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SUPLEMENTO CULTURAL No. 196 - 4 DE MAYO DE 2015 - AÑO 4 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN El artista plástico Enrique Barajas Pro, nació el 14 de abril de 1971 en Fresnillo, Zacatecas. En 1994 ingresó al Taller de Pintura y Grabado Julio Ruelas -cuyo fundador y director fuera el pintor Alejandro Nava- tras abandonar sus estudios de arquitectura y decidir dedicarse por completo a las artes plásticas. Su formación autodidacta continúa. En páginas centrales, en la sección El taller, el estudio, el espacio del artista, Barajas Pro nos habla de su vida y nos comparte algo de su obra más reciente.

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SUPLEMENTO CULTURAL No. 196 - 4 DE MAYO DE 2015 - AÑO 4 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

El artista plástico Enrique Barajas Pro, nació el 14 de abril de 1971 en Fresnillo, Zacatecas. En 1994 ingresó al Taller de Pintura y Grabado Julio

Ruelas -cuyo fundador y director fuera el pintor Alejandro Nava- tras abandonar sus estudios de arquitectura y decidir dedicarse por completo

a las artes plásticas. Su formación autodidacta continúa. En páginas centrales, en la sección El taller, el estudio, el espacio del artista, Barajas Pro

nos habla de su vida y nos comparte algo de su obra más reciente.

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LA GUALDRA NO. 196 / 4 DE MAYO DE 2015 / AÑO 4

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Crónica de un zacatecanoen Coachella[Tercera parte]Por Juan Concha

Arena GalaxiaPor Edgar KhondeLentes para el solPor Pilar AlbaEstampidaPor Roberto Galaviz

Una mirada oportuna aluniverso de Francisco TarioPor Mauricio Flores

El taller, el estudio,el espacio del artistaEnrique Barajas Pro

Plaza de Armas y lasbibliotecas invisiblesPor Eduardo Campech MirandaCastillo de sal si puedesPor Ester Cárdenas

Desayuno en Tiffany’s, mon kuListo el Festival de CannesPor Carlos Belmonte GreyReflexiones del mundo superfluo IIIPor Carlos Flores

Alfonso Vázquez SosaMedalla al Mérito MusicalCandelario Huízar 2015Por Jánea Estrada Lazarín

La cadena alimenticiaPor Yamilet FajardoÚltima estaciónPor Carlos Martín BriceñoUna bandada de palomasPor Alberto Huerta

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La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Carmen Lira SaadeDir. General

Raymundo Cárdenas VargasDir. La Jornada de [email protected]

Jánea Estrada LazarínDir. La Gualdra

[email protected]

Roberto Castruita y Enrique MartínezDiseño Editorial

Juan Carlos VillegasIlustraciones

[email protected]

En Valparaíso Zacatecas, concretamente en la comunidad de Potrero de Gallegos, se lleva a cabo cada 3 de mayo la escenificación de un Coloquio como parte de las festivida-des religiosas realizadas en honor a la Santa Cruz. El Coloquio es una puesta en escena en la que participa toda la comunidad -algu-nos como actores, los demás como especta-dores- y es una tradición que tiene más de 100 años; la escenificación inicia alrededor de las 9 de la noche y termina en la madru-gada del 4 de mayo.

Esta fiesta popular religiosa es rica no sólo por la antigüedad que tiene sino por-que lograr reunir a todos los habitantes que viven en ese lugar y a quienes viven en Es-tados Unidos. Cada año, los que han tenido que migrar regresan a su pueblo y los que no pueden venir contribuyen mandando dólares para que la fiesta se pueda realizar; porque la fiesta no es nada sencilla: los ves-tuarios son confeccionados con esmero, las máscaras son trabajadas con sumo detalle en su decorado y la cantidad de pólvora que se usa durante la puesta en escena es sencilla-mente impresionante.

El texto de este Coloquio es muy antiguo –probablemente de finales del siglo XIX o de principios del siglo XX- y prácticamente no ha sufrido modificaciones; los participan-tes de esta puesta en escena han sido muy cuidadosos en respetar al pie de la letra lo que el texto dice y lo tienen perfectamente memorizado; he de decir que no sólo los ac-tores, también los espectadores, porque los papeles se van rolando entre los habitantes de la comunidad. Curiosamente, el tema es la lucha entre el bien y el mal representado a través de una pastorela, de ésas que sue-len presentarse en otros lugares durante diciembre.

La dirección está a cargo de los hombres con más experiencia, los que han participado más veces en el Coloquio, y es un asunto consensuado que la dirección sea colectiva. Del lado del bien están los pastores que van en procesión buscando al niño Jesús recién nacido, amparados por los ángeles y los ar-cángeles que los cuidan de los peligros en su peregrinar; del lado del mal está el demonio, que manda a sus emisarios encarnados en distintos personajes que representan a los pecados capitales, para evitar que los pas-tores cumplan con su objetivo. Durante la representación, los personajes malos portan máscaras con pólvora, los efectos logrados son impresionantes. Atrás del escenario está el coro, es decir, un grupo de señores que

cantan, con tono acardenchado entre escena y escena, alabanzas y melodías dulces en honor a Dios.

El vestuario es el que ha sufrido algunas modificaciones; originalmente las telas utili-zadas eran de satín y manta, actualmente se usan telas metálicas, brillantes. Poco a poco la influencia de quienes viven en Estados Unidos se ha hecho notar; en años recientes, por ejemplo, ciertos personajes han utilizado ya esas botas extrañísimas utilizadas en el llamado “baile tribal” como parte de la su indumentaria; aun así, se sigue respetando lo fundamental: el texto original y la profunda devoción con la que actúan.

El Coloquio de Potrero de Gallegos se lleva a cabo en la cancha de básquet ubicada frente a la iglesia; ese espacio público comu-nitario tan característico de los ranchos que sirve como espacio de reunión durante todo el año. Ahí, al fondo, han construido ya su propio escenario. Los espectadores sacan las sillas de sus casas, algunos otros llevan hasta colchonetas y cobijas para estar más cómo-dos, porque la representación dura toda la noche, sin parar. En la madrugada, cuando el bien ha triunfado, actores y espectadores realizan una procesión por las calles del pueblo: la gente mayor lleva la Santa Cruz al frente y los demás marchan detrás, cantando y rezando hasta llegar nuevamente a la igle-sia. Eso es cada año.

