La Flecha #27 Tiempo y espacio

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panfleto independiente yrresponsable 27 2009... Otros por vos, no da igual que un vos más otros, el primero es un vosotros, o un ellos. Los vosotros son otros menos vos, los ellos también. Pero uno más otro, da nosotros, que equivale a ellos y vos. Ojo, vos menos vos, da otros. - No te hagas historia - -¿quién yo?

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Ubicar nuestra sociedad en el devenir de su propia historia. Propiciar un contexto.

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p a n f l e t o i n d e p e n d i e n t e y r r e s p o n s a b l e

27

TAL PALIZADE TAL PALO

1943-1955

2009...

Otros por vos, no da igual que un vos más otros,el primero es un vosotros, o un ellos.Los vosotros son otros menos vos,los ellos también.Pero uno más otro, da nosotros,que equivale a ellos y vos.Ojo, vos menos vos, da otros.

- No te hagas historia- -¿quién yo?

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Estamos comenzando un año más; el octavo que editamos la revistita que en este momento te está manchando los dedos de negro (¿te los miraste no?). Éstos fueron años de mucho trabajo, de búsquedas, de preguntas, de intentos. De aciertos y de errores. Después de estos años, acá estamos. Con esfuerzo llegamos a ser una organización que busca generar espacios de comunicación y participación basados en la cooperación, la creatividad y la acción colectiva, con el fin de construir una sociedad mucho más justa. Este panfleto independiente yrresponsable es sólo una parte, un lugar desde donde mirar la realidad de otra manera, pensar, preguntarnos, y buscar respuestas, donde inquietarnos para movernos. Para esa búsqueda contamos con todos y todas ustedes, para poder entablar un diálogo del que surja algo nuevo.

Y como por hablar se puede hablar de cualquier cosa, para este año elegimos una que nos parece bastante relevante. La propuesta es preguntarnos y reflexionar sobre el lugar en el que vivimos, y del cual somos parte. Lo vamos a hacer abordando distintos aspectos que nos ayuden, en principio, a saber dónde estamos parados, tratando de entender qué es lo que pasa a nuestro alrededor y cómo funciona esto que llamamos sociedad.

El punto de partida en este panfleto, que hemos dado en llamar “Cuestión de tiempo”, va a ser pensar sobre esa cosa tan importante para nuestras vidas y tan difícil de analizar, que es el tiempo. Una pregunta básica pero muy compleja de responder es, justamente, qué es el tiempo. Por ahí empezamos, y seguimos por una de sus formas: el tiempo en pasado. En una época donde todo lo que hay es presente, decidimos mirar hacia atrás para poder vernos hoy, pensándonos parte de una historia, tratando de entender cómo llegamos hasta acá, las herencias que traemos, las deudas con las que cargamos. Porque conocer y conocernos implica necesariamente pensar la historia del pueblo del que somos parte.

¿Para qué hacemos esto? Porque creemos que es el primer paso para pensar el tiempo en el que vivimos. Ya tendremos tiempo (valga la redundancia) de pensar el hoy y de mirar para adelante. Pero, como dijo Jack, vamos por partes.

N o d eb e r ep r im irs e

e l p a s a d o s i n o elevarlo a

la c om p r e n s i ó n . A n ó n i m o

Tiro al Blanco

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FOTO: “Transmisiones”Renata Kándico

Un científico limado, un auto tuneado y algunas cosas más alcanzaron para lo que, desde los albores de la humanidad, había desvelado a más de uno. Marty McFly con su novia Jennifer y el Doc con su perro viajaron en el tiempo. Así nomás. Fueron y vinieron, para adelante y para atrás, se cruzaron con ellos mismos, se murieron y resucitaron, se pelearon con Biff, se caga-ron la vida y la remontaron. Arreglaron el presente interviniendo en el pasado, cam-biaron el futuro modificando el presente. Nosotros no tendremos el De Lorean pero algo podemos hacer... Capo Marty!

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TU DUNDAS,YO RE .

REPITANCONMIGO*

Sentado en el cordón de la vereda, trataba de encon-trarle sentido a lo que venía ocurriendo estos últimos

días. El comienzo era claro. “¿Por qué no pensás lo que decís?”. Sin dudas, él podía jurar que todo había empeza-do con esa frase que ella había soltado, casi con descui-do, en la mitad de una de las ya tradicionales discusiones dominicales. Sí, sí, todo había comenzado ahí. ¿O no? Bueno, en todo caso, el origen no era lo que importaba, lo realmente importante es lo que sucedió después.

