La Egloga Antonia Una Obra Inedita de Lope de Vega 0

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 MANU L M ACHA DO L ÉGLOG NTONI } l (TIRADA APARTE  DE LA  REVISTA  DE  LA BIBLIOTECA ARCHIVO  Y  MUSEO  DEL AYUNTAMIENTO MADRID) MADRID IMPRENTA MUNICIPAL 1924

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Machado

Transcript of La Egloga Antonia Una Obra Inedita de Lope de Vega 0

  • MANUEL. MACHADO

    LA GLOGA ANTONIA

    UNA OBRA INDITA DE LOPE DE VEGA i } Dl-

    (TIRADA APARTE DE LA REVISTA DE LA BIBLIOTECA ARCHIVO Y MUSEO DEL AYUNTAMIENTO

    DE MADRID)

    MADRID IMPRENTA MUNICIPAL

    1924

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  • LA GLOGA ANTONIA

    UNA OBRA INDITA DE LOPE DE VEGA Las felices circunstancias que nos permiten rendir hoy un buen

    servicio a la Historia de nuestras Letras y en especial a la bibliografa y biografa de Lope, (1) no nos desvanecen ni consienten hasta el punto de dar a este trabajo otro alcance que el de una mera aportacin de materiales, valiossima s, por la importancia del precioso hallazgo que es una obra indita de Lope, pero desprovista por nuestra parte de todo aparato crtico y de tan sabios y luminosos comentarios como fueran de desear y le pertenecen, a ms doctas plumas reservados.

    Nuestra labor va a reducirse a completar, transcribir y publicar por la primera vez la gloga de Lope titulada ANTONIA, hasta hoy indita, cuyo original lloraban perdido los eruditos del pasado siglo y aun los del presente (2) porque ignoraban el paradero del famoso cdice de

    (1) No slo de las glogas, como dicen Rennert y Castro, pueden sacarse materiales para la biografa de Lope. Era nuestro poeta de tal condicin, tan verdaderamente lrico y subjetivo, que casi todas sus composiciones trascienden sucesos de su vida y sentimientos personalsimos. Convierte Lope en poesa todos sus amores, penas y alegras, sin cuidarse las ms veces de velar sino muy vagamente la clave de sus poemas. Sabidsimo es que casi todas sus novelas La Dorotea principalmentemuchas de sus comedias, contienen rasgos de su propia vida. Pero es, en efecto, cierto que las glogas son todas autobiogrficas y poco ha tenido que hacer la crtica para descubrir a Lope bajo los buclicos nombres de Eliso, Lisardo, Belardo, Elisio, etc.

    (2) Dice Bp.rbieri en su precioso libro ltimos amores de Lope de Vega Carpi... (Ma-drid, 187G; pg. 147): En un cdice autgrafo de borradores de Lope, que fu de D. Agustn Duran y ahora no s quin lo posee, se halla la siguiente composicin [la Loa, que a continua" cin reproduce] escrita por el ilustre Ingenio para celebrar una fiesta de su Antonia Clara. La ha dado a la estampa D. Cayetano Rosell en el tomo XXXVIII de la Biblioteca de Autores Espartles, pgs. 229 y 24u, con el ttulo de Loa para una gloga, y dice que en el cdice se halla asimismo la gloga, que no traslada por ser muy larga y estar incompleta. Lstima es que el Sr. Rosell no publicara la dicha gloga, porque siendo escrita para una fiesta tan ntima, de seguro ha de tener muchos datos y alusiones interesantes para descubrir ms detalles de la vida de Lope y su familia en aquellos tiempos. Estas piezas debieron representarse en casa del autor, presente el Duque de Sessa. La Loa fu recitada por la misma Antonia Clara, ves-tida con sotanilla de sacristn, cuyo nombre y apellido, as como el nombre de Feliciana, estn expresos en ella. Gregorillo es el travieso y desgraciado Lopito.

    Los Sres. Hugo A. Rennert y Amrico Castro, en su Vida de Lope de Vega (Madrid, 1919; pgina 317) dicen: Para la misma Antoica escribi Lope una loa para una gloga, al parecer perdida... Es de lamentar grandemente la prdida de esta gloga que, habiendo sido escrita para la intimidad, sin duda contendra alusiones a sucesos de la vida del poeta, pues ya hemos visto cuan valiosas son las glogas de Lope para el conocimiento de su vida.

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    Duran que la amabilidad de sus actuales poseedoras ha puesto en nuestras manos, y a cuya descripcin dedicamos en esta misma REVISTA un primer artculo (1).

    Slo D. Cayetano Rossell parece haber manejado a todo su sabor este admirable cdice de borradores de Lope y conocido la gloga ANTONIA cuya Loa publica por la primera vez sin dar al hecho la menor importancia y ponindole la siguiente nota: Cdice autgrafo del Sr. D. Agustn Duran, en el cual se halla asimismo la gloga, que por ser muy larga y estar incompleta no trasladamos tambin aqu> (2). Con razn, a nuestro juicio, se quejan luego, como hemos visto, Barbieri, Rennert y Castro del extrao criterio aplicado aqu por el sabio Rosell. El que la gloga fuese larga no la depreciaba en lo ms mnimo; antes aumentaba su importancia biogrfica y literaria. Lo de estar incompleta poda ser lamentable, pero nunca motivo para no publicarla. Tanto valdra condenar a perpetua oscuridad un mag-nfico retrato de Velzquez porque le faltase una mano o la tuviera sin concluir.

    Pero adems, en esto de lo incompleto, el buen Rosell anduvo, sobre arbitrario, un tanto ligero. Falta, en efecto, en el borrador de la gloga autgrafo de Lope, contenido en el cdice de Duran, una relacin que debe recitar Antonia en una de las primeras escenas y que comienza con el verso:

    Riberas del humilde Manzanares.

    al que siguen tres hojas en blanco antes de reanudarse la composicin. Pero, no revelaba esto bien a las claras que Lope haba decidido

    intercalar ally el espacio sealado marca hasta la extensin ya de l sabidaalguna composicin anteriormente escritay aun tal vez publicadapara otra de sus obras, o bien como poema suelto, segn sabemos que acostumbraba a hacer en muchas ocasiones? No vala en todo caso la pena de apurar las pesquisas y agotar la materia hasta convencerse de lo contrario?..

    Se nos dir que la labor de bucear en el dilatadsimo mar de la produccin de Lope en busca de un poema problemtico sin ms gua que la del primer verso es tarea mproba y descorazonados

    i\) V. Un cdice precioso..., pgs. 208 a 221 de esta RUVISTA. (2) 'Obras no dramticas de Lope de Vega'- Biblioteca de Autores Espaoles, vol. 38, p-

    gina 240 a.

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    Pero conocida la fecha de la glogaescrita en 1629 para una fiesta de Antonia Clara (1)no haba de irse a buscar mucho ms lejos la de la relacin que faltaba.

    En este convencimiento hemos nosotros procurado hallarla y el xito hn coronado a poco nuestro trabajo.

