La Esquizofrenia Diario de Un Viaje

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  • La esquizofrenia: diario de un viaje

    Coleccin

    Preguntas & Experiencias

  • Miguel Gonzlez Purroy "Urbegi"

    La esquizofrenia: diario de un viaje

    Desc l e De B rouwer

  • Miguel Gonzlez Purroy "Urbegi", [email protected]

    EDITORIAL DESCLE DE BROUWER, S.A., 2004

    c/Henao, 6 - 48009 [email protected]

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    Impreso en Espaa-Printed in SpainISBN: 84-330-1837-X

    Depsito Legal: BI-3235/03Impresin: RGM, S.A. - Bilbao

  • n d i c e

    Prlogo del autor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

    PRIMERA PARTE: QU ES LA ESQUIZOFRENIA

    i. Qu es la esquizofrenia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

    A quin afecta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16Cmo se detecta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17Sntomas de la enfermedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17Qu hacer ante un nuevo caso . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18Cmo me he recuperado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21Importancia de la medicacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23El enfermo no es peligroso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24Problema del trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25Situacin actual de mi enfermedad . . . . . . . . . . . . . . . 25

    SEGUNDA PARTE: VIAJE REAL CONTADO POR UN ESQUIZOFRNICO

    ii. Un reto en mi vida: hacer el camino de Santiago . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

    Para que sepis quin soy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31Me planteo la idea y decido intentarlo . . . . . . . . . . . . 32Quin era el Apstol Santiago? . . . . . . . . . . . . . . . . . 33Andando se puede llegar lejos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33Me entra algo de miedo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34

    iii. Me pongo en marcha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

    Santiago... mi pequea locura . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37Tres peticiones para el Santo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38Mario y Jason, los primeros conocidos del Camino . . . 39Las primeras dificultades; mi rodilla . . . . . . . . . . . . . . 41La primera reflexin teolgica . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42Para disfrutar del camino es necesario cambiar el chip . . 44

  • iv. Camino en mi tierra con ambiente internacional 47

    Algunos peregrinos van a caballo . . . . . . . . . . . . . . . . 48Mi xito con las chicas no crece . . . . . . . . . . . . . . . . . 49Estancia en Viana con los curas . . . . . . . . . . . . . . . . . 50Caminar no es tan fcil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52Demasiado vino en el camino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54

    v. Castilla: aprendo a disfrutar del camino . . . . . . 57

    Los peregrinos parecemos Don Quijote . . . . . . . . . . . 57Un poco de historia y cultura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59Me da una insolacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60Hablando con los que me encuentro . . . . . . . . . . . . . 62El viejo palentino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63Segundos pensamientos filosficos . . . . . . . . . . . . . . . 64Hago los clculos para llegar el 25 a Santiago . . . . . . 66Paranoias... lo paso mal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67Discusiones entre peregrinos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68La ninfmana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69Rezando me acerco a Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70Recuerdos de San Fermn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71Con las mujeres se pierde el control . . . . . . . . . . . . . . 72Hago una promesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73Un templario en el s. XXI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76

    vi. Galicia: la meta est cerca . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79

    Etapa reina; subida al Cebreiro . . . . . . . . . . . . . . . . . 79Un violador en el camino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82Ante los restos del Apstol . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83

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  • Mi obra es claramente autobiogrfica y gira alrededor dela esquizofrenia, enfermedad que padezco desde 1991. Unade las cosas que me llaman la atencin es que cuando sehabla de esta enfermedad se generaliza y se alude slo a lospasajes en los que la persona sufre una crisis o est mal. Nose tienen nunca en cuenta las largas temporadas en las que nohay sntomas y el afectado lleva una vida normalizada. Apesar de la cronicidad de la patologa, mi evolucin ha sidofavorable y ahora puedo llevar una vida normal tomandopoca medicacin.

    Si un mdico tiene un paciente con cncer de pulmn,mira los aspectos tcnicos de la enfermedad, si el tumor se haextendido a los ganglios, cmo responde el enfermo a la qui-mioterapia, pero lo que ms importa es la vida del afectado,que es un valor en s mismo. Esta vida enferma est cargadacon seguridad de sentimientos, vivencias, recuerdos, reaccio-nes a lo desconocido o de relacin con los dems. Si no fueraporque est de por medio la curacin, quizs lo que menosimporta es lo que sabe el mdico sobre su patologa. Con laesquizofrenia pasa lo mismo. Lo que importa es la vida delafectado y no una clasificacin de los sntomas que padece.

    El libro que tenis en las manos consta de dos partes cla-ramente diferenciadas. La primera es una explicacin de loque es la enfermedad, necesaria para mostrar lo que le pasaa un enfermo. La segunda es un pasaje de mi vida en el quehago un viaje y slo al final se descubre que quien realiza la

    Prlogo del autor

  • aventura padece esquizofrenia. Este viaje a Santiago est he-cho en una fase de remisin de la enfermedad y no se puededescubrir nada anmalo en el comportamiento del protago-nista. Quizs algn pequeo desvaro, pero que se admitedentro de la normalidad.

    Para elaborar la primera me limit a responder a las pre-guntas que me hicieron los periodistas tras la publicacin demi primer libro Diario de un esquizofrnico, que trata de losmomentos ms duros de mi vida. Decid hacer su presenta-cin en la Clnica Universitaria de Pamplona. Convoqu unarueda de prensa y avis a los medios de comunicacin. Meacompaaban el Dr. Cervera, catedrtico de psiquiatra, y elDr. Pla, mi mdico y autor del prlogo del libro. Me hicieronun montn de preguntas. Cada vez que me mova sonabanlos flases de las cmaras. De vez en cuando se acercaba unperiodista para colocar mejor la grabadora. A los mdicos leshacan las preguntas tcnicas. Yo contaba mi experienciacomo enfermo. Esos das sal en la prensa, la radio y la tele-visin de toda Espaa. El telfono sonaba continuamentepara felicitarme. En cierta manera, descubr lo que era serfamoso. Despus, las entrevistas disminuyeron y volvi lanormalidad. Entonces recapacit sobre lo que haba pasadoy lo intent analizar.

    Recogiendo los recortes de peridicos y grabaciones deradio y televisin, descubr que las preguntas de los periodis-tas eran muy parecidas. Casi todos me pedan que describie-ra lo que es la locura y qu se siente al padecer esquizo-frenia. Tambin me preguntaban cmo haba superado laenfermedad y cmo me encontraba en ese momento. Esto eslo que intento responder aqu, a todas las cuestiones que pue-den interesar a quien ignora qu es esta enfermedad.

    La segunda parte trata de mi vida dando a la enfermedadla importancia que tiene, que no es tanta. Es mi experiencia

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  • haciendo el Camino de Santiago. Ahora lo que importa eslanzarme a la aventura, conocer una chica y superar el retode hacer mas de 700 kilmetros andando sin que la esquizo-frenia sea un problema. Es la historia de un tipo que se lanza ahacer un viaje con la mochila a la espalda. Yo mismo me pre-par para el viaje y tom el llamado camino francs que partede Saint-Jean-Pied-de-Port (frontera con Espaa), saliendo elda 17 de junio y llegando a la tumba del Apstol cuarentadas despus. Fueron das de aventura y casi ochocientoskilmetros recorridos que se convirtieron en la mejor expe-riencia de mi vida. Mientras haca el viaje, decid escribir estelibro y tom unas notas en los albergues donde pernoctaba.La idea me entusiasm y durante los fros das de invierno medocument en la Universidad sobre las peregrinaciones. Alverano siguiente recorr de nuevo el camino. Este fue un viajenuevo e igual de emocionante donde conoc a otra gente y meocurrieron otros sucesos. Para ultimarlo me encerr paraescribir en una casa de Orbaitzeta (Navarra). Durante dosmeses viv en este cerrado valle pirenaico. Trabajaba cada day al atardecer sala del txoko para airearme, visitando unavaca enferma que se hizo mi compaera. En este buclicoparaje, con algunas moscas sobrevolando, termin el textoque ahora os presento. Solo falta que lo leis y os guste.

    Prlogo del autor

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  • Primera Parte

    Qu es la esquizofrenia

  • Todos tenemos momentos de tristeza, decaimiento, dasde mal humor... pero esto es normal y no significa padeceruna enfermedad mental. Se convierte en patologa cuandoesta situacin no se puede resolver y se vuelve habitual einsuperable, afectando a la relacin normal con el resto delas personas. Uno de estos casos es la esquizofrenia, quiz laenfermedad mental ms llamativa.

    Antes no era reconocida como una patologa. La genteque padeca este trastorno era calificada de luntica, ende-moniada o simplemente loca. Los esquizofrnicos de antaoeran apedreados, quemados y tomados por malditos. Se pen-saba que espritus malignos se haban apoderado de ellos.

    Se tiene noticia de esquizofrnicos en todas las pocas dela humanidad. Existieron locos famosos que influyeron en sutiempo: filsofos, msicos, poetas... Pero mi experiencia medice que esta enfermedad no aporta nada positivo. Quizs, unavisin diferente de la realidad. Con seguridad, incapacidad pararealizar ciertas actividades, obsesiones, desvaros, conflictos,angustias... En fin, podra definir la locura como un estado enel cual la cabeza no funciona bien, aparte de que se siente unsufrimiento muy similar al que puede haber en el infierno. Hayun decaimiento total, apata generalizada, irritabilidad, lavoluntad aniquilada y se siente dolor del alma. Es como si elpensamiento patinara. Uno no puede controlar lo que piensa ysufre paranoias y delirios que le hacen vivir en otra realidad. Endefinitiva un caos, un plato de mal gusto. Ciertamente es comosi un espritu maligno habitase en ti.

    1Qu es la esquizofrenia

  • A quin afecta

    Esta enfermedad aparece en todas las naciones y en todaslas clases sociales, tanto en hombres como en mujeres. Secalcula que la padece un 1% de la poblacin total. Existedesde siempre y aunque puede afectar a cualquiera, hayestudios que afirman que cuanto ms cercano es el paren-tesco con un esquizofrnico, mayor es la probabilidad depadecer la enfermedad. As, los hijos de un padre o madreesquizofrnicos tienen aproximadamente un 10% de proba-bilidad de desarrollarla. Si ambos padres estn afectados, lacifra se eleva al 36%. Si son hermanos gemelos idnticos yuno de ellos est afectado, el otro tiene un 50% de padecer-la. Aun as, el factor gentico no es determinante. Segn eso,por ejemplo, en el caso de dos hermanos gemelos idnticos,si uno tiene esquizofrenia, el otro debera padecerla necesa-riamente. La enfermedad se tiene que desencadenar porotros factores como puede ser un golpe fuerte en la cabeza,una situacin de estrs continua, una infeccin... o inclusouna intoxicacin. Sobre este punto cabe sealar que hay mscasos de psicosis en los jvenes por causa de las drogas quepor la gentica.

    Lo que s est claro es que se trata de una enfermedad. Seha descubierto un desequilibrio en los neurotransmisores delcerebro, aunque se ignora si esto es una causa o consecuen-cia de la enfermedad. Tambin se han detectado ciertas ano-malas en el cerebro del paciente, observndose que algunaspartes son ms pequeas o tienen limitadas sus funciones. Seest incluso estudiando la influencia de infecciones por virusen el feto durante el embarazo, relacionndose la gripe eneste aspecto. En realidad se sabe poco, pero hay que pensarque las nuevas tecnologas facilitarn a los cientficos el estu-dio de esta patologa.