Desde hacía ya varios días venía ocurriendo lo mismo una y otra vez. El primer episodio fue el lunes en el trabajo, cuando abrumado por la cantidad de tareas que tenía que terminar, comentó “éste es un laburo de negros”. Antes de que pudiera terminar la frase, un cartelito apareció col-gado de su labio. Rápidamente lo despegó preocupado por lo que pudieran pensar los que lo vieran y se apresuró a ver qué era. Aunque en el cartelito de papel, que más bien parecía una etiqueta, se leía claramente “Made in…” el resto de la frase estaba tan borroneada que era imposi-ble descifrarla. Sin darle mayor importancia, hizo un bollito con el papel y lo arrojó a la basura. Antes de que pudiera retomar sus tareas, una luz lo cegó.

Cuando abrió los ojos ya no estaba en la oficina, estaba en otro sitio, un lugar difícil de describir, no tanto por su extrañez sino más bien por su simplicidad. Era justamente esa falta de particularidades lo que hacía difícil identificar-lo, más bien era un lugar común. Después de pasar unos segundos ahí y todavía un poco atontado entornó los ojos, y, al abrirlos, se encontró nuevamente en su trabajo. Fingió que nada había pasado e intentó continuar con su rutina diaria.

Poco después de las 6 de la tarde, como de costumbre, emprendió el regreso a casa. Antes de llegar, la imagen de un hombre orinando en la vereda lo llevó a exclamar, de manera casi automática, “¡Qué villero!”. Y nuevamente apareció, como por arte de magia, una etiqueta colgando de su boca. Al igual que la vez anterior, en la misma él sólo podía leer el “Made in…” con el que comenzaba la frase inscripta en el cartelito. Sin comprender la situación, lo hi-zo un bollito y lo arrojó, pero antes de que el papel tocara el piso, él ya estaba de nuevo en ese extrañamente simple lugar. Esta vez tuvo la sensación de que esa simpleza era sólo aparente, que ocultaba una complejidad difícil de desenmarañar. Sin embargo, antes de que pudiera indagar un poco más, ya estaba de nuevo en la calle a sólo unos metros de la entrada de su edificio.

» Natalia Gentile, [email protected]

A la mañana siguiente, tras un “al que madruga Dios lo ayuda”, la misma situación se repitió. También cuando dijo “no es negro de piel, es negro de alma”, “este pibe es un indio”, “se armó la gorda”, “ahí sí que me las vi negras” y hasta cuando le gritó a un amigo “vos sos un atorrante”.

Una de las últimas fue cuando en el medio de una charla con una compañera de facultad, él le dijo “¿y vos qué te quejás?, si siempre viviste a costillas de tu viejo”. Con un movimiento veloz, llegó a despegar la etiqueta que apare-ció colgando de su labio justo antes de que la chica levan-tase la mirada para decirle “¡Mirá que sos machista eh! si te escuchara Galeano te diría que si Eva hubiera escrito el Génesis, hubiera empezado por aclarar que ella no nació de ninguna costilla, ni conoció a ninguna serpiente, ni ofre-ció manzanas a nadie, que todas esas son puras mentiras que Adán contó a la prensa ¿Por qué no pensás antes de abrir la boca?”.

Aunque sintió vergüenza por la situación, se alegró al darse cuenta que, por primera vez en estos días, no había sido “transportado” a ese extraño lugar en el que las otras ve-ces había pasado un par de minutos.

Desde ese momento, el cartelito con el “Made in…” clarito y el resto borroso volvió a aparecer en varias oportunida-des. Cada vez que eso ocurre, él intenta pensar cuál es el origen de esas frases que tantas veces usa, dónde se crea-ron, con qué prejuicios, con qué discursos se relacionan. Y aunque a veces no encuentra la respuesta, por lo menos se evita caer en lugares comunes.

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TU DUNDAS,YO RE .

