La Elaboración Lacaniana de las Neurosis
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7/23/2019 La Elaboracin Lacaniana de las Neurosis
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La elaboracin lacaniana:
Marit Colovini
Es Lacan quien acenta la oposicin freudiana neurosis-psicosis hasta volverla
excluyente.
Dentro de la estructura neurtica retorna tambin a la oposicin histeria -vs.- n.
obsesivaque a diferencia de la anterior, no es excluyente.
i Lacan se presenta con la consi!na de un "retorno a #reud$, lo hace con el propsito
de reconducir el psicoan%lisis por las v&as abiertas por su fundador, v&as que hab&an sido
olvidadas por los psicoanalistas posfreudianos, especialmente en al!unos puntos, talescomo la primera tpica y la pulsin de muerte. 'promocin del yo hasta lo!rar instalar la
teor&a del yo autnomo, caracteri(acin del fin del an%lisis como identificacin con el
analista)
En el eminario *, se produce la recuperacin de las que Lacan llama estructurasfreudianas+ neurosis, psicosis, perversin. Dentro de las neurosis, distin!ue n. histrica y n.
obsesiva.
a hemos trabaado el uso por Lacan del trmino estructura. qu&, por una parte asume
las connotaciones que ese trmino recibi del estructuralismo/ y por la otra, desi!na que nose trata del nivel descriptivo de la cl&nica.
En el seminario 01, Lacan dice+
Para asegurar un status terico al psicoanlisis no basta en absoluto que un escritortipo Fenichel reduzca todo el material acumulado de la experiencia a la banalidad,
mediante una enumeracin estilo gran colector !s verdad que se han reunido ciertacantidad de hechos, " que no es desde#able verlos agrupados en unos cuantos
cap$tulos% se puede tener la impresin de que, en todo un campo, todo esta explicado de
antemano Pero el anlisis no consiste en encontrar, en un caso, el rasgo di&erencial de
la teor$a, " en creer que se puede explotar con ello por qu su hi'a est muda, pues de loque se trata es de hacerla hablar, " este e&ecto procede de un tipo de intervencin que
nada tiene que ver con la re&erencia al rasgo di&erencial(
!l anlisis consiste 'ustamente en hacerla hablar, de modo que podr$a decirse que
queda resumido, en )ltimo trmino, en la remisin del mutismo, lo cual se llam,durante un tiempo, anlisis de las resistencias
!l s$ntoma es, en primer lugar, el mutismo en el su'eto que se supone que habla *i
habla, se cur de su mutismo, por supuesto
Pero ello no nos dice para nada por qu se puso a hablar +os designa solamente unrasgo di&erencial que, en el caso de la hi'a muda es como era de esperarse, el de la
histrica
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!n e&ecto, el rasgo di&erencial de la histrica es precisamente ese% en el movimiento
mismo de hablar, la histrica constitu"e su deseo e modo que no debe sorprender que
Freud ha"a entrado por esa puerta en lo que, en realidad, eran las relaciones del deseocon el lengua'e, " que ha"a descubierto los mecanismos del inconsciente(-
2e deten!o en esta cita ya que se trata de un p%rrafo muy explicativo de varias
cuestiones.
En primer lu!ar, vemos que Lacan est% tratando de definir cu%l es el estatuto terico delpsicoan%lisis, diciendo que no es el de la descripcin ni el de la explicacin.
Describir, ser&a resaltar el ras!o diferencial y as& procede la psicolo!&a, pero tambin a
veces hay en la transmisin del psicoan%lisis una cierta psicolo!i(acin que consiste en
tomar el len!uae o los trminos psicoanal&ticos para describir o explicar fenmenos.
Lacan dice que el psicoan%lisis consiste precisamente en una intervencin que consistefundamentalmente en deshacer el nudo del s&ntoma que, ustamente, impide al sueto el
hablar. 3onsideren que aqu& el mutismo est% tomado metafricamente, en tanto se trata delo contrario del decir. 4 sea+ el mutismo es entonces tomado en esta cita como elequivalente del s&ntoma a nivel del sueto+ o sea al!o que est% all& e impide que el !oce pase
al discurso, y en ese pasae que es tambin un pasae de un re!istro a otro, se produ(ca un
efecto subetivo. Lacan dice tambin que se trata de una intervencin sobre el mutismo,tomado como s&ntoma, en tanto hay operando la suposicin de que se trata de un sueto que
habla. Esto es importante, y me parece que es a retener+ la suposicin del sueto que habla.
