Sin embargo, también estoy con-vencido de que es urgente diseñar un mecanismo de evaluación de los co-nocimientos técnico-administrativos, de las habilidades y aptitudes con las que debe contar un servidor público, de la competencia (palabreja putilla y tramposa dijo alguien que citó Ar-güelles) lectora, con la � nalidad de determinar si quien ostenta el cargo de bibliotecario público está en con-diciones de hacerlo. De lo contrario, seguiremos teniendo bibliotecarios (y bibliotecarias) anquilosados entre

anaqueles y excelentes bibliotecarias (y bibliotecarios) desempleados, o en el mejor de los casos realizando otras tareas burocráticas, menos en lo que se les capacitó.

Por Mateo Estrada Gaviria

Todos los caminos llevana la biblioteca publicaPor Eduardo Campech MirandaCada año la Dirección General de Bi-bliotecas (DGB) del CONACULTA oferta un catálogo de cursos y talleres de capacitación, dirigidos al personal bibliotecario. El abanico está com-puesto por una variada temática que va desde la capacitación básica enfo-cada, principalmente, al personal de nuevo ingreso, hasta áreas más es-pecializadas como son promoción y mercadotecnia de la biblioteca pública o la dirigida a coordinadores estatales. La dinámica � nanciera es la siguiente: se determina un lugar sede y a él se dirigen las personas que se ca-pacitarán. El gobierno federal se hace cargo de la alimentación y hospedaje, el gobierno estatal de café y galletas (cuando hay para eso) y el gobierno municipal del traslado. Anteriormen-te los cursos y talleres tenían una du-ración de cuatro o cinco días. Ahora, algunos apenas alcanzan los tres días. No obstante que la menor parte porcentual del � nanciamien-to de la capacitación corresponde al municipio, existen casos donde el

Martes 18. Nació “Juanito”. JC está fe-liz. Me llamó a las cinco am desde el Hospital General. Miércoles 19. Al medio día miré a Pedro en la plazuela de Zamora. Por la pose que tenía (recargado en la cabina del teléfono de tres pesos, con la mano derecha metida en la bolsa de su pantalón) imagino que estaba “tra-bajando”. Todavía tengo en mente mi primer encuentro con él. Entonces no rebasaba los veinte años, ni tenía tatua-jes, ni vestía tan “vaquerón”. Su plan de vida era estudiar ingeniería y ser futbo-lista en el equipo de la Universidad. Lo conocí en uno de los an-tros de Tacuba. El clic y el faje fueron sin complicación. Como lo hicimos tan bien, nos prometimos seguir. Pero la pérdida del cel (sigo creyendo que él me lo robó), impidió el reencuentro. La segunda ocasión que nos vimos fue en una � esta de Aldo. “Ahí fue donde supe toda la verdad”: Pedro acompa-ñaba a un equis, colega del trabajo de Aldo. No volví a estar con él, y tam-poco existió reunión donde él asis-tiera solo y con la misma pareja. Pero asiento: es buenísimo… Viernes 21. He trabajado mañana y tarde en los trabajos esco-

personal bibliotecario no acude a la invitación por no contar con el apoyo correspondiente, argumentando ca-rencias de recursos económicos. En ese sentido, algunos mu-nicipios (por no decir que la mayoría) enarbolan un doble discurso: por un lado se quejan del escaso presupuesto que federación y estado le asignan, pero por otro, cambian de personal bibliotecario por múltiples razones, menos por su desempeño, actitud, aptitud, etc. Cada tres años los biblio-tecarios públicos municipales ven, con angustia unos y con beneplácito otros, la posibilidad real de salir de la biblioteca. Y es que a la par de no con-tar con una seguridad labora (a reser-va de ser sindicalizado), se adolece de un per� l bien de� nido y especi� cado para ocupar el cargo de bibliotecario público. Así, lo mismo se llega a la biblioteca por azares del destino, por factura políticas, por castigo, por un extenso e impresionante currículum consanguíneo o promiscuo, además,

lares. Sólo hoy interrumpí para ir al Museo de Guadalupe. La pintura de Antonio de Sandoval la prestarán para una exposición de los retratos coloniales que organizará el MUNAL en febrero de 2012. Me invitaron para armar el expediente y me pagarán por la colaboración. Sábado 22. Hoy me encan-dilé. En el cyber que está en la Plaza Bi, el chico que atiende es guapo. Se llama Rodolfo (1,65 metros y 70 kilos aprox.) y estudia derecho. Lo abordé pretextan-do la música que él escuchaba, luego platicamos de la escuela y acordamos que le auxiliaré en sus ensayos. Nos miraremos el lunes, en la tarde, ¡en mi casa! El proceso, inocente o no, inició porque siempre me sonríe y dice: “que te vaya bien”. Yo le respondo: “ojalá”; en-tonces su sonrisa se expande. Domingo 23. Es la una de la tarde estoy en la Cafetería Acrópolis. No hay mesas desocupadas. Inclu-so hay personas junto a la caja. Ellas esperan un espacio libre. Casi todos tienen el talante de ser turistas. La concurrencia, por lo que sea –el café, el día de descanso, las novedades para la conversación-, genera una algarabía semejante a las voces de La Feria.

claro está, en la suerte de ser una per-sona que le interesan los libros y la lectura. La capacitación y la inver-sión se van a la basura, porque cual Sísifo la rueda cae y hay que volver a empujar. En algunas conversaciones con amistades de la DGB del CONA-CULTA, he expresado la necesidad de fortalecer la capacitación biblio-tecaria, pero no sólo de una manera técnica (como hasta ahora), sino que se prepare también un per� l humanís-tico. Sin embargo, también estoy con-vencido de que es urgente diseñar un mecanismo de evaluación de los co-nocimientos técnico-administrativos, de las habilidades y aptitudes con las que debe contar un servidor público, de la competencia (palabreja putilla y tramposa dijo alguien que citó Ar-güelles) lectora, con la � nalidad de determinar si quien ostenta el cargo de bibliotecario público está en con-diciones de hacerlo. De lo contrario, seguiremos teniendo bibliotecarios (y bibliotecarias) anquilosados entre

anaqueles y excelentes bibliotecarias (y bibliotecarios) desempleados, o en el mejor de los casos realizando otras tareas burocráticas, menos en lo que se les capacitó.