A alguien se le ha ocurrido reciente-mente, que la cancha necesita un techo. Esa idea de modernidad de quienes viven en el extranjero ha ocasionado ya que el hermoso empedrado de las calles del Potrero se haya sustituido por piso de cemento. Ojalá que alguien los haga desistir de modificar de esa manera un espacio que por tradición debe ser abierto.

En nuestra ciudad ¿quién logrará que las autoridades desistan de modificar la Plaza de Armas? Si bien es cierto que debemos trabajar para preservar nuestras tradiciones, también es cierto que debemos defender nuestros espacios de las acciones arbitrarias que no toman en cuenta a los habitantes y sus tradiciones. Techar la cancha en Potrero de Gallegos o modificar la Plaza de Armas en Zacatecas no tiene sentido, sobre todo cuando hay tantas prioridades por atender. De eso hablaremos después.

Que disfrute su lectura.

Jánea Estrada Lazarí[email protected]

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nos tocaba caminar hasta el escenario Sahara para escuchar a Madeon, productor y Dj fran-cés. De lo más ligero que se podía ver en ese escenario, aunque no dejó de ser agradable. Su house francés y sintético, nos hizo levantar las manos y seguir bailando. Uno de los mejores momentos fue cuando realizó un remix de su tema “Pay no mind”, sencillo lanzado este mismo año junto a Passion Pit; gran rola.

Aprovechamos el momento para refrescar-nos en el escenario cerrado y con aire acon-dicionado Yuma. Guy Gerber, este Dj israelí que mezcla ritmos techno y house, realizó una buena presentación en el festival, la verdad es que no había que hacer mucho, ya que la gente estaba tan contenta que bastaba con elegir adecuadamente las secuencias para tenernos a su merced.

No podíamos quedarnos más tiempo en Yuma, para nosotros, era tiempo del plato fuerte de esa noche. La voz incomparable, la

presencia única y los acordes mágicos de la reina de esa noche: Florence and the Machine. Abriéndonos paso entre la multitud, logra-mos hacernos de un excelente lugar entre los fanáticos. Esta londinense no paró de brincar y alentar al público durante toda su presenta-ción, éxito tras éxito, intercalando temas de su nuevo disco titulado How big, How blue, How beautiful, nos hicieron sonreír sin poder evitarlo. Un gran concierto, muy emotivo. Florence terminó con su éxito más conocido: “Dog days are over”, invitándonos a todos a abrazarnos y ser felices. Gracias Florence, nunca voy a olvidar ese concierto.

Antes de la última presentación del esce-nario principal, nos tocó la suerte de ver a un muy buen grupo, esto ya con cerveza en mano, de L.A.: Fitz and the Tantrums. Mi momento favorito: el tema “The Walker”, debo admitir que ya me encontraba muy cansado, pero escuchar esos silbidos me hicieron querer aún más fiesta. Así estuvimos hasta las 10:30 pm.

Todo, todito, todo lo que empieza, se tiene que acabar. Así es. Llegó la hora de la verdad, el festival estaba dando sus últimas patadas. Para cerrar nuestro festival, teníamos algunas opciones, nosotros optamos –por comodidad y cercanía más que nada- por Drake. El rapero nacido en Toronto era de lo más comercial que ofrecía este festival, y le tocaba cerrar el escenario principal. Tengo que decir que no me gustó. Parecía que sus temas estaban mal improvisados, cada vez terminaba los mismos ya sea con una trompeta extraña o un sonido de una bomba. Provocó mis carcajadas el no comprender cómo un artista de ese renombre puede terminar así sus canciones. Alguien te-nía que rescatarlo, la indicada para ese trabajo fue la reina del pop: Madonna. A sus 56 años nos sorprendió a todos. Es bella, es ágil y canta como si tuviera 30 años. Cantando sus dos temas “Human Nature” y una pequeña parte de “Hung Up”, fue lo mejor del concierto de Drake.

Todo se había acabado, el rey de los festiva-les, en su primer fin de semana, había llegado a su fin. Solamente quedaba trasnochar con unas cervezas para intentar –sin lograrlo – que no llegara lo inevitable, regresar a la cotidianeidad.

Solamente me resta decir que si alguien se atreve a decir que Coachella es un festival que no sirve, que no vale la pena, o que está arruinado, simplemente es porque nunca ha estado ahí. Coachella es el rey de los festivales actualmente. Si no has vivido esta experiencia, tienes que hacerlo. Un servidor se despidió del festival más importante de toda América con una promesa: volveré.

Queridos lectores de La Gualdra, espero verlos pronto, gracias.

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Definitivamente despertamos esa mañana de domingo con un sentimiento de tristeza, pero también de mucha felicidad, algo extraño. So-lamente nos quedaba un día en el festival que logra crear una gran y divertida experiencia completa. Una nutrida oferta de artistas de todo el mundo, un desfile de celebridades, un lugar mágico, y también una concurrencia de chicas bellas en poca ropa. Gracias.

Era el domingo y comenzábamos nuestra jornada con una banda que fue añadida al fes-tival de último minuto: Night Terrors of 1927. Ellos son oriundos de Los Ángeles y tienen apenas un disco en su haber: Everything coming up roses. Su sonido es totalmente indie rock, con algunos toques sutiles de sonidos electrónicos, muy bailable y disfrutable, una grata sorpresa para abrir en punto de las 12:30 del día, el escenario Gobi.

El calor era insoportable, y para combatir la tristeza de ser el último día, lo mejor era una cerveza de 10 dólares –sí, diez dólares- y ca-minar al escenario Outdoor, ahí la comunidad latina tenía presencia en Coachella con una banda de sonido muy peculiar y que llamó a los oídos más curiosos: Chicano Batman. Esta banda formada por cuatro chicanos radicados en Los Ángeles, juega con sonidos que van desde el soul, jazz y tropical hasta el surf rock. Ataviados con sus mejores trajes retro, estos muchachos nos hicieron bailar a todos, mu-cha energía y buena onda desplegada en un escenario.

Parecía que todas las bandas de L.A. se habían apropiado de ese domingo, ahora en el escenario principal era el turno de Saint Motel. Esta banda de indie pop, lo dejó todo en el escenario, se notaba que estaban felices, como todos en el festival. El sol encima, sin piedad; el momento cúspide fue cuando tocaron su sencillo: “My type”, tema con gran energía musical. Báilele.

