La flor de lis y el leon maurice druon

1171

Transcript of La flor de lis y el leon maurice druon

Page 1: La flor de lis y el leon   maurice druon
Page 2: La flor de lis y el leon   maurice druon

Con la muerte de Carlos IV seextingue la dinastía de los Capetos.El ascenso de los Valois al tronofrancés desatará la guerra de losCien Años... La semilla deldescomunal enfrentamiento hacaído en la tierra fértil de lasrivalidades económicas, lasambiciones personales, losembrollos jurídicos y losresentimientos históricos.Fatalidades colectivas y trágicosactos individuales se suceden eneste sexto volumen de la saga deLos Reyes Malditos. Un personaje

Page 3: La flor de lis y el leon   maurice druon

domina esos años decisivos para eloccidente europeo: el condeRoberto de Artois. Nadie ha puestomás empeño que él en coronar a suprimo Felipe de Valois, y ahoraespera recibir en pago la devoluciónde las tierras de sus antepasados...Maurice Druon revive una épocaconvulsionada y unos personajesque si no supiéramos que han sidoreales creeríamos producto de laimaginación del novelista.

Page 4: La flor de lis y el leon   maurice druon

Maurice Druon

La flor de Lis y elleón

Los reyes malditos 6

ePUB v1.0draflaeon 13.07.12

Page 5: La flor de lis y el leon   maurice druon
Page 6: La flor de lis y el leon   maurice druon

Título original: Le Lis et le LionMaurice Druon, 1960Traducción: María Guadalupe OrozcoBravoDiseño/retoque portada: Orkelyon

Editor original: draflaeon (v1.0)ePub base v2.0

Page 7: La flor de lis y el leon   maurice druon

Primera parte

Page 8: La flor de lis y el leon   maurice druon

I.- La boda de enero

De todas las parroquias de la ciudad,tanto de una parte como de la otra delrío, de SaintDenis, de Saint–Cuthbert, deSaint–Martin–cum–Gregory, de Saint–Mary–Senior y SaintMary–Junior, de losShambles, de Tanner Row, de todaspartes, el pueblo de York subía desdehacía dos horas en ininterrumpidas filashacia el Minster, hacia la gigantescacatedral, todavía inacabada en su parteoccidental, cuya inmensa mole alta,alargada, maciza, ocupaba la parte altade la ciudad.

Page 9: La flor de lis y el leon   maurice druon

En Stonegate y Deangate, las dostortuosas calles que desembocaban en elYard, la muchedumbre estababloqueada. Los adolescentes,encaramados en los muros, no veían másque cabezas, nada más que cabezas, unprogresivo aumento de cabezas, quecubrían por entero la explanada.Burgueses, mercaderes, matronas connumerosos hijos, inválidos con muletas,sirvientas, dependientes de artesanos,clérigos con capuchón, soldados concotas de mallas, y mendigos cubiertos deandrajos se confundían con las ramitasagavilladas de heno. Los ladrones deágiles dedos hacían su agosto. En las

Page 10: La flor de lis y el leon   maurice druon

ventanas que daban a la explanada seveían rostros arracimados.

Pero ¿era una luz propia delmediodía la de aquella mañana brumosay húmeda, que despedía un frío vaho, yenvolvía con nubes algodonosas elenorme edificio y a la multitud quechapoteaba en el barro? Lamuchedumbre se apretujaba paraconservar su propio calor.

24 de enero de 1328. Ante monseñorWilliam de Merlton, arzobispo de Yorky primado de Inglaterra, el rey EduardoIII, que no tenía aún dieciséis años, sedesposaba con Felipa de Hainaut, suprima, que apenas contaba catorce.

Page 11: La flor de lis y el leon   maurice druon

No había ni un solo lugar vacante enla catedral, reservada para losdignatarios del reino, los miembros delalto clero, los del Parlamento, losquinientos caballeros invitados y loscien nobles escoceses con sus trajescuadriculados, llegados para ratificar,aprovechando la ocasión de la boda, eltratado de paz.

En seguida sería celebrada la misasolemne, cantada por ciento veintechantres.

Pero, por el momento, la primeraparte de la ceremonia, la bodapropiamente dicha, se desarrollabadelante de la puerta sur, en el exterior de

Page 12: La flor de lis y el leon   maurice druon

la iglesia y a la vista del pueblo, segúnel antiguo rito y las costumbresparticulares de la archidiócesis deYork1.

La niebla dejaba húmedas hilachasen el rojo terciopelo del dosel levantadojunto al pórtico, se condensaba en lasmitras de los obispos, se deslizaba porlas pieles que cubrían los hombros de lafamilia real reunida en torno a la jovenpareja.

—Here i take thee, Philippa, to mywedded wife, to have and to hold at bedand at hoard...a

La voz del rey, que surgía deaquellos tiernos labios, de aquel rostro

Page 13: La flor de lis y el leon   maurice druon

imberbe, sorprendió por su fuerza,claridad e intensidad de vibración. Lareina madre Isabel se emocionó, al igualque messire Juan de Hainaut, tío de lanovia, y todos los asistentes de lasprimeras filas, entre los cuales se veía alos condes Edmundo de Kent y deNorfolk, al conde de Lancaster oCuello–Torcido, jefe del consejo deregencia y tutor del rey.

—... for fairer for fouler, for betterfor worse, in sickness and in health...b

Los murmullos de la multitud ibancesando progresivamente. El silencio seextendía como una onda circular, y laresonancia de la joven voz real se

Page 14: La flor de lis y el leon   maurice druon

propagaba por encima de los millares decabezas, audible casi en el otro extremode la plaza. El rey pronunciabalentamente la larga fórmula del voto, quehabía aprendido la víspera; pero sehubiera dicho que la estaba inventando,a juzgar por lo bien que destacabaalgunas frases, como si las pensara paracargarlas con su sentido más grave yprofundo. Eran como las palabras de unaplegaria destinada a no decirse más queuna vez y para toda la vida.

Por aquella boca de adolescente seexpresaba un alma adulta, de hombreseguro de su compromiso ante el Cielo,de príncipe consciente de su papel entre

Page 15: La flor de lis y el leon   maurice druon

Dios y su pueblo. El nuevo rey tomaba asus parientes más allegados, sus grandesoficiales y barones, sus prelados, a lapoblación de York y a toda Inglaterracomo testigos del amor que juraba aFelipa.

Los profetas que arden de celodivino, los caudillos de nacionesmantenidos por una convicción única,saben imponer a las multitudes elcontagio de su fe. El amor públicamenteafirmado posee también ese poder,provoca esa adhesión de todos a laemoción de uno solo.

Entre los asistentes no había mujer,cualquiera que fuera su edad, recién

Page 16: La flor de lis y el leon   maurice druon

casada o engañada esposa, viuda,doncella o abuela, que no se sintiera enese momento en el lugar de la nuevadesposada; y no había hombre que no seidentificara con el joven rey. Eduardo IIIse unía a todo lo que había de femeninoen su pueblo; y era su reino entero el queelegía a Felipa por compañera.

Todos los sueños de la juventud,todas las desilusiones de la madurez,todos los pesares de la vejez, se dirigíanhacia la pareja, como ofrenda surgida decada corazón. Esa noche, en las callessombrías, los ojos de los novios seiluminarían, e incluso las parejas desdehacía largo tiempo desunidas se

Page 17: La flor de lis y el leon   maurice druon

estrecharían las manos después de lacena.

Si desde la lejanía de los tiemposlos pueblos siguen asistiendo a lasbodas de los príncipes, es para vivir unafelicidad que, al ser expuesta desde tanalto, parece perfecta.

—...till death us do part... hasta quela muerte nos separe...

Se hizo un nudo en las gargantas; laplaza exhalo un gran suspiro de tristesorpresa y casi de reprobación. No, nose debía hablar de muerte en esemomento; no era posible que esos dosjóvenes tuvieran que sufrir la suertecomún, no era admisible que fueran

Page 18: La flor de lis y el leon   maurice druon

mortales.—...and thereto I plight thee my

troth... y por todo esto te prometo mi fe.El joven rey sentía la respiración de

la multitud, pero no la miraba. Sus ojosde color azul pálido, casi gris, de largaspestañas, no se apartaban de la jovenpelirroja y rolliza, envuelta enterciopelos y velos, a la cual hacía supromesa.

Porque Felipa no se parecía en nadaa una princesa de fabula, y ni siquieraera muy bonita.

Tenía los rasgos regordetes de losHainaut, la nariz corta, el cuello breve yel rostro pecoso. Carecía de gracia

Page 19: La flor de lis y el leon   maurice druon

particular en los ademanes; pero almenos era sencilla y no intentabasimular una actitud majestuosa que no lecuadraba. Despojada de los ornamentosreales, hubiera podido pasar porcualquier joven pelirroja de su edad;muchachas parecidas a ella seencontraban a centenares en todas lasnaciones del Norte. Y precisamente estoaumentaba la ternura que la multitudsentía hacia ella. Había sido elegida porDios y por la suerte, perosustancialmente no era distinta a lasmujeres sobre las que iba a reinar.Todas las pelirrojas, más biengordezuelas, se sentían ascendidas y

Page 20: La flor de lis y el leon   maurice druon

honradas.Felipa, emocionada y temblorosa,

entornaba los párpados como si nopudiera sostener la intensidad de lamirada de su esposo. Lo que le sucedíaera demasiado hermoso. ¡Tantas coronasy mitras alrededor de ella, y aquelloscaballeros y damas que veía en elinterior de la catedral, alineados detrásde los cirios como las almas delParaíso, y aquel pueblo que larodeaba...! ¡Reina, iba a ser reina, yelegida por amor!

¡Ah, como iba a mimar, servir yadorar a aquel hermoso príncipe rubio,de largas pestañas y finas manos, que

Page 21: La flor de lis y el leon   maurice druon

había llegado milagrosamente veintemeses antes a Valenciennes,acompañando en el destierro a su madre,que iba a buscar ayuda y refugio! Suspadres los habían enviado a jugar alhuerto con los otros niños; él se habíaenamorado de ella, y ella de él. Ahoraera rey y no la había olvidado. ¡Con quéfervor le dedicaría ella su vida!Solamente temía no ser lo bastantehermosa para gustarle siempre, nibastante instruida para poder ayudarle.

—Ofreced, señora, vuestra manoderecha —le dijo el arzobispo primado.

Inmediatamente Felipa sacó de lamanga de terciopelo una pequeña mano

Page 22: La flor de lis y el leon   maurice druon

rolliza y la tendió con los dedosabiertos.

Eduardo miró maravillado aquellaestrella de color de rosa que se leofrecía.

El arzobispo cogió de una bandejaque le presentó otro prelado el anillo deoro, incrustado de rubíes, que acababade bendecir, y lo entregó al rey. Elanillo estaba húmedo, como todo lo quese hallaba expuesto a la niebla. Luego elarzobispo unió suavemente las manos delos esposos.

—En el nombre del Padre —pronunció Eduardo poniendo el anillo,sin introducirlo, en el pulgar de Felipa

Page 23: La flor de lis y el leon   maurice druon

—, del Hijo y del Espíritu Santo— y fuerepitiendo el gesto sobre el índice y eldel corazón.

Por último, deslizó el anillo en elanular, diciendo:

—¡Amén!Ya era su mujer.Como toda madre que casa a un hijo,

a la reina Isabel se le asomaron laslágrimas. Rogaba a Dios que concedieraa su hijo toda clase de felicidad, perosobre todo pensaba en ella, y sufría. Elpaso del tiempo la había llevado a estasituación, en la que ya no era la primeraen el corazón de su hijo, ni en su casa.No es que temiera gran cosa de aquella

Page 24: La flor de lis y el leon   maurice druon

pirámide de terciopelo y bordados enque estaba convertida en aquel momentosu nuera, ni en lo referente a la autoridadsobre la corte, ni en comparación debelleza. Erguida, delgada y dorada, conlas hermosas trenzas recogidas a amboslados de su claro rostro, Isabel, detreinta y seis años, apenas aparentabatreinta. Aquella misma mañana, mientrasse colocaba la corona para asistir a laceremonia, se había observadolargamente en el espejo, y el resultadohabía sido satisfactorio. Y sin embargo,a partir de ese mismo día, dejaba de serla reina para convertirse en la reinamadre. ¿Como había llegado eso tan de

Page 25: La flor de lis y el leon   maurice druon

prisa?¿Cómo se habían evaporado de tal

manera veinte años de vida y tantempestuosos?

Pensaba en su propio matrimonio,celebrado exactamente veinte añosantes, un final de enero igualmente, ytambién con niebla, en Boulogne deFrancia. También ella se había casadopensando en la felicidad, también habíapronunciado sus promesasmatrimoniales de todo corazón.

¿Sabía entonces a quien la uníanpara satisfacer los intereses de losreinos? ¿Sabía que en pago del amor yde la dedicación que aportaba no

Page 26: La flor de lis y el leon   maurice druon

recibiría más que humillaciones, odio ydesprecio; que se vería suplantada en ellecho de su esposo no por amantes, sinopor hombres ávidos y escandalosos; quesu dote sería saqueada, sus bienesconfiscados; que debería desterrarsepara salvar su vida amenazada; y quetendría que reunir una armada paraabatir al mismo hombre que le habíapuesto el anillo nupcial?

¡Ah, la joven Felipa tenía muchasuerte, ya que no solamente eradesposada, sino amada!

Solo las primeras uniones puedenser plenamente puras y felices. Nada escapaz de reemplazarlas. Los segundos

Page 27: La flor de lis y el leon   maurice druon

amores no alcanzan esa límpidaperfección. Aunque parezcan sólidoscomo la roca, corren por mármol venasde otro color que son como la sangreseca del pasado.

La reina Isabel volvió los ojos haciaRoger Mortimer, barón de Wigmore, suamante; el hombre que, gracias a ellatanto como a si mismo, gobernaba comodueño y señor de Inglaterra en nombredel joven rey. En el mismo instanteMortimer, cejijunto, con faccionesseveras, cruzados los brazos sobre elsuntuoso manto, la miró malévolamente.

«Adivina lo que pienso —se dijoIsabel—. Cree que cometo una falta

Page 28: La flor de lis y el leon   maurice druon

porque en este momento no pienso enél.»

Conocía su carácter suspicaz, y lesonrió para apaciguarlo. ¿Qué másquería? Vivía con él como marido ymujer, a pesar de ser ella reina y elcasado, y el reino aceptaba sus públicosamores.

Le había ayudado a ostentar porentero el poder, nombraba a sus amigospara los cargos, se había apoderado detodos los feudos de los antiguosfavoritos de Eduardo II; y el Consejo deregencia sólo intervenía para ratificarsus deseos. Incluso había logrado deella que consintiera en la ejecución de

Page 29: La flor de lis y el leon   maurice druon

su cónyuge caído. Sabía que debido aesto la llamaban la Loba de Francia.¿Podía impedir que ella pensara un díade boda en su esposo asesinado, y másestando presente el ejecutor, JuanMaltravers, ascendido recientemente asenescal de Inglaterra, cuyo largo ysiniestro rostro aparecía entre losgrandes señores, como para recordar elcrimen?

Isabel no era la única a quienmolestaba esta presencia. JuanMaltravers había sido guardián delcaído rey, y su repentina elevación alcargo de senescal denunciabaclaramente que sus servicios le habían

Page 30: La flor de lis y el leon   maurice druon

sido recompensados. OficialmenteEduardo II había muerto de muertenatural, pero ¿quién creía en la cortesemejante fábula?

El conde de Kent, hermanastro delmuerto, se inclinó hacia su primoEnrique Cuello–Torcido, y le susurró:

—Parece que ahora el regicidio daderecho a ocupar un puesto en lafamilia.

Edmundo de Kent tiritaba. Laceremonia le parecía demasiado larga;el ritual de York, harto complicado.¿Por qué no haber celebrado la boda enla capilla de la Torre de Londres o encualquier castillo real, en lugar de

Page 31: La flor de lis y el leon   maurice druon

convertirla en una verbena popular? Lamultitud le causaba malestar, aumentadopor la presencia de Maltravers. ¿No eravergonzoso que el hombre que habíaasesinado al padre estuviera presente, yen lugar tan destacado, en la boda delhijo?

Cuello–Torcido, apoyada la cabezasobre el hombro derecho, defecto al quedebía su apodo, murmuró:

—En nuestra casa se entra másfácilmente por el pecado. Nuestro amigonos lo prueba...

Ese «nuestro amigo» indicaba aMortimer, hacia el cual habíancambiado mucho los sentimientos de los

Page 32: La flor de lis y el leon   maurice druon

ingleses desde que dieciocho mesesantes había desembarcado, al mando delejército de la reina y había sidoescogido como libertador.

«Después de todo, la mano queobedece no es más horrenda que lacabeza que ordena —pensó Cuello–Torcido—. Y Mortimer es seguramentemás culpable, junto con Isabel, queMaltravers.

Pero todos somos un poco culpables,todos contribuimos a destronar aEduardo. Eso no podía acabar de otramanera.»

El arzobispo presentó al joven reytres piezas de oro acuñadas en un lado

Page 33: La flor de lis y el leon   maurice druon

con las armas de Inglaterra y de Hainaut,y en el otro con un sembrado de rosas,flores emblemáticas de la felicidadconyugal. Esas piezas eran los dinerospara casarse, símbolo de la dotación derentas, tierras y castillos que el maridodaba a su esposa. Las donaciones habíanquedado bien precisas y escritas, lo cualaseguraba un poco a messire Juan deHainaut, tío de la desposada, a quien sele debían quince mil libras de la soldadade sus caballeros durante la campaña deEscocia.

—Prosternaos, señora, a los pies devuestro esposo, para recibir los dineros—dijo el arzobispo.

Page 34: La flor de lis y el leon   maurice druon

Todos los habitantes de Yorkesperaban ese instante, curiosos porsaber si su ritual sería respetado hasta elfinal; si lo que era válido para cualquiersúbdita lo era también para la reina.

Pero nadie había previsto que laseñora Felipa no solo se arrodillaría,sino que, en un arranque de amor y degratitud, abrazaría las piernas de suesposo y besaría las rodillas de quien lahacía reina. Aquella redonda flamencaera, pues, capaz de inventar bajo elimpulso de su corazón.

La multitud le dedicó una ovacióninmensa.

—Me parece que serán muy felices

Page 35: La flor de lis y el leon   maurice druon

—dijo Cuello–Torcido a Juan deHainaut.

—El pueblo la querrá —dijo Isabela Mortimer, que acababa de acercarse aella.

La reina madre se sentía herida; laovación no era para ella. «Ahora lareina es Felipa —pensó—. Aquí mitiempo se ha acabado. Sí, pero ahora, talvez, voy a tener a Francia...»

Porque un jinete con la flor de lishabía llegado al galope hasta York unasemana antes, para informarle de que suhermano menor el rey Carlos IV estabamoribundo.

Page 36: La flor de lis y el leon   maurice druon

II.- La conquista deuna corona

Carlos IV el Hermoso había caídoenfermo el día de Navidad. Para laEpifanía, los médicos que lo cuidabanno ocultaban su creencia de que era uncaso perdido. ¿Cuál era la causa de lafiebre que lo consumía, de la tosdesgarradora que sacudía su pechoenjuto, de los esputos sanguinolentos?Los médicos levantaban los hombroscon gesto de impotencia.

«La maldición, eso es, la maldiciónque aplastaba a la descendencia de

Page 37: La flor de lis y el leon   maurice druon

Felipe el Hermoso.Los remedios son inoperantes contra

una maldición.» Y la corte y el puebloparticipaban de esta certeza.

Luis el Turbulento había muerto alos veintisiete años, por una manocriminal. Felipe el Largo había fallecidoa los veintinueve, por haber bebido enPoitou agua de pozos envenenados.

Carlos IV había resistido hasta lostreinta y tres; era el límite. ¡Es biensabido que los maldecidos no puedensobrepasar la edad de Cristo!

—A nosotros, hermano mío, noscorresponde ahora tomar el gobierno delreino, y tenerlo con mano firme —había

Page 38: La flor de lis y el leon   maurice druon

dicho el conde de Beaumont, Roberto deArtois, a su primo y cuñado Felipe deValois—. Y esta vez —añadió—, nonos dejaremos ganar la carrera por mitía Mahaut. Por otra parte, ya no lequeda ningún yerno a quien empujar.

Estos dos gozaban de buena salud.Roberto de Artois, de cuarenta y unaños, seguía siendo el mismo coloso quedebía bajar la cabeza para atravesar laspuertas y que podía derribar a un bueycogiéndolo por las astas. Maestro enprocesos, en embrollos, en intrigas,había demostrado durante veinte años loque sabía hacer, tanto en lo referente asu proceso de Artois como en la guerra

Page 39: La flor de lis y el leon   maurice druon

de Guyena y en otras muchas ocasiones.A él se debía que se hubiera hechopúblico el escándalo de la Torre deNesle. En parte gracias a él, LordMortimer y la reina Isabel habíanpodido reunir un ejército en Hainaut,sublevar a Inglaterra y destronar aEduardo II. Y no sentía turbación al versus manos teñidas en la sangre deMargarita de Borgoña. En el Consejodel débil Carlos IV, su voz, en losúltimos años, se había elevado con másfirmeza que la del soberano.

Felipe de Valois, seis años menorque el anterior, no poseía tanto genio.Sin embargo, alto y fuerte, ancho de

Page 40: La flor de lis y el leon   maurice druon

espaldas, de paso solemne, yconsiderado como un gigante cuandoRoberto no estaba a su lado, teníahermosa prestancia de caballero,cualidad que predisponía en su favor. Ysobre todo se beneficiaba del recuerdodejado por su padre, el famoso Carlosde Valois, el hombre más turbulento yaventurero de su tiempo, siempre detrásde tronos fantasmas y de cruzadasfallidas, pero gran guerrero, y cuyaprodigalidad y magnificencia seesforzaba el hijo en imitar.

Si bien Felipe de Valois hastaentonces no había asombrado a Europapor su talento, se le concedía, sin

Page 41: La flor de lis y el leon   maurice druon

embargo, un margen de confianza.Brillaba en los torneos, que eran supasión; y el valor que demostraba enellos no era desdeñable.

—Serás regente, Felipe; mecomprometo a ello —decía Roberto deArtois—. Regente y quizá rey. Si Diosquiere... es decir, si dentro de dos mesesla reina, mi sobrina, que ya está gruesahasta la barbilla, no da a luz un hijo.¡Pobre primo Carlos! No verá al hijoque tanto deseaba. Y si es varón, no poresto dejarás de ejercer la regenciadurante veinte años. Ahora bien, enveinte años...

Y recalcaba su pensamiento con un

Page 42: La flor de lis y el leon   maurice druon

amplio gesto del brazo que parecíareclamar todos los azares posibles,desde la mortalidad infantil hasta losaccidentes de caza y los inescrutablesdesignios de la Providencia.

—¡Y tu, leal como eres —continuaba el gigante—, me devolveráspor fin mi Condado de Artois, retenidoinjustamente por la ladrona yenvenenadora Mahaut desde la muertede mi noble abuelo, así como ladignidad de par que lleva aparejada!¡Piensa en que ni siquiera soy par! ¿Noes una burla? Me avergüenzo de ellosobre todo por tu hermana, que es miesposa.

Page 43: La flor de lis y el leon   maurice druon

Felipe había bajado por dos vecessu gran nariz carnosa y habíaentrecerrado los ojos con gesto decomprensión.

—Roberto, te haré justicia si llegaese momento. Puedes contar con miayuda.

Las mejores amistades son las quese fundan en intereses comunes y en laedificación de un mismo porvenir.

Roberto de Artois, a quien norepugnaba ninguna tarea, se encargó deir a Vincennes para dar a entender aCarlos el Hermoso que sus días estabancontados y que debía tomar algunasdisposiciones, como la de convocar la

Page 44: La flor de lis y el leon   maurice druon

regencia. Y hasta, con el fin de dejarbien sentada su elección, ¿por que noconfiar a Felipe, desde ahora, laadministración del reino, delegando enél los poderes?

—Todos somos mortales, todos, mibuen primo —decía Roberto, rebosantede salud, haciendo temblar con suimponente paso el lecho del agonizante.

Carlos IV no estaba en condicionesde negarse, incluso sentía alivio dedescargarse de toda preocupación. Nopensaba más que en retener la vida quese le escapaba por la boca.

Felipe de Valois recibió, pues, ladelegación real y ordenó la

Page 45: La flor de lis y el leon   maurice druon

convocatoria de los pares.Roberto de Artois se puso en

seguida en campaña. En primer lugar sedirigió a su sobrino de Evreux,muchacho de veintiún años, de gentilporte, aunque poco emprendedor. Estabacasado con la hija de Margarita deBorgoña, Juana la Pequeña, como se leseguía llamando, aunque ya teníadiecisiete años, la cual había sidoapartada de la sucesión de Francia a lamuerte del Turbulento.

Había inventado la ley sálica contraella, y la habían aplicado tanto másfácilmente, cuanto que la mala conductade su madre suscitaba serias dudas

Page 46: La flor de lis y el leon   maurice druon

sobre su legitimidad. En compensación,y para apaciguar la casa de Borgoña, lehabían reconocido la herencia deNavarra. Sin embargo, no se habíanapresurado a mantener esta promesa, ylos dos últimos reyes de Francia habíanconservado el título de rey de Navarra.

Era una buena ocasión para Felipede Evreux, si se hubiera parecido unpoco a su tío Roberto de Artois, parainiciar un enorme pleito, negar la leysucesoria y reclamar en nombre de suesposa las dos coronas.

Roberto de Artois, usando delascendiente que tenía sobre su sobrino,se metió en seguida en el bolsillo a ese

Page 47: La flor de lis y el leon   maurice druon

posible competidor.—Tendrás esa Navarra que se te

debe, mi buen sobrino, en cuanto micuñado Valois sea regente. Lo considerocomo un asunto de familia y lo he puestocomo condición a Felipe para darle miapoyo. ¡Serás rey de Navarra! Es unacorona que no es de desdeñar y que, pormi parte, te aconsejo que te la ciñas encuanto puedas, antes de que te ladiscutan. Porque, hablando entrenosotros, la pequeña Juana, tu esposa,tendría más seguridades de su derecho sisu madre no hubiera tenido los muslostan retozones. En la gran rebatiña que vaa suceder, has de contar con apoyos; ya

Page 48: La flor de lis y el leon   maurice druon

tienes el nuestro. Y no escuches a tu tíode Borgoña, que te inducirá, para supropio provecho, a cometer tonterías.¡Fundamenta tus esperanzas en queFelipe sea regente!

Así, mediante el abandono definitivode Navarra, Felipe de Valois disponíaya de dos votos.

Luis de Borbón acababa de serhecho duque unas semanas antes y habíarecibido como patrimonio el condado deLa Marche3. Era el primogénito de lafamilia. En caso de una gran confusióncon respecto a la regencia, su condiciónde nieto de San Luis podía servirle parareunir varios sufragios. Su decisión, de

Page 49: La flor de lis y el leon   maurice druon

todas formas, pesaría sobre el Consejode los Pares. Pero este cojo eracobarde. Entrar en rivalidad con elpoderoso partido Valois era empresaque requería un hombre de más empuje.Además, su hijo estaba casado con unahermana de Felipe de Valois.

Roberto dejó comprender a Luis deBorbón que cuanto antes se uniera algrupo Valois, tanto más pronto veríagarantizadas todas las ventajas en tierray títulos que había acumulado durantelos reinados anteriores. Tres votos.

El duque de Bretaña, apenas llegadode Vannes, y sin desembalar todavía suscofres, recibió en su residencia la visita

Page 50: La flor de lis y el leon   maurice druon

de Roberto de Artois.—Nosotros apoyamos a Felipe,

¿verdad? ¿Estás de acuerdo...? ConFelipe, tan piadoso, tan leal, se puedeestar seguro de contar con un buen rey...Quiero decir, con un buen regente.

Juan de Bretaña no podía más quedeclararse partidario de Felipe deValois. ¿Acaso no se había casado conuna hermana de Felipe, Isabel? Ciertoque ella había fallecido a la edad deocho años, pero no por eso dejaban desubsistir lazos de afecto. Roberto, paradar mayor fuerza a su diligencia, sehabía hecho acompañar por su madre,Blanca de Bretaña, hermana mayor del

Page 51: La flor de lis y el leon   maurice druon

duque, muy vieja, muy pequeña, muyarrugada, sin pizca de idea política,pero que aprobaba todo lo que quería sugigantesco hijo. Juan de Bretaña seocupaba más en los asuntos de suducado que en los de Francia. Pues sí,Felipe, ¿por qué no?, ya que todo elmundo parecía tener tanta prisa endesignarlo.

Eso se convertía en la campaña delos cuñados. Se buscó el refuerzo deGuy de Chatillón, conde de Blois, queno era par, y hasta el del condeGuillermo de Hainaut, que ni siquierapertenecía al reino, simplemente porquese habían casado con otras tantas

Page 52: La flor de lis y el leon   maurice druon

hermanas de Felipe. La gran parentelade Valois comenzaba a presentarsecomo la verdadera familia de Francia.

Guillermo de Hainaut, en esemomento, casaba a su hija con el jovenrey de Inglaterra; de acuerdo, no veíaningún obstáculo; incluso podía hallarventaja algún día. Pero había tenido laprecaución de hacerse representar en laboda por su hermano Juan, en vez de irel mismo, ya que era aquí, en París,donde se iban a producir losacontecimientos importantes. ¿Nodeseaba Guillermo el Bueno, desdehacía largo tiempo, que le fuera cedidala tierra de Blaton, patrimonio de la

Page 53: La flor de lis y el leon   maurice druon

corona de Francia enclavado en susEstados? Se le daría Blaton por casinada, por un rescate simbólico, si Felipese convertía en regente.

En cuanto a Guy de Blois, se tratabade uno de los últimos barones queconservaban el derecho de acuñarmoneda. Desgraciadamente, y a pesar deeste derecho, no tenía dinero y lasdeudas lo ahogaban.

—Guy, mi amado Pariente, laregencia te comprará de nuevo tuderecho. Ésa será nuestra primerapreocupación.

En pocos días Roberto habíarealizado un sólido trabajo.

Page 54: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Ya ves, Felipe; ya ves —decía asu candidato—, lo mucho que nosayudan ahora los matrimoniosconcertados por tu padre. ¡Y dicen quela abundancia de hijas es un gran pesarpara las familias!... Aquel hombreprudente, que Dios tenga en la gloria,supo sacar muy buen provecho de todastus hermanas.

—Sí, pero habrá que acabar depagar las dotes —respondió Felipe—.De algunas sólo se ha entregado lacuarta parte...

—Comenzando por la de la queridaJuana, mi esposa —recordó Roberto deArtois—. Pero en cuanto tengamos

Page 55: La flor de lis y el leon   maurice druon

poder sobre el Tesoro...Más difícil de conquistar fue el

conde de Flandes, Luis de Crecy y deNevers. Porque él no era cuñado y noexigía patrimonio ni dinero; quería lareconquista de su condado, cuyossúbditos lo habían expulsado. Paraatraerlo, pues, hubo que prometerle unaguerra.

—Luis, primo mío, os devolveremosa Flandes por las armas, os lo juramos.

Después de esto, Roberto, quepensaba en todo, corrió de nuevo aVincennes para urgir a Carlos IV a queacabara su testamento.

Carlos no era más que la sombra de

Page 56: La flor de lis y el leon   maurice druon

un rey, que expectoraba lo que lequedaba de pulmones.

Sin embargo, a pesar de que estabaagonizando, se acordó en este momentodel proyecto de cruzada que su tíoCarlos de Valois le había metido en lacabeza en otro tiempo. Proyecto diferidoaño tras año; los subsidios de la Iglesiahabían sido consumidos para otros finesy Carlos de Valois había muerto. Suenfermedad y los sufrimientos que leocasionaba, ¿no eran tal vez el castigopor no haber mantenido su promesa? Lasangre que iba manchando las sábanas lerecordaba la cruz de color rojo que nohabía cosido a su manto.

Page 57: La flor de lis y el leon   maurice druon

Entonces, para atraerse la divinaclemencia, Carlos IV hizo señalar en sutestamento la preocupación que sentíapor Tierra Santa: «Porque mi intenciónes ir allí en vida, y si en vida no puedo,que se entreguen cincuenta mil libras ala primera expedición general que sehaga.»

No se le pedía tanto, ni que gravasecon semejante hipoteca la fortuna real,necesaria para otros fines más urgentes.Roberto estaba furioso. ¡Ese bobo deCarlos seguía con su estúpida terquedadhasta el final!

Le pedían simplemente que legaratres mil libras al canciller Juan de

Page 58: La flor de lis y el leon   maurice druon

Cherchemont, otro tanto al mariscal deTrye y a messire Miles de Noyers,presidente de la Cámara de Cuentas, porsus leales servicios prestados a lacorona... y porque sus funciones lespermitían sentarse con pleno derecho enel Consejo de los Pares.

—¿Y el condestable? —murmuró elrey moribundo.

Roberto se encogió de hombros. Elcondestable Gaucher de Châtillon teníasetenta y ocho años, era sordo como unatapia y poseía tantos bienes que no sabíaqué hacer con ellos. ¡A su edad no habíaapetito de oro! Se borró, pues, alcondestable.

Page 59: La flor de lis y el leon   maurice druon

Por lo contrario, Roberto ayudó congran cuidado a Carlos IV a hacer la listade los ejecutores testamentarios, ya queeso era como un orden de precedenciaentre los grandes del reino: primero elconde Felipe de Valois, luego el condeFelipe de Evreux, y después el, Robertode Artois, conde de Beaumont–le–Roger.

Hecho esto, convenía atraerse a lospares eclesiásticos. Guillermo de Trye,duque–arzobispo de Reims, había sidopreceptor de Felipe de Valois; además,Roberto acababa de hacer inscribir a suhermano el mariscal, en el testamentoreal, con tres mil libras que le

Page 60: La flor de lis y el leon   maurice druon

entregarían contantes y sonantes. Poreste lado no habría descontento.

El duque–arzobispo de Langues eraadicto desde hacía mucho tiempo a losValois, e igualmente el conde–obispo deBeauvais, Juan de Marigny, únicohermano sobreviviente del granEnguerrando. Viejas traiciones, antiguosremordimientos y mutuos favores habíantejido sólidos lazos.

Quedaban los obispos de Châlons,de Laon y de Noyon; se sabía queformarían al lado del duque Eudes deBorgoña.

—¡Ah! El borgoñón es asunto tuyo,Felipe —exclamó Roberto de Artois

Page 61: La flor de lis y el leon   maurice druon

extendiendo los brazos—. Nada puedocon él, estamos como gato y perro. Perotú te has casado con su hermana; debesde tener algún poder sobre él.

Eudes IV no era un águila en elgobierno. Sin embargo, recordaba laslecciones de su difunta madre, laduquesa Agnes, última hija de San Luis,y como él mismo, para reconocer laregencia de Felipe el Largo, habíalogrado la anexión del condado deBorgoña al ducado de Borgoña. Eudesse había casado entonces con la nieta deMahaut de Artois, catorce años másjoven que él, lo cual no lamentaba ahoraque ella era nubil.

Page 62: La flor de lis y el leon   maurice druon

La cuestión de la herencia de Artoisfue la primera que planteó cuando alllegar de Dijon, se encerró con Felipede Valois.

—Quede bien entendido que el díade la muerte de Mahaut, el condado deArtois irá a manos de su hija, la reinaJuana la Viuda, para pasar luego a las dela duquesa mi esposa. Insisto mucho eneste punto, primo mío, ya que conozcolas pretensiones de Roberto sobre elArtois. ¡Las ha proclamado bastante!

Estos grandes príncipes no poníanmenos vehemencia en defender susderechos de herencia a los pedazos delreino que las nueras cuando disputan los

Page 63: La flor de lis y el leon   maurice druon

cacharros y trapos de una herencia depobres.

—Las sentencias de dos juicios hanatribuido el Artois a la condesa Mahaut.Si Roberto no apoya su solicitud enalgún hecho nuevo, el Artois pasara avuestra esposa, hermano mío.

—¿No veis en ello ningúnimpedimento?

—No veo ninguno.De esta forma, el leal Valois, el

valiente caballero, el héroe de torneo,hacía a sus dos primos y cuñados dospromesas contradictorias.

Sin embargo, honrado hasta en suduplicidad, informó a Roberto de Artois

Page 64: La flor de lis y el leon   maurice druon

de su conversación con Eudes, yRoberto la aprobó totalmente.

—Lo importante —dijo— es obtenerel voto del borgoñés, y poco importaque se le meta en la cabeza un derechoque no tiene. ¿Hechos nuevos, le hasdicho? Los tendremos, y haré que nofaltes a tu palabra. En fin, todo marchainmejorablemente.

No quedaba más que esperar —última formalidad— la muerte del rey,confiando en que se produjera pronto,antes de que se disolviera aquellahermosa conjunción de príncipes que sehabía reunido alrededor de Felipe deValois.

Page 65: La flor de lis y el leon   maurice druon

El último hijo del Rey de Hierroentregó el alma la víspera de laCandelaria, y la noticia se esparció porParís al día siguiente por la mañana, almismo tiempo que el olor de lascalientes hojuelas.

Todo parecía desarrollarse según elplan perfectamente preparado porRoberto de Artois, cuando, la mañanamisma del día fijado para la reunión delConsejo de los Pares, llegó un obispoinglés, de enjuto rostro y fatigados ojos,quien, al salir de una litera cubierta debarro, declaró que venía a representarlos derechos de la reina Isabel.

Page 66: La flor de lis y el leon   maurice druon

III.- Consejo ante uncadáver

Sin cerebro en la cabeza, sin corazón enel pecho, sin entrañas en el vientre. Unrey vacío.

Los embalsamadores habíanterminado, la noche anterior, su trabajosobre el cadáver de Carlos IV; pero laverdad es que no había gran diferenciaentre lo que era ahora y lo que aqueldébil, indiferente e inactivo monarcahabía sido durante su vida. Niñoretrasado a quien su misma madrellamaba el «ganso», marido engañado,

Page 67: La flor de lis y el leon   maurice druon

padre desgraciado empeñado enasegurar su descendencia en tresmatrimonios, soberano gobernadoconstantemente, primero por su tío yluego por sus primos, no había sido másque la encarnación fugitiva de la entidadreal. Y lo seguía siendo.

En un extremo de la gran sala depilares del castillo de Vincennes, susdespojos yacían sobre un suntuoso lechode ceremonia, revestidos con una tunicaazulada, cubiertos los hombros con elmanto flordelisado y la corona encajadaen la cabeza.

Los pares y los barones, reunidos enel otro extremo de la sala, veían brillar,

Page 68: La flor de lis y el leon   maurice druon

iluminados por innumerables cirios, losdorados zapatos del muerto.

Carlos IV iba a presidir su últimoConsejo, llamado «Consejo de lacámara real», ya que se consideraba quegobernaba todavía; su reinadoterminaría oficialmente el siguiente día,en el momento en que su cuerpo bajara ala tumba, en Saint-Denis.

Roberto de Artois tomó al obispoinglés bajo su amparo, mientrasesperaban a los retrasados.

—¿En cuánto tiempo habéis venido?¿Doce días desde York? ¿No os habeisdetenido a cantar misa durante vuestroviaje?... ¡Verdadero paso de jinete! ...

Page 69: La flor de lis y el leon   maurice druon

¿Ha sido jubilosa la boda de vuestrojoven rey?

—Así lo creo, yo no pude asistir;estaba ya en camino —respondió elobispo Orleton.

¿Y lord Mortimer se encontrababien? Gran amigo, lord Mortimer, granamigo que, cuando estaba refugiado enParís, hablaba frecuentemente demonseñor Orleton.

—Él me contó cómo le ayudasteis aevadirse de la Torre de Londres . Por miparte, yo lo acogí en Francia, y leproporcioné los medios para queregresara un poco más armado de lo quehabía llegado. Así, cada uno de nosotros

Page 70: La flor de lis y el leon   maurice druon

hizo la mitad de la tarea.¿Y la reina Isabel? ¡Ah, la querida

prima! ¿Seguía tan hermosa comosiempre?

De esta forma, Roberto entretenía aOrleton para impedir que se mezclara enlos grupos, y que hablara con el condede Hainaut o con el de Flandes. Conocíabien la reputación de Orleton ydesconfiaba. ¿No era éste el hombre quela corte de Westminster utilizaba parasus embajadas cerca de la Santa Sede, yel autor según se decía, de la famosacarta de doble sentido: «Eduardumoccidere nolite bonum est...» de la queIsabel y Mortimer se habían servido

Page 71: La flor de lis y el leon   maurice druon

para ordenar el asesinato de Eduardo II?Mientras que los prelados franceses

iban tocados con la mitra para asistir alConsejo, Orleton llevaba solamente sugorro de viaje, de seda violeta yorejeras forradas de armiño. Robertoobservó este detalle con satisfacción;pues restaría autoridad al obispo ingléscuando tomara la palabra.

—Monseñor de Valois va a serregente —le murmuró a Orleton, como siconfiara un secreto a un amigo.

El otro no respondió.Por fin entró la última persona que

se esperaba para que el Consejoestuviera en pleno. Era la condesa

Page 72: La flor de lis y el leon   maurice druon

Mahaut de Artois, única mujerconvocada a la asamblea. Habíaenvejecido; parecía llevar con dificultadel peso de su macizo cuerpo. Seapoyaba en un bastón, y su rostrocolorado estaba enmarcado por cabellosblancos. Dirigió vagos saludosalrededor de ella. Fue a asperjar almuerto y vino a sentarse pesadamente allado del duque de Borgoña. Se oía sujadeo.

El arzobispo primado Guillermo deTrye se levantó, se volvió primero haciael cadáver real, hizo lentamente el signode la cruz, y luego permaneció unmomento en meditación con los ojos

Page 73: La flor de lis y el leon   maurice druon

levantados hacia las bóvedas, como siimpetrara la inspiración divina. Cesaronlos murmullos.

—Mis nobles señores —comenzó—,cuando falla la sucesión natural delpoder real, este vuelve a su fuente, quees el consentimiento de los pares. Tal esla voluntad de Dios y de la SantaIglesia, que nos da ejemplo con laelección del soberano pontífice.

Monseñor de Trye hablaba bien, conbella elocuencia de sermón. Los pares ybarones convocados iban a tener quedecidir sobre la adjudicación del podertemporal en el reino de Francia, primeropara el ejercicio de la regencia, y luego,

Page 74: La flor de lis y el leon   maurice druon

ya que la prudencia requiere previsión,para el ejercicio de la propia realeza, encaso de que la muy noble señora la reinano diera a luz un hijo.

El primero entre los iguales, primusinter pares, era el que convenía elegir, yel más próximo, por la sangre, a lacorona. ¿No se habían dado en otrotiempo circunstancias parecidas quehabían llevado a los pares barones y alos pares obispos a entregar el cetro almás prudente y fuerte de ellos, al duquede Francia y conde de París, HugoCapeto, fundador de la gloriosadinastía?

—Nuestro soberano difunto, que aun

Page 75: La flor de lis y el leon   maurice druon

está con nosotros —continuó elarzobispo, inclinando ligeramente lamitra hacia el lecho—, quiso ayudarnos,y en su testamento recomendó queeligiéramos a su primo más próximo,príncipe muy cristiano y muy valiente,digno en todo de gobernarnos ydirigirnos, monseñor Felipe, conde deValois, de Anjou y del Maine.

El príncipe muy cristiano y muyvaliente, a quien le zumbaban los oídosde emoción, no sabía qué actitudadoptar. Le pareció que bajar la cabezacon aire modesto sería demostrar quedudaba de sí mismo y de su derecho areinar. Erguirse con aire arrogante y

Page 76: La flor de lis y el leon   maurice druon

orgulloso podría indisponerlo ante lospares. Decidió, pues, permanecer rígido,inmóviles las facciones y fija la miradaen los dorados zapatos del cadáver.

—Que cada uno medite —concluyóel arzobispo de Reims— y exprese suopinión para bien de todos.

Monseñor Adan Orleton se puso enpie.

—Ya lo tengo meditado —dijo—.He venido aquí a hablar en nombre delrey de Inglaterra, duque de Guyena.

Tenía experiencia sobre esta clasede asambleas, en la que todo estápreparado bajo mano y en las que, sinembargo, todo el mundo vacila en ser el

Page 77: La flor de lis y el leon   maurice druon

primero en intervenir. Se apresuró asacar esta ventaja.

—En nombre de mi dueño tengo quedeclarar —prosiguió—, que la personade parentesco más próximo al difuntorey Carlos de Francia es la reina Isabel,su hermana, y que por ello lecorresponde la regencia.

A excepción de Roberto de Artois,que esperaba algo parecido, todos lospresentes quedaron por un momentoestupefactos. Nadie había pensado en lareina Isabel durante los tratospreliminares; nadie había consideradoque pudiera tener la menor pretensión.Sencillamente, la habían olvidado. Y de

Page 78: La flor de lis y el leon   maurice druon

pronto surgía de sus brumas nórdicas enla voz de un pequeño obispo de boneteforrado. ¿Tenía en verdad derechos?Los asistentes se interrogaban con lamirada, se consultaban. Evidentementelos tenía, si se atendía a las estrictasconsideraciones del linaje; pero parecíauna locura que quisiera hacer uso deellos.

Cinco minutos después estaban enplena confusión. Todo el mundo hablabaa la vez, y el tono de las voces subía, sinrespeto a la presencia del cadáver.

¿Había olvidado el rey de Inglaterra,duque de Guyena, en la persona de suembajador, que las mujeres no podían

Page 79: La flor de lis y el leon   maurice druon

reinar en Francia, según la costumbreconfirmada dos veces por los pares enlos últimos años?

—¿No es verdad eso, tía mía? —espetó malignamente Roberto de Artois,recordando a Mahaut el tiempo en quese había enfrentado tan fieramente sobreesta ley de sucesión establecida parafavorecer a Felipe el Largo, yerno de lacondesa.

No, monseñor Orleton no habíaolvidado nada; en especial no habíaolvidado que el duque de Guyena no seencontró presente ni representado —sinduda porque se había tenido buencuidado de avisarle demasiado tarde—

Page 80: La flor de lis y el leon   maurice druon

en las reuniones de los pares que habíandecidido muy arbitrariamente laextensión de la llamada ley sálica alderecho real y que, por consiguiente, nola había ratificado.

Orleton carecía de la bellaelocuencia untuosa de monseñorGuillermo de Trye; hablaba un francésun poco duro, con giros arcaicos que seprestaban a hacer sonreir. Pero comocompensación tenía gran habilidad en lacontroversia jurídica, y sus respuestaseran rápidas.

Messire Miles de Noyers, consejerode cuatro reinados y principal redactor,y hasta quizás inventor de la ley sálica,

Page 81: La flor de lis y el leon   maurice druon

tuvo que dar la réplica.Puesto que el rey Eduardo II había

rendido homenaje al rey Felipe el Largo,se debía admitir que había reconocido aéste como legítimo y había ratificadoimplícitamente la ley de sucesión.

Orleton no lo entendía de la mismamanera. ¡No tal, messire! Al prestarhomenaje, Eduardo II había confirmadoque el ducado de Guyena era vasallo dela corona de Francia, lo que nadiepretendía negar, pese a que los límitesde este vasallaje estaban por precisardesde hacía cien años.

Pero dicho homenaje nada tenía quever con la ley del trono. Y en primer

Page 82: La flor de lis y el leon   maurice druon

lugar, ¿de qué se trataba, de la regenciao de la corona?

—De las dos —intervino el obispoJuan de Marigny—. Como ha dicho contoda justeza monseñor de Trye, laprudencia requiere previsión, y nodebemos exponernos a afrontar dentrode dos meses el mismo debate.

Mahaut de Artois sentía un malestar,un zumbido en la cabeza que le impedíapensar con claridad. No le conveníanada de lo que decían. Era hostil aFelipe de Valois porque apoyar a Valoisera apoyar a Roberto; era hostil a Isabelpor un antiguo odio, ya que Isabel habíadenunciado en otro tiempo a sus hijas.

Page 83: La flor de lis y el leon   maurice druon

Intervino con estudiado retraso.—Si la corona puede ir a una mujer,

no será para vuestra reina, messireobispo, sino para la señora Juana laPequeña, y la regencia será ejercida porsu esposo, que está aquí, messire deEvreux, o por su tío el duque de Eudes,que se encuentra a mi lado.

Se observó una cierta reacción deduda en el duque de Borgoña, en elconde de Flandes, en los obispos deLaon y de Noyon, e incluso en el jovenconde de Evreux.

Parecía que la corona estuvieracolgada de las bóvedas, indecisa dellugar de su caída, y que varias cabezas

Page 84: La flor de lis y el leon   maurice druon

se aprestaban a recibirla.Felipe de Valois abandonó su noble

inmovilidad, mantenida durante largorato, e hizo signos a su primo de Artois.Éste se incorporó.

—¡Bien! —exclamó—. Veo queahora todo el mundo se apresura adesdecirse. Veo a mi bien amada tía, laseñora Mahaut dispuesta a reconocer ala señora de Navarra... (y acentuó lapalabra «Navarra», mientras miraba aFelipe de Evreux para recordarle sucompromiso...) derechos queprecisamente le quitó en otro tiempo;veo al noble obispo de Inglaterraprevalerse de los actos de un rey a quien

Page 85: La flor de lis y el leon   maurice druon

se preocupó de tirar del trono por suflojedad, incuria y traición. ¡Vamos,messire Orleton! No se puede rehaceruna ley cada ocasión que tenga que seraplicada, y a gusto de cada uno. Una vezsirve para uno y la siguiente para otro.Amamos y respetamos a la señoraIsabel, nuestra parienta, a la que muchosde los presentes hemos ayudado yservido; pero su petición, que voshabéis defendido tan bien, pareceinadmisible. ¿No es esa vuestra opinión,monseñores? —concluyó tomando comotestigos a los pares.

Le respondieron con numerosasaprobaciones; y las más fervorosas, las

Page 86: La flor de lis y el leon   maurice druon

del duque de Borbón, el conde de Bloisy los pares obispos de Reims y deBeauvais.

Pero Orleton no había empleadotodas sus armas. Si se admitía, pues, quese trataba no solo de la regencia, sinotambién, posiblemente, de la propiacorona; si incluso se admitía, para novolver sobre una ley ya aplicada, quelas mujeres no podían reinar en Francia,entonces hacía su reclamación no ennombre de la reina Isabel, sino en el desu hijo, el rey Eduardo III, únicodescendiente varón por línea directa.

—Si una mujer no puede reinar, conmayor razón no puede transmitir la

Page 87: La flor de lis y el leon   maurice druon

corona —dijo Felipe de Valois.—¿Por qué no, monseñor? ¿No

nacen de mujer los reyes de Francia?Esta respuesta provocó algunas

sonrisas. El gran Felipe se encontrabamaniatado. Después de todo, estepequeño obispo inglés no estabaequivocado. La oscura costumbreinvocada para suceder a Luis X quedabaahora arrinconada. Y, en buena lógica,puesto que sucesivamente habíanreinado tres hermanos sin tenerdescendencia masculina, ¿no debíapasar el poder al hijo de la hermanasuperviviente, en lugar de a un primo?

El conde de Hainaut, partidario de

Page 88: La flor de lis y el leon   maurice druon

Valois hasta este momento, comenzó areflexionar al vislumbrar de repentepara su hija un porvenir inesperado.

El viejo condestable Gaucher, conlos párpados arrugados como los de unatortuga y puesta la mano a manera detrompeta en la oreja, preguntó a suvecino Miles de Noyers:

—¿Qué? ¿Qué dicen?El giro demasiado complicado del

debate lo irritaba. Tenía su opiniónsobre la cuestión de la sucesión de lasmujeres, opinión invariable desde hacíaonce años. Había proclamado la ley delos varones, agrupando a los pares bajosu famosa frase: Los lises no hilan la

Page 89: La flor de lis y el leon   maurice druon

lana; y Francia es un reino demasiadonoble para entregarlo a una mujer.

Orleton prosiguió su discursointentando conmover. Invitó a los paresa considerar aquella ocasión, que tal vezlos siglos no volverían a ofrecer, dereunir los dos reinos bajo un mismocetro.

Su pensamiento íntimo era éste:Acabar con los litigios incesantes, loshomenajes mal definidos y las guerrasde Aquitania, que causaban sufrimientoa las dos naciones; y resolver, además,la inútil rivalidad comercial creada porlos problemas de Flandes. Un solo ymismo pueblo a ambos lados del mar.

Page 90: La flor de lis y el leon   maurice druon

¿No era toda la nobleza inglesa deorigen francés? ¿No era común la lenguafrancesa en las dos cortes? ¿No teníannumerosos señores franceses bienes enInglaterra, al igual que barones ingleses,propiedades en Francia?

—Pues bien, dadnos a Inglaterra; nola rechazaremos —ironizó Felipe deValois.

El condestable Gaucher escuchabalas explicaciones que Miles de Noyersle daba al oído, y de repente su rostroenrojeció. ¡Cómo! ¿El rey de Inglaterrareclamaba la regencia y la corona quepodía venir después? Entonces, ¿todaslas campañas que había dirigido él bajo

Page 91: La flor de lis y el leon   maurice druon

el fuerte sol de Gascuña, todas lascabalgatas por el barro del Norte contralos malvados pañeros flamencos,siempre apoyados por Inglaterra, todoslos buenos caballeros muertos y losgrandes gastos del Tesoro no habíanservido más que para llegar a eso? Loconsideraba una burla.

Sin levantarse, con profunda voz deviejo enronquecida por la cólera,exclamó:

—Jamás Francia será del Inglés, yno es cuestión de varón o de hembra, nide saber si la corona se transmite por elvientre. ¡Francia no será del Inglésporque los barones no lo tolerarán!

Page 92: La flor de lis y el leon   maurice druon

¡Vamos, Bretaña! ¡Vamos, Blois!¡Vamos, Nevers! ¡Vamos, Borgoña!¿Permitís que digan esto?

Tenemos que enterrar a un rey, elsexto que he visto pasar en mi vida, ytodos ellos tuvieron que dirigir suejército contra Inglaterra, o contraaquellos a los que ella apoyaba. El quemande en Francia ha de ser de sangrefrancesa. Y basta de escuchar esastonterías que harían reír a mi caballo.

Había gritado Bretaña, Blois yBorgoña con el tono de batalla queusaba antaño para reunir a los jefes dependón.

—Con el derecho que me concede

Page 93: La flor de lis y el leon   maurice druon

ser el más viejo, aconsejo que el condede Valois, el pariente más próximo deltrono, sea regente, guardián ygobernador del reino.

Y levantó la mano para apoyar suvoto.

—¡Bien dicho! —se apresuró aaprobar Roberto de Artois mientraslevantaba su larga mano e invitaba conla mirada a imitarlo a los partidarios deFelipe.

Ahora casi lamentaba no haberincluido en el testamento real al viejocondestable.

—¡Bien dicho! —repitieron losduques de Borbón y de Bretaña; los

Page 94: La flor de lis y el leon   maurice druon

condes de Blois, de Flandes y deEvreux; los obispos, los grandesoficiales y el conde de Hainaut.

Mahaut de Artois interrogaba con lamirada al duque de Borgoña, y al verque este iba a levantar la mano, seapresuró a dar su aprobación para no serla última.

Solo la mano de Orleton quedo sinlevantarse.

Felipe de Valois, que se sentía depronto agotado, se decía: «Es cosahecha, es cosa hecha.»

Oyó que el arzobispo Guillermo deTrye, su antiguo preceptor, decía:

—Viva el regente del reino de

Page 95: La flor de lis y el leon   maurice druon

Francia, para bien del pueblo y de laSanta Iglesia.

El canciller Juan de Cherchemonthabía preparado el documento Por elque se debía clausurar el Consejo yratificar la decisión; solo faltabainscribir el nombre. El canciller trazócon grandes letras el del «muypoderoso, muy noble y muy temidoseñor Felipe, conde de Valois», y luegodio lectura al acta en virtud de la cualquedaba asignada la regencia; más aun,designaba que el regente se convertiríaen rey de Francia si la reina daba a luzuna hija.

Todos los asistentes pusieron su

Page 96: La flor de lis y el leon   maurice druon

firma y sello privado al pie deldocumento; todos, salvo el duque deGuyena, es decir, su representante,monseñor Adan Orleton, que rehusóhacerlo con estas palabras:

—Nada se pierde con defender supropio derecho, aunque se sepa que nova a triunfar. El porvenir es largo, y estáen manos de Dios.

Felipe de Valois se acercó al lechoy miró el cuerpo de su primo, que teníala corona sobre la cérea frente,colocado el largo cetro a lo largo delmanto y las botas relucientes.

Parecía estar orando, lo cual le valióel respeto de todos. Roberto de Artois

Page 97: La flor de lis y el leon   maurice druon

se acercó a Felipe y le murmuró:—Si tu padre te viera en este

momento... sería bien feliz el queridohombre... Aún hay que esperar dosmeses.

Page 98: La flor de lis y el leon   maurice druon

IV.- El Reyencontrado

Los príncipes de aquel tiemponecesitaban un enano. Para una pareja degente pobre casi era una suerte dar vidaa un engendro de esta índole; tenía laseguridad de venderlo un día a cualquiergran señor o al propio rey.

Porque el enano —nadie intentabaponerlo en duda— era un ser intermedioentre el hombre y el animal doméstico.Animal, porque se le podía poner uncollar y vestidos grotescos como a unperro amaestrado, y darle puntapiés en

Page 99: La flor de lis y el leon   maurice druon

las nalgas; hombre, porque hablaba y seofrecía voluntariamente, mediantesalario y alimentación, a este papeldegradante. Tenía que hacer payasadas,chancearse, saltar, llorar o tontear comoun niño, aunque sus cabellos fueran yablancos.

Su pequeñez hacía resaltar lagrandeza de su dueño. Era transmitidopor herencia como si fuera un bien depropiedad. Era el símbolo de la«sujeción», del individuo sometido aotro por naturaleza y, al parecer, creadoexpresamente para testimoniar que laespecie humana estaba compuesta derazas diferentes, algunas de las cuales

Page 100: La flor de lis y el leon   maurice druon

tenían poder absoluto sobre las otras.La humillación tenía sus ventajas, ya

que el más pequeño, el más débil, elmás deforme, se encontraba entre losmejor alimentados y vestidos. A estosdesgraciados se les permitía, e inclusose les ordenaba, decir a los personajesde la raza superior lo que no hubierasido tolerado a ningún otro.

Las burlas, incluso los insultos, quetodo hombre, hasta el más adicto, sueledirigir mentalmente al que lo manda, losprofería el enano en nombre de todos ycomo por delegación.

Hay dos clases de enanos: los denariz larga, cara triste y doble joroba, y

Page 101: La flor de lis y el leon   maurice druon

los de cara grande, nariz corta y torso degigante sobre minúsculos miembros. Elenano de Felipe de Valois, Juan el Loco,pertenecía a la segunda clase. Su cabezaa la altura de las mesas. Llevabacascabeles en el gorro y en la espaldade su traje de seda.

Este enano, con rodeos y risasburlonas, le dijo un día a Felipe:

—¿Sabes, Sire mío, como te llamael pueblo? Te llama «el reyencontrado».

Porque el viernes santo, 1º de abrilde 1328, la señora Juana de Evreux2,viuda de Carlos IV, había dado a luz.Pocas veces en la historia se observó

Page 102: La flor de lis y el leon   maurice druon

con mayor atención el sexo de un hijo alsalir del seno materno. Y cuando vieronque era una niña, todo el mundocomprendió que se había expresado lavoluntad divina y experimentó por elloun gran alivio.

Los barones no tenían que rechazarla elección hecha el día de laCandelaria. En una reunión inmediata enla que solo el representante de Inglaterramanifestó por principio su voto encontra, los barones confirmaron lacorona a Felipe.

El pueblo suspiró. La maldición delgran maestre Jacobo de Molay parecíahaberse acabado.

Page 103: La flor de lis y el leon   maurice druon

La rama primogénita del linajecapetino desaparecía por tres retoñossecos.

La falta de un hijo varón esconsiderada en todas las familias comouna desgracia o al menos como signo deinferioridad. Con más razón en una casareal. Esta incapacidad de los hijos deFelipe el Hermoso para tenerdescendencia masculina se considerabacomo la manifestación de un castigo: Elárbol iba a arrancar de nuevo desde laraíz.

Los pueblos se ven arrebatados porrepentinas fiebres, cuya causa habríaque buscar en los desplazamientos de

Page 104: La flor de lis y el leon   maurice druon

los astros, ya que no tienen otraexplicación: oleadas de histeria cruel,como la cruzada de los pastorcillos y lamatanza de los leprosos; u oleadas deeuforia delirante como la que siguió aladvenimiento de Felipe de Valois.

El nuevo rey era de hermosa talla yposeía la majestad muscular necesaria alos fundadores de dinastías. Su primerhijo era un varón de nueve años, queparecía robusto; tenía también una hija,y se sabía (no hay misterio en las cortespara estas cosas) que honraba casi todaslas noches el lecho de su coja esposacon un ánimo que los años nodisminuían.

Page 105: La flor de lis y el leon   maurice druon

Tenía una voz fuerte y sonora, y noera tartajoso como sus primos Luis elTurbulento y Carlos IV, ni silenciosocomo Felipe el Hermoso o Felipe V.¿Qué o quién podía oponérsele?

¿Quien estaba dispuesto a escuchar,en medio de la alegría que desplegabaFrancia, la voz de algunos doctores enderecho pagados por Inglaterra para queformularan, sin convicción, ciertasobjeciones?

Realmente, Felipe VI ascendía altrono con el consentimiento unánime.

Sin embargo no era rey más que porcasualidad; sobrino y primo de rey comohabía tantos otros; un hombre afortunado

Page 106: La flor de lis y el leon   maurice druon

entre el parentesco real; no un reynacido de rey y para ser rey; no un reydesignado por Dios al nacer, no un rey«recibido», sino un rey «encontrado»cuando hacía falta uno.

Esta palabra, surgida en la calle, nodisminuía en nada la confianza y eljúbilo; era solamente una de esasexpresiones de ironía con las que elpueblo gusta de matizar sus pasiones yque le dan la ilusión de familiaridad conel poder. Juan el Loco, cuando repitióesta palabra a Felipe, se ganó unpuntapié, cuya dureza exageró elfrotándose las nalgas y entre agudosgritos; no obstante, acababa de

Page 107: La flor de lis y el leon   maurice druon

pronunciar la palabra clave de undestino.

Porque Felipe de Valois, como todoadvenedizo, pretendió mostrar que eramuy digno, por propia valía, de lasituación en que había sido colocado, yresponder en todo a la idea que unopuede formarse de un rey.

Debido a que el rey tiene elejercicio soberano de la justicia, ordenóque colgaran al tesorero del últimoreinado, Pedro Rémy, de quien seaseguraba que había negociado con elTesoro. Un ministro de Finanzas en lahorca es algo que siempre regocija alpueblo. Los franceses se felicitaron;

Page 108: La flor de lis y el leon   maurice druon

tenían un rey justo.El príncipe es, por deber y función,

defensor de la fe. Felipe promulgó unedicto que acentuaba las penas contralos blasfemos y aumentaba el poder dela Inquisición. De esta forma, el alto ybajo clero, la pequeña nobleza y lossanturrones de parroquia setranquilizaron: tenían un rey piadoso.

Un soberano ha de recompensar losservicios que le han prestado. ¡Ycuántos servicios había necesitadoFelipe para asegurarse su elección! Unrey debe procurar igualmente no crearseenemigos entre los que se han mostrado,bajo los reinados anteriores, buenos

Page 109: La flor de lis y el leon   maurice druon

servidores del interés público. Por lotanto, además de mantener en sus cargosa casi todos los antiguos dignatarios yoficiales reales, creó nuevas funciones oduplicó las que ya existían para hacersitio a los sostenedores del nuevoreinado y satisfacer lasrecomendaciones de los grandeselectores. Y como la casa de Valoisllevaba ya boato real, este boato sesuperpuso al de la antigua dinastía, y lagente se precipitó a los empleos ybeneficios ampliamente distribuidos.Tenían un rey generoso.

Aun más, un rey debe llevar laprosperidad a sus súbditos. Felipe VI se

Page 110: La flor de lis y el leon   maurice druon

apresuró a disminuir e incluso, enciertos casos, a suprimir las tasas queFelipe IV y Felipe V habían puestosobre los negocios, los mercados y lastransacciones de los extranjeros, tasasde las que se decía que dificultaban lasferias y el comercio.

¡Ah, que buen rey, que hacíadesaparecer los enredos de losrecaudadores de contribuciones! LosLombardos, prestamistas habituales desu padre y a quienes él mismo debía unagran cantidad, lo bendecían. Nadiepensaba que la política fiscal de losanteriores reinados producía sus efectosa largo plazo y que si Francia era rica,

Page 111: La flor de lis y el leon   maurice druon

si se vivía mejor que en cualquier otraparte del mundo, si la gente vestía conbuen paño y frecuentemente hasta conpieles, si había baños y estufas inclusoen las aldeas, se debía a los últimosFelipes, que habían sabido mantener elorden en el reino, la unidad en lasmonedas y la seguridad en el trabajo.

Un rey... un rey debe también serprudente, el hombre más prudente de supueblo. Felipe comenzó adoptando untono sentencioso para enunciar con suhermosa voz grave principios en los quese reconocía ligeramente el estilo de suantiguo preceptor, el arzobispoGuillermo de Trye.

Page 112: La flor de lis y el leon   maurice druon

«Nosotros, que deseamos siempremantener el derecho... » decía cada vezque no sabía qué partido tomar.

Y cuando adoptaba una decisiónequivocada, cosa frecuente, y se veíaobligado a prohibir lo ordenado laantevíspera, declaraba con igualaplomo: «Razonable cosa es cambiar depensamiento», o bien: «En todas lascosas vale más prevenir que serprevenido. » Pomposos enunciados deeste rey, que en veintidós años dereinado, iba a ir de una sorpresadesagradable a otra más desagradableaún.

Nunca monarca alguno formuló

Page 113: La flor de lis y el leon   maurice druon

tantas vulgaridades. Creían quereflexionaba; lo cierto es que sólopensaba en la frase que iba a pronunciarpara darse aires de reflexivo. Su cabezaestaba tan vacía como una nuez huera.

No olvidemos que un rey, unverdadero rey, debe ser bravo, valientey fastuoso. La verdad es que Felipe notenía aptitud más que para las armas. Nopara la guerra, sino para las armas, lasjustas, los torneos. Como instructor dejóvenes caballeros hubiera hechomaravillas en la corte de un pequeñobarón. Como soberano, su residencia separecía a cualquier castillo de lasnovelas de la Tabla Redonda, muy

Page 114: La flor de lis y el leon   maurice druon

leídas en aquella época y con las quehabía nutrido su imaginación. Sesucedían torneos, fiestas, banquetes,partidas de caza, diversiones y nuevostorneos con profusión de plumas en losyelmos y caballos más ataviados quemujeres.

Felipe se ocupaba seriamente delreino una hora al día, después de unajusta de la que llegaba sudoroso o de unbanquete del que salía con la panza llenay la mente obscura. Su canciller, sutesorero, sus innumerables oficiales,tomaban las decisiones por él, o biensolicitaban la decisión de Roberto deArtois, quien gobernaba más que el

Page 115: La flor de lis y el leon   maurice druon

soberano.No había dificultad en que Felipe no

requiriera el consejo de Roberto, y todoel mundo obedecía al conde de Artois,sabiendo que todos sus decretos seríanaprobados por el rey.

De esta manera llegó el día de lacoronación, en la que el arzobispoGuillermo de Trye iba a colocar lacorona en la cabeza de su antiguoalumno y cuyas fiestas, a finales demayo, durarían cinco días.

Parecía que todo el reino se habíareunido en Reims. Y no solamente elreino, sino una parte de Europa, con elsoberbio y desdinerado rey Juan de

Page 116: La flor de lis y el leon   maurice druon

Bohemia, el conde Guillermo deHainaut, el marqués de Namur y elduque de Lorena. Cinco días deregocijos y comilonas; una profusión yun gesto desconocidos por los burguesesde Reims; ellos, que corrian con losgastos de los festejos, y que habíanpuesto mal ceño a los dispendios de lasúltimas consagraciones, esta vezproporcionaban el doble, el triple, conjúbilo. Hacía cien años que no se habíabebido tanto en el reino de Francia: seservía a caballo en los patios y en lasplazas.

La víspera de la coronación, el reyarmó caballero a Luis de Crècy, conde

Page 117: La flor de lis y el leon   maurice druon

de Flandes y de Nevers, con la máximapompa. Se había decidido que en laceremonia el conde de Flandessostendría la espada de Carlomagno y laentregaría al rey. Todo el mundo seadmiraba de que el condestable hubieraconsentido en ceder esta función suyatradicional. Pero antes era preciso queel conde de Flandes fuera armadocaballero. Felipe VI no podía mostrarlede manera más clara su amistad a suprimo flamenco.

Ahora bien, el día siguiente, durantela ceremonia en la catedral, cuando Luisde Borbón, gran camarero de Francia,después de calzar al rey las botas flor de

Page 118: La flor de lis y el leon   maurice druon

lis, llamó al conde de Flandes parapresentar la espada, éste no hizo ningúnmovimiento.

Luis de Borbón repitió:—¡Monseñor conde de Flandes!Luis de Crècy permaneció inmóvil,

en pie, con los brazos cruzados.—Monseñor conde de Flandes —

proclamó el duque de Borbón—, siestáis aquí, o hay alguna persona que osrepresente, venid a cumplir vuestrodeber. Os requerimos a que ospresentéis bajo pena de desacato.

Siguió un gran silencio, y en losrostros de los prelados, barones ydignatarios se dibujó una expresión de

Page 119: La flor de lis y el leon   maurice druon

asombro atemorizado; el rey permanecióimpasible, y Roberto de Artois tenía lacabeza levantada hacia la bóveda, comosi le interesara el juego de colores quehacía el sol al atravesar las vidrieras.

Por fin el conde de Flandes sedecidió a acercarse, se detuvo ante elrey, se inclinó y dijo:

—Sire, si me hubieran llamadoconde de Nevers o sire de Crècy mehubiera acercado en seguida.

—¿Por qué, monseñor? —dijoFelipe VI—. ¿No sois conde deFlandes?

—Sire, tengo el título; pero no subeneficio.

Page 120: La flor de lis y el leon   maurice druon

Felipe VI adoptó entonces su mejoraire real, hinchó el pecho, mantuvo vagala mirada, apuntó su larga nariz hacia elinterlocutor, y dijo con calma:

—¿Qué me decís, primo mío?—Sire —prosiguió Luis de Nevers

—, la gente de Brujas, de Ypres, dePoperingue y de Cassel me han echadode mi feudo, y no me consideran ni suconde ni su señor; el país está en tanclara rebeldía que apenas puedo llegarfurtivamente a Gante.

Entonces Felipe de Valois colocó sularga mano sobre el brazo del trono,gesto que había visto hacer confrecuencia a Felipe el Hermoso y que

Page 121: La flor de lis y el leon   maurice druon

imitaba inconscientemente, ya que paraél su tío había sido la verdaderaencarnación de la majestad.

—Luis, mi buen primo —declarólenta y fuertemente—, os consideramoscomo conde de Flandes y por la santaunción y coronación que hoy recibimos,os prometemos que no tendremos paz nireposo hasta que recuperéis vuestrocondado.

Luis de Nevers se arrodilló y dijo:—Gracias, sire.Y continuó la ceremonia.Roberto de Artois guiñó un ojo a sus

vecinos, quienes comprendieron queeste gran escándalo estaba preparado.

Page 122: La flor de lis y el leon   maurice druon

Felipe VI cumplía las promesas hechaspor Roberto para asegurar su elección; yFelipe de Evreux aparecía este mismodía bajo el manto de rey de Navarra.

Inmediatamente después de laceremonia, el rey reunió a los pares ygrandes barones, a los príncipes de sufamilia, a los señores de más allá delreino que habían llegado para asistir asu consagración, y como si el asunto noadmitiese espera, deliberó con ellossobre el momento de atacar a losrebeldes de Flandes. El deber de un reyvaliente es defender los derechos de susvasallos. Algunos espíritus prudentes,considerando que la primavera estaba ya

Page 123: La flor de lis y el leon   maurice druon

muy avanzada y que se corría el riesgode finalizar los preparativos en la malaestación —aún se acordaban del«ejército embarrado» de Luis elTurbulento—, aconsejaron postergar unaño la expedición. El viejo condestableGaucher los avergonzó, exclamando enalta voz:

—¡Quien tiene corazón para labatalla, siempre encuentra apropiado eltiempo!

A sus setenta y ocho años, sentíacierta prisa en dirigir su últimacampaña.

—Así aprenderá el Inglés, que es elinstigador de esta rebelión —añadió con

Page 124: La flor de lis y el leon   maurice druon

una especie de gruñido.¿No se leían en los libros de

caballerías las hazañas de héroes deochenta años, capaces de derribar alenemigo en la batalla y de hundirle elyelmo en el cráneo? ¿Iban los barones amostrar menos valentía que aquel viejoveterano impaciente por partir a laguerra con su sexto rey?

Felipe de Valois se levantó yexclamó:

—¡Quien bien me quiera me seguirá!Con el impulso general de

entusiasmo que suscitaron estaspalabras, se decidió reunir el ejércitopara finales de julio, y en Arrás, como

Page 125: La flor de lis y el leon   maurice druon

por casualidad. Roberto podríaaprovechar la ocasión para remover unpoco el condado de su tia Mahaut.

Así pues, a comienzos de octubreentraron en Flandes.

Un burgués llamado Zannequinmandaba los quince mil hombres de lasmilicias de Furnes, de Dixmude, dePoperingue y de Cassel. Zannequin, paramostrar que conocía las costumbres,envió al rey de Francia un cartel en elque le solicitaba día de batalla.

Felipe despreció a este campesinoque adoptaba actitudes de príncipe ehizo responder a los flamencos que,como eran gente sin jefe, tendrían que

Page 126: La flor de lis y el leon   maurice druon

defenderse del modo que pudieran.Luego envió a sus dos mariscales,Mateo de Trye y Roberto Bertrand,llamado «el caballero del Verde León»,a incendiar los alrededores de Brujas.

Cuando regresaron, los mariscalesfueron recibidos con grandesfelicitaciones; todos se regocijaban dever a lo lejos las pobres casas enllamas. Los caballeros, desarmados, vestidos con ricas ropas, se visitaban deuna tienda a otra, comían bajopabellones de seda bordada y jugaban alajedrez con sus familiares. Elcampamento francés se asemejaba al delrey Arturo de los libros ilustrados, y los

Page 127: La flor de lis y el leon   maurice druon

barones se tenían por Lanzarote, Hectory Galaad.

Ocurrió que el valiente rey, queprefería prevenir a ser prevenido, seencontraba comiendo en compañía,alegremente, cuando los quince milhombres de Flandes invadieron sucampamento.

Llevaban estandartes en los que sehabía pintado un gallo con la siguienteleyenda: El día que este gallo cante.

El rey encontrado aquí entrará.En un momento arrasaron la mitad

del campamento, cortaron las cuerdas delos pabellones, derribaron los tablerosde ajedrez y las mesas de los banquetes

Page 128: La flor de lis y el leon   maurice druon

y mataron a gran número de señores.Las tropas de infantería francesa se

dieron a la fuga; su asombro las llevósin parar hasta Saint–Omer, a cuarentaleguas atrás.

El rey no tuvo tiempo más que paraponerse una cota con las armas deFrancia, cubrirse la cabeza con unbacinete de cuero blanco y montar acaballo para reunir a sus héroes.

Ambos adversarios habían cometidouna grave falta por vanidad. Loscaballeros franceses habían despreciadoa los comuneros de Flandes; pero estos,para demostrar que eran tan guerreroscomo los señores, se habían equipado

Page 129: La flor de lis y el leon   maurice druon

con armaduras; ¡pero avanzaban a pie!El conde de Hainaut y su hermano

Juan, cuyos acantonamientos seencontraban un poco apartados, fueronlos primeros en atacar de flanco a losflamencos y desorganizar su ataque. Loscaballeros franceses, agrupados por elrey, pudieron entonces lanzarse sobre lainfantería flamenca, entorpecida bajo elpeso de su ostentoso equipo, yderribarla, pisotearla y hacer en ella unacarnicería. Los Lanzarotes y Galaads secontentaban con dar tajos y acogotar aladversario, dejando a sus criados dearmas que terminaran a cuchillo con losvencidos. Quien intentaba huir, era

Page 130: La flor de lis y el leon   maurice druon

derribado Por la carga de un caballo;quien ofrecía rendirse era degollado alinstante. En el terreno quedaron trecemil flamencos formando un fabulosomontón de hierro y cadáveres; no sepodía tocar nada, hierba, arneses,hombre o animal, que no estuvierapringoso de sangre.

La batalla del monte Cassel,comenzada en derrota acabó en victoriatotal para Francia. Se hablaba ya de ellacomo de un nuevo Bouvines, dondeFelipe Augusto, ayudado porcontingentes de los pueblos franceses,derrotó al emperador Otón IV y susaliados, el 27 de julio de 1214.

Page 131: La flor de lis y el leon   maurice druon

Ahora bien, el verdadero vencedorno era el rey, ni siquiera el viejocondestable Gaucher, ni Roberto deArtois, por más valor que desplegaronlanzándose como una avalancha sobrelas filas adversarias. Quien lo salvótodo fue el conde Guillermo de Hainaut.Sin embargo, fue Felipe VI quiencosechó la gloria.

Un rey tan poderoso como Felipe nopodía tolerar ninguna falta de susvasallos. Requirió, pues, al rey inglés,duque de Guyena, a que se apresurara arendirle homenaje.

No hay derrotas saludables, pero hayvictorias desgraciadas. Pocas jornadas

Page 132: La flor de lis y el leon   maurice druon

iban a costar tan caras a Francia como lade Cassel, ya que acreditó varias ideasfalsas: en primer lugar, que el nuevo reyera invencible, y luego, que la gente de apie no valía nada en la guerra. Crecy,veinte años después, sería laconsecuencia de esta ilusión.

Mientras tanto, todo el que teníapendón, todo el que llevaba lanza,incluso el más humilde escudero, mirabacompasivo, desde lo alto de su silla demontar, a las especies inferiores quemarchaban a pie.

Aquel otoño, hacia mediados deoctubre, la señora Clemencia deHungría, desafortunada reina que había

Page 133: La flor de lis y el leon   maurice druon

sido la segunda esposa de Luis elTurbulento, murió a los treinta y cincoaños en su residencia, el antiguo caseróndel Temple. Dejó tantas deudas que unasemana después de su muerte, todo loque poseía, anillos, coronas, muebles,ropa blanca, orfebrería y hasta losutensilios de cocina, fue subastado apetición de los prestamistas italianos,los Bardi y los Tolomei.

El viejo Spinello Tolomei,arrastrando una pierna y con un ojoabierto y otro cerrado, asistió a estasubasta, en la que seis tasadoresorfebres, por encargo del rey, hicieronlas evaluaciones. Y quedó dispersado

Page 134: La flor de lis y el leon   maurice druon

todo lo que había recibido la reinaClemencia en un año de precariafelicidad.

Durante cuatro días se oyó gritar alos tasadores Simon de Clokettes, JuanPascon, Pedro de Besaçon y Juan deLila:

—Una corona con cuatro grandesrubíes, cuatro grandes esmeraldas,dieciséis pequeñas esmeraldas y ochorubíes de Alejandría, tasada enseiscientas libras. ¡Vendida al rey!

—Un anillo con cuatro zafiros, tresde ellos cuadrados, y un cabujón, tasadoen cuarenta libras. ¡Vendido al rey!

—Un anillo con seis rubíes de

Page 135: La flor de lis y el leon   maurice druon

Oriente, tres esmeraldas cuadradas ytres diamantes de esmeraldas, tasado endoscientas libras. ¡Vendido al rey!

—Una escudilla de platasobredorada, veinticinco jarros, dosbandejas y una fuente, tasados endoscientas libras. ¡Vendido a monseñorde Artois, conde de Beaumont!

—Doce jarros de plata sobredoradaesmaltados con las armas de Francia yde Hungría, y un gran salero igualmentede plata sobredorada sostenido porcuatro monitos. Todo por cuatrocientasquince libras. ¡Vendido a monseñor deArtois, conde de Beaumont!

—Una bolsita bordada en oro,

Page 136: La flor de lis y el leon   maurice druon

recamada de perlas, en la que se guardaun zafiro de Oriente.

Valorada en dieciséis libras.¡Vendida al rey!

Y la subasta proseguía.La compañía de los Bardi compró la

pieza más cara: una sortija con el rubímás grande que poseía Clemencia deHungría, valorado en mil libras. Notuvieron que pagarla, ya que laadquirieron a cuenta de lo queClemencia les debía. Estaban seguros depoderla vender de nuevo al papa, quien,después de haber sido deudor de ellosdurante largo tiempo, poseía ahora unafabulosa riqueza.

Page 137: La flor de lis y el leon   maurice druon

Roberto de Artois, como parademostrar que los jarros y otros objetospara beber no eran su únicapreocupación, adquírió una Biblia enfrancés por treinta libras.

Los ornamentos de capilla, túnicas,dalmáticas, fueron comprados por elobispo de Chartres.

Un orfebre, Guillermo de Flament,compró los cubiertos de oro de ladifunta reina.

Por los caballos de la reina seobtuvieron seiscientas noventa y doslibras. El carruaje de la señoraClemencia y el de las damas decompañía fueron vendidos también en

Page 138: La flor de lis y el leon   maurice druon

pública subasta.Y cuando todo fue sacado del

Temple, la gente tuvo la sensación decerrar una casa maldita.

Parecía verdaderamente, aquel año,que se extinguía de por si el pasado,para dejar sitio al nuevo reinado. Elobispo de Arras, Thierry de Hirson,canciller de la condesa Mahaut, murió elmes de noviembre. Durante treinta añoshabía sido el conserje de la condesa, unpoco su amante, y su servidor en todaslas intrigas. Mahaut se quedaba sola.Roberto de Artois hizo nombrar obispode Arras a Pedro Roger5, eclesiásticodel partido Valois.

Page 139: La flor de lis y el leon   maurice druon

Todo era desfavorable para Mahaut,todo era propicio para Roberto, cuyocrédito no dejaba de aumentar y quienascendía a los supremos honores.

En enero de 1329, Felipe VIconcedió la categoría de par al condadode Beaumont–leRoger; Roberto pasaba aser par del reino.

Como el rey de Inglaterra tardaba enir a prestar homenaje, se decidió ocuparde nuevo el ducado de Guyena. Sinembargo, antes de poner en ejecución laamenaza, Roberto de Artois fue enviadoa Aviñón con el fin de obtener laintervención del papa Juan XXII.

A orillas del Ródano, Roberto pasó

Page 140: La flor de lis y el leon   maurice druon

dos semanas encantadoras. PorqueAviñón, lugar a donde afluía todo el orode la cristiandad, se había convertido,para el amante de la buena mesa, deljuego y de las bellas cortesanas, en unaciudad en continua fiesta bajo un Papaoctogenario y asceta, concentrado en losproblemas de la administraciónfinanciera, la política y la teología.

El Padre Santo concedió variasaudiencias al nuevo par de Francia; sedio un banquete en su honor en elcastillo pontificio, y Roberto conversódoctamente con muchos cardenales.Pero, fiel a los gustos de su tumultuosajuventud, se relacionó también con gente

Page 141: La flor de lis y el leon   maurice druon

dudosa. Dondequiera que estuvieraRoberto atraía a la muchacha ligera, aljoven depravado, al fugitivo de lajusticia. Aunque en la ciudad no hubieramás que un solo alcahuete, lo descubríaal cuarto de hora. El monje expulsado desu orden por algún escándalo, el clérigoacusado de latrocinio o de falsojuramento, esperaban en su antecámaraen demanda de apoyo. En las calles erasaludado con frecuencia por personas demal aspecto, de las que intentabavanamente recordar en que burdel deque ciudad las había conocido.Inspiraba confianza a la truhanería, y elhecho de que se hubiera convertido en el

Page 142: La flor de lis y el leon   maurice druon

segundo príncipe del reino no cambiabaen nada esa confianza.

Su viejo criado Lormet, dedemasiados años ahora para emprenderlargos viajes, no lo acompañaba. Unbuen mozo más joven pero formado enla misma escuela, llamado Gillet deNelle, se encargaba de las mismastareas. Gillet llevó ante monseñorRoberto a un cierto Maciot el Allemant,originario de Arras, sargento de armassin empleo y dispuesto a todo. EsteMaciot había tratado mucho al obispoThierry de Hirson. En sus últimos años,el obispo Thierry había tenido unaamiga, una cierta Juana de Divion,

Page 143: La flor de lis y el leon   maurice druon

veinte años más joven que él, la cual,desde la muerte del obispo, se quejabade las molestias que le causaba lacondesa Mahaut. Si monseñor queríaescuchar a esta dama...

Roberto de Artois comprobó, unavez más, que se aprende mucho de laspersonas de baja reputación. Desdeluego, no eran las manos del sargentoMaciot las más seguras para que se lesconfiara una bolsa; pero el hombre sabíacosas muy interesantes. Con un trajenuevo y cabalgando un buen caballo loenvió hacia el norte.

Al regresar a París el mes de marzo,Roberto se frotaba las manos y afirmaba

Page 144: La flor de lis y el leon   maurice druon

que algo nuevo iba a ocurrir en elArtois. Hablaba de actas reales robadasen otro tiempo por el obispo Thierry,por encargo de Mahaut. Una mujer conla cara encapuchada atravesó variasveces la puerta del gabinete de Robertoy mantuvo con él largas conferenciassecretas. Cada semana estaba másconfiado, más alegre y anunciaba conmayor certeza la confusión de susenemigos.

El mes de abril, la corte deInglaterra, cediendo a lasrecomendaciones del Papa, envió denuevo a París al obispo Orleton con unséquito de setenta y dos personas,

Page 145: La flor de lis y el leon   maurice druon

señores, prelados, doctores, empleadosy criados, para negociar la fórmula dehomenaje. Se disponían a concluir unverdadero tratado. Los asuntos deInglaterra no estaban en su mejormomento. Lord Mortimer no habíaaumentado su prestigio al hacerseconferir la calidad de par y obligando alParlamento a reunirse bajo la amenazade las tropas. Tuvo que reprimir unarevuelta armada de los baronesagrupados alrededor de Enrique deLancaster, llamado Cuello–Torcido, ytenía grandes dificultades en gobernar.

A comienzos de mayo murió elbravo Gaucher de Chatillon, cuando

Page 146: La flor de lis y el leon   maurice druon

acababa de cumplir los ochenta años.Había nacido bajo el reinado de SanLuis, y había ejercido durante veintisieteaños el cargo de condestable. Su rudavoz había cambiado con frecuencia elcurso de una batalla y había prevalecidoen los Consejos reales.