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  • Cmo se detecta

    Segn Enriqueta de Ro Martn e Irene Muoz Muoz,1

    los sntomas para reconocer la llegada de un brote esquizo-frnico seran:

    El afectado pasa varias noches de insomnio. Pierde peso. Evita comer con los dems. Se muestra irritado y se asla. Tiene excesiva inactividad. Es probable que se fugue de casa. Su comportamiento se vuelve vulgar e incivilizado.Curioso pero cierto: me siento identificado. A m me

    pasaba lo mismo antes de cada brote , lo que demuestra quees una enfermedad perfectamente catalogable.

    Sntomas de la enfermedad

    Segn Jordi Obiols,2 algunos de los sntomas ms carac-tersticos son la falta de voluntad, la apata, el aislamientosocial, la pobreza de habla y pensamiento, la dificultad paradisfrutar de placeres normales como la comida, el sexo o lamsica. Tambin se sufren alucinaciones, delirios, cambiosen los afectos y en la forma de comportarse. El pensamientosuele sufrir desajustes a la hora de elaborar frases. Estos sn-tomas son serios y casi inutilizan a la persona en los momen-tos de crisis. Muchos esquizofrnicos tienen dificultades para

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    1. DE RO MARTN, Enriqueta e Irene MUOZ MUOZ, Quisierasaber... Manual de acercamiento a la enfermedad. Asociacin Sego-viana de enfermos mentales, familiares y amigos AMANECER.Segovia, 2000.

    2. OBIOLS, Jordi, Una mente escindida, Barcelona: Ocano, 2000, p.15.

  • llevar una conversacin normal y su cara se muestra inex-presiva y vaca. Algunos se aslan y pierden todo contactocon el exterior. Se deteriora la capacidad de concentrarse y dehacer operaciones relativamente sencillas. La esquizofreniaest catalogada como una enfermedad grave que produce unsufrimiento implacable.

    Estos sntomas aparecen expuestos en la pelcula Unamente maravillosa, y forman parte tambin de mi propiaexperiencia. Yo oa voces. Mejor dicho, mi odo no lasregistraba pero era como si se grabasen frases directamenteen mi cerebro. Pero no suceda de una forma clara sino masbien confusa. Yo dudaba de que fuera cierto y nunca les hicecaso, aunque otros acaban creyndoselas. En el campo visualpasaba algo parecido. Nash, matemtico galardonado con elpremio Nobel, tena alucinaciones visuales y crea ver a lamisma nia a lo largo de su vida. Probablemente eran perso-nas distintas a las que su mente identificaba con su persona-je ficticio. De la misma manera, yo pensaba que estaba sien-do investigado y haban sido contratados detectives paracontrolarme. Mi mente no inventaba personajes pero a indi-viduos normales de la calle les atribua una labor detectives-ca. Si uno esperaba en una tienda mirando el reloj de mue-ca interpretaba que estaba esperando el relevo de otro detec-tive. Si vea un autobs lleno de gente, todos eran detectivesque iban a cubrir una parte de la ciudad.

    Cuando tena delirios, pensaba que era un personajefamoso y todo lo que haca y deca se retransmita en losmedios de comunicacin de todo el mundo.

    Qu hacer ante un nuevo caso

    Las enfermedades mentales deberan abordarse de lleno,sin miedos. Yo aporto lo que me toca, intento demostrar, que

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  • a pesar de tener esquizofrenia es posible la integracin y nohay motivos para ocultarse ni para darse por vencido.

    Cuando una persona tiene los sntomas descritos ante-riormente, debe acudir al mdico de familia. Este derivar alpaciente al especialista. Si el afectado no quiere acudir, losfacultativos dirn a la familia cmo actuar.

    Una vez habl con una chica a la que a su hermano lehaban diagnosticado esquizofrenia haca pocos das. Meempez a hacer preguntas nerviosa, no entenda que a su her-mano le pasase eso. Quera saber qu tenan que hacerpara que se recuperase inmediatamente y pudieran olvidarseinmediatamente del suceso. Yo no la quera desanimar, perotena que hacerla comprender que su hermano iba a tener laenfermedad para el resto de su vida. Hay recuperacin, yo lahe encontrado, pero la enfermedad es crnica. La chica sepuso a llorar. No quera ver a su hermano as, no entenda lanueva situacin. Ciertamente es una situacin trgica y merecordaba a mis hermanos y padres cuando me diagnostica-ron a m la enfermedad. La familia de este chico va a pasarmomentos duros. No va a ser fcil, eso lo aseguro. Lo nicopositivo es que tendran la ocasin de demostrar cuanto quie-ren al familiar afectado.

    La enfermedad es destructiva y rompe familias. Dialogarconmigo era imposible y la convivencia conmigo se hacadifcil. Reconozco el mrito de los mos. Aunque hubo mo-mentos tensos, los que me rodeaban no me dejaron de lado.Fue una lucha de todos.

    Hasta hace poco tiempo, cuando haba un enfermo en lafamilia, no se hablaba de l. Era vergonzoso. Esto era debi-do a la desinformacin total que haba. Ahora los especialis-tas explican en qu consiste la enfermedad y la sociedad estms familiarizada con este tipo de patologas. Este conoci-miento de la enfermedad es imprescindible para afrontar el

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  • problema con realismo y eficacia. Se debe partir de que elesquizofrnico no tiene ninguna culpa y que lo que padece esuna enfermedad como la diabetes o la gripe. Para empezarconviene comprender al enfermo, intentando darle lo quepueda necesitar pero sin sobreprotegerle. Sus capacidadesestn mermadas y el afectado es consciente de ello. Por esoest pendiente de los que le rodean y es fundamental que sesienta apoyado. No se deben tener en cuenta sus salidas yreacciones absurdas pues son producto de la enfermedad yno se le puede hacer responsable de ellas.

    La esquizofrenia produce una falta de voluntad que losfamiliares suelen identificar como pereza. Es un sntoma dela enfermedad y es necesario entender que este cansancio yesta abulia no son fciles de superar por parte del enfermo.Por eso no se le debe criticar por pequeos errores o su acti-tud pasiva. Es como el que critica a un cojo porque no corre.Cuando el paciente es objeto de disputas y continuas recri-minaciones, su evolucin empeora. Aunque es difcil, los quele rodean tienen que quitar importancia a lo que hace mal.Es comprensible la desesperacin de los familiares. Tener unapersona en casa que se levanta a las doce del medioda, porlas noches no duerme y mete ruido, que se muestra impasibleante los problemas de la casa, que algunas veces se agita yprovoca discusiones y que muestra una actitud indiferentedesespera a cualquiera. Por eso hay que tener siempre encuenta que es una enfermedad y tratar de ver el problema sinculpabilizar al enfermo.

    Este necesita estar tranquilo y tener un espacio vital paradesenvolverse. Adems, hay que tener en cuenta que aunquetenga dificultades para llevar una conversacin, la enferme-dad no le ha vuelto tonto. Cuando un conocido de la carre-ra ley unos textos mos me dijo que se haba quedadoimpactado, que pensaba que no me enteraba de nada. Detodas maneras no es bueno pedir al enfermo ms de lo que

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  • puede dar. Presionar para que trabaje si, en realidad, nopuede atender sus necesidades bsicas como asearse o mane-jar la medicacin, es someterlo a un estrs adicional. Elenfermo ya se considera un intil, no hay que recordrselo.Pero es bueno animarle delicadamente a que haga cosas, aque est ocupado. Lo mejor es que el paciente se desenvuel-va en la sociedad normal, que vaya a comprar, que salga consus amigos y que haga actividades con gente sana. Lo con-traproducente es que se quede en casa tirado en la cama.

    Con la reforma psiquitrica, iniciada en 1982, se le in-tent dar un trato ms humano al enfermo y se apost porsacarlo de los manicomios. Para esos aos ya haba medica-ciones que funcionaban y se pudo depositar la confianza enlos pacientes. El hecho de poder desenvolverse en la socie-dad normal, y no permanecer constantemente ingresadocomo si se estuviera en la crcel, fue muy positivo para losenfermos. Actualmente existen plantas psiquitricas dondese recuperan durante un espacio de tiempo relativamentecorto mientras sufren una crisis fuerte. Luego pueden acudiral mdico en rgimen ambulatorio y se ha desarrollado unared asistencial, con hospitales de da, en los que el enfermoduerme en su casa y acude para desarrollar actividades tera-puticas. Para aquellos que se han quedado solos existenresidencias y pisos tutelados. En estos ltimos viven variospacientes con la supervisin de un tutor que regularmentevisita la casa. Hace poco estuve dando una conferencia en laUNED y una seora cont los problemas que tena con unhijo esquizofrnico. Explic como el hijo dependa total-mente de ella y cuando ella faltase su hijo se convertir enun transente por no tener quien le cuidase. El problema esserio y aunque hay ayudas, muchas veces son insuficientes.La mayora de mendigos son antiguos enfermos que no tie-nen forma de subsistir.

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  • Cmo me he recuperado

    Cuando me vino la enfermedad no saba por donde ve-nan los tiros. No poda identificar lo que me pasaba. Tardmucho tiempo en tener capacidad de reaccin contra misdesequilibrios. Ya os he comentado que crea que me perse-guan y me conocan las personas de la calle.

    Mi lucha se inici encontrndome en otra ciudad. Senta,como siempre, que los que pasaban por la calle me conocany me hacan muecas de complicidad. Entonces se encendiuna luz: En esta ciudad no me pueden conocer! Me habaido sin avisar a nadie y los detectives no podan saber quehaba cambiado de sitio. Faltaba lgica en todo esto. Enton-ces empez la lucha mental. Tena que desterrar todo pensa-miento anmalo y darme cuenta de que la gente de la calleno me poda conocer!

    Para superar la esquizofrenia hace falta una gran capaci-dad de autocrtica, tanto es as que me he convertido en unexperto en rerme de mi mismo y de las situaciones en las quea veces me encuentro. No s si el humor se puede cultivar oforma parte de uno, pero la mejor forma de salir de las situa-ciones dramticas es con un golpe de humor y yo tengo lasuerte de tenerlos frecuentemente.

    No s si he tenido suerte o la superacin ha sido graciasa m. Lo que s s es que he puesto de mi parte para la recu-peracin. Mi familia y amigos intentaban ayudarme en estosaos largos y duros y aunque pareca que no avanzaba, enrealidad daba pasos para la recuperacin.

    Cuando estaba ingresado en la planta psiquitrica ten-amos terapia. Pintbamos, jugbamos al ping pong, oamosmsica y escribamos nuestras experiencias. Nosotros ten-damos a tumbarnos en la cama, pero en el hospital nos for-zaban a estar activos. Cuando sal de la planta, la pintura

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  • me sirvi de terapia. Todas las tardes iba a la Escuela deArtes y Oficios de Pamplona. Consegu aprobar los cursosy esto sirvi para mi autoestima, tan deteriorada en esapoca. De todas maneras era consciente de que mis amigos,con los que haba estado siempre en el colegio, terminabansus carreras, tenan novia o trabajaban. Impensable param, que me haba quedado tremendamente limitado. Tenadificultad para hablar sin que me patinaran las ideas, esta-ba agarrotado y me senta torpe hasta al andar. Decid nocompararme con ellos y luchar por pequeas cosas y, cuan-do las consegua, me senta orgulloso. Si lograba pasar unamaana sin tomar tranquilizantes ya haba conseguido al-go. Lo mismo que cuando me iba a andar o hacer deporte.Eran grandes avances. S que si no hubiera cado enfermopodra haber acabado la carrera, y ahora estara trabajan-do con normalidad, pero me ha tocado esto y lo tengo queafrontar.