No podíamos olvidarnos del escenario que nos había dado tantos buenos momentos durante el fin de semana: Sahara. Era mo-mento de seguir bailando –ya descansaremos cuando estemos muertos- ahora con uno de los mejores Djs que he visto: Claude VonStroke. Originario de San Francisco, este productor llenó el escenario de ritmos house, algo que es denominado GhettoTech y por supuesto mini-mal y techno. Qué buena fiesta hizo este señor. Hay que decir que el público de este escenario es muy exigente, tienes que atraparlo, sedu-cirlo y mandarlo a volar. Así lo hizo Claude VonStroke.

Después de esa intensa sesión de baile, un pequeño respiro para refrescarse y comer algo. Mientras tanto, escuchabas de lejos a Mac de Marco o Circa Survive, aunque con poca

atención. Coachella es perfecto para socializar, la mayoría de las personas están abiertas a hacerlo, algunas nos chulearon la ropa, algunas otras mis tatuajes, y otras sin menos tapujos, hasta tomaron fotografías de mi tatuaje de Yoda.

4:25 pm. En el escenario principal se pre-sentaba St. Lucia. Uno de los mejores momen-tos que nos dio ese domingo. La propuesta de este sudafricano radicado en Nueva York es muy buena. Sus sonidos netamente electró-nicos, llenos de sintetizadores, nos hicieron brincar a todos, sobre todo cuando tocaron el sencillo “Elevate”.

En ese mismo escenario se presentaba una de las voces femeninas más agradables y también hermosas del festival: Marina and the Diamonds. Originaria de Gales, esta chica aunque es pop, cuenta con una propuesta muy divertida y agradable.

Siguiendo con esa línea algo popera, ahora

Crónica de un zacatecanoen Coachella [Tercera parte]Por Juan Concha M

úsica

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Popeye Silva había llegado ese día a la arena en un taxi, y al bajarse había olvidado el periódico, un dato intrascendente. Entró al local por la puerta trasera, como lo había hecho en anteriores ocasiones. En el interior las butacas estaban todavía vacías y el piso medianamente barrido, recordó la primera vez que había peleado en la Arena Galaxia. Tenía apenas 16, debutó contra el Diablo Ventura, que le sacaba cinco kilos. Estaba nervioso y la verdad es que tenía miedo. Le habían dado unos guantes tan viejos que hubiera sido mejor pelear a puño limpio. Las botas no eran suyas, se las había prestado Castro, al que todavía

no apodaban La Bufa. El Diablo lo tiró en el tercero a fuerza de un golpe en la mandíbula del que quién sabe cómo, Popeye, se repuso y alcanzó a levantarse antes de que acabara la cuenta. El Diablo se abalanzó como metralla en el séptimo, quería acabar con el novel; habían pactado la pelea a diez rounds, raro para un debutante. En el octavo repitió la dosis y segura-mente hubiera insistido en el noveno sino es porque faltando veinte segun-dos para finalizar el episodio número ocho, Popeye lo sacudió por el plexo. Le dio un golpe tan fuerte que pareció patada. Entró limpio, con fuerza. Na-die en la arena recordaba haber visto

Esta ciudad se empeña siempre en amanecer nublada. Sólo por pocas temporadas se goza del cálido sol. Aun así tengo en mi casa una gran co-lección de lentes oscuros. Dicen mis amigas que no hay mejor inversión que comprar unos buenos lentes de sol, en una óptica, con micas gradua-das; porque luego resulta que los que venden en el tianguis salen contra-producentes: el filtro, dicen, se vuelve como un lente de aumento y puede ser que te quemen la piel o hasta los ojos. Y entonces, me imagino mi cara con un par de ojos blancos como huevos

cocidos. A mí no me preocupa eso, porque toda esa colección de gafas oscuras que tengo en casa, no las uso para salir a la calle. Sólo me gusta comprarlas para ponérmelas mirán-dome al espejo; para ver cómo mi rostro se transforma según la forma de los arillos o la oscuridad de la mica. Me gustan mucho los lentes para el sol, ya se dieron cuenta, aun-que, como ya también les dije, en esta ciudad se usen muy poco. Me gustan porque me transforman, porque me apartan no sólo del sol sino del resto del mundo.

Desvístete, sé mi cómplice no digas nada, a los ojos no me mires

quiéreme, pero aparentaempieza a olvidarme desde ahoray no después que sea noadecuado

no me mires siquieraobserva mejor la ventana ylas aves que a su vez miran los autos del bulevar cuesta abajo

acostumbradas y tristes sus miradasobservando aquel río dechatarra debajo de sus alas, y toda aquella posibilidad que supone caer en picada y morir en una estampidapotente de láminas, plástico, tuercas y aceite

haz como si estuvieras sola, con tu temor también sola

con la misma mirada triste de las avesporque sabes que si me mi-ras a los ojospuedes terminar igual que ellas, hecha pedazos

irreconocible incluso para ti misma.

Arena GalaxiaPor Edgar Khonde

Lentes para el solPor Pilar Alba

Río d

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abra

s

puñetazo de Popeye; posiblemente, dijo en la crónica un reportero de de-portes que cubría la pelea estelar esa noche entre el Gigante Bermúdez y José Juan Oliveira, fue el único golpe del novato durante la contienda. El Diablo no se paró cuando el réferi sólo llegó al cinco y decretó la de-rrota.

No había cambiado mucho la Ga-laxia desde aquella vez, sólo se veía más vieja, más rancia. Oficialmente, se lo prometió a su mujer, era su última pelea, tenía cuarenta años y a veces sus manos temblaban incon-trolables, el médico de la comisión le había dicho que no podía seguir, tenía un mal nervioso en el cerebro. Le gustaba la idea de que el último round lo peleará contra la Bufa Castro, su viejo amigo. En eso estaba pensando cuando se buscó el periódico, se per-cató de que lo había dejado en el taxi, le había llamado la atención una noti-cia, de la que alcanzó a leer el enca-bezado. Se iba a quedar con las ganas, si tal vez hubiera leído la nota no se habría subido a pelear esa noche.

EstampidaPor Roberto Galaviz

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rrollos personales del autor, ubicándolo en la vida cultural y social del México de mediados del siglo XX. Prosigue con el estudio de la

obra, dando cuenta además de su noticia edi-torial, para arribar a la figura íntegra de Tario (lugar de ídolos en voz purépecha. Alguna vez dijo: lo de “Tario” no tiene otra significación que la grata resonancia que produce esa voz metálica con el común Francisco), a partir de las consideraciones más cercanas a él.