    En efecto, en el conocidsimo poema de Lope El Laurel de Apolo tan til para la Historia de la Literatura de su tiempopublicado en 1630, pero compuesto en 1628 y 29; al principio de la Silva Dcima, ltima de las que integran el poema, intercala Lope varias composiciones sueltas como muestras de diversos gneros: El Narciso (Fbula de Eco y Narciso), unos sonetos a Felipe IV y su primera mujer Doa Isabel de Borbn, y a seguida escribe:

    Luego se dio lugar a las estancias y comenz un poeta una historia de amor, si no secreta, dulcsima de claras consonancias.

    La historia comienza:

    Riberas del humilde Manzanares.

    y se desarrolla en ocho lindsimas octavas de tono pastoril y eglgico en que Lope claramente alude a sus amores con doa Marta de Nevares Santoyo, la madre de Antonia Clara, disfrazada en esta ocasin con el nombre de Flida.

    He aqu, pues, la relacin que Antonia haba de recitar en la gloga, y perfectamente explicado por qu Lope apunta en su borrador el slo primer verso, dejando espacio para la copia del resto, que tal vez no lleg a hacer nunca por estar ya impreso, si no publicado, El Laurel de Apolo, donde completa se contena la relacin. He aqu tambin a

    (1) La fecha en que se escribi la gloga ANTONIA queda determinada casi al da por el lugar que ocupa en el cdice de Duran, cuyas composiciones todas van desde fines de 1628 a lo-; lti-mos meses de 1629 Bastante antes de la gloga, al folio 38 vt., se halla el borrador del alegato de Lope en favor de los pintores que termina en el folio 44 v., fechado en 4 de noviembre de 1628 y firmado por Lope con todos sus nombres y apellidos (v. pg. 20 de esta RKVISTA). La gloga comienza en el folio 70 y termina en el 96 vt y va casi inmediatamente seguida de la Isagoge a los Reales Estudios de San Isidro, que sabemos escrita y publicada en 1629. Y como de varios pasajes de la loa se desprende que la fiesta de Antonia se hizo alrededor de las Car-nestolendas, stas no podan ser otras que las de 1629.

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    D. Cayetano Rosell desprovisto de la segunda y ms, al parecer, v-lida razn en que apoyaba su descuido en publicar la gloga (1).

    Este felizy sencillo -descubrimiento nos permite a nosotros que de todas maneras la hubisemos publicado ofrecerla a los lectores en toda su integridad. A lo cual se cien por hoy todas nuestras ambiciones. Si bien no se nos oculta la rudeza y pobreza de nuestro trabajo, tan desadornado y escueto de la abundante exgesis filolgica, literaria e histrica que podra enriquecerlo y completarlo.

    Para los no especializados, empero, en los estudios lopsticos ni en la admirable, plensima y aun no del todo esclarecida biografa del Fnix de los Ingenios, parcenos oportuno recordar a grandes rasgos lo que se sabe de esta Antonia que da nombre a la gloga en cuestin.

    Fu Antonia Clara, segn todos los datos recogidos por los bigrafos de Lope, segn el texto de numerosas cartas de ste (2) y segn declaracin de ella misma explcita en su testamento (3), fruto

    (1) Pensndolo bien, no es tan extraordinario el criterio de Rossell en este asunto, habida cuenta de la diferencia de mtodo y aun de concepcin de la crtica literaria de mediados del xix con relacin a la actual. Predominaba entonces la estimacin de las obras por su valor intrnsecamente artstico exclusivo con menosprecio de toda significacin histrica, cientfica y, por decirlo as, biolgica (en razn de la vida del arte y del artista). Hoy, en cambio, todo nos sirve de documento en ese sentido. Cuando se trata de un escritor notable, cuanto ms de un Ingenio Fnix, no hay boceto, borrador, cuartilla suelta, carta, frase o ancdota de su vida que no tenga para nosotros un valor documental especialsimo y no merezca ser recogido y estudiado con el mismo cuidado exquisito. Esa diferencia explica el tiempo que ha permanecido indita buena parte de la correspondencia de Lope con el Duque de Sessa, despus de conocida por La Barrera y dispuesta como l la tuvo para la imprenta, hasta que Barbieri se decidi a publicarla, no sin ocultar su nombre bajo el inocente disfraz del anagrama.

    Cierto que algunas de esas cartas (todava publicaba ayer varias nuevas en la Revista de Occidente el insigne poeta y eruditsimo bigrafo de Lope D Francisco A. de Icaza), sobre todo aquellas que no tienen un gran valor literario, histrico o autobiogrfico hacen a Lope ms flaco servicio publicadas hoy por nosotros que escritas por l en su tiempo. Pero de eso al absoluto silencio en que se trat de enterrarlas hay gran distancia, y de seguro un prudente y eficaz trmino medio.

    02) V. ltimos amores de Lope de Vega Carpi Revelados por l mismo en cuarenta y ocho cartas inditas y varias poesas [por D.Jos Ibero Ribas y Canfranc, anagr. de D. Francisco Asenjo Barbieri]. Ma.Irid, 1876.

    (3) Doa Antonia Clara de Vega, soltera, calle de Francos, casas propias, muri en tres de octubre de 1661 aos- Recibi los Santos Sacramentos. Test ante Domingo Hurtado en 2 de octubre de 164 aos. Dej 3.300 misas de alma. Testamentara a doa Jacinta fie Morales, di-chas casas, y Pedro de Prado, calle de San Esteban, portera de San Felipe, casas propias. Enterrse en las Trinitarias descalzas. En el testamento dice la otorgante: pa-ola, II, pgs. 159 y siga.)

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    de los ltimos (?) amores de Lope de Vega (l) con doa Marta de Nevares Santoyo (la divina Mareta Leonarda, la famosa Amarilis, tan cantada y llorada por nuestro poeta) mujer que era a la sazn de un Roque Hernndez de Ayala, peludo y barbarote hombre de nego-cios, de cuya mencin estn llenas las saladsimas y aun pimentad-simas cartas de Lope al Duque de Sessa.

    Naci la nia el 12 de agosto de 1617, da de Santa Clara en la casa habitacin de doa Marta de Nevares1 calle del Infante. Bautizse catorce das despus (2), siendo su padrino el hijo primognito del Duque de Sessa, D. Antonio Fernndez de Crdoba y Rojas, Conde de Cabra por quien se le puso nombre de Antonia. Fu madrina doa Clementa Cecilia de Pina, segn la partida hallada por La Barrera y y no Marcela, la hija de Lope, como ste mismo dejaba entender en una de sus cartas al de Sessa.

    Vivi siempre Lope enamorado de su Antonio, que era en extremo hermosa, y discreta al punto de que ya a los ocho aos de edad, en el de 1625, dio motivo a su carioso padre para escribir al frente de

    (l) Tocamos aqu un punto vagamente oscuro en el escabroso asunto de los ltimos amores de Lope. Todo parece asegurarnos que Antonia Clara fu su hija Pero.. . en la gloga Filis, ltima que escribi el Fnix de los Ingenios, toda ella autobiogrfica y dedicada a llorar deses-peradamente la ingratitud y el abandono de Antonia, se leen los siguientes versos:

    ELISO (Lope). As fu el rapto de mi prenda cara.

    Que propia dicha de clavel temprano! Que en quin le cria, pocas Teces para>

    y ms adelante: SILVIO

    Algunos por tu sangre la tenan *

    ELISO

    De engendrar a criar 110 hay diferencia Tan engaados como y vivian>.

