La Esperanza Cristiana - Morris Ashcraft

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La esperanza cristiana | 1 Biblioteca de Doctrina Cristiana La esperanza cristiana Morris Ashcraft Traducción de: Josie de Smith BIBLIOTECA DE DOCTRINA CRISTIANA La esperanz a LA ESPERANZA CRISTIANA El volumen quince de la serie de Biblioteca de Doctrina Cristiana es un libro de victoria. Presenta un estudio de los eventos que ocurrirán al final de los tiempos. Considera los temas de la muerte, la resurrección, la vida en el mas allá, la venida de Cristo, el juicio, el reino de Dios, el cielo y el infierno. El autor presenta estos temas bajo la mira de la esperanza cristiana. Esta esperanza no es una actitud que se enfoca solamente en el futuro. La esperanza cristiana mira al pasado, a la fidelidad de Dios a través de la historia. Mira al presente y otorga una razón para enfrenar los afanes cotidianos. Y mira al futuro, a la completa realización del plan de Dios para su creación, a la victoria final sobre el pecado y la muerte, y a una vida eterna dichosa y plena en la presencia de Dios para todos sus hijos. Biblioteca de Doctrina Cristiana ¿Qué es la doctrina cristiana? John P. Newport ¿Quién es Jesucristo? William P. Hendricks La revelación e inspiración de las Escrituras, John M. Lewis La naturaleza de Dios, Fisher Humphreys Dios y la creación, Peter J. Flamming El hombre como creación de Dios, Vernon O. Elmore El hombre como pecador, John H. McClanahan La salvación: obra de Dios, Bert Dominy La experiencia cristiana de la salvación, William E. Hull Ashcraft 09125 La esperanza cristiana 1 MORRIS ASHCRAFT

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Excelente libro sobre la esperanza cristiana escrito por Morris Ashcraft

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El volumen quince de la serie de Biblioteca de Doctrina Cristiana es un libro de victoria. Presenta un estudio de los eventos que ocurrirn al final de los tiempos. Considera los temas de la muerte, la resurreccin, la vida en el mas all, la venida de Cristo, el juicio, el reino de Dios, el cielo y el infierno.El autor presenta estos temas bajo la mira de la esperanza cristiana. Esta esperanza no es una actitud que se enfoca solamente en el futuro. La esperanza cristiana mira al pasado, a la fidelidad de Dios a travs de la historia. Mira al presente y otorga una razn para enfrenar los afanes cotidianos. Y mira al futuro, a la completa realizacin del plan de Dios para su creacin, a la victoria final sobre el pecado y la muerte, y a una vida eterna dichosa y plena en la presencia de Dios para todos sus hijos.

Biblioteca de Doctrina CristianaQu es la doctrina cristiana? John P. NewportQuin es Jesucristo? William P. HendricksLa revelacin e inspiracin de las Escrituras, John M. LewisLa naturaleza de Dios, Fisher HumphreysDios y la creacin, Peter J. FlammingEl hombre como creacin de Dios, Vernon O. ElmoreEl hombre como pecador, John H. McClanahanLa salvacin: obra de Dios, Bert DominyLa experiencia cristiana de la salvacin, William E. HullQuin es el Espritu Santo? Wayne WardLa vida en el Espritu, Earl C. DavisLa naturaleza de la iglesia, Bill J. LeonardLa vida de la iglesia, Lavonn D. BrownLa misin de la iglesia, Jesse C. FletcherLa esperanza cristiana, Morris AshcraftLa razn de ser cristiano, Yandall Woodfin

CASA BAUTISTA DE PUBLICACIONES09125MORRIS ASHCRAFT15La esperanza cristianaBIBLIOTECA DE DOCTRINA CRISTIANALA ESPERANZA CRISTIANAAshcraft09125 La esperanza cristiana

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La esperanza cristiana

Morris Ashcraft

Traduccin de:Josie de Smith

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Copyright 1989. Casa Bautista de Publicaciones. Publicado originalmente eningls por Broadman Press, Nashville, Tennessee, bajo el ttulo The Christian Hope,Copyright 1988, por Morris Ashcraft. Traducido y publicado con permiso. Todos losderechos reservados. Prohibida su reproduccin parcial o total.Primera edicin: 1989Clasificacin decimal Dewey: 236Temas: 1. Escatologa2. Esperanza, aspectos religiosos3. TeologaI.S.B.N.: 0-311-09125-3C.B.P.: Art. No. 091254 M 12 89Printed in U.S.A.

ndicePrefacio...51. La esperanza, qu es?.......92. Esperanza, por qu?.............................................253. La esperanza y la muerte.........................374. La esperanza y la resurreccin.....535. La esperanza y el regreso de Cristo...676. La esperanza y el juicio797. La esperanza y el reino de Dios..918. Esperanza y desesperanza....1159. La esperanza y la vida eterna..129ndice de referencias bblicas....139

PrefacioLa Biblioteca de Doctrina Cristiana trata las doctrinas principales de la fe cristiana. Cada libro es una autntica monografa sobre una doctrina en particular. Se presentan escritos en un estil sencillo, pero sin menoscabo de la erudicin, de la profundidad de contenido ni de la calidad literaria. Porque como nos demostrCristo Jess, la sencillez y la profundidad son perfectamente compatibles.La necesidad de una serie as es evidente. El profesor, el estudiante y el pastor la precisan para profundizar seriamente en el contenido doctrinal histrico de la fe cristiana y estar en condiciones de saber discernir la verdad bblica. Los creyentes tambin necesitamos tener conocimiento claro de la fe que profesamos. De otra manera estamos al vaivn de "todo viento de doctrina" y en el riesgo de perder nuestra identidad cristiana evanglica. Cuando vemos que la fe de algunos se desva, se desmorona o queda ahogada por los intereses del mundo es porque no prestaron la debida atencin a la doctrina. Olvidarnos de la doctrina es tan trgico como olvidarnos de los cimientos de la casa donde queremos vivir con nuestra familia. El resultado ser incertidumbre y ruina. La fe que salva es una fe que tiene la virtud de perseverar. Pero para que pueda permanecer tiene que estar bien establecida en nuestra mente, voluntad y sentimientos.Los distintos tomos de esta Biblioteca se escriben con el propsito de ayudar al lector a evaluar, formar y profundizar sus creencias basadas en la Biblia y en las claras y bsicas declaraciones de la posicin cristiana histrica. Los diferentes volmenes tienen un promedio de 160 pginas y cada uno de ellos trata una parte principal de la doctrina cristiana. El juego completo proporcionar al lector una visin amplia de las doctrinas bsicas de la iglesia cristiana.No siempre somos conscientes de que de alguna manera todos somos telogos. Algunos creyentes llegan inclusive a pensar que ellos no saben nada de teologa. Sin embargo, todos tenemos, aunque sean simples y elementales, conceptos y criterios doctrinales [p. 6] les. Esta serie est pensada para ayudar al estudioso a profundizar en la doctrina y al creyente a entender la fe y a estar "siempre preparado para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo aquel que demande razn de la esperanza que hay en nosotros" (1 Pedro 3:15).Cada uno de los escritores es una personalidad reconocida en el campo de la teologa, los estudios bblicos y la predicacin. Cada libro es personalizado por su autor, quien muestra la vitalidad de la doctrina cristiana y su hondo significado para la vida diaria. El enfoque es estimulante por la forma y el contenido, lo que garantiza el inters permanente del lector, bien sea pastor o laico. A veces la fe personal del escritor queda expresada en las ilustraciones de su propio peregrinaje. Son hombres de Dios a quienes debemos agradecer el esfuerzo de haber hecho sencillo y ameno lo que es en s mismo difcil para el estudioso.La Casa Bautista de Publicaciones tiene una vez ms el honor de ser el canal por el que llegan al pueblo evanglico de habla hispana obras serias sobre temas trascendentes. Libros que el profesor, el estudiante y el pastor valorarn en mucho y, a la vez, son trabajos que el creyente sencillo y espiritualmente inquieto podr entender y disfrutar.Los editores