Se incluyen además sendos apartados de misivas: las enviadas por Tario a seres queri-dos y las que le escribiera a Elena Garro, con quien extendió una amistad desde los años treinta, cuando ambos matrimonios, Tario-Carmen Farell y Garro-Octavio Paz, se cono-cieron por su vecindad en la colonia Condesa.

Este nuevo libro de Toledo (también gran conocedor de las obras de Efrén Hernández y Antonio Porchia), representa un justo recono-cimiento a un autor no siempre enlistado en los imprescindibles de las letras mexicanas. Ese Tario “arrojado al vacío”, segundo lugar en un concurso que ganara José Revueltas con El luto humano, y quien en una de las pocas entrevistas concedidas afirmó “amar profun-damente la vida”.

“Claro está que no lo logré siempre”, declaró Tario. “Pero, el que la vida nos proporcione malos ratos, y hasta catástrofes, no nos autoriza para negarle belleza, misterio y muy embriaga-doras sorpresas. Bien visto, la vida es la mejor obra literaria que ha caído en mis manos”.

Simplicidad y audaciaAnte todo convendría hacer notar que lo verdaderamente fantástico, para que nos convenza, nunca debe perder contacto con la llamada reali-dad, pues dentro de esta diaria reali-dad nuestra donde suele tener lugar lo inverosímil, lo maravilloso. Por tanto, hacer literatura fantástica es probar a descubrir en el hombre la capacidad de que éste tiene para ser fabuloso o inmensamente grotesco. No se trata aquí de arrancar lágrimas al lector porque el niño pobre no tuvo juguetes en la noche de reyes, sino porque su padre —un hombre perfectamente honorable— quedó convertido en seta mientras regaba el jardín de su casa. Lograr que lo inverosímil resulte verosímil, ésa es la tarea. Y a mayor simplicidad y audacia, mayor mérito.

Francisco Tario (c. 1971)

Alejandro Toledo, Universo Francisco Tario,

La Cabra Ediciones, México, 2015, 384 pp.

* [email protected]

Si la pregunta fuera: ¿un gran cuentista mexi-cano? La respuesta: Tario. Y la advertencia co-rrespondiente: no siempre bien considerado y leído. Además una noticia: sobre él, Alejandro Toledo acaba de publicar un excelente libro, Universo Francisco Tario. Resumiendo: una mirada oportuna al universo de Francisco Tario.

A Francisco Tario, en realidad llamado Fran-cisco Peláez Vega (1911-1977), se le observa siempre como una de las voces narrativas más atípicas en la prolífica literatura mexicana. De “hechura impecable” y “filo fantástico”, su ofi-cio se condensó en el género cuentístico. Lo que no impidió al autor la escritura de piezas teatrales y hasta dos novelas.

Se trata de una obra que surgió, como precisa el ensayista Alejandro Toledo, en momentos del predominio realista y que, al desenvolverse en lo fantástico, “no reconoce antecedentes”. Si hubiera que anotar al menos un dato para su mejor ubicación, el propio Toledo recuerda la “lectura atenta” que hiciera Tario de la Antología de la literatura fantástica compilada por los argentinos Jorge Luis Bor-ges, Adolfo Bioy y Silvina Ocampo.

Toledo, quien no debemos escatimar al señalarlo como el ensayista más conocedor de la obra de Tario, recién publicó un extenso li-bro (profusamente ilustrado) acerca del autor. Exhaustiva revisión de todos los archivos re-lacionados, paralela a la futura publicación de la obra completa que en las próximas semanas hará circular el Fondo de Cultura Económica. Por ello el título, Universo Francisco Tario, y por esto mismo la pertinencia y confiabilidad

de la vasta investigación.Organizado en cinco apartados, Uni-

verso… presenta al lector los orígenes y desa-

Una mirada oportuna aluniverso de Francisco TarioPor Mauricio Flores* Libros

Con el torero español Luis Miguel Dominguín

Con su hermano Antonio

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El taller, el estudio,el espacio del artista

Enrique Barajas ProSoy el último de siete hermanos; los últimos tres provenimos de parto múltiple de trillizos y vimos la luz el 14 de abril de 1971. El parto, prematuro, fue atendido por una gentil mujer en la sala de mi casa. Mi niñez parece iluminada por la magia de una cámara Polaroid, pues como un libro de diario parecen registrarse el día a día de mis recuerdos en el álbum familiar. Mi entorno es de una luz intensa, rodeado de una higuera y una escurri-diza buganvilia. Fui un niño lleno de curiosidad compartida y multiplicada por mis hermanos en descubrir la vida.

Desde muy corta edad garabateaba copias de dibujos de Walt Disney, después hacía copias de imágenes que tomaba de libros o de las enci-clopedias del Reader’s Digest y continué con la reproducción de fotos de retratos familiares. De forma autodidacta fui desarrollando otras técnicas como el lápiz de color y la pintura al pastel, hasta la preparatoria, tiempo que dejé de dibujar para enfocarme al estudio. Esa etapa fue difícil por la muerte de mis padres, cuyo deceso tuvo un margen de seis meses uno del otro.

Decidí estudiar arquitectura, pero ese sueño fue abandonado y en 1994 ingresé el Taller de Pintura y Grabado Julio Ruelas que coordinaba el pintor Alejandro Nava. Mi etapa en el taller Julio Ruelas fue dinámica e intensa y duró cuatro años, en los que estudié un año dibujo, seis meses

pintura y seis meses grabado; los últimos dos años fueron de producción.

En 1998 obtuve la beca del FONCA y al año siguiente me mudé a la Ciudad de México. Ahí intenté estudiar en la escuela de artes, pero era muy cara y mis posibilidades económicas pocas para sostenerme así. Mi estancia en el DF quizá no habría podido darse sin el cobijo de un gran amigo fresnillense y mejor fotógrafo, Pedro Valtierra.

Tuve mi primera exposición individual en el año 2001, en la Galería José María Velasco del DF: “Tres años Luz”, que abarcaba la serie que desa-rrollara para el FONCA y las últimas piezas hechas en 1998 en el Taller Julio Ruelas. A partir de 1999, mi pintura se vuelve más íntima, provocativa y convulsa enfocada a las emociones humanas. Con obra hecha en esa ciudad realizo ahí mi segunda exposición individual, “Obra sonora”, en la Galería La Joya.