El 26 de mayo, el joven rey EduardoIII, después de pedir un préstamo decinco mil libras a los banqueroslombardos para cubrir los gastos deviaje, al igual que había hecho en otrotiempo su padre, se embarcó en Douvrescon el fin de rendir homenaje a su primode Francia.

No lo acompañaron ni su madre, ni

Page 147: La flor de lis y el leon   maurice druon

Lord Mortimer, ya que temían que, en suausencia, el poder pasara a otras manos.Un soberano de dieciséis años, confiadoa la vigilancia de dos obispos, iba ahacer frente a la más impresionantecorte del mundo.

Porque Inglaterra estaba débil ydividida, y Francia lo era todo. Nohabía nación más poderosa en eluniverso cristiano. Este reino próspero,abundante en hombres, rico enindustrias, colmado por la agricultura,dirigido por una administración todavíacompetente y por una nobleza activaaún, parecía el más envidiable; y el reyencontrado que lo gobernaba desde

Page 148: La flor de lis y el leon   maurice druon

hacía un año, obteniendo éxito tras éxito,era el más envidiado de todos los reyesde la tierra.

Page 149: La flor de lis y el leon   maurice druon

V.- El gigante ante losespejos

Deseaba mostrarse tanto como verse.Deseaba que su esposa, la condesa, ysus tres hijos, Juan, Jacobo y Roberto —de los cuales el primogénito, de ochoaños, prometía llegar a ser un hombrefuerte—; sus escuderos, los criados desu habitación y toda la servidumbre quehabía llevado con él desde París,pudieran contemplarlo en su esplendor;deseaba también poder admirarse a simismo.

Para ello había solicitado todos los

Page 150: La flor de lis y el leon   maurice druon

espejos que se hallaban en el equipajede su escolta: espejos de plata pulida,redondos como platos; espejos de mano,espejos de vidrios sobre hojas deestaño, cortados en forma octogonal conmarco de plata dorada; y los habíahecho colgar uno junto a otro en latapicería de la habitación que ocupaba6.¡Buena cara iba a poner el obispo deAmiens cuando viera su hermoso tapizde figuras claveteado para colgar losespejos! ¡Pero que importaba!

Un príncipe de Francia podíapermitirse este lujo. Monseñor Robertode Artois, señor de Conches y conde deBeaumont–leRoger, deseaba

Page 151: La flor de lis y el leon   maurice druon

contemplarse con su traje de par quellevaba por vez primera.

Giraba, viraba, avanzaba dos pasos,retrocedía, pero no lograba captar supropia imagen más que a trozos como sifueran fragmentos arrancados de unavidriera: a la izquierda, la guarnición deoro de la larga espada, y un poco másarriba, a la derecha, un fragmento delpecho en el que, sobre la cota de seda,estaban bordadas sus armas; allí elhombro del que pendía enganchado porun resplandeciente broche, el gran mantode par, y cerca del suelo las franjas dela larga túnica arremangada por lasespuelas de oro; luego, en la cabeza, la

Page 152: La flor de lis y el leon   maurice druon

corona de par, monumental, con ochoflorones iguales, en la que había hechoengastar todos los rubíes adquiridos enla subasta de los bienes de la difuntareina Clemencia.

—Bien, estoy dignamente vestido —dijo—. Hubiera sido una verdaderalástima que no fuera par, ya que estetraje me sienta bien.

La condesa de Beaumont, vestidatambién de gala, parecía compartir soloa medias la orgullosa alegría de suesposo.

—¿Estáis bien seguro, Roberto, deque esa dama llegará a tiempo? —preguntó con voz preocupada.

Page 153: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Seguro, seguro —respondió—. Ysi no llega hoy temprano, no por esodejaré de hacer mi demanda y presentarélas pruebas mañana.

La única incomodidad que lecausaba a Roberto su hermoso traje eratenerlo que llevar con el calor de unverano precoz. Sudaba bajo el arnés deoro, los terciopelos y espesas sedas; yaunque se había bañado aquella mañanaen las estufas, comenzaba a extenderalrededor de él un fuerte olor de fiera.

Por la ventana, abierta a un cielo deresplandeciente luminosidad, llegaba eltoque de las campanas de la catedral,que dominaba el ruido producido por el

Page 154: La flor de lis y el leon   maurice druon

paso de cinco reyes con su respectivoséquito.

Efectivamente, aquel 6 de junio de1329 se habían reunido en Amiens cincoreyes. Ningún canciller recordaba unareunión de reyes tan numerosa. Pararecibir el homenaje de su joven primode Inglaterra, Felipe VI había invitado asus parientes o aliados los reyes deBohemia, de Navarra y de Mallorca, asícomo al conde de Hainaut, al duque deAtenas y a todos los pares, duques,condes, obispos, barones y mariscales.

Seis mil caballos por la partefrancesa y seiscientos por la inglesa.¡Ah, Carlos de Valois no hubiera

Page 155: La flor de lis y el leon   maurice druon

desaprobado a su hijo ni a su yernoRoberto de Artois si hubiera podido versemejante asamblea!

El nuevo condestable, Raul deBrienne, inició sus funciones con elencargo de organizar el alojamiento delos huéspedes. Lo hizo espléndidamente,pero adelgazó dos kilos.

El rey de Francia ocupaba con sufamilia el palacio episcopal, una decuyas alas estaba reservada a Robertode Artois.

El rey de Inglaterra estaba instaladoen la Malmaisson, y los otros reyes encasas burguesas.

Los servidores dormían en los

Page 156: La flor de lis y el leon   maurice druon

pasillos, los escuderos acampaban enlos aledaños de la ciudad con loscaballos y los trenes de equipajes.

Una gran multitud había llegado dela provincia próxima, de los condadosvecinos e incluso de París. Los mironespasaban la noche bajo los pórticos.

Mientras que los cancilleres de losdos reinos discutían una vez más lostérminos del homenaje y comprobabanque, después de tantas palabras, nohabían llegado a nada concreto; desdehacía seis días toda la nobleza deOccidente se divertía en justas ytorneos, juegos de manos y bailes, y seagasajaba con fantásticos banquetes,

Page 157: La flor de lis y el leon   maurice druon

servidos en los jardines de los palacios,que comenzaban a pleno sol y acababancon las estrellas.

De las huertas de Amiens, Llegaban,en barcas planas empujadas a la pértigapor los estrechos canales, montones delirios, de ranúnculos, de jacintos y deazucenas que descargaban en losmuelles del mercado y eran extendidasdespués por las calles, los patios y lassalas por donde tenían que pasar losreyes. La ciudad estaba saturada delperfume de todas esas flores aplastadas,del polen que se pegaba a las suelas yque se mezclaba al fuerte olor de loscaballos y de la multitud.

Page 158: La flor de lis y el leon   maurice druon

¡Cuánto vino, carne, harina,especias! Rebaños de bueyes, carneros ycerdos pasaban hacia los mataderos, quefuncionaban permanentemente; lascarretas llevaban a las cocinas de lospalacios, en incesante tráfago, gamos,ciervos, jabalíes, corzos, liebres,esturiones, salmones, róbalos, largoslucios, bremas, pencas, cangrejos, losmás finos capones, los más gordosgansos, faisanes de vivos colores,cisnes, blancas garzas y pavos reales devistoso plumaje. Y los toneles estabanabiertos en todas partes.

Cualquiera que llevara la librea deun señor, aunque fuera el último lacayo,

Page 159: La flor de lis y el leon   maurice druon

se daba importancia. Las jóvenesestaban como enloquecidas. Losmercaderes italianos habían llegado detodas partes para asistir a esta fabulosaferia que organizaba el rey. Las fachadasde las casas de Amiens desaparecíanbajo las sedas, los brocados, los tapicescolgados de las ventanas como adorno.

Había demasiado campaneo,charanga y gritos; demasiadospalafrenes y perros, demasiada comida ybebida; demasiados príncipes, ladrones,prostitutas; demasiado lujo y oro;demasiados reyes; la cabeza dabavueltas.

El reino se embriagaba al

Page 160: La flor de lis y el leon   maurice druon

contemplarse en pleno poder, al igualque le ocurría a Roberto de Artois antesus espejos.

Su viejo criado Lormet, con trajenuevo también, regañón por tanta fiesta,o porque Gillet Nelle iba adquiriendodemasiada importancia en la casa yporque no dejaba de ver caras nuevasalrededor de su dueño, se acercó aRoberto y le dijo en voz baja:

—Aquí está la dama que esperáis.El gigante dio media vuelta.—Hazla pasar —respondió.Guiñó el ojo a su mujer la condesa,

y luego, con grandes gestos, empujó alos criados hacia la puerta gritando:

Page 161: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Salid todos, formad el cortejo enel patio.

Permaneció solo un momento delantede la ventana, mirando a la multitud quese apiñaba en torno a la catedral paraadmirar la entrada de los grandespersonajes, y que era contenida condificultad por un cordón de arqueros.Las campanas continuaban repicando; unolor de barquillos calientes ascendía delcanasto de un vendedor ambulante; lascalles de alrededor estaban atestadas degente, y apenas se veía espejear el canaldel Hocquet, dada la cantidad de barcasque había en él.

Roberto de Artois se sentía

Page 162: La flor de lis y el leon   maurice druon

triunfante, y aún lo estaría más dentro depoco cuando avanzara hacia su primoFelipe, en la catedral, y pronunciaraciertas palabras que iban a hacertemblar de sorpresa a la asamblea dereyes, duques y barones. No todosvolverían tan alegres como habían ido.Empezando por su querida tía Mahaut ypor el duque borgoñón.

¡Iba a estrenar bien su traje de par!Más de veinte años de obstinada lucharecibirían ese día su recompensa. Sinembargo, a pesar de la ufana alegría queexperimentaba, sentía una inquietud, unpesar. ¿De dónde podía provenir esesentimiento, ahora que todo le sonreía,

Page 163: La flor de lis y el leon   maurice druon

que todo se ajustaba a sus deseos? Depronto lo comprendió: el olor de losbarquillos. Un par de Francia, que va areclamar el condado de sus padres, nopuede bajar a la calle con corona deocho florones, para comerse unbarquillo. Un par de Francia no puedebribonear, mezclarse con la multitud,pellizcar el seno de las muchachas e irpor la noche a juerguear con cuatrorameras, como hacía cuando era pobre ytenía veinte años. Esta nostalgia loserenó: «¡Bien, pensó, la sangre no estáaún calmada!»

La visitante permanecía cerca de lapuerta, intimidada, sin atreverse a turbar

Page 164: La flor de lis y el leon   maurice druon

las meditaciones de un señor quellevaba una corona tan grande.

Era una mujer de unos treinta y cincoaños, de rostro triangular y pómulossalientes. Sobre sus cabellos trenzadosllevaba doblada la caperuza de una capade viaje, y la respiración le levantaba elpecho, redondo y pleno, bajo la toca delino blanco.

«¡Pardiez. No se aburría el muytunante del obispo!», pensó Roberto alverla.

Ella dobló la rodilla en un gesto dereverencia. Él extendió su gran manoenguantada y cargada de rubíes.

—Dádmelas —dijo.

Page 165: La flor de lis y el leon   maurice druon

—No las tengo, monseñor —respondió la mujer.

—¿Cómo, no tenéis las piezas? —exclamó—. Me habíais asegurado quelas traeríais hoy.

—Vengo del castillo de Hirson,monseñor, a donde llegué ayer encompañía del sargento Maciot. Fuimos aabrir con la llave falsa el cofre de hierroempotrado en la pared.

—¿Y qué?—Ya lo habían abierto. Lo

encontramos vacío.—¡Muy bien, buena noticia! —

exclamó Roberto, cuyas mejillaspalidecieron un poco—. Hace un mes

Page 166: La flor de lis y el leon   maurice druon

me estáis haciendo perder el tiempo:«Monseñor, puedo entregaros las actasque os darán posesión de vuestrocondado. Sé dónde se encuentran.Dadme una tierra y rentas, y os las traeréla próxima semana... » Pasa una semanay otra... «La familia de Hirson está en elcastillo; no puedo presentarme mientrasestán allí...» «Ahora he ido, monseñor,pero mi llave no valía. Tened un pocode paciencia...» Y llega el día en que hede mostrar las dos piezas al rey...

—Las tres, monseñor: el contrato dematrimonio del conde Felipe, vuestropadre; la carta del conde Roberto,vuestro abuelo, y la de monseñor de

Page 167: La flor de lis y el leon   maurice druon

Thierry...—¡Mejor aún! ¡Las tres!... Y venís

para decirme estúpidamente: «No lastengo, el cofre estaba vacío.» ¿Pensáisque voy a creeros?

—Preguntad al sargento Maciot, queme acompañaba. ¿No veis, monseñor,que a mí me han agraviado aún más quea vos?

Roberto de Artois le dirigió unamaligna mirada de sospecha. Cambió detono y preguntó:

—Dime, Divion, ¿no quieresengañarme? ¿Intentas sonsacarme, o mehas traicionado en favor de Mahaut?

—¡Monseñor! ¡No penséis eso! —

Page 168: La flor de lis y el leon   maurice druon

exclamó la mujer a punto de llorar—.¡Todas las penas y privaciones que sufrose deben a la condesa Mahaut, que meha robado todo cuanto mi queridoThierry me dejó en su testamento. A laseñora Mahaut le deseo todo el mal quepodáis hacerle.

Pensad, monseñor: durante doceaños he sido buena amiga de Thierry porlo cual mucha gente me señala con eldedo. Sin embargo, un obispo es unhombre igual a los demás; pero la gentees mala...

La Divion comenzaba de nuevo suhistoria, que Roberto había escuchadopor lo menos tres veces. Hablaba de

Page 169: La flor de lis y el leon   maurice druon

prisa; su mirada parecía interiorizarse,como ocurre en las personas que rumiansin cesar sus propios problemas y noestán atentas más que a sí mismas.

Desde luego, no podía esperar nadade su marido, de quien se habíaseparado para vivir en la casa delobispo Thierry. Reconocía que sumarido se había mostrado más biencomplaciente, tal vez porque habíadejado pronto de ser un hombre...Monseñor comprendía lo que ella queríadecir.

Para ponerla a cubierto de cualquiernecesidad, en agradecimiento a losbuenos años que le había hecho pasar, el

Page 170: La flor de lis y el leon   maurice druon

obispo Thierry le había dejado en sutestamento varias casas, una suma en oroy rentas. Pero Thierry desconfiaba de laseñora Mahaut, a quien se vio obligadoa nombrar albacea testamentario.

—Siempre me ha mirado con malosojos debido a que yo era más joven queella y a que en otro tiempo Thierry tuvoque pasar por el lecho de la condesa,según me confió el mismo. El sabía queMahaut me jugaría una mala pasadacuando él muriera, y que todos losHirson, que están contra mí, empezandopor Beatriz, la peor de todos, que esdama de compañía de la condesa, se lasarreglarían para echarme de la casa y

Page 171: La flor de lis y el leon   maurice druon

privarme de todo...Roberto ya no escuchaba la

inagotable charla. Había colocado sobreun cofre la pesada corona y reflexionabafrotándose los cabellos. Su bellamaquinación se derrumbaba. «Enséñamela menor prueba, hermano mío, yautorizo en seguida la apelación de losjuicios de 1309 y 1318», le había dichoFelipe VI. «Comprende que no puedohacer otra cosa, por mucha voluntad quetenga en servirte, sin retractarme delantede Eudes de Borgoña con lasconsecuencias que puedes adivinar.»Ahora bien, no se trataba de unapequeña pieza, sino de pruebas

Page 172: La flor de lis y el leon   maurice druon

concluyentes: las propias actas hechasdesaparecer por Mahaut para heredar elArtois, que él se había gloriado quepresentaría.

—Y dentro de unos minutos he deestar en la catedral, para el homenaje —dijo Roberto.

—¿Qué homenaje? —preguntó laDivion.

—¡El del rey de Inglaterra!—¡Ah! Por eso hay tantos empujones

en la ciudad, que apenas se puede andar.Esa tonta, ocupada en rumiar sus

pequeños dramas personales, no veíanada, no se daba cuenta ni se informabade nada.

Page 173: La flor de lis y el leon   maurice druon

Roberto se preguntó si no habíaobrado ligeramente al conceder créditoa las palabras de aquella mujer, y si laspiezas, el cofre de Hesdin y la confesióndel obispo eran algo más que puraimaginación. ¿Y estaba tambiénengañado Maciot el Allemant, o ¿enconnivencia con ella?

—¡Decid la verdad, mujer! ¡Jamáshabéis visto esas cartas!

—¡Sí, monseñor! —exclamó laDivion, apretándose con ambas manoslos prominentes pómulos—. Fue en elcastillo de Hirson, el día en que Thierryse sintió enfermo, antes de hacersellevar a su casa de Arras. «Mi Juana,

Page 174: La flor de lis y el leon   maurice druon

quiero prevenirte contra Mahaut, al igualque me previne yo mismo», me dijo.«Mahaut cree que fueron quemadas lascartas que hizo sacar de los registrospara robar a monseñor Roberto. Pero lasúnicas quemadas fueron las de losregistros de París. Las copias guardadasen los registros del Artois... —son laspropias palabras de Thierry, monseñor— ...le aseguré que las había hechocenizas, pero las tengo aquí, y les heañadido una carta mía.» Y Thierry mellevó al cofre escondido en un hueco dela pared de su gabinete, y me hizo leerlas hojas cargadas de sellos; mis ojos nodaban crédito a tanta villanía. Había

Page 175: La flor de lis y el leon   maurice druon

también ochocientas libras de oro en elcofre. Y me entregó la llave por si a élle ocurría alguna desgracia...

—Y cuando fuisteis por primera veza Hirson...

—Confundí la llave con otra; estoysegura de que la he perdido.Verdaderamente, la calamidad se cebasobre mí. Cuando todo empieza a irmal...

¡Y se enredaba, encima! Debía dedecir la verdad. No se inventa demanera tan torpe cuando se quiereengañar a otro. Roberto la hubieraestrangulado de buena gana si esohubiera servido para algo.

Page 176: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Mi visita debió de dar la alarma—agregó ella—; han descubierto elcofre y han forzado los cerrojos. Seguroque ha sido Beatriz...

Se entreabrió la puerta y Lormetasomó la cabeza. Roberto lo despidiócon un gesto de la mano.

—Pero, después de todo, monseñor—continuó Juana de Divion, como siintentara borrar su falta—, esas cartas sepodrían volver a hacer fácilmente. ¿Nocreéis?

—¿Rehacerlas?—¡Claro, ya que se conoce su

contenido! Yo lo sé bien y puedorepetir, casi palabra por palabra, la

Page 177: La flor de lis y el leon   maurice druon

carta de monseñor Thierry.Con mirada ausente y el índice

extendido como para puntuar las frases,comenzó a recitar:

—...«Me siento grandementeculpable de haber hecho tanto paraocultar que los derechos del condado deArtois pertenecen a monseñor Roberto,debido a los tratos hechos en elmatrimonio de monseñor Felipe deArtois con la señora Blanca de Bretaña,tratos establecidos en un par de cartasselladas de las que tengo una, pues laotra fue retirada de los registros de lacorte por uno de nuestros grandesseñores... Y siempre he deseado que,

Page 178: La flor de lis y el leon   maurice druon

después de la muerte de la señoracondesa, bajo cuyas órdenes he actuadopara complacerla, en caso de que Diosla llame antes que a mí, sea devuelto amonseñor Roberto lo que yo guardo...».

La Divion perdía la llave, peropodía acordarse de un texto que habíaleído una sola vez.

¡Hay cerebros así! Proponía aRoberto, como la cosa más natural delmundo, hacer una falsificación. Estabaclaro que no tenía sentido del bien ni delmal, que no establecía ningunadistinción entre lo moral y lo inmoral,entre lo autorizado y lo prohibido.Consideraba moral lo que le convenía.

Page 179: La flor de lis y el leon   maurice druon

En sus cuarenta y dos años de vida,Roberto había cometido casi todos lospecados posibles: había matado,mentido, denunciado, saqueado, violado;pero nunca había sido falsificador.

—El antiguo baile de Bethune,Guillermo de la Planche, debe deacordarse y podría ayudarnos, ya que enaquel tiempo era empleado en casa demonseñor Thierry.

—¿Dónde está ese antiguo baile? —preguntó Roberto.

—En prisión.Roberto se encogió de hombros. ¡De

mal en peor! Había cometido un error alapresurarse demasiado. Debería haber

Page 180: La flor de lis y el leon   maurice druon

esperado a tener los documentos, y nocontentarse con promesas. Pero, almismo tiempo, se presentaba la ocasióndel homenaje que el propio rey le habíaaconsejado aprovechar.

El viejo Lormet asomó de nuevo lacabeza por la puerta entreabierta.

—Sí, ya lo sé, ya voy —le gritóRoberto con impaciencia—. Sólo tengoque atravesar la plaza.

—Es que el rey se apresta a bajar —contestó Lormet en tono de reproche.

—Bien, ya voy.El rey, después de todo, no era más

que su cuñado, y rey porque Robertohabía hecho lo necesario. ¡Y qué calor!

Page 181: La flor de lis y el leon   maurice druon

Sentía correr el sudor bajo su manto depar.

Se acercó a la ventana y miró a lacatedral, con sus dos torres desiguales ylabradas. El sol daba de lado en el granrosetón de las vidrieras. Las campanasseguían tañendo y tapaban el rumor de lamultitud.

El duque de Bretaña, seguido de suescolta, subía los escalones del pórticocentral.

Luego, a veinte pasos de distancia,avanzaba cojeando el duque de Borbón,con la cola de su manto sostenida pordos escuderos.

Después venía el cortejo de Mahaut

Page 182: La flor de lis y el leon   maurice druon

de Artois. ¡Podía pisar firme hoy laseñora Mahaut! Era más alta que lamayoría de los hombres, tenía la caraenrojecida, y saludaba al pueblo conbreves inclinaciones de cabeza, congesto imperial. ¡Ella era la ladrona, laembustera, la envenenadora de reyes, lacriminal que sustraía de los registrosreales las actas selladas! Tan cercacomo estaba de confundirla, de alcanzarfinalmente sobre ella la victoria por laque había bregado durante veinte años...Sin embargo, Roberto se veía obligado arenunciar... ¿Y por qué? Por una llaveextraviada por una concubina de obispo.

¿Es que no hay que usar con los

Page 183: La flor de lis y el leon   maurice druon

malos sus mismas maldades? ¿Hay quemostrarse tan considerado en la elecciónde los medios cuando se trata de hacertriunfar el justo derecho?

Pensándolo bien, si Mahaut yaestaba en posesión de las piezasreencontradas en el cofre forzado delcastillo de Hirson —y suponiendo queno las hubiera destruido inmediatamentecomo todo inclinaba a creer—, se veríaobligada a no mostrarlas, ni a haceralusión a su existencia, ya que esaspiezas eran la prueba de suculpabilidad. Mahaut quedaríaconfundida si se le presentaban cartasiguales a los documentos desaparecidos.

Page 184: La flor de lis y el leon   maurice druon

Era una lástima que no dispusiera de undía para reflexionar e informarsemejor... Tenía que tomar una decisiónantes de una hora, y por sí solo.

—Os volveré a ver —le dijo a lamujer.

De todas formas, falsificardocumentos era un gran riesgo. Tomó lamonumental corona, se la ciñó, lanzóuna mirada a los espejos, que ledevolvieron su imagen dividida entreinta trozos, y partió hacia la catedral.

Page 185: La flor de lis y el leon   maurice druon

VI.- El homenaje y elperjurio

«¡Hijo de rey no puede arrodillarse antehijo de conde!» Un soberano dedieciséis años había encontrado el solo,y había impuesto esta fórmula a susconsejeros para que a su vez laimpusieran a los legistas de Francia.

—Veamos, monseñor Orleton —dijoel joven Eduardo III al llegar a Amiens—; el año pasado estabais aquí parasostener que yo tenía más derechos altrono de Francia que mi primo deValois.

Page 186: La flor de lis y el leon   maurice druon

¿Vais a aceptar ahora que mearrodille ante él?

Quizá porque en su infancia habíatenido que asistir a los desórdenesdebidos a la indecisión y debilidad desu padre, Eduardo III, desde el momentoen que fue dueño de sus actos, quisovolver a principios claros y sanos. Ydurante los seis días pasados en Amienshizo reconsiderar todo el asunto.

—Pero Lord Mortimer está muyinteresado en la paz con Francia... —dijo Juan Maltravers.

—My Lord —le interrumpióEduardo—, me parece que estáis aquípara protegerme, no para aconsejarme.

Page 187: La flor de lis y el leon   maurice druon

Sentía aversión mal disimuladahacia el barón de larga cara que habíasido carcelero y, con toda seguridad,asesino de Eduardo II. Tener que sufrirla vigilancia, mejor dicho, el espionajede Maltravers ponía de mal humor alsoberano, que prosiguió:

—Lord Mortimer es nuestro granamigo, pero no es el rey, y no es él quienva a rendir el homenaje. Y el conde deLancaster, que preside el Consejo deregencia, y por solo este hecho puedetomar decisiones en mi nombre, no meha aconsejado, antes de mi partida, querinda cualquier clase de homenaje. Noprestaré el homenaje ligio.

Page 188: La flor de lis y el leon   maurice druon

El obispo de Lincoln, Enrique deBurghersh, canciller de Inglaterra,perteneciente también al partido deMortimer, pero menos comprometidoque Maltravers y de mayor inteligencia,aprobaba, a pesar de la inquietud que lecausaba, la preocupación del joven reypor defender su dignidad al mismotiempo que los intereses de su reino.

Porque el homenaje ligio nosolamente obligaba al vasallo apresentarse sin armas ni corona, sinoimplicaba, por el juramento pronunciadode rodillas, que el vasallo se convertía,como primer deber, en hombre de suseñor.

Page 189: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Como primer deber —insistíaEduardo—. Entonces, my Lords, siocurre que, mientras estamos en guerracon Escocia, el rey de Francia merequiere para su guerra en Flandes, enLombardía o en otra parte, me veríaobligado a dejarlo todo para correr a sulado, ya que si no, tendría derecho aapoderarse de mi ducado. Eso no puedehacerse.

Uno de los barones de la escolta,lord Montaigu, quedó fuertementeadmirado de un soberano que mostrabatan precoz prudencia y no menos precozfirmeza. Montaigu tenía veintiocho años.

—Me parece que vamos a tener un

Page 190: La flor de lis y el leon   maurice druon

buen rey —declaró—. Me complaceservirlo.

En adelante estuvo siempre al ladode Eduardo, dándole consejo y apoyo.

Y finalmente el rey de dieciséis añoslogró su propósito. También losconsejeros de Felipe VI deseaban lapaz, y sobre todo terminar con tantadiscusión. ¿No era lo importante quehubiera venido el rey de Inglaterra? Nohabía reunido al reino y a la mitad deEuropa para que la entrevista terminaraen fracaso.

—Sea, que rinda el homenajesencillo —dijo Felipe VI a su canciller,como si se tratara de reglamentar una

Page 191: La flor de lis y el leon   maurice druon

figura de danza o una entrada en torneo—. Le doy la razón; en su lugar yo haríalo mismo.

Por eso, en la catedral llena deseñores hasta lo más profundo de lascapillas laterales, Eduardo III avanzócon la espada al cinto, el manto realsembrado de leones, que caía en largospliegues por sus hombros, y la cabezatocada por la corona. La emociónaumentaba la habitual palidez de surostro. Su extrema juventud aúnemocionaba más bajo los pesadosornamentos.

Parecía un arcángel, y hubo unmomento en que todas las mujeres de la

Page 192: La flor de lis y el leon   maurice druon

asistencia, con el corazón sobrecogidode ternura, estuvieron enamoradas de él.

Lo seguían dos obispos y diezvarones.

El rey de Francia, con mantotachonado de flores de lis, estabasentado en el coro, un poco más alto quelos demás reyes, reinas y príncipessoberanos que lo rodeaban y formabanuna especie de pirámide de coronas. Selevantó, majestuoso y cortés, pararecibir a su vasallo, que se detuvo a trespasos de distancia.

A través de las vidrieras, un granrayo de sol caía sobre ellos como unaespada celeste.

Page 193: La flor de lis y el leon   maurice druon

Messire Miles de Noyers,chambelán, maestro en el Parlamento yen la Cámara de Cuentas, se adelantódel grupo de pares y grandes oficiales yfue a colocarse entre los dos soberanos.Era hombre de unos sesenta años, decara seria, a quien ni su cargo ni su trajede gala parecían impresionar. Con vozfuerte y bien timbrada, dijo:

—Síre Eduardo, el rey nuestrodueño y poderoso señor no entienderecibiros aquí por todas las cosas queposee y debe poseer en Gascuña y enAgenais, como las poseía y debía poseerel rey Carlos IV, y que no figurancontenidas en el homenaje.

Page 194: La flor de lis y el leon   maurice druon

Entonces Enrique de Burghersh,canciller de Eduardo, fue a colocarse ala altura de Miles de Noyers, yrespondió:

—Sire Felipe, nuestro dueño y señorel rey de Inglaterra, no entienderenunciar a ningún derecho o cualquierotro por él o para el que le correspondaen el ducado de Guyena y suspertenencias, y juzga que por estehomenaje ningún nuevo derechoadquiere el rey de Francia.

Éstas eran las fórmulas decompromiso, ambiguasintencionadamente, sobre las que sehabían puesto de acuerdo, que nada

Page 195: La flor de lis y el leon   maurice druon

precisaban ni reglamentaban. Cadapalabra comportaba algosobreentendido.

Por la parte francesa, se quería dar aentender que las tierras de los confines,conquistadas bajo el reinado anterior,durante la campaña dirigida por Carlosde Valois, quedarían agregadas a lacorona de Francia. No era más que laconfirmación de un estado de hecho.

Por la parte inglesa, los términos«cualquier otro por él o para él» eranuna alusión a la minoridad del rey y a laexistencia del Consejo de regencia; perolas palabras «por él» igualmente podíandesignar en el porvenir las atribuciones

Page 196: La flor de lis y el leon   maurice druon

del senescal de Guyena o cualquierlugarteniente real. En cuanto a laexpresión «ningún nuevo derecho»,significaba una ratificación de losderechos adquiridos hasta ese día,comprendido el tratado de 1327. Perono se decía explícitamente.

Estas declaraciones, como las detodos los tratados de paz o alianza desdeel comienzo de los tiempos y entre todaslas naciones, dependían enteramentepara su aplicación del buen o mal deseode los gobiernos. En ese momento, lapresencia de los dos príncipes frente afrente testimoniaba un recíproco deseode vivir en buena armonía.

Page 197: La flor de lis y el leon   maurice druon

El canciller Burghersh desenrolló unpergamino del que pendía el sello deInglaterra, y leyó en nombre del vasallo:

—«Sire, me convierto en vuestrohombre del ducado de Guyena y de suspertenencias, que yo proclamo poseer devos como duque de Guyena y par deFrancia, según la forma de las paceshechas entre vuestros antepasados y losnuestros, y según lo que nosotros ynuestros antecesores, reyes de Inglaterray duques de Guyena, hemos hecho por elmismo ducado hacia vuestrosantepasados los reyes de Francia. »

Y el obispo tendió a Miles deNoyers la cédula que acababa de leer,

Page 198: La flor de lis y el leon   maurice druon

cuya redacción era menos amplia que ladel homenaje ligio.

Miles de Noyers contestó:—Sire, os convertís en hombre del

rey de Francia, mi señor, por el ducadode Guyena y sus pertenencias, que vosreconocéis poseer de él, como duque deGuyena y par de Francia, según lafórmula de las paces hechas entre susantepasados, reyes de Francia, y losvuestros, y según los que vos y vuestrosantecesores, reyes de Inglaterra y duquesde Guyena, habéis hecho por el mismoducado hacia sus antepasados los reyesde Francia.

Todo esto podía suministrar buena

Page 199: La flor de lis y el leon   maurice druon

materia de procedimiento judicial el díaen que se dejara de estar de acuerdo.Eduardo III dijo entonces:

—En verdad.Miles de Noyers confirmó con estas

palabras:—El rey nuestro Sire os recibe,

salvo sus protestas y reservasantedichas.

Eduardo avanzó los tres pasos quelo separaban de su soberano, se quitólos guantes y se los entregó a LordMontaigu, y tendiendo sus finas yblancas manos, las puso sobre lasgrandes manos del rey de Francia. Luegolos dos reyes se besaron en la boca.

Page 200: La flor de lis y el leon   maurice druon

Se pudo ver que Felipe VI no tuvoque inclinarse mucho para alcanzar elrostro de su joven primo. La corpulenciaera lo que más diferenciaba a los dos.Pero el rey de Inglaterra, que todavíaestaba en edad de crecer, seríaseguramente de tan grande talla como suprimo.

En la torre más alta comenzaron asonar de nuevo las campanas y todo elmundo se sentía contento. Pares ydignatarios se saludaban coninclinaciones de cabeza. El rey Juan deBohemia, con su hermosa barba castañaque le caía sobre el pecho, tenía unaactitud de noble ensoñación. El conde

Page 201: La flor de lis y el leon   maurice druon

Guillermo el Bueno y su hermano Juande Hainaut cambiaban sonrisas con losseñores ingleses. La verdad era que sehabía realizado una buena obra.

¿Para qué disputarse, agriarse,amenazarse, querellarse ante losParlamentos, confiscar los feudos,asediar las ciudades, batirse con saña,gastar oro, fatiga y sangre de loscaballeros, cuando con un poco debuena voluntad podían ponerse deacuerdo?

El rey de Inglaterra ocupó el tronoque le habían destinado un poco pordebajo del trono del rey de Francia. Yasolo les quedaba oír misa.

Page 202: La flor de lis y el leon   maurice druon

Sin embargo, Felipe VI parecíaesperar todavía algo, pues volvía lacabeza hacia sus pares que estabansentados en las sillas del coro y buscabacon la mirada a Roberto de Artois, cuyacorona sobrepasaba a todas las demás.

Roberto tenía los ojos entornados.Con su guante rojo se enjugaba el sudorque le corría por las sienes, a pesar deque en la catedral hacía una temperaturafresca. En ese momento el corazón lepalpitaba con fuerza, y como no se habíadado cuenta de que su guante desteñía,le corría por la mejilla como un hilillode sangre.

De repente se levantó del asiento. Su

Page 203: La flor de lis y el leon   maurice druon

decisión estaba tomada.—Sire —exclamó deteniéndose ante

el trono de Felipe—, puesto que todosvuestros vasallos están aquí reunidos...

Miles de Noyers y el obispoBurghersh habían hablado un momentoantes con voz clara y firme, audible entodo el edificio; pero cuando Robertoabrió la boca, los asistentes tuvieron laimpresión de que las voces anterioreshabían sido de pajarillos.

—...y puesto que a todos debéisvuestra justicia —continuó—, justicia osvengo a solicitar.

—¿Quién os ha agraviado, monseñorde Beaumont, primo mio? —preguntó

Page 204: La flor de lis y el leon   maurice druon

gravemente Felipe VI.—He sido agraviado, Sire, por

vuestra vasalla la señora Mahaut deBorgoña que posee indebidamente, conengaño y felonía, los títulos yposesiones del condado de Artois, queme pertenecen por derecho de mispadres.

Se oyó exclamar entonces una vozcasi tan fuerte:

—¡Vaya, eso tenía que ocurrir!Era la voz de Mahaut de Artois.Hubo cierto movimiento de sorpresa

en la asistencia, pero no de estupor.Roberto obraba como lo había hecho elconde de Flandes en la consagración.

Page 205: La flor de lis y el leon   maurice druon

Parecía que cuando un par seconsideraba lesionado se habíaadquirido la costumbre de presentar laquerella en ocasiones solemnes y,manifiestamente con el acuerdo previodel rey.

El duque Eudes de Borgoñainterrogó con la mirada a su hermana lareina de Francia, quien le respondióhaciendo un gesto con las manosabiertas, para darle a entender queestaba sorprendida y que no se hallabaal corriente de nada.

—¿Podéis, primo mio, presentardocumentos, y testimonios paracertificar vuestro derecho? —preguntó

Page 206: La flor de lis y el leon   maurice druon

Felipe.—Puedo —respondió con firmeza

Roberto.—¡No puede, miente! —exclamó

Mahaut al tiempo que abandonaba supuesto para situarse al lado de susobrino, delante del rey.

¡Cómo se parecían Roberto yMahaut, bajo sus coronas y mantosidénticos, animados del mismo furor,con la sangre afluyendo a sus cuellos detoro! Mahaut llevaba a su flanco degigantesca guerrera la gran espadaguarnecida de oro de par de Francia. Deser madre e hijo, seguramente hubieranmostrado menos los signos evidentes de

Page 207: La flor de lis y el leon   maurice druon

su parentesco.—¿Negáis, tía mía, que el contrato

matrimonial del noble conde Felipe deArtois, mi padre, me hacía heredero deArtois, como primogénito, y que osaprovechasteis de mi infancia, al morirmi padre para despojarme de miderecho? —dijo Roberto.

—Niego todo lo que decís, malsobrino, que queréis infamarme.

—¿Negáis que hubo contrato dematrimonio?

—¡Lo niego! —chilló Mahaut.Se oyó un amplio murmullo de

reprobación e incluso se oyó lanzar un«¡oh!» escandalizado al viejo conde de

Page 208: La flor de lis y el leon   maurice druon

Bouville, antiguo chambelán de Felipeel Hermoso. Aunque nadie tenía lasrazones de Bouville, curador del vientrede la reina Clemencia en el momento delnacimiento de Juan I el Póstumo, paraconocer la capacidad de Mahaut deArtois Para la mentira y su aplomo en elcrimen, era claro que ella negaba laevidencia. El matrimonio entre un hijode Artois, príncipe de la flor de lis9, yuna hija de Bretaña no pudo celebrarsesin un contrato ratificado por el rey y lospares de la época. El duque Juan deBretaña lo decía a sus vecinos. Esta vezMahaut había pasado de la raya. Cabíaaceptar que alegara, como lo había

Page 209: La flor de lis y el leon   maurice druon

hecho en sus dos procesos, la viejacostumbre de Artois, la cual iba a sufavor debido a la muerte prematura desu hermano; pero no podía negar quehabía habido contrato. Su actitudconfirmaba todas las sospechas, y enprimer lugar, la de haber hechodesaparecer los documentos.

Felipe VI se dirigió al obispo deAmiens.

—Monseñor, os ruego que traigáislos Santos Evangelios y los presentéis alquerellante...

Hizo una pausa y añadió:—Y a la parte contraria.Una vez traídos los Evangelios,

Page 210: La flor de lis y el leon   maurice druon

añadió:—¿Estáis dispuestos, tanto el uno

como el otro, mi primo y mi prima, aratificar vuestras afirmaciones conjuramento pronunciado sobre los SantosEvangelios de la Fe, ante nuestro señory los reyes nuestros parientes, y todosvuestros pares aquí reunidos?

Felipe estaba verdaderamentemajestuoso al pronunciar estas palabras,y su hijo, el joven príncipe Juan, de diezaños, lo miraba con ojos muy abiertos,la mandíbula un poco caída, conprofunda admiración. Pero la reina deFrancia, Juana la Coja, tenía un plieguecruel en la comisura de los labios, y le

Page 211: La flor de lis y el leon   maurice druon

temblaban las manos. La hija de Mahaut,Juana la Viuda, esposa de Felipe elLargo, delgada y seca, tenía el rostro tanblanco como su blanco vestido de reinaviuda. La misma palidez tenía la nieta deMahaut, la joven duquesa de Borgoña, aligual que el duque Eudes, su esposo.

Parecía que iban a lanzarse aimpedir el juramento de Mahaut. Todoslos cuellos se estiraron en medio de ungran silencio.

—¡Acepto! —dijeron a una Mahauty Roberto.

—Quitaos los guantes —les indicóen consecuencia el obispo de Amiens.

Mahaut llevaba guantes verdes,

Page 212: La flor de lis y el leon   maurice druon

desteñidos igualmente por el calor. Asípues, las enormes manos que secolocaron sobre el libro santo eran rojacomo la sangre una, y verde como lahierba otra.

—Juro —expresó Roberto— que elcondado de Artois es mío y quepresentaré cartas y testimonios queestablecerán mis derechos y posesiones.

—¿Os atrevéis, sobrino mío, a jurarque habéis visto o tenido alguna veztales cartas?

Se desafiaban con sus ojos grises ysus mandíbulas cuadradas llenas degrasa, el rostro de uno casi junto al delotro. «Zorra, pensó Roberto, entonces

Page 213: La flor de lis y el leon   maurice druon

eres tú quien las ha robado», y como entales circunstancias hay que decidirse,respondió con claridad:

—Sí, lo juro. Pero vos, tía mía, ¿osatreveréis a jurar que tales cartas no hanexistido, y que no habéis tenidoconocimiento de ellas ni han estadonunca en vuestras manos?

—Lo juro —respondió con la mismadecisión y mirando a Roberto con igualodio.

Ninguno de los dos había podidoganar un punto al otro. La balanzapermanecía en el fiel, y en cada platilloestaba el peso del falso juramento quese habían obligado mutuamente a

Page 214: La flor de lis y el leon   maurice druon

pronunciar.—A partir de mañana serán

nombrados comisarios que seencargarán de la investigación y deesclarecer mi justicia. Quien hayamentido será castigado por Dios; a quienhaya dicho la verdad se le reconocerá suderecho —concluyó Felipe, haciendoademán al obispo de que se llevara losEvangelios.

Dios no está obligado a intervenirdirectamente para castigar el perjurio, yel Cielo puede permanecer mudo. Lasalmas malas ocultan en si mismas lasuficiente semilla de su propiadesgracia.

Page 215: La flor de lis y el leon   maurice druon

Segunda parte: Losjuegos del Diablo

Page 216: La flor de lis y el leon   maurice druon

I.- Los testigos

Una pera temprana, no más grande queel pulgar, colgaba fuera de la espaldera.

En un banco de piedra se hallabansentados tres personajes: el viejo condede Bouville, en el centro, a quienestaban interrogando; y a su derecha elcaballero de Villebresme, comisario delrey; y a su izquierda el notario PedroTesson, que tomaba la declaración porescrito.

El notario Tesson llevaba un boneteque cubría su enorme cabeza en formade cúpula, de la que colgaban cabellos

Page 217: La flor de lis y el leon   maurice druon

lisos; tenía la nariz Puntiaguda, labarbilla exageradamente larga y afilada,y su perfil recordaba el cuarto crecientede la luna.

—Monseñor —dijo con gran respeto—, ¿puedo leeros ahora vuestrotestimonio?

—Hacedlo, messire, hacedlo —respondió Bouville.

Y su mano se dirigió, a tientas, haciala pequeña fruta verde para comprobarsu dureza. «El jardinero debería haberatado la rama», pensó.

El notario se inclinó hacia laescribanía colocada en sus rodillas ycomenzó:

Page 218: La flor de lis y el leon   maurice druon

—El decimoséptimo día del mes dejunio del año 1329 nos, Pedro deVillebresme, caballero...

El rey Felipe VI no había dejado queel asunto se demorara. Dos días despuésdel escándalo de Amiens y de losjuramentos pronunciados en la catedral,nombró una comisión para investigar elasunto; y menos de una semana despuésde la vuelta de la corte a París, ya habíacomenzado la investigación.

—...y nos, Pedro Tesson, notario delrey, hemos venido a escuchar...

—Maestro Tesson —dijo Bouville—, ¿sois vos el mismo que seencontraba antes agregado a la casa de

Page 219: La flor de lis y el leon   maurice druon

monseñor de Artois?—El mismo, messire.—Y ahora sois notario del rey...

Muy bien, muy bien, os felicito.Bouville se incorporó ligeramente y

cruzó las manos por encima de suredondo vientre.

Llevaba un viejo traje de terciopelo,demasiado largo y pasado de moda,como se usaba en tiempos de Felipe elHermoso, y que solía ponerse para estaren el jardín.

Giraba los pulgares, tres veces en unsentido y tres en el otro. El día seríahermoso y cálido, pero la mañanaconservaba todavía algo del frescor de

Page 220: La flor de lis y el leon   maurice druon

la noche.—...hemos venido a escuchar al alto

y poderoso señor conde Hugo deBouville y lo hemos escuchado en sumansión situada no lejos del Pre–aux–Clercs...

—¡Cómo ha cambiado este barriodesde que mi padre hizo construir estacasa! —dijo Bouville—

. En aquel tiempo, desde la abadíade Saint–Germain–des–Pres hastaSaint–Andre–des–Arts no había más quetres palacios: el de Nesle, a orillas delrío; el de Navarra, apartado; y el de loscondes de Artois, que les servía de casade campo, ya que en torno no había más

Page 221: La flor de lis y el leon   maurice druon

que campos y prados... ¡Y ved loedificado que está ahora! Todas lasnuevas fortunas han querido establecerseen este lado; los caminos se hanconvertido en calles. Antes, por encimade estas paredes, no se veía más quehierba; y ahora, con la poca luz que lesqueda a mis ojos no veo más quetejados. ¡Y el ruido! ¡El ruido que hayen este barrio! Como si estuviéramos enel corazón de la Cité. Si me quedaranalgunos años de vida vendería esta casay construiría mi residencia en otro lugar.Pero eso es cuestión de...

Y su mano fue en busca de lapequeña pera verde. Esperar a que

Page 222: La flor de lis y el leon   maurice druon

madurara una fruta, eso era lo único quele quedaba. Iba perdiendo la vista desdehacía varios meses; el mundo, los seres,los árboles, se le presentaban como através de una pared de agua. Había sidoactivo e importante, había viajado, sehabía sentado en los Consejos reales,había participado en grandesacontecimientos, y acababa la vida en sujardín, con el pensamiento detenido y lavista turbia, solo y casi olvidado, salvocuando las personas más jóvenesnecesitaban sus recuerdos...

El maestro Pedro Tesson y elcaballero de Villebresmeintercambiaron una mirada de cansancio.

Page 223: La flor de lis y el leon   maurice druon

No era testigo fácil el viejo conde deBouville, cuya conversación caíaconstantemente en vagas trivialidades;pero era un hombre demasiado noble yviejo para darle prisa. El notarioprosiguió:

—...quien nos ha declarado, por supropia voz, las cosas abajo escritas, asaber: que cuando era chambelán denuestro Sire Felipe el Hermoso, antes deque éste fuera rey, tuvo conocimientodel contrato matrimonial concluido entreel difunto monseñor Felipe de Artois yla señora Blanca de Bretaña, y que tuvodicho contrato entre las manos, y que endicho contrato estaba precisamente

Page 224: La flor de lis y el leon   maurice druon

inscrito que el condado de Artois iríapor derecho de herencia al dichomonseñor Felipe de Artois, y después deél, a sus herederos varones habidos deldicho matrimonio...

Bouville movió la mano:—Yo no he asegurado esto. Tuve el

contrato en las manos, como os he dicho,y como indiqué al propio monseñorRoberto de Artois cuando vino avisitarme el otro día, pero no tengo elmenor recuerdo de haberlo leído.

—¿Y para qué, monseñor, ibais atener ese contrato si no es para leerlo?—preguntó el sire de Villebresme.

—Para llevarlo al canciller de mi

Page 225: La flor de lis y el leon   maurice druon

señor, con el fin de que lo sellara, yaque el contrato fue avalado, me acuerdobien, con el sello de todos los pares, unode los cuales era mi dueño Felipe elHermoso como primer hijo de la corona.

—Eso es digno de notarse, Tesson—dijo Villebresme—. Todos los parespusieron su sello...

Pero, aún sin haber leído la pieza,monseñor, ¿sabíais vos que la herenciade Artois estaba asegurada al condeFelipe y a sus herederos varones?

—Lo oí decir —respondió Bouville—, y no puedo certificar otra cosa.

Lo irritaba un poco la manera queempleaba aquel joven Villebresme para

Page 226: La flor de lis y el leon   maurice druon

hacerle declarar más de lo que quería.¡Ese muchacho aun no había nacido y supadre estaba muy lejos de engendrarlocuando ocurrieron los hechos sobre losque investigaba! Había que ver a esospequeños oficiales reales, hinchadoscon su nuevo cargo. También ellos seencontrarían un día viejos y solos,apoyados en el espaldar de su jardín...Si, Bouville se acordaba de las cosasinscritas en el contrato de matrimonio deFelipe de Artois. Pero ¿cuando habíaoído hablar de eso por primera vez? ¿Enel momento del matrimonio, el año1282, o cuando murió el conde Felipe,el 98, a consecuencia de las heridas en

Page 227: La flor de lis y el leon   maurice druon

la batalla de Furnes? O quizá tras lamuerte del viejo conde Roberto II en labatalla de Courtrai, en 1302, quesobrevivió cuatro años a su hijo, hechodel que se derivaba el Proceso entre suhija Mahaut y su nieto el actual RobertoIII.

A Bouville le solicitaban que fijaraun recuerdo que podía situarse encualquier momento de un período deveinte años. Y no eran solamente elnotario Tesson y este sire deVillebresme los que habían ido aestrujarle el cerebro, sino el propiomonseñor Roberto de Artoís, lleno decortesía y reverencia, sin ninguna duda,

Page 228: La flor de lis y el leon   maurice druon

pero no por eso dejando de hablar convoz fuerte, agitándose mucho yaplastando con sus botas las flores deljardín.

—Rectifiquemos, pues, de estamanera —dijo el notario después decorregir su texto—: ... y que tuvo dichocontrato entre las manos, pero por pocotiempo, y también recuerda que estabasellado con el sello de todos los pares;además el conde de Bouville nos hadeclarado haber oído decir entonces queen dicho contrato estaba precisamenteinscrito que el condado de Artois...

Bouville aprobó con la cabeza.Hubiera preferido que se suprimiera ese

Page 229: La flor de lis y el leon   maurice druon

pequeño «entonces», introducido por elnotario en la frase. Pero estaba cansadode luchar; y ¿tanta importancia tiene unapalabra?

—...iría a sus herederos varonesnacidos de dicho matrimonio; y ademásnos ha certificado que el contrato fuebien inscrito en los registros de la corte,y tiene por cierto que fue sustraídodespués de dichos registros conmaliciosas maniobras por orden de laseñora Mahaut de Artois...

—Tampoco he dicho eso —interrumpió Bouville.

—No lo habéis dicho de esa manera,monseñor —respondió Villebresme—,

Page 230: La flor de lis y el leon   maurice druon

pero se desprende de vuestradeclaración. Repasemos lo que habéiscertificado. En primer lugar, que haexistido el contrato matrimonial; ensegundo lugar que lo habéis visto; entercer lugar, que fue inscrito en losregistros...

—...avalado con el sello de lospares...

Villebresme cambió una nuevamirada de fatiga con el notario.

—...avalado con el sello de lospares —repitió para complacer altestigo—. Certificáis también que esecontrato excluía de la herencia a lacondesa Mahaut y que desapareció de

Page 231: La flor de lis y el leon   maurice druon

los registros, de manera que no pudo serpresentado en el proceso que intentómonseñor Roberto de Artois iniciarle asu tía. ¿Quién pensáis, pues, que lo hizosustraer? ¿Creéis que fue el rey Felipeel Hermoso quien dio la orden?

La pregunta era pérfida. ¿No sehabía dicho repetidas veces que Felipeel Hermoso, para mejorar a la suegra desus dos últimos hijos, había dictado ensu favor una sentencia complaciente?

De ahí a pretender que el propioBouville se había encargado de hacerdesaparecer los documentos no habíamás que un paso.

—No mezcléis, messire, la memoria

Page 232: La flor de lis y el leon   maurice druon

del rey Felipe el Hermoso, mi señor,con un acto tan villano —respondió condignidad.

Por encima de los tejados y de lafronda llegó el tañido de la campana deSaint–Germain–des–Pres. Bouvillepensó que era la hora en que le traían suescudilla de queso cuajado; su médicole había recomendado que lo tomara tresveces al día.

—Por lo tanto —prosiguióVillebresme—, el contrato tuvo que serrobado sin saberlo el rey... ¿Y quiénpodía tener interés en robarlo sino lacondesa Mahaut?

El joven comisario tamborileó con

Page 233: La flor de lis y el leon   maurice druon

la punta de los dedos la piedra delbanco; no estaba descontento de sudemostración.

—¡Oh, cierto! —dijo Bouville—.Mahaut es capaz de todo.

Sobre este punto Bouville no eradifícil de convencer. Sabía que Mahautera culpable de dos crímenes, y muchomás graves que el robo de un pergamino.Seguramente habría matado al rey LuisX; ante los propios ojos de Bouvillehabía matado a un niño de cinco días alque creía el pequeño rey Póstumo... ysiempre para conservar su condado deArtois.

¡Verdaderamente, era una

Page 234: La flor de lis y el leon   maurice druon

preocupación muy tonta ese escrúpulosuyo de exactitud! Sin duda habíarobado el contrato matrimonial de suhermano, ese contrato cuya existencia sehabía atrevido a negar, y con juramento.¡Horrible mujer! ... Por causa de ella, elverdadero heredero de los reyes deFrancia crecía lejos de su reino, en unapequeña ciudad de Italia, en casa de unmercader lombardo que lo creía suhijo... Bien, no había que pensar en eso.Bouville había susurrado ese secreto,que él solo sabía, en el oído del Papa.No quería pensar en ello por temor asentirse tentado a hablar. Además, ¡quelos investigadores se fueran cuanto

Page 235: La flor de lis y el leon   maurice druon

antes!—Tenéis razón, dejad lo que habéis

escrito —dijo con voz ligeramentetemblorosa—. ¿Donde debo firmar?

El notario le tendió la pluma.Bouville distinguía mal el borde delpapel, y su firma se salió un poco de lapágina, Aún le oyeron decir:

—Dios acabará por hacerle expiarsus culpas, antes de entregarla a loscuidados del diablo.

Extendieron polvos secantes sobrela firma. El notario volvió a colocar lashojas y la escribanía en su cartera decuero, y los dos investigadores selevantaron para despedirse. Bouville los

Page 236: La flor de lis y el leon   maurice druon

saludó con la mano, sin levantarse.Apenas se habían alejado cinco pasos yya no eran para él más que dos sombrasvagas que se disolvían detrás de lacortina de agua.

El antiguo chambelán tocó unacampanilla para pedir su requesón. Loinquietaban varios pensamientos. ¿Cómosu dueño venerado, el rey Felipe elHermoso, había podido olvidar, en susentencia sobre el Artois, el acta quehabía ratificado antes? ¿Cómo no sehabía preocupado de la desaparición deesta pieza? ¡Ah, los mejores reyes nohacen solamente hermosas acciones... !

Bouville se decía también que uno

Page 237: La flor de lis y el leon   maurice druon

de esos días iría a visitar al banqueroTolomei para informarse sobre GuccioBaglioni... y sobre el niño... sin insistir,como si se tratara de una simplecortesía. El viejo Tolomei casi no semovía de su lecho; las piernas no losostenían. La vida se va así; para uno esla oreja que se cierra; para otro, los ojosque se empañan, o los miembros quedejan de moverse... El pasado se cuentapor años; pero se emplean meses osemanas para hacer cálculos sobre elporvenir.

«¿Viviré para cuando hayamadurado esta fruta y la podré coger?»,pensaba el conde de Bouville mientras

Page 238: La flor de lis y el leon   maurice druon

miraba la pera de la espaldera.Messire Pedro de Machaut, señor de

Montargis, era hombre que noperdonaba nunca las injurias, ni siquieraa los muertos. La desaparición de susenemigos no bastaba para apaciguar suresentimiento. Su padre, que ocupaba unalto cargo en tiempos del Rey de Hierro,había sido destituido por Enguerrandode Marigny y la fortuna de la familiahabía sufrido un duro golpe. La caídadel todopoderoso Enguerrando habíasido para Pedro de Machaut un desquitepersonal; el día más grande de su vidahabía sido aquel en que, en calidad deescudero de Luis el Turbulento, condujo

Page 239: La flor de lis y el leon   maurice druon

a Marigny al patíbulo. Condujo, es unamanera de decir: acompañó, más bien, yno en primera fila, sino entre numerososdignatarios más importantes que él. Sinembargo, con el correr de los años, esosseñores habían muerto uno tras otro, loque permitía a messire Pedro deMachaut, cada vez que contaba esetrayecto memorable, avanzar un lugar enla jerarquía del cortejo.

En principio se había contentado condesafiar con la mirada a messireEnguerrando, que iba de pie en lacarreta, y haberle demostrado con laexpresión de su rostro que quienperjudicaba a los Machaut, por alto que

Page 240: La flor de lis y el leon   maurice druon

estuviera, acaba mal.Luego, el recuerdo embellecía las

cosas, y Machaut aseguraba que duranteese último paseo, Marigny no sólo lohabía reconocido, sino que se habíadirigido a él, diciendo tristemente estaspalabras:

—¡Ah, sois vos, Machaut! Ahoratriunfáis; os he perjudicado y mearrepiento.

Ahora, pasados catorce años,parecía que Enguerrando de Marigny, alir al suplicio, no había tenido palabrasmás que para Pedro de Machaut y que,desde la prisión a Montfaucon, no lehabía ocultado nada del estado de su

Page 241: La flor de lis y el leon   maurice druon

conciencia.Pequeño, de cejas grises y una

pierna rígida por una mala caída entorneo, Pedro de Machaut seguíahaciendo engrasar cuidadosamentecorazas que nunca usaría. Era tanvanidoso como rencoroso; y comoRoberto de Artois lo conocía bien, sehabía tomado la molestia de ir avisitarlo dos veces para que hablara deaquel famoso recorrido junto a la carretade messire Enguerrando.

—Pues bien, contad todo eso a loscomisarios del rey que vendrán asolicitar vuestro testimonio sobre miasunto —le dijo Roberto—. Las

Page 242: La flor de lis y el leon   maurice druon

opiniones de un hombre tan valerosocomo vos son de importancia; ayudaréisa la justicia del rey, y os ganaréis sugratitud y la mía. ¿Os han pensionadopor los servicios que vuestro padre yvos mismo rendisteis al reino?

—Nunca... —¡Que injusticia! ¿Cómohabían podido olvidar a un hombre detan grandes prendas como messire deMachaut, cuando tantos intriganteshabían logrado que los pusieran en laslistas de las donaciones de la cortedurante los últimos reinados? Olvidovoluntario, sin duda, e inspirado por lacondesa Mahaut, que siempre habíaestado de parte de Enguerrando de

Page 243: La flor de lis y el leon   maurice druon

Marigny.Roberto de Artois se preocuparía

personalmente de que fuera reparada esainiquidad.

Así pues, cuando el caballero deVillebresme, siempre acompañado porel notario Tesson, se presentó en casadel antiguo escudero, este puso tantocelo en contestar a las preguntas como elcomisario en hacerlas.

El interrogatorio se realizó en unjardín próximo, ya que, según los usosde la justicia, las declaraciones debíanhacerse en lugar abierto y al aire libre.

A juzgar por las palabras de Pedrode Machaut, parecía que la ejecución de

Page 244: La flor de lis y el leon   maurice druon

Marigny se había cumplido laantevíspera.

—Así pues —dijo Villebresme—,vos estabais delante de la carretacuando bajaron de ella al sireEnguerrando para llevarlo a la horca.

—Subí a la carreta —respondióMachaut—, y por orden de Luis Xpregunté al condenado de que faltas degobierno quería acusarse antes decomparecer ante Dios.

Fue Tomas de Marfontaine, enrealidad, el encargado de esta tarea,pero como había muerto hacía largotiempo...

—Y Marigny siguió declarándose

Page 245: La flor de lis y el leon   maurice druon

inocente de todas las faltas que le habíanimputado durante su proceso; sinembargo, reconoció —son sus propiaspalabras, por las que se comprende bienla bribonería del personaje— «haberrealizado acciones injustas en causasjustas». Entonces le pregunté cuáles eranesas acciones, y me citó varias; porejemplo, haber destituido a mi padre, elsire de Montargis, y también habersustraído de los registros reales elcontrato matrimonial del difunto condede Artois, con el fin de servir a losintereses de la señora Mahaut y de sushijas, las nueras del rey.

—¡Ah, entonces fue el quien hizo

Page 246: La flor de lis y el leon   maurice druon

sustraer el contrato! ¡Se acusó dehaberlo hecho! —exclamó Villebresme—. Eso es importante. Anotadlo,Tesson, anotadlo.

El notario no necesitaba estaindicación para escribir animosamente.¡Buen testigo era ese sire de Machaut!

—¿Sabéis, messire, si le pagaron asire Enguerrando por ordenar este acto?—preguntó Tesson.

Machaut vaciló ligeramente yfrunció las cejas.

—Cierto, le pagaron —respondió—.Porque le pregunté también si eraverdad que había recibido, como sedecía, cuarenta mil libras de la señora

Page 247: La flor de lis y el leon   maurice druon

Mahaut por sacarla triunfante en suproceso ante el rey. Y Enguerrando bajóla cabeza en señal de asentimiento y degran vergüenza, y me respondió:«Messire de Machaut, rogad a Dios pormí», lo que suponía una confesión.

Y Pedro de Machaut cruzó losbrazos con aire de triunfante desprecio.

—Ahora todo está claro —dijoVillebresme con satisfacción.

El notario transcribía los últimosconceptos de la deposición.

—¿Habéis interrogado ya a muchostestigos? —preguntó el antiguoescudero.

—Catorce, messire, y nos resta aun

Page 248: La flor de lis y el leon   maurice druon

el doble a quienes oir —dijoVillebresme—. Pero nos repartimos latarea entre ocho comisarios y dosnotarios.

Page 249: La flor de lis y el leon   maurice druon

II.- El querellantedirige la investigación

El gabinete de trabajo de monseñor deArtois estaba decorado con cuatrograndes frescos piadosos, pintados deforma bastante vulgar, en los quedominaba el ocre y el azul, cuatrofiguras de santos «para inspirarconfianza», según decía el dueño de lacasa. A la derecha, San Jorge derribabael dragón; enfrente de él, San Mauricio,el otro patrono de los caballeros, seerguía con coraza y cota azulada; sobrela pared del fondo, San Pedro sacaba

Page 250: La flor de lis y el leon   maurice druon

del mar sus inagotables redes; y SantaMagdalena, patrona de las pecadoras,vestida solamente con sus cabellos deoro, ocupaba la cuarta pared. MonseñorRoberto prefería dirigir la mirada haciaesta última.

Las vigas del techo estaban tambiénpintadas de ocre, de amarillo y de azul,y de trecho en trecho se veían losblasones de Artois, de Beaumont y deValois. La pieza estaba amueblada conmesas cubiertas de brocados, cofres conarmas suntuosas y pesados hacheros dehierro dorado.

Roberto se levantó de su granasiento y devolvió al notario las actas

Page 251: La flor de lis y el leon   maurice druon

de las declaraciones que acababa deleer.

—Muy bien, muy buenas piezas —declaró—, sobre todo la declaración delsire de Machaut, que parece muyespontánea; y completa y muy apropósito la del conde de Bouville.Decididamente, sois hombre hábil,maestro Tesson de la Chicane, y nolamento haberos elevado al puesto quetenéis. En vuestra cara de Cuaresma seoculta mucha más astucia que en lacabeza vacía de muchos árbitros delParlamento. Hay que reconocer queDios os ha dotado de un gran espaciopara colocar vuestro cerebro.

Page 252: La flor de lis y el leon   maurice druon

El notario sonrió amablemente einclinó su desmesurado cráneo, cubiertocon un bonete que semejaba una enormecol negra. Los burlones cumplidos demonseñor de Artois tal vez disimulabanuna promesa de ascenso.

—¿Es eso toda vuestra cosecha?¿Tenéis otras noticias que darme hoy?¿Qué pasa con el antiguo baile deBethune?

El procedimiento judicial es unapasión como el juego. Roberto de Artoissólo vivía para su proceso; no pensabani actuaba más que en función de sucausa. Aquella quincena, el único asuntode su existencia era procurarse

Page 253: La flor de lis y el leon   maurice druon

testimonios. Su cerebro trabajaba enello todo el día, e incluso por la nochese despertaba, desvelado por unainspiración repentina, y llamaba a sucriado Lormet, que llegaba somnolientoy ceñudo.

—Viejo roncador —le decía—, ¿nome hablaste el otro día de un tal SimonDourin o Dourier, que fue empleado deescritorio en casa de mi abuelo? ¿Sabessi vive? Procura enterarte mañana.

En la misa, a la que asistíadiariamente, por las conveniencias, sesorprendía rogando a Dios por el éxitode su proceso. De la plegaria volvía contoda naturalidad a sus maquinaciones, y

Page 254: La flor de lis y el leon   maurice druon

durante el Evangelio se decía:«Ese Gilles Flamand, que fue en otro

tiempo escudero de Mahaut y a quienesta despidió por cometer algunafechoría... Tal vez ese hombre podríatestimoniar a mi favor. Es preciso queno olvide esto.»

Nunca se le había visto asistir tanasiduamente al Consejo del rey, pasabacada día varias horas en Palacio, y dabala impresión de ocuparse intensamenteen las tareas del reino. Sin embargo, lohacía sólo para vigilar a su cuñadoFelipe VI, hacerse indispensable y velarpara que no nombrara en los altoscargos más que a personas elegidas por

Page 255: La flor de lis y el leon   maurice druon

él. Seguía de muy cerca los decretos conel fin de sacar alguna idea para unanueva maniobra. Se burlaba de todo lodemás.

Que en Italia güelfos y gibelinoscontinuaran matandose, que AzzoVisconti hubiera hecho asesinar a su tíoMarco y hubiera puesto barricadas en laciudad de Milán contra las tropas delemperador Luis de Baviera; mientrasque, en desquite, Verona, Vicenza,Padua, Treviso, se sustraían a laautoridad del Papa protegido porFrancia, monseñor de Artois lo sabía, loescuchaba, pero apenas pensaba en ello.

Que en Inglaterra el partido de la

Page 256: La flor de lis y el leon   maurice druon

reina se encontrara en dificultades, y quela impopularidad de Roger Mortimer seacentuara cada día, a monseñor deArtois no le importaba un ápice.

Inglaterra no le interesaba aquellosdías, ni tampoco los laneros de Flandes,que, por conveniencias de su comercio,multiplicaban los acuerdos con lascompañías inglesas.

Pero que el maestro Andriell deFlorencia, canónigo tesorero deBourges, fuera provisto de un nuevobeneficio eclesiástico, o que elcaballero de Villebresme pasara a laCámara de las Cuentas, ¡ah!, eso eraimportante y no podía admitir dilación; y

Page 257: La flor de lis y el leon   maurice druon

es que el maestro Andrieu, al igual queel sire de ViHebresme, era uno de losocho comisarios nombrados parainstruir el proceso de Artois.

Roberto había propuesto estoscomisarios a Felipe VI, es decir, loshabía elegido prácticamente... «Sepodría nombrar a Bouchart deMontmorency; siempre nos ha servidolealmente... Se podría nombrar a Pedrode Cugnieres; es hombre prudente aquien todos respetan...»

Y lo mismo hizo con los notarios,entre los cuales figuraban Pedro deTesson, que había estado agregadodurante veinte años a la casa de Valois y

Page 258: La flor de lis y el leon   maurice druon

luego a la de Roberto.Nunca se había sentido tan

importante Pedro de Tesson; nuncahabía sido tratado con tan íntimaamistad, ni colmado de tantas piezas detela para vestidos de su mujer, ni habíarecibido tantos saquitos de oro para elmismo. Sin embargo, estaba fatigado, yaque Roberto lo hostigaba, y la vitalidadde este hombre era agotadora.

En primer lugar, monseñor Robertoestaba casi siempre de pie. Se paseabasin cesar por su gabinete, entre las altasfiguras de los santos. Lógicamente elmaestro Tesson no podía sentarse enpresencia de tan elevado personaje

Page 259: La flor de lis y el leon   maurice druon

como un par de Francia. Ahora bien, losnotarios trabajan normalmente sentados.

El maestro Tesson tenía, pues, quesostener siempre su cartera de cueronegro, que no se atrevía a colocar sobrelos brocados, y de la que iba sacandouno tras otro los documentos. Temíaacabar este proceso con mal de riñonespara toda su vida.

—He visto —dijo respondiendo a lapregunta de Roberto— al antiguo baileGuillermo de la Planche, que estáactualmente detenido en el Chatelet. Laseñora Divion había ido a verlo antes;ha declarado tal como esperábamos.Pide que no os olvidéis de hablar a

Page 260: La flor de lis y el leon   maurice druon

messire Miles de Noyers en solicitud degracia, porque su asunto es delicado ycorre peligro de que lo cuelguen.

—Trataré de que lo suelten; queduerma tranquilo. ¿Habéis interrogado aSimon Dourier?

—Aún no, monseñor, pero he estadocon él. Está dispuesto a declarar delantede los comisarios que se hallabapresente el día de 1302 en que el condeRoberto II, vuestro abuelo, poco antesde morir, dictó la carta que confirmabavuestro derecho a la herencia de Artois.

—¡Ah, muy bien, muy bien!...—Le he prometido también que lo

volveríais a admitir en vuestra casa y

Page 261: La flor de lis y el leon   maurice druon

que lo pensionaríais...—¿Por qué fue echado? —preguntó

Roberto.El notario esbozó el gesto del que se

pone dinero en el bolsillo.—¡Bah!, ahora es viejo, y ha tenido

tiempo de arrepentirse —exclamóRoberto—. Le daré cien libras al año,alojamiento y ropa.

—Manessier de Lannoy confirmaráque las cartas sustraídas fueronquemadas por la señora Mahaut... Sucasa, como sabéis, la iban a vender parapagar sus deudas a los Lombardos; osagradece mucho que haya podidoconservar el techo.

Page 262: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Yo soy bueno; eso no se sabebastante —dijo Roberto—. ¿No medecís nada de Juvigny, el antiguo criadode Enguerrando?

El notario bajó la cabeza con aireculpable.

—No he conseguido nada —dijo—;se niega, alegando que no sabe nada, queno se acuerda.

—¡Cómo! —exclamó Roberto—. Yomismo fui a hablarle al Louvre, dondeestá pensionado para hacer muy pocacosa, y le hablé. ¿Y se obstina en noacordarse? Ved, pues, si lo ponéis unpoco en el tormento. La vista de lastenazas le ayudará, tal vez, a decir la

Page 263: La flor de lis y el leon   maurice druon

verdad.—Monseñor —respondió

tristemente el notario—, se atormenta alos acusados, pero todavía no a lostestigos.

—Entonces hacedle saber, al menos,que si no le vuelve la memoria, le harésuprimir la pensión. Yo soy bueno, peroes preciso que me ayuden a serlo.

Cogió un candelabro de bronce quepesaba sus buenos siete kilos, y mientraspaseaba, lo hacía saltar de una mano aotra.

El notario pensó en la injusticia dela naturaleza que concede tanta fuerzamuscular a personas que solo la emplean

Page 264: La flor de lis y el leon   maurice druon

para divertirse, y tan poca a los pobresnotarios que han de llevar su pesadacartera de cuero negro.

—¿No teméis, monseñor, que si lesuprimís a Juvigny el sueldo, lo puedaobtener de la condesa Mahaut?

Roberto se detuvo.—¿Mahaut? —exclamó—. Pero sí

no puede nada; se esconde, tiene miedo.¿Se la ha visto por la corte desde hacemucho tiempo? No se mueve, tiembla,sabe que está perdida.

—Dios os oiga, monseñor, Dios osoiga. Seguro que ganaremos, pero no sinalgunos contratiempos...

Tesson vacilaba en continuar, no por

Page 265: La flor de lis y el leon   maurice druon

temor a lo que iba a decir, sino por elpeso de la cartera. Aun le quedabancinco o diez minutos de estar de pie.

—Me han informado —continuó—de que siguen a nuestros comisarios enArtois, y que nuestros testigos sonvisitados por otras personas. Además,ha habido últimamente un ciertomovimiento de mensajeros entre elpalacio de la señora Mahaut y Dijon.Han visto cruzar su puerta a diversosjinetes con la librea de Borgoña...

Estaba claro que Mahaut intentabaestrechar sus lazos con el duque Eudes.Ahora bien, el partido de Borgoñadisponía en la corte del apoyo de la

Page 266: La flor de lis y el leon   maurice druon

reina.—Sí, pero yo tengo al rey —dijo

Roberto—. La zorra perderá, Tesson, oslo aseguro.

—Al menos será necesario presentarlos documentos, monseñor, porque sindocumentos... A las declaraciones sepuede siempre oponer otrasdeclaraciones. Lo mejor será hacerlocuanto antes.

Tenía razones personales parainsistir. Un notario que inspira tantostestimonios, es decir, que los arrancamediante compras y amenazas puedehacer fortuna, pero también corre elpeligro de ir a parar al Chatelet e

Page 267: La flor de lis y el leon   maurice druon

incluso a la rueda... Tésson no deseabaocupar el puesto del antiguo baile deBethume.

—¡Ya llegan los documentos, yallegan! ¡Os digo que ya llegan laspiezas! ¿Creéis que es tan fácilobtenerlas? A propósito, Tesson —dijode repente Roberto señalando con elíndice la cartera negra del notario—,habéis anotado en el testimonio delconde de Bouville que el contrato dematrimonio fue sellado por los docepares? ¿Por qué habéis anotado eso?

—Porque lo declaró el testigo,monseñor.

—¡Ah, sí!... Es muy importante —

Page 268: La flor de lis y el leon   maurice druon

dijo Roberto, pensativo.—¿Por qué, monseñor?—¿Por qué? Porque espero la otra

copia del contrato, la de los registros deArtois, que me han de entregar... y muycara por cierta... Si no figuran en ellalos nombres de los doce pares la piezano será buena. ¿Quiénes eran los paresen aquel tiempo? Es fácil saber quiéneseran los duques y los condes; pero ¿y lospares eclesiásticos? ¡Veis como hay queestar en todo!

El notario miró a Roberto con unamezcla de inquietud y de admiración.

—¿Sabéis, monseñor, que si nofuerais tan gran sire, hubierais sido el

Page 269: La flor de lis y el leon   maurice druon

mejor notario del reino?Sin ánimo de ofender, monseñor; lo

digo sin ánimo de ofender.Roberto tocó la campanilla para que

acompañaran hasta la puerta a suvisitante.

En cuanto salió el notario, Robertose introdujo por una pequeña puerta quese abría entre las nalgas de Magdalena—un juego de decoración que lodivertía mucho— y corrió a lahabitación de su esposa. Después dehacer salir a las damas de compañía,dijo:

—Juana, mi buena amiga, mi queridacondesa, haced saber a la Divion que

Page 270: La flor de lis y el leon   maurice druon

interrumpa la escritura del contrato dematrimonio: es preciso poner el nombrede los doce pares del año 82. ¿Losconocéis vos? Yo tampoco. ¿Se podríasaber sin despertar sospechas? ¡Ah,cuánto tiempo perdido!

¡Cuánto tiempo perdido!La condesa de Beaumont

contemplaba a su esposo con sushermosos ojos limpios y azules; unavaga sonrisa se dibujaba en su rostro. Sugigante había encontrado un nuevomotivo de agitación. Dijo muytranquilamente:

—En Saint–Denis, mi dulce amigo,en Saint–Denis, en los registros de la

Page 271: La flor de lis y el leon   maurice druon

abadía. Allí encontraremos seguramentelos nombres de los pares. Voy a enviaral hermano Enrique, mi confesor, comosi fuera a hacer alguna sabiainvestigación...

En el rostro de Roberto se esbozóuna expresión de divertida ternura, dejubilosa gratitud.

—¿Sabéis, amiga mía —dijoinclinándose con poca gracia—, que sino fuerais tan alta dama, hubierais sidoel mejor notario del reino?

Se sonrieron, y la condesa deBeaumont, de nacimiento Juana deValois, leyó en los ojos de Roberto lapromesa de que aquella noche visitaría

Page 272: La flor de lis y el leon   maurice druon

su lecho.

Page 273: La flor de lis y el leon   maurice druon

III.- Los falsificadores

Siempre se cree, cuando uno emprendeel camino de la mentira, que el trayectoserá fácil y corto; se superan sindificultad y con cierto placer losprimeros obstáculos, pero pronto elbosque se espesa, la ruta se borra, seramifican senderos que van a perderseen ciénagas; a cada paso uno se hunde oresbala, se irrita y dilapida sus fuerzasen vanas tentativas, cada una de lascuales viene a constituir una nuevaimprudencia.

A primera vista, nada más fácil que

Page 274: La flor de lis y el leon   maurice druon

falsificar un viejo documento. Basta unahoja de pergamino dejado al sol paraque se ponga amarillo y espolvorearlocon ceniza, la mano de un clérigosobornado, y algunos sellos aplicados alos lazos de seda. Todo esto no requeríamás que poco tiempo y módicos gastos.

Sin embargo, Roberto de Artois tuvoque renunciar, provisionalmente, afalsificar el contrato de matrimonio desu padre. Y eso no solamente por tenerque averiguar el nombre de los docepares, sino porque el acta estabaredactada en latín y no todos losclérigos eran capaces de proporcionarla fórmula empleada en otro tiempo para

Page 275: La flor de lis y el leon   maurice druon

los contratos matrimonialesprincipescos. El antiguo capellán de lareina Clemencia de Hungría, conocedorde estas materias, tardaba en redactar elcomienzo y el final del texto; y no queríaapremiarlo demasiado por temor a quela petición resultara sospechosa.

Está también la cuestión de lossellos.

—Hacedlos copiar por un grabadorde cuños, según antiguos sellos —habíaindicado Roberto.

Pero los grabadores de cuñosestaban juramentados; el de la cortedeclaró que no se podía imitarexactamente un sello, que dos cuños no

Page 276: La flor de lis y el leon   maurice druon

eran nunca idénticos, y que la cerasellada con un falso cuño era fácilmentereconocible por los expertos. En cuantoa los cuños originales, eran destruidossiempre a la muerte de su propietario.

Era preciso, pues, procurarseantiguas actas provistas de los sellosnecesarios; arrancarlos, lo que no eraoperación fácil, y colocarlos sobre lafalsa pieza.

Roberto aconsejó a la Divion queconcentrara sus esfuerzos en undocumento menos difícil y que fuera deigual importancia.

El 28 de junio de 1302, antes departir para el ejército de Flandes, donde

Page 277: La flor de lis y el leon   maurice druon

perdería la vida atravesado por veintelanzadas, el viejo conde Roberto IIhabía puesto en orden sus asuntos yhabía confirmado por carta lasdisposiciones que aseguraban a su nietola herencia del condado de Artois.

—¡Y eso es verdad, lo afirman todoslos testigos! —decía Roberto a su mujer—. Simón Dourier se acuerda incluso delos vasallos de mi abuelo que estabanpresentes, y de las bailías que pusieronlos sellos. ¡Lo único que mostraremoscon eso será la verdad!

Simón Dourier, antiguo notario delconde Roberto II, proporcionó elcontenido de la declaración, tanto como

Page 278: La flor de lis y el leon   maurice druon

su memoria pudo recordar. La escriturafue hecha por un clérigo de la condesade Beaumont, llamado Dufour; pero eltexto de Dufour tenía demasiadosborrones y además se reconocía su letra.

La Divion fue a Artois a llevar eltexto a un tal Roberto Rossignol, quehabía sido clérigo de Thierry de Hirson,y que volvió a copiar la carta, no conpluma de ganso, sino de bronce, paradisimular mejor su letra.

Este Rossignol, a quien le ofrecieronen recompensa un viaje a Santiago deCompostela, a donde había prometido iren cumplimiento de un voto hechodurante una enfermedad, tenía un yerno

Page 279: La flor de lis y el leon   maurice druon

llamado Juan Oliette, que sabía separarbastante bien los sellos. ¡Decididamenteera una familia llena de recursos! Olietteenseñó su Procedimiento a la señoraDivion.

Ésta volvió a París, se encerró conla señora de Beaumont y una solasirvienta, Juanita la Mezquina11, y lastres mujeres se dedicaron con ayuda deuna navaja de afeitar calentada y de unacrin de caballo mojada en un licorespecial que le impedía romperse, adespegar los sellos de cera de los viejosdocumentos. Con la navaja dividían elsello en dos, luego calentaban una de lasdos mitades y la aplicaban sobre la otra,

Page 280: La flor de lis y el leon   maurice druon

cogiendo entre ellas los lazos de seda ola cola del pergamino de la nueva pieza.Por último, calentaban un poco el bordede la cera para hacer desaparecer lahuella de la partición.

Juana de Beaumont, Juana de Diviony Juana la Mezquina trabajaron así sobremás de cuarenta sellos; sólo lo hacíandos veces en el mismo lugar,escondiéndose ya en una habitación delpalacio de Artois, ya en la residenciadel Águila o también en alguna de suscasas de campo.

Roberto entraba a veces en lahabitación para echar una ojeada a laoperación.

Page 281: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Mis tres Juanas están atareadas —decía con buen humor.

La condesa de Beaumont era la máshábil de las tres.

—Dedos de mujer, dedos de hada —decía Roberto, besando cortésmente lamano de su esposa.

Lo más importante no era separar lossellos, sino encontrarlos que senecesitaban.

El sello de Felipe el Hermoso erafácil de hallar; por todas partes existíanactas reales.

Roberto se hizo enviar por el obispode Evreux una carta relativa a su señoríode Conches, documento que debía

Page 282: La flor de lis y el leon   maurice druon

consultar, según dijo, pero que ya nodevolvió. En Artois, la Divion encargó asus amigos Rossignol y Olíette, asícomo a las otras dos «mezquinas»,María la Blanca y María la Negra, latarea de encontrar los antiguos sellos delas bailías y de los señoríos.

Pronto se hicieron con todos lossellos, salvo uno, el más importante, eldel difunto conde Roberto II. La cosapodía parecer absurda, pero era así;todas las actas de familia estabanguardadas en los registros de Artois,bajo custodia de los clérigos de Mahaut,y Roberto, que era menor de edad a lamuerte de su abuelo, no poseía ninguna.

Page 283: La flor de lis y el leon   maurice druon

La Divion, gracias a una prima suya,conoció a un personaje llamado Oursonel Tuerto, que poseía una patente con elsello del difunto conde y que parecíadispuesto a deshacerse de ella mediantela suma de trescientas libras. La señoraJuana de Beaumont le había dicho quecomprara la pieza al precio que fuera,pero la Divion no tenía en Artois tantodinero, y messire Ourson el Tuerto,desconfiado, no aceptaba desprendersede la patente por simples promesas.

La Divion, mujer de recursos, seacordó de que tenía un marído que vivíabenditamente en la castellanía deBethune. Nunca se le había mostrado

Page 284: La flor de lis y el leon   maurice druon

demasiado celoso, y ahora que el obispoThierry había muerto... Decidió ir averlo. El asunto comenzaba a serconocido por bastante gente, pero nohabía otro remedio. El marido no quisoprestarle dinero, pero aceptó deshacersede un buen caballo, sobre el que habíaido de torneo. La Divion consiguió quemessire Ourson lo aceptara comocomplemento de garantía, dejándoleademás las pocas joyas que llevabaencima.

¡Qué diligente se mostraba laDivion! No ahorraba tiempo, esfuerzo,pasos ni viajes. Ni lengua. Y procurabapor todos los medios no volver a perder

Page 285: La flor de lis y el leon   maurice druon

nada; vivía siempre la barba sobre elhombro.

Crispada la mano por la angustia,cortó con la navaja el sello del difuntoconde Roberto.

¡Un sello que valía trescientaslibras! ¿Cómo encontrar otro, si pordesgracia se rompía?

Monseñor Roberto se impacientabaun poco, ya que habían sido escuchadostodos los testigos y el rey le preguntaba,muy amablemente y con interés, sipodría presentar las piezas cuyaexistencia había jurado.

Dos días, un día más de paciencia; ymonseñor Roberto iba a estar contento.

Page 286: La flor de lis y el leon   maurice druon

IV.- Los invitados deReuilly

A Roberto de Artois, durante la estacióncalurosa, cuando el servicio del reino olas preocupaciones de su proceso ledejan tiempo, le gusta pasar los fines desemana en Reuilly, en un castillo quepertenecía a su mujer por herencia en larepartición de los bienes de Valois.

Los prados y los bosques dan unagradable frescor a la residencia.Roberto guarda allí sus aves de presa.La servidumbre es numerosa, ya quemuchos jóvenes nobles, antes de obtener

Page 287: La flor de lis y el leon   maurice druon

el grado de caballero, se colocan encasa de Roberto, en calidad deescuderos, sumilleres o ayudas decámara. Quien no logra entrar en la casadel rey se esfuerza en quedar agregado ala del conde de Artois, haciéndoserecomendar por parientes influyentes; yuna vez aceptado, trata de distinguirsepor su celo. Tener por la brida elcaballo de monseñor, tenderle el guantede cuero sobre el que pondrá su halcón,ponerle los cubiertos a la mesa, inclinarante sus poderosas manos el jarro deagua antes de las comidas, es avanzar unpoco en la jerarquía del Estado; Sacudirsu almohada por la mañana para

Page 288: La flor de lis y el leon   maurice druon

despertarlo, es como sacudir laalmohada del rey, ya que monseñor,todo el mundo lo comenta, hace mangasy capirotes en la corte.

Ese sábado de comienzos deseptiembre ha invitado a Reuilly aalgunos señores amigos suyos: al sire deBrecy, al caballero de Hangest; alarcediano de Avranches, e incluso alviejo conde de Bouville, medio ciego, aquien ha hecho traer en litera. A los quedeseaban madrugar les ofreció unapartida de caza. Ahora sus huéspedesestán reunidos en la sala de justicia,donde él mismo, en traje de campo, sesienta familiarmente en un gran sillón.

Page 289: La flor de lis y el leon   maurice druon

Está presente su esposa, la condesa deBeaumont, y también el notario Tesson,que ha puesto sobre una mesa suescribanía y plumas.

—Mis buenos sires, amigos míos —dice—; he solicitado vuestra compañíapara que me deis vuestro consejo.

Las personas se sienten siemprehalagadas cuando se requiere suconsejo. Los jóvenes escuderos noblespresentan a los invitados las bebidas deantes de la comida, vinos aromáticos yalmendras garrapiñadas, servido todo encopas de plata sobredorada. Procuranatentamente no hacer ningún ruido nicometer falta alguna en su servicio;

Page 290: La flor de lis y el leon   maurice druon

abren bien los ojos, preparando susrecuerdos. Con el tiempo dirán: «yoestaba ese día en casa de monseñorRoberto; hallábase el conde deBouville, que había sido chambelán delrey Felipe el Hermoso...».