ReconocimientosMientras preparaba este tomo, ense un curso sobre Escatologa Cristiana a la clase de Asociados en Divinidad del Seminario del Sureste. Los estudiantes leyeron los bosquejos, dos captulos, y aportaron crticas que fueron de mucha ayuda para este estudio. Les agradezco sus reacciones.Me siento endeudado de una manera especial con Cecilia Hensley, por haber pasado a mquina el manuscrito, y a mi asistente de investigacin, Penny Godfrey, por las horas invertidas en conseguir libros de la biblioteca y por haber corregido el manuscrito final.Morris AshcraftWake Forest, NC1La esperanza, qu es?El ser humano normal vive cada momento de su vida en tres tiempos: pasado, presente y futuro. Cada dimensin aporta una riqueza sin la cual la vida no sera humana. Conocemos el pasado por la memoria y la historia. Conocemos el presente al observar, escuchar y reflexionar. Participamos del futuro por medio de un sentido de anticipacin, ya sea con temor o con esperanza.Si tenemos una carencia en cualquiera de estas reas nos alarmamos. Buscamos ayuda. Si no podemos recordar el pasado, o somos indiferentes a l, algo anda mal. Si no podemos o no queremos percibir el presente perdemos el contacto con la realidad, cosa seria si dura mucho tiempo. Si no tenemos esperanza, si no podemos mirar al futuro contando con algn propsito o meta, la desesperanza y la vaciedad ensombrecen nuestra vida y la de los que nos rodean.El tema de este libro es la esperanza. Queremos proyectarnos hacia el futuro con un sentido de anticipacin, propsito, designio y destino. Esta esperanza se nutre del pasado para tener direccin, se basa de muchas maneras en el presente y convierte el maana en una gozosa aventura.Hablamos de esperanza cristiana. La expresin adquiere su significado de Cristo Jess, su vida, muerte, resurreccin y promesas. Debido a quin era y qu hizo, la esperanza cristiana alumbra todas las maanas y nos llama a un encuentro final con todos los creyentes y con Dios con quienes esperamos vivir eternamente.La esperanza como escatologa cristianaLa muerte es la peor amenaza del futuro. Cientos de aos antes de Cristo, Job expres la inquietud que subsiste a travs de las edades: Si el hombre muriere, volver a vivir? (Job 14:14). Job no recibi una respuesta clara. [p. 10]Pero cuando Jesucristo fue levantado de entre los muertos, nos dio la respuesta. Pablo lo dijo as: Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entr por un hombre, tambin por un hombre la resurreccin de los muertos. Porque as como en Adn todos mueren, tambin en Cristo todos sern vivificados (1 Co. 15:20-22). La esperanza cristiana incluye la perspectiva de la resurreccin y mucho ms.El cristiano entiende la existencia humana como una lnea continua que comienza en el momento de la creacin y termina en la consumacin de los tiempos. Por lo general, ese final se estudia bajo el ttulo escatologa. La palabra se deriva de dos vocablos griegos, eschata que significa ltimas cosas'', y logia que quiere decir el estudio de o la ciencia de.La escatologa cristiana procura entender los grandes temas relacionados con el fin. Son, generalmente, la muerte, la resurreccin, la vida despus de la muerte, la venida de Cristo, el reino de Dios, el juicio, el cielo y el infierno.En este tomo, he optado por tratar estos temas escatolgicos bajo el encabezamiento la esperanza cristiana. Lo hago por varias razones. Esperanza es una palabra bblica, escatologa no lo es. La esperanza tiene una relacin vital con otros temas cristianos, como la fe y el amor; la escatologa puede ser especulativa hasta el punto de perder su naturaleza personal. La esperanza enlaza el pasado, presente y futuro; la escatologa tiende a enfocar slo el futuro. La esperanza tiene una conexin viva con la vida vivida en relacin con el fin; la escatologa en ocasiones se expresa en trminos de otro mundo, como un escape de esta vida.En este estudio uso la palabra esperanza para incluir todos los temas que legtimamente corresponden a una escatologa, pero tratar de mantener una relacin personal y vital con las doctrinas tal cual aparecieron en las primeras comunidades cristianas y que se mantuvieron en ellas y en nosotros aun hasta hoy.Una definicin preliminar de esperanzaEsperanza es una fe que mira hacia el futuro. La esperanza cristiana es la expectativa de que el Dios que actu en el pasado en la historia, y que acta hoy en nuestras vidas, cumplir sus promesas en el maana. Es la conviccin de que Dios llevar a una conclusin gozosa aquello que empez para y en nosotros.La esperanza cristiana siempre se orienta hacia el futuro, pero su carcter bsico incluye el pasado y el presente.La esperanza cristiana siempre tiene a Cristo Jess como [p. 11] fundamento. La esperanza cristiana surge de la vida, enseanzas, muerte y resurreccin de Jess. Los sermones de Pedro en Pentecosts (Hch. 2-4) muestran que la esperanza cristiana tiene su origen en dichos acontecimientos, con un nfasis especial en la resurreccin. El arrepentimiento lleva al perdn de pecados en nombre de Cristo ahora y no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos (Hch. 4: 12).Cristo Jess es nuestra esperanza. Pablo relacion todas las creencias cristianas con Jesucristo al punto de poder escribir que Cristo Jess es nuestra esperanza (1 Tim. 1:1).Los primeros cristianos vivan con la gran expectativa de que Dios vendra pronto a ellos. Haca muy poco tiempo que lo haban conocido por medio de Cristo. Vivan sus vidas con un sentido de anticipacin en relacin con el regreso de Cristo. Dos de las confesiones ms antiguas decan: Maranata y Jess es Seor.La palabra aramea Maranata puede haber significado: Nuestro Seor ha venido o, como dice la conclusin de la primera carta de Pablo a los Corintios: El Seor viene (16:22). Los discpulos usaban una expresin similar: El Seor est cerca (Fil. 4:5).El Nuevo Testamento concluye con la expresin de esta esperanza: S, ven, Seor Jess (Ap. 22:20).Tensiones y peligrosAl estudiar la esperanza cristiana debemos reconocer algunos peligros y tensiones.Tensin entre la esperanza individual y la colectivaLa esperanza cristiana incluye muchos temas que son marcadamente individuales, tal como la muerte. Otros temas son colectivos o corporativos, por ejemplo: el reino de Dios. Otros son el uno o el otro o ambos, como la resurreccin y el juicio. Es fcil caer en el error si se olvidan o usan mal estas distinciones.Tensin entre este mundo y el venideroSe han dado muchos casos de cristianos que escapan de la tensin entre el presente y el futuro sustrayndose de este mundo y concentrndose slo en el venidero. Este peligro, aunque a primera vista pudiera parecer cristiano, es, en realidad, irresponsable. La esperanza de la vida venidera no es el resultado de evadir el presente; al contrario, la esperanza cristiana fortalece a la persona para vivir la vida terrenal. [p. 12]El peligro de exagerar el nfasis en un tema en particularLa historia cristiana contiene muchos ejemplos trgicos de creyentes que, al obsesionarse con un aspecto de la esperanza cristiana, olvidaron todos los otros. Las creencias sobre el milenio nos ofrecen uno de los ms evidentes. En mi niez escuch a predicadores tan obsesionados con la esperanza de la segunda venida que omitan los otros temas de esperanza.El peligro de dar primera importancia a temas secundariosLos grandes temas de esperanza cristiana son la resurreccin de los muertos, el reino de Dios, la venida de Cristo, el juicio y la vida eterna. Los puntos de vista del milenio han de ser encarados apropiadamente en relacin con la venida de Cristo o el reino de Dios.El peligro del todo o nadaBajo distintas presiones y en distintas pocas, han aparecido creyentes que han tenido la tendencia a enfatizar uno o ms temas de esperanza a exclusin de los restantes. Otros, con frecuencia, insisten en que hemos de aceptar cierta creencia escatolgica o rechazar todas. No debemos poner a otros en esta disyuntiva ni permitir que otros nos obliguen a tomar una posicin as. Hay quienes opinan que el evento ms importante al final de la historia ser el establecimiento de un reino en la tierra. Otros piensan que no ocurrir esto o, si sucede, es secundario a un tema ms importante. Hay creyentes que se escandalizan cuando alguien presenta la posibilidad de un estado intermedio entre la muerte individual y el juicio final. Quieren inmediatamente ir a disfrutar los gozos del cielo. Lo que hemos de reconocer es que si estamos con Cristo estaremos bien, ya sea en un estado intermedio o uno final en la tierra, o donde sea.Iremos viendo una definicin ms amplia de esperanza al estudiar los temas bblicos relacionados con nuestro futuro con Dios.Una virtud cristiana cardinalLa filosofa griega, en lo que a tica humana se refiere, tenda a enfatizar cuatro virtudes cardinales: sabidura, valenta, temperancia y justicia. Pablo destacaba tres virtudes cardinales para el cristiano: fe, esperanza y amor. Concluy su gran himno del amor diciendo: Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor (1 Co. 13:13). Sin lugar a [p. 13] dudas, el mayor de estos es el amor. Pero el primero de estos es la fe. Y entre ambos, unindolos, est la esperanza. El amor nunca est solo. La fe y la esperanza son las compaeras constantes del amor cristiano.La fe se ancla en el pasado. La fe, aunque muy presente en la vida hoy, mira hacia atrs, a los grandes eventos revelados, de los cuales Cristo Jess es el principal. El amor es del tipo divino, que no es motivado por algn valor, alguna respuesta o reaccin esperada. El amor de Cristo, que se convierte en parte de nuestro ser, fue tal que muri por nosotros (2 Co. 5:14). Este amor como el de Cristo, se extiende ms all de las barreras humanas y hace posible que uno ame a sus enemigos. Pablo lo defini al decir: Porque Cristo, cuando an ramos dbiles, a su tiempo muri por los impos... Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo an pecadores, Cristo muri por nosotros (Ro. 5:6, 8). La esperanza es esa gracia cristiana que toma a la fe y al amor y se proyecta hacia el maana y todos los maanas.La esperanza es tan importante en la doctrina cristiana que puede ser considerada en un sentido amplio como se considera a la fe. Pedro escribi: ...estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razn de la esperanza que hay en vosotros (1 Pd. 3:15). En este caso, la esperanza representa toda la perspectiva cristiana, como tantas veces lo hace la fe.Sin embargo, fe y esperanza no son lo mismo. En diversos pasajes, de los cuales 1 Corintios 13 es el ms conocido, Pablo hizo distinciones claras entre fe, esperanza y amor. Ignorarlas es distorsionar las Escrituras. John Knox enfatiz la diferencia de esta manera: Amor es el amor de Dios por nosotros en Cristo, fe es nuestra aceptacin de este amor; y esperanza es apropiarnos, confiar en un cumplimiento futuro.[footnoteRef:1] [1: John Knox, Christ and the Hope of Glory (Cristo y la esperanza de gloria) (New York y Nashville: Abingdon Press, 1960), pg. 25.]

La esperanza cristiana no es optativa. El cristiano no puede ser indiferente a la idea de la resurreccin y la vida despus de la muerte. La fe bblica ve la historia linealmente. Al igual que los hebreos, los cristianos creemos que en el principio cre Dios los cielos y la tierra (Gn. 1:1). Esta creencia produce la conviccin de que toda la historia se desplaza hacia una meta final porque Dios cre todo con un propsito. La esperanza se refiere a la expectativa humana de que Dios llevar a la historia a esa conclusin significante.La idea de la creacin es una creencia teolgica. En Hebreos 11:3 leemos: Por fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios. Confesamos mucho de nuestra fe cuando [p. 14] decimos: En el principio cre Dios... Reconocemos que creemos que Dios es el Creador de todo, incluyndonos a nosotros. Todo depende de Dios.Si Dios era en el principio, entonces tambin debemos ver a Dios en el final. John A. T. Robinson escribi Un estudio de la doctrina cristiana de las ltimas cosas bajo el ttulo In the End, God.[footnoteRef:2] (En el final, Dios) [2: John A. T. Robinson, In the End, God (En el final, Dios) (London: James Clark & Co., LTD, 1950).]