Por Mateo Estrada Gaviria

Uno de los recuerdos más vivos acer-ca de la santidad que tengo son las historias que mi Nonai me contaba antes de dormir, las contradicciones familiares marcaron a fuego mi vida y formaron mi carácter, por un lado mis abuelas y mi Nona, por otro mis abuelos, socialistas, agraristas, mine-ros y con ciertos tintes anarquistas y come curas; sin embargo, en las dos casas en lugares representativos, pre-sidían la vida familiar santos a los que veneraban las dos familias. Por el lado de mi madre las advocaciones marianas eran las tutelares de la vida familiar y por el lado de la familia de mi abuelo, el Sagrado Corazón de Je-sús; a las dos casas llegaba de visita la Virgen del Refugio, se rezaba el rosa-rio y al final había chocolate con pan de dulce. En nuestro país el culto de los santos patronos constituye ex-presión que va más allá de la liturgia cristiana, es un vínculo que tras-ciende las barreras del tiempo y de la muerte. Los santos son ante todo, personas que aún permanecen vivas en la memoria colectiva y cuya fuerza procede de gracias y favores. La reli-giosidad popular transformó el con-cepto al imprimir al culto del santo la capacidad de solucionar problemas y curar enfermedades. La presencia del dolor en todos sus rangos es el moti-

* Poeta y artista visual nacido en Ojocaliente; radica actualmente en El Dorado, Villa de Nuestra Señora de Guadalupe. i La palabra nona, es italiana y designa a la abuela, en mi caso es mi tía Leonora, de ahí que le dijéramos Nona.ii Invitados están todos a la inauguración de la exposición colectiva que sobre santos organiza el infatigable Pedro López, el próximo miércoles 26 de octubre a las 20:00 Hrs.

Hay un punto en que no se sabe si una puerta se está abriendo o cerrando. ¿Cómo articular un discur-so? (el discurrir), ¿dónde buscar la poesía? O ¿para qué la poesía? El poe-ma se nos aparece. Lo que es, está. Lo que aparece, es parido. Si bebo una taza de café, ¿bebo una taza de café? Bebo café, drink coffe, boit du café. El café es preparado, y en este momento es escrito, es leído, es bebido. Si bebo una taza de café, ¿es porque lo bebo o porque lo escribo? Al servir el agua ¿escribimos un verso, una palabra, una sílaba, una letra, un fonema? O ¿el

vo propicio para acudir a vírgenes, ángeles,arcángeles, santos o márti-res a quienes la devoción les ha re-conocido el poder de sanación por el poder de la fe. Estos personajes celestiales se convierten en los intercesores de los devotos frente a un Dios que coti-dianamente olvida a sus hijos, único capaz de sanar el cuerpo y el alma. La petición que solicita el favor divi-no se hace cuando el callejón se ha estrechado de tal manera que no se encuentra otra salida que solicitar el favor divino, y cuando ésta se hace se establece una relación indisolu-ble donde el devoto ofrece rezos, promesas o mandas, flores y velas a cambio de que su petición sea aten-dida. Con ello corresponde al santo los sacrificios, oraciones, peregri-naciones o dones materiales, como los exvotos o milagros que dan tes-timonio de fe o representan la parte sanada y que tiene el propósito de manifestar la gratitud, así se acres-centa el culto al personaje divino. La forma más adecuada de exponer las peticiones es a través de las novenas, septenarios o triduos, publicaciones que en México apare-cen desde el siglo XVI. Esta costum-bre perdura hasta nuestros días y su lectura está al alcance de todas las personas, ahí está la comunión con

verso está en las serpientes de humo? ¿En alguna catarata marrón?, ¿están enlazados el mundo, las palabras, la gente?, o ¿somos nosotros los que con las palabras lo imaginamos? Una de las cosas que puede salvarnos es caminar. Un paso, luego otro, y así; no podemos dar dos pasos a la vez, eso sería algo como saltar, una farsa. También deja-mos de caminar por momentos (espa-cios en blanco). Una buena fotografía sería la de alguien caminando, aunque en este momento sólo esté escrito. Él supo si la puerta se estaba cerrando o abriendo.

* Nació en Zacatecas en 1985. Estudió la Licenciatura en Letras en la UAZ y la Maestría en Filo-sofía e Historia de las Ideas. Formó parte del Consejo Editorial de la Revista Reitia. Ha asistido al taller de creación literaria Bambú de la Unidad Académica de Letras de la UAZ, y al taller de poesía del Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde”, coordinado por Javier Acosta. [email protected]

lo sagrado, pero estas novenas tienen en la portada la imagen a quien está dedicada, además de tener un manual del usuario, y si esto se hace debida-mente se garantiza su efectividad, por ello marca puntualmente la hora, los días y los lugares donde se debe lle-var a cabo la invocación de la figura protectora que ha de ser el intercesor ante el altísimo, para que sea concedi-do el favor. Para convencer al creyen-te la novena tiene una pequeña reseña biográfica donde se narra vida y mila-gros del santo en cuestión. En la vida cotidiana están siempre presentes los santos y las vírgenes; algunos se po-nen de moda, otros pierden vigencia, pero su presencia siempre será inne-gable, nos acompañan a diario, se su-ben con nosotros el camión urbano, los pregonan y alaban en las plazas públicas. La Galería Rayón 554, rinde invocaciones y evocaciones y por tal motivo, para que esa noche sea plena invoco a uno de los muchos santos protectores de esta ciudad bizarra, San Nicolás Tolentino.