    No me siento con autoridad para dar consejos a nadie,pero creo que s puedo animar a otros enfermos a iniciar uncamino de vuelta a la normalidad.

    Importancia de la medicacin

    Existe mucha polmica con el tema de la medicacin por-que a veces los efectos secundarios son fuertes. En mis pri-meros aos de convalecencia las medicaciones que me dabaneran psimas, con unos efectos secundarios terribles. Llegua caerme al suelo derribado por una de ellas. No s hasta quepunto me compensaba tomar esas pastillas. A veces piensoque era mejor tener alucinaciones en vez del anulamientototal que producan este tipo de frmacos. Entiendo que losmdicos no tenan otra cosa que recetar, y me imagino quemuchos de ellos dudaban de esos tratamientos. Ahora es dis-

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  • tinto y las medicaciones de nueva generacin tienen menosefectos secundarios y son mucho ms llevaderas.

    Es imprescindible que el enfermo sea tratado inmediata-mente. Si se espera a iniciar el tratamiento o se deja la medi-cacin, el pronstico es peor. La enfermedad es crnica yaunque se haya pasado el brote, la mayor parte de las vecesse debe tomar una pequea dosis para prevenir.

    Muchos suelen dejar los frmacos. Para evitar esto es muyimportante la confianza en el mdico y seguir sus indicacio-nes. Mi mdico ha conseguido que vea que el bien de la medi-cacin supera el mal de los efectos secundarios. De hecho,llevo varios aos tomando un tratamiento de mantenimientosin problema y puedo realizar una vida normal. SegnObiols, si dejase de tomar la medicacin tendra un 100% deposibilidades de recaer en el plazo de dos aos. No quierocorrer este riesgo.

    La esquizofrenia aparece por brotes o crisis. Algunos slotienen uno de estos episodios a lo largo de su vida. Esto lesocurre a la tercera parte. Otros, como yo, tenemos variosbrotes. Estos somos otra tercera parte. En el ltimo tercioque queda la enfermedad persistir y la medicacin no harel efecto deseado.

    El enfermo no es peligroso

    Mucha gente cree que el esquizofrnico es peligroso. Nadams lejos de la realidad. Solo el 3% puede llegar a cometerdelitos de sangre y entre estos, la mayora est desatendido ysin tratamiento alguno. Este porcentaje es similar a los actosviolentos entre las personas sin enfermedad mental. Tened encuenta que hay asesinatos cometidos por personas sanas porpuro odio. Si se produce una agresin por parte de un esqui-zofrnico, estos suele ser porque la enfermedad acorrala al

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  • enfermo y le hace pensar que quieren hacerle dao. En estecaso hay que actuar con calma, hablarle sin ambigedades ysin provocarle. Lo que es ms frecuente entre los esquizofr-nicos es el suicidio, ya que acaban as el 10% de ellos.

    Nunca he sido peligroso ni agresivo, ni siquiera en lospeores momentos de la enfermedad. En mis ingresos tampo-co he visto ningn comportamiento violento por parte de miscompaeros. La gente ingresa para recuperarse y para que enel hospital lleven mayor control sobre la evolucin de laenfermedad. Rara vez es porque suponen un peligro para lasociedad. Por eso no se puede tener a los enfermos mentalescomo violentos.

    Y sin embargo suscitamos temor. Creo que el motivo es ladificultad en comprender la enfermedad y al propio enfermo.Al no entenderle, suponemos que tiene intenciones ocultas yque est tramando algo pero no hay motivos para asustarse.En realidad, los esquizofrnicos, si estn en lucha con alguienes consigo mismo y con su enfermedad. Si furamos peligro-sos la poblacin espaola lo tendra claro, porque hay350.000 esquizofrnicos slo en nuestro pas.

    Problema del trabajo

    Es llamativo lo mal que el esquizofrnico aguanta el estrs.Tanto es as que los enfermos de las grandes ciudades evolucio-nan peor que los del mundo rural. Este problema se agudizacuando nos referimos al mundo laboral. La sociedad exige queel trabajador sea efectivo y rentable y si no es as se le cambiapor otro. Ya no hay casi contratos fijos, y aunque te den uno,en cualquier momento ests en la calle. Los niveles de com-petitividad son altos y se trabaja a contra reloj. Este ambienteestresante incide de manera especialmente negativa en los es-quizofrnicos, por eso muy pocos trabajan con normalidad.

    Qu es la esquizofrenia

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  • Situacin actual de mi enfermedad

    Despus de un tiempo largo de convalecencia, en totalcatorce aos, me encuentro bastante recuperado. Duranteestos dos ltimos aos he ledo y escrito mucho, aunque nome siento con fuerzas para retomar la carrera. Pero s puedodesarrollar una tarea medianamente intelectual: leo, escribo,e incluso tengo un mtodo de trabajo. Mi primer libro estsiendo un xito y aunque lgicamente no da para poder vivir,demuestra que a pesar de estar loco puedo hacer muchascosas.

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  • Segunda Parte

    Viaje real contado por unesquizofrnico

  • Mi intencin no es inventarme un dios a mi medida, sino conocer el que Existe.

  • Para que sepis quin soy

    Vivo en la casa familiar con una hermana y cuando secorte el chorro de dinero proveniente de mi padre (da queha de llegar) no s qu ser de m. He llegado a pensar queen un futuro vivir en la calle porque mi experiencia laboralhasta la fecha ha sido nefasta. No sirvo para trabajar y yano busco trabajo. Cuando se me habla del tema me pongotenso. Mi familia ve que chupo del bote y ya no s cmoevadir sus ironas.

    Antes era un joven apuesto (o por lo menos eso es loque pienso ahora) y alguna se fijaba en m. De complexinatltica, bat el rcord de velocidad en el colegio. Despusjugu a balonmano en Maristas en un equipo que un aogan todos los partidos de liga. La distorsin del tiempome hace pensar que era imprescindible en mi puesto, perola verdad es que me sacaban lo justo. En COU pesaba 70kilos y ahora, trece aos ms tarde, 110. Y no comprendocmo he ganado tanto porque siempre he sido delgado. Meato los zapatos con resoplidos y no sin grandes dificulta-des. Estoy mal de salud. Aparte de la obesidad, tengo coles-terol, tensin alta y cido rico. La gota me ataca en larodilla izquierda y cuando me sobrepaso con la comida lopago con dolores fuertes que tardan mucho en desaparecer.Estoy convencido de que si me pusiese a correr sin parar,caera al suelo con un infarto. Cocino la comida que como

    iiUn reto en mi vida:

    hacer el camino de Santiago

  • y lavo lo que ensucio, pero no plancho las camisas porquees un coazo.

    Con este panorama gasto el tiempo en leer y tomarmetodas las tardes un poco de whisky Con agua!, que no pre-tendo emborracharme sino pasar la tarde un poco ms feliz.Entonces me vienen mis inquietudes religiosas y espirituales.Aunque sin demasiada idea de las cosas, hablo y no tengoproblema en decir lo que me da la gana.

    Me planteo la idea y decido intentarlo

    Estoy caminando por los caminos de Zizur... Un, dos,...un, dos... esto de andar es sano... un, dos... y se me ocurreuna idea brillante.

    Por qu no hago el Camino de Santiago? Llevo una vidade lo ms trivial. Qu leches! No s por qu se me ocurre esto,pero tiene que ser una autntica aventura. Voy a romper elmodelo de vida normal y me voy a lanzar a recorrer los cam-pos y pueblos de Espaa. Seguro que tengo tiempo de refle-xionar sobre la vida. Este sacrificio me vendr bien y seguroque me pasan cosas interesantes. No tengo ni idea de cmohacer el camino y no estoy preparado para hacerlo, pero mevoy a informar. No lo pienso ms, porque si no, seguro queme arrepiento. Esta misma maana me acerco a una tienda deexpediciones y me compro mapas para elaborar rutas hastaSantiago, mi meta. Tambin me agencio una gorra.

    Leyendo los libros que compro despus me entero de quelos peregrinos antiguos llevaban sombrero de ala ancha,abrigo amplio, un buen calzado y un bordn con una cala-baza para llevar el agua o el vino. La comida y los ducadoslos llevaban en el zurrn y de vuelta de Compostela se traanla concha de peregrino. Yo voy a llevar la mochila, el saco dedormir, algo de ropa y el neceser.

    La esquizofrenia: diario de un viaje

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  • Me pongo a entrenar todos los das nueve kilmetros conla mochila cargada de patatas. Aguanto muy bien las mar-chas y las botas no me hacen rozaduras. El otro da llam aun amigo a ver si me acompaaba a andar y me dijo que esoes de viejos, que si quera bamos a jugar a pelota mano.Parece que andar es fcil pero me doy buenas palizas. Me voya pegar ms de un mes con la casa a cuestas y andando 25kilmetros diarios.

    Quin era el Apstol Santiago?

    No tengo muy claro de dnde ha surgido la idea de hacerel camino, pero me atrae la figura del Apstol Santiago. Es-tudindolo descubro que fue un pescador israelita que nacihace dos mil aos y que era pariente del mismo Jesucristo,me imagino que por parte de la Virgen Mara. No me extra-a que mueva a tanta gente despus de tanto tiempo porquees uno de los apstoles predilectos del Seor, compaero fielde Jess en su paso por la tierra. El mismo Jesucristo loapod Boanerges, hijo del trueno, porque enseguida que-ra que cayeran rayos sobre los infieles.

    Actualmente son muchos los peregrinos que van a San-tiago, pero antes no eran menos. En la Edad Media, pocadorada del camino, se calcula que fueron de 200.000 a500.000 peregrinos en un ao. A la catedral llegaban milperegrinos al da y estaba abierta incluso por la noche.

    Andando se puede llegar lejos

    Pensando, descubro que dos mil aos no son nada. Miabuelo naci en 1875, y el de ste es posible que en 1750, entiempos de la revolucin francesa, y con el abuelo del abue-lo de este ltimo estamos en 1525, en los que todava faltan22 aos para que nazca Miguel de Cervantes Saavedra y

    Un reto en mi vida: hacer el camino de Santiago

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  • pueda escribir el libro del famoso hidalgo D. Quijote de laMancha. En unos pocos abuelos de sus abuelos estamos en lapoca de Jess de Nazaret.

    Tambin me han prestado unos libros antiguos que sonmuy interesantes y leyndolos descubro lo que andaban losperegrinos de antes. Domenico Laffi recorra de 12 a 15 kil-metros diarios, pero haba otros que andaban de 50 a 70. Lasguas actuales recomiendan de 25 a 30.

    Andando se hacen grandes distancias. Calculo que si sepudiese andar por el espacio, a un ritmo normal y sin des-cansar, se llegara a la Luna en menos de nueve aos porqueslo estamos a 384.403 km. Son 512 veces el viaje que voy ahacer. La Luna est al lado.