3reo que esta suposicin distin!ue al psicoanalista de otros practicantes. 5o estoy diciendoque desde otras pr%cticas se descono(ca la propiedad del uso del len!uae del ser humano,
sino que hay una especificidad en la pr%ctica del psicoan%lisis que parte de la suposicin del
sueto que habla. Esta suposicin es importante, ya que el sueto slo puede ser supuesto y
es por esta misma suposicin que lle!a a producirse el efecto discursivo que llamamossueto. 6ean que distin!o aqu&+ suposicin de un sueto que habla de efecto sueto. Es slo a
partir de la suposicin de un sueto que puede instalarse el la(o discursivo del que el sueto
del inconsciente es efecto.
3on respecto a la referencia al estructuralismo, llamar estructuras a los cuadros cl&nicos
freudianos, incluye la referencia a la estructura de la palabra y del len!uae y, en especial, al
ser presentadas como estructuras subetivas, implica que el sueto resulta un efecto de esa
estructura y de sus diferentes componentes 'cadena si!nificante, demanda, deseo, pulsin,!oce, fantasma, defensa, etc.). 2%s tarde, el acento en la lin!7&stica que caracteri(a la
primera parte de la ense8an(a de Lacan, ser% despla(ado hacia la l!ica y la topolo!&a y,
por lo tanto, la estructura resultar% definida en funcin de las nociones de estas dosdisciplinas.
6emos que el retorno a #reud y a sus conceptos no implica volver a los enunciados de
los conceptos freudianos y simplemente repetirlos, sino que supone una elaboracin y una
transformacin a partir de nuevos conceptos y teor&as. Entre ellos, fundamentalmente la
1 Jacques Lacan, Seminario XI, Clase 1, del 15 de enero de 1964.
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instancia de la subetividad, que no existe en el pensamiento freudiano. 5o es lo mismo
plantear las cosas en trminos de aparato ps&quico que en trminos de estructura de lasubetividad. Es una modificacin de los conceptos de #reud que, en lu!ar de destacar la
instancia del yo, como vimos que hicieron al!unas corrientes psicoanal&ticas posfreudianas,
pone el acento, sobre todo al comien(o de su ense8an(a, en la instancia del sueto. 3omo
veremos, el resultado es bien diferente.
En esta perspectiva, las estructuras cl&nicas son concebidas como diferentes modos de
constitucin del sueto, diferentes modos de ser sueto e implican, distintas posiciones del
sueto en relacin con los diferentes componentes de la estructura. 3omo tales, no sesuperponen con los hechos patol!icos, pero estos, cuando sur!en+ neurosis, psicosis o
perversiones, se forman se!n las caracter&sticas propias de cada una de estas estructuras.
De esto resultan al!unas ambi!7edades, pero tambin la posibilidad de nuevas
distinciones en el uso de la cl&nica ya que, por eemplo, dia!nosticar una estructurapsictica, no es equivalente a dia!nosticar psicosis, dia!nosticar una estructrura obsesiva,
no es equivalente a dia!nosticar neurosis obsesiva. unque la neurosis no se hayadesencadenado 'desde su posicin estructural y por lo tanto sincrnica, Lacan recupera la
posicin diacrnica de #reud) de todos modos podemos reconocer la posicin obsesiva deun sueto a travs de mltiples &ndices. 9or eemplo, por la forma de respuesta a las
demandas del otro, por la modalidad de su deseo. Es decir, que el trmino estructura
subetiva no sustituye al trmino neurosis, ni tampoco el de car%cter.
En cuanto a esta ltima dupla, neurosis y car%cter, que los posfreudianos terminaron porponer en continuidad, Lacan tambin lo hace, pero al revs.