Lo que no es la esperanzaLa esperanza cristiana no es la ilusin de una supervivencia fantasmal.La idea de la supervivencia despus de la muerte no es de origen cristiano, ni siquiera religioso. Parece haber sido la creencia de la mayora de los pueblos de la antigedad. Las costumbres mortuorias descubiertas por la arqueologa, muestran que la mayora de los pueblos crean en algn tipo de vida despus de la muerte. Los faraones egipcios hacan amplia provisin para su existencia ms all de la tumba incluyendo barcos, comida, ropa y cuadrillas de esclavos para remar el barco en el cual cruzaran el mar para llegar a la tierra ms all de la muerte. Se han encontrado restos de nios en sus tumbas de arcilla con vestigios de platos de comida, juguetes y otros objetos de inters infantil. Tanto los escritos bblicos como los que no lo son ofrecen pruebas de que, casi universalmente, se crea en algn tipo de supervivencia fantasmal ms all de la tumba.En un libro excepcional, titulado And the Life Everlasting (Y la vida eterna), John Baillie ha documentado la creencia en una supervivencia fantasmal entre pueblos salvajes, israelitas antiguos, filsofos griegos y pensadores de India y Persia. Su conclusin es que estas creencias no slo son casi universales sino que generalmente no se relacionan con la religin. Ms bien, eran puntos de vista cientficos, es decir, el resultado de la experiencia y la observacin.Mientras que la creencia casi universal de una supervivencia fantasmal puede, en general, hacer ms creble nuestra creencia cristiana especfica de la vida ms all de la muerte, las ideas varan radicalmente y no han de confundirse la una con las otras. El concepto cristiano de una vida eterna tiene relacin con la creencia en Dios y particularmente con la resurreccin de Jess.La esperanza cristiana no es el nirvanaHay quienes afirman que el nirvana es paralelo a la creencia cristiana de una vida despus de la muerte. En el concepto budista, [p. 15] nirvana es la extincin de la existencia individual junto con la extincin de todo deseo o pasin. Lograr el nirvana es lograr la liberacin de una transmigracin incesante del alma a nuevas existencias de inaguantable repeticin y aburrimiento. Mientras podemos considerar el nirvana como una liberacin de la vida hacia una especie de descanso ms all de todo deseo, ciertamente no es paralelo al cielo cristiano. En el pensamiento cristiano, esta vida es un regalo de Dios para ser vivida, no para librarse de ella. El cielo tiene continuidad con la tierra; el cielo es la consumacin de la buena creacin de Dios que ya conocemos sobre la tierra.La esperanza cristiana no es optimismo ni progresinA principios del siglo XIX surgi con Schleiermarcher una teologa liberal que pregonaba un concepto optimista que influy sobre el primer tercio del siglo XX. El optimismo se basaba en la bondad de la humanidad. Sus pensadores crean que la perfeccin en la vida humana se poda lograr por el esfuerzo humano. El hecho es que la idea de progresin era una especie de paralelo histrico a la idea de la evolucin biolgica. Crean que la humanidad suba por una escalera ascendente, o sea, que evolucionaba. Con el correr del tiempo, esta constante mejora resultara en una especie de utopa. Las guerras y atrocidades trgicas del siglo XX dieron por tierra con creencias como sta, basadas en la bondad humana. Los telogos regresaron a un concepto serio del pecado humano. Esto no significa que se haya descartado la esperanza. Pero s significa que la esperanza cristiana se basa en la obra de Dios por nosotros y dentro nuestro, no en nuestra humanidad. La esperanza cristiana difiere radicalmente de estas ideas.La esperanza cristiana no es de otro mundoCon regularidad aparecen extremistas de la fe cristiana que consideran tan malo a este mundo que tratan de vivir separados de l. Viven en el futuro. A veces abandonan su trabajo, hogares e instituciones y tratan de vivir en otro mundo. Por lo general desprecian a este mundo con su cultura. Lo consideran completamente malvado. Durante una asamblea nacional de un grupo religioso con estas inclinaciones, sus lderes jvenes presentaron proyectos de mejoras sociales. Los lderes ancianos los censuraron, acusndolos de tratar de hacer que este mundo sea un lugar mejor desde el cual irse al infierno.Retraerse de este mundo es un error que surge de no poder distinguir entre el mundo que es creacin de Dios y el mundo que la cultura humana ha impuesto a la creacin de Dios. La esperanza [p. 16] cristiana por cierto mira al mundo futuro, pero aquel mundo est vitalmente relacionado con ste.La esperanza cristiana no es futurologaLa tecnologa moderna con sus computadoras que almacenan, seleccionan y relacionan vastos sectores de informacin ha producido una casta de personas que predicen las tendencias del futuro. Agregando algo de especulacin a las tendencias que observan, los futurlogos diagraman las cosas que muy posiblemente sucedern. Aunque sus proyecciones pueden ser de gran ayuda para las inversiones en el mundo de los negocios, no tienen relacin alguna con este estudio. La esperanza cristiana no tiene inters en predecir el futuro. Y no se ocupa de proyectar tendencias terrenales. Ms bien, la escatologa cristiana se ocupa de los temas relacionados con las acciones de Dios en el pasado y en el presente, y en las promesas para el futuro que a l le pertenece.La esperanza cristiana no es ilusin vanaCon frecuencia se han ridiculizado las creencias cristianas diciendo que son deseos ilusos, o la proyeccin hacia el futuro, o hacia el final, de lo que parcialmente sabemos ahora. La expresin clsica de este escepticismo fue formulada por Ludwig Feuerbach en un libro titulado The Essence of Christianity (La esencia del cristianismo). Explica largamente y con tediosas ilustraciones que las creencias cristianas son meramente deseos. El cielo vendra a ser, por supuesto, el deseo primario de tener un hogar.Si uno acepta las presuposiciones de Feuerbach, entonces, es claro, no hay manera de refutar sus conclusiones. Si, por otro lado, uno empieza tomando los eventos bblicos registrados en las Escrituras y permite que ellos den testimonio, la creencia en una vida eterna es fcil de aceptar.La esperanza cristiana no es lo mismo que la inmortalidad del almaEvitaremos errores posteriores si distinguimos ahora entre lo que es el ser humano segn el concepto bblico y lo que propone la filosofa griega clsica. Segn el pensamiento bblico, los seres humanos son siempre criaturas de Dios y se los entiende en trminos de criaturas. Son pecadores con capacidad de salvacin, pero dependientes de Dios para alcanzar esa salvacin. Segn el concepto griego clsico, los hombres y las mujeres son singulares porque tienen almas eternas que residen temporariamente en ellos. Este concepto es dualista: un cuerpo material que es perecedero y [p. 17] un alma que automticamente, de por s, vive para siempre (inmortalidad). En esta creencia clsica de la antigua Grecia, el alma es divina, no puede morir. Por lo tanto, se restaba importancia al cuerpo y a esta vida, y se daba mxima importancia al alma divina. En el gnosticismo, el cuerpo era visto como algo malo en s. La muerte era considerada una bendicin ya que liberaba al alma para regresar a su morada original en una dimensin eterna.No han faltado telogos cristianos que han incorporado a la teologa cristiana conceptos griegos sobre la inmortalidad. Tertuliano adapt la idea estoica de que el alma es una sustancia separada del cuerpo. Orgenes sigui a Platn en la nocin de que el alma era preexistente, vena a residir en un cuerpo humano, sobreviva a la muerte del cuerpo y luego poda regresar para vivir en otro cuerpo. Agustn sigui la doctrina de Platn que dice que el alma es inmortal por naturaleza. Toms de Aquino acomod la teologa cristiana a la filosofa de Aristteles defendiendo el concepto de la inmortalidad natural del alma. En el lenguaje (trminos griegos) del Nuevo Testamento, algunos pasajes parecieran ensear esta dicotoma bsica entre el cuerpo y el alma; por eso, cabe una advertencia en este momento.En la fe bblica, el ser humano es una unidad (psicomtico) y puede ser denominado de las dos maneras: un alma viva o un cuerpo. La fe bblica no da lugar a la idea de que el cuerpo como tal es pecaminoso. La fe bblica nos ve enteramente como criaturas de Dios, y la creacin de Dios es buena.[footnoteRef:3] [3: Para un estudio detallado del concepto griego del alma, ver Dale Moody, The Word of Truth (La palabra de verdad) (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1981), pgs. 170-181.]

En la teologa protestante ms reciente, se nota una fuerte tendencia a descartar la idea de la inmortalidad del alma por varias razones: (1) La Biblia ensea que nosotros, en nuestra totalidad, somos criaturas de Dios. (2) Las ideas de la resurreccin de los muertos y la nueva creacin son las formas bblicas de referirse a la vida eterna. (3) En la Biblia, slo Dios es inmortal. (4) La muerte es seria en el pensamiento cristiano, pero trivial en el pensamiento platnico. (5) El pensamiento griego tiene una baja estima del cuerpo humano, al que la fe bblica trata como una buena creacin de Dios. (6) El pensamiento griego considera la inmortalidad del alma como una herencia natural de la vida humana y, en consecuencia, alienta el orgullo; la fe bblica considera la vida humana como totalmente dependiente de Dios. (7) La creencia cristiana en la resurreccin de los muertos y la vida eterna con Dios como un don o nueva creacin parece estar ms en acorde con toda la teologa cristiana.[footnoteRef:4] [4: Para un estudio acerca de la muerte e inmortalidad, ver Otto Weber, Foundations of Dogmatics (Fundamentos de la dogmtica), Darrell L. Guder, trad. (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1983), 2:667 y sigs.]

Cuando hablamos de la resurreccin de los muertos y de la vida eterna como una nueva creacin, en lugar de un derecho natural, [p. 18] no sugerimos rebajar la esperanza de vida eterna. Pero s sugerimos que la creencia en la resurreccin como se ensea en las Escrituras es superior en todo sentido a la idea pagana de la inmortalidad natural.[footnoteRef:5] [5: George Eldon Ladd, The Last Things, an Eschatology for Laymen (Las ultimas cosas, una escatologa para laicos) (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1978). pg. 31.]

La nocin de que el alma humana es divina hubiera sido considerada como una blasfemia en el pensamiento bblico. Sin embargo, la idea de la inmortalidad del alma es un testimonio indirecto de la creencia universal, o casi universal, de que hay vida despus de la muerte.Puntos de vista desde los cuales estudiar la escatologaEn el siglo pasado surgieron varios puntos de vista desde los cuales se puede estudiar la escatologa. Un breve resumen de cada uno puede ser de ayuda para el resto de este estudio. Cada punto de vista pretende basarse en una interpretacin bblica vlida.[footnoteRef:6] [6: Para una discusin de estos diversos puntos de vista, ver el Captulo 2 de la obra de Val J. Sauer, The Eschatology Handbook (Manual de escatologa) (Atlanta: John Knox Press, 1981).]

Escatologa consecuenteA principios de este siglo Alberto Schweitzer, conocido ms adelante por su obra mdico misionera en frica, public un libro decisivo titulado The Quest of the Historical Jesus (En busca del Jess histrico). Schweitzer propuso que la mayora de las biografas de Jess eran versiones sentimentales que proyectaban los deseos de sus autores. Ense que el verdadero Jess fue un maestro apocalptico que se vea a s mismo como el Hijo del Hombre que vendra en las nubes del cielo y llevara al mundo a su final escatolgico con su reino mesinico.Schweitzer crea que Jess haba ido a Jerusaln esperando que sucediera este gran evento. En cambio, fue crucificado. As, para Schweitzer, Jess fue un hroe ilusorio. Su concepto se llama Escatologa Consecuente porque Schweitzer mantuvo que la nica manera en que podemos comprender en algo a Jess es por medio de la aplicacin consecuente de este concepto escatolgico en nuestra interpretacin.Si Jess se equivoc tanto as, es difcil explicar cmo la fe cristiana brot y se expandi de la manera que lo hizo.Escatologa cumplidaEste concepto por lo general se identifica con el pensador C. H. Dodd y su libro titulado The Parables of the Kingdom (Las parbolas del reino). Dodd crea que el reino de Dios se haba convertido en una realidad en esta tierra por medio del ministerio terrenal de Jess. En otras palabras, la escatologa enfoca el reino presente y no considera de importancia el futuro. [p. 19]Las parbolas de Jess ensean acerca del reino. Tienen que ver con la vida humana aqu y ahora. La esperanza escatolgica del Antiguo Testamento se cumpli en el ministerio de Jess. En otras palabras, toda esperanza escatolgica futura se ha cumplido en el presente.Este concepto parece ignorar las enseanzas de Jess en las mismas parbolas que enfocan un cumplimiento futuro. No dudamos que un aspecto presente del reino de Dios se cumpli en el ministerio de Jess. Sin embargo, tenemos que caer en una interpretacin bastante radical de gran parte del Nuevo Testamento para poder aclarar la esperanza no cumplida hacia la cual miramos en el futuro.Escatologa inauguradaJohn A. T. Robinson defendi este concepto en su libro Jesus and His Coming (Jess y su venida).[footnoteRef:7] Este punto de vista mantiene la tensin entre la escatologa que se cumpli en el ministerio de Jess y la esperanza futura. Jess inaugur la esperanza escatolgica por medio de su muerte y resurreccin. En Cristo Jess comienza una nueva era. El reino de Dios es inminente (Mar. 1:15), ha venido (Lc. 11:20) y an ha de venir sbitamente. [7: John A. T. Robinson, Jesus and His Coming (Jess y su venida) (New York y Nashville: Abingdon Press, 1957). Ver tambin Sauer.]