    Me entra algo de miedo

    Es una distancia muy larga y es posible que no pueda ter-minar. Me vienen recuerdos de los libros del Camino como elde Aymeri Picaud, monje de Poitou, del primer tercio del s.XII, que habla de los peligros al cruzar ros, porque los bar-queros hacan subir a tanta gente que la balsa volcaba en-tonces se regocijan innoblemente despus de haberse apro-piado de los despojos de los muertos. Tambin San Juan deOrtega deca en su testamento que los bandidos esperan alos Jacobeos para asesinarlos de da y de noche antes de lle-gar al monasterio de San Juan. Est claro que est lleno decuatreros y asaltadores, incluso los lobos atacan a los pere-grinos.

    Una vez en casa, cuando slo faltan dos das para irme,escribo un e-mail a los compaeros que dice as: El prxi-mo martes me voy a Santiago, as que hasta dentro de algoms de un mes no nos veremos. Si tenis alguna peticin, yotengo muchos kilmetros para ofrecer y os cedo unos cuan-

    La esquizofrenia: diario de un viaje

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  • tos. Decidme qu queris que pida y cuntos kilmetros re-quiere, que yo har lo que pueda. Al poco rato veo en lapantalla: Pdeme una buena torda. Requiere veinte kilme-tros. Antes de partir estoy anotando peticiones y kilometra-jes en la agenda. Mis amigos confan en m, pero mis herma-nos piensan que no voy a llegar. Tengo que demostrar quesoy hombre de una pieza y no voy a descansar hasta llegar ala tumba del Apstol.

    Un reto en mi vida: hacer el camino de Santiago

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  • Santiago... mi pequea locura

    Aunque vivo en Zizur, a cien metros del Camino deSantiago, decido subir a Roncesvalles por lo emblemtico dellugar. Cojo un autobs a las seis de la tarde en la casi derrui-da estacin de autobuses de Pamplona. En la estacin meencuentro con varios peregrinos. Cuando llego, dejo la mo-chila en el albergue y me dan la credencial por la que disfru-tar de los albergues y mens del peregrino en cada sitio quepase. Estoy contento, hoy es mi primera noche fuera de casa.Voy merodeando por la colegiata hasta que veo a unos cami-nantes esperar en una puerta. Me acerco y all un individuonos explica a todos las reglas del albergue. Rellenamos uncuestionario. Est todo pensado, desde la gua que compr enla que pone lo que tengo que llevar, a la sealizacin de cami-nos para no perdernos atravesando la pennsula. La mochilala tengo preparada y la tarjeta de crdito con fondos paraunos dos meses. Slo puedo fallar yo y no pienso hacerlo.

    Todo ser humano debe realizar una locura. No me refie-ro exactamente a sta, pero s algo como por ejemplo ir alPolo Norte. O lo que hizo mi hermano Genaro cuando ter-min los estudios. Se fue a los 22 aos a Seattle (USA) y estu-vo seis meses trabajando poniendo tejas en las casas. Cuandotuvo algo ahorrado se compr una Honda 600 y recorriEstados Unidos con la moto. Fue bajando por la costa oestehasta California y se meti por Arizona y Nuevo Mxico

    iiiMe pongo en marcha

  • hasta Texas. Despus subi por la costa este hasta Montreal,vendi la moto en Nueva York y se vino para casa. Mi locu-ra es Santiago.

    Tres peticiones para el Santo

    Desde el primer momento se entablan conversacionesentre nosotros, la situacin es propicia para abrirse. Voy atener muchas oportunidades de estar con gente nueva y cam-biar impresiones. A las seis me acerco a la bendicin del pere-grino. Hay Misa solemne, hoy da del Corpus Cristi. En elmomento de la comunin va todo el mundo. Observo pas-mado que Roncesvalles es el lugar donde se celebran ms pri-meras comuniones en toda Navarra. Los peregrinos quierenparticipar y se acercan curiosos para ver qu reparten.Muchos de ellos no saben ni lo que estn haciendo. Alguienles debera explicar antes las condiciones de comulgar y decira los que no son catlicos que no pueden hacerlo hasta queno se bauticen. Que sepan, por lo menos, que estn recibien-do al mismo Jesucristo. En ese momento pido tres cosas aSantiago: que viva siempre santamente, que consiga un tra-bajo y, si es posible, que encuentre una chica en mi vida. Selo pongo difcil al Apstol, pero Dios dijo pedid y se osdar;

    Oh Dios, te pedimos que te dignes guardar a estossiervos tuyos que, por amor de tu nombre, peregrinan aCompostela. S para ellos compaero en la marcha, guaen las encrucijadas, aliento en el cansancio, defensa enlos peligros, albergue en el camino,.. Amen.

    Henchido por esta bendicin, salgo fuera y me siento enun banco de piedra antes de cenar. Est nublado y hace fro.Parece increble que sea junio. La televisin ha anunciado

    La esquizofrenia: diario de un viaje

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  • nieve en el Pirineo y yo slo tengo un jersey de abrigo y unchubasquero capa. Entro dentro de un restaurante paratomar el men del peregrino y me sientan con tres seoras deunos 65 aos.

    Ya pueden disculpar, pero me han puesto en esta mesales digo.

    No tenemos nada. Me dice una de ellas pensando queestoy pidiendo.

    Estoy tan desarrapado que me confunden con un mendigo.Me conozco ese tono de cuando estuve haciendo retratos

    por las calles de Madrid, as que no me ofendo sino que metomo a risa el malentendido. Cuando todo se aclara, la seo-ra se pone roja y no habla en toda la cena.

    Mario y Jason, los primeros conocidos del Camino

    Nos levantamos todos muy pronto. A las 7,00 de la maa-na empiezan a hacer ruido y encender las luces. Me pongo aandar enseguida, de los primeros, mientras la lluvia cae ince-santemente. El camino es tranquilo, entre bosques y prados.Observo de vez en cuando pueblos y construcciones recias, depiedra, preparadas para las inclemencias del tiempo. Esteinvierno han muerto dos peregrinos extraviados en la nieve. Laclimatologa es dura en esta zona. Me va alcanzando gente yme uno a los retrasados. La mayora son extranjeros: una deColorado, otra de Canad, alemanes, franceses, vascos... detodo. Somos muy variopintos. Me paro y me adelantan, separan y los adelanto. En Biscarret olvido el bastn de peregri-no y se me hace difcil seguir el paso. Despus de varias horasandando, la selva de hayas empieza a admitir pino y boj, apa-reciendo una zona de ms arbustos, seca.

    Me pongo en marcha

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  • En el refugio de Zubiri encuentro un indio brasileo quese llama Mario hablando con un ingls bajo y simptico alque llama Jason. El ingls tiene unas siete ampollas en lospies, Blisters las llama. El indio es un tipo extrao, concara de tortuga. Habla como si tuviera poca fuerza en la gar-ganta. Da mucha importancia a todo, incluso a la ropa quellevaba puesta que es de excelente calidad. Tambin le hasalido una ampolla y se la explota con misterio. Es escritor ysu tema es la espiritualidad oriental. Est escribiendo en elviaje su tercer libro y le pregunto por su tcnica de escribir.Primero toma notas de lo que le interesa, despus ordena esasnotas y finalmente lo redacta en el ordenador. Tras muchosrepasos, pasa los textos a una filloga para que los corrija.Ms o menos como yo. A pesar de la primera mala impre-sin, Mario me parece majo. Esa noche nos vamos los tres acenar a las afueras del pueblo. Tambin se apuntan otrosperegrinos. Corre el alcohol y mientras circula la botellaintercambiamos opiniones. A mitad de la cena les explico unpoco botijo:

    Now you are in Spain. You are going to discover that allis different. For example the hour to go to bed is different. InSpain is frecuently to go at twelve oclock in the night.

    La gente me mira y sin saber si me han entendido, llenolas copas y levanto la ma.

    POR SANTIAGO!POR SANTIAGO! responden todos.

    Brindamos y despus un matrimonio de ingleses se levan-ta educadamente very good, sorry y se van sonriendopero sin pagar.

    La esquizofrenia: diario de un viaje

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  • Las primeras dificultades; mi rodilla

    La siguiente maana me levanto bastante bien. Pensabaque el primer da iba a pegarme una paliza, pero ha sido bas-tante asequible. Al principio debo ir poco a poco hasta quecoja fuerza y costumbre. Ya noto la rodilla de la gota hechapolvo, y decido cuidar mi alimentacin para poder continuar.El siguiente paso es conseguir otro bastn y encuentro unocasero en Larrasoaa. Ha sido arrancado de un rbol sin mspero resulta bastante recto y de altura cmoda.

    De momento el camino lo conozco porque est en las cer-canas de mi ciudad, pero no lo puedo disfrutar por los dolo-res de la rodilla. De hecho cuando me acerco a Pamplonatengo que parar. Mientras estoy tumbado pensando quhacer, se acerca un grupo de gente con un pollino bien car-gado. Es una familia de franceses que viajan con burro. Elanimal se desva para morder las hierbas altas del caminomientras el dueo recrimina a la bestia el retraso de la mar-cha. Es una escena muy graciosa, sacada de otro tiempo.Decido continuar y voy cojo y dolorido hasta Villaba, a cua-tro kilmetros del fin de etapa, pero al final no puedo ms ytengo que coger el autobs hasta Pamplona. Una vez en casame planteo qu hacer. No he hecho ms que empezar y yaestoy en dificultades. No vacilo en parar en casa los das quesean necesarios hasta que se recupere la rodilla.

    Son tres das en los que llueve torrencialmente sobre laciudad de Pamplona. Aprovecho para ir a hacer varios reca-dos con el coche mientras espero tambin que amaine eltiempo. Voy a cenar con los amigos y en la cena apareceMnica, mi gran amor de toda la vida. En las copas, me diceque necesito una mujer que me quite las manas de soltero.

    Me pongo en marcha

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  • Por qu no eres t?

    Ese rdago la desconcierta Qu pierdo echndole lostejos? Aunque nunca he sido su to le vacilo para ver quhace. Ella busca un individuo que tenga cierto nivel, educa-do y carioso. No es lo mismo vivir en una buena casa, con-ducir un buen coche e ir a la moda. No es lo mismo tenercierto prestigio social que estar tirado con problemas comoyo. Pero han pasado muchos aos y ya no es lo mismo, ahorala veo de otra forma. Ahora no me molesta tanto que merechace. Solamente quiero ver su reaccin

    Mnica se queda callada.

    Despus de la cena voy a casa y suena el telfono. Es micuado que se queda extraado al orme.

    No te habas ido?SY ya ests de vuelta?. Me dice en tono irnico.Oye, oye... le paro que el camino pasa por aqu. Slo

    estaba descansando unos das.Ah, bueno, entonces me callo contesta el cuado un

    poco defraudado por no haberme pillado en desercin.

    A ste le voy a llamar cuando est en Santiago. Tengoque llegar!

    La primera reflexin teolgica

    Decido retomar la marcha en un da triste. Meto las cosasen la mochila y me despido de mi hermana. Me siento solo,aunque poco a poco me voy animando; cuando corono elmonte del Perdn aprovecho para cantar a pleno pulmn. Elascenso es duro pero decido no hacer caso a la rodilla. Ba-jando del puerto coincido con un tipo muy inteligente y edu-cado, y hablamos. El tipo tiene cuarenta y cinco aos, est

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  • casado y es padre un hijo adolescente. Se dedica al mundoaudiovisual y es de buena conversacin. Nos preguntamoslos motivos de hacer el Camino. El suyo es personal y cultu-ral; el mo religioso. Sale el tema de Dios en la conversacin.Encuentra la religin como un retroceso en la persona, queadems infunde sentimientos de culpabilidad en quien lopractica. A m la prctica religiosa me da seguridad en mmismo, justo lo contrario, aunque es cierto que en mi vida hetenido momentos de menos fe.