Llegar al extranjero era paso obligado. Viajé a Madrid, el Museo del Prado era un taller didáctico que exploraba cada domingo minuciosamente por siete horas durante el tiempo que radiqué allá. Pero todo apuntaba a volver sobre mis pasos y co-menzar. Volví a Fresnillo. Una habitación pequeña de la casa en Artículo 123 se vuelve mi estudio y laboratorio; inicio tibiamente a partir de 2003 a despertar la visión abstracta, tratando de reflejar todo lo aprendido en museos y galerías de Europa.

En 2005 presenté “Humanos Humanos” en la Galería Irma Valerio, la secuela abstracta de “Obra sonora”. Ahora todo aquello debía ser interno… mi pensamiento se enfocaría a una constante trans-formación.

En 2008 vuelvo al aprendizaje con las técnicas tradicionales. El estudio es ahora un espacio de cocina e investigación, pero desde mi propia con-cepción estética. Retomo el realismo como un di-vertimento lejano, pero a la vez útil para no perder la vertical. En 2010 presento “Relleno Sanitario”, mi sexta muestra individual, en la Escuela de Artes Plásticas “Profr. Rubén Herrera” de la Universidad Autónoma de Coahuila. “La Merienda Campestre”, exposición realizada en la Galería Irma Valerio en 2011, tiene como pretexto la obra de Edouard Manet del mismo nombre, combatiendo en nues-tro tiempo las posibilidades de una merienda en el campo imposible y posible en un caos común. La expresión surrealista tiene que verse desde el enfoque abstracto para entender su mecanismo, su causa como inicio y un posible final feliz.

La construcción de la obra está en la desobe-diencia técnica y de dibujo, en lo inconcluso y la torpeza deliberada, recursos de la libertad expre-siva. Mi trabajo tiene como objetivo confrontar al espectador, obligarlo a retomar la lectura y encon-trar su propia historia dentro del cuadro.

Enrique Barajas Pro

En esta nueva sección El taller, el estudio, el espa-cio del artista, compar-tiremos con los lectores gualdreños información relevante sobre los artis-tas plásticos zacatecanos que desde hace años se encuentran produciendo y que forman parte de la historia cultural de nuestro Estado. En esta primera ocasión, presen-tamos la obra de Enri-que Barajas Pro, artista plástico fresnillense que nos habla de su vida y nos comparte su obra más reciente.

Jánea Estrada

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La semana pasada se dio a conocer un pro-yecto de remodelación de la Plaza de Armas de la capital zacatecana. Remodelación que cambiará la arquitectura de este emblemá-tico lugar, el cual ha sufrido diversas trans-formaciones a lo largo del tiempo. Es del dominio público que una, sólo una, de las múltiples formas de corrupción que padece el país es a través de la obra pública. ¿Será por eso que se prefiere invertir en monu-mentos, plazas, remodelaciones y todo tipo de infraestructura que sea visible?

Las bibliotecas públicas son invisibles. Invisibles en lo que sucede dentro, invi-sibles en sus carencias y necesidades. Se inauguran edificios que se convertirán en elefantes blancos y serán blanco de diversos cuestionamientos en torno a la pertinencia de su existir. La sociedad exige agua pota-ble, energía eléctrica, alimentación, seguri-dad, vivienda, créditos, pero no libros. La lectura es un pasatiempo para gente ex-traña. ¿Por qué pasatiempo?, porque leer no se considera una actividad vital. En plenas campañas electorales, ¿alguien ha visto que algún candidato regale libros? Seguramente no. Vaya, ni siquiera es publicitado que al-gún político, o funcionario de primer nivel, obsequie un libro adquirido con sus propios recursos. Si leer no es vital, tampoco ase-gura votos.

Las bibliotecas invisibles son atendidas

por bibliotecarios invisibles. Algunos de los cuales reciben la fabulosa percepción de mil pesos mensuales. Las bibliotecas invisibles son máquinas del tiempo que resguardan en su acervo libros de divulgación científica editados en 1978; computadoras con pro-cesador 486. Las bibliotecas invisibles tie-

nen aire acondicionado sin remedio alguno (ventanas rotas) y coleccionan goteras. Las bibliotecas invisibles son severamente criticadas porque sólo las visitan lectores invisibles.

¿Cuánto se piensa invertir en la remo-delación de la Plaza de Armas?, ¿no sería

conveniente –en caso de existir la supuesta preocupación por mejorar los índices lec-tores- que se destinara, al menos, un diez por ciento de ese recurso económico para la modernización de acervo (bibliográfico, multimedia, audiovisual, etc.) y de la in-fraestructura bibliotecaria? Las autoridades dirán: No. Leer no crea mercado objetivo para las elecciones. Además, el grueso de la población no se vería beneficiada, puesto que el pueblo mexicano es un pueblo que no lee.

Es momento de revisar la política bi-bliotecaria estatal (si la hay, me avisan). Momento en que el Estado cumpla con su responsabilidad de poner al día a las bibliotecas públicas, de hacer frente a ese compromiso. De delinear, efectivamente, una política pública en torno al libro y la lectura, para que deje de ser ese pasatiempo para viajar e imaginar, y se convierta en una herramienta de creación de ciudadanía crítica, reflexiva, autónoma.

Dicha política debe contemplar acervos, instalaciones, personal de alta calidad y calidez. De lo contrario seguiremos con-memorando el 2 y 23 de abril, y el 12 de noviembre, y sólo esos días las bibliotecas dejan de ser invisibles. Mientras que Plaza de Armas es paso obligado de propios y extraños, y seguramente, un par de fuentes atraerán más turismo.Pr

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Plaza de Armas y lasbibliotecas invisiblesPor Eduardo Campech Miranda

Castillo de sal si puedesPor Ester Cárdenas

A propósito, una vez mas del día interna-cional del libro y los derechos de autor, hablemos de Shakespeare, aunque si he de ser franca sobre él todo se ha dicho, incluso hasta de más, me basaré en las coinciden-cias de varios especialistas. Shakespeare es tan famoso que todos se lo apropian. Los franceses sostienen que su nombre fue Jaques Pierre, nacido en Carcasona. Los germanos y el austriaco Freud lo arraigan en Alemania. Miss Delia Bacon, sostuvo que Francis Bacon escribió las obras.