REPITANCONMIGO*

Desde los albores de la “organización nacional” los tantos estaban claros. Mientras la ciudad progresaba, era fuente de ilustración y cuna de intelectuales, el interior era un obs-táculo: en el noroeste había gauchos, en el sur, indios, ¿y en qué cabeza entraba que esos seres inferiores pudieran vivir como nos enseñaba la civilización occidental, esa tan respetuosa de la vida, la libertad y las buenas costumbres? Esos seres con el cráneo encogido debido a la mezcla con “razas inferiores” –esto último demostrado por Sarmiento después de rigurosas investigaciones- no podían ser parte de la Nación que estaba naciendo. Así que nuestros pró-ceres decidieron arrancar el problema de raíz: el exterminio fue la solución. Linda forma de parir una nación.

Acabados los legítimos dueños de la tierra, alguien tenía que hacer el trabajo duro que la empresa del progreso re-quería. ¿Y qué mejor que importar laboriosos anglosajones, educaditos y con el cráneo bien formado? Bien dispuestos, empezaron a llegar nomás, pero en lugar de venir del norte de Europa venían de lugares mucho menos “civilizados”, como España o Italia; encima sucios, con hambre, enfer-mos. Inesperadamente, las élites “integradas al mundo” se encontraron rodeadas nuevamente por hombres y mujeres que no estaban a su altura, que ni siquiera sabían hablar su idioma. El problema era, según uno de ellos, que “traían la infección en la sangre”. El problema era grave entonces.

A pesar de las epidemias, el hacinamiento, las pésimas condiciones de trabajo, las leyes de residencia y la repre-sión, les fue un poco menos mal que a sus antecesores gauchos e indios. Sus hijos iban a tener la posibilidad de incorporarse a esa sociedad y redimir a su familia de la vergüenza que significaba ser descendiente de españoles o italianos, ni que hablar de judíos o turcos.

Sin embargo, muchos seguían quedando afuera: los obre-ros, los del interior, los negros, los descendientes de los indios y los gauchos, que tantos dolores de cabeza les ha-bían traído a los grandes hombres del siglo anterior. Y más temprano que tarde, entraron. “Aluvión zoológico” dijeron algunos de los más tolerantes miembros de la élite, en-contrando eco en algunos sectores de la clase media que florecía –aunque les duela reconocerlo- con el peronismo. Los “cabecitas negras”, que asomaban a la gran ciudad, que empezaban a tener derechos -en lo material y en lo simbólico-, esos que se lavaban las patas en las fuentes de la Plaza de Mayo, se plantaron y les recordaron a todos que ellos también estaban, y que eran iguales. Ocuparon espacios en lo político y en lo económico, pero sobre todo en lo cultural. No exigían más que respeto, tan básico pero tan difícil de entender para algunos.

El espanto llevó a todos los “civilizados” a unirse para acabar con la “barbarie”, y a fuerza de revoluciones liberta-doras y argentinas reestablecieron el orden “democrático” que dejó fuera de juego a gran parte de la población.

Pero los artífices de esa sociedad no tenían mucha suer-te. A los pobres siempre se les aparecía alguien que les recordaba que no eran los únicos, que había otros y otras que también querían ocupar el lugar que les correspondía. Después de los cabecitas negras llegaron los “subversi-vos”, que no tenían Dios ni Patria; pecadores que osaban cuestionar los valores occidentales, la santísima propiedad privada y la violencia del sistema. La solución no fue muy distinta de la aplicada un siglo atrás: había que exterminar-los... y ya sabemos como sigue la historia.

Años después del “proceso de reorganización nacional”, cuando estábamos en el paraíso del uno a uno, podíamos viajar a Miami y comprar televisores en cuotas, llegaron nuevos inmigrantes, que no eran como habían sido nues-tros abuelitos, tan íntegros y trabajadores. Los nuevos eran bolivianos, paraguayos o peruanos, venían a sacarnos el trabajo, a traer droga y quién sabe cuántas cosas más. A esta altura, la propuesta de la parte “decente” de la socie-dad, ya no es sorpresa: en el mejor de los casos, había que mandarlos de vuelta a su país.