Roberto habla pausada y seriamente:una cierta señora Divion, a la queconocía poco, le ha venido a proponerla entrega de una carta que tenía, juntocon otras, del obispo Thierry deHirson...de quien fue dulce amiga —añade bajando un poco la voz. LaDivion solicita, naturalmente, dinero;esas mujeres son todas de la mismaclase. Pero el documento parece de

Page 291: La flor de lis y el leon   maurice druon

importancia. Sin embargo, antes deadquirirlo, Roberto quiere asegurarse deque no lo engañan; de que la carta esauténtica, que puede servir como pruebaen su proceso y que no es obra de algúnfalsificador que quiere sonsacarledinero. Por eso ha invitado a susamigos, que son de sabio consejo y máshábiles que él en materia de escritos, aexaminar la pieza.

De vez en cuando Roberto lanza unaojeada a su esposa para asegurarse delefecto producido por sus palabras. Juanaaprueba casi imperceptiblemente con lacabeza; admira la gran malicia de suesposo, y como aquel gigante retorcido

Page 292: La flor de lis y el leon   maurice druon

se hace el ingenuo cuando quiereengañar. Se muestra inquieto ysuspicaz... Los otros no van a dejar deaprobar tan auténtica carta; una vezaprobada, no desdecirán su opinión; ypor los medios de la Corte y delParlamento se extenderá la noticia deque Roberto tiene en las manos laprueba de su derecho.

—Haced entrar a esta señora Divion—dice Roberto con aire severo.

Aparece Juana de Divion, muyprovinciana, muy modesta; de la toca delino surge su rostro triangular, con losojos rodeados de sombra. No necesitaadoptar una actitud de intimidada, pues

Page 293: La flor de lis y el leon   maurice druon

en verdad lo está. De una gran bolsa detela saca un pergamino enrollado delque penden varios sellos, y lo entrega aRoberto, quien lo desenrolla, lo examinaun MOmento y lo pasa al notario.

—Examinad los sellos, maestroTesson.

El notario comprueba la sujeción delos lazos de seda, inclina sobre elpergamino su enorme bonete negro y superfil luna creciente.

—Es el sello del difunto condevuestro abuelo, monseñor —dice contono convencido.

—Ya veis, mis buenos sires —exclama Roberto.

Page 294: La flor de lis y el leon   maurice druon

El documento pasa de mano enmano. El sire de Brecy confirma que lossellos de las bailías de Arrás y deBethune son excelentes; el conde deBouville acerca la pieza a sus fatigadosojos, no distingue más que la manchaverde al pie de la carta, palpa la cera,suave bajo el dedo, y se le saltan laslágrimas.

—¡Ah! —murmura—, el sello decera verde de mi buen señor Felipe elHermoso.

Hay un momento de granenternecimiento, un instante de silencioen el que se respetan los recuerdos deese viejo servidor de la corona.

Page 295: La flor de lis y el leon   maurice druon

La Divion, que permanece apartada,cambia una discreta mirada con lacondesa de Beaumont.

—Leedlo ahora, maestre Tesson —ordena Roberto.

El notario coge de nuevo elpergamino y comienza:

—Nos, Roberto de Francia, par yconde de Artois...

Las fórmulas iniciales tienen el girohabitual; la asistencia escucha concalma.

—...y aquí declaramos, en presenciade los señores de SaintVenant, de Saint–Paul, de Waillepayelle, caballeros, quesellarán con sus sellos, y del maestro

Page 296: La flor de lis y el leon   maurice druon

Thierry de Hirson, mi clérigo...Algunas miradas se dirigen hacia la

Divion, quien baja la cabeza.«Hábil, hábil, haber mencionado al

obispo Thierry —piensa Roberto— esoda autenticidad a los testimonios; todose encadena bien. »

—...que en ocasión del matrimoniode nuestro hijo Felipe le hemos hechoinvestidura de nuestro condado,reservándonos su disfrute durantenuestra vida, y que nuestra hija Mahautha consentido en ello y ha renunciado aldicho condado...

—¡Ah, pero eso es algo muyimportante! —exclama Roberto—. ¡Es

Page 297: La flor de lis y el leon   maurice druon

más de lo que esperaba!¡Nunca me habían dicho que Mahaut

hubiera renunciado! ¡Ya veis, amigosmíos, su villanía!

Continuad, maestro Tesson.Los asistentes están muy

impresionados. Mueven la cabeza, semiran... Si, la pieza es de importancia...

—...y ahora que Dios ha llamadojunto a si a nuestro querido y bien-amado hijo el conde Felipe, pedimos anuestro señor el rey, si nos ocurre queen la guerra Dios disponga de nosotros,que nuestro señor el rey vele para quelos herederos de nuestro hijo no seandesheredados...

Page 298: La flor de lis y el leon   maurice druon

Las cabezas continúan aprobandodignamente; el caballero de Hangest,miembro del Parlamento, se vuelvehacia Roberto y separa las manos con ungesto que significa: «Monseñor, vuestroproceso está ganado.»

El notario acaba:—...y hemos sellado esto con

nuestro sello, en nuestro palacio deArras, el día 28 de junio del año degracia mil trescientos veintidos.

Roberto no puede reprimir unsobresalto. La condesa de Beaumontempalidece. La Divion se siente morir.

No son ellos los únicos que han oídomil trescientos veintidos. Las cabezas se

Page 299: La flor de lis y el leon   maurice druon

han vuelto con sorpresa hacia el notarioy el mismo da señales de confusión.

—¿Habéis leído mil trescientosveintidós? —pregunta el caballero deHangest—. ¿Queréis decir el año miltrescientos dos, el de la muerte delconde Roberto?

El maestro Tesson hubiera queridopoder acusarse de un lapsus, pero eltexto estaba allí, bajo sus ojos yclaramente decía mil trescientosveintidos. Y le iban a pedir que loleyera de nuevo.

¿Cómo había podido ocurrir eso?¡Ah, monseñor Roberto iba a ponerse deun humor! ... Y él mismo, Tesson, en

Page 300: La flor de lis y el leon   maurice druon

buen lío se había dejado meter. ¡AlChâtelet... todo eso acabaría en elChâtelet!

Hizo lo que pudo por reparar eldesastre; tartamudeo:

—Hay un defecto en la escritura...Sí, seguro, hay que leer mil trescientosdos...

Y rápidamente moja su pluma en latinta, tacha, borra algunas letras yrestablece la fecha correcta.

—¿Podéis corregir de esa manera?—le dice el caballero de Hangest concierto tono de sorpresa.

—Si, messire —contesta el notario—; hay dos puntos señalados sobre la

Page 301: La flor de lis y el leon   maurice druon

palabra, y los notarios tenemos lacostumbre de corregir las palabras malescritas sobre las que hay dos puntos...

—Eso es verdad —confirma elarcediano de Avranches.

Pero el incidente destruye lahermosa impresión producida por lalectura.

Roberto llama a un escudero, leordena al oído que anticipe la comida, yse esfuerza en reanimar la conversación.

—En suma, maestro Tesson, ¿paravos es auténtica la carta?

—Ciertamente, monseñor,ciertamente —se apresura a responderTesson.

Page 302: La flor de lis y el leon   maurice druon

—¿Y para vos también, messirearcediano?

—Yo la creo auténtica.—Tal vez debierais compararla con

otras cartas del difunto conde de Artois,del mismo año —dice el sire de Brecyamistosamente.

—¿Y cómo, mi buen amigo, cómocomparar si mi tía Mahaut lo tiene todoen sus registros?

Yo considero auténtica la carta. ¡Nose pueden inventar semejantes cosas! Yomismo no sabía tanto; y particularmente,que Mahaut hubiera renunciado.

En ese momento se oye untrompetazo en el patio. Roberto

Page 303: La flor de lis y el leon   maurice druon

palmotea.—¡Tocan para el agua, monseñores!

Pasemos a lavarnos las manos yvayamos a comer.

Estaba furioso mientras se paseabapor la habitación de la condesa, suesposa, y el suelo temblaba bajo suspasos.

—¡Y vos la leísteis! ¡Y Tesson laleyó! ¡Y la leyó la Divion! Y nadie,nadie fue capaz de ver ese malditoveintidós que puede hacer derrumbartodo nuestro edificio.

—Vos también, amigo mío —respondió con calma Juana de Beaumont—, leísteis y releísteis esa carta, y me

Page 304: La flor de lis y el leon   maurice druon

parece que estabais muy satisfecho.—¡Pues sí! La leí, y tampoco vi ese

defecto. No es lo mismo leer con losojos que leer en voz alta. ¿Podía pensarque se cometiera semejante tontería? Hasido necesario que ese asno de notario...Y el otro asno que escribió la carta...¿Cómo se llama ese? ¿Rossignol? Secree capaz de redactar una carta, os sacamás dinero del que se necesita paraconstruir una casa, y ni siquiera sabeponer bien la fecha. ¡Mandaré prender aese Rossignol y lo haré azotar hasta quesangre!

—Tendréis que hacerlo prender enSantiago, amigo mío, adonde ha ido en

Page 305: La flor de lis y el leon   maurice druon

peregrinación con vuestro dinero.—¡Entonces, a la vuelta!—¿No teméis que hable un poco

demasiado alto mientras lo azotan?Roberto se encogió de hombros.—¡Y menos mal que la cosa ha

ocurrido aquí, y no en la lectura ante elParlamento! Tendréis que vigilar más,amiga mía, en las otras piezas para queno vuelvan a cometerse tales errores.

La señora de Beaumont encontrabainjusto que la cólera de su esposo sedescargara sobre ella. Deploraba elerror tanto como él, le entristecíaigualmente; pero después de tantotrabajo como se había tomado, después

Page 306: La flor de lis y el leon   maurice druon

de haberse desollado las manoscortando la cera de los sellos,consideraba que Roberto debía habersecontenido y no tratarla como si fueraculpable.

—Después de todo, Roberto, ¿porqué os importa tanto ese proceso? ¿Porqué corréis el peligro y me lo hacéiscorrer a mí, así como a tantas personasde vuestro círculo, de que un día nosacusen de mentira y falsificación?

—¡No son mentiras, no sonfalsificaciones! —chilló Roberto—. ¡Esla verdad lo que quiero hacerresplandecer a los ojos de todos, cuandose obstinan en ocultarla!

Page 307: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Sea, es la verdad —dijo ella—;pero una verdad, confesadlo, que tienemal aspecto. ¡Temo que con esaapariencia no se la reconozca! Vos lotenéis todo, amigo mío: sois par delreino, cuñado del rey porque yo soy suhermana, y todopoderoso en su Consejo;vuestras rentas son grandes, y lo que oshe aportado por dote y herencia haceenvidiar a todos vuestra fortuna. ¿Porqué no dejáis el Artois? ¿No creéis queya hemos jugado bastante a un juego quepuede costarnos muy caro?

—Amiga mía, razonáis muy mal yme asombro de oíros hablar de esamanera ya que de ordinario sois muy

Page 308: La flor de lis y el leon   maurice druon

discreta. Soy primer barón de Francia,pero un barón sin tierra. Mi pequeñocondado de Beaumont, que me fue dadosólo como compensación, es dominio dela corona; yo no lo exploto, me entregansus rentas. Me han elevado a lacategoría de par porque el rey es vuestrohermano como acabáis de decir; pero unrey no es eterno, aunque quiera Diosguardárnoslo por largo tiempo. ¡Hemosvisto morir a bastantes! ¿Ocuparía yo laregencia si Felipe muriera? Si su cojaesposa, que me odia y os odia, seapoyara en la Borgoña para regentar,¿sería yo tan poderoso y el Tesoroseguiría pagando mis rentas? No tengo

Page 309: La flor de lis y el leon   maurice druon

administración, ni justicia, niverdaderamente grandes vasallos; nopuedo sacar de mi tierra hombres queme deban total obediencia y a los quepueda colocar en los cargos. ¿Quiénconsigue los empleos hoy día? Gentevenida de Valois, del Maine, de Anjou,de las dotaciones y feudos del buenCarlos, vuestro padre. ¿De dónde sacoyo mis propios servidores? De los tresterritorios que os he dicho. Os lo repito,no tengo nada. No puedo levar pendonesbastante numerosos para hacer temblar.El verdadero poderío no se cuenta másque por el número de castellanías en quemandas y de las que puedes sacar

Page 310: La flor de lis y el leon   maurice druon

guerreros. Mi fortuna sólo se basa en mímismo, en mis brazos, en la posiciónque ocupo en el Consejo; mi crédito nose funda más que en el favor y el favorno dura más que lo que Dios quiere.Tenemos hijos; pues bien, pensad enellos, amiga mía. Y como no es seguroque hayan heredado mi cerebro, querríadejarles la corona de Artois... que es sudotación por justa herencia.

Nunca había expresado tanampliamente sus íntimos pensamientos, yla condesa de Beaumont se olvidó desus anteriores quejas y vio a su maridobajo una nueva luz, no ya solo como elgigante astuto cuyas intrigas la divertían,

Page 311: La flor de lis y el leon   maurice druon

como el mal súbdito capaz de todas lasbribonerías, o como el conquistador detodas las jóvenes, fueran nobles,burguesas o sirvientas, sino como unverdadero gran señor que razonaba lascircunstancias de su condición. Carlosde Valois, cuando corría en otro tiempotras un reino o una corona de emperador,y buscaba para sus hijas alianzassoberanas, justificaba sus actos con lasmismas preocupaciones.

En ese momento un escudero golpeóa la puerta; la señora de Divionsolicitaba hablar al conde con todaurgencia.

—¿Qué querrá ahora esa? ¿No teme

Page 312: La flor de lis y el leon   maurice druon

que la aplaste? Hacedla entrar.La Divion apareció huraña; acababa

de enterarse de que sus dos «mezquinas»de Artois, María la Blanca y María laNegra, las que le habían ayudado acomprar los sellos de la falsa carta,estaban en prisión, aprehendidas por lossargentos de la condesa Mahaut.

Page 313: La flor de lis y el leon   maurice druon

V.- Mahaut y Beatriz

—¡Que el diablo os seque las entrañas atodos, mala gente! —gritaba la condesaMahaut—. Hago prender a esas dosmujeres, por las que podía saberlo todo,y en cuanto las tengo en mi poder lassueltan.

La condesa Mahaut, en su castillo deConflans sobre el Sena, cerca deVincennes, acaba de enterarse de que lasdos sirvientas de la Divion, detenidaspor orden suya por el baile de Arras,habían sido puestas en libertad. Sucólera era grande, y la «mala gente» a la

Page 314: La flor de lis y el leon   maurice druon

que dirigía sus maldiciones estabarepresentada, por el momento,únicamente por Beatriz de Hirson, suprimera doncella, sobre la quedescargaba su furor. El baile de Arrasera tío de Beatriz, y hermano menor deldifunto obispo Thierry.

—Esas «mezquinas», señora, hansido soltadas por orden del rey,presentada por dos sargentos de armas—respondió con calma Beatriz.

—¡Mucho se va a preocupar el reyde dos sirvientas que tienen su cocina enun barrio de Arras! Las han libertadopor orden de mi Roberto, que ha corridopara que actuara el rey. ¿Se conoce al

Page 315: La flor de lis y el leon   maurice druon

menos el nombre de los sargentos? ¿Seaseguraron de que eran oficiales reales?

—Se llaman Maciot el Allemant yJuan Le Servoisier, señora —respondióBeatriz con la misma calma.

—¡Dos sargentos de armas deRoberto! Conozco a ese Maciot elAllemant; es el que emplea mi sobrinopara sus malos golpes. Y en primerlugar, ¿cómo ha sabido Roberto queestaban detenidas las sirvientas de laDivion? —preguntó Mahaut, lanzandosobre su primera doncella una miradallena de sospecha.

—Vos no ignoráis, señora, quemonseñor Roberto conserva muchos

Page 316: La flor de lis y el leon   maurice druon

lazos en Artois.—¡Ojalá que no haya encontrado

alguno de esos lazos entre la gente queme rodea! ... Pero ya es traicionarme elservirme mal, y me siento traicionadapor todas partes. Se diría que desde lamuerte de Thierry tenéis mal corazónpara mi. ¡Ingratos! Os he llenado debeneficios; desde hace quince años tetrato como a mi propia hija...

Beatriz de Hirson bajó sus largaspestañas negras y miró vagamente elenlosado. Su rostro ambarino, liso, conlos labios muy plegados, no demostrabaningún sentimiento, ni humildad nirebelión; simplemente una cierta

Page 317: La flor de lis y el leon   maurice druon

falsedad con aquel bajar de sus pestañasextraordinariamente largas, detrás de lascuales escondía su mirada.

—...¡Tu tío Denis, a quien hice mitesorero por complacer a Thierry, meengaña y me roba!

¿Dónde están las cuentas de lascerezas de mi huerto, vendidas esteverano en el mercado de París?

¡Llegará un día en que haré revisarsus registros! ¡Habéis comprado tierras,casas, castillos, con los beneficios queobtuvisteis de mí! Tu tío Pedro, que esbobo, y a quien nombré baile pensandoque siendo tan tonto por lo menos mesería fiel, no es ni siquiera capaz de

Page 318: La flor de lis y el leon   maurice druon

mantener cerradas las puertas de misprisiones. La gente sale de ellas comoquiere, como de una posada o de unburdel.

—¿Podía negarse mi tío, señora,ante el sello del rey?

—¿Y qué han dicho, durante los díasque han pasado en prisión, esassirvientas de la mala prostituta? ¿Leshicieron hablar? ¿Las interrogó tu tío?

—Señora, no lo podía hacer sinorden de la justicia —repuso Beatrizcon la misma voz arrastrada—. Pensadlo que sucedió a vuestro baile deBethune...

Mahaut rechazo el argumento con un

Page 319: La flor de lis y el leon   maurice druon

gesto de su gran mano salpicada demanchas.

—No, ya no me servís con buencorazón, o mejor dicho, me habéisservido siempre mal.

Mahaut envejecía. La edad dejabasus huellas en aquel cuerpo de gigante;un áspero vello blanco poblaba susmejillas, que se enrojecían al menordisgusto; la sangre le subía entonces a lagarganta, y formaba como una especiede babero rojo. Durante el año anteriorhabía estado varias veces gravementeenferma. Ese periodo le había sidofunesto de todas maneras.

Después de su perjurio en Amiens y

Page 320: La flor de lis y el leon   maurice druon

de la formación de la comisióninvestigadora, su carácter se habíaagriado hasta hacerse odioso. Además,su cabeza se fatigaba; ponía todas lascosas un poco en el mismo plano. Si elgranizo le estropeaba las rosas quecultivaba a miles en sus jardines, o sisufrían algún desperfecto las máquinashidráulicas que alimentaban lascascadas artificiales de su castillo deHesdin, su cólera se abatía como unatempestad sobre los jardineros, losingenieros, los escuderos y sobreBeatriz.

—¡Y estas pinturas hechas no hacediez años! —gritaba señalando los

Page 321: La flor de lis y el leon   maurice druon

frescos de la galería de Conflans—.Cuarenta libras le pagué a aquelestampero que hizo venir de Bruselas tutío Denis, y quien me garantizó queemplearía los colores más finos. ¡Nohan pasado diez años, y fíjate! La platade los yelmos se oscurece y la parte deabajo de la imagen está completamentedesconchada.

¿Es eso un trabajo honrado?Beatriz se aburría. El séquito de

Mahaut era numeroso, pero compuestoúnicamente de gente vieja. Mahaut semantenía bastante alejada de la corte deFrancia sometida por completo a lainfluencia de Roberto. Allá, en París, en

Page 322: La flor de lis y el leon   maurice druon

Saint–Germain, alrededor del reyencontrado, se celebraban sin cesarjustas, torneos y fiestas; por elaniversario de la reina, por la marchadel rey de Bohemia, e incluso, sinmotivo alguno, simplemente paradivertirse. Mahaut no iba allí, o hacíasólo breves apariciones cuando se veíaobligada por su categoría de par delreino. Mahaut ya no tenía edad para ladanza, ni humor para ver divertirse a losotros, sobre todo en una corte en la quela trataban tan mal. Ni siquiera leagradaba pasar una temporada en supalacio de la calle Mauconseil; vivíaretirada entre los altos muros de

Page 323: La flor de lis y el leon   maurice druon

Conflans o bien en Hesdin, que habíatenido que reparar después de ladevastación hecha por Roberto el año1316.

Tiránica desde que no tenía ningúnamante —el último había sido Thierryde Hirson, que se repartía entre ella y laDivion, de donde provenía el odio queMahaut tenía a esa mujer—, y temerosade verse presa de molestias nocturnas,obligaba a Beatriz a dormir en unextremo de su habitación, impregnada deolores de vejez, de farmacia y decomida. Porque Mahaut seguíadevorando como siempre, atacada a todahora por un hambre canina; los tapices

Page 324: La flor de lis y el leon   maurice druon

olían a guisado de liebre, a venado y acaldo de ajo. Sus frecuentesindigestiones la obligaban a llamar a losmédicos, barberos y boticarios; laspociones y las infusiones de hierbassucedían a las carnes escabechadas.¡Ah!

¿Dónde estaban los buenos tiemposen los que Beatriz la ayudaba aenvenenar reyes?

La propia Beatriz comenzaba asentir el peso de los años. Se acababa sujuventud. Treinta y tres años es una edaden que todas las mujeres, incluso lasmás perversas, contemplan las dosvertientes de su vida, piensan con

Page 325: La flor de lis y el leon   maurice druon

nostalgia en la época pasada; y coninquietud, en la que ha de venir. Beatrizseguía hermosa, y de ello se asegurabaen los ojos de los hombres, su espejofavorito.

Pero sabía también que ya no teníaexactamente aquella tez de fruto doradoque había sido el atractivo de sus veinteaños; los ojos eran menos brillantes aldespertar; las caderas se poníanligeramente pesadas. Ahora, ya no podíaperder el tiempo.

¿Pero cómo, con esa Mahaut que laobligaba a acostarse en su habitación,cómo escaparse para reunirse con unamante, o para ir, a medianoche, a

Page 326: La flor de lis y el leon   maurice druon

alguna casa secreta y encontrar en lasprácticas del aquelarre las delicias delplacer?

—¿En qué sueñas? —le gritó derepente la condesa.

—No sueño, señora —le respondiódeslizando la mirada sobre Mahaut—;pienso solamente que podíais encontrarmejor muchacha que yo para serviros.Quiero casarme.

No se hizo esperar el efecto de lacalculada maldad de esas palabras.

—¡Buen partido! —exclamó Mahaut—. Bien le irá a quien se case contigo.Tendrá que buscar tu doncellez en ellecho de todos mis escuderos antes de

Page 327: La flor de lis y el leon   maurice druon

encontrarse con sus cuernos.—A la edad que tengo, señora, y tal

como me habéis tenido soltera paraserviros... la doncellez es más biendesgracia que virtud. De todas formas,eso es algo más corriente que las casas ylos bienes que aportaré a un marido.

—¡Si los conservas, hija mía! ¡Si tedejo esos bienes! Porque los has ganadoa mis espaldas.

Beatriz sonrió y su mirada seenturbió de nuevo.

—¡Oh, señora! —exclamó conextrema dulzura—. No iréis a retirarvuestros beneficios a quien os haservido en cosas tan secretas... y que

Page 328: La flor de lis y el leon   maurice druon

hemos realizado juntas.Mahaut la miró con odio.Beatriz sabía recordarle los

cadáveres reales que dormían entreellas, las almendras garrapiñadas delTurbulento, el veneno en los labios delpequeño Juan I..., y sabía también que laescena terminaría con un acceso desangre en el rostro de la condesa, con elbabero rojo marcado en su cuellobovino.

—¡Tú no te casarás! Ya ves, ya vesel mal que me haces al enfrentarteconmigo; puedes estar contenta —suspiró Mahaut dejándose caer en suasiento—. La sangre me zumba en las

Page 329: La flor de lis y el leon   maurice druon

orejas; tendrán que sangrarme de nuevo.—¿No será por comer demasiado

por lo que necesitáis sangraros?—Comeré lo que me plazca y

cuando me plazca —gritó Mahaut—. Nonecesito que una ignorante como tu mediga lo que me conviene. ¡Ve abuscarme queso inglés! ¡Y vino! ¡Y dateprisa!

Ya no quedaba queso inglés en ladespensa; la última remesa estabaagotada.

—¿Quién se lo ha comido? ¡Meroban! ¡Que me traigan un pastel!

«¡Pues sí, un pastel! ¡Atrácate yrevienta!» pensó Beatriz al tiempo que

Page 330: La flor de lis y el leon   maurice druon

le presentaba el plato.Mahaut cogió una gran tajada y la

mordió. El crujido que oyó, y que leresonó en el cráneo, no fue solo el de lacorteza; se le acababa de partir undiente.

Los ojos de Mahaut, grises einyectados en sangre, se ensancharon unpoco, y su rostro se inmovilizó en unaexpresión estupefacta; con la tajada depastel en una mano y el vaso de vino enla otra, Mahaut quedó con la bocaabierta y el incisivo a medio caer,horizontal sobre el labio. Dejó el vaso yarrancó sin ninguna dificultad el dienteroto; con la punta de la lengua tocó el

Page 331: La flor de lis y el leon   maurice druon

lugar que había quedado vacío, y laherida superficial de la raíz. Al mismotiempo, contemplaba entre sus grandesdedos el pequeño trozo de marfilamarillento, negro en la rotura, unfragmento de ella misma, que leabandonaba.

Mahaut levantó los ojos al advertirque Beatriz, delante de ella, estaba apunto de reventar de risa; la primeradoncella, con los brazos apoyados en lacintura y los hombros estremeciéndose,no podía contenerse. Antes que tuvieratiempo de retroceder, Mahaut se leacercó y la abofeteó por dos veces. Larisa de Beatriz se cortó en seco; tras sus

Page 332: La flor de lis y el leon   maurice druon

largas pestañas, las negras pupilasbrillaron con fugaz y maligno destello.

Por la noche, cuando Beatriz ayudó adesnudarse a la condesa, parecía que lapaz se había restablecido entre ellas.Mahaut, volviendo a su obsesión,explicaba a Beatriz:

—¿Comprendes por qué meinteresaba tanto que interrogaran a esasdos mujeres? Estoy convencida de quela Divion ayuda a Roberto aconfeccionar falsas piezas, y quisieraque la cogieran con las manos en lamasa.

Succionaba maquinalmente por eltocón que el barbero había limado.

Page 333: La flor de lis y el leon   maurice druon

Beatriz, tras la doble bofetada,acariciaba un proyecto.

—¿Puedo, señora, daros un consejo?¿Aceptáis escucharlo?

—Si, hija; habla, habla. Soy detemperamento vivo, tengo la manosuelta; pero ya sabes que confío en ti.

—Pues bien, señora, todo el malproviene de la herencia de mi tíoThierry, y de que no habéis queridodarle a la Divion lo que le dejó. Ciertoes que se trata de una mala criatura yque no merecía tanto. Pero os habéishecho una enemiga, que sin ningunaduda, conoce ciertos secretos de bocade mi tío y que está a punto de

Page 334: La flor de lis y el leon   maurice druon

vendérselos a monseñor Roberto. Fueuna suerte que yo pudiera vaciar atiempo el cofre de Hirson, donde mi tíotenía ciertos documentos vuestros. ¡Quéuso hubiera hecho de ellos esa malamujer! Un poco de dinero y de tierra quele hubierais dado, y le habríais cerradoel pico.

—Sí —dijo Mahaut—, tal vez meequivoqué. Pero confiesa que unabellaca que se va a calentar en lassábanas de un obispo no puedepretender pasar por esposa legítima enel testamento... Sí, tal vez meequivoqué...

Beatriz ayudó a Mahaut a quitarse la

Page 335: La flor de lis y el leon   maurice druon

camisa de día. La gigante mantenía susenormes brazos al aire, descubriendo enlas axilas un triste vello blanco; la grasale formaba una protuberancia en la nucacomo en el espinazo de los bueyes; lospechos estaban pesados, fláccidos,monstruosos.

«Es vieja —pensó Beatriz—, va amorir..., pero ¿cuándo? ¡Hasta su últimodía tendré que vestir y desnudar eserepugnante cuerpo y pasar mis noches enesta habitación...! ¿Y qué sucederácuando haya muerto? Monseñor Robertova a ganar el pleito, seguramente, con elapoyo del rey... La casa de Mahaut serádispersada...»

Page 336: La flor de lis y el leon   maurice druon

Cuando termino de poner a Mahautel camisón, Beatriz continuó:

—Si ofrecierais a esa Divionpagarle los legados que reclama, eincluso algo más, la haríais volver sinduda a vuestro partido y además si haservido a monseñor Roberto en malasacciones, podriais conocerlas y sacarpartido de ello.

—Tal vez sea atinado lo que dices—respondió Mahaut—. Mi condadobien merece el gasto de mil libras,incluso para pagar el pecado. Pero,¿cómo acercarse a esa ramera? Se alojaen casa de Roberto, quien debe devigilarla de cerca... e incluso acariciarla

Page 337: La flor de lis y el leon   maurice druon

un poco, si llega el caso, ya que a él nole disgustan esas cosas... Es preciso quede ninguna manera se llegue a descubrirel proyecto.

—Yo me ofrezco, señora, a verla yhablarle. Soy sobrina de Thierry; élpodría haberme confiado algo paraella...

Mahaut miró atentamente el rostrotranquilo, casi sonriente, de su primeradoncella.

—Te arriesgas demasiado —dijo—.Si Roberto se enterara...

—Ya sé, señora, ya sé que mearriesgo; pero el peligro no me asusta —afirmó Beatriz mientras tapaba con la

Page 338: La flor de lis y el leon   maurice druon

colcha bordada a la condesa, que sehabía acostado.

—Eres una buena muchacha —concluyó Mahaut—. ¿Te escuece muchola mejilla?

—Sí, señora, siempre... paraserviros...

Page 339: La flor de lis y el leon   maurice druon

VI.- Beatriz y Roberto

Lormet la recibió en la pequeña puertadel palacio reservada a losabastecedores, como si la visitante fuerauna trapera o una bordadora venida paraentregar un encargo. Por otra parte,vestida con una esclavina de ligero pañogris, cuyo capuchón le cubría loscabellos, Beatriz de Hirson no sediferenciaba en nada de una burguesacorriente.

Reconoció inmediatamente al viejocriado personal de monseñor Roberto,pero no demostró sorpresa, como

Page 340: La flor de lis y el leon   maurice druon

tampoco cuando atravesó los dos patiosy los edificios destinados al servicio, yvio que la conducían hacia losdepartamentos señoriales.

Lormet iba delante, con larespiración un poco fatigada, y de vez encuando se volvía a echar una miradadesconfiada por encima del hombro aaquella joven demasiado hermosa, delúbrico contoneo, y que no parecíaintimidada en absoluto.

«¿Qué tienen que hacer aquí lasgentes de Mahaut? —se decía Lormet—.¿Qué plato tendrá que cocinar en nuestrohorno? ¡Ah, monseñor Roberto es muyimprudente por dejarle atravesar la

Page 341: La flor de lis y el leon   maurice druon

puerta! La señora Mahaut sabe cómoactuar; no le envía la más fea de susmujeres.»

Un corredor abovedado, unatapicería, una puerta baja que gira sobregoznes bien engrasados, y Beatriz ve enlas tres paredes a San Jorge clavando sulanza, a San Mauricio apoyado en suespada y a San Pedro tirando de susredes.

Monseñor Roberto estaba de pie enel centro de la habitación, con laspiernas separadas, los brazos cruzadossobre el pecho y la mandíbula apoyadasobre el cuello.

Beatriz bajó sus largas pestañas y

Page 342: La flor de lis y el leon   maurice druon

sintió un delicioso estremecimiento detemor y satisfacción.

—Me parece que no esperabaisverme —dijo Roberto de Artois.

—¡Oh, sí, monseñor! —respondióBeatriz con su voz lenta—; a vosprecisamente es a quien queríaacercarme.

Había hecho todo lo necesario paraesto durante una semana. Sus emisariosa la Divion habían ido con tan pocodisimulo que lo debía de saber toda lacasa.

La respuesta sorprendió un tanto aRoberto.

—¿Qué venís a hacer, entonces?

Page 343: La flor de lis y el leon   maurice druon

¿Anunciarme la muerte de mi tíaMahaut?

—¡Oh, no, monseñor! —repusoBeatriz—. La señora Mahaut solo haperdido un diente.

—Gran noticia —dijo Roberto—,pero no me parece digna de tantamolestia. ¿Os envía como mensajera?¿Ve perdida su causa y quiere tratarconmigo? ¡No trataré con ella!

—¡Oh, no, monseñor! La señoraMahaut no quiere tratar, porque sabe queganará.

—¡Que ganará! ¿De verdad? ¿Contracincuenta y cinco testigos quereconocerán los robos y engaños que me

Page 344: La flor de lis y el leon   maurice druon

ha hecho?Beatriz sonrió.—La señora Mahaut tendrá sesenta,

monseñor, para demostrar que vuestrostestigos mienten, y a quienes habrapagado al mismo precio...

—¿Habéis venido aquí para burlarosde mí? Los testigos de vuestra dueña novaldrán para nada, ya que los míos seapoyan en buenos documentos quemostrarán.

—¿De verdad, monseñor? —preguntó Beatriz con tono falsamenterespetuoso—. Entonces es que la señoraMahaut se engaña sobre el motivo deque se busquen, estos últimos tiempos,

Page 345: La flor de lis y el leon   maurice druon

tantos sellos en Artois... para vuestracasa.

—Se buscan los sellos —contestóRoberto, irritado— porque se necesitantodas las piezas antiguas, ya que minuevo canciller ha de poner los registrosen orden.

—¿De verdad, monseñor? —repitióBeatriz.

—¡No sois vos quien parainterrogarme! ¡Soy yo el que os preguntoqué buscáis aquí! ¿Venís a sobornar a migente?

—Nada de eso, monseñor, puestoque he venido hasta vos.

—Entonces, ¿qué queréis? —

Page 346: La flor de lis y el leon   maurice druon

exclamó.Beatriz recorrió la habitación con la

mirada. Vio la puerta por la que habíaentrado, y que se abría en el vientre dela Magdalena. Se sonrió ligeramente.

—¿Es por esta gatera por dondepasan todas las damas que recibís?

El gigante comenzaba a ponersenervioso. Aquella voz lánguida, aquellarisita, aquella negra mirada que brillabaun instante y se apagaba en seguidadetrás de las largas pestañas, loturbaban un poco.

«Cuidado, Roberto —se decía—;tienes ante ti a una completa zorra, queno te han enviado para tu bien.»

Page 347: La flor de lis y el leon   maurice druon

La conocía desde hacía largotiempo. No era la primera vez que loprovocaba. Recordaba que en la abadíade Chaalis, al salir de un Consejonocturno que celebró el rey Carlos IVsobre los asuntos de Inglaterra, habíaencontrado a Beatriz esperándolo bajolos arcos del claustro de la hospedería.Y en muchas otras ocasiones... En cadaencuentro había visto la misma miradafija en la suya, el mismo movimientoondulante de caderas, la mismaagitación del pecho. Roberto no erahombre a quien atara la fidelidad; unpalo con faldas le hacía salir de suscasillas. Pero esa muchacha, que

Page 348: La flor de lis y el leon   maurice druon

colaboraba en todo con Mahaut, le habíainspirado siempre prudencia.

—Seguramente sois muy bribona,pero tal vez sois también previsora. Mitía cree que ganará la causa, pero vos,que tenéis los ojos más abiertos, osdecís que la perderá. Sin duda pensáisque va a dejar de soplar el viento dellado de Conflans y que ya es hora dedejarse ver por ese monseñor Roberto alque tanto se ha calumniado, a quien tantose ha perjudicado, y cuya mano puedeser pesada el día de la venganza. ¿No esasí?

Se paseaba de un lado a otro de lahabitación, según su costumbre. Llevaba

Page 349: La flor de lis y el leon   maurice druon

una cota corta que hacía resaltar elvientre; los enormes músculos de losmuslos estiraban la tela de sus calzas.

Beatriz no dejaba de observarlo,desde la rojiza cabellera hasta loszapatos.

«¡Como debe de pesar!», pensaba.—...pero sabed que no se consiguen

mis favores con una sonrisa —continuóRoberto—. A menos que tengáis grannecesidad de dinero y algún secreto quevenderme. Recompenso a quien mesirve, pero no tengo piedad con quienme quiere engañar.

—No tengo nada que venderos,monseñor.

Page 350: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Entonces, demoiselle Beatriz,para vuestro gobierno y salud, sabed queharíais bien en pasar de largo por laspuertas de mi casa, cualquiera que sea elpretexto que hayáis tenido paraacercaros. Mis cocinas están bienguardadas, mis platos y mi vino sonprobados antes de servírmelos.

Beatriz se pasó la punta de la lenguapor los labios, como si gustara unexquisito licor.

«Teme que lo envenene», se decía.¡Como se divertía, y al mismo

tiempo, qué miedo le daba! ¡Y Mahaut,que la creía durante ese tiempo ocupadaen convencer a la Divion! ¡Oh,

Page 351: La flor de lis y el leon   maurice druon

admirable momento! Beatriz sentía laimpresión de tener en la palma de lamano varios lazos corredizos invisiblesy mortales. Había que retenerlos.

Se echó hacia atrás el capuchón,desató el cordón del cuello y se quitó laesclavina. Su negro y espeso cabelloestaba trenzado alrededor de las orejas.El vestido de camocán jaspeado, muyescotado en el pecho, enseñabagenerosamente el nacimiento de lossenos. Roberto, que gustaba de mujeresbien provistas, no pudo menos de pensarque Beatriz había ganado en bellezadesde la última vez que la había visto.

Beatriz extendió la esclavina sobre

Page 352: La flor de lis y el leon   maurice druon

el embaldosado, cubriendo la mitad deun círculo.

Roberto la miró sorprendido.—¿Qué hacéis con eso?No respondió, pero sacó de su

limosnera tres plumas negras y lascolocó en lo alto de la esclavina,cruzándolas para formar como unapequeña estrella; luego se puso a darvueltas, describiendo con el índice uncírculo imaginario mientras murmurabapalabras incomprensibles.

—¿Pero qué hacéis? —repitióRoberto.

—Os embrujo, monseñor —respondió tranquilamente Beatriz, como

Page 353: La flor de lis y el leon   maurice druon

si se tratara de la cosa más natural delmundo, o al menos de la cosa máscorriente para ella.

Roberto soltó una carcajada. Beatrizlo miró y lo tomó de la mano parallevarlo al interior del círculo. Robertoretiró la mano.

—¿Tenéis miedo, monseñor? —interrogó Beatriz, sonriendo.

¡Gran poder el de la mujer! ¿Quéseñor se hubiera atrevido a decir alconde Roberto de Artois que teníamiedo sin que un enorme puño seaplastara contra su cara o que unaespada de diez kilos se abatiera sobre sucabeza? Y sin embargo, una vasalla, una

Page 354: La flor de lis y el leon   maurice druon

camarera, rondaba su palacio, se hacíallevar hasta él, entretenía su tiempocontándole tonterías... «Mahaut haperdido un diente... no tengo ningúnsecreto que venderos...», extendía sumanto sobre el piso y le decía en plenorostro que tenía miedo.

—Siempre parece que tenéis miedode acercaros a mí —continuó Beatriz—.El día que os vi por primera vez, haceya mucho tiempo, en casa de la señoraMahaut, cuando fuisteis a anunciarle queiban a juzgar a sus hijas... tal vez no osacordéis... entonces ya os apartasteis demí. Y muchas otras veces después...¡No, no me hagáis creer que tenéis

Page 355: La flor de lis y el leon   maurice druon

miedo!Llamar a Lormet y ordenarle que

echara a aquella burlona, ¿no era eso loque la prudencia aconsejaba a Roberto ysin pérdida de tiempo?

—¿Y qué intentas con tu esclavina,tu círculo y tus tres plumas? —preguntó—. ¿Hacer aparecer al diablo?

—Sí, monseñor —asintió Beatriz.Se encogió de hombros ante esa

bellaquería y, a manera de juego, entróen el círculo.

—Ya está hecho, monseñor, esexactamente lo que quería. ¡Porque vossois el diablo!

¿Qué hombre resiste a tal cumplido?

Page 356: La flor de lis y el leon   maurice druon

Roberto se riO esta vez a gusto. Cogióel mentón de Beatriz con su pulgar eíndice.

—¿Sabes que te podría hacerquemar por bruja?

—¡Oh, monseñor!...Se mantenía junto a él, con la cabeza

levantada hacia la mandíbula de Robertollena de pelos rojizos; sentía su olor dejabalí acuciado. Estaba emocionada porel peligro, la traición, el deseo y elsatanismo.

¡Una bellaca, una verdadera bellaca,tal como le gustaban a Roberto! «¿Quéarriesgo?», se dijo.

La tomó por los brazos y la estrechó

Page 357: La flor de lis y el leon   maurice druon

contra él.«Es el sobrino de la señora Mahaut,

su sobrino que le desea tanto mal»,pensaba Beatriz mientras su boca perdíael aliento pegada a la de él.

Page 358: La flor de lis y el leon   maurice druon

VII.- La casa deBonnefille

El obispo Thierry de Hirson poseíaen París, en la calle Mauconseil, unamansión contigua a la de la condesa deArtois, que había agrandado mediante lacompra de la casa de uno de sus vecinosllamado Julián Bonnefille. Beatrizpropuso esta casa, recibida en herencia,a Roberto de Artois, para sus citas.

La perspectiva de divertirse encompañía de la primera doncella deMahaut, al lado del palacio de Mahaut,en una casa pagada con el dinero de

Page 359: La flor de lis y el leon   maurice druon

Mahaút y que, además, conservaba elnombre de casa Bonnefille, satisfacía lanatural inclinación de Roberto por lafarsa. La casualidad organiza a vecesesas diversiones...

Sin embargo, al principio, Robertousó de la casa con extrema prudencia.Aunque era propietario en la mismacalle de una mansión en la que noresidía nunca, pero que iba a visitar decuando en cuando, prefería entrar en lacasa Bonnefille ya anochecido. Enaquellos barrios próximos al Sena, decalles estrechas y llenas de una multituddensa y lenta, un señor como Roberto deArtois, de talla tan reconocible y

Page 360: La flor de lis y el leon   maurice druon

escoltado por escuderos, no podía pasarinadvertido.

Roberto esperaba, pues, que llegarala noche. Se hacía siempre acompañarpor Gillet de Nelle y por tresservidores, elegidos entre los másdiscretos y sobre todo entre los másfuertes. Gillet era el cerebro de estaguardia personal, y los tres atletas depuños de hierro se colocaban en lasentradas de la casa Bonnefille, sinlibrea, como simples mirones.

En las primeras visitas Roberto senegó a beber el vino con especias que leofrecía Beatriz.

«La damisela puede tener el encargo

Page 361: La flor de lis y el leon   maurice druon

de envenenarme», se decía. Se quitaba adisgusto su sobreveste forrada con unafina malla de hierro y, mientras durabael placer, tenía la vista puesta en elcofre donde había colocado su daga.

Beatriz disfrutaba con esos temores.Ella, pequeña burguesa de Artois, jovensoltera a los treinta años pasados, y quehabía rodado por toda clase de sabanas,¿podía inspirar temor a ese gigante, aese poderoso par de Francia?

También para ella, aún más que paraRoberto, tenía la aventura el excitante delo perverso.

¡En casa de su tío el obispo! Y conel enemigo mortal de la señora Mahaut,

Page 362: La flor de lis y el leon   maurice druon

a quien, para justificar sus ausencias,debía contar siempre nuevas fábulas...La Divion se mostraba reticente... Nocedería de golpe y sería una locura darleuna gran suma de dinero por lo quepodría no ser más que una granmentira... No, era necesario verla confrecuencia, sacarle poquito a poco lasintrigas del malvado monseñor Roberto,arrancarle el nombre de los testigoscomplacientes, comprobar luego susdeclaraciones, entrevistarse en elLouvre con Juvigny o con MicheletGueroult, criado del notario Tesson.¡Ah! Todo ello no se podía hacer sindificultades, tiempo y dinero...

Page 363: La flor de lis y el leon   maurice druon

«Convendría, señora, dar una pieza detela a ese empleado para su mujer; sulengua se desataría. ¿Me autorizáis atomaros algunas libras?»

¡Y qué placer sentía al mirar a laseñora Mahaut a los ojos, sonreírle ypensar: «Hace menos de doce horas, meofrecía completamente desnuda amessire vuestro sobrino!»

Al ver que su primera doncella sedesvivía por servirla, Mahaut la tratabasin aspereza, le mostraba de nuevo suafecto y no le regateaba mimos. ParaBeatriz era una ocupación doblementeexquisita engañar a Mahaut, mientras seafanaba en¡ conquistar a Roberto.

Page 364: La flor de lis y el leon   maurice druon

Porque no se puede decir haberconquistado a un hombre por haberpasado unas horas con él en el mismolecho, como tampoco se es dueño de unafiera por haberla comprado y observarlaa través de los hierros de una jaula.

La posesión no crea el poder.Solamente se es dueño de una fiera

cuando se tumba a la voz de mando desu dueño, esconde las uñas, y unamirada le sirve de barrotes.

La desconfianza de Roberto era paraBeatriz como uñas que debía limar.Durante su carrera de cazadora no habíatenido ocasión de apresar una pieza tangrande y de tan mala reputación que se

Page 365: La flor de lis y el leon   maurice druon

había hecho proverbial.Beatriz conoció su primera victoria

el día en que Roberto aceptó de su manoun cubilete de garnacha. «Hubierapodido echarle veneno y lo hubierabebido... »

Y cuando, una vez se durmió, comoel ogro de las fábulas, Beatrizexperimentó una sensación de triunfo. Elgigante tenía en el cuello una claramarca en el sitio donde se cerraba eltraje o la coraza; la tez curtida por elaire se interrumpía de pronto ycomenzaba la piel blanca, salpicada depintas y cubierta en los hombros porpelos rojizos como la cerda de los

Page 366: La flor de lis y el leon   maurice druon

puercos. Esa línea le parecía a Beatrizla marca preparada para el corte delhacha o el filo del puñal.

Los cabellos de color de cobre,rizados sobre las mejillas, se habíanapartado y descubrían una orejapequeña, delicada, infantil,enternecedora. «Por esa pequeña orejase le podría introducir un hierro hasta elcerebro...», pensaba Beatriz.

Al cabo de unos minutos se despertósobresaltado.

—No te he matado, monseñor —dijoriendo.

Su risa descubría una encía rojaoscura.

Page 367: La flor de lis y el leon   maurice druon

A manera de agradecimiento,Roberto se lanzó de nuevo al juego.Debía reconocer que ella lo secundababien, imaginativa, solapada, pococuidadosa de sí, nunca ceñuda, gritandosu satisfacción. Roberto, que, por haberlevantado toda clase de sayas de seda,lino o cáñamo, se creía maestro enbellaquería, tenía que confesar quehabía encontrado en ella la más fuertecontrincante.

—Si has aprendido en el aquelarretodas estas galanterías, mi pequeñaamiga, deberían enviar allí a todas lasdoncellas —le decía.

Porque Beatriz le hablaba con

Page 368: La flor de lis y el leon   maurice druon

frecuencia del aquelarre y del diablo.Esta joven lenta y blanda en apariencia,de andar ondulante y palabra arrastrada,solo revelaba en el lecho su verdaderaviolencia, de la misma manera que sudiscurso no se hacía rápido ni animadomás que cuando hablaba del demonio yde brujería.

—¿Por qué, pues, no te has casado?—le preguntaba Roberto—. No te handebido de faltar pretendientes, sobretodo si les has dado tal anticipo dematrimonio...

—Porque el matrimonio se hace enla iglesia, y la iglesia no me gusta.

Reclinada en el lecho, con las manos

Page 369: La flor de lis y el leon   maurice druon

en las rodillas, en sombra el vientre,Beatriz, con los ojos bien abiertos,decía:

—Los sacerdotes y papas de Roma yde Aviñón no enseñan la verdad,monseñor. No hay un solo Dios; haydos: el de la luz y el de las tinieblas; elpríncipe del Bien y el príncipe del Mal.

Antes de la creación del mundo, elpueblo de las tinieblas se rebeló contrael pueblo de la luz, y los vasallos delMal, para poder existir, ya que el Mal esla nada y la muerte, devoraron una partede los principios del Bien. Y puesto queestaban en ellos las dos fuerzas del Bieny del Mal, pudieron crear el mundo y

Page 370: La flor de lis y el leon   maurice druon

engendrar a los hombres, en quienesestán mezclados y siempre en batalla losdos principios, dirigidos por el Mal, yaque es el elemento natural del pueblo deorigen. Se ve claro que hay dosprincipios, puesto que existen el hombrey la mujer, hechos como tú y como yo,de manera diversa —proseguía con unasonrisa ávida—. El Mal es el quecosquillea nuestros vientres y losempuja a unirse... Ahora bien, la genteen la que la naturaleza del mal es másfuerte que la del bien, deben honrar aSatán y pactar con el para ser felices ytriunfar en sus asuntos; para estos, elSeñor del Bien es su enemigo.

Page 371: La flor de lis y el leon   maurice druon

Esta extraña filosofía, que olía aazufre, y en la que había restos demaniqueísmo y elementos impuros dedoctrinas cátaras, mal transmitidas y malcomprendidas, tenía más adeptos de loque creían las personas que ocupaban elpoder. Beatriz no era un caso único;pero para Roberto, cuya mente no habíarozado nunca esta clase de problemas,Beatriz entreabría las puertas de unmundo misterioso; estaba sobre todomuy admirado de escuchar talesrazonamientos en boca de una mujer.

—Tienes más cerebro de lo quepensaba. ¿Quién te ha enseñado todoeso?

Page 372: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Antiguos Templarios —respondió.

—¡Ah, los Templarios! Es ciertoque conocen muchas cosas...

—Vos, monseñor, contribuisteisnotablemente para destruirlos.

—¡Yo no, yo no! —exclamó Roberto—. Felipe el Hermoso y Enguerrando,los amigos de Mahaut... Pero Carlos deValois y yo nos opusimos a sudestrucción.

—Se han conservado poderosos porla magia; todos los males del reino sedeben al pacto que los Templarios hanhecho con Satán, ya que el Papa loscondenó...

Page 373: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Las desgracias del reino, lasdesgracias del reino... —dijo Robertopoco convencido—. ¿No son debidasalgunas a mi tía, más bien que al diablo?Porque ella fue quien mató a mi primo elTurbulento y luego a su hijo... ¿Nopusiste un poco la mano en ese asunto?

Hacía frecuentemente esta pregunta,pero Beatriz la esquivaba siempre.Sonreía vagamente como si no lohubiera entendido o respondía otra cosa.

—Mahaut no sabe... no sabe que hehecho pacto con el diablo... Me echaríade su casa...

Y comenzaba de nuevo un discursorápido sobre sus temas favoritos: la

Page 374: La flor de lis y el leon   maurice druon

misa vana, lo opuesto y la negación dela misa cristiana, que se debía celebrara medianoche en un subterráneo, ypreferentemente cerca de un cementerio.El ídolo tenía una cabeza de dos caras;usaban hostias negras que consagrabanpronunciando tres veces el nombre deBelcebú. Resultaba mejor si el oficianteera un sacerdote renegado o un monjeque había colgado los hábitos.

—El Dios de lo alto está enbancarrota; promete la felicidad y soloofrece desdichas a los que lo sirven; hayque obedecer al dios de abajo. Siquieres, monseñor, que las piezas de tuproceso sean reforzadas por el diablo,

Page 375: La flor de lis y el leon   maurice druon

atraviésalas con un hierro candente enuna punta de la hoja y que quede unagujero marcado por la quemadura. Omarca la página con una pequeñamancha de tinta extendida en forma decruz que acabe en la parte de arriba conuna especie de mano... Yo sé cómo hayque hacerlo.

Pero tampoco Roberto se entregabapor completo; y aunque Beatriz tuvo queser la primera en saber que las piezasque él se enorgullecía de poseer eranfalsas, monseñor no quiso confirmarlo.

—Si quieres adquirir todo podersobre un enemigo para que la voluntadmaligna lo lleve a su perdición —le

Page 376: La flor de lis y el leon   maurice druon

confió Beatriz un día—, es preciso quele froten las axilas, el dorso de lasorejas y la planta de los pies con unungüento hecho con fragmentos dehostias y de polvo de huesos de un niñosin bautizar, mezclado todo ello consemen humano extendido sobre laespalda de una mujer durante la misavana, y con sangre menstrual de esamujer...

—Estaría más seguro —respondióRoberto— si a una enemiga que tengo,alguien le hiciera tomar polvos paramatar las ratas y las bestias hediondas...

Beatriz fingió no darse por aludida;pero esa idea la hizo estremecerse. No,

Page 377: La flor de lis y el leon   maurice druon

no era necesario que respondiera enseguida a Roberto. No era necesario queéste supiera que estaba ya de acuerdo...

¿Hay mejor pacto que un crimenpara unir a dos amantes?

Porque ella lo quería. No se dabacuenta de que mientras intentabasometerlo, era ella quien quedaba bajosu dependencia. No vivía más que parael momento de volverlo a ver, paraseguir viviendo luego del recuerdo y dela espera; ansiosa de sentir otra vezaquel peso de cien kilos, aquelaplastamiento, aquel olor a bestia quedespedía, sobre todo en el recreoamoroso; y aquel gruñido que salía de su

Page 378: La flor de lis y el leon   maurice druon

garganta.Hay más mujeres de lo que se cree

que se sienten inclinadas hacia lomonstruoso. Bien lo sabían los enanosde la corte, Juan el Loco y los demás,que no daban abasto a sus conquistas.

Incluso una anomalía accidental esobjeto de curiosidad y, por lo tanto, dedeseo. Por ejemplo, un caballero tuertopor el mero hecho de levantar la telanegra que le cubre una parte de la cara...

Roberto, a su manera, era unaespecie de monstruo.

La lluvia de otoño repiqueteaba enlos tejados. Los dedos de Beatriz sedivertían en seguir la prominencia de un

Page 379: La flor de lis y el leon   maurice druon

vientre enorme.—Tú, monseñor —le decía—, no

necesitas nada para obtener lo quequieres; no es preciso que te instruyanen ninguna ciencia... Tú eres el diablomismo. El diablo no sabe que es eldiablo...

Él, harto y con la mandíbulalevantada, soñaba escuchando esaspalabras...

El diablo tiene ojos que quemancomo brasas, inmensas uñas para lacerarla carne, una lengua partida en dos, y unsoplo de horno escapa de su boca. Peroel diablo, tal vez tenía también el peso yel olor de Roberto. Beatriz estaba

Page 380: La flor de lis y el leon   maurice druon

verdaderamente enamorada de Satán.Era la mujer del diablo y no se separaríanunca de el...

Una noche en que Roberto de Artoisllegó a su palacio procedente de la casade Bonnefille, su mujer le presentó elfamoso contrato de matrimonio,redactado al fin, y al que sólo le faltabanlos sellos.

Roberto lo examinó, se acercó a lachimenea y, con gesto negligente, pusoel atizador en las brasas; luego, cuandola punta estuvo roja, la aplicó en elángulo de una de las hojas, que empezóa encogerse.

—¿Qué hacéis, amigo mío? —

Page 381: La flor de lis y el leon   maurice druon

preguntó la señora de Beaumont.—Quiero solamente asegurarme de

que es buen pergamino —contestóRoberto.

Juana de Beaumont observó uninstante a su marido y le dijo condulzura casi maternal:

—Deberíais cortaros las uñas,Roberto... ¿Qué moda nueva es la que osobliga a llevarlas tan largas?

Page 382: La flor de lis y el leon   maurice druon

VIII.- Vuelta aMaubuisson

Sucede que una maquinación largamenteurdida queda comprometida desde elprincipio por una falta de razonamiento.Roberto se dio cuenta de pronto de quelas catapultas que había montado contanto cuidado podían romperse en elmomento de tirar, debido a no haberpensado primero en un resorte.

Había certificado a su cuñado el rey,y jurado solemnemente sobre lasEscrituras, que existían sus títulos deherencia; había hecho redactar cartas

Page 383: La flor de lis y el leon   maurice druon

semejantes lo más posible a los papelesdesaparecidos; había buscadonumerosos testimonios para apoyar lavalidez de tales documentos.

Parecía tener todas las posibilidadespara que sus pruebas fueran aceptadassin discusión.

Sin embargo, había una persona quesabía indudablemente que las actas eranfalsas: Mahaut de Artois, ya que habíaquemado las verdaderas, primero las delos registros de París, robadas veinteaños antes gracias a la complacencia deEnguerrando de Marigny, yrecientemente, las copias encontradas enel cofre de Thierry de Hirson.

Page 384: La flor de lis y el leon   maurice druon

Ahora bien, aunque una falsificaciónpueda pasar por auténtica a los ojos depersonas favorablemente dispuestas yque no han conocido los originales, noocurre lo mismo con quien sabe que setrata de una falsificación.

Claro que Mahaut, no diría: «Estaspiezas son falsas porque yo quemé lasauténticas»; pero, como sabía que eranfraudulentas, haría todo lo posible parademostrarlo. Sobre este punto no cabíaduda alguna. La detención fracasada delas «mezquinas» de la Divion era unaclara advertencia.

Habían participado demasiadaspersonas en la redacción para no

Page 385: La flor de lis y el leon   maurice druon

encontrar alguna capaz de traicionar pormiedo o por dinero.

Si se había deslizado algún error,como el desafortunado de poner «1322»en lugar de «1302» en la carta leída enReuilly, Mahaut no dejaría de señalarlo.Los sellos podrían parecer perfectos,pero Mahaut exigiría un examenminucioso. Además, el difunto condeRoberto II tenía, al igual que todos lospríncipes, la costumbre de hacermencionar en sus actas oficiales elnombre del clérigo que las habíaredactado. Evidentemente, en losdocumentos falsificados no se habíatenido presente esta costumbre. Tal

Page 386: La flor de lis y el leon   maurice druon

omisión podía pasar en una pieza, perono en las cuatro que se iban a presentar.Mahaut abriría los registros de Artois ydiría: «Comparad, buscad entre lascartas selladas de mi padre la letra deuno de sus oficiales que se parezca a lade estos escritos.»

Roberto había llegado a laconclusión de que sus piezas, que paraél tenían valor de verdaderas, no sepodían utilizar hasta que la persona quehabía hecho desaparecer los originalesdesapareciera también. Dicho de otramanera, solo ganaría su proceso simuriera Mahaut. Ya no era un deseo,sino una necesidad.

Page 387: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Si Mahaut muriera —dijo un día aBeatriz con aire pensativo, apoyada lacabeza sobre las manos y mirando altecho de la casa de Bonnefille—; si, simuriera, podría hacerte entrar en micasa como dama de compañía de miesposa. Puesto que recibiría la herenciade Artois, no habría nada anormal enque recogiera algunas personas de lacasa de mi tía. Y así te tendría siempre ami lado...

El cebo era tentador y lanzado a unpez que tenía la boca abierta.

Beatriz no alimentaba más dulceesperanza. Se veía en casa de Robertotramando sus intrigas, amante secreta al

Page 388: La flor de lis y el leon   maurice druon

principio, luego declarada, porque esascosas se saben con el tiempo...

¿Y quién sabe? La señora deBeaumont, como toda criatura humanano era eterna. Es cierto que tenía sieteaños menos que Beatriz y disfrutaba deuna salud que parecía excelente, peropara ella constituía precisamente untriunfo suplantar a una mujer más joven.¿Un hechizo bien realizado no podríahacer enviudar a Roberto en unos años?El amor quita todo freno a la razón, todolímite a la imaginación. Beatriz se veíacondesa de Artois, con manto de par...

¿Y si moría el rey, cosa que podíasuceder, y Roberto se convertía en

Page 389: La flor de lis y el leon   maurice druon

regente? En todos los siglos hay mujeresde humilde cuna que se elevan hasta elprimer puesto por la pasión que inspirana un príncipe, por sus gracias corporalesy por una habilidad que las hacesuperiores, por derecho natural, a lasdemás. Las emperatrices de Roma y deConstantinopla, a juzgar por losromances de los trovadores, no habíannacido todas en las gradas de un tronco.En la sociedad de los grandes de estemundo, no era raro que una mujer seelevara muy deprisa.

Para determinarse, Beatriz se tomótodo el tiempo necesario, hastaasegurarse el dominio sobre quien

Page 390: La flor de lis y el leon   maurice druon

quería dominarla. Para convencerla,Roberto tuvo que comprometersebastante, prometerle diez veces queentraría en el palacio de Artois, decirlelos títulos y prerrogativas de quedisfrutaría y la tierra que le daría... Sí,tal vez Beatriz podría indicarle unhechizador que, por medio de unaimagen de cera bien trabajada, agujasclavadas y determinados conjuros,obrarían malignamente sobre Mahaut.Sin embargo, Beatriz fingía estar llenade dudas, de escrúpulos. ¿No había sidoMahaut su bienhechora y la de toda lafamilia de Hirson?

Pronto aparecieron en el cuello de

Page 391: La flor de lis y el leon   maurice druon

Beatriz broches de oro y de pedrería;Roberto aprendía los usos galantes.Mientras acariciaba la joya que Robertole acababa de regalar, Beatriz decía que,si quería que el hechizo tuviera éxito, elmedio más seguro y rápido consistía enrecurrir a un niño de menos de cincoaños, hacerle tragar una hostia blanca,cortarle la cabeza y hacerle gotear susangre sobre una hostia negra que,inmediatamente y con algún subterfugio,había que hacer comer al hechizado. Noera muy difícil encontrar a un niño demenos de cinco años; había muchasfamilias pobres, cargadas de hijos, queestarían dispuestos a vender uno.

Page 392: La flor de lis y el leon   maurice druon

Roberto ponía mala cara:demasiadas complicaciones para unresultado muy incierto.

Prefería un buen veneno, sencillo,que se administra y obra su efecto.

Al fin Beatriz pareció ceder, pordevoción a aquel diablo que adoraba,por impaciencia de vivir junto a él en elpalacio de Artois y por la esperanza deverlo varías veces al día. Por él eracapaz de todo. Cuando Robertoconsiguió que aceptara cincuenta libraspara adquirir veneno, Beatriz llevaba yauna semana almacenando tal cantidad dearsénico blanco que hubiera podidoexterminar a todo el barrio.

Page 393: La flor de lis y el leon   maurice druon

Ahora era preciso esperar unaocasión favorable. Beatriz arguyó queMahaut estaba rodeada de médicos queacudían al menor trastorno de su señora;las cocinas estaban vigiladas, losescanciadores de vino eran diligentes...La empresa no era fácil.

Y de pronto Roberto cambió deopinión. Había tenido una largaconversación con el rey.

Felipe VI había leído el informe delos comisarios que tan bien habíantrabajado bajo la dirección delquerellante, y más convencido que nuncadel derecho de su cuñado, no deseabamás que servirlo. Para evitar un proceso

Page 394: La flor de lis y el leon   maurice druon

cuyo resultado era tan incierto y deresonancia desagradable para la Corte ypara todo el reino, había resuelto citar aMahaut para convencerla de querenunciara al Artois.

—No aceptará jamás, y tú lo sabestan bien como yo, monseñor —afirmóBeatriz.

—Intentémoslo. Si el rey consiguehacerla entrar en razón, sería la mejorsolución.

—No, la mejor solución es elveneno.

La posibilidad de un arregloamistoso no interesaba a Beatriz, puesdifería su entrada en el palacio de

Page 395: La flor de lis y el leon   maurice druon

Roberto. Tendría que seguir siendoprimera doncella de la condesa hastaque esta muriera, Dios sabía cuando.Ahora era ella quien deseaba apresurarlas cosas; los obstáculos, lasdificultades señaladas por ella misma yano la asustaban. ¿La ocasión favorable?Tenía varias cada día, aunque solo fueracuando llevaba a la condesa Mahaut sustisanas o sus medicinas...

—Sin embargo, puesto que el rey laha invitado a que lo visite enMaubuisson en un plazo de tres días...—insistía Roberto.

Los amantes hicieron el siguienteconvenio: si Mahaut aceptaba la

Page 396: La flor de lis y el leon   maurice druon

proposición real de ceder el Artois, ladejarían con vida; si se negaba, Beatrizle administraría el veneno ese mismodía. ¿Qué mejor oportunidad se podíaescoger? ¡Mahaut enferma al dejar lamesa del rey! ¿Quién se atrevería asuponer que el rey la había hechoasesinar, o, aún suponiéndolo, quién seatrevería a decirlo?

Felipe VI propuso a Roberto queestuviera presente en la entrevista deconciliación, pero Roberto se negó.

—Sire, hermano mío, vuestraspalabras tendrán más efecto si no estoypresente; Mahaut me odia mucho, y mipresencia puede aumentar su obstinación

Page 397: La flor de lis y el leon   maurice druon

en vez de animarla a someterse.Ciertamente, creía eso, pero además

deseaba con su ausencia librarse decualquier acusación.

Tres días más tarde, el 23 deoctubre, la condesa Mahaut, traqueteadaen su gran litera dorada decorada conlas armas de Artois, avanzaba por laruta de Pontoise. La acompañaba laúnica hija que le quedaba, la reinaJuana, viuda de Felipe el Largo. Beatriziba enfrente de su dueña, sentada en untaburete tapizado.

—¿Qué creéis, señora, que os quiereproponer el rey? —preguntó Beatriz—.Si se trata de un arreglo, perdonadme

Page 398: La flor de lis y el leon   maurice druon

que os de un consejo: os incito a que osneguéis. Dentro de poco tendré todaclase de pruebas contra monseñorRoberto. Esta vez la Divion estádispuesta a entregarnos material paraconfundirlo.

—¿Por qué no me traes a estaDivion con la que tanto te hasfamiliarizado y a quien no veo nunca?—preguntó Mahaut.

—No puedo hacer esto, señora; temepor su vida. Si monseñor Roberto losupiera, ella no oiría misa a la mañanasiguiente. A mí sólo me visita de nocheen la casa Bonnefille y escoltadasiempre por varios criados que la

Page 399: La flor de lis y el leon   maurice druon

guardan. ¡Pero negaos, señora, negaos!Juana la Viuda, con su vestido

blanco, miraba en silencio desfilar elpaisaje. Cuando aparecieron a lo lejoslos puntiagudos tejados de Maubuisson,por encima del bosque, abrió la bocapara decir:

—Os acordáis, madre mía, hacequince años...

Hacía quince años que en ese mismocamino, con sayal y la cabeza rapada,gritaba su inocencia desde el carretónnegro que la llevaba hacia Dourdan.Otro carretón negro conducía a suhermana Blanca y a su prima Margaritade Borgoña hacia Château–Gaillard.

Page 400: La flor de lis y el leon   maurice druon

¡Quince años!Había sido indultada, había

recobrado el cariño de su esposo.Margarita había muerto, Luis X habíamuerto... Jamás había formulado Juanapregunta alguna a Mahaut sobre ladesaparición de Luis el Turbulento y delpequeño Juan I... Y Felipe el Largohabía sido rey durante seis años, ytambién había muerto. Juana tenía laimpresión de haber vivido tres vidasdistintas: la primera terminaba lejos enel pasado, en las atroces jornadas deMaubuisson; en la segunda, eracoronada reina de Francia en Reimsjunto a Felipe; y ahora en la tercera se

Page 401: La flor de lis y el leon   maurice druon

había convertido en una viuda rodeadade miramientos pero alejada del poder,y se hallaba sentada en este momento enla gran litera. Tres vidas y la extrañaimpresión de haber sido tres personasdiferentes sin ligazón apenas entre sí. Laúnica continuidad estaba representadapor aquella madre imponente,autoritaria, que la había dominadosiempre y a la que, desde su infancia,temía dirigir la palabra.

También Mahaut se acordaba.—Y siempre por ese malvado

Roberto —rezongó—; fue él quien loarregló todo con aquella perra de Isabel,cuyos asuntos no van muy bien, según

Page 402: La flor de lis y el leon   maurice druon

me han dicho, como tampoco los deMortimer, de quien es su prostituta. ¡Undía serán castigados todos!

Cada una de ellas seguía el curso desu propio pensamiento.

—Ahora tengo cabello... pero tengoarrugas —murmuró la reina viuda.

—Tendrás el Artois, hija mía —leaseguro Mahaut poniéndole la manosobre la rodilla.

Beatriz contemplaba la campiña ysonreía...

Felipe VI recibió cortésmente aMahaut, aunque con cierta altivez, yhabló como corresponde a un rey.Quería la paz entre sus grandes barones;

Page 403: La flor de lis y el leon   maurice druon

los pares, sostenedores de la corona, nodebían dar ejemplo de discordia niofrecerse al deshonor públicamente.

—No quiero juzgar lo realizado bajolos anteriores reinados —dijo Felipe,como si echara un velo de indulgenciasobre las actuaciones de Mahaut—.Quiero fallar sobre el estado actual. Miscomisarios han terminado su tarea; nopuedo ocultaros, prima mía, que lostestimonios no os son favorables.Roberto va a presentar sus piezas...

—Testimonios pagados y trabajo defalsificadores... —gruñó Mahaut.

La comida se celebró en la gransala, la misma en la que en otro tiempo

Page 404: La flor de lis y el leon   maurice druon

Felipe el Hermoso había juzgado a sustres nueras. «Todo el mundo debe depensar en eso», se decía la reina Juanala viuda, y este pensamiento le quitó elapetito. Sin embargo, excepto su madrey ella, nadie pensaba en aquel lejanoacontecimiento, cuyos testigos habíandesaparecido casi todos. Tal vez, alterminar la comida, un escudero le diríaa otro:

—Recordáis, messire, queestábamos allí cuando la señora Juanasubió al carro... y ahora vuelve aquícomo reina viuda...

Y el recuerdo se borraría casiinmediatamente.

Page 405: La flor de lis y el leon   maurice druon

Es error común a todos los humanoscreer que el prójimo concede a supersona tanta importancia como cadauno se da a sí mismo; los demás, a noser que tengan interés particular en elrecuerdo, olvidan rápidamente lo quenos ha ocurrido; y si no lo han olvidado,su recuerdo no tiene la firmeza queimaginamos.

Quizás en otro lugar Mahaut sehubiera mostrado más accesible a laproposición de Felipe VI. Comomonarca que se creía árbitro buscaba elarreglo; pero Mahaut, debido a que suodio se reavivaba en Maubuisson, no sesentía inclinada a ceder. Haría condenar

Page 406: La flor de lis y el leon   maurice druon

a Roberto por falsificador, demostraríaque era perjuro; ése era su únicopensamiento.

Obligada a medir sus palabras, encompensación, comía enormemente,engullía todo lo que encontraba en elplato y apuraba el cubilete en cuanto selo llenaban. El vino y la cólera leenrojecían el rostro. ¿No le proponía elrey, así por las buenas, abandonar sucondado a Roberto, mediante la promesade éste de entregarle comocompensación cuarenta mil librasanuales?

—Me comprometo a obtener elconsentimiento de vuestro sobrino —le

Page 407: La flor de lis y el leon   maurice druon

susurró Felipe.Mahaut pensó: «Si Roberto me hace

esta propuesta por mediación de sucuñado, es que no está muy seguro desus títulos y prefiere pagarme una rentade cuarenta mil libras al año antes quemostrar sus falsas piezas.»

—Me niego, Sire, primo mío, adespojarme de mi condado; y como elArtois me pertenece, vuestra justicia melo guardará.

Felipe VI la miró por encima de sugran nariz. Esa obstinación era tal vezdictada a Mahaut por una cuestión deorgullo o por temor de que al cederacreditaría a las acusaciones... Felipe

Page 408: La flor de lis y el leon   maurice druon

sugirió otra solución: Mahautconservaría su condado mientrasviviera, sus títulos y derechos, su coronade par; y ante el rey, en un actoratificado por los pares, instituiría a susobrino Roberto heredero del Artois.Honradamente, no tenía ninguna razónpara oponerse a este arreglo; su únicohijo había muerto, su hija, allí presente,gozaba de una renta como reina viuda, ysus nietas poseían por matrimonio una,Borgoña; otra, Flandes; y la tercera, elViennois. ¿Qué más podía desearMahaut? En cuanto al Artois, un díavolvería a su destinatario natural.

—¿Podéis negar, prima mía, que si

Page 409: La flor de lis y el leon   maurice druon

vuestro hermano, el conde Felipe, nohubiera muerto antes que vuestro padre,vuestro sobrino estaría actualmente enposesión del condado? Por lo tanto, elhonor queda a salvo para los dos, y, yodoy a la diferencia que os separa unarreglo justo.

Mahaut apretó las mandíbulas ymovió la cabeza en señal de negación.

Entonces Felipe VI mostró ciertairritación e hizo apresurar el servicio.Puesto que Mahaut se comportaba así,puesto que le hacía la ofensa de rechazarsu arbitraje, se iría al proceso... ¡Ella lohabía querido!

—No os retengo, prima mía —le

Page 410: La flor de lis y el leon   maurice druon

dijo en cuanto se lavó las manos—; nocreo que os sea agradable la estancia enmi corte.

Claramente, eso suponía haber caídoen desgracia.

Antes de emprender el regreso,Mahaut fue a derramar algunas lágrimassobre la tumba de su hija Blanca, en lacapilla de la abadía. La misma Mahauthabía decidido en su testamento que laenterraran allí.

—Maubuisson —dijo— no es lugarque nos haya traído suerte. Este sitio nosirve más que para dormir muerta.

Durante el largo trayecto de vueltadio rienda suelta a su cólera.

Page 411: La flor de lis y el leon   maurice druon

—¿Habéis oído a ese gran bobo quela mala suerte nos ha dado por rey?¡Deshacerme del Artois, así porque si,solo por complacerlo! ¡Instituir como miheredero a ese hediondo Roberto!

¡Antes me cortaría la mano quesellar eso! Tiene que haber muchabribonería entre ellos y deberse muchomutuamente para que... Y pensar que sinmí, si no hubiera allanado en otrotiempo el camino del trono...

—Madre mía... —murmurósuavemente Juana la Viuda. Si sehubiera atrevido a expresar supensamiento, si no hubiera temido tenerpor respuesta un terrible bufido, Juana

Page 412: La flor de lis y el leon   maurice druon

hubiera aconsejado a su madre queaceptara las proposiciones del rey. Peroeso no hubiera servido para nada.

—Jamás, jamás conseguirán eso demí —repetía Mahaut.

Sin saberlo, acababa de firmar susentencia de muerte, y el ejecutor estabaallí, delante de ella, en la litera,mirándola a través de sus negraspestañas.

—Beatriz —dijo de pronto Mahaut—, ayúdame un poco a desatarme lasropas; se me hincha el vientre.

La rabia le había desarreglado ladigestión. La litera tuvo que parar paraque la señora Mahaut fuera a aliviarse

Page 413: La flor de lis y el leon   maurice druon

en el primer campo.—Esta noche, señora, os daré carne

de membrillo —le prometió Beatriz.Al llegar a París por la noche, al

palacio de la calle Mauconseil, Mahautsentía el vientre todavía revuelto, peroestaba un poco mejor. Tomó una cenaligera y se acostó.

Page 414: La flor de lis y el leon   maurice druon

IX.- El salario de loscrímenes

Beatriz esperó a que estuvierandurmiendo todos los servidores. Seacercó al lecho de Mahaut y levantó lascortinas de tapicería que estabancorridas por la noche. La lamparillacolgada encima del lecho proyectaba undébil brillo azulado. Beatriz iba encamisa y llevaba una cuchara en lamano.

—Señora, os habéis olvidado detomar vuestra carne de membrillo...

Mahaut, somnolienta, luchando entre

Page 415: La flor de lis y el leon   maurice druon

el furor y la fatiga dijo simplemente:—¡Ah sí!... Eres una buena chica al

pensar en eso.Y apuró el contenido de la cuchara.Dos horas antes de amanecer

despertó a todos con grandes gritos ytoques de campanilla. La encontraronvomitando en la bacía que le tendíaBeatriz.

Llamaron en seguida a sus médicos,Tomas le Miesier y Guillermo du Venat,quienes pidieron cuenta detallada de loque había comido la condesa la víspera;llegaron fácilmente a la conclusión deque se trataba de una fuerte indigestiónacompañada de un flujo de sangre

Page 416: La flor de lis y el leon   maurice druon

causada por el disgusto.Enviaron a buscar al barbero Tomas,

quien, por los quince sueldos habituales,sangró a la condesa; y la señoraMesgniere, herbolaria del Petit Pont,proporcionó una lavativa de hierbas.

Beatriz apeló al pretexto de ir abuscar un electuario a casa del maestroPalin, especiero, para escaparse por latarde a reunirse con Roberto en casa deBonnefille, a cuatro pasos de la deMahaut.

—Ya está —anunció.—¿Ha muerto? —exclamó Roberto.—¡Oh no! Va a sufrir durante mucho

tiempo —respondió Beatriz y su mirada

Page 417: La flor de lis y el leon   maurice druon

tenía un brillo maligno—. Habrá que serprudentes, monseñor, y vernos conmenor frecuencia durante cierto tiempo.

Mahaut tardó un mes en morir.Beatriz, noche tras noche y poco a

poco, la empujaba hacia la tumba contoda impunidad, ya que Mahaut solotenía confianza en ella y no tomaba losremedios más que de su mano.

Después de los vómitos, que durarontres días, tuvo un catarro de garganta ybronquios; deglutía con gran dolor. Losmédicos declararon que había cogidofrío durante su indigestión.

Luego, cuando empezó a debilitarseel pulso, pensaron que la habían

Page 418: La flor de lis y el leon   maurice druon

sangrado demasiado; después su piel secubrió de granos y pústulas.

Obsequiosa, atenta, siemprepresente, y mostrando ese buen humortan estimado por los enfermos, Beatrizse deleitaba contemplando losrepugnantes progresos de su obra. Casino veía a Roberto, pero la preocupaciónde encontrar cada día en qué alimento oremedio echaría el veneno le procurabasuficiente placer.

Mahaut se vio perdida cuandocomenzaron a caérsele los cabellos, amechones grises, como si se tratara deheno podrido.

—¡Me han envenenado! —se

Page 419: La flor de lis y el leon   maurice druon

lamentó angustiada a su primeradoncella.

—¡Oh, señora, señora, nopronunciéis esas palabras! Antes de caerenferma, la última vez que comisteis fueen el palacio real.

—Precisamente, en eso pienso —dijo Mahaut.

Estaba colérica, irritada, yzarandeaba a sus médicos, a quienesacusaba de ser unos asnos.

No daba señales de acercarse a lareligión, y se mostraba más preocupadapor los asuntos de su condado que porlos de su alma. Dictó una carta a su hija:«Si muero, os ordeno que visitéis

Page 420: La flor de lis y el leon   maurice druon

inmediatamente al rey y le exijáis que osrespete el Artois antes de que Robertopueda intentar algo...»

Los males que padecía no le dejabanpensar en los sufrimientos que habíainfligido al prójimo; seguía siendo hastael fin un alma egoísta, dura, y ni en laproximidad de la muerte sentíaarrepentimiento ni humana compasión.

Sin embargo, creyó necesarioconfesar que había matado a dos reyes,lo cual no había dicho nunca en susconfesiones normales. Para eso hizollamar a un oscuro franciscano. Cuandoel fraile salió, totalmente pálido, de lahabitación, se encargaron de él dos

Page 421: La flor de lis y el leon   maurice druon

sargentos que tenían orden de llevarlo alcastillo de Hesdin. Las instrucciones deMahaut fueron mal interpretadas; habíadicho que debían retenerlo en Hesdinhasta su muerte; el gobernador delcastillo creyó que se trataba de lamuerte del clérigo, y lo metió en uncalabozo subterráneo. Fue el últimocrimen, aunque éste involuntario, de lacondesa Mahaut.

Finalmente, la enferma sufrió atrocescalambres que se manifestaron primeroen los dedos de los pies, luego en losmuslos; después se le pusieron rígidoslos antebrazos. La muerte subía.

El 27 de noviembre partieron varios

Page 422: La flor de lis y el leon   maurice druon

jinetes hacia el convento de Poissy,donde se encontraba entonces Juana laViuda; hacia Brujas, para avisar alConde de Flandes; y el mismo díasalieron tres más hacia Saínt–Germain,donde moraba el rey en compañía deRoberto de Artoís. A Beatriz le parecióque cada uno de esos jinetes que ibanhacia Saint–Germain era portador de unmensaje de amor dirigido a Roberto; lacondesa Mahaut había recibido lossacramentos, la condesa ya no podíahablar, la condesa estaba a punto demorir...

Beatriz aprovechó un momento enque estuvo a solas con la moribunda, se

Page 423: La flor de lis y el leon   maurice druon

inclinó sobre la calva cabeza, sobre lacara llena de pústulas que sólo parecíavivir por los ojos, y dijo muysuavemente:

—Habéis sido envenenada, señora...por mí... y por el amor que le tengo amonseñor Roberto.

La moribunda la miró primero conincredulidad, luego con odio; el últimosentimiento de ese ser, cuya existenciase escapaba, fue el deseo de matar. No,no lamentaba ninguno de sus actos; habíatenido razón de ser mala, ya que elmundo estaba poblado de malos. Nisiquiera se le ocurrió el pensamiento deque, en el último momento, recibía el

Page 424: La flor de lis y el leon   maurice druon

salario de sus crímenes. Era un alma sinredención.

Cuando su hija llegó de Poissy,Mahaut señaló a Beatriz con un dedorígido y frío que apenas podía mover;sus labios se contrajeron, pero no pudoarticular palabra y entregó la vida en eseesfuerzo.

En los funerales, que se celebraronel 30 de noviembre en Maubuisson,Roberto mantuvo una actitud pensativa ytriste que sorprendió. Hubiera sido máslógico que exhibiera un aire de triunfo.Sin embargo, su actitud no era fingida.Al perder un enemigo contra el que se haluchado durante veinte años se

Page 425: La flor de lis y el leon   maurice druon

experimenta una especie de despojo. Elodio es un lazo muy fuerte que alromperse deja cierta melancolía.

Obediente a la última voluntad de sumadre, la reina Juana la Viuda solicitóde Felipe VI, a la mañana siguiente, quele entregara el gobierno del Artois.Antes de responder, el rey le habló contoda franqueza a Roberto:

—No puedo hacer otra cosa queacceder a la solicitud de tu prima Juana,ya que según los tratados y juicios es laheredera legítima. Pero es unconsentimiento de pura fórmula, yprovisional, hasta que lleguemos a unarreglo o se celebre el proceso... Te

Page 426: La flor de lis y el leon   maurice druon

invito a que me dirijas en seguida tupropia solicitud.

Lo que Roberto se apresuró a hacercon una carta redactada así:

«Mi muy querido y temido señor:como yo, Roberto de Artois, vuestrohumilde conde de Beaumont, he sidohace tiempo desheredado, contra tododerecho y razón, por variasmalevolencias, fraudes y astucias, delcondado de Artois, el cual me pertenecey debe pertenecerme por varias causasbuenas y justas, llegadas de nuevo a miconocimiento, os requiero humildementeque en derecho mío me queráisescuchar.»

Page 427: La flor de lis y el leon   maurice druon

La primera vez que Roberto volvió ala casa de Bonnefille, Beatriz creyó quele iba a dar gran satisfaccióncontándole, hora por hora, los últimosdías de Mahaut. Escuchó sin decir nadani mostrar ningún placer.

—Parece que lo lamentas —dijoella.

—No, no —respondió Robertopensativamente—, ha tenido sumerecido...

Su pensamiento se dirigía ya a supróximo obstáculo.

—Ahora puedo ser dama decompañía en tu casa. ¿Cuando me harásentrar allí?

Page 428: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Cuando tenga el Artois —respondió Roberto—. Procurapermanecer al lado de la hija de Mahaut;ahora es ella a quien hay que apartar demi camino.

Cuando la señora Juana la Viuda,recobrado el gusto por los honores, delos que no había disfrutado desde lamuerte de su esposo Felipe el Largo, yliberada al fin, a los treinta y siete años,de la sofocante tutela materna, sedesplazó con gran pompa para ir a tomarposesión del condado de Artois, hizo unalto en Roye–en–Vermandoís. Allí tuvoel deseo de tomar un trago de vinoclarete.

Page 429: La flor de lis y el leon   maurice druon

Beatriz de Hirson envió al coperoHuppin a buscar el vino. Huppin estabamás atento a los encantos de Beatriz quea los deberes de su servicio; languidecíade amor desde hacía cuatro semanas. Yfue Beatriz quien entregó a la reinaviuda el cubilete. Como esta vez teníaprisa por acabar, no usó arsénico sinosal de mercurio.

Y el viaje de la señora Juanaterminó allí.

Los que asistieron a la agonía de lareina viuda contaron que el mal sedeclaró hacia medianoche. Que elveneno le corría por los ojos, la boca yla nariz, y que el cuerpo se le puso lleno

Page 430: La flor de lis y el leon   maurice druon

de manchas blancas y negras. Noresistió dos días, y sólo sobrevivió dosmeses a su madre.

Entonces la duquesa de Borgoña,nieta de Mahaut, reclamó el condado deArtois.

Page 431: La flor de lis y el leon   maurice druon

Tercera parte: Lasdecadencias

Page 432: La flor de lis y el leon   maurice druon

I.- El complot delfantasma

El fraile había declarado llamarseTomas Dienhead. Tenía la frente baja,coronada por cortos cabellos de colorde cerveza, y mantenía las manos ocultasen las mangas. Su hábito de hermanopredicador era de un blanco dudoso.Miraba a derecha e izquierda y habíapreguntado tres veces si mi Lord estabasolo, y si había alguien que pudieraescuchar.

—Está bien, hablad —dijo el condede Kent desde su asiento, moviendo la

Page 433: La flor de lis y el leon   maurice druon

pierna con cierto aire de enojadaimpaciencia.

—Mi Lord, nuestro buen Sire el reyEduardo II está vivo.

Edmundo de Kent no se sobresaltócomo era de esperar, en primer lugarporque no era hombre que mostrara susemociones, y además esa sorprendentenoticia la sabía ya por otro emisariodesde hacía unos días.

—El rey Eduardo está retenidosecretamente en el castillo de Corfe —prosiguió el fraile—; yo lo he visto yvengo a daros mi testimonio.

El conde de Kent se levantó, pasópor encima de su galgo y se acercó a la

Page 434: La flor de lis y el leon   maurice druon

ventana de pequeños cristalesemplomados, a través de la cual observópor un momento el cielo gris por encimade su casa de campo de Kensington.

Kent tenía veintinueve años; ya noera el joven delgado que había dirigidola defensa inglesa durante la desastrosaguerra de Guyena en 1324, y que, faltode tropas, se había rendido en la sitiadaLa Reole a su tio Carlos de Valois.Pero, aunque algo más grueso, seguíaconservando la misma palidez y lamisma indolencia distante que encubríamás una tendencia a la ensoñación quela verdadera meditación.