Este concepto concuerda con las enseanzas del Nuevo Testamento mejor que los anteriores que hemos presentado.Existencia escatolgicaRudolf Bultmann, partiendo de un contexto existencialista, sostuvo un concepto similar al de Schweltzer. Algunos intrpretes, sencillamente llaman a su idea escatologa consecuente. Sin embargo, es diferente. Bultmann crea que la existencia humana autntica es la vida de fe en Dios revelada por medio de Cristo Jess. Desde su punto de vista existencialista, Bultmann vea a toda la realidad en el momento presente. Descart los elementos del futuro o los consider como relativamente sin importancia. La existencia autentica es la vida de fe consagrada ahora mismo, en este instante. Todas las afirmaciones escatolgicas del Nuevo Testamento se cumplen en este momento presente. La existencia autntica, entonces, es sinnima de la existencia escatolgica. En otras palabras, todas las afirmaciones del Nuevo Testamento en relacin con la esperanza futura son des-mistificadas al momento presente.[footnoteRef:8] [8: Para un resumen de los conceptos de Bultmann y una bibliografa de sus escritos, ver Morris Ashcraft, "Life in Faith - Authentic Existence." Rudolph Bultmann ("Vida en la fe-existencia autntica", Rudolph Bultmann) (Waco: Word Books, Publisher, 1972).]

Escatologa futuristaOtra escuela de pensamiento interpreta la escatologa del Nuevo Testamento estrictamente como un evento futuro. Esperan [p. 20] el cumplimiento literal de todas las profecas del Antiguo Testamento. No ven a la iglesia como el cumplimiento de muchas de ellas en el pasado. Un ejemplo es la escatologa dispensacional.La escatologa dispensacional se basa mayormente en las notas interpretativas impresas en la Biblia editada por Scofield y popularizada en libros como La Agona del Planeta Tierra, por Hal Lindsay. Sus seguidores creen que la de ellos es la esperanza literal de la Biblia, y, por ende, la correcta. Mientras muchos otros intrpretes ven a la iglesia como el cumplimiento de Israel, el dispensacionalismo hace una distincin estricta y permanente entre los dos. El milenio de Apocalipsis 20, aunque est en un libro de visiones apocalpticas, es considerado como historia literal revelada y escrita a priori. Lo consideran necesario para cumplir las promesas del Antiguo Testamento que aplican literalmente a Israel (aun al estado moderno de Israel). En su reinado milenial, Cristo gobernar sobre un reino poltico sobre la tierra que incluir tambin a los no creyentes.El dispensacionalismo, aunque pretende ser una interpretacin literal de la Biblia, no da lugar al hecho de que la Biblia incluye literatura en forma de poesa, alegora, parbola y apocalptica. El dispensacionalismo tiende a mantener una distincin permanente entre Israel y la iglesia, a pesar de la enseanza del Nuevo Testamento en el sentido de que la iglesia es el nuevo pueblo de Dios y que Israel se ha cumplido en la iglesia (Mat. 21:43; 1 Pd. 2:9, 10). Este concepto colocara a Cristo sobre el trono de un reino terrenal gobernado por la fuerza, cosa que l, precisamente, se neg a hacer en su vida terrenal.Teologas de esperanzaDespus de la Segunda Guerra Mundial, han surgido telogos que predican el tema de la esperanza, como Jrgen Moltmann y Wolfhart Pannenberg. En cierta forma, la teologa de ellos no es una escatologa en el sentido acostumbrado de la palabra. Ms bien, interpretan el cuerpo total de la teologa en trminos del futuro. Por ejemplo, Pannenberg vera el futuro como medida de la realidad en lugar de historia en el pasado. La mayora nos inclinamos a pensar en la historia como algo real y en el futuro como algo que todava no tiene su realidad. Pero Pannenberg opina que toda la realidad es futura. Lo que llamamos historia no se ha completado an, as que no es completamente real. Slo el futuro, entonces, es verdaderamente real.Pannenberg comenz con el anuncio de Jess de que el reino de los cielos estaba muy cerca, apenas pasando el horizonte. Dios [p. 21] nos llama a vivir en y para el futuro. La resurreccin de Cristo Jess fue el evento futuro clsico que irrumpi en el presente para darnos esta visin del futuro: realidad.[footnoteRef:9] [9: Jrgen Moltmann, Theology of Hope (Teologa de la esperanza) (New York y Evanston: Harper & Row, Publishers, 1967); Ewert H. Cousins, ed., Hope and the Future of Man (La esperanza y el futuro del hombre) (Philadelphia: Fortress Press, 1972); para una bibliografia y estudio de Pannenberg, ver E. Frank Tupper, The Theology of Wolfhart Pannenberg (La teologa de Wolfhart Pannenberg) (Philadelphia: The Westminster Press, 1973).]

Las teologas de esperanza han ofrecido aliento en una poca pesimista. Han vuelto a enfatizar el poder creativo de la esperanza humana. Sin embargo, no han podido reemplazar el estudio de la esperanza cristiana como razn de la salvacin.El enfoque de este estudioNo s qu ttulo le dara a la forma de encarar este volumen. Hay muchos factores incluidos. Permtame presentarle las presuposiciones que nos servirn de pauta.Jesucristo es el fundamentoDios ha escogido auto-revelarse por medio de los eventos histricos registrados en la Biblia. El ejemplo clsico en el Antiguo Testamento es la liberacin del pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto, o sea el xodo. El acontecimiento central de toda la revelacin es Jesucristo. Toda la teologa cristiana ha de afirmarse sobre el fundamento que es Cristo y ser juzgada por l o renunciar al nombre cristiana. Cualquier doctrina que es enseada por Cristo o basada en Jesucristo merece ser considerada. Cualquier doctrina que no cuenta con este fundamento es dudosa. Toda doctrina que no es compatible con la revelacin de Dios en Cristo, debe ser descartada.La Biblia es el libro de textoLa fuente principal de toda la informacin usada para formular las doctrinas cristianas es la Escritura cannica. Estos escritos tienen relacin directa con los apstoles o testigos oculares. Son un retrato fiel de Jess. Son inspirados y tienen autoridad, no slo con respecto a su autora, sino tambin cuando hoy se les lee bajo la direccin del Espritu Santo.Jess nos ense a vivir en esperanzaJess dio comienzo a su predicacin hablando del reino de Dios. Prometi que volvera otra vez. Se levant de los muertos y apareci a muchos. La esperanza escatolgica es una parte vital del mensaje de Jess.La esperanza cristiana es el propsito de DiosEl propsito de Dios en la creacin y redencin tiene su expresin en los temas de esperanza implantados por Cristo Jess [p. 22] en los corazones humanos. La vida eterna no es algo a lo cual aspiramos o que podemos ganar; ms bien, es el propsito de Dios hacia el cual l conduce a sus criaturas.La esperanza cristiana es una respuesta humana a DiosDios ha tomado la iniciativa al revelarse a nosotros. Respondemos a Dios creyendo, amando y esperando. Fe, esperanza y amor son gracias humanas que brotan en respuesta a la maravillosa gracia de Dios. Por ello, las expectativas de la esperanza cristiana no son anhelos ambiciosos ni deseos egostas. Son las respuestas humanas sinceras a las grandes ddivas que Dios nos brind. La esperanza es una respuesta a Dios, tal como lo es la fe. Verla as barre con cualquier indicio de egosmo y nos libra del orgullo que nace de las obras.Esperanza como respuesta a DiosLo que llamo esperanza como respuesta a Dios se parece a lo que Val J. Sauer[footnoteRef:10] llam escatologa sistemtica. El cit el mtodo de la teologa sistemtica que identifica varios temas sistemticos que aparecen en la Escritura en una secuencia: muerte, regreso de Cristo, resurreccin, estado intermedio, juicio final y estados finales. Estos temas aparecen en muchos pasajes y, por lo general, se consideran como los principales. [10: Sauer, pgs. 28 y sigs.]

En mi forma de encarar la esperanza cristiana, veo estos temas principales como una respuesta nuestra a Dios. La respuesta de fe en el presente produce esperanza. La esperanza est realmente presente como un elemento poderoso en la vida aunque su cumplimiento total sea en el futuro.De acuerdo con este enfoque, no dar mucha atencin al purgatorio porque no es una enseanza de la Escritura. No dar mucho lugar al milenialismo. El tema aparece slo en un captulo de la Biblia en el lenguaje figurativo de un apocalipsis. Por otro lado, considerar seriamente el reino de Dios para cuya creencia el milenio es un testigo importante.Trataremos de ver lo que la Biblia ensea, de dar un vistazo a lo que otros cristianos han credo que la Biblia ensea, de asentar las creencias y de dar las razones por las cuales las tenemos por ciertas. [p. 25]2Esperanza, por qu?Mas el ngel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temis vosotras; porque yo s que buscis a Jess, el que fue crucificado. No est aqu, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Seor (Mat. 28:5, 6),Le dijo Jess: Yo soy la resurreccin y la vida; el que cree en m, aunque est muerto, vivir (Juan 11:25, 26).

En el captulo anterior dimos las razones por las cuales considerar las expectativas cristianas bajo el ttulo esperanza en lugar de escatologa. Ahora, antes de enfocar las creencias especficas que se desprenden de esa esperanza, consideremos por qu pensamos que nuestras creencias sobre el futuro son justificadas.Por qu tenemos esperanza? Por qu la esperanza cristiana permanece? Contamos con razones suficientes para justificar nuestra esperanza? Podemos presentar un caso convincente a favor de la esperanza que hay en nosotros? Quisiera proponer cuatro razones por las cuales tenemos esperanza, o dar una respuesta en cuatro partes a la pregunta: Esperanza, por qu?Nuestra esperanza cristiana descansa sobre el siguiente fundamento: (1) la resurreccin de Cristo; (2) la esperanza es central en el evangelio; (3) las enseanzas del Antiguo Testamento ponen sus miras en la esperanza cristiana; y (4) la esperanza es ms razonable que sus alternativas.La resurreccin de JessLa creencia cristiana en una resurreccin futura se basa en la resurreccin de Jess. Este hecho, en s, es fundamento suficiente para creer en nuestra resurreccin futura. Los primeros cristianos tenan la certidumbre de que Jess, quien haba muerto, fue [p. 26] levantado de entre los muertos. Ellos manifestaron que se apareci en varias ocasiones a individuos y a grupos pequeos y grandes de personas. El hecho de su resurreccin se argumenta en base a los siguientes testimonios.Los testigos de la resurreccinLa tumba vaca.- Miles vieron la crucifixin de Jess; entre ellos, sus discpulos. Cuando los soldados se acercaron para quebrar las piernas de los tres crucificados, vieron que Jess ya haba muerto (Juan 19:33). Todos los Evangelios dan testimonio del hecho de que Jess estaba muerto (Mat. 27:50; Mar. 15:37; Lc. 23:46). El libro de Hechos se refiere una y otra vez a su muerte usando palabras como: matasteis (2:23; 3:15) y crucificasteis (2:36). Los que dieron muerte a Jess fueron asesinos (7:52).Los testigos manifestaron que la tumba, bajo guardia, estaba vaca aquella primera maana de Pascua. Los detalles varan, como es de esperar, pero el testimonio es uniforme: en la tumba no haba ningn cadver. Los mensajeros angelicales anunciaron a los que visitaban la sepultura que Jess haba resucitado (Mat. 28:7; Mar. 16:6; Luc. 24:7).Si no contramos con ms testigos, la tumba vaca difcilmente sera suficiente. Pero hay otros.Los testigos despus de la resurreccin.- Juan inform que Mara Magdalena fue la primera en ver a Jess resucitado (20:1, 11). Mateo afirm que Jess apareci a los once discpulos en Galilea (Mat. 28:16). Lucas manifest (24:13-35) que Jess se apareci a dos personas camino al pueblito de Emas, y que ms tarde comi pescado asado (v. 42). El final ms extenso del Evangelio de Marcos incluye el detalle de que Mara Magdalena haba sido la primera en ver al Seor resucitado (Mar. 16:9).Pablo, en la primera carta a los Corintios, escrita alrededor de los aos 55-57 d. de J.C., da una resea de las apariciones de Cristo resucitado, la cual antecede a nuestros Evangelios escritos. Menciona apariciones a Cefas, luego a los doce discpulos, despus a una multitud de ms de 500 personas, luego a Jacobo, ms adelante a todos los discpulos y, finalmente, a l, Pablo (1 Cor. 15:6-8).[footnoteRef:11] [11: Vea cualquier armona de los Evangelios, Evangelios paralelos o "Resurreccin" en un diccionario bblico para tener un sumario y comparacin de las apariciones de la resurreccin.]