“Oh fuente perene de todas las gracias, dones y felicidad verda-dera, atiende a esta pobre criatura, renuévala, purifícala, consuélala, y mira que gime en este valle de trabajo y dolor, de tentación y de prueba, sin saber si es digna de amor o de odio, con terrible incertidumbre de su salud eterna, agobiada de aflicciones, cerca-da de peligros, expuesta a la enferme-dad corporal y espiritual ya la muerte.Da salud, los apacibles gozosy destierra el dolor y enfermedades;suaviza los rigores de tal suerte que dulce suavidad llegue a gozarse y caiga tu calor sobre las almasy el mundo en caridad llegue a incen-diarse…” Haga aquí su petición, amo-res imposibles, objetos extraviados, amantes impuntuales, trabajo, salud o buena muerte, recuerde que los ca-minos del señor son inescrutables y misteriosos, pero todos tienen una di-rección definida: Galería Rayón 554, lugar que ha de acoger peregrinos y prófugos de la cotidiana angustia.ii

Olor de Santidad

Sobre una fotografiade Octavio Paz

Por Gerardo del Río*

Por Ricardo Wong López*

Un puñado de cabras es un rebaño de piedras…Himno entre ruinas

ENCUENTRO TRADICIONAL DEL DÍA DE MUERTOSDel 26 de octubre al 4 de noviembre

MIÉRCOLES 26 DE OCTUBRE

Bellas Artes a todas partesLectura en voz alta: “Leo… luego existo”EMILIA CARRANZA, ActrizCasa Municipal de Cultura de ZacatecasEntrada libre / 19.00 hrsCoordinan: Instituto Nacional de Bellas Artes, Casa Municipal de Cultura de Zaca-tecas y elInstituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde”.

Inauguración exposiciónmultidisciplinariaLa catrina y el souvenir Tienda de Artesanías “Artemisa”Vestíbulo del Teatro Fernando Calderón20:00 hrs. Permanencia: 3 de noviembre

JUEVES 27

Inauguración exposición de esculturaFiesta de la muerteColección del Museo Nacional de Cultu-ras PopularesPatio Central del Museo Zacatecano19:00 hrs. Permanencia: 30 de noviembre

Música tradicionalMexicalavereandoMexicantaresDir. José Carlos ReyesMaría Cristina – Artista invitadaPatio Principal Centro Cultural Ciudadela del Arte 20:00 horas

VIERNES 28 DE OCTUBRE

FUNCIÓN DE GALACompañía Estatal de Danza Folklórica de ZacatecasDir. César Lara BañuelosTeatro Fernando Calderón20:00 horas. Admisión: Luneta $ 100.00 – Primer nivel $ 50.00

Inauguración exposición de pinturaEntre el horror y el éxtasisObra de Vicente NiñoSala de la Bóveda ICentro Cultural Ciudadela del Arte20:00 horas. Permanencia: 28 de noviembre

SÁBADO 29 DE OCTUBRE

Lectura dramatizadaMuertas enamoradasParticipan: Dina Carolina Esquivel Marín, Margarita H. Saucedo Cervantes,Claudia Solisandrade, Diana Carolina Flores CruzDir. Claudia SolisandradePrograma Estatal Salas de LecturaSala de la Bóveda I Centro Cultural Ciudadela del ArteEntrada libre / 19:00 horas

LUNES 31 DE OCTUBRE

Concurso de altares de muertosCasa Municipal de Cultura de Zacatecas19:00 horas. Premiación: 20: 30 horasCoordinan: Alianza Francesa de Zacatecas y Casa Municipal de Cultura de Zacatecas

Música tradicionalLos Huaraches – Jalisco Dir. Martín BarajasFondo Regional para la Cultura y lasArtes del Centro OccidentePlazuela Goitia 19:00 horas

MARTES 1 DE NOVIEMBRE

Exposición de arte urbanoCalaverasPortal de RosalesPermanencia: 30 de noviembreCoordina: Casa Municipal de Cultura de Zacatecas

CuentacuentosCuentos de muerte y otros sustosAndrés Briseño Hernández (Tato)Programa Estatal Salas de LecturaEscaleras del Antiguo Templo de San Agustín. 19:00 horas

MIÉRCOLES 2 DE NOVIEMBRE

CuentacuentosCuentos de muerte y otros sustosAndrés Briseño Hernández (Tato)Programa Estatal Salas de LecturaEscaleras del Antiguo Templo de San Agustín. 18:00 horas

Teatro y danzas tradicionalesTriste mi calaveraGrupo Multidisciplinario de Artes EscénicasDir. Martín Rodríguez BalderasCasa Municipal de Cultura de Zacatecas18:00 horas. Coordinan: Sección 34 del SNTE Casa Municipal de Cultura de Zacatecas

JUEVES 3 DE NOVIEMBRE

Teatro guiñolEl remendón de la muerteTeatro MarometaDir. Martín LetechipíaAuditorio del Museo de Arte Abstracto “Ma-nuel Felguérez”. Entrada libre / 10:00 horas

VIERNES 4 DE NOVIEMBRE

Teatro guiñolFrancisca y la muerteRehilete AzulDir. Gabriela RosasAuditorio del Museo de Arte Abstracto “Ma-nuel Felguérez”Entrada libre / 10:00 horas

Lamento y quejío: Cante y poesía del sentir fl amencoDir. Ángeles Valle – Eduardo CampechTaller de Danza Flamenca del I.Z.C.Antiguo Templo de San AgustínEntrada libre / 20:00 horas

Programa del 24 al 30 de octubre de 2011

**CICLO: SÁBADOS CON HAYAO MIYAZAKI**

**CICLO DE CINE FRANCÉS** (EN COORDINACIÓN CON LA ALIANZA

FRANCESA DE ZACATECAS)

**CICLO: ASESINOS Y LOCOS**

**CICLO: HOMENAJE KRZYSZTOF KIESLOWSKI**

Sábado 29 / 18:00 hrs.KIKI, ENTREGAS A DOMICILIO

Dir. Hayao MiyazakiJapón/ 1989/ 98 min.