La verdad es que jamás había

Page 435: La flor de lis y el leon   maurice druon

escuchado cosa tan sorprendente.¿Estaría vivo su hermanastro Eduardo II,cuya muerte había sido anunciada tresaños antes, que tenía su tumba enGloucester y cuando nadie vacilaba ennombrar a sus asesinos? La detención enel castillo de Berkeley, el atrozasesinato, la carta del obispo Orleton, laculpabilidad conjunta de la reina Isabel,de Mortimer y del senescal Maltravers;la inhumación a toda prisa, ¿era todo esouna fábula inventada por los que teníaninterés en que se creyera muerto alantiguo rey, y abultada luego por laimaginación popular?

Por segunda vez en menos de quince

Page 436: La flor de lis y el leon   maurice druon

días le hacían esa revelación. Laprimera vez se había negado a creerla;pero ahora comenzaba a tener dudas.

—Si la noticia es cierta, puedencambiar muchas cosas en el reino —comentó sin dirigirse concretamente alfraile.

Porque desde hacía tres añosInglaterra había tenido tiempo dedespertar de sus sueños.

¿Dónde estaba la libertad, lajusticia, la prosperidad, que se creíaiban unidas a la reina Isabel y alglorioso lord Mortimer? De la confianzaque se les había concedido, que se habíapuesto en ellos, no quedaba más que el

Page 437: La flor de lis y el leon   maurice druon

recuerdo de una gran ilusión frustrada.¿Por qué haber expulsado,

destituido, encarcelado, y —al menosasí se creía hasta ese día —dejadoasesinar al débil Eduardo II, sometido aodiosos favoritos, si lo habíareemplazado un rey menor de edad, másdébil aun, y despojado de todo poderpor el amante de su madre?

¿Por qué haber decapitado al condede Arundel, acogotado al cancillerBaldock, descuartizado a HughDespenser, si ahora lord Mortimergobernaba con la misma arbitrariedad,estrujaba al país con la misma avidez,insultaba, oprimía, aterraba, y no

Page 438: La flor de lis y el leon   maurice druon

soportaba que se discutiera suautoridad?

Al menos Hugh Despenser, criaturaviciosa y ávida, tenía algunasdebilidades que se podían aprovechar.Podía ceder por temor o por dinero.Roger Mortimer era un barón inflexibley violento.

La Loba de Francia, como llamabana la reina madre, tenía por amante a unLobo.

El poder corrompe rápidamente aquienes lo detentan sin ser movidos antetodo por el bien público.

Bravo, incluso heroico, célebre porsu evasión sin antecedentes, Mortimer

Page 439: La flor de lis y el leon   maurice druon

había encarnado en sus años dedestierro las aspiraciones de un pueblodesgraciado. Recordaban que en otrotiempo había conquistado el reino deIrlanda para la corona inglesa; peroolvidaban que había sacado buenprovecho.

La verdad es que Mortimer no habíapensado nunca en la nación ni en lasnecesidades de su pueblo. Había sidocampeón de la causa popular porque esacausa se había identificado por unmomento con la suya propia. Enrealidad, solo encarnaba las quejas de lanobleza. Convertido en dueño secomportó como si toda Inglaterra

Page 440: La flor de lis y el leon   maurice druon

estuviera a su servicio.En primer lugar, se había apropiado

de casi la cuarta parte del reino alconvertirse en conde de las Marcas,título y feudo que había creado paraadjudicárselos. Del brazo de la reinamadre llevaba boato real y actuaba conel joven Eduardo III como si este nofuera su soberano sino su heredero.

Cuando, en octubre de 1328, exigióMortimer del Parlamento, reunido enSalisbury, la confirmación de suelevación a la categoría de par, Enriquede Lancaster, llamado Cuello–Torcido,decano de la familia real, se negó aasistir. En la misma sesión, Mortimer

Page 441: La flor de lis y el leon   maurice druon

hizo entrar a sus tropas armadas en elrecinto del Parlamento para presionar enel sentido de que se aprobara suvoluntad.

Esta imposición no fue del agrado delos reunidos.

Casi fatalmente, la misma coaliciónformada en otro tiempo para abatir a losDespenser se había reconstituidoalrededor de los mismos príncipes desangre: Enrique Cuello–Torcido y loscondes de Norfolk y de Kent, tíos deljoven rey.

Dos meses después del asunto deSalisbury, Cuello–Torcido,aprovechando la ausencia de Mortimer e

Page 442: La flor de lis y el leon   maurice druon

Isabel, reunió secretamente en Londres,en la iglesia de San Pablo, a numerososobispos y barones con el fin deorganizar un levantamiento armado. PeroMortimer tenía espías en todas partes;antes de que la coalición se hubieraequipado, asoló con sus tropas la ciudadde Leicester, primer feudo de losLancaster. Enrique quería continuar lalucha; pero Kent, juzgando la operaciónmal preparada, escapó con escasagloria.

Si Lancaster pudo salir de este malpaso sin otro perjuicio que una multa deonce mil libras, que por otra parte nopagó, fue debido a que nominalmente era

Page 443: La flor de lis y el leon   maurice druon

Presidente del Consejo de regencia ytutor del rey, y a que, por una lógicaabsurda, Mortimer necesitaba mantenerla ficción jurídica de esa tutela con elfin de poder condenar legalmente, porrebelión contra el rey, a adversarioscomo Lancaster.

Éste había sido enviado a Franciacon el pretexto de negociar elmatrimonio de la hermana del joven reycon el primogénito de Felipe VI. Estealejamiento era una discreta caída endesgracia; su misión duraría largotiempo.

Ausente Cuello–Torcido, Kent sehabía convertido de golpe, y casi a su

Page 444: La flor de lis y el leon   maurice druon

pesar, en jefe de los descontentos. Todoafluía a su persona, y deseaba decorazón hacer olvidar su defección delaño anterior demostrando que suconducta no se había debido a cobardía.

Pensaba confusamente en esas cosasdelante de la ventana de su castillo deKensington. El fraile permanecíainmóvil, con las manos metidas en lasmangas. El hecho de que fuera unhermano predicador, al igual que elprimer mensajero que le habíanotificado que Eduardo II vivía, haciareflexionar al conde de Kent y lo inducíaa tomar en serio la noticia, ya que laorden de los Dominicos era conocida

Page 445: La flor de lis y el leon   maurice druon

por su hostilidad a Mortimer. Ahorabien, si la información era cierta,desvanecía todas las presunciones deregicidio que pesaban sobre Isabel,Mortimer y sus secuaces.

Pero podía también modificar lasituación del reino.

Porque ahora el pueblo lamentaba lamuerte de Eduardo II y, pasando de unextremo a otro, no estaba lejos de hacerun mártir de ese príncipe disoluto. SiEduardo II vivía el Parlamento podríarevisar sus anteriores decisiones yentronizar de nuevo al antiguo soberano.

Después de todo, ¿qué prueba realhabía de su muerte? ¿El desfile de los

Page 446: La flor de lis y el leon   maurice druon

habitantes de Berkeley ante los restosmortales? Pero, ¿cuántos habían visto aEduardo II en vida? ¿Quién podíaafirmar que no les hubieran mostradootro cuerpo? Ningún miembro de lafamilia real había asistido a losmisteriosos funerales en la abadía deGloucester; además, lo que habíanbajado a la tumba era un cuerpo quellevaba un mes muerto y estaba en unacaja cubierta con un paño negro.

—¿Y decís, hermano Dienhead, quelo habéis visto con vuestros propiosojos? —preguntó Kent volviéndose.

Tomas Dienhead miró de nuevoalrededor como buen conspirador, y

Page 447: La flor de lis y el leon   maurice druon

respondió en voz baja:—El prior de nuestra orden me

envió allí; me gané la confianza delcapellán, quien para dejarme entrar, meobligó a vestir ropas de seglar.Permanecí un día entero escondido en unpequeño edificio situado a la izquierdadel cuerpo de guardia; por la noche mehizo penetrar en la gran sala, y allí vi alrey sentado a la mesa, rodeado de unservicio de honor.

—¿Le hablasteis?—No me dejaron acercar —contestó

el monje—; pero el capellán me lomostró desde detrás de un pilar, y medijo: «Aquél es.»

Page 448: La flor de lis y el leon   maurice druon

Kent permaneció un momento ensilencio, y luego preguntó:

—Si os necesito, ¿puedo buscarosen el convento de los hermanospredicadores?

—No, my Lord, porque mi prior meha aconsejado que por ahora no residaen el convento.

Y dio su dirección en Londres, encasa de un clérigo del barrio de SanPablo.

Kent abrió su limosnera y le dio trespiezas de oro. El hermano las rechazó;no podía aceptar ningún obsequio.

—Para las limosnas de vuestraorden —dijo el conde de Kent.

Page 449: La flor de lis y el leon   maurice druon

Entonces el hermano Dienhead sacouna mano de las mangas, se inclinóprofundamente y se retiró.

Ese mismo día Edmundo de Kentavisó a los dos principales prelados quehabían tomado parte en la fallidaconjura: Graveson, obispo de Londres, yWilliam de Melton, arzobispo de York,quien había casado a Eduardo III y aFelipa de Hainaut.

«Me han afirmado dos veces y porfuentes que parecen seguras...», lesescribía.

Las respuestas no tardaron en llegar,Graveson garantizaba su apoyo al condede Kent para cualquier acción que se

Page 450: La flor de lis y el leon   maurice druon

quisiera emprender; el arzobispo deYork, primado de Inglaterra, envió a supropio capellán, Allyn, para prometerquinientos hombres armados, y más siera necesario, con el fin de liberar alantiguo rey.

Kent se puso entonces en contactocon Lord Beaumont y sir TomasRosslyn, que se habían refugiado enParís para huir de la venganza deMortimer. De nuevo había en Francia unpartido de emigrados.

Lo que lo desbarató todo fue unacomunicación personal y secreta delPapa Juan XXII al conde de Kent. ElPadre Santo, al saber que el rey Eduardo

Page 451: La flor de lis y el leon   maurice druon

II seguía vivo, recomendaba al conde deKent que hiciera lo posible paraliberarlo, y absolvía de antemano abomni poena et culpa a todos los queparticiparan en la empresa. ¿Se podíadecir con más claridad que seconsideraba bueno cualquier medio?Incluso amenazaba con excomunión alconde de Kent si descuidaba esa tareaaltamente piadosa.

No se trataba de un mensaje oral,sino de una carta en latín en la que uneminente prelado de la Santa Sede, cuyafirma era casi ininteligible, reproducíafielmente las palabras pronunciadas PorJuan XXII durante una conversación

Page 452: La flor de lis y el leon   maurice druon

sobre ese tema. La carta había sidotraída por un miembro del séquito delcanciller Burghersh, obispo de Lincoln,que acababa de regresar de Aviñón, adonde había ido a negociar el hipotéticomatrimonio de la hermana de EduardoIII con el heredero de Francia.

Edmundo de Kent, muy emocionado,decidió entonces comprobar por símismo sobre el terreno esasinformaciones tan concordantes yestudiar las posibilidades de unaevasión.

Envió a buscar al hermano Dienhéada la dirección que le había dado, y conuna escolta reducida pero segura partió

Page 453: La flor de lis y el leon   maurice druon

hacia el Dorset. Corría el mes defebrero.

Al llegar a Corfe, un día de maltiempo con borrascas marinas quebarrían la desolada península, Kentllamó al gobernador de la fortaleza, sirJuan Daverill. Éste se presentó al condede Kent en la única posada de Corfe,delante de la iglesia de San Eduardomártir, rey asesinado de la dinastíasajona.

De gran talla, de pecho enjuto, lafrente rugosa y en la boca un gestodespreciativo, con una especie de pesaren la cortesía, como hombre que seatiene solo a su deber, Juan Daverill

Page 454: La flor de lis y el leon   maurice druon

lamentó no poder recibir al noble Lorden el castillo. Tenía órdenesterminantes.

—¿Vive el rey Eduardo II? —lepreguntó Edmnundo de Kent.

—No puedo decíroslo.—¡Es mi hermano! ¿Lo guardáis?—No estoy autorizado a hablar. Se

me ha confiado un prisionero; no deborevelar su nombre ni su categoría.

—¿Podrías dejarme entrever a eseprisionero?

Juan Daverill hizo un signo negativocon la cabeza. Ese gobernador era unmuro, una roca, tan impenetrable comoel enorme y siniestro torreón, defendido

Page 455: La flor de lis y el leon   maurice druon

por tres amplias murallas, que seelevaban en lo alto de la colina, porencima del pequeño pueblo de lostejados de piedra lisa.

¡Mortimer elegía bien a susservidores!

Pero hay modos de negar que soncomo aseveraciones. ¿Se hubieramostrado Daverill tan misterioso, taninflexible, de no haber tenido bajo sucustodia precisamente al antiguo rey?

Edmundo de Kent hizo uso de supoder de sugestión, que era mucho, y deotros argumentos a los que no siemprees insensible la naturaleza humana. Pusosobre la mesa una pesada bolsa de oro.

Page 456: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Quisiera que ese prisionero fuerabien tratado —dijo—. Esto es paramejorar su suerte; contiene cien librasesterlinas.

—Os puedo asegurar, my Lord, queestá bien tratado —respondió Daverillen voz baja con cierto tono decomplicidad. Y sin ninguna turbaciónechó mano a la bolsa.

—De buena gana daría el doble solopor verlo —exclamó el conde de Kent.

Daverill negó con desolación.—Pensad, milord, que en este

castillo hay doscientos hombres deguardia.

Edmundo de Kent se creyó un gran

Page 457: La flor de lis y el leon   maurice druon

guerrero al tomar nota mentalmente deesa importante observación; habría quetener en cuenta la cifra para la evasióndel prisionero.

—...y si alguno de ellos hablara, yllegara a conocimiento de la reinamadre, me haría decapitar.

¿Cabía mejor confesión de lo que sepretendía ocultar?

—Pero puedo hacer pasar unmensaje, ya que eso quedará entre vos yyo —prosiguió el gobernador.

Inmediatamente Kent, feliz al veravanzar tan de prisa sus asuntos,escribió la siguiente carta, mientras lasráfagas de un viento húmedo batían las

Page 458: La flor de lis y el leon   maurice druon

ventanas de la posada:«Fidelidad y respeto a mi muy

querido hermano, si os place. Ruego aDios de todo corazón que os encontréisen buena salud, ya que se han tomadodisposiciones para que salgáis pronto deprisión y os libréis de los males que osabruman. Estad seguro de que tengo elapoyo de los más grandes barones deInglaterra y de todas sus fuerzas, esdecir, sus tropas y sus tesoros. Seréisrey de nuevo; prelados y barones lo hanjurado sobre el Evangelio.»

Tendió la hoja, simplementeplegada, al gobernador.

—Os ruego que la selléis, milord.

Page 459: La flor de lis y el leon   maurice druon

No quiero haber podido conocer sucontenido.

Kent se hizo traer cera por unmiembro de su séquito, puso su sello yDaverill ocultó la misiva bajo su cota.

—El mensaje le llegará alprisionero, quien, creo, lo hará trizas enseguida. Por consiguiente...

Y sus manos hicieron un gesto quesignificaba destrucción y olvido.

«Este hombre, si lo sé manejar, nosabrirá las puertas de par en par en elmomento oportuno; ni siquieratendremos que librar batalla», pensóEdmundo de Kent.

Tres días después su carta estaba en

Page 460: La flor de lis y el leon   maurice druon

manos de Roger Mortimer, quien la leyóen Consejo, en Westminster.

En seguida la reina Isabel se dirigióal joven soberano y exclamó, patética:

—Hijo mío, hijo mío, os suplico queactuéis contra vuestro más mortalenemigo, que quiere acreditar en elreino la fábula de que vuestro padre estávivo, con el fin de desposeeros y ocuparvuestro lugar. Ahora que hay tiempo,dad las órdenes para que se castigue aese traidor.

De hecho, ya se habían dado lasórdenes, y los esbirros de Mortimergalopaban hacia Winchester paradetener al conde de Kent en su camino

Page 461: La flor de lis y el leon   maurice druon

de vuelta. Mortimer no quería solo unadetención; exigía una condenaespectacular. Tenía muchas razones paraobrar de prisa.

Dentro de un año, Eduardo III seríamayor de edad; daba ya algunos indiciosde su impaciencia por gobernar. Aleliminar a Kent, después de haberalejado a Lancaster, Mortimerdecapitaba la oposición e impedía queel joven rey pudiera escapársele de lasmanos.

El 19 de marzo se reunía elParlamento en Winchester para juzgar altío del rey.

Al salir de la prisión donde había

Page 462: La flor de lis y el leon   maurice druon

permanecido más de un mes, el conde deKent apareció descompuesto,adelgazado, huraño, como si nocomprendiera nada de lo que le ocurría.

Decididamente no era hombre hechopara soportar la adversidad. Suagradable indolencia habíadesaparecido. Bajo el interrogatorio deRoberto Howell, fiscal de la casa real,confesó todo, contó la historia de cabo arabo, dio el nombre de sus informadoresy de sus cómplices. Pero, ¿quéinformadores? La orden de losDominicos no conocía a ningún hermanocuyo nombre fuera Dienhead; era unainvención del acusado para intentar

Page 463: La flor de lis y el leon   maurice druon

salvarse. Invención igualmente era lacarta del Papa Juan XXII; nadie delséquito del obispo de Lincoln, durante laembajada de Aviñón, había hablado delrey muerto con el Padre Santo ni conninguno de sus cardenales o consejeros.Kent se obstinaba. ¿Querían hacerleperder la razón? ¡Sin embargo, habíahablado con los hermanos predicadores!¡Había tenido en las manos aquella cartaab omni poena et culpa...!

Kent descubrió al fin la espantosaemboscada que le habían tendidomediante el fantasma del rey muerto.Complot organizado por Mortimer y susservidores: falsos emisarios, falsos

Page 464: La flor de lis y el leon   maurice druon

monjes, falsos escritos y, más falso quetodos y que todo, aquel Daverill delcastillo de Corfe. Kent había caído en latrampa.

El fiscal real solicitaba la pena demuerte.

Mortimer estaba en primera fila,dominaba a los lores con la mirada; yLancaster, el único que se hubieraatrevido a hablar en favor del acusado,estaba fuera del reino, Mortimer habíahecho saber que no perseguiría a loscómplices de Kent, fueran o noeclesiásticos, si era condenado.

Muchos barones se encontrabancomprometidos de alguna forma y

Page 465: La flor de lis y el leon   maurice druon

abandonaron —hasta el mismo Norfolk,hermano del acusado— al segundopríncipe de sangre al rencor del condede las Marcas. En suma, una víctimaexpiatoria.

Y aunque Kent se humilló ante laasamblea, reconoció su aberración, seofreció a ir en camisa, descalzo y conuna cuerda al cuello a presentar susumisión al rey, los lores, a su pesar,pronunciaron la sentencia que de ellosse esperaba. Para tranquilizar suconciencia, susurraban:

—El rey le concederá su gracia, elrey usará su poder de gracia...

No era verosímil que Eduardo III

Page 466: La flor de lis y el leon   maurice druon

hiciera decapitar a su tío por una acción,culpable sin duda alguna, pero en la quela ligereza por un lado y la provocaciónpor otro eran evidentes.

Muchos que habían votado la penade muerte se proponían ir al díasiguiente a solicitar el indulto.

Los comunes se negaron a ratificarla sentencia de los lores; solicitabanmejor información.

Pero Mortimer, en cuanto obtuvo elvoto de la Cámara Alta, corrió alcastillo en que estaba la reina.

—Ya está hecho —le dijo—;podemos ejecutar a Edmundo. Peromuchos de vuestros falsos amigos

Page 467: La flor de lis y el leon   maurice druon

esperan que vuestro hijo lo salve de lamáxima pena. Por lo tanto, os conjuro aque os adelantéis.

Habían tenido la precaución dealejar al joven rey durante todo el día,organizándole una recepción oficial enel colegio de Winchester, uno de losmás antiguos y reputados de Inglaterra.

—El gobernador, amiga mía —agregó Mortimer—, ejecutará vuestraorden como si fuera la del rey.

Isabel y Mortimer se miraron a losojos. No se detenían ante el crimen, niante el abuso de poder. La Loba deFrancia firmó la orden para quedecapitaran inmediatamente a su cuñado

Page 468: La flor de lis y el leon   maurice druon

y primo hermano.Edmundo de Kent fue sacado de

nuevo de su calabozo, en camisa y conlas manos atadas; y fue llevado bajoescolta de un pequeño destacamento dearqueros a un patio interior del castillo.

Allí permaneció una hora, dos horas,tres horas, bajo la lluvia, mientrasdeclinaba el día. ¿Por qué esainterminable espera ante el cadalso?Kent pasaba por alternativas deabatimiento y de loca esperanza. Eljoven rey, su sobrino, debía de estar apunto de concederle el perdón. Esetrágico momento era el castigo que se leimponía para que se arrepintiera mejor y

Page 469: La flor de lis y el leon   maurice druon

apreciara más la magnanimidad de laclemencia.

O bien había revuelta y motines;quizá se había sublevado el pueblo, oquizá Mortimer había sido asesinado.Kent rogaba a Dios, y de pronto se pusoa sollozar. Tiritaba bajo la camisaempapada; la lluvia resbalaba por elcadalso, por los cascos de los arqueros.¿Cuándo iba a acabar ese suplicio?

La única explicación, que no se lepodía ocurrir al conde de Kent, era quepor todo Winchester buscaban a unverdugo y no lo encontraban. El de laciudad, al saber que los Comunesdenegaban la sentencia y que el rey no

Page 470: La flor de lis y el leon   maurice druon

había podido pronunciarse, se negabaobstinadamente a ejercer su oficio sobreun príncipe real. Sus ayudantes sesolidarizaban con el, y preferían perdersu empleo.

Se les pidió a los oficiales de laguardia que designaran a uno de sushombres, a menos que saliera unvoluntario a quien le darían una buenaremuneración. Los oficiales mostraronsu disgusto. Se avenían a mantener elorden, montar la guardia alrededor delParlamento, acompañar al condenadohasta el lugar de la ejecucion; pero noquerían saber nada mas, ni ellos ni sussoldados.

Page 471: La flor de lis y el leon   maurice druon

Mortimer montó en cólera contra elgobernador.

—¿No tenéis en vuestras prisionesalgún asesino, falsificador o bandidoque quiera salvar su vida a cambio?¡Vamos, daos prisa si no queréis acabarvos también en prisión!

Rebuscando en los calabozos seencontró por fin el hombre deseado.Había robado objetos eclesiásticos y ala semana siguiente lo iban a colgar. Leentregaron un hacha, y exigió llevar elrostro cubierto.

Había llegado la noche. Alresplandor de las antorchas, azotadaspor el aguacero, Kent vio avanzar a su

Page 472: La flor de lis y el leon   maurice druon

ejecutor y comprendió que sus largashoras de espera no habían sido más queuna última e irrisoria ilusión. Lanzó ungrito espantoso; tuvieron quearrodillarle a la fuerza ante el tajo.

El verdugo de ocasión era másmiedoso que cruel, y temblaba más quesu víctima. No acababa nunca delevantar el hacha.

Falló el golpe, y el hierro se deslizópor los cabellos. Tuvo que golpearcuatro veces sobre un repugnante charcode sangre. Los viejos arqueros dealrededor vomitaban.

Así murió, antes de los treinta años,el conde Edmundo de Kent, príncipe

Page 473: La flor de lis y el leon   maurice druon

lleno de gracia y de candidez. Y unladrón de copones fue devuelto a sufamilia.

Cuando el joven rey Eduardo IIIsalió después de haber oído o una largadisputa en latín sobre las doctrinas delmaestro Occam, le informaron que su tíohabía sido decapitado.

—¿Sin orden mía? —dijo.Llamó a lord Montaigu, que lo había

acompañado en el homenaje de Amiensy cuya lealtad había podido comprobaren varias ocasiones.

—My Lord —le dijo—, vos estabaisese día en el Parlamento. Me gustaríasaber la verdad...

Page 474: La flor de lis y el leon   maurice druon

II.- El hacha deNottingham

El crimen de estado necesita siempre sercubierto con una apariencia delegalidad.

El origen de la ley está en elsoberano, y la soberanía pertenece alpueblo, que la ejerce por medio de unarepresentación elegida, o por unadelegación hecha hereditariamente a unmonarca, y a veces de las dos maneras,como era el caso de Inglaterra.

Todo acto legal en este país debía,pues, llevar el consentimiento conjunto

Page 475: La flor de lis y el leon   maurice druon

del monarca y del pueblo, ya fuera eseconsentimiento tácito o expreso.

La ejecución del conde de Kent eralegal en su forma, puesto que el poderreal era ejercido por el Consejo deregencia, y puesto que en ausencia delconde de Lancaster, presidente de esteconsejo, correspondía la firma a la reinamadre; pero esta ejecución carecía delverdadero consentimiento de unParlamento reunido a la fuerza, y de laadhesión de un rey que desconocía laorden dada en su nombre. Tal acto teníaque ser funesto para sus autores.

Eduardo III mostró su reprobacióntodo lo que pudo, y exigió que a su tío le

Page 476: La flor de lis y el leon   maurice druon

hicieran funerales de príncipe. Comosolo se trataba de un cadáver, Mortimerse sometió a los deseos del joven rey.

Pero Eduardo no perdonaría nunca aMortimer el haber dispuesto sin suconsentimiento, una vez más, de la vidade un miembro de la familia real;tampoco le perdonaría eldesvanecimiento de la señora Felipacuando le anunciaron brutalmente laejecución del tío Kent. La joven reinaestaba embarazada de seis meses, ypodían haberle dado la noticia con másdelicadeza. Eduardo se lo reprobó a sumadre, y como ésta replicara conirritación que la señora Felipa mostraba

Page 477: La flor de lis y el leon   maurice druon

demasiada sensibilidad para losenemigos del reino y que era necesariotener un alma fuerte si se había elegidoser reina, Eduardo le respondió:

—No todas las mujeres, señora,tienen el corazón tan pétreo como vos.

El incidente no tuvo consecuenciaspara la señora Felipa, que a mediadosde junio dio a luz un hijo. Eduardo IIIsintió la sencilla, profunda y gravealegría que experimenta todo hombrecuando le da el primer hijo la mujer aquien quiere y por la que es querido. Porel mismo hecho se sentía maduro comorey. Su sucesión estaba asegurada. Elsentimiento de la dinastía, de su propio

Page 478: La flor de lis y el leon   maurice druon

lugar entre sus antepasados y sudescendencia, frágil ésta pero yapresente en la cuna, ocupaba susmeditaciones y le hacía cada vez menossoportable la incapacidad jurídica enque se le mantenía.

Sin embargo, estaba lleno deescrúpulos; de nada sirve derribar unacamarilla dirigente si no se tienenmejores hombres para reemplazarla, nimejores principios que aplicar.

«¿Sabré reinar, y estoy formado paraeso?», se preguntaba frecuentemente.

En su espíritu había dejado huella eldetestable ejemplo dado por su padre,dominado enteramente por los

Page 479: La flor de lis y el leon   maurice druon

Despenser, y también el que le ofrecíasu madre bajo el poder de RogerMortimer.

Su forzada inacción le permitíaobservar y reflexionar.

No se podía hacer nada en el reinosin el Parlamento, sin su consentimientoespontáneo o forzado. La importanciaadquirida los últimos años por estaasamblea consultiva, reunida cada vezcon mayor frecuencia, era consecuenciade la mala administración, de lasexpediciones militares mal llevadas, delos desórdenes de la familia real y delestado de constante hostilidad entre elpoder central y las coaliciones de los

Page 480: La flor de lis y el leon   maurice druon

grandes señores feudales.Era necesario cortar aquellos

desplazamientos ruinosos en que Lores yComunes tenían que viajar a Winchester,a Salisbury, a York, y celebrar sesionescuyo único fin era permitir que LordMortimer dejara sentir su férula sobre elreino.

«Cuando sea verdaderamente rey, elParlamento celebrará sus sesiones enfechas regulares, y en Londres siempreque se pueda... ¿El ejército?... Elejército ahora no es el ejército del rey;es de los barones, que lo usan a suantojo. Habría que reclutar un ejércitopara el servicio del reino, mandado por

Page 481: La flor de lis y el leon   maurice druon

jefes cuyo poder dimane del rey... ¿Lajusticia?... La justicia ha de concentrarseen las manos del soberano, quien se hade esforzar en que sea igual para todos.En el reino de Francia, a pesar de lo quese diga, hay más orden. También espreciso dar impulso al comercio,entorpecido por las tasas einterdicciones que pesan sobre el cueroy la lana, que son nuestra riqueza.»

Eran ideas que podían parecer muysimples, pero en realidad no lo eran porser las de un rey; ideas casirevolucionarias, en un tiempo deanarquía, de arbitrariedad y crueldadcomo raramente había conocido una

Page 482: La flor de lis y el leon   maurice druon

nación.El joven soberano, molesto,

sintetizaba mentalmente las aspiracionesde su pueblo oprimido. Hablaba de susintenciones a pocas personas, a suesposa Felipa, a Guillermo de Mauny,escudero que ella había traído desdeHainaut, y sobre todo a lord Montaigu,quien le expresaba el sentir de losjóvenes lores.

Es frecuente que un hombre formulea los veinte años los principios queaplicará durante su vida. Eduardo IIItenía una importante cualidad para unmonarca: era un hombre sin pasiones nivicios. Había tenido la suerte de casarse

Page 483: La flor de lis y el leon   maurice druon

con una princesa a la que quería. Poseíala forma suprema de orgullo queconsistía en considerar natural suposición de rey. Exigía el respeto a supersona y a su función; despreciaba elservilismo porque excluye la franqueza.Detestaba la pompa inútil, porque era uninsulto a la miseria y contraria a laverdadera majestad.

Las personas que habían estado enotro tiempo en la corte de Franciadecían que Eduardo tenía muchos rasgoscomunes con el rey Felipe el Hermoso;veían en el los mismos gestos y lamisma palidez del rostro, la mismafrialdad en sus ojos azules, cuando

Page 484: La flor de lis y el leon   maurice druon

levantaba sus largas pestañas.Eduardo era ciertamente más

comunicativo y entusiasta que su abuelomaterno. Pero los que hablaban así nohabían conocido al rey de Hierro másque en sus últimos años, al fin de sulargo reinado; nadie recordaba lo quehabía sido Felipe el Hermoso a losveinte años. Eduardo III había llevado alos Plantagenet la sangre de Francia, yparecía que el verdadero capetinoestuviera en el trono de Inglaterra.

En octubre de ese mismo año de1330 fue convocado de nuevo elParlamento, esta vez en Nottingham, enel norte del reino. La reunión amenazaba

Page 485: La flor de lis y el leon   maurice druon

ser tumultuosa; la mayoría de los noblesno perdonaban a Mortimer la ejecucióndel conde de Kent; no tenían laconciencia tranquila.

El conde de Lancaster, Cuello–Torcido, a quien llamaban el viejoLancaster porque era el único de lafamilia real que a los cincuenta añoshabía logrado conservar su torcidacabeza sobre los hombros; el viejoLancaster, denodado y prudente, estabapor fin de vuelta. Una enfermedad en losojos que lo amenazaba desde hacía largotiempo, se había agravado de prontohasta dejarlo medio ciego; tenía quehacerse guiar por un escudero; pero esta

Page 486: La flor de lis y el leon   maurice druon

enfermedad lo hacía aun más venerable,y sus consejos eran solicitados conmayor deferencia.

Los comunes se inquietaban porquese les iba a pedir que autorizaran nuevossubsidios, que ratificaran nuevas tasassobre las lanas. ¿Adónde, pues, iba aparar el dinero?

¿En qué había empleado Mortimerlas treinta mil libras del tributo deEscocia? ¿Se había hecho esa duracampaña, tres años antes, para él o parael reino? ¿Y por qué había gratificado altristemente célebre barón Maltravers,además de darle el cargo de senescal,con la suma de mil libras por haber

Page 487: La flor de lis y el leon   maurice druon

custodiado en prisión al difunto rey, sino era como pago del asesinato? Porquetodo se sabe, o se acaba por saber, y lascuentas del Tesoro no pueden quedareternamente secretas... ¡Para eso habíanservido los ingresos de las tasas! Ogle yGournay, asesores de Maltravers, yDaverill, alcaide de Corfe, habíanrecibido otro tanto.

Mortimer, que avanzaba por la rutade Nottingham con tanto esplendor queel joven rey parecía formar parte de suséquito, Mortimer no era apoyadorealmente más que por un centenar departidarios que le debían toda sufortuna, que solo eran poderosos si lo

Page 488: La flor de lis y el leon   maurice druon

servían, y que corrían el riesgo de caeren desgracia, ser enviados al destierro oa la horca, si él perdía el poder.

Se creía obedecido porque una redde espías, hasta cerca del mismo rey enla persona de Juan Wynyard, leinformaba de todo lo que se decía, ydesbarataba las conjuras. Se creíapoderoso porque sus tropasatemorizaban a los Lores y a losComunes. Pero las tropas puedenobedecer otras órdenes; y los espías,traicionar.

El poder sin el consentimiento deaquellos sobre los que se ejerce es unengaño que no puede durar largo tiempo,

Page 489: La flor de lis y el leon   maurice druon

un equilibrio eminentemente inestableentre el miedo y la rebelión, que serompe de golpe cuando unos cuantoshombres se percatan de que compartenel mismo estado de espíritu.

A caballo sobre una silla bordada deoro y plata, rodeado de escuderos cuyascabalgaduras llevaban lorigas escarlatay su grímpola flotando en la punta de laslanzas, Mortimer avanzaba por un malcamino.

Durante el viaje, Eduardo IIIobservó que su madre parecía enferma,que tenía el rostro pálido y cansado, losojos con evidente signo de fatiga, lamirada menos brillante. Viajaba en

Page 490: La flor de lis y el leon   maurice druon

litera y no en la hacanea blanca, comoacostumbraba; con frecuencia se veíanobligados a detener la litera, pues elbalanceo le causaba náuseas. Mortimerse mostraba con ella atento ypreocupado.

Tal vez Eduardo se hubiera dadomenos cuenta de esos detalles si, acomienzos de año no hubiera observadolos mismos síntomas en su esposaFelipa. Además, de viaje los servidoreshablan más; las mujeres de la reinamadre charlaban con las de la señoraFelipa. En York, donde se detuvierondos días, Eduardo ya no tuvo dudas: sumadre estaba encinta.

Page 491: La flor de lis y el leon   maurice druon

Se sintió lleno de vergüenza ydisgusto. Los celos, unos celos de hijomayor, acentuaron su resentimiento. ¿Enqué se había convertido la hermosa ynoble imagen que tenía de su madre ensu infancia?

«Por ella odié a mi padre, a causade las deshonras de que la hacía objeto.¡Y ahora me deshonra ella! ¡Madre a loscuarenta años de un bastardo más jovenque mi propio hijo!»

Como rey, se sentía humillado antesu reino, y como esposo, ante su esposa.

En la habitación del castillo deYork, se revolvía en la cama sin poderconciliar el sueño. Le dijo a Felipa:

Page 492: La flor de lis y el leon   maurice druon

—¿Te acuerdas, amiga mía? Aquífue donde nos casamos. ¡Ah, te he traídoa compartir conmigo un reinado bientriste!

Tranquila y reflexiva, Felipaconsideraba el hecho con menos pasión;pero como era bastante gazmoña,juzgaba.

—Tales cosas no ocurrirían en lacorte de Francia —dijo.

—¡Ah, amiga mía!... ¿Y losadulterios de vuestras primas deBorgoña? ¿Y vuestros reyesenvenenados?

De pronto, la familia capetina seconvertía únicamente en la familia de

Page 493: La flor de lis y el leon   maurice druon

Felipa como si él no descendieraigualmente de la misma.

—En Francia son más corteses —respondió Felipa—, menos crueles ensus rencores, alardean menos de susdeseos.

—Son más disimulados, mássolapados. Prefieren el veneno alhierro...

—Vosotros sois más brutales...El rey se calló; Felipa temió haberlo

ofendido y extendió hacia él su brazorollizo y suave.

—Te quiero mucho, amigo mío —ledijo—, porque tú no te pareces a ellos...

—Y no sólo es la deshonra —

Page 494: La flor de lis y el leon   maurice druon

prosiguió Eduardo—, sino también elpeligro...

—¿Qué quieres decir?—Quiero decir que Mortimer es muy

capaz de hacernos perecer a todos ycasarse con mi madre para hacersereconocer regente y poner a su bastardoen el trono.

—¡Es una locura pensar eso! —repuso Felipa.

Cierto que tal subversión, quesuponía la negación de todos losprincipios tanto religiosos comodinásticos, hubiera sido casiinimaginable en una monarquíafirmemente asentada, pero todo era

Page 495: La flor de lis y el leon   maurice druon

posible, hasta las más locas aventuras,en un reino desgarrado y abandonado ala lucha de facciones.

—Mañana hablaré de esto conMontaigu —resolvió el joven rey.

Al llegar a Nottingham, lordMortimer se mostró extremadamenteimpaciente, autoritario y nervioso, yaque Juan Wynyard, sin haber podidocaptar el tema de las conversaciones, lehabía informado de los frecuentescoloquios mantenidos durante la últimaparte del trayecto entre el rey, Montaiguy varios jóvenes Lores.

Mortimer se encolerizó con sirEduardo Bohun, vicealcaide del castillo,

Page 496: La flor de lis y el leon   maurice druon

quien estaba encargado de organizar elalojamiento y que, según la costumbre,había previsto instalar a los grandesseñores en el mismo castillo.

—¿Con qué derecho, y sinconsultarme, habéis preparadoapartamentos tan próximos a los de lareina madre? —exclamó Mortimer.

—Creía, my Lord, que el conde deLancaster...

—El conde de Lancaster, igual quelos otros, deberá alojarse a una milla almenos del castillo...

—¿Y vos, my Lord?Mortimer frunció el entrecejo como

si esta pregunta fuera una ofensa.

Page 497: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Mi apartamento estará al lado delde la reina madre, y cada noche le haréisenviar por el condestable las llaves delcastillo.

Eduardo Bohun se inclinó.A veces hay prudencias funestas.

Mortimer quería evitar que se comentarael estado de la reina madre; quería sobretodo aislar al rey, lo cual permitió a losjóvenes Lores reunirse y concertarsemucho más libremente, lejos del castilloy de los espías de Mortimer.

Lord Montaigu reunió a los amigosque le parecían más decididos, jóvenesque en su mayoría estaban entre losveinte y los treinta años: los Lores de

Page 498: La flor de lis y el leon   maurice druon

Molins, Hufford, Stafford, Clinton, asícomo Juan Nevíl de Horneby y loscuatro hermanos Bohun, Eduardo,Humphrey, Guillermo y Juan, este últimoconde de Hereford y de Esex. Lajuventud formaba el partido del rey.Tenían la aprobación de Enrique deLancaster, e incluso más que suaprobación.

En cambio, Mortimer residía en elcastillo en compañía del cancillerBurghersh, de Simon Bereford, de JuanMonmouth, Juan Wynyard, HugoTurplington y Maltravers, a quienesconsultaba sobre la forma decontrarrestar la nueva conjuración.

Page 499: La flor de lis y el leon   maurice druon

El obispo Burghersh se daba cuentade que el viento soplaba de distinto ladoy se mostraba menos vehemente en laseveridad; respaldado en su dignidadeclesiástica, predicaba el acuerdo. Enotra época había sabido pasar a tiempodel partido de los Despenser al deMortimer.

—Basta de detenciones, procesos ysangre —argüía—. Tal vez algunasconcesiones en tierras, honores odinero...

Mortimer lo interrumpió con lamirada, que aún hacía temblar; el obispode Lincoln se calló.

A la misma hora, Lord Montaigu se

Page 500: La flor de lis y el leon   maurice druon

entrevistaba en privado con Eduardo III.—Os suplico, mi noble rey —le

decía—, que no toleréis por más tiempolas insolencias e intrigas de un hombreque hizo asesinar a vuestro padre,decapitar a vuestro tío y que hacorrompido a vuestra madre. Hemosjurado derramar hasta la última gota desangre para libraros de él. Estamosdispuestos a todo pero tendríamos queactuar de prisa y penetrar en númerobastante grande en el castillo en el queninguno de nosotros se halla alojado.

El joven rey reflexionó un momento.—Ahora sé, Guillermo, que os

quiero bien —respondió agradecido.

Page 501: La flor de lis y el leon   maurice druon

No dijo «que me queréis bien».Disposición de ánimo verdaderamentereal; no dudaba de que se le quisieraservir; lo importante para él eraconceder a sabiendas su confianza yafecto.

—Iréis, pues —continuó—, a ver alcondestable del castillo, sir GuillermoEland, en mi nombre, y le rogaréis pororden mía que os obedezca en lo que lepidáis.

—Entonces, my lord., ¡que Dios nosayude! —exclamó Montaigu.

Todo dependía ahora de ese Eland,de que fuera convencido y de su lealtad;si revelaba la visita de Montaigu, los

Page 502: La flor de lis y el leon   maurice druon

conjurados y tal vez el propio reyestaban perdidos. Pero sir EduardoBohun garantizaba que Eland abrazaríala causa del rey, aunque solo fuera porel trato de criado que le daba Mortimerdesde su llegada a Nottingham.

Guillermo Eland no decepcionó aMontaigu; le prometió obedecer susórdenes en todo lo que pudiera, y juróguardar el secreto.

—Puesto que estáis con nosotros,entregadme esta noche las llaves delcastillo.

—My Lord —respondió elcondestable—, sabed que rastrillos ypuertas se cierran cada noche con llaves

Page 503: La flor de lis y el leon   maurice druon

que debo entregar a la reina madre,quien las oculta bajo la almohada hastala mañana siguiente. Os comunicotambién que la guardia habitual delcastillo ha sido relevada y reemplazadapor cuatrocientos hombres de las tropaspersonales de Lord Mortimer...

Montaigu vio desaparecer todaesperanza.

—Sin embargo, conozco un pasadizosecreto que conduce hasta el castillo —prosiguió Eland—.

Es un subterráneo que data de lossajones, quienes lo construyeron paraescapar de los daneses, cuando estosdevastaron todo el país. Este

Page 504: La flor de lis y el leon   maurice druon

subterráneo no lo conoce la reina Isabel,ni Mortimer, ni su gente, a quienes noquise mostrárselo; termina en el centrodel castillo, en el keep17, y por allí sepuede penetrar sin que nadie lo advierta.

—¿Pero cómo encontraremos suentrada en el campo?

—Yo estaré con vos, my Lord.Lord Montaigu tuvo una segunda y

rápida entrevista con el rey; luego, alatardecer, en compañía de los hermanosBohun, de otros conjurados y delcondestable Eland, montó a caballo yabandonó la ciudad, declarando abastantes personas que Nottingham leparecía un lugar poco seguro.

Page 505: La flor de lis y el leon   maurice druon

De esta salida, que se parecía muchoa una huida, fue inmediatamenteinformado Mortimer.

—Saben que están descubiertos, yellos mismos se denuncian. Mañana losharé detener para que los juzgue elParlamento. Bien, tendremos una nochetranquila, amiga mía —le dijo a la reinaIsabel.

Hacia medianoche, al otro lado delkeep, en una habitación de muros degranito alumbrada solamente por unalamparilla, la reina Felipa preguntaba asu esposo por que permanecía sentadoen el borde de la cama con la cota demallas bajo su cota de rey, y una corta

Page 506: La flor de lis y el leon   maurice druon

espada al alcance de la mano.—Esta noche pueden pasar cosas

grandes —respondió.Felipa siguió tranquila en

apariencia, pero el corazón le latíaaceleradamente; recordaba laconversación que había tenido en Yorkcon su marido.

—¿Creéis que van a venir aasesinarnos?

—También eso puede ocurrir.Se oyó un susurro de voces en la

pieza vecina, y Gautier de Mauny, aquien el rey había encargado la custodiade su antecámara, llamó discretamente ala puerta. Eduardo abrió.

Page 507: La flor de lis y el leon   maurice druon

—El condestable está aquí, my Lord,junto con los otros —anunció.

Eduardo besó en la frente a Felipa;ella le cogió las manos, se las tuvoestrechamente apretadas un instante, ymurmuró:

—¡Dios te guarde!Gautier de Mauny preguntó:—¿He de seguiros, my Lord?—Cierra bien las puertas y vela para

que no le ocurra nada a la señora Felipa.En el herboso patio del torreón, a la

claridad de la luna, los conjurados sehabían reunido alrededor de los pozos;sombras armadas de espadas y dehachas.

Page 508: La flor de lis y el leon   maurice druon

Los jóvenes del reino se habíanatado trapos en los pies; el rey no habíatomado tal precaución y su paso era elúnico que resonaba en las losas de loslargos corredores. Una sola antorchailuminaba la marcha.

A los servidores, tumbados en elsuelo, que se levantaban somnolientos,les murmuraban:

«El rey», y permanecían dondeestaban, apretujándose, inquietos porese paseo nocturno de señores armados,pero sin intentar saber demasiado.

El tumulto sólo estalló en laantecámara de las habitaciones de lareina, donde los seis hombres apostados

Page 509: La flor de lis y el leon   maurice druon

allí por Mortimer impidieron el paso alos conjurados, aunque lo pidió el rey.

Lucha muy breve, en que solo JuanNevill fue herido con un golpe de picaque le atravesó el brazo; los hombres dela guardia, rodeados y desarmados, seapretaron contra los muros: la lucha nohabía durado más que un minuto; perodetrás de la sólida puerta se oyó un gritolanzado por la reina madre y luego elruido que produce la colocación deobstáculos.

—¡Salid, Lord Mortimer! —ordenóEduardo III—; vuestro rey viene adeteneros.

Había hablado con su clara y fuerte

Page 510: La flor de lis y el leon   maurice druon

voz de batalla, la misma que oyó elpueblo de York el día de su boda.

No tuvo otra respuesta que elrechinamiento de la espada al sacarla dela vaina.

—¡Salid, Mortimer! —repitió eljoven rey.

Esperó unos segundos y luego, derepente, cogió el hacha más próxima delas manos de un joven Lord, la levantópor encima de su cabeza y la descargócon toda su fuerza contra la puerta.

Este hachazo era la afirmación largotiempo esperada de su poder real, el finde sus humillaciones, la terminación delos decretos promulgados contra su

Page 511: La flor de lis y el leon   maurice druon

voluntad; era la liberación delParlamento, el honor debido a los Loresy la legalidad restaurada en el reino.Mucho más que el día de su coronación,el reinado de Eduardo III comenzabaallí, con aquel hierro brillante clavadoen la oscura encina, con aquel choque,con aquel gran crujido de madera cuyoeco repercutió en las bóvedas deNottingham.

Diez nuevas hachas atacaron lapesada puerta, que pronto cedió.

Roger Mortimer estaba en medio dela habitación; había tenido tiempo deponerse las calzas; su camisa blancaestaba abierta en el pecho, y empuñaba

Page 512: La flor de lis y el leon   maurice druon

la espada.Sus ojos de color de piedra lucían

bajo las espesas cejas; sus cabellos,algo canosos y despeinados, enmarcabansu duro rostro; aun había fuerza en aquelhombre.

La reina Isabel, junto a él, con lasmejillas bañadas de lágrimas, temblabade frío y de miedo; sus pequeños piesdescalzos formaban dos manchas clarassobre el piso. En la pieza vecina se veíauna cama revuelta.

La primera mirada del rey se dirigióal vientre de su madre, cuya redondez semarcaba con la ropa de noche. Nuncaperdonaría a Lord Mortimer haber

Page 513: La flor de lis y el leon   maurice druon

reducido a su madre, tan valerosa en laadversidad, tan cruel en el triunfo, perosiempre tan real, a ese estado de hembradesconsolada a la que le arrancaban elmacho del que estaba embarazada, y quese retorcía las manos mientras gemía:

—¡Buen hijo, buen hijo, os conjuro,perdonad al gentil Mortimer!

Se había interpuesto entre su hijo ysu amante.

—¿Ha perdonado él vuestro honor?—alegó Eduardo.

—¡No le hagáis mal a su cuerpo! —gritó Isabel—. Es caballero valerosonuestro bien amado amigo; recordad quele debéis el trono.

Page 514: La flor de lis y el leon   maurice druon

Los conjurados vacilaban. ¿Iba ahaber lucha, y tendrían que matar aMortimer ante los ojos de la reina?

—Ya se ha cobrado bastante porhaber anticipado mi reinado. Vamos, myLords, detenedlo —ordenó el joven rey,mientras apartaba a su madre y hacíaseñal a sus compañeros de queavanzaran.

Montaigu, los Bohun, Lord Molins yJuan Nevill, por cuyo brazo corríasangre sin que él se preocupara,rodearon a Mortimer. Dos hachas selevantaron detrás de él, tres espadas sedirigieron hacia sus flancos, una manose abatió sobre su brazo para hacerle

Page 515: La flor de lis y el leon   maurice druon

soltar la espada. Lo empujaron hacia lapuerta. En el momento de atravesarla,Mortimer se volvió:

—¡Adiós, Isabel, reina mía —exclamó—; nos hemos querido mucho!

Y era verdad. El más grande, el másespectacular, el más devastador amordel siglo, que había comenzado comouna hazaña de caballería y habíaemocionado a todas las cortes deEuropa, incluso a la Santa Sede; aquellapasión que había reunido una flota, yequipado un ejército, se habíaconsumido en un poder tiránico ysangriento, y concluía entre cortanteshachas, a la luz de una antorcha

Page 516: La flor de lis y el leon   maurice druon

humeante. Roger Mortimer, octavobarón de Wigmore, antiguo Gran Juan deIrlanda, primer conde de las Marcas, erallevado a prisión, y su real amante, encamisón, se desplomaba al pie dellecho.

Antes del alba, Bereford, Daverill,Wynyard y los principales partidariosde Mortimer eran detenidos; luego,algunos se lanzaron en persecución delsenescal Maltravers, de Gournay y Ogle,los tres asesinos de Eduardo II, que sehabían dado a la fuga.

A la mañana siguiente, la multitudestaba apiñada en las calles deNottingham y gritaba su júbilo al paso

Page 517: La flor de lis y el leon   maurice druon

de la escolta que llevaba en una carreta,suprema vergüenza para un caballero, aMortimer encadenado. Cuello–Torcido,con la oreja apoyada en el hombroestaba en primera fila de la población, yaunque sus ojos enfermos apenas veíanel cortejo, bailaba y lanzaba al aire sugorro.

—¿Adonde lo llevan? —preguntabala gente.

—A la Torre de Londres.

Page 518: La flor de lis y el leon   maurice druon

III.- Hacia losCommon Gallows

Los cuervos de la Torre viven muchotiempo, más de cien años, según se dice.El mismo enorme cuervo, atento ytaimado, que siete años antes intentabapicar los ojos del prisionero a través delos barrotes del tragaluz, había vuelto aapostarse delante de la celda.

¿Habían asignado a Mortimer porburla el mismo calabozo de otro tiempo?En el mismo sitio en el que el padre lohabía tenido encerrado durantediecisiete meses, el hijo lo tenía cautivo

Page 519: La flor de lis y el leon   maurice druon

a su vez. Mortimer se decía que debíade haber en su índole, en su persona,algo que lo hacía intolerable a laautoridad real, o que a él le hacíainsoportable esa autoridad. De cualquierforma, un rey y el no podían estar en lamisma nación, y era preciso que uno delos dos desapareciera. Había suprimidoa un rey; otro rey lo iba a suprimir. Esuna gran desgracia haber nacido conalma de monarca cuando no se estádesignado a reinar.

Mortimer, esta vez, no tenía ningúndeseo de evadirse. Tenía la impresiónde haber muerto en Nottingham. Para losseres como el, dominados por el

Page 520: La flor de lis y el leon   maurice druon

orgullo, y cuyas mayores ambiciones hanquedado satisfechas por un tiempo, lacaída equivale a la muerte. El verdaderoMortimer estaba inscrito ya, y para laeternidad humana, en las crónicas deInglaterra; el calabozo de la Torre nocontenía más que su indiferenteenvoltura carnal.

Cosa singular, esta envoltura habíareencontrado sus costumbres. De lamisma manera que al volver a la casafamiliar, después de veinte años deausencia, la rodilla, por una especie dememoria muscular, se apoya sobre lapuerta que se resistía en otro tiempo, obien el pie se coloca en la parte más

Page 521: La flor de lis y el leon   maurice druon

ancha de un escalón para evitar el bordegastado, Mortimer había vuelto aadquirir los gestos de su anteriordetención. Podía, por la noche, dar lospocos pasos que separaban el tragaluzdel muro sin tropezar nunca; desde suentrada había colocado el escabel en suantiguo lugar; reconocía los ruidosfamiliares, el relevo de la guardia, elcampaneo de los oficios en la capilla deSan Pedro; y todo sin el menor esfuerzode atención. Sabía la hora en que letraían la comida, apenas menos mala queen tiempos del innoble condestableSeagrave.

Debido a que el barbero Ogle le

Page 522: La flor de lis y el leon   maurice druon

había servido de emisario la primeravez para organizar su fuga, prohibieronla entrada de cualquier otro barberopara afeitarle, y la barba de un mespoblaba sus mejillas. Pero aparte deesto, todo era igual, hasta aquel cuervoal que Mortimer había bautizado en otrotiempo con el nombre de «Eduardo» quefingía dormir y abría de vez en cuandosu ojo redondo para meter su gruesopico a través de los barrotes.

¡Ah, sí! Una cosa faltaba: los tristesmonólogos de su viejo tío, LordMortimer de Chirk, musitados desde latabla que le servía de lecho... Ahoracomprendía Mortimer por qué el viejo

Page 523: La flor de lis y el leon   maurice druon

se había negado a seguirlo en su huida.No había sido por miedo, ni pordebilidad física; siempre se tienenbastantes fuerzas para emprender lamarcha, aunque se haya de caer en elcamino. Lo que retuvo al viejo lord deChirk había sido la sensación de que suvida había terminado, y por esto prefirióesperar el fin sobre aquella tabla.

Para Roger Mortimer, que solo teníacuarenta y cinco años, la muerte nollegaría por sí sola.

Sentía una vaga angustia cuandomiraba hacia el centro del green, dondese solía colocar el tajo. Sin embargo,uno acaba por habituarse a la

Page 524: La flor de lis y el leon   maurice druon

proximidad de la muerte por una seriede pensamientos muy sencillos queconducen a una aceptación melancólica.Mortimer se decía que el taimadocuervo lo sobreviviría y se burlaría deotros prisioneros; también las ratasseguirían con vida, las grandes ratasmojadas que subían por la noche de losribazos fangosos del Támesis y corríanpor las piedras de la fortaleza; inclusola pulga que lo molestaba bajo la camisasaltaría sobre el verdugo el día de laejecución, y continuaría viviendo. Todavida que se apaga deja intactas otrasvidas. No hay nada más trivial quemorir.

Page 525: La flor de lis y el leon   maurice druon

A veces pensaba en su mujer, LadyJuana, sin nostalgia ni remordimiento.La había mantenido lo bastante alejadade su poder para que hubiera algunarazón que lo uniera a ella. Sin duda ledejaría el legado de sus bienespersonales. ¿Y sus hijos? Sí, sus hijossufrirían seguramente el peso de losodios que lo habían abatido; pero, comohabía pocas posibilidades de quellegaran a ser hombres de gran valía yde tanta ambición como él, ¿quéimportaba que fueran o no condes de lasMarcas? El gran Mortimer era él, o másbien lo había sido. No sentía pena por sumujer ni por sus hijos.

Page 526: La flor de lis y el leon   maurice druon

¿Y la reina?... La reina Isabelmoriría un día, y desde aquel momentono existiría ninguna persona sobre latierra que hubiera conocido su verdad.Solamente cuando pensaba en Isabel sesentía aún algo ligado a la existencia.Cierto, había muerto en Nottingham,pero el recuerdo de su pasióncontinuaba vivo; algo así como loscabellos que se obstinan en crecercuando el corazón ya ha dejado de latir.Eso era lo único que iba a cortar elverdugo. Cuando le separaran la cabezadel cuerpo, aniquilarían el recuerdo delas manos reales que se habían anudadoa su cuello.

Page 527: La flor de lis y el leon   maurice druon

Como todas las mañanas, Mortimerhabía preguntado la fecha. Era el 29 denoviembre; el Parlamento debía de estarreunido, y el prisionero esperaba que lohicieran comparecer. Conocía bien lacobardía de los reunidos para saber quenadie saldría en su defensa, sino todo locontrario.

Los Lores y los Comunes iban avengarse rápidamente del terror que leshabía inspirado durante largo tiempo.

La sentencia había sido pronunciadaya en la habitación de Nottingham. Noiban a someterlo a un acto de justicia,sino sólo a un simulacro necesario, auna formalidad, exactamente como en

Page 528: La flor de lis y el leon   maurice druon

las condenas ordenadas anteriormentepor él.

Un soberano de veinte años,impaciente por gobernar, y unos jóvenesLores impacientes por granjearse elfavor real, necesitaban su desapariciónpara estar seguros de su poder.

«Para ese pequeño Eduardo mimuerte es completamente indispensablede su consagración... Sin embargo, ellosno lo harán mejor que yo; el pueblo noestará más satisfecho bajo su ley. Dondeyo he fracasado, ¿quién puede triunfar?»

¿Qué actitud debía adoptar duranteese simulacro de juicio? ¿Suplicar,como el conde de Kent? ¿Inculparse,

Page 529: La flor de lis y el leon   maurice druon

implorar, ofrecer su sumisión, descalzoy con una cuerda al cuello; confesar supesar por los errores cometidos? ¡Hayque tener mucho deseo de vivir paraimponerse la comedia de la decadencia!«Yo no he cometido ninguna falta. Fui elmás fuerte, y lo he sido hasta que otros,más fuertes que yo un momento, me hanabatido. Nada más.»

¿Insultar, entonces? Enfrentarse porúltima vez a ese Parlamento de borregosy decirle: «Yo tomé las armas contra elrey Eduardo II. ¿Quién de los que mejuzgáis ahora, my Lords, no me siguióentonces?... Me evadí de la Torre deLondres. ¿Quién de los que me juzgáis

Page 530: La flor de lis y el leon   maurice druon

ahora, my Lords obispos, no meproporcionó ayuda y dinero paraescapar?... Salvé a la reina Isabel de serasesinada por los favoritos de suesposo, reuní tropas y armé una flota queos libraron de los Despenser, depuse alrey que odiabais e hice coronar a su hijoque hoy me juzga. ¿Quién de vosotros,my Lords, condes, barones y obispos, yvosotros, messires de los Comunes, nome aplaudisteis por todo ello, inclusopor el amor que la reina me concedió?Lo único que podíais reprocharme eshaber actuado en lugar vuestro; ypreparáis vuestros dientes paradesgarrarme con el fin de hacer olvidar

Page 531: La flor de lis y el leon   maurice druon

con la muerte de uno sólo lo que fuetarea de todos.»

O bien el silencio... Negarse aresponder al interrogatorio, a presentarsu defensa, no tratar inútilmente dejustificarse. Dejar ladrar a los perrosque están fuera del alcance del látigo...«¡Pero cuánta razón tenía yo parasometerlos por el miedo!»

Un ruido de pasos lo sacó de suspensamientos. «Ha llegado elmomento», se dijo.

Se abrió la puerta y aparecieron lossargentos de armas que se apartaronpara dejar paso al conde de Norfolk,mariscal de Inglaterra, seguido del Lord

Page 532: La flor de lis y el leon   maurice druon

alcalde y de los sheriffs de Londres, asícomo de varios delegados de los Loresy de los Comunes. No cabían tantos enla celda, y las cabezas se apretujaban enel estrecho pasillo.

—My Lord —dijo el conde deNorfolk—, vengo por orden del rey aleeros la sentencia dictada contra vospor el Parlamento en la sesión deanteayer18.

Los asistentes se sorprendieron alver sonreír a Mortimer. Una sonrisatranquila, despreciativa, que no sedirigía a ellos sino a sí mismo. Lasentencia estaba ya dictada desde hacíados días, sin comparecencia, sin

Page 533: La flor de lis y el leon   maurice druon

interrogatorio, sin defensa... mientrasque hacía un instante pensaba en laactitud que tomaría ante sus acusaciones.¡Vana preocupación! Le daban unalección; podía haberse evitado éltambién en otro tiempo toda formalidadlegal en los juicios de los Despenser,del conde Arundel y de Kent.

El fiscal comenzó la lectura de lasentencia.

—Visto que fue ordenado por elParlamento reunido en Londres,inmediatamente después de lacoronación de nuestro señor el rey, queel consejo de regencia comprendieracinco obispos, dos condes y cinco

Page 534: La flor de lis y el leon   maurice druon

barones, y que nada se podría decidir ensu ausencia, y que el dicho RogerMortimer, sin consideración a lavoluntad del Parlamento, se apropió delgobierno y de la administración delreino, desplazando y colocando a suantojo a los oficiales de la casa real ydel conjunto del reino para introducir asus amigos según su voluntad...

De pie, apoyado en el muro y lamano en un barrote del tragaluz, RogerMortimer miraba el green y apenasparecía interesado en la lectura.

—...Visto que el padre de nuestrorey fue conducido al castillo deKenilworth, por ordenanza de los pares

Page 535: La flor de lis y el leon   maurice druon

del reino, para permanecer allí y sertratado según su dignidad de granpríncipe, y que el dicho Roger ordenóque le negaran todo lo que solicitaba ylo hizo trasladar al castillo de Berkeley,donde finalmente, por orden del dichoRoger, fue traidora e ignominiosamenteasesinado...

—¡Vete, pajarraco! —gritóMortimer ante el asombro de losasistentes, debido a que el taimadocuervo acababa de darle un fuertepicotazo en el dorso de la mano.

—...Visto que, aunque fue prohibidopor ordenanza del rey, sellada con elgran sello, penetrar con armas en la sala

Page 536: La flor de lis y el leon   maurice druon

de deliberación del Parlamento reunidoen Salisbury, y esto bajo pena deprevaricato, no por eso dejaron dehacerlo el dicho Roger y su séquitoarmado, violando así la ordenanza real...

La lista de inculpaciones erainterminable. Se reprochaba a Mortimerla expedición militar contra el conde deLancaster; los espías colocados junto aljoven soberano que lo habíanconstreñido a «comportarse más comoprisionero que como rey»; y laincautación de numerosas tierraspertenecientes a la corona; el despojo ydestierro de numerosos barones que sehabían rebelado contra su tiranía; la

Page 537: La flor de lis y el leon   maurice druon

maquinación montada para hacer creeral conde de Kent que seguía vivo elpadre del rey, «lo que determinó a dichoconde a comprobar los hechos por losmedios más honrados y leales»; lausurpación de los poderes reales parallevar al conde de Kent ante elParlamento y hacerlo condenar a muerte;el desvío de sumas destinadas afinanciar la guerra de Gascuña, así comode los treinta mil marcos de plataentregados por los escoceses enejecución del tratado de paz; el embargodel tesoro real, de forma que el rey nopodía mantener su rango.

Finalmente lo acusaban de haber

Page 538: La flor de lis y el leon   maurice druon

fomentado la discordia entre el padredel rey y la reina consorte, «siendo, porlo tanto, responsable de que la reina novolviera nunca más con su señor acompartir el lecho, con gran deshonordel rey y de todo el reino», así como dehaber deshonrado a la reina«mostrándose junto a ella como suamante notorio y declarado».

Mortimer, con la mirada puesta en eltecho y acariciándose la barba, volvió asonreír; lo que leían era toda su historia,que, bajo aquella forma extraña, iba aentrar para siempre en los archivos delreino.

—...Por lo cual el rey se ha remitido

Page 539: La flor de lis y el leon   maurice druon

al juicio de los condes, barones y demáspara pronunciar una justa sentenciacontra dicho Roger Mortimer; lo que losmiembros del Parlamento, después dehaberse concertado, han admitido,declarando que los cargos enumeradoseran válidos, notorios, conocidos portodo el pueblo, y particularmente elartículo concerniente a la muerte del reyen el castillo de Berkeley. Por eso handecidido que dicho Mortimer, traidor yenemigo del rey y del reino, seaarrastrado y luego colgado...

Mortimer se sobresaltó ligeramente.No iba a ser, pues, el tajo. Hasta el finalhabía cosas imprevistas.

Page 540: La flor de lis y el leon   maurice druon

—...y también que la sentencia serásin apelación, tal como decidió el dichoMortimer en los procesos contra los dosDespenser y el difunto Lord Edmundo,conde de Kent y tío del rey.

El oficial había terminado y enrollólas hojas. El conde de Norfolk, hermanodel conde de Kent, miró a Mortimer alos ojos. ¿Qué méritos había hecho ése,que se había escondido bien durante losúltimos meses, para aparecer con airevengativo y justiciero? Debido a esamirada, Mortimer tuvo deseos dehablar..., ¡oh! brevemente..., sólo paradecir al conde mariscal y, a través deese personaje, al rey, a los consejeros, a

Page 541: La flor de lis y el leon   maurice druon

los Lores, a los Comunes, al clero, alpueblo entero:

—Cuando aparezca en el reino deInglaterra un hombre capaz de hacertodas esas cosas que acabáis deenumerar, os someteréis a él de nuevocomo os sometisteis a mí. Pero no creoque nazca pronto... Ahora es tiempo deacabar. ¿Ha llegado el momento dellevarme?

Parecía que seguía dando órdenes yque mandaba su propia ejecución.

—Sí, my Lord, ahora —respondió elconde de Norfolk—. Os llevamos a losCommon Gallows19.

Los Common Gallows era el

Page 542: La flor de lis y el leon   maurice druon

patíbulo de los ladrones, de losbandidos, de los falsificadores, de losvendedores de muchachas, la horca de lacrápula...

—¡Bien, vamos! —dijo Mortimer.—Pero antes tenéis que ser

desnudado...—Pues bien, desnudadme.Le quitaron el traje, dejándole

solamente una tela alrededor de losriñones. Salió así, desnudo entre laescolta bien abrigada, bajo una lluviamenuda de noviembre. Su cuerpo alto ymusculoso formaba una mancha claraentre los trajes oscuros y la armadura dela guardia.

Page 543: La flor de lis y el leon   maurice druon

En el green estaban preparadas unastablas rugosas puestas sobre dos patinesy sujetas al arnés de un caballo de tiro.Mortimer conservó su sonrisadespreciativa al mirar los preparativos.

¡Cuánto cuidado, cuánto interés enhumillarle! Se tumbó sin ayuda de nadiesobre las tablas y le ataron las muñecasy los tobillos; luego el caballo se pusoen marcha y las tablas comenzaron adeslizarse, primero suavemente sobre lahierba del green, luego raspando lagrava y las piedras del camino.

Le seguían el mariscal de Inglaterra,el Lord alcalde, los sheriffs, losdelegados del Parlamento, el

Page 544: La flor de lis y el leon   maurice druon

condestable de la Torre; abría ruta yprotegía la marcha una escolta desoldados con la pica al hombro.

El cortejo salió de la fortaleza por laTraitor's Gate, (Puerta del traidor)donde esperaba una muchedumbrecuriosa, tumultuosa y cruel que se fueengrosando a lo largo del camino.

Cuando durante toda la vida se hamirado a los hombres desde lo alto deun caballo o desde un estrado produceextraña sensación verlos de prontodesde el nivel del suelo, con lasbarbillas agitadas y las bocasdeformadas por los gritos, y millares denarices abiertas. ¡Verdaderamente, los

Page 545: La flor de lis y el leon   maurice druon

hombres tienen feos rostros cuando seles ve así, y las mujeres lo mismo;rostros grotescos y malignos, espantosasfauces de gárgolas en las que no se hareparado estando de pie! Y sin la lluviamenuda que le caía en los ojos,Mortimer, sacudido sobre las tablas,hubiera podido ver mejor aquellas carasde odio.

Algo viscoso y blando le alcanzó lamejilla y le corrió por la barba;Mortimer comprendió que era ungargajo. Y luego un dolor agudo,penetrante; una mano cobarde le habíalanzado una piedra al bajo vientre. A noser por los piqueros, la muchedumbre,

Page 546: La flor de lis y el leon   maurice druon

embriagada por sus propios aullidos, lohubiera destrozado allí mismo.

Avanzaba bajo una bóvedaestruendosa de insultos y maldiciones, élque, seis años antes, no oía más queaclamaciones en todas las rutas deInglaterra. La multitud tiene dos voces,una para el odio, otra para el júbilo; esun gran misterio que el alarido en comúnde tantas gargantas pueda producir dossonidos tan distintos.

Y de pronto se hizo el silencio.¿Habían llegado al patíbulo? No, habíaentrado en Westminster y lo hacíanpasar lentamente bajo las ventanas enlas que se apretujaban los miembros del

Page 547: La flor de lis y el leon   maurice druon

Parlamento. Estos callaban al ver pasar,a la rastra sobre el empedrado como unárbol talado, al que durante tantos meseslos había doblegado a su voluntad.

Mortimer, con los ojos nublados porla lluvia, buscaba una mirada; esperabaque, por suprema crueldad, hubieranobligado a la reina Isabel a contemplarsu suplicio. Pero no la vio.

Luego el cortejo se dirigió haciaTyburn. Al llegar a los CommonGallows, desataron al condenado y estese confesó rápidamente. Desde lo altodel cadalso, Mortimer dominó a lamultitud por última vez. Sufrió poco, yaque, al ser levantado bruscamente, la

Page 548: La flor de lis y el leon   maurice druon

cuerda del verdugo le rompió lasvértebras.

La reina Isabel se encontraba ese díaen Windsor, donde se recuperabalentamente de la pérdida de su amante ydel hijo que esperaba de él.

El rey Eduardo hizo saber a sumadre que iría a pasar con ella lasfiestas de Navidad.

Page 549: La flor de lis y el leon   maurice druon

IV.- Un mal día

Por las ventanas de la casa Bonnefille,Beatriz de Hirson miraba caer la lluviaen la calle Mauconseil. Desde hacíavarias horas estaba esperando a Robertode Artois, quien le había prometido quepasaría con ella la tarde. Pero Robertono cumplía ninguna de sus promesas, nilas pequeñas ni las grandes, y Beatriz seconsideraba muy estúpida por seguircreyéndolo.

Para una mujer que espera, unhombre no tiene ninguna excusa. ¿No lehabía prometido también Roberto, y

Page 550: La flor de lis y el leon   maurice druon

desde hacía casi un año, que sería damade compañía en su palacio? En el fondono era distinto de su tía; todos los Artoiseran iguales. ¡Ingratos! Se desvivía porsatisfacer su voluntad; visitaba aherbolarias y a echadores de suertes;mataba por servir a su interés; corría elpeligro de que la enviaran a la horca o ala hoguera... porque no hubiera sido amonseñor Roberto a quien hubierandetenido de haber sorprendido a Beatrizechando arsénico en la tisana de laseñora Mahaut, o sal de mercurio en elvaso de Juana la Viuda. «¡No conozco aesa mujer! —hubiera alegado Roberto—. ¿Pretende haber actuado bajo mis

Page 551: La flor de lis y el leon   maurice druon

órdenes? Mentira. Pertenece a la casa demi tía, no a la mía; inventa fábulas parasalvarse. Hacedla apalear.» ¿Quiéndudaría entre la palabra de un príncipede Francia, cuñado del rey, y la de unaoscura sobrina de obispo, cuya familiahabía caído en desgracia?

«¿Y para qué he hecho todo eso? —pensaba Beatriz—. Para esperar, paraesperar, abandonada en mi casa, a quemonseñor Roberto se digne visitarmeuna vez por semana. Dijo que vendríadespués de vísperas, y ya han tocado alrosario. Ha debido de estar decomilona, invitar a tres barones, hablarde sus grandes hazañas, de los asuntos

Page 552: La flor de lis y el leon   maurice druon

del reino, de su proceso y tocar a todaslas camareras. ¡Incluso la Divion comeahora en su mesa, lo sé! ¡Y yo estoy aquímirando la lluvia.

Llegará ya anochecido, pesado,regoldando y con las mejillasencarnadas; me dirá tres tonterías, setumbará en la cama a dormir una hora yse marchará. Si es que viene...»

Beatriz se aburría más aún que enConflans durante los últimos meses conMahaut. Sus amores con Robertonaufragaban. Había creído apresar algigante; pero había ganado él. La pasióncontrariada, humillada, se tornaba ensordo rencor. ¡Esperar, siempre esperar!

Page 553: La flor de lis y el leon   maurice druon

Y ni siquiera poder salir, recorrer lastabernas con alguna amiga en busca deaventuras, ya que Roberto podía llegaren ese momento. ¡Además, la hacíavigilar!

Se daba cuenta de que Roberto seapartaba de ella y no la veía más quepor obligación, como a una cómplice ala que se debe tolerar. A veces pasabandos semanas enteras sin que él mostraraningún deseo.

—¡No ganarás siempre, monseñorRoberto! —se decía.

Como no podía poseerlo en lamedida de sus anhelos, comenzaba aodiarlo secretamente.

Page 554: La flor de lis y el leon   maurice druon

Había intentado las mejores recetasde filtros de amor: Sacaos sangre unviernes de primavera; ponedla a secaren el horno en un pequeño pote junto conun hígado de paloma; reducidlo todo apolvo fino y hacedlo tragar a la personaque deseáis; y si no surte efecto laprimera vez, repetidlo hasta tres veces.

O esta otra: Id un viernes por lamañana, antes de que salga el sol, a unhuerto y coged la manzana más hermosaque veáis; luego escribid con vuestrasangre, sobre un pequeño trozo de papelblanco, vuestro nombre y apellido, y enla línea siguiente el nombre y apellidode la persona por quien queréis ser

Page 555: La flor de lis y el leon   maurice druon

amada; procuraréis tener tres de suscabellos, que uniréis con tres de losvuestros, y que os servirán para atar elpequeño billete que habréis escrito convuestra sangre; luego partiréis lamanzana en dos, sacaréis las pepitas y,en su lugar, pondréis el billete atado conlos cabellos; y con dos ramitaspuntiagudas de mirto verde, juntaréisadecuadamente las dos mitades de lamanzana y la pondréis a secar en elhorno hasta que quede dura y sinhumedad, como las manzanas secas decuaresma; la envolveréis luego en hojasde laurel y de mirto y procuraréiscolocarla bajo la cabecera de la cama

Page 556: La flor de lis y el leon   maurice druon

donde se acuesta la persona amada, sinque ella se dé cuenta; y al cabo de pocotiempo os dará muestras de su amor.

Vana empresa. Las manzanas delviernes fueron inoperantes. La brujería,en la que Beatriz se creía infalible,parecía no hacer presa en el conde deArtois. Después de todo, no era eldiablo, a pesar de que ella así se lohabía afirmado para conquistarlo.

Había esperado quedar encinta.Roberto parecía querer a sus hijos, talvez por orgullo, pero los quería. Eranlos únicos seres de quienes hablaba conun poco de ternura. Por lo tanto, si lellegaba un pequeño bastardo... Además,

Page 557: La flor de lis y el leon   maurice druon

era un buen medio para Beatriz; mostrarsu vientre y decir:

«Espero un hijo de monseñorRoberto...» Pero fuera porque ellahubiera estragado su naturaleza en elpasado, fuera porque el Maligno hubierahecho de modo que no pudieraengendrar, esa esperanza también sehabía desvanecido. A Beatriz de Hirson,antigua primera doncella de la condesaMahaut, solo le quedaba la espera, lalluvia y los sueños de venganza.

Por fin, a la hora en que losburgueses se van a la cama, llegóRoberto de Artoís rascándose la barbacon el pulgar con expresión preocupada.

Page 558: La flor de lis y el leon   maurice druon

Apenas miró a Beatriz, queintencionadamente se había puesto unvestido nuevo, y se sirvió un gran vasode hipocrás.

—Está evaporado —protestó conuna mueca, mientras se dejaba caer enuna silla que crujió bajo su peso.

¿Cómo no iba a perder el aroma sihabía sido preparado hacía cuatrohoras?

—Esperaba antes tu llegada,monseñor.

—Si. pero me lo han impedidograves preocupaciones.

—¡Como ayer, como anteayer!—Comprende que no puedo entrar

Page 559: La flor de lis y el leon   maurice druon

en tu casa de día, sobre todo en estosmomentos en que he de extremar laprudencia.

—¡Buena excusa! Entonces no medigas que vendrás a visitarme de día sisolo quieres hacerlo de noche. Pero lanoche pertenece a tu esposa la condesa...

Roberto se encogió de hombros conaire fatigado.

—Sabes muy bien que no me acercoa ella.

—Todos los esposos dicen eso a suamiga, tanto los grandes del reino comoel último zapatero, y todos mienten de lamisma manera. No te pondría tan buenacara la señora de Beaumont, ni se

Page 560: La flor de lis y el leon   maurice druon

mostraría tan amable contigo si noentraras nunca en su lecho... Durante eldía, monseñor está en el Consejoprivado, como si el rey tuviera Consejodesde el alba hasta el anochecer. Omonseñor esta de caza, o monseñor vade torneo, o monseñor ha partido haciasus tierras de Conches.

—¡Paz! —gritó Roberto, abatiendola palma sobre la mesa—. Tengo otraspreocupaciones y no quiero escuchartonterías de mujer. ¡Hoy he presentadomi demanda ante la Cámara del rey!

En efecto, era el 14 de diciembre,día fijado por Felipe IV para iniciar elproceso de Artois.

Page 561: La flor de lis y el leon   maurice druon

Beatriz lo sabía, ya que Roberto selo había dicho; pero, irritada por loscelos, lo había olvidado.

—¿Y se ha realizado todo según tudeseo?

—De ninguna manera —respondióRoberto con aire sombrío—. Hepresentado las cartas de mi abuelo, yhan negado que fueran verdaderas.

—¿Las creías tú Verdaderas? —inquirió Beatriz con maligna sonrisa—.¿Y quién las ha rechazado?

—La duquesa de Borgoña, que sehizo entregar las piezas paraexaminarlas.

—¡Ah, la duquesa de Borgoña está

Page 562: La flor de lis y el leon   maurice druon

en París...Las largas pestañas de Beatriz se

levantaron un instante y su mirada tuvoun brillo repentino, disimuladoinmediatamente. Roberto, abstraído ensus preocupaciones, no se dio cuenta.

Golpeando un puño con el otro, ycontraídas las mandíbulas, dijo:

—Ha venido expresamente con elduque Eudes. Mahaut me va a perjudicarhasta en su descendencia. ¡Qué malasangre corre por esa raza! Toda hija deBorgoña es prostituta, ladrona yembustera. Ésta que empuja a su benditomarido contra mi, es zorra ya como todasu parentela.

Page 563: La flor de lis y el leon   maurice druon

Tienen la Borgoña; ¿para quéquieren, pues, el condado que me hanrobado? Pero yo ganaré. Si es necesario,sublevaré el Artois, como ya hice contraFelipe el Largo, padre de aquella malamona. Y esta vez no marcharé sobreArras, sino sobre Dijón...

Hablaba pero sin poner corazón. Erauna cólera tranquila, sin grandes gritos,sin dar aquellas zancadas que hacíantemblar las paredes, sin toda aquellacomedia de furor que tan bien sabíainterpretar. ¿Para qué auditorio tenía quetomarse ese trabajo?

En amor, la costumbre corroe loscaracteres. El esfuerzo sólo se hace en

Page 564: La flor de lis y el leon   maurice druon

la novedad, y no se teme más que lo queno se conoce. Nadie está hecho sólo depujanza, y los temores desaparecen almismo tiempo que se borra el misterio.Cada vez que uno se muestra desnudo,abandona un poco de su autoridad.Beatriz ya no temía a Roberto.

Había dejado de temerlo Porque lohabía visto con demasiada frecuenciadormir, y se permitía hacia aquel gigantelo que nadie hubiera osado.

Y lo mismo le ocurría a Roberto conrespecto a Beatriz, que se habíaconvertido en una amante celosa,exigente, llena de reproches, como todamujer cuando dura demasiado tiempo

Page 565: La flor de lis y el leon   maurice druon

una relación oculta. El talento brujerilde ella ya no divertía a Roberto. Susprácticas de magia y de satanismo leparecían rutina. Desconfiaba de Beatrizpor simple costumbre atávica, ya que seha oído decir siempre que las mujeresson mentirosas y engañosas. Como ellale mendigaba el placer, ya no la temía, yhabía olvidado que Beatriz se habíaechado en sus brazos sólo por el gustode la traición. Hasta el recuerdo de losdos crímenes perdía importancia y sedesvanecía con el tiempo, mientras quelos dos cadáveres se pudrían bajo tierra.

Vivían ese período tanto máspeligroso cuanto que no se cree en el

Page 566: La flor de lis y el leon   maurice druon

peligro. Los amantes deberían saber enel momento que dejan de amarse que vana volver a ser los mismos que eran antesde comenzar. Las armas no se destruyennunca; solamente se deponen.

Beatriz observaba a Roberto ensilencio, mientras él, bien ajeno a ella,pensaba en nuevas maquinaciones paraganar su proceso. Sin embargo, cuandodurante veinte años se han usado todoslos medios, se ha rebuscado en las leyesy en las costumbres, se ha utilizado elfalso testimonio, la falsificación deescrituras, incluso el crimen y aunque setiene por cuñado al rey, todavía no se haconseguido la victoria, ¿no hay motivo,

Page 567: La flor de lis y el leon   maurice druon

ciertos días, para desesperar?Cambiando de actitud, Beatriz fue a

arrodillarse delante de Roberto,zalamera, sumisa y cariñosa, como siquisiera a la vez consolar y acurrucarse.

—¿Cuándo me llevará a su palaciomi gentil señor Roberto? ¿Cuando mehará dama de compañía de su condesa,como me prometió? ¡Considera cuanhermoso sería eso! Siempre cerca de ti,me podrías llamar cuando quisieras... yyo estaría allí para servirte y velar por timejor que nadie.

¿Cuándo?—Cuando gane mi proceso —

respondió, como cada vez que ella le

Page 568: La flor de lis y el leon   maurice druon

hacía esta pregunta.—Al paso que va ese proceso,

tendré que esperar a tener los cabellosblancos.

—Cuando se celebre el juicio, siprefieres. Ya está dicho, y Roberto deArtois no tiene más que una palabra.¡Pero paciencia, que diablos!

Lamentaba haberla engatusado enotro tiempo con tal promesa; pero ahoraestaba firmemente decidido a nocumplirla. ¿Beatriz en el palacio deBeaumont? ¡Qué trastorno, que fatiga yque fuente de enojos!

Beatriz se levantó y acercó lasmanos al fuego de turba que quemaba en

Page 569: La flor de lis y el leon   maurice druon

la chimenea.—Me parece que ya he tenido

bastante paciencia —dijo sin levantar lavoz—. Primero debía ser después de lamuerte de la señora Mahaut; luegodespués de la muerte de la señora Juanala Viuda.

Las dos han muerto, y pronto secantará en la iglesia el final del año...Tú no quieres que entre en tu casa. Unaputa arrastrada como la Divion, que fueamante de mi tío y que te fabricó tanbuenos documentos que hasta un ciegohubiera visto que eran falsos, tienederecho a vivir en tu casa, a pavonearseen tu corte...

Page 570: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Deja a la Divion. Bien sabes quea esa estúpida embustera solo laconservo por prudencia.

Beatriz sonrió ligeramente.¡Prudencia!... Con la Divion eranecesario tener prudencia porque habíaarreglado algunos sellos. Pero de ella,de Beatriz, que había enviado a la tumbaa dos princesas, no se temía nada y se lepodía pagar con la ingratitud.

—¡Vamos! No te quejes —dijoRoberto—. Tú tienes lo mejor de mí. Siestuvieras en mi casa, seguramente tepodría ver menos y con menostranquilidad.

Muy orgulloso estaba monseñor

Page 571: La flor de lis y el leon   maurice druon

Roberto de si mismo, y hablaba de susvisitas como si fueran sublimes regalosque se dignaba conceder.

—Si tengo lo mejor de ti, no tardesen dármelo —dijo Beatriz—. El lechoestá dispuesto.

Y mostraba la puerta abierta deldormitorio.

—No, mi pequeña amiga; ahoradebo volver a palacio y ver al rey ensecreto para rebatir a la duquesa deBorgoña.

—Sí, es verdad, la duquesa deBorgoña... —repitió Beatriz moviendola cabeza con gesto de comprensión—.Entonces, ¿es mañana cuando puedo

Page 572: La flor de lis y el leon   maurice druon

esperar lo mejor?—¡Ay!, mañana tengo que partir

para Conches y Beaumont.—¿Te quedarás allí?—Muy poco. Dos semanas.—¿No estarás aquí para la fiesta de

Año Nuevo? —preguntó.—No, mi bella gata; pero te regalaré

un collar de piedras preciosas para quete engalanes.

—Me lo pondré para deslumbrar amis criados, ya que son las únicaspersonas que veo...

Roberto hubiera debido desconfiar.Hay días funestos. En la audiencia, ese14 de diciembre, sus documentos habían

Page 573: La flor de lis y el leon   maurice druon

sido rechazados tan firmemente por elduque y la duquesa de Borgoña, queFelipe VI había fruncido el entrecejo yhabía mirado a su cuñado con inquietud.Hubiera sido ocasión ésta de mostrarsemás atento, no herir, sobre todo ese día,a una mujer como Beatriz, no dejarla,por dos semanas, insatisfecha afectiva yfísicamente. Roberto se levantó.

—¿Va la Divion en tu séquito?—Sí, mi esposa lo ha decidido así.Una ráfaga de odio levantó el

hermoso pecho de Beatriz, y sus ojosbrillaron sombríos.

—Entonces, monseñor Roberto, teesperaré como una sirvienta amante y

Page 574: La flor de lis y el leon   maurice druon

fiel —dijo mientras acercaba su rostrosonriente.

Roberto besó maquinalmente lamejilla de Beatriz. Le puso su pesadamano en la cadera, la retuvo un momentoy le dio una palmadita displicente. No,decididamente, ya no la deseaba; y esoera para ella la peor ofensa.

Page 575: La flor de lis y el leon   maurice druon

V.- Conches

Aquel año el invierno fue relativamentesuave.

Antes de despuntar el día, Lormet deDolois iba a despertar a Roberto, quienlanzaba varios bostezos de fiera, semojaba un poco la cara en la bacía quele presentaba Gillet de Nelle, y se poníael traje de caza, de cuero y forrado depieles, el único que le gustaba llevar.Luego iba a oír misa en su capilla; elcapellán tenía orden de despachar losrezos, evangelio y comunión en pocosminutos.

Page 576: La flor de lis y el leon   maurice druon

Roberto daba golpecitos con el piesi el capellán se retrasaba un poco, yaún no estaba guardado el copón,cuando Roberto ya había pasado lapuerta.

Tomaba una taza de caldo caliente,dos alas de capón o un trozo de cerdo,con un buen vaso de vino blanco deMeursault, que despabila, se cuela porla garganta como si fuera oro y despiertalos humores dormidos por la noche.Todo eso de pie. ¡Ah, si la Borgoñaprodujera solamente vino y no tambiénduques! «Comer por la mañana damucha salud», decía Roberto, quien aúnseguía masticando mientras iba en busca

Page 577: La flor de lis y el leon   maurice druon

del caballo. El cuchillo a un lado, elcuerno en bandolera, y el gorro de pielde lobo metido hasta las orejas, Robertoya estaba sobre la silla de montar.