En trminos de testigos histricos, contamos con ms evidencias de la resurreccin de Jess que para la mayora de los acontecimientos de la historia antigua. A nadie se le ocurrira dudar de la veracidad de otros sucesos histricos que cuentan con esta cantidad de testigos. La primera carta a los Corintios fue escrita menos de treinta aos despus de la crucifixin de Jess. Muchos testigos todava viviran. Un informe falso hubiera sido fcilmente refutado. [p. 27]El testimonio de la iglesia viviente.- Aparte de aquellos testigos que quedaban, los cristianos de la iglesia primitiva eran slo testigos de segunda mano, pero su testimonio es prueba de que se puede creer en la resurreccin de Jess. Glatas, escrita probablemente en el ao 49 d. de J.C., es uno de los primeros escritos cristianos que tenemos. Durante casi dos dcadas despus de la resurreccin, la iglesia primitiva dependi del testimonio oral acerca de Jess. Estos cristianos arriesgaron sus vidas y su eternidad al creer que Jess haba resucitado.A travs de los siglos, la iglesia ha dado un testimonio harto convincente del poder de la resurreccin.Preguntas relacionadas con la resurreccinArgumentos y preguntas.- Los testimonios de los testigos tenan algunas variantes. Por ejemplo, los dos discpulos camino a Emas no reconocieron a Jess al principio. Uno de ellos, Cleofs, le coment que las mujeres haban ido a la tumba, se enteraron de que el cuerpo de Jess no estaba all e informaron haber visto ngeles que dijeron que l viva (Lc. 24:13-31). No se sabe a ciencia cierta cuntas veces apareci Jess. Uno de los doce, al principio, hasta se neg a creerlo.Para cuando se escribi el Evangelio de Mateo, circulaba una refutacin a la resurreccin en relacin con un soborno que se deca haba sido pagado a los soldados para que dijeran que los discpulos haban robado el cuerpo de Jess mientras los guardias dorman (Mat. 28:11-15). Hay quienes niegan la resurreccin de Jess argumentando que en realidad no haba muerto, sino que se encontraba en un estado de coma o inconsciente. Otros han tratado de degradar todas las apariciones despus de la resurreccin manteniendo que eran apariciones fantasmales o visiones. Existen numerosos resmenes de estas negaciones.[footnoteRef:12] [12: Ray Summers, The Life Beyond (La vida ms all) (Nashville: Broadman Press, 1959), pgs. 34 y sigs.]

Rudolf Bultmann, en tiempos ms recientes, dudaba de que histricamente, los Evangelios fueran dignos de confianza y deca que el hecho histrico no tena importancia. Enseaba que la fe pascual significaba nicamente que Jess viva y se hallaba con sus discpulos. Bultmann no daba importancia a los testigos histricos. Su inters era la presencia espiritual de Cristo. En otras palabras, para l la resurreccin no era un suceso histrico como la crucifixin, ms bien era una cuestin de fe.[footnoteRef:13] [13: Para un sumario y fuentes en Bultmann, ver Morris Ashcraft, "Makers of the Modern Theological Mind", Rudolf Bultmann (Forjadores del pensamiento teolgico moderno, Rudolf Bultmann) (Waco: Word Books, Publisher, 1972), pgs. 70.]

Sin embargo, los primeros cristianos insistieron con toda certidumbre en que Jess, el cual haba sido crucificado, haba resucitado de los muertos. Si uno parte de la presuposicin de que un muerto no puede volver a vivir, entonces, por supuesto, uno [p. 28] tiene que buscar otras maneras de interpretar la resurreccin de Jess. Varios intrpretes han encarado la resurreccin de Jess en base a esta presuposicin. Aunque no podemos explicar el misterio que rodea a su resurreccin, estamos convencidos, al igual que los primeros cristianos, que su resurreccin fue un hecho real, una resurreccin del cuerpo.La resurreccin del cuerpo.- En el mundo occidental, condicionado por el pensamiento griego, seguimos pensando en el cuerpo y el alma como una dicotoma bsica, como si uno existiera independientemente del otro. La fe bblica, en cambio, habla de la existencia humana como una unidad que incluye tanto las propiedades espirituales como las fsicas. En la traduccin bblica, es casi imposible concebir al ser humano como un mero cuerpo (sin una naturaleza espiritual) o como un mero espritu (sin una existencia fsica).Los testigos del Nuevo Testamento escribieron del Seor resucitado como el mismo Jess que haba sido crucificado. Pero el misterio persiste. No podemos decir con certeza qu tipo de cuerpo era realmente el de Jess. Pero se referan a una resurreccin corporal, a un acontecimiento verdico relacionado con una misma persona: Jess. Pablo luch con el interrogante que presenta el tipo de cuerpo que tendremos en la resurreccin. Afirm que tenemos, o somos cuerpos espirituales. Es evidente que quiso decir que habr una transformacin. Resurreccin no significa que se levantar, literalmente, la carne fsica. Somos cuerpos espirituales. Con todo, somos cuerpos. Por esta razn, el cristianismo siempre ha favorecido la afirmacin doctrinal que incluye la resurreccin del cuerpo (1 Co. 15:44).Aplicando una definicin estricta de la palabra histrica, Hans Kng ha afirmado que la resurreccin de Jess no fue histrica, sino un acontecimiento real.[footnoteRef:14] Quiso decir que la gente indiferente no habra visto al Seor resucitado. Jess fue visto slo por creyentes despus de su resurreccin, pero Dios de verdad lo resucit. La resurreccin fue real. Las diferencias de opinin como stas se prestan a confusin. Este concepto de Kng sugiere que Jess era una presencia espiritual solamente, igual como opinaba Bultmann. [14: Hans Kng, Eternal Life? (Vida eterna?) Edward Quinn, trad. (Garden City: Doubleday & Company, 1984), pg. 105.]

El Nuevo Testamento narra otros casos de muertos que volvieron a vivir. Jess levant de la muerte al hijo de la viuda en el pueblo de Nan (Lc. 7:11-17). Jess dio vida a la hija muerta de Jairo (Lc. 8:40-42, 49-56). Juan cuenta que Jess levant a Lzaro despus de cuatro das de su muerte (Juan 11:1-44).Estos casos no fueron resurrecciones. Dichas personas recobraron [p. 29] la vida pero volvieron a morir. Jess fue levantado a una vida diferente o transformada para no volver a morir. Nuestra esperanza de la resurreccin de los muertos es una esperanza de vida eterna, no una simple resucitacin de cadveres.La esperanza en la resurreccin es central en el evangelioLos primeros cristianos eran hebreos. Crean en Dios tal como se haba dado a conocer en la historia de Israel. El Antiguo Testamento era su Biblia. Jesucristo, aunque siguiendo el antiguo pacto, trajo algo totalmente nuevo. Se llama la fe cristiana. Es distinta de la fe hebrea en el sentido de que es su cumplimiento. El mensaje cristiano, o Palabra de Dios, va ms all del Antiguo Testamento. Qu es este mensaje, este evangelio?El mensaje cristianoEn la predicacin cristiana primitiva.- Unas siete semanas despus de la muerte de Jess, en el da de Pentecosts, Pedro predic en el rea del templo. El recalc estos temas: Jess de Nazaret fue un hombre a quien Dios confirm por sus maravillas y sus obras poderosas; Jess fue entregado y crucificado por hombres sin ley; Dios levant de los muertos a Jess; Pedro y los otros discpulos haban sido testigos de estos acontecimientos; Dios haba hecho a Jess, Seor y Cristo; en el nombre de Jess podemos tener perdn de nuestros pecados (Hch. 2:22-29). La resurreccin de Jess fue un elemento vital en su mensaje.En las primeras recapitulaciones de la fe cristiana.- Pablo aporta una de las primeras recapitulaciones de los grandes temas de la fe cristiana (1 Co. 15:3-8) Son: (1) Porque primeramente os he enseado lo que asimismo recib. Pablo no haba inventado el evangelio sino que lo haba recibido de testigos. (2) Cristo muri por nuestros pecados, conforme a las escrituras. (3) resucit al tercer da, conforme a las Escrituras. (4) ... apareci a Cefas... a los doce... a ms de quinientos hermanos a la vez... a Jacobo... a todos los apstoles... a m.Pedro tambin hizo una de las primeras recapitulaciones de las creencias cristianas (1 Pd. 1:3-9). Son: (1) Dios es el Padre de nuestro Seor Jesucristo. (2) Por medio de Cristo nacemos a una nueva vida. (3) La fe es una esperanza viva. (4) La fe vino por la resurreccin de Cristo Jess de los muertos. (5) Tenemos una herencia en el cielo. (6) Somos guardados por el poder de Dios. (7) Dios sigue relacionndose con nosotros en nuestras alegras y en nuestras tristezas, preparndonos para nuestra salvacin final. [p. 30]En ambas recapitulaciones, la resurreccin de Jess es central a la fe y nos conduce a creer en el futuro.Temas principales de la predicacin de los apstoles.- En 1936, un conocido erudito del Nuevo Testamento, C. H. Dodd, public un breve pero importante tomo titulado: The Apostolic Preaching and Its Development. (La predicacin apostlica y su desarrollo).[footnoteRef:15] Habiendo estudiado cuidadosamente la predicacin y enseanza en las primeras secciones del Nuevo Testamento, Dodd recapitul estos temas: (1) con la venida de Cristo comenz una nueva era; (2) Cristo vino de la familia y linaje de David; (3) Cristo muri para rescatarnos; (4) fue sepultado; (5) resucit al tercer da conforme a las Escrituras; (6) fue exaltado a la mano derecha de Dios; (7) vendr otra vez; y (8) los que creen en Cristo obtienen el perdn de sus pecados y el Espritu Santo. [15: C. H. Dodd, The Apostolic Preaching and Its Development (La predicacin apostlica y su desarrollo) (London: Hodder & Stoughton Limited, 1936), pg. 17.]

Quiz he cometido el error del cual previne a los lectores. Quiz he enfatizado la resurreccin de Jess al extremo de haber descuidado los otros temas. Ntese, sin embargo, que en cada caso la resurreccin de Jess es un elemento indispensable en el mensaje y seala hacia una esperanza futura para quienes creemos en l.El significado de la resurreccinLa vida de Cristo, sus enseanzas, su muerte y resurreccin constituyen la base de la creencia cristiana. Creencia es ms que aferrarse a las doctrinas. Es una confianza personal o consagracin al Dios revelado en Cristo. Creencia es ms que creer que Cristo muri y resucit por nosotros. Fe es creer en Cristo. Esto se produce dentro de nosotros por medio de or el evangelio (Ro. 1:17). Lo pensamos, recibimos la conviccin de que es verdad, y luego confiamos en Jess.La resurreccin de Cristo de los muertos tiene una relacin vital con su vida y muerte, y con nuestra fe. Su resurreccin es el evento que barre con nuestra vacilacin y nos impulsa a tomar una decisin. Dale Moody ha comentado acertadamente: Todo se afirma o cae ante este hecho.[footnoteRef:16] [16: Dale Moody, The Hope of Glory (La esperanza de gloria) (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1964), pg. 83.]