Miércoles 26 / 18:00 hrs.LA DOBLE VIDA DE VERÓNICA

Dir. Krzysztof KieslowskiFrancia-Noruega-Polonia/1991/ 96 min.

Jueves 27 / 20:00 hrs.AZUL

Dir. Krzysztof KieslowskiFrancia/1993/ 98 min.

Viernes 28 / 20:00 hrs.BLANCO

Dir. Krzysztof KieslowskiFrancia/ 1994/ 92 min.

Sábado 29 / 20:00 hrs.ROJO

Dir. Krzysztof KieslowskiFrancia-Polonia-Suiza/1994/ 99 min.

Miércoles 26 / 18:00 hrs.UN FIL A LA PATTE

Dir. Michel DevilleFrancia/2005/79 min.

Miércoles 26 / 20:00 hrs.VIÓLAME

Dir. Virginie Despentes, Coralie Trinh ThiFrancia / 2000/ 80 min.

Viernes 28 / 18:00 hrs.LAS POQUIANCHIS

Dir. Felipe CazalsMéxico/1976/ 110 min.

Jueves 27 / 18:00 hrs.PSICOSIS

Dir. Alfred HitchcockEEUU/1960/ 109 min.

Domingo 30 / 18:00 hrs.EL RESPLANDOR Dir. Stanley Kubrick

EEUU|1980|146 min.

Nicky es una joven bruja de 13 años, en periodo de entrenamiento, que se divierte volando en su escoba junto a Jiji, un sabio gato negro. Según la tradición, todas las brujas de esa edad deben abandonar su hogar durante un año para saber valerse por sí mismas. Así, Nicky descubrirá lo que signifi ca la responsabilidad, la indepen-dencia y la amistad. En su camino Nicky y Jiji harán un nuevo amigo, Tombo, con el que vivirán extraordinarias aventuras.

Verónica vive en Polonia y tiene una brillante carrera como cantante, pero padece una grave dolencia cardiaca. A miles de kilómetros, en Francia vive Verónica, otra joven idéntica a ella con la que guarda muchas similitudes vitales, como sus dolen-cias y su gran pasión por la música. Ambas, a pesar de la distancia y de no tener aparentemente ninguna relación, son capaces de sentir que no están solas.

En un accidente de coche, Julie pierde a su marido Patrice, un prestigioso compo-sitor, y a su hija Anna. Al recuperarse de sus lesiones, decide comenzar una nueva vida, independiente, solitaria y anónima, alejada de los privilegios que antes disfru-taba. Pero en su vida se cruza Sandrine, una periodista especializada en música, que la persigue intentando probar que era Julie quien componía las piezas que hicieron famoso a su marido. También trata de sacarla de su aislamiento Olivier, el ayudante de Patrice, que está enamorado de ella desde hace muchos años, y que acaba convenciéndola para que termine el «Concierto para Europa», una ambiciosa obra inacabada de Patrice.

Karol ama profundamente a Dominique, que lo ha dejado por no cumplir sus de-beres conyugales. Entonces, gracias a su amigo Nicolaj, vuelve a su Polonia natal. Juntos emprenden con éxito un negocio, pero Karol sigue aún enamorado de Do-minique, y recuperarla sigue siendo su sueño.

Valentina, una joven estudiante que se gana la vida como modelo, atropella con su coche a una perra que espera cachorros. La búsqueda de su dueño le conduce a un juez jubilado con una extraña obsesión: espiar a los vecinos. Entre ellos se creará una relación especial...

ENCUENTRO TRADICIONAL DEL DÍA DE MUERTOSDel 26 de octubre al 4 de noviembre

MIÉRCOLES 26 DE OCTUBRE

Bellas Artes a todas partesLectura en voz alta: “Leo… luego existo”EMILIA CARRANZA, ActrizCasa Municipal de Cultura de ZacatecasEntrada libre / 19.00 hrsCoordinan: Instituto Nacional de Bellas Artes, Casa Municipal de Cultura de Zaca-tecas y elInstituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde”.

Inauguración exposiciónmultidisciplinariaLa catrina y el souvenir Tienda de Artesanías “Artemisa”Vestíbulo del Teatro Fernando Calderón20:00 hrs. Permanencia: 3 de noviembre

JUEVES 27

Inauguración exposición de esculturaFiesta de la muerteColección del Museo Nacional de Cultu-ras PopularesPatio Central del Museo Zacatecano19:00 hrs. Permanencia: 30 de noviembre

Música tradicionalMexicalavereandoMexicantaresDir. José Carlos ReyesMaría Cristina – Artista invitadaPatio Principal Centro Cultural Ciudadela del Arte 20:00 horas

VIERNES 28 DE OCTUBRE

FUNCIÓN DE GALACompañía Estatal de Danza Folklórica de ZacatecasDir. César Lara BañuelosTeatro Fernando Calderón20:00 horas. Admisión: Luneta $ 100.00 – Primer nivel $ 50.00

Inauguración exposición de pinturaEntre el horror y el éxtasisObra de Vicente NiñoSala de la Bóveda ICentro Cultural Ciudadela del Arte20:00 horas. Permanencia: 28 de noviembre

SÁBADO 29 DE OCTUBRE

Lectura dramatizadaMuertas enamoradasParticipan: Dina Carolina Esquivel Marín, Margarita H. Saucedo Cervantes,Claudia Solisandrade, Diana Carolina Flores CruzDir. Claudia SolisandradePrograma Estatal Salas de LecturaSala de la Bóveda I Centro Cultural Ciudadela del ArteEntrada libre / 19:00 horas

LUNES 31 DE OCTUBRE

Concurso de altares de muertosCasa Municipal de Cultura de Zacatecas19:00 horas. Premiación: 20: 30 horasCoordinan: Alianza Francesa de Zacatecas y Casa Municipal de Cultura de Zacatecas