Cuando llegó el final del uno a uno y los inmigrantes se pu-sieron a vender verdura en la esquina o fueron esclavizados en talleres clandestinos, aparecieron unos que les pusieron los nervios de punta con sus cortes de calles: los “pique-teros”. Aunque las cacerolas y los piquetes eran una sola lucha, con la reactivación económica la “gente” recuperó sus valores históricos: había que terminar con el problema, fácil y rápido, la gendarmería lo podía hacer perfectamente. Así seguirían disfrutando sin límites de todo lo que podrían consumir, todo gracias únicamente a su esfuerzo personal, por supuesto. Los piqueteros se fueron yendo (por suerte no gracias a las propuestas de la “gente”), pero enseguida se pudrió todo de nuevo, porque ahora “no podemos salir a la calle”, y todo por culpa de “los delincuentes” que están por todos lados. Justo en este país de cárceles superpobladas don-de “los delincuentes entran por una puerta y salen por la otra”. Una vez más la “gente”, los miembros más notables de nuestra sociedad -esos siempre comprometidos con el bienestar de todos-, tienen la solución: ¿qué es eso de los derechos humanos de los delincuentes? ¡Basta de estupi-deces! Hay que matar, encerrar, tapiar, fusilar, y listo.

Por ahora, la parte “sana” de la sociedad está enfrascada en esa lucha por la “justicia” y la “libertad” en contra de toda la lacra que la ataca. Pero atención, porque quién sa-be cuántos “otros” vendrán después de los delincuentes. Al final, diría la gente como uno, no se puede vivir en paz, siempre hay alguno que viene a molestar reclamando el lugar en la sociedad que le corresponde, dejándonos mal parados, como si fuéramos racistas. ¿Qué va a decir el mundo? Justo a nosotros, tan occidentales y cultos, nos tenía que tocar nacer en esta parte del mundo... a noso-tros, tan derechos y humanos.

* Esto no es historia. Es un recorte parcial, arbitrario y subjetivo de interpretaciones de interpretaciones de realidades que nos llegaron, nos conformaron, nos marcaron.

» Pablo Moschen, [email protected]

CUANDO ARGENTINA TODAVÍA NO ERA ARGENTINA, E INCLUSO CUANDO BUENOS AIRES ERA APENAS UN PEDACITO DE LO QUE ES HOY, YA TENÍAMOS CLARO QUE NO ÉRAMOS TODOS IGUALES, QUE HABÍA GENTE DECENTE, CIVILIZADA, Y OTROS SERES BÁRBAROS, DESCARTABLES. EL GRAN MAESTRO FUE EL PRECURSOR, Y SUS APLICADOS A-LUMNOS LE RINDIERON HONORES, INCONMOVIBLES, POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS.

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Me contaba una amiga lingüista un caso

un tanto extraño.

Parece que el pueblo judío disperso por

el mundo no tenía idioma propio. La suya

era una lengua muerta, y además, sin una

gramática sistematizada, siendo la única

fuente de referencia los libros religiosos

escritos hacía miles de años. La lengua

había dejado de hablarse en el siglo I

antes de Cristo, murió. Pero mucho tiempo

después pasó algo fuera de lo común y por

1880 una persona estudiosa de la lengua

consideró importante recuperarlo y se

dedicó a inventar o reinventar totalmente

el hebreo (moderno). Partiendo de algunas

raíces creaba palabras y su significado,

según le parecía conveniente. Reconstruyó

de golpe una lengua con su variedad de

significados, cubriendo procesos históricos,

sucesos y experiencias.

En ninguna época sucedió esto. En ningún

lugar. Aquí no pasó. No es lo habitual.

» Facundo Montes, [email protected]

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Démoslo vuelta.Lo normal es que la cultura y su lengua se vayan construyendo día a día por el hablar de la gente y que cada persona que llega reciba ese legado. Así nos sucede. Hablamos de un determinado modo porque nos lo transmitieron, y porque lo recibimos podemos expresarnos. Es el resultado de sucesos, de inventos, de guerras, de historias de amor, de procesos políticos, crisis económicas, campeonatos, de victorias y luchas perdidas, que fueron forjando un lenguaje y un entramado de sentidos.

Cuando comenzamos a hablar, lo hacemos sin tener que armar una lengua completa con su gramática incluida para poder comunicarnos, la recibimos. Gracias a este regalo, al que poco le miramos los dientes, hablamos y no sólo eso. Con esta transmisión cultural del habla nos vienen los significados, y sus valores, junto a visiones e interpretaciones de la vida, prácticas y prohibiciones, costumbres, gustos y tanto más.

Tampoco esto lo inventa cada uno. Viene. Un combo.Sería imposible hacer la gran Eliazer sobre todos los temas.