    T me hablas de cosas inventadas por unos cuantos. Elconcepto de Dios no es demostrable y slo puedes hablarmepor la fe. Yo creo en lo que toco, veo y experimento. Y ade-ms no te puedes apropiar del bien, porque no es exclusivode la religin.

    El tema se pone serio y me doy cuenta de que el que tengoal lado es ms inteligente que yo. Despus de una larga con-versacin en la que no sacamos nada en claro, llego al alber-gue un poco preocupado. Voy a la antigua iglesia templaria dePuente la Reina a rezar y veo al Cristo alemn del s. XIV. Aun-que est crucificado lo siento como un Dios Todopoderoso yjusto, un Dios que ha dado su vida por nosotros y por eso mearrodillo ante l sin dudar. Aunque no lo pueda demostrar,estoy seguro de que Dios existe y adems considero a Jesucris-to un buen Dios, el mejor que podemos tener.

    Despus, ms tranquilo, me acerco al albergue. All encuen-tro a Mario y al ingls pequeo y simptico. Observan a unafamilia de norteamericanos que quieren sobornar al hospitale-ro porque no estn conformes con algo. Los yankees resuelventodo con dinero. Al final se van y el pobre hombre del alber-gue les mira con resignacin. Parece que no se ha enterado nide qu le hablaban, pero no ha aceptado el soborno.

    Me pongo en marcha

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  • Para disfrutar del camino es necesario cambiar el chip

    El plan consiste en andar por la maana y hacer lo quequieras por la tarde. Tras la ducha viene el momento delrelax y muchos aprovechan para escribir y anotar sus expe-riencias en los albergues. A algunos se les ve inexpertos y nosaben qu poner, pero otros, como Mario, estn ms sueltosy escriben con un halo de sabidura. Viene gente culta por laruta. Jason es un tipo muy majo, tiene esa gracia britnicaque tanto me gusta y hablando me dice que es hijo de PaulYoung, cantante que conozco pero al que no pongo cara enese momento. Jason me dice que su padre ha muerto hacepoco y le doy el psame. Al recordarlo el ingls se quiere que-dar un rato solo y se va. Antes de la cena me entretengo conun panfleto de publicidad que habla de un albergue nuevo enel pueblo. Pone GRATIS PARA PEREGRINOS. El juego es des-cubrir dnde est la trampa y la encuentro enseguida, leyen-do la letra pequea. Hay que pagar 9 euros.

    Despus, mientras lavo la ropa a mano pienso en cmo sedesplazaban hace siglos, y considero que no era tan traum-tico. Si uno cambia el chip del espacio y el tiempo parece nor-mal ir a los sitios andando. Con coche, avin o tren el viajares llegar en el mnimo tiempo y de la forma ms cmoda.Pero andando uno se impregna del sitio por donde pasa,conoce cada pueblo, cada fuente y cada repecho; se fija en loscampos cultivados y los productos de la tierra. Haba estadohaca dos semanas en el mismo sitio, en Puente la Reina, enla boda de un amigo. Vinimos todos elegantemente vestidos.Ahora descubro que no vi nada. De estar con las mejoresgalas he pasado a ver a una extranjera en bragas y a unmadrileo dormir en calzoncillos roncando.

    Me vuelvo loco al or hablar en tantos idiomas, no scomo dirigirme a la gente porque cada uno habla diferente.

    La esquizofrenia: diario de un viaje

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  • Dos austriacas muy majas invitan a todos a una merienda dequeso y embutidos. Aparece un barcelons que lo primeroque dice es que lo que ms me jode es que los ingleses noquieren hablar nunca en otra lengua que no sea el ingls. Sonunos cabronazos. Ahora estn en Espaa que se esfuercen enhablar espaol!. Este to me parece un jilipollas de entrada,pero tiene razn. En la cena sale el tema de la antiglobaliza-cin y la discusin es muy acalorada aunque no nos enten-demos bien. No quiero calentarme y desconecto. Mientrascomo el postre, me digo que esto es un caos y hay que ponerorden. No se puede hablar!

    Me levanto al da siguiente con la intencin de tener unajornada tranquila, alejado del barullo.

    Me pongo en marcha

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  • Empiezo a andar de nuevo hacia Estella y pronto me quedosolo en medio del campo. El paisaje cambia rpido: la tierra sevuelve roja y se ven los primeros viedos. Un zorro cruza cam-pante desapareciendo despus entre la vegetacin. El caminotranscurre por distintas anchuras. Unas veces es la carreterageneral, otras sendas pequeas y tambin el firme pasa de tie-rra a asfalto. El trigo de los campos huele bien. Aparecen cons-trucciones antiguas, como puentes o la antigua calzada roma-na. El trayecto es muy rico en cultura e historia. Es indudablela importancia de esta va durante tantos siglos. Las autovasy carreteras pasan por otros sitios y son muchos los monu-mentos que han quedado escondidos entre los campos. Aun-que las grandes construcciones e iglesias tienen acceso encoche, hay ruinas olvidadas y zonas que parecen estar por des-cubrir. Jason encuentra una moneda antigua en la calzada.

    Estella es una tierra con personalidad. Su tierra es sueltay oscura, su vegetacin abrupta y con grandes montculos ysierras. Adems Estella nos recibe con unas bodegas que danvino gratis al peregrino!

    Para este tiempo ya tengo consideraciones sobre las distin-tas nacionalidades. A los alemanes los considero muy indivi-dualistas e intransigentes, pero les salva la generosidad. Losingleses suelen ser tambin muy independientes, pero son des-prendidos slo con lo que no es suyo. El humor ingls es hirien-

    1vCamino en mi tierra

    con ambiente internacional

  • te, aunque a m me gusta. Los brasileos mezclan todo con lamagia y las mujeres. Los americanos son prcticos e infantiles...

    Se suceden las noches y las caminatas, pero los das nuncason montonos. En el refugio de Villamayor de Monjardnlos dueos son holandeses. No se distingue si es un refugio,un bar o una casa particular. Enseguida me percato de queson evangelistas. La lea est ardiendo y cerca del fuego, enuna mesa, un hospitalero hace souvenirs de madera con unCristo pintado y una concha en el revs. El evangelista nosabe qu texto poner y le doy varias ideas: Cristo, aydanosen el camino, mustranos el camino, aydanos a cono-certe. El holands lo va apuntando para la produccin desouvenirs. Aunque no coincidamos en nuestras creenciasintentamos entendernos y hablamos amigablemente. En defi-nitiva Cristo es uno y los dos somos seguidores suyos. A lamaana siguiente me preparan un desayuno estupendo y medan vitaminas y el evangelio de San Juan. Me empiezan agustar estas jornadas internacionales.

    El camino por Navarra est siendo fro. Son momentos desoledad y de encuentro con uno mismo. Voy recreando men-talmente escenas bblicas. As, veo ovejas y las relaciono conla parbola del Buen Pastor; vides y me recuerdan que Cristoes la vid y los dems los sarmientos; olivos como el de la ora-cin en el huerto o espigas como las que desgranaban los dis-cpulos en el campo mientras andaban. Tambin hay pozosde agua... no falta nada de lo que sale en los evangelios.

    Algunos peregrinos van a caballo

    Los refugios suelen ser casas o caserones antiguos aclima-tados para el peregrino con duchas, habitaciones con literas y

    La esquizofrenia: diario de un viaje

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  • un sitio para reunirse y descansar. Algunos incluso tienen coci-na. En uno de ellos, al anochecer, oigo ruido de cascos acer-carse. Tres jinetes vienen con las caballeras que echan espumablanca por el pecho. Llevan un caballo pardo de raza rabe ydos hispanoandaluces, uno alazn y otro tambin pardo. Elrabe es muy nervioso y tiene en el casco una herida. Pregun-tan al hospitalero por un veterinario. Como la herida sangrasus dueos le hacen una cura rpida de agua y sal atndoleunos trapos mojados en la caa derecha. Los caballos estndestrozados. Con una manguera les mojan las articulaciones ylos consiguen relajar. Es impresionante lo que impone uncaballo a un peregrino de a pie como yo, y estos tres lo sabeny chulean con ello. Pero no tienen consideracin con sus mon-turas; las tratan mal. Mientras sueltan las cinchas me acerco aacariciar a uno de ellos. Mueve la cabeza de arriba a abajo.Parece que esta contento con el refresco que le han dado. Losjinetes preguntan por un abrevadero y un sitio cubierto paraque los animales pasen la noche. Mientras entro en el albergueoigo relinchar a uno de ellos. Si pudiera ira a caballo.

    Mi xito con las chicas no crece

    Llevo el mvil y de vez en cuando llamo a Mnica, quesiempre parece tener prisa por cortar y en muchas ocasionescomunica. Me entero por un amigo que a la chica no le agra-da que la llame. Me siento despreciado y ms slo que launa, pero confo en que Santiago resuelva mis problemas...seguro que encuentro otra chica mejor en el camino.

    Decido disfrutar del camino; cuento con tiempo y no hayrazn para ir deprisa. Me relajo y convenzo a Mario y Jasonpara ir hasta la ciudad de Viana, donde vive mi hermano,prroco de la Iglesia de Santa Mara. Le hago una visita ydecido quedarme unos das. Mario y Jason tambin se que-

    Camino en mi tierra con ambiente internacional

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  • dan. Me acomodo en casa de mi hermano, pero ellos se vanal albergue, as que los acompao. Estn cogiendo sitio cuan-do llega una morena solitaria a eso de las siete de la tarde. Deunos veinticuatro aos, es de esas que a primera vista sonexplosivas. Es extranjera y habla en ingls a la hospitalera. Lamiro por detrs y observo que tiene un cuerpo bonito, quizsun poco desproporcionado, como si estuviera un poco torci-da. Es de mediana estatura y complexin normal. Lleva untop y unos pantalones negros ajustados. El pelo es negro yrizado, bastante largo. Las piernas bonitas. La peregrina se dala vuelta y me descubre in fraganti. Tiene unos ojos azulesy penetrantes en una cara joven. Al verme sorprendido miroa otro lado disimulando. Ella coge la mochila y sale fuera, aotro departamento. Mario tambin se ha fijado en ella y tomauna determinacin rpida. Coge sus cosas y la sigue detrscomo si l tampoco tuviera sitio. Si no viene nadie ms, esta-rn solos. Jason y yo nos miramos sonriendo Hay que verque peregrinas! Mario ha sido rpido.

    Estancia en Viana con los curas

    De vuelta en la parroquia mi hermano me pone tarea enlos archivos. Mientras le ayudo a ordenarlos, veo bulas ypergaminos antiguos, muy bien conservados. Tambin hayuna carta de la mismsima Santa Teresa de vila fechada en1574 y que la monja haba mandado al arzobispo de vora,Don Teutonio de Braganza. Cojo las llaves de la iglesia a mihermano y paseo a oscuras y solo por este edificio gtico tanmonumental que recuerda a la catedral de Pamplona. En losasedios medievales y tambin durante las guerras carlistasdel s. XIX sirvi de fortaleza. Este es el destino de mi herma-no. Aqu vive solo al mando de la parroquia. Esa mismatarde celebra una boda y observo a los invitados esperar con

    La esquizofrenia: diario de un viaje

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  • impaciencia a que salgan los novios. Es un acontecimiento yda gusto verlo. A la salida de la celebracin sueltan unospetardos grandes como bombas y meten a los novios en uncoche nuevo forrado de celofn y globos. La pareja sale deall entre vtores. Ahora falta la gran cena y el baile, mien-tras mi hermano se retira a preparar las catequesis del dasiguiente.