Música tradicionalLos Huaraches – Jalisco Dir. Martín BarajasFondo Regional para la Cultura y lasArtes del Centro OccidentePlazuela Goitia 19:00 horas

MARTES 1 DE NOVIEMBRE

Exposición de arte urbanoCalaverasPortal de RosalesPermanencia: 30 de noviembreCoordina: Casa Municipal de Cultura de Zacatecas

CuentacuentosCuentos de muerte y otros sustosAndrés Briseño Hernández (Tato)Programa Estatal Salas de LecturaEscaleras del Antiguo Templo de San Agustín. 19:00 horas

MIÉRCOLES 2 DE NOVIEMBRE

CuentacuentosCuentos de muerte y otros sustosAndrés Briseño Hernández (Tato)Programa Estatal Salas de LecturaEscaleras del Antiguo Templo de San Agustín. 18:00 horas

Teatro y danzas tradicionalesTriste mi calaveraGrupo Multidisciplinario de Artes EscénicasDir. Martín Rodríguez BalderasCasa Municipal de Cultura de Zacatecas18:00 horas. Coordinan: Sección 34 del SNTE Casa Municipal de Cultura de Zacatecas

JUEVES 3 DE NOVIEMBRE

Teatro guiñolEl remendón de la muerteTeatro MarometaDir. Martín LetechipíaAuditorio del Museo de Arte Abstracto “Ma-nuel Felguérez”. Entrada libre / 10:00 horas

VIERNES 4 DE NOVIEMBRE

Teatro guiñolFrancisca y la muerteRehilete AzulDir. Gabriela RosasAuditorio del Museo de Arte Abstracto “Ma-nuel Felguérez”Entrada libre / 10:00 horas

Lamento y quejío: Cante y poesía del sentir fl amencoDir. Ángeles Valle – Eduardo CampechTaller de Danza Flamenca del I.Z.C.Antiguo Templo de San AgustínEntrada libre / 20:00 horas

Programa del 24 al 30 de octubre de 2011

**CICLO: SÁBADOS CON HAYAO MIYAZAKI**

**CICLO DE CINE FRANCÉS** (EN COORDINACIÓN CON LA ALIANZA

FRANCESA DE ZACATECAS)

**CICLO: ASESINOS Y LOCOS**

**CICLO: HOMENAJE KRZYSZTOF KIESLOWSKI**

Sábado 29 / 18:00 hrs.KIKI, ENTREGAS A DOMICILIO

Dir. Hayao MiyazakiJapón/ 1989/ 98 min.

Miércoles 26 / 18:00 hrs.LA DOBLE VIDA DE VERÓNICA

Dir. Krzysztof KieslowskiFrancia-Noruega-Polonia/1991/ 96 min.

Jueves 27 / 20:00 hrs.AZUL

Dir. Krzysztof KieslowskiFrancia/1993/ 98 min.

Viernes 28 / 20:00 hrs.BLANCO

Dir. Krzysztof KieslowskiFrancia/ 1994/ 92 min.

Sábado 29 / 20:00 hrs.ROJO

Dir. Krzysztof KieslowskiFrancia-Polonia-Suiza/1994/ 99 min.

Miércoles 26 / 18:00 hrs.UN FIL A LA PATTE

Dir. Michel DevilleFrancia/2005/79 min.

Miércoles 26 / 20:00 hrs.VIÓLAME

Dir. Virginie Despentes, Coralie Trinh ThiFrancia / 2000/ 80 min.

Viernes 28 / 18:00 hrs.LAS POQUIANCHIS

Dir. Felipe CazalsMéxico/1976/ 110 min.

Jueves 27 / 18:00 hrs.PSICOSIS

Dir. Alfred HitchcockEEUU/1960/ 109 min.

Domingo 30 / 18:00 hrs.EL RESPLANDOR Dir. Stanley Kubrick

EEUU|1980|146 min.

Nicky es una joven bruja de 13 años, en periodo de entrenamiento, que se divierte volando en su escoba junto a Jiji, un sabio gato negro. Según la tradición, todas las brujas de esa edad deben abandonar su hogar durante un año para saber valerse por sí mismas. Así, Nicky descubrirá lo que signifi ca la responsabilidad, la indepen-dencia y la amistad. En su camino Nicky y Jiji harán un nuevo amigo, Tombo, con el que vivirán extraordinarias aventuras.

Verónica vive en Polonia y tiene una brillante carrera como cantante, pero padece una grave dolencia cardiaca. A miles de kilómetros, en Francia vive Verónica, otra joven idéntica a ella con la que guarda muchas similitudes vitales, como sus dolen-cias y su gran pasión por la música. Ambas, a pesar de la distancia y de no tener aparentemente ninguna relación, son capaces de sentir que no están solas.

En un accidente de coche, Julie pierde a su marido Patrice, un prestigioso compo-sitor, y a su hija Anna. Al recuperarse de sus lesiones, decide comenzar una nueva vida, independiente, solitaria y anónima, alejada de los privilegios que antes disfru-taba. Pero en su vida se cruza Sandrine, una periodista especializada en música, que la persigue intentando probar que era Julie quien componía las piezas que hicieron famoso a su marido. También trata de sacarla de su aislamiento Olivier, el ayudante de Patrice, que está enamorado de ella desde hace muchos años, y que acaba convenciéndola para que termine el «Concierto para Europa», una ambiciosa obra inacabada de Patrice.

Karol ama profundamente a Dominique, que lo ha dejado por no cumplir sus de-beres conyugales. Entonces, gracias a su amigo Nicolaj, vuelve a su Polonia natal. Juntos emprenden con éxito un negocio, pero Karol sigue aún enamorado de Do-minique, y recuperarla sigue siendo su sueño.