“Somos seres históricos” escribía la profe. Hay una dimensión histórica de nuestra subjetividad. Los hechos históricos, sus vivencias y su transmisión nos marcan, producen sentidos, tipos de pensamiento, valores, estilos de vida que adoptamos. Por más originales que nos parezca ser, e´así. Me gusta el fútbol. Soy así, me apasiona, ¿tendrá algo que ver con la historia? Escucho rock... uso jean, no sé a quien votar, tengo TV en casa, valoro la democracia y no quiero a los milicos en la calle. ¿Tendrá que ver? Estas prácticas, valores, gustos y costumbres guardan relación con las condiciones históricas que las hicieron posible.

¿Estamos marcados y condicionados?Y… no sé si para tanto, pero que las hay, las hay.

La historia está aquí y nos atraviesa y parece imposible de ignorar.Una buena, no tenemos que inventar todo de la nada como hizo don Perelman. Pero atenti, tampoco parece inteligente recibir un legado o rechazarlo todo sin pensar.Si estas condiciones no son naturales ni inevitables, sino construcciones históricas, también sabemos que pueden ser de otra manera.Una línea que cabría pensar: ¿Qué es mío? ¿Qué es heredado? ¿Con qué me quedo? ¿Qué dejaría de lado? Y no ne facile.

¿Y cómo hacer...?¿La historia de nuestro país?¿Nuestra historia familiar y personal?¿Conocer los acontecimientos, procesos, cambios, búsquedas, tradiciones y rupturas?Y… no vendría mal.Conocerlos quizás sea un buen camino, mirarle los dientes al caballo y elegir.Poder resignificar ciertos acontecimientos que nos marcaron. Para construir otros sentidos que nos permitan pensar de otro modo. Atravesar las verdades transmitidas para desde ellas poder inventar nuevas. ¿No será mucho?Aceptar entonces algunas prácticas, sentidos y valores, pero dejar otros de lado… Y así si. Quizás sí. Quizás podamos elegir. Elegir nada más y nada menos como queremos vivir.

1Eliezer Yitzhak Perelman2Gracias Verónica Scardamaglia que su material parafraseamos el texto “Constitución sociohistórica de la subjetividad”.

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TODO ES

YA LO DECÍA GALÁN

Se d ice que el t iempo

c a mbia l a s co sas ,

p er o e n re al i d ad es uno

e l que tiene q u e

amb iarlas

A n d y W a r h o l

c

» Laura Milano, [email protected]

Tucucu, Tucucu, Tucucu. 6.00 AM. Aseo y desayuno. ¿Llaves? Tengo. ¿Documentos? Tengo. ¿Plata? Tengo.

Ok, puedo arrancar. Procedimientos repetidos que una y otra vez volvemos a hacer y sobre los que ajustamos cada vez más su eficacia y productividad. ¿A cuánto tiempo puedo reducir la llegada al trabajo?, ¿en cuánto tiempo puedo resolver un almuerzo?, ¿de qué manera puedo aprovechar los 20 minutos libres que tengo en la cola del banco? Sacarle el jugo a los momentos libres para usarlos de la manera más provechosa. Porque a nadie le sobra el tiempo, porque se nos va entre las manos, como granitos de arena.

Tic Tac, Tic Tac… la presión asciende. No alcanza con que camine, tengo que correr y esquivar gente por la calle. El espacio tampoco se presta; cualquier interrupción demora la circulación por la ciudad. Permiso, permiso, permiso.

Levanto mi mano y pregunto: Señores, ¿qué nos estamos perdiendo con este ritmo?

Relajarse y disfrutar, dicen algunos a coro. Desde las revis-tas, las publicidades, los lugares de recreación, los libros de auto-ayuda, recomiendan la cultura del relax como solución total contra la vorágine del ocupadísimo/a hom-bre/mujer de ciudad. Sólo hay que relajarse, practicar yoga, irse unos días de descanso a las afueras de la ciudad, co-mer sano, beber bebidas saborizadas bajas en calorías. Y listo, alma curada.

Suena tan bien, tan reconfortante que casi cierra la cues-tión con un moñito.

Y no, la verdad que no. No alcanza, no da paz. No sana, sólo encubre. La reclusión introspectiva light es tan enga-ñosa como la vorágine cotidiana, ambas pasan de largo de todo. Es un bálsamo para los hombres atletas y esclavos de la ciudad.

Ya sea por ‘estar a las corridas’ o por ‘desconectarse y relajar’, el núcleo de la cuestión no pasa por la velocidad a la que van nuestros pies, sino a dónde van y frente a qué se detienen.