    Esa noche vienen siete curas a cenar y me uno a ellos. Enel cuarto de los archivos, rodeada de una librera repleta delibros de espiritualidad, hay una mesa maciza de maderaoscura con sillas para trece personas. All se forma una cenaimprovisada y pronto empiezan a bromear entre ellos desucesos de sus respectivas parroquias.

    Hay un feligrs de 83 aos que se llama Perico. Va aMisa los domingos, pero este invierno falt en plena ola sibe-riana, y como pasaron varios das sin verlo me preocup ypregunt a los vecinos por l. No lo haba visto nadie. Es unanciano que vive solo con su pensin. Su mujer muri haceseis aos y sus hijos trabajan lejos. El caso es que me extra- ver todos los das su persiana bajada y decid llamar a lapuerta. No abri nadie, pero se oy una voz moribunda.Tom una decisin rpida y acelerada y con varios vecinoscasi tiramos su puerta. Perico estaba en su habitacin tum-bado y con toda la ropa posible cubrindole. Su cara estabablanca y me dio la impresin de que iba a morir. Temblaba.

    Desde cundo llevas ah!Por qu no has avisado! le preguntamos.Estoy un poco mal pero me recuperar dijo.Vamos a llevarte al hospital!

    Lo cogimos y lo metimos en mi furgoneta con dos mantasmientras uno del pueblo llamaba a sus hijos. Cuando llegamosa urgencias lo pusieron en una camilla y las enfermeras empe-zaron a quitarle ropa. Un jersey, otro jersey, camisa, otra cami-

    Camino en mi tierra con ambiente internacional

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  • sa, pijama y camiseta. Le expliqu al mdico que ltimamentePerico estaba muy abandonado y no saba cuanto tiempo lle-vaba encerrado en casa. Las enfermeras seguan con su labor:un pantaln, otro pantaln y dos pijamas. Una no aguant larisa y l dijo tumbado desde la camilla, como disculpndose.

    Ciertamente, estaba un poco abandonado.

    Despus de varias pruebas lo ingresaron. Los das quepoda iba a visitarle y mejoraba, pero haba algo que le pre-ocupaba.

    Perico, qu te pasa?Que soy impotente.

    Su verdadero problema, lo que realmente le preocupaba asus 83 aos y a punto de morir, era su impotencia.

    Esa noche me acuesto cansado. Estn las ventanas delcuarto abiertas y se oye ruido de voces y coches que van porla callejuela. La noche ha refrescado y entra una corrientefra en el cuarto. Me acurruco en la manta y me quedo mediodormido. La chica del albergue me ha dejado impactado.

    Caminar no es tan fcil

    Estoy al lado de la Rioja, tierra del vino. El camino sehace sin prisa pero sin pausa. La cantimplora va pegando enla mochila... clon, clon... y me entretengo contando mental-mente los pasos. Se ven hileras de hormigas cruzando el ca-mino, hormigas grandes que transportan semillas. Gusanos,mariposas, escarabajos y moscas zumbonas. Las golondrinasvuelan rasas, alimentndose. Antes de empezar el caminopensaba que me poda aburrir, pero me entretengo con cual-quier tontera. El terreno es ondulado, subiendo y bajandocontinuamente cerros. Al fondo, en el horizonte, se ve laatmsfera sucia. Es Logroo y si todo sigue como pienso, lo

    La esquizofrenia: diario de un viaje

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  • pasar rpido. Mientras canto canciones populares a plenopulmn calculo que llegar a la poblacin al da siguientepara desayunar. El bastn va pegando en el suelo... toc, toc...no me puede parar nadie.

    La maana del da siguiente entro en Logroo y paso elpuente de piedra sobre el ro Ebro. Mientras cruzo por enci-ma de los arcos de medio punto el agua baja turbia, forman-do grandes remolinos. Son las 8,30 de la maana de undomingo en la capital riojana. De vez en cuando se ve algngrupo de jvenes que no han dormido con cara de alucinados.Desayuno tranquilamente en un bar. A mi lado me encuentrouna adolescente sola que pide un cubata. sta se sienta en mimesa sin decir nada. Le pregunto si le pasa algo, pero nopuede decir una palabra. La joven se levanta y cae de morroscontra el suelo. Intento ayudarle, pero me manda a la mierda.Ms que borracha esta empastillada. Le malsaco que es defuera y que ha perdido a sus amigos. La chica no sabe nidnde est y no tiene ninguna direccin ni telfono. Le digoque si quiere la llevo a una pensin para que pueda dormir,pero se ofende. El camarero opta por echarla del bar a empu-jones. Cruza la carretera zombie y se sienta en un jardn. Lacasi nia llora tapndose la cara, una cara sin pizca de expre-sividad. Despus se tumba en el csped. Como ya empieza apegar el sol y no hace fro, la dejo. Este medioda se desperta-r querindose morir y maana ser otro da.

    Me pongo la mochila y contino. Cuando en mi guapone que el trayecto es fcil imagino que est chupado y seme hace largo. Cuando pone que es difcil pienso que va a serla leche y se hace corto. Hay que jugar con el factor psicol-gico. Llevo una semana andando y todava faltan seiscientoskilmetros. No debo desesperar.

    Camino en mi tierra con ambiente internacional

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  • En Navarrete decido tomar un men en condiciones. Des-pus de la ducha, con ropa limpia y curadas las ampollas delos pies, me siento a plato puesto sin mayor preocupacinque la de estar sentado. Ponen un mantel blanco, cubiertos ya esperar. Al lado hay un grupo en torno a un pintor que vitambin en Viana. Es exactamente igual a cuando yo haciaretratos en Madrid. Habla de lo mismo y los dems le dicenlo mismo que me decan a m. Incluso se me parece fsica-mente.

    Mira Van Gogh que no vendi ningn cuadro!Cuando seas famoso te veremos en la tele!

    El pintor necesita aceptacin, pero dice:

    Yo slo quiero buscar mi camino y aunque no sea famo-so es importante para m hacer algo cada da. Tengo inquie-tud por hacer algo nuevo.

    Yo no triunf y por eso le deseo suerte. Quin sabe si lva a tener xito en el mundo del arte. De todas maneras lavida de los artistas es dura. Lo ms normal es que cuando notenga qu comer, se ponga a trabajar en una fbrica olvidn-dose de este ramalazo artstico.

    Demasiado vino en el camino

    Despus de comer se acercan Mario, Jason, el barcelonsy la chica morena. Saludan efusivamente y se sientan. Lostena perdidos desde Viana. La chica se pone a mi lado y ha-blando descubro que es de Londres y se llamaba Alice. Pareceindependiente, segura de s misma. Tiene un puesto de rela-ciones pblicas en Londres. Viene de una ciudad triste y bus-ca el sol de Espaa. El barcelons intentaba cortejar a Alicesin rodeos. Le deja claro que si quiere le paga un hotel. Esextrao que se lo diga delante de todos. Es un to impresen-

    La esquizofrenia: diario de un viaje

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  • table, pero ella, conocedora del mundo, lo lleva bien. Unachica de una ciudad como la ma se habra escandalizado. Alfinal, cogindole del moflete, le dice:

    Manolo, you and me are non-compatible.

    El tonto del pueblo, que pasa por all, es el primero enrerse.

    El camino se hace entre viedos. Si en vez de bastn loscaminantes llevsemos escopeta tendra a estas alturas variasperdices y trtolas en el morral. La tierra de esta zona es roji-za y suelta, excelente para el vino. Voy cantando cancionesdel Oeste:

    Cabalgando por el Oesteun caballo me encontrcomo no tena nombreJos Antonio le llam.Oh Susana, no lloresms por m...

    Si no s la letra, me la invento. Mientras, los labriegos ypaseantes me miran pensando que estoy chalado. Llego aNjera y el pueblo est en fiestas, con las calles negras olien-do a alcohol. Como en una calleja, a la sombra, un bocadi-llo como una flauta. Despus, para hacer rato voy a tomarun vino. En la Rioja hay buena gente. Me acerco a la verbe-na, donde toca una orquesta que para dar efectos especialessuelta una nube blanca en el escenario. Tras pasear por lascalles histricas termino en el refugio. En la cama todo me davueltas y para no marearme miro las filas de literas con losperegrinos descansando. Siempre acabo medio cocido. En elcamino estoy bebiendo con generosidad.

    Camino en mi tierra con ambiente internacional

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  • No tengo prisa en levantarme por las maanas. Salgo delos ltimos. A veces, cuando abro el ojo no hay nadie. Sueloandar solo, a mi ritmo, aunque al final del da nos juntamosespontneamente el brasileo, Jason, Alice y el barcelons,aparte de m. Solemos quedar para cenar todos en el final deetapa y los empiezo a conocer en profundidad. Alice es unachica con mucha personalidad, pero muy sociable. En el viajeda compaa, espera a los dems y no habla mal de nadie. Ala hora de fregar no se escaquea, aunque se ve que no tienemucha experiencia. Yo friego mejor. La chica tiene aspectosmuy positivos que me hacen pensar que mi idea de las muje-res est equivocada. Me empieza a atraer, pero en las con-versaciones me doy cuenta de que no me toma como posiblecandidato. No es que sea un mal partido para ella, es que nosoy partido. Mario y ella se han enrollado y me duele.Manolo el barcelons me empieza a caer mejor con el trato.Un da me lo encuentro tumbado en la cama. Se ha tomadouna botella de vino y un Whisky.

    Me duelen los pies dice el cataln.

    Alice tiene analgsicos, pero el viejo no quiere tomarlos.

    Por qu no los tomas?Porque no se puede tomar vino con las pastillas.

    Manolo se encarga de saber en qu pueblos hay bares ydistribuye la caminata pensando en ello.

    La esquizofrenia: diario de un viaje

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  • Los peregrinos parecemos Don Quijote

    El siguiente pueblo, Ciruea, tiene construcciones pobres.Algunas paredes son de ladrillos bastos, sin lucir. Es un ade-lanto de lo que vamos a encontrar en Castilla. Empieza ahacer calor y algunos das el sol te parte. Es fcil deshidra-tarse y tenemos que llevar las cantimploras repletas de agua.Lo ms seguro es que vengan etapas peores.

    En Viloria de Rioja, pueblo donde naci Santo Domingode la Calzada en 1019, se ha abierto la tasca municipal porser San Isidro. Estn reunidas todas las mujeres y una deellas, la ms vieja, canta a San Isidro. Estamos en Castilla yse respira austeridad. El bar carece de adornos y cuadros ylos clientes del bar llevan ropa negra o gris. En una nota ale-gre, el alcalde comunica que el ayuntamiento paga la ronda.Las mujeres apuran sus Bitter Kases y los hombres sus vinos.