5o entiende las neurosis ni los s&ntomas neurticos como car%cter y ras!os de car%cter,
sino que trata a stos ltimos como si fueran s&ntomas. La extensin del concepto de
s&ntoma es muy amplia, sobre todo en la primera parte de su ense8an(a, en la que se aplicaa cualquier manifestacin de la subetividad+ todo lo que es interpretable es tratado como un
s&ntoma. en este sentido, Lacan no retrocede ni ante la conducta+ hay conductas
obsesivas, pro eemplo, las ha(a8as y proe(as, que son anali(adas como s&ntomas.
:etornar a #reud, implica tambin volver a sus historiales, lectura que Lacan no de de
hacer en nin!n momento de su ense8an(a. 3uando oven psiquiatra, en su tesis de
doctorado sobre la paranoia, us el mtodo d e exponer detalladamente un caso para que
sirviera como paradi!ma de una entidad cl&nica. Lue!o, hi(o de Dora el paradi!ma de lahisteria, del ;. de las :atas el paradi!ma de la neurosis obsesiva y a chreber de la
psicosis.
Las estructuras subjetivas, la demanda y el deseo:
Los primeros seminarios corresponden al momento en que Lacan introduce, en la lecturade #reud, la perspectiva estructuralista. De #. de aussure, reproduciendo en el
psicoan%lisis un movimiento semeante al que produo 3. Levi-trauss con una
antropolo!&a estructural. De este modo incorpora la distincin entre len!uae y habla
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'palabra), el si!nificado como efecto de la articulacin entre si!nificantes y, un poco
despus, a partir de otros desarrollos de la lin!7&stica contempor%nea, los conceptos demet%fora y metonimia que resultar%n decisivos para la formulacin de la met%fora paterna,
operacin que es espec&fica de las estructuras neurticas.
En los eminarios * y
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tendencia natural sino inmersa en un hecho de len!uae. 5o es un impulso en bruto para
destruir al otro, sino que est% formulada verbalmente, articulada a un anhelo de muerte. etrata del deseo de la muerte del otro, y an de la demanda de muerte del 4tro, como
se ve claramente en el texto de los temores obsesivos del ;ombre de las ratas, donde
queda expl&citamente articulada+ "si ha!o tal cosa mi padre y la dama morir%n$.
s&, la ambivalencia obsesiva queda planteada, en trminos de demanda, como una
demanda de muerte del 4tro y una demanda de amor que va en el sentido exactamentecontrario, ya que el amor tiene el efecto de hacer existir al 4tro. Esto es exactamente lo que
Lacan llamar%, en el eminario =, el callen sin salida de la estructura obsesiva+ es
irresoluble, en la medida en que se trata de dos trminos contradictorios se impone la l!icade la imposibilidad, la satisfaccin de uno impide el cumplimiento del otro.
.si la demanda es algo que representa para el su'eto obsesivo esta suerte de
calle'n sin salida de donde resulta lo que se llama impropiamente ambivalencia, que es
ese movimiento de balanceo o de columpio en el que el obsesivo es reenviado como a
las dos puntas de un calle'n del que no puede salir *i e&ectivamente esta demanda demuerte como lo articula el esquema, necesita ser &ormulada en el lugar del /tro, en el
discurso del /tro, no es simplemente en razn de una historia en la que la madre ha"a
sido el ob'eto de ese deseo de muerte a propsito de alguna &rustracin 0a demanda demuerte en tanto que concierne a ese /tro porque el es el lugar de la demanda, implica
la muerte de la demanda(1
prosi!ue Lacan diciendo+
0a demanda de muerte no puede sostenerse en el obsesivo en tanto est organizadaseg)n las le"es de la articulacin signi&icante, sin en ella misma conllevar esta especie
de destruccin que llamamos aqu$ muerte de la demanda !st condenada a ese
balanceo sin &in, que desde que ella esboza su articulacin se extiende " all$ "ace el&ondo de la di&icultad de articulacin de la posicin del obsesivo(2
Es interesante cmo Lacan aqu& sita el impasse obsesivo, ya que si bien se diri!e a
destruir al 4tro, requiere de ste 4tro para sostener su deseo. #inalmente, se expresa
tambin en el modo de pedir del obsesivo, que resulta insoportable para el otro.