Shakespeare (1564-1616) fue sone-tista, hombre de negocios y de litigios, autor y empresario teatral cuando el teatro era un género secundario y los actores, unos parias. Cinco años antes de su muerte se retiró a su natal Stratford -on- Avon y no escribió una línea, salvo un testamento

en el cual no menciona un solo libro. Ben Jonson, amigo y rival, lo tildó de ignorante, con “escaso latín y menos griego”. Pero Ben Jonson no logró un décimo de su fama.

Al parecer Shakespeare escribió su primera obra a los veintinueve años. Algu-nos eruditos postulan que intervino en el argumento de otras, anteriores. Se dirigió a una audiencia culta, conocedora de los clásicos, capaz de entender las alusiones, y produjo una variedad de obras en los más diversos estilos: deliciosas comedias de equívocos, como Mucho ruido y pocas nue-ces, dramas históricos como Ricardo III, poemas como Venus y Adonis, cuentos de hadas como Sueño de una noche de verano, dramas de pasión como Romeo y Julieta. En cuanto a las tragedias, situó la acción en cuatro escenarios: Grecia (Pericles, Timón

de Atenas), Italia (El mercader de Venecia, Otelo), Roma (Julio César, El rapto de Lu-crecia, Antonio y Cleopatra) e Inglaterra (Macbeth, El rey Lear, etcétera).

Nunca he presenciado en teatro nin-guna puesta en escena de las obras de Shakespeare, pero sí he tenido la fortuna de ver en cine las adaptaciones del gran di-rector y actor irlandés Kenneth Branagh y en muy diversas ediciones he accedido a su lectura. Goethe, en sus conversaciones con Eckman, recomendaba leer todos los años una obra. Más le parecía excesivo; menos, un sacrilegio. Acercarse a él es una delicia, su penetración psicológica es insuperable, nos fabrica con el mismo material de los sueños. Leer a Shakespeare es tarea de toda una vida. ¡Adelante!

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Ya se ha publicado el programa oficial del 68 Festival de Cannes a celebrarse del 13 al 24 de mayo. El jurado para la Competencia Oficial estará encabezado por los hermanos Joel y Ethan Coen; para la sección Una Cierta Mirada será Isabella Rossellini; y para la Cinefundación y la Competencia de Cortometrajes se ha definido a Abderrah-mane Sissako.

El cartel de esta edición está dedicado a la actriz Ingrid Bergman por su sonrisa y su mirar. En 1946 Alfred Hitchcock la dirigía en la cinta Notorious y la hacía decir “Tienes miedo de enamorarte de mí”, Cary Grant le respondía simplemente “No sería difícil”. Tal es el principio de su imagen en este cartel, reenamorarase de ella recordando la dulzura de una de las leyendas de la cinema-tografía mundial y que fue dirigida, de 1932 a 1978, por los más grandes directores: George Cukor, Victor Flemming, Roberto Rossellini, Jean Renoir, Ingmar Bergman y musa de una serie de retratos de Andy Warhol.

En la Competición por la Palma de Oro hay 17 filmes. Entre los directores nos encontramos con el estadounidense Gus Van Sant quien ganó el afamado premio francés en 2003 con Elephant y el italiano Nanni Moretti también galardonado, en dos ocasiones, con La stanza del figlio (2001) y

Caro diario (1993).Por el premio Una Cierta Mirada com-

pite el mexicano David Pablos con Las elegidas. A Pablos ya tuvimos oportunidad de entrevistarlo en el Festival de Venecia 2013 cuando estrenó su ópera prima La vida después. Otros latinoamericanos en

competencia son el argentino Iair Said, con el cortometraje Presente imperfecto; y en la Cinefundación, el chileno Ignacio Juricic Merillán, con Locas perdidas y el cubano Héctor Silva Núñez con Anfibio.

No se debe de olvidar la participación del Festival de Morelia, con sus cortome-trajes, insertado en la Semana de la Crítica. Además de los filmes experimentales en la Quincena de Realizadores. Y por supuesto, deberemos de estar atentos a la selección de cintas que competirán por la Queer Palm.

Y nosotros, los gualdreños y jornaleros, vamos a estar ahí. Desde el 2013 hemos cubierto el festival canniano con publica-ciones diarias: entrevistas exclusivas, repor-tajes de lo que pasa al interior del palacio, de las nuevas en el mercado del cine, las crónicas de los cocteles nocturnos, y por supuesto, la carne del evento, comentarios de las películas en competencia con sus res-pectivas conferencias de prensa. Espero que la información sea del agrado de la gente, y como siempre, en un tono amigable.

Desde la Academia se han desarrollado dos formas de abordar a la literatura: desde la perspectiva del lenguaje, donde entran todos aquellos escritores que plantearon formas narrativas desde su capacidad para mane-jar la lengua y su estructura, como en su momento trabajaron escritores como Julio Cortázar, Carlos Fuentes, William Faulkner, Marcel Proust o André Bretón; o bien, desde la perspectiva de la creación poética, donde la fuerza literaria orbita en torno a las cons-trucciones mentales y el juego semántico y semiótico con fines estéticos, como fuera el caso de Gustave Flaubert, Honorato de Balzac o Alejo Carpentier. Toda aquella producción textual que no entre en estas miradas de los estudiosos queda fuera de la tradición y de los cánones, como ejemplo, tenemos los llamados Best Sellers, categoría en donde entran todas aquellas obras que gracias a un gran aparato publicitario y las tendencias de la moda se vendieron a montones.

Estos obras son ediciones con contenidos llenos de potencial para la pantalla grande, es decir, con elementos superfluos como mucha acción, sexo, ciencia ficción o terror, despreocupados por ese carácter innovador en su construcción, lejos de la búsqueda

de novedosas estructuras o lejos de centrar su atención en el poder estético de la obra, enfocados totalmente en el argumento y la trama de la obra.

Había mencionado en números anteriores de este suplemento las virtudes del escritor Stephen King, quien se destaca por su obra de horror, pero además por ser un excelente cronista de la cultura norteamericana, de su prejuicios y limitaciones, sus vicios y sus

debilidades, enfoque que permite encontrar alguna bondad literaria en su producción.

Otro autor de Best sellers, carente de preocupación por el lenguaje y despreocu-pado por el carácter estético del texto, pero que a cambio ofrece una enorme fuerza argumentativa es el escritor de novelas y re-latos cortos George R. R. Martin con su serie conocida como Canción de hielo y fuego.