La jauría de perros corredores,inquieta, mantenida bajo látigo, ladrabaa más y mejor; los caballos piafaban alsentir en la grupa el frío de la mañana.El pendón flotaba en la torre delhomenaje, ya que el señor estaba en elcastillo. Bajado el puente levadizo,perros, caballos, criados y monteros selanzaban con gran alboroto hacia lacharca, situada en el centro del burgo, yllegaban a la campiña a la zaga delgigantesco barón.

Page 578: La flor de lis y el leon   maurice druon

En los prados de la región deConches se arrastra, las mañanas deinvierno, una leve bruma blanquecinacon olor a corteza y a humo.¡Verdaderamente a Roberto de Artois legustaba Conches! No era más que unpequeño castillo, pero muy agradable,rodeado de exuberantes bosques.

Un sol pálido disipaba la bruma enel momento en que Roberto llegaba allugar de cita donde los criados quellevaban perros rastreadores darían suinforme; habían recorrido el bosque ahora temprana y habían señalado conramas los sitios donde estaba la caza.Atacaron cara al viento.

Page 579: La flor de lis y el leon   maurice druon

En los bosques de Conchespululaban los ciervos y jabalíes. Losperros estaban bien amaestrados. Si seimpide al jabalí detenerse para orinar,no se tarda mucho más de una hora encazarlo. Los grandes y majestuososciervos requerían más tiempo; en largasdesemboscadas en que la tierra saltaba aterrones bajo los cascos de los caballos,corrían, con la lengua fuera, jadeantesbajo la pesada cornamenta hacia unestanque o pantano perseguidos por losladridos de los perros.

El conde Roberto salía de caza almenos cuatro veces por semana. Suscacerías en nada se asemejaban a las

Page 580: La flor de lis y el leon   maurice druon

cabalgadas reales, en las que doscientosseñores se apretujaban, en las que no seveía nada y donde, por temor a perder lacompañía, se cazaba al rey más bien quea los venados.

Roberto, en cambio, se divertía entresus piqueros, algunos vasallos de lavecindad muy orgullosos de haber sídoinvitados, y sus dos hijos, quecomenzaban a formarse en el arte de lamontería, que todo buen caballero debeconocer. Estaba satisfecho de sus hijos,uno de diez años y otro de nueve, cuyovigor se iba desarrollando, y vigilaba suprogreso en las armas y en el estafermo.¡Tenían suerte esos chicos! Roberto, en

Page 581: La flor de lis y el leon   maurice druon

cambio, se había quedado demasiadopronto sin padre.

Él mismo remataba el animalacosado, al ciervo con su cuchilla, y aljabalí con un venablo.

Tenía gran destreza y le agradabasentir el hierro, apoyarlo en el lugarjusto, y hundirlo de golpe en la carnetierna. Venado y montero estabanigualmente cubiertos de sudor; pero elanimal se desplomaba fulminado, y elhombre permanecía erguido.

En el camino de regreso, mientras secomentaban los incidentes de la cacería,los villanos de sus chozas, en harapos ycon las piernas cubiertas de andrajos, le

Page 582: La flor de lis y el leon   maurice druon

salían al paso para besar, con impulso ala vez extasiado y temeroso, la espuelade su señor; buena costumbre que se ibaperdiendo en la ciudad.

En el castillo, en cuanto aparecía elamo, se tocaba el cuerno anunciando ellavado de manos de antes de la comida.En la gran sala cubierta de tapices conlas armas de Francia, de Artois, deValois y de Constantinopla, ya que laseñora Beaumont era Courtenay porparte de madre, Roberto se sentaba a lamesa con apetito feroz y devorabadurante tres horas, mientras embromabaa los que se hallaban en su alrededor:hacía comparecer a su maestro cocinero

Page 583: La flor de lis y el leon   maurice druon

con la cuchara de madera colgada a lacintura, para felicitarlo, si la pierna dejabalina estaba en su punto, oamenazarlo con la horca si la salsa depimienta caliente, con la que se rociabael ciervo entero asado al espetón, noestaba bien hecha.

Dormía una breve siesta y volvía ala gran sala para escuchar a susprebostes y recaudadores, pasar cuentas,arreglar los asuntos de su feudo yadministrar justicia. Le gustaba muchoesto último, es decir, ver el deseo y eltemor en los ojos de los pleiteantes; labribonería, astucia, mentira y malicia; ensuma, verse a sí mismo en la pequeña

Page 584: La flor de lis y el leon   maurice druon

escala de las gentes humildes.Se regocijaba sobre todo con las

historias de mujeres bellacas y maridosengañados.

—¡Haced entrar al cornudo! —ordenaba, arrellanándose en su sillón deencina.

Formulaba las preguntas másdesvergonzadas que hacían desternillarde risa a oficiales y escribanos, yenrojecer a los querellantes.

Roberto tenía una fastidiosapropensión, que sus prebostes lereprochaban, a castigar con penas levesa los ladrones, fulleros sobornadores,salteadores de caminos y alcahuetas;

Page 585: La flor de lis y el leon   maurice druon

siempre, naturalmente, que el latrocinioo delito no se hubiera cometido endetrimento suyo. Una secretaconnivencia lo ligaba a todo lo que detruhanería había en la tierra.

Una vez administrada la justicia, yahabía pasado la jornada. Roberto bajabaal cuarto de estufas situado en la partebaja del torreón, se metía en una cuba deagua caliente perfumada con hierbas yplantas aromáticas que le quitaba lafatiga, se hacía secar y cepillar como sifuera un caballo, y luego peinar, afeitary rizar.

Los escuderos, escanciadores ycriados habían preparado ya la mesa

Page 586: La flor de lis y el leon   maurice druon

para cenar, y Roberto aparecía con unamplio traje señorial de terciopelo rojo,bordado de flores de lis y castillos deArtois y forrado de pieles que letapaban el calzado.

La señora de Beaumont llevaba unvestido de camocan violeta, forrado devero, que llevaba bordadas en oro lasletras «J» y «R» entrelazadas (Juana yRoberto), con tréboles de plata.

La cena era menos pesada que lacomida: sopas de hierbas o de leche, unpavo o un cisne asado en medio de unacorona de pichones, quesos frescos yfermentados, tartas y barquillosazucarados que ayudaban a pasar los

Page 587: La flor de lis y el leon   maurice druon

viejos vinos que traían en jarros enforma de león o de pájaro.

Se servía a la francesa, es decir, dospor escudilla, un hombre y una mujercomían del mismo plato, salvo el señor.Roberto tenía, pues, un plato para élsolo, que vaciaba con la cuchara, elcuchillo y los dedos, que se limpiaba enel mantel, como los demás. Las avesmenores las devoraba enteras, conhuesos y todo.

Hacia el final de la cena, le rogabaal trovador Watriquet de Couvin quetañera su pequeña arpa y recitara uncuento de su propia cosecha. MessireWatriquet era de Hainaut; conocía

Page 588: La flor de lis y el leon   maurice druon

mucho al conde Guillermo y a lacondesa, hermana de la señora deBeaumont, en cuya corte había hecho suscomienzos. Proseguía su carrerapasando sucesivamente por la casa decada uno de los Valois. Se lo disputabanofreciéndole grandes ventajas.

—¡Watriquet, la endecha de lasdamas de París! —reclamaba Robertocon la boca llena.

Era su cuento preferido y aunque selo sabía casi de memoria, deseabaescucharlo una vez más, al igual que losniños exigen cada noche la mismahistoria, sin que se les omita nada.¿Quién hubiera podido creer en aquel

Page 589: La flor de lis y el leon   maurice druon

momento que Roberto de Artois eracapaz de cometer falsificaciones ycrímenes?

La endecha de las damas de Paríscontaba la aventura de dos burguesas,Margue y Marion, mujer y sobrina deAdan de Gonesse, quienes al ir altripero, la mañana del día de Reyes, seencontraron, para su desgracia, con unavecina, la señora Tifaigne, y se dejaronllevar por ella a una posada cuyo dueñofiaba, según se decía.

Y ahí estan las comadres biensentadas a la mesa de la taberna de losMaillets, donde el amo Drouin les sirvemuy buenas cosas: vino clarete, un

Page 590: La flor de lis y el leon   maurice druon

ganso, una escudilla llena de ajos ypasteles calientes.

Al llegar a ese punto, Roberto seechaba a reir por anticipado. YWatriquet proseguía:

—...Comenzó Margue a sudar Y abeber a largos tragos, Tres cuartillospor su boca En pocas horas pasaron.«¡Ay, por vida de San Jorge! —DijoleMarion al amo: Anda, tráenos garnacha,Que tu vino es vino amargo, ¡Te he dedar un ternerillo Por diez, doce o quincejarros!»

Sentado cerca de la gran chimeneadonde se quemaba un árbol entero,Roberto de Artois, echado hacia atrás,

Page 591: La flor de lis y el leon   maurice druon

se desternillaba de risa.Era toda su juventud pasada en

tabernas, burdeles y otros lugares detruhanería lo que veía de nuevo ante susojos por aquel cuento. ¡Había conocidoa bastantes mujeres así, sentadas a lamesa de alguna taberna, yemborrachándose a escondidas de susmaridos!

—A medianoche —cantabaWatriquet— Margue, Marion y lavecina, después de haber probado todoslos vinos, desde el de Artois hasta el deSaint–Melion y haberse hecho servirbarquillos, almendras peladas, peras,especias y nueces, seguían aun en la

Page 592: La flor de lis y el leon   maurice druon

posada. Margue propone ir a bailarafuera. El tabernero para permitirlessalir, les exige que dejen sus vestidos enprenda, lo que aceptan de buen grado,borrachas como están; en un santiaménse quitan los vestidos y pellizas, sayas ycamisas, bolsas y correas.

Desnudas como el día en quenacieron, se adentran en la noche deenero, chillando a voz en cuello: «Alamor cantando voy», titubeando,tropezando, desollándose contra lasparedes, agarrándose la una a la otra,hasta caer finalmente como muertassobre los montones de basura.

Amanece, se abren las puertas, las

Page 593: La flor de lis y el leon   maurice druon

encuentran sucias y ensangrentadas,quietas como si fueran «mierda enmedio del camino». Van a buscar a losmaridos, que las creen asesinadas; lasllevan al cementerio de los Inocentes ylas echan en la fosa común.

Allí quedan como fardos, El vino seles salta Por los ojos y otros lados.

No despiertan hasta la nochesiguiente; en medio del osario, cubiertasde tierra, pero todavía borrachas, seponen a gritar en el oscuro y heladocementerio: Drouin, Drouin, ¿dondeestas? Con tres arenques saladosTraenos vino más fuerte Para confortarel ánimo. ¡Cierra bien el gran ventano!

Page 594: La flor de lis y el leon   maurice druon

Aquí monseñor Roberto lanzabacomo un rugido. El trovador Watriquetapenas podía terminar su cuento, ya quedurante varios minutos la risa delgigante llenaba la sala. Tenía los ojosanegados en lágrimas y se golpeaba lascaderas con ambas manos. Repetía diezveces: ¡Cierra bien el gran ventano! Sualegría era tan contagiosa que toda laservidumbre se tronchaba de risa juntocon él.

—¡Ah, las bribonas! completamentedesnudas y... ¡Cierra bien el granventano!

Y volvía a reír.En el fondo, era hermosa la vida que

Page 595: La flor de lis y el leon   maurice druon

llevaba en Conches. La señora deBeaumont era una buena esposa, elcondado Beaumont era un buencondadito, y ¿que importaba que fueradominio de la corona si tenía seguras lasrentas? ¿Entonces, el Artois? ¿Era tanimportante el Artois, merecía tantaspreocupaciones, luchas y trabajos?...«La tierra que me cubra un día ha de serla de Conches o la de Hesdin...»

Esas son reflexiones que se hacencuando se ha pasado la cuarentena, no seha solucionado un asunto a completasatisfacción y se dispone de dossemanas de ocio. Pero en el fondo sesabe que no se mantendrá esta prudencia

Page 596: La flor de lis y el leon   maurice druon

pasajera... De todos modos, al díasiguiente Roberto iría a correr el ciervopor la parte de Beaumont, yaprovecharía esta circunstancia parainspeccionar el castillo y ver si eraconveniente agrandarlo.

Al regresar de Beaumont, adondehabía ido con su esposa, el penúltimodía del año, Roberto de Artois encontróa sus escuderos y criados esperándolo,enloquecidos, en el puente levadizo deConches.

Por la tarde se habían llevado a laprisión de París a la señora de Divion.

—¿A prisión? ¿Quién ha venido adetenerla?

Page 597: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Tres sargentos.—¿Qué sargentos? ¿Por orden de

quién? —gritó Roberto.—Del rey.—¡Y lo habéis permitido! Sois

bobos y os voy a hacer azotar. ¿Deteneren mi casa? ¡Qué impostura! ¿Habéisvisto la orden, al menos?

—La hemos visto, monseñor —respondió Gillet de Nelle temblando—,incluso exigimos que nos la dejaran. Nohubiéramos permitido que se llevaran ala señora Divion sin esa condición.Aquí la tenéis.

Era una orden real, redactada poruna mano de oficial, pero sellada con el

Page 598: La flor de lis y el leon   maurice druon

sello de Felipe VI.Y no el sello de la cancillería, lo

cual hubiera podido explicar algunabribonada. La cera tenía el relieve delsello privado de Felipe, el «pequeñosello», como se decía, que el reyllevaba consigo, en su bolsa, y que sóloél utilizaba.

El conde de Artois no era, por suíndole, hombre que se descorazonara.Pero ese día aprendió a conocer elmiedo.

Page 599: La flor de lis y el leon   maurice druon

VI.- La reina mala

Trasladarse de Conches a París en undía era duro y difícil viaje, incluso paraun diestro jinete, y exigía, además, unbuen caballo. Roberto de Artois dejó enel camino a dos de sus escuderos cuyasmonturas habían empezado a cojear.Llegó de noche a la ciudad, cuyas calles,pese a lo avanzado de la hora, estabanllenas de alegres pandillas quecelebraban el Año Nuevo. Se veíanborrachos que vomitaban en laoscuridad de los umbrales de lastabernas; y mujeres, cogidas del brazo y

Page 600: La flor de lis y el leon   maurice druon

cantando a grito pelado, que searrastraban con paso inseguro, como enel cuento de Watriquet.

Sin preocuparse mucho por lachusma que el pecho de su caballoapartaba, Roberto fue directamente aPalacio. El capitán de guardia lecomunicó que el rey había llegado aquelmismo día para recibir las felicitacionesde sus súbditos, pero que habíamarchado de nuevo a Saint–Germain.

Entonces Roberto, cruzando elpuente, fue al Chatelet. Un par deFrancia podía permitirse el lujo dedespertar al gobernador. Éste dijo nohaber recibido ni ese día ni la víspera a

Page 601: La flor de lis y el leon   maurice druon

ninguna dama llamada Juana de Divion,ni que respondiese a la descripción deRoberto.

Si no estaba en el Chatelet estaría enel Louvre porque, por orden del rey,sólo se encarcelaba en estos dos sitios.

Roberto se dirigió a este último,pero el capitán dio la misma respuesta.¿Dónde estaba, Pues, la Divion? ¿Habíaido Roberto más aprisa que lossargentos del rey y los había adelantadopor la otra ruta? Pero en Houdan se lehabía informado que unas horas anteshabían pasado tres sargentos con unadama. El misterio se espesaba en tornoal asunto.

Page 602: La flor de lis y el leon   maurice druon

Roberto tuvo que retirarse resignadoa su mansión, donde durmió poco y mal;y antes del amanecer salió para Saint-Germain.

La blanca helada cubría los camposy los prados, la escarcha barnizaba lasramas de los árboles; y el conjunto demontes y bosques alrededor de la casade campo de Saint–Germain se parecía aun paisaje de repostería.

El rey se acababa de despertar. Laspuertas se iban abriendo ante Roberto.En su cámara, Felipe VI, todavía encama, estaba rodeado de chambelanes ymonteros a quienes daba órdenes para lacacería del día.

Page 603: La flor de lis y el leon   maurice druon

Con paso decidido, Roberto entró,se arrodilló, volvió a levantarserápidamente y dijo:

—Majestad, hermano mío, quitadmeel título de par que me habéisconcedido, mis feudos, mis tierras, misrentas; quitadme tanto su propiedadcomo su usufructo; echadme de vuestroConsejo privado en el que ya no soydigno de aparecer. ¡No, ya no soy nadieen este reino!

Felipe lo miró sorprendido,abriendo sus ojos azules por encima dela voluminosa nariz, y le preguntó:

—Pero, ¿qué tenéis, hermano? ¿Aqué se debe esa excitación? ¿Qué estáis

Page 604: La flor de lis y el leon   maurice druon

diciendo?—Digo la verdad. Digo que ya no

soy nadie en este reino, porque el rey,sin dignarse decírmelo, ha hecho apresara una persona que habita bajo Mi propiotecho.

—¿Que yo he hecho apresar? ¿Aquién?

—A una señora llamada Divion,hermano; una señora que está en mi casade azafata de mi esposa vuestrahermana, y a quien tres sargentos pororden vuestra han venido a apresar enmi castillo de Conches paraencarcelarla.

—¿Por orden mía? —exclamó

Page 605: La flor de lis y el leon   maurice druon

Felipe, estupefacto—. Pero si yo no hedado tal orden... ¿Divion?

No conozco tal nombre. Y en todocaso, hermano, y os pido que me creáis,nunca hubiera hecho apresar a nadie envuestra casa, aun teniendo motivos, sinponeros al corriente y pediros consejoantes.

—Esto es lo que yo creía —contestóRoberto—; pero la orden es bienvuestra.

Y sacó de debajo de su cota elmandato de arresto entregado por lossargentos.

Felipe VI echó una ojeada aldocumento, reconoció su pequeño sello

Page 606: La flor de lis y el leon   maurice druon

y las carnosidades de su narizempalidecieron.

—¡Herouart, tráeme mis ropas! —gritó a un chambelán—. ¡Y todos fuera,que quiero estar sólo con monseñor deArtois!

El rey echó a un lado el cubrecamabordado de oro y se levantó, envuelto enun largo camisón blanco. El chambelánlo ayudó a ponerse una bata forrada depiel, y se puso a atizar el fuego de lachimenea.

—¡Fuera, fuera!... He dicho que medejéis solo.

Era la primera vez, desde que servíaal rey, que Herouart de Belleperche era

Page 607: La flor de lis y el leon   maurice druon

tratado con tal violencia, comocualquier pinche de cocina.

—No, yo no he sellado eso, ni hedictado nada que se le parezca —dijo elrey cuando el chambelán se huboretirado. Examinaba el documento conmucha atención, juntó los dos pedazosdel sello roto al abrirse la carta y cogióuna lupa del cajón de un mueble.

—¿No será —dijo Roberto— quehan falsificado vuestro sello, hermano?

—Imposible. Los grabadores detroqueles tienen gran habilidad paraevitar las falsificaciones y suelensimular alguna imperfecciónespecialmente en los troqueles reales o

Page 608: La flor de lis y el leon   maurice druon

de los grandes barones. Fíjate en la «L»de mi nombre, mira esa rayita en el palo,así como ese punto hueco en el adornoencintado de hojas...

—¿Y no habrán despegado el sellode otro documento? —preguntó Roberto.

—Eso puede hacerse con una navajacalentada o de otro modo. Así me lo haasegurado el canciller.

Roberto lo miró con expresióningenua, como si se tratara de algoinsospechado; pero su corazón latió másfuerte.

—Aquí no se trata de eso —añadióFelipe—, pues con toda intención, sóloutilizo mi pequeño sello para las nemas

Page 609: La flor de lis y el leon   maurice druon

que han de ser rotas; nunca lo estamposobre hojas planas ni sobre lazos.

Se mantuvo callado un momento, conlos ojos fijos en Roberto, comopidiendo una explicación que, enrealidad, sólo buscaba en su propiamente.

—Me han tenido que robar el selloun momento; pero ¿quién?, ¿cuándo?Durante todo el día lo llevo en la bolsadel cinto; sólo me desprendo de él porla noche...

Se dirigió al mueble, cogió del cajónuna bolsa tejida de oro, cuyo contenidopalpó en seguida, luego la abrió y sacósu pequeño sello de oro con una flor de

Page 610: La flor de lis y el leon   maurice druon

lis que servía de empuñadura.—...y lo vuelvo a coger por la

mañana...Hablaba más despacio; una terrible

sospecha se le ocurrió. Tomó la ordende arresto y volvió a examinarla conmucha atención.

—Conozco esta mano —dijo—. Yno es la de Hugo de Pommard, ni la deJaime Le Vache, ni de Geoffroy deFleury.

Llamó y se presentó PedroTrousseau, el otro chambelán deservicio.

—Haz venir en seguida, si está en elcastillo, si no que lo busquen, al

Page 611: La flor de lis y el leon   maurice druon

escribiente Roberto Mulet; que vengaaquí con sus plumas.

—Este Mulet —preguntó Roberto—,¿no es el que escribe para tu esposa, lareina Juana?

Maquinalmente volvía a tutearlo,como antaño, cuando Felipe estaba bienlejos de ser rey, cuando él tampoco erapar, y ambos no eran más que dosprimos bien avenidos; aquellos tiemposen que monseñor Carlos de Valois solíaponer a Roberto de ejemplo, anteFelipe, por su fuerza, su tenacidad y suhabilidad en los negocios.

Mulet estaba en el castillo. Entró atoda prisa, con el pupitre bajo el brazo,

Page 612: La flor de lis y el leon   maurice druon

y se inclinó para besar la mano del rey.—Coloca tu pupitre y escribe —dijo

Felipe VI, que empezó en seguida adictar—: «A nuestro amado y lealpreboste de París, Juan de Milton, el reyos saluda. Os ordenamos realizar lasdiligencias pertinentes para...»

Los dos primos se habían acercadosimultáneamente y leían por encima delhombro del escribiente. Su escritura erala misma de la orden de arresto.

—«...poner en libertadinmediatamente a la señora Juana de...»

—Divion... —dijo Roberto.—«...que está recluida en nuestra

prisión...» A propósito, ¿dónde está? —

Page 613: La flor de lis y el leon   maurice druon

preguntó Felipe.—Ni en el Chatelet ni en el Louvre

—respondió Roberto.—En la Torre de Nesle, sire —

informó el escribiente, que pretendíahacer méritos por su celo y buenamemoria.

Los dos primos se miraron ycruzaron los brazos con el mismo gesto.

—¿Y cómo lo sabes? —le preguntóel rey al escribiente.

—Señor, yo tuve el honor, anteayer,de escribir vuestra orden de arresto deesa señora.

—¿Y quien dictó la orden?—La reina, señor. Me dijo que vos

Page 614: La flor de lis y el leon   maurice druon

no teníais tiempo de hacerlo y que se lohabíais encargado a ella. Mejor dicho,las dos órdenes, la de detención y la deencarcelamiento.

Felipe estaba completamente pálido;dominado por la vergüenza y la ira, nose atrevía a mirar a su cuñado.

«La muy bribona —pensaba Roberto—. Sabía que me detestaba, pero nohasta el punto de robarle el sello a suesposo para perjudicarme... ¿Y cómo sehabrá enterado de todo?»

—¿No pensáis terminar, señor? —dijo.

—Si, si —se decidió Felipe,saliendo de sus pensamientos. Dictó la

Page 615: La flor de lis y el leon   maurice druon

fórmula final. El escribiente encendióuna vela e hizo caer unas gotas de ceraroja sobre la hoja doblada, que ofrecióal rey para que estampara su pequeñosello.

Extraviado en sus reflexiones,Felipe apenas parecía atento a suspropios gestos. Roberto cogió la orden yagitó una campanita. Apareció Herouartde Belleperche.

—Al preboste, inmediatamente, pororden del rey —le indicó Roberto,entregándole la carta.

—Y decid a la reina que venga aquí—ordenó Felipe VI desde el fondo de lahabitación.

Page 616: La flor de lis y el leon   maurice druon

El escribiente Mulet, mientras tanto,estaba a la espera, mirandoalternativamente al rey y al conde deArtois, y preguntándose si su excesivocelo habría sido muy oportuno. Con ungesto de la mano Roberto mandó que seretirara.

Momentos después entró la reinaJuana con aquel modo especial de andarque le daba su cojera. Su cuerpo sedeslizaba dentro de un cuarto de círculocuyo eje lo formaba la pierna más larga.Era una reina delgada, de rostro bastantehermoso, si bien su dentadura empezabaa estropearse. Sus ojos eran grandes,con la falsa limpidez que da la mentira;

Page 617: La flor de lis y el leon   maurice druon

los dedos, muy largos y algo torcidos,dejaban ver la luz a través de ellosincluso cuando estaban juntos.

—¿Desde cuándo, señora, se danórdenes en mi nombre?

La reina lo miró con aire desorpresa e inocencia perfectamentesimulados.

—¿Una orden, mi amado señor?Su voz sonaba grave, melodiosa,

lenta, con un bien fingido acento deternura.

—¿Y desde cuándo se me roba elsello cuando duermo?

—¿El sello, corazón mío? Pero sijamás lo he tocado. ¿De qué sello

Page 618: La flor de lis y el leon   maurice druon

habláis?Una tremenda bofetada le cortó la

palabra.Los ojos de Juana la Coja se

llenaron de lágrimas; el golpe había sidobrutal y doloroso; su boca se entreabrió,estupefacta, y sus largos dedos seposaron sobre la mejilla que seamorataba.

No quedó menos sorprendidoRoberto de Artois; pero ésteagradablemente. Jamás hubiera creído asu primo, del que se decía que estabadominado por su mujer, capaz delevantarle la mano.

«¿Se habrá convertido realmente en

Page 619: La flor de lis y el leon   maurice druon

rey»?, pensó Roberto.Más que nada, Felipe de Valois se

había convertido en hombre comocualquier esposo, sea gran señor o elúltimo criado, que reprende a unacónyuge mentirosa. Sonó otra bofetada,como si la primera hubiera imantado lamano; y luego fue como una granizada.Aterrada, Juana se protegía el rostro conlos brazos. La mano de Felipe caíadonde podía, sobre la cabeza, sobre loshombros. Y al mismo tiempo gritaba:

—¿Fue la otra noche, verdad,cuando me hicisteis esta Jugada? ¿Ytenéis cara de negar lo que Mulet me haconfesado? ¡Y la mala ramera me mima,

Page 620: La flor de lis y el leon   maurice druon

frota su cuerpo contra el mío, se declaraarrebatada de amor, y luego,aprovechándose de la debilidad quesiento por ella, se burla de mi cuandoduermo y me roba el sello! ¿No sabesque no hay acción más repugnante que elrobo? ¿No sabes que a ningún súbditodel reino, por importante que fuera, lepermitiría utilizar el sello de otro sinhacerlo apalear? ¡Y se sirve del mío!¿Hase visto zorra peor que esta, quequiere deshonrarme ante mis pares, antemi primo, mi propio hermano? ¿Notengo razón, Roberto? —dijo, cesandoun instante de pegar para buscar laaprobación de éste—. ¿Cómo podríamos

Page 621: La flor de lis y el leon   maurice druon

reinar si todo el mundo usara librementede nuestros sellos para ordenar lo queno queremos? Eso es atentar contranuestro honor.

Luego, volviendo a su mujer con otrafuriosa arremetida:

—Y he ahí para que os sirve lamansión de Nesle que os he dado.¡Cuántas súplicas para conseguirla!¿Sois acaso tan pérfida como vuestrahermana y esa maldita Torre seguirásirviendo para ocultar las fechorías deBorgoña? ¡Si no fuerais reina, por midesgracia de haberme casado con vos,os aseguro que seríais vos la que iría ala cárcel! Y puesto que no puedo

Page 622: La flor de lis y el leon   maurice druon

haceros castigar por otros, lo hago yomismo.

Y cayó sobre ella otra lluvia degolpes.

«¡Ojalá acabe matándola!», pensabaRoberto.

Juana estaba encogida en la cama,agitando las piernas, que se salían de suvestido, y a cada golpe daba un gemidoo un alarido. Luego, de pronto, se plantóante el rey, como un gato que enseña lasuñas, y se puso a gritar, con las mejillasllenas de lágrimas:

—¡Sí, yo lo hice! Sí, yo te robé elsello mientras dormías, porque no sabesadministrar justicia. Lo hice para servir

Page 623: La flor de lis y el leon   maurice druon

a mi hermano de Borgoña contra esemalvado Roberto, que siempre nos hatraído desgracias mediante sus astuciasy sus crímenes, y que, en connivenciacon tu padre, causó la muerte de mihermana Margarita...

—¡No ensucies la memoria de mipadre con tu boca! —exclamó Felipe.

Juana calló ante el brillo que vio enla mirada de su esposo, capaz dematarla en ese momento.

Felipe puso la mano sobre elhombro de Roberto de Artois, con aireprotector, y añadió:

—Y guárdate, malvada, de hacerjamás ningún daño a mi hermano, que es

Page 624: La flor de lis y el leon   maurice druon

el mejor pilar de mi trono.Cuando abrió la puerta para decir a

su chambelán que se suprimía la cacería,un racimo de veinte cabezas se retiraronal unísono. Los sirvientes detestaban aJuana la Coja, quien los atosigaba consus exigencias, los delataba por la másmínima falta, y a la que entre ellosllamaban la «reina mala». El relato de lapaliza que la reina acababa de recibirharía las delicias de todo el palacio.

Cerca del mediodía, Felipe yRoberto se paseaban juntos lentamentepor el huerto de Saint-Germain, donde lahelada ya se derretía. El rey iba con lacabeza baja...

Page 625: La flor de lis y el leon   maurice druon

—¿No es horrible, Roberto, tenerque desconfiar de nuestra propia esposa,incluso cuando dormimos? ¿Qué puedohacer? ¿Poner mi sello bajo laalmohada? Meterá la mano. Tengo elsueño pesado. Pero no puedo encerrarlaen un convento. ¡Es mi mujer! Lo únicoque puedo hacer es no dejarla dormirmás a mi lado. Y lo peor es que laquiero. ¡La muy bribona! No vayas adecirlo por ahí; pero, como todo elmundo, he probado con otras mujeres yello ha incrementado aún más mi deseopor ella... Mas, si vuelve a las andadas,¡la zurraré de nuevo!

En ese momento, Trouillard

Page 626: La flor de lis y el leon   maurice druon

d'Usages, vicario de Mans y caballerodel palacio, se acercó por la alamedapara anunciar al preboste de París, quevenía detrás de él.

Barrigudo, andando a pasitos sobresus cortas piernas, Juan de Milton teníaun aspecto poco alegre.

—Y bien, maese preboste, ¿habéishecho soltar ya a esa dama?

—Todavía no, Sire —respondió elpreboste con voz perturbada.

—¿Qué? ¿Es que era falsa mi orden?¿No reconocisteis acaso mi sello?

—Sí, Sire, pero, antes de cumplirla,quería hablar con vos, y me satisface vertambién a monseñor de Artois —dijo

Page 627: La flor de lis y el leon   maurice druon

Juan de Milton, mirando a Robertoembarazosamente—. Esa dama haconfesado.

—¿Qué ha confesado? —preguntóRoberto.

—Toda clase de vilezas, monseñor;falsificación de escrituras, dedocumentos y otras cosas más.

Roberto se dominó perfectamente,fingió tomarlo a broma, y, encogiéndosede hombros, exclamó:

—¡Claro, si la han torturado habráconfesado cualquier cosa! ¡Apuesto,messire de Milton, que si os entrego alos sayones, confesaréis haberosinsinuado a mí con propósitos

Page 628: La flor de lis y el leon   maurice druon

sodomitas!—Monseñor, repuso el preboste—,

la dama ha hablado antes del tormento...por miedo, simplemente por miedo a sertorturada. Y ha dado una larga lista decómplices.

Felipe VI, silencioso, observaba asu cuñado. En su mente había una nuevaincógnita.

Roberto comprendió que se abríaante él una trampa. Un rey que acababade golpear a su esposa ante testigo, porusurpación de un sello y falsificación,difícilmente puede hacer soltar, aunquesea para complacer a su pariente másíntimo, a una cualquiera que acaba de

Page 629: La flor de lis y el leon   maurice druon

confesar idénticos delitos.—¿Qué aconsejas, hermano? —le

preguntó a Roberto, sin quitarle ojo.Roberto comprendió que su

salvación dependía de su respuesta;había que jugar la carta de la lealtad.Tanto peor para la Divion. Todo lo quehubiera dicho o pudiera declararconcerniente a él, lo tendría por unprocaz embuste.

—¡Vuestra justicia os pido, Sirehermano mío, vuestra justicia! —exclamó—. Mantened a esa mujer en elcalabozo, y si me ha engañado, sabedque os exigiré el mayor rigor para ella.

Al mismo tiempo se decía: «¿Pero

Page 630: La flor de lis y el leon   maurice druon

quién habrá avisado al duque deBorgoña?» Y la respuesta, la evidenterespuesta, se le apareció al momento.No había más que una persona quehubiera podido decir al duque o a lamisma «mala reina», que la Divion seencontraba en Conches: Beatriz.

Hubo que llegar a fines de marzo,cuando el Sena, desbordado por lascrecidas de primavera, inundaba lasriberas y entraba en los sótanos, paraque unos marineros rescataran por ellado de Chatou un saco que flotaba entredos aguas que contenía un cuerpo demujer completamente desnudo.

Toda la población, chapoteando en

Page 631: La flor de lis y el leon   maurice druon

el barro, se había reunido alrededor delmacabro hallazgo, y las madres dabancachetes a sus pequeños gritándoles:

—¡Vamos, fuera de aquí, que esto noes para vosotros!

El cadáver estaba horriblementehinchado, con el repugnante colorverdusco de una descomposiciónavanzada; debía de llevar más de un mesen el río. No obstante, podía verse quela muerta era joven. Sus negros cabellosparecían moverse al estallar lasburbujas entre ellos. El rostro había sidodesfigurado, pisoteado, aplastado paraque no se le pudiera identificar, y elcuello mostraba las huellas de un lazo.

Page 632: La flor de lis y el leon   maurice druon

Los marineros, entre el asco y laatracción obscena, daban vueltas a laimpúdica carroña con sus garfios.

De pronto, el cuerpo, al devolver elagua que lo dilataba, empezó a moversesolo, dando por un momento laimpresión de que iba a resucitar, y lascomadres se apartaron chillando.

Entonces llegó el baile a quien sehabía dado aviso, hizo algunaspreguntas, dio una vuelta alrededor de lamuerta e inspeccionó los objetosencontrados en el saco con el cadáver yque se secaban en la hierba: un cuernode macho cabrío, una figurita de ceraenvuelta en trapos y pinchada por

Page 633: La flor de lis y el leon   maurice druon

alfileres y un basto copón de estañograbado con signos satánicos.

—Es una bruja muerta por suscompañeros después de algún aquelarreo misa negra —declaró el baile.

Las comadres se santiguaron. Elbaile designó a un grupo para que fuerancuanto antes a enterrar el cadáver y losviles objetos en un bosquecillo apartadodel pueblo, y sin oración alguna.

En suma, un crimen bien ejecutado,bien maquinado, en el que Gillet deNelle había seguido bien las leccionesde Lormet de Dolois, y que acababacomo habían deseado los asesinos.

Roberto de Artois se había vengado

Page 634: La flor de lis y el leon   maurice druon

de la traición de Beatriz, lo que nosignificaba que fuera a resultartriunfante.

Al cabo de dos generaciones, loshabitantes de Chatou habrían olvidadopor qué un grupo de árboles, situado ríoabajo, se llamaba «el bosque de labruja».

Page 635: La flor de lis y el leon   maurice druon

VII.- El torneo deEvreux

Hacia mediados de mayo, en las plazasde las ciudades, en las plazuelas de loscaseríos y ante las entradas de loscastillos se detenían heraldos con libreade Francia acompañados detrompeteros. Soplaban estos sus largastrompetas, de las que colgaba ungallardete flordelisado; el heraldodesenrollaba un pergamino y con sonoravoz proclamaba:

—¡«Escuchad, escuchad! Se hacesaber a todos los príncipes, señores,

Page 636: La flor de lis y el leon   maurice druon

barones, caballeros y escuderos de losducados de Normandía, Bretaña yBorgoña, de los condados y marcas deAnjou, Artois, Flandes y Champaña, y atodos los otros, sean de este reino o decualquier otro reino cristiano, y que noestén proscritos o enemistados connuestro señor el rey, a quien Diosguarde muchos años, que el día de SantaLucía, 6 de julio, junto a la ciudad deEvreux, se celebrará una muy grandereunión de armas Y un nobilísimo torneoen que se luchará con mazas de medida yespadas de bota, con arneses apropiadospara ello, con timbre, con cota de armasy los caballos con gualdrapas con los

Page 637: La flor de lis y el leon   maurice druon

blasones de los nobles participantes,como corresponde a costumbre y usanza.

»Del cual torneo son ¡ejes losaltísimos y poderosísimos príncipes, ymuy temidos señores, nuestro bienamado soberano Felipe, rey de Francia,como apelante, y el Sire Juan deLuxemburgo, rey de Bohemia, comomantenedor. Y para ello se hace tambiénsaber a todos los príncipes, señores,barones, caballeros y escuderos de lasmarcas arriba citadas y a cualquier otrosde la nación que sea y que quieran ydeseen intervenir en el torneo paraadquirir honor que lleven pequeñosescudos de los que yo mismo entregaré

Page 638: La flor de lis y el leon   maurice druon

ahora, para que se les reconozca comotorneadores, y para ello que lo pidaquien quiera tenerlo. Y en dicho torneohabrá nobles y preciados premios, queentregarán las damas y damiselas.

»Además anuncio a todos lospríncipes, barones, caballeros yescuderos que tengan intención detornear, que se os obliga a presentarosen dicho lugar de Evreux y aposentarosallí el cuarto día antes de dicho torneo,para enseñar vuestros blasones ymostrar vuestros paveses, bajo pena deno ser aceptados en dicho torneo. Y todoesto os lo hacen saber mis señores losjueces decidores, y os ruego me

Page 639: La flor de lis y el leon   maurice druon

perdonéis.»De nuevo sonaban las trompetas, y

los chiquillos escoltaban hasta la salidade la villa al heraldo, que iba aproclamar la noticia a otro sitio.

Los mirones, antes de dispersarse,decían:

—¡Caro nos va a costar, si nuestroseñor quiere presentarse a ese torneo tancacareado! Irá con su dama y toda sucasa... ¡Las diversiones para ellos, ynosotros a pagar los impuestos!

Pero más de uno pensaba también:«Si el señor quisiera llevarse a miprimogénito como mozo de cuadra,seguramente habría mucho que ganar, y

Page 640: La flor de lis y el leon   maurice druon

quizás hasta algún empleo de porvenir...Hablaré con el canónigo para que

recomiende a mi Gastón.»Durante seis semanas la única y gran

preocupación en los castillos sería eltorneo. Los adolescentes soñaban conasombrar al mundo con sus primerashazañas.

—Eres demasiado joven, debesesperar un año más. No te faltaránocasiones —respondían los padres.

—¡Pero el hijo de nuestro vecino deChambray tiene mi edad y va!

—Si el señor de Chambray haperdido el juicio o tiene tanto dinero quepuede tirarlo por la ventana, allá él.

Page 641: La flor de lis y el leon   maurice druon

¡Ah, muchos jóvenes hubierandeseado convertirse en huérfanos enseguida!

Los viejos se sumían en susrecuerdos. Al oírlos, cualquiera hubieracreído que en su tiempo los hombreseran más fuertes; las armas, máspesadas; y los caballos, más rápidos:

—En el torneo de Kenilworth queorganizó el lord Mortimer de Chirk, tíodel que este invierno ha sido colgado enLondres...

—En el torneo de Conde–sur–Escaut, en tierras de monseñor Juan deAvesnes, padre del actual conde deHainaut...

Page 642: La flor de lis y el leon   maurice druon

Los señores tomaban dinero apréstamo sobre la próxima cosecha o latala de los árboles y llevaban su vajillade plata a los Lombardos más cercanos,para transformarla en plumas para elyelmo del señor, en piezas de terciopeloo camocan para los vestidos de lasseñoras, o en lorigas para los caballos.

Había hipócritas que fingíanquejarse:

—¡Ah, cuantos gastos, cuantosafanes, con lo bien que se está en casa!Pero debemos ir a ese torneo, por lahonra de nuestra casa... Si no,enojaríamos a nuestro Sire el rey, que haenviado a sus heraldos a la puerta de

Page 643: La flor de lis y el leon   maurice druon

nuestra mansión.Por doquiera se pasaba la aguja, se

forjaba el hierro, se cosía el tejido demalla sobre el cuero de los lorigones, seentrenaba a los caballos y los caballerosse adiestraban en los jardines, de dondehuían los pájaros, asustados por lasembestidas y los ruidos de las lanzas yespadas al chocar.

Los jóvenes barones se pasaban treshoras probándose el capacete.

Para avezarse a la lucha, loscastellanos organizaban torneos locales,en los que los hombres de edad,frunciendo el entrecejo, hinchando lasmejillas, opinaban sobre los lances en

Page 644: La flor de lis y el leon   maurice druon

que sus vástagos se exponían a perder unojo. Luego, a la mesa, a engullir, a bebery a discutir.

De baronía en baronía, esos juegosguerreros acaban siendo tan costososcomo una verdadera campaña.

Finalmente, se ponían en camino; aúltimo momento el abuelo habíadecidido añadirse al viaje, y el hijo decatorce años había ganado su pleito:haría de pequeño escudero. Los corcelesde combate, a los que no había quefatigar, eran llevados de la rienda; lasarcas de ropas y corazas se cargaban enlos mulos; los mozos arrastraban lospies por el polvo. Se aposentaban en los

Page 645: La flor de lis y el leon   maurice druon

albergues de los conventos o en casa dealgún pariente que se hallaba al paso yque también se dirigía al torneo. Seregodeaban con otra buena cena,copiosamente rociada de vino, y alapuntar el alba seguían el camino juntos.

Así, de etapa en etapa se engrosabanlos grupos hasta que, con gran aparato,se encontraban con el señor conde delque eran vasallos. Le besaban la mano yse cambiaban algunas trivialidades quese comentarían durante mucho tiempo.Las damas sacaban de las arcas algunosde sus nuevos vestidos, y todos seagregaban al cortejo del conde, que seextendía como media legua, con todos

Page 646: La flor de lis y el leon   maurice druon

los estandartes flameando al sol decomienzos de verano.

Eran ejércitos simulados, equipadoscon lanzas despuntadas, espadasembotadas y mazas sin peso, quecruzaban el Sena, el Eure, el Risle, oremontaban el Loira, para acudir a unaguerra también simulada donde todo erabroma, menos la vanidad.

Ocho días antes del torneo, noquedaba habitación o desvándesocupado en toda la ciudad deEvreux. El rey de Francia instaló sucorte en la mayor abadía, y el rey deBohemia, en cuyo honor se celebrabanlas fiestas, se aposentó en casa del

Page 647: La flor de lis y el leon   maurice druon

conde de Evreux, rey de Navarra.Singular tipo ese Juan de

Luxemburgo, rey de Bohemia; totalmenteinsolvente, con más deudas que tierras,que vivía a expensas del Tesoro deFrancia, pero que de ningún modohubiera soñado presentarse con menospompa que el anfitrión del que obteníasus recursos. Luxemburgo tenía unoscuarenta años, si bien aparentaba treinta;se distinguía por su hermosa barbacastaña, sedosa y desarrollada; por surostro alegre y altivo; sus manos deamables gestos, siempre tendidas.

Era un prodigio de vivacidad, defuerza, de audacia, de alegría y también

Page 648: La flor de lis y el leon   maurice druon

de necedad. De estatura similar a la deFelipe VI, tenía un porte verdaderamentemagnífico, digno, en todos sus aspectos,de un rey tal como se lo figura laimaginación popular. Sabía ganarse elafecto de todos, tanto de los príncipescomo del pueblo, sin excepción; habíallegado incluso a ser amigo a la vez delPapa y del emperador Luis de Baviera,enemigos irreductibles. Maravillosoéxito para un imbécil, porque en estotodos estaban de acuerdo también: Juande Luxemburgo era tan atractivo comoestúpido.

La necedad no impide la empresa; alcontrario, minimiza los obstáculos y

Page 649: La flor de lis y el leon   maurice druon

hace que parezca fácil lo que cualquierinteligencia mediana consideraríadesesperado. Juan de Luxemburgo, quese aburría en su pequeña Bohemia, sehabía ido a Italia, donde se enredó eninsensatas aventuras. «Las luchas entregüelfos y gibelinos destrozan este país,pensó como quien hace un grandescubrimiento. El emperador y el papase disputan repúblicas cuyos habitantesno cesan de matarse entre si. Pues bien,como yo soy amigo de uno y otropartido, que me entreguen esos Estadosy haré que reine la paz en ellos.» Loasombroso es que estuvo a punto deconseguirlo.

Page 650: La flor de lis y el leon   maurice druon

Durante varios meses fue el ídolo deItalia, excepto de los florentinos, gentedifícil de embaucar, y del rey Robertode Nápoles, que empezaba a inquietarsepor ese intruso.

En abril, Juan de Luxemburgosostuvo una entrevista secreta con elcardenal legado, Bertrand du Pouget,pariente del papa, y hasta —se decía—su hijo natural; entrevista por la cual elde Bohemia creía haberlo arregladotodo de golpe: la suerte de Florencia, eldespojo de Rímini a los Malatesta y elestablecimiento de un principadoindependiente con capital en Bolonia.Pues bien, sin saber cómo, sin

Page 651: La flor de lis y el leon   maurice druon

comprender por qué, precisamentecuando sus asuntos progresaban de talmodo que pensaba incluso reponer a suíntimo amigo Luis de Baviera en el tronoimperial, de pronto Juan de Luxemburgovio levantarse contra él a dosformidables coaliciones en las que poruna vez se aliaban güelfos y gibelinos;Florencia se ponía de acuerdo conRoma; el rey de Nápoles, sostén delpapa atacaba por el sur, mientras que elemperador, enemigo del papa, atacabapor el norte, y los dos duques deAustria, el Margrave de Brandeburgo, elrey de Polonia y el rey de Hungríavenían en auxilio. ¡Sorprendente

Page 652: La flor de lis y el leon   maurice druon

resultado para un príncipe tan querido yque deseaba lograr la paz para lositalianos!

Después de dejar ochocientoscaballos a su hijo Carlos para quedominara toda la Lombardía, Juan deLuxemburgo, con la barba al viento, setrasladó rápidamente de Parma aBohemia, donde acaban de entrar losaustriacos. Se echó en brazos de Luis deBaviera y, a fuerza de besuqueo en lasmejillas, disipó el absurdomalentendido. ¿La corona imperial?¡Pero si solo había pensado en ella paraagradar al papa!

Ahora llegaba a tierras de Felipe de

Page 653: La flor de lis y el leon   maurice druon

Valois a fin de rogarle que intervinieraante el rey de Nápoles, y a sonsacarlenuevas subvenciones con el objeto deproseguir su proyecto de reinadopacífico.

¿Qué menos podía hacer Felipe VIque ofrecer un torneo en honor de esehuésped caballeresco?

Así, en la llanura de Evreux, aorillas del Iton, el rey de Francia y elrey de Bohemia, fraternales amigos, ibana librar una simulada batalla... ¡con másgente armada que la que tenía el hijo deese mismo rey de Bohemia paramantener a raya a toda Italia!...

La liza, es decir, el recinto del

Page 654: La flor de lis y el leon   maurice druon

torneo, se trazó en una extensa y llanapradera en la que formaron unrectángulo de cien por setenta metros,cerrado por dos palizadas; una formadapor estacas espaciadas y terminadas enpunta; la otra, en el interior, algo másbaja y bordeada por un barandal. Entreambas palizadas se situaban, durante laspruebas, los mozos de armas de lostorneadores.

En la parte umbrosa se levantaronlos tablados con tres grandes tribunascubiertas de tela y adornadas conestandartes; la del medio era para losjueces, y las otras dos para las damas.

Alrededor del recinto, en la llanura,

Page 655: La flor de lis y el leon   maurice druon

se erguían los pabellones de los mozos ylos palafreneros, lugar al que iba lagente, en sus paseos, para admirar lasmonturas del torneo; sobre cadapabellón ondeaban las armas de supropietario.

Los cuatro primeros días del torneose dedicaron a justas individuales, adesafíos que mutuamente se lanzaban losseñores presentes. Unos buscaban eldesquite de una derrota sufrida en untorneo anterior; otros no habíancompetido nunca y deseaban ponerse aprueba, o bien se invitaba a que seenfrentaran dos justadores famosos.

Las tribunas se llenaban más o

Page 656: La flor de lis y el leon   maurice druon

menos según la calidad de losadversarios. Que dos jóvenes escuderos,tras hacer muchas gestiones, habíanpodido encontrar liza libre para algunahora matinal; entonces los tabladosestaban ocupados solo por algunosamigos o parientes. Pero que seanunciara un lance entre el rey deBohemia y messire Juan de Haínaut,llegado expresamente de Holanda conveinte caballeros, y las tribunasamenazarían derrumbarse. Entonces eracuando las damas arrancaban una mangade su vestido y la entregaban alcaballero escogido, manga que amenudo era postiza, pues estaba cosida

Page 657: La flor de lis y el leon   maurice druon

con unos pocos hilos, fáciles de romper,sobre la verdadera manga, o bienalgunas más atrevidas arrancaban laverdadera y se complacían en descubrirun bello brazo desnudo.

Había toda clase de gente en lastribunas, porque en esa gran afluenciaque hizo de Evreux como una feria denobleza, era imposible la selección.Algunas cortesanas de alto vuelo, tanengalanadas como las baronesas y amenudo más hermosas y de más finosmodales, conseguían deslizarse hasta losmejores sitios, donde con su miradaincitaban a los hombres a nuevostorneos.

Page 658: La flor de lis y el leon   maurice druon

Los justadores que no estaban en elpalenque, bajo pretexto de asistir a lashazañas de un amigo, se sentaban junto alas damas, y así se iniciaban lasgalanterías que continuarían por lanoche en el castillo entre bailes ycarolas.

Messire Juan de Hainaut y el rey deBohemia, invisibles bajo sus armadurasempenachadas, llevaban atadas al astade sus lanzas seis mangas de seda cadauno, como otros tantos corazonesconquistados. Era preciso que uno delos justadores derribara al otro, o que serompiera la lanza.

Las acometidas debían ir dirigidas

Page 659: La flor de lis y el leon   maurice druon

al pecho, y el escudo era curvado, conobjeto de desviarlas. El vientre ibaprotegido por el alto arzón de la silla; yla cabeza, encerrada en el yelmo con lavisera bajada; de este modo losadversarios se lanzaban al combate. Enlas tribunas la gente chillaba o pataleabade gozo. La fuerza de ambos justadoresestaba equilibrada, y durante largotiempo se comentaría la destreza conque Messire de Hainaut dirigía su lanzacontra el ristre de su adversario, asícomo la gallardía con la que el rey deBohemia se erguía como una flechasobre los estribos y aguantaba el choquehasta que las dos lanzas, arqueándose,

Page 660: La flor de lis y el leon   maurice druon

acababan por romperse.En cuanto al conde Roberto de

Artois, que había llegado de la vecinaConches y montaba enormes caballospercherones, era muy temido por supeso. Llevaba los jaeces, la lanza y labanda que ondeaba en el yelmo todo decolor rojo, y tenía especial destreza enatacar al adversario en plena carrera,alzarlo de su silla y tirarlo alpolvoriento suelo.

Pero monseñor de Artois estabamalhumorado esos días; hubiérase dichoque participaba en los juegos por debermás que por gusto.

Mientras tanto, los jueces del torneo,

Page 661: La flor de lis y el leon   maurice druon

escogidos entre los más importantespersonajes del reino, como elcondestable Raul de Brienne o messireMiles de Noyers, se ocupaban de laorganización del gran torneo final.

Entre el tiempo que tardaban enponer y quitar los arneses, en asistir alas justas, comentar los lances, atender alos caballeros que por vanidad preferíancombatir bajo tal o cual pendón, asícomo los ratos transcurridos en la mesa,o escuchando a los juglares después delos banquetes, o bailando después deoídas las canciones, el rey de Francia, elrey de Bohemia y sus consejeros apenasdisponían de una hora cada día para

Page 662: La flor de lis y el leon   maurice druon

dedicarse a los asuntos de Italia, queeran, a fin de cuentas, el motivo de estareunión. Pero ya se sabe que los másgraves asuntos se arreglan en pocaspalabras cuando los interlocutores estánpredispuestos a ponerse de acuerdo.

Como verdaderos reyes de la TablaRedonda, Felipe de Valois,magníficamente trajeado con sus ropasbordadas, y Juan de Luxemburgo, nomenos suntuoso, intercambiaban,cubiletes en mano, solemnesdeclaraciones de amistad; y a toda prisadecidían enviar una carta al Papa JuanXXII o una embajada al rey Roberto deNápoles.

Page 663: La flor de lis y el leon   maurice druon

—¡Ah!, tendremos que hablartambién un poco de la cruzada, mi buenSire —decía Felipe VI.

Y es que el rey de Francia habíaresucitado el gran proyecto de su padrey de su primo Carlos el Hermoso. Todoiba tan bien en su reino, el Tesoroestaba tan abundantemente provisto y lapaz de Europa tan asegurada, con laayuda del rey de Bohemia, que habíaque preparar con urgencia, por el honory prosperidad de las naciones cristianas,una grande y gloriosa expedición contralos infieles.

—¡Ah!, monseñores, los cuernosllaman...

Page 664: La flor de lis y el leon   maurice druon

Se levantaba la conferencia; despuésde la comida o al día siguiente yadiscutirían sobre la cruzada.

En la mesa se hablaba con burla deljoven Eduardo, rey de Inglaterra, el cualhabía venido hacia tres meses,disfrazado de mercader y acompañadosolo por Lord Montaigu, paraentrevistarse secretamente con el rey deFrancia. ¡Si, vestido como un negociantelombardo cualquiera! ¿Y con qué fin?Para concluir un acuerdo comercialsobre los suministros de lana a Flandes.Un verdadero mercader. ¡Traficaba enlanas! ¿Se había visto jamás a unpríncipe afanarse en tales asuntos, como

Page 665: La flor de lis y el leon   maurice druon

cualquier burgués de los gremios o delas hansas?

—¡Pues bien, amigos, tal como élquería, lo recibí como a un mercader!(En el original francés hay un juego depalabras intraducible entre «enmarchand», como a un mercader y «enmarchant», andando.) —se burlabaFelipe de Valois, encantado con suingenio—. Sin fiestas ni torneos,andando por las alamedas del bosque deHalatte, y le ofrecí una pequeña y frugalcena.

¡Era un hombre de ideas absurdasaquel jovencito! ¿No estabaestableciendo en su reino un ejército

Page 666: La flor de lis y el leon   maurice druon

permanente de a pie con servicioobligatorio? ¿Qué se podía esperar deesos pedestres, cuando todo el mundosabía —y así lo había demostrado labatalla del monte Cassel— que en loscombates solo cuenta la caballería y quelos soldados de infantería huyen tanpronto como ven aparecer una coraza?

—De todos modos, parece que reinamayor orden en Inglaterra desde quecolgaron a Lord Mortimer —observóMiles de Noyers.

—Reina el orden —respondióFelipe VI— porque los barones inglesesestán cansados, al menos por un tiempo,de tanto pelearse. Cuando recobren el

Page 667: La flor de lis y el leon   maurice druon

aliento el pobre Eduardo verá lo pocoque puede contra ellos con su ejércitopedestre. Y no hace mucho que elmuchacho pensó en reclamar la coronade Francia... Vamos, monseñores,¿sentís no tenerlo por príncipe, o bienpreferís a vuestro «rey encontrado»? —añadió, golpeándose el pecho conorgullo.

Al salir de cada banquete, Felipesolía decir a Roberto de Artois en vozbaja:

—Hermano, quiero hablar contigo asolas, y de algo muy grave.

—Cuando lo desees, señor primo.—Pues bien, esta noche...

Page 668: La flor de lis y el leon   maurice druon

Pero por la noche había baile, yRoberto no hacía nada para apresuraruna entrevista cuyo objeto adivinaba.Desde que la Divion, en prisión todavía,había confesado, se habían hecho otrosmuchos arrestos, entre ellos el delnotario Tesson, y se había sometido atodos los testigos a un careo... Se habíaobservado que durante las brevesentrevistas con el rey de Bohemia,Felipe VI no había solicitado, como erade esperar, el consejo de Roberto, loque podía interpretarse como un signode desgracia.

La víspera del torneo, el «rey dearmas»22, acompañado de sus heraldos y

Page 669: La flor de lis y el leon   maurice druon

trompeteros, se presentó en el castillo,en las moradas de los principalesseñores y en la liza, para proclamar:

—«¡Oíd, oíd, altísimos y poderosospríncipes, duques, condes, barones,señores, caballeros y escuderos! Departe de monseñores los jueces deltorneo os hago saber que cada cual devosotros deberá hoy mismo llevar elyelmo bajo el que deba tornear, asícomo sus estandartes, a la mansión demonseñores los jueces para que dichosseñores los jueces puedan comenzar asepararlos por campos; y luego queestén divididos, las damas vendrán averlos y visitarlos; y esto es todo lo que

Page 670: La flor de lis y el leon   maurice druon

se hará el día de hoy, aparte de losbailes después de la cena.»

En la hostería de los jueces, losmozos de armas iban presentando losyelmos que eran alineados sobre lasarcas en el claustro y se dividían segúnlos campos. Parecían los despojos de unejército loco decapitado. Pues loscontendientes, para distinguirse entre sídurante la batalla, ponían en sus yelmos,encima de su tortil o de su coronacondal, los emblemas más vistosos oextraños: un águila, un dragón, una mujerdesnuda, una sirena o un unicornioerguido. Además se ataban a los cascoslargas bandas de seda con los colores

Page 671: La flor de lis y el leon   maurice druon

del señor.Por la tarde las damas fueron a la

hostería y, precedidas por los jueces ylos dos jefes de torneo, es decir, el reyde Francia y el rey de Bohemia, fueroninvitadas a dar una vuelta al claustromientras un heraldo se detenía en cadayelmo y nombraba a su poseedor:

—Messire Juan de Hainaut...,monseñor el conde de Blois..., monseñorde Evreux, rey de Navarra...

Algunos yelmos estaban pintados delmismo color de las espadas y los palosde las lanzas, de donde lossobrenombres de: Caballero de lasarmas blancas o Caballero de las armas

Page 672: La flor de lis y el leon   maurice druon

negras.—Messire el mariscal Roberto

Bertrand, caballero del Verde León...Venía después un monumental yelmo

rojo, rematado por una torre de oro:—Monseñor Roberto de Artois,

conde de Beaumont–leRoger...La reina Juana, que encabezaba la

fila de las damas avanzando con su pasodesigual, hizo ademán de extender lamano. Felipe VI le asió la muñeca y,fingiendo ayudarle a andar, le dijo envoz baja:

—¡Guardaos bien, querida!La reina Juana sonrió malignamente.—Hubiera sido una buena ocasión...

Page 673: La flor de lis y el leon   maurice druon

—susurró a su vecina y cuñada, la jovencondesa de Borgoña.

Y es que según las reglas del torneo,si una dama tocaba un yelmo, elcaballero al cual pertenecía el yelmo seconvertía en «recomendado», es decir,perdía todo derecho a participar en lalid. Los demás se unían para atacarlocon golpes de lanza cuando entraba enliza; se le quitaba el caballo, que sedaba a los trompeteros; y en cuanto a él,lo encaramaban a la fuerza sobre elbarandal que limitaba el campo y se leobligaba a quedarse allí, a horcajadas,de un modo ridículo, durante eltranscurso del torneo. Tal deshonor se

Page 674: La flor de lis y el leon   maurice druon

infligía al que hubiera injuriado a unadama o de cualquier otro modo hubierafaltado al honor, sea por préstamosusurarios o por dar «falsa palabra».

El gesto de la reina no pasóinadvertido a la señora de Beaumont,que palideció. Se acercó a su hermanoel rey y le reprochó el hecho.

—Hermana mía —le respondióFelipe VI con expresión severa—,haríais mejor en darme las gracias, envez de quejaros.

Por la noche, en el baile, todo elmundo estaba al corriente del incidente.La reina había hecho ademán de«recomendar» al conde de Artois. El

Page 675: La flor de lis y el leon   maurice druon

rostro de éste tenía la expresión de suspeores días. Al empezar las carolas,rehusó ostensiblemente la mano de laduquesa de Borgoña, y se plantó delantede la reina Juana, quien nunca bailaba acausa de su defecto físico, y allí semantuvo largo rato, con el brazocurvado como invitándola, lo que erauna afrenta, pérfida y vengativa. Lasesposas miraban a sus maridos; lasviolas y las arpas sonaban en medio deun silencio angustioso.

El menor incidente hubiera bastadopara adelantar el torneo una noche yhubiera provocado una inmediatarefriega en la sala de baile.

Page 676: La flor de lis y el leon   maurice druon

La entrada del rey de armas,escoltado por sus heraldos y llegadopara anunciar una nueva proclama,produjo una útil distracción.

—«¡Oíd, altos y poderosospríncipes, señores, barones, caballerosy escuderos que habéis acudido altorneo! De parte de monseñores losjueces os hago saber que cada uno devosotros debe hallarse mañana amediodía en las lizas, con las armas ypresto para la lid, ya que una horadespués de las doce los jueces haráncortar las cuerdas para que comience eltorneo, en el que se otorgarán ricospremios entregados por las damas.

Page 677: La flor de lis y el leon   maurice druon

Además, debo avisaros que nadie denosotros lleve a las filas mozos acaballo que pasen de la cantidad que sefijó así: cuatro mozos para lospríncipes, tres para los condes, dos paralos caballeros y uno para los escuderos;y en cuanto a los mozos infantes, podéistraer los que queráis, como ha sidoordenado por los jueces. Además se osruega que levantéis la diestra en altohacia los santos, y juntos prometáis queninguno de vosotros golpeará conestoque a sabiendas en dicho torneo, nitampoco por debajo de la cintura; y, porotra parte, si por ventura el yelmo caede la cabeza de alguno de vosotros,

Page 678: La flor de lis y el leon   maurice druon

ninguno debe atacarlo hasta que elyelmo sea repuesto y atado; y si así nolo hacéis perderéis la armadura y elcorcel, y vuestros nombres seproclamarán como proscritos del torneo.De suerte que jurad y prometed ennombre de la ley por vuestro honor.»

Todos los torneadores presentesalzaron la mano y exclamaron:

—¡Si, sí, lo juramos!—Tened buen cuidado mañana —

dijo el duque de Borgoña a suscaballeros—, pues nuestro primo deArtois puede portarse mal y no respetartodas las reglas.

Y seguidamente continuó el baile.

Page 679: La flor de lis y el leon   maurice druon

VIII.- Honor de par,honor de rey

Los caballeros que iban a intervenir enla justa se encontraban en los pabellonesde tela bordada en los que ondeaban susestandartes, y se equipaban: primero, lascalzas de mallas a las que se sujetabanlas espuelas; después las placas dehierro que cubrían las piernas y losbrazos; seguidamente la loriga de gruesocuero sobre la que se vestía la armaduradel cuerpo, especie de tonelete dehierro, articulado o bien de una solapieza, según las preferencias. Luego se

Page 680: La flor de lis y el leon   maurice druon

colocaba el capacete de cuero paraprotegerse contra los choques del yelmo,y este, con penacho o con emblemas, seenlazaba al cuello de la loriga mediantecorreas de cuero. Por encima de laarmadura se pasaba la cota de seda, decolor brillante, larga, flotante, conenormes mangas festoneadas quecolgaban de los hombros, y los escudosde armas bordados en el pecho.Finalmente el caballero recibía laespada, de filo embotado, y el escudo,tarja o rodela.

Fuera esperaba el corcel, cubiertopor una gualdrapa blasonada, tascandoel freno, y con el frontal protegido por

Page 681: La flor de lis y el leon   maurice druon

una placa de hierro en la que se habíafijado, como en el yelmo del dueño, unáguila, un dragón, un león, una torre o unpenacho de plumas.

Los mozos de armas sostenían lastres lanzas despuntadas de que disponíacada contendiente, así como una maza lobastante ligera para no ser mortal.

Los miembros de la nobleza sepaseaban entre los pabellones, mirabancomo se guarnecían los campeones y porúltima vez daban ánimos a sus amigos.

Juan, el pequeño príncipeprimogénito del rey, contemplaba,admirado, los preparativos, y Juan elLoco, que lo acompañaba, hacia muecas

Page 682: La flor de lis y el leon   maurice druon

bajo su bonete de bufón.Una compañía de arqueros mantenía

a distancia a la gente del pueblo,bastante numerosa; pronto no verían másque polvo, pues hacía cuatro días quelos justadores pisaban las lizas y habíadesaparecido la hierba del suelo que,aunque regado, se transformaba enpolvareda.

Ya antes de montar a caballo, losque iban a entrar en liza estabaninundados de sudor bajo los arneses,cuyas placas de hierro se calentaban alfuerte sol de julio. Bien perderían doskilos durante el día.

Los heraldos pasaban gritando:

Page 683: La flor de lis y el leon   maurice druon

—¡Enlazad yelmos! ¡Enlazadyelmos, señores caballeros, e izadestandartes para escoltar el estandartedel jefe!

Los tablados estaban llenos deespectadores, y los jueces, entre ellos elcondestable messire Miles de Noyers yel duque de Borbón se encontraban cadacual en su sitio en la tribuna central.

Sonaron las trompas; lostorneadores, con la ayuda de sus mozos,montaron pesadamente a caballo y sedirigieron unos frente a la tienda del reyde Francia, otros frente a la del rey deBohemia, donde formaron un cortejo, dedos en dos, seguido cada caballero de su

Page 684: La flor de lis y el leon   maurice druon

portaestandarte, e hicieron su entrada enlas lizas.

Unas cuerdas dividían el recinto endos mitades, en el sentido de la largura.Los dos bandos se alinearon frente afrente. Después de unos largos toques detrompeta, el rey de armas avanzo unospasos y repitió por última vez lascondiciones del torneo. Finalmenteexclamo:

—¡Cortad cuerdas, gritad batalla,cuando queráis!

El duque de Borbón no oía jamás sincierta congoja ese grito, pues era elmismo que en otros tiempos lanzaba supadre, Roberto de Clermont, sexto hijo

Page 685: La flor de lis y el leon   maurice druon

de San Luis, en las crisis de locura quetenía a menudo en medio de una comidao de un Consejo real. El duque deBorbón prefería ser juez a contendedor.

Los hombres designados pararomper las cuerdas descargaron sushachas. Los portaestandartes salieron delas filas; los mozos a caballo, armadoscon trozos de lanzas que no tenían másde un metro, se alinearon contra elbarandal, dispuestos a ir en auxilio desus dueños.

Luego la tierra tembló bajo loscascos de doscientos caballos lanzadosal galope unos contra otros; empezaba larefriega.

Page 686: La flor de lis y el leon   maurice druon

Las damas, de pie en las tribunas ygritando, seguían con los ojos el yelmodel caballero preferido. Los juecesobservaban atentamente los lances paradesignar a los vencedores. El chocar delas lanzas, los estribos, las armaduras yde toda aquella herrería, producía unestrépito infernal.

La polvareda tapaba el sol.En el primer encuentro, cuatro

caballeros fueron derribados de suscorceles y otros veinte se quedaron conla lanza rota. Los mozos, respondiendo alos aullidos que salían de las aberturasde los yelmos, se apresuraban a llevarnuevas lanzas a los combatientes

Page 687: La flor de lis y el leon   maurice druon

desarmados y a levantar a losdesarzonados que pataleaban en el suelocomo cangrejos patas arriba. Uno deellos tenía una pierna rota y tuvo que serretirado por cuatro hombres.

Miles de Noyers se mostrabadisplicente y, aunque era juez, seinteresaba muy vagamente en elespectáculo. A decir verdad, estaba allíperdiendo el tiempo. Tenía que presidirlos trabajos de la Cámara de Cuentas,fiscalizar los decretos del Parlamento,vigilar la administración general delreino; pero, para complacer al rey,debía permanecer allí, mirando comoaquellos vocingleros rompían lanzas de

Page 688: La flor de lis y el leon   maurice druon

fresno. No ocultaba sus sentimientos.—Todos esos torneos cuestan

demasiado; son derroches inútiles quedisgustan al pueblo —decía a susvecinos—. ¡El rey no oye protestar enlas aldeas y en las campiñas! Cuandopasa, no ve más que a gente que seinclina para besarle los pies; pero yoconozco bien los informes que me traenlos bailes y prebostes. ¡Vano despilfarrode orgullo y futilidad! Durante estos díasno se hace nada; las ordenanzas tardandos semanas en firmarse; el Consejo nose reúne más que para decidir quién serárey de armas o caballero de honor. Lagrandeza de un reino no se mide por

Page 689: La flor de lis y el leon   maurice druon

esos simulacros de caballería. Bien losabía el rey Felipe el Hermoso, que, deacuerdo con el Papa Clemente, prohibiólos torneos.

El condestable Raul de Brienne,poniendo la mano a manera de pantallasobre los ojos para ver la refriega,respondió:

—Ciertamente no os equivocáis,messire; pero olvidáis que el torneo esun excelente entrenamiento para laguerra.

—¿Qué guerra? —preguntó Miles deNoyers—. ¿Creéis, acaso, que iremos ala guerra con esos pasteles de bodas enla cabeza y esas mangas festoneadas que

Page 690: La flor de lis y el leon   maurice druon

cuelgan más de dos varas? Os concedoque las justas ejercitan la destreza parael combate; pero el torneo, desde que nose hace con armadura de guerra y elcaballero no lleva el verdadero peso, haperdido todo el sentido.

Incluso es pernicioso, pues nuestrosjóvenes escuderos que no han servido enlas huestes creerán que el enemigo hacelo mismo y que se ataca sólo cuando seoye el grito de «¡cortad cuerdas!».

Miles de Noyers tenía autoridadpara hablar así, pues había sidomariscal del ejército en los tiempos enque su cuñado Gaucher de Chatillonempezaba a desempeñar su cargo de

Page 691: La flor de lis y el leon   maurice druon

condestable, y Brienne se ejercitabatodavía en el estafermo.

—Conviene también que nuestrosseñores aprendan a conocerse para lacruzada —dijo el duque de Borbón conaire de entendido.

Miles de Noyers se encogió dehombros. ¡Si que podía el duque, esemandilón de leyenda, hablar de cruzada!

Messire Miles estaba cansado develar por los asuntos de Francia, bajo unsoberano a quien todos consideraban tanadmirable pero que a él, por su largaexperiencia en el poder, le parecía pococapaz. Le sobreviene cierta fatiga a unocuando hay que continuar esforzándose

Page 692: La flor de lis y el leon   maurice druon

en una dirección que nadie aprueba; yMiles, que había empezado su carrera enel tribunal de Borgoña, se preguntaba sino volvería pronto a él. Más valíaadministrar sabiamente un ducado quedisparatadamente un reino; y el duqueEudes le había hecho sugestiones en estesentido. Lo buscó con la mirada en larefriega y lo vio en el suelo, derribadopor Roberto de Artois. Entonces Milesde Noyers volvió a interesarse en eltorneo.

Mientras los mozos ayudaban aEudes a levantarse, Roberto desmontó yofreció a su adversario un combate apie. Maza y espada en mano, las dos

Page 693: La flor de lis y el leon   maurice druon

torres de hierro avanzaron una haciaotra, con paso vacilante, y empezaron agolpearse. Miles Vigilaba a Roberto deArtois, dispuesto a descalificarlo a lamenor falta. Pero Roberto observaba lasreglas, no atacaba más que de cinturapara arriba y su espada no golpeaba másque de lado. Con la maza martilleaba elyelmo del duque de Borgoña hastaaplastarle el dragón que lo coronaba. Yaunque la maza pesaba sólo medio kilo,el otro debía de tener el cráneo bastantequebrantado, pues empezaba adefenderse mal, y su espada en vez dealcanzar a Roberto, no daba más quegolpes en el aire. Al querer esquivar,

Page 694: La flor de lis y el leon   maurice druon

Eudes de Borgoña perdió el equilibrio;Roberto le puso un pie sobre el pecho yla punta de la espada en la lazada delyelmo; el duque pidió merced. Se habíarendido y debía abandonar el combate.Roberto se hizo ayudar a montar denuevo y pasó a galope orgullosamenteante las tribunas. Una dama entusiasta searrancó la manga, que Roberto recogiócon la punta de la lanza.

—Monseñor Roberto deberíamostrar menos soberbia estos días —comentó Miles de Noyers.

—¡Bah! —exclamó Raul de Brienne—. El rey lo protege.

—¿Hasta cuándo? —repuso Miles

Page 695: La flor de lis y el leon   maurice druon

de Noyers—. La señora Mahaut parecehaberse muerto demasiado aprisa, ydoña Juana la Viuda, lo mismo. Y luego,hay una tal Beatriz de Hirson, azafata dedichas señoras, que ha desaparecido y ala que su familia busca en vano... Elduque de Borgoña hará bien haciendoprobar sus platos antes de comer.

—Vuestros sentimientos haciaRoberto han cambiado mucho. El añopasado le erais muy adicto.

—Es que el año pasado no tenía queinstruir su caso, cuyo segundo examende testigos acabo de dirigir...

—¡Ah! Messire de Hainaut ataca —dijo el condestable.

Page 696: La flor de lis y el leon   maurice druon

Juan de Hainaut, que secundaba alrey de Bohemia, luchaba con enormebrío; no había ningún señor importanteen el bando del rey de Francia a quien élno quisiera desafiar; desde ahora sesabía que recibiría el trofeo devencedor.

El torneo duró una hora completa, alcabo de la cual los jueces hicieron tocarde nuevo las trompetas, abrir lasbarreras y separarse las filas. Unadecena de caballeros y escuderos deArtois, no obstante, parecía no haberoído la señal, y en una esquina de la lizaseguían apaleando con energía a cuatroseñores borgoñones. Roberto no estaba

Page 697: La flor de lis y el leon   maurice druon

entre ellos, pero seguro que habíainspirado a sus hombres; la lucha podíaconvertirse en una carnicería. El reyFelipe VI se vio obligado a hacersequitar el yelmo, y, con la cabezadescubierta para que lo reconocieran, yentre la admiración de todos, fue aseparar a aquellos luchadoresencarnizados.

Precedidas por los heraldos ytrompeteros, las dos tropas volvieron aformar cortejo para salir del campo.Ahora era un conjunto de armadurasalabeadas, cotas en guiñapos, pinturasraspadas, caballos cojos bajogualdrapas desgarradas. El saldo era un

Page 698: La flor de lis y el leon   maurice druon

muerto y varios lisiados para toda suvida. Aparte de messire Juan deHainaut, a quien iría a parar el premioofrecido por la reina, todos los quehabían contendido en esta justarecibirían un regalo como recuerdo, unjarrón de plata sobredorada, una copa ouna escudilla de plata.

En sus pabellones, cuyos cortinajeshabían sido levantados, los señores sequitaban los arneses, mostrando susrostros congestionados, sus manosdesolladas por la juntura de losguanteletes y sus piernas tumefactas.Mientras tanto se hacían comentarios.

—Nada más empezar, mi yelmo se

Page 699: La flor de lis y el leon   maurice druon

ha alabeado. Eso es lo que me molestópara...

—Si el señor de Courgent no sehubiera lanzado en vuestra ayuda,¡hubierais visto, amigo!

—¡Poco aguantó el duque Eudes antemonseñor Roberto!...

—¡Ah, Brecy se ha portado bien, loreconozco!

Risas, enojo, jadeos de cansancio;los justadores se dirigían a lossudaderos instalados en una granjacercana y se metían en las artesillaspreparadas, primero los principales,luego los barones, seguidamente loscaballeros y, por último los escuderos.

Page 700: La flor de lis y el leon   maurice druon

Había entre ellos esa familiaridad,amistosa y sólida, que crean lascompeticiones físicas, pero seadivinaban también ciertos rencorespertinaces.

Felipe VI y Roberto de Artois seremojaban en dos cubas gemelas.

—Hermoso torneo, hermoso torneo—decía Felipe—. ¡Ah, hermano, debohablarte!

—Sire, hermano, soy todo oídos.El paso que iba a dar molestaba

visiblemente a Felipe. Pero, para hablarfrancamente con su primo, su cuñado, suamigo de juventud y de siempre, ¿quémejor momento que este, en que

Page 701: La flor de lis y el leon   maurice druon

acababan de lidiar juntos y en que losgritos que llenaban la granja, los golpesque los caballeros se daban en loshombros, los chapoteos, el vapor quesubía de las cubas, aislabanperfectamente su conversación?

—Roberto, tu proceso va malporque tus cartas son falsas.

Roberto asomó por sobre la cuba suscabellos rojos y sus rojas mejillas.

—¡No, hermano, son verdaderas!El rey tuvo una expresión de pesar.—Roberto, por lo que más quieras,

no te obstines por un camino tan malo.He hecho por ti todo lo que he podido, ycontra la opinión de muchos, tanto de mi

Page 702: La flor de lis y el leon   maurice druon

familia como de mi Consejo.Sólo he consentido la entrega del

Artois a la duquesa de Borgoña bajoreserva de tus derechos. He puesto comogobernador a Ferry de Picquigny, que tees tan adicto. He propuesto a la duquesacomprarle de nuevo el Artois paraentregártelo a ti...

—No hay necesidad de comprarlo,pues es mío...

Ante tan persistente testarudez,Felipe VI hizo un gesto de irritación.Gritó a su ayuda de cámara:

—¡Trousseau! Un poco más de aguafresca, por favor.

Luego prosiguió:

Page 703: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Son las comunas de Artois las queno han querido pagar el precio paracambiar de dueño.

¿Qué puedo hacer yo?... Laordenanza de apertura de tu procesoespera desde hace un mes. Desde haceun mes rehúso firmarla porque no quieroque mi hermano tenga que enfrentarsecon bajas gentes que lo mancillarán conun fango del que no estoy seguro que sepueda lavar. Todos somos falibles;nadie de nosotros puede pretender habercometido solo buenas acciones. Tustestigos han sido sobornados oamenazados; tu notario ha hablado; hansido encarcelados los falsificadores, y

Page 704: La flor de lis y el leon   maurice druon

han confesado haber escrito esosdocumentos.

—Son legítimas —repitió Roberto.Felipe VI suspiró. ¡Cuántos

esfuerzos se requieren para salvar a unhombre que no desea salvarse!

—Yo no digo, Roberto, que seasverdaderamente culpable. No digo,como pretenden, que hayas amañadoesas cartas. Te las trajeron, las creístelegítimas y te engañaron...

Roberto, dentro de la cuba, contraíalas mandíbulas.

—Quizá —continuó Felipe— es mipropia hermana, tu esposa, quien te haengañado. Las mujeres hacen esas cosas,

Page 705: La flor de lis y el leon   maurice druon

creyendo a veces ayudarnos. La falsedades su naturaleza. Por ejemplo, la mía notuvo ningún escrúpulo para robarme elsello.

—Sí, las mujeres son falsas —asintió Roberto con cólera—. Todo esoes un manejo de mujeres montado entretu esposa y su cuñada de Borgoña. ¡Noconozco en absoluto a esas viles gentescuyas confesiones, arrancadas por eltormento, se utilizan contra mi!

—Deseo también considerar comocalumnia —dijo Felipe en voz más baja— lo que dicen de la muerte de tu tía...

—¡Pero si había cenado en tu casa!—Pero su hija no, y falleció en dos

Page 706: La flor de lis y el leon   maurice druon

días.—Yo no era el único enemigo que

ambas se habían hecho durante superversa vida —respondió Roberto confingida indiferencia.

Salió de la cuba y pidió telas parasecarse. Felipe hizo otro tanto. Estabanuno frente a otro, desnudos, con suscuerpos velludos y de piel rosada, susservidores aguardaban a ciertadistancia, con los vestidos de lujo bajoel brazo.

—Roberto, espero tu respuesta —dijo el rey.

—¿Qué respuesta?—Que renuncies al Artois, para que

Page 707: La flor de lis y el leon   maurice druon

yo pueda zanjar el asunto...—Y para que puedas recobrar la

palabra que me diste antes de ser rey.Sire, hermano, ¿has olvidado acaso queyo te llevé al trono, que gané para ti elfavor de los pares y que te conseguí elcetro?

Felipe de Valois cogió a Robertopor las muñecas y lo miró fijamente alos ojos.

—Si lo hubiera olvidado, Roberto,¿crees que te hablaría como te estoyhablando?... Por última vez, renuncia.

—Jamás renunciaré —respondió elgigante negando con la cabeza.

—¿Es al rey a quien respondes?

Page 708: La flor de lis y el leon   maurice druon

—Sí, Sire, al rey.Felipe le soltó las muñecas.—Entonces, si no quieres salvar tu

honor de par —dijo—, ¡yo procurarésalvar mi honor de rey!

Page 709: La flor de lis y el leon   maurice druon

IX.- Los Tolomei

—Aceptad mis disculpas, monseñor, porno poder levantarme para acojerosmejor —dijo Spinello Tolomei con vozjadeante, al entrar Roberto de Artois.

El viejo banquero yacía en un lechoque se había arreglado en su gabinete detrabajo; un delgado cubrecama dejabaadivinar la forma de su abultado vientrey enjuto pecho. Una barba de ocho díassobre las mejillas hundidas parecía undepósito de sal, y su boca azuladajadeaba como buscando el aire. Peropor la ventana, que daba a la calle de

Page 710: La flor de lis y el leon   maurice druon

los Lombardos, no entraba aire fresco;París hervía bajo el sol de una tarde deagosto.

Poca vida quedaba en el cuerpo delseñor Tolomei, ni tampoco en la miradadel único ojo que abría, el cual noexpresaba más que un despreciocansino, como si ochenta años deexistencia hubieran sido un esfuerzocompletamente inútil.

Alrededor del lecho había cuatrohombres de atezada piel, labiosdelgados, relucientes ojos comoaceitunas negras, y vestidos de oscuro.

—Mis primos, Tolomeo Tolomei,Andra Tolomei, y Giaccomo Tolomei...

Page 711: La flor de lis y el leon   maurice druon

—dijo el moribundo señalándolos—.Ya conocéis a mi sobrino, GuccioBaglioni...

A los treinta y cinco años eranblancas ya las sienes de Guccio.

—Han venido de Siena para vermemorir... y también para otras cosas —añadió lentamente el viejo banquero.

En calzones de viaje y con el bustoligeramente inclinado en el asiento quese le había ofrecido, Roberto de Artoismiraba al anciano con la falsa atenciónde quien está obsesionado por unagravísima preocupación.

—Monseñor de Artois es un amigo,de verdad lo es —dijo Tolomei,

Page 712: La flor de lis y el leon   maurice druon

dirigiéndose a sus parientes—. Todocuanto pueda hacerse por él debehacerse; a menudo nos ha salvado anosotros; y no ha dependido de él, estavez...

Como los primos sieneses entendíanmal el francés, Guccio les tradujorápidamente las palabras del tío; alunísono los tres primos asintieron con ungesto de sus oscuros ojos.

—Pero si lo que necesitáis esdinero, monseñor, ¡ay de nosotros!, puespese al agradecimiento que sentimos porvos, nada podemos hacer. Y bien sabéispor qué...

Se veía que Spinello Tolomei

Page 713: La flor de lis y el leon   maurice druon

economizaba sus fuerzas. No tenía porqué extenderse más.

¿Para qué comentar la dramáticasituación en que se hallaban desde hacíaunos meses los banqueros italianos?

En enero el rey había promulgadouna orden por la que se amenazaba deexpulsión a todos los Lombardos. Noera nada nuevo; siempre que un reinadose encontraba en situación difícil, se lesamenazaba y se les arrebataba una partede su fortuna, obligándolos a pagar denuevo su derecho de residencia. Paracompensar esta pérdida, los banquerosincrementaban el tipo de usura duranteun año. Pero esta vez la orden implicaba

Page 714: La flor de lis y el leon   maurice druon

una medida más grave: se anulabantodos los créditos de los italianos contralos señores franceses; se prohibía a losdeudores pagar sus débitos, aunquepudieran y quisieran hacerlo. Lossargentos reales montaban guardia a lapuerta de las oficinas y hacían volverseatrás a los clientes honrados que veníana pagar sus créditos. Los banquerositalianos estaban desesperados.

—Y todo porque la nobleza estádemasiado endeudada por sus insensatasfiestas, ¡con esos torneos en que sólopretenden lucirse ante el rey! Ni conFelipe el Hermoso fuimos tan maltratados.

Page 715: La flor de lis y el leon   maurice druon

—He abogado por vosotros —dijoRoberto.

—Lo sé, lo sé, monseñor. Siempredefendisteis a nuestras compañías. Y yaveis, no estáis en mejor situación quenosotros... Nosotros que creíamos quetodo se arreglaría como en otrasocasiones. Pero con la muerte de Maccidei Macci hemos recibido el golpe degracia.

El anciano dirigió una mirada a laventana y se calló.

Macci dei Macci, uno de los másimportantes financieros italianos deFrancia, a quien desde el principio de sureinado Felipe VI, aconsejado por

Page 716: La flor de lis y el leon   maurice druon

Roberto, había confiado laadministración del Tesoro, acababa deser colgado tras un juicio sumario lasemana anterior.

Con la voz cargada de contenidacólera, Guccio Baglioni dijo:

—Un hombre que había puesto todosu empeño y toda su astucia al serviciodel reino. Se sentía más francés que sihubiera nacido al lado del Sena. ¿Seenriqueció en su oficio más que los quelo han hecho colgar? ¡Los italianos sonsiempre las víctimas, pues no tienenmedios de defenderse!

Los primeros sieneses captaban loque podían de la conversación; al oír el

Page 717: La flor de lis y el leon   maurice druon

nombre de Macci dei Macci, su ceñohabía subido hasta media frente y,cerrados los párpados emitieron de susgargantas un mismo lamento.

—Tolomei —dijo Roberto de Artois—, no vengo a pediros dinero, sino arogaros que lo toméis.

Pese a su debilidad, maese Tolomeiirguió ligeramente el torso; tansorprendente era la declaración.

—Si —siguió Roberto—, quieroentregaros todo mi tesoro en monedascontra letras de cambio.

Me voy, salgo del reino.—¿Vos, monseñor? ¿Tan mal va

vuestro proceso? ¿Ha sido contraria la

Page 718: La flor de lis y el leon   maurice druon

sentencia?—Lo será dentro de cuatro semanas.