Lacan relaciona el modo de relacin del obsesivo con el otro a travs de la dialctica delamo y el esclavo he!eliano. ;acia el final del seminario 1 dice que el obsesivo espera la
muerte del amo y que esta espera se interpone entre l y la muerte. 3uando el amo mueratodo empeorar%. 6olver%n a encontrar en todas sus formas a esta estructura. El amo, diceLacan, est% en una relacin mucho m%s abrupta con la muerte, ya que est% en una posicin
2 Lacan, J. Seminario 5. Las formaciones del inconsciente. Clase 29, del 2 de
ulio de 195!.
3 I"idem.
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desesperada+ nada tiene que esperar sino su propia muerte, ya que nada puede esperar de la
muerte del esclavo, salvo al!unos inconvenientes.
Lacan dice entonces que el obsesivo no asume para nada su ser para la muerte. Esto l lopone en suspenso. esto es lo que hay que mostrarle.
4 sea+ este anhelo de muerte se combina con la posicin temporal del obsesivo+ la espera
y la poster!acin. El obsesivo encuentra en el otro a su amo y como un esclavo, vive
esperando su muerte. 3ultiva la creencia, ilusoria, de que, cuando el otro muera, podr% vivira su manera o meor, podr% comen(ar a vivir.
Estas indicaciones de Lacan, se refieren a la posicin del sueto en la estructura, pero
sirven al nivel m%s raso de la cl&nica+ el marido obsesivo, que anhela la muerte de su muer
para empe(ar a disfrutar la vida, el hio obsesivo que fantasea todo lo que podr% hacerdespus de la muerte de su padre. Esta posicin de espera es una coartada del obsesivo para
no comprometerse en su deseo. tribuye al 4tro el impedimento de su conducta, para
desli!arse as& de su responsabilidad en la vida. e prote!e en esa creencia para no correrries!os, y, en especial, el del deseo. El obsesivo evita el acto, determinado por el deseo.
>enemos aqu& traducida, en trminos de intersubetividad, la tesis freudiana, formuladaen trminos metapsicol!icos, de que la desviacin hacia el pensamiento del !asto de
ener!&a destinado al actuar, constituye la esencia de la obsesin.
3reer que el impedimento viene del 4tro no es la nica coartada que usa el obsesivoante el deseo. >ambin usa la creencia en su propia impotencia. unque resulte obeto de
sus queas y lamentos, el obsesivo cultiva su impotencia, cree que no puede, para poster!ar
su deseo o para evitar encontrarse con el deseo del otro. 3uando el deseo obsesivo es deseodel 4tro sexo, tambin usa la coartada de su homosexualidad. Las fantas&as de
homosexualidad en el obsesivo siempre son coartada para aliviarse de la an!ustia en el
encuentro con el deseo d el otro en las relaciones con el 4tro sexo. >ienen una funcin
ima!inaria de coartada exactamente como la espera de la muerte del amo. 1nterpretarlas enla cura como homosexualidad latente y no como fantasma usado como ustificacin, es
haber entrado ya en la trampa del ue!o de coartadas obsesivas.
4tra manera de evitar el deseo del otro, es reducir el deseo a la demanda. En cualquierade las formas de la demanda+ pedido, orden, exhortacin, autori(acin, prohibicin. De all&
que el obsesivo viva pidiendo permiso y hacindose autori(ar por el 4tro. 4 la inversa,
espera sus prohibiciones. e hace pedir por el otro y se ocupa en satisfacer la demanda del
otro. l obsesivo le encanta que le pidan, dice Lacan. on distintas maneras de hacer existiro sostener al 4tro.