En cierta ocasin tuve oportunidad de escuchar a unas personas que sostenan que nuestra fe en Cristo no se vera afectada si el cuerpo de Cristo hubiera permanecido en la tumba. Especulaban que si algn arquelogo hubiera encontrado su tumba, la hubiera identificado sin ninguna duda junto con el esqueleto, y hubiera establecido con certidumbre que Jess no haba sido levantado, en realidad esto no hara mucha diferencia para nosotros. [p. 31] Pienso que si tal hubiera sido el caso, nuestra fe habra recibido un golpe mortal. Bruce Vawter afirm que nuestra fe es, precisamente, la creencia de que Dios, por medio de una accin especial, resucit a Jess de los muertos.[footnoteRef:17] [17: Bruce Vawter, This Man Jesus (Este hombre Jess) (Garden City: Doubleday & Company, Inc., 1973), pg. 45.]

Confirmacin de la presencia de Dios.- En Cesarea de Filipo, Pedro haba reconocido la revelacin de Dios en Cristo como el Mesas. Los discpulos le dedicaron sus vidas. Luego la crucifixin de Jess los dej solos. Pero su resurreccin les confirm la presencia de Dios. En cierta ocasin cuando Cristo estaba con ellos, Pedro respondi: Seor, a quin iremos? T tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos credo y conocemos que t eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente (Juan 6:68, 69).La resurreccin nos confirma que nunca volveremos a estar solos. Cuando dudamos, nos sentimos abandonados. Nos preguntamos dnde est Dios. Estamos solos? Completamente solos? Son las puertas de la muerte el final absoluto? La resurreccin de Jess nos dice que Dios est con nosotros ahora y estar con nosotros ms all de la muerte.Afirmacin de las promesas de Dios.- La fe bblica se basa en las promesas de Dios. Estas promesas dan significado y un sentido de destino a la vida. La resurreccin de Jess es la declaracin ms osada de que Dios cumple sus promesas.Jess predijo su propia muerte y resurreccin (Mar. 8:31, 32; 9:31, 32; 10:33, 34). En aquel momento, los discpulos no lo entendieron, pero despus de la resurreccin, s. Dios cumpli su promesa. Cuando dudamos, necesitamos leer los pasajes del Nuevo Testamento que relatan la resurreccin de Jess.Recordatorio de la providencia de Dios.- Los escritores bblicos nos recuerdan en repetidas ocasiones que Dios, quien cre el universo, sigue guiando y sustentando su creacin llevndola hacia su meta y los propsitos que l tiene. La historia de Jos en Gnesis ilustra su cuidado. Pablo lo expres claramente en Romanos 8:28: Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propsito son llamados.Pedro vea la providencia de Dios en la crucifixin. Conden a quienes crucificaron a Jess, pero interpret el hecho diciendo: a ste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificndole; al cual Dios levant (Hch. 2:23, 24a).La resurreccin de Jess es prueba de que podemos sentimos seguros de la providencia de Dios en nuestras vidas y destinos. [p. 32]Antecedentes de la esperanza cristiana en el Antiguo TestamentoEs un grave error tratar de acomodar las creencias cristianas al Antiguo Testamento. Igualmente serio es ignorar las enseanzas del Antiguo Testamento que con tanta frecuencia arrojan luz sobre temas cristianos. Ciertos temas escatolgicos son tratados con claridad en el Antiguo Testamento y ayudan al pensamiento cristiano.Ejemplos relacionados con la vida presenteLa fe y promesa del pacto.- Los hebreos crean que Dios los haba llamado a una relacin especial con l, una relacin de pacto. Abraham y sus descendientes eran peregrinos en un peregrinaje apuntalado por la promesa de Dios. Aunque la meta de ese peregrinaje puede haber sido la Tierra Prometida en Canan, era una promesa que expresaba esperanza y un sentido de destino.El pacto y la promesa permeaban la vida del pueblo hebreo. La afirmacin ms hermosa que los expresa, sea que se limite a este mundo o al venidero, es el que leemos una y otra vez: Ser a vosotros por Dios, y vosotros me seris por pueblo (Jer. 7:23).El propsito de Israel, visto como un pacto con Dios, los llev a un peregrinaje basado en la promesa. Una fe de esta calidad contiene inevitablemente creencias escatolgicas.Juicio de la nacin.- El pacto con Israel hizo surgir el tema de las expectativas de Dios y la fidelidad de Israel. Dios no poda olvidar a Israel. El guiaba a la nacin, corrigindola cuando pecaba. Los profetas proclamaban claramente dicha correccin, o juicio, y lo llamaban el Da del Seor.Ams es un buen ejemplo para comprender el juicio. El proclam la venida del Da del Seor como un tiempo de vindicacin y condenacin (Ams 5:18-20). Us la parbola de la plomada de albail suspendida en un muro. Cuando Dios viniera para juzgar a Israel vindicara a la justicia que el juicio revelara y condenara la injusticia que el juicio revelara (7:7-9).Juicio a todo el mundo.- La historia del Antiguo Testamento enfatiza de tal manera a Israel, que resulta fcil olvidar el inters de Dios por otras naciones y su actuacin en las mismas. Dios es Seor de todo. Todas las naciones estn incluidas en el juicio de Dios. Varios escritores del Antiguo Testamento trataron este tema. Entre ellos, Isaas nos ofrece un buen ejemplo. Dijo que todas las naciones vendran a estar bajo el juicio de Dios, por lo tanto, se encuentran incluidas en su propsito (Isa. 2:2 y sigts.). [p. 33]Juicio individual.- En las ilustraciones mencionadas anteriormente, el juicio de Dios era general. Jeremas y Ezequiel presentan algo digno de notar: un nfasis o cambio de lo nacional a lo individual. Ambos citaron el antiguo dicho: Los padres comieron las uvas agras y los dientes de los hijos tienen la dentera. Luego, los dos recalcaron que el individuo no puede ya negar su propia responsabilidad escudndose en la familia, nacin, raza o herencia. Ms bien, cada persona es responsable de su pecado (Jer. 31:29; Ez. 18:2). Este dramtico anuncio es el fundamento sobre el cual ms adelante se desarroll la escatologa relacionada con el individuo.Creencias acerca de la vida despus de la muerteEl concepto neotestamentario del cielo no aparece en el Antiguo Testamento. La erudicin bblica reconoce que la antigua Israel comparta con la mayora de los pueblos de la antigedad, la creencia en una existencia que contina despus de la muerte en un submundo nebuloso. Admite que la fe de Israel inclua la idea de una resurreccin y juicio general antes del final del Antiguo Testamento.[footnoteRef:18] [18: R. H. Charles, A Critical History of the Doctrine of a Future Life in Israel, in Judaism and in Christianity (Una historia critica de la vida futura en Israel, en el judasmo y en el cristianismo) (London: Adam and Charles Black, 1913).]

Seol.- Los hebreos crean en una especie de continuacin de la existencia despus de la muerte en una regin fuera de la tierra pero accesible a Dios. El Seol no era un lugar deseable. Sus habitantes no tenan la libertad de regresar (Job 16:22) aunque podan ser llamados por los vivos para ser consultados (1 Sam. 28: 13).[footnoteRef:19] [19: Ver T. H. Gaster, "Dead, Abode of the," Interpreter's Dictionary of the Bible ("Muertos, morada de los", Diccionario del Intrprete de la Biblia) (New York y Nashville: Abingdon Press, 1962), 1:787-788.]

Aun la sombra del Seol era a veces penetrada por la luz de la esperanza. Escribi el salmista: No dejars mi alma en el Seol, ni permitirs que tu santo vea corrupcin (Sal. 16: 10). Tambin: Pero Dios redimir mi vida del poder del Seol, porque l me tomar consigo (49: 15). Y, Me has guiado segn tu consejo, y despus me recibirs en gloria (73:24). Estas expresiones de esperanza, aunque no son iguales a la esperanza de resurreccin del Nuevo Testamento, s contienen un elemento de expectacin.La pregunta de Job.- Job aparentemente crea en la nocin popular del Seol, pero, en la profundidad de su sufrimiento, se resisti a desesperar y mantuvo su esperanza. Expres su fe en una pregunta que veladamente sugiere esperanza: Oh, quin me diera que me escondieses en el Seol, que me encubrieses hasta apaciguarse tu ira, que me pusieses plazo, y de m te acordaras! Si el hombre muriere, volver a vivir? (14: 13, 14a).Su pregunta era el quejido de agona de un hombre al borde de la desesperacin. Pero contena una incipiente esperanza: Si el hombre muriere, volver a vivir? Job no recibi ni expres una contestacin clara. Aun cay en un pesimismo ms profundo. Sin [p. 34] embargo, en su pregunta, confiesa indirectamente su fe en Dios que nos ama tanto que seguramente ha de tener algo mejor que esta vida para nosotros.Una resurreccin en Daniel.- La nica afirmacin segura en el Antiguo Testamento acerca de una resurreccin general se encuentra en el libro de Daniel. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra sern despertados, unos para vida eterna, y otros para vergenza y confusin perpetua (12:2). En Isaas leemos: Tus muertos vivirn; sus cadveres resucitarn que quiz sea la afirmacin bblica ms antigua acerca de la resurreccin. Hay quienes interpretan este pasaje de la misma forma que interpretan los huesos secos de la profeca de Ezequiel.Ya para el tiempo de Daniel, era comn la creencia en una resurreccin general. En la poca del Nuevo Testamento vemos que los fariseos crean en la resurreccin de los muertos en cambio los saduceos, no.La lgica de la esperanzaLudwig Feuerbach lanz el ataque ms serio que se haya descargado jams sobre la religin en general y sobre el cristianismo en particular. En The Essence of Christianity (La esencia del cristianismo) sostiene que todas las creencias cristianas son meros deseos, o la proyeccin de un deseo finito hacia lo infinito.[footnoteRef:20] Feuerbach no hace una distincin entre deseo y esperanza. Pero la diferencia existe. La esperanza se basa en creencias teolgicas. No es un mero deseo. Descansa sobre el fundamento slido y la revelacin histrica de Cristo Jess. [20: Ludwig Feuerbach, The Essence of Christianity (La esencia del cristianismo), George Eliot, trad. (New York: Harper & Brothers Publishers, 1957).]