¿Sabes, banquero, como me trata ese reycuya hermana es mi esposa y que sin míjamás hubiera llegado a rey? ¡Haenviado a su baile de Gisors aproclamar delante de la puerta de todosmis castillos, en Conches, en Beaumont,en Orbec, que me emplazabajudicialmente para San Miguel ante sutribunal real! Un simulacro de justiciacuyo fallo desfavorable estaprácticamente dictado. Felipe ha soltadoa todos sus sabuesos en mi Persecución:Sainte Maure, su malvado canciller;Forget, el ladrón de su tesorero; con

Page 719: La flor de lis y el leon   maurice druon

Mateo de Trye, su mariscal, y Miles deNoyers para indicarles el rastro. Losmismos que se confabularon contravosotros, ¡los mismos que colgaron avuestro amigo Macci dei Macci ¡Ella haganado, la reina mala, la Coja; y laborgoñona la empuja, la villana! Hanechado a mis notarios y a mi capellán alcalabozo y han torturado a mis testigospara obligarlos a retractarse... Puesbien, que me juzguen, ¡pero yo no estaréallí! ¡Me han robado el Artois; pues queme deshonren a placer! ¡Este reino ya noes nada para mí, y su rey es mi enemigo;saldré de sus fronteras para hacerle todoel daño que pueda! ¡Mañana estaré en

Page 720: La flor de lis y el leon   maurice druon

Conches y mandaré desde allí miscaballos, mi ajuar, mis joyas y misarmas a Burdeos, para embarcarlos enun navío de Inglaterra! ¡Quierenapoderarse de mi cuerpo y de misbienes, pero no me atraparán!

—¿A Inglaterra vais, monseñor? —preguntó Tolomei.

—Primero pediré refugio a mihermana, la condesa de Namur.

—¿Irá con vos vuestra esposa?—Vendrá luego. Y bien, banquero:

doy mi tesoro de monedas contra letrasde cambio pagaderas en vuestrassucursales de Holanda e Inglaterra. Yquedaos con dos libras de cada veinte.

Page 721: La flor de lis y el leon   maurice druon

Tolomei volvió la cabeza a un ladosobre la almohada y empezó a hablarcon su sobrino y sus primos en italiano,sin que Roberto entendiese una palabra.Captó los nombres de débito...rimborso... depósito... Al aceptar eldinero de un señor francés, la compañíade los Tolomei ¿no infringía laordenanza? No, pues no se trataba de unpago de deuda sino de un depósito...

Tolomei volvió de nuevo haciaRoberto de Artois su rostro de sal y suslabios azulados.

—Nosotros también nos vamos,monseñor; o, mejor dicho, ellos se van...—rectificó, señalando a sus parientes—.

Page 722: La flor de lis y el leon   maurice druon

Se llevarán, pues, cuanto tenemos aquí.Nuestras compañías están divididas. LosBardi y los Peruza dudan; piensan que lopeor ya ha pasado y que doblando unpoco el espinazo...

Son como los judíos, que siempreconfían en las leyes y creen que se lesdejará en paz una vez hayan pagado sujudería; ¡pero pagan la judería y luegolos llevan a la hoguera! De modo quelos Tolomei se van. Esto causará ciertasorpresa, pues nos llevamos a Italia todolo que se nos ha confiado; lo másimportante ya está en camino. ¡Puestoque no quieren pagarnos las deudas, nosllevamos los depósitos!

Page 723: La flor de lis y el leon   maurice druon

Una última expresión maligna sedibujó en los ya recargados rasgos delanciano.

—No dejaré en suelo francés másque mis huesos, que poco valen —añadió.

—Verdaderamente, Francia no hasido buena con nosotros —dijo GuccioBaglioni.

—¡Te ha dado un hijo, no te quejes!—Es verdad —dijo Roberto de

Artois—, tienes un chico. ¿Está yacrecido?

—Muchas gracias, monseñor —respondió Guccio—. Si, pronto mesobrepasará en estatura; tiene quince

Page 724: La flor de lis y el leon   maurice druon

años. Pero me parece que no le gustamucho la banca.

—Ya le gustará, ya le gustará... —dijo el anciano—. Bien, monseñor,aceptamos. Entregadnos vuestro tesoroen moneda; lo sacaremos del país y osentregaremos letras de cambio por elmismo valor, sin retener nada. Lamoneda contante y sonante es siemprebien recibida.

—Te lo agradezco, Tolomei; por lanoche traerán mis arcas.

—Cuando el dinero empieza a huirde un reino, éste tiene contados sus díasde bienestar.

Vuestros deseos de desquite serán

Page 725: La flor de lis y el leon   maurice druon

satisfechos. Yo no lo veré, pero ¡osdesquitaréis!

Su ojo izquierdo, que solía estarcerrado, se había abierto; Tolomei lomiraba con ambos ojos; la mirada de laverdad finalmente. Y Roberto de Artoissintió una intensa emoción porque unviejo Lombardo que bien pronto iba amorir lo había mirado intensamente.

—Tolomei, he visto muchoshombres valientes que han luchado hastael final de la batalla; tú eres tan valientecomo ellos, a tu manera.

Una triste sonrisa se dibujó en loslabios del banquero.

—No es valentía, monseñor, todo lo

Page 726: La flor de lis y el leon   maurice druon

contrario. Si no fuera banquero, ¡quémiedo tendría en estos momentos!

Alzó su arrugada mano e hizo signoa Roberto para que se acercara.

Roberto se inclinó como paraescuchar una confidencia.

—Monseñor —dijo Tolomei—,dejadme bendecir a mi último cliente.

Y con el pulgar hizo la señal de lacruz sobre los cabellos del gigante talcomo suelen hacer los padres italianossobre la frente de sus hijos cuandoparten para un largo viaje.

Page 727: La flor de lis y el leon   maurice druon

X.- El tribunal regio

Felipe VI estaba sentado, con la coronapuesta y cubierto por el manto real, en elcentro de un estrado con peldaños y enun asiento cuyos brazos terminaban encabezas de león. Sobre él colgaba ungran lienzo de seda que tenía bordadaslas armas de Francia; de vez en cuandose inclinaba hacia la izquierda, hacia suprimo el rey de Navarra, o a la derecha,hacia su pariente el rey de Bohemia,para tomarlos como testigos con lamirada y hacerles ver cuánto habíadurado su paciencia.

Page 728: La flor de lis y el leon   maurice druon

El rey de Bohemia se acariciaba suhermosa barba castaña, con aire entreconfundido e indignado. ¿Era posibleque un caballero, un par de Francia,como Roberto de Artois, un príncipe dela flor de lis, se hubiera comportado detal modo, interviniendo en empresas tansórdidas, como las que en estosmomentos estaban enumerando, y sehubiera comprometido con gentes de tanmala ralea?

En la fila de los pares laicos, sobrequienes colgaban los correspondientesescudos de armas, se veía por primeravez al heredero del trono, el príncipejuan, de estatura anormalmente grande

Page 729: La flor de lis y el leon   maurice druon

para sus trece años, niño de miradasombría y aplomada, y mentóndemasiado prominente, y al que su padreacababa de hacer duque de Normandía.

Seguidamente estaban el conde deAlençon, hermano del rey; los duques deBorbón y de Bretaña; el conde deFlandes, el conde de Etampes. Habíados taburetes desocupados: el del duquede Borgoña, que no podía participar enel juicio por ser parte interesada, y eldel rey de Inglaterra, que ni siquierahabía mandado representante.

Entre los pares eclesiásticos se veíaa monseñor Juan de Marigny, conde–obispo de Beauvais, y a Guillermo de

Page 730: La flor de lis y el leon   maurice druon

Trye, duque–arzobispo de Reims.Para dar mayor solemnidad a este

juicio, el rey había convocado a losarzobispos de Sens y de Aix; a losobispos de Arras, Autun, Blois, Forez yVendome; al duque de Lorena, al condeGuillermo de Hainaut y su hermanoJuan, y a todos los grandes oficiales dela corona: el condestable, los dosmariscales, y Miles de Noyers; los siresde Chatillon, de Soyecourt, deGarencieres, que eran del Consejoprivado, y otros muchos, sentadosalrededor del estrado, a lo largo de lasparedes de la gran sala del Louvre enque se celebraba la audiencia.

Page 731: La flor de lis y el leon   maurice druon

En el suelo, con las piernasreplegadas sobre almohadillas, seaglomeraban los relatores del Consejo,y los consejeros del Parlamento, asícomo empleados de justicia yeclesiásticos de categoría inferior.

De pie y frente al rey, a seis pasos,el procurador general, Simon de Bucy,rodeado de los comisarios deinvestigación, leía desde hacía doshoras las hojas de su requisitoria, queera la más larga que hubierapronunciado en toda su carrera. Habíatenido que empezar por toda la historiadel asunto de Artois, cuyo origen seremontaba a fines del pasado siglo,

Page 732: La flor de lis y el leon   maurice druon

recordar el primer proceso de 1309, lasentencia dictada por Felipe elHermoso, la rebelión armada deRoberto contra Felipe el Largo en 1316,el segundo juicio de 1318, para llegar alprocedimiento presente, al perjurio deAmiens, la prueba del sumario, lacontraprueba, las innumerablesdeclaraciones recogidas, los sobornosde testigos, las falsificaciones y lasdetenciones de cómplices.

Todos estos hechos, sacados a la luzuno tras otro, explicados y comentadosen su encadenamiento y su complejoengranaje, constituían uno de los másgrandes procesos de derecho privado, y

Page 733: La flor de lis y el leon   maurice druon

ahora criminal, habidos en el mundo, yestaban constantemente ligados a lahistoria del reino durante más de uncuarto de siglo. Los asistentes estabanfascinados y estupefactos; estupefactospor las revelaciones del procurador,fascinados porque descubrían la vidasecreta del gran barón ante quien ayertemblaban todos, cuya amistad todosbuscaban, y que durante tanto tiempohabía decidido los destinos de la naciónfrancesa. La denuncia de los escándalosde la Torre de Nesle, el encarcelamientode Margarita de Borgoña, la anulacióndel matrimonio de Carlos IV, la guerrade Aquitania, la renuncia a la cruzada, la

Page 734: La flor de lis y el leon   maurice druon

ayuda prestada a Isabel de Inglaterra, laelección de Felipe VI... El había sido elalma de todo esto, creando o dirigiendolos acontecimientos, pero siempremovido por una sola idea, su únicointerés: ¡el Artois, la herencia delArtois!

¡Cuántos de los presentes debían sutítulo, su cargo, su fortuna, a ese perjuro,ese falsario, ese criminal, empezandopor el mismo rey!

El sitio del acusado estaba ocupadosimbólicamente en el juicio por dossargentos de armas que sostenían un granpendón de seda en el que figuraba elescudo de Roberto, «sembrado de flores

Page 735: La flor de lis y el leon   maurice druon

de lis con lambel de cuatro caídas degules, cada caída cargada con trescastillos de oro».

Cada vez que el procuradorpronunciaba el nombre de Roberto, sevolvía al pendón como si se dirigiera aél en persona.

Habían llegado a la huida del condede Artois:

—«Aunque el emplazamientojudicial se le notificó regularmente pormaese Juan Londe, guardia de la bailíade Gisors, en sus domicilios corrientes,dicho Roberto de Artois, conde deBeaumont, no se ha presentado antenuestro Sire el rey y su Cámara de

Page 736: La flor de lis y el leon   maurice druon

Justicia debidamente convocada el díavigésimo noveno de septiembre. Puesbien, se nos ha comunicado yconfirmado que dicho Roberto haembarcado sus caballos y su tesoro enun navío en Burdeos, y ha mandado susmonedas de oro y plata por mediosprohibidos allende las fronteras delreino, y que él también, en vez depresentarse ante la justicia del rey, hasalido del país.

»El 6 de octubre de 1331, la mujerDivion, declarada culpable denumerosos delitos cometidos al serviciode dicho Roberto y al suyo propio, elprincipal de los cuales fue la

Page 737: La flor de lis y el leon   maurice druon

falsificación de escrituras e imitación desellos, fue quemada en la hoguera, enParís, en la plaza de Pourceaux, y sushuesos fueron reducidos a polvo, todoello en presencia de monseñores elduque de Bretaña, el conde de Flandes,el sire Juan de Hainaut, el sire Raul deBrienne, condestable de Francia, losmariscales Roberto Bertrand y Mateo deTrye, y messire Juan de Milton, prebostede París, que dio cuenta al rey de laejecución...»

Los nombrados bajaron los ojos;conservaban aún el recuerdo de laDivion, que gritaba atada al poste,mientras las llamas devoraban su túnica

Page 738: La flor de lis y el leon   maurice druon

de cáñamo, y de la carne de las piernasque se hinchaba y se abría al quemarse,así como del atroz hedor que el vientode octubre les enviaba al rostro... Asíhabía terminado la amiga del antiguoobispo de Arras.

—«El 12 y 14 de octubre, messirePedro de Auxerre, consejero, y Miguelde París, baile, manifestaron a la señorade Beaumont, esposa de dicho Roberto,primero en Jouy–le–Chatel y luego enConches, Beaumont, Orbeck y Quatre–mares, sus domicilios corrientes, que elrey emplazaba a su esposo para juzgarloel 14 de diciembre. Pues bien, elmencionado Roberto, en esta fecha, ha

Page 739: La flor de lis y el leon   maurice druon

faltado por segunda vez. Con granindulgencia, nuestro Sire el rey dionuevo aplazamiento hasta quince díasdespués de la fiesta de la Candelaria, ypara que dicho Roberto no pudieraignorarlo, se proclamó primeramente enla Gran Cámara del Parlamento, ensegundo lugar en la Mesa de Mármol enla gran sala del Palacio y seguidamenteen Orbeck y Beaumont, y de nuevo enConches por los mismos maeses Pedrode Auxerre y Miguel de París, quienesno pudieron hablar con la dama deBeaumont, pero hicieron su proclamaante la puerta de su habitación y en vozalta para que ella pudiera oírla...»

Page 740: La flor de lis y el leon   maurice druon

Cada vez que se mencionaba a laseñora de Beaumont, el rey se pasaba lamano por el rostro y torcía un poco sugrande y carnosa nariz. ¡Se trataba de suhermana!

—«El mencionado Roberto deArtois no compareció en el Parlamentode justicia convocado por el rey endicha fecha, pero se hizo representar pormaese Enrique, deán de Bruselas, ymaese Thiébault de Meaux, canónigo deCambrai, con poderes para compareceren su lugar y presentar las causas de suausencia. Pero, en vista de que elemplazamiento era para el segundo lunesdespués de la Candelaria y que los

Page 741: La flor de lis y el leon   maurice druon

poderes que llevaban designaban elmartes, por tal razón esos poderes no setuvieron por válidos y, ya por terceravez, se declaró en rebeldía al acusado...Sabido y manifiesto es que durante estetiempo Roberto de Artois quiso buscarrefugio primeramente en casa de laseñora condesa de Namur, su hermana;pero, al prohibir nuestro Sire el rey a laseñora de Namur que auxiliara yrecogiera a este rebelde, dicha señoraprohibió al citado Roberto, su hermano,la residencia en sus estados. Entonces elcitado Roberto intentó refugiarse en losestados de Hainaut, de monseñor elconde Guillermo; pero, bajo el ruego de

Page 742: La flor de lis y el leon   maurice druon

nuestro Sire el rey, monseñor el condede Hainaut prohibió asimismo al dichoRoberto que permaneciera en susestados. De nuevo el citado Robertopidió refugio y asilo al duque deBrabante, a quien nuestro Sire el reyrogó que no se lo concediera, a lo querespondió al principio, que, como no eravasallo del rey de Francia, podía acogera quien quisiera, según su conveniencia;pero después el duque de Brabantecedió a las exhortaciones24 que le hizomonseñor de Luxemburgo, rey deBohemia, y accedió cortésmente a echara Roberto de Artois de su ducado».

Felipe VI se volvió hacia el conde

Page 743: La flor de lis y el leon   maurice druon

de Hainaut y hacia el rey de Bohemia,haciéndoles un signo de amistosa y tristegratitud. Felipe sufría visiblemente y noera el único. Por culpable que fueraRoberto de Artois, los que lo habíanconocido se lo imaginaban errando decorte en corte, acogido un día para serproscrito al día siguiente y tener que irmás lejos, hasta ser expulsado de nuevo.¿Por qué se había empeñado tanto en supropia perdición, cuando el rey le habíaabierto los brazos hasta el últimomomento?

—«A pesar de que estaba concluidoel sumario, después de oídos setenta yseis testigos, de los cuales catorce están

Page 744: La flor de lis y el leon   maurice druon

en las prisiones reales, y después dehaber sido suficientemente informada lajusticia del rey, a pesar de la evidenciade los cargos enumerados, nuestro Sireel rey, por antigua amistad, hizo saber aRoberto de Artois que le concedíasalvoconducto para entrar en el reino ysalir cuando le pluguiera, sin que ni él nisus agentes recibieran daño alguno, ypara que pudiera oír los cargos,presentar su defensa, reconocer susdelitos y obtener su perdón. Pues bien,el citado Roberto, en lugar deaprovechar ese ofrecimiento declemencia, no ha vuelto al reino, sinoque en sus diversas residencias se ha

Page 745: La flor de lis y el leon   maurice druon

entrevistado con toda especie de malasgentes, proscritas y enemigas del rey, yha advertido a muchas Personas, quedespués lo han repetido, de su intenciónde hacer perecer por el acero o pormaleficio, al canciller, al mariscal deTrye y a varios consejeros de nuestroSire el rey, y finalmente ha dirigido lasmismas amenazas contra el rey mismo.»

Se oyó un largo rumor deindignación entre los asistentes.

—«Sabidas y manifiestas todas lascosas susodichas, y dado que Robertode Artois ha sido emplazado por últimavez mediante publicaciones hechassegún el procedimiento regular, hoy

Page 746: La flor de lis y el leon   maurice druon

miércoles 8 de abril antes de Pascuaflorida, lo citamos a comparecer porcuarta vez...»

Simon de Bucy dejó de hablar e hizouna señal a un sargento macero, quienpronunció en voz muy alta:

—¡Señor Roberto de Artois, condede Beaumont–le–Roger, compareced!

Todas las miradas se dirigieroninstintivamente a la puerta, como sirealmente el acusado fuera a entrar.Pasaron unos segundos de absolutosilencio.

Entonces el sargento golpeó el suelocon la maza, y el procurador prosiguió:

—...«y comprobado que dicho

Page 747: La flor de lis y el leon   maurice druon

Roberto se declara en rebeldía, enconsecuencia y en nombre de nuestroSire el rey, requerimos: que el citadoRoberto sea desposeído de los títulos,derechos y prerrogativas de par delreino, así como de todos sus demástítulos, señoríos y posesiones; otrosí quesean confiscados y entregados al Tesorosus bienes, tierras, castillos, casas ytodos los objetos, muebles o inmuebles,que le pertenezcan, para que se dispongade ellos según la voluntad del rey;otrosí, que se destruyan sus escudos yarmas en presencia de pares y barones,para que nunca más aparezcan enestandartes o sellos, y que su persona

Page 748: La flor de lis y el leon   maurice druon

sea proscrita para siempre de las tierrasdel reino, con prohibición a todovasallo, aliado, pariente y amigo del reynuestro Sire de darle abrigo; finalmente,requerimos que la presente seaproclamada a voces y trompetas en lasprincipales plazas de París y notificadaa los bailes de Ruan, Gisors, Aix yBourges, así como a los senescales deTolosa y de Carcasona, para que seejecuten, por orden del rey...»

Maese Simon de Bucy se calló. Elrey parecía soñar. Sus ojos recorrierontoda la asamblea sin posarse en ningúnrostro. Luego inclinó la cabeza primeroa la derecha, luego a la izquierda,

Page 749: La flor de lis y el leon   maurice druon

diciendo:—Pares míos, ¿tenéis algo que

decir? ¡Si nadie habla, es que aprobáis!No se alzó ninguna mano, ninguna

boca se abrió.La palma de Felipe VI cayó sobre la

cabeza de león del brazo de su asiento.—¡Es cosa juzgada!Entonces el procurador mandó

avanzar hasta el pie del trono a los dossargentos que sostenían el escudo deRoberto de Artois. El cancillerGuillermo de Sainte–Maure, uno de losamenazados de muerte por Robertodesde su destierro, se adelantó hacia elpendón, pidió la espada de uno de los

Page 750: La flor de lis y el leon   maurice druon

sargentos y la aplicó sobre el borde dela tela. Luego se oyó un largodesgarramiento de la seda y el escudoquedo partido.

Había acabado la dignidad de par deBeaumont. Aquél por quien ésta habíasido instituida, el príncipe de Franciadescendiente de Luis VIII, el gigantefamoso por su fuerza, el de las infinitasintrigas, ya no era más que un proscrito;dejaba de pertenecer al país sobre elque habían reinado sus antepasados ynada de este reino le pertenecía ya.

Para los pares y señores, para todosaquellos hombres cuyos escudos dearmas eran expresión no sólo de la

Page 751: La flor de lis y el leon   maurice druon

fuerza sino casi de la existencia; quehacían ondear esos emblemas en sustejados, en sus lanzas, en sus caballos;los bordaban en su propio pecho, en lacota de sus escuderos, en la librea desus criados; los pintaban en sus muebles,los grababan en su vajilla; marcaban conellos a hombres, bestias y cosas que dealgún modo dependieran de su voluntado constituyeran sus bienes; para todosesos hombres tal desgarrón, especie deexcomunión laica, era aun más infamanteque la hoguera, el arrastramiento y lahorca. Y es que la muerte borra la falta,y el deshonor desaparece con eldeshonrado.

Page 752: La flor de lis y el leon   maurice druon

«Pero mientras uno vive no puedeconsiderar perdida la partida», se decíaRoberto de Artois, errante fuera de supatria por rutas hostiles y pensando enmayores crímenes.

Page 753: La flor de lis y el leon   maurice druon

Cuarta parte: Elbelicoso

Page 754: La flor de lis y el leon   maurice druon

I.- El proscrito

Durante más de tres años, Roberto deArtois, como una gran fiera herida,anduvo errante por las fronteras delreino.

Emparentado con todos los reyes ypríncipes de Europa, sobrino del duquede Bretaña, tío del rey de Navarra,hermano de la condesa de Namur,cuñado del conde de Hainaut y delpríncipe de Tarento, primo del rey deNápoles, del rey de Hungría y demuchos otros, se había convertido, a loscuarenta y cinco años, en un viajero

Page 755: La flor de lis y el leon   maurice druon

solitario al que se le cerraban laspuertas de los castillos.

Tenía dinero suficiente gracias a lasletras de cambio de las bancas sienesas,pero jamás venía un escudero a suposada para invitarlo a cenar con elseñor del lugar. Si se celebraba algúntorneo en los alrededores, se buscabanpretextos para no convidar a Roberto deArtois, el proscrito, el falsario, que enotro tiempo hubiera ocupado el sitio dehonor; y el capitán de la villa leentregaba con fría deferencia una ordenen que monseñor el conde feudal lerogaba que siguiera adelante.

Porque monseñor el conde, el duque,

Page 756: La flor de lis y el leon   maurice druon

o el margrave, no quería malquistarsecon el rey de Francia y no tenía por quétener consideraciones con un hombre tandeshonrado que hasta carecía de blasóny de estandarte.

Y Roberto partía de nuevo a laaventura, sin más escolta que su criadoGillet de Nelle, mal sujeto que teníaméritos suficientes para balancearse enla horca de un patíbulo, pero que comoantaño Lormet, demostraba a su dueñouna fidelidad sin límites. Roberto locompensaba con esta satisfacción másvaliosa que un buen estipendio: laintimidad con un gran señor en laadversidad.

Page 757: La flor de lis y el leon   maurice druon

¡Cuántas noches de ese erráticovagabundeo pasaron jugando a los dadosen el rincón de una mala taberna! Ycuando los aguijoneaba la necesidad debribonear un poco, entraban juntos enalguno de los numerosos burdeles deFlandes, que ofrecían una buenaselección de bien rollizas rameras.

En esos lugares se enteraba Robertode las noticias de Francia por boca delos mercaderes que volvían de las feriaso de alcahuetas que habían hecho hablara los viajeros.

En el verano de 1332, Felipe VIhabía casado a su hijo Juan, duque deNormandía, con la hija del rey de

Page 758: La flor de lis y el leon   maurice druon

Bohemia, Bonne de Luxemburgo. «Heahí porque Juan de Luxemburgo me hizoexpulsar de las tierras de su pariente deBrabante —se decía Roberto—; éste esel precio de sus servicios.» Por lo quecontaban, las fiestas nupcialescelebradas en Melun habíansobrepasado en esplendor a todas lasdel pasado.

Felipe VI había aprovechado estagran reunión de príncipes y nobles, parahacerse coser solemnemente la cruz enel manto real. Esta vez la cruzada estabadecidida. Pedro de la Palud, patriarcade Jerusalén, la predicó en Melun,haciendo llorar a los seis mil invitados a

Page 759: La flor de lis y el leon   maurice druon

la boda, de los que mil ochocientos erancaballeros de Alemania. El obispoPedro Roger la predicaba en Ruan, cuyadiócesis acababa de recibir después dela de Arras y Sens. La travesía se habíadecidido para la primavera de 1334. Enlos puertos de Provenza, Marsella yAigues–Mortes, se apresuraban en laconstrucción de una gran flota. ¡Ya sehabía enviado al obispo Juan deMarigny a manifestar el desafío al sultánde Egipto.

Pero si bien los reyes de Bohemia,Navarra, Mallorca y Aragón, quecomían en la mesa de Felipe, y losduques, condes y grandes barones, así

Page 760: La flor de lis y el leon   maurice druon

como ciertos caballeros ansiosos deaventuras, seguían con entusiasmo elejemplo del rey de Francia, la pequeñanobleza del terruño parecía tener menosprisa en aceptar las cruces de paño rojoque les tendían los predicadores y enembarcarse rumbo a las arenas deEgipto. El rey de Inglaterra, por suparte, urgía la instrucción militar de supueblo, pero no daba ningunacontestación sobre los proyectos deTierra Santa. En cuanto al anciano PapaJuan XXII que, por lo demás, estabasosteniendo una grave controversia conla Universidad de París y su rectorBuridan acerca de los problemas de la

Page 761: La flor de lis y el leon   maurice druon

visión beatífica, se hacía el sordo.Había bendecido la cruzada de modomuy reticente y fruncía el ceño cuandose le hablaba del reparto de gastos... Encambio, los mercaderes de especias,incienso, sederías y reliquias; losfabricantes de armaduras y losconstructores de buques, hacían todo loposible para fomentar la empresa.

Felipe VI había organizado ya laregencia para el periodo de su ausencia,haciendo jurar a los pares, barones yobispos que obedecerían en todo a suhijo Juan y le transmitirían sin discusiónla corona, si hallaba la muerte enultramar.

Page 762: La flor de lis y el leon   maurice druon

«Entonces es que Felipe no está tanseguro de su legitimidad, pensó Robertode Artois, cuando se empeña en que suhijo sea reconocido desde ahora.»

Acodado ante un jarro de cerveza,no osaba decir a sus informadoresocasionales que conocía a todos losgrandes personajes de que le hablaban;no les decía que había justado contra elrey de Bohemia, que había conseguidola mitra para Pedro Roger, que habíahecho que el rey de Inglaterra searrodillara y que había cenado en lamisma mesa con el papa. Pero él loanotaba todo, para sacar provechooportunamente.

Page 763: La flor de lis y el leon   maurice druon

El odio lo sostenía. El odio no leabandonaría mientras viviera. Dondequiera que se aposentara, era el odio loque lo despertaba con el primer rayo deluz que se filtraba por los postigos deuna habitación desconocida. El odio erala sal de sus comidas, el cielo de suruta.

Se dice que los hombres fuertes sonquienes saben reconocer sus yerros. Hayquizás hombres más fuertes: los quejamas los reconocen. Roberto era deéstos. Cargaba todas las faltas sobre losdemás, muertos y vivos: sobre Felipe elHermoso, Enguerrando y Mahaut; sobreFelipe de Valois, el duque de Borgoña y

Page 764: La flor de lis y el leon   maurice druon

el canciller Sainte–Maure. Y de día endía, iba añadiendo nombres a su lista deenemigos: su hermana de Namur, sucuñado de Hainaut, Juan de Luxemburgoy el duque de Brabante.

En Bruselas contrató a unsospechoso procurador llamado Huy y asu secretario Berthelot; con gentes delforo empezaba a reconstruir su casa.

En Lovaina, el procurador Huy leprocuro un monje de mal aspecto y dedudosa vida, fray Enrique de Sagebran,que entendía más de embrujamientos ymaleficios que de letanías y obras decaridad. Con fray Enrique de Sagebran,y acordándose de las lecciones de

Page 765: La flor de lis y el leon   maurice druon

Beatriz de Hirson, el antiguo par deFrancia bautizó unos muñecos de cera y,clavándoles agujas, les dio los nombresde Felipe, Sainte–Maure y Mateo deTrye.

—Y ésta, fíjate bien, agujeréaladesde la cabeza por todo el cuerpo, puesse llama Juana, la reina Coja de Francia.¡Pero no es la reina, realmente; ¡es unaarpía!

Asimismo se procuró tinta invisiblepara escribir ciertas fórmulas que,trazadas en un pergamino, producían elsueño eterno. ¡Pero había que meter elpergamino en el lecho de la persona dela que había que desembarazarse! Fray

Page 766: La flor de lis y el leon   maurice druon

Enrique de Sagebran, con poco dinero ymuchas promesas, salió para Franciacomo un bondadoso fraile mendicante yllevando bajo el hábito una buenaprovisión de pergaminosadormecedores.

Por su parte, Gillet de Nellereclutaba asesinos a sueldo, ladrones devocación, escapados de presidios,mocetones de mala ralea a quienes elcrimen repugnaba menos que el trabajocotidiano.

Cuando Gillet hubo formado unapequeña tropa bien instruida, Robertolos envió al reino de Francia con lamisión de actuar sobre todo durante las

Page 767: La flor de lis y el leon   maurice druon

grandes reuniones o fiestas.—Las espaldas son blanco fácil para

el cuchillo cuando los ojos están fijos enlas lizas, o los oídos están atentos a lapredicación de la cruzada.

Los largos caminos habíanadelgazado a Roberto; las arrugassurcaban los músculos de su rostro, y lamaldad de los sentimientos que loacuciaba desde la mañana a la noche yaún en sueños, había marcadodefinitivamente los rasgos de su cara.Pero a la vez, la aventura le rejuvenecíael espíritu. Se divertía gustando, enestos países, nuevos alimentos y tambiénnuevas mujeres.

Page 768: La flor de lis y el leon   maurice druon

Si lo expulsaron de Lieja, no fue porsus antiguos delitos, sino porque suGillet y él mismo habían transformadouna casa alquilada a un tal señor deAngenteau en un verdadero cubil decortesanas, y el alboroto que allí sehacía no dejaba dormir a la vecindad.

Había días buenos y había díasmalos; como cuando se enteró de queFray Enrique de Sagebran, con suspergaminos adormecedores, había sidoapresado en Cambrai, o cuando aparecióuno de sus asesinos a sueldo paranotificarle que sus compinches nohabían pasado de Reims y se pudrían enlas cárceles del «rey encontrado».

Page 769: La flor de lis y el leon   maurice druon

Después enfermó del modo mástonto; refugiado en una casa ante la quese celebraban justas de agua sobre uncanal, sintió tal curiosidad que metió lacabeza hasta el cuello en un aparejodedicado al arte de la pesca llamadonasa, que cubría la ventana. Tanto seintrodujo, que después de grandesesfuerzos para retirarse, tuvo quedespellejarse las mejillas al rozar conlos mimbres entretejidos. Las heridas seinfectaron; pronto llegó la fiebre, yRoberto pasó cuatro días entretemblores y cerca de la muerte.

Harto de las Marcas flamencas,partió hacia Ginebra. Cuando se

Page 770: La flor de lis y el leon   maurice druon

paseaba a lo largo del lago, se enteró dela detención de la condesa de Beaumont,su esposa, y de sus tres hijos. Felipe VItomaba represalias contra Roberto, y nodudaba en encerrar a su propia hermanaprimero en la torre de Namur, luego enChâteau–Gaillard. ¡La prisión deMargarita! Realmente, Borgoña sevengaba bien.

De Ginebra, con nombre supuesto yvestido como cualquier burgués,Roberto se dirigió a Aviñón.Permaneció dos semanas, buscandocomo intrigar en bien de su causa.Encontró a la capital de la cristiandadmás desbordante de riquezas y más

Page 771: La flor de lis y el leon   maurice druon

disoluta que antes. Aquí las ambiciones,la vanidad y los vicios no se mostrabancon armaduras de torneos, sino que sedisimulaban bajo sotanas de prelados;los signos del poder no se exhibían enarneses de plata o yelmosempenachados, sino en mitrasrecamadas de piedras preciosas y encopones de oro más pesados quejarrones de rey. No se desafiaban enbatallas, pero le detestaban en lassacristías. Los confesonarios no erancosa segura; las mujeres se mostrabanmás infieles, malvadas y venales que enparte alguna, puesto que sólo podíanalcanzar nobleza por el pecado.

Page 772: La flor de lis y el leon   maurice druon

Y no obstante, nadie queríacomprometerse con el antiguo par deFrancia. Apenas se acordaban dehaberlo conocido. Incluso en aquelestercolero, Roberto aparecía como unapestado.

Y la lista de sus rencores ibaaumentando.

Con todo, tuvo el consuelo decomprobar, escuchando a la gente, quelos asuntos del primo Valois eran menosbrillantes de lo que se podía suponer. Lacruzada inquietaba a la Iglesia. Una vezembarcados Felipe VI y sus aliados,¿cuál sería la situación del Occidente,abandonado a merced del emperador y

Page 773: La flor de lis y el leon   maurice druon

del rey inglés? Si llegaban a unirse estosdos soberanos... La travesía general yase había aplazado dos años y laprimavera de 1334 estaba en suspostrimerías sin que nada estuvieradispuesto. Ahora se hablaba de 1336.

Por su parte, Felipe VI, presidiendopersonalmente una asamblea plenaria delos doctores de París en el monte deSanta Genoveva, amenazabaviolentamente con un decreto de herejíacontra el viejo pontífice, que teníanoventa años, en caso de que este no seretractara de sus tesis teológicas.

Además, se consideraba inminentesu muerte... ¡pero hacía dieciocho años

Page 774: La flor de lis y el leon   maurice druon

que se anunciaba lo mismo!«Seguir viviendo —se repetía

Roberto—, he ahí la cuestión; durar yesperar que llegue el día de la victoria.»

El fallecimiento de algunos de susenemigos le devolvía la esperanza. Eltesorero Forget había muerto a fines delaño anterior; el canciller Guillermo deSainte–Maure acababa de fallecertambién. El duque Juan de Normandía,heredero del trono de Francia, estabagravemente enfermo; y hasta Felipe VI,decían, tenía la salud algo quebrantada.Quizá los maleficios de Roberto nohabían sido del todo inoperantes.

Para volver a Flandes, se vistió de

Page 775: La flor de lis y el leon   maurice druon

religioso lego. ¡Extraño fraile,realmente, aquel gigante cuya capuchadominaba las multitudes como uncampanario domina las casas, y queentraba en las abadías con paso marcial,y solicitaba la hospitalidad debida a loshombres de Dios con la misma voz conque hubiera podido pedir su lanza a unescudero!

En un refectorio de Brujas, inclinadala cabeza sobre la escudilla en elextremo de una larga y pringosa mesa,mientras simulaba murmurar oracionesde las que ignoraba la primera palabra,escuchaba al fraile lector, que, instaladoen una pequeña hornacina ahuecada a

Page 776: La flor de lis y el leon   maurice druon

media altura del muro, leía la vida delos santos. Las bóvedas devolvían lamonótona voz a la mesa de los monjes, yRoberto se decía: «¿Por qué no acabarasí? La paz, la profunda paz de losconventos, liberarse de todo afan, elrenunciamiento, una morada segura, unashoras regulares, el fin delvagabundeo...»

¿Qué hombre, por turbulento,ambicioso o cruel que haya sido, no hasentido esa tentación del reposo, delrenunciamiento? ¿Para qué tantas luchas,tantas vanas empresas, puesto que tododebe terminar en el polvo de la tumba?Roberto pensaba en eso, del mismo

Page 777: La flor de lis y el leon   maurice druon

modo que cinco años antes habíaproyectado retirarse con su mujer y sushijos a una tranquila vida de pequeñoseñor terrateniente. Pero sonpensamientos que no pueden durar. Y aRoberto le llegaban siempre tarde, en elmismo momento en que cualquieracontecimiento iba a empujarlo hacia suverdadera vocación, que era la acción yel combate.

Dos días después, en Gante, Robertode Artois conocía a Jacobo deArtevelde.

Tenía más o menos la misma edadque Roberto: cerca de cincuenta años.De rostro cuadrado y abultado vientre,

Page 778: La flor de lis y el leon   maurice druon

tenía las ijadas bien plantadas sobre laspiernas; era comilón y buen bebedor, sinque nunca le diese vueltas la cabeza. Ensu juventud había formado parte de lacomitiva de Carlos de Valois en Rodasy había realizado otros viajes; conocíabien su Europa. Este productor de miel,este gran comerciante en paños se habíacasado en segundas nupcias con unamujer noble.

Altivo, duro e imaginativo, habíaadquirido gran autoridad, primeramenteen su ciudad de Gante, completamentedominada por él, y después en losprincipales municipios flamencos.

Cuando los bataneros, los pañeros y

Page 779: La flor de lis y el leon   maurice druon

los cerveceros, que constituían laverdadera riqueza del país, queríanmandar representantes al conde o al reyde Francia, se dirigían a Jacobo deArtevelde para que diera a conocer susderechos o sus reproches con voz fuertey palabra clara. No tenía ningún título;era el señor Artevelde ante quien todosse inclinaban. No le faltaban enemigos yno se trasladaba más que acompañadopor sesenta mozos armados que luego loesperaban a la puerta de las casas dondeiba a cenar.

Jacobo de Artevelde y Roberto deArtois se percataron a la primera ojeadade que eran de la misma raza: valientes,

Page 780: La flor de lis y el leon   maurice druon

hábiles, lucidos, incitados por el ansiade dominar.

Poco significaba para Artevelde elque Roberto fuera un proscrito; alcontrario, podía ser un buen asunto parael gantés el encuentro con aquel antiguogran señor, cuñado del rey, antestodopoderoso y ahora hostil a Francia.En cuanto a Roberto, aquel burguésambicioso le parecía veinte veces másestimable que los hidalgüelos que lenegaban la hospitalidad. Artevelde erahostil al conde de Flandes, por lo tanto aFrancia, y poderoso entre susconciudadanos; esto era lo importante.

—No nos gusta Luis de Nevers, que

Page 781: La flor de lis y el leon   maurice druon

sigue siendo nuestro conde simplementeporque en el monte Cassel el rey deFrancia exterminó a nuestras milicias.

—Yo estuve allí —dijo Roberto.—No viene más que para pedirnos

el dinero que luego gasta en París; nocomprende nada de lasrepresentaciones, ni quiere comprendernada; nunca manda por sí mismo, y nohace más que transmitir las perniciosasordenanzas del rey de Francia. Acabande obligarnos a echar a los comerciantesingleses. ¡Nosotros no tenemos nadacontra los comerciantes ingleses y nosreímos de los pleitos que el «reyencontrado» pueda tener con su primo

Page 782: La flor de lis y el leon   maurice druon

de Inglaterra a propósito de la cruzada odel trono de Escocia! Ahora Inglaterra,en represalia, nos amenaza con cortarlas entregas de lana.

Cuando llegue ese día, nuestrosbataneros y tejedores, tanto de aquícomo de toda Flandes, no tendrán másremedio que destruir los telares y cerrarlas tiendas. Pero ese día también,monseñor, volverán a empuñar suscuchillos..., y Hainaut, Brabante,Holanda y Zelanda se pondrán denuestra parte, pues son países cuyoúnico vínculo con Francia son losmatrimonios de sus príncipes, pero no elcorazón del pueblo ni su estómago; no se

Page 783: La flor de lis y el leon   maurice druon

reina mucho tiempo sobre gente a la quese hace pasar hambre.

Roberto escuchaba muy atentamentea Artevelde. He ahí por fin un hombreque hablaba claro, que conocía el asuntoy que parecía apoyarse en una verdaderafuerza.

—¿Por qué —dijo Roberto—, sivais a rebelaros de nuevo, no aliarosfrancamente con el rey de Inglaterra? ¿Ypor qué no hablar con el emperador deAlemania, que es enemigo del Papa y,por lo tanto, de Francia, que lo tiene ensu poder? Vuestras milicias son bravas,pero limitadas a pequeñas acciones,pues les faltan tropas montadas. Haced

Page 784: La flor de lis y el leon   maurice druon

que las apoye un cuerpo de caballerosingleses, otro de caballeros alemanes, ydirigíos a Francia por la ruta de Artois.Allí, apuesto a que os recluto másgente...

Se imaginaba ya la coaliciónformada y a si mismo cabalgando alfrente de un ejército.

—Creed, monseñor, que a menudohe pensado en ello —respondióArtevelde—, y no sería difícil hablarcon el rey de Inglaterra, y hasta con elemperador Luis de Baviera, si nuestrosburgueses accedieran a ello. La gente delas villas detesta al conde Luis; pero noobstante es al rey de Francia a quien se

Page 785: La flor de lis y el leon   maurice druon

dirigen para obtener justicia. Le hanjurado lealtad. Incluso cuando selevanten en armas contra él, sigue siendosu señor. Además, y ésa es una hábilmaniobra de Francia, obligaron anuestras villas a comprometerse a laentrega de dos millones de florines alPapa si se alzaban contra su soberano, yello bajo amenaza de excomunión si nopagábamos. Las familias temen quedarsesin cura y sin misa.

—Es decir, que obligaron al Papa aamenazaros con la excomunión o lamiseria para que vuestras villas semantengan tranquilas durante la cruzada.Pero, ¿quién podrá obligaros a pagar

Page 786: La flor de lis y el leon   maurice druon

cuando las huestes francesas estén enEgipto?

—Ya sabéis como es la gente delpueblo —arguyó Artevelde—; noconocen su fuerza hasta que ha pasado elmomento de utilizarla.

Roberto vació su gran jarra decerveza; decididamente, iba tomándolegusto. Estuvo callado unos instantes, conlos ojos fijos en el arrimadero demadera.

Jacobo de Artevelde tenía unahermosa y cómoda casa; los cobres y losbronces bien bruñidos; los muebles deroble relucían en la sombra.

—Entonces, ¿es el juramento de

Page 787: La flor de lis y el leon   maurice druon

fidelidad al rey de Francia25 lo que osimpide concertar alianzas y tomar lasarmas?

—Exactamente —asintió Artevelde.Roberto tenía la imaginación viva.

Hacía tres años que satisfacía su sed devenganza con pequeños sorbos:embrujamientos, sortilegios, asesinos asueldo que no lograban llegar hasta susvíctimas. De pronto, su esperanzatomaba nuevas dimensiones; una granidea empezaba a germinar, una idea porfin digna de él.

—¿Y si el rey de Inglaterra seconvirtiera en rey de Francia? —preguntó.

Page 788: La flor de lis y el leon   maurice druon

Artevelde miró a Roberto de Artoiscon incredulidad, como si dudara dehaber oído bien.

—Os digo, messire, ¿si el rey deInglaterra fuera rey de Francia? ¿Sireivindicara la corona, impusiera susderechos, demostrara que el reinofrancés es suyo y se presentara comolegítimo soberano vuestro?

—¡Monseñor, estáis soñando!—¿Soñando? —exclamó Roberto—.

¡Pero si aquel pleito no se juzgó nunca,ni está perdida la causa! Cuando miprimo Valois subió al trono... cuando yolo llevé al trono —¡ya veis loagradecido que está!...—, los diputados

Page 789: La flor de lis y el leon   maurice druon

ingleses vinieron a hacer valer losderechos de la reina Isabel y su hijoEduardo. No hace tanto tiempo de eso,menos de siete años. No losescuchamos, porque no quisimosescucharlos; y yo mandé que losllevaran de nuevo a su bajel. Llamáis aFelipe el rey encontrado; ¡tratad deencontrar otro! Pensad en lo queocurriría si se exhumara el asunto yfuerais a decirles a vuestros bataneros,tejedores, comerciantes y concejales:«Vuestro conde no recibe sus derechosde fuente legítima; no es al rey deFrancia a quien debéis rendir homenaje.¡Vuestro soberano es el de Londres!»

Page 790: La flor de lis y el leon   maurice druon

Era verdaderamente un sueño, peroun sueño que seducía a Jacobo deArtevelde. La lana que llegaba delnoroeste por mar; las telas, bastas opreciosas, que volvían por el mismocamino; el tráfico de los puertos; todohacía que Flandes volviera su miradahacia el reino inglés. Por el lado deParís no venían más que los cobradoresde impuestos.

—¿Pero creéis seriamente,monseñor, que habrá una persona entodo el mundo que pueda persuadirse delo que decís y consienta en semejanteempresa?

—Una sola, messire, basta que se

Page 791: La flor de lis y el leon   maurice druon

persuada una sola persona: el rey deInglaterra.

Días después, en Amberes, provistode un pasaporte de mercader de paños yseguido por Gillet de Nelle, el cual,para guardar las formas, llevaba variasanas de tela, monseñor de Artois seembarcaba para Londres.

Page 792: La flor de lis y el leon   maurice druon

II.- Westminster Hall

De nuevo un rey estaba sentado, con lacorona en la cabeza y el cetro en lamano, rodeado de sus pares. De nuevo, auno y otro lado del trono se alineabanlos prelados, condes y barones. Denuevo veía ante sí a clérigos doctores,juristas, consejeros y dignatarios, enapretadas filas.

Pero no eran las flores de lis deFrancia las que adornaban el manto real,sino los leones de Plantagenet. No eranlas bóvedas del palacio de la Cite lasque devolvían a la gente el eco de su

Page 793: La flor de lis y el leon   maurice druon

propio rumor, sino el admirableartesonado de roble, con inmensos arcoscalados, de la gran sala de Westminster.Y eran seiscientos caballeros ingleses,llegados de todos los condados; lossquires y sheriffs de las villas, quienesreunidos en pleno, cubrían las grandeslosas cuadradas del Parlamento deInglaterra.

Sin embargo, esta reunión había sidoconvocada para oír una voz francesa.

De pie, a media altura de la graderíade piedra del fondo de la sala, con sumanto de escarlata como orlado de oropor la luz que le caía tras de él de lagigantesca vidriera, el conde Roberto de

Page 794: La flor de lis y el leon   maurice druon

Artois se dirigía a los delegados delpueblo de la Gran Bretaña.

Porque durante los dos añostranscurridos desde que Roberto habíapartido de Flandes, la rueda del destinohabía dado un buen cuarto de vuelta. Y,en primer lugar, el Papa había muerto.

Hacia fines de 1334, el exangüeviejecito que, en el curso de uno de losmás largos pontificados, había logradopara la Iglesia fuerte administración yprósperas finanzas, se veía obligado,postrado en el lecho de la cámara verdede su gran palacio de Aviñón, arenunciar públicamente a la única tesisque su mente había defendido con

Page 795: La flor de lis y el leon   maurice druon

convicción. Para evitar el cisma con quelo amenazaba la Universidad de París,para obedecer las órdenes de la corte deFrancia por la que había arregladotantos asuntos dudosos y había guardadosilencio sobre tantos secretos, renegabade sus escritos, sus predicaciones y susencíclicas. Maese Buridan dictaba loque convenía creer en materia dedogma: el infierno existía, repleto dealmas que se asaban para asegurar mejora los príncipes de este mundo ladictadura sobre sus súbditos; el paraísoestaba abierto, como una buena posada,a los leales caballeros que habían hechoverdaderas carnicerías por cuenta de su

Page 796: La flor de lis y el leon   maurice druon

rey, y a los prelados dóciles que habíanbendecido las cruzadas, y sin que a estosjustos les fuera preciso esperar hasta eljuicio final para gozar de la visiónbeatífica de Dios.

¿Estaba todavía consciente JuanXXII cuando firmó esta forzadadeclaración? Al día siguiente moría; yhubo en el monte de Santa Genovevadoctores bastante malignos para llegar adecir, riéndose:

—¡Ahora sabrá si hay infierno!El cónclave se había reunido en

medio de una maraña que amenazabahacer la elección más larga aún que lasprecedentes. Francia, Inglaterra, el

Page 797: La flor de lis y el leon   maurice druon

Emperador, el fogoso rey de Bohemia,el erudito rey de Nápoles, el deMallorca, el de Aragón y la noblezaromana, los Visconti de Milán, lasRepúblicas y todas las potenciaspresionaban sobre los cardenales.

Para ganar tiempo e impedir queprogresara ninguna candidatura, todoslos cardenales, una vez encerrados, sehicieron el mismo razonamiento:«Votaré por alguno de nosotros que notenga la mínima probabilidad de serelegido.»

¡La inspiración divina discurre porarcaicos caminos! Hubo tal acuerdosobre quién no podía ser Papa que todos

Page 798: La flor de lis y el leon   maurice druon

los boletines aparecieron con el mismonombre: Jaime Fournier, el «cardenalblanco», como lo llamaban, porqueseguía llevando su hábito del Císter. Loscardenales, el pueblo, cuando les fuecomunicado, y el mismo elegidoquedaron igualmente estupefactos.

La primera frase del Papa fue paradeclarar a sus colegas que la elecciónhabía recaído sobre un asno.

Era demasiada modestia.Benedicto XII, el elegido por

equivocación, demostró bien pronto serun Papa de paz.

Consagró sus primeros esfuerzos aacabar con las luchas que

Page 799: La flor de lis y el leon   maurice druon

ensangrentaban a Italia y a restablecer,si era posible, la concordia entre laSanta Sede y el Imperio. Y no eraimposible. Luis de Baviera respondiómuy favorablemente a las sugestionesdel Papa, y ya se disponían a llevarlas atérmino cuando Felipe de Valois montóen cólera. ¿Cómo? ¿Se prescindía de él,del primer monarca de la cristiandad,para unas negociaciones de tantaimportancia? ¿Su influencia sobre laSanta Sede iba a ser reemplazada porotra? ¿Su querido pariente el rey deBohemia debería, pues, renunciar a suscaballerescos proyectos sobre Italia?

Felipe VI ordenó a Benedicto XII

Page 800: La flor de lis y el leon   maurice druon

que llamara a sus embajadores ysuspendiera las conversaciones, bajoamenaza de confiscar a los cardenalestodos sus bienes en Francia.

Después, a principios de 1336, ysiempre acompañado por su querido reyde Bohemia, el rey de Navarra y unaescolta de barones y caballeros tannumerosa que parecía un ejército, fue acelebrar la Pascua en Aviñón. Habíacitado en el mismo lugar al rey deNápoles y al de Aragón. Era el modo derecordar al Papa sus obligaciones yhacerle comprender lo que se esperabade él.

Pues bien, Benedicto XII iba a

Page 801: La flor de lis y el leon   maurice druon

demostrar, con una de sus jugadascaracterísticas, que no era en absoluto elasno que pretendía ser, y que un rey,antes que emprender una cruzada, haríabien en asegurarse la amistad del Papa.

El viernes Santo subió al púlpitopara hablar de los sufrimientos deNuestro Señor y recomendar el caminode la Cruz. ¿Podía hacer menos concuatro reyes cruzados y dos mil lanzasacampando alrededor de la ciudad?Pero el domingo de Cuasimodo, FelipeVI, que había partido para las costas deProvenza a inspeccionar su gran flota,tuvo la desagradable sorpresa de recibiruna bella carta en latín que lo

Page 802: La flor de lis y el leon   maurice druon

dispensaba de su voto y de susjuramentos. Puesto que continuaba elestado de guerra entre las nacionescristianas, el Padre Santo no quería quese alejaran a tierras infieles los mejoresdefensores de la Iglesia.

La cruzada de los Valois se deteníaen Marsella.

En vano se las tenía tiesas el reycaballero; el antiguo cisterciense se lastenía más tiesas aún. Su mano quebendecía podía también excomulgar, ¡yresultaba difícil imaginar una cruzadaexcomulgada antes de la salida!

—Arreglad, hijo mío, vuestrasdiferencias con Inglaterra, vuestras

Page 803: La flor de lis y el leon   maurice druon

dificultades en Flandes, dejadme a míresolver las cuestiones con elEmperador; dadme seguridades de quereinará en esos países una benéfica paz,segura y duradera, y luego podréis ir aconvertir a los infieles a las virtudes quevos mismo habréis mostrado tener.

¡Bien! Puesto que el papa se loimponía, Felipe arreglaría susdiferencias.

Y primero con Inglaterra..., haciendocumplir a Eduardo sus obligaciones devasallo y conminándolo a entregarle sintardanza aquel felón de Roberto deArtois al que daba asilo. Los falsosgrandes espíritus, cuando se les hiere, se

Page 804: La flor de lis y el leon   maurice druon

entregan a tan miserables desquites.Cuando la orden de extradicióntransmitida por el senescal de Guyenallegó a Londres, Roberto ya pisabafirme en la corte de Inglaterra. Su fuerza,sus modales, su recuperada facundia lehabían ganado muchos amigos; el viejoCuello–Torcido lo ensalzaba.

El joven rey necesitaba un hombrede experiencia bien compenetrado conlos asuntos de Francia. ¿Quién losconocía mejor que el conde de Artois?Como podía serles útil, sus desgraciasinspiraban compasión.

—Sire, primo mío —dijo a EduardoIII—, si creéis que mi presencia en

Page 805: La flor de lis y el leon   maurice druon

vuestro reino puede acarrearos peligroso contrariedades, entregadme al odio deFelipe, el rey «mal encontrado». No mequejaré de vos, que tan generosahospitalidad me habéis dispensado; elúnico culpable habré sido yo mismo porhaber dado ilegítimamente el trono a esemalvado de Felipe, en vez de hacer queos lo concedieran a vos, a quien yoconocía tan poco.

Y lo decía con la mano extendidasobre su corazón y el busto inclinado.

Con calma, Eduardo III respondió:—Primo mío, sois mi huésped, y

vuestros consejos me son de gran valor.Entregándoos al rey de Francia,

Page 806: La flor de lis y el leon   maurice druon

atentaría tanto a mi honor como a miinterés. Y, además, os acoje el reino deInglaterra, no el ducado de Guyena...Aquí no vale la soberanía de Francia.

La petición de Felipe VI no obtuvorespuesta. Día tras día, Robertoproseguía su obra de persuasión,vertiendo el veneno de la tentación enlos oídos de Eduardo o de susconsejeros.

Entraba diciendo:—¡Saludo al verdadero rey de

Francia...Aprovechaba cualquier ocasión para

demostrar que la ley sálica no habíasido más que un invento de

Page 807: La flor de lis y el leon   maurice druon

circunstancias y que los derechos deEduardo a la corona de Hugo Capetoeran los mejor fundados.

Al segundo requerimiento que le fuehecho de entregar a Roberto, Eduardo IIIrespondió concediendo al desterrado elusufructo de tres castillos y mildoscientos marcos de pensión.

Era la época en que Eduardo dabaprofusas muestras de su gratitud a todoslos que le habían servido bien;nombraba conde de Salisbury a su amigoGuillermo Montaigu y distribuía títulos yrentas entre los jóvenes lores que lohabían ayudado en el asunto deNottingham.

Page 808: La flor de lis y el leon   maurice druon

Por tercera vez, envió Felipe VI a sugran maestro de ballesteros a notificar alsenescal de Guyena, como representantedel rey de Inglaterra, que si no entregabaa Roberto de Artois, enemigo mortal delreino de Francia, el ducado seríaconfiscado al cabo de una quincena.

—¡Lo esperaba! —exclamó Roberto—. A ese necio de Felipe no se leocurre otra idea que repetir la que tuveyo antaño, querido Sire Eduardo, contravuestro padre: dar una orden contraderecho, luego embargar por falta deejecución de la orden, y mediante esteembargo, imponer la humillación o laguerra. Solamente que Inglaterra tiene

Page 809: La flor de lis y el leon   maurice druon

hoy un rey que verdaderamente reina, yFrancia ya no tiene a Roberto de Artois.

Pero no añadió:«Y en otro tiempo había en Francia

un desterrado que interpretaba el mismopapel que desempeño yo aquí, ¡y esteera Mortimer!»

Los hechos sobrepasaban lasesperanzas de Roberto; se convertía enla causa misma del conflicto en el quesoñaba; su persona adquiría importanciacapital, y para resolver el conflictoproponía su doctrina: hacer que el reyde Inglaterra reivindicara la corona deFrancia.

He aquí por qué aquel día de

Page 810: La flor de lis y el leon   maurice druon

septiembre de 1337, en las gradas deWestminster Hall, Roberto de Artois,desplegadas sus amplias mangas comoave de tormenta, ante la nervadura de lagran vidriera, hablaba, a petición delrey, al Parlamento británico.Aleccionado por sus treinta años depráctica, se expresaba sin notas nidocumentos.

Los delegados que no entendíanperfectamente el francés pedían a susvecinos que les tradujeran algunospasajes.

A medida que el conde de Artoispronunciaba su discurso, se espesaba elsilencio en la asamblea, o bien a veces

Page 811: La flor de lis y el leon   maurice druon

se intensificaban los murmullos cuandoalguna revelación conmovía a losasistentes. ¡Cuántas cosassorprendentes! Dos pueblos vivenseparados tan solo por un estrecho brazode mar; los príncipes de ambas cortes secasan entre si; los barones de un ladotienen tierras en el otro; los mercaderesvan de una a otra nación... ¡y en el fondono se sabe nada de lo que pasa en latierra vecina!

Y así, la regla: «No se entregueFrancia a mujer, ni por mujer seatransmitida», no procedía en absoluto delas costumbres antiguas; erasimplemente una ocurrencia de un viejo

Page 812: La flor de lis y el leon   maurice druon

machacón de condestable, cuando,veinte años antes, se discutía la sucesiónde un rey asesinado. SI, Luis X, elTurbulento, había sido asesinado. Así loproclamaba Roberto de Artois, queademás nombraba a la asesina.

—¡Yo la conocía bien, era mi tía, yme robó la herencia!

La historia de los crímenescometidos por los príncipes franceses yla narración de los escándalos de lacorte capetina servía a Roberto parasazonar su discurso; y los diputados delParlamento de Inglaterra temblaban deindignación y pavor, como si para ellosnada contaran los horrores cometidos en

Page 813: La flor de lis y el leon   maurice druon

su propio suelo y por sus propiospríncipes.

Y Roberto proseguía sudemostración, defendiendo la tesisexactamente inversa de la que antañohabía sostenido en favor de Felipe deValois, y con idéntica convicción.

Por lo tanto, a la muerte del reyCarlos IV, último hijo de Felipe elHermoso, y aún teniendo en cuenta larepugnancia que a los barones francesesles inspiraba una mujer reinante, lacorona de Francia debía recaer con todajusticia, a través de la reina Isabel, en elúnico varón de la línea directa...

Remolineó el enorme manto rojo

Page 814: La flor de lis y el leon   maurice druon

ante los ojos de los impresionadosingleses; Roberto se había vuelto haciael rey. De pronto se dejó caer derodillas sobre la piedra.

—...recaer en vos, noble SireEduardo, rey de Inglaterra, ¡a quienreconozco y saludo como verdadero reyde Francia!

Desde el matrimonio de York no sehabía sentido tan intensa emoción. ¡Seanunciaba a los ingleses que su soberanopodía pretender un reino doble degrande y el triple de rico! Era como si lafortuna y la dignidad de todosaumentaran en la misma proporción.

Pero Roberto sabía que no hay que

Page 815: La flor de lis y el leon   maurice druon

dejar decaer el entusiasmo de lamuchedumbre. Se levantó y recordó alos asistentes que cuando la sucesión deCarlos IV, el rey Eduardo había enviadoa altos y respetados obispos, para hacervaler sus derechos; entre ellos monseñorAdan Orleton, quien hubiera podido porsí mismo dar fe de ello, de no estar enaquellos momentos en Aviñon con elmismo propósito y para obtener elapoyo del Papa.

Pero, ¿iba a ocultar el papel que élmismo había desempeñado en elnombramiento de Felipe de Valois? A lolargo de su vida, nada había sido másútil al gigante que su falsa franqueza; y

Page 816: La flor de lis y el leon   maurice druon

una vez más iba a recurrir a ella.¿Quién, pues, se había negado a

escuchar a los doctores ingleses? ¿Quiénhabía rechazado sus pretensiones?¿Quién les había impedido queexpusieran sus razones ante los baronesde Francia? Con sus enormes puños,Roberto se golpeó el pecho:

—Yo, nobles Lores y squires; yo, elque está ante vosotros; el que, creyendoactuar por el bien y la paz, escogió loinjusto en vez de lo justo, y quientodavía no ha expiado bastante su faltapese a todas las desgracias que me hansobrevenido.

Su voz, devuelta por las bóvedas de

Page 817: La flor de lis y el leon   maurice druon

madera, llegaba hasta los últimosrincones del amplio salón.

¿Podía aportar mejor argumento parademostrar su tesis? Se acusaba de haberhecho elegir a Felipe VI contra derecho;se confesaba culpable, pero presentabasu defensa. Antes de subir al trono,Felipe de Valois le había prometido quese arreglarían todas las cosas de modoequitativo, que se estabilizaría la pazdefinitiva y se dejaría al rey deInglaterra el usufructo de toda laGuyena; que en Flandes se concederíanlibertades que devolverían laprosperidad al comercio, y que el Artoisle sería restituido. Por tanto, Roberto

Page 818: La flor de lis y el leon   maurice druon

había actuado en pro de la conciliacióny del bienestar general. Pero estádemostrado que hay que fundarse en elderecho y no en las falsas promesas delos hombres, pues en la actualidad ¡elheredero de Artois estaba proscrito;Flandes, hambrienta y la Guyena,amenazada de embargo.

Pues bien, si había que ir a la guerra,que no fuera por vanas querellas dehomenaje ligio o no ligio, de señoríosreservados o de definición de lostérminos de vasallaje; que tenga unverdadero, grande y único motivo: laposesión de la corona de Francia. Y unavez ceñida por el rey de Inglaterra, ya

Page 819: La flor de lis y el leon   maurice druon

no habría motivos de discordia; ni enGuyena, ni en Flandes. Y no faltaríanaliados de toda Europa, tanto príncipescomo pueblos, todos a una.

Y si para ello, para servir a esa granaventura que cambiaría el destino de lasnaciones, el noble Sire Eduardonecesitaba sangre, Roberto de Artois,sacando los brazos de sus mangas deterciopelo y tendiéndolos al rey, a losLores, a los Comunes, a Inglaterra,ofrecía la suya generosa.

Page 820: La flor de lis y el leon   maurice druon

III.- El desafío de laTorre de Nesle

Cuando el obispo Enrique de Burghersh,tesorero de Inglaterra, escoltado porGuillermo montaigu, nuevo conde deSalisbury, Guillermo Mohun, nuevoconde de Northampton, y RobertoUfford, nuevo conde de Suffolk,presentó a Felipe de Valois, en París, eldía de Todos los Santos, las cartas dedesafío que le dirigía Eduardo IIIPlantagenet, el rey francés, como el reyde Jericó ante Josué, comenzó por reír.

¿Había oído bien? ¿Su primito

Page 821: La flor de lis y el leon   maurice druon

Eduardo lo conminaba a entregarle lacorona de Francia?

Felipe miró al rey de Navarra y alduque de Borbón, sus parientes.Acababa de comer con ellos y estaba debuen humor; sus claras mejillas y suenorme nariz se tiñeron de rosa, y sedesternillaba de risa.

Si el obispo, apoyado noblemente ensu báculo, y los tres señores ingleses,tiesos en sus cotas de armas, hubieranvenido a anunciarle algo más mesurado,por ejemplo la negativa de su señor aentregar a Roberto de Artois, o unaprotesta contra el embargo de la Guyena,entonces Felipe, sin duda, se hubiera

Page 822: La flor de lis y el leon   maurice druon

encolerizado. ¡Pero que pidieran sucorona, su reino entero!

¡Verdaderamente, la embajada erauna bufonada!

Pero si, había oído bien: la leysálica no existía, su coronación habíasido irregular...

—Entonces, ¿que los pares mehicieran rey por su propia voluntad yque el arzobispo de Reims meconsagrara hace ocho años, todo esto,messire obispo, no cuenta nada?

—Muchos de los pares y baronesque os eligieron han muerto —respondióBurghersh—, ¡y otros se preguntan si haaprobado Dios lo que hicieron entonces!

Page 823: La flor de lis y el leon   maurice druon

Felipe, que seguía descoyuntándosede risa, echó la cabeza hacia atrás,descubriendo las profundidades de sugarganta. Y cuando el rey Eduardo vinoa rendirle homenaje a Amiens, ¿no lohabía reconocido como rey?

—Nuestro rey era entonces menor deedad. El homenaje que os hizo y que,para ser válido, debía haber sidoaprobado por el Consejo de regencia,fue decidido por orden del traidorMortimer, que más tarde fue ahorcado.

¡Pero, vamos! ¡No le faltaba descaroa ese obispo al que Mortimer habíahecho canciller, que le había servido deprimer consejero, que había

Page 824: La flor de lis y el leon   maurice druon

acompañado a Eduardo a Amiens yhabía leído en la catedral, él mismo, lafórmula del homenaje!

¿Qué estaba diciendo ahora, con lamisma voz? ¡Que era Felipe quien, comoconde de Valois, debía rendir homenajea Eduardo! Pues el rey de Inglaterrareconocía gustosamente a su primo deFrancia sus derechos a Valois, a Anjou,Maine e incluso la dignidad de par...

¡Verdaderamente, era excesiva sumagnanimidad!

¿Pero dónde nos hallabamos, Diosdel cielo; dónde estábamos, para oírtales enormidades?

Estábamos en la mansión de Neslé,

Page 825: La flor de lis y el leon   maurice druon

porque después de su estancia en Saint–Germain y antes de ir a Vincennes, elrey pasaba un día en esa mansión quehabía donado a su esposa. Pues asícomo los señores menores decían: «Nosquedaremos en la sala grande», o «en elcuartito de los loros», o «cenamos en lacámara verde», en cambio el reydecidía: Hoy «cenaremos en el palaciode la Cité» o «en el Louvre», o bien «encasa de mi hijo el duque de Normandía,en la morada que fue de Roberto deArtois».

De modo que los viejos muros de lamansión de Neslé y la Torre, aún másvieja, que se veía por las ventanas, eran

Page 826: La flor de lis y el leon   maurice druon

testigos de esa farsa. Parece como sideterminados lugares estuvierandestinados a servir de escenario deldrama de los pueblos disfrazado decomedia. En esta residencia en queMargarita de Borgoña se había divertidotanto, engañando al Turbulento, enbrazos del caballero de Aunay, sinpoder imaginar que tales devaneoscambiarían el curso de la monarquíafrancesa, ¡el rey de Inglaterra presentabasu desafío al rey de Francia, y el rey deFrancia se reía.

Reía tanto, que estaba casienternecido, pues intuía en tan insensataembajada la inspiración de Roberto.

Page 827: La flor de lis y el leon   maurice druon

Este paso solo podía haberlo inspiradoél. Decididamente, el chico estaba loco.Había encontrado a otro rey más joven eingenuo, para prestarse a sus tremendastonterías. ¿Pero dónde se detendría? ¿Undesafío de reino a reino? La sustituciónde un rey por otro... Pasado cierto límitede aberración, ya no se puede serriguroso con la gente que lleva lainsensatez en la sangre.

—¿Dónde os aposentáis, monseñorobispo? —preguntó Felipe VIcortésmente.

—En la mansión del Chateau Fetu,calle del Tiroir.

—¡Bien!, volved a él, retozad unos

Page 828: La flor de lis y el leon   maurice druon

días en nuestra buena ciudad de París yvenid a vernos de nuevo, si así lodeseáis, con una oferta más sensata. Laverdad es que no os recrimino nada; aúnmás, al veros encargado de tal misión yque la lleváis a cabo sin reíros, comoobservo, me induce a consideraros comoel mejor embajador que jamás herecibido...

No sabía con cuánta razón, puesEnrique de Burghersh, antes de llegar aParís, había pasado por Flandes. Habíasostenido entrevistas secretas con elconde de Hainaut, suegro del rey deInglaterra; con el conde de Gueldre, elduque de Brabante, el marqués de

Page 829: La flor de lis y el leon   maurice druon

Juliers, Jacobo de Artevelde y losconcejales de Gante, Ypres y Brujas.Incluso había mandado una parte de suséquito a ver al emperador Luis deBaviera. Felipe VI ignoraba aún ciertaspalabras dichas y ciertos acuerdostomados.

—Sire, os entrego las cartas dedesafío.

—Eso es, eso es, entregádmelas —dijo Felipe—. Nos quedaremos con esasbonitas hojas para releerlas a menudo ydisipar la tristeza cuando nos ataque. Yluego os servirán bebidas. Después detanto hablar, tendréis la garganta seca.

Y dio unas palmaditas para llamar a

Page 830: La flor de lis y el leon   maurice druon

un escudero.—¡No quiera Dios —exclamó el

obispo de Burghersh— que me conviertaen un traidor y beba del vino de unenemigo a quien estoy decidido, desdeel fondo de mi corazón, a hacer todo eldaño que pueda!

Entonces Felipe de Valois volvió areírse a carcajadas, y sin preocuparsemás del embajador ni de los tres Lores,cogió al rey de Navarra del brazo yvolvió a sus habitaciones.

Page 831: La flor de lis y el leon   maurice druon

IV.- En los aledaños deWindsor

En los aledaños de Windsor, el campoes verde, ampliamente ondulado,acogedor. El castillo, más que coronarla colina la envuelve, y sus redondasmurallas hacen pensar en los brazos deuna gigante que se ha dormido sobre lahierba.

En los aledaños de Windsor, elpaisaje recuerda el de Normandía, enlos parajes de Evreux, Beaumont oConches.

Por la mañana, Roberto de Artois

Page 832: La flor de lis y el leon   maurice druon

salía a caballo, al paso. En el puñollevaba un halcón garcero que hundía lasgarras en el grueso cuero del guante. Unescudero iba más adelante, costeando elrío.

Roberto se aburría. La guerra deFrancia no acababa de decidirse. Afines del año anterior, y como paraconfirmar mediante un acto bélico eldesafío de la Torre de Neslé, se habíanapoderado de una pequeña isla delconde de Flandes, frente a Brujas y laEsclusa. Como respuesta, los franceseshabían venido a quemar algunas aldeascosteras del sur de Inglaterra.Inmediatamente, el Papa había impuesto

Page 833: La flor de lis y el leon   maurice druon

una tregua a esta guerra no iniciada, yambos bandos, por extrañas razones, lahabían aceptado.

Felipe VI, aún no acabando de tomaren serio las pretensiones de Eduardo ala corona de Francia, estaba muyimpresionado por un consejo de su tío,el rey Roberto de Nápoles. Estepríncipe, erudito que rayaba en lopedante, y uno de los dos únicossoberanos del mundo que, con unporfirogénito bizantino, merecieronrecibir el apodo de «el Astrólogo»,acababa de estudiar los cielosrespectivos de Eduardo y Felipe; y loque en ellos leyó lo conmovió tanto que

Page 834: La flor de lis y el leon   maurice druon

se tomó el trabajo de escribir al rey deFrancia diciéndole «que evitara todocombate con el rey inglés, pues a éste loacompañaría la fortuna en todas lascampañas que emprendiera». Talespredicciones son siempredesalentadoras, y, por muy buen justadorque uno sea, vacila antes de romperlanzas contra las estrellas.

Por su parte, Eduardo III parecíaestar algo atemorizado de su propiaaudacia. Se había lanzado a una aventuraque a los ojos de muchos parecíadesmesurada. Temía que su ejércitofuera demasiado reducido o estuvierapoco entrenado; despachaba hacia

Page 835: La flor de lis y el leon   maurice druon

Flandes y Alemania embajada trasembajada para reforzar su coalición.Enrique Cuello–Torcido, ya casi ciego,lo exhortaba a la prudencia, todo locontrario de lo que hacía Roberto deArtois, que preconizaba la accióninmediata. ¿Qué esperaba, pues,Eduardo para ponerse en campaña?¿Qué se murieran los príncipesflamencos que había conseguido hacersuyos? ¿Qué Juan de Hainaut, quienestaba ahora desterrado de Francia,después de haber gozado de tanto favor,y que vivía de nuevo en la corte inglesa,no tuviera la fuerza suficiente en elbrazo para levantar la espada? ¿Qué los

Page 836: La flor de lis y el leon   maurice druon

bataneros de Gante y Brujas se cansarande esperar y vieran más ventajas en laobediencia al rey de Francia que en laspromesas incumplidas del rey deInglaterra?... Eduardo deseaba recibirseguridades del Emperador, pero elEmperador no iba a exponerse a serexcomulgado por segunda vez antes deque las tropas inglesas hubieran puestopie en el Continente. Se hablaba, separlamentaba, se daban pasos; faltabavalentía, esa era la palabra.

¿Tenía Roberto de Artois razón paraquejarse? En apariencia, no. Le dabancastillos y pensiones, cenaba a la mesadel rey, bebía al lado del rey, recibía

Page 837: La flor de lis y el leon   maurice druon

todas las consideraciones apetecibles.Pero estaba cansado, desde hacía tresaños, de consumir sus esfuerzos por unagente que no quería correr riesgos, porun joven a quien le tendía la corona, ¡yque corona!, y no la cogía.

Y luego, se sentía solo. El destierro,aunque dorado, le pesaba. ¿De qué teníaque hablar a la joven reina Felipa si noera sobre su abuelo Carlos de Valois osu abuela de Anjou–Sicilia? A vecestenía la sensación de ser él también unantepasado.

Le hubiera gustado ver a la reinaIsabel, la única persona de Inglaterracon la que realmente tenía recuerdos

Page 838: La flor de lis y el leon   maurice druon

comunes. Pero la reina madre ya novenía a la corte, pues vivía en Castle–Rising, en el Norfolk, a donde su hijoiba muy de tarde en tarde a visitarla.Desde la ejecución de Mortimer, no seinteresaba ya por nada.

Roberto era presa de las nostalgiasdel emigrado. Pensaba en la señora deBeaumont; ¿cuál sería su rostro, despuésde tantos años de reclusión, cuando él laviera de nuevo, si es que se llegaban aencontrar? ¿Reconocería a sus hijos?¿Volvería a ver su mansión de París, sucastillo de Conches, volvería a ver aFrancia? ¡Al paso a que iba esa guerraque tanto le había costado fomentar,

Page 839: La flor de lis y el leon   maurice druon

tendría que esperar a ser centenario paracontar con alguna posibilidad deretornar a su patria!

Pues bien, aquella mañana,descontento, irritado, había salido acazar sólo, para pasar el tiempo y paraolvidar. Pero la hierba, flexible bajo loscascos del caballo, la espesa hierbainglesa, estaba aún más tupida yempapada de agua que la hierba del paísde Cluche. El cielo tenía un color azulpálido, con unas nubecitasdeshilachadas que se deslizaban muyalto; la brisa de mayo acariciaba lossetos de espino albar florido y losmanzanos blancos, parecidos a los de

Page 840: La flor de lis y el leon   maurice druon

Normandía.Roberto de Artois tendría pronto

cincuenta años, ¿y qué había hecho en suvida? Había bebido, comido, cazado,viajado; había hecho el crápula; habíatrabajado para sí y para los Estados,había justado y pleiteado más queningún otro hombre de su tiempo. Nadiehabía tenido una existencia tan llena devicisitudes, alborotos y tribulaciones.Pero nunca había gozado del presente.

Nunca se había detenido realmenteen lo que hacía, para saborear elinstante. Constantemente su alma vivíade cara al mañana, al futuro. Demasiadotiempo se había agriado su vino por el

Page 841: La flor de lis y el leon   maurice druon

deseo de beberlo en Artois; en el lechode sus amores, era la derrota de Mahautlo que había ocupado sus pensamientos;en el torneo más festivo la preocupaciónde sus alianzas le frenaba los impulsos.

Durante su vagabundeo de proscrito,el manjar de sus paradas y la cerveza desus descansos estaban siempremezclados con el acre sabor del rencory la venganza. Y hoy mismo, ¿en quépensaba? En mañana, en más adelante.Una rabiosa impaciencia le impedíagozar de esta hermosa mañana, estebello horizonte, este aire dulce derespirar, este pájaro dócil y salvaje a lavez cuya garra sentía apretarse en su

Page 842: La flor de lis y el leon   maurice druon

puño... ¿A eso se llama vivir, y decincuenta años pasados en la tierra noquedaba más que esa ceniza deesperanzas?

Fue sacado de sus amargospensamientos por los gritos de suescudero, apostado más adelante, en unaltozano.

—¡Al vuelo, al vuelo! ¡Ave,monseñor, ave!

Roberto se irguió en la silla yentornó los ojos. El halcón garcero, conla cabeza tapada por la capucha decuero de la que solo salía el pico, sehabía estremecido sobre el puño;también él conocía aquella voz. Se oyó

Page 843: La flor de lis y el leon   maurice druon

un ruido de cañas agitadas y luegosurgió una garza real de la margen delrío.

—¡Al vuelo, al vuelo! —seguíagritando el escudero.

La gran ave, volando a poca altura,iba contra el viento y en dirección aRoberto. Este la dejó pasar, y cuandoestuvo a cerca de cien metros, liberó alhalcón de su capucha y lo lanzó al airecon amplio gesto.

El halcón describió tres círculossobre la cabeza de su dueño, descendióa ras del suelo, vio la presa que se ledestinaba y se lanzó recto como undardo de ballesta. Al verse perseguida,

Page 844: La flor de lis y el leon   maurice druon

la garza real estiró el cuello para arrojarlos peces que acababa de tragar en el ríoy quitarse peso. Pero el garcero seacercaba; remontaba el vuelo, dandovueltas en espiral. La otra ave, a grandesaletazos, se elevaba hacia el cielo paraevitar que el ave de rapiña lasobrevolara. Subía y subía,empequeñeciéndose, pero perdíadistancia, porque había sido levantadacontra el viento y su propio peso lequitaba velocidad. Tuvo que volveratrás; el halcón hizo un nuevo torbellinoen los aires y se lanzó sobre ella. Lagarza hizo un quiebro, y las garras nopudieron aferrarse en la presa. Pero,

Page 845: La flor de lis y el leon   maurice druon

aturdida por el choque, la zancuda cayóunos quince metros, como una piedra, yluego volvió a huir. El halcón cargabade nuevo sobre ella.

Roberto y su escudero seguían, conla cabeza levantada, esta batalla, en quela agilidad dominaba al peso; lavelocidad, a la fuerza; la maliciabelicosa, a los instintos pacíficos.

—¡Ved esa garza real! —gritabaRoberto con pasión—, ¡es el ave máscobarde que existe! ¡Es cuatro vecesmayor que mi pequeño alfaneque; podríamatarlo con un solo golpe de su enormepico; y la muy cobarde huye, huye!¡Vamos, mi pequeño valiente, hinca tus

Page 846: La flor de lis y el leon   maurice druon

garras! ¡Ah, mi valiente pájaro! ¡Mira!¡La garza cede, ya la ha apresado!

Puso su caballo a galope paraalcanzar el lugar en que caerían lasaves. La garza tenía el cuello entre lasgarras del halcón, debía de ahogarse;sus enormes alas se batían débilmente yal caer arrastraba a su vencedor. A unospocos metros del suelo, el ave de presaabrió las garras, y dejó caer a suvíctima, para después echarse de nuevosobre ella y rematarla con el pico quecaía sobre los ojos y la cabeza una yotra vez. Roberto y su escudero yaestaban allí.

—¡El señuelo, el señuelo! —gritó

Page 847: La flor de lis y el leon   maurice druon

Roberto.El escudero desató una paloma

muerta de su silla y la echó al halcón,para atraerlo con el señuelo. Enrealidad, era un señuelo a medias; unhalcón bien adiestrado debía contentarsecon esta recompensa, y no tocar lapresa. Y el valiente garcero, con lacabeza cubierta de sangre, devoró a lapaloma muerta, manteniendo una patasobre la garza. Del cielo descendíanlentamente algunas plumas grisesarrancadas durante el combate.

El escudero echó pie a tierra,recogió a la zancuda y la mostró aRoberto: era una garza real soberbia,

Page 848: La flor de lis y el leon   maurice druon

que, colgando de la mano, alcanzabadesde las patas hasta el pico la talla deun hombre.

—¡Es un ave demasiado cobarde! —repitió Roberto—. No se disfrutaapresándola. Estas garzas son bichosvocingleros que se asustan de su propiasombra y se echan a chillar cuando laven. Es una caza que habría que dejarpara los villanos.

El halcón, ya saciado, yobedeciendo al silbido, se posó sobre elpuño de Roberto, quien lo cubrió con lacapucha. Luego, al trote corto tomaron elcamino del castillo.

De pronto, el escudero oyó que

Page 849: La flor de lis y el leon   maurice druon

Roberto de Artois lanzaba una brevecarcajada, sonora y aparentementeinmotivada, que hizo trompicar a loscaballos.

Al entrar en Windsor preguntó elescudero:

—¿Qué hago con la garza,monseñor?

Roberto alzó la mirada hacia labandera real que ondeaba en el torreónde Windsor, y en su rostro se dibujó unaexpresión burlona y maligna.

—Tráela y acompáñame a la cocina—respondió—. Luego irás a buscar auno o dos juglares de los que hay en elcastillo.

Page 850: La flor de lis y el leon   maurice druon

V.- Los votos de lagarza

Estaban ya en el cuarto de los seisplatos, y el sitio del conde de Artois, ala izquierda de la reina Felipa, seguíavacío.

—¿Todavía no ha vuelto nuestroprimo Roberto? —preguntó Eduardo III,que, ya al sentarse a la mesa, se habíaextrañado de esta ausencia.

Uno de los muchos escuderos quecirculaban detrás de los comensalesrespondió que hacía más de una horaque se había visto al conde Roberto

Page 851: La flor de lis y el leon   maurice druon

volver de la cacería. ¿Qué significabaesa desconsideración? Aunque sehubiera sentido cansado o enfermo,podía haber enviado a un servidor paraexcusarse ante el rey.

—Sire, querido primo, Roberto seconduce en vuestra corte como siestuviera en la hostería.

Además, viniendo de él, eso no tienenada de sorprendente —comentó Juan deHainaut, tío de la reina Felipa.

Juan de Hainaut, que se jactaba deser maestro en la etiqueta cortesana, noquería mucho a Roberto, en quien veíaal perjuro, proscrito de la corte deFrancia por falsificación de sellos, y

Page 852: La flor de lis y el leon   maurice druon

desaprobaba que Eduardo III le dieratanta importancia. Además, Juan deHainaut, en otro tiempo, había estadoprendado de la reina Isabel, comoRoberto, y sin más éxito; y lo hería laimpertinencia con que Roberto hablabaen privado de la reina madre.

Eduardo no respondió; sus largaspestañas seguían bajas, hasta queamainara la irritación que sentía. Hacíaesfuerzos para no emitir una opiniónacalorada que luego hubiera podidohacer decir: «El rey habla sinconocimiento de causa; el rey hapronunciado palabras injustas.» Luegolevantó los ojos hacia la condesa de

Page 853: La flor de lis y el leon   maurice druon

Salisbury, que era, con mucho, la damamás atractiva de la corte.

Alta, con sus hermosas trenzasnegras, su ovalado rostro de cutis terso ypálido, y sus ojos que se prolongaban enuna sombra malva en el hueco de lospárpados, la condesa de Salisburyparecía siempre estar soñando. Esasmujeres son peligrosas, ya que, bajo suapariencia de ensueño, piensan. Losojos sombreados de malva se cruzaban amenudo con los del rey.

Guillermo Montaigu, conde deSalisbury, no prestaba atención a estecambio de miradas, en primer lugar,porque tenía la virtud de su mujer por

Page 854: La flor de lis y el leon   maurice druon

tan cierta como su lealtad al rey suamigo; y luego porque en estosmomentos estaba cautivo de las risas,vivacidad de palabra, y chácharacantarina de la hija del conde de Derby.Llovían honores sobre Salisbury,acababa de ser nombrado guardián delas Cinco Puertas y mariscal deInglaterra.

Pero la reina Felipa estaba inquieta.Una mujer se halla siempre inquietacuando está encinta y advierte que losojos de su esposo se vuelven condemasiada frecuencia hacia otro rostro.Felipa estaba de nuevo encinta y no veíaen Eduardo la gratitud y el entusiasmo

Page 855: La flor de lis y el leon   maurice druon

que le había mostrado en su primeramaternidad.

Eduardo tenía veinticinco años;hacía unas semanas se había dejadocrecer una ligera barba rubia que sólo lecubría el mentón. ¿Lo había hecho paraagradar a la condesa de Salisbury oacaso para dar más autoridad a su rostroque seguía siendo de adolescente? Conesa barba el joven rey se empeñaba enparecerse un poco a su padre; diríaseque lo Plantagenet quisiera resucitar enél y luchar con lo capetino. El hombre,simplemente con vivir, se degrada ypierde en pureza lo que gana en poder.Un manantial, por transparente que sea,

Page 856: La flor de lis y el leon   maurice druon

no puede dejar de arrastrar fango y limoal convertirse en río. Doña Felipa teníamotivos para inquietarse...

De pronto, se oyeron los sones deuna viola de rueda y el agudo tañido deun laúd, tras de las puertas, que seabrieron inmediatamente. Aparecierondos pequeñas camareras no mayores decatorce años, coronadas de hojas ycubiertas por largas camisas blancas,que iban esparciendo lirios, margaritas yescaramujos que sacaban de un cestillo.Mientras tanto, cantaban: «Voy alverdor, lo quiere amor.» Las seguíandos juglares acompañándolas con susinstrumentos. Detrás de ellos apareció

Page 857: La flor de lis y el leon   maurice druon

Roberto de Artois, sobrepasándolesmedio cuerpo y sosteniendo en losbrazos su garza asada en una gran fuentede plata.

Toda la corte sonrió, luego rió conganas ante esta entrada teatral. Robertode Artois hacía de escudero trinchante.No podía haber ideado un modo másamable y alegre de hacerse perdonar latardanza.

Los mozos interrumpieron suservicio, y con el cuchillo o elaguamanil en la mano se aprestaron aentrar en el cortejo para tomar parte enel juego.

Pero de súbito, la voz del gigante

Page 858: La flor de lis y el leon   maurice druon

tapó canciones, laúd y viola.—¡Paso, malditos fracasados! Vengo

a entregar un presente a vuestro rey.Los comensales seguían riendo. Esto

de «malditos fracasados » era una buenaocurrencia.

Roberto se detuvo ante Eduardo III,y esbozando una genuflexión, le ofrecióel presente.