La manera en la que sentimos el tiempo como un omnipre-sente tic-tac que va a toda velocidad y el espacio como un lugar sólo de circulación, es síntoma de nuestra cultura. Cultura individualista y mecanizada, me faltó agregar. La vorágine y/o la filosofía del relax son hijas bien representa-tivas de estos tiempos modernos, que ya no son graciosos como remate de payaso 1.

¿A dónde voy con esto?....calma, ya llego. La percepción del tiempo y espacio es una construcción social; y si de social hablamos es porque siempre involucra a un colecti-vo de personas. Ahí está la pieza que delata la verdadera pérdida en el marco de esta cultura: el abandono de lo que sucede a nuestro alrededor, el abandono del otro. Despojo de los momentos y los lugares para entrar en vínculo con las personas que nos rodean, ya sean cercanos o lejanos, conocidos o desconocidos.

En esta cultura, toda la potencia que tienen los vínculos so-ciales queda resumida a un contacto instrumental y vacío. Potencia que es increíblemente creadora, generadora de cambios, resistente, crítica. Es una gran pérdida. Porque lo punzante es que estamos convencidos de que nosotros no perdemos nada, sino que en este vertiginoso ritmo ga-namos todo. Y si nos agarra el temor de estar entregando la vida al estrés, corremos al confort y al relax. Somos los mejores gestores de nuestra eficacia.

Pero, ¡ésto no cierra como con un moñito! Claramente, no hay recetas mágicas contra la vorágine cotidiana. Pero sí se puede pensar sobre cómo gestionamos nuestro poten-cial social. Y rompernos el coco para exponenciarlo.

1 Charles Chaplin realizó en 1936 la película Tiempos Modernos, donde retrata en forma paródica y muy divertida la vida de un obrero dentro de una gran fabrica.

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TODO ES

YA LO DECÍA GALÁN

Se d ice que el t iempo

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» Valentín D. Frente, [email protected]

SOCIALES MT: fotocopiadora subsueloSOCIALES PARQUE CENTENARIO: apuntes y quiosquitoSOCIALES CONSTITUCIÓN: mesa de entradaCIUDAD UNIVERSITARIA: dando vueltas por el pabellón III y comedor del pabellón IIFILOSOFÍA Y LETRAS: bar subsueloECONÓMICAS: barPATERNAL: apuntes CBCMARTINEZ: quioscos de pabellones I y IIDRAGO: apuntes del patio BULNES: informes planta bajaPSICOLOGIA YRIGOYEN: apuntesPSICOLOGIA INDEPENDENCIA: apuntes primer pisoUNGS: fotocopiadora y barUNSAM: bar sede MigueleteIUNA: mesa de entrada Yatay 843CENTRO CULTURAL RICARDO ROJAS: librería primer piso

La historia no es historia.Amarillito, desgastado, colores sepia, estereotipado… pasado.No sé que será, pero historia no.

Casos “históricos” que se repiten. Se va poniendo viejo y enfermo el personaje y entonces da para comenzar a homenajearlo, o reconocer sus aciertos. Luego muere. Fin. Y todos van a llorarlo, parece que era un capo y resulta ser ilustre y parte de una época mejor y que pin que pan.

Tiene que ser pasado, muerto para que quede en un pedestal, el de los héroes o el de los villanos. Pero sin término medio. No hay pifies o aciertos de unos y otros. No hay procesos. No hay sociedades. No hay aliados, hay héroes y acontecimientos puntuales.

Malos o buenos, “la historia te juzgará”, las pelotas!, la historia no juzga, se monta una escena y desde allí se enjuicia, descontextualizando, fracturando procesos, y marcando una línea clara que divida esos “necesarios” héroeovillanos, ahora cadáveres que no pueden demostrar lo contrario.

Este modo de re-ver, de historia no tiene nada, será mito, religión, ciencia ficción… o quién sabe qué, pero historia no.

La historia no es lo que murió, es lo que se construye…Jatejodé.

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STAFFPanfleto independiente yrresponsable La Flecha. Editado por La Flecha ORG. Contacto: [email protected] número lo hicimos: Gastón Genovese, Natalia Gentile, Renata Kándico, Laura Milano, Facundo Montes y Pablo Moschen. Columnista: Valentín D. Frente. Corrección: Amalia Moschen. Diseño: RKGG.com.ar

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TAL PALIZADE TAL PALO

1943-1955

2009...