    El albergue de Santo Domingo es de monjas. All encuen-tro una persona que me da mala espina y me llevo la carteraa la ducha. La pego con un esparadrapo y me ducho tran-quilo. El presunto ladrn est colocado en una posicinestratgica controlando las mochilas y tumbado boca arribacon los ojos semicerrados. La picaresca del camino es dignade tener en cuenta. Hay muchos mangantes.

    En este albergue hay un zaragozano, escritor aficionadoque ha hecho siete veces el camino. Cuenta historias antiguasde los santos y sucesos del camino. Pasamos el rato escu-chndole y mientras nos habla del milagro del gallo de Santo

    vCastilla: aprendo a

    disfrutar del camino

  • Domingo y de otros, como cuando estaban construyendoun puente para el paso de peregrinos y una arcada se derrum-b matando un obrero. El Santo se acerc y lo resucit paraque siguiera trabajando aade jocoso el mao.

    Castilla tiene su encanto, y algunos refugios pueden ser dehace siglos. En una casona antigua me imagino a Don Qui-jote y Sancho entrando para que les den de comer y les cui-den a Rocinante y al burro. El viaje del hidalgo no puede sermuy diferente a lo que hacemos los peregrinos actuales. Re-corran estos campos y posadas compartiendo sus vverescomo lo hacemos ahora con el jamn ahumado que tenemos.El olor rancio del jamn se mezcla con el olor del refugio. Laconversacin es tranquila y en ingls. Manolo tambin hablaen este idioma.

    La siguiente maana, en el desayuno, veo a una nortea-mericana que desayuna kas de naranja con magdalenas yzumo de tomate. La americana no sabe ni lo que ha compra-do por la dificultad de entenderse con la dependienta. Esta-mos sentados y Mario habla de la energa inica que se con-centra en el Camino de Santiago. Me pregunta si conozco unsitio de culto al demonio en el camino.

    No, pero no te recomiendo que vayas contesto.Todo es experiencia.Conoc a un amigo que le gustaban estas cosas en la ado-

    lescencia y que se lleg a creer que consegua cosas del demo-nio. Parece como si Satans se hubiera encargado de arruinarsu vida y el chico acab mal.

    Mario se re.

    No tienes que tener miedo a las fuerzas negativas.Si vas a dar culto a Satans el problema es tuyo.

    El tema se zanja y espero por su bien que no vaya, porqueel demonio no se anda con tonteras cuando se le invoca.

    La esquizofrenia: diario de un viaje

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  • Castilla es una tierra seria. Estamos a bastante altura aun-que el paisaje es llano. Los caminos estn secos y el fro de lamaana se convierte rpidamente en un calor trrido. Una delas etapas termina en San Juan de Ortega, un monasterio per-dido y con mucho encanto. Al santo enterrado all se le atri-buyen milagros en la fecundidad de las parejas. Pido por unaamiga que tiene dificultades en quedarse embarazada (duranteel viaje la amiga qued en estado). La Misa es en una iglesialuminosa pintada de blanco. El prroco habla de una formadecidida y convincente. Sus palabras recuerdan la llamada deDios para hacer el camino. Algunos nos emocionamos un pocoy despus vamos a tomar la sopa de ajo a la que invita el cura.Muchos quieren guardar la emocin sacando fotos. Flash,flash, padre, sonra... El anciano lo hace con resignacin.

    Un poco de historia y cultura

    Cuando llego a Atapuerca intento ver el yacimiento.Parece que va a ser complicado. En el bar me pongo a hablarcon un vecino del pueblo que me quiere ensear la historiadel lugar. En la casa del lugareo hay recortes de peridicosy un vdeo de Antena 3 televisin sobre el tema.

    En las cuevas han encontrado restos humanos de hace800.000 aos me explica. Yo mismo encontr un cuerno dereno prehistrico estando con las ovejas. Se lo di a un inves-tigador que estaba tan cocido que no saba ni de qu lehablaba. Aqu cada uno tiene su forma de excavacin, tmismo puedes encontrar algo.

    Entre sus fotos sale una con el prncipe Felipe, dndole lamano.

    Me puse muy nervioso. T sabes lo que es tenerlodelante! era un visita no oficial en la que vino en helicpte-

    Castilla: aprendo a disfrutar del camino

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  • ro. Le preparamos morcilla y costillas. Estaba lleno de poli-cas controlando todo, incluso el pan que compramos en elpueblo. La ministra de cultura confundi el Homo-antecesorprehistrico con el ferrocarril minero concluye.

    El camino hasta Burgos es bastante llano, aunque hay quesubir por una loma al lado de un campo militar de tiro.Arriba se ve la Meseta con una ciudad en la lejana. El hori-zonte est despejado como el mar. Se oye cantar a unas per-dices y mientras veo a un gaviln vencer al viento, piensoSoy libre! La entrada a la ciudad es interminable. Es unaautova plagada de camiones y coches. Los conductores notienen la cara saludable de los peregrinos. Estn estresados.En la catedral metropolitana lo que ms me llama la atencines que los escultores del medievo no saban hacer leones. Lesponan cara de personas con barba. Supongo que no tenanmodelos. Mientras tomo un almuerzo en las escaleras de lacatedral veo a Mario con un pndulo midiendo las fuerzasque se concentran en este sitio. Hay unas mujeres parando ala gente para leer la mano. Una de ellas, bizca, se acerca a mfijndose donde tengo la cartera. Les aviso a los compaerosy nos vamos todos comentando la jugada.

    Me da una insolacin

    El siguiente da ando solo. Me gusta ir a mi aire y por esoa veces me separo del grupo. El paisaje es interminable. Nohay nada entre pueblo y pueblo, slo campos de cebada y trigoque todava estn sin cosechar. Los kilmetros se hacen condificultad, el sol pega en el cuello y brazos, quemando, y elsudor se pega en la espalda. No tengo agua desde hace tiempoy estoy deshidratado. Estoy desprotegido, sin sombras. Llevo

    La esquizofrenia: diario de un viaje

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  • seis horas andando y es pleno medioda, estoy mareado. Veoondulaciones de terreno con poca altura pero muy extensas,como olas mastodnticas de cereal. Una sombra se dibuja enel suelo y al mirar cegado hacia arriba aparece la silueta de unbuitre leonado. Los buitres esperan a los animales moribundoshasta que caen. Miro adelante y no se ve nada; atrs, nada, ylo mismo a este y oeste. Por lo menos que encuentren mis res-tos! Exclamo. Cuando ya pienso en mi fin, de pronto, encuen-tro una hondonada con la iglesia de un pueblo a la vista.Estoy salvado! nada ms llegar me meto en un bar. Dentrohay un hombrecillo castellano con un porrn, que no sabe quehe estado a punto de morir, y me dice:

    Te recomiendo que vayas a Castrojeriz. Es un caminomuy bueno.

    Pero, aqu hay albergue?S, pero en este pueblo no hay tienda.Me voy a quedar.Pero no te he dicho que te vayas a Castrojeriz?Coo, no ves que llevo andando desde Burgos?, llevo

    29 kilmetros ya.Est a ocho kilmetros qu son ocho kilmetros para

    un muchacho fuerte como t?

    Me doy cuenta de que el castellano est enemistado conlos del albergue. Pero eso me trae sin cuidado.

    Tienes algo para beber?S, CocaCola y Fanta naranja.

    Pido tres vasos de agua y cuando ya estoy menos sofoca-do me tomo un vino y un bocadillo de jamn. Me ponen unvaso con rayas blancas de suciedad y el viejo vierte el tintocomo si fuera agua, desbordndose. Cae un chorro de vinosobre la madera. Est a ras y si se mueve se derramar.

    Castilla: aprendo a disfrutar del camino

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  • Ahora dale un sorbito dice el viejo.

    Me inclino y bebo sin mover el vaso del mostrador.Cuando ya no se va a manchar las manos, el lugareo levan-ta el vaso para limpiar. El trapo est negro y huele mal.Entonces me fijo en la mugre que hay por todos lados.

    A ver si me cojo un virus aqu! Digo en bajo y piensoque si viniese un inspector le llevaran a la crcel.

    El viejo castellano, sin darse por aludido, coge una hoga-za de pan y dice sujetando el pan en el pecho y con el cuchi-llo preparado para partir:

    Cunto?

    Hablando con los que me encuentro

    Al da siguiente, camino de Castrojeriz, en el amanecer deun da tranquilo, veo salir varios conejos por el campo.Despus de 300 km. el camino se hace de forma automtica.Cuesta poco esfuerzo hacer diariamente veinte o veinticincokm. El nico momento malo es el de la maana, pero cuan-do encuentro sitio para desayunar y me templo, me puedoponer en marcha. Cuando me siento a descansar en unaterraza, soy dichoso. Aqu se aprecian ms los pequeos pla-ceres. El mero hecho de tomar caf a las 9.00 de la maanacon sombra se convierte en un momento intenso de satisfac-cin. Como encontrar una fuente fresca de agua, que es unacontecimiento. Tengo tiempo para reciclarme espiritual-mente y la experiencia est siendo muy positiva. Rezo muchoy estoy descubriendo una Espaa desconocida para m. EnFrmista descubro el canal de Castilla, una obra de ingenie-ra hidrulica del s. XVIII. Hecho para la mejora de las comu-nicaciones internas y el regado, esta obra tard casi un siglo

    La esquizofrenia: diario de un viaje

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  • en realizarse. El canal recorre 207 km por las provincias deValladolid y Palencia fundamentalmente. Me imagino a lasbarcazas arrastradas por mulas que tiran desde las orillas.Ahora las reclusas y casetas estn llenas de vegetacin.

    He aprendido a no fiarme de las distancias y tiempos delos aldeanos porque nunca aciertan. Cuando le pregunto auno cunto hay hasta Itero de la Vega me contesta:

    Ests al lado.

    Luego encuentro dos horas y media de camino sin agua ycon una sierra de por medio.

    El viejo palentino

    En la provincia de Palencia me encuentro a un viejo conuna bicicleta negra bajo un rbol, tomando la fresca. Meacerco para hablar con l e intentar que cuente cosas dellugar. Es un anciano flaco y enjuto, ajado por el sol y conunos pelillos blancos de barba no afeitada. Tiene muy pocosdientes. Mientras habla hay cosas que no entiendo, pero alfin me rindo ante la evidencia; es gay. Un anciano gay de pue-blo que a sus ochenta aos an es promiscuo. Uno ya no sabequ esperar en el camino.

    Tambin en la provincia de Palencia, en Villalczar deSirga, paro para hablar con uno en un bar. Hablamos delcamino de Santiago y el palentino dice que tiene un libro deun peregrino alemn de 1813, indito y forrado con unastapas de piel de gato. Lo quieren declarar patrimonio y qui-trselo, y el hombre est con abogados. Cuenta que el autor

    Castilla: aprendo a disfrutar del camino

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  • es un presidiario que mat a su mujer y se fue hasta Finis-terre, tardando unos treinta aos en hacer el viaje. Sali deAlemania con una libra de tocino y un pedazo de pan. Elresto lo consigui limpiando establos. Me intereso por el dia-rio antiguo y pregunto si puedo echarle un vistazo. Se hace elsueco, dejndome con la duda de si me ha tomado el pelo.