    Y todava, luego pone en b^ca de Si.vio: Cual es el rbol, tal produce el fruto

    Reniega aqu L

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    sus Triunfos Divinos un soneto a nombre de ella, precedido de otros que suenan compuestos por Lopito y su hermana Feliciana, todos tres dirigidos a la Condesa de Olivares, a quien Lope dedic el libro. Otra muestra del creciente amor de Lope por su hija Antonia Clara es la encantadora glosa que en celebracin de su treceavo cumpleaos 12 de agosto de 1630 le dedic, titulada: -Al da en que una nia cumpli trece aos, aunque ya no se usan nias- y que se public despus en sus Rimas divinas y humanas del Licenciado Tom de Burgaillos (Madrid, 1634).

    Dice as la cuarteta, glosada con dos quintillas por cada uno de sus versos:

    Hoy cumple trece y merece Antonia dos mil cumplir Ni hubiera ms que pedir Si se estuviera en sus trece.

    No ces Lope de celebrar constantemente a su Antonia con fiestas y versos, ni de cantarla hasta que finalmente la llor perdida y causa cruel de su propia muerte en su ltima gloga titulada Filis*. Pero no adelantemos los sucesos.

    Precisamente un ao antes de la citada glosa, fu escrita por Lope la gloga ANTONIAcuyo borrador incompleto forma parte del admi-rable cdice de Duranpara festejar con su representacin probable-mente en casa del mismo Lope, con asistencia del Duque de Sessa a su predilecta y encantadora Antonia Clara, quien debi desempear en ella el papel de la protagonista y recitar adems la loa antecedente, as como su hermana Feliciana el personaje que lleva su nombre (1).

    Muerta en 1633 doa Marta de Nevares, todo el amor de Lope se concentr, convertido en verdadera adoracin en su hija Antonia, que creca a su lado explendida de hermosura y gentileza. Ella era su compaera y nica amiga, su secretaria y su musa y ms que hija espejo de sus ojos y bculo de su florida vejez.

    No tard, empero, el padre en notar un cambio radical en el carcter de la muchacha, pues, de abierto y alegre que era, se torn en

    (1) No nos atrevemos a convenir del todo con Barbieri en que el Gregorillo de la loa (y Bato de la gloga) fuera

  • 9 -agrio, reservado y melanclico. Docto Lope en achaques de amor, no dud que su hija los padeciera y extrem con ella sus cuidados y vigilancia. Todo intil, una maana al despertarse Lope llam en vano una y mil veces a su hija. Antonia haba huido aquella noche del hogar paterno en compaa de su amante y de la infiel criada tercera de sus amoros, llevndose hasta el perro que guardaba el jardn de la casa (1).

    Fu este un golpe irresistible para Lope cuyo fatigado corazn acababa de recibir adems el de la trgica muerte del malogrado Lopito (2). No poda tampoco, a lo que se infiere de sus mismos escritos luchar con el raptor de su hija, alto personaje en la Cor-te (3) y en gran privanza con el Rey. Tuvo que devorar su afrenta y sobre todo su horrible pena por la ingratitud de su hija. De esta amargura estn impregnados sus ltimos versos dedicados muchos de ellos a lamentar el triste suceso (4). Ello le cost, en fin, la

    (1) Ocurri el suceso a fines de 1634, segn se deduce de las veladas alusiones de los pane-giristas de Lope, sus contemporneos.

    (2) Lope Flix del Carpi y Lujan: h jo de Lope de Vega y de Micaela Lujan, la famosa Camila Lucinda. Naci en 25 de enero de 1607. Muri hacia el 1634 en un naufragio buscando perlas cerca de la Isla Margarita.

    (3) Poco o nada se sabe acerca del raptor de Antonia Clara. De que era poderoso corte-sano no cabe duda. Pero aqu acaban todas las informaciones ciertas hasta ahora. Lope le llama Tirsi en su gloga Filis.

    Tirsi zagal del mayoral Felino>: es decir, del squito de Felipe IV, a quien el mismo Lope llama el mayoral Felino en otras oca siones. Fundado en esto y en ciertos detalles de la gloga Filis, Barbieri supone que fuera don Ramiro Nez Fepez de Guzmn, Duque de Medina de las Torres, Marqus de Toral, yerno del Conde Duque de Olivares (v. ltimos Amores..-, pgs. 113 y siguientes). Cotarelo aventura la suposicin de que el raptor de Antonia fuese el hijo natural del Conde Duque, D. Enriq e Felipez de Guzmn; pero parece que este famoso personaje no volvi de Mjico, donde, con el nombre de Julin Valcrcel, estuvo a punto de ser ahorcado por otra clase de fechoras, hasta 1636, esto es, un ao despus de muerto Lope y de raptada su hija. No falta quien, apun-tando ms pito, sospecha del propio Rey D. Felipe IV, trayendo a colacin para sus aventura-das conjeturas algunos versos de la composicin de Lope, titulada El huerto deshecho>, publi-cado en La Vega del Parnaso en 1637.

    Nada, empero, repetimos hay de seriamente probable en ninguna de estas suposiciones. Ya escrito y compuesto lo antecedente, llega a nosotros el rumor de que el docto Icaza, ma-

    nejando la copiosa pcrte an indita de la correspondencia d Lope, ha encontrado la clave de este enigma y averiguado el nombre del seductor de Antonia Clara, que con otras muchas y curiosas noticias nos revelar en un prximo libro: Lope de Vega, sus amores y sus odios. Los amantes de Lope y de las bellas Letras estn, pues, de enhorabuena.

    (4) Ya hemos hecho alusi i a algunas de estas composiciones, entre las cuales es la ms notable la gloga Filis, ltimo de los poemas que escribi el Fnix de los Ingenios, y que fu publicada por Lope el mismo ao de su muerte. Otra es El huerto deshecho, que vio la luz por primera vez, ya muerto Lope, en la coleccin de sus versos La lega del Parnaso, editada en 1637 por Feliciana de Vega y D. Juan de Ustegui, su marido.

    En algunas otras poesas sueltas, y aun en sus ltimas comedias, hay alusiones de Lope al

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    vida (1) que su privilegiada naturaleza le prometa harto ms di-latada.

    Muri Lope en 27 de agosto de 1635 y, desde entonces, poco es lo-que se sabe de las andanzas de Antonia Clara. Vivi esta en buenas relaciones con sus hermanas a juzgar por el testamento de Feliciana encomendndole la tutela de su hijo D. Luis de Ustegui y muri al fin a los cuarenta y ocho aos, soltera y no desprovista de fortuna segn de su propio testamento se deduce (2).

    He aqu a grandes rasgos la incompleta biografa de la clebre Antoica que inspir y dio nombre a la gloga de Lope que por la primera vez se publica hoy a continuacin.

    El borrador de la gloga ANTONIA ocupa en el citado cdice de Duran 26 folios de tamao 4. Comienza en el 70 (lm. 1) y se interrumpe en el 74 (lm. 2) al que siguen tres hojas en blanco en que Lope pens reproducir la relacin puesta en boca de Antonia. Vuelve a interrumpirse la gloga en el folio 88 (lm. 3 ,4) con una nota de Lope que dice: ojo, pasa despus de la loa. Debajo hay dos notas de Duran que dicen:

    desgraciado suceso de su adorada Antoita. Citaremos, por no cansar, entre las primeras El Siglo de Oro, incluida tambin en La Vega del Parnaso, y entre las segundas La mayor virtud' de un rey, una de las ltimas comedias de Lope, tumbin en La Vega del Parnaso publicada.