Valentina, una joven estudiante que se gana la vida como modelo, atropella con su coche a una perra que espera cachorros. La búsqueda de su dueño le conduce a un juez jubilado con una extraña obsesión: espiar a los vecinos. Entre ellos se creará una relación especial...

Cervantino (parte I)El inicio de la edición 39 del Festival Internacional Cervantino, en cuanto a oferta musical, ha sido, además de irregular, bastante sorpresivo en tanto a lo esperado y, como en los últimos años, condescendiente para los entu-siastas de la recolección de perlas para el anecdotario. Viajé a Guanajuato el pri-mer fin de semana motivado por la expectativa de presenciar el debut en México de uno de los clarinetistas más representativos de la escena in-ternacional actual, el finlandés Kari Kriikku, cuya presencia al frente de la orquesta de cámara Avanti! se había anunciado para los conciertos que el ensamble ofreció en el Templo de la Valenciana (sábado 15) y el Templo de la Compañía (domingo 16). El programa propuesto por Avanti! me obligaba a estar ahí: uno de los cuartetos para clarinete y cuerdas de Bernhard Crussell en el programa de la Valenciana y el estreno mundial del Concertino de Juan Trigos en la Compa-ñía, ambos protagonizados por Kriikku. Más allá de eso, no me parecían igual de atractivos la “adaptación a teatro” de Pe-ter Brook a La Flauta Mágica de Mozart o el concierto de una orquesta vienesa dedicada a tocar en instrumentos “de época” –prejuicios y manías personales aparte; pero escuchar un pedacito de la Filarmónica de Berlín a través de uno de sus cuartetos de cuerda sonaba a un delicioso e imperdible entremés que re-dondeaba este primer acercamiento a la fiesta del espíritu. El recital de la mañana del sábado 15 fue bastante poco favorable para la idea que muchos guardamos ahora del grupo finlandés y cuyos miembros –quizá para bien- no fue-ron consignados en papel. Un cuar-teto de cuerdas de Erik Tulindberg daba paso al Primer Cuarteto, op. 2 de Crussell (del que movimientos y número de obra también fueron omi-tidos), cuyo protagonista nunca supo acoplar sus poco claras articulaciones y estilo al del trío de cuerdas, que pre-firió bajar aún más su minúsculo so-nido en los pasajes más complicados para evitar obviar lo balbuceado de su ejecución y que, por supuesto, no era Kari Kriikku, sino Asko Heisknanen. Me acerqué a Lydia Cama-cho, directora del Festival, y a Jaime Márquez, director de programación, para preguntar sobre las omisiones en el programa y la ausencia de la figu-ra central del clarinete en los países nórdicos, pensando que quizá sólo estuviera programado para el estreno del concertino mexicano. Ninguno de ellos sabía que quien tocaba era Heis-knanen; buscamos a la manager del

Por Iván Martínez*

ensamble y ella, tranquilamente, plati-caba del concierto que en ese momen-to daba Kriikku en Ámsterdam. Tras el intermedio, la sopra-no Pia Freund cantó medianamente seis canciones de Sibelius y un chelista –también desconocido- llevó a cabo una aburrida ejecución de la Melinco-nia del mismo autor. El domingo evité la velada; ya lo he dicho en varias ocasiones: des-confío de un intérprete de música con-temporánea que no puede ejecutar co-rrectamente el repertorio tradicional. Vaya grata sorpresa que me llevé, en cambio, con la versión de

Peter Brook a La Flauta Mágica de Mozart. Con arreglos musicales (y un par de arias nuevas de su autoría, que bien pudieron sobrar) de Franck Krawczyk, Brook supo resumir con elocuencia en poco más de hora y media la ópera de Mozart, cambiando algún orden en la música para adap-tarla a su versión y otorgando mayor importancia a la parte escénica, que fue bien respaldada por una esceno-grafía mínima y un par de actores en el lugar de casi todos los personajes originales secundarios. Sin ser sorpresivo, el recital del domingo 16 en el Templo de la Va-lenciana, con el Philharmonia Quartet, confirmó que no es inevitable que mú-sicos dedicados de tiempo completo a una orquesta puedan hacer música de cámara al mismo nivel. Ofrecieron so-brias ejecuciones de los Cuartetos nos. 64 y 32 de Haydn en la primera parte y en la segunda, una vibrante lectura del no. 59, no. 2 de Beethoven. Esa noche, la sorpresa vino de la orquesta Wiener Akademie, un ensamble aplaudido “por su esplén-dido trabajo en la exploración de los

repertorios clásico y romántico con ins-trumentos, técnicas y estilos de época”. Bajo la dirección de su titular Martin Haselböck, un elenco reducido de la orquesta brindó una correctísima Sexta Sinfonía de Haydn para luego, con la Cuarenta de Mozart, mostrar toda una amplia paleta de posibilida-des expresivas de las que no cualquier ensamble “de época” está dotado. El programa culminó con una lectura monumental de la Quinta Sinfonía de Schubert, en la que la unidad de su sección de cuerdas fue ejemplar. Tras la apabullante Quinta Sinfonía de Tchaikovsky de la noche

del miércoles 19 en la Sala Netzahual-cóyotl, con Alexander Titov al frente, regresé a Guanajuato con el ánimo de escuchar el segundo programa de la Sinfónica de San Petesburgo, esta vez con Vladimir Lande al frente. Mala noche: el pianista Maxim Mo-gilevsky pudo ser aún más burdo en su ejecución del Primer Concierto de

Tchaikovsky que dos noches antes con el Segundo de Prokofiev y Lande no fue capaz de igualar la nitidez en su obertura a Candide de Bernstein con la aplastante unidad que las cuerdas brindaron a Titov para su Ruslan y Ludmila de Glinka. La Quinta de Shostakovich que cerró el programa en Guanajuato fue correcta sin llegar a lo memorable y el encore no pudo ser disfrutado luego de los constantes apagones que sufrió el Teatro Juárez. Poco podré decirle del con-cierto de Roby Lakatos el jueves 20, del que tuve que salir por un dolor de cabeza provocado por la estruendosa

sonorización. De la celebración por el Bicentenario del natalicio de Franz Liszt, que en Guanajuato se festeja con un recital de Leslie Howard y con el estreno en México de la única ópera del compositor húngaro, Don Sanche, ya le hablaré en una siguiente entrega.