Argentina vende materias primas. Compra todo lo demás. Régimen oligárqui-co y conservador. Inmigraciones, entrada de capitales extranjeros, desarrollo de los ferrocarriles y concentración de la tierra. En 1912 se cae la piedra mo-vediza de Tandil, y en 1913 se inaugura el primer tramo del subte.

La discriminación manda. Los que estaban “adentro” no pueden tolerar que “otros” lleguen a ocupar lugares que antes estaban reservados para unos pocos. La destrucción de la otra parte es la premisa para los vínculos.

1943-1955Nuevo golpe de Estado. Perón es elegido presidente con el apoyo de sindicatos y trabajadores, que por primera vez ocupan el primer plano de la escena política local. Críticas al gobierno por las persecuciones a opositores y ataques a la prensa. Enfrenta-miento con la Iglesia por la ley de divorcio. Inédita democratización de lo social y pleno empleo. Las mujeres votan por primera vez.

El “no te metas” es la premisa para las re-laciones. Se instala el miedo al otro como for-ma de vínculo. Gente torturada y gente que festeja en las calles.

1976-1983Nuevo golpe de Estado, disolución de los partidos políticos y el Congreso. Devaluación, espe-culación financiera, caída de los salarios y cierre de fábricas. Terrorismo de Estado, desaparición de personas y apropiación de bebés. Argentina gana el mundial de fútbol.Se inaugura el puente internacional Fray Bentos – Puerto Unzué. EEUU desarrolla la bomba de neutrones, que permite matar gente sin destruir edificios.

1989-2001Convertibilidad, apertura externa, privatizaciones al por mayor, ni-veles históricos de desempleo. Auge del consumo: todo se puede comprar en cuotas. Avances en la comunicación y la informática. Aparición de los primeros celulares.

1880-1916 Exclusión de la mayor parte de la población, que no tiene derechos civiles, políticos ni sociales.

1916-1930irigoyen llega a la presidencia en las primeras elecciones limpias de la historia, apoyado por sectores que nunca habían tenido acceso al poder. Inclusión de los sectores medios en expansión y mejor distribución de la riqueza. Miles de obreros reprimidos en los episodios de la “Semana Trágica” y las huelgas de la Patagonia. Reforma Universitaria que democratiza la educación superior. Avan-za la lucha de las mujeres por la igualdad de derechos.

Los sectores acomoda-dos desprecian a los que recién se incorporan. Hablan de “la plebe” o la “chusma radical”. La “Li-ga Patriótica”, fuerza pa-ramilitar, trata de asegurar el “orden” atacando a los obreros revolucionarios.

1930-1943Primer golpe militar de la historia argentina, que derroca a Irigoyen y devuelve el poder a los conservadores. Comienza la “Década Infame”: retorno a las prácticas electorales fraudulentas y negociados con el capital británico. La crisis del modelo agroexportador provoca el avance de la industria. Avance de ideologías afines al fascis-mo, el nazismo y el franquismo.

Época marcada por la vigi-lancia y el control social. El miedo a la desocupación y la humillación llevan al escepticismo y la escasez de acciones colectivas. Los que ocupan una posición de privilegio, sacan prove-cho de la situación.

Se trata de dejar afue-ra a gran parte de la sociedad, a través de la proscripción, la cen-sura, la desocupación, la represión. Nadie que piense distinto puede ser parte.

1955-1976

“Sálvese quien pueda”. El valor de las perso-nas se mide en eficien-cia. Época de fragmen-tación, consumismo y relaciones descarta-bles y utilitarias.

“Soy esta historia” dice en uno de sus temas el artista de Frías. Sólo tres palabras que nos introducen en un terreno complejo, en el que se mezclan hechos, acontecimientos, personas y luchas, y que dan por resultado una sociedad. Más específicamente, dan forma a nuestras relaciones con otros. Repasando algo de todo eso que alguna vez aprendimos, acá va un machete (un ayuda memoria digamos), para recordarnos que historia somos.

Tres golpes de Estado derrocan sucesivamente a Perón, Frondizi e Illia. Período caracterizado por la violencia del sistema, las luchas por una sociedad justa y los conflictos al interior de las instituciones preponderantes (fuerzas arma-das, partidos políticos, iglesia, sindicatos).