—Sire —exclamó—, aquí tengo unagarza real apresada por mi halcón. Es elave más cobarde que pueda encontrarseen todo el mundo, pues huye ante todaslas otras. La gente de vuestro país, en miopinión, debiera reconocerlo y yo lavería figurar en el escudo de Inglaterra

Page 859: La flor de lis y el leon   maurice druon

mejor que los leones que en él aparecen.A vos, rey Eduardo, quiero haceros estaofrenda, pues corresponde de derecho alpríncipe más cobarde y poltrón delmundo, al que han desheredado del reinode Francia y al que le faltan arrestospara conquistar lo que le pertenece.

Todos se callaron. A la risa siguióun silencio, angustioso en unos y enotros indignado. El insulto eraindudable. Salisbury, Suffolk, Guillermode Mauny y Juan de Hainaut estabanprestos a levantarse de sus asientos y aarrojarse sobre Roberto al menor gestodel rey. Roberto no parecía ebrio.¿Estaría loco? Tenía que estarlo, pues

Page 860: La flor de lis y el leon   maurice druon

jamás se había oído que nadie en cortealguna, y menos un extranjero proscritode su país natal, se hubiera portado detal modo.

Las mejillas del joven rey se habíanteñido de púrpura. Eduardo miraba aRoberto fijamente a los ojos. ¿Loecharía de la sala, lo echaría de sureino?

Eduardo solía tardar unos segundosen hablar, sabedor de que cada palabrade rey es importante, a no ser cuandodice «buenas noches» a su escudero.Cerrar una boca a la fuerza no elimina elultraje proferido por ella. Eduardo eraprudente y era honrado. No se muestra

Page 861: La flor de lis y el leon   maurice druon

valentía quitando, en un arrebato decólera, a un pariente al que se harecogido y el cual os sirve, los favoresque se le han concedido; no se muestravalentía haciendo arrojar a la cárcel aun hombre solo porque acaba deacusaros de debilidad. La valentía semuestra probando la falsedad de laacusación.

Se levantó.—Puesto que se me trata de cobarde

ante las damas y ante mis barones, másvale que diga lo que opino de ello; ypara haceros ver, primo mío, que mehabéis juzgado mal y que no es lacobardía lo que me retiene, os juro que

Page 862: La flor de lis y el leon   maurice druon

antes de terminar el año habré cruzadoel estrecho para desafiar al rey quepretende serlo de Francia y combatirloaunque sea diez contra uno. Os doy lasgracias por esta garza que habéisapresado para mí y acepto con gratitud.

Los comensales seguían callados,pero sus sentimientos habían cambiadode naturaleza y magnitud. Todosensancharon el pecho como si tuvierannecesidad de más aire. Una cuchara quecayó hizo un ruido exagerado en mediode este silencio. Las pupilas de Robertobrillaban con fulgor de triunfo. Seinclinó y dijo:

—Sire, mi joven y valiente primo,

Page 863: La flor de lis y el leon   maurice druon

no esperaba de vos otra respuesta. Hahablado vuestro noble corazón. Sientouna gran alegría por la gloria querecibiréis, y en cuanto a mí, SireEduardo, por la esperanza de volver aver a mi esposa y a mis hijos. Por Diosque nos está oyendo, juro precederospor doquier en el combate, y pido que seme conceda una vida lo bastante largapara serviros totalmente y totalmentevengarme.

Luego, dirigiéndose a toda la mesa:—Mis nobles lores, ¿tenéis a bien

hacer el mismo voto que el rey vuestrobien amado Sire ha hecho?

Sosteniendo todavía la garza asada,

Page 864: La flor de lis y el leon   maurice druon

en cuyas alas y rabadilla habíanreplantado los cocineros algunas de susplumas, Roberto avanzó hacia Salisbury:

—¡Noble Montaigu, a vos me dirijoprimero!

—Conde Roberto, haré lo quedeseáis —contestó Salisbury, quemomentos antes había estado dispuesto alanzarse sobre él.

Y levantándose, anunció:—Pues que el rey nuestro Sire ha

designado a su enemigo, yo elijo el mío;y, como soy mariscal de Inglaterra,prometo no descansar hasta haberderrotado en combate al mariscal deFelipe, el falso rey de Francia.

Page 865: La flor de lis y el leon   maurice druon

Entusiasmada, toda la mesa loaplaudió.

—Yo también quiero hacer un voto—exclamó la damisela de Derby,palmoteando—. ¿Hay razón para que lasdamas no tengan derecho a hacer votos?

—Claro que lo tienen, gentilcondesa —respondió Roberto—, ymejor que sea así, pues los hombrescumplirán mejor la fe dada. Vamos,doncellitas —añadió dirigiéndose a lasdos pequeñas coronadas—, volved acantar en honor de la dama que quierehacer un voto.

Juglares y doncellas repitieron:«Voy al verdor, lo quiere amor.» Y

Page 866: La flor de lis y el leon   maurice druon

luego, ante la fuente de plata en la que lagarza se estaba enfriando en su salsa, ladamisela de Derby dijo con voz áspera:

—Hago voto y prometo a Dios queno tomaré marido, sea príncipe, conde obarón, hasta que se cumpla el voto queacaba de hacer el noble lord deSalisbury. Y cuando regrese, si escapacon vida, que le entregaré mi cuerpo, detodo corazón.

Este voto causó cierta sorpresa, ySalisbury se ruborizó.

Las hermosas trenzas negras de lacondesa de Salisbury no se movieron niun ápice; solamente sus labios serepulgaron con cierta ironía y sus ojos

Page 867: La flor de lis y el leon   maurice druon

de sombras malvas trataron de atraer lamirada del rey Eduardo, como parahacerle comprender: «Nosotros notenemos por qué preocuparnos. »

De esta suerte Roberto se fuedeteniendo ante cada comensal mientrashacía tocar a los músicos y cantar a lasmuchachas a fin de darles tiempo parapreparar su voto y escoger su enemigo.El conde de Derby, padre de la damiselaque había hecho una declaración tanatrevida, prometió desafiar al conde deFlandes; el nuevo conde de Suffolkdesignó al rey de Bohemia. El jovenGautier de Mauny, exaltado porquehabía sido armado caballero no hacía

Page 868: La flor de lis y el leon   maurice druon

mucho, causó viva impresión en loscomensales al prometer reducir acenizas todas las ciudades de losalrededores de Hainaut quepertenecieran a Felipe de Valois, lo cualharía aunque tuviese que perder la vistade un ojo.

—¡Pues bien, que sea así! —exclamó la condesa de Salisbury, suvecina, poniéndole los dedos sobre elojo derecho—. Y cuando vuestrapromesa haya sido cumplida, que miamor sea para quien más me ama; este esmi voto.

Al mismo tiempo miraba al rey; peroel ingenuo de Gautier, que creía que esta

Page 869: La flor de lis y el leon   maurice druon

promesa iba dirigida a él, mantuvocerrado el párpado cuando la dama lequitó los dedos. Luego, sacando supañuelo, que era rojo, se lo anudó através de la frente de modo que quedaracubierto el ojo.

Habían pasado los momentos deexaltación. Ya se mezclaban algunasrisas con aquella competición debravura verbal. La garza llegó al señorJuan de Hainaut, quien había esperadoun desenlace totalmente distinto de laprovocación de Roberto. No le gustabarecibir lecciones de honor, y su pulidorostro ocultaba mal su despecho.

—Cuando estamos en la taberna y

Page 870: La flor de lis y el leon   maurice druon

levantamos mucho el codo —dijo aRoberto—, poco nos cuesta hacer votoscon tal que nos miren las damas. Todossomos, entonces, Oliviers, Rolandos yLanzarotes. Pero cuando estamos encampaña, sobre veloces corceles, conlos escudos al cuello, las lanzas bajas yun intenso frío que nos hiela al veracercarse al enemigo, entonces ¡cuántosfanfarrones preferirían estar en unacueva! El rey de Bohemia, el conde deFlandes y Bertrand el mariscal, son tanbuenos caballeros como nosotros, primoRoberto, bien lo sabéis; pues aunqueambos estemos proscritos de la corte deFrancia, si bien por diferentes razones,

Page 871: La flor de lis y el leon   maurice druon

los hemos conocido suficientemente. Yaun no hemos pedido rescate por ellos.Por mi parte, hago simplemente el votode que si nuestro rey Eduardo quierepasar por el Hainaut, yo estaré a su ladopara contribuir a su causa. Y esta será latercera guerra en que lo serviré.

Roberto se dirigió a la reina Felipay se puso rodilla en tierra. La redondaFelipa volvió hacia Eduardo su rostromoteado de rojeces.

—No puedo prometer nada —declaró— sin autorización de mi señor.

Con ello daba una lección a lasdamas de su corte.

—Prometed lo que os plazca,

Page 872: La flor de lis y el leon   maurice druon

querida, prometed con fervor; yo loratifico por anticipado ¡y que Dios osayude! —dijo el rey.

—Entonces, mi dulce Sire, si puedoprometer lo que me plazca —siguióFelipa—, puesto que tengo que dar a luzun niño al que siento agitarse dentro demí, hago votos de que no salga de micuerpo hasta que me llevéis a ultramar,para cumplir vuestro voto...

Su voz temblaba ligeramente, comoel día de su boda.

—...pero —añadió—, si me dejaraisaquí y partiereis a ultramar con otros,¡entonces me mataré con un grancuchillo de acero para perder a la vez

Page 873: La flor de lis y el leon   maurice druon

mi vida y mi fruto!Esto fue pronunciado sin énfasis,

pero lo bastante claro para que todos sedieran cuenta. Los comensales evitabanmirar a la condesa de Salisbury. El reybajó sus largas pestañas, tomó la manode la reina, se la llevó a los labios ydijo en medio del silencio, para romperla tirantez:

—Amiga mía, nos dais a todos unalección de deber. Después de vos, nadiemás hará votos.

Luego, a Roberto:—Primo de Artois, ocupad vuestro

lugar al lado de la señora reina.Un escudero repartió la garza, cuya

Page 874: La flor de lis y el leon   maurice druon

carne estaba dura por haber sido asadademasiado fresca, y fría por haberpasado tanto tiempo. No obstante, todostomaron un bocado. Roberto le encontróun exquisito sabor: Realmente, aqueldía, la guerra había comenzado.

Page 875: La flor de lis y el leon   maurice druon

VI.- Los muros deVannes

Y los votos pronunciados en el castilloWindsor fueron cumplidos.

El 16 de julio del mismo año 1338,Eduardo III se hacía a la mar enYarmouth con una flota de cuatrocientosbajeles. Al día siguiente desembarcabaen Amberes. Lo acompañaba la reinaFelipa; y muchos caballeros, imitando aGautier de Mauny, llevaban el ojoderecho cubierto por un rombo de pañorojo.

No era aún la hora de las batallas,

Page 876: La flor de lis y el leon   maurice druon

sino de las entrevistas. En Coblenza, el5 de septiembre, Eduardo se encontrabacon el emperador de Alemania.

Para la ceremonia, Luis de Bavierase había hecho confeccionar un extrañovestido, mitad de emperador, mitad dePapa, con dalmática de pontífice sobretúnica de rey, y corona con florones querelucían alrededor de la »tiara. Con unamano sostenía el cetro y con la otra elglobo con la cruz. Así se presentabacomo soberano de toda la cristiandad.

Desde lo alto de su trono decidió lacondena de Felipe VI, reconoció aEduardo como rey de Francia y leentregó la vara de oro que lo convertía

Page 877: La flor de lis y el leon   maurice druon

en vicario imperial.Fue ésta también una idea de

Roberto de Artois, quien habíarecordado que Carlos de Valois, antesde sus expediciones personales,procuraba hacerse proclamar vicariopontificio. Luis de Baviera juródefender durante siete años los derechosde Eduardo, y todos los príncipesalemanes que lo acompañabanconfirmaron el juramento.

Mientras tanto Jacobo de Arteveldeseguía instigando la rebelión de laspoblaciones del condado de Flandes dedonde Luis de Nevers había huido parano volver. Eduardo III iba de ciudad en

Page 878: La flor de lis y el leon   maurice druon

ciudad y celebraba grandes reuniones enque se hacía reconocer como rey deFrancia. Prometía unir a Flandes,Dollai, Lila y el mismo Artois, paraconstituir una nación única con todosesos territorios de intereses comunes.Como se citaba el Artois en el granproyecto, todos adivinaron quién era elinspirador y quién sería, bajo la tutelainglesa, el beneficiario.

Al mismo tiempo Eduardo decidíaaumentar los privilegios comerciales delas ciudades; en vez de reclamarsubsidios, concedía subvenciones ysellaba sus promesas con un sello en quelas armas de Inglaterra y Francia estaban

Page 879: La flor de lis y el leon   maurice druon

grabadas conjuntamente.En Amberes, la reina Felipa dio a

luz a su segundo hijo, Lionel.El Papa Benedicto XII multiplicaba

inútilmente en Aviñón sus esfuerzos porla paz. Había prohibido la cruzada paraimpedir la guerra franco–inglesa, yahora esta parecía más que cierta.

Empezaron a producirse entrevanguardias inglesas y guarnicionesfrancesas abundantes escaramuzas en elVermandois y en Thierache, a las queFelipe VI respondió enviandodestacamentos a Guyena y otros hastaEscocia para fomentar la rebelión ennombre del pequeño David Bruce26.

Page 880: La flor de lis y el leon   maurice druon

Eduardo III hacia de lanzadera entreFlandes y Londres, y daba en prenda alos bancos italianos las joyas de sucorona tanto para el mantenimiento desus tropas como para las exigencias desus nuevos vasallos.

Felipe VI, que había levantado elost, tomó la oriflama en Saint–Denis yavanzó hasta más allá de San Quintín;entonces, a una jornada escasa de losingleses, hizo dar media vuelta a todo suejército y fue a devolver la oriflama alaltar de Saint Denis. ¿Cuál podía ser larazón de esta extraña huida del reyjustador? Todos se lo preguntaban.¿Encontraba el tiempo demasiado

Page 881: La flor de lis y el leon   maurice druon

húmedo para iniciar el combate? ¿Ohabían vuelto de golpe a su mente lasfunestas predicciones de su tío Robertoel Astrólogo? Él declaraba que se habíadecidido por otro proyecto. La angustia,en una noche, le había hecho montar otroplan. Conquistaría el reino de Inglaterra.No sería la primera vez que losfranceses pondrían pie en él. ¿No habíasido un duque de Normandía quien, tressiglos antes, había con quistado laBretaña Grande?... Pues bien, Felipeaparecería en esas mismas riberas deHastings, y un Hastings duque deNormandía, su hijo, estaría a su lado.Cada uno de ambos reyes ambicionaba

Page 882: La flor de lis y el leon   maurice druon

conquistar el reino del otro.Pero tal empresa exigía el dominio

del mar. Como Eduardo tenía la mayorparte de su ejército en el Continente,Felipe decidió cortarle el camino de susbases para impedirle el abastecimientode sus tropas o reforzarlas. Destruiría ala marina inglesa.

El 22 de junio de 1340, ante laEsclusa, en el amplio estuario quesepara a Flandes de Zelanda, avanzabandoscientos navíos, ornados con los másbellos nombres y con el gallardete deFrancia ondeando al viento sobre elpalo mayor: «La Peregrina», «Nave deDios», «Micoleta»,

Page 883: La flor de lis y el leon   maurice druon

«Enamorada», «Presumida». «SantaMaría de la Alegría»... Los bajelesllevaban veinte mil marinos y soldados,completados con un cuerpo deballesteros; pero contaban, entre todos,con poco más de ciento cincuentahidalgos. A la caballería francesa no legustaba el mar.

El capitán Barbavera, que estaba almando de cincuenta galeras genovesasalquiladas por el monarca francés, dijoal almirante Behuchet:

—Monseñor, el rey de Inglaterra ysu flota vienen sobre nosotros. Salid aalta mar con todos vuestros navíos, puessi os quedáis aquí, encerrados como

Page 884: La flor de lis y el leon   maurice druon

estáis en los grandes diques, losingleses, que tienen el viento, el sol ylos mares a su favor, os irán estrechandohasta impediros todo movimiento.

Podían haberlo escuchado; llevabatreinta años de experiencia naval, y elaño anterior, por cuenta de Francia,había saqueado audazmente eincendiado a Southampton. El almiranteBehuchet, antiguo maese de las Aguas yBosques reales, le respondió conorgullo:

—¡Que caiga la infamia sobre el quese vaya de este lugar!

Formó a sus bastimentos en treslíneas: primero, los marinos del Sena,

Page 885: La flor de lis y el leon   maurice druon

luego los Picardos y los Diepeses, yfinalmente las gentes de Cahen y delCotentin; ordenó que los navíos seligaran entre sí con cables y dispuso loshombres como si estuvieran enfortalezas.

El rey Eduardo, que había salido deLondres la antevíspera, mandaba unaflota visiblemente igual. No tenía máscombatientes que los franceses, perohabía distribuido a dos mil hidalgos ensus bajeles, entre los cuales seencontraba Roberto de Artois, a pesarde su gran aversión a la mar.

En esta flota se encontrabaasimismo, custodiada por ochocientos

Page 886: La flor de lis y el leon   maurice druon

soldados, toda una nave de damas dehonor para el servicio de la reinaFelipa.

Al atardecer, Francia se habíadespedido del dominio de los mares.

Tanta luz daban los incendiadosbajeles franceses que apenas se percibíala caída de la noche.

Los pescadores normandos, lospicardos y los marinos del Sena habíansido hechos pedazos por los arqueros deInglaterra y por los flamencos quehabían venido en su ayuda, en sus barcasplanas, desde el fondo del estuario, parasorprender por la retaguardia a lasfortalezas de vela. No se oía más que

Page 887: La flor de lis y el leon   maurice druon

crujidos de arboladuras, choques dearmas y alaridos de degollados. Seluchaba a espada y hacha entre una flotade pecios. Los sobrevivientes, quebuscaban escapar de la carnicería, sehundían entre los cadáveres, y no sesabía si nadaban en agua o en sangre.Centenares de manos cortadas flotabanen el mar.

El cuerpo del almirante Behuchetcolgaba de la verga del navío deEduardo. Hacía unas horas queBarbavera se había hecho a la mar consus galeras genovesas.

Los ingleses estaban maltrechospero triunfantes. Su mayor desastre: la

Page 888: La flor de lis y el leon   maurice druon

pérdida de la nave de las damas,hundida entre horribles gritos. Losvestidos iban a la deriva en medio delgran cementerio marino, como avesmuertas.

El joven rey Eduardo tenía unaherida en el muslo, y la sangre corríasobre su bota de cuero blanco; pero lospróximos combates se reñirían en tierrasde Francia.

Inmediatamente Eduardo envió aFelipe VI nuevas cartas de desafío:«Para impedir graves destrucciones alos pueblos y a los países, y una granmortandad de cristianos, cosa que todopríncipe debe procurar evitar», el rey

Page 889: La flor de lis y el leon   maurice druon

inglés proponía a su primo de Francia unencuentro en combate singular, puestoque el litigio sobre la herencia deFrancia era asunto personal. Y si Felipede Valois no quería saber nada de este«duelo entre sus cuerpos», le proponíaenfrentarse con él con sólo ciencaballeros por bando, en campocerrado: en suma, un torneo, pero conlanzas no despuntadas, con espadas noembotadas y sin jueces que vigilaran lajusta, y cuyo premio no sería unbrocamantón o un halcón garcero, sinola corona de San Luis.

El rey justador respondió que lapropuesta de su primo era inaceptable

Page 890: La flor de lis y el leon   maurice druon

por estar dirigida a Felipe de Valois yno al rey de Francia, del que Eduardoera un vasallo traidoramente rebelde.

El Papa logró que se negociara unanueva tregua. Los legados sedesvivieron y se atribuyeron todo elmérito de una paz precaria que ambospríncipes no habían aceptado más quepara darse un momento de respiro.

Esta segunda tregua tenía ciertasposibilidades de durar, cuando murió elduque de Bretaña.

No dejaba hijo legítimo ni herederodirecto.

El ducado fue reclamado a la vezpor el conde de Montfortl'Amaury, su

Page 891: La flor de lis y el leon   maurice druon

último hermano, y por Carlos de Blois,su sobrino. Otro asunto como el deArtois, y que, jurídicamente, presentabamás o menos el mismo aspecto. FelipeVI apoyó las pretensiones de su parienteCarlos de Blois, que era Valois poralianza. Inmediatamente Eduardo IIItomo partido en favor de Juan deMontfort.

De modo que hubo dos reyes deFrancia que tenían cada uno su duque deBretaña, de la misma manera que teníanya su rey de Escocia.

Este litigio sobre Bretaña afectaba aRoberto muy de cerca, pues su madreera hermana del difunto duque Juan.

Page 892: La flor de lis y el leon   maurice druon

Eduardo III no podía hacer menos nicosa mejor que entregar al gigante elmando del cuerpo de combate que iba adesembarcar en esa región.

La hora de Roberto de Artois habíallegado.

Roberto tiene cincuenta y seis años.Enmarcando su rostro, de músculosendurecidos por un odio de años, loscabellos se han teñido de ese indefinidocolor de sidra rebajada con agua quetienen los hombres pelirrojos cuandoencanecen. Ya no es el granuja que seimaginaba hacer la guerra cuandosaqueaba los castillos de su tía Mahaut.Ahora sabe lo que es la guerra, y

Page 893: La flor de lis y el leon   maurice druon

prepara cuidadosamente su campaña;tiene la autoridad que confiere la edad ytodas las experiencias acumuladas a lolargo de una turbulenta existencia.Todos lo respetan. ¿Quién se acuerdaahora de que ha sido falsario, perjuro,asesino y algo brujo? ¿Quién osaríarecordárselo? Es monseñor Roberto,coloso envejecido, pero de una fuerzasorprendente aún, todavía vestido derojo y todavía seguro de sí; el cualpenetra en tierras francesas al frente deun ejército inglés. ¿Pero le importa quesus tropas sean extranjeras? ¿Pero esque esta noción cuenta para condes,barones y caballeros? Sus guerras son

Page 894: La flor de lis y el leon   maurice druon

pleitos familiares y sus combates luchaspor una herencia; el enemigo es unprimo, pero el aliado es primo también.Es para el pueblo al que se va aexterminar, cuyas casas serán quemadas,cuyas granjas serán saqueadas y cuyasmujeres serán ultrajadas, para quien lapalabra «extranjero» significa«enemigo»; no así para los príncipesque defienden sus títulos y aseguran susposesiones.

Para Roberto, esta guerra entreFrancia e Inglaterra es su guerra; él la haquerido, predicado, preparado;representa diez años de incesantesesfuerzos. Es como si hubiera nacido y

Page 895: La flor de lis y el leon   maurice druon

vivido para ella. Antaño se quejaba deno haber podido gustar del momentopresente; esta vez lo saboreaba al fin.Aspiraba el aire como un licordelicioso. Cada minuto es toda unafelicidad. Desde lo alto de su alazán, lacabeza al viento y el yelmo colgando dela silla, jocundo, va hacia su mundo degrandes alegrías que le hacen temblar.Tiene a veintidós mil caballeros ysoldados bajo sus órdenes, y cuandovuelve la mirada atrás, ve sus lanzas quese agitan hasta el horizonte, como unterrible trigal. Los pobres Bretoneshuyen ante él, unos en carros; otros, lamayoría, a pie, con sus calzones de tela

Page 896: La flor de lis y el leon   maurice druon

o de corteza, mientras las mujeresarrastran a sus niños y los hombresllevan al hombro un saquito de alforfón.

Roberto de Artois tiene cincuenta yseis años; pero del mismo modo quepuede todavía cubrir sin fatiga etapas dequince leguas, igualmente puede soñar...Mañana se apoderará de Brest, luego deVannes y más adelante de Rennes; desdeallí penetrará en Normandía y tomará aAlençon, que es del hermano de Felipede Valois; de Alençon irá a Evreux y aConches, ¡a su querida Conches! Corre aChâteau–Gaillard y libera a la señora deBeaumont. Después cae, irresistible,sobre París; ya está en el Louvre, en

Page 897: La flor de lis y el leon   maurice druon

Vincennes, en Saint–Germain; apresa aFelipe de Valois, lo destrona y devuelvela corona a Eduardo, que lo nombrateniente general del reino de Francia. Sudestino había conocido fortunas einfortunios más inconcebibles, y entiempos en que no tenía todo un ejércitotras de sí, levantando el polvo de loscaminos.

Y en efecto, Roberto toma a Brest ylibera a la condesa de Montfort, espírituguerrero, robusto cuerpo, la que,mientras su marido está en las prisionesdel rey de Francia, continúa resistiendode espaldas al mar, en los confines de suducado. Y en efecto, Roberto atraviesa,

Page 898: La flor de lis y el leon   maurice druon

triunfante, la Bretaña; y en efecto, sitia aVannes; emplaza trabuquetes, catapultasy bombardas de pólvora cuyo humo sedisuelve en las nubes de noviembre, yabre una brecha en los muros. Laguarnición de Vannes es numerosa, perono parece muy resuelta a resistir; esperael primer asalto para poder rendirse enforma decorosa. Habrá que sacrificar,por una y otra parte, algunos hombrespara que se cumpla esta formalidad.Roberto se hace enlazar su yelmo deacero, monta su enorme corcel que sehunde un poco bajo su peso; da a gritossus últimas órdenes, cubre su rostro conla visera del casco y voltea por encima

Page 899: La flor de lis y el leon   maurice druon

de su cabeza los tres kilos de su maza.Los heraldos que hacen flamear subandera, claman a voz en grito: «¡Artoisa la batalla!»

Unos infantes corren al lado de loscaballos llevando, entre seis, unaslargas escaleras; otros llevan en la puntade un palo estopa inflamada; es como untrueno que corre hacia eldesmoronamiento de piedras donde hacedido la muralla; y la cota ondeante demonseñor de Artois, bajo los pesadosnubarrones grises, se enrojece como unrelámpago...

Una flecha de ballesta disparadadesde una almena le atraviesa la cota de

Page 900: La flor de lis y el leon   maurice druon

seda, la armadura, el cuero del lorigón,y la tela de la camisa. El choque no esmás fuerte que el de una lanza en lasjustas. Roberto de Artois se arranca laflecha, su caballo sigue avanzando, yentonces, sin comprender lo que ocurre,ni por qué el cielo se ennegrece derepente, ni por qué sus piernas ya noaprietan los flancos del caballo, sedesploma en el barro.

Mientras sus tropas saqueabanVannes, el gigante, sin yelmo, extendidoen una escalera, era trasladado alcampamento; la sangre goteaba pordebajo de la improvisada angarilla.

Era la primera vez que Roberto

Page 901: La flor de lis y el leon   maurice druon

resultaba herido. Dos campañas enFlandes, su propia expedición a Artois,la guerra de Aquitania: Roberto habíasalido sin un solo rasguño. Ni una lanzaquebrada en cincuenta torneos, nisiquiera un colmillo de jabalí le habíarozado la piel.

¿Por qué ante Vannes, ante esaciudad que no ofrecía verdaderaresistencia, que no era sino una etapasecundaria en el camino de su epopeya?Ninguna predicción funesta sobreVannes o Bretaña se le había hecho aRoberto. El brazo que había tensado laballesta era el de un desconocido que nisiquiera sabía sobre quien tiraba.

Page 902: La flor de lis y el leon   maurice druon

Cuatro días estuvo luchando, no yacontra los príncipes o los parlamentos,no ya contra las leyes de sucesión, lascostumbres de los condados, lasambiciones o la avidez de las familiasreales; luchaba contra su propia carne.La muerte penetraba en él por una llagade labios negruzcos abierta entre elcorazón que tanto había latido y elvientre que tanto había comido; no lamuerte que hiela, sino la que incendia.El fuego se había introducido en susvenas. La muerte tenía que quemar encuatro días las fuerzas que aún quedabanen aquel cuerpo para veinte años devida.

Page 903: La flor de lis y el leon   maurice druon

No quiso hacer testamento, y gritabaque al día siguiente volvería a montar acaballo. Hubo que atarlo paraadministrarle los últimos sacramentos,pues quería apalear al capellán, en elque creía ver a Thierry de Hirson.Estaba delirando.

Roberto de Artois siempre habíadetestado la mar; se despachó un buquepara llevarlo a Inglaterra. Se pasó todala noche, en medio del balanceo de lasolas, hablando como en un juicio,extraño juicio en verdad, en el que sedirigía a los barones de Franciallamándolos «mis nobles lores» yrequería de Felipe el Hermoso que

Page 904: La flor de lis y el leon   maurice druon

ordenara el embargo de todos los bienesde Felipe de Valois, incluidos el manto,el cetro y la corona, en ejecución de unabula papal de excomunión. Su voz, quesalía del castillo de popa, llegaba hastael estrave y se elevaba hasta los vigíasde las cofas.

Antes del alba se tranquilizó un pocoy pidió que acercaran su colchón a lapuerta para poder mirar las últimasestrellas. Pero no vio salir el sol. En elmomento de su muerte, aún se imaginabaque curaría. La última palabra salida desus labios fue: «¡Jamás!», sin que nadiesupiera si se dirigía a los reyes, a la maro a Dios.

Page 905: La flor de lis y el leon   maurice druon

Todo hombre viene al mundodestinado para una función, ínfima oimportante, desconocida generalmentepor el mismo, y que su naturaleza, lasrelaciones con sus semejantes y lascircunstancias de su existencia lo incitana cumplir inconscientemente, pero conapariencia de libertad. Roberto deArtois había prendido fuego al occidentedel mundo: su misión estaba cumplida.

Cuando el rey Eduardo III se enteróen Flandes de su muerte, sus párpadosse humedecieron y envió a la reinaFelipa una carta en que le decía:

«Mi dulce corazón: nuestro primoRoberto de Artois ha vuelto a Dios; por

Page 906: La flor de lis y el leon   maurice druon

el afecto que sentíamos por él y pornuestro honor, hemos escrito a nuestrocanciller y a nuestro tesoreroencargándoles que lo sepulten en nuestraciudad de Londres. Os rogamos, dulcecorazón, que veléis por el buencumplimiento de esta nuestra voluntad.Que Dios os guarde. Dado bajo nuestrosello privado en la ciudad deGrandchamp el día de Santa Catalina, elaño de nuestro reinado decimosexto deInglaterra y tercero de Francia.»

A principios de enero de 1343, lacripta de la catedral de San Pablo deLondres recibió el féretro más pesadode todos los que a ella habían

Page 907: La flor de lis y el leon   maurice druon

descendido.

...Y AQUÍ EL AUTOR,CONSTREÑIDO POR LA HISTORIAA MATAR A SUPERSONAJE PREDILECTO, CONQUIEN HA VIVIDO SEIS AÑOS,SIENTE IDÉNTICA TRISTEZA A LADEL REY EDUARDO DEINGLATERRA; LA PLUMA, COMODICEN LOSVIEJOS CRONISTAS, SE LE CAE DELA MANO Y NO SIENTE DESEOS DEPROSEGUIR, AL MENOSINMEDIATAMENTE, SINO PARA

Page 908: La flor de lis y el leon   maurice druon

QUE CONOZCA EL LECTOR EL FINDEALGUNOS DE LOS PRINCIPALESHÉROES DE ESTE RELATO.SALTEMOS ONCE AÑOS, YSALTEMOS LOS ALPES...

Page 909: La flor de lis y el leon   maurice druon

Epílogo: Juan I eldesconocido

Page 910: La flor de lis y el leon   maurice druon

I.- El camino que llevaa Roma

El lunes 22 de septiembre de 1354,en Siena, Giannino Baglioni, notable dela ciudad, recibió en el palacioTolomei, donde su familia tenía unacompañía bancaria, una carta delcélebre Cola de Rienzi, que se habíaapoderado del gobierno de Roma,otorgándose el antiguo título de tribuno.En esta carta, fechada el jueves anterioren el Capitolio, Cola de Rienzi escribíaal banquero:

«Muy querido amigo: tiempo ha os

Page 911: La flor de lis y el leon   maurice druon

enviamos mensajeros con la misión derogaros, caso de que os encontraran, queos sirvierais venir a Roma, a nuestracasa. Dichos mensajeros nos haninformado que os encontraron, en efecto,en Siena, pero no pudieron persuadirosa que vinierais a vernos. Como no habíaseguridad de que os encontraran, no osescribimos, pero ahora que sabemosdonde estáis, os rogamos que vengáis avernos con toda diligencia, tan prontocomo recibáis esta carta, y con el mayorsecreto, para tratar de un asunto queconcierne al reino de Francia.»

¿Por qué motivo el tribuno, criadoen una taberna del Trastevere, pero que

Page 912: La flor de lis y el leon   maurice druon

afirmaba ser hijo adulterino delemperador Enrique VII de Alemania —y, por lo tanto, hermanastro del rey Juande Bohemia— y en quien Petrarcacelebraba al restaurador de la antiguagrandeza de Italia, por qué motivo Colade Rienzi quería entrevistarse urgente ysecretamente con Giannino Baglioni?Éste no dejaba de hacerse esta preguntalos días siguientes, mientras se dirigía aRoma, en compañía de su amigo elnotario Angelo Guidarelli, a quien habíapedido que lo acompañara, primeroporque así el camino se haría más corto,y también porque el notario era unmuchacho avisado que conocía a fondo

Page 913: La flor de lis y el leon   maurice druon

los asuntos de banca.En septiembre, el sol todavía

calienta en el campo sienés y el rastrojode los trigales cubre la campiña con unapiel leonada. Es uno de los más bellospaisajes del mundo: Dios quiso trazar enesta campiña, con soltura, la curva delas colinas, y esparcir una vegetaciónrica y diversa en la que el ciprés reinaseñorialmente. El hombre ha sabidotrabajar en esta tierra, y por doquier halevantado sus viviendas, que poseentodas la misma gracia y armonía, desdela villa más principesca hasta el máshumilde caserío, con su color ocre y sustejas redondas. El camino nunca aburre,

Page 914: La flor de lis y el leon   maurice druon

serpentea, sube, desciende hacia nuevosvalles, entre cultivos en bancales yolivares milenarios. En Siena, tantoDios como el hombre han mostrado sugenio.

¿Cuáles eran esos asuntos de Franciade los que el tribuno de Roma queríahablar al banquero de Siena? ¿Por quélo había hecho buscar dos veces y lehabía enviado esta apremiante carta enque lo llama «muy querido amigo»? Sinduda nuevos préstamos para el rey deParís o rescates para algunos grandesseñores que estaban prisioneros enInglaterra... Giannino Baglioni ignorabaque Cola de Rienzi se interesara tanto

Page 915: La flor de lis y el leon   maurice druon

por la suerte de los franceses.Y aunque así fuera, ¿por qué no se

dirigía el tribuno a los otros miembrosde la compañía, a los más antiguos,Tolomeo Tolomei, Andrea, Giaccomo,que entendían mejor de esos asuntos yhabían ido a París antaño a liquidar laherencia del viejo tío Spinello, cuandohubo que cerrar las oficinas de Francia?Cierto que Giannino era hijo defrancesa, una damisela de la nobleza, ala que evocaba a veces en sus vagosrecuerdos de infancia, una hermosajoven, algo triste, en una vetusta mansiónde un país lluvioso. Cierto es que supadre, Guccio Baglioni, muerto hacía ya

Page 916: La flor de lis y el leon   maurice druon

catorce años, el buen hombre, en unviaje a Campania... y Giannino,balanceándose por el paso del caballo,se santiguó discretamente... su padre,cuando vivía en Francia, se había vistomuy metido en grandes asuntos de corteentre París, Londres, Nápoles y Aviñón.Había tratado a reyes y reinas, y hastahabía asistido al famoso cónclave deLyon...

Pero Giannino prefería no acordarsede Francia, precisamente a causa deaquella madre que no había vuelto a ver,de la cual ignoraba si vivía o habíamuerto; a causa de su nacimiento,legítimo según su padre, ilegitimo para

Page 917: La flor de lis y el leon   maurice druon

los otros miembros de la familia, paraaquellos parientes encontrados derepente cuando tenía nueve años: elabuelo Mino Baglioni, los tíos Tolomeiy los innumerables primos... Durantemucho tiempo Giannino se había sentidoextraño entre ellos. Lo había hecho todopara borrar esta desemejanza, paraintegrarse en la comunidad, paraconvertirse en sienés, banquero yBaglioni.

Se especializó en el negocio de laslanas; quizá porque sentía ciertanostalgia de los corderos, de los verdesprados y de las mañanas brumosas. Dosaños después de la muerte de su padre,

Page 918: La flor de lis y el leon   maurice druon

se casó con una heredera de buenafamilia sienesa, Giovanna Vivoli, de laque tuvo tres hijos y con la que viviómuy felizmente seis años, hasta quemurió víctima de la epidemia de pestenegra del 48. Contrajo nuevas nupcias alaño siguiente con Francesca Agazzano,quien le dio dos hijos más y estabaesperando el tercero.

Sus compatriotas lo estimaban, erahonrado en los negocios y laconsideración pública de que gozaba levalió el cargo de camarlengo delhospital de Nuestra Señora de laMisericordia.

San Quirico de Orcia, Radicofani,

Page 919: La flor de lis y el leon   maurice druon

Acquapendente, el lago de Bolsena,Montefiascone; las noches transcurridasen las posadas de amplios pórticos, y lacontinuación del viaje por la mañana...

Giannino y Guidarelli habían salidode Toscana. A medida que avanzaba,Giannino se sentía cada vez másdecidido a responder al tribuno Cola,con toda la cortesía posible, que noquería en modo alguno mezclarse en losasuntos de Francia. El notario Guidarellilo aprobaba totalmente. Las compañíasitalianas guardaban demasiado malrecuerdo de las expoliaciones, y el reinode Francia había empeorado demasiado,desde el principio de la guerra de

Page 920: La flor de lis y el leon   maurice druon

Inglaterra, para exponer allí la mínimacantidad de dinero. ¡Mejor era vivir enuna pequeña república como Siena,donde prosperan las artes y el comercio,que en esos enormes reinos gobernadospor dementes!

Porque Giannino, desde el palacioTolomei, había seguido atentamente losasuntos franceses de los últimos años;¡tenían allí demasiadas cartas de créditoque sin duda no cobrarían jamás!Verdaderamente, esos franceses eranunos locos, empezando por su reyValois, que había conseguido perder,primeramente, Bretaña y Flandes, luegoNormandía, después Saintonge, y al que

Page 921: La flor de lis y el leon   maurice druon

los ingleses acorralaban, como a uncorzo en una cacería, en los alrededoresde París. Este héroe de torneo, quequería arrastrar al universo a unacruzada, se negaba a aceptar el cartel dedesafío en el que su enemigo le ofrecíacombate en la llanura de Vaugitard, casia las puertas de su palacio; luego,imaginándose que los ingleses huían,puesto que se retiraban hacia el norte —¿por qué tenían que huir si vencían entodas partes?—, Felipe, de pronto,agotando a sus tropas en marchasforzadas, se lanzaba en pos de Eduardo,y lo alcanzaba más allá del Soma; allíacabó su gloria.

Page 922: La flor de lis y el leon   maurice druon

Los ecos de Crecy llegaron hastaSiena. Se sabía que el rey de Franciahabía obligado a sus infantes a atacar,sin recobrar el aliento, después de unaetapa de cinco leguas; y que lacaballería francesa, irritada contraaquella infantería que no avanzababastante aprisa, había cargado a travésde su propia gente de a pie,atropellándola, derribándola ypisoteándola bajo los cascos de loscaballos, para ser luego destrozada porlos tiros cruzados de los arquerosingleses.

—Dijeron, para justificar su derrota,que eran los dardos de pólvora,

Page 923: La flor de lis y el leon   maurice druon

suministrados por los italianos a losingleses, lo que había sembrado eldesorden y el terror entre sus filas, acausa del estruendo. Pero no, Guidarelli,no fueron los dardos de pólvora; fue suestupidez.

Pero, ¡ah!, tampoco podía negarseque se habían realizado bellas hazañasde guerra. Por ejemplo, Juan deBohemia, ciego a los cincuenta años,que exigió ser llevado al combate, consu corcel ligado a derecha e izquierda alas monturas de dos de sus caballeros; yel rey ciego irrumpió en la refriegablandiendo su maza; pero, ¿para golpeara quién? a la cabeza de los dos

Page 924: La flor de lis y el leon   maurice druon

desgraciados que lo acompañaban. Fueencontrado muerto, ligado todavía a susdos maltrechos compañeros, símboloperfecto de esa casta caballeresca,encerrada en la noche de sus yelmos,que menospreciando al pueblo, sedestruía a sí misma casi con fruición.

La noche de Crecy, Felipe VI errabapor el campo con sólo seis hombres, yllamaba a la puerta de un pequeñocaserío, gimiendo:

—¡Abrid, abrid al infortunado reyde Francia!

Maese Dante, no había que olvidarsede ello, había maldecido en otro tiempoa la raza de los Valois a causa del primo

Page 925: La flor de lis y el leon   maurice druon

de ellos, el conde Carlos, saqueador deSiena y de Florencia. Todos losenemigos del divino Poeta acababanmal.

Y, tras Crecy, la peste. Laintrodujeron los genoveses. ¡De ésostampoco había que esperar nada bueno!Sus buques trajeron de Oriente elespantoso mal que alcanzó primero laProvenza y luego se abatió sobreAviñón, sobre aquella ciudad podrida ylibertina. Bastaba haber oído losconceptos de Petrarca32 sobre estanueva Babilonia para comprender que suhedionda infamia y los pecados queexhibía la destinaban a ser pasto de

Page 926: La flor de lis y el leon   maurice druon

calamidades vindicadoras.El toscano jamás está contento, de

nada ni de nadie, salvo de si mismo. Sino pudiera criticar no podría vivir; yGiannino era en esto muy toscano. EnViterbo, él y Guidarelli aun no habíanterminado de hablar mal de todo eluniverso.

En primer lugar, ¿qué hacía el Papaen Aviñón, en vez de residir en Roma,lugar destinado por San Pedro? ¿Y porqué elegían siempre papas francesescomo ese Pedro Roger, antiguo obispode Arras, que había sucedido aBenedicto XII y reinaba ahora con elnombre de Clemente VI? ¿Por qué él, a

Page 927: La flor de lis y el leon   maurice druon

su vez, no creaba más que cardenalesfranceses y se negaba a volver a Italia?Dios los castigaba a todos. Una solatemporada vio cerrar siete mil casas enAviñón despoblada por la peste; loscadáveres se recogían a carretadas.Luego la peste había subido hacia elnorte por un país agotado por la guerra yhabía llegado a París, donde morían milpersonas al día; grandes y pequeños, noperdonaba a nadie. La mujer del duquede Normandía, hija del rey de Bohemia,había muerto víctima de la peste. Lareina Juana de Navarra, la hija deMargarita de Borgoña, murió de lapeste. La misma reina mala de Francia,

Page 928: La flor de lis y el leon   maurice druon

Juana la Coja, murió de la peste, y losfranceses, que la detestaban, decían quesu muerte era justo castigo.

¿Pero por qué la peste se habíallevado también a Giovanna Baglioni, laprimera mujer de Giannino; Giovanna ladel cuello de alabastro y hermosos ojosalmendrados? ¿Era justo eso? ¿Era justoque la epidemia hubiera devastado aSiena? Verdaderamente, Dios nomostraba mucho discernimiento y erandemasiadas las veces en que imponíasacrificios a los buenos para pagar porlas faltas de los malos.

¡Afortunados los que escaparon dela peste! ¡Afortunado maese Giovanni

Page 929: La flor de lis y el leon   maurice druon

Boccaccio, hijo de un amigo de losTolomei, de madre francesa también,como Giannino, y que había podidoponerse a salvo como huésped de unrico señor en una hermosa villa junto aFlorencia! Durante el tiempo que duró elcontagio, para distraer a los refugiadosde la villa Palmieri y hacerles olvidarque la muerte rondaba a sus puertas,Boccaccio había escrito aquelloshermosos y divertidos cuentos que ahorarepetía Italia entera. El valordemostrado ante la muerte por losinvitados del conde Palmieri y pormaese Boccaccio, ¿no valía cien vecesmás que la estúpida bravura de los

Page 930: La flor de lis y el leon   maurice druon

caballeros de Francia? El notarioGuidarelli compartía totalmente estaopinión.

El rey Felipe se había casado sólotreinta días después de la muerte de lamala reina.

Giannino también le recriminabaesto; no el nuevo matrimonio, pues élhabía hecho otro tanto; sino la indecenteprisa con que lo había hecho. ¡Treintadías! ¿Y a quién escogió Felipe VI?¡Aquí empezaba a ser sabrosa lahistoria! Le había quitado la novia a suhijo primogénito, también viudo, quetenía que casarse, por segunda vez, consu prima Blanca, hija del rey de Navarra

Page 931: La flor de lis y el leon   maurice druon

y a la que se daba el nombre de la BellaPrudencia.

Cuando esta doncella de dieciochoaños apareció en la corte, Felipe quedódeslumbrado y exigió a su hijo, Juan deNormandía, que se la cediera, y Juan sedejó casar con la condesa de Borgoña,viuda de veinticuatro años por la que nosentía mucho entusiasmo, y a decirverdad, por dama alguna, pues elheredero de Francia parecía más bienaficionado a los escuderos.

El rey de cincuenta y seis añosvolvió a encontrar entonces, entre losbrazos de la Bella Prudencia, el ardorde la juventud. ¡Bella Prudencia! En

Page 932: La flor de lis y el leon   maurice druon

realidad, el nombre le cuadraba a lasmil maravillas. Giannino y Guidarelli sedesternillaban de risa sobre suscaballos. ¡Bella Prudencia!

Maese Boccaccio hubiera podidoescribir uno de sus sabrosos cuentos. Entres meses, la doncella le sacó lostuétanos al rey justador; y Saint-Denisrecibía a este soberbio imbécil que nohabía reinado un tercio de siglo más quepara llevar a su reino de la riqueza a laruina.

Juan II, el nuevo rey, de treinta y seisaños y al que llamaban el Bueno sin quenadie supiera por qué, tenía visos, segúndecían los viajeros, de poseer las

Page 933: La flor de lis y el leon   maurice druon

mismas sólidas cualidades de su padre yla misma fortuna. Solamente que eraalgo más derrochador, inestable y futil;pero recordaba a su madre por lasocarronería y la crueldad. Creyéndoseconstantemente traicionado, ya habíahecho decapitar a su condestable.

Como el rey Eduardo III, hallándoseen Calais, ciudad conquistada por él,había instituido la orden de la jarreterael día en que se había complacido ensujetar él mismo la liga de su amante, labella condesa de Salisbury, el rey JuanII, que no quería ser menos en asuntos decaballería, fundó la orden de la Estrellapara honrar a su favorito español, el

Page 934: La flor de lis y el leon   maurice druon

joven Carlos de la Cerda.Sus proezas no pasaron de aquí.El pueblo se moría de hambre;

faltaba mano de obra en el campo y en laindustria a consecuencia de la peste y dela guerra; escaseaban los productos ylos precios subían vertiginosamente; sesuprimían empleos y se imponía sobretodas las transacciones una gabela decasi un sueldo por libra.

Atravesaban el país bandaserrabundas, parecidas a las de lospastorcillos de otro tiempo, pero másdementes aún; miles de harapientoshombres y mujeres se flagelaban entre sícon cuerdas o cadenas, aullando

Page 935: La flor de lis y el leon   maurice druon

lúgubres salmos a lo largo de loscaminos; y de repente se enfurecían y sededicaban a matar, como siempre, ajudíos e italianos.

Mientras tanto la corte de Franciaseguía exhibiendo un lujo insultante,gastaba en un solo torneo lo que hubierabastado para alimentar durante un año atodos los pobres de un condado, y sevestía de manera poco cristiana,especialmente los hombres, quellevaban más joyas que las mujeres, concotas bien apretadas al talle y tan cortasque dejaban ver las nalgas, y zapatosterminados en puntas tan largas quedificultaban el andar.

Page 936: La flor de lis y el leon   maurice druon

¿Podía una compañía de banca unpoco seria conceder nuevos préstamos atales gentes o suministrarles lanas?Desde luego que no. Y GianninoBaglioni, entrando en Roma, el 2 deoctubre, por el Puente Milvio, estabacompletamente decidido a decírselo asíal tribuno Cola de Rienzi.

Page 937: La flor de lis y el leon   maurice druon

II.- La noche delCapitolio

Los viajeros se instalaron en unahostería del Campo de Fiori en elmomento en que las chillonasvendedoras liquidaban sus manojos derosas y desembarazaban la plaza deltapiz multicolor y embalsamado de susazafates.

Al caer la noche, Giannino Baglioni,tomando al posadero como guía, sedirigió al Capitolio.

¡Admirable ciudad esta de Roma,donde nunca había estado y que iba

Page 938: La flor de lis y el leon   maurice druon

descubriendo, tentado de detenerse acada paso! Inmensa en comparación conSiena y Florencia, incluso mayor queParís y que Nápoles, según le parecía aGiannino, a juzgar por los relatos de supadre. El dédalo de callejuelas se abríamostrando maravillosos palacios,surgidos de pronto, y cuyos porches ypatios estaban iluminados con antorchasy linternas. Por las calles se veíangrupos de muchachos que cantaban,cogidos del brazo. La gente se dabaempujones, pero sin mal humor; sonreíana los extranjeros; abundaban lastabernas por cuyas puertas salíanapetitosos olores de aceite hirviente,

Page 939: La flor de lis y el leon   maurice druon

azafrán, frituras de pescado y carneasada. Parecía que la animación no sedetenía con la noche.

Giannino subió por la colina delCapitolio al resplandor de las estrellas.Ante un porche de iglesia crecía lahierba; las columnas caídas y una estatuaque alzaba un brazo mutilado denotabanla presencia de la ciudad antigua.Augusto, Nerón, Tito, Marco Aurelio,habían pisado este suelo...

Cola de Rienzi estaba cenando connumerosa compañía en una espaciosasala construida sobre los mismoscimientos del templo de Júpiter.Giannino se le acercó, hincó una rodilla

Page 940: La flor de lis y el leon   maurice druon

en tierra y se presentó. Inmediatamenteel tribuno, tendiéndole las manos, lolevantó y lo hizo conducir a unahabitación vecina, donde instantesdespués vino a reunírsele.

Rienzi se había adjudicado el títulode tribuno, pero tenía la fisonomía y elporte de un emperador. El púrpura erasu color; se cruzaba el manto como toga.El cabezón de su vestido rodeaba uncuello firme y redondo; su macizorostro, de grandes ojos claros, cabelloscortos y mentón voluntarioso, parecíadestinado a agregarse a la serie debustos de los Césares. El tribuno teníaun leve tic, un temblor de la ventana

Page 941: La flor de lis y el leon   maurice druon

derecha de la nariz, que le daba unaexpresión de impaciencia. Su paso eraautoritario. Este hombre demostraba,sólo con verlo, que había nacido paramandar, tenía grandes proyectos para supueblo y era preciso mostrarse rápidoen comprender sus pensamientos yconformarse a ellos. Hizo sentarse aGiannino a su lado y ordenó a losservidores que cerraran las puertas yque no se les molestara; luego, sin más,empezó a hacer preguntas que nadatenían que ver con los asuntos bancarios.

El comercio lanero, los préstamos ylas letras de cambio no le preocupaban.Era Giannino, la persona de Giannino,

Page 942: La flor de lis y el leon   maurice druon

lo que le interesaba. ¿A qué edad habíallegado de Francia? ¿Dónde habíapasado sus primeros años? ¿Quién lohabía criado? ¿Había llevado siempre elmismo nombre?

Después de cada pregunta, Rienziaguardaba la respuesta, escuchaba,movía la cabeza e interrogaba de nuevo.

Pues bien, Giannino había nacido enun convento de París. Su madre, Maríade Cressay, lo crió hasta la edad denueve años, en Isla-de-Francia, cerca deuna aldea llamada Neauphle-le-Vieux.¿Sabía si su madre había estado algunavez en la corte de Francia? El sienés seacordaba de lo que su padre, Guccio

Page 943: La flor de lis y el leon   maurice druon

Baglioni, le había dicho: María deCressay, después del parto, había sidollamada a la corte para ser nodriza delhijo de la reina Clemencia de Hungría;pero estuvo poco tiempo, ya que el hijode la reina murió a los pocos días, segúnse decía, envenenado.

Y Giannino sonrió. Había sidohermano de leche de un rey de Francia;nunca pensaba en ello, pero de pronto sele aparecía como algo increíble, casirisible, cuando se veía a sí mismo, cercaya de los cuarenta años, en su tranquilaexistencia de burgués italiano.

Pero, ¿por qué le hacía Rienzi todasesas preguntas? ¿Por qué el tribuno de

Page 944: La flor de lis y el leon   maurice druon

grandes ojos claros, el hijo bastardo delpenúltimo emperador, lo observaba contan reflexiva atención.

—Sois vos... —dijo por fin Cola deRienzi—, verdaderamente sois vos...

Giannino no comprendía lo quequería decir; y aún fue mayor susorpresa cuando vio al imponentetribuno arrodillarse e inclinarse hastabesarle el pie derecho.

—Sois el rey de Francia —declaróRienzi—, y como a tal debe tratarostodo el mundo desde ahora.

Giannino sintió como si las lucesoscilaran alrededor de él. Cuando lacasa en que tranquilamente está uno

Page 945: La flor de lis y el leon   maurice druon

cenando se derrumba de pronto a causade un deslizamiento de tierra; cuando elbarco en que estamos durmiendo chocacontra un arrecife en plena noche,tampoco comprendemos, de momento, loque sucede.

Giannino Baglioni estaba sentado enuna sala del Capitolio; el dueño deRoma se arrodillaba a sus pies ¡y leafirmaba que era rey de Francia!

—Ha hecho nueve años el mes dejunio, que murió María de Cressay...

—¿Mi madre ha muerto? —exclamóGiannino.

—Sí, grandísimo Señor..., o, mejordicho, la que creíais que era vuestra

Page 946: La flor de lis y el leon   maurice druon

madre. Y la antevíspera de su muerteconfesó...

Era la primera vez que lo llamaban«grandísimo Señor»; estaba aun másboquiabierto y estupefacto que cuando lebesaron el pie.

—Pues bien, sintiéndose morir,María de Cressay llamó a su cabecera aun monje agustino de un conventocercano, fray Jordan de España, y seconfesó a él.

Giannino se remontaba a susprimeros recuerdos. Veía en lahabitación de Cressay a su madre, rubiay hermosa... Hacía nueve años que habíafallecido, y él no lo sabía. Y ahora

Page 947: La flor de lis y el leon   maurice druon

resultaba que ella ya no era su madre.Fray Jordan, a petición de la

moribunda, hizo constar por escritoaquella confesión que era la revelaciónde un extraordinario secreto de Estado yde un no menos extraordinario crimen.

—Os mostraré la confesión, asícomo la carta de fray Jordan; yo lo tengotodo —dijo Cola de Rienzi.

El tribuno estuvo hablando cuatrohoras enteras. No necesitaba menos y enprimer lugar para enterar a Giannino delos viejos acontecimientos, de hacíacuarenta años, que formaban parte de lahistoria del reino de Francia: la muertede Margarita de Borgoña, las segundas

Page 948: La flor de lis y el leon   maurice druon

nupcias del rey Luis X con Clemenciade Hungría.

—Mi padre formó parte de laembajada que fue a buscar la reina aNápoles; me lo contó varias veces —dijo Giannino—; pertenecía al séquitode un tal conde de Bouville...

—¿El conde de Bouville, decís?¡Todo se va confirmando! Es el mismoBouville que era curador del vientre dela reina Clemencia, vuestra madre,nobilísimo Señor, y que fue a buscar a ladama de Cressay, para que os criara, alconvento donde acababa de dar a luz.Esto es lo que ella contó precisamente.

A medida que hablaba el tribuno, su

Page 949: La flor de lis y el leon   maurice druon

visitante sentía que perdía la razón. Eraun trastorno total, las sombras seaclaraban y el día se obscurecía. Confrecuencia obligaba a Rienzi a repetirsus frases, como cuando se repasa unaoperación de cálculo muy complicada.De golpe se enteraba de que su padre noera su padre, y su madre no era sumadre; y que su verdadero padre, un reyde Francia asesino de su primera mujer,había acabado él también asesinado. Yano era hermano de leche de un rey deFrancia muerto en la cuna; era el reymismo de pronto resucitado.

—Siempre os llamaron Juan, ¿no esverdad? Vuestra madre la reina os dio

Page 950: La flor de lis y el leon   maurice druon

este nombre por una promesa. Juan oGiovanni, que hace Giovannino, oGiannino... Sois Juan I, el Póstumo.

¡El Póstumo! Siniestro apodo, una deesas palabras que huelen a cementerio yque los toscanos no oyen sin hacer loscuernos con la mano izquierda.

De golpe, el conde Roberto deArtois, la condesa Mahaut, todosaquellos nombres que pertenecían a losrecuerdos de su padre... —no su padre,el otro, Guccio Baglioni— surgían en elrelato del tribuno, desempeñandoterribles papeles. La condesa Mahaut,que ya había envenenado al padre deGiannino, ¡sí, al rey Luis!, se encargó

Page 951: La flor de lis y el leon   maurice druon

también de dar muerte al recién nacido.—Pero el conde de Bouville,

prudentemente, había cambiado al hijode la reina por el de la nodriza, que,además, se llamaba también Juan. Estefue el asesinado, y el enterrado en Saint-Denis...

Y Giannino experimentó como unespesamiento de su malestar, pues nopodía desacostumbrarse de ser GianninoBaglioni, el hijo del comerciante sienés;era como si le dijeran que había dejadode existir a los cinco días y que, desdeentonces, su vida, todos suspensamientos, sus actos, su propiocuerpo no era más que una ilusión. Se

Page 952: La flor de lis y el leon   maurice druon

sentía desvanecerse, llenarse desombras, convertirse en fantasma de símismo. ¿Dónde se encontraba realmente,bajo la losa de Saint-Denis, o aquí, en elCapitolio?

—A veces me llamaba «principitomío» —murmuró Giannino.

—¿Quién?—Mi madre... Quiero decir, la dama

de Cressay..., cuando estábamos solos.Yo creía que era el nombre que dan lasmadres francesas a sus hijos; y mebesaba las manos y se echaba a llorar...

¡Oh, cuántas cosas me vuelven a lamemoria... Y la pensión que enviaba elconde de Bouville, la que hacía que los

Page 953: La flor de lis y el leon   maurice druon

tíos Cressay, el barbudo y el otro, semostraran más amables conmigo los díasque llegaba la bolsa...

¿Qué había sido de toda esta gente?En su mayoría habían muerto hacíabastante tiempo: Mahaut, Bouville,Roberto de Artois...

Los hermanos Cressay habían sidoarmados caballeros la víspera de labatalla de Crecy, con algún juego depalabras de Felipe VI.

Debían de ser ya bastante viejos...Pero, entonces, si María de Cressay

nunca quiso volver a ver a GuccioBaglioni, no era porque lo odiase, talcomo él creía amargamente, sino para

Page 954: La flor de lis y el leon   maurice druon

mantener el juramento que habíapronunciado casi a la fuerza al serleentregado el pequeño rey salvado.

—Por miedo a represalias también,contra ella o su marido —explicó Colade Rienzi—. Pues se habían casadosecreta pero realmente ante un fraile.También lo dijo ella en su confesión. Yun día Baglioni fue para llevaros con él,cuando teníais nueve años.

—Me acuerdo bien de ese viaje... yella, mi... la dama de Cressay, ¿no sevolvió a casar?

—No, puesto que estaba casada.—Tampoco él.Giannino quedó pensativo un

Page 955: La flor de lis y el leon   maurice druon

momento, esforzándose por imaginarse ala muerta de Cressay y al muerto enCampania como si fueran sus padresadoptivos.

De pronto preguntó:—¿Tenéis un espejo?—Si —asintió el tribuno un poco

sorprendido.Dio unas palmadas y mandó a un

servidor traer el espejo.—Vi a la reina Clemencia una vez...,

precisamente cuando me sacaron deCressay y pasé unos días en París, conel tío Spinello. Mi padre... adoptivo,como decís... estaba muy orgulloso dehaberla conocido y me llevó a saludarla

Page 956: La flor de lis y el leon   maurice druon

para que tuviera un recuerdo. Ella medio unos confites...

Entonces, ¿ella era mi madre?Las lágrimas le subían a los ojos. Se

metió la mano por el cuello del vestido,sacó un pequeño relicario que colgabade un cordelito de seda y dijo:

—Esta reliquia de San Juan era deella...

Trataba desesperadamente dereconstruir los rasgos exactos del rostrode la reina hasta donde le permitiera lamemoria de su infancia. Recordabasolamente la aparición de una mujermaravillosamente bella, toda vestida deblanco, como las reinas viudas, que le

Page 957: La flor de lis y el leon   maurice druon

había puesto distraídamente su blancamano sobre la frente... «Y yo no sabíaque estaba ante mi madre. Y ella siguiócreyendo que su hijo había muerto...»

¡Ah, que grandísima malvada esacondesa Mahaut, que no solo habíaasesinado a un inocente recién nacidosino que, además, había sumido a tantaspersonas en la confusión y en ladesdicha!

La impresión de irrealidad de supersona desapareció de Giannino paradar paso a una sensación dedesdoblamiento igualmente angustiosa.Era él y otro a la vez, el hijo delbanquero sienés y el hijo del rey de

Page 958: La flor de lis y el leon   maurice druon

Francia.¿Y su mujer, Francesca? De pronto

pensó en ella. ¿Con quién se habíacasado ella? ¿Y sus hijos? ¿Descendíande Hugo Capeto, de San Luis, de Felipeel Hermoso?

—El Papa Juan XXII debió debarruntar este asunto —dijo Cola deRienzi—. Me han dicho que algunoscardenales de su séquito rumoreabanque el pontífice dudaba de la muerte delhijo del rey Luis X. Simple presunción—pensaban—, como tantas otras, y queparecía sin fundamento hasta laaparición de la confesión in extremis devuestra madre adoptiva, vuestra nodriza,

Page 959: La flor de lis y el leon   maurice druon

que hizo prometer al agustino que osbuscaría para deciros la verdad. Todasu vida, con su silencio, habíaobedecido las órdenes de los hombres;pero, en el momento de aparecer anteDios, y como los que le habían impuestoel silencio habían muerto sin relevarlade su promesa, quiso descargarse de susecreto.

Y fray Jordán de España, fiel a loprometido, se puso a buscar a Giannino;pero la guerra y la peste le impidieronpasar de París. Los Tolomei ya no teníanoficinas allí, y fray Jordán no se sentíaen edad de emprender largos viajes.

—Entregó entonces la confesión y el

Page 960: La flor de lis y el leon   maurice druon

relato de los hechos —prosiguió Rienzi— a otro religioso de su orden, frayAntonio, hombre de gran santidad quehizo varias veces la peregrinación aRoma y me vino a ver en anterioresviajes. Fue este fray Antonio quien, hacedos meses, estando enfermo en PortoVenere, me hizo saber todo lo que acabode deciros y me envió los documentos ysu propio relato. Al principio dudé, loconfieso, de la veracidad de todas esascosas, pero, al reflexionar, meparecieron demasiado fantásticas yextraordinarias para ser inventadas; laimaginación humana no llega a tanto. Amenudo es la verdad lo que nos

Page 961: La flor de lis y el leon   maurice druon

sorprende. Comprobé fechas, recogídiversos indicios y mandé que osbuscaran; primero os envié aquellosemisarios que, como no llevabandocumento alguno, no pudieronpersuadiros a que vinierais a verme,pero finalmente os mandé esa cartagracias a la cual, grandísimo Señor, osencontráis aquí. Si queréis hacer valervuestros derechos a la corona deFrancia, estoy dispuesto a ayudaros.

Acababan de traer un espejo deplata, Giannino se acercó a los grandescandelabros y se miró en él largo rato.Nunca le había gustado su rostro;aquella redondez algo fofa, aquella nariz

Page 962: La flor de lis y el leon   maurice druon

recta pero sin carácter, aquellos ojosazules bajo unas cejas demasiadodesvaídas, ¿era eso el rostro de un reyde Francia?

Giannino se esforzaba, en el fondodel espejo, en disipar el fantasma, enreconstruirse a sí mismo...

El tribuno le puso la mano sobre elhombro.

—Mi nacimiento —dijo gravemente— también estuvo rodeado de unextraño misterio. Me he criado en unataberna de esta ciudad; y he servido vinoa los mozos de cuerda. No supe hastamuy tarde de quien era hijo.

Su bello semblante de emperador, en

Page 963: La flor de lis y el leon   maurice druon

el que sólo se movía la ventana derechade la nariz, se había derrumbadoligeramente.

Page 964: La flor de lis y el leon   maurice druon

III.- «Nos, Cola deRienzi...»

Giannino, al salir del Capitolio, cuandolos primeros resplandores de la auroraempezaban a ribetear con un contornocobrizo las ruinas del Palatino, novolvió a dormir al Campo dei Fiori.

Una guardia de honor que leproporcionó el tribuno lo condujo alotro lado del Tiber al castillo de Sant-Angelo, donde le habían preparadohabitaciones.

Al día siguiente, buscando la ayudade Dios para calmar la gran agitación

Page 965: La flor de lis y el leon   maurice druon

que sentía, pasó varias horas rezando enuna iglesia cercana; luego volvió alcastillo Sant Angelo. Pidió ver a suamigo Guidarelli, pero le rogaron queno hablara con nadie sin haber vistoantes al tribuno. Estuvo solo hasta elatardecer, esperando que vinieran abuscarlo. Parecía que el tribuno no seocupaba en sus asuntos más que por lanoche.

Giannino volvió, pues, al Capitolio,donde el tribuno tuvo con el másatenciones aún que la víspera y seencerraron de nuevo juntos.

Cola de Rienzi expuso su plan decampaña: iba a enviar inmediatamente al

Page 966: La flor de lis y el leon   maurice druon

Papa, al emperador y a todos lossoberanos de la Cristiandad cartasinvitándolos a mandarle susembajadores para una comunicación dela mayor trascendencia, pero sin dejaradivinar nada del contenido de estacomunicación. Luego, cuando todos losembajadores se hubieran reunido, haríaaparecer ante ellos a Giannino, con lasinsignias reales, y se lo presentaríacomo verdadero rey de Francia... Si elnobilísimo Señor estaba de acuerdo,naturalmente.

Giannino era rey de Francia desde lavíspera; pero banquero sienés desdehacía veinte años; y se preguntaba qué

Page 967: La flor de lis y el leon   maurice druon

razones debía de tener Rienzi parainteresarse por él de tal manera, con unaimpaciencia casi febril que agitaba todoel corpachón del potentado. ¿Por quéquería abrir un nuevo litigio cuando yase habían sucedido cuatro reyes en eltrono de Francia desde la muerte de LuisX?

¿Era simplemente, como afirmaba,para denunciar una monstruosa injusticiay establecer en su lugar a un príncipedesposeído? El tribuno no tardó muchoen revelar su pensamiento.

—El verdadero rey de Franciapodría traer el Papa a Roma. Esos reyesfalsos tienen papas falsos.

Page 968: La flor de lis y el leon   maurice druon

Rienzi apuntaba lejos. La guerraentre Francia e Inglaterra, queamenazaba convertirse en guerra demedio Occidente con el otro medio,tenía, si no por origen, sí porfundamento jurídico, un pleito sucesorioy dinástico. Haciendo surgir alverdadero y legítimo titular del trono deFrancia, los otros dos reyes ya notendrían base para sus pretensiones. Lossoberanos de Europa, al menos lospacíficos, se reunirían en Roma,destituirían al rey Juan II y entregarían alrey Juan I su corona. Y

Juan I decidiría el retorno del PadreSanto a la Ciudad Eterna. No habría más

Page 969: La flor de lis y el leon   maurice druon

injerencias de la corte de Francia en lastierras imperiales de Italia; se acabaríanlas luchas entre güelfos y gibelinos;Italia, recobrada su unidad, podríaaspirar a recuperar la grandeza de otrostiempos; y finalmente, el Papa y el reyde Francia, si así lo deseaban, podíanincluso hacer Emperador al artífice deesta grandeza y esta paz, a Cola deRienzi, hijo de emperador; y noemperador a la alemana, sino a laantigua. La madre de Cola era delTrastevere, donde todavía vagan lassombras de Augusto, Trajano y MarcoAurelio, hasta en las tabernas, e incitana las gentes a soñar...

Page 970: La flor de lis y el leon   maurice druon

Al día siguiente, 4 de octubre, en elcurso de una entrevista, esta vez de día,Rienzi entregaba a Giannino, al queahora llamaba Giovanni di Francia,todos los documentos de suextraordinario expediente: la confesiónde la falsa madre, el relato de frayJordan de España, la carta de frayAntonio; luego llamó a uno de sussecretarios y empezó a dictarle el actaque autentificaba la entrega:

—Nos, Cola de Rienzi, caballeropor la gracia de la Sede Apostólica,senador ilustre de la Ciudad Santa, juez,capitán y tribuno del pueblo romano,hemos examinado a fondo los

Page 971: La flor de lis y el leon   maurice druon

documentos que nos entregó frayAntonio y a los que hemos dado crédito,mayormente por cuanto, después de todolo que hemos sabido y entendido, fue, enefecto, por la voluntad de Dios por loque el reino de Francia ha tenido quepadecer, durante largos años, tanto losdesastres de la guerra como muchosflagelos de toda suerte, las cuales cosasDios ha permitido, creemos, paraexpiación del fraude que se cometiórespecto a este hombre y que ha hechoque haya estado largo tiempo en lahumillación y la pobreza...

El tribuno parecía más nervioso quela víspera; detenía su dictado cada vez

Page 972: La flor de lis y el leon   maurice druon

que llegaba a su oído algún ruidoanormal; o, al contrario, cuando seproducía un silencio prolongado. Susgrandes ojos se dirigían con frecuenciahacia las ventanas abiertas; como siespiara a la ciudad.

—...Giannino se presentó ante nos,respondiendo a nuestra invitación, eljueves 2 de octubre.

Antes de hablarle de lo que teníamosque decirle, le preguntamos cuál era suestado y condición, su nombre, el de supadre y todas cuantas cosas leconcernían. Por lo que nos respondió,encontramos que sus palabras coincidíancon lo que decían las cartas de fray

Page 973: La flor de lis y el leon   maurice druon

Antonio; por lo cual, le revelamosrespetuosamente todo lo que habíamossabido. Pero como no ignoramos que seprepara en Roma un movimiento contranos...

Giannino tuvo un sobresalto. ¡Cómo!Cola de Rienzi, tan poderoso quehablaba de enviar embajadores al Papay a todos los príncipes del mundo,temía... Levantó los ojos hacia eltribuno; éste se lo confirmó bajandolentamente los párpados sobre sus ojosclaros; la ventana derecha de su nariztemblaba.

—Los Colonna —dijo,sombríamente.

Page 974: La flor de lis y el leon   maurice druon

Luego volvió a dictar.—...como tememos perecer antes de

que hayamos podido darle apoyo omedios para recobrar su reino, hicimossacar copia de todas esas cartas y se lasentregamos por nuestra propia mano elsábado 4 de octubre de 1354,habiéndolas sellado con nuestro sellomarcado con la gran estrella rodeada deotras ocho pequeñas, con el circulito enmedio, así como las armas de la SantaIglesia y del pueblo romano, para queasí ofrezcan mayor garantía las verdadesen ellas contenidas y para que lleguen aconocimiento de todos los fieles. QueNuestro Piadosísimo y Graciosísimo

Page 975: La flor de lis y el leon   maurice druon

Señor Jesucristo nos conceda una vidalo bastante larga para que nos sea dadover triunfar en este mundo causa tanjusta. ¡Amén, amén!

Hecho lo cual, Rienzi se acercó a laventana abierta y, tomando a Juan I porel hombro con gesto casi paternal, lemostró a treinta metros allá abajo elgran desorden de ruinas del antiguo foro,los arcos de triunfo y los templosderruidos. El sol poniente teñía de ororosado aquella fabulosa cantera que diezsiglos de saqueos por parte de vándalosy pontífices no habían podido agotar.

Desde el templo de Júpiter se veíala casa de las Vestales, el laurel que

Page 976: La flor de lis y el leon   maurice druon

cruzaba al templo de Venus...—Allí —dijo el tribuno señalando

la plaza de la antigua Curia Romana—,allí asesinaron a César... ¿Queréishacerme un gran favor, noble Señor?Nadie os conoce aun, nadie sabe quiensois, y podéis andar tranquilo comosimple burgués de Siena. Os voy aayudar con todo mi poder, pero paraello hace falta que esté con vida. Sé queestán tramando una conspiración contramí. Sé que mis enemigos quieren ponerfin a mis días. Sé que vigilan a losmensajeros que envío fuera de Roma.Partid para Montefiascone y visitad demi parte al cardenal Albornoz, y decidle

Page 977: La flor de lis y el leon   maurice druon

que me envíe tropas con la máximaurgencia.

¡En qué aventura se encontrabaenredado Giannino en tan pocas horas!¡Reivindicar el trono de Francia! Yapenas era príncipe pretendiente, partircomo emisario del tribuno para buscarleayuda. No había dicho sí a nada; y anada podía decir no.

Al día siguiente, 5 de octubre,después de una carrera de doce horas,llegaba a aquel mismo Montefiasconepor el que había pasado cinco díasantes, maldiciendo de todo corazón aFrancia y a los franceses. Habló con elcardenal Albornoz, quien

Page 978: La flor de lis y el leon   maurice druon

inmediatamente decidió marchar sobreRoma con los soldados de que disponía.Demasiado tarde: el martes 7 deoctubre, Cola de Rienzi moríaasesinado.

Page 979: La flor de lis y el leon   maurice druon

IV.- Juan I eldesconocido

Y Giovanni di Francia volvió aSiena, siguió con su comercio de bancay lanas y se mantuvo quieto durante dosaños. Simplemente, se miraba confrecuencia al espejo. No se dormía sinpensar que era el hijo de la reinaClemencia de Hungría, pariente de lossoberanos de Nápoles, bisnieto de SanLuis. Pero le faltaba audacia; no saleuno así de pronto de Siena, a loscuarenta años, para gritar al mundo:«Soy el rey de Francia», sin exponerse a

Page 980: La flor de lis y el leon   maurice druon

que se le tome por loco. El asesinato deCola de Rienzi, su protector de tres días,lo hizo meditar seriamente. Y en primerlugar, ¿a quién iría a ver?

Con todo, no mantuvo el secreto alextremo de no contarle algo a su esposaFrancesca, curiosa como todas lasmujeres; a su amigo Guidarelli, curiosocomo todos los notarios, y sobre todo aFra Bartolomeo, de la Orden dePredicadores, curioso como todos losconfesores.

Fra Bartolomeo era un fraileitaliano, entusiasta y dicharachero, queya se veía convertido en confesor delrey. Giannino le había enseñado los

Page 981: La flor de lis y el leon   maurice druon

documentos entregados por Rienzi, ycomenzó a hablar por la ciudad; y lossieneses, en seguida, a cuchichear sobreeste milagro: ¡el legítimo rey de Franciaestaba entre ellos! Se agrupaban ante elpalazzo Tolomei; cuando iban aencargar lanas a Giannino, se inclinabanexageradamente; se sentían muyhonrados de firmarle una letra; loseñalaban cuando transitaba por lasestrechas calles. Los viajantes decomercio que habían estado en Franciaaseguraban que tenía el mismosemblante de los príncipes de alli:rubio, de abultadas mejillas y con lascejas algo separadas.

Page 982: La flor de lis y el leon   maurice druon

Y ya tenemos a los comerciantessieneses pregonando la noticia a suscorresponsales de todas las oficinas deEuropa. Y he aquí que se descubre quefray Jordan de España y fray Antonio,los agustinos que en sus relatos sehabían descrito como tan viejos yenfermizos que todo el mundo los creíamuertos, seguían vivos y en perfectasalud, e incluso se aprestaban a partir enperegrinación a Tierra Santa. Y he aquíque ambos frailes escriben al Consejode la República de Siena para confirmarsus anteriores declaraciones, y frayJordan hasta se dirige a Giannino conreferencia a las desdichas de Francia y

Page 983: La flor de lis y el leon   maurice druon

exhortándolo a que tenga valor.Efectivamente, las desdichas habían

sido grandes. El rey Juan II —«el falsorey», decían ahora los sieneses—, habíamostrado la medida de su genio en unagran batalla que se libró al oeste de sureino, cerca de Poitiers. Porque su padreFelipe VI se había dejado derrotar enCrecy por los infantes, Juan II, el día dePoitiers, decidió hacer desmontar a suscaballeros, pero sin dejarles quitarse lasarmaduras, y lanzarlos a pie al asaltodel enemigo que los esperaba en lo altode una colina. Los caballeros fuerontroceados dentro de sus corazas comolangostas crudas.

Page 984: La flor de lis y el leon   maurice druon

El primogénito del rey, el delfínCarlos, que mandaba un cuerpo decombate, se alejó de la batalla por ordende su padre, según decían, pero condemasiada diligencia en el cumplimientode dicha orden. También contaban queal delfín se le hinchaban las manos, porlo que no podía sostener mucho tiempola espada. En todo caso, su prudenciasalvó algunos caballeros para Francia,mientras que Juan II, aislado con suúltimo hijo Felipe que le gritaba:«¡Padre, esquivad a la derecha; padre,esquivad a la izquierda!», en unmomento en que tenía que esquivar atodo un ejército, acabó rindiéndose a un

Page 985: La flor de lis y el leon   maurice druon

caballero picardo que se había pasado alos ingleses.

Ahora el rey Valois era prisionerodel rey Eduardo III. ¿No se susurrabacomo precio de su rescate la fabulosacifra de un millón de libras? ¡Ah, peroque no contaran con los banquerossieneses para contribuir!

Se comentaba muy animadamentetodas estas noticias una mañana deoctubre de 1356, ante el municipio deSiena, en la hermosa plaza en anfiteatrobordeada de palacios de color ocre yrosa; se discutía con grandes gestos queespantaban a las palomas, cuando depronto fra Bartolomeo se dirigió con su

Page 986: La flor de lis y el leon   maurice druon

hábito blanco hacia el grupo másnumeroso y, justificando su fama defraile predicador, comenzó a hablarcomo si estuviera en el púlpito:

—¡Vamos a ver por fin quién es eserey prisionero y cuáles son sus títulos ala corona de San Luis! Ha llegado lahora de la justicia; las calamidades queaplastan a Francia desde haceveinticinco años no son más que elcastigo de una infamia, y Juan de Valoisno es más que un usurpador...Usurpatore, usurpatore! —gritaba fraBartolomeo ante la muchedumbre queiba engrosándose—. No tiene derechoalguno al trono que ocupa. El verdadero,

Page 987: La flor de lis y el leon   maurice druon

el legítimo rey de Francia, se encuentraen Siena, y todo el mundo lo conoce: sellama Giannino Baglioni...

Y su índice señalaba por encima delos tejados en dirección al palacioTolomei.

—...se le cree hijo de Guccio, hijode Nino; ¡pero en realidad nació enFrancia, del rey Luis y de la reinaClemencia de Hungría!

Fue tal la conmoción que estediscurso produjo en la ciudad, que elConsejo de la República se reunióinmediatamente en el Municipio, pidió afra Bartolomeo que trajera losdocumentos, los examinó y, tras largas

Page 988: La flor de lis y el leon   maurice druon

deliberaciones, decidió reconocer aGiannino como rey de Francia. Leayudarían a recuperar su reino; senombraría un consejo formado por seisde los ciudadanos más prudentes y ricospara que velaran por sus intereses einformaran al Papa, al emperador, a lossoberanos y al Parlamento de París deque existía un hijo de Luis X,desposeído pero legítimo. Y, paraempezar, se le votó una guardia de honory una pensión.

Giannino, asustado por tantaagitación, comenzó rehusándolo todo.Pero el Consejo insistía, el Consejoexhibía ante él sus propios documentos y

Page 989: La flor de lis y el leon   maurice druon

exigía que se decidiera. Giannino acabópor relatar sus entrevistas con Cola deRienzi, cuya muerte seguíaobsesionándolo, y entonces elentusiasmo no tuvo límites; los másnobles jóvenes sieneses se disputaban elhonor de pertenecer a su guardia;parecían a punto de disputárselo porbarrios como el Palio.

Tal agitación duró casi un mes,durante el cual Giannino recorrió laciudad con séquito principesco. Suesposa no sabía qué actitud tomar y sepreguntaba si, como simple burguesa,podría ser ungida en Reims. En cuanto alos niños, iban vestidos toda la semana

Page 990: La flor de lis y el leon   maurice druon

con sus trajes de domingo. ¿Debíaconsiderarse a Gabriele, primogénitodel primer matrimonio, como herederodel trono? Gabriele Primo, rey deFrancia..., sonaba algo raro. ¿ó acaso (yla pobre Francesca Agazzano temblabasolo de pensarlo) el Papa no se veríaforzado a anular un matrimonio tan pocoen consonancia con la augusta personadel esposo, para permitir que estecontrajera nuevas nupcias con unaprincesa real?

Comerciantes y banqueros fueronapaciguados rápidamente por suscorresponsales. ¿No iban bastante mallos negocios en Francia para que

Page 991: La flor de lis y el leon   maurice druon

hicieran aparecer un rey más? ¡Bien seburlaban los Bardi de Florencia de queel soberano legitimo fuera un sienés!Francia tenía ya un rey Valois prisioneroen Londres donde sobrellevaba sudorado cautiverio en la mansión deSaboya, sobre el Tamesis, y seconsolaba en compañía de jóvenesescuderos del asesinato de su queridoLa Cerda.

Francia tenía también un rey inglésque dominaba la mayor parte del país. Yahora el nuevo rey de Navarra, nieto deMargarita de Borgoña, al que llamabanCarlos el Malo, reivindicaba también eltrono. Y todos estaban endeudados con

Page 992: La flor de lis y el leon   maurice druon

los bancos italianos... ¡Ah, los sienesesiban a ser bien felicitados por apoyarlas pretensiones de su Giannino!

El Consejo de la República no enviócarta alguna a los soberanos, niembajadores al Papa, ni representantesal Parlamento de París; y pronto dejó aGiannino sin pensión y sin guardia dehonor.

Pero era él ahora, empujado a estaaventura contra su voluntad, quien laquería continuar.

Estaba en juego su honor, y aunquetarde, lo devoraba la ambición. Ya noadmitía que no se tuviera en cuenta quehabía sido recibido en el Capitolio, que

Page 993: La flor de lis y el leon   maurice druon

había dormido en el CastilloSant'Angelo y que había marchado sobreRoma en compañía de un cardenal. Sehabía estado paseando un mes con unaescolta principesca, y no podía soportarque el domingo, cuando entraba en elDuomo, cuya hermosa fachada blanca ynegra acababa de ser terminada,murmurara la gente: «Mirad, ¡Ése es elque pretendía ser heredero de Francia!»Puesto que se había decidido que erarey, seguiría siéndolo.

Y por sí sólo escribió al PapaInocencio VI que había sucedido en1352 a Pedro Roger; escribió al rey deInglaterra, al rey de Navarra y al rey de

Page 994: La flor de lis y el leon   maurice druon

Hungría enviándoles copias de susdocumentos y pidiéndoles serrestablecido en sus derechos. Quizá todohubiera acabado aquí, si Luis deHungría, el único entre toda suparentela, no le hubiera respondido. Erasobrino directo de la reina Clemencia;¡en su carta daba a Giannino el título derey y lo felicitaba por su realeza!

Entonces, el 2 de octubre de 1357,tres años día por día desde su primeraentrevista con Cola de Rienzi, Giannino,llevando consigo toda sudocumentación, doscientos cincuentaescudos de oro y dos mil seiscientosducados cosidos en los vestidos, partió

Page 995: La flor de lis y el leon   maurice druon

para Buda a pedir protección a aquelprimo lejano que lo reconocía. Ibaacompañado por cuatro escuderos quetenían fe en su fortuna.

Pero, al llegar a Buda, dos mesesdespués, Luis de Hungría estaba ausente.Todo el invierno esperó Giannino,gastando sus ducados.

Allí descubrió a un sienés,Francesco del Contado, que había sidonombrado obispo.

Por fín volvió el primo de Hungría asu capital, pero no recibió a Giovanni diFrancia. Hizo que lo interrogaran variosde sus señores, quienes primero sedeclararon convencidos de su

Page 996: La flor de lis y el leon   maurice druon

legitimidad, pero ocho días despuésdaban media vuelta y afirmaban que suhistoria no era más que una patraña.Giannino protestó; se negaba a salir deHungría. él se constituyó un Consejo,presidido por el obispo sienés; llegóincluso a reclutar, entre la fantasiosanobleza húngara siempre dispuesta a lasaventuras, cincuenta y seis gentiles-hombres que se comprometieron aseguirlo con mil caballeros y cuatro milarqueros, y que llevaron su ciegagenerosidad hasta ofrecerse a servirlo asu propia costa en tanto no estuviera encondiciones de recompensarlos.

Pero les faltaba, para equiparse y

Page 997: La flor de lis y el leon   maurice druon

partir, la autorización del rey deHungría. Éste, que se hacía llamar «elGrande» pero que no parecía brillarprecisamente por la claridad de juicio,quiso examinar por sí mismo losdocumentos de Giannino, los juzgóauténticos, y proclamó que lo ayudaríaen la empresa; luego, a la semanasiguiente, anunció que habíareflexionado y que abandonaba elproyecto.

Y sin embargo, el 15 de mayo de1359, el obispo Francesco del Contadoentregaba al pretendiente una cartafechada el mismo día y sellada con elsello de Hungría, por la cual Luis el

Page 998: La flor de lis y el leon   maurice druon

Grande, «iluminado al fin por el sol dela verdad», certificaba que el señorGiannino di Guccio, criado en la ciudadde Siena, procedía de la familia real desus antepasados y era hijo del rey Luisde Francia y de la reina Clemencia deHungría, de honroso recuerdo. La cartaconfirmaba asimismo que la divinaProvidencia, valiéndose de la nodrizareal, había querido que por un cambio sesustituyera al joven príncipe por otroniño a cuya muerte debía Giannino lavida: «tal como en otro tiempo la VirgenMaría, huyendo a Egipto, salvaba a suhijo dejando creer que ya no vivía...».

De todos modos, el obispo

Page 999: La flor de lis y el leon   maurice druon

Francesco aconsejaba al pretendienteque marchara en seguida, antes que elrey de Hungría se echase atrás, amén deque no era absolutamente seguro que lacarta hubiera sido dictada por él, ni queel sello hubiera sido puesto por ordensuya...

Al día siguiente, Giannino salía deBuda, sin haber tenido tiempo de reunirtodas las tropas que se habían ofrecido aservirlo, pero con bastante hermososéquito para un príncipe que tenía tanpocas tierras.