* [email protected]

Sinfónica de San Petesburgo. Foto: Alex Villalobos

La flauta mágica, de Mozart. Dir. Peter Brook. Foto: Christa Crowie

En 1999, durante el Festival Cultu-ral, pasaban un pequeño ciclo en el cine Acuario y justo ahí me encon-tré con una de mis cintas favoritas: Marius y Jeanette. En aquellos ayeres el cine de compromiso observaba un enorme cambio, tanto en su temática como en la forma de abordarla. Ro-bert Guédiguian director de Marius y Jeanette, se caracteriza por � lmar sus cintas siempre en el mismo ba-rrio popular de Marsella y con el mismo equipo actoral, cuyo deno-minador común es ofrecernos un cine comprometido con su entorno y realidad cotidiana. Todo en sus pelí-culas transpira ese deseo de comuni-car, expresar sentimientos y resaltar las contradicciones sociales de su entorno. Para ello, nos sumerge en una historia de personajes reales, de carne y hueso, que asumen su fata-lidad. Pero Guédiguian es optimista y plantea que también la gente de a pie puede resurgir, y para ello el vehí-culo elegido es una historia de amor entre pobres, en la que lo único que importa es el hecho de vivir juntos y subsistir de la mejor manera po-sible. Y nos lo cuenta dentro de una estructura coral, con unos persona-jes bien de� nidos, que habitan en el mismo bloque de viviendas, desde

Todavía no llega el día, repites. Te miro y no puedo respon-der nada. En el fondo ambos sabemos que es mejor así sin hacer ningún ri-tual de despedida. ¿Qué podríamos decir?, en-tre nosotros un hasta luego no es po-sible. No podemos engañarnos con frases hechas. Sabes. Sabemos, que el fu-turo no existe para nosotros; no hay mañana o porvenir que vuelvan a sorprendernos juntos. Ni siquiera han dado las 5:00, no te puedes ir así, tan de temprano. Te miro una vez más, recojo del suelo la corbata, me la ato al cuello, hago y deshago una y otra vez el nudo. Tomas el control y encien-des el televisor. En él sólo programas de ventas, las monótonas voces re-sultan narcóticas. Yo te miro a través del es-pejo, buscando la manera de salir. De repente se ha retirado de mí la fuerte determinación de marcharme. ¿Cómo hacerlo sin mirar tus ojos? ¿Cómo salir sabiendo que te queda-rás tan sola?

la comunista militante de la guerra hasta el votante del Frente Nacional. Todos ellos tienen asumido su rol cotidiano, en una sociedad que no los deja salir del puesto que les ha asignado; el destino es inmisericor-de con ellos y, sin embargo, necesi-tan y quieren vivir. Marius (Gérard Meylan) es un personaje encerrado en sí mismo, asume que no puede huir de su territorio, la fábrica de ce-mento donde trabaja como velador, ni física ni emocionalmente. Jeanette (Ariane Ascaride) es una perdedora que no se resigna a su suerte. Su en-cuentro, casual, es el hilo conductor de la historia desde la cual todos los personajes desgranan sus pensa-mientos y donde Justin (Jaques Bou-der), el maestro jubilado, establece ese nexo necesario entre la memoria histórica y la realidad actual, con sus amenazas, representadas en Dedé (Jean-Pierre Darroussin) y su voto al Frente Nacional y a los integristas (fantástica la charla de Justin a los ni-ños en el malecón, donde les explica que “los integristas son daltonianos de la religión que querrían que todos, al igual que ellos, vieran el mundo de color gris”). El gran mérito de Guédi-guian es hacer partícipe al espec-

Espera siquiera a que salga el sol. Una vez más � njo no es-cuchar. Me encierro en el cuarto de baño. No puedo llorar, aunque de pronto tenga tantas ganas de hacerlo. Por mi mente pasan imáge-nes de tantas y tantas despedidas. Mi padre en la sala hablán-donos como si fuéramos personas mayores, explicando tantas cosas que no comprendíamos. Mi madre llorando en el cuarto del fondo; yo sin entender nada; me pareció raro que, papá, nos diera la mano y un beso, agitaba la mano como un tonto cuando salió. Juan, mi hermano ma-yor, corrió al cuarto a abrazar a mi madre, más tarde él también se iría a trabajar lejos, siempre prometiendo volver. Mi madre al morir también se despidió, sus palabras se me queda-ron grabadas en la memoria. Ésta es la única despedida que por más que uno quiera no puede tener regreso. ¿Cómo decir adiós sin que duela? Echo agua en mi rostro, me seco con la toalla limpia, blanquísi-ma; con olor a lavandería, a cloro.

Por Ester Cárdenas

Por Pilar Alba

tador de lo que está contando, de compartir los miedos de Marius, el desasosiego de Jeanette, la lucidez de Justin, la desesperanza de todos y re-solverlo con optimismo, sin caer en la moraleja. Trece años después pue-do imaginarme a todos estos perso-najes entrañables, codo a codo con los indignados.

Por cierto, no quisiera dejar de men-cionar la espléndida labor que está realizando Gaby Marcial al frente de nuestra Cineteca Zacatecas, los ciclos que está organizando son un bocado de cardenal y gracias a su gestión, inteli-gente y precisa pronto podremos volver a degustar la Muestra Internacional de Cine. Honor a quien honor merece.

En la madrugada

Afuera cesa el ruido de la televisión, salgo con la esperanza de que ya estés dormida, que el sueño se haya convertido en el cómplice que me evite el amargo momento de decir adiós. Pero salgo y estás despierta, vestida, con el bolso colgado en el

hombro, el abrigo y la bufanda atada al cuello. Te sorprendes al verme salir del baño. Es temprano, lo sé, dices; pero voy a dar una vuelta, vuelvo enseguida; dices mientras sales sin mirar atrás y cierras la puerta.