    (1) Refirindose al ao que muri Lope, dice Montalvn: No se fiaba de su salud, con ser tan buena, porque saba que cualquier enfermedad tiene ms peligros en los hombres muy sanos que en los muy achacosos. Fuera de que haba tenido de un ao a esta parte dos disgustos - como si para una vida no bastase uno- que le tenan casi reducido a una continua pasin melanc-lica. Alude aqu Montalvn a la muerte de Lopito y al rapto de Antonia Clara.

    El Dr. D. Juan Antonio de la Pea, en la gloga elegiaca que dedic a la muerte de Lope, narra tambin veladamente la ingratitud de Antonia y su influencia en la muerte de su padre. Tambin hacen referencia al caso el presentado Fr. Francisco de Peralta y el Dr. Francisco de Quintana, entre otros varios.

    Pero despus de vista la amargura, la verdadera desolacin que respira la gloga Filis, del propio Lope, a qu fatigarnos en allegar testimonios de su dolor y del efecto mortal de penas tan inconsolables?...

    (2) H. Rennert y A. Cp.stro reproducen parte de este testamento en su citada Vida de Lope de Vega, Madrid, 1919, pg. 357, tomndolo del trabajo del Sr. Cotarelo publicado en el Boletn de la Academia Espaola, II, pg. 170, y aaden por su cuenta: La cantidad de joyas y el bien-estar que descubre este testamento revela la riqueza del amante de Antonia Clara, si es que slo del raptor procedan aquellas ddivas; es, en efecto, sorprendente que habiendo permane-cido Antonia soltera, su fortuna, a los cuarenta y siete aos, procediese nicamente de las c m secuencias del rapto acaecido treinta aos antes; pero todo pudo ser.

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    Una: Esta gloga que aqu queda interrumpida por la loa que debi

    precederla, contina en los folios 94, 95 y 96.

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    Lo que no observ Durany est bien claro, sin embargo, en l manuscritoes que Lope pens dar aqu por terminada la gloga pues .-al verso dicho por Feliciana:

    Cerr la puerta sagrada siguen otros dos tachados, que hacen referencia al baile final, y la rbrica de Lope. Esto explica tambin el comienzo inmediato de la loa.

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    final (lm. 4). Al pie del folio 96 vuelto una apostilla de Duran dice: En el folio 74 falta una relacin que debe cantar Antonia cuyo primer verso dice:

    Riberas del humilde Manzanares

    despus del cual siguen tres planas en blanco donde sin duda cebi Lope continuar esta relacin.

    Ya hemos visto lo que haba en esto.

    Lmina 4.

    Nosotros nos hemos limitado a completar la gloga y corregir este desordencomo lo hubiera hecho Lope, de enviar su original a la imprenta, y publicamos la gloga precedida de la loa como era costumbre y el mismo autor indica en su borrador. Por lo dems, aunque conservamos la ortografa de Lope, adaptamos la puntuacin

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    a la nuestra para mayor facilidad en la lectura y mejor inteligencia del texto, algo confuso, sin embargo, en determinados pasajes. Y slo nos permitiremos algunas notas aclaratorias del asunto, o referentes al proceso de composicin del poema que tambin se aprecia sobre las enmiendas, tachas y aadidos de este precioso original, documento vivo de la manera de hacer de Lope de Vega y espejo palpitante de su espritu y de su inspiracin privilegiada.

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    LOA' 1 ) PARA LA GLOGA

    ANTONIA

    Muy reverendo senado Aunque novedad parezca Dar este ttulo adonde No se v cosa frailesca; Pero si viendo sentadas Personas tan reverendas A reverencia me obligan, Bien es hablaros con ella. Sabed pues, si no sabis Quien soy, que en ciertas aldeas Fui sacristn de un retablo, Destos que encienden las velas. Salia como me veis, Llamando a Gil de las Heras, Con cuya muger bailaba, Requebrndola en su ausencia. Esto acechaba el villano, Y al abrazarme con ella, Sobre el bonete me daba Seis palos en la cabeza. Crec con los buenos aos, Y como ya por la puerta Del retablo no cabia, Dej el retablo por fuerza. Por no sujetarme autores, Hceme autor de la legua Con pequea compaa;

    (1) Publicada por la primera vezque sepamos- por D. Cayetano Rosell en su coleccin de i Obras no dramticas de Lope de Vega. Biblioteca de Autores Espaoles, de Revadeneyra,. \ Madrid, 18^ 6, vol. XXXVHI, pg. 240, seccin de Letrillas, glosas, romances, etc., sin ms co-2 mentados que la famosa nota sobre la gloga. D. Cayetano Alberto de La Barrera la repro-

    duce en su Nneua biografa de Lope, edicin de la Real Academia Espaola. D. Francisco Asenjo Barbieri, en su libro ltimos amores de Lope...,\a inserta tambin con alguna nota sobre las alusiones a los cmicos de entonces, que aqu reproducimos.

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    Que as la humildad comienza Por no cansar los seores, Solicit los poetas; Hceme amigo de Lope, Porque somos de una tierra, Lope, que sin ser Mendoza, Es ms Hurtado que Vega. Compr comedias famosas De Montalvan y de Mescua; Dime divinas Godinez, Luis Velez Esc^nderbecas. Las de Don Juan de Alarcon Todas me salieron tuertas; Que aunque es letrado en derechos, Nunca las hizo derechas. Entraba, despus de hacer En Carabanchel las fiestas, Por la vendimia en Esquivias, Por las guindas en Illscas. Traia, por imitarlos, Un prado de poca yerba Una Amarilis de tripa Y un cintor de Talavera, Una candada sin guardas, Un aven dan o de jerga, Un bezon de cordellate Con un arias de bayeta (1). Perdime, en fin, aquel ao; Mas, llegada la cuaresma, Reform la compaa Y busqu comedias nuevas. Estando pues en Argete Aquestas Carnestolendas, Supe que estaba en Madrid El seor Duque de Sessa,

    (1) Alude Lope los comediantes famosos de aquel tiempo. Antonio Prado, Sebastian su hijo; la famosa Amarilis (Mara de Crdoba y de la Vega); Gabriel Cintor; la Candada (Ma-riana de Velasco, mujer de Luis Candado, que muri el mismo da que su marido, y se enterr en su mismo atad); Cristoval de Avendao; Juan Bezon y Damin Arias de Peafiel. N. de Barbieri.

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    Padre del Conde de Caba, Que por l en cierta iglesia, Segn despus me contaron Del padre de las saetas, Me tuvo en carnes un da, Y aun tengo para seas Guardados ciertos diamantes Por si el parentesco niegan. Desde entonces me llamaron, Puesto que mis padres eran Nevares de la montaa, Limpios como nieve en ellas, El sacristn Cordobilla; En fin, por hacer la fiesta, Truje aqu mi compaa Para servirle con ella. Es compaa de nones, Nmero que siempre acierta, Porque no llegan a cuatro, Si la msica nos deja. En un pollino cupimos, Sentados desta manera: Feliciana en el albarda, Que hace las damas primeras: Yo en el pescuezo, que soy Arias de mejores piernas; Deste Pegaso en las ancas Gregorillo, linda pieza, Hace los romos y baila, Y duerme por excelencia. Sabiendo pues que es Antonia la que agora se celebra, Por daros gusto, me he dado Dos refregones en ella.