Giovanni di Francia fue entonces aVenecia, donde se hizo confeccionarvestidos reales; luego a Treviso, Padua,

Page 1000: La flor de lis y el leon   maurice druon

Ferrara, Bolonia, y finalmente volvió aSiena, después de una ausencia dedieciséis meses, para presentarse a laselecciones del Consejo de la República.

Pues bien, aunque su nombre salió eltercero, el Consejo invalidó su elección,precisamente porque era hijo de Luis X,porque el rey de Hungría lo reconocíacomo tal y porque no era de la ciudad. Yle quitaron la ciudadanía sienesa.

Sucedió que el gran senescal delreino de Nápoles pasó por Toscana, enviaje para Aviñón.

Giannino se apresuró a visitarlo.¿No era acaso Nápoles la cuna de sufamilia materna? El senescal,

Page 1001: La flor de lis y el leon   maurice druon

prudentemente, le aconsejó que fuera aver al Papa.

Sin escolta esta vez —los nobleshúngaros ya se habían cansado— llegó ala ciudad papal la primavera de 1360,vestido de simple peregrino. InocencioVI se negó obstinadamente a recibirlo.

Francia causaba ya al Santo Padrebastantes molestias para preocuparse deaquel extraño rey póstumo.

Juan el Bueno seguía prisionero;París continuaba agitada por la revueltaen la que el preboste de loscomerciantes, Esteban Marcel, acabóasesinado tras su intento de establecerun poder popular. También había

Page 1002: La flor de lis y el leon   maurice druon

motines en el campo, donde la miseriahacía sublevarse a los que llamaron «lesJacques» (Los cualesquiera, los donnadie). Asesinatos por doquier; ya no sedistinguía al amigo del enemigo. Eldelfín de las manos hinchadas, sin tropasni hacienda, luchaba contra los ingleses,contra los navarros, contra losparisienses incluso, ayudado por Bretondu Guesclin, al que había entregado laespada que él no podía empuñar. Sededicaba además a reunir el rescate desu padre.

Reinaba completo desorden en lasfacciones, todas igualmente agotadas; enlos caminos, compañías que se llamaban

Page 1003: La flor de lis y el leon   maurice druon

de soldados, pero que no eran sino debandidos a las órdenes de aventureros,saqueaban a los viajeros y mataban porsimple vocación criminal.

La residencia en Aviñón empezaba aser, para el jefe de la Iglesia, tan pocosegura como la de Roma, incluso con losColonna. Había que negociar, negociarcuanto antes; imponer la paz a aquelloscombatientes extenuados y conseguir queel rey de Inglaterra renunciara a lacorona de Francia aunque tuviera quequedarse con medio país por derecho deconquista; y que el rey de Francia fuerarestablecido en la otra mitad paraimponer una apariencia de orden. ¿Qué

Page 1004: La flor de lis y el leon   maurice druon

hacer pues con aquel exaltado peregrinoque reclamaba el reino blandiendoincreíbles relatos de monjesdesconocidos y una carta del rey deHungría que éste mismo refutaba?

Entonces Giannino empezó a vagarerrante, buscando apoyo, pidiendosubsidios, tratando de interesar en suhistoria a compañeros de posada quetuvieran una hora que perder entre dospicheles de vino, suponiendo influenciaa gentes que no tenían ninguna,entrevistándose con intrigantes,malandrines, forajidos, jefes de bandaingleses que habían llegado hasta allí ypirateaban por Provenza. Se decía que

Page 1005: La flor de lis y el leon   maurice druon

estaba loco; y realmente, iba en camino.Un día de enero de 1361 los

notables de Aix lo detuvieron en suciudad, donde sembraba la agitación. Nosabiendo que hacer con él lo entregaronal veguer de Marsella, que lo encarceló.Al cabo de ocho meses se escapó paraser apresado de nuevo al poco tiempo; yya que decía pertenecer a tan altafamilia de Nápoles, ya que con tantavehemencia afirmaba ser hijo de doñaClemencia de Hungría, el veguer lomandó a Nápoles.

Precisamente entonces se estabanegociando el matrimonio de la reinaJuana, heredera de Roberto el

Page 1006: La flor de lis y el leon   maurice druon

Astrólogo, con el hijo menor de Juan IIel Bueno. Éste, recién llegado de sualegre cautiverio, y recién concluida lapaz de Bretigny por el delfín, corría aAviñón, donde Inocencio VI acababa demorir. Y el rey Juan II proponía al nuevopontífice Urbano V un magníficoproyecto: ¡la famosa cruzada que ni supadre ni su abuelo habían logrado poneren marcha!

En Nápoles, Juan el Póstumo, Juanel Desconocido, fue encerrado en elcastillo del Huevo; por el tragaluz de sucalabozo podía ver el Castillo Nuevo, elMaschio Angevino, de donde habíapartido su madre, tan gozosa, cuarenta y

Page 1007: La flor de lis y el leon   maurice druon

seis años antes, para ser reina deFrancia.

Allí murió, el mismo año, despuésde compartir, por las más extrañasvicisitudes del destino, los infortuniosde los Reyes Malditos.

Cuando, desde lo alto de su pira,Jacobo de Molay había lanzado suanatema, ¿conocía ya, gracias a lasciencias adivinatorias familiares a losTemplarios, el futuro que les esperaba aFelipe el Hermoso y su raza? ¿o bien,fue la humareda en medio de la cualmoría, lo que ofreció a su mente aquellavisión profética?

Los pueblos sufren el peso de las

Page 1008: La flor de lis y el leon   maurice druon

maldiciones durante más tiempo que lospríncipes que las atrajeron.

De los descendientes varones delRey de Hierro, ninguno había escapadodel trágico destino; nadie sobrevivía,sino el rey Eduardo III de Inglaterra, quejamás reinaría en Francia. Pero elpueblo no había llegado al final de supenar. Aún habría de conocer un reyprudente, un rey loco, un rey débil ysetenta años de calamidades antes deque la maldición del Gran Maestre sedisipara en las aguas del Sena, alresplandor de otra hoguera encendidapara el sacrificio de una hija de Francia.

Page 1009: La flor de lis y el leon   maurice druon

París, 1954-1960.Essendieras, 1965-1966

Page 1010: La flor de lis y el leon   maurice druon

Repertorio BiográficoALENÇON (Carlos de Valois,

conde de) (1294-1346). Hijo segundo deCarlos de Valois y de Margarita deAnjou-Sicilia. Muerto en la batalla deCrecy.

ARTEVELDE (Jacobo de) (hacia1275-1345). Comerciante en paños, deGante. Tuvo un papel capital en losasuntos de Flandes. Asesinado en elcurso de una revuelta de tejedores.

Page 1011: La flor de lis y el leon   maurice druon

ARTOIS (Mahaut, condesa deBorgoña, luego de) (?-27 noviembre1329). Hija de Roberto II de Artois.Casó (1291) con el conde palatino deBorgoña Oton IV (muerto en 1303).Condesa-par de Artois por sentenciareal (1309). Madre de Juana deBorgoña, esposa de Felipe de Poitiers,futuro Felipe V, y de Blanca deBorgoña, esposa de Carlos de Francia,futuro Carlos IV.

ARTOIS (Roberto III de) (1287-

Page 1012: La flor de lis y el leon   maurice druon

1342). Hijo de Felipe de Artois y nietode Roberto II de Artois. Conde deBeaumont-le-Roger y señor de Conches(1309). Casó con Juana de Valois, hijade Carlos de Valois y de Catalina deCourtenay (1318). Par del reino por sucondado de Beaumont-leRoger (1328).Desterrado del reino (1332), se refugióen la corte de Eduardo III de Inglaterra.

Herido mortalmente en Vannes.Enterrado en San Pablo de Londres.

ARUNDEL (Edmundo, Fitzalan,conde de) (1285-1326). Hijo de RicardoI, conde de Arundel. Gran juez del País

Page 1013: La flor de lis y el leon   maurice druon

de Gales. (1323-1326). Decapitado enHereford.

BAGLIONI (Guccio) (hacia 1295-1340). Banquero sienés emparentadocon la familia de los Tolomei. Tenía, en1315, oficina de banca en Neauphle-le-Vieux. Casó secretamente con María deCressay. Tuvo un hijo, Giannino (1316)cambiado en la cuna con Juan I elPóstumo. Muerto en Campanía.

BENEDICTO XII (Jacques Nouvel-Fournier) (hacia 1285-abril 1342).

Page 1014: La flor de lis y el leon   maurice druon

Cisterciense. Abad de Fontfroide.Obispo de Pamiers (1317), luego deMirepoix (1326). Creado cardenal endiciembre 1327 por Juan XXII al cualsucedió en 1334.

BERTRAND (Roberto de) (¿?-1348). Barón de Briquebec, vizconde deRoncheville.

Lugarteniente del rey en Guyena,Saintonge, Normandía y Flandes.Mariscal de Francia (1325).

Casó con María de Sully, hija deEnrique, gran vinatero de Francia.

Page 1015: La flor de lis y el leon   maurice druon

BOHEMIA (Juan de Luxemburgo,rey de) (1296-1346). Hijo de EnriqueVII, emperador de Alemania. Hermanode María de Luxemburgo, segundaesposa (1322) de Carlos IV, rey deFrancia.

Casó (1310) con Isabel de Bohemia,de la cual tuvo una hija, Bonne, que casóen 1332 con Juan, duque de Normandía,futuro Juan II, rey de Francia. Murió enla batalla de Crecy.

BORBON (Luis, señor, luego duquede) (hacia 1280-1342). Hijo mayor deRoberto, conde de Clermont (1256-

Page 1016: La flor de lis y el leon   maurice druon

1318) y de Beatriz de Borgoña, hija deJuan, señor de Borbón. Nieto de SanLuis. Camarero mayor de Francia desde1312. Duque y par en septiembre de1327.

BORGOÑA (Agnes de Francia,duquesa de) (hacia 1268-1325). Ultimade los once hijos de San Luis. Casó en1273 con Roberto II de Borgoña. Madrede Hugo V y de Eudes IV, duques deBorgoña, de Margarita, esposa de LuisX el Turbulento, rey de Navarra, luegode Francia, y de Juana, llamada la Coja,esposa de Felipe VI de Valois.

Page 1017: La flor de lis y el leon   maurice druon

BORGOÑA (Blanca de) (hacia1296-1326) Hija última de Otón IV,conde palatino de Borgoña, y de Mahautde Artois. Casada en 1307 con Carlosde Francia, hijo tercero de Felipe elHermoso. Convicta de adulterio (1314),al mismo tiempo que Margarita deBorgoña, fue encerrada en Château-Gaíllard, después en el castillo deGournay, cerca de Coutances. Despuésde la anulación de su matrimonio(1322), tomó el hábito en la abadía deMaubuisson.

Page 1018: La flor de lis y el leon   maurice druon

BORGOÑA (Eudes IV, duque de)(hacia 1294-1350). Hijo de Roberto II,duque de Borgoña, y de Agnes deFrancia, hija de San Luis. Sucedió enmayo de 1315 a su hermano Hugo V.

Hermano de Margarita, esposa deLuis el Turbulento, de Juana, esposa deFelipe de Valois, futuro Felipe VI, deMaría, esposa del Conde de Bar, y deBlanca, esposa del conde Eduardo deSaboya.

Casó el 18 de junio de 1318 conJuana, primogénita de Felipe V (muertaen 1347).

Page 1019: La flor de lis y el leon   maurice druon

BORGOÑA (Juana de Francia,duquesa de) (1308-1347). Hija mayorde Felipe V y de Juana de Borgoña.Prometida en julio 1316 a Eudes IV,duque de Borgoña; casada en junio de1318.

BOUVILLE (Hugo III, conde de) (?-1331). Hijo de Hugo II de Bouville y deMaría de Chambly. Chambelan deFelipe el Hermoso. Casó (1293) conMargarita des Barres, de la que tuvo unhijo, Carlos, que fue chambelán deCarlos V y gobernador del Delfinado.

Page 1020: La flor de lis y el leon   maurice druon

BRIENNE (Raul de) (?-1345).Conde de Eu y de Guines. Condestablede Francia (1330).

Lugarteniente del rey en Hainaut(1331), en Languedoc y Guyena (1334).Murió en un torneo. Le sucedió su hijoen el cargo de condestable.

BURGHERSH (Enrique de) (1282-1340). Obispo de Lincoln (1320).Aceptó, junto con Orleton, la abdicaciónde Eduardo II (1327). Negoció la pazcon los escoceses (1328). Sucedió aOrleton en el cargo de tesorero (marzo

Page 1021: La flor de lis y el leon   maurice druon

1328). Acompañó a Eduardo III aAmiens para el homenaje (1328) encalidad de canciller. Nuevamentetesorero de 1334 a 1337. Cumpliónumerosas misiones diplomáticas enFrancia.

BRETAÑA (Juan III, llamado elBueno, duque de) (1286-1341). Hijo deArturo II, duque de Bretaña, al cualsucedió en 1312. Casado tres veces,murió sin hijos.

CARLOS IV, rey de Francia (1294-

Page 1022: La flor de lis y el leon   maurice druon

1º febrero 1328). Hijo tercero de FelipeIV el Hermoso y de Juana de Champaña.Conde usufructuario de La Marche(1315). Sucedió con el nombre deCarlos IV a su hermano Felipe V (1322).Casó sucesivamente con Blanca deBorgoña (1307), María de Luxemburgo(1322) y Juana de Evreux (1325). Murióen Vincennes, sin heredero varón, últimorey de la línea directa de los capetinos.

CLEMENCIA de Hungría, reina deFrancia (hacia 1293-12 octubre 1328).Hija de Carlos-Martel de Anjou, reytitular de Hungría y de Clemencia de

Page 1023: La flor de lis y el leon   maurice druon

Habsburgo. Sobrina de Carlos de Valoispor su primera esposa, Margarita deAnjou-Sicilia. Hermana de Carlos-Roberto, o Caroberto, rey de Hungría, yde Beatriz, esposa del delfín Juan II.Casó con Luis X el Turbulento, rey deFrancia y de Navarra, el 13 de agosto de1315, y fue coronada con él en Reims.Viuda en junio de 1316, trajo al mundoen noviembre de 1316, un hijo, Juan I.Murió en el Temple.

CRESSAY (María de) (hacia 1298-1345). Hija de la señora Eliabel y delseñor Juan de Cressay, caballero. Casó

Page 1024: La flor de lis y el leon   maurice druon

secretamente con Guccio Baglíoni,madre (1316) de un niño cambiado en lacuna con Juan I el Póstumo, del cual eranodriza. Fue enterrada en el convento delos Agustinos, junto a Cressay.

CHATILLON (Gaucher V de), condede Porcien (hacia 1250-1329).Condestable de Champaña (1284),después de Francia tras la batalla deCourtrai (1302). Hijo de Gaucher IV yde Isabeau de Villehardouin, llamada deLizines. Aseguró la victoria de Mons-en-Pévele. Hizo coronar a Luis elTurbulento rey de Navarra en Pamplona

Page 1025: La flor de lis y el leon   maurice druon

(1307). Ejecutor testamentariosucesivamente de Luis X, Felipe V yCarlos IV. Participó en la batalla deCassel (1328), y murió al año siguientetras haber ocupado el cargo decondestable de Francia con cinco reyes.Había casado con Isabel de Dreux,luego con Melisenda de Bergy, despuéscon Isabeau de Rumigny.

CHATILLON (Guy de) conde deBlois (?-1342). Hijo de Hugo IV deChatillon, conde de Saint-Pol, y deBeatriz de Dampierre, hija del conde deFlandes. Casó (1311) con Margarita,

Page 1026: La flor de lis y el leon   maurice druon

hija de Carlos de Valois y de Margaritade Anjou-Sicilia, hermana de Felipe VI,rey de Francia. Su hijo, Carlos, fuepretendiente a la sucesión de Bretaña ala muerte del duque Juan III.

CHERCHEMONT (Juan de) (¿?-1328). Señor de Venours en el Poitou.Clérigo del rey (1318). Canónigo deNotre-Dame de París. Canciller deFrancia de 1320 hasta el fin del reinadode Felipe V; reintegrado a sus funcionesa partir de noviembre de 1323.

Page 1027: La flor de lis y el leon   maurice druon

DESPENSER (Hugo Le) llamado elViejo (1262-27 octubre 1326). Hijo deHugo Le Despenser, gran justiciero deInglaterra. Barón, miembro delParlamento (1295). Principal consejerode Eduardo II desde 1312. Conde deWinchester (1322). Alejado del poderpor la revuelta baronial de 1326, murióahorcado en Bristol.

DESPENSER (Hugo Le) llamado eljoven (hacia 1290-24 noviembre 1326).Hijo del anterior. Caballero (1306).

Page 1028: La flor de lis y el leon   maurice druon

Chambelán y favorito de Eduardo IIdesde 1312. Casó con Eleanor de Clare,hija del conde de Gloucester (hacia1309). Sus abusos de poder condujerona la revuelta baronial de 1326.Ahorcado en Hereford.

DIVION (Juana de) (?-6 octubre1331). Hija de un gentilhombre de lacastellanía de Béthune. Acusada defalsificación de documentos en elproceso de Artois, fue quemada viva.

EDUARDO II Plantagenet, rey de

Page 1029: La flor de lis y el leon   maurice druon

Inglaterra (1284-21 septiembre 1327).Nacido en Carnarvon. Hijo de Eduardo Iy de Leonor de Castilla. Primer príncipede Gales y conde de Chester (1301).Duque de Aquitania y conde de Ponthieu(1303). Caballero (1306). Rey en 1307.Casó (1308) con Isabel de Francia, hijade Felipe el Hermoso. Coronado enWestminster el 25 de febrero de 1308.Destronado (1326), por una revueltabaronial dirigida por su mujer, fueencarcelado y murió asesinado en elcastillo de Berkeley.

EDUARDO III Plantagenet, rey de

Page 1030: La flor de lis y el leon   maurice druon

Inglaterra (13 noviembre 1312-1377).Nacido en Windsor. Hijo del anterior yde Isabel de Francia. Conde de Chester(1320). Duque de Aquitania y conde dePonthieu (1325). Caballero (1327).Coronado rey en Westminster (1327)tras la deposición de su padre. Caso(1328) con Felipa, hija de Guillermo,conde de Hainaut, de Holanda y deZelanda, de la cual tuvo doce hijos. Suspretensiones al trono de Francia, dieronorigen a la guerra de los Cien Años.

EVREUX (Felipe de) Hijo de Luisde Evreux, hermanastro de Felipe el

Page 1031: La flor de lis y el leon   maurice druon

Hermoso y de Margarita de Artois. Caso(1318) con Juana de Francia, hija deLuis X el Turbulento y de Margarita deBorgoña, heredera de Navarra (muertaen 1349). Padre de Carlos el Malo, reyde Navarra, y de Blanca, segunda mujerde Felipe VI de Valois, rey de Francia.

FELIPA de Hainaut, reina deInglaterra (1314?-1369). Hija deGuillermo de Hainaut, conde deHolanda y de Zelanda, y de Juana deValois. Casada el 30 de enero de 1328con Eduardo III de Inglaterra del cualtuvo doce hijos. Coronada en 1330.

Page 1032: La flor de lis y el leon   maurice druon

FELIPE IV, el Hermoso, rey deFrancia (1268-20 noviembre 1314).Nacido en Fontainebleau. Hijo de FelipeIII el Atrevido y de Isabel de Aragón.Casó (1284) con Juana de Champaña,reina de Navarra. Padre de los reyesLuis X, Felipe V y Carlos IV, y deIsabel de Francia, reina de Inglaterra.Reconocido rey en Perpignan (1285) ycoronado en Reims (6 febrero 1286).Muerto en Fontainebleau y enterrado enSaint-Denis.

FELIPE V, llamado el Largo, rey de

Page 1033: La flor de lis y el leon   maurice druon

Francia (1291-3 enero 1322). Hijo deFelipe IV el Hermoso. Hermano de losreyes Luis X y Carlos IV, y de Isabel,reina de Inglaterra. Conde palatino deBorgoña, señor de Salins, por sumatrimonio con Juana de Borgoña(1307). Conde usufructuario de Poitiers(1311). Par de Francia (1315). Regentea la muerte de Luis X, después rey a lamuerte del hijo póstumo de éste(noviembre 1316). Muerto enLongchamp, sin heredero varón.Enterrado en Saint-Denis.

FELIPE, conde de Valois, luego

Page 1034: La flor de lis y el leon   maurice druon

FELIPE VI, rey de Francia (1293-22agosto 1350). Hijo mayor de Carlos deValois y de su primera esposa Margaritade Anjou-Sicilia. Sobrino de Felipe IVel Hermoso y primo hermano de losreyes Luis X, Felipe V y Carlos IV.Regente a la muerte de Carlos IV elHermoso, luego rey tras el nacimientode la hija póstuma de éste (abril 1328).

Consagrado en Reims el 29 de mayode 1328. Su ascensión al trono,protestada por Inglaterra, dio origen a lasegunda guerra de los Cien Años. Casóen primeras nupcias (1313) con Juana deBorgoña, llamada la Coja, hermana deMargarita, y que murió en 1348; en

Page 1035: La flor de lis y el leon   maurice druon

segundas nupcias (1349), con Blanca deNavarra, nieta de Luis X y de Margarita.

FLANDES (Luis, señor de Crecy,conde de Nevers y de) (?-1346). Hijo deLuis de Nevers.

Sucedió a su abuelo, Roberto deBethune, como conde de Flandes en1322. Casó en 1320 con Margarita,segunda hija de Felipe V y de Juana deBorgoña. Matado en Calais.

HAINAUT (Guillermo de Avesnes,llamado el Bueno, conde de Holanda, de

Page 1036: La flor de lis y el leon   maurice druon

Zelanda y de) (¿?-1337). Hijo de Juan IIde Avesnes, conde de Hainaut, y deFelipina de Luxemburgo. Sucedió a supadre en 1304. Casó en 1305 con Juanade Valois, hija de Carlos de Valois y deMargarita de Anjou-Sicilia. Padre deFelipa, reina de Inglaterra, y de un hijo,Guillermo, que le sucedió.

HAINAUT (Juan de) señor deBeaumont (¿?-1356). Hermano delanterior. Participó en numerosasoperaciones en Inglaterra y en Flandes.

Page 1037: La flor de lis y el leon   maurice druon

HIRSON, o HIREÇON (ThierryLarchier de) (hacia 1270-17 noviembre1328). Primero, clérigo con Roberto IIde Artois, acompañó a Nogaret a Anagniy fue utilizado por Felipe el Hermosopara muchas misiones. Canónigo deArras (1299). Canciller de Mahaut deArtoís (1303).

Obispo de Arras (1328).

HIRSON, o HIREÇON (Pedro yDionisio Larchier de). Hermanos delanterior.

Page 1038: La flor de lis y el leon   maurice druon

Respectivamente tesorero de lacondesa de Mahaut de Artois y baile deArras.

HIRSON, o HIREÇON (Beatriz de).Sobrina de los anteriores. Doncella decompañía de la condesa Mahaut deArtoís.

ISABEL de Francia, reina deInglaterra (1292-23 agosto 1358). Hijade Felipe IV el Hermoso y de Juana deChampaña. Hermana de los reyes LuisX, Felipe V y Carlos IV. Casó con

Page 1039: La flor de lis y el leon   maurice druon

Eduardo II de Inglaterra (1308). Se pusoa la cabeza (1325), junto con RogerMortimer, de la rebelión de los baronesingleses que condujo a la deposición desu marido. Apodada «la loba deFrancia», gobernó desde 1326 a 1328 ennombre de su hijo Eduardo III.Desterrada de la corte (1330). Murió enel castillo de Hertford.

JUAN, duque de Normandía, luegoJUAN II, rey de Francia (1319-8 abril1364). Hijo de Felipe VI y de Juana deBorgoña, llamada la Coja. Rey en 1350.Casó con Bonne de Luxemburgo, hija

Page 1040: La flor de lis y el leon   maurice druon

del rey de Bohemia (1332). Viudo en1349, casado nuevamente en 1350 conJuana de Boulogne, de su primermatrimonio tuvo cuatro hijos (de loscuales el futuro rey Carlos V) y cincohijas. Muerto en Londres.

JUAN XXII (Jacobo Dueze), Papa(1244-diciembre 1334). Hijo de unburgués de Cahors.

Cursó estudios en Cahors yMontpellier. Arcipreste de San Andrésde Cahors. Canónigo de SaintFront dePerigueux y de Albi. Arcipreste deSarlat. En 1289 marchó a Nápoles

Page 1041: La flor de lis y el leon   maurice druon

donde devino rápidamente familiar delrey Carlos II de Anjou, que lo hizosecretario del consejo privado, luego sucanciller. Obispo de Frejus (1300),luego de Aviñón (1310). Secretario delConcilio de Vienne (1311). Cardenalobispo de Porto (1312). Elegido Papaen agosto de 1316. Coronado en Lyon enseptiembre de 1316. Muerto en Aviñón.

JUANA de Borgoña, condesa dePoitiers, luego reina de Francia (hacia1293-21 enero 1330). Hija primera deOtón IV, conde palatino de Borgoña, yde Mahaut de Artois. Hermana de

Page 1042: La flor de lis y el leon   maurice druon

Blanca, esposa de Carlos de Francia,futuro Carlos IV. Casada en 1307 conFelipe de Poitiers, futuro Felipe V.Convicta de complicidad en losadulterios de su hermana y de su cuñada(1314), fue encerrada en Dourdan, luegoliberada en 1315. Madre de tres hijas:Juana, Margarita e Isabel, que casaronrespectivamente con el duque deBorgoña, el conde de Flandes y el delfínde Vienne.

JUANA de Borgoña, condesa deValois, luego reina de Francia (hacia1296-1348). Hija de Roberto II, duque

Page 1043: La flor de lis y el leon   maurice druon

de Borgoña, y de Agnes de Francia.Hermana de Eudes IV, duque deBorgoña, y de Margarita, esposa de LuisX el Turbulento. Casó (1313) con Felipede Valois, futuro Felipe VI.

Madre de Juan II, rey de Francia.Murió de la peste.

JUANA de Francia, reina deNavarra (hacia 1311-8 octubre 1349).Hija de Luis de Navarra, futuro Luis Xel Turbulento, y de Margarita deBorgoña. Supuesta bastarda. Excluidade sucesión al trono de Francia, heredóel de Navarra. Casada (1318) con

Page 1044: La flor de lis y el leon   maurice druon

Felipe, conde de Evreux. Madre deCarlos el Malo, rey de Navarra, y deBlanca, segunda esposa de Felipe VI deValois, rey de Francia. Murió de lapeste.

JUANA de Evreux, reina de Francia(?-marzo 1371). Hija de Luis deFrancia, conde de Evreux, y deMargarita de Artois. Hermana de Felipe,conde de Evreux, más tarde rey deNavarra, Tercera mujer de Carlos IV elHermoso (1325) del cual tuvo tres hijas:Juana, María y Blanca, esta nacidapóstuma el 13 de abril de 1328.

Page 1045: La flor de lis y el leon   maurice druon

KENT (Edmundo de Woodstock,conde de) (1301-1329). Hijo deEduardo I, rey de Inglaterra, y de susegunda mujer, Margarita de Francia,hermana de Felipe el Hermoso.

Hermanastro del rey Eduardo II deInglaterra. En 1321, es nombradogobernador del castillo de Douvres,guardián de los Cinco Puertos, y creadoconde de Kent. Lugarteniente deEduardo II en Aquitania en 1324.Decapitado en Londres.

LANCASTER (Enrique, conde de

Page 1046: La flor de lis y el leon   maurice druon

Leicester y de), llamado Cuello-Torcido(hacia 1281-1345). Hijo de Edmundo,conde de Lancaster, y nieto de EnriqueIII rey de Inglaterra. Participó en larevuelta contra Eduardo II. Armócaballero a Eduardo III el día de sucoronación y fue nombrado jefe delConsejo de regencia. Pasó luego a laoposición a Mortimer.

LUIS X el Turbulento, rey deFrancia y de Navarra (octubre 1289-5junio 1316). Hijo de Felipe IV elHermoso y de Juana de Champaña.Hermano de los reyes Felipe V y Carlos

Page 1047: La flor de lis y el leon   maurice druon

IV, y de Isabel, reina de Inglaterra. Reyde Navarra (1307). Rey de Francia(1314). Casó (1305) con Margarita deBorgoña, de la que tuvo una hija, Juana,nacida hacia 1311. Después delescándalo de la Torre de Nesle y de lamuerte de Margarita, casó (agosto 1315)con Clemencia de Hungría.

Coronado en Reims (agosto 1315).Muerto en Vincennes. Su hijo, Juan I elPóstumo, nació cinco meses después(noviembre 1316).

MALTRAVERS (Juan, barón)(1290-1365). Caballero (1306).

Page 1048: La flor de lis y el leon   maurice druon

Guardián del rey Eduardo II en Berkeley(1327). Senescal (1329). Jefe de la casadel rey (1330). Después de la caída deMortimer, condenado a muerte comoresponsable de la muerte de Eduardo II,huyó al continente.

Autorizado a volver a Inglaterra en1345 y rehabilitado en 1353.

MARGARITA de Borgoña, reina deNavarra (hacia 1293-1315). Hija deRoberto II, duque de Borgoña, y deAgnes de Francia. Casada (1305) conLuis, rey de Navarra, primogénito deFelipe el Hermoso, futuro Luis X, de la

Page 1049: La flor de lis y el leon   maurice druon

cual tuvo una hija, Juana. Convicta deadulterio (asunto de la Torre de Nesle),1314, fue encerrada en Château-Gaillarddonde murió asesinada.

MARIGNY (Juan de) (?-1350).Ultimo de los tres hermanos Marigny.Canónigo de Notre-Dame de París,luego obispo de Beauvais (1312).Canciller (1329). Lugarteniente del reyen Gascuña (1342). Arzobispo de Ruan(1347).

MAUNY (Guillermo de) (¿?-1372).

Page 1050: La flor de lis y el leon   maurice druon

Nacido en Hainaut, pasó a Inglaterra conel séquito de Felipa, esposa de EduardoIII. Caballero (1331). Participó en todaslas campañas de Eduardo III, de quienfue uno de los grandes capitanes. Casócon Margarita, hija de Tomas deBrotherton, conde de Norfolk, tío deEduardo III.

MELTON (Guillermo de) (?-1340).Familiar de Eduardo II desde suinfancia. Clérigo del rey, luego guardiándel sello privado (1307). Secretario delrey (1310). Arzobispo de York (1316).

Tesorero de Inglaterra (1325-1327).

Page 1051: La flor de lis y el leon   maurice druon

Nuevamente tesorero en 1330-1331 yguardián del gran sello en 1333-1334.

MONTAIGU, o MONTACUTE(Guillermo de) (1301-1344). Hijomayor de Guillermo, segundo barónMontacute, al cual sucedió en 1319.Armado caballero en 1325. Gobernadorde las islas de la Mancha y condestablede la Torre (1333). Conde de Salisbury(1337). Mariscal de Inglaterra (1338).Muerto a consecuencia de las heridasrecibidas en un torneo en Windsor.

Page 1052: La flor de lis y el leon   maurice druon

MORTIMER (Lady Juana) (1286-1356). Hija de Pedro de Joinville y deJuana de Lusignan; sobrina-nieta delsenescal compañero de San Luis. Casócon sir Roger Mortimer, barón deWigmore, hacia 1305, y tuvo de él oncehijos.

MORTIMER (Roger) barón deChirk (hacia 1256-1326). Lugartenientedel rey Eduardo II y Gran Juez del Paísde Gales (1307-1321). Hechoprisionero en Shrewsbury (1322). Murió

Page 1053: La flor de lis y el leon   maurice druon

en la Torre de Londres.

MORTIMER (Roger) octavo baronde Wigmore (1287-29 noviembre 1330).Hijo mayor de Edmundo Mortimer y deMargarita de Fiennes. Lugarteniente delrey Eduardo II y Gran Juez de Irlanda(1316-1321). Jefe de la revuelta quecondujo a la deposición de Eduardo II.Gobernó de hecho Inglaterra, con lareina Isabel, durante la minoría de edadde Eduardo III. Primer conde de LaMarca (1328). Arrestado por EduardoIII y condenado por el Parlamento, fueahorcado en el patíbulo de Tyburn, en

Page 1054: La flor de lis y el leon   maurice druon

Londres.

NORFOLK (Thomas de Brotherton,conde de) (1300-1338). Primer hijo delsegundo matrimonio de Eduardo I, reyde Inglaterra, con Margarita de Francia.Hermanastro de Eduardo II, y hermanode Edmundo de Kent. Creado duque deNorfolk en diciembre de 1312 ymariscal de Inglaterra en febrero de1316. Se unió al partido de Mortimer,uno de cuyos hijos casó con una de sushijas.

Page 1055: La flor de lis y el leon   maurice druon

NOYERS (Miles, señor deVandoeuvre y de) (?-1350). Mariscal deFrancia (1303-1315).

Consejero sucesivamente de FelipeV, Carlos IV y Felipe VI; su actuacióntuvo excepcional importancia bajo lostres reinados. Gran vinatero de Francia(1336).

ORLETON (Adan) (¿?-1345).Obispo de Hereford (1317), luego deWorcester (1328), y de Winchester(1334). Uno de los jefes de la

Page 1056: La flor de lis y el leon   maurice druon

conspiración contra Eduardo II.Tesorero de Inglaterra (1327-1328).Cumplió numerosas misiones en la cortede Francia y en Aviñón.

POUGET o POYET (Bertrand de) (?-1352). Sobrino del Papa Juan XXII ycreado cardenal por él en diciembre de1316.

TOLOMEI (Spinello). Jefe enFrancia de la compañía sienesa de losTolomei fundada en el siglo XII porTolomeo Tolomei, y enriquecida

Page 1057: La flor de lis y el leon   maurice druon

rápidamente por el comerciointernacional y el control de las minasde plata de Toscana. Todavía existe enSiena un palacio Tolomei.

TRYE (Mateo de) (?-1344). Sobrinodel chambelán de Luis X el Turbulento.Señor de Araines y de Vaumain.Mariscal de Francia hacia 1320.Lugarteniente general en Flandes (1342).

VALOIS (Carlos, conde de) (12marzo 1270-diciembre 1325). Hijo deFelipe III el Atrevido y de su primera

Page 1058: La flor de lis y el leon   maurice druon

mujer, Isabel de Aragón. Hermano deFelipe IV el Hermoso. Armadocaballero a los catorce años. Investidodel reino de Aragón por el legado delPapa el mismo año, no llegó a ocupar eltrono, y renunció al título en 1295.Conde usufructuario de Anjou, delMaine y del Perche (marzo 1290) por suprimer matrimonio con Margarita deAnjou-Sicilia; emperador titular deConstantinopla por su segundomatrimonio (enero 1301) con Catalinade Courtenay; fue creado conde deRomaña por el Papa Bonifacio VIII.Casó en terceras nupcias (1308) conMahaut de Chatillon-Saint-Pol. De sus

Page 1059: La flor de lis y el leon   maurice druon

tres matrimonios tuvo numerosadescendencia; su primogénito fue FelipeVI, primer rey de la dinastía Valois.Dirigió una campaña en Italia por cuentadel Papa en 1301, mandó dosexpediciones en Aquitania (1297 y1324) y fue candidato al imperio deAlemania.

Murió en Nogent-le-Roi y fueenterrado en la iglesia de los Jacobinosde París.

VALOIS (Juana de), condesa deBeaumont (hacia 1304-1363). Hija delanterior y de su segunda esposa,

Page 1060: La flor de lis y el leon   maurice druon

Catalina de Courtenay. Hermanastra deFelipe VI, rey de Francia. Mujer deRoberto de Artois, conde de Beaumont-le-Roger (1318). Encerrada, junto consus tres hijos, en Château-Gaillarddespués del destierro de Roberto, luegoliberada.

VALOIS (Juana de), condesa deHainaut (hacia 1295-1352). Hija deCarlos de Valois y de su primera mujer,Margarita de Anjou-Sicilia. Hermana deFelipe VI, rey de Francia. Esposa(1305) de Guillermo, conde de Hainaut,de Holanda y de Zelanda, y madre de

Page 1061: La flor de lis y el leon   maurice druon

Felipa, reina de Inglaterra.

WATRIQUET Brasseniex, llamadode COUVIN. Oriundo de Couvin, enHainaut, aldea próxima a Namur. Juglarafecto a las grandes mansiones de lafamilia Valois, adquirió verdaderacelebridad por sus endechas compuestasentre 1319 y 1329. Sus obras fueronconservadas en preciosos manuscritosiluminados, ejecutados bajo su direcciónpor princesas de su tiempo.

Page 1062: La flor de lis y el leon   maurice druon

Maurice Druon (París, 23 de abril de1918 - 14 de abril de 2009) fue unescritor francés y miembro de laAcademia francesa. Fue sobrino delescritor Joseph Kessel, junto a quienescribió el Canto de los Partisanos(Chant des Partisans), que con músicacompuesta por Anna Marly, fue utilizado

Page 1063: La flor de lis y el leon   maurice druon

como himno por la Resistencia Francesadurante la Segunda Guerra Mundial.Pasó su infancia en Normandía y realizósus estudios secundarios en el LiceoMichelet. Comenzó a publicar, a la edadde dieciocho años, en revistas yperiódicos literarios mientras cursaba lacarrera de Ciencias políticas (1937-1939).

En 1940 lucho frente a las tropas delIII Reich y tras la caída de Francia,escapó a Londres y se sumó allí a laFrancia libre de De Gaulle. A partir de1946 se consagró a su carrera literaria yrecibió en 1948 el Premio Goncourt porsu novela Las Grandes Familias (Les

Page 1064: La flor de lis y el leon   maurice druon

grandes familles), la primera parte de lacélebre trilogía que completaría con LaChute des Corps y Rendez-vous auxenfers. El 8 de diciembre de 1966 fueelegido miembro de la Academiafrancesa, sucediendo a GeorgesDuhamel. Fue Ministro de Cultura en1973 y 1974, y diputado de París desde1978 a 1981. Es conocido por su seriede novelas históricas titulada Los ReyesMalditos (Les Rois Maudits), publicadaentre los años 1955 y 1977.

Page 1065: La flor de lis y el leon   maurice druon

Notas

Page 1066: La flor de lis y el leon   maurice druon

[a]Aquí te tomo, Felipa, por mi mujerdesposada, para tenerte y guardar en milecho y casa...<<

Page 1067: La flor de lis y el leon   maurice druon

[b]Para lo hermoso y lo feo, para lomejor y lo peor, en la enfermedad y enla salud...<<

Page 1068: La flor de lis y el leon   maurice druon

Notas históricas

Page 1069: La flor de lis y el leon   maurice druon

[1]Nunca impuso la Iglesia normas fijaso uniformes al ritual del matrimonio, secontentó más bien con ratificar los usosparticulares. La diversidad de ritos y latolerancia de la Iglesia a este respectose basa en que el matrimonio es poresencia un contrato entre individuos y unsacramento cuyos ministros sonmutuamente, el uno respecto al otro, losmismos contratantes. En las primitivasIglesias cristianas no se requería enabsoluto la presencia del sacerdote, y niaún de los testigos. La bendiciónempezó a ser obligatoria a partir de undecreto de Carlomagno. Antes de la

Page 1070: La flor de lis y el leon   maurice druon

reforma del Concilio de Trento, en elsiglo XVI, los esponsales, por sucarácter vinculativo, tenían casi tantaimportancia como el matrimonio mismo.Cada región tenía sus propios usos, quevariaban de una diócesis a otra. Así, elrito de Hereford era distinto del rito deYork. Pero, como regla general, elintercambio de promesas, que constituyeel sacramento propiamente dicho, teníalugar en público fuera de la iglesia.Eduardo I casó de esta forma conMargarita de Francia en septiembre de1299 a la puerta de la catedral deCanterbury. La obligación existente hoyen día de mantener abiertas las puertas

Page 1071: La flor de lis y el leon   maurice druon

del templo durante la ceremonia, y cuyoincumplimiento puede constituir un casode anulación, es una supervivenciaconcreta de esta tradiciónEl rito nupcial de la archidiócesis deYork tenía ciertas analogías con el deReims, especialmente en la aplicaciónsucesiva del anillo a los cuatro dedos, sibien en Reims se pronunciaba al mismotiempo la siguiente fórmula: Por esteanillo la Iglesia ordena Que elverdadero amor y la fe leal juntennuestros dos corazones en uno solo; Porlo cual en este dedo te lo pongo.<<

Page 1072: La flor de lis y el leon   maurice druon

[2]Juana de Evreux, tercera esposa deCarlos IV. Tras la anulación de sumatrimonio con Blanca de Borgoña(vease el anterior volumen La Loba deFrancia), Carlos IV contrajo matrimoniosucesivamente con María deLuxemburgo, muerta de parto, y conJuana de Evreux. Ésta última, sobrina deFelipe el Hermoso por parte de su padreLuis de Francia, conde de Evreux, eraasimismo sobrina de Roberto de Artoispor parte de su madre, Margarita deArtois, hermana de Roberto.<<

Page 1073: La flor de lis y el leon   maurice druon

[3]Por un tratado firmado a fines de1327, Carlos IV había permutado elcondado de la Marche, que constituíaanteriormente su feudo en usufructo, conel condado de Clermont en Beauvais queLuis de Bourbon había heredado de supadre, Roberto de Clermont. Con estaocasión el señorío de Bourbon fueelevado a ducado. <<

Page 1074: La flor de lis y el leon   maurice druon

[4]Este año de 1328 fue año deenfermedades para Mahaut de Artois.Las cuentas de la casa nos muestran quetuvo que hacerse sangrar después de esteConsejo, el 6 de febrero de 1328, y denuevo el 9 de mayo, el 18 de septiembrey el 19 de octubre.

Page 1075: La flor de lis y el leon   maurice druon

[5]Pedro Roger, que anteriormente eraabad de Fecamp, formó parte de lamisión encargada de las negociacionesentre la corte de París y la de Londres,antes del homenaje de Amiens. Fuenombrado obispo de Arras el 3 dediciembre de 1328 para sustituir aThierry de Hirson; luego fuesucesivamente arzobispo de Sens,arzobispo de Ruan y, finalmente, fueelegido Papa en 1342, a la muerte deBenedicto XII, con el nombre deClemente VI.<<

Page 1076: La flor de lis y el leon   maurice druon

[6]Antes del siglo XVI no existían losgrandes espejos para mirarse el busto ode pie; no había más que espejos depequeñas dimensiones que se colgaban ose colocaban sobre los muebles, osimplemente espejos de bolsillo. Erande metal pulido, como los de laantigüedad, o bien, a partir del sigloXIII, se componían de una placa devidrio a cuyo reverso se aplicaba unahoja de estaño con cola transparente.Hasta el siglo XVI no se inventó elazogamiento de los cristales con unaamalgama de mercurio y estaño.<<

Page 1077: La flor de lis y el leon   maurice druon

[7]Esta mansión de la Malmaison, dedimensiones palaciegas, se convertiríaposteriormente en el Ayuntamiento deAmiens.

Page 1078: La flor de lis y el leon   maurice druon

[8]Eran estos, cultivos pantanosos que sepracticaban y aun se practican en elpantanoso valle del Soma (Somme)preparado, según procedimientos muyespeciales, para ello. Estos jardines,creados artificialmente mediante el limodragado del fondo del valle, estánsurcados por canales que drenan el aguadel subsuelo, y sobre los cuales lospantaneros se desplazan en largas barcasnegras y planas empujadas por unapértiga hasta el Marche d'Eau deAmiens. Estos cultivos (hortillonnages)cubren un territorio de casi trescientashectáreas. El origen latino del nombre

Page 1079: La flor de lis y el leon   maurice druon

(hortus: huerto) hace suponer que dichoscultivos se remontan a la colonizaciónromana.

Page 1080: La flor de lis y el leon   maurice druon

[9]Se llamaba «príncipes de la flor delis» a todos los miembros de la familiareal capetina, porque su escudo dearmas estaba constituido por unsembrado de Francia (azul sembrado deflores de lis de oro) con una orla quevariaba según se tratara de feudo ousufructo.<<

Page 1081: La flor de lis y el leon   maurice druon

[10]Guillermo de la Planche, baile deBethune, luego de Calais, estaba en lacárcel por la apresurada ejecución de untal Tassard el Perro, al que por supropia autoridad había condenado alarrastramiento y a la horca. La Divion lovisitó en la cárcel y le prometió que sideclaraba tal como ella le indicaba elconde de Artois lo sacaría del apurohaciendo intervenir a Miles de Noyers.Guillermo de la Planche, en el nuevoexamen de testigos, se retractó y afirmóque había declarado «por miedo a lasamenazas y a tener que permanecer largotiempo en la cárcel y morir en ella, si se

Page 1082: La flor de lis y el leon   maurice druon

negaba a obedecer a monseñor Roberto,que era tan grande, tan poderoso y tanallegado al rey».

Page 1083: La flor de lis y el leon   maurice druon

[11]Mezquina. Mesquine o meschine (delvalón eskene, o mequene en Hainaut otambién, en provenzal, mesquin) con lasignificación de: feble, pobre, endeble omiserable, era el calificativo aplicadogeneralmente a las sirvientas.<<

Page 1084: La flor de lis y el leon   maurice druon

[12] En junio de 1320, Mahaut hizo tratoscon Pedro de Bruselas, pintor residenteen París, para que decorara al fresco lagran galería de su castillo de Conflans,situado en la confluencia del Marne y elSena. El acuerdo indicaba con granprecisión los temas de estos frescos -retratos del conde Roberto II y suscaballeros en batallas marítimas yterrestres-, los atuendos que deberíanllevar los personajes y la calidad de laspinturas que debía utilizar. Las pinturasse terminaron el 26 de julio de 1320.

Page 1085: La flor de lis y el leon   maurice druon

[13]Tales recetas de brujería, cuyo origense remonta a la más alta Edad Media,todavía se utilizaban en tiempos deCarlos IX y hasta de Luis XIV; algunosaseguran que la Montespan se prestó a lapreparación de tales ungüentosconjuratorios. Las recetas de filtros deamor que veremos más adelante estánsacadas de las colecciones del Petit ydel Grand Albert.

Page 1086: La flor de lis y el leon   maurice druon

[14]Recordamos que después de unaprisión de once años en Château-Gaillard, Blanca de Borgoña fuetrasladada al castillo de Gournay, cercade Coutances, para acabar tomando elvelo en la abadía de Maubuisson, dondemurió en 1326. Mahaut, su madre,también sería inhumada en Maubuisson;hasta más adelante no se trasladaron susrestos a Saint-Denis, donde hoy díapuede verse su estatua yacente, la única,que sepamos, labrada en mármol negro.

Page 1087: La flor de lis y el leon   maurice druon

[15]Desde la Candelaria de 1329 hasta el23 de octubre, Mahaut parece que gozóde excelente salud y que tuvo que acudirmuy poco a sus médicos ordinarios. Apartir del 23 de octubre, fecha de suentrevista con Felipe VI en Maubisson,hasta el 26 de noviembre, víspera de sumuerte, podemos seguir casi día a día laevolución de su enfermedad, gracias alos pagos hechos por su tesorero a losmires, tísicos, barbero, herbolarios,boticarios y especieros, por suscuidados y sus suministros.

Page 1088: La flor de lis y el leon   maurice druon

[16]El primero de los doce hijos deEduardo III y Felipa de Hainaut,Eduardo de Woodstock, príncipe deGales, fue llamado después el PríncipeNegro, a causa del color de suarmadura. Este príncipe es el que luegovencería al hijo de Felipe VI de Valois,Juan II, en la batalla de Poitiers, y loharía prisionero. Su existencia fue la deun notable guerrero que vivió casisiempre en el Continente, se convirtió enuno de los personajes dominantes de losinicios de la guerra de los Cien Años ymurió un año antes que su padre, en1376.

Page 1089: La flor de lis y el leon   maurice druon

[17]Keep, nombre inglés del torreón delos castillos de la época normanda.Recordemos (véase nuestro anteriorvolumen: La Loba de Francia) que elkeep presenta la particularidad de queen su centro hay un patio descubierto.<<

Page 1090: La flor de lis y el leon   maurice druon

[18]El texto original del juicio de RogerMortimer fue redactado en francés.<<

Page 1091: La flor de lis y el leon   maurice druon

[19]Los Common Gallows de Londres (elMontfaucon de los ingleses), donde seejecutaba a la mayoría de losdelincuentes comunes, estaban situadosal borde de los bosques de Hyde Park,en el lugar llamado Tyburn, ocupadoactualmente por Marble Arch. Por lotanto, para llegar allí desde la Torre,había que atravesar todo Londres, y salirde la ciudad. Este patíbulo se utilizóhasta mitad del siglo xviii. Una placaseñala discretamente suemplazamiento.<<

Page 1092: La flor de lis y el leon   maurice druon

[20]Actos como éste eran habituales enJuana la Coja, que, cuando aborrecía auno de los amigos, consejeros oservidores de su esposo, recurría a lospeores medios para saciar su odio. Así,queriendo desembarazarse del mariscalRoberto Bertrand, llamado el Caballerodel Verde Leon, la reina dirigió alpreboste de París una carta «de parte delrey en la que le ordenaba detener almariscal por traición y enviarloinmediatamente al patíbulo deMontfaucon. El preboste era amigoíntimo del mariscal; esta repentina ordenque no había sido precedida de ninguna

Page 1093: La flor de lis y el leon   maurice druon

acción judicial lo dejó estupefacto. Y enlugar de conducir a Roberto Bertrand aMontfaucon lo llevó urgentemente avisitar al rey, el cual los acogiócordialmente, abrazó al mariscal y nocomprendía la emoción de susvisitantes. Cuando le enseñaron la ordende arresto, conoció en seguida queprovenía de su mujer; la encerró, dice uncronista, en una habitación donde labastoneó de tal forma «que faltó pocopara que la matara». El obispo Marignyestuvo a punto también de ser víctima delas criminales maniobras de la Coja. Lahabía disgustado por algo y el no losabía. Al volver de una misión en

Page 1094: La flor de lis y el leon   maurice druon

Guyena, la reina finge acogerlo congrandes efusiones de amistad y para quese alivie de la fatiga del viaje, hace quele preparen un baño en el Palacio. Elobispo empieza por rehusar, pues no vela urgente necesidad; pero la reinainsiste diciendo que su hijo Juan, elduque de Normandía (futuro Juan II) ibaa bañarse también. Y lo acompaña a lasestufas. Ambos baños están dispuestos;y el duque de Normandía, por descuidoo indiferencia se dirige hacia el bañodestinado al obispo y se dispone a entraren él, cuando su madre, bruscamente, selo impide con grandes gestos de horror.Quedan sorprendidos. Juan de

Page 1095: La flor de lis y el leon   maurice druon

Normandía, buen amigo de Marigny,barrunta la trampa, coge un perro quevagabundeaba por allí y lo echa en lacuba; el perro muere en el acto. Alenterarse del incidente, el rey Felipe VIencierra de nuevo a su mujer y la muele«a golpes de antorcha». En cuanto a lamansión de Nesle, le había sido donadapor su marido en 1332, es decir, dosaños después de que la había compradoa los ejecutores testamentarios de la hijade Mahaut, Juana de Borgoña, la Viuda,que la tenía también por donación de suesposo Felipe V. En ejecución de unacláusula testamentaria de Juana laViuda, el producto de la venta, mil

Page 1096: La flor de lis y el leon   maurice druon

libras en especies, más una renta dedoscientas libras, sirvió para lafundación y mantenimiento de una casade estudiantes instalada en unadependencia de la mansión. Éste es elorigen del célebre Colegio de Borgoña;y es igualmente la causa de la confusión,difundida popularmente, entre las doscuñadas Margarita y Juana de Borgoña.La corrupción de estudiantes atribuida aMargarita y que no existió más que en laleyenda, tiene también su explicación enlo anterior.

Page 1097: La flor de lis y el leon   maurice druon

[21]Esta estancia secreta de Eduardo IIIen Francia duró cuatro días, del 12 al 16de abril de 1331, en Saínt-Christophe-en-Halatte.

Page 1098: La flor de lis y el leon   maurice druon

[22]Rey de armas: personaje que ejercíalas funciones de director del torneo ypresidía todas las formalidades delmismo.<<

Page 1099: La flor de lis y el leon   maurice druon

[23]La compañía de los Tolomei era lamás importante de las compañíassienesas, después de la de losBuonsignori. Fue fundada por TolomeoTolomei, amigo o por lo menos familiarde Alejandro III, Papa desde 1159 a1181, también sienés y adversario deFederico Barbarroja. El palacioTolomei de Siena fue edificado en 1205.Los Tolomei fueron frecuentementebanqueros de la Santa Sede;establecieron filiales en Francia amediados del siglo xiii primeroalrededor de las ferias de Champaña,para crear luego numerosas sucursales

Page 1100: La flor de lis y el leon   maurice druon

como la de Neauphle, con una casaprincipal en París. Cuando lasordenanzas de Felipe VI, y al serencarcelados muchos negociantesitalianos durante tres semanas hasta querecobraron su libertad mediante laentrega de considerables sumas, losTolomei salieron subrepticiamente delpaís, llevándose todas las cantidadesdepositadas en sus oficinas por otrascompañías italianas o por sus clientesfranceses, lo que creó serias dificultadesal Tesoro.

Page 1101: La flor de lis y el leon   maurice druon

[24]Las «exhortaciones» hechas al duquede Brabante fueron, en realidad, bastanteserias, pues Juan de Luxemburgo, paracomplacer a Felipe VI, había organizadouna coalición, y amenazaba al duque coninvadir sus tierras. El duque de Brabanteprefirió expulsar a Roberto de Artois,no sin antes haber negociado unafructífera operación: el matrimonio desu primogénito con la hija del rey deFrancia. Por su parte, Juan de Bohemiarecibió las gracias por su intervencióncon la celebración del matrimonio de suhija Bonne de Luxemburgo con elheredero de Francia, Juan de

Page 1102: La flor de lis y el leon   maurice druon

Normandía.<<

Page 1103: La flor de lis y el leon   maurice druon

[25]Era el 2 de octubre de 1332. Eljuramento exigido por Felipe VI a susbarones era un juramento de fidelidad alduque de Normandía, «quien porderecho debe ser heredero y señor delreino de Francia». Como Felipe VI noera heredero directo de la corona sinoque la había recibido por elección delos pares, volvía a las tradiciones de lamonarquía electiva, la de los primeroscapetinos.<<

Page 1104: La flor de lis y el leon   maurice druon

[26]El viejo rey leproso Roberto Bruce,que tanto tiempo había tenido en jaque aEduardo II y Eduardo III, había muertodejando la corona a un hijo de sieteaños, David Bruce. La menor edad deeste sirvió para que las diferentesfacciones resucitaran su viejo litigio.Unos barones partidarios del pequeñoDavid lo protegieron y se refugiaron conél en la corte de Francia, mientras queEduardo III mantenía las pretensiones deun gentilhombre francés de origennormando, Eduardo de Baillol, parientede los antiguos reyes de Escocia y queaceptaba que la corona escocesa se

Page 1105: La flor de lis y el leon   maurice druon

convirtiera en feudo de Inglaterra.<<

Page 1106: La flor de lis y el leon   maurice druon

[27]Juan Buridan, nacido hacia 1295 enBethune, en el Artois, era discípulo deOccam. Sus enseñanzas filosóficas yteológicas le valieron inmensareputación; a los treinta o treinta y dosaños era rector de la Universidad deParís. Su fama aumentó con motivo de sucontroversia con el anciano Papa JuanXXII y del cisma que estuvo a punto deacarrear. más adelante se retiraría aAlemania, donde enseñó, sobre todo enViena. Murió en 1360. La intervenciónque le asignó la imaginación popular enel asunto de la Torre de Nesle es purafantasía, y, además, sólo aparece en las

Page 1107: La flor de lis y el leon   maurice druon

crónicas de los dos siglos posteriores.

Page 1108: La flor de lis y el leon   maurice druon

[28]En las cuentas del tesorero del erarioinglés y en los primeros meses de 1337,constan: en marzo, una orden de pago dedoscientas libras a Roberto de Artoiscomo donación del rey; en abril, unadonación de trescientas ochenta y treslibras, otra de cincuenta y cuatro libras yla concesión de los castillos deGuilford, Wallingford y Somerton; enmayo, el otorgamiento de una pensiónanual de mil doscientos marcosesterlinos; en junio, el reembolso a lacompañía de los Bardi de quince librasque les debía Roberto, etc.

Page 1109: La flor de lis y el leon   maurice druon

[29]La imaginación del novelistavacilaría ante tal coincidencia, queparece verdaderamente demasiadoburda y rebuscada, si no fuera que loshechos lo obligan a aceptarla. Notermina el extraño destino de la mansiónde Nesle con haber sido escenario de larepresentación del desafío de EduardoIII, acto que inició jurídicamente laguerra de los Cien Años. El condestableRaul de Brienne, conde de Eu, morabaen la mansión de Nesle al ser detenidoen 1350, por orden de Juan el Bueno, ycondenado seguidamente a muerte ydecapitado. También fue morada de

Page 1110: La flor de lis y el leon   maurice druon

Carlos el Malo, rey de Navarra, (nietode Margarita de Borgoña), que se alzóen armas contra la casa de Francia.Posteriormente, Carlos VI el Loco lodonaría a su mujer, Isabel de Baviera,que en un tratado entregó a Francia a losingleses al denunciar a su propio hijo, eldelfín, como adulterino. Apenasentregaba Carlos VII la mansión deNesle a Carlos el Temerario cuandofalleció aquél y el Temerario sequerellaba con el nuevo rey Luis XI.Francisco I cedió una parte de lasedificaciones a Benvenuto Cellini; luegoEnrique II hizo instalar allí un taller parala acuñación de monedas, y la Casa de

Page 1111: La flor de lis y el leon   maurice druon

la Moneda de París sigue radicada eneste lugar. Por ello puede verse laextensión que tenía el conjunto delterreno y los edificios. Para poder pagara sus guardias suizos, Carlos IX Puso enventa la mansión y la Torre, que fueronadquiridos por el duque de Nevers, Luisde Gonzaga; este lo hizo destruir todo yconstruyó sobre su solar el palacio deNevers. En fin, Mazarino adquirió elpalacio de Nevers, lo hizo demoler yconstruir sobre el solar el Colegio delas Cuatro Naciones, que todavía existe;en él está hoy la sede del Instituto deFrancia.

Page 1112: La flor de lis y el leon   maurice druon

[30]La reina Isabel viviría aún veinteaños, pero sin participar para nada enlos asuntos de su siglo. La hija de Felipeel Hermoso murió el 23 de agosto de1358 en el castillo de Hertford, y sucuerpo fue inhumado en la iglesia de losfranciscanos de Newgate, en Londres.

Page 1113: La flor de lis y el leon   maurice druon

[31]A pesar de las luchas políticas,revueltas, rivalidades entre las clasessociales o con las ciudades vecinas queconstituyen la peculiaridad de lasrepúblicas italianas en esta época, Sienaconoció en el siglo XIV un gran períodode prosperidad y de gloria, tanto por susartes como por su comercio. Entre laocupación de la ciudad por Carlos deValois, en 1301, y su conquista, en1399, por Juan Galeazzo Visconti, duquede Milán, la única desventura por la quepasó Siena fue la epidemia de peste de1347-48.

Page 1114: La flor de lis y el leon   maurice druon

[32]Durante todo el tiempo que pasó enAviñón, Petrarca no dejó de expresar,con raro talento de libelista, su odio aesta ciudad. Sus cartas de las que hayque descontar la exageración poética,nos han dejado una sobrecogedorapintura de Aviñón en tiempo de losPapas.«...Habito ahora, en Francia, en laBabilonia de Occidente, lo máshorrendo que hay bajo el sol, a orillasdel Ródano indomado, que se asemeja alCocito o al Aqueronte del Tártaro,donde reinan los sucesores, míserosantaño, del Pescador, que han olvidado

Page 1115: La flor de lis y el leon   maurice druon

su origen. Nos confunde ver, en vez deuna santa soledad, una afluenciacriminal y bandas de infames satélitesesparcidos por doquier; en vez deausteros ayunos, festines rebosantes desensualidad; en vez de piadosasperegrinaciones, un ocio cruel eimpúdico; en vez de los pies desnudosde los Apóstoles, los rápidos corcelesde los ladrones, blancos como la nieve,cubiertos de oro, descansando sobreoro, con bocados de oro, y cuyasherraduras serán también pronto de oro.Diríase, en suma, que son los reyes delos persas o de los partos, a los que hayque adorar y a los que no se puede

Page 1116: La flor de lis y el leon   maurice druon

visitar sin ofrecerles regalos...»(Carta V)«...Hoy Aviñón ya no es una ciudad, esla partida de las larvas y los lemures; ypara decirlo en una palabra, es lasentina de todos los crímenes y todas lasinfamias; es aquel infierno de los vivosdel que nos habló la boca de David...»(Carta VIII)«...Se por propia experiencia que no hayninguna piedad, ninguna caridad,ninguna fe, ningún respeto, ningún temorde Dios, nada santo, nada justo, nadaequitativo, nada sagrado; en fin, nadahumano... Manos dulces, actos crueles;voces angélicas, actos diabólicos;

Page 1117: La flor de lis y el leon   maurice druon

cantos armoniosos, corazones dehielo...»(Carta XV)«...Es el único lugar de la tierra en queno hay sitio para la razón, donde todo semueve sin reflexión y al azar, y de todaslas miserias de este lugar, cuyo númeroes infinito, el colmo de la decepción esque en él todo está lleno de ajonje y degarfios, de manera que, cuandoqueremos escapar, nos encontramos másestrechamente cogidos y encadenados.Es más, no hay ni luz ni guía... Y, paraemplear la frase de Lucano, «una nochenegra de crímenes»... No es Un pueblo,sino una polvareda juguete del viento...»

Page 1118: La flor de lis y el leon   maurice druon

(Carta XVI)«...Satán contempla riendo esteespectáculo y se regodea, sentado comoárbitro, ante esta danza desigual entreestos decrépitos y estas jóvenes... Habíaentre ellos (los cardenales) un viejecitocapaz de fecundar a todos los animales;tenía la lascivia de un macho cabrio ode cualquier otro que exista más lascivoy hediondo. Acaso tuviera miedo de lasratas o de los espectros, pues no osabadormir solo. Para el nada era más tristeni más aciago que el celibato. Todos losdías celebraba un nuevo himeneo. Yahacía tiempo que había pasado de lossetenta años y le quedaban, todo lo más,

Page 1119: La flor de lis y el leon   maurice druon

siete dientes...»(Carta XVIII)(Petrarca, Cartas sin título, a Cola deRienzi, tribuno de Roma, y a otros.)<<

Page 1120: La flor de lis y el leon   maurice druon

Notas históricas

Page 1121: La flor de lis y el leon   maurice druon

[1]Nunca impuso la Iglesia normas fijaso uniformes al ritual del matrimonio, secontentó más bien con ratificar los usosparticulares. La diversidad de ritos y latolerancia de la Iglesia a este respectose basa en que el matrimonio es poresencia un contrato entre individuos y unsacramento cuyos ministros sonmutuamente, el uno respecto al otro, losmismos contratantes. En las primitivasIglesias cristianas no se requería enabsoluto la presencia del sacerdote, y niaún de los testigos. La bendiciónempezó a ser obligatoria a partir de undecreto de Carlomagno. Antes de la

Page 1122: La flor de lis y el leon   maurice druon

reforma del Concilio de Trento, en elsiglo XVI, los esponsales, por sucarácter vinculativo, tenían casi tantaimportancia como el matrimonio mismo.Cada región tenía sus propios usos, quevariaban de una diócesis a otra. Así, elrito de Hereford era distinto del rito deYork. Pero, como regla general, elintercambio de promesas, que constituyeel sacramento propiamente dicho, teníalugar en público fuera de la iglesia.Eduardo I casó de esta forma conMargarita de Francia en septiembre de1299 a la puerta de la catedral deCanterbury. La obligación existente hoyen día de mantener abiertas las puertas

Page 1123: La flor de lis y el leon   maurice druon

del templo durante la ceremonia, y cuyoincumplimiento puede constituir un casode anulación, es una supervivenciaconcreta de esta tradiciónEl rito nupcial de la archidiócesis deYork tenía ciertas analogías con el deReims, especialmente en la aplicaciónsucesiva del anillo a los cuatro dedos, sibien en Reims se pronunciaba al mismotiempo la siguiente fórmula: Por esteanillo la Iglesia ordena Que elverdadero amor y la fe leal juntennuestros dos corazones en uno solo; Porlo cual en este dedo te lo pongo.<<

Page 1124: La flor de lis y el leon   maurice druon

[2]Juana de Evreux, tercera esposa deCarlos IV. Tras la anulación de sumatrimonio con Blanca de Borgoña(vease el anterior volumen La Loba deFrancia), Carlos IV contrajo matrimoniosucesivamente con María deLuxemburgo, muerta de parto, y conJuana de Evreux. Ésta última, sobrina deFelipe el Hermoso por parte de su padreLuis de Francia, conde de Evreux, eraasimismo sobrina de Roberto de Artoispor parte de su madre, Margarita deArtois, hermana de Roberto.<<

Page 1125: La flor de lis y el leon   maurice druon

[3]Por un tratado firmado a fines de1327, Carlos IV había permutado elcondado de la Marche, que constituíaanteriormente su feudo en usufructo, conel condado de Clermont en Beauvais queLuis de Bourbon había heredado de supadre, Roberto de Clermont. Con estaocasión el señorío de Bourbon fueelevado a ducado. <<

Page 1126: La flor de lis y el leon   maurice druon

[4]Este año de 1328 fue año deenfermedades para Mahaut de Artois.Las cuentas de la casa nos muestran quetuvo que hacerse sangrar después de esteConsejo, el 6 de febrero de 1328, y denuevo el 9 de mayo, el 18 de septiembrey el 19 de octubre.

Page 1127: La flor de lis y el leon   maurice druon

[5]Pedro Roger, que anteriormente eraabad de Fecamp, formó parte de lamisión encargada de las negociacionesentre la corte de París y la de Londres,antes del homenaje de Amiens. Fuenombrado obispo de Arras el 3 dediciembre de 1328 para sustituir aThierry de Hirson; luego fuesucesivamente arzobispo de Sens,arzobispo de Ruan y, finalmente, fueelegido Papa en 1342, a la muerte deBenedicto XII, con el nombre deClemente VI.<<

Page 1128: La flor de lis y el leon   maurice druon

[6]Antes del siglo XVI no existían losgrandes espejos para mirarse el busto ode pie; no había más que espejos depequeñas dimensiones que se colgaban ose colocaban sobre los muebles, osimplemente espejos de bolsillo. Erande metal pulido, como los de laantigüedad, o bien, a partir del sigloXIII, se componían de una placa devidrio a cuyo reverso se aplicaba unahoja de estaño con cola transparente.Hasta el siglo XVI no se inventó elazogamiento de los cristales con unaamalgama de mercurio y estaño.<<

Page 1129: La flor de lis y el leon   maurice druon

[7]Esta mansión de la Malmaison, dedimensiones palaciegas, se convertiríaposteriormente en el Ayuntamiento deAmiens.

Page 1130: La flor de lis y el leon   maurice druon

[8]Eran estos, cultivos pantanosos que sepracticaban y aun se practican en elpantanoso valle del Soma (Somme)preparado, según procedimientos muyespeciales, para ello. Estos jardines,creados artificialmente mediante el limodragado del fondo del valle, estánsurcados por canales que drenan el aguadel subsuelo, y sobre los cuales lospantaneros se desplazan en largas barcasnegras y planas empujadas por unapértiga hasta el Marche d'Eau deAmiens. Estos cultivos (hortillonnages)cubren un territorio de casi trescientashectáreas. El origen latino del nombre

Page 1131: La flor de lis y el leon   maurice druon

(hortus: huerto) hace suponer que dichoscultivos se remontan a la colonizaciónromana.

Page 1132: La flor de lis y el leon   maurice druon

[9]Se llamaba «príncipes de la flor delis» a todos los miembros de la familiareal capetina, porque su escudo dearmas estaba constituido por unsembrado de Francia (azul sembrado deflores de lis de oro) con una orla quevariaba según se tratara de feudo ousufructo.<<

Page 1133: La flor de lis y el leon   maurice druon

[10]Guillermo de la Planche, baile deBethune, luego de Calais, estaba en lacárcel por la apresurada ejecución de untal Tassard el Perro, al que por supropia autoridad había condenado alarrastramiento y a la horca. La Divion lovisitó en la cárcel y le prometió que sideclaraba tal como ella le indicaba elconde de Artois lo sacaría del apurohaciendo intervenir a Miles de Noyers.Guillermo de la Planche, en el nuevoexamen de testigos, se retractó y afirmóque había declarado «por miedo a lasamenazas y a tener que permanecer largotiempo en la cárcel y morir en ella, si se

Page 1134: La flor de lis y el leon   maurice druon

negaba a obedecer a monseñor Roberto,que era tan grande, tan poderoso y tanallegado al rey».

Page 1135: La flor de lis y el leon   maurice druon

[11]Mezquina. Mesquine o meschine (delvalón eskene, o mequene en Hainaut otambién, en provenzal, mesquin) con lasignificación de: feble, pobre, endeble omiserable, era el calificativo aplicadogeneralmente a las sirvientas.<<

Page 1136: La flor de lis y el leon   maurice druon

[12] En junio de 1320, Mahaut hizo tratoscon Pedro de Bruselas, pintor residenteen París, para que decorara al fresco lagran galería de su castillo de Conflans,situado en la confluencia del Marne y elSena. El acuerdo indicaba con granprecisión los temas de estos frescos -retratos del conde Roberto II y suscaballeros en batallas marítimas yterrestres-, los atuendos que deberíanllevar los personajes y la calidad de laspinturas que debía utilizar. Las pinturasse terminaron el 26 de julio de 1320.

Page 1137: La flor de lis y el leon   maurice druon

[13]Tales recetas de brujería, cuyo origense remonta a la más alta Edad Media,todavía se utilizaban en tiempos deCarlos IX y hasta de Luis XIV; algunosaseguran que la Montespan se prestó a lapreparación de tales ungüentosconjuratorios. Las recetas de filtros deamor que veremos más adelante estánsacadas de las colecciones del Petit ydel Grand Albert.

Page 1138: La flor de lis y el leon   maurice druon

[14]Recordamos que después de unaprisión de once años en Château-Gaillard, Blanca de Borgoña fuetrasladada al castillo de Gournay, cercade Coutances, para acabar tomando elvelo en la abadía de Maubuisson, dondemurió en 1326. Mahaut, su madre,también sería inhumada en Maubuisson;hasta más adelante no se trasladaron susrestos a Saint-Denis, donde hoy díapuede verse su estatua yacente, la única,que sepamos, labrada en mármol negro.

Page 1139: La flor de lis y el leon   maurice druon

[15]Desde la Candelaria de 1329 hasta el23 de octubre, Mahaut parece que gozóde excelente salud y que tuvo que acudirmuy poco a sus médicos ordinarios. Apartir del 23 de octubre, fecha de suentrevista con Felipe VI en Maubisson,hasta el 26 de noviembre, víspera de sumuerte, podemos seguir casi día a día laevolución de su enfermedad, gracias alos pagos hechos por su tesorero a losmires, tísicos, barbero, herbolarios,boticarios y especieros, por suscuidados y sus suministros.

Page 1140: La flor de lis y el leon   maurice druon

[16]El primero de los doce hijos deEduardo III y Felipa de Hainaut,Eduardo de Woodstock, príncipe deGales, fue llamado después el PríncipeNegro, a causa del color de suarmadura. Este príncipe es el que luegovencería al hijo de Felipe VI de Valois,Juan II, en la batalla de Poitiers, y loharía prisionero. Su existencia fue la deun notable guerrero que vivió casisiempre en el Continente, se convirtió enuno de los personajes dominantes de losinicios de la guerra de los Cien Años ymurió un año antes que su padre, en1376.

Page 1141: La flor de lis y el leon   maurice druon

[17]Keep, nombre inglés del torreón delos castillos de la época normanda.Recordemos (véase nuestro anteriorvolumen: La Loba de Francia) que elkeep presenta la particularidad de queen su centro hay un patio descubierto.<<

Page 1142: La flor de lis y el leon   maurice druon

[18]El texto original del juicio de RogerMortimer fue redactado en francés.<<

Page 1143: La flor de lis y el leon   maurice druon

[19]Los Common Gallows de Londres (elMontfaucon de los ingleses), donde seejecutaba a la mayoría de losdelincuentes comunes, estaban situadosal borde de los bosques de Hyde Park,en el lugar llamado Tyburn, ocupadoactualmente por Marble Arch. Por lotanto, para llegar allí desde la Torre,había que atravesar todo Londres, y salirde la ciudad. Este patíbulo se utilizóhasta mitad del siglo xviii. Una placaseñala discretamente suemplazamiento.<<

Page 1144: La flor de lis y el leon   maurice druon

[20]Actos como éste eran habituales enJuana la Coja, que, cuando aborrecía auno de los amigos, consejeros oservidores de su esposo, recurría a lospeores medios para saciar su odio. Así,queriendo desembarazarse del mariscalRoberto Bertrand, llamado el Caballerodel Verde Leon, la reina dirigió alpreboste de París una carta «de parte delrey en la que le ordenaba detener almariscal por traición y enviarloinmediatamente al patíbulo deMontfaucon. El preboste era amigoíntimo del mariscal; esta repentina ordenque no había sido precedida de ninguna

Page 1145: La flor de lis y el leon   maurice druon

acción judicial lo dejó estupefacto. Y enlugar de conducir a Roberto Bertrand aMontfaucon lo llevó urgentemente avisitar al rey, el cual los acogiócordialmente, abrazó al mariscal y nocomprendía la emoción de susvisitantes. Cuando le enseñaron la ordende arresto, conoció en seguida queprovenía de su mujer; la encerró, dice uncronista, en una habitación donde labastoneó de tal forma «que faltó pocopara que la matara». El obispo Marignyestuvo a punto también de ser víctima delas criminales maniobras de la Coja. Lahabía disgustado por algo y el no losabía. Al volver de una misión en

Page 1146: La flor de lis y el leon   maurice druon

Guyena, la reina finge acogerlo congrandes efusiones de amistad y para quese alivie de la fatiga del viaje, hace quele preparen un baño en el Palacio. Elobispo empieza por rehusar, pues no vela urgente necesidad; pero la reinainsiste diciendo que su hijo Juan, elduque de Normandía (futuro Juan II) ibaa bañarse también. Y lo acompaña a lasestufas. Ambos baños están dispuestos;y el duque de Normandía, por descuidoo indiferencia se dirige hacia el bañodestinado al obispo y se dispone a entraren él, cuando su madre, bruscamente, selo impide con grandes gestos de horror.Quedan sorprendidos. Juan de

Page 1147: La flor de lis y el leon   maurice druon

Normandía, buen amigo de Marigny,barrunta la trampa, coge un perro quevagabundeaba por allí y lo echa en lacuba; el perro muere en el acto. Alenterarse del incidente, el rey Felipe VIencierra de nuevo a su mujer y la muele«a golpes de antorcha». En cuanto a lamansión de Nesle, le había sido donadapor su marido en 1332, es decir, dosaños después de que la había compradoa los ejecutores testamentarios de la hijade Mahaut, Juana de Borgoña, la Viuda,que la tenía también por donación de suesposo Felipe V. En ejecución de unacláusula testamentaria de Juana laViuda, el producto de la venta, mil

Page 1148: La flor de lis y el leon   maurice druon

libras en especies, más una renta dedoscientas libras, sirvió para lafundación y mantenimiento de una casade estudiantes instalada en unadependencia de la mansión. Éste es elorigen del célebre Colegio de Borgoña;y es igualmente la causa de la confusión,difundida popularmente, entre las doscuñadas Margarita y Juana de Borgoña.La corrupción de estudiantes atribuida aMargarita y que no existió más que en laleyenda, tiene también su explicación enlo anterior.

Page 1149: La flor de lis y el leon   maurice druon

[21]Esta estancia secreta de Eduardo IIIen Francia duró cuatro días, del 12 al 16de abril de 1331, en Saínt-Christophe-en-Halatte.

Page 1150: La flor de lis y el leon   maurice druon

[22]Rey de armas: personaje que ejercíalas funciones de director del torneo ypresidía todas las formalidades delmismo.<<

Page 1151: La flor de lis y el leon   maurice druon

[23]La compañía de los Tolomei era lamás importante de las compañíassienesas, después de la de losBuonsignori. Fue fundada por TolomeoTolomei, amigo o por lo menos familiarde Alejandro III, Papa desde 1159 a1181, también sienés y adversario deFederico Barbarroja. El palacioTolomei de Siena fue edificado en 1205.Los Tolomei fueron frecuentementebanqueros de la Santa Sede;establecieron filiales en Francia amediados del siglo xiii primeroalrededor de las ferias de Champaña,para crear luego numerosas sucursales

Page 1152: La flor de lis y el leon   maurice druon

como la de Neauphle, con una casaprincipal en París. Cuando lasordenanzas de Felipe VI, y al serencarcelados muchos negociantesitalianos durante tres semanas hasta querecobraron su libertad mediante laentrega de considerables sumas, losTolomei salieron subrepticiamente delpaís, llevándose todas las cantidadesdepositadas en sus oficinas por otrascompañías italianas o por sus clientesfranceses, lo que creó serias dificultadesal Tesoro.

Page 1153: La flor de lis y el leon   maurice druon

[24]Las «exhortaciones» hechas al duquede Brabante fueron, en realidad, bastanteserias, pues Juan de Luxemburgo, paracomplacer a Felipe VI, había organizadouna coalición, y amenazaba al duque coninvadir sus tierras. El duque de Brabanteprefirió expulsar a Roberto de Artois,no sin antes haber negociado unafructífera operación: el matrimonio desu primogénito con la hija del rey deFrancia. Por su parte, Juan de Bohemiarecibió las gracias por su intervencióncon la celebración del matrimonio de suhija Bonne de Luxemburgo con elheredero de Francia, Juan de

Page 1154: La flor de lis y el leon   maurice druon

Normandía.<<

Page 1155: La flor de lis y el leon   maurice druon

[25]Era el 2 de octubre de 1332. Eljuramento exigido por Felipe VI a susbarones era un juramento de fidelidad alduque de Normandía, «quien porderecho debe ser heredero y señor delreino de Francia». Como Felipe VI noera heredero directo de la corona sinoque la había recibido por elección delos pares, volvía a las tradiciones de lamonarquía electiva, la de los primeroscapetinos.<<

Page 1156: La flor de lis y el leon   maurice druon

[26]El viejo rey leproso Roberto Bruce,que tanto tiempo había tenido en jaque aEduardo II y Eduardo III, había muertodejando la corona a un hijo de sieteaños, David Bruce. La menor edad deeste sirvió para que las diferentesfacciones resucitaran su viejo litigio.Unos barones partidarios del pequeñoDavid lo protegieron y se refugiaron conél en la corte de Francia, mientras queEduardo III mantenía las pretensiones deun gentilhombre francés de origennormando, Eduardo de Baillol, parientede los antiguos reyes de Escocia y queaceptaba que la corona escocesa se

Page 1157: La flor de lis y el leon   maurice druon

convirtiera en feudo de Inglaterra.<<

Page 1158: La flor de lis y el leon   maurice druon

[27]Juan Buridan, nacido hacia 1295 enBethune, en el Artois, era discípulo deOccam. Sus enseñanzas filosóficas yteológicas le valieron inmensareputación; a los treinta o treinta y dosaños era rector de la Universidad deParís. Su fama aumentó con motivo de sucontroversia con el anciano Papa JuanXXII y del cisma que estuvo a punto deacarrear. más adelante se retiraría aAlemania, donde enseñó, sobre todo enViena. Murió en 1360. La intervenciónque le asignó la imaginación popular enel asunto de la Torre de Nesle es purafantasía, y, además, sólo aparece en las

Page 1159: La flor de lis y el leon   maurice druon

crónicas de los dos siglos posteriores.

Page 1160: La flor de lis y el leon   maurice druon

[28]En las cuentas del tesorero del erarioinglés y en los primeros meses de 1337,constan: en marzo, una orden de pago dedoscientas libras a Roberto de Artoiscomo donación del rey; en abril, unadonación de trescientas ochenta y treslibras, otra de cincuenta y cuatro libras yla concesión de los castillos deGuilford, Wallingford y Somerton; enmayo, el otorgamiento de una pensiónanual de mil doscientos marcosesterlinos; en junio, el reembolso a lacompañía de los Bardi de quince librasque les debía Roberto, etc.

Page 1161: La flor de lis y el leon   maurice druon

[29]La imaginación del novelistavacilaría ante tal coincidencia, queparece verdaderamente demasiadoburda y rebuscada, si no fuera que loshechos lo obligan a aceptarla. Notermina el extraño destino de la mansiónde Nesle con haber sido escenario de larepresentación del desafío de EduardoIII, acto que inició jurídicamente laguerra de los Cien Años. El condestableRaul de Brienne, conde de Eu, morabaen la mansión de Nesle al ser detenidoen 1350, por orden de Juan el Bueno, ycondenado seguidamente a muerte ydecapitado. También fue morada de

Page 1162: La flor de lis y el leon   maurice druon

Carlos el Malo, rey de Navarra, (nietode Margarita de Borgoña), que se alzóen armas contra la casa de Francia.Posteriormente, Carlos VI el Loco lodonaría a su mujer, Isabel de Baviera,que en un tratado entregó a Francia a losingleses al denunciar a su propio hijo, eldelfín, como adulterino. Apenasentregaba Carlos VII la mansión deNesle a Carlos el Temerario cuandofalleció aquél y el Temerario sequerellaba con el nuevo rey Luis XI.Francisco I cedió una parte de lasedificaciones a Benvenuto Cellini; luegoEnrique II hizo instalar allí un taller parala acuñación de monedas, y la Casa de

Page 1163: La flor de lis y el leon   maurice druon

la Moneda de París sigue radicada eneste lugar. Por ello puede verse laextensión que tenía el conjunto delterreno y los edificios. Para poder pagara sus guardias suizos, Carlos IX Puso enventa la mansión y la Torre, que fueronadquiridos por el duque de Nevers, Luisde Gonzaga; este lo hizo destruir todo yconstruyó sobre su solar el palacio deNevers. En fin, Mazarino adquirió elpalacio de Nevers, lo hizo demoler yconstruir sobre el solar el Colegio delas Cuatro Naciones, que todavía existe;en él está hoy la sede del Instituto deFrancia.

Page 1164: La flor de lis y el leon   maurice druon

[30]La reina Isabel viviría aún veinteaños, pero sin participar para nada enlos asuntos de su siglo. La hija de Felipeel Hermoso murió el 23 de agosto de1358 en el castillo de Hertford, y sucuerpo fue inhumado en la iglesia de losfranciscanos de Newgate, en Londres.

Page 1165: La flor de lis y el leon   maurice druon

[31]A pesar de las luchas políticas,revueltas, rivalidades entre las clasessociales o con las ciudades vecinas queconstituyen la peculiaridad de lasrepúblicas italianas en esta época, Sienaconoció en el siglo XIV un gran períodode prosperidad y de gloria, tanto por susartes como por su comercio. Entre laocupación de la ciudad por Carlos deValois, en 1301, y su conquista, en1399, por Juan Galeazzo Visconti, duquede Milán, la única desventura por la quepasó Siena fue la epidemia de peste de1347-48.

Page 1166: La flor de lis y el leon   maurice druon

[32]Durante todo el tiempo que pasó enAviñón, Petrarca no dejó de expresar,con raro talento de libelista, su odio aesta ciudad. Sus cartas de las que hayque descontar la exageración poética,nos han dejado una sobrecogedorapintura de Aviñón en tiempo de losPapas.«...Habito ahora, en Francia, en laBabilonia de Occidente, lo máshorrendo que hay bajo el sol, a orillasdel Ródano indomado, que se asemeja alCocito o al Aqueronte del Tártaro,donde reinan los sucesores, míserosantaño, del Pescador, que han olvidado

Page 1167: La flor de lis y el leon   maurice druon

su origen. Nos confunde ver, en vez deuna santa soledad, una afluenciacriminal y bandas de infames satélitesesparcidos por doquier; en vez deausteros ayunos, festines rebosantes desensualidad; en vez de piadosasperegrinaciones, un ocio cruel eimpúdico; en vez de los pies desnudosde los Apóstoles, los rápidos corcelesde los ladrones, blancos como la nieve,cubiertos de oro, descansando sobreoro, con bocados de oro, y cuyasherraduras serán también pronto de oro.Diríase, en suma, que son los reyes delos persas o de los partos, a los que hayque adorar y a los que no se puede

Page 1168: La flor de lis y el leon   maurice druon

visitar sin ofrecerles regalos...»(Carta V)«...Hoy Aviñón ya no es una ciudad, esla partida de las larvas y los lemures; ypara decirlo en una palabra, es lasentina de todos los crímenes y todas lasinfamias; es aquel infierno de los vivosdel que nos habló la boca de David...»(Carta VIII)«...Se por propia experiencia que no hayninguna piedad, ninguna caridad,ninguna fe, ningún respeto, ningún temorde Dios, nada santo, nada justo, nadaequitativo, nada sagrado; en fin, nadahumano... Manos dulces, actos crueles;voces angélicas, actos diabólicos;

Page 1169: La flor de lis y el leon   maurice druon

cantos armoniosos, corazones dehielo...»(Carta XV)«...Es el único lugar de la tierra en queno hay sitio para la razón, donde todo semueve sin reflexión y al azar, y de todaslas miserias de este lugar, cuyo númeroes infinito, el colmo de la decepción esque en él todo está lleno de ajonje y degarfios, de manera que, cuandoqueremos escapar, nos encontramos másestrechamente cogidos y encadenados.Es más, no hay ni luz ni guía... Y, paraemplear la frase de Lucano, «una nochenegra de crímenes»... No es Un pueblo,sino una polvareda juguete del viento...»

Page 1170: La flor de lis y el leon   maurice druon

(Carta XVI)«...Satán contempla riendo esteespectáculo y se regodea, sentado comoárbitro, ante esta danza desigual entreestos decrépitos y estas jóvenes... Habíaentre ellos (los cardenales) un viejecitocapaz de fecundar a todos los animales;tenía la lascivia de un macho cabrio ode cualquier otro que exista más lascivoy hediondo. Acaso tuviera miedo de lasratas o de los espectros, pues no osabadormir solo. Para el nada era más tristeni más aciago que el celibato. Todos losdías celebraba un nuevo himeneo. Yahacía tiempo que había pasado de lossetenta años y le quedaban, todo lo más,

Page 1171: La flor de lis y el leon   maurice druon

siete dientes...»(Carta XVIII)(Petrarca, Cartas sin título, a Cola deRienzi, tribuno de Roma, y a otros.)<<