Deneb Arellano

En 1999, durante el Festival Cultu-ral, pasaban un pequeño ciclo en el cine Acuario y justo ahí me encon-tré con una de mis cintas favoritas: Marius y Jeanette. En aquellos ayeres el cine de compromiso observaba un enorme cambio, tanto en su temática como en la forma de abordarla. Ro-bert Guédiguian director de Marius y Jeanette, se caracteriza por � lmar sus cintas siempre en el mismo ba-rrio popular de Marsella y con el mismo equipo actoral, cuyo deno-minador común es ofrecernos un cine comprometido con su entorno y realidad cotidiana. Todo en sus pelí-culas transpira ese deseo de comuni-car, expresar sentimientos y resaltar las contradicciones sociales de su entorno. Para ello, nos sumerge en una historia de personajes reales, de carne y hueso, que asumen su fata-lidad. Pero Guédiguian es optimista y plantea que también la gente de a pie puede resurgir, y para ello el vehí-culo elegido es una historia de amor entre pobres, en la que lo único que importa es el hecho de vivir juntos y subsistir de la mejor manera po-sible. Y nos lo cuenta dentro de una estructura coral, con unos persona-jes bien de� nidos, que habitan en el mismo bloque de viviendas, desde

Todavía no llega el día, repites. Te miro y no puedo respon-der nada. En el fondo ambos sabemos que es mejor así sin hacer ningún ri-tual de despedida. ¿Qué podríamos decir?, en-tre nosotros un hasta luego no es po-sible. No podemos engañarnos con frases hechas. Sabes. Sabemos, que el fu-turo no existe para nosotros; no hay mañana o porvenir que vuelvan a sorprendernos juntos. Ni siquiera han dado las 5:00, no te puedes ir así, tan de temprano. Te miro una vez más, recojo del suelo la corbata, me la ato al cuello, hago y deshago una y otra vez el nudo. Tomas el control y encien-des el televisor. En él sólo programas de ventas, las monótonas voces re-sultan narcóticas. Yo te miro a través del es-pejo, buscando la manera de salir. De repente se ha retirado de mí la fuerte determinación de marcharme. ¿Cómo hacerlo sin mirar tus ojos? ¿Cómo salir sabiendo que te queda-rás tan sola?

la comunista militante de la guerra hasta el votante del Frente Nacional. Todos ellos tienen asumido su rol cotidiano, en una sociedad que no los deja salir del puesto que les ha asignado; el destino es inmisericor-de con ellos y, sin embargo, necesi-tan y quieren vivir. Marius (Gérard Meylan) es un personaje encerrado en sí mismo, asume que no puede huir de su territorio, la fábrica de ce-mento donde trabaja como velador, ni física ni emocionalmente. Jeanette (Ariane Ascaride) es una perdedora que no se resigna a su suerte. Su en-cuentro, casual, es el hilo conductor de la historia desde la cual todos los personajes desgranan sus pensa-mientos y donde Justin (Jaques Bou-der), el maestro jubilado, establece ese nexo necesario entre la memoria histórica y la realidad actual, con sus amenazas, representadas en Dedé (Jean-Pierre Darroussin) y su voto al Frente Nacional y a los integristas (fantástica la charla de Justin a los ni-ños en el malecón, donde les explica que “los integristas son daltonianos de la religión que querrían que todos, al igual que ellos, vieran el mundo de color gris”). El gran mérito de Guédi-guian es hacer partícipe al espec-

Espera siquiera a que salga el sol. Una vez más � njo no es-cuchar. Me encierro en el cuarto de baño. No puedo llorar, aunque de pronto tenga tantas ganas de hacerlo. Por mi mente pasan imáge-nes de tantas y tantas despedidas. Mi padre en la sala hablán-donos como si fuéramos personas mayores, explicando tantas cosas que no comprendíamos. Mi madre llorando en el cuarto del fondo; yo sin entender nada; me pareció raro que, papá, nos diera la mano y un beso, agitaba la mano como un tonto cuando salió. Juan, mi hermano ma-yor, corrió al cuarto a abrazar a mi madre, más tarde él también se iría a trabajar lejos, siempre prometiendo volver. Mi madre al morir también se despidió, sus palabras se me queda-ron grabadas en la memoria. Ésta es la única despedida que por más que uno quiera no puede tener regreso. ¿Cómo decir adiós sin que duela? Echo agua en mi rostro, me seco con la toalla limpia, blanquísi-ma; con olor a lavandería, a cloro.

Por Ester Cárdenas

Por Pilar Alba

tador de lo que está contando, de compartir los miedos de Marius, el desasosiego de Jeanette, la lucidez de Justin, la desesperanza de todos y re-solverlo con optimismo, sin caer en la moraleja. Trece años después pue-do imaginarme a todos estos perso-najes entrañables, codo a codo con los indignados.

Por cierto, no quisiera dejar de men-cionar la espléndida labor que está realizando Gaby Marcial al frente de nuestra Cineteca Zacatecas, los ciclos que está organizando son un bocado de cardenal y gracias a su gestión, inteli-gente y precisa pronto podremos volver a degustar la Muestra Internacional de Cine. Honor a quien honor merece.

En la madrugada

Afuera cesa el ruido de la televisión, salgo con la esperanza de que ya estés dormida, que el sueño se haya convertido en el cómplice que me evite el amargo momento de decir adiós. Pero salgo y estás despierta, vestida, con el bolso colgado en el

hombro, el abrigo y la bufanda atada al cuello. Te sorprendes al verme salir del baño. Es temprano, lo sé, dices; pero voy a dar una vuelta, vuelvo enseguida; dices mientras sales sin mirar atrás y cierras la puerta.

Deneb Arellano