La esperanza surge inevitablemente de creer en DiosCreer en Dios requiere y produce esperanza en el futuro. Por lo tanto, todas las razones para creer en Dios apoyan la creencia de que Dios completar su creacin y la llevar a su culminacin segn su propsito. La diferencia entre deseo y esperanza es la fe en Dios. Los deseos del ser humano brotan de su egosmo. Cuando su vida est centrada en Dios por fe, puede tener esperanza en las acciones futuras de Dios.La experiencia humana busca esperanzaLa naturaleza temporal de la vida, la incertidumbre de la existencia, acompaadas de una percepcin de que existe un propsito, claman por un sentido de esperanza. Con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto (1 Co. 9:10). Con esperanza tenemos y criamos nuestros [p. 35] hijos, nos ganamos el sustento diario y nos retiramos a descansar. Con esperanza acompaamos a nuestros seres queridos en el solitario camino a su sepultura. Un da seremos nosotros los que transitemos ese mismo camino, con esperanza. Si la vida tiene algn significado, nuestra esperanza es lgica, tiene sentido.Las expresiones universales de esperanza son argumentos a su favorLa idea del Seol, o supervivencia fantasmal, sugiere convincentemente que hay algo ms all de esta vida. Aun el nirvana, a pesar de su negativismo, es un testimonio indirecto del anhelo universal que se proyecta ms all de la muerte. Los juguetes y los enseres infantiles encontrados en los jarros mortuorios de nios de la antigedad demuestran una esperanza en algo que trasciende la muerte.La naturaleza incompleta de la vida es razn de esperanzaLa vida de todos nosotros lleva una etiqueta que dice incompleto. Esto se aplica especialmente a quienes por cualquier razn mueren prematuramente. Y se aplica tambin a quienes viven una larga vida. Cada uno de nosotros, aun en el mejor de los casos, es como un mueble sin terminar. Necesitamos ms lijado, pulido y lustrado. Lo que vamos logrando tiene su mrito y revela una intencin camino a ser realizada. Negar que habr una consumacin contradice la idea de que nuestras vidas tienen propsito.Si la vida significa algo, incluye una esperanza futuraA menos que nuestras vidas sean una burla, ha de haber vida despus de la muerte. Vivimos con propsito y significacin. Los desengaos de la historia y de la vida individual, sin embargo, parecen rogar por otra oportunidad en el ms all. Cuntas veces nuestra existencia colectiva en la tierra se ensucia y distorsiona, pero aun en las distorsiones vemos la lucha por encontrar significado, una expresin de propsito. Aun cuando nuestras aspiraciones humanas nos llevan a excesos, a crueldades, a tratar mal a otros, expresan algo en nuestra existencia humana que necesita ms tiempo u otra oportunidad.La esperanza agrega a la vida un elemento de significado y propsito. La vida humana se eleva por esta esperanza. Es seguro que el poder creativo de la esperanza ha de ser una expresin del poder creativo de Dios en su universo. La esperanza tambin es sufrida y benigna. La esperanza tampoco tiene envidia ni es jactanciosa. La esperanza vive con el amor. [p. 36]La esperanza es ms razonable que sus alternativasNo podemos probar al escptico que nuestra fe en Dios es real. Tampoco podemos probar que nuestra esperanza de una vida despus de la muerte es verdad. Pero tenemos un testimonio persuasivo en la resurreccin de Jess y su promesa a nosotros. Abunda en la vida humana el sentido de significado que se proyecta ms all de esta existencia.Lo contrario a esperanza es desesperanza o un vivir sin sentido. La esperanza es, sin lugar a dudas, la mejor opcin. Aun si no hubiera una vida despus de la muerte, vivir en esperanza sera preferible a vivir sin ella.Entre la esperanza y la desesperanza (falta de sentido) existen otras posibles alternativas. El gnosticismo no es mucho mejor que vivir sin sentido. La indiferencia es indigna del ser humano. La duda o la disposicin de considerar la posibilidad de un ms all son preferibles a la total negacin o la desesperanza.Creer en la esperanza cristiana de vida eterna tiene ms sentido que cualquier otra opcin. Por lo tanto, consideremos ms especficamente qu involucra la esperanza cristiana. [p. 37]3La esperanza y la muerte

Entonces los soldados le llevaron dentro del atrio, esto es, al pretorio, y convocaron a toda la compaa. Y le vistieron de prpura, y ponindole una corona tejida de espinas, comenzaron luego a saludarle: Salve, Rey de los judos! Y le golpeaban en la cabeza con una caa, y le escupan, y puestos de rodillas le hacan reverencias. Despus de haberle escarnecido, le desnudaron la prpura, y le pusieron sus propios vestidos, y le sacaron para crucificarle... Cuando vino la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y a la hora novena Jess clam a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, lama sabactani? que traducido es: Dios mo, Dios mo, por qu me has desamparado? Y algunos de los que estaban all decan, al orlo: Mirad, llama a Elas. Y corri, uno, y empapando una esponja en vinagre, y ponindola en una caa, le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si viene Elas a bajarle. Mas Jess, dando una gran voz, expir (Mar. 15:16-20, 33-37).

La muerte irrumpe en nuestras vidas llevndose a nuestros seres ms queridos. La muerte acecha nuestras propias vidas como una enemiga que, en las sombras, espera, observa. La muerte siempre es una intrusa, nunca una visita bienvenida.Durante la preparacin final de este manuscrito, la muerte se llev a dos personas que me eran muy queridas. El doctor John Ed Steely falleci sbitamente de un ataque al corazn el da viernes de Semana Santa. Habamos sido compaeros de universidad, de seminario, amigos de toda la vida y colegas como profesores en el seminario. Aunque l estaba preparado para partir, yo no lo estaba para seguir sin l. Hace un mes, mi hermana, Eunice Balfour, perdi la batalla contra el cncer. Aunque ya sabamos desde haca un ao cul sera el desenlace, no nos sentimos preparados cuando falleci. [p. 38]Pablo nos alienta, al igual que a los tesalonicenses cuando escribe: Tampoco queremos, hermanos, que ignoris acerca de los que duermen, para que no os entristezcis como los otros que no tienen esperanza (1 Ts. 4:13). S, tenemos esperanza. Es verdad que no sufrimos como los que no tienen esperanza. Pero sentimos congoja porque la muerte sigue siendo una de las oscuras realidades de la existencia humana.No es fcil dar una definicin de la muerte. Los mdicos declaran muerta a una persona cuando sus rganos vitales han dejado de funcionar. Al hablar de la muerte, es claro que incluimos la muerte biolgica o clnica. Podramos definir la muerte humana como un suceso puramente natural, como la muerte de los animales. Pero Emil Brunner dijo acertadamente: La verdad es que el hombre no muere como otros animales superiores, as como no vive como ellos.[footnoteRef:21] La muerte humana, como la vida, est rodeada de misterio. [21: Emil Brunner, Eternal Hope (Esperanza eterna), Harold Knight, trad. (Philadelphia: The Westminster Press, 1954), pg. 97.]

El trmino, e idea, muerte, aparece en la Biblia con diversos significados. En la mayora de los casos se refiere a la muerte biolgica. En otras ocasiones, se puede referir a una especie de separacin de la vida por parte de alguien que todava vive biolgicamente. El trmino tambin se aplica a una realidad especial, completamente aparte de la muerte fsica. La expresin segunda muerte aparece en el libro de Apocalipsis para referirse a la separacin eterna de Dios que sufrirn los malos despus del juicio final.Si hemos de entender el significado bblico de la muerte tenemos que estar dispuestos a ver las diferencias entre las dimensiones espirituales y las fsicas. Algunos telogos distinguen entre tres tipos de muerte: (1) espiritual, (2) fsica y (3) eterna.[footnoteRef:22] [22: Loraine Boettner, Inmortality (Inmortalidad) (London: Pickering and lnglis, Ltd., 1958), pg. 16.]

La muerte como terminacin normal de la vidaEn los albores de la historia del Antiguo Testamento no aparece el concepto de vida eterna como el que tenemos ahora basado en la resurreccin de Jesucristo. Parece ser que crean que la sombra de la persona segua existiendo en algn submundo sombro, en una existencia triste. En vista de esto, muchos pasajes de la Escritura indican que el pueblo aceptaba a la muerte como la terminacin normal de la vida. Cuando Josu present su desafo a Israel ante la inminencia de su propia muerte, dijo: Y he aqu que yo estoy para entrar hoy por el camino de toda la tierra (Jos. 23:14).Muchas son las referencias a la muerte en el Antiguo Testamento, pero slo enfocaremos tres que nos parecen representativas. [p. 39]La muerte en la ancianidadMientras Abram dorma, el Seor le habl del destino del pueblo hebreo. Luego le dijo: Y t vendrs a tus padres en paz, y sers sepultado en buena vejez (Gn. 15:15). Algo similar se dice de Isaac: Y exhal Isaac el espritu, y muri, y fue recogido a su pueblo, viejo y lleno de das; y lo sepultaron Esa y Jacob sus hijos (35:29).El hecho de que la muerte es inevitable, y la aceptacin de la misma como el final normal de la vida se advierten en el concepto hebreo de lo que era el lapso normal de la vida. En la primera parte del Antiguo Testamento ese lapso era de 120 aos. Y dijo Jehov: No contender mi espritu con el hombre para siempre, porque ciertamente l es carne; mas sern sus das ciento veinte aos (Gn. 6:3). Ms adelante, el lapso normal de la vida era de 70 aos. El salmista escribi: Los das de nuestra edad son setenta aos; y si en los ms robustos son ochenta aos, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos (90:10).La muerte como un acto que nos rene con los nuestrosHemos notado en los pasajes de Gnesis citados, que morir era reunirse con los antepasados. La conclusin de una vida buena era ser enterrado en el cementerio familiar junto a sus padres.Vemos en el Antiguo Testamento que era comn decir, al hablar de la muerte, que el difunto durmi con sus padres. Dice que durmi David con sus padres (1 Rey. 2:10), y tambin y durmi Salomn con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de su padre David; y rein en su lugar Roboam su hijo (1 Ry. 11:43).Cuando la muerte es una tragediaEn el Antiguo Testamento, la vida de una persona era considerada afortunada si viva su curso normal, si dejaba hijos que perpetuaran su nombre y familia, y si era sepultado con honra junto a sus padres.Pero era trgica si faltaba cualquiera de estos elementos. Si uno mora prematuramente era una tragedia. Ezequas, habindose recobrado de una enfermedad que pensaba era fatal, rememoraba: Yo dije: A la mitad de mis das ir a las puertas del Seol; privado soy del resto de mis aos. Dije: No ver a JAH, a JAH en la tierra de los vivientes; ya no ver ms hombre con los moradores del mundo (Isa. 38:10, 11). Esta lamentacin expresa la tragedia de la muerte en el apogeo de la vida. Tambin indica la creencia de que la vida se interrumpe, porque Ezequas dice que pasara el resto de sus aos en el Seol. Esta afirmacin muestra claramente que la dimensin en [p. 40] la cual vivimos y nos relacionamos con Dios y con nuestros semejantes es en esta vida. El Seol no anuncia gozo ni promesa.El pueblo hebreo desarroll y practic un minucioso procedimiento para dar sepultura a los muertos, en parte por su respeto a la vida humana y al cuerpo; y en parte porque la tumba familiar era un recordatorio tangible de su historia. Tenan leyes y costumbres meticulosas sobre tocar a los muertos. Eran enemigos de exponer o mutilar un cadver.La muerte es enemigaEn las enseanzas de las Escrituras, la muerte aparece como la enemiga de todo ser humano. La muerte es una amenaza a su existencia. Para el que vive, la idea de no existir es horrible. Es an ms devastador enfrentar el hecho de que nuestros seres queridos dejarn de ser.La seriedad de la muerteEn mi funcin de pastor, me ha tocado con frecuencia acompaar a los deudos en ocasin de un fallecimiento. En esas circunstancias he odo a otros creyentes, y a veces hasta a pastores, decir cosas como: Est mejor que nosotros o Dios quiere a X junto a l o es la voluntad de Dios, quines somos nosotros para cuestionarla?Cuando hablamos tan ligeramente, hacemos de la muerte algo trivial, y no honramos a Dios. Es verdad que los deudos deben recibir nuestras palabras de aliento basadas en promesas bblicas apropiadas sobre la resurreccin y la vida venidera. Hemos de consolar a los que han sufrido una prdida. Pero siento que, en nuestro afn por consolar, tratamos a la muerte como si fuera menos seria de lo que es.Hay casos cuando una persona ha vivido victoriosamente hasta llegar a la ancianidad y ha quedado, no slo abandonada, sino tambin gastada y enferma. Si sufre mucho sin posibilidad de mejorar, razonamos que la muerte sera preferible. Pero aun as, la muerte representa una prdida trgica. La muerte deja un vaco que nadie puede llenar. La muerte es una realidad seria para quien la enfrenta.Podramos recordar a almas heroicas que arriesgaron y perdieron su vida por salvar otras. Les rendimos honores y otorgamos medallas pstumas. Aun si nosotros mismos no nos dolemos, habr un crculo de seres queridos, familiares y amigos, que s lo sienten y sufren no slo ahora sino que los extraarn por mucho tiempo. [p. 41]La muerte es una ladronaHace varias dcadas, el telogo escocs John Baillie escribi un librito titulado And the Life Everlasting (Y la vida eterna). En l, habla de quienes dicen que no se preocupan por la vida despus de la muerte, que slo se interesan por la vida presente. El profesor Baillie propone que una persona con esa filosofa, al ver morir a sus propios seres queridos creyendo que la muerte es permanente, no podra decir: No me interesa la vida despus de la muerte. Baillie razona que tal persona traiciona a sus seres queridos y a todo el cario que los haba unido. Afirma: No tiene derecho a ser indiferente y No tiene derecho a no sentir tristeza.[footnoteRef:23] [23: John Baillie, And the Life Everlasting (Y la vida eterna) (London: Oxford University Press, 1934), pgs. 53, 54.]