Es claro que su virtud está en la trama de

la historia, un mundo paralelo al estilo me-dieval en donde se ponen en la mesa de juego el trono del reino del poniente, amenazado por una serie de traidores dentro de la misma corte y un mundo oriental al estilo árabe. Si bien algunos libros de este tipo apostaron por romper con la tradición literaria y los algunos de sus moldes con muy poca fortuna para el mundo de la literatura, como es el caso de Crepúsculo y Cincuenta sombras de Grey; la obra de George R. R. Martin sorprende por ser totalmente imprevisible, pues acaba con la supremacía de los personajes principales o héroes, dejándolos a merced de otros más fuertes o más despiadados, lo que le da un carácter realista y profundo que deja al des-cubierto la naturaleza humana.

Dejando de lado las estructuras inno-vadoras y el carácter estético, nos deja el argumento en una lectura fácil, fascinante y envolvente, un thriller psicológico y lleno de acción, con personajes muy bien cons-truidos y poderosos diálogos, ante lo cual no nos queda más que concluir que así como a Shakespeare el teatro le fue suficiente para desnudar al género humano, el argumento y los diálogos de George R. R. Martin le son su-ficientes para crear una buena obra literaria.

Desayuno en Tiffany’s, mon kuListo el Festival de CannesPor Carlos Belmonte Grey

Reflexiones del mundo superfluo IIIPor Carlos Flores

CineLibros

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AGENDA CULTURAL MAYO 2015

JUEVES 7, 14, 21 y 2819:00 horasTradicional ConciertoBanda Sinfónica del Estado Dir. Salvador García y OrtegaPlazuela Goitia

JUEVES 7 18:30 horasMúsica CoralSociedad Coral Infantil deZacatecasDir. María de Lourdes Ramírez y María de Jesús HernándezCentro Multidisciplinario SUMARCol. ÁfricaGuadalupe, Zac.

JUEVES 719:00 horasEn el marco del Día Internacional de la MujerPoesía y MúsicaImpronta CulturalJosé Martín de Santiago Moreno, poetaEdgar López Hernández, guitarraCantante: Invitad@ especialCafé “Casa de Moneda”Centro Cultural Ciudadela del Arte

VIERNES 811:30 horasMúsica vernáculaEva MaríaCelia de Ávila “La Chaparrita de Oro”Estancia de Día “Casa del Abuelo”

VIERNES 819:00 horasDanza contemporáneaLa Cigarra y la HormigaSursuat Dance Company – CanadáTeatro “Ramón López Velarde”Entrada libre

SÁBADO 912:00 horasConcierto CoralSociedad Coral Infantil deZacatecas Dir. María de Lourdes Ramírez y María de Jesús HernándezAsilo de Ancianos de la Divina Providencia

SÁBADO 918:00 horasSábados en la CulturaMúsica versátilLa Pollita Romántica de TrancosoSilueta MusicalEscalinatas del Antiguo Templo de San Agustíny Plazuela Miguel Auza Coordina: Instituto Zacatecano de Cultura yCasa Municipal de Cultura de Zacatecas

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Las Jornadas Candelario Huízar rea-lizadas desde hace 12 años en el Estado de Zacatecas, tienen como objetivo principal impulsar la música de cámara y difundir las composi-ciones mexicanas. Este año, Alfonso Vázquez Sosa, director general de la Orquesta Filarmónica de Zacatecas (Ofilzac) y coordinador del Consejo Académico del Área de Arte y Cul-tura de la Universidad Autónoma de Zacatecas, recibirá merecidamente la Medalla al Mérito Musical candelario Huízar.

La presea con que se distinguirá la trayectoria de Alfonso Vázquez Sosa será entregada en Jerez en el Teatro Hinojosa, el miércoles 6 de mayo a las 12 horas, por autoridades de Gobierno del Estado de Zacatecas y del Ayuntamiento de Jerez de García Salinas.

Alfonso Vázquez Sosa nació el 21 de diciembre de 1963. Es hijo de los también zacatecanos Rubén Vázquez Candelas y Bertha Sosa Santos.

Su formación como pianista la rea-lizó en las ciudades de Zacatecas, Aguascalientes, Distrito Federal y Mendoza, Argentina. Fue alumno de los connotados pianistas Severiano González, José Ruiz Esparza, Guada-lupe Parrondo, Oscar Tarragó, César López Zarragoitia, Luiz De Moura, Alejandro Cremaschi y Dora de Ma-rinis.

Es Licenciado en Desarrollo Cul-tural por la Universidad Autónoma de Zacatecas; Diplomado en Direc-ción Orquestal por la Universidad Autónoma de Querétaro; y cursó la Maestría en Interpretación de Mú-sica Latinoamericana de Concierto en la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Participó activamente en los cursos de dirección impartidos por Günther Theuring (Viena 2001), Guido López Gavilán (Zacatecas 2009), Julius Kalmar (Viena 2011) y Jörg Bierhance (Viena 2011, Zacate-cas 2011, 2012 y 2013).

Como director de coros obtuvo en dos ocasiones el primer lugar en el Concurso Nacional de Conjuntos Mu-sicales en el Conservatorio Nacional de Música (1985 y 1987) convocado por la SEP al frente del Ensamble Vocal Polifonía de la Universidad Au-tónoma de Zacatecas. Posteriormente dirigió el Coro de Cámara del Ayunta-miento de Zacatecas y el Coro Monu-

mental de Zacatecas (2002-2004), así como el Coro Estudiantil Universitario (UAZ 2004-2008).

Ha participado en la producción y grabación de varios discos, documen-tales y películas; todas en torno a la música de Zacatecas y sus composito-res.

En dos periodos consecutivos fue director de la Escuela de Música de la UAZ (1992-1996 y 1996-2000).

Fue titular del Departamento de Cultura del Ayuntamiento de Zaca-tecas y presidente del Consejo Ciu-dadano para el Desarrollo Cultural Municipal en el periodo 2001-2004.

Desde 2007 es director general de la Orquesta Filarmónica de Zacatecas y presidente de la Sociedad Filar-mónica de Zacatecas, A.C., así como miembro de la Camerata Silvestre Revueltas, A.C.

Es miembro activo de la MTNA (Music Teachers National Association y de la ISME (International Society for Music Education).

Actualmente es Coordinador del Consejo Académico del Área de Arte y Cultura y profesor en la Unidad Académica de Artes de la Universidad Autónoma de Zacatecas.