    Atndola, atndola; Tenga yo mi gusto y ruede la bola.

    Con esto hoy quiero serviros Con una gloga nueva que compuse una maana, pidiendo a Lope de Vega que me diese un estornudo

  • w -.

    De su siempre frtil vena, Si estaba con romadizo Destas mudanzas y nieblas. Ayudronme las musas; Dles pasteles y ojuelas, Y enseronme este baile, Como era Carnestolendas.

    Que si no tiene saya Marigandi, Que si no tiene saya, qu se me da a mi i

    Pero ya estaris cansados, Si bien ser lo que queda Tan breve como en el aire Pasa la veloz cometa. Despus os prometo hacer La Morondanga, comedia De tramoyas; la Morronda, La gallarda Turronera, La Pandorga de D. Juan, La Viuda por defuera, Los pesos falsos de Filis, Y el Venturoso con suegras, El Preado treinta meses, El Chocolate en Lucena, Pero Jimnez en cueros, Compuesto en diversas lenguas; El Amante sin dinero, La dicha sin merecella, La Dama flaca sin naguas Y La Tusona sin vieja, El Palomar de Amarilis, El Torrezno de Isabela, Y otras muchas que veris, De diferentes poetas.

    Con esto, voy vestirme; Que Feliciana me espera; Dios os d mil alleluyas Despus de santas cuaresmas; Que el sacristn Cordobilla No pide por la comedia Dineros; ya est pagado. Dios guarde al Duque de Sessa.

  • ANTNIA [GLOGA INDITA DE L0PE DE VEGA]

    Ihs. M* Josef.. Cust.0

    ANTONIA. Hermosas alamedas del claro Manzanares (1) que vestido de juncia y espadaa sin envidiar las ruedas del caudaloso Henares ni las que el Tajo en oro y perlas baa, mira del sol de Espaa la coronada Esfera; prestadme ruiseores que entre lirios y flores celebren de la dulce primavera los dones primitivos al son de estos cristales fugitivos.

    FELICIANA . Riberas celebradas de amantes venturosos, mudos testigos de fabores tantos, frondosas y esmaltadas entre lirios zelosos de frtiles berbenas y mastrantos... Aves que en dulces cantos con sonora armona vuestros celos y amores contastes a las flores a las primeras margenes del da, vestid eterno luto, ni lleve el Prado flor, ni el rbol fruto.

    ANTONIA. Oreas y Amadrias y lascivas Napeas de quien Tntalos son stiros tantos

    (1) El pobre ro madrileo tiene una riqusima historia potica. Sera curiosa la recopilacin de un Cancionero del Manzanares colegido entre las obras de los poetas castellanos de todo tiempo, sin excluir a la musa popular. Lope, solo, proporcionara muchas y bellas pginas a ese Cancionero. Ah est la idea por si algn emrito madrilei ta quiere ponerla en prctica.

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    que por cuebas sombras entre juncias y neas s miran desnudar los verdes mantos... Asi jams los llantos de trtolas viudas vuestros coros alteren ni los faunos esperen veros en fuentes arboles desnudas, que celebreys conmigo la paz que gozo y la quietud que sigo.

    FELICIANA . En tanto humilde Rio que baxas de las niebes de aquel monte gigante castellano, Assi xams estio ympida que no llebes tributo dulce al Tajo toledano, que con auara mano des hmido alimento los prados de suerte que no puedan deuerte yerba ni flor a la desdicha atento de unos zelos traydores, que donde llora Amor, no agradan flores.

    ANTONIA. Si alguna vez tubiste, humilde Manzanares, por que de perlas y corales rojos la frente no ceiste, envidia de los Mares que al Sol ofrezen mbar en despojos, buelbe los claros ojos de tu soberbia puente la guirnalda rica que el alto cielo aplica a las hmidas sienes de tu frente en los Reyes de Espaa, cuyas carrozas tu corriente baa.

    FELICIANA. Si alguna vez lloraste, Manzanares, la pena efecto de algn trgico sucesso y tus ojos cegaste con turbulenta arena

  • - 2 =

    de negras ondas oprimido y pres, Agora con exceso llora la gran desdicha de una Pastora hermosa que como tierna Rosa al medio dia de su alegre dicha cortada de un villano, dej sin vida al Mayoral Seyano (1).

    ANTONIA . Parezeme que siento aqu cerca suspiros y no pienso que fu sospecha vana pues viene a paso lento por azules zafiros, bioletas de la candida maana, mi amiga la pastora Feliciana.

    FELICIANA . No en vano el verde prado se esmaltaua de flores. Antonia mia, adonde?..

    ANTONIA. Con paso descuidado, oyendo los amores que Filomena trgica responde al robador Teseo, me lleva el libre gusto que poseo.

    FELICIANA. A mi solo buscarte, pues hallarte no fu ventura poca.

    ANTONIA . Pues aqui nos sentemos, que como verde alfombra nos proboca esta pintada parte del prado quien debemos la cortesa de sus bellas flores, almohadas de telas de colores, con que amorosamente nos convida.

    (1) Lope da en otras ocasiones este nombre al Duque de Sessa. Recurdese el soneto que empieza:

    *Seyano, a leves culpas graves penas...

    y que tambin alude a sucesos del Duque. Por cierto que en el borrador de esta gloga aparece otras veces, las ms, tachado y susti-

    tuido por el de Silvano, as como el de Feliciana por Florisdana, sin duda por disfrazar algo ms a los verdaderos personajes. '

  • 23

    FELICIANA ,

    ANTONIA.

    FELICIANA ANTONIA . FELICIANA

    ANTONIA.

    FELICIANA ANTONIA.

    No amiga, por tu vida, que, en tanto que se toca la maana en guedejas de sol cofias de grana, mexor es pasear entre las flores oyendo los amores de dulces paxarillos mientras se esconden los sonoros grillos msicos tristes de la noche escura. Bien dizes que la Aurora en rosa pura est vertiendo risas f el sol en encarnadas Manutisas sus hebras de oro tiende y el zefiro solicito defiende que no marchite el candido roci tomando el fresco de la flor del rio Qu haremos entre tanto? Contar alguna fbula o historia Pues tu, que sabes tanto, hars de la memoria Interprete la lengua. Si tu despus me pagas; que fuera grande mengua que no me satisfagas la deuda en que te pone obedezerte. No quiero, por oyrte, responderte. Riberas del humilde Manzanares (1). apacentaba una Pastora hermosa, que trasladada del famoso Henares (2) honraba su corriente sonorosa: donde con voces tiernas y dispares se quexa Filomena lastimosa, hay una fuente cristalina y fria en cuyo espejo el sol comienza el dia.

    Tirano de su gusto y hermosura, un rstico Pastor era su dueo,

    (1) Aqu falta en el borradorque deja tres foli s en blanco-esta relacin de Antonia que hemos hallado, como se ha dicho, bajo el ttulo de en El Laurel de Apolo, con lo cual queda completa la gloga.