Aunque yo llegara al punto de no importarme mi propia muerte, debo tener cuidado de no transferir la misma falta de inters a la muerte de otra persona.La universalidad de la muerteEs tan obvio que todos morimos que slo una breve mencin de este tema basta. La cuestin de la muerte figur en la primera experiencia de tentacin de los padres de la raza humana. Adn y Eva fueron tentados a traspasar el dominio de Dios y negar la limitacin de su propia existencia. El tentador dijo: No moriris (Gn. 3:4). Adn y Eva quisieron negar o escaparse de los lmites que la muerte impone a toda criatura: Los seres humanos somos criaturas, y, como tales, estamos limitados a un tiempo y espacio. Nuestra vida humana llegar a su fin. Nosotros tambin moriremos.Pablo comprendi la realidad de la universalidad de la muerte como algo inevitable y comn a toda la humanidad. El escribi: Porque as como en Adn todos mueren, tambin en Cristo todos sern vivificados (1 Co. 15:22). Pablo argument la universalidad del pecado (Ro. 3:23) y que la paga del pecado es muerte (6:23).Aun el Hijo de Dios que vino al mundo como un ser humano, muri. El Nuevo Testamento y las afirmaciones de fe basadas en l son correctas al insistir que Jess realmente muri. Slo por medio de la muerte podra identificarse totalmente con la humanidad que vino a salvar.El reinado de la muerteCuando Pablo enseaba que Cristo haba muerto por nosotros para salvarnos, indic: Por tanto, como el pecado entr en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, as la muerte pas a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. No obstante, rein la muerte desde Adn hasta Moiss, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresin de Adn, el cual es figura del que haba de venir [p. 42] (Ro. 5:12, 14). La expresin rein la muerte slo significa que la muerte prevaleca o que la muerte continuaba.Sin embargo, hay indicios de que la muerte era considerada casi como una persona. La muerte y el Seol eran personificados como lugares en el Antiguo Testamento. En Proverbios, la muerte era una especie de monstruo que devoraba a la gente. Proverbios 1:12 dice: Los tragaremos vivos como el Seol, y enteros, como los que caen en un abismo. Isaas dijo: Por eso ensanch su interior el Seol, y sin medida extendi su boca (Isa. 5:14). Esta personificacin, o casi personificacin de la muerte se repite en el Nuevo Testamento.Pablo casi personific a la muerte en su gran captulo sobre la resurreccin: Sorbida es la muerte en victoria (1 Co. 15:54). Juan la personific cuando escribi: Y el mar entreg los muertos que haba en l; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que haba en ellos; y fueron juzgados cada uno segn sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego (Ap. 20: 13, 14). El reinado del pecado se presenta tambin como una esclavitud. Pablo record a los romanos que erais esclavos del pecado (Ro. 6:17), pero aunque haban sido esclavos del pecado ahora eran libres (v. 22). El concepto de que somos esclavos del pecado y de la muerte muestra claramente el reinado de la muerte.El reinado de la muerte aparece tambin en Efesios: Cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo (Ef. 2:1, 2). La muerte no slo es una amenaza sino tambin una tirana que ha usurpado el poder sobre nuestras vidas reinando con cruel tirana.La muerte como destruccinLa muerte es una enemiga que destruye. La fe hebrea no reconoca otros dioses o ngeles hostiles que pudieran invadir el mundo de Dios con la muerte, como era el caso en otras religiones. La muerte, sin embargo, se convierte en el poder destructor en relacin con los pecados del hombre. Mientras la mortalidad en la Biblia, es una caracterstica de la vida, la maldicin que resulta del pecado convierte a la muerte en un poder destructor.Cuando Pablo escribi la paga del pecado es muerte (Ro. 6:23), habl de la destruccin inevitable de la vida humana cuando est separada de Dios. El pecado es el aguijn de la muerte (1 Co. 15:56).Los estudios ecolgicos actuales explican cmo la muerte de un tipo de planta o animal es parte de la cadena alimenticia que provee vida a otros seres vivientes. La muerte y la descomposicin proveen sustancias que nutren a nuevas vidas. La fe tpica ve a la muerte de [p. 43] una manera totalmente distinta. La muerte es destruccin. En la muerte estamos separados de la vida y posiblemente de Dios.La muerte como paga del pecadoPablo escribi: Porque la paga del pecado es muerte, mas la ddiva de Dios es vida eterna en Cristo Jess Seor nuestro (Ro. 6:23). Notemos que el contraste se da entre la muerte y la vida eterna. Hay un contraste ms en las frases paga del pecado y ddiva de Dios. La vida eterna es considerada siempre como una ddiva de la gracia de Dios, nunca como algo que logramos por nuestros propios medios. La muerte, por otro lado, es considerada la consecuencia legtima de una vida de pecado.Esta frase, la paga del pecado recalca tres ideas: (1) la conexin inevitable entre el pecado y la muerte, (2) la muerte es la consecuencia justa del pecado y, (3) la ddiva de Dios es vida eterna por medio de Jesucristo.La muerte, enemiga de JessMuchos cristianos, pensando que le rinden un gran honor a Jess, buscan maneras sutiles de negar su autntica humanidad. Sin querer, caen en la antigua hereja del docetismo. No pueden aceptar el hecho de que Jess haya sido tentado. Encuentran la manera de desvirtuar las tentaciones, alegando que Jess nunca puede haber pensado en hacer algo malo. Debido a su reverencia por Jess, tienden a pasar por alto las afirmaciones muy claras de su humanidad que encontramos en el Nuevo Testamento. En ningn momento resulta esto ms evidente que la noche antes de la muerte de Jess.Aquella noche en el huerto de Getseman, Jess pidi a sus discpulos: Sentaos aqu, entre tanto que yo oro (Mar. 14:32). Jess estaba en agona. Se encontraba ante la sombra de la muerte: Y tom consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenz a entristecerse y a angustiarse (v. 33). Despus les dijo: Mi alma est muy triste, hasta la muerte; quedaos aqu y velad (v. 34). Luego, Jess or que, de ser posible, fuera librado de la muerte. En su oracin rog: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de m esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que t (v. 36). Nuevamente pidi a sus discpulos que velaran y oraran (v. 37) y una vez ms se retir a orar (v. 39).A la hora de su muerte, Jess lanz un grito de pura agona: Dios mo, Dios mo, por qu me has desamparado? (Mar. 15:34). Oscar Cullmann insiste que aun para Jess la muerte era un encuentro temible, un enemigo destructor y una experiencia de [p. 44] absoluta soledad. Jess no pas por la experiencia de la muerte alegremente, como si no le importara. Mas bien, pas por el horror y la repugnancia de la muerte para salvarnos. Es imposible captar la hermosura de la resurreccin sin captar primero el horror de su muerte.[footnoteRef:24] [24: Oscar Cullmann, Inmortality of the Soul or Resurrection of the Dead? (Inmortalidad del alma o resurreccin de los muertos?) (London: The Epworth Press, 1958), pg. 27.]

La ltima enemigaHemos notado la profunda tristeza con que Jess encar su propia muerte. Hemos notado que la muerte es siempre una enemiga. En la agona que rodea a la muerte, sin embargo, hay un rayo brillante de esperanza. La muerte es la ltima enemiga.La muerte de Jess fue seguida por su resurreccin. Pablo explic esta resurreccin como una victoria sobre la muerte no slo para Jesucristo sino tambin para quienes creen en l. Escribi estas alentadoras palabras: Y el postrer enemigo que ser destruido es la muerte (1 Co. 15:26).En su resurreccin de los muertos, Jess destruy a la muerte y al poder de la muerte sobre su propia vida. Cuando el ser humano escucha el evangelio y cree en Cristo Jess, tambin observa la destruccin de su propia muerte como la postrer enemiga. Juan concluy su gran drama de la redencin con la destruccin del pecado, la muerte y el diablo al decir: Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego (Ap. 20:14). Enfrentar la muerte puede compararse con la existencia de un soldado ante la ltima batalla de una guerra. Ha pasado por los peligros de batallas anteriores. Enfrenta una ms que, en muchos sentidos, es peor a todas las otras juntas. Pero existe una gran diferencia. Puede enfrentar los peligros de esta batalla por su conviccin de que ser la ltima y que despus le espera la victoria.Conceptos cristianos de la muerteNo intentaremos en esta seccin el presentar todos los conceptos o afirmaciones sobre la muerte que aparecen en el Nuevo Testamento. Pero s observaremos algunos de los enfoques que ayudan a dar forma al concepto cristiano de la muerte.El concepto cristiano de la muerte tiene sus races en la idea hebrea acerca de la misma, en el Antiguo Testamento. Desde el principio, el pueblo hebreo pensaba que la vida se caracteriza por el aliento. El aliento, que era el principio de vida en la creacin, significa mucho ms que inhalar y exhalar. Es difcil traducir este vocablo sin distorsionarlo. El concepto es mucho ms antiguo que la idea griega de que el alma es un ente separado del cuerpo. Aliento, [p. 45] en el hebreo, se refiere al principio de la vida o fuerza animadora en la vida. Esto resulta natural, ya que dejar de respirar significa morir.La muerte, entonces, es lo contrario a la vida. La ausencia de vida es sinnimo de muerte. Pablo poda comentar que los gentiles estaban muertos en sus delitos y pecados antes de aceptar la verdadera vida en Jesu