;ay otros dos recursos para sostener al 4tro de la demanda+ el desaf&o y el re!alo.mbos contribuyen a darle consistencia. El re!alo, un don del sueto al 4tro, se ubica en el
centro de las conductas oblativas del obsesivo. En cuanto al desaf&o, se relaciona con unaconducta delimitada por Lacan como caracter&stica del obsesivo+ la ha(a8a o la proe(a, en
la cual se detiene para anali(ar la estructura que la distin!ue+ e la podr&a llamar tambin
record, querer hacer al!o fuera de lo comn que quede re!istrado. 9ara !anar un desaf&ohace falta un rival, un semeante, peor no es suficiente. El obsesivo se pone toda clase de
tareas duras, a!otadoras, que habitualmente consi!ue llevar a cabo con xito. 9eor lo que
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#
est% en ue!o no es la satisfaccin en su reali(acin misma, sino el premio, el permiso, el
reconocimiento del 4tro. a #reud se8alaba que en estos casos el valor ertico sur!&a deldestinatario+ ?a quin est% diri!ida esta proe(a@ En el an%lisis de la estructura de la ha(a8a
no cabe encandilarse por la existencia del rival ima!inario que, en definitiva no es el que
cuenta, sino que hay que locali(ar al 4tro, al tercero, aquel para el cual el sueto acta y al
que, como espectador invisible, le ha sido adudicado el papel de contar, de re!istrar elrcord. Estas ha(a8as parecieran convocar, en alto !rado, la libido del sueto, sin embar!o
nunca implican verdaderos ries!os. 9or el contrario, se eercen siempre en las %reas tan
aleadas de lo que pondr&a en ue!o el deseo del sueto y, de este modo, constituyen otraforma de evitarlo.
partir del eminario A, Lacan, al anali(ar detenidamente la teor&a freudiana del
parricidio ori!inal, concluir% que en el obsesivo se conu!an muy bien el deseo de muerte y
el amor hacia el padre, ya que este funciona muy bien en esa estructura como padre muerto.La muerte del padre no implica su destruccin, sino su triunfo pstumo, se!n el mito
freudiano de la horda primitiva, la instauracin de la ley, su eterni(acin. De all& que Lacan
termine por considerar este mito, a cuya lectura y an%lisis vuelve una y otra ve(, como
caracter&stico de la estructura obsesiva. >ambin se ve conducido a distin!uir el si!nificantedel nombre del padre 'es decir el padre muerto) del padre real, que sostiene la funcin
paterna, del viviente que eerce como padre.
La insatisfaccin y la imposibilidad del deseo:
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9ero sobre todo conviene entender la imposibilidad en su sentido l!ico.
Esto es muy distinto a la insatisfaccin histrica. La bella carnicera se proh&be comer
caviar, con lo que mantiene vivo su deseo, un deseo que conserva la posibilidad de sercumplido se!n ciertas contin!encias. En el obsesivo, al contrario, son los trminos mismos
en que est% planteado el deseo lo que lo tornan imposible.
La imposibilidad siempre apunta hacia lo real. Lo que ocurre en el obsesivo es que
explora mucho las imposibilidades y sierre queda detenido en ellas.
La histeria acenta la vertiente del deseo, que es el deseo como deseo del 4tro.
La neurosis obsesiva acenta la otra vertiente del deseo, la del obeto, del fantasma. qu&queda puesto en primer plano la posicin del deseo del sueto con el deseo del 4tro.
9odemos hablar de un oposicionismo espec&fico obsesivo en el sentido en que el obsesivo
hace del obeto de su deseo una condicin absoluta que se la impone al 4tro. Esto es muyclaro en los ni8os que cuando !randes van a ser obsesivos+ la manera en que piden las
cosas. 5o es que pidan cosas raras o excepcionales, no es el contenido de lo que piden es
por la manera en que lo hacen, es una manera insistente de pedir que hace que a los padres
les resulte intolerable ese pedido exi!ente, en el que hay que acomodarse exactamente a loque se pide. Lacan defini que el deseo transforma la incondicionalidad de la demanda en
condicin absoluta. Es aqu& donde hay que ubicar al obeto, el a, como causa del deseo. Deall&, mientras que el histrico acenta el lu!ar del 4tro como lu!ar del deseo, el obsesivo
acente el obeto como causa del deseo.
La pregunta:
;ay dos clases del eminario B donde Lacan explora la pre!unta histrica y la obsesiva.
qu& hay que ubicar que Lacan se est% refiriendo al re!istro del s&ntoma a partir de estaspre!untas. 4 sea+ que en cada una de estas neurosis, su s&ntoma en realidad va a escribir su
pre!unta. Es en el s&ntoma, en su interpretacin, donde veremos sur!ir la pre!unta del
sueto. 5o necesariamente es una pre!unta a cielo abierto. unque a veces a parece demanera manifiesta, siempre que se la sepa reconocer.