    (2) En la gloga Amarilis del propio Lope, dedicada toda ella a la accidentada historia de s/i^.amores con Doa Marta de Nevares-que es aqu la pastora Filida, se dice que sta haba nacido en Alcal, aunque de la partida de casamiento de la damapublicada por D. Narciso Alonso Corts (Boletn de la Academia Espaol , III, 223;-se desprende que era de Madrid.

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    que toda la aspereza y espesura del bosque inculto retrat en su ceo (1): al rayo de su luz hermosa y pura desvelado Lisard (2) pierde el sueo, celebrando su nombre en versos graves como al salir del sol cantan las aves.

    Oh, mas hermosa Pastorcilla mia, que entre claveles candida azuzena abre las hojas al nacer el da, de granos de oro, y de cristales llena: qu fuerza, qu rigor, qu tirana a tanta desventura te condena? mas qundo tantas gracias importuna no fu madrastra la cruel fortuna?

    Visteis por dicha, Ninfas, la belleza en este valle de sus verdes cielos, si aquel alma de roble, y su aspereza esta licencia permiti sus zelos? Aqu vimos, responden, su tristeza murmurada de tantos arroyuelos, que las aguas, las plantas y las flores dio vida, dio esperanzas, dio colores.

    En esta fuente, cuya margen pisa tal vez con breve estampa el pie de nieve, en la del agua retrat su risa y con sus rosas su hermosura bebe: tuviera el valle nueva flor Narcisa,-pues mirarse Filida se atreve, pero turb el cristal llorando enojos el claro aljfar de sus verdes ojos.

    No pudiendo Lisardo resistirse a tanto amor, y por ventura amado, con dulces ansias intent morirse sobre las yerbas del florido prado: que imaginando un ngel consumirse, que debiera vivir bien empleado por lo menos gozndola un discreto, su desesperacin puso en efeto.

    (1) Roque Hernndez de Ayala, el lamentable marido de doa Marta, era, como se ha dicho en extremo velludo, cejijunto y mal encarado.

    (2) Lisardo: Lope de Vega.

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    Las Ninfas y Pastores que le oyeron, viendo que su Pastor se les moria, baxaron llorarle, y le cubrieron de quantas flores en el pradohabia; y en el papel de un lamo escribieron para memoria de aquel triste dia: Ninfas de Manzanares, y. Pastores, ya no hay Amor, que aqu muri de amores.

    Oy las quexas la Serrana hermosa, y llegando al lugar adonde estaba, al fri labio le aplic la rosa, que los divinos suyos animaba; y fu aquella virtud tan poderosa, que le dio vida al tiempo que espiraba... Y desde entonces Ninfas y Pastores a desmayos de amor aplican flores.

    FELICIANA. Notable hystoria, pero, ya que llena de algn tormento y pena, con fin alegre en que se olvida quanto obliga tierno llanto; dichoso fu el pastor, pero suspende Antonia el labio hermoso, de quien pende todo un Abril de flores, al eco dulce de cancin de amores que con sonora voz se escucha y duele.

    ANTONIA. Detrs de aquellos olmos cantar suele una Ninfa que encanta

    FELICIANA. Se escucha la cancin que llora y canta.

    L A VOZ. Vive seguro Pastor que despus, o gran mancilla, que muri Julia en la Villa ya no hay en la villa Amor. Seguro ests de perderte que ya del Amor las flechas quedaron pedazos echas a las manos de la muerte. Nadie le tiene temor que despus, o gran mancilla, que muri Julia en la villa ya no ay en la villa Amor.

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    ANTONIA.

    FELICIANA ,

    Agradme en extremo mas no entiendo la causa ni el sujeto Aunque decirla temo, por pagarte la deuda y el conceto que de mi Amor hiziste, oye la historia triste, que si el dolor la pinta lgrimas tristes servirn de tinta (1) Julia, pastora hermosa que dio nieve al jazmn grana la rosa, con Fabio mal casada, que no es casada la que est forzada, era el sol de la villa, era de Amor la otava maravilla, era el Ara de Amor porque mataua quanto mirava, aunque matando daua vida quien dava muerte. Viola Silvano (2) por su triste suerte; Silvano (3) el mayoral de nuestro Monte por todo el orizonte de la sierra de Espaa es conozido, que tiene su distrito dividido de Mar a Mar con peas desiguales, aquel cuyos agelos generosos dieron a los mas altos Mayorales frtiles, tierras campos espaciosos, quitando los ganados y los robos los Franceses lobos en las frescas riberas del Lebeto que baa el mar de Italia con respeto. Viola Silvano, (4) en fin, nieto de Marte, hermano del que vibra el estandarte

    (1) Toda esta historia es fielmente alusiva a amores y sucesos del Duque de Sessa, que presenciaba probablemente la representacin de la gloga en casa de su amigo Lope, y en. cuyo honor haca ste cantar y contar a la pastora Feliciana.

    Por no hacer estos sucesos a nuestro asunto no entramos aqu en mayores esclarecimientos. De ellos hay frecuente mencin en la correspondencia abundantsima de Lope y el Duque y a ellos se refieren precisamente algunas de las ltimas cartas halladas por D. F. A. de Icaza y publicadas en la Revista de Occidente, nm. XIII pgs. i a 42.

    (2) Debajo, tachado: Seyano. (3) Ibid. (4> Ibid.

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    del len de Espaa invicto en el mismo distrito, y quisola de suerte que no pudiera menos que la muerte sacrsela del pecho. Sirvila satisfecho de que era tanto amor tan bien pagado, que nadie tiene Amor si no es amado. Pagronse los dos tan tiernamente que no vivan uno de otro ausente; pasaban juntos lo que el tiempo daua lugar, aunque ninguno le pasaua, porque en dulces porfas las noches eran dias sin conocer mas sol que el de sus ojos. Alli comunicauan sus enojos, alli sus gustos, que en Amor los gustos no fueran gustos sin haber disgustos. Qu yedras se enlazaron en los colmos de verdes ramas de acopados olmos como los dos amantes? qu dos representantes se dixeron amores estudiados, fingidos de Poeta celebrados, como ellos verdaderos naturales, sinceros, puros como las almas y tan claros como de amigos caros, que entre amantes discretos nunca estudian las almas los concetos. Mas ay que en medio desta dulce gloria un rico Mayoral turb la historia, de Julia pretendiente: y en fin, mas poderoso que prudente, solicito su gusto; pero^de su desden tanto disgusto los dos result que el poderoso al buen Silvano (1) desterr zeloso.

    (\j Debajo tachado: Seycmo.

  • Partironse los dos y los abrazos fue dexarse las almas pedazos. El llevaba los que ella no tenia y ella quedaua con los que el parta Vivi Silvano (1), aunque muri Silvano (2), los campos andaluzes mas tirano de Julia que de s por sus rezelos, que no hay ausencia que perdonen zelos.

    ANTONIA. Bien dizes Florisdana (3) y mas quando ay traydores que forman cuerpos de la sombra vana; pero cuntame el fin de sus amores Qu fin quieres que quente que ya te dixe que, Silvano (4) ausente, muri la bella Julia...