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úsicaAlfonso Vázquez SosaMedalla al Mérito Musical Candelario Huízar 2015Por Jánea Estrada Lazarín

Felicita a

Alfonso Vázquez Sosa

por haber obtenido laMedalla al Mérito Musical

Candelario Huízar 2015

Zacatecas, Zac., 6 de mayo de 2015

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De pronto, el tren se detiene. Todavía som-noliento miro por la ventanilla: tanta desola-ción parece advertirme que vengo en balde. En mi reloj, las dos de la tarde. He dormido casi cuatro horas.

Durante el viaje sólo me han acompa-ñado el maquinista y el que recoge boletos. Escogió mala hora, me dicen cuando estoy por bajar. Con este calor no va a encontrar a nadie.

No hago caso, pero apenas pongo pie en el andén, el sol comienza a derretirme. A mis espaldas, el ferrocarril parte de nuevo.

Camino calle abajo tratando de robar a las casas un poco de sombra. En el quicio de una puerta un anciano de ojos lechosos ofrece en venta tepache con hielo.

Hace bien en refrescarse, murmura con voz ronca. Luego, quién sabe si pueda, añade esbozando una sonrisa que deja ver su den-tadura carcomida.

Alzo los hombros y doy media vuelta para continuar.

En medio de la calle, un almendro. Boca arriba, con las patas al cielo, dos perros enju-tos orean sus barrigas bajo el árbol solitario. No parecen darse cuenta que me detengo junto a ellos a secarme el sudor. Sopla una breve brisa. Por un instante pareciera que el calor amaina; sin embargo, la tierra seca que cubre mis zapatos, la camisa húmeda ceñida a mi dorso y la resequedad que empieza a abrasarme la boca indican lo contrario.

“Es cosa de tomar el tren de la mañana y dirigirse de inmediato a la iglesia. No existe otra forma de llegar al pueblo. Nos deben el dinero hace años...”. Quién me mandó a aceptar. La luz del sol hiere. Avanzo lento,

me falta el aire; debo sentarme antes de seguir. Desde aquí distingo las torres del tem-plo. Un repentino vaho de calor las oculta por instantes. Cuando me levanto, un charco de sudor se evapora con rapidez.

Ni un alma, ni una ventana abierta y yo empapado, con la garganta cada vez más seca. Un letrero mohoso en la pared de una casa: “se venden refrescos”. Golpeo con desesperación y los ladridos de los perros dentro suenan en mi cabeza como presagio

de vida. Espero cinco, diez minutos. En vano: ya ni siquiera los animales responden a mis llamadas. Las calles parecen interminables. La carpeta que cargo es cada vez más pesada; mis ropas parecen lastre: zapatos, camisa, pantalones, no puedo continuar con ellos. Avanzo rápido, pero sudo copiosamente y la sed aumenta junto con la obsesión de llegar cuanto antes. Advierto lo ligero que me vuelvo, como si mi cuerpo quisiera huir de este sitio. Una estela de humedad señala

los lugares por donde paso: el yermo que supongo parque, el almacén derruido, la cás-cara de la iglesia, todo se confunde como es-pejismo ante mi vista. No encuentro manos para tocar puertas, tampoco hallo garganta para gritar; alguien me hace señas desde el atrio del templo; jadeando, llego al pórtico, caigo desfallecido a los pies de un arcángel de piedra, su sombra me cubre la cara, se torna más y más oscura, tan fresca. Lentamente me atrapa, me envuelve. Sólo un charco de agua.

“Te seguiré reaprendiendo como si te me hu-bieras olvidado

yo que te sé de memoria como el agüitay lamerán de nuevo tu cuerpo mis pestañas”.

Jorge Enrique Adoum

Para Miguel Donoso Gutiérrez

Una bandada de palomas alzando el vuelo espantadas en una explosión de alas, plumas, picos y zureos fue lo último que vio antes de despertar. Lo despertó el zureo de una paloma que había anidado en el balcón. No se movió entre las sábanas, el cobertor y el edredón… No abrió los ojos. No quiso abrirlos. Sólo se quedó muy quieto escuchando el zureo de una paloma en el balcón, de vez en cuando el ronroneo del motor de un automóvil acer-cándose… alejándose… Murmullos de voces… Pensó en que todavía estaba dormido. Recordó de nuevo la bandada de palomas alzando el vuelo asustadas. El ruido monótono de la má-

quina tortilladora de la tortillería de la acera de enfrente… Recordó a la mujer: sus pechos, los ojos, la cabellera ondulada, la cintura, las nalgas firmes, las piernas duras… su voz… su vientre… El olor de su cuerpo… Sus manos moviéndose… Ella se fue. Escuchó la radio encendida en el pasillo… ¡Claro que podemos! ¿Apoco no? El día ya se fue a la mierda. Se jodió. De nuevo el ruido de un motor acercándose… alejándose… Mis manos sobre su cuerpo… repasándolo… Sus ojos grandes, almendrados, mirándome… brillantes… Su voz… hablándome de esto y de aquello… ¡El gaaaaaaas! El camión repartidor pasando. Unamos nuestras voces para salvar a México… La radio en el pasillo. Sigue sin moverse, arropándose con las frazadas… negán-dose a levantarse… Recordándola… El cencerro del camión recolector de basura… Abre los ojos y mira el techo, fija la mirada en el tirol… Tra-bajando por lo que más quieres… Las palomas volando, alzando el vuelo, espantadas, el ruido del aleteo… Ellos no saben qué hacer…

LA GUALDRA NO. 196 / 4 de MAYO DE 201512Rí

o de P

alab

ras Era reconfortante

la manera como la maestra Betty nos lo explicaba:Todo comienza con una plantala planta es devorada por un conejo ese conejo por un halcón y el halcón por un tigre,luego el tigre muerepasa una semana tal vez máspara que los gusanosdesaparezcan el cadáver.

La profesora nunca

dibujaba el cadávery nadie imaginaba otro ejemplo tan feliz. Pero sé que todospensábamos en las fosasy los hombres colgadosal final de la calle.Agradecíamosla gran nobleza de las larvasque ahora estarán alimentándose de los muertos que nadie reconoce.

Última estaciónPor Carlos Martín Briceño

Una bandadade palomasPor Alberto Huerta

La cadenaalimenticiaPor Yamilet Fajardo

Francisco de Goya. Los fusilamientos del 3 de mayo 1814. Óleo/tela. Museo del Prado, Madrid.