5o necesariamente el neurtico obsesivo hace la pre!unta por el ser al modo de ;amlet+
ser o no ser, esa es la cuestin. in embar!o se presentan de maneras que son reconocibles.
Cn anali(ante se pasaba mucho tiempo de su an%lisis pe!unt%ndose acerca de su eleccin
de carrera+ "?ten!o que ser tal o ten!o que ser tal otro cosa@$ creo que no es importante dequ carreras hablaba, sino que lo importante es detenerse ustamente en el "ten!o que ser$
qu& podemos ver tambin operando una ilusin acerca de encontrar en verdadero ser.
Cna anali(ante sue8a con una fiesta en la que debe atravesar una multitud de personas
para arribar a donde supuestamente se encuentra lo que busca.
2ientras se ocupa de pasar, advierte que esas personas que le impiden el paso sontravestis y que lo que busca, el lu!ar donde est%n los hombres, se encuentra despoblado
cuando al fin consi!ue lle!ar. u pre!unta circula entre los polos de hombre y muer, con la
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complicacin de los disfraces, de laslos "trabas$ en su paso, de su demora en lle!ar al lu!ar
que la har&a encontrarse con el obeto de su deseo, lu!ar que adem%s se encuentra vac&ocuando lle!a.
Lacan hace un esfuer(o por mostrar cmo estas pre!untas no son contin!entes y en
hacer perceptible la articulacin estructural de estas pre!untas, es decir que no resulta
arbitrario que sur!en estas y otras no, debido a lo que l llama falla del si!nificante.
3a" dos &allas, dos imposibilidades en el signi&icante 4 estas &allas se re&ieren a laimposibilidad de signi&icar al ser " en la imposibilidad de recubrir lo real de la di&erencia
de sexos5
Dada la inexistencia del si!nificante que represente al sueto, el sueto queda dividido
entre los elementos del discurso. ?Fu lo rescata de tal divisin@ El fantasma. Dado quedesde el otro slo puede provenir la pre!unta, se puede utili(ar esta pre!unta como soporte
y sostn. e puede tener la impresin de que la pre!unta ?Fu soy@ ataca la consistencia y
el ser 'por eso se la evita) Lo que Lacan propone es que dada la inconsistencia del ser delsueto, la pre!unta misma puede funcionar como soporte, o sea cumplir la funcin de
pantalla y de superficie de proyeccin del fantasma.9ero ac% conviene detenerse en se8alar que se trata de la funcin misma de la pre!unta
como un vac&o encerrado entre los si!nos ?@ y no del texto o del contenido. Esuniversali(able la pre!unta como funcin, y particular cmo se sostiene en cada sueto.
hora bien, la pre!unta puede no ser sabida por el sueto, pero no es en s& misma
inefable, est% articulada en si!nificantes. Esto es lo que da ra(n de la operancia del
psicoan%lisis.
La forma de la pre!unta ?Fu soy ah&@ rticula dos cosas+
-el que se trate del discurso del 4tro+ ah&.
-y al mismo tiempo es una pre!unta respecto del sueto+?quin soy ah&@
dem%s, Lacan dice que esta pre!unta tiene dos vertientes, una remite al sexo y la otra a
la contin!encia en el ser.
exo+ ?hombre o muer@
3ontin!encia en el ser+?vivo o muerto@
mbas se conu!an con los misterios de la procreacin y de la muerte.
Estas pre!untas existen entonces si se anudan los s&mbolos de la procreacin y de lamuerte que son, respectivamente+ el s&mbolo f%lico y el 5ombre del padre.
La existencia de la pura pre!unta es la manifestacin tanto de la castracin en el 4tro
como del no-todo del 4tro y cualquier texto que ella reciba lo oculta, o sea, se comporta
como el velamiento que aporta el fantasma a la pre!unta ineliminable+ ?Fu soy ah&@
4 $er Lacan, Jacques, %scritos& 'e una cuesti(n )reliminar a todo tratamiento
)osi"le de la )sicosis.