    Extrao caso! Fu de la vida hasta la muerte esposa tan breve y de dolor y de ansia lleno que no falt sospecha de veneno. O muerte rigorosa! Quando [a] tocar en la azuzena hermosa de su rostro lleg su elada mano no es pensamiento vano decir que vi la muerte arrepentida; pero matla para ser su vida pues se qued con ella

    ANTONIA . Pienso que entonzes si de Julia bella cerca estuviera el pecho de Seyano (5) que se pasara el alma a el qual suele por el humo la mano, la clara luz del que mat la vela. Pero dexemos pues todos duele la historia triste, que desciende al llano Bato buen tiempo.

    FELICIANA . Mi tristeza apela su donayre gusto y alegra, si puede ser en la memoria mia.

    FELICIANA .

    ANTONIA . FELICIANA ,

    ANTONIA . FELICIANA .

    (1) Debajo tachado: SeyanO. (2) Ibid. (3) Antes, tachado: Feliciana. (4) Tachado: Seyano.

  • - 29 -

    BATO. Bien podeys ganado mi pazer sin dueo la yerba que no es bien que le tengays en tanto que yo le tenga Pazed toruiscos amargos y venenosas adelfas, entrad por lejanos trigos entrad sin temor que os prendan; beued de turbios arroyos, en cuyas pardas arenas en uez de truchas pintadas verdes ranas se aposentan. No me canten ruiseores quando la Aurora amanezca; responsos me canten buhos, mochuelos tristes endechas, pues Gila me desprecia, donde sembrare flores nazcan suegras. Plegu a Dios, ingrata Gila, que si fueres las eras mala borrica te arrastre, todos tus flaquezas vean. Si salieres a baylar^ resbales al dar la buelta, caigas los pies del cura, patas arriua te tiendas; quando estubieres durmiendo plega dios que a queso guelas porque te coman ratones la panza sin que lo sientas y que topes si te casas un marido que te muela gustoso, con necedades, y desabrido, con lea; y a mi, pues que me dexas, quien mal me quiere por detrs me muerda.

    ANTONIA . Bato! BATO. Serranas hermosas... ANTONIA . Quando pensamos que fueras

    el consuelo y alegra de nuestra justa tristeza vienes llorando qu es esto?

  • - 30

    BATO. Penas son que-no son peras FELICIANA. T, penas, Bato.? BATO. Pues no!

    o estar sin alma o sin ellas ANTONIA. Perdiosete algn pollino? BATO. No, Antonia FELICIANA . Yendo a la feria

    perdiosete algn cordero? BATO. NO, Feliciana. ANTONIA. En la aldea,

    sin duda te han agraviado BATO. Tan poco! ANTONIA . Pues sin afrenta,

    sin perdida y con salud, Bato, sin razn te quexas!

    BATO. Ay Antonia, ay Feliciana! Vi a Gila, nunca la uiera, xabonando una maana en Manzanares tan bella que la espuma del xabon iba convitiendo en perlas. Dixele: tan lindas manos labar del Amor pudieran los paales que en su niebe fuera el peregil manteca. Oylo Amor y tirme un asador por saeta. No puedo comer, sin ganas, No duermo, si me despiertan. Estoy perdido

    ANTONIA . Aora bien entre aquestas alamedas vive la Diosa Qilantra que d notables respuestas All te aparta y las dos antes que stiros vengan la obligaremos que salga haziendo su templo fiestas ->

    [ANTONIA.] Qilantra bella Diosa de aquestas verdes seluas, Orculo del Monte, sibila del aldea;

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  • 31

    Tu, que de los amores el fin dudoso enseas y das sus preguntas equivocas respuestas, con apacible rostro escucha nuestras quexas.

    [FELIC.] Asi xams los Faunos y stiros lascivos detras de aquestos sauzes, amantes atrevidos, quando coxiendo flores en candidos cestillos te obliguen a que dexes las rosas y los lirios y que tus pies parezcan jazmines fugitivos.

    [ANTONIA.] Como las voluntades en las acciones nuestras son siempre, y mas en ombres, la cosa mas incierta, a preguntar venimos el fin que nos espera, dudosas de las dichas y de las penas ciertas que no ay amando gloria sin miedo de perdella.

    [FELIC] Quien duda que algn da, bellisima (^ilantra, algn pastor amante, si fu tu dicha tanta; quien duda que tubiste temores o esperanzas y que otras hermosuras con zelos envidiabas... Pues si de amor supiste responde nuestras ansias.

    [ANTONIA.] Aqui te ofrezeremos dos candidas palomas, rubies en los picos y en las plumas alcorzas, como las que de Venus

  • - 32

    el carro de oro adornan, para que a nuestras dudas por ynters respondas, que no ay tan duro pecho que el dar no le disponga.

    BATO. Muy bien la habeys obligado yo aportar que os responde, Si mi dicha no la esconde.

    ANTONIA. Ninfa de este verde Prado a quien Venus concedi tener su orculo aqu, Ser venturosa?

    S Ser desdichada?

    No Quien me ha de ayudar?

    Fortuna. Y quien ms?

    Tu entendimiento. Qu tendr siempre.

    Contento. No tendr pena?

    Ninguna. Y dime quien ha de ser quien me ha de dar su fabor, andando el tiempo

    Un Seor (1) Ay Dios, me lo dexe uer! Yo te vengo preguntar lo que puede hazer quien ama, si se le muere su dama, para uiuir

    LA VOZ. Olvidar.

    LA VOZ. ANTONIA. LA VOZ. ANTONIA. LA VOZ. ANTONIA. LA VOZ. ANTONIA. LA VOZ. ANTONIA. LA VOZ. ANTONIA.

    LA VOZ. ANTONIA. FELICIANA ,

    (1) Como se ha visto por la histo H de Antonia, este orculo minti lo ms y slo acert lo-de que un seor haba de dar favor a la muchacha. Pero fu demasiado favor y demasiado seor para ella. Qu lejos estaba Lope al escribir la preciosa escena de su gloga de presumir los males que a la protagonista y a l preparaba el destino!... Y, sin embargo, cuando pensa mos en el medio en que las hijas de Lope crecieron y vivieron, en los ejemplos que del propio-padre reciban, lo que hoy nos extraa es que no cupiera a todas un fin semejante.

  • 33

    FELICIANA . LA VOZ. FELICIANA. LA Voz. FELICIANA .

    LA VOZ. BATO.

    LA VOZ. BATO.

    LA VOZ. BATO.

    LA VOZ. BATO.

    FELICIANA , BATO. ANTONIA.

    BATO.

    FELICIANA , BATO.

    No ay otro medio mexon? Otro amor.

    Donde? Abr mil,

    Era el passado gentil; quien venzer?

    Amor Amor. Agora pregunto yo, seora Diosa Culantra, asi los Faunos la fuerzen quando duerma entre estas matas, que me diga qu he de hazer para ser bueno en mi casa. No juegues

    Cmo es posible? y qu otra cosa me falta? No mientas.

    Los mandamientos deue de saber Culantra, pero qu he de hazer?

    Escriue. Yo lo har desde maana que tengo miedo Lorenza que me pone como un ncar las ausenzias por momentos (?) Cerr la puerta sagrada (1) Estraas cosas ha dicho Si, pero la mas estraa que Amor con Amor se quita, si Amor con Amor se paga. Para quitar el Amor, si la esperiencia no engaa, yo s un remedio.