    En uno de esos refugios coincido de nuevo con el grupo.Una noche hablamos Mario, Jason y yo de tener hijos en lasociedad actual. La conclusin que saco es que las personasno demuestran nada hablando sino con los actos. Nosotrossomos once hermanos. Si con el dcimo hijo mis padreshubiesen dicho basta, hubiesen sido muy generosos, pero yono habra nacido porque fui el undcimo. Parece que ahoratener un hijo en la sociedad espaola es una tragedia. Lagente que ms se queja es la que tiene menos hijos, es comosi las familias numerosas tuvieran que dar explicaciones a losdems.

    Segundos pensamientos filosficos

    Al da siguiente decidimos salir todos juntos de madruga-da. Sobre las cuatro preparamos las mochilas y salimos delpueblo ayudados de linternas. Tenemos dificultades para verlas seales amarillas del camino. La noche es clara y estrella-da, slo unas nubes cambiantes tapan de vez en cuando elcielo e intento poner en prctica mis precarios conocimientosde astronoma. En toda esa mancha de estrellas se ve la VaLctea, una franja blanca de oeste a este, indicadora delcamino de los peregrinos. Si me fijase mejor, podra distin-guir las distintas constelaciones, hechas con la unin imagi-naria de varias estrellas. All debe estar Perseus o Casiopea.

    La esquizofrenia: diario de un viaje

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  • La contemplacin del Cosmos me hace acordarme de la filo-sofa de COU en mi poca de estudiante. Recuerdo una va deSanto Toms. Cmo se puede demostrar la existencia deDios? Pongo la mente en blanco para fijarme en lo que merodea... vivo en la Tierra, un planeta del Sistema Solar que ala vez forma parte de un Galaxia. En el Universo existe unorden que lo ha puesto un ser inteligente y poderoso. Todotiene su lgica. Desde lo ms grande a lo ms pequeo, desdelas galaxias a los virus microscpicos. La persona, por ejem-plo, es complicadsima. Cuando tienes un corte, Cmosaben las clulas de la mano, que son seres vivos indepen-dientes, organizarse para cerrar la herida? Este orden de lamateria podra ser otro, pero la probabilidad de que los to-mos se suelten al azar y se ordenen por s solos es tan remo-ta como imposible. Este orden lo ha puesto Dios, si no serael caos.

    El espectculo va desapareciendo con la primera claridaddel da, disolviendo los pensamientos filosficos que sugierela contemplacin del Cosmos.

    Un da entro en una casa de adobe mal arreglada y sucia.Una seora mayor est en la cocina. No hay nadie ms, por-que este albergue tiene mala fama y todos han pasado delargo. Me siento a comer en la mesa y la seora empieza unsoliloquio. No espera que escuche, habla sola, de una formaque parece estar acostumbrada a no tener interlocutor. Aveces se re y cuando intento intervenir es intil. Duranteunos momentos pienso que est loca, pero razona bien.Algunos comentarios hacen ver que esta seora vive en lams absoluta soledad. En un momento dado se levanta y seva sin despedirse, hablando. Me quedo solo en la cocina anti-gua, pensando en la seora y los tipos de soledad. Hay una

    Castilla: aprendo a disfrutar del camino

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  • de la que puedes salir cuando quieras con una llamada, y otraen las que no tienes ms remedio que estar dentro. Esta mujerha ingeniado un mecanismo en el que su propia voz le hacepensar que est acompaada.

    Cuando llega julio empiezan las fiestas de San Fermn.Estoy en Len pero puedo imaginarme a mis amigos en elalmuerzo antes del chupinazo. Me entra cierta nostalgia y losllamo por el mvil. No me importa estar en el camino por-que San Fermn se celebra todos los aos y no es fcil hacerel camino otra vez. Pero cada vez siento ms aoranza. Tantoque estoy mareado y tengo que parar al nublarse la vista.Esto no puede ser, debo haber cogido algn virus. Estoydbil. En el siguiente pueblo desayuno bien y decido quedar-me. Durante dos das estoy machacado, pero recupero lasfuerzas sin necesidad de ir al mdico. Nunca se sabr si hasido pura aoranza o un virus real, porque San Fermn es SanFermn y perdrselo para un pamplons es algo muy duro.

    Hago los clculos para llegar el 25 a Santiago

    En el refugio donde estoy hay un madrileo medio hip-pie con un esguince en el tobillo. Lleno de amuletos, encien-de unas barritas olorosas que apestan la habitacin. De vezen cuando se fuma un porro. Pretende convencer a losdems para que le lleven la mochila. Qu huevos! a pesarde la camaradera se mantiene cierta independencia entretodos porque es mejor. Cada uno se pone sus etapas y hacelo que quiere. Si se coincide, mejor, si no, no pasa nada.Adems, de la gente no te puedes fiar. Con el to de SantoDomingo de la Calzada, el que se situaba tumbado en unaposicin estratgica para controlar las mochilas, estn desa-

    La esquizofrenia: diario de un viaje

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  • pareciendo cosas y todos sabemos que es l aunque nadie loha cazado.

    Una vez recuperado contino y hago los clculos para lle-gar el 25 a Santiago. Puedo ir cmodamente, dormir la nochedel 24 en la ciudad y estar all el da del patrn de Espaapara celebrarlo.

    Paranoias... lo paso mal

    Un da, despus de la caminata, voy a un bar a mediatarde. Los jvenes del pueblo se han reunido para tomar unascervezas hablando animadamente y riendo con estruendo.Han puesto la msica del bar alta. Hileras de botellas... Mar-tini, Marie Brizard, Magno, Habana Club... y muchas msme animan la vista. Estoy en baador con una camiseta yunas chancletas pero no desentono. Estn acostumbrados alos peregrinos con pantaln corto y sandalias. Entra Alicemuy maja que ha estado viendo el pueblo. Le acompaaMario. Los utensilios del bar brillan, la luz un poco baja y lapuerta abierta al verano. Una especie de pecera echa burbu-jas y dos mquinas tragaperras encienden y apagan sus luces.Miro a Alice que sonre con una expresin extraa. Tambinla camarera me mira de forma rara. Todos los del bar se hanpuesto a hablar de m. En la calle una seora con su hijo memira con cara de complicidad. No puede ser que tambin meconozca. Voy a las literas, me tumbo y tiritando se me vieneel mundo encima. Estoy asustado y paso hora y media deangustia. Estoy as hasta que llega la hora de dormir y va lle-gando la gente para acostarse. Esa noche no puedo dormir yescucho los ruidos del albergue. Cuando todos estn tumba-dos, se oye una cajita de msica de las que van a cuerda...tlin, tlan, tlon... un alemn la tiene para entretenerse. Luegose oye un pequeo ruido, como si la cajita se hubiese cado al

    Castilla: aprendo a disfrutar del camino

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  • suelo. Seguido de un gran golpe. El teutn se ha cado redon-do desde la litera de arriba. La gente re, pero l no hace caso,mascullando palabras en alemn e incorporndose rpida-mente. A eso de las dos de la madrugada, cuando la cajita yano suena, se oye de nuevo un golpe seco en la habitacin. Elalemn ha cado de nuevo. Esta vez no se queja acomodn-dose de nuevo y roncando a los diez minutos como un jaba-l. Paso una noche de angustia. A veces me sucede esto.

    Discusiones entre peregrinos

    Algunos pueblos estn igual que hace 200 aos, con casasde barro, caminos de tierra y nada de industria. Por eso tie-nen mucho encanto para el caminante. Al peregrino no legusta andar entre fbricas y polgonos industriales. Busca lapaz y la tranquilidad, lo sencillo y lo autntico, si podemosdecir que en lo antiguo est lo autntico.

    En el refugio del Burgo Ranero, de adobe, suceden muchascosas. Un hospitalero muy majo de Crdoba da conversacinen la sobremesa. Su voz es ronca y dos francesas que quierendormir, se quejan.

    Perdonen ustedes, no slo no me voy a callar sino queestamos en la hora de la guitarra dice el cordobs.

    Saca una guitarra y se pone a cantar. Las francesas seenfurecen y se arma una discusin general. Yo defiendo alhospitalero. Las francesas quieren descansar porque se hanlevantado a las 5.30 para coger sitio, y despus exigen silen-cio a los que se han levantado a una hora normal pero duer-men en el suelo. La situacin se vuelve cmica; mientras elcordobs rasga su guitarra se cruzan gritos.

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  • La ninfmana

    Cuando el conflicto acaba me fijo en una chica alemanaque ha estado de mediadora. Maja muchacha. Le doy uncodazo al que tengo al lado.

    Est buena, eh?Te equivocas completamente, es ninfmana. Ya se ha lle-

    vado a dos a la cama. Los lleva a un hostal y les mete caapor la noche. Al da siguiente se levanta y se pone a andarms fresca que una lechuga mientras el to no se recupera endos das.

    Efectivamente, esa noche se arrima a m en la cena, peroal ver que no hay tema por mis principios cristianos, la nin-fmana pierde todo inters en mi persona y ataca a otro.

    Tras la cena, mientras estoy fregando, se me acerca unopara hablar.

    Do you speak English?A little bit contesto en mi ingls macarrnico.

    El extranjero comienza a hablar de una forma rpida y decarrerilla, como si estuviera recitando una leccin. No meentero ni de la mitad, pero entiendo que es escocs y va ahacer un viaje alrededor del mundo.

    I think is a good idea le digo y sigo fregando. Es lomenos interesante que me han dicho en todo el viaje.

    Despus de la cena salimos fuera. Toda la chiquillada delpueblo est jugando en el trigal. Los nios han dejado lasbicis en el suelo y se divierten en la campa. Esto es mucho

    Castilla: aprendo a disfrutar del camino

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  • ms divertido que Internet y los videojuegos. Los chavalesmiden sus fuerzas y las nias cuchichean. Un viejo castellanoles observa sentado en un banco.

    Rezando me acerco a Dios

    El camino hasta Reliegos es nuevo, cmodo, sin prdida.La calima no deja entrar al sol y sopla una ligera brisa. Esel mejor da que he tenido hasta el momento. Decido rezarel rosario y despus empiezo a hablar espontneamente conDios, contndole mi vida y pidindole por la familia y ami-gos. Tambin por los peregrinos, para que sepan aprovecharla llamada de hacer el camino. Es uno de los momentos quems cerca he sentido a Dios a la hora de rezar. En esa horay media intensa de oracin me imagino a la SantsimaVirgen Mara no como un ente espiritual al que se le reza,sino como la madre de Jesucristo, verdadero Dios y verda-dero hombre, y madre ma en el orden de la gracia. Es hijade Dios Padre, madre de Dios Hijo y esposa de DiosEspritu Santo. Cristo me regala unos momentos en los queveo todo claro y sin dudas. Dios es un apoyo firme quenunca falla.

    Un tren de mercancas, largo y ruidoso, pasa por la mese-ta leonesa y yo, lleno del Espritu Santo, avanzo emociona-do hacia la tumba de Santiago. Llego a Mansilla para laMisa del domingo. All me confieso con la alegra de ser per-donado y me propongo ser mejor en adelante. Todos loscristianos pecamos, el truco est en saber pedir perdn aDios. Adems Cristo no se escandaliza de nuestras faltas.Los que nos escandalizamos somos nosotros, y a veces notenemos la valenta de ir al confesionario. Tened en cuentaque Dios conoce a fonde todos los pecados que se han come-tido en la Historia de la humanidad. Se va asustar de losnuestros?

    La esquizofrenia: diario de un viaje

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  • Recuerdos de San Fermn

    En la cena coincido con una sueca que es muy rece