    Y qual es? Casarse dos que se tratan.

    (1) Aqu, como decimos antes, fu donde Lope pens [terminar la gloga, haciendo seguir inmediatamente el baile, segn indican los dos versos borrados. Crey, sin duda luego, mejor continuarla, aadindole el precioso dilogo que sigue, donde, a vueltas de admirables obser vaciones, tan graciosas como exactas, sobre la naturaleza del amor en hombres y mujeres, re-cuerda al Duque ms alegres aventuras y lo anima a continuarlas.

    3

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    Porque, si el amor es miedo de perder lo que se ama, entibia la posesin lo que anima la esperanza.

    FELICIANA . Bato, ese conceto es flecha de tu necia aljaua, que no hay amor verdadero sino el de dos que se casan.

    ANTONIA. El hauito del Amor difcilmente se rasga, si no es faltando el sujeto, quando viene estrecho al alma. Los dos contrarios de Amor son muerte y ausencia.

    FELICIANA. Bastan dar ocasin de oluido que el tiempo todo lo acaua.

    BATO. Yo he visto muchas biudas que lloran por la maana y se rien por la noche.

    FELICIANA . Y los hombres cmo guardan respetos la memoria y obligaciones al alma? (1) Ya vers como Seyano, si no es que el ganado pasa Sierra Morena, presto en nuestras Riberas ama; que yo s quando dexo Fenisa por Gerarda Como Gerarda por Julia (2).

    ANTONIA. O quanto Gerarda amaa! FELICIANA . Era bizarra Pastora. BATO. Esa Pastora bizarra,

    esa gallarda Pastora, que mat quanto miraua, anda agora con antojos y no los d de mirarla.

    (1) Estos versos aparecen subrayados por Lope en el borrador. Pens tal vez suprimir.os en la representacin porque le parecieron duros para el Duque?

    (?) Alusin directa a antiguas amantes del Duque de Sessa.

  • -= 35 -

    Mas prega al Arrtr y al Celo que tope alguna serrana Seyano que quiera bien para que no se nos baya, que es toda nuestra alegra.

    ^FELICIANA . Ya s yo que por su falta lloran estas verdes selvas, doblan las fuentes el agua, pero, Bato, no le quieras tanto mal.

    BATO. Ay Feliciana, que ay en Manzanares Ninfas que harn con quatro palabras un jardn en una Artesa.

    ANTONIA. Mexor es quitar la causa. El es sabio y tiene exemplos.

    BATO. Bien dizes, porque hay zagala que tienen alma de cobre y pensamientos de plata.

    ANTONIA. El sol se enciende, pastores, y ya de las sierras altas baxan al valle las sombras.

    BATO. El humo de las cabanas nos llama comer.

    FELICIANA . Un bayle puede entretenernos.

    ANTONIA. Baya.

  • - 36 -

    He aqu, en fin, completa, y por la primera vez impresa que se-pamos, la gloga ANTONIA, que Lope de Vega perge, para festejar a su hija Antonia Clara, en el espacio de una maana, sj hemos de creer lo que l mismo apunta en la loa por boca de el sacristn Cor-dobilla:

    Con esto hoy quiero serviros con una gloga nueva que compuse una maana, pidiendo a Lope de Vega que me diese un estornudo de su siempre frtil vena...

    Y Lope es fidedigno en la materia. El valor literario de la gloga es, empero, similar al de las mejores composiciones de esta ndole escritas por Lope. Tiene el encanto, la frescura y la gracia inconfun-diblemente caractersticas de su obra potica, por cuyo substrato atra-viesa la rica vena de la poesa popular, nodriza de su espritu. Est llena, adems, de ese profundo y agudsimo sentido de la naturaleza y del campo que distingue a Lope entre los poetas.

    En razn a la importancia histrica y autobiogrfica, la loa - ya conocidaha sido muy comentada por el cuadro que ofrece de la li-teratura dramtica de su tiempo, con sus constantes alusiones a c-micos y autores y a las personas de la familia de Lope que han de representar la gloga. Slo aadiremos por nuestra cuenta que el bo-rrador es curiossimo y est escrito en todos sentidos del cuaderno, aprovechado el papel hasta en las mrgenes, como el que va aa-diendo e intercalando, conforme se le ocurren, citas y alusiones, entre las cuales no poda faltarcomo se ha visto- la rigurosa pulla a don Juan Ruiz de Alarcn, a cuya cordial enemistad renda Lope un im-placable culto (1).

    Por lo que hace a la gloga propiamente, forman su cuerpo dos historias de amor, que pudiramos llamar paralelas por muchos con-

    (1) Lope, cuyos amores y odios no fueran nunca demasiado consecuentes, hizo a Alarcn excepcin manifiesta y constante de esta regla. Y as lo declara paladinamente, con el ms sincero y cruel desenfado, cuando en cierta ocasin dice:

    Pedirme en tal relacin parecer! Cosa excusada; porque mi todo me agrada si no es de Don Juan de Alarcn.>

  • 37

    septos. De la una es protagonista el propio Lope. El Duque de Sessa, de la otra.

    La primera, que hubo de recitar Antonia, y est llena de ternura y de poesa exquisitamente sensual, hace referencia a los amores de Lope y de doa Marta de Nevares, aqu disfrazados con los nombres de Lisardo y Flida.

    La segunda, puesta en labios de Feliciana, alude toda ella a unos -desgraciados amoros del Duque (Seyano) con una dama mal casada (falta), que costaron al de Sessa unos meses de destierro, durante los cuales muri su enamorada. En el final de la gloga Lope trata de consolar al Duque, aconsejndole, por boca de pastoras y pastores, un nuevo amor como remedio nico y seguro. Sabemos que el ilustre procer segua de bonsima gana estos consejos. En la misma gloga alude Lope a la facilidad con que siempre haba su gran amigo cam-biado de amores. Y aunque en casi todos ellos tuvo Lope, cuando menos, la parte de confidente, por no afectar directamente esta his-toria a nuestro asunto no entramos aqu en ms averiguaciones, y re-mitimos al lector a las obras repetidamente citadas en el curso de este trabajo.

    A ellas habrn de acudir tambin, principalmente, los que quieran conocer en todo detalle cuanto hasta hoy se sabe, as de Lope y de los personajes de su intimidad aqu mencionados, como de la obra in-mortal del Fnix de los ingenios. En esos libros encontrar tambin I curioso copiosa y circunstanciada bibliografa de cuanto sobre Lope se ha escrito en todos los pases del mundo.

    Por nuestra parte la labor ha terminado, acabando nuestra misin, no otra, segn anunciamos desde luego, que la de comunicar al pblico el precioso hallazgo de una obra de Lope, hasta hoy no slo indita e incompleta, sino casi totalmente desconocida de los modernos his-toriadores del Ingenio Fnix, a los cuales la entregamos como un nuevo material de estudio.

    Y no queremos por ello ms albriciasfuera de la gran satisfac-cin que el delicioso encuentro nos produjo que las de haber esti-muladosi a tanto alcanz nuestra ventura el entusiasmo y el celo de los numerosos, cultsimos y benemritos devotos, espaoles y ex-tranjeros, del ms grande de nuestros poetas.

    MANUEL MACHADO.

    Biblioteca